EL IS I . MAIZ ELIS
I.
MAIZELIS
FINALES DE PEONES Ante la escasez de literatura subespeclallzada sobre los finales de partida, el aficio nado, el jugador medio y hasta el más ele vado, encontrará en este libro la solución al problema matemático de los Anales de peones, porque si bien la fase inicial del juego juego es rica rica hasta el el absurdo absurdo en varian variantes tes y posibilidades, el Anal de la partida per tenece al campo en que la imaginación debe ceder ante la técnica, en que el ta lento es eclipsado por el estudio, la Ins piración reemplazada por la transpiración intelectual. De ahí que la aparición de esta nueva edición abra un nuevo y amplísimo campo de investigación al aAcionado con cienzudo asi como al maestro, quien ne cesita depender cada vez más del análisis de laboratorio para el remate de sus par tidas. Desde que Philldor («los peones son el alma del ajedrez») revaluara el concepto medieval del peón y lo democratizara has ta despertar al mundo ajedrecístico a la realidad aplastante de su importancia, son muchos los autores que progresivamente penetraron en los misterios de esta Agu ra primaria del ajedrez. Berger, en su obra monumental, y más tarde Euwe, Boblnovlch y Fine contribuyeron ampliamente a este est e logro teórico. teórico. Maize! is, en el presente pre sente volumen, ofrece al aAcionado un resumen de estas tendencias, a veces diferentes, y aunando estos estudios a la clásica In vestigación de Dedrle sobre la teoría de las casillas críticas, presenta el tema sobre la base de una teoría única de finales de peón. He aquí su mérito.
Cubierta da G. Mari
Si usted desea estar informado de nuestras publicaciones, sírvase remitirnos su nombre y dirección, o simplemente su tarjeta de visita. indicándonos ios temas que sean de su interés. Ediciones Martínez Roca, S. A. Dep. Dep. información Bibliográfica Gran Via, 774 0801 3 Barcelona
I.
FINALES
MAIZELIS DE
PEONES
I. MAIZELIS
FINALES DE PEONES
COLECCION
y
E S CA Q U E S
EDICIONES
MARTINEZ
BARCELONA
ROCA
FINALES d e PEONES J. Maizelis Traducción directa dei ruso de Ly d i a K u p e r d e Ve l a s c o y An d r é s F ie r r o M e n ú
Proemio de J a im e Ll a d ó L u m b e r a
Maestro Nacional de Ajedrez
Revisión técnica de J o s é M.a J u s t e
Bó r r e l e
© 1969 p o r EDICIONES MARTÍNEZ ROCA S. A. Gran Vía, 774, 7.» - 08013 Barcelona
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no puede ser reproducido en todo, ni en parte, sin permiso
I m pr e s o e n E s p a ñ a - P r in t e d in S pa in
ISBN: 84-270-0033-2 Depósito Legal : B. 17054 - 1988
Libergraf, S. A. - Constitució, 19 - 08014 Barcelona
PROEMIO
En realidad, este libro no necesita presentación de ninguna clase. Viene precedido del suficiente prestigio internacional para que lo mismo el profesional que el aficionado, que incluso aquel que por primera vez asoma su curiosidad al campo de batalla, tan incruento como apasionante, del ajedrez, le dé no sólo como bueno sino como ejemplar y único hasta ahora. Pero me parece oportuno aducir aquí el argumento de que, entre los numerosos libros que tratan de ajedrez, son pocos — por lo menos que yo conozca— los consagrados a los finales de partida. Yo sé de esa especie de angustia que se le presenta al ajedrecista cuando, previendo ganada la partida, se ve en el trance de elegir. Muchas, muchísimas veces, la elección llega a sus dedos como por divina inspiración. Pero no es eso. Dejar que el azar intervenga, aunque sea para traerle el triunfo, no conjuga ni aún de lejos con lo que constituye para el jugador la esencia misma de su personalidad: lo exacto. Lo que está en sus manos evitar, o provocar. Se hacía precisa una sistematización de la experiencia en esta materia, hasta — si ello era posible — convertirla en sencilla, pura y simple teoría. Y tenía que ser un hombre de la talla de un Maizelis quien consiguiese un propósito de tanta envergadura. Este libro, F i n a i .e s d e p e o n e s , recoge y remata cuanto sobre ello se ha experimentado. Lo más difícil del propósito era conseguir una claridad d exposición tal que llegase a la comprensión inmediata incluso del profano. En este sentido, la obra de Maizelis puede presentarse como un modelo de la didáctica. Es clara, es eficaz; es poco menos que exhaustiva. JAIME LEADÓ L ü MBERA
Maestro Nacional de Ajedrez
vil
INDICE
P r o e m i o ............................................................................................. VII Introducción................................... ............................................... Casillas criticas o clave. Puntos deinvasión . . . . Distancias, oposición ycasillasc o n ju g a d a s .......................
1 3 6
Capítulo primero; REY Y PEON CONTRA R E Y ..................
18
Capítulo II. REY Y DOS PEONES CONTRAREY
23
. . . .
Capitulo 1. 2. 3.
II I: PEON CONTRA P E O N .................................... Peones en la misma c o lu m n a .................................... Peones en columnas v e c in a s ........................................ Dos peones p a s a d o s ....................................................
26 26 32 35
Capitulo 1. 2. 3.
IV: DOS PEONES CONTRA U N O ........................... Peones l i g a d o s ............................................................. Peones a is la d o s ............................................................. Peones aislados d o b la d o s .............................................
42 42 77 96
Capítulo V: DOS PEONES CONTRA DOS PEONES . . . . 106 1. Finales con peones p a s a d o s ..............................................107 2. Finales sin peones p a s a d o s .............................................. 120 Capítulo TRA 1. 2.
VI: TRES PEONES CONTRA DOS PEONES Y CON. T R E S ................................................................................... 143 Finales con peones p a s a d o s .............................................. 143 Finales sin peones p a s a d o s .............................................. 160
Capítulo VII: DESARROLLO DE LA TEORIA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS ............................................................. 179 1. Oposición comente (sistema re c ta n g u la r) ....................... ¡80 2, Sistema del cuadrado y el tr iá n g u lo ................................ 184 IX
3. Sistema de las ocho c a s illa s .................................................106 4. Sistema « T » ........................................................................207 5. Algunas observaciones y co nclu siones ...............................212 Capitulo 1. 2. 3.
VIH: FINALES DE MUCHOS P E O N E S ......................220 Algunos procedimientos té c n ic o s .......................................221 Ventajas y desventajas de posición ................................... 235 Ejemplos d e la lucha de m a n io b ra ....................................246
Apéndice: FINALES DE PEON QUE PASAN A SER FINALES DE D A M A ......................................................................................263 1. Dama contra p e ó n ............................................................ 264 2. Faso al final de d a m a .........................................................270
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A la memoria de mi esposa Evÿuettia Afijailovna Zvetkova-Afaizelis. I. M a iz e l
is .
INTRODUCCIÓN La famosa expresión de Philidor «los peones son el alma del ajedrez» conserva toda su actualidad, pero ahora se da una interpretación distinta — no del todo philidoriana — y más profunda al papel de los peones en el juego. De ordinario, los peones constituyen la base de la posición y determinan, en gran medida, sus peculiares características. Tiene extraordinaria importancia el papel ae los peones en la fase final del juego, cuyo objetivo fundamental es la conversión del peón en Dama. La mayoría de los finales son de peones, y hasta en los de figura es preciso calcular las posibilidades de un final puramente de peones. Tras la aparente sencillez de los finales de peón, suele ocultarse una gran profundidad. Sih embargo, su carácter original, a veces incom prensible, se explica por las leyes generales por que se rigen y a cuya comprensión se va acercando poco a poco la teoría ajedrecística. El desarrollo de la teoría de finales de peón es un proceso largo y complejo, de particularidades difíciles o tal vez imposibles de precisar. Fue extremadamente largo el período de acumulación inicial de materiales y su comprobación analítica. El libro de J. Berger, que podemos considerar como la primera experiencia de sistematización científica del ajedrez, significó un cierto resumen de esta labor. Más tarde, se publicaron los trabajos de Rabinovich, Euwe, Fine y Cheron, pero cada uno de estos autores estaba más o menos influido por sus antecesores. En las obras enumeradas no se había intentado siquiera esbozar ni desarrollar los problemas generales de la teoría de finales de peón. Para Berger, lo fundamental era el concepto de «oposición» y la aplicación práctica de este método». Rabinovich, además de esto, aplicaba el método de «casillas conjugadas». No obstante, sería vano buscar en las obras de ambos autores una fundamentadón teórica de los métodos indicados. Esta falta de fundamentación teórica y de base única de exposición constituye un defecto de las obras indicadas que, aparte de eso, son sumamente valiosas. Hoy día, la teoría dispone de métodos que le permiten hacer una síntesis más amplia y sentar reglas que facilitan, en cierto modo, el desarrollo práctico de muchos únales de peón. El objetivo de este estudio es dar a conocer estos métodos a los lectores. Es el primer intento que se hace de exponer el tema sobre la base de una teoría única 1
de finales de peón, en la medida que pueda considerarse establecida actualmente. La teoría de finales de peón se formó sobre la base de la experiencia práctica de los maestros de ajedrez y del estudio analítico de numerosos ejemplos. Fue también muy considerable la aportación de los teóricos, a los que se deben artísticos análisis, tanto de algunos aspectos de esta fase del juego, como de ciertas leyes generales. En este trabajo se dan los nombres de los autores de las posiciones (o de su solución). Han contribuido activamente al desarrollo de esta teoría general: F. Durand, que en 1860 y 1874 publicó unos ensayos sobre casillas críticas; Dedrle, que profundizó considerablemente esta teoría en 1921 y 1925, y Grigórierv, que fue el primero en estudiar la teoría de las casillas conjugadas (1922). Pero el mérito de Grigóriev no radica solamente en eso: destacado investigador y fino artista, contribuyó singularmente al estudio de los finales de peón y de sus leyes. El tema principal de todos los finales de peón es su transformación en Dama. Como es lógico, sólo ofrecen interés las posiciones donde este objetivo se consigue superando las dificultades, cuando resulta imposible a causa de una defensa acertada, o bien en algunos otros casos, debido a las peculiaridades de la posición. Los finales de peón pueden subdividirse en dos grupos: «dinámicos» y «bloqueados». En el primer grupo, juegan un papel importante los peones móviles, secundados habitualmente por el rey. En el segundo grupo, los peones permanecen inmóviles: bien por bloquearse mutuamente, bien por no poder moverse bajo la amenza de captura evidente. Como es lógico, en finales de este último tipo maniobran tan sólo los reyes, tratando de ocupar ciertas posiciones decisivas y ventajosas. En la práctica se conocen posiciones de tipo «intermedio» ; su inclusión en uno de los dos grupos fundamentales depende del grado de movilidad que aún poseen los peones. Sin embargo, en todas las circunstancias, es decir, en finales de cualquier tipo, los reyes desempeñan un papel importante y con frecuencia decisivo, atacando (también contraatacando) y defendiendo los puntos débiles, es decir, críticas, de la posición. Estos puntos, cuya ocupación determina el resultado de la partida o, por lo menos, la realización de un importante objetivo intermedio, suele llamarse puntos clave. Un factor decisivo del juego suele ser el grado de proximidad o lejanía de los reyes de los puntos críticos o clave, debido a lo cual nace el concepto de «distancia crítica». Las posibilidades de transformar el peón, los puntos claves de la posición, las distancias que median entre los reyes y esos pantos determinan, en lo fundamental, el contenido estratégico de casi todos los finales de peón. En los ejemplos concretos expuestos a continuación explicamos los principios arriba indicados.
CASILLAS CRITICAS O CLAVE. PUNTOS DE INVASION
Para comprender mejor los principios fundamentales de la teoría general de finales de ajedrez, examinemos algunos ejemplos elementales. 1
2
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En el ejemplo 1 las blancas consiguen triunfar en el caso de que consigan coronar al peón. Moviendo las blancas, resulta posible: 1. P7AD, R2D; 2. R7CD y 3. P8AD. Sí el rey blanco ocupase la casilla 6D, después de I. P7AD, R2CD, obtendríamos el mismo resultado con 2. R7D. Sin embargo, si la salida fuese de las negras, jugando l... R1CD (ó 1... RÍD estando el rey blanco en 6D) ; 2. F7AD + , RIAD, las negras hacen tablas. ¿Cómo se explica esto? En el primer caso, las blancas consiguen ocupar con su rey la casilla 7CD (Ó7D), asegurando así la coronación del peón; en cambio, moviendo las negras esto resulta imposible. Estaremos en lo cierto al afirmar que la ocupación por el rey de la casilla 7CD ó 7D decide la partida. Estas casillas se llaman «criticas», ya que su ocupación por el rey blanco pone a las negras en situación crítica. Más justo sería calificarlas de posiciones »clave», ya que su posesión asegura el objetivo que se persigue, es decir, la coronación del peón. Si les hubiese tocado jugar a las negras la partida sería nula, ya que el rey negro no habría permitido la ocupación de las casillas cláve; la posición del rey negro frente al blanco se llama, en términos ajedrecísticos, «oposición». Así pues, la «oposición» es un procedimiento táctico, un medio de lucha por las posiciones clave (pero, como veremos más tarde, no es, ni mucho menos, el único). En la posición l vemos que la conversión del peón en dama se reduce a la lucha por la posesión de casillas particularmente importantes y decisivas. Veamos ahora la posición 2. Un simple análisis nos hace ver que las blancas ganan independientemente de la salida; es decir, que en este caso la «oposición» no juega un papel decisivo. Lo mismo resulta si el rey blanco está en 6CD o en 6D. 3
Ahora bien, en el 2 las casillas 6CD, 6AD y 6D son también «clave», pues su posesión posesión asegura asegu ra la posibilidad posibil idad de ocupar la 7CD 7CD y la 7D, 7D, y coronar, por lo tanto, el peón. Resultado de ello es que el P5AD, que se encuentra en la otra mitad del tablero, obtiene un sistema de casillas clave indicados en el ejemplo 3. Tan pronto como el rey blanco ocupe uno de estos 6 puntos, queda asegurada la conversión del peón en dama, independientemente de la posición del rey negro y de a quién le toque juga ju garr (a excepción, claro está, está , de que las negras puedan captu ca pturar rar al peón en la primera prim era movida). La única razón de. que las casillas 3CD, 3AD y 3D sean críticas para par a las negras negra s se debe a que su rey re y está limitado limit ado en sus movimientos por su proximidad proximid ad a la banda del tablero. E n el 2, donde donde el peón ha pasado ya de la mitad mi tad del tablero, table ro, las negras negra s pierden después después de 1. R6CD, R1CD; 2. P6AD, RIAD; P7AD, las negras pierden por Z.ugzw Z.ugzwang ang,, ya que no tienen casillas para retroceder. En el 4, donde el peón no ha pasado de la mitad del tablero, el cuadro es totalmente distinto; después de 1. R5CD, R2CD; 2. P5AD, R2AD; 3. P6AD, las negras juegan 3... RIAD y hacen tablas. Así pues, si el rey re y blanco domina las casillas 5CD, 5CD, 5AD, 5AD, 5D, 5D, la posic posición ión no es peligrosa para las negras. Son críticas para ellas las casillas 3CD, 3AD y 3D, situadas fila por medio del peón en la misma vertical, y en las dos vecinas. La ocupación de uno de esos campos clave por el rey blanco asegura la coronación del peón. Si en el cuadro 4 les toca jugar a las negras, se ven obligadas a ceder inmediatamente al rey blanco uno de los puntos de invasión a la fila siguiente, siguiente , es decir, la casilla 3CD 3CD ó 3D (movimiento envolvente), envolven te), después de lo cual toda resistencia es vana. Si salen las blancas, no pueden ocupar ningu nin guna na casilla clave, ya que el rey negro toma la oposición y no deja paso al rey blanco. Examinaremos con más detalle estos finales en el capítulo I. Por ahora nos limitaremos a formular los resultados obtenidos: a) El peón pasado tien ti enee su sistema siste ma de escaques críticos o de clave. clave. part e atacante ataca nte ocupa una casilla clave clave queda queda b) Cuando el rey de la parte asegurado asegura do el objetivo de dicho dicho fi f i n a l : la coronaci coronación ón del del peón. c) En esta es ta clase clase de finales se lucha luch a fundamentalmente fundamental mente por la posesió posesión n de casillas clave. clave. Examinemos el cuadro 5.
En la posición 5, el plan de las blancas consiste en capturar primeramente el peón 4D y, seguidamente, coronar su peón 5D. Una vez 4
capturado el peón 4D (objetivo inmediato inmedia to de de las blancas), se intenta inten ta realizar la otra parte del plan. Es evidente que si el rey blanco consigue ocupar alguna de las casillas 5R, 5AR ó SCR, SCR, el peón negro ne gro 4D está es tá irremis irr emisiblem iblemente ente perdido. perdido. Por lo tanto, tant o, este peón peón también tamb ién tiene tien e sus puntos críticos. La realización del primer objetivo (captura del peón) no significa que la otra parte del plan se consiga. Las negras pueden impedir que las blancas coronen su peón.. Por ejemplo, en la posición posición 5 las negras, negra s, al jugar, juga r, pierden la oposición y no tienen mas remedio que dejar que el rey blanco ocupe una casilla clave. En respuesta a la 1... R3R; las blancas juegan 2. R5CR R5CR (esta maniobra maniobr a se se llama movimiento envolvente, que es una consecuencia de la pérdida de oposición. Más adelante veremos que donde no hay amenaza de rodeo no es obligatorio ocupar la oposición; véase 6). Sigue luego 2... R2R; 3. R5AR, R3D; 4. R6AR, R3AD; 5. R5R, R2A R2A ! (Las negras negra s entr en treg egan an el peón 4D, 4D, pero no dejan deja n que el rey blanco pase a las casillas clave del peón pasado 4D) ; 6. R x P5D, R2D y tablas. La verdad es que el sistema de casillas clave del peón 5D es mucho más complejo. Forma un rectángulo 5TD, 7TD, 7CR y 5CR. Lo veremos claramente en el cuadro Sa. Las casillas marcadas con una cruz en los cuadros 5 y 5a, señalan el límite de la «zona crítica» del peón 4D, la «primera linea», por decirlo así, de la defensa de las negras. Como es natural, el peligro máximo para el peón negro 4D emana del rey blanco situado situad o 5R 5R ó 6R (que son las casillas clave clave fundamentales), pero, como hemos visto ya en el cuadro 5, la ocupación de la casilla 5CR 5CR (invasión de la zona zona crític cr ítica), a), asegura asegu ra el dominio dominio de las casillas 5R y 6R. El peón blanco 4D en el cuadro 5 también tiene su zona critica simé tricamente situada, limitada en su parte superior por las casillas 4R, 4AR, 4CR, 4TD, 4CD y 4AD. Por eso, la situación del rey blanco en cualquier punto de la zona crítica del peón negro 4D no significa la captura de esta pieza, ya que el rey negro puede, a su vez, invadir la zona crítica del peón blanco 4D. Vemos, pues, que la distancia que hay entre los reyes y las correspondientes zonas críticas, es decir, las casillas clave fundamentales, tiene mucha importancia.
Conviene recordar que en la lucha por tres puntos clave, situados en fila o en columna, el rey consigue triunfar solamente si consigue tomar la oposición. Este es su único medio de lucha. Pero si sólo
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hay dos dos casillas clave, como ocurre en el cuadro 6, la defensa por medio de la oposición deja de ser obligatoria, ya que las blancas no pueden realizar su movimiento envolvente. Los diagramas 7, 8 y 9 muestran la posición de los puntos clave en otra clase de finales de peón. Si en estas posiciones les toca salir a las negras, las blancas se apoderan de las casillas clave y ganan. Conviene señalar que, aunque en los diagramas 8 y 9 sólo hay dos casillas clave, la oposición es imprescindible, ya que las negras pueden controlar también el peón 3AR, es decir, de hecho, tres casillas. Más adelante hablaremos de las particularidades del juego en situaciones semejantes. Por ahora nos limitamos a señalar lo siguiente: de los peones tiene su propio sistema sist ema de casillas a) Cada disposición de clave. ocupación de esas esas casillas asegura ase gura la realización del del objetivo b) La ocupación fundamental (o intermedio) que se persigue en dicho final. c) La lucha se reduce a la lucha luch a de los reyes por la posesión de esos puntos clave. En los capítulos siguientes (principalmente en el 7.°), veremos que los campos clave pueden estar en distintas filas o colurimas y separados unos de otros.
DISTANCIAS, OPOSICIÓN Y CASILLAS CONJUGADAS En los ejemplos arriba examinados las negras estaban condenadas q una defensa pasiva y luchaban sólo por conseguir tablas, para lo cual su máximo esfuerzo consistía en no dejar pasar el rey contrario a las casillas clave. Pero las negras disponen con frecuencia de posibilidades de contrataque, es decir, que a su vez pueden atacar a los peones peones blancos. blancos. E n estos casos se hace preciso calcular la distancia que media entre los reyes y los peones o los escaques clave, así como la que hay entre los peones y la fila de coronación. Examinemos los siguientes ejemplos: 10
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En la posición 10 las blancas necesitan 7 jugadas para capturar al peón peón 3TR 3TR y coronar coronar el peón peón 5TR. 5TR. La única defensa de las negras es 6
contraatacar el peón 4TD, pero necesitan 8 jugadas para convertir su peón peón en da m a ; por lo tanto, tanto , pierden. Las negras, aunque les toque mover, no ganan si siguen atacando al peón 4TD, pero pueden hacer tablas si se oponen a la coronación del peón 5TR, impidiendo que el rey blanco ocupe la casilla clave 7CR. Por ejemplo: 1... R4AD; 2. R5AR R4D!; 3. R6CR, R3R; 4. R x P3TR, R3AR R3 AR;; 5. R7TR, R 2 A R ; 6. P6TR, R1AR; R1 AR; 7. R6CR, R1CR. El rey blanco puede ir hacia el peón TD, pero de todas formas son tablas, ya que el rey negro, una vez capturado el peón 6TR, tiene tiempo de impedir que el rey blanco domine la casilla clave 7CD, ocupando la 1AD. (En el 151 explicamos el modo de calcular rápidamente estas posiciones.) En el 11 las negras, en respuesta a la 1.R4R o R4D, juegan 1... R3R ó 1... R3D, ocupando la oposición y defendiendo las tres casillas de la fila quinta que atacaba el rey blanco. En el caso de que 1. R4AR, R3R, el rey re y negro negr o sólo defiende dos casillas (5R y 5AR) 5AR) ; la terce t ercera ra casilla, 5CR, está defendida por el peón negro 3TR. Después de la 2.R4R, las blancas pasan a la oposición, pero el cálculo de las distancias demuestra que después de 2... R3AR, lo mejor para las blancas es jugar 3. R4AR y hacer tablas. Al hacer el cálculo de las distancias no hay que perder de vista algunas peculia peculiarida ridades des «geométricas geométr icas del tablero tabl ero». 12
12a
En el diagrama 12 las casillas IR y 5TD se hallan en distancia diagonal. El rey puede alcanzar la casilla 5TD en 4 jugadas. Resulta evidente que el camino en diagonal es el más breve de todos los posibles. Las casillas IR y 8R están situadas en línea recta, en la vertical del R. El rey blanco, avanzando por ella, alcanza la casilla 8R en 7 jugadas. Es evidente que el rey podía haber seguido otro camino. camino. El lector quedará seguramente sorprendido al saber que, además de ese camino, hay otros 392 (!) que le permiten alcanzar la casilla 8R en las mismas 7 jugadas. El rey puede avanzar hacia esa casilla por los caminos caminos más fantásticos fantástico s y zigzagueantes, con con tal que se encuentren en el el marco del paralelógra paralel ógramo mo dibujado en el el diagrama diagr ama 12 (representa (represe nta 7
las distancias dista ncias diagonales más breves) y de que el el rey pase cada vez vez de de una horizontal a la siguiente. De esta forma, el movimiento del rey en línea recta (vertical u hori zontal) puede sustituirse, sustitu irse, en caso de necesidad, por un movimiento en zigzag. (Una ilustración .práctica de este importante principio la tenemos en el diagrama 58.) Pasemos a estudiar las diversas formas de oposición; de paso, expondremos algunas ideas importantes para el enfoque teórico ge neral de este problema. 13 14
El esquema 13 nos presenta el cuadro completo de todas clases de oposición posibles. Decimos que hay oposición cuando los reyes están colocados frente a frente, en línea recta o diagonal con un nú mero impar de casillas (1, 3, 5) entre ellos. I,a situación de cualquier rey negro negr o en el 13 respecto respect o al rey r ey blanco bla nco situad sit uado o en 1CD es de oposi ción ; cuando entre los dos reyes sólo media una casilla, decimos opo sición inmediata, vertical, horizontal o diagonal, pero si son 3 ó 5 casillas las que hay entre ambos, hablamos de oposición distante. Tomar la oposición es ventajoso, ya que coloca al adversario en si tuación de zugzwang y asegura la invasión del rey propio gracias al movimiento envolvente. Por ejemplo, si tomamos la posición R1CDR6CD, las negras, al jugar, se ven obligadas a ceder al rey blanco la casilla 2TD ó 2CD, después de lo cual no pueden impedirle que avance como quiera. En el ejemplo 15 se representa el mecanismo de este avance. Estudiando la situación de los reyes en un tablero sin peones, vemos que solamente la oposición vertical u horizontal es la verdadera y efectiva; la oposición diagonal es tan sólo una posición virtual, que permite perm ite pasar pasa r a la oposició oposición n real (por ejemplo, si examinamos examinam os la posición posición R1CD R1CD-R6 -R6D, D, entonces a la jugada juga da 6A ó 7D, 7D, responden las blancas co.n 1A ó 2C) 2C) ; la oposición oposición diagonal es incapaz de impedir el avance de un rey contrario activo. En la posición R1C-R6D, los reyes están situados en diagonal en los ángulos del cuadrado 1C-3C-3D-1D, constituido por un número impar de casillas (3x3=9) ; las cuatro casillas angulares de este eua8
drado son del mismo color. Estas mismas particularidades caracterizan las oposiciones distantes y virtuales, es decir, cuadrados con reyes situados en 1CD-4AR (5x5=25) y 1CD-2TR (7x7=49). En ciertas posiciones el saber utilizar estos indicios característicos tiene gran importancia práctica (véase ejemplo 185). Si tomamos, por ejemplo, tipos de oposiciones distantes, como R1CD-R4CD o R1CD-R2CD, veremos que, en cierta medida, también son virtuales, pues dan paso a la oposición inmediata. Ras maniobras a distancia no constituyen un objetivo por sí sojas. Teniendo la opo sición distante, el rey blanco la puede convertir siempre en inmediata y llevar a cabo luego la invasión (véase ejemplo 15). Lo característico de la oposición consiste en. que conserva toda su fuerza si la distancia entre lós reyes disminuye o aumenta en un nú mero par de casillas («ley de dos casillas»). La distancia entre los reyes se determina con las cifras 1, 3, 5; cuando los dos reyes se aproximan ganando una casilla cada uno, la oposición sigue en pie. Esto que, al parecer, no supone ninguna no vedad, se convierte en un principio importante, que se aplica en la jráctica durante las complejas maniobras.en las posiciones bloqueadas (capítulo 7).
Estudiando la posición de los reyes en el esquema 14, vemos que solamente la oposición de arriba, R6CD-R1AR, posee los caracteres de una oposición real. Los cuatro ángulos del rectángulo tienen el mismo color, es impar el número de casillas (3x5=15). Lo único que falla es que los reyes no están el uno frente al otro. Es la llamada oposición virtual, a la que llamaremos «conjugación rectangular» (*). Sm embargo, sigue conservando toda su importancia la situación de los reyes; en el caso que analizamos, a las negras no les conviene salir, ya que después de R2R (R2AR, R2CR), las blancas ocupan una oposición efectiva jugando R7TD (R7CD, R7AD); en respuesta a R1R, las blancas, con R6AD, se posesionan de la oposición inme diata diagonal. Y la jugada 1... R1C; 2. R6A, R1T; 3. R6D significa un aplazamiento que en sí no' cambia la situación. En el esquema 13 se há señalado con punte» las posibles situaciones del rey negro que le colocan en «conjugación rectangular» con el rey blanco situado en 1CD.
Las posiciones de los reyes en el esquema 14 no poseen todos los caracteres de la oposición. Los ángulos son de diferente color (a ex cepción de R1D-R7CR); el número de casillas es par en todas partes (2x3, 2x4, 3x4). Y lo fundamental es que las negras no están,en zugzwang y el jugar les favorece, ya que les permite tomar la oposición en vez de perderla. Mostraremos con un ejemplo concreto el mecanismo de la oposición. El objetivo de las blancas en el ejemplo 15 consiste en alcanzar las (*) Más adelante hablamos de las casillas conjugadas, pero nos interesa in troducir este término ahora para unificar la terminología. 9
posiciones R5ARR7AR ó R5CD» R7CD jugando las negras, ya que entonces se gana ia batalla por las casillas clave del ipeón negro 31). Conviene que el lector se lije en esa peculiaridad característica: el rey blanco debe, en fin de cuen tas, tomar obligatoriamente la oposición inmediata en la colum na que atraviesa la casilla clave intermedia; sólo en este caso podrán las blancas, jugando las negras, hacer un movimiento en volvente con su rey para invadir las casillas clave. Llamamos principal a la colum na o fila que atraviesa la casilla clave intermedia, ya que precisa mente alrededor de ella se efectúa el movimiento envolvente. En la posición 15 hay dos columnas princi pales, la del CD y la del AR. ¿ De qué forma pueden conseguir las blancas el objetivo arriba se ñalado ? Deben tomar la oposición distante y, luego, avanzando su rey y sin perder la oposición en la columna principal, convertirla en in mediata. En la posición que reproduce el diagrama 15, las blancas deben jugar 1. R2CR! con el propósito, de no impedírselo las negras, de llegar a la casilla 6CR. A este mismo objetivo les conduce también 1. R1CR, pero se pierde tiempo; cualquier otra jugada (1. R1R, 1. R2R, 1. R2AR) sería un error irreparable que les haría perder la partida. La jugada 1. R2CR es una típica maniobra de rodeo. La mejor res puesta de las negras sería i... R1AR (o R3AR). Precisamente ahora, cuando las negras entran en la columna prin cipal, las blancas ocupan la oposición mediante 2. R2AR! Es muy importante señalar que las negras no pueden, ni ahora ni en ningún momento después, pasar a la columna de CR, ya que el rey blanco se precipitaría a la casilla 5TD (para ello necesitaría 5 jugadas), y, en cambio, el rey negro no le daría tiempo de llegar a la casilla 2TD (necesita 6 jugadas); sólo llegaría a 2CD; pero entonces ganaría la jugada (R5TD) 5C. El intento de contraataque de las negras en el flanco del rey es re chazado por las blancas, en su avance a la casilla 5TD a través de 3D, por (R3D)-4D y luego (P4AD)-5AD. De esta forma, en finales de este tipo, el proceso de juego en un flanco depende de las consideraciones de la «distancia crítica» hasta el punto de invasión en el otro flanco» Ejemplos similares y más com plicados se tratan en el capítulo 7. A la jugada 2... R2AR, las blancas responderán 3. R3AR y a cada retroceso del rey negro en la columna del rey realizarán un movimiento envolvente por la columna CR. Reproducimos esta aleccionadora variante desde el principio: 10
1. R2CR, R1AR; 2. R2A, R2R (R1R); 3. R3C, R2A; 4. R3A, R2R (IR) ; 5. R4C, R3A; 6. R4A, R2R; 7. R5C, R2A; R5A y ganan. Si la salida fuese de las negras, habrían tomado con su 1... R2A! la oposición en la columna principal y la hubieran conservado en los mo mentos decisivos; por ejemplo: 2. R2C, RIO; 3. R3T, R2A. No se debe jugar 3... R2T? por la 4. P5A, pero las negras pueden jugar también 3... RIA, ya que la posesión de la columna principal y la contraamenaza R-3A-4R les permite desdeñar la «conjugación rec tangular» . 4. R4C, R3C; 5. R4A, R3A; 6. R4R, R2R! Es de sumo interés el hecho de que en la columna del rey existan unas casillas (inaccesibles en este ejemplo para los dos reyes) que neutralizan las reglas de la oposición. Tampoco hay necesidad de con servar la distancia impar (oposición) en las columnas de la dama y del alfil de dama en vista de que tienen vallas. 7. R3R, R1R!; 8. R2R, R2R! La partida es nula, porque saliendo el rey blanco a la columna prin cipal, las negras pueden siempre tomar la precisa oposición vertical. Por eso, en la posición inicial jugar 1 R1R (2R) sería un error irre parable, ya que las negras responderían 1... R1R, alcanzando fácilmente tablas, igual que en la variante recién reproducida. El concepto «fila principal» es análogo al concepto «columna princi pal». En la posición 8, la séptima fila es la principal. Si el número de casillas clave en una línea (horizontal o vertical) es superior a tres, se consideran principales todas las líneas horizonta les o verticales que pasan por el centro de esas casillas clave. Por ejem plo, en la posición 9, que posee 4 casillas clave (5A, 6A, 7A y 8A), las filas principales son la 6.a y la 7.a, desde el punto de vísta de las blancas. Cuando son 5, hay tres filas o columnas principales (véase 185, 326, 327). Es muy interesante el ejemplo 256, con tres columnas principales (de la D, R, y A) y el 307 (variante «a»). Tal es, en rasgos generales, la base teórica del método de oposición. Resumiendo lo dicho, podemos decir que tomar la oposición es, en mu chas situaciones, un medio eficaz de lucha por las casillas clave. Sin embargo, en otras muchas posiciones es inútil tomarla, ya que no proqura ninguna ventaja en la lucha por los puntos críticos. Tene mos un ejemplo sencillísimo de ello en el cuadro 2, donde la oposición no salva a las negras del mate. Más sorprendente puede parecer el hecho de qüe, a veces, tomar la oposición resulta incluso perjudicial, pero así es si contradice el plan fundamental de lucha por le» puntos clave. Un ejemplo convincente de este aserto lo tenemos en el diagrama 15, donde las blancas perderían la partida si jugasen 1. R1R, tomando equivocadamente la oposición. (Tenemos otros ejemplos en los números 18, 80, 82 y 350). No hay que olvidar que la oposición no es un objetivo por sí mismo, sino un pro cedimiento táctico, un medio de lucha al que es preciso recurrir en casos necesarios. Un concepto más amplio que oposición es el de «casillas conjugadas», cuya significación explicamos con los ejemplos concretos que siguen: 11
Los peones 6TD (blancas) y 3CD (negras), en el ejemplo 16, son de «mírame y no me toques»; el pri mero que ataque el peón, pierde (a 1. R5C, seguirá R2T). La po sición R5C-R?T es de zugzwang por partida doble es una posición decisiva que conviene ocupar con la salida. Por ello los reyes maniobran a fin de ocupar las casillas conjugadas 5C y 2T des pués de la jugada del adversario; 1. R4C!, R1T!; 2. R4A, RIO; 3. R4C!, R1T!. El blanco no pue de alejarse de la casilla 5C y el negro de la 2T (ley de las distan cias críticas). Las casillas decisivas 5C y 2T se encuentran a distancia de caba llo. A las casillas de retaguardia de la 5C (4T, 4C y 4A) corresponden las casillas de retaguardia de la 2T (IT y 1C). Como las negras sólo deben vigilar una casilla, su rey puede ocupar cualquier casilla de la retaguardia, independientemente de la que ocupe, el rey blanco. En este caso no hay correspondencia entre los diversos campos de la retaguardia. Nada impide las maniobras de los reyes, y el resultado nulo de la partida es evidente. Con una sola posición decisiva, la partida suele acabar en tablas en el caso de que el rey pasivo disponga, por lo menos, de dos casillas colindantes de la retaguardia para maniobrar (Grigóriev, 1922). En el 17 las negras impiden la jugada R6C, qu,e sería fatal para el peón 3T. La posición de los reyes en 5A y 2A es «decisiva». Si el rey 16
blanco consiguiese ocupar 6D, las negras responderían con ID. para no permitir la coronación del peón 6A. Debido a eso se establece la conjugación de las casillas 6D y ID (segunda «posición decisiva»). 12
Después de i. R5D, el rey blanco puede ocupar bien 6D, bien 5A, lo cual obliga a las negras a responder con 1... RIA, a fin de tomar la debida casilla conjugada: ID o 2A. Es evidente que las casillas 5D y 1A se corresponden mutuamente (tercera «posición decisiva»). Quedan, pues, determinadas las principales zonas criticas y podemos pasar al estudio de las casillas de retaguardia. Obsérvese que las casillas de la «zona critica» en el campo de cada uno de los contrarios se agrupan en torno del punto inaccesible, con el que forman un pequeño cuadrado. Por ejemplo, para las blancas (176) es inaccesible la casilla 6A, ocupada por el peón, que juntamente con las casillas 1, 2, 3 forma un cuadrado; lo mismo ocurre con la casilla 2C ó 2D, inaccesible para el rey negro. Teniendo esto en cuenta, resulta fácil, en muchos casos, precisar con la vista la distribución de las «zonas principales» junto a los puntos inaccesibles.
Después de 2. R4D, el rey blanco puede ocupar una de las casillas decisivas de la zona principal 5A ó 5D; por ello las negras deben jugar 2... R1C o R1D, véase 17a, conservando la posibilidad de ocupar, a su vez, la casilla equivalente en su zona crítica, la 2A ó 1A. Hasta ahora las negras han tenido siempre casillas conjugadas (en este último caso son conjugadas las casillas 4D y 1C). En el 17b, las casillas 8C y 8D están marcadas con la cifra 2, ya que estas dos casillas, aunque no colindantes, son afines por su significación. Equivale a estas casillas la 4D de las blancas, pero en la designación de esta última se señala que se trata de un escaque nuevo para las blancas, tomado de la «retaguardia»; las negras carecen de un campo análogo y se ven obligadas a buscar su equivalencia en una de las casillas de la zona «principal».
Las blancas juegan ahora 3. R4A, amenazando la casilla 5A ó 5D, pero el rey negro ya no tiene segundo escalón que le permita pasar a 2A ó 1A, la equivalente de la casilla 4A es la 2C ó 2D, pero son inaccesibles a las negras que pierden la conjugación y, por culpa de ello, la partida. Así pues, la parte pasiva pierde cuando sólo una casilla suya es la conjugada dé dos colindantes del adversario (Grigóriev, 1922). Repetimos brevemente la solución: 1. R5D, RIA; 2. R4D, R1C; 3. R4A!; 3... RIA (pierde la conjugación) ; 4. R5D (las blancas toman la conjugación en la zona principal), R2A; 5. R5A, y ganan. Se había ■obtenido la posición inicial, pero con la salida de las negras. Para ganar tiempo (dejar la salida al adversario), las blancas han utilizado el triángulo formado por las casillas 5D, 4D y 4A. La razón de este procedimiento, prácticamente importante, reside en la necesidad de una mayor libertad de maniobra del rey activo que conduce al adversario a la pérdida de la conjugación. Hemos visto que el juego en el 17 no se atenía a las reglas de la oposición. Algunas casillas conjugadas (1, 2) respondían a los requerimientos de la «oposición vertical? ; otras, la 4D y la 1C, a los de «oposición rectangular», y las casillas 5D y 1A se encontraban a larga distancia de caballo. La jugada 3 de las negras, RIA (en respuesta a 3. R4A), con la cual habían tomado la oposición distante, significó el desmoronamiento de la defensa. Resulta evidente que el concepto de 13
casillas conjugadas es más amplio y supone un método más general de juego que el concepto de oposición; cabe decir que éste viene a ser su parte integrante.
En el 18 la eposición decisiva» es la que ocupan los reyes, y no se ve ninguna otra. Si el rey blanco maniobra por las casillas 3Á, 3C y 3T, el negro puede hacer lo mismo por 3T y 2T, para responder a R4C con R3C. Tampoco se consigue nada con P7A, pues el rey blanco no logra dominar las casillas clave del peón 6R. Asi pues, la partida eá tablas, lo mismo que en el 16 (una sola posición decisiva; el rey pasivo dís)one de do>s escaques colindantes para maniobrar;. Sin embargo, si as negras cometen un error en la defensa, pierden, por ejemplo: 1. R3A, R2A? (¡oposición perjudicial!); 2. R3C y ganan las blancas, ie el rey negro no tiene una casilla colindante para maniobrar íla a 2C es inaccesible para él). Si desplazamos la distribución de las figuras a la izquierda (19), la situación cambia radicalmente. Además de la posición decisiva R4A-R3A, encontramos otra: R4T, R3C (el rey blanca en 4T no puede jugar 6T, pues el rey negro se ve obligado a maniobrar en el cuadrado del peón 6R). Ahora es fácil establecer las zonas conjugadas (19a); a R3C, las negras deben responder R2C; si las blancas juegan R3A, el rey negro pasa a 3C. Pero las blancas pueden ocupar la casilla 3T y en este caso, como las negras no pueden disponer de 3T, se ven obligadas a jugar R3A. Resulta que sólo la casilla 3A equi vale a las casillas 4A y 3T; sin embargo, todavía no. hay mal en eso para las negras, pues esas casillas no son colindantes y no se ve el mate inmediato. Así pues, hemos establecido las zonas principales».
Í S
Recurriendo a la explicación que hemos dado al tratar el ejem plo 17, en este caso se pueden establecer con mayor rapidez las zonas principales: el pnnto inaccesible de las negras es 2A y e] 4C de las blancas (la zona de las blancas está situada a ambos lados de este punto) i
Examinando las casillas de la retaguardia próxima se echa de ver en .14
seguida que, estando el rey blanco en 2C (amenaza con ocupar las ca sillas 2, 3 1), las negras se hallan indefensas, ya que la casilla con jugada 2A es inaccesible al rey negro. Por consiguiente, para ganar la partida, el rey blanco debe ocupar la casilla 2C. Sin conocer el método de las casillas conjugadas es difícil comprender esta solución. Así pues, 1. R3A, se puede jugar también 1. R3C); 1... R3C; 2. R2C!, R3A (las otras jugadas no son mejores); 3. R3T! (las blancas establecen la equivalencia en la zona principal y, sin perderla, se acer can a los puntos de invasión); 3... R2C; 4. R3C!, R3C; R4T! (supon dría pérdida de tiempo jugar 5. R3A), las blancas ganan. (Véase también 353.) Los ejemplos citados 16-19 explican con suficiente plenitud, para comenzar, la esencia del método de casillas conjugadas. Una explica ción más amplia la hallará el lector en el capítulo 7. Queremos hacer constar que la teoría de las casillas conjugadas ha dado origen y ha fundamentado con lógica irrefutable la siguiente tesis: En situaciones de zugzwang mutuo (teniendo los peones inmóviles), a las posiciones del rey activo equivalen siempre posiciones estricta mente determinadas del rey pasivo, y esta dependencia se extiende a todas las casillas colindantes, donde pueden maniobrar los reyes, for mando «zonas conjugadas» en ambos bandos. Las casillas conjugadas vienen a ser como una especie de faro para los reyes en sus maniobras. La parte activa procurará ocuparlos para ganar, la pasiva para hacer tablas, pero siempre de forma que, ocu pando ambos reyes las casillas conjugadas, el adversario esté en con tinua situación de zugzwang. (Según Grigóriev, 1922). No tiene ninguna importancia la distribución de los reyes en las posiciones de zugzwang; pueden tener la forma de una oposición corriente o bien otra cualquiera en dependencia de la estructura de los peones. Vemos, pues, que la oposición no es más que un accidente par ticular de la conjugación de casillas, solamente un accidente, pese a su importancia y a la frecuencia con que se da en la práctica. A fin de simplificar y utos cierta diferencia de oposición» (en su sentido ciótt», cuando la posición
hacer más clara la exposición, estableceré* términos; diremos, por ejemplo, «tomar la habitual y corriente) y «tomar la conjuga* de los rejes sea distinta.
Si el concepto de «oposición» es tan antiguo como el propio ajedrez (encontramos su aplicación práctica en manuscritos del siglo ix), el concepto de «casillas conjugadas» data tan sólo de las primeras décadas del siglo xx. A principios de nuestro siglo, Chigonn señaló breve mente la importancia de las casillas conjugadas. Pero fue Grigóriev quien, en 1922, hizo, el primer intento de profundizar teóricamente este tema. Se le deben ciertas síntesis importantes que pueden considerarse, sin duda alguna, como los primeros pasos de la nueva teoría. La importancia de esta nueva teoría no se debe únicamente a la sintetización de conceptos homogéneos (oposición y conjugación), sino principalmente al hecho de haber señalado nuevos horizontes: en vez de la oposición anterior, puramente mecánica e irreflexiva, tomada como resultado de un análisis superficial, puramente externo, de la situación, ha surgido el imperativo de ahondar en la esencia de la 15
posición y de buscar las ocultas y decisivas equivalencias de casillas, distancias, etc. Entre los conceptos de «conjugación» y «oposición» (es decir, con jugación en línea recta) no hay diferencia de principio. Es muy curioso el hecho de haberse encontrado en un manuscrito del siglo XV nn diagrama en el que aparecían señaladas, al parecer por primera vez, varias casillas conjugadas; al comprobarlo se vio que las letras indica ban casillas que estaban en oposición inmediata y distante (de tres escaques). El método de la oposición es un cierto sistema «ideal» de juego en el tablero vacio; el de conjugación, en cambio, es de juego en condi ciones reales. Por ello, las leyes de la oposición conservan su fuerza cuando los peones que hay en el tablero no Influyen en las maniobras de los reyes (véase 15) y, por el contrario, se modifican o alteran cuando la estructura de peones se hace sentir de alguna manera. Sa bemos, por ejemplo, que las leyes de la oposición no rigen, ha^itualmente, en las columnas donde hay vallas o casillas inaccesibles (15). Sin embargo, siguen actuando, en cierta medida, en posiciones donde, por una u otra razón, conviene que medie entre los reyes un número impar de filas, que no de casillas (377). Más adelante nos encontrare mos con esta acción refleja de las leyes de la oposición, en particular cuando estudiemos la maniobra distante en posiciones bloqueadas. En todo caso, podemos consignar que en posiciones de conjugación sigue ri giendo, en una u otra forma, la «ley de las dos casillas», que puede enunciarse del siguiente modo: la conjugación se conserva cuando se modifica en un número par de casillas la distancia entre los reyes o, más exactamente, su distancia de los escaques de zugzwang, situados junto a los puntos de invasión. Este problema se estudia con más detalle en el capítulo 7.
Para resumir, diremos que el método de conjugación es parte integrante de una teoría más amplia (que, tal vez, deba ser considerada como teoría única para toda clase de finales) de lucha por los puntos clave de una posición. La teoría de los puntos clave no es más que un gran paso en la creación de una teoría general de finales de peón ; no llega a lá categoría de teoría general, pues no establece con exactitud en qué condiciones y límites rigen sus tesis y métodos ; tampoco ha podido precisar ni formular definitivamente la esfera y los métodos de su aplicación práctica. Es cierto que en el capítulo 7, que se titula «Desarrollo de la teoría de las casillas conjugadas», el lector verá lo mucho que se ha hecho en el terreno del desarrollo del método de equivalencia, esa arma fundamental de la teoría de puntos clavé, pero, al mismo tiempo, se dará cuenta de los muchos problemas todavía pendientes de solución y del camino en que debe orientarse su estudio. Por las causas arriba expuestas, la teoría de los puntos clave y el método de conjugación se aplican con ciertas limitaciones en los ca pítulos que siguen. Sin embargo, el lector encontrará en el capítulo VII explicaciones complementarias para ejemplos más complicados. En los capítulos siguientes la exposición se hace, donde es posible y racional, a base de los principios teóricos arriba explicados. Y si no se consigue abarcar del todo la infinita diversidad de los finales de 16
peón, se debe a que muchas clases de finales cuentan con sus leyes propias, no establecidas ni estudiadas todavía. En estos case« no queda otro recurso que atenerse al modo analítico de solución. El autor se planteaba como objetivo hacer un resumen general de todo lo conseguido por la teoría en este terreno, a base de un estudio deta llado de la literatura especializada, de numerosas revistas, publicacaciones, etcétera, que permiten, pese a todos los fallos inevitables en esta suerte de empresas, ver claramente no sólo lo ya conseguido, sino también las «manchas blancas» que aún quedan. La plenitud de la exposición (alrededor de 850 ejemplos, de ellos más de 400 en diagramas, fruto, naturalmente, de una concienzuda selección de un número mucho más elevado de posiciones) puede satisfacer todos los requerimientos del investigador. El autor ha procurado presentar el desarrollo de la teoría de finales de ajedrez en su perspectiva histórica y recoger en este sentido todo cuanto pudiere ser de alguna utilidad. Para completar la sección dedicada a finales, hemos incluido un Apéndice titulado «Finales de peones que pasan a ser finales de dama».
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C
a p ít u l o
p r im e r o
REY Y PEÓN CONTRA REY Con estas piezas se pueden dar más de 80.000 posiciones diferentes (exceptuando las simétricas en los flancos de la dama y del rey). Sin embargo, en cada una de ellas podemos determinar al instante el resultado final, es decir, si se gana o se hacen tablas. Para ello nos fijaremos en dos cosas: 1) en el «cuadrado» del peón, y 2) en sus ca sillas clave o críticas. Se sobreentiende que con un peón de más sólo se gana en el caso de convertirlo en Dama. Cuando el peón se halla alejado, 20 como vemos en el 20, lo decisivo es «la distancia». Saliendo las blancas, el peón llega a la octava casilla sin impedimento. Pero si les toca jugar a las negras, el rey tiene tiempo de capturarlo. Para enjuiciar previamente la situación se recurre a la «regla del cuadra do», es decir, se calcula si el rey puede, en caso de salir primero, llegar al «cuadrado» del peón (en dicho caso 3T-8T-3A-8A). Más sencillo es trazar mentalmente una línea, la diagonal del cuadra do. Por el número de casillas la diagonal es igual a un lado del cuadrado. No se debe olvidar que el «cua a la octava casilla en las mismas drado» del peón 2T (por su opción cinco jugadas. a salida doble) es igual al cuadra La existencia de otros peones do del 3T. El peón 2T y 3T llegan en el tablero puede impedir, como 18
sencillos, pero así suelen ' acabar muchos finales complicados. Esta posiciones, desde el punto 20a, — R. Bianchetti, 1925. de vista de la posibilidad o impo llancas: R1AR, P2TTD, P4D ; sibilidad de ocupar la casilla cla negras: R6AR, P3R, P2AR. Ga ve, son estudiadas en otro lugar nan blancas. (1) Para ganar el peón debe avan 1. P5D !, P x P ; 2. P4T y ganan. zar hacia la fila 7 sin dar jaque. Si no estuviese el peón negro Estas situaciones peculiares se en 2A, además de P5D, se ga deben a que el peón se encuentra naría jugando 1. P4T, R5R; 2. en la columna de la torre o del p5T, R4D ; 3. R2R (no se debe caballo. •perder tiempo jugando P6T?); 25 28 I... R3A; 4. R3R, etc. es natural, la entrada del Rey en el «cuadrado» del peón^ pasado.
2*b. — A. Troitzki, 1913. Blancas: R1CR, P2TD, P2CD, P5AD, P5D, P5AR. Negras: R5TR, P5CD, P2AD, P2D, P2CR, P7CR, P2TR. Ganan blancas. 1. P6AR, PxP (se ha interceptado la diagonal 4T-8D; las blancas deben salvar todavía la amenaza R4T-3C); 2. R x P7C, R5C; 3. P4T, P x P ; 4. PxP, R4A; 5. P4T, R4R; 6. P6D!, PxP; 7. P6A!, PxP; 8. P5T y ganan. l m núms. 71, 72a y siguientes, 75 y otros ilustran la lucha por el «cuadrado».
Examinemos el caso de cuando el peón precisa del apoyo de su rey para avanzar. Son ejemplos 23
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En el 25 el rey negro debe retro ceder forzosamente a 1A (después de 1. R5C, R1C ? ; 2. R6C no salva ; 2.. . R1T en vista de 3. R7A). En el 26 se hacen tablas jugando 1.. . R2C. Si juegan las blancas, 1. R6A se puede responder 1... RIA y 1... R1T.
Después de 1. R5D pierden inme diatamente las negras: 1... RIA, or 2. R6A; no les salva la manioE ra 1... R2D; 2. R5A, R1D; 3. R6D!, RIA; 4. R6A, etc. Si el peón no estuviese en la fila 6, sino en la quinta o más lejos aún de la octava banda, destacaría todavía más la desventajosa situa ción del rey propio junto al peón o detrás de el. 19
28
A pesar de la oposición las blan cas no pueden ganar. Si en el 27 desplazásemos toda la posición ha cia una fila inferior, serían tablas independientemente de quién ju gase primero (la partida sería igual a la representada en el dia grama 28 v 28a). Ordinariamente se debe procu rar que el rey propio « té colocado delante del peón, para asegurar su posibilidad de avance. Como he mos explicado ya en el Prólogo, el objetivo de este tipo de finales radica en dominar las casillas clave o criticas del peón. 29
31
32
39
Estando el peón en 2C, sus ca sillas clave resultan las 4T, 4C y 4A. Si las blancas consiguen ocu par con su rey alguna de esas ca sillas (y éste debe ser su objetivo inmediato), ganarán independien temente de la salida y de la opo sición. En el 29 las blancas, en caso de salir, consiguen su objetivo en 20
tres jugadas. Si salen las negras, en tres jugadas colocan su rey en 4C (ó 4T, 4A, tomando la oposi ción frente al rey blanco), no permitiendo que las blancas ocu pen alguna de las casillas críticas. (Hemos dado unas variantes sen cillas después del 32.) A cada movimiento del peón, los campos críticos se desplazan jun tamente con él: para el peón 3C, las casillas críticas son la 5T, 5C y 5A; y para el peón 4C, la 6T, 6C y 6A. Cuando el peón llega a la quinta fila, al rey negro le queda poco sitio para maniobrar y el número de casillas críticas pasa a ser de seis (esquema 39). Si el rey pro pio ocupa una de ellas, la victoria está asegurada, sea cual ñtere la oposición. 31. 1... R1R; 2. P6A. Si salen las blancas 1. R6A, R tR ; 2. R7C.
32. 1... R1T; 2. P6C; 1... R1C; 2. R6C; el juego se complica un poco (debido a la proximidad del PC a la banda); si les toca salir a las blancas: 1. R7A! (de ningún modo P6C+?, R1T); 1... R1T; 2. R6C!, R1C; 3. R6T1, R1T; (o 4. R7T) ; 4. P6C, etc. Estos ejemplos muestran que la posibilidad de dominar las casillas críticas no es más que un elemento del objetivo que se persigue; se debe jugar teniendo en cuenta to das las particularidades tácticas (proximidad del extremo del ta blero, posibilidades de tablas, ettétera). Volvamos al 29; 1.R2A, R2A; 2. R3A, R2C; 3. R4C, R3C (las blan cas han ocupado la casilla clave;
las negras, tomando la oposición, casilla cla^e; en las restantes impiden la ocupación de casillas siciones del rey negro, ganan. clave sucesivas); 4. P3C (ahora liendo las negras, consiguen son clave las casillas 5T, 5C y 5A; blas sólo si juegan i... R3A! las negras se ven obligadas a ce R2A, R3C1). der una de ellas, ya que la oposi 35 ción ha pasado a las blancas). 4... R3T; 5. R5A, R2T (si 5... R2C, entonces: 6. R5C!, etc); 6. R6A. Las blancas han asegurado el avance del peón hasta la quinta fila, después de- haber ocupado la casilla crítica. El final viene a ser idéntico al 32. Así pues, el peón debe avan zarse Unicamente después de ha ber quedado asegurado el dominio de nuevas casillas clave.
po Sa ta ¡2.
La casilla clave 5C es la más distante de las negras; por eso 1. R2A, R2R; 2. R3C, R3D; 3. R4C, R3A ; 4. R4A y ganan (no se debe jugar 1. R2D ? por 1... R2R; 2. R3D, R2D!; N.° 34). Con el peón en 4C también se gana avan zando el rey blanco en diagonal. 35a. Blancas: R6TR, P3AD. Ne 33. 1. R3A!, R~2 (*) ; 2. R4D!, gras : R5TR. Tablas. La «regla del etc. Cualquier otra maniobra de cuadrado« se entrelaza en este caso las blancas habría conducido a con la irrealizable aspiración de tablas. (Los puntos en el diagra las blancas a ocupar el escaque ma indican las posiciones de es clave 5D. Las tablas son evi pera del rey negro saliendo las dentes. blancas.) 35b. Blancas: R4D, P4R. Ne 34. Si les toca jugar a las blan cas, no ganan en ninguna de las gras: R1AR. Ganan blancas: 1. 8 posiciones del rey negro señala R5D! das en el diagrama, ya que las Con un peón de torre el juego blancas no pueden dominar la se reduce a la lucha por la única casilla clave, que es el punto de invasión, según se muestra en ,el (*) El signo significa jugada de esquema 36. espera. 21
3*
37
Se puede ganar sólo en el caso de que el rey negro esté alejado de las casillas IT, 1C y 1A, como se ve en las posiciones 37-42. En el 37, incluso estando el rey negro «n 3R, las blancas tienen tiempo de coronar el peón. Conviene subrayar en seme jantes posiciones la lucha que se entabla por el dominio de la ca silla 8A. En el diagrama 42 vemos que,
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41
saliendo las negras, al rey le da tiempo de ocupar la casilla 1A, haciendo tablas. En algunos casos raros, para evitar tablas, el peón se convierte en torre; por ejemplo, en las posi ciones: R6AR, P7AR — R2TR. R6AD, P7AD — R2TD. R2AD, P7CR — R8TD. R2AR, P7CD — R8TR. 42
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II
REY Y DOS PEONES CONTRA REY
Esta superioridad suele asegurar una victoria fácil. Pero la situa ción cambia si se pierden ambos peones o uno de ellos y el otro carece del debido apoyo por jparte de su rey. La partida nula depende en oca siones de las posibilidades de llegar a la situación de rey abogado (con peones de torre o peones doblados y en posición muy avanzada). 43
44
Los peones ligados ganan si uno puede defender al otro, y siempre que tengan el apoyo de su rey. 43, 1... R1T; 2. R6D, R2C; 3. P8T=D+!, RxD; 4. R6A, y 5. P7C. Los peones doblados no tienen
de por sí defensa frente al ataque frontal del rey enemigo. A veces tienen menos fuerza que un 'peón sólo; basta comparar el 44 con el 23, el 46 con el 21 y 22 y el 47 con el 26. En ocasiones, un peón de más supone una traba (45); ad quiere importancia cuando per mite ceder la jugada al adversario (48) o cuando imposibilita a éste la ocupación de algunas casillas (48a). En el 43 las blancas, para ganar, necesitan tener la salida (1. P8C = D +), y en el 46 la salida debe ser del adversario. En el 47 las negras juegan en las casillas 2C y 1C ; a R6A respon den 1A (o R1T). En el 48 es fácil ganar, ya que al tomar las negras la oposición (R6A-R1A), sigue P5C (46). Así pues, pudiendo elegir las jugadas no se deben avanzar los peones doblados uno tras otro. Como la posibilidad de ga nar está basada en el zugzwang, 23
48
«7
es preciso dejar un peón detrás para tener tiempo de reserva, y también para evitar tablas (véa se 120). En el 47, con un tercer peón en 4C se ganaría después de 6C-7C, pero estas posiciones no tienen importancia práctica. T.os peones doblados tienen una capacidad característica de deten sa en caso de un ataque lateral.
blancas, la partida es nula (1 R8T, RIA). I,os peones aislados, lo mismo que los ligados, suelen defenderse indirectamente los unos a los otros (ya que el rey, al capturar el peón rezagado, sale del «cuadrado* del otro), pero, al revés de los liga dos, pueden, en algunos casos, avanzar hacia la octava fila sin el apoyo del rey. SI 52
48a. Grigóriev, 1935 (ejemplo didáctico). Blancas: RIAD, P2CR, P5CR ; Negras : R4R. Se gana ju gando: I. P4C! (jugada única); 1... R3R; 2. R2D, R2A; 3. R3R, 51. Después de 1... R4T; 2. R2C; 4. R4R!, R3C; 5. R4A y P5A ó 1... R4A; 2. P5T, el rey ganan (véase N.° 186 a y b). Son más variados los casos de negro no puede atacar de inme diato al peón avanzado, ya que peones aislados. su casilla clave de la misma tila está defendida por el otro peón. Esta circunstancia da tiempo a que se acerque el rey blanco, y esto decide la partida.
49. 1... R2C; 2. R6D, R I A ; 3. P6T ó 3. R6A. Tablas. La tenta tiva 2. R5A, R x P ; 3. F6T es inútil (¡peón de tor re !) ; pero si esta posición se despiara a la de recha, se gana jugando de esta f o t m a (27). 5®. R x P6A ; 2. R8C ó 1... R IA ; 2. R6C. Si son mano las 1
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.
.
.
52. 1... R4T; 2. PSD (no con duce a nada 2. R2C, R x P ; 3. R3A, R4C) ; 2... R3C! y 3... R4A. Tablas. A diferencia del ejemplo anterior, el rey negro ataca rápi damente al peón 5D, cuyo esca que crítico (5A) ya no está de fendido por el otro peón. De la solución se deduce el por qué la fuerza defensiva de los peo nes en el ejemplo 52 es inferior al del 51. La distancia de dos casi llas entre los peones es la menos ventajosa. Una clara explicación de lo di-
cho la encontramos en el siguiente apoyo del rey. Situemos, por ejem plo; 52a. Blancas: R2CR, ejemplo, el rey negro eu 2CD en P4TD, P4D. Negras: R3CD, el 53. Las blancas, después de 1. F5AR, P5TR. Las negras ganan, P6D, R3AD; 2. P6TD, ganan; lo mismo pasa saliendo las negras; salga quien salga. En le» ejemplos analizados los después de 1... R3TI); 2. P6D, peones no podían avanzar por si R2CD; 3. P6TD+ ó 3. P7D, etc. La regla del «cuadrado errante» solos hacia la octava fila. Mny dis tinta sería la situación si su «cua tiene sus excepciones; por ejem drado común» llegase a la banda plo, cuando el rey adversario cap tura inmediatamente uno de los del tablero o pasase de ella. peones, o la representada en el 53 54 54 (aún peor para las blancas es la posición del rey negro en 3CJ>), Por otra parte, hay veces en que los peones pueden avanzar independientemente, aun antes de que su «cuadrado común» llegue al borde del tablero; por ejemplo en la posición P3CD, P3AR de las blancas. Rey negro en 4R se puede ju gar: 1. P4C, R5D; 2. P4A. Los peones situados en la mis Así, pues, si la posición lo exi ma fila tienen un cuadrado común, ge, los peones deben mantenerse ne cambia de situación a medila misma fila, adelantando el S a de su avance (de ahí su nombre en rezagado a fin de poder avanzar de cuadrado «errante»). Cuando uno cuando sea atacado el otro. Se este cuadrado llega al extremo debe avanzar primero el peón que del tablero (53) es señal de que esté más alejado del rey adversa los peones pueden avanzar sin rio (véase 206).
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III
PEÓN CONTRA PEÓN La igualdad material hace suponer que los finales de peón contra peón deben producir partidas nulas; en efecto, así ocurre en muchos casos. Pero de hecho no es la igualdad material lo decisivo, sino la ventaja posicional de una de las partes. Las formas de esa superioridad son muy diversas. Snele manifestarse en un peón más adelantado, en una posición mejor del rey, y en «tros factores, imposibles de incluir en una fórmula general; para explicarlo mejor daremos ejemplos concrete». A pesar del número limitado, mínimo, por decirlo así, de piezas (ya hemos visto que en los finales con un peón solo, capítulo 1, no hay ningún misterio), en los finales de peón contra peón se encierra una asombrosa variedad de ideas y numerosos rasgos peculiares. Estas ideas, que constituyen la base de finales más complejos y nutridos, merecen ser estudiadas con la máxima atención. Al analizar los finales será conveniente dividirlos en tres grandes grupos: 1) Peones en la misma columna; 2) Peones en columnas vecinas, y 3) Los dos peones pasados. 1. PEONES EN LA MISMA COLUMNA
»
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Con peones inmóviles, bloqueados, el juego, como es natural, se reduce a las maniobras de los reyes con el fin de capturar el peón del adversario y coronar luego su propio peón. Después de 1. R5C, es decir, una vez dominada una de las casillas clave (véase el Prólogo), el destino del peón 4D está decidido, por ejemplo: 1... R2R; 2. R5A, R3D ; 3. R6A, R2D; 4. R5R, R3A ; 5. R6R. Las negras no tienen más remedio que seguir maniobrando así para impedir que una vez capturado el peón 4D, el rey blanco ocupe alguna de las casillas clave
peón pasado 4D (6A, 6D y <)R), a saber : 5... R2A ; 6. R x P4D, R2D!, tablas. De esta forma vemos que la posibilidad de ocupar uno de los escaques clave del peón bloquea do o, por el contrario, la posibili dad de su defensa eficaz, puede Servir de buen punto de referencia para precisar el objetivo de la maniobra y establecer de antema•no si se puede o no ganar el peón bloqueado. del
56
Blancas: R3CR, P4CD; Negras: R1TD, P3CD; las blan cas ganan si son las primeras en jugar; si lo hacen las negras es Si salen las negras consiguen, tablas. Después de 1: P5C, las blancas se posesionan de las casi utilizando el método de la oposi llas críticas del peón 3C y lo cap ción corriente, defender las casi turan, y como el peón de las blan llas de invasión; 1... RIA!, así, cas se encuentra en la fila quinta, por ejemplo, 2. R5C, R2C ó 2. la partida se puede considerar ga R5A, R2A. Se ve claramente que nada. Si juegan las negras, en en este caso no se trata de la opo tonces despues de 1... P4C! siem sición, sino de la defensa de las pre podrán responder a R x P, con casillas de invasión, pues si tras ladamos el rey blanco a 4T, mo R2C y tablas. viendo las negras son igualmente Pese a lo elemental de este pro buenas las jugadas 1... RIA como cedimiento, no se tiene en cuenta 1... R2A. muchas veces. 55a.
Blancas: R1D, P2AD; Negras: R7CD y P4AD; tablas. En una partida jugada 1. R2D hizo perder a las blancas después de 1... P5A. Se hacen tablas ju gando 1. P4A ! 55b.
55c. Yates-Tartakower, Bad Hotnburg, 1927. Blancas: R1CD, P4CD ; Negras: R4D, P4CD y P6CD. Después de 1. R2C, R5A ; 2. R3T, P7C las blancas se salvan del mate gracias a una jugada no prevista por las negras; 3. R2T!
El rey blanco se encuentra ya en la zona crítica del peón 3D, mientras que el rey negro sigue sin haber penetrado en la zona El límite de la zona crítica para crítica del peón 5D. En esta posi peón 6D está constituido por las ción las blancas tienen ventaja casillas 6R, 6A y 6C (véase 5). Si porque ambos reyes se encuentran juegan las blancas, ganan ocu a la misma distancia de los peo pando el escaque crítico: 1. R5C!, nes. Se debe jugar 1. R7R! (pero no R6R?, R4A! y ganan); en R2A; 2. R5A, etc. (56). 27
cambio, si 1... R4A o R2A, sigue 58 2.. . R6R. En el 57 las blancas se valen de que su rey tiene acceso a dos ca sillas criticas del peón 3D (a sa ber, 6R y 7R), mientras que el rey negro sólo dispone del escape 4A. Se comprende que si el rey es tuviese más lejos de los peones, en 5CR, por ejemplo, se ganaría sólo en el caso de que jugaran las blancas; saliendo las negras, las blancas serían mate. Si el rey negro estuviese en 4CD (57a), las posibilidades de ambos bandos estarían equilibra das y todo dependería de la salida. peón negro 2T está indefenso 57b. A. Chéron (sistema Sal- y El a las negras no les queda más ■violi y Berger) 1926. Blancas: remedio que responder a la juga R4AD, P4R; Negras: R1R y P3R. da inevitable RxP2T, con R2AD Ganan blancas. 1. P5R!, R2A (1... (pero la aproximación del rey R2D, R5C!) ; 2. R5A, R3C! ¡ 3. negro al peón 6T por las columnas R6A!, R4C; 4. R7D!, R4A; 5. del A y del C no mejora la situa R6D y ganan. (Véase 188c.) ción, como se ve claramente). Si 57c. 1. Moraviets, 1952. Blan el rey blanco elige el camino de cas: R3AR, P2D; Negras : R7TD 6R-6D-6A-7C, el rey negro deberá y P4D. Ganan blancas. 1. R4A! avanzar irremisiblemente por la (después de 1. P4D?, R6C, las línea quebrada 6A-5D-4R-3D-2A. blancas deben buscar las ta bla s); La defensa consiste en responder 1.. . R6C; 2. R5R, R5A; 3. P4D a R6D con R5D, y a R6A, con R4R (¡rodeo!). y ganan. Pero como las blancas no tienen 57d. A. Mandler, 1949. Blancas: un itinerario impuesto, pueden R2CR, P4AD; Negras: R8D, acercarse al pepn utilizando los P3AD. Tablas. 1. R2A! (No se más diversos medios (58). debe jugar R3A ?, pues le seguiría Para ganar se debe jugar: R7D, como tampoco 1. RIA?, 1. R6R R6A P4A); 1... R7D; 2. P5A, R6D, 2. R5D!; la imposibilidad pa R1R, tablas. las negras de jugar R5D les re La proximidad del extremo del ra tablero aporta, como regla, sus en sulta funesta (*) miendas en casos de posible rey ahogado. En la situación 57c, por (*) La posición 58 está tomada de la partida Snage-Auhes (19211, que ejemplo: Blancas: R7D, P6CR. Negras: R1AR, P2CR. Como es acabó en tablas vulgares después de natural, no se puede hablar de ca 1. R6R, R6A ; 2. R6D ?, R5D ; 3. ROA, ; 4 . R7C, R3D ; 5. R XP2T, R2A. sillas críticas y es evidente que la R4R Maizelis fue el primero en dar la partida será nula. solución justa y por ello se le debe Con peones en la columna de considerar autor de la posición 58. torre, la posibilidad del rey aho- Rabinúvieh lo reconoce así en la pri impone, a veces, maniobras mera edición de su libro «Finales de fado ajedrez*, 1927. — >¡, de la K. e un tipo especial. 28
Este ejemplo es un testimonio aleable de las particularidades S » la «geometría del tablero», de que hablábamos antes. En el 58, las blancas han sustituido el mo vimiento en horizontal del rey ha cia el P2T por el movimiento en línea quebrada, ¡en las mismas 5 jugadas ! Pero las negras, para ir desde la casilla 7C a la 4R debían hacerlo sólo en diagonal, va que les era imposible seguir por otro camino con el mismo nú mero de jugadas. La posición que estudiamos nos da un ejemplo de maniobra del rey con doble objetivo, igual que en el conocido estudio de Retí (71). Pero el objetivo de las blan cas es completamente distinto : capturar el peón y, al mismo tiem po, impedir el acercamiento del rey adversario. Este procedimien to suele jugar un gran papel en muchos finales. La idea fundamental de la po sición 58 fue desarrollada en los trabajos de Grigóriev y también por otros teóricos. Ofrecemos a la atención de nuestros lectores las siguientes variantes :
esta situación las blancas no pue den salvarse); 2... R6A; 3. R5C, P6T; 4. R4T, R7C; 5. R4C, RxPy las blancas se rinden. Lo co rrecto habría sido: 1. R7D, R5D; 2. R6R, P6T; 3. R5A, R6A; 4. R4R, R7C; 5. R3D, etc. Grigó riev subrayó con mayor expresi vidad esta bella trayectoria del rey blanco en la siguiente posición. Este final (diagrama 59) resu me las ideas de las posiciones 57 y 58. La posición inicial del problema presentado por Grigóriev (1931) 59
58a. Zakman, 1924; Grigóriev, 1925. Blancas : R8CR, P2TD ; Ne gras : R3CR, P6TD. Tablas. No se debe jugar R8A, ya que después de 1... K3A, el rey negro avanza por el camino más corto, en dia gonal, hacia la casilla 7C y las blancas no se lo pueden impedir, pero después de 1. R8T!, R3A?; 2. R7T !, al rey blanco le da tiem po de llegar a la casilla 2AD.
es la siguiente: Blancas: ,R4TR, T8AD, P5CD; Negras: R8TD, P6CD, P2CD y P4AD. Tablas. Es fácil prever que por el peón 6C las blancas tendrán que dar el de to rre y quedará un final para el cual las blancas deben prepararse de antemano. Después de 1. P6C!, P7C; 2. T8T+ ! (es prematuro 2. TxP 4A , 58b (tomado de un artículo de va que 2... P8C = D; 3. T5T+D7Grigóriev, 1925). En una partida T !; 4. T xD + , R x T y el rey se dio el siguiente final : Blancas : negro, queda una jugada más cer R8AD, P2TD. Negras : R6R, ca del peón 6C que en la variante P5TD. Los adversarios no supie fundamental); 2... R8C; 3. T8AD!, ron captar la idea del final y ju R7T; 4. T x P4A, P8C = D; 5. garon erróneamente ; 1. R7A ? (en T5T +, R6C; 6. T5C + , R7A; 7. vez de R7D!) ; 1... R6D ? (1... TxD, RxT y queda la posición R5D!) ; 2. R6C? (debían ha representada en el diagrama. ber jugado 2. R6D ó 2.R6A; eh En su movimiento hacia 7A 29
cer partida nula, teniendo en cuen ta que 5. P6R+ ? les hace pe rder); 5. R8A, R3R; 6. R8R y tablas. Si los peones no están bloquea dos, su movilidad equivale a una reserva de tiempos no gastada, que se puede utilizar en cualquier mo mento y dar por resultado sensi bles modificaciones de la posición. Si, además, los peones se encuen tran separados por considerable distancia, unos de otros, la parte 59a. F. Dedrle, 1936. Blancas: R4TD, P6CR; Negras: R8CR, atacante, en su intento de captu P2CR, tablas. Se trata de la mis rar el peón adversario, deberá pro ma terminación que en el proble curar no perder su propio peón, ma de Grigóriev, pero en otro que el rey adversario puede atacar por la retaguardia. flanco. En estas circunstancias, las ma niobras de los reyes adquieren en 59b. L. Prokesr, 1947. Blancas: R8TD, P2TD; Negras: R6AD, algunas posiciones un carácter su P3TD; tablas. Los peones todavía mamente complicado y, a veces, resulta muy difícil hacer cálculos no están bloqueados, pero en el tablero no tarda en formarse la previos. posición 58b. 1. R7C, P4T; 2. 60 R6A!, P5T; 3. R5D, P6T (es pre maturo 3... R7C?; 4. R4A, RxP2T; R3A y tablas). 4. R4R, R7C; 5. R3D, etc.
pierde el rey blanco, ya que las negras ocuparán la casilla 3T también en 5 jugadas (57). El plan de la defensa consistirá en responder a R x P6C, R4C. Por eso 8. R3C!, R7A; 9. R2A, R6D (6 9... R7D; 10. RIA, R6D; 11. R1R, etc.); 10. R1R, R5A; 11. R2D, R4C; 12. R3A, R x P ; 14. R4C y tablas.
I. Moraviets, 1952. Blan cas: R6AD, P2TD; Negras: R7AR, P2T D; ganan blancas. 1. R7C! (pero no R5C?, R6R, ta blas). 1... P4T; 2. R6C y ganan 0. .. R6R; 2. R xP2T , R5D; 3. R6C y ganan. Si trasladamos el rey negro a 5CR, lo correcto es 1. R5C (pero no 1. R7C ?, P4T; 2. P4T, R4A, tablas). 59c.
Pertenece al tipo de po siciones que analizamos el anti guo final de Horwitz y Kling (1851). Blancas: R6K, P2R; Ne gras: R1R, P2R; las blancas no pueden ganar. 1. P4R, RIA ; 2. R7D, P4R!, tablas (55b). Son inú tiles todas las tentativas de ga nar tiem pos: 1. P3R, R1D ; 2. P4R, R1R; 3. P5R, R1D; 4. R7A, R2D (en esta posición habrían ganado las blancas, en caso de jugar el ad versario, pero saliendo las blancas no les queda más remedio que ha 59d.
30
R5C... es evidente que no con viene mover el peón 2C, ya que el rey negro, después de capturarlo, tiene tiempo de dominar las po siciones clave del peón 2C. (Por regla general, a la parte atacada no le conviene, en estas posicio nes, aproximar los peones, ya ue asi facilita la doble misión el atacante, que consiste en ga nar el peón del adversario y en defender el suyo.) Sólo queda la
posibilidad de rodear el peón ne gro por la retaguardia. 1. ... 2. R6A 3. R7R
R5R R4D
Las negras se encuentran aho ra ante un dilema: o bien seguir desplazando al rey blanco, o bien avanzar el peón 2C. 3. ... R3A
60c. Leyk, 1948. Blancas: R8AD, P4AD; Negras: R3AD, P4AD. Las blancas pierden sólo en este caso y siendo ellas mano, por ejemplo: R8D, R3D! ó 1. R8C, R3C!, etc. 81
Si 3.,. P4C, entonces 4. R7D, P5C; 5. R7A, R4A; 6. R7C, P6C; % R6T, R5C; 8. R6C, R5A; 9. R5T y tablas. 4. R6R! Seguir a rajatabla la táctica an terior sería funesto para las blan cas: 4. R8D?, P4C; 5. R8A, P5C y ganan, ya que en comparación con la variante anterior (véase la dada para la tercera jugada), el Se hacen tablas jugando 1. rey blanco no dispone de una sa R2T ?, R7C; 2. R3C, R6A; 3. R4A, lida conveniente que le aproxime en vista de que 3... R5R!; 4. R5A, al peón (60). R4R; 5. P4C (R6C, R4D); 5... R3R; 6. R6C, R4D. 4. ... P3C El rey blanco, en su aproxima 5. R5R! R4A ción al peón 2C, debe ir creando 8. R4R R5A barreras para impedir que el rey 7. R3R P4C negro se acerque tanto al peón 8. R2D R6C negro como al blanco. 9. RIA R7T Por eso lo correcto se ría : 1. R1C, 10. P4C! y tablas. R7C; 2. R2A, R6A; 3. R3D!, R5A; 4. R4D, R4A; 5. R5D, R3A; Ma. Grigóriev, 1938. La posi ción es la misma, pero distinta la 6. R6D, R2A; 7. P4C! (es inútil situación de los reyes; rey blanco 7. R7D, R3A y mal 7. R7A?, R3R); 7... R1R; 8. R7A, P4C; 9. en 3TR y el negro en 7AR. El Multado es tablas, que se consi R6A y gana. gnen más rápidamente. 61a. Blancas: R3TR, P2CR; Ne 6tb. Grigóriev, 1938. Rey blan gras : R3TD, P2CR; ganan blan co en 5TR; rey negro en 5AR. En cas (jugado por Moraviets en 1952 esta posición las blancas no se con el rey negro en 2TD). 1. salvan, ya que su rey, avanzando R4C! (no 1. R4T, R4C; 2. R5C, por una diagonal más alejada del R4A !; 3. P4C, R3D, y no 1. R3C ?, n, llega tarde: 1. R6C, R4R; R4C ; 2. R4A, R3A ! ;'3. R5A, R3D, r R7A, R3D; 3. R8R, P4C; 4. tablas); 1... R4C; 2. R5A, le si R8D, P5C; 5. R8A, R3A!, etc. gue 2... R3A; 3. R6R ó 2... R4A; Las blancas pierden tiempos en 3. R5R ó 2... R<5A; 3. P4C y la octava fila. ganan (véase 66). 31
2.
PEO NE S EN COLUMNAS VEC INAS
Con peones inmóviles en colum do un cambio ventajoso de zona nas vecinas, los únicos casos que critica; 1... Px P ; 2. R3C y tablas. ofrecen interés son cuando una de (Véase 233b.) las partes tiene evidente superio ridad de posición (mejor situado 63a. Grigóriev, 1933 (final del el íey) y la otra no carece de me problema 253): Blancas: R4D, dios de defensa. P3CR, Negras: RID, P4AR; t e Son relativamente más sencillos negras hacen tablas. 1... F5A!; los finales donde los peones están 2 . P x P , RIR y t a b l a s . (Véase lo m á s cerca posible, es decir, 115.) cuando no tienen terreno para m o verse. Sin embargo, también en 63b. Moravíets, 1952. Blancas: estos casos existen diversas posi R1CD, P5AR; Negras: R2D, P2 bil id ades de ju e g o ; a veces se de CR, tablas. 1. R2A, R3D; 2. ben a la proximidad de los peones P6A!, P x P ; 3. R2D, tablas. a la banda del tablero, y otros a la perspectiva de forzar el des 63c. Moraviets, 1940. Blancas: p la zam ie nto de las casillas cri R3CD, P2R ; N e g ra s : R4TR, P4D. ticas. Ganan blancas. I. R4C, R4C En la posición 62, después de 1. (R5C); 2. R5A, R5A; 3. R4D! y R7A, R1T! (1... P4T?, 2. P5C); ganan. 2. R6C, las negras consiguen ta blas jugando 2... P4T! (3. R x P , R2T; 3. P5C, R2C!). 62
63
No se gana si a 1. R3A ?, le áigue 1... P6T! L a jugada 2. P x P conduce a 62a. Berger, 1890. Blancas : RIAD, P5CD; Negras: R1TD, tablas sin duda alguna; si se jue P2TD. Ganan blancas: 1. R8A, ga 2. P3C, se desplazan las ca P4T (ó 3T); 2. P6C, P5T; F7C+ sillas criticas de este peón a la fila de arriba y al rey negro le da y mate en tres jugadas. En la posición 63, las negras tiempo de defender hasta la ca amenazan al peón 5D, conservan silla 4T, que es la más alejada de do el dominio de t e casillas crí él, ya que t e blancas se ven obli ticas del peón 2A. Las blancas se gadas a jugar (¡perdiendo tiem salvan jugando 1. PSD!, imponien pos!) R2A, R1C, R2T. No condu-
ce a nada 2. P4C, ya que las blanLas blancas deben evitar, ante cas no podrán dominar los esca- todo, que las negras a RxP3T, ques críticos 6T, 6C y 6A. respondan con R5A. Por eso prePor eso lo correcto sería jugar cisamente no se consigue ganar (. R1C!, P6T!; 2. P3C!, R4R; 3. con un ataque en linea recta al R2T, R4D ; 4. R x P, R4A; 5. R4T, 3T, como, por ejemplo: 1. R7D, R3C; 2. R6R, R4A; 3. R5A, R5D ; R3C; i. R4C y ganan. 4. R6C, R8R; 5. RxP, R5A! y §4a. Moraviets, 1952. Blancas : tablas. Es prematuro también í. RlAR, P2CR; Negras: RIAD, P4C, P4TR. Ganan blancas. 1. R2A! (amenazando 2. R3C) ; i... P5T; 1. ... R3T 2. R1C!, etc., lo mismo que en el número anterior. Se trata de Si el rey juega IT, acaba gauna interesante profundización de nando el peón a 4C. Esta circunsla posición 64. tancia determina el resto de la partida. €4b. Moraviets, 1952. Blancas : R2AD, P2CR; Negras: R5TD, 2. R6A R4T P5TR. Ganan las blancas. 1. R3D, 3. R5A R5T R4C (5C) ; 2. R4R, R4A; 3. R5A! 4. R4A R6T (no 3. R4A ?, P6T! y tablas); 3... 5. R3A R7T R3D ; 4. R4C! ó 3... P6T; 4. P x P , 6. R2A R6T R3D; 5. R6A y ganan. Si los peones no están tan cerEs mala jugada 6... R8T por 7. ca, la posición resulta más inte- P4C o la 6... P4T, por la 7. R3D, resante por la reserva de tiempos etcétera. fle que se dispone y las posibilidades de sobrepasar el peón de la 7. P3C!! parte atacante por la retaguardia. Este modesto movimiento del peón es el que decide la partida. 65 Si 7. P4C?, entonces 7... R5C; 8. /•y. R3D, R4A ; 9. R4R, R3D ; 10. R5A, P4TH; 11. PxP, R2R y el rey % m t 'vut/ A . Ím alcanza a tiempo la casilla salva '//"/'i m dora IA. La jugada de espera 7. P3C evita el sacrificio del P4T.
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El juego suele tener el mismo carácter que en finales análogos con peones en la misma columna. 1. R7A
7. ...
R7T
Se considera, equivocadamente, au tor de esta posición a Dedrle, quien la utilizó en uno de sus artículos sin referencia de origen (1921). En rea lidad la posición R2AD, P2CD, P5E R4I), P5TD se dio en una partida. Un tal doctor Kassidi indicó en 1884 el modo de ganar : l. R1C! (Este fi nal fue utilizado aquel mismo afio por el famoso analista Horwitz, que ideó toda la partida.) La variante publi cada en la antología de Tattersoll se diferencia de la inicial por estar algo más reducida. 33
Ahora la jugada 7... R5C, etc., pierde sentido y las negras vuel ven a la idea del rodeo por la re taguardia (8. R3D, R7C). 8. P4C1 y ganan. Grigóriev indica que si la posi ción inicial del peón blanco estu viese en la tercera fila, sería imposible ganar. 85a. Gorguíev, 1936. Blan cas : R1TR, P3TD. Negras: R8AR, P3CD; tablas. Este problema co rresponde a la afirmación de Gri góriev y no tiene interés propio. S5b, Leyk, 1948. Blancas: R2R, P3CD; Negras: R6TR, P3TD. Leyk propuso esta posición, plan teando la siguiente pregunta: ¿ en qué posición del rey ganan las blancas, teniendo la salida ? La respuesta es como sigue: las blancas ganan si consiguen captu rar el peón 3T en 4 jugadas, o bien, ocupar a la primera jugada la casilla 2A, colocando así a las negras en situación de zugzwang. Estando el rey en 2R gana. 1. R2A!, pero sería erróneo jugar 1. P4C (esto se ve en el 65). Si en la posición inicial el rey blanco está en 2A, son las blancas quie nes están en zugzwang y no pue den ganar. Son muy aleccionadores los si guientes ejemplos de Moraviets, 1952. 65c. Blancas : R5CD, P2CR ; Ne gras : R2TD, P5TR. Ganan blan cas. 1. R6A.(pero no 1. R5A?, R2C!; 2. R6D, RIA! 3. R7R, R2A ; 4. R6A, R3D ; 5. R5C, P6T!; 6. P x P , R2R; 7. R6C, RIA ); 1... R1C; 2. R7D!, R2C; 3. R6R y gana. 65d. Blancas: R7TR, P2D. Ne gras: R2AR, P5AD, tablas; 1. R8T!, R3A; 2. R8C, 2... R4R ; 3. R7A, R5D; 4. R6R, R6D; 5. R5D y tablas. (Véase 116.) 65e. Blancas: R5CD, P2CR. Ne34
gias: R6TD, P5TR. Ganan blan cas. 1. R4A, R7C; 2. R3D, R8A ; 3. R2R (no R3R ?, R8D) ; 3... R7A; 4. R3A y ganan. (La mis ma idea que en el 60 b.) 66
1. R4D! Esta es la única jugada. Las blan cas interceptan el camino de ata que a su peón por la retaguardia y de paso colocan el rey en una diagonal cómoda para atacar el peón 3C. Si 1. P4A, la respuesta de las negras será 1... R5A, y a 1. R5D ?, se consiguen tablas ju gando 1... R5C!; 2. R4D; 2... R6C!; 3. P4A, R7A. Un ejemplo típico de maniobras con doble ob jetivo. (Véase 58.) 1. ... R3A 2. R5R R4A 3. P4A y ganan. Esta posición fue publicada en el año 1926 por Dobiash, y aquel mismo año Prokop propuso un problema, cuyo final tenia una posición análoga. Blancas: R4AD, P2CD. Negras: R4AR, P3TD con la misma solución (1. R4D!, et cétera). 66a. Moraviets, 1952. Blancas: R1CR, P2CR. Negras: R2TD, P3TR. Ganan blancas: 1. R2A, R3C; 2. R3R, R4A ; 3. R4R, R5A ; 4. P4C y ganan.
3.
DOS PEO NE S PASADOS
gi los dos peones son pasados, ambas partes se esfuerzan en co lm ar lo antes posible su peón e impedir que lo haga el adversario. A veces resulta imposible impedir al coronamiento del peón enemi go, pero, en compensación, se consigue un mate forzado o se ga na la dama con golpe doble («ja que de rechazo»). Si no hay con diciones para ello o si no se puede convertir el peón en dama, la par tida, como es natural, termina en tablas. has maniobras de los reyes en los finales que estamos estudiando obedecen plehamente a las consi deraciones generales arriba indi cadas. Los ejemplos que citamos a continuación nos dan a conocer las diversas clases de maniobras que se hacen para conseguir los siguientes objetivos: mejorar la posición del rey propio, ganar tiempos, atraer al rey adversario a una casilla desventajosa (para coronar el peón propio y dar jaque o capturar la dama adversaria con doble jaque), desplazar .al rey contrario o interceptarle el cami no, tomar la oposición, dominar un escaque clave o conjugado.
Hay, asimismo, un grupo de movimientos complejos realizados 67
por los reyes llamados «manio bras con doble objetivo». En algunos casos el rey manio bra teniendo en cuenta el final futuro. Estos finales los estudia remos en el Apéndice. En el diagrama 67 las blancas necesitan abrir el camino que con duce a su peón a la octava fila, pero se debe meditar muy bien la jugada del rey : el objetivo que se plantea exige que el rey vaya a la derecha, pero la contraamena za por parte del peón negro im pone una moderación imprescin dible. 1.
JU D I-
ES mala la jugada 1. R5D por la respuesta 1... P4T; 2. P4A, P5T. En el caso de 1. R4C se pierde 1... R6R? (67a), pero con 1... R5R!; 2. P4A, R4 R!; 3. R5C, R3D! ó 3. P5A, R3R! se hacen tablas. No basta tampoco 1. R5C, ya que 1... R5R; 2. P4A, R5D ; 3. R4C, P4T + ó 3. P5A, R4D!; precisamente es ta posición de los reyes, pero sa liendo el adversario, y con un peón en SA constituye en estas va riantes la esencia de la lucha. R5A 1 . ... 2. P4A K4A 3. R5D R3A A 3... P4T, sigue 4. P5A, P5T; 5. P6A y las blancas coronan su peón y dan jaque. 4. R6D R2A Si ahora 4... P4T, sigue 5. P5A, P5T; 6- P6A y las blancas hacen dama en la diagonal 8T-1T. 5. P5A R1R 6. R7A P4T 7. P6A P5T 8. R7C y las blancas ganan coronando el peón y dando jaque. 67a. Grigóriev, 1931. Blancas: R4CD, P2AD. Negras: R6R, P2TD. Ganan blancas. 1. P4A, 35
R5D ; 2. P5A, R4R !. (mejor relati R4AD, P4CD. Negras: R5AR, P4TR. Ganan blancas. 1. P5C, vamente ; si 2... R4D, entonces 3. R5CI v a la 2... P4T + , sigue 3. R4R; 2. P6C!, R3D ; 3. R5C, P5T ; 4 R6T y ganan. R5C, P5T; 4, P6A, P6T; 5. P7A, Aunqvíe las blancas coronan su P7T; 6. P8A = D, P8T = D; 7. D8T + ) ; 3. R5T!, R3R; 4. R6T!, peón con jaque, pero después de 1. P4C, P4C; 2. P5C, P5C; 3. R4L); 5. R5C, R4R o R3R; 6. P6C, P6C+, las negras, gracias R6A, P4T; 7. R7C y ganan. al jaque (¡ganancia de tiempos!), coronan su peón antes; 4. R3A, 67b. Grigóriev, 1931. Blancas: R7R, P2TR. Negras : R7TD, P2CR P7CD; 5. P7C, P8C = D; 1c sigue y P2TR. Ganan blancas. La idea 6. P8C = D + , R8T! y !a partida ríe este final es coronar el peón y acaban en tablas. Las blancas sortean esta difi dar jaque, i. P4T! (no 1. R7A?, P4C!; 2. R7C, R6C; 3. RxP, cultad con una hábil maniobra : R5A; 4. R6C, P5C!, este peón dis 1. R3A ! R6T trae la atención del rey blanco a 2. F4A ! R5T fin de liberar el camino hacia la IT a su rey. 5. R5A, R4I)) ; 1... Las blancas disponen ahora de P4T! (í... P3T;2. P5T) ; 2. R8A !! suficiente amplitud para seguir (si 2. R7A?, entonces 2... P4C! 3. jugando con el rey. P x P, P5T y tablas; en cambio, 3. P4C P4C + ahora, en caso de 2... P4C las blan 4. R3D! R6T cas coronan peón con jaque) ; 2... P3C; 3. R7R y ganan. que a la inevitable 4... P5C, le 67c. Damiano, 1512, aproxima sigue 5. R2A. damente. Blancas: R5R, P4AD. P5C 5. P5C Negras: R4CR, P4TR. A princi P6C 6. P6C pios del siglo xvi se conocía ya P7C 7. P7C esta partida, donde se da jaque R7T 8. R2A ! con la dama en 8C y 8T. En los problemas actuales este ataque Los reyes han vuelto de nuevo final no siempre resulta tan evi a la posición inicial, pero la situa dente. ción es distinta. 9. F8C = D +, dando mate a la 67d. Moraviets, 1952. Blancas: jugada siguiente. 68 68a. Grigóriev, 1928. Blancas : R3D, P2AR. Negras: R5TD, P3CD. Ganan blancas. 1. R4D!, P4C (ó 1... R4C ; 2. R5D!, R3T ; 3. P4A ! R2C ; 4. P5A, R2A ; 5. R6R! R1D; 6. R7A, P4C ; 7. P6A, P5C ; 8. R7C y ganan ; si 2... R5X, entonces 3. P4A, P4C; 4. P5A, P5C ; 5. R4A, P6C; 6. R3A, R6T ; 7. P6A y ganan, lo mismo que en la variante fundamental) ; 2. P4A, P5C ; 3. P5A, P6C; 4. R3A, R6T; 5. P6A, P7C; 6. P7A, P8C=D; 7. P8A=D + ; entonces bien 7... R5T ; 8. D8T+, ganando la dama, o bien 7. R7T ; 8. D8T++.
68b. Breniev, 1931. Blancas: R6R. P2TR. Negras: R7R, P2CD. Ganan blancas. 1. P4T, P4C; 2. R5D, R6D (el secreto consiste en llevar al rey negro a 3D); 3. P5T, P5C; 4. P6T, P6C; 5. P7T, P7C; 6. F8T=D, P8C = 1) ; 7. D7T+.
R5CD, P2CD. N eg ras: R4R, P4U. Tablas. 1. R4C! (pierde 1. P4C?, en vista de 1... P5D; 2. R4A, R5R ; 3. P5C, P6D, etc.) ; 1... R5D (ó 1... RSR; 2. R3A, R6R; 3. R2A, R7R; 4. R3A); 2. R5T! y tablas.
Me, Mandler, 1938. Blancas: RIAD, P2AR. Negras: R7TD, P2CD. Ganan blancas. 1. R6D!, M T I; 2. R5A!, R5T; 3. P4A, P4C; 4. P5A, P5C; 5. R4A!, P6C; 6. R3A, R6T; 7. P6A y ganan.
69b. Moraviets, 1952. Blancas: R8CR, P2R. Negras: R2D, P3TD, tablas. 1. R7A, R3D; 2. R6A, R4D; 3. R5A, P4T; 4. P4R + , R3A!; 5. P5R!, P5T; 6. R6C! Tablas. Para terminar este apartado 684. Prokop, 1943. (Terminación reproducimos un grupo de posidel problema). Blancas: R5D, ciones que ilustran las maniobras P3D. Negras: R4AR, P2TR. Ta- del rey con doble objetivo. blas. 1. R4D! (no R5A ?, P4T ; 2. Las combinaciones más frecuenP4D, P5T; 3. P5D, P6T; 4. P6D, tes de objetivos son las siguientes: R3R! y ganan). 1... R5A ; 2. R5A ! a) capturar el peón contrario, y tablas, ya que es imposible dar dificultando al mismo tiempo el jaque al rey blanco. acercamiento del rey adversario, 69 con el fin de evitar tablas o defender su propio peón (este procedimiento lo hemos visto en los ejem plos 58, 81, 65 y 66); b) asegurar el avance del peón io, oponiéndose a las niaras del adversario (67 y 68 a ; uno de los ejemplos más aleccionadores y antiguos es el reproducido en la posición 70) ; c) amenazar el peón del adversario, apoyando al mismo tiem po el avance del peón propio, o apoyar el peón propio con el fin de neutralizar el contrario (71 y 72).
S
Pierden las blancas, ya que 1. R5T?, P4A; 2. P4C, P5A; 3. P5C, R4A!; 4. P6C, R3A; 5. R6T, MA; 6. P7C, P7A; 7. P8C=D, P8A*=D+ ; 8. R5T, D8T + . Se consignen tablas mediante un juego muy su til: 1. R3C!, R6D (no... P4A; 2. R2A) ; 2. R2T!, W A; 3. P4C, R5A ; 4. P5C, R x P ; 5. R3C y tablas. ®*a.
Moraviets, 1952. Blancas:
1. R5A! (76) Es la jugada clave de las blancas ; el rey se adelanta lo suficiente para poder oponerse al acercamiento del rey negro (1. R4 A ? lo habría llevado a una partida nula) ; en cambio, ahora, después de 1... P4C, sigue estando en el cuadrado del peón y a las blancas les da tiempo de jugar 2. P4C, por ejemplo: 2... P5C; 3. R4D, 37
A primera vista parece imposi ble que las blancas consigan ta blas y, sin embargo, las hacen, avanzando el rey por la diagonal con el doble fin de neutralizar el peón en torre de rey y apoyar el suyo. 1. R7C P5T En caso de 1... R3C, las blancas juegan 2. R6A, P5T ; 3. R5R (amenazando R4A) ; 3... P6T; 4. R6D, P7T ; 5. P7A, R2C ; 6. R7D y tablas. 71a
R4C; 4. P5C, P6C (ó 4... R5A; 5. P6C y el peón se convierte en dama, dando jaque) ; 5. R3R, R5C; 6. P6C, R6T ; 7. P7C, P7C ; 8. R2A y ganan. 1. ... R3C 2. P4G R2A ó 2... R3A ; 3. R6D ! 3. P5C R2R 4. R6A! Claro que no 4. P6C ?, R2D ! 4. ... R1D 5. R7C P4C 6. P6C P5C 7. R7T (8T) y las blancas gaSi ahora juegan 2... R3C, sinan, coronando su peón y dando gue : 3 R5R! y tablas como antes. jaque. 3. R6R (7R!) Tablas. 71 I.a original solución de Reti produjo en su tiempo una gran impresión e impulsó a la búsqueda de posiciones análogas, enriqueciendo considerablemente la teoría de los finales. Más tarde, Reti volvió a este tema y propuso nuevas posiciones, sumamente valiosas. Son también interesantes los trabajos de otros autores (véanse los diagramas), que en su con junto nos sirven de palmaria ilustración de las inagotables posibilidades del juego de ajedrez. 71a. 1. P6A!!, P4T; 2. R4C!, R3C (ó 2... P5T; 3. R5A!, P6T. 38
4. R6D, y tablas) ; 3. R4A !, F5T ; 4". R5D! (amenaza R4R) ; 4... P6T; 5. R6D, tablas. Si 1... R3C, entonces 2. R4C, P4T (2... R x P ; 3. R4A, P4T; 4. R4D). 3. R4A, P5T; 4. R5D. Tablas. En el 71b las tablas parecen aún más inverosímiles. Despnés de 1. R6C son posibles tres continua ciones: o) 1... R3C; 2.R xP, P4T ; 3. R x P ó 2... P4A; 3. R6A, P5A; 4. R5R, P6A; 5. R6D, y tablas; 71b
71c. 1. P4T, R6C ; 2. P5T, R6A (ó 2... R5A ; 3. P6T, R6D ; 4. P7T, P7A ; 5. P8T =D y 6. D6T+) ; 3. R1C (no 3. P6T ?, R7D, ni tampoco 3. R3C ?, R5D ! ; 4. P6T, R6R y tablas); 3... R5D ; 4. P6T, R6R; 5. RIA, y ganan. 71d. 1. R6C, PST ; 2. R5A, P6T; 3. R6R, tablas, o bien, 2... R3C; 3. R5R !, P6T (3... R x P ; 4. R4D) ; 4. R6D, tablas. 71e. R7A (amenazando con pa sar al cuadrado del peón con la jugada 2. R6R; es mala jugada 1. P4A?, R5C; 2. R7A, R5A !) ; 1.. . P4T ; 2. P4A ! (pero no 2. R6R, ya que 2... P5T; 3. P4A, P6T; 4. R5A, P7T; 5. P6A, P8T=D; 6. P7A, D6T y 7... DIA); 2... P5T (ó 2... R5C; 3. R6R, P5T ; 4. P5A y tablas); 3. P5A, P6T; 4. P6A, P7T; 5. R8C! (5. R7R ?, P8T=D ; 6. P7A, D4R+ ; 7. R8A, R4T ó R4C y ganan); 5... P8T =D; 6. P7A, tablas. 711. 1. R5C (amenazando con 2. R4A) ; 1... P4T ; 2. R6A! y o bien 2.. . P5T; 3. R7C, bien 2... RIA; 3. R5D y tablas. He aquí unas posiciones más.
R x P y tablas; c) 1... P4A; 2. RxP, P9A; 3. R6A, P6A (ó 3... 71g. Feiter, 1939. Blancas : R8R3C ; 4. R5R) ; 4. R6R- (7R), ta TD, P4AR ; Negras : R4CD, P3 blas. TD. Tablas. 1. R7C, P4T ; 2. R7A,
39
71e
R3TR, 1-21 . Negras: R5TÜ, P2CD. Tablas. 1. R4C, P4C ; 2. P4D, P5C ; 3. P5D !, R4C ; 4. P6D !, R3A; 5. R5A, P6C (... R x P ; 6. R4R) ; 6. R6R, y tablas. 72 1
Moraviets, 1952. Blancas : R8TD, P4CD. Negras : R4D, P2D. Tablas. Se juega lo mismo que en el 71g). 1. R7C, R5A; 2. R7A, P4D ; 3. R6A, y tablas. 711. Moraviets, 1952. Blancas : R3TR, P5R. Negras; RIAD, P2TD. Tablas. 1. R4C, P4T; 2. R5A, P5T (existía la amenaza de 3. R4R) ; 3. R6CH Tablas. 71h.
71J.
El interés de este ejemplo con siste en que su autor lo ha anali zado con el rey en diversas posi ciones. I,as blancas no pueden ganar, esté donde esté su rey. Pierden en el caso de que su rey ocupe una de las siguientes seis casillas: 8T, 8C, 8A, 3CR, 1TR, 8TR. En todos los demás casos la partida es nula. Por ejemplo, con el rey blanco en 2TR: 1. P4C, Moraviets, 1952. Blancas ; R5A; 2. P5C! R x P ; 3. R3C, y tablas. 71f Con el rey en 8D se hacen ta blas moviendo el rey con doble objetivo: 1. P4C, R5A ; 2. R7R!, P4C; 3. R6A!, R x P (3... P5C; 4. P5C); 4. R5R y tablas, lo mismo que en el 71g. Esta idea fue llevada a la prác tica por Laskef y después se ha vuelto a repetir en reiteradas oca siones. Lasker-Tarrasch. San Petersburgo, 1914. Blancas: R7CR, P2CD, P3CD, P2TR. Negras: R4AR, P4TD, P4CD, P4AD. Des pués de 1. P4T!, R5C; 2. R0C!, R x P ; 3. R5A. Se han cambiado 72a.
40
las tornas y ahora son las negias quienes se esfuerzan por hacer tablas. 72b. Yates-Marshall. Carlsbad,
. Blancas: R4D, D3D, F2AR. Negras: R7TD, F5TD, P7CD. A la jugada equivocada 1. R4A?, p8 C=U; 2. D xD + , R x D ; 3. R4C, le sigue 3... R7C!; 4. RxP5T, R0A, y tablas. 1929
tablas, 2... P4T; 3. P4T, P5T; 4. P5T, P6T; 5. P6T, P7T; 6. P7T, P8T=D. Tablas); 3. P4T, RxP6A; 4. P5T, R4C; 5. R7C, R x P5T; 6. ROA y tablas. (Véase 75.) Los ejemplos posteriores son, en realidad, repeticiones.
72e. Prokesb, 1937. Blancas: R8CD, P2TD. Negras: R2D, P2TR, tablas. 1. P4T, R3A; 2. P5T, R4C; 3. R7C. Sigue como Grigó 72c. Grigóriev, 1930. Blancas: R8AD, P4TD, P4CR, Negras: riev y Gorguíev. 72f. Prokesh, 1947. Blancas: R8D, P5TD. Ne R4D, P3AR, P4CR. Ganan blan gras: R3D, P2TR. Tablas. 1. cas. 1. P5T!, R3A; 2. R8C!, R4C; 3. R7C!, RxPST; 4. R6A, P4A; R8A, R3A; 2. R8C, y sigue el mismo juego 72h. Korolkov, 1950. 5. PxP, P5C; 6. P6A, P6C; 7. P7A, P7C; 8. P8A = D, P8C =D; Blancas: R7CD, P5TD, PSD. P5R. Negras: R4AD, PSD, P2TR. Ta 9 D3T+ + ! blas. Después de 1. POR, R3D; 2. 72d. Gorguíev, 1931. Blancas: P7R, R x P ; 3. R7A, P7D; 4. R8TD, P2TD, FSAD. Negras: F6D + , R3R; 5. P7D, P8D =D; JUAD, P2TR. Tablas. 1. P6A!, 6. P8D=D, D xD + ; 7. R xD , P3TI; 2. P3T!, R2A (las negras R3D y se obtiene la posición re no han conseguido ganar tiempos presentada en 72f. Lo nuevo de y la segunda jugada conduce a esta partida es su introducción.
41
Ca
pít u l o
IV
DOS PEONES CONTRA UNO
La práctica ha demostrado que la existencia de un peón de más tiene tanta mayor importancia cuantos más peones hay en el tablero. Por eso, dos peones contra uno supone una superioridad material mínima. De ordinario, esta superioridad resulta, sin embargo, suficiente para ganar, aunque hay muchas excepciones. A la parte fuerte le conviene que sus peones estén lo más alejados del peón contrario y que el rey se encuentre delante. Por lo tanto, hay que evitar el acercamiento prematuro de los peones y, sobre todo, su Moqueo. Los ejemplos que vamos a examinar están subdivididos en tres grupos fundamentales: 1) peones ligados; 2) peones aislados, y 3) peones doblados. El problema teórico a resolver consiste en delimitar en cada uno de esos grupos los casos en que la posibilidad de tablas está condicionada por la propia posición y aquellos en qne se logra (o se evita) utilizando métodos determinados de juego. 1. PEONES LIGADOS Si todos los peones son pasados, el único problema que se plantea es si podrá el rey de la parte más fuerte detener el peón pasado del adversario en su camino hacia la casilla de promoción. En caso afirmativo, el juego se reduce al sencillo final de «rey y dos peones ligados contra rey». Si es imposi ble detener el peón, la superioridad material, como es lógico, pierde su importancia' y gana la partida quien primero corona el peón. Los ejemplos que damos a continuación ilustran tanto el proce42
so normal del juego, como ciertas excepciones debidas, fundamentalmente, a la proximidad del extremo del tablero. En el 73 el rey negro se enfrenta con un problema superior a sus fuerzas: impedir el avance de los peones blancos y defender su pro pio peón. Si salen las negras, pierden en seguida: 1... R4R; 2. P6C, R3A; 3. P5T. Por consiguiente, las blancas, teniendo la salida, deberán limitarse a cedérsela al adversario, lo que se consigue por el procedimiento del triángulo. Por ejemplo: 1. R2A,
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74
No se consigue nada renunciando al sacrificio: 1... R4C, 2. R7C! (pero no 2. P4T+ ?, en vista de 2... R x P T ; 3. R6C, R x P ; 4. R6A, R5A; 5. R6R, R5R y ganan) ; 2... P4A; 3. P4 T+! y si 3... R x PT, entonces 4. R6A, P5A ; 5. P5C, v si 3... Rx PC, entonces 4. R6C, R x [>; 5. R5A. 2. R6C Si no 3. R6A.
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P4A juega así, seguiría
3. P4T! y tablas (72). R3C; 2, R2R!, R4A; 3. R3R y ganan.
75a, Jacliek. Blancas: R8TR, P2CR, P4TR. Negras: R4TR, P3R. Tablas. 1. R7C, P4R; 2, P4C+, R x PC. 3. R6C ó 2... RxPT; 3. R6A.
En el 74, después de 1... P7R, las blancas tienen tiempo de realizar la maniobra 2. P7T+, R1T; 75b. L. Prokesh, 1948. Blancas: 3. R7A, P8R = D ; 4. P7C+ y ma- R8AR, P4D, P3R. Negras: R5R, P2CD. Tablas. 1. R7R (amenaza te en dos jugadas. Si la salida fuese de las blancas, cabe otra de 2. R6R); 1... R4D; 2. R7D!, maniobra: 1. P7C,. P7R. 2. R6C, P4CD; 3. P4R + , etc. FSR=D; 3. P7T++. Las posiciones que examinamos (es decir, con varios peones pa75 sados) conducen frecuentemente a finales de dama. Si la parte más fuerte, de dos peones ligados, tiene uno solo pa sado, son posibles dos clases de estructuras de peones: 1) inmóvil, cuando el peón de la parte débil se encuentra bloqueado ; 2) móvil, cuando todos 1« peones pueden moverse. En el primer grupo de finales (con dos peones bloqueados), la parte más fuerte posee un peón pasado y defendido, que limita la movilidad del rey adversario, por lo cual a la ventaja material se une la superioridad de posición. En el 75 tenemos un ejemplo de Sin embargo, hasta en este caso «ando la parte más fuerte se ve son posibles las partidas nulas, «ligada a luchar para evitar el sobre todo si los peones se hallan •ate, en le® flancos. Examinemos ahora la siguiente distribución de peones: el peón 1. P4C+ R xP 43
pasado y defendido se ha lia pró ximo a] centro, y el peón inmóvil que le apoya está más cerca del extremo del tablero. En estas posi ciones, el rey de la parte más fuerte apoya directamente al peón pasado, cosa que, por regla, ase gura una rápida victoria. Hay excepciones en casos de peones muy avanzados en los flancos o, por c-1 contrario, en peones que no han sido movidos todavía. Estudiaremos primero las posi ciones de flanco, que son las más frecuentes y, por lo tanto, más importantes para la práctica, sin olvidar que las peculiaridades que se originan por la proximidad de 1c» peones al extremo del tablero, desaparecen cuanto más cerca estén de las columnas centrales.
En el 76 las blancas ganan, ocu pando con su rey, en determina das condiciones, la casilla 5A. Litó negras pueden oponerse sólo temporalmente. 1... R4A; 2. R3D, R4D; 3. R3R, R4R; 4. R3A, R4D. Como es natural, el rey debe permanecer en el cuadrado del peón SC. 5. R4A, R3D; 8. R4R, R3R ; 7. R4D, R3D; 8. R4A, R2A ; 9. R5D! No conviene jugar de golpe 9. R5A por 9... R2C; 10. P6C?, R3T y tablas. Las blancas deben 44
ocupar el escaque 5A, estando el rey negro en 2C. Se comprende que en una posición análoga, pero desplazada a la derecha, el rey ahogado es imposible, y tampoco son necesarias estas maniobras. 9... R3C (ó 9... R2D; 10. P6C, RIA; 11. R6A) ; 10. R6D, R2C, 11. R5A, R2A; 12. P6C+, R2C; 13. R5C y ganan. Por el final de esta solución se deduce que con esta posición si tuada en la fila superior (77) es imposible ganar, ya que las últi mas jugadas conducen a tablas. En el 76, las maniobras de los reyes pueden resultar algo más complicadas. 76a. Grigóriev, 1930 (la termi nación del problema véase en 138). Blancas: R6R, P5CR, P4TR. Ne gras : R3CR, P4TR. Ganan blan cas. 1. R6D! (no se consigue nada con 1. R5R, R2A!) ; 1... R2A; 2. R7D, RIA (o 2... R2C; 3. R7R. R3C; 4. R6R); 3. R6R, R2C; 4. R5A y ganan. El rey ahogado explicado en las observaciones a la 9 jugada en el ejemplo 76, se consigue con ma yor rapidez en algunas posiciones. 76b (ideado por Troitzki), 1930. Blancas: R3AD, P4TD. Negras: R5R, P2TD, P3CD. Tablas. 1. P5T!, P4C; 2. P6T!, R4D; 3. R4C, R3A; 4. R5T, R4A y tablas. Si desplazamos la posición 77 a la columna de la derecha, vere mos que las blancas ganan fácil mente, sacrificando en el momen to oportuno sn peón pasado e In vadiendo la zona critica del peón negro. Por ejemplo: !. R5D, RIA ; 2. R6D (ó 2. R6R, R2A; 3. R7R, RIA; 4. P7A); 2... R1D; 3. P7A + , RIA; 4. R6R, R x P ; 5. R7R, etc. Si desplazamos esta posición a la segunda columna de la derecha, se hace posible otra solución m ás: las blancas colocan su rey en 5TD, y en respuesta a R2C, continúan P7T>. Teniendo un peón pasado
detalle interesante que subraya la importancia que tiene, además de la estructura de peones, la situa ción de los reyes. Con el rey negro en 5D, las blancas, en este ejemplo, habrían ganado, como hemos dicho ya. Pero como el rey negro está en SA, las cosas cambian. Dos factores determinan las po 78 78 sibilidades de la defensa: las ne gras deben evitar que el rey blan co pase a 2R (con amenaza de pasar a 3R) y que rodee el esca que 2T (amenazando R3C); cosa que evitan jugando R5C. Pueden impedir la jugada R2R, tomando la oposición: 1... R6R, pero esta jugada resulta un craso error, ya que 2. RID, R5D (en caso 1 rey blanco consigue efectuar el de 2... R6A; 3. RIA1, las negras odeo por la izquierda. no llegan a tiempo a 5C); 3. R2R ¿o mismo ocurre si colocamos y ganan. lás abajo la posición 79; saliendo Ya que 1... R6R? no sirve, y es ¡s negras, las blancas no pueden imprescindible impedir R2R, no ©nar, pues tan pronto como se queda más remedio que 1... R6A, y parte su rey, las negras consi jugada es efectivamente sal gnen capturar el peón blanco y esta vadora: a 2. RID, signe 2... R6R; arenar el snyo. RIA, R5D; 4. R1C, R4A; 5. Lo mismo ocurre si despláza 3. R5C; pero si 2. RIA, enton nos la posición 79 a la columna R2T, ces 2... R6R; 3. R2C (3. R1R, * la derecha. Sin embargo, si la colocamos en R6A); 3... R7D y tablas. La jugada I... RflR? en el 80 a segunda columna de la derees un ejemplo de oposición «per ha, las blancas tienen la perseetiva de rodear por la izquierda judicial». Sin embargo, con otra ' ganar la partida; por ejemplo: estructura de peones puede resul tar acertado tomar la oposición en ... R6R, 2. R1D, y si 2... R5D, vez de jurar con el rey «a distan ntonees 3. R2R, y si 2... ROA, cia de caballo*. Es preciso, natu megan 3. RIA, etc. Pero también en este caso hay ralmente, obrar siempre de acuer acepciones. Grigóriev enriqueció do con lo que la situación exige, * teoría de estos finales con nn y en dependencia de ella elegir los medios técnicos de defensa: 80 la oposición o la distancia de ca ballo. La posición del ejemplo 89 tie ne dos puntos de invasión (dos casillas críticas para las negras): 2R v 3C. El camino más corto en tre ellas es: ID, 1A, 1C, 2T. A este camino, formado por casillas negras, le corresponde otro, «el más corto», de las negras, tam bién constituido por 4 casillas; >defendido en la fila 6, éste sacril©o es un procedimiento típico e ©prescindible. gu las posiciones de flanco del ¡m 76 las tablas son evidentes, y o mismo ocurre en la posición gpresentaâa en el 78. Pero si la [emplazamos a la columna de la [trecha, ya no serán tablas, pues
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R3R) ; 2. R2C, etc. Chéron (1952) reiteró la afirmación de Euwe, y otros autores insistieron en que 1. RIA era la única jugada que permitía ganar. Pero en realidad gana cualquier jugada del rey blanco. La más sencilla de todas es: 1. RIA!, pero también son buenas: 1. R1D ó 1. R2D. Por ejemplo: 1. R1D (en el 80 las blancas no tenían esa posibilidad de maniobra por la retaguardia); 1... R5R; 2. R2D o bien 2... R4D; 3. R3R, o bien 2... R5A; 3. R2A; ó 1. R2D, R5R; 2. R1D, R4D; 3. R2R, R5R; 4. R2D, etc. (la misma utilización del triángulo que en el 73). Lo expuesto en los ejemplos desde el 76 hasta el 81 demuestra que cuanto más lejos del extremo del tablero se encuentren los peo nes, menos posibilidades tiene de hacer tablas la parte más débil; con peones situados en el centro (en las columnas de la D y del R), estas posibilidades desapa recen. Si el peón pasado y defendido está más cerca del extremo y el inmóvil más cerca del centro, el rey de la parte fuerte no presta pero están situados en la fila in su apoyo directo al peón pasado mediata superior. y las maniobras de los reyes tie En «Finales», de Rabinóvich nen un carácter completamente (1938) esta posición se enjuiciaba distinto. como tablas, en vista de la si 82 guiente variante: 1. R2D, R5R; 2. R2R, R5A; 3. R2A, R5R; 4. R3C, R6D; 5- P5D, R x P ; 6. P6D, R7C; 7. P7D, P6A; 8. P8D=D, P7A y tablas, pues las negras tie nen peón de alfil y el rey blanco está lejos. Euwe, en 1940, señaló que para ganar era preciso jugar 1. RIA, ya que con esta jugada las blancas seguían a la misma distancia de las casillas 2D y 3T, y, en cam bio, las negras se veían obligadas a apartarse de una de las casillas conjugadas, la 5R o la 4C (la mis ma idea que en el 80), por ejem plo: 1... R5R (si no 2. R2D y 3. 6R, 5D, 4A y 5C. Las casillas de los «caminos más cortos» guardan entre sí estricta equivalencia: 1D-6R; 1A-5D, etc. Por eso deci mos que es mala jugada i... R6R, porque permite a las blancas con seguir la «equivalencia» con 2. R1D; en cambio, es buena 1... R6A!, ya que después de 2. R1D, R6R, la «equivalencia» queda en poder de las negras. (Véase 332.) Ofrece interés la posición 81. La estructura de peones es la misma, 81
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Los ejemplos 82 y 83 muestran 33 rasgos fundamentales de estas laniobras. Las maniobras del rey negro stíra limitadas por el peón paado 4T. no tiene otro recurso que lermanecer en su cuadrado y de>nder, además, las casillas clave él peón propio 4C. Las casillas A. y 5R, 5R y IR forman el límis de la zona crítica de las negras, 1 borde delantero de su línea de efensa. En lee antiguos manuales de jedrez se aconsejaba, en estos asos, «tomar la oposición y «in ervarla en cada jugada». Pero en i posición que analizamos, esta egla falla. Saliendo las blancas 1. R3C), tomar la oposición es entajoso, pero es mucho más enciÚo jugar sin pensar en ella. . R3A y 2. R4R, ocupando el esaque clave. Más clara aún es la itnación; si salen las negras: ... R3A? (¡toma de oposición!) ierden, mientras que con 1... t3D! ([renuncia de oposición!) acen tablas. Es un ejemplo elouente de lo perjudicial que es el mpleo mecánico de la oposición i no se ahonda en la esencia de 1 posición. En el ejemplo 82, las negras deen limitarse a defender las casi tas de invasión y, siendo mano, meden hacer frente a esta moesta tarea. Grigóiiev señaló, en 1922, que lientras el rey blanco maniobre n la la segunda fila, al rey ne;ro le basta con recorrer las casi tas 3D y 3R, pero tan pronto co ro el rey blanco salga a la tercera ila, el rey negro debe elegir obliatoriamente la casilla conjugada. l R3R ó R3C, las negras deben ontestar R4R!, y a R3D, R3A R3T, la única respuesta es R4D! *or esta razón, las negras procuarán ocupar lo antes posible la asilla 3D ó 3R, sin pensar en la posición. Ahora se comprende por qué sa
liendo las negras es preciso jugar 1... R3D! El rey blanco ya está a unto de pasar a la fila tercera; icho con otras palabras, el juego se traslada al «borde delantero» y las respuestas de las negras deben tener la máxima precisión, por ejemplo: 2. R3C, R4R!; 3. R3A, R4DÍ; 4. R4A, R5D!; 5. R5A, R4D!; (claro que no 5... R6A?; 6. P5T), etc. El hecho de que las casillas conjugadas estén en el borde delantero de la defensa coincide plenamente en este caso con el concepto de la oposición, constituyendo así el carácter pe culiar de esta posición. En el caso de la errónea jugada de las negras i... R3A, las blancas continúan de forma que las ne gras no puedan tomar la oposición inmediata: 2. R3C! (no 2. R3A?, R4D); 2... R4A (si 2... R3D, en tonces 3. R4A!, R4D; 4. R5A con la invasión en la zona crítica; en cambio, ahora a 3. R4A ?, le sigue R5D); 3. R4C!, (valiéndose de que 1« casilla 4A es inaccesible a las negras) ; 3... R3A; 4. R4A! (amenazando con 5. R4R); 4... R4D; 5. R5A y ganan. Las blan cas han tomado la oposición en una de las filas principales (en este caso son tres: la 5, la 6 y la 7) (véase 15). Damos a continuación cuatro ejemplos de Dedrle, 1925, con la misma distribución de peones, pero con reyes en distinta posi ción, que nos muestra la posibili dad o imposibilidad de tomar la oposición en la fila principal. 82a. Blancas: R2CR. Negras: R5R. Tablas, independientemente de la salida. (1... R5D!; 2. R2A, R5R!, etc.) 82b. Blancas: R3CR. Negras: R4R. Ganan blancas en el caso de que salgan las negras. 82c. Blancas: R4CR. Negras: R3R. Ganan blancas, independiente mente de la salida (¡casilla críti ca 4R!). 82d. Blancas: R6CR. Ne47
gras: R3AD. Ganan blancas, in dependientemente de la salida. 1. R5C!, R4A; 2. R4C! La oposi ción inmediata (R6C-R3R) daría tablas, y la distante (R6C-R3A) hace perder a las negras por la existencia del escaque 4A. El último ejemplo muestra que si en el 82, después de 1... R3D!; 2. R3T; R4D!, las blancas avan zan su re}’ por la columna de la TR, las negras deberán mantener el suyo en la columna de la D, conservando siempre la posibili dad de tomar la oposición inme diata, por ejemplo: 4. R4T, R5D !; 5. R4C, R5R!; 6. R5T, R4D!; 7. R6T, R3D!; 8. R6C, R3R1, etc. 83
juego se modifican si se las des plaza a la columna de la derecha. En la posición 82, donde el peón pasado y defendido no ha llegado a la fila quinta, el resul tado del juego, como hemos visto, dependía de la situación de los reyes. Cuando resulta imposible invadir la zona crítica, las tablas son inevitables. M
85
En el 84, después de 1. R2D, R5D; 2. R2R, R5R; 3. R2A, las negras pueden continuar 3... R5A, o bien 3... R6D, capturando el peón 2C. Pero en el 85, donde los peones están en la fila inmediata superior, esta posibilidad no existe (las ne gras se 'defienden lo mismo que en el 82). Tampoco existe si se desplaza esta posición a la colum na de la derecha (85a): 1... R5R; 2. R2R, R5A; 3. R2A, R5R; 4. R3C, R6Ü? (se consiguen tablas Si el peón pasado y defendido jugando 4... R4R!); 5. P5C, llega a la fila quinta, es decir, R x P ; 6. P6C, R7D; 7. P7C. deja atrás la mitad del tablero, P6A; 8. P8A = D, P7A; 9. D2C, una de las casillas clave del peón R8D; 10. R2A y si 10... P8A = D; adversario (en dicho caso 5R) 11. D2R+ + . Este final resulta queda fuera del cuadrado en -el posible por hallarse muy cerca el cual debe mantenerse el rey rey blanco. Pero si en el 85a trasladamos negro; esto demuestra que la posición es indefendible para las los reyes a 3C y 4R, respectiva negras, independientemente de mente (85b), las negras (a dife dónde estén las reyes y de quién rencia de la posición análoga en tenga la salida. Por ejemplo: 1... el 82), no pierden ni siquiera si R4D; 2. R2C, R3A; 3. R3A, R4D; son mano. Aprovechando la cir 4. R3R y ganan. cunstancia de tener un peón de Se ve fácilmente que en la- po alfil, pueden jugar: 1... R5R!; siciones de los diagramas 82 y 83 2. R4C, R4R!; 3. R5C, R5R!; ni el carácter ni el resultado del 4. ROA, R6D! y tablas, ya que el 48
¡y blanco se ha alejado demaado de la casilla 3A. Nos queda por analizar el seiindo grupo de finales con peón isado en el bando más fuerte, j habiendo peones bloqueados i el tablero. Esta estructura mo lí, en la cual todos los peones ueden moverse, posee ciertas iculiaridades que fueron este ladas en los trabajos de Grigóev.
En el 86, saliendo las blancas i victoria se consigue sencillalente con 1. R2D, luego 2. R3D, te, Pero si la salida es de las egtas, pueden hacer tablas ju»ndo así: 1... R6A!; 2. R1D (o 11C), P6D; 3 . P x P , R x P D ! y R x P C ) estando el rey blanco i 1C).
Fracasa el intento de romper (mediatamente la fila de peones láñeos jugando 1... P6D?, ya tut 2, P4A y ganan. Pero si des lazamos esta posición a la fila e arriba, veremos que el peón de Ifil ya no posee la salida doble las negras pueden empezar en ez de 1... RSA, con 1... P5D. A i 2. P x P , sigue 2... R5A! y las laucas se encuentran en zugirang; si 3. R2D, entonces 3... ixPD; y si 3, R2C, entonces .. RxPC y tablas. Si en esta situación (R2A, P4C P4D de las blancas y el rey ne to en 5A) saliesen las negras, se «Contrarían con el zugzwang y perderían la partida después de - RxPD (ó 1... RxPC; 2.
R3D!) ; 2. R3C!, R4D ; 3. R4T, etcétera. 86a. Grigóriev, 1933. Blancas: R5AR, P2D. Negras: R1AR, P2R, P3AR. Tablas. De las observacio nes hechas al 86 se deduce que después de 1. R6R!, R1R, las blancas deben avanzar su peón de dama de forma que su jugada P6D coincidan con el rey ne gro en ID ó ÍA (pero no en IR). Por eso 2. P3D!, R1D; 3. P4D, RtR; 4. PSD, R1D; 5. P6D, PxP; 6. RxPD. Estos cálculos para el avance de un peón o de varios peones son típicos de ciertos finales; para facilitarlos conviene guiarse por el siguiente principio: Estando en IR, el rey negro ocupará las ca sillas ID ó 1A coincidiendo con el número impar de jugadas ; por lo tauto, el peón blanco, en su avan ce hacia la casilla 6D, deberá ha cerlo en un número par de juga das. Si saliesen las negras, antes de que el peón empezase su avan ce, el rey negro ya estaría en ID o en 1A y volvería a ocupar esas casillas en un número par de ju gadas ; por eso las blancas debe rán jugar (P2D)4D!, a fin de al canzar el escaque 6D en un nú mero impar de jugadas. Esta indicación tiene carácter general, pues prevé también los casos de avance de dos peones blancos (números 131, 132 y 133). Pero en el 86a, donde sólo avanza un peón, el cálculo resulta más sencillo: si salen las blancas y el rey negro no está aún en la casilla precisa, hay que colocar el peón en la casilla del mismo color que en dicho momento ocupa el rey adversario. Una vez explicada la idea fun damental de los finales analiza dos, se comprenderán fácilmente las maniobras de las partes en la posición 87. 1. R1T! 49
Para completar el 87a, nos que Es un camino original para ga nar, pero como I. R2C?, P5D; 2. da por examinar el caso de cuán RIA, R6A, lo mismo que 1. R1C ?, do los peones están distribuidos R6A!; 2. RIA (2. R2T, RxP2A) ; en la fila inmediata superior. 2... P5D conduce a tablas. 87«. Moraviets. Blancas: RID, P5D, P4R. Negras: R2AD, P2AR. 1. ... R6A Ganan blancas. 1. R2R, R3D; 2. R3A, R4R; 3. R4CÍ, P3A; 4. ó I... PSD; 2. R2C. R5T!, P4A; 5. P6D, RxPD; 6. PxP y ganan. 2. R1C R5C 88
6 2... PSD; 3. RIA. 3. RIA R6A 3. RID PSD 5. RIA y ganan. 87a, Grigóriev, 1933. Blancas: R2D, F4CD, P3AD. Negras: R4CD, P2D. Ganan las blancas, in cluso si salen las negras. Después de 1... R5A, resulta la misma si tuación, más o menos, que en el 87, después de la cuarta jugada de las blancas, pero es preciso tener en cuenta la posibilidad de movimiento simple o doble del peón dama 2. RID o RIA (pero no R2A?, pues le seguiría P4D! y tablas). 2... R4C; 3. R2A!, R5A (no se debe permitir que el rey blanco pase a 3D); 4. R2D (recuiriendo al «triángulo», las blan cas han ganado tiempos, cediendo la mano al adversario); 4... P3D (si jugasen 4... P4D, ganarían las blancas en seguida; 5, R2A, aho ra deben ganar tiempos por sevez); 5. RID, R4C; 6. f inda 2A, R5A; 7. R2D, P4D; 8. R2A y ganan. ha posición final del zugzwahg pierde su carácter obligatorio (aqnque sea parcialmente) si hay en el tablero otros peones.
Es muy interesante e instructi va la partida de este ejemplo. 1. R2D No se puede jugar 1. P4C ?, ya que 1... P4T. 1. ... 2. R3R
R4A
No basta 2. R2R ?, por 2... R5R y 3... P4T ó 2. R3D? por 2... P4T; 3. R3R, R5C; 4. R4R, R x P3C. 2. ...
P3T
87b. Alatórzev, tomado de una Pierde inmediatamente -2... P4T partida por correspondencia en 1934-1935. Blancas: R2R, P4TD, por 3. R3A, asi como 2... R5C, a P3R, P4AR. Negras: R5R, P4TD, causa de 3. R4R. Ahora ya no se P4D, Salen blancas: 1. R1R! (es puede jugar 3. R2A por 3... P4T. la única jugada), y queda recha 3. R2A! R5C zada la amenaza de PSD. 50
gi 3... R5R, entonces 4. R2C, P4T; 5. R3T, R4A; 6. R4T, R3C; 7. P5A+ y por el peón de alfil, las blancas obtendrían el peón de torre, adueñándose al mismo tiem po de las casillas críticas del peón 3C. ¿ Qii é deben hacer ahora las blancas ? La situación es comple tamente distinta que en 87 y 87a. Es evidente que obtener la posi ción de »rey blanco en 2C, peón negro en 4T, incluso saliendo las negras», no es ventajoso, ya que las negras pueden jugar P5T, valiéndose de que después de P x P, el peón pasa a ser de torre v se hace posible la réplica R x PA. Conviene orientarse a la coro nación del peón de alfil, tanto más que el rey blanco, a diferen cia de las posiciones 87 y 87a, ma niobra al otro lado, del peón pa sado. Ya que en el caso 4. R3R, P4T, las blancas quedan en zugzwang, no queda otra solución que jugar:
Aunque la idea del sacrificio del peón pasado por el del adversario se ha explicado en el ejemplo 88 (observaciones a la tercera juga da), reproducimos aquí algunos ejemplos para mayor claridad.
y después
89. (Herberg, 1936): I. R3C! (no 1. P3C, por 1... R5C y P2A, 4A, 5A), 1... P4A (si 1... P3A, entonces 2. R3T, P4A; 3. P3C) ; 2. R3A!, RxP4T; 3. R4A y ganan. Al principio, el autor había des plazado esta situación a la se gunda columna de la izquierda. Como se comprende, en este caso, además de 1. R3R, gana también 1. P3R; por ejemplo: 1... RSR; 2. RIR (o R1D); 2... R4A; 3. R2R, R5R; 4. R2D, etc.
88a. Leyk. 1939. Blancas: R4CD, P4D, P3R. Negras: R4D, P2AR. Ganan blancas. Lo mismo que en el ejemplo 88, pero en las columnas centrales, donde el jue go requiere menos precisión. 1. R3A, P3A (1... R5R ?; 2. R4A y ganan). R2D (a diferencia del 88, aquí es posible también 2. R2A); 2... RSR; 3. R1R (cabe jugar 3. R1D); 3... R4D; 4, R2R, R5R; 5. R2A, P4A ; 6, R2R y ganan.
89a. Ebersz, 1942. 1. P4T, R5C; 2. R3D, R4T!; 3. R3A!, RxP4T; 4. R4A, R4T; 5. RxP , y ganan. Hasta ahora hemos estudiado las posiciones de dos peones li gados contra uno, teniendo la par te fuerte un peón pasado. Pasemos a los casos en que no hay peón pasado. También aquí caben dos clases de estructuras de peones: 1) inmóvil, con dos peones blo queados, y 2) móvil. Los finales con peones bloquea dos y sin peón pasado son, como
4.
R2R !
P4T
0 4... R4A; 5. R3R, R5C; 6. R4R. Ahora son las negras quienes están en zugzwang. 5. R3R
Rx P
de 6. P5A, P5T; 7. P6A, ÍBT» 8. P7A, P7T; 9. P8A=D, F8T *=D, las blancas ganan (véase 3 en «Anexo»):
SI
es natural, menos favorables para la parte más fuerte. Se ganan, de ordinario, independientemente de la salida, si uno de los peones ligados llega a la fila 6, o, dicho de otro modo, si el peón adversario se halla todavía en su casilla inicial. En los restantes casos, el resultado del juego se determina por la posición de los reyes y la salida. En las posiciones de flanco, las maniobras suelen tener el mismo carácter que en situaciones del tipo 82. Pero si los peones se encuentran en las columnas del alfil de dama o alfil de rey, el carácter de las maniobras cambia, debido a la existencia de puntos de invasión en ambos flancos. Examinemos, primero, las posiciones en que un peón rezagado (que se defiende) de la parte fuerte se encuentra cerca de las columnas centrales. En este caso, el rey propio aún está en condiciones ae prestarle cierto apoyo.
En el 90 el peón negro sigue en su casilla inicial y las blancas ganan, salga quien salga. Por ejem plo: 1... RIA (si 1... R2R, entonces 2. P6A ); 2. R6R! (pero no 2. P6A?, R1C y tablas); 2... R1D; 3. R6D, RIA; 4. R7R, R1C; 5. R7D, R1T; 6. P6A !, P x P ; 7. R7A y mate en tres jugadas. Si las blancas tienen la salida, utilizan el triángulo a fin de pasar la salida a las negras: 1. R5R, R3A; 2. R4D, R2D; 3. R5D y ganan (pero no 1. P6A+?, RIA!; 2. R6D, R1C! y tablas). Eos peones de torre suelen dar las excepciones habituales. En la 52
posición 91, veremos que después de 1... RIC (1... R2D?; 2. P6C!) ; 2. R6D, R1T, se hace evidente el resultado nulo de la partida. Desplacemos ahora ambas posiciones a la fila inmediata interior.
En el ejemplo 92 las blancas, a diferencia del 90, no pueden ganar teniendo la salida, por ejemplo : 1. R4R, R3R! (claro que no 1... R4A ?, que permitiría a las blancas la utilización del «triángulo» ; las negras, en este caso, no tienen por qué temer la incursión; 2. P5A). 2. R4A, R3D!; 3. R4R, R3R; 4. R3R, R2R o R2D. Ta blas. Conservar la oposición es obligatorio sólo en la «primera línea» de la zona crítica (lo mismo que en el 82) ; a R4R, las negras responderán con R3R; y a R4D o R4A, con R3D. Si la salida la tienen las negras (ejemplo 92), pierden la partida: 1... R3R; 2. P5A ó 1... R2R; 2. R5R (se puede jugar también 2. P5A); 2... R2D; 3. R5D (dominando las casillas críticas del peón 6C), ó 1... R2A; 2. R5R! Es evidente que en el ejemplo 92 el resultado del juego no cam bia si la posición se desplaza hacia abajo. En cambio,, en el 93 (o en una posición más desplazada hacia abajo), lo mismo que en el 91, las tablas son inevitables, salga quien salga: a l ... R3D es inútil 2. P5C; si juegan las blancas, a 1. R4D, se puede replicar 1... R3D e incluso 1... R4C (2. R3A, R3A), ya que
para las negras no es peligroso perder la oposición.
tespondcrán R3R, con amenaza de R4D. »Si las blancas intentan el rodeo por la izquierda, necesitarán 93a. El rey negro está en 1AD. 4 jugadas para llegar a la casilla T a b l a s . (Véase 325.) Saliendo las 5T; por consiguiente, el rey ne negras es preciso, a fin de defen gro, para llegar a tiempo a 2C, der las casillas críticas 6C, 6A y puede estar en la columna del 6D, jugar: S... RlD! (2. R5A, alfil. En eso radica toda la idea R2A ó 2. R5D, R2D). (Véase 94.) de la.defensa de las negras. Si desplazamos la posición 90 a la derecha, el resultado del juego 1. ... R2A! no varía: las blancas ganan, salga No se debe 1... R2D?, por 2. quien salga (saliendo las blancas, además de 1. R5A, resulta posible R4A!, RIR (no se puede hacer una jugada más sencilla: i. P6- otra cosa) ; 3. R4R, RlD; 4. R5A, ó 3... RÍA; 5. P5D y ganan. D+ 1). Tampoco varía el resultado de 2. R3A R2R! la partida si el ejemplo 92 se des plaza a la derecha; ganan blan cas, si son mano las negras. Lo las tablas son evidentes: 3. R4C, interesante de esta posición es R3R!; 4. R4A, R3A!; 5. R3R, que los reyes han salido ya a la R2A (o R2R); 6 R3D, R2R (o »primera línea». Pero si esto no R2D). I.a posición siguiente muestra se ha dado aún, el resultado del juego se determina por la situa los grandes recursos que tiene la ción de los reyes y sus Correspon defensa, donde la parte más fuer dientes maniobras, como vemos en te tiene incluso tiempos de re serva. los ejemplos siguientes. •i
94a. Ebersz, 1942. Blancas: R3CR, P3AD. Negras: R3AR, P5AD, P3D. Tablas. Las blancas no de ben lan ar su rey de primera in tención a la línea avanzada. Si 1. R4A?, entonces 1... P4D; 2. R3A (2. R4C, P5D) ; 2... R4A; 3. R3R, R4R o 1. R4C ?, P4D; 2. R4A, R3R; 3. R3A, R4A; y ganan. A 1. R3A, la solución es 1.. . R4R, v si 1. R2C?, entonces 1.. . R4A; 2. R3A, P4D y ganan. Lo correcto es l. R2A! (en este caso la defensa tiene casualmente forma de oposición); 1... R3R. 2. R2R (tiene gran importancia práctica y de principio el hecho de que, además de esta solución dada por el compositor, cabe tam bién 2. R3R); 2... R4A; 3. R3R, R4R; 4. R3A, R4D; 5. R4A (se jugar también 5. R3R); 5... guede 3A (sí 5... R3R, entonces 6. ce a nada la tentativa de envolver R3R!); 6. R4R, R4A; 7. R3R, por la derecha: a R4C, las negras P4D (7... R4C; 8. R4D); 8. R2D, 53
R4C; 9. R2A, R5T; 10. R2C y tablas. ; Qué explicación tiene esta diferencia de resultado (95) en comparación con el 94 ? Como el peón de la parte más débil es central, las negras tienen que defender en el flanco de da ma un frente más amplio: tres casillas en lugar de dos. Con el rey blanco en 5C resulta insufi ciente la réplica R2A, por R6T; a R5C es preciso responder R2C. Por consiguiente, el rey negro no puede retroceder a la columna del CR, ya que desde allí a la casilla 2C hay 5 jugadas, mientras que el 95
R2R; 6. R3D, R2D(1D) ; 7. R4D, R1D (2D), etc. Analicemos ahora las posicio nes en que el peón rezagado (que se defiende) se encuentra próxi mo al extremo del tablero. Esta estructura de peones es, en cierto grado, aún menos favorable para la parte más fuerte. Se explica, en lo fundamental, por el hecho de que el rey no esté al lado de su peón rezagado y por eso el avan ce, a veces posible, de este últi mo, pierde eficacia. En el 96 es imposible sacar el rey negro de su rincón: 1... RIA; 2. R6D, R1C; 3. R7D, R1T; 4. P6T, R1C! y tablas. 96
gadas. Teniendo la salida, las negras pierden: 1... R2R ; 2. R4C!, ó 1... R2C ; 2. R3R!, R2A; 3. R3D ! (para replicar a 3... R3A; 4. R4D, R4C; 5. P5R) ; 3... R2R; 4. R4A. Pero si salen las blancas, la par tida resulta nula. Salva a las ne gras el conservar la oposición (en las columnas principales del alfil de rey y caballo de dama). 1. R3C, R2C! ; 2. R3T, R3AÎ; 3. R3C, R2C! (pero no 3... R4C?, ya que después de 4. R3A, la casilla 5A es inaccesible para las negras) ; 4. R2A, R3A o RIA; 5. R3R, 54
97
Si desplazamos hacia abajo esta posición en una o varias filas (97) el resultado sigue siendo el mis mo: 1... R3RÍ; 2. R4R, R3D!, tablas. (Después de 3. R5A, R4A, ya son las blancas quienes deben procurar tablas.) 97a. Blancas: R5R, P4TD, P5CD. Negras: R2R, P3CD- De cide el resultado el tumo de sa lida. En esta posición de les re yes o más distanciados entre sí, la lucha se lleva por los escaques críticos del peón 6C(3C). Es in negable que las posiciones de este tipo, en comparación con el 82, son mucho menos peligrosas para las negras. 97b. Blancas: R4D, P3TD, P5CD. Negras: R3R, P3CD. Ta blas. Ni siquiera la reserva de
tiempos de las blancas modifica gulo similar. Pero en respuesta este resultado. 1. R4A, R3D; 2. a 3. R2A o a 3. R2C, las negras R4C, las negras pueden jugar 2... no pueden utilizar los escaques, R2D para replicar a 3. P4T con de retaguardia 2A ó 2D por la 3 . R2A. Pero también pueden jugada del rey blanco (3A)4D, 2 .'. R2A; 3. P4T, R2C, ya que que les daría la victoria, y tamdespués de 4. R4A, R2A; 5. R5D, poco disponen del triángulo 3A, R2D, las negras llegan a tiempo 4A y 3D, porque les es inaccesible de defender las casillas críticas y la casilla 4A. Por consiguiente, no la reserva de tiempos de las blanles queda más que el triángulo cas ya está agotada. Pero otro resultado se obtiene 3D, 4D y 3A; pero si colocan su en esta posición desplazada a la rey en 4D (ó 3A), permiten qué fila inmediata inferior (98). Esto el rey blanco ocupe la casilla conse debe a que el peón 2 T conserva jugada 3A ó 3C, y por ello pierden. la opción a la jugada doble. En los manuales se dice erróneamente que se gana tan sólo jugando 3. R2C y que 3. R2A conduce a tablas. Pero, en realidad, ambas jugadas son equivalentes. 3.
R2A
ó 3. R2C
1. R3A 2. R3C
R4D R3A
Las jugadas de las negras son únicas, ya que no pueden permitir la posición del rey blanco en 4D ni en 6 D, por el peón (2T)3T. Las casillas 33D, 3A y 3C de las blancas son las conjugadas de las negras 4R, 4D y 3A. En esta posición las blancas ganan fácilmente si consiguen pasar la jugada al adversario.. El método habitual para conseguirlo es el «triángulo», es decir, la utilización en este caso de las casillas de retaguardia 2C y 2A. Para conservar el equilibrio, las negras deben hacer lo mismo en un trián-
y las negras se encuentran indefensas, por ejemplo: 3. R2A, R3D (3... R4D; 4. R3A, y si 4... R4R, entonces 5. R3C y 6 . P4T, y si 4... R3D, entonces 5. R4D ; a 4... R3A, se puede replicar también 5. R4D y 5. R3C); 4. R2C, R3A; 5. R3C, R3C; 6 . R3A, R3A; 7. R4D, R3D ; 8 . P3T y ga nan ; lo mismo resulta si se juega 3. R2C, R3D; 4. R2A, R3A (4... R4D; 5. R3A) ; 5. R3C y ganan. La solución propuesta establecía,. con fines metódicos, la equivalencia de tres casillas fundamentales (la «línea avanzada»). Sabiéndolo se puede acortar en una jugada la solución, utilizando inmediatamente el triángulo: 1 . R2A!, R3D (1... R5D; 2. R3C; 1... R4D; 2. R3A) ; 2. R2C! R4D; 3. R3A, R3A; 4. R3C, etc. Si desplazamos la posición 96 a la columna siguiente o a las posteriores (99), las blancas ganan siempre. 55
99
R4A, R2F ; 3. P5C); 2. RSR, R2R; 3. R5A, R2A (4. R5C, R3R). En la posición siguiente la parte débil tiene muchas posibilidades de defensa en comparación con el ejemplo 94.
100a. Blancas: R3R, P4CD, P5AD. Negras: R2R, P3AD. En el 94 se consiguen tablas con la Saliendo las blancas conviene única jugada 1... R2A! En cam ju gar : !. R5D (no 1. R5A?, bio, en este caso cualquier primeR3b); 1... R1D; 2. R 6 R, R1R; 3. ra jugada de las negras basta para hacer tablas. (Sin embargo, P 6 C y ganan. Sin embargo, si desplazamos la cuando el rey negro esté en JAR posición 99 a la fila inmediata in- ó IR y las blancas tengan la saferior y más abajo aún (el peón lida, la defensa debe ser muy negro ya no está en su casilla exacta; su índole se deduce de inicial) resulta imposible ganar, las variantes más arriba expuesindependientemente de la salida. tas. Si en el ejemplo 98, anteriormente analizado, desplazamos la posición a la columna de la derecha (obteniendo así peones de alfil bloqueados), no se modifica ni el resultado ni el carácter del juego. Grigóriev varió un poco esta posición y enriqueció la teoría con una idea interesante y original. 101
En una posición análoga con peones de alfil bloqueados, pero con un peón en 4D en vez de 4C, las blancas podrían ganar, siem pre que saliesen las negras. A l... R3A, seguiría 2. P5D. En este caso la incursión 2 P5C pierde eficacia debido a que 2... P x P ; 3. P 6 A, R3R o 3. R5D, P5C. No se consigue nada con la jugada 1 ... R3A, pues 2. R4A, R3R; 3. R4R, R3A; 4. R4D, R3R; 5. R4A (con la amenaza de 6 . P5C); 5... R2D, etcétera (1 0 0 ). Si son mauo, las blancas consiguen rechazar el rey adversario a la fila siguiente, por serle inacLas blancas tienen dos tiempos cesible la casilla 6 D, pero, no de reserva, pero, ¿ cómo utilizarobstante, la partida es nula: 1 . los? Está muy claro que la agreR4D, R2D! (no 1... R2R?; 2. sión directa a las casillas críticas RSR y tampoco. 1... R2A?; 2. 6 D, 8 A y 6 R no promete la victo56
ria> pues el rey negro recorrería las casillas 3R y 3A (101), redu ciéndose la partida al número 10 0 . Triunfa un plan ingenioso. Ma niobrando con un objetivo apa rente, las blancas colocan su rey en 5 T, provocando la réplica R2C. Después de eso invierten uno de sus tiempos de reserva en la ju gada P3C y obligan así a que |l rey negro juegue 2 T, cosa que les permite dominar en el centro el escaque 5R, teniendo otro tiem po de reserva. Para llevar este a la práctica, las blancas Jtan eben superar todavía algunas di ficultades tácticas. 1. R2R
R2D
Es inútil 1... R2C;; 2. R3D, R3T por 3. P4C, R4C ; 4. R3A, R3T; 5. R4A!, R2C; 6 . R4D y ganan. 2. R3D
R2R!
Es un momento crítico. Si 3. R4A, sigue 3... R3R y las blancas se encuentran en zugzwang: 4. R4D (4. R4C, R4D); 4.... R3A!; 5. R3A, R4R!; 6 . R4A, R3R! y tablas. Pero para las blancas hay otra solución. 3, R3A!
R3R
o 3... R2D; 4. R4C. Ahora son las negras quienes están en zugzwang. Toda la «sal» de las maniobras tác ticas se basa en la decisiva conju gación de las casillas 4A y 6 R. 4. R4A!
R2D; 11. R5R, R2R; 12. P4C y ganan. Si uno de los peones ligados es central, en las posiciones del tipo se gana siempre, independiente mente de la salida. Si desplaza mos esta posición hacia abajo, la parte más fuerte gana sólo cuando es mano el adversario.
R2D
A la 4... R4R, decide la 5. P4C y la 6 . P5C. La continuación es sencilla: 5. K4C, R2A; 6 . R5*T, R2C; 7. P3C!, R2T; 8 . R4C, R2C (ó 8 ... R3T; 9. R3A y si 9... R4C, sigue 10. P4C y si 9... R4T -, 10. R4A, R3T; U. P4C) ; 9. R4A, R2A; 10. R4D,
En el 142 (o en la posición de R5A blancas y R2A negras) se gana únicamente en el caso de que salgan las negras. Después de 1... R3C (ó 1... R2R; 2. R5C, R2A; 3. R5A) el rey negro queda dema siado lejos de la casilla 2T (6 jugadas), mientras que el rey blanco alcanza el escaque 5T en 5 jugadas. El juego es análogo al 95. Pasemos ahora al estudio de es tructuras de peones móviles sin peón pasado, es decir, de casos en que no hay peones bloqueados. Cuando los peones están en con tacto directo cabe el paso a posi ciones ya examinadas con peones bloqueados. Lo fundamental en esta estruc tura de peones es que uno de los peones ligados tiene frente a sí peón adversario en la misma co lumna y el otro se halla en la columna vecina; como éste no tiene enfrente valla alguna, posee mayor capacidad de avance (es un «candidato» a peón pasado o un «semipasado»). Es evidente que la presencia próxima del rey pro pio refuerza la importancia del peón dotado de mayor movilidad, 57
y resulta más ventajosa para la parte fuerte que si el rey estu viese lejos; hemos visto la con firmación de ello en una serie de ejemplos con peones bloqueados. Otra cosa que tiene muchísima importancia es la reserva de tiem pos que tenga la parte más fuerte al pasar a una posición bloqueada. Ya hemos examinado posiciones con una estructura de peones en los flancos y centrales. Ahora nos conviene seguir un orden inverso, ya que las estructuras centrales son, relativamente, más sencillas; tienen más importancia práctica las posiciones de flanco que, ade más, son más complicadas y »oseen un mayor número de pecuiaridades. Si el peón de la parte débil se encuentra en alguna columna central (de dama o de rey), se puede evitar el mate en contadísimas excepciones. En él caso, por ejemplo, de que el rey adversario se encuentre muy lejos y no pueda prestar el debido apoyo a le® peones ligados. Como regla, la parte más fuerte gana siempre.
Í
103
También gana 1. R4A, R3A: 2. R4C (no 2. P5R+ ?, R2A!, ta blas) ; 2... R2C (a 2... R3C? la jugada decisiva es 3. P5R, ya que en el caso 3... R3T las negras no tienen tiempo de defender el flan co de dama) ; 3. R5C, R2A ; 4. R 6 T, R3A; 5. P5R+ y ganan. Si saliesen las negras, entonces a l ... R3A, no se debe contestar 2. R4A? por 2... P4R+ ; 3. P x P + , R3R y tablas. Lo correcto, es 2. R3A ó 2. R3D. Como es natural, en la posición 103 se gana también si se la des plaza arriba o abajo. Estando el peón negro en 2R (los peones blancos en 5D y 5R) después de 1. R5A, R2A, se gana también ju gando 2. P 6 R + . A la parte más fuerte no le con viene, sin manifiesta necesidad, aproximar demasiado los peones, para tener más de un tiempo de reserva. Se gana más fácilmente si se economizan tiempos (103).
103a. Fine, 1941. Blancas : R4R,
P2D y P2R. Negras: R3R, P2R. Ganan blancas. La tarea inmedia ta de las blancas es ocupar con su rey la casilla 6 R. 1. P3R, R3D; 2. R5A, R4D ; 3. P3D, R3D ; 4. P4R, R2D ; S. R5R, R1D ; 6 . R 6 R, R1R. Ahora el rey debe ocupar la casilla 7D ó 7A. 7. P5R (ó 7. P4D) ;
104
Lo más sencillo en este caso es 1. R3D (es decir, apoyar el peón que tiene mayor movilidad); 1 ... R3D; 2. R4A, R3A; 3. P5R y ganan (92). 58
,. RIA; 8 . R7D, R2A. Queda R3R, R5C; 11. P4D) ; 9. R2D, .¿r ganar el peón negro; 9. P4D, R4A; 10. R3A y ganan. La posición que damos seguidaRIA; 10. P6 R y ganan. En algunas posiciones las ma- mente es de difícil solución. niobras de los reyes son más. com108 plicadas. Este ejemplo es una ilustración manifiesta de un procedimiento típico. 1. R3C, R3A; 2. R4A, P8 R !; ahora 3. P x P ? pierde, ya nue A.. P 6 D ; 4. R3A, R4R!; 5. R2A (ó 5. P4R, R5D; 6 . P5R, R 6 A y ganan) ; 5... R5R; 6 . RIA, R 6A!; 7. R1R, RxP. Es correcto 3. R3A!, R4R; 4. R2R! y tablas. 7
105
No se consigue nada con la tentadora jugada P4R, ya que 1... R7T! (no 1... R7C?; 2. P5R, P3R; 3. R4C y tablas); 2. P5R, P3R; 3. R3A (es vana la tentativa de capturar el peón 7D, pues el rey negro tiene tiempo de ocupar la casilla 5D) ; 3... R 6 T ; 4. R4A, R5T; 5. R5A, R 6 C y ganan. Tampoco salva a las blancas 1. R5A, porque 1... R7C; 2. R 6 C, R 6 A ; 3. R7A, P4R (ó 3... 4D) y Es muy ilustrativo el ejemplo ganan. 105 (Leyk, 1941) ; 1. R2A! (no 1. La única posibilidad de la deR2R?, R 6 A ; 2. R3R, P4R!) ; 1... fensa consiste en aprovechar la R4A; 2. R1D! (es un error jugar mala posición del rey negro. Para 2. R3A ó 2. RIA, por 2... P4R, que este fin no Sirve 1. R3A?, que permite a las negras tomar la opo- deja a las negras la réplica 1 ... sición en la columna principal, lo R7T. mismo que en el 15; por ejemplo: 2. RIA, P4R; 3. R1D, R3D!; 4. 1. R3C! P3R R2D, R2D!; 5. R3A, las blancas Si 1... R 8 C, entonces 2. P4R, han conquistado la fila, pero no la oposición; 5... R2A!, tablas); R 8 A (en caso de 2... P3R; 3. P5R, 2... R5D (2... P4R; 3. R2R!; 2... el rey negro no podrá abandonar R5C; 3. R2D!, P4R; 4. R2R!, la fila primera) ; 3. R3A, R 8 D ; R 6 A; 5. R3R) ; 3. R2D, P3R (3... 4. R3D, R 8 R ; 5. P5R! (no 5. R4A; 4. R3R) ; 4. R2A, R4A; 5. R3R?, P4S! y ganan); 5... R7A R1D, R5D; 6 . R2D, R4A; 7. R3R, (ó 5... P3R; 6 . R3R) ; 6 . P6 R, P4R; 8 . R2R, R5D (8 ... R3D; 9. P3D; 7. R4R, R 6 C; 8 . R5A y tablas. r 3A; 8 ... R5C; 9. R3A, R 6 A ; 10. 59
2. P4R!
P3D
ó 2... R 8 C; 3. P5R y tablas. 3. P5R;
en tablas, independientemente de la salida. Cuando se llega a la posición R4D de las blancas y 10 »
Esta jugada fuerza el resultado nulo. Después de 3... P4D; 4. R3T, el rey negro queda encerrado para siempre y el movimiento del peón de dama resulta inútil. Con un peón de alfil tiene esencial importancia para la paite dé bil el hecho de si es central alguno de los peones ligados y en ciertos casos a qué lado de los peones se halla el rey que los apoya y quién es mano. i 07
pués de P5A, R3A o después de R4A, R3A: las blancas podrían ganar sólo si saliesen las negras (ROA, R5R o R 6 R, R4A) en el flanco de dama, pero conseguir esta situación partiendo de la posición del 108 es imposible. Si desplazamos el ejemplo 108 hacia arriba, las blancas ganan: si lo hacemos hacia abajo, sigue siendo tablas, pero si al mismo tiempo situamos ambos reyes en la columna de dama, las blancas ganan sólo si son mano las La posición 1®7 se diferencia de negras. Si en el 107 desplazamos la pola 103 por el hecho de que el rey, por falta de espacio, no puede sición hacia arriba, la victoria irrumpir por la derecha. Sin em- resulta todavía más fácil para las bargo, se gana jugando 1. R4C, blancas. Pero si lo hacemos hacia R3C; 2. R3A (no 2. P5A + ?, R2A abajo en una o dos filas, las negras adquieren la sorprendente o R2C y tablas) ; 2... R2A; 3. R3R; R2R; 4. R4D, R3D; 5. P5A y ga- facultad de poder hacer tablas, si nan. Saliendo las negras: 1... bien en el caso de tener la salida. El secreto de la defensa radica R3C; 2. R3C!, R2A; 3. R3A, R2R; 4. R3R, R2D; 5. R4D, R3A (5... en que las negras deben tener R3D; 6 . P5A); 6 . R4A, R3D; 7. siempre la posibilidad de replicar R5C y ganan. a R4T con R3C, a R2C con R3A, a R3C con R2A. El rey negro En cambio, en el ejemplo 108, debe estar más cerca del centro que el rey blanco. Ahora explicadonde las blancas no tienen un remos el porqué de esos consejos. peón central, la partida termina 60
109
110
211
gana la jugada R3C, R2A, etc., y. eu el 110, R4A. Las tablas se consiguen jugan do l... R5C!; 2. R1C, P 6 A SDes pués de 3. P3R, R4A; 4. RIA (4. R2T, R5C; 4. R1T, R4C); 4... El ejemplo 109 nos lleva rápida R5R (y se reproduce el problema mente a la situación repiesentada de Grigóriev, número 80) ; 5. R1R, en el 110. 1... R4C1 (sí 1... R3C, R 6 D; 6 . R1D, R 6 A; 7. RIA, R 6 D entonces 2. R4T y las blancas y tablas. quedan victoriosas; como tampoco Saliendo las blancas se gana ju se puede admitir 3. RóT, las ne gando: 1 . R2C(1C), etc. gras se ven obligadas a jugar 2 ... Si en el 11! cambiamos la posi R3T, pero entonces las blancas ción de los reyes, situándolos en colocan su rey en 3D, consiguen 2D y 5D, respectivamente, a las la situación R3D, R5D y ganan negras no las salva el tener la mediante P3A, P4A, lo mismo salida: 1 ... R5A; 2. P4R! y ga que en el 107. Para defenderse, las znan. negras deberán responder a R3D con R4A!) ; 2. R2C (2. R3C, Illa. Keres, 1943. Blancas: RlP5A+ ; 2. R2T, R3C) ; 2... R3A!; TR, P2R y P2AR. Negras : R5CR, 3. R3C y hemos llegado al pro P5AR. Ganan blancas : 1. R2T!, blema de Dedrle (110). R4A; 2. R2C!, R3A; 3. RIA, La solución del 110 la damos R4R; 4. R1R, RSD; 5. R2D, desde el principio: 1... R2A! {con R5A ; 6 . P4R!, R5D; 7. P3A, R5A; servando la posibilidad de repli 8 . R2R, R5D; 9. R2A, R4R; 10. car a 2. R4T con R3C, y a 2. R2C RIA y ganan, lo mismo que en el ó 2. R4A con R3A) ; 2. R2A, R3R, 81. 3. R2R, R4D(3D); 4. R3D (4. Teniendo tiempos de reserva es R2D, R3D! o R3A!) ; 4... R4A!; más fácil ganar, pero, a veces, 5. R3A (5. P4R, R3D!); 5... R4D ; resulta bastante complicado. 6 , R4C, P5A! (y en eso reside todo En el 112 la victoria es sencilla: el secreto: si 7. P x P, entonces 7... 1. R4D, R3D; 2. P4C, R3R (2... R3R; si las blancas no toman el R3A; 3. R4R) ; 3. R5A; ó 1... peón, quedará bastante cerca de R4A; 2. R5D, R5C; 3. R 6 R, la fila de promoción, cosa que no R x P3C ; 4. PSA. existía en el ejemplo 107); 7 . Saliendo las negras, las tablas P4R+, R5D; 8 . R3C, R 6 R ; 9. se hacen evidentes en el acto. 1 ... f5R, R x P3A; 10. P6 R, R7C; P4A+ (2. R4D, R3D). Analizando 11- P7R P 6 A ; 12. P 8 R=D, P7A este problema, Berger hizo la sen y tablas. cilla deducción de que si el peón Saliendo las blancas en el 109 estuviese en 2C (113), sería posi 6t
ble 3. P3C y se ganaría indepen dientemente de la salida. Berger, sin embargo, no ha señalado cómo se gana en el 113 saliendo las blancas.
Fine (1941). propuso la siguien te solución para el ejemplo 113: 1. R4D, R4A (1... R3D; 2. P4C); 2. R3R, R5C (2... R 3R; 3. R4R) ; 3. R4R, R5T! (no 3... R 6 C; 4. R5A); 4. R3A! (no 4. R5A?, 112
113
R 6 C ); 4... P4A [4... R4T ; 5. P3C, P4A; 6 , R2A! y 6 ... R3C; 7. R3R ó 6 ... R5C; 7. R2C, R4T; 8 . R3A, R3C; 9. R3R]; 5. R2A! (pero no 5. P3C+ ?, R 6 T ; 6 . R2A, R7T!) ; 5... R5C; 6 . P3C, R4T (6 ... R 6 T ; 7. R3A, R7T; 8 . P4C) ; 7. R3A!, R3C; 8 . R3R y ganan. (Véase 125 y 126b, 1936.) 114
62
113
Este procedimiento de ganar conserva su importancia si, por ejemplo, se da la situación R3R de las blancas y R4A de las negras o R4R y R5C, teniendo que jugar las negras. Pero en la posición ini cial se gana mucho mas fácilmen te (según Grigóriev) jugando: 1 . P5A+ !, R3D; 2. R4A!, etc. (101). En el ejemplo 114 (Lasker-Ward, 1913) : 1. P4C+ condujo a la vic toria debido al error del adver sario. La posición es de tablas (108). Algunos opinan y Berger también nog habla de ello, que se puede ganar jugando 1. R2T y si 1.. . R3T (o R5C), entonces 2. R2C, R3C; 3. R2A, etcétera, lle vando el juego al 1 1 2 . Leyk opina que en caso 1. R2T las tablas se hacen evidentes después de 1 ... P4A. Más decidido es el intento 1. R2C, pero con una defensa eficaz no da resultado. Leyk no ha dado explicaciones para esta última variante, y lo hacemos ahora nosotros: 1... R5C! (las de más jugadas pierden: 1... P4A; 2. R3A; 1... R3C; 2. R2A, R4A o R2A; 3. R3A, R3R; 4. R4C ó 3.. . R3C; 4. R4R) ; 2. R2T (si 2. R2A, entonces 2... R 6T ; 3. R3A, P4A) ; 2... R4A! (ésta es la única jugada: 2... R 6 A ; 3. R3T; 2... R4T; 3. R1C) ; 3. R1C (3. R2C, R5C; 3. R3T, R3C ; 4. R^>, P4A); 3.. . R3R! Otra vez la única juga da, pero ahora las negras amena zan 4... P4A y tablas, y en caso de 4. P4C las tablas también son evidentes. En el 115 los peones ligados están condenados, pero las blancas los sacrifican a fin de desplazar en beneficio propio las casillas clave: 1. P6 C!, P x P (si 1... RxP , las blancas tienen tiempo de de fender el peón 4A); 2. P5A, PxP; 3. R1C! v tablas. El problema de Matison tiene la siguiente distribución: Blan cas R1TR, P4AR, P4TR. Negras: R3TR, P2AR, P4CR. Después de 1 . PTxP+!, R4T, obtenemos la
consiguiente, por ahora, no se deposición representada en el 115. * ü n complemento del 106 es la be alejar de la fila cuarta. El peón, siguiente enjundiosa posición que sin embargo, se debe avanzar. parece tomada de una partida ju2. P3A R5R gada en la práctica. 116
Se intenta la salvación por otro medio. 3. R5C
R4R
Si 3... R 6 D, entonces 4. R4A! El «paseíto» siguiente de los reyes. favorece a las blancas; disminuye el peligro para los peones ligados, y fas blancas, en su plan de ataque al peón negro por la retaguardia, tendrán que «envolver» al rey negro (colocándose a la distancia de jugada de caballo) ; podrán hacer esta maniobra gracias a los tiempos de reserva de que disponen P3C o P4A. El juego que sigue se comprende, aunque cada Los peones ligados están ame- variante precisa un cálculo exacto. nazados y tarde o temprano será 4. R 6 C R3R preciso jugar P3A, para rechazar 5. R7C! el ataque de R7A mediante P4C; la réplica P5A no es de temer, Aún es temprano para jugar 5. ya que después de R4C, al rey P3C por 5... R4R; 6 . R7A, P5A! blanco le da tiempo de llegar a 4D. Sin embargo, la jugada Y se puede seguir: inmediata de 1. P3A no sirve, ya a) 5... R2R; 6 . P4A!, R3R; 7. Opte 1... R 6 A !; 2. R4T (2. R2T ?, R 8 A, R4R (7... R3A; 8 . P3C); 8 . incluso pierde después de 2 ... R7R!, R5D; 9. P3C, R 6 A ; 10. P5A); 2... R5A, etc., y tablas. Es R 6 D y ganan. evidente que el rey blanco, para b) 5... P5A; 6 . R 6 C (6 . R 8 A ?, evitar que lo «encierren», debe to- R3A, tablas); 6 ... R4R; 7. R5C, mar parte del juego, acercándose R5R; 8 . R 6 A !, R 6 D ; 9. R5R, a los peones. R7A; 10. R4D, y ganan. c) 5... R4A; 6 . R 8 A ! (no se pue1. R4C! R 6 R de jugar de otro modo: 6 . R7A, P5A; 6 . P4A, R5R; 6 . R 8 C, ¿ Conviene seguir ahora 2.R5A ? R3A!) ; 6 ... P5A (ó 6 ... R3R; 7. Las negras amenazan ya con 2 ... P4A, lo mismo que en la variante H7D; a esto le seguirá 3. P3A, a) ; 7. R7A!, R4R; 8 . R7R y gaR7A_; 4. P4C y aquí es donde se nan. manifiesta el nuevo recurso defenComo ven los lectores, se trata sivo de las negras: 4... P5A!, es de unas maniobras complejas en decir, la amenaza de hacer tablas casi todo el tablero. contra dama, gracias al peón de 117 se parece al 90, pero es aún alfil. Para evitarlo, el rey blanco deberá estar lo suficientemente más favorable oara las blancas. cerca (casilla 3A !, véase 85 a). Por 1... R2D, además de la réplica 63
II?
US
normal 2. R5D, cabe también 2. F6 A, R1R; 3. PxP, R2A; 4.P8C =D y 5. R 6 A. El resultado no cambia si trasladamos la posición hada abajo, a cualquiera de las filas. Las excepciones que se señalan para el caso de que las negras tuvieran peón de alfil, no cuentan para este ejemplo. Con peones en 2AR, 2CR y 4CR a l... R5D la solución es 2. P4A! Es muy interesante la posición del 118. La salida en este caso, no tiene importancia, ya que las negras, igual si salen que si res ponden, deberán jugar lo mismo; por ejemplo: 1. R5D, R2A (1... R2D?; 2. P 6 T). Después de 2 . R 6 D, RIA; 3. R 6 R se consiguen tablas con 3... R1R!; 4. R5A, R2A! Sería erróneo, por una aparente analogía con el ejemplo 96, meter el rey en la esquina antes de la jugada P6 C, por ejemplo: 3. ... 4. R7R
Si en el 118 colocamos el rey blanco en 4C y el negro en 2* (118a), las negras, moviendo, consiguen hacer tablas, mediante I... R1C! Jugando primero las blancas, las negras pierden: 1. R5A, RIÓ (en este caso 1... P3C+ no implica tablas, ya que le sigue 2 . R 6 A, PxP; 3. R7A); 2. R 6 C, R1T; 3. R7A! (no 3. P 6 T ?, a causa de 3... RIÓ! y tablas); 3... R2T; 4. P6 T, P3C; 5. R 6 A y ganan. En la posición 118b, Fospishíl, 1955, donde las blancas ocupan: R3CR, P5CR y P5TR. Negras: R4R, P2CR, las blancas no pueden ganar: 1. R4T, R3R! (no 1... R4A ?, en vista de que 2. P 6 C, R3A; 3. R4C y ganan); 2. P 6 C, R4A y tablas; o bien: 1. R4C, R3R; 2. P 6 C, R3A!; 3. R4A, R2R; 4. R5C, RIA ; 5. P6 T, R1C y ta blas. Se explica porque después de P6 C las casillas 4Ó y 3A, asi como las de 4T y 4A, están conjugadas (debido a la amenaza de P6 T. El conservar la oposición salva a las negras en situaciones seme jantes, pero trasladadas a una o valias filas más abajo. II»
R1C ? R2T
No es una solución jugar4... R1T, ya que 5. R7A, R2T; 6 . P0T! (ó P6C+1. 5. R 8 A Se puede también 5. R7A, R1T, pero en vez de 6 . P6T?, R2T, se debe jugar 6 . R 6 C!, R1C; 7. P 6 T, R1T (7... PxP; 8 . RxP; 8 . PxP+ !, R1C; 9. R 6T y ganan. 5. ... 6. P6 T y ganan. 64
R1T
Como las blancas tienen un tiempo de reserva, P5C, las casillas clave, en este caso, son
SD, 5R y 5A. (Por eso estando el ■ey blanco en 5D y 5R, con el rey legro en la séptima fila, las nerras pierden). La solución para lilas es conservar la oposición en as columnas de rey y de dama: l, R4D, R3D (2. R4A-R4R) ; Si i, R4A, entonces 1... R3A, defen¿endo de la invasión el escaque 5C. Pero, ¿ cómo jugar en respuesa a 2, R3A ? No sirve 2 . . . R3R? a causa de $. R4R ó 2... R2R, por 3. R3R! y a oposición está en manos de las llancas. La única jugada es 2... R2A! En la columna del alfil no ¡s obligatorio mantener la oposi ción por la existencia de casillas ¡críticas»; si 3. R3C, se puede aplicar 3-.. R3A, ya que no se consigue nada con 4. R4A, por 4... P4C+. En la co.lumna del alfil, el •ey ne¿ro encuentra refugio cuanlo le amenaza la pérdida de la »posición, por ejemplo: 3. R3R, R4R (ó 2R), 4. R3A, R3A! Una vez aclarado esto, se com prenderá fácilmente el juego en el i 19a. En este ejemplo, dicho sea le paso, se manifiesta un nuevo recurso defensivo de la parte más iébil, estando los peones blancos canto en la fila tercera como en la segunda. 119a. Grigóriev, 1938. Blancas: ÍUCD, P3CR, P3TR. Negras: R2CD, P4CR (con cambio de co ores) ; tablas saliendos las negras. Debido a la amenaza P4T, las legras deben entrar en el cuádra lo del peón de torne, es decir, ir lacia la columna del alfil de da ña, pero jueguen como jueguen» a oposición sigue en poder de las llancas. Hay que buscar la salvación en a columna del alfil de rey. 1... R2A, RIA (después de 2. R2A, R3A! la oposición habría pasado a manos ae las negra s); 2... R2D; 3. R1D, R2R; 4. R1R (jas blancas siguen sin poder ini:iar la maniobra envolvente; por
ejemplo: 4. R2A, R3R!; 5. R3A, R4R; 6 . R3D, R4D y tablas); 4... R3A (ahora 5. R2A, R4A, nos habría llevado a tablas evidentes, y por eso las blancas inician una peligrosa maniobra envolvente); 5. R2D (al parecer, las negras se encuentran en un callejón sin sa lida, todas las jugadas del rey pierden); 5... P5C! He aquí la salvación. Después de 6 . P4T, R3R!, las negras consiguen la po sición del 82 (el peón de torre no ha cruzado el centro del tablero) y para hacer tablas basta que el rey negro se pasee por las casillas 3D y 3R, mientras que el rey blan co permanece en la segunda fila. La parte más fuerte puede con fiar más en la victoria si los peo nes no están en contacto inmedia to y, sobre todo, si el rey se en cuentra delante de los peones ligados. En el 129 no gana 1. P5C ? por 1... P3C. Es curioso que Capablanca, en la primera edición inglesa de «Ajedrez fundamental», afir maba (más tarde rectificó) que 1. P5A tampoco gana pqr 1... P3C «29 121
(dejaba el desarrollo de la va riante para el lector). En relación con eso presentaba la solución: 1 . R4R, R3R; 2. P5A + , R3A; 3. R4A, etc. Sin embargo, precisa mente gana antes 1. P5A; si 1... P3C, sigue 2. PxP, R2R (ó 2... R3R; 3. P5C!, R2R ; 4. R5R, R1R; 5. R 6 R, RIA; 6 . R 6 A, R1C; 7. P7C, R2T; 8 . P8 C=D+ !, sa liendo 2... R2R, las negras impul san a su adversario a que avance 6S
el peón rezagado: Srematuramente . P5C?, RIA; 4. R5R, R2C; 5.
12«
R5A, RIC; 6 . R 6 A, RIA; o R1T y tablas); 3. R5R! y ganan, lo mismo que en la variante arriba indicada. En el 121 todas las jugadas, a excepción de 1. R5T?, conducen al mate, como se deduce de las observaciones para los números 118 y Uto. En los ejemplos 122 y 123 los peones ligados son más débiles por la posición retrasada de su propio rey. »2
12}
negras. La demostración que ha cen de la victoria de las blancas siendo mano, carece de solidez y necesita de algunas correcciones. Berger demostraba erróneamen te la victoria, jugando las blancas mediante: 1. R3C, R4C; 2. P3T, R4T; 3. R3A, R5T (o antes 3... R4C; 4, R4R, R5T); 4. R4A, con tinuando las negras 4... P4C+ ? ó 4... R4T?, con lo cual pierden. Sin embargo, como ha indicado Sacconi en 1924, 4... P3C, asegura el empate. Chéron (1952), teniendo en 122. 1. R2A, R2C ; 2. R3C, P4T; 3. R4T; R3C; 4. F3C! y ahora cuenta el 123, precisó la solución: 1. R3C, R4C; 2. P4T + !, R4T (ó 4.. . R3T tablas. El 123 tiene gran importancia 2... R4A; 3. R3A, P3C; 4. P3C); 3. R3T, P3C; 4. P3CÍ, P4C; 5. teórica. 1. R2A, R3T (1... R2C; 2. P4C, P4C+ y ganan. Es ■muy instructiva, aunque P5T; 3. P5C; 1... P4C; 2. P3C); 2. R3C, R4C; 3. R3T!, R4A (ó más larga, la solución dada por 3.. . R5A; .4. R4T, R4A; 5. P3C! Sacconi (1924); 1. R3A, R4C (1... y tablas, según Sacconi, 1924, P3C; 2. P4T; 1... P4C; 2. P4C + , véase 124); 4. R4T!, R5A; 5. reduciendo el juego al 98, pero es más sencillo, naturalmente, 2 . P4C!, PxP y tablas. Esta posición, objeto de nume R3C y 3. P4T); 2. R4R, R5C; 3. rosas discusiones en el pasado, R5R, R4C; 4. R 6 R, R3C; 5. R7R, R2T; 6 . R7A, R3T; 7. P4C, R2T lúe solucionada correctamente a los ochenta años de haber sido (7... R4C; 8 . P3T, R3T; 9. P4T); publicada. • 8 . P5C, R1T; 9. R 6 C y ganan. En contra de la opinión de Lasa (Véanse las observaciones al 86 a; (que la propuso en 1843), Berger en este caso, después de 9... RIC, (1922) y Fine (1941), las blancas el rey pasa a la casilla que le con no pueden ganar siendo mano las viene para jugar, 4T-3T, y por ello 66
-i neón debe pasar a un escaque je otro color: 10. P4T!) Más complicado es el juego sa liendo las negras. La variante principal de la solución que damos gils abajo se ha hecho partiendo je o» análisis de Grigoriev que no ha sido publicado*. 1
. ...
R5A!
Después de esa jugada el rey blanco no consigue ponerse de lante de los peones. 2. R2R Si 2. P3C + , para hacer tablas basta cualquier jugada del rey en casilla blanca, por ejemplo: 2 ... R4A; 3. R3A, R4C, lo mismo que en la variante principal ó 3. P4T, P4C; 4: P5T, P5C ó 3. P3T, P4C ; 4. R3R, R4R (también 4... P5 C); 5. P4T, R4R y lo mismo que 119) y tablas. Lo, más sencillo de todo es la réplica 3... R5C!
Es evidentemente débil 4. P4T, R5C; 5. R2A, por 5... P4C y la continuación P3T nos conduce, con cambio de jugadas y pérdida de tiempo, a la variante principal después de 4... R5R o R3R (no 4.. . P4C ?; 5. R3D! y no 4... P3C ?; 5. R3R !); 5. R2A (ó 5. P4T, R4A ; 6 . R3A, P5C!; 7. P4C + , R3AI, 119) ; 5... R4A; 6 . R3R (6 . R3A, P4C!) ; 6 ... R4R; 7. R3A, R4A; 8 . P4C+, R4C! 4. ...
R4C!
Pero no 4... P3C?; 5. P4T y no 4.. . P4C ? ; 5. P4C+ (98). 5. P3T Si 5. P4T+, juega 5... R4T; 6 . R4A, P3C, lo mismo que en el 123 y a 5. P4C sigue 5... R5T y tablas. 5.
...
R4A!
Chéron continúa 6 . P4T, P3C! (Sacconi analiza tan sólo 6 ... R3C ? y 6 ... P4C ?) ; 7. P4C + , R3A! y tablas (119). A este mis Berger y Fine continúan 3... mo final nos lleva 6 . P4C+, R4C ; P4C?, que pierde en seguida por 7. R3C, P3C !; 8 . P4T + , R3A ! 4. P3T. También pierde 3... P3C El análisis hecho por Grigóriev ya que 4. P4T, R4R (4... R4A, pone a las negras ante una nueva 5. R3A, P4C ; 6 . P4C+ 6 5... R4R ; prueba. 6 . R4C y 7. P5T); 5. R3R, P4C; 6 . P5T, R4A (6 ... P5C; 7. P 6 T) ; 7. R3R R4R 6. P4C+, R4R; 8 . R3D (esto es más sencillo que 8 . R3A, R3A). 7. R3D R4D! 4. R3A ¿ Cómo se interpreta este signo de admiración, puesto por Grigó riev sin aclaración alguna? G r i g ó r ie v h a b í a a n o t a d o e s ta v a r i a n Se comprende que a 7... P4C, t e, si n c o m e n t a r io s , e n l a s m á r g e n e s ana 8 . R3R; pero si las negras d e l l ib r o d e B e r g e r ( p a r a r e f u t a r l as S d e d u c c io n e s d e e s te ú l ti m o ) q u e m e ejan en reserva un tiempo, ju p e r te n e c ía a m í . C h é r o n h a b ía s e ñ a gando 7... P3C, las blancas consi la d o ta m b i é n l a d e c i s i ó n c o r r e c t a ( 1 9 5 2 ), guen lo mismo con la réplica sutil c it a n d o a S a c c o n i ; p e r o e l a n á l is i s y nada fácil de 8 . R2R!!, siguien d a do p o r S a c c o n i e s e r r ó n e o a p a r t i r do luego asi: 8 ... R5R; 9. P4T; d e la s e x t a j u g a d a y l le g a a la e q u i v o 8 ... R4A; 9. R3R; 8 ... R3R o R3A ; cada conclusión de que ganan las blancas. 9. R3A y ganan. 2. ... 3. P3C
R5R! R4A!
67
. 9. 10. 11. 8
P4T R3R R3A P4C+
R4R R4A P3C! R3A!
y tablas, como en el ejemplo 119. ¿os 125 y 126 nos ofrecen un ejemplo de maniobra complicada. 129
R4T (había la amenaza de 9. P3C) ; 9. R5R! y tablas. No cambia nada si las negras, después de 1. R5D, juegan con mayor reserva, procurando con sus maniobras desplazar al rey blanco de las casillas conjugadas ; por ejemplo: 1.. . R4C (1... R3T; 2. R 6 R, P4A; 3. P3C! ó 2... R2C; 3. P4C!; 4... P4A; 2. R 6 R, P5A; 3. R 6 A, P4C; 4. R5R!) ; 2. R 6 R, P4A; 3. R7A, P5A; 4. R 6 R!, R5C ; 5. R 6 A, R4T; 6 . R 6 R! (no 6 . R5R ?, P4C!); 6 ... R5C; 7. R 6 A, P4C; 8 . R 6C!, R5T; 9. R5A! y t a W íi *»
Salva a las blancas el ataque a los peones ligados por el flanco y la retaguardia (125). 1. R5D, R5C; 2. R 6 R!, P4A; 3. R 6 A, P4C; 4. R5R!, P5A. Las negras han avanzado al má ximo sus peones, pero la continua ción no se presenta fácil: no pue den capturar el peón 2C sin perder los suyos, ni cambiar el peón 5A por el 2C sin perder el 4C. 5. R 6 A!, R5T;
6
. R5A!
Esta posición de los reyes es muy interesante: el que la ha con seguido con su jugada, coloca al adversario en posición de zugzwang. 6
... R4T; 7. R5R!
1.. . R4C; 2. R 6 R, P4A; 3. R7A, R4T; 4. R 6 A, R3T; 5. R 6 R!, R4C; 6 . R5R, R5C; 7. R 6 A, R4T (7... P4C; 8 . R5R); 8 . P3C! y tablas. Si 1. R5D, R5C; 2. R 6 R !, R4C, entonces 3. P3C! 3... P4A; 4. R7A!, R4T; 5. R 6 A!, R3T; 6 . R 6 R! y tablas. Es preciso darse clara cuenta de que si las negras, en el ejemplo 125, no pueden ganar, se debe únicamente a que no disponen de una columna más para poder maniobrar libremente (a la dere cha de la columna de torre). Una explicación de ello lo tenemos en los ejemplos 125a y 125b. Spielmann-Rubinstein. San Petersburgo, 1909. Blancas: R 6 CR, P2AR. Negras: R4R, P3AR, P5CR. En esta posición las blan cas abandonaron. Rabinovich dio, en 1938, la siguiente variante: 1. R 6 T!, P4A; 2. R5T!, R5D!! (es ta es una jugada que las negras, en el ejemplo 125, no han teni do); 3. R4T (ó 3. R5C, R5R!); 3... R 6 D! 4. R3C o R5C, R5R y ganan. 125a.
Halberstadt, 1936. Blan cas: R7CR, P5AD, P3D. Negras: R 6 CD, P2D. Ganan blancas: 1. R 6 A, R5G (1... R 6 A; 2. R7R, R5D; 3. R 6 D ); 2. P4D, R4C (2... 125b.
Otra vez jugada única. Si 7. R4R? entonces 7... R5C y 8 ... P6 A. En cambio, ahora a 8 ... R5C, seguirá 8 . R4R. 7... R3C; 8 . R4R!, 68
USA; 3. R5R!) ; 3. RSA! (no 3. » 5 R ? ó 3. R7R ? por 3... R3A ; 4 R4R, P3D ó 4. R 6 A, R4D !) ; A.. R5C ; 4. R4R !, R5A (4... R4C ; g. R5D) ; 5. R5R y ganan. 128
127
No 4. R3C ?, por 4... R5R; 5. P3A + , R 6 R (R4R) y tablas. 4. ...
R5D
Si 4... R5R, entonces 5. R3C, R4R (ó 6 . P4A) ; 6 . R3A, R5D; 7. R2R, R5R; 8 . P3A + , R5D ; 9. R2D, R4D; 10. R3D y ganan. En cambio, ahora nada consiguen las blancas con 5. R3A, R 6 D, ni 5. R3C, R5R, ni tampoco con 5. R3T, R4R; 6 . R3C, R5R. 5. RIA!
R4R
A 5... R 6 D, seguirá 6 . P4AR 6.
R2R
R5R
Si 6 ... R5A o R5D, entonces 7. P3A. En el 126 no se consigue nada jugando 1. P4A ó 1. P3A después de 1... R7A. (Esto se deduce claramente del ejemplo 125). Para ganar, las blancas tienen que recurrir al distaneiamiento del rey negro.
7. P3A+y ganan.
¡ Una obra de arte analítica! Ingenioso es el ejemplo 127. I. P3C! (es preciso prevenir la amenaza del P5C, pero para eso no sirve 1. P4C?, ya que 1... R3T! v tablas); 1... R4T (1... R3T; 2. P4C !, R3C; 3. R 8 C 1. R2C! R7R y ganan); 2. R 8 C ! (no 2. P4C+ ?, R3T, y no 2. R7C ?, P5C; 3. P4A De ninguna manera se debe y 2... P5C (6 2... R3C; permitir que el rey negro pase a 3. tablas); P4C); 3. P4A, R3C; 4. R 8 A, 3R. por ejemplo: 2. P4A?, R 6 R; R3A; R 8 D, R3D; 6 . R 8 R, R3R; 3. R3T, P3C ! 6 2. P3A ?, R 6 R ; 3. 7. R 85. R3A; 8 . R 8 C, R3C; 9. P4C, P3C ! ; 4. R3C, P4C y tablas. R 8 T, A, R3A (9... R3T; 10. P5A); 10. R7T, R2A; 11. R 6 T, R3A; 12. 2. P4C ! R 6 D R5T, R4A; 13. R4T, R5A; 14. 3. R3A ! R3T, R4A (14... R 6 A; 15. P5A) ; 15. R3C, R4C; 16. R3A, R4A; 17. Otras jugadas conducen a ta- R3R, R4R; 18. R3D y ganan. El blas; por ejemplo; 3. R3T, R5R; itinerario del rey es de lo más cu4. R3C, P4C o 3. P4A, R5R; 4. rioso, habiendo suscitado no pocas R3C, P3C ! ; ó 3. R3C, R5R!; 4. imitaciones. P3A+, R4R; 5. P4A+, R5R; 6. Si la parte débil tiene un peón P5C (si 6 . P5A, entonces 6 ... R4R ; de torre, el número de partidas 7. R4T, R5R !) ; 6 ... R4A ; 7. R3A, con resultado nulo aumenta conR3R, etc. siderablemente. Estos finales suelen darse con frecuencia en la 3. ... P4C práctica y merecen por ello nna 4. R2C atención particular.
En el 128 no tiene importancia si está el negro en 2A o en 2C. Siendo mano, las negras juegan 1... P3T; 2. P 6 C + , R2C (77), pero pueden seguir también 1 . .. R 2 C ; 2. R 6 R, R1T; 3. R7A, P3T ó 2... R1C; 3. R 6 A, R1T; 4. P6 C, R1C! y tablas. Saliendo las blancas, la jugada 1. P6 T nos lleva al 91. 128
I»
la oposición. Si son mano las ne gras, se consiguen tablas jugando 1 ... R3C! En el ejemplo 129b se consigue mediante 1. RIA! Saliendo Snar > negras, se consiguen tablas jugandq 1... R3C ó R3R. El resultado de la partida no varía si trasladamos la posición 129 a la fila inferior. Pero si la desplazamos dos filas más abajo (130), el resultado volverá a ser nulo, independientemente de la salida; por ejemplo: 1... R5R (no 1... P 6 T ? ; 2. P3C + , R5C; 3. R3R, R4C; 4. R4D! y ganan); 2. R2R, R5A; 3. R3D, P 6 T !; 4. P3C + , R 6 A.
En el 129 no salva a las negras la 1... P4T (76), ni 1... R3R; 2. R4R, R3A; 3. R5D, R3C; 4. R5R, R2C; 5. R5A, R2A; 6 . P5T y ga nan. Siendo mano las blancas, 1. P5T nos lleva a tablas (93). 129a
129b
Si los reyes no están aún todo lo cerca posible, como ocurre en el 129, las maniobras se efectúan a base de la oposición corriente (véase 324). En el 129a, al ocupar el rey blanco la columna del alfil, las negras se salvan tomando en ella 70
Así pues, en las posiciones es tudiadas (128-130), las tablas son inevitables si el peón negro o los peones blancos no se han movido.; en las situaciones intermedias, el resultado depende del dominio de la oposición. Con otra distribución de los re yes, el resultado del juego puede ser distinto. Por ejemplo, sí en el 130 el rey negro está en 5C, las blancas ganan si son mano. El ejemplo 131 reproduce una situación curiosa. Si salen blan cas, con 1. P 6 C, la partida acaba en tablas; pero si juegan las ne gras, después de 1... R1T, gana 2. P6 C. Se trata de una posición de zugzwang en la cual a ningu na de las partes les conviene ser mano. La misma posición existe estando el rey negro en IT y el peón blanco en 4C en vez de 5C. Resulta que cuando los peones ligados están en escaque de dife rente color , también los reyes de-
fcen ocupar casillas de color dife- movido previamente su peón 2C, Tinte ; y si los peones ligados pero si lo hacen perderán toda su ocupan casillas del mismo color, ventaja y harán tablas, lo mismo también los reyes deben ocupar que en el 132. A 1. R5A, consigue casillas del mismo color. Esta ob tablas cualquier jugada de rey, servación, hecha por Bird en 1936, menos 1... R3T?, por 2. R4C, facilita los cálculos previos. R2C; 3. R5C y les toca jugar a las ¿n el ejemplo 132 el resultado negras. es nulo, independientemente de En el 135, uno de los peones la salida. Los peones ligados es está demasiado avanzado y las tán en casillas del mismo color; blancas no tienen tiempos de re por eso se hacen tablas jugando serva. Si 1. R5T, viene 1... P3T! y tablas. 132 133 134 139 La posición 136 resultó en la partida Marshall-Schlechter, 1911. 136
1.. . R1C!; 2. R 6 T, RIT ! Si 1. F4T, se debe jugar 1... RIT (1A) ! ; 2. R 6T; R1C ! Dominando libremente los esca ques 1C y IT, las negras no pue den perder, por muchas maniobras que hagan las blancas. En cambio, en el ejemplo 133, donde el peón 2C no se ha mo vido aún, las blancas pueden siempre inclinar el platillo de la balanza a su favor : les conviene empezar : 1 . P4C ! (el mismo co lor) ; si son mano las negras, a 1.. . R1C, seguirá 2 . P3C ! (color diferente. Esta «regla del color» permite enjuiciar rápidamente la posición. Las posiciones de los ejemplos 134 y 135 son una excepción del 133; en ellas las blancas no pue den ganar, a pesar de no haber movido todavía un peón. En el 134, ¡as blancas no pue den colocar su rey en 6T sin haber
137
Se ve fácilmente que en caso de 1.. . R5C; 2. R2A, R 6 T ; 3. R1C, a las blancas no les da tiempo de ocupar con el rey la casilla con jugada (por el color) IT y pier den. Pero en vez de eso se jugó 1.. . R5R ? ; 2. R2A, R 6 D (el rodeo es inútil en este caso) ; 3. R3A, P4C; 4. R2A, R5R; 5. R2R, R5A; 6 . R2A (véase 137); 6 ... R5C; 7. R2C, P5T; 8 . P3T+ y tablas. Saliendo las negras, en el 137, como hemos visto ya, no pueden ganar, pero tampoco ganan las blancas en el caso de ser mano: 1 . R2C, R5C; 2. R1T (se puede 2. R2A ó 2. RIA) ; 2... R 6 A (2... R 6T ; 3. R1C, 132); 3. R1C, P5C íó 3... P5T) ; 4. RIA! (4. R1T ?, R7A ; 5. P3T, P 6 C ó 5. P4T, R 6 C) ; 4.. . P5T; 5. R1C (ó 5. P3T) ; 5... P6 C ; 6 . P x P ó 6 . P3T y tablas. Así pues, a la parte más tuerte 71
no le ayuda siquiera que el rey esté delante de los peones. Los ejemplos que damos a continuación ilustran ampliamente las maniobras de los reyes en las diversas peculiaridades de la posición. En el ejemplo 138, muy importante desde el punto de vísta teórico, las blancas consiguen el triunfo, pero sólo si son mano (véase también el 357a). Ante todo se debe procurar que el rey negro no pase a 6C antes de tiempo; por ejemplo: 1. P4C?, R3C; 2. R3C, P4T; ó 1 . R4C?, R3C; 2. R4A. R3A ; 3. P4C, R3C ; 4. P4T, R3A y tablas.
4. R3A !!
R4A
O 4... R4T; 5. R4A (ahora son las negras quienes están en zugzwang) ; 5... R3C; 6 . R5R!, R4T; 7. R 6 A ! y ganan. No sirve de nada 4.. . P4T ó 4... P3A, por 5. R4R ó' 4.. . R2A, debido a 5. P4C ?, R2R; 6 . R3R, R2A; 7. R4D ó 4... R2C en vista de 5. R4A ( (no 5. P4C ?, R2A! y no 5 R4R ?, R3A!) ; 5. . R3A; 6 . P4C, R3R; 7. R4R. 5. P4C+ R3R 6.
R4R
y las blancas ganan, por ejemplo: 6 .. . R4D; 7. R4A, R3R; 8 . R4R, R3A; 9. R5D, R2R; 10. R5R, 138 139 R2A; 11. R5A, R2C; 12. R 6 R. Al llegar aquí, Grigóriev, en su deseo de llevar el problema a una posición teóricamente interesante, con las máximas dificultades para las blancas, cometió una inexactitud: ¡2... R3C (con el propósito de 13. R7R, P4T), sin darse cuenta de la réplica 13. P5T+ (13... R4C; 14. R7A). Sin embargo, la posición que aspiraba se consigue con un sencillo cambio de jugadas: 12... P4T!; 13. P5C, R3C. Ahora las jugadas 14. R7R, R2C ó 14. R5R, R2A!; 15. R5A, R2C; 16. R 6 R!, R3C no conducen más que a una pérdida de tiempo. Lo correcto es 14. R 6 D!, ya que las 1. R5T! R2C jugadas precisas para conservar 2. P4T! R2T la oposición 14... R3A o R3T son imposibles. (Véase 76a). Las blancas han terminado su preparación. El análisis hecho por Grigóriev precisa ciertas observaciones com plementarias. Las negras no pier3. R4CS R3C den porque su peón esté debilitado Al parecer, gana ahora 4. R4A, por el avance a 3T, como puede R3A; 5. P4C, igual que en el 129; parecer a primera vista. La cansa pero a 4. R4A?, sigue 4... R4T! radica en la desafortunada posiy ya no se puede 5. R5A, por con- ción del rey en 2T. Si el rey estuducir a rey ahogado, y si 5. R3A, viese en 2C habrían sido tablas. entonces 5... R3C; 6 . R4R, R3A; Por ejemplo: 1. R5T, R2T; 2. 7. P4C, R3R, y tablas. La situa- P4T, R2C; 3. R4C, R3A! (en eso ción de zugzwang que se origina estriba todo: 3... R3C ? pierde, ya después de 4... R4T!, condiciona que 4. R3A!). Ahora a 4. R3A el juego siguiente: sigue 4... R3C! y si 4. R4A 72
ge puede jugar 4... R3R y 4... P4T. De esta manera, las negras, en el ejemplo 138, hacen tablas si son mano jugando 1... R2C! La misma idea, pero en distinta posición, inspira el N.° 139. 1.
140
141
R5T
Claro que no 1. P3T ? ó 1. R3T?, ya qne 1... R5A y no 1. R3C?, por 1 ... R4C; 2. R3A, R5T y se pasa a la posición 133. Para el estudio teórico de estos finales tiene im portancia que a 1, R3T, también gana 1... R4C; 2. R3C, P4T!, por ejemplo: 3. R3A, R5T; ó 3. R'3T, P5T; 4. R2C, R5C ó 3. P3T, R4A; 4. R4T (4. R3A, P4C) ; 4... P3C (el mismo zugzwang que en el 138); 5. R3C, R5R, etc.
Saliendo las negras, las tablas son sencillas: 1... R5A; 2. P3C + (2. P3T, P3T!; 3. P3C + , R4A; 4. R3A, P4T) ; 2... R5C; 3. R2C, 1. ... R3A P4T; 4. P3T+, R4C!; 5. R3A (5. P4T + , R3C!) ; 5... R4A. Se tardó en hallar una defensa No gana 1... R5A ; 2. R 6 C, R 6 A ; 3. R xP , P4T, por la ma correcta saliendo las blancas: 1 . R3A (1. R3C, R4C; 2. P4T+, R4A niobra de rodeo R-6A-5R-4D-3R ó 2. P3T, P3T!) ; 1... P4T! (Reich(58). Véase rodeo en el 143.) helm, 1873); 2. R3R (2. R3C, R4C; 2. P3T, P5T; 2. P4T, R4R; 2. P4T! R2A 3. P3C, R4A) ; 2... R 4R; 3. P3C, A diferencia del 138, es la parte R4A; 4. P3T, R4R, etc. Las blancas tendrían probabili débil quien utiliza las ventajas del zugzwang. Conduce a tablas lo dad de ganar si hubieran conse mismo: 2... R2R; 3. R 6 C, RIA; guido ocupar con el rey la casilla 4. P5T, que 2. . R4R; 3. R 6 C, 6T (131) o atacar el peón 2T por la retaguardia. R5A ; 4. R x P, P4T ; 5. R 6 A !, etc. La posición 141 se originó en la 140 en los tiempos en que (por in 3. R4C R3R fluencia de Lolli y Walker) se consideraba que las negras no 6 3... P3C.; 4. R3A ! debían mover el peón 2 T_para su mejor defensa. ( 1 . R3A, R4C; 2. 4. R4A R4R, R5C; 3. R5R, R4C). White, Pero no 4. R5T ?, R3A !; 5. R4C, con sus análisis, demostró, en 1873, que en esta posición se podía R4R y ganan. ganar. 4. ... P3C. 5. R4R y tablas. 1. R 6 R R3C
La posición 140 (Lolli, 1763) suscitaba, al principio, lo mismo que la 124, apreciaciones contra dictorias.
Chéron observó en 1952, qne si 1... P4T (a 1... R'"', a excepción de 3C. sigue 2. R 6 A ; ó 1... P3T ; 2. R7A, P4T; 3. P3T, P5T; 4. 73
francamente victoriosas. Citamos algunas variantes (142). Saliendo las blancas: 1. R4C, R3C; 2. P3T, P3T; 3. P3C, R3A; 4. R4A, R3C; (4... R3R; 5. P4T, R3A; 6 . P4C); 5. R5R (también 2. P3T R2C gana 5. P4C, pero no 5. P4T?, R4T!, 1»); 5... R4T; 0. R 6 R, ó 2... P3T (2... P4T; 3. P4T) ; 3. R4C; 7. R7A, P4T; 8 . P4T+, P3C. Si 2... R4C, entonces 3. R4A; 9. R7C, R5C; 10. R 6 C y R7A, R3T (3... P4T; 4. P3C, gahan. R4A; 5. P4T, R5C; 6 . R 6 C) ; 4. Saliendo las negras: 1... R3C; R 6 A, R4T; 5. R7C, P3T; 6 . P3C, 2. R4C (se puede también: 2. R4C; 7. P4T+, R4T; 8 . R7T. R5R, llevando el juego al 141); 2. R3T; 3. R5A, R4T; 4. R 6 A, R3T; 3. R5A y las blancas gan an ; 5. P4T (5. R7A, R4C; 6 . R7C ?, P4T! y tablas); 5... R4T; 6 . P3C, por ejemplo; 3... R2A; 4. R5C, R5C (6 ... R3T; 7. R7A) ; 7. R7C, R2C; 5. P4T, R2A; 6 . R 6 T, etc., R x P3C ; 8 . P5T y las blancas (133). ganan. O 1... P3T, a lo cual gana la 142 jugada 2. P3T y la 2. P4T; por ejemplo: 2. P3T, R3C; 3. P4T!, R4T; 4. P3C (139) ; 2. P4T, R3C (2... R3R; 3. P3C !, R3A; 4. P4C) ; 3. R4CH (véase 139, las observaciones para la primera jugada) ; 3... R3A; 4. P3C, R3C; 5. R3A, etc. (138). El ejemplo 143 viene a ser una síntesis de muchas de las ideas que hemos expuesto antes en situaciones de mayor libertad de movimientos del rey negro (en comparación con el 142). R7C), entonces 2. R5R! (pero no 2. R7A ?, por 2... P5T! con amenaza de (5T)6T; 3. P3T, R4A! y tablas); 2... R5C, 3... P5T; 3. R 6 A y 4. P3T+.
En este ejemplo las blancas ganan independientemente de la salida. Las jngadas para ganar no son únicas, pero en cada nna de las variantes se requiere, en ciertos momentos, una gran precisión, teniendo, además, en cuenta las posiciones anteriormente examinadas (a partir del 128). Teniendo en reserva jugadas de peones (tiem pos), a las blancas les conviene dejar, aunque sólo sea un peón, el 2C, por ejemplo, en su sitio (recordando el ejemplo 134) y moverlo únicamente en situaciones 74
1.
R6D
No 1. R4D ?, R5A y no 1. P3T ?, R 5 A; 2. R 6 R, R 6 C ; 3. R 6 A, RxP; 4. P4T, R 6 A (¡rodeo!) y tablas. 1.
...
P3T
ver a estudiar posiciones del tipo 138 y 139 —•las más complica das — y examinar los análisis he chos hace tiempo y otros más re cientes. 144
Es inútil 1...R3A; 2. R7D, R2A, por 3. P3T, RIA; 4. R 6 R 6 3... R3A; R 8 R, P4T; 5. P3C y ganan. Si 1... P4T, no se debe jugar 2. R7R ?, P5T (con amenaza de P6T ) ; 3. -P3T, R4R ! y el rey blan co queda al margen del juego, sino 2. R5D!, P5T; 3. P3T, R5A; 4. R 6 R y ganan. 2. P3T!
R3A !
A 2... P4T sigue 3. R7R, P5T; 4. R7A; si 2... R5A, entonces 3. R 6 R, R 6 C ; 4. R5A! RxP 2C ; 5. P4T y ganan (la maniobra envol vente 5... R 6 A fracasa por culpa del rey blanco en 5A).
En el 144 las negras tienen un tiempo de r e s e r v a P3C. Por ello las blancas deben evitar to 3. R7D! mar con su rey la oposición en columna, ya que después de No se gana con 3. P3C ?, ya que P3C q e d a n en zugzwang (la 3... R4A; 4. R5D, R3A; 5. R4R, oposición pasa a manos de las ne R3R (136) ; 6 . P4C, R3A; 7. R4A, gras). Vemos claramente, por lo R3C; 8 . P4T, R3A. O 4. R7R, tanto, la conjugación de las casi R5R; 5. R 6 A, R 6 A; 6 . P4T, llas de las línea avanzada (con R x P3C; 7. P5T, R5A ! (al rey las casillas críticas 5R, 5A a blanco no le ha dado tiempo de donde no se debe permitir que ocupar la casilla 5A). pase el rey negro; véase 7), ne gras : R3R ó 3C; blancas, R4A, y 3. ... R2A también, negras : R3A y blancas : 4. P3C R3A RAR (¡a distancia de caballo!). Sin embargo, a R3A no se pue O 4... P4T; 5. P4T, R3A ; 6 . R 6 D !, de replicar R4C (por R4R, que R4A; 7. R7R! y ganan (142). les da la victoria). Esta infracción Las blancas deben ahora evitar de las reglas de la conjugación se la 5. R 6 D ?, R4A y tablas (véanse explica por las peculiaridades observaciones a la tercera jugada). tácticas propias de dicha estruc tura de peones que se ha estudia 5. R 8 R ! R4A do en el 139 (a R3A se puede replicar R5T, ya que la respuesta R5R 6 . R7A 7. R 6 C yganan. R4A, que habría asegurado el éxito en esta posición desplazada Para poner punto final a esta a la izquierda, no se da aquí por parte del libro que trata de los el peligro de rey ahogado. En esta peones ligados, nos conviene vol situación se manifiesta de nuevo 75
P4T. Se gana así: 1. R2D! la conjugación de los escaques. Negras: R3A. Blancas: R5T y Si las negras replican ... R2A, R2A de las negras con R4C de entonces 2. P4T! y quedan las blancas en posición victoriosa, las blancas. Una vez establecidos esos fac iniciada por la maniobra de rodeo tores, el juego en el ejemplo 144 de las blancas, con el propósito de se hace muy comprensible: . convertir la oposición distante en R3C1 (para a 1... R2A, replicar inmediata. Por ello, el juego se 2. R4C) ; 1... R2R; 2. R3A!, R3A; desarrolla del siguiente modo: 3. R4R! ó 1... R2A; 2. R4C!, 1... R2R (ó 1... R2D; 2. R3R!) ; R3A (2... R3R; 3. R4A; 2... R3C; 2. R3D !, R3R ; 3. R4D ! y ganan, 3. R4A, R4T; 4. R3C, 139); 3. ya que a 3... R3D ó 3... R3A, si gue 4. P4TI (Véase 355a.). R5T y tablas. (Véase 356a.) 1
1
145
146
14?
La distribución de los peones En este ejemplo las blancas dis en el 146 es análoga al 138. Las ponen también de un tiempo de blancas disponen de un tiempo de reserva y de antemano se adivina reserva; las negras, de dos. Si se que las negras procurarán colocar mueve un peón, se origina una su rey a distancia de caballo del posición ya estudiada, cada una rey blanco. La posición de zug- con sus peculiaridades, es decir, zwang recíproco es la siguiente. con su sistema de casillas críticas Blancas: R4A, y negras: R3C (en y conjugadas. caso de P4T, seguirá R3A; pero si Como resulta imposible impedir en vez de mover el peón, el rey que el rey negro ocupe las casillas retrocede, entonces las negras jue 4A ó 4R, las blancas deberán, en gan P4T; y, al revés, si P4T, P5C, primer lugar, defender sus esca y a R3A seguirá P4T. Si el rey ques críticos 4R y 4A. Estando el blanco está en 4A v las negras en rey negro en 4A, parece posible 3R, la posición es también.ae zug- conseguirlo mediante R3A o R3R. zwuang. Así pues, hemos visto la Sin embargo, no sirve la réplica equivalencia de las casillas en la R3R? o R5A, ya que las negras, primera línea. mediante P4T, pueden lograr En este ejemplo pierde a las una situación favorable del tipo negras la circunstancia de que no 144, o mediante P4C la posi puedan tomar la oposición en nin ción estudiada en el 145, ocupan gún momento antes de la jugada do en ambos casos su rey la pre 76
cisa distancia de caballo. Por ello, la defensa eot recta a R4A es tan sólo R3A (toma de oposición) : si P4C, R3C, y si P4T, P4T ó R3R. Las otras casillas conjugadas de la primera línea son: 3R, 4R y 3 C, 4C; por consiguiente, las casi llas de la retaguardia próxima, 2A, 3A y 2R, 3R (para las casillas de la retaguardia lejana no es nece saria ia oposición). Es evidente que se consiguen tablas jugando: 1. R1R!, R2R; 2. RIA! (se conserva la posibili dad de tomar la oposición en 2R ó 2A jugando las negras 3R ó 3A); 2... R3A; 3. B2A, R4C; 4. R3C, R4T; a esta jugada lo más senci llo es replicar 5. P 4 T !, pero tam poco pierde 5. R 2 C (no 5. R2T ?, 138). vSe comprende que en el 146 las tablas son inevitables saliendo las negras (véase 357a). En el 147 las posibilidades de lá$ blancas son mas amplias; pue den imponer bien la necesidad de la conjugación «a distancia de ca ballo», jugando P4C, bien la toma de oposición con P3C. Pero las ne gras pueden neutralizar esta ju gada con P4T. 2.
PEONES
Por eso, a las negras les convie ne jugar «a la oposición» con el fin de poder replicar a P4C con la conjugación a distancia de ca ballo. Por ejemplo, saliendo las ne gras : 1... R2A; 2. RIA, R2R (ma niobrando en la retaguardia leja na, las negras esperan); 3. R2R, R3R!; 4. R3A, R4A; 5. P3C, P4T ó 5. P4C + , R4C y tablas. Pero si salen las blancas, toman inmediatamente la oposición, obli gando a las negras, bien a ser las primeras en mover el peón, bien a ceder el paso al rey blanco o a permitir que las blancas pasen a Un sistema favorable para ellas de casillas conjugadas. 1. R2R! (con las casillas críticas en 4R, 4A y 4C, y la columna principal de alfil, las blancas ini cian su maniobra envolvente); 1... R3A; 2. R2A!, R4C; 3. R3R!, R4A; 4, R3A, R4R (4... P4T, 5. P3C; 4... R4C; 5. R4R); 5. R4C, R3A; 6 . R4A! (es inútil 6 . R5T, 138; ahora son las blancas quie nes se han apoderado de las ca sillas críticas); 6 ... R3C o R3R; 7 P4C y ganan. AISLADOS
Si no existe la amenaza de que a continuación están sistematiza el peón de la parte débil se con 148 vierta en dama, dos peones sue len ganar fácilmente contra uno, cuando ambos son pasados o cuan do están lo suficientemente lejos el uno del otro. En último caso, el rey de la parte débil no puede defender simultáneamente su pro pio peón e impedir el avance del peón contrario. Si el cambio de uno de los peones de la parte fuer te es inevitable, el desenlace del juego, como es natural, depende de las posibilidades que se des prenden del final «rey y peón contra rey». Lo mismo que en la parte an terior, las partidas que insertamos 77
das según tenga o no un peón pa sado la parte fuerte. Cuando todos los peones son pa sados, el juego no es complicado, si no hay finales de peón corona do, y si a la superioridad material no se une posición desventajosa. Esto último puede complicar el juego y producir un resultado inesperado. La cercanía de los peones ne gros y la desfavorable situación del rey negro es la causa de que pierdan en el ejemplo 148 (y en el 148a). La base de este problema es el final de «peón contra peón». 1.
R4D !
A tablas conduce 1. R x P ?, R 6 A ; 2. R5D, R5A, etc.
R3R, P3CR. Negras: R7TD, P3AD y P3R. Ganan planeas: 1. R4D!, P4R+ (ó 1... R 6 C; 2. P4C, P4R+ ; 3. R3R! y ganan); 2. R3A! y ganan. 148b. Herberg, 1941. Blancas : R3CR, P4R, P7TR. Negras: RlTR, P4TR. Ganan blancas: 1. R4T, R2C; 2. R5C, R x P ; 3. R x P y ganan. Es similar el ejemplo 148 c. Gai, 1942. Blancas: R1CR, P5AD. Ne gras: R1R, P5AD, P3AR. Tablas: 1. R2A, R2D; 2. R3R, R3A; 3. R4D, P6 A!; 4. R3D!, R4D; 5. R2A!, R3A; 6 . R3D, P7A; 7. R x P , R x P ; 8 . R3A y tablas.
148d. Guliaiev, 1930. Blancas : R 8TD, P6 TD, P2AD. Negras: RIAD, P2TR. Tablas: 1. P7T, 1. ... P4A + P4T; 2. P3A! ó 1... P3T; 2. P4A! (El problema 74d, de Grigóriev, Ahora 1... R 6 A es insuficiente nos presenta una posición muy por 2. P4T!, R5A ; 3. P5T, P4R+ ; parecida, pero con una idea dis 4. R3A. Si 1... P4R + , entonces 2. tinta.) R x P (no 2. R4R ?, R7R; 3. P4T, P4A; 4. RxP4R, R 6 D y tablas) ; 148e. Sevitov, 1937. Blancas: 2.. . R 6 R ; 3. P4T (3. R 6 D ?, R5D) ; R 8TD, P2TD, P 6 AR. Negras: 3.. . R 6 D!; P5T!, P4A; 5. P 6 T, R1TR, P2TR. Ganan blancas. 1. P5A ; 6 . P7T, P6 A; 7. P 8T=D, R7C, P4T; 2. R 6 A, R1C; 3. R5D, P7A ; 8 . D5D + ! y ganan (véase R2A; 4. P4T y ganan. 9e en el Apéndice). Cuando la parte más fuerte sólo tiene un peón pasado, la situación 2. R x P R 6 C! de peones suele ser la siguiente: los peones blancos y los negros Es inútil 2... P4R; 3. R5D, se encuentran en la misma colum R 6 R; 4. RxP, R 6 D ; 5. R5D, na y, con frecuencia, se bloquean R 6 A ; 6 . R5A. Pero ahora, después mutuamente. de 2... R 6 C, no se puede jugar 3. Hay también, como es natural, R4D ?, por 3... R5A ; 4. P4T, posiciones en donde los peones P4R+ ; 5. R3A, P5R (amenazan ocupan columnas vecinas, y en do 6 ... R4R) ; 6 . P5T, P6 R! ; 7. este caso el resultado del juego se P6 T, R 6 C! y tablas. determina por la posibilidad y la conveniencia del cambio. La teo 3. P4T ! P4R ría no ha prestado casi ninguna 4. P5T P5R atención a estos finales. 5. R4D ! Citamos a continuación casi los y las blancas ganan (5... R5A; 6 . únicos ejemplos aparecidos en las P6 T, P6 R ; 7. R3D, R 6 A ; 8 . P7T, publicaciones teóricas: Blancas: R3D, P4AD, P4AR. etc.). Negras: R3R, P3D. Ganan blan 148a. Grigóriev, 1928. Blancas : cas, independientemente de la sa78
La tentativa del cambio 1... 150 F4D se impide jugando 2. P5A. Alekhine-Reti, Viena, 1922. Blancas: R4CR, P2TD, P5TR. Negras: R2AR, P5CD. Tablas, saliendo las negras: 1... R2C, si las blancas intentan capturar el peón 5C, el rey negro, después de comer el P5T, llega oportunamen te a 1A. (Con peones-en 3T y 4C, en vez de 2T y 5C, las blancas y con peones en 4T y 3C, Snan, : blancas, además del movimien to hacia el peón 3C, pueden ence rrar al rey negro en la esquina 8 T y a P4C replicar P5T, etc.) El último ejemplo nos condu ce, por analogía, a casos práctica mente importantes con peones de sición «normal» (en la que se in torre bloqueados. cluye también la situación de los 149 reyes en 4A y 3A en el 149 y en 4R y 3R en el 150). El resultado de la partida de pende también de lo avanzado que esté el peón bloqueado de la parte fuerte. En el ejemplo 151, después de 1. R5R, etc., el rey negro, como se ve claramente, no logra ocupar la casilla 1 A. Resulta superfluo alargar la partida jugando 1. P 6 C + ?, R2C ; conviene 2. R5C! (2. R 6 R ? ? in cluso pierde); 2... R1C; 3. R 6 A, RIA; 4. R 6 R, etc. El resultado del juego en esta clase de finales se subordina, seJida.
151
En el ejemplo 149 son tablas : 1. R4R, R4C; 2. R5D, R x P ; 3. R5A, R4A; 4. R5C, R3R; 5. R x P, R2D ; 6 . R 6 C, RIA. En este ejemplo, donde el rey y el peón pasado están desplazados a la columna de la izquierda, las blancas ganan: 1. R4D, R4A; 2. R5A, R x P ; 3. R5C, R4R; 4. RxP, R3D ; 5. R 6 C, R2D ; 6 . R7C (150). Así pues, el resultado del juego depende del lugar donde se en cuentre el peón pasado, suponien do que los reyes ocupen una po 79
gún ha indicado Bird en 1936, a R5D; 2. R2A, R4A; 3. P4R!, varias reglas generales (como es R3C (ó 3... R5D; 4. R3A) ; 4. natural con la estructura arriba P5R! y ganan. Pero si los reyes señalada). y el peón pasado estuviesen en la Regla primera. Si el peón blo columna de la dama, serían ta queado de la parte más fuerte ha blas, como en los casos anteriores pasado del centro del tablero, la (véase 275b). Regla segunda. Si el peón blo partida, en general, se gana siempre. queado no ha pasado de la mitad Las excepciones son posibles, del tablero, sólo se puede ganar sobre todo cuando el peón pasado cuando el peón pasado está dentro se encuentra en la columna cen de la zona que limita una diago tral próxima a los peones blo nal determinada (véase 152). queados o cuando esta aún en su 152 casilla inicial. Con un peón bloqueado en 5T. 151a. Blancas: R2AD, P5TD, P2D. Negras: R5AD, P3TD. Ta blas, independientemente de la salida. En la posición de R3AD, P5TD, P3D. Negras: R4AD, P3 TD; tablas jugando las blancas. (Si seguimos desplazando esta posición hacia arriba, se ga nará en todos los casca, indepen dientemente de la salida.) Con un peón bloqueado en 6T: 151b. Son tablas todos los casos en que el peón pasado está en la columna de dama, a excepción de la posición siguiente: Blancas: R 6 AD, P6 TD, P6 D. Negras: RI En este ejemplo, con el peón AD, P2TD. Las blancas ganan bloqueado en 4TD, la diagonal si son mano las negras. 6D-2TR marca la zona ganancial La siguiente posición de tablas del peón pasado (compárese con R 6 D, P6TD y P 6 AD, R1D ó 1A, el 149, donde el peón 4CR está P2TD no corresponde .a la confi fuera de la zona, y con el 150, guración que estudiamos (lo mis donde el peón 4AR se encuentra mo que la posición de tablas R 6 - en la misma diagonal, es decir, AD, P5TD, P 6 CD. RIAD, P3TD). en los límites de la zona). Por eso tratamos, en lugar apar Si el peón bloqueado estuviese te, los casos de peón pasado en en 3T, la diagonal se determinaría la columna del AD. de forma similar: mentalmente se pasa una línea desde el peón ne 151c. Blancas: R2D, P 6 TD, P2R. gro 5T por las casillas 5C y 6 A y Negras: R5D, P2TD. Tablas, in luego desde 6 A hasta 2CR; la ca dependientemente de la salida (el silla 6 A se descarta y obtenemos único caso en la columna de rey). la diagonal 5D-2CR. El resultado, naturalmente, será Al peón bloqueado en 2T, le co distinto con otra posición de los rresponde la diagonal 4D-2AR, Chéron observó en 1952 que era reyes: 151d. Krum, 1913. Blancas: R1R, P 6TD, P2R. Negras: R 6 R, preciso descartar las columnas del CD y AD (es decir, las dos columP2TD. Ganan blancas. 1. RIA!, 80
a8s inmediatas), después de lo La utilización de las reglas arri cual la zona ganancial queda eo- ba indicadas facilita y acelera, en jüfí un triángulo, cuyos fados tie gran medida, el cálculo, y de ello nen el mismo número de casillas; podemos convencernos con el si Ja diagonal sería la hipotenusa de guiente ejemplo: ese triángulo. A los peones blo En el 153, después de 1. R3R queados en 4T, 3A y 2T les co (toma de oposición), las negras rresponden tres triángulos de este se ven obligadas a perder uno de tipo: 6D-2D-2T, 5D-2D-2CR, y sus peones, pero de ellas depende la elección de cuál de ellos. Si 40-2D-2AR. He aquí un ejemplo que confir pierden el peón 4T, obtendrán un ma la «segunda regla» : final con un peón bloqueado de las blancas que ha pasado del cent 152a. Blancas: R2D, P4TD, tro del tablero; por consiguiente, P2R. Negras: R5D, P4TD. Ganan la situación es de pérdida para blancas: 1. P3R +!; R5A (ó 1... ellas. Pero si pierden el peón 3T, R5R; 2. R2R, etcétera) ; 2. R2A!, se encuentran con que el peón R5C; 3. R 3 D R x P ; 4. R4A!, pasado del adversario está fuera R 6 T; 5. P4R y las blancas ganan de su zona ganancial (diagonal después de coronar su peón (véase 6R-2T!). 3 en el Apéndice). Así pues, las negras deberán La única excepción de este ca conservar el peón 4T (y no el 3T, so es la proximidad de la columna como puede parecer a primera principal. vista) ; para ello tienen que de fender las casillas críticas 4R, 4A 152b. Blancas: R2AD, P4TD, y 4C. Hasta que el rey blanco no P2D. Negras : R5AD, P4TD; ta salga a la primera línea, las ne blas, siendo mano las blancas. gras, maniobrando en la retaguar Como el peón pasado se halla dia, replican a 1 . R3R con 1... fuera de la zona ganancial, no R2A!; 2 . R4D (rodeo), R3A! puede ganar (149). Chéron con puede ganar (149) (claro que no sidera una excepción posiciones 2... R3R ?; 3. R4R y ganan) ; 3. del tipo R 6AR, P4TD, P6 CR; R5A, R3R ; 4. R 6 C, R3D ; 5. R x P, R1AR, P4TD, en la que se gana R2A (para abreviar la partida se saliendo las negras; pero, como juega 5... R3A; 6 . R7T, R2A; 7. es lógico, la regla de Bird nada P6 T, RIA; 8 . R 6 C, R1C, etc.); tiene que ver aquí. 6 . R5C, R2C. Se ha llegado a la 153 posición «normal» del final que estudiamos con un peón pasado en zona neutra• el rey negio ocu pará oportunamente la casilla 1 A. Pasemos a otras posiciones con peones bloqueados o no en la co lumna de torre, pero con una dis tribución de reyes libre de las limitaciones del tipo de diagrama 149. En este ejemplo el rey blanco necesita espacio para apoyar el avance del peón en la columna de rey, pero como ya sabemos por el ejemplo 152b se debe evitar, al hacer las maniobras, la posición R2A-R5A, siendo mano las blan81
154
R x P ; 4. R4A! (no 4. P4R, R 6 C y tablas); 4... R 6 T ; 5. P4R y ganan. En el ejemplo 155, después de 1. P6 A, RIA, se gana valiéndose del «triángulo» (véase 17). En el 156 se puede ganar de otro modo: sacrificando el peón de dama y capturando el peón contrario; por ejemplo: 1. P 6 D, R1D; 2. P7D!, R x P (2... R 2R ; 3. P 8 D = D + ! ) ; 3. R5D y ganan. En el ejemplo 157 (tomado de una partida práctica) después de 1. R2D, P 6 A+ ; 2. R2A, R5A, las 157
cas. Esta posición neutra, hallada por Grigóriev, constituye la base dèi problema. Las nègTas, a su vez, deben evitar la salida en esa posición. Es fácil hallar la solución si to mamos en cuenta las posiciones auxiliares 152 a y 151e. 1. R3C!, R5R; 2. R2C !, R 6 R ; 3. RIA, R5R; 4. R1R, R 6 R (las jugadas de las partes son únicas) ; 5. R1D, R5A ; 6 . R2D, R5R (ó 6 ... R5C ; 7. R3R, R x P ; 8 . R4A y ganan) ; 7. P3R, R 6 A ; 8 . R3D, R 6 C; 9. R4R ! (9. P4R?, R x P ) ; 9.. . R5C; 10. R5R, R x P (ó 11. P4R) ; 11. R4A, R 6T ; 12. P4R, R2C; 13. P5R! (13. R5C ?,' R 6 C!) ; 13.. . P5T; 14. P 6 R y ganan (3 en el Anexo). 154a. Leyk, 1939. Blancas: R2AR, P2R, P4TR. Negras: R5CR, P2TR. Ganan blancas : 1. R3R, P4T; 2. R4R, R 6 C ; 3. R5A,
82
158
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blancas, teniendo en cuenta la po sición del peón 4T, se han salvado con 3. R I A! Si en vez de 2... R5A, las negras hubieran jugado 2 ... P5T, habría salvado a las blancas 3. R1D ! (publicado en la «Nuova Rivista» italiana). Horwitz y Kling, desconocien do, por lo visto, esta solución que pone de manifiesto la fundamen tal estratagema de dicho final, propusieron en 1889 el problema 158, con la siguiente solución: 1. P5T, P x P ; 2. R1D, P5T ; 3. RIA, R5D; 4. R2A, R5A; 5. P3T ( ? ?), y tablas (! ?). Precisamente la jugada 5. P3T es la que pierde (1¿5). Lo correcto sería (Neustadt, 1899) : 5. R1D! (si 5. RIA, enton ces 5... R 6 D ; -6 . R1D, P7A+ ; 7.
RIA, R 6 A ; 8 . P3T, R 6 C y ganan); en 3T, en vez de 2T, permite el R 6 D (son tablas evidentes y paso del rey blanco a la casilla 5 después de 5... P 6T) ; 6 . RIA, 6 C y las blancas ganan, cediendo P7Á; 7. P3T y tablas. Si después la salida a las negras: 1... R1D, de 1. P5T, P x P ; 2. R1D, las ne- sigue 2. R4A(4D) !, lo mismo que , en vez de 2... P5T, juegan en el 17. r P7A + , son tablas de todas La observación final que hemos formas; 3. RIA, R 6 A; 4. P3T!, hecho para el 158, está ilustrada con el ejemplo 159. 1. R4D, R3D; R 6 C; 5. P4T. Neustadt ha señalado, además, 2. P5A+, R3A; 3. R4A, R2A; 4. que no es obligatorio empezar ju; R5D, R2D; 5. P 6 A + , R2A; 6 . ndo 1. P5T (se puede empezar R5A, RIA; 7. R 6 D, R1D, 8 . P7A + R1D, P7A+ ; 2. RIA, R 6 A ; 3. (eomo ha indicado Chejover, cabe P5T y tablas) y si se retira el jugar también 8 . P4T, RIA; 9. peón 4T y se traslada el peón 3C P5T!, R1D; 10. P7A + , RI A; 11. a 2T, ganan las negras, juegue R 6 A, P3T; 12. R 6 C); 8 RIA; quien juegue. 9. R 6 A y ahora ó 9... P4T; 10. P3T!, P5T; 11. R 6 C ó 9... P3T; 158a. Grigóriev, 1933 (véase la 10. P4T!, P4T; 11. R 6 C y ganan. Como se verá en el ejemplo 162, terminación del problema en el 313). Blancas : R5D, P3CD, P 6 AD. con. un peón en 3T en vez de 2T Negras: R2AD, P4TD, P3TD, si se puede ganar también. Rabinóson mano las negras, las blancas vicn, en 1938, trató de demostrar ganan. En el 158 no tenía impor lo erróneamente a base de la solu tancia si estaba el rey blanco en ción 159; después de 6 . R5A, con 1A o en ID, ya que el peón 2T tinuaba 6 ... RIA? (y después 7. podía, según las circunstancias, R 6 D, R1D; 8 . P4T!), sin embar ir a 3T ó 4T. En la posición de go, con un peón en 3T lo único Grigóriev el peón no está en 2T, correcto es 6 ... R1D! sino en 3T, y ya no tiene opción a 159a. Blancas: R 6 CD, P3TD, P6 la salida doble. Por eso el rey negro dispone sólo de una casilla AD. Negras: R1CD, P5TD; ga segura para la retirada: 1... R1D! nan blancas; 1. R5T, R2A(2T) ; y si ahora 2. R 6 D, RIA ; 3. P7A ?, 2. R5C y ganan. entonces 3... P5T; 4. PxP, P4T 159b. Chéron, 1952. Blancas: y tablas. La situación del peón R1AR, P2AR, P2TR. Negras: R 6 AR, P2TR. Tablas. 1. R1R, P4T; 2. RIA, P5T; 3. R1C (3. R1R, R7C ó 3. P3T, R5R !; 4. R2R, R5A; 5. P3A, R 6 C) ; 3... R5C! (no 3... P 6 T ?; 4. RIA) ; 4. R2C, P6T + ; 5. R1C, R5A; 6 . RIA, R 6 A ; 7. R1R. R7C y tablas. Muchas de las jugadas que he mos examinado en este final están artísticamente realizadas en el 160 ...
1. R2A 2. R3R!
R5C
Las blancas obligan a las negras a mover el peón 2 T; después de 83
168
lante de su peón pasado (161 y 162). 16t
conseguirlo ya no les amenaza el mate.
162
161. 1. R5D, R2D; 2. P5Ti, 2. ... P3T R2A; 3. R 6 R!, R3A; 4. P 6 TÜ (zugzwang), R2A (ó 4... R4A; 5. 3. R2A R5A R7D, RxP; 6 . R 6 A! y ganan); 4. R1R! 5. R7R, R3A (5... RIA; 6 , R 6 D, Es la única defensa con un peón R1D; 7. R 6 A, RIA; 8 . P5A); 6 . negro en 3T. Si el peón estuviese R 8 D, R3D; 7. R 8 A, R3A; 8 . R 8 C, en 4T (2 ... P4T), sería preciso ju R3C; 9. P5A + , R3A; 10. RxP, R2A; 11. P 6 A y ganan. gar 4. RIA! (véase 157). Si salen las negras: 1... R2D ; 2 . Al elegir la casilla para retro ceder, el rey debe situarse en la R5D, R2A; 3. P5T, R2D; 4. P 6 T, que tenga el mismo color de la R2A; 5. R 6 R, R3A; 6 . R7R, que ocupa el peón del adversario R2A! y tablas. en la columna de torre; 162. 1, R4C!, R3C; 2. P4T, R3A; 3. P5T, R2C; 4. R5C, R2A, 4. ... R 6 R 5. R5A, R2D; 6 . R5D, R2A; 7. 5. RIA P4T R 6 R, R3A; 8 . P6 T! y ganan. Si 5... P7A; 6 . P3T!, R 6 A ; 7. Si juegan primero las negras: P4T, R 6 C; 8 . P5T. 1... R4A; 2. R3C, R3C!, 3. R4C, R3A; 4. P4T, R3C; 5. P5Tf, 6. R1R P7A + R3A y tablas. 7. RIA R 6 A Ahora se comprende que el 159 8. P3T R 6 C se resuelve más sencillamente: 1 . 9. P4T y tablas. R4C!, R3C; 2. P4TÍ, etc. Examinemos ahora posiciones Es distinto el juego si el peón con pareja de peones, uno blanco pasado se encuentra en la fila y otro negro, en otras columnas cuarta, y el otro peón, aunque no que no sean de la torre. está en su casilla inicial, puede La posición 163 es el primer asegurar el tiempo necesario para conseguir una posición en zugz- ejemplo publicado (1920) de apli wang. En este caso tiene impor cación consecuente del método de tancia que el rey se encuentre de las casillas conjugadas en finales 84
constituyen la zona principal y en ellas las negras siempre pueden conservar la conjugación. Por lo tanto, hay que pensar en los escaques de la retaguardia in mediata ; resulta que si el rey blanco maniobra por las casillas 2C y 30, el rey negro no podrá disponer de los escaques 6 C y 50, ya que las blancas jugarían (R3A)4D. La base de la solución se hace evidente y sólo queda llevarla acertadamente a la práctica.
«63
1. R2A de este tipo (antes de eso se em pleaba el método- práctico del «triángulo»). Se pierde si se cede a la tenta ción de jugar 1. P4D, R5R; 2. R3A, ya que ahora no sigue 2 ... R4D ? (que pierde por 3. R3D), sino 2... R4A ! y tablas; por ejem plo: 3. R3D, R5A !; 4. R2D, R5R; 5. R3A, R4A; 6 . PSD (es lo único que se puede hacer); 6 R4R; 7. P6D, RxP; 8 . R4D y aunque las blancas capturan el peón 4C, no ganan, ya que sn peón no ha pasado del centro del tablero. En esta posición desplazada a ia fila inmediata superior, las blancas, jugando así, habrían ganado (163a). Ya que la jugada P4D no da resultado, hay que buscar otros medios. Se echa de ver en seguida que si salen las negras, las blan cas consiguen avanzar fácilmente su rey ( 1 ... R5A; 2. R2R, etc.). Por consiguiente, hay que ceder la salida al adversario. Sin embargo, en esta posición no _basta el simple cálculo del «triángulo». Al triángulo 2D, 2A, 3A (junto a la casilla inaccesible 3D, véase la «Introducción»), equivale el triángulo de las ne gras 6 A, 5A, 6 R (junto a la casilla inaccesible 5R). Estas casillas ...
R5A
Se perdería tiempo con 1. R3A, R 6 R, después de R2A, pierde en seguida 1... R 6 R por 2. R3A. 2. R3C ó 2. R2C, pero no 2. R3A. 2. ...
R 6A
El rey negro sigue en la zona crítica, ya que el paso a la quinta fila no le proporciona ninguna ventaja, como vemos en la si guiente variante: 2... R4A; 3. R3A, R4R; 4. R2D!, R5D; 5. R2A!, R4R; 6 . R1D (maniobra indicada ya por Horwitz y Kling) ; 6 ... R4D; 7. R2R!, R5D; 8 . R2D, etc., como en la variante principal. 3. R2C! Después de esta jugada, las ne gras pierden la conjugación. 3. ... 4. R2A!
R5A R 6 A
Hemos hablado ya del paso a la quinta fila; las blancas han conseguido ya su objetivo funda mental: ceder la salida a las ne gras. 9. R2D 85
La continuación es relativamen te fácil: 5... RSA; 6 . R2R, R4R ; 7. R3R, R4D; 8 . P4D. Se ha llegado a un momento importante: las blancas, después de reconquistada la casilla 3R, no tiene más reme dio que permitir a las negras 8 ... R5A; se comprende que si esta posición estuviese en la columna inmediata de la derecha, la posi ción de las negras, con un peón de alfil, supondría un peligro serio (la partida terminaría en tablas; véase 163b); pero si gl peón ne gro estuviese en 3A, es decir, toda la posición en la fila inmediata superior, las blancas ganarían: 8 ... R5A; 9. R4R, R x P ; 10. PSD, R4A. O 10... R4T; 11. P 6 D, R3T; 12. R5R, P5C; 13. R 6 R!, P6 C; 14. P7D y ganan; 11. R5R, P5C; 12. P6 D, R3A; 13. R 6 R, P6 C ; 14. P7D, P7C; 15. P 8 D = D, P8 C=D; 16 D8 A+ y ganan.
164
R2D ; 3. P5D, R2A; 4. P 6 D + , R2D ; 5. R5D, R1D (1A1 y tablas. O 1. R5R, R3A ; 2. P4D, R2D ; 3. R5A, R3D ; 4. R5C, R3R; 5. P5D + , R x P ; 6 . R 6 T, R4R (Salvioli continuaba : 6 ... R3D ; 7. R7T, R2D y tablas ; sin embargo, a 7, R7T ? se gana jugando 7... R4R !) ; (Véase la posición 163 despla 7. R5C ! (no 7. R7C ?, R3R), y zada a la columna izquierda en el tablas. 386a). Salvioli indicó que con un peón en 2D en lugar de 3D, las blancas 163a. Blancas: R2AD. P5D, habrían ganado jugando: 1. R5R, P5AR. Negras: R3CD, P3AR. R3A ; 2. R5A, R4D ; 3. R5C, R4R ; Ganan blancas. 1. R3D, R4A; 2. 4. P3D !, R3R ; 5. P4D, R4D ; 6 . R4R, R3C; 3. P 6 D !, RSA; 4. P7D, R 6 T, etc. Si el ejemplo 164 se desplaza a R x P ; 5. R5D y gana. la derecha o a la izquierda, siguen tablas. Tan sólo la posi 163b. Blancas: R7CR, P3AD. siendo ción R5TD, P3TD, P 6 AD ; R2TD Negras: R2D, P4AD, P3R. Ta y P2AD es ventajosa para las blas. 1. R 6 A, R3D ; 2. P4A, R2D; blancas (véase 168). 3. R5R, R2 R; 4. R4A!, R3A; 5. R4R, P4R; 6 . R5D, R4A; 7. El problema 164a de Grigóriev RxP, P5R; 8 . R 6 C ! (jugada profundiza y desarrolla el análisis única) ; 8 P 6 R ; 9. P5A, P7R; 10. del 164, demostrando, entre otras P 6 A, P 8 R=D; 11. P7A y tablas cosas, que en ese ejemplo las blan (8 en el «Apéndice».) En la posi cas no pueden ganar ni aun sa ción 163b, situada en la fila de liendo las negras. abajo, el peón blanco no habría 1. RIA, R4R ; 2. R1D, R5D ; 3. tenido tiempo de llegar a la ca R2R, R5R. silla 7A. Nada consiguen las negras con 1. P4D (jugando el peón 4D se 3... R5A; 4. R3R, R5C ; 5. R4D, gana en el ejempjo 164 ,si la po ni tampoco 4... R4C; 5. R3D ó sición se desplaza a la fila inte R4R (pero no 5. R4D ?, R5C ; 6 . rior, 165); 1... R2A; 2. R5A, R3D, P4R y ganan). . . .
86
En 1890, Berger señaló tan sólo 1. R4R, R 4A; 2. P4D + , R3D, con las siguientes maniobras de Horwitz y Kling: 3. R3R, R3A; 4. R2D, R3D; 5. R3A, R4D; 6. R3D. En 1922 añadió la variante: 2... R5A (3. R3R, R4C; 4. R3D, R5C; 5. PSD, son jugadas victo riosas, ya que el peón 5A ha pa sado del centro del tablero, 5... R4A; 6. R4R, R3C; 7. P6D, etc.) ; también señaló otras de« solucio nes: 1. R4A, R4R; 2. P4D + , R x P ; 3. P5D y la otra, tam bién sencilla, de 1. P3D, R3A; 2. R4A, R3D; 3. P4D, etc. Estas jugadas no consiguen su objetivo en la posición siguiente, donde el 4. RM , RSA ; 5. R2R, R6C ! ; 6. peón negro está más próximo de la octava fila. R3D! 166 Pero no 6. R3R ?, P4R ! y ganan. Ahora a 6... R6A le seguirá 7. R xP, P4R ; P4R; 8. R2D, R7A; 9. R3D! Después de 6... P4R no se debe 7. R x P a causa de 7... P5R. 164a
6... P4R; 7. R3R!, R7C ; 8. R2R!, PSR; 9. R1R !, R6A; 10. RI A, P6R; 11. R1R, P7R y ta blas. Chéron, en 1952, ha publicado este problema de Grigóriev, pre miado en un concurso, sin indicar el nombre de su autor. 165
En el análisis de la posición 166, Berger cometió algunos erro res muy ilustrativos (1916, 8.a edi ción de «Bilguer»), Después de 1. R3D su continuación «1... R4C!» (¡oposición mecánica), no es la mejor de las defensas, ya que se gana fácilmente: 2. P3A, R4A; 3. R2D, etc. (165). Más segura, na turalmente, es 1... R5C! y la con tinuación 2. P3A + , R6C; 3. R2D, R5T! y luego, como Grigóriev, 3. R2R(3R)1 y ganan, lo mismo que en el ejemplo 163. Pero lo fundamental no es eso. 87
Después de 1. R3D, R4C, Berger analiza la jugada 2. R3R ? y vuel ve a aconsejar la toma de oposi ción «2... R4A!» En la realidad se consiguen tablas jugando tan sólo 2... R5A! y no 2... R4A ?; en el ejemplo dado por Berger no pier de, porque continúa 3. R2R?, R5A; 4. R3Á, R5D. Según Dedrle (1921), a 2... R4A? se debe repli car: 3. R2A! (maniobra de Kling, 168); 3... R5A; 4. R3C!, R5D; 5. R3A, R6A; 6. R4C y ganan (57). En el ejemplo 166, donde se gana con 1. R3D con el avance siguiente del peón 2A, no hay necesidad, como es natural, de Semejante rodeo, pero se hace imprescindible si el peón de las negras es de alfil, como en el 167. (Observemos, de paso, que si la 166 se desplaza a la coÍiosición umna de la derecha, las blancas ganan sólo si son mano las ne gras.) 167
Según Dedrle (1921), en esta posición no gana 1. R3D?, R4A! (las variantes se deducen de la exposición anterior), ni 1. P3R ?, R5R ó 1. R3C. R5D (en caso de 2. P3R + , las blancas pierden ambos peones). Lo correcto es 1. R2C!, R5R; 2. R3T!, R5D; 3. R3C, R6R; 4. R4T 88
y ganan. La conjugación de las casillas se determina por las po siciones decisivas R3C-R5D y R3T-R5R. 168
168a
En el ejemplo 168 (Walker, 1841) la posición crítica es la de R3D-R5C y la solución es análoga en todo al 167. Sin embargo, antes de empezar la maniobra, es pre ciso obligar al rey negro a que retroceda a la fila sexta (de otro modo el rey negro se aproximaría demasiado al peón 2T). Para ce der la salida a las negras, se uti liza el triángulo 3T-2C-3C. 1. R3T, R3C; 2. R2C!, R4T (ó 2... R3T; 3. R2A S, R4T ; 4. R2D !) ; 3. R3C!, R3C; 4. R3A, R4T; 5. R2D! (señalada por Kling; Wal ker continuó 5. P3T ?, R5T; 6. R3D, RxP y tablas) ; 5... R5T; 6. R3R, R5C; 7. R3D, R6T; 8. R4R, R5T; 9. R5D, R5C; 10. P3T + y ganan. En el 168a (posición fundamen tal de Walker) cabe 1. R3C, R4T, lo mismo que en el 168, pero es más sencillo jugar de primeras (utilizando el triángulo 4T, 3T, 3C) ; 1. R3T, R3C (ó 1... R4T; 2R3C) ; 2. R2C, etc. Vamos a terminar el análisis de peones en la misma columna con algunos ejemplos de maniobra más complicada.
169; Para transformar el peón
SC en dama (1. R5D ?, etc.), a las 169
las blancas el tiempo que les faltaba al principio. Así pues: 6... R7A!; 7. RBD!, P4A; 8. R6A y tablas. 170
blancas les falta un tiempo, y 1. R6A ? también pierde, debido a 1... R5C; 2. Rx P , R4A. Por La salvación de las negras se eso, 1. R5A!, ya que crea una basa en dos posibilidades: 1) capsituación aguda pana ambos ban- tura del peón 2A, para hacer dos y las negras, en caso de co- tablas contra dama gracias al meter alguna inexactitud, pierden. peón de alfil, y 2) captura del 1... R5T; 2. R4A, R6T; 3. R3A, peón de alfil rey para poder repliR7T; 4. R2A. car a la jugada R x P con R4A. Es fácil de comprender que las Por ejemplo: 1. R8A ?, R3A; 2. blancas no podían en ningún mo- R8R, R3R; 3. R8D, R3D; 4. R8A, mento ir a la captura del peón de R4A! y si 5. R7A, entonces 5... alfil, ya que las negras, dando un R5C; 6. P4A, R6T; 7. P5A, R7C rodeo por la retaguardia, llegarían y tablas (primera posibilidad), y al peón 5C y lo tomarían. Las si 3. P4A, entonces 5... R5D; 6. negras intentan ahora liberar a PSA, R4R ; 7. R7A, R x P ; 8. R6D, su rey. R3A!; 9. R5D, R2R; 10. R4D, R3D; 11. Rx P , R4A (segunda 4. ... P3A posibilidad). También se hacen ta blas con 1. P3A ?, R4R; 2. R7A, El cálculo que hacen es el si- R5A; 3. R6R, R6R!; 4. F4A, guiente : mientras las blancas cap- R7D, etc. turan el peón, las negras podrán Por estas variantes se ve que (en las mismas cuatro jugadas) las blancas, en primer lugar, no trasladar el rey a 5D y ganar. deben mover antes de tiempo el peón 2A (dejando libre la casilla 5. R3A R8C 3R para el rey negro), y, en se6. R4R!! gundo lugar, no les conviene acerJugada de doble fin: ahora 6 ... car su rey por la octava fila, ya R7C ? sigue 7. R5A y ganan: que en ese caso queda mucha disdespués de 6 . . . R7A, queda inter- tancia hasta el peón negro. De todo esto se deduce la soluceptado el camino del peón de alfil hacia dama, lo que proporciona a ción : 89
1. R7C, R4R; 2. R7A! (aproxi En el ejemplo 17Í, a 1... R2D, mación al peón negro por la sép sigue 2. P5D! (ó 1... R2C; 2. tima fila) ; 2... R4A (ó 2... R5A; P5C!) y ganan. Si son mano las 3. R6R, R6A; 4. R5D, R7R; 5. blancas, el cambio de peones es R4A y ganan); 3. R7R, R4R; 4. inútil, pues no se puede ganar. R7D, R4D; 5. R7A! (5. P3A ?, R5D; 5. P4A?, R5R; 6. R6R, 171a. Glazer, 1939. Blancas: R6R!; ó 6. P5A, R x P ; 7. R0D, R5R, P2R. Negras: R1R, P4D, R3AI); 5... R4A (hay la amenaza P4AR. Ganan blancas, fia idea es de 6... R5C); 6. P4A! R5D; 7. P5A! (7. R6D?, R6R) ; 7... R4R; 8. R6A! (8. P6A?, R x P ; 9. R6D, R2A1); 8... R x P ; 9. R5D! y ganan. Moraviets, 1925. Blancas: R6R, P2AR, P2TR, Negras: R6TR, P0AR. Tablas, fia amena za de captura del P2T, la evitan las blancas atacando P6A. Se con siguen tablas sólo con 1. R5D!, R7C!: 2. P4T, R x P ; 3. P5T, R7C; 4. P6T, P7A; 5. P7T! se hace evidente que en caso de 1. R5A?, lo decisivo habría sido 5... P8A = D + , y en caso de 1. R5R?, a 6. P8T=D, seguiría 6... D8T+. 176a.
la misma: 1. R6R!, R1D (ó 1... P5A); 2. Rx P4D; 1... RIA (ó 1... P5D); 2. R x P4A. En el extremo del tablero, cuan do uno de los peones es de torre, el resultado del juego cambia. En el ejemplo 172, las negras se salvan con 1... R2A ! (ya que nada consiguen las blancas con 2. P5A ni 2. R6T, R3A), pero se pierde, naturalmente, con 1... R2T?, ya que 2. P5T (véase 260). Si las posiciones de los ejemplos 171 y 172 se desplazan arriba o abajo, el resultado no cambia; pero si el peón negro se encuentra en su posición inicial, aparecen ciertas peculiaridades.
Blancas: R7CR, P4R. Ne gras: R7AD, P4R, P3TR. fias blancas no pueden ganar. 1. R6A!, R6D (también 1... R6A o R6C, pero no 1... P4T ? ; 2. R x P. R6D ; 3. R4A, R5D; 4. P5R, R4D; 5. R5A y ganan); 2. RxP, R5A!; 3. R4A, R4A! ó 3. R5A, P4T y tablas. Pasemos ahora al estudio de po siciones con peones aislados sin peón pasado. En estos casos se gana, por regla general, cuando el rey puede ocupar una posición de bloqueo ante el peón enemigo y luego atacarlo de lado, o bien cambiar con ventaja alguno de Sus peones. Suelen tener una im portancia decisiva los tiempos de reserva, fia partida depende, en mucho, de la distancia que haya entre los peones y la situación de los reyes. En el 173, después de 1... R1D, Examinemos algunas posiciones se hace partida nula inmediata sencillas de finales con reyes en mente con 2. P6D?, ya que 2... oposición vertical y horizontal. RIA !; 3. P7D + , R1D; en cam176b.
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bio, gana 2. R7C!, R2D; 3. R8C! R8A ?, ya que el peón en 3A im (algunos manuales, siguiendo a pedirá a las negras conservar la Ch?ron, hacen un juego dema oposición: 3. R7R, R2A; 4. R6R siado su til: 3. R8T ! ?, como si y ganan; problema de Neustadt, quisiesen ganar «por segunda 1890) ; 2... R1C falla la combina vez» el final ya claro; esta clase ción 3. P5C, lo mismo que en el de maniobra es, en cambio, muy 173 (el peón negro se encuentra adecuada en otro grupo de finales más cerca de la octava casilla). que estudiamos más adelante ; Pero las negras, en caso dfi Ser véase 185); 3... R1D (3... R3D; 4. mano, pueden conservar la oposi R8A) ; 4. P6D !, P x P ; 5. P6C, etc. ción: 1... R2C; 2. R7D, R3C; 3. En el 174 se consiguen tablas R8A y ganan. con 1... RIA!, pero no 1... R1T?; En el ejemplo 178 al rey negro 2. R7A! (2. P6T?, R1C1); 2... le falta espacio para conservar la R2T; 3. R8A, R1T; 4. P6T!, etc. oposición. Las blancas granan ju Esta posición angular era cono gando 1. R7D, R2T (ó 1... R2C; cida ya por Carrera en 1617 (175). 2. P5T) ; 2. R7A, etc.
175. 1... R2D!, o si salen las blancas: 1. R4A, R3A; 2. R4C, R2A ; 3. R5C, R1A!; 4. R6C, R1C; así pues, se hacen tablas también cuando el rey blanco está en 5C en vez de 5D; este resultado no varía en ninguna fila ni columna. En el ejemplo 176 la partida es nula independientemente de quien tenga la salida (compárese con el 180). 177 178
En el ejemplo 179, con un peón en posición inicial, el dominio de la oposición no salva a las negras. El juego se reduce a la final nú mero 173: 1. R8D, R1C; 2. P6C y ganan. Lo mismo en el 180, donde el rey blanco no está en un extremo del tablero, como en el 176. A este tipo de ñnales se redu181 181a
En el 177, después de 1. R7D (ó 1. R6R, R3T). 1... R2C; 2. R8D ló 2. R8R, RtT!, pero no 2. 91
cen habitualmente posiciones En vista de eso, saliendo las donde hay una gran distancia en negras, lo más sencillo es conti nuar 1... P3A!; 2. R5A, R2A tre los peones o los reyes. En el ejemplo 181 la existencia (171), ó 2. P5C, R3C! y tablas. de un tiempo de reserva (peón en El ejemplo 183 es un viejo pro 3D en vez de 4D) permite ganar blema teórico (1843), en cuyas a las blancas: 1. R4D, R2D; 2. complejas peripecias es fácil orien R5A, R2A; 3. P4D ó 1... R2A, tarse, conociendo los análisis an 2. R5A, R2D; 3. R6C!, R3D ; 4. teriores. P4D (177). Lo fundamental en él es la lucha Sin embargo, en el 181a, las por la casilla 4A. blancas, siendo mano, no pueden Ganan las blancas, si son mano, ganar: 1. R4C, R4D; 2. R3A, tomando la oposición. P4A. 1. R3C! 182 183 Se hacen tablas con R3A?, R4A! (no 1... P4A ?; 2. P3D ó P3C y no 1... P3A?; 2. P4D), y ni siquiera la existencia de tiem pos de reserva asegura a las blan cas la ocupación de la casilla 4A, por ejemplo: a) 2. P4C +, R4C! (una defensa correcta exige que la retirada se haga en la columna del peón avanzado; si 2... R4D?, entonces 3. R3D!, P3A; 4. R3A y, como antes, es inútil 4... P4A por 5. P5C); 3. R3C, P3A! y a 4. R3A ó 4. P3D, sigue 4... P4A y 4. P4D también conduce a tablas, 175. b) 2. P3C, R4C! (no 2... P3A ?; En el 182, la tentativa de tomar la oposición con 1. R5C ? fracasa 3. P4C+ !, R4C; 4. R3C ó 3... R4D; 4. R3D); 3. P4D, P3A ó 3. ría, ya que con 1... P3A + , las P4C, P4A. negras juntarían los peones y el rey blanco no tendría buenas ca 1. ... R4A sillas para retroceder: 2. R5A, R2A; ó 2. R4A, R3C; ó 2. R5T, O 1... P3A ; 2. P4D ; 1... P4A ; 2. R2T y tablas. Se gana sólo con 1. R5A!, P3A R3A, P5A; 3. P3C y ganan. (de otro modo, 2. R6A), 2. P5C! 12, R3A P3A Siendo mano las negras, Fine propuso en 1941, en posición aná De lo anterior se deduce que si loga, 1... R3A, que en caso de 2. F5C + , R3C, conduce a tablas sin 2... R4D, sigue 3. P4C!, ó 2... R4C, grandes complicaciones. Ciertas P4D! (En la exposición ulterior dificultades produce 2. R3A, por omitimos las variantes simétri ejemplo, 2... R4C; 3. P5D, y si cas.) las negras jugasen despreocupa damente 3... R3C ? (3... P3A ? ; 4. 3. P4C+ R4C P6D), entonces 4. R4A y ganan; 4. R3C la única salvación es 3... R3T!; y las blancas ganan; por ejem4. R4A, R3C. 92
,1o: 4... R3T; 5. R4A, R3C ¡ 6. R2R; 4. R3R, R2D; 5. R4A, R3R; >3D!, R2A; 7. R5A, R2D (7... 6. R4R, R2D (es inútil 6... P3A, i2C; 8. P5C); 8. R6C, R3D; 9. por 7. P x P , R x P ; 8. R4A); 7. ROA, R2R; 8. P4C, R1R!; 9. V1C, R2D; 10. P4D, R3D ; 11. 18A, R3R; 12. R7A, R4D; 13. R6A! (no 9. P6R?, R2R o RIA) ; 17D. 9.. . RIA ; 10. P5C! y ganan (173). Si son mano las negras, las ta llas se aseguran con 1... R5C; 2. 183c. Ebersz, 1942. Blancas: ’3D (ó 3C), P4A!, pero se puede R2D, P3AD, P4R. Negras : R3AD, ambién 1... R5A; 2. P3C + , R5C; P3D. Ganan blancas: 1. R3R (1. ¡. P4D (o de otro modo 3... P4A); R3D ?, R4A; 2. R2D, R5A; 3. ;... P3A; 4. R2C, R4T!; 5. R3A, R2A, R4C!, tablas 182) ; I... R2D 14C y tablas. (1... R4A; 2. R3D); 2. R3D! (2. R4D ?, R3R, tablas, 181a); 2... 183a. Fine, 1941. Blancas: R4D, R2R; 3. R4A, R3R; 4. R4D y >2AD, P2R.. Negras: R3D, P2D. ganan. íanan blancas. Con el rey en 4D e consigue fácilmente la victoria 183d. Ebersz, 1941. Blancas: 5R, R4D!; 5. P3A, RSR! (pero R4A. También es mala 1. P3R?, io 5... R5A; 6. R7R, R4D; 7. R4A; 2. R2D, R5A; 3. R2R, R6A ; i x P, R x P ; 8. R6A y gana); 4. R2A, R6D; 5. R3A, P4A y ga i. P4A, R5D ; 7. R7R, R x P .. nan. Eo correcto es 1. R2A!, R3D. Tine no indicaba la jugada vic(Nada se consigue con t... P5D ó oriosa en lugar de R6A, pero 1.. . R4A; 2. R3A y etc.; 183a); 2. 1 caso es que no existe (3. R3R! (no 2. R3A ?, R4R; 3. P3R, >3A, R5A; 3. R5A, R5D; 4. R4A ó 3. R3R, P4A; 4. R3A, >5R, R4D!; 5. P3A, R5A ó 5. P5D) ; 2... R4R; 3. R3D!, P 5D; 16A, R5D). Por consiguiente, se 4. P3R ó 4R y tablas. tacen tablas con 2. R5R? y 3. 183e. Moraviets, 1941. Blancas: 16A no es más que una de tantas ariantes. También es incorrecta R5R, P2TD, P2AD. Negras: R4AD, P4CD; ganan blancas. Es n el análisis la jugada «4... 14D!«; es más sencilla 4... RSR! 184 Cuando los reyes están lejos el mo del otro, y también de los eones, los problemas teóricos se aanifiestan en forma algo más omplicada. 183b. Grigóriev, 1936. Blancas:
17CD, P5R, P3CR. Negras: R1D, ’2AR. Ganan blancas. 1. R6A, 12R; 2. R5D, R2D (en su propóito de trasladar el rey a la casilla »loqueadora 6A, las blancas, desde 1 principio, se oponen a la ju rada P3A, y ahora, persiguiendo 1 mismo objetivo, tendrán que vitar la posición R4R-R3R, teliendo ellas la salida). 3. R4D!, 93
prematuro 1. P3T?, por 1... R3A; retaguardia, próximas a las zonas 2, R6R (6 2. R4D, R3D; 3. P3A, críticas: 4CD, 4AD y 5AD de las R3A); 2... R4A; 3. R7D, P5C; negras y 4AR, 5AR y 5R de las 4. P4T, R3C. Lo correcto es 1. blancas; 1. R4C! (las blancas ata R6R!, R3A; 2. R7R, R2A; 3. can dos casillas de la zona prin P3T, R3A; 4. R8D y ganan. cipal, obligando a las negras a la Como las negras tienen en este defensa correspondiente: no basta problema tiempos de reserva, no 1 R3C ?, R5T; 2. R4A, R4C! y toman la oposición, sino que es tablas); 1... R3C! (es más débil peran a que la tomen las blancas, 1... R5T; 2. R5A, R6C; 3. R6R!, quitársela con la jugada R5A; 4. R5R y ganan) ; 2. R5C! f ara ‘3D. Debido a ello, también las (no 2. R5A?, R4A) ; 2... R3A; 3. blancas evitan el tomarla. R6A ! (amenazando con ocupar la Siendo mano las negras se ju casilla 5R, y como las negras garía 1... R5A! (no 1... R5D ?; están lejos de la 4A, se ven obli 2. R5A, R0R; 3. P5R ó 2... P3D ; gadas a penetrar en la zona prin 3. R4A y tablas) ; 2. R3R (2. R4C, cipal; las blancas no tardan en P3D! ó 2. R5A, (3A), R5D; 3. ocupar en ella las casillas conju R4A, P3D) ; 2... P3D!; 3. R2R, gadas decisivas); 3... R4C; 4. R5D; 4. R3A, R6D; 5. R4A, R6R!, R4A ; 5. R5A! (el resultado R7R, apoderándose de las casillas final ya es evidente, pero la con ciíticas del peón 4R (8) ; las ne tinuación sigue siendo instructi gras ganan. va) ; 5... R4C; 6. P3R, R3C; 7. La partida se determina en este R6A (toma de oposición en la fila caso por las posiciones decisivas. principal; (13) ; 7... R4C; 8. R7R (¡rodeo!); 8 R3A; R6R (la R5A-R5D, R4A-R5A, R4C-R4A. Dicho de otro modo, las casillas oposición distante pasa a ser in 5AR, 4AR y 4CR (junto al esca mediata) ; 9... R4A; 10. R7D y que inaccesible 5C), son las con ganan. Los siguientes ejemplos mues jugadas de las casillas 4D, 4AD y 5AD (junto al escaque inaccesi tran ciertas peculiaridades de ma ble 5D). Un esas casillas conju niobra en las filas. gadas se salvan las blancas de la 185 funesta, en este caso, oposición (en los escaques de retaguardia adyacentes las negras no pueden maniobrar, por tener amenazado el peón 3A). De todo lo que ante cede se deduce claramente la so lución : 1. R4C! (1. R3R ?, R3D !; 2. R4A, R 3R); 1. .. R5A (1. .. R 3D; 2. R5A); 2. R4A!, R5D (2... P3D ; 3. R4C; 2. R3D ; 3. F5R) ; 3. RSA!, P3D (después de esa jugada las blancas se defienden por medio de la oposición) ; 4. R4A, R6D; 5. R3A, R5A; 6. R4C y tablas. ...
184a. Ebersz, 1941. Blancas: R3TR, P3AD, P2R. Negras: R4TD P4D, ganan las blancas. La idea es la misma, pero ofrecen interés las maniobras en las casillas de 94
Desde el punto de vista teórico, Dedrle (1925) expuso errónea mente la solución.
El rey blanco no puede pasar Je golpe a la fila 7, ya que las negras tomarían la oposición dis ante y la partida acabaría en ta ñías. Él rey blanco debe acercarse i las casillas críticas del peón 5D (véase 8) por la fila 8, conservan jo la conjugación «rectangular», jue poco después ha de transfor marse en oposición lineal decisiva (véase 13): 1. R8C (los ángulos leí rectángulo 6TD, 8TD, 8CR, 5CR son del mismo color); 1... R.3C; 2. R8A, R3A; 3. R8R, R3D; i. R7A (como el rey negro ha pa¡ado a una columna desfavorable jara él, pues su propio peón le im pide mantener la oposición, las llancas pueden ya emprender la ¡onquista de las casillas críticas; » errónea la afirmación de Dedrle ie que no gana 4. R8D, por 4... R3A; 5. R7R, R2A; en vez de i. R7R?, lo acertado es 5. R8A!, 9L3D; 6. R7C y ganan, lo mismo iue en la variante principal) ; L R2D; 5. R6A, R3D; 6. R5A, v4D ; 7. R4A, R3D ; 8. R4R, R4A; I. R5R, R5A; 10. R6D y ganan. En este ej'emplo, la fila princiial es la 5, pero las blancas han enido que conquistar primero la léptima, valiéndose del método «volvente. A diferencia del ejem>lo 15, que tenía otra distribución le los reyes, en este caso es de mportancía decisiva el dominio le la «conjugación rectangular», la que de ello depende la toma de iposición estando el rey blanco :n 8D. Lo veremos más claro si con la nisma posición son mano las ne gras: 1... R3C; 2. R8C, R3A; 3. i8Á, R3C! (3... R3D ?; 3. R7A); . R8R, R3A; 5. R8D, R3D (íijanlo para siempre al rey blanco en a fila octava) ó 5. R7R(7A), 12A(2C) y tablas. Si la posición inicial del rey ilanco fuese 8C, la solución deendería de la salida: las blancas ;anan sólo cuando juegan las ñe ras.
Examinemos ahora otra defensa de las negras en este mismo ejem plo, después de 1. R8C; 1... R4T (ó 1... R4C; 2. R7A!); 1. R7C! (las blancas deben reconquistar del mismo modo la fila 6); 2... R5T. Las negras renuncian inme diatamente a la inútil defensa de la fila 6. Esta fue la causa de la confusión del propio autor del pro blema 185, quien afirma que la única jugada correcta ahora es 3. R6A, y que 3. R6C, con la toma mecánica de la conjugación «rec tangular», es un error irreparable. Pero en realidad las dos jugadas son buenas: la conjugación «rec tangular» pierde su importancia, ya que el rey negro se encuentra en una fila desventajosa (le es torba su propio peón), por ejem plo: 3. R6A, R5C; 4. R6R, R5A; 5. R6D y ganan). Después de 3. R6C cabe jugar 3... R4T (3... R5C; 4. R6A!. R6A; 5. R5R) ; 4. R5C! (es indispensable tomar la oposición en la fila principal), y ahora o bien 4... R 3 T ; 5. R4A, R4C; 6. R5A!; ó 4... R5T; 5. R6A! y ganan. De ahí se deduce que 3; R6A es mejor que 3. R6C, ya que, sin necesidad de manio bras superfluas, lleva más directa mente al rey al objetivo: la con quista de las casillas críticas. 185a. Dedrle, 1921. Blancas: R7CR, P2CD, P2D. Negras: R2AD, P5AD. Las negras hacen tablas. El rey negro se encuentra en posición desventajosa, pero también el rey blanco está lejos; 1... R3A!; 2. R6C (2. R6A, R3D o R3C); 2... R4A; 3. R5C, R5D (5C); tablas. Si 1... R3D(3C) ?, entonces 2. R6A, R4D(4C); 3. R5A, R5D(5C); 4. R6R! y ganan. 185b. Mandler, 1929. Blancas: R5TR, P4AD, P4R. Negras: R2 TD, P3D. Ganan blancas: 1. R6C, R3T; 2. R7C!, R2T; 3. R8C!, R1T (la táctica de atracción dei rey negro a la fila 8 resulta tu95
cesta para las negras, y, además, el rey se aleja de su peón) ¡ 4. P5A! (esta combinación es posi ble sólo en el caso de que el peón del enemigo esté poco avanzado); 4... P x P (el rey negro no puede jugar 2A ); 5. P5R y ganan. 185«. Herberg, 1936. Blancas: R3CD, P3R. Negras: R5TR, P4D, P4AR. Tablas. Nos encon3.
tramos con una forma distinta de la posición anterior; 1. R2A! (no 1. R4C?, R5C y no i. R2C, R6T; 2. R3C, RTT; 3. R2C, R8T; 4. R1C, PSD ó 4. R3C, R8C; 5. R3A, R8A y ganan); 1... R5C ; 2. R2D!, R6T; 3. R3D, R7C (3... R6C; 4. R3A); 4. R2A!, R8T; 5. R1D!, R8C; 6. RIA, P5D; 7. R2D y tablas.
PEONES AISLADOS DOBLADOS
Los peones doblados, naturalmente, son macho más débiles que los ligados o aislados, pero sería erróneo exagerar su debilidad, pues a veces sólo es aparente. En 1935, Grigóriev escribía: «Los peones doblados, incluso aislados, suponen a veces una gran fuerza. En todo caso, mayor de lo que se suele pensar. Pueden privar al contrario de importantes casillas y significar tiempos de reserva... Incluso en apariencia impotentes, encierran muchas posibilidades de victoria». Las finales de peón« doblados contra un peón fueron durante mucho tiempo una «mancha blanca» en la teoría de los finales. Los numerosos análisis hechos por Grigóriev en 1931, 1932 y 1935 sentaron la base del estudio de ese final. El carácter de estos finales cam bia, como es lógico, según la diferente estructura de los peones; los peones pueden ser pasados, o, si no lo son, hallarse en la misma columna que el peón contrario o en la vecina. Todas esas peculiaridades de la estructura de peones las examinaremos aisladamente. Los casos en que todos los peones son pasados se prestan menos a una apreciación general, ya que se puede producir fácilmente un final de «dama y peón contra dama». Pero si la partida se resuelve desde el principio hasta el
final sólo con peones, se manifiestan, casi siempre, las peculiaridades más típicas de los peones doblad«, es decir, los tiempos de reserva y la inaccesibilidad de las casillas para el ataque lateral del rey adversario. 1M
Este ejemplo ilustra la autoda fensa de 1« peones doblados: 1. P5T, R4A; 2. P4T, R3D; 3. R8D, P4A ; 4. P6T!, R3A; 5. P5T, FSA ; 6. R8A, P6A; 7. P7T, P7A; 8. P8T=D+ y ganan. Grigóriev, 19®. (Problema didáctico). Blancas: R1CR. P2CR, P3CR. Negras: R4CD, P0R. Ganan blancas. Lo correcto es 1. RIA!, R5A; 2. R2R, R5D; 3. P4C, R5R; 4. P3C, etc., (48 y 18*a.
120), pero no 1. P4C?, R5A; 2. RIA, R6D!; 3. RIR, R5R; 4. P3C, R4R; 5. R2R, R5R!; 6. RIA (calculando que 6... R6D ? ; 7. RIR y ganan) ; 6... R4R; 7. RIR, R3A y tablas.
I8 T
I86b. Grigóriev, 1935. Blancas: RIAD, P5R. Negras: R3CD, P4AD, P2AD. Tablas. La idea de la defensa consiste en imponer a los peones negros el avance basta 3A v 4A (47). i. R2D !, R3A !; 2. R3R, R4D ; 3. R4A, R3R (a las negras les conviene ahora o a la séptima jugada pasar a un final de dama, con 3... P5A; 4. R5A, P6A; 5. P6R, R3D; 6. R6A, P7A; 7. P7R, P8A —D ; 8. P8R = D, D 5A + ; 9. 2. P 7C f, R1C; 3. R6C, P4D; 4. R6C, D4R, etcétera, ya que el R5A. Después de 1... P3D ! sún flojas final de peones no da perspectiva alguna de victoria) ; 4. R4R, P3A; las continuaciones : o) 2. P7C ?, P4D ; 3. R5C, R x P ; 5. R4A. P5A; 6. R4R, P4A; 7. R4A, P6A (7... R4D!) ; 8. R3R, 4. R5A, R3T ! ; b) 2. P3C ?, P4D ; 3. R5C, R2C ; P5A ; 9. R2R, R x P ; 10. R1D! R5A, PSD; 5. R x P , R x P ; 6. (no 10. R3R ?, R4D o R4A; 11. 4. R4A, R3A ; R2R, R5R y ganan); 10... R5R; c) 2. R5C?, R2C (las blancas 11 R2A, R5D; 12. RIA!, tablas. están en zugzwang) ; 3. R5T (ó 186c. A. Votava, 1937. Blancas: 3. P3C, P4D) ; 3... P4D ; 4. R5C, R8TD, P4AD, P2R, P4R. Negras: PSD y tablas. R6TD, P2D; ganan blancas. La 2. R5T! solución está inspirada en la idea de Grigóriev (186): 1. P5A, R5C; Empiezan a utilizar el «trián2. P6A, P x P ; 3. P5R, R4A; 4. gulo*. En caso de 2... R2C ; 3. R5C P4R, etc. No basta 1. R7C, R5C; son las negras quienes estarán en 2. R7A, R x P y tablas (188b). La lucha en el ejemplo 187 es zugzwang. La continuación es sencilla: 2... algo complicada. No se gana con R1T; 3. R4C, R1C; 4. R4T, R1T ; 1. R5A, R2C; 2. P3C, R3T (ó 2... 5. R5T, R1C; 6. R6T y ganan, P4D) ; 3. P4C, R2C; 4. R5C, P4D; como en las observaciones a la 5. R5A, P5D y tablas. primera jugada. Las blancas deben obligar a las Para finalizar damos un ejemplo negras a mover el peón 2D, a fin rey ahogado, que constituyó de cambiar el peón 6C. Pero, al de mismo tiempo, no deben mover el la base de una serie de problemas. peón 2C, ya que teniéndolo en 3C 187a. Tomado de un partido sería imposible dominar sus casi- práctico, 1922. Blancas: R7AR, llas críticas. P5TR, P6TR. Negras: R1TR, P4CR, tablas. 1. R6A !, P5C; 2. 1. R6T! P3D ! R6C, P6C ; 3. P7T, P7C ; 4. R6T, Sin lucha pierde 1... P4D ?; 2. P8C = D o T y rey ahogado. (VéaR5C, R2C; 3. R5A ó l... R1T?; se 208, c, d). 97
Peones en columnas vecinas
Esta estructura es, naturalmen- del caballo); 1... R2A; 2. R3C, R2D; 3. R4C!, R3A (la casilla te, más favorable para los peones doblados, ya que la parte más 5C!); 4. R4A, R2D; 5. R5C, R2A fuerte puede tener posibilidades y ahora decide el tiempo de rede cambiar uno de los peones do- serva 6. P4A (7. R6C; 8. P6A). blados y ganar con ayuda del otro. Por eso lo mejor es colocar 188a. Grigóriev, 1935. Blancas: el rey en la columna del peón R2D, P3AD, P4AD. Negras: adversario, a fin de ocupar la ca- RlTD, P3CD. Ganan blancas: 1. silla bloqueadora. En este sentido, R2A!, R2C; 2. R3C, R2A; 3. existe cierta semejanza entre esta R4T!, R3A; 4. R4C y ganan. clase de finales y los del apartado anterior (peones aislados sin peón 188b. Blancas: R7AD, P2R, pasado). P4R. Negras: R5AD, P2D (véase La dificultad mayor para ganar 186c); las blancas no pueden gaes, habitualmente, la gran vulne- nar: 1. P3R, R6D; 2. F5R, R5R; rabilidad de los peones doblados 3. R6D, R4A; 4. R5D, R5C! (la ante un ataque del rey adversario posición teórica es de Grigóriev; por la retaguardia. véanse sus indicaciones en el 188), tablas. 188 188c. Krum, 1913. Blancas: R4AD, P4R, P5R. Negras: R1AR, P2A R; ganan blancas: 1. P6R ’, P x P (ó 1... P3A ; 2. R5A) ; 2. P5R! y ganan (57b). 189
En este ejemplo la jugada primera no conduce al objetivo: 1. R2D?, R2A ; 2. R3D, R2D ! {no 2... R3A ? ; 3. R4A) ; 3. R4D, R2A; 4. R4A (4. R5D, R2D); 4... R3A ; 5. R4C, P3C y tablas. Tiene interés la indicación de Grigóriev Es muy aleccionadora la partida de que en vez de 5... P3C, se con- de este ejemplo. siguen también tablas con 5... R4D; 6. R5C, R5R1! (esta posi1. R3C R7R ción de tablas tiene importancia 2. R4A R7A para la teoría). Para hacer tablas, es lo mismo Lo correcto es 1. R2A ! (es el camino más corto a la columna jugar 3. P4C, R7C; 4. P6C, P x P ; 98
5. P5C, R6T !, que 3. R5A, R6C; 4. R6A, R5A!; 5. P3C+, R5C.
2. R5A (2. R6R, R5A!) ; 2... R6C, 3. R6C, R5T, que nos lleva al mis mo final, ya que las blancas se 3. R5R! R6C encuentran en zugzwang. Pero si negras tuviesen que Jugar aho Es una jugada -obligada por la las ra, habrían perdido,. Para conse amenaza de 4. R6A, pero ahora guirlo, blancas deben llegar a las blancas ponen al adversario 6C no enlas jugadas, sino en tr e s: en situación de zugzwang, alcan 1. R6R1,dos R5A; 2. R7A, R6C; 3. zando un efecto inesperado. P5T, R5T; 4. R6C, y ahora son las negras quienes están en zug4. RSA! R5T zw&ug. 5. R4A! 190a. Terminación del problema, El rey negro está en la reta 1913. Blancas: R5R, P4TR, P5TR. guardia de los peones y ocasiona por ello bastantes molestias; las Negras: R6AR, P2CR. Ganan blancas lo desplazan a una posi blancas: 1. R5A (no 1. P6T?, P x P ; 2. R5A, P4T1; 3. R5C, ción más cómoda para ellas. R5R; 4. RxP, R4A y tablas): 1.. . R6C; 2. P6T1, P x P ; 3. P5T 5. ... R4T y ganan. 6. P3C R3C 7. R4C 190b. Janden-Prokesv, Praga, 1928. Blancas: R4AR, F4Tb, y las blancas ganan, lo mismo que P2CR. Negras: R5AD, P4TD, en el 188 (véase 261). P5TR. P4TR. Salen las blancas, El zugzwang que constituye la base del 189, recibe una explica que pierden después de 1. R4R, ción complementaria en los ejem R5C; 2. R4D, R x P ; 3. R4A, plos relativamente sencillos, 190 P6T (también gana 3... R6T; 4. y 191, que pueden ser considera* R3A, P5T ); 4. P x P , P5T, etc. dos como auxiliares para posicio Más interés ofrece la variante 1. nes más difíciles representadas en R5C, P6T! (única); 2. P x P , R5C ; 3. R x P, R x P y ganan. los números 192 y 193. I96e. Moraviets, 1938. Blancas: 190 191 R6R, P2CD, P4TR, P5TR. Ne gras: R6CD, P5AD, P2CR. Ganan blancas: 1. R5D, R5C !; 2. R6A, R5T; 3. R5A, R6C; 4. R5C, P6A!; 5. P x P , R x P ; 6. R5A, R6D; 7. R5D, R6R; 8. R5R, R6A; 9. R5A, R6C; 10. P6TI, P x P ; 11. P5T y ganan. De otro modo se consigue ganar en el ejemplo 191. Después de 1. R5A!, R7C; 2. P5T, R6T, las blancas en vez de 3. R6C. ? (por 3.. . R5CI) juegan primero 3. R5C!, para obligar al rey negro a un retroceso fatal. En el ejemplo 190 no gana 1. R5A?, por 1... R6A; 2. R6C, R6C; 3. P5T, R5T ó 1. P5T ?, R6A ;
En el ejemplo 192 es inútil 1. R5C ?, R6A; 2. P4T, R7C; 3. P5T, R6T ó 1. R4C ?, R7A; 2, P4T, R7C; 3. P3T, P3C. 99
R4C, R4R ; 4. R5C, R5R ; 5. P5T !, R6A ; 6. R5A! y ganan (191). En el ejemplo 193 no se consi Grigóriev rechazaba el intento gue el objetivo con 1. R5A ?, P4T ; de ataque por la retaguardia 1... R8A con la siguiente combina 2. R5C, P5T ; 3. R5T, P3T ni con ción : 2. P4T, P3C (o, de otro mo- 2. R6A ?, R5A; (191). $e hacen tablas sólo con 1. R5D ! ; por ejem 192 1« plo: 1... R5C (ó 1... R x P ; 2. R4A, R6T; 3. R3A ; ó 1... P4T ; 2. R5A) ; 2. R6A, P4T; 3. R7C, P5T; 4. R6T y tablas. 1. R3C !
R6R
193a. Flohr-Ragozin, Moscú, 1936. Blancas : R6AR, P2CR, P4CR. Negras : R4D, F2TR. Las negras se han defendido con toda corrección: 1... R5R; 2. R5C, R6R; 3. R6T. R5A; 4. P5C, R4A ; 5. R5T, R5A ; 6. R4T, R6R ; 7. R3C, R5R ; 8. R4C, R6R ; 9. R5A, R7A ; 10. R6A, R6C ; 1!. R7C, R5C ; 12. R6T, R5T, tablas. 193b. Ebersz, 1942. Blancas: do, 3. PST y P4T); 3. R4A {pero R5TD„ P2CD, P3CD. Negras: no R4C? para evitar el jaque R4R, P2AD. Ganan blancas. No en la cuarta jugada); 3... R7C; 4. basta 1. R6T? ó 1. R4C? por 1... P5T!, P x P ; 5. P4T y ganan, Gri- R5D ! ; 2. R5C, R6D lo mismo que 1. P4C ?, R5D; 2. R5C, R6D. Lo góriev ha indicado que en esta posición, desplazada a la columna correcto es 1. R5C!, R4D (1... de la izquierda, la combinación R5D ; 2. R6A) ; 2. P4C, P3A+ (es anterior pierde (en vista de 5... tarde ya para 2... R5D ; 3. R6A, R6C; 6. R5A, R5T); de ahí de R6D por 4. R5D ! ; 191) ; 3. R5T ! duce que la posición del problema y ganan. (3... R5A ; 4. R4T y 5. no puede ser desplazada, es decir, P5C) ; serían tablas si 3. R4T ?, que en ese caso las blancas no R5A ; 4. R3T, R6D ! (4... R4D ? ; 5. R3C, R5D ; 6. P5C) ; 5. R3C, pueden ganar. Sin embargo, después de 1... R7D !, etc. R8A; 2. P4T, P3C, se puede ganar sin necesidad de la combinación, 193c. Ebersz, 1942. Blancas : jugando: 3. P3T y si 3... R8C, R3TD, P4AR, P5AR. Negras : sigue 4. P5T, P x P ; 5. P4T y si R8CD, P2CR. Ganan blancas: 1. 3... R7R, entonces 4. R4A, R7A; R3C, R8A ; 2. R3A, R8D ; 3. R3D, 5. PST, P x P ; 6. P4T y en ambos R8R ; 4. R3R, R8A ; 5. R3A, R'8C ; casos las negras no pueden rodear 6. P6A, P x P ; 7. P5A, R7T ; 8. R4R por la izquierda (lo mismo que y ganan. No se debe de golpe: en el 58). Esta solución es gene 1. P6A?, P x P ; 2. R3C, por 2... ral, es decir, la que proporciona R8A hasta la 5... R8AR; 6. R3A, la victoria en todas las columnas, P4A ! y tablas. y la combinación es una excep La estructura de «peones en co ción, posible tan sólo cuando hay lumna» permite hacer un juego peones de torre. más variado que el que acabamos Después de 1... R6R, también de analizar. Berger, que no daba es fácil ganar: 2. P4T, R5R; 3. más que un ejemplo sobre ese te 100
rna, y, además, poco típico (194), suponía que la parte más fuerte ana sólo por excepción, sin emargo, log análisis de Grigóriev han demostrado que, incluso si son excepciones, no son pocas y acaba uno por no saber si laS ex cepciones son regla en esa clase de finales. Las probabilidades de ganar de penden exclusivamente de la po sibilidad de capturar el peón ad versario. Por eso tiene importan cia el grado de proximidad de los peones (tiempos de reserva) y la posición que ocupan los reyes. En los finales con peones blo queados predomina la idea del rodeo por los flancos; la lucha por el dominio de las casillas críticas recuerda en mucho los finales de «peón contra peón». Si no hay peones bloqueados, uno de los medios más eficaces de defensa es el ataque por la retaguardia (igual que en los casos de peones en columnas vecinas), que da lu gar a numerosas posiciones de sugzwang. Estos finales son mu cho más complicados, pues al mover cualquier peón cambia el sistema de las casillas críticas; los finales del primer tipo (con peones bloqueados) existen en ellos como una posibilidad po tencial.
t
Las probabilidades de las blan cas están en el flanco del rey (in vasión de la casilla 6T). Las blancas nada pueden conseguir por la izquierda del peón 3A, si el rey negro se encuentra en la misma columna que su peón (en la posición, por ejemplo, de R4DR3D, las negras tienen la jugada R3A, que acaba con todos los tiempos de reserva de las blancas; en la posición R5D-R2D, lo deci sivo es el juego del peón 2A). Entre la casilla 5T y el rey blanco median sólo dos jugadas; en cambio, del rey negro a 2CR hay cuatro; la única salvación de las negras es contratacar el peón 5A. Si son mano, las blancas no ganan; por ejemplo: 1. R4C, R5R!; 2. P3A + , R4R! ó 2. P4A, R6R!; si 1. R3C, entonces 1... R4R!; 2. R4C, R5R; si 1. P3A, entonces 1... R3D!, y nada se con sigue con 2. R4C, R4R!, ni 2. R3C, R2R ! (como las blancas han perdido tiempos, el rey negro pudo acercarse a la casilla 7C); 3. R4T, R2A; 4. R4C, RIA (con una casilla de reserva, las negras defienden victoriosamente ambos flancos; véase 194a); 5. R5T, R2C. Pero si las negras tienen la sa lida, están perdidas: 1... R5D (a 1... R3D decide en el acto 2. R4C, R4R; 3. P3A); 2. P3A!, R4D; 3. R3C!, R3D; 4. R4T!, R4R; 5. R4C y 6. R5T. Por una simple casualidad la posición 194 fue la base de un roblema de Bianehetti (1924) y e Grigóriev. La posición de los reyes en el de Bianehetti era: R1D-R2CD; la primera parte del juego se reducía a aproximar los reyes: 1. R2R, R3A; 2. R3A, R4D; 3. R4A (no sirve, eviden temente, 3. R4C?, R5R). En el problema de Grigóriev, la situa ción de los reyes, R4R-R3AD, creaba una posición más compli cada, ya que planteaba la nrgen101
te necesidad de lograr la conjuga ción decisiva: 1. R3A!, R4D; 2. R4A! (Grigóriev indicaba que si el rey negro estuviese en 3D ó 4AD, las blancas no podrían ga nar.) I94a. Grigóriev, 1935. Blancas: R4AR, P3ÀR, P6AR. Negras : R4D, P2AR. Ganan blancas: 1. R5A!, R3D (ó 1... R5D ; 2. P4A, R4D ; 3. R4C!) ; 2. P4A, R2D ; 3. R4C, R1R ; 4. R5T !, RIA ; 5. R5C. Por no tener un escaque de reser va, las negras pierden: 5... R1R; 6. R6T; 5... R1C; 6. R5A, RIA; 7. R5R, R1R ; 8. R6D, R1D; 9. P5A ó 6... R2T; 7. R4R, R3T; 8. R5D, R3C ; 9. R5R y 10. R0D. (Si esta posición se desplaza a la izquierda, se gana más fácilmente, pero si se coloca más abajo o a la derecha, no se gana.) I94b. Horwitz y Kling, 1851. Blancas: R3D, P4D, P5D. Ne gras: R1D, P2D. Ganan las blan cas si son mano. Las negras, te niendo la salida, hacen tablas ju gando 1... P3D! y conservando la oposición en las columnas princi pales (15). Las blancas ganan con la jugada 1. P6D !, R1R; 2. R4A (el camino más corto hacia la casilla 6Tj, pero también gana 2. R4R, RIA.; 3. R5D, R2A; 4. R4A !, etc. El resultado no se modifica si la posición se traslada abajo, pero las blancas pueden ganar, en caso de ser mano, sólo en las colum nas centrales ; de otro modo no se consigue el rodeo. Lo mismo ocurre en la posición siguiente : 194c. Prokop, 1925. Blancas : R2AD, P5R, P6R. Negras: R1R, P2R. Ganan blancas. 1. R3D, R1D ; 2. R4R! (2. R4D ? o R3R?, R2A !, tablas) ; 2... R1R ; 3. R3R!, R1D ; 4. R4A ó 3... RIA; 4. R,4D y ganan. Las posiciones siguientes ilus102
195
196
tran el ataque por la retaguardia del rey de la parte más débil a unos peones doblados. En el ejemplo 195, Grigóriev acorta la solución (R8R)7A(R3D)4R. Después de 1. R6C (no 1. RxP?, R4A), la posición se simplifica. Es inútil para las ne gras 1... R3R ; 2. P4C, R4R; 3. P3C y 4. RxP. Por eso 1... R5R; 2. P4C, R5A (2... R4R; 3. P3C; 2... R6R; 3. R5A! y el peón puede avanzar hasta 6C) ; 3. P5C!, R5C; 4. P3C v ganan. Después de 3. P5C la posición es de zugzwang recíproco. Si en semejante situación tuviesen que jugar las blancas, habrían sido tablas: 1. P3C + , R5C ó 1. R5T, R6C (no 1... R4A ?, P3C) ; 2. P6C, R5A; 3. P4C, R4R. Pero si desplazamos esta posi ción a la columna del alfil (196), las blancas no estarán en zug zwang. La penetración prematura del rey en 6A se corrige fácilmen te: 1. R5C!, R4D (1... R6A; 2. P6A y 3. R6T) ; 2. P6A!, R4R; 3. P3A!, R3R; 4. P4A y ganan. En este ejemplo el rey blanco no consigue llegar a la esquina 1TD, que le habría asegurado las tablas. La única posibilidad radica en el ataque por la retaguardia de los peones doblados, pero para conseguirlo es preciso sacar ven-
La situación, después de la ter cera jugada de las blancas, viene a ser un curioso paralelo del 193, donde los peones doblados se en cuentran en la columna de la torre. En respuesta a 1. R2A, es más vigorosa la réplica 1... R5T (a fin de que el rey no estorbe el avance del peón):
197
1. ... 2. R3R
taja de las posiciones de zugzwang que caracteriza el ejem plo 195. 1.
R2A
R5C
■Esta jugada parece la indicada, pero es mejor la 1... R5T, que analizamos más adelante. 2. R3R
R6C
Si 2... R5A, entonces 3. R2D!, R6C; 4. RIA! (pero no 4. R3D ?, P4C! 5. R4D, P3C); 4... R7T. 5. R2A, P4C (para ganar haría falta la jugada P5C; 6. R3A y tablas. La jugada 2... R5T tiene el ca rácter de una celada, pero 3. R2D y 3. R3D consiguen tablas ; pierde la 3. R4D ? por 3... R6C (195). 3. R4D
R5T P4C
Las blancas deben ser ahora muy precavidas. Son igualmente malas: 3. R2D?, R6C!; 4. RIA, R7T; 5. R2A, P5C!, que 3. R3D ?, R6C !; 4. R4D, P3C, que 3. R4D ?, R5C!; 4. R5D, R6C!, 5. R6D (5. R5A, P5C); 5... R5A!; 6. R7A, P5C y ganan. 3. R4R !!
R5C
A 3... P4C se puede responder con 4. R5D y 4. R4D, y si 3... P3C ó 3... R6C, entonces 4. R5D! 4. R4D! A 4... P3C ó 4... R6C, sigue 5. R5D y tablas. 197a. Grigóriev, 1935. Blancas: R5R, P2CD. Negras: R5TD, P4CD, P2CD, tablas. Se trata de la primera versión simplificada del problema anterior, pero se dis tingue por una introducción inte resante: 1. R6D !, R6C; 2. R5D!, etcétera.
197b. Grigóriev, 1935. Blancas: si lo comparamos con el 195, la R1TR, P2CR, P3CR. Negras: posición de zugzwang parece vuel R3CD, P3CR. Ganan blancas ta del revés; es mano la parte Con un peón en 2C (en vez de más fuerte, en vez de la débil, 3C) las negras, sin moverlo, se cosa que asegura el resultado nu harían fuertes en la esquina 1TR. lo: 3... P4C (a 3... R5C, cabe 4. En este caso las blancas ganan, K5D y 4. R3D) la esquina IT!; pero las negras replican con un 4. R5D! (no 4. R5A ?, P5C) ; 4... movimiento impetuoso, por la P5C; 5. R5A !, P 3C + ; 6. R5C ó diagonal 6C-2A, al avance de las 4... P3C; 5. R6A ! ó 4... R5C ; 5. blancas por la columna de torre. R4D!, P3C; 6. R5D, etc. Es preciso, aunque sea con pér 103
dida de tiempos, acercar el rey para impedir también el movi miento del rey negro: 1. R1C!, R4A; 2. R2A, R5D ; 3. R3A, R4R; (ó 3... R6D; 4. R4A!; y 5. P4C); 4. R4C, R3A; 3. R4A P4C+ (de otro modo, 6. R5C); 6. R4R, R3R; 7. P4C y ganan. El ejemplo 197 plantea la nece sidad de analizar detalladamente los casos de cuando los reyes se encuentran delante de los peones o al lado de ellos. Las posiciones de los ejemplos 198 y 199 son una ilustración au xiliar de alguna de las variantes de los problemas de Grigóriev que reproducimos más abajo (1936), pero al mismo tiempo tienen su ropia importancia teórica. Estano los peones en las columnas centrales, las blancas ganan. En el 198 (el rey negro puede estar también en 2R), las negras deben estar en condiciones de res ponder con R3C, a R4T. El rey negro debe mantenerse a la izquierda del blanco, ya que si ocupa la casilla 3T, el rey blan co se apodera de 4D (las negras no alcanzan a replicar con R4D a R3R). La defensa de las negra es
ocupar 3A, 2A y 2C. Según Grigó riev, las negras tienen «¡exceso de casillas conjugadas». Lo mismo ocurre en el centro. Por ejemplo: 1. R3A, R4D; 2. R3R; parece que es una posición de zugzwang pa ra las negras, pero cabe jugar 2... R5A y 2... R4A, ya que des pués de 3. R3A, R4D!, a la 4. R3C, sigue 4... R5R (ó 4. R2C, R3R). Se comprende que las negras no habrían conseguido defender las casillas críticas si la posición estuviese en las columnas cen trales.
198
Las blancas no pueden ganar, si son mano, debido a que los se encuentran en la co C nes ma de alfil y no en la central. La tentativa 1. P5A+, R3D, nos lleva rápidamente al 194; por ejemplo: 2. R4D (2. R4A, R4D) ; 2... R3A; 3. R3R, R4A (ó 3... R3D ; 4. R4R, R4A) ; 4. R3A, R5D ! ; 5. R4A, R4D y tablas. Nada se consigue con la otra variante : 1. R4D, R3D (no 1 .. R4A?; 2. R3R, R3R; 3. R4R y les toca salir a las negras) ; 2. R3R (ó 2. R3D, R4D; 3. R3R, P4A !) ; 2... R4D (es erróneo 2... R2R?; 3. R3A !, R2A; 4. P5A, sencilla, pues a R3C pueden res R2R ; 5. R4A ! y ganan ; 200) ; 3. ponder con R3A ó 2A; si el rey R3A, P4A ! y tablas, lo mismo blanco está en 3T, el negro puede que en el 198. 104
Si en el ejemplo 199 colocamos R3CR, P2AR. P 2AR. Ganan G anan blanca blan cass : 1. los reyes en 4CR y 3CM, las blan- P4A! (no 1. R3R?, R4A ; 2. P4A, cas ga gana nann (véase 20 200). 0). R3R ; 3. R3A, P4A, 198, ó 3, R4R, P3A, 199); 199) ; 1... R3 R3A A ; 2. R3A ', 200 R4A; 3. R3C!, R3C; 4. R4C, etc. 2Mb. Gri Grigór górie iev, v, 1936. Blanc Bl ancas as : R1AR, P2AR, P3AR. Negras Negr as : R2R, P2ÀR. Ga Gana nann blan b lancas cas : 1. R2C!, R3R ; 2. R3C (no 2. P4A ?, P4A !, ni tampoco 2. R2T ?, R4R ! ; 3. R3C, P4A ! y tabl ta blas as)) ; 2... R4A ; 3. P4A y gan g anan an ; ó 1... 1... P4A; P4A ; 2. R3C(3T), R2A; 3. R4T !, R3C ; 4. P4A y ganan. Ahora ya no resulta difícil orientarse en la compleja posición 201
Si la posición del ejemplo 200 estuviese en la columna de caballo, no habrían ganado las blancas. En la columna central, las blancas blancas habrían habrí an ganado moviendo su rey bien a la derecha, bien a la izquierda. Pero en esta situación el movimiento del rey hacia el centro 1. R4R nos lleva a tablas, pues pues 1... 1... R3 R3R R ; 2. P4A, P4A, P3A P3 A ! (199). La jugada correcta es 1. R4C (también se gana después de 1. R3C), 1... R3C; 2. P4A, P3A (2... P4A+ ; 3. R3A; 2. R3A; 3. P5A, R4R; 4. R5C, R5R; 5. R6A ó 4... R4D; R4D ; 5. P6A! ; 196); 3. P5A + , R2A (ó 3... R3T; 4. P3A y luego 5. R4A) ; las blancas tienen ahora dos caminos para ganar: 4. R5T, R2C; 5. P3A!, R2T; 6. R4C 6 4. R4A, R2R; 5. R3A1, R2A; 6. R4R (ó 5... R3 R3D; D; 6. R4C). Saliendo las negras 1... R3R; 2. R5C 5C,, R4R ; (2... P3A P 3A+ + ; 3. R4 R4A ); 3. P4A + , R5R (3... R3R; 4. P3A ó 4. P5A +) ; 4. P5A y ganan como arriba arrib a (teniendo en cuenta el 196).
del 291, en la que están incluidas todas las variantes. Con el rey blanco en 3T se harían har ían fácilmente tablas con R4C (R6D, P5A); pero si el rey negro estuviese en 2D, las blancas habrían perdido, ya que P4A y R3A (200a). (200a). La tarea fundamental de las blancas, impedir que las negras coloquen su rey delante de los peones, peones, se consigue fácilmente: fácilm ente: 1. R3C, R3D; R3D ; 2. 2. R4A!, R4A! , P4A (jugada obligada); 3. R3D! y tablas, ues 3... R4R; 4. R4A, R3D; 5. S :3D :3D ó 3... R3 R3A; A; 4. P4A (198), (198), ó 299a. Grigóriev, 1936. Blancas: R2R, P2AR, P3AR. Negras: 3... R4D; 4. P3A, etc. (199). 105
Ca
pít u l o
V
DOS PEONES CONTRA DOS PEONES
En los finales fina les que hemos hemos estudiado estudiad o hasta ahora (con (con un número mínimo de peones), la exposición eia, dentro de lo posible, exhaustiva, a partir de esta parte ya no nos planteamos semejante objetivo. ?ero emendo en cuenta, sin embargo, la posición intermedia de los finales de «dos peones contra dos peones», hacemos de ellos un análisis más detallado que de los finales siguientes de «tres peones contra de» y tres peones». El aumento del número de peones no cambia, claro está, le« principios fundamentales del juego. Muchas de las ideas ya expuestas vuelven vuelve n a aparecer de nuevo en es«« es«« finales, finales , en una u na orquestación más amplia, por decirlo asi. Pero, al mismo tiempo, el aumento del material impone que se amplié el círculo de ideas estratégicas y tácticas, incluso de ideas que no podían haberse expuesto con menos material. Los finales de dos y tres peones tienen sus peculiaridades específicas propias, y por ello le« vamos a estudiar por separado. El propósito de sistematizar detalladamente el material según su estructura de peones tropieza en finales de «dos peones contra dos peone peones» s» (sin hablar hab lar ya de le® sig s ig u ie n te ) con dificultades considera bles, debido a la l a mulfiformidad de esas estructu estr ucturas ras.. Por ello los autores de libros sobre finales no han hecho, hasta la fecha, ninguna sistematización, limitándose, en el mejor de los casos, a destacar los finales de peones pasadera. Es indudable que la existencia o la falta de peones pasad«« da un carácter radicalmente distinto a los finales que estudiamos, y por eso los hemos dividido eu de« grupos fundamentales. Pero como esto no n<» pare pare«» «» suficien sufi ciente, te, hemos subd s ubdivi ividid dido o cada uno de le lera grupos g rupos fundamentales en partes complementarias, precisas para destacar mejor los tipos de finales que posean sus propias características. Estas subdivisiones son las siguientes: a) peones ligad«« contra peones ligad««; ligad ««; b)peones ligados contra cont ra peones peones aisl ai slad ados os;; c) peones peones aislad«« aislad «« contra cont ra peones aislad ais lados os (incluid«« (incl uid«« 1« 1«« doblad««). 106 10 6
. FINA FI NALE LESS CON PEONES PASADOS Es conveniente subdividir estos finales en dos grupos: a) finales con dos peones pasados, y b) finales con un peón pasado.
a> Dos peones peone s pasados Si en el final fina l de «dos «dos peones contra dos peones», una de las »artes posee dos peones pasados, a otra parte, como es natural, también tiene dos peones pasados. Estos peones pueden ser ligados o aislados, centrales o laterales, y estar en diversas posiciones. Por lo tanto, se podrán hacer deducciones generales sólo en finales reducidos a grupos todavía más restringidos. La práctica ha demostrado, por ejemplo, qne les peone peoness laterales latera les y aislados tienen, en la mayoría de los casos, ventajas sobre los peones centrales y ligados. La enorme variedad de casos particulares particul ares nos obliga a pasar pas ar a los ejemplos concretos, distribuidos según el sistema arriba indicado.
Í
dama. Por consiguiente, en posiciones análogas se puede ganar sólo si los peones propios no están por debajo de la fila 4, si el rey está bien situado o si hay posibilidades de impedir el avance de los peones adversarios. 202a. 202a. Horw Horwit itz, z, 1879. Blanc Bla ncas as:: R3AR, P4D, P5R. Negras: R4CR, P4AR, P3CR. Ganan blancas (son mano las la s negras neg ras)) : 1... R3T (1... P5A; 2. P5D, R4A; 3. P6D y ganan) ; 2. R4A (o primero prim ero P5 P 5 D ); 2... R2C; 3. R5C, R2A; 4. PSD, R2R; 4. P6R, R3D; 6. R6A y ganan.
203
202 202
En el ejemplo ejemp lo 20 202' (Fine (F ine,, 194 1941), el rey blanco presta un gran apoyo a sus peones. El peón negro 2T necesita hacer cinco jugadas para convertirse en dama, pero apenas haga tres o cuatro jugadas, las blancas, ganando tiempos gracias a los jaques, bien coronarán el suyo, bren darán mate (74). Las blancas, desde la fila 4, necesitan seis jugadas por lo menos (y nueve desde la 3) para hacer
En este problema clásico del compositor letón, la dificultad de la solución se debe a la situación del rey negro en 2A. Si el rey negro estuviese en IR, se ganaría jugando R5R, R5R, con con amenaza de pasar pas ar a 6R. E sta st a amenaza consconstituye la base de la posición 203. Con el rey negro en IR, el rey blanco podría pasar pas ar a la fila quinquin ta, sin hacer caso del avance del peón peón 5D. 5D. La jugada frontal de 1. R4R?
107
203d 203d.. (Torneo (Torneo de Barcelona Barcel ona de nos nos llevaría a tabl ta blas as:: 1... ... P4A; 2. 2. 1932). Blancas: R4CR, P6AR, R3D, R1R; 3. R4A, R2A; las P7CR. Negras Neg ras : R2AR, P2D, blancas no pueden ganar gan ar tiempos. P5R. Las blancas acceden a ta Lo correcto es 1. R3A!, P3A; 2. R4A!, P4A, y ahora las blancas blas. E n 1950, Dedrie indicó la mueven su rey a 3AD en un nú forma de gan g anar ar : 1. 1. R3C!, R3 C!, P3D; P3D ; 2. R4C !, P4D P4D; 3. R4A, R1C R 1C;; 4. mero impar de jugadas: 3. R4R, RIR; 4. R5D (se puede también R5C!, R2T (4... R2A; R 2A; 5. R6T) ; P6R ; 6. R6R, R6R, R1C (6... R3D), 4... R2D; 5. R4A, RIR; 6. 5. R5A !, P6R R x P !, P 6 D ; 7. R6D, R2A; R2A ; 8. P7R; 7. R7A) ; 7. P7A+, ó R7R y ganan. R7D y ganan ga nan (véase 354). 354). Algo más complicadas son las manio bras en el ejemplo 204: 204: 1. 203a. Lasker, 1895. Blancas: maniobras R3AR, P6R, P6AR. Negras: RIR, 204 P2AD, PSD. Ganan blancas. (Ejemplo didáctico tomado del libro «El sentido común en el aje drez», que profundiza considera blemente el problema problema de Betinsh). Betin sh). 1. R 4 A R I A ; 2. R4R R4R,, P4 P4A ; 3. R3D, R3D, R I R ; 4. P7R P7 R ! y ganan. Algo Algo más elegante es la solución es tando el rey blanco en 4AR, a sa ber: be r: 1. R3A R3 A !; Bianchetti (19 (1925) sefialó erróneamente: «1. P7R!, R2A; 2. R3A», etc. etc . A 1. P7R P7R ? no se debe replicar 1... R2A?, sino 1... P4A! y tablas. La ju gada P7R (toma de de la casilla con con jugada jug ada decisiva) se debe debe hacer só só lo cuando se alcance la posición R3D-R1R (154). R3A, R1C (1... P5R+; 2. R4A; 1.. . P5A; P5A ; 2. 2. R4R) ; 2. R2A!, R2A !, R2A R2A 2Mb. Blancas: R2D, P7AD, (2... P5R; 3. R3R ó 2... P5A; 3. P6D. Negras: R2D, P5R, P2AR. R3A, et e t c . ) ; 3. R3C, R1C, (3. (3. . Ganan blancas. En un manual se P5A+ ; 4. R4C) ; 4. R4T, R2A (si daba la siguiente solución: «1. 4.. . P5A, entonces 5. R5C!, R2A R 2A;; R3R, P4A; 2. R4D, RIA; 3. R5A, R2D; 4. R6C y ganan». Sin em 6. R4C; ó 4... P5R; 5. R5C, R2A; bargo, en vez de 3... R2D R2D ?, lo co 6. R4A) ; 5. R5C, P5A ; 6. R4C y ganan, colocando el rey en 4R. rrecto es 3... R2C!, después de lo cual se debe seguir 4. R5D!, P6R ; 5. R6R, P7R; 6. R7D, P8R=D; La complicada posición de este 7. P8A P8A = D + , R3C; 8. D6A D 6A+, +, 9. ejemplo nos hace ver con suma D5A+ y 10. D x P y gana pro pro claridad hasta qué punto deben bablemente. permi per mitir tir las la s blancas la aproxima aproxim a ción del rey negro. 203c 203c.. Herbe er berg rg,, 1935 (seg (según ún Be Las blancas no pueden dejar de tinsh). Blancas: R4AR, P7R, mover sus peones, pero no cons P6AR. Negras; RIR, P5CD, tituyen una barrera suficiente P2AD. Ganan blanc bla ncas as:: 1. R5R, R5R, mente fuerte (la casilla 4R!) ni R2A; 2. R4D, P3A!; 3. R3D!, amenazan amenaz an con la conversión ; por P4A; 4. R4A, RIR; 5. RxP y ejemplo: 1. R2A?, R5C; 2. R3D, ganan. R5A (según Grigóriev, se gana 10 8
206
205
en esta posición incluso saliendo las negras *) ; 3. R2A, R5R; 4. R3C, R6D, ó 4. R1D, P6D;5. RIA, F7A (se puede también 5... F7D + ) ; 6. R2C (si 6. R2D, R2D, no se debe jugar 6... R5D?, sino 6... R5A!; 7. RIA, R4A!; 8. R2D, R5R, etc.) ; 6. R5D; 7. P4C, R5R ; 8. P5C, P5C, R6 R 6 A ; 9. P6C, P7D P7D y ga g a nan. 1. P3A! Jugada única: al rey negro se le priva de la casilla 4R. Si 1. P4A, R5C; 2. P3C ó 1. P3C, R5C; 2. P4A. entonces 2... R4A y 3... R5R. 1. ... ...
R5T
Es mala 1... R4C ?, por 2. P3C! y tablas, pero no 2. R2A ?, por 2... R5A! 3. R3D, R6C; 4. R2A, R7A!; 5. R3D, P7A o R8R y ganan. 2. P4C! 3. R2A 4. R3D
R4C R4C R5A R5A
y tablas en vista de la posición de zugzwang (las negras no pueden ganar tiempos). Se puede aplicar a los peones aislados que se encuentran en la
misma fila la regla del «cuadrado errante», que dice: si el cuadrado común de los peones aislados llega al extremo del tablero o se sale de su marco, los peones pueden avanzar hacia la octava casilla por sí solos, solos, sin el apoyo del rey (véa se 51-54). Si el cuadrado común de los peo nes no ha llegado todavía al ex tremo del tablero y el rey propio no puede prestarles apoyo, tiene decisiva importancia la distancia entre los peones. Si les separa una casilla, pueden defenderse venta josamente de un ataque ataqu e frontal del rey adversario. Si median en tre ellos dos casillas, los peones perecen si no han ha n alcanzado la tila quinta. Si son tres casillas las que hay entre ellos, se salvan si consiguen llegar a la fila cuarta. Así pues, en el ejemplo 206, los peones peones negros estaría est arían n condena condena dos de no encontrarse defendido uno de ellos por su rey. Sin em bargo, la blancas ganan gana n con con una maniobra exacta; permiten el * En efecto, efect o, si esta posición la con sideramos inicial, las negras juegan 1... R5C ! ; 2. R2A (2. P3A+, R6C); 2... R ÍA ! ; 3. R3D, RSA RSA,, y les l es toca jugar a las blancas, ó 3. P3A, R5A, ó 8. P3C, R5R y ganan. 109 10 9
avance del peón de torre, pero co ronan su peón de alfil y son las primeras en tener dama,
P5CR. Después de 1... P5A!; 2. P X P + , R3DH, los peones p a sa dos de las negras les aseguran la victoria. 1. R4A!, R3C (si mueven algún Otra idea preside el ejemplo peón, pierden ambos); 2. R5A!, 206e. Walker, 1841. Blancas: R2A; 3. R6A ! (es prematuro 3. R5TD, P2TD, P2CD. Negras: R6R?, P4T-) ; 3... R3C; 4. R6R!, R4TR, P2AR, P2TR. Ganan blan R2A; 5. R5D, P4T; 6. P6C + , cas. Después de coronados los peo R x P ; 7. R x P y ganan. nes y cambiadas las damas me Ejemplos didácticos: diante D5C + , decide P4T. Blancas: R4CR, P4TD, P4R. Negras: R4AD, P4CR, P5TR. Ganan blancas. En esta misma posición, pero con los peo nes en 3R y 3T, la partida es nula: 1. R3T!, R5A; 2. R4C, etc., (como los peones no están obligados a moverse, se defienden indirecta mente el uno al otro). Es muy ins tructivo el problema de Rauch: Blancas: R2R, P3CD, P3AR, P3TR. Negras: R5D, P6CR, P5TR. Ganan blancas. Si se transfiere la salida a las negras, después de R4D, R3R, los peones pasan por sí solos. Por eso: 1. RIA, R6D; 2. RiC, R5D; 3. R2C, R6D; 4. RIA, R5D; 5. R2R y ganan. 20«a.
207
En este ejemplo se gana avan Blancas: R3AD, P6CR, zando sucesivamente Tos peones P7TR. Negras: R2CR, P5TD, blancos: 1. P4A! (no 1. R2C?, P4AD. (1. R4A, R1T ; 2. R3A!, R6C o P4D, tablas); 1... R5C; R2C) tablas. Gana la posición: 2. P4T! (2. R2C ?, P4T! y ganan) ; R4A, P6CR, P7TR; R1TR, P4TD, 2... P4D; 3. P5A, R4A; 4. P5T (la P3AD (1. R5A, R2C; 2. R6D, jugada 4. R2C ?, R3D!, conduce PST; 3. R7R, P6T; 4. F8T=D+, a tablas) ; 4... PSD; 5. P6A (tam etc.). Son impotentes los peones bién gana 5. R2C, RSA; 6. P6A, centrales ligados contra los ais P6D ; 7. P7A, P7D ; 8. P8A = P, lados de los flanee« en la posición: PSD = D ; 9. D1A+ , etc) ; 5... R3D ; R4CR, P4D, P4R; R2D, P4CD, 6. P6T; P6D; 7. P7A, R2R; 8. P4CR. P7T, P7D; 9. P8A=D + , R x D ; 10. P8T = D + y ganan. 206c. Blancas: R1CD, P5TR, La segunda solución no queda P6TR. Negras; R3AR, P6TD, P2AR, P6AD. Ambas partes se eliminada si se añade un peón encuentran en zugzwang: el que blanco en 2CR, ya que a la quinta empieza, pierde. Si trasladamos jugada el rey blanco puede ir a 1C; por ejemplo : 5. RIC, R5A ; 6. el peón 6AD a 5A y «1 rey a 3AD, R2A, R6C; 7. P6A, P6D; 8. P7A, gana la jugada. 1. R2A. P7D; 9. F8A=D, P8D = D; 10. D3A+ y' ganan. 206d. Stolz-Nimzovich, Berlín, Tampoco elimina ese defecto la 1927. Blancas: R2D, P4TD, P5CD, P3CR. Negras: R4R, P5D, P4AR, propuesta de añadir un peón 206b.
110
blanco en 3AR (Halberstadt), ya que sigue siendo posible 5. R2C con el final victorioso de dama, después de 5... R5A; 6. P6T, etc. Más abajo incluimos otros dos intentos de enmienda, pero en el primero el camino de íes peones está reducido a la mitad, y en el otro se ha aumentado el material. 207a. Jaehaturov, 1947. Blancas: R2D, P4AR. P4TR. Negras: R5CD, P4D, P5CR. Ganan blan¿ a s : 1. P5A, R4A; 2. P5T, P6C; 3. R1R!, P5D; 4. P6A, R3D; 5. P6T, P7C; 6. R2A, P6D; 7. P7A, R2R ; 8. P7T, P8C = D + ; 9. RxD, P7D; 10. F8A = D + , R x D ; 11. P8T =D + y ganan.
gros no alcanzan a ocupar una ición salvadora en la misma (1Mb y c), por lo cual pier den, pero la lucha se complica porque las negras utilizan un re curso defensivo inesperado (como en el problema de Reti número 71): 1. P3T, P4A; 2. R1C, P5A; 3. R2T (este ataque al vulnerable peón «de cabeza» en circunstan cias corrientes habría proporcio nado la victoria, pero en tal caso entra en juego el oculto recurso defensivo de las negras); 3... P6A!; 4. R3C! (si 4. RxP? entonces 4... R6CI; 5. P5A, R5A; 6. P6A, R6R; 7. P7A, P7A; 8. P8A=D, P8A=D + , y tablas); 4.. . P7T; 5. R x P (las blancas han conseguido que el peón 8A se convierta en dama sin jaque); 5... R6C; 6. P5A, R5A; 7. P6A, R6R; 8. P7A, P7A; 9. P8A=D, P8A =D ; 10. D6T+ y las blancas ganan. A continuación damos otras po siciones con las mismas figuras, pero de contenido diverso.
207b. Maizelis, 1954. Blancas: R1TR, P4TD, P3D, P2AR, P2TR. Negras: R6TD, P4TD, P3CD, P2CD, P5D. Ganan blancas: 1. P4A (1. P4T ?, P4C); 1... R5C! 2. P4T, P4C.; 3. P5A!, R4A!; 4. P5T, P5C (ó 4... PxP) ; 5. P6A, R3D; 6. P6T, P6C; 7. F7A, R2R; 8. P7T, P7C; 9. P8A=D+, RxD; 288a. Elinek, 1944. Blancas: 10. P 8 T = D f, R2R; 11. D7T+ (sí R5CD, P2D, P2TR. Negras: en la cuarta jugada se hubiera ju R5AR, P2TD, P3AR. Ganan blan gado 4... P x P y el peón, en vez cas: 1. P4D, R5R (ó 1... P4A; 2. de 7C, estuviese en 7T, se jugaría P5D, R4R; 3. R5A, P5A; 4. P6D, ahora 11. Dx P ; 11... R3D; 12. etcétera); 2. R5A, P4T (en caso de D x P y las blancas ganan. 2.. . P4A; 3. P5D, etc., lo decisivo es D8R + ); 3. P4T, P4A (ó 3... 208 P5T; 4. R4C, P4A; 5. P5T, P5A; 6. P0T, P6A; 7. P7T, P7A; 8. P8T=D„ P8A=D; 9. D5R+ y ganan); 4. F9T, P5A; 5. P6T, P8A; 6. P7T, P7A; 7. P8T=D, P8A = D; 8. D8R+, y ganan. Blancas: R5CD, P7D, P5AR- Negras: R2R, P4CR, P2CR. Tablas: 1. R6A, R1D; 2. R5D, R x P7D ; 3. R4R! (3. R5R ?, R2R; 4. R4D, R3A ; 5. R4R, P5G; 6. R4A, P6C; 7. RxPBC, R x P y inan); 3... R3D (ó 3... R2R; 4. 3A, R2A; 5. R3C, R3A; 6. R4C y tablas) ; 4. R3A, R4R; 5. R4C, R3A; 6. R5T, RxP5A y tablas. Es un final muy instructivo. 288b.
f En este ejemplo, los peones ne
til
La base de les siguientes pro blemas es la misma que en el 187a.
tencia del peón pasado significa, habitualmente, una ventaja deci siva, pero su coronación suele ir acompañada de ciertas dificulta 288c. Kubbel, 1922. Blancas: des y no se exceptúan finales de R3R, P5TD, P6TD. Negras: tablas. RIAD, P4CD, P2D. Tablas. 1. En el ejemplo didáctico 209, las R4D, P3D !; 2. R3A ! (obligando blancas tienen un peón pasado 5T la jugada de las negras y liberan que distrae al rey negro de la do la casilla 5A); 2... P4D; 3. defensa del suyo en 3A. El blo R4D!, P5C; 4. RxP 4D , P6C ; 5. queo de este peón por el rey blanco es también nn factor favorable R6A, R1C (ó 6. P7T); 6. R6C, P7C; 7. P7T + , RIT ; 8. R61, para las blancas. P8C = D y tablas. Sin embargo, sería prematuro 1. P6T+ ?, R x P6T; 2. RxP3A. 208d. Gorguíev, 1950. Blancas: por 2... R4T y tablas (véase 65; el R4R, P4TR, P5TR. Negras; R2R, peón está en 2C y no en 3C). Va liéndose de que el rey negro se P3AR, P5CR, tablas: 1. P6T, RIA ; 2. P5T, R2A!; 3. R3R! * (no encuentra clavado; las blancas 3. R4A ?, P4A; 4. R3C, R1C y avanzan su peón por el otro flanco: ganan); 3... RIA!; 4. R4A!, P4A ; 1. P4C!, P3TT (ó l... R2A; 2. P6T, 5. RxP4A, P6C ; 6. R6A !, R1C; P3T); 2. P6T+ y ganan. 7. R8C, P7C; 8. P7T+, RIT; 9. 289a. Nimzovich-Tarrasch, San R6T v tablas. Sebastián, 1911. Blancas: R5AR, P2CR, P4TR. Negras: R2AR. b) Un peón pasado P3TD, P3AR. Juegan las negras 1... P4T, 2. R4R, P4A+ !!, y las Hay que distinguir los casos en blancas abandonan en vista de 3. que ambas partes tengan un peón R4D, P5A!, después de lo cual pasado o que lo tenga sólo una. pierde los peones 2C y 4T. En el primer caso tiene primor dial importancia la posición del 289b. Schelochilin-Magergut, Sa peón (su proximidad a la octava rátov, 1955. Blancas: R3R, P3TD, banda, si está defendido o aislado, P3AD. Negras: R4AR, P4TD, etc.). En el segundo caso la exis P6D, P2AR. Juegan negras. Para que el distante peón pasado 2A se corone es indispensable impedir la jugada P4A. 1... R4R ? (lo correcto en este caso sería: 1... P7D!, según ha indicado Manteifel; véase más abajo); 2. P4T ? (hace tablas sólo 2. R x P ) ; 2 . . . R4D?; si se jugase 2... P7D, se podría ganar todavía, pero ahora las tablas son inevitables); 3. R x P6D, R4A; 4. P4A, P4A ; 5. R3A, P5A (por no' poder hacer otras jugadas, el peón se ha sa lido de su zona ganancial; véase 152); 6. R3D, R5C; 7. R4R y ta blas, ya que el rey blanco llega oportunamente a 1A. Para ganar hubiera sido preciso: 1... F7DU 112
2. RxP, R5R; 3. P4T (ó 3. R2R, juegan las negras, pierde R3R, P5T; 4. R2D, P4A; 5. R2R, P5A, por P5C y se corona con ja etc.) J 3... P3A! (pero no 3... que, igual que P4D, por R5A. p4A ?; 4. R2R, P5A, por 5. P4A La segunda posición de zugzwang » tablas) ; 4. R2R, P4A, por 5. es R5A-R2A; saliendo las negras R2D, R6A!; 6. R3D (6. P4A, a R2R, sigue R6C y ganan lo R5R) ; 6 .. PSA, y la partida ter mismo que arriba. Asi pues, las mina con la coronación del peón casillas conjugadas en este caso y jaque. son 5A-2A y 6C-2R. Por lo tanto, lo único correcto es l. R5C!, a fin de ocupar la casilla 5A o la 8C, según sea la jugada del ad versario. Las negras no disponen de una jugada de espera: 1... RIA, por 2. R6A y j 1... R2A, sigue 2. R5A, R2R; 3. R6C y ga nan. 2I9a. Ostropolski, 1952. Blan cas : R5CR, P4CD, P3AR. Negras R3D, P3AD, P2TR. Ganan blan cas. El rey negro está situado en la diagonal fatal de 3T-8A. La jugada 1. R6A! coloca a las ne gras en posición de zugzwang; en caso de I... P4A ; 2. P x P + , Rx PSA; 3. P4A, este peón en algu nas variantes se corona dando La aparente sencillez de la po jaque; si 1... P4T, entonces 2, R5C, sición 210 puede inducir fácilmen R4R (2... R3R; 3. P4A); 3. P4A +, te a un error irreparable. R5R y ahora no 4. P5A ?, P5T!, Es evidente que para hacer ta sino 4. P5C! (para limpiar la dia blas 1. R6T ? ?, R2A; 2. P5C (2. gonal) y ganan. R7T, R3A) ; 2... RtC; 3. R6C. P4D; 4. R5A, R2C. 219b. Análisis hecho por BonEs menos evidente que también darievski y Chejover, 1938. Blan cas: R5R, P3TD, P2AR. Negras: se hacen tablas jugando 1. R6C ?, R2R; 2. R5A, R2A; 3. R4R, R3C R2AD, P2TD, P4TR. Las blancas y los peones perecen al mismo no pueden ganar. Véase 322, des tiempo (las blancas habrían ga pués de la tercera jugada de las negras. nado si en respuesta a RxF3D, En este ejemplo, el rey blanco las negras pasasen a 5C por lo menos con una jugada de retraso, se ve obligado a esforzarse no poco ya que entonces el rey negro no para conseguir, en fin de cuentas llegaría a tiempo a la casilla 8AD v gracias al aislado peón pasado (1AD) ó 2. P5C, P4D ; 3. R7T, 2T, las tablas (211). P5D y coronarían simultáneamen te (pero las blancas habrían gana 1. R4D!, R5C; 2. R3D, R6C; 3. do si el rey negro estuviese en R2D, R5AI (3... R7C?; 4. P4T y 6R(3R) gracias al jaque). n a n ); 4. R2A, R4D; 5. R3C, f x P6R; 6. R4T, R4A (si 6 .. La clave para la solución la te nemos en la existencia de dos po R4D, entonces 7. P4T, P4R; 8. siciones de zugzwang. La prime P5T, R3R; 0. RxP4T, R4A; 10. ra de ellas es de R6C-R2R ; si R5C y tablas) ; 7. R x P4T, P4R; 113
211
caso las blancas no podrían ganar : Blancas: R4R, P3R, P4CR. Ne gras: R7R, P4CD, P4CR: 1. R4D, R6A; 2. P4R, Rx P4C; 3. P5R, R4A; 4. R5D, P5C y las negras no pierden la dama. 211c. Maizelis, 1954. Blancas; R5R, P5AR, P5CR. Negras: R2R, P4TR, P2TR. Ganan blancas, juegue quien juegue: 1. R4A, R3D; 2. R3C, R4R; 3. P6A, R3R; 4. R4T, P3T; 5. RxP 4T !, F x P ; 6. R6C y ganan. Si juegan las negras: 1... P5T; 2. R4A, R3D; 3. R4C, R4R; 4. P6A, P6T; 5. R x P6T, R3R; 6. R4T, P3T; 7. R5T y ganan.
8. R4C!, R5A (ó 8... P5R; 9. R3A, etc.); ». R3A! (9. P4T?, P5R!; 10. P5T, P6R; 11. R3A, R6A! y ganan); 9... R6A; 10. R2D, R7A; 11. R3D y tablas. En los ejemplos siguientes el peón pasado distante se neutraliza fácilmente.
212
2lla. Grigóriev, 1933. Blancas: R8CD, P3AD, P5AR. Negras: R4TD, P3TD, P3AR, Tablas. 1. R7A, R4C; 2. R6D, P4T; 3. F4A + ! (las blancas quieren libe rarse del peón que les haría per der en un final de dama); 3... RxP4A (si no lo hace, 4. P5A); 4. R6R, P5T; 5. RxP3A, P6T; 6. R7R!, P7T; 7. P6A, P8T=D; (La posición inicial de este p ro 8. P7A y tablas. blema es: R4TR, P5AR, P5CR, P6TR. Negras: R1CR, P3AR, 21 Ib. Grigóriev, 1931 Blancas: P2CR. La posición representada R6R, P3D, P4AR. Negras: R8R, en el diagrama se obtiene después P4TD, P4AR. Ganan blancas: 1. de 1, P6C, P x P ; 2. R4C, RIA). R5D, R7D; 2. R4A, R0R; 3. P4D, En el ejemplo 212, la existencia R x P4A ; 4. P5D, R4R; 0. R5A, de un peón pasado y defendido P5T; 6. P6D, R3R; 7. R6A, P6T ; asegura la victoria de las blancas. 8. P7D, P7T; 9. P8D = D, P8T Con su movimiento envolvente = D ; 10. D8R + , R3A; 11. D8T+ por la izquierda, que supone una y ganan. En la partida de Capaseria amenaza para las negras, blanca-Dake, 1931, podía haberse bien obligan a mover el peón 3T, producido una situación seme después de lo cual se pierde, bien jante, según el análisis hecho por dan mate, Grigóriev, pero desplazada a la 1. R4A, R1R (1... P4T; 2. R3C, columna de la derecha, en cuyo R2C; 3. R3T! y ganan) ; 2. R4R, 114
R2R, 3. R5D„ RIA (6 3... RlR 4 R6R; P4T; 5. P7 C); 4. R6D, R1C (4... R2C; 5. R6R, P4T; 6. R5D) ; 5. R7R!, P4T (ó 5... R2C; g. R6R); 6. RxP3A, P5T; 7. P7C (también gana 7. R7R); 7... PfiT; g. R6C y mate en dos jugadas. 213
ganan, independientemente de quien juegue. La situación que nos interesa (con un peón aislado en la columna del alfil y no en la del ca ballo, que de hecho no cambia nada), la encontramos en la variante fundamental del siguiente problema: 213a. Grigóriev, 1930. Blancas :
Este ejemplo nos muestra una posición en la cual, pese a un peón tasado y defendido, la parte más raerte no consigue ganar un peón aislado del adversario que está a un lado. El rey negro defiende el peón 4C, sin salir de le« limites del cuadro del peón 5A; por ejemplo: 1. R3R, R4R; 2. R3A, R4A; 3. R3C, 14R! (3... R3A ?; 4. R4C y gana) ; 4. R4C, R3A, tablas. Saliendo las negras, se hacen tablas, según los análisis hechos posteriormente, con 1... R4R; 2. R3R, R4D!, pero no 2... R4A ?, 3. R4D, P5C; 4. R5D!, P6C; P6A y las blancas ganan la dama IC o la cambian. La jugada 4. R5D!, es la que más rápidamente lleva al objetivo, pero desde el punto de vista teórico tiene importancia que tam bién gana 4. R3R (según el método indicado en el 213a). De ahí resulta, por ejemplo, que en la posición R3R, P4CD, P5AD y R4R, P4CD, P5CR, las blancas
r
R2D, P4TD, P2CD. Negras: R1AR, P4TD, P5AR. Ganan blancas: 1. P4C!, R2R! (1... P x P ; 2. P5T); 2. P5C!, R3D; 3. R2R. R3R; 4. R3A, R4R; 5. R4C!, R5R; 6. P6C, P6A; 7. R3C!, R6R; 8. P7C, P7A; 9. P8C=D; P8A = D ; 10. D5R +!, R7D; 11. Dx P4T+, R8D (el cambio de damas es obligado en todas las variantes) ; 12. D5D + , R8A; 13. D5A + , R8D; 14. D4D + , etc. Si en el ejemplo 213 trasladamos el peón 4C a 4TR, o desplazamos la posición a la fila inmediata su perior (el peón 4C estaría entonces en 5C), las blancas ganarían sin dificultad. 213b. Blancas: R4AR, P4CD.
P5AD. Negras: R4D, P4CD, P5D. Las negras pierden si son mano pero si juegan las blancas, enta blan ; por ejemplo: 1. R3C, R4R ; 2. R3A, R4A; 3. R3C, R4R; 4. R4C, R3R (mejor todavía R5R!); 5. R4A, R4D, etc. (Compárese con el 19a, donde los peones están en la fila de arriba.) A una posición análoga, pero con un peón de más de las blancas, nos lleva a este interesante y complejo final: 213c. Halberstadt, 1954. Blancas: R3TR, P2AR, P3CR, P4CR. Negras: R2R, P4R, P3CR. Ganan blancas. No se debe permitir 1... P4C, pero 1. P5C no gana. Por eso 1. P4A!, P4C!; 2. P5A!, P5R (era preciso jugar así ahora o a la jugada siguiente, pues resulta evidente que defender el peón 4R 11 5
desde 3D no conduce a nada; el R3D; 2. R4D, P3C (si 2... P4C,. autor del problema daba la solu entonces 3. R4R, P4T; 4. R5A, ción: 2 . . . R2D!, pero desde el P5T; 5. R4C y 6. P4A; ó 2... P4T; punto de vista del método resulta 3. R4R, P5T; 4. R4A, RxFSD; más cómodo este cambio de juga 5. R4C, R4R; 6. RxP5T, R5A; 7. das para precisar mejor la confi R5T); 3. R4R, P4T; 4. R4A, guración de peones y mostrar más R x P5D; 5. R5C, R4R; 6. P4A + , claramente las maniobras de los R5R ó R3R; 7. RxF3A y tablas. reyes); 3. R2C!, R2D (de la po sición de zugzwang R3R-R4R, se Lo fundamental del 214 es la deduce qne las casillas conjugadas lucha por las casillas criticas del son 2A.-3D y 2R-4D, cesa que ex peón pasado. plica todo el juego que signe: el 1. R2A, R4T; 2. R3C, r7T : 3. objetivo de las blancas es conse R2C!, R5C; 4. R1T!, RxP4T guir la posición R4AD-R4R con (4... R x P4A; 5. RxP7T , tab las); salida de las negras); 4. RIA!, 5. P5A!, PxP; 6. RxPTT y ta R3A; 5. R1R!, R4A; 6. R1D! blas (63). (para esta maniobra se tiene en No es menos instructiva la po cuenta la conjugación de las ca sición siguiente, por cierto más sillas 2D-3D y 2A-3A y, además, complicada: la conjugación de 3A-4D y 3C-4A, condicionada por la posición de 214a. Grigóriev, 1923. Blancas: zugzwang R4A-R4R); 6 . . . R3A; 7. R2A !, R4A; 8. R3C!, R3D; 9. R4R, P3D, P6CR. Negras: R3R, R4C! (las blancas se acercan P4R, P4CR. Ganan blancas: 1. a la meta decisiva) ; 9... R4D; 10. P7C, R2A; 2. R5A! (2. RxPR, R x P ; 3. R5A, R2A, tablas); 2... R3A !, R4A (en el 213b cabla la réplica R4A, pero en este caso, R1C! (2... R x P7C; 3. Rx F4C y ganan); 3. R4C! (a 3. R x P4C ?, como las blancas tienen un peón de más, la jugada (P6A gana); sigile 3... P5R!; 4. PxP, Rx 11. R4A! y ganan. (Véase 353a.) P7C; y tablas); 3... R2A (ó 3.. . P5R; 4. PxP, R2A; 5. El ejemplo 213d es de otro gé R5A, R1C; 6. R6A, P5C; 7. nero. Marishko, 1948. Blancas: P5R y ganan) ; 4. R x P4C! (pue R4AD, P4D, P3AR. Negras: R3R, de comerlo, porque el rey negro F2CR, P3TR. Tablas: 1. P5D + , está en 2A : si 4... Rx P7C; 5. R5A, P5R; 8. R x P5R! y ganan); 214 4.. . P5R; 5. R6T!!, R1C; 6 . P x P y ganan. El siguiente ejemplo ilustra la lucha por una posición de zugzwang. 214b. Blancas: R3CD, P5R, P5TR. Negras: R1CR, P4D, P3TR. Ganan blancas. En caso de 1. R3A, R2A, no se debe jugar. 2. R4D ?, R3R! y después de 2. R3D, R2R, la partida acaba en tablas. Pero las blancas pueden al canzar la casilla 4D, no en dos ju gadas, sino en tres : 1. R4C !, R2A; 2. R5A, R3R; 3. R4D y ganan. 116
La única posibilidad de las ne gras, en el ejemplo 216, es trasla dar el rey a 3A y jugar P4T, a fin de romper la cadena de peo nes de la parte contraria. Por ello, las blancas deben defender el peón 5A desde la casilla 4R. De aquí se deduce la posición de zugzwang R4R-R3A, que de termina plenamente las maniobras de las partes. I. R2C, R2C; 2. R3A, R2A!; 3. R3R!, R2R ; 4. R4D, R3A (ó 5. R5R) ; 5. R4R, R2R; 6. R5R, R2A ; 7. P6A, P4T (no se puede hacer otra cosa) ; 8. P x P, F5C ; 9. P6T, P6C (ó 9... R3C; 10. R6R, P6C ; 11. P7A y ganan) ; 10. P7T, P7C ; 11. P8T=D, P8C=D; 12. En este ejemplo, las blancas, D7T D7R+, R1C; 14. con un juego preciso, deben evitar P7A++ , y RIA; ganan. ciertas dificultades : 1. R2A, R6T (ó 1... P6C+ ; 2. R1C, como en la 2t7 variante principal) ; 2. R1C (2. P5A ?, R7T) ; 2... R5T; 3. R2C (3. R2T?, P x P j . 3... P6C ; 4. R1C! (no 4. R!T ? ?, R6T! y las negras dan mate con el peón de torre) ; 4... P7C; 5. R2T!, F8C=D+ ; 6. RxD y ganan. Vamos a estudiar ahora posicio nes donde sólo una parte tiene peón pasado. De ordinario, la par te más fuerte consigue la victoria con medios elementalisimos. Omi timos esos casos para estudiar otros más complicados. 215
216
En la posición 217 (resultante de la posición RIA, P4CR, P5TR: RÍR, P2AR, P3CR, después de las jugadas 1. P6T, RIA; 2. P5C, R1C; 3. R2D, R2T), también exis te la amenaza de rotura, pero las blancas obtienen en compensa ción un peón pasado y peligroso para el bando contrario: 1. R3R, P3A; 2. PxP, RxP6T, y en la situación que se origina de «peón contra peón», decide 3. R4A!, R2T (ó 3... P4C+ ; 4. R5A, P5C; 5. R6R, P6C; 6. P7A); 4. R5C, 117
Esta variante nos da la clave para resolver el problema; sábe me« ya cuáles son las posiciones 21> fundamentales de zugzwang, es decir, la conjugación de las casi llas 5R-2R jr 4D-2A. El tercer par de casillas incluidas en la «zona principal« es, naturalmente, 4R3A (véase la «Introducción»; la zona de las blancas es 5R, 4D y 4R al lado de la casilla inaccesible 5D; la de las negras: 2R, 2A y 3A, junto al escaque inaccesible 3R). Así pues, 1. R4R!, R2A (no vale 1... P4C, por 2. P x P + , R x P5C; 3. R5R) ; 2. R4D !, RIR (es más débil 2... R2R; 3. R5R ó 2... R3A; 3. R5A, P4C; 4. P x P + ) ; 3. P6D (las negras ya no pueden replicar R3R) ; 3... R2D (las blancas se encuentran ante la A primera vista no parece difícil ganar en esta posición; sin em última prueba; es mala, natural bargo, las blancas tropiezan con mente, 4. R5D, pero (qué elegir? serias dificultades, debidas a que ¿4. R5A ó 4. R5R ? Se precisa un la distancia entre sus peones no cálculo muy exacto. Después de es lo suficientemente grande y 4.. . P4C, se obtendrá un final de que, además, uno de los peones dama en el cual las blancas, lo es de torre. No se consigue la vic mismo que en 216, jugarán toria con medios normales; por D7A+ ; por consiguiente, se hace ejemplo: 1. R4A, R2A; 2. R5C, necesario quitar al rey negro la R2C; 3. P6D, ya que después de casilla 6A); 4. R5A!, P4C; 5. 3... R2A, el rey negro logra cap PxP, P5T; 6. P6C, P6T; 7. P7C, turar el peón pasado y ocupar la P7T; 8. P8C = D, P8T=D; 9. casilla 1A (en vez de 3. P6D ?, es D7A+ y mate en dos jugadas. preciso jugar 3. R4A). 218a, Pospishil, 1954. Blancas: El otro contratiempo que acecha a las blancas lo vemos en la si R1TR, P3CR, P4TR. Negras: guiente variante : 1. R4D, R2A ! R3R, P5D, P4TR. Tablas. Es la (no 1 ...R2R ?, por 2. R5R, R2 A; misma posición que la 218, pero 3. P6D ó 2... R2D; 3. R6A y ga con cambio de color; el rey, ade nan fácilmente; de esto se des más, está fuera de la zona critica prende la posición de zugzwang (3A, 2A y 2R de las blancas, y R5R-R2R; pero también la posi 4R, 4D y 5R de las negras). En ción R4D-R2A es de zugzwang el 218, el rey atacante na conse como veremos ahora mismo); 2. guido tomar inmediatamente la P6D ? (fuerza las tablas, lo mis conjugación, pero en este caso no mo que la continuación 2. R5A ?, lo consigue. 1. R2C! (para repli P4C; pero aún se puede volver a car a R4R o R4D con R3A o R2A, la posición inicial); 2... R3R; 3. respectivamente); 1... R3D; 2. R5A, R2D, 4. R5D, P4C ; 5. P x P, RIA!, P6D (2... R4D ; 3. R2A!; P5T y el peón se corona con ja- 2.. . R4R; 3. RI R! ) ; 3. R2A, El rey blanco, como se ve, R4D; 4. R3R, R5A; 5. R2D, R5D; 3 ue. ebe evitar la casilla SD. 6. P4C, y tablas. R 1 T ; 5. R6T !, R 1C ; y ganan.
118
6. R x P3C
Prokop, 1926. Blancas: R1R, P2CD, P4AR. Negras: R2AD, P3TD, P5AD. Ganan blan cas. Se comprende que los peones 5A y 4A se pierden y el final es de «peón contra peón» (del tipo 66). Las blancas no ganan si a R x P le signe R x P. Por eso no sirve: 1. R2R ?, R3D; 2. R3A, R4D ; 3. R3R, R3RÍ; 4. R4D, R4A (lo mismo que 4. R4R, R3A; 5. P5A, P6A!). De acuerdo con la re gla general las blancas deben blo quear el peón 5A: 1. R2D!, R3D; 2. R3A, R4D; 3. P5A (3. R4C?, R5R!) ; 3... R4R; 4. R x P (4. JP6A ?, R xP, tablas); 4... R x P ; 5. R4D, etc., lo mismo que en el 66. 21« 218b.
Es muy instructivo este com plicado final: 1. R3R, R4D. Es más débil 1... P4C, por 2. R4R, PSC ; 3. P4D + 1, .4, P x P y 5. PSD. 2. R2D!, P4C; 3. R2A, R4A.
4. R3C, P3C; 5. P4D + , R4D; 6. R4C, R3A; 7. R3T! Se harían tablas si 7. P5D+ ?, R x P ; 8. R xP , RSR! Habiendo conseguido inmovilizar los peones negros, las blancas llevan el rey al centro, maniobrando de forma que les permita replicar a R4D, con R3C y después R3D. 7... R3D; 8. R2C, R4D; 9. R3C, R3D!; 10. R2A, R3R; 11. R2D!J R3D; 12. R3R, R4D; 13. R3D; R3D; 14. R4R, R3R; 15. P5D + , R3D; 16. R4D, R2D; 17. RSR, R2R; 18. P6D + , R1R! A la 19. R6R seguirá ahora 19... R1D; 20. P7D, P5C; 21. PxP, P4C y tablas. Las blancas necesi tan ceder la salida al adversario. 19. R4D, R1D; 20. R4R, R1R; 21. R5R, R1D; 22. R6R, R1R; 23. P7D + , R1D; 24. R6D y ganan. Grigóriev consideraba que la posición 219 era la representación más genuina del problema. Blan cas: R1CR, P3AD, P2D. Negras: R3TD, P3CD, P2CD (1. R2A, R4C; 2. P3D, R4A; 3. R3R, etc.). Sin embargo, según ha indicado Kopáiev en 1953, es mejor respon der a 1. R2A con 1... P4C!, y co mo 2. R3R, PSC; 3. PxP, R4C; 4. P4D, R x P ; 5. R4R, R4C!; 6. R5D, R5TI; 7. R5A, P4C y también 2. P4D, R3C1; 3. R3R, R3A ; 4. R4R, R3D ; 5. P5D, R2D; 6. R5R, R2R; 7. P6D + , R1R (o R2A) conducen a tablas; en esta última variante, a diferencia del juego análogo en el 219, la casilla 6A sigue siendo inaccesible para las blancas, ya que las negras se abstienen de jugar P3C. En los ejemplos siguientes le® peones negros también pierden su movilidad.
219a. Halberdstadt, 1930. Blan En caso de 3... P5C; 4. PxP, R5D; 5. R2D, P3C; 6. R2A, R6R; cas: R1AR, P3TD, P2AD. Ne 7. R3A, P4C, y las blancas, des- gras: R3D, P6AD, P4AD, ganan és de 8. R2A, R5A, ganan con blancas. r R2C o R3C, lo mismo que en No sirve 1. R2A?, R3A1; 2. el 163. R3R, R4C; 3. R3D, R5T; 4. Rx 119
P6A, Rx P3T; 5. R4A, R7C y tablas. Se debe provocar la jugada P5A: I. R2R, P5A; 2. R3A! (en caso de 2. R3R?, habrá que mover antes de tiempo el peón 3T; por ejemplo: 2.. R4R; 3. P4T, R4D; 4. P5T, R4A; 5. P6T, R3C; 6. R4D, RxF6T y tablas); 2... R4D; 3. R4A1, R5D; 4. P4T, R4D (ó 4... R4A; 5. R4R, R5C; 6. R4D, R x P4T; 7. R x PSA y ganan); 5. R3R, R4R; 6. P5T, 2.
219b. Moraviets, 1938. Blancas:
B3R, P2CD, P6TR. Negras: R1TR, P6CD, P2CD. Ganan blan cas: 1. R4A! R2T; 2. R5C, R1T; 3. R6C, R1C; 4. P 7T +, R1T; 5. R6T, P3C; 6. R6C, P4C; 7. R6T, P5C; 8. R5C, RxP7T; 9. R8A!, R1C; 10. R7R!, R2C; 11. R6D, R3A; 12. R5A, y ganan.
FINALES SIN PEONES PASADOS
Si en los finales de «dos peones contra dos peones» no hay peones pasados, eso significa que los peo nes blancos y negros, igual si son ligad«» que aislados, están unes frente a otros en las mismas co lumnas o en las vecinas. En el caso de que se cambíe una pareja de peones, nos queda el final ya conocido de «peón contra peón», y si se captura uno, el de «dos peones contra uno». A pesar de que esos finales más sencillos cons tituyen la base del final de «dos a)
R4D; 7. P8T, R3A; 8. R4D y las blancas ganan.
peones contra dos peones», tam bién tienen sus peculiaridades es pecíficas debidas, sobre todo, a las complejas maniobras de los reyes. Eos ejemplos que citamos más abajo están distribuidos en tres grupos de acuerdo con el carácter de la estructura de peones: a) peo nes ligados contra peones ligados; b) peones ligados contra peones aislados, y c) peones aislados con tra peones aislados; en el concepto de «aislados» incluimos también los peones doblados.
Pames ligados contra peones ligados
Si los peones se- bloquean plena o parcialmente, el papel decisivo corresponde, casi siempre, a la profundidad de la penetración del rey en el campo adversario, es decir, a la posibilidad de dominar las casillas críticas del peón retra sado empleando el método de la oposición o el de las casillas con jugadas. En la mayoría de los casos esos finales son de tablas, sobre todo sí está bloqueado sólo un par de peo nes y aun es posible el cambio. Sin embargo, hay también sus excepciones, sobre todo cuando los peones no están todavía to talmente inmovilizados. En este ejemplo, a I. R5D, las a la que sigue 2. R6D, R3A ó 2. negras replicarán con 1... R2A!, R5R, R2R. Ea defensa de la casi-
lia ciíiiea 6R es semilla, pero las negras, naturalmente, pierden, si en la posición R5R-R2R juegan primero (22®).
Con una estructura de peones como la del ejemplo 221, las ne gras no pierden ni siquiera cuando son mano. Se puede jugar de pri meras 1... P4T y hacer tablas; cabe asimismo la jugada previa 1.. . R2A; 2. R5A y ahora, bien 2.. . P4T ; 3. R xP , P x P ; 4. PxP. R2C, bien sencillamente 2.. . R2C ; 3. R6R, R3C y tablas. Esta última jugada es, claro está, única si la posición se des plaza a la columna de la izquierda. 22 2
223
En el 222, la3 blancas juegan y con 1. R7A!, P4T (ó 2. f inan 6C); 2. P4T!, PCxP (ó 2... PT x P ; 3. P x P ) ; 3. P5C, ya que las negras pierden tiempo después de 4. P6C + . 222a. Cozio, 1766. Blancas: R8AR, P5CR, P4TR. Negras: R1TR, P3CR, F2TR. Esta posi ción tan poco natural (la última jugada de las negras ha debido ser, probablemente, la de P3C) la jugaba del siguiente modo Walker en 1841; 1. R7A, F3T; 2. Rx P3C, P x P : 3. P x P ; 1... P3T; 2. R7A, P x P ; 3. P x P , R2T ; 4. R6A. Brede, en 1844, indicó que a 1... P3T, se gana antes con 2. PST. A base de eso apareció la posición 222. Esta idea y demás circunstancias están plenamente expresadas en el siguiente pro blema. 223, final del problema 310a. En el problema de Matison el rey está en 5R. Prokesh (1944) lo ha co locado en 6R y, como veremos, es un error: 1. R7A ?, por 1... R2T; 2. P4C, P4C; 3. R6A, P4T ó 1. P4C ?, P4C; 2. R7A (2. R6A, P4T); 2... R2T! (2... P4T ?; 3. P4T); 3. R6A, P4T. Lo conecto es t. R6A!, R2T ; 2. P4C, P4C (2... P4T; 3. P5C) ; 3. R7A y ganan ( 222) .
La posición 224 constituye una doble excepción: las blancas no ganarían si sus peones estuviesen más abajo, ni tampoco si se en contrasen a la izquierda. Sin em bargo, se trata de un ejemplo in teresante, que ilustra un proce dimiento táctico que permite a las blancas acercar con tiempos su ley al peón 2C. 1. R4A, R5T; 2. R5R!. R x P ; 3. R5A, R5T; 4. R6R, R6C; 5. R7A, P4T; 6. RxP, PST; 7. R6A, P6T; 8. P7C, P7T; 9. P8C = I) + , R7A y tab'las. En el 225, después de 1. R7A, las blancas pueden ganar un 121
32 4
22 5
peón, pero no la partida: 1... P4C!; 2. R6A, P5C (es lo más sencillo, pero también 2... R4T no pierde); 3: P4T, R4T; 4. R5A, P3T (véase 231, donde la posición está desplazada a la izquierda), y si 5. R4A, entonces S... R3C; 6. R x P5C, P4T+ y tablas, y si 5. R4R, R3C; 6. R5R, entonces 6... R4T! (pero no 6... P4T? ; 7. R6R). En la posición inicial del pro blema 226, los reyes están en 6TD y 7TD, el peón de caballo én 2C. Después de 1. P4C!, los reyes se aproximan a los peones, con la particularidad de que las blancas conservan todo el tiempo la opo sición. Este ejemplo muestra la ventaja de la estructura de peones de las blancas (la menor vulnera bilidad de sus peones). 1. R5R!, R7A ; 2. R6A !, R6A ; 3. R5A, R7C; 4. R6C, R6T; 5. R5T y ganan. En el ejemplo siguiente el jue go termina de un modo inespe rado: 226a. Halberstadt, 1929. Blan cas: R8AD, P2CR, P4TR. Ne gras: R7AD, P5CR, P2TR; ta blas. Pierde 1. P5T ?, R7D ; 2. P6T, R7R; 3. R7D, R7A; 4. R7R, R x P2C; 5. R7A, R6A ; 6. R7C, P6C; 7. R x P2T, P7C ; 8. R8T, P8C = D; 9. P7T por 9... R5C! 122
• 226
(N.° 7 en el «Anexo»), Lo correcto es 1. R7D, R7D (ó 1... R6D ; 2 R6R, R5R ; 3. R6A, R5A ; 4. P5T y tablas, ya que las negras han perdido tiempos). 2. R6R!, R7R; 3. R5A, P6C ; 4. R4C, R7A ; 5. R3T, P4T, empate. 227 .
En este ejemplo (tomado de la partida Tiogolj ubow-Sek-z n icv, Triberg) la solución está en el rodeo por la retaguardia : 1. R6A !, R1R; 2. R7C, K2R; 3. P3C! (no 3. P4C ?, P4A) ; 3... R3R (ó 3 R1R; 4. P4C!) ; 4. R8A, R3A (si 4... P3A, entonces 5. R7C, R4A; 6. R7A) ; 5. P4C, R3R ; 6. P5C! y las blancas ganan; por ejemplo'
6... P4A ; 7. P5T, P5A ; 8. P x P , etc. Tiene un aire muy lògico la siguiente posición de un proble mista de Calcuta. R. Fontan, 1953. Blancas: R8D, P3AD, P4D. Negras : R2CD, p3CD, - P3AD. Ganan blancas : 1. R7R! (no 1. R7D ?, por !... P4A; 2. PSD, P4C) ; 1... R2T (1... R2A ; 2. P4A) ; 2. R7D !, |4A (ó 2... R2C ; 3. R6D, P4C ; 4. *7D, R3C ; 5. R8A) ; 3. P5D, P4C; 4. P6D, P5C; 5. R8A !, P6C ; I, P7D, P7C ; 7. P8D=D, P8C =D ; 8. D5T++. 227a.
228
2. R6D 3. P5A 4. R7A !
R1R P4C .. .
Pero no 4. P6A ?, R1D ; 5. R5R, R2D ; 6. R5A, R3D ; 7. R x P4C, R3R, tablas. 5. ... 5. R8A !
R2R R3D
O 5...R1R ; 8. P6A. 6. 7. 8. 9. 10.
R8D R7R R7A R xP R6C y gana'n.
R4R P3A R5A R xP
Esta posición desplazada a la derecha o abajo es tablas, pero gana si es trasladada a la colum na siguiente de la izquierda o a la segunda de la izquierda. 229
La complicada posición de este ejemplo constituye una valiosa »portación a la teoría de finales que estamos estudiando. 1. R5D
RIA!
Es la mejoi defensa. Pierde rápi damente: 1... R3T, por 2. R5R, R2C; 3. R6D, RIA; 4. R7D, R2C; S. R8R, R1C; 6. R7R, R2C; 7. PEA, P4C; 8. R8R. Si las negras, en vez de 3... RIA, continúan 3... R1T, enton ces 4. R7D, R2T; 5. R8D!, y ga nan; por ejemplo: 5... R1T; 6. P5A ó 5... R2C; 6. R8R ó 5... R1C (lo mismo que 5... R3T) ; 6. R7R.
La posición decisiva de zugzwang en este ejemplo es la de R6R-R5A. Las blancas, si son mano, no pueden ganar (P3R + , R5R; RxP2R, RxP4A). Las ne gras juegan y pierden (R5R, P3R; R x P3R, R x P2R). La segunda posición decisiva es R5D-R6R (en caso de R x P2R o R5A, gana R6R; saliendo las blancas, es ta blas. 123
Teniendo esto en cuenta se com 9. P6C, RIA (si 9... Px P , enton prenderán fácilmente las manio ces 10. RxPD!) 10. PxP, P4D; 11. R x P , R x P ; 12. R5A y ganan. bras de los reyes. 1. R6C, R6A (con el fin de ir 231 por 5D a 4R; si 1... R7D, enton ces 2. R6A, R x P2R; 3. R7D, R6R; 4. R x P2R) ; 2. R5A, R7D ; 3. R6A! (no 3. R5D?, R 6R); 3... R6R; 4. R5D!, R5A; 6. R6R, RSR; 6. P3R y las blancas ganan. 23 0
En este ejemplo las blancas ne cesitan colocar su rey en 6AD y romper los peones adversarios mediante P6C. Primero se lu cha por la casilla 5D (R4D-R3R es la posición de zugzwang). Una vez conseguida la posición de R5D-R2D, las blancas tendrán que gastar un tiempo de peón para ocupar el escaque 6A; en la posición de R6A-R1A, tendrán que gastar su segundo y último tiempo de peón, ya que P6C no consigue resultado inmediato (análogo al número 171): 1. R2A, R2A; 2. R3R, R2R (2... R3A; 3. R4R); 3. R4R!, R3R; 4. R4D, R2R (4... P4D; 5. R5A) ; 5. RSD, R2D ; 6. P3A, R1D ; 7. R6A, RIA ; 8. P4A! (no 8. P6C? P x P ; 9. R x P , R2D ó 9. P4A, P4C; 10. PxP, R1C y tablas); 8... R1D; 124
Una posición análoga al 231 la hemos visto ya en una de las va riantes del problema 225, donde salvaba a las negras la situación del rey en un extremo del tablero. En el caso presente, las negras no tienen este recurso, pero se hacen tablas jugando: 1. R4D, R3R; 2. RxP, P4A+. Las blancas, para ganar, tienen que ceder la salida al adversario. 1. R4D! (a otras jugadas, le seguiría 1... R5C); 1... R3R!; 2. R5A!, R3A; 3. R6D, R4A; 4. R5D, P3A; 5. R4D, R3R; 6. R5A, R2D; 7. RSD (pero no 7. P5A ?, R2A; 8. R5D, R2D; 9. RxP, R3D; 10. R4D, R3A; 11. R4A, R3D, tablas); 7... R2R; 8. R x P y ganan. La posición 231 es el final del siguiente problema: 231a. Bianchetti, 1925. Blancas: R7TR, P3AD, P2D. Negras: R3CD, P2AD, P6D. Ganan blan cas: 1. R6C, R4A; 2. R5A, R4D; 3. R4A, P3A; 4. R3R, R5A; 5. R4R, P4A; 6. R3R, R4D ; 7. R4A ! y ganan.
232
En este ejemplo pierde 1. R5C ?, por i... R3D!; 2. R4A, R4R; 3. R3D, R5A; 4. R2R, R6C; 5. RIA, R x P ; 6. R2A, R5C y 7... R6C. Salva a las blancas el rodeo por la retaguardia: 1. R7C!, R2D (nada se consigue con 1... R3A; 2. R6A. P4C; 3. PxP+, RxP, por 4. R6D, etc.) ; 2. R8C! (pero no 2. R6C ?, R3D; 3. R7C, R4R y las negras capturan primero el peón 2C); 2... R3R (no es mejor 2... R3D; 3. R8A, R4R; 4. R7D, R5A; 5. R6R, R6C; 6. R6A); 3. R7A, R4A; 4. R6D, R5C; 5. R5R, R x P ; 6. R6A(4A), P4C; 7. R5A, P5C; 8. R4A y tablas.
b) Peones ligados contra peones aislados Siendo las demás condiciones Iguales, los peones ligados son jnás fuertes que los aislados o poblados; sin embargo, el factor decisivo es la superioridad posiciunal: la situación de los reyes (su proximidad a los puntos de inva sión), el dominio de la oposición, etc. Él proceso normal del juego y las posibles excepciones se ilus tran con los siguientes ejemplos.
233a. Mayette-Easa, 1853. Blan cas : R8CR, P3CD, P2AD. Negras : R3CR, P4CD, P4D. Eos adversa rios accedieron a tablas, pero las negras ganan fácilmente, gracias a la mala situación del rey blan co: 1. R8A, R3A; 2. R8R, R3R; 3. R8D, R3D ; 4. R8A, R4A ; 5. R7D, R5C ; 6. R6A, P5D ; 7. R5D, R6A ; 8. P4C, R x P ; 9. R xP, R6C; 10. R5A, R5T. Saliendo las negras, gana 1... R3A y aún más sencillamente 1... P5D! (pero no 1... P5C ?, tablas). 233b. Duelos, 1904. Blancas: R4CD, P4TD, P5D. Negras: K3TD, P3CD, P2AD, tablas. 1. R3C !, R4T (1... P4C ; 2. R4C) ; 2. R3T, P4C ; 3. P xP , R x P ; 4. P6D!, tablas (63).
233c. Ebersz, 1942. Blancas: R1AR, P2AD, P3AR. Negras: Saliendo las blancas, decide la R4AD, P4D, P4R. Tablas, 1. rotura 1. P6A (el peón 5T se con R2R!, R5A (ó 1... R5D ; 2. R2D, vierte en pasado). Si juegan las R5A ; 3. P3A, tablas); 2. P4A !, negras, después de 1... P3A; 2. P x P ; 3. R3A, R6A ; 4. R xP , R4R, R3R, se apoderan de las ca R x P ; 5. R5R, tablas. sillas críticas del peón 5A. En la posición de R5A-R2A, la jugada 233d. Szabo-Fusbter, Budapest, 1... P3A, daría tablas. 1937. Blancas: R9AR, P3CR, 12 5
P2TR. Negras: R1R, P2AR, P4TR ; juegan negras. Después de 1... RIA?, las blancas ganan jugando: 2. R5C, etc. Las negras debían haber jugado: jugado : I... PST! PST ! ; 2. P4C, P6T ! y tab t abla lass (3. (3. R4A, P3A ; 4. R3C, R3C, R2A ; 5. R x P , R3C ; 6. 6. R4T, P4A P4 A; 7. P5C, P5A ; 8. R4C, P6A). P6A ).
(ó 2... R1C; 3. R6C, R2A; 4. R7C ; ó 2... R3C; 3. R8C, R3A; 4. R8A, R3D; 5. R8R, igual que en la variante principal); 3. R6C! (para hacer tablas 3. R8C?, R3D¡ 4. R8A, por 4... P4R; 5. R8R, R3R) ■ 3.. . R2A; 4. R7C.R3D; 5. R6A! R2D; 6. R7A, R3D; 7. R8R! P4R; 8. R8D (no 8. R7A?, P5R); 8.. . P5R; 9. PxP, R4R; 10. R7D, 234 RSfD; fD; 11 11. P5R, R x P R ; 12. R6A R6A,, R5D; 13. R5C y ganan. Si en el ejemplo, anterior era preciso tomar la oposición en dos filas para atacar o defenderse con éxito, en el 235 se necesita tomarla en tres filas fila s (la 5, 5, 6 y 7). Las blancas deben acercarse al peón 4D y ganan gana n jugand jug ando: o: t. R7C!, ya que las negras no pueden responder ni R2A, ni R2T. Se puede puede juga ju garr 1... 1... R3A R3A (ó 1... ... R4A; R4A; 2. R7A) ; 2. R6C (toma (to mando ndo la oposición en la fila principal) 2 R2A; 3. R5A, R3C; 4. R6A, R4C; 5. R7R, R3A; 6. R6R¡ R4A; 7. R7D y ganan. A Grigóriev (1932) se le deben En este ejemplo nada se consi- valiosos análisis de finales con gue con 1. R5C?, por 1... R2A!; peones peones ligados contra peones peones do2. R4A, R3D; 3. R4R, R2D; 4. blados. blados. Antes de eso sólo sólo se con conoR5R, R2R, lo mismo que 1. R6C ?, cían las siguientes posiciones eleR3A. Las blancas necesitan tomar mentales. la oposición en la fila 6 y 7, para 236 237 hacer el rodeo por la fila 8. 1. R6T!, R6T !, R2C; R2 C; 2. R7T!, R7T !, R3A R3A ;
...
235
En el ejemplo 236, los reyes se hallaban inicialmente en 3AD y 126 12 6
2TR; la posición representada en R4A, y también 1... P4C, por 2. el diagrama se consiguió después R6A. En cambio, siendo mano las de 1. R4D, R3T; 2. R5R, R3C. El blancas, la posición posición de las negras rey negro no puede pasar a la co- es inaccesible: 1. R4R, R4C!; 2. lumna de alfil, para no perder el R5R, R3T!; 3. R6A (R6R); R4T; peón peón 4C; 4C ; las blancas ganan gan an por >4. R7C, R4C y tablas. tener un tiempo de reserva y por En el ejemplo 239, las negras no estar encerrado el rey negro. están en zugzwang (las blancas, 1. R6R, R2T R2 T ; 2. R5A, R3T; R3 T; 3. incluso si son mano, no consiguen P3T, P3T, P3 P 3 C + ; 4. R6A, R2T; 5. 5. vencer), pero la defensa exige gran RxP, R2C; 6. P4T y ganan. exactitud: pierde, por ejemplo, E n el 23 237 decide : 1. R8A!, R8A !, P 3 T ; 1... R2T, por 2. P5C, lo mismo 2, R7A. Es fácil comprender que que 1... P4C, ya que las blancas no 1. R7A ? nos llevarí llev aríaa a un empate. empat e. disponen más que de un tiempo En los ejemplos citados a conti- de reserva (236). La tarea inmenuación, Grigoriev demuestra que diata de las negras es privar a las el tener peones doblados no signi- blancas de ese tiempo. Por eso 1... ... fica la pérdida irremisible de la R4C!; 2. P3A, R3T! 3. P4A, P4C; iartida. Para ganar, la parte más 4. P5A, R2T; 5. R7R, R1C; 6. uerte debe tener también una su- R8R, R1T; 7. R8A, R2T; 8. R7A, perioridad perioridad posicional posicional de su rey, R3T R3 T !; 9. R8C, R8C, P 3 C ; 10. 10. P6A y tiempos de reserva de los peones tablas. y, sobre todo, la posibilidad de po240 ner al adversario en situación de zugzwang. Así pues, la defensa tiene recursos bastante poderosos. En vista de lo complicados que son los ejemplos, conviene que examinemos previamente algunas posic posicion iones es auxilia aux iliares, res, que son, al mismo tiempo, posiciones teóricas fundamentales.
Í
238
239
En este ejemplo, las blancas, a pesar de tener manifiesta manif iesta superioridad, no pueden vencer. 1. R7A, R 3 T ; 2. R8C (si 2. P3C, entonces 2... R2T!, respecto a 2. P4C, véase 239) ; 2... P4C; 3. P4C (si no se hace esta jugada, las negras jugarían P5C) ; 3... R3C; 4. R8A, R3A!; 5. P3A, R3C (238) ó 5. R8R, R4R y tablas. tabla s. Saliendo las blancas, la partida El ejemplo 238 es el de una posición de zugzwang. Jugando las es nula nul a (1. (1. R7D, R7D, R2A o R5D, R 2 A ; 2. R5R, R2 R 2 R ; a 1. R5D se puede negras, pierde 1... R4T, por 2.
241
242a
R5D, R3A (R2R) ó 1. R7D, R3A, también 1... R2R; 2. R5R, R2A; es inút in útil il 2. R8R, R8R, por po r 2... R4R (el (el 3. R6D, R3A). est á defendido). defe ndido). Pero cuando las negras son ma- peón 4C no está no, pierden irremisiblemente: 1... El ejemplo 242a es otra forma R2A; 2. R7D, R3A (6 3. R3R); 3. del mismo Zugzwang: a 1... R2A, gana 2. R6D, R3A; 3. P3A. R8R, R3R (3... R4R; 4. R7A; 3... De esta forma, estando el peor, R2C; 4. R7R); 4. R8A, R3A; 5. en 2A se establecen las siguientes R8C, etc. casillas conjugadas: 6D y 2A, 517 242 y 3A, 9R y 2R.
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En este ejemplo, las blancas, a diferencia del 241, tienen en reserva una jugada de peón, pero tam poco poco el rey negro se encuentra encuen tra en 3A, .sino en 2A ; tenemos la misma medida considerable la solución posición posición ile ile ztigzwang, ztigzwang, pero una del complejo j loblema 243. jugada jugad a antes. E n caso de de 1... 1... R3A,, R3A ,, Es evidente que después de i. gana; 2. P3A. Pero jugando las P4C! la estructura de peones re blancas, no consiguen nada na da;; 1. sultante tiene una distribución ya 12 8
conocida cíe casillas conjugadas. se deduce del ejemplo 242a. es que La mejor réplica de las negras es las negras, después de P4C pro 1.. . R2C (si !... !. .. RIO, RIO, entonc entonces es 2. curen tomar la oposición verti R5I), R5I), R2A R2 A; 3. R6 R 6D ; 242) 42) ; ¡as ¡as ne ne cal) ; 2. R5D, R2D, ó 2. R4D, R3D, gras, desde la casilla 2C, pueden y si 2. R5A, entonces 2. R3R. 1,0 ir a 2A y a 3A. Por eso 2. R6A! correcto es 1. R4D1 R4 D1 (no permitien permiti en (para poder continuar, respectiva do la jugada PSC y dejando en re mente, R6D o R5D) y las negras serva la jugada P4C); I... R2R; ya no tienen defensa ; por ejemplo: 2. R5D¡, R2A ; 3. R5R! ó 2... R3A ; 2.. 2. . . R3A R3A (2... R I A ; 3. R7D) ; 3. 3. P4C! y ganan. Respecto a este ejemplo, GrigóR5D!, R2R; 4. R5R, R2A; 5. R 6 D !, R3A; R3A ; 6. 6. 1’3 A ! v ganan ga nan riev indicó también que si el P3C se trasladaba a 2C, ganaría cual (241). ¿Se puede empezar con la juga quier jugada del rey en la colum da 1. R6A y más tarde mover el na de dama, gracias al tiempo de peón peón 4C ? No, ya que después de reserva de las blancas; por ejem R5D, R2C; 2. R5R!, R2A 1. . P5C!, P5C! , queda que daría ría la posición de plo: 1. R5D, (6 2... R3T; 3. P4C); 3. P3C!, R2R tablas 238. En caso de i. R6D R6D (5D, (5D, 4D), la o R2C; 4. P4C!, etcétera. Para concluir, damos un ejem réplica 1... r5C es imposible, pero motivos de las las negras jugarían juga rían pre\ ¡áment ¡ámentee plo que engloba los motivos posiciones anteriores. La solució solución n 1.. . R2C y luego habría hab rían n supedit sup edita a posiciones do su defensa a las jugadas de las será ahora mucho más fácil para blancas; blan cas; por ejemplo: ejemplo : 2. P4C P4C, nosotros. R2A 1 (o R3A !, con el rev en 5D), 24 4 ó 2. R6R, P3C!, P3C!, ó 2. 2. R5R, R2A ! Podría parecer que no hay nin guna necesidad de hacer esos aná lisis suplementarios, que basta con fijar la jugada 1. P5€ de las ne gras ; sin embargo, no se debe ol vidar que cada estructura de peo nes tiene su sistema de casillas crí ticas. Por eso, al modificar la es tructura de peones, debemos cer cioramos previamente de si po dremos dominar las nuevas casi llas críticas. La siguiente posición de Grigóriev, con. la misma distribución de peones, pero con distinta situa ción de los reyes, constituye un ejemplo muy instructivo. En comparación con el 236, el rey negro de este ejemplo dispone 243a 243a.. Orig Or igór órie iev, v, 1932. Blan Bl an de una mayor libertad de movi cas: R4AD, P2AR, P3CR. Ne mientos, que las blancas paralizan gras gr as:: R1AR R1AR,, P4CR, P4CR, P3CR Gan G anan an tomando la oposición horizontal: blancas. La jugada juga da 1. P4C? su 1. R5C!, R3C (si 1... P3C, entonces pondría un error erro r irreparable irrep arable,, ya 2. R6A, R2C y gana tanto 3. P3A, que resulta imposible poner el rey como 3. R5A); 2. R6A!, R2A; 3. negro en situación de zugzwang, R7D, R3A; 4. R6D, R2A; 5. RSR!, como en el 241 y 242; por ejemplo: P3C; 6. R6D (242) ó 5... R3C; 6. 1.. . R2R (lo más má s sencillo, según R6R (236). 129 129
c)
Peones Peones aislados contra contr a peones peones aislados
Este grupo de finales finales se sistema tiza habitualmente según la ma yor o menor separación de los peo nes aislados. Sin embargo, cuando entre los peones median de dos a cuatro columnas, el contenido es tratégico y táctico de las posicio nes es tan variado y diverso, que esa característica general no sirve. Por ello, le« ejemplos se han agru pado pado aquí, en lo posible, por el principio de la afinidad de ideas, y no por el número de columnas entre los peones aislados, pero»consideramos que ese principio es for mal y poco típico. 245
El resultado del juego en finales de este tipo depende, casi siempre, de la mejor posición del rey, de la existencia de tiempos de reserva en los peones y, y , debido a ello, de la posibilidad de dominar dom inar las l as casillas críticas (los puntos de invasión). En el ejemplo 245 se gana fácil mente jugando 1. R2D, R3R; 2. R3R, R3R, R4A; 3. 3. R3A, R3A, P5R+ P5 R+ (de otro modo: 4. R4R); 4. R3C, R4C ; 5. P3R, R4A; 6. R4T, etc. 245a. Horwitz y Kling, 1851. Blancas: R3R, P3D, P2AR. Ne gras: R3R, P3D, P3AR. Ganan blancas: blancas : 1. R4R, R4R, P4D+ ; 2. R 4A! 4A ! 130
(no 2. R4D?, R3D; 3. P3A, R3A y tablas); 2... R3D; 3. R5A, R4A (ó 3... R2R; 4. P4D, R2A; 5. P4A) ; R x P3A, R 5 D ; 5. R6R, R x P 3D ; 8. R xF4D xF 4D y 7. P4A. P4A. O 1... P4A+; 2. R4D, P4D; 3. P3A, R3D; 4. P4A, R3R; 5. R5A y ganan. Con el peón en 3A es tablas: 1. R4R, P4D P 4D+ + ; 2. R4A, R4A, P4 P 4A ; 3. R5C, R4R R 4R;; 4. P4A + , R5D. 245b. Salvioli, 1887. Blancas: R2AR, P2R, P4CR. Negras: R2AR, P2R, F4CR. En este pro blema todo depende depende del turno tur no de jug ju g ad a: 1. R 3R ! (ofrece a las blancas mayores posibilidades por dominar las casillas críticas del peón 4C y presionar a las ne gras, que jugar 1. R3A; no se trata de oposición); 1... R 3A ; 2. R4D, R3R ; 3. R4R, R 3 A ; 4. 4. R5D, P3R+; 5. R6D, R2A; 6. P4R y ganan. 245c 245c.. Leyk Le yk,, 1942. B lan la ncas: as : R5D, P6D, P4AR. Negras: R1D, P2D, P4AR. Ganan blancas: 1. R4D!, R1R (1... RIA; 2. R5R, R1D ; 3. R x P 4 A ) ; 2. R5A, R2A ; 3. R6C, R3A. 4. R7C, R2A; 5. 5. R8A, R1R; 6. R7A y ganan. 24«
En el ejemplo 246 las blancas
pierden inevitablemente uno de numerosas imitaciones, como la si sus peones y pueden salvarse guiente, por ejemplo: sólo en el caso de que capturen 246a. Izenegger, 1940. Blancas: un peón adversario. Si las ne R1AR, P2CD, P3R. Negras: R2R, gras se dirigen al peón 6T, a las P6CD, P5R. El objetivo de las blancas les da tiempo de capturar blancas consiste en rebasar el flan el de 3R, pero si caen sobre el co del rey, ganar primero el peón peón 5R, tendrán que responder 6C (no se le puede atacar directa a R x P5R con R5C, amenazando mente por el contraataque al peón el peón 2T. 3R). Después de 1. R2C, R3A?; De esta manera todo gira en 2. R3T!, etc., las blancas consi torno a la posición de zugzwang guen ganar gracias a la toma y el R5C-R4R. En las maniobras de mantenimiento de la oposición, los reyes adquieren peculiar im pero Leyk indicó en 1940 que ju portancia las casillas adyacentes gando 1... R3D !; 2... R4A!, etc. a los puntos 5R y 5C; a saber: (la maniobra de Grigóriev), las ne 4D, 5D y 5R para las negras, gras hacen tablas. y 5T, 4T y 4C para las blancas. La idea de Grigóriev fue tam Con el rey negro en 4D ó 5D, el bién desarrollada por otros problerey blanco puede ocupar la casi mistas, como veremos en los ejem lla 5T ó 4T, pero a R5R debe res plos 246b y 247. ponder obligatoriamente con R4C 246b. Zhiguis, 1929. Blancas: (dicho de otro modo, las casillas R1AR, P2CD, P2R, P3R. Negras: conjugadas sólo son la 5R-4C y 4R5C). La prueba de ello la tenemos R3D, P6CD, P5CD, P4D. Ganan en la siguiente tentativa errónea blancas: 1. R2C!, R3R (ó 1... de la defensa: 1. R2R?, R3A!; R4R ; 2. R3A, R4A ; 3. P4R+, 2. R3A, R4D (las blancas no han P x P + ; 4. R3C; 318),; 2. P4R!, tenido tiempo de llegar a la casilla P x P ; 3. R3T!, R4A; 4. R3C, 4T y se encuentran en posición de R4C; 5. P3R, R4A ; 6. R4T, R4R ; R4C, R4D; 8. R5A, R4A !; 9. zugzwang) ; 3. R4A, R5D ; 4. R4C, 7. R5R! (9. Rx P5R ?, R5A) ; 9... R5R!; 5. R4T, R5A; 6. R5T, R4A ; R4C; 10. R5D, R3C; 11. R x P 7. R4T, R3C! (pero no 7... Rx y ganan. P5R ?; 8. R5C, tablas). Valiéndose del rodeo, las negras han ganado 246c. Moraviets, 1941. Blancas : el «otro» peón. R8TR, P2D, P3TR. Negras: R1D, Ahora se comprende que el ob P6D, P5TR. Ganan blancas: 1. jetivo de las blancas es llegar por R7T!, R2D (no cambia nada 1... el camino más corto a la columna R2R; 2. R7C, R3R; 3. R6C, etc.) ; de torre (¡avance por la diago 2. R6T, R3D; 3. R5T, R4R (Ame nal!). Así pues, 1. R2A!, R3A (en naza de R x P5T); 4. R5C l, R5R; caso de 1... R2R, las blancas uti 5. R4C, R4R; 6. R3A, R4A; 7. R3R, R4R; 8. RxP6D (las blan lizan otra diagonal: 2. 2. R3R, R2A; 3. R4D, R3C; 4. R5A, y si cas han realizado su propósito de 4.. . RxP6T, entonces 5. R6D, y la captura del «otro» peón); 8... si 4... R4C, entonces 5. R6D, R4A; R5A; 9. R2R, R6C; 10. P4D, Rx 6. R7R y tablas); 2. R3C, R4D; P3T; 11. P5D, R5C (11... R7C, etc., 3. R4T ! (en el momento debido); nos lleva al 3 del «Apéndice»); 12. 3.. . R5D ; 4. R5T!, R 5R; 5. R4C!, P6D, P6T; 13, R2A y ganan. La posición de este ejemplo es R x P5R; 5. R5C y tablas. Este excelente problema de Gri- bastante complicada. Es evidente que a las negras no les conviene góriev suscitó, como es natural, 131
24 7
R5A ; 8. RxPOR, R5C ; 9. RIO, R x P4T ; 10. R4A, R6T ; II. P4R y ganan. Se puede también 1... R2R ¡ 2. R6C, R3D ; 3. R5A, R4A ; 4. R4R (4A), R5C ; 5. RxP6R. R6T ; 6. R2D í, Rx P2T ; 7. P4R y ganan de una manera muy pa recida (3 en el «Apéndice»). 248
mover el peón, ya que haciéndolo llegarían rápidamente a la posición 246. No queda más remedio que En este ejemplo hay que evitar maniobrar con los reyes. Se esta el movimiento del peón 2C. blece fácilmente la conjugación t. R2A!, R3C; 2. RIA! (no 2 de las casillas 4A-3A y 3R-4R, co R2D ?, R6C; 3. RIA, R7T ; 4. mo también, por consiguiente, la R2A, P5C y ganan; ahora a 2... de 3A y 3R. Una vez establecidas R6C seguirá: 3. R1C, P5C ; 4. RI A las «zonas principales», los reyes y la jugada 4... R7T?, mala para ya tienen la debida orientación pa las negras por 5. R2A, R8T; 6. ra sus maniobras. R3C y ganan) ; 2... R4A; 3. R1D 1. R3C ! (en espera de la entrada (conservando la posibilidad de to del rey negro en la zona princi mar la oposición para defender las pal) ; 1... R3R; 2. R3A!, R4R; 3. casillas críticas 3D y 3 R ); 3... R3R, R3D (3... R3A; 4. R4A o R4D; 4. RIA! (la casilla 4R es R4D); 4. R4A! (no 4. R4D?, inaccesible para las negras) ; 4... P4R + ) ; 4... P3R (4... R3A; 5. R5D ; 5. R2D, R5A; 6. R2A, R5C ; R5R) ; 5. R4C! (no 5. R3A ?, R4A; 7. RIA v tablas. 6. R4A, R5D); 5... R4A (ó 5... 249 R4R; 6. R3A, R5D; 7. R4A) ; 6. R5C!, tablas. Pierde 1. R3A ?, R3R!; 2. R4A, R3A; 3. P5R+ (3. R3A, R4C!) ; 3... R3C; 4. R4C, P3R; 5. R4A, R4T ; 6. R3A, R4C; 7. R4R, R5C; 8. R3R, R4A; 9. R4D, R5A; 10. R4A, R5R; 11. R4C, R9D; 12. R5C, R4D; 13. R4C, R3A; 14. R5T, R4A y RxP6C. 247a. Moraviets, 1950. Blan Pese a la existencia de casillas cas: R8TR, P2TD, P2R. Negras: inaccesibles.para el rey negro, co R1AR, P4TD, P6R. Ganan blan sa que debía conducirlas a la pér cas: 1. R7T, R2A; 2. R6T, R3A; dida de la oposición, salvan a las 3. P4T!, R4A; 4. R5T, R5A; 5. negras las contraamenazas tácti R4T, R5R; 6. R4C, R5D; 7. R4A, cas. 132
1. K7C (a 1. R7T cabe 1 . K3D y 1 .. R2A ; a 1. R6T, sólo 1... R3D v si 2. R7T, entonces 2... R x P6A) ; 1... R2R ; 2. R8C, R1R ; 3. R7T (Ó 3. R8T, RIA !); 3.. R2A ! (posición de zugzwang recí proco) ; 4. R6T, P4A ! v tablas (5. P5C!, R1C ! ; 6. R5T,'R2C; 7. P6C, P5A). Las negras pierden si iuegatt: 1.. R2R ; 2. R7C, R3R ; 3. R8A, etc. 249a. Bird, 1936. Blancas; R6CR. P5AD, P4CR. Negras: R3R, P3AD, P3AR. El autor suponía erróneamente que ganaba 1. R6T, porque la respuesta 1... R3D es imposible; por ejemplo 1... R2D; 2. R7T, RÍR ; 3. R6C, etc; sin em bargo, en vez de 2... RIR ?, se debe jugar 2. R3R! y tablas. A. 1. R6T, se puede también 1... R4R (2. R7C, P4A). Siendo mano las ne gras se hacen tablas jugando: 1... R4R ; R7A, P4A. La causa típica de muchos erro res es cuando la idea principal de un final que salta a la vista im pide ver otras posibilidades.
La idea de esta extraña posición es sencilla (1843) : el peón 7T está condenado ; a R x P7T, sigue R7A y decide entonces la jugada P5A de las blancas, después de la cual el rey blanco queda en libertad (250. Véase 255). Este ejemplo nos muestra una manera interesante de ganar tiem pos, con el fin de impedir la apro ximación del rey negro.
251
1. R6A (naturalmente no 1. R6R ?, R4C) ; 1... R4R (como 1... R x P5A no salva, las negras pro curan conseguir el empate metien do el rey blanco en la esquina, lo mismo que el 250). Queda una po sición de zugzwang: no gana 2. R7C, pero si la salida fuese de las negras, habrían perdido. Por ello las blancas, a fin de ceder la sali da, utilizan el «triángulo» 2. R7A ! (no 2. R7D ?, R x P5A) ; 2... R4D ; 3. R7D!, R4R; 4. R6A! y ganan. 251a. Moraviets, 1941. Blancas: R3CR, P2TD, P6CR. Negras: R1TR, P6TD, P2CR. Ganan blan cas: 1. R4A, R1C; 2. R5R, RIA; 3. R6D!, R!R; 4. R6R, RIA; 5. R7D, RIC; 6. R7R, RIT (sola mente después de eso se puede capturar le peón 3T) ; 7. R6D, RIC; 8. R5A, RIA; 9. R4C y ga nan. 251b. Adamson, 1925. Blancas: R7D, P2CD, P2TR. Negras: R6CD, P2AD, P2R. Ganan blancas: 1. R6R!, P4A; 2. R5D, P5A; 3. P4T, P3R + ; 4. R5A!, P4R; 5. POT, P5R ; 6. R4D, P6R; 7. R x P6R, R x P2C ; 8. P6T y ganan. Las maniobras de los reyes, tan complejas a primera vista, en el ejemplo 252 no se han explicado 133
Después de esta jugada vemos que las negras no pueden responder debidamente 3... R3C. por 4. R x P4C!, R4C; 5. R3A, R5C; 6. R4D!, R6C; 7. R4R y ganan. El rey negro se ve obligado a quedarse en la fila quinta y, por consiguiente, perder la oposición.
252
3. ...
R4C
Si 3... R5C o R5T, las blancas comenzarían en el acto su movimiento envolvente: R6D, etc. 4.
con claridad en los tratados de ajedrez, y, a veces, erróneamente, por el método de las casillas conjugadas ; pero la explicación la encontramos en el empleo adecuado del método de la oposición. 1.
R4R
R5C
A 2. R5R seguirá 2... R4C, pero no 2...R6C ?; 3. R5A y ganan. Es inútil 2. R4D por 2... R5T!, pero de ningún modo 2... R6C?; 3. R5R, R5C; 4. R6A y ganan. Se comprende que las casillas críticas son aquí 4A, 5A, 6A y que la fila quinta es la principal. 2. R5D
R4T!
No 2... R4A ?, ya que después de 3. R4D, el peón propio impide que se conserve la oposición. El objetivo de las blancas es reconquistar la oposición en la columna principal. Para eso no basta 3. R5A, por 3... R4C y a 4. Rx P4C, las negras replicarán tomando el P2C (4... R5C ; 5. R5A, R6C ; 6. P5C, Rx P2C y tablas). Nada consiguen las blancas, como hemos visto ya, con la permanencia de su rey en la fila cuarta. 3.
134
R 6A !
R5A!
Lo que sigue es técnica: 4... RSC; 5 R6D, R4T; 6. R5D, R5T; 7. R6R! (sería pérdida de tiempo 7. R4D, R4T; 8. R5D) ; 7... R4C; 8. R5R, R5C; 9. R6A y ganan. 252a. Dedrle, 1926. Blancas: R7AD, P5CD, P2CR. Negras: R4CR, P3CD, P5AR. Ganan blancas: l. R6A! (1. RxF 3C ?, R5C; 1. R6D?, R3T! ; 1. R7D ?, R4T! (conjugación rectangular) ; 2. R6A, R4C! y tablas por la inaccesibilidad de la casilla 5A ); 1... R5C ( l... R4T; 2. R5D!) ; 2. R6D! y ganan. Examinemos ahora el grupo de finales con peones en columnas vecinas. 253
1. R6T Es prematuro 1. P6C?, por 1... R2C. 1. ...
R1C
Si !... P5A, entonces 2. P6C!, P3A; 3. P7C+, R1C; 4. R6C y ganan. Pero ahora no se puede 2. P6C ?, por 2... RIA! y tablas. 2. P3C!
R1T
ces 4. R5A, y si 3... R7R, entonces 4. R5D); 3... R7A! (la úlüma ten tativa); 4. R5R!, R6A; 5. R6R, R5A ; 6. R7R! (6. R6A ?, R6R); 6... R4R (6... R4A; 7. R6D) ; 7. R7D!, R5A (7... R4D; 8. R7A); 8. R6R!!, R6A; 9. R5R, R7A; 10. R4R, R8A; 11. R3A, R8R (11... R8C; 12. R3C, R8T; 13. R4C); 12, R3R, R8D; 13. R4R, R7R; 14. R5D, RxP3D; 15. Rx P4A, R5R; 16. R6D y tablas. 254
A 2... RIA, seguiría: 3. R7T, R1D; 4. R8C!, R2D; 5. R7C, R1D (5... R3D ?; 6. R IA ); 6. R6A, R1A ; 7. R5D, R2C; 8. R5R, R3C; 9. R x P4A, R x P5C; 10. P4C, P4A; 11. P5C, PSA; 12. R4R! y ganan (al rey negro se le atrae a 3CD y se le da jaque). 3. P6C 4. R5C
R1C!
Pero no 4. P7C ?, P4A!; 5. R5C, R x P7C ; 6. R x P4A ; P5A; Px P, R2A y tablas. 4. ... 5. PxP 6. R5A
R2C R xP
En esta situación, las blancas deben procurar el cambio de los peones del flanco del rey, rodean do el peón 4A por la retaguardia y las blancas ganan (a la jugadacelada 6... R1D lo correcto, natu (dejando que el rey negro capture el peón de CR). ralmente, es 7. R6D! y no R5D ? 6 R4D ?, por 7... P5A!; 63a). 1. R3R R3C 2. R4A R3A 353a. Grigóriev, 1931. Blancas: 3. P5C! R3C R2TR, P3D, P3TR. Negras: R8R, P3AD, P4CR. Tablas. (La solución 0 3... R3R ; 4. R5C, R4R; 5. de este problema no se ha publica do.) 1. R3C (1. P4D ?, R7A); 1... P3C! (no se debe permitir la ju P4A (1... R7R, después 2. P4D!!, gada P5A, para evitar tablas) ; 5... R6R; 3. R4C, etc., nos lleva a un R3R; 6. R6C, R4R; 7. R7A y final nulo de damas! véase 7d en ganan. el «Apéndice»); 2. R3A!, R8A! (conservando la posibilidad de ata R4C 4. R5R car a cualquiera de los peones; R3C 5. P3C ! sin embargo, las blancas hallan R4C 6. R6R Una respuesta adecuada); 3. R4T 7. R7A 8. R6A R5C ! R4 R ü ( s i ahora 3... R7C, enton 135
La posición es de zugzvvang: se hacen tablas jugando 8. R6C, por 8.. . P5A; hay que ceder la salida a las negras. 9. R5R! 10. R6R
R4C
y las blancas ganan, ya que a 10... R5C, sigue 11. R6Á, y si 10.. R3C, entonces 11. R7D. 254a. Grigóriev. 1938. Blancas: R5D, P5AD, P2CR. Negras: R5AR, P2CD. P5TR. Tablas: 1. R4A! (no 1. R6D ?, R5R, ahora a 1.. . R6C sigue 2. R5C y tablas) ; 1.. . R5R ; 2. R4C!, R5D; 3. R5C, ROA ; 4. R5T!, R5A ; 5. R6C, R5C (a diferencia de la posición análo ga en el 254, las negras no pueden ganar tiempos, ya que el ataque al peón 2C es demasiado laborio so; 6. P6A. PxP; 7. RxP3A v tahlns.
P4C + ; 2. P x P (no 2. R3R ?, R2C; 3. R4D, R3T; 4. R5R, P5A; 5. PxP, P5C!) ; 2... R x P6C ; 3. R5R, R4C ; 4. R6R, R3C; 5. R5D, R4T; 6. R6R, R3C; 7. P3C ? (véase más abajo); 7... R4C; 8. R7A, P5A ? (lo correcto habría sido 8 R4T > y tablas) ; 9. PxF + , RxP4A; 10. R6R y las blancas ganan. Como ha indicado Romanovskí, se debía haber jugado 7. R7D! (dejando en reserva la jugada P3C) ; en respuesta no se puede 7... R2T, ya que después de 8. ROA, etc., el peón de CD se corona y da jaque. Debido a ello, las ne gras perderían la oposición; por ejemplo, 7... R3T (7... R3A; 8. R6D; 7... R4C; 8. R7R) ; 8. R6D, R4T; 9. R7R (rodeo); 9... R3C; 10. R6R. R4C 11. R7A, R4T; 12 R6A, R5C; 13. P3C y ganan. Véanse también 326-328, 350 v 404. 255 ...
;
.
254b. Grigóriev, 1938. Blancas: R1AR, P4TD, P2TR. Negras: R3CR, P3CD, P5CF. Ganan blan cas: 1. R2R !, R4A; 2. R3D!, R5A ; 3. R4D !, R4A (3... R6A ; 4. R5R) ; 4. R5D, R5A ; 5. R6R, R4C ; 6. R5R, R3C; 7. R4A, R4T; 8. R5A. R5T; 9. R6C. R6T; 10. R5C y ganan. 254c. Pospishil, 1953. Blancas: R8CR, P4AD, P4CR. Negras: R5©, P3AD, P3AR. Ganan blan cas: 1. R7A, R4R; 2. R8R! (2. R7R?, P4A!, tablas); 2... R3D (2... R5A; 3. R7R, R4C; 4. P5A; R3C; 5. R6D ó 2... R3R; 3. P5A, R4D; 4. RLA, R4R; 5. R7R); 3. R8D, P4AD; 4. R8R, R3R; 5. R8A, R3D ; 6. R7A, R4R; 7. R7R y ganan.
La idea fundamental de este ejemplo es la misma que en el 250. Pero la ejecución era allí de una sencillez elemental, mientras que aquí, donde los peones de caballo se encuentran en la misma colum 254d. Ivanova-conde Stivenson, na con un intervalo de dos casi Moscú, 1955. Blancas: R4AR, llas, es bastante más complicada. P4TD, P2CD, P3CR, P5TR. Ne Como vemos después de la jugada gras: R3AR, P4TD, P3CD, P4AR, R x P2T, R2A, la jugada P5C no P2CR; juegan las negras: 1... evita que el rey blanco quede aho 136
gado por la réplica P3C. Por con siguiente, las blancas deben con seguir una posición en la cual el intervalo sea sólo de una casilla (5C-2C ó 4C-3C) ; en ese caso po drán capturar tranquilamente el peón 2T. La solución de este problema no se había expuesto nunca partiendo de la teoría de las casillas conju gadas y por ello parecía aún más complicada de lo que es en la rea lidad. Veamos, primeramente, qué ca sillas son conjugadas en el ejemplo 235 (véase también 351). La primera posición de zugzwang es la de R6CD-R1CD; las negras pierden si son mano: 1... R1T; 2. R7A, R2T; 3. P5C, RIT; 4. R7D, etc. La segunda posición de zugzwang es R5AD-R2AD ; por ejem plo: 1... R2D(1D); 2. R6C, RIA ; 3. R7T, etc.; 1... R1C; 2. R6C; 1... RIA; 2. R6D, R1D (1C) ; 3. P5C; 1... P3C+ ; 2. R5D, R2D ; 3. P5C. Cuando el peón negro pasa a 3C, las blancas se posesionan de sus casillas críticas. Observemos de paso que tam bién R5D-R2D es una posición de zugzwang decisiva para las negras (1... R2A; 2. R5A; !... R2R; 2. R5A, etc.), lo mismo que R5RR2A, ya que a 1 .. R2D, sigue 2. R5D, y si 1... R3A, entonces 2. R6R, P3C; 3. R6A ó 2... P4C; 3. R5R ó 2... R2A; 3. P5C, RIE»; 4. R7A, P3C; 5. R6R. De esta ma nera vemos que todas las posicio nes de zugzwang han coincidido hasta ahora con la oposición ha bitual. De la conjugación de las casillas 6CD-1CD y 5AD-2AD se deduce la conjugación de 5CD-1AD. Con esta damos por terminada la precisión de las «zonas principales» : la 6CD, 5CD y 5AD (escaque inaccesible 6A) de las blancas y 1CD, 1AD y 2AD (escaque inaccesible 2C) de
las negras. Estos pequeños trián gulos se recuerdan fácilmente. Pasemos a examinar las casillas de la retaguardia inmediata. El rey blanco en 4AD ataca las casi llas 5C y 5A de la zona principal y el rey negro debe estar en ID para dominar las casillas conjuga das 1A y 2A de su zona principal. Por lo tanto, las casillas 4A-ID también son conjugadas. Y si el rey blanco se encuentra en 4D (atacando 4A y 5A), el rey negro deberá situarse en 1A para defen der ID y 2A. Una vez puestas de manifiesto todas estas particularidades (con mayor detalle se examinan en el número 351), podemos pasar a la solución, ahora ya bastante senci lla. Previamente queremos enun ciar dos consideraciones generales: 1) lo natural para las blancas es trasladar su rey al centro a fin de penetrar lo más profundamente po sible en la disposición de las ne gras ; 2) las blancas deben procu rar que la distancia entre ambos reyes no sea de una columna, sino de dos, ya que entonces las negras no podrán responder a R x P2T, con R2A. 1. R3D!
R1C
La réplica 1... R2T contradice el carácter de la defensa. Después de 2. R4R !, R3C ; 3. R5A!, las negras, aunque consiguen acercarse a la casilla 2A con 3... R3A o R2A (ya que con 4 R6A el rey blanco sigue en la misma columna), las blancas continúan 4. R6R o R5R y ganan, como hemos explicado antes. 2. R4R! Esto obliga a las negras a jugar R2A o RIA, después de lo cual las blancas toman la conjugación. (A 2. R4A ?, habría seguido 2... R2T! con contraataque). 137
2
.
RIA
...
En caso de 2... R2A, gana 3. R5R. Las blancas inician el avance hacia la zona principal. 3. R4D
R1D
3... R2D (1C); 4. R5D;3... P3C; 4. R5R y si 4... R2D, entonces 5. R6A, P4C ; R5R, y si 4... R2A, en tonces 6. P5C. 4. R4A 9. R5C 6. R5A y ganan.
RIA R2A
256
En finales de este tipo es de gran importancia la distribución de los peones en una u otra fila (es decir, más arriba o más abajo), así como la distancia entre los peones, o sea el número de columnas que media entre ellas. En el ejemplo 256 gana el que toma la oposición, ya que la opo sición distante siempre se puede convertir en una inmediata; por ejemplo: 1. R2R!, RIA; 2. R3D! (rodeo) ; 2... R2R; 3. R3R!, R3R; 4. R4R, R3D; 5. R4D! (no 5. R5A ?, R4D, y ambos bandos coro nan simultáneamente sus peones) ; 5... R3A (5... R3R; 6. R5A) ; 6. R5R y ganan. La tentativa de las negras des 13 8
pués de 6... R2A; 7. R5D, R2D; 8. R5A, R2A; 9. R x P4C, R2C de reducir el juego al 149 (peón pa sada con peones de torre bloquea dos) fracasa, ya que las negras no logran una «posición normal». A 10. R5A (claro que no 10. R4A ?, R3C o R3A) tienen que jugar 10... R2A (10... R3T; 11. R6A), y des pués de 11. R5D, R3C, etc., el rey negro no llega a tiempo a 1AR. Siendo mano las negras, gana 1... R2A. Pero la situación cambia radi calmente si en el ejemplo 256 colo camos los peones de 4C y 4C en la columna de torre, 4T y 4T (256a); en este caso, después de 1. R2R, las blancas ganan, lo mismo que antes, el peón, pero no la partida; por ejemplo: 1... R2R; 2. R3R, R3D; 3. R4D (ó 3. R4A, R4D!; 4. R5C, R4R, etc.) 3... R3R; 4. R5A, R4R!; 5. R5C, R4D ; 6. R x P4T, R4A; 7. R6T, R3A; 8. P5T, R2A; 9. R5C, R2C y tablas, ya que se ha llegado a la «posición normal». Esta circunstancia neu traliza el dominio de la oposición (lo mismo da sea distante o inme diata) . Si en el 256 trasladamos los peo nes P4T y P4T a P4CR v P4CR 256b), obtendremos una situación original donde el dominio de la oposición distante no influye para nada. En cambio, la oposición in mediata es fundamental. En res puesta a 1. R2R, R2R (se puede también R2D) ; 2. R3R, las negras juegan 2... R2D, en espera de que el rey blanco pase a la «primera línea» (3. R4R, R3R ó 3. R4D, R3D) y tablas, ya que las negras no tienen posibilidades de rodeo. Hemos explicado la importancia que tiene el mayor o menor inter valo entre los peones que han lle gado al centro del tablero. Vea mos ahora diversas situaciones con peones en diferentes filas. En este ejemplo, los peones blan cos han pasado del centro del ta-
» 7
blero y esto les asegura la victoria, pese a la buena situación del rey negro. Después de 1. R3A! (no 1. R3D ?, R4D!), no salva a las ne» gras ni 1... R4A (por 2. R4A, etc.), ni 1... R4D; 2. R3D!, R4A (por 3. R4R, etc.), ya que las blancas coronan antes. También es vano el intento de las negras de responder a R x P3T con Ya jugada R3Á (como en el 256a), pues el peón 5TR ha pasado del centro del ta blero (151). Jugando las negras en el 257 la es nula: a 1... R4A, etc., Í>artida as blancas responden contraatacando el peón 3TD; si 1... R5D, etcétera, ganando el peón 5T, las negras, de ordinario (152), no pueden ganar. Si los peones están más arriba o más abajo que en el 257, siendo mano las blancas son tablas (257). 257a. Grigóriev, 1927. Blancas: R2CD. P4TD, P4TR. Negras: R4R, P4TD, P4TR. Tablas: 1. R3A, R5A; 2. R4D, R5C; 3. R4R, R x P4T; 4. R4A y tablas, como en el 256a. 275b. Grigóriev, 1927. Blancas : R2CD, P6TD, P6TR. Negras: R4R, P2TD, P2TR. Tablas. Des pués de 1. R3A, R4A; 2. R4D,
R4C; 3. R5A, salva a las negras 3... R3A!, etc.; a RxP2T, sigue R2A y el rey blanco no puede salir de la casilla 8TD. Es similar el 257c. Bird, 1936. Blancas: R1D, P2TD, P3TR. Negras: R4D, P6TD, P5TR. Tablas. Las blancas entregan el peón 2T, pero defienden las casillas críticas del peón 3T: 1. R1R, R4R; 2. RIA!, R5D; 3. R2A, R6D; 4. R3A, R7D; 5. R2A (cabe también 3. R4A ó 5. R4R, pero no 5. R4C?) 5... R8A; 6. R1R, R7C; 7. R2D, RxP2T; 8. R2A y tablas. Las mismas ideas, pero algo más complejas, presiden las siguientes posiciones. 258
Este ejemplo, que fue el primer problema de Grigóriev que se pu blicó, no parece ser un ejemplo de final de »peón pasado con peones bloqueados» ; ejemplos 149 a 153 Después de 1. P4T!, R6C, las blancas consiguen frenar el avance del peón pasado de las negras (TR), alcanzando la posición normal» : 2. R6R, R x P3T; 3. R5A, P4T; 4. R4A, P5T; 5. R3A, R7T; 6. R2A, P6T; 7. RIA, R6C; 8. R1C y tablas. Las posiciones donde cada uno de los reyes se encuentra en la retaguardia enemiga se parecen a las estudiadas, pero también tienen 139
sus peculiaridades. La solución la única forma de que se libere el está en la toma de la oposición en rey negro, pero ahora el peón ya las columnas principales. no está en zona ganancial y para tablas las blancas no tienen 258a. Grigóriev, 1932. Blancas: hacer R8D, P4CD, P4TR. Negras : R8R, más que tomar una «posición norP4CD, P4TR. Ganan blancas: t. mal»); 5. R4A, R3C, 6. R4C y R7R !, R7R (1... R7D; 2. R6D! y tablas. Si las negras, después de 1. R2A, 3. R5A o 1... R7A; 2. R6A ! y R5C; 2. R3D, RxF4T; 3. R4A no 3. R5C) ; 2. R6R! (no 2. R6D?, juegan 3... R4T, sino 3... P3T, las R6A y no 2. R6A ?, R6D) ; 2... R6R ; 3. R5R, R7R (3... R6D ; 4. blancas, para conseguir una «posiR5D!) ; 4. R4R!, R8R ; 5. R3R ! ción normal» deberán continuar 4. R5A ! (pero no 4. R3A ?, R4C y y ganan, ya que a 5... R8D, sigue 6. R4D! y si 5... R8A, entonces ganan). 6. R4A ! 259s. Prokop, 1924. Blancas, R7AR, P2TD, P3TR. Negras: 258b. Grigóriev, 1932. Blancas: R1TD, P6TD, P5TR. Ganan blanR8AR, P4CD, P4TR. Negras: R8D, P4CD, P4TR : tablas, juegue cas. Los peones blancos están casi quien juegue: 1... R7R; 2. R8R!, en sus posiciones iniciales y, sin embargo, las negras pierden, ya R6R (al ataque contra uno de los peones, las blancas responden ata- que no pueden ocupar una «posicando el otro flanco) ; 3. R7R, ción normal* necesaria para hacer R5R; 4. R6R, R5D (ó 4... R5A ; tablas: 1. R6R, R2C; 2. R5I), 5. R5D, pero no 4... R6R ? ; 5. R5R R3C (si 2... R2A, entonces en vez de 3. R4A ? y tablas, se jugará 3. y ganan) ; 5. R5A y tablas. R5A!, R2D; 4. R4C y ganan) ; 3 259 R4A, R3A; 4. R4C, R4D; 5. R x P6TD, R5A (el rey negro ha alcanzado tan sólo la casilla 5A, pero no la 6A) ; 6. R4T! (no 6. R2C ?, RSC, tablas); 6... R4A (ó 6 ... R6A; 7. R5C y 8. P4T) : 7. R3C!, R4C! 8. R3A y ganan. Para terminar, algunos ejemplos con peones doblados. 260
En este ejemplo no salva a las blancas 1. R3T ?, R6A; 2. P5T, R5A; 3. R4T, R4A ; 4. P6T, R3C ; 5. R4C, R x P6T; 6. R5A, R2C ; 7. R5C, ya que el peón 7T se encuentra en la zona ganancial (152) ; gana 7... R2A; 3. R6T, R3D, etc. Lo correcto es 1. R2A!, R5C; 2 R3D, R x P4T; 3. R4A!, R4T (3... R6T, 4. R5C) ; 4. R5A, P3T (es 140
Esta posición fue ideada por Horwitz, pero el análisis hecho por él es erróneo («1. P3A, R4T?; 2. R3C, R3T ; 3. R4C, R2T; 4. R x P4T, R2C ; 5. P4T, R2A; 6. R6T, R3A y tablas». {? ?, aunque 7. P4A gana fácilmente). La solución fue indicada por Salvio] i : 1. P3A, P5C ! ; 2. P4A P6C ! ! (para responder a 3. P x P + con 3.. . R3C v 4 .. P4C) ; 3. P3T, R4T; 4. RxP6C, R3T ; 5. R4C, R2T ! ; 6. RSC, R2C ; 7. P4T, R2A ! (no 7.. . R2T ? ; 8. P5T) ; 8. R6T, R3A y tablas (172). La posición de Prokevs, 1946, blancas : R4TR, P3CR, P5CR ; ne gras • R2AR, P4AR y P2TR, es una simple repetición del ejemplo de Salvioli : 1. R5T (no 1. R3T ?, R2C; 2. R4T, R3C) ; 1... R2C; 2. P6C, etc. Tablas. Hasta la fecha se ha analizado con poco detenimiento la posición que resulta si desplazamos en el ejemplo 260 todas las fuerzas a la columna de la derecha. 260a. Maizelis, 1954. Blancas: R2AD, P2CD, P2D. Negras: R5CD, P4AD, P3AD. Berger se ha limitado a observar que eran ta blas porque 1. P3D, R5T ; 2. R3A, R4C ; 3. P3C, R4T ; 4. R4A, R3C. Sin embargo, este sistema defensi vo se desmorona si en lugar de 3. P3C ?, se juega 3. R3C !, dejando en reserva la jugada P3C. A. las negras les queda 3... P5A+ ; 4. P x P +, R4T ; sin embargo, des pués de 5. R3A, P4A; 6. P3C ! (ó 3.. . R5T ; 6. P4C ó 5... R3C ; 6. R4D), las blancas ganan. De esta forma, en respuesta a 1. P3D, la jugada de Berger 1... R5T es mala. Se consiguen tablas jugando 1... P5A ! ; 2. P4D, R5T ! (2... P6A ? pierde). Más sencilla y ventajosa para las blancas es la siguiente posi ción : 260b.
Berger,
1922.
Blancas:
R3AD, P2CD, P2D. Negras: R4CD, P4AD, P3AD. Ganan blan cas: 1. P3D, R4T; 2. R4A, R3C; 3. P3C y ganan. A 1... P5A lo más sencillo es 2. P4D (P4A; 3. P5D), mientras que 2. P x P + nos lleva a unas variantes complicadas (113). Fine, citando ese ejemplo, em pieza con 1. P3C, que en caso 1... P5A obliga a responder 2. P x P +. Fine no hace ningún análisis, a pesar de las numerosas variantes que origina esta jugada. Por ello la jugada 1. P3C, a pesar de pro porcionar la victoria, nos parece menos clara, por su falta de de mostración analítica. Jugando las negras, en el 260b se consiguen tablas con 1... P5A. 26!
La posición de este ejemplo es precursora de la posición 189. Des pués de 1. R5A, R7R; 2. RxP 3A , R6R ; 3. R5R!, R7A ; 4. P5C, R6C ; 5. R5A resulta una posición que ya hemos estudiado en el 189 (des pués de la cuarta jugada de las blancas). La posición 262 es el final de un problema (R4TD, P5TD, P6TD, PSD. Negras: R8TD, P2TD, P4AD, P3D). 141
26 2
142
i. R4C!, R5R (es inútil 1... R3A; 2. R4A, P4D +, por 3. R4D); 2, R5C!, R4D (no hay más remedio que regresar con el rey, ya que a 2... P4D, sigue 3. R6A y si 3... R4R; 4. R7C, R3D, la partida termina con el rey ahogado en 8T, y si 3... P5D, etc., resulta un final de tablas con damas por el alejamiento del rey negro); 3. R4C, R4R, R4A! (ahora 4. R5C ? pierde por 4... P4D ; 5. R6A, P5D ; 6. R7C, R3D; 7. R x P2T, R2A; 8. R8T, P6D; 9. P7T, P7D; 10. P6T, R3C!) ; 4... R5R (ó 4... P4D+ ; 5. R3D); 5. R5C! y tablas.
Ca
p ìt o l o
VI
TRES PEONES CONTRA DOS PEONES Y CONTRA TRES A este tipo de finales se- refiere todo cuanto se ha dicho en la intro ducción al capítulo V («Dos peones contra dos». En cierto modo vie ne a ser la última etapa antes de pasar a finales de varios peones. Es tal la diversidad de las posiciones, que nos vemos obligados a tomar sólo unas cuantas para su análisis. Como es natural, hemos dado pre ferencia a los finales que tienen valor en el sentido teórico o práctico. En numerosos ejemplos se ponen de manifiesto muchas ideas estraté gicas y procedimientos tácticos nuevos condicionados por la estructura de los peones; en otros ejemplos resulta interesante el paso, mediante simplificaciones, a posiciones teóricas más sencillas estudiadas ya an teriormente. La diferencia fundamental que hay entre este capítulo y el anterior es el principio empleado de sistematización del material. En el capí tulo V resultaba posible partir de la estructura de los peones, pero en éste es imposible hacerlo. Se ha tomado como base la división en dos grupos: 1) finales con peones pasados, y 2) finales sin peones pasados. En cada grupo el material está distribuida por temas; sin embargo, y siempre que ha sido posible, se ha tomado en consideración la estructura de los peones (por ejem plo: todos los peones en un flanco; peones en flancos diferentes; situacióón dispersa de peones). 1. Finales con peones pasados
De estos finales podemos repetir simplemente las observaciones he chas en el apartado correspondien te del capítulo anterior. La parti da no se resuelve, de ordinario, por el número de peones pasados, sino por sus cualidades, es decir, por las ventajas de posición (más adelante se estudian temática mente) .
Si los peones pasados de los ad versarios están situados en flancos distintos, como en los ejemplos 284-288, que citamos a continua ción, los reyes se ven obligados a contener —a veces con esfuerzo— el avance de varios peones. Ofrece interés teórico y práctico la lucha del rey contra tres peones ligados, que estudiamos a conti143
nuación en varios ejemplos com plementarios (266-283). Esta lucha tiene lugar cuando el rey adversario está clavado en otro flanco y no puede prestar ayuda a sus peones. Para el aná lisis de estos casos podemos recu rrir a los siguientes diagramas (263-265a) : 263
265
264
265a
a ello, estimamos convencional mente en los finales que siguen, que las blancas ganan si consiguen detener a los peones adversarios, ya que detenerlos significa ani quilarlos. Hasta la fecha no se han encon trado métodos y procedimientos que precisen la estrategia del jue go en las diversas distribuciones de tres peones ligados. Podemos enunciar tan sólo la siguiente apre ciación general. Si equis peones se encuentran en sus casillas iniciales o han avanzado poco, casi siempre se pierden. Pero si uno o dos peo nes han pasado del centro del ta blero, la posición se hace peligrosa para el rey, y en algunas estruc turas de peones, hasta crítica (en el sentido de que todo depende de la salida a de que al rey le queden pocas casillas desde las cuales pue da detener la presión de los peones. Examinemos, pues, sistemática mente estas posiciones críticas re lacionadas con la estructura de los peones. 266
En la posición 263 el rey negio dispone de todos los tiempos que quiera (¡ayuda indirecta a sus peones!) ; por eso en el otro flanco es inútil toda lucha del rey contra los peones ligados. Las blancas pueden intentar el paso de su rey a 6D, a fin de efectuar la conocida combinación de 1. P8T=D + y 2. R7A. Esto, sin embargo, no es dar una solución directa, sino eludir el problema planteado a las blan cas. Por ello excluimos de nuestro análisis posiciones semejantes en el flanco de dama. También excluimos posiciones del tipo 264, ya que en la práctica se dan muy raras veces. Por lo tanto, nos quedan los ejemplos 265 y 265a, los más pro bables en la práctica. En posicio nes de este tipo, el rey negro no puede moverse del sitio, bajo ame naza de pérdida inmediata. Debido 144
267
En este ejemplo pierde quien sea mano. A 1 .. P6C sigue 2R2C (275), y si 1... P6A ó 1 .. P6T, entonces, 2. R2A ó 2. R2T. respectivamente, y las blancas ga nan (268). Siendo mano las blan cas, el cuadro es inverso : a 1. R2C
sigue 1... P6C!; si 1. R2A o R2T, ción a la fila de abajo, las negras son igualmente posibles I.. P6A ganan aun siendo mano. 6 1... P6T; si RIA 6 RtT, entonces Si desplazamos la posición a la 1... P6T ó P6A y los peones, en fila de arriba (269), las blancas todos los casos, obtienen la vic ganan independietemente de la sa lida y en el caso de que el rey se toria. encuentre en 3A, 2A, 1A y 1C. Con Si en el 266 los peones están en la fila de más abajo, las negras otras posiciones del rey, el resul ganan con cualquier jugada (lo tado del juego depende de la sali más sencillo es 1... P7C). Saliendo da ; por ejemplo, estando el rey en IR, 2R, las blancas ganan si jue las blancas, a 1. R1T lo mejor es gan y pierden si sem mano las 1 . P7A (pero no 1. P7C+ ?; 2. negras después de 1... P5T y 2... R1C y ganan). P6T. Con el rey en 3T, las blancas En el 267 con esa posición en la fila de arriba, las blancas ganan pierden independientemente de incluso si son mano: I. R3C, P5C quien juegue. (a 1... P5A -i- ó 1... PSfT4 ; sigue 2. En la posición 270 el rey blanco tiene sólo tres casillas que le ayu R3A ó 2. R3T) ; 2. R2A(2T), F5A o P5T; 3. R2C y ganan (270). El dan a detener el avance de cual relej puede situarse en cualquiera quier peón ; por ejemplo : 1... P"T ; de las casillas señaladas. Es fu 2. R1C! (266); 1... P6A+ ; 2. nesto para él sólo el escaque 3A R3C!, P5Ti- ; 3. R2A (268); 1... ó 3T, jugando las negras; por P6C; 2. R3A (3T), P5T; 3. R2C ejemplo (el rey en 3A); 1... P5T!; (275). Si los peones negros están 2. R2A (ó 2. R2C. P5A!; 273) ; 2... en alguna fila de arriba, el número P6T!! 3. R3A (ó R3C, P5C!; de esas casillas irá en aumento, 271); 3... 1*5A !; 4. R2A, P5C y pero si están en la de abajo, las ganan. blancas pierden. 268
269
270
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271
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Jugando las blancas, el rey pue de estar en IR, 2R, 3R (1. R3R, P7A!). En el 268 pierde el que juega: después de 1... P6T; 2. R3C, los peones son capturados unos tras otros; si son mano las blancas, a 1. RIA (1C), sigue 1... P6C (P6T¡. Si trasladamos esta posi
En el 271 las blancas, después de 1... P5T+ ; 2. R2A, ganan; sin embargo, pierden si juegan: 1. R2A, P5T (268), lo mismo que después de 1. R2T, P5T. En la posición 272, las blancas, si son mano, sólo tienen una buena 145
casilla para retroceder (3A), mientras que 1. R3T ? pierde después de 1... P4T (2. R2T, P6A ; 2. R2C, P5T, 273). En la posición de R2C, P5A, P6C y P7T, jugando las negras, gana I... P6A + ; saliendo las blancas, después de 1. R1T, P6A, resulta una posición estudiada ya en las observaciones al 266. 273
274
La peculiaridad de esta estructura de peones (en forma de un triángulo abierto a la invasión del rey), consiste en que una de las casillas críticas, la situada en el centro del triángulo, se encuentra separada de las demás. En este ejemplo, el rey tiene dos escaques decisivos (no colindantes) : 2C y 4C; en esta posición pierde el que juegue. Si trasladamos los peones a la fila de abajo, adquiere primordial importancia la posición del rey. Si está en 3C nos encontramos con una posición de zugzvvang; en esta posición desaparece (ganan los peones) si la desplazamos a la fila de más abajo (el rey en 2C). Si con los peones en 6A, SC y 6T, el rey está en 1CR, las negras ganan independientemente de quien juegue, con la particularidad de que en caso de 1... P6C; 2. R1T, entran en vigor las consideraciones ex puestas en el 266. 146
Es interesante y merece ser estudiada esta posición desplazada a la fila de arriba (274). Si en esta posición el rey estuviese en 5C, nos encontraríamos con el mismo zugzvvang que en el 273; el zugzvvang desaparece si la posición se desplaza a la fila inmediata superior (peones en 3A, 2C y 3T) ; en este caso las blancas ganan, inde pendientemente de la salida, lo mismo si está el rey en 6C que en 5A, 5T (por fin en casillas colindantes), o en cualquier casilla del rectángulo IR, 4R, 4T, IT. Así pues, después de subrayar el hecho, asombroso a primera vista, de que las casillas 4A y 4T en el ejemplo 274 son funestas para las blancas, siendo mano las negras, queremos señalar que las blancas ganan, independientemente de la salida, estando el rey en cualquiera de las casillas señaladas. Con el rey en 3R, en respuesta a 1... P5T, se debe jugar 2. R2A!, P4C, 3. R1C! y ganan. 275
276
La distribución de los peones en el 275 es una de las más débiles. Incluso si trasladamos esta posición a la fila inferior, los peones ganarán sólo si juegan las blancas (por lo tanto, el zugzvvang sigue en vigor). Si los peones se encuentran más arriba (276), el rey dispone de
muchas casillas que le aseguran la victoria.
En el ejemplo 277, el rey tiene dos casillas críticas (no colindan tes) ; 3A y 3T. El resultado de la partida depende en este ejemplo del turno de jugada. En el ejemplo 278 las blancas pierden siendo mano, después de 1. R1C, P6A y jugando las negras después de 1... P8C = D + !; 2. RxD, P6A. En el 279, el rey sólo tiene tres casillas, pero colindantes. La fuer za de esta distribución de peones radica en que disponen, gracias al peón rezagado, de tiempos de re serva. Esta superioridad será to davía mayor si el peón rezagado se encuentra en su casilla inicial. 280
281
En la posición 280 las negras, siendo mano, juegan: 1... P4A (271); jugando las blancas, a 1. R2T, sigue P3A! En el 281 caben varias varian tes: 1. R2C, P4C (273), ó 1. R2A(1A), P6T ó 1. R2T(1T), P6A. Si son mano las negras, juegan 1... P3C! Las posiciones del tipo 282, que después del 280 son las mejores para las negras, tienen una gran importancia práctica. Las blancas pierden si desplazamos los peo nes a la fila inferior (6A, 4C, 6T). Si los colocamos más arriba (P4A, P2C, P4T), el rey blanco 282
283
dispondrá de dos casillas, 2C y 3C, que le permiten ganar, inde pendientemente de la salida. Estas posiciones de zugzwang que hemos examinado determinan en lo fundamental su lucha. Si las recordamos o, por lo menos, sabe mos que existen, la estrategia del juego resulta más fácil, pues ad quiere la debida orientación. Un ejemplo práctico' lo tenemos en el 283. Las blancas ganan fá cilmente (nos limitamos a repro ducir las variantes más caracte rísticas) . 1... P 4A ; 2. R2C, P 4 T ; 3. R3C, P 3 C ; 4. R2C !, P4C (4... P5A ; 5. R3A, P4C ; 6. R2A) ; 3. R1C, P5C ; 147
6. R2C, P5T; 7. R2T, P5A; 8. RlC 1..’. P4C; 2. R2C, P4T; 3. R3C, P5C (3... P4A; 4. R2C) ; 4. R4A, P3A; 5. R3C„ P4A ; 6. R2C (2A, 2T). En todos los ejemplos examina dos el rey estaba delante de los peones. Puede plantearse la pre gunta, importante para la prácti ca, de la distancia que debe me diar entre el rey y los peones, para que el rey, estando de lado, tenga tiempo de detenerlos siendo mano. Por el ejemplo 274, hemos visto que con los peones en 4A, 3C y 4T (es decir, con peones que no han pasado del centro del tablero), el rey puede estar en 1D-4D. Al mis mo tiempo, el ejemplo 267 nos ha ce saber que con peones en 4A, 4C y 4T, el límite extremo son las casillas 1R-3R. Se comprende que cuanto menos avanzados estén los peones, más lateral puede encon trarse el rey. Precisando algunos antiguos análisis de varios ejemplos, se pue de hacer el siguiente cuadro (to mando convencionalmente para el flanco de la dama la situacióón del 264) : Cuadro de distancias del rey Situación de los peones negros
(1) 4A, 3C, 4T (2) 4A, 3C, 4T (3) 3A, 4C, 4T (4) 3A, 3C, 4T (5) 2A, 3C, 3T (6) 2A, 2C, 3T (2T) Situación del rey en la columna
servaciones relacionadas con la posición de los peones : 6) El rey llega tarde si se en cuentra en la columna del AD. Si 1. R2D(3D), sigue 1... P4A ; 2. R3R, P4T y ganan, ya que el rey no ha llegado a 2C ó 3C (véanse las observaciones para el 282). Si 1. R4D(5D), entonces 1... P4A; de primeras no se puede, por 2. R5R, pero gana 1... P4T; 2. R4R, P5T y luego 3... P4A. (5) La posición es débil, por que el peón no está en 2C, sino en 3C. Estando el rey en 1AD-5AD, llega en dos jugadas a las casillas clave 3R. Una variante para ejem plo: 1, R2D(4D), F4T; 2. R3R, P5T (ó 2... P4C; 3. R3A) ; 3. R3A, P4A ; 4. R2C!, P5A ; 5. RlC ! y los peoues están detenidos. La situa ción del rey en SD jugando las ne gras es funesta para las blancas: 1... P4A!; 2. R5R, P4T; 3. R4A. P5T; 4. R3A, P4C y las negras ganan. (4) Una variante como ejem plo: 1. R2D(4D), P5T; 2. R3R, P4A; 3. R2A!, P4CÍ5A) ; 4. RlC y los peones no pueden seguir avanzando. Los restantes casos han sido ana lizados anteriormente. Si en las posiciones (4) y (5) se origina en el flanco de dama la situación 265, el rey blanco, estan do en 1AD, deberá llevar a cabo el plan de captura de los peones ; pero si está más arriba, es mejor ir a 6CD. Un buen ejemplo es el siguiente problema, que parece tomado de una partida práctica:
283a. Troizki, 1924. Blancas: R1AR, P5AD, P5D, P4AR, P2CR, P2TR. Negras: R4CD, P3CD, P2AD, P2D, P2AR, P5CR. Ganan blancas: 1. P6A!, P x P ; 2. P6D!, PxP; 3. P4T, PxP; 4. PxP, R4A; 5. P4T, R4D; 6. P5T, R3R; queremos hacer las siguientes ob 7. P6T, R3A ; 8. P5A! (ha resnl1R-3R 1D-4D 1D-4D 1AD-5AD 1AD-5AD 1D-6D
14 8
tado la posición que nos interesa; siendo mano, el rey blanco podía estar también en ICR) ; 8 ... P4C!; 9. R2R, P5C; 10. R3D. P4D; 11. R2A! (Troizki suponía que era posible asimismo 11. R4D, por 11.. . P4A+ ; 12. R3D, F5A+ ; 13. R2A, pero en vez de 12... P5A+ ? ; lo correcto es 12... P6C! y ganan; véanse observaciones para el 273 y 274) ; 11... P5D; 12. RIA! (véase 282); 12... P4A; 13. R2A! (273); 13.. . P5A ; 14. RIA ! (266) y ganan. El juego se complica si ambas partes tienen peones ligados pasa dos. En estos casos hay que tener en cuenta las posiciones de los tres tipos representados en los diagra mas 284-286. 284
6... R1C; 7 P6T, P5C+ ; 8. R2T, P6C+; 9. R1C, P6T; 10. P7T + , R1T; 11. P7A y ganan. 284a. Blancas: R3CR, P3TD, P4CD, P5AD. Negras: R3AD, P4AR, P4CR, P4TR: 1. P4T y ga nan como se ha explicado en el ejemplo anterior. 2841». Blancas: R2AR, P5TD, P4CD, P4AD. Negras: R2AD, P4AR, P4CR, P5TR: 1. P5A y ga nan, como se ha indicado ya arriba. 284c. Chapáis, 1780. Blancas: R3AR, P4TD,- P4CD, P2AD. Ne gras : R2AD, P4AR, P4CR, F5TR. Después de 1. P5T, las blancas con siguen colocar sus peones en 6T, 5C y ganan. 284d. Betinsh, alrededor de 1900. Blancas: R2CR, P6TD, P7CD, P5AD. Negras: R1CD, P5AR, P5CR, P5TR: 1. R1C!, P6T; 2. R2T, P6A; 3. R3C, R2T; 4. P8C=D+ !, Rx D; 5. P6A y ganan. Para ganar, independientemente de la salida, la superioridad debe ser mayor.
284e. Blancas: R3CR, P5TD, P4CD, P5AD. Negras: R2CD, P4AR, P3CR, P4TR. En el flaneo de dama las negras están en zug Para ganar se debe poner al ad zwang decisivo, y en el otro las versario, en ambos flancos, en po blancas detienen fácilmente los sición de zugzwang. Como procu peones (273 y 274). rará evitarlo, la ventaja de tiem 284Í. Blancas: R2CR, P5TD, pos de reserva se debe utilizar para el avance amenazador de los peo P2CD, P5AD. Negras: R2CD, P4AR, P2CR, P4TR. Los peones nes. En el 284 se debe jugar: 1. blancos están más avanzados y es P5T+, R3T; 2. P5A, P5T+ (si imposible ya detenerlos; los peo 2... R4C, entonces 3. R2C!; ó 2... nes negros, por el contrario, no R2C; 3. PSC) ; 3. R3T, P5A (3... son peligrosos (281 y 282). R4C ; 4. R2T, P5C; 5. R2C, P5A; 284g. Blancas: R3AR, PSfTD, 6. R1C); 4. P6A, P6A; 5. P5C + , R2T; 6. P6C+ (es la jugada más P6CD, P2AD. Negras: R2CD, enérgica, pero se puede 6. P7A); P4AR, P4CR, P5TR. Esta posición 149
es todavía más favorable para las blancas que la 284c.
286
284b. Sbapiro, 1902. Blancas: R1CD, P3AR, P7CR, P6TR. Ne gras : R2AR, P6TD, P6AD. Véase 284d. Relativamente, no es muy nu meroso el grupo de posiciones de zugzwang y se han analizado casi toaas. 285
Los reyes se ven limitados en su movimiento a las casillas 2T y 3C. 2TD y 3CD. El que intente avan zar el peón retrasado pierde irremi siblemente ; por ejemplo: 1. P3A ?, P3A; 2. R2T, R2T; 3. R3C (ó 3. P4A, R3C; 4. R3C, P4A) ; 3. . P4A; 4. P4A, R3C; 5. P5A + , R2T; 6. P6A, R3C y ganan. 287 Tiene interés comparar la posi ción del diagrama 285 con el 284b. En ella, con los reyes en 2AR y 2AD, decidía la partida el turno de salida (1. P5A, etc.), pero aquí a 1. P5A, las negras responden 1.. . P5A y las blancas se encuen tran en zugzwang en ambos flan cos. La misma réplica seguirá a 1. R2T ó 1. P5C. A 1. R1C, cabe 1.. . R3T; 2. R2C, P5A; 3. P5A, R4C; 4. R1C, P5C y ganan. La situación en los dos flancos de por sí no es una situación de zug zwang, pero la necesidad de tener (debido a las condiciones de per En este ejemplo la estrategia co fecta simetría) la última palabra, rrecta no consiste en el avance im origina una posición de zugzwang petuoso de los peones, que de todas recíproco. formas se verá frenado rápidamen También suele haber posiciones te. Se debe procurar superioridad de tablas; un ejemplo de ello es el en ambos flancos a la vez, tratan 286. do de colocar al adversario en po150
sición de zugzwang, tanto en un lado como en otro; en el caso de que el contrario lo eluda, se utili zará el tiempo de reserva: 1. R2R (esta jugada detiene a los peones negros, pero es mejor, naturalmen te, no permitirles avanzar dema siado o colocarse de forma amena zadora) ; 1... R2D (ó 1... P4T; 2. R3A, P4C; 3. P4T, P5T; 4. R4C, P4A+; 5. R3T, R2D; 6. P4A, R3A ; 7. P3T y se manifiesta clara mente la superioridad de las blan cas) ; 2. R3A, R3A; 3. F4T, P4T; 4. P4A, P4A (cada una de las par tes amenaza ahora con avanzar su. peón de torre) ; 5. R3C, R3C; 6. F4C, P4C (P3C) ; 7. P5T+ y ga nan (284). Hay muchas otras va riantes, pero todas son bastante sencillas. Se puede comenzar con 1. P4T, R2D; 2. R2R (pero no 2. P5T), como tampoco con 1. R1R, que es una jugada menos fuerte. Esta po sición con el rey en IR la tiene Greco (1612), pero sin ninguna so lución justa; en esa posición, las blancas ganaban incluso siendo mano las negras. Consideramos que ya se ha ex plicado con suficiente claridad la lucha del rey contra tres peones ligados. En los ejemplos siguientes analizamos los casos de peones aislados y doblados, así como de dos peones pasados, en vez de tres.
R2R (o RIA, etc.) ; 2. P6T, R3A; 3. P7T, R2C; 4. R4A!! (es mala jugada R x P3A, R7D y R7R o R4D, 5R, 6R, porque a las negras les da tiempo de coronar su peón en 8TD) ; 4... R1T; 5. R4D, P5T; 6. R5R, P6T (ó 6... R2C; 7. R6R y 8. P8T=D + ) ; 7. R6A!, P7T; 8. P7C+ !, R x P7T; 9. R7A y ganan (288). 288a. Grigóriev, 1928. Blancas : R1CR, P6CR, P7TR. Negras: R2CR, P2AD, P4D, P2D. Ganan blancas: 1. R2A!, P4A (si 1... P5D, sigue 2. R3A !, P3A ; 3. R4A, P4A ; 4. R4R !) ; 2. R3R !, P5A (ó 2... P5D+ ; 3. R4R, R1T; 4. R5R, R2C; 5. R6D) ; 3. R4D, R1T (3... P3D ; 4. R x P4D y 5. R6R) ; 4. R5R!, R2C; 5. R6D, P6A ; 6. R7R y ganan. 288b. Horwitz y Kling, 1851 (final de un problema). Blancas: R2AR, P5CR, P4TR, P6TR. Ne gras : R3CR, P5R, P6AR. Ganan blancas: 1. P5T + , R2T; 2. R3R, R1C; 3. P6C. R1T; 4. P7T, R2C; 5. P6T + , R1T; 6. R2A, P6R+ ; 7. Rx P6A (ó Rx P6R) ; 7... P7R; 8. P7C + , R x P7T!; 9. RxP 7R y ganan. 288c. Grigóriev. Blancas : R5D, P5CD, P2TR. Negras: R1R, P3CD, P2AD, P3D. Ganan blan cas, 1. R6R, RIA; 2. R6A, R1C; 3. R6C, R1A(1T) ; 4. P3T!! (la jugada P7T no debe ir acompañada de jaque; en ello radica la sutile za del juego. Es erróneo 4. P4T ?, R1C; 5. P5T, R1T; 6. P6T, R1C; 7. P7T+, R1T; 8. R6T, P4D; 9. R5C, R x P7T y tablas) ; 4... R1C; 5. P4T, R1T; 6. P5T, R1C; 7. P6T, R1T; 8. P7T, P4D; 9. R5A y ganan.
288d. Khan-Korchüoi, Moscú, En este ejemplo, las blancas ga 1953 (posición de una variante nan porque han tenido tiempo de propuesta por Khan). Blancas: llegar con su peón a 7T; 1. P5T, R2CR, P3R, P4R, P4AR. Negras: 151
R3R, P5CR, P5TR. Ganan blan cas. I. P5R, R4A; 2. R2A, R3R; 3. P4R, R2R; 4. P5A, R2A; 5. P6R + , R3A; 6. P5R + , R2R; 7. R2C, R1R; 8. P6A, RIA; 9. P7R+, R2A; 10. P6R + , R1R; 11. R2A, P6C+ ( 11... FOT; 12. R3C, P7T; 13. P7A +); 12. R3A, P7C; 13. R x P7C, P6T+ ; 14. RlT, P7T; 15. P7A+ y ganan.
29 0
28 9
En este ejemplo no es fácil ha llar el camino correcto de la vic toria. El propósito de tomar el «inofensivo», en apariencia, peón CD, fracasa: i. R3C, P4C; 2. R3A, P3C; 3. R2R, P4A!; 4. R3D, P6C !; 5. R3A, P5D+ !!; 6. P x P, P5A.; 7. P5D, P6A ; 8. P6D, P7A ; 9. P7D, P8A=D; 10. F8D = D, D8A+ !; 11. R4C, D8R+ !, y ta blas por jaque continuo. En este ejemplo el rey blanco La idea de las tablas es la si está cerca y puede ayudar a sus guiente: el rey se ve obligado, peones, lo mismo que en el 203. antes o después, a comer el peón 1. R4R, R5C; 2. P4T, R4T; 3. 3C(6C), para poder cubrirse con R4A, R3T; 4. P4C, R3C; 5. su dama de los jaques; después de P5T+, R3T; 6. R4R, R4C; 7. R3A, R x P6C, la dama da jaque por aba R3T; 8. R4A, R2T; 9. P5C, R2C; jo (8C, 8A) con el propósito de a 10. P6CI (se hacen tablas con 10. R4C continuar D8C+, y si R5A, P6T+?, R2T); 10... R3T; 11. entonces D7A + , y si R5T, D4A + ; R4C, R2C; 12. R5C!, P6D; 13. el rey blanco no puede pasar a la P6T+, R1C (1A, IT); 14. R6A y fila sexta para evitar la jugada ganan. D x P6C + . Si trasladamos el rey blanco y Nos queda otro recurso: pasar los peones (en las columnas del con el rey a 6R (P8T= D + y R2A). AD y D) a la izquierda, siguen pero es fácil convencerse que las ganando las blancas; pero si los negras alcanzan a coronar el peón trasladamos a la segunda columna CD y evitar el mate en 6C. De ahí de la izquierda es tablas, lo mismo deducimos que es precisa jugar que en la posición R3CD, P4TD, P4R, a fin de interceptar la diago nal 1C-7T; ahora bien, ¿Cuándo P3AR y P4CR; R5AR, P4TD, P5CD, ya que el avance de los peo conviene hacer esa jugada ? nes no culmina con un mate for zado (Fine, 1941). 1. P4RI 152
Hay que hacer esta jugada in mediatamente, para impedir que el peón 2C inicie su peligroso avance. Si 1. R3C?, P4C; 2. F4R, entonces 2... P5C! y tablas. 1. ...
291
PxP
O 1... P5D ; 2. R3C, P4C; 3. R4A, P5C; 4. R5A, P6C; 5. R6R y ganan. 2. R3C 3. R4A
P4C P6R
A 3... PSC, le seguirá 4. R5A, etcétera. 4. R x P
P5C
R x P , P7R; 8. R7D, P8R = D; 9. P7A, R x P4D ; 10. P8AD=D, Si 4... P4A, entonces 5. R4A ! D 3R + ; 11. R8D, D x D + ; 12. (pero no 5. R4D ?, por 5... P5A!); R x D, R3A ! (y de ningún modo 5... P5C; 5. RSR, etc. 12... R4A?, pues 13. R7C! y ta blas). Las blancas abandonan 5. R4D P4A (291). En caso de 5... P6C, las negras, después de 6. R3A, P4A; 7. R x P6C, pierden ambos peones, pero ahora el peón 4A crea la valla pre cisa.
292
6. R5R ó 5D y ganan. 290a. G. Reichgelm, 1900. Blan cas: R3CR, P7TD, P6CD, P4AD. Negras: RITO, P3D, P5CR, P4TR; ganan las blancas : 1. R4A, R2C; 2. P5AD!, PDxPA (ahora no sólo se halla expedito el camino del rey blanco, sino que en la dia gonal 1CR-1TD ha sido colocada una barrera) ; 3. R5R y ganan. Los ejemplos que se dan a conti nuación (291-294) ilustran la fuer za de un peón pasado protegido. Ganan las negras gracias a una maniobra precisa: 1... R2C; 2. P3T !, R3T; 3. P6A ! (en caso de 3. P4T, decide rápidamente 3... R4T; 4. P6A, R x P ; 5. R6R, R4C) ; 3... R3C!; 4. P4T, R4A !!; 5. R6R, P5R; 6. R7D, P6R; 7.
El 292 es una típica «comedia de las equivocaciones». Las blancas no tenían más que parar el movi miento del peón AR; sin embar go, en el momento culminante no supieron encontrar la jugada co rrecta. Se produjo una posición de tablas, pero Grunfeld consideró que no tenía salida y se entregó. 153
1. P6C, P5A+; 2. R2C!, R7R 29 3 (amenazaba 3. RIA, pero ahora el rey ha sido atraído a una casilla desventajosa); 3. P7C, P6A+ ; 4. R2T ? (lógicamente, esta jugada debiera haber conducido a un em pate; véase A), 4... P7A (no deja de ser curioso el que en este momento, después de la jugada 72, la partida fuese aplazada); 5. P8C=D, P8A=D; 6. D4A+, R8R; 7. D x D + , R x D ; 8. R3C, R7R; 9. R4A y las negras rinden (!), aunque combinando el rodeo (como en el 58) con la regla peón pasado estando bloqueados los peones de torre» (152) se conseguían tablas, como puede verse a continuación: 9.. . R6D; 10. R5C, R5R; 11. RxP , R4A; 12. R6T, R3A; 13. P5T, co del rey, la partida se convertiR2A; 14. R5C (o bien, 14. R7T, R3A) ; 14... R2C, con lo que el ría en la 76a. pero les toca jugar peón 5T se halla fuera de la zona a las blancas y, claro está, mueven : de ventaja. A. La victoria se conseguía me1. P4C. diante: 4. R3C!, P7A; 5. F8C=D, P8A=D; 6. D4A+, R8R; 7. Dx Ahora las negras sólo pueden D + , R x D ; 8. R4A, R7R (la diganar si consiguen hacerse con la ferencia estriba en que ahora les toca jugar a las blancas en lugar oposición. En el instante que se considera, ésta es de las blancas y de a las negras); 9. R5C y ganan. La idea de este final se encuen- sólo puede ser arrebatada en la tra ya en la siguiente terminación: vertical «AD», ya que a R2AD las blancas no pueden contestar con R3AD. 292a. P. Gusev, 1924. Blancas: Al maniobrar con los reyes, las R3CR, P2CD, P3AR, P3TR. Negras : R4R, P4AR, P3CR, P2TR; blancas deberán mantenerse en la posición ventajosa blanca. 1. P4T casilla del peón 4CD v las negras en el escaque del peón TR; esto (o bien, primero, 1. P4CD); 1... P3T; 2. P4CD (no se debe 2. P5T, último no es obstáculo para que P5A+ !) ; 2... P4C; 3. P4A+, R5R; el rey negro vaya a la vertical 4. PTxP! (4. P5C?, R6R lleva AD, ya que el movimiento P5TR a tablas, lo mismo que en el 292); no es peligroso de por sí (habría 4.. . P x P ; 5. Px P , R6R; 6. P6C, de seguir P5CR) y el rey tiene P5A + ; 7. R2CI y ganan. tiempo de volver a la vertical R. Previendo esta situación, las blancas se entregaron antes de que 1. ... R1C llegara a producirse. 2. R2A R2A Sin embargo, la victoria de las 3. R3D R2R! negras es bastante difícil. Bien es Esto es mas lógico y sencillo verdad que, tocándoles jugar a ellas, ganarían inmediatamente que la continuación que señalan del modo siguiente: 1... P4C! (2. Fine y Chéron; 3... R3R; 4 R4R, 154
R3D; 5. R4D, R3A y 6... R2A, o bien, 5... R2D y 6... R2A (con la aclaración de que la inmediata 5... R2AD ? conduce a tablas debido a 6. P5TR! Si las blancas juegan R4R o bien R4D, las negras ocupan rápi damente la oposición inmediata y disminuyen la duración de la par tida.
29 4
4. R3R Francamente malo es 4. P5TR ?, R3A, o bien 4. P5CR ?, R3R; 5. R4R, P3C. 4. ... 5. R3D
R2D R2A!
etcétera (o bien, 2... R6D'; 3. P6A, P6R; 4. R1D).
El objetivo ha sido conseguido, 294a, L. Prokes, 1946. Blancas: la oposición pasa a poder de las negras. Sin embargo, ahora debe R1TR, P5CD, P3D, P2AR. Ne gras : R4D, P3D, P4R; posición rán tener cuidado con las jugadas .de los peones blancos; por ejem blanca ventajosa. 1. P4A!, P x P (1... R4A; 2. P5A) ; 2. P4D, R3R; plo: a) 6. P5TR, R3D! (pero de nin 3. R2C, R2D; 4. R3A, R2A; 5. R x P , R3C; 6. R4R, Rx P ; 7. R5D gún modo 6... R2D?; 7. PSCR!, R3R; 8. R4R, o bien, 7... R2R; .y ganan las blancas. El 213 puede servir de ejemplo 8. R3R, tablas) ; 7. R4R, R 2R!; del caso en que un peón pasada 8. P5C, R3R y ganan, b) 6. P5CR, R3D!; 7. R4R, protegido es insuficiente para ob tener la victoria. R2R!; 8. R3R, R3R!; 9. R4R, El contar con un peón pasado P3CR ! y ganan. avanzado es una ventaja induda29 5 6. R4R R3A! 7. R4D R3D 8. R4R R4A las negras ganan ; por ejemplo: 9. R3D (9. P5TR, R3D) ; 9... R4D; 10. R3R, R5A; 11. P5TR, R4D! (en caso de 11... P6CD ?; 12. R2D y ganan las blancas), o bien, 11. R4R, P6CD, etc. La defensa de un peón pasado puede, a veces, realizarse indirec tamente. En el 294, después de 1. P4R!, PxP (1... RxP; 2. PxP, R4D; 3. R2D) ; 2. P3A lleva a la victo ria, y si 2... R4D, entonces 3. R2D, V
155
ble de posición, pero pueden darse casos en que esta ventaja sea neu tralizada y hasta superada por fac tores más importantes (295-297). En el 295 la resistencia de las blancas se basa en la buena situa ción del rey; ahora bien, lo que no pueden hacer es conservarla. 1. ...
R3D!
Ahora la situación es franca mente mala : 2. P3AD ?, R3A ; (2. P4AR ?, P x P ) ; 2. R3D ?, R4D ; 3. P4AD + , R4A; 4. R3A, P5R; 5. PxP (5. P4AR, P6R); 5... PxP; 6. R3C, R5D y ganan. 2. R5C 3. PxP 4. R4A
P5R! PxP R4R
y ganan las negras: (5. R3A, R5A; 6. R2D, R6A; 7. RÍR, R6R!; 8. P4AD, R5D; 9. R2D, RxP; 10. R3R, R5C!). Algunas excepciones. 295a. M. Levit, 1933. Blancas: R5D, P4D, P5AR, P2TR. Negras: R4CR, P2TD, P3AR, P4TR; posi ción ventajosa blanca. 1. R4R!, R3T! (en el caso 1... P4TD; 2. P5D, etc., y la dama blanca, des pués de D8CR+ da mate) ; 2. P5D, R2C; 3. P6D, R2A; 4. R5D, R1R (amenazaba R6A) ; 5. R6R, P4TD ; 6. RxP, R2D; 7. R6C!, P5TD; 8. P6A, P6T; 9. P7A, P7T; 10. P8A=D, P8T=D; 11. D7R+, R3A; 12. D7AD + , R4D; 13. P7D y el rey blanco elude fácilmente los posibles jaques siguientes en 7TR, o bien, pasando por 7CR (7TR), al escaque 6TR. 295b. O’Kelly-Mieses, Bruselas, 1935. Blancas: R4R, P3TD, P5AR, P4TR. Negras: R3AR, POTD, P2TD, P2TR; les toca a las blan cas. 1. R4A, R2A; 2. R5R, R2R; 3. P6A + , R2A; 4. R5A, RIA; 5. R6R, R1R; 6. R5A (o bien, 6.
P7A+, RIA; 7. R6A, P4T; 8. R6C, P4TD, tablas); 6 R2A; 7. R5C, R3R; 8. R6T, RxP; 9. RxP, tablas. ...
295c. Tartakower-Stalda, Venecia, 1949. Blancas: R3D, P4CD, P3AR, P2TR. Negras: R4D, P5D, P3CR, P2TR; les toca jugar a las negras: 1... P4C; 2. P5C, R4A; 3. P6C, R x P ; 4. R x P, R3A; 5. R5R, P3T; 6. P3T (aun cuando se prue be a conservar los tiempos las ta blas son inevitables); 6... R2D; 7. ROA, R3D; 8. R6C, R4R; 9. R7C, R4A!; 10. RxP, R3A, ta blas. Dignos de estudio son los dos ejemplos de tres peones contra dos en los flancos que se dan a con tinuación. La posición 296 tiene su histo ria. Una distribución análoga, con un peón negro más en 3TR, fue dada a conocer en el año 1927 por G. Mattison. La idea de este es tudio era: 1. P4C, R5D; 2. R6R! (impidiendo el paso del rey ne gro a 4D; en caso de 2. R5A?, las negras alcanzan a defenderse jugando: 2... R4D ; 3. R4C, R3A ; 29«
4. R5T, R2C; 5. RxP; R3T; 6. RxP, P4A; 7. P3A —pérdida for zada de tiempo—, 7... PxP; 8. PxP, R2C; 9. R6C, R3A; 10. R6A
—a las blancas les ha faltado tiem —a tie m poss para realizar la jugada po jugad a R6R; R6R ; 10... R4D, tablas); 2... P4T; 3. P3A+ P3A + ! (gana el «tiempo» «tiempo» que fal taba) ; 3... R5A; 4. R5A, y la de fensa R-4D-3A-2C ya no sirve; es inútil jugar 4... P5T; 5. R4C, o bien 4... P3T P3 T ; 5. R4A, R4A, ya que en todos los casos el rey en cuatro jugadas juga das captura captu ra los dos peon peones es negros. Mattison consideraba tambi|én inútil la jugada 4... P4A a causa de 5. P5C. Sin embargo, es aquí, precisamente, donde donde Grigóriev des cubrió el error de la solución: él encontró que después de 5... R4D; 6. R5C R5C las negras negra s se pueden puede n salvar salv ar jugando jugand o 6... P5AH, creando en 4AD un refugio para su rey, en el que éste queda ahogado (n. R4C-b. R5R, 6R) siempre v cuando las negras sean dueñas de la oposición; por ejemplo: 7. Rx P, P3T ; 8. R x P, R3D ! (o bbie ien n: 8. R4C, R3R; 9. R5T, R4D; 10. R x P, R3D !) ; se puede, asimismo, dejar el peón en 7TR y a la jugada R x P7T co conte ntesta starr con R2D ! Siendo dueñas de la oposición, las negras no pierden; así, por ejemplo ejem plo (después de 8. R x P, R3D) ; 9. 9. R7C, R 2 R ; 10. R6C, R3R; 11. R5C, R4R; 12. R4C, R3R! (en (en vista vis ta de de la amenaza amenaza P5T, las negras deben mante nerse en el cuadrado de la casilla del peón 4CD; el tipo de la ma niobra es aquí el mismo que en el 82)) ; 13. 82 13. R4A, R3 R3 D ! (esta (esta mism mismaa contestación se hubiese dado en el caso caso de de: 13. R4T) R4T) ; 14. 14. R4R, R4R, R4A!, tablas. Así pues, después de haber es tudiado a fondo esta posición, Gri góriev halló un sistema comple tamente nuevo de defensa por el que el estudio de Mattison resulta ba completamente falso. falso. Pero, i por qué la posición 296 (sin el peón de ne negra grass 2TR) da la victoria a las blancas ? Sigamos la resolución:
1. P4C, R5D; R5 D; 2. R 6 R !, P3T (intentando complicar el proble ma de las blancas, como se verá más adelante ; la 2... P4A ? es ma la debido debi do a 3. P 5 T !) ; 3. P3A + , R5A ; 4. 4. R5 R 5 R ! (de haber habe r estado el peón negro en 4TR, las blancas hubiesen jugado 4. R5A!); 4... P4T (o bien bien,, 4... 4 ... P4A ; 5. P5C, o de otro modo: 4... P3A; 5. R4R, 6 R !) ; 5. 5. R 5 A !, R4 R 4 D ; 6. 6. R5C, R5C, P3A (con mira mirass a 7. R x P ?, P4A ; 8. P5C, P5A; P5A ; quedando la oposi ción en poder de las negras); 7. R4T!, P4A ; 8. P5C, P5A; 9. R x P y la oposición es de las blancas (precisamente esto es lo que ex plica todo todoss los artificios emplea dos ; cualesquiera que sean las ju gadas de las negras, el resultado será el mismo). La continuación no tiene malicia: 9... R3D; 10. R 6T 6T!! (oposici (oposición ón en la fila «princi pal», pal», la central del intervalo interv alo co com m prendido entre las filas quin quinta ta y octava); 10... R2D; 11. R5C, o bien: bie n: 10...... R 4D; 4D ; 11. R7C (10. (10..... R 3 R ; 11. R6C, R 3 D ; 12 12. R6A), R6A ), ganando la partida mediante «ro deo». ¿ Salva la partida el «refugio de rey ahogado» de Grigóriev si se traslada la posición una fila más arriba? A esta pregunta da res puesta pues ta el análisis aná lisis de la situación que se dio en un torneo celebrado en Yugoslavia y que a continua ción se expone: 296a.. Blanca 296a Bla ncas: s: R4AR, P5TD, P5TD, P4CD, P4AD. Negras: R3D, P2CD, P2AD, P3TR; les toca ju gar a las blancas. La continuación fue: fue: 1. P5C, R4A; 2. R4C, R3D; 3. R5T y ganan. Las negras no sospechaban que hubiese posibili dad de salvación. Es en extremo curioso el que la defensa «Grigó riev» no pueda ser aplicada en este c a so : 1. P5C, P5C, P3A P3A ; 2. P6C, P4A ; 3. R4C, R2D; 4. R5T, R3A; 5. R x P, R3D y, a pesar de tener la oposición en su poder, las negras 1577 15
bl as;; 77); 4... P A x P C (o bien 4... 4... pierden, ya que debido a la nece blas PT x PC, PC, véas véasee A ); 5. PA xPC, xP C, sidad de maniobrar en el pequeño PTxPC; 6. P5T, P5C; 7. R3R! cuadrado del peón 6CD, pierden jug ar 7. P6T ?, P6C P 6C;; aquélla aquéll a en seguida (6. (6. R7C R7C y ga (no se debe jugar nan) . En cambio, la defensa «Mat- 8. R3R, P5D+ ; 9. R3A, P6D; 10. tisom tiso m salva sal va la pa rtid rt ida: a: 1. 1. P5C P5C (de (de P7T, P7D; 11. R2R, P7C, tablas); lo contrario, 1... P3A); 1... R2D!; 7... R4A! (o bien, bie n, 7... P6C; P6C ; 8. 8. 2. R4C, RIA; 3. R5T, R1C; 4. R3A R3A y 9. 9. Rx R x P ) ; 8. R4A!, R4 A!, P5D P5 D ; RxP, R2T; 5. R6C, P3A; 6. R6A 9. RxP, P6D; 10. RSA, R5A; 11. (6. PCD x PAD hubiese sido tam P6T, R6A; 12. P7T y ganan. bién i n ú til) ti l);; 6... PAD x PCD; PC D; 7. A) 4... ... P x P ; 5. P x P (aho (ahora ra no PAD x PCD, R1C, tabl ta blas as (118). (118). se puede juga ju garr 5. P5T ?, ya que después de 5... P5C; 6. R3R, R4A las blancas no pueden realizar el movimiento 7. R4A, y 7. P6T, P5D+ ; 8. R2R, P6C conduce úni camente cament e a tabla t ablas) s) ; 5... R3D (o bien 5... P x P ; 6. P5T, P5T, com como se indicaba anteriormente); 6. P6C, R3R ; 7. P5T, P5T, P4A ; 8. 8. P6T, R3A ; 9. P7C, P7C, R2A; R2A ; 10 10. R x P y ganan. Examinando la posición que se da en el diagrama 297 no cuesta trabajo llegar a la conclusión de que la situación general de los peo nes permite a las blancas realizar con relativa facilidad un avance, como resultado del cual consiguen adelantar más y, por lo tanto, ha cerlo aún más peligroso, un peón pasa pa sado do;; en lo que respecta a ganar ga nar En la interesante posición teóri a hacer tablas, depende de distin ca 297, después de 1... R3R; 2. tos pormenores de la posición y, R5A, P4A; 3. P3T, PARxPCR; aún a veces, como lo demuestra, 4. PTRxPCR, P5D; 5. RxP, por ejemplo, el análisis, análi sis, realizado R3D; 6. P5A, las negras rinden. más arriba, única y exclusivamen E n un libro de partidas par tidas («Carls («Carls-- te de los tiempos. bad, 1907»), K. Schlechter opinaba que mediante 1... R3A! podrían 297a 297a.. Bogoljubow Fine Fi ne,, Zandlas negras hacer tablas; por ejem voort, 1936. Blancas: R2AD, P3TD, P4AR, P2TR. Negras: plo: pl o: 2. P4T, R3D R3 D ; 3. P5T, R 3R !; 4. RSA, RSA, P4A P4 A ; 5. P5C, P5C, P x P ; 6. R1CR, P3AR, P2CR, P2TR. Jue gan las negras. Al no haber peo P6T, R2A!; 7. P x P, P5A. Nimzówitch expresó su discon nes bloqueados, a las negras no formidad con con esta estimación. Vea les es aifíoil forzar tablas: 1... mos su análi ná lisi siss (año (a ño 191 1918) ; «1... «1... R2A; 2. R3D, R3R; 3. R4R, P3C P3 C !; 4. R4D R4D (4. (4. P5A+ P5 A+ ?, R3D! R3A; 2. P3T!, R3D; 3. P4T, R3A pone inmediatam inme diatamente ente en claro (obligado, pues de jugar 3... pone que la partida terminará en ta R3R, la contestación sería: 4. in útil il resulta res ulta tam ta m bié bi é n: 4. R5A, P4A ; 5. P5C) P5C) ; 4. P5C P5 C ! (úni (ú ni blas ; inút ca ju g a d a ; 4. 4. P5T P5T ? queda recha P4TD, R3D, 5. P5T, R4A; 6. P6T, R3C; 7. R5D en vista de 7... zada por 4... R3D ; 5. P5C, P5C, P x P ; 6. P x P , R3R R3R !; 7. 7. P6C P6C,, R 3A !, ta ta P4C!; 8. P5A —en la partida que 15 8
coméntame» coméntame» se s e j u g ó : 8. 8. P x P—; P— ; 8... P4T; 9. R6R, P5T, llegando simultáneamente a promover da m a s ) ; 4... R3D; R3 D; 5. 5. R4A, R4A, P3T P3T (tampoco hubiese estado mal 5... R3A, pero después de 6 . . . P4C; 7. P x P , P x P ! y de de P3A-4A -4A-5A, las tablas son evidentes); 6. R4D, R3A (6... P4C?; 7. R4R!); 7. R4R, R4C; 8. 8. R5D, P4C P4 C !; 9. 9. PxP, PAxP!; 10. R5R, R5T; 11. R5A, R x P ; 12. R6C, R6C, R5C; 13. R x P , P5C!, tablas (el rey negro se va a 1AR). Generalmente, la superioridad decisiva suele consistir en la pre sencia de un peón pasado en una de las partes, mientras que el con trincante no tiene posibilidad al guna de conseguirlo (298-299).
En una de las -notas a la partida Marshall-Reti, Nueva York, 1924, el análisis de Alekhine lleva el juego al 298. 1. P5G! (las fuerzas fuer zas enemiga enem igass quedan así frenadas por fuerzas in feriores) ; 1... R3A; 2. R5R, R2D; 3. R 5 D ! (es claro clar o que no se puede 3. R6A?, RxP; 4. RxP¡ R4R y ganan) ; 3... R1D; 4. R6A y ga nan.
29 9
Las pequeñas dificultades por que atraviesan las negras en el 299 son debidas a la imposibilidad de juga ju garr inmediatamente inmedia tamente P4R. P4R. En la partida partid a que se da a continua continuación ción se tiene en cuenta el zugzwang R4R-R2R. 1... 1... R 2A ! (1... (1... R2R? R2 R?;; 2. R5R, R2A; 3. R6D, R3A;-4. R5A, ta blas) ; 2. R4D, R l R ; 3. R9A (o bie b ie n : 3. 3. R4R, R2D; R2 D; 4. R5R, R5R, R 2R ; 5 R4D, R3D; R3 D; 6. 6. R4R, R3A R3 A ; 7. R5R, R4C y ganan) ; 3... R2D; 4. R6C, R6C, P4R ; 5. 5. R5A, R5A, R3R y gana ga nan. n. En los ejemplos que a continua ción siguen, una de las partes al canza a conseguir un peón pasado pasado.. 300
298a. 298a. I. Morav Mor avie iets ts,, 19 1938. Blan Bl an cas : RIAD, P3AQ, P4TR. Negras : R2D, P5AD, P3AD, P2AD; posi ción ventajosa para las blancas. 1. R2C!, R3R; 2. R3T, R4A; 3. R4C, R5C ; 4. 4. R5A !!, R x P ; 5. 5. R x P6A, R4C ; 6. 6. R x P7C, R5A (6... R3A ; 7. R6D), R6D) , 7. 7. R6D, R6 R 6 R ; 8. R5A, R5A, R6D; 9. R4C y ganan. 159
que, además, resulta ser más juerte que el de su contricante (véase también el 297).
rey blanco hubiese pasado a 2D, este movimiento del peón que aca bamos bamos de anotar ano tar hubiese ido acom acom-añado de jaque y se tendrían ta las) ; 8. PSD = I) y ganan.
En el 300, las blancas, al romper la defensa enemiga, deben preocu parse de dejar deja r mera mer a de juego al 300a 300a.. V. Smet Sm etan ana, a, 1942. Blan Bla n rey negro, así como de los medios cas: R4R, P2AR, P3AR, P5CR. de lucha contra la »casill »casillaa errante». Neg N egra ras: s: R3R, P3CR, P3CR, P4TR P4 TR ; posi 1. R3A!, R3A !, P4C; P4 C; 2. P4R, P5C; P5C ; 3. ción ventaj ven tajosa osa de las blancas. blancas . 1. R2RI, P6C; 4. R1D!, R6C; 5. PSR, P4A, P5T; P5T ; 2. P5A+ P5A + !, !, P x P + ; 3. 3. P x P ; 6. P6D, P6D, P5R; 7. 7. P7D, P7D, P6R P6R R3A!, R2A; 4. R2C, R3C; 5. P4A (si en su cuarto movimiento el y las blancas ganan. 2. FINALE FIN ALES S SIN PEONES PASADO PASADOS S Hemos dividido los finales sin peones peones pasados en tres grupos. En el primer grupo, todos los peones peones se hallan hall an situados en un mismo flanco y enfrentados tinos a otros. Primeramente se examina la lucha de los peones ligados de uno y otro bando, después de los ligados contra los aislados (contan do entre entr e éstos a los doblados) doblados) y, y , fi fi nalmente, de los aislados contra los aislados. Tocándoles jugar a las blancas, En el segundo grupo, los peones se encuentran separados unos de el único camino que lleva a la vic toria en el 301 es : 1. P6C. Tanto 1. otros y en distintos flancos. como Las demás disposiciones de los P6T?, P x P ; 2. P x P (153) co P6A + ?, P x P + ; 2. P x P + , peones peones en el tablero (mezc (mezclad lados, os, 1. P6A R2 A; 3.R5A, R1R! R1R ! (15 (157) condu sueltos) han sido recopiladas en el R2A; cen a tabla tab las. s. Después De spués de 1. P6C P6 C ! tercer grupo. Dentro de cada cada grupo la sistema a las negras no las salva ni 1... P T x P ; 2. PT x P (90 (90), ni 1.. 1... P3T; P3T; tización se ha llevado a cabo según bien es verdad que en este último un orden temático, lo que en la caso no se puede mover inmediata mayoría de los casos se halla di mente 2. P6A+?, PCxPA+; 3. rectamente ligado a la estructura R5A, RIA; 4. RxP, R1C y tablas de los peones que se considera. En (77), sino que hay que arrinconar estas condiciones se dan en primer previamente al rey negro en 1TR; 1T R; lugar los finales de tres peones por ejemplo; ejemplo ; R5D, RIA RI A (2... (2... R2D R 2D;; contra dos y después contra tres, 3. P 6 A ; en contestación a 2... R3A pero, com como es natur na tural al,, únicamen únicam en se puede mover el corriente 3. R4R te en aquellos casos en que a con y el aún más simple 3. R6D, R x secuencia de esto la distribución P ; 4. R7 R 7 R ) ; 3. 3. R6D, R1R ; 4. R6R, temática general del material no RIA; 5. R7D, R1C; 6. R7R, R1T; sufre alteración alguna. 7. P6A, P6A, P C x P A ; 8. 8. R7A. R7A. gru po de Examinemos el primer grupo Si es a las negras a quienes les finales, o sea, el de los peones en corresponde jugar; o) 1... P3T; 2. frentados en un mismo flanco. P6C, P6C, o bien, 2. P x P (únicamente (única mente 160
que no como indicaba Berger: 2. P 6 A + ?, ya que 2... 2... R2A! R2 A!)) ; b) I... P3C; 2. PTxP, PTxP; 3. P6A+, o bien, aún más sencillo: 3. PAxP!, R1R; 4. R6R!, RIA; 5. R6A (46); (46 ); c) 1... 1... R2A; R2A ; 2. P6C+. R1C (2... PTxP; 3. PTx P+, 90), siendo ahora posible tan to 3. R6R, R1T; 4. R7A, PTxP (4... P3T; 5. P6A) ; 5. P6T, PCx PT; 6. PAxPC, como según Salvioli, violi, 3. PC x PT + , R x P T ; 4. R6R, R3T; 5. R7A, R2T; 6. R8A, R1T; 7. P6T (180). 30la I. Maizelis, 19 1954. B lan la n cas: ca s: R4R, P4AR, P4CR. Negras: R3R, P3CR, P3TR; posición favorable a las blancas independientemente de a quien le toque jugar. jug ar. (No de ja de ser en extremo sorprendente el que esta posición no haya sido comentada en ninguna publica ción.) ción.) El desplazamiento de la po sición 301, en una o varias filas más abajo, es, en general, favora ble a las blancas, pero, pero, en este caso, aparecen peculiaridades pro pias de esta pos p osició ición: n: así, 1. P5C P5C ?, PTxP conduce a tablas (92, 97), pero, pero, en cambio, cambio, 1. P5T, P5T, o bien, 1. P5A + , llevan a la l a vict v ictor oria; ia; to cándoles jugar a las negras, al... P4T se puede contestar: 2. PCx P T ; 2. P5C y 2. P5A + , y en el caso 1... R3A, ganan tanto 2. P5T como como 2. P5A (pero (per o no 2. P5C+ P5C + ?). 301 301b. Blanca Bla ncas: s: RIAD, P3AR, P3CR, P3TR. Negras. R4AR, P4CR, P4TR (en 1841, Woker tras ladó el rey blanco al escaque 1AD ; en 1766, Kotsio lo situaba en 3AD); el resultado viene determi nado por el turno de jugar 1. R2D, P 5T;‘ 5T ;‘ 2. PC x P T ! (Berger (Berg er reco mendaba 2. P4C+ ?, R5A; 3. R2R; sin embargo, 3... R6C da tablas; esta variante sólo es posible para las blancas en una posición situa da una fila más alta) ; 2... PCx PT; 3. R3R y ganan. Tocándoles jugar jug ar a las negras, negra s, 1... ... P5T; P5T ; 2.
PC x PT (2. (2. P4C+ P4 C+ ? pierd pierden) en) ; 2... PCxPT se alcanzan tablas. Es tando situada la posición de las negras una fila más alta, el rey negro no tiene salvación. 301c. Illin-Zhenevski-Abramian, semifinal del XI Campeonato de la U.R.S.S., 1938. Blancas: R2R, P2CR, P3TR. Negras: R3CD, P5AR, P5CR, P5TR ; juegan jueg an las negras. 1... P6A+? (incompren sible error, puesto que ni siquie ra 2. PC x PA, P6C da ven v enta taja ja a las negras); 2. R2A, PCxPT; 3. PC x PT, tablas tab las.. La victoria se conseguía con 1... P6C!; por ejemplo; 2. R3A (2. RIA no da nada, véase el 300), 2... R4A; 3. R x P A , R5D ; 4. 4. R4C, R4C, R6R y ganan. 302. Se trat tr ataa de una un a posición de tablas que no se menciona en nin guna parte (tocándoles jugar a las blancas). blancas ). Si admitimos que el peón peón blanco se hallaba hallab a en 2TR y el ne gro en 2CR, resulta que el movi miento mien to P4T ? (lo correcto co rrecto sería P3T) es, en vist vi staa de P3C !, el error erro r decisivo. Moviendo las la s blancas blan cas : a) 1. P 5 A + , PC x PA ; 2. 2. PC x PA + , ta t a blas (157); b) 1. P5C P5C,, R3D ; 2. 2. P5A, P5A, PC x PA ; 3. R x P , R2R (128), o bien bie n 2. P5T, P5T , R3R R3R ; (92, (92, 3. P6T es inútil), o bien, 2. R3A, R3R; 3. R4C, R2R(2A), tablas; c) 1. P5T, P C x P T ; 2. P5C, P5C, P 5T ; 3. P5 P 5 A+ , R3D ; 4. P6C (4. R4A, R4A, P6T, tablas tab las ; compárese con el 211c) ; 4... PTx PC; 5. PxP, R3R; R4D, R3D ; 2. 2. R4A, R3A ; d) 1. R4D, 3. R3A, R2A!, con lo que los peo nes blancos no pueden pasar. Tocándoles jugar a las negras, después de 1... R3D, las blancas no consiguen nada ni con 2. P5T, ni con 2. P5C, lo mismo que con 2. P5A, PC x PA + ; 3. 3. Rx P A, R2R R2R (137) (137) ; 4. R5C, R2A ; 5. R6T, R6 T, R1C, tablas (el peón de TR no se halla ni en 3TR ni en 2TR). 161
Después de 1... R3D se consigue Al considerar la posición 305, al la victoria de forma bastante com gunos (Woker, Berger) ban esti plicada : 2. R4D, R3R; 3. R5A, mado equivocadamente que el tur R2R (o bien, 3... P4T; 4. PCx no de jugar no influía en el resul PT!, PCxPT; 5. R4D, R4A; 6. tado. R3R, R5C; 7. R4R, RxPT; 8. Sin embargo, la victoria sólo es R3A y ganan) ; 4. R5D, R3A (o posible si son mano las blancas ; bien, 4... R2D; 5. R5R, R2R, igual 1. R2C, P5A ; 2. PC x PA, R x PA ; que en la variante principal) ; 5. 3. P3A, R4R! ; 4. RIA!, R4A ; 5. R6D, R2A (no salva la situación R2R, R5A; 8. R2A, R4R; 7. R3R, 5... P4T, debido a 6. P5C + !, R4A ; R4A ; 8. P4A, R5C ; 9. R4R ; R x PT; 10. R3A, etc. 7. R7R, etc); 6. R5R, R2R; 7. P5C!, R2A; 8. R6D! (8. P5T?, 305 R2R! no se puede, pues serían tablas); 8 ... RIA; 9. R6R, R1R; 10. R6A, RI A; 11. P5T!, PCxPT; 12. R5R, P5T (o bien, 12... R2R (2A) ; 13. P5A ! y ganan, lo mismo que en el 211c) ; 13. R4R, R2R (o bien, 13... R2A; 14. P5A1); 14. R3A!, R3R; 15. R4C y ganan. 303
304
En el 305, saliendo las negras hacen tablas, pero no mediante 1.. . P5A ? (a causa de 2. R2C, PA x PC ; 3. R x PC 1, o bien, 2... P6A+ ; 3. R3T, R4A; 4. P4C+!, PTx PC+ ; 5. R3C), sino moviendo 1... R6A; 2. R1C (tampoco da resul tado la continuación 2. R1R, P9A; 303, 1. R3A, R4T (1... R4A; 2. P4C +, R3A ; 3. R4D, P3C ; 4. P5A 3. PC x PA, R x P A ; 4. R2R, R5C) ; y ganan: 1... P4T; 2. R4D, R3A; 2.. . P5A; 3. R2T, PAxFC+; 4. 3. P5A, R2D; 4. R4A, R3A; 5. PAxPC (93). P3C, P3C; 6. PA x PC, RxPC; 7. Es evidente que en el 306 el R5D y ganan) ; 2. P3C, P3C; 3. romper la línea defensiva contraria R4D!, R9C; 4. PST!, RxPT (4... no puede dar la victoria. No queda, PCxPT; 5. P5A) ; 5. R3A, P4C; pues, más remedio que intentar 6. P5A, P5C+ ; 7. R4D y ganan. aprovecharse de la debilidad del peón negro 3AR, manteniendo en 304. I. R2T!, P5C ; 2. PxPC, reserva el tiempo P5T, pero, en PxPC; 3. R1T!, P7A (3... R6C ; 4. esta típica posición de juego, el R1C); 4. P3C + , R4C; 5. R2C, camino que conduce al objetivo R4A ; 6. Rx PA, R5D ; 7. R2D, propuesto sorprende por lo insperado. tablas. 162
interesa la promoción de dama en 8TR. 1. RIA!, P5A (1... P4T; 2. P4T; 1... P3T; 2. P3T) ; 2. R2A!, P6A; 3. P4C, P3T; 4. P3T, P4T; 5. P4T y ganan. F. Dedrle (1950) evitó que ca yese en el olvido la interesante po sición 307. Esta se dio en un torneo de juego simultáneo y, después de unos cuantos intentos infructuo sos de ganar la partida, Charousek se conformó con tablas. No obs tante, el análisis realizado por I. y Y. Kvichal demuestra la posibi lidad de ganar. De las tres casillas críticas 6AD, 6D, 6R (igual que en el 5), la «principal» es la columna «D». Si las posibilidades de las blancas 1. R4D, R3A; 2. R4A, R3D; 3. R5C !, R4D ! (en caso de 3... R4R, consistiesen únicamente en ocupar la oposición en la columna prin entonces 4. R5A, R5A; 5. R5D, R x P ; 6. R6R o bien : 4... P4T; S. cipal, no obtendrían resultado al guno. La victoria sólo es posible PxP, RxP; 6. R5D y ganan); combinando esta amenaza con la 4, R6C, R3D; 5. R7C!, R2D; 6. P4T, convenientemente preparada. P5T, R3D; 7. R8A, R4R; 8. R7D, 1. R4R !, R1R!; 2. R3A ! En R5A; 9. R6R, R4C; 10. R7A y este momento las negras se hallan ganan. ante un dilema: en el caso 2... R2R pierden la oposición, y si 306a. Z. EKnek, 1932. Blancas: R2AD, P2AR, P2CR, P2TR. Ne juegan 2... R2A, ó 2... R2D, las gras : R8TD, P7TD, P4AR, P2TR; blancas consiguen realizar P4T, posición ventajosa para las blan por ejemplo: a) 2... R2R; 3. R3R, R2D; 4. cas. Caso típico del factor tiempo al enfrentarse tres peones contra R3D, R2R; 5. R4A, R1D; 6. R4D, R1R ; 7.R5A, R2D ; 8. R5D, R2R ; dos, cuando a las blancas sólo les 9. R6A (acorta la partida en com 307 paración con la continuación 9. R5R/-R2A; 76a); 9... R3A; 10. R6D, R2A; 11. R7D, RIA; 12. R6R, R1R; 13. P6A, P3C; 14. P7A+, RIA; 15. R6D! (véase 241); 15... R x P ; 16. R7D y ga nan; b) 2... R2A; 3. P4T! (amena zando 4. P5T; hallándose el rey negro en 2R o en 2D, esto no se llega a producir debido a 3... P x P ; 4. P5C, R3D, siguiendo después R4R; en cambio, ahora, el rey no dispone de la casilla 3R); 3... P x P ; 4. P5C, R2R; 5. R4C, R3D ; 6. R x P, R4R ; 7. R4C, R3D ; 8. R4A y luego P6C (90) : 30 6
163
2... R2D (el rey negro se ha R2A; 17. R5A, P4T; 18. R5C, alejado tanto que a las blancas les RIA; 19. RxP, R2A; 20. R5C, queda tiempo para la jugada pre RIA; 21. R x P y ganan. paratoria que necesitan; 3. R3C!, R2R; 4. P4T, P x P + ; 5. Rx P , 308a. F. Zakman, 1913. Blan R3A (de lo contrario, 6. R5C) ; 6. cas: R6R, P2CR, P4CR, P3TR. R5T y ganan. ¡ Buen análisis! Negras : R4CR, P6CR, P2CR ; po sición ventajosa para las blancas. 1. R5R! (1. R7A ?, P3C!; 2. R7C, 307a. Pillsbury-Mason, Londres, 1899. Blancas: R6R, P4CR, P5CR, R5T!, tablas); 1... R5T!; 2. P5C !, P4TR. Negras: R1AR, P3CR, R x P ; 3. R4R, R4T!; 4. R3A! (4. P2CR ; les toca a las blancas. 1. R4A, R5T; 5. R3A, P4C, tablas); P5T, R1C ? (jugando 1... P x P ; 2. 4... R5T (o bien, 4... P3C; 5. PxP, R1R! se conseguían tablas; Rx P , P4C ; 6. R2A !, R5T; 7. R3A, N.° 118); 2. R7R, R1T; 3. R8A, R4T; 8. R3C y ganan) ; 5. R4A, R2T; 4. R7A, P x P ; 5. P x P, R1T ; P3C; 6. R3R, R ~ ; 7. R3A, R5T ; 8. R4A, P4C+ ; 9. R3A y ganan. 6. R6C! y ganan. En la posición 309 (ChigorinEn el 308 las negras pierden a Tarrasch, Ostende, 1905) las blan causa de.la debilidad del peón SA. cas movieron: 1. P x P ? (segura 308 mente pensando en 1... P x P ; 2. R4C, R5R ; 3. R5T, R x P ; 4. R6T, 309 C)
1. R2R, R3A; 2. R3D, R4R (o bien, 2... R4C; 3. R4R, R5T; 4. RxP, R6T; 5. R3R!, RxP; 6. P4A ganando en final de dama; R5C; 5. RxP, P4A; 6. R6C, ta vféase el 3 en el «Apéndice») ; 3. blas), pero, al descubrir un error R4A, P5T! (amenazando después en esta variante, rinden después de P6T con crear un refugio de de dos jugadas. Los comentadores rey ahogado en 5T); 4. P3T!, R3R; de esta partida afirman que en lu 5. R4D, R4A; 6. R5D, R4C; 7. gar de 4... R5C, lo único correcto R5R, R3C; 8. R x P, R3A; 9. R4R! es 4... R3R!; 5. RxP, P4A ganan (9. R4C ?, R4R) ; 9... R3R; 10. do en final de dama (el 3 del P4A, R3A; 11. P5A, R2A; 12. «Apéndice») ; sin embargo, lo más R5R, R2R; 13. P6A + , R1R! (157 sencillo es precisamente 4... R5C!; y siguiente); 14. R4R, RIA; 15. 5. R x P seguido no de 5... P4A?, R4A, R1R; 16. R5R! (pero no 16. sino de 5... R4T! y ganan. En lu R4C, RIA; 17. RxP?, R2A) ; 16... gar de 1. P x P ?, las tablas se con 164
310a. G. Mattison, 1929. Blan seguían, como indicó Maroczy, ju gando: 1. R4C!, R5R; 2. P6C!, cas: R3CR, P4AR, P2CR, P2TR. F3T ; 3. R5T !, R x P ; rey ahogado. Negras: R5TD, P3CR, P2CR, P3T R : las blancas tienen ventaja. Es 309a. G. Neustadt. Blancas : dado suponer que el rey negro R5AR, P3CD, P2AD, P3D. Ne tuvo que capturar un peón en 5TD. gras: R3D, P4CD, P2AD, P4D ; A pesar de esto, consigue regresar posición ventajosa para las blan a tiempo, causando serios contra cas. 1-. P4C! (tapando el agujero tiempos al rey blanco. No da la en,5AD) ; 1... P4A (en el caso 1... victoria, por ejemplo: 1. R3A?, P3A, el rodeo y el «tiempo» de re R4C; 2. R4R, R3A; o bien, 1. serva son los que deciden : 2. P4D, R4C ?, R4C ; 2. P4T, R4A; 3. P5T, R2D; 3. R6A, R3D ; 4. R7A !, PxP+!; 4. RxP, R4D; 5. R6C, R2D ; 5. P3A v ganan) ; 2. P4D ! !, R5R; 6. P3C, P4TH; 7. RxPC PxPD (o bien, 2... PxPC); 3. (ó 7. R x PT, R4A; 8. R4T, P3C ; R6A y ganan. 9. R3T, P4C) ; 7... R4A; 8. R6T, La ventaja de las negras en el R5C,; 9. P5A, P5T!; 10. PxP, 310 (Kotnauer - Thomas. Lon RxPA. Lo correcto es: 1. P5A!, dres, 1947) es evidente. 1... P4C!; R4C; 2. R4A!, R3A; 3. R5R, R2D ; 2. RIA, P4T ; 3. R1C, P3A (exce 4. P6A, R1R; 5. Px P (o bien, 9. siva pérdida de tiempo. Ya que R6R, RIA; 6. P3C o P3T; y Pos3... P5T no resultaba de in pishil, 1956); 5... R2A; 6. P8C = mediato, debido a 4. P4C ; lo lógico D + , R x D ; 7. R6A y ganan (223). 310
31!
312
En el 311 las blancas acercan ve hubiese sido 3... P4A!, y entonces, lozmente el rey a la casilla 5C, o bien 4. P4T, PxP; 5. PxP, conservando de reserva los tres R7R!; 6. R2C, P5A; 7. R1C, P6A; o bien, 4. RIA, P9T; 5. PxP, tiempos de sus peones. Triunfar de otro modo es imposible; por ejem PxP, etc.) ; 4. RIA, P4A; 5. P4T, P x P ; 6. P x P , R5C! (por el mé plo : 1. P4A ?, R2C; 2. R3A, P5T!; todo anterior es ya imposible con 3. P xP, R3T!, contestando las ne seguir la victoria) ; 7. R2C, R x P ; gras con la liquidación de los peo 8. R3A, R4C? (a pesar de todo, nes blancos 4T y 4A al intento del rey blanco de efectuar el rodeo; o R6T!; 9. R4A, R7C daba el 8 triunfo) ; 9. R3C, P5A+ (ó 9... bien, 1. R2A ?, R2C; 2. R3R, R3A (ahora no prometen ventaja ni 3. R3C; 10. P4A); 10. R3T. Tablas. ...
165
R4A, P4C+ ; 4. R3R, R4R; ni 3. P4A, P4C!; 4. R4D, P5T!, ó 4. P4T, PxP!; 5. PxP, R3R); 3. R4D, R4C! (tanto 3... R3R?; 4. P4A, con rodeo gracias al tiempo de reserva, lo mismo que 3... P4C ?; 4. R5D serian desastrosas); 4. P4T+ (o bien 4. R5R, P5 T !) ; 4.. . R3A ; 5. P4A (5. R5D ?, P5A), B... R3R; 6. R5A, R2R!, mante niendo el negro la oposición. Lo correcto es: 1. R3T!, R2C [no defiende 1... P4C, a causa de 2. P4A!, P x P ; 3. P x P , R2C, y aho ra, según Bondarevski, 4. R4T!, R3C ; 5. P3T, R3T; 6. R3C, P5T+, o bien, R3C; 7. R3A! y ganan; a esto hay que añadir que en el caso 4... R3T gana. 5. R3C, R3C (5... P5T+; 6. RxP; 168a); 6. R3A, P5T; 7. R3R!, y si 7... R4T, entonces 8. P3T!, contestando a 7.. . P6T con 8. R3A!, etc.]; 2. R4T!, R3A (a 2... P5A no se puede 3. P4C ?, R3T, sino 3. P x P, trasla dando a continuación el rey a 4R; véase el 318) ; 3. P4A, R2A (ahora las blancas emplean los dos tiem pos de peón que les quedan) ; 4. R5C, R2C ; 5. P3T!, R2A; 6. R6T, R3A; 7. P4T y ganan.
1. R2A, R2A; 2. R3R, R3R (ó 2.. . R3A; 3. R4D, P4C; 4. P4T!, 309a); 3. R4D, R3D; 4. P3T!, R3R ; 5. R5A, R2R; 6. R6A! (a ta blas conduce 6. R5D, R2D ; 7. R5R R2R; 8. P4T, R2A; 9. R6D, R3A; ó 9. R5D, R2A, o R2R; este último tiempo se precisa para conquistar la oposición en la fila principal) ; 6.. . R3R; 7. P4T!, R2 R; 8. R7A !, R3R (8... R1R; 9. R6D); 9. R8D, siendo la disyuntiva ora 9... R4D ; 10. R7R, R5R; 11. R6A, R6A ; 12. R x P , R x P (ó 12... R5C; 13. R6A) ; 13. R5C!, ora 9... R2A; 10. R7D, RIA; 11. T^R, R2C; 12. R7R, R1C; 13. R6A, R2T; 14. R7A, R3T; 15. R8C y ganan. 312a. N. Grigóriev, 1938. Blan cas: R4TR, P2TD, P2CD, P4AD. Negras: R1TD, P4TD, P3CD, P4AD; ventaja blanca. Después de 1. P4T!, las blancas, disponien do de un tiempo de reserva, ocupan fácilmente la oposición en la final principal (séptima).
312b. Blancas: R6AR, P4AR, P2CR, P3TR. Negras: R3TR, P4AR, P3CR, P5TR; las blancas llevan ventaja. Las blancas con 311a. N. Grigóriev. Blancas: quistan la oposición gracias a la R1D. P2AR, P3CR, P3TR. Ne falta de facilidad de maniobra del gras : RIAD, P4A.R, P3CR, P4TR; rey negro en el extremo del ta ventaja blanca. Se resuelve de for blero: 1. R7R, R2C ; 2. R6R, R2T ; 3. R7A (3... R3T; 3. R8C, P4C ; 5. ma análoga: 1. R2R, R2D ; 2. R3A (2. R3R ?, P4C!; 3. P4T, P5A+ ; R7A, PxP; 6. R6A, ganan). Véa 4. P x P , P x P ) ; 2... R3R (o bien, se también el 319b. 2.. . P4C; 3. P4T) ; 3. R4A, R3A; 4. P4T, continuando lo mismo que 312c. Match de consulta «So más arriba se indicaba. ciedad de Ajedrez de Riga» - «Es cuela Politécnica», Riga, 1892. En el 312, las blancas sólo dispo Blancas: R1AR, P4AR, P3CR, nen de dos (y no tres) tiempos de P4TR. Negras: R5CD, P4AR, reserva; por eso, el desplazamien P3CR, P2TR; juegan las blancas. to del rey a 4T está condenado al (La misma posición de los peones fracaso; pero, en cambio, estando que en el 312 pero la de los reyes bloqueados los peones negros es favorece a la parte más débil, es posible el rodeo y ocupar la oposi decir, en el caso que se considera, ción en la fila principal (la sépti a las blancas.) El blanco perdió ma, ya que las casillas criticas son después de 1. R2R ? (1. P5T ? es 6CR, 7CR y 8CR). también insuficiente a causa de 1... 166
P x P ; 2. R2C, P5T !), 1... R5A ; 2. R3R (otras jugadas ya no sal vaban la situación) ; 2... R6A; 3. R2R, R7A ; 4. R3R, R8D ; 5. R3A, P4T! Sin embargo, conforme in dicó K. Betinsh, las blancas alcan zaban tablas moviendo: 1. R2C ! ; tr ejemplo, 1... R5A ; 2. P5T!, x P ; 3. R3T, RSD ; 4. R4T, R5R ; r 5. R x P, R6A ; 6. R5C (o bien, 0. R4T, R5R ; 7. R5C, R6A) ; 0... RxP; 7. RxP. Hay que añadir qtíe después de 1. R2C1 es inútil 1... P4T debido a 2. R2A!, quedan do el blanco con la oposición. 313
P5C, lo mismo que se indicaba más arriba). Por eso inmediatamente: 1. P4T!
R2D
Ahora 1... P4C sólo debilitaría sin remedio al peón 4A (2. P5T, R2D: 3. R7A). La respuesta de las blancas 2. P5T es forzada (2. R7A?, P4T!), pero al mismo tiempo es la base de la solución. 2. P5T!
R3D!
A 2... P4C ó 2... P x P sigue 3. R7A; en caso de 2... R3R (R1D) se contesta: 3. P x P y 4. P7C, lo mismo que en la variante prin cipal. Ahora para las blancas es pre maturo 3. PxP, R3A; 4. R7R, R x P ; 5. R0D, a causa de 5... R 4T! (de nuevo rey ahogado). 3. R7A
R2D
O bien: 3... R4R; 4. PxP. Es téril resulta también 3... P x P de bido a 4. R6A, R3A (o bien, 4... P9T; 5. PxP, P4T; 0. R5A); 5. R6R, R3C; 0. R0D, P5T; 7. P x P, R4T; 8. RxP, alcanzando antes dama.
El 313 es instructivo. A pesar de la disposición simétrica de los peo 4. R0A R3D nes, no se consigue nada ocupando 5. R5A R2A la oposición mediante 1. R8R, ya que las negras no están obligadas Relativamente mejor: Si 5... a continuar 1... P4T?; 2. P4T; des pués de 1... R2A; 2. R7R encuen R2R, entonces 0. PxP!, R3D; 7. P7C!, R2 A; 8. R6R, R x P ; 9. tran su salvación táctica en la juR7D, igual que en la variante prin 2 P4C!, que da la posibilif ada cipal ; en caso de 5... R2D, la con ad de rey abogado, lo mismo que en el 309; por ejemplo: 3. R6R, testación sería: 0. R5R, R3A; 7. P5C; 4. P4T, R3C, etc., en caso R0R, P4C (o bien, 7... R2A; 8. de 4. PxP, PxP; 5. R5D, se al R5D, R2C; 9. R0D); 8. R5R, R2A; canzan tablas moviendo 5... P4T!; 9. R5D, P x P ; 10. P x P y 11. R x P 6. R5A, P5T. No se evita la ju (155). gada P4C (después de 1. R8R, R2A) mediante 2. P4T, ya que las 5. R0R! negras de cualquier modo mueven 2... P4C (3. P5T, P x P ; 4. P x P , Una pérdida de tiempo es 0. R5®t R3D, etc; 3. R7R, R3C; 4. R6D, a causa de 8... R2D. ...
107
6.
...
R3A
7. R7R R2A 8. R8R! RIA Si 8... R3A (8... R3D; 9. Px P!); entonces 9. R8D!, P x P ; 10. R7R!, R2A; II. R6R, R3A; 12. R5R, R2A; 13. R5D, R3C; 14. R6D, R2C; 15. RxP, R2A; 16. R5D, R2D; 17. P5A, R2A; 18. P6A y ganan (158a). 9. P x P ! R2C 10. R7D RxP O bien, 10... P4T; 11. R6D, R x P ; 12. R5D. 11. R8A! ¡ Zugzwang decisivo! (Si juegan las blancas no ganan; por ejem plo, R8C, P4T!, o bien R7D, R4T.) 11. ... R3A Si II... R4T, entonces 12. R7C, R5C; 13. R x P y ganan. 12. R8C! y las blancas ganan (12... R3C; 13. R8T, P4T; 14. R8C, P5T; 15. P x P , R4T; 16. R7C (7AJ, Rx P ; 17. R6A, R5C; 18. R5D). En el 314, los peones 3T y 3A podrían estar situados en 2T y 2A. En interés del blanco está el blo quear los neones enemigos, ya que el rey blanco puede conquistar fá314
cilmente la oposición en la séptima fila (al rey negro le molesta su propio peón 3C). Es necesario, asi mismo, evitar la jugada P5A, que da tablas. 1. P4A!
R2C
Las negras amenazan con un re fugio de rey ahogado en el 4T me diante P3C-4C-5C. Además (como réplica a 2. R5C, por ejemplo), pueden también jugar 2... P4T, amenazando P5T, y en caso de 3. P4T entonces 3... R2A!, mante niendo e l . negro la oposición (312c). 2. P4T!
R3A
Los peones negros están parali zados: en caso de 2... P4C; 3. P5T, perece el peón 4A, y si 2... P4T, las blancas mueven 3. R6T!, conquistando la oposición, ya que el negro no puede jugar R3C. 3. R5C! Es claro que no 3. R6C?, P4T, tablas. (A 2... R2A hubiese segui do 3. R6C!.) 2. ...
R2A
O bien, 3... R3D; 4. R5A!; ó 3... R2D; 4. R6A!, R3D; 5. P5T! (lo mismo que en el 313). oero no 4. P5T? a causa de 4... R3R!; 5. R4A, PxP; 6. R4R, P5T;7. PxP. P4T, tablas. 4. R6A! Pero no 4. R5A?, P4T! y tablas, ya que el blanco no ha conseguido afin la oposición en la séptima fila. 4. ...
R2D
Amenazando con responder a 5. R5R (5A, 7A) con 5... P4T y ta blas. 168
5.
P5T!
tida es tablas si les toca salir a las blancas; por ejemplo: 1. R6A, y las blancas, igual que en el 313, R2R; 2. R7A, R3R; 3. R8D, R4D; alcanzan una posición victoriosa 4. R7R (el rodeo es inútil, puesto después del cuarto movimiento que el peón 4A no está defendido) ; 1 blanco. 4... RSR; 5. E6A! (5. P3C ?, pier Ambos ejemplos (313 y 314), de); 5... RxP; 6. RxP, R5C; 7. ilustran el debilitamiento de los P3C, RxP; 8. RxPA, RxP; 9. peones negros, que tiene lugar pa R4A, tablas. ra la colocación del peón en 3T 315 en lugar de 2T. 314a. Del torneo celebrado en Alemania Oriental en 1949. Blan cas: R4D. P4AR, P2CR, P3TR. Negras: R3D, P4AR, P3CR, P2TR. Después de 1. P4T, las ne gras se defendieron mal : 1... R3R; 2 R5A, P3T; 3. P3C, P4T; 4. R6A y ganan. El comentador de la par tida consideró que el efror decisivo fue 1... R3R y recomendaba 1... P3T (2. P3C, P4T; ó 2. P5T, P x P ; 3. P3C, P5T; 4. P x P, P4T) ; in dudablemente, esto daba tablas, lo mismo que, dicho sea de paso, 1... P4T; por ejemplo: 2. P3C, R3R; 3. R5A, R2R, o bien R2D. ¡No obstante, 1... R3R no pierde ía partida ! El error decisivo estuvo en 2... P3T ; en contestación a este movimiento lo más sencillo hubie se sido 3. P5T; pero aún después de 3. P3C el negro na puede defen derse (a cualquier jugada del rey sigue 4. P5T). En lugar de 2... P3T ?, tablas daban la jugada 2 R2R (2D) ; estando situados dia gonalmente, los peones negros son invulnerables, y a P3C se puede contestar (manteniéndose en la oposición) P4T. También 2... P4T lleva a tablas (véase el 314b).
Los peones doblados representan un serio debilitamiento de la posi ción ; sin embargo, para obtener la victoria suelen ser necesarias otras circunstancias favorables. En el 315, las blancas se esfuer zan en trasladar el rey a la 4AR; por su parte, el recurso defensivo de las negras consiste en el movi-' miento P5T, que quita todo valor a los peones blancos. La posición decisiva de zugzwang es R2R-R4R. 1... R4R; 2. R2R (en caso de 2. R2D, Capablanca hubiese conti nuado 2... P5T!; 3. PxP, P5A !; 4. P5T, P x P + ! y tablas); 2... 314b. I. Maizelis, 1955. Blan R5R!; 3. P3T (o bien, 3. R2A, cas: R5AD, P4AR. P2CR, P4TR. P5T!, siguiendo lo mismo que an Negras: R3R, P4AR, P3CR, teriormente) ; 3 ...R4D!; 4. R3A, P4TR. La partida conduce a la R4R (después de esto el blanco se victoria sólo si les toca jugar a las ve precisado a emplear su último negras (curiosa posición de zug- tiempo); 5. P4T, R4D; 6. R4A, R3R (7. P4R, PxP; 8. RxP, zwang recíproco). Después de 1.. R2R; 2. R6A, o bien, 1... R2D; P4A + ), tablas. N. Crigóriev (1935), indicó que 2. R5D, etc., lo que decide es el tiempo de reserva P3C. I.a par 1... R4D? hubiese hecho perder, ...
169
debido a 2. R2D !, R4R (2... P5T ; 3. PxP, P5A; 4. PxP, R5R; 9. P5T ; 2... R5R 3. R2R !, P5Ï ; 4. PxP, P5A; 5. P5T!, R4A; 6. PxP, o bien 3... R4D ; 4. R3A, R4R ; 5. P3T !, R4D ; 6. R4A, R3R ; 7. P4T y ganan) ; 3. R1R!, R4D ; 4. R2A !, R5R; 5. R2R, ganando las blancas. Grigóriev hizo ver que, además de 1... R4R, hubiese sido posible 1... R2A; por ejemplo: 2. R2R, R3C; 3. R3A (3. R2A, R3T) ; 3... R4C; 4. P3T, P5T! ; 5. P xP + , R x P ; 6. R4A (o bien 6. R2C, P5A; 7. PxP, P4A, empate) ; 6... RxP; 7. RxP, R6C, tablas. N. Grigóriev, 1935. Blan cas : R4D, P3R, P3CR, P2TR. Ne gras: R1R, P4AR, P3AR, P4TR ; tablas. 1. R5D, R2D ; 2. P3T, R2R ; 3. R6A, R3R ; 4. P4T, P5A ! ! (pierde 4... R4R ? ; 5. R7D, R5R ; 6. R6R, R x P ; 7. RxP5A!, ó 6... R6A ; 7. R x P6A, RxPC; 8. Rx P5A, R x P ; 9. R4A !, R6T ; 10. P4R, etc.)) 5. PCxP, R4A ; 6. R5D, R5C ; 7. R6R, RxP, tablas. De otro modo: 1. R5A, R2R(2D) ; 2. R6A, R3R; 3. P3T (3. P4T ha sido ya examinada ; si 3. R7A, en tonces 3... R4R ; 4. R7D, R5R; 5. R6R, RxP; 6. RxP5A, R6A ; 7. RxP6A, P5T!, tablas) ; 3... R4R; 4. R7D, P9T ; 5. P x P, P5A, tablas. Hay que añadir a lo expuesto que a tablas lleva también 1. P4R, P x P ; 2. R x P, P5T ; 3. P4C, P6T ; 4. R4A, R2A ; 5. R3C, R3C ; 6. RxP, P4A.
gras: R3R, P4TD, P2AD, P3AD; juegan las blancas. El objetivo que se perseguía con esta posición de estudia era ilustrar la debilidad de los peones aislados; 1. R4R, R3D; 2. R4D, P4A + ; 3. R4A, R3A; 4. P3A, R3C; 5. R5D, P3A+ ; 6. R4A y ganan. A. Fainstein (Tallin) ha indicado que después de 1. R4R, se consiguen tablas moviendo 1... P4A !; por ejemplo: 2. R3D, R4D ; 3. R3A, P3A; 4. R3D, P5A+ ; 5. P x P + , R4R! y P4A. El ejem plo es correcto en la posición R4RR3D. 316
315a.
Las blancas tienen que tener en cuenta la amenaza P5A ; por ejem plo: 1. R4DÎ, P5A! ; 2. PxP, R3T ; 3. P4R, R4T ; 4. P5R, P6C ! ; 5. R3R, RxP; 6. P6R, R6T; 7. P7R, P7C, tablas. Sin embargo, no es suficiente 1. R3R?, a causa de 1... R3T! ; 2. R4A, R4T; 3. P3R, R3T; 4. R5R, P4C! ; 5. P x P + , 315b. F. Dedrle, 1942. Blancas : RxP, tablas. R4AD, P3R, P3CR, P2TR. Ne gras: R3R, P4AR, P3AR, P4TR ; 1. P3R! R3T vencedor ( ? !). No ha sido posible hallar una solución publicada, pe Es la mejor defensa. Si 1... ro basándonos en el análisis de R2C, entonces 2. R4D(4A), R3A ; Grigóriev, podemos suponer que 3. R5D, R2R (o bien, 3... R2A ; 4. el estudio de Dedrle no la tiene. R5R, R2R; 5. P4R, PxP;6. RxP, R3A ; 7. R4A, R2C ; 8. R x P, R3T ; 315c. Lasker, E., 1911. Blancas : 9. R3A, R4T —9... P4C; 10. R4AR, P4TD, P3CD, P2AD. Ne R4C—, 10. R4A, R3T ; 11. R4C y 170
ganan) ; 4. R5R, R2A; 5. P4R, P4C! (la última chance); 6. PTx P!, PxP; 7. RxP, R3C; 8. R4A, R4T ; 9. P6C, R3T; 10. R5A, R2C; 11. R5C y ganan.
D7C+!; 20. R8T!, D7C+; 21. D7C, D1C+ ; 22. R7T, D8C+ ; 23. R8C, D1C+ ; 24. D8A, etc.). Pasemos a examinar el segundo grupo de finales con distribución separada de los peones en distintos 2. R4D R4T flancos. 3. R5D! R3T! Cuando no hay más remedio que jugar sólo con los peones, hay que A 3. R5R? hubiese seguido 3... estimar previamente a quién se le P4C; 4. P x P, R x P, y tablas des acabarán antes los movimientos pués de 3. R5D!; pierde 3... P4C ?, (tiempos). a causa de 4 P x P, R x P ; 5. 317 R5R, R3C; 6. R6R, R4C; 7. R7A y 8. R6A. 4. R6R 5. R7R!!
R4T!
En el caso de 5. R6A(7A) ?, las negras se salvan mediante 5... P5AH; 6. PRxP, P4C;7. PAxP, o bien PT x P, rey ahogado. 5. ...
R3T
Ahora, 6. R7A sería una pérdida de tiempo a causa de 6... R2T y las blancas necesitan conquistar la oposición (312b). 6. R8A!
R4T!
Al objeto de a 7. R7C ? contestar con 7... P5A! 7. R8C! 8. R8T! 9. R7T
R3T R4T
y las blancas ganan de idéntica forma que en el caso 9... P5A; 10. PRxP, P4C; 11. P5A!, PxPT; 12. P6A, -PxP (P6T) ; 13. P7A, P7C!; 14. P8A=D, P8C=D; 15. D6T+ + ; lo mismo sucede des pués de 9... P4C; 10. P x P , P5A ; 11. PC x P, P6C; 12. P6C, P7C; 13. P7C, P8C=D, 14. P8C=D. hu yendo de los jaques de la dama negra (14... D8C+; 15. R8T, D8T+ ; 16. D7C, D1T+ ; 17. R7T, D5R+ ; 18. R8C!, D1T+ 19. D8A,
El 317, junto con las posiciones que se señalan en 317a, b y c, com prende todas las disposiciones ima ginables de dos peones contra otros dos contrarios, cuando unos y otros se encuentran todavía en sus casillas iniciales. En el 317, el tener que jugar implica desventaja. A 1. P4A hay que contestar 1... P4T!, a fin de impedir la continuación 2. P4C (lo que asegura al blanco la posibili dad de pasar), y después 2. P5A, P5T, o bien, 2. P3C, P3D. A 1. P3A lo correcto es 1... P3T!; 2. P3C, P3D. Si a 1. P3A, se contesta 1... P4D, entonces, después de 2. P3C, P4T, uno de los peones blancos puede de nuevo llegar a dama, aun que más tarde que el contrario (esto hay que entenderlo en sen tido teórico, por cuanto las posi ciones en el flanco del rey pueden 171
ser extraordinariamente variadas; en el caso que se considera, el blan co es mate en 4CR). En el 317, tocándoles mover a las negras, a 1... P3T (1... P4T; 2. P4A), sigue 2. P3A, P3D ; 3. P3C, P4D; 4. P4C y ganan. 317c 317a 317b
El 318 nos muestra una combi nación típica. 1. P6A+ !, PxP+ ; 2. R5R! (no 2. R5A ?, P5T!) ; 2... P5T (esto es mejor que lo que re comiendan los autores, 2... R2R, 318
ya que sigue no 2. P5A, P5T, sino En el flanco de rey se supone, la jugada, aún más decisiva 2. para simplificar, la misma situa P5T, que da una fácil victoria); ción que en el 317 (en la práctica, 3- P3A; R2R; 4. R5A, R2A; 5. el rey suele encontrarse casi siem R5C, R3R; 6. Rx P, R4D ; 7. R5C, pre en posición de zugzwang con RxP; 8. P4T, R3D! (obligando a gran cantidad de peones). las blancas a perder tiempo bajo la En el 317a y en el 317b, no hay amenaza de R-2R-1A)); 9. R6A', más que imitar las jugadas del P4A; 10. P5T, P5A; 11. P6T, P6A ; contrario; por ejemplo (en el 12. P7T, P7A; 13. P8T=D, P8A 317b); 1. P3C, P3C, o bien, 1. P4C, = D ; 14. D8D+ y ganan. P4C, 6 1. P4A, P4T!, ó 1. P3A, P3T! 318a. B. Horwitz, 1879. Blan En el número 317c, ganan los cas: R4AR, P3ATX P2R, P4R. Ne peones ligados, independientemen gras: R3AR, P5AD, P4AD, P3T) ; te de a quien le toque jugar, te ventaja blanca. 1. P5R+, PxP + ; niendo en cuenta que en primer 2. R4C!, R3C(3R) ; 3. P4R, R3A ; lugar debe jugarse el peón 2C: si 4. R5T y ganan. mueven las blancas, 1. P4C!; co menzando las negras, 1... P4A; 2. 318b. Del torneo juvenil cele P3C!, etc. brado en Hastings, 1949. Blancas: Si la distancia que separa los R3D, P3AR. P4CR. Negras: R4D, peones es inferior a cuatro filas, o P4R, P3R, P4CR; juegan las ne algunos peones se hallan adelanta gras. Los adversarios acordaron dos, son posibles otros resultados tablas. G. Thomas indicó la forma y excepciones de diverso género, de ganar : 1... P5R + !; 2. P x P + , con la particularidad de que a ve R4A ! Í2... R4R ? ; 3. R3R, tablas) ; ces tiene no poca importancia el 3. R3A, P4R y ganan. Hay que que un peón (o varios peones) pue agregar que la posición inicial da da saltar dos casillas al salir. la victoria a las negras indepen 172
dientemente del turno de jugar; ir ejemplo : 1. R3R, P5R; 2. rxP + (o bien, 2. P4A, P x P + ; 3. Rx P, R5D y ganan); 2... R5A, o bien, R4R y ganan. La posición que damos a conti nuación tiene un cierto parecido lejano con la anterior y, a su mo do, es instructiva.
319. 1. P6C, P x P (tampoco salva la situación 1... P4T) ; 2. PxP, R4C ; 3. R5D, R3C ; 4. R4A, R4T ; 5. R5A, R5T ; 6. R6C, R6T ; 7. R5C, R7C; 8. R x P , R x P ; 9. R4A y ganan. Si en este sencillo final se modi fica la situación de los reyes, se descubren modalidades inte resantes.
318c. Lovtski-Rubinstein, Varsovia, 1916. Blancas: R2AR, 319a. N. Grigóriev, 1932. Blan P4TD, P2CR, P3TR. Negras: cas: R4TD, P2TD, P3CR, P3TR. R5R, P4TD, P5AR, P5TR; juegan Negras: R5AD, P5CD, P4CR, las negras. 1... P6A! {ingenioso P4TR; tablas. Si los peones del intento de ganar; en el caso 1... flanco de rey estuviesen bloquea R5D?; 2. R3A, R5A; 3. RxP, dos, las blancas ganarían a condi R5C; 4. P4C!, P x P ; 5. R x P y el ción de que les tocase jugar a las peón blanco llega antes a la pro negras, pero precisamente esto es moción) ; 2. P x P + , R5A ! (no 2... imposible de conseguir. 1. P4C!, R6D, a causa de 3. P4A, R5R; 4. P5T! [no i... P x P ? ; 2. P x P , R4A P5A, R x P ; 5. R3A y a las negras (2... R6A ; 3. R5C) ; 3. R5T, R5A ; las salva únicamente el que el peón 4. R6C y ganan] ; 2. R5T, R4A ! y TR se halla fuera de la zona de tablas (pero no 2... P6C?; 3. Px ventaja; 152); 3. R2R! .(jugada P + , R x P ; 4. R5C, R6A ; 5. R9A, única; en caso de 3. R2C ?, R6R, R6D ; 6. R5D, R6R ; 7. R5R, R6A ; el negro gana el peón AR, después 8. R5A, R6C; 9. R xP , R x P ; 10. de lo cual su rey se dirige hacia el ganando las blancas en fi peón TD, sin preocuparse de tomar R4A!, nal de dama ; véase el 3 en el el peón TR, lo que salvaría a las «Apéndice»), No deja de ser inte blancas) ; 3... R6C, 4. R3R!, R x P ; el que otras jugadas, salvo 5. R2A!, R7T; 6. P4A, P6T; 7. resante 1. P4C!, hagan perder al blanco; P9A, R8T; 8. P6A, P7T, tablas por ejemplo: 1. P4T?, F5C! 2. (ahora a las blancas les ha faltado R5T, P6C, o bien, 1. R5T ?, P5C ! ; un tiempo para obtener la victoria 2. PxP, PxP; 3. R4T, R6A, y 4... en final de dama). P6C. Si en la posición inicial el rev se hallase en 5TR, sería tam 319 bién tablas: 1. P4C!, P x P ! (sólo así) ; 2. P x P , R4A. (La solución del autor no fue publicada y la po sición 319a no fue estudiada a fondo. 3I9b. De una partida real, 1936. Blancas: R4TD, P4CD, P2CR, P4CR. Negras: R5AD, P3TD, P4CR, P3TR; juegan las negras. 1... R5D !; 2. R5T (o bien, 2. R3C, R6D) ; 2... R6A; 3. R4T, R7C; 4. P3C, R6A; S. R3T, R9D!; 6. R4T, R5A; 7. R3T, R6A; 8. R4T, R7C y ganan. (La idea es idéntica a la del 312b.) 173
En otro sentido, pero también práctico, son muy interesantes los ejemplos siguientes:
R8A, R3D; 6. R8D, R x P ; 7. R x P, R4R; 8. R7R, R4A; 9. R7A, R4C; 10. R6R y ganan.
M. Levit, 1915. Blancas: 320. 1. R2A, R4A ! (en caso de R3AD, P2TD, P2CD, P5CR. Ne 1... P4A, las blancas se apoderan gras: R4TD, P5TD, P3CD, P3CR ; del escaque 4AR con el rey, reser ventaja blanca. 1. R4A, P4C+ ; vándose el tiempo P3C); 2. R3A, 2. R5A, R3T; 3. P4C!, PxP; 4. R4R!; 3. P4C, P x P + ; 4. RxP , P x P, R4T ; 5. R6A!, R5C ; 6. R6C R5R; 5. P5T, P4A+; 6. R3T!, y ganan. P5A; 7. P6T, P6A; 8. P7T, P7A; 9. R2C y ganan. 319d. V. Ber, 1934. Blancas: Botvinmk compuso este estudio R2CD, P3AD, P6CR, P5TR. Ne basándose en un difícil final, del gras : R5AD, P4AD, P2CR, P3 que fue protagonista en un torneo T R ; ventaja blanca. 1. R2A, R4D simultáneo, y teniendo en cuenta (o bien, 1... R4C; 2. R3D!) ; 2. los errores que él descubrió en el R3C!, R3A (2... R3D; 3. R4T!, análisis de Fine (1941). R3A; 4. R5T) ; 3. R4A, R3D; 4. R5C, R4D ; 5. R6C !, R5A; 6. R6A Knoch-Van Scheltinga, 320a (no deja de ser divertida la con quista consecutiva de la oposición Amsterdam, 1936. Blancas: R3CR, en 2AD, 4AD, 6AD) ; 6 . . . R x P ; 7. P2TD, P3CD, P4TR. Negras ■ R x P y ganan. Tocándoles jugar R3CR, P5CD, P3AR; juegan las a las negras se alcanzan tablas me negras. 1... R4A; 2. R3A, R4R; diante 1... R4C! (únicamente); 2. 3. R4C (no 3. P5T, R4A); 3... R5R; 4. P5T, P4A+ ; 5. R3C (ma R3C, P9A + , etc. la jugada; lo correcto es, como se 319e. I. Glazer. 1939. Blancas: ñaló Botvinnik: S. R3T!); 5... R4TD, PSD, P2CR, P3CR. Ne R6R; 6. P6T, P5A + , tablas (evi gras: R1R, P2D, P5CR; ventaja dentemente, Fine no tuvo en cuen del blanco. 1. R5C, R2R (o bien, ta la continuación 7. R4C, P6A; 1... R1D; 2. P6D, y ora 2... RIA; 8. P7T, P7A; 9. P8T-D , P8A = D ; 3. R6T, ora 2... R1R; 3. R6C, 10. D5R + , R7D!; 11. D4D + , R2A; 4. R7C, etc.) ; 2. R5A, R1D; R7A; 12. DxP). Botvinnik acompañaba su estu 3. R6D, R1R; 4. R7A, R2R; 5. dio de una nota irónica: «Segura 320 mente, se demostrará que el estu dio no es original; ¡ es tan difícil a estas alturas inventar algo nue vo en el ajedrez!» A esta observa ción respondió O. Nedelkovich en el año 1951, al hallar el siguiente ejemplo de Euwe (1940): 319c,
Blancas: R3R, P2TD, P2CD, P2AD, P2TR. Negras: R4R, P2TD, P2CD, P2AD, P2AR; las blancas tienen ventaja. 1. P4TD, P4T; 2. P4A, P4AD; 3. P3C, P3C; 4. P4T, R4A; 5. R3A, R4R; 6. R4C, R5R; 7. P5TR, P4A+ ; 8. R3T!, etc. »Creo que esta combinación no 320b.
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es nueva», señala Nedelkóvich. Esta suposición es cierta; véase, por ejemplo, el estudio de Grigóriev 68, el cuarto movimiento de las blancas (1928), así como el 333d, 1926). La interesante y difícil posición del 321 ha sido hasta la fecha poco conocida, ya que su solución no ha sido nunca publicada. Para hacer la más asequible examinaremos en primer lugar el final, bastante más sencillo, que damos a conti nuación : Volpert - Bielova, 1949. Blancas: R4CR, P3TD, P4CD, P3TR. Negras: R3CR, P3TD, P4CD, P3TR; les toca a las ne gras. El movimiento 1... P4TR+ ? 321 a.
ttte un error decisivo a causa de 2. R4A, R3A ; 3. P4TR. Según señaló P. Romanovski, se empataba ju gando 1... R3A (y también con 1... R2C). Después de 1... R3A (1... R2C ; 2. R5A deja a las blancas con un peón de ventaja en final de da ma «R4TD, D8CD, P3TD ; R5CR, D8TR, juegan las negras», que dando las tablas todavía por de mostrar). 2, R4A, R3C (hasta se puede R3R), o bien, 2. P4TR, R3C; 3. PST+, R3A ; 4. R4A, R3R ; 5. R4R, R3A las tablas son evidentes.
En el 321 se ve claramente que deberá darse una posición final análoga, con la diferencia de que los peones negros en el flanco de dama son mucho más débiles y las blancas necesitan bastante menos tiempo para alcanzar dama. Es evidente que el rey blanco de berá ocupar el centro del tablero, manteniendo la oposición. Por eso: 1. R2A!, R2A! (es claro que no se debe jugar 1... R2C?; 2. R3R; en caso de 1... R2R, sigue 2. R3R; y la tarea de las blancas queda re suelta al ocupar la oposición en la columna «R» ; por ejemplo: 2... R3R. 3. R4R, R3A ; 4. R5'D', o bien. 3 ...R3D ; 4. R4D !); 2. R3A, R3A; 3. R4A, R3C! (hemos llegado al momento más difícil dé la solu ción ; a primera vista parece que ahora 4. R5R da la victoria; sin embargo, como se verá más ade lante, esto no es así) ; 4. R4C!! (las blancas crean voluntariamen te esta posición que parece condu cir irremisiblemente a tablas) ; 4... R3A (4... R2C? lleva inmediata mente a la derrota) ; 5. P4T!, R3C ; 6. PST+, R3A; 7. R4A, R3R; 8. R4R, R3A (continúa siendo aún un misterio de qué modo pueden ganar las blancas; tanto al negro como al blanco les hacen falta el mismo número de movimientos, ocho, para ser más precisos, para alcanzar dama a la vez); 9. R5D, R4C; 10. R5A, RxP; 11. RxP, R5C; 12. R4AÜ (en esto consis tía la solución: el rey blanco no sólo ha liberado el camino de su peón, sino que, además, se ha in troducido en la casilla del peón 6TR); 12... P4T; 3. R3D!, R6A (pues de lo contrario el rey blanco va a 1AR; en caso de 13... R6C, el rey es jaque en 8CD); 14. P5C y la dama negra en 8TR es captura da en jaque doble. Queda sólo por dilucidar una cuestión: ¿Por qué la jugada 4. R5R ? no lleva a la victoria por el mismo método? I.a respuesta es 175
que hubiese seguido 4... R4C; 5. 3 22 RñD, R5T; 6. R5A, R x P ; 7. R x P, con lo que ahora ya no se puede ni 7... R5C ?, como en la variante principal, ni 7... R7C ? a causa de 8. R x P, con el subsi guiente cambio de damas (jaque por la diagonal), sino 7... P4TR!; 8. R4A, P5TR! y, dado que el ne gro no ha abierto su sistema de defensa, las blancas se encuentran ante una alternativa igualmente desagradable: ora 9. P5C, R5C!, ora 9. R3D, R7C!, en ambos casos el mismo resultado, tablas. Ahora se comprende por qué era necesa rio llevar él peón 3TR hasta 5TR, había que quitar a las negras la posibilidad de realizar esta ma R6T?, R5A ; 4. P5C, R5C ; 5. niobra. ¡ Esta es una de las numerosas P3A +, R5A y tampoco 3. P4A + ?, R5R ! ; 4. P5A, P x P ; 5. P x P , obras maestras de Grigóriev! R4R; 6. P6A, R3R) ; 3... P4TR ; 321b. I. Louma, 1939. Blancas: 4. P4A+ ! (es inútil 4. P x P, P x P ; R1R, PSTD, P6CD, P2TR. Negras: 9. P4A + , a causa de 5... R3R ! ; R2D, P3TD, P2CD, P2TR; venta 6. P5A + , R2A ; 7. Rx P , R3A ; 8. ja blanca. Lo mismo que en el 321, R4C, P4T ! ; 9. P4T, R2A y tablas ; 152) ; 4... R3R ; 5. P5A+ !, P x P ; la columna principal es la de «R* (los peones negros 2CD y 2TR son 6. P x PT !, P4T ; 7. P4T, R2A ; 8. débiles). La situación en el flanco R x P y ganan. de dama es aún más favorable pa 2. R5R P4TR ra el blanco. La amenaza de las 3. P x P PxP negras R x P4TD debe ser contra 4. P4T ! rrestada mediante R5A (R4TD, R6D), lo mismo que en el N.° 224). No se consigue nada con 4. R5A, 1. R2A! (comenzando así el rodeo R3D; 5. R5C (o bien, 5. P4TD, y el acercamiento al peón 7TR; al mismo tiempo, a R3AD-4CD se R4D; 6. R5C, R5R); 5... R4R; 6. puede contestar ahora R-3R-4D); P3A, P3TD !; 7. P4TD, P4TD ; 8. 1.. . R3R o R1R (1... R2R ; 2. R3R; P4A + , R3R; 9. P5A+, R2A y ta 1.. . R3D; 2. R3A!, R4D; 3. R4A, blas, lo mismo que más arriba. R4A; 4. R5R, o bien, 3... R3D o 4. ... P4T R3R; 4. R5C); 2. R3C !, R2A !; 3. R4T!, R3C (3... R3A; 4. R5T) ; 4. R4C, P3T; 5. P3T!, R3A; 6. R4A, Esta jugada hace perder. Es tam R3R; 7. R4R y ganan. bién mala 4... P3T a causa de 5. El análisis de V. Chejover puso R5A, R3D; 6. R5C, R4R; 7. al descubierto las dificultades de P4A+!, R3R; 8. P5T, de igual la posición 322. modo que 4... P5TR a causa de 5. R4A, R3D; 6. R4C, R4R; 7. P5T. 1. R4A P3T R! Ahora bien, las negras podrían hallar aún su salvación mediante En caso de 1... R3D, tendríamos la sutil jugada propuesta por 2. R5C, R4R; 3. P3A! (no 3. I. Bondarevski 4... R3A!, por 176
ejemplo: 5. R5A, R4D; 6. R5C, R5R!; 7. P4A, P5TR, o bien 5. P5T, P5TR; 6. R4A, R4D ; 7. R4C, R4R! (pero no 7... R5R ? ; 8. P6T, P6TR; 9. R3C! y ganan); 8. P6T (o bien, 8. P3A, P3TD); 8... R5R; 9. P3A + , R6R; 10. P4A, P6TR, tablas. A la mala jugada 4... P4TD si guió : 5. R5A, R3D; 6. R5C, R4R; 7. P3A!, R3R (7... P5TR; 8. R4C); 8. P4A, P5TR; 9. R x P, R3A ; 10. R4C, R3C; 11. R3A, R3A; 12. R4R, R3R; 13. R4D! y ganan (el peón se halla precisamente en la zona de promoción; 152). Pasemos a examinar el tercer grupo de finales, cuya caracterís tica es la disposición «desperdiga da» de los peones, es decir, cuando unos se encuentran en el centro del tablero y otros en los flancos. Entre ellos puede haber dos liga dos, pero lo más corriente es que todos estén aislados. En este caso de debilidad de los peones de am bos bandos, la dificultad estratéconsiste en lo que podríamos ñica amar correcta elección de la «di rección del ataque principal», ya que el dirigir todos los esfuerzos contra uno de los peones significa entregar otro al adversario. 323
góriev (su solución no fue publi cada) . La posición de las negras posee una capacidad de resistencia espe cial, debido a que los peones 2CD y 2CR se encuentran aún en sus casillas iniciales; además, las ne gras dominan la oposición. La ta rea del blanco consiste en arreba tar a su adversario estas ventajas. 1. R4R, R2D! (ocupando la co rrespondencia en la «zona princi pal», ahora; el apoderarse de la oposición mediante 2. R3D inten tando jugar directamente contra el peón 2CD, es infructuoso, debido a 2... R2A!) ; 2. R5R, R 2R; 3. P5CD!, P3CD (debilitamiento for zado, ya que a 3... R2D sigue 4. P5A, P x P ; 5. R x P, R2R ; 6. R6C. RIA; 7. R7T, R2A; 8. P5CR y ganan); 4. P5A, P x P ; 5. Rx P ! , R2A (zugzwang: las negras pier den si se les transmite la obliga ción de jugar); 6. R5C!, RIA (única jugada) ; 7. R4A !! y, una vez perdida la oposición, las ne gras quedan indefensas ; por ejem: pío 7... R1R (o bien 7... R2A, o R2R; 8. R5A) ; 8. R4R, R2R; 9. RñR y ganan. 323a. N. Grigóriev, 1938. Blan cas: R1D, P3CD, P3D, P2TR. Ne gras: R1AR, P3CD. PSD, P2TR ; ventaja blanca. El blanco gana el peón 5D, pero pierde el 3CD; ade más, cambian los peones 3D y 3CD (después de su promoción) ; el peón 2TR asegura la victoria. 1. R2R, R2R; 2. R3A, R3D ; 3. P4C!, R3A (3... R4R; 4. R4C) ; 4. R4R, R4C; 5. RxP, RxP; 6. R5R, P4C ; 7. P4D, R6A; 8. P5D, P5C; 9. P6D, P6C; 10. P7D, P7C; 11. P8D = D, P8C=D; 12. D4D +, R7A ó 6C; 13. D4R ó 6C + , R ~ ; 14. D xD + , R x D ; 15. R6A!, R7A; 16. R7C !, P4T; 17. R6C, P5T; 18. R5C, P6T; 19. R4C, R6D; 20. RxP, R5R; 21. R4C y ganan. 323b. Valtuch Michell, South177
port, 1905. Blancas : R2AR, P2TD, P4AD, P2TR. Negras: R3R, P3CD, P5R, P3CR ; juegan las ne gras, gana el blanco. Las negras cuentan con un peón pasado, pero, o bien es cambiado por el 4AD, o bloqueado. 1... R3D {si 1... R4R, entonces 2. R3R, P4CR ; 3. P3TR, R4A; 4. P3TDÜ, R4R ; 5. P4TD, R4A; 6. P5A!, PxP; 7. P5TD y ganan, pero hay que tener en cuen ta que serian tablas si 4. P4TD ?, a cansa de 4... R4R; 5. P9A. PxP; 6. P5TD, R4D; 7. P6TD, R3A; 8. RxP, R3C; 9. R5D, RxP; 10. RxP , R2C) ; 2. R3R, R4A (2... R4R; 3. P4TD!, R4A ; 4. P5A !) ; 3. RxP, R x P ; 4. P4TR!, P4CD ; 5. R5R, P5CD ; 6. R6D (no 6. R6A?, R6A ; 7. RxP, R7C ; 8. P5TR, RxP; 9. P6TR, P6C, ta blas) ; 6... R4C; 7. R5D, R5T; 8. R4A y ganan, lo mismo que en el 319. 323«. V. Leik, 1940. Blancas: R4D, P6TD, P3AR, P4TR, P5TR. Negras: R6CR, P2TD, P3R, P2 CR; ventaja blanca. 1. R5R. Rx PA (1... RxPT; 2. RxP, RxP; 3. R7D) ; 2. R x P, R5C ; 3. P6TR ! ! (3. R6D?, R P5T ; 4. R6A, Rx P4T, tablas) ; 3... PxP; 4. R6D y al negro no le salva ni 4... RxP, ni 4... R4A. x
323é. V. Leik, 1940. Blancas: R1CR, P2D, P4AR, P6TR. Ne gras: R2D, P6D, P4AR, P2TR ; ventaja blanca. 1. R2A, R2R; 2. R3R, R3A (en caso de 2... R3R ; 3. RxP, R4D; 4. R3R, R5A, la vic toria se alcanza lo mismo que en el n.* 163) ; 3. R4D ! (no 3. R x P ?, R3C) ; 3... R3C; 4. R5R, R x P ;
178
5. R6A, R4T; 6. RxP, R3T; 7. R6A, R4T; 8. P5A, R5C; 9. R6R y ganan. 323e. N. Grigóriev, 1930. Blancas: R8AR, P5TD, P2AR, P6TR. Negras: R3D, P2CD, P5R, P2TR; superioridad blanca. 1. R8R!, R3R (la continuación 1... R3A y 1... R4R se examinan más abajo); 2. R8D, R3D; 3. R8A, R3A; 4. R8C, R4C; 5. RxP, RxP; 6. R6A, R3T; 7. R5D, R3C; 8. R x P y el rey entra en 6AR. 1... R3A; 2. R7R!, R4A; 3. R6R, R5A; 4. R5R, R4C; 5. R6A!, R x P ; 6. R7C, P4C; 7. RxP, P5C; 8. R7C!, P6C; 9. P7T, P7C; 10. P8T=D, P8C = D ; 11. D8TD+ y ganan. 1... R4R; 2. R7D!, R5A; 3. R6D!, R5C; 4. R5R, R4C; 5. R x P, R x P ; 6. R9A, R2C; 7. R6R!, P3T; 8. P3A!, P4T; 9. R5A, R3T; 10. P4A! y ganan. K. Tatersoll, 1910. Blancas: R3D, P4AD, P5D, P2R. Negras : R4R, P3D, P5AR; las blancas llevan ventaja (pero si se traslada la posición a la izquierda es tablas). 1. P4R !, P6A; 2. P5A ! ?, P x P ; 3. R3R y ganan. Si 1... P x P a p., viene 2. Rx P , R3A!; 3. R4D!, R2R; 4. R3A y las blancas ganan realizando un movimiento envolvente, lo mismo que en el 102 (este movimiento es im posible cuando la posición se encuentra situada a la izquierda y por eso es tablas; véase el 100). Después de 1. P4R, la situación no se salva ni con 1... R3A a causa de 2. R2R, R3C; 3. R3A, R4C ; 4. P5A! y ganan. 3231.
Ca pít u l o
V il
DESARROLLO DE LA TEORÍA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS Antes de pasar a la demostración de los finales de peones en parti das de torneos, creemos necesario ultimar nuestro estudio de los «finales con fuerzas reducidas» con un pequeño análisis que amplíe los conoci mientos sobre las casillas conjugadas. Este capítulo tiene un indudable valor práctico, pero, a diferencia de los demás, es mucho más compli cado, recomendándose su estudio sólo a ajedrecistas de alta calificación. Las casillas conjugadas comienzan a ser citadas con frecuencia en las publicaciones del año 1901, después de haber editado E. Lasker la situación que se dio en una de sus partidas (337). No obstante, sólo en 1922, en el análisis de N. Grigóriev sobre la maniobra de los reyes, fue teóricamente encauzada esta cuestión. A partir de entonces tuvo lugar, como sucede siempre en estos casos, un proceso de acumulación de material, es decir, de acuellas posiciones para cuya solución es preciso contar con la existencia de las casillas conjugadas. De estas posiciones, unas se dieron en la práctica y otras fueron planteadas en forma de problemas. En el período comprendido entre 1925 y 1936 (y posteriormente), R. Bianchetti, K. Ebersz, V. Halterstadt y M. Duchan, V- Berg, etc., publicaron artículos y libros dedicados al estudio de problemas aislados de la teoría de las casillas conjugadas. En 1936, V. Berg, después de haber recopilado más de cien posicio nes en las que se daban las casillas conjugadas, intentó por vez primera su sistematización. Aun cuando, a nuestro juicio, son muchos los puntos discutibles en este trabajo, y hasta alguno que otro francamente erróneo, la línea general seguida por el autor nos parece acertada. En este capítulo se intenta unificar lo esencial de lo que el pensa miento teórico ha alcanzado hasta la fecha respecto a las casillas con jugadas, dar la continuidad necesaria a la exposición de esta teoría y desarrollarla en ciertos puntos. Es fácil comprender la enorme dificultad que presenta el examen crítico del extenso y complicado material que a este respecto existe, expuesto, por regla general, bajo los contradictorios punte« de vista 17 9
de diversos autores. Tanto más, que la mayoría de las posiciones que se estudiaron, sólo presentan interés desde el punto de mira exclusiva mente teórico, lo mismo que algunos de los métodos que para su resolución se proponen (tías distancias críticas» de Bianchetti, el «sistema coordinado» de Ebersz, etc.). De ahí el que nuestra tarea haya consistido en considerar este material desde el punto de vista práctico, eligiendo lo más. valioso y ampliando y profundizando después, en la medida de nuestras fuerzas, la esfera y los métodos de una verdadera aplicación práctica de la teoría de las casillas conjugadas. En primer lugar, expondremos los principales sistemas de casillas conjugadas, sacando a continuación algunas conclusiones. 1.
OPOSICION CORRIENTE (SISTEMA RECTANGULAR)
Es éste el sistema de casillas conjugadas más simple y más frecuente. Puede observarse en el diagrama 324. 324
325
Hallándose distribuidos los peo nes tal y como se indica en el 324 (el blanco dispone de un tiempo de reserva), las casillas críticas son 5AD, 5D, 5R. Las casillas conjugadas (oposi ción inmediata y distante) se ha llan señaladas con idénticas ci fras; en este sistema conjugado son siempre casillas del mismo co lor, situadas unas frente a otras en la misma columna o en la mis ma fila. Las zonas principales en el cam po de cada uno de los adversarios han sido limitadas por rectángu los. A la derecha de estas zonas 1«)
no pueden extenderse más: si el rey negro se hallase en la colum na AR, la victoria se conseguiría fácilmente continuando 1. P5C, P x P ; 2. PST. Examinemos la posición R3RR3D. Juegan las blancas y ocupan la oposición en la primera fila mo viendo 1. R4D, y después de 1... R3A, lo que decide es el movi miento envolvente: 2. R5R, R2A; 3 R5D, R2 D; 4. R5A, R2A. Las blancas se han apoderado de las casillas críticas, pero la oposición ha pasado a poder del negro. Sin embargo, vuelve a ser conquistada inmediatamente moviendo 5. P5T, después de lo cual el peón negro 3T no tiene salvación. Hay que prestar especial aten ción a este momento característi co ; al pasar el peón a 5T ha varia do la distribución de casillas críticas (véase el 325). Hablando con toda exactitud, habría que decir que la variación tuvo lugar después de la jugada 2. R5R. Cuando el rey ocupa una de las casillas críticas, el sistema formado por estas casillas pierde su valor o es sustituido por otro. Esto tiene lugar también en el caso en que el rey, que se ha estado defendiendo hasta cierto instante, pasa a atacar a su vez. Ahora bien, lo más frecuente es que estas va riaciones en el sistema de las ca
sillas críticas sean producidas por el movimiento de los peones. En el 325, las casillas conjuga das están distribuidas no en rec tángulas, sino en cuadrados, A simple vista puede parecer que no hay diferencia alguna entre ambos casos, puesto t^ue lo que decide es la misma oposición. Pero la reali dad es que en este último caso lo único que tiene valor es la oposi ción inmediata (la línea avanza da). Recordemos el número 93a: R4AD-R1AD, tablas, independien temente de a quien le toque ju gar; correspondiéndole al negro, sigue: l... R1D!; 2. R4D, RIA!; 3. R5R, R2A (amenazando R3A, lo que impide a las blancas ejecu tar el rodeo tan característico de la oposición corriente) ; 4. R5D, R2D, tablas. Se dan, claro está, situaciones en las que hay que seguir riguro samente la oposición distante; por ejemplo, cuando es necesario de fenderse en ambos flancos (en este caso, las casillas P4D y P8D de berán señalarse con la cifra *4). Pero en contraposición a esto se conocen posiciones en las que las zonas principales no se hallan si tuadas siguiendo un estricto or den simétrico, sino en zigzag. Todo lo dicho nos obliga a consi derar el sistema «cuadrado» de conjugación como un tipo especial que se diferencia de la oposición corriente. (Los numerosos ejem plos que se dan en el apartado si guiente sirven de confirmación a lo expuesto.) Si en la posición R3R-R3D le toca jugar al negro, hacen tablas mediante: 1... R2R! (pero de nin gún modo 1... R4R?, a causa de 2. R3D, R4D; 3. R3A, y las ne gras pierden la oposición debido a la imposibilidad de alcanzar la casilla 4AD) ; 2. R4D, R3D; 3. R4A, R3A. Ahora, 4. P5TD es inútil: las blancas no han conse guido ni siquiera apoderarse de
las casillas críticas en la quinta fila y tanto menos podrán hacerse con las nuevas de la sexta. En la posición R2R-R1D, las blancas ganan si les toca ju gar: 1. R2D !, convirtiendo gradualmente la oposición distante en inmediata (véase el 15). Cuando el rey negro se sitúa en la columna AD, el rey blanco realiza un movimiento en volvente a través de la columna D, con la particularidad de que, co mo ya se dijo en la «Introduc ción», el conservar las «casillas rectangulares», es decir, la elec ción de escaques blancos o negros, no influye en absoluto en la posi ción 324 (completamente distinto es lo que heme® podido observar en la posición 185). El sistema conjugado que aca bamos de analizar es tan sencillo que, claro está, en la práctica no es preciso recordar signo ni cifra alguna. El haber hecho uso de ellos en nuestra exposición, tenía por objetivo hacer más visible la distribución de las zonas principa les, asi como subrayar la afinidad característica de las casillas sepa radas por una fila (esto es muy importante y haremos uso de ello más adelante). En el caso de cuatro o más casi llas críticas en una misma fila (como, por ejemplo, en las posicio nes del tipo de la 256a), las zonas principales (rectángulos) aumen tan su longitud, manteniendo la misma anchura de dos filas. Como mínimo constan de seis escaques. En el 326 los puntos críticos son 5AD, 6AD, 7AD, 8AD (9). De acuerdo con esto se poseen dos fi las principales (la sexta y la sép tima) , teniendo las blancas de® fi nales posibles, a elección, para ganar. Como el escaque 4CD es inacce sible al rey negro, éste se ve obli gado a pasar a la sexta horizontal en su primera jugada. Entonces el 181
rey blanco ocupa en ella la oposi jugar (de quien sea el primero ción (lo que decide la partida). que ocupe una de las filas princi Por el momento debe quedarse en pales). la quinta horizontal, siendo la úniSi les toca jugar a las blancas, es claro que sigue 1. R6A, acer 326 cando el rey a los peones; en caso de que el rey negro vaya a la sép tima fila, las blancas ocupan in mediatamente en ella la oposición decisiva. Si, por el contrario, les toca jua las negras, éstas hacen ta far las mediante 1... R2C, 2T, y en caso de que el rey blanco entre la sexta fila, las negras ocupan en ella la oposición que las salva. Es importante señalar que se consi guen también tablas jugando 1... R2A(1A), ya que ocupando uno de los escaques 3D ó 2D, el negro tiene la posibilidad de jugar con tra el peón 4A; por ejemplo: 1... ca posibilidad de hacerlo el jugar RIA, 2. R6A, R2D; 3. R7A, R3D, y no se puede mover 4. R8R, a 1. R5AR. La continuación es muy sencilla causa de 4... R4R. El estudio de Zakman tuvo éxi y en los capítulos anteriores he mos tenido ocasión de analizarla to en los tiempos en que aún no más de una vez: 1... R3C (1... se veía claramente qué es la fila R3T; 2. R6R); 2. R6A, R2C; 3. principal y lo que significa el ocu R7A, R1C (o bien, 3... R3C; 4. par en ella la oposición. El no R8R); 4. R6R, R2C; 5. R7D, comprender a fondo la esencia de R3C; 6. R8A (esto es más sencillo la oposición distante explica asi que 6. R6D y 7. R x P5A) y ganan. mismo la utilización totalmente a Zakman consideraba que la cap destiempo del método de las casi tura del peón negro 4AD antes de llas conjugadas que se encuentra haberlo sido el 3AD conduce la en muchos libros de aprendizaje. Hay que tener en cuenta que el partida a tablas (este error se man tiene hasta la fecha en ciertas pu empleo de este método cuando no blicaciones), por lo que jugaba 4... existe una razón real que lo jus R2A; 5. R7R, RIA; 6. R6D, R2C, tifique, no hace más que compli esperando el lance 7. R x P5A. Es car la solución y desacreditarla. indudable que la jugada más sen Los enemigos de este método han cilla para ganar es 7. R7D ; sin em hecho con frecuencia alusión a bargo, es perfectamente posible desafortunadas explicaciones, co jugar 7. R x P5A, R2A ; 8. R4C, mo la que acabamos de reseñar, de la posición 326, creyendo de este R3C ; 9. P5A+ ! (y no 9. RxP4T?, P4A, tablas), y 10. RxP4T (168), modo demostrar la inutilidad del o bien, 8 R3D ; 9. R x P4T, R4A ; método conjugado. 10. R3C, R3C; 11. R3A, P4A Para resolver la posición 327 el (R4A) ; 12. R3D y ganan. Situemos en el 326 1c« reyes en numerar las casillas (oposición 5CR y en 1CD. Para esta posición simple) es tan poco necesario co el resultado depende del turno de mo en el 326. Aquí se da con el .
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.
.
solo objeto de poder comparar con 4D, por ejemplo: 1. ROT?, R3A el 324, a fin de demostrar que la (2A, 1A); 2. R6C, R3D; 3. R6A, disposición vertical de las zonas R2D, y resulta inútil 4. R5R a principales es análoga a la hori causa de 4... R2R, mientras que zontal. después de 4. R7A, R3D no se El ganar el peón negro 4D no puede 5. R8R, debido a 5... R3R. da nada, ya que a RxPSD sigue Así pues, las casillas 3D y 2D R2D; R5A, R2A; P5D, R2D, y salvan a las negras, lo que deter mientras el blanco se dedica a cap mina el posible grado de aleja turar los peones doblados, las ne miento del rey blanco de los peo gras tienen tiempo de suprimir el nes en posiciones semejantes (compárese con el 326). 327 327a. I. Moraviets, 1955 (según Botvinnik). Blancas: R4CR, P4 TD, P4D. Negras: R1TD, P4TD, P3TD, P4D; ventaja blanca. 1. R5C!, R2T (1... R2C; 2. R5A; o bien, 1... R1C; 2. R6A) ; 2. R6C!, R1T; 3. R6A y ganan. He aquí una feliz aplicación del estudio 327. 328
peón «D» y ocupar con el rey la casilla 1A. La clave de este estudio reside en que, en primer lugar, hay que capturar los peones doblados y sólo después de esto el peón ne gro 4D. Esto se puede conseguir apoderándose de la oposición en las filas principales (sexta y sép tima). De ahí el que, lo mismo que en el 326, se deba jugar 1. R5A, R3C ; 2. R6A !, R2C ; 3. R7A > (sólo después de esta jugada se puede comenzar el movimiento envolvente; a 3. R5R? sigue 3... R2A !), 3... R1C; 4. R6R, R2A ; 5. R7R!, R3A; 6. R8D, R3D; 7. R8A, R3A; 8. R8C, R3C; 9. R8T y las blancas ganan. No debe perderse de vista que 1. R5TR quita la oportunidad de ganar. Es cierto que las blancas conquistan la oposición, pero per miten al negro amenazar al peón
Además de la oposición ordina ria, en el 328 desempeña un gran papel la distribución de las casi llas conjugadas cerca del peón ne gro 3CR. La posición R5CR-R2CR (y la R6TR-R3AR) —que en sí es inofensiva para el negro—, se con vierte para ellas en un zugzwang decisivo a causa de poseer las blancas el tiempo de reserva de 3C-4CD. Por cuanto las casillas 4AR-6AR se hallan conjugadas una respecto a la otra, es fácil de 183
terminar el tercer par de casillas R8CR, P3AD, P4D, P5R. Ne conjugadas: 4CR-7AR. Esto nos gras: R1R, P4D, P2D; el blanco permite ver claramente la clave tiene ventaja. Si en el 328 la zona de la solución: a dos casillas con principal tenía un «complemento», jugadas adyacentes de las blan aquí, por el contrario, se nos apa cas (3AR y 4CR) corresponde un rece en forma irregular (incom solo escaque (2A) a las negras. pleta), debido a que ciertas casi 1. R3R, R4R; 2. R3A, R4A; llas son inaccesibles a las negras: 3 R3C, R3R (3... P4CR; 4. P5TR ; a los escaques del blanco 6CR, o bien, 3... R3A; 4. R4A) ; 4. R4C1 7CR, 8CR, corresponden los del R2A; 5. R3A!, R2R; 6. R3R!, negro 3R, 2R, IR, pero para la R2A (6... R2D, 7= R4A) ; 7. R4D, casilla blanca 6TR el negro no tie R3R; 8.R4R, R3D ; 9, R4A, R3R ; ne «qué oponer». 1. R7C, R2R; 2. 10. R5C., R2A; 11. R6T, R3A; 12. R6T!, R2A ; 3.R7T, R3R; 4. R6C, P4C! (en este momento precisa R2R ; 5. R7C, R1R ; 6. R6A, RIA ; mente: si 12. R7TR?, entonces 7. P6R, P3D ; 8. P7R + , R1R ; 9. 12... P4CR!, tablas); 12... R2A; R6C, R x P ; 10. R7C, R1R (10... 13. R7T, R3A; 14. R8C, R4A; 15. R3R; 11. R8A) ; 11. R6A, R 2D; R7A(7C) y ganan. 12. R7A y ganan. En este ejemplo se han entrela zado el sistema de la aposición or 328b. Krilov-Runza, 195(1. Blan dinaria con un sistema que exa cas :R6TD, P5AD, P4AR, P3CR, minaremos más adelante. Sin em P4TR. Negras: R2R, P2AD, IM bargo, la influencia de este último AR, P3CR, P4TR; juegan las sistema se hace notar únicamente blancas. 1. R7T! (y no 1. R7C?, en la lucha por la oposición, sien R2D; 2. R8C, R3A; 3. R8A, do esto precisamente lo esencial R x P ; 4. R xP , R4U y ganan); de la posición 328. 1.. . R3R ; 2. R8C!, R4D (o bien. 2.. . R2D; 3. R7C, R1D ; 4. P6AD) ; 328a. K. Ebersz, 1941. Blancas: 3. R xP , R x P ; 4. R7D y ganan. 2.
SISTEMA DEL CUADRADO Y EL TRIANGULO
Después de la oposición corriente, es este sistema de casillas con jugadas el que le sigue en impor-
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tancia y en frecuencia. Su esencia ha sido expuesta en el diagrama 329. En el 329 las zonas principales se presentan bajo la forma de pe queños triángulos, podiendo ser las casillas que los completan a cuadrados, accesibles o rnaccesi bles a los reyes. En el diagrama que comentamos, las zonas se ha llan desviadas una respecto a la otra, pero puede darse también una disposición absolutamente si métrica de las zonas (véase el 325 y, de paso, las explicaciones que se dan). Además de las zonas prin cipales tienen también gran im portancia las casillas de la reta guardia colindantes con estas zo-
ñas (su número y las particulari de la captura); 2... R4A. Esta po sición tiene interés cuando les toca dades de su situación). jugar a las negras; éstas pueden Examinemos varios ejemplos. En el 330 (V. Halsberstadt, salvarse moviendo 1... P6C!; 2. 1935, la posición se halla desviada P3A! (2. P x P ? , pierde); 2... a la izquierda en una columna) no R3D; 3. R2A, R3A, etc. se debe permitir que el rey negro 330c. llin-Zhenevski-Botvinnik, ase al escaque 3AR. Por eso se semifinal del XI Campeonato de ebe contestar a R2A con R5C, y mediante el contraataque R6C las la U.R.S.S., 1938. Blancas. R3CR, blancas se salvan de R2R del ne P5R, P2CR, P5TR. Negras: R2 gro. De ahí se desprende la con AR, P4AR, P2CR, P3TR; juega jugación 8AR-5TR. En la posición el blanco. Siguió: 1. R4A (pen inicial, el rey negro puede estar sando en 1... R3R; 2. F3C y ga nan); 1... P3C! y tablas. Lo co situado en ti» ó en «2» ; por eso es preciso: 1. R4T ! para disponer de rrecto hubiese sido, según señaló fas mismas posibilidades (mala ju- P. Romanovski: 1. R3A!, P3C (o ada sería 1. R3A ?, R2A; 2. R3R, bien, 1... R2R; 2. R4AJ, R3R ; 3. P3C) ; 2. P x P + ; R x P ; 3. R4A, ,2R; 3. R3A, R2D!; 4. R3R, P4T; 4. P3C. R3A; 5. R4R, R3D v ganan); 1... En la posición inicial del estu R1A ; 2. R5T, R2A; 3. R5C, R2R ; dio 331, los peones se hallan en 4. R6C, RIA ; 5. R5T, tablas. 3C el blanco y en 3C el negro. El Halberstadt, 1935. diagrama nos muestra la posición 330a. V. Blancas: R2TR, P5AR, P3CR. Ne que se dio después de las jugadas 1. P4C, P4C. Las blancas se ven gras: R1TR, P4R, P2CR, P4TR; obligadas a jugar: 1. P4C, ya que tablas. Para nosotros la solución 331 es extremadamente fácil, puesto que conocemos la clave de esta po sición (330). 1 P4C! (no 1. R2C ?, R2T; 2. R3A, R3T; 3. R4R, R4C y ganan); 1... P x P (si 1... R2T, entonces 2. P5C, R1C; 3. R3C, R2A; 4. R3A, tablas); 2. R3C, R2T ; 3. R 4T! (no 3. R x PC, R3T ; 4. R4T, P9R; 5. R4C, P6R) ; 3... RlT ; 4. R x PC, R1C; 5. R4T !, etc. Damos a continuación dos posi ciones más con la misma disposi ción característica del par blanconegro de peones, pero disponiendo de movimientos de reserva:
f
J. M. Labouvdonnais, 1838. Blancas : R2D, P4AD, P2AR, P2CR. Negras: R3AD, P5D, P4 CR, P5CR. Labourdonnais estaba en lo cierto al señalar que a la vic toria lleva: 1. R3D, R4A; 2. P3C. Sin embargo, hubo críticos que afirmaban que 1. R3D pierde a causa de 1... P6C ; 2. P3AR ? ? (por lo visto se olvidaron de las reglas 330b.
moviendo el rey pierden; por ejemplo: 1. R3T ?, R4C; 2. R2T, R5C; 3. R2C, P4C; 4. R2A, R6T; 5. R3A, R7T; 6. R4C, R7C, et cétera; o bien, 1. R2C?, R4T; 2. R3A, R4C; 3. R2C, R5C; 4. R2A, R6T; 5. R3A, P4C, etc. Después de 1. P4C!, las negras no tienen 185
posibilidad de utilizar el tiempo la disposición de las casillas con de reserva P4C; por ejemplo: 1... jugadas en la zona principal: 3. R4C(2C) ; 2. R3C, R3A; 3. R3A! R3C ? pierde a causa de 3... R2A!; (no 3. R4A ?, P4C+ ; 4. R3A, 4. R3A, R2R; 5. R2R, R3R!; 6. R4R; 5. R3C, R3R; 6. R2A, R2D ; R2A, R2D, entrando en el flanco 7. R2R, R3A; 8. R2D, R4C; 9. de dama); 3... R2A; 4. RIA!, R2A, R5T; 10. R2C, R5C y ga R2R; 5. R1R, R3R; 6. R2R, R2D; nan) ; 3... R3R; 4, R4A, R3A; 5. 7. R1D(2D), R3A; 8. RtA(2A), R3A, R2R; 6. R4A, R2A ; 7. R5C, R4C; 9. R1C(3C), R5T; 10. R2T, R2C ; 8. R4A, R3T; 9. R3A, R4C ; tablas. 10. R3C, R3A; 11. R3A!, tablas. Las posiciones con dos puntos Así pues, a las negras no les que de ataque no son sólo posibles en da otro recurso que intentar blo éste, sino en cualquier otro siste quear los peones con la jugada l... ma de casillas conjugadas. La ma P4C. Pasando de largo estas pri niobra de los reyes en estas posi meras jugadas, consideraremos ciones no viene determinada de que la posición del diagrama es ningún modo por la forma que la inicial. presente el zugzwang. Puede, co El 331 es una posición con dos mo en el 331, tener características puntos de ataque : el zugzwang de de oposición. Los reyes pueden cisivo para las blancas es R3ARmantenerse en columnas vecinas, R4R y R2CD-R5CD (R2TD-R5 como en el 332. La maniobra pue TD). Para poder llegar a tiempo a de ser también mixta (combina defender el flanco de dama (es da) y hasta completamente distin decir, para contestar a R5TD con ta de las de« indicadas, como se R2TD), el rey blanco debe man aclarará más adelante. El quid de tenerse forzosamente en la misma la cuestión estriba en que el tipo columna que el rey negro; al de la maniobra depende en cada mismo tiempo, la necesidad de caso concreto de las característi defender simultáneamente el pun cas de la estructura de los peones, to 4AR obliga a las blancas, a di es decir, del sistema de casillas ferencia de lo que ten’a lugar en críticas que corresponde a esta es el 325, a guardar con todo rigor tructura. la oposición en las zonas princi Consideremos el fundamento teó pales (de ahí la numeración de rico de la maniobra de los reyes las casillas 1, 2, 3, 4). Sólo el 332 zugzwang R3AR-R4R es un «sal to de caballo», pero las negras no pueden aprovecharse de esto por impedírselo su propio peón 3D. Pasemos a examinar la solu ción : 1. R3C (2C, 1C), R2C; 2. R2C, R3C (la oposición que man tienen las negras en la columna CR es inúitl por haber en ella una barrera, pero ahora, a pesar de to do, sobreviene el momento crítico, ya que no es indiferente en qué casilla de la columna CR se en cuentra el rey blanco); 3. R1C! (en esta jugada se tiene en cuenta 186
en las Tiosiciones con dos puntos de ataque. El ejemplo 332 (V. Leik, 1941) se halla muy distante de ser el pri mero en este sentido y su concep ción tampoco es original, ya que la idea tiene precedentes. No obs tante, esta posición es cómoda pa ra el estudio, gracias a su sencillez y a que está desprovista de gran des zonas de conjugación (el 80 era aún más sencillo). En la posición inicial del pro blema, la situación en el flanco de rey es distinta; a saber: R1AR, P2TR-R5CR, P5TR. En contesta ción a 1. R2C es malo 1... P6T+, ya que despuiés de 2. R2A, R5T; 3. R3A, las negras pierden un peón. Sólo queda 1... R4C! (no se debe 1... R4T?, a causa de 2... R3A, R4C; 3. P3T, R4T; 3. R2R, encaminándose a 7CD); 2. P3T, R4T. Esta posición, fijada en el diagrama, la consideraremos co mo inicial. El 332 se caracteriza por los pun tos de ataque (casillas críticas) 4CR y 7CD y sus correspondientes zugzwangs: R3AR-R4CR y R6TDR1CD. Los caminos más cortos entre las posiciones de zugzwang constan, para uno y otro adversa rio, de seis escaques (los de blan cas 3AR-2R-6TD ; los de negras : 4CR-1D-1CD). El rey negro debe mantenerse una columna a la de recha del blanco. El concepta de camino más cor to fue establecido por R. Bianchetti en 1925, al hacer el análisis de una posición. El señaló cada casi lla con dos cifras que indicaban las distancias que le separaban de la primera y de la segunda posición de zugzwang. Aquellos escaques en los que ambas cifras coincidían los consideraba «con jugados». En 1931, K. Ebersz adoptó esta numeración de las ca sillas para construir su teoría ma temática (en gran parte abstracta) de la maniobra de los reyes, basa
da en un sistema de coordenadas. El final de su artículo (las conclu siones) no fue publicado. En 1952, A. Chéron se aprovechó de la in geniosa idea de Bianchetti, pero can el único fin de escoger por su mediación las casillas conjugadas más eficaces entre todas; a partir de este momento señaló las zonas conjugadas por letras. Las distancias que separan las casillas de los puntos de ataque (distancias «críticas») se ven in mediatamente en el tablero, y esto parecía que debiera dar al juga dor el punto de orientación que le es tan necesario en las complica das maniobras de los reyes. Sin embargo, como se verá más ade lante, y sin dejar de reconocer cierta utilidad en las consideracio nes que acabamos de exponer, no deja de ser dudoso el que sobre esta base sea posible crear un mé todo completo para resolver las po siciones bloqueadas. Las casillas del camino más cor to han sido marcadas en el 332 con cifras que señalan sus distan cias (número de jugadas) al pun to de zugzwang izquierdo, prime ro, y después al derecho. Estas ca sillas corresponden exactamente a las análogas del adversario y, en este caso, pueden ser considera das como zonas principales. En caso de que el rey blanco se situa se en uno de los escaques del ca mino más corto, el rey negro de berá resoonder haciendo lo mis mo, precisamente porque el cami no es el más corto. En muchas posiciones, el método a seguir pa ra ganar consiste en obligar al rey contrario a situarse en una de las casillas de su camino más corto y, después de esto, ocupar la ca silla conjugada de su camino más corto. En el 332 el problema es más sencillo. Basta con echar una ojea da al diagrama para ver lo estre cha que es la «senda» de las ne gras en la octava fila. En ésta no 187
disponen de escaques adyacentes al camino más corto y, por consi guiente, en este tramo del camino no se hallan en situación de sopor tar la menor desviación, cosa que, por el contrario, pueden permi tirse las blancas. La solución debe estar ya clara: 1. R3A, R4C (las negras se ven obligadas a realizar una marcha «paralela»); 2. R2R, R3A; 3. R3D, R2R; 4. R3A!, R1R (las ne gras han podido todavía contestar a la desviación del rey blanco, pe ro ya no pueden repeler la segun da y siguiente desviación); 5. R4C!, R1D ; 6. R4A! y ganan (6... RIA; 7. R3D; o bien, 6 . . . R2R; 7. R5C). El blanco ha comenzado la ma niobra decisiva (utilización del «triángulo») en la cuarta jugada. El aplazarla hubiese sido, para la estructura de los peones que se considera, erróneo; por ejemplo: 4. R4A, R1D; 5. R4C ?, RIA, si guiendo 6... R1C, con lo que se >onen en condiciones de atacar a os peones 3R y 4R. Menos mal que en este caso es posible corre gir el error mediante 5. R3D!, R2R; 6. R3A! (ejemplo de posi ción «reversible» ; si las negras no se hallasen tan privadas de movi mientos, es decir, si dispusieran de una zona suficiente en la reta guardia, semejante equivocación podría llevar a tablas, y no debe perderse de vista que estas posi ciones «irreversibles» aparecen con bastante frecuencia). La posición 332 es muy senci lla ; el tipo de maniobra de ésta no hubiera variado aun siendo otra la posición de los reyes; por ejemplo: R1AD-R1CR. Más ade lante examinaremos casos más complicados. Pasemos a considerar las posi ciones con un solo punto de ataque. Estas posiciones son muy numero sas y variadas. Pero bajo este nombre se suelen comprender sólo las que constan de una o de dos
Í
188
columnas libres entre los peones (generalmente, cadenas de peo nes), y éstas son ya menos fre cuentes. Como regla general son muy complicadas. 333
En el 333, el punto de ataque de las blancas es el escaque 4R. Estando situado el rey blanco en 3D, las negras pueden defenderse mediante R4R y R4AR. La posi ción R4R es más fuerte, ya que a R3D-2R se puede contestar inme diatamente R4R-5D; estando si tuado el rey negro en 4AR, las ne gras, debido a ser inaccesible el escaque 3R, deberán emplear nn tiempo más para alcanzar 5D. El negro dispone también de nn pun to de ataque (5D) que las blancas pueden defender desde la casilla 3D o la 3AD. Resumiendo, podemos decir que los puntos de ataque se hallan su ficientemente defendidos y de por sí no son peligrosos. Es muy raro el que en la práctica se dé el caso de que en las posiciones con un punto de ataque se lleve éste a efecto precisamente en ese punto. Lo más frecuente es que la lucha se decida en un flanco, general mente después de haber perdida el tiempo anteriormente mencionado; en el caso que consideramos los
finales pueden ser extraordinaria mente variados. Después de R2A, las posibilida des de las blancas en el 333 consis ten en el movimiento P4CR, lo que les da un peón pasado, mien tras que la contramaniobra de las negras reside en la jugada R5D, y, si hay oportunidad, en P5TD (también en P6TD). Esta partida la perdieran las ne gras después de 1... R4R; 2. P4TD!, R5D; 3. R2D, R4R; 4. R3D !, R4A ; 5. R2R, R4R ; 6. R2A, R5D; 7. P4CR, PARxFCR+; 8. R x P€R, R4R ; 9. R2C !, R5D ; 10. P4AR. Mucho más consistente hubiese sido la defensa 1... P5TD, a la que, según Taimánov, hubiese podido seguir 2. PCDxPTi, R4R (o bien 2... R4A, véase A) ; 3. R3D, R4A ¡ 4. R2A !, R4R ; 5. R3A !, R4A; 6. R3C, R4R; 7. P5TD!, PCDxP; 8. R4T, R5D; 9. R5C, P5TD; 10. P3TD!, R6A; 11. RxPA, R6C; 12. R5D, R x P T ; 13. P5AD, R5C; 14. P6AD, P5TD; 15. P7AD, P7TD; 16. P8AD = D, P8TD = D; 17. D5AD + , R6C; 18. D4AD + , siguiendo el cambio de las damas y una fácil victoria. A) 2... R4A; 3. R3D, R4R; 4. R3A, R3D, R3C (o bien, inmedia tamente 5. P5TD); 5 ...R3A; 6. P5TD, PCD x P T ; 7. R4T, R3C (se ha dado una posición con dos pun tos de ataque; hay que atraer al rey negro al escaque 6TD) ; 8. P3TD !, R3T; 9. R3C, R3C; 10. R3A, R3A; 11. R3D, R3D; 12. R4R y ganan. Examinemos ahora otros ejem plos :
zwang R3A-R4R) ; 4. R2A, R4D; 3. R3A, R4R!, y la jugada 6. P6A no da nada. 333b, Blancas: R3AR, P3AD, P5AR, P4CR. Negras: R3D, P5 AD, P3AR, P2CR; tablas. Es in útil 1. R4A ó 1. R4R, ya que las casillas 5R y 5A son inaccesibles a las blancas. Los escaques críti cos aquí son 5D y 4D, y las ne gras pueden defenderlas con éxito. 333c. Blancas: R5AR, P4AD, P5CR, P6CR. Negras: R3D, P4AD, P2CR; ventaja blanca. En contestación a R5A, las negras se defendieron con R3D; en caso de R4R habría que jugar R3R; sólo a la casilla 4AR no tiene el negro otra que oponer. Por eso 1. R4A, R3R; 2. R4R, R3D; 3. R5A y ganan. 333d. R. Bania, 1926. Blancas: R1TR, P3TD, PSD, P3CR, P4CR. Negras: R1TR, P5TD, P3D, P2D, P4CR; el blanco tiene ventaja. (Para que el problema tenga solu ción se ha añadido el peón 3CR.) i. R2C, R2C; 2. R3A, R3A; 3. R4R, R3C; 4. R3D !, R3A ; 5. R4D, R3C (las blancas han ganado nn tiempo; ahora decide la partida el peón TD, junto con la maniobra del rey) ; 6. R4A, R3A; 7. R4C, R4R; 8. RxPT, RxPD (de no existir el peón 3CR, el negro se salvaría jugando: 8... R5A) ; 9. R5C, R4R!; 10. P4T, P4D; 11. P3T, PSD ; 12. R4A, R5R ; 13. P6T, P4D+ ; 14. R3C!, P6D; 15. P7T, P7D ; 16. R2A y ganan.
En el 334, después de un intere 333a. G. Wolker, 1841. Blan sante juego en los flancos, resuelve cas: R2AR, P3D, P3AR, P4CR. la lucha la ocupación del escaque de ataque. Negras: R2CD, P5D, P4CR, P3TR; las blancas no pueden ga El peón de más y pasado 4D nar. 1. P4A !, R3A (no 1... Px P ? ) ; («orgullo» de la posición de las 2. R3C, R4D, 3D; 5. P5A, (3. negras) deberá a ciencia cierta ser R3A, Px P !) ; 3. R3D! (teniendo sacrificado a fin de asegurar un en cuenta la posición de zug- punto de ataque al rey negro. Fe18 9
33 4
cano en un movimiento a la columna «R», y el avance 12. P4CR ? ya no da resultado: 12... PARx FC!; 13. P5TR, PCRxPT; 14. PCDxPT, P6CR; 15. P5AR, PR xPA ; 16. P6R, P5D+ ; 17. R3A, P6D; 18. P7R, R2D; 19. P6TD, P7D; 20. R2R, P7CR; 21. P7TD, P8D = D + ; 22. R xD , F8CR = D+ y 23... DxPTD. 12. P3TD (o bien, 12. PCD x PT; 13. P4CR, P4TR! y ganan) ; 12... PTxPC; 13. PTxPC, R2C ó 2A (serla prematuro 13... P9D+ ? ; 14. R xPD y la conjugación quedaría de las blancas) ; 14. R4D, R3C; 15. R3A, P5D +!; 16. R3D, R2C; 17. RxPD, R3A!; 18. R3A, R4D; 19. R3D, P4TR y ganan las negras. 335
ro antes de esto es preciso obligar a los peones blancos de torre a moverse (gastar sus tiempos de reserva) . 1.. . P3TD! (asegurando el flanco de dama); 2. R4D, R2D; 3. R5A, R2R; 4. R4D, R2A (esto obliga a 5. P4TR, ya que amenaza P4CR y R4T); 5. P4TR, R2R; 6. R3A, R2D; 7. R4D, R3A; 8. R3D, R3C ; 9. R3R ! En esta partida las blancas jugaron : 9. R4D, con lo que permitieron que inmediatamente siguiese: 9... P4TD; 10. P3TD, PTxPC, etc. En cambio, ahora preparan una celada: en caso de 9... P4TD ?. seguiría 10. P4CRH, y en vista de la amenaza 11. P5TR, PC x P T ; 12. P5CR, las negras se ven obligadas a gastar su tiempo de reLa posición 335, cuya composiserva mediante 10... P4TR, des- ción es un tanto irregular, expresa pués de lo cual el ganar es comple- claramente la idea de un avance tamente imposible. Pierde 10... en el centro mediante las maPAR x PC?, a causa de 11. P5TR, niobras correspondientes, después PCRxPT; 12. P5AR, PRxPA; de lo cual se consigue la victoria 13. P6R. R2A; 14. PCDxPT!, gracias a que se dispone de un P6CR; 15. P7R, R2D; 16. P6TD, tiempo de reserva. P5D+ ; 17. R3A, P6D; 18. P7TD, Las zonas principales son así fáP7D; 19. R2R, P7CR; 20. F8R= ciles de determinar. Algo más difícil resulta establecer la conju D +, R x D ; 21. P8TD=D + , y 22. D x PCR. gación de las casillas de la reta9.. . R2C(2A); 10. R2R, R3A;guardia (2D y 2R) ; pero 2R es 11. R3R, P4TD! afín a la casilla 4R y 2D compleEl rey negro se halla más cer- menta 2R y 3R un triángulo. (Este 190
encadenamiento de triángulos no deja de ser curioso y caracterís tico. ) La solución es ahora sencilla: 1. RIDí, R3A ; 2. R2D, R4A ; 3. R2R, R3A ; 4.R3A, R4D ; 5. R3R, R4A ; 6. R4R, R3A ; 7. R4D, R3C ; 8. R x P3D, R3A (ahora nos halla mos ante una nueva fase, la fi nal) ; 9. R4D, R3C ; 10. P4AD, R3A ; H. P5AD, R2A; 12. R4A, R3A ; 13. P3AR y ganan. El 3 3 6 se dio en la partida Neustadt-Porges, 1901, que terminó en tablas. Las zcmas principales están claras ; los reyes se hallan ya si tuados en ellas, en las casillas que deberán ir señaladas con la cifra «1». La situación aquí es otra, en las casillas de la retaguardia, que en el 335, donde el rey negro no podía alcanzar el escaque 4CD. La 336
esto a cabo ? Hay que traspasar el tumo de jugar al negro mediante el método del «triángulo». El rey blanco se verá obligado forzosa mente a salir de la zona principal y volver después a ella habiendo conquistado la conjugación. El éxito es seguro, ya que si el rey negro se sitáa en 4CD o en 3CD («1»), pierde contacto con la casilla 4D («1»), al tiempo que el rey blanco, maniobrando por los escaques 2R y 2AR, no se aparta ni un ápice del escaque 3R («1») ; si, por el contrario, el rey negro va a mantenerse en la zona prin cipal, las blancas, gracias al uso que pueden hacer de las casillas de la retaguardia, siempre halla rán un instante propicio para en trar en la zona principal. 1. R3A, R3A
Ahora ya no se consigue nada con 2. R4R, a causa de 2... R4A, y en caso de 3. P4TR ?, se tiene 3... R3A; 4. R4D, R4C y tablas, y si 3. P3TR?, entonces 3... P5 TR!, y tampoco ganan las blan cas, ya que a R3A el negro siem pre puede contestar con R4D ; por ejemplo: 4. R3R, R3A; 5. R2A, R4A; 6. R3A, R4D! y no se puede 7. R4C a causa de 7... R5R, Hemos llegado así al momento principal que determina la dificultad de es te final: al movimiento de los peo nes en la columna TR. De ante mano es evidente que las blancas casilla 4AD puede ser ocupada des no pueden avanzar por el centro; de dos escaques equivalentes, el su plan debe consistir en atraer el 4CD y el 3CD. Este «sobrante de peón negro 4TR a 6TR, donde será conjugación» de las negras obliga posible llegar hasta él no sólo des a mirar con ciertas reservas un po de la casilla 3AR, sino también sible empleo del tiempo de reserva desde la 2AR. 2. R2R, ó 2AR, R4A (o bien, de las blancas en el transcurso de la partida (mediante P4T). 2. .. R4D; 3. R3R, R4A; 4. R4R y En todo caso, se hace preciso las negras se encuentran en zugobligar previamente a las negras zwang); 3. R2A, ó 2R, R3A; 4. a situarse en la posición de ztígR3A (conquista de la conjugación zwang (R4D-R4CD, y, antes de en la zona principal); 4... R4D; esto, R4R-R4AD). ¿Cómo llevar 5. R3R, R4A ; 6. R4R, P5TR (obli 191
gado, debido a 6... R3A; 7. R4D, El final 337 (•) ha desempeñado R4C; 8. P4TR; pero ahora es pre- un papel histórico en el desarrollo ciso conseguir el movimiento del de la teoría de los finales de peo peón negro 6TR); 7. R3A!, R4D; nes. En el período en que la es8. R3R!, R4A ; 9. R4R, R4C (peor cuela de los partidarios de la oposería 9... R3A; 10. R4D, R4C; 11. sición triunfaba en toda la línea P3TR); 10. R4D, P6TR (el obje- y era de todos reconocida, se hizo tivo ha sido alcanzado, comenzan- pública una posición en la que los do ahora una nueva fase del final, seguidores de esta escuela se vieel paso a la cual se realiza me- ron metidos en un callejón sin sadiante la típica ganancia de tiem- lida y, hablando lisa y llanamente, po) ; 11. R3R, R4A ; 12. R2A!, les falló el terreno sobre el que se R4D; 13. R3A, R4A; 14. R3C, apoyaban. Este final llamó extraordinariamente la atención y susR4D; 15. RxPTR, R5R; 16. R4C y ganan. citó infinidad de comentarios, conLos diversos finales que se ori- ferencias y discusiones (en el curso ginan no guardan relación directa de todo esto se volvió a hablar de un estudio de Lecocq, publicado con nuestro tema y se explican de pasada: a) 16... R6R; 17. R3C, con bastante anterioridad, y que en su tiempo pasó casi inadvertiR5R; 18. P4TR, R6R; 19. P5TR, do; véase el 342). M. I. Chigorin PCRxPT; 20. P5AR, PRxPA; 21. P6CR, PARx PC; 22. P6R, fue uno de los primeros' en señalar P5A+ ; 23. R2T; b) 16... R4D; 17. R3A, R4A; 18. P3TR, R4D; 19 (•) Existe, una gran diversidad de P4T, R4A; 20. R4C, R4D; 21. opiniones respecto al origen de este P5TR, PCR x PT + ; 22. RxPTR, problema y hasta de quién puede ser R5R; 23. P6CR, BARxPC+ ; 24. su autor. Ea comprobación realizada nos permite afirmar lo que sigue. En R x PC y 25. R6A ; c) 16... R6D ; la primavera de 1901, Lasker se presen 17. R3A !, R7A; 18 P4TR, R x P taba en distintas ciudades de los Esta CD; 19. P5TR, PCRxPT; 20. dos Unidos, pronunciando conferencias P5AR, PRxPA (20... RxPTD o y realizando torneos simultáneos. Se bien, R xPA D ; 21. P6CR, PARx gún testimonio de un testigo presencial, PC; 22. PARxPR); 21. P6CR, el conde A. I.. Razvadovski, Lasker demostró el 21 de mayo de 1901, en un PARx PC; 22. P6R, R x P T ; 23. club de Chicago, «uno de sus últimos P7R, R7C ; 24. P8R=D, P6TD ; 25. finales, ligeramente modificado por D5CD+ y ganan. Reichgelm» (337). Esta noticia fue co 337 piada por la revista «Shajmatnoe Clbozrenie» (1901, pág. 245) de «Nuova Rivista» (núm. 6). En este mismo año, Easker publicó su estudio en el «Manchester Evening News», y Reichgelm, en el «Chicago Tribune». Queda sin aclarar si la posición 337 se dio en su totalidad en el torneo simultáneo de Easker o si fue sólo la distribución ca racterística de los peones, pero en todo caso es indudable que el final no sur gió «en el match I.asker-Reichgelmj. A mis preguntas, Lasker, en 1937, contestó : «El estudio es mío. Yo co nocí a Reichgelm en Filadelfia, en 1904, donde él mg dio a conocer sti modificación». Hay que reconocer que la variante de Reichgelm eleva aún más el valor teórico del estudio ori ginal. 192
la importancia de las «casillas con jugadas». Las dificultades que surgen al maniobrar con los reyes (menores en el 337 y un poco mayores en la variante de Reichgelm, 337a), se intentaron salvar múltiples veces, proponiendo métodos de solución fáciles, «sin quebraderos de cabe za». Para el final que considera mos se conocen por lo menos tres recetas de este tipo. La última de que tenemos no ticia recomienda, después de ha ber determinado las posiciones principales de zugzwang (R4ADR3CD y R4TR-R3CR) y de habei comprobado que en éstas los reyes se hallan situados en columnas ve cinas, habiendo una fila de sepa ración entre ellos, considerar estas (lo mismo que cuando Íiosiciones a distancia que separa los reyes es de tres y de cinco filas) como base de la maniobra. Según esto, en el 337 la solución es: 1. R2C!, y en el 337a, 1. R1C!, etc. La primera receta (teniendo en cuenta la época en que fue publi cada) recomienda en fin de cuen tas lo mismo, pero en forma más sencilla: «Situar el rey en la co lumna vecina y en un escaque de color distinto». Sin embargo, ambos autores no dijeron por qué en la posición R1D-R2D, tocándoles jugar a las blancas, se debe mover R1D-2A! (y no RIA o R1R), aún cuando en este caso el número de filas que los separan inesperadamente resul ta ser par y los escaques 2A y 2D son del mismo color. Si se trata de una excepción, ¿ qué explica ción tiene ? ¿ Cómo averiguar estas excepciones para no equivocarse al maniobrar? Es indudable que las recetas propuestas no abarcan to¡ÍQ el contenido del 337. El inconveniente de las solucio nes mecánicas consiste precisa mente en que no permiten averi guar la esencia de las posiciones y se hallan sujetas al riesgo de
caer en un error en cuanto estas últimas se apartan lo más mínimo de la norma de antemano estable cida. Examinemos detalladamente la solución de la 337, por cuanto ésta ilumina con claridad diáfana la teoría general de los finales de este tipo. I Cómo se debe enfocar la solu ción de las posiciones con dos pun tos de ataque ? Ante todo deben determinarse las posiciones de zugzwang alrede dor de estos puntos (las «a» y «b» en el 337) y establecer las ca racterísticas del «camino más cor to» entre las casillas de zugzwang (véase el 332). Para ambos adver sarios éste se compone de seis es caques : los del blanca son: 4AD, 3D, 3R(2R), 3AR(2AR), 3CR, 4TR, y los del negro, 3CD, 2AD, 2D(1D), 2R(1R), 2AR, 3CR. En caso de que el camino de las blan cas resultase ser más corto, hablan do en términos generales, no ha bría «jugada», el rey se dirigiría sencillamente al punto 4TR. Com parando entre sí las casillas con jugadas del camino más corto, se llega a la conclusión de que el rey negro debe mantenerse todo el tiempo una columna a la izquierda del blanco. Después de esto pasamos a exa minar las posiciones de zugzwang. No se necesita un análisis para convencerse de que sería infructuo so intentar dar la batalla alrededor del punto 5CR; es más, en caso de que el rey negro sea atraído a esta casilla prematuramente, las tablas son inevitables, ya que las blancas no podrían volver al flanco de da ma a causa del contraataque de las negras sobre el peón 4AR. Si, en general, las blancas son capaces de conseguir algo, esto sólo puede ser en el flanco de dama. Unicamente «ganándole la parti da» aquí al adversario (por ejem plo, obligando al rey negro a des viarse dos columnas a la izquier 193
da), pueden realizar el ataque de cisivo sobre 5CR. Al analizar la situación en el flanco de dama, partiremos de la posición principal de zugzwang 4AD-3CD. La segunda de estas posiciones es la 3D-2AD (no hay que olvidar que las casillas del ca mino más corto se corresponden siempre unas a otras). De ahí se desprende la conjugación de los escaques de unión 3AD y 2CD (se ñalados con la cifra «2»), Asi pues, la zona principal de las blancas (en el punto inaccesible 4D) es el triángulo a, 1, 2; la zona de las negras (en el punto inaccesible 3AD) es análoga. La línea avan zada ha sida fácil de establecer, entrando después en acción el «en cadenamiento de triángulos» y las «casillas afines» de que se trató al analizar el 335. Razonaremos asi: el rey blanco alcanza las casillas «1» y «2» desde el escaque 2D («3») con este último sólo puede estar conjugado el 1AD (una co lumna a la izquierda) v de ningún modo lo está 1CD (dos columnas más a la izquierda). Del mismo modo se determina el «4» y llega remos a la conclusión de que nos hallamos ante un sistema de con jugación «cuadrado-triángular». Y si esto es así, la conjugación de las casillas de la zona de la «reta guardia» se ve inmeditamente, de acuerdo con la característica de la «afinidad» (saltando un escaque, según las leyes de la oposición). ¿ Por qué hemos eliminado, en resumidas cuentas, la casilla «a» de la zona principal ? Esta es una cuestión de método y puede ser enjuiciada de diversas formas. Los escaques de zugzwang son casillas especiales, para las que no hay análogas en el tablero. Pero a ve ces se las incluye en la zona prin cipal, por ejemplo, cuando la ma niobra se halla limitada por falta de espacio (véase a este respecto, entre otros, el 338). 194
Después de haber determinado las casillas y las zonas de conju gación (el hallarlas rápidamente se consigue mediante ejercicios sistemáticos), pasamos a conside rar el momento principal del aná lisis, es decir, a poner en claro si las blancas pueden hacerse con la conjugación en la zona principal. Resulta que las blancas se apode ran de la conjugación inmediata mente, en su primera jugada, en las casillas de la retaguardia, an tes de que los reyes lleguen a la zona principal. Concretamente, en el 337 se debe jugar 1. R2C! y las negras ya no pueden defenderse, poj ejemplo: 1... R2T; 2. R3C (la casilla 1CD es también «conjugada»; no obs tante, a la primera oportunidad hay que salir a la «línea avanza da») ; 2... R2C; 3. R3A, R2A ; 4. R3D y ganan (4... R2 D; 5. R4A, o bien, 4... R3C, 2C; 5. R3R, etc.). Una variante interesante e s : 1. R2C, R2T; 2. R3C, R3T. Es claro que las blancas continúan 3. R2A!, eligiendo la casilla para la que las negras no tienen conjugación (has ta 8C hay mucho trecho y a 3... R3C signe 4. R2D!, con lo que el escaque 3A de las negras deja de ser inaccesible). Tocándoles jugar a las negras, éstas se apoderan de la conjuga ción mediante 1... R2C y, sin per derla ya (2. R3C, R2T, o bien, 2. R2C, RlT) alcanzan tablas. Tam bién se puede 1... R1C, ocupando la conjugación después de haber entrado el rey blanco en la colum na CD. En el 337a (R1TD-R2TD), se de be jugar 1. R1C!, R2C; 2. RIA, R2A; 3. R1D. Conservando todo el tiempo la conjugación, las blan cas no han podido todavía apode rarse de ella en la zona principal. Sin embargo, las negras se hallan ahora en un momento crítico: en caso de 3... RIA, sigue 4. R2D !,
y si 3... R2D(1D); 4. R2A!, apro Bianehetti (1925), propuesta por vechándose de que para la casilla él, junto con el 337, con el deseo 2A las negras no tienen ahora con evidente de demostrar la inmuta jugación (¡hasta el escaque 8C bilidad del método de solución de hav un gran trecho!). Después de todos 1c« finales de este tipo. El 4.. ' RIA; 5. R2D!, R2D; 6. R3A, consideraba que las blancas ganan R2A; 7. R3D, la victoria de las después de 1. R2C, R2T; 2. R3C, blancas es evidente. Los movi etcétera. Sin embargo, el parecido mientos finales son extraordina de las posiciones le engañó por riamente característicos: después completo. Habiendo establecido de haber entrado en condiciones para el 337 la numeración de las favorables en la zona principal, el casillas a fin de determinar sus rey blanco se ha acercado conse distancias a ambos puntos de ata cuentemente al punto de ataque que (lo mismo que en el 332), se (poseyendo también aquí todo el olvidó de hacer esto para el 338, tiempo la conjugación), hasta que a pesar de que estaba obligado a las blancas logran su objetivo hacerlo, ya que había variado la principal: sacan al rey negro «al estructura de los peones al tras camino más corto» tocándole ju ladar los 4AR (blanco) y 4AR (ne gar. gro) a 6TR y 2TR, respectivamen Perteneciéndoles mover a las ne te. Como ya sabemos, toda varia gras, se consiguen tablas median ción en la distribución de los peo te 1... R2C (también se puede 1... nes da lugar a un nuevo sistema R1C), pero de ningún modo con de casillas críticas. La esencia de 1.. . R3C?, a causa de 2. R2C!, este sistema puede continuar sien quedando las negras sin casilla do la misma, pero también puede conjugada. cambiar radicalmente. Extraordinariamente instructi Es de suponer que Bianehetti va resulta la comparación del 337 comparó únicamente «los caminos con el ejemplo que a continuación más cortos» (a-b) y comprobó que se da, ya que descubre totalmente cada uno constaba de cuatro casi lo esencial de las zonas conjuga llas. Pero debía haber comprobado das (la relación mutua entre los todos los escaques de la zona prin flancos). cipal. Si tomamos la casilla 2D, 338 veremos que en el 337 le corres pondía solamente la 1AD, mien tras que en éste se halla también conjugada con ella la casilla 1CD, ya que tanto desde 2D como desde 1CD se precisan tres movimientos para alcanzar sus correspondien tes escaques de zugzwang «b» (las distancias críticas para 2D y 1CD son iguales, respectivamente, a «2, 3»). Así pues, la zona de conjuga ción en el 338 resulta menos rígi da para las negras: a tres casillas (2CD, 2AD y 2D) de las blancas corresponden dos (1CD y 1AD) de las negras, en las que estas últi mas pueden realizar maniobras de espera. Esto permite al negro ha 195
cer tablas; por ejemplo: 1. R2C, RlC! (y no 1... R2T?, como jugaba Bianchetti); 2. R2A, RIA ! (¡ nada de maniobrar en las columnas vecinas!); 3. R2D, R lC !! (semejante alibertad» sería inconce bible en el 337); 4. R3R (a 4. R3A, 3D contestarían las negras con 4... R2C, 2A); 4. RIA !; 5. R4A, R2D, ID; 6. R5A, R2R, tablas. Bien es verdad que las blancas pueden realizar aún una última tentativa: 6. R5C (en lugar de R5rA); 6... R2R; 7. R5A, R2A y da la impresión de que el rey blanco puede lanzarse al punto 4AD, pero la realidad es que se ve ya obligado a guardar al peón 6TR. ¡ Esta es la verdadera causa de la «libertad de maniobra de las negras»! El traslado de los peones de ambos colores a 6TR y 2TR pone a las negras en condiciones de contraatacar, lo que determina en definitiva todo el sistema de escaques críticos. Si añadimos a las blancas un peón en 5TR (333a), veremos cuán difícil resulta a veces determinar las zonas principales. Si en el final de dama que resulta (8. R4R, R3A; 9. R3D, R4C; 10. R4A, R x P4T!; 11. R5C, R x R3T; 12. R6A!, R2C!; 13. RxP6D, P4TR; 14. R7R, P5TR; 15. P6D, P6TR; 16.P7D, P7TR; 17. P8D = D, P8TR = D), las negras pudieran bacer tablas, sería real para el 338a la numeración de las zohas tal y como en el 328, pero como las blancas ganan (después de 18.
D8AR +, R3C; o bien, inmediatamente, R2T; 19. D6AR + , R2T; 20. D7AR+ y 21. P5D), resulta que para nuestra posición 338a son correctas las zonas señaladas en el 337. La conclusión práctica es que, sin entrar en los profundos cálculos arriba citados, lo más seguro es defenderse según las zonas del 337 (a R3R, 4R salva R2D, ID y en caso de R4A, habría que jugar R1R!, siendo la continuación: R5A, R2R!, o bien, R5C, R2A!; véase las zonas del flanco de rey); no obstante, cuando no hay elección, hay que defenderse de acuerdo con el 338, y si la defensa no tiene éxito, esto es debido únicamente a que la posición no tiene defensa de cualquier modo que se la mire. En el 338 es también interesante la distinta disposición de los reyes en la columna TD, cuando les toca jugar a las blancas. Si el rey negro se halla en 1TD, la partida termina siempre en tablas, independientemente del lugar en que se encuentre el rey blanco (en 1TD, 2TD ó 3TD). Estando situado el rey negro en 3TD, ganan siempre las blancas. En caso de que el rey negro ocupe 2TD, son tablas si el rey blanco está en 1TD, y cuando éste se halla en 2TD ó 3TD, las negras pierden. Todo esto es fácil de deducir de la distribución de las casillas conjugadas.
3. SISTEMA DE LAS OCHO CASILLAS Este sistema abarca mayor nú- distribuciones distintas. En la primero de escaques que el del cua- mera, la zona de las blancas se drado y el triángulo, pero, como contrapone a la zona de las ne pronto quedará demostrado, su gras, situada a la izquierda. Aún aplicación en las partidas es, por cuando se hallan desviadas una regla general, más fácil. El esque- respecto a la otra, estas zonas son ma 339 nos permite ver los rasgos simétricas horizontalmente. característicos del sistema de las En la segunda distribución, a ocho casillas. esta misma zona de las blancas En el diagrama 339 se dan dos se contrapone, a la derecha, la zo19 6
na simétrica d i a g o n a l ni e n te de las negras (en el esquema se muestra una simetría completa, pero pueden darse desviaciones). Las zonas tienen la forma de un cuadrado' de 3x3, en el cual falta 33 9
una casilla (inaccesible al rey), y constan, por lo tanto, de ocho escaques. Si en el sistema del cuadrado y el triángulo era relativamente fácil recordar la conjugación de tres y cuatro casillas, en el que ahora consideramos esto parece más difícil. Es, pues, comprensible el que a los prácticos les asuste, generalmente, la perspectiva de maniobrar con los reyes en tan grandes espacios, tanto más cuanto un movimiento falso puede variar el resultado de la partida. Sin em bargo, estos temores, basados en una apreciación superficial, son en gran parte exagerados. Más adelante daremos a conocer métodos sencillos de orientación en las zonas de ocho casillas, que permiten hacer uso de estas últimas con gran facilidad. En primer lugar, es necesario llegar a comprender la estructura de las zonas y, entonces, resulta que no es tan difícil recordar el sistema de la conjugación; es *nás, en fin de cuentas, no es ne-
cesario mantener nada en la memoria. En contra de ,1a opinión de los teóricos que consideran más clara la representación por medio de letras que de cifras, nosotros estimamos que se debe hacer uso de una u otra según el objetivo que se persiga. En el caso que estudiamos, la anotación numérica es sencillamente imprescindible. La base del sistema de las ocho casillas, su núcleo, lo forma el triángulo, que ya conocemos, alrededor del punto inaccesible. Generalmente, aun cuando esto no es obligatorio, la cifra «1» representa el escaque de zugzwang; la «2», la casilla más cercana del camino más corto, y la «3» el escaque de unión. Así pues, quedan cinco casillas colindantes con el triángulo. Consideremos la zona de las blancas en el 339. Las cifras 4, 5 y 6 se hallan en una misma columna de arriba hacia abajo, y las 6, 7 y 8, en idéntica fila y de izquierda a derecha. Esta distri bución (mental) de las cifras debe ser siempre seguida. Pasemos ahora a examinar laá zonas de las negras. Merced al eje de simetría que tienen, se puede decir que son la «imagen reflejada en un espejo» de las zonas de las blancas. Si se dobla mentalmente el tablero por este eje, resulta que las zonas (a veces hasta después de haberse desviado), al ser su perpuestas, coinciden. Si consideramos la zona izquierda de las negras, veremos que el orden dé las cifras en las filas es el mismo que el de las blancas, correspondiendo en las columnas a la imagen invertida por un es pejo (confróntense 4 y 4, 5 y 5, 6 y 6). Así pues, nos hallamos ya en condiciones de formular la primera deducción práctica: para conservar la conjugación en la zona principal (simétrica horizontal197
mente), hay que contestar al mo vimiento del rey por una columna (o por una fila) con un movi miento análogo del rey propio por la columna (o por la fila). Pero en los sistemas simétricos diagonal mente se debe maniobrar precisa mente al contrario. Examínese atentamente el orden de las cifras: las de las blancas situadas en los columnas (4, 5 y 6, por ejemplo), corresponden a las cifras de las ne gras que se encuentran en filas (las mismas 4, 5 y 6), correspon diendo a las filas blancas las co lumnas de las negras. En eiste caso es preciso contestar a un mo vimiento a lo largo de una colum na con otro a lo largo de una fila, y viceversa. Sin embargo, no pue de ser tomada esta regla como ab soluta. De ella quedan excluidos los movimientos «envolventes» de los reyes, acerca de los cuales se hablará más adelante. Pueden también darse excepciones en unos u otros casos específicos dé la po sición. Así pues, debemos recordar: en los ángnlos de cada zona hay siem pre un «6», y en el centro, un «3». En lo que respecta a las casillas de la retaguardia (afines), se las numera de acuerdo con las leyes de la oposición (saltando una ca silla). Un medio auxiliar para deter minar la conjugación de las ca sillas en ciertos casos complica dos puede ser también el color de las mismas, según se verá más adelante. En el sistema horizontal que consideramos (339), las casi llas conjugadas son de colores opuestos. Si se desplaza la zona de las blancas hacia la izquierda, sus colores son entonces idénticos (oposición ordinaria); lo mismo ocurre si se desplaza la zona hacia la derecha. En el sistema diagonal (el mismo 339), las casillas conju gadas son del mismo color, gracias a la simetría absoluta; pero pue 198
den ser de colores opuestos si se desplaza la zona de las blancas ha cia la izquierda. Pasemos a examinar algunos ejemplos prácticos. En el 34# las blancas disponen del tiempo de reserva P3C. En 340
relación con esto, las casillas 6TD, 6CD, 6AD ya no pueden ser consideradas como críticas, de biendo serlo las 5TD y 5CD (a R5C es insuficiente contestar con R2C, a causa de P3CR). En el flanco opuesto el punto crítico es 6AR. De esto se dedu cen las casillas de zugzwang: 4AD-3CD(1) y 5AR-2R, así como «el camino más corto». Construi mos mentalmente el triángulo 1, 2, 3, situamos a la izquierda la serie vertical 4, 5, 6 y la zona de las ocho casillas queda comple tamente determinada. Está tam bién clara la conjugación (repre sentación) de cada uno de los escaaues de la retaguardia. El rey blanco se encuentra en «3», y el negro, en «5». Las blancas pueden apoderarse inmediatamente de la conjugación (primero en la zona de la retaguardia). 1. R1C, R2C; 2. RIA, R2A; 3. R2C! (maniobra envolvente earac-
terístiea: las blancas aprovechan la primera ocasión que se Jes pre senta para entrar en la zona prin cipal. El blanco ocupa «6«, por cuanto el negro no puede contestar de la misma forma. Observaremos de paso que al realizar la maniobra envolvente se puede infringir la «regla del color». Queda por aña dir que, además de 3. R2C, gana también 3. R1D, y en caso de 3... R2C, defendiendo «7» y «8», debe jugarse 4. R2R!) ; 3... RIA (las negras se basan en que el rey blan co no puede llegar a «8», pero en estos casos las blancas continúan el movimiento envolvente) ; 4. R3C!, R2A; 9. R4C!, R3C; 6. R4A ! (sería prematuro 6. P3CR ?, a causa de unas simóles tablas des pués de 6 ,. R3TD; la jugada P3CR liquida todas las zonas). El problema está ahora resuelto: a 7.. . R2A seguiría 8. R5C, R2C ; 9. P3CR ; y si 6... R4T (contraataque que suprime todas las considera ciones acerca de las zonas), habría oue ju^ar 7. R3D, R5C • 8. R4R, R5A ; 9. R5A, R x P4D (o bien, 9.. . R x P5D : 10. R6R, R4A ; 11. P3CR) ; 10. RxPAR y, según se pudo determinar hace tiempo con tando las jugadas, el peón TR lle ga antes a la promoción. Comenzando las negras, éstas hacen tablas ocupando «3». Una vez que se han hecho con la oposi ción, ya no pierden, puesto que nada frena su maniobra: 1... R2C!; 2. R1C, R2T; 3. R2T, R1C; 4. R3T. R2C, etc. En los finales de este tipo pue den darse varias variantes, pero en resumidas cuentas no hay necesi dad de ellas: el resultado es evi dente ; no hay más que no equivo carse al elegir la casilla conjugada (bien es cierto que a veces es pre ciso soslayar algún que otro «es collo» ; véase el 344). N. Grigóriev, refiriéndose al es tudio 341, hizo al margen del libro
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una lacónica acotación: «¡Estu pendo!» Las casillas críticas son aquí: 5AD, 5D y 6CR. De forma aná loga al ejemplo anterior, los trián gulos 1, 2, 3, se determinan fácil mente. Por cuanto no pueden ser complementados hasta un cuadra do, ante nosotros tenemos un sis tema de ocho casillas (véase el dia grama ; las casillas de la retaguar dia no han sido cifradas). Las blancas disponen del tiempo de reserva P5TD, y la conjugación de las zonas es valedera hasta que éste haya sido gastado (lo mismo que en el 340). La posibilidad del cambio P4TD x PCD asegura un contraataque inevitable en el fu turo de las negras en el flanco de dama, cuando el rey blanco se di rija (al final) a la casilla 6CR. Las blancas ganan apoderándo se de la conjugación. 1. R1D!, R2D ; 2. R1R, R2R ; 3. R2D !, R1D (infructuoso intento de salvarse mediante la oposición. ¡ No es esto lo que ahora procede!) ; 4. R2R, R1R ; 5. R3D !, R2D ; 6. R3R! (el ocupar junto con la conjugación la casilla «3» es siempre el prin cipio del fin) ; 6... R3D; 7. R4R, R3A. La lucha en la zona ha ter minado a favor de las blancas, pe19 9
ro en el estudia quedan aún otros sutiles detalles. Comienza ahora la fase del «des bloqueo» y de la promoción de los peones, fase que en cada final pre senta facetas distintas. Aquí, el final es el siguiente (no es fácil calcularlo de antemano): 8. R3A, R4D; 9. R3C! (en caso de 9. R4C?, salva la situación 9... R5R); 9... R5D; 10. R4T!, R6A (o bien, 10... R5R; 11. R4C, R6R; 12. R5T, R x P A ; 13. R6C, R4R ; 14. PSTD! y ganan) ; 11. PT x PC !, P x P ; 12. R5T, RxP SC; 13. R6C, R x P6C; 14. R x PAR, ROA!; 15. R5R, P5CD ; 16. P6AR, P6CD; 17. P7AR, P7CD; 18. P8AR=D, P8C = D (ahora el cambio de damas viene forzado) ; 19. D5AD + , R7D ; 20. D2AR + , R6A, 6D; 21. D4D + y gananu . . Examinemos las distribuciones diagonales. 342
El 342 es la más antigua com posición sobre el tema que consi deramos. Conociendo los dos ejem plos precedentes, no presenta ya dificultad alguna el imaginarse las zonas de las ocho casillas. Las blancas ganan si hallándose el rey en 4D pueden jugar P5R, o bien, encontrándose el rey en 3R, pue den ocupar 4AR. De esto se dedu 20 0
cen las posiciones de zugzwang R4D-R3AR (1) y R3R-R4CR(2). El camino más corto consta, en total, de dos escaques. La zona de la retaguardia de las blancas es mucho más rica, lo que les permite elegir el momento en que el rey blanco pueda entrar con éxito en la zona principal (donde, por ne cesidad, se encontrará mucho an tes el rey negro). Sin embargo, la columna TD no puede ser utilizada por las blancas como base de operaciones a causa de su alejamiento del peón inde fenso 4R. Supongamos que en el 342 les toca jugar a las negras. Estas hacen tablas moviendo 1... R2C, ocupando inmediatamente la conjugación («5»). Pero pueden también jugar 1... R2T, ya que las blancas no se encuentran en situa ción de aprovechar esta «libertad». En efecto, de acuerdo con el sis tema de las casillas conjugadas, deberían contestar: 2. R2T, pero resulta que, por la índole específi ca de la posición, no todos los es caques «afines» son buenos; des pués de 2... R2C (amenazando R3A y R4R) es ya francamente mala 3. R3T?, y no hay más re medio que jugar 3. R2C (1C, 3C) en contestación a la cual tienen las negras casillas conjugadas que las salvan. A propósito de esto señalemos que después de 2. R2C, las negras no deben pensar en «oposición» alguna y sí fínicamente en las «casillas conjugadas». Pierde, por ejemplo, 3... R3A ?, a causa de 4. R2A! (aprovechándose de que el escaque 7TR se halla muy lejos ; movimiento envolvente); 4... R2A (o bien, 4... R4C; 5. R3A!; a 4... R3C, 2C contestan las blancas con la conjugación mediante 5. R3D, 3A); 5. R2D!, R3A; 6. R2R!, R3C; 7. R3D y ganan. Pero en contestación a 3. R2C se alcanzan tablas moviendo 3... R1T, o bien, 3... R3T (el escaque «1» no subs
tituye a! «7», aún cuando todo esto es «oposición»); por ejemplo: 4. R3C, RIO (o bien, R3C); 5. R2A, R2T, etc. Es evidente que en un principio las blancas deberán maniobrar, no a lo largo de la columna TD, sino por la primera fila, con tanta más razón que en ésta se apoderan in mediatamente de la conjugación. Su juego deberá estar supeditado a dos exigencias: 1) bacer llegar lo antes posible el rey a la zona principal; 2) entrar sin retraso en el triángulo decisivo, poseyendo la conjugación en ambos casos o apoderándose de ella. 1. R1C!, R2C (damos una de las variantes como ejemplo) ; 2. RIA, R3C; 3. R1D, R4C (ahora tienen ocasión las blancas, por vez primera, de entrar en la zona prin cipal mediante un movimiento envolvente, es decir, por el mo mento sin ajioderarse directamen te de la conjugación • una pérdida de tiempo hubiera sido 4. R1R, R3C, viéndose obligadas las blan cas a regresar con el rey a ID para, después de R4C, realizar, por fin, la jugada correcta; de esto se de duce que la maniobra por las ca sillas conjugadas de ningún modo puede ser mecánica); 4. R2A!,R3T ; 5. R2D (apoderándose de la conjugación; pero en el caso 4... R3A, este mismo movimiento 5. R2D hubiese tenido el valor de un rodeo) ; 5 ...R4T ; 6. R3A! (6. R2R hubiese resultado de nuevo ser «marcar el paso»); 6 ... R4C; 7. R4A!, R3C; 8. R3D y ganan. (La continuación para nuestros fines no presenta interés alguno.) El método de la conjugación (zo na de las ocho casillas) es actual mente no sólo el método más sen cillo, sino el más seguro cuando deban jugarse finales de este tipo. Examinemos, a fin de comparar, otros métodos. Según el método de las «distan cias críticas» (en el caso que con
sideramos desde «1» y «2»), el escaque 1CR, ocupado por el rey negro, se señala con *2, 3». Para apoderarse de la conjugación, pa rece que las blancas deberían ju gar: 1. R2C (también «2, 3»), No obstante, esto conduce inmediata mente a tablas después de 1... R1T. Es evidente que en este caso no se puede partir de las distan cias a los escaques de zugzwang. Pero, por consiguiente, tampoco se puede, en general, hasta que no haya sido determinado en qué ca sos y por qué hay que hacer ex cepciones. Suscita también dudas el «sis tema de coordinadas». En éste las distancias se miden hasta los ejes coordenados, cuyos «puntos de apoyo» son los escaques inaccesi bles en el campo de cada uno de los contrican tes. En las negras, por ejemplo, desde el punto 4AR, se toman los segmentos 4AR-1AR y 4AR-4TR; las distancias que se paran la casilla 1CR de estos seg mentos quedan especificadas me diante la anotación «1, 3*. Para las blancas («punto de apoyo» 4R) se toman los segmentos 4TD-4R y 1R-4R. Hay que jugar 1. R1C!, ya que el escaque 1CD tiene como coordenadas «3, 3». Puesto que si una de las cifras coincide, y la otra es mayor o menor en un nú mero par de casillas («ley de las dos casillas»), se consigue o se con serva la conjugación. A 1... R2C (1, 2) hay que contestar 2. RIA (3, 2). Continuemos la variante: 2...R3C (1, 1); 3. R1D (3, 1), R4C (1, 0); 4. R2A (2, 2). Esto es ya incomprensible y exige explicacio nes especiales, pues de lo contra rio acaso no se acierte en esta ju gada. 4... R3T (2, 1) ; 5. R2D (2, 1), R4T (2, 0); 6. R3A (1,2). ¡In comprensible de nuevo! (No obs tante, si se juega «según el siste ma», hay que seguir 6. R2R (2, 0), R3T (2, 1) ; 7. R2D (2, 1), etc. Sin moverse del sitio. Resulta que 201
el sistema «falla» en los movimien tos envolventes, a no ser que Jos casos en «0» deban ser tratados de forma especial; pero ¿ qué for ma es ésta?); 6... R4C (1, 0); 7. R4A (0, 2). El mismo «embrollo». Sin embargo, el final es correcto; 7... R3C (1, 1); 8. R3D (1, 1), y ganan. Para dar aquí fin a esta breve información sobre el sistema de «coordenadas», señalaremos su enorme complicación: 1) en cier tas posiciones no se puede deter minar por dónde deberán pasar los ejes coordenados; 2) al pasar el rey al otro lado del eje, las dis tancias vienen dadas por magni tudes negativas; 3) para explicar las diferentes particularidades de una posición, su autor (Ebersz) hace uso de numerosos conceptos nuevos, abstractos y poco convin centes. Es de suponer que el mis mo autor llegó a la conclusión de la inutilidad del método, o bien, de la imposibilidad de terminarlo, ya que cesó de publicar en la revis ta la continuación de su estudio. A pesar de todo, consideramos que sería prematuro rechazar de plano tanto el «sistema de coorde nadas» como el «método de las distancias críticas». Algo hay dé cierto y útil en estas teorías. Queda aún por examinar el mé todo simplificado de solución, «la receta preparada», similar a la del 337. Consiste en la recomendación de ocupar en las diagonales de ca sillas negras la oposición ordina ria (dejando un número impar de escaques entre los reyes) y situar los reyes en las diagonales de ca sillas blancas de modo que entre ellos haya un número par de esca ques. Berger (seguramente tenien do en cuenta las posiciones del ti po 342a), hasta se atrevió a gene ralizar : en las diagonales abiertas, aposición ordinaria; mientras que en las que tienen barreras, distan cias pares. Sin embargo, esta re 202
ceta no resiste comprobación al guna : 1. R2T, R2A (entre los re yes hay un número par de casi llas) ; 2. R2C, R3A (número impar ); 3. R2A y.las negras deben rendirse, ya que el escaque 4AR es inaccesible y el 2TR está muy lejos. O bien, examinemos la posi ción inicial siguiente : R3D-R3CR; 1. R4A, R2A; 2. R3C, R1C; 3. R2T, R2A (lo correcto es sólo 3... R2T!) ; 4. R2C y las negras pier den de nuevo, lo mismo que en el anterior. De acuerdo con la receta propuesta, en la posición R1DR4CR hay que jugar 1. RIA, y si 1... R3C, entonces, evidentemen te, 2. R1C. En caso de 2... R2C, resulta que 3. R1T ? pierde sin nin gún género de dudas, mientras que la receta no nos dice qué es aquí ¡o correcto. Lo expuesto nos obliga a acep tar las «zonas de las ocho casillas» como base de la solución de los fi nales que consideramos, ,sin que por esto renunciemos a ciertas pro vechosas combinaciones auxilia res que se proponen en otros métodos, aun cuando de por sí es tos últimos sean defectuosos. Recomendamos que se examine la siguiente variación de la posi ción 342, ya que pone de manifies to ciertos aspectos sumamente ins tructivos. 342a. V. Bird, 1936 (según Lecocq). Blancas: RíTD, P5AT), P4D, P3AR, P3TR. NegrasR1TR, P3AD, P2AD, P5AR, P5 TR; ganan las blancas únicamen te si les toca jugar a las negras; tocándoles a aquéllas jugar, ta blas. Los caminos más cortos son: 4AD, 3D y 3R, 4AR. No sólo las zonas de las ocho casillas son exac tamente simétricas, sino que lo son también las zonas de la retaguar dia (de igual magnitud). Los reyes se hallan ya en los escaques con jugados, es decir, en la posición de zugzwang. La solución tiene dos variantes principales (L
R2T, RtC, o bien, 1. R1C, R2T, etcétera) y no contiene nada nuevo. Sin embargo, gana en in terés al añadir a las negras un peón en 4TR. Con este «regalo» las negras pierden hasta jugan do el blanco el primero. Después de 1. R1C, R2T (siguiendo el es píritu del sistema de contestar a un movimiento horizontal con otro vertical); 2. RIA, R3T; 3. R1D, las negras pierden la con jugación, ya que el escaque que necesitan, 4TR, es inaccesible, y pierden, por ejemplo; 3... R4C; 4. R2D, R3C; 5. R2A, R4C; 6. R3C ! (movimiento envolvente) ; 6... R4A; 7. R4C!, R3A; 8. R3A, etc. A causa de la barrera en 4TR las casillas en la columna TR han dejado de ser conjugadas. Pero si se traslada el rey negro a 1AR o a 3AR, las negras pueden siem pre hallar la conjugación en la zo na principal, sin necesidad de la columna TR para maniobrar, al canzando tablas si les toca jugar a las blancas. 343
En el 343 la zona de las blancas Se halla desviada respecto a la Sona de las negras una columna fia simetría total se había dado (fe hallarse esta zona una columna *»ás a la izquierda). Debido a es
to, las casillas conjugadas son de colores opuestos. No deja de presentar interés en este caso la determinación de los escaques de zugzwang. Estando situado el rey blanco en 5AD es suficiente contestar con R2R; el rey negro no tiene por qué perder tiempo en desplazarse al escaque 2D. Pero, ¿debe acaso admitirse que a R3R tengan que contestar las negras con R4C ? En este caso el camino más corto para las blan cas constaría de tres casillas, > piara las negras de cuatro, lo que traería como resultado el que éstas no pudieran defender sus casillas débiles o punte® críticos (3D y 5CR). Es evidente que desde la posición R5AD-R2R, las negras no pueden impedir la jugada R4AR y deberán contestarla con R4TR. Así pues, los caminos más cortos contienen el mismo número de escaques y en estos caminos se hallan las casillas «1» y €2», a par tir de las cuales construimos men talmente las zonas principales. La solución no presenta para nosotros dificultad alguna: las blancas ganan moviendo 1. R2T, etcétera; comenzando las negras, éstas alcanzan tablas mediante 1... R1C. Aquí, por cierto, aparece de nue vo claramente la insuficiencia del método de las «distancias críti cas», propuesto por Bianchetti: los escaques 1AD, ID, IR se ca racterizan por las mismas distan cias («4, 3»), y los 2D, 2R, por las «3, 2». Por eso, cuando el juego tiene lugar en estas casillas, faltan los indicie® diferenciadores nece sarios piara conservar una conju gación exacta. En la posición inicial del pro blema 344 (V. Leik, 1939),. el rey blanco se halla en 3TD y el peón negro 3D, en 2D. Es indudable que el autor pre tendió situar el centro de grave dad del problema en la demostra203
344
ción analítica de que las negras ganan, si les toca jugar, del modo siguiente: !... R2C, 1C; 2. R4C (de no contraatacar, las blancas pierden a causa del tiempo de más que tienen las negras) ; 2... R3A, 2A; 3. R5A, R3R (la existencia de esta posición de zugzwang era conocida de antemano; de ella par te el sistema de conjugación del cuadrado y el triángulo que aquí opera y cuyos detalles ahora no nos interesan); 4. R4C (no 4... R4C?, R3D); 4... R2R!; 5. R4T! (en caso de 5. R5A, se tiene 5... P3D + , y a 6. R x P , gana 6... R2D; si las blancas no toman en 5D, entra en acción el sistema de las ocho casillas, representado en el diagrama, por ejemplo: 6. R4C, R2D; o bien, 6. R9C, R3R y ga nan); 5... R3A!; 6. R4C, P3D (cambiando el sistema de conju gación) ; 7. R3A, R3R; 8. R3D, R2D y ganan. Tocándoles jugar a las blancas, el autor se limita a señalar que después de 1. R4C, P3D, se consi guen tablas mediante 2. R4T!. El estudio presenta interés como ejemplo del paso de un sistema a otro, así como por las jugadas que se realizan en el primero de estos sistemas; no obstante, nosotros sólo examinaremos la posición que 20 4
se da después de 1. R4C, P3D (344). ¿ A dónde debe ir el rey blanco para conquistar la conjugación y hacer tablas? Los escaques 3TD, 3CD (lo mismo que los 5TD, 5CD) quedan inmediatamente eliminade«, ya que el rey negro ocupa una de las casillas : la «5« o la «3». Queda únicamente la difícil elec ción entre R4TD y R3AD. Uno de estos movimientos salva la situa ción ; el otro, la pierde. El color de las casillas («opues to» en el sistema diagonal con des viación que se considera) habla en favor de 4TD. Sin embargo, no se puede uno fiar de este indicio, ya que tanto R4T como R3A son movimientos envolventes. En favor de 4TD tenemos un in dicio más seguro: el rey negro se hallá en el escaque «6»; por otra iarte, la comparación de las casilas del negro 1TR, 1AR, ID, lo mismo que las del blanco 2TD, 4TD, son claros testimonios de la afinidad de «4» y «6». Al comprobar esta conclusión mediante métodos auxiliares, nos convencemos definitivamente de su justeza. Las distancias críticas para el negro R1TR son «5, 3»; y para el blanco 3AD, «2, 1» (esto evidentemente no nos sirve), mientras que para 4TD son «1, 3», es decir, precisamente lo que hace falta (una de las cifras es igual y la otra cuatro unidades mayor). Del mismo modo, por el sistema de coordenadas obtene mos: para el negro R1TR, «4, 2» y para el blanco 3AD «1, í» (no sirve); para 4TD, «O, 2» (plena mente satisfactorio). «La ley de las dos casillas», com prensible en las circunstancias de la oposición ordinaria (la distan cia entre los reyes), puede parecer incomprensible al ser aplicada a las distancias críticas. Sin embar go, la «paridad» tiene fácil expli cación: si uno de los reyes se
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baila más cerca que el otro del contrincantes, no se encontrarían punto de ataque en una casilla, a igual distancia de sus respec el otro aún puede equilibrar la si tivas casillas de zugzwang. tuación, siempre y cuando le to Una vez determinadas las zonas que jugar; en cambio, una dife el problema está resuelto: las rencia de dos casillas no puede sal blancas alcanzan tablas con R2A! varla con un movimiento. (Tocándoles jugar a las negras, Así, pues, en el 344 se alcanzan éstas no hacen más que acercarse tablas con ! , R 4 T !. En cambio, al peón blanco 3AR.) 1. R3A ? pierde, ya que deja es 346 capar la conjugación a causa de 1... R1C!, etc. (el mismo síntoma de afinidad #2» y «5»), Esta obser vación nos permite, de ahora en adelante, escoger las casillas del movimiento envolvente con ma yor seguridad, mejor dicho, con seguridad más fundamentada. La posición del 345, completa mente natural por su aspecto, se caracteriza por la singularidad con que se hallan distribuidas las zo nas. Los escaques de zugzwang, lo mismo que los caminos más cortos, se determinan fácilmente. 345
El 346 nos da a conocer un caso interesante. Las posiciones de zugzwang se determinan fácilmente R3AR-R4 CR y R4AR-R4TR. El escaque 3R, désde el que se puede pasar tanto a 3AR como a 4AR, tiene su con jugado en el del negro 3CR («2»). Este es uno de los extremos del camino más corto, en el que tam bién se halla situado «1» (a R3R4D, las negras se ven obligadas a contestar R3CR-2AR, ya que R3CR-4CR llega tarde). El empla zamiento de las zonas principales está ya claro. Pero ¿qué sucede con el otro En estos caminos se encuentran extremo del camino más corto? A «1* y «2». Pero ¿por qué al cons R6A de Jas blancas las negras truir las zonas se han tomado (en pueden defenderse con R1D. Sin calidad de puntos de partida) los embargo, después de esto el rey escaques inaccesibles 3R y 6R y blanco se ve ya obligado a man no 4D y 5AR o cualquiera otra tenerse en el flanco de dama, pues combinación de estos escaques ? to que las negras disponen de un ataque contra el peón 5CD. ¿A Por la sencilla razón de que, en caso contrario, «1 y 2», en ambos pa rtir de qué momento se presen205
ta éste ? Inmediatamente después evidentes para la construcción de de las jugadas R5A, R1R, pueden las zonas como son los puntos in las negras contestar a R4D con accesibles (véase el 347). R1D, haciendo caso omiso de la conjugación en las zonas. Del mis El hallar le« puntos de zugmo modo, en la posición R4ADzwang y el determinar los cami R1AR alcanzan tablas las negras nos más cortos no presenta difi con R1R. Por consiguiente, las ca cultad alguna. En el 347, el rey sillas 4AD (del blanco) y 1AR blanco se halla precisamente en el (del negro) no son conjugadas y 347 quedan fuera de la zona. La solución no presenta ahora dificultad alguna: 1. R2A! (con quista de la oposición); 1... RIC; 2. R3A, RIA (atrayendo a las blancas a que cometan el error 3. R4A ?); 3. R2D ! (movimiento envolvente y al mismo tiempo úni ca forma de acercarse al escaque A4R sin perder la conjugación); 3... R1R! (la mejor jugada, ya que la maniobra en las zonas es completamente inútil; por ejem plo: 3... R2A; 4. R2R, R3C; 5. R3R y ganan; o bien, 3... R2C; 4. R3D, R2A; 5. R4D! y ganan ; en la última variante, Grigóriev alargaba en demasía la solución, considerando que la única jugada centro del camino más corto (2, 2). era 5. R2R). Traslademos con la mente al rey La continuación se aparta de negro a esta misma posición (a nuestro tema, pero el final es, a 3R). Los reyes se encontrarán en su modo, interesante. situación de zugzwang, ya que to Las blancas ganan: 4. R3R, das las casillas de los caminos más R2D ; a R4A, R1A ; 6. R5C!, R2C ; cortos se hallan conjugadas unas 7. R6C! (7. RxPTR? conduce a con otras. Los escaques de la re tablas); 7... R3C (o bien, 7... taguardia son también todos con RIA; 8. R7C!; »fila principal»); jugados, cuando son adyacentes 8. R7A, RxPCD; 9. RxP7R, a las casillas del camino más cor P4AD; 10. R x P6R, P5AD; 11. to. Tomando los emplazamiento« R7A, P6A; 12. P6R, P7A; 13. de los reyes como puntos de par P7R, P8AD = D ; 14. F8R = D+ y tida, podemos, utilizando el mé las blancas, después de haber tras todo corriente, construir junto a ladado la dama a 5AR, avanza el ellos las zonas de las ocho casillas. peón R. De este modo hemos separado el Tocándoles jugar a las negras, núcleo principal de la masa de las éstas, en el 346, alcanzan tablas casillas conjugadas. En la reali mediante 1... R2T!, etc. dad, tiene lugar además la conju Como conclusión señalaremos gación 4CD-2D y 4TD-1D, así co un método práctico para jugar en mo 2D-4AR y 1D-4CR. Puede decirse que ante nosotros las posiciones en las que el núme ro de casillas conjugadas es supe tenemos un sistema de doce casi llas, siendo éste, al parecer, el lí rior a ocho, faltando síntomas tan 20 6
mite posible en el tablero de 8x8, de las blancas 2CD «3, 3» (ley de a causa de las barreras de peones. las dos casillas). No obstante, anteEstos sistemas son poco frecuen- riormente vimos que en este métes y no hay necesidad de recor- todo los escaques no tienen una darlos si se utiliza el método prác- característica de un solo valor, tico que hemos recomendado. Es por lo que pueden producirse erro posible que los sistemas de las res; además, la búsqueda de la ocho casillas sean parte (fragmen- casilla «3, 3» se halla ligada al tos) de sistemas completos de do- cálculo de las distancias para toce que no tienen cabida en el ta- das las casillas que la rodean, con blero del mismo modo que los sis- la particularidad de que estos temas del cuadrado y del triángu- cálculos (comparativos) hay que lo sean parte de sistemas comple- realizarlos mientras dure la maniobra (prueben a calcular la exactos de ocho. Después de haber determinado titud de la maniobra con varias juen el 347 el emplazamiento y la gadas de antelación), mientras conjugación de las zonas de las que estando determinadas las zoocho casillas y conociendo, ade- nas completas de ocho casillas, se más, la conjugación de los esca- tiene a primera vista la orientaques del camino más corto, podre- ción que se precisa. En caso de que se diesen posimos , si hace falta, determinar fáciones en las que los caminos más cilmente en cualquier momento la conjugación de varias casillas ad- cortos posean nn número par de casillas y, por consiguiente, tenyacentes. Si el rey negro ocupa «3» (en gan dos puntos medios, éstos puela zona de la retaguardia), las den ser mentalmente representa blancas hacen tablas mediante 1. das por *1» y «2», y luego construir alrededor de ellos las zonas R2C!, etc. A esta conclusión se podía ha- de ocha casillas. Para otros casos ber llegado también basándose en que se puedan dar, es imposible el método de las idistancias crí- que no se encuentre una solución ticas» ; éstas, para la casilla de las práctica que corresponda a la sinegras 2TR, son «5, 3» y para la tuación dada. 4.
SISTEMA «T» Este sistema, que se presenta frecuentemente y cuyo nombre propuso Bird, se halla representado en el esquema 348. En el 348, a tres casillas de la fila corresponde una zona en forma de triángulo que puede ser complementada hasta un cuadrado (348a). La zona principal de las blancas tiene la forma de una tT». La determinación del sistema «T» no suele presentar dificultades ; pero, a veces, se dan casos complicados. Veamos unos cuantos ejemplos. En la posición original los reyes 207
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se hallaban en 2D y ID. El des plazamiento que hemos efectuado persigue el fin de hacer más visi ble las representaciones numéri cas en las zonas, y, al mismo tiem po, es una pequeña mejora del es tudio para el caso en que les toque jugar a las negras. En el 349 se determinan fácil mente las conjugaciones: 5D-2D, 5R-2R, 6AR-1AR y, en relación con esto, 5AR-1R. Los escaques 1, 2, 3 son atacados simultánea mente por las blancas desde 4R, con el que se halla conjugado por parte de las negras ID. Con esto termina la determinación de las zonas principales. La estructura de la zona de la retaguardia es característica. Las casillas afines se distribuyen en cada columna igual que en la opo sición ordinaria, pero si se abar can con la mirada las tres colum nas a la vez, resulta qjie todos los «3» y todos los «1» se encuen tran entrelazados unos con otros por saltos de caballo (2D-3AR-4D5AR y 3D-4AR-5D). Por otro la do, a la derecha y a la izquierda de la columna central «R», vemos en cada fila y la alternación 1-3, 3-1, 1-3. Los escaques 2AR, ID, IR, 1AR, no están cifrados, ya que en 20 8
este caso no son activos en rela ción con las posibilidades de con traataque de las negras (el peón 5CR!). Señalemos de paso que es tando el rey negro en 3R, 2R y IR, no amenaza P3AR, a causa de P6CR. Después de haber determinado las zonas, la solución no presenta dificultad alguna: el rey negro se encuentra en «3» ; por eso las blan cas se hacen con la conjugación 1. R2D!, R1D; 2. R2R, R1R; 3. R3A, R2R; 4. R3R, R1R (4... R3R; 5. R4R) ; 5. R4D, R lD ; 6. R4R, R1R; 7. R5A, R2R ; 8. R5'R, R2D; 9. R6A, R1R; 10. R7C, R2R; 11. RxPTR, RIA; 12. R8T y ganan. Tocándoles jugar a las negras: 1.. . R1D! (pero de ningún modo 1.. . R2A ; 2. R2D !, RIA"; 3. R3R ! y ganan) ; 2. R2D, R1R; 3. R2R, RlD; 4. R2A (a esta casilla es afín la »1») ; 4... R2D; 5. R3A, R1R ; 6. R3R, R2R ; 7. R4A, R2I>; 8. R5A, R1R; 9. R4R, RlD; 10. R4D, R Í R ; 11. R5D, R2D; 12. R5R, R2R; 13. R5A, RIR ; 14. ROA, RIA, tablas. 349a. V. Bird, 1936. Blancas: R2D, P5CD, P5CR, P6TR. Ne gras : RlD, P3CD, P2AR, P2TR ; ventaja blanca, pero si les toca ju gar a las negras es tablas. Las zo nas principales son las mismas pero en relación con los cambios en la estructura de los peones en el flanco de dama, las negras pue den ahora utilizar las casillas 31), 3R (en contestación a R4D y R4R, y a R4A mover R2D). Además, a diferencia del 349, las negras pue den maniobrar con éxito en las casillas 2AD y 1 AD (en contesta ción a R3R y R3A), pero única mente mientras el rey blanco no esté más allá de la tercera fila. Dan tablas 1... RÍA (IR), etc. Siendo el turno de las blancas, és tas ganan con 1. R2R, etc. Estas variantes han sida compuestas so bre la base del 349b.
348b. K. Eberz, 1935. Blancas : 349d, V. Bird, 1936. Blancas: R1R, P4TD, P5CR, P6TR. Ne R2AD, P4CD, P4CR, P5TR. Ne gras: R1R, P3CD, P2AR, P2TR; gras: R1R, P4CD, P3AR, P3TR; !as blancas tienen ventaja. 1. R2D, las blancas llevan ventaja. En R1D; 2. R2R, R1A{1R) ; 3. R3A, comparación con el 349a, todos los R2A ; 4. R3R, RIA; 5. R4D, R1D; peones se encuentran una fila más 5. R4R, R1R; 7. R5A, etc. abajo y el movimiento del peón Es extraordinariamente intere CR en contestación a P4AR ca sante el que, a pesar de la seme rece de la fuerza1que antes tenía. janza de las posiciones, el ejem Por esto el rey blanco ya no puede plo que se da a continuación ten- maniobrar libremente en el fondo ra otras zonas y exija una forma de la retaguardia ; la zona de la rompidamente distinta de llevar retaguardia blanca se hace menor. :a partida. La zona principal de las negras abarca las casillas 3D, 3R, 2D, 2R, 349c. K. Ebersz, 1939. Blancas; y la de las blancas, 4D, 4R. 4AR, R1CD. P3TD, P5CR, P6TR. Ne- 3R. De la zona de la retaguardia rras : R! AR, P5TD, P2AR, P2TR; de las blancas quedan sólo los rentaja blanca. Ea zona de las ne escaques 3D («3») y 3AR («I»). gras es la misma. En la zona de Las blancas ganan mediante 1. as blancas quedan sólo 1, 2, 3 en R2D, R1D (si el rey se encamina a quinta fila ; .las casillas 4D, 4R a la séptima fila, las blancas se rambian su representación por 4, apoderan inmediatamente de la 5 (en lugar de 3, 4) ; las represen conjugación) ; 2. R2R, R1R; 3. taciones numéricas restantes no R3A, R2D ; 4. R3R, R3D; 5. R4D, ¡on necesarias. Resulta un síste- R3A ; 6. R4R, R3D; 7. R5A, etc. na del cuadrado y el triángulo con Los ejemplos que siguen ilus ia cifra complementaria «3» en tran el sistema tT» con otras es 5AR (parecida al 328) ; en este tructuras de peones. raso las blancas se liacen con la 35 0 conjugación 1. R2A, R2R (1... ?4AR ; 2. PCR x PA, R2A ; 3. R3A ir en caso de 3 .. R3C, se jugaría 1. P7AR!) ; 2. R3D, R2D ; 3. R4R, R3R; 4. R4A, R2D (4.. P3AR; i. P6CR) ; 5. R5A, R1R; 6. R4R! jeste escaque también es «3») ; 6.., 11D; 7. R4D, con lo que la resis;encia de las negras se viene abao; 7... R2D; 8. R5D, R2R; 9. R5R, R1R; 10. R6D!, R1D', 11. R5A, R2R; 12. R4C, R 3R; 13. itxPTD, R4A ; 14. R4C, RxPCR; 5. P4TD, P4AR; 16. P5TD, ?5AR; 17. R3A, R5C; 18. R2D y ;1rey negro es atraído a 7CR, den le será jaque al promover el peón rianeo. La estructura de las zonas en el Nuestro conocimiento del cana 350 es la misma que en el 349d. rio de la estructura de las zonas Sería erróneo deducir, partiendo il variar la colocación de los peode la posición de zugzwang R5CRles será aún más completo con el R2CR, que las blancas deben ocu¡jemplo siguiente: 209
par la oposición con la jugada 1. R2D. Después de 1... R2R; 2. R3R, R2A; 3. R3A, R2R; 4. R4C, R2A; 5. R5C, R2C, es evidente la inutilidad de las tentativas de re girse por la oposición ordinaria. Lo correcto es 1. R2R!, R1R (la entrada en la séptima fila hubiese permitido a las blancas apoderar se inmediatamente de la conjuga ción) ; 2. R2A, R2A (o bien, .2... RIA; 3. R3C!) ; 3. R3R, R2R ; 4. R3A, R2A ; 5. R4C, R3A; 6. R4A, R3R (o bien, 6 ... R2A; 7. R5R, R2R ; 8. P5CD, P TDxPC; 9. P4 CD) ; 7. R5C, R2A; 8. R6T, R3A; 9. P5CD ! y ganan. 9... PTDxP C (en caso de 9... PADxPC, se tendría 10. P6AD, R3R; ¡1. RxPCR, P4TD; 12. P5TR, P5TD; 13. FCDxPT, P5C!; 14. P7AD, R2D; 15. P8AD =D + , R x D ; 16. P6TR y ganan) ; 10. P4CD, R4A (10... R2A; 11. R7T, v 12. R8C) ; 11. R7C, P4CR; 12. P TRxPC, R x PC ; 13. R7A, R4A; 14. R7R, R4R; 15. R7D, R4D; 16. R7A, R5A; 17. RxPA, R xP C ; 18. R6C, R5T; 19. P6A y ganan. En el ejemplo siguiente la zona de las blancas se extiende hacia abajo hasta el límite del tablero. 35«a. V. Bird, 1936. Blancas: R1D, P2AD, P4AD, P4TR. Ne gras : R2D, P4AD, P3CR; superio ridad Manca. 1. R1R, R2R; 2. RIA, R2A ; 3. R2C, R3A ; 4. R2A, R2A (o bien, 4...-P4CR; 5. P5 TR1); 5. R3R, R2R; 6. R3A, R2A ; 7. R4C, R3A ; 8. R4A, R3R; 9. .R5C, R2A; 10. R6T, R3A; 11. P3AD y ganan. Al exponer los capítulos ante riores hemos tenido ocasión de em plear el sistema «T», pero, por ne cesidad, en forma «camuflada». Al explicar la posición 255 era prematuro hablar al lector, todavía no preparado para ello, de un sis tema «T». Fue preciso recurrir al método simplificado del «encade 210
351
namiento» de los triángulos, lo que, no obstante, esclarecía de forma insuficiente la situación en las columnas AD, D y R. Pero si se compara ahora la so lución del 255 con las zonas en el 351 (sin perder de vista el obje tivo estratégico base de la ma niobra), resulta que aquel compli cado ejemplo se resuelve de forma sorprendentemente sencilla: 1. R3D, R1C; 2. R4R (atacando a «2 y a 3»); 2... RIA; 3. R4D, R1D; 4. R4A, RIA; 3. R5C, R2A; 6. R5A, etc. Consideremos ahora una posi ción con tal entrelazamiento de ca352
sillas conjugadas que la búsqueda del sistema «T* exige una aten ción concentrada. En el 352, el autor ha señalada las casillas conjugadas en el cam po de las negras mediante seis ci fras (en la séptima horizontal, «5, 4 y 1» ; en la sexta, «2 y 3», y en la quinta, «6»), y con estas mismas cifras ha marcado de forma aná loga todas las casillas en el cam po de las blancas (3AD, «5», 3R, «6», y las dos primeras filas, con «1, 4»), Se obtienen así unas zo nas de conjugación en cuya es tructura no hay sistema alguno y, en todo casa, nada que se pueda ■recordar para maniobrar en el ta blero, privado de señales. Todo esto es comprensible si se tiene en cuenta el estado en que en aquel tiempo se encontraba la teo ría. Sin embargo, actualmente, aun conociendo la existencia del sistema «T», no es fácil determi nar en seguida el sistema que en este caso actúa. Cualesquiera que sean las cir cunstancias, se debe comenzar por determinar los puntos de zugzwang y los caminos más cortos (todos los escaques de los cuales se hallan conjugados unos con otros). Sin dificultad podemos en contrar las conjugaciones 3R-4A y 2D-3R, así como la 2R-2AR. Ha ciendo caso omiso de las casi llas «a», que no forman parte de las zonas, resulta que a la serie 2R, 2D («1» y «2», contando a par tir del rey blanco) corresponde a la serie 3AR, 3R de las negras. Los escaques «1,2» pueden ser ata cados por las blancas desde ID, IR y defendidos por las negras desde 2R, 2AR. La experiencia adquirida nos indica que la zona de las negras es un cuadrado. Lo único que no sabemos es cómo situar en él «3, 4» ; las distancias críticas no dan respuesta a esta cuestión. Dirigiéndose al escaque siguien
te del camino más corto, el 3AD, hallamos la conjugación 3AD-2D, y por cuanto 2D-3R nos es ya co nocida, se determina asimismo la conjugación 2AD-2R. Esto pone inmediatamente en claro la cues tión. Junto a los escaques «1, 2» de las blancas se junta en la misma horizontal una tercera casilla, la conjugada, de la cual se presenta en las negras, en la retaguardia de la línea más avanzada del cua drado. Y esto es precisamente lo que caracteriza al sistema «T». La situación de las zonas y las repre sentaciones numéricas las vetaos ahora con perfecta claridad. El rey negro se halla situada en «4», y las blancas pueden conquistar la conjugación. De esto se deduce que en la in evitable carrera por los «caminos más cortos» las blancas han de re sultar vencedoras. La única con trachance de las negras consiste en sacrificar, en el momento opor tuno, el peón 5CR, a fin de que, después de haberse situado con el rey en 4TD, jugar P5CD. Sólo que este momento del contraataque exige un cálculo exacto, ya que la maniobra de los reyes, cuando la relación de fuerzas por ambas partes ha sido puesta al descu bierto, es únicamente cuestión de «técnica» 1. RIA!, R2R; 2. R1R, R2A (situarse en el camino más corto significa perder antes: 2... R3R; 3. R2D, o bien, 2... R2D; 3. R2R, R3R; 4. R2D) ; 3. R1D, R2R; 4. R2A, R2D (més débil es 4... R3R, a causa de 5. R2D, R3A; 6. R3A, R2R; 7. R4C, R2D ; 8. R5T, R2A ; 9. R6T, R1D; 10. R7C, R2D; 11. R6C); 5. R3A, R2A; 6. R2D, R2C; 7. R3R, R3T; 8. R4A, R4T ; 9. R5R!, P5CD; 10. PTDxPC+, R x PC; 11. R6D, R6T; 12. RxPA, RxPT; 13. RxPD, P6T; 14. P6 AD, R6C; 15. P7AD, P7TD; 16. P8AD = D, P8TD=D; 17. DxPCR y las blancas ganan. 211
En la posición que sigue la zona «T» presenta una forma original.
353a
353
Comparando el 393 con el 19a podemos convencernos de que lo que a primera vista parece una distribución desordenada de las casillas conjugadas forma en realidad un sistema armonioso. El 213c se basa en un sistema 5.
análogo. Para determinar todas las particularidades de la maniobra, ofrecemos la configuración de las zoüas que se señala en el diagrama. La victoria se alcanza de una forma única que no permite inexactitud alguna. Si se consiente que las negras, en cualquier instante y lugar, se apoderen de la conjugación, las tablas son inevitables.
ALGUNAS OBSERVACIONES Y CONCLUSIONES
En los párrafos anteriores se han cuando en él se hallarán sin duda dado a conocer los sistemas de con- todavía casos particulares intere jugación principales y más fre- santes y se precisarán detalles gecuentes. nerales. En lo que respecta al sistema dd La oposición ordinaria es relativamente sencilla y hace mucho cuadrado y el triángulo, que entiempo que se conoce, pero para cuentra amplia aplicación en las dominarla a la perfección es nece- más diversas circunstancias, no sario conocer la naturaleza de la ofrece la menor duda de que debe columna y de la fila principal, in- ser aún profundamente estudiado. cluyendo el principio del «movi- En los «encadenamientos» de los miento envolvente» y, cuando esto triángulos, fantásticos a veces, es es necesario, de la «conjugación difícil orientarse con absoluta clarectangular». ridad. El sistema de la «T», descuEl sistema de las ocho casillas, bierto por Bird, puede servir de después de los métodos prácticos ejemplo de individualización, es de orientación que hemos señala- decir, de separación en un grupo do, deja de ser ese «coco» que an- más o menos independiente de detes parecía. En resumidas cuentas, terminadas clases de conjugación. es también bastante sencillo, aún Es indudable que en este punto 212
Sun posibles otros hallazgos fe lices. Acaso la misma denominación de sistema del «cuadrado y el triángulo» haya que consideraría como pasajera. En su sistemati zación, Bird reconoce únicamente el sistema del «cuadrado* conside rando en él como indispensable la posibilidad de que el rey negro tenga acceso a las cuatro casillas. Sin embargo, no se observa dife rencia alguna de principio en la maniobra, cuando una de las ca sillas resulta ser inaccesible. He aquí por qué para empezar hemos reunido todos estos casos, inclu yendo además la conjugación de los triángulos sencillos en un solo grupo. Bird no pasó de su sistematiza ción y descripción de las zonas pri mitivas en esencia. Por nuestra parte hemos creído necesario ha cer alguna que otra generaliza ción, dar indicaciones de carácter práctico y señalar algunas expe riencias que suelen generalmente adquirirse cuando se estudia con atención un extenso material que trata de un mismo tema. Hay que ponerse en guardia contra la desmedida afición a sis tematizar, que conduce a una su cesión de fantásticos y «raros» ca sos de conjugación. Se está más en lo cierto partiendo de que existen unas leyes generales de distribu ción de las zonas conjugadas, aún cuando éstas pueden sufrir varia ciones (o alteraciones) en rela ción con las particularidades de la estructura de los peones, o bien, cuando la parte pasiva puede ju gar a la contra (véase, por ejem plo, el 346). Para que sirva de aclaración a lo dicho, compárense los dos ejem plos siguientes: En el 354 (los reyes se hallan situados en 4AR y 2AR) se mues tra la zona principal, que caracte riza a uno de los estudios de Be-
354
tinsh. Este es un ejemplo entre la infinidad de casos diferentes de las posiciones de zugzwang que se presentan en la práctica. En cada caso, estas posiciones se determi nan (se hallan) en el transcurso de la partida. No hay necesidad de basar en no importa «qué siste mas» todos los grupitos de casillas conjugadas de este género. Otra cosa es la posición que sigue: 355
Bird da la anotación del 355 (los reyes se hallan en IR y IR) como ejemplo de «sistema raro», convirtiendo este caso poco menos que en una excepción, algo así co213
mo un «caso curioso». Pero, en rea lidad, esto no es más que una ano tación incompleta de las casillas conjugadas, que, por haber sido insuficientemente madurada, in duce a error. Efectivamente, no hay razón alguna que justifique el que no se señale la conjuga ción de las casillas 4R-3AR, de terminando con esto definitiva mente «la línea avanzada»; de acuerdo con esto se determina la conjugación de las casillas de la retaguardia. Las zonas presentan entonces el aspecto siguiente: Compárese con el 335a la solu ción de la posición 145 y se verá que la conjugación de las casillas explica fácilmente' todas las va riantes. Es más, el esquema 355a da la solución general para todos los posibles emplazamientos de los reyes en la estructura de los peones que se considera. Sólo se 355a
necesita darse clara cuenta de que estos emplazamientos pueden lle var en sí {por ejemplo, cuando el rey negro se halla lo suficiente mente cerca, o el blanco alejado, de los peones) la posibilidad de nn contraataque, que, como ya sá beme», es capaz de hacer ineficaz la conjugación de casillas aisladas (como en el 346) y hasta }a de toda la zona. 214
Por ejemplo: en la posición R2R-R1AR (juegan las negras), en contestación a !... R2C, lo más sencillo es 2. P4TR, pasando al sistema de la oposición ordinaria, en el que la colocación del rey en 2R es equivalente al comienzo de un «movimiento envolvente» ; ga na también 2. R3A con la ocupa ción de la casilla conjugada. Sin embargo, una mala jugada es 2. R3D ?, a causa de 2... P4TR; 3 P5CR, PífTR y tablas. Las casillas 3D y 2CR no están conjugadas, mientras que las 3AR y 2CR lo están una con la otra. Del mismo modo, en contestación a R4R no sirve R3D, pero esta misma juga da da tablas si se hace en contes tación a R4A. En el 355a se produce el sistema de las seis casillas, conjugación ésta que hasta el presente no he mos examinado. Para ciertas es tructuras de peones, lo caracterís tico es que en una de las zonas las marcas «5, 6» se encuentren en orden inverso. Una correcta ordenación de las zonas es de una importancia esen cial {es claro que ahora no nos re ferimos a los casos en que se co meten errores de bulto). Los ejem plos 356 y 357 nos servirán para esclarecer este punto. .
En el 3S6 se da la ordenación de Bird, que ve en este caso an sis tema de «cuadrado». Centrando indebidamente la atención en no se sabe qué simetría respecto al p u n to situ a d o en tre (1) la s co lu m nas, deja al mismo tiempo sin des35 7
35 7 »
cubrir todas las correspondencias eil los flancos. Lo correcto es, indudablemente, la ordenación del 356a, basada en que se está ante un sistema *T». La distribución hecha por Bird en el 357 tiene su origen, eviden temente, en el 324, por cuanto uti liza la representación «5». Lo mis mo que en el 356 , las correspon dencias en los flancos han sido ol vidadas por completo. La ordenacióón que damos en el 357a (sistema del cuadrado) nos par ece se r m ás corr ecta . E n ell a se descubre con toda precisión la po sibilidad de jugar en el punto 3TR («2» y «3» en el flanco se hallan en la oposición y «l» es la casilla de unión). Las zonas co nju gad as en el 355a, 356a y 357a permiten resolver fá cilmente todas las posiciones del tipo 138, 139 y 144-147. N o debe p as a r in a d v e rtid o el que en el 357a el movimiento de cualquier peón negro obliga a pa sar de la oposición a la maniobra
en «saltos de caballo». La jugada P4TR trae como consecuencia la transición al sistema «T» (356a), y el movimiento F4CR nos condu ce al sistema de las seis casillas (355a, cambiando los colores). La elección que hemos hecho de las posiciones 355a-357a (en com bin ació n co n la s 324 y 325), p re tendía alcanzar un objetivo com p le m entario y m á s a m p lio : de mostrar ejemplos concretos de la posib ili dad, que y a se prese n tí a , de un nuev o método de explicación de una serie de finales (por ejem plo, «dos peo nes contr a otr o en uno de los flancos»), en el que, ante todo, se estudia la estructura de los peones, con lo que se abar ca inmediatamente un emplaza miento cualquiera de -los reyes. Cuando este método haya sido ter minado, los complicados estudios de solución individual de antes pa sarán, sin más, a formar parte de la categoría de los finales regu lares. Después de haber señalado al gunas perspectivas del posible desarrollo ulterior de la teoría de la conjugación, vamos a enunciar la conclusión más importante que se desprende de lo que hasta el p resen te hem os exam in ado. Sin p reten der que esto sea defi nit iv o ni tampoco alcanzar una precisión extraordinaria, se puede formular la tesis siguiente:
El éxito del ataque, o de la defensa en las posiciones bloquea das viene determinado de ante m a n o por la posibilidad de ocu par y conservar la conjugación en la zona principal. El objetivo de la maniobra consiste en apo derarse de la conjugación en la «línea avanzada» de la zona prin cipal. Las consideraciones respecto a lo complicado del método de las conjugaciones son muy dignas de ser tenidas en cuenta. Sin embar go, no hay que perder de vista en 215
ningún instante que más compli más cortos, cosa que el autor no cado que el método lo son las po hizo, vemos claramente el método siciones a las que este último se que utilizó para determinar las aplica. De momento no existen casillas conjugadas. otros métodos para resolver estas Ebersz afirma que hay casos en posi cio nes. E n lo to cante a l m éto tp e la ocupación de la casilla con do en sí, es necesario señalar que ju g a d a no resuelv e n a d a p o r el su aplicación práctica se va sim momento; hay que retroceder con p li fic an d o y m ejo rando g ra d u a l el rey y sólo después dé efectuar mente. el movimiento correcto. Se refiere Lo imp ortante es que en los nú en este caso a ese estancamiento m ero s« artículos y discusiones que se produce cuando no se rea dedicados a tratar del método de lizan como es debido los movi la conjugación no ha habido na mientos envolventes; de ello se die que h asta la fecha haya podido trató ya en ejemplos anteriores, y oponer la menor objeción seria, p ara e v ita rlo se die ro n alg u n as tan to en lo que se refiere a la teo indicaciones (342, 344). Induda ria en sí (lo que es perfectamente b le m ente , es necesario per feccio comprensible, puesto qu e sus p rin nar el modo de reconocer las m e cipios son irrefutables), como con j o r e s casillas para efectuar el ro tra sus métodos de aplicación deo, pero, en fin de cuentas, la p rác tica (q ue, m a l que nos pes e, p érd id a de un m ov im ie nto no es distan aún mucho de ser perfec tan de lam en tar; lo im portante es tos). que, conservando la conjugación A continuación damos, puede en la zona principal, la victoria decirse que el único ejemplo exis no se escapa de las manos. tente, que subraya, según piensa Se suele admitir, continúa di su autor, los defectos del método, ciendo Ebersz, que se pueden evi si se tiene en cuenta su aplicación tar estas jugadas innecesarias sí p ráctic a. se tiene la precanción de acercar 358 lo más pronto posible el rey a los p u n to s de a ta q u e ; pero he aquí un ejemplo (358) en que, precisa mente, el acercamiento es insufi ciente, mientras la maniobra »ale ja d a ! q u e sig u e a co n ti nuación re sulta ser lo que hacía falta. Si en el 358 se ju eg a 1. R1R, R 3 A ; 2. RIA, R2A; 3. R2R (acercamiento sin perder la conjugación), resul ta que después de 3... R3A, hay que volver a jugar de nuevo 4. RIA, para a 4... R2A contesta' con 5. R1C! y seguir el único ca mino correcto que lleva a la vic toria, £ Acaso ha y que dedu cir de esto tjue la casilla 2R, que se halla con Para poner en claro la conjuga ju g a d a con la ne g ra 4AD, no con ción de las casillas en el 358, el ju g a a l m ism o ti em po y del to do la casilla «afín» de este último au to r hizo uso de II (!) letras, sustituidas aquí por ciftas. Seña 2 A D ? La posición 358 puede ser cotnlando como complemento caminos 216
p ren d id a co n m á s p ro fu ndid ad, cias criticas» p ara am bos reyes (las claridad y sencillez si se hace uso bla ncas p ie rd e n la op osic ió n). A sí de la técnica moderna de solución pues, ta m poco en el s is te m a de de estos casos, y que, en compara «T*. Pero la conjugación estable ción con la que se utilizaba en cida «d» nos permite ya hallar «5», 1931, ha avanzado considerable lo que se confirma mediante las mente (véase 358a). «distancias críticas». ¡Es un sis tema de seis casillas! 358a De este modo, el ejemplo 358 p uso de reli eve cierta s d ific u lt a des prácticas, pero en ningún mo mento puso en tela de juicio el sistema. Lo que no se puede hacer es achacar la culpa a la «teoría» sin antes haber estudiado a fondo la posición y señalado correcta mente las casillas conjugadas (358a). Para terminar, creemos necesa rio hacer hincapié en lo enorme mente difíciles que resultan las p a rti d a s en la s posi cio nes q u e no se hallan bloqueadas por completo y conservan uno u otro grado de dinamismo. Aun cuando ya hemos tenido ocasión de com entar este ti l Cómo hem os llegado a la con clusión de que en el 358 tiene lu po de posic io nes, vam os a e x a m i gar el sistema de las seis casillas t nar dos ejemplos todavía más di La ordenación «1,2, 3» se determi fíciles. na como de costumbre. El escaque IR se m a r c a c o n *¡» por las leyes de la opo sición ; de aquí se encuen tran los *4* en ambas zonas. Ya nos inclinamos a pensar que nos encontramos ante el sistema del cuadrado o de la *T». Probemos m e n t a l m e n t e a j u g a r : 1. R1R,
359
R4A; 2. R2R, R3A ; 3. RIA, R2A.
Nos enc ontr am o s en el m om ento crítico. No tiene objeto retroceder a 2R, donde el rey acaba de estar sin éxito alguno; la casilla 2R no se halla coniugoda con el escaque 2AD y, por consiguiente, lo que tratamos de resolver no es un sis tema del cuadrado (la casilla 2AD no puede, por su afinidad con la 4AD, ser ordenada con «3»). Con tinuemos nuestro razonamiento: es evidente que no se puede 4. R2A ? (escaque del camino más corto) ; en caso de 4. R2C ? se tie ne 4... R20 con idénticas «distan
Bu el 359, después de 1. P4T!, se crea una posición en la que «mutuamente se excluye» el tiem po de re se rv a . L a d istri b u c ió n de las casillas conjugadas viene dada en el diagrama. No queda otro re21 7
curso que maniobrar de modo que, sin ocupar las casillas conjugadas, se obligue a hacerlo al adversario, apoderándose entonces de la con jugación merced al tiempo de re serva. Por ejemplo: !... R2A (en caso de 1... R2T, etc., las blancas se apoderan del peón 2D sin per der tiempo en Rx P4D) ; 2. R4T! (a 1... RIA, hubiese seguido 2. R4C !) ; 2... R2R ; 3. R4C !, R3R ; 4. RSC!, R4A (o bien, 4... R2R, 2A ; 5. R4A, R3R ; 6. P5T) ; 5. R5A, R5R ; 6. P5T y ganan. En caso de 1... P3C, la posición queda completamente bloqueda y la ma niobra es la normal : 2. R4T !, RIA (sin entrar en la zona principal, ya que el adversario se apoderaría intfrediatamente de la conjuga ción) ; 3. R5T, R1R ; 4. R6T !, RIA (o bien, 4... R1D ; 5. R6C, R2R; 6. R7A) ; 5. R7C, R2A ; 6. R6C!, R2R ; 7. R7A, R3R ; 8. R8D, P3D ; 9. PR xP, R x P3D ; 10. R8R, R3R; 11. R8A, R3A ; 12. R8C, P4C; 13. P5T y ganan. 36 0
realidad ocurre precisamente lo contrario a causa de la amenaza que gravita sobre las blancas de P4CR. Ante todo hagamos notar que p ara lle gar h asta el peón negro 218
2TI) al rey blanco le falta un tiem po, por ejem plo: 1. R 6A (7A ), P4CR; 2. R7C, P5CR, etc. No queda, pues, otra solución que ma niobrar en el centro, intentando mantener en él el equilibrio, ya que por ahora no se ve la posibi lidad de que. merced a una cir cunstancia cualquiera, este tiempo se encuentre. Es evidente que el rey blanco debe mantenerse en el cuadrado del peón negro 4TR (por ejemplo, en 5D. 4D, 3D), pero al mismo tiempo hay que estar preparado p ara el caso en que P 4 C R ; P4TR xPC, R1CR-2AÍ2C) no perder el peón 5C R o, en ú lt im a instancia , si a pesar de to do la s negras crean la posición R4CR, P4TR, encon trarse en situación de ocupar con el rey la casilla 3CRÍ3TR) y de fenderse de acuerdo con la regla que ya conocemos, explicada en el 151 (si el rey n eg ro ata ca al peón 5CD, hay que tomar el peón 4TR y dirigirse sin perder tiempo al escaque 1AD). De lo dicho se des prende que a R2A R(2 C R) h ay que replicar con R5R(4R). T,a posibilidad de jugar en el flanco que acabamos de examinar (con su sistema específico de casi llas conjugadas), se combina con la posible maniobra en el centro, al lado de las casillas críticas 5D, 5R, 5AR (sistema de oposición or dinaria en las columnas D-AR). La extraordinaria complejidad de la posición 360 es debida funda mentalmente a que estos dos sis temas de conjugación se entrela zan. Sin llegar a señalar por comple to en el diagrama la conjugación simple 4D-3D y 4R-3R (basta con marcar los puntos), nos detendre mos en la conjugación 4AR-3AR, que se forma en la i n te r s e c c ió n de las dos sistemas. Esto es la posi ción principal de zugzwang (para las blanc as 1... P 4C R + ; 2. PT x PC R + , R3C ; 3. R3C es in ofe nsi
vo, pero pierde con I. R4R, F4CR; 2. P T R x P C + , R x P C R ; 3. R 3 A, a causa de 3... R4A, etc.}. Partien do de aquélla se determinan «los tr iá n g u lo s » : a i . . R 2A se p ue de contestar, de no considerarse 2. R3A como evidente, sólo con 2. R5R («2»), pues de lo contrario las negras se apoderan de la opo sición. Bien es verdad que después de 2... R2R, las negras se hacen tam bié n co n la oposic ió n, pero y a es i n ú t i l a causa de 3. R5D. Salva a las blancas el siguiente detalle táctico: si 3... R3A, se tiene 4. R6A f, etc., ya que después de 4... P 4 C R ; 5. P T x P C R + , l a s n e g ra s se ven precisadas a perder un tiempo a c a u s a d e l jaque, y las bla ncas alc an zan y a a pro m over el peón a dama. Una vez «2* determinado, se ha lla el «3»; los escaques 5D y 1CR son «i». Ahora no ofrece la menor duda el que las casillas 5D y 5R aseguran a las blancas la conjuga ción, cualquiera que sea la posi ción del rey negro en los escaques comprendidos en tre 2AD y 2A R ; con estas casillas ( en el orden de cosas de la oposición ordinaria) están también conjugados los escaques blancos en la tercera fila. De este modo, queda determinada toda la red de la conjugación (po demos hacer caso omiso del flanco de dama, ya que a R3C les basta a las blancas con replicar R4A). Ahora, la solución es fácil de comprender: 1. R5D!, R2A; 2. R5 R, R 2 R ; 3. R5D, R2D (3... R3A ; 4. R6A) ; 4. R 5R , R2A ; 5. R 5D !, R3 C ; 6. R4A, R2C (ó... R 4T ; 7. R5A , R 5 T ; 8. R4A) ; 7. R5A, R1C ; 8. R4A, R IA ; 9. R4D !, tablas. O bien: 1... R2C; 2. R4R!, R3A; 3. R4A, R2R; 4. R3R!, ta bla s. 360a. Krutianski - Zagorovski, Moscú, 1952. Blancas: R5D, P5CD, P4TR. Negras: R2R, P3CD, P3 CR, P4TR; juegan las negras. A
diferencia del 360, uno de los peo nes negros se halla, no en 2TD, sino en 3CD, con lo que la defensa de las blancas ya no puede basar se en la re gl a del 151 (en cas o de P4C R; P4TR x PC, la pérdida del peón 5CR e s d e sa str o sa p a ra la s Maneas). En vista de esto, aquí no hay ni siquiera semejanza con las zonas de conjugación del 360. Las negras no pueden jugar inme dia tam en te 1... P4CR ?, a causa de 2. PTR x PC, R2A ¡ 3. R5R, R3C; 4. R4A (la única posición de zugzwang recíproco que en este caso es posible), lo mismo que 1... R3A?, pues seguiría 2. R6A, desoués de lo cual 2... P4CR trae co mo consecuencia la pérdida de un t ie m p o i m p o r t a n te . En la partida se jugó : 1... R 2A !; 2. ROA (en caso de 2. R5 R, seg uíñ a 2 . .. R 2 C ! , o b l ig a n d o a l r e y bla nco a d esa lo jar el únic o esca que apto para la defensa; por eje m plo : 3. R4R, R 3 A ; 4. R4A, P4 CR + ; 5. PTR x PC f , R3C, con lo que las blancas se encuentran en zu grw an g) ; 2 ...P4C R ; 3. R x P C D , P C R x P T ; 4. R 5A ( p a ra cua lquier otro retroceso del rey, las negras cam bian las damas después de haber llegado los peones a la pro m oció n) ; 4... R 2 R ! (5. P6CD, R2D). Las blancas abandonan. La derrota del blanco en el 360a es debida a que con tas casillas 2AR y 2CR de las negras está con ju g a d a ú n ic a m e n te la 5R de la s bla ncas. N. G rí g ó ri e v hiz o c o n s ta r en 1922: «Pueden ponerse como ejem plo in fi n id a d de posic io nes, com en zando por las más elementales y terminando con las más compli cadas e incomp rensibles, que se re suelven cumplidamente aplicando el método de la conjugación. La tarea actual consiste en sus tituir los métodos de l a b o r a t o r i o de antaño por métodos p r á c t i c o s . Este proceso se encuentra actual m e n t e en pleno desarrollo. 219
CAPÍTULO
VIII
FINALES DE MUCHOS PEONES
Un peón de más en los finales que comenzamos a considerar representa una seria ventaja, suficiente en la mayoría de los casos para asegurar la victoria. Sin embargo, esto sólo es así cuando los peones no hayan perdido su valor (posiciones bloqueadas, peones doblados, etc.), y el contrincante no tiene una posición preponderante que compense el peón de menos. Generalmente, no cuesta trabajo aprovechar la superioridad de una posición cuando el adversario es manifiestamente débil. No obstante, son también numerosos los casos en que la debilidad de la disposición de los peones se encuentra en estado más o menos latente y, en primer lugar, se hace necesario ponerla claramente de manifiesto; en otros casos, hace falta aumentarla; y, a veces, crearla. Por el métodr a seguir para realizar la ventaja, los finales que consideramos son la mayoría de las veces de maniobra y con menos frecuencia de combinación; pero no es raro el caso en que se precisa compaginar ambos métodos. Para la preparación de los ajedrecistas tiene gran importancia conocer ejemplos tomados de partidas reales y estudiar los procedimientos específicos que se utilizan en los finales de muchos peones para conseguir la victoria o alcanzar tablas. I,a mejor base para poder trazar planes individualmente es conocer la materia en toda su extensión (las diversas estructuras de peones), así como una serie de modelos prácticos de realización de la ventaja. De nuestra selección hemos excluido los ejemplos más sencillos, que no precisan aclaraciones especiales. En el capítulo, el material ha sido distribuido siguiendo un orden temático, haciendo la salvedad de que si en muchos finales se puede determinar el predominio de un tema cualquiera, éste suele aparecer más o menos mezclado con otras ideas estratégicas. Esta salvedad hecha, y teniendo en cuenta que hasta una sistematización convencional es preferible a la falta absoluta de sistema, hemos creído oportuno reunir el material en tres grupos: 1) algunos procedimientos técnicos; 2) ventajas y desventajas de posición en la distribución de los peones; 3) ejemplos de la lucha de maniobra por las casillas clave. 220
.
ALGUNOS PROCEDIMIENTOS TECNICOS
Entre los procedimientos técnicos de lucha más importantes se cuentan los siguientes: a) Minar la posición contraria a fin de quebrantarla y crear en ella puntos débiles; b) sacrificio de peones, tanto para obtener un peón pasado {ataque de peones) como para conseguir una incursión del rey. En los finales 381 a 365, se dan a continuación, una de las partes tiene (o alcanza rápidamente) un peón de más. La realización de la ventaja material de las negras en el 361 se complica un tanto debido a que el adversario dispone de un peón pasado protegido.
PT+, RxPT; 7. R2R, R2C! 8. R3R, R2A ; 9. R2R, R3D ; 10. R3R, P4CD ; 11. PADxPC, R xP D , etcétera. 362
361
Alekhine ganó del modo siguiente: 1... RSC; 2. P6D, P7CR; 3. R2A, R6T; 4. P7D, P6R + !; 5. R3A, P8C = D ; P8D = D, D7 AR+ ; 7. R4R, ” 7R, etc. Grigóriev dio a conocer otro modo de conseguir la victoria en el que las blancas no llegan a promover su peón a dama. La solución consiste en suprimir todos los peones del flanco de dama minando sistemáticamente la dis posición de los peones blancos. E ste es uno de los procedimientos de lucha más importantes en los finales de muchos peones. 1... R4R ; 2. R2R, R3I); 3. R3R, R2A ; 4. R2R, R2C; 5. R3R, P4TD (o bien, 5... P3TD); 6. PCD x 6
.
En el 362 el peón 3TD no tiene salvación; pero las blancas, atacando en el flanco opuesto, hallan un modo interesante de salvarse. 1. R4R, R xP T ; .2. P5AR !, PCRxP A + (amenazaba 3. PAR xPC, PTRxPC; 4. P5TR) ; 3. R x P5AR, P4TD ; 4. RxPA , P5TD ; 5. R7C ! (no 5. P5CR ?, R5C; 6. P5TR, P6TD ; 7. P6CR, x'TR x PC ; 8. PTR x PC, P7TD ; 9. P7CR', P8TD=D + y ganan) ; 5... R5C ; 6. RxPT, P6TD ; 7. P5CR. P7TD ; 8. P6CR, P8T D=D ; 9. P7CR (esta posición es de tablas) ; 9... D2TD ; 10. R8T, D5D; 11. P5TR, D3AR ; 12. R7T, D4AR+ ; 13. R6T!, D3AR+ (o bien, 13... D2AR ; 14. P8CR = D!, DxD , rey 221
ahogado) ; 14. R7T, D2AR ; 15. P6TR, R4A ; 16. R8T, tablas. 363
RITR, P3AD, P2D, P2CR; tablas. R4C, R1C; 2. R5A, R2A ; 3. R6D, R1R!; 4. P5AD, R1D; 5. P6AR, PCR x PA, rey ahogado. 363c. S. Zhiguis, 1930. Blancas : R2R, P2D, P5CR. Negras: R1CD, P3D, P2R, P2TR; tablas. La mis ma idea táctica que en el 363b, pero en una situación más compli cada. 1. R3A, R2A; 2. R4C! (2 R4A ?, R3A; 3. R5A, R2D; 4. P3D, P4D y ganan); 2... R2D! (2... R1D ? ; 3. R 5T); 3. R5A ! (3. R5T?, R3R; 4. R6T, R4A) ; 3. R1R; 4. R6R, RIA; 5. P3D !, R1R ; 6. P4D, RIA; 7. P5D, R1R; 8. P6CR, PTR x PC, rey ahogado.
_En el 363 (tomado de una par tida de un torneo celebrado en la Alemania Oriental en 1946), des pués de 1. R3D !, R x PTD ; 2. R4A, es evidente que el blanco tiene tres tiempos de peón de reserva, que son precisamente los que hacen falta para no dejar salir al rey negro de su prisión: 2... R6T; 3. R3A, P5TD ; 4. P3TR!, R7T ; 5. R2A, P6TD ; 6. P4TR, P3TR ; 7. P5TR, tablas. Este mismo pensamiento de aho ra al rey en el ángulo 1TD es la clave de la posición siguiente:
363d. H. Rink, 1912. Blancas: R2AR, P2R, P4TR. Negras: RS TR, P3D, P5CR, P2TR; tablas. 1. R3C, P4TR; 2. P4R!, R8C; 3. P5R, PDxPR, rey ahogado. 363e. A. Kovalenko, 1927. Blan cas : R7CD, P2R, P2AR. Negras: R4TD, P5R, P5AR, P4AR; tablas. 1. R6A, R5C; 2. R5D, R6A; 3. R5R, P6R; 4. RxP5AR!, PRx PA; 5. R3R, P8AR = D, rey aho gado (o bien, 5... P8AR=A; 6. R4A, A6TR; 7. P4R, tablas).
3631. T. Gorgufev, 1929. Blan cas: RITR, P4TD, P5CD, P6CD. Negras: RITR, P4TD, P2CI), 363a. Blancas: R4D, P3TD, P3D ; tablas. 1. R2C, R2C ; 2. R3A, P5D, P5AR, P2CR, P4TR. Ne R3A ; 3. R4R, R3R; 4. R4D, P4D ; gras: R4CD, P4TD, P3D, P3AR, 5. R5A, R4R, rey ahogado. P2CR, P3TR ; juegan las blancas. 1. PSTR!, R5T; 2. R4A, RxP T ; 363g. T. Gorguíev, 1929. Blan 3. R3A, P5TD ; 4. P3CR, etc. cas: R4TD, P2D, P7R, P2CR. N e El rey ahogado se da poco en la gras: R2AR, P6D, P3AR, P6CR ; práctica y sirve de procedimiento tablas. 1. R5C! (no 1. R4C ?, P4 AR!; 2. R4A, P5AR; 3. RxPD. técnico de lucha sólo en algunos casos excepcionales, a pesar de lo P6A R; 4. R3R, PAR x PC v g a cual este tema ha sido y es am nan) ; 1... P4AR; 2. R6A, RxPR; pliamente tratado por los proble- 3. R5D (maniobra dé Retí, 71); mistas. A continuación damos al 3... R3A; 4. R4D, P5AR; 5. R4R, R4C; 6. R3A, R4A, rey ahogado. gunos ejemplos: En el problema que sigue, las 363b. A. Troitski, 1923. Blan blancas evitan que el adversario cas : R3TD, P4AD, P5AR. Negras : ahogue a su propio rey :
363h. I. Kreicliik, 1908. Blan cas. R8R, P3CD, P4AD, P5AD, P4TR. Negras: R2CD, P2TD, P5CD, P3AD; ganan las blancas. 1. R7D! (no 1. P5TR ?, R3TD, si guiendo R4TD y P2TD-3TD, rey ahogado); 1... R3T; 2. RxPAD, R4T; 3. R6D, P3TD; 4. P6AD y ganan. A veces se da el mate con peones (antes de su promoción): 363i. A. Galitski, «Stratezhi», 1900. Blancas: R3CR, P2TR, P4 TR. Negras: R4TR, P3CR, P4CR, P3TR; las blancas ganan (mate en 4 jugadas). 1. P3TR, PCR x PT+ ; 2. R4A, P4CR+ ; 3. R5A, P5CR ; 4. PTR x PC+ + . Esta di vertida miniatura que ilustra cla ramente la idea del zugzwang, ha servido de modelo para infinidad de coinposi dones del mismo géne ro. Lo curioso del caso es que estas últimas salieron generalmente a la luz como «final de una partida jugada hace poco (?) en... (el nombre de una ciudad cualquie ra», pera siempre sin indicación de auiénes fueron los jugadores. 38«
que se considere amenaza 1... P4 AR, lo que evidentemente conduce a tablas. De ahí el que las blancas recu rran a un procedimiento caracte rístico: al sacrificio de un peón. a íin de facilitar la incursión de su rey y proporcionarle el espacio suficiente para maniobrar. Después de 1. P5AR+ !, decide la partida el distraer al rey negro gracias al peón pasado mas sepa rado de las blancas; por ejemplo: 1... RxPA íl... R4C; 2. P6AR) ; 2. P4TR, R4R (o bien, 2... R3C; 3. R4C, R3T; 5. P5TR, etc.); 3. R4C, P3AR; 5. P5TR, R3R; 5. P6TR, R2A ; 6. R5A, y ganan. 364a. B. Horwitz, 1879. Blan cas: R6TR, P3AD, P4D, P5R, P4AR. Negras: R1D, P4D, P2R, P2AR, P4AR ; ventaja blanca. (Amenaza 1... P3R y tablas ; sin embargo, 1. P6R ? es prematuro a causa de 1... PARxPR; 2. R7C, R2A !, tablas.) 1. R7C, R1R; 2. P6R!, PA RxPR ; 3. R8C, R1D ; 4. R8A, R2D ; 5. R7A, R3D ; 6. R8R, P4R ; 7. PD xPR + , R3R ; ». R8A, R2D ; 8. R7A y ganan. 364b. Schpiss - Bürger, Berlín, 1905. Blancas: R3CR, P3TD, P4 CD, P2AR, P3AR, P3TR. Negras: R4AR, P3TD, P4CD, P4CR, P3TR; juegan las blancas. 1. P4 AR!, PC Rx PA + ; 2. R4T!, R5R; 3. R4C, P6AR (o bine, 3... P4 TR+ ; 4. RxPT, R6A; 5. R5C) ; 4. P4TR, P4TR+; 5. RxPT, R4A; 6. R6T, R3A; 7. P5TR y ganan.
364c. Scheve-Valbrodt, Berlín, 1891. Blancas: R3CR, P2CD, P4CD, P2AR, P3AR, P2TR. Ne Los peones doblados de las ne gras: R4CR, P3CD, P4R, P2AR, gras en el 364 (K. Rotlender, P3CR ; juegan las blancas. 1. F5 1893), significan en realidad que CD, P4AR ; 2. P4AR+, R3A (o las blancas tienen un peón de ven bien, 2... P R x P A + ; 3. R3A, R3A ; 4. R x PA, P4CR+ ; 5. R3C, taja. Ahora bien, en el instante 22 3
siguiendo 6. P3TR y 7. P4AR); 3. PARxPAR +, R x P ; 4. R3A, F4 CR ;5. R3R, R4D ; 6. P3TR, R4A ; 7. P4AR y ganan. Después de 1. P5CD, a las negras no las salva ningún otro movimiento; por ejem plo: 1... R4T; 2. P4AR !, P5R ; 3. F5AR1, P4CR; 4. P3TR, P3AR; 5. P3CD, R3T; 6. R4C, R2C; 7. P4TR y ganan; o bien, i... R4A; 2. P4TR, P4CR (2... P5R; 3. P4AR) ; 2... P3AR; 3. P3CD) ; 3. P9TR, P3AR; 4. P3CD, R3R; 5. R4C y ganan. 3644. Pirc-Alatortsev, Moscú, 1935. Blancas: R3D, P3TD, P2CD, P4D, P4AR, P2CR, P2TR. Negras: R3D, P2TD, P3CD, P2AR, P4AR, P3CR, P2TR; juegan las negras. (El peón pasado en el centro no es tan fuerte como en uno de los flan cos, por cuanto no obliga al rey contrario a distraerse. El sacrifi cio del peón 4D es también inútil, ya que las blancas no consiguen apoderarse de la casilla 4AD). 1... R4D; 2. P4TD, P3TD; 3. P3CD (o bien, 3. P4CD, P4CD!); 3... P3AR; 4. P4TR, P3TR; 5. P3CR, P4CR; 6. R3R, PCRxPT; 7. PxP, P4TR; 8. R3D, P4CD!, y la partida termina en tablas a causa de 9. PTDxPC, PTDxPC; 10. R3R (10. R3A ?, R5R); 10... R3D (3A, 3R), etc. 365
224
La realización del peón de más, pero doblado, del 365 (posición po sible de una variante de la partida Fine - Reshewsky, Nottingham, 1936), ofrece dificultades. Las ne gras trasladan su rey al centro, im pidiendo así a las blancas hacerse con el escaque 6D y realizar el avance P4R, P4AR, P4CR, segui do de P5A, a fin de liberarse de los peones doblados. Fracasa también el intento de las blancas de irrumcon el rey a través de la casiSsr a 5CR, ya que las negras juegan P3TR. De ahí que las blancas de ban esforzarse en continuar debili tando la posición de las negras, centrando sus tiros contra el peón avanzado 3CR. Fine nos da a conocer el intere sante análisis que a continuación se expone: 1... RIA; P4TR, R2R ; 3. R2C, R2D ; 4. P5TR!. R3A Í4... PCR x PT ; 5. R3T, R3A ; 6. R4T, R4D; 7. P4AR) ; (4... P4CR; 5. P4CR, R3A; 6. P4AR!, R4D; 7. 7. R3A, R5D; 8. P6TR, R4D; 9. P3R, PCR x PA ; 10. R x PA I, R ~ ; 11. R5C y ¡2. R6A) ; 5. PTR x PC, PAx P (peor és 5. P T x P a cau sa de 6. P4AR, R4D; 7. R3A, continuando luego R-4C-5C y R6A, mientras que si el rey negro se halla en 2R, seguiría P4R, R6A y P9AR) ; 6. P4AR, R4D; 7. R3A, R5D; 8. P4CR, P4CR (o bien, 8... R ~ ; 9. R3R, continuando después R3D, P4R y P5AR; o bien, 8. P3TR ; 9. P3R + . R4D ; 10. R2R !, R5R ; 11. R2A, P4CR ; 12. R3C ! y ganan) ; 9. PARxP C! (a simples tablas conduce ahora 9. P3R + , R4D; 10. R2A, R5R; 11. R3C, P3TR!; por ejemplo: 12. P5AR, RxPSR; 13. PARxPR, RxPR; 14. R3A, R4R !, etc.) ; 9... RxP R ; 10. R3R, R4D (o bien, 10... R3D ; 11. R4A, R2R; 12. P6CR!, PTRx PC; 13. R5C, R2A; 14. P4R, R2C; 15. P5R, R2A; 16. R6T) ; 11. P6 CR!, PTRx PC; 12. R4A, R5D; 13. R5C, R6R; 14. RxPCR y ganan. Pasando a considerar los finales
ccn piezas iguales (en la mayoría de los casos), continuaremos el examen de aquellos ejemplos en que el principal procedimiento téc nico continúa siendo minar la dis posición de los peones enemigos; hasta ahora sin embargo, los rom pimientos de línea desempeñan un papel insignificante (366 y 367). En el 366 (Esser-Davidson), la posición del rey negro es muy fuer te, mientras que el rey blanco no ha tenido tiempo de ocupar el esca que 1AR. Le ahí el que el momen to sea el más favorable para el moviniieiu 1... P5AR. En contesta ción a esto, en la partida se jugó: 2. PCRxPA (no 2. PRxPA?, a causa de 2... P6R; 3. PARxPR, RxPR - el peón 3CR -ueda inde fenso) ; 2... R5CR; 3. R2R ?, P4 TR! (no se puede contestar inme diatamente con 3... R x PT, debido a 4 P3AR y tablas) ; 4. RIA (ahora 366
R2C, P3CR (4... RxPT; 5. P3A) ; 9. P3AR-Ì-, PR x PAR + ; 6. R2A, RxPTR; 7. Rx PAR ; o bien, 3... R xPT ; 4. P3AR !, P RxPA; 5. P4R, R5C ; 6. P5R, R4A ; 7. R2A, etcétera. 367
El flanco de dama de las negras en el 367 se viene abajo rápidamen te : 1. R5D, R2R ; 2. P4TD, P4TD después de esta jugada sólo queda preparar P4CD) ; 3. R4D, R2A (3... P3TR; 4. P3CD) ; 4. R3A, R2R; 5. P4CD, R2A (no sirve 5... P4D, a causa de 6. PCD x PT, re presentando para las negras idén tica catástrofe tanto 6... PCD x PT; 7. P5AD, como 6 R3D; 7. P6TD, R xP A ; 8. PADxPD + ); 6. PCD x PT, PCD x PT ; 7. R4D (también se puede contestar inme diatamente 7. P5AD) ; 7... R1R; 8. R5D, R2A y en este mismo mo mento las negras abandonan. Pudo haber seguido: 9. P5AD, PD x PA (o bien, 9... R2R ; 10. PADxPD + , PD x PA ; 11. P7AD, etc.) ; 10. R x PA, R2R; 1!. R5D, R2A; 12. R4A (ganancia de tiempo característi ca; véase el 333) ; 12... R2R; 13. R5A, P3TR; 14. R5D, R2A; 15. R4A, R2R; 16. R5A, R ~ ; 17. R5C, y ganan. Entre los procedimientos técni cos de llevar la lucha ocupa un lu gar destacado el ataque de peones, ...
no da resultado 4. P3AR +, PR x PA+ ; 5. R2A, a causa de 5... P3 CR) ; 4... RxPTR; 9. R2C, R5C ; 6. R2T, R6A; 7. R1C, P5TR, y las negras ganaron la partida gracias al peón pasado. En 1926, Reti indicó que después de 1... P5AR; 2. PCRxPA, R5C, se alcanzan tablas mediante: 3. RIA ! ; por ejemplo: 3... P4TR ; 4.
225
es decir, el sacrificio de uno o varios peones a fin de abrir a otro el camino a dama. Los ejemplos más antiguos se basaban fundamentalmente en los esquemas de distribución de los peones que se dan a continuación (368 a 371) 368
370
371
369
El 370 representa una posición de mucha mayor importancia práctica. Después de 1. P5CD (tam bién se puede 1. P5AD); 1... PTD x PC ; 2. PAD x PC es inevitable ; 3. P6TD; cualquiera que sea el peón que se juegue en lugar de 1.. . PTDxPC, las blancas consiguen un peón pasado. Si se admite que en contestación a !. P5 CD, las negras realizan un moviLa posición representada en el miento cualquiera en el flaneo de 368 la publicó por vez primera rey, las blancas continúan 2. K. Cücio en 1766. Como ya es sa- P5AD, o bien, 2. P6CD, e indefec bido, el rompimiento se realiza sa- tiblemente consiguen que uno crificando dos peones: 1. P6CD!, cualquiera de sus peones alcance PTDxPC; 2. P6AD, PCDxFA; la promoción. En este caso, a las 3. P6TD (o bien, 1... P4Ax negras no las salva ni siquiera el PC; 2. P6T, PC x P ; 3. P6AD). ser mano (1... P3CD; 2. P5CD!, o Tocándoles jugar a las negras, bien, 1... P3AD, 2. P5AD, lo miséstas evitan las brecha median- mo que 2. PD x PA y 3. P5CD). te !... P3CD (pero de ningún modo 1... P3AD ? ; 2. P6TD!, etc.). 370a, Tomado de una partida. En el 369, las blancas abren bre- Blancas: R2R, P2TD, P2CD, P3R, cha moviendo un peón cualquiera, P5R, P4AR, P5CR, P5TR. Neya sea mediante 1. P6CD, o bien gras: R4AD, P2TD, P4CD, 1. P6AD, etc., lo mismo que en el P5AD, P3R, P2AR, P2CR, P3TR; 368, ya jugando 1. P6TD ó 1. P6D; juegan las blancas. 1. P4R!, ahora bien, en este último caso R5D; 2. P5AR, RxP5R (o bien, ambas jugadas deberán realizarse 2.. . PR xP A ; 3. P6CR) ; 3. P6AR, una detrás de la otra: 1. P6TD, PCR x PA ; 4. PCR x PT y ganan. PCD x PT ; 2. P6D, PAD x PD ; 3. En el 371 es también posible P6CD(6AD), o bien, 1. P6TD, P3 abrir brecha : 1. P5R, PD xP R ; 2. CD ; 2. P6D, PAD x PD ; 3. PAD x P5AD, PCD x PA (de lo contraPC. Las negras no pueden impe- rio, 3. P6D) ; 3. P6D, PAD x PD ; dir, jugando uno cualquiera de sus 4. P5TD, etc. peones, que rompan sus líneas. La brecha se consigue abrir 22 6
una jugada antes si el peón negro 2TD se halla en P4TD. C. Salvioli, 1887. Blan cas: RIAD, P4D, P5R, P4AR, P5CR, P4TR. Negras: R5CD, F3TD, P3R, P2AR, P3CR, P2TR; juegan las blancas. Da solución del autor e s: 1. P5D, PR x PD ; 2. P5AR, PCR x PA (en caso de 2.. . R4A se tiene 3. P6AR! y 4. P6R) ; 3. P6R! (no 3. P5TR ?, R4A!; 4. P6R, R3D! y ganan) ; 3.. . PAR x P R ; 4. P5TR, P5AR ; 5. P6CR, P6AR; 6. R2D y ganan. Salvioli hizo la salvedad de que en caso de haber un peón en 3CD o en 2CD serían tablas, pero ha llándose el peón negro en 3TD, las blancas «ganan fácilmente» si se. da 1. P5D, R4A; 2. P6D. En realidad, como se demostró en 1937, no pueden ganar, ya que a R5TD pueden replicar siempre las negras con R2CD. ¡ Intere sante ej mplo de la impotencia de un peón pasado protegido, cuando se dan ciertas circunstancias des favorables! (Véase el 389.) 371a.
Botvimiik-Tliomas, Nottingham, 1936; pero Botvinnik disponía además de un caballo). I. Minkvits, 1879. Blan cas: R1R, P4AR, P3CR, P5CR, P6TR. Negras: R3AD, P5R, P4 AR, P3CR, P2TR; victoria del blanco. 1. P4CR, PARx PC; 2. P5AR, PCRxPA; 3. P6CR, PTR x PC; 4. P7TR y ganan. 371(1.
372
Tomado de una partida jugada en 1921. Blancas: R7D, P4TD, P5CD, P4AD. P5D, P4R. Negras: R1CD, P4TD, P3CD, P2ÁD, P3D; les toca jugar a las blancas. 1. P5AD (gana también 1. PSR); 1... PCD x PA ; 2. P6CD, PADxPC; 3. P5R, PDxPR; 4. R7R y ganan. La disposición de los peones en el último ejemplo es afín, en cier to grado, a la distribución en for ma de cadenas de peones. Dare mos sólo dos posiciones de este tipo.
Lasker señaló que las negras ganan moviendo 1... P5TD! (véa se el 370). Es débil contestar a esto con 2. R5T, a causa de 2... P5AD, etc. Más consistente es 2. R3A, R4C; 3. R2R, aclaración de Dedrle; Lasker seguía 3. R3C, P5AD; 4. R3A, R5T, aunque no deja de ser más sencillo 4... P6AD!; 5. PCDxPA, PDxPA; 6. R2R ; P5CD !; 7. R1D, PCDx PT; 8. RIA, P7TD) ; 3... P5AD!; 4. R2D (4. P3CD, P4ADxPC; 5. PADxPC, PTDxPC; 6. R2D, R5A; o bien, 4. P3AD, PD x PA, y 5... PADxPD +) ; 4... R5A; 371c. B. Horwitz e I. Kling, 1851. 5. R2R, P6AD!; 6. PCDxPA, Blancas: R2AR, P5CD, P6AD, PDxPA; 7. R1D, P5CD!; 8. P5D, P4R, P3AR, P2CR. Negras: RIA, P6CD!; 9. PADxPC, R5TR, P3CD, P2AD, P3D, P4R, PTDxPC; 10. P4D, R6R y ga P5AR; las blancas ganan. 1. P3 nan. Tocándoles jugar a las blancas, CR + , PARxPC+; 2. R2C, R4T; 3. R x PC, R4C; 4. P4AR + , etcé éstas impiden la apertura de la tera. (Una disposición semejante brecha mediante 1. P3CD, y des de los peones se dio en la partida pués de 1... R3C, las tablas son 371b.
22 7
evidentes. Sin embargo, ia tenta 373 tiva 1. P4TD! es de mayor al cance. Ahora 1... P5CD? pierde, a causa de 2. R5T, P5AD; 3. P3CD!, etc. Lo correcto es 1... PCDxPT!; 2. R5T, R3R; 3. R6C, R3D ; 4. R6A, P5AD; 5. PD x PA, R4A; 6. RxPR, RxPA; 7. R6D, P6D; 8. PA DxPD + , R6C; 9. P5R, R x PC ; 10. P6R, P6TD ; 11. P7R, P7TD; 12. P8R=D, P8TD = D ; 13. D5R + , R8C; 14. Dx D + , R x D ; 15. R5A, R7C, y ora 16. P4D, P5TD, ora 16. R5C, R6A, tablas. (Puede comprobarse una cierta semejanza con el final del 72a; para la psicología del es píritu creador no deja de tener interés el que este análisis prece diera al torneo de San Peters- blancas rinden. Sin embargo, en burgo de 1914.) contestación a la mala jugada 1... P3TR, era posible 2. P6ARH, PCR 372a. Máslov-Glébov, Leninx PA; 3. P4AR, R5D; 4. P5CR, grado, 1936. Blancas: R2CD, PARxPC; 5. PAR x PC, R4R ; P3AD, ^4R, P3AR, P3CR, P4TR. 6, PCRxPT, R3A; 7. R2A, y Negras: R1CR, P5TD, P5AD, ganan. P4R, P3AR, P2CR, P2TR; iuegan Una buena defensa contra la las negras. 1... P4TR!; 2. R3T (o ruptura daba la jugada 1... bien, 2. P4CR, P4CR!; 3. PTRx P3A !, por ejemplo: 2. P6T, P x P ; PC, P5TR; o de otro modo, 2. 3. P4A, R4D. A 2. P4AR, lo me P4AR, PRxPA; 3. PCRxPA, jor es 2... P3TR!, aunque también P4CR!); 2... P4CR; 3. RxPTD, es posible 2... R4D; 3. P5CR, P3 P4AR; 4. R5C (4. PT Rx PC, TR!, pero de ningún modo 3... P5AR!) ; o bien, 4. PRxPA, P5 PARxPC?; 4. PARxPC, R4R, C!; 5. PARxPC, P5R!); 4... a causa de 5. P6AR, R3R (o bien, P5AR; 5. PCRxPA, PCRxPT y 5... PCRx PA; 6, P6CR, PTRx PC; 7. P6TR); 6. PAR x PC, R2A ; ganan. De los ejemplos examinados se 7. F6TR, y ganan. deduce que las posibilidades de abrir brecha vienen determinadas 373a. Stahlberg - Tartakower, por la misma estructura de los partida fuera de torneo, 1934. peones; la superioridad de peones Blancas : R2R, P3AD, P4D, P6CR, en el sector en que tiene lugar el P2TR, Negras: R3R, P2TD, P2CD, P4D, P2CR; les toca ju rompimiento, aunque frecuente, gar a las blancas. 1. P4AD (la no es obligatoria. En el ejemplo 373 son alecciona mejor jugada táctica en una po sición sin esperanzas); 1... PD x dores los errores cometidos por ambos adversarios. Sn examen PA? (lo correcto hubiese sido 1.. R4A !; 2. PADxPD, RxP CR y nos demuestra cuál debe ser la defensa correcta para evitar que ganan; ahora las blancas crean el contrincante abra brecha en la una «casilla errante»); 2. P4TR, estructura de peones. P4TD; 3. P5TR, PSTD; 4. R2D (según indicó I. Tiurn, hubiese Después de 1... F3TR?; 2: P4AR ?, P3AR; 3. P5CR, R5D las sido más sencillo abrir brecha in228
mediatamente: 4. P6TR, PCRx brecha se ve en la posición si PT; 5. P5D + , R3A 6. P6D, guiente. En el 374 (Najdorf-Kótov, EstoP6TD; 7. P7D, R2R; 8. P7CR, P7TD; 9. P8CR = D); 4... T4CD; colmo, 1948), la forma más senci S. P5D + , R2D; 6. P6TR, P6TD; lla de alcanzar el objetivo pro7. R2A (7. RIA!); 7... P5CD; 8. 374 PTRxPC, P6CD+; 9. RIC, P7TD+; !0. R1T, P6AD; ¡l. P8CR=D. Las negras abandonan. 373b. Capablanca-Lasker, Lon dres, 1914. Blancas: R3D, P2TD, P5CR, P5TR. Negras: R4D, P3 TD, P5D, P4AR, P2TR; mueven las negras. Estas podrían haberse salvado mediante 1... R3R, pero después de 1... R4R?; r rdieron P6TR!, y 3. P6CR. Si en los ejemplos anteriores la posibilidad de abrir brecha depen día de los errores del contrincan te, en las posiciones que siguen viene determinada por la misma estructura de los peones. 373c. Bartts -• Shenmati, 1927. Blancas: R44D, P5CD, P5AD, P4AR, P3CR, P2TR. Negras: R4TD, P2CD, P5R, P4AR, P3AR, P3CR; juegan las blancas. Des pués de 1. P6CD, R3T; 2. P3TR, P6R; 3 R3D, R4CD ; 4. R xPR, RxPA; 5. P4TR, R4D; 6. R3D los contrincantes acordaron ta las. Ganaba sencillamente: 1. P4TR, P6R; 2. R3D, RxP4C; 3. P4CR, PARxPC; 4. P5AR, PCRxPA; 5. RxPR, RxPA; 6. P5TR, etc. 373d. Gresser-Bíkova, Moscú, 1950. Blancas: R1R, P2AD, P4AR, P5AR, P4CR, P4TR. Negras: R4D, P5AD, P5D, P2AR, P3AR, P3TR; les toca jugar a las blancas. El blanco no se ha dado cuenta de la jugada 1. P5TR!, con la que amenaza abrir- btecha; en contes tación ésta, 1... R3D asegura el empate, pero pierde moviendo l... R5R?, a causa de 2. P5CR, Rx P4AR; 3. PCRxPT, etc. La necesidad de preparar cui dadosamente el ataque para abrir
puesto es 1. P3AR!, R2R; P4AR, R2A; 3. P5AR! (amenazando 4. P6AR); 3... PCRxPA; 4. RxPA, R2C; 5. R5C y ganan (131, 135). Las blancas jugaron 1. P5CR, desués de lo cual sólo queda abrir recha moviendo P5TR y convir tiendo el peón AR en peón pa sado; por ejemplo: 1... R2R; 2. P4TR, R2Á. El método más segu ro de que disponen las blancas pa ra llevar la partida (algo así como una «regla«, según Komarov, 1954), es ahora 3. R6D, ocupando después la casilla 7R y luego -P4 AR, P5TR y P5AR; no obstante, también gana 3. F4AR, R2R (o bien, 3... R2C; 4. P5TR, PCRx PT; 5. P5AR) ; 4. P5TR, PCRxP (de lo contrario, 5. PTR x PC); 6. P5AR, R2D (o bien, 5... P5TR; 6. R4A1; 6. R4A, R3D; 7. R3C, R4R; 8. P6AR, R3R; 9. R4T, P3TR; 10. RxPT, PTRx PC; 11. R6C. Najdorf no halló ni uno solo de los numerosos modos de ganar, y la parti'.a terminó en tablas. 374a. Bogatiriov
O. - Persits, 22 9
Moscú, 1948. Blancas: R5CR, P4TD, P5CD, P4AD, P3CR, F4 TR. Negras: R2CR, P2TD, P3CD, P4AR, P3CR, P4TR; jue gan las blancas. Lo correcto, seel análisis de Bogatiriov, f ún ubiera sido: 1. P5TD, PCD x P T ; 2. P5AD, P9TD; 3. P6AD, P6TD ; 4. P7AD, P7TD; 5. F8AD=D, P8TD = D ; 6. D7D + R1A ; 7. Rx PC y mate. En la partida se jugó: 1. P5AD?, PC DxP A ; 2. P5TD, P5AD; 3. R4A, P4CR+ ! (réplica imprevista por las blancas, que crea un »cuadrado errante» peli groso, mediante una contraaper tura de brecha); 4. R3 R! (4. PTRxPC, P6AD; 5. R3R; P5 TR!); 4... P6AD!; 5. R3D!, P5AR; 6. PCRxPA, P5CR!; 7. P6CD, PTDxPC; 8. PTDxPC, P6CR, siendo tablas en final de dama. Es claro que el modo de abrir brecha viene determinado por las características de la posi ción. En el caso, tomemos por ejemplo, 1. R4AR, R2AR(3AR), no da resultado 2. F5TD, pero en cambio decide sin complicacio nes 2. P5AD. 375
La posibilidad de abrir brecha en el 375 (Betinsh, 1905), median te P4CR, P4AR x P C ; P5AR es evidente; sin embargo, después de F4AR x P, el peón negro se 230
hace peligroso. De ahí que haya que obligar al rey negro a situar se en la vertical CR, donde impe dirá el avance de su propio peón; por consiguiente, el rey blanco deberá retroceder a la columna R. ¿Pero qué es lo correcto: 1. R1R, o bien, 1. R2R ? Si se piensa más en cómo abrir brecha, se deduce que después hay que jugar P6AR, convirtiendo el peón TR en peón pasado y promo ver a dama en 8TR, a fin de im pedir al rey negro que vuelva a la columna TR. De esto se des prende que después de P6AR, P2CRxPA, al negro no le queda otra salida que avanzar el peón A R ; luego, lo correcto es, no 1. R2R, sino 1. R1R!, para que el peón AR no pueda dar jaque en 6AR y de este modo ganar tiem po. Un cálculo concreto confirma este esbozo previo del plan ge neral. 1. R1R!, R7C (resulta floja la jugada 1... R7T, a causa de 2. R2A, R6T; 3. R3A, R7T; 4. P4CR y ganan); 2. P4CR, PAR x PC ; 3. P5AR, P6CR; 4. P6AR!, PCR xPA; 5. P6TR, P4AR (5... R7T; 6. P7TR; o bien, 5... R6A; 6. RIA) ; 6. P7TR, P5AR; 7. F8TR = D, P6AR (de ir acompañado este movimiento de un jaque, se ría posible P7AR, dándose una posición de tablas) ; 8. D8TD !. y ganan. Para lograr el rompimiento en el 375 es necesario realizar una sutil jugada preparatoria de rey. A este respecto es también tnuy significativo el 206 (Stoltz-Nimzowitch), donde un movimiento del rey cortó de raíz un posible contraataque mediante el «cuadro errante». En el 376, después de 1... P4CD; 2. PTD x PC +, las negras reali zan una jugada a primera vista incomprensible: 2... R3C!! Sin embargo, esto tiene fácil explica ción : a causa del jaque, las negras
376
El 327 es un ejemplo evidente. He aquí otras posiciones: 376b. Y. Jashek, 1926. Blancas: R3AD, P6TD, P5AD. Negras: R5TR, P2TD, P3AD, P2AD; las blancas ganan. 1. R4D, R6C; 2. R5R, R6A; 3. R6R, R5R; 4. R7D, R4D ; 5. R8A ! (no 5. Rx P2AD ?, R x P5AD ; 6. R7C, R3D !; 7. R xPT, R2A, tablas) ; 5... Rx P A ; 6. R7C y ganan.
376c. M. Eiburkin, 1951. Blancas : R6AR, P5TD, P6TD, P3AD, P5D. Negras: R4CD, P2TD, P4 AD, P2AD, P2D; superioridad del blanco. 1. R7R, P5AD (en caso de 1.. . R5A, se tiene 2. RxPD, Rx se ven forzosamente obligadas PD ; 3. R8A !, R3A ; 4. R8C, R2D ; a-perder un tiempo; si hubiesen, 5. RxPT, RIA; 6. P4AD y gacontestado 2... RxPC, resultaría nan ; tampoco salva la situación que después de 3. R6R, P5TD; 4. 1.. . P3D, a causa de 2. R7D, R5A; PCD x PT + . tendrían que perder 3. R x P2AD, R x P A ; 4. R7C, P9AD ; 5. R xPT , R ~ ; 6. R8C, un segundo tiempo, y esto traería ya consigo la perdida de la par- P6AD ; 7. P7TD, P7AD ; 8. P8TD = D, P8AD = D ; 9. P6TD, y 10. tida. En cambio, ahora las negras ganan ; por ejemplo : 3. R6R (más D7CD) ; 2. R8D ! (2. R x PD ?, consistente es 3. R7R!, P5TD!; R4A; 3. R8A, P3AD!, tablas); 4. PCD x PT, P9AD; 5. P4AR, 2.. . R4A; 3. R8A!, P3AD!; 4. P6D ; 6. PADxPD, PAD x PD ; P6D!, R xP D ; 5. R8C !, P4AD ; 7. P5AR, P7D ; 8. P6AR, P8D = D ; 6. R7C y ganan. 9. P5TD + , R x P C !; 10. P7AR, pero el rey negro se halla precisa376d. Una idea análoga quiso mente en la zona de promoción; dar a conocer A. Kazántsev, 1954, véase el 9 del «Apéndice») ; 3... en el problema «Blancas: R2D, P5TD! (en caso de 3. P4AR, o P5TD, P2AD, P4CR. Negras: bien, 3. R8C, lo correcto sería 3... R1CR, P2TD, P5AD, P2CR, P2 P5AD !; en la posición que consi- TR; tablas». Después de 1. R3A, deramos esto sería erróneo a causa R2A se pensaba jugar 2. R4C, de 4. PCDxPA, P5TD; 5. R6D ! R3R; 3. R5C, R3D; 4. R6T, ety 6. P5AD + ); 4. PC DxP T, P5 cétera, con rey ahogado en la esAD; 5. P4AR, P6D y ganan. quina 8TD. Pero 2 R4C, pierde a causa de 2... P6AD!; 3. R5C, 376a. Tomado del archivo de P4CR!; 4. R4A, P4TR ; 5. PCR x N. Grigóriev. Blancas: R3TD, PT, P5CR; 6. R4D, R3A, etc. P2TD, P6TD, P5CD. Negras: Tampoco se consiguen tablas R6D, P2TD, P3CD; ventaja blan- con 2. RxPAD, a causa de 2... ca. 1. R4C, R5D ; 2. P4TD, R4D; R3R; el problema es, pues, falso 3. P5TD, PCD x PT+ ; 4. R4T!, la posición hace perder a las R3I); 5. P6CD, o bien, 4... R4A ; ancas. Es interesante la varian5. R x PT y ganan. te : 3. R5A, P3TR; 4. R6A, P3CR; El dar un peón al adversario 5. R7C, R3D; 6. P4AD, P4TR; 7. puede obedecer a diversas causas. PCR x PT, PCR x PT ; 8. P5AD + , 23!
R xP A ; 9. RxPTD, P3TR; ÍO. P6TD, R4C!! (no 10... P6TR?; 11. R8C!, tablas): 11. R7C, P6TR y ganan. (Vjéase la observación 3 del «Apéndice».) 377
En el 377, las blancas remontan enérgicamente las desventajas de su situación. Sacrificando dos peo nes, abren brecha y consiguen un peón pasado adelantado. 1. P4AD!, PCDxPA; 2. R3R, R4C ; 3. P4TD ! (método típico a emplear para obtener un peón pa sado); 3... R x PC; 4. P4CD, PTDxPC; 5. R3D! (jugado cau tamente: en caso de 5. P5TD ?, se tiene 5... P6CD; 6. R3D, P7CD; 7. R2A, R6A; 8. P6TD, R7R; 9. P7TD, P8CD=D+; ¡0. RxD, R7D, etc.); 5... P4TR; 6. P5TD y ganan. En los finales que siguen las rupturas tienen un carácter com pletamente distinto: 377a. I. Berger, 1889. Blancas: R3CD, P4TD, P4R, P3AR, P4CR, P5TR. Negras: R4AD, P3CD, P3AR, P4CR, P3TR; juegan las negras, ganan las blancas. 1... R3A (es peor 1... R5D; 2. R4C); 2, R4C, R3D; 3. R4A, R3A (al alcanzar esta posición las blancas abren brecha) ; 4. P4AR, PCR x PA; 5. P5R, PAR x PR (5... R2D ; 23 2
6. PR x PAR, R3R; 7. R4D, etcé tera) ; 6. PSCR y ganan. 377b. Najdorf-Buksbaum, Varsovia, 1929. Blancas: R2TR, P3 TD, P4CD, P2AD, PSAD, P4AR, P2CR, P3TR. Negras: RtCR, P3TD, P2CD, P5AD, P4D, P2AR, P4CR, P3TR; les toca jugar a las blancas. 1. R3C, P5D; 2. R3A, P4AR!; 3. P4TD, R2A; 4. P5CD, R3R (4... PTDxPC; 5. P6AD!, PCDxPA; 6. P5TD); 5. P6AD, R3D; 6. PADxPC, R2A; 7. PCD xPT y el rey blanco se dirige a 4CD. 377c. Lasker, 1921. Blancas: R4TD, P5TD, P4CD, P5AD, P4D, P3R, P4AR, P4TR. Negras: R3 TD, P2TD, P3AD, P4D, P5R, P3AR, P4AR, P4TR; las blancas ganan. 1. R3C, R4C(2C) ; 2. P6 TD, RxPTD; 3. R4T, R2C; 4. P5CD, P3TD (o bien, 4... PAD x PC+ ; 3. Rx PC, K2A; 6. R6T, R1C; 7. P6AD, R1T; 8. R5C y 9. R5A); 5. PCDx PA +, RxPA ; 6. R5T, R2C; 7. P6AD + , R xPA ; 8. RxPT y ganan. Pondremos punto final al escla recimiento de los ataques abrien do brecha, con varios ejemplos bastante más complicados, en les que la partida se lleva en ambos flancos (378 a 381). 378
En la posición 378, las negras comprenden que en caso de 1... P5AR; 2. PCRxPA, PCRxPA; 3. R4D, R4A; 4. P4CD, PTDx PC; 5. P5TD tiene lugar un final de dama, con las consiguientes dificultades técnicas. Bien es ver dad que si en lugar de 4... PTDx PC se juega primero 4... P6AR!; 5. R3R y sólo después 5... PTDx PC, resulta que a continuación de 6. P5TD, P6CD; 7. P6TD, P7CD; 8. P7TD, P8CD=D; 9. P8TD-D, D8R+ !; 10. R3D, o bien, R4D (10. R x PAR ?, D8TR+); 10... D7R + , o de otro modo, D7Í) +, las negras sitúan la dama en 6R o en 5AR, dando jaque, mueven después P7AR y la victoria es evidente, aunque exige todavía cierto tiempo. Sin embargo, no se puede aseque esta solución sea Í parar a más sencilla. Por eso se com prende el que el negro prefiriese alcanzar el desenlace en un final de peones, cuyas variantes pue den, aunque no con facilidad, ser calculadas previamente con toda exactitud. 1... P4TR (las negras procuran hacer pasado el peón TR o, por lo menos, llevarlo hasta 5TR; el valor de esto queda claro en la nota siguiente); 2. P4CD (a 2. R4D hubiese seguido 2... P5TR!; 3. PCR x PT ; PCR x PT ; 4. R4A !, P5AR!; — en caso de 4. P4CD, PTDx PC, o bien, 5. P4CD, P6 AR; 6. R3D, PTDx PC, el rey negro detiene al peón TD, mien tras que el rey blanco es impoten te contra el «cuadrado errante —, S. R4D, R3D; 6. R4R, R4A; 7. Rx PA, R5C y ahora 8. R4C llega tarde, mientras que 8. R4R, et cétera, es inútil, ya que el peón TR ba sobrepasado el centro del ta blero; 151); 2... P5AR (amenaza 3... PAR x PC y promoción acom pañada de jaque) ; 3. PCR x PA, P5CR!; 4. PTR x PC, P5TR (tam bién gana 4... PTR x PC ); 5. P5AR+ (o bien 5. P5CD, F6TR;
6. P6CD, R2D); 5... R2D ! (no 5... R2R ?; 6. P5CD, P6TR ; 7. P6CD, R2D; 8. P6AR!, etc.); 6. P5CR, P6TR; 7. P6CR, R2R; 8. PCDx PT, P7TR; 9. P6TD, F8TR=D; 10. R6C, R3D y las blancas aban donan. 379
En el flanco de rey del 379 existe la misma posibilidad de abrir brecha que existía en el 373. Pero antes las blancas han de eli minar todas las posibilidades de su adversario en otros sectores del tablero. Llegan a tiempo de cerrar el flanco de dama, pero se ven obligadas a dejar avanzar el peón pasado obtenido por las negras en el centro. A consecuencia de esto se hace preciso abrir brecha tam bién en el otro flanco. 1. P4TD!, P4D ; 2. P3CD, P5D ; 3. P4AR, R3D; 4. P4CR, R2R ; 5. R2A, R3D; 6. R3A, R2R; 7. R4R, R3D; 8. P4TR, R2D (ahora las blancas comienzan a intentar ob tener peones pasados en ambos flancos; el cuadrado errante «pe queño» que ponen a disposición de su contrincante no es peligroso); 9. P4CD!, PTDx PC; 10. P5TD!, R2A; 11. P5CR!, PARxPC; 12. PAR x PC, PTRxPC; 13. PTRx PC, P6CD; 14. R3D, R2D; 15. P6CR, PARxPC; 16. PARxPC. El negro rinde. 233
La posición que se da a conti brecha (3... R4D; 4. P6AD, PCD nuación se resuelve utilizando un x PA; 5. P6CD). En caso de poder esquema de juego análogo: anticiparse a este rompimiento, es evidente que las negras ten 379a. Trojanescu-Trajan Ichim, drían posibilidades de ganar. Pero Bucarest, 1938. Blancas: R2AR, para conseguir esto, ¿qué es lo P5TD, P4CD, P4D, P3R, P5R, mejor: 1... P3TD ó 1... P3CD? P2TR. Negras: R4AR, P3TD, La respuesta sólo se puede ob P2CD, P3AD, P4D, F3CR, P5CR, tener mediante un análisis con P5TR; en este caso los contrin creto. cantes acordaron tablas. La ten 1... P3TD parece peor, y en rea tativa 1. P4R+» PDxPR; 2. R3R lidad permite salvarse a las blan haría perder, debido a 2... F6CR; cas de forma bastante instructiva: 3. PTRxPC, F6TR; 4. R2A, 2. F4TR! 1 (lo mejor; en caso de P6R+. El rey blanco queda suje 2. P5AD, se tiene 2... PTDxFC; to al flanco de rey. Las negras no 3. P6AD, R3D y ganan); 2... pueden, por su parte, abrir brecha PCRxPT (de mover 2... P4TR? en el flanco opuesto. 1. R2C, R3R; son ya las blancas las que ganan 2. R2A, R2D; 3. R2C, R2A; 4. medíante 3. P6CD!; por ejemplo: R2A, P3CD!; 5. PT DxP C+ (de 3... P6AR; 4. PCRxPA, PCx lo Icontrario son las negras quie PA; 5. R3R, P7AR; 6. RxPA, nes capturan y preparan después R5D; 7. R3A, RxPA; 8. R4R la Ijugada P4AD); 9... RxPC; 6. R4C; 9. R5D, RxP T ; 10. R5A!. R2|C, R2A; 7. R2A, R2D; 8. R2C, y 11. R6D) ; 3. PCRxP, P6A ; R3jR; 9. R2A, P4AD!, y en caso 4. PCDxPT, PCDxPT; 5. R3R, de 10. PCDxPA, resulta 10... P7AR ; 6. R x PAR, R5D, tablas. R2p I, continuando con P4TD, y En cambio, 1... P3CD! asegura si, por el contrario, 10. PD x PA, a las negras una victoria fácil: 2. se |tiene 10... RxPR, trasladando PTDxPC (o bien, 2. P6TD, después el rey a 3AD y abriendo R3D); 2... PTDxPC; 3. P5AD brocha con P4TD. (cualquier otro movimiento es aún En la posición 380 (Müller- peor); 3... PCDxPA; 4. P6CD, R í o d e , por correspondencia, R3D; 5. P7CD, R2A; 6. P8CD = 189pT,), siguió: 1... P6AR?; 2. D + , R x D ; 7. R4R, R2A; 8. R x PCRxPA, PCRxPA; 3. P5AD, PA, P4TR; 9. P3TR, P5AD! y ganando las blancas abriendo ganan. En el 381 (E. Post. 1941, inspi rado en una partida real), las ne gras amenazan: 1... P4CD!; 2. PADxPC, P5AD, etc. Es claro que las blancas deberán entrar en el cuadrado del peón negro 4AD. Al mismo tiempo deberán pensar en realizar la única posibilidad de ganar que tienen: P3AR-4A-5A, etcétera. Este peón no pueden in terceptar el paso del rey blanco, si éste tiene que dirigirse a atajar al peón pasado de AD. Conside rado de este modo, parece ser que se debiera jugar 1. R4C, y 2. P4 AR y no 1. R5CR, después de lo cual 2. P4AR es imposible, te niendo en cuenta, además, que el 234
381
peón negro alcanza en 8AD la promoción dando jaque. No obstante, 1. R4CR ? deja es capar precisamente la victoria; por ejemplo: 1... R1CD; 2. P4 AR, R2A; 3. P9AR! (3. R5C ?, P4CDÍ); 3... PCR x PA + ; 4. PR xPA, R2D; 5. P6AR ! (no 5. R5C ?, a causa de 5... P4D!; 6. PADxPD, P5AD; 7. R4A, P4 CD!; 8. PTDxPC, P5TD; 9. P6CD, P6AD!; 10. R3R, P6TD !; 11. P6AR, P7AD! y ganan) ; 5 .. R3R; 6. R5C, R2A; 7. R5A, P3CD! (tiempo de reserva salva dor) ; 8. R5C, P4D ! 9. PAD x PD,
2.
P5AD; 10. P6D, P6AD¡ 11. P7D, P7AD; 12. P8D=D, P8TD = D + , tablas. Así pues, a pesar de todo, lo correcto es: 1. R5CR!, por la sen cilla razón de que las negras ca recen no ya de un buen movi miento, sino incluso de una juga da eneutral» que no empeore su situación (¡ zugzwang típico!). En efecto, después de 1... R1CD; 2. P4AR, etc., el peón alcanza la promoción dando jaque; en caso de 1... R3T; 2. P4AR, las negras, después de 2... P4CD; 3. PÁDx PC + , pierden un tiempo, aprove chándolo las blancas para P5AR. Sólo queda, pues, 1... P3CD, pero al hacer esta jugada pierden las negras su tiempo de reserva, que fue el que las salvó en la variante anterior y se puede, por lo tanto, continuar: 2. R4C!, R2C; 3. P4 AR, R3A; 4. P5AR, PCRxPA+ ; 5. PR x PAR, R2D (o bien, 5... P4D; 6. P6AR, R3D; 7. PADx PD); 6. P6AR, R1R(3R); 7. R5C!, R2A; 8. R5A, RIA (el tiempo P2CD-3CD ha sido gastado; en caso de 8 P4D, resulta: 9. PAD x PD, P5AD; 10. P6D, P6AD ; 11. P7D y la dama alcanzada da ma te) ; 9. R6R, R1R; 10. P7AR + , RIA; 11. R6A, dando mate en pocos lances. ...
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE POSICION
Pasemos ahora a considerar otras estructuras de peones, cuya fuerza o debilidad viene determinada: a) Por el grado de movilidad de los peones (posibilidad de promo ver rápidamente a dama) ; b ) por la circunstancia de que en la posición existan defectos or gánicos (peones doblados, aislados y retrasados, así como peones avan zados antes de tiempo y en demasía; c) por claras ventajas de posición (tales, por ejemplo, como un peón pasado avanzado o protegido, mejor situación del rey, etc..). 235
382
Lo único que podría contrarres tar en el 382 a la amenaza que relos peones negros del Sresentan anco de dama sería la colocación de los peones blancos que se da a continuación: P4AR, P5CR, P5 TR. La amenaza P6TR sujetaría al rey negro a este sector del ta blero, y entonces el rey blanco podría frenar el movimiento de los peones negros. 1... P4R! (contrarresta el plan indicado más arriba: en caso de 2. P4AR, PRxPA; 3. PCRxPA, los peones blancos serían fácil presa del rey negro, y si, por el contrario, se avanzan los peones hasta 5CR y 5TR, el rey negro los alcanza desde el escaque 4AR; de ahí que a las blancas no les quede otra solución que trasladar el rey a 3R, para mover después P4AR y, además de librarse del peón doblado, abrir camino a los demás peones) ; 2. RIA, P4CD; 3. R2R, P4TD! (en la partida que comen tamos, Alekhine jugó 3... P4AD ? y después de .4. R3R, acordó ta blas, en vista del inevitable 5. P4AR, PR xPA + ; 6. R xF A ; en cambio, ahora esta maniobra no se puede realizar, ya que en caso de 4. R3R, P9CD; 5. P4AR, PRx PA + ; 6. R x PA, P5TD, el rey blanco se halla fuera del cuadrado 236
del peón TD ; por ejemplo: 7. R4R, P6CD ; 8. PTD x PC, P6TD) ; 4. R3D, P5TD ; 5. R3A, P4AD : 6. P4CR, R2R ; 7. R3D, R3R ; 8. R3AD, R4D; 9. P3TD, R3R ; 10. R3D, R3D, (o bien, inmediata mente 10... P5CD) ; 11. R3AD, R4D ; 12. R3D, P5CD ; 13. PTD x PC, PADxPC; 14. R2A, R5A ; 15. R2C (de jugar 15. P5TR decide también el avance de los peones y R4D) ; 15... P6TD+ ; 16. R2TD, R6A y ganan. 382a. Sacado del viejo manual de ajedrez de Steín, 1789. Blancas : R5D, P4TD, P3CD, P5AD, P4CR, P3TR. Negras: R2R, P4TD, P2 CD, P2AR, P2CR, P3TR ; mueven las blancas. La posibilidad de ob tener un peón pasado mediante P3CR y P4A contrarresta la fuerte posición del blanco. En caso de 1. P4TR, se tiene 1... P4TR ; 2. P5CR, P3AR ; 3. PCR x PA + , PC RxP A ; 4. P6AD, PCD x PA+ ; 9. Rx PA, R3R ; 6. R5A (6. R5C, P4AR ; 7. R4A, P5AR; 8. R3D, R4A) ; 6... P4 AR!; 7. R4D (7. P4CD, P5AR !) ; 7... R3D y P4CD nunca es peli groso para las negras, gracias al «cuadrado errante». 383
En el 383 el avance de los peo nes negros es incontenible, pero
sólo si le toca jugar a este color y merced a la posibilidad de crear una posición de zugzwang. . 1... PSD!; 2. P6R, R2C; 3. P4 AR, R3A ; 4. P5AR, P6D ; 5. R2C, P4TR; rindiéndose las blancas a causa de 6. RIA (o bien, R1C); 6.. . P6CD!; ahora si se da 7. P4TD, P6AD, el movimiento de los peones es irrefrenable, lo mis mo que después de 7. PTDxPC, PAD x PC, debida al zugzwang de las blancas. La idea en que se basa este final aparecería aún con más relieve en el caso 1... PSD!; 2. R2C, P6D!; 3. RIA, P6CD!; 4. PTDxPC, PAD x PC. Si se traslada la posi ción a una fila más arriba (el rey negro en 1CR, el rey blanco dis pondría del escaque de reserva 1AD y no caería en zugzwang. Del mismo modo se tendrían ta blas tocándoles jugar a las blan cas. 1. P3TD ! (1. P4TD?, P5D ! da 1- victoria a las negras); 1... PC DxPT! (1... P6CD? pierde a causa de 2. R2C, P5D; 3. P4TD, P6D; 4. R3A); o bien, 1. R2C (1C), P5D; 2. R1A(2A), P6D; 3. R2D! v el rey blanco se mueve por los escaques 3R y 2D.
P6AD, P6R+; 8. R1R, R6D; 9. P7AD, P7AR+; 10. RIA, R7D; 11. P8AD=D, P 7R +; las negras capturan dando jaque al peón CR, después de lo cual lo que decide es el peón 5CR) ; 4... P6CR!; 5. R1R, P3TD; 6. R2R, R4R; 7. P5 CD (;zugzwang!) ; 7... PTDx PC; 8. P4CD, R4A; 9. R1R (o bien, 9. RIA, P6AR!; 10. PCRx PA, P6R!) ; 9... P6AR!; 10. RIA (o de otro modo, 10. PC RxPA, P6R! y luego R5A ); 10... P6R!, y las blancas rinden a causa de 11. PxPA, R 5 A, siguiendo RxPA y P7C + . 384
383a. N. Grigóriev, 1936. Blan cas: R5AR, P6AR, P2CR, P2TR. Negras: R1TD, P2TD, P3CD, El 384 es una tentativa original P4AD, P2AR, P3TR; las blancas de demostrar que en la conocida ganan. 1. P4CR, R2C; 2. P4TR, variante (de los cambios) de la P4TD; 3. R4R, R2A; 4. P5TR!, partida española, la estructura de R2D; S. P5CR, R3R; 6. PCRx los peones hace de por sí perder PT, RxPA; 7. R3D, F5TD (o a las negras, a causa del peón do bien, P4CD) ; 8. R2A!, P5AD; 9. blado de éstas y de la superiori R1C! (véase el 282); 9... P4CD; dad numérica de las blancas en el 10. R2C, P5C; 11. R1C y ganan. flanco de rey. Y aun cuando la de mostración se limita solamente a 383b. Colle-Pirc, Francfort del una «variante ejemplo», ésta no Mein, 1930. Blancas: R1CR, P3 deja de ser instructiva a su modo. CD, P4CD, P5AD, P2CR, P3TR. 1. R2R, R2R; 2. R3R, R3R; 3. Negras: R4D, P2TD, P5R, P5AR, P4AR, P4AD ; 4. P4AD!, P3AD ; P4CR, P2TR; juegan las negras; 5. P4TD, P4CD; 6. P3CD! (6. 1.. . P4TR; 2. R2A, P5C R; 3. PTR PTDxPC?, PADxPC; 7. PAD xPC, PTR x PC; 4. R2R (en caso xPC, PTD-xPC y las negras, de 4. P3CR se tendría: 4... P6AR ; después de haberse liberado del 5. R3R, P3TD; 6. R2A, R5D; 7. peón doblado, amenazan por su 237
parte con obtener un peón pasado a la primera ocasión); 6... P3AR; 7. P5TD, P5CD ; 8, P4CR, P4C R; 9. P5R !, PCRx PA + (9... PAR xPR ; 10. PA Rx PC) ; 10. Rx PAR, PA R x P R + ; 11, R4R, P3TR; 12. P4TR, R3A; 13. P5 CR+!, PTRxPC; 14. PTRx PC + , Rx PC (14... R3R; 15. P6CR); 15. R x PR, R5C; 16. R6D, R5A; 17. RxPA, R5R; 18. Rx PA, R6D; 19. RxPC, R5D; 20. R3T (o bien, 20. R4T, pero de ningún modo 20. P5AD ?, R4D!); 20... R4A; 21. R4TD, R5D (de lo contrario, 22. P4CD) ; 22. R4C, R4R; 23c R5A y ganan. Hay que tener en cuenta que en la variante propuesta por Euwe el movimiento 8 . . . P4CR no es convincente y sólo acelera la de rrota. Continuando 8 ... P3CR, las negras podrían intentar llevar la partida bloqueando el centro (ha cerlo inaccesible al rey negro), lo mismo que en los ejemplos 405 y 406, que se dan más adelante. La debilidad de los peones muy avanzados, desligados de sus ba ses, teniendo el contrincante puntos en los que abrir brecha (creados también como resultado de estar demasiado avanzados los peones), se ilustra en los ejemplos que siguen: 384a. Tomado de la primera edición del «Bilguer», 1843. Blan cas: R2D, P2TD, P3CD, P3AD, P5D, P5AR, P4CR, P3TR. Ne gras : R2AR, P3TD, P4CD, P2AD, P3D, P4CR, P2CR, P2TR; juegan las negras. Después de 1... R3A; 2. R3D, R4R; 3. P4AD, P5CD!; 4. R3R, P4TD, o bien, 4... P3TR, !las blancas se ven obligadas a permitir la incursión decisiva del rey negro. 384b. Bec-Fine, Varsovia, 1935. Blancas: R2AR, P2CD, P3AD, P4D, P3AR, P2CR, P3TR. Ne gras: R2AR, P2TD, P3CD, P2 AD, P5AR, P2CR, P3TR; juegan 238
las blancas. En la posición de las negras no sólo es débil el peón avanzado, sino que, además, lo es también el flanco de dama. 1. R2R, R3A (o bien, 1... R3R; 2. R3D, P4CD; 3. R4R, P4CR; 4. P5D + , R3D; 5. P4CD, P3AD; 6. PD x PA, RxP A D ; 7. P4TR, R3C; 8. P5TR!, P4TD; 9. PCD x PT + , R x P T ; 10. R5A y ganan) ; 2. R3D, R4AR; 3. R4A, P3AD; 4. P5D, PAD x PD + ; 5. RxPD , R4C. Aquí ganaba sencillamente 6. P4AD, R5T; 7. P4CD, pero las blancas, seducidas por la posibili dad de ganar un peón, se aparta ron del desarrollo correcto de la partida: 6. R5R ?, P4CD!; 7. P4 CD, P3CR!; 8. R4R, R5T; 9. R x PAR, P4TR! (el que este peón esté defendido es esencial) ; 10. R5R, R6C; 11. R6A, RxPC R ; 12. R x PCR, R xP T R !; 13. P4AR (13. RxPTR?, pierde); 13.. P5 TR, y el final de dama termina en tablas. La fuerza relativa de los peo nes centrales y de flanco es un problema cuyo estudio presenta gran interés cuando tanto unos como otros tienden a alcanzar la promoción. Se suele admitir que si los peones pasados de uno de los contrincantes pueden apare cer simultáneamente en ambos flancos son, generalmente, más fuertes que los peones ligados centrales, excepción hecha de aquellos casos en que estos últi mos se encuentran cerca de la ca silla de promoción y avancen apo yados por el rey. Una serie de ejemplos tomados de partidas rea les confirman esto. Sin embargo, se conocen también posiciones en que el factor decisivo consiste únicamente en un tiempo de más. De lo dicho se deduce que la apli cación de la «regla general» exi«e en cada caso concreto una cuida dosa comprobación previa. A continuación siguen ejemplos en los que la victoria es o b t e n i d a unas veces por los peones de flan
co y otras por los centrales, según 11. P8D = D, R x D ; 12. R7A, ta las partí cularidadies de la posi blas. ción. Es claro que la salvación de las blancas ha sido posible sólo por 385 que en el flanco de dama las negras han necesitado demasiados movimientos para alcanzar un peón pasado. 385a. Tartakover-Reti, Mariem bad, 1925. Blancas: R3AD, P5TD, P4CD, P5CD, P2AR. P3CR, P2TR. Negras: R3D, P2TD, P6D, P5R, P4AR, P2TR; les toca jugar a las blancas. 1. P3AR! (obte niendo después de 2. PAR x PR, PAR x PR un peón pasado en el flanco de rey) y ganan. 385b. Gossip-Mason, Manchester, 1890. Blancas: R3R, P4TD, P3AD, P4AD, P4D, P3CR, P2TR. En la posición 385 siguió: 1... Negras: R3D, P4TD, P3CD, P3 P4CD ; 2. R3C, P5CD ? ; 3. R4A, AD, P4AR, P5CR, P4CR; le toca P4CR+?; 4. PTRxPC, PTRx jugar al negro. 1... P4CD; 2. PC+ ; 5. R x PC, P4TD; 6. P6D, PADxPC, PADxPC; 3. PTDx R2A ; 7. R5A, P5TD; 8. P6R + , PC, P5TD; 4. R3D, P6TD; 5. R2A, P5AR; 6. PCRxPA, PCR R1R; 9. R6A, P6C; 10. PTD x PC, PTD x PC; 11. P7D + , R1D ; x PA y ganan. Menos clara está la partida en 12. R7A, las negras abandonan. Tarrasch consideraba que hu la posición que sigue a continua biera sido más fuerte 2... P4TD!; ción : 3. R4A, R2A; 4. P5TR, PC Rx 385c. Levit-M. Langue, Berlín, PT; 5. R5A, P5TR; 6. P6D, P0 1904. Blancas: R3AD, P4TD, P4 TR; 7. P6R+, R1R; 8. R6A, P7 TR; 9. P7D+, R1D; 10. R7A, AD, P2AR, P3CR. Negras: R4AD, P8TR = D ; 11. P7R + , R xP D ; 12. P4TD, P5R, P4R, P4AR; juegan P8R = D + , R3D ; 13. D8D + , R4A, las negras. 1... P5AR? (impru siendo grandes las posibilidades dente tentativ a); 2. P4CR1 (es claro que no se puede 2. PCR x de ganar de las negras. Sin embargo, Fine encontró PA?, PR x P A ; 3. R3C, R5D y que después de 1... P4CD se ob ganan); 2... P6R; 3. PARxPR, tienen tablas mediante 2. P3TR!. P6AR; 4. R2D! (no 4. R3D ?, Ea clave de esta jugada consiste F 5 R + ! y ganan); 4... Rx P5 A ; en que en contestación a 2... PCR 5. P5CR, R4D; 6. P4R+ !, R3R; x PT, el rey ha de moverse en 7. R3R y ganan. En los ejemplos que se dan $ dirección al escaque 7AR, pero no .pasando por la casilla 5AR, sino continuación ganan la partida los por la 5TR, tomando de paso el peones centrales. peligroso peón 4TR; por ejemplo: 385d. Pillsbury-Gunsberg, Has3. R3C, P4TD ; 4. R4T, P9CD ; 5. P6D, R2A ; 6. P7D, R2R ; 7. P6R, tings, 1895. Blancas: R2R, P2TD, J*5TD; 8. R x PT, P6CD; 9. PTD P4D, P3R, P6R, P4CR, P2TR. xPC, PTD x PC; 10. R6C, P7CD ; Negras: R3AD, P4CD, P4TD, 239
P4D, P3AR, P4CR, P2TR; juegan las blancas. I. P4R!, PDxPR; 2. PSD + , R3D; 3. R3R, P5CD; 4. RxPR, P5TD; 5. R4D, R2R (en la partida que comentamos, las negras perdieron rápidamente después de 1... P4TR ?; 2. PCR x PT, P6TD ; 3. R4AD, P4AR; 4. P6TR, etc.); 6. R4A! (6. P3TR ? hubiese resultado ser una pérdida de tiempo fatal); 6... P6CD; 7. PTD x PC, P6TD; 8. R3A, P4AR ; 9. PCRxP A, P4TR; 10. P4CD, P7TD; 11. R2CD, P8TD=D+; 12. R xD , P5C R; 13. P5CD, P5 TR; 14. P6CD, P6CR; 15. PTRx PC, PTRx PC; 16. P6D + , Rx PD; 17. P7CD, R2A; 18. P8CD = D + , R x D ; 19. P7R y ganan. 385e. N. Grigóriev, 1928. Blan cas: R8CR, P3D, P3R. Negras: R5TR, P3TD, P3CD, P3TR; las blancas ganan. I. P4D!, R4C; 2. R7A!, R4A; 3. P5D, R4R; 4. P4R. Ahora, a 4... R3D sigue 5. R6A; en caso de que las negras lleguen a promover uno cualquie ra de sus peones a dama, ésta es capturada mediante un jaque do ble: por ejemplo: 4... P4TD; 5. R7R, P5TD ; 6. P6D, etc. (¡ Jaque en 8TR!) ; o bien, 4... P4CD (4TR); 5. R7R, P5CD(STR) ; 6. P6D, etc., siendo el final: D6D + , RxPR; D6CR(6AD)+ y ganan. Este es uno de esos «trucos» artís ticamente realizados, que son im posibles en la práctica, pero que, no obstante, sirven para inspirar la y enriquecerla. La fuerza de un peón avanzado o protegido es de todos conocida. En el capítulo VI se dieron los ejemplos correspondientes (con pocos peones). Damos ahora a co nocer ejemplos, complementarios y más complicados, de finales de muchos peones (véanse también los 364, 371a, 376d, 377, 382) que nos servirán para ilustrar tanto la «regla» como las posibles «excep ciones». 240
386
La posición 386 fue comentada, pero sólo de manera incompleta (1950). Fue utilizada por G. Lewenfisch para explicar la fuerza de un peón pasado y avanzado que tiene lugar después de 1... P3CD, etc. P. Romanosvski expresó la opinión de que, en realidad, lo que el ejemplo demuestra es la fuerza de la posición central del rey blanco; la posición conduce a ta blas (a pesar del peón pasado y avanzado); después de 1... P3CD, se consiguen tablas tanto con 2. P5TR como con 2. P5AR+ ; por ejemplo: 2. P5TR, PCRxPT; 3. PCR x PT, P3TD; 4. P5AR + , R3A; 5. R5D, R x P A ; 6. R6A, P4CD. La clave de la posición consiste en lo siguiente : las blancas no tie nen otra defensa que cambiar el peón 6CR, dejando a las negras sólo el peón TR, y dirigirse des pués con el rev al flanco de dama para acabar allí con todos los peo nes y, finalmente, tener tiempo de volver a 1AR (42). Es claro que para las negras tiene gran importancia el disponer de un tiempo de más, haciendo avanzar el peón hasta 5TR y clavando el peón blanco en 4TR; las blan cas, por el contrario, han de inmo vilizar el peón negro en 6TR.
Por eso, para las negras lo nejor es jugar previamente 1... F*4TR!; 2. P5AR+ (más sencillo :s aún : 2. PCR x PT, PCR x P T ); í .. PC RxP A +; 3. PCRxPA + , R3A. De tocarles ahora jugar a as negras, éstas moverían P3CD (R4AR, P3TD) y la fuerza del >eón pasado avanzado se haría rotar plenamente. Sin embargo, as blancas impiden esto medían le 4. P5TD! (no 4. R5D?, Rx ?AR; 5. R6D, P4TD!, o bien, S. ?STD, R3C; 6. R0D, P4CDI). Miora es inútil 4... P3CD, ó 4... ?4CD, a causa de 5. P6TD!, y lo inico que salva a las blancas es itacar al peón negro 2TD. Así, pues, si en el flanco de lama se encontrasen textos los >eones en su posición inicial, una ila más abajo, la jugada 1... ?4TR! habría dado a las negras ma fácil victoria. . Nos queda por añadir que dessués de 4. P5TD!, R2A, lo más sencillo para las blancas sería nover 5. R4A, R3A; 6. R4R, o )ien, 5. R5R, R2R; 6. P6AR + , R2A; 7. R5A, RIA; 8. R4R, pero le ningún modo 8. R6R?, a causa le 8. .. P4CD! y ganan.
386b. Ilin-Zhenewski-Rabinovitch, 1926. Blancas: R3R, P3AR, P5AR, F2CR, P2TR. Negras: R2R, P5CD, P3CD, P3D, P2CR, P2TR; juegan las blancas. Los peones pasados débiles de las ne gras no pueden ser peligrosos sí carecen del apoyo de su rey; esto último es imposible, puesto que las blancas crean en el flanco de rey uña situación de apertura de brecha. 1. P4CR!, R3A: 2. P4AR!, P4D; 3. R4D, P3TR; 4. R3D, R2R; 5. R4D, R3D; 6. P4TR, ta blas. Los peones pasados avanza dos no desempeñan en el 386b el papel corriente de «distraer», ya que el rey negro no está en condi ciones de atacar a los peones ene migos. En la posición que sigue a con tinuación puede también obser varse la insuficiente acción de «distraer» que realiza el peón pa sado, avanzado y defendido.
386a. Shumilin-Livshin, Moscú, i950. Blancas: R4TR, P3TD, P2 :D, P4CR. Negras: R3D, P2TD, ?4CD, P4AD; les toca mover a as blancas. Estas ganan después le 1. R5T, R3R ?; 2. R6CI (por :jemplo: 2... P4TD; 3. P5CR, P5AD; 4. R7T, PSCD; 5. P6CR, ¡tcétera). Según el análisis de ihumilin, hubiese resistido más i... R2R; por ejemplo: 2. R6T!, R2A; 3. R5C!, P4TD (o bien, 3... P5CD; 4. R5A); 4. R5A, P5AD; S. R4R, PSCD; 6. P4TD, R3C; 7. Í4D, P6AD ; 8. PCD x PA, P6CD; *. R3D, R4C (las blancas deben thora capturar el peón 6CD, Ite rando la partida a la posición vic arios a 163, trasladada una columra a la izquierda, pero serla erró»eo 10. P4AD ?, RxPC ; 11. R3A,
386c. Woker, 1841. BlancasR3R, P4TD, P4CD, P3AD, P4D, P3CR. Negras: R4AR, P2TD, P3CD, P3AD, P4D, P4CR ; juegan las negras. 1... P4CD! (de lo con trario, 2. PADxPC y 3. P5TD; también amenaza P4CD-5CD); 2. PTDxPC (no 2. P5TD ?, R5C! y ganan); 2... PADxPC (el peón 5AD no es peligroso); 3. R3A, P5CR+; 4. R3R, P3TD; 5. R3D (5. P6AD ?, R3R; 6. R4A, R3D; 7. RxPC?, P4TD1); 5... R3R; 6. R3R, R4A, tablas. El 387 (N. Nilsen, 1951) nos da un ejemplo de posición en la que el juego en un flanco contrarresta y sobrepasa el valor de un peón pasado y avanzado en el flaneo opuesto. 1. P5TD !, RlC (1... PCD x PT
R5A; 12. R x PC, R4R1; v tablas, como puede verse en el mismo 163) ; 10. R2D!, RxPC; 11. RIA, R5A; 12. R2C, R5R; 13. RxPC, R6D; 14. R2C, y ganan, del mis mo modo que en el 163.
241
es débil; en caso de 1... P4CD, se tiene 2. R5A, R2A; 3. R5R, P3 CR; 4. R5D, R3A; 3. RxPA, 387
R4A, o bien, 5... P4CR; 6. R4D; 6. R4D; 6. R5D, P4CR; 7. P4AD, P5CR; 8. P4AD, etc., cambiando al final las damas); 2. P6TD!, RIA ; 3. P4AD!, R1C (o bien, 3... R2R; 4. R5A!, R3D; 5. R4R, P4CR; 6". P4D, PA DxPD ; 7. P4 CD!, P5CR; 8. RxFD, etc., lo mismo que en la variante princi pal) ; 4. R5A, R2A ; 5. P4D!, PAD xPD ; 6. R4R, P4CR; 7. P4CD !, P5CR; 8. RxPD, R3R; 9. R4R, P6CR ; 10. R3A, R4R; 11. P5AD !, PCDxPA; 12. P5CD, R3D; 13. P6CD y ganan. En los ejemplos que siguen, el peón pasado avanzado de uno de los contrincantes sirve (en circuns tancias favorables) de suficiente contrapeso al peón pasado prote gido del otro. En el 388, las negras ban co menzado antes de tiempo a atacar al peón 4AR, mediante 1... P3 TR ?, a lo que sigue 2. P4TR!, y la amenaza de 3. P5TR, por lo que las negras se ven obligadas a con tinuar 2... P4TR, perdiendo defi nitivamente la oportunidad de realizar el rompimiento que pre paraban. En sus comentarios, Tarrasch 242
anota: «Según demostraron los análisis realizados después de ter minada la partida, lo más difícil era alcanzar la victoria después de 1... RIAD. Para comenzar, las 388
blancas deben mover el peón TR. Tarrasch no dio a conocer variante alguna que demostrase el triunfo de las blancas. Sin embargo, parece ser que no se puede hablar de victoria; por ejemplo: 1... RIA!; 2. P4TR, R1D; 3. R5D, R2D; 4. RxPR, RxPD; S. R4D, R3R; 6. P4R, R3D; 7. R4A (7. P5TR, PCRx PT); 7... R3A; 8. R4C, R3C; 9. R4T, R4A!; 10. R5T, R5D; 11. P5R, R4D; ¡2. R6T, R3R; 13. R x PT, P3TR; 14. R6C, P4CR, tablas. 388a. Tomado del análisis de V. Chejover, 1936. (Posición posi ble de una de las variantes de la 32.a partida del match AlekhineCapaolanca, 1927). Blancas: R3 CR, P5TD, P4CD, P4D, P3R, P4AR. Negras: R4AR, F2TD, P2CD, P4D, P4TR; juegan las negras. Después de 1... P3TD, o bien, 1... R3CR, las blancas no pueden ganar. En la posición 389, a diferencia de la 371a (véase la nota final), las blancas pueden obtener la vic-
toria. Para ello hay que bloquear P4CD; 2. P5AD, P5CR; 3. previamente el peón TD y ligar P5D + , PAD x PD + ; 4. R4A, las a él al rey negro. negras abandonan. Fine recomienda: 1. R4C, R3C ; Berger, refiriéndose a este mis 2. R4T, P3TD ?; 3. R4C, R3A; mo ejemplo (por cierto mal des 4. R4A, R3C; 5. R5D!, etc. crito), considera que 1... P4CD es No obstante, en la práctica re el error que da la victoria a las sulta que la tarea de las blancas blancas. La realidad es que las es mucho más complicada. Fine blancas no pueden ganar, según hizo notar V. Leik en 1942; por ejemplo: 4... P5D; 5. RxPC, R4D; 6. R4A, P3TD; 7. P3TD, P4TD; 8. R3A, PTDxPC; 9. PTDxPC, R4R, tablas (véase el 213b). 390
no tuvo en cuenta la mejor de fensa de las negras, a saber: 2 P4TD, o bien, 2... R3A; 3. R5T, R2A!; 4. R6T, R1C. Y en el mo mento en que las tablas parecen inevitables, se fuerza la victoria: En el 390 (con un peón pasado 5. P5TR!, PCRxPT; 6. P6R!, y defendido en el centro), la sal R2A; 7. RxFT, R3D; 8. R6C, vación se consigue cerrando los RxPR; 9. R6A, R3A; 10. R6D, flancos. R3C; 11. R6R, P5TR; 12. PCRx Los comentaristas han conside PT, R2C !; 13. RxPA , R 2A; 14. rado siempre que la posición 390 R5R, R2R; 15. P5TR, R2A; 16. da, sin lugar' a dudas, la victoria P6D !, R3A, 17. P6TR!, etc., igual las negras. Pero la cosa no es tan que en el 161. La posibilidad de asencilla como parece. ganar se basa precisamente en esta El análisis de V. Sozin, 1929, posición teórica. damos a continuación, y que En el ejemplo que a continua que hasta la fecha no había sido pu ción sigue, el peón pasado prote blicado, demuestra que las blan gido carece por completo de cas podían alcanzar tablas. fuerza. 1. ... R2T 389a. Herland-Johnson, Bucarest, 1911. Blancas: R4R, P2TD, A variantes análogas conduci P4CD, P4AD, P4D. Negras: R3R, ría 1... R1C; 2. P3CD, R2A; 3. P2TD, P3CD, P3AD, P4CR; jue R2R, R2R; 4. P3TD, R2D; 5. P4 gan las negras. Después de 1... CD, etc., como más abajo. . ..
24 3
2. R2R 3. R3A
R3C
Más exacto sería 3. P3CD. 3. ...
R4C
posición R3A-R3A (antes de ha berse jugado P3CD) les tocase ju gar a las negras, tendría un valor decisivo. 5. P3CD
Jugando ahora correctamente, A tablas conduciría’3... R3A; 4. P3CD, R2R; 5. P3TD, R2D; 6. la partida acaba de nuevo en P4CD, PTDxPC; 7. PTD x PC, tablas. 5... R3A; 6. R3A!, R2R; 7. P3 P4CD! (si 7... P3AD, se tiene 8. P5CD!, y el rey negro lio tiene TD, R2D; 8. R4R? (de nuevo por dónde pasar) ; 8. PAD x PC, pierde; a tablas conducía 8. P4CD, RIA; 9. P6CD !, R2C; 10. PCD x etcétera, de forma idéntica a la PA, R x P A ; U. R4R, R3C; 12. nota que siguió al tercer lance de las negras) ; 8... P3AD !; 9. P5CR R3D, R4C; 13. R3A, P5R; 14. (a 9. P4CD hubiese seguido 9... R4D, R x PCD ; 13. RxPR, R4A; 16. P4TR, P3C R; 17. P3CR, R5A; PTDxPC; 10. PTDxPC, P4CD! 18. P5TR, P4CR; 19. R5A, Rx y ganan, pero no 10... PAD x PD; 20. R6C, R4R; 21, RxPT, PD+ ; 11. PAD x PD ! y 12. P5CD, R3A; 22. R7T, etc., quedando aho con tablas); 9... PTRxPC; 10. R3A, P4CD; 11. P4TD, PCD x gado el rey en el escaque 8TR. PT; 12. PCDxPT, PADxPD; 13. PAD x PD, R2A; 14. R4C, P5R '. 4. R3C ? Las blancas rinden. ¡ Instructivo final! ¡Esta es la única jugada que Examinemos ahora un grupo hace perder! Lo correcto hubiese de finales en los que la mejor sido 4. P3CD!, y en caso de 4... R3A, las tablas se alcanzan como posición del rey de una de las se ha indicado más arriba, me Partes es decisiva en el resultado diante 5. P3TD, R2R; 6. P4CD, de la partida. Estas posiciones se han dado etcétera; en caso de 4... P5R+, se movería 5. R3R!, RxPC; 6. anteriormente, pero siempre en combinación con otras circuns RxPR. tancias. En le« ejemplos que se exponen más abajo se subraya el 4. ... P3CR? 391
Tampoco las negras han llegado a comprender las sutilezas ae la posición y, a su vez, pierden tiempo. Después de 4... R3A!; 5. R3A (a 5. P3CD, hubiese seguido aho ra 5... P4CD; 6. PAD x PC, P5R; 7. R4A, P6R; 8. R xP R , R4R; 9. P4TD!, R xP D ; 10. P4CD, PTD xPC ; 11. P5TD, R4A; 12. P6TD, R3C; 13. R4D, P4AD+ ! y ga nan); 5... R2R ; 6. P3CD, R2D ; 7. P3TD, P3AD!; 8. P4CD, PTD xPC; 9. PTDxPC, P4CD!, las negras deben ganar. La ganancia de tiempo, es de cir, la circunstancia de que en la 24 4
alejamiento o la separación del rey enemigo de los sectores deci sivos del tablero o de los escaques estratégicas por los que se des arrolla la lucha. Estas posiciones son ya el paso a los finales de maniobra puros. A tablas hubiese llevado 1... R4A; 2. P3AR, P4CR; 3. P3TR (tablas da también 3. P4CR + , R4R; 4. R4C, P4AR; 5. PCRx PA) ; 3...P4TR; 4. P4CR + , PTR xP C; 5. PT RxP C + , R4R; 6. R4C, P4AR; 7. PCRxPA, PRx PA; 8. R3A. En la partida se jugó: t... R4R; 2. P3AR, P4CR; 3. R4C (la posi ción después de 3. F3TR se con sidera aparte; véase el 391a); 3... P5CR; 4. P4AR + , R4D! (no 4... R5R ?, a causa de 5. R5A, R x P R ; 6. R6D, R6A; 7. R7R, R7C: 8. RxPA; RxPT; 9. RxPR, Rx P C ; 10. P5AR) ; 5. R5C (5. R3A, R5R); 5... P4TR1; 6. R6C, R5R; 7. R6A, R x P R ; 8. R6D, P5TR!; 9. PCRxPT (o bien, 9. R7R, PTR x PC; 10. PTR x PC, R6A v ganan); 9... RxPA; 10. R7R, P4R; 11. R6A, P5R. Ras blancas rinden. 391a. Blancas- R3TI>, P3R, P3AR, P3CR, P3TR. Negras: R4R, P3R, P2AR, P4CR, P2TR. Juegan las negras. La victoria se obtiene del modo siguiente: 1... P4AR!; 2. R4CD, P4TR! Tínica forma de ganar. En caso de 2... P5AR?, se tendría 3. PCR x PA + , PC RxP A ; 4. PR xP A + , RxPA; 5. R5A, RxPA; 6. R6D, tablas. O bien, 2... P5CR ?; 3. PTR x PC, PAR x PC ; 4. PAR x PC, R5R; 3. R5A, RxPR; 6. R6D, R6A; 7. RxPR, tablas.
PC!): 4... PARx PC (también gana 4... PTRx PC; 5. P4AR + , R5R; 6. R6D, R6A) ; 5. PARx PC (o bien, 5. P4AR + , R5R; 6. R6D, P5TR !); 5... PTRx PC y ganan. 3.. . P5CR; 4. PA Rx PC, PAR xPC; 5. PTRxPC, PTRxPC; 6. R3D, R4D!; 7. P4R+. En caso de 7. R2D, gana 7... R5R; 8. R2R, P4R. 7.. . R4A !; 8. R3A, P4R y ganan. Otro ejemplo de rey «alejado»: 391b. Mason-Inglish, Londres, 1883. Blancas: R3R, P4CD, P4AD, P3AR, P3CR, P2TR. Negras: R3TD, P3AD, P4R, P4AR, P3AR, P2TR; les toca a las blancas. Me diante 1. P4CR se consigue liqui dar a todos los peones en el flanco de rey. Las negras contestaron con 1... P5AR+ ? y no tuvieran tiempo de trasladar su rey al cen tro a causa de 2. R4R, P3TR; 3. P4TR, R3C; 4. P9CR, PARx PC; 5. PTRxPC, PTRxPC; 6. Rx PR, P5CR; 7. RxPA, PCRxPA; 8. RxPA, R2A; 9. R4R, R3D; 10. R5A v ganan. Lo correcto hu biese sido 1... PA Rx PC; 2. PAR xPC, P3TR; 3. P4TR, R3C; 4. R4R, R2A; 5. P5CR, PARx PC; 6. PTRxPC, PTRxPC; 7. Rx PR, P5CR; 8. R4A, R3D; 9. Rx PC, R4R, tablas. 392
3. R3AD Es la mejor jugada que puede hacer el blanca. En caso de 3. R5A, se tiene 3. .. P5CR; 4. PTRx PC (o bien, 4. PAR x PC, PARx 2 45
La antiquísima posición 392 (sa cada de la primera edición del «Bilguer», 1843), estuvo conside rada durante mucho tiempo como tablas. Berger da las siguientes variantes: 1. P5R, PAR x P R ; 2. PARxPR, R2D; 3. R5D, P4CR; 4. P6R + , R2R ; 5. R5R, P4TR; 6. R5A, P5CR ; 7. R5C, R x P R ; 8. RxPT, R4A, tablas; o bieh: 1. P4TR, P3CR!; 2. RSD, R2D; 3. P5R, PARxPR; 4. RxPR, R2R, tablas. Fine demuestra la posibilidad de ganar del modo siguiente: 1. R5D, R2D ; 2. P5R, PARxPR (2... R2R; 3. PR x P A +, R xPA con duce a una posición que se exami na más adelante; en caso de 3... PCRxPA, gana R-6AD-6CD, et cétera) ; 3. I x PR, R2R; 4. R5D, R2D (en caso de 4... R3A, gana 5. R6A, e tc.; el rey negro, desde RxPA, permite a las f ués lancas coronar dando jaque) ; 5. R5A, R2A (vuelve a darse la po sición inicial, pero sin los peones 4R y 3AR); 6. P5A R! (asegura a las blancas una ventaja en la partida a «tiempo» que ha de te ner lugar); 6 . . . P3TR; 7. P3TR, P4TR; 8. P4TR, R2D; 9. R6C, R2R; 10. RxPTD, R3A; 11. Rx 3.
PCD, R xP A ; 12. P4TD !, P4CR ; 13. P5TD, P5CR ; 14. P6TD, P6 CR; 15. P7TR, P7CR ; 16. P8TD = D, P8CR = D ; 17. D5D + , R3A ; 18. DxPTR, D8AR+ ; 19. R6CD, D7AR+ ; 20. R6TD !, D7T+ ; 21. R5C y las negras no pueden dar jaque. En la posición que sigue, el «mejor» rey (que, además, con quista la oposición), es el de las negras. 392a. Loid-Vinaver, París, 1867. Blancas: R4AR, P4AD, P4R, P4 CR, P4TR. Negras: R3R, P4AD, P2AR, P3CR, P3TR ; juegan las negras. Mediante 1... P4CR+!; 2. PT RxP C, PTRx PC + ; 3. R x PC (o bien, 3, R3A, R4R ; 4. R3R, P3AR y ganan) ; 3... R4R las ne gras se apoderan del centro. A esto siguió : 4. R6T, R x PR ; 5. R7C (¡el rey se ha situado en el camino de su peón !) ; 5... P4AR ! ! y después de 6. P5CR, P5AR, las negras o bien promueven el peón dando jaque o bien cambian las damas y ganan. E- Kenningen hizo notar (1899) que 5. R5C ó 5. R5T (en lugar de 5. R7C?), hubiese dado tablas.
EJEMPLOS DE LA LUCHA DE MANIOBRA
En los finales que se dan más abajo, la lucha se desarrolla por los puntos clave de la posición (casillas de irrupción en el campo adversa rio, escaques críticos) sobre la base ya de apoderarse de la oposición, ya de ocupar la conjugación. Para alcanzar el objetivo propuesto tiene frecuentemente gran importancia el disponer de tiempos de reserva, pero, sin embargo, esto no es una condición imprescindible para ganar. La particularidad principal de dama con un peón de ventaja); la posición 393 reside en la distri 1... R2D; 2. P4R!, P5AR (peones bución característica de los peones intocables son, después de este 5R y 4AR, disposición que fuerza movimiento forzado, los 4R y a atacar sólo en plan ae contra 5AR, con la particularidad de que ataque que coloque al adversario el peón 5R, que de por sí es in defenso, cumple un papel decisi en zugzwang (véase el 16). 1. R3D! (1. R4C hubiese convo, por cuanto quita al rey negro ducido únicamente a un final de toda posibilidad de maniobra; 3. 24 6
ción a avanzar dos casillas del peón 2TR). Lo interesante de esta posición es que gana el que comienza, ya que el primero que juegue alcanza a estabilizar (o corregir) la situa ción en el flanco «desfavorable >. Las negras podrían ganar del modo siguiente: 1... R4R!; 2. R3A, P4TD! 3. P3C (en caso de 3. P4TR, se tendría 3... P5TD!, sobrando tiempos en ambos flan cos, mientras que si se da 3. P4 TD, el flanco de dama de las negras es ya «satisfactorio», y 3... P3TR! es correcto); 3... P4CD! (amenazando P5CD); 4. P3TD, P9TD; 5. PCD x PT (o bien, 5. P4CD, P3TR) ; 5... PCDxPT; 6. R2R (amenaza 4. R3A) ; 3... R 3R; P4TR, P4TR. 4. R2A! y las negras abandonan. Tocándoles jugar a las blancas Esta misma situación se puede moverían 1. R3A!, R4R; 2. P4TR!, P4TD; 3. P5TR!, P5TD; 4. P6TR!, apreciar en el ejemplo que sigue, pero combinada con el factor P3CD (4... P4CD; 5. P3T; 4... P6T; 5. PCDxPT, 6. P4CD!, PTDxPC; «tiempo*. 6. PTDxPC. P4TD, PCDxPT; 7. En la instructiva posición 394 P3TD); 5. P4CD, PxP a. p.; 6. (Schveda-Sika, Brunn, 1929), todo PxP, P4C; 7. P4CD, y ganan. consiste en la apreciación de los tiempos de reserva de que dispone Otros ejemplos de partidas en cada uno de los contrincantes. En las que el factor «tiempo» juega el flanco de dama, las blancas tie un gran papel. nen ventaja (el peón negro se en cuentra en 3TD y no en 2TD), 394a. Opochenski-Prokop, Pra mientras que en el flanco de rey ga, 1942. Blancas: R4R, P3TD, son las negras las que están en P3AD, P2CR, P2TR. Negras: superioridad (a causa de la op R2AR, P2TD, P3AD, P2CR, P2 TR; juegan las blancas. Después 394 de 1. R5R, R2R, es evidente que las negras no pueden de ningún modo mover el peón 3AD. Gracias a esto, el peón 3AD lleva en sí dos tiempos de reserva, lo que decide la lucha. 2. P4CR, R2D; 3. P5CR, R2R (esperanza infundada en la inaccesibilidad de la sexta fila); 4. P4TR, R2D; 5. P5TR, R2R; 6. P4TD, P4TD; 7. P4AD, R2D; 8. P6TR, P3CR (o bien, 8 . . . PCRx PT; 9. PCRxPT, R2R; 10. P5 AD); 9. R6A, R3D (9... P4AD; 10. R5R); 10. R7C y ahora es ya inútil la continuación 10... R2R; 11. R x PT, R2A, a causa de 12. P5AD. Las negras abandonan. 3 93
247
39S 394b. Leonhardt - Marshall, Hamburgo, 1910. Blancas: R6CD, P2TD, P4CD, P2CR, P2TR. Ne gras: R1CD, P3TD, P2CD, P3CR, P2TR; juegan las blancas. 1. P3TD, RIA; 2. P4TD, P4CR (en caso de 2... R1C, se tiene 3. P3CR, RIA; 4. R7T, R2A; 5. P5CD, PTDxPC; 6. PTDxPC, P4CR; 7. P6CD + , R3A; 8. P4CR y ga nan); 3. P3TR, R1C; 4. P3CR!, RIA; 5. P4TR, PCRxPT; 6. PCR x PT, RIC; 7. R5A, R2A; 8. R5D, R2D; 9. R5R, R3A (a 9... R2R decide 10. P5TD, ya que 10... P4TR sólo pierde un peón y no puede ser considerado como un tiempo de reserva) ; 10. P5TR. P4TD ; 1i. PCDxFTD, R4A; 12. P6TR, consiste en crear una posición de R5C; 13. R6A. Las negras rinden. zugzwang en la que lo que decide es el ultimo tiempo que queda de 394c. Thomas-Maroczy, Niza, reserva. 1930. Blancas: R5AR, P4TD, P2 La posición R3AR-R4AD del 395 CD, P4AR, P2CR, P2TR. Negras : no es el zugzwang que permite R2D, P3CD, P4AD, P3AR, P2CR, a las negras'alcanzar la victoria. P2TR; les toca jugar a las blan En efecto, precisan aún un tiem cas. El blanco bloquea (estabili po de reserva para obligar a las za) el flanco de rey, al mismo blancas a jugar R3D (es claro que tiempo que se procura tiempos de no R3C t, R5D) ; luego, en la po reserva. 1. P4TR!, R2R; 2. P5TR, sición que se da después de P5CD, R2A (en caso de 2... P3TR, se tie P4TD ■ I ni que decir tiene que no ne 3. R4R, lo mismo que se jugó PTD x PC+ ?, R x PC y el rey ne en la partida 3. R6C, RIA, no da gro ocupa la casilla crítica del nada); 3. R4R, R3R; 4. P5AR+, peón 4R), las negras necesitan R3D; 5. R3D! y las negras, que un segundo tiempo; lo mismo en se encuentran en zugzwang, aban el caso 1... R3C; 2. R4A, R4T; 3. donan ; el ejemplo variante que se R3C que después de 1... P6CD; da a continuación es muy signifi 2. R3A, P7CD; 3. RxPC, R5C; cativo: 5... R4D (5... R4R; 6. 4. P5TD, RxPT; 5. R3T, R4C; R4A); 6. P3CD, R3D; 7. R4A, 6. R3C, R4A; 7. R3A. Paralela R3A; 8. P3CR, P3TR; 9. P4CR, mente a esto, la estructura de los R2A; 10. R5C, R2C; 11. P5TD, peones en el flanco de rey sólo PCD x P T ; 12. RxPA, R3T; 13. asegura a las negras uno y no dos R6A. tiempos de reserva. En la posición R4CD-R3CD, las La comparación de la posición negras, en caso de ser mano, ne 395 (tomada de la partida Loman- cesitan también dos tiempos de Van Helder, Amsterdam, 1919) reserva para ganar (¡y sólo uno, con los ejemplo's precedentes per si les toca a las blancas í). Pero en la posición R3CD-R4 mite comprender más a fondo el carácter, de la partida en la que TD, las negras precisan un solo influye el factor «tiempo». tiempo, ya que al retroceso del Como se vio en el 394 (a y b), lo rey blanco sigue R5TD y P5CD. esencial en este tipo de partidas En la partida que comentamos,
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las blancas no llegaron a comprender cuál era la oportunidad del enemigo y jugaron 1... P6TR ?, con lo que no sólo no mejoraron, sino que incluso debilitaron sus peones, perdiendo de la aleccionadora forma siguiente: 1... R3A! (con la intención de alcanzar 4TD, pero evitando el escaque 3CD, a causa de la réplica R4C); 2. R3C, R2C!; 3. R3A (3. P4TD, R3C!) ; 3.. . R3TD; 4. R2C, R4T; 5. R3C, P4CR (¡ahora marcha todo bien!) ; 6. P4CR (o bien, 6. P4TR, PC R xP T ; 7. PC RxP T, P4TR) ; 6.. . P3TR; 7. R3A, R5T; 8. R2C, P5CD; 9. P.TD x PC, R xP C y ganan. Pero las blancas hubiesen podido salvarse, de haber corregido, cuando todavía era tiempo, su situación en el flanco «desfavora ble»: 1. P4CR! (el peón 2TR, que puede hacer dos movimientos, debe quedarse en su sitio); 1... P4CR (las blancas amenazaban con 2. PSCR; en caso de 1... P3TR, se tendría 2. P4TR !, R3A ; 3. P5TR); 2. R3D!, R3C (esto ahora es inútil, ya que las negras han perdido el tiempo de reserva; en caso de 2... PSCD; 3. P4TD!, pierde ya 3... R3C?, pero aún pueden conseguirse tablas con 3... P6CD) ; 3. R3A, R3T; 4. R2C, R4T; 5, R3C, P3TR; 6. P3TR. En los ejemplos tjue siguen, el objetivo de la maniobra consiste en hacerse con las casillas críticas. La solución correcta de la posición 396 estuvo mucho tiempo sin hallarse, pero actualmente no ofrece lugar a dudas. El plan de las negras consiste en tomar todos los peones del flanco de rey, pero de tal modo que el rey pueda luego ocupar las casillas críticas del peón 3AD; para conseguir esto último las negras disponen, además, del tiem po de reserva 4AD. Es evidente que en caso de 1... P5TR; 2. PCRxPT?, PCRxPT, las negras pueden alcanzar fácil-
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mente su objetivo, gracias a su eón pasado y avanzado, pero las lancas pueden contestar 2. R3T y en caso de 2... FTR x PC; 3. R x PC, P4AD; 4. R2C, R5A; 5. R2A, P5CR; 6. PAR x PC, R xP C ; 7. R2C, las negras no disponen de otro tiempo de reserva. Por eso han optado por maniobrar con su rey para poder jugar R4A como réplica a R x F3CR y de este modo reservarse el tiempo P4AD. En la partida que comentamos, les tocaba jugar a las blancas y a 1. R2T siguió: 1... R3A; 2. R2C, R3C; 3. R2T (sin ningún género de dudas, 3. R3T es me jor) ; 3... P5T R! (el plan de las negras ha tenido éxito; no salva a las blancas 4. P4AR, PARx PC; 6. PCRxPT, a causa de 5... R4T; 6. R3T, P4AD) ; 4. R3T, FTR x PC ; 5. R x PC, R4A (la continuación es aún bastante interesante) ; 6. R2A (pierde también la jugada mejor 6. R2C; véase más abajo); 6... R5A; 7. R2R (o óien, 7. R2C, P5CR); 7... R6C; 8. R3R, P4AD!; 9. R2R (9. R4R, R7A); 9... R7C y las blancas abandonan a causa de 10. R3R, R8A; 1). R4R, R7R. En caso de 6. R2C, gana 6... R5A; 7. R2A, P4AD!; 8. R2R, R6C ; 9. R3R, R6T! (las blancas no pueden contestar con R3D); 24 9
10. R2D (o bien, 10. R4R, R7C) ; 10... R7T! (oposición en la fila 11. R3R, R8C; 12. f rincipal); 2R, R7C; 13. R3R, R8A, etc. Los tres primeros movimientos que se hicieron en la partida no convencen de que ésta se llevase de la mejor forma posible. Berger expresó sus dudas respecto al mo vimiento 3. R3T, pero se abstuvo de hacer el análisis y de dar su apreciación general de la posi ción. En cuanto a Fine, para el que evidentemente las tres pri meras jugadas no ofrecían dudas, anotó debajo del 396: «Las negras ganan», siendo de señalar que ce dió a las negras hasta el turno de jugar (aunque en realidad les toca a Fas blancas), lo que, por cierto, no tiene gran importancia. En 1950, M. Bonch-Osmolovski y N. Ter-Pogósov criticaron esta afirmación de Fine. Hicieron no tar que si a 2... R3C hubieran con testado las blancas no con 3. R2T ?, sino con 3 R2C (por ejemplo, 1. R2T, R3A; 2. R3T, R3C; 3. R2C), resultarla que 3... P5TR condu ciría inmediatamente a tablas, a causa de 4. P4AR! (por ejemplo: 4... PCRxPA; 5. PCRxFT y 6. R3A; o bien, 4... R4A¡ 5. PAR xPC, PTRxPC; 6. RxPC, Rx PC y la oposición no da nada a las negras). Así pues, el traslado del rey a 3CR resulta inútil y la afirmación de que «las negras ga nan» es errónea. Ambos autores no se limitaron a hacer la crítica, sino que propu sieron sus propios análisis, ex traordinariamente importantes pa ra la solución de la posición dada. Demostraron que las negras ganan (tocándoles jugar) en las posi ciones siguientes: 1) R2T-R3A, 2) R2A-R3A, 3) R3T-R4R; en los tres casos decide P5TR. En relación con esto, los auto res consideraban demostrada la victoria de las negras en la posi ción inicial (396); sin embargo, a pesar de haber entrado de lleno 250
en la resolución del problema y haber esgrimido todos los datos necesarios para demostrar esta vic toria, no sacaron las conclusiones necesarias y expusieron de forma completamente errónea su solu ción ; a saber: «1. R2T, R3A; 2. R3T, R3R!!; 3. R2C, R4R!; 4. R2A, R3A». Es evidente que todo esto no demuestra nada to davía: en la posición R2A-R3A, la victoria ha sido demostrada to cándoles jugar a las negras, mien tras que ahora juegan las blancas. Si éstas mueven 5. R2C, no cabe la menor duda de que las negras tienen que comenzar de nuevo su poco convincente «tiovivo». En efecto, el continuar mani obrando (del modo que se hizo en la partida o de la forma que se aplica en los análisis), es com pletamente inútil. La posición del rey negro en 4AR es suficiente mente buena para cualquier posi ción del rey blanco (2AR, 2CR, 2TR, 3TR). He aquí la solución correcta: 1. R2T
P5TH
i Inmediatamente y cualquiera que sea la posición del rey blanco! 2. R3T Se consideraba totalmente des cartado el abrir brecha sin esperar a más, siendo precisamente este error general el que, como una muralla, impedía ver la solución. 2. ...
R4RÜ
presentándose ante nosotros la po sición victoriosa de Bonch-Osmo lovski y Ter-Pogósov, obtenida con un simple cambio de jugadas. La victoria de las negras se de muestra así: 1) a 3. R4C, 2C, 2T, sigue 3... PTRxPC; 4. RxPC, R4A, etcé tera, como más arriba; 2) en caso de 3. P4AR + , se
tiene 3... PCRxPA; 4. PCRxPT, R5R; 5. R2C (a 5. P5TR sigue 5.. . P6AR; 6. P6TR, R6R!; 7. P7TR, P7AR; 8. P8T=D, P8A = D + ; 9. R4C —mejor sería 9. R2T, D5AR+—, 9... D4AR+ ; 10. R3T, R7A, amenazando con dar mate y con cambiar las damas); 5... R6D! (amenazando con R7R); 6. R3A, R x P A ; 7. P5TR, R6C; 8. P6TR, P6AD; 9. P7TR, P7AD; 10. P8TR=D, F8AD=D, ganando fácilmente. 3) a 3. PC RxP T, PC Rx PT ; 4. R4C. (4. RxPT?, R9A) sigue 4.. . P4AD!; 5. P4AR + , R5R; 6. P5AR, P6TR! (conduce a un fi nal de dama más favorable que 6.. . R4R, etc); 7. P6AR, P7TR; 8. P7AR, P8TR=D; 9. P8AR = D, D8CR + ; 10. R5T, R6D, y las ne gras deben ganar sin grandes di ficultades. Así, pues, en el final de peones no se ha podido realizar el plan estratégico fundamental, pero su esencia no varía cuando se ha lle gado a promover dama. En el final que a continuación se da se produjo una idea análoga, aunque bajo forma algo más ca muflada, de ocupación de la casi lla crítica después de haber cam biado todos los peones en el flanco:
P4CR?, si va seguido de 1... P4TR ! Una lucha peculiar por las ca sillas críticas tiene lugar en la posición que sigue. 396b. B. Honvitz, 1879. Blan cas: R3D, P4AD, P4D, P5D, P5 AR. Negras: R5CD, P2AD, P3D, P3AR; las blancas hacen tablas. 1. R3B !, R xP A ; 2. R4R, R4C; 3. R3R!, P4AD ; 4. P5D xPA, Rx PA ; ; 3. R2D ! (5. R3D ?, R4D ; 5. R4R?, P4D+ y R4C) ; 5... R4C; 8. R3A, P4D ; 7. R3C, tablas. 39 7
La posicióón 397 (se dio en la partida de torneo Hanssen-Ním396a. Eliskases-Skalischka, Po- zowitch) tiene, por extraño que debradi, 1936. Blancas: RIAD, parezca, una gran similitud con P2TD, P4AD, P5AD, P4R, P3CR, el 395, aún cuando aquélla no ten P2TR. Negras: R2R, P2TD, ga el aspecto ni los tiempos de P2CD, P3AD, P4R, P2CR, P2TR; reserva de ésta. juegan las blancas. 1. P4TR ? (es En la partida siguió: to permite a las negras forzar el cambio y ocupar las casillas crí 1. ... R2A ticas del peón 4R; mediante 1. 2. P3A P3TR, que impide la captura de le® peones, hubiesen podido hacer En caso de 2. P4AD, se tendría tablas las blancas); 1... P4CR!; 2.. . R3C; 3. PADxPD (es claro 2. R2D, R3A; 3. R3R, R3C; 4. que no 3. P5AD + , a causa de R2A, R4T; 5. PTRxPC, RxPC; 3.. . R4C v el subsiguiente R5A); 6. R3A, P4TR; 7. P3TD, P5TR; 3.. . PADxPD; 4. R2A, R4T!. 8. P4TD, PTRxPC; 9. RxPC, Las negras ocupan la casilla con P4TD y las blancas abandonan. jugada. En evidente «conjuga Pierde aún con más rapidez 1. ción» se encuentran, -además, los 251
escaques 3CD-4CD y 2CB-5TD, que junto con las casillas 2AD4TD, forman «ionas triangulares» en el campo de cada uno de las contrincantes. Una vez que se lian apoderado de la conjugación, las negras ganan. 2. ... 3. P3AD x PC
R3C!
A 3. P4AD sigue la jugada de espera 3. . R3T!, y en caso de 4. PADxPD, PADxPD; 5. R2D, se tiene 5... R4C; 6. R3D, R5T y ganan. 3. ... 4. R3A
R4C R5T
y las blancas quedan indefensas, i Curiosa situación! 398
urgentemente en el cuadrado del peón 5AD. Be jugar inmediata mente 1. R2A ?, se tendría 1... P6AD ; 2. R2R, PCR x PA ; 3. PR xPA, R4D y después de 4. P5 AR, RxPD, o bien, R3R, RSA, las negras tienen segura la pro moción de un peón dama. 1. ... 2. RIA!!
R xP
De nuevo la jugada natural 2. R2A hubiese sido un error. Las negras no pueden esperar pasiva mente a que las blancas capturen el peón 6AD y a que su peón pa sado protegido corone; de ahí el que se vean obligadas a continuar 2... P5CR; 3. PTR x PC + , Rx PC; 4. R2R, P6AD, y ahora que da claro que la posición R2RR5CR es el -zugzwang decisivo a causa de 5. PSD. R4A, o bien, 5. R1D, R6A, y tablas. Es precisa mente este ataque al peón 3R el que las blancas tienen que retra sar una jugada. 2.
...
P6A
En caso de 2... P5CR, se tiene 3. PTR x P C + , R xP C ; 4. R2A !, P6AD; 5. R2R, y ahora son las negras las que se encuentran en zugzwang. 3. R1R!
El 398 es una lucha, cuyo resul tado no está claro, ni mucho me nos, por el tiempo, y que se produce al crear la posición de cisiva de zugzwang. 1.
P5A +
La necesidad de librarse de esta pieza sin perder tiempo alguno se desprende del hecho de que el rey blanco se vea precisado a entrar 252
y el problema está resuelto: 3... P5CR; 4. PTR x PC +, R xP C ; 5. R2R!, P7AD (no hay más reme dio que debilitar el peón AD con un movimiento anticipado; en ca sa de 5... R4A, o bien, R5T, se tiene 6. R1D) ; 6. R2D, R6A; 7. P5D, P 8A D =D +; 8. R x D, Rx P R ; 9. P6D, R7A; 10. P7D, P6R; 11. P8D=D y ganan. 398a. K. Jakobi, 1904. Blancas: R5AD, P4TD, P4CD, P6CD, P5fR, P5TR. Negras. RIAD, P2CD, P4D, P3R, P3TR; ventaja blan
ca. 1. P5TD, R2D ; 2. P5CD, RIA ; 3. P6TD, R1C (debido a la ame naza P7TD, al rey negro le que dan sólo los movimientos RIT y R1C; las blancas, para poder ga nar, deberán ocupar con el rey la casilla 6D, pero únicamente es tando el rey negro en 1TD ; de ahí qile haya que ceder a las negras el turno de jugar); 4. R4C, RIT; 5. R3C, RIC (las negras se ven obligadas a realizar un número «para de jugadas; por eso el rey blanco debe volver a 5AD en un número «impar* de movimien tos) ; 6. R3A, RIT; 7. R4D, RIC; 8. R5A, RIT; 9. R6D!, RIC (a causa de la amenaza R7A, las blancas han ganado un tiempo im portante) ; 10. RxFR, P5D; 11. R7A y ganan. 398b. Grob - Nimzowitch, Znrich, 1934. Blancas: R4AD, P4 TD, P3CD, P3AR, P4TR. Negras: R3AD, P3TD, P4AD, P3CR, P4 TR; mueven las negras. La si tuación de éstas es dudosa debido a la falta de tiempo; la continua ción lógica 1... R3D deja a las blancas con un peón de ventaja en final de dama después de 2. P4AR, R3A; 3. P4CD, PAD x PC ; 4. RxPC, R3C; 5. P5TD + , R3A; 8. R4A, R3D; 7. R4D, R3R; 8. RSA, R4A; 9. R6C, RxP A ; 10. RxPT, P4CR; 11. PTRx PC, PSTR; 12. P6CR, etc. No obstan te, las negras hallan el tiempo que les falta utilizando «el triángulo» 3AD, 2D, 3D. En la partida que comentamos se jugó: 1... R2DÜ; 2. P4AR (conformándose sensa tamente con unas simples tablas, que de lo contrario hubiesen pre cisado, para obtenerlas, cierto es fuerzo, por ejemplo: 2. RxPA, P4CR; 3. R4D!, PCRxPT; 4. R3R, P4TD!; 5. R2A, R3R; 6. R2C, R4A; 7. R3T, R4C; 8. P4 AR + , R xP A ; 9. RxP T, R5R; 10. R x PT y el rey blanco llega a tiempo a 1AD) ; 2... R3D!; 3.
R3D, P4TD; 4. R4A, R3A; 9. R3A, R3D; 6. R4A, R3A, tablas. Siguen ahora ejemplos de ma niobra más complicada (que en la mayoría de los caso® abarca a los dos flancos), sobre temas diver sos que frecuentemente se entre lazan. 39 8
En el 399 (de la partida por co rrespondencia Scbwartz - Haas, 1926-27), no da la tentativa de romper brecha 2AR-4AR-5AR (después de R4R), debido a los dos tiempos de reserva de las ne gras. A pesar de su clara ventaja en el flanco de rey, las blancas se ven obligadas a decidir la par tida en el de dama (después de haber obligado previamente a mo verse al peón 2TD); o, dicho con más exactitud, tienen que ma niobrar de modo que mantengan sus amenazas en ambos flancos. 1. RSA
R4R
La mejor defensa. En caso de 1... R4A, se tiene 2. R6D, R5C; 3. R5R, R xP T ; 4. R6A, R5C; 5. RxPC, PSTR; 6. R6A, PSTR; 7. P6CR, P7TR; 8. P7CR, PSTR =D ; 9. P8CR = D + , R5A (9... RSA; 10. 1)8TD + ); 10. D8CD + , R5C; 11. D3CR+, R4T; 12. D5 CR+ +. 253
Si se tiene 1... P3TD, conduce únicamente a tablas 2. P3AR? a causa de 2... R4R!; 3. R6A, R5A ; 4. R6D, R6C!, etc., pero ganan tanto 2. P4AR, R4A; 3. R6D, R9C; 4. R6R, RxPT; 5. P5AR!, como 2. R4D, R3D; 3. R4R, R3R; 4. P4AR, P4TD; 5. P5AR + , o bien, 2... R4A; 3. R3R, R5C; 4. P4AR, R x P T ; 5. R3A, R6T; 6. P5AR. 2. R6A
4 00
R3R
Las blancas pueden despreciar la posibilidad de un contraataque dirigido sobre el peón 3TD, tanto ahora como más adelante; por ejemplo: 2... R5D; 3. R6D, R6A; 4. P4AR!, etc.
D3R+, y las blancas abandonan. A. Zamijovski recomendaba, en lugar de 6. P6TR, la jugada «más 3. R7A R2R resistente» 6. R6R, P3TR; 7. R5A, R4D que, sin embargo, a causa de Los reyes están ahora situados 8. R6C, R5A, etc., tampoco impien la fila principal, y la jugada de que ganen las negras. de «tiempo» tiene un valor deciEn objeción a esta, I. Asaritis siva. consideraba 6. P6TR suficiente para alcanzar tablas. El estaba en En la partida se jugó: 4. P3AR, lo cierto al señalar que, después P3TD; 5. R8AD, a fin de a 5... de 6... R2D ; 7. R6A, P4D, las blanR1R continuar 6. R7C, pero esto cas deberían continuar, no 8.R7C?, alarga en demasía la partida. sino 8. R5R, R3A; 9. R4A!, R3D ; 10. R5A, P5D; 11. R4R, P6D; 12. Después de 4. P3AR, P3TD, lo RxPD, R4D; 13. R3A, R5R; 14. más sencillo es 5. P4AR! (5... R2A y tablas. R3R; 6. R8D, o bien, 5... P4TD; Pero el caso es que después de 6. R6C, y ganan). Sólo en el caso 6. P6TR, no hay quien impida a 4. P4AR, P3TD se ven precisadas la negras ganar fácilmente melas blancas a ganar mediante 5. diante 6... R4D! (en lugar de 6... R8A, R1R; 6. R7C, o bien, 5. R2D ?) ; 7. R6A, R5A; 8. R7C, R6A, R3R; 6. R5A; R4A 7. R6D P4D; 9. RxPT, P5D; 10. R6C (maniobra R6R y P5AR!). (8C), P6D; 11. P7TR, P7D; 12. P8TR=D; F8D=D, etc. En el 400, después de 1. R4A, Tampoco salva 6. R4R, a causa R3A ; 2. R4R, R2R; 3. R9A, R2D; de 6... P3TR; 7. R4D, R2A (no 4. P5TR, P4AD; 5. PDxPA+, 7... R2D; 8. R5D); 8. R4R, R1D; R x PA, se dio una situación que 9. R5A, R2R; 10. R4R (10. R6C, suscitó discusiones de carácter P4D!; 11. R5A, R3D) ; 10... R3R; teórico. 11. R4D, P4D ; 12. R5A, R4R; 13. En la partida se jugó: 6. P6TR, R x PC, P5D, hay que reconocer, R2D; 7. R6A, P4D; 8. R7C, pues, que en el final 400 las blanP5D ; 9. R xPT, P6D ; 10. R8C, cas pierden. P7D; 11. P7TR, P8D = D; 12. En la posición 401, los peones P8TR = D, D5CR+ ; 13. R7A, 25 4
401
te a los peones enemigos en el flanco de dama, es claro que las negras la aprovechan); 6... P4 CD; 7. R1C, P4AR; 8. R1T, P4C; 9. R1C, P4T-R; 10. R1T, P5CR (si ahora 11 PARx PC se tiene 11... PTRxFC; 12. RtC, P5AR; 13. PRxP A , PR xP A ; 14. R1T, P6CR; 15. PA Rx PC, PARx PC; 16. FTRx PC, Rx PC y el éxito del plan concebido por las negras aparece con todo relieve); 11. P4R, PARxPR!; 12. PARxPR (o bien, 12. PA Rx PC, PTR xPC; 13. R1C, POR; 14. PARxPR, PSR; 15. RIT, P6CR); 12... F5 TR; 13. R1C, F6CR; 14. PTRx PC, PTRxPC (15. P4AR, PRx PA; 16. P5R, P7CR). Las blancas abandonan.
de las blancas en el flanco de rey se hallan sueltos, y en el de dama, 402 debilitados por estar avanzados. No deja de ser instructivo el plan estratégico con que las negras susacar provecho de estas degieron ilidades; deciden atacar al peón 2TR, ligando al rey blanco a la defensa de este peón; después obli gan a efectuar un cambio total de los peones del flanco de rey, aba tiéndose a continuación con el rey sobre el resto de los peones débi les blancos. 1... R3A!; 2. R2D, R4C; 3. R2R (la tentativa de dirigirse a 7AD llega con retraso, ya que las ne gras alcanzan a capturar el peón 2TR y llevar a la promoción el peón 2T R; siendo, junto con esto, muy importante en contestación La misma estrategia que en el a R7AD, incluir el movimiento 401, pero entrelazada con otros as F4CD); 3... R5T; 4. RIA, R6T; pectos, es lo que caracteriza al 402. 5, R1C, P4R! (impide la jugada 1... R5R! ;* 2. R2R (o bien, 2.' 6. P4AR, a causa de 6.. PRx P3CR, PSD; 3. PADxPD, Rx PA; 7. PRxPA, R5C; a 6. PD; 4. R2R, P4CR, etc.); 2... P4R, hubiese seguido 6 ... P4 P4CR1; 3. R2A! (en caso de 3. CR ; 7. R1T, P4TR; 8. R1C, P3CR, gana 3... P5D ; 4. PAD x P5TR; 9. R1T, P5CR; 10. PARx PD, R x P D ; 5. R2D, R5R ; 6. R2R, P5CD; 7. P3AD, P6CD!; etc.); PC, R x PC; 11. R2C, P6TR+ y 12... R6A); 6. R1T (en caso de 6. 3... P5D!; 4. PADxPD, RxPD; P4TD, las negras hubiesen con 5. R2R, P5CD!; 6. R2D (a 6. tinuado P4AR, lo mismo que en PTD x PC, hubiese seguido un bo la partida; pero ahora, teniendo la nito ataque: 6... P6AD!; 7. PCD posibilidad de frenar previamen x PA + , R5AH; 8. R2D, P6TD; 255
9. RIA, RxPAÜ; 10. R1C, Rx PC; 11. R2T, R6A; 12. RxFT, R x PA ; 13. R4C, P5CR y ganan) ; 6... P6CD; 7. P3AD + , R5R; 8. R2R, R5A ; 9. R2A, R5C; 10. RIA, R6C; 11. R1C, P5CR; 12. RIA, R7T; 13. R2A, R8T; 14. R3C, R8C, y las negras obtienen la vic toria. 403
En el 403, las negras ganaron mediante un movimiento envol vente, realizado en el flanco de dama, después de haber cambiado un par de peones. Pero su plan tuvo éxito gracias únicamente a la defensa meramente pasiva de su contrincante. Según se demos tró más tarde, en el desarrollo de la partida hubo momento en los que las blancas hubiesen podido empatar. Sin embargo, sería prematuro deducir que la posición 403 ha sido ya completamente esclarecida y debe ser considerada como tablas, a, por el contrario, vencen en ella las negras sin ningún género de dudas. Los primeros movimientos no ofrecen dudas : 1... R4A; 2. R3A, P4TD. Las negras amenazan con tomar todos los peones del flanco de da 256
ma mediante P4CD, etc., para uti lizar después la debilidad de los peones blancos en la tercera fila, situados más cerca y mucho más vulnerables que los peones negros. 3. P4TR, P4TR. Indudablemente no son éstas las mejores jugadas posibles. Lo primero que deberían hacer las blancas es sacar los peones debi litados de la tercera fila, inten tando la formación P5R-P4AKP3CR, ya que en este caso la base de la cadena de peones se hallaría alejada al máximo del rey negro. Por esto, lo más fuerte hubiese sido 3. P4R. Por otra parte, las negras po drían formar una cadena análoga P4R-P3AR-P2CR; pero también podrían, haciendo uso de las ven tajas del que ataca, adoptar un plan para conmover la posición de las blancas, procurando al mismo tiempo conservar un tiempo de re serva en el flanco de rey. En todo caso, la jugada 3... P4 TR no sirve, aunque sólo sea por que permite, según indicó Fine, alcanzar rápidamente tablas me diante 4. P4CR; por ejemplo; 4... PTRxPC (o bien, 4... P3CR; 5. P5CR); 5. PAR x PC, PáAR ; 6. F5TR, P3CD; 7. P4R, P4R; 8. R3D. Al no disponer de un tiem po de reserva en el flanco de rey, las negras no consiguen nada cambiando los peones en el de dama. Es digno de atención 3... P3AR, guardando la posibilidad de jugar P4CR ó 4R (así como la posibili dad de no avanzar más, en gene ral, los peones), y también 3... P4AR, que se opone directamente a la jugada 4. P4R, a causa de 4... PARxPR; 5. PARxPR, P4TR!, ganando gracias al tiempo de icserva F3CR. La única réplica ad misible a 3... P4AR es 4. P5TR ; después de esto, y por cierto en los demás casos, es difícil demos
trar la victoria absoluta de las 8.. . R5C; 9. R2A, R6T; 10. R3A. negras, aunque sus posibilidades Ultimo error, después del cual continúan siendo considerables. la situación de las blancas es des Volvamos a la partida: 4. R3D? (4. P4R!) ; 4... R5C; 5. esperada. 10.. . R7T!; 11. R2A (o bien, R2A, P4CD ? Después de 5... P4AR!, que pa l!. P4CD, PTD xPC + ; 12. R x raliza a todos los peones blancos, PC, R7C y las negras ganan acer la partida hubiese quedado re cándose a los peones); 11... P4AR (¡por fin!); 12. R3A, RSC (aho suelta. Por ejemplo: ) 6. P4R, PA RxPR; 7. PAR ra, en contestación a 13. P4CD, gana 13... P5TD!, etc.); 13. P4R, xPR; P4CD; 8. PTDxPC, Rx PC; 9. R3A, R4A; 10. R3D, RSC; PARxFR; 14. PARxPR, P4R; 11. R2A, P4R; 12. R2C, P5TD; 15. R3D, R7C; 16. R4A, R7A; 17. 13. PC DxPT, R xP T ; 14. R3A, R5D, R x PC, y las negras ganan. R4C.; 15. R3C, R4A; 16. R3A, 403a. Horwitz-Denker, FiladelP3CR, y ganan. fia, 1936. Blancas: R6CR, P3TD, б) 6. P4AR, R4A; 7. R3A, P3AD, P4AD, PSD, P4R, P2CR, P3CR; 8. R3D, R4D; 9, R3A P2TR. Negras: R1AR, P3TD, (pierde también 9. R2D, a causa P4AD, P3D, P4R, P2CR, P3TR; de 9... R5R ; 10. R2R, P4R!, etcé les toca jugar a las blancas. 1. P4 tera); 9... R5R; 10. P4CD, R6A TR, R1C; 2. P4CR, RIA; 3. R7T y ganan. (se puede también 3. P5CR, PTR c) 6. R2C, F4CD ; 7. P7TD x PC, x PC; 4. R x PC, avanzando, cu R x PC; 8. R3A, R4A ; 9. R3D, briendo y cambiando el peón TR) ; RSC; 10. R2A, P4R; 11. R2C (11. 3... R2A; 4. R8T! (a inesperadas P4AR, P5R) ; 11... P5TD y ganan. tablas hubiese llevado 4. P5CR?, En la continuación, las blancas P4TR!; 5. R8T, R3C; 6. R8C, siguen retrasándose en avanzar rey ahogado). Las negras perdie P4R, y las negras, en P4AR; por ron después de 4... RIA?; 5. P5 eso, casi todas las jugadas, hasta CR. Hubiese opuesto más resisten la décima inclusive, son erróneas. cia 4... R3C; 5. R8C, R3A; 6. 6. PTD xPC, R xPC ; 7. R3A, R8A, P4CR; 7. PTRxP C+ (no 7. P5TR, rey ahogado); 7... Rx R4A; 8. R3D. PC; 8. R7R, RxPC; 9. RxPD, y Según señalaron G. Lewenfisch ganan. (Véase el 227). y V. Chejover (1936), las blancas 404 se hubieran podido saWar median te 8. P4R. En caso de 8... P4R; 9. P4AR, P3AR, se tendría 10. R3D y las blancas estarían fuera de peligro. Después de haber cam biado los peones en el flanco de dama, su posición es invulnera ble ; si, por el contrario, las negras juegan P3CR, se produce la forma de »cuarteto» (véase el 370), en la que las negras tienen todas las posibilidades de perder y, en todo caso, deben únicamente pensar en hacer tablas. Por cuanto a 8. P4R, es inútil 8... P4AR, a causa de 9. F5R, es imposible que las negras ganen.
La posición 404 ilustra esta misma idea del movimiento envolvente, pero con una cierta «exageración» en este caso. 1. RIA, R4T; 2. R2R, RxPT; 3. R3R, R6T; 4. R x PR, R7C (des pués de haber capturado al peón AR detrás del CR, el rey negro se encuentra más cerca del flanco de dama) ; 5. P4AR, R7A ? (parece natural, pero en realidad deja escapar la victoria, que se conseguía mediante 5... R6C!; por ejemplo: 6. R3R, P3CR, o bien, 6. P5AR, R5C; 7. R5R, R6A, etc.); 6. P5 AR!, R7C (en caso de 6... R6C, se tiene 7. R3R! y la oposición queda en poder de las blancas) ; 7. R4A, R7A (en caso de 7... R6T ?, hubiesen ganado las blancas a causa de 8. R9C, R6C; 9. P6ARÍ, PCR x PA+ ; 10. RxPA, etcétera); 8. R4R (no 8. R5C ?, R6R!) ; 8... R7C. Tablas. 405
para reali zar la co m bin ac ió n proyectada. Las blancas se precaven contra P4TR y conservan el tiem po de re serv a P3CR, pero lo p rin cipal es que cierran el flanco y obstaculizan en esta parte las operaciones del negro. 1. ...
R4D
Momento crítico. Ahora no salva a las blan cas 2. P3CR ? deb ido a 2... P4AD ! ; 3. R 2D , PA D x PC; 4. PADx.PC, R5AD ; 5. RIA, R6A, lo m ismo qu e 2. R2D ?, RñA ; 3. P3C R, P7CD ; 4. R 2A, P 8 C = D + ; 5. R x D , R6C ! ; 6. R1T, RxPT.
Tampoco sirve 2. P4AD+ ?, a causa de 2... PCD x PA+ ; 3. R3A, R5R ; 4. P4TD, R6R ; 5. P5TD, P7CD ; 6. R x PC, R7D ; 7. P6TD, P6AD + ; 8. R2T (o bien 8. R3C, P7AD ; 9. P7TD, P8AD=D; 10. P8TD=D, D1CD+; 11. R4A, D7 A D + ; 12. R4D, D6A D++); 8 . . . P7AD ; 9. P7TD, P8AD = D; 10. P8TD = D, D5AD+ ; 11. R3T, R6A ; 12. D4TD, P4AD ; 13. PCD x PA, D x PA + ; 14. R2T, D7 AR+ y mate. 2. P4T !
Unica jugada. Después de este movimiento, la tentativa 2... P7 CD hasta llegaría a dar posibilidades de ganar a las blancas, por ejemplo: 3. R2A, PCDxPT; 4. R x PC, R5A ; 9. R3T, R x P A ; 6. R x P T , R5D ! ; 7. R5T, P4AD ! ; 8. P5CD, etc. 2. ... PxP El 405 ilustra la forma de hacer invulnerable una posición median3. P4A + te el sacrificio de un peón, a lo que se recurre como método de defensa en circunstancias difíciles. y el objetivo ha sido alcanzado : Si en el 390 se cerraban los flan- 3... R3D ; 4. R 3A , R2A ; 5. R2C, R3C ; 6. R3T (6. .. P4AD ; 7. P5CD, cos, en éste se cierra el centro.
tampoco da nada a las negras), ta bla s.
1. P5T Movimiento 258
inicial
necesario
En el 406, las negras tienen que
4 06
bloqueada con esto; las negras comienzan a preparar la jugada P5D) ; 7. R2R, P4AD; 8. R3D, P3AD (liberando al rey de la de fensa del peón 4D) ; 9. R3R, R2A; 10. R3D, R3C; 11. R3R, R4C; 12. R3D, P5D; 13. R2D, P5AD!; 14. PADxPD, PR x PD ; 15. PCD x PA+ (o bien, 15. P5R, P6AD+ ; 16. R3D, P4AD) ; 15... R xP A ; 16. R2A, P4AD, y las negras ganan. 46 7
contar con la posibilidad que tie nen las blancas de crear, si se dan ciertas circunstancias favora bles, una posición inexpugnable bloqueando el centro. En lo que a la partida se refiere, en la que ambos contrincantes co metieron errores, no hubo dificul tades: 1... P4AD ; 2. R3R, P4D ?; 3. P x P + ? (en lugar de esto se alcanzaban tablas con 3. P4ADÜ, ya que después de 3... P5D + , el rey negro no tiene por dónde pa sar; 3... PD x PA hasta pierde, a causa de 4. R2D, etc., y 3... PD x P R ; 4. P4TD no es peligroso para las blancas; por ejemplo: 4... R3A; 5. Rx PR, R3R; 6. R3R, R4A; 7. R3D, P5R + ; 8. R2D (2R), R4R; 9. R3R, P3AD; 10. P3CD y las negras no disponen de un tiempo de reserva para po der ganar); 3... RxPD; 4. R3D, P5A+ ; 5. R3R, P5T; 6. P3TD, P3AD; 7. R2R, R5R y ganan. El método de ganar que damos a continuación es de Fine: 1... P4D; 12. R3R, P5TD; 3. R3D, R3D; 4. R3R, R4A; 5. P3CD (obligado, ya que no se puede permitir que el rey negro alcance 5AD; si 5.R3D, se tiene 5... R4 CD) ;' 5... PTD x PC ; 6. PTD x PC, R3D (ahora 7. P4AD es ya inútil, puesto que la posición no queda
Aunque la superioridad mate rial de las negras en el 407 viene determinada únicamente por el peón retrasado 2TR, éste, a pesar de todo, está llamado a resolver el final, puesto que no sólo ase gura el tiempo de reserva 3TR, sino también la posibilidad del avance P4TR. Pero, previamente, las negras tienen que descargar la tensión en el centro, acabando en él con los peones. 1... R4C! (en caso de 1... R3C ?; 2. R4A, P4TD; 3. P4TD, P3TR; 4. R3A, R 2A; 5. R3D, R2D, los «peones intocables» aseguran unas tablas evidentes; en cambio, aho ra las negras amenazan P4AD-5A6A y R4A) ; 2. P4TD + , R3C; 3. R4A, P4TD (las negras han con servado el tiempo P3TR; por eso 4. R3A, 3D? en este momento pierde a causa de 4... R2A y 5... 259
R3D) ; 4. P6D, R3A; 5. P7D, Rx F D ; 6. R x PA, R2R (la amenaza 7. R5C no existe a causa de 7... P4TR; 8. PCRxPT, P5CR); 7. R5D, R2A; 8. R4R (las negras, después de 8... P4TR; 9. PCRx PT, amenazaban con mover R2CR3TR; es insuficiente la tentativa 8. R4D, P4TR; 9. PCR x PT, R2C; 10. R5D, R3T; 11. R6R, debido a 11.. . P5CR, etc.); 8... RIA!! (mantiene la misma amenaza y subraya la existencia de zugzwang en las blancas); 9. R3R, R2R ! (las negras pasan a apoderarse de la oposición en la columna princi pal D) ; 10. R4R, R3D ; 11. R4D, P3TR; 12. R4R, R4A; 13. R3R, R4D (esto gana más rápido que 13.. . R5C; 14. R4D, R x P T ; 15. R5D, R6C; 16. R6R, PSTD; 17. R x PA, P6TD; 18. R7R, P7TD ; 19. P6AR, P8 TD=D; 20. P7AR, D6T+!; 21. R8R, D5T+; 22. R7R, D5CD+ ; 23. R8R, DxPCR, cambiando las damas); 14. R3D, R4R; 15. R3R, P4TR; 16. PCRx PT, R x P A ; 17. R3A, R3R; 18. R4C, R2A; 19. R5A, R2C y las blancas abandonan. 408
la partida hubo un momento en el que las negras hubiesen podido salvarse mediante una hábil ma niobra de largo alcance. 1. R4A, R3A; 2. R4C, R3C; 3. P4TD, P4TD ? Esto hace perder. Las tablas se alcanzan mediante 3... P3TD; 4. P4CD, P4CD; 5. P5TD, R3A; 6. R5T (el análisis de Euwe y Pire sólo es convincente después de efectuados estos movimientos), R4A! (6... R2C; 7. P4CR es 6 claro que no da esperanza alguna a las negr as ); 7. R x PTR, R5A! (7... R5R pierde a causa de 8. P4 CR); 8. P3CR + , R6A!! (a 8. .. R x PCR ? hubiese seguido 9. R5C ; el negro espera el movimiento del rey blanco a 5TR); 9. R5TR, R5R!; 10. P4CR, R x P D ; 11. P5 CR, R6A; 12. F6CR, P5D; 13. P7CR, P6D; 14. P8CR = D, P7D. Ahora se descubre que las blancas no pueden ganar debido a que el escaque 4AD es inaccesible a la dama (no pueden conseguir reali zar la maniobra D3AD + , R8D ); si, por el contrario, las blancas, después de una serie de jaques, capturan el peón 3TD, para a P8D = D continuar DxPCD, esto ú l timo no lo consiguen debido a la réplica P8D = D+ (he aquí el por qué de la importancia de la posi ción del rey en 5TR). 4. P3CR, P4TR+ (ahora 4... R3A no da nada, puesto que la dama blanca dispondrá del esca que 4AD) ; 5. R4T, R3T; 6. P4CR, PTR x PC ; 7. R x PC, R3C; 8. R4A, R3A; 9. P3CD (¡tiempo de reserva!). Las negras rinden. Aún se puede señalar que des pués de 9... R3R; 10. R5C, R3D; 11. R5A, R3A; 12. R5R, P4CD hay que jugar no 13. PTDx PC+ ?, sino 13. R6R!
La posición 408 (de la sexta par tida del match) fue considerada ior Euwe como victoriosa para as blancas, y la verdad es que realmente triunfó. No obstante, en
La posibilidad que de ganar tienen las blancas en el 409 pa rece maravillosa. Da la impresión de que las negras pueden blo quear al peón 5D y hacerse con
Í
260
...
40 9
mino más seguro para que las negras obtengan tablas consiste en la jugada i... P4TRH; Si, por ejemplo, 1... P4CR?, se tiene 2. R6C, R4D; 3. RxPC, R5A; 4. RxPT, RxPC; 5. P4CRH, R6C; 6. R5C, R x PC; 7. R4A, R7A; 8. R5D, R6D; 9. R6R, R5R; 10. R7A, R6A; 11. RxPC, y ganan. De ahí se desprende claramente el sentido de la jugada 1... P4TRH. Después de haber sido realizado, el movimiento 5. P4CR es impo sible, y las blancas no tienen más recurso que conformarse con ta blas. La cuestión acerca de si 1... R2D da también tablas es muy compli cada y suscita discusiones teóri cas que no han finalizado aún.
un peón pasado y avanzado en el flanco de rey. Pero la realidad es 41 0 todo lo contrario: son las blancas las que juegan en el flanco de rey, después de haber minado pre viamente los peones negros y de haber asegurado a su rey un es caque por e! que abrir brecha, dando esto como resultado el que el peón pasado y avanzado que distrae al rey negro es el peón D. 1. P4CR! (paraliza a los peones negros, impidiendo ante todo la jugada 1... P4TR) ; 1... R2R; 2. P4TR, R3D; 3. R4R!, P3C; 4. P5TR!, PCRxPT; 5. PCRxFT, P4TD (los peones doblados blan cos contienen largo tiempo al ene migo) ; 6. R5A (a la victoria lleva también 6. PCDxPT, PCDxPT; 7. P3CD, R4A; 8. R5A, etc.) ; 6... En el 410, las blancas conside PTI) x PC ; 7. RxP A, R xP D ; 8. raban necesario cerrar el flanco R6C, R3R; 9. RxPT, R3A; 10. de rey mediante la jugada 1. P4 P3CD, R2A (o bien, 10... P4CD; CR, a fin de que las negras no 11. R7T, R2A; 12. P6TR); 11. puedan en este punto jugar a la R5C, y las blancas ganan, captu contra en relación con P4AR y rando en primer lugar el peón P5CR. 3CD. Proponíase la variante siguien 409a. M. Botvinnik, 1945. (Po te: 1. P4CR, R2A ; 2. R2R, R3R ; sición posible en una de las va 3. R3D, R3D; 4. R4A, P4TD (o riantes de la partida Botvinnik - bien, 4... P4AD; 5. R5C) ; 5. P3 Flohr, 1944). Blancas: R5AD, P2 AR, R2D ; 6. R5A, R2A; 7. P3AD, CD, P4CD, P2CR, P3TR. Negras: PCD x P A ; 8. PCD x PA, R2C ; 9. R3R, P3TD, P2CD, P3CR, P2CR, R6D, R3C; 10. P4AD, R2C; 11. P3TR; juegan las negras. El ca P5AD y ganan. 261
AD, incluso hace perder, debido Sin embargo, a 1. P4CR sieuió inesperadamente 1... PTRxPC!; a 6... P4AR!; por ejemplo: 7. PR 2. PAR x PC, P5CR!; a pesar de xPA, P5R!; 8. P3AD, P4TD; 9. qne después de 3. P4TR, tas blan- RxPA(R5D), P6R, etc., o bien, cas tienen un peón pasado prote- 7. R3D, P5AR; 8. PC RxPA, PR x PA y los peones negros son ingido. El sentido de esta maniobra reside en que el flanco de rey no vulnerables, mientras que perecen se halla cerrado y las negras con- los blancos 4R y 4TR. En vista de servan la oportunidad ae jugar esto, los contrincantes, después de 6. P3AD, P4TD; 7. PAD x PC, P4AR, amenazando con P5AR. La partida continuó: 3. P4TR, PTD x PC, acordaron tablas. Es digno de atención que las P4AD; 4. R2R, R2TR; 5. R3D, blancas parecen ser incapaces _de R3TR. Ahora se descubre que el movi- llevar a cabo lo que la situación miento que parecía lógica 6. R4 dicta: cerrar el flanco de rey.
262
APENDICE FINALES DE PEONES QUE PASAN A SER FINALES DE DAMA
Debido a su doble carácter, este grupo «intermedio» no ha sido explicado hasta la fecha de forma sistemática. La dificultad (inexactitud) de su delimitación es la causa de que los autores de libros de finales no hayan llegado a examinarlo ni en los finales de peones ni en los de dama. Hay qüe tener en cuenta que en los finales de peones lo más frecuente es hacer las jugadas con miras a un posible o inevitable final de dama. Si después de haber obtenido dama, se consigue inmediatamente un desenlace rápido y forzado, tan sin lugar a dudas que el prolongar la partida no tiene objeto, o bien se alcanza una posición teórica conocida (positiva o tablas), que también excluye la necesidad de seguir jugando, es indudable que estos finales deben ser considerados como de peones, aun en el caso de que las damas hayan figurado en el tablero fugazmente, para desaparecer acto seguido como consecuencia de un cambio forzado. Pero si después de haber promovido dama, el resultado de la partida continúa sin ser evidente y es preciso seguir jugando, debemos admitir que nos hallamos ante un final de dama que ha venido a sustituir al de peones. Indudablemente, la norma que proponemos para juzgar de la rapidez y evidencia del desenlace es en cierto grado convencional. Así, pongamos por ejemplo, para uno de los jugadores la partida ha quedado com pletamente definida (y resuelta) en el final de peones, por cuanto ha conseguido llevarla a un final de «dama contra peón (o peones)» en que, como él sabe perfectamente, la victoria es teóricamente imposible; sin embargo, su contrincante puede ignorar este empate teórico y la estéril partida continúa, pero ya en final de dama. No cabe la menor duda de que para jugar correctamente los finales de peones es preciso conocer bien (en los casos correspondientes) los finales de dama, por cuanto entre estos dos apartado^ existe una ligazón orgánica. En primer lugar, es necesario estar impuesto en el final de «dama contra peón», puesto que es el que con más frecuencia aparece en la práctica. El estudio de este apartado debe incluso preceder al de los finales de peones, ya que lo correcto, metódicamente, es conocer el objetivo último, es decir, el final a que puede desembocar la partida. 26 3
En relación con esto, exponemos a continuación, y a modo de introducción, los fundamentos teóricos del final «dama contra peón», considerando después el conjunto de aspectos que deben ser tenidos en cuenta al pasar de los finales de peones a los de dama. 1.
DAMA CONTRA PEON
Una dama enfrentada a un peón gana fácilmente, pero se dan algunas excepciones. A veces, la victoria se alcanza únicamente después de haber llegado los peones a la promoción, es decir, en realidad, en final de «dama contra dama», que será el que examinemos en primer lugar. 1
2
doble han sido examinados con anterioridad; véase, por ejemplo, el 67 de «Finales de peones».) 3
1. La dama da mate en ID (IR) o en 2AD. En el la: Blancas: R3CD, D2R. Negras: R8CD, D8AD, sigue D2 TD + + ; si la dama blanca se halla en 4D, lo que decide es 1, D4R (3D)+ y 2. D4T(6T) + . Puede darse el caso en que todas estas posiciones estén desplazadas a la derecha. En el Ib. Blancas: R3R, D4CR. La posición 3, la más importan Negras: R8R, D8AR, se debe ju- te del final que consideramos, gar: 1. D4CD+ ; 2. D1CD++. puede darse después de haber lleEn el le. Blancas: R3TD, D2D. vado ambos contrincantes sus peo Negras: R8TD, D8CD, gana 1. nes a la promoción (como en una D3AD +. Por cierto que, si les to- de las posiciones de Polerio, alreca jugar a las negras, es tablas: dedor del año 1590). 1.. . D6D+ !, pero de ningún modo 1. D2TR+, R8AD (1... R8CD; 1.. . D7AD?; 2. DIR+ y 3. D3AD 2. R3CD; 1) ; 2. D1CR + , R7C; 3. (D5R) +. D2AR + (no 3. D4D+ ?, R7TD!, En el 2, siendo distinta la situa- tablas) ; 3... R6TD (o bien, 3... ción de los reyes, también se da R8AD; 4. D1R+, etc.); 4. D3R+, mate. En este caso es también po- R7C!; 5. D2D+, R8CD (5... R6 sible el desplazamiento de la po- TD; 6. D4CD+ y 7. D3CD++; sición hacia la derecha. Así pues, 2); 6. R3CD y ganan. si a veces se consigue dar mate, éste siempre se produce en las 3a. Blancas: R3D, D8R. Ne bandas. gras : R7CD, D8TD; ganan las (Los casos en que se puede cap- blancas (aun cuando las negras turar la dama mediante un jaque tengan un peón en 2TD). 264
1. D5CD+ (la posibilidad de dar este jaque permite a las blan cas ocupar rápidamente la casilla 4CD; cuando la dama blanca está situada en otros puntos, se hace necesario acercarla mediante D8 CD-7AD-6CD-5AD + y en este ca, so, si las negras disponen de peo nes puede haber impedimentos) ; 1... R6TD; 2. D5TD + , R7C; 3. D4CD + , R7T; 4. R2A, o bien, 3... R8A; 4. D2D+ y 5. D2AD++. El resultado de la partida en posiciones similares a la 3, no ha bía sido generalizado hasta ahora en ningún sitio. El análisis que publicamos a continuación permi te hacer importantes conclusiones prácticas. En él se demuestra que la posibilidad de ganar depende de la situación recíproca de los re yes y del emplazamiento de la dama en la octava fila. Si el rey blanco se halla en 4AD y el negro en 7CD o en 7AD y a las blancas les toca jugar, éstas ganan, cualquiera que sea la po sición de su dama en la octava fila, es decir, independientemente de cuál sea la columna en que su peón haya coronado, con una sola exqepcion : Blancas: R4AD, D8 TR. Negras: R7CD, D8TD; en este caso, las blancas no ganan, ya que después de R8CD(7TD), el blanco no consigue dar jaque en la segunda fila o (previamente) en las casillas ID, ' 3D*. Esto mismo, claro está, se refiere a la posición del rey blanco en 3D (el rey negro en 6CD o en 7CD). Sin embargo, hallándose el rey blanco en 4AD (o en 3D), dan tablas to das las posiciones en las que el rey negro esté en 8CD, salvo D8D (o D8AD, estando el rey blanco en 3D). Pero esto no ocurre si el rey
blanco se encuentra en 4CD(2D). Aquí, hallándose el rey negro en 7CD, la excepción D8TR + des aparece y alcanzan la victoria to das las posiciones con el rey ne gro en 8CD, salvo D8CD( + ). En cambio, resultan tablas todas las posiciones con el rey negro en 7AD (o 6CD, estando el rey blan co en 2D), excepción hecha de D8R. Estas particularidades hay que tenerlas en cuenta para el caso en que un final cualquiera desembo case en una de las variantes es tudiadas. Por ejemplo, en la posición R5D, D6R-R8CD, T5AD, P7TD conduce a tablas : 1. R x T ? ; lo correcto es 1. D6CD + , R8TD (de lo contra rio, RxT, mientras que 1... T5CD conduce al n.° 7); 2. D1CR + , R7CD; 3. RxT, etc. Consideremos el final de peo nes. Blancas: R4AR, P2TD, P2R. Negras: R5CD, P4TD, P6R (final 247a). Después de í. RxPR, R6 TD, la jugada 2. R3D ? conduciría únicamente a tablas; lo correcto es 2. R2D !, R x PT ; 3. P4R, P5TD ; 4. P5R, P6TD;; 5. PAR, R6CD (5... R8CD hubiese dado unas ta blas seguras de hallarse el rey blanco en 3D) ; 6. P7R, P7TD; 7. P8R = D, P8TD = D y las blancas ganan (mediante 8. D5CD + ), pre cisamente por haber promovido el peón a dama en 8R y no en 8AD, 8D, 8AR. Véase también el 376d. Pasemos a considerar los fina les de «dama contra peones». 4
* Como, por ejem plo, en la posi ción: R4CD, D8CR-R8CD, D8TD. 1. D6C + , R7T, 2. D6R + , R8C ; 3. D4R + , R7T ; 4. D5 D+, R8C ; 5. D1 D+, etcétera. 26 5
tra dama se puede hablar sólo en después de D x PA el rey queda el caso en que aquél esté a punto ahogado. Por esto, si el rev blan de promover. co se halla lejos, las tablas son Si en estas condiciones la dama inevitables. No obstante, encontrándose el puede comenzar dando jaque o cla vando una pieza, la resistencia es rey blanco cerca, es posible utili inútil cuando el peón es central zar otro método para ganar: se o de caballo. La dama obliga al permite que el peón corone, pero, al rey negro a ocupar la casilla mientras tanto, se acerca aún más de la promoción y de este modo el rey blanco, obteniendo las po gana tiempo para acercar su rey. siciones victoriosas 1 ó 2. 1. D4CR + (más preciso que 1. 7 D2CR+, R6D); 1... R8R (de lo contrario, D1D); 2. D4R+, R7A; 3. D3D, R8R; 4. D3R+, R8D; 5. R3CR, R7AD; 6. D2R, R8A; 7. D4AD + , R7C; 8. D3D, R8A; 9. D3AD + , R8D; 10. R3A, R8R; 11. D4CD, y mate. El empate sólo es posible, como excepción, cuando el rey se halla en el camino de la dama, poniendo trabas a su acercamiento por las columnas o las diagonales; por ejemplo, en las posiciones siguienR5R, D8D (o bien, D8AR). R7R, P7D, o bien, R7AD, D8CD. R8AD, P7CD, tablas. Un proble ma de T. Troitski tiene el final siguiente: R6R, P7T-R5R, P7R. 1. P8R=D, R6R!, tablas.
La línea de puntos indica la zona en que debe encontrarse el rey blanco para conseguir la vic 5 6 toria : éste debe hallarse en con diciones, en dos jugadas, de ocu par el escaque 3CD (diagrama l), a bien, en un movimiento, la ca silla 3D olas 2D, ID (diagrama 2). Por ejemplo: 7a. El rey blanco én 5D. 1. D1R + , R7CD ; 2. D2D + , R8CD; 3. R4AD, P8TD=D; 4. R3CD y ganan. O bien: 7b. El rey blanco en Estos esquemas demuestran por 4R. 1. D1R + , R7CD; 2. D2D + , ué cuando se tienen dos peones R8CD; 3. R3D, y ganan. La solución más simple, pero e torre o de alfil na puede ser aplicado el método para obtener no la única, consiste en que la la victoria que acabamos de in dama ocupe previamente la segun da fila; en ciertos casos, es posi dicar. En el 5, el rey negro es cierto ble, en la primera o en la segunda que ha ocupado la casilla de la jugada, acercar primero el rey (te promoción, pero después de esto niendo en cuenta las excepciones quedó ahogado. En el 6, el rey indicadas en la nota al 3). Si en el 7 el rey negro se halla no va a 8AD, sino a 8TD, ya que 266
en 8TD, y no está ahogado, la zona victoriosa del rey blanco aumenta en un escaque en todos los sentidos. A veces es posible ganar un tiempo, teniendo ocasión de dar jaque a la descubierta. Por ejemplo, en el 7c. El rey blanco en 7TD. Las blancas, des pués de 1. D8CD + , R8TD ? (lo correcto es R8AD(7D), aprove chan ambas posibilidades de ga nar tiempo: 1. R6CD (evitando el rey ahogado); 1... R8CD(7CD); 2. R5AD + , alcanzando la zona victoriosa normal. Por otra parte, a veces es impo sible utilizar una posición del rey negro que se sabe mala de ante mano : 7d. R5R, D8AR, R6CD, P7TD. Su propio rey impide a la dama ocupar la diagonal 1TD-8TR. 8
8b. Hallándose el rey blanco en 4AD o en 4CD, 4TD, se puede inmediatamente 1. R3CD (si la da ma está en 2R, hay que contar con la réplica P8AD=C+ ; por eso es mejor jugar previamente 1. R3 AD). En caso de que el rey negro se encuentre en 7CD, hay que ju gar primero 1. DSR + , o bien, 1. D3AD+, ó 1. D2AR. La zona victoriosa también au menta en este caso, si se puede dar jaque a la descubierta o cuan do el rey negro se halla en el es caque de la promoción o en otras casillas desfavorables. Por ejemplo, en el 8c. R5D, D2R-R8CD, P7AD, es posible 1. R4AD, P8AD = D + ; 2. R3CD, o bien, 1... R8TD; 2. D2D!, etcéte ra. Sin embargo, por regía gene ral, las negras pueden evitar éstas o semejantes colocaciones des favorables. Así, examinemos, por ejemplo, la posición 8d. R5D, D5 TR.-R7CD, P7AD. 1. D2R, R8TD !; 2. D2D, R8CD !; 3. D3D, R7CD, o bien, R1TD, tablas. Ciertas posiciones del rey ne gro, aun cuando parecen desfavo rables, no pueden ser utilizadas por las blancas si su rey se encuen tra fuera de la zona victoriosa. 8c. R4AR, AD, tablas.
D8R.-R6CD,
P7
9
Aquí la zona victoriosa del rey blanco es considerablemente me nor : debe estar en condiciones de, en una jugada, ocupar la casilla 2D o la 3CD. 8a. Estando el rey blanco en 3R o en 2R, IR, se debe jugar 1. D8CD + , R8A (1... R1T; 2. R2D) ; 2. D4CD (o bien, estando el rey blanco en 2R, 2. D7AD y 3. R2D) y ganan. 267
En este caso, la zona victoriosa En posiciones desfavorables del del rey blanco es incluso más ex rey negro, puede darse el caso de tensa que la del peón de dama, que pierdan aun cuando el rey ocupando dos columnas más a la blanco se halle fuera de la zona de derecha. El rey debe poder ocupar ventaja. con un solo movimiento una cual quiera de las casillas 3AR, 2AR, 91. N. Grigóriev, 1932. Blan 1AR (amenazando con D2R+ + cas: R5R, D8TD. Negras: R6D, como réplica a P8AD=D) o en P7AD; ganan las blancas. 1. D5 dos jugadas, el escaque 3CD D + , R7R (1... R6AD; 2. D4D + (cuando el rey negro se acerque y 3. DITD; 1... R6R; 2. D2CR! y a la esquina a través de la casilla 3. D5CR); 2. D2TD!, R8D; 3. 8AD). R4D y ganan. Examinemos unos ejemplos. No obstante, da tablas la posi ción : 9a. El rey blanco en 4CR. 1. D3CD (estando la dama en 4TR, 9g. R6CD, D8TD-R6D, P7 hubiese seguido 1. D8D + , R8AD ; AD. Este es el final de R7TD, 2. D6CD, no dejando pasar al rey P5TD - R5AD, P2AD, jugando las negro a la columna CD y luego 3. negras primero, después de 1... D3CD ó 3 D2CD); 1... R7D; 2. R6D1; 2. P6TD (mejor que 2. D2CD, R8D; 3. R3AR, R7D (3... R7CD, P4AD); 2... P4AD; 3. R6 P8AD=D; 4. D2R+ + ); 4. R4R CD, P5AD; 4. P7TD, P6AD; 5. y 5. R3D. P8TD = D, P7AD. Las negras per derían en caso de 1... R6CD?, ya 9b. El rey blanco en 1CR. 1. que las blancas podrían jugar 6. 1. D3CD, R7D; 2. D2CD, R8D; D1D. (Véase el 211a.) 3. R2AR, R7D ; 4. D4D + , R8AD ; Si el peón dista dos movimien 5. D4CD y 6. D1R++. tos de la casilla de la promoción, 9c. El rey blanco en 5D. 1. D3 la tarea de las blancas se simpli D + , R8AD; 2. R4AD, R7CD; 3. fica considerablemente. D2D y 4. R3CD. Como case® excepcionales son también posibles, sin embargo, posiciones de empate. Por ejemplo: 94. R5D, D7AD (o bien, D8AD, hallándose el rey negro en 7D). Las negras deben defenderse con suma atención cuando el rey blan co está situado en 5R (fuera de la zona victoriosa). El peón de torre puede ser captu 9e. El rey blanco en SR. La rado por la dama sin ayuda de su variante 1. D3D+, R8AD; 2. R4D, rey. Acercándose mediante ja R7CD; 3. D2D, R8CD!, o bien, ques, la dama termina por alcan 3. D2R, R8TD! ha sido conside zar la posición del 10. Si 1... R8 rada anteriormente. Queda la ten TD, entonces 2. D2AD, P7TD ¡ 3. tativa 1. D3CD, R7D; 2. D2TD D1AD++. A 1... R8CD sigue 2. (2. D2CD, R8D). Las blancas D4CD+, R7.TD; 3- D3AD y el cuentan con 2... R8D; 3. R4R, peón perece. En caso de 1... R6CD, P8AD = D; 4. R3D. Sin embargo, se tiene 2. D1AD, P7TD; 3. DI en lugar de 2... R8D?, sigue 2... TD, ganando el peón después de R0AD!, y tablas. 3... R6TD; 4. D3AD+ y 5. D2CD. 268
El esquema ! 1 (con peón de ca ballo) ilustra el único caso en que la ligazón por diagonal no ejerce, como es costumbre, una acción de cisiva (véase el 12). ya que la ju gada I... R8TD es posible. No obstante, después de 2. D4TD + , el rey negro se ve obligado, a pe sar de tcxlo, a ocupar el escaque delante del peón, permitiendo que avance y se acerque el rey blanco. Con este método se consigue ven cer contra cualquier peón negro en la tercera fila. Ea enorme fuerza de la ligazón eeieana en diagonal se puede ver, pongamos por caso, en el ejemplo 12 (con peón de alfil). Eas negras se hallan completamente parali zadas : los movimientos del rey son inútiles y las blancas contes tan a éstos acercacando su rey. 12
12a
En caso de que después de 1... R6CD (12a), las negras jueguen 2... P7AD, se tiene 3. D1TD. Cuando el peón es de caballo o central, no ofrece peligro alguno el permitir que el peón avance un escaque. Por ejemplo, en la posición R6TD, D8CR - R7TD, P6CD, des pués de 1... R8TD; 2. D1CR+, R7TD hay que consentir 3. R5C, P7CD, continuando después 4. D7TD+ y ganan. No obstante, cuando el peón es de alfil, si es imposible evitar que haga un movimiento, esto equivale
a tablas, siempre y cuando el rey blanco se halle fuera de la zona victoriosa. La teoría nos enseña algunas de estas posiciones de tablas. Ea más antigua de todas es: R7CR, D7CD - R8AD, P6AD. Aquí resulta inútil 1. R6AR, ya que el rey alcanza sólo 5R (9c). Después de 1. D1TR + , R7CD!, el rey blanco pone trabas al acer camiento decisivo de la dama. Ha llándose el rey blanco en 8CR, hu biese seguido 2. D8TR, R6CD; 3. D4D! (12a). Si, por el contrario, el rey se hallase en 7CR (y tam bién en 7TR, 8TR), sería tablas. Sin embargo, cuando el rey se en cuentra en 6TR, ganan (1. R5 CR!). He aquí otra posición de tablas (ha sido utilizada en el final de uno de los problemas de V. Che jover) : Blancas: R7R, D8AD. Ne gras: R7AD, P6AD, mueven las negras. Después de 1... R7D!; 2. D8D(7D) +, R8AD!, las tablas son evidentes. El empate es tam bién inevitable hallándose el rey blanco en 7D, 8D, 6AR (pero no en 6D o en 5CR, ya que a 1... R2D sigue 2. R5AD, o bien, 2. R4AR, y el rey blanco se sitúa en la zona victoriosa. Análoga a la primera es la posi ción de tablas. Blancas: R6AR, D8R. Negras: R7D, P6AD. El em pate tiene lugar aún en el caso en que el rey blanco se halle en 7D, 8D ó 7R. Cuando las negras disponen de dos peones, el número de posicio nes igualadas aumenta considera blemente. Estas serán estudiadas con todo detalle en el apartado «Finales de damas», aun cuando de algunas de ellas nos ocupamos a continuación.
269
2.
PASO AL FINAL DE DAMA
Las particularidades de la lucha de una dama contra un peón y las excepciones que en este final existen (posiciones de tablas), determina con antelación y en gran parte, la estrategia y la tác tica a seguir con los peones en caso de que pueda producirse un final de dama. Además, es claro que, en consideración, se toman las posibilidades recíprocas de una partida en que ambos contrin cantes tienen dama. He aquí un pequeño resumen de los puntos principales que de antemano es preciso tener en cuenta. Para alcanzar la victoria:
1) Promoción acompañada de un jaque que obligue al rey ene migo a perder un tiempo; otros casos de pérdida de tiempo al lle gar los peones a la promoción. 2) Posibilidad de dar un mate forzado después de haber alcanza do damas simultáneamente (sien do mano). 3) Captura forzada de la dama. 4) Conservación u obtención ■de una ventaja, material o de po sición, para ser utilizada seguida mente en el final de dama. 5) Dejar un peón al adversario para evitar el rey ahogado. Para alcanzar tablas:
La parte débil, se comprende, presenta la mayor resistencia po sible en todos los casos anterior mente enumerados y, además, emplea algunos métodos especí ficos. 6) Posibilidad de hacer tablas contra una dama, disponiendo de un peón de torre o de alfil (tenien do en cuenta el alejamiento del 270
rey enemigo y diversas excepcio nes). 7) Tablas con otros peones, gracias a haber sido forzado el peón normal o merced a una posi ción extraordinaria de empate. 8) Forzar un rey ahogado (a esto puede referirse el despren derse de un peón propio que es torba). Para ganar o conseguir tablas:
9) Forzar el cambio de damas, volviendo a un final de peones. 10' Preparar o evitar un jaque perpetuo. Muchos de los ejemplos que aca bamos de enumerar han sido ya ilustrados en el apartado »Finales de peones», sobre todo los tres primeros casos: 1) 67, 68, 68d, 70, 148, 185b, 208, 211b, 253 y otros. La promo ción acompañada de jaque (atraer al jaque) persigue el fin de obli gar al rev enemigo a perder tiem po. También se dan casos de per der tiempo a causa de haberse co locado el rey en el camino a seguir »or su propio peón; por ejemplo,, os 69a, 169, 392a y otros. 2) 216, 218, 227, 288-290 (tam bién los 203 y 2J2), etc. Todos ellos son ejemplos de mates sen cillos, los más frecuentes en la práctica. 3) 67, 68b, 318, 323d, etc. La captura de la dama se consigue en todos ellos mediante un golpe doble (jaque a la descubierta). La primera jugada de la solu ción del 167a tenía también en cuenta las posibles variantes 1) y 3). Además de estos sencillísimos casos de mate forzado o captura de la dama, pueden darse otros más complicados.
f
Acerca del punto (4), creemos que los ejemplos 186b, 203b, 392 y 396 son suficientes, ya que de muestran que no habiendo posibi lidad de ganar en un final de peo nes puro, la única perspectiva es la de pasar al final de dama con un peón de ventaja. En el último ejemplo al 3 de este Apéndice (véase asimismo el 378) se ilustra cómo obtener no una superioridad material, sino de posición. A continuación damos unos ejemplos complementarios, en los que el resultado viene determina do no por una correlación mate rial, sino de posición. En estos 1. P4TD, P4TR; 2. P4CD, P5 ejemplos aparecen ligados los te TR (2... R4R; 3. P4A R +!) ; 3. mas de los casos (4) y (6). P5TD, PCDxPT; 4. P5CD!, P6 14. N. Grigóriev, 1934. Blan TR; 5. P6CD, P7TR; 6. P7CD, P8TR = D ; 7. P8CD = D+-, R4AR ; cas : R7AR, P2CD. Negras: R8 TR, P2TR. Ganan las blancas. Las 8. D8AD + , R4C (o bien, 8 . . . R5 blancas llevan a cabo su amenaza A R ; 9. D4CR+ ; en caso de 8... R4R se tiene 9. D5AD + , R9AR; de atacar al peón, aproximahdo su rey. 1. R6A!, 10. D3R+, R4AR; 11. D4R+, resueltamente R7C; 2. P4CD, P4TR; 3. R5C, R4C; 12. P4AR+, capturando la R6C; 4. P5CD!, P5TR; 5. P6CD, dama); 9. D8CR+, R4AR; 10, P6TR; 6. P7CD, P7TR; 7. P8CD D4CR+ y 11. D4R++. =D + , R7C; 8. D2CD + , R8CR; Un método análogo para captu 9. R4C, P8TR=D; 10. R3C y rar la dama ha sido pensado en la ganan. posición sigu iente: 13a. K. Kupchevski, 1931. Blancas: R5CD, 14a. L. Prokevs, 1937. Blancas : P2TD, P3AR. Negras : R4D, P2R, R6R, P5TD. Negras: R7TR, F5 P2TR (1. P4TD, R3D; 2. R6C, TR; las blancas ganan. 1. R5A! R2D; 3. R7C, P4TR; 4. P5TD, (no 1. P6TD ?, P6TR o. R8C, ta P5TR; 5. P6TD, P6TR; 6. P7TD, blas); 1... P6TR; 2. R4C!, R7C P7T R; 7. P8TD = D, P8TR = D; 8. (celada funesta) ; 3. P6TD, P7TR; D8A D+, R3D; 9. D6AD + , R4R; 4. P7TD, P8TR = D ; 5. P8TD = 10. P4A R+). Sin embargo, des D + y ganan (3). pués de 1. P4TD salva a las ne gras una defensa más perspicaz: 14b. Blancas: R4AD, P4TD. i... R3RH; 2. R6C (2. P5TD, Negras: R9R, P2TR; juegan las R2D) ; 2... P4TR, tablas. negras; tablas. 1... R4R; 2. R5A, Respecto a los casos (4) a (8), R3R, y las blancas no tienen más cuyos finales están ligados en gra remedio que dejar pasar al rey a do aún mayor a los finales de da 1AD, ya que 3. R6A ? ó 3. R6C, mas, hay muy pocos ejemplos ex R2D ; 4. R7C ? hacen perder. plicativos en los «Finales de peo nes», por lo que más abajo se dan 14c. Blancas: R4AD, P2TD. unas cuantas posiciones comple Negras : R6AR, P2TR. Tocándoles mentarias. jugar a las negras, se obtienen ta13
271
blas no sólo mediante 1... R5R, como en el 14b, sino también mo viendo 1... P4TR ; 2. P4TD, P5TR; 3. P5TD, P6TR; 4. P6TD, P7TR; 5. P7TD, R7C!; 6. P8TD = D + , R8C. Jugando las blancas, éstas ganan: 1. R4D! (perono 1. R3D?, R5A, tablas). I4d. N. Grigóriev. Blancas: R8CR, P3AD, P2AR. Negras: R6D, P4TD; tablas. 1. P4AD!, R x PAD ; 2. P4AR, R4D; 3. R7A !, P5TD (o bien, 3... R5R 4. R6R); 4. P5AR, P6TD; 5. P6AR, P7TD; 6. R8C!, P8TD=D; 7. P7AR, ta blas (8). 14e. Najdorf-Vinuesa, Mar de la Plata, 1941. Blancas: R3D, P4 CD. Negras: R5TR, P4AR; jue gan las negras. 1... R6T!; 2. P5CD, P5AR; 3. R4R, R6C! (3... R5C, pierde); 4. P6CD, P6AR; 3. P7CD, P7CR; 6. P8CD=D + , R7C, tablas. En los ejemplos que damos a continuación también se unen los casos (5) y (8) con elementos del ( 6) . 15
1. P3TD! (1. R5R?, P4TR; 2. P5AD, R4C!; 3. R6D, P5TR v ta bla s); 1... P4TR; 2. R3C!,' P5 TR + ; 3. R3T! (es necesario pa rar al peón precisamente en 5TR 27 2
y no en 6TR) ; 3... R xP TD ; 4. P5AD, P5TD; 5. P6AD, R7C; 6. P7AD, P6TD; 7. P8AD = D, P7 TD (ahora hay que ahogar a las negra s); 8. D7CD + , R7A ; 9. D6 TD, R7C; 10. D5CD + , R7A; 11. D4TD+, R7C; 12. D4CD + , R7A ; 13. D3TD, R8C; 14. D3CD+ , R8T (a continuación se da movi miento al rey y sigue un mate tí pico) ; 15. R4C, P6TR; 16. D2AD, P7TR; 17. D1AD+ + . 15a. P. Farago, 1937. Blancas: R8TR, P5TD, P4TR. Negras: R2TD, P5CR; tablas. En caso de 1. P5TR ?, R3T!, las blancas pier den (el mismo final que en el 15). Tablas se alcanzan tínicamente con 1. P6TD!, no llegando a tiem po las negras para dar mate. Otra posición análoga : Blancas : R3CD, P5CR. Negras: R8TR, P4TD, P5CD, P5TR. 1. P6CR ?, P5TD + conduce a tablas. Lo correcto es 1. R4T, P6CD; 2. RxPCD, P5 TD+ ; 3. R3T, etc. Un ejemplo de cómo despren derse de un peón propio que «es torba» fue dado anteriormente en el 21 la (Grigóriev, 1933); el re chazar el sacrificio era allí impo sible, ya que entonces el peón lle garía a la promoción. A esto se refiere la posición de Farago, 1953. Blancas: R4CD, P4TD. Negras: R8AR, P4D, P4AR. 1. P5TD, P5D!; 2. R4A, R7R, tablas. El dejar al adversario un peón se ilustra, pongamos por caso, en la posición de I. Louma, 1926. Blancas: R7CD, P2CR, P4TR. Negras: R8AD, P2TD, P3TR ; ganan las blancas. 1. P4CR (1. R x PTD ?, P4TR, ta bla s); 1... P4TD; 2. P5CR, PCRxPT; 3. P5TR!, P5TD (en caso de 3... P5GR se tendría 4. P6TR y des pués de coronar D8TD+-); 4. P6 TR, y ganan. En la posición 15, el peón negro fue bloqueado a una distancia de tres movimientos del escaque de la promoción. Si el peón precisa
sólo dos jugadas para coronar, la victoria puede ser posible sólo a condición de que el rey de la parte más fuerte no se encuentre dema siado lejos. Los limites de la se paración se ven en los ejemplos que siguen:
toriosa estando la dama en 5AD y tocándoles jugar a las blancas (I. R2D, R7C ; 2. R2R!), pero esta situación es imposible forzarla a iartir de la posición inicial (con a dama en 3CR). La posición de tablas que he mos considerado puede darse en 15b. P. Farago, 1953. Blancas: el problema de P. Farago, 1937. R3AR, P3TD, P2TR. Negras: Blancas: R2R, P5CR, P2TR. Ne R8TD, P3TD, P5AR, P6TR; ven gras: R8TR, P5AD, P7D, P3CR, taja blanca. 1. RxPA?, R7C, et después de 1. P4TR ?, P6AD; 2. cétera, conduce a tablas. Malo 1. P5TR, P8D = D + ; 3. Rx D, P7 P4TD ?, R7C; 2. R4C, R6A; 3. AD+ ; 4. RIAD, PCRxFT, etcé P5TD, R5A! y después de 4. Rx tera. Por eso, las blancas no per PT, R6D, o bien, 4. RxPA, R5C, miten que ei rey negro cree un re ganan las negras. Lo correcto es fugio ahogado en 8TR. Lo que de 1. R4C!. R7C (o bien, 1... P6AR; cide es: 1. P3TRU, P6AD; 2. P4 2. KxPT; si 1... P4TD, lo más TR ; las negras se verán obligadas, sencillo es 2. P4TD y 3. R x PT) ; más pronto a más tarde, a mover 2. R x PT, R x P T ; 3. R2C!, P6 el rey y entonces P5T!, gana. AR+ ; 4. R2A, R7C1 (dejaudo de En todos estos últimos casos, la antemano sin la casilla 1TD a la dama luchaba contra dos peones. dama blanca) ; 5. P4TR, P4TD; El número de posiciones de tablas, 6. P5TR. P5TD; 7. P6TR, P6TD; caso (7), es aquí considerablemen 8. P7TR, P7TD; 9. P8TR—D + , te mayor que en los finales ante R8C; 10. D8CD + , R8T (acortan riormente consideradas de «Dama do la solución : R8TD es, de cual contra peón». Ya en el 262 (en la variante) quier modo que se considere, in evitable después de D3CD + ) ; 1!. Grigóriev señaló una posición de R3R!, P7AR; 12. D5CD!, P8AR empate: Blancas: R7C1), P5TD, = D ; 13. D x D8AR+ y ganan (3). P7TD. Negras: R5R, D8D. He aqtti otros ejemplos: Una posición análoga es : G. Ca ray, 1944. Blancas: R3AD, P3D, 16. A. Troitski, 1899. Blancas; Negras: R8TR, P6CD, P5AD, R5CD, P5TD. P4R. Negras: R1D, P2TR; ganan las blancas. DesP3D, P2D, P2TR. Tablas. 1. R6C, oués de 1. P4D!, P7CD: 2. Rx PC, P6AD+ ; 3. R2AD, etc., las RI A; 2. P6TD, R1C; 3. P7TD + , blancas realizan la man iobra R3D R1T; 4. R7A, P4TR; 5. R x P3D, P5TR; 6. Rx P2D, P6TR; 7. P5R, y D5CR. Si en las posiciones del tipo de P7TR; 8. P6R, P8TR=D; 9. P7R. las que examinamos, al peón ne La posición que resulta: blancas: gro le queda sólo una jugáda para R7D, P7TD, P7R; negras: R1TD, coronar, se puede afirmar que la D8TR es tablas (9... D4D+ ; 10. victoria es ya una excepción. R7A, D3R; 11. R8D, D3D+ ; 12. R8A!, DxPR, rey ahogado). 15c. I. Maizelis, 1954. En la posición: blancas: R1D, D3CR; 16a. B. Horwitz, 1879. Blancas: negras: R8TR, P7D, P7TR, gana R5AR, P4TD, P5CD, P3TR. Ne 1. D3R!, R7C; 2. Dx P2D + , et gras : R6CR, P4TD, P3CD, P4TR; cétera (3). Sin embargo, en la po tablas. 1. R4R(5R), RxPTR; 2. sición: blancas: RIAD, D3CR; R5D!, R5CR ; 3. R6A, P5TR; 4. negras: R8TR, P7AD, P7TR, ya R x PCD, P6TR ; 5. R7T!, P7TR ; es tablas. La posición se hace vic 6. P6CD, P8TR - D ; 7. P7CD. En
Í
273
la posición resultante R7TD, P4 blancas. 1. R7R ? no alcanza el TD, P7CD : R5CR, D8TR, P4TD, objetivo a causa de 1... P4CR !; 2. pone trabas a las negras su propio R6A, RxPC; 3. P4AD, R5A !, ta peón 4TD; lo mejor que pueden blas. Lo correcto es 1. P4AD!, R5R; 2. R7R, P4CR (en caso alcanzar es D x PTD ; P8CD=D. Véanse asimismo los 362 y 408. de 2... R5D j 3. R7A, P4CR, las blancas tienen que maniobrar 16b. A. Mandler, 1951. Blan con el rey igual que en el 67b, con cas: R3R„ P4AR, P5AR. Negras: servando en el caso de P4TR, R8D, P4AD, P2AR; tablas. 1. la posibilidad de llegar a la pro R3D, P3AR ; 2. R4AD, R7R(7D) ; moción dando jaque; 4. R8C!, 3. R5D, P5AD ; 4. R6R, P6AD; P3TR; 5. R7A! y 6. R6C) ; 3. 5. R x PA, P7AD ; 6. R7R, P8AD R6A, P4TR; 4. PCRxPT, P5CR; 5. P6TR, P6CR; 6. P7TR, P7CR; =D; 7. P6AR, ¡tablas! El caso 8), rey abogado, ha sido 7.P8TR=D, P8CR=D (ahora las ilustrado hasta ahora con ejemplos blancas obligan a cambiar las da en los que únicamente intervenían mas); 8. D7TR+!, R6A; 9. eones de torre o de alfil. Sin em- D3D + , R5A; 10. D5AR+ y ga E argo, con damas es posible for nan. zar un rey ahogado por otros me 18a. R. Dawson, 1931. Blancas: dios. R8TR, P5CD, PSD, P4R. Negras: 17. S. Zhiguis, 1928. Blancas: R7AR, P2TD, P4R, P5CR; ven R6TD, P5D, P5TR. Negras: R1 taja blanca. 1. P6CD!, PTDx TD, P6CD, P2AD, P2D. Tablas. PC; 2. P6D, P6CR; 3. P7D, P7 1. P6D !, P3AD ! ; 2. P6TR, P7CD ; CR; 4. P8D=D; P8CR=D; 5. 3. P7TR, F8CD=D; 4. P8TR= DxP+; 6. DxD+ y ganan. D + , D1CD; 5. D8DÜ, DxD, rey 18b. I. Glazer, 1938. Blancas: ahogado. R5R, P3R, P3CR, P4TR. Negras: 17a. I. Berger, 1916. Blancas: R5TD, P4TD, P5CR, F2TR, P3 R4D, P6TR. Negras: R5CD, P5 TR; tablas. Las blancas deben re TD, P6CD; tablas. 1. P7TR, F7 troceder con el rey con mucho CD!; 2. P8TR=D, P8CD=D; 3. tiento, abriendo el camino al peón. D8CD +, R6T; 4. DxD, rey aho Pierde 1. R5A ?, a causa de 1... R4C!; 2. P4R, P5TD; 3. P5R, gado. P6TD; 4. P6R, R3A; 5. R6A, P7 17b. F. Richter, 1953. Blancas: TD y el peón corona dando jaque. R4CD, P5TD, P2CD, P4AD, P5 No obstante, pierde también 1. AD. Negras: R7D, P2D, P6TR; R5D(6D) ?, a causa de 1... R5C!; tablas. 1. P6AD !, PDxPAD; 2. 2. P4R, P5TD; 3. P5R, P6TD; 4. P6TD, P7TR ; 3. P7TD, P8TR= P6R, P7TD; 5. P7R, P8TD=D; D; 4. P8TD=D, P4AD+ ; 5. R3C, 6. P8R=D, y las negras fuerzan DxD, rey ahogado. el cambio de damas; estando el El caso (9), cambio de damas rev en 5D, mediante 6 . . . D8D + forzado, es de una gran importan y 7... D5TD+ y con el rey en 6D, cia práctica. Se dio en las posicio jugando 6... D3TD+ ; 7. R7A, nes 213a, 291, 292, 323a, 333, 341, D2TD+ ; 8. R6D, D4AD +, etc. No 407 y otras. Damos a conocer al hay más que una solución: elegir gunos ejemplos más. la casilla del rey en concordancia con aquella a la que se dirija el 18. N. Grigóriev, 1938. Blan rey negro. Por eso 1. P4R!, R5C; cas: R8D, P3AD, P4CR. Negras: 2. R5A !, o bien, 1... R4C; 2. R6D ! R6AR, P2CR, P2TR. Ganan las (no 2. R5D ?, R3C ! y ganan); 2... 27 4