[email protected] [email protected] 18 Mar 2017
Leda Berardi COMPILADORA
Análisis Crítico del Discurso PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS
• Prólogo Pró logo de Teun A. A. van Dij Dijk k
frasis editores
[email protected] 18 Mar 2017
PODER, DISCURSO Y SOCIEDAD, I
[email protected] 18 Mar 2017
PODER, DISCURSO Y SOCIEDAD, I
[email protected] 18 Mar 2017
[email protected] 18 Mar 2017
ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS
[email protected] 18 Mar 2017
[email protected] 18 Mar 2017
Leda Berardi COMPILACIÓN
Análisis Crítico del Discurso PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS
frasis editores
[email protected] 18 Mar 2017
ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO. PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS . Primera edición: octubre de 2003. Primera reimpresión: marzo de 2005. © Leda Berardi, 2003. Registro de propiedad intelectual Nº 135.879 ISBN 956-8170-05-7 © FRASIS editores, 2003. Coyancura 2270, Of. 801, Providencia, Santiago. Fonofax (562) 2374106 Email
[email protected] Edición al cuidado de Marco Antonio Coloma. Diseño de tapas e interiores: FRASIS editores Impreso en Chile / Printed in Chile Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin permiso escrito de la editorial.
[email protected] 18 Mar 2017
Tabla de contenidos
Prólogo
por Teun A. van Dijk ............................................................ 9
Introducción ........................................................................ 13 Análisis crítico del discurso e ideología de género en la Constitución brasileña por Izabel Magalhães ............................................................. 15 Análisis crítico del discurso y representaciones sociales: un acercamiento a la comprensión de la cultura por Neyla Pardo Abril ............................................................ 43 La escena enunciativa en la prensa por Irene Fonte Zarabozo ....................................................... 65 Nuevos géneros discursivos en la política: el caso de Aló Presidente por Adriana Bolívar ............................................................... 85 La identidad personal y social de los indigentes en su discurso. Un análisis crítico del discurso neoliberal en la Argentina y sus consecuencias por María Laura Pardo ......................................................... 109
[email protected] 18 Mar 2017
El Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. en el discurso del Presidente Ricardo Lagos por Leda Berardi ................................................................... 125 Noticias sobre las autoras ...................................................... 145
[email protected] 18 Mar 2017
Prólogo
Con esta colección, Leda Berardi y otras prominentes autoras en el campo del Análisis del Discurso en América Latina, nos ofrecen uno de los primeros libros sobre Análisis Crítico del Discurso en español (ACD). Me alegra ver que, además de las otras direcciones en los estudios del discurso, también se está arraigando un enfoque más crítico del discurso en América Latina. Tal vez, incluso más que en Europa o los Estados Unidos, el Análisis Crítico del Discurso necesita desarrollarse en una región donde hay múltiples problemas sociales y políticos, como también lo muestran todos los artículos en esta colección. En un comienzo, en América Latina y en el resto del mundo, el análisis del discurso se centró, principalmente, en la descripción de la estructura de los textos y de las conversaciones o los procesos psicológicos del discurso. No obstante, en la última década, nos hemos dado cuenta de que la lingüística y el análisis del discurso son, también, parte de las ciencias sociales y que necesitan legitimar su posición en la sociedad. Más aún, se necesita también una descripción satisfactoria de las dimensiones del contexto social, político y cultural, para entender mejor las estructuras y funciones del discurso mismo. Necesitamos identificar quién está hablando o escribiendo, para quién, cuándo, dónde , y por qué , para poder explicar las estructuras variables, el estilo y las funciones del lenguaje en uso. La entonación, el uso de los pronombres, las estructuras sintácticas, tales como la voz activa y pasiva, la selección del léxico, la elección de tópicos, las implicaturas, las presuposiciones, las metáforas y una gran can-
[email protected] 18 Mar 2017
tidad de otras estructuras del discurso, reflejan o ponen en acción estructuras de situaciones sociales. Y, a la inversa, muchos problemas fundamentales de la sociedad pueden ser estudiados también a través de sus manifestaciones y reproducciones en el discurso, como en el caso de la pobreza, el racismo, el sexismo, y otras formas de exclusión y marginalización. En efecto, el análisis del discurso detallado y fino puede revelar muchos aspectos de la reproducción del poder —y retos al poder— que son imposibles o difíciles de estudiar con el uso de otros métodos o enfoques. Muchos de los ‘datos’ en las ciencias sociales, tales como entrevistas, cuestionarios, encuestas y otros, se presentan en la forma de textos o de habla, y también se necesita un análisis detallado del discurso para analizarlos. Muchas de las formas de dominación son discursivas, como ocurre en la mayoría de los abusos en la política, los medios de comunicación, las legislaciones, la educación y las ciencias. Y si queremos conocer las creencias, las intenciones, las normas, los valores y las ideologías de las personas y, en consecuencia, sus razones o motivaciones para actuar, generalmente necesitamos recurrir a métodos que estudian algunos tipos de discursos, como es el caso de las historias de vida y las entrevistas. En resumen, el análisis del discurso está profundamente comprometido con la sociedad y la sociedad está fundamentalmente presente en el discurso. El Análisis Crítico del Discurso es un movimiento internacional que puede verse como la respuesta a estas evaluaciones fundamentales acerca de las relaciones entre el discurso y la sociedad. Más que, por ejemplo, la sociolingüística tradicional, el ACD no se limita a la forma en que el discurso es influenciado por las estructuras sociales, y cómo las estructuras del discurso pueden afectar a la sociedad. El ACD va más allá de los estudios correlacionales y toma parte más activa en el análisis de, y en la lucha contra, la desigualdad social y la injusticia. Sus análisis son «críticos» en el sentido de que establecen prioridades, se concentran en problemas sociales reales (y no en «problemas» científicos solamente), denuncian las estrategias, a veces ocultas, de las élites poderosas, y proporcionan instrumentos para la resistencia. En este sentido, el ACD es una estrategia de solidaridad activa con los sectores más desvalidos de la sociedad. Puesto que los graves problemas sociales son, por definición, muy complejos, no es posible realizar análisis simplistas. A dife-
[email protected] 18 Mar 2017
rencia de los análisis «comunes», el ACD necesita proveer teorías y métodos más explícitos, sistemáticos y, especialmente, multidisciplinarios que involucren e integren el análisis de las estructuras del discurso, las estructuras cognitivas y las estructuras sociales. Estos y muchos otros tópicos se discuten en las contribuciones a este libro. Mis colegas y amigas de mucho tiempo Leda Berardi, Adriana Bolívar, Irene Fonte, Izabel Magalhães, María Laura Pardo y Neyla Pardo, se encuentran entre las más prominentes analistas del discurso en América Latina quienes, en sus respectivos países, así como internacionalmente, han hecho muchos aportes a este campo. Es un gran honor para mí felicitarlas por esta contribución colectiva al análisis crítico del discurso en la que cada una de ellas examina un problema relevante en su propio país. Leda Berardi analiza los discursos del Presidente Lagos sobre el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, en Chile; Adriana Bolívar el programa de televisión Aló Presidente del Presidente Chávez, en Venezuela; Irene Fonte la representación, en los medios, de los discursos del presidente Fox y otros, en México; Izabel Magalhães la contribución de las mujeres al debate sobre la nueva Constitución en Brasil; María Laura Pardo la representación de la pobreza en los medios de Argentina; y Neyla Pardo la representación de la violencia en Colombia. Así, logramos una perspectiva de la reproducción discursiva de asuntos tan importantes como la retórica presidencial, la polarización política, el sesgo de los medios, la marginalización y la resistencia de las mujeres y, por supuesto, de la pobreza y la violencia, entre otros problemas. Debido a limitaciones de espacio, estos estudios pueden mostrar sólo una parte de los complejos marcos teóricos y sofisticados análisis que las autoras han desarrollado en sus otras investigaciones, como se espera de los estudios contemporáneos del análisis crítico del discurso. Confío en que muchos otros analistas del discurso en América Latina sigan este ejemplo y contribuyan así, activamente, al estudio crítico de muchos de los apremiantes problemas sociales en sus propios países. Teun A. van Dijk
Barcelona, octubre de 2003.
[email protected] 18 Mar 2017
[email protected] 18 Mar 2017
Introducción
Emprender una (re)colección de artículos que reflejen el espíritu del Análisis Crítico del Discurso (ACD) en algunos de los países de latinoamérica constituye, por una parte, un desafío desde lo disciplinario y, por otra, un estrechamiento de los vínculos afectivos que se establecen —a partir de un sentir común acerca de las injusticias sociales— con las autoras de los artículos reunidos en este libro. Por azar, o mejor dicho, debido a la evaluación de los textos por investigadores especialistas en el área, esta primera publicación latinoamericana recoge sólo artículos realizados por mujeres. Reúne también —y esta vez sí por azar— sólo discursos públicos. Con excepción del trabajo de Izabel Magalhães, que analiza la ideología en el discurso de la Constitución brasileña desde una perspectiva de género, el corpus de las otras investigaciones está constituido por discursos transmitidos a través de los medios de comunicación. Si bien sabemos que la relación discurso-receptor implica una interrelación bidireccional, también sabemos que la forma en que se expresa un mensaje responde a una determinada cosmovisión, que generará diferentes lecturas o interpretaciones, ya sea desde un/a televidente, un/a radio-escucha o un/a lector/a de la prensa. Puesto que el discurso es una forma de acción social, el objeti vo último de los análisis críticos es promover cambios sociales. Es así como en Holanda, van Dijk logró que se redactara un material didáctico diferente al que se utilizaba en las escuelas, una vez que detectó que los textos promovían el racismo. En Austria, se logra-
[email protected] 18 Mar 2017
ron cambios en las relaciones de poder en las instituciones médicas al develarse que las estrategias comunicacionales de los médicos con sus pacientes institucionalizaban una práctica vertical y autoritaria. Ser críticas de nuestros entornos sociales significa, entonces, no sólo tratar de mostrar el lado oculto de los fenómenos sociales, con el fin de problematizarlos y postular cambios, sino también ser consecuentes con los principios que se postulan, lo que en ocasiones implica asumir los costos que se derivan de ello. Así como las autoras han criticado los discursos por ellas seleccionados como importantes, por la influencia o sesgo que pueden ejercer en los distintos estamentos de la sociedad, también están abiertas a que sus propios discursos puedan ser criticados. Esta publicación responde a la necesidad de que las investigaciones en el ámbito del análisis crítico del discurso tengan mayor presencia o visibilidad en América Latina. También implica la posibilidad de que la retroalimentación recibida por los/as potenciales lectores/as pueda enriquecer nuestras visiones. Además del interés común por el ACD, las autoras se conocen por su vinculación con la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED) creada en Caracas en 1995, con ocasión del I Coloquio Latinoamericano de Análisis del Discurso. Desde entonces, la ALED ha realizado Coloquios y Congresos, cada dos años, en algunos de los países miembros —Argentina, Chile, Brasil y México— para dar a conocer y publicar en las Actas correspondientes las investigaciones realizadas en las distintas áreas del estudio y análisis del discurso. Quiero agradecer a quienes hicieron posible este libro. A Marco Antonio Coloma, editor de Frasis quien, confiando en la compiladora de este volumen, ofreció incluir esta temática en el catálogo del sello editorial. A las autoras de los artículos por su valiosa disposición y colaboración desde sus respectivas áreas de interés. A Teun A. van Dijk por sus elogiosas y significativas palabras en el Prólogo. Y a todos/as aquellos/as que confiaron en nosotras y nos alentaron para que esta publicación fuera realidad. L. B.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género en la Constitución brasileña* Izabel Magalhães
UNIVERSIDAD DE BRASILIA, BRASIL
1. Introducción En este trabajo nos centraremos en las contribuciones del análisis crítico del discurso al estudio del lenguaje en relación con la vida social y, principalmente, en sus contribuciones al estudio de género, por medio del análisis de textos que fueron enviados como sugerencias a la Constitución brasileña de 1988. Sostendremos que las identidades de género son posiciones del sujeto incorporadas en el discurso, por lo que, hasta cierto punto, son ideológicas. Sin embargo, no son posiciones fijas puesto que las identidades híbridas se construyen bajo la influencia de relaciones interculturales, mediadas por la heterogeneidad del discurso. Mucho se ha dicho sobre la fragmentación del sujeto en la vida social de hoy (Hall, 1997, 2000). Esto tiene que ver con el hecho de que las relaciones sociales se han convertido en experiencias mediadas que tienen lugar en el tiempo y en el espacio. En este contexto social, la identidad del yo «supone conciencia reflexiva» (Giddens, 1991: 52). La conciencia reflexiva del yo se ha extendido al cuerpo, de tal forma que la maternidad ya no es la única identidad abierta a la mujer como solía serlo en el pasado, cuando la maternidad se asociaba con la feminidad «como cualidad de la personalidad» (Giddens, 1992: 42). * Traducción del inglés de Javier Rojas (Universidad de La Serena), revisada por Leda Berardi.
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
Los textos híbridos constituyen la dimensión semiótica de la vida social presente y exhiben una combinación de modos orales y escritos (interdiscursividad), así como tradiciones que se pueden subvertir, como en el caso de la identidad. Además, los textos híbridos combinan dominios privados y públicos, que comentaremos en el análisis de la sugerencia de una joven mujer a la Constitución brasileña (Sección 3). En este texto, se redactan prácticas informales de lectoescritura para quebrantar el género formal de la Constitución. En su crítica a la visión de la maternidad de Hasan 1 como una identidad homogénea, Chouliaraki y Fairclough (1999: 150) señalan: No negamos que existen ideologías patriarcales dominantes acerca de la maternidad, sino que insistimos en que operan de maneras complejas en prácticas sociales múltiples, por ejemplo, el discurso del trabajo profesional de las madres (opuesto al trabajo doméstico), o los discursos de parvularias (en lugar del cuidado materno) forman parte, cada vez más, de los campos discursivos dominantes de la maternidad (lo que significa que son discursos disponibles y operativos en los grupos de madres trabajadoras y no trabajadoras) y seguramente crearán tensiones de identidad de las cuales no se da cuenta en el manejo y análisis de los datos de Hasan.
Nuestra propia visión es que, dadas las actuales relaciones interculturales que son parte de la «dialéctica de lo local y lo global», es inconveniente visualizar las identidades como posiciones esencialistas y arraigadas (Giddens, 1991: 22). Por lo tanto, sostendremos que las identidades de género son heterogéneas en lugar de homogéneas. En la próxima sección, haremos una breve presentación del análisis crítico del discurso; luego discutiremos las nociones de poder e ideología para, posteriormente, presentar nuestro análisis del corpus de la Constitución (Magalhães, 1991, 1995, 2000a). 2 Hasan (1996: 129) en su análisis de la identidad de la madre sugiere que «independientemente del sector de la población al que pertenecen las madres, comparten visiones similares sobre el trabajo de la mujer». 2 Se presentaron borradores previos de este documento en un simposio 1
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
2. Análisis crítico del discurso En los años 70, en la Universidad de East Anglia, un grupo de académicos desarrolló una aproximación investigativa al estudio del lenguaje que se conoce como lingüística crítica (LC). En 1979, Fowler, Kress, Hodge y Trew publicaron un libro titulado Language and Control , que tuvo un gran impacto en los lingüistas e investigadores en lenguaje que se interesaban por la relación entre los textos y las nociones de poder e ideología. En los años 80, otros académicos se dedicaron a desarrollar este enfoque. Fairclough, en la Universidad de Lancaster, usó la frase «análisis crítico del discurso» por primera vez, en un artículo original y de gran influencia publicado en el Journal of Pragmatics (Fairclough, 1985). El análisis crítico del discurso (ACD) puede ser concebido como continuador de la tradición de la LC ( Wodak, 2001). Sin embargo, considerar el ACD como una mera continuación de la LC reduce, en un sentido, problemas más importantes que el ACD ha hecho explícitos en términos teóricos y prácticos. El análisis crítico del discurso ha examinado textos y eventos en diversas prácticas sociales y propone una teoría y un método para describir, interpretar y explicar el lenguaje en su contexto sociohistórico. Mientras la LC desarrolló un método para analizar una pequeña muestra de textos, el ACD ha desarrollado el estudio del lenguaje como una forma de práctica social para enfrentar los cambios en la vida social. El ACD ofrece una contribución significativa de los lingüistas al debate de asuntos como el racismo, el sexismo, el control y manipulación institucional, la violencia, los cambios en la identidad nacional y personal, y la exclusión social. En la actualidad, el ACD se ha vuelto muy conocido internacionalmente, a través del trabajo de académicos como Fairclough, en una serie de libros (Fairclough, 1989, 1992, 1995a, 1995b, 2000; Fairclough y Wodak, 1997; Chouliaraki y Fairclough, 1999). La contribución principal de Fairclough es el sobre Lenguaje, género y desarrollo, organizado por el Consejo Británico (British Council) en Manchester, RU, y en el Grupo Lenguaje e Ideología e Investigación acerca del Poder coordinado por Norman Fairclough en la Universidad de Lancaster, RU, ambos en 1994.
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
desarrollo de un método para realizar ACD (Fairclough, 1989, 1992) y su notable esfuerzo por explicar por qué los científicos sociales críticos y los investigadores de los medios de comunicación necesitan la contribución de los lingüistas (Fairclough, 1995a, 1995b, 2000; Chouliaraki y Fairclough, 1999). De acuerdo con Chouliaraki y Fairclough (1999), el ACD se ubica en la ciencia social crítica y en la investigación crítica sobre el cambio social en las postrimerías de la sociedad moderna. Giddens (1991) usa el término «modernidad tardía» para referirse a los cambios económicos y socioculturales de las últimas dos décadas, en los que los avances en la tecnología de la información y los medios de comunicación han desvinculado los signos de su ubicación específica, permitiendo su circulación a través de las fronteras del tiempo y del espacio. Chouliaraki y Fairclough (1999: 3) sostienen que «el ACD debiera verse como una contribución al campo de la investigación crítica sobre la modernidad tardía». Al hacer referencia a los profundos cambios económicos y socioculturales de las últimas dos décadas, Chouliaraki y Fairclough (1999: 4) señalan que dichos cambios son, en parte, producto de estrategias de grupos particulares en un «sistema particular». Agregan que «existe una necesidad apremiante de un análisis y una teorizacióncrítica de la modernidad tardía que puede, no sólo iluminar el nuevo mundo que emerge, sino también mostrar qué direcciones alternativas desconocidas existen». Van Dijk ha contribuido al debate del ACD como editor de Discourse and Society , una de las principales publicaciones periódicas de ACD. Mucho del respeto hacia el ACD, como tradición académica, se debe a la interesante discusión que se ha desarrollado en esta publicación desde 1990. Además del Handbook of Discourse Analysis (1985), el trabajo de van Dijk aborda el discurso de los medios de comunicación (1986), el racismo y la ideología (1998). El interés de Wodak se centra en «cómo los académicos vinculados a la lingüística, la semiótica y el análisis del discurso, que provienen de distintas disciplinas, comparten una perspectiva particular, en la cual los conceptos de poder, ideología e historia figuran como centrales» (Wodak, 2001: 7). Una colección de ACD que se ha revisado ampliamente es Texts and Practices , editada por Caldas-Coulthard y Coulthard
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
(1996). Wodak y Meyer han editado una colección reciente (2001). La colección editada por Jaworski y Coupland, The Discourse Reader (1999), es un intento de discutir el método y la teoría. ¿Por qué crítico? El elemento crítico de la teoría ha suscitado algunas preguntas, como en Widdowson en un gran número de documentos (ver, por ejemplo, Widdowson, 2000). En este documento, Widdowson basa su crítica acerca del ACD en la afirmación de Caldas-Coulthard y Coulthard: El análisis crítico del discurso, en su propósito, es esencialmente político, con sus practicantes que actúan en el mundo para transformarlo y, de este modo, ayudan a crear un mundo donde a la gente no se la discrimina por su sexo, credo, edad o clase social (Caldas-Coulthard y Coulthard, 1996: xi).
El argumento de Widdowson contra el ACD se puede ilustrar en la siguiente cita: Esta es una agenda única y, por cierto, muy alejada de los modestos objetivos de mis esfuerzos en análisis crítico. Yo no tuve compromiso con una causa: mi propósito no era demostrar, sino explicar; no descubrir propósitos desviados, sino tratar de encontrar lo que estaba en los textos que daba origen a ciertas interpretaciones. De hecho, desde el punto de vista del ACD, en realidad yo no estaba haciendo un análisis del discurso puesto que el discurso sólo puede significar un conjunto de valores construidos socialmente, en los cuales la ideología está inevitablemente involucrada (Widdowson, 2000: 155-156).
La crítica de Widdowson al ACD plantea la pregunta de si es posible no ser político. De hecho, la motivación de Widdowson es política, en el sentido de que no existe una ciencia neutral. La distinción tradicional entre ciencia e ideología es rechazada por pensadores como Foucault, quien dedica un capítulo a este tema en su famoso libro La arqueología del saber (1987). Este punto, que es de interés para los analistas críticos del discurso, se discutirá en la siguiente sección.
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
3. Discurso, poder e ideología En un seminario sobre poder, ética y validez, celebrado en la Universidad de Lancaster, Reino Unido, en 1994, se discutieron en profundidad los cambios en los paradigmas de la investigación en la lingüística y enseñanza del lenguaje. Este tema se puede resumir de la siguiente manera: Aunque en algunas situaciones de investigación, los investigadores pueden estar en situaciones de menor poder que sus sujetos (...) y en otros casos pueden ser tratados con suma indiferencia, suele suceder que los sujetos de la investigación aceptan las imposiciones que exige la investigación, porque sienten que es difícil hacer lo contrario (Magalhães y Gieve, 1994: v).
En este seminario, Fairclough se centró en los diferentes significados del término poder (Fairclough, 1989). Podemos pensar en el poder físico, como una persona sobre otra, como por ejemplo en la relación de hombres y mujeres, en la cual los hombres frecuentemente sacan ventaja de su fuerza física para amenazar e incluso, literalmente, eliminar a las mujeres (Rorty, 1996; Suárez y Bandeira, 1999). Dichos actos de poder usualmente co-ocurren con la dominación simbólica, como en el lenguaje sexista y en la representación visual (Bourdieu, 1999; Magalhães, 2002). En el discurso médico, a las madres se las suele representar como «poco aptas» porque se las ve exclusivamente como las responsables de nutrir y cuidar a sus hijos. Por esta razón, los doctores pueden manipular a las mujeres para que sigan sus prescripciones y recomendaciones (Magalhães, 2000b). Como señala Foucault (1980: 98), el poder se ejerce a través de una «organización en red» donde los individuos participan como su «objetivo consensuado» y como «elementos de su articulación». Foucault está interesado en cómo se manifesta el poder en las prácticas de vigilancia en las prisiones, escuelas y hospitales. Estas prácticas de vigilancia también operan en la definición de la locura y la sexualidad (Foucault, 1985, 1988). Un aspecto del trabajo de Foucault, que usualmente se olvida, es su visión de que el poder no se debe considerar sólo como una estrategia de arribaabajo porque «no hay relaciones de poder sin resistencias» (1980:
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
142). Así, es útil ver el poder en su dialéctica, siguiendo las advertencias de Fairclough de que deberíamos pensar en el discurso como un sitio de ejercicio y búsqueda del poder. Esto indica la necesidad de que el ACD sea reflexivo acerca de su propia posición institucional porque «la teoría es en sí misma una práctica» (Chouliaraki y Fairclough, 1999: 29). Como hemos señalado en los párrafos anteriores, el punto de vista crítico vincula el ACD con un interés claro acerca del ejercicio del poder en las relaciones sociales pero, al contrario de una visión marxista ortodoxa, el poder se puede examinar potencialmente en todas las relaciones sociales, incluyendo las de género, raza y clase. De acuerdo con Wodak: Hoy en día, el término ACD se usa para hacer referencia más específicamente al enfoque lingüístico crítico de los investigadores que consideran la unidad discursiva mayor del texto como la unidad básica de la comunicación. Esta investigación considera específicamente los discursos institucionales, políticos, de género y de los medios de comunicación (en el sentido más amplio) los cuales dan cuenta de relaciones más o menos abiertas de lucha y conflicto (Wodak, 2001: 2).
El estudio de estas relaciones de lucha, como se representan en los textos, distingue al ACD de otras tradiciones académicas como la sociolingüística, la lingüística del texto, el análisis de la conversación y la pragmática (Fairclough, 1992, 1989). Esto no significa que estas tradiciones sean homogéneas, ya que algunos de los trabajos producidos en estas corrientes pueden adoptar un enfoque crítico. Un ejemplo es el interés de Mey (2001: 301) por la «represión lingüística» en los discursos institucionalizados. En dichos discursos, «el valor de la expresión lingüística del individuo se mide estrictamente por el lugar que él o ella ocupa en la institución». El interés que tienen los analistas críticos del discurso en las nociones de poder e ideología se puede remontar a la distinción entre teoría tradicional y crítica, establecida por Horkheimer y Adorno (1970: 52). Las nociones que se desarrollan en un pensamiento crítico contemplan una crítica de la exclusión social. «Las tareas de la teoría crítica fueron las de ayudar a ‘recordar’ un pasado que estaba en peligro de ser olvidado, luchar por la eman-
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
cipación, clarificar las razones de dicha lucha y definir la naturaleza propia del pensamiento crítico» (Wodak, 2001: 9). El poder está inserto en un campo. Nos hemos referido a la noción campo del discurso de Foucault. Bourdieu (1990) defiende una noción similar. Para Bourdieu, un campo es una red de posiciones en un espacio social que están definidas por el capital (simbólico). Todas las formas de capital, en la teoría de Bourdieu —económico, social o cultural— se pueden convertir en capital simbólico, si se reconocen (o no) como tales y tienen efectos de poder sobre los otros. Una de estas formas de capital es el capital lingüístico, que es el poder atribuido a las formas, estilos o dialectos lingüísticos (ver la discusión sobre Bourdieu en Chouliaraki y Fairclough, 1999: 101). Con respecto a la noción de ideología, podemos definirla de dos formas (Thompson, 1990). De acuerdo con la definición «neutral», las ideologías son sistemas simbólicos o de creencias que pertenecen a la acción social o a la práctica política. Así, la ideología se encontrará en todos los programas y partidos políticos, «sin implicar que estos fenómenos sean necesariamente engañosos, ilusorios o que estén alineados con los intereses de un grupo particular» (Thompson, 1990: 53). Pensadores como Destutt de Tracy, Lenin, Lukács y Mannheim defienden (en su formulación general) la definición neutral. 3 No obstante las diferencias entre ellos, conciben la ideología como un fenómeno que no es necesariamente negativo o que se deba eliminar. Esta expansión de la noción de ideología es problemática, ya que se corre el riesgo de que la noción no tenga sentido. Al contrario de la concepción neutral, la definición «crítica» ve la ideología como «engañosa, ilusoria o unilateral» (Thompson, 1990: 54). Además, las visiones críticas de la ideología pueden diferir de acuerdo con los «criterios de negatividad» asociados a ellas. Así, Napoleón, Marx y Mannheim (en su visión restringida), no obstante sus diferencias, comparten la concepción de que la ideología es negativa y un fenómeno que se debe criticar. Las visiones críticas pueden variar de acuerdo con los criterios de negatividad. Para Napoleón, la ideología era negativa en el sentido de que eran ideas erróneas y engañosas que estaban divorciadas de Ver Kennedy, 1978; Larraín, 1983; Lukács, 1971; Lenin, 1969; Mannheim, 1936; Marx y Engels, 1970; Thompson, 1990. 3
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
la realidad política. La concepción polémica de Marx mantenía estos criterios de negatividad pero, en vez de atacar la ciencia de las ideas de Destutt de Tracy, criticó la especulación filosófica de los Jóvenes Hegelianos. En la concepción epifenoménica de Marx, el blanco de ataque es la clase dominante. Este criterio se reemplaza, posteriormente, en la concepción latente de Marx. En esta concepción, la ideología se concibe como un sistema de representaciones que ocultan relaciones de poder y, por lo tanto, contribuye a mantenerlas como son. En la concepción restringida de Mannheim, los criterios de negatividad son similares a los de Napoleón y a la concepción polémica de Marx (Thompson, 1990: 55). Thompson adopta la definición «crítica». Para él, «estudiar la ideología es estudiar las formas en que el significado sirve para establecer y mantener relaciones de dominación» (Thompson, 1990: 56). Según este autor, no podemos comprender la ideología de los fenómenos simbólicos per se , sino sólo en tanto estén incluidos en contextos sociohistóricos, «dentro de los cuales estos fenómenos pueden, o no, servir para establecer y sostener relaciones de dominación» (Thompson, 1990: 56). A pesar de que Eagleton (1997: 19) considera que esta definición de ideología es la única que ha sido ampliamente aceptada, se pregunta si cualquier creencia que se considere ideológica, está necesariamente vinculada a un poder político dominante. Por ejemplo, ¿es posible que el socialismo y el feminismo sean ideológicos? Considerar el socialismo y el feminismo como ideológicos implica la concepción neutral de ideología que criticáramos anteriormente. Recogiendo dieciséis definiciones diferentes de ideología, Eagleton señala que la ideología es más una cuestión de discurso que de lenguaje. Para Eagleton, la ideología tiene más que ver con quién está expresando qué, a quién y con qué propósito, que con las propiedades lingüísticas inherentes a un enunciado (Eagleton 1997: 22). Por lo tanto, la discusión epistemológica de la ideología relacionada con la verdad/falsedad ha originado un tratamiento político y sociológico en el cual la ideología está relacionada con el momento en el cual las mujeres y los hombres llevan a cabo sus luchas sociales y políticas, mediante la práctica del discurso. El análisis de la ideología por parte de los analistas críticos del discurso considera los cinco modos que define Thompson (1990: 60): legitimación (estrategias de racionalización, universalización
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
y narrativización), disimulación (estrategias de desplazamiento, eufemismo y tropo: por ejemplo, sinécdoque, metonimia, metáfora), unificación (estrategias de estandarización y simbolización de unidad), fragmentación (estrategias de diferenciación y expurgación del otro) y reificación (estrategias de naturalización, eternalización y nominalización/pasivización). Estos modos pueden traslaparse. Además, la ideología también puede operar de otras formas. La asociación de los modos con las estrategias de construcciones simbólicas no es única; las estrategias mencionadas no son las únicas a considerar en circunstancias particulares. La noción de «ideologías de género» es de particular interés para este trabajo. Graddol y Swann (1989: 141), al escribir sobre el papel de la ideología y las instituciones, definen las ideologías de género de la siguiente manera: En el caso de las ideologías de género, se asume que las imágenes dominantes de feminidad y masculinidad, que alientan a las mujeres y hombres a buscar gratificación, ajustándose a normas de género establecidas, conducen finalmente a la opresión de la mujer. Así, la ideología se expone como un mecanismo para explicar cómo las mujeres se hacen cómplices de su propia opresión.
Las formas en que los estilos y representaciones del lenguaje se atribuyen a las mujeres y hombres en las prácticas institucionales, como en la Asamblea Nacional de la Constitución son, sin duda, productos de las estrategias ideológicas de la universalización, diferenciación y naturalización. Sin embargo, de igual interés es el problema del cambio social y la resistencia de las mujeres ante los «manejos» de la ideología (Fairclough, 1992). La próxima sección tratará acerca de las ideologías de género en el discurso de la Constitución brasileña de 1988.
4. Ideologías de género en la Constitución Brasileña Una investigación sobre textos de mujeres escritos a modo de sugerencias a la Constitución de Brasil de 1988, muestra la influencia de representaciones masculinas dominantes, tanto
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
en la forma en que las mujeres se refieren a los hombres como en los modos en que se refieren a sí mismas. Además, el análisis de estos textos indica que la capacidad de lectoescritura en portugués es crucial para las mujeres de Brasil, ya que las formas orales de comunicación no son valoradas en absoluto en la mayor parte de las prácticas institucionales. Se argumenta que las mujeres deberían tener más oportunidades educacionales, especialmente en lo que se refiere al acceso a las prácticas de lectoescritura, asociadas tradicionalmente a los hombres. En 1989 participamos en un proyecto de investigación, financiado por el Parlamente brasileño, orientado a investigar los 72,719 textos escritos por brasileños como sugerencias a la Constitución de 1988. Estas sugerencias — sugestões populares — fueron escritas entre 1986 y 1987 y enviadas a la Asamblea Nacional Constituti va, responsable de redactar la nueva Constitución. Las sugerencias se organizaron en una base de datos llamada SAIC/Serviço de Apoio Informativo à Constituinte (Servicio de Apoyo Informativo para la Constitución), según el tema y/o las características sociológicas de sus autores. Las mujeres brasileñas mostraron un gran interés en la Constitución. Con los cambios producidos en la sociedad brasileña por la migración desde lo rural a lo urbano, las mujeres empezaron, gradualmente, a ser aceptadas en puestos de trabajo que previamente habían sido considerados como trabajo de hombres solamente. Al tomar parte en la vida económica de la nación, las mujeres estuvieron en condiciones de actualizar sus calificaciones y su nivel de participación política. Esto llevó a la actual situación en la cual el poder político de las mujeres en el gobierno y el Parlamento brasileño se ha vuelto una realidad nacional. Políticos de renombre incluso comenzaron a dirigirse tanto a hombres como a mujeres en sus discursos con la frase nominal «brasileñas y brasileños». 4 Considerando lo anterior, muchas mujeres creyeron que la nueva Constitución les ofrecía una oportunidad real para demandar cambios en las leyes que gobiernan los derechos civiles de la mujer y de sus hijos. Así, las mujeres contribuyeron con 23.617 (32%) de las sugerencias. La mayoría de las sugerencias de las José Sarney, el primer presidente civil después de la dictadura militar, que gobernó entre 1985 y 1990, usaba estas formas (lingüísticas) en sus discursos a la nación, transmitidos por cadena nacional radial y televisa. 4
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
mujeres se referían al tema de las políticas educacionales (17%), seguidas por la organización social (14%), el tema que se refiere a los derechos civiles de las mujeres. Ejemplo de esto es la sugerencia formulada por una mujer casada, sin trabajo, en el grupo etáreo 25-29, residente de la ciudad de Sao Paulo. 5 1) Primeiro fico contente em participar através do voto para eleger a nova Constituinte, sem dúvida a atual é caótica e muitas vezes já me encontrei perdida em soluções simples como o pátrio poder do filho, que hoje cabe ao pai, é vexatório. Gostaria que na próxima Constituição, a nova, seja respeitada a posição da mulher e que os membros por nós eleitos não nos decepcionem, não nos abandonem. En primer lugar, estoy contenta de participar a través del voto para elegir la nueva Asamblea Constitucional; sin duda, la actual es confusa y me he encontrado muchas veces entrampada en resoluciones simples como el poder de los padres con respecto a sus hijos; hoy, sólo los padres tienen ese poder; es ridículo. Quisiera que la nueva Constitución respetara la posición de las mujeres y que los parlamentarios que elegimos no nos desilusionen ni abandonen (Codificado en SAIC: 607071018436).
Es importante hacer notar que la problemática que presentó esta mujer sólo recientemente ha sido modificada gracias a la nueva ley que rige los roles familiares. Sin embargo, fue la organización de las mujeres la que presionó por provocar estos cambios. La Asamblea Constitucional Nacional estaba dominada por voces masculinas y queda claro, a partir de este texto, que se necesita un respeto hacia las mujeres por parte de los hombres. En el texto subyace la idea de que los hombres no respetan a las mujeres: «Me gustaría que la nueva constitución respetara la posición de la mujer». Esta suposición puede catalogarse como presuposición. Según Mey (2001: 28-29), algunos lingüistas consideran que las presuposiciones están relacionadas con la semántica de un ítem léxico; en este caso en particular, el verbo «respetar». Sin embargo, Todos los ejemplos en el análisis se presentarán en portugués seguidos de una traducción al español. 5
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
por lo general, las presuposiciones se pueden inferir del contexto social, por ejemplo, quién se dirige a quién. En nuestro ejemplo, la presuposición es ideológica en la medida que neutraliza y uni versaliza la posición de la mujer como no siendo respetada. Sin duda que no a todas las mujeres se les falta el respeto de la misma forma, ya que la posición de la mujer puede variar según la clase social y la etnia. Como lo señala Cameron (1997: 34), la ventaja de situar el análisis en contextos sociales específico es que «se aleja de las declaraciones globales y las explicaciones estereotipadas, que comúnmente las acompañan, hacia un tipo de relato más ‘local’ que puede acomodarse a diferencias intra e inter grupales». Además, los verbos «desilusionar» y «abandonar» indican que, aun cuando las mujeres demandan iguales derechos con respecto a los hombres en temas tan delicados como el del poder sobre los hijos, se encuentran en una situación de dependencia. El corpus se organizó según los siguientes criterios: • Todas las mujeres que escribieron tenían educación secundaria completa. • Se dividieron en dos grupos: en el primer grupo las mujeres no tenían trabajo y no contaban con un salario regular. En el segundo grupo, las mujeres tenían un empleo y ganaban entre 280 a 580 dólares mensuales, aproximadamente. 6 • Pertenecían a tres grupos etáreos 25-29, 30-39 y sobre 59. Decidimos dejar fuera el grupo 40-58 para ser investigado en trabajos posteriores. El estudio de estos grupos etáreos mostró que las mujeres jó venes están preocupadas de la preservación de la naturaleza (2529), mientras que las mayores abogaron por la idea de la maternidad responsable (30-39) y la preocupación por los más viejos (más de 59; ver Figura 1). Estas sugerencias fueron registradas en un formulario con 11 preguntas que requerían de los encuestados datos sociológicos sobre sexo, origen (urbano/rural), estado y ciudad, escolaridad, Estas cifras se basan en el valor del sueldo mínimo (200 reais); 5 salarios mínimos mensuales corresponden a US$280 y 10 salarios a US$580. 6
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
estado civil (casada, soltera, etc.), edad, ingreso, ocupación, nombre, dirección, código postal. Bajo la pregunta 11, en la página 2 del formulario, se dejó un espacio en blanco para que la encuestada se dirigiera a un miembro del Parlamento: «Si usted desea dirigir su sugerencia a un miembro específico del Parlamento, todo lo que debe hacer es llenar el espacio en blanco con el nombre del parlamentario». Este espacio estaba seguido de 23 líneas en las cuales había que escribir la sugerencia con la siguiente instrucción en el encabezado: «Utilice este espacio para formular su sugerencia». F IGURA 1 Sugerencias a la Constitución de Brasil de 1998
Edad
25-29 30-39 Sobre 59
Asalariada/No asalariada 85 US$ 280/580 25
76 61
19 18
El análisis de las sugerencias de las mujeres, con respecto a la Constitución brasileña, presenta indicios lingüísticos acerca de la formación social de la familia brasileña. En Magalhães (1995), nos referimos a esta formación social en relación a la heterogeneidad en el discurso, con dos «formas de coexistencia» predominantes, expresión utilizada por Foucault (1987) en referencia a la organización de un campo discursivo. Estas formas de coexistencia son: el discurso tradicional y el discurso igualitario. 7 El discurso igualitario busca relaciones de género iguales. Aun cuando concebimos que estas relaciones incluyen las identidades hetero y homosexuales, no nos referiremos a este punto aquí. El discurso tradicional, que tiene relevancia histórica en la formación social de las familias brasileñas, puede apreciarse en los textos de las mujeres. En ellos, las mujeres a menudo se ven como explotadas y discriminadas por las prácticas institucionales dominadas por los hombres. Las mujeres presentan situaciones laborales en las cuales han sido despedidas porque se han embara En la investigación de 1995, usamos los términos «discurso del control» y «discurso de la liberación». Lazar (2000) usa el término «igualitario». 7
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
zado o porque simplemente son casadas y, por tanto, demandan apoyo profesional legal. También está el caso de las dueñas de casa quienes exponen su vida marginal, y exigen que su contribución a la sociedad brasileña se explicite en la Constitución. En la tercera categoría de textos, las mujeres reproducen una ideología masculina que percibe a las mujeres como frágiles y no aptas para realizar ciertos trabajos que requieren fuerza física. 2) Perdi o emprego porque me casei. Todos esses bancos e firmas particulares admitem enquanto as meninas estão sem compromisso e quando as mesmas vão se casar ou ficam grá vidas, eles demitem, isso precisa ser visto porque eles alegam não precisar mais dos seus trabalhos, e no outro dia admitem uma nova vítima. Se estamos na época da democracia, espero que o Governo Federal faça algo a respeito da proteção da mulher. Inclusive, tornase mais difícil encontrar um novo emprego depois de casada, porque existe limite de idade nos concursos em geral e nesse meio tempo a mulher está na fase mais experiente de sua vida e sem (ter) como aplicar seus conhecimentos e tornase uma pessoa infeliz por ser rejeitada com apenas 32 anos de idade. Acreditamos no governo e na oportunidade de sermos felizes. Perdí mi trabajo porque me casé. Todos esos bancos y empresas privadas contratan niñas antes de que se comprometan pero cuando están por casarse o embarazarse, las despiden. Esto debe investigarse porque sus empleadores señalan que ya no necesitan su trabajo, pero al día siguiente contratan una nueva víctima. Si estamos en democracia, espero que el Gobierno Federal haga algo para proteger a las mujeres. Además, después de casarse, es más difícil encontrar un trabajo nuevo porque, en general, hay un límite de edad para postular a un trabajo. Al mismo tiempo, es en este período cuando la mujer está en su etapa de mayor experiencia en la vida y no tiene la posibilidad de ocupar su conocimiento. Por eso se transforma en una persona frustrada, por el hecho de ser rechazada cuando tenía sólo 32 años. Pensamos en el gobierno y en la oportunidad de ser felices (Codificado 60507L0235559 en SAIC).
Lo primero que hay que señalar es que el texto se organiza en etapas. Nosotros tomamos estas etapas como secuencias del ciclo
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
de vida que se relacionan con el entorno espacio-temporal. Este es uno de los rasgos del contexto social que es restrictivo, pero «constitutivo de acción e interacción» a la vez (Thompson, 1990: 150). Las características del contexto, como el tiempo y el espacio, determinan que ciertas acciones y modos de interactuar sean más adecuados o posibles que otros. Las etapas en el texto son modos de estructurar las acciones e interacciones de las mujeres en la perspectiva de género. La visión de género como un campo explica cómo el lenguaje (discurso) se relaciona dialécticamente con el poder. El entorno espacio-temporal es un telón de fondo para el análisis de las formas lingüísticas como ejercicio del poder en un texto (ver Figura 2). F IGURA 2 Construcción de la ideología de género
PRIMERA ADJETIVOS nova (joven) ETAPA
SUSTANTIVOS meninas (niñas), bancos/ firmas (bancos/empresas) SEGUNDA casada, rejeitada (rechaza- compromisso (compromida), infeliz, grávida (em- so), trabalho (trabajo), ETAPA vítima (víctima) , mulher barazada), difícil, novo (nuevo), experiente (con (mujer), pessoa (persona), emprego (trabajo), limite experiencia) de idade, (límite de edad), fase (etapa) felizes (felices) democracia, Governo Federal ETAPA (Gobierno federal), FUTURA proteção (protección), vida conhecimentos, (conocimiento), oportunidade (oportunidad)
Los adjetivos y nombres establecen una modalidad donde podemos destacar al menos tres modos de funcionamiento ideológico: a) el texto legitima el gobierno, los bancos y las empresas; b) el texto también presenta una visión de género unificada y esencialista; c) el texto critica los bancos y las empresas en un intento por «desunir» a sus propietarios y representantes como grupo.
[email protected] 18 Mar 2017
Análi Aná lisi siss crít cr ític icoo del de l discu di scurs rsoo e ideo id eolog logía ía de géner gé neroo
En la primera etapa, los bancos y las empresas invierten en la idea de que una mujer joven (y bien parecida) atrae clientes y, por lo tanto, puede aumentar las ganancias. En la segunda etapa, cuando estas mujeres se casan o se embarazan, se contratan «nuevas víctimas» como en un sistema «rotatorio». «rotatorio». Sin embargo, se prevé una etapa futura donde las mujeres tendrán «oportunidades». El uso de «meninas» (niñas), asociado a la situación laboral, pone a la mujer en una posición de indefensión ya que las «niñas», por lo general, no son percibidas como profesionales. Esta posición se ve reforzada por la gramática del texto; según Halliday (1994) son los bancos, las empresas y el gobierno los agentes de los verbos de proceso material, como «contratar», «despedir» y «hacer». Las mujeres aparecen como agentes sólo de verbos de procesos mentales mentales como en «espero» «espe ro» y «creemos» y, y, en estos casos, el agente está oculto. Es significativo que las acciones materiales se atribuyan a bancos, empresas y al gobierno pero no a mujeres, y que el agente oculto se utilice sólo para mujeres, como como en «per«perdí», «espero» y «creemos». De este modo, el texto legitima a los bancos las empresas y el gobierno, y representa a las mujeres como sujetos carentes de poder. El sustantivo «víctima», usado aquí en un sentido metafórico, forma parte del discurso de género tradicional que representa a las mujeres como víctimas de instituciones como los bancos. En el contexto de la Colonia, las mujeres fueron víctimas de la Iglesia Católica y de la institución médica quienes las intimidaban, construyendo para ellas una imagen de «objetos para la procreación» (del Priore, 1993). Esta imagen también se puede asociar a la idea de que las mujeres casadas/embarazadas debieran dejar de trabajar, es decir, entrega una explicación para el despido. despido. Sin embargo, ocurre a menudo que el hecho de despedir a una mujer embarazada tiene que ver con el negarse a pagar licencias maternales. Hemos enfatizado el rol crucial que juegan las instituciones en la mantención de las relaciones de poder entre mujeres y hombres. Para Bourdieu (1999: 138), si la dominación masculina se explicita explicita en el hogar, es en instituciones instituciones como la escuela, escue la, la Iglesia y el Estado donde donde esta dominación se reproduce de de manera simbólica. El texto, por tanto, refuerza la visión de género gén ero esencialista, homogénea y unificada que caracteriza las representaciones tradicionales de las mujeres (Louro, 1977). Esta visión se representa lingüísticamente en la colocación del sustantivo « mujer» mujer» con los
[email protected] 18 Mar 2017
Izab Iz abel el Ma Maga galh lhãe ães s
adjetivos «casada», «rechazada», «infeliz» y «embarazada». Los adjetivos, al igual que el significado experiencial construido por los sustantivos «niñas» y «víctima», contribuyen a situar aún más el texto en un marco ideológico. «Infeliz» y «difícil» presentan la evaluación del emisor de la posición de las mujeres, construyendo significados expresivos. El hecho de que «mujer» y «persona» va yan en colocación con «casada», «rechazada», «embarazada» «embarazada» e «infeliz» representa, nuevamente, a las mujeres como víctimas de las prácticas sociales dominantes. La nominalización «protección» muestra un significado naturalizado del cual los usuarios del lenguaje no están siempre conscientes. Una nominalización es una forma lingüística donde un proceso (con agentes y/o pacientes, tiempo y modalidad) se reduce a un sustantivo. Las nominalizaciones constituyen buenos ejemplos de la manera en que se construye el significado en las prácticas sociales. La omisión del agente, en este caso, deja abierta la posibilidad de quién se espera que proteja a las mujeres y de qué. Es significativo el hecho de que la autora del texto «espera que el Gobierno regional haga algo para proteger a las mujeres» reproduciendo, de este modo, la suposición de sentido común de que las mujeres deben ser protegidas. Al reforzar la cadena textual donde las mujeres se perciben como «niñas» o personas frágiles e inseguras que necesitan ayuda, este texto reproduce una de las suposiciones del discurso de género tradicional, que podemos llamar «ideología de la fragilidad o debilidad». Mientras que el texto percibe a las mujeres como necesitando ser protegidas por el gobierno, se opone a los bancos y las empresas por despedir a las mujeres cuando se casan o se embarazan. Así, el texto adopta una estrategia política, buscando una alianza con el gobierno para expurgar a los bancos y las empresas como enemigos de las mujeres. Volviendo a las formas lingüísticas que representan maneras de construir a la escritora, el texto comienza con el verbo «perdí» en primera persona y el agente oculto «yo» para referirse a una mujer concreta que narra su experiencia. Esta forma cambia a «nosotros» en «estamos», lo que probablemente hace referencia al pueblo brasileño, haciendo eco de las voces que demandaban elecciones generales y un sistema democrático de gobierno en manifestaciones llevadas a cabo en distintas partes del país antes de 1985. Al final del texto, sin embargo, la escritora se dirige a la
[email protected] 18 Mar 2017
Análi Aná lisi siss crít cr ític icoo del de l discu di scurs rsoo e ideo id eolog logía ía de géner gé neroo
Asamblea Nacional de la Constitución a nombre de las mujeres: «Creemos en el gobierno y en la oportunidad de ser felices». Estas maneras distintas de construir a la escritora pueden considerarse como claves para comprender las múltiples identidades de las mujeres y su valor valo r relacional. Por Por tanto, la identidad matermater na no debe considerarse como una identidad homogénea de feminidad. De hecho, el texto representa una pluralidad de identidades/voces (Bakhtin, 1997; Authier-Revuz, 1990). Por «voz» entendemos al lenguaje asociado a grupos e identidades específicas. Hemos distinguido al menos cuatro voces: la narradora que relata su experiencia personal (la mujer que perdió su trabajo porque se casó); la dueña de casa/madre (en este texto, la voz de la narradora coincide con la de la dueña de casa/madre, pero esto no es así necesariamente); la activista política («Esto tiene que investigarse...», investigarse. ..», una crítica a los bancos y a las empresas; «Si vivimos en democracia, espero...»); y la mujer líder («Creemos en el gobierno...»). La activista política y la mujer líder pueden, sin embargo, fundirse en una sola voz, dependiendo de la lectura que se haga del texto. Más aun, la voz de la activista política intenta que el lector se ponga en contra de bancos y empresas. IGURA 3 F IGURA
Voces en el texto
La narradora La dueña de casa/madre La activista política La mujer líder Las voces en el texto se relacionan con otras voces que pueden reforzar la de la activista política o la de la mujer líder. Por lo tanto, otros textos del corpus pueden leerse para reforzar las voces de la dueña de casa/madre u otras (Magalhães, 2000b, 2002). El texto que analizaremos a continuación es muy distinto al anterior. Aunque no fue incluido en el corpus original, original, decidimos analizarlo por la manera en que se puede yuxtaponer a los otros textos que formaron parte del estudio de 1991 (Magalhães, 1991). Esta yuxtaposición descansa en la ruptura del procedimiento establecido para remitir sugerencias, así como las expectativas acerca de lo que significa redactar una sugerencia.
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
Tal vez es importante hacer notar que las sugerencias fueron seleccionadas por un equipo de indexación en el Parlamento. En esta selección, varios textos no fueron incluidos en la base de datos debido al hecho de que se consideraron «vacíos» o «no pertinentes». Además, se reemplazaron todos los ítems léxicos tabúes, a los cuales nos referimos como «palavroes» (palabras obscenas) o «xingamentos» (lenguaje ofensivo), por asteriscos y otras convenciones. Podemos referirnos a este proceso como «higiene verbal» (Cameron, 1995). Por lo tanto, dado el procedimiento adoptado para eliminar y sustituir información, fue necesario comparar las formas originales con los textos que fueron incluidos oficialmente en la base de datos. El texto siguiente ilustra la diferencia que, a veces, se puede notar entre la sugerencia original y la que se registró. Esta es una sugerencia hecha por una joven mujer soltera y sin trabajo, en el grupo etáreo 15-19, de Campo Lindo Paulista, Sao Paulo. 3) Para que tanta violência? Por que pouca fraternidade? Quero amor entre pessoas O nosso trânsito deveria ser melhor. Lembrete Por que pessoas mais importantes, como senador e deputado, são tão orgulhosos? Eu acho que eles pensam que estão com o rei na barriga. ¿Para qué tanta violencia? ¿Por qué tan poca solidaridad? Quiero ver amor en las personas Nuestro tráfico debiera mejorarse. Recordatorio ¿Por qué las personas importantes, como los parlamentarios, son tan orgullosos? Pienso que ellos creen que pueden demostrar su arrogancia. (Codificado 60702L005119 en SAI).
La sugerencia que se incluyó en la base de datos es, de hecho, una versión de la sugerencia original (Figura 4). En el texto original, la escritura no siempre sigue la convención de linealidad de izquiera a derecha que se adopta en la escritura portuguesa. El
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
F IGURA 4 Sugerencia original de una mujer de Sao Paulo
«lembrete» (recordatorio) se presenta primero de manera lineal y luego no-lineal en el margen izquierdo, lo que produce en el lector un efecto de énfasis, y la parte del texto que representa el recordatorio está indicado con una llave. Además, la escritora usa el espacio en blanco en la parte superior para sus propósitos: en vez de llenarlo con el nombre de un parlamentario, escribe una afirmación irónica: «Prefiero lo mejor o lo que ustedes crean que es lo mejor». Como sus preferencias no son necesariamente las preferencias de los parlamentarios, los critica de una manera jocosa. Además, utiliza signos de exclamación, que son convenciones escriturales que se relacionan con la presentación del lenguaje escrito. Más aún, todo el texto puede verse como un diálogo en el cual se representan diferentes identidades en una heterogeneidad de voces. Nos referimos a esta heterogeneidad como interdiscursividad,
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
que es la «articulación cambiante entre distintos discursos, géneros y voces en las interacciones y en los textos» (Chouliaraki y Fairclough,1999: 45). La primera parte del texto es una sugerencia relacionada indirectamente con la idea de que debiera haber más paz (menos violencia), amor (menos odio) y mejor (menos desorganizado) sistema de tránsito (en la ciudad), que lo que ocurre en la actualidad. Al formular esta sugerencia, la escritora asume una identidad relacionada con los derechos civiles, ofreciendo una contribución a la Constitución. Posteriormente, en la segunda parte del texto, critica a los parlamentarios, recordándoles que no deberían ser tan arrogantes. Al hacer esta crítica, la escritora también asume una identidad que se vincula con los derechos civiles, pero ahora actúa en su condición de miembro de la comunidad, poniendo en jaque a los representantes de los votantes. El uso de la forma del imperativo «piensen» (al final del texto original) se relaciona con esta identidad. Según Hodge y Kress (1988: 126) «el imperativo implica una estructura de roles entre el que da una orden versus el que la responde ». En este caso, la instrucción se modaliza por medio de la construcción de una tercera identidad, la de una mujer joven y soltera, estableciendo una conversación con los hombres que ella no conoce: «Quiero conocerlos! Nos vemos? Espero una respuesta de ustedes! Gracias. Patricia!» Un aspecto que se relaciona con esta identidad es la forma masculina de obrigado (gracias), con el sufijo masculino o. Al agradecer a los parlamentarios por la oportunidad de expresar su opinión, que es algo que en otras sugerencias no se encuentra, esta joven se posiciona en una situación de indefensión. Al usar la forma masculina obrigado, en lugar de obrigada —que es la elección léxica que pudiera haber hecho— la escritora refuerza su posición carente de poder. Más aun, la firma es otra forma lingüística que construye la identidad de la que escribe como una mujer que busca la oportunidad de conocer hombres. Un punto importante es la forma en que estas diferentes identidades contribuyen a transmitir una imagen que tiene sentido, aunque el lector tenga que armarla como si fuera un rompecabezas. Este patrón de organización textual, aparentemente fragmentado, sin embargo, produce una experiencia de lenguaje significativa, representando identidades de género fragmentadas (Harvey, 1992; Hall, 2000; Moita-Lopes, 2002).
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
Estas identidades fragmentadas pueden interpretarse a partir de indicadores gramático-textuales, como se demostró anteriormente en relación con el imperativo y masculino genérico; de la puntuación y normas no lineales y no convencionales que pueden indicar la «mezcla» entre el lenguaje escrito y el oral, así como la existencia de prácticas de lecto-escritura informales, paralelas a las prácticas de lecto-escritura formales e institucionales, a las cuales se refiere Street (1984,1995). En la conclusión, retomaremos estos puntos en relación con la heterogeneidad y «mezcla» en la vida social actual.
5. Conclusión En este capítulo, hemos analizado algunas contribuciones del ACD al análisis del lenguaje como práctica social, perspectiva que se vincula a la ciencia social crítica. Nuestro foco de atención se centró en un estudio crítico de género en la Constitución de Brasil de 1988. Para concluir, nos interesa enfatizar la hibridez de las sugerencias que fueron remitidas a la Asamblea Nacional de la Constitución. Estos textos híbridos indican lo que está involucrado en la dialéctica del discurso, señalando cambios en las identidades de género (Fairclough, 2001). El análisis detallado de las voces demostró que las identidades híbridas se construyeron en los textos: estas fueron las identididades de la narradora, la madre/dueña de casa, la activista política y la mujer líder. La narradora es una identidad que está arraigada en las prácticas discursivas del momento, situando a la mujer en una combinación de espacios pri vados y públicos. La madre/dueña de casa, como lo hemos destacado, se percibe ahora como una identidad inserta en una pluralidad de identidades desarrolladas por las mujeres. La activista política implica la subversión de una visión de identidad uniforme. La mujer líder, la que ahora se asocia a políticas de identidad, puede también existir en contextos tradicionales como, por ejemplo, entre las benzedeiras , curanderas de aflicciones de mujeres (Magalhães, 1985). Además, el texto de la mujer joven, que es una combinación de modos orales y escritos, subvirtió las convenciones de género
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
establecidas, presentando una reorganización de identidades de género vis-a-vis el poder institucional. De este modo, la noción de identidades híbridas abre nuevas posibilidades de visualizar la subjetividad como espacio político de (re)articulación creativo (Laclau y Zac, 1994). Este espacio de crítica ideológica, un espacio de mediación y lucha por la identidad, se basa en la contingencia y la indeterminancia. Bhabha (1998) se refiere a la indeterminancia y la contingencia como formas de teorizar acerca del poder sin reproducir la lógica del que lo detenta. Visualizar las identidades como contingentes e indeterminadas tiene la ventaja de que evita la polarización en el debate sobre el género. En un artículo reciente, Baxter (2002) presenta un «análisis del discurso post-estructuralista (ADP) del habla de muchachos y muchachas». Allí, Baxter propone una alternativa al Análisis Conversacional y al Análisis Crítico del Discurso. Desde nuestra perspectiva, tanto el ADP como el ACD se insertan en lo que Horkheimer y Adorno llaman una «teoría crítica». Por esta razón, sin dejar de reconocer la contribución de Baxter, pensamos que lo que se necesita no es exactamente un término nuevo, sino desarrollar una teoría crítica en la cual se puedan ubicar ambas propuestas. Referencias bibliográficas AUTHIER -R ÉVUZ, J. (1990). Heterogeneidade(s) enunciativa(s). Trad. C. M. Cruz y J. W. Geraldi. Cadernos de Estudos Lingüísticos, 19, 25-42. BAKHTIN, M. (1997). A estética da criação verbal (2a ed.). Trad. M. E. Pereira. São Paulo: Martins Fontes. BAXTER , J. (2002). Competing discourses in the classroom: a poststructuralist discourse analysis of girls and boys speech in public contexts. Discourse and Society, 13 (6), 827-42. BHABHA, H. K. (1998). O local da cultura . Trad. M. Ávila, E. L. Reis y G. R. Gonçalves. Belo Horizonte: Editora UFMG. BOURDIEU, P. (1990). In other words: Essays toward a reflexive sociology . Cambridge: Polity Press. BOURDIEU, P. (1999). A dominação masculina . Trad. M. H. Kühner. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil. CALDAS-COULTHARD, C. R. y COULTHARD, M. (Eds.) (1996). Texts and practices . London and New York: Routledge.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
CAMERON, D. (1995). Verbal hygiene . London: Routledge. CAMERON, D. (1997). Performing gender identity: Young men´s talk and the construction of heterosexual masculinity. En S. Johnson y U. H. Meinhof (Eds.), Language and masculinity (pp. 47-64). Oxford: Blackwell. CHOULIARAKI, L. y F AIRCLOUGH, N. (1999). Discourse in late modernity: Rethinking critical discourse analysis . Edinburgh: Edinburgh University Press. DEL PRIORE, M. (1993). Ao sul do corpo: Condição feminina, maternidades e mentalidades no Brasil colônia . Rio de Janeiro: José Olympio; Brasília: Editora Universidade de Brasília. GIEVE, S. y MAGALHAES, I.(Eds.), Power, ethics, and validity. Issues in the relationship between researcher and researched. Lancaster University, UK: CRILE Occasional Report. GRADDOL, D. y S WANN, J. (1989). Gender voices . Oxford and Cambridge: Blackwell. EAGLETON, T. (1997). Ideologia: Uma introdução. Trad. L. C. Borges and S. Vieira. São Paulo: Editora da Universidade Estadual Paulista; Editora Boitempo. F AIRCLOUGH, N. (1985). Critical and descriptive goals in discourse analysis. Journal of Pragmatics, 9, 739-63. — (1989). Language and power . London and New York: Longman. — (1992). Discourse and social change . Cambridge: Polity Press. — (1995a). Critical discourse analysis: The critical study of language. London and New York: Longman. — (1995b). Media discourse . Oxford: Edward Arnold. — (2000). New labor; New language? London: Routledge. — (2001). The dialectics of discourse. Textus, XIV (2), 3-10. — y Wodak, R. (1997). Critical discourse analysis. En T. A. van Dijk (Ed.), Discourse as social interaction (pp. 258-284). London, Thousand Oaks, New Delhi: Sage. F OUCAULT, M. (1980). Power/Knowledge . Ed. C. Gordon. New York: Harvester Wheatsheaf. — (1985). História da sexualidade. Vol. I . (6a ed.). Trad. M. T. Albuquerque y J. A. Albuquerque. Rio de Janeiro: Edições Graal. — (1987). A arqueologia do saber (3a ed.). Trad. L. F. Neves. Rio de Janeiro: Forense-Universitária. — (1988). Vigiar e punir (6a ed.). Trad. L. M. Vassallo. Petrópolis: Vozes. F OWLER , R., HODGE, B., K RESS, G., y TREW , T. (1979). Language and control . London: Routledge & Kegan Paul. GIDDENS, A. (1991). Modernity and self-identity: Self and society in the late modern age . Cambridge: Polity Press. GIDDENS, A. (1992). The transformation of intimacy: Sexuality, love & eroticism in modern societies . Cambridge and Oxford: Polity Press and Blackwell.
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
HALL, S. (1997). A identidade cultural na pós-modernidade. Trad. T. T. da Silva y G. L. Louro. Rio de Janeiro: DP&A. — (2000). Quem precisa da identidade? Trad. T. T. da Silva. En T. T. da Silva (Ed.), Identidade e diferença (pp. 103-33). Rio de Janeiro: Vozes. HALLIDAY , M.A.K. (1994). An introduction to Functional Grammar . London: Edward Arnold. HARVEY , D. (1992). Condição pós-moderna. Trad. A. U. Sobral y M. S. Gonçalves. São Paulo: Edições Loyola. HASAN, R. (1996). Ways of saying. Ways of meaning. Selected papers . London: Cassell. HODGE, R. y K RESS, G. (1988). Social semiotics . Cambridge: Polity Press; Ithaca: Cornell University Press. HORKHEIMER , M. y A DORNO, T. W. (1970). Teoria Tradicional e Teoria Crítica. En Textos Escolhidos (pp. 31-68). São Paulo: Abril. JAWORSKI, A. y COUPLAND, N. (Eds.) (1999). The Discourse Reader . London and New York: Routledge. K ENNEDY , E. (1978). A ´philosophe´ in the Age of Revolution: Destutt de Tracy and the origins of ´ideology´ . Philadelphia: The American Philosophical Society. LACLAU, E. y ZAC, L. (1994). Minding the Gap: The Subject of Politics. En E. Laclau (Ed.), The Making of Political Identities (pp. 11-39). London y New York: Verso. LARRAÍN, J. (1983). Marxism and Ideology . London: Macmillan. LAZAR , M. (2000). Gender, discourse and semiotics: the politics of perenthood representations. Discourse & Society, 11 (3), 373-400. LENIN, V. I. (1969). What is to be done? Burning questions of our movement . New York: International Publishers. LOURO, G. L. (1997). Gênero, sexualidade e educação: Uma perspectiva pósestruturalista (2a ed. ). Petrópolis: Vozes. LUKÁCS, G. (1971). History and class consciousness: Studies in marxist dialectics . Trad. R. Livingstone. London: Merlin Press. MAGALHÃES, M. I. (1985). The rezas and benzeções: Healing speech activities in Brazil. Lancaster University, U. K., Ph.D. Dissertation. — (1991). Discurso da mulher à Nova Constituição do Brasil. En S. Monclaire (Ed.), A Constituição Desejada (pp. 143-186). Brasilia: Senado Federal. — (1995). A critical discourse analysis of gender relations in Brazil. Journal of Pragmatics, 23, 183-197. — (2000a). O discurso do outro e a identidade da mulher: Da colonização à década de 1990. En D. L. de Barros (Ed.), Os discursos do descobrimento (pp. 207-222). São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo. — (2000b). Eu e tu: A constituição do sujeito no discurso médico. Brasilia: Thesaurus.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso e ideología de género
— (2002). The technologisation of discourse and the semiotic construction of gender identity. II International Conference on Gender and Language/Igala. Lancaster University, U. K. — (En prensa) Interdiscursivity, gender identity and the politics of literacy. En M. Lazar (Ed.), Critical discourse analysis and gender . MANNHEIM, K. (1936). Ideology and utopia: An introduction to the sociology of knowledge . Trad. L. Wirth y E. Shils. London: Routledge y Kegan Paul. MARX , K. y ENGELS, F. (1970). The german ideology. Part 1. Ed. C. J. Arthur. London: Lawrence & Wishart. MEY , J. L. (2001). Pragmatics: An introduction (2a ed.). Malden, Mass., USA; Oxford, U. K.: Blackwell. MOITA LOPES, L. P. (2002). Identidades Fragmentadas . Campinas: Mercado de Letras. R ORTY , R. (1996). Feminismo, ideologia e desconstrução: Uma visão pragmática. En S. Zizek (Ed.), Um mapa da ideologia . Trad. V. Ribeiro. Rio de Janeiro: Contraponto. S TREET, B. (1984). Literacy in theory and practice . Cambridge: Cambridge University Press. S TREET, B. (1995). Social literacies . London and New York: Longman. SUÁREZ, M. y BANDEIRA, L. (Eds.) (1999). Violência, gênero e crime no Distrito Federal . Brasília: Paralelo 15; Editora Universidade de Brasília. THOMPSON, J. B. (1990). Ideology and modern culture . Cambridge: Polity Press. VAN DIJK , T. A. (Ed.) (1985). Handbook of discourse analysis . 4 vols. New York: Academic Press. (1986). Racism in the press . London: Edward Arnold. (1998). Ideology: A multidisciplinary approach. London: Sage. W IDDOWSON, H. (2000). Critical practices: On representation and the interpretation of text. En S. Sarangi y M. Coulthard. (Eds.), Discourse and social life (pp. 155-169). Harlow, Essex: Pearson Education Limited. W ODAK , R. (2001). What CDA is about: A summary of its history, important concepts and its developments. En R. Wodak y M. Meyer (Eds.), Methods of critical discourse analysis (pp. 1-13). London, Thousand Oaks and New Delhi: Sage. — y Meyer, M. (Eds.) (2001). Methods of critical discourse analysis. London, Thousand Oaks and New Delhi: Sage.
[email protected] 18 Mar 2017
Izabel Magalhães
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales: un acercamiento a la comprensión de la cultura 1 Neyla Pardo Abril
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Este documento se propone sintetizar algunas reflexiones en torno a los alcances del análisis crítico del discurso y de la teoría de las representaciones sociales, para la compresión de la cultura. Así, explora la relación que puede ser elaborada desde la psicología cognitiva, la psicología cultural y el análisis crítico del discurso. La relación entre la teoría de las representaciones sociales y los estudios del discurso se ha venido formulando recientemente, en particular desde que la lingüística discursiva integró la cognición social a la explicación del sentido de la comunicación humana, como un núcleo de la investigación. Los trabajos más recientes de investigadores como van Dijk (1999, 2002, 2003) ponen en evidencia que la explicación de los discursos sociales tienen una estructura triádica e interdisciplinaria en la que confluye lo social, lo cognitivo y lo propiamente discursivo. En otra perspectiva, trabajos como los de Moscovici (1993, 2001) señalan que la comprensión de las representaciones sociales puede dimensionar el carácter social del conocimiento cuando se pretenden formular explicaciones coherentes sobre la cognición social y el papel de éstas en las formas de construcción de la cultura desde el discurso. Un aspecto que se considera nuclear y que se constituye en punto de partida en el intento por poner en relación el análisis crítico del discurso (ACD) y la teoría de las representaciones sociales (TRS) hace referencia a su convergencia en la cognición Esta reflexión forma parte de la investigación «Discurso, Representaciones Sociales y Cultura: La impunidad en la prensa Colombiana». 1
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
social como fuente estructuradora del conocimiento de un grupo humano. Así, mientras las representaciones sociales (RS) dan cuenta de un conocimiento social internalizado que guía y facilita el procesamiento de la información social, el ACD explora una práctica socio-cognitiva que estructura y construye formas de saber individual y colectivo que circulan socialmente como interacciones discursivas. En este sentido, los discursos y las RS son conceptualizados en la memoria personal y social con una estructura y organización interna. Otra consideración interesante, en esta exploración, pone en evidencia que las RS enfatizan el uso de vías cognitivas en el procesamiento de la información social, en tanto que la TRS y el ACD convergen en la necesidad de ser definidos como estructuras portadoras de dimensiones normativas, afectivas y evaluativas inherentes. En este sentido, son expresiones portadoras de conocimiento social internalizado; tienen funciones de procesamiento, organización y almacenamiento en la memoria y guían la selección, el significado y la evaluación de la información y el conocimiento social (Jodelet, 1984). Se entiende, sin embargo, que el ACD y la TRS se encuentran articulados en diferentes niveles de explicación. La teoría de las representaciones sociales trata de comprender el funcionamiento psicológico social e individual, al crear vínculos con los procesos sociales y colectivos y las funciones de procesamiento de las representaciones sociales, que pueden ser incorporadas a los modelos de procesamiento de información. El ACD, por su parte, se aproxima, en una de sus dimensiones, a explicitar dos hechos; por una parte, la manera como los hablantes utilizan repertorios socioculturales de conocimiento para poner en evidencia saberes socialmente compartidos, garantía en el proceso de comprensión mutua y, por otra, la construcción y reproducción de la cultura, en el que se implican procesos mentales estratégicos y constructivos. La confluencia de la TRS y del ACD, en la búsqueda por la comprensión de la cultura en el discurso y desde el discurso, indica la necesidad de explicar la interacción comunicativa humana como el proceso que hace posible que una persona y los grupos a los que pertenece, produzcan y comprendan los contenidos cognitivos circulantes en el discurso. En la acción comunicativa, las personas se anticipan a los saberes que comparten, en términos de los contenidos cognitivos y de su estructura; de hecho, asumen
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
grados de conocimiento consensual como condición para la interacción social y la comunicación. Las RS hallan concreción a través del discurso, dado que los elementos que las constituyen y las configuran son lo suficientemente diversos para lograr «realidad social». El discurso, en cuanto forma de conocimiento, moviliza, construye y expresa las RS y, por supuesto, también hace parte de su transformación y negociación.
Posibles contribuciones de la Teoría de las Representaciones Sociales al Análisis Crítico del Discurso Las representaciones sociales se explican como «teorías» que los individuos tienen acerca de la naturaleza de los eventos, los objetos y las situaciones dentro de su mundo social. Este concepto está relacionado con la manera en que las estructuras de conocimiento existentes se usan para familiarizar y contextualizar la realidad social. En la teoría de las representaciones sociales el anclaje es el proceso por el cual lo extraño o novedoso resulta familiar, por medio de comparaciones con las clasificaciones y categorías más conocidas y usadas por los individuos. La comparación y categorización de los fenómenos sociales extraños o novedosos con categorías similares son funciones de procesamiento esencial de las RS. Estas permiten que todo aquello que resulte perturbador y extraño pueda ser aprehendido en la red personal de agrupaciones y sea posible su comparación con lo que se ha incorporado como típico de una clase determinada. Esto es, en el proceso de categorización, las unidades comparadas, jerarquizadas y clasificadas siguen un mecanismo general que da cuenta de rasgos inherentes y medulares de la cognición humana. En el marco de la TRS, los procesos de clasificación y categorización son elementos del funcionamiento cognitivo indi vidual, de manera que el anclaje es en esencia un proceso social, en el que las categorías de comparación se gestan y viven en la vida social y cultural del individuo, cuya experiencia está inserta en la tradición cultural de su comunidad. En este sentido, las RS son estructuras que reflejan la realidad histórica y cultural. El carácter mnemotécnico de las RS facilita que se estructure
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
y recupere recupere la informació informaciónn social social compleja. compleja. Imágenes, Imágenes, valores, valores, ideas, ideas, categorías, que son reconocidas con facilidad y a las que mucha gente dentro de un grupo responde rápidamente, pueden ser una característica distintiva de una RS. En este sentido, son susceptibles de ser caracterizadas por cierto grado de procesamiento no controlado y automático, que permite presuponer un procesamiento y reconocimiento más rápido. Este rasgo de las RS es, sin duda, un punto que se articula al ACD, si se tiene en cuenta el papel que desempeñan las imágenes, los valores, las creencias y las ideas, en general, en la configuración de los discursos propios de una cultura. Los procesos de clasificación y designación inherentes al anclaje, no sólo son un proceso cognitivo, sino que implican un proceso evaluativo. Moscovici (2001) señala que las categorías sociales se caracterizan por poseer valor axiológico de forma inherente. Este punto de partida explica la imposibilidad de la neutralidad, ya que cada objeto y ser tiene un valor positivo o negati vo, ocupa un lugar jerárquico claramente identificable y, en consecuencia, es registrado de una manera específica en su grupo social. Así, al leer una noticia, es obvio que no se están simplemente estableciendo y reconociendo los hechos sociales, sino que en realidad se evalúa y etiqueta a las personas, los grupos, los acontecimientos acontecimientos y los fenómenos fen ómenos y, y, al hacer esto, se evidencia evidenc ia una «teoría» sobre la naturaleza, la sociedad y el hombre mismo. Así, en el Extracto 1, las unidades de evaluación y cognición se configuran como estereotipos 2 de los grupos sociales dentro de la cultura. Este conocimiento, sin embargo, no es entendido ni equiparado con el prejuicio hacia grupos particulares. El prejuicio hacia un grupo está determinado por el grado en que una persona o comunidad acepta o aprueba estereotipos. En el ejemplo en cuestión, el lector se enfrenta a «La Coalición Pro Derechos Humanos, el presidente de la república, los grupos Como lo indican Augoustinos y Walker (1995), los estereotipos son estructuras cognitivas y afectivas objetivadas sobre grupos sociales, que son ampliamente compartidos y que emergen y proliferan dentro de un entorno particular, social y político en un momento histórico dado; en este sentido, son RS. Los estereotipos se construyen social y discursivamente en el transcurso de la comunicación cotidiana y, una vez objetivados, asumen una realidad independiente y algunas veces prescriptiva. 2
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico crítico del discurso y representaciones representaciones sociales
paramilitares-los militares», militares», categorías que se articulan dentro de las estructuras de conocimiento de una persona o de un grupo social dado y que son objeto de distintos niveles de representaciones consensuales. De esta manera, en el nivel colectivo, el contenido de los estereotipos acerca de los distintos sectores sociales involucrados en el conflicto armado en Colombia puede ser ampliamente compartido dentro de un sector de la sociedad; sin embargo, al explorar niveles intergrupales e individuales, estos estereotipos están valorados de forma diferente, aun cuando la noticia proponga una forma muy específica de organizar y evaluar los distintos sectores involucrados. E XTRACTO 1 Cada año más de 30.000 colombianos mueren a causa de la violencia, y el 98% de estos casos permanecen en la impunidad. Así lo manifestó ayer la Coalición Pro Derechos Humanos en Colombia que, en carta abierta dirigida al presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, le expresan su preocupación por la sistemática violación de los derechos humanos en el país, y le exigen que desmonte los grupos de paramilitares y los mecanismos de impunidad porque «cobi jan a militares implicados en la creación, entrenamiento y dirección de estos grupos».3
Las RS están estructuralmente compuestas por un número de elementos interdependientes y jerárquicos que se organizan y agrupan alrededor de un núcleo. El núcleo tiene dos funciones esenciales: una función cognitiva, que unifica y estabiliza los vínculos en la representación, y una función social en la que el núcleo determina el significado y el valor de los elementos variables y periféricos periféricos en la representación para crear y mantener mantener entidades colectivas (Abric, 1993). En el procedimiento analítico, la teoría de las representaciones sociales se propone investigar las diferencias de los grupos sociales en la organización estructural de las representaciones y buscar las funciones sociales e ideológicas subyacentes en esas estructuras. Este tipo de conocimiento, sobre la manera como se organizan y valoran 3 El
Espectador , 16 de enero de 1998. «Denuncia en Canadá sobre D.H.
Judicial». Judicial».
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
subgrupos e intergrupos en una comunidad, refleja formas dominantes de ser percibidos y, y, en consecuencia, maneras de establecer relaciones sociales, las cuales se materializan esencialmente en la acción, el discurso y la comunicación. Moscovici (1993) establece que las RS son estructuras dinámicas y cambiantes. Esto implica que al interior de los grupos humanos haya una continua renegociación de las representaciones sociales, fenómeno que ocurre durante el curso de la interacción y la comunicación de los individuos y de los grupos. En este sentido, las estructuras cognitivas se hallan relacionadas, en alguna medida, con los contextos que determinan cambios y modificaciones derivados de ciertas restricciones situacionales o experiencias que contradicen o fortalecen experiencias previas. El carácter dinámico de las RS garantiza su constante fusión, ruptura e interacción con otras estructuras semejantes que, en el ciclo de su existencia, una vez que se transforman en entidades materiales y objetivas, parecen fosilizarse incorporándose a las formas de conocimiento más generalizado en un grupo y que, con frecuencia, se agrupa como conocimiento de sentido común. Sin embargo, como lo señalan Augoustinos y Walker (1995), después de un periodo de aceptación incuestionable o fosilización, las fuerzas sociológicas o históricas subsecuentes pueden actuar para renegociar o transformar totalmente estas estructuras. El conjunto de elementos previos permiten señalar con van Dijk (1990) que las RS se distribuyen en el discurso y que los procesos de reproducción de las cogniciones sociales son procesos de representación cognitiva ubicados socio históricamente, cuya movilidad y existencia ocurren fundamentalmente en la acción comunicativa, donde con el uso se adquieren, transforman o desaparecen. En este sentido, el ACD es un recurso teórico metodológico que permite desentrañar contenidos, estrategias y estructuras inherentes a las RS que, a su vez, develan formas de conocer y explicar la realidad en un grupo determinado, a partir de lo cual es posible la comprensión de una cultura específica.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
El ACD y sus relaciones con las distintas formas de conocimiento social Los estudios lingüísticos más contemporáneos han incluido, entre los aspectos centrales para la explicación del lenguaje humano, el conocimiento y los procesos cognitivos como un elemento central que da cuenta de los factores involucrados en la actividad comunicativa. La lingüística cognitiva tiene como eje de sus reflexiones la hipótesis de que el lenguaje es parte integral de la cognición y que los procesos de interacción comunicativa se integran a factores individuales y sociales; estos hechos deben explicarse como formas de conceptualización y parte del proceso mental. En esta perspectiva se encuentran investigaciones como las de Turner y Fauconnier (1995), Lakoff (1987), entre otros. En la teoría de la metáfora, propuesta por Lakoff y Johnson (1998), Johnson y Lakoff (1999), por ejemplo, el significado se organiza y explica a partir de una concepción enciclopédica, en la que existen sistemas de convencionalización que dan paso a la construcción de modelos cognitivos de distinto orden: imagen, metafóricos, metonímicos, simbólicos y proposicionales. Cada uno de estos modelos hace posible abstracciones, proyecciones y asociaciones conceptuales, en las que confluye nuestra corporeidad e interacción con el entorno social, y se constituyen en maneras de razonar en torno a nuestra naturaleza y a la realidad social. El ACD ha señalado que en la producción y comprensión del discurso se involucran todas las formas de conocimiento humano que hacen posible el proceso de significar y de organizar la acción social. Cuando el analista identifica formas concretas de lexicalización o de variación estilística, por ejemplo, reconoce no sólo tipos de conocimiento social y maneras específicas de representarlo sino que, además, da cuenta de modos de jerarquizar y valorar el saber individual y colectivo en el discurso. Categorías y nociones como topicalización, coherencia, implicación, presuposición, estructuras esquemáticas, roles discursivos y contexto, entre otras propiedades del discurso, implican, para su explicitación y comprensión, un componente de conocimiento individual y social que, a su vez, contribuye a hacerlo explícito. El conocimiento, en el marco del ACD, se constituye en un
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
recurso mental y social que es adquirido, compartido y usado por las personas, los grupos, las instituciones y las organizaciones en la interacción comunicativa. Es en la conversación y en las distintas formas de discurso en donde se establece la base cultural, génesis de las creencias, opiniones, actitudes y, en general, de las formas de saber colectivo. El conocimiento colectivo garantiza, así, que los grupos humanos formulen acuerdos generales, construyan sentido común o participen de la cognición, hechos que definen la dimensión social del conocimiento. En este sentido, el conocimiento compartido define el conjunto de presuposiciones que garantiza la comprensión mutua y se configura como el capital simbólico de los distintos grupos humanos. Las distintas formas de cognición social circulantes en el discurso propio de una cultura o grupo específico ponen en evidencia tipos de conocimiento y sus características; así, el conocimiento puede tener carácter dominante o alternativo; oficial, subversi vo o legítimo. La dimensión cultural del conocimiento da cuenta de las comunidades epistémicas en la medida en que son grupos de acción, pensamiento y discurso. En este sentido, el conocimiento define pertenencia, identidad y rol en el grupo del cual se forma parte. Lo que se ha venido indicando señala la inevitable relación entre el ACD, la cognición social y las diversas maneras de representación social. La primera y más evidente se relaciona con la tarea y el objetivo central del ACD, a saber estudiar la reproducción discursiva de dominación (el abuso de poder) y sus consecuencias en la desigualdad social. Explicitar las distintas relaciones de poder social implica identificar las formas de acceso y control de los recursos sociales de orden material y simbólico. Entre estos últimos, son de especial interés el conocimiento, el acceso y el control al discurso público. Esto exige analizar y reconocer los distintos grupos en una comunidad, discernir en torno a subgrupos, instituciones y organizaciones, que son percibidas como poderosas, para deducir quiénes manejan los distintos tipos de saber y disponen de mejores y mayores recursos para expresar y hacer circular su conocimiento en el discurso público. En esta perspectiva, la interacción discursiva humana implica, con claridad, procesos cognitivos individuales y colectivos articulando, como lo señala van Dijk (1999), actores individuales y grupales, así como las estructuras sociales en términos de la cog-
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
nición y sus RS. En este sentido, la cognición social es el sistema de estructuras y funcionamientos cognitivos que son adquiridos, usados, creados y transformados contextualmente por los actores sociales y que es compartido por los miembros de grupos, organizaciones y culturas (Augoustinos y Walker, 1995). El sistema constitutivo de la cognición social está conformado por subsistemas, en los que se incluyen el conocimiento, las actitudes, las ideologías, las normas, los valores y, en general, los distintos tipos de RS, así como el conjunto de estrategias y recursos lingüísticos y comunicativos que se articulan al discurso y demás prácticas sociales. Es decir, la cognición social integra aspectos cognitivos, culturales y otras propiedades fundamentales de la «mente social». Para el ACD, identificar las distintas expresiones posibles de la cognición social hace posible examinar en el discurso las diversas maneras de acceder a la cultura de un pueblo. En este sentido, resulta prioritario examinar los distintos tipos de conocimiento social. Un primer criterio consiste en determinar quiénes comparten un determinado conocimiento, para identificar si es interpersonal, grupal o intergrupal; para luego determinar, desde un segundo criterio, si ese conocimiento es compartido discursivamente y en qué tipo y modo discursivo circula de manera predominante. Este último criterio permite establecer parámetros para determinar qué sector socio-cultural se aborda; por ejemplo, si es o no posible reconocer saberes nacionales o universales construidos, reproducidos o transformados por los medios masivos de comunicación social. Van Dijk (1999) establece dos tipos de conocimiento, específicos y generales. Desde su punto de vista, el conocimiento personal, apropiado y construido desde las experiencias propias del sujeto, tiende a ser específico y se recupera en la memoria episódica; el conocimiento general, por su parte, tiene relación con formas de saber que se elaboran grupal o socialmente a partir de, por ejemplo, eventos históricos compartidos por los miembros de un grupo, nación o cultura y se instalan en la memoria social. En este sentido, el conocimiento socialmente compartido es, normalmente, general. Para este investigador, el conocimiento es una estructura mental que se representa esquemáticamente de diversas formas. Así, las experiencias personales, como los recuerdos biográficos, normalmente se representan en modelos mentales tales como los
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
esquemas de evento. Por su parte, el conocimiento general y socialmente compartido puede representarse en esquemas de evento-acción, marcos o esquemas de otros tipos, que constituyen las RS propiamente dichas. En esta perspectiva, y siguiendo a van Dijk (2002), el conocimiento compartido, social o culturalmente, es el resultado de un proceso de aprendizaje y presupone el discurso público. Es normal que se represente en la memoria social y se constituya en un requerimiento de primer orden en la comprensión de todos los significados sociales y para la construcción de modelos mentales, esto es, de las interpretaciones personales del discurso por parte de los miembros de una comunidad o de un grupo. Es decir, la comprensión y producción del discurso involucran el uso, cambio o actualización de los distintos tipos de conocimiento personal y social. En este proceso, se requiere la activación de los saberes implícitos, que se comparten social y culturalmente. Para el ACD resulta, por lo tanto, central central establecer qué q ué tipo y cantidad de conocimiento se hace necesario para producir y comprender, por ejemplo, la siguiente noticia que circula en un periódico colombiano a propósito de la guerra y las violaciones que cometen los distintos actores del conflicto: E XTRACTO 2 Explicó también que el Gobierno seguirá impulsando la reforma a la Justicia Penal Militar, con el fin de que los delitos de lesa humanidad y los crímenes de guerra cometidos por agentes de las Fuerzas Armadas queden excluidos del fuero penal militar. Bell resaltó que ayer el Gobierno suscribió el estatuto de la Corte Penal Internacional y anunció que promoverá su ratificación a través de una ley en el Congreso. Esto hace parte de la política de respeto y acatamiento al Derecho Internacional Humanitario.4
¿Qué conocimiento es necesario para que el lector comprenda esta noticia? Hipotéticamente, se necesita activar todo lo que los colombianos sabemos sobre la guerra, las violaciones al DIH, los actores implicados, los distintos tipos de regulación judicial de 4 El
Espectador , 11 de diciembre de 1998. «Gobierno pide a la ONU
mantener oficina del alto comisionado de D. H.».
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del del discurso y representaciones representaciones sociales
orden nacional e internacional, etc. ¿Adicionalmente, ¿Adicionalmente, la construcción de la RS, implica delimitar cuál es la información nuclear y cuál la periférica? ¿Cómo configuramos la unidad de la noticia? ¿Qué conocimiento es pertinente y relevante para establecer la coherencia local y global de la noticia en cuestión? Para van Dijk (1999) la activación de los distintos tipos de conocimiento que constituyen la cognición social se produce en relación con las distintas estructuras, estrategias y contextos del discurso, así como con los implícitos, los presupuestos y la variedad de usos, entre otras propiedades del discurso que son determinadas por las condiciones pragmáticas inherentes al acto de comunicación. Así, hay situaciones discursivas en las que es bueno o incluso necesario hacer explícito el conocimiento personal, por ejemplo, en los testimonios; mientras en otras situaciones, este tipo de conocimiento puede resultar irrelevante o no pertinente; el conocimiento especializado de un grupo, por su parte, puede o no considerarse nuclear o presuponerse como parte del conocimiento cultural para los miembros competentes de una cultura. Es decir, hay unas relaciones permanentes y dinámicas entre los procesos cognoscitivos de activación de conocimiento, la producción y comprensión del discurso, y las propiedades de los contextos comunicativos. Lo que ha quedado establecido permite inferir que en el núcleo de las relaciones entre el discurso y la cognición lo que se perfila son las RS, en la medida en que están relacionadas, primordialmente, con estructuras cognitivas complejas como los sistemas de creencias, ideologías, actitudes y los patrones de valores culturales. En este sentido, la teoría de las representaciones sociales permite al ACD comprender el funcionamiento psicológico individual, pero tomando en consideración procesos psicosociales más amplios, en los que se articula, en diferentes niveles de explicación, la cultura en tanto que fenómeno comunicativo-discursivo, cognitivo y social.
Cognición social, representaciones sociales y discurso Moscovici (2001) ha indicado que las expectativas, creencias, conocimientos o esquemas previos de las personas determinan el
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
tipo de información social nueva que se requiere para que los individuos y los grupos actúen competentemente en su cultura. Siguiendo los principios del funcionamiento de las RS, la información que es consistente con las representaciones ya establecidas en una persona o grupo es esperada y, por lo tanto, se procesa de manera automática. Sin embargo, la información que es inconsistente con las expectativas o conocimiento previo, necesita relacionar más información hasta estructurar una explicación. Desde este punto de vista, las representaciones sociales forman los fundamentos de las expectativas y prescripciones de las personas e imponen un tipo de explicación automática. Augoustinos y Walker (1995) señalan que los fundamentos sociales de las explicaciones automáticas provienen de su carácter aprendido y, en consecuencia, se comunican por medio del lenguaje. Aunque hay variaciones entre un grupo y otro, de acuerdo con la cultura, las explicaciones son vistas como razonamientos del sentido común y el conjunto de elucidaciones, cultural y socialmente consensuadas, provocan representaciones sociales o procesamiento cognitivo socializado para fenómenos tales como la guerra, la violencia, la enfermedad y la pobreza, entre otros. En este sentido, las explicaciones grupales para el comportamiento, los fenómenos y los eventos no son el resultado de los procesos cognitivos individuales, sino que, más bien, se derivan de fenómenos sociales basados en creencias ampliamente mantenidas y compartidas en la forma de representaciones sociales. El sentido propuesto por Moscovici (1993) para la «sociedad pensante» se refiere a la propensión de las personas para buscar explicaciones dentro del marco cultural predominante; de manera que las explicaciones para los fenómenos sociales están formadas, no sólo por la cultura, sino además por el conocimiento especializado. La discursivización del conocimiento a través de los medios masivos permite que el conocimiento de los expertos se constituya en bagaje y compendio de sentido común al que las personas recurren para entender y explicar su realidad social. Por lo tanto, las explicaciones no son simplemente un fenómeno cognitivo, sino que tienen un claro origen social que se manifiesta como saberes compartidos por amplios sectores socioculturales. Como se ha señalado, los significados de los discursos dependen del contexto particular en el que se esté hablando, de la función que cumplan y de los tipos de conocimiento circulante. Así,
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
en el transcurso de la vida diaria, el contexto dentro del cual ocurren las conversaciones modifica su función y los saberes se transforman. Cuando las personas se involucran en una conversación con otros, construyen y negocian significados, o la «realidad» misma sobre la que están hablando. De hecho, el ACD se propone reconocer los consensos y disensos sociales en torno a un fenómeno social y determinar la variabilidad e inconsistencia inherente a los sujetos y a los grupos o culturas cuando se enfrentan a una explicación o reconocimiento de su realidad. En esta perspectiva, el ACD recupera los eventos, las creencias, las opiniones, las actitudes y, en general, las formas de expresión ideológicas, junto con los procesos cognitivos del discurso de los participantes, de manera que el discurso es un indicador de algún estado o fenómeno, cuya comprensión da cuenta de factores y relaciones sociales y culturales. Desentrañar en el ACD las representaciones sociales es recuperar los consensos y los disensos, esto es, la variabilidad propia del pensamiento social y del discurso. Es dar cuenta de los estados cognitivos inconsistentes, ambivalentes o dependientes del contexto que las personas pueden tener sobre sí mismos y sobre los otros. Es decir, el ACD, contribuye a dar cuenta de la naturaleza ambivalente y alternativa de los pensamientos, de las opiniones y de las actitudes de las personas y los grupos. Entre los trabajos que se han elaborado en el marco del análisis del discurso y que dan cuenta de las relaciones cognitivas y sociales en la actividad comunicativa humana, se destacan las in vestigaciones que han elaborado van Dijk sobre el racismo en Europa y Wetherell y Potter en Nueva Zelanda. Aunque con perspectivas distintas, estas investigaciones indican que los usuarios de la lengua organizan estratégica y retóricamente su discurso con el propósito de evitar ser evaluados y rotulados como racistas. En realidad, en la superficie de lo que expresan, quienes producen el discurso racista se apropian de categorías de igualdad y asumen expresiones como libertad, justicia y oportunidades iguales para argumentar la existencia de relaciones sociales injustas. En estas investigaciones, las estrategias lingüísticas y comunicativas que portan los discursos racistas incluyen argumentos que, en apariencia, se enmarcan en el discurso jurídico, económico o ético en torno al cual se unifican los principios culturales de la comunidad a la que se dirigen. Es decir, los hablantes
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
pueden apropiar y usar en su discurso principios liberales e igualitarios, religiosos y éticos, para defender el racismo y las prácticas discriminatorias. Aunque los argumentos pueden aparecer consistentes, el analista puede descubrir usos contradictorios y no coherentes. En este sentido, el ACD debe explicitar los esquemas cognitivos que estructuran y organizan el discurso y el conjunto de estrategias a las que recurren los hablantes para hacer ciertas acciones sociales que, para los casos señalados, incluye evitar que se ponga en evidencia una identidad racista y justificar las relaciones sociales existentes con otros grupos. Sin duda, estrategias similares son las que aplican los usuarios de la lengua cuando acceden al discurso público para garantizar que, en una comunidad específica, se mantengan formas de relación social desiguales que justifican, por ejemplo, la existencia de grupos en extrema pobreza, estados de guerra o que se perpetúen los conflictos. Como lo señalan Wetherell y Potter (1992), los conflictos y los dilemas propios de los grupos humanos, adquieren una dimensión psicológica cuando los miembros de la sociedad participan desde el discurso público de la posibilidad de discutir, debatir, explicar, justificar y desarrollar versiones en torno a los fenómenos sociales, en el transcurso de la interacción social y la vida cotidiana. Desde esta perspectiva, la opinión, la creencia o el prejuicio dejan de ser un estado cognitivo individual para convertirse en un rasgo estructural de una sociedad que está «organizada alrededor de la opresión y el dominio de un grupo sobre otro». Este hecho señala la importancia de explicitar desde el ACD la manera como ciertos grupos o personas utilizan los recursos simbólicos, económicos, políticos o éticos que la sociedad pone a su disposición para justificar y legitimar estados y relaciones sociales, enmarcados siempre dentro del contexto de las estrategias y estructuras arbitrarias, desiguales o excluyentes, que necesitan ser justificadas y legitimadas en el discurso, para su mantenimiento y reproducción.
Discurso e ideologías Van Dijk (1999) ha argumentado que el estudio de las ideologías requiere el reconocimiento de que son sistemas de ideas y, en
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
consecuencia, se articulan al dominio psicológico; al mismo tiempo, son ideas sociales y culturales por lo que deben ser descritas en términos de representaciones sociales y de su papel en la cognición social. Específicamente, las ideologías se expresan y reproducen en el uso del lenguaje, de manera que las distintas formas de naturalización, ocultamiento, manipulación y legitimación son prácticas discursivas. Además, la comprensión del mundo y la construcción de la realidad social son formuladas y constituidas por los individuos y los grupos, a partir del rol que juegan las ideologías en la conformación de la realidad social y cultural. La definición del estudio de las ideologías puede ser entendida como el desentrañamiento de los procesos y mecanismos psicológicos y sociales por los que ciertas representaciones y construcciones del mundo hacen posible legitimar, mantener, transformar y reproducir disposiciones, regulaciones y normativas existentes en el orden institucional, en las relaciones sociales y de poder dentro de una sociedad. En este marco, las ideologías pueden ser consideradas como sistemas de ideas de distintos órdenes. Una primera aproximación, muy dominante en las ciencias sociales, es entender la ideología como un conjunto de creencias y valores políticos propios de partidos u organizaciones que implican forma de militancia, y que se encuentran reconocidos formalmente dentro de la comunidad. Así, el propósito primario, desde este punto de vista, ha sido determinar la estructura subyacente de estas creencias en términos de un marco de trabajo político liberal-conservador o marxista-capitalista, por ejemplo. Una crítica sustancial a esta manera de entender y definir la ideología hace relación a la restricción que sufre el concepto de ideología, si se tiene en cuenta que el sistema de creencias supera los partidos políticos formales. Esta concepción rechaza el vínculo entre ideología y la vida diaria, así como el papel que juega la ideología al estructurar la realidad social cotidiana, más allá del campo de los asuntos y debates políticos. Además, equipara la ideología con las identificaciones sociales, aunque pone en evidencia el componente crítico. Aunque no puede considerarse equí voco definir la ideología en términos de los saberes políticos, su restricción a un sistema coherente de creencias, a la retórica de los partidos, a los conflictos y procesos que le son inherentes y a la toma de decisiones políticas formalizadas o institucionalizadas
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
limita la comprensión de un concepto que, como éste, implica dimensiones multidisciplinarias y relaciones que se establecen desde lo cognitivo, lo sociocultural y lo discursivo. Esta primera aproximación contrasta con posiciones como la del ACD, que considera la ideología como el sistema de pensamiento individual y colectivo por medio del cual las relaciones de poder, control y dominio se mantienen, crean, transforman y preservan dentro de una sociedad. Su desciframiento, como se ha venido indicando, ha sido ejercido por medios encubiertos y sutiles y, con carácter menos frecuente, por el uso de la fuerza velada. De acuerdo con las diversas propuestas marxistas, las ideologías ocultan los conflictos sociales al plasmar en las ideas, los valores y las diversas expresiones discursivas, estrategias que justifican las inequidades sociales y económicas existentes. Las ideologías son portadoras de principios de libertad y de igualdad dentro de la sociedad contemporánea, pero fortalecen, con el presupuesto de la libertad del individuo, un mercado excluyente y discriminatorio, y unas relaciones políticas y económicas que esconden y justifican formas diversas de explotación y opresión. En otra perspectiva, se enfatiza el hecho de que el poder moderno no es siempre de naturaleza económica, ni está representado y ejecutado por las clases dominantes o por su acceso privilegiado a los recursos sociales, como tampoco ha sido ejercido en forma absoluta por las instituciones del Estado. Para Foucault (1999), por ejemplo, el poder moderno está difundido y disperso a lo largo de todas las capas de la sociedad y es ejercido en forma amplia, a través del discurso, de las distintas expresiones simbólicas y de acción social que llegan a ser normas apropiadas por medio de las cuales las personas viven su cotidianidad. En la TRS, Moscovici hace hincapié en la centralidad del sentido común en el pensamiento cotidiano y en la comprensión de la realidad social. Si esto se articula a las teorías de la cognición social que enfatizan las distorsiones, sesgos y errores en el pensamiento colectivo, los consensos y disensos inherentes a las relaciones interpersonales, grupales e intergrupales, es posible dar cuenta de un elevado conjunto de señales morales, filosóficas, culturales y políticas que constituyen parte del desentrañamiento de las ideologías. El sentido común en ambas teorías es contingente, social e
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
histórico, sujeto a cambio dadas las transformaciones políticas y sociales. Además, Moscovici (2001) sostiene que la propagación de ideas, y de los diversos tipos de conocimiento, garantizan que las personas, al hacer uso de su sentido común, hagan acopio de los conceptos científicos que contribuyen a que las reservas de conocimiento social orienten el significado que las personas le dan a sus vidas. Desde este punto de vista, las representaciones sociales dimensionan un énfasis político que, al relacionarlo con las distintas formas de poder se articula, de manera definitiva, con el estudio de las ideologías. Aunque Moscovici (1993) se ha referido a las representaciones sociales consensuadas, rechaza la visión de que siempre se está bajo la influencia de una ideología dominante. Desde su punto de vista, este análisis de cómo ocurren los procesos ideológicos en una sociedad no reconoce las capacidades creativas, construccionistas y reflexivas de las personas. Más que un consenso dominante difundido en la visión de las personas acerca de la naturaleza de la sociedad, lo que hipotéticamente ocurre cuando se analiza la cultura a través de sus distintas manifestaciones son diferencias, consensos, cohesión e inconsistencias al interior de los distintos grupos constitutivos de una sociedad. Otra dimensión del estudio de las ideologías consiste en definirlas como un constructo cognitivo que permea la conciencia humana. Desde esta perspectiva, la ideología se encuentra en los valores, las creencias, las actitudes y opiniones que tiene la gente. Como lo indica van Dijk (1999), una de las funciones de las creencias y los valores reproducidos en los procesos ideológicos es proporcionar legitimidad a la estructura sociopolítica de una sociedad. Al hacer esto, las cogniciones pueden ser consideradas como ideológicas en su propia naturaleza. En las sociedades capitalistas contemporáneas, los niños aprenden a entender las desigualdades como inevitables y legítimas, en términos de las diferencias individuales y de la capacidad para el esfuerzo y el sacrificio personal pero, además, aprenden a aceptar que los recursos sociales son distribuidos de acuerdo con los aportes individuales y en concordancia con las capacidades individuales. En este sentido, los valores de equidad fomentan y legitiman la competencia y el ascenso personal a expensas de la cooperación, la unión, la solidaridad y la igualdad. Esta nueva dimensión de la ideología se aborda desde el estudio
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
del discurso en todas sus expresiones, abarcando desde las formas más cotidianas y coloquiales hasta las formas más institucionales. En este sentido, analizar el discurso social es explicar las ideologías y dar cuenta, de alguna manera, del mundo social y de las culturas que lo constituyen. La comunicación cotidiana es, por lo tanto, fundamental en la producción y reproducción del significado en la vida social, y el discurso es el lugar en el que las relaciones de poder se comunican y las relaciones de dominio se crean y mantienen. Desde esta perspectiva, la ideología se configura como un rango de prácticas discursivas situadas socialmente, que tienen efectos y consecuencias materiales. Las ideologías se expresan en el discurso mediante el uso de estructuras determinadas. Van Dijk (1999) demuestra que las estrategias semánticas, pragmáticas y sintácticas fijan formas de construir significado a partir de las determinaciones que ejercen ciertas transformaciones lingüísticas. Dichas transformaciones pueden suprimir, distorsionar y mitificar lo que se está comunicando. Los procesos sociales complejos también pueden ser objetivados al representarlos como objetos o personificarlos. En la noticia que sigue, una organización actúa como una persona y en consecuencia está en capacidad de expresarse. E XTRACTO 3 Así lo manifestó ayer la Coalición Pro Derechos Humanos en Colombia que, en carta abierta dirigida al presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, le expresan su preocupación por la sis-
temática violación de los derechos humanos en el país, y le exigen que desmonte los grupos de paramilitares y los mecanismos de impunidad porque «cobijan a militares implicados en la creación, entrenamiento y dirección de estos grupos». 5
Como Johnson y Lakoff (1998) explican, la metáfora «las organizaciones son personas» o «las organizaciones son seres vivos», le da legitimidad a las acciones que ciertos grupos ejecutan en nombre de las instituciones para presentar y promover actos y decisiones políticas en torno a problemas sociales específicos, en este caso, los derechos humanos en Colombia. 5 El
Espectador , 16 de enero de 1998. «Denuncia en Canadá sobre D.H».
Judicial. La cursiva es mía.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
Para el ACD, la ideología está relacionada con las distintas formas como se usa el discurso en los diversos contextos para producir significados y versiones específicas en torno a la realidad socio cultural. El estudio de los discursos, en tanto que expresiones de la ideología, examina los procesos por medio de los cuales las versiones de la realidad se construyen, racionalizan, legitiman y otorgan credibilidad a la vida cotidiana. 6 La cognición, el discurso y la ideología pueden manifestarse en las prácticas sociales que constituyen la vida diaria. La noción de ideología que se ha venido sustentando indica que no sólo es un sistema cognitivo, un sistema de ideas, un capital simbólico, sino que, además, es una práctica social. Las ideologías están presentes en las acciones cotidianas, los rituales sociales, el quehacer institucional. En este sentido, las prácticas diarias como disponer de un trabajo, vender y comprar, hacer transacciones comerciales y bancarias pueden contribuir a legitimar las relaciones de producción existentes. De igual manera, ser miembro de las instituciones educativas legitima formas de acceder y reproducir conocimiento. Así, las ideologías son un sistema de prácticas significativas que van a constituir a los seres humanos como sujetos sociales y a reproducir las relaciones por las cuales dichos sujetos están conectados a las formas de producción dominantes en una sociedad, tal como lo ha señalado Althusser y otros investigadores sociales. Sobre este punto, Foucault (1999) afirma que las prácticas sociales individuales y colectivas determinan formas de poder moderno y se constitu yen en núcleos de los aspectos más relevantes de la vida social. La tesis de este investigador es que las relaciones de poder y dominio se mantienen y perpetúan en las prácticas cotidianas, más que por las creencias y cogniciones. En síntesis, las ideologías se han definido como sistemas que incluyen creencias, valores, representaciones, discursos, repertorios interpretativos y prácticas sociales que contribuyen a legitimar y reproducir las normas, principios y axiologías institucionales, el poder y las relaciones sociales dentro de una sociedad. Una tarea central en el ACD es comprender la interrelación entre fuerzas sociales, económicas e históricas y el funcionamiento diario de Véase al respecto van Dijk, 2003.
6
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
los individuos y los grupos representados en los discursos. De esta manera, se pueden desarrollar los principios teóricos de las dos disciplinas que se ha intentado integrar, para comprender, en una nueva dimensión, lo cultural; que como se ha demostrado, integra la vida social en la acción y el conocimiento.
A manera de síntesis y para formular un nuevo debate Un punto que parece ser convergente entre los teóricos sociales que abordan el problema de la RS y el ACD se puede ubicar en la idea de que las RS son el resultado de la capacidad humana para el lenguaje y la acción discursiva, por una parte y, por otra, que el discurso posee ciertas características en relación con los recursos mediáticos de los que dispone históricamente una comunidad, lo cual tipifica épocas, grupos o sectores humanos. Es decir, las sociedades han dispuesto, en todos los tiempos, de un conjunto de recursos cuyo rol social es difundir sus expresiones discursivas, y estas expresiones responden a unas lógicas que se instauran en la actividad de construir sentido y otorgan ciertas características a lo que es puesto a circular como significado. Aunque no es claro que las representaciones sociales circulantes en los discursos den cuenta de las diversas formas de acción social, ya sea como una forma de intervenir en el mundo para el logro de fines o como una actividad comprensiva, los análisis de las RS tienden a dar cuenta de que el discurso —entendido como todo producto simbólico— no sólo es una expresión de las RS sino que es constitutivo de las RS. Por último, cuando se vincula ACD y RS, parece quedar claro que el discurso sólo alcanza sentido en relación con los contenidos que, de manera más estable, permanecen en la sociedad y que la significación vive y se transforma en las instituciones. En esta perspectiva, los seres se auto-instituyen en la sociedad, participan y sus acciones aportan los elementos que se reconfiguran en el discurso mismo, para comprender la historia y la esencia de lo que somos como seres humanos.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
Referencias bibliográficas
ABRIC, J. (1993). Central system, peripheral system: their functions and roles in the dynamic of social representations. En Papers on social representations, 2 . Obtenido desde http://www.swp.uni-linz.ac.at/ content/index.htm AUGOUSTINOS, M., y W ALKER , I. (1995). Social cognition. An integrated introduction. London: Sage Publications. F OUCAULT, M. (1999). Estrategias del poder. Barcelona: Paidós. JODELET, D. (1984). La representación social: fenómenos conceptos y teoría. En S. Moscovici (Ed.), Psicología social , 2 vols. Barcelona: Paidós. JOHNSON, M. y L AKOFF , G. (1999). Philosophy in flesh. New York: Basic Books. LAKOFF , G. (1987). Women, fire and dangerous things: What categories tell us about the mind . Chicago: University of Chicago Press. — y Johnson, M. (1998). Metáforas de la vida cotidiana . Madrid: Cátedra. MOSCOVICI, S. (1993). Social representations: explorations in social psychology. En Papers on social representations, 2 . Obtenido desde http:/ /www.swp.uni-linz.ac.at/content/index.htm — (2001). Social representations: explorations in social psychology. Editado por Gerard Duveen. New York: New York University Press. TURNER , M. Y F AUCONNIER , G. (1995). Conceptual integration and formal expression. Metaphor and symbolic activity, 10: 183-204. VAN DIJK T. A. (1990). Social cognition and discourse. En: Giles y Robinson (Eds.), Handbook of language and social psychology. Chichester: Wiley. — (1999). Ideología. Una aproximación multidisciplinaria . Barcelona: Gedisa. — (2002). Tipos de conocimiento en el procesamiento discursivo. En Lingüística e Interdisciplinariedad: Desafíos del nuevo milenio . Valparaíso: Ed. Universitarias de Valparaíso. — (2003). Ideología y Discurso. Barcelona: Ariel W ETHERELL, M. Y POTTER , J. (1992). Mapping the language of racism. Discourse and the legitimation of explotation . New York: Harvester Wheatsheaf.
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
[email protected] 18 Mar 2017
La escena enunciativa en la prensa Irene Fonte Zarabozo
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA DE MÉXICO
Introducción El fenómeno de la representación del discurso político en la prensa muestra gran variación y complejidad. Como es sabido, no todos los actores políticos tienen el mismo acceso a la palabra mediática (van Dijk, 1993). Los discursos de los participantes son reproducidos o referidos en formas diversas, constituyendo una jerarquía de enunciadores. La variación se da desde la selección y recontextualización de las palabras reproducidas, lo cual determina efectos ideológicos. Aunque hay una creciente interdependencia entre las esferas política y mediática, la relación es dinámica y llena de contradicciones y tensiones (Fairclough, 1995a; Grandi, 2002). En estas páginas analizo algunos aspectos de la representación del discurso político en la prensa mexicana desde el punto de vista de las relaciones enunciativas entre los participantes. Me centraré en instancias del discurso representado o citado; en este caso, el discurso político mediado por la prensa, sobre todo en el género noticioso. Uno de sus rasgos, por ejemplo, es una notoria presencia textual de los periodistas en las noticias, formando parte visible del escenario político discursivo. La multiplicidad de voces en el discurso noticioso ha sido tratada por diversos analistas (Bolívar, 1996; Fairclough, 1995a, b; Waugh, 1995; Bell, 1991, entre otros). El fenómeno es consecuencia en parte de la importante dimensión verbal de la actividad política que se convierte en materia prima del texto noticioso. En estudios anteriores (Fonte, 1999; 2002a) he utilizado la
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
metáfora de «escena enunciativa» para referirme al despliegue de voces que conforman la dimensión política de un acontecimiento en la prensa. Los políticos involucrados parecen interactuar en un escenario descrito por la prensa o imaginado por el lector. A veces la interacción, mediada por el periódico, resulta diferida, en un escenario que sólo tiene una materialidad discursiva. Se puede considerar la escena enunciativa en el espacio de una noticia, pero el lector (o analista) también puede formarse una representación mental de esa escena juntando varias noticias sobre un mismo asunto, con varios actores que opinan acerca de determinada cuestión (incluyendo columnistas y editorialistas). Esta conjunción de habla puede extenderse a lo largo de varios números del periódico si la cobertura noticiosa de los sucesos se prolonga. En estos casos, la escena enunciativa va creciendo. Las referencias a otros discursos previos aumentan, formando una compleja red de citas. No siempre las noticias tratan sobre algún evento, ya sea o no verbal, sucedido en el mundo real, objetivo o externo; es decir, no siempre son representaciones de hechos. Con frecuencia, el hecho noticioso está constituido por declaraciones destinadas a materializarse en la prensa en primera instancia. 1 En estos casos no se puede hablar de representación, sino que el texto noticioso se convierte en el evento en cuestión. Es decir, el lenguaje se usa no para representar una experiencia previa, sino que pasa a construir una experiencia en sí mismo. 2 A continuación muestro algunas realizaciones del discurso político referido en la prensa. Los casos que expongo, tomados de la prensa mexicana reciente, presentan diversos grados de complejidad en la configuración de una escena enunciativa. De este modo, veremos casos de diálogo referido en la narración noticiosa, así como instancias de interacción entre políticos y periodistas. Por último, veremos una situación enunciativa en la que la interacción entre los participantes ocurre en el espacio mediático. En estos casos, «la prensa ya no se concibe como lugar destinado a construir representaciones de lo social (...) sino como espacio desde el que ejercer un poder pragmático cuyo objetivo no es otro que la modificación de un determinado status quo político» (Zunzunegui, 2002). 2 Martin (1984, cit. por Eggins, 1994) propone una escala en la relación entre el lenguaje y los procesos sociales. En un extremo está el lenguaje que acompaña la acción, por ejemplo en un juego de cartas; en el otro, el lengua je que construye la experiencia, por ejemplo en un ensayo. 1
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
El diálogo en las noticias Primeramente me referiré a una escena enunciativa considerada en el espacio de una noticia y sin participación visible del locutor periodístico.3 Corresponde a la situación en la que el reportero narra una interacción verbal que tiene un referente extratextual. La posición del locutor respecto de esta escena es externa. Su figura, no manifiesta en el texto, puede ser la de un testigo o la de quien relata la noticia en segunda versión (por ejemplo, procedente de alguna agencia). El locutor representa dos o más enunciadores en diálogo, o un enunciador que se dirige a otro alocutario presente en la escena. La relación entre locutor y enunciadores podría esquematizarse así: LOCUTOR (PERIODISTA) REPRESENTA
ENUNCIADOR
ENUNCIADOR
Sin embargo, el diálogo en las noticias resulta muy diferente del representado en otras narraciones (Fairclough,1995a). Un caso tal se da en el siguiente fragmento noticioso sobre la huelga estudiantil de la Universidad Nacional de México en 1999: 1. Sudoroso y nervioso, con la camisa húmeda, el director de Derecho encontró a su paso a Sergio García Ramírez, quien lamentó los hechos. «Sólo el diálogo, la ley y el respeto pueden evitar este tipo de actos», dijo, y rechazó que se apele a la fuerza pública para resolver los conflictos universitarios. «Es necesario que las partes se sienten a dialogar, por largo y can En adelante, denominaré locutor al que enuncia el discurso primario en el que se inserta el discurso citado, o secundario. Coincide con la instancia de redacción de las noticias (cuya autoría es múltiple, pero eso no nos interesa aquí). Llamo enunciadores a las voces citadas o referidas en sus distintas formas (discurso directo, indirecto, formas narradas). La distinción no coincide exactamente con la propuesta por Ducrot (1984), pero ha resultado útil y pertinente en otros trabajos (Fonte, 2002a; Reyes, 1984; García y Zoppi, 1992; por ejemplo). 3
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
sado que sea». El ex procurador general de la República consideró que «no llegó aún el momento para que intervenga la Junta de Gobierno». Previamente, Carvajal expresó al jurista: «Me retiro ante la violencia». Rodeado por su equipo de seguridad, caminó hasta la Rectoría. Desde la explanada se comunicó por medio de un celular con el rector. «Estoy aquí abajo con un grupo de 100 personas que fuimos desalojadas violentamente. Te pido unos minutos para informarte de lo sucedido». («Los huelguistas, ‘ebrios de poder’, dijo el rector», La Jornada , 21 de abril de 1999).
El director de Derecho (también denominado ex procurador general de la República y por su nombre propio, Carvajal) se dirige primeramente a Sergio García (profesor de Derecho), representado con menor prominencia, sólo por medio del acto verbal: lamentó . No encontramos marcas formales indicadoras de un diálogo cara a cara (le dijo, en vez de dijo). Sigue un acto verbal narrado (rechazó ) y otra cita textual, y al final es que se explicita el interlocutor: expresó al jurista . En la segunda interacción verbal, entre el director y el rector, aparece el pronombre de segunda persona, pero no la marca le antes de dijo. Resultaría difícil imaginar un diálogo más o menos «real» a partir del discurso citado, por lo fragmentado y falta de cronología. El orden de la representación parece seguir un criterio de importancia atribuida a los distintos enunciados.4 En el fragmento visto, primero se trata el tópico del diálogo y después el de la violencia. Esta relativa imprecisión en la interacción representada es propia, a mi juicio, del género noticioso. A diferencia del caso anterior, encontramos que, con frecuencia, los enunciadores son citados sin referencia a sus interlocutores; es decir, su palabra se descontextualiza de la situación original de interlocución. Por una parte, esto depende de las relaciones de poder involucradas; esto es, de quién hable con quién. Por otra parte, dado que el discurso de los políticos referido por la prensa White (2000) habla de una «estructura orbital» de la noticia, en la que el orden narrativo se ajusta a la convención de que el tópico principal es reiterado a lo largo del texto. Esta estructura se asemeja al orden «cíclico» en la organización de los tópicos que ya había señalado van Dijk (1990). Por su parte, Bell (1998) ha estudiado algunas particularidades de las noticias como narraciones. 4
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
suele tener una orientación pública, la narración periodística no representa escenas cerradas en las que interactúan otros persona jes y a las que el lector se asomaría como espectador, sino escenas abiertas en las que el discurso público se dirige a todos incluyéndolo a él. Cuando los interlocutores son explicitados, el efecto puede resultar marcado, como podemos ver en los siguientes fragmentos de una noticia del periódico Excélsior 5 que refiere la visita del presidente electo Fox a Estados Unidos en agosto de 2000, ocasión en que se reúne con mexicanos allí residentes. En una coyuntura en que Fox había tenido fricciones con la prensa (la había criticado por algunos reportes negativos sobre los resultados de su visita a Estados Unidos y Canadá), la noticia trata de mejorar la imagen del futuro presidente presentándolo democráticamente en interacción con sus compatriotas. Las marcas pronominales indican la interlocución ( les señaló , etc.). Sin embargo, la asimetría en la interacción se evidencia en que los que se dirigen a Fox aparecen individualizados en expresiones descriptivas, mientras que Fox se dirige a un auditorio colectivo. Por eso, en una sola ocasión aparece en su discurso citado la marca de interlocución les . 2. Precisamente con una reunión con las comunidades de connacionales radicados aquí Fox inició sus actividades en Dallas. «Quiero escucharlos», les señaló a los representantes de migrantes procedentes de Hidalgo, Zacatecas, San Luis Potosí, Michoacán, Guanajuato y otras entidades (...) «Queremos que lleve un mensaje al Presidente Ernesto Zedillo para que ordene se terminen las arbitrariedades del fin de sexenio en las aduanas; están haciendo su domingo ocho», le indicó a Fox un pequeño hombre de bigote que resumió así el sentir general. (...) En la reunión participó también el basquetbolista mexicano Eduardo Nájera, enrolado actualmente con el equipo profesional Mavericks de Dallas, quien le solicitó apoyo al deporte. («EU y Canadá ‘no nos mandaron por un tubo’: Fox», Excélsior , 26 de agosto de 2000).
, de gran prestigio e influencia hasta hace pocos años, se ha visto afectado por problemas financieros y cambios de dueño. Su anterior línea de centro y con tendencia plural se ha tornado más conservadora. 5 Excélsior
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
Inserción recurrente de discursos citados A veces, un enunciador, citado por el locutor periodista, a su vez se convierte en locutor refiriendo otro discurso que se inserta en el suyo, según una fórmula como «X dijo que Y dijo». El discurso citado inserto nos remite a escenarios y tiempos previos. El esquema de enunciadores inscritos en el relato del locutor se puede representar así: Locutor (periodista) representa Enunciador-locutor representa Enunciador Encontramos un ejemplo interesante en el siguiente titular de La Jornada 6 (26 de agosto de 2000) referido a la fricción entre Fox7 y la prensa que mencionábamos antes: «Tal parece que gozan diciendo que mis propuestas fueron ignoradas, dice ». En este doble decir, Fox como enunciador presenta una mala imagen de la prensa; pero a su vez, La Jornada , como locutor, exhibe al primero atribuyéndole a ésta malas intenciones. La Jornada acentuó más este lado negativo de Fox, mientras que Excélsior buscaba atenuarlo. En el texto de la noticia, Fox, como enunciador citado en discurso directo, a su vez cita a otros para contradecirlos y dar su propia versión. Elabora un diálogo polémico (donde abundan las negaciones y reafirmaciones) en el que él mismo participa: 6
La Jornada (fundado en 1984) es uno de los principales diarios de
México, con una posición de centro-izquierda; se ha caracterizado por su apoyo a movimientos sociales como el zapatismo, el feminismo, etc., así como por la crítica al neoliberalismo y la globalización. 7 La elección de Vicente Fox (del Partido Acción Nacional, de tendencia conservadora), en julio de 2000, terminó con el monopolio del poder por el Partido Revolucionario Institucional durante 70 años.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
3. «Yo he venido a plantear ideas que han sido recibidas con prudencia, cautela, pero que han sido recibidas; por ahí, la prensa mexicana señala que no, que ¡nos mandaron por un tubo! [expresión coloquial de rechazo], pero yo les digo: ¡no es cierto! Sí nos escucharon y sí comprendieron (estadounidenses y canadienses) de qué se trata», subrayó.
En este fragmento, Fox comienza autopresentándose positi vamente como hablante ante alocutarios benévolos (pertenecientes a la esfera política). Seguidamente la prensa aparece ofreciendo una versión contraria. Los tiempos verbales nos guían por la compleja trama de escenarios e interlocuciones: el antepresente que señala el antecedente inmediato ( yo he venido a plantear ...), el presente de la enunciación de la prensa ( señala ) y el pretérito de la escena anterior cuestionada ( nos mandaron..., nos escucharon...). La reformulación del discurso de la prensa en forma de acto verbal de desautorización y rechazo sirve a Fox para dar una imagen negativa de aquella; además, Fox, como enunciador en discurso directo, tiene el control desde su presente de la enunciación ( yo les digo). Aunque en el fragmento Fox parece controlar ventajosamente la polémica con la prensa, es él mismo quien se construye una imagen positiva; en el resto del texto otros enunciadores lo critican y al final del artículo su figura queda desprestigiada.
Los periodistas y los periódicos como enunciadores en la escena política Otro tipo de escena enunciativa se da cuando la participación de los periodistas en la producción de noticias adquiere relevancia temática en los textos. Por lo general, aparecen en interacción con los protagonistas de la noticia, en situación de conferencia de prensa, de viajes de políticos cubiertos por los reporteros enviados, etc. Entonces, el locutor periodista pasa a ser enunciador. El esquema de enunciadores inscritos en el relato del locutor podría representarse de esta manera: Locutor-enunciador
Enunciador
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
Puede haber varios grados de prominencia textual del interlocutor periodístico. Comenzaré presentando la interacción verbal en la cobertura de una conferencia de prensa conjunta entre Vicente Fox (presidente electo de México) y Jean Chrétien, primer ministro de Canadá, cuando el primero visitó ese país en agosto de 2000. La larga noticia de El Universal 8 de 33 párrafos dedica 25 al discurso citado de Fox y 8 al de Chrétien. El titular muestra que las declaraciones de Fox son el tópico principal: «Respetaré libertades: Fox». La mayoría de las citas del texto noticioso, ya sea en forma de discurso directo, indirecto o forma narrada, no especifican un interlocutor, pues este resulta implícito en el contexto. La situación de conferencia de prensa es mencionada en el segundo párrafo. Chrétien, como figura secundaria en un sentido temático, aparece referido en un complemento circunstancial: 4. «...vamos a ser un gobierno tolerante, plural, de transición e incluyente», sostuvo Fox Quesada, frente al primer ministro de Canadá , Jean Chrètien, en conferencia de prensa conjunta. ( El Universal , 23 de agosto de 2000).
La situación de conferencia de prensa se intercala cada ciertos tramos del texto: en el encuentro con la prensa, Jean Chrétien descartó ...; al inicio de la rueda de prensa, en la que estuvieron miembros del equipo de transición de Fox Quesada ...; en la conferencia de prensa a la que asistieron una treintena de representantes de medios de información de México y Canadá, el presidente electo Vicente Fox sostuvo ...
La interacción entre los conferencistas también puede adquirir relevancia; en este caso, en algunos discursos de Fox y Chrétien, los referentes al encuentro anterior entre ambos, como en: le comenté al primer ministro, Jean Chrétien, sobre las elecciones de Chiapas del domingo...; o en: Categórico, Chrétien sostuvo que, en el encuentro con Vicente Fox, el tema no fue tocado ni mucho menos analizado .
La interacción paralela entre cada conferencista y los reporteros produce una repercusión en el discurso de cada uno; de hecho, la interacción es múltiple: cada conferencista con los reporteros y entre ellos mismos: 8 El
Universal (fundado en 1916) es otro de los grandes diarios de Méxi-
co; tiene una tendencia pluralista.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
5. Al respecto, dejó en claro [Fox] que no vino a este país a presentar proyectos, sino a proponer ideas y a hablar de ‘oportunidades’. En esto coincidió el premier canadiense . La crítica y las observaciones serán siempre bienvenidas y abiertas, y seremos un gobierno transparente, responsable (...) insistió Vicente Fox. Sus palabras fueron recibidas con gesto de aprobación del propio Chrétien.
Se advierte cierta asimetría en la relación entre ambos en el hecho de que es la figura de mayor jerarquía quien aprueba las palabras del otro: Chrétien, como político experimentado del primer mundo, además de anfitrión, frente a Fox, quien se iniciaba como presidente electo en la política internacional. La referencia a la comunicación no verbal entre los participantes, como el «gesto» en (5), o la risa en el siguiente fragmento, describe un ambiente emocional en la conferencia. Los periodistas aparecen como audiencia activa: 6. Chrétien, quien arrancó la risotada de los periodistas al llamar al presidente electo simplemente «Vicente», en respuesta a que éste se dirige a él como «Jean», no dudó en destacar la presencia de Fox Quesada en Canadá (...)
Los últimos párrafos del largo texto noticioso dan cuenta de la opinión de Fox sobre tópicos particulares del escenario político mexicano, más alejados de la agenda bilateral mexicano-canadiense. En esta parte se hace explícita la participación de los reporteros: las palabras de Fox aparecen como respuesta al periodista que interroga: «Cuestionado sobre el conflicto en Chimalhuacán (...), Vicente Fox comentó...»; «en este contexto, también se le preguntó si al presidente Ernesto Zedillo se le puede considerar un nuevo Benito Juárez...»; « cuestionado sobre los sueños de Fox Quesada como presidente, respondió:...». La marca del reportero interlocutor contribuye a dar unidad a una serie de tópicos que de otra manera parecerían inmotivados con respecto a los temas generales de la conferencia de prensa. La interacción entre periodistas y políticos en situaciones pre vias al evento propiamente público de la conferencia de prensa puede llegar a ser tópico noticioso, con determinados fines ideológicos y/o políticos. En el fragmento siguiente, el periódico na-
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
rra la actitud bromista de Fox con los periodistas y transcribe en discurso directo un diálogo donde Fox usa el estilo coloquial que lo ha caracterizado (y distinguido de la formalidad de los presidentes mexicanos previos). SALMONCITO Y NEGOCIOS 7. La entrevista con los directivos de empresas canadienses y la posterior conferencia de prensa fueron las últimas actividades de Fox en Toronto, considerado el centro financiero de esta nación. En un lujoso hotel, el presidente electo almorzó con los hombres del dinero. Fox llegó al salón de la conferencia. Quiso bromear. ¿Ya comieron? preguntó a los reporteros. No. Pues yo sí. Comí salmoncito... de primera, a´i nomás. Y bueno, pues buen provecho para los que ya comieron y buenos deseos para los que no han comido. ¡Que coman pronto! Y arrancó con su exposición. («La inversión privada, antes de fin de año: Fox a empresarios de Canadá», La Jornada , 24 de agosto de 2000).
El encabezado de la sección (S ALMONCITO Y NEGOCIOS) muestra la importancia que La Jornada otorga a la escena, con la que construye una imagen de banalidad e inconsciencia del futuro presidente que se apresta a promover la inversión extranjera en México (hecho indeseable para el periódico). La escena también puede leerse como metáfora sobre la comida: Fox se deleita con el afamado producto canadiense de exportación, mientras México es ofrecido (¿cómo en bandeja?) a los empresarios canadienses (Williamson y Fonte, 2003). 9 La escena enunciativa construida conjuntamente entre políticos y periodistas puede adquirir carácter internacional y vol verse muy intertextual. Me refiero a la manifestación en el texto de que la información procede de otras fuentes, por lo general internacionales, ya que, por motivos de competencia, los periódicos suelen evitar la referencia a la prensa local. En este sentido, los periódicos se mueven entre el celo por la exclusividad y Agradezco la discusión de estos tópicos con Rodney Williamson, con quien trabajo en una investigación comparativa sobre la prensa mexicana y canadiense. 9
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
el reconocimiento a la circulación e intertextualidad de la información.10 Las noticias suelen dar cuenta de la valoración de sucesos importantes por la prensa extranjera, situación enunciativa frecuente en la cobertura de ciertas actividades como las visitas de los mandatarios al exterior; se suele incluir en la información la reacción de los medios del lugar de la visita. Los corresponsales en el extranjero también recogen regularmente información relevante sobre el país para el que reportan. Interesa conocer la imagen propia desde la perspectiva ajena. Por ejemplo, en la visita de Fox a Canadá cuyos reportes de prensa hemos estado comentando, los periódicos se hacían eco de las opiniones canadienses, como en el siguiente ejemplo: 8. En Canadá, varios son los medios que anuncian la llegada de Fox y lo identifican como el cowboy de las botas , el hombre de los bigotes negros , el charro mexicano y el ex gerente de la Coca Cola. No dejan tampoco de identificarlo como el hombre que puso fin a la septuagenaria cadena de gobiernos surgidos del PRI. («Despierta interés en Canadá la visita del presidente electo», La Jornada , 22 de agosto de 2000).
Si no, tomaban información de la prensa de ese país, como en el siguiente caso de un corresponsal del periódico acreditado al principio de la noticia: 9. El director jurídico para negociaciones comerciales de SECOFI [Secretaría de Comercio y Fomento Industrial], Hugo Pérez Cano declaró al diario canadiense The Globe and Mail que México no reconsiderará su posición de revisar el capítulo XI. («Reabrir el capítulo XI, pide Canadá», El Universal , 6 de septiembre de 2000).
La información puede provenir casi en su totalidad de lo publicado en la prensa extranjera (no me refiero a lo trasmitido por El periódico El Universal , por ejemplo, tiene una sección llamada «Cómo nos ven», que transcribe fragmentos de la prensa internacional. Es más frecuente la intertextualidad entre distintos medios; por ejemplo, los telediarios y noticieros radiales dan cuenta de los principales titulares de la prensa. 10
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
agencias internacionales). El periódico foráneo llega a ser el enunciador principal. Tenemos así, por ejemplo, el caso de una información sobre México, tomada de un periódico canadiense de circulación provincial y publicada luego en México: un político mexicano denunciado por peculado había desaparecido de la escena nacional. Dos meses después, el periódico canadiense Vancouver Province daba cuenta de su estancia en aquel país. El caso se convirtió en motivo de investigación periodística (y policial) en México. Una noticia de El Universal , «Indagan actividad de OEV en Canadá», señala en el subtitular la procedencia de la información: «La investigación policial busca determinar cómo llegó a ese país, qué hizo y si realizó alguna inversión, informó el diario Vancouver Province » ( El Universal , 17 de diciembre de 2000). En cinco de los 13 párrafos del texto, la información es atribuida explícitamente al periódico canadiense, por medio de fórmulas introductoras de discurso citado: 10. La Real Policía Montada de Canadá (RPMC) investiga las actividades en este país del ex regente de la ciudad de México, Óscar Espinosa Villarreal, quien durante dos meses y medio viajó de incógnito por esa nación, publicó el diario Vancouver Province (...) El Vancouver Province reportó, sin dar fuentes, que el ex regente de la ciudad de México habría in vertido en una propiedad compartida en Whistler.
La historia sobre el político fugitivo se inserta en un segundo nivel de representación. La diferencia con respecto a los casos considerados anteriormente es que el enunciador es otro medio de prensa. Por tanto, la escena enunciativa representada en un primer nivel no tiene un referente espacial preciso (como el lujoso hotel donde se desarrollaba, en interacción cara a cara, la conferencia de prensa: fragmento 7). Ahora, la enunciación es diferida y mediada por la escritura. Implica la circulación de enunciados en cadenas de locutores y lectores que a su vez re-enuncian. Este caso muestra una escena enunciativa más compleja, globalizada si se quiere, en la que los participantes, lejanos geográficamente, se unen por los conductos del flujo mundial de la información.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
La escena enunciativa en el espacio mediático En los casos vistos anteriormente, los políticos se dirigían a la prensa como medio para llegar al público; en los que siguen también, pero sus mensajes tienen, además, un destinatario específico. Es común que los políticos, en sus declaraciones, se refieran a sus adversarios en tercera persona, dirigiéndose a ellos indirectamente. Asimismo, en situaciones de conflicto, los participantes pueden no dirigirse uno al otro sino a la prensa, que constituye una escena de interacción diferida. La interacción entre enunciadores no es representada en el mismo texto noticioso; el diálogo se da en diferentes textos, a menudo con diferentes fechas. La escena enunciativa, en la que cada enunciador se dirige al locutor mediático por separado, se puede representar así: Locutor Enunciador
Enunciador
Una situación semejante, notoria por reiterada a lo largo de meses, ocurrió en México en 1999, durante la huelga estudiantil en la Universidad Nacional (ver fragmento 1) motivada por el rechazo estudiantil a un anunciado aumento de cuotas. Durante los dos primeros meses de este conflicto (que se prolongó por diez meses) las autoridades y los representantes estudiantiles no se comunicaron directamente; las dos partes insistían públicamente en la necesidad del diálogo pero acusaban a los otros de impedirlo con su intransigencia. La palabra diálogo fue la más utilizada por las partes en conflicto, aunque paradójicamente no se llevaba a efecto (ver Fonte, 2002b). Siendo partes constitutivas de la misma institución, estudiantes y autoridades no dialogaron durante mucho tiempo. Daban a conocer sus posiciones en conferencias y entrevistas de prensa. Esta extraña situación prolongó innecesariamente la huelga y transformó a los medios en parte integrante del desarrollo del conflicto. La interacción mediada por la prensa y realizada sólo en su espacio puede llegar a ser muy compleja, involucrando a personas en lugares distantes e incluso a diferentes medios. Tal fue el caso de
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
una disputa suscitada entre el subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el juez español Baltasar Garzón, conflicto que se dio en el espacio de la prensa mexicana principalmente (aunque también tuvo su repercusión en la española), en dos diarios por separado: cada participante se manifestó en un periódico diferente. El 25 de noviembre de 2002, La Jornada publicaba una larga carta (de más de 4000 palabras) del subcomandante Marcos dirigida a un músico español, amigo suyo, a propósito de una reunión antiglobalización a celebrarse en España. Entre los varios tópicos, Marcos insultaba al primer ministro Aznar, al rey español y a Garzón. 11 Los titulares de La Jornada decían: 11. «El subcomandante se congratula por el proyecto de fundación de un Aguascalientes en España». «Vaticina Marcos un crecimiento «geométrico» de los globalifóbicos ». «El juez Baltasar Garzón, un «payaso grotesco» al servicio de la clase política gobernante». «Critica el sometimiento del País Vasco y reivindica como legítima su lucha política».
La carta, de estilo coloquial y desenfadado, llena de expresiones provocadoras, puede dividirse en varias partes. Al inicio, Marcos se dirige a su amigo en segunda persona, luego introduce un diálogo con un personaje ficticio, después reflexiona en tono poético, etc. En los párrafos 28 y 29 se refiere a Garzón en tercera persona: 12. Bien sé que ese payaso grotesco que es el autodenominado juez Garzón, de la mano de la clase política española (que es 11
La Jornada ha sido el vocero de Marcos, concediéndole amplios espacios
de primera plana cada vez que éste ha deseado dirigirse a la opinión pública y dar a conocer determinada posición en la escena política nacional (o internacional como en este caso). Por otra parte, se ha señalado la dimensión mediática del movimiento zapatista (Emilsson y Zaslavsky, 2000), manejada hábilmente por el subcomandante Marcos, quien ha sabido apro vechar los recursos del espacio mediático para movilizar las fuerzas sociales a su favor e influir de modo diverso en la política nacional, sin moverse de la selva ni realizar acciones militares.
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
tan ridícula como la corte, pero sin ese discreto encanto que da el ¿cómo ha estado duquesa? Bien, barón, no extraño para nada al bufón de Felipillo porque el Pepillo es tan gracioso como aquél. Por cierto, haría bien subirse la bragueta, barón, no vaya a ser que coja usted un resfriado, que es lo único que se puede coger en la corte, etcétera), está llevando adelante un verdadero terrorismo de Estado que ningún hombre y mujer honestos puede ver sin indignarse. Sí, el clown Garzón ha declarado ilegal la lucha política del País Vasco. Después de hacer el ridículo con ese cuento engañabobos de agarrar a Pinochet (que lo único que hizo es darle vacaciones con los gastos pagados), demuestra su verdadera vocación fascista al negarle al pueblo vasco el derecho de luchar políticamente por una causa que es legítima.
El juez eligió otro periódico mexicano para responder al subcomandante. El 6 de noviembre, El Universal dedicaba su primera plana a la respuesta de Garzón a Marcos, bajo el titular «Reta el juez Garzón al Sub Marcos». Si el texto de Marcos, aunque con formato epistolar, no se podía adscribir a un género específico (por su extensión, su tono, su mezcla de irreverencia con asuntos serios, de opinión con diálogo ficticio), la carta de Garzón era convencional y mucho más sintética (111 líneas, destacaba El Universal ). Atacaba a Marcos de manera contundente y en segunda persona: 13. No necesita usted quitarse la máscara para haberse desenmascarado: usted, sencillamente, no cree en los derechos esenciales del hombre ni en la democracia, ni siquiera en los derechos cívicos de su propio pueblo (...) En esta larga batalla he podido cometer errores pero, a diferencia de usted, he dado la cara y firmado con mi nombre, y he asumido mis equivocaciones. En cambio, usted se parapeta cobardemente en una suerte de atalaya que le convierte en un ser extraño, exótico, un espectro detrás de una máscara y de una ridícula pipa. No suelo dar consejos, pero aquí va uno: abandone usted el disfraz y su escondite, demuestre que es un líder, dé la cara, enfréntese a la sociedad mexicana, defienda sus ideas en igualdad de condiciones; dígale adiós a las armas, permita que sus hombres sean libres, no secuestre ni mancille a la Democracia. De «gachupín a gachupín» (porque no dudo que usted
[email protected] 18 Mar 2017
Neyla Pardo Abril
tiene sangre «gachupina» en las venas) y con el mayor respeto y admiración hacia México, país entrañable al que tanto debemos los españoles, incluidos los vascos, le reto cuando usted quiera y donde usted quiera, a que sin máscaras ni disfraces, cara a cara, podamos hablar del terrorismo, de rebeldía, de dignidad, de lucha, de insurgencia, de política, de justicia, de todos aquellos valores que sirven para construir un país y una democracia y defender los derechos de los que menos tienen.
El 9 de diciembre La Jornada publicaba en primera plana el titular «Acepta Marcos el reto a debatir lanzado por Baltasar Garzón», acompañado por una foto de Marcos haciendo un gesto obsceno con la mano. Se trataba de una carta al magistrado, sin insultos pero sin abandonar el tono burlón y paródico: 14. Señor Baltasar Garzón: Leí la carta que me dirige, fechada el día 3 de diciembre del presente año y publicada el día 6 de los corrientes en el periódico mexicano El Universal . En ella, además de permitirse insultarme con toda clase de calificativos, me reta usted a un debate en lugar y fecha a mi elección. Le comunico a usted que acepto el reto y (como mandan las leyes de la andante caballería), puesto que soy yo el caballero retado, me corresponde a mí fijar las condiciones del encuentro.
Seguidamente, Marcos enumera varias condiciones para organizar un debate en Lanzarote, en un foro abierto de discusión sobre el pueblo vasco, y le pide al juez que consiga los salvoconductos para que él y sus acompañantes viajen sin problema a España. Junto con la respuesta a Garzón, La Jornada publicaba otros cuatro comunicados de Marcos, entre ellos a ETA y a la «sociedad civil» española, donde se deslindaba de apoyar el terrorismo y confesaba que su carta inicial fue deliberadamente provocadora. Estos comunicados tenían un tono formal. En su construcción del alocutario, Marcos tomaba en serio a los que respetaba pero no a los que considera adversarios. Mientras, el intercambio de cartas produjo varias reacciones en México y España; columnistas y personalidades evaluaron lo sucedido, inclinando sus posturas a favor de uno u otro. Por lo
[email protected] 18 Mar 2017
Análisis crítico del discurso y representaciones sociales
general, las posiciones a favor de Marcos se publicaron en La Jornada y en apoyo a Garzón, en El Universal . En este caso, ambos periódicos involucrados se vieron obligados a aludir frecuentemente uno al otro, de manera que el conflicto entre estos personajes conllevó un dialogo entre los periódicos. La Jornada fue muy activa en la construcción de la escena enunciativa. En noticia del 10 de diciembre hace un recuento de lo publicado sobre el asunto en distintos medios y agencias internacionales («Destacan medios internacionales la respuesta de Marcos a Garzón»). Abunda en citas textuales de lo que otros medios publican; además se refiere a los aspectos destacados por éstos e incluso a cuestiones de formato. Asimismo, evalúa la fidelidad con que fue trasmitida la información: 15. Anoche, en el noticiero sobre México que transmite la cadena CNN en español a las 21 horas, la tercera nota de los encabezados decía: El subcomandante Marcos envió cinco comunicados a través del diario La Jornada , en respuesta al desafío del juez Baltasar Garzón (...) La página web del diario El Mundo, de España, ubica en un sitio destacado la información: «El subcomandante insurgente Marcos propone a Baltasar Garzón un debate y se juega su célebre pasamontañas (...) Este periódico, sin embargo, no precisa que en todo caso el subcomandante lo que hace en estos nuevos comunicados es aceptar el reto que le lanzara Garzón (...) Por su parte, el diario Gara , del País Vasco, en su edición en Internet, y en ambos casos con minúsculas, cabecea: ‘marcos acepta el desafío de garzón’ (...) La agencia alemana es la única entre las consultadas que recoge el anuncio del líder insurgente sobre la intención del EZLN de presentar ‘demandas por delitos de lesa humanidad contra el señor Ernesto Zedillo (presidente de México de 1994 a 2000)’».
El carácter especular y repetitivo de esta noticia (que citaba a los medios que citaban a La Jornada ) se evidencia en la foto que acompaña al texto: la página web de un diario que a su vez tiene una foto de la primera página de La Jornada con una foto de Marcos. En los días subsiguientes, los periódicos españoles dejaron de prestar atención al caso (lo mismo que otros medios en México). Sin embargo, La Jornada mantuvo el tópico en sus páginas, publicando entrevistas y notas variadas que recogían opiniones so-