Reseña de libro
MijailBajtin, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento (trad. de Julio Forcat y César Conroy), Barcelona, Barral Editores S.A., 1974, 430 p.
MijailBajtincomienza a construir la base de su producción bibliográfica en una época de convulsión política y social para Europa y el resto del mundo. Rusia, entre 1918 y 1929, albergó al Círculo de Bajtin, conformado por otros intelectuales no-ortodoxosdel régimen soviético, como el músico y crítico literario IvanIvanovichSollertinski IvanIvanovichSollertinskiii (1902-1944), y MatveiIsaevichKagan MatveiIsaevichKagan (18891937), catedrático y filósofo neo-kantiano. El Círculo de Bajtin se ocupaba de cuestiones culturales y sociales,desde una perspectiva filosófica, surgidos entre el periodo de la Revolución Rusa y el inicio del estalinismo. La clave central de su base teórica lingüística es su carácter diálogico, ya que hace un énfasis especial en el discurso de los otros: aquellos que han
subvertido el discurso único monológico del estrato social dominante (Brandist 2001). El libro que es objeto de esta reseña trata justamente de un tema que busca reivindicar un marco interpretativo formado en el núcleo de las voces del pueblo, de sus imágenes y sus costumbres populares. La cultura cómica popular medievaly su renovación ²no necesariamente positiva² durante el Renacimiento serán revisadas muy críticamente a través de la obra del escritor francés François Rabelais. Asimismo, Bajtin demostrará cómo el modelo estético clásico encasilló la producción rabelesiana en una categoría cerrada de lo grotesco y lo satírico, relegándola a un plano inferior que la de sus pares literatos. Para lograr este objetivo, el libro se divide en ocho partes: una senda introducción al planteamiento del problema y siete capítulos que desarrollan las principales características de la obra de Rabelais que reflejan el espíritu de la cultura cómica popular de la época. Para entender de forma global el planteamiento de Mijail, haremos una breve descripción y análisis de cada una de las partes que lo conforman. En primer lugar, la introducción hace una violenta separación entre los marcos interpretativos que hasta ese momento se habían usado para descifrar el componente grotesco en la obra de Rabelais, aduciendo la falta de comprensión de la cultura cómica popular medieval como una unidad, puesto que ha sido estudiada de forma fragmentada y bajo reglas estéticas modernas. Podemos notar aquí una fuerte crítica a la interpretación lingüística moderna, la cual se convertirá en la huella característica de este libro. Bajtin deja en claro que el principio material y corporal serán los componentes de lo grotesco en
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Rabelais, que a su vez deben ser tomados positivamente ya que eran representativos del pueblo medieval y no de la clase dominante. El primer y segundo capítulo proponen una breve revisión de la historia de la risa y el vocabulario ³de la plaza pública´, como él mismo lo designa. Hace, nuevamente, una división entre la apreciación que los contemporáneos de Rabalais adjudicaban a su literatura y cómo durante los siglos XVII y XVIII su obra terminó siendo considerada como el resultado de una ³idiosincrasia extravagante y personal del autor´. Una anotación interesante es la diferencia que hace entre los estudios rabelesianos de la URSS, que si bien no son exactos en sus interpretaciones, serían menos criticables que ³los occidentales´ ya que éstos separan la risa de la obra de Rabelais. Sobre este aspecto, Bajtin no da ejemplos concretos de quiénes serían esos occidentales ni sus obras. Esto, sin embargo, no debería ser motivo inmediato de desconfianza, puesto que si revisamos el contexto de la elaboración y publicación de este libro, veremos rápidamente que Bajtin tenía acceso a una amplia oferta bibliográfica occidental. El autor preparó el contenido de este libro para la disertación de su tesis doctoral, durante los años treinta, pero la publicación recién vio la luz en los sesenta, cuando regresó de su exilio (Brandist 2001). Entre los años veinte y treinta, donde maduró el grueso de su sistema teórico, el ambiente postrevolucionario aún le permitía contar con información de primera mano sobre la ciencia occidental (Gómez 1998: 138). En los capítulos tres y cuatro probablemente encontraremos las críticas más duras a la lectura que hasta el momento se tenía de las formas e imágenes de la fiesta popular y la figura del banquete
rabelesianos. Bajtin no deja ningún elemento suelto. Desde la imagen del golpe-injuria,
pasando por lo bicorporal como como expresión de muerte-resurrección y terminado con la figura del destronamiento, el tercer capítulo nos deja como conclusión que todos estos elementos son el reflejo de una cultura cómica popular malinterpretada desde el siglo XVII en adelante. La afirmación más tajante nos indica que esta cultura medieval del pueblo ³permitía hacerle frente a la seriedad de la vida, lo cual permitía crear una vía más libre y lúcida para concebir el mundo´. El banquete esel capítulo más corto de todos, y es analizado por separado de las otras formas de la fiesta popular porque representa uno de los temas más antiguos del pensamiento humano: el encuentro del hombre con el mundo a través de la boca. Este concepto termina
englobando la noción de unidad entre hombre y mundo que existía en la época. Cabe resaltar que Bajtin es capaz de detectar la reivindicación del pueblo incluso a través de esta imagen. Indica que el banquete no es una celebración egoísta en la que el hombre disfruta de su 2
glotonería; por el contrario, es una celebración en la que el pueblo, como grupo humano, disfruta de lo que le provee la tierra. En otras palabras, representa representa también el triunfo y disfrute del pueblo sobre el egoísmo individual de la burguesía. Continuando con el análisis de las expresiones de esta cultura popular, los capítulos cinco y seis, titulados ³la imagen grotesca del cuerpo´ y ³lo µinferior¶ material y corporal´ respectivamente, tratan los últimos dos elementos de lo cómico popular en Rabelais. La mayor parte del quinto capítulo se dedica a refutar la tesis de Schneegans Schneegans sobre su definición de lo grotesco. Para éste, ³la exageración caricaturesca de un elemento negativo [en el cuerpo humano]´ es la clave para entender lo cómico popular en Rabelais, pero Bajtin demuestra, sin mucho esfuerzo, que no es la exageración de lo negativo sino más bien el ³hiperbolismo, la profusión y el exceso´ de términos ambivalentes lo que caracteriza al grotesco medieval. Esta característica será la más importante para comprender adecuadamente la intención comunicativa de la obra rabelesiana. Por otro lado, el sexto capítulo nos remite a la idea de la risa que vence al temor, especialmente porque todas las figuras referentes a lo ³inferior´ están relacionadas al infierno. Esto, según Rabelais, no era poco común en la época medieval. La carnavalización de escenarios tétricos, como podían serlo el infierno y el purgatorio, era un especie de protesta de la cultura cómica popular hacia los valores cristianos jerárquicos. Asimismo, el tema del infierno también fue transversal a ambas culturas, la oficial y la popular, en esa época. El carácter bicorporal también también prevalece en este capítulo, el cual es interpretado como ³la dualidad histórica del mundo´, donde se fusiona el pasado y el porvenir, la muerte de uno y el nacimiento de otro. Todo terminará uniéndose en el séptimo capítulo, que comienza, pero a la vez concluye con lo expuesto a lo largo del libro, señalando
que
³la tarea esencial de Rabelais consistió en
destruir el cuadro oficial de la época [«], de aclarar la tragedia o la comedia de la época desde el punto de vista del coro popular
que
ríe en la plaza pública´ . Esta cita es
particularmente importante porque termina resolviendo el planteamiento del problema: la dificultad de leer verdaderamente a Rabelais, sin tildarlo llanamente como satírico, grosero o pornográfico, pornográfico, radica en no apreciar el contexto histórico de la Edad Media y el Renacimiento. Ahí se gestó y desarrolló esta especie de subcultura popular carnavalesca, que no pudo ser erradicada aún bajo la violencia de la jerarquía eclesiástica que subvirtió los valores del pueblo y su relación con el mundo.
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Ahora bien, hay que resaltar que es importante destacar el tono poco tajante del último capítulo. Aquí detectamos que este libro es, en efecto, resultado de una tesis doctoral en el sentido de que deja abierto el camino para seguir profundizando en el estudio de la cultura cómica popular del pasado. ³Es muy posible que este paso sea poco firme y particularmente inexacto, a pesar de lo cual nos declaramos profundamente convencidos de la importancia de esta tarea´, concluye el autor en uno de los párrafos finales. No deja de seguir criticando, como ya hemos visto, la historia literaria de su época en cuanto al uso de ³estrechas concepciones´, ³incluso para comprender a Molière´. De esta manera, MijailBajtin concluye con un estudio no solamente de una corriente literaria, sino de la historia de toda una cultura. Es aquí donde la obra de Bajtin se torna particularmente interesante para la historiografía actual, puesto que sería representativo de la historia clásica de las ideas.Incluso podríamos afirmar que se forma dentro de ese contexto, pero sin tener conocimiento de ello. La definición de esta corriente se puede traducir también, bajo su forma más clásica, en historia de la literatura. A partir de los años cincuenta y sesenta, historiadores europeos buscan aproximarse a la fuente literaria de una manera distinta, que no se limita solamente a las obras maestras, ³sino a toda corriente de sensibilidad colectiva que se encuentra en contacto directo con las formas de la historia de la cultura, en sus diferentes niveles´ (Vovelle 2003: 37). Es muy probable, sin embargo, que Bajtin no haya tenido en lo absoluto la intención de producir una obra bajo esta escuela, puesto que su base teórica fue formada en otro tiempo; aparte, entre 1950 y 1960 la división entre occidente y oriente era de tal magnitud que ningún hemisferio estaba al tanto del avance académico que cada uno llevaba a cabo. Para el Círculo de Bajtin existía la necesidad de crear una nueva ciencia de la ideología. Como señala Fernando Gómez,durante la historia crítica del siglo XX existe un consenso total sobre cuál era el punto débil de la teoría de la literatura formalista en Rusia: los problemas de la diacronía literaria, que se debían a una incoherencia doctrinal formalista al no considerar los valores contextuales dentro del estudio científico (2003: 29). Los estudiosos formalistas de la época consideraban a la obra como ³un hecho externo a la conciencia y al horizonte ideológico del momento´, por lo que Bajtin creía imperativo investigar primero cómo se puede recibir la obra literaria, y eso implicaba una ³investigación profunda de los mecanismos del conocimiento´ (2003: 30). Adicionalmente, es posible que otra de las contribuciones de Bajtin a la historiografía actual se deba a que puede ser tomada como una fuente muy nutritiva para la historia de las
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mentalidades. Vovelle explica que no hay contradicción entre la historia clásica de las ideas y la de las mentalidades, pero se diferencian en que la primera ³mantiene un cierto nivel de flujo de la producción conceptual´ y en que la segunda ³busca interrogar [«] el mundo de aquellos que no tuvieron un medio de expresión individual [«] pero que vivieron esta expresión del mundo´ (2003: 44). El libro que reseñamos no se aboca principalmente a retratar por qué la cultura popular cómica vivió en un plano no oficial respecto del mundo jerárquico formal durante el Renacimiento, pero busca establecer un paradigma de cómo deberíamos conocer la obra de Rabelais: utilizando un marco de interpretación que se desprenda de los valores contextualizados de una determinada época histórica de producción literaria. En conclusión, la obra de Bajtin podría situarse entre un intento de renovación de la historia clásica de las ideas y la historia de las mentalidad por dos razones. La primera, la conceptualización sobre el correcto entendimiento del mundo de la cultura cómica popular en Rabelais es el núcleo de la obra. La segunda, al recurrir a las fuentes f uentes de la época de Rabelais y problematizar la compresión de por qué se relegó la voz del pueblo según los cánones modernos, también hay un intento de cuestionar qué condiciones llevaron a silenciar una cultura que de por sí solo vivía en un plano no oficial en su propia época. Con un estilo sencillo y bien organizado, utilizando la voz de tercera persona plural para interpelar al lector e involucrarlo en la evolución de su argumento, MijailBajtin presenta al mundo académico una corriente de pensamiento resultante de una época tan convulsionada como la que él mismo estudia en la obra rabelesiana, cuatro siglos después.
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Bibliografía
BRANDIST, Craig nternet Encyclopedia of Philosophy, I EP. EP.Consulta: 10 de junio de 2001 ³The Bakhtin Circle´.I nternet
2011. GÓMEZ, Fernando 1998 Estructura y actualidad del pensamiento de MijailBajtin .Madrid: UAM. 231 p. VOVELLE, Michel 2003 Aproximación a la historia de las mentalidades colectivas . Lima: UNMSM. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales. 95 p.
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