L ite ra tu ra E sp a ñ o la II Análisis del cuento El hombre globo, de Mariano José de Larra Larra
Alumno: Farfán, Ariel Mauricio LE: 2532 2016
Literatura Española II 2016 El romanticismo en El
El hombre globo es
hombre globo
un artículo de costumbres aparecido en la Revista española,
en 1835. Escrito en los últimos años de la vida de Larra, cuando el escritor recibió una serie de golpes anímicos que lo llevarían posteriormente al suicidio, es un teto que ilustra mu! bien la realidad política española "! del mundo# de la $poca, así como el romanticismo que Larra cultivó en sus escritos, estando ambas cosas estrec%amente relacionadas. española,
&egún el capítulo '(uevas apuestas) en Historia de la literatura
desde 18*8 se va imponiendo una idea mu! rom+ntica en los %ombres de
letras que la %istoria se %ace al mismo tiempo que la literatura. En este sentido, en el romanticismo español se sintió el eco del liberalismo europeo, que combatía las tendencias a restaurar el antiguo r$gimen, como de %ec%o sucedió cuando se devolvió la corona a -ernando //. 0ras su muerte, ! la posterior relaación de la censura, se produo un considerable aumento en la producción literaria que, 2orada a callar durante muc%o tiempo aquellas cosas que pudieran molestar a sus gobernantes, se imprimió de un 2uerte sentido político ! social, lo que se re2learía en tetos como el que nos ocupa. 4simismo, el regreso de los eiliados, que traerían consigo las tendencias rom+nticas que se desarrollaban en Europa, contribu!ó a la adopción de esta corriente en las artes españolas. 4 esto se le suma un 2actor mu! importante, que de2ine el car+cter de El hombre globo , ! es el %ec%o de que Larra es esencialmente un periodista, por lo que se
centrar+ en testimoniar la realidad que lo rodea. En este teto, dic%o testimonio muestra, de 2orma sutil, un pesimismo ! una desaón característicos del espíritu rom+ntico. En El hombre globo , Larra %ace una clasi2icación de 3 tipos de %ombres en los que se divide la sociedad, siguiendo los 3 estados de los elementos que plantea la -ísica. Estos son el %ombre sólido, el %ombre líquido ! el %ombre globo. El %ombre sólido constitu!e la ma!oría de la población, es aquel que permanece est+tico, que no se mueve, no raona, solo sirve. 'Es la base de la %umanidad, del edi2icio social 67 sostiene a los dem+s que se mantienen sobre $l 67 &obre el cual se pisa, se anda, se sube, cava, suda, su2re). Es 2+cilmente in2luenciable, ! cuando se levanta es terrible, pero su 2uera es ciega, al servicio de quienes lo manean. El %ombre sólido es el pueblo. El %ombre líquido 2lu!e, corre, varía de posición. '&erpentea de continuo encima del %ombre sólido, ! le moa, le gasta, le corroe, le arrastra, le vuelca, le a%oga 67 &u instinto es crecer, rara ve separarse del suelo). &in embargo si se ala es solo
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Literatura Española II 2016 moment+neamente, !a que pronto vuelve a caer. ero cuando es golpeado responde, no se queda inmóvil ante la o2ensa como el %ombre sólido. -inalmente, el %ombre globo 'se ala por si solo dondequiera que est+ ! se sobrepone a ocupar el puesto que le corresponde en la escala de los cuerpos 67 no %a! obst+culos para $l 67 ondr+ un pie en el %ombre sólido, otro en el líquido). El %ombre globo es el líder, aquel capa de moviliar a las dos clases anteriores para lograr por 2in la ansiada renovación de España, que la pusiera a la altura del resto de países europeos. Lo primero que uno puede preguntarse al leer el teto es el por qu$ del título, El hombre globo . &iguiendo una progresión lógica, el tercer tipo
debería ser el %ombre gas.
9e %ec%o, Larra lo menciona, pero pre2iere utiliar el t$rmino de %ombre globo 'ero para dar al gas una 2orma no %a! m+s medio que el de encerrarle en un continente que la tenga. (ada, pues, m+s natural que el que demos a esta especie el nombre de %ombre:globo; sólo así podemos %acerle perceptible a nuestros sentidos.) Esta elección resulta llamativa, ! es uno de los primeros indicios del espíritu rom+ntico en el teto, donde se unen dos sentimientos propios de este movimiento, el idealismo ! el pesimismo. &e podría decir que el %ombre gas es una 2igura ideal, aquel capa de elevarse sin límites, ! elevar consigo al resto de la sociedad. '(o %a! obst+culos para $l, porque si pudiera %aberlos, rompería, como el vapor, la caldera, ! escaparía). &ería el líder que llevaría a su pueblo a su apogeo. &in embargo, Larra se decanta por un t$rmino m+s aterriado, pues el %ombre globo puede elevarse a una altura considerable, pero no ilimitadamente ni de 2orma inde2inida, !a que, como cualquier globo, llegar+ un momento en que comenara a descender o, en el peor de los casos, a caer. Esta visión amarga ! desesperanada de la realidad política española responde a las continuas decepciones políticas que su2rió el escritor a lo largo de su vida. < es que, según el artículo 'ermanencias e innovaciones la aparición de Larra), en Historia de la literatura española, el recorrido biogr+2ico de Larra resulta indisociable de su obra. =tro teto, Larra: esperanza y melancolía, de >os$ Escobar, nos muestra a un %ombre que siempre estuvo a la espera de la revolución social que %abría de trans2ormar el país, que en cada ocasión que los vientos parecían cambiar %acia la dirección deseada, se situaba siempre en la primera línea, solo para ver "ve tras ve# sus esperanas insatis2ec%as. (o es de etrañar pues que en El hombre globo Larra se
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Literatura Española II 2016 muestre esc$ptico ante la posibilidad de que eista un líder capa de revertir una situación que se %a convertido en un bucle, donde ante cada atisbo de cambio le sobreviene un retroceso 'ero como casi todos nuestros globos, mientras est+n abao entre nosotros asombra su grandea, ! su aparato ! su 2ama; pero con2orme se van elevando, se les va viendo m+s pequeños; a la altura apenas de alacio, que no es grande altura, !a se les ve tamaños como avellanas, !a el %ombre:globo no es nada; un poco de %umo, una gran tela, pero vacía, ! por supuesto, en llegando arriba, no %a! dirección. ?Es posible que nadie descubra el modo de dar dirección a este globo@) =tro aspecto rom+ntico del teto es, por supuesto, su tono costumbrista. El costumbrismo surge del gusto rom+ntico por el color local. ero es importante señalar que en España este g$nero toma una posición 2rente a los cambios que se estaban operando en la sociedad, por lo que se di2erencia del costumbrismo 2ranc$s que le dio origen. (o buscaba simplemente lo pintoresco, ser meramente un cuadro de costumbres, sino que indagaba en la actitud moral de la población, lanaba consideraciones sociales ! 2ilosó2icas, etraía conclusiones sobre el car+cter del pueblo ! trataba mover a las personas a una re2leión de si mismas, que las llevaran a convertirse en actores de la trans2ormación que necesitaba la nación. Eran tetos que miraban el presente, se centraban en la realidad inmediata, lo que se ve en las re2erencias contetuales que da el artículo 'Los Estados Anidos tuvieron un %ombre:globo que subió cuanto pudo, ! maneando diestramente su v+lvula, descendió como ! cuando le plugo; de -rancia %icieron mil su ascensión, que est+n todavía en la altura, %aciendo la admiración de los espectadores; la &uecia mira uno en su pin+culo todavía ...7 Be aquí, sin embargo, a nuestros %ombres:globos probando de nuevo otra ascensión; pero escarmentados !a nuestros antiguos ! derretidos Ccaros, tienen miedo %asta al gas que los %a de levantar; ! en una palabra, nosotros no vemos que suban m+s alto que subió Doo.) 4sí, los males de España, equiparables al al del siglo que aqueaba a los rom+nticos, ser+n el blanco central de la crítica de Larra. La complacencia de la
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Literatura Española II 2016 sociedad, su 2alta de compromiso con la realidad social ! política de España, ! la incertidumbre sobre el porvenir cierran este cuadro pesimista 'ero, señor, me dir+n, ?! %a de ser siempre esto así@ ?(o les basta a esos %ombres de eperiencias@ ?&er+n ellos los últimos que se desengañen de sí mismos@ Be a%í una respuesta que !o no sabr$ dar.
&e suele decir que el romanticismo de Larra se aprecia m+s en su agitada vida
que en su obra. &in embargo analiando sus escritos, sobre todo aquellos que corresponden a los últimos años de su vida, se encuentran elementos rom+nticos, a veces de 2orma sutil, como ocurre con el artículo analiado, en donde el llamamiento al líder que necesita España enmascara la incertidumbre ! el desaliento respecto al 2uturo de la nación. 9esaliento que se iría acrecentando %asta llevarlo al suicidio, última vía de escape de una realidad que no puedo amoldar a sus deseos.
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