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Presentacion de la clase correspondiente a limitesDescripción completa
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Descripción: Los limites de la literatura_Alberto Giordano (ed)
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Kansas tiene 17 años y solo estoy descubriendo de qué se tratan las mujeres. No ayuda que la esposa de 26 años de su nuevo vecino sea absolutamente hermosa.Descripción completa
Cruzando Límites. Henry GirouxDescripción completa
Este breve libro, soportando aun la cruz de la filosofía, compone en sus fragmentos las islas de un logos sumergido, territorios entresacados de los oscuros lugares ocultos al implacable imp…Descripción completa
Demonstração dos dogmas de MariaDescripción completa
—Se van a dar cuenta de que los estás mirando —susurró Savannah. Trató de concentrarse en la revista que estaba leyendo, pero la visión de Caleb, mientras vaciaba una botella de agua sobre su cabeza, era todo un regalo para sus ojos. —¿Tú crees que lo hacen a propósito? —inquirió Cassie con la frente arrugada. —¿El qué? —Ya sabes, estar ahí, medio desnudos, haciendo posturitas y presumiendo de músculos y tatuajes. —Sacudió una mano, como quitándole importancia—. No es que me moleste, lo estoy disfrutando, pero hay que tener un ego muy grande para exhibirse de esa forma. ¡No me gustan los creídos! —Para no gustarte, no les quitas los ojos de encima —le hizo notar Savie. —¡Qué quier es, no soy de piedr a! Savannah les dedicó otra mirada de soslayo bajo sus gafas de sol. —No creo que se estén exhibiendo. Hace calor y están trabajando sobre un tejado. Y lo creía de verdad. Hacía un calor insoportable y desde donde se encontraba podía apreciar como a Caleb le brillaba la piel por culpa del sudor. Pensó en sus manos sosteniéndola por las caderas, en lo que sintió cuando cayó en sus brazos, y se estremeció. Recordó su penetrante mir ada y se le aceleró la respiración. Intentó distraerse con la r evista de la que no había logrado leer ni un solo párrafo en la última hora, y que empezaba a humedecerse por la presión de sus dedos. —Oh, oh, el fracasado se larga —canturreó Cassie. —Se llama Tyler —le recordó Savie. —¡Nos vemos en el Shooter! —dijo Tyler a Caleb una vez en el suelo. Alzó la mano a modo de despedida y cruzó el jar dín hacia la salida. Cassie se giró en la toalla y se apoyó en los codos para tener una mejor perspectiva del jardín. —¿Ya te marchas, Fracasado? —gritó para llamar la atención del chico. A Savannah se le escapó un gemido de sorpresa. —Pero ¿por qué te metes con él? —musitó, poniéndose roja como un tomate. Tyler se detuvo y las miró con mala cara. —Sí, ¿qué pasa? ¿Quieres cachearme por si estoy robando algún clavo?