REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA MISIÓN SUCRE ESTADO TRUJILLO
PARTICIPANTES: YUSMARY RAMÍREZ LISBETH GONZÁLEZ
MAYO, 2011 INTRODUCCIÓN
La integración es un proceso continuo de aproximación y aprendizaje, que es vulnerable a crisis. La doctrina de Integración significa la extensión del ámbito multinacional de la tesis, según la cual el desarrollo económico es imposible sin industrialización. El crecimiento sostenido de una economía subdesarrollada depende del grado en que pueda fomentarse su activo proceso de situación de importaciones por producción interna a fin de que su capacidad para importar permita, adquirir un volumen óptimo de bienes y de tecnología. Laureano Vallenilla Lanz (Barcelona, Venezuela, 11 de noviembre de 1870 - París, Francia 16 de noviembre de 1936) escritor, periodista, sociólogo
e
historiador,
uno
de
los
principales
representantes
del
pensamiento positivista venezolano. Se ganó un lugar prominente en las primeras décadas del siglo XX como ideólogo y apologista del régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez1 y al mismo tiempo logra hacerse reconocer como uno de los pensadores e historiadores más originales y controversiales de su tiempo. Su obra fundamental se nutrió teóricamente de las doctrinas que el cierre del siglo XIX había dejado en boga: el evolucionismo y el positivismo. Apoyado en ellas, y con las exigencias del rigor académico, enfocó sus mayores desvelos sobre el tema del caudillismo.
BOLÍVAR Y LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA
La integración constituyó la primera preocupación de los líderes patriotas durante la guerra de independencia. Los revolucionarios entendían que dada la debilidad de los nacientes estados, era indispensable su unidad. De esa forma el Precursor de la independencia de Hispanoamérica, Francisco de Miranda, propuso la creación de una amplia nación, el gran incanato, un estado formado por todas las naciones del subcontinente, gobernada por un emperador Inca. El líder político chileno, Juan Martínez de Rosas, al publicar la Declaración de los Derechos del pueblo chileno, en 1810 propuso la unidad de los pueblos hispanoamericanos como una necesidad imperiosa, asimismo el revolucionario de ese mismo país, Juan Egaña, autor de la primera Constitución chilena, planteó la necesidad de una unión monolítica de nuestros pueblos. De esa misma forma el extraordinario patriota argentino Bernardino Rivadavia, se pronunció en el mismo sentido. Hubo muchos líderes independentistas que coincidían con esta magna idea, pero fue el Libertador Simón Bolívar, el más preclaro y prominente latinoamericano que supo interpretar la unión como una necesidad estratégica frente a las amenazas permanentes de las potencias extranjeras. Al final de la guerra el Libertador comenzó a concretar el proyecto de una confederación hispanoamericana. De esa forma el padre de la Gran Colombia, en su condición de Presidente de la República, en 1823 encomendó a su Ministro de Relaciones Exteriores, Manuel Gual, la elaboración de las bases de la confederación hispanoamericana. El primer paso para la concreción del proyecto fue la de encomendar al Ministro Plenipotenciario acreditado ante los gobiernos del Sur, Don Joaquín Mosquera para que se encargara de llevar el planteamiento a los gobiernos de Perú, Chile y La Plata. El primer acuerdo logrado fue el firmado entre La Gran Colombia y Perú, llamado "Pacto general sobre Unión, Liga y Confederación Perpetua. Este pacto inicial revela la naturaleza ideológica del pensamiento bolivariano
y tiene como objeto extenderlo al resto de naciones de la región, tomando en cuenta la asistencia integral entre los firmantes. En las gestiones realizadas por Don Joaquín Mosquera, se observa que no solo la unidad política motivaba ese instrumento subcontinental, sino también el tema económico. Se firmaron acuerdos para la formación de una zona de libre comercio suprimiendo las barreras aduaneras. De esta unión hispanoarnericana, cuyo único país que no se suscribió fue Paraguay, por la política aislacionista del dictador Francia, surgió en 1824 la idea del Congreso Anfictiónico de Panamá convocado para 1826. Este Congreso ha sido el intento más significativo en el marco de la concepción integracionista de Simón Bolívar, con la presencia de los estados confederados de la América española independiente.
LAS IDEAS DE VALLENILLA LANZ De la mesnada intelectual del positivismo venezolano –comprendido a finales del siglo XIX y comienzos del XX – descuella de manera singular Laureano Vallenilla Lanz, porque fue de todos ellos el más pragmático, quien sin empacho proclamaba que los pueblos necesitan un invariable “gendarme necesario”, para su desarrollo como sociedad, heredero de la
guerra civil de Independencia. Vallenilla había proyectado esta frase, y la insertó en su tratado sociológico “Cesarismo democrático”; sobre todo al expresar: “en todo ese largo periodo de cruentísima guerra , yo no veo otra cosa que una lucha entre hermanos, una guerra intestina, una contienda civil y por más que lo busco no encuentro el carácter internacional que han querido darle la leyenda”.
Vamos a recoger y referir un esbozo de la vida y actuaciones de Laureano
Vallenilla Lanz, uno de los áulicos más relevantes del dictador Juan Vicente
Gómez; señalando que fue prácticamente Jefe de Relaciones Públicas del “Tirano de La Mulera”; ya que dirigió – entre otras cosas – el periódico oficialista “El Nuevo Diario”, desde 1915 hasta la muerte del general Gómez
en 1935.
EL GENDARME NECESARIO Es una teoría elaborada bajo el signo del positivismo en los primeros años del siglo XX. Justifica la privanza de un gobernante de carácter autoritario como consecuencia de la incapacidad transitoria del pueblo para el ejercicio de la democracia. Según esta teoría, las características de las etnias que formaron en la Colonia el mestizaje venezolano, moldeado por el clima y el medio tropicales y constituido en rasgo permanente por la herencia biológica y cultural, producen una colectividad orientada hacia la inestabilidad y la disgregación. Esta tendencia masiva, en cuyo fondo influiría un instinto de aventura y suicidio, se habría evidenciado en las guerras civiles ocurridas después de 1830, en las cuales surge la figura del caudillo rural como eje de la conducta social. Mientras, las instituciones de procedencia liberal, europeas y norteamericanas, por estar desvinculadas de la realidad venezolana, proponían desenlaces erróneos para los problemas vitales del país, el siglo XIX venezolano habría presenciado un movimiento de diferentes grupos sociales a cuya cabeza estaría el caudillo, único factor de coherencia y contención. Gracias al impacto de la evolución, de la guerra entre grupos y caudillos, se transitaría hacia un estadio superior en el cual gobernaría un solo César, susceptible de liquidar los focos dispersos de poder y mantener bajo su monopolio la tutela del pueblo, mientras éste se prepararía para un
estadio más elevado en la escala evolutiva, el estadio de la positividad racional. En el fondo, la teoría encuentra fundamento en el progreso logrado por aquél, que juzga como único factor genuino de dirigencia colectiva al caudillo rural. Igualmente, la teoría encierra una lectura pesimista de la sociedad venezolana.
Gendarme necesario o cesarismo, es lo mismo; este nombre se obtiene de la imagen de Julio César, como emperador, autócrata y gobernante
absoluto.
“Los
rasgos
generales
de
cesarismo
son
la
concentración del poder en una figura carismática que capta todos los anhelos populares.“. Esta corriente de pensamiento no sólo justifica el
gendarme necesario, más que eso lo ve como una necesidad ante el carácter disociado de nuestra raza. Ojo. este concepto eminentemente positivista que estigmatiza nuestra ascendencia, por europeo de baja clase, por negro africano, y/o por indio, principalmente por lo último, son conceptos con los que no estamos de acuerdo, ideas acerca de las cuales hablaremos en próximas entregas, y hablaremos de la opinión de los latinoamericanos que dice que prefieren en su mayoría absoluta, un gobierno militar, siempre que
le
solucione
el
problema
del
hambre.
Ambiente
de
opinión
latinoamericano que coloca a Venezuela en el escenario de hacer un nuevo cesarismo.
CONCLUSIÓN
Las ideas liberales de la integración continental de Simón Bolívar en 1820, por ejemplo, no logró resultados concretos, pero contribuyó para una formación simbólica de una identidad subcontinental. Por la mezcla de intereses regionales distintos, se cristalizó a lo largo del siglo XIX como una difusa mezcla entre afinidad y desconfianza entre los países latinoamericanos, a saber: las afinidades provenían de una política defensiva de los gobiernos latinoamericanos ante las amenazas externas (por ejemplo, españolas en 1860 y después norteamericanas, especialmente por su política intervencionista y hegemónica en lo continente. Las desconfianzas surgieron especialmente por causa de conflictos territoriales, ocasionadas por demarcaciones incorrectas que se remontaban hacia el tiempo
colonial,
dificultando
así,
el
nacimiento
de
una
identidad
latinoamericana, y consecuentemente impidieron una integración más sólida en el subcontinene hasta las primeras cuatro décadas de este siglo. La obra de Vallenilla Lanz proporcionó y sigue aportando ideas fundamentales para la comprensión de nuestro pasado histórico. Al caracterizar la guerra de independencia como una guerra civil, permite arrojar luces sobre nudos de nuestra historia ante los cuales la historiografía ha naufragado reiteradamente. Su tesis sobre el Gendarme Necesario, no explica únicamente el pasado, explica la recurrente necesidad de la burguesía internacional de recurrir a la dictadura para impedir que la gesta justiciera de Boves, de Páez o de Zamora recorra nuevamente el territorio venezolano.