Mundo Jud\u00edo
- 04/08/2008
La destrucci\u00f3n del Templo de Jerusal\u00e9n: un desaf\u00edo teol\u00f3gico
Seg\u00fan el calendario lit\u00fargico jud\u00edo, en el d\u00eda noveno del mes de Av (en hebreo, Tish\u00e1 Beav) se c destrucci\u00f3n del Primer y del Segundo Templo de Jerusal\u00e9n. (Nota: Seg\u00fan la tradici\u00f3n presente en la M adem\u00e1s de estas dos tragedias nacionales, otras tres m\u00e1s tuvieron lugar ese mismo d\u00eda: fue decretado a nuestros padres que no entrasen en la tierra de Israel"; fue conquistada Bet Tor" [Betar fue el \u00faltimo basti\u00f3n de la revuelta de Bar Kojva contra los romanos]; y [fue] arada la ciudad" [es decir, la ciudad de Jerusal\u00e9n fue tomada por el general romano Turnus Rufus] [Taanit IV, 6; en: La Misn\u00e1. Edici\u00f3n preparada por Carlos del Valle, Madrid: Editora Nacional, 1981, p. 393]. En la \u00e9poca post rab\u00ednica otras desgracias tambi\u00e9n acaecie en esa misma fecha: el papa Urbano II declar\u00f3 las primeras Cruzadas; se decret\u00f3 la expulsi\u00f3n de los jud\u00 Espa\u00f1a; comenz\u00f3 la deportaci\u00f3n de los jud\u00edos del gueto de Varsovia.) La ley jud\u00eda prescribe para este d\u00eda un ayuno completo, similar al del D\u00eda del Perd\u00f3n. Durante el mis el libro b\u00edblico de Lamentaciones (en hebreo, Meguilat Eij\u00e1), atribuido por la tradici\u00f3n al profeta Jerem\u0 el cual el autor expresaba su profunda consternaci\u00f3n por la profanaci\u00f3n de Jerusal\u00e9n y su recinto sagrado: \u00a1C\u00f3mo, ay, yace solitaria la ciudad populosa! Como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones. La princesa entre las provincias sujeta est\u00e1 a tributo. Las calzadas de Si\u00f3n est\u00e1n de luto, que nadie viene a las solemnidades. Todas sus puertas desoladas, sus sacerdotes gimiendo, afligidas sus v\u00edrgenes, \u00a1y ella misma en amargura!" (1:1, 3). Naturalmente, la destrucci\u00f3n de la Casa de Dios por los babilonios (Primer Templo) y los romanos (Segundo Templo) result\u00f3 ser un verdadero desaf\u00edo teol\u00f3gico para los israelitas. Partiendo del axioma que Dios es el Se\u00f1or de la historia (Judit 9:5), y que lo sucedido se debi\u00f3 a su pura voluntad (Lamentaciones 1:17; 2:1-8, 17; 3:37-39; 4:11), los pensadores antiguos trataron de responder a un interrogante acuciante: \u00bfpor qu\u00e9 el Dios de Israel permiti\u00f3 que su morada sagrada fuera mancillada y que su pueblo elegido fuera ultrajado? En las palabras del salmista: \u00bfhasta cu\u00e1ndo, oh Dios, provocar\u00e1 el adversario? \u00bfUltrajar\u00e1 tu nombre po enemigo? \u00bfPor qu\u00e9 retraes tu mano, y en tu seno retienes escondida tu diestra?''" (Salmos 74:10-11) Siguiendo el modelo deuteronomista de premio-castigo (ver Deuteronomio 30:15-20), la respuesta tradicional a este ``absurdum teologicum''" ha sido que la destrucci\u00f3n de los dos templos se debi\u00f3 a un castigo divino por los pecados de Israel: ``Mucho ha pecado Jerusal\u00e9n, por eso se ha hecho cosa impura''" (Lamentaciones 1:8\u00f9). O en la formulaci\u00f3n presente en el libro de oraciones: ``M\u00e1s por los errores (lit. pecados") nuestros y nuestros antepasados, fue destruida nuestra ciudad santa, y destruido nuestro Santuario quedando privados de nuestra dignidad''" (Servicio de Musaf). Y as\u00ed, entonces, una vez ``solucionado''" el problema, no quedaba otra cosa que identificar el pecado espec\u00edfico cometido por el pueblo hebreo. Las propuestas fueron varias, y s\u00f3lo mencionaremos algunas de ellas. Seg\u00fan el libro de Lamentaciones, por ejemplo, la c\u00f3lera de Dios se debi\u00f3 a los pecados cometidos por profetas y sacerdotes: ``Yahveh ha apurado su furor, ha derramado el ardor de su c\u00f3lera; encendi\u00f3 fuego en Si\u00f3n que ha devorado sus cimientos... \u00a por los pecados de sus profetas, por las culpas de sus sacerdotes, que en medio de ella derramaron sangre de justos!''" (Lamentaciones 4:11, 13). Otra explicaci\u00f3n la hallamos en el libro de Nehem\u00edas, seg\u00fan la cual l destrucci\u00f3n de Jerusal\u00e9n se debi\u00f3 a la profanaci\u00f3n del s\u00e1bado: ``Reprend\u00ed a los notables d \u00a1Qu\u00e9 mala acci\u00f3n comet\u00e9is profanando el d\u00eda del s\u00e1bado! \u00bfNo fue as\u00ed como ob que nuestro Dios hizo caer toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad? \u00a1Y vosotros aument\u00e1is as\u00ed la c\u00f3lera contra Israel profanando el s\u00e1bado!''" (13:17-18). Finalmente, seg\u00fan se entiende de lo an por el profeta Jerem\u00edas, el inviolable Templo de Jerusal\u00e9n habr\u00eda sido destruido por la inmoralidad y la idolatr\u00eda de los israelitas: ``Pero he aqu\u00ed que vosotros fi\u00e1is en palabras enga\u00f1osas que de nada sirve robar, matar, adulterar, jurar en falso, incensar a Baal y seguir a otros dioses que no conoc\u00edais... \u00bfEn cueva de bandoleros se ha convertido a vuestros ojos esta Casa que se llama por mi Nombre? \u00a1Que bien visto lo tengo! -or\u00e1culo de Yahveh-. Pues andad ahora a mi lugar de Silo, donde aposent\u00e9 mi Nombre antiguamente y ved lo que hice con \u00e9l ante la maldad de mi pueblo Israel... yo har\u00e9 con la Casa que se llama por mi nombre, en la que confi\u00e1is, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Silo, y os echar\u00e9 de mi presencia como ech\u00e9 a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraim''" (Jerem\u00edas 7:8-15). Como en el caso del profeta Jerem\u00edas en v\u00edsperas de la destrucci\u00f3n del Primer Templo, tambi\u00e9n a fin \u00e9poca greco-romana Jes\u00fas elev\u00f3 su voz de protesta contra la corrupci\u00f3n moral en el Santuario. De acu relato presente en los evangelios, y entrando en el Templo, comenz\u00f3 a echar fuera a los que vend\u00edan y a los
que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: ``¿No está escrito: Mi casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? [Isaías 56:7] ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!'' [Jeremías 7:11] -" (Marcos 11:15-17 y par.). Y al igual que el gran profeta antiguo, también Jesús vio frente a sus ojos la amenaza de una inminente destrucción: ``Al salir del Templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras y qué construcciones. Jesús le dijo: ¿Ves estas grandiosas construcciones? No quedará piedra sobre piedra que no sea destruida''" (Marcos 13:1-2 y par.). De aquí, entonces, que antes de la destrucción física del Templo por los romanos, ya en ciertos círculos pietistas judíos se había elaborado una doctrina sobre la próxima desaparición física del Templo. Pero esta creencia no significaba un rechazo del santuario de Dios, sino antes bien, la misma estaba acompañada por la esperanza de que el Templo corrupto sería reemplazado en un tiempo más por otro, mucho más perfecto y puro. Un ejemplo en este sentido le fue atribuido a Jesús por unos ``testigos falsos''": ``Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres''" (Marcos 14:58 y par. Cf. Hechos de los Apóstoles 6:14). Otro testimonio lo encontramos en el Rollo del Templo, un manuscrito hallado en la cueva número 11 de Qumrán, en el que se le atribuían a Dios las siguientes palabras: ``Ellos serán para mí un pueblo, y yo seré para ellos por siempre y los estableceré para siempre jamás. Santificaré mi templo con mi gloria, pues haré morar sobre él mi gloria hasta el día de la creación, cuando cree mi templo estableciéndolo para mí siempre, según la alianza que hice con Jacob en Betel''" (XXIX:7-10; en: F. García Martínez, Textos de Qumrán [cuarta edición; Madrid: Editorial Trotta, 1993] págs. 210-211). (Nota: El Rollo del Templo habría sido compuesto durante el gobierno del macabeo Juan Hircano I para finales del siglo II a.e.c., cuando el Templo de Jerusalén estaba en su pleno apogeo. Para otros textos sobre la construcción de un futuro templo por parte de Dios, ver Libro 1 de Henoc 90:28-42; 4QFlorilegio [4Q174] frag. 1-2 col. I, 1-7). A pesar de esta atmósfera prevaleciente en ciertos círculos pietistas judíos, la destrucción física del Templo por las tropas del general romano Tito en el año 70 e.c. fue vivida por la mayoría del pueblo como una verdadera tragedia cósmica. El Templo representaba para el pueblo de Israel el axis mundi ultimativo que unía el cielo y la tierra. Su existencia aseguraba la bendición para el pueblo y la tierra, y de aquí que su destrucción era signo de maldición. La destrucción de la morada divina fue mucho más que el colapso de un edificio, significó la vuelta del mundo" al caos mismo en los orígenes de la creación. Según palabras de R. Joshua, ``desde el día en que fue destruido el Templo, no ha habido un día sin maldición, no ha caído el rocío para bendición y le fue quitado el gusto a los frutos''" (Talmud de Babilonia, Sota 48ù). Desde ese momento crucial en la historia del pueblo de Israel, el Templo de Jerusalén se convirtió en el tema central de su memoria colectiva. La arquitectura sinagogal, la liturgia y el arte preservaron el recuerdo vivo de esta institución central de la civilización judía, hasta transformarse en el tema central del sueño de la redención hebrea. Como lo manifiesta claramente la oración al final del servicio de las 18 Bendiciones: ``Oh Dios, restaura Tu Santuario, reconstruye Tu morada prontamente, haznos estudiosos de tu Torá, y en Tu santuario Te serviremos como en tiempos pasados''." A diferencia de la esperanza judía en la futura reconstrucción del Templo, los cristianos desarrollaron una teología alternativa sobre el tema. Como resultado de su creencia en Jesús como el Mesías anunciado por los profetas, su crucifixión y posterior muerte fueron entendidas como ``un sacrificio eterno''" (Epístola a los Hebreos 9). Y como consecuencia de ello, pues, la esperanza en una futura reconstrucción del Santuario se transformó en irrelevante y obsoleta. Según lo anunció el visionario Juan en su visión de la Jerusalén futura: ``Pero no vi Santuario alguno en ella; porque el Señor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su Santuario''" (Apocalipsis 21:22). Desde la creación del moderno Estado de Israel, y mucho más luego de la Guerra de los Seis Días y de la reunificación de Jerusalén, para algunos la conmemoración de este día es anacrónica. Sin embargo, para otros el recuerdo de este día tendrá siempre vigencia hasta la final reconstrucción del Templo, según el rezo cotidiano: ``Dios nuestro, ama a Tu pueblo Israel, acepta sus oraciones. Restaura el servicio en Tu Santuario, ... y lleguen a Ti las oraciones de tu pueblo, Israel''. ¡Shabat Shalom! Dr. Adolfo Roitman