Los Amantes de abril
Manuel Matos Moquete
Los Amantes de Abril
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A mis hermanos Fellito y Ciro, quienes como Efrain fueron sepultados por la guerra. A mi madre Rita, quien como margot a su amante, aun espera encontrar a sus hijos desapercidos.
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En aquellos dias, de todos, modos, al fin volvia siempre la primavera, pero era aterrador que por poco nos faltara.
Ernest Hemingway Paris es una fiesta
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La Primavera de los Amantes
El mayordomo avanza por el caminito empendrado, que serpenteaba los sembrados. A su espalda, escucho susurros en el pabellon abandonado de la inmensa vivienda.Vio ahuyentarse, a toda velocidad, al sobrino de la senaora en panos menores. Etrain corria entre los narranjos oridos sujetandose los calzoncillos, que no logro abrocharse, sorprendido por los pasos del empleando de la quinta. En el apartado pabellon, la joven enermera se arreglaba los cabellos revueltos y se ajustaba el vestido, puesto apresuradamente y con descuido.El mayordomo fngio noo haberse enterado del lance amoroso entre Margot y Erain. Cuando vio a la enermera la saludo como habitualmente del clima y del tiempo. -Que bello dia! Como le amanecio, senorita? durmiendo? Ah!, que lindo dia. Lleguese por la cocina, que mi mujer ya tiene cae colado.Y tendiendole un ramillete de margaritas, se le aprosimo y la miro con atencion. -Lleveselo a la senora. Que vea como e sta el jardin, de orecido. Ella, con sus propias manos de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que con gallardia tenia el ambiente campestre. El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos im5
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hizo los canteros y planto los tallos. la senora habia despertado en la quitan, conmovida por el verdor de la primavera, la cual se abrio a sus ojos al empejuar de par en par la ventana de sus aposento. Desde que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que con gallardia tenia el ambiente campestre. La enermera no pudo esconderse la contrariedad ante la mirada del mayordomo. Temblorosamente tomo las ores y , abandonando el disimulo, le suplico. -Prometame que la senora no sabra nada... El mayordomo hizo como si no le diera importancia a lo sucedido entre ella y el joven, La miro con mayor fjacion, le retrato el cuerpo deun extenso vistazo, le sonrio vistazo, le sonrio con picardia y en tono de desenadado, le dijo. -Ustedes son jovenes. Los viejos no tenemos que meternos en esos asuntos. si yo uera joven, no digo que , no digo que no me metiera con usted. El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos importantes comos i los patronos estuvieran al rente de la propiedad. Pasaba Horas en el jardin viendo crecer las verduras, recogiendo las reutas. La hortaliza y las rutas abundaban en la temporada. En los incontables cuartos de la villa campestre crecia los amores de erain y margot. Se acariciaban y sonaban bajo los arrullos del errocarrul cargado de arrozy pasajeros, cuyos rieles. El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos importantes comos i los patronos estuvieran al rente de la propiedad. Pasaba Horas en el jardin viendo crecer las verduras, recogien6
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hizo los canteros y planto los tallos. la senora habia despertado en la quitan, conmovida por el verdor de la primavera, la cual se abrio a sus ojos al empejuar de par en par la ventana de sus aposento. Desde que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que con gallardia tenia el ambiente campestre.La enermera no pudo esconderse la contrariedad ante la mirada del mayordomo. Temblorosamente tomo las ores y , abandonando el disimulo, le suplico. -Prometame que la senora no sabra nada... El mayordomo hizo como si no le diera importancia a lo sucedido entre ella y el joven, La miro con mayor fjacion, le retrato el cuerpo deun extenso vistazo, le sonrio vistazo, le sonrio con picardia y en tono de desenadado, le dijo.Ustedes son jovenes. Los viejos no tenemos que meternos en esos asuntos. si yo uera joven, no digo que , no digo que no me metiera con usted. El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos importantes comos i los patronos estuvieran al rente de la propiedad. Pasaba Horas en el jardin viendo crecer las verduras, recogiendo las reutas. La hortaliza y las rutas abundaban en la temporada. En los incontables cuartos de la villa campestre crecia los amores de erain y margot. Se acariciaban y sonaban bajo los arrullos del errocarrul cargado de arrozy pasajeros, cuyos rieles. y en tono de desenadado, le dijo.-Ustedes son jovenes. Los viejos no tenemos que meternos en esos asuntos. si yo uera joven, no digo que , no digo que no me metiera con usted. El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos importantes comos i los patronos estuvieran al rente de la propiedad. Pasaba Horas en el jardin viendo crecer las verduras, recogiendo las reutas. La hortaliza y las rutas abundaban en la temporada. En los incontables cuartos 7
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hizo los canteros y planto los tallos. la senora habia despertado en la quitan, conmovida por el verdor de la primavera, la cual se abrio a sus ojos al empejuar de par en par la ventana de sus aposento. Desde que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que tuvo la ultima recaida de su debil salud, no habia podido contemplar el color de la estacion, que con gallardia tenia el ambiente campestre. La enermera no pudo esconderse la contrariedad ante la mirada del mayordomo. Temblorosamente tomo las ores y , abandonando el disimulo, le suplico. -Prometame que la senora no sabra nada... El mayordomo hizo como si no le diera importancia a lo sucedido entre ella y el joven, La miro con mayor fjacion, le retrato el cuerpo deun extenso vistazo, le sonrio vistazo, le sonrio con picardia y en tono de desenadado, le dijo. -Ustedes son jovenes. Los viejos no tenemos que meternos en esos asuntos. si yo uera joven, no digo que , no digo que no me metiera con usted. El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos importantes comos i los patronos estuvieran al rente de la propiedad. Pasaba Horas en el jardin viendo crecer las verduras, recogiendo las reutas. La hortaliza y las rutas abundaban en la temporada. En los incontables cuartos de la villa campestre crecia los amores de erain y margot. Se acariciaban y sonaban bajo los arrullos del errocarrul cargado de arrozy pasajeros, cuyos rieles. Bajo los arrullos del errocarrul cargado de arrozy pasajeros, cuyos rieles. Todo es visualww El mayordomo era el hombre de confanza de la quinta. Llevaba los asuntos importantes comos i los patronos estuvieran al rente de la propiedad. Pasaba Horas en el jardin viendo crecer las verduras, recogiendo las reutas. La hortaliza y las 8