AIJIINTIPIETZ
¿Qué es la ecolo gía políti ca? La gran transformación del siglo )Cü Tbaducción de Cristina Hurtado G. y Pedro Miras C.
ÍNprcn
LOM PALABRA DE LA LENGUA YAMANA QUE SIGNIFICA SOL
Prólogo Inrroducción Glosa¡io
LOM ediciones IEP
Primera cdición cn español enero de 2002
ISBN: 956-282-430-6
Título original: Qu'est-ce que I'écologie politique? In grande lransformation du XXl siécle At-¡rH Llpnrz. ISBN: 2-7071-3040-0 Éditions La Découverte (Sur le vif)' 1999 bis. rue Abel-Hovelacque, París Diseño, Composición
Editorial LOM
Diagramación
o¡o 23, Santiago Concha Fono: 688 52 73 Fax:-696 63 88 web: www.lom.cl
e-mail:
[email protected]
Traducción: Cristina Hufado G. Pedro Miras Impreso cn los talleres de LOM Maturana 9, Santiago 6722236 Fax: 673 09 15
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En Buenos Ai¡es Editores Independientes (Eotrt) Baldomero Fernández Moreno 1217 Fono: 541 l-44322840 editoresindependientes @hotmail'com Impreso en Santiago de Chile.
il
Capltulo De la ecología al desar¡ollo sustentable De la ecologf-a'natural la ecologla polftica De la ecologla polftica al desarrollo sustentable
Caplmlo
Paisaje, étice
Polltica
r2
l1
2:
El paisaje, pafs rostro
Etica del comPromiso ecologista ¿Por qué partidos ecologistas?
Capltulo
Pa¡a una historia de las crisis ecológicas
De las crisis de escasez a las crisis socio-ecológicas Las crisis ecológicas de nuestro tiempo
3:
INrnoouccróN )tros aspectos en Marx, muy importantes ación.
comienza surgir rentamente
surgimiento de movimienros
er debate sobre la Ecorogfa porítica en nues_
partidos
iblica Dominicana, Nicaragua, Colombia
¿Qué es la ecología polltica? ¿Es acaso una ciencia? Enronces ¿por qué no hablamos de ecologfa? ¿Es una política? ¿Es tal vez la política de quienes desean una obuena ecologíao? Ambas alavez. La ecología política es la ecología de una especie particular: la especie humana, una especie social política. Pero es también un movimiento social para transformar la ecología realmente exisrente de nuestra especie humana. Es entonces una polltica, pero es aspiración moral más armonía, más auronomía, solidaridad, responsabilidad. La ecología humana no se reduce al nmedio ambienren, aunque se funda, para algunos, en el amor la naturaleza. nDe la manera en que uno hace la cama, se acuesta). Nuestro modo de vida, de producir, de consumir, de distraernos, modela nuestro medio ambiente. La ecología polftica es una ciencia social, la política ecologista es, antes que nada, una política socid: una política del nvivir me.iorr, pero este vivir mejor considera las consecuencias de nuestros actos sobre nuestra salud, sobre Ia naturaleza que pedimos prestada las generacio-
la de nuestro prójimo nes futuras.
nos vitales que mantienen vivo nues_
M¡Nuu BaqueoaNo Muñoz
P¡esidente del Insdtuto de Ecología
p"il;;
En mis libros anteriores, especialmente Choisir l'audace. (Jne ahernatiue pour h )o(I siécle, en vert espérance, I'auenir de I'ecologie politique, y sobre todo en La société en sablier le partage du trauail contre la d¿chirare socialet, he insisddo más bien sobre el aspecto siguiente: Ia dimensión social de la ecología política. Algunos no se han enconrrado representados, ni han reconocido la ecología en ellos. Se preguntan: uPero, ¿Dónde está el medioambiente? ¿La naturaleza? ¿Los animales?o Insisto, la ecologla política es anres que nada la manera en la cual vivimos en conjunto. No es que olvide el efecto de esta actividad sobre el medioambiente: otra parte de mis trabajos trata de la geografía económica. Sin Estos libros han sido editados en las Editions La Découvcfe, París, en 1989,1993, 1996 (reedición aumcntada en
, 1998), rcspectrvarnente.
embargo, lo reconozco, esta disciplina no es más que una parte de Io que llamamos ecología polftica. Aislada, no es más qu€ una simple economfa social. he querido restituir Ia ecologla social en el marco m:ís general este de la ecología polltica. No encontrarán casi ningún desarrollo sobre la redistribución del trabajo, el tercer sector, la polltica económica (de los cuales vate La Société en sablier). No hablaremos de la relación entre hombres mujeres en sus actividades, sin embargo, como lo dice Francine Comte oel primer medio ambiente del ser humano es el vientre de su madrer; Ia división sexual es la matriz de nuestras sociedades por lo tanto de su rastro en el medio ambiente. No hablaremos tampoco de la defensa de los derechos de la persona humana en el seno de las sociedades constiilidas en Estado: no hablaremos de Ia polltica de inmigración. Hablaremos sobre todo del medioambiente, de la defensa de la naturaleza, de laTierra, npatrimonio común>. Pero lo haremos desde un ángulo esencialmente social y político. ¿Cómo reorientar nuestro desarrollo económico para volverlo
crisis actuales, que las resume todas introduce un nuevo tipo: las crisis nglobalesn. Se trata de crisis cuya causa está en cualquier parte cuyas consecuencias se extienden sobre todo el planeta. En el capltulo 4, veremos los medios de odomesticaro las crisis locales; en el capítulo 5, los medios para evitar que no se generalicen al planeta; en el capítulo 6, consideraremos una de las crisis más graves que dará el ritmo al siglo )üI: la crisis del efecto invernadero. Estoy consciente del carácter decididamente europeo de este Iibro. Abordaré apenas las crisis del Sur, me deslizaré por los movimientos ecologistas de los Estados Unidos para solamente evocrr el carácter profirndamente anti-ecologista del desarrollo de ese pals subrayaré la importancia de una polftica ecologista de la
Unión Europea.
Europa está hoy en día en una fase decisiva de su historia. Madre del colonialismo, del capitalismo y de Ia mayor parte de las crisis ecológicas actuales, Europa ha tomado la decisióri inaudita de unificarse en un proceso de asociación voluntaria. Fundada sobre la conciencia de los crfmenes, de las guerras de los horrores lu
*:Ylitji
desde t" pasados, la unión de Europa ha comenzado es un continente exPertmentaEuropa porque pesada, es su historia iase polftica. común
1t-:1T:1
de construir para el bien eurolados. Todo es relativo, pero el nmodelo están más desarrollado; q;. .; otros de voluntad nuestra de base la funda peoo, Io que tenemo' i- tt-tf" nuestros industriales políticas asociación, es sobre todo eso, más que nuestras modelos de comPetitividad' de sus
do. Las legislaciones sociales,
l" p"ott'p"ción
habitantes la estima Europa no podrá conquistar el-corazón de sus política ofrezceel unificación su asociad,os..r.l pl"nt"'i"ot" la medida en que
modelodeunaelección,organizedayto""itntt'Paraundesarrollosustentable: una Europa ecologista solidaria' p,r.d" este pequeño libro contribuir
esto'
Al.ntN LtPlr,rz
Febrero de 1999
Grosnnro (Nores DEL TMDUcroR, D(TRACTADAs onr rnno)
'Summe. primera civilización que se conoce en el mundo (anterior la egipcia),
P. 19. 'contaminación: roda acción que modifique negativamente el medio ambienre,
P.56.
'Regulación ambiental: reducir la contaminación un niver usustentable ,, p. 57. .Primer di acciones reglamentarias fiscales), q,r. "q,r.l tien el medioambiente, p. 65. 'Segundo os destinado, o,.", políticas, por ejemplo, disminuir el costo del trabajo en una polftica de empleo, p. 69. .OcDE: Organización de Cooperación Desarrollo Económico, p. 77. .G¡s: Gases de efecto invcrnadero, p. gg. 'GrEC: conferencia de.Gineb¡a del Grupo Intergubernamental, de r990, p. gg, 95. 'JuscnNz: Japón, Estados unidos, canadá, A,rrt."li", Nueva zelandia,según er lenguaje de la Cuarta Conferencia de las Pa¡tes de la Convención sobre el Cambio
Climático, Cop4 reunida en Buenos Aires en 199g, p.93. p. 94. .Cop3: Conferencia de Kyoto sobre el Cambio Climático, en 1997, p.95.
.Grupo delosTT: los pafses del tercer mundo,
'Pafses del anexo l: los países de la ocot más los países ex socialistas desarrollados, p. 94. 'Thaado de Nueva York: tratado firmado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente desarrollo, en Río deJaneiro, en 1992, p.94. .QelRo: mercado de ocuoras de objetivos reducciónu de en sigla inglesa, p. 95.
Dn
ClpÍruro
EcoLocIA AL DESARRoLLo
SUSTENTABLE
para numerosos periodistas, como para sus respectivos públicos, necología, significa sobre todo áefensa de la naturaleza. Existiría, Por un lado, el género y, por orro, la-naturaleza virgen la ecologíese PreocuParía de la violación de la segunda Por el Primero. El ecologista, militante científico, no puede reconocerse en una definición redujera al d,e este tipo. un especialista se indignaría si nla ecología del castoro se .f..to d.i. construcción de barreras en los bosques cercanos o de diques en los ríos. organiPara é1, Ia ecologfa del castor es el estudio de las relaciones entre la sociedad decir, diques también ríos bosques, ambientq -es medio zada delo, casto.., su relación dicha de la capacidad de actividadsu por una naturaleza transformada sus satisfacer las necesidades de la población de castores. Se interesará igualmente en interrogará se sexosD; entre urelación la en formas de apareamiento; por lo tanto, sobre sobre la manera innata qrr. .llos tienen de construir ba¡reras se Preguntará (tenque castores los predicar no irá duda, sin sus formas de organización. Pero, no se que los peces' espacio dejen que bosques, gan cuidadoo, q.r..o destruyan los castolos de partido un que supondrá tarnPoco irrltipliquen demasiado, etc. Como ,., ,.^o.,rp*á de esos asuntos. El especialista tratará de comprender las leyes que rigen la solr.uivencia de los castores desde el punto de vista de las.condiciones exte rní, d. una acrividad inscrita en sus gen ;. Además, antes de la invención de la de palabra uecologfa, por Haeckel, .rr.l ,iglo XIX, la capacidad de los individuos de caso en el (por ejemplo, ,r.r".rp..i. d.lriui, ".orta del espacio exterior se llamaba una como entendido gutron) ufisiología exrerna)) de la especie: el mecio ambiente prolongación externa de su aparato digestivo' gran diferen.i" q,r. e*iste án la especie humana reside en que los humanos disfuten, luchan se organizan explícitamente en relación la explotación las de su terrirorio, de su ndominiá r. oikos, en griego significa udominion, de allí
h]-"ro
i"
lr,
palabras gemelas de ecologíay de economía. La palabra latina equivalente es damus,
i,1 .,\,iil
de donde se derivan las pa-labras ndominio, ,rdomesticarD rambién ndominarr, todos primos de la familia necor. ,Examinemos paso paso las diferencias entre la ecorogía de los castores Ia de los humanos: ésta última, una ecología que es consciente ydominado
raarevez.
De la ecología natural La ecología cienttfica
es la
ciencia de la relación triangular entre los rganizada de esta especie el te es, simultáneamente, el pro_
lo tanto, de la sobrevivencia de
Un clásico problema de la ecologfa natural es el de lacaza:¿cuántos kilómetros cuadrados de terreno son necesarios para que viva una decena de zorros? Más exactamente, ¿cuál debe ser la densidad de conejos en esos kilómetros Para que los zorros puedan reproducirse? Evidentámente, como los zorros comen conejos, el número de conejos disminuirá, a su vez, por el hambre, la población de zorros va disminui¡ esto va provocar er resuigimienro de Ia iobración de de conejos
carga
d,elterritorio.
T:?:,il:
un Punto de equilibri o: la capacidad de
por supuesto'.como los conejos comen, a su vez, raíces, granos esrán en una relació.n de depredador-presa respe-o de los vegetJ.,
hierbas,
.í .o-p.-
tencia con otros animales. Los mismos zorros están amenaz"ao, pí .".nírol, más grandes, así sucesivamente hasta llegar un superdepr.d"do, que no es atacado que sólo reme una cosa: la .r."rJ, d. p..r"r. Esta^ jerarqura compreja (con nnichos ecológicosn bien diferenciador, .r L, cuales una especie no tiene rival, pero existen formas especfficas de competencia entre las especies) forma un . Para cada especie considerada, la capacidad m¿íxima de población que un ecosistema pugde soporrar, es su capacid"d d. n."rgro. Más allá je la capa_ cidad de catga, la población se debilita, sufre enferm.dá.r, entra en ncrisis de escasez)) como nuestros-zorros en el punto más bajo del ciclo de los conejos. una
de las consecuencias de las crisis q,r.
lt,
ltt4
"f..,..,
una especie puede
extremadamente lento, es involuntario para las plantas
los animales2.
por largo tiempo' el lobo' En nuestros campos' el superdepredador Hoy día, en todo .l pl".r.t", ts tl há-bte: animal social polltico' es decir' consciente.
Ia ecología política
natural
esa especie. Este proceso,
ser la
euolación de
consideremos, entonces ahora, las especies socidles. Llamamos social consitoda especie en la cual exisre una división del trabajo, si nos atrevemos fin de ambiente el medio transforma que actividad otrabajoo toda d.r.. "o*o hormilas de caso el Es la especie. de individuos los de ,r....id"des satisfacer g"r, 1", termitas, los castores, etc. Desde ese momento' la especie misma forma individuo, la etología, es decir la relación de i"rt. d.l medioambiente de cada decisiios individuos de una misma especie entre ellos, forma parte, de manera sociología llama se etología la humana, va, de la ecología. En el caso d. fa.sp.ci. antropología. consideren, además, que esta especie es política, es decir que ella no está sino programada genéticamen,. ,Zl¿ para vivir en hordas, tribus, bandas, etc., (polis' en griecité en q,ráa.-ar,Irt. ho.d", esta tribu, esta banda se organiza sus go¡. I-o, individuos de esta especie definen entonces sus comPortamientos está lo que i.iirrid"d., por medio d. ,r." deliberación Juzgan, en conjunto' de bien lo qrr. está mal. Por esta razón, son resPonsables de sus actividades en manera lo, ef.ctos de su actividad sobre el territorio; en consecuencia, de la viviendo que garantizan la posibilidad, de generación en generaciól' d.t seguir esta organizasobre el mismo territorio según los mismos métodos. De hecho, la humanidad, como polltica especie una pero, sus criris, ción encuentra también socio-económica euolución La social. organización Ia puede resolverlas cambiando manera, la 2, kf*-a principal d.e euolución ie la especie hurnana. Dicho de otra específiecología una lugar da .rp..i. h,r-"n",-ú.rica especie socialy folítica, especie esta de ciencia .", ll"-"d" ecología política. La ecología política es la particular que es la especie humana' su Parte humana, la ecologla polítila ¿nL"" ciencia? si así fuera, ecologla .", ,. o.op"rfa de casi todo lo que Aristóieles llamaba el nmundo sublunarn: todo .*irt. .ntr. el fondo d. lo, poro, de petróleo ylaaltaatmósfera, sin olvidar
o*
para un panorama de la ecología natural sus prolongaciones (a veces cucstionables) la ccología Ecologie appliquée, humana, Ia <
de laluna (responsable
s). Lo que veremos ahora
onomistas)).
Tor'
contaminación las riquezas naturales también, René passet, padre de la Ver
País, Passct
écologie-économie Sang de Ia Terre, Jacques Grinevald lvo Rcus); René
Es verdad que la economía dominante se interesa veces en los efectos de la sociedad organizada sobre el territorio; al menos, esas ramas de la econom ía me-
nos consideradas, como son la economía indusuial, la economía regional, la economía rural, la economla del transporte. Pero, sobre todo, son las ciencias dedicadas al manejo* del territorio que ocupan el segundo lugar: la geografía humana, el urbanismo... En el tercer lado -el efecto de retorno del medioambiente sobre los individuos- encontramos, por supuesto, las ciencias ecológicas por excelencia. Primeramente, la agronomla que, en el fondo, estudia Ia capacidad de ucargao de un terreno, su capacidad para alimentar los seres humanos. El padre de la ecología política francesa, René Dumont, fue siempre agrónomo, incluso ingeniero agrónomo su libro profttico LAfique noir est malpa.rtie, merc6 toda la generación del 68 que se convertiría en ecologista. Su problema fue siempre: este es el objeto de muchas ramas de la medicina: la epidemiología, la higiene, la radiologíay todas las
ciencias que nos explican qué es Io que nos hace estar enfermos. eso no es todo. El Hombrea no está solo sobre esta Tierra calentada por el Sol. Todas las ciencias de la naturaleza, la ecología de otras especies, la ecología general, así como la ciencia de [a nvida mineral, del planeta, la geofísica y, en sus bases, las ciencias fi,-rndamentales como la química, la física nuclear, más arriba, la meteorología, la hidrología,la mecánica; rodas pueden, desde uno u orro punto, referirse uno de los vértices de los lados de nuesrro triángulo. ¿Los ecologistas son, entonces, enciclopédicos? Sí, un poco, naturalmente. Pero, desde Pico de la Mirándola el Renacimiento, hemos renunciado conocer todas las ciencias. La ecología es más bien estado de que recoge las flores de las otras ciencias para reunirlas en un ramo que se inserta en nuestro triángulo. Volviendo siempre las preguntas: ¿De qué manera nuesrra organiza-
ción social nos lleva a modificar el medioambiente? Los efectos de esras modificaciones sobre los individuos ¿son favorables
desfavorables?
N.T. El texto dice . pesar de la extrema importancia que la ecología política da a la rclación hombrc- mujer, sería faslidioso echar mano sistcmáticamenlc <
Nada más peligroso que reducir ra ecorogra un soro aspecto der triánguro (en general' aI segundo, al efecto de nuestra actividad ,obr. .i medioambieite). Nada es más peligroso que la reducción de ra ecologra una de sus ciencias nauxiliareso, como la geoffsica. ¡cuántas veces hemo, Ijdo que los especialistas de la dupla océano-atmósfera volcanismo-atmósfera, creen h"..r..olágía sin siquiera reflexionar sobre el impacto de éstas sobre el mundo vivo!
De Ia ecologla política al desarrollo sustentable Tal vez ustedes dirán que Ia ecorogía porítica es más bien la ecorogía de aquéllos que transforman la ecologfa polr,i.". De hecho, casi Io mismo. Hace
Ia política, la política se ocupará de tio. mos, en tanto ecologistas, de política, la aú de nosotros,) Si la política urbanlsti_
agrfcola, la polftica del
tas po lti cas
ro duci
rán rectos erve rso s,
imponer un dtsanollo sustenmbh' Inversamente, la reflexión sobre la política sugiere que uno de los desaffos el problema del desarrollo sustentable. Lo vereposibles toria, la escritura, el Estado comienzan cuando mos un ticap la naturaleza, transformarla en dominio, los hum un camPo: con la revolución neolítica, con las como rebaño, un cuidarla como
la
:[:.:ü::]i:,?'.? T"'"n'J;
insustentable, su continuidad. estas pollticas insusteitables.r-p.r;;.;;;-i; sobrevivencia de la especie; en todo .rn" sobrevivencia ucivilizadar. Ya lo hemos dicho: la ecologra polftica se ocupa der sentido. por ro tanto es,
."*,
por definición, un juicio: o[Jn determin¡ do result"áo d. nuestras prácticas, ¿está embarg evidente .st. tipo d. pr.g,rrt"r. los actos las situaciones que no son ducto, siempre provisorio, de un puntos iones, divergen sólo pueden se¡ en el s, (regu antenidos en una unidad más menos te política. La forma más ecologisa de cual permite abrir el abanico de puntos solución provisoriai. La ecologfa como juego en este debate: nA ustedes les toca enuos, la ciencia investiga sólo aquello que los pode_ Peso
nvaloración del dominioo, le mandan irrrr.rtig".. La curiosidad, Ia auronomla de los investigado..Jo,
Ver el libro de Denis Duclos, Nalure e, démocratie des passions,. pur,, parís, 1996.
la naturaleza: Hay muchas ma¡avillas en este mundo Pero ninguna tan grande como el hombre. Él es el ser que atormenta Ia diosa Tierra, LaTierraeterna infatigable, con sus arados que Año tras aío la surcan sin resPiro. Palabras, pensamientos vivos como el viento,
Aspiraciones de las que nacen las ciudades, Todo esto lo ha aprendido por sl mismo. Sólo la muerte es incapaz de cvitar' Pero con su saber ingenioso que va m:ís allá de toda esperanza Podrá toma¡ luego la ruta del mal como la del bien. N.T. Sumer es la primera civilización quc se conoce. cs una de las grandes instituciones de formación de ingenieros en Francia.
su Teorza de la justicia. El problema principal no sería saber si existen desigualdades: ciertas desigualdades son aceptables con la condición de que permitan mejorar la situación de los más desfavorecidos. Dicho de otra manera, lo que cuenta para comparar dos situaciones es comparar el nivel de los que se benefician menos. Esta definición ha ganadó la unanimidad en la ONu porque, por cierro, hasta los más ricos podían considerarla aceptable. Ésta es, entonces, la definición oficial de desarrollo sustentable, tal como ha
sido incorporada en los textos de los derechos humanos en las grandes conferen-
cias internacionales que han pautado el último decenio del segundo milenio después de Jesucristo: Río, Copenhague, Viena, El Cairo, Beijing... Como acabamos de ver, esta definición es un compromiso mínimo, extremadamente formalista y abs-
tracto representa un paso hacia atrás en relación con la densidad de lo que los pioneros de los años setenta llamaban eco-desarrollo.
mente mi posición. euien ha sostenido
;; .:,j;;r;.:ig;:rT [Tií:: en Ia parabra . En francés, se habla ¿" rn ¡molnr;r;;;;;:;_
-:oTerel'9id1s siruación insostcnible,
*."_
ue para las tesis. En una confusa los habitantes de euébec, la
nueva las palabras anl.iguas:
gnificaba arrojar la papelera
nuevas dando una acepción .
La idea original del eco-desarrollo partía de la constatación de que el modelo de desarrollo aplicado en los países dominanres después de la guerra consumía demasiadas materias primas producía demasiados desechos. La primera gran conferencia de Ia Naciones Unidas sobre el medio ambienre, en 1972, en Estocolmo, encomiaba un eco-desarrollo en el cual las comunidades locales debían estar vigilantes para no cometer estos dos errores. El término eco-desarrollo implicaba, entonces, una posición muy crítica al dinamismo del liberalismo económico. Pero esta primera conferencia no pretendía en absoluto establecer obligaciones. Después vino la segunda gran conferencia, la de Río, en 1992, precedida durante largo tiempo por una serie de reuniones preparatorias. Esta vez se trataba de tomar decisiones firmes. Una de las instancias preparatorias fue la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, precedida por la señora Brundtland, Primer Ministro (socialdemócrata) de NoruegaT. Esta comisión se vio limitada causa de la oposición rechazó Estados Unidos, hablar de eco-desarrollo. Se podía decir que era necesario satisfacer las necesidades de la generación presente, sin comprometer las de la generación futura, de llamar a esta exigencia
cl Desarrollo Notre avenir
tous,
del neco-desarrollor, para una admini te Bush proclamaba en Río:
de estas relaciones sociales son contradictorias: los intereses de unos no son los intereses de los otros. Y, aun si consideramos que todos los grupos humanos están
toman en consideración. idos
porque, en nuestra especie social política,
nes entre los sexos, iir,
Ift ¡,
t<íí:
relaciono.nr.á
lr".l"r.,
de Malasia pudieron, en la con-
interesados en entenderse, como el horizonte de la vida individual es limitado, un individuo puede concluir una vez más: nDespuá de ml, el diluvior. Las relaciones sociales modelan la manera en que la humanidad organiza su actividad, determinan el cómo la especie organizada de una cierta manera, se apropia de su medio ambiente (este último, producto de un trabajo pasado). Estas relaciones sociales, por Io tanto, informan estructuralmente la ecología humana, la que puede caracterizarse, en definitiva, como el rastro material d¿ lzs rekciones social¿s (que, por otro lado, es más o menos la definición de Ia geografía humana). Las crisis ecológicas de una época son, en consecuencia, crisis de las relaciones sociales de esa época. Esto lo desa¡rollaremos en el capítulo 3. Pero, por el momento, me es necesario responder una objeción que ponen numerosos lectores ecologistas sinceros: o¡De todas maneras usted exagera! ¡La buena ecología no es sólo lo que es bue no para la humanidad, aun conside rando las generaciones futuras! La naturaleza, el esplendor del vuelo del :íguila, el salto suntuoso de la ballena, la armonla de los paisajes. . todo esto, ¿no merece el interés de los ecologistas? ¡Su ecología es completarnente antropocéntrica, no es más que una ecología sociallr. Si, es verdad, he exagerado. Y tranquilizo al lector inmediatamente: no considero a los enamorados de la fauna de los paisajes silvestres como tontos nazis en potencia. Incluso, no creo que se pueda fundar Ia ecologfa como política solamente sobre oel interés bien entendido de toda la humanidadn ni solamente por el debate democrático. Yo creo, para decir las cosas claramente, que no existe toma de posición ecologista sin un núcleo de oecología profundau. Aquélla que funda su prudencia sobre un sentimiento implfcito de respeto por la naturaleza, ésta,la que está delante de nosotros, estaTierra que nos ha precedido, esta inmensa trarna de la vida en la cud no somos sino hijos entre muchos otros; es Io que examinaremos en el capltulo 28.
Este libro no tiene ninguna prcLensión errciclopédica, cl lcctor que descc lcner acccso un panorama del pensamiento ecologislra se dirigirá dos fuentcs francófonas : Frank De Roose et Philippe Van Parijs, Iz Pensée écologiste, Dc Boeck Univcrsidad de Brusclas, 991, (más franco-franccsa): Jean Jacob, Les Sources de l'ecologie politique, Arléa-Corlct (difusion Seull), Condé-sur-
Noircau, 1995.
.t
más que una resPuesta al desaflo de una naturaleza mal dominada, la ecología polftica contemporánea se hace madura aI luchar contra la saturación del productivismo de la tecnocracia; tira su savia de una voluntad de vivir en conjunto, en a¡monía en
la ncité,
con la naturaleza. No siempre fue así. La ecología política tiene una historia, desde los tiempos prehistóricos, porque la humanidad misma riene una historia. Es importante conocerla aunque sea grandes rasgos. Porque la comprensión del pasado es la guía más segura para afrontar un futuro desconocido, sobre todo porque, en nuestro mundo desgarrado por el desarrollo desigual, los problemas del pasado perduran resurgen, mezclándose con crisis npostmodernasr.
.l
Pnnn
CepÍruro
r.JNA HrsroRrA DE LAs cRrsrs
Ecor,ócrcAs
Si es cierto que la relación entre los humanos su territorio pasa por la mediación de sus formas de organización social (el usegundo vérticeo de nuestro triángulo), la historia de las crisis ecológicas enfrentadas por la humanidad va depender, entonces, de la historia de las sociedades. Será su huella, pero también su moror. Es para evitar para supemr las crisis ecológicas (que hasta el siglo que se termina eran hambrunas) que los humanos inventa¡on el oprogresoo. El drama del siglo )O( es que el progreso aparece desde ese momento como una arnenaza. Auschwi¿ Hiroshima, Chernobyl el agujero en Ia capa de ozono, la crisis de Ia vaca loca que anuncia las catástrofes predecibles por los organismos genéticamente modificados, nos revelan lo siguiente: aunque nellao, la oma¡avilla del universor, haya sabido dominar los problemas, no sabe escoger en absoluto entre la ruta del Bien la del Mal. la muerte se egezepaen el fondo del progreso. Aprender domesticar el propio progreso implica conocerlo bien conocer bien sus peligros. Para ello, es necesario salir del optimismo beato de los tecnócratas como también del catastrofismo antitecnicista. Hay que hacerse una idea general, al menos, de las dos versiones del oprogreso)): como solución a las crisis como factor de crisis ecológicas. Por esto, vamos hacer aqul un bosquejo de la ohistoria ecológica, de la humanidad para medir cuántas de las malas relaciones entre el hombre su medio ambiente se derivan, frecuentemente cada vez más, de las malas relaciones entre los hombres mismos (y las mujeres).
De las crisis de escasez
^las
crisis socio-ecológicas
Partamos de la sociedad ante rior a Ia revolución neolítica. La uneolitización, por el cual, desde hace doce mil años, los humanos han aprendido
es el proceso
cultivar las plantas, criar animales, escribir construir ciudades. La sociedades paleolíticas son ya sociedades, pero sociedades que cazar. recolectan. Dicho de
:'l:i#il,"j;:?:'",.::i:;;::,;::':."il:Tffi :;::,.,ffi.,:i:i ;:i::lff mbiente naturar .a^o
r. orar, ,, se arejan demasia_ ^brigarse. do de Ia situación d. ro, zo.rás en relación ros conejos. s"'*.r"gr" obedece a las ismas leyes ndep¡sdador-presa),: es una ":or:g.h q". a.p""ae de Ia ncapacidad de cargan del territorio ,onrid.."do, ., J..ir, dJ" c"ntidad d. r..., humanos que uede alimentar ese territorio, por medio de ras técnic;;;;y de Ia recorección de lo dado. si toman demasiad'o, ra capacidad d.. .".g;d.r ,I.i,o.io disminuye starán obligados qué comer
emigrar
por
-o.i. d. h"mb.. il;;;.'.namiento de las de rga humana posibre en un po no au-
écnicas d,e caza permite aproximarse ar m¿íximo erritorio dado, con el riesgo.de sobrepasarla, enta simultáneamente, en el mismo territorio, necesidad del nomadis-o p"r".rro,
aquí la
O".Uf"r, una Io, .".ís-io, der medio ambiente, ya sea dt:r:;
plazamientos de pobraciór, eriven de lentas fluctuaciones crimáticas (como ro, esulten de la misma presión humana. El ejemplo de ras sociedades paleorfticas
.i.l;;;;
l.rhi.lo),
ya sea que
muestra
de una manera muy simpre tipo de crisis ecológica q,r. .orr.rpond. un" cierta organi zaciónsocial. l-a emi_ ración, en busca de otros territorios, es ra única sorución.-co_"-ar¿" organización umana estructurada en reracione, ,o.id.r, esta ecorogía porftica muy especial se egula por crisis. La crisis es una situación en Ia cuar J; ñil continua¡ como ntes aunque no se
d.Gr"ms.i'
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regula see por pequeñas crist sabemos aproximadamente en qué consistirá lo nuevc circunstancias basta con emigrar), sea.por grandcs crisis:,:t:'u]o.:|o.j',*"il,:,t: Las grandes ..iri, ,on 1", d.r,"rt"do.r" f..r" a_Uién las más :_":l_::h"d. nteresantes puesto que no se resuelven '''á, sino por una inuención. Las crisis paleolíticas son crisis de escasez- Siempre es posibre emigrar, pero ara enconrrar siempre rerritorios de capacidad
limiraáa. r"
irr*.i¿n,
histórica -y Ia invención de Ia Historia_ ., ,ed.ntarirarse en un territorio, para mejorar
su apacidad de carga. Es, sin duda, como resurtado de una ,..¡.1. crisis cada vez ás graves que sucedió el paso ar neorítico. curtiuarras plantas, criar animaJes omésticos son las do, ubÁ dd neolrti.o. un" rr..d.dera revorución interectuar: pasar de la idea de que basta uextraer del medio de que hay que mejorar el medio ambienren, de ";,ü manera que "_bl.nt.,, en er futuro sea más productivo. lí1, lÉ'r.
Mejorar la calidad de los animales para que produzcan más leche críen los pequeños en el medio de la manada. Mejorar las plantas para que scan más productivas; así, será la capacidad de carga del mismo territorio que se encuentra fortalecida gracias una primera artifcialiución d¿l medio ambiente natural. Además, esta revolución refuerza la capacidad de las sociedades humanas diferenciarse, y permite el advenimiento de la cité,la aparición de grupos en las comunidades humanas en los cuales la gente se dcdica actividades diferentes no sólo al cultivo de la tierra: contar, mandar, hacer sacrificios, etc. Esta diferenciación social es distinta la diferenciación paleolírica (en la cual eljefe era aquél que se revelaba el mejor enlacaza)l3. Algunas clases sociales, liberadas de la actividad productiva, pueden, en adelante, vivir del producto del trabajo de otros cambio de servicios, menudo reales. El Estado aparece porque da servicios la sociedad: repartir el agua, establecer los catastros... Pero este (servicioo confiere esas clases un derecho, a menudo abusivo sobre el producto de la conrunidad. Desde ese momento, se desarrolla un segundo tipo dz problemas ecohgicos, que no depende solamente de la capacidad de carga de un territorio la que puede haber aumentado gracias a huevas técnicas), sino que se deriva dc la contribución creciente cobrada, costa de la capacidad del territorio, por gente que no produce. las crisis ecológicas de escasez (resultados de la confrontación entre demografíay capacidad de carga del territorio) se superponen las crisis que resulcan de una mala relación en la distribución social de las riquezas producidas. las crisis de Las crisis ecológicas pasan ser entonces más complejas. se prolongan actualmente, por ejemplo, en ciertas parescasez, que continúan tes de Africa ), se supe rponen de manera inseparable, las crisis sociales. Asf, algunos historiadores han imaginado una explicación ecológica sobre el surgimiento desaparición de las ciudades mayas en e[ bosque meso-americatro. En el centro, una Cité, regida por sacerdotes, organiza Ia explotación de un amplio terreno que ha sido desbrozado por los campesinos. El excedente agrícola permite financiar la construcción de templos pirámides: la cité )) crece se embellece. Pero los campesinos deben limpiar un círculo cadavez mayor de terreno para alimentar la No discutircmos aquí la evolución de la rclación hombrcs rrrujcres. La idca dc un , fundado sobre el poder de reproducción, que habría prcccdido cl patriarcado (cl cual sin duda sc rclucrza cn cl ncolítico tardío triunla en la cités) cs cfiticada. Lo scguro es quc palir dc la edad dcl Broncc las mujcrcs son relcgadas, hasta los ticmpos actualcs, on cl papcl dc sirvientas .domósticas> la casa cn el scnlido eslriclo), micntras quc I'aikos y la ciudad (o cité) como tal pasan poder exclusivo de los hombrcs.
(citó). Hasta el día en que la <-cité dependiendo de Ia capacidad de carga de un terreno con fronreras demasiado lejanas, se destruye po. "got"-iento de Ia tierra. otra cité se forma pod.mo, ...o.ro"... más aquí una forma der ciclo de Loptka-voltera (los zorros los conejos ...), pero donde la cásta de ros sacerdotes juega el paper de depredador demasiado uor^r. Esra vez, la crisis de escasez deriva tanto de las relaciones sociales como de la insuficiente fertilidad del
suelo.
trpica aún
es la ngran
fluctuación bisecula¡,, que se produce
arrededor de Y^ dos siglos, en Europa. ,. durante lJ4ó, Esta crisis.rt"fli.on r" il.g.d" de la Gran Peste, precisamente,cuando Europa había llegado la totalaturación de su capaci_ dad de carga, considerando ras técnicas disponibles, t.rri..rdo en cuenra Ia "gr"rá apropiación del producto por pa¡re de lo, que no irabajan; á, .rr. caso los señores
que emplean su tiempo. en hacer guerra. Esta-Gran peste gorpea
muy debiliado por los límites ffsicos de sus nfinageso
esrar
qe los Pueblos) por En algunos años, Europa siglos para volver al nivel de
socio-demográfica.
consid
caso el feudalismo, co-n sus renras en especie
un campesinado
Grp;.i;;tivados
alrededor
;tos de parte de los Señores. oblación; se necesita¡án dos crlsis económico-ecológicanes de producción (en este
en trabajo), hs
conocidas
d.e la época (el arado primitivo, er curdrro de rozay quema, Ios pastos comunes), ra
capacidad de carga de los campos de curtivo europeos se había *b..p"r"do, de manera ral que la población humana, exrremadam** ¿.uili,"J", a.r"p"..ció por Ia agresión de otra especie (el microbio de Ia peste). Morir es, además, una forma atroz de reacción la crisis: la población disminuyó hasra er p,r.rro a.l,r. Ia peste ya no tuvo por donde difundirse Ia capacidad de carga de la tierra .u-p"" vorvió ser ampliamente suficiente, abriendo las puerras aI {enacimiento. Esa gran crisis modificó profundamenre las técnicas de producción ras relaciones sociales. El arad icultivo-ganado (los
chos del ganado sirven
tomaron
de
i" fo.m" de un
,,
dese-
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manera, una nrevolución actividad sirve para mejorar er medio ambiente, r" dio ambiente se hace más osustenrabler. pero el desarrollo de estas técnicas supone que los campesinos esrén convencidos de que er trabajo d. -";o."-iento que suministran lo recuperarán de otra forma: en una mayor cantidad de productos que podrán consumir vender. Esto implica limitar I" ...,t" de los señores. De
r.r".i¿rl.PnltJjffi::tfi::
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hecho, la revolución del Renacimiento implica el paso de la renta en especies o en trabajo a la renta en dinero, el paso del sistema de aparcería al de arriendo en dinero. Este fenómeno da inicio al progreso continuo hasta el siglo XIX: la , quienes poseen los medios para mejora¡ la tierra, quienes van limita¡ los bienes comunales en beneficio de ellos mismos. Los demás podrán trabajar las tierras de los campesinos ricos. Asl se formará el nproletariado agrlcolao. Pero, mientras más se desa¡rolla la productividad del trabajo, menos necesidad de obreros agrícolas tienen los campesinos ricos. Vemos, entonces, que se desa¡rolla (en el siglo )(\AII en Franciay antes en Inglaterra) no solamente un proletariado rural sino también un proleuriado urbano. Comerciantes artesanos comienzan emplear estos proletarios que no tienen nada más que vender que sus brazos: no tienen tierras, ni oficios de tejedores est:ín disponibles. l¿ manera en la cual fue resuelta la gran fluctuación bisecular, esta gran crisis ecológica, abrió un nuevo destino para Europa, el industrias textiles dela reuolución capitalista en la agricultura, luego en la industria de la construcción, en un primer momento). El capitalismo se construye a través de relaciones sociales complicadas. Los empresarios tienen el dinero, gracias al cual pueden emplear los proletarios. De esta manera, cambian dinero por trabajo se encargan además de Ia venta del producto. El empresario asegura la mediación entre el productor los clientes. fuume el riesgo de vender de no vender, pero exige en contrapartida el derecho de fijar el salario de organizar el trabajo. El capitalismo es susceptible, desde este momento, el feudalismo. El feudalismo, una evolución más rápida más espectacular como lo acabamos de ver, atraviesa diferentes etapas: el trabajo destajo (corvée), la prestación de trabajo obligado, la renta en especie, la renta en dinero. Pero, en dos
desarrollo, mucho más numerosos
Cada año se necesitará rnenos trabajo
El invento de la máquin"
inmenso movimiento
rr"po, yio d. ....i-i.nto
Francia, la última provocará la revoluci aún más artificiales: es el afán de lucro nla tierra alimenta sus hombresu Jncl los conquistadores para ir socavar isis ecológicas aparecen totalmente subor_
en tanto que organización racional de de una emancipación definitiva de la
conomistas llaman economi.sras ll"-o. -l^,.,i^z^^^. t-, (en honor del teórico
''
Arthur Lewis);
:J.::fciónconelconccplodecmodelodedesarrollo>vermislibros,porejemplo,
es
decir, una
choisirl,audace,
oferta de brazos que parece infinita, el salario, contra el cual se compra la fuerza de trabajo, puede ser irrisorio. El primer tipo de crisis ecológica que encuentra la especie humana regida por el capitalismo primirivo, se deriva simplemente del hecho de que el salario no permite, a Ia mayorla de los asalariados, reproducirse correctamente. Empero, los primeros en denunciar el capitalismo no son ni siquiera los obreros (que no pueden hacerlo) sino, al menos en Inglaterra, los sargentos que reclutan. Desde comienzos del siglo XIX estos señalan que, en tal cual cantón, la presión de las empresas sobre el mercado de trabajo (para retomar la imagen de la carga de los depredadores sobre el territorio de las presas) es tal que, a los diecisiete o dieciocho años, los muchachos son incapaces de llevar las armas. ¡El capitalismo compromete, entonces, la posibilidad de reclutar un ejército inglés eficazl Y, para los que sobreviven, el matrimonio pasa a ser imposible. Muy pronto, en la primera mitad del siglo XlX, los sargentos que reclutan se añaden los médicos que reclaman terminar con la sobrexplotación, en especial de los niños en las minas de carbón y por la reconstitución de los lazos familiaresrs. En cierta forma, estos médicos, filántropos nhigienistasu, apoyados por los primeros militantes del movimiento obrero, son los ecologistas de k primera reuolución industrial. Buscan defender el cuerpo humano contra las máquinas contra el capitd. AI interior de las fiíbricas se lucha contra la insalubridad que destruye los cuerpos, asfixia los pulmones, martiriza los niños. fuera de la fábrica, contra la insalubridad de cuchitriles conventillos, asolados por las enfermedades infecciosas, las que amenazan incluso los barrios burgueses... He aquf un aspecto muy interesante que reencuentro hoy día en los palses (emergentesn del tercer mundo: menudo cuando me presentan como necologistan, al alcalde de una ciudad de México, de Perú, o de Brasil, que es médico cuyo consejo municipal está compuesto principalmente de sindicalistas, su combate es siempre el mismo: contra el trabajo de los niños, contra Ia insalubridad de los barrios marginales. l-a rclación hombrc-mujcr scrá a lo largo de la historia humana > las ol¡as formas dc producción. Así, el capitalismo utiliz¿ el estado subordinado dc la mujer tanlo para cstabilizar los salarios, como para obl.ener un asalariado cspccialnrente flexible: es la sucfc dc las la hcmína de Los Miserables cn la revolución industrial, como las <, hipcrflcxiblcs, obligadas conlratos ticmpo parcial anualizados cn cl comcrcio en la gran distribución (vcr It Societé en sablier). Eslc caráctcr sexuado dc todas las formas de organización humanas, veccs cxplícito (como en las tres primeras rcpúblicas francesas que excluycn las mujcres dc los derechos políticos) vcccs implícito disimulado justamcntc por un ounivenalismo abstracto>. Por esto los movimientos Verdes europcos han plantcado, desdc los años 80, la cxigcncia dc la equidad dc gónero.
De tal manera que, cuando el capitalismo pasa ser la organización dominante de la actividad, se ve expuesto una crisis muy específica: el capitalismo se ha olvidado de emitir reglas que obliguen al empresario pagar a sus asalariados, al menos lo suficiente para permitirles reproducirse él ella junto a su familia. El liberalismo económico, es decir, la libertad de comercio de la fue¡za de trabajo como mercancía, ha engendrado su propia forma de crisis ecológica engendra también su propia forma de crisis económica: la sobreproducción. Mientras mayor es la explotación de los trabajadores, más beneficios se obtienen más se invierte, en consecuencia más se produce... Hasta que la producción excedE Ia demanda efectiva eperece la crisis. El mercado, cuando ha llegado a ser una fuerza ciega, arrastra en la crisis, según palabras del antropólogo Karl Polanyi: na la tierra, el trabajo incluso la máquinan. Frente esras crisis, la sociedad inventa nuevamente bajo la presión de higienistas y sindicalistas, se comienza limirar el trabajo de los niños, de manera que los empresarios estén obligados pagar correc.tamente los padres hasta que Ios niños hayan terminado su desarrollo. Es el combate de los capitdistas
Las crisis ecológicas de nuestro tiempo
-una que por
jo (el taylorismo) definida por ingenieros
la producción en masa .cxactetizada la productividad aparente del trabajo;
-una distribución de esas ganancias de productividad
los trabajadores,
,rrri prod,r.ción masiva, para sostcner así la demanda
acordánd.oles el acceso efectiva gerantizar el ple no empleo;
legislaciones sociales, con un -una densa red de convenciones colectivas de
tado-benefactor, Para un consumo también Estado estaba legitima que tomaba en cuenta la
Karl Polyani kt crunde Transformalktn Traducción franccsa: callirnard, Pa¡ís, 1985.
poder de compra. Esta fundament l.r'd.l .rpi
esolver uno de los problemas
9ue de aguf en adelante la
producción capitalista r, Sin embargo, el
asalariados mismos. os años setenta, como conse_
1,.:'::'r':i';ffi Í,i:l:';'-
Ll
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no ar riberalismo, una cierra condnuidad
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domesticadou de la posrguerra on la nmovirizaciónde ros recurso, cuentan u-*noru para vorver productividad el trabajo del capital. Esu ^l^norra diverg.;;;;,. encuenrra también tamDlen en un compromiso ás menos firerte frenr", r^" -,,:,,:^-:_;!¡¡LusrtLra
o,.o'":il ::;iij.H?T;:lHu*.r-;
::,o primeramenre, risis ecológicas' t" ue, incrementa ros riesgos d. ".rñ.i"ri¿"d dirfu;;n d. .rr. --,r;;;;o ..tifi.iar (averías, ccidentes). Con la revo--lución inÁ._¿.i.", el o.ib.rmu;l;;;.."ra ía que el renguaje de. ra biorogl" tal autono_ ., ;;;; ,1. ..rri, ecorógicas o"; irtuales: *bug (bicho) del ",'i*¿" año zoOOr,,.il.u, info._áticoo... y, sobre rodo, embotellamienros de los
".d.;;;iTilTi'ff:::
la oprotección del medio d. listas' es nuevo. comienzos der capitalismo indusuial, ro hemos visto, ros igienistas ros sindicarirr* i¡""r}. óesde er mom ento quese obtienen r^s dema'd^s-inir",
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lp.ohibición der rabajo infantir, erradica_
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os que luchan por un mejor trabajo, entre los que pí.."rio, entre los
os que quieren un trabajo menos
que reivindican el oempleo cualquier precio, los que rechazan una fábrica contaminante. Esta divergencia es significativa, porque permite, de manera contraria las luchas comunes de los higienistas sindicalistas, distinguir los dos aspectos de la nsustentabilidado. Se comienza de verdad tomar concicncia de que una sociedad que satisface inmediatamente las necesidades esenciales (entonces, nsustentable, en el primer sentido de la palabra) puede ser peligrosa, porque envenena las capas freáticas, porque vuelve inmanejable el crecimiento urbano, porque puede tornar imposible la vida de preciosas especies en el Iapso de algunas generaciones, porque pone en riesgo el destino de los seres humanos miles de kilómetros de distancia. Esrzs crisis ecohgicas d¿ sobrcconsumo tienen primeramente efectos locales (los embotellamientos, la contaminación del aire, el ruido, la destrucción de los paisajes rurales, etc.) contra los cuales Ia ecologfa política, como movimiento social, se moviliza desde los años sesenta. Luego, en los años ochenta, se toma concicncia de las crisis oglobaleso lluvias ácidas, de Ia capa de ozono, consecuencias del efecto invernadero. En estas crisis globales los uresponsablesu de un desarrollo insustentable pueden vivir en una sociedad (en Europa, en Estados Unidos al final del siglo )OQ mientras las nvíctimaso viven en otra (Bangladesh mediados del siglo )Cfl). Volveremos sobre esta distinción fundamental. Esta toma de conciencia relativiza los éxitos mismos de la ueconomía social prometida en la Europa de postguerra por la democracia cristiana por la social democracia. Este modelo de desarrollo, variante europea del fordismo, era un nbueno compromiso capital-trabajo, pesar de todas las críticas culturales que se le podfan hacer cuando estaba en su apogeo. Se pensaba que sólo podla ser umejoradar. Nos damos cuenta hoy día que esto era insostenible. Por ejemplo, la desrucción de la capa de ozono que tiene lugar ho¡ cuando después de muchos años está prohibido emitir gases de clorofluorocarbonos en la atmósfera: esas Iéculas cloradas de gas han sido emitidas mayoritariamenre en el hemisferio Norte hace veinte años En cuanto al principal gas que produce el efecto de invernadero, el gas carbónico, emitido desde Ia revolución industrial, está aún allí. El gas emitido entre 1945 7975 estaráen la atmósfera hasta el año 2100. Por lo tanto, lo que cuenta no es el flujo sino el stock de gas carbónico en la atmósfera. Duplicar la cantidad de gas carbónico provocará el aumento de dos grados medio de la temperatura media del planeta, una subida del nivel del mar de cincuenta centímetros según las estimaciones medias. Al ritmo actual, esos cambios harán la vida
imposible en Bangladesh en el aíto2o5o. Sabiendo que Bangladesh tendrá entonmillones de habitantes, podemos imaginarnos la magnitud de una evacuación de los Bengalís hacia la India. Sin siquiera hacer mención de lo que sería la evacuación de los egipcios de los magrebíes hacia Europa, luego de la inundación del delta del Nilo, Ia desaparición de la franja de tierra agrlcola norafricanarT. Volveremos más ampliamente sobre este tema al final de este libro. Estos son los problemas ecológicos causados por las nconquistas,, sociales económicas, de los años cincuenta-setenta. Actualmente, el compromiso de estos años está en crisis en el mundo entero, elites buscan volver los asalariados Ia situación que tenían en los años treinta, incluso la situación del siglo XIX. Es lo que llamamos la nsociedad del reloj de arenao donde, poco poco, los ces doscientos
asalariados vuelven la precariedad, la cesantla, la exclusión. partir de este momento, todos los tipos de crisis ecológicas que se han sucedido desde el comienzo del capitalismo se han reactivado: se acumulan las crisis ecológicas globales (se continúa produciendo cadavezmás, gases de efecto invernadero), las crisis ecológicas locales de sobreconsumo (porque las capas sociales superiores, tanto en Brasil como en Europa, consumen cadavezmás), los accidentes del trabajo de comienzos del siglo )C(, aun las crisis del capitalismo primitivo. Vemos reaparecer el hambre (en Inglaterra, la esperanza de vida del tercio más precario de la población comienza disminuir), vemos reaparecer las enfermedades ligadas la insalubridad (como en París, el saturnismo)... ¿vamos, entonces, hacia una nueva convergencia de la ecología polltica de los movimientos de defensa del asalariado y, en términos más generales, de los
pobres? Es muy probable. LIn espacio se abre para reunifcación d¿ las dos ramas d¿ la ecologla política, que divergieron en el curso del siglo )c(, el osocialismo, la
defensa del medio ambiente. Sabemos ahora que la ecología no puede ser sino social y que la cuestión social no puede resolverse sino respetando las exigencias de la ecología. Pero es necesario pensar aún mucho más sobre esta división que se produjo entre el movimiento obrero el movimiento ecologista, desde que el 11
Nunca, en la historia de la ecología humana, han cesado ni cesanín las migraciones, como forma de adaptación las crisis ecológicas. Estas migracioncs pasan ser cada vez más difícilcs, porque precisamcnlc aparccen como conflictos sobrc la que disminuye que son ellas también . Porque parte dcl principio de solidaridad, la ecología política rcspondc csc tipo de crisis, por un lado, proponiendo un ordcn económico mundial que pcrmita cada uno
primero, durante el siglo )O(, obtuvo un mínimo de leyes que permitieron los asalariados vivir incluso aprovechar el progreso. En ese momento se hizo rígida una cierta concepción del nprogresismo>, representada por el comunismo Ia socialdemocracia que se independizó delaecología política. Esta ruptura tomará tiempo en cicatrizar. Lo hemos visto recientemente, en el momento de la confrontación entre ecologistas sindicalistas en torno al supergenerador nuclear Superphénix, de la central de ratamiento de los desechos nucleares de La Hague. Aprender de nuevo ndomesticar el progreson, no sólo del lado del asalariado, sino también del lado del proceso de producción mismo (¿Cómo se trabaja? ¿Qué es lo que se fabrica? ¿Tiene sentido todo esto?) exigirá una renovación cultu¡al del sindicalismo. Sólo será posible si los ecologistas se liberan de la imagen de udefensores de los animales olvido de los humanosn que han adherido a su piel. si logran que se comprenda que la sociedad que maltrata los animales, termina por admitir que los humanos sean tratados como bestias...
Domesticar el progreso, en un mundo ampliamente regido por el liberalismo, no será simple. Será necesario retomar las antiguas luchas, para imponer
nuevamente al mercado una regulación social; acompañada, esta vez, de una regulación ambiental mucho más estricta. Con la dificultad suplementaria de que el mundo económico las crisis ecológicas son serán de aquí adelante globales. esta doble finalidad se consagrarán los próximos capímlos.
