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n.
72/2015 6,90 €
Musicoterapia Melodías y ritmos para tratar problemas neuropsi neuropsicológicos cológicos
SERIE
TRABAJO Y CARRERA PROFESIONAL (V)
Los benefici beneficios os del volunta voluntariado riado
5 1 0 2
O I N U J / O Y A M
COMPORTAMIENTO
PSIQUIATRÍA
Adictos al deporte
Asesinos múlt múltiples iples en un solo acto
NEUROCIENCIA Cámaras que funcionan como el ojo humano
PSICOLOGÍA Estamos embara embarazados zados
0 0 0 7 2
9
7 7 1 6 95 95 0 8 8 7 0 3
MO NOGR MONO GRAF AFÍA ÍASS CON N U ESTR ESTROS OS MEJO ME JORE RESS ART ARTÍC ÍCU U LOS SO SOBR BREE TEMA TE MASS CLAVE
CUADERNOS 10: ADICCIONES
CUADERNOS 9: LA MEMORIA
CUADERNOS 8: NEUROGLÍA
Alteraciones en el sistema de recompen-
Circuitos neuronales de los recuerdos • Estudios con ratones transgénicos • El síndorme de Korsakoff y la hipertimesia • Técnicas para mejorar el aprendizaje
Astrocitos: coordinadores de la actividad neuronal • Microglía: los macrófagos del cerebro • Clave para tratar las lesiones del sistema nervioso central • Excitotoxicidad Excitotoxicidad y esclerosis múltiple
CUADERNOS 6: EL MUNDO DE LOS SENTIDOS
CUADERNOS 5: PERSONALIDAD, DESARROLLO Y CONDUCTA SOCIAL
El origen de los olores • Efectos del ruido en la cognición • Ver en tres dimensiones • Procesos mentales de la sinestesia
Sentimiento social desde la cuna • Éxito: ¿cuestión de suerte, ambiente o carácter? • Las ventajas del mimetismo inconscien te • La constante evolución del yo
sa • Raíces evolutivas del alcoholismo • Enganchados a la inanición • Huellas cerebrales de la nicotina • Tratamientos
CUADERNOS 7: EL SUEÑO El motivo de las ensoñaciones • Fases y ondas cerebrales del descanso • Insomnio: hiperactivación nocturna • ¿Por qué se contagian los bostezos?
www.investigacionyciencia.es/revistas/cuadernos
SIGUE EL DESARROLLO DE LA PSICOLOGÍA Y LAS NEUROCIENCIAS
MENTE Y CEREBRO n. 71
MENTE Y CEREBRO n. 70
MENTE Y CEREBRO n. 69
El cerebro bilingüe • Cómo actuar ante la esquizofrenia • Vencer la fobia social infantil • El atractivo de las subastas en línea • Estrategias para negociar el sueldo
Pensamiento creativo creativo • Cómo mejorar la lectura en los niños • Efectos de los videojuegos en línea • Comorbilidad entre diabetes y depresión • Perfil laboral y
Cartografía cerebral • Teoría del cerebro bayesiano • Beneficios del baile para la psique • Demencia por cuerpos de Levy • Obsesión por el per feccionismo
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personal en las redes sociales
MENTE Y CEREBRO n. 68
MENTE Y CEREBRO n. 67
MENTE Y CEREBRO n. 66
La hipnosis clínica • Secuelas del abuso infantil • Los test psicológicos • Mentes en interacción • Escritura especular • Emprendedor o asalariado: cuestión de
Hombre y mujer: Qué nos une y qué nos distingue • Prótesis del siglo xxi • Células madre neurales • Autocontrol cerebral • Violaciones en grupo
Estudiar mejor • Los efectos del yoga • Bases neurológicas de la tartamudez • Tratamiento Tratamiento de la depresión crónica • Culpa y responsabilidad
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personalidad
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SUMARIO
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D O O W T I K N A D / S E G A M I Y T T E G / K C O T S K N I H T
Deportistas excesivos Se estima que menos del uno por ciento de las personas que practican ejercicio con asiduidad padecen adicción al deporte.
Fotografías de alta calidad Se estudian técnicas fotográficas que funcionen como el sistema visual humano para mejorar la calidad de las imágenes.
El porqué de las guerras Las comunidades cazadoras-recolectoras actuales ofrecen pistas sobre el origen de la violencia entre los humanos.
ARTÍCULOS
SALUD 14
Adicción al deporte El ejercicio físico es saludable...
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SERIE «TRABAJO Y CARRER A PROFESIONAL»» ( V) PROFESIONAL 24
Compartir de manera altruista el
aficionados al deporte muestran
tiempo y los conocimientos benefi-
los típicos síntomas de adicción.
cia a la comunidad, pero también al
Es probable que los motivos yazcan
propio voluntario: la labor altruista
en procesos neuronales parecidos
favorece el bienestar personal y me-
a los de la drogodependencia.
jora la resistencia al estrés laboral.
Por Miriam Mir iam Berger
Por Eva Selenko
PSICOLOGÍA
VISIÓN 50
64
El voluntariado voluntariado sienta sienta bien bien
hasta cierto punto. Algunos
Claves para un buen arbitraje
PSIQUIATRÍA
Cámaras a semejanza de los ojos
Asesinos múltiples múltiples en un solo acto Masacres en institutos, homicidios en el trabajo, crímenes en el seno familiar. ¿Qué lleva a una persona a cometer estos actos? ¿Es posible prevenirlos? Por Vicente Garrido
Genovés, Santiago de las Heras Junco y Juan Ramón Pereira Docampo ETNOLOGÍA 70
Evolución de la violencia humana
Numerosos factores influyen en las
Investigan la posibilidad de crear
decisiones que los árbitros de fútbol
máquinas fotográficas que imiten el
toman durante un partido. En la
sistema visual humano para mejorar
actualidad se investigan métodos
la calidad de las imágenes. Por Klaus
evolutiva? evolutiva? Los etnólogos investigan
de entrenamiento para aumentar las
M. Stiefel y Alex O. Holcombe
las raíces de la violencia en pueblos
capacidades de juicio de los colegia-
de la humanidad. ¿Será porque forman parte de nuestra herencia
primitivos que viven de la caza y la COGNICIÓN
dos. Por Geoffrey Schweizer, Schweizer, Henning
Plessner y Ralf Brand
Las guerras atraviesan la historia
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recolección. Por Jürg Helbling
Mentes diseñadoras Las experiencias y los fracasos nos llevan a inventar artilugios e incluso a crear comportamientos novedosos, según algunos estudios. Por Edward Edward
A. Wasserman y Mark S. Blumberg Blumberg Mayo / Junio de 2015 – N.o 72 2
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TERAPIA
MÚSICA QUE SANA 28
Los efectos saludables de cantar Participar en un coro favorece al cuerpo y a la mente. Entre otros beneficios, alivia el dolor y la depresión. Desde la psicología y la medicina se indagan las bases de este fenómeno. Por Elena Bernard
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Ritmo para recuperar recuperar la marcha La música permite restablecer la capacidad de andar y mantener el equilibrio deteriorados a causa del párkinson, un ictus o del propio envejecimiento. Al parecer, el contenido rítmico de la melodía es el componente terapéutico clave. Por Simone Dalla Bella Bella y Barbara Tillmann Tillmann 38
La música música también ayuda a demorar los efectos del alzhéimer Por Mónica de Castro y Melissa Mercadal Brotons
SECCION ES
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Encefaloscopio > Café y té, ¿protectores del cerebro?
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Entrevista Leo Hermle: «La metanfetamina
63
Instantánea Un arcoíris de neuronas
78
> Ahuyentar la mala suerte
destroza el cuerpo»
> La mente del anciano se distrae
Por Theodor Schaarschmid Schaarschmidtt
Syllabus Síndrome de la covada. Por Joachim
Sinopsis
Retzbach
con facilidad
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> Circuito cerebral de la desilusión > Alteraciones en la estructura cerebral occipital > Intervención no invasiva > El sentimiento de aversión influye en los prejuicios > Sesgo en los juzgados > Por qué lloramos de alegría > Dejar de fumar durante el sueño
En el cerebro de un guardameta 44
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Avances > El paisaje genético del autismo. Por Bru Cormand
Ilusiones Al rojo vivo. Por S. Martinez-Conde, L. L . Di Stasi y S. L. Macknik
> Un catálogo exhaustivo de las
Retrospectiva El caso H. M., un hito en el estudio
neuronas. Por Helen Shen
de la memoria. Por Donald G. MacKay MacKay
> Percepción ciclópea para compensar las diferencias visuales entre los ojos. Por Carlos Carlos Dorro Dorronsor nsoro, o, Aiswa Aiswaryah ryah
Radhakrishna Radhakrishnan n y Susana Marcos Marcos
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Libros Consciencia. Inteligencia artificial. Por Luis Alonso www.menteycerebro.es
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ENCEFALOSCOPIO
NEUROCIENCIA
Café y té, ¿protectores del cerebro? Su consumo diario se vincula a índices menores de depresión y declive cognitivo
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al vez el té y el café no se limiten a proporcionarnos el empujón matutino que necesitamos para arrancar en nuestro día a día; también podrían contribuir a mantener sano el cerebro. Numerosos estudios recientes relacionan ambas bebidas con la prevención de la depresión y de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. En un estudio longitudinal de diez años de duración, investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) examinaron los posibles vínculos entre la depresión y la ingesta de café, té y refrescos. Los autores registraron el consumo de las bebidas en más de un cuarto de millón de participantes adultos entre los años 1995 y 1996. Compararon esos valores con los informes de depresión facilitados por los propios encuestados después del año 2000. Los resultados revelaron que la ingesta habitual de café coincidía con un riesgo algo menor de padecer depresión, según publicó PLOS ONE en abril de 2014. En cambio, quienes bebían más de cuatro refrescos azucarados al día presentaban un riesgo un 30 por ciento mayor de desarrollar un trastorno depresivo al cabo de cinco o diez años. Los refrescos con edulcorantes eran los que quedaban peor parados:
los probandos que tomaron bebidas light (cuatro o más unidades al día) durante el período estudiado manifestaron un mayor riesgo de depresión. El mismo estudio señala que el té produce un escaso efecto protector, aunque existen trabajos que demuestran lo contrario. En 2013 se halló que los chinos adultos que tomaban con regularidad té presentaban un riesgo menor de sufrir depresión: depresión: si bebían la infusión entre uno y cinco días a la semana, la posibilidad de trastorno disminuía en un 21 por ciento; si el consumo de té era diario, el porcentaje alcanzaba un 41 por ciento. Pero no solo eso. La rutina de beber café o té reduce asimismo el declive cognitivo, señalan algunos trabajos. Existen investigaciones en roedores que, tras analizar compuestos específicos del café y del té, respaldan el supuesto de que algunas de estas sustancias previenen de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. En julio de 2014, Neurobiology Neurobiology of Aging publicaba en línea que si se añadía eicosanoil-5-hidroxitriptamida (un componente del café) a la dieta de ratas, el cerebro de estas quedaba protegido de las alteraciones patológicas típicas del alzhéimer. Otro ex-
K C O T S K N I H T
perimento, este de 2013, reveló que el mismo compuesto tenía efectos protectores en múridos transgénicos con párkinson. Además, puede que la cafeína no solo proteja al cerebro, sino que también le favorezca. En septiembre, un artículo de la misma publicación mostraba que si se añadía cafeína al agua que bebían los ratones, los ovillos de proteína comunes en el alzhéimer se reducían en los animales a la vez que prevenía el déficit en la memoria espacial. Todavía es demasiado pronto para asegurar que los refrescos influyen en la depresión o que el café o el té protegen al cerebro de dicho trastorno. Sin embargo, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que una taza de té o café a diario no perjudica. —Tori Rodríguez
PSICOLOGÍA
Ahuyent Ahu yentar ar la mala suerte Los rituales rituales de superstición superstición mitigan mitigan los pensami pensamiento entoss negativos negativos
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ncluso quienes aseguran que no son supersticiosos ejecutan rituales tras «tentar a llaa suerte»: tocan madera, escupen o esparcen sal. Todo con un mismo objetivo: evitar el mal far io. Al parecer, estas acciones nos ayudan a sentirnos sentir nos mejor, porque, tras llevarlas a cabo, la temida tragedia nos resulta más dif ícil de imaginar. Para comprobarlo, investigadores de las universidades de Chicago y la Nacional de Singapur idearon el siguiente experimento: en el laboratorio, empezaron a hablar con los probandos de trivialidades, conversación que fueron orientando hacia una desgracia
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concreta. En una de las pruebas, el investigador sacó el tema de los accidentes de tráfico. Después preguntó al participante: «¿Cree posible que usted o alguien cercano sufra un terrible accidente de coche este invierno?». Algunos probandos eligieron una de tres respuestas neutras; otros, una de tres diseñadas para que resultaran presuntuosas, por ejemplo, «Ni hablar. Ninguno de mis conocidos va a sufrir un accidente. Eso es imposible». En un test previo se comprobó que estas respuestas despertaban en las personas la impresión de haber tentado la suerte. A continuación, se pidió a los participantes que intentasen dejar la mente en blanco; para ello se podían ayudar dando golpecitos rítmicos con los nudillos sobre la mesa o por debajo de ella, o no realizar ninguna acción.
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ENVEJECIMIENTO
La mente del anciano se distrae con facilidad Mediante Mediante el entrenamiento entrenamiento se puede aumentar aumentar la capacidad capacidad del cerebro de los mayores para filtrar información información no deseada
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on la edad perdemos capacidad para despreciar los estímulos irrelevantes. Es la causa de que resulten dificultosas las conversaciones en los restaurantes, cuando para hablar con nuestros comensales debemos desconectar de las charlas que acontecen en nuestro entorno. Recientes investigaciones investigaciones ponen de rel ieve esta distracción de la mente al envejecer, pero también indican que, con entrenamiento, pueden filtrarse las interferencias. Científicos de la Universidad Brown reclutaron a personas mayores y a jóvenes veinteañeros para realizar un experimento visual. Presentaron secuencias de letras y números a todos los participantes. Estos debían fijarse solo en los números a la vez que obviaban series de puntos sin significado. En ciertas ocasiones, estos puntos se movían al azar; en otras, lo hacían en una dirección definida, lo que dificultaba no prestarles atención. Los probandos mayores acabaron aprendiendo por casualidad las pautas de puntos, basándose en el acierto de sus respuestas cuando se les preguntaba en qué dirección se estaban moviendo los puntos, mientras que los más jóvenes parecían más capaces de suprimir esta información y fijarse en los números, según informaba el pasado noviembre la revista Current Biology. En otro estudio publicado en Neuron, científicos de la Universidad de California en San Francisco demostraron, tanto en ratas viejas como en personas ancianas, que podían entrenar el cerebro envejecido para evitar la distracción. Los investigadores hacían sonar tres tonos; si los individuos identificaban la tonalidad diana, con lo que desatendían los sonidos de distracción, recibían una recompensa. La tarea propuesta resultaba más difícil conforme mejoraba su rendimiento, por lo que cada vez era más difícil distinguir d istinguir el sonido diana de los tonos de distracción. Tras Tras
Según los resultados, quienes habían «tentado la suerte» con sus respuestas mostraban un mayor temor a los accidentes de tráfico tras la conversación. De estos, los que golpearon rítmicamente la superficie de la mesa manifestaron una reducción en su temor similar al que mostraron los probandos que no habían tentado el destino. En cambio, los que no ejecutaron una acción o que golpearon la parte inferior de la mesa con los nudillos hacia arriba siguieron estando más preocupados. Los autores propusieron otras cinco acciones a los sujetos para combatir el mal fario, entre estas, S lanzar una pelota, ya fuese física o mentalmente. Ambas pro E G A M I puestas invirtieron el efecto de mala suerte. Según publicó en Y T T E G junio de 2014 Journal Journal of Experi Experimen mental tal Psycholog Psychology y, las acciones de evitación tranquilizaban la mente de los probandos.
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el entrenamiento, tanto las ratas como las personas cometieron menos errores por distracción. Las neuroimágenes confirmaron que también las respuestas nerviosas a las distracciones eran menos acusadas en ambos casos. Los intentos previos para entrenar el cerebro se habían centrado en la mejora de la atención, sin ningún resultado. «Prestar atención e ignorar no son las dos caras de una misma moneda», explica Adam Gazzaley, autor del estudio. «Si nos limitamos a las mediciones nerviosas de la atención, las personas mayores son como los veinteañeros. En cambio, el déficit en la capacidad de ignorar las distracciones sí es una característica específica de los ancianos.» —Esther Landhuis
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Al parecer, el poder de las acciones de evitación reside en su efecto atenuador de la imaginación. Cuestionarios posteriores han revelado que los individuos que realizaban acciones neutras o de aproximación (golpear la mesa por debajo o sujetar la pelota) presentaban imágenes mentales del resultado temido más vívidas que quienes ejecutaban acciones de evitación. Los investigadores presumen que los gestos de evitación son transculturales y reconfortan incluso a los no supersticiosos, puesto que ayudan a eclipsar la imagen mental del siniestro temido. —Tori Rodriguez
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ENCEFALOSCOPIO
DEPRESIÓN
Circuito cerebral de la desilusión Un raro equilibrio químico podría explicar por qué las personas con depresión prestan más atención a la información negativa
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os individuos depresivos procesan la información emocional de forma más negativa que los individuos sanos. Muestran mayor sensibilidad a los rostros tristes y responden más débilmente a los felices. Sin embargo, se carecía de una explicación biológica para estos sesgos. En fecha reciente, un estudio ha revelado un mecanismo: un insólito equilibrio de compuestos químicos en una región cerebral clave para el sentimiento de desilusión. Un equipo dirigido por Roberto Malinow, de la Universidad de California en San Diego, estudió la habénula lateral, un área profunda del cerebro y evolutivamente antigua. Las neuronas de esta región se ac-
tivan por acontecimientos negativos inesperados, como un castigo insospechado o la pérdida de una recompensa prevista. En primates entrenados para esperar una recompensa
(un zumo) tras de una indicación visual, se ha observado un incremento de actividad en la habénula lateral si no se les proporciona el premio. Tales hallazgos sugieren que esta re-
O T O H P K C O T S I
gión constituye una pieza clave de un «circuito de desengaño». En estudios anteriores con roedores, se había observado también que la hiperactividad en la habénula lateral se halla asociada con conductas de tipo depresivo. En humanos deprimidos, las concentraciones débiles de serotonina (neurotransmisor diana de los antidepresivos) se han relacionado con incrementos de actividad en la habénula lateral. Se trata de una región cerebral curiosa, pues carece de la dotación estándar con la que el cerebro reduce la hiperactividad, a saber, conjuntos de neuronas que bien intensifican su actividad segregando glutamato o bien la reducen
Alteraciones en la estructura cerebral occipital La relación entre el repliegue repliegue anómalo de los lóbulos occipitales occipitales y los síntomas del trastorno trastorno de la depresión depresión
H
ace decenios que los científicos estudian la estructura cerebral, por lo que la mayor parte de las enfermedades que se relacionan con alteraciones estructurales se conocen desde hace tiempo y los nuevos nuevos descubrimientos de esta naturaleza son raros. Sin embargo, en verano de 2014 el neurocientífico Jerome J. Maller, de la Universidad Monash y del Hospital Alfred en Melbourne publicó un novedoso hal lazgo. Tras nueve años de repasar y clasificar incontables imágenes cerebrales, observó un tipo especial de anomalía cerebral que parecía más frecuente en los pacientes deprimidos. Según describió, los lóbulos occipitales del cerebro de estas personas se encontraban a menudo enrollado uno en otro. Maller y sus colaboradores siguieron investigando. Hallaron que los diagnosticados con depresión depresión presentaban una frecuencia tres tre s veces mayor de tener los lóbulos envueltos entre sí. Este «envoltorio occipital» fue observado en el 35,3 por ciento de los pacientes deprimidos y en el 12,5 por ciento de los sujetos de control, según
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. L A T E R E L L A M . J E M O R E J . » N 4 1 O I 0 S 2 S E E D R P E O I D N N J I U , G 6 N o . I N D , N 7 E 3 B 1 . L L A T O I P V , I C N I C A O R « B : E N D E
ENVUELTOS ENTRE SÍ Las neuroimágenes revelan un mayor repliegue de los lóbulos occipitales (izquierda) en las personas con depresión.
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segregando ácido gamma-aminobutírico (GABA). La habénula lateral cuenta con muy pocas neuronas de atenuación de la actividad, por lo que Malinow y sus colaboradores trataron de descubrir cómo el cerebro atenúa la actividad en ese lugar. El equipo descubrió que ciertas terminaciones nerviosas de la susodicha región segregan tanto glutamato como GABA. Este raro mecanismo solo se ha observado en otras dos áreas, por lo general, en cerebros todavía en desarrollo. Asimismo, los investiga i nvestigadores dores demostraron que las ratas con conductas depresivas liberaban menos GABA (atenuador de actividad), mientras que las tratadas con antidepresivos liberaban más. Ello sugiere que el equilibrio de los compuestos liberados controla el procesamiento de los acontecimientos negativos
y que este equilibrio puede modificarse mediante fármacos. «Los hallazgos revelan un posible mecanismo de acción de los antidepresivos para corregir sesgos negativos en la depresión», sión», explica Catherine Harmer, de la Universidad de Oxford. Junto con su equipo ha hallado que los antidepresivos desplazan estos sesgos negativos en cuestión de horas, aunque tarden semanas en mejorar el estado anímico. «Tenemos la esperanza de que el estudio de las vías implicadas en el procesamiento de recompensas y castigos nos permita descubrir fármacos que actúen sobre ellas de manera más selectiva que los actuales», indica Steven Shabel, autor principal del trabajo. «También «También podrían resultar más eficaces contra la depresión.» —Simon Makin
su artículo, publicado en Brain Brain. El efecto era más acusado en el sexo femenino: un 45,8 por ciento de mujeres con trastorno depresivo grave presentaba asimetría occipital frente a solo un 5,9 por ciento de mujeres sanas. Es posible que ello se deba a que el cerebro femenino se ajusta más al cráneo que en el caso de los hombres. En estudios anteriores se había observado que esta anomalía de los lóbulos occipitales era más común en los individuos con esquizofrenia. Maller propone que los lóbulos pueden envolverse uno con otro cuando escasea el espacio para el crecimiento del cerebro, tal vez porque la poda neuronal cerebral (proceso por el que el cerebro se deshace de neuronas que ya no necesita) no resulta suficiente. De hecho, en muchos otros estudios se ha señalado que el cerebro deprimido se encuentra hiperconectado. Maller ignora si el hallazgo tendrá consecuencias clínicas aparte de contribuir al diagnóstico de la depresión, pero los expertos confían en que esta e sta vía de investigació i nvestigación n contribuya a comprender el trastorno. «El estudio sugiere que existe algún fundamento biológico para, al menos, ciertas formas de depresión», señala William Hopkins, profesor de neurociencias en la Universidad estatal de Georgia y no partícipe en la investigación. —Tori Rodriguez
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Intervención no invasiva La estimulación estimulación magnética magnética transcraneal transcraneal podría aliviar la depresión al eliminar eliminar conexiones neuronales
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umerosas personas con depresión que no responden a la farmacoterapia encuentran alivio gracias a la estimulación magnética transcraneal (EMT). Hasta ahora se ignoraba el mecanismo responsable de ese efecto. En fecha reciente, un equipo del Colegio de Medicina Well Cornell ha resuelto la incógnita. Según indican, la EMT puede aliviar el trastorno depresivo a través de la corrección de la conectividad neuronal. Los investigadores escanearon por resonancia magnética funcional (RMf) el cerebro de 17 pacientes con depresión y de 35 voluntarios sanos, sin que ni unos ni otros se concentrasen en nada en particular. Trabajos anteriores habían revelado que las regiones activas en estado de reposo, las cuales constituyen la llamada red neuronal por defecto, se encuentran hiperconectadas en la depresión. Dado que estas áreas regulan la atención interna, se cree que la conectividad extra puede tener que ver con las cavilaciones reiterativas propias de dicho trastorno. En el inicio del estudio, los autores confirmaron la existencia de una hiperconectividad de la red neuronal por defecto en los pacientes con depresión. A continuación les administraron un tratamiento estándar de cinco semanas de EMT. Una vez finalizada la intervención, volvieron a escanear sus respectivos cerebros. ¿Resultado? Aunque no todos mejoraron, quienes lo hicieron tenían una característica en común: ya no presentaban un exceso de conexiones neuronales. Dicho de otro modo, las neuroimágenes de estos sujetos se asemejaban a las de los probandos sanos. Además, los pacientes que al principio mostraban vínculos más estrechos entre las regiones en estado de reposo fueron más sensibles al tratamiento con EMT. El hallazgo propone un modo de personalizar el tratamiento de la depresión: los pacientes podrían, por ejemplo, someterse a un examen rápido por RMf para averiguar si su cerebro se encuentra hiperconectado, puesto que, de no estarlo, se evitaría la intervención con EMT, la cual resulta costosa y requiere mucho tiempo. Marc Dubin, coautor del estudio, señala que centrarse en las anomalías específicas del paciente permitiría acelerar la búsqueda de un tratamiento eficaz. —Nessa Bryce
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ENCEFALOSCOPIO
PSICOLOGÍA SOCIAL
El sentimiento de aversión influye en los prejuicios Los grupos sociales que despiertan despiertan rechazo son juzgados juzgados con mayor dureza por actos considerados considerados impuros impuros
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os gusta creer que nuestros valores morales son coherentes, sin embargo, pueden ser tan mudables como el estado de ánimo. Diversas investigaciones han demostrado que esos juicios están al albur de las emociones y las percepciones fortuitas. Una persona puede volverse más moralista si se siente sucia o contaminada porque, por ejemplo, en su entorno hay alimentos enmohecidos. Una serie de estudios ha revelado que hippies, obesos y vagabundos reciben trato discriminatorio ya que tienden a causar rechazo. Los investigadores pidieron a una serie de voluntarios que leyeran párrafos breves sobre personas que incurrían en actos que pueden considerarse indecentes: veían pornografía, decían palabrotas o eran desordenadas. Algunos textos describían a esos individuos i ndividuos ficticios como hippies, obesos o vagabundos. Según publicó el Journal of of Experimental Experimental Psycho-
logy: General, los probandos juzgaron con
mayor dureza a dichos grupos sociales. A través de cuestionarios, los autores hallaron que el sentimiento senti miento de aversión sesgaba la valoración de los probandos. Una serie de estudios de seguimiento apoyan esa relación. Entre otros fenóme-
Sesgo en los juzgados En los tribunales, la apariencia cuenta. Según se ha comprobado, ciertos rasgos físicos influyen en los jueces y el jurado a la hora de valorar la culpabilidad de la persona acusada o de decidir sobre la sanción que se merece. Veamos algunas de estas características: n
Buena presencia. Los jurados tienden a valorar con mayor dureza a los acusados poco atractivos. No obstante, si consideran que una persona se valió de su buen aspecto para cometer un delito, como despojar a ancianas de los ahorros de toda una vida, el atractivo puede ejercer de agravante.
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Cara aniñada. A menudo, los adultos de rostro aniñado se tienen por inocentes y sinceros, lo que favorece que se les juzgue con mayor indulgencia cuando se trata de un delito con premeditación (estafa o robo, entre otros). Ahora bien, si la infracción consiste en una negligencia (conducir bajo los efectos del alcohol, por ejemplo) es probable que reciban penas más severas.
n n
Sexo. Tendemos a juzgar con mayor rigor a las personas de nuestro mismo sexo. Raza. Numerosos estudios muestran que los prisioneros latinos o africanos reciben penas más severas. Un trabajo con una muestra amplia de sujetos reveló que cuantos más rasgos típicos de la raza negra presenta un acusado, tanto más probable es que el jurado le sentencie a muerte, ahora bien, solo si la víctima es blanca. —Victoria Stern
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nos, se ha observado que esos mismos colectivos sociales reciben una estimación mayor en el caso de tratarse de virtudes de pulcritud, como mantener ordenado y limpio su cubículo. Si la transgresión en cuestión no implicaba «suciedad» (como no dejar propina), la diferencia de juicio desaparecía. «Las personas dan por hecho que sus juicios se fundan en valores universales e importantes», explica E. J. Masicampo, psicólogo social de la Universidad Wake Forest y di Y E L rector del estudio, «pero pue U A C C M de ser suficiente mencionar que M A D A una persona está gorda para sesgar sus opiniones. Las emociones viscerales se disparan.» Los investigadores indagaron esos efectos también en el mundo real. Tras analizar los archivos de la policía urbana de Nueva York correspondientes al período de 2004 a 2013 concluyeron que entre los sospechosos identificados por una infracción de «conducta impropia» (drogas, prostitución u obscenidad), las personas obesas presentaban una mayor probabilidad proba bilidad de ser arrestadas o recibir una citación judicial. La posibilidad de castigo aumentaba en un 1 por ciento por cada punto en el índice de masa corporal. Masicampo prevé investigar si la policía efectúa más detenciones cuando llega la temporada de gripe, al pensar en infecciones. Trabajos anteriores apuntan que dichos sesgos inconscientes pueden perder su efecto si se toma consciencia de ellos. Los investigadores confían en que si se advierte a las personas de sus prejuicios relacionados con la «decencia» se logre un trato más ecuánime con las personas estigmatizadas. —Matthew Hutson MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
EMOCIONES
Por qué lloramos de alegría La reacción negativa ante experiencias positivas nos ayuda a mantener las emociones en equilibrio equilibrio
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uchas personas lloran al reunirse con sus seres queridos, sollozan cuando reciben buenas noticias o pellizcan las mejillas de los bebés. ¿Por qué las experiencias positivas suscitan reacciones «negativas»? Al parecer, que consigamos con ello tranquilizarnos y controlar mejor la situación, según una reciente investigación. Oriana Aragón, psicóloga de la Universidad Yale, encuestó junto con sus colaboradores a 143 adultos sobre cómo reaccionaban ante experiencias buenas y malas. A continua-
ción les mostraron fotografías de bebés clasificadas según lo atractivos que resultaban (los niños con ojos y mejillas grandes y barbilla y nariz pequeñas se consideran más hermosos, según se ha comprobado). Los investigadores preguntaron a los sujetos qué sentimientos les despertaban esos bebés y cómo interactuarían con ellos. Cuanto más lindos eran los pequeños, más aumentaba la probabilidad de que los probandos experimentaran sentimientos positivos. Pero también se mostraban más dispuestos a jugar con cierta agresividad
con ellos (darles pellizcos en las mejillas, por ejemplo). ejemplo). En un estudio de seguimiento, Aragón observó que cuando los probandos explicaban que actuarían con cierta rudeza, se calmaban antes; se mostraban emocionalmente más neutros al cabo de algunos minutos a diferencia de los sujetos que no presentaban esa tendencia. «Ello sugiere que las expresiones negativas pueden contribuir a regular emociones positivas que resultan abrumadoras», afirma Aragón. Pero ¿por qué habríamos de querer regular nuestras emo-
O T O H P K C O T S I
ciones positivas? Las investigaciones llevan a pensar que los sentimientos «demasiado positivos» pueden inmiscuirse en la adopción de decisiones, obviar amenazas del entorno o incitarnos a actuar de forma impulsiva. De este modo, cuando un padre rebosante de gozo por la visión de su adorable hija siente el deseo de mordisquearle los deditos de los pies, ese deseo podría favorecer a ambos. «La niña se beneficia de esas manifestaciones si estas tranquilizan al adulto rebosante de felicidad.» —Melinda Wenner Moyer
ADICCIONES
Dejar de fumar fu mar durante el sueño Percibir Percibir el olor a cigarrillos y sustancias sustancias fétidas cuando cuando se está durmiendo ayuda a reducir reducir el consumo de tabaco
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ecenios de investigación han confirmado que las personas no podemos aprender información nueva durante el sueño y recuperarla una vez estamos despiertos. Aun así, cada vez son más los trabajos que sugieren que determinadas asociaciones inconscientes durante el sueño influyen en nuestro comportamiento diurno. Un nuevo estudio revela que si un fumador huele una combinación de cigarrillos y sustancias desagradables durante la noche consume menos tabaco en los días siguientes. Anat Arzi y sus colaboradores del Instituto Científico Weizmann de Rehovot reclutaron a 66 fumadores que deseaban superar su adicción. Les pidieron que anotaran en un «diario de f umador» su consumo de tabaco la semana antes y después del experimento. También debían dormir una noche en el laboratorio. Parte de los participantes estuvieron esa noche conectados a equipos que medían su respiración y actividad cerebral mientras recibían, a través de una máscara, vaharadas de olor a cigarrillos y MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
a huevo o pescado podridos. Otros sujetos se sometieron a las mismas condiciones experimentales durante el día, cuando estaban despiertos. Los resultados fueron los siguientes: los fumadores expuestos a la mezcla de olores en la segunda fase del sueño redujeron redujeron el consumo de tabaco en más del 30 por ciento durante la semana siguiente, en cambio, los que recibieron la terapia olorosa durante el sueño REM (fase en la que se originan los sueños) manifestaron un efecto menor, pues solo fumaron un 12 por ciento menos. Los individuos tratados de día no alteraron su conducta. En noviembre de 2014, durante la presentación de los resultados en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencias estadounidense, en Washington D.C., Arzi señaló que si bien el estudio preliminar se había orientado a determinar las capacidades del cerebro durmiente, esos hallazgos podrían contribuir al tratamiento del tabaquismo y S E Y E otras adicciones. Y D A E B —Stephani Sutherland 9
ENTREVISTA
«La metanfetamina destroza el cuerpo» Durante mucho tiempo, la «meta», también «cristal» o «hielo», representó un problema marginal. Hoy en día, el número de consumidores está creciendo. El psiquiatra y experto en trastornos mentales ocasionados por las drogas, Leo Hermle, habla sobre sus efectos y consecuencias ENTREVISTA REALIZADA POR
THEODOR SCHAARSCHMIDT
CRISTALES DE «META»
Aunque se asemejan a trozos de hielo inocuos, producen una fuerte adicción.
0 . 3 A S Y B C C / K N U P S D A R / S N O M M O C A I D E M I K I W
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MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Años atrás, la metanfetamina se consideraba una droga de los pobres y marginados. ¿Está cambiando el grupo destinatario?
Los motivos por los que se consume droga siempre han sido muy variados. Por un lado, existen los consumidores ocasionales, que emplean las anfetaminas para superar crisis personales o profesionales; a veces también para adelgazar. Estas personas, por lo general, no se convierten en dependientes. Por otra parte, hay un gran grupo de consumidores crónicos que muestran un comportamiento adictivo. Estos toman la sustancia en dosis altas, algunos incluso a diario.
D A B S H P O T S I R H C O C I N Í L C O R T N E C L E D A Í S E T R O C
¿Desde cuándo se consume anfetamina?
La compañía farmacéutica estadounidense Smith, Kline & French empezó a comercializar anfetaminas en 1932 . Bajo la marca Benzedrina, se prescribía esta sustancia para diversas dolencias, entre ellas, catarros, asma, trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad y síntomas depresivos. ¿Por qué se añadió el prefijo «meta» a la anfetamina?
En los años treinta del siglo xx, los químicos de la delegación de la farmacéutica Temmler-Werke en Berlín agregaron un grupo metilo adicional a la anfetamina y vendieron el nuevo principio activo en forma de comprimidos. Aunque la novedosa sustancia, la metanfetamina, surtía más efecto, resultaba más peligrosa. En la época nazi, se repartieron millones de dosis bajo el nombre de Pervitin entre el ejército alemán con el objetivo de incrementar su rendimiento y concentración. El efecto psicoestimulante de la sustancia le valió el apodo Panzerschok chokolad olade e («chocolate del tanque») o pasde Panzers tillas de Hermann Göring. Tras la Segunda Guerra Mundial, Temmler-Werke Temmler-Werke continuó distribuyendo el fármaco, a pesar de que se conocían los efectos secundarios desde los años cuarenta. Hasta 1988 no se retiró el Pervitin del mercado. Si la anfetamina y la metanfetamina apenas se diferencian en su composición química, ¿por qué esta última produce efectos más intensos?
El grupo metilo adicional hace que la sustancia sea más liposoluble, de forma que puede traspasar fácilmente la barrera hematoencefálica. Una vez en el cerebro, favorece una rápida liberación de dopamina y noradrenalina. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
¿Con qué consecuencias?
La persona que ingiere metanfetamina se vuelve eufórica, más despierta y cree que tiene el mundo en sus manos. La sensación de hambre y sed desaparecen. En pocas palabras, se siente invencible. invencible. Con frecuencia, los consumidores creen que pueden resolver todos los problemas de su vida. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que las funciones cognitivas no mejoran con el consumo de la droga. Algo semejante sucede con la capacidad sexual: el deseo se incrementa, pero la potencialidad disminuye.
LEO HERMLE
Nació en 1950. Estudió medicina en Hohenheim y Friburgo. Psiquiatra, neurólogo y terapeuta terapeuta conductual, conductual, es director médico de la clínica Christophsbad, en Göppingen. En 1997 obtuvo su cátedra con un trabajo sobre el efecto de diversas anfetaminas sobre sujetos sanos. Se interesa, sobre todo, por la investigación de la esquizofrenia, las depresiones y las psicosis provocadas por drogas.
Es decir, la metanfetamina no aporta solo efectos positivos desde un buen principio.
Exacto. Entre los efectos secundarios agudos se encuentran también la dilatación de las pupilas, aumento de la presión arterial, taquicardias y sudoración. A menudo el consumo se acompaña de fuerte inquietud y ansiedad. Las consecuencias a largo plazo son peores: la metanfetamina destruye las neuronas del cerebro incluso más que la anfetamina clásica. También puede desencadenar con mayor frecuencia trastornos psicóticos; paranoias y alucinaciones que se mantienen durante semanas, incluso meses. ¿Cómo trata a personas con esos trastornos?
La medida más importante es la abstinencia. El paciente debe ser desintoxicado de inmediato. También requiere de un tratamiento psicotera11
ENTREVISTA
Datos sobre la metanfetamina
La dosis me-
Esnifada, pro-
114 toneladas de
34,7 millones
En un estudio de
dia es de unos
duce efectos
metanfetamina se incau-
de personas
Estados Unidos, el
20 miligramos;
en menos de
taron en 2012 en diversos
consumen «meta»,
70 por ciento
los consumidores
10 minutos
países, con México a la
segunda droga
de los usuarios de
habituales consu-
que perduran
cabeza, seguido de Esta-
más usada en el
metanfetamina
men con frecuencia
hasta 12 horas.
dos Unidos, China, Tailan-
mundo, tras el
sufrió un trastorno
dia e Irán.
cannabis.
mental.
bastante más.
péutico y farmacológico cuidadoso para que las psicosis retrocedan con la mayor celeridad posible. Las perspectivas son bastante buenas. A largo plazo, merece la pena enseñarle que, debido al consumo frecuente de la droga, su cerebro se ha vuelto cada vez más sensible a esta. Basta la más mínima cantidad para que vuelva a sufrir episodios psicóticos.
droga se encuentra bastante más extendida que en Europa, cualquier médico de urgencias con experiencia lo sabe. Los efectos secundarios se asemejan, en parte, a los de la cocaína. No obstante, la metanfetamina se elimina entre cuatro y cinco veces más despacio. Por esta razón, su efecto dura más y, con ello, conduce a complicaciones más graves.
¿Qué otros problemas presentan los afectados
¿Influye la forma de tomarla en los efectos?
que acuden a terapia?
La metanfetamina se consume sobre todo por la nariz. Las personas que esnifan esta droga durante mucho tiempo corren el riesgo de que se les descomponga el tabique nasal. Los pocos pacientes que se inyectan «meta» se enfrentan con el peligro de infectarse, a través de las agujas, de enfermedades como el VIH o la hepatitis C. Este problema se da sobre todo en Japón, donde muchos jóvenes se inyectan la droga. Otro riesgo se encuentra en los aditivos y las formas de adulterar. Ni los consumidores ni los pequeños traficantes saben realmente lo que hay dentro de la sustancia. Algunos laboratorios de droga añaden ácido de batería, anticongelante o productos desatascadores para reforzar el efecto. El manejo de sustancias químicas peligrosas también puede suponer un problema para los fabricantes. Para la síntesis de metanfetamina se emplean materias primas como yodo, yoduro de hidrógeno y fósforo. Un error de manipulación puede provocar que explote todo el laboratorio.
EN BREVE
La anfetamina (speed, pinini pinini, pitxu) es una sustancia sintética con efectos estimulantes y euforizantes. euforizantes. La droga puede obtenerse en forma de polvo blanquecino hasta beis. A pesar de que se suele esnifar, también se ingiere. H CH3
Con frecuencia los consumidores de «meta» llegan a la clínica en un estado de agitación intensa. A algunos de ellos, esto les conduce a cometer agresiones graves. Hemos tenido casos de pacientes que nos han destrozado media unidad; también han amenazado a los trabajadores. En numerosas ocasiones nos hemos visto obligados a llamar a la policía.
NH2
¿Y daños físicos? La metanfetamina es un derivado de la anfetamina de efecto más intenso y duradero, pero con riesgos más elevados para la salud de quienes la consumen. Se encuentra en el mercado negro, sobre todo en forma de cristales gruesos que recuerdan al hielo. De ahí el sobrenombre de «cristal» o «hielo». H CH3
HN CH3
12
La metanfetamina destroza el cuerpo. Los afectados adelgazan y son más propensos a las infecciones; su sistema inmunitario queda fuera de juego. A ello se suman úlceras y abscesos en la piel que, a su vez, van acompañados de un rascado compulsivo. Antes veía estos casos en psiquiatría solo de vez en cuando. De un tiempo a esta parte me encuentro a estos pacientes más a menudo. ¿Surgen consecuencias a largo plazo?
Un consumo elevado y mantenido en el tiempo aumenta mucho el riesgo de padecer problemas cardiovasculares. Pueden sobrevenir apoplejías y hemiplejías súbitas. En Estados Unidos, donde la
En Austria y Suiza existe una iniciativa para analizar las drogas de forma gratuita y anónima. ¿Qué le parece? MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Si este servicio contribuye a impedir que los usuarios consuman drogas con aditivos tóxicos, lo encuentro muy sensato. En casos particulares puede salvarles la vida. No obstante, también la sustancia pura supone un peligro. Todavía debemos informar mejor a la juventud.
ha cambiado. Desde 2006, los medicamentos que contienen efedrina solo pueden obtenerse mediante receta. En los años noventa, usted administró el derivado de anfetamina MDE a voluntarios sanos para una investigación. ¿No tuvo ningún reparo?
Su fácil fabricación la convierte en incontrolable. No necesita que se importe de otros países, ya que proviene de pequeños laboratorios de los que existen centenares. Muchos de ellos en países vecinos, por ejemplo, Chequia.
En absoluto. Dirigí el estudio en Friburgo y Tubinga para reconstruir la ruta metabólica de la droga. Solo empleamos dosis únicas extremadamente bajas que no suponían peligro alguno. Es más, en EE.UU. hoy en día todavía está autorizada la metanfetamina, bajo el nombre comercial de Desoxyn, para el tratamiento del TDAH.
¿Y por qué razón es tan fácil producirla?
Welt tituló en julio de 2014: «El crisEl diario Die Welt
Los pasos para su síntesis aparecen en Internet. Es decir, en principio, cualquier persona puede poner un laboratorio en su baño. Las sustancias efedrina y pseudoefedrina, contenidas en muchos medicamentos contra la tos, pueden convertirse en metanfetamina a través de métodos sencillos. Hasta hace unos años, las materias primas podían conseguirse en las farmacias, incluso en grandes cantidades, de forma legal. Por suerte, la situación
tal ha alcanzado el centro de la sociedad». ¿Una
¿Por qué resulta tan complicado limitar el consumo de «meta»?
SciLogs
Methamphetamine use: A comprehensive review of molecular, preclinical and clinical findings. W. J. Panenka et al. en Drug and Alcohol Dependence , vol. 129, págs. 167-179, 2013.
En la actualidad, muchas personas prueban la metanfetamina, de las cuales cierta parte probablemente caerá en una dependencia antes o después. Pero ¿el centro de la sociedad? Yo no iría tan lejos.
Die drogenbeauftragte der bundesregierung: Drogen und suchtbericht, 2014. Bundesministerium für Gesundheit, Berlín, 2014.
es psicólogo y periodista Theodor Schaarschmidt es científico.
El yin y el yang de la mente
De ratones y hombres hombres
Enfermedades del sistema nervioso central
Neurociencia imperfecta
Rebeca María Mejías Estévez
Carmen Agustín Pavón
Universidad de Sevilla
Universidad Jaume I de Castellón
En las entrañas de la mente
Las mariposas del alma
El cerebro y la inteligencia humana
Nuevas ideas en psicología
Antonio Crego
Ignacio Morgado
Universidad a Distancia de Madrid
Universidad Autónoma de Barcelona
www.scilogs.es
Tormenta de cerebros Avances en neurobiología
José Ramón Alonso
Sigue también Scilogs internacional Scilogs internacional |.com |.be |.fr |.de MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Methamphetamine use and schizophrenia: A populationbased cohort study in California. C. Callaghan et al. en American American Journal of Psychiatry , 169, págs. 389-396, 2012.
apreciación realista?
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Para saber más
Universidad de Salamanca
Psicología 2.0 y mHealth Salud y enfermedad en la era digital
Manuel Armayones Universidad Abierta de Cataluña
Y muchos más... 13
SALUD
Adicción al deporte El ejercicio físico es saludable... hasta cierto punto. Algunos aficionados al deporte muestran los típicos síntomas de adicción. Es probable que los motivos yazcan en procesos neuronales parecidos a los de la drogodependencia MIRIAM BERGER
A R U O J R T E P / K C O T S K N I H T
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MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
UNA VEZ MÁS Los culturistas invierten mucho tiempo y energía para cuidar su musculatura. En algunos casos, las fronteras con la adicción resultan difusas.
U
n vecino que sale a correr todas las mañanas del año, sin excepción; un compañero de trabajo que aprovecha la hora del almuerzo para «machacarse» en el gimnasio; una amiga que participa cada dos semanas en una competición de triatlón. Se podría decir que esto quizás es excesivo. Y es probable que el vecino, el compañero de trabajo y la a miga estén de acuerdo. Según comprobó el pedagogo deportivo Edgar Rümmele ya en los años ochenta del siglo pasado, muchas personas aficionadas al deporte se describían a sí mismas como «adictas»: más de la mitad de los corredores de maratón que entrevistó consideraban que eran unos ad ictos a correr; algunos incluso confesaban no soportar la idea de que algún día no podrían hacerlo más. No obstante, Heiko Ziemainz, psicólogo de la Universidad Erlangen-Núremberg, señala que, en un principio, el entrenamiento intensivo no supone ningún riesgo para el organismo. «Por lo general, practicar mucho deporte, es decir, unas cinco o siete veces a la semana, conlleva enormes beneficios para la salud.» En la mayoría de los casos, el impulso a moverse y participar en competiciones no supone una conducta patológica, sino que consiste en una actitud positiva frente al reto deportivo. Esta explicación resolvería la cuestión: quien entrena de manera intensiva no tiene ningún problema, aunque se trate de un atleta ironman, es decir, alguien que nada 3,8 kilómetros, completa 180 kilómetros en bicicleta y corre los 42,2 kilómetros de una maratón, todo ello de una tacada. Las investigaciones que estudian las ventajas del entrenamiento de resistencia concluyen que la ac-
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tividad deportiva intensa aumenta la sensación de felicidad, favorece el equilibrio emocional, mitiga la ansiedad y reduce el estrés. En 2013, un equipo dirigido por Huseyin Naci, de la Universidad de Londres, confirmó que el movimiento físico podía resultar, en ciertas enfermedades, un tratamiento más efectivo que los medicamentos; por ejemplo, en la rehabilitación tras un ictus. El deporte solo comporta problemas cuando el deseo de practicarlo resulta tan impetuoso que se dejan de lado otras actividades o aspectos de la vida. Los primeros síntomas se antojan inofensivos. «Cuando no podía practicar deporte, me irritaba con facilidad», recuerda Pablo Vidal*, de 51 años y deportista desde joven. A los 30 años realizaba rutas en bicicleta y jugaba a fútbol, pero se sentía demasiado delgado. Fue entonces cuando empezó a entrenarse en el gimnasio. Aparte de levantar pesas, inició una dieta rica en proteínas. La estrategia no tardó en surgir efecto: a los seis meses, su masa muscular había aumentado diez kilos. «Ese primer resultado avivó mi afán por entrenar», continúa Vidal. Si antes disponía de tiempo para quedar con los amigos, poco a poco los contactos sociales fueron perdiendo interés para él. «Solo tenía ganas de “ir a tope”», afirma. «Se me fue de las manos.»
Una sola idea en la cabeza Los adictos al deporte tienden a descuidar las rel aciones con los amigos y la familia; fami lia; incluso pueden llegar a separarse de la pareja. Sus pensamientos solo giran en torno al deporte y a entrenarse. Cada vez necesitan una «dosis» de ejercicio mayor para * Nombres alterados por la redacción. 15
SALUD
EN SÍNTESIS
Más problemas que beneficios El ejercicio físico benefi-
1 cia tanto al cuerpo como a la mente. Sobre todo los deportistas de resistencia hablan del «subidón de euforia» y otros efectos positivos que propicia el deporte. Estos reforzadores de
2 la conducta pueden
motivar la práctica excesiva y derivar en una adicción adicción al deporte. Se estima que menos del uno por ciento de las personas que practican ejercicio con asiduidad padecen este problema. El adicto al deporte descuida su vida profesional y privada. Tambié También n asume lesiones físicas graves.
3
ADICTOS A CORRER La práctica excesiva y obsesiva de un deporte, entre ellos el tan extendido hoy en día running, puede llevar a un trastorno de adicción. Algunos psicólogos hablan incluso de «runnorexia».
Y A V C M N A Y R / K C O T S K N I H T
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alcanzar el mismo grado de satisfacción. Algunos individuos incluso asumen lesiones físicas graves. «El peor caso que he oído es el de un maratoniano que desgastó sus talones hasta los huesos», explica Ziemainz. Cuando esas personas no pueden practicar deporte, aparecen los síntomas de abstinencia. Se muestran intranquilas, irritables, caprichosas y agresivas. «Saltarme un entrenamiento era casi una catástrofe para mí», asegura Vidal. Y añade: «Tenía miedo de perder fuerza y masa.» La adicción al deporte se conoce desde hace unos años. En 1970, Frederick Baekeland, de la Universidad de Nueva York, descubrió este fenómeno de modo más o menos casual. Enfrascado por entonces en un estudio sobre la calidad del sueño, solicitó a los sujetos del exp erimento que se abstuvieran de practicar cualquier tipo de actividad deportiva durante un mes. El psiquiatra quería descubrir el modo en que la inactividad física afectaba a la condición psíquica de los probandos. A pesar de que los participantes recibirían una compensación económica por los gastos que el ensayo les pudiese ocasionar, muchos de ellos se negaron a colaborar con el investigador. ¿El motivo? No estaban dispuestos a prescindir de su entrenamiento rutinario. Esa respuesta dio pie a Baekeland para plantear una nueva hipótesis: la reacción podía ser una manifestación de dependencia al deporte. Hoy en día, la adicción al deporte se engloba dentro de los llamados trastornos de conducta
adictiva, entre estos, la ludopatía, la adicción a Internet o al sexo. Sin embargo, carece de un reconocimiento oficial: no aparece en los manuales de trastornos mentales más utilizados en psiquiatría y psicología, a saber, la CIE- 10 y el DSM-5. La principal razón de esa omisión es que, con frecuencia, la adicción al deporte subyace a otra psicopatología, como puede ser un trastorno de la conducta alimentaria. Es decir, el entrenamiento excesivo sirve de herramienta para lograr un objetivo: en este caso, perder kilos y conseguir la imagen corporal deseada. De hecho, constituye a menudo un problema problema secundario en la anorexia.
Oscuridad terapéutica Mas ¿qué sucede en los casos en que este comportamiento adictivo es el principal problema? Los médicos y los psicólogos lo detectan raras veces. Además, la investigación de este trastorno resulta escasa, puesto que afecta a menos personas que, por ejemplo, el alcoholismo o la ludopatía. No obstante, para quien la sufre, resulta igual de amenazadora. Tampoco existen datos fiables de cuántas personas son adictas al deporte. Se presume que no alcanzan el uno por ciento de la población que se entrena con asiduidad. Para clarificar esta cuestión, Ziemainz, junto con investigadores de las universidades de Erlangen-Núremberg y HalleWittenberg, encuestaron en 2013 a un total de 1089 deportistas de resistencia, entre los que se encontraban triatletas, corredores de fondo y ciclistas. Se basaron en el Inventario de Adicción al Ejercicio (EAI, por sus siglas en inglés), uno de los cuestionarios más utilizados, sobre todo en Estados Unidos, para valorar el riesgo de padecer adicción al deporte. Los participantes debían determinar hasta qué punto se sentían identificados con ciertas afirmaciones, entre el las: «El deporte es lo más importante de mi vida», «Cuando debo saltarme un entrenamiento estoy de mal humor e irritable». Los autores complementaron el test con una entrevista clínica detallada detal lada de cada sujeto. Según sus resultados, el 4,5 por ciento de los participantes corría el peligro de sufrir una conducta adictiva y un 0,5 por ciento, es decir, uno de cada diez, padecía una fuerte adicción al deporte, sin distinción de sexo o modalidad del ejercicio (de masas o de riesgo). Ahora bien, el trastorno parecía más frecuente entre los mas jóvenes. Según preveían MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
AUTOEVALUACIÓN Este sencillo cuestionario propone algunas pistas para saber si se corre el riesgo de padecer una adicción al deporte. No obstante, debe ser un médico o un psicólogo el que aclare el diagnóstico.
¿Soy adicto al deporte? 1.
No pract pract ico deporte por gusto, sino para para cumplir con mi deber. deber. De acuerdo En desacuer desa cuerdo do
2.
Casi todo en mi vida gira gira en torno al deporte. deporte. De acuerdo En desacuer desa cuerdo do
3.
Cuando no puedo entrenar entrenar,, me siento de mal humor o irritable. irritabl e. De acuerdo En desacuer desa cuerdo do
4.
No hago caso a las señales de alarma que me trans t ransmi mite te el cuerpo cue rpo.. De a cuer cue rdo En desa des a cuerdo
5.
El deporte afecta afecta a mis relaciones ela ciones socia les. De acuerdo En desacuer desa cuerdo do
6.
Cada vez vez debo pract pract icar más deporte para para conseguir el mismo efecto de satisfacción. De acuerdo En desacuer desa cuerdo do
7.
El deporte me sirve sirve para reducir peso peso o para fortalecer mi autoestim a. De acuerdo acuerdo En desacuerdo desacuerdo
los investigadores, las personas que entrenaban desde hacía tiempo o con exceso y los triatletas alcanzaban valores de riesgo más altos. Pero no solo los practicantes de deportes de resistencia pueden verse afectados por el trastorno. «El fenómeno puede presentarse en todo tipo de deportes; también en el entrenamiento de mantenimiento físico o el culturismo», señala Ziemainz. Michel Lejoyeux, del Hospital BichatClaude-Bernard en París, constató que alrededor del 40 por ciento de 300 usuarios de gimnasio presentaban al menos una característica típica de adicción. Poco importa que se trate de correr sobre el asfalto, pedalear por la montaña o entrenarse en las máquinas de gimnasio. La adicción se basa en una «relación estrecha» con el deporte, a la que contribuye el estado de embriaguez que puede generar la actividad física. Con frecuencia, los deportistas refieren la «euforia del corredor»: una sensación de ingravidez que viene acompañada de la creencia de que se dispone de unas reservas energéticas casi inagotables. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Desde hace tiempo se sostiene que, en esos momentos, el cerebro libera determinados neurotransmisores entre los que se encuentra la betaendorfina, un opiáceo endógeno que reduce la sensación de dolor a la vez que propicia un estado de euforia. Al practicar deporte de manera habitual, la concentración de este neurotransmisor aumenta. Por lo común, el efecto se presenta al cabo como mínimo de una hora de esfuerzo físico. No obstante, esta explicación plantea dudas. La concentración de betaendorfina se mide a través de la sangre de la periferia corporal, pero como no se sabe de cierto si esta sustancia traspasa la barrera hematoencefálica, y de ser así, en qué proporción, resulta casi imposible inferir que los valores de esa sustancia euforizante alcanzan el cerebro. Un segundo planteamiento explica ese flujo de bienestar de otro modo. Según la teoría de la hipofrontalidad, el movimiento apremia a estas regiones cerebrales, que manejan las funciones motrices, sensoriales y vegetativas del cuerpo. De manera simultánea, las áreas que no son necesa-
. 0 1 0 2 , A N R E B , R E B U H . L A T E L L O T S . O . E I G O L O H C Y S P T R O P S H C U B R H E L
N Ú G E S
EN BREVE
Condicionamiento operante Este paradigma teórico de aprendizaje señala que cada adicción produce consecuencias que fortalecen el comportamiento del afectado, es decir, aumentan la probabilidad de que la conducta aparezca de nuevo. Como refuerzos positivos destacan la euforia y el aumento de la autoestima. Al otro lado de la balanza se encuentran los refuerzos negativos, esto es, cuando la actividad corporal mitiga sentimientos desagradables, como el miedo o la tensión. Ambos tipos de refuerzo conducen a que la persona practique deporte con mayor frecuencia o durante más tiempo. 17
SALUD
Escasa incidencia Apenas uno de cada doscientos ciudadanos húngaros, es decir, menos de un 0,5 por ciento, corre el riesgo de desarrollar una adicción al deporte. Los datos corresponden al único estudio realizado hasta la fecha en una muestra representativa de población. («Psychometric («Psychometric properties and concurrent validity of two exercise addiction measures: A population wide study in Hungary». K. Mönak et al. en Psychology of Sport and Exercise, vol. 13, págs. 739-746, 2012)
rias para ello pasan a un estado de reposo, sobre todo la corteza prefrontal, que se encarga de los procesos mentales conscientes. Si el lóbulo frontal se regula de esta manera, se alcanza el típico «fluir», un estado en el que el deportista se recrea en su movimiento. El psicólogo Arne Dietrich, de la Universidad Americana de Beirut, demostró cómo la actividad física ejerce un efecto sobre las capacidades cognitivas. Solicitó a una serie de hombres que contestaran un test de inteligencia y clasificaran en un orden concreto las cartas que aparecían en una pantalla mientras andaban sobre una cinta de correr o pedaleaban en una bicicleta estática. Los sujetos de control, en cambio, realizaban el test y ordenaban las cartas de pie o sentados en las respectivas máquinas, pero sin moverse. Dietrich constató que los probandos que habían realizado las tareas mientras se encontraban en movimiento obtenían peores puntuaciones en la prueba de clasificar cartas, no así en el test de inteligencia. Sobre todo las funciones ejecutivas, que gestiona la corteza frontal, parecían disminuir temporalmente en ellos.
En un segundo experimento, exper imento, los investigadores investigadores pusieron a prueba a los voluntarios de nuevo sobre la cinta de correr, pero en esta ocasión alternaron los ratos de ejercicio con momentos de descanso. Los participantes debían resolver, entre otras actividades, tareas de cálculo y de lenguaje. Observaron que los que corrían se equivocaban más al contar, aunque no al contestar la prueba verbal. De hecho, su rendimiento empeoraba mientras practicaban deporte solo en aquellos ejercicios que requerían la intervención de la corteza prefrontal, región cerebral importante para la memoria de trabajo y la capacidad de concentración. Por el contrario, el ejercicio físico no repercutía en la inteligencia general ni en el rendimiento verbal, habilidades menos dependientes de la actividad de la zona cortical prefrontal.
Al principio fue el «fluir» El psicólogo Mihály Csikszentmihályi describió por primera vez en 1975 el fenómeno que dio en llamar «fluir». En la actualidad, este concepto se asocia con más actividades que las meramente deportivas. Dicho estado mental surge cuando
Tratamiento a través de la terapia cognitiva-conductual Por el momento, se carecen de directrices concretas para el tratamiento terapéutico de la adicción al deporte, trastorno que, por otra parte, no recoge ninguno de los manuales para el diagnóstico de problemas mentales que suelen emplearse en psicología y psiquiatría. Ante este vacío, los terapeutas pueden recurrir a las experiencias clínicas que se llevan a cabo en relación con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), puesto que la adicción al deporte acompaña a menudo a un TCA. La terapia cognitivaconductual se muestra eficaz en estos casos. En primer lugar, una conversación motivadora ayuda a que el paciente participe en el tratamiento. Este procedimiento, usual en la terapia de la adicción, consiste en plantear al afectado preguntas abiertas, de modo que se le hace ver la parte negativa de su conducta. A continuación, el terapeuta cognitivo-conductual debe explorar junto con el paciente los pensamientos automáticos que le provocan conductas problemáticas o sentimientos negativos («Por las mañanas no puedo ir a trabajar sin haber entrenado antes», por ejemplo). Sencillas pruebas en su día a día ayudarán al sujeto a experimentar vivencias novedosas que contribuyan a que modifique sus pensamientos automáticos e incremente el propio repertorio de conductas.
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En numerosos casos, los pacientes han superado experiencias y sentimientos sentimientos negativos negativos gracia graciass al deporte. Por ello, ello, deben deben pracpracticar métodos alternativos (técnicas de relajación, entre otros) para vencer las situaciones estresante. Otro punto importante es informar a los afectados sobre las consecuencias físicas negativas que comporta un entrenamiento excesivo. Las lesiones musculares irreparables, propias de los deportistas profesionales, son una de las secuelas más típicas. En este proceso deben detectarse los posibles problemas psíquicos. El paciente puede intentar compensar la f alta de ejercicio físico con una dieta mucho más estricta. Por otro lado, cuando la adicción al deporte ayuda al sujeto a enfrentarse a los síntomas de depresión, la falta de ejercicio físico durante un tiempo podría agudizar la propensión a la melancolía, o incluso fomentar los pensamientos suicidas. El terapeuta debe averiguar desde un inicio y junto con el paciente qué trasfondo albergaba albergaba la práctica del deporte y qué funciones desempeñaba este en su vida. El objetivo a largo plazo es que el paciente haga ejercicio físico de modo saludable y moderado. En ocasiones, el cambio de la modalidad deportiva puede contribuir al entrenamiento físico adecuado.
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llevamos a cabo tareas que no nos resultan ni demasiado fáciles ni demasiado difíciles. En palabras de Csikszentmihályi, se trata de una «adicción positiva» que alberga el riesgo de perder el control. Muchos deportistas perciben que esta sensación les resulta tan agradable, que desean volver a sentirla. Por ello están dispuestos a superarse continuamente. La psicología del aprendizaje permite explicar la adicción al deporte como cualquier otra adicción, a saber, a través del condicionamiento operante. Los afectados experimentan una y otra vez que el deporte, gracias al fluir y al agradable relajamiento posterior al ejercicio físico, logra que desaparezcan sus sentimientos negativos y que se sientan de buen humor. Si existen síntomas de abstinencia, el comportamiento adictivo se mantiene a través del refuerzo negativo: la sensación desagradable desaparece cuando la persona con esa sintomatología se pone de nuevo en movimiento. En pocas palabras, el ejercicio consigue que se encuentre mejor. Casi todos los deportistas, sean aficionados o profesionales, experimentan este tipo de sensaciones, las cuales, por sí solas, no representan ningún problema. ¿Cuándo puede hablarse de una adicción? ¿Por qué afecta solo a unos pocos? «Nadie conoce las respuestas exactas», admite Ziemainz. Numerosos investigadores sugieren que deben cumplirse unas características de personalidad previas para que se origine una adicción. Heather Hausenblas, de la Universidad de Florida, revisó 100 estudios sobre el tema, mas no pudo identificar una «personalidad adicta al deporte». La psicóloga subrayó, sin embargo, que las investigaciones eran, en parte, poco metódicas. Numerosos investigadores parten de la base de que la personalidad constituye uno de los factores que aumentan el riesgo de adicción. Con frecuencia, el propio afectado tarda en reconocer su problema. Cuando lo hace, no debe dar por sentado que será capaz de cambiar su conducta por sí mismo. En muchos casos, son los primeros daños físicos los que revelan la adicción al deporte y la necesidad tratamiento. «Tan pronto como un médico observa una lesión grave, debe remitir al paciente a una clínica», aconseja Ziemainz. Al principio, Pablo Vidal se aferraba a su rutina de entrenamiento, aunque las lesiones se volvían más frecuentes y cada vez se sentía más agotado. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
¿TODAVÍA SIN EL PESO IDEAL?
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En muchos casos, la adicción al deporte se relaciona con un trastorno alimentario, entre ellos, la anorexia.
Hasta que cayó en una depresión. «Una mañana, sentado a la mesa del desayuno, me percaté de que las manos me temblaban. Empecé a sentirme desanimado, a verlo todo de color gris», recuerda. Solo entonces se decidió a buscar ayuda. El médico de cabecera lo derivó a un psicólogo. En la primera sesión se estableció el diagnóstico: adicción al deporte. «Mi reacción fue una mezcla de frustración y rabia», narra Vidal. «Pero también de aliv io. Sabía que no podía continuar así.» Como primera medida terapéutica, se le prohibió la práctica deportiva. «La prohibición abarca unas doce semanas, aunque depende de cada caso», detalla Ziemainz. Poco a poco, el paciente logró reconducir su vida. «Mi entorno me ayudó mucho», asegura. Durante el año y medio de terapia contó con el apoyo de la familia y de los amigos. Hoy practica deporte de forma adecuada: se entrena varias veces a la semana y adapta el ejercicio a su estado de salud físico y mental. «He aprendido a manejar el deporte como lo que debería ser, una compensación saludable.»
Para saber más Functional neuroanatomy of altered states of consciousnees: The transient hypofrontality hypothesis. A. Dietrich. en Consciousness and Cognition, vol. 12, págs. 231-256, 2006. Comparative effectiveness of exercise and drug interventions on mortality outcomes: Meta-epidemiological Meta-epidemiological study. H. Naci y J. P. A. Ioannidis en British Medical Journal, vol. 347, f 5577 5577, 2013. Exercise addiction. K. Berczik et al. en Behavioral addictions: Criteria, evidence, and treatment , dirigido por K. P. Rosenberg y L. C. Feder. Academic Press, págs. 317-342, Londres, 2014.
En nuestro archivo Adictos a la inanición. Trisha Gura en MyC n. n.o 44, 2010.
es psicóloga Miriam Berger es y periodista.
La trampa de la adicción. Christian Lüscher en MyC n.o 48, 2011.
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PSICOLOGÍA
Claves para un buen arbitraje Numerosos factores influyen en las decisiones que los árbitros de fútbol toman durante un partido. En la actualidad se investigan métodos de entrenamiento para aumentar las capacidades de juicio de los colegiados GEOFFREY SCHWEIZER, SCHWEIZER, HENNING PLESSNER Y RALF BRAND
EN SÍNTESIS
Decisiones más acertadas Según los psicólogos, las valoraciones de los árbitros de fútbol sufren distorsiones sistemáticas.
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El ruido procedente de las gradas, las camisetas de color negro y los jugadores de estatura alta favorecen las decisiones erróneas.
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Mediante un entrenamiento por ordenador, los árbitros pueden mejorar su imparcialidad.
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os árbitros de f útbol pueden considerarse tan atletas como los futbolistas: de media corren tanto como los jugadores, con el añadido de que deben tomar decisiones rápidas y acertadas a plena carrera. Sin embargo, con frecuencia se les increpa y critica, en lugar de aplaudir su trabajo. La psicología ha analizado la labor arbitral también desde ese lado de la moneda: la mayoría de las investigaciones se han centrado en esclarecer de forma sistemática los errores de arbitraje y sus causas. Hasta ahora. En los últimos años, los psicólogos del deporte enfocan el estudio de la labor de los árbitros desde el otro lado, es decir, buscan describir las habilidades de los colegiados con el fin desarrollar programas de entrenamiento que les ayuden a aumentar esas competencias. A menudo, las personas debemos tomar decisiones sin disponer de toda la información relevante o sin tener el tiempo suficiente para procesarla de manera adecuada. No obstante, con frecuencia esas resoluciones bajo condiciones difíciles resultan acertadas gracias a estrategias
rápidas y simplificadoras, los atajos heurísticos, según describieron en 1973 el psicólogo galardonado con el premio Nobel Daniel Kahneman y su colaborador Amos Tversky ( 1937-1996) [véase «Psicología de las preferencias», por D. Kahneman y A mos Tversky; Tversky; Investigación y Ciencia, marzo de 1982]. Los atajos heurísticos albergan, sin embargo, un peligro: las distorsiones sistemáticas en los juicios. La mayoría de esos sesgos se producen cuando en las decisiones recurrimos a informaciones que resultan irrelevantes en esos momentos, sin percatarnos de ello. Numerosos errores arbitrales también suceden por ese motivo.
El efecto del ruido ¿De qué depende que el colegiado señale tarjeta amarilla o imponga, según el lugar de la falta, un tiro libre o un penalti? En primer lugar, claro está, el árbitro basa su decisión en las reglas que prescribe el reglamento: cuanto más duro haya sido el ataque, mayor probabilidad de que el jugador sea amonestado con una tarjeta amarilla, MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
S T R O P S I X A M / E M I T S M A E R D
RESISTENTE A LAS PROTESTAS por ejemplo. Pero ¿qué ocurre cuando la falta no se ha visto bien y despierta dudas? Una serie de factores psicológicos influyen en esos casos. Según han confirmado diversas investigaciones, los árbitros muestran más tarjetas amarillas cuanto más fuerte las reclama el público. En concreto, los colegiados valoraban de forma diferente una misma jugada que se les mostraba en pantalla según el nivel de ruido que imperaba en el estadio. Se trata del efecto del ruido de la multitud. Por su parte, Daniel Memmert y Christian Unkelbach, de la Universidad de Colonia, señalan que los colegiados relacionan de forma intuitiva el ruido ambiente con la gravedad de la falta producida. Cuanto más grave es el incidente, más intenso resulta el griterío en las gradas. De forma inconsciente, los árbitros de fútbol emplean el voto verbal de los espectadores como indicio para sacar una conclusión. A simple vista, esa reacción podría parecer adecuada. ¿Por qué no deberían incluir los árbitros las respuestas de los espectadores en su toma de MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
decisiones? Es probable que el público observe hechos que pasan inadvertidos al colegiado. En este punto entra a escena la imparcialidad. Por lo general, los seguidores del equipo local son mayoría en los estadios de fútbol. Estos espectadores raras veces se muestran objetivos. Una decisión arbitral que tome el ruido de la multitud como indicio de la gravedad de la falta podría hallarse sesgada a favor del equipo anfitrión. En encuentros de primera división, así como de otras ligas de fútbol, los equipos ganan de media más veces en su propio estadio que fuera de casa. La conducta de los árbitros podría ser corresponsable de ello. También la altura de los jugadores parece adulterar la decisión de los colegiados. Niels van Quaquebeke y Steffen Giessner, de la Universidad Erasmus en Rotterdam, analizaron las estadísticas en relación con las faltas mostradas en varias temporadas de diversas ligas de fútbol, entre ellas, la Liga de Campeones de la UEFA y la de algunos campeonatos mundiales. Comprobaron que la altura media de los jugadores que cometían las faltas superaba la de los que recibían el ataque.
A menudo, los árbitros deben justificarse justificarse por decisiones decisiones que han tomado en un abrir y cerrar de ojos.
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PSICOLOGÍA
CUESTIÓN DE ALTURA El guardameta de la selección alemana Manuel Neuer, con sus 1,93 metros, está predestinado a ser objeto de atención de los árbitros. Los jugadores altos despiertan mayores sospechas de cometer faltas que los futbolistas bajos.
N O T R E G E E K I M / S C I P M E / E C N A I L L A E R U T C I P
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Una posible explicación del fenómeno podría indicar que los futbolistas más altos juegan con mayor torpeza a causa de sus largas extremidades; además, con frecuencia se les alinea como defensa, posición en el campo que favorece las situaciones de ataque entre jugadores. ¿O tienden los colegiados a sancionar a los futbolistas según su altura? Con el fin de resolver la duda, Quaquebeke y Giessner mostraron imágenes de situaciones de falta a una serie de probandos. Aunque en las fotografías no quedaba claro quién atacaba a quién, cuando uno de los jugadores de la imagen era más alto que su adversario, los participantes solían señalar al primero como el merecedor de la sanción. Estudios previos han demostrado que, por lo común, los jugadores más altos se consideran más agresivos.
Desventajas de vestir de negro Un estudio clásico de la psicología del deporte demuestra que también el color de la camiseta influye en las decisiones de los árbitros a la hora de
señalar falta. Científicos de la Universidad Cornell dirigidos por Mark G. Frank y Thomas Gilovich concluyeron que en la cultura occidental el color negro se relaciona con la agresividad y el dominio. ¿Repercute esa asociación en los deportes de equipo? Gilovich y sus colaboradores han confirmado esta conjetura en diferentes modalidades deportivas. Por término medio, las árbitros sancionan con mayor dureza a los equipos uniformados de negro. Ahora bien, ¿perjudican los colegiados a los equipados de negro o son estos los que juegan más sucio? Con frecuencia, los clubes eligen camisetas negras para cultivar una imagen agresiva. Gilovich desarrolló un astuto experimento para averiguar si realmente esa era la causa de la mayor cantidad de sanciones. Con una videocámara grabó diversas jugadas de un partido de fútbol y elaboró dos versiones de cada una de ellas. La única diferencia entre ambas consistía en el color de la camiseta: los jugadores que en la primera versión aparecían vestidos de negro jugaban de blanco en la segunda. El investigador constató de nuevo que se sancionaban con mayor dureza las faltas de los equipos con uniforme negro que las de los futbolistas de blanco, a pesar de tratarse de la misma jugada. Según concluyó, los colegiados a duras penas pueden sustraerse de la influencia del color de la camiseta. De manera similar al efecto del ruido de la multitud, es probable que este fenómeno se sustente en procesos inconscientes. Conforme a lo expuesto, ¿resulta imposible arbitrar de manera objetiva? Para empezar, la inmensa mayoría de los colegiados toman decisiones correctas, una capacidad destacable si se tiene en cuenta que el arbitraje de un partido de fútbol supone una exigencia física y mental para el individuo. De hecho, los errores de arbitraje suelen ser escasos. Además, aunque los colegiados tiendan a pitar una falta a los jugadores más altos o que el efecto del ruido de la multitud proporcione una ventaja al equipo de casa, eso no determina necesariamente el transcurso de un partido. Probablemente existan más factores a tener en cuenta. Desde hace algún tiempo, las asociaciones de árbitros y las federaciones deportivas se esfuerzan por mejorar la calidad del arbitraje. Hoy en día , las escuelas profesionales profesionales y la formación permanente son programas de obligado cumplimiento. ¿Cómo pueden contribuir los psicólogos para optimizar la labor arbitral? Una de las estrategias se basa en MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Jugar en casa, una ventaja a la baja No siempre los equipos que juegan en el propio campo ganan. Y si antes esa era la tendencia, está perdiendo fuelle. Eva Heinrichs, de la Universidad Técnica de Dortmund, analizó en 2008 más de 70.000 partidos de la liga alemana desde 1963 y numerosos encuentros de otras ligas europeas. Descubrió que en la temporada 1987-1988, la probabilidad de que los equipos anfitriones ganaran en casa alcanzaba algo más del 55 por ciento. Casi 20 años después, ese porcentaje apenas llega al 44 por ciento (el resto corresponde a derrotas y empates). Heinrichs sospecha que una de las causas del descenso en el número total de goles por parte del equipo anfitrión se debe a que la ventaja de jugar jugar en casa va a menos. (Mythos heimvortell. E. Heinrichs. Tesina, TU Dortmund 2008; «Fitness, chance, and myths: An objective view on soccer results». A. Heuer y O. Rubner en European Physical Journal B , vol. 67, págs. 445- 458, 2009)
investigar los factores cognitivos que favorecen f avorecen la capacidad de decisión de los árbitros, y no centrarse tanto en los errores.
Entrenamiento en línea para mejorar El trabajo arbitral se basa en dos características fundamentales: obtener un sinfín de informaciones y procesarlas de forma rápida. Estos requisitos se dan asimismo en las decisiones intuitivas. Llegamos a esas determinaciones de repente, sin poder justificarlas en detalle. Este tipo de resoluciones pueden mejorarse a través de la retroalimentación de decisiones previas, según sugieren numerosas investigaciones. El éxito del aprendizaje depende en gran medida del momento y del tipo de retroalimentación. Si esta sucede demasiado tarde, su contenido se diluye en diversas informaciones o resulta tan rica en detalles que el aprendizaje queda limitado. Por ello, la retroalimentación debe ser inmediata y lo más precisa posible. En 2011 nos basamos en esas premisas para desarrollar un programa de entrenamiento por ordenador ideado para que los árbitros de fútbol mejorasen las decisiones intuitivas ante situaciones de falta de los jugadores. jugadores. Creamos la página en línea SET (acrónimo alemán para «entrenamiento de la capacidad de decisión de los árbitros»), en la que los participantes veían grabaciones de jugadas de fútbol y se les pedía que emitieran un juicio para cada una de las situaciones. Al momento, recibían una valoración de su dictamen. Comprobamos la eficacia de SET mediante numerosos ensayos estructurados de forma similar: los colegiados debían resolver una prueba en la que se mostraban vídeos de casos dudosos a la par MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
que complicados. A continuación, repartíamos a los árbitros en grupos. Unos participaban en sesiones de entrenamiento durante varias semanas, mientras que otros repetían el test una y otra vez. Al final, volvíamos a plantear la prueba inicial a todos los sujetos. Constatamos que, en comparación con los primeros resultados y las respuestas del grupo de control, los probandos que se habían entrenado con el programa de retroalimentación durante unas semanas se equivocaron menos en sus decisiones arbitrales. Llegados a este punto, surge la pregunta clave: ¿puede trasladarse ese aprendizaje al terreno de juego? Un equipo encabezado por Werner Helsen, de la Universidad de Lovania, halló que los colegiados que habían mejorado en la capacidad de decisión con ayuda del programa en línea descubrieron más situaciones de fuera de juego sobre el césped que el resto de los participantes. Los recientes hallazgos permiten augurar que en el futuro dispondremos de más métodos para incrementar la capacidad de decisiones arbitrales acertadas sobre el terreno de juego, sin por ello convertir los programas de actualidad deportiva en aburridos, pues las personas cometen errores. Y los árbitros también son humanos.
Para saber más A video-based training method for improving soccer referees’ intuitive decisionmaking skills. G. Schweizer et al. en Journal of Applied Sport Psychology , vol. 23, págs. 429-442, 2011. Der fussball, die Wahrheit: Fussballspiele werden im Kopf entschieden. D. Memmert et al. SZ Edition, Múnich, 2013. Web-based training improves on-field offside decisionmaking performance. K. Put et al. en Psychology of Sport and Exercise, vol. 14, págs. 577585, 2013.
En nuestro archivo ( izquierda ( cenGeoffrey Schweizer ( izquierda ) y Henning Plessner Plessner ( ceninvestigan en el Instituto de Ciencia del Deporte de la tro ) investigan Universidad Universidad de Heidelberg. Ralf Brand es profesor de psicología del deporte en la Universidad Universidad de Potsdam.
Pienso, ¿acaso yerro? S. Alexander Haslam en MyC n.o 30, 2008.
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PSICOLOGÍA DEL TRABAJO
El voluntariado sienta bien Comprometerse de una manera desinteresada a compartir el tiempo, los conocimientos y las experiencias beneficia a la comunidad, pero también al propio voluntario: la labor altruista favorece el bienestar personal y mejora la resistencia al estrés laboral EVA SELENKO
SERIE
Trabajo y carrera profesional
Parte 1: Emprendedor o asalariado, cuestión de personali p ersonalidad. dad. Septiembre/octubre 2014
Parte 2: Perfeccionismo: cuándo amenaza el síndrome del trabajador quemado y cómo protegerse. Noviembre/diciembre 2014
Parte 3: Solicitud 2.0: uso de los nuevos medios digitales para encontrar empleo. Enero/febrero 2015
Parte 4: «Jefe, quiero un aumento». Métodos para mejorar las condiciones laborales. Marzo/abril 2015
Parte 5: Voluntariado, un trabajo que sienta bien. 24
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umerosos estudios demuestran que participar de manera voluntaria en una labor social no solo aporta un beneficio a quien recibe la ayuda, sino que también favorece al que ofrece ese ser servicio. vicio. Se ha hallado que las personas son más felices y las depresiones menos frecuentes entre el colectivo de voluntarios que entre los indiv iduos que no se comprometen socialmente. Incluso quienes trabajan por altruismo presentan mejores condiciones físicas. Ese efecto se detecta sobre todo en los sujetos que llevan un largo período de tiempo realizando trabajos de voluntariado. El compromiso social voluntario incluso amortigua el estrés laboral, demostraron en 2010 Eva Mojza y Sabine Sonnentag, de la Universidad de Constanza. Las psicólogas solicitaron a 105 trabajadores en activo que anotaran, durante dos semanas, las actividades que llevaban a cabo en su tiempo libre, entre ellas, trabajos voluntarios. También preguntaron a los participantes cuán recuperados recuperados se sentían al finalizar el día y observaron su comportamiento laboral en la jornada siguiente. Los probandos que después del trabajo llevaban a cabo alguna actividad de voluntariado podían desconectar mejor de la rutina laboral. Este efecto
recuperador también influía de manera positiva al día siguiente: discutían menos sobre problemas, prestaban más atención a sus compañeros de trabajo y les escuchaban más. Ahora bien, ¿es el voluntariado el que consigue que las personas se sientan más satisfechas y menos estresadas, o quizá son las personas más felices y serenas las que se apuntan a una labor voluntaria? Es probable que voluntariado y bienestar se in fluyan mutuamente. No obstante, cada vez surgen más datos que apoyan los efectos positivos del compromiso social desinteresado. El equipo de Mojza constató, a partir de los diarios personales de los probandos, que estos se sentían más distendidos en el trabajo cuanto mayor había sido su colaboración como voluntarios la tarde anterior.
Integrados en el grupo Desde la psicología se ofrecen diversas explicaciones de por qué participar en un voluntariado aumenta la satisfacción personal. Por un lado, los voluntarios pasan a formar parte de un grupo social al que, por lo general, pertenecen personas con intereses similares a los suyos. Por otro lado, de forma periódica se celebran reuniones y votaciones para compartir pareceres; en definitiva, la actividad se desarrolla de manera conjunta. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
R E N T I E L A L E I N A D : O L U C Í T R A E T S E E D S E N O I C A R T S U L I S A L S A D O T
BARRAS DE LA FELICIDAD Aprovechar el tiempo libre para ayudar a otras personas conlleva, desde un punto de vista psicológico, numerosas ventajas.
V OLUNT A R RI A DO MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
T R R A B A JO R E EM UNE R R A D DO O
DESEMPLEO 25
PSICOLOGÍA DEL TRABAJO
EN SÍNTESIS
Con y sin salario Las personas que combinan una ocupación laboral remunerada con una actividad voluntaria son, de media, más felices, gozan de mejor salud y afrontan mejor las situaciones de estrés en el trabajo.
1
El voluntariado favorece
2 los contactos sociales y
aumenta la satisfacción personal por lograr un objetivo relevante junto con otras personas. No todas las actividades voluntarias aportan un beneficio psíquico: cuidar personas de colectivos estigmatizados o enfermas puede experimentarse como una ocupación agotadora.
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Esa integración en el grupo presenta diversas ventajas en el plano psicológico: distrae de otras preocupaciones —en compañía se dispone de menos oportunidades para pensar en los propios problemas—, proporciona un sentimiento de pertenencia, así como la sensación de que se contribuye a una tarea importante para la sociedad. En pocas palabras: da sentido. Además, se recibe reconocimiento y retroalimentación de las personas a las que se escucha y ayuda. El voluntariado ofrece la posibilidad de ampliar el conocimiento, las opiniones y la propia conducta. Por ejemplo, un voluntario que ve cómo los niños que participan en su clase de apoyo sacan mejores notas en la escuela siente que ha logrado un objetivo importante. Este sentimiento despierta en él la confianza en sus propias capacidades y le permite abordar la vida de un modo más optimista. No obstante, la posibilidad de interactuar con otras personas y aprender de ellas ocurre también en otras actividades de ocio, como puede ser asistir a un curso de cocina o participar en un equipo deportivo. Entonces, ¿qué convierte el voluntariado en una opción especial? Desde hace tiempo, los investigadores indagan las ventajas que el trabajo en general aporta al bienestar humano. Ya en los años ochenta del siglo pasado se demostró que las personas desempleadas sufrían problemas psicológicos con mayor frecuencia que los sujetos laboralmente activos. La psicóloga social vienesa Marie Jahoda (1907-2001) indicó que el trabajo da acceso a ciertas ventajas que resultan esenciales para el bienestar personal, pero que no proporciona ninguna otra institución social. Veámoslas. Por un lado, el trabajo remunerado proporciona una rutina y una estructuración del tiempo que se componen de dos fases: una laboral y otra de descanso. Por otro, permite trabajar en equipo para conseguir un objetivo común. Además, ofrece la oportunidad de estar en contacto con personas externas al círculo familiar o de amistades. Ello aumenta las oportunidades de salir y favorece una red social más extensa, de manera que también se incrementan las posibilidades de reconocimiento social. El trabajo nos exige y activa por igual, y eso es mejor que el relajamiento pasivo, afirma Jahoda. En los últimos años, numerosas investigaciones investigaciones han confirmado ese enunciado en relación con
el voluntariado. Las primeras pruebas empíricas indican que el trabajo altruista ejerce un efecto igual de favorable que el remunerado. En 2012, llevé a cabo, junto con Bernad Batinic, de la Universidad de Linz, un estudio en el que preguntamos tanto a personas voluntarias como remuneradas sobre su salud psíquica y satisfacción vital. Conforme a nuestras expectativas, los participantes que realizan una labor social de forma desinteresada se mostraban, por término medio, más felices y sanos que los otros. Además, su impresión de contribuir a una labor importante era mayor, disponían de una red social amplia y gozaban de más reconocimiento por parte de las otras personas. El trabajo voluntario también desempeñaba un efecto positivo en el bienestar de los sujetos que se encontraban en paro.
Libertad y sensación de pertenencia En una investigación con 105 asalariados y voluntarios de un gran centro de salud en los Países Bajos, dos investigadores de la Universidad de Leiden, Edwin Boezeman y Naomi Ellemers, constataron que el voluntariado podía satisfacer la necesidad de autonomía, pertenencia y competencia antes que un trabajo similar remunerado. En comparación con los asalariados, los voluntarios disponían de una llibertad ibertad de acción mayor, se sentían en compañía de personas con ideas afines y consideraban que podían demostrar mejor sus capacidades. Los resultados del equipo de Theo Wehner, de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, apuntan en la misma dirección. Los investigadores pidieron a los voluntarios que nombraran aquellos conceptos que relacionaban con el trabajo remunerado, el voluntariado y el empleo ideal. Descubrieron que los sujetos atribuían algunas características solo al voluntariado. Entre ellas destacaban el espíritu comunitario, la franqueza, el compromiso emocional y la moral. Otros conceptos, en cambio, los relacionaban tanto con el trabajo altruista como con el asalariado; entre estos, sentirse bien, reconocimiento y actividad. Un voluntariado puede resultar interesante sobre todo para aquellas personas a las que su ocupación laboral o sus circunstancias vitales no les aportan las ventajas que puede ofrecer un trabajo. Quien se pasa el día en casa y no tiene contacto con otras personas quizá busque equilibrar esa carencia a través del compromiso social. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
DENOMINADOR COMÚN El trabajo remunerado también resulta beneficioso para el cuerpo y la mente. Los estudios estudios demuestran demuestran que las personas sin una ocupación laboral regular son menos felices.
Un equipo de Allen Omoto, de la Universidad de Arkansas, comprobó que las personas mayores que se sentían excluidas de la vida social querían participar en un voluntariado, en primer lugar, para contribuir a la sociedad. En cambio, los jóvenes con escasos contactos sociales y candidatos a trabajar de voluntarios nombraban como primer objetivo la posibilidad de construir una relación sólida con otras personas. La tarea social desinteresada que satisface esas necesidades repercute positivamente en la satisfacción y autoestima del individuo. Con todo, se desconoce si todas las actividades sin ánimo de lucro aumentan la satisfacción personal, puesto que la mayoría de los estudios no ofrecen esa distinción. Es posible que existan formas de voluntariado que abrumen a sus participantes. Los individuos que trabajan con grupos socialmente estigmatizados con frecuencia están expuestos a esa estigmatización. Estudios sobre el compromiso social para el cuidado de personas muestran que, a menudo, los voluntarios esperan MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
construir una buena relación con los afectados. Estas esperanzas se frustran en numerosas ocasiones. Al inicio, muchas personas experimentan la labor de cuidar de un enfermo como una actividad agotadora. Resulta básico que las organizaciones de voluntariado aconsejen de manera adecuada a sus colaboradores, muestren interés por ellos y reconozcan su labor de manera periódica. Asimismo, deben ofrecerles la libertad de mostrar sus fortalezas y capacidades y organizar encuentros o reuniones frecuentes que fomenten el intercambio de experiencias y opiniones. De este modo, todos los participantes pueden aprovecharse de su labor como voluntarios.
Eva Selenko es psicóloga laboral en la
Universidad Universidad de Sheffield.
Para saber más Intrinsic need satisfaction and the job attitudes of volunteers versus employees working in a charitable volunteer organization. E. J. Boezeman, N. Ellemers en Journal of Occupational and Organizational Psychology , vol. 82, págs. 897914, 2009. Volunteer work as valuables leisure time activity: A daylevel study on volunteer work, non-work experiences and well-being at work. E. J. Mojza Occupational en Journal of Occupational and Organizational Psychology , vol. 84, págs. 123-152, 2010. Wie frei-gemeinnützig tätige Personen unterschiedliche unterschiedliche Arbeitsformen erleben und bewerten: Eine narrative Grid-Studie als Beitrag zur erweiterten Arbeitsforschung. G. Mösken et al. en Arbeit , vol. 19, págs. 37-52, 2010.
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TERAPIA
Los ef efectos ectos saludables de cantar Participar en un coro favorece al cuerpo y a la mente. Entre otros beneficios, alivia el dolor y la depresión. Desde la psicología y la medicina se indagan las bases de este fenómeno ELENA BERNARD
L
os cantos resuenan por los pasillos de la Clínica Universitaria de Colonia. En ocasiones se oye una solista; en otras, un conjunto de voces. Una veintena de pacientes de cáncer y colaboradores del centro cantan una melodía pegadiza que se acompaña, a sabiendas, de una letra sencilla de recordar. Ello favorece que participen todos. «No hay errores, solo var iaciones», iaciones», señala Norbert Hermanns, musicoterapeuta musicoterapeuta y uno de los directores del coro. Cada semana, los miembros de la coral se reúnen en la capilla de la clínica. No necesitan partituras ni texto, pues ensayan las canciones varias veces para memorizarlas. Entonan piezas alegres, tranquilas o que llevan a la meditación. Aparte de cantar, ejecutan gestos relacionados con la letra de las melodías. Unas lágrimas se escapan de vez en cuando. «Muchos pacientes hallan en el canto un modo de acceder a sus sentimientos y de liberarlos. Eso les proporciona alivio», explica Hermanns. Las personas con enfermedades graves ganan nuevas fuerzas y esperanzas al participar en un grupo de música. «La voz voz y el ánimo guardan una estrecha relación», afirma el musicoterapeuta.
Cuando una persona eleva su voz, se siente más segura de sí misma. Al mismo tiempo, el canto estimula la autoconsciencia y el contacto con los demás. «Ese aspecto resulta muy importante sobre todo para los pacientes de cáncer, puesto que a menudo su enfermedad hace que se sientan aislados.» Por todos es sabido que la música puede modificar nuestro ánimo y despertar nuestras emociones, ya sea en una sala de conciertos, un estadio de fútbol o en el salón de casa. Pero ¿sabemos de qué modo influyen las melodías sobre nuestro cerebro? Stefan Koelsch, profesor de psicobiología psicobiología y psicología de la música en la Universidad Autónoma de Berlín, emplea las canciones y las técnicas de neuroimagen para investigar este enigma. Con las melodías provoca diversas emociones (alegría, tristeza, etcétera) en los probandos; con los escáneres, observa qué sucede en esos momentos en el cerebro de los sujetos.
Éxtasis dopaminérgico dopaminérgico No existe un área cerebral específica para la música. La melodía y el ritmo actúan sobre una extensa red de regiones cerebrales, entre las que se encuentra el sistema de recompensa. De ma-
PURO PLACER Existen numerosas razones por las que las personas cantan. Más allá de la ambición artística, el disfrute por la música y la compañía compañía de otros congéner congéneres es son los principales principales motivos que llevan a participar en un coro. 28
S S I E W R E V I L O
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TERAPIA
EN SÍNTESIS
La música como medicina Cantar aporta beneficios
1 a la psique y al organis-
mo humano. Los médicos y psicólogos aprovechan esos efectos para tratar diversos trastornos. La música contribuye al tratamiento paliativo del dolor. Asimismo, puede mitigar la ansiedad y la depresión.
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Cada vez más clínicas integran el canto y la música como herramientas de intervención.
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nera similar al sexo o la comida, la música que nos resulta placentera provoca que las neuronas liberen mayor cantidad de dopamina (a menudo designada como «hormona de la felicidad»). Por ello, escuchar nuestra canción favorita nos pone de buen humor. El hipotálamo también reacciona con la música. Dicha estructura del tamaño de una almendra ejerce una función destacada en las emociones, el aprendizaje y la memoria. «Eso indica que las emociones no solo dependen de la respuesta del sistema de recompensa», sostiene Koelsch. El hipocampo, además, se conecta con el hipotálamo, circunstancia que explica por qué la música también relaja. El hipotálamo, que se encuentra alojado en el mesencéfalo, regula hormonas del estrés, entre estas el cortisol, y libera oxitocina, sustancia que se relaciona con el apego. «Para una especie social como la nuestra, se trata de una necesidad básica», afirma el investigador. El concertista de piano Stefan Schmidt también conoce el poder unificador de la música. En 2009 fundó en Berlín un coro destinado a indigentes, drogodependientes y otras personas en riesgo de exclusión social. El «coro callejero», como se conoce al grupo coral en la ciudad berlinesa, cuenta en la actualidad con 40 integrantes fijos que ensayan de forma periódica. Ya han ofrecido, con éxito, un par de conciertos. «Aquí encuentran respeto y reconocimiento. Para muchos de ellos, el coro se ha convertido en una especie de familia», explica Schmidt. Las reuniones semanales cobran un valor importante en las inestables vidas de los participantes. Durante el ensayo no se permite a nadie que esté ebrio o drogado. Esta norma ha ayudado a algunos a luchar contra su adicción. Algunas personas sin techo han encontrado trabajo o un puesto de formación tras entrar a formar parte del coro. «Es difícil reinsertar a las personas que viven en la calle en la vida laboral. En el coro contamos con una alta tasa de éxitos», comenta Schmidt. Una razón de esos resultados prometedores podría residir en que las personas ganan confianza en sí mismos a través del canto y el reconocimiento que les reporta. «Se dan cuenta de que, cuando trabajan de manera consecuente, logran efectos positivos. Esto motiva a comprobarlo en otros ámbitos», continúa. Este director de un coro de cámara no baja sus exigencias musicales cuando trabaja con la agru-
pación callejera. «Los cantantes necesitan que se les exija. Ahora se atreven a ensayar incluso piezas complejas.» Los conciertos ante un público numeroso suelen comportar una experiencia decisiva: «Las personas sin hogar están acostumbradas a que la gente transite por su lado sin fijarse en ellas o las mire con desprecio. Mediante el coro pasan a un primer plano e incluso reciben ovaciones de un público que al final se pone de pie para aplaudirles.» El coro de Hermanns, en cambio, no ensaya con el objetivo de salir a escena. El canto adquiere en este grupo una función de meditación. La comunidad desempeña un papel importante. A pesar de que siempre entran personas nuevas a formar parte de la coral, la atmósfera íntima que se respira facilita la sensación de protección. «Nos apoyamos mutuamente mediante melodías, gestos y letras. Ello me tranquiliza, casi igual que cuando rezo», describe una participante del grupo. Al cantar, las enfermedades de las personas permanecen en un segundo plano. Hace cinco años que Agatha Klewer, quien participa en el grupo desde su creación, padece cáncer crónico del sistema linfático. Sabe que, a pesar de los numerosos tratamientos, los tumores reaparecerán tarde o temprano. El canto le permite dejar atrás el pasado y preocuparse menos por el futuro. «Cuando estoy aquí, me siento a salvo», revela. «Recargo fuerzas para el día a día.» La mayoría de sus compañeros son pacientes de cáncer y algunos solo reciben cuidados paliativos. El grupo está abierto a personas que sufren otras enfermedades, así como a los trabajadores. Una enfermera relata: «Sufría derrames cerebrales y depresión. Un coro profesional o amateur , es decir, orientado hacia el rendimiento, supondría demasiado esfuerzo para mí. Mientras exista este grupo no volveré a caer en una depresión tan profunda». El canto no solo beneficia la psique, sino que también aporta vigor al organismo. Entre otros efectos, la respiración se vuelve más profunda, y gracias al tempo, más regular. La musicoterapia que se aplica en personas con patologías pulmonares, como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), se basa en estos efectos. El canto ayuda a que los pacientes controlen controlen de forma consciente su respiración y adopten una postura con la que el aire pueda circular de manera óptima. Con ello, aumenta su calidad de vida. Las sesiones reguMENTE Y CEREBRO 72 - 2015
lares de canto coral mejoran la función f unción pulmonar y pueden aliviar algunos síntomas, entre estos, la asfixia, revelan los primeros estudios.
Estímulo para el sistema inmunitario El pulso se acompasa también con la música. Los corazones de los coristas laten al unísono, lo cual fomenta, de la misma manera que la oxitocina que se libera en el cerebro, la relación y la cooperación entre personas. Cantar repercute incluso sobre el sistema inmunitario. Gunter Kreutz y su equipo de la Universidad de Fránfort del Meno midieron la tasa de inmunoglobulina A, anticuerpo que participa en la defensa contra los gérmenes patógenos, de los componentes de un coro no profesional. Las evaluaciones se realizaron antes y después de un ensayo. Según se comprobó, los coristas presentaban una mayor concentración de inmunoglobulina A al finalizar la hora de ensayo que antes de iniciar la sesión. En cambio, si escu-
puede sustituir a ningún analgésico, merece la pena implantarla como tratamiento clínico complementario, puesto que resulta un método económico y sencillo, concluyeron los autores. Hermanns, como otros musicoterapeutas, parte de la idea de que cantar aporta más beneficios que la estimulación musical pasiva; al fin y al cabo, la música activa tanto el cerebro como el cuerpo. La mayoría de los ensayos comienzan con ejercicios de relajación corporal: los participantes agitan sus extremidades, se masajean los maxilares y la nuca y activan el diafragma mediante respiraciones fuertes y breves. También relajan los músculos. «Se trata de un ejercicio importante, ya que, con frecuencia, el miedo y el estrés provocan contracciones musculares dolorosas», describe Hermanns. Y agrega: «El canto favorece la relajación. Este efecto, sumado con la expresión espontánea de las emociones, favorece que la sensación de dolor se reduzca».
Aunque la musicoterapia no puede sustituir a ningún analgésico, merece la pena implantarla como tratamiento clínico complementario
chaban la misma música, sin cantar, el sistema inmunitario no presentaba modificación alguna. Las investigaciones constatan que escuchar música genera otros efectos beneficiosos destacables: mejora el estado de ánimo y contribuye a que el cuerpo libere endorfinas, unas sustancias que alivian el dolor. El equipo dirigido por Ulrica Nilsson, de la Universidad de Örebro, comprobó que los pacientes que escuchaban música durante una operación quirúrgica o justo después manifestaban menos dolores y requerían menores dosis de analgésicos. En Taiwan, Shih-Tzu Huang y sus colaboradores, de la Universidad Fooyin, obtuvieron resultados similares. Pidieron a algunos sujetos de un total de 126 pacientes de cáncer que escucharan con atención cantos budistas o canciones folclóricas durante 30 minutos. Según descubrieron, las personas expuestas a los estímulos musicales reportaban sentir menos dolor en comparación con los otros sujetos. A pesar de que la musicoterapia no MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Antes de entrar a formar parte de un coro terapéutico, algunos pacientes se consideran unos ineptos para la música. A través de la terapia cambian esa primera impresión. «En la musicoterapia, la experiencia previa con la música ocupa un lugar secundario; lo esencial es que la persona disfrute cantando», señala Hermanns. «Esa capacidad surge de uno mismo con rapidez», asegura. Koelsch va más allá: «No existen personas sin aptitudes musicales». De hecho, la música puede generar un estado de alegría a cualquiera, se posean o no nociones musicales. «La música forma parte de la naturaleza humana. Cuando escuchamos una canción que nos gusta, es normal que sintamos la necesidad de sumarnos a ella: basculamos el pie, nos movemos al ritmo de la melodía o empezamos a cantar en voz alta.»
Elevar los ánimos con la voz El estado anímico que genera la música resulta contagioso. Aubert-Khalfa, de la Universidad del 31
TERAPIA
QUIEN CANTA, SU MAL ESPANTA Los estudios confirman que las personas que practican la música en compañía de otras, como sucede en los grupos corales, se muestran más sociables y de mejor humor.
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Mediterráneo en Marsella, junto con su equipo, decidieron investigar por qué. Para ello reprodujeron canciones de diferentes compositores en una sala con 50 sujetos. Algunas de las piezas evocaban alegría; otras, tristeza. También midieron diversas reacciones físicas de los probandos. Sin que los sujetos se mostrasen conscientes de ello, la música alegre activaba sus músculos risorios, aumentaba la conductividad eléctrica de su piel e incrementaba la frecuencia respiratoria. Con las melodías tristes, sus cejas c ejas adoptaban una forma ligeramente descendente. Un cuestionario entre los participantes acabó de constatar que la música había influido en el estado de ánimo. 32
Para la siguiente fase del experimento, los investigadores vestigadores eliminaron la melodía de las canciones, de modo que solo se percibía el tempo de las mismas ¿Resultado? ¿Resultado? Las reacciones r eacciones corporales de los probandos disminuyeron; asimismo, el contagio emocional apenas funcionó. Es probable que las reacciones orgánicas inconscientes sean las responsables de la respuesta emocional ante la música. Un fenómeno similar sucede con la mímica: de forma inconsciente, tendemos a imitar el gesto facial de otra persona. De ese modo, nos ponemos en su piel a la vez que nos dejamos contagiar por su estado de ánimo [véase «Camaleones sociales», por Arnd MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Florack y Oliver Genschow; Mente y cerebro n. o 48, 2011]. Las personas con autismo suelen presentar grandes dificultades para interpretar las emociones de los demás a partir de su expresión facial. Pero ¿también son musicalmente «insensibles»? La psicóloga Eve-Marie Quintin, de la Universidad de Québec en Montreal, y sus colaboradores pidieron a 26 jóvenes con y sin autismo que indicasen si sentían alegría, tristeza, miedo o calma después de ver unos vídeos musicales. Los participantes con trastorno del espectro autista puntuaron casi tan bien como los demás. Quizá la música ayude a las personas autistas a percibir y expresar mejor sus propias emociones. Al parecer, las melodías activan en el lóbulo frontal del cerebro áreas del lenguaje que en estos individuos apenas se activan ante los estímulos lingüísticos. Grace Lai, de la Universidad de Columbia en Nueva York, y su equipo demostraron este efecto mediante la exploración con técnicas de neuroimagen del cerebro de 36 niños con autismo. Por lo general, la música y el lenguaje mantienen una estrecha relación. Según ha constatado Koelsch, tenemos una especie de sintaxis musi-
cal en la cabeza: cuando escuchamos un acorde inesperado en una composición, se desencadena la misma señal cerebral que se produce si oímos una palabra gramaticalmente incorrecta dentro de una oración. «Tras el experimento, muchos sujetos afirmaban que no habían advertido nada inusual en la música. Sin embargo, su electroencefalograma exponía lo contrario; había acontecido una reacción. Parece que nuestro cerebro es fundamentalmente musical, aunque no nos percatemos de ello.» A muchas personas les da vergüenza cantar, a no ser que se encuentren bajo la ducha o con unas copas de más en el cuerpo. Ese miedo a hacer el ridículo quizá se deba a que, cuando cantamos, liberamos nuestras emociones, por lo que desvelamos una parte de nosotros. Esa es, precisamente, la virtud del canto.
Para saber más Music interventions for improving psychological and physical outcomes in cancer patients. J. Bradt et al. The Cochrane Collaboration 2011. Music structure determines heart rate variability of singers. sin gers. B. Vickhoff et al. en Frontiers in Psychology , n.o 10.3389/ fpsyg.2013.00334, 2013. Brain correlates of musicevoked emotions. S. Koelsch en Nature Reviews Neuroscience, vol. 15, págs. 170-180, 2014. Warum singen glücklich Psychosozial, macht. G. Kreutz. Psychosozial, Giessen, 2014.
En nuestro archivo Neurología de la percepción musical. Eckart Altenmüller en MyC n. n.o 1, 2002. Música y cerebro. Norman Weinberger en IyC , enero de 2005. Emociones musicales. Sandrine Vieillard en MyC n.o 13, 2005.
Elena Bernard es periodista científica.
Ritmo para recuperar la marcha. Simone Dalla Bella y Barbara Tillmann Tillmann en MyC n.o 72, 2015.
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TERAPIA
Ritmo para recuperar la marcha La música permite restablecer la capacidad de andar y mantener el equilibrio deteriorados a causa del párkinson, un ictus o del propio envejecimiento. Al parecer, el contenido rítmico de la melodía es el componente terapéutico clave SIMONE DALLA BELLA Y BARBARA TILLMANN
P
ocos días después de nacer, el cerebro humano reacciona ante el cambio de duración en una secuencia de sonidos de percusión. A partir de los siete meses de vida podemos aprender ritmos diferentes y los movimientos que los acompañan. Laurel Trainor y Jessica Phillips-Silver, de la Universidad de Montreal, bailaron con bebés en brazos al son de un ritmo de vals o de marcha. A continuación, los psicólogos expusieron a los pequeños a secuencias sonoras que se correspondían con esos ritmos. Observaron que los niños preferían la música que tenía el mismo ritmo que habían bailado. Al parecer, el movimiento permitía a los bebés memorizar el contenido rítmico. Pese a su aparente simplicidad, la capacidad de moverse al ritmo de la música requiere una compleja red de conexiones entre diversas áreas cerebrales responsables de la percepción del ritmo y de su duración, de la planificación y del control de los movimientos, así como de los procesos de integración entre la percepción y la acción. Cuando escuchamos música, sentimos deseos de movernos, pues las áreas cerebrales motoras se activan. Si se pide a una persona que efectúe una tarea puramente perceptiva, por ejemplo, decir si una secuencia de notas representa un ritmo particular, también se ponen en funcionamiento regiones asociadas a la motilidad (los ganglios basales y la corteza premotora), a pesar de la ausencia de movimiento. Explicado de manera sencilla, la simple escucha de un fragmento de música estimula las áreas cerebrales motoras. 34
Este fenómeno sugiere una idea: utilizar la música como método para reeducar el movimiento en personas que lo tengan deteriorado. Por el mero hecho de estimular el cerebro motor, el ritmo de la música puede ayudarnos a reactivar o a mejorar la motilidad en personas con trastornos motores sin necesidad de moverse, solo escuchando. Cada vez más investigaciones demuestran que andar al ritmo de una música resulta eficaz para la reeducación de funciones motoras en individuos con párkinson y pacientes que han sufrido una apoplejía. En este artículo también nos plantearemos si la música puede ayudar a las l as personas seniles a recuperar su estabilidad durante la marcha.
Tratamiento del párkinson La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta a más de 1,2 millones de personas en Europa. De 100.000 individuos mayores de 65 años, unos 160 presentan esta dolencia. Además, se estima que la cifra se doblará en 2030 debido al envejecimiento general de la población. El párkison se relaciona con un mal funcionamiento de los ganglios basales, estructura que se aloja en el centro del cerebro. Una persona que padece parkinsonismo sufre temblores en reposo, ejecuta movimientos voluntarios lentos y manifiesta dificultades para comenzar a moverse. Los síntomas se observan, sobre todo, cuando el paciente se levanta y anda. Estos síntomas, a los que se suman la rigidez muscular generalizada y los problemas para mantener el equilibrio, originan una alteración de la marcha. Por lo general, el
EN SÍNTESIS
Estimulación musical Sincronizar el paso con un sonido rítmico ayuda a las personas con párkinson a recuperar su marcha natural.
1
Escuchar el ritmo de
2 una música o aprender a tocar el piano contribuyen asimismo en la rehabilitación de las capacidades motoras deterioradas tras un ictus. Los sujetos mayores sanos caminan más rápido y dan pasos más largos largos si escuchan una música rítmica durante la marcha.
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MOVIMIENTOS AL COMPÁS El ritmo activa los centros de movimiento en el cerebro. Por este motivo contribuye a que las personas con una marcha deteriorada efectúen pasos más rápidos y regulares. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
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TERAPIA
afectado se desplaza con lentitud, da pasos cortos y, en ocasiones, se detiene y cae. Además de reducir la calidad de vida, los trastornos de la marcha favorecen las caídas; en consecuencia, se incrementa el riesgo de heridas, fracturas de cuello del fémur y traumatismos craneales. Por todo ello, constituyen una de las causas principales de discapacidad y dependencia entre los pacientes con párkinson. ¿Cómo reducir esos trastornos? El tratamiento farmacológico de que disponemos en la actualidad para luchar contra la enfermedad de Parkinson, la L-dopa, reduce, al menos al principio del tratamiento, los síntomas motores como el temblor. No obstante, apenas mejora los trastornos de la marcha. Para suplir esa carencia se han estudiado otros métodos. La música, mejor dicho, el ritmo de la música, ha demostrado producir efectos beneficiosos en estas personas.
Caminar a buen ritmo Para el tratamiento, se expone a los pacientes a sonidos repetitivos y regulares antes de que inicien la
marcha. Cuando el ritmo de los sonidos repetidos o el tempo de la música son los adecuados —ni demasiado lentos ni demasiado rápidos—, el afectado tiende a sincronizar sus pasos rítmicamente, con lo que se vuelven más largos y seguros. Su andar se acelera, a la vez que gana en naturalidad y regularidad. En definitiva, la persona recupera la espontaneidad de su marcha normal. Aunque el método mediante la estimulación auditiva rítmica se conoce desde los años cuarenta del siglo xx, no ha sido hasta épocas más recientes cuando se ha estudiado con rigurosidad. En 1997, Michael Thaut, uno de los pioneros de la reeducación neurológica, y sus colaboradores de la Universidad del Estado de Colorado, analizaron el efecto terapéutico del ritmo en 21 personas afectadas de párkinson. Diez fueron f ueron tratadas tratadas con L-dopa, mientras que otras tantas no recibieron tratamiento alguno. Además, evaluaron a otra decena de individuos indiv iduos sanos. Cada participante, todos de edades semejantes, debía andar unos 30 metros a su velocidad máxima con o sin estímulo auditivo rítmico (el ritmo estaba adaptado a una
A TODA MÚSICA Tocar el piano es una actividad placentera y motivante. Se ha comprobado que mejora la recuperación de las capacidades motoras de las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular. 36
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Circuito de compensación
Área motora complementaria
Gracias a la música se música se activa ac tiva una red de compensación. Por lo general, cuando se percibe un estímulo auditivo ( notas musicales), este es procesado por las áreas auditivas, se transmite al tálamo (estructura cerebral que centraliza numerosas informaciones), y después al área motora complementaria, la cual envía las órdenes de movimiento. En las personas con enfermedad de Parkinson, los ganglios basales ( amarillo) presentan una funcionalidad alterada. El ritmo de la música activa un circuito de compensación que pasa a estimular el área motora complementaria. De esta forma, la señal sonora activa el cerebelo que transmite la información al tálamo, el cual envía las señales al área motora complementaria ( flechas rojas). Los bucles de retroacción normales ( naranja) se activan. Este circuito de compensación ayuda a los pacientes a recuperar su capacidad de marcha.
marcha rápida). Se constató que la estimulación rítmica mejoraba la marcha de todos los participantes; asimismo, la longitud de la zancada de las personas que sufrían párkinson aumentaba. Este fenómeno no sucedía, en cambio, en los sujetos que no padecían el trastorno. A la vista de los resultados, ¿puede utilizarse la sincronización del movimiento con el ritmo musical para reeducar la marcha? La respuesta es: «sí». «sí». De hecho, hec ho, ya se han propuesto programas terapéuticos basados en la estimulación rítmica. Por lo común, durante dos meses y varias veces por semana se practica el andar rítmico con música. Según se ha comprobado, este entrenamiento no solo mejora la marcha de los pacientes durante los ejercicios, sino que los efectos perduran una vez concluida la terapia. Los sujetos ganan velocidad al caminar y realizan zancadas más largas, incluso en ausencia de estímulos rítmicos.
Redes paralelas ¿Qué mecanismos cerebrales contribuyen a esta reeducación? El ritmo favorece que el cerebro de las personas con párkinson utilice una red neuronal secundaria que compensa la red motora lesionada lesionada a causa del trastorno. Esta red compensatoria incluye regiones encefálicas que se hallan implicadas en la motilidad y en el control de los movimientos finos, como es el caso del cerebelo. De esta manera, las áreas se activan cuando los movimientos se efectúan al ritmo de un estímulo externo. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Corteza prefrontal
Tálamo
Ganglios basales
Cerebelo L E U R E U Q L E A H P A R
Estímulos auditivos
Los beneficios terapéuticos no se limitan a la marcha, como demostramos junto con Sonja Kotz, de la Universidad de Manchester, y Charles-Étienne Benoit, del Centro EuroMov de la Universidad de Montpellier 1. Pedimos a un grupo de personas con párkinson que participaran en un programa de entrenamiento con estimulación rítmica auditiva a lo largo de un mes. Los L os probandos anduviero anduvieron n al ritmo de una canción popular durante 30 minutos tres veces por semana. Observamos que, una vez finalizada la terapia, su marcha había mejorado; también percibían mejor la duración de los sonidos y el tempo. La estimulación rítmica auditiva había influido en redes neurales que contribuían a la percepción de la duración rítmica. Aunque todavía se necesita ahondar más en la relación entre los movimientos y la estimulación rítmica, existen trabajos en curso que investigan la posibilidad de crear herramientas que faciliten la recuperación motora de las personas con la enfermedad de Parkinson. Un grupo de la Universidad Politécnica de Madrid dirigido por María Teresa Arredondo está trabajando en una aplicación para teléfono inteligente que integre patrones acústicos compuestos para la práctica de los ejercicios de estos pacientes.
Aprender de nuevo a moverse A medida que la investigación vaya avanzando en este terreno, la musicoterapia musicoterapia podrá aplicarse para el tratamiento de otras patologías neuro37
TERAPIA
La música también ayuda a demorar los efectos del alzhéimer En la demencia, la musicoterapia favorece que las habilidades cognitivas y funcionales, la identidad personal y la comunicación con el entorno se mantengan en activo durante más tiempo, lo que beneficia la calidad de vida del afectado y de los cuidadores MÓNICA DE CASTRO Y MELISSA MERCADAL BROTONS
L
a enfermedad de Alzheimer se caracteDiversos estudios, entre ellos el de Claire riza por un deterioro progresivo de las Hulme, de la Universidad de Leeds, afirman competencias cognitivas y funcionales de que la musicoterapia es uno de los tratala persona que la padece. A lo largo de la mientos no farmacológicos más efectivos enfermedad, cuyo curso medio es de diez para las demencias. Pero la investigación años, se van deteriorando la memoria, la sobre los beneficios de la musicoterapia en atención, la capacidad de distinguir imáge- personas con alzhéimer no es nueva: sus inines y sonidos, la comprensión, la fluencia cios se remontan a la década de los ochen y el contenido contenido del lenguaje, lenguaje, los movimien- ta del siglo xx. En los últimos años se han tos aprendidos con una finalidad práctica multiplicado los estudios, algunos de ellos o la orientación espacial y temporal, entre mediante neuroimágenes, que, sumándose otros aspectos. Algunos de los síntomas o mejorando los ya existentes, han aportado psicológicos y conductuales pasan por una hallazgos novedosos que respaldan el uso de disminución de la autoestima, episodios de la música como terapia para mejorar la calidepresión, ansiedad y agitación. Todos estos dad de vida de las personas con demencia. problemas, además, influyen en la interacción social de la persona, p ersona, que también se va ¿Cómo funciona? deteriorando. Pero ciertas regiones del cere- En las intervenciones musicoterapéuticas bro, relacionadas con la música, permanecen para personas con alzhéimer y otras demenintactas por más tiempo. cias se utilizan diversas técnicas: el canto, En el año 2009, Petr Janata, de la Univer- la audición, el movimiento con música, el sidad de California en Davis, descubrió un manejo de instrumentos en grupo, los jueárea en la corteza prefrontal medial que se gos musicales o la relajación con música. Un activa cuando escuchamos un tema musical musicoterapeuta con competencias clínicas que conocemos y nos despierta recuerdos y musicales musicales define las estrategias estrategias y diseña autobiográficos, poniendo en marcha las para cada individuo un programa de actiemociones asociadas a esos recuerdos. Esta vidades que se llevará a cabo en diversas zona tarda en deteriorarse en las personas sesiones. Para ello considera todos los ascon alzhéimer, lo que puede explicar por qué pectos que intervienen en cómo la persona incluso los individuos que presentan fases percibe la música (biológicos, personales y personales y muy avanzadas de esta enfermedad neurodegenerativa reaccionan ante una canción 9 0 0 que les resulta familiar. familiar. 2 , Beneficios terapéuticos de la música Según se ha observado, las personas afectadas de alzhéimer mantienen, a lo largo de todo el proceso de la enfermedad, la capacidad de percibir y darle un significado al estímulo musical. Incluso sujetos que ya no son capaces de comunicarse hablando pueden llegar a cantar parte de una canción.
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4 9 5 2 9 7 5 2 . S G Á P , 9 1 . L O V ,
X E T R O C L A R B E R E C
N E A T A N A J . P : E D
culturales) a partir de estudios que profundizan en los mecanismos por los que la música apela a las emociones, los movimientos y los recuerdos. En los sujetos que presentan una fase inicial o moderada del trastorno, esto es, cuando todavía preservan muchas de sus capacidades, las técnicas de musicoterapia pueden contribuir a mantener por más tiempo algunas habilidades físicas y cognitivas, entre ellas, la memoria, el lenguaje, la atención, la orientación y la coordinación de movimientos. Una de las autoras (Brotons) y Susan M. Koger, de la Universidad Willamette, comprobaron en 2000 que las personas con demencia que habían participado en un programa de musicoterapia presentaban una mejoría del contenido y la fluencia del lenguaje. En estos períodos iniciales de la enfermedad, las actividades musicoterapéuticas se desarrollan en grupo con el fin de reforzar también los aspectos psicológicos y relacionales de cada participante. Cuando el alzhéimer ya se encuentra avanzado o muy avanzado, es decir, cuando la persona ha perdido el lenguaje, no puede recuperar sus recuerdos, presenta una funcionalidad reducida y los problemas conductuales se tornan persistentes e intensos, las técnicas musicoterapéuticas
MELODÍAS PARA RECORDAR Cuando escuchamos una canción que conocemos, un área de la corteza prefrontal medial (amarillo) activa los recuerdos autobiográficos que asociamos a esa música, según halló en 2009 Petr Janata, de la Universidad de California en Davis. En las personas con alzhéimer, dicha zona tarda en deteriorarse.
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individuales contribuyen a mejorar algunos aspectos. Diversos trabajos han hallado que estas actividades de carácter individual ayudan a que los afectados recuperen recuerdos autobiográficos, vivan emociones positivas asociadas a ellos, se comuniquen con los familiares y cuidadores y que aumente su sensación de seguridad y calma. Estos beneficios facilitan a su vez que los afec O tados acepten sensaciones y estímulos de R T S A C su entorno que ya no comprenden. E D A C I En España, la musicoterapia para tratar N Ó M E a las personas con demencia se utiliza so D A Í S E bre todo en los centros y hospitales de día T R O C así como en los centros geriátricos, según un estudio realizado en 2012 por una de las MÚSICA REPARADORA autoras (Brotons) y publicado en 2014 en la Mediante una actividad rítmica se favorece que la persona con alzhéimer moderado-grave dificultades para ejecutar ejecutar un movimi movimiento ento coordina coordinado do participe de manera manera activa en Revista Brasileira de Musicoterapia. Los tipos y con dificultades de programas y actividades que se aplican la tarea, realice el movimiento deseado y experimente la vivencia como exitosa. Con ello se varían en función del grado de demencia del estimulan sus ganas de seguir trabajando y se crea una comunicación con su entorno. individuo, pasando de técnicas y tareas que requieren una mayor participación por parte asistido con música, la reducción de la agita- colaboración entre musicoterapeutas, invesdel paciente (canto, tocar instrumentos, mo- ción o el estímulo de la persona con apatía tigadores, familias y demás profesionales del vimiento con la música, juegos musicales) en mediante audición individual de música, el ámbito geriátrico, de forma que el trabajo las primeras fases de la demencia a activi- descanso después del almuerzo o la música diario alimente nuevas líneas de investigadades más receptivas (audición de música) de fondo en un centro o en casa son algunos ción que aporten más avances. En definitiva, en los casos más avanzados. Wendy Chat- ejemplos de esas aplicaciones, que tienen trabajar en equipo para que la música pueda terton, de la Universidad de Queensland, como objetivo mejorar la calidad de vida del contribuir más a mejorar la calidad de vida confirmó en 2010 a través de un estudio de enfermo y de sus cuidadores. de la persona con alzhéimer. revisión que las técnicas de musicoterapia Mónica de Castro más efectivas en las fases avanzadas de la Retos para el futuro Facultad de psicología, ciencias demencia son básicamente receptivas. Entre Aunque la investigación en este campo ha de la educación y el deporte Blanquerna estas estrategias destaca la audición indivi- aportado numerosos conocimientos, existen Universidad Ramon Llull dualizada de música grabada o de la voz del todavía muchos retos. Uno de ellos estriba Barcelona Melissa Mercadal Brotons cuidador o del musicoterapeuta, que puede en lograr una definición más detallada de las Escuela Superior de Música de Cataluña acompañarse de un instrumento. metodologías y técnicas musicoterapéuticas Sin embargo, las necesidades de las perso- empleadas empleadas en los estudios, así como la creanas que padecen alzhéimer (en la actualidad ción de un modelo o protocolo musicoteraPara saber más unas 850.000 en España) van más allá de péutico, a semejanza del que ya se aplica en The neural architecture of music-evoked autobiographical autobiographical memories. P. Janata en Cela sesión de musicoterapia. Los familiares y el tratamiento de bebés prematuros. rebral Cortex , vol. 19, págs. 2579-2594, 2009. los profesionales que trabajan a su cuidaEn estos momentos, gracias a las inMusic therapeutic caregiving: The necesdo pueden incorporar la música en su día vestigaciones llevadas a cabo, el uso de la sity of active music-making in clinical care. a día mediante actividades sencillas que música como terapia para las personas con S. Brown, E. Götell y S. Ekman en The Arts in Psychotherapy , vol. 28, págs. 125-135, 2001. pueden aprender formados por musicote- alzhéimer y sus cuidadores se acepta cada Effects of group music therapy on quality rapeutas especializados, según sugirieron vez más. Corresponde ahora a la comunidad of life, affect and participation in people en 2001 Steven Brown, por entonces en el científica hacer más partícipes a los profewith varying levels of dementia. C. Solé et al. en Journal en Journal of Music Therapy Therapy , vol. 50, n.o 1, Instituto Karolinska del Hospital Universita- sionales y a la sociedad de las pruebas exispágs. 103-125, 2014. rio Huddinge, y sus colaboradores. El baño tentes, estableciendo lazos permanentes de
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TERAPIA
La marcha de las personas mayores mayo res podría mejorarse a través de un estímulo musical rítmico 40
degenerativas. En la actualidad, parece lograr buenos resultados en los casos de accidente cerebrovascular. Thaut y sus colaboradores pidieron a una serie de personas que habían perdido movilidad en uno de los brazos a consecuencia de un ictus que tomaran un objeto con la mano de la extremidad lesionada. En unas ocasiones, la sala donde se llevaba a cabo el ensayo se encontraba en silencio; en otras, se oía de fondo un sonido rítmico regular (el tic-tac de un metrónomo). Se observó que, en presencia de un ritmo, la trayectoria de los movimientos del brazo resultaba más regular: el movimiento del codo era más amplio y el conjunto de la acción sucedía de manera más fluida. Como hemos señalado antes, en el párkinson, los sonidos regulares permiten aumentar la capacidad del cerebro para optimizar ciertos movimientos. En este método se utilizaron secuencias de sonidos simples y se aprovechó, sobre todo, el ritmo musical. Otro planteamiento más reciente propone que los afectados aprendan a tocar un instrumento musical, preferiblemente el piano. Diversas investigaciones han demostrado que este tipo de aprendizaje refuerza la plasticidad en una amplia red cerebral. Esta incluye regiones responsables de procesar la información auditiva (sobre todo, la corteza temporal y la frontal), la corteza motora y la premotora (contribuyen a la planificación y preparación de los movimientos), así como las regiones encargadas de integrar informaciones sensoriales y motrices (regiones temporales y parietales). Esa plasticidad no solo se constata si se compara el cerebro de músicos con una larga experiencia profesional con el de individuos sin nociones musicales. En los niños y adultos que aprenden a tocar un instrumento durante algunas semanas o unos meses, la percepción de sonidos activa áreas auditivas auditivas primarias y secundarias, pero también la corteza motora. Es decir, se da una asociación auditivo-motora. De esta manera, cuando una persona que ha aprendido a manejarse con el piano oye melodías que ya sabe interpretar, su corteza motora se activa. Esta reacción no aparecía antes del aprendizaje.
Clases de piano tras un ictus ¿Podría usarse el aprendizaje de un instrumento para rehabilitar las capacidades motoras deterio-
radas tras un accidente cerebrovascular? Eckart Altenmüller y su equipo de la Universidad de Hannover investigaron esta posibilidad mediante la utilización de panderetas electrónicas que emitían sonidos de piano y un piano. Mientras las panderetas servían para ejercitar la motilidad gruesa (el brazo), las teclas del piano permitían la práctica de motilidad fina (la mano). Un terapeuta enseñó a los pacientes a tocar una serie de melodías con dichos instrumentos. Al final de la terapia, se compararon los progresos motores de estos individuos con los de sujetos que también habían sufrido un ictus, pero que habían participado en un programa estándar de rehabilitación. rehabilitación. Según se confirmó, los miembros del grupo de aprendizaje musical mejoraron en la velocidad, la precisión y la fluidez de movimientos de manera más destacada que los usuarios de una terapia «tradicional». Para evaluar los progresos, se pidió a los pacientes que introdujeran nueve varitas en pequeños agujeros, tarea para la que se requiere precisión y rapidez. Antes del tratamiento, ambos grupos no presentaban ninguna diferencia. Después del programa de rehabilitación, los participantes que habían aprendido a tocar el piano obtuvieron mejores resultados. Todo apunta a que aprender a tocar el piano mejora las capacidades motoras de las personas que han sufrido un ictus. El beneficio de esta terapia descansa sobre diversos factores que actúan como mantenedores de estas capacidades: la repetición de movimientos, la sintonía del gesto con el sonido e incluso la asociación de factores emocionales y motivacionales. Pero, además de la emoción y la motivación, la asociación del sonido y el gesto podría tener otro efecto. Se ha demostrado un reforzamiento de las conexiones entre las regiones auditivas y las sensoriomotoras después del aprendizaje. Ello sugiere que un entrenamiento que combine las informaciones auditivas, sensoriales y motoras podría contribuir a la reeducación reeducación motriz. ¿Cómo explicar los efectos de esta asociación de gesto y sonido que se origina gracias a la pulsación de una tecla (activación del circuito motor) mediante la cual se provoca un sonido (activación del circuito de la percepción)? Floris Van Vugt, de la Universidad de Hannover e investigador en el Centro de Investigaciones Neurocientíficas de Lyon, se ha preocupado por este tema dentro del proyecto EBRAMUS, dedicado al estudio de los MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
efectos beneficiosos de la música sobre el cerebro. En uno de sus experimentos, exper imentos, personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular aprendieron a tocar el piano tanto en condiciones normales (la pulsación de la tecla iba seguida del sonido) como modificadas (el sonido se producía al cabo de unos 100 a 600 milisegundos). El objetivo de la versión alterada era interferir en la asociación auditiva y motora. Al contrario de lo que proponía la hipótesis anterior, los individuos del grupo de sonidos retardados progresaron más en la prueba de las nueve varillas que los otros. Mediante cuestionarios, los investigadores hallaron que las personas no eran conscientes de que el sonido se oía tiempo después de pulsar la tecla. Ese estudio, en el que se incluyeron sonidos retardados un tiempo variable, demuestra que puede mejorarse la rehabilitación motora sin perturbar la motivación o la emoción que siente el paciente. Decidimos estudiar con más detalle la función de la integración sensorial y motriz en la rehabilitación motora. Los resultados obtenidos hasta ahora sugieren que la utilización de un programa de aprendizaje musical, especialmente tocar el piano, parece ser una estrategia terapéutica innovadora, placentera, motivadora y eficaz para mejorar la rehabilitación de las capacidades motrices en los pacientes de ictus.
Beneficios en mayores sanos Caminar al ritmo de la música y tocar el piano parecen mejorar la reeducación de la motilidad en las personas con enfermedad de Parkinson o que han padecido un accidente cerebrovascular. Sin embargo, los beneficios que puede aportar la música no se limitan a estos casos. También pueden mejorar la calidad de vida de las personas de edad avanzada que presentan dificultades motoras. El 10 por ciento de la población mayor marcha a paso lento. Los problemas para andar y la disminución de la velocidad se asocian a menudo a un declive cognitivo. Existen razones para continuar investigando métodos que contribuyan a paliar las dificultades de la marcha. Entre estas técnicas destacan los marcadores auditivos basados en la música. En 2013, Joanne Wittwer y sus colaboradores de la Universidad de Melbourne solicitaron a probandos sanos de más de 65 años que caminaran con un metrónomo o al son de la música. Tanto el ritmo del metrónomo como el de la música MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
se ajustó al de la marcha de cada individuo. El experimento reveló que los participantes que escuchaban música se desplazaban a una velocidad mayor de la habitual y daban pasos más largos. Este efecto no se registró entre los que caminaban con un metrónomo. ¿Puede considerarse el marcador auditivo mediante la música como una solución poco costosa para frenar la reducción natural de la movilidad en las personas de edad avanzada y el declive cognitivo acompañante? Esta cuestión ha sido objeto de diversas investigaciones. El proyecto europeo BeatHealth, que se desarrolla en el Centro EuroMov de Montpellier, estudia cómo utilizar la música para mejorar la movilidad de las personas mayores y aumentar su capacidad motora y su calidad de vida. Como en el caso del párkinson, se están desarrollando aplicaciones para el teléfono móvil capaces de presentar un estímulo musical rítmico adaptado a las características de la marcha del usuario. Con todo, los efectos positivos de la música no se limitan al tratamiento tratamiento de patologías. En fecha reciente, Andrea Trombetti y sus colaboradores, de la Universidad de Ginebra, propusieron a voluntarios sanos de más de 65 años que pasearan oyendo música o que aprendieran a tocar un instrumento. Después de un período de práctica, los probandos caminaban mejor, se caían con menor frecuencia, mejoraban sus resultados en las pruebas cognitivas estándar y mostraban menos temor al andar (habían recuperado la confianza y tenían menos miedo de caer). Estos resultados subrayan la urgencia de continuar con los estudios en torno a la función que la música puede ejercer para la prevención del declive cognitivo y motor en las personas mayores.
Más que la melodía, el ritmo parece ser el elemento clave
Para saber más Differential input of the supplementary supplementary motor area to a dedicated temporal processing processing network: functional and clinical implications. S. Kotz et al. en Frontiers in Integrative Neuroscience, vol. 5, pág. 86, 2011.
The involvement of audiomotor coupling in the musicsupported therapy applied to stroke patients. A. RodríguezFornells et al. en Annals en Annals of the New York Academy of Sciences, vol. 1252, pág. 282, 2012. Simone Dalla Bella es profesor de
ciencias del movimiento en la Universidad de Montpellier-1 e investigador en el Centro EuroMov. Barbara Tillmann dirige el grupo de investigación sobre cognición auditiva y psicoacústica en el Centro de Investigación en Neurociencias (CRNS) de la Universidad de Lyon 1.
Cueing and gait improvement among people with Parkinson’s disease: A metaanalysis. S. Spaulding et al. en Archives en Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, vol. 94, págs. 562570, 2012.
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SINOPSIS SINOPSIS
En el cerebro de un guardameta Casi de manera instantánea, nuestros órganos de los sentidos informan al cerebro sobre un evento. Sin embargo, la consciencia es más lenta, pues tardamos un cuarto de segundo en ser conscientes de lo que pasa. Para poder reaccionar de manera rápida, nuestro cerebro se prepara de forma insconsciente, como también sucede con el de los porteros de fútbol. TEXTO: ANNA VON HOPFFGARTEN | GRÁFICOS: MARTIN MÜLLER
Lóbulo frontal
Tálamo
milisegundos: Concentración El guardameta dirige su atención hacia el jugador que se dispone a chutar. El tálamo, alojado en el diencéfalo, contribuye a la concentración. El lóbulo frontal se encarga de que los estímulos irrelevantes y pensamientos distractores no ocupen la mente.
Putamen
Lóbulo parietal
70 milisegundos: Memoria motora El guardameta todavía no percibe de manera consciente el balón que surca los aires, aunque su cerebro ya planea de manera inconsciente la reacción con la que deberá afrontar la situación. Para ello se basa sobre todo en la información visual de los movimientos del contrincante. Estos datos activan el lóbulo parietal, el cual, a su vez, pone en marcha la memoria procedimental. Se trata de recuerdos de movimientos aprendidos que se hallan almacenados, cual programas automáticos, en el putamen, una región cerebral que se aloja en los ganglios basales.
0
Corteza premotora
250 milisegundos: Plan de reacción El cerebro del portero idea un plan de reacción con ayuda de las informaciones acumuladas hasta ese momento. Son los conocimientos (todavía inconscientes) sobre la velocidad y la dirección de vuelo del balón. El plan se almacena en la corteza premotora.
250
ms
70
ms R E L L Ü M N I T R A M
42
0
ms
MENTE Y CEREBRO 72 XX - 2015 2013
Corteza motora
Cerebelo
Cerebelo
Médula espinal
500 milisegundos: Acción consciente A veces, la trayectoria de la pelota no se corresponde con el cálculo previo inconsciente que ha hecho el cerebro. El guardameta puede corregir el plan de movimiento, movimiento, pero para ello requiere tiempo. Con frecuencia, no llega a tiempo para detener el balón.
355 milisegundos: Instrucciones de movimiento La corteza premotora envía el plan de movimiento a la corteza motora. Esta transmite, a través de la médula espinal, las instrucciones de movimiento a los músculos. En general, se activan todos los músculos del cuerpo del portero para defenderse ante la amenaza de gol del contrincante. El cerebelo controla la secuencia en la que deberán moverse cada una de las extremidades.
500
ms 355
ms 285
ms
285 milisegundos: Percepción consciente El guardameta percibe el balón de manera consciente; sin embargo, previamente ya había calculado más o menos su posición de manera inconsciente.
(The brain book. Rita Carter. Dorling Kindersley Limited, Londres,
MENTE Y CEREBRO 72 XX - 2015 2013
2009)
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AVANCES
PSIQUIATRÍA MOLECULAR
El paisaje genético del autismo Los trastornos del espectro autista presentan una arquitectura genética compleja, con decenas o quizá centenares de genes implicados que portan distintos tipos de alteraciones, algunas de ellas raras, pero otras muy comunes entre la población BRU CORMAND
A
lrededor de uno de cada doscientos recién nacidos, la mayoría varones, presenta a lo largo de su desarrollo un trastorno del espectro autista (TEA). Estos niños muestran dificultades para comunicarse con el entorno y establecer relaciones sociales. Asimismo, manifiestan conductas repetitivas y estereotipadas. La base de dichas alteraciones suele encontrarse en la genética, como demuestran demuestran los estudios l levados a cabo en familias y gemelos con casos de TEA. Se ha constatado que entre el 73 y el 95 por ciento de las parejas de gemelos monocigóticos (genéticamente idénticos) en las que un hermano es autista, el otro también lo es. Ello sitúa la heredabilidad en un 90 por ciento y deja solo un 10 por ciento para factores ambientales, epigenéticos o de otro tipo. Sin embargo, saber que una patología presenta causas genéticas no significa que conozcamos cuáles son ni que estas resulten simples.
El bosque y los árboles Hace apenas quince años, concretamente en junio de 2000, Francis Collins y Craig Venter presentaron en sociedad el Proyecto Genoma Humano, la secuencia casi completa de nuestro genoma: más de tres mil millones de nucleótidos que contienen unos 27.000 genes. Desde entonces se ha producido una revolución sin precedentes en el campo de la biomedicina. En lo que llevamos de siglo, hemos pasado de unos 1400 trastornos mendelianos con base genética conocida a más de 4300. Pero volvamos al autismo. Dos personas cualesquiera comparten un 99,6 por ciento de su genoma. Es en el 0,4 por cien44
to restante donde los científicos buscan como aguja en un pajar las causas de las diferencias fenotípicas entre individuos y las de miles de trastornos. Parte de estas variaciones alteran un único nucleótido: son las llamadas SNV (por single nucleotide variants), de las que existen unos pocos millones por genoma. De estas, unas 20.000 se encuentran alojadas en el exoma (zona del genoma formada por exones, porciones codificantes del gen). Buena parte del resto de las alteraciones corresponde a reordenamientos más complejos, como las variaciones del número de copias (CNV), que cubren más del 10 por ciento del genoma y que, a menudo, incluyen genes enteros. Gracias a esos avances y al desarrollo de nuevas metodologías de secuenciación masiva y de genotipado a gran escala hemos aprendido más sobre las causas del autismo en los últimos cinco años que en los treinta anteriores. Pero ¿conocemos el tipo de alteraciones genéticas que causan el TEA y su impacto sobre el fenotipo? De momento se vislumbra el bosque, pero solo somos capaces de ver algunos árboles. En otras palabras, hemos identificado algunas alteraciones en el genoma de personas con autismo, pero no hemos conseguido determinar todavía con certeza cuáles guardan una relación con el trastorno. O solo lo hemos logrado en algunos casos.
Arquitectura genética La mayoría de las familias con casos de autismo no presentan un patrón de herencia mendeliano. Solo en un 10 por ciento de los pacientes existe un único gen implicado, como sucede en muchos individuos
que padecen el síndrome del cromosoma X frágil o la neurofibromatosis y que también pueden presentar autismo. En general, el TEA es un trastorno poligénico en el que participan varios genes con alteraciones de distinta naturaleza. Como decíamos, los cambios en el material genético pueden tener causas c ausas diversas: variaciones en un único nucleótido, variantes del número de copias o inserciones y deleciones que afectan total o parcialmente a un gen. Una alteración concreta puede estar presente en un único individuo o en unos pocos, pero también puede ser muy común en la población, con frecuencias que se acercan incluso al 50 por ciento. Las variantes genéticas raras suelen tener un mayor impacto sobre el fenotipo, mientras que las más frecuentes (los polimorfismos) contribuyen menos al trastorno, aunque los efectos sumados de muchas de ellas pueden ser determinantes. Se estima que alrededor de un 30 por ciento de las causas genéticas del autismo residen en la variación genética común del tipo variantes de un único nucleótido (SNP) que se transmite de padres a hijos. Si a este cálculo le añadimos los CNV comunes, también transmitidos vía parental, la cifra supera el 40 por ciento. También existen variantes raras, algunas de las cuales no proceden de los progenitores, sino que ocurren de novo durante la formación del óvulo o, con mayor frecuencia, del espermatozoide. Estas alteraciones pueden «caer» dentro de genes y tomar la forma de SNV (del 5 al 10 por ciento de los casos) o de CNV (entre el 5 y el 15 por ciento). A veces se producen grandes reordenamienMENTE Y CEREBRO 72 - 2015
En busca de factores genéticos causales La secuenciación del exoma, fracción del genoma que codifica para proteínas, permite identificar alteraciones genéticas que pueden
guardar relación con el autismo. El siguiente esquema muestra las etapas principales del proceso. 1 Aislamiento del genoma
Genoma aislado
Se aísla el material genético de un individuo autista a partir de una muestra de sangre u otros tejidos.
Exones
4
Secuenciación de los exones
Se eluyen los exones capturados y se determina su secuencia de nucleótidos.
Fragmentos del genoma
Chips
Secuenciador
2 Fragmentación del genoma
El genoma se rompe al azar en fragmentos pequeños por procedimientos mecánicos.
Secuencia de nucleótidos
3 Captura de los exones
Mediante unos chips se capturan los fr agmentos que contienen exones, alrededor de un uno por ciento del genoma, que suman más de 30 millones de nucleótidos. Estos chips contienen hebras cortas de ADN (amarillo), cuya secuencia es complementaria a la de los exones y que ac túan como pequeños velcros moleculares.
tos cromosómicos visibles al microscopio (en un 5 por ciento de los casos). El resto de la variación genética se explicaría por mutaciones raras heredadas. Es muy probable que en un mismo individuo se combinen distintos cambios en varios genes, y que estos actúen de forma aditiva o mediante interacciones interacciones entre ellos.
Separar el grano de la paja ¿Cómo podemos saber si una alteración molecular identificada en una persona autista está relacionada con el trastorno? Existen numerosas estrategias. Veamos algunas. Si se trata de una variante genética común, esperamos encontrarla con mayor MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
ACTGGTACGAA ACTGGTACGA ATAGCGCG 5
Análisis bioinformático del ADN
La secuencia de nucleótidos se somete a un análisis bioinformático y se compara con los genomas de sujetos sanos con el fin de identificar mutaciones relacionadas con el autismo.
D N A M R O C U R B E D A Í S E T R O C
frecuencia en los pacientes que en los vías funcionales o a través del estudio de individuos sanos. Los estudios de asocia- interacciones entre proteínas. ción aportan esta información. Si, por el Estos últimos métodos han permitido contrario, corresponde a una variante rara, visualizar grupos de árboles en el bosque la presencia de alteraciones en un mismo autista. Entre ellos, varios genes implicagen en varios individuos no emparentados dos en la formación de las sinapsis neusupone una buena prueba a favor. También ronales y en la propagación del impulso podemos seleccionar familias con proge- nervioso (SHANK3 , NRXN1, NLGN3, SCN2A) nitores sanos y un hijo autista, y buscar o en el proceso de remodelado de la cromutaciones de novo, es decir, presentes en matina, muy importante en la regulael paciente pero no en sus padres. ción de la expresión génica (CHD8, MLL3, Otra aproximación radica en investigar ASH1L). Sin embargo, de momento no se si los distintos genes en los que hemos ha- ha descubierto ningún gen presente en llado mutaciones tienen relación funcional más de un uno por ciento de los casos de entre ellos más allá de lo que se esperaría autismo complejo, por lo que se deduce por efecto del azar. Esto puede averiguar- que la heterogeneidad genética será muy se, por ejemplo, mediante el análisis de elevada en estos casos. 45
AVANCES
Problemas de comunicación Uno de los genes que de forma más clara se ha relacionado con el autismo es SHANK3, responsable de la síntesis de una proteína que desempeña un papel crucial en la conectividad entre neuronas y en la maduración de las espinas dendríticas. Si una mutación inactiva la proteína, la comunicación entre las células nerviosas queda alterada. Curiosamente, esta imagen podría reflejar a escala celular y molecular lo que ocurre en el individuo. La persona con autismo muestra dificultades en la comunicación interpersonal, no consigue inter-
pretar de forma apropiada los mensajes complejos que le llegan del exterior y a menudo no ofrece una respuesta adecuada a esos estímulos. De alguna manera, queda relegado de los circuitos sociales por la dificultad que tiene para interpretar la complejidad, las sutilezas y los dobles mensajes, los cuales son más la norma que la excepción en las sociedades humanas. Bru Cormand
Departamento de genética e Instituto Instituto de Biomedicina Universidad Universidad de Barcelona Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER)
Para saber más The genetic landscapes of autism spectrum disorders. G. Huguet et al. en Annua en Annuall Reviews in Genomics and Human Genetics , vol. 14, págs. 191-213, 2013.
Autism genetics. A. M. Persico y V. Napolioni en Behavioural Brain Research, Research, vol. 251, págs. 95-112, 2013.
Genomic and genetic aspects of autism spectrum disorder. X. Liu y T. Takumi en Biochemical and Biophysical Research Communications, Communications , vol. 452, págs. 244-253, 2014.
En nuestro archivo Un proyecto de vida para los autistas. F. Barale et al. en MyC n. n.o 7, 2004. n.o 30, 2009. Autismo. Nils Brose en MyC n.
NEUROCIENCIA
Un catálogo exhaustivo de las neuronas El proyecto BigNeuron pretende generar descripciones detalladas de decenas de millares de neuronas individuales. Sin embargo, los trabajos para llevar a cabo el plan podrían avivar las discrepancias entre los neurocientíficos sobre la clasificación de las mismas HELEN SHEN
U
n ambicioso plan ha iniciado su andadura. El pasado 31 de marzo, el Instituto Allen de Ciencias del Cerebro, en Seattle, anunció la creación del más extenso y completo de los catálogos de estructuras neuronales hasta ahora existentes. ¿Su nombre? BigNeuron Project (algo así como «Proyecto Gran Gra n Neurona»). El objetivo de esta iniciativa es facilitar, en acceso abierto, simulaciones del cerebro y comprender mejor su funcionamiento y estructura. Asimismo, podría empujar a los neurocientíficos a abordar cuestiones fundamentales —a veces incluso emotivas— sobre cómo clasificar las neuronas. Parece que estamos viviendo la era de los proyectos a gran escala en torno al cerebro: la Unión Europea ambiciona modelizar nuestro cerebro en una supercomputadora bajo el marco del Proyecto Cerebro Humano; Estados Unidos, por su parte, se propone desvelar de qué modo colaboran las neuronas para producir pensamientos y acciones 46
a través del proyecto BRAIN. Sin embargo, todos estos programas se tropiezan en su camino con una limitación. «Todavía no sabemos cuántas clases de neuronas existen en el cerebro», señala Rafael Yuste, de la Universidad Columbia en Nueva York. El proyecto BigNeuron pretende generar descripciones detalladas de decenas de millares de neuronas individuales en diversas especies (la mosca de la fruta, el pez cebra, el ratón y los humanos, entre otras), así como sugerir los mejores algoritmos informáticos para extraer, extraer, a partir parti r de datos de microscopía, las configuraciones de estas células finamente ramificadas. Un proceso delicado y proclive a errores. Obtener los detalles de la forma de las neuronas reviste una importancia crucial para modelizar su comportamiento con precisión, puesto que la geometría ayuda a determinar el modo en que procesan y transmiten información por medio de señales químicas y eléctricas.
Pero el proyecto no parte de cero. c ero. La descripción de los tipos neuronales se remonta a las postrimerías del siglo xix, cuando el neuroanatomista Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) trasladó sobre el papel el contenido que observaba a través de su microscopio. Las neuronas estrelladas se distinguen por sus prolongaciones ramificadas, y las piramidales pueden reconocerse por su cuerpo celular puntiagudo. Con todo, es probable que esas definiciones describan solo una pequeña porción de las decenas de millares de neuronas de las que consta un cerebro de ratón. O de las decenas de miles de millones que contiene uno humano. «Existen muchas neuronas en el cerebro, y nosotros solo disponemos de la muestra de un conjunto muy, muy pequeño», explica Hanchuan Peng, del Instituto Allen y director de proyecto BigNeuron. El cuello de botella en la catalogación neuronal reside en la extracción de sus esMENTE Y CEREBRO 72 - 2015
O R B E R E C L E D S A I C N E I C E D N E L L A O T U T I T S N I L E D A Í S E T R O C
tructuras tridimensionales a partir de una pila de centenares o miles de micrografías planas. Las neuronas presentan a menudo giros bruscos, forman bucles o se entrecruzan y cabalgan unas sobre otras. El seguimiento de todas sus ramificaciones puede resultar enrevesado, tanto para los humanos como para las máquinas. La reconstrucción manual de una sola neurona puede exigir varios días de trabajo; la de una célula más compleja, incluso meses. Además, el ordenador no suele rastrear las neuronas tan bien como una persona; aun así, algunos programas pueden solucionar casos difíciles en unas pocas horas. Su éxito depende de los datos aportados y de las condiciones experimentales. Con el fin de poder caracterizar millares de neuronas, la primera fase del proyecto BigNeuron BigNeuron consistirá en determinar algoritmos óptimos para tareas concretas. En los próximos meses se invitará a programadores a que presenten sus mejores algoritmos de reconstrucción y a neurocientíficos a que expongan sus datos a partir de las neuroimágenes. En un segundo paso, una serie de supercomputadoras ejecutarán los algoritmos sobre los datos ofrecidos. A continuación se compararán las distintas reconstrucciones con las humanas, consideradas hoy por hoy el «patrón oro». Todos los datos y algoritmos serán de acceso libre. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
El Proyecto Cerebro Humano, la Fundación Wellcome Trust de Londres y el Campus de Investigación Janelia Farm, en Ashburn, se han comprometido a patrocinar reuniones y talleres para el proyecto BigNeuron. Por su parte, los Laboratorios Nacionales de Oak Ridge y Lawrence Berkeley en California se unirán al Proyecto Cerebro Humano para contribuir a los recursos de supercomputación. El Instituto Allen no cuenta todavía con estimaciones definitivas del coste del proyecto. Los organizadores esperan disponer en 2016 de una base de datos masiva sobre las morfologías neuronales. Yuste, sin embargo, considera que el proyecto BigNeuron se enfrenta a un desafío aún mayor: los investigadores deberán acordar dónde trazar las fronteras entre los tipos celulares. Existe un acuerdo general sobre algunos tipos de neuronas, entre ellos, las candelabro. Otras categorías no resultan tan claras; incluso en el caso de las ya clásicas células piramidales, las cuales conforman alrededor del 80 por ciento de la corteza cerebral. Algunos Alg unos investigadores pro proponen ponen que dicha categoría engloba muchos tipos de neuronas, mientras que otros consideran que se trata de una sola clase c lase de células, un tanto heterogéneas. Los egos entran aquí en juego, pues varios tipos de neuronas llevan el nombre del investigador que los describió. «Las perso-
EN DISTINTAS ESPECIES Las neuronas de un polluelo ( morado), una tortuga (rojo) y la mosca de la fruta ( amarillo) ilustran la diversidad de sus formas.
nas afrontan este asunto de manera muy emocional», apunta Yuste. Según explica, el problema estriba en que la taxonomía neuronal se ha basado, históricamente y en gran medida, en descripciones cualitativas y evaluaciones subjetivas de imágenes microscópicas. A la par que las técnicas de neuroimagen y los algoritmos de análisis automático vayan perfeccionándose, se irán obteniendo datos y medidas cuantitativas más detallados para su clasificación. «Garantizo que se van a encontrar neuronas que nadie ha descrito hasta ahora y que desaparecerán algunos tipos neuronales ya descritos», augura Yuste. Helen Shen
Neurocientífica y periodista científica Artículo original publicado en Nature , vol. 520, págs. 13-14, 2015 Traducido Traducido con el permiso de Macmillan Publishers Ltd. © 2015
En nuestro archivo El Proyecto Cerebro Humano. H. Markram en IyC , agosto de 2012.
El nuevo siglo del cerebro. R. Yuste y G. M. Church en IyC , mayo de 2014. Objetivo: descifrar el cerebro. A. Abbott en MyC n. n.o 65, 2015.
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AVANCES
VISIÓN
Percepción ciclópea para compensar las diferencias visuales entre los ojos En el cerebro existe un lugar único, común a ambos ojos, que compensa los defectos ópticos. De esta manera, la percepción del emborronamiento resulta ciclópea CARLOS DORRONSORO, AISWARYAH RADHAKRISHNAN Y SUSANA MARCOS
A
pesar de que el ojo constituye un sistema óptico muy avanzado, no es perfecto. Las imágenes del mundo exterior que se proyectan proyectan en la rere tina presentan cierto grado de emborronamiento debido a imperfecciones ópticas, aunque no nos demos cuenta de ello. Por lo común, percibimos las imágenes que nos proporcionan nuestros ojos como nítidas. Esto sucede porque el sistema v isual se autocalibra, es decir, se adapta a la información que recibe. Este fenómeno ya se había comprobado en experimentos de percepción de contraste, de color o de deformaciones. Sobre el emborronamiento sabemos que las imperfecciones oculares varían entre los dos ojos: cada uno proyecta en la respectiva retina una imagen distinta. Por lo general, tampoco somos conscientes de estas disimilitudes. ¿Cómo sucede la calibración entre ojos? ¿Es este fenómeno diferente para cada ojo o existe una calibración común? De ser así, ¿se corresponde esta con uno de los ojos o con la media de ambos? El pasado marzo, Current Biology publicó los hallazgos en relación a este proceso a los que hemos llegado un grupo de investigación internacional que lideramos desde el Laboratorio de Óptica Visual y Biofotónica del Instituto de Óptica del CSIC.
Visión perfecta y simulada En el experimento utilizamos óptica adaptativa con espejos deformables para manipular la óptica del ojo de los sujetos. Por lo general, esta técnica se usa en astronomía para compensar los efectos de la 48
turbulencia atmosférica en las imágenes que proporcionan los grandes telescopios terrestres. En nuestro caso, la empleamos con dos fines: corregir todas las imperfecciones de un ojo de una persona o, por el contrario, inducir imperfecciones a medida. En el primer supuesto, los ojos eran convertidos en perfectos desde el punto
de vista óptico (experiencia visual que se denomina supervisión); en el segundo, se simulaba la visión correspondiente a los ojos de otra persona, es decir, con grados de emborronamiento distintos al del sujeto. Preguntamos a cada participante sobre sus preferencias. De esta manera, descubrimos el grado de emborronamiento físico que
IMAGEN EN EL OJO a FORMACIÓN DE IMAGEN
Objeto observado
Mapa de Imagen imperfecciones de un punto del ojo
Imagen en la retina
Ojo derecho
Ojo derecho Diferente emborronamiento
Ojo izquierdo
Ojo izquierdo b EXPERIMENTO PERCEPTUAL
Imagen en la retina
Ojo derecho
Nítido
Imagen percibida como mejor
Ojo Ojo derecho izquierdo
Ojo izquierdo
Pese a que los ojos son físicamente distintos, la imagen percibida Borroso como mejor al corregir las imperfecciones del ojo es la misma en ambos
CALIBRACIÓN DEL SISTEMA VISUAL Como se observa en a, los ojos presentan imperfecciones ópticas que producen emborronamiento en las imágenes de la retina. Estas imperfecciones y las imágenes retinianas que producen pueden ser diferentes en los dos ojos de un sujeto, como revelan las técnicas de medición de las propiedades ópticas y estructurales del ojo de las que se obtiene el mapa de imperfecciones ópticas y la imagen de un punto (cuanto más uniforme es el mapa o más pequeño el punto, tanto mayor es la calidad óptica). Según la reciente investigación, nuestro sistema visual, que se encuentra expuesto a estas imperfecciones de manera crónica, se autocalibra y llega a preferir preferir esas esas imágenes imágenes habitua habituales les frente frente a otras más más emborronad emborronadas as o más nítidas nítidas ( b). Al analizar el nivel de autocalibración en cada uno de los ojos por separado se obtienen resultados idénticos: perciben como mejor la misma imagen, a pesar de la diferencia entre los ojos. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
S O C R A M A N A S U S Y N A N H S I R K A H D A R H A Y R A W S I A , O R O S N O R R O D S O L R A C E D A Í S E T R O C
proporcionaba la imagen que percibían como mejor, es decir, ni demasiado emborronada ni demasiado nítida (condiciones que, por otro lado, producen incomodidad visual). Estudios anteriores nos habían revelado que preferimos el nivel de emborronamiento de nuestros ojos, es decir, imágenes con el grado de imperfección habitual para nosotros. No nos gusta ver a través de otros ojos.
Compensación Compensación neuronal En fecha reciente investigamos el nivel de calibración de cada uno de los dos ojos por separado. A pesar de las diferencias naturales que presentan los ojos de una persona en calidad óptica y en emborronamiento, cuando determina con cada ojo la imagen que percibe como mejor, se obtiene una respuesta idéntica. No importa cuál de los dos ojos se utilice para realizar las medidas. Estos resultados demuestran que, a pesar de que los ojos pueden tener calidad óptica muy distinta, en el sistema visual, más concretamente en el cerebro, existe un lugar único, común a ambos ojos, de compensación neuronal de los defectos ópticos. Se podría decir que percibimos el emborronamiento de manera ciclópea, a pesar de disponer de dos ojos. Por otra parte, la imagen que percibimos como mejor (idéntica entre ojos de un mismo sujeto, aunque diferente entre sujetos) coincide con el emborronamiento del ojo de mejor calidad óptica. Dicho de otra forma, cuando medimos la imagen que percibimos como mejor a través del ojo de peor calidad óptica, aisladamente del otro, obtenemos el nivel de emborronamiento del ojo de mejor calidad óptica. Nuestro sistema visual, aunque funcione a través del ojo peor, prefiere que las imágenes tengan un nivel de emborronamiento correspondiente a las imperfecciones del ojo de mejor rendimiento. Es decir, pese a que la calibración cerebral que compensa la percepción del emborronamiento se realiza sobre la imagen de cada ojo, el que presenta menos imperfecciones se encarga de dirigirla. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Otros trabajos habían demostrado que la existencia de una imagen nítida a través de un ojo domina la percepción del sujeto, anulando la imagen emborronada del otro ojo. Este estudio reciente muestra, además, que dicha dominancia existe de forma natural: persiste incluso cuando los ojos se estimulan por separado, en momentos diferentes y con estímulos que se han manipulado. Conocer la naturaleza de esas calibraciones visuales contribuye a entender las consecuencias clínicas de las diferencias en la calidad de imagen de ambos ojos, como por ejemplo cuando la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo no están corregidos adecuadamente en ambos ojos (con gafas, lentillas o cirugía) o cuando existen imperfecciones ópticas a causa de patologías o intervenciones quirúrgicas. Para la compensación de la presbicia (vista cansada), a menudo se aplican correcciones diferentes para cada ojo. Uno de ellos (por lo común, el dominante) se corrige para la visión de lejos; el otro, para la de cerca. Entender la calibración visual ante estímulos con distinto emborronamiento resulta esencial si se quiere comprender cómo el sujeto procesa su entorno con el fin de proporcionarle la mejor corrección posible. Hemos iniciado experimentos orientados a analizar el efecto de la forma y la orientación del emborronamiento. De hecho, los defectos visuales suelen ser simétricos entre ambos ojos, por lo que resulta difícil anticipar el modo en que se autocalibra el sistema visual en relación con la forma y orientación del emborronamiento.
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Carlos Dorronsoro , Aiswaryah Radhakrishnan Radhakrishnan y Susana Marcos
Instituto Instituto de Óptica Consejo Superior de Investigaciones Investigaciones Científicas Madrid
Para saber más Vision is adapted to the natural level of blur present in the retinal image. Lucie Sawides et al. en PloS One, One, vol. 6, e27031, 2011.
A cyclopean neural mechanism compensating for optical differences between the eyes.
investigacionyciencia.es/revistas
Aiswaryah Radhakrishnan et al. en Current Biology , vol. 25, n.o 5, págs. R188-R189, 2015.
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VISIÓN
Cámaras a semejanza de los ojos
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i ( N A S A V E E D N A G / S E G A M I Y T T E G ; ) o v i t e j b o (
N I L A T A C S U I R A M A E R O L F / S E G A M I Y T T E G
DISTINTO FUNCIONAMIENTO FUNCIONAMIENTO
Aunque la pupila se asemeja a la lente de una cámara, el funcionamiento de nuestro sentido visual es diferente al de una máquina fotográfica. 50
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Investigan la posibilidad de crear máquinas fotográficas que imiten la función del sistema visual humano con el objetivo de incrementar la calidad de las imágenes KLAUS M. STIEFEL Y AL EX O. HOLCOMBE
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VISIÓN
N
EN SÍNTESIS
Fotografías impecables Al producir imágenes,
1 las cámaras acusan dificultades que los ojos nunca tienen: una exposición incorrecta, una resolución insuficiente o una difuminación por movimiento. Para compensar esas deficiencias, se están diseñando técnicas fotográficas que imitan al ojo humano.
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Un chip inspirado en la retina podría abrir el camino para la fabricación de mejores cámaras, así como para crear robots más inteligentes.
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os encontramos en un claro de la pluviselva subtropical del norte de Australia. Admiramos la danza de la luz que se filtra por el dosel de las copas rumorosas de los árboles. Abajo, los arbustos definen figuras intrincadas intri ncadas de luces y sombras sobre los troncos solemnes. Un ualabí, una especie de canguro enano, pasta en el espacio abierto. Alzamos nuestro teléfono teléfono móvil inteligente inteligente y enfocamos al tranquilo marsupial. En el justo instante en que pulsamos el disparador para captarlo, captarlo, el animal se percata y huye a saltos. En la imagen de nuestra pantalla, la mitad de la toma resulta demasiado oscura para distinguir los detalles; además, los retazos de cielo entre el ramaje están «quemados», son de un blanco total. El ualabí, a mitad de su salto, aparece como una mancha pequeña y borrosa en el centro de la imagen. Al ampliarla, se convierte en un campo de píxeles, casi cubista, pues su contorno queda descompuesto en los cuadrados más pequeños que resuelve el sensor de la cámara. Salvo posiblemente posiblemente por el ualabí, la experiencia ex periencia descrita es bien conocida por todos quienes toman fotografías, sea con un toque en una pantalla o con una cámara profesional. La proliferación de teléfonos inteligentes ha convertido a multitudes en apasionados fotógrafos. Según una encuesta del Centro de Investigación Pew, más de la mitad de los usuarios de Internet estadounidenses publican en línea fotos originales propias. Según informa Instagram, el servicio de intercambio intercambio de imágenes más popular, a diario suben a su red unos 55 millones mil lones de fotografías, un promedio de 38.000 por minuto. Empero, ni una sola de estos millones de millones mil lones de instantáneas se aproxima lo más mínimo a captar la riqueza y vivacidad del mundo que experimentamos a través de los ojos. Lo que miramos con nuestros ojos jamás presenta problemas de exposición, pixelación o movimiento. Entonces, ¿dónde debemos buscar la aplicación que convierta nuestro teléfono en el equivalente de un ojo? Los ingenieros están trabajando en ello. Confían en que, si diseñan cámaras que imiten la forma en que la evolución ha resuelto en el cerebro el problema de creación de imágenes, podrán mejorar la ca lidad de nuestras imágenes personales. Aunque no se trata solo de eso. Si tuviésemos cámaras mejores, dispondríamos de robots con capacidad de reconocer el
mundo y navegar de manera inteligente por él; o de cámaras de seguridad capaces de percatarse, como los humanos, de que alguien se encuentra en peligro y enviarle ayuda urgente. Conforme veamos más a través de ojos informáticos, también nuestros ordenadores irán aprendiendo a ver de forma más parecida a como lo hacemos los humanos. Para entender de qué modo se está produciendo esta innovación tecnológica, debe comprenderse primero cómo efectúa el ojo su tarea y en qué fallan las cámaras.
La naturaleza de la exposición Un punto débil de las máquinas de fotografiar reside en su incapacidad para resolver una escena con una sola toma cuando la gama de luces y oscuridades es muy contrastada. En raras circunstancias, también nuestros ojos se enfrentan a este problema. Cuando salimos a la luz desde un sótano oscuro nos vemos «cegados por la luz». Este momento transitorio, del que pronto nos recuperamos, constituye uno de los pocos casos en que cabe decir que los ojos sufren sobreexposición. Este vocablo no existía en nuestro idioma en tiempos históricos, por la capacidad sin par de nuestra visión para evitar el problema. Fue necesaria la invención de la cámara fotográfica para que surgiese la idea de imagen indebidamente iluminada. La causa se halla en el intérvalo dinámico, es decir, en la diferencia entre las intensidades luminosas máxima y mínima que nuestros ojos, o una cámara, pueden registrar. La luz llega en diminutos paquetes, los fotones, lanzados por todo el universo a la velocidad de la luz. Pero lo hacen con diferentes energías. En nuestra percepción, los fotones muy energéticos se ven azules; los de energía visible mínima, rojos. Cuando los fotones interactúan con la materia pueden ser reconducidos o absorbidos. Las moléculas de agua, por ejemplo, absorben de manera selectiva fotones de poca energía. Por ese motivo, el agua nos parece azul. Una pared opaca de color oscuro absorbe casi todos los fotones que que impactan en ella y convierte sus energías en calor, lo que explica por qué una pared puede a veces dar una sensación cálida al tacto. Otros materiales más exóticos absorben fotones, pero en lugar de convertirlos en calor, amplifican su energía hasta crear señales útiles para cámaras y cerebros. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
CAMBIOS BRUSCOS DE LUZ
Uno de los casos excepcionales en que los ojos presentan dificultades para ajustarse a la luz acontece cuando se pasa de ambiente oscuro a una escena a pleno sol. En esas situaciones de cambios extremos de luz, las cámaras suelen reproducir imágenes sub o sobreexpuestas.
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Los dispositivos que absorben fotones en las cámaras digitales se llaman fotodiodos. Cada uno equivale a un píxel. Por ello, cuantos más fotodiodos tenga una cámara, mejor será la calidad de la imagen. Estos dispositivos suelen crearse con silicio y actúan, sencillamente, como detectores de luz. Cuando un fotón impacta en un fotodiodo, esta partícula hace que un electrón del silicio sil icio salte a un nivel energético más alto. La carga resultante excita el electrón y provoca un flujo de electricidad. Un microcircuito amplifica la señal eléctrica procedente de cada fotodiodo. Una cámara réflex de alta gama, la Canon 5D II, II, es capaz de discriminar luz dos mil veces más brillante que la más débil que logra detectar. Si la luminancia de una escena se sale de esos límites, aparecerán en la imagen regiones sobre o subexpuestas. En cambio, si la hubiéramos observado con los ojos, el mismo fotón hubiera alcanzado la retina. Dicho de forma más exacta, penetraría en una célula fotorreceptora de la retina y excitaría un electrón en ella. Esta partícula se alojaría en el seno de una molécula retinal (una variante de la vitamina A), que forma parte de una proteína de la célula fotorreceptora. Estimulada por el electrón excitado, la molécula retinal se «contorsiona» y provoca a su vez que la proteína que la aloja modifique su forma. Tal deformación desencadena una cascada de MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
efectos, con modificaciones en otras proteínas, canales que se cierran de golpe en membranas celulares y ralentización del flujo de glutamato, un aminoácido. Toda esta maquinaria biológica amplifica enormemente la infinitesimal energía del fotón y genera una señal de vigor suficiente para excitar neuronas. De hecho, la potencia de amplificación de la retina es tan inmensa que, en una sala completamente oscura, basta que una fuente de luz emita cinco fotones para que un ojo sano la perciba. Para alcanzar tan gran sensibilidad, nuestros ojos han desarrollado unos fotorreceptores supersensibles especializados para situaciones nocturnas o de oscuridad: los bastones. Aunque estos actúan solo en la oscuridad, son veinte veces más abundantes que los conos fotorreceptores que utilizamos durante el día. Parece que la visión nocturna desempeñó una función destacada en nuestra historia evolutiva, pues los bastones no han dejado mucho sitio a los conos, aptos para la visión cromática diurna. La sinergia de ambos tipos de fotorreceptores nos permite registrar un enorme abanico de intensidades de luz. Incluso sin los receptores nocturnos, nuestros ojos operan sobre un intervalo increíble. Imagine que trabaja usted hasta el atardecer en una oficina en la que predomina una iluminación brillante. Con nostalgia mira
Los robots inteligentes deberán aprender a ver como los humanos
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VISIÓN
DINÁMICA CONGELADA
Durante la fracción de segundo que se mantiene abierto el obturador de una cámara, este ciclista se habrá movido varios centímetros. Los fotodiodos del dispositivo estarán captando luz durante todo ese tiempo.
El ojo humano es tan sensible a la luz que logra discriminar dos objetos con una gran diferencia de luminosidad
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por la ventana mientras el sol se pone y los árboles se tornan siluetas oscuras. Aun así podrá ver de forma simultánea los objetos del exterior y los del interior de su oficina bien iluminada. La gama de niveles luminosos a los que su ojo es sensible resulta tan amplia que logra diferenciar entre dos objetos, aunque uno sea un millón de veces más brillante que el otro. Esa superioridad se debe a que cada fotorreceptor dispone de su propio ajuste de exposición, el cual se adapta constantemente en función de la intensidad de luz recibida. Para simular el gran intervalo dinámico del ojo, algunas cámaras combinan varias exposiciones tomadas en rápida sucesión. Una toma sobreexpuesta proporciona una vista adecuadamente iluminada de las partes oscuras de la escena, mientras que otra, con subexposición, capta las partes brillantes, como el cielo. Al fundir ambas fotografías, una demasiado brillante y otra demasiado oscura, producen una imagen con un intervalo dinámico más extenso de lo que es posible con tomas individuales. Esta técnica fracasa cuando se fotografían objetos en movimiento rápido, porque cambian de posición entre las diferentes exposiciones; no obstante, resulta eficaz en la fotografía de paisajes. Aunque nuestra cámara no lleve integrada una función de gran intervalo dinámico, podemos fundir varias imágenes posteriormente posteriormente en el ordenador ordenador y lograr
una imagen compuesta carente de áreas sobre y subexpuestas.
Atrapado en el acto Volvamos al ualabí saltarín y al porqué de la imagen borrosa. Uno de los problemas estriba en que el obturador de una cámara dispone solo de cierta velocidad (de un cincuentavo de segundo, por ejemplo), por lo que la fotografía capta la luz durante ese tiempo (momento (momento en el cual el cuerpo del ualabí se movió varios centímetros). Nuestro sistema visual no es más rápido, por lo que la imagen que crean nuestros fotorreceptores también resulta borrosa; sin embargo, por alguna razón, no percibimos mucha difuminación. Una vez llega la luz a la retina, varios tipos de neuronas especializadas, que conectan fotorreceptores vecinos, modifican las señales luminosas antes de transferirlas al cerebro. Algunas de estas neuronas responden al movimiento en cierta dirección; otras, a señales brillantes rodeadas por oscuridad, y así sucesivamente. En conjunto, permiten que el ojo ajuste su sensibilidad. En última instancia, lo que más interesa a nuestro sistema visual son los cambios. Los ojos se mueven sin cesar, con lo que varía la cantidad de luz que llega a sus fotorreceptores y se actualiza la imagen del mundo de manera constante. Si los ojos se mantienen estáticos, la falta MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
de cambios en la escena provocará que la retina deje de enviar señales y los objetos empezarán a desvanecerse. El médico suizo Ignaz Troxler (1780 -1866) fue el primero en señalar este fenómeno en 1804. La propensión al cambio tiende a destacar los datos nuevos sobre los antiguos y constituye un hábil truco para superar las imperfecciones del aparato óptico. Esta preferencia por los cambios explica por qué nunca vemos los vasos sanguíneos del ojo, a pesar de que se interponen entre el mundo exterior y los fotorreceptores. Aunque esa técnica no se ha incorporado a máquinas fotográficas de consumo, una cámara experimental, desarrollada por Tobi Delbrück para el Instituto de Neuroinformática de Zúrich, ejemplifica una forma extrema de preferencia por los cambios. El chip de esta cámara no se limita a registrar la cantidad de luz que le llega a cada píxel, como sí sucede en una cámara normal, sino que se funda en los cambios de intensidad luminosa. La imagen creada constituye esencialmente un registro de los movimientos y cambios ocurridos mientras se estaba tomando la fotografía. Un píxel donde aumente la intensidad será presentado en blanco, mientras que donde se atenúe lo será en negro. Si el píxel no cambia de un momento a otro, la imagen solo muestra un tono gris neutro. Este énfasis en el cambio prescinde de los objetos estacionarios o invariables, para facilitar el aislamiento de los que se hallan en movimiento. ) a E t s R i r U a T b A a l N a N m E . ( L N A E T H E O E C D G E N R O G C Z Y E K N I C T Ü R R A B L E M D A I N B A O S T ; U ) S r . e » l x N o r O I T T P e E d C n o R i E s P l u L l ( A i U 4 S 0 I 0 V 2 N I E S D T O N Z E R A M E M V , 3 O M o . E N , Y 5 E . L L A O V N , O E I T C A N X E I F I C F S O O R E L U E O R N E S H W T « E I : V E E D R
Greg Cohen, doctorando de la Universidad de Sídney Occidental y colaborador de uno de los autores (Stiefel), trabaja con este chip inspirado en la retina para crear un robot capaz de jugar al ping-pong, deporte en el que todo es cambio y movimiento. Tanto el adversario como su paleta, y, sobre todo, la pelota, se mueven a velocidades asombrosas. No toda la información que contiene una escena del juego (una ventana situada a espaldas de un jugador o el enlosado de suelo, entre otros objetos) es útil para devolver la bola. La propiedad, inspirada en la retina, de despreciar los elementos estáticos facilita la tarea y permite que el robot se concentre en detectar y responder al movimiento. Jugar al ping-pong exige tan excelente coordinación entre la mano y el ojo que si se lograse esta tarea se tendrían soluciones útiles para muy diversas aplicaciones, como el cuidado de personas mayores o las operaciones de búsqueda y rescate. Salvar el rostro
Aunque la retina se encarga de los primeros estadios de la visión, es mucho mayor el procesamiento que lleva a cabo el cerebro. Podemos valorar con rapidez el significado de una fotografía cuando nuestro cerebro logra separar con facilidad el tema principal del fondo. Los fotógrafos profesionales saben cómo facilitar la labor al cerebro: enfocan con nitidez el rostro de una persona y limitan la profundidad de campo para que el fondo quede difuminado. Las caras revisten un
CON Y SIN MOVIMIENTO
Bolas en movimiento
Cuerpo del malabarista
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La ilusión de Troxler ( izquierda) ejemplifica cómo dejan las neuronas de responder cuando el estímulo no varía. Fije usted la mirada en el centro del círculo. Al cabo de algunos segundos, la circunferencia del círculo se irá esfumando. A la derecha, se ha utilizado una cámara inspirada en la retina para crear la imagen de un hombre haciendo malabares. Los puntos oscuros de la parte superior son los lugares de los que se alejan las bolas; los blancos, los sitios hacia los que se dirigen. 55
VISIÓN
rostros. Muchas cámaras modernas, incluso las de tipo «apunta y dispara», reconocen si existen faces en su campo de visión. Por lo común, esta «proeza» se logra con un método estadístico avanzado, conocido por algoritmo Viola-Jones. El chip de la cámara filtra la imagen en busca de rasgos básicos, como bordes y ángulos. La somete, región por región, a una serie de pruebas en busca de rasgos faciales. Puede buscar si aparece un punto brillante (una nariz) nari z) entre dos puntos más oscuros (los ojos). La cámara entiende que se encuentra delante de una cara solo si una parte de la imagen cumple todos esos criterios; a continuación, puede intentar mantenerla enfocada. Lo más probable es que, para procesar rostros, nuestro cerebro aplique métodos que difieran en gran medida del algoritmo Viola-Jones. De hecho, el algoritmo de detección facial de las cámaras modernas no supone una implementación informática del reconocimiento de caras que lleva a cabo el cerebro, sino que usa una solución distinta para el mismo problema. Si unimos esos avances en el procesamiento de imágenes al conocimiento de las preferencias del sistema visual humano, podremos mejorar con creces las fotografías que producimos.
O T O H P K C O T S I
CARAS PARA FOTOGRAFIAR
Para centrar la atención sobre un rostro, el fotógrafo puede limitar la profundidad de campo, lo que difumina el fondo. Las cámaras digitales reproducen esta técnica mediante algoritmos que examinan la escena en busca de rasgos faciales.
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interés especial para los humanos. En una escena visual muy rica, la mirada humana tratará de encontrar algún rostro. Una fotografía en la que las caras se ven borrosas se considera un fracaso. Varias regiones cerebrales contribuyen a nuestra capacidad para procesar rostros. Cuando una señal óptica parte de la retina, viaja hasta el tálamo, estructura cerebral refinada y compleja que sirve de estación intermodal en la ruta hacia la corteza cerebral, un manto estrechamente replegado que constituye la superficie del cerebro. Cierto número de parcelas corticales nos ayuda a procesar lo que vemos. La corteza visual primaria es como un gran solar en la parte posterior del cerebro hacia donde son encaminadas la mayor parte de las señales que parten del tálamo. La información visual viaja después desde la corteza visual primaria hasta otras regiones corticales vinculadas a la visión. Entre estas, varias áreas pequeñas de la corteza temporal (a ambos hemisferios cerebrales) reaccionan de forma específica a la visión de rostros. Los fabricantes de cámaras han empezado a poner en práctica sistemas afines a la capacidad de nuestro cerebro para reconocer y priorizar
Megapíxeles sobre la mente Las áreas de la corteza que detectan rostros constituyen solo un pequeño subconjunto del territorio cerebral dedicado a la visión. Otras secciones del mismo reaccionan ante diferentes aspectos de la escena visual, como el color, el movimiento o la orientación. Todo este aparente caos de actividad culmina con la percepción del mundo visual a nuestro alrededor. Los esfuerzos coordinados de estas áreas cerebrales son la causa de que en la vida real nunca veamos nada de «grano grueso», como sí ocurre cuando ampliamos una fotografía. Este problema no puede resolverse aumentando el número de megapíxeles (MP) de la cámara. La primera cámara digital que uno de los autores (Stiefel) poseyó tenía un sensor de 2 MP. En la actualidad, casi todos los teléfonos inteligentes contienen, al menos, el doble de esa cifra. Aunque podamos seguir apretujando más y más píxeles (los progresos en su manufactura permitirán probablemente miniaturizar los equipos todavía más), la ampliación de una imagen lisa se transformará en un embrollo de cuadritos de colores. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Esa limitación surge cuando dos fotones vecinos impactan en el mismo fotodiodo, pues su energía conjunta se combina en un solo píxel. En ese instante, la información sobre su origen exacto se pierde para siempre. Por ahora, ningún programa permite crear más píxeles significativos. Se puede aumentar la escala de una fotografía digital, pero los nuevos píxeles creados no contendrán contendrán nueva información sobre la luz que penetró en la cámara cuando pulsamos el disparador. Además, el aumento de escala no es tan grande como se podría pensar. Los píxeles de una cámara de 16 MP tienen un tamaño de solo la mitad de los de una cámara de 4 MP. La retina humana, por su parte, contiene solo unos 6 millones de fotorreceptores (conos) para la luz diurna: 6 MP nada más. En esencia, nuestro cerebro construye un percepto de lo que ha ido evolucionando hasta aceptarlo como real. No considera que la granularidad de la retina sea un rasgo de la realidad externa. De esta manera, percibimos un constructo, un retrato genial que recurre a mucho relleno entre nuestros sensores individuales. En nuestros perceptos no existen píxeles. Nuestro cerebro no reproduce una imagen de luz pieza por pieza, como si de una supercámara biológica se tratase. Por el contrario, sintetiza una impresión coherente para un propósito concreto, a saber, orientarnos con el fin de movernos por el mundo. Los principios en que se basan el ojo y la cámara son fundamentalmente distintos. A menos que en un f uturo, seguro que lejano, se desarrollen máquinas verdaderamente inteligentes y se instalen en el cuerpo de una cámara, esta diferencia será insalvable. A la par que se van comprendiendo mejor el ojo y el cerebro, aumentan las opciones que se les ofrecen a los ingenieros. Combinándolas con un poco de pensamiento creativo, se deberían cosechar muchos e impresionantes progresos en la tecnología fotográfica.
PSICOLOGÍA Y NEUROCIENCIAS
IMAGEN PIXELADA
Si se amplia la imagen que aparece en la página 51, se observa el pixelado que, de manera inevitable, aflige a toda fotografía digital. Nuestro sistema visual no crea imágenes pixeladas, porque el cerebro ha aprendido, a lo largo de la evolución, a rellenar los vacíos.
Por qué el cerebro prefiere el papel, por Ferris Jabr Febrero 2014
Ayuda para los niños con autismo, por N. Lange y C. J. McDougle Abril 2014
Para saber más The first steps in seeing. Robert W. Rodieck. Sinauer Associates, 1998. Science for the curious photographer: An introduction to the science of photography. Charles S. Johnson, Jr. A. K. Peters/CRC Press, 2010. Basic vision: An introduction to visual perception. Edición revisada. Robert Snowden, Peter Thompson y Tom Troscianko. Oxford University Press, 2012.
«Ojos» de silicio contra la ceguera. Christof Koch en MyC n.o 62, 2013.
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La mente de los vegetarianos, por Claudia Christine Wolf Noviembre 2013
La mente inconsciente, por John A. Bargh Marzo 2014
En nuestro archivo
es fotógrafo subacuático e investigador Klaus M. Stiefel Stiefel es en la Universidad de Sídney Occidental. Alex Occidental. Alex O. Holcombe Holcombe trabaja como profesor de psicología en la Universidad de Sídney.
ha publicado sobre el tema, entre otros, los siguientes artículos:
El nuevo siglo del cerebro, por Rafael Yuste y George M. Church Mayo 2014 Psicobiología de los hábitos, por Ann M. Graybiel y Kyle S. Smith Agosto 2014 Geografía genética del cerebro, por Ed Lein y Mike Hawrylycz Septiembre 2014 Más neuronas, menos ansiedad, por Mazen A. Kheirbek y René Hen Octubre 2014 El cerebro del meditador, por M. Ricard, A. Lutz y R. J. Davidson Enero 2015
Ver donde no hay. Susana Martinez-Conde y Stephen L. Macknik en MyC n. n. o 69, 2014.
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COGNICIÓN
Mentes diseñadoras Aunque algunos investigadores sostienen que los humanos diseñamos con un propósito determinado, otros argumentan que son las experiencias y los fracasos lo que nos lleva a idear nuevos artilugios e incluso comportamientos novedosos EDWARD EDWARD A. WASSERMAN WASSERMAN Y MARK S. BLUMBERG
E
n 1802 , el filósofo y teólogo William Paley (1743-1805) expuso en su famosa analogía del relojero el argumento básico para el diseño inteligente: la complejidad y funcionalidad de un reloj implica la existencia de un relojero; de forma análoga, la complejidad complejidad y funcionalidad de los seres vivos implica también un diseñador, pero uno más poderoso que un simple relojero. Este razonamiento se basa en una sencilla relación de semejanza entre el diseño de artefactos humanos y el de formas naturales. Para que la analogía funcione, primero tenemos que aceptar que diseñamos nuestras invenciones con previsión del futuro y con un propósito. Afirmación que sostienen la mayoría de los evolucionistas evolucionistas y creacionistas. Sin embargo, los seguidores de estas dos posturas se muestran en desacuerdo cuando se trata de explicar el origen de los seres vivos: los defensores del diseño inteligente acuden a un creador divino; los evolucionistas evolucionistas hablan de la selección natural. En pocas palabras, los evolucionistas y los creacionistas comparten una mi sma comprensión comprensión de lo que es el diseño, pero di fieren en cómo utilizar dicho concepto. Las discusiones sobre el diseño constituyen un tema recurrente en los escritos de los evolucionistas, desde Charles Darwin (1809 -1882) hasta el contemporáneo contemporáneo Richard Dawkins. Ponderando las implicaciones de su teoría de la selección natural en el «antiguo argumento del diseño en la naturaleza» de Paley, Darwin escribió en su autobiografía que quedaba obsoleto el siguiente argumento: «El precioso gozne de un bivalvo debe haber sido 58
¿ENSAYO Y ERROR? En 2003, Shinya Yamamoto y sus colaboradores observaron en Nueva Guinea cómo un chimpancé salvaje llamado JJ utilizaba una herramienta larga y rígida para alcanzar hormigas carpinteras ( izquierda). El macaco tuvo éxito en tres intentos de un total de catorce. También recibió los mordiscos de los insectos en tres ocasiones. Dos años después, el mismo chimpancé decidió usar una rama más corta y flexible para cazar alimento. Con la nueva táctica se ahorró la agresión de las hormigas (derecha). ¿Influyó la previsión o el método de ensayo y error en el cambio de estrategia?
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fabricado por un ser inteligente, como el gozne de una puerta fabricado por un hombre. No parece que exista más diseño en la variabilidad de los seres orgánicos y en la acción de la selección natural que en la dirección en la que sopla el viento. Todo lo que sucede en la naturaleza es el resultado de leyes fijas». Un siglo después, Dawkins profundizó en el tema del diseño. Dividió al mundo «en cosas que parecen diseñadas (pájaros y aviones) y cosas que no lo parecen (rocas y montañas)». Después, dividió los elementos que parecen diseñados en «los que realmente han sido diseñados (submarinos y abrelatas) y «los que no lo han sido» (tiburones y erizos)». ¿Qué quería decir Dawkins cuando escribió sobre «las cosas que realmente han sido diseñadas»? En su obra El relojero ciego ofrece una clara respuesta: «Contra lo que pudiera parecer, el único relojero de la naturaleza son las ciegas fuerzas de la física [...] Un verdadero relojero es previsor: diseña las ruedas dentadas y resortes y planifica sus interconexiones con un propósito futuro en su mente». Es muy posible que una aceptación tan acrítica del propósito y la previsión en el diseño humano resulte imprudente. Después de todo, ¿sabemos a ciencia cierta cómo se crearon los goznes de las puertas y los abrelatas? Probablemente sepamos
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menos sobre los orígenes de estos utensilios cotidianos que sobre el origen de las conchas de los bivalvos, los tiburones y los erizos. Al atribuir los orígenes de animales y dispositivos a distintos tipos de diseñadores, uno ciego y el otro inteligente, tanto Darwin como Dawkins caen en el mismo tipo de «pensamiento centrado en el diseño» que atrapó a creacionistas como Paley. Esta forma de pensar se basa en la familiaridad y en la simplicidad engañosa de explicaciones mentalistas del comportamiento, como cuando Dawkins apela de forma acrítica a la previsión y al propósito del relojero en lugar de plantear cuestiones más profundas sobre los orígenes del reloj. Es posible que concediera un crédito excesivo a los diseñadores humanos.
La forma sigue al fracaso El ingeniero Henry Petroski ha escrito mucho y de forma harto convincente sobre nuestras ideas, a menudo erróneas, de los orígenes de las invenciones humanas. En The evolution of useful things, publicado en 1993, Petroski defendía: «[los dispositivos] dispositivos] no surgen totalmente terminados de la mente de un inventor, sino que van tomando forma a través de las experiencias (por lo general negativas) de sus usuarios». Es decir, la forma sigue al fracaso, y no a la función.
EN SÍNTESIS
¿Sobre la marcha o con intención? Según sostienen evolucionistas y creacionistas, los humanos diseñamos con previsión y propósito. De esta manera, los inventos se deben a la capacidad creativa, el ingenio y la intuición del individuo.
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Otros investigadores, en cambio, afirman que los inventos surgen a partir de la experiencia; del ensayo y el error. Mediante este proceso surgen también los comportamientos novedosos.
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El perfeccionamiento de las técnicas en el ámbito del deporte apoya este argumento: la experiencia y el proceso de ensayo y error han hecho posible crear nuevos estilos y mejorar las marcas de los deportistas.
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COGNICIÓN
S I B R O C / N A M T T E B
ESTILO FORTUITO Hasta que el «salto Fosbury» (abajo) revolucionó el salto de altura, los atletas utilizaban la tijera o el rodillo ( arriba). Según el propio Dick Fosbury, este estilo se desarrolló a partir de un proceso de ensayo y error. Después de que ganase la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1968, su salto pasó a dominar este deporte.
. U U . E E S O L E D A D A M R A / O N A M O R L W E H T T A M
¿Qué pasa con esos fracasos? Es fácil olvidar que los primeros intentos de volar utilizaron aeronaves imposibles, con alas que se agitaban, velas como las de los barcos y cometas en forma de cubo. ¿Podemos encontrar los orígenes de los grandes aviones comerciales actuales en aquellos cómicos fracasos del pasado? De forma similar, ¿apreciamos los conocimientos obtenidos por los constructores de puentes al estudiar la ondulatoria destrucción del puente Tacoma Narrows en Washington o el balanceo del Puente del Milenio en Londres? ¿Entendemos ¿Entendemos que incluso los fracasos más trágicos, como el derrumbamiento del puente peatonal de Hyatt Regency en Kansas City o la explosión de la lanzadera espacial Challenger, son consecuencias de la forma humana de inventar a gran escala? Desde el primer instante en que se vislumbra un problema o una oportunidad, dichos fracasos, ya sean grandes o pequeños, trágicos o cómicos, impulsan el ajuste y las mejoras que, a lo largo del tiempo, han ido dando forma incluso a los mayores logros de ingeniería, desde las pirámides de Egipto, pasando por las catedra60
les medievales, hasta los puentes de suspensión y las naves espaciales. Gracias a ese proceso lento y pesado, los diseños de hoy, que se materializan por lo común en planos detallados, incorporan todas las lecciones duras, dolorosas y a menudo ignoradas del pasado. La mayoría de nosotros desconocemos esa historia, pero proclamamos de forma simplista que los productos finales son fruto de un diseño inteligente, perpetuando así el mito del momento creativo. Después, exageramos el mito y atribuimos cada nuevo artefacto a la intuición, a la creatividad y al genio de una persona. Este mito, sin embargo, no puede sustituir a la realidad. Los fracasos siguen produciéndose, como sucedió con la retirada masiva del mercado internacional de los automóviles Toyota. Como señalaba en 1985 Petroski en La ingeniería es humana: la importancia del fallo en el éxito del diseño , a pesar de su comprensión matemática precisa de los materiales estructurales, los ingenieros aún no pueden «calcular de forma que se excluyan por completo los fallos». A causa de los escritos de Darwin, Dawkins y otros biólogos, muchos de nosotros estamos abiertos a la comprensión del mundo orgánico en términos térmi nos evolutivos. Pero ¿estamos dispuestos dispuestos a aplicar dicho pensamiento evolutivo al último bastión de la inteligencia diseñadora, es decir, a nuestras mentes? A la vez que Petroski y otros detallan con minuciosidad los orígenes de las invenciones humanas, los investigadores apelan cada vez más a procesos mentales no demostrados para explicar los comportamientos complejos complejos de los humanos y los animales.
Entender el entendimiento En la primavera de 2009, un artículo de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences describía cómo los cuervos construían ganchos con alambres y los utilizaban después para acceder a los alimentos al imentos que se encontraban fuera de su alcance. Algunos autores han interpretado estos comportamientos como productos de la creatividad y perspicacia de esta especie. En contraste, otros científicos han investigado problemas de «perspicacia» similares en cuervos, cuer vos, monos y otros animales centrándose en los orígenes de estos comportamientos y han descubierto las experiencias críticas de aprendizaje, y no de previsión, que llevaron a esas conductas. Sin embargo, parece MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
que estamos asistiendo a un resurgimiento de la creencia de que el comportamiento animal puede explicarse apelando a la creatividad, la perspicacia y otros conceptos mentalísticos. Por nuestra parte, seguimos manteniéndonos escépticos con respecto a la utilidad de explicaciones sin fundamento como esas. De hecho, ni siquiera aceptamos que la creatividad y la perspicacia constituyan explicaciones adecuadas para el comportamiento de los humanos. Casi nadie se pone nervioso cuando se cuestionan los logros cognitivos de los cuervos u otros animales. Pero el tema toma otro cariz cuando mostramos un escepticismo similar con respecto a la mente humana. Sin embargo, como sucede con la invención de los artefactos humanos, hallamos buenas razones para poner en duda la creencia dominante de que los comportamientos humanos novedosos, lo que podríamos llamar invenciones del comportamiento, son necesariamente producto de una mente que los ha diseñado.
la competición había superado mi mejor marca en 15 centímetros, pasando de 1,63 a 1,78 metros. ¡Conseguí el tercer puesto! Durante los dos años siguientes en el instituto, con mi enfoque curvado, comencé a iniciar el salto con el hombro, y al final terminé empezando con la cabeza, como lo hacen los que utilizan en la actualidad el salto Fosbury». Otro ejemplo del mundo del deporte apoya nuestra proposición sobre la invención del comportamiento humano. En este caso se trata de las carreras de caballos. Un artículo publicado en Science en 2009 explica al detalle por qué la postura en cuclillas ( monkey crouch), estilo en el que el jinete monta sobre la silla e inclinado hacia delante, favorece la velocidad en las carreras. Por un lado, no requiere tanto esfuerzo como el estilo erguido anterior; por otro, propicia beneficios biomecánicos al caballo. Nadie ha sugerido todavía que la postura en cuclillas fuera diseñada con la previsión y la finalidad de maximizar la eficiencia biomecánica. Entonces, ¿cómo surgió?
Caerse con éxito Un famoso caso de invención del comportamiento entre los humanos apoya nuestra propuesta. En 1968, el atleta Dick Fosbury revolucionó el salto de altura al batir el récord mundial con una marca de dos metros y veinticuatro centímetros, logro que le valió la medalla de oro de los Juegos Olímpicos que se celebraban ese año en México. Algunos podrían pensar que su innovación, que recibió el nombre de «salto Fosbury», se diseñó con propósito y previsión en un instante de creatividad. De hecho, a lo largo del tiempo, la técnica fue perfeccionándose. Sus inicios se remontan a la época de instituto de Fosbury, cuando el futuro medallista utilizaba el salto de «tijera», hoy ya en desuso. Cuando su entrenador entrenador le animó ani mó a que usara el estilo de «rodillo ventral», más sofisticado, su desgarbado cuerpo no consiguió llevarlo a cabo. Fosbury volvió al estilo «tijera». Esta vez elevó sus caderas para llegar más alto, de manera que forzaba su cabeza y sus hombros en dirección hacia atrás. En definitiva, el salto Fosbury no evolucionó gracias a un diseño inteligente, sino por un proceso prolongado de ensayo y error que combinó esfuerzos repetidos con la biomecánica del físico desgarbado del atleta. El propio Fosbury describió: «Comencé a elevar las caderas; como consecuencia, los hombros se movían hacia atrás. Al final de MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
CABALGAR CON OTRA POSTURA
L A N O I T A N R E T N I Y R A R B I L T R A N A M E G D I R B E H T
En el cuadro de Theodore Gericault (arriba), los jinetes del Epsom Derby de 1821 cabalgan con una postura relajada. En las carreras de caballos modernas, los jinetes montan en cuclillas (abajo), una innovación del comportamiento que se empleó por primera vez a finales del siglo xix.
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COGNICIÓN
Para saber más El relojero ciego. R. ciego. R. Dawkins. Labor S.A., 1989. La ingeniería es humana: la importancia del fallo en el éxito del diseño. H. diseño. H. Petrosky. Cinter divulgación técnica, 2008. Modern riding style improves horse racing times. TPfau times. TPfau et al. en Science, Science, vol. 325, n.o 5938, pág. 289, 2009. Evolution of the monkey crouch. E. crouch. E. A. Wasserman y M. S. Blumberg en Science, Science, vol. 325, n.o 5942, pág. 812, 2009. Species, tepees, scotties, and jockeys: Selected by consequences. E. quences. E. A. Wasserman en Journal of the Experimental Experimental Analysis of Behavior Behavior , vol. 98, n.o 2, págs. 213-226, 2012.
En nuestro archivo Los orígenes de la creatividad. Heather Pringler en IyC , mayo de 2013. Estrategias para un pensamiento creativo. Daniela creativo. Daniela Zeiwig en MyC n. n.o 70, 2015.
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Algunos autores han atribuido a dos jinetes estadounidenses la introducción de la postura en cuclillas en Inglaterra a finales del siglo xix. Sin embargo, pudiera ser que un jinete inglés, Harding Cox, hubiese adoptado este estilo un poco antes. El mismo Cox revela en sus memorias un dato esencial en relación con los posibles beneficios que confería la susodicha postura: «Cuando iba a cazar, llevaba el estribo muy corto y me inclinaba mucho hacia la parte delantera de la silla. En las carreras me di cuenta de que, al hacer lo mismo, evitaba en cierta medida la presión del viento. Descubrí que si acentuaba esta postura, mi montura se beneficiaba de un movimiento más libre de la grupa. Quizás ello me permitió ganar con animales considerados imposibles, de segunda, ingobernables o fatigados». Pese a que los autores del estudio subrayan el beneficio biomecánico que supone para el caballo el hecho de que el yóquey se levante de la silla, sin dar mucha importancia a la función que desempeña la reducción de la resistencia al viento, el relato de Cox proporciona información clave sobre los orígenes de esa innovación. Podría haber sido la disminución de la resistencia al viento lo que impulsó desde un inicio a Cox a inclinarse hacia delante, postura que exageró hasta llegar a la posición de cuclillas. Como un andamio que proporciona una estructura temporal para la construcción de un edificio, la respuesta del jinete a la presión del viento podría haber servido de soporte para la transición del comportamiento que dio lugar a un nuevo estilo de montar a caballo que transformó las carreras ecuestres modernas. Los comportamientos inventivos suelen atribuirse a la creatividad, a la perspicacia o al genio. Sin embargo, una explicación más sencilla podría ser la adecuada. Se trata de la ley del efecto, norma que se elaboró hace un siglo a partir de los estudios sobre el comportamiento animal de Edward Thorndike y que establece que las variaciones exitosas de la conducta se conservan; las que no tienen éxito se pierden. Resulta importante tener en cuenta que este proceso darwinista existe al margen del ámbito de la finalidad o la previsión. Si todo lo que existe en la naturaleza es el resultado de leyes fijas, como propuso el propio Darwin, ¿no se habría maravillado también él del poder explicativo de la ley del efecto, que no se descubrió hasta décadas después de su muerte,
y de sus atractivos paralelismos con la selección natural? Nuestro interés principal en este punto radica en investigar los orígenes. Darwin nos ha enseñado que la búsqueda del origen de las especies revela la acción de mecanismos naturales que no requieren la guía de un diseñador inteligente y creativo. De forma similar, Petroski nos ha aleccionado a mirar más allá del romance del inventor iconoclasta y del drama del momento creativo para apreciar el verdadero origen de los inventos humanos. La idea de Petroski debería liberar a los evolucionistas de su continua disputa con los creacionistas sobre dónde se halla la frontera entre las cosas que verdaderamente han sido diseñadas y las cosas que solo parecen haber sido diseñadas. La creencia en la existencia de esa falsa frontera solo sirve para oscurecer los potentes procesos de selección evolutiva que producen muchas de las creaciones del mundo, tanto las orgánicas como las sintéticas. Más allá de las preocupaciones de Darwin y Petroski, creemos que existe suficiente tierra fértil para redefinir nuestro pensamiento sobre el origen de las innovaciones del comportamiento. Nos hemos centrado aquí en el salto Fosbury y en la postura en cuclillas para montar a caballo, pero también podríamos haber discutido el papel de la casualidad en los descubrimientos científicos o el itinerario de desarrollo que hace que cada uno de nosotros aprenda a gatear, caminar y correr. Desde los primeros días de nuestra vida, todos somos inventores y descubrimos mediante ensayo y error cómo mover y utilizar nuestros cuerpos en crecimiento. Del mismo modo que sucede con la evolución orgánica, el desarrollo del comportamiento consiste en un proceso creativo, aunque se lleva a cabo sin un diseño que implique una finalidad. © American Scientist Magazine
Edward A. Wasserman es Wasserman es doctor y profesor de psicología experimental en la Universidad de Iowa. Mark Iowa. Mark S. BlumUniversidad de Iowa. Ambos berg enseña berg enseña psicología en la Universidad son miembros del Centro Delta de la Universidad de Iowa, dedicado a la investigación investigación del aprendizaje, el desarrollo y el cambio.
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INSTANTÁNEA
Un arcoíris de neuronas Probablemente, Santiago Ramón y Cajal se hubiera quitado el sombrero ante una reproducción del hipocampo tan estética. Si el neuroanatomista y premio nóbel utilizaba nitrato de plata para observar las neuronas en 1873, los investigadores de hoy en día se sirven de técnicas genéticas para hacer visibles las neuronas bajo el microscopio. A través del método Brainbow, desarrollado en 2007 por Jeff Lichtman, de la Universidad Harvard, se consigue que las neuronas brillen, bajo luz ultravioleta, hasta en 90 tonos diferentes gracias a la manipulación de genes que codifican proteínas fluorescentes.
La imagen muestra el hipocampo de una rata, en el que se puede apreciar de forma clara la capa de células granulares del giro dentado. Esta se sitúa alrededor del hilio, es decir, de los axones de las células granulares. En ese lugar se generan nuevas neuronas incluso durante la edad adulta. Además, las células granulares son la puerta de entrada hipocampal para las informaciones: se encargan de enviar los potenciales de acción a través de la capa molecular que se encuentra en la malla de dendritas piramidales. Tamily Weissman, Jean Livet, Jeff Lichtman, Joshua Sanes
Neocorteza
Células piramidales
Capa molecular
Células granulares
D R A V R A H D A D I S R E V I N U , S E N A S A U H S O J Y M I K G N U J N I E D A Í S E T R O C
MENTE Y CEREBRO XX - 2013
Hilio
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PSIQUIATRÍA
Asesinos múltiples en un solo acto Masacres en institutos, homicidios en el lugar de trabajo, crímenes en el seno familiar. ¿Qué lleva a una persona a cometer estos actos? ¿Es posible prevenirlos? VICENTE GARRIDO GENOVÉS, SANTIAGO DE LAS HERAS JUNCO Y JUAN RAMÓN PEREIRA DOCAMPO
D
os, tres o más peronas. Los asesinos múltiples matan a más de un individuo; aunque no todos cometen el crimen bajo las mismas condiciones. Varía el lugar del homicidio y el período de tiempo que dejan pasar entre cada asesinato. En lí neas generales, los criminólogos y psicólogos psicólogos distinguen entre asesinos múltiples secuenciales (o en serie) y de un solo acto. La principal diferencia entre ambos es la existencia de un período de «enfriamiento emocional» emocional» entre los cr ímenes. Este lapso temporal para recuperar la normal idad psíquica puede abarcar días, meses o incluso años. Una tercera categoría de asesinos combina las dos anteriores: son los criminales que comenten un asesinato múltiple de un solo acto y que posteriormente protagonizan diversos asesinatos secuenciales o en serie. Como hemos indicado, en el asesinato asesin ato múltiple de un solo acto no existe un período de enfriamiento emocional: el asesino actúa a lo largo de 24 horas o en un intervalo que va de las 48 a las 72 horas. No obstante, esa no es la única característica. Expertos de todo el mundo han elaborado clasificaciones según el contexto en el que se produce el crimen y la naturaleza de las víctimas. De esta manera, se distingue entre los que actúan en un entorno famil iar, los que lo hacen en un centro escolar o académico, los que cometen el crimen en un lugar de culto, aquellos que asesinan en espacios abiertos, los que matan en el lugar de trabajo y los que cometen crímenes en diversos parajes durante su huida de la 64
policía. Al margen de estos subtipos de asesinos múltiples en un solo acto se encuentran otros tres subgrupos que, aunque no se mencionan en los manuales criminológicos de consenso, consideramos que deberían tenerse en cuenta: los psicópatas, los psicóticos y los que pertenecen a bandas organizadas. Los asesinos múltiples en un solo acto psicópatas se diferencian del resto de estos homicidas en cuanto al grado de sadismo que despliegan durante el acto criminal. No solo buscan asesinar movidos por la ira, sino que, en la mayoría de los casos, responden a motivaciones como la obtención del placer a través de la tortura o el sometimiento de la víctima. A este grupo pertenecerían Antonio Anglés y Miguel Ricart, autores, en 1992, del asesinato de tres jóvenes de la localidad valenciana de Alcáser. Otro caso sería el perpetrado por el estadounidense Ted Bundy (1946 -1989), quien asesinó, juntas y en una tarde, a tres muchachas jóvenes a las que llevó a una caseta abandonada cerca del lago Tahoe. Fue ejecutado en la silla eléctrica. La categoría de asesinos múltiples en un solo acto psicóticos agruparía a sujetos que han asesinado a varias personas en un período de 24 horas mientras sufrían un brote psicótico con pérdida de contacto con la realidad. En 2003, la médica Noelia de Mingo asesinó a puñaladas a tres personas e hirió a otras siete en la Fundación Jiménez Díaz, centro sanitario en Madrid, bajo la influencia de delirios y alucinaciones. El trastorno mental que padecía la llevó a creer que era víctima de un complot por parte de los compañeros de trabajo.
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SIN DILACIÓN Los perpetradores de asesinatos múltiples en un solo acto no dejan pasar más de 72 horas entre crimen y crimen, por lo que no presentan un enfriamiento emocional. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
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PSIQUIATRÍA
EN SÍNTESIS
Perfil criminal Se considera asesinos múltiples en un solo acto a los sujetos que matan a dos o más personas en un solo día o, a lo sumo, al cabo de 72 horas.
1
En general, los criminólogos clasifican a estos homicidas según el lugar donde cometen el crimen: en el entorno familiar, el trabajo o un centro escolar, entre otros.
2
Los factores que llevan a una persona a cometer tales actos se intentan explicar desde diferentes modelos teóricos: el biológico, el psicológico, el sociológico y el biopsicológico.
3
Incluso pensaba que habían instalado cámaras para vigilar sus movimientos. Por lo general, esos delincuentes son declarados inimputables, inimputables, porque se considera que, al influir el trastorno en los delitos que han cometido, no son responsables de sus actos. En lugar de la pena de prisión, se les impone una medida de seguridad que busca proteger los derechos de los ciudadanos. En la actualidad, De Mi Mingo ngo se encuentra ingresada en el Hospital Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Alicante, uno de los dos centros de este tipo —el otro está en Sevilla— que existen en España. El tercer subgrupo de asesinos múltiples en un solo acto que proponemos englobaría a los terroristas, sicarios y narcotraficantes. Se trata de asesinos pertenecientes al brazo armado de organizaciones organizaciones criminales estructuradas y jerarquizadas, de características paramilitares y con un funcionamiento idiosincrásico. Un ejemplo reciente de este tipo de crímenes es el atentado contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo ocurrido el pasado 7 de enero. Dos islamistas radicales armados con subfusiles de asalto asa lto mataron, entre otras personas, a varios dibujantes y editores de la publicación.
En busca del porqué ¿Qué lleva a un individuo a matar, en cuestión de horas, a varios sujetos? Este enigma se intenta responder desde tres perspectivas teóricas. Según se argumenta desde el modelo biológico, las alteraciones cerebrales a edades tempranas (tumores,
14 %
Compulsivo
TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Muchos de los asesinos múltiples en un solo acto presentan rasgos patológicos de la personalidad. Los más comunes entre la población reclusa española estudiada (56 individuos) son una personalidad compulsiva antisocial, paranoide o dependiente. Al otro lado de la balanza se encuentran individuos con una personalidad histriónica, esquizoide o límite (TLP). 66
Dependiente
12 %
Antisocial
12 %
Paranoide
11 %
Narcisista
11 %
Evitativo
8%
Pasivo-agresivo
8%
Agresivo-sádico
8%
Histriónico
5%
Esquizotípico
5%
Esquizoide
5%
TLP Autoderrotista
3% 2%
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disfunciones bioquímicas y enfermedades mentales como la psicosis, los trastornos de personalidad y otro tipo de patologías psiquiátricas graves y crónicas, entre estas trastornos bipolares, depresión mayor, psicopatologías disasociativas y delirantes) modifican el funcionamiento cerebral normal. Estos individuos presentan una infrautilización de las estructuras cerebrales superiores, así como una sobreestimulación del cerebro primitivo o reptiliano, responsable de las emociones más básicas, a saber, la dominación, la territorialidad y la agresividad. Un caso reciente que podría encuadrarse bajo este perfil es el del copiloto de 27 años Andreas Lübitz, quien el pasado 24 de marzo estrelló de manera voluntaria un Airbus de la compañía Germanwings con otras 149 personas a bordo. Los modelos psicológicos, en cambio, destacan conceptos clásicos como posibles causas: la vulnerabilidad al estrés, la psicopatología y la disonancia cognitiva. Nicholas Herrera, doctor en psicología de la Universidad de Buenos Aires, ejemplifica el papel de la disonancia cognitiva con el asesinato múltiple en un solo acto a través del caso de Nidal Hassan. Este expsiquiatra del ejército estadounidense debía enfrentarse a diario a un fuerte conflicto cognitivo, pues no compartía los valores del ejército, institución a la que pertenecía. Esa disonancia se unió a su necesidad de pertenecer al grupo, que le excluía por sus creencias. En 2009, resolvió su conflicto psíquico mediante la violencia: asesinó a 13 compañeros militares e hirió a otras 32 personas en la base militar Fort Hood, en Texas. En relación a la psicopatología, desde la perspectiva de la psicología se recalca que los sujetos que cometen asesinatos múltiples en un solo acto poseen, en su mayoría, personalidades depresivas, obsesivas, narcisistas, paranoides o esquizoides. Anders Breivik, autor de la masacre de la isla de Utoya en Noruega en 2011, presentaba un trastorno narcisista de la personalidad. Otros autores recalcan la influencia de la vulnerabilidad al estrés. Iwaki Meisei, y Tsuyoshi Yamanoha, de la Universidad de Okinawa, señalan el estrés agudo como principal factor precipitante del asesinato múltiple de un solo acto que perpetró en 2008 un exempleado de un establecimiento en la zona comercial Akihabara de Tokio. Se sentía acosado por las deudas tras ser despedido. También desde la sociología se ha abordado el fenómeno. Los expertos en este terreno hacen hinMENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Tipos de homicidas múltiples En un solo acto: Cometen acto: Cometen los crímenes dentro de un plazo de 24 horas o, a los sumo, 72 horas. No presentan un período de enfriamiento emocional entre crimen y crimen. Pueden actuar en cualquier contexto: el lugar de trabajo, un centro académico, un espacio al aire libre, el ámbito familiar, etcétera. Con todo, el familicidio es el asesinato múltiple en un solo acto más prevalente en todos los países, España inclusive. inclusive. Se conocen casos c asos como el de Francisca González Navarro, quien asesinó en 2002 a sus dos hijos en la población murciana de Santomera, o el de Vladimir Rausell Blay, de 22 años, quien mató a su expareja, a la madre de esta y a su propio primo en Vallbona, Valencia.
En un solo acto y secuenciales: Presentan secuenciales: Presentan los dos perfiles anteriores. Edmund Kemper (debajo) es un caso paradigmático. Comenzó su carrera criminal con tan solo 16 años, edad a la que mató a sus abuelos con una escopeta tras una discusión. En los años setenta, ya de adulto, asesinó asesinó en serie a varias estudia estudiantes ntes universit universitaria ariass de California. Más tarde, cometió un nuevo crimen múltiple en un solo acto: mató a su madre y a una amiga íntima de esta. Pocos días después, se entregó a la policía. Estos casos resultan atípicos en España.
Secuenciales: Actúan Secuenciales: Actúan a lo largo de un amplio intervalo de tiempo, en el cual experimentan un período de enfriamiento emocional entre los crímenes. Pueden actuar en cualquier contexto. Un ejemplo clásico es el de Jack el Destripador, alias por el que se conoce al asesino en serie de Londres nunca identificado. En 1888 y a lo largo de varios meses terminó con la vida de cinco prostitutas. En España, Joaquín Ferrándiz asesinó entre 1995 y 1996 a cinco mujeres jóvenes en Castellón. Seguía a sus víctimas víc timas cuando salían de la discoteca o, en el caso de las prostitutas, las mataba después de requerir sus servicios.
capié en la ideología de los autores de los crímenes y destacan que se ven a sí mismos como héroes. El antropólogo canadiense y experto en asesinatos múltiples, Elliott Leyton, señala con acierto que, sea cual sea la reivindicación del homicida, siempre se trata de una venganza personalizada y no política. En contra de lo que pudiera parecer, argumenta Leyton, estos asesinos no explotan de repente, cual víctimas de un furor asesino. Actúan, en cambio, de manera premeditada, tranquila y escogen como víctimas a personas a las que consideran responsables de sus miserias. Cometen los actos como una suerte de protesta social personalizada; en otras palabras, no son ni revolucionarios ni se hallan mentalmente trastornados.
Modelo biopsicológico Nuestras investigaciones sobre el fenómeno, publicadas en 2014 en Psicopatología Psicopatología Clínica, Legal y Forense, de la Universidad Complutense de Madrid, y en 2015 en la Revista de Psicología Clínica Clínica con Niños y Adolescentes , nos han llevado a comprender el problema desde una visión biopsicológica, la cual subraya la función que desempeña la MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
O C I L B Ú P O I N I M O D / Z U R C A T N A S E D O D A D N O C L E D F F I R E H S L E D A N I C I F O / S N O M M O C A I D E M I K I W
Edmund Kemper
carga orgánica en el proceso mental que degenera en este tipo de actos criminales. La persona que comete un asesinato múltiple de un solo acto no es un individuo indiv iduo «relativamente «relativamente normal», es decir, sin un trastorno psiquiátrico grave o desadaptativo, y que sin previo aviso se despierta una mañana con la intención de cometer una masacre, como si de un ataque de furia se tratase. Existe algo más. En la mayoría de los casos que hemos estudiado, hemos constatado que existía una patología psiquiátrica grave previa (diagnosticada o no). Por lo general, estos sujetos presentan tendencias depresivas y suicidas marcadas, además de una personalidad insegura y paranoica. Podemos encontrar numerosos ejemplos de paranoia llevada al extremo y de delirios: el autor de la masacre de la Universidad de Virginia afirmaba tener una «novia imaginaria»; el asesino de los cines de Denver creía estar poseído por un personaje cinematográfico. También destacan los trastornos narcisistas y psicopáticos, los rasgos obsesivo-compulsivos y los psicopáticos graves. Erick Harris, uno de los autores de la masacre del 67
PSIQUIATRÍA
Asesinos múltiples de un solo acto según el escenario de los homicidios Expertos de todo el mundo han mundo han consensuado una distinción de los asesinos múltiples en un solo acto a partir del lugar en el que comenten los crímenes. Veamos ejemplos de los seis subgrupos: trabajo: Aaron Alexis, militar 1. En el lugar de trabajo: Aaron estadounidense, asesinó, armado con un fusil de asalto, a doce de sus camaradas en la sede central de la Armada de Estados Unidos. En Suiza, un empleado irrumpió en 2013 en su empresa con una pistola y mató a varios compañeros de trabajo. En España, Vicente González Cano, a quien entrevistó uno de los autores (Pereira) en la prisión donde cumple condena, acabó en 2005 con la vida de dos personas e hirió a otra en la empresa de almacenaje de residuos en la que trabajaba. 2.
En centros educativos: Adam Lanza, de 20 años, protagonizó en diciembre de 2012 una matanza en una escuela primaria de Newtow, en Connecticut. Tras asesinar a una veintena de niños y a seis adultos, se suicidó. En 1999, Erick Harris y Dylan Kebold, dos jóvenes estadounidenses, entraron armados en el Instituto Columbine, donde estudiaban. Asesinaron a 13 estudiantes e hirieron a otros 24. No solo en EE.UU. se han vivido este tipo de sucesos; también ocurren en Europa. En la escuela secundaria Johann Gutenberg de Erfurt, un joven de 19 años, Robert Steinhauser, disparó en 2002 contra un grupo de profesores y alumnos. Mató a 16 de ellos antes de suicidarse. En el Instituto Jokela de Tuusula, Pekka-Eric Auvinen, de 18 años, acabó en 2007 con la vida de seis de sus compañeros, la enfermera y el director del centro. Se suicidó. En 2008, también en Finlandia, Matti Saari, de 22 años, asesinó a tiros a nueve alumnos y a un trabajador de la escuela Kauhajoki antes de suicidarse. En Gran Bretaña, en 2010, doce personas resultaron muertas y once heridas a manos de Derrick Bird, un taxista de 52 años, que acabó disparándose a sí mismo. 3.
Durante una carrera de huida de la justicia: En cia: En criminología se conoce este fenómeno como «efecto Starkweather», en alusión a Charles Starkweather, un asesino que en 1958 dejó un reguero de 11 muertos en su escapatoria en coche por Nebraska y Wyoming durante varios meses. Escapaba junto con su 68
novia de 14 años. Más conocida quizás es la huida criminal que emprendieron entre 1931 y 1934 la pareja Bonnie Parker y Clyde Barrow. Dejaron un elevado número de víctimas, entre ellas una familia entera, hasta que fueron abatidos por la policía. En España, Juan Redondo Fernández, considerado uno de los presos españoles más peligrosos, y Juan José Garfia, ambos entrevistados en varias ocasiones por un miembro de nuestro equipo (De las Heras), son dos buenos ejemplos de este tipo de criminales. En 1995, Redondo golpeó en la cabeza a uno de los policías que le custodiaba, tras lo que le arrebató el arma con la que disparó al otro agente e hirió en la pierna a un tercero. Garfia mató a dos guardia civiles y tiroteó a unos agentes y a un ciudadano en su fuga tras robar un chalé. Fue detenido. 4. Líderes de
cultos: Se cultos: Se trata de personas que provocan un asesinato múltiple de un solo acto sin participar directamente en el crimen. Un caso típico sería el de Charles Manson, quien manipuló a los seguidores de su secta para que asesinaran a cinco personas perso nas (incluida una mujer embarazada) en una sola noche en el domicilio del director de cine Roman Polanski. En Suiza y Francia, los líderes de la secta del Templo del Sol ordenaron el asesinato de 53 miembros del grupo para finalmente suicidarse. En España, la secta Edelweiss actuó entre 1970 y 1998 hasta que su líder fue asesinado por un exmiembro del grupo. Este grupo sectario estuvo involucrado en diversos actos criminales, entre ellos, el abuso a menores.
Katarina Fritzon, de la Universidad Bond, y Rozalinda Garbutt, del servicio de formación de policía nacional de Nueva Gales de Sur, en Australia, sugieren cuatro subtipos de esta categoría de asesinos múltiples: los suicidas, los que no se suicidan y cosifican su ira en los parientes, los que han sido sometidos durante años a abusos intrafamiliares y estallan en cólera; y los que asesinan a sus familiares como medio para conseguir un fin, por ejemplo, cobrar un seguro de vida. Este último es el caso de John List, padre de familia arruinado que asesinó a su madre, esposa y tres hijos para huir y comenzar una nueva vida con una identidad falsa. Tras veinte años de haber cometido el crimen, fue descubierto. 6.
En barriadas marginales y espacios al aire libre: En libre: En la mayoría de los casos se trata de crímenes relacionados con robos y ajustes de cuentas. En España encontramos ajustes de cuentas entre clanes gitanos, entre ellos, Los Cucos, o perpetrados por organizaciones criminales como Los Miami o la banda latina Los Ñetas.
En el lugar de trabajo Familicidas
10 %
20 %
Líderes de culto 5 % En centros académicos 5%
En espacios al aire libre 35 %
En huida 25 %
5.
En el entorno familiar (familicidas): Algu(familicidas): Algunos investigadores, Martin Daly y Margo Wilson, de la Universidad McMaster de Canadá, así como Marieke Liem, de la Universidad de Utrech, y Darrylyn Roberts, de la Universidad de Maryland, hablan de dos subtipos de familicidas: el acosador y el abatido. El acosador es celoso, hostil, manifiesta constantemente su enfado y tiene un historial de violencia. El abatido se muestra deprimido y presenta una elevada ansiedad anticipatoria. Otros autores,
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EN LAS CÁRCELES ESPAÑOLAS Según las conclusiones de los autores a partir de una muestra de 56 individuos, en las prisiones españolas prevalecen los casos de homicidas múltiples de un solo acto en barriadas marginales y espacios libres. Menos habituales son los perpetradores de homicidios múltiples en centros escolares o relacionados con una secta (un 5 por ciento en ambos casos). MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Instituto Columbine, Columbine, fue diagnosticado d iagnosticado de un cuadro obsesivo-compulsivo y tratado con fármacos antidepresivos. En España se observó que el familicida José Bretón, quien mató a sus dos hijos en 2011, presentaba obsesiones graves relacionadas con ideas de contaminación. Las alteraciones orgánicas de tipo fisiológico parecen comunes en estos asesinos. En la l a autopsia autopsia de Charles Whitman, estudiante que provocó una masacre en el campus de la Universidad de Texas en 1966, se descubrió que su cerebro presentaba un tumor que afectaba zonas relacionadas con el control de la ira. Withman asesinó a cerca de una veintena de personas tras acabar con la vida de su esposa y de su madre. Esas alteraciones psiquiátricas graves se unen a una experiencia traumática, ya sea real o percibida como tal. Entre estas v ivencias se encuentran el acoso escolar, los malos tratos (físicos y psicológicos), el duelo de la pareja o la pérdida del empleo. Las dos últimas situaciones se dan, sobre todo y respectivamente, en familicidas y asesinos múltiples en un solo acto en el lugar de trabajo. Otros factores refuerzan la situación: el consumo de alcohol y de otras drogas, los errores del sistema sociosanitario para detectar a tiempo el peligro y el fácil acceso a la información forense, lo que permite a los perpetradores obtener conocimientos sobre cómo llevar a cabo el crimen de una forma eficiente. Aunque Aunque la accesibilidad a las armas de fuego no constituye de por sí un factor precipitante, sí permite aumentar el número de víctimas en comparación con las armas blancas.
Indicadores de asesinos en potencia ¿Tiene sentido aplicar una estrategia preventiva a un problema tan complejo como es el asesinato múltiple? Nuestro equipo, al igual que otros, como el dirigido por Vicente Pelechano, de la Universidad de Barcelona, ha observado una serie de indicadores que advierten de que una persona puede ser un criminal múltiple en potencia. En la actualidad, estamos desarrollando un protocolo que sirva para detectar a tiempo cuándo nos hallamos ante un asesino múltiple en potencia. Hasta ahora hemos llevado a cabo entrevistas extensas a una cincuentena de internos en cárceles de la Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia condenados por homicidio múltiple de un solo acto. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
A grandes rasgos, esas entrevistas consisten en una serie de pruebas psicológicas: un test de detección de simulación de síntomas (problemas de memoria, psiquiátricos o neurológicos, etcétera), un inventario de personalidad, un test de inteligencia y una entrevista semiestructurada de detección del grado de psicopatía (Escala de Evaluación de Psicopatía de Hare). Por último, hemos elaborado un listado de 101 variables criminológicas relevantes: arma empleada, empleada, características de las víctimas, tipo de fami lia del agresor, entre otros datos. En la actualidad contamos con una muestra de 92 asesinos múltiples en un solo acto españoles. Según nuestros primeros resultados, los sujetos pertenecientes al grupo homicida múltiple en centro educativo y homicida múltiple en centros de trabajo resultan atípicos en España. En cambio, los familicidas, los asesinos psicóticos y los asesinos psicopáticos son más prevalentes. También hemos constatado que el potencial de rehabilitación y riesgo de reincidencia una vez cumplida la condena es distinto según el grupo al que pertenece el sujeto y a determinados factores dentro de cada uno de esos grupos. En este sentido, en el grupo de homicidas múltiples de entornos marginales y organizaciones criminales, la evolución en prisiones es peor (mayor número de incidencias, cambio de centros penitenciarios por altercados, agresiones a otros reclusos, etcétera); además, su contexto sociofamiliar suele estar vinculado al mundo de la delincuencia. Por otro lado, en el caso de los fami licidas, el comportamiento en prisión y el riesgo de reincidencia parece menor a la luz de nuestros resultados. A pesar de las investigaciones, no podemos negar que la prevención siempre será limitada, puesto que los predictores son necesariamente imperfectos.
Para saber más Genetic influences in criminal convictions: Evidence from an adoption cohort. S. A. Mednick, W. F. Gabrielli y B. Hutchings en Science, vol. 224, n.o 4651, págs. 891-894, 1982.
Psychopaths: Psychopaths: New trends in research. R. D. Hare en Harvard Mental Health Letter , vol. 12, n.o 3, págs. 4-5, 1995.
Mass murder: An analysis of extreme violence. J. A. Fox y J. Levin en Journal of Applied Psychoanalytic Studies, vol. 5, págs. 47-64, 2003.
Tratamiento Tratamiento del agresor psicopático. V. Garrido en El Laberinto de la Violencia: Causas, Tipos y Efectos, dirigido por J. Sanmartín Espluges, págs. 321-330. Ariel, Barcelona, 2004.
Serial killers and mass murderers: Profiles of the world’s most barbaric criminals. N. Cawthorne. Ulysses Press, Berkeley, 2007.
Homicidio múltiple de un solo acto: Un estudio de caso. V. Garrido, J. R. Pereira y S. de las Heras en Psicopatología Clínica, Legal y Forense, vol. 12, págs. 191- 219, 2013.
Estudio de caso de un adolescente condenado por doble parricidio. D. Iñesta, J. R. Pereira y B. Tortosa en Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, Adolescentes, vol. 2, n.o 1, págs. 63-68, 2015.
Homicidas múltiples de un solo acto: descripción del fenómeno. V. Garrido Genovés, S. de las Heras Junco y J. R. Pereira Docampo en Notas Criminológicas (en prensa).
En nuestro archivo J uan es doctor en uan Ramón Pereira Docampo (izquierda) es psicología y presidente de la Asociación por la Divulgación de la Psicología Científica de Alicante. Vicente Garrido Genovés es Genovés es doctor en psicología y criminología, y pro fesor de la Universidad de Valencia. Valencia. Santiago Santiago de las Heras Junco es Junco es director del Centro Penitenciario de Alicante.
Perfiles criminales. criminales. Ingrid Glomp en MyC n. n. o 39, 2009.
Homicidas domésticos. Andreas Marneros en MyC n.o 54, 2012.
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ETNOLOGÍA
Evolución de la violencia humana Las guerras atraviesan la historia de la humanidad. ¿Será porque forman parte de nuestra herencia evolutiva? Los etnólogos investigan las raíces del comportamiento violento en pueblos primitivos que viven de la caza y la recolección JÜRG HELBLING
DE CACERÍA Igual que sus antepasados, los !kungs san se desplazan por el desierto del Kalahari con arcos y flechas para para cazar, cazar, sobre todo, antílopes. 70
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E
ntre Doris y Beryl Nagamara el ambiente se encuentra caldeado. Las dos mujeres se gritan. Al otro lado, sus maridos Jack y Alec Djabaldjari, respectivamente, no parecen inmutarse. Aparte de que son viejos amigos, ¿por qué deberían inmiscuirse en las riñas de sus mujeres? Sin embargo, la situación se pone seria: Beryl toma un palo y asesta un fuerte golpe en la cabeza de Doris. Chloe Nagamara, amiga de esta última, corre en su ayuda. Codo a codo golpean a Beryl. Alertado por el grito de Beryl, Clarry Djabaldjari, el mar ido
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de Chloe, decide dec ide intervenir: con su bumerán ahuyenta a su agresiva mujer del lugar. A principios de los años cincuenta, el antropólogo Mervyn Meggitt (1924 -2004) fue testigo de esta escena en un campamento de los walbiri, una tribu aborigen de Australia Central. La anécdota contradice la típica imagen de las sociedades primitivas pacíficas que vivían en una armonía paradisíaca. De hecho, la violencia y la guerra empezaron a formar parte de la vida humana con la aparición de las propiedades y la delimitación de territorios, territorios, según una hipótesis harto extendida.
D O O W T I K N A D / S E G A M I Y T T E G / K C O T S K N I H T
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ETNOLOGÍA
EN SÍNTESIS
Causas de la conducta bélica La violencia individual es
1 un fenómeno universal:
incluso se observa en las comunidades cazadorasrecolectoras. No ocurre lo mismo con las guerras colectivas y organizadas. Las sociedades de ca-
2 zadores y recolectores disponen de diversas estrategias para la resolución de conflictos: la negociación, el apaciguamiento y los rituales de lucha. Al parecer, las propiedades y el sedentarismo favorecieron la aparición de la guerra entre los humanos.
3
¿Eran también violentos y bélicos nuestros antepasados recolectores y cazadores? La respuesta a esta pregunta incide en un punto central de la naturaleza humana. Al fin y al cabo, la humanidad ha vivido más del 95 por ciento de su historia como cazadora, es decir, en pequeños grupos nómadas de unos 25 miembros que han subsistido gracias a las presas que cazaban y a las plantas salvajes que recolectaban. Todavía hoy algunos humanos practican este modo de vida, entre ellos, los aborígenes de las zonas desérticas de Australia, los bosquimanos del desierto Kalahari, los bambutis de la selva tropical de Iruti en la República Demorática del Congo, los inuits de Alaska Central o los yaganes del archipiélago fueguino.
Arrebato espontáneo de violencia Las observaciones etnográficas describen frecuentes luchas entre cazadores. La mayoría de las veces se trata de violencia espontánea: dos personas se abalanzan una contra otra con los puños alzados o armados con palos o flechas. Una ofensa, un robo, un adulterio o, simplemente, una «mala química» pueden desencadenar la riña. En ocasiones, las disputas degeneran en verdaderas reyertas. Por suerte, esos arrebatos violentos transcurren la mayoría de las veces sin muchos daños ni heridas graves. No obstante, siempre cabe la posibilidad de que en una lucha se produzca alguna muerte. En el caso de los sudafricanos !kung, durante el fervor del combate, alguna vez recibe alguien que no participa en la disputa. Los abo-
rígenes australianos incluso matan para castigar a quien ha revelado un secreto. En ocasiones, los hombres inuit matan a sangre fría a un rival. En algunas comunidades cazadoras, la tasa de homicidios (crímenes anuales por cada 100.000 personas) alcanzan dimensiones alarmantes. Con todo, las más de 100 muertes por cada 100.000 personas en las poblaciones de los yaganes en Tierra del Fuego y de los esquimales del cobre ( copper inuit) de Canadá deben tomarse con precaución. Las tasas corresponden a una época en la que la influencia europea aportó un efecto negativo en las culturas nativas. Los europeos llevaron a esas tierras el consumo de alcohol, que fomentaba las conductas agresivas; introdujeron enfermedades desconocidas hasta entonces para sus habitantes, quienes las relacionaban con brujería e intentaban erradicarlas con sangre; protagonizaron asaltos violentos, por lo que los nativos se defendían ante los intrusos. Este caldo de cultivo favoreció el aumento masivo de la violencia. La tasa de homicidio en las poblaciones de los bambutis en el Congo, de los !kungs san en Sudáfrica y de los sirionós en Bolivia debería reflejar mejor la frecuencia de las muertes a causa de la violencia entre los cazadores, ya que en estos casos no influían factores externos como la territorialidad de los estados o las condiciones económicas. Cifras de hasta 50 víctimas por cada 100.000 personas indican que en estas sociedades las personas también se hallaban lejos de vivir en el jardín del Edén. Estos índices de homicidio incluso sobrepasan los de algunas grandes ciuda-
Víctimas mortales Incluso los cazadores-recolectores no viven exentos de violencia. La tabla recoge el número de casos mortales acontecidos
en distintas etnias. Etnia
Bambuti (R. D. Congo) !kung (Sudáfrica) Sirionó (Bolivia) Yagán (Tierra del Fuego) Esquimales del cobre (Canadá)
Período de observación
Muertes violentas por cada
100.000 habitantes
1935-1965
40
1920-1955
42
1915-1941
53
1871-1884
178
En torno a 1932
419
y año
(Uttermost of Tierra del Fuego and their fuegians . S. L. Bridges. Rookery Press, Nueva York, 1949; Nomads of the Long Bow: the siriono of eastern Bolivia . A. R. Holmberg. Waveland Press, Garden City, 1969; The !kung san. R. B. Lee. Cambridge University Press, Cambridge, 1979; Wayward Servants . C. M. Turnbull. Natural History Press, Garden City, 1965; Intellectual culture of the copper eskimo . K. Rasmussen. Gyldendalskeboghandel, Copenhague, 1932)
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E I D E E W T Y N N E P / S I B R O C
des de Estados Unidos, donde entre 1976 y 1999 la media rondaba las 29 víctimas, con cifras máximas que alcanzaban un total de 43 muertes. No obstante, cabe señalar que un homicidio cada 15 o 20 años en una población de 150 personas se traduce en una tasa de homicidios de entre 33 y 44 asesinatos. Los conflictos en las sociedades cazadoras-recolectoras también acontecen, aunque no tienen por qué acabar en delito de sangre. Los involucrados en la pelea pueden evitar encontrarse, mudarse o poner fin a la discordia mediante una tercera persona, respetada por ambas partes, que ejerzca de mediadora. Al parecer, la biología de Homo sapiens permite las tres estrategias, es decir, la violencia, la huida o la negociación. Cuál de estas salidas se acaba eligiendo depende del motivo de la pelea, del entorno social en el que sucede y de la relación entre los adversarios. Por tanto, pelearse es una opción más.
¿Solo por envidia? ¿Cómo se llega a esas disputas agresivas entre personas? Los sociobiólogos partían de la idea de que la violencia se produce, sobre todo, entre hombres MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
que se pelean por mujeres y territorio. Una valoración detallada de los conflictos de los bambutis, los sirionós, los !kungs y los inuits constata que esta tesis no se sostiene. En 2000, el antropólogo Raymond Kelly, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, reveló que la mitad de los actos violentos documentados acontecían entre hombres y mujeres. Los casos de violencia entre varones, por una parte, o entre mujeres, por otra, constituían solo la cuarta parte de los casos. La rivalidad sexual, el adulterio y la envidia eran motivos de pelea mucho menos frecuentes que la holgazanería o el desacuerdo en la repartición de carne dentro del grupo. Incluso cuando se trata de discusiones contundentes entre hombres y mujeres de un colectivo cazador-recolector, las rivalidades sexuales no ocupan el primer lugar, porque pueden solucionarse mediante prácticas tradicionales, como relaciones sexuales extramatrimoniales toleradas o «préstamo de mujeres» acordado; como practican los inuits. Los estallidos de violencia surgen cuando la supervivencia económica del núcleo familiar se encuentra amenazada. En una sociedad cazadora-recolectora, cazadora-recolectora, la repartición de tareas entre mujeres recolectoras
CEREMONIA DE PAZ Las danzas tradicionales de los aborígenes de las islas Tiwi ayudan a aplacar los conflictos.
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ETNOLOGÍA
Los esquimales del cobre (inuits copper ) rastrean las regiones centrales árticas de Canadá en verano con el objetivo de cazar caribús. En invierno se trasladan a la costa en busca de focas.
Cazadores y recolectores de todo el mundo Los slaveys pertenecen a los pueblos indígenas de la taiga canadiense.
Los cazadores-recolectores se alimentan de la caza, la pesca y la
recolección de plantas silvestres. Viven en pequeños grupos nómadas. Este modo de vida ha marcado más del 95 por ciento de la historia de la humanidad. Pero a partir de la revolución neolítica, hace unos 10.000 años, cuando en Oriente Próximo se inventaron la agricultura y la ganadería, las poblaciones cazadoras-recolectoras fueron a menos. Hoy en día solo se pueden encontrar en regiones apartadas en las que otras formas económicas resultan, por motivos geográficos, difíciles.
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La tribu de los sirionós vive en los territorios del este de la selva boliviana.
Los yaganes , pueblo indígena al borde de la ex tinción a causa de la llegada de los colonos europeos, poblaron el archipiélago Tierra del Fuego hasta principios del siglo xx.
y hombres cazadores dificulta que un individuo pueda sobrevivir sin pareja. El problema se acentúa cuando las mujeres escasean, porque se sacrifica a las niñas recién nacidas (como sucede en los inuits). En las sociedades cazadoras-recolectoras se han instaurado normas que recompensan el comportamiento pacífico y condenan cualquier forma de agresividad. Por lo general, las partes en conflicto intentan poner fin a sus peleas de manera pacífica, ya sea de modo bilateral, es decir, entre 74
las dos partes a partir de la intervención de otros miembros del grupo, o por presión de toda la comunidad. Asimismo, los rituales formales constituyen una herramienta útil para la resolución de conflictos. Los aborígenes de las islas australianas Tiwi resuelven los casos de adulterio mediante duelos ceremoniales, los cuales propician la satisfacción del hombre que ha sufrido una infidelidad. Los varones mayores de la comunidad aguardan en fila y atacan con lanzas al rival, MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
En la costa nort e australiana se encuentran las islas tropicales Tiwi; Bathurst y Melville. Unos 2500 tiwis viven allí de la caza y la pesca.
En el grupo de islas Andamán, territorio de la India, existen aún hoy culturas cazadoras recolectoras: los andamanes .
Los !kungs, del grupo san (antes bosquimanos), se extienden por el desierto del Kalahari en Namibia, Botsuana y Angola. Su idioma san, que da nombre a este colectivo, incluye sonidos semejantes a un chasquido. Para representarlos se usan distintos símbolos, entre ellos, el signo de exclamación (!).
Los bambutis viven en la selva tropical de la República Democrática del Congo. Se encuentran entre los grupos cazadores-recolectores de la parte este de África central que, a causa de su pequeña estatura, se denominan pigmeos (del griego pygmaios, «manopla»).
quien, aunque puede sortear los ataques, debe dejarse herir al menos levemente para poner punto y final a la disputa. Los inuits utilizan «duelos de canciones» como ritual de conciliación. En este enfrentamiento entre dos personas, los miembros de la comunidad adoptan el papel de opinión pública o tercera instancia; con sus comentarios y ovaciones deciden quién es el ganador de la disputa. Con todo, estos rituales también presentan limitaciones, pues las sociedades cazadoras-recolectoras carecen de una MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
Los walbiris pertenecen a los aborígenes de Australia. Habitan el centro alejado y seco del continente.
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institución importante, en otras palabras, de un jefe que, como autoridad, acabe con la contienda y decida las consecuencias para cada uno de los adversarios. La única solución ante una discordia latente es abandonar la comunidad. Por lo común, no solo los grupos se mueven; también los núcleos familiares e individuos cambian de colectivo. Esta estrategia a menudo se presenta cuando los conflictos generan un mal ambiente dentro de la comunidad. Ya que cada pequeña familia conserva las relaciones con sus parien75
ETNOLOGÍA
La semilla de la violencia Hace 10.000 años, en los altos valles mexicanos de Oaxaca, las personas vivían en paz en clanes familiares. No obstante, hace 3600 años, cuando se crearon los primeros pueblos, empezaron las guerras, según atestiguan las fortificaciones empalizadas y los rastros de los incendios. Además, junto con el aumento del número de pueblos, incrementaron los altercados con armas, afirman investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor. (Proceedings of the National Academy of Sciences USA 100, págs. 11.801-11.805, 2003) 76
tes, pueden abandonar sin problemas el grupo y unirse a otro. Sin embargo, en ciertas épocas del año esa opción se vuelve más problemática. En la estación seca, varios grupos de los !kungs o de los australianos walbiris se reúnen en los escasos lugares donde pueden abastecerse de agua. En invierno, las tribus de los inuits del Ártico marchan juntas para cazar focas. En esas situaciones de convivencia estacional en las que el alimento resulta escaso aumentan los conflictos entre las personas; además, se reducen las oportunidades de cambiar de grupo para evitar los problemas. En conclusión, los asesinatos y los homicidios se registran también en las presuntamente pacíficas comunidades cazadoras-recolectoras. Esta afirmación cae como agua de mayo para los investigadores que definen la violencia como un fenómeno universal. Ahora bien, ¿participan estos individuos en guerras? ¿El poder y la guerra son inherentes a la naturaleza humana? El antropólogo Brian Ferguson, de la Universidad Rutgers en Newark, definió la guerra como la violencia planeada y organizada entre unidades de colectivos, ya sean estados, fracciones políticas, grupos locales, etcétera. Diferenciarla de la violencia individual resulta esencial: la guerra entre grupos no tiene nada que ver con la violencia ejercida por unos pocos contrincantes. Dicho de otro modo, la guerra no resulta de una acumulación de violencia individual, sino que sigue su propia lógica. Mientras que un conflicto bélico requiere una táctica coordinada comunal, la violencia entre individuos surge, por lo general, de manera espontánea. No necesita ninguna planificación; más bien se produce por el agravamiento de una pelea entre dos personas. Incluso las disputas entre núcleos familiares no tienen por qué acabar en guerra. Son un asunto interno sin intromisión de terceros. En 2006 investigué con qué frecuencia aparecían casos de guerras entre grupos de cazadoresrecolectores en los archivos etnográficos históricos. Ocho de los nueve pueblos que analicé no habían sufrido ninguna guerra interna en los últimos siglos. Los informes solo reportaban batallas ocasionales entre grupos en relación a los tiwis, comunidad que vive en las islas australianas de Bathurst y Melville. No obstante, la mayoría de estos altercados se debían a riñas entre familias o entre dos grupos y culminaban en
ofensas mutuas o, en el peor de los casos, en un duelo a palos entre dos hombres. Esas disputas nunca duraban más de un día y raras veces se saldaban con una víctima mortal: a la primera gota de sangre que se vertía, los contrincantes dejaban de luchar. Estas pugnas no merecen el apelativo de guerra. Algunas comunidades comunidades cazadoras-recolectoras, cazadoras-recolectoras, sin embargo, mantenían conflictos bélicos contra otros grupos étnicos. A finales del siglo xix, los yaganes de la Tierra del Fuego sufrían los constantes ataques de los miembros de la tribu ona, del norte del archipiélago. Al parecer, los atacados no respondían a las ofensivas. Por el contrario, se retiraban antes de que alguien fuera herido de gravedad o muerte. En la primera mitad del siglo xx se registraron luchas en Sudáfrica entre varios grupos san y ganaderos vecinos. En todos ellos se trataba de guerras defensivas. En uno de estos sucesos, los san habían cazado animales que habían entrado en el territorio de los ganaderos, con lo cual estos últimos emprendían acciones de venganza contra c ontra los «intrusos». Parte de estos se defendieron. Por lo general, los san siempre se comportaban de forma pacífica entre ellos. Antes de que Gran Bretaña colonizara en 1858 las islas Andamán, situadas en el océano Índico, distintas tribus cazadoras-recolectoras cazadoras-recolectoras vivían en el lugar. Según sabemos, las tropas de los colonos instigaron conflictos bélicos que, por lo común, no requirieron ser frecuentes ni sangrientos. Los slaveys del subártico canadiense debieron soportar ataques más frecuentes. En el siglo xviii, tribus indianas vecinas penetraron en su territorio con el objetivo de cazar pieles para clientes europeos. Los slaveys nunca optaron por defenderse. Siempre respondían con la retirada.
Sociedades nómadas ¿Por qué los grupos de cazadores y recolectores renuncian a los conflictos bélicos? El primer motivo podría residir en su alta movilidad: si dos grupos entran en conflicto, la mayoría de las veces cualquiera de ambos puede retirarse sin sufrir daños económicos. Esta estrategia resulta más inteligente que batallar, si se consideran los elevados costes que conlleva una guerra. Una segunda explicación podría ser que las tribus cazadoras-recolectoras viven en grandes regiones poco pobladas, por ello, raras veces coinMENTE Y CEREBRO 72 - 2015
PESCA TRADICIONAL Tomada en 1900, la fotografía muestra a cazadores-recolectores de las islas Andamán, en el golfo de Bengala. En la actualidad, pocos aborígenes pescan peces y tortugas de la manera tradicional.
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ciden. Además, los recursos se encuentran, en general, repartidos por todo el territorio. En tercer lugar, cabe tener en cuenta que estas sociedades carecen de una responsabilidad de clan, que involucra a los parientes del acusado, medida típica de las sociedades tribales. Los cazadores-recolectores solo vengan al autor del delito, no a sus familiares. Por tanto, un conflicto violento entre familias no deriva en una guerra entre grupos. Es probable que ello se deba a los frecuentes intercambios de individuos entre grupos y a las relaciones familiares, muy ramificadas. Los cazadores-recolectores no son colectivos pacíficos sin excepción. También se producen en estas sociedades altercados y homicidios con la venganza como motivo central. Con todo, la guerra, en caso de producirse, solo acontece como estrategia de defensa. Según concluyeron en 2013 Douglas Fry y Patrik Söderberg, de la Academia finlandesa Abo en Vaasa, la falta de conflictos armados en las co munidades cazadoras-recolectoras de hoy en día sugiere que nuestros antepasados de la Edad de Piedra no conocían la guerra. Los investigadores evaluaron las disputas con víctimas mortales que se habían producido en 21 sociedades cazadoras-recolectoras. De los 212 actos violentos que estudiaron, la mayoría podían clasificarse MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
como muertes aisladas. No existía ningún indicio de guerra. Los hallazgos de cráneos golpeados y esqueletos pertenecientes al paleolítico también son testimonio de muertes y homicidios. La violencia espontánea debía ser por entonces habitual. Los primeros rastros de altercados militares (fortificaciones, representaciones de violencia en imágenes o fosas comunes con víctimas de violencia) aparecen por primera vez en el neolítico y el mesolítico, cuando los humanos se volvieron sedentarios y empezaron a acumular bienes. Los 60 muertos que fueron enterrados hace unos 12.000 años en el asentamiento sudanés Jebel Sahaba, en la parte superior del valle del Nilo, se consideran las primeras víctimas bélicas. En conclusión, conclusión, la guerra organizada parece ser un invento moderno. En el momento en el que los humanos se volvieron sedentarios, no tardaron en surgir los primeros rasgos bélicos.
Para saber más Lethal aggression in mobile forager bands and implications for the origins of war. D. P. Fry y P. Söderberg en Science, vol. 341, págs. 270-272, 2013.
Gewalt und Krieg in der «Urgesellschaft»: «Urgesellschaft»: Politische Verhältnisse in Wildbeutergesellschaften. J. Helbling en Urmensch und Wissenschaften. WBG, coordinado por B. Kleeberg et al., págs. 195-211, Darmstadt, 2005.
Tribale Kriege. Konflikte in Gesellschaften ohne Zentralgewalt. J. Helbling. Campus, Frankfurt am Main, págs. 77-115, 2006.
En nuestro archivo Aborígenes de las islas Andamán. Sita Venkateswar en IyC , julio de 1999.
Los cimientos de la violencia. Amalio Blanco en MyC n. n. o 49, 2011. es profesor de etnología Jürg Helbling Helbling es en la facultad de ciencias sociales y cultura de la Universidad de Lucerna.
¿Se halla la cultura en los genes? Régis Meyran en IyC , octubre de 2013.
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SYLLABUS
Síndrome de la covada No solo las mujeres experimentan síntomas físicos y psicológicos como consecuencia del embarazo: la pareja masculina muestra molestias similares. ¿Se debe este fenómeno a una fluctuación hormonal o a factores psicológicos? JOACHIM RETZBACH
M
uchos hombres celebran su futura paternidad con un: «¡Estamos embarazados!». razados!». O, en los primeros meses de gestación de la pareja, bromean sobre su incipiente barriga: «De perfil, somos casi iguales.» Esas afirmaciones resultan más acertadas de lo que se imaginan. Con frecuencia, los varones manifiestan síntomas parecidos a los que experimenta la mujer preñada: aumentan de peso, padecen náuseas matutinas y sufren acidez de estómago o presentan cambios frecuentes de humor. Esta «solidaridad» con la embarazada se conoce en el ámbito de la medicina como síndrome de la covada. En 2014, Thilagavathy Ganapathy, del Instituto Educativo de Oxford en Hongasandra, confirmó que los futuros padres se quejaban, sobre todo, de trastornos digestivos, alteraciones del apetito, cansancio y dolor de cabeza. Los L os síntomas psicológico psicológico principales eran insomnio, cambios de humor e irritabilidad, seguidos de las pesadillas y una mayor sensibilidad. Los efectos del «embarazo compartido» aparecían sobre todo durante los primeros meses y los tres últimos de gestación de la pareja. El término covada (del francés couver , «criar o incubar») surgió en el siglo xix. Con este vocablo, los etnólogos describían el conjunto de rituales que los hombres de diversas culturas tradicionales utilizaban para prepararse con motivo del nacimiento de su hijo. Los científicos de la época los consideraban un tanto extraños. Observaron, por ejemplo, que los varones simulaban el esperado nacimiento en cabañas destinadas a la maternidad o se dejaban mimar como si fuesen ellos los embarazados. En las civilizaciones occidentales, en cambio, reinó durante mucho tiempo la norma social de llevar la futura paternidad con discreción, sin le78
vantar grandes revuelos. revuelos. A partir parti r de los años cincuenta del siglo pasado, las revistas especializadas comenzaron incluir cada vez más artículos sobre hombres que iban a ser padres y que experimentaban síntomas similares a los del embarazo: nauseas matutinas y dolores en el vientre. En 1965, los psiquiatras William Trethowan, de la Universidad de Birmingham, y Michael Conlon, del Hospital All Saints de la misma ciudad, establecieron el término «síndrome de la covada» en referencia a los rituales relacionados con la paternidad.
Todavía por explorar Desde entonces, la investigación sistemática al respecto resulta escasa. No existe unanimidad sobre cuán extendido se encuentra este fenómeno. Los datos obtenidos hasta ahora aportan información muy variable: entre un 11 y un 97 por ciento de los futuros padres presentarían el síndrome. «La incidencia más plausible estaría entre un diez y un treinta por ciento. Es decir, en uno de cada cinco padres, más o menos», apunta el psicólogo Harald Werneck de la Universidad de Viena, quien desde hace casi veinte años investiga el tema de la paternidad. «En todo caso, la tasa resulta más alta en los padres primerizos que en aquellos que tienen su segundo o tercer hijo», aclara. La falta de datos más concretos en torno a este fenómeno se debe, en parte, a que carece de un diagnóstico médico oficial. Dicho de otro modo, no se ha establecido si una sola molestia de las múltiples posibles ya supone que un hombre presenta el síndrome de la covada. Además, el fenómeno apenas se conoce entre la población general. «Solo cuando explico esa posibilidad a los padres, muchos son capaces de encasillar sus síntomas», comenta Werneck. Y añade: «Es entonces cuando exclaman: “Es verdad, ahora que lo dice,
CONTORNOS SIMILARES El aumento del perímetro del vientre es el síntoma más usual en los hombres que van a ser padres. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
A L L I N A T N I U Q / K C O T S K N I H T
MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
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SYLLABUS
EN SÍNTESIS
Síntomas compartidos Algunos hombres ex-
1 perimentan síntomas similares a los de su pareja embarazada (alteraciones en el apetito, cansancio, dolor de cabeza, etcétera). Este fenómeno se conoce como síndrome de la covada. La alteración hormonal que presentan los futuros padres se acompaña de conductas paternales. Se desconoce cuánto influye la psique en este «embarazo compartido».
2
Al igual que las madres,
3 los progenitores pueden sufrir un estado de ánimo deprimido poco antes o después del parto.
a mí me pasó”». Por lo general, los futuros padres atribuyen los síntomas inespecíficos (dolor de cabeza, alteración del sueño o ardor de estómago) a un exceso de trabajo.
Hormonas agitadas Sin embargo, los hombres rara vez conciben la idea de que su sistema hormonal se halla alterado porque su cuerpo se está ajustando para el cuidado del bebé. Este «revuelo hormonal» podría explicar parte de los síntomas del síndrome de la covada. De igual modo que ocurre con las embarazadas, los varones presentan cambios hormonales. En las mujeres, la prolactina («hormona de la leche») regula, entre otros, el ciclo menstrual. Durante el embarazo se encarga del crecimiento mamario y de producir la leche materna. Los hombres también disponen de dicha hormona, pero en cantidades menores. En 2000, Lee T. Gettler, de la Universidad Noroccidental de Evanston, y sus colaboradores investigaron investigaron los valores hormonales de parejas que esperaban un niño. La tasa t asa de prolactina de los varones aumentaba de manera destacada y de forma paralela a la de la mujer en el transcurso del embarazo, aunque, en conjunto, a un nivel mucho más bajo. También se observó que los sujetos con valores elevados de prolactina presentaban una mayor sintomatología de la covada: aumentaban de peso, sentían náuseas y manifestaban cambios de humor. En comparación con los varones sin hijos, los futuros padres presentan, en promedio, una menor concentración de testosterona en sangre, la
«hormona sexual». Esto no siempre se debe al embarazo de su pareja. Los estudios revelan que los hombres que mantienen una relación estable y duradera acostumbran a tener menores niveles de testosterona que los solteros sin compromiso. Tras el nacimiento de un niño, el nivel de esta hormona se mantiene bajo, sobre todo en padres que dedican mucho tiempo al niño, tal y como demostró en 2012 Gettler en un estudio longitudinal. Sobre las causas, los biólogos evolutivos no pueden más que especular por ahora: una menor tasa de testosterona podría favorecer que los padres muestren menos conductas de riesgo o que se mantengan fieles a su pareja. El cambio en los niveles hormonales también parece desencadenar las conductas paternales. La psicóloga Alison Fleming, de la Universidad de Toronto, extrajo sangre a diversos hombres. A continuación, los expuso a diferentes llantos de bebé y les pidió que indicasen las emociones que les provocaba la grabación. Los sujetos con niveles elevados de prolactina y menor tasa de testosterona se mostraban más empáticos con el niño y sentían un mayor impulso por reaccionar ante sus sollozos.
Despertar hormonal de la paternidad El cortisol, conocido como la hormona del estrés, podría inducir un efecto similar. Su concentración aumenta durante el embarazo, tanto en hombres como en mujeres. Según la bióloga Katherine Wynne-Edwards, de la Universidad de Calgary, no se debe al estrés. Se trata de otra manera de prepararse para la paternidad. El aumento del
Hombres con depresión posparto leve experimentan La mayoría de los varones experimentan el momento del parto con optimismo. Sin embargo, de igual modo que las madres, el estrés o las preocupaciones pueden desencadenar crisis psicológicas leves. De esta manera, los hombres que acaban de ser padres pueden presentar una depresión posparto. En una revisión llevada a cabo en 2014, Karen Leigh Edward, de la Universidad Católica de Australia, descubrió que entre el 4 y 10 por ciento de los progenitores experimentan un estado de ánimo
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deprimido durante los meses posteriores al nacimiento del hijo, tasa muy similar a la de las mujeres. Según Edward, es frecuente que la depresión paterna preceda a la materna. Asimismo, durante las semanas previas al parto, las embarazadas, y también los futuros padres, pueden sentirse deprimidos. En las mujeres, la depresión prenatal es incluso más frecuente que la posnatal. En el caso de los hombres, este fenómeno comprende una amplia horquilla: de un 2,5
a un 20 por ciento de los futuros padres, según concluyó en 2009 Kim Yiong Wee, de la Universidad Deakin. Al parecer, los varones más propensos a ello son los que cuentan con una compañera que sufre depresión, los que valoran como negativa su relación de pareja, y los hombres que disponen de un apoyo escaso dentro de su ámbito social. (K. Y. Wee et al. en Journal of Affective Disorders, vol. 130, n.o 3, págs. 358-377, mayo de 2011; K. L. Edward et al. en American Journal of Men’s Health, vol. 9, n.o 1, págs. 26-34, enero de 2015)
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cortisol en las madres de recién nacidos procura que reaccionen ante el llanto del bebé y que reconozcan el olor de su hijo. Es probable que los efectos sean similares en los varones. Incluso la hormona sexual femenina estradiol, que se encarga del apego de la madre con su hijo y que se halla en pequeñas cantidades en el cuerpo masculino, aumenta en los futuros padres. En el reino animal se han descubierto oscilaciones hormonales muy similares a las que acontecen en los humanos durante el período de gestación. Cabe mencionar, sin embargo, que solo ocurren en especies en las que ambos progenitores se encargan de cuidar a las crías, es decir, en un 10 por ciento de los mamí feros: entre ellos se encuentran, además de los humanos, algunos primates, lobos, zorros y roedores. La reducción de la testosterona produce que los machos de estas especies sean menos agresivos con sus crías. Medida lógica si se tiene en cuenta que en el reino animal no resultan raros los casos en que se sacrifica a la propia descendencia. La prolactina y el estradiol aumentan el cuidado de las crías en ambos sexos. Para los biólogos no existe ninguna duda de que los cambios hormonales en los futuros padres representan la evolución del «interruptor de cuidados parentales» y desencadenan síntomas similares a los del embarazo. Esta hipótesis parece plausible, aunque no se ha confirmado hasta ahora. Todavía desconocemos la relación exacta entre las hormonas y el comportamiento. La experiencia vital puede influir en gran medida sobre la cantidad de mensajeros químicos. De esta manera, la tasa de prolactina aumenta repentinamente como reacción a un mero sollozo del bebé, tanto en el padre como en la madre. Los hombres con dos hijos muestran un mayor aumento que los progenitores primerizos, lo cual puede atribuirse a su experiencia de paternidad previa. Asimismo, una breve interacción con un bebé disminuye temporalmente la tasa de testosterona. Wynne-Edwards investigó la relación entre hormonas y comportamiento parental. Sus resultados la llevan a hablar con cautela sobre una posible influencia directa de los mensajeros químicos en la conducta de los progenitores. Según observó, incluso las cualidades paternales que presentan los hámsteres enanos de sexo masculino no dependen solo de las hormonas de cuidado parental. En pocas palabras, influyen otros MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
K C O T S A N A N A B / K C O T S K N I H T
muchos factores. Eso mismo puede suceder con los humanos.
Asumir un nuevo rol Las conclusiones de Wynne-Edward conducen a otra pregunta en torno al síndrome de la covada: ¿no podría existir un origen psicológico? Las expectativas de los futuros padres se diferencian de una cultura a otra y cambian según la época. Sin embargo, los informes etnológicos sobre la covada no dejan testimonio de ello. La paternidad siempre supone, al menos con el primer hijo, una fase de cambio en la que deben afrontarse algunos retos psicológicos. psicológicos. De este modo, se integra el nuevo rol en el autoconcepto, se clarifica la relación entre la vida familiar y la laboral o se cavila sobre el apoyo social del que se dispone. Sería lógico pensar que tales estresores podrían desencadenar los síntomas de la covada; las molestias serían, de este modo, meras manifestaciones psicosomáticas. Sin embargo, ¿por qué se asemejan tanto estos síntomas a los de las mujeres embarazadas? Según los psicólogos como Werneck, es posible que se trate de una especie de imitación inconsciente. Tal vez el hombre refleje los síntomas de su compañera de forma instintiva, sobre todo si mantienen una relación íntima y basada en la confianza. El embarazo compartido también es frecuente entre las parejas homosexuales, al menos según se desprende de los comentarios en los foros de padres que cuelgan en Internet. Por ahora no se ha investigado este aspecto. Desde la psicología profunda también se ha abordado este tema. Esta perspectiva explica los
¿TODO LISTO? Asumir la paternidad supone nuevos retos psicológicos para el futuro padre.
La locura del embarazo Pese a que sucede en muy raras ocasiones, puede darse el caso de que el futuro padre se muestre convencido de que él mismo está embarazado. Por lo general, este delirio surge en relación a una psicosis esquizofrénica; aunque también puede darse en el marco de una epilepsia u otras patologías neurológicas. Algunos hombres experimentan el delirio durante el embarazo de su pareja; otros sufren dolores de vientre que malinterpretan. En la mayoría de los casos se desconoce la razón del fenómeno. 81
SYLLABUS
Monos barrigones
La covada en otras culturas El término covada tiene su origen en la etnología. Bajo este vocablo se entienden los rituales y las normas de comportamiento que deben cumplir los futuros progenitores en las sociedades tradicionales. Entre estas costumbres destaca la prohibición de ingerir ciertos alimentos o de cazar durante días e incluso meses. También es bastante común que el padre y la madre se tumben en la cama del bebé para recibir a los familiares y amigos que los visitan. Esta práctica fue habitual en el País Vasco y las Islas Baleares hasta el siglo xix xix. En algunas culturas, entre ellas la china de la provincia de Yunnan, los varones permanecían en el lecho, l echo, como si estuvieran enfermos, para recibir cuidados y atenciones mientras que las mujeres volvían a sus quehaceres usuales (entre ellos, cocinar para el marido). Mediante estos rituales se pretendía proteger al recién nacido de enfermedades o malos espíritus.
Para saber más Hormonal correlates of paternal responsiveness in new and expectant fathers. A. E. Storey et al. en Evolution and Human Behavior , vol. 21, págs. 79-95, 2000. Prolactin, fatherhood, and reproductive behavior in human males. L. T. Gettler et al. Journal of Phyen American Journal sical Anthropology , vol. 148, págs. 362-370, 2012. Couvade syndrome among 1st time expectant fathers. T. Ganapathy en Muller Journal of Medical Science and Research, vol. 5, págs. 43-47, 2014.
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síntomas del síndrome de la covada como una expresión de la envidia masculina inconsciente ante el embarazo o de la preocupación del varón por dejar de ser el centro de atención de su pareja. Werneck considera este argumento poco válido. En su opinión, hoy por hoy no se puede hablar de una explicación aclaratoria; todavía quedan demasiadas preguntas por resolver. Con todo, algunos partidarios de la perspectiva biológica sospechan que las feromonas alteran el orden hormonal del padre, es decir, que el organismo de la embarazada libera sustancias químicas que llegan hasta el varón transportadas por el aire. Aunque este fenómeno se ha comprobado en animales, la posibilidad de que los humanos dispongamos de un órgano capaz de percibir feromonas suscita en la actualidad controversia. «Además, es probable que los padres que se muestran más abiertos a la paternidad y que prestan más atención a los síntomas de su pareja presenten también más cambios en el plano fisiológico», señala Werneck, Uno de los síntomas más comunes en el «embarazo paralelo» quizá tenga una explicación más sencilla. Se trata del aumento de peso de los hombres cuando su pareja está encinta. Una empresa de estudios de mercado británica llevó a cabo una encuesta en línea entre unos 5000 hombres. Según admitieron los encuestados, su barriga había aumentado, de promedio, más de seis kilos. Los participantes contaban con una larga lista para argumentar su panza paternal: habían salido a comer fuera con la futura madre más que de costumbre; en casa había mayor cantidad de dulces y alimentos para picar, o la pareja cocinaba coci naba raciones más generosas de lo habitual.
Resta averiguar si estos argumentos son suficientes para entender el crecimiento repentino del vientre masculino. Lo cierto es que los hombres comparten este destino con sus «compañeros de fatigas» de otras especies. Los científicos del Centro de Investigación de los Primates en el Estado de Wisconsin publicaron en 2006 que dos especies de monos calitrícidos, en concreto, el tití común y el cabeza blanca, engordaban cuando su pareja estaba preñada. Algunos de los ejemplares pesaban hasta un 20 por ciento más cuando ya faltaba poco para el nacimiento de su descendiente. En ambas especies, el macho se encarga de las crías tanto como la hembra. Los expertos consideran que el peso extra prepara al mono para los cuidados parentales, debido a que tras el nacimiento transportarán a sus crías hasta que estas alcancen una quinta parte del peso de su progenitor. Para eso se necesita mucha energía. Todavía no se ha esclarecido si los progenitores primates aumentan su consumo calórico para proveer sus reservas o se debe a que compartir el embarazo altera sus niveles hormonales. Fluctuaciones hormonales, dolores de cabeza «solidarios», aumento del tejido adiposo: muchos de los síntomas de la covada apuntan a que los hombres se preparan para el momento del nacimiento y sus nuevas tareas. Eso no solo beneficia a las madres, sino también a la descendencia. En los últimos años, los conocimientos científicos indican que la implicación paterna contribuye de forma positiva en la crianza. Cuando el padre asume un papel activo en la educación, la incidencia de dificultades escolares es menor, los niños muestran menos trastornos del comportamiento y son emocionalmente más equilibrados. Si ello no fuera suficiente consuelo para los futuros padres que padecen el síndrome de la covada, quizá sí lo sea el hecho de que la mayoría de los síntomas sean reversibles, igual que ocurre con las madres. «En cuanto todo vuelve a la normalidad para la pareja, por lo general, el bienestar de los hombres también mejora», asegura Werneck. «No obstante, es posible que el sobrepeso no desaparezca.»
Joachim Retzbach Retzbach es psicólogo y
redactor de Gehirn und Geist , edición alemana de Mente y cerebro.
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ILUSIONES
Al rojo vivo Verdades y falacias en torno a la percepción del color carmesí SUSANA MARTINEZ-CONDE, MARTINEZ-CONDE, LEANDRO L. DI STASI Y STEPHEN L. MACKNIK
E
l rojo es potente. Es el color de Cupido y del Diablo, el del amor y el del odio. Nos hace pensar en la furia fur ia ciega y en la vergüenza de la Letra escarlata. En China, donde significa suerte, las novias visten de carmesí el día de su boda. En cambio, en algunos lugares de África, el rojo es señal de dolor y luto. En Ámsterdam da nombre a un barrio famoso por su industria del sexo. Parte del simbolismo que se asocia al rojo se debe a un fundamento biológico. En muchas personas, el sentimiento de ira enciende el rostro al aumentar el flujo de sangre. Un proceso similar activa a otros individuos el rubor facial, sea por vergüenza, pudor o un amoroso arrebol. La visión del rojo también desencadena respuestas sorprendentes. Los conductores que se ven bloqueados en un atasco a causa de un coche rojo reaccionan antes y con mayor agresividad que los que se encuentran atascados por culpa de vehículos de otros colores. Es posible que el ejemplo más conocido de la potencia de este pigmento proceda de la percepción animal. Desde hace siglos, los toreros citan al toro con un capote rojo. Cuenta la tradición que ese color ayuda a disimular las manchas de sangre. No obstante, puede que tenga otras ventajas. Mientras los humanos somos tricrómatas —nuestro sistema visual dispone de tres tipos de conos retinales sensibles a otras tantas longitudes de onda: larga (rojo), media (verde) y corta (azul)—, los bóvidos son dicrómatas, es decir, cuentan solo con dos tipos de conos. Se sabe que los bóvidos pueden discriminar el rojo del verde y del azul, pero no el verde y el azul entre sí. Se ha descubierto, además, que estos animales se muestran más activos y excitables con luz roja que con luces verdes o azules. Otro estudio daba cuenta de que si bien los toros bravos pueden arrancar contra toda suerte de objetos en movimiento, el ataque resulta más enérgico cuando se dirige contra colores cálidos, como el rojo. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
D U A R R A B N I T R A M / S E G A M I Y T T E G
LA MUJER DE ROJO
El rojo llama la atención, ya se trate de las icónicas suelas escarlata de los zapatos del diseñador Christian Louboutin o de los atuendos que lucen las estrellas de cine en festivales y entregas de premios. Los psicólogos Andrew J. Elliot y Daniela Niesta Kayser, ambos por entonces en la Universidad de Rochester, observaron que sus probandos masculinos encontraban a las mujeres más atractivas y sexualmente deseables si vestían de ese color que si llevaban ropa de otros colores o en tonos acromáticos. Al parecer, el rojo lograba que prefirieran una candidata y no otra. Este efecto también lo constató Nicolas Guéguen, de la Universidad de Bretaña del Sur. Para su experimento pidió a unas compinches que se sentaran en un café con los labios pintados de rojo, rosa o marrón, o bien al natural, sin pintar. Los hombres se acercaron con mayor rapidez y frecuencia a las mujeres de boca roja que a las demás. Pudiera ser que la intensificación del contraste entre los ojos, los labios y otros rasgos faciales realce la feminidad de las caras. 83
ILUSIONES
En los años sesenta del siglo xx, el neurocientífico José M. Rodríguez Delgado, D elgado, a la sazón en la Universidad Yale, enfrentó en el ruedo la fuerza del capote rojo del torero con la estimulación cerebral directa. Quería averiguar si se podía detener la arrancada de un toro por medio de implantes electrónicos en el cerebro del animal. Una vez enlazó los dispositivos con un mando a distancia, Rodríguez Delgado saltó al albero en Córdoba y excitó al toro con la capa. La acción era osada, pues si su idea de estimular directamente el núcleo caudado (región implicada en los movimientos voluntarios) fallaba, el precio que pagaría por ello el lo sería probablemente
el definitivo. El toro arrancó; Rodríguez Delgado accionó el mando justo a tiempo, y el animal paró en seco a medio camino. El experimento constató que, si bien el rojo posee la suficiente atracción para incitar al toro a atacar, pocas estrategias, si alguna, pueden superar la estimulación directa del cerebro. [Véase «Orígenes de los chips cerebrales», por John Horgan; Mente y cerebro n.o 15, 2005.] Los ejemplos que se presentan a continuación demuestran que el rojo influye en la conducta. Este color cargado de contenidos sociales y culturales puede ser un poderoso potenciador a la vez que convertirse en un indicador engañoso.
DIVISA DE COMPETITIVIDAD COMPETITIVIDAD
En algunas especies, la coloración roja indica una dominancia impulsada por la testosterona. Russell A. Hill y Robert A. Barton, antropólogos evolucionistas de la Universidad de Durham, razonaron, en consecuencia, que el rojo podía proporcionar ventaja competitiva en los humanos. Para verificarlo, analizaron los resultados de enfrentamientos deportivos en función del atuendo de los contrincantes. Centraron su investigación en las competiciones de boxeo, tae-kwon-do, lucha grecorromana y lucha libre que se disputaron en los Juegos Olímpicos de verano de 2004. Durante los Juegos se asignaba al azar el color del equipo y de los complementos de protección que debían llevar los atletas: bien rojo o bien azul. Los autores partieron del supuesto de que, si el color no influía, el número de victorias y derrotas sería similar en ambos casos. No fue así. En las cuatro disciplinas deportivas, los contendientes que vestían de rojo ganaron más veces que los de azul. La diferencia resultaba incluso más notoria cuando los luchadores se encontraban más igualados. Una de las posibles explicaciones para este resultado sería que los árbitros favorecen a los atletas vestidos de rojo; otra, que los combatientes en carmesí se sienten más poderosos y seguros de sí mismos; una más, que este color acobarda a los oponentes. Sea como fuere, los deportistas con indumentaria roja contaban con una ventaja crítica sobre sus rivales, por ilusoria que pudiera ser. En otro estudio de los mismos investigadores, esta vez en torno a un campeonato internacional de fútbol, se obtuvieron resultados similares. Según conjeturan Hill y Barton, el color de la vestimenta puede influir en una variedad de resultados deportivos.
O C E S O C S I C N A R F / O T O H P P A
FALSA ALARMA
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En el reino animal, lucir un carmesí puede servir de advertencia, pues a menudo se emplea como señal de toxicidad para disuadir a los depredadores. Un buen ejemplo de ello es la venenosa serpiente coral del desierto de Sonora, en el oeste norteamericano. Ahora bien, otros seres se aprovechan de ese efecto disuasorio. La «reina de la montaña», una serpiente de la misma región que la anterior ( izquierda) se recubre de franjas rojas para hacer creer que sus mordiscos pueden resultar mortíferos. Los biólogos han bautizado este fenómeno como mimetismo batesiano, en honor al naturalista Henry Walter Bates, el primero que describió este tipo de adaptación a mediados del siglo xix. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
EL CAMIÓN DE BOMBEROS MÁS VISIBLE
Las señales de stop, los avisos de peligro, los extintores de incendios. Todo el mundo presume que estos elementos han de ser rojos, porque es el color más llamativo. No obstante, la reputación del rubí pudiera estar sobrevalorada. Cuando uno de los autores (Macknik), siendo universitario, trabajó de bombero en el departamento contra incendios de la Universidad de California en Santa Cruz, quedó decepcionado al ver que los coches bomba estaban pintados de un tono lima. Al concluir su primer día de trabajo, Macknik le preguntó el porqué a Paul Babb, capitán de los bomberos. «Porque no han madurado todavía», le respondió con gesto impasible. Según datos de departamentos de Seguridad Pública, la probabilidad de accidentes asociados a la visibilidad resulta mayor en el caso de los camiones típicos, es decir rojos y blancos, que en el de los amarillentos (derecha). ¿Motivos? El color lima o «flor del tilo» se halla en la mitad del espectro de colores; resulta fácil de ver durante el día (cuando nuestra visión es tricrómata, por conos) y corresponde a la longitud de onda más visible de noche (cuando los bastones acromáticos, más que los conos, nos permiten ver). Puede que el rojo sea el símbolo de fuego, pero el amarillo lima entra más por los ojos.
Z T L I D Y R N E H / S I B R O C
DE «WHAT COLOR IS MY ARM? CHANGES IN SKIN COLOR OF AN EMBODIED VIRTUAL ARM MODULATES PAIN THRESHOLD». MATTEO MARTINI ET AL. EN FRONTIERS IN HUMAN NEUROSCIENCE , VOL. 7, JULIO DE 2013
Para saber más Fire truck visibility: Red may not be the most visible color, considering the rate of accident involvement with fire trucks. Stephen trucks. Stephen S. Solomon y James G. King en Ergonomics in Design, Design, vol. 5, n. o 2, págs. 4-10; abril de 1997.
EL COLOR DEL DOLOR
El rojo puede intensificar las sensaciones dolorosas, según ha demostrado una investigación reciente. María Victoria Sánchez Vives, neurocientífica de la Universidad de Barcelona, y sus colaboradores aplicaron calor a las muñecas virtuales de probandos que percibían la experiencia a través de un casco de realidad virtual. A la par que se elevaba la temperatura, los participantes veían como los brazos artificiales iban adquiriendo de manera progresiva un color rojo (arriba, derecha), azul (izquierda) o verde (centro). Se les indicó que indicaran mediante un botón cuando la sensación les resultase dolorosa. En una condición experimental adicional ( abajo), un disco gris que se hallaba próximo al brazo virtual se volvía cada vez más rojo a medida que aumentaba la temperatura. Entretanto, el color de la extremidad ficticia permanecía invariable. De las cuatro situaciones, los probandos experimentaron antes la sensación de dolor (a temperaturas más bajas) cuando el brazo virtual estaba rojo.
Sporting contests: Seeing red? Putting sportswear in context. Candy context. Candy Rowe, Julie M. Harris y S. Craig Roberts en Nature, Nature, vol. 437, pág. E10, octubre de 2005. Romantic red: Red enhances men’s attraction to women. Andrew J. Elliot y Daniela Niesta en Journal en Journal of Personalit y and Social Psychology , vol. 95, n.o 5, págs. 1150-1164, noviembre de 2008. Does red lipstick really attract men? An evaluation in a bar. Nicolas bar. Nicolas Guéguen en International Journal of Psychological Studies, Studies, vol. 4, n. o 2, págs. 206-209, junio de 2012.
Susana Martinez-Conde y Stephen L. Macknik investigan en la Universidad estatal de Nueva York. Martinez-Conde dirige el laboratorio de neurociencia integrativa. Macknik, el de neurociencia traslacional. Leandro L. Di Stasi es becario del programa Talentia / Marie Curie en la Universidad de Granada.
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RETROSPECTIVA
El caso H. M., un hito en el estudio de la memoria Tras extirparle el hipocampo para tratar su epilepsia, Henry Molaison no podía recordar ninguna información reciente; también presentaba trastornos del lenguaje. El caso H. M. se convirtió en uno de los más famosos dentro de las neurociencias DONALD G. MACKAY
R
ecuerdo haber conocido a H. M. en la primavera de 1967. Él tenía alrededor de 40 años; yo, 16 menos. Hans-Lucas Teuber, mi supervisor de tesis, lo acompañó hasta mi diminudi minuto despacho, situado al otro lado de la biblioteca del departamento de psicología del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Recuerdo también su semblante delgado, sonriente y bien parecido mientras cruzaba junto a Teuber el estrecho umbral. Este nos presentó llamándonos «Don» y «Henry», como futuros compañeros. Me parece que le estreché la mano con bastante formalidad y le llamé «señor», «señor», pues Henry era ya por entonces una pequeña celebridad en el MIT. Teuber le aseguró que le gustaría participar en mi experimento sobre comprensión comprensión de frases, en la que Henry era diestro, y, disculpándose, se despidió.
N I K R O C E N N A Z U S © : N O S I A L O M Y R N E H E D S A Í F A R G O T O F S A L S A D O T
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Mientras subíamos las escaleras hacia la sala de pruebas, no podía imaginar que ese pacífico personaje iba a desempeñar un papel tan importante en mis investigaciones durante el medio siglo siguiente. Abrí la puerta del despacho e hice sentar a Henry en un pupitre de madera situado frente al mío; por los ventanales, a mi derecha, el sol inundaba la estancia de luz. Dos cronómetros y una pila de 32 fichas de 7,5 por 12,5 centímetros con frases breves mecanografiadas aguardaban sobre la mesa. Puse en marcha un magnetófono y di comienzo al que creía iba a ser un experimento bastante rutinario. Desde 1967, las iniciales de Henry han sido las más famosas en la historia de las neurociencias. (Su nombre completo, completo, Henry Molaison, no se hizo público hasta después de su muerte, en 2008.) El ascenso a la fama de Henry Henr y empezó antes, en 1953, cuando, a sus 27 años, un neurocirujano eliminó una porción de su cerebro medio conocida como región hipocampal. Aunque esta extirpación remedió en gran medida una epilepsia que podría haberle costado la vida a Henry, tuvo un efecto secundario no deseado: incapacitó al paciente por el resto de sus días para almacenar y recordar información reciente. Su limitación revolucionó la investigación en torno a la memoria y al cerebro. El estudio del caso de Henry ayudó a mis predecesores a elucidar el rol del hipocampo en la formación de remembranzas complejas vinculadas a sucesos novedosos y a vivencias personales. Mis investigaciones con este paciente demostraron en fecha más reciente que la región hipocampal tam-
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bién nos ayuda a refrescar recuerdos establecidos de antiguo, sobre todo, a través de la renovación de los que amenazan con desaparecer como consecuencia del envejecimiento normal. Sin este proceso, el olvido sería para siempre. Esa idea anulaba definitivamente la noción de que la memoria se deteriora según un proceso pasivo e inexorable. El mecanismo por el que regeneramos viejos recuerdos parece compensar parte de las dificultades de rememoración que se dan en el envejecimiento normal. El cerebro no permite que los fragmentos de nuestro pasado se dispersen sin más con el tiempo, sino que se implica de manera activa en la restauración de recuerdos deteriorados. Al entenderlo así, también quedaba resuelto un misterio centenario de la investigación psicológica sobre la amnesia: el porqué los amnésicos, quienes por definición presentan gran dificultad para recordar informaciones nuevas tras el daño cerebral, experimentan experi mentan a menudo problemas problemas para recuperar informaciones aprendidas muchos años antes de la lesión.
¿Quién eres? En el filme Un mar de líos, el personaje interpretado por la actriz Goldie Hawn se golpea fuertemente en la cabeza al caer de su yate. Sufre tal pérdida de memoria que su identidad queda destruida. Las películas que echan mano de la amnesia suelen mostrar escenas dramáticas, en las que el trauma borra de inmediato el pasado de algún personaje, pero el protagonista puede seguir formando recuerdos de hechos y experiencias nuevas. Tales
UN PERSONAJE RECORDADO RECORDADO En 1953 se le extrajo a H. M. (1926-2008), siglas por las que fue conocido Henry Molaison hasta el día de su muerte, dos terceras partes del hipocampo. Contaba por entonces 27 años. La operación le curó la epilepsia, pero le incapacitó para recordar vivencias nuevas. Con la edad, los recuerdos que ya poseía fueron debilitándose de forma anómala, un misterio que se ha empezado a resolver. Las fotografías muestran, de izquierda a derecha, a H. M. al terminar el instituto; con algo más de 30 años, a los 50, a los 60 años y en su ancianidad.
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RETROSPECTIVA
EN SÍNTESIS
Restauración de recuerdos Desde 1967, las siglas
1 de Henry Molaison han sido las más famosas dentro de la neurociencia. Un ciru jano eliminó eliminó la región región hipocampal de su cerebro para remediar su epilepsia. La operación quirúrgica
2 afectó a Henry de por
vida: desde entonces no podía recordar información reciente; también mostraba dificultades para la recuperación de recuerdos léxicos. Los últimos datos sobre el famoso amnésico H. M. permiten conjeturar conjeturar que una de las funciones importantes del hipocampo es la elaboración de nuevos recuerdos que sustituyan a los que se han ido debilitando con el tiempo.
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Bastaba una breve interrupción para borrar de la mente de H. M. los M. los recuerdos de sucesos recientes
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casos son pura ficción. Los amnésicos auténticos presentan dificultades para adquirir información nueva, pero (salvo en el alzhéimer) nunca pierden por completo su pasado, aunque hayan sufrido una lesión o una conmoción cerebral, una intoxicación alcohólica o una infección vírica. Henry quedó amnésico en 1953 tras una intervención quirúrgica en la que se eliminaron el iminaron de su cerebro los motores centrales de formación de recuerdos. Su capacidad para recordar nuevas experiencias quedó gravemente mermada. Bastaba una breve interrupción para borrar sus recuerdos de sucesos recientes (recuerdos episódicos), sumamente frágiles. Si durante un experimento llamaban a la puerta y me levantaba para ir a abrir, aunque tardara solo un minuto, al regresar Henry me recibía con un «¿quién eres?». eres?». De nuevo debía presentarme y explicarle la tarea que estaba realizando y debía continuar. Este hombre era incapaz de retener las impresiones mentales mentales de experiencias efímeras. efí meras. Al documentar tales fallos de memoria, mi director y otros científicos determinaron la función esencial de la región hipocampal en la formación de nuevos recuerdos a largo plazo. La rememoración de sucesos y hechos acontecidos antes de su lesión parecía normal, al menos al principio. Pronunciaba con soltura las palabras de uso corriente, no tenía dificultad para formular preguntas sencillas («¿nos conocemos ya?», entre otras) y respondía con lucidez sobre su lugar de nacimiento o el instituto en el que había estudiado. En los años sesenta, el psicólogo Wayne Wickelgreen, también del MIT, propuso que el hipocampo facilitaba la formación de recuerdos permanentes en la neocorteza. Estas memorias corticales se concretan en conexiones más vigorosas entre neuronas. De esta manera, la neocorteza se asemejaría a un almacén de recuerdos, mientras que el hipocampo vendría a ser el constructor de las memorias, sean estas episódicas (como mi evocación de cuando conocí a Henry) o semánticas (el significado de las palabras). pal abras). Esta idea, que emergió en gran medida de los trabajos con Henry, constituía una impresionante enmienda a concepciones anteriores. Hasta entonces se había considerado que el hipocampo era el almacén al macén al que llegaban directamente los recuerdos. Dado que la neocorteza de Henry se hallaba intacta, sería de suponer que sus recuerdos verbales almacenados antes de su operación estuvieran asimismo preservados.
Así pues, cuando conocí a Henry supuse que rendiría bien en la prueba de comprensión de frases. Le pedí que leyera 32 oraciones de significado ambiguo. (Por ejemplo, la frase «Quiero casarme con una artista» puede significar que quien la dice va a contraer matrimonio con una mujer que es artista o solo que quiere casarse con alguien que de profesión sea artista.) La tarea de Henry consistía en hallar y explicar los dos significados de cada frase en el menor tiempo posible. Solo descubrió la duplicidad de significados en un 20 por ciento de las frases. En cambio, estudiantes de Harvard no tuvieron dificultad para descubrirla en todas. Además, Henry tardó casi 10 veces más que los universitarios en comenzar sus explicaciones, más de 49 segundos de promedio. Asimismo, sus explicaciones tendían a ser incompletas, imprecisas y difíciles de entender. En aquel entonces, no sabía qué conclusión extraer de esas observaciones. Se me ocurría toda una batería de preguntas, que solo más adelante pude categorizar y abordar. ¿Por qué presentaba Henry tantas dificultades para entender mis frases? Desde 1874, los neurólogos estaban convencidos de que una región, hoy llamada área de Wernicke, era la responsable de la comprensión de las frases. Pero la neocorteza de Henry Henr y hallábase intacta. Su incoherencia me desconcertaba, además, porque se creía que el área de Broca, alojada en otra región de la corteza, se encargaba de la creación de frases gramaticales. A sus 40 años, parecía demasiado joven para tener dificultad en encontrar palabras. Pero estaba claro que sus recuerdos léxicos presentaban algún problema. Desconocía de qué podía tratarse. Solo más adelante descubrí un vínculo entre la región hipocampal lesionada y el recuerdo de las palabras que Henry aprendió en su adolescencia.
Deterioro de la memoria verbal Tras doctorarme en el MIT en 1967 trabajé como profesor en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). El lenguaje me ha servido para estudiar numerosos aspectos de la memoria, entre ellos, los efectos de la edad sobre la capacidad para recordar palabras que nos resultan familiares. A diferencia de las vivencias y experiencias personales, que son distintas en cada persona, todos solemos aprender la misma pronunciación, grafía y el mismo significado de las palabras. La uniformidad del vocabulario de los adultos jóvenes me MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
ayudaría a determinar si la edad era responsable del deterioro de la memoria verbal en los sujetos mayores. En los años siguientes, mis investigaciones fueron delineando cambios en la recordación de palabras relacionados con la edad. En 1990, hallé junto con mis colaboradores que la capacidad para recordar la pronunciación de palabras conocidas pero inusuales decae con el envejecimiento. Al presentar a probandos definiciones como «un cierre o sujeción por enganche de dos piezas de nailon», los adultos de 65 o más años no daban con la palabra «velcro» tan rápidamente como los adultos de 18 o 20 años. En los mayores, el término solicitado solía quedárseles «en la punta de la lengua». Sabían de qué se trataba, incluso con frecuencia indicaban su inicial («v») o el número de sílabas, pero no lograban recuperar la palabra completa. En 1998 publicamos un hallazgo similar: simil ar: la capacidad para deletrear palabras conocidas pero de grafía atípica (como rhythm, physicist o yacht) también decae con la edad. En nuestros ensayos, ensayos, los individuos de 60 o más años incurrían en más errores que los adultos jóvenes. Aunque los adultos mayores mayores eran conscientes c onscientes de que en otro tiempo deletreaban bycicle sin dificultad, ahora dudaban de si la grafía era bycicle, bysicle o bysikle hasta que veían la palabra bycicle en letra impresa. Nuestros descubrimientos revelaron que los adultos sanos de más de 65 años experimentaban tropiezos leves, aunque habituales, en la recuperarec uperación de información léxica que habían aprendido decenios antes. Esas dificultades se agravaban con la edad. Al principio, los probandos presentaban un retraso en recordar la información que se les pedía; con el tiempo, conforme la memoria se iba haciendo más frágil, ese conocimiento resultaba con frecuencia irrecuperable. En los casos extremos, ni siquiera tras ver la palabra impresa los sujetos llegaban a recordar su pronunciación, grafía o significado. Al parecer, el clásico «lo tengo en la punta de la lengua» se debe a una disminución en las conexiones neuronales relevantes. Las representaciones de nuestro conocimiento de la grafía de las palabras o su pronunciación se debilitan con el tiempo si estas palabras se utilizan poco al hablar o si se leen de manera infrecuente. El uso habitual de una palabra, o la reiterada exposición a ella, MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
renueva el vigor de estas conexiones y favorece la recordación del vocablo. Las personas pe rsonas mayores no acusan deficiencias de comprensión o escritura de las palabras que emplean con asiduidad.
El envejecer de un amnésico Para investigar los efectos del envejecimiento en la memoria de las palabras, volví sobre las preguntas léxicas que había hecho a Henry en 1967. De nuevo examiné la transcripción de las entrevistas que William Marslen-Wilson, quien también se estaba doctorando en el MIT, había mantenido con el famoso paciente. El registro de las grabaciones, que comprendía un total de 178 páginas, revelaba que Henry, a los 44 años, experimentaba inusitadas dificultades para recuperar palabras poco frecuentes. Para referirse a la madera de balsa que se utiliza en aeromodelismo, hablaba de «bambú» o de «algo similar a la madera». Estos errores me desconcertaban, pues nunca había visto tales lapsus en personas tan jóvenes. Era como si los recuerdos léxicos de Henry estuvieran sufriendo un deterioro prematuro. Tuve entonces una idea. Tal vez las dificultades para encontrar la palabra correcta fueran reflejo de su incapacidad para aprender de nuevo información que había olvidado por completo. Después de todo, su deficiencia fundamental era la incapacidad de representar en su corteza información nueva. Razoné que su lesión hipocampal podría haberle impedido compensar la degradación que acompaña al envejecimiento normal. Este déficit
Henry, con 40 años, parecía demasiado joven para tener dificultades en hallar palabras usuales
EXTRACCIÓN CON EFECTOS SECUNDARIOS El cerebro post mórtem de H. M. muestra las regiones de los lóbulos temporales mediales (enmarcadas en blanco), de las que se extrajo por succión parte del hipocampo, región cerebral que regula el almacenamiento de recuerdos de larga duración.
«POSTMORTEM EXAMINATION OF PATIENT H.M.’S BRAIN BASED ON HISTOLOGICAL SECTIONING AND DIGITAL 3D RECONSTRUCTION». J. ANNESE ET AL. EN NATURE COMMUNICATIONS , VOL. 5, ART. 3122, 2014
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RETROSPECTIVA
Henry incurría en más respuestas que erróneas que erróneas los probandos de control de su misma edad, pero sin lesió lesión n cerebral
pudo haber transformado los problemas típicos en adultos mayores, que por lo general son de poca monta, en limitaciones li mitaciones de importancia. Pero hasta entonces solo contaba con indicios de que Henry sufriera graves lapsos de memoria. Para determinar si sus recuerdos se estaban esfumando de forma anormal, tendría que comparar sus conocimientos léxicos a comienzos de su séptimo decenio con los de personas normales lo más similares a él en todos los demás aspectos. También También necesitaba documentar cómo cambiaron c ambiaron los recuerdos léxicos de Henry a lo largo de su vida. Las pruebas de una degradación insólita de la memoria podrían explicar, por primera vez, por qué muchos individuos que han sufrido lesiones en la región hipocampal acaban olvidando información aprendida antes de su lesión.
Entre los 71 y 73 años de Henry, pedí a mi colaboradora posdoctoral, Lori E. James, hoy psicóloga en la Universidad de Colorado en Colorado Springs, que volase a Boston para examinar en el MIT la memoria léxica de este paciente. Quería evaluar su capacidad para definir palabras a partir de preguntas («¿qué significa dilapidar?», por ejemplo) y ver si podía dilucidar qué palabras eran reales y cuáles inventadas. Se trataba también de evaluar hasta qué punto podía recuperar los sonidos de palabras dedicadas a nombrar objetos corrientes que aparecían en fotografías o dibujos y para leer en voz alta otras poco utilizadas. Por último, sentía curiosidad por averiguar si recordaría la grafía de palabras con ortografía atípica. James y quien escribe creamos conjuntos de palabras que Henry debía haber utilizado en épo-
Restaurar un recuerdo
El hipocampo, región cerebral que gobierna la formación de recuerdos, se encarga de restaurar aquellas remembranzas debilitadas por el paso de los años. Si hace tiempo que una persona no oye o utiliza la palabra ábaco, tal vez le cueste o incluso no logre recuperar el nombre de ese objeto que almacenó un buen día en el área de Broca. Sin embargo, si el experimentador le recuerda cómo se llama el objeto, el hipocampo entra en acción y regenera el recuerdo en dicha región cerebral. Henry Molaison mostraba dificultades en este tipo de pruebas.
La información viaja al área de Broca, estructura que alberga recuerdos vinculados a palabras. No obstante, el recuerdo del nombre ábaco es débil y la persona no logra recuperarlo.
El experimentador ofrece pistas: «Sirve para calcular», «El nombre empieza por a»... Aun así, el área de Broca no logra recuperar el nombre. El investigador revela la respuesta: «Se trata de un ábaco».
Su corteza visual procesa la imagen.
Se muestra el dibujo de un ábaco al sujeto.
El recuerdo, ya restaurado, se almacena en el área de Broca.
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La nueva información llega al hipocampo, que interactúa con la corteza con el fin de recrear el recuerdo de la grafía, la pronunciación y el significado de ábaco. A P L O T I M A T
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cas anteriores. Para ello nos basamos en la edad a la que se adquiere por lo común la palabra en cuestión y en la extensa transcripción de MarslenWilson de los vocablos que Henry había usado a los 44 años en las entrevistas. Clasificamos las palabras según su frecuencia (alta o baja) a tenor de las estadísticas disponibles sobre su uso. (Expondré solo nuestros resultados con las palabras de frecuencia baja, pues la actuación de Henry con las de frecuencia alta no resultó reveladora.) La parte fácil fueron las pruebas con Henry. Junto con mi esposa, Deborah M. Burke, psicóloga del Colegio de Pomona, y otros colaboradores habíamos dedicado muchos años a buscar individuos sanos de 71 a 73 años, con memoria normal, cuya educación, inteligencia, ocupación y contexto socioeconómico fuesen similares a las suyas. Espigamos nuestros candidatos con las fichas de más de 750 adultos mayores, participantes como probandos en el laboratorio de cognición y envejecimiento de UCLA., del Proyecto Claremont sobre memoria y envejecimiento, y de jubilados de las escuelas universitarias Claremont. Acabamos encontrando 26 individuos idóneos para un grupo de control. La comparación de los resultados de Henry con los de estas personas puso de relieve graves deficiencias en los recuerdos léxicos, como habíamos informado en una serie de artículos que culminó en 2009. En nuestros ensayos de significado de palabras, los probandos de 73 años sin lesión cerebral respondieron a la pregunta «¿qué significa lentil («lenteja»)?», con la explicación de que era una legumbre, una especie de «haba o guisante». Pero Henry explicó: «Es una palabra combinación, en cierto modo, de lent y till... (“prestado” y “caja registradora”)». (Sería como decir que «lenteja» es fusión de «lente» y «teja».) Henry incurrió en muchos errores de este tipo y generó menos definiciones correctas que los sujetos de control, incluso en palabras que él había utilizado de manera correcta siendo más joven. Tampoco era capaz de distinguir entre palabras de frecuencia baja y pseudopalabras como frendlihood y quintity. En contraste, los otros probandos septuagenarios discriminaron las palabras de manera correcta en el 82 por ciento de los casos. El propio Henry, a los 57 años, había alcanzado un 86 por ciento de aciertos en la misma prueba. En otra prueba solicitamos a los participantes que leyeran en voz alta palabras que aparecían MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
impresas en unas fichas. Henry leyó la palabra triage («selección») como triangle («triángulo»); thimble («dedal») como tim...tim-BO-lee y pedestrian («peatón») lo convirió en ped-AYE-ee-string. ped-AYE-ee-string. Sus errores de lectura fueron más numerosos que los de adultos de más edad que pusimos a prueba. Al parecer, Henry no podía recordar la pronunciación de palabras polisílabas en las que las pautas de acentuación de sílabas o ciertos cier tos sonidos literales no se hallan especificados (como saber si las «e» de pedestrian deben ser largas o cortas).
¿Qué hay en un nombre? Las dificultades de Henry quedaron igualmente de manifiesto en el test de nominación de Boston. En esta prueba se pide al sujeto que identifique los objetos que aparecen en una serie de dibujos. Si el probando no puede recordar el nombre del objeto, el experimentador le proporciona una pista fonológica (por ejemplo, «empieza por “s”») seguida por una pregunta de verificación que contiene la palabra en cuestión. Aunque Henry había estado familiarizado con los nombres-diana que se le solicitaban cuando era más joven, nombró de manera correcta un menor número de dibujos que otras personas de su edad. Asimismo, se benefició menos de las pistas fonológicas e incurrió en más respuestas erróneas, con inclusión de sonidos vocales incorrectos (por ejemplo, llamó sidion a un snail, «caracol»). Los resultados demostraron que presentaba un importante deterioro del recuerdo fonológico de palabras de uso corriente. En nuestra prueba de ortografía, se presentaba a los probandos palabras de ortografía irregular pero de uso frecuente a las que les faltaba una letra que debían incluir ellos (como «bic_cle», que debían rellenar con una «i» o con una «y»; la solución es bicycle). Henry eligió la letra correcta en el 65 por ciento de las ejemplos, mientras que nuestros sujetos de referencia lo hicieron en el 82 por ciento de las veces, lo que sugería un deterioro importante de los recuerdos de Henry sobre aspectos de palabras familiares de ortografía irregular. Entre los 40 y 70 años de vida, Henry mostró una trayectoria de declive cognitivo. La memoria léxica de Henry sufrió un deterioro impresionante con la edad, desde las postrimerías de su cincuentena. Según un estudio publicado en 1983 por los psicólogos John Gabrieli, Neal Cohen y Suzanne Corkin, todos del MIT por entonces, Henry presentaba a los 57 años una leve, pero
Y N A P M O C E R U T C I P E C N E I C S / Y M A L A
CONEXIONES NEURONALES Nuestros recuerdos se fijan a través de la modulación de conexiones entre neuronas de la corteza cerebral ( imagen). Los vínculos neuronales donde nuestras memorias se han plasmado se debilitan con la edad, y olvidamos.
El hipocampo puede construir recuerdos nuevos en sustitución de los que se han con el degradado con degradado tiempo 91
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persistente, deficiencia para distinguir palabras de frecuencia baja de pseudopalabras. A los 73, sus dificultades en la misma tarea habían aumentado de forma notoria. Según un estudio de Corkin, a los 54 no presentaba dificultad para nombrar los dibujos; a los 73, en cambio, incurría en importantes sustituciones de palabras, como la de compass protractor («transportador («brújula») por protractor («transportador de ángulos»), circunloquios como ice clippers («tijeras para hielo») por tongs («pinzas») y neologismos como trake (abreviatura de «traqueotomía») en lugar de trellis («enrejado»). Según un estudio de Corkin y de su doctorando Bradley R. Postle, Henry en 1993, a los 67 años, presentaba ligeras deficiencias en la lectura de palabras. En nuestros estudios, sus pérdidas en el mismo conjunto de palabras eran mucho más acentuadas. A los 71 años, leía de manera errónea el 67 por ciento de las palabras, frente a un promedio del 9 por ciento de los sujetos de control. Apenas dos años después, sus fallos en las mismas palabras eran todavía más graves; además, cometía errores nuevos. Entre ellos, omitía segmentos de las palabras (por ejemplo, leía formation en lugar de affirmation) .
Mantenimiento de la memoria Para saber más Supra-normal age-linked retrograde amnesia: Lessons from an older amnesic (H.M.). D. G. MacKay y C. Hadley en Hippocampus, Hippocampus , vol. 19, n.o 5, págs. 424-445, mayo de 2009. The neural basis for aging effects on language. D. M. Burke y E. R. Graham en The handbook of the neuropsychology of language, language, dirigido por Miriam Faust. Blackwell Publishing, 2012. Compensating for language deficits in amnesia II: H.M.’s spared versus impaired encoding categories. D. G. MacKay, L. W. Johnson y C. Hadley en Brain Sciences, Sciences, vol. 3, n.o 2, págs. 415-459, marzo de 2013. Errors, error detection, error correction and hippocampalhippocampalregion damage: Data and theories. D. G. MacKay y L. W. Johnson en Neuropsychologia, Neuropsychologia , vol. 51, n.o 13, págs. 2633-2650, noviembre de 2013. Permanent present tense: The unforgettable life of the amnesic patient, H.M. Suzanne Corkin. Basic Books, 2013.
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Desde hace decenios se sabe que las conexiones sinápticas de la neocorteza se deterioran con la edad, de manera que los recuerdos en ellas alojados se tornan cada vez más débiles y fragmentarios. Los recuerdos que más se degradan son aquellos que evocamos menos veces. Todo cuanto no hayamos considerado, visto u oído hace poco constituye información vulnerable, y tanto más cuanto más envejecemos. Las dificultades de Henry para recordar palabras que apenas utilizaba o leía se agravaron progresivamente a partir de los 50 años. Su declive fue mucho más acusado que en otros adultos de su edad y con antecedentes personales similares. Ello nos hizo sospechar que el complejo hipocampal tiene que participar tanto en el mantenimiento de los recuerdos antiguos como en la formación de los nuevos. De la misma forma que un constructor puede erigir una estructura nueva o reparar una dañada, el hipocampo puede elaborar nuevos recuerdos que sustituyan a los que se han fragmentado o degradado con el tiempo. Esa reconstrucción podría darse cada vez que uno se tropieza con una palabra olvidada o con
una anécdota personal del pasado. De este modo, el aprendizaje y la repetición pueden compensar un recuerdo hecho trizas y reducir la tasa de pérdidas. En el caso de Henry, este sistema de mantenimiento hipocampal no funcionaba. No tenía forma de rejuvenecer los recuerdos extintos mediante vivencias y reaprendizaje. De ahí su acelerado declive. Para reforzar esa teoría, quisiéramos determinar si otras personas con amnesia y lesiones en la región hipocampal acaban experimentado una degradación exagerada o más rápida de lo normal para recordar información que es rara vez utilizada. Querríamos asimismo averiguar si los adultos mayores sanos reconstruyen recuerdos debilitados por los años y por la falta de uso cuando se topan espontáneamente con la información perdida. Como adulto entrado en años y por experiencia propia, estoy convencido de que podemos restaurar recuerdos fragmentados. Al releer mi narración de cómo conocí a Henry consulté un informe que había redactado poco después del experimento; quería confirmar la fecha en que tuvo lugar el encuentro. Aunque estaba absolutamente seguro de haber conocido a Henry en 1967, el documento indicaba que aquel primer examen aconteció en 1966. Es decir, nos habíamos conocido un año antes de la fecha que recordaba, dato que tardaré en olvidar. Pero no todos los recuerdos episódicos pueden verificarse y enmendarse. Cuando llegue al párrafo que describía el momento en que subíamos juntos al laboratorio, recordé, de repente, que Henry me mostró una suerte de tarjeta de visita de gran tamaño y me contó alguna cosa sobre rifles. No logro recordar los detalles de su historia ni tengo forma de revivir ese instante para refrescarlo en mi mente. En consecuencia, los detalles de ese episodio de 1966 derivarán hacia el olvido, casi de la misma forma en que Henry fue perdiendo sus propios recuerdos sobre el significado, la grafía y la pronunciación de palabras que rara vez utilizaba.
Donald G. MacKay es profesor de psico-
logía en la Universidad de California en Los Ángeles. MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
LIBROS
Consciencia Una nueva teoría basada en la atención
CONSCIOUSNESS CONSCIOUSNESS AND THE SOCIAL BRAIN
Por Michael S. A. Graziano. Oxford University Press, Oxford, 2013.
L
a percepción es una descripción, construida por el cerebro, de la realidad. Constructo que se explica, en parte, por la miríada de formas que pueden alejarse de la realidad. La ventriloquia nos ofrece un ejemplo elocuente: el ventrílocuo habla mientras mueve la boca del muñeco, produciendo la impresión de que es el guiñol quien conversa. Pero el muñeco no puede emitir palabras. Ahora bien, si el ardid del ventrílocuo funciona en nuestro cerebro, entonces sabemos que lo que es verdad se aleja de lo que percibimos como tal. En Consciousness and the social brain , Michael S. A. Graziano sostiene que la consciencia es un constructo perceptivo: el cerebro atribuye consciencia a otras personas, de manera muy parecida a como atribuye el habla al muñeco del ventrílocuo. Por definición, la consciencia da fe de la exclusividad de los pensamientos, emocioMENTE Y CEREBRO 72 - 2015
nes y sensaciones del sujeto. Unas experiencias que percibe en cambio constante. ¿Cuál es la base cerebral de semejante flujo de experiencia consciente? A tres principales se resumen los criterios esenciales. En primer lugar, la capacidad de seleccionar un estado de entre infinitos posibles; es lo que permite distinguir entre un sensor de luz y un ser consciente. En segundo lugar, una capacidad de conocer que conoce; en epistemología eso se llama metacognición y representaciones de segundo orden. Por fin, una capacidad de asignar un sentido personal al estado. Para mayor concreción, atendamos a las diferencias fundamentales entre sensibilidad (no consciente) y consciencia. La sensibilidad reposa sobre la representación de primer orden; la consciencia descansa sobre la de segundo orden. La sensibilidad solo requiere capacidad para responder de forma específica a determinados estados de cosas, mientras que la consciencia demanda del agente saberse sensible a ellos. Además, esta última atiende de preferencia a un determinado estado de cosas. Para mayor claridad: una cámara no es consciente; solo es sensible a la luz, dato que ignora. Podríamos convertir en consciente a la cámara si dotáramos a esta de un mecanismo de segundo orden que pudiera coordinar el momento de registro de luz con una memoria de registros de luz en el pasado, así como su preferencia para ese momento particular de sensibilidad a la luz y trazas de recuerdos. El mecanismo en cuestión pudiera ser un contador del tiempo. Para que operase dicho mecanismo, cada canal de inputs tendría que tener su propio reloj, de suerte que todos pudieran sincronizarse para formar una representación del presente, del ahora. Teorías sobre la consciencia las hay a docenas. De acuerdo con la teoría del esquema de la atención de Graziano, nues-
tra propia consciencia es un constructo perceptivo y único que emerge cuando el cerebro aplica, recursivamente, la misma atribución perceptiva a sí mismo. Concedemos consciencia a los demás como parte de nuestro modelo perceptivo de aquello a lo que están prestando atención (una inferencia útil para predecir su comportamiento). Graziano se propone construir la suya sobre dos pilares: base científica y coherencia lógica. Acude a la anatomía y fisiología del cerebro y recoge innúmeros datos (psicológicos y clínicos) con el fin de aportar una explicación biológica de la consciencia. El cerebro humano contiene unas cien mil millones de neuronas que interaccionan entre sí. Conocemos, a grandes rasgos, redes de neuronas la información. De acuerdo con la teoría de Graziano, la consciencia es un relato descriptivo sobre un fenómeno real. La tinta con que se escribe el relato (la actividad neural) es real; también lo es el fenómeno físico descrito por el relato (la atención). Pero lo mismo que en el caso del muñeco parlante, lo que no es real es el relato. Famoso por su trabajo sobre la corteza motora, Graziano es un recién llegado a la investigación sobre la consciencia. Quienes buscan en el cerebro el apuntalamiento de la consciencia investigan la circuitería compleja que ha elaborado y capacita al hombre para ser socialmente inteligente. Una función de esa circuitería consiste en atribuir consciencia a los otros: inferir que la persona Y es consciente del fenómeno X. En la teoría de Graziano, la maquinaria que atribuye consciencia a los demás es la que nos permite a nosotros tener consciencia. El daño ocasionado a esa circuitería repercute en nuestra consciencia. Algo aparentemente escondido en nuestro cerebro nos hace conscientes de nuestro yo y del mundo que nos rodea. 93
LIBROS
La consciencia es la ventana a través de la cual comprendemos. La primera exposición científica que relacionaba el cerebro con la consciencia se lo debemos a Hipócrates, en el siglo v a.C. Creía que la mente, creada por el cerebro, iba muriendo paso a paso, a medida que se degeneraba el órgano. Los hombres deben saber, expuso, que del cerebro y solo del cerebro surgen nuestros placeres, alegrías, tristezas, dolores dolores y lágrimas. Dos mil años después de Hipócrates, en 1641, Descartes, en Meditationes Meditationes de prima prima philosoph philosophia ia, propuso una explicación, de enorme repercusión, de la consciencia. Para Descartes, la mente constaba de una sustancia etérea, un fluido que se almacenaba en un receptáculo del cerebro. A ese fluido lo llamó res cogitans. Cuando diseccionó un cerebro en busca de la sede del alma, advirtió que la mayoría de las estructuras de un hemisferio se repetían en el otro. Pero el alma era una entidad única e indivisible, por consiguiente no podía instalarse en dos lugares. Por fin encontró una ubicación singular, en el centro del cerebro, la glándula pineal, y dedujo que tenía que residir allí el alma. (Hoy sabemos que la glándula pineal se limita a producir melatonina.) Inmanuel Kant, en la Crítica de la razón pura, publicada en 1781, avanzó la tercera hipótesis. En el kantismo, la mente descansa en las formas a priori, capacidades e ideas que poseemos antes de todas las explicaciones y a partir de las cuales se sigue todo lo demás. A propósito de la consciencia, Kant tiene una respuesta tajante: tajante: nos es dada por un acto divino. La fenomenología vinculó la consciencia con la experiencia del tiempo. Franz Brentano y Sigmund Husserl sostenían que la experiencia del cambio acontece en estados conscientes momentáneos. Uno de los primeros cambios de rumbo en el ámbito de las teorías de la consciencia fue propuesto propuesto en 1990 por Francis Crick, codescubridor de la estructura del ADN, y Christof Koch. Para estudiar la consciencia hay que centrarse en el descubrimiento de sus correlatos neurales (NCC). Crick y Koch sugerían que, cuando 94
las señales eléctricas del cerebro oscilan, causan la consciencia. Las neuronas se comunicarían información; esta se mantendría con mayor eficacia en breves períodos de tiempo, si las señales eléctricas de las neuronas oscilaran en sincronía. En breve, la consciencia podría venir causada por la actividad eléctrica de muchas neuronas que oscilan juntas. Ahora bien, se objeta a la tesis de Crick y Koch, que las oscilaciones neuronales podrían constituir una condición previa, pero no una explicación genuina de la consciencia. No explicita de qué modo unas oscilaciones eléctricas pueden causarla, lo que no obsta para aceptar que las oscilaciones neuronales incrementen la fiabilidad del procesamiento de la información. ¿Por qué la información del cerebro —cualquiera que fuere la intensidad con que se potenciara la señal o su integración entre zonas cerebrales— debería asociarse a una experiencia subjetiva? Muchos estudiosos se muestran pesimistas sobre la posibilidad de que algún día podamos llegar a saber qué es la consciencia. David Chalmers lo expuso en 1995 de una forma que se ha convertido en canónica. Dividía la cuestión de la consciencia en dos problemas. Por un lado, el problema blando consistía en explicar de qué modo el cerebro computa y almacena información; por otro, el problema duro, cuya solución requería aclarar de qué modo surge la consciencia de los fenómenos desarrollados en el cerebro. El problema duro no es otro que desentrañar la naturaleza de la consciencia, que no parece que pueda identificarse con algo físico porque es, por definición, privado, y, en cuanto tal, inabordable desde el punto de vista científico. La neurociencia busca identificar los NCC mínimos. Por tales hemos de entender los sistemas neurales que cartografían los estadios de cada sistema mínimo como estados de consciencia, dadas determinadas condiciones. En 2012, dos grupos, dirigidos respectivamente por Aru y de Graaf, dividieron, cada uno por su cuenta, los correlatos neurales de la consciencia en sustra-
to del correlato neural de la consciencia o NCC propiamente dicho y precursores/ prerrequisitos y consecuencias de NCC (de menor interés). Muchos científicos participan hoy de la idea de que la consciencia emerge cuando la información se integra en unidades complejas que abarcan regiones cerebrales muy dispares. El cerebro es una máquina de procesamiento de información. No toda la información que maneja ni todos los procesos cerebrales son perfectos. Cuando un individuo se introspecciona, su cerebro aporta los datos internos. Si estos son erróneos o no realistas, el cerebro arribará a una conclusión errónea o irreal, aunque podría asignarle un alto grado de certeza. El nivel de certeza surge después de todo un cálculo que, como todos los cálculos, puede ser erróneo. Una de las pocas verdades sobre la consciencia que podemos conocer con certeza objetiva es que la poseemos. Aunque no podamos relatar todas nuestras experiencias conscientes, dadas las propias limitaciones del lenguaje, sí podemos afirmar que somos conscientes de esto o aquello, y, por ende, aprender algo sobre la consciencia. El cerebro es, después de todo, una máquina procesadora de información. Para que un mecan ismo procesador de información in formación comunique comunique que tiene una experiencia subjetiva, interior, debe contener en su seno información al respecto. La máquina cognitiva puede entonces tener acceso a esa información, leerla, resumirla lingüísticamente y aportar un relato verbal al mundo exterior. Propio de la consciencia será conjugar los distintos inputs (color, forma y movimiento, por ejemplo) en una misma representación. Tal es la base de la teoría de la consciencia conocida como teoría de la información integrada. A medida que la información se va entretejiendo de formas muy dispares de complejidad creciente se llega a la consciencia. Por supuesto, siempre dentro de un marco escuetamente neurobiológico, incapaz de resolver todavía el problema duro de Chalmers. —Luis Alonso
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Inteligencia artificial Génesis de la ciencia de la computación (computación sin intervención humana) y se abrió el surco de una nueva disciplina científica que a finales del decenio de los sesenta del siglo xx vendría a llamarse ciencia de la computación. Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), recordado como coinventor, con Newton, del cálculo diferencial, quería que los astrónomos se dedicaran a observar y dejaran los cálculos a las máquinas. Construyó, igual que su contemporáneo Blaise Pascal (1626-1662), una máquina de calcular. La máquina de Pascal podía sumar y restar, la de Leibniz multiplicaba y dividía también. El filósofo y matemático alemán se adelantó a la Revolución Industrial, cuyos inicios se dieron en el ecuador del siglo xviii cuando el desarrollo de máquinas empezó a transformar sociedades, economías y IT BEGAN WITH BABBAGE. mentalidades, aunque el uso del vapor para THE GENESIS OF COMPUTER SCIENCE Por Subrata Dasgupta. Oxford University Press, el movimiento automático de las máquinas comenzó en 1712 con Thomas Newcomen Oxford, 2014. (1663-1727), invención a la que siguió la del n cuanto disciplina científica, la condensador en 1765 por James Watt ( 1738ciencia de la computación ocupa 1819). La máquina de vapor se convirtió un lugar singular, pues se mueve en en el símbolo del nuevo poder. La idea de el terreno de la física experimenta l y en el Leibniz, combinada con el nuevo ingenio, plano de la abstracción. El software es, a un despertó en algunas mentes del siglo xix el tiempo, tangible e intangible, fronterizo. El deseo de un cálculo o cómputo automático estudio y la producción producción de artefactos ar tefactos fron- que liberase al hombre de una tarea tediosa. terizos permiten posibilidades creativas Entre los seducidos se ducidos,, Charles Babbage. que solo se dan en ciencia de la compuEn su Passages from the life of a philosophilosotación. Puesto que todos los dispositivos pher , libro de memorias publicado en 1864, de ese dominio se conciben con un uso in Babbage recuerda que contactó con la obra mente, el científico de la computación no de Leibniz en su etapa estudiantil, por los se preocupa tanto de las leyes naturales años 1812 o 1813, cuando halló una tabla que gobiernan la física o la química, cuan- de logaritmos. A comienzos de 1819 aborto de la noción de propósito, de lo artificial. dó el proyecto de su primera máquina de El intervalo histórico abordado aquí cómputo, cómputo, «el mecanismo de diferencias». transcurre de 1819 a 1969. En 1819 Charles Era su propósito que la máquina fuera Babbage (1791-1871) dio los primeros pa- realmente automática, es decir, que una sos hacia el diseño de una máquina que vez introducidos los números, procediera liberase al hombre de farragosas rutinas a operar por el movimiento de un resorte, aritméticas, capaz de calcular y producir, la caída de un peso u otra f uerza constante. por sí misma, tablas matemáticas. Así se Además, la máquina tenía que ser precisa, inició la idea de computación automática no solo en la generación de números, sino
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también en las tablas impresas. La mecanización de la preparación de las tablas matemáticas liberaría el trabajo humano, aceleraría el proceso, eliminaría la falibilidad humana y sustituiría esta por la infalibilidad de la máquina. El método de las diferencias ofrecía un principio general por el que pudieran computarse todas las tablas mediante un proceso uniforme. En 1822, Babbage construyó un prototipo de mecanismo de diferencias para demostrar la viabilidad de su principio. Pero el mecanismo de diferencias no alcanzaba la generalidad deseada. Babbage quería construir un artilugio que pudiera realizar todo el análisis matemático. En matemática, el estudio de los procesos infinitos, o funciones transcendentales, se denomina análisis. El mecanismo de análisis sería, pues, una máquina mucho más ambiciosa. En el mecanismo analítico, el cómputo de cada función viene determinado por una secuencia ordenada de operaciones aritméticas sobre valores de las variables. Esa secuencia de operaciones (los programas en los dispositivos actuales) puede codificarse como pautas de agujeros en tarjetas perforaper foradas. La máquina lee un conjunto particular de tarjetas perforadas y realiza la secuencia de operaciones que representan. Mediante la modificación del conjunto de tarjetas perforadas, se emprende una secuencia de operaciones diferente, correspondiente a una computación matemática distinta. Babbage avanzó el primer esbozo de una computación automática universal. En 1890, Herman Hollerich (1860 -1929), estadístico, defendió la tesis In Connection Connection with the electric tabulation system which has been adopted by U.S. Government for the work of the census bureau, en la Escuela de Minas de la Universidad de Columbia. Esa tesis doctoral fue el primer trabajo académico que suponía el reconocimiento de la computación automática como una disciplina respetable. 95
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Hollerich inventó un sistema eléctrico de tabulación. En 1896 fundó Tabulating Machine Company, empresa que en 1911 se fusionó con la Computing Recording Company (CTR) cuya dirección recayó, en 1914, en Thomas J. Watson (1874-1956). Watson cambió el nombre de la subsidiaria canadiense de la compañía en International Business Machines (IBM) en 1917. La propia compañía matriz, CTR, pasó a llamarse IBM en 1924. Por su parte, las funciones básicas del procesamiento de datos evolucionarían y se crearían nuevas máquinas para ejecutarlas. Tabuladores, calculadores y otros mecanismos eran programables. El sistema de procesamiento de datos con tarjetas perforadas de Hollerich iba mucho más allá del cálculo: comparaba, ajustaba, mezclaba e imprimía. Tales operaciones no alteraban las estructuras simbólicas que procesaban. Al otro lado del Atlántico, Percy Ludgate (1883-1922) no había olvidado a Babbage. Entendía que una máquina analítica debía contar con los medios para mantener o almacenar los datos numéricos que servían de input para el problema de interés y los resultados producidos por la computación. Debía poseer los medios para enviar pares de números a la unidad que realiza las operaciones aritméticas y para seleccionar de entre los números almacenados los correctos sobre los que operar, además, debía tener capacidad para identificar las operaciones indicadas con tales números escogidos. No debemos disociar el despegue de la ciencia de la computación de la teoría general sobre autómatas del ingeniero español Leonardo Torres y Quevedo (1852-1936). Escribió en 1915 un ensayo sobre máquinas que, movidas por su propia energía, imitan el comportamiento humano o animal, y realizan su actividad, por lo común reiterativa, sin intervención externa. Una máquina autómata es un sistema adaptativo, que acomoda su comportamiento a las circunstancias cambiantes. En sus Fundament Fundamentos os de la matemática, matemática, David Hilbert (1862-1943) se preguntaba si la matemática era completa (¿se podía demostrar o rechazar todo enunciado matemático?), consistente y decidible. Hilbert 96
creía que la respuesta era afirmativa siem- (1916 -2001) presentaba en 1937 su tesis sopre. Kurt Gödel (1906-1978), sin embargo, bre ingeniería eléctrica en el MIT. Trazaba mostraría que los sistemas axiomáticos pre- una analogía entre la idea básica en cálculo sentan ciertas limitaciones inherentes, que proposicional (o, equivalentemente, en álno es posible una axiomatización completa gebra de Boole) y el comportamiento básico ni siquiera de la aritmética de los números de circuitos relé. Shanon inventó, con Waenteros. Gödel demostró que es imposible rren Weaver, una rama de la matemática establecer la consistencia interna de un que se llamaría teoría de la información, amplio espectro de sistemas matemáticos, que puso los fundamentos teóricos de la aritmética incluida; es decir, que no había comunicación. A instancias del director del forma de garantizar que un sistema se halle Philosoph Philosophical ical Magazine Magazine escribió un artículo exento de contradicciones internas. Mostró sobre programación de un ordenador que que existían proposiciones verdaderas en pueda jugar al ajedrez. Apareció en marzo aritmética, cuya certeza podía establecerse de 1950. Señalaba que el problema del ajerecurriendo a conceptos foráneos a la arit- drez estriba, por un lado en unas reglas y mética que no podían demostrarse dentro un objetivo perfectamente definidos y, por del sistema de axiomas de la aritmética. Es- otro, en la dificultad que entraña alcanzar tableció el problema de la indecidibilidad: en ese objetivo del jaque mate. un sistema matemático hay proposiciones La expresión cerebro electrónico coque no pueden ni demostrarse ni refutarse. menzó a adquirir predicamento desde la Por el tiempo en que Gödel presentaba creación del ENIAC (acrónimo de Electrosus resultados, Alan Turing ( 1912-1954) pre- nic Numerical Integrator and Computer) en paraba su graduación en la Universidad de 1946, al que le precedió el Colossus, consCambridge. Se centró en el problema de la truido dos años antes. El ENIAC empleaba decisión de Hilbert. Su primer artículo, ar tículo, «On 18.000 tubos de vacío de 16 tipos; 70.000 computable numbers with an application to resistores, 10.000 capacitadores, 1500 relés the Entsche Entscheidu idungs ngsprob problem lem», apareció a fina- y 6000 conmutadores manuales. En la preles de 1936 en los Proceedings Proceedings de la socie- paración del ENIAC había trabajado John dad matemática londinense. Por números von Neumann (1903 -1957) con el diseño computables entendía números reales cuya de la programación y con la notación del parte decimal era calculable por medios fi- diagrama de flujos. La imponente máquinitos. Esbozó la secuencia de procesos, de na constaba de cuatro clases de unidades: operaciones atómicas, que sigue la mente unidades input/output, memoria de lectuen el cálculo o computación. Y trazó una ra/escritura, unidad de cómputo y unidad analogía entre la mente y una máquina de control. Un paso determinante en los que remedara esos pasos, una máquina de primeros años cincuenta fue la creación de computación, como la denominó él, o una lenguajes. Se impuso el FORTRAN (abreviamáquina de Turing, como la llamamos en tura de Formula Translator) para IBM. Se su honor. El vocablo computador, que desig- trataba de un programa que no solo ejenaba la persona que realizaba un cálculo, cutaba los programas codificados a mano, pasó a significar la máquina. Así denomi- sino que facilitaba la producción de otros naron su creación George Stibitz y Samuel mucho más complejos. B. Williams. Wil liams. Su «computador «computador complejo» complejo» lleCierra el período abarcado por el libro la vaba a cabo operaciones aritméticas sobre obra canónica de Donald Knuth: sus Funda Fundanúmeros complejos (números de la forma mental algorithms (1968) y Seminumerical a + ib o a – ib, donde a y b son números algorithms (1969). El concepto de algoritmo reales e i, igual a la raíz cuadrada de menos nos evoca un procedimiento efectivo, un 1, es un número imaginario), cálculos nececonjunto de reglas de comportamiento, cusarios para el diseño de redes para telefonía. yas características distintivas serían la finiCon el título A symbolic analysis of re- tud, definición, input y ouput y efectividad. —Luis Alonso lay and switching circuits, Claude Shannon MENTE Y CEREBRO 72 - 2015
EN EL PRÓXIMO NÚMERO. ..
JULIO / AGOSTO 2015 – N.° N.°
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NEUROCIENCIA
Una ciencia mejorable
APRENDIZAJE
Tocar para saber
Pese al auge de la neurociencia y de los proyectos
La exploración manual ayuda a los niños a recordar lo que van descubriendo. También potencia su habilidad matemática, verbal y de razonamiento. Por Derek Cabrera
internacionales en torno al cerebro, existe un creciente número de escépticos que ponen en duda sus resultados. Por Steve Ayan T S I E G D N U N R I H E G
y Laura Colosi
R O P O D A C I F I D O M ; N E H V E Y O K N E H C R A M / K C O T S K N I H T
PSÍQUIATRÍA
Psiquiatras en el tercer mundo
LENGUAJE
Un acento curioso Las personas con el síndrome del acento extranjero hablan, de repente, su lengua materna con un presunto acento regional o foráneo. Por Christiane Gelitz
R E I H C S N E D A B A K S I Z N A R F
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MENTE Y CEREBRO 58 - 2013
Los enfermos mentales de los países en vías de desarrollo tienen muy pocas o ninguna posibilidad de tratamiento. En Madagascar, la mayoría de los terapeutas son exorcistas. Por Franziska Badenschier
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