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¿Qué motiva al estudio de la economía? Responderemos a esta pregunta de varias maneras. Entre ellas, preguntando en clase a los alumnos mismos. Pero será bueno comenzar preguntándoles a algunos de quienes inventaron la disciplina o la impulsaron de manera original a lo largo del último cuarto de milenio. Ya a finales finales del siglo XVII, XVII, William William PETTY (1691) indicaba indicaba que la motivación tras su interés en la economía era la condición de vida de las personas. Entre diversos objetivos de distinta naturaleza señaló que quería mostrar que 2 Tenemos así entre manos algunos aspectos que ahora explicitaremos a propósito de quien se considera el comienzo definitivo de la economía moderna.
Entre los economistas, Adam SMITH (1723-1790) es considerado por casi todos como el pensador que pone los cimientos definitivos de la teoría económica, y sin duda es el economista más importante del siglo XVIII. Para él, la razón de ser de la teoría económica que él denominaba Economía Política 3 era muy precisa: 1
SEN, Amartya (1999) Entrevista a propósito de la próxima publicación de Development as Freedom: Human Capability and Global Need. (www.amazon.com www.amazon.com))
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Tomado de Amartya Sen, “The Concept of Wealth” en: Ramon H Myers, The Wealth of Nations in the 20th Century: the Policies and Institutional Institutional Determinants of Economic Economic Development. Stanford: Stanford University Press 1996, p. 3.
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Con el término “economía política” se hace explícito el aspecto público de público de la economía; de lo público se deriva el contenido ‘político’. La disciplina ha h a recibido varios nombres. Uno de los primeros es Ciencia económica. económica. Luego se acuño Economía acuño Economía política. Posteriormente política. Posteriormente se ha ut ilizado más Teoría económica y, económica y, lo más común hoy es simplemente Economía. Economía. Aunque hay razones diversas y dispares para conservar hoy esas distinciones, distinciones, vamos a suponerlas similares. Es útil recordar que el último de los tres términos términos puede ser equívoco pues, en castellano, tiene un doble significado. Por un lado, con economía nos referimos a la teoría, al campo de estudio como cuando cuand o decimos “Voy a estudiar economía”. Por el otro, con ese mismo término también nos referimos al aspecto de la realidad que estudiamos especialmente. En este sentido, es adecuado preguntar: ¿”Cómo está la economía?”. El contexto en el que se utiliza dicho término es el que ayuda a saber en cual de los dos sentidos se está utilizando esa expresión.
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Esta definición de objetivos merece múltiples comentarios y debe ser materia de reflexión y discusión pero nos centraremos en los que nos ayudan en el objetivo del presente capítulo. Es evidente que la tarea que asume SMITH es la de mejorar la vida de las personas desde lo que la economía puede colaborar a ello: aumentando su ingreso personal y proveyéndole de servicios públicos adecuados. El gran tema de la economía desde entonces es el aumento de la “riqueza de las naciones” como camino para la reducción de la pobreza de las
personas. Al pensar en naciones, SMITH incluye a la sociedad o las personas y al Estado. El destino de la mayoría de las personas dependía del destino de la nación y ya no sólo ni principalmente del destino del condado, provincia u otra circunscripción menor a la nacional. Es evidente en la cita seleccionada, y es muy importante recordar, que la riqueza a la que se refiere el autor no es la de los ricos .ii La riqueza ha tenido diversos significados a lo largo del tiempo y de acuerdo al tema tratado pero, en este caso, consiste en los bienes y servicios producidos que contribuyen diariamente al bienestar de las personas en general.iii En un capítulo posterior trataremos con mayor detalle el tema de la riqueza de la nación.
Para David RICARDO (1772-1823), otro de los grandes pensadores en esta disciplina, el problema que consideraba fundamental estaba relacionado con la continuidad del proceso generador de riqueza. Esa continuidad suponía que los propietarios de los recursos necesarios para producir, que solemos llamar “factores de producción” se pusieran de acuerdo para aunarlos entre sí y
con los recursos que eran libres con el fin de producir y reproducir las mercancías. Ese acuerdo, obviamente, dependía de lo que cada propietario recibiera a cambio de su particular contribución a los elementos necesarios para producir. La pregunta era pues: ¿De qué depende lo que cada propietario recibe? En los propios términos de RICARDO:
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La dimensión social de aquello que a la economía le interesa es evidente del texto citado. Si en SMITH lo relevante era la relación entre Estado por un lado y la población, incluyendo especialmente a los empresarios, por otro, en RICARDO es la relación entre las clases de la sociedad lo que se estudia especialmente.v El producto de la tierra se reparte entre los dueños de los recursos necesarios para producir. No estamos ante un proceso natural o técnico, salvo en que la naturaleza y la tecnología nos dicen qué factores hacen falta para elaborar algo que deseamos. Pero no todos los factores son de interés del economista. Por ejemplo, aquellos recursos naturales que han sido técnicamente necesarios para producir pero que no tienen dueño como, por ejemplo, la radiación solar, el viento o, casi siempre en aquella época, la energía de la caída de agua no entran en el reparto de los resultados de la producción entre los propietarios que es lo que le interesa a RICARDO.vi Por eso hablamos de dueños, de propietarios, de organizaciones y de intercambios. Los ingenieros pueden y deben hablar del agua, de la palanca, de la reacción química, etc. A la distribución del ingreso entre las clases sociales propias del capitalismo se le llama distribución funcional del ingreso. Se refiere con ese nombre a las clases que contribuyeron con sus recursos a la producción. Cuando se analiza la distribución del ingreso entre personas sin tomar de qué factor de producción son dueños o dueñas dichas personas (habilidades físicas o mentales, herramientas o tierra) o incluso cuando siendo propietarios no lo han aportado para la producción y los tienen sin uso, o incluso cuando no son dueños de ningún factor utilizado en la producción, a la distribución de la denomina personal .
Otro economista del mismo siglo y también de gran influencia fue Thomas MALTHUS (1766-1834). Este autor vio a la economía como la disciplina que debía contribuir a una vida mejor, y particularmente a la felicidad. Los objetivos eran:
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Nos damos cuenta de que, tanto en SMITH como en MALTHUS, hay una finalidad práctica: cambiar la situación. Para ello, es útil entender dicha situación, ahora diríamos descubrir las causas y examinar las posibilidades de salir de las carencias y situaciones que producían infelicidad.
Para el gran crítico de los costos humanos propios del progreso impulsado por los capitalistas, Karl MARX, (1818-1883) el progreso económico era visto como un gran parto que era, a la vez, necesario y conveniente, pero que estaba resultando demasiado costoso en términos de sufrimiento humano. Por ello, orientó su contribución intelectual a reducir los sacrificios humanos que suponía el desarrollo económico. Una manera de formularlo fue la siguiente:
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Dejemos por el momento lo relativo a las leyes y la necesidad de pasar por ciertas fases del desarrollo. Son los dolores existentes y el hecho de que pueden reducirse los que, por ahora, nos interesan. Esos dolores eran principalmente los de los asalariados y se podrían reducir si es que la sociedad los protegía, lo que para este autor, suponía que la clase obrera se fortaleciera y exigiera un mejor trato; de ahí la importancia que le asignó MARX a la legislación fabril en la Inglaterra de su tiempo. Esta preocupación por las condiciones de vida de los asalariados ha sido una constante en los tres siglos de vigencia del capitalismo y estaba, por lo tanto, presente también el SMITH y RICARDO. En el primero se reconoce que la ventaja en la negociación entre capitalistas y asalariados está del lado de los primeros y que, además, la legislación los favorece y en el segundo, se encuentra el reconocimiento de que la introducción de la maquinaria causa perjuicios a los asalariados desplazados.viii
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MALTHUS, Thomas Robert, Ensayo sobre el Principio de la Población. México: Fondo de Cultura Económica, 1951. P.7. Esta obra fue publicada en 1798.
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Ya en este siglo, Alfred MARSHALL, (1842-1924) también mostró inquietud por esas carencias y sus causas. Para él,
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Una vez más vemos que la teoría económica enfrentaba un problema, el de las carencias materiales de las personas y que pretendía aportar a su solución explicando la evolución de la realidad, descubriendo sus causas o lo que para RICARDO y MARX eran las leyes . Para MARSHALL, la economía o teoría económica era importante porque
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Poco más adelante, en lo que quizá haya sido el libro de economía más importante del siglo XX, John M. KEYNES (1883-1946) indicaba lo siguiente:
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Recientemente, un eminente economista y filósofo contemporáneo vuelve a recordar esa línea de preocupación. Amartya SEN, Premio Nóbel en 1998, y profesor en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) señala que:
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No es posible afirmar como un presidente de Brasil, que la economía de ese país estaba bien pero que los brasileños estaban mal. Hace pocos años, esos aspectos vuelven a estar presentes cuando se juzga lo que es importante. Como indica Paul KRUGMAN,
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Este texto busca corregir, por supuesto que de manera muy introductoria y parcial, ese defecto que KRUGMAN destaca en las últimas líneas del párrafo que acabamos de citar, y sobre el que llamaba la atención SOLOW cuando se refería al “pensamiento pequeño”.
A manera de resumen incluyamos esta anotación de MARSHALL:
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La resolución de los problemas mencionados requiere de la intervención humana privada, esto es, personal, familiar y empresarial, pero, desde Adam SMITH la intervención incluía también diversas formas de políticas públicas. El grado en que estas políticas públicas entraban a tallar en el enfrentamiento de los problemas señalados era, y es variable, pero no hay duda de la necesidad de alguna. Como indica un historiador del pensamiento económico mencionando a algunos de los principales nombres en la especialidad hasta el primer tercio del siglo XX, y añadiríamos nosotros, con mucha mayor razón en los dos tercios siguientes, la teoría económica
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Estamos así ante una disciplina que es aplicada porque busca ayudar a vivir mejor reduciendo las carencias y aliviando los dolores propios de la lucha por la vida, interviniendo de maneras diversas para contribuir a que el esfuerzo de las personas y grupos humanos por ampliar el alcance de sus vidas sea más efectivo. No es posible pensar seriamente en la teoría económica sin pensar en su aplicación dentro de las actividades privadas, fundamentalmente empresariales, y también dentro de la política económica pública.
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SMITH, Adam. Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones. México: Fondo de Cultura Económica (FCE), libro IV, 1997, p. 377. Esta obra fue originalmente publicada en 1776. ii
Se ha sustentado con precisión que SMITH combinó su compromiso científico con un especial interés moral y político por los pobres. Respecto del último tipo de interés, le preocupaba, por ejemplo, la condición física y mental de los pobres por razones de defensa nacional, que era todavía altamente intensiva en personal de tropa. Para referencias bibliográficas véase el artículo de SEN indicado en la siguiente nota a pié de página. iii
Esa definición de riqueza asociada a las posesiones de los ricos es la de uso común. En éste, la riqueza consiste en aquello que se tiene encima de lo ordinario. Por ejemplo, en el Diccionario de la Lengua Española se entiende por riqueza la “abundancia de bienes y cosas preciosas”. Siempre en ese sentido
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HUTCHISON, Clarence (1991) Changing aims in economics. Oxford: Blackwell 1992, p. 3. El econo mista inglés Frank Hahn sugiere en el número centenario de The Economic Journal que el cambio de base geográfica de la teoría económica de Inglaterra a EE.UU. está relacionada con el cambio de objetivos hacia una menor preocupación por la cosa pública alejándose de la tradición británica según la cual “el principal motivo para su estudio debe ser el mejoramiento de las condiciones de vida de la humanidad.” Tomado de HUTCHI SON, op.cit, p. 40.
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corriente del término, el pobre tendría “miserias”. Hay también un sentido más financiero en la disciplina económica. Riqueza se refiere a todas aquellas cosas, pocas o muchas, que tienen algún precio en el mercado. Un resumen reciente del significado del concepto riqueza y un planteamiento sobre cómo debe entenderse en el futuro es el elaborado por Amartya SEN en: “The Concept of Wealth”. Publicado en: Ramón H. MYERS (editor) The Wealth of Nations in the 20 th Century: The Policies and Institutional Determinants of Economic Development Stanford: Stanford University Press. iv
David RICARDO, (1973) Principios de Economía Política y Tributación México: Fondo de Cultura Económica, p. 5. La primera edición de la obra es de 1817. v
No es que el Estado desaparezca. Recuérdese que el título de la obra citada incluye tributación.
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Algunos de los recursos que antes eran usados gratis porque no tenían dueño hoy están dejando de ser útiles por su excesiva utilización y dan lugar a problemas de erosión, depredación, etc.. Hoy, la economía está estudiando el problema de los recursos que no tienen un propietario privado que reclame un pago pero que son necesarios. La ecología está particularmente interesada en este asunto. vii
MARX, Karl, (1976) El capital. México: Fondo de Cultura Económica, p. 8. Esta obra se publicó por primera vez en 1867. viii
SMITH (1997, 65-67). RICARDO (1973, 288-289)
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MARSHALL, Alfredo (1963) Principios de Economía. Madrid: Aguilar, 1963,.p. 4. La primera edición de esta obra que se reeditó muchas veces fue en 1892. x
MARSHALL (1963, 5). “The dominant aim of economics in the present generation is to contribute to a solution of social problems.” (1961, vol. I, p. 42) xi
KEYNES, John Maynard, (1964) The General Theory of Employment, Interest, and Money. New York: Harbinger, 1964, p. 372. xii
SEN, Amartya, (1988) "The concept of development" en Hollis Chenery and T.N. Srinivasan, Handbook of Development Economics, Vol. I, Elsevier Science Pub., B.V.. Pag. 11. Acentuado en original. xiii
SEN, Amartya (2000) Desarrollo y libertad . Buenos Aires: Planeta, p. 16.
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KRUGMAN, Paul, (1991) La era de las expectativas limitadas. Barcelona: Ariel, p. 17.
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MARSHALL, Alfred (1963, 40).
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