Constructivismo, Constructivismo, construccionismo social y narraciones ¿En los límites de la sistémica? por Mony Elkaim Elkaim (*)
Hacia fines de los año setenta, el sistema que se estudiaba la mayoría de las veces en terapia familiar era el de la familia, y se consideraba generalmente al terapeuta como un observador externo. Muy pocos terapeutas se interesaban en el sistema terapéutico. Este abordaje aceptaba implícitamente que existía una realidad objetiva exterior a nosotros, realidad que era necesario develar para ayudar a los pacientes a desacerse de la red en la que estaban capturados. !in embargo, a partir del comien"o de los años ocenta, y m#s particularmente después de la publicaci$n en alem#n en %&'% de la obra dirigida por (aul )at"la*ic+, -a realidad inventada %/, un nuevo movimiento llamado constructivismo se expandi$ en el ambiente de los psicoterapeutas de familia0 este enfoque invocaba los trabajos de Ernst von 1lasersfeld 2/, de Hein" von 3oerster 4/, de Humberto Maturana 5/ y de 3rancisco 6arela 5/. -uego, unos años m#s tarde, el constructivismo fue atacado a su ve" en nombre del social construccionismo construccionismo social/7 nuevas formas de terapia que insistían sobre las narraciones o las soluciones propusieron, entonces, reempla"ar la met#fora cibernético8sistémica por la met#fora, esta ve" postmoderna y antropol$gica 9/. :uerría comen"ar esta introducci$n describiendo brevemente las tesis constructivistas, exponiendo las teorías de los representantes del construccionismo social y las críticas que estos an dirigido al construccionismo7 después de lo cual presentaré las principales escuelas de estas dos corrientes, así como ciertos autores que an encarnado estos movimientos en el campo de la psicoterapia. -os trabajos e Hein" von 3oerster sobre la segunda cibernética, así como los de Humberto Maturana y 3rancisco 6arela sobre la percepci$n, estuvieron parcialmente en el origen de la aplicaci$n de las teoría constructivistas al dominio de la terapia familiar. Hein" von 3oerster ;/ insisti$ sobre la relaci$n entre el sistema observador y el sistema observado, mostrando que estos dos sistemas son inseparables. (oniendo el acento sobre la ética y adjudicando un lugar esencial al vínculo que ponen en relaci$n al otro con uno mismo esta relaci$n es la identidad, decía él/, consideraba que realidad y comunidad van del a mano7 y adem#s desarroll$ este punto de vista en una introducci$n a un artículo de 3rancisco 6arela en la cual indicaba que al ubicar la autonomía del observador en el centro de su filosofía
lenguajeantes ==/ fundamentalmente indisociables de a trama de acoplamientos estructurales que teje el lenguaje. 1racias a estos pensadores constructivistas, los terapeutas familiares an sido llevados a descubrir que la construcci$n mutua de lo real en psicoterapia cuenta m#s que la b>squeda de la verdad o de la realidad. Este descubrimiento a tenido por lo menos cuatro implicaciones capitales en el campo terapéutico0 En la medida en que acoplamientos diferentes acen emerger mundos diferentes, y sin embargo compatibles, una psicoterapia exitosa no implica que el terapeuta a tenido ra"$n, sino que la construcci$n que él edificado con los miembro del sistema terapéutico es operativa7 ? asimismo, la intervenci$n del terapeuta, en lugar de apuntar a acer surgir alguna verdad pretendidamente aprovecable para el sistema o para sus miembros, debe tender m#s bien a aumentar el campo de las posibilidades7 Es conveniente notar, por otra parte, que el concepto del acoplamiento estructural tal como Maturana y 6arela lo an elaborado para describir aquello que se manifiesta en la intersecci$n de un sistema determinado por su estructura y un medio en el que el sistema se inserta '/ , mantiene la importancia de la autonomía individual y, por lo tanto, de la responsabilidad personal7 3inalmente, aquellos que, como 3oerster, se niegan a separar al observador del sistema observado son confrontados inevitablemente con una paradoja auto referencial7 les es necesario formular imperativamente el problema en otros término para evitar recaer en la eterna pregunta0 ¿Cómo es posible hablar de una situación de la cual nosotros participamos sin que nuestras descripciones sean contaminadas por nuestras propiedades personales? •
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Entre los numerosos congresos de terapia familiar que se llevaron a cabo acerca de temas constructivistas en los años ocenta, algunos an tenido una importancia particular. @no de los primeros congresos referentes a este dominio fue organi"ado en febrero de %&'9 en !aint? Etienne bajo la égida de Aeynaldo (errone, psiquiatra y terapeuta familiar especialista en el tratamiento de comportamientos violentos intrafamiliares7 fue en el curso de este encuentro, en el cual participaron Edgar Morin y Barlos !lu"+i, que Humberto Maturana y Hein" von 3oerster fueron presentados por primera ve" a los terapeutas franceses. -uego el Mental Aesearc Cnstitute Cnstituto de Cnvestigaci$n Mental/ de (alo Dlto organi"$ en %&', en !an 3rancisco, un coloquio titulado Maps of te *orld, maps of te mind Mapas del mundo, mapas de la mente/. Es conveniente, finalmente, agregar a esta lista los dos seminarios que la 1ordon Aesearc Bonference organi"$ sobre el tema de la cibernética, primero en junio de %&'; en )olfeboro Fe* Hampsire/, luego en enero de %&'' en Gxnard Balifornia/0 mucos terapeutas interesados por las tesis constructivistas entre ellos, -ynn Hoffman, om Dndersen, Iradford a decididamente al construccionismo social en la era postmoderna, definiendo el modernismo como una visi$n del mundo enrai"ada en los siglos 6C y 6CC.
!eg>n este autor, el modernismo asimilaba al mundo a una gigantesca m#quina que los ombres debían y podían comprender, esperando que la comprensi$n del funcionamiento de esta m#quina produjera conocimientos garantes de un progreso ilimitado0 de manera que el pensamiento moderno ponía el acento sobre los proyectos, la evoluci$n, la objetividad y la racionalidad. Mientras que el pensamiento postmoderno abría nacido acia el fin de los años sesenta, juntamente con el cuestionamiento de un orden político amoral que se preocupa >nicamente en acumular m#s rique"as y poderes7 el enfoque moderno asocia, por consiguiente, la reivindicaci$n ética con la desconstrucci$n de los conceptos de la racionalidad, objetividad y progreso. En su obra titulada "Realities and relationships" (Realidades y relaciones"), Kenneth Gergen analió las relaciones anudadas entre el constucti!ismo y el construccionismo social al concebir ambos el saber como una construcción del esp#ritu y al rehusar uno y otro de$inir el conocimiento como el re$le%o $iel de una realidad o de un mundo independiente de nosotros (concepción caracter#stica del modernismo), estos dos en$oques rechaan el dualismo su%eto& ob%eto' ero para los construccionistas, conceptos tales como "el mundo" o el "esp#ritu" no tiene el estatus ontológico que parecen atribuirles los constructi!istas, porque ellos pertenecen a prcticas discursi!as y son, por lo tanto, susceptibles de ser discutidos y negociados en el lengua%e' !eg>n 1ergen, el constructivismo est# ligado a>n a la tradici$n occidental del individualismo en la medida en que describe la construcci$n del saber a partir de procesos intrínsecos al individuo, mientras que el construccionismo social, por el contrario, busca remontar las fuentes de la acci$n umana a las relaciones sociales. En ese sentido que él afirma0 "la construcción del mundo no se sit*a en el interior de la mente del obser!ador, sino ms bien, en el interior de di$erentes $ormas de relación"' -as consecuencias de este enfoque para la psicoterapia podrían ser las siguientes, de acuerdo a 1ergen0 -os intercambios verbales entre el terapeuta y el paciente no refleja una cierta verdad, no se trata de verificar o aplicar una teoría preconcebida, sino de comprometerse en un di#logo potencialmente productivo7 Buando el paciente abla de tal o cual problema, es importante interrogarse acerca del contexto relacional pregunt#ndose acia quién dirige ese discurso y con qué fin. -a evocaci$n de una depresi$n, por ejemplo, puede ser un medio de reunirse con el pr$jimo, de invitar a otras personas a entrar en ciertas dan"as específicas7 Dl ser los significados co? generados por el paciente y el terapeuta en el contexto terapéutico, no existe m#s una vo" >nica, así como no existe un yo unificado0 no ay una vo" sino varias, e incumbe entonces al terapeuta, a partir del especto pragm#tico del lenguaje terapéutico, ayudar al paciente a acer surgir en él otras voces que le permitan orientarse acia otras formas de "con!ersación"' •
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"Los conversadores" Fumerosas escuelas se icieron eco de estos >ltimos desarrollos. Harry 1oolisian y Marlene Dnderson %2/, estimando que el vivir es comprendido y sentido a través de las realidades narrativas socialmente construidas, se pronunciaron a través de terapias centradas en la disoluci$n del problema dissolving terapies/, por oposici$n a los solving terapies, centradas sobre el síntoma. (ara estos dos autores, la intervenci$n terapéutica es un principio obsoleto0 el terapeuta no interviene m#s sino que se contenta de participar en la conversaci$n terapéutica a partir de una posici$n de perplejidad. (ara Micael )ite, terapeuta familiar que ejerce en Ddelaida, Dustralia, el terapeuta, inspir#ndose en Nerrida, debe buscar reconstruir las verdades que fueron separadas de las condiciones y los contextos de su producci$n. (ensando en la senda de Micael 3oucault, que los dominios de conocimiento son dominios de poder, )ite adiere a la definici$n foucaultiana de la exclusi$n como consecuencia del a aceptaci$n de una identidad socialmente atribuida0 tanto para las personas como para los grupos, ser#a la identidad impuesta al indi!iduo marginaliado la que crear#a la e+clusión, ms que la no pertenencia a tal o cual colecti!idad' Aeencontrando por otro lado las intuiciones antipsiqui#tricas de los años sesenta,
él estima que es fundamental develar la naturale"a política de las interacciones locales y se esfuer"a, por lo tanto, en exteriori"ar los discursos interiori"ados gracias a las conversaciones terapéuticas que apuntan a repoliti"ar aquello que abía sido despoliti"ado. Muy atento, en definitiva, a la importancia de los relatos para la construcci$n de las significaciones de las experiencias individuales, él considera que los conocimientos culturales pueden terminar por constituir un factor de subjetivi"aci$n7 para él entonces, es en el espacio creado en terapia por la exteriori"aci$n de algunos de estos discursos interiori"ado, en la distancia nueva que la persona tiende a establecer con sus relatos, que las narraciones alternativas pueden eventualmente, edificarse. Dunque )ite se aya definido en alg>n momento como constructivista radical, aya elogiado también a los estructuralistas para quienes los comportamientos reflejan la estructura de la mente/, como a los funcionalistas que se polari"an m#s bien acia la funci$n que el comportamiento tiene a cumplir en un sistema dado/, su escuela est#, sobre todo, inserta en el movimiento del construccionismo social. Bomo Dnderson y 1oolisian, !teve de !a"er, del Irief 3amily erapy Benter de Mil*au+e, en los Estados @nidos, piensa que los problemas est#n inscriptos en el lenguaje, pero en oposici$n a estos autores, él se adjudica como principal objetivo resolver lo m#s r#pidamente posible las dificultades de los pacientes0 al interesarse muco menos en la causa de los problemas que en el descubrimiento de las soluciones, él se dedica a promover estas resoluciones amplificando los recursos latentes de las personas que an solicitado su ayuda, conforme al método de Eric+son. O también busca las excepciones, porque est# convencido de que la realidades construida m#s bien que descubierta0 junto con Cnsoo ltiples son un rasgo com>n a la mayoría de las escuelas de formaci$n0 en efecto, es relativamente rara en Europa la formaci$n en un solo abordaje. (ero la rique"a de la D(A3 est# todavía amplificada por la pertenencia de sus formadores a un sistema psiqui#trico institucional en el seno del cual an desarrollado numerosas unidades de psicoterapia familiar. Los que preguntan En el contexto en el cual el di#logo tiende cada ve" m#s a ser preferido a la "inter!ención" para modificar las significaciones y aumentar el campo de las alternativas posibles, la importancia terapéutica de las "preguntas" no puede m#s que incrementarse0 esta noci$n a sido tomada en cuenta por -uigi Ioscoso, 1ianfranco Beccin,
!lu"+i, (eggy (en, -ynn Hoffman y mucos otros, que an subrayado el eco de que las preguntas podían ser poderosos instrumentos de autocuraci$n. Es interesante remarcar c$mo ciertos terapeutas familiares an sido llevados a distanciarse del constructivismo para tornarse acia el construccionismo social. -ynn Hoffman y Herlene Dnderson an contado de qué manera Harold 1oolisian se separ$ del constructiviamo desde el final de los años ocenta0 esta separaci$n se produjo, seg>n ellas, en la villa de !ulitjelma Foruega/, donde om Dndersen abía organi"ado un encuentro en el cual abían participado, entre otros, Ernst von Blasersfeld, Hein" von 3oerster, Humberto Maturana, -ynn Hoffman, Harold 1oolisian Marlene Dnderson, 1ianfranco Beccin y -. Ioscoso. Dnderson y 1oolisian abían proyectado en un video a los te$ricos para brindarles un ejemplo concreto de su estilo no?directivo, y no solamente su trabajo pareci$ aber sido poco comprendido, sino que ciertos miembros de la asistencia se abían mostrado decididamente refractarios a su demostraci$n. (oco después, en el momento en que -ynn Hoffman no conseguía seguir m#s un debate entre dos te$ricos constructivistas, Harold 1oolisian se aproxim$ a ella para anunciarle que venía de acerse un clic+ en su mente0 acababa de comprender que la cibernética no era una ciencia de la comprensi$n sino una suerte de energía fundada sobre el control, y dijo estar convencido de la necesidad de renunciar en adelante a las analogías de tipo cibernético. En el curso de la conversaci$n en la cual -ynn Hoffman me puso al tanto de este eco, Harlene Dnderson precis$ el eco de que, para aquella época, 1oolisian y ella misma estudiaban tanto a ltiple que se funde en el lenguaje y las relaciones, en tanto que el no? saber del terapeuta en considerado indispensable para la eclosi$n de nuevas posibilidades. Dl concebir la terapia como una colaboraci$n entre dos personas con experiencias y perspectivas diferentes m#s que como una colaboraci$n entre un experto y sujetos que demandan ayuda, este grupo dedujo l$gicamente que el terapeuta debe aceptar instalarse en un no?saber a fin de abrirse a las posibilidades que el saber aría peligrar. Esta posici$n, que permite mantenerse en un proceso de aprendi"aje, privilegia la b>squeda com>n del terapeuta y el cliente sin implicar sin embargo, el reca"o de todo saber anterior. =/ Mony El+aim fue presidente y fundador de la !ociedad Europea de erapia 3amiliar. ==/ F. del .0 En el original, langagiers. Babe consignar que los autores Maturana y 6arla suelen utili"ar el neologismo lenguajear.