2011
INDICE INTRODUCCIÓN
03
CULTURA WARI Ubicación geográfica Influencia Tiahuanaco Formación del Estado Wari Periodización del Imperio Wari
04 06 07 08 09
EXPANSIÓN WARI Presencia Wari en el litoral Incursión Wari en la selva
11 13 15
LA CIUDAD WARI Sectores de la ciudad El urbanismo Wari Las rutas Wari
16 17 18 19
MANIFESTACIÓN CULTURAL WARI
20
Organización Social Organización Política – Militar Patrón de asentamient asentamiento o Agricultura Arquitectura Cerámica Economía y política Escultura Metalurgia Religión Textilería
20 21 22 23 24 26 29 31 32 33 34
CAIDA DEL IMPERIO WARI
36
CONCLUSIÓN
37
REFERENCIAS, BIBLIOGRAFÍA, LINCOGRAFÍA
39
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INDICE INTRODUCCIÓN
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CULTURA WARI Ubicación geográfica Influencia Tiahuanaco Formación del Estado Wari Periodización del Imperio Wari
04 06 07 08 09
EXPANSIÓN WARI Presencia Wari en el litoral Incursión Wari en la selva
11 13 15
LA CIUDAD WARI Sectores de la ciudad El urbanismo Wari Las rutas Wari
16 17 18 19
MANIFESTACIÓN CULTURAL WARI
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Organización Social Organización Política – Militar Patrón de asentamient asentamiento o Agricultura Arquitectura Cerámica Economía y política Escultura Metalurgia Religión Textilería
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CAIDA DEL IMPERIO WARI
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CONCLUSIÓN
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REFERENCIAS, BIBLIOGRAFÍA, LINCOGRAFÍA
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INTRODUCCIÓN Huari , su expansión, la formación Este trabajo trata sobre la Cultura Wari o Huari, del Imperio, sus sus manifestaciones manifestaciones culturales, culturales, hasta su caída. Es considerado el primer Imperio del mundo andino. El fascinante mundo Wari, se pierde en la noche de los tiempos, todo su pasado esplendor se encuentra oculto a ojos profanos, cubiertos por la vegetación o por las arenas de los desiertos. Lo poco que se le ha estudiado, ha sido suficiente para determinar la grandeza de este sabio y laborioso pueblo guerrero. Hicieron frente a toda clase de dificultades; y, salieron victoriosos. La población aumentaba, planificaron sus ciudades con una sorprendente visión arquitectónica. Los alimentos eran escasos, desarrollaron la agricultura y ejecutaron grandes obras de ingeniería hidráulica. La guerra como medio de conquista, prepararon y armaron grandes y poderosos ejércitos. La comunicación rápida era necesaria, la facilitaron con la construcción de una amplia red de caminos, que en la actualidad, algunos de ellos se siguen utilizando. Donde fue necesario, colocaron puentes, demostrando con ello su destreza en lo que respecta a la ingeniería civil. Necesitaron administrar adecuadamente los territorios conquistados distantes de la capital imperial, para lo cual crearon los llamados “Centros Provinciales”, algunos de estos fueron: Pikillaqta en el Cusco y Pachacamac en Lima. En las que planificaron y construyeron grandes ciudades. Desarrollaron para fines rituales y utilitarios, la cerámica, la metalurgia y la textilería. En cuanto a la religión, difundieron por todo el imperio el culto al Dios Wiracocha. En lo que respecta, a la caída y desaparición del Imperio Wari, esto es todavía un gran misterio, se han planteado algunas teorías que hasta la fecha no se han podido comprobar.
A continuación, ingresemos al sorprendente mundo Wari. 3
CULTURA WARI Capital
Wari o Huari
Idioma principal
Quechua
Religión
Creencias andinas animistas
Período histórico
América precolombina
Establecido
600 d.C. – 1200 d.C.
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La cultura Wari o Huari, fue una civilización andina , del periodo Horizonte Medio, que floreció en la actual Región Ayacucho, en el centro de los Andes, aproximadamente desde el año 600 hasta 1200 d. C. La capital del imperio Huari, llamada también Huari está situada a 25 km al noreste de la ciudad de Ayacucho, Perú. Esta ciudad capital era el centro de una civilización que abarcaba gran parte del altiplano y la costa del Perú. Llegó a expandirse hasta los actuales departamentos peruanos de Lambayeque por el norte, Arequipa por el sur y hasta la selva del departamento del Cusco por el este, según un hallazgo dado a conocer en febrero de 2011. En efecto, en Espíritu Pampa, distrito de Vilcabamba, provincia de Concepción, departamento del Cuzco, se encontró un complejo funerario en cuya tumba principal, perteneciente a un dignatario del Imperio Huari, se hallaron un pectoral, una máscara de plata, 223 cuentas del mismo metal, 17 piezas de oro y más de cien piezas de cerámica. El hallazgo del Señor Huari de Vilcabamba ha sido comparado en importancia con la del Señor de Sipán. Al principio, su territorio se amplió hasta incluir al centro religioso de Pachacamac, aunque parece haber permanecido en gran medida autónomo. Más tarde se amplió para incluir la mayor parte del territorio de la cultura Moche. Los restos mejor conservados de la cultura Huari se ubican cerca de la ciudad de Quinua en las Ruinas de Wari, y en la recientemente descubierta Ruinas de Wari en el norte, cerca de la ciudad de Chiclayo. También son conocidas las ruinas Wari de Pikillaqta, ubicadas al sureste de Cuzco en ruta al Lago Titicaca. Los Huari son históricamente importantes por varias razones. Fueron contemporáneos con los Tiahuanaco (llamado también Tiwanaku) que gobernaban en el altiplano y compartieron ciertos rasgos estilísticos, sigue habiendo debate en torno a la relación entre las dos organizaciones políticas y se ha sugerido que los dos Estados se hayan fusionado formado un imperio "Tiahuanaco-Huari" (imperio Tiwanaku-Huari). A diferencia de la cultura Chavín, la expansión Wari no sólo se limita a la difusión de la religión y influencia artística. Los Wari fueron conquistadores militares. Ellos construyeron y mantuvieron importantes postas militares a lo largo de gran parte de su territorio. Los Wari construyeron un gran imperio y aunque el Imperio de los Incas es más conocido, el imperio huari duró cuatro veces más de tiempo y enseño el valor de la unificación cultural a los incas.
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UBICACIÓN GEOGRÁFICA La capital del Imperio Wari estuvo ubicada a 25 kilómetros al noreste del departamento de Ayacucho, en los Andes centrales. El área ocupada por esta ciudad era de más de 1000 hectáreas, y la población que tuvo fluctuó entre los 10 y 20 mil habitantes. Por la sierra, la cultura Huari se expandió hasta Cajamarca en el norte, y hasta Sicuani, en Arequipa, en el sur. Por la costa, llegó hasta Lambayeque en el norte, y hasta Ocoña y Sihuas, en Arequipa, en el sur. Esta civilización conquisto y sometió a un sinnúmero de pueblos como los Nazca, Mochica, Huarpa entre otros pequeños centros culturales. El nombre de la cultura se deriva del lugar Huari (Wari), centro político de su civilización. Durante la época del Imperio Wari, esta civilización puso fin al Regionalismo cultural (Intermedio temprano) y comenzó la Unificación cultural (Horizonte Medio).
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INFLUENCIA TIAHUANACO La Cultura Tiahuanaco se desarrolló en el altiplano entre los años 550 y 900. Influenció en los huari sobre todo en el aspecto religioso y cultural. En algunas de sus cerámicas se aprecia la representación de divinidades con rasgos antropomorfos y zoomorfos, similar a Wiracocha (dios de los báculos) de los tiahuanacos. Esta divinidad se ve en las culturas posteriores tiahuanacas, que aparece representado en la conocida Puerta del Sol, ubicada en el complejo de Kalasasaya (en Bolivia). Monolitos Los monolitos huari tienen influencia tiahuanacota, sin embargo sus personajes no muestran las posiciones severas que caracterizan a los monolitos de la civilización del Collao. A diferencia de los monolitos de Tiwanaku, no portan cetros ni armas, y además son robustos. La similitud con Tiwanaku son los lagrimones en los ojos (presentes también en los monolitos de Ponce y Bennet). Los monolitos huari descansan sobre un pedestal y se guardaban en una antigua hacienda en Huacaurara hasta su traslado en la ciudad de Ayacucho, en donde se conservan en la actualidad.
VASO WARI
HUACO WARI
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FORMACIÓN DEL ESTADO WARI La cultura Huarpa antes de Wari, se ubicó también en Ayacucho. Su nombre deriva de un río afluente del Marañón. Fueron reconocidos por su producción en la tierra cinco veces más de la que se produce ahora gracias a su tecnología hidráulica. Para saber el origen el estado Wari tenemos que remontarnos al desarrollo inicial Huarpa, alrededor de 500 a.C., cuando sólo era un centro manufacturero sin mayor importancia. Las influencias de Nazca y Tiahuanaco les permitieron desarrollar intercambios en la costa sur y fundan colonias comerciales, mientras tanto, conseguían otros logros tales como un urbanismo temprano y experiencias administrativas mucho más amplias que las que se puede conseguir bajo un régimen religioso. Centros administrativos pre-estatales como Ñawinpuquio, Churucana, Tantawasi, Simpapata y Tablapata son muy útiles para investigar el origen del fenómeno Wari, pues presentan cambios sustanciales en sus rasgos arquitectónicos y urbanísticos tales como plazas, canales, vías de circulación interna, canchas y muros divisorios. La diferenciación de espacios en estas ciudades, junto a la iconografía de la cerámica, evidenciaría la gestación de una jerarquización de la sociedad. Poco a poco las aldeas se aglutinarían en un proceso de desruralización, formando centros de producción alfarera sofisticada y en serie. Los Huari adoptan la religión de los Tiahuanaco y la exportan como un medio de control ideológico hacia las poblaciones ocupadas, es por ello que no desarrollan grandes templos destinados al culto en sus ciudades.
VASIJA WARI
HUACO WARI
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PERIODIZACIÓN DE LA CULTURA WARI La civilización Huari es un fenómeno político estatal que surge entre el 550 d. C. y el 900 d. C, aunque existen discrepancias sobre los fechados entre algunos investigadores. Se divide a la cultura huari en 6 etapas que son: 1A, 1B, 2A, 2B, 3 y 4. LA ETAPA 1A En la etapa 1A surge la ciudad capital denominada Huari, y que dio el nombre a ésta civilización; en este periodo se nota una elevada influencia de la mitología tiahuanacota deducida de las vasijas halladas en «Qonchopata» (Ayacucho), en donde se representan repetitivamente el tema plasmado en la Portada del Sol de Tiwanaku. Existen dos estilos alfareros huaris representativos de este periodo, denominados «Qonchopata» y «Chakipampa A». La influencia tiahuanacota se evidencia también en el templete semisubterráneo encontrado en la ciudad de Wari. Durante éste periodo destacan enclaves en la costa de Ica y Moquegua. LA ETAPA 1B En ésta etapa la característica principal son los grandes cambios en la estructura sociopolítica Wari. La ciudad de Wari crece debido a la migración procedente de las zonas rurales. En lo político el estado Wari se fortalece y se expande; se desarrollan los centros provinciales de Honqo pampa y Willcawaín, en el callejón de Huaylas; Wiracochapampa y Marcahuamachuco en La Libertad y Pikillaqta en el Cuzco. No son muy claras cuáles son las causas de la expansión de la cultura Huari. Ciertamente, sin embargo, emplearon un poderoso ejército, y debido a la mejora de las condiciones meteorológicas y el desarrollo de técnicas agrícolas que proveyeron excedentes de alimentos, lo que permitió el crecimiento de la población en general. Por lo tanto, era necesario incorporar nuevos territorios para dar cabida a la población y satisfacer sus necesidades, lo cual no tendría lugar sin un poder político fuerte y un eficiente ejército. Evidencias arqueológicas afirman el posicionamiento Huari en la costa central y sur; y algunas evidencias arqueológicas en el valle del Santa. Asimismo se fundan sitios como Wariwillka, Jincamoco y Waywaka, todos estos sitios estuvieron interconectados por redes viales. Los sitios al norte de Huari evidencias la adaptación de los estilos arquitectónicos de los Huaris a los estilos locales, alterando algunos conceptos y asimilando otros. En la alfarería destacan los estilos denominados «Robles Moqo», «Chakipampa B» y «Pacheco», éste último asociado a un sitio arqueológico de importancia en la zona de Nazca. 9
LAS ETAPAS 2A Y 2B Durante la etapa 2A existen evidencias de una reestructuración política y una última expansión; destacando por centralizar aún más el poder en la ciudad de Huari. Esto origina que la ciudad de Huari alcance su máxima extensión y su mayor índice demográfico, naciendo nuevas urbes periféricas como «Jargampata» y «Azángaro» en San Miguel y Huanta respectivamente. Los estilos alfareros predominantes durante el periodo 2A fueron «Viñaque», «Atarque» y «Pachacámac». Surgen además los sitios costeños de «Socos» en el valle del río Chillón, y «Conoche» en Topará. En la época 2B, Huari se expande hasta Cajamarca, se consolida en la serranía de La Libertad y Moquegua; además de avanzar hasta Sicuani. En cuanto a religión, sitio de Pachacámac gana prestigio durante el periodo 2A, y para el periodo 2B propaga su influencia estilística hacia la zona de Ica y Huancayo.
ETAPAS 3 Y 4 Estas son las etapas de la decadencia de Huari. En la etapa 3 se inicia la decadencia de la ciudad de Huari, sin embargo el sitio de Pachacámac mantiene su prestigio religioso, además de surgir en Huarmey un sitio influenciado en la arquitectura por Huari. En la etapa 4 se inicia un periodo de desecamiento de la sierra, un cambio climático que perduraría por un largo espacio de tiempo y que posiblemente sea la causa del colapso del estado panandino Huari. A partir del año 900, las principales ciudades del imperio Huari había ganado una relativa autonomía y algunos, como Pachacamac, eventualmente se convierten en reinos independientes. Los principales centros de la zona montañosa, como Huari y Cajamarquilla, fueron abandonados, quizás debido a una sequía que obligó a la población a buscar nuevas tierras. También se observó una disminución de las poblaciones de la serranía y el florecimiento de las ciudades costeras, incluyendo Chanchan, y así surgieron reinos independientes como Chimú, Chincha, etc. donde antes existía el imperio Wari. La cultura de Huari fue una de las más grandes civilizaciones precolombinas, pero fue eclipsada por el brillo del imperio Inca, que desde el mediados del siglo XIV dominó toda la región.
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EXPANSIÓN WARI El tipo de expansión fue militar, así ha quedado demostrado en los radicales cambios que sufrieron las culturas sometidas bajo el imperio Huari, tanto en el plano social, económico, ideológico y cultural. Por la sierra, la cultura Huari se expandió hasta Cajamarca en el norte, y hasta Sicuani, en Arequipa, en el sur. Por la costa, llegó hasta Lambayeque en el norte, y hasta Ocoña y Sihuas, en Arequipa, en el sur. Teniendo a la guerra y a la difusión de la religión como principales elementos de la expansión Huari, es fácil deducir que en zonas donde existieran estos dos elementos desarrollados localmente existiera una resistencia. La expansión territorial de la cultura Wari, no implantó estrictamente en todas partes el carácter “imperial”, es decir un espíritu que guiara toda la actividad humana en el territorio conquistado, sino que fue un proceso de implantación de cultura urbana, amparado por la base tecnológica, religiosa y artística que aporta Tiahuanaco. En su proceso de expansión, Wari nunca pretendió gobernar, en su aceptación de ejercer el poder con toda la burocracia administrativa y la fuerza militar necesarias, todas las áreas de intercambio y/o dominadas cultural y quizás religiosamente. Lo que creó Wari fue algo parecido a lo que actualmente denominamos “globalización”, es decir un dominio
económico y una integración comercial con impacto en el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo, de los diferentes grupos sociales del área andina.
La presencia de el Dios de las varas en las vasijas rotas Wari que se asemeja a una divinidad, la del dios Wiracocha, que aparece grabada en la «Puerta del Sol» de Tiwanaku, indicaría influencia cultural tihuanaquense. Esta imagen aparece dibujada en unas grandes urnas ayacuchanas que se conocen como estilo Conchopata, pues éste es el sitio donde se les encontró por primera vez. La influencia de Tiahuanaco, así como la de Nazca seria crucial en la formación cultural y religiosa de esta cultura. En Ayacucho existió la cultura Huarpa, que desarrolló importantes contactos económicos con Nazca, permitiendo que en Ayacucho se produjera un notable desarrollo de la producción artesanal y cultural. Los Huarpas abandonaron sus pueblos para reunirse en la ciudad de Huari y otras cercanas. Estos pobladores tenían una larga tradición militar debido a las constantes luchas por los recursos en las montañas. Estas son las condiciones que permiten el tránsito de Huarpa a Huari, entre los años 560 a 600; se desarrolló una cerámica ceremonial conocida como «Robles Moqo» que tiene un área mayor, que involucra al menos las regiones de Ayacucho, Ica, Nazca, el valle del Santa y por la sierra hasta el Callejón de Huaylas. En la ciudad de Huari, se pueden observar edificaciones monumentales como edificios públicos de varios tipos, mausoleos, templos y residencias, siendo las más conocidas las del sector denominado Uspa Qoto, Capillayoq, en el sector llamado Cheqowasi hay unas cajas de piedra muy bien labradas, son una especie de mausoleos con varias cámaras; son subterráneos. Debieron servir para la preservación de cadáveres de importantes dignatarios de la ciudad. Al pie de los muros que delimitan los edificios hay una gran red de canales para el abastecimiento del agua. 11
Cubre una extensión aproximada de 120 hectáreas en su parte más densa, donde vivieron algunos miles de familias. La ciudad está construida con piedras rústicas, con murallas muy altas hechas de piedra y barro, con terrazas y plataformas hechas también con ese material. En la ciudad de Huari se producía finísima cerámica policroma, bellos tejidos también policromos, pequeñas esculturas de turquesa, joyas y otras artesanías. Dentro de las tres grandes épocas de los huari, la segunda época (siglo VII a X) es de máximo apogeo y está representado por el estilo de cerámica llamado propiamente huari, con sus variedades regionales: Viñaque, Atarco, Pachacámac, Qosqopo, etc. Esta es la época imperial huari, cuando su expansión alcanza Lambayeque y Cajamarca (por el Norte) y llega hasta Moquegua y Cusco (por el Sur). Desde Cusco hasta Chile y este de Bolivia se extendía Tiahuanaco. Los huari lucharon y conquistaron los pueblos cercanos mediante un ejército cuyas principales armas fueron las hachas de piedra, porras de metal, arcos y flechas. Los huari introducen una concepción nueva de la vida urbana, implantando el modelo de gran centro urbano amurallado. Las ciudades huari más conocidas son Pikillaqta (en el Cusco) y Wiracochapampa (en Huamachuco, La Libertad), que a su vez son los territorios extremos del imperio. La ciudad de Huari basó principalmente su economía en la explotación imperial, es decir en la explotación de las colonias que fue conquistando mediante la guerra, tanto los tributos de las colonias como otros factores de dominación, permitieron el mantenimiento de esta gran ciudad. La tercera época es de declinación y descomposición política económica de huari, con el abandono de la ciudad y la pérdida de su control sobre las antiguas colonias. Después del siglo XI, los pueblos sometidos al imperio huari retoman su camino independiente de desarrollo, y Ayacucho ingresa a un etapa de franco subdesarrollo con abandono del patrón de vida urbano y retorno a una reducida población rural aldeana, similar a las tempranas fases de Huarpa. Las diferentes regiones del imperio se fueron independizando del poder de la capital y finalmente esta quedó abandonada y acabó siendo saqueada. Luego de desaparecer el poder imperial las grandes ciudades fueron abandonadas y en muchas regiones se regresó a la vida basada en aldeas poco desarrolladas, Otras regiones, sin embargo se embarcaron en un nuevo florecimiento regional fundándose de esta manera los reinos y señoríos del periodo intermedio Tardío tales como Lambayeque, Chimú, Cajamarca, Chancay, el señorío chincha o el pronto señorío inca. Sin embargo, los enfrentamientos entre estos grupos no acabaron y la formación de ejércitos, batallas e intentos de conquista continuaron hasta el fin del Imperio Incaico. 12
PRESENCIA WARI EN EL LITORAL
CERÁMICA WARI HALLADA EN APLAO, VALLE DEL RÍO MAJES EN AREQUIPA.
La costa de las actuales regiones Ica y Arequipa muestran contactos con las culturas de las serranías contiguas desde tiempos anteriores a Huari, y durante el apogeo de Huari la presencia en esta zona es innegable, aunque las evidencias manifiestan que luego del ocaso de Huari las sociedades de esta zona cambiaron patrones culturales y reorientaron sus contactos hacia otros centros costeros. En esta zona surge el estilo alfarero «atarco» de gran influencia tiahuanacota y que es uno de los estilos característicos del periodo «2A» de Huari. Pero si bien en la costa sur no se discute la presencia Huari, el problema surge al tratar de vincular a Huari con las sociedades de la costa central y norte, correspondiente a los departamentos de Lima, Ancash, La libertad y Lambayeque. En esto existen desacuerdos entre los que investigan estas zonas aunque entre los años 90s e inicios del primer decenio del siglo XXI se han descubierto nuevas evidencias de la incursión huari en la costa de la actual región Lima. En la costa central del actual Perú floreció la cultura Lima y en la costa norte la cultura Moche, que durante el periodo 1B, 2A y 2B de Huari se evidencian cambios que probarían la injerencia huari a pesar que no encontrarse centros urbanos con características arquitectónicas Huari. En la costa norte los estilos alfareros clásicos de huari están ausentes aunque se han encontrado cerámicas huari en tumbas moche pero a manera de ofrendas. Kauffmann Doig sostiene que la presencia de Huari en el territorio mochica aceleró el proceso de decadencia de ésta última en tanto que los mochicas ya se encontraban en un proceso de declive. Esto se evidenciaría a partir de la cerámica moche correspondiente a ésta época que deja de ser bicolor y adopta patrones rojo-negro-blanco de huari. Además el rostro del dios del agua moche tomó características tiahuanacoides traídas al norte por huari. Y si bien es cierto que no se construyeron centros administrativos, bien pudieron ser administrados desde el centro provincial de Wiracochapampa en la provincia de Sánchez Carrión en las serranías de La libertad. 13
Aunque la arquitectura huari no se impuso en el territorio moche, existen evidencias que durante el periodo V de Moche, (periodo que coincide con la expansión huari) los patrones arquitectónicos de los moches cambiaron, como lo evidencian los restos arqueológicos de «Pampa Grande» y «Galindo». En el caso de la región Lambayeque, además de la influencia Moche y Huari, convergen la cultura Cajamarca y otras formas locales, pero existen evidencias de la presencia huari hasta el 850 d.C. aproximadamente, cuando florece en esa zona la denominada cultura Lambayeque, a la que Shimada denomina «Sicán». Esta cultura basa su religión en un dios denominado «Naylamp», que no presenta rasgos ni influencias tiahuanacoides. Más al sur, en Pachacámac, su oráculo tomó importancia durante el periodo 2 de Huari. Según John Rowe, Pachacámac pudo haber nacido como una colonia que mantuvo vínculos con Huari. Sin embargo no se ha encontrado en Pachacámac la clásica arquitectura huari. Según algunos autores Pachacámac toma independencia de Huari aunque otros asocian la presencia huari en la representación de un ser mitológico denominado «El grifo de Pachacámac» de características ornitomorfas; según las investigaciones de Menzel, los orígenes de éste personaje están en Qonchopata, otros autores argumentan sus vínculos iconográficos con Tiwanaku. Luego del ocaso Huari, el oráculo de Pachacámac continúa vigente prevaleciendo incluso hasta el tiempo de los Incas, de la cual quedan los más evidentes restos arqueológicos en el sitio. Otro caso de incursión podría representar el sitio de Cajamarquilla, el cual presenta evidencias de haber sido ocupado anteriormente por lo cual algunos autores afirman que fue desocupado antes de los huari y reutilizado por éstos; otros autores niegan la incursión Huari en Cajamarquilla. En agosto de 2008 se encontró un fardo funerario huari en la huaca Pucllana al cual se le denominó «La Dama de la Máscara», lo que demostraría que conquistaron a la cultura Lima en sus años de decadencia.
FARDO FUNERARIO HUARI
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INCURSIÓN WARI EN LA SELVA El interés de los huari por la selva está ligado al consumo y producción de la hoja de coca. Existen evidencias del ingreso de la cultura huari por la cuenca del río Apurímac; esta incursión se dio para el manejo de áreas de cultivo de cocales, estos cultivos fueron manejados desde los sitios de « Vista alegre» y «Palestina». Vista alegre y Palestina, fueron dos centros construidos bajo los patrones arquitectónicos clásicos de huari, que tuvieron una extensión entre 15 y 30 ha y que a su vez articularon otros centros administrativos más pequeños en la cuenca del río Apurímac. Estos dos centros distan 20 km el uno del otro; «Vista alegre» a la margen izquierda río abajo y «Palestina» en la margen contraria; sus restos arqueológicos no se encuentran bien conservados pero la cerámica hallada tiene similitud con la hallada en «Jargampata» y «Huari»; por otra parte sus construcciones cuadrangulares y sus edificios ortogonales son clásicos de la arquitectura huari. La colonización de la selva por parte de los huari fue una labor costosa por tratarse de un territorio de difícil acceso, lo que manifiesta una administración eficiente y poder muy centralizado. Además de la hoja de coca, también se cree que los huaris pudieron estar interesados en los cultivos de algodón, plumas y aves exóticas, monos, plantas alucinógenas y patas de tapir; esto se deduce debido a que estos elementos estuvieron asociados al arte y la cultura en la ciudad de Huari.
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LA CIUDAD DE WARI Mientras Tiahuanaco ofrece en esta expansión imperial, conducida por Huari, sus conocimientos técnicos, artesanía y religión, Huari va a aportar un nuevo concepto de organización poblacional, un nuevo concepto administrativo: La Ciudad. Esta se ubica a 25 Km. al noreste de la actual ciudad de Ayacucho y a 3,000 m.s.n.m., la cual comenzó a crecer y desarrollarse a finales de la primera fase. La Ciudad se diferenciará del villorrio hasta entonces existente no sólo por sus mayores poblaciones y tamaño, sino, sobre todo, por la complejidad de la composición de su fuerza de trabajo y por un modo de vida más sofisticado. La Ciudad debe ser centro de transformación de la producción primaria; albergar una población permanente que exhibe mayoritariamente una clara distribución del trabajo; cumplir con actividades netamente urbanas, tal como ser centro administrativo, control político, religioso y militar.; ser un centro de servicios; y disponer de importantes edificaciones destinadas al almacenamiento de excedentes El núcleo urbano de Huari alcanzó durante la «época 2» un área de ocupación de unas 2000 ha (su mayor expansión) de la cual quedan como vestigios arqueológicos varias callejuelas con templos amurallados, patios ocultos, tumbas reales y edificios de viviendas de varios pisos. La mayoría de los edificios estaban cubiertos de yeso blanco, con lo cual la ciudad resplandecía al sol de las montañas. A medida que su población fue creciendo (algunos arqueólogos creen que llegó a tener unos 70.000 habitantes), también creció en importancia como ciudad sede del poder político. Inicialmente la ciudad debió reducirse a un centro administrativo con funciones políticas y religiosas. Según la evidencia arqueológica, huari declinó en importancia hacia el 1000 d. C., desconociéndose a ciencia cierta cómo y por qué fue finalmente abandonada. Pero la construcción de la misma, no fue hecha con una organización planificada, sino que obedece a ciertos patrones desordenados, ya que la ciudad se fue remodelando a medida que llegaban más gente a habitarla, por lo cual esta se fue perfeccionando con el paso de los años. Así es como el asentamiento, originalmente abastecido bajo una exclusiva base agraria, empieza a vivir de la producción urbana (cerámica más elaborada), en particular (a expensas del campo). Las vasijas eran cambiadas por el maíz en procesos ancestrales de trueque, un sistema de comercio sin dinero (ya que éste les era desconocido) que convocaba a los campesinos para que intercambiasen su producción en el “mercado”. Al crecer la ciudad y como
consecuencia aumentar su población, el trueque se torna insuficiente para mantenerla, con lo cual se produce un desplazamiento de la masa poblacional, lo que origina la caída del imperio, siendo esta una de las causas. Ante la baja productividad de la tierra se realizaron importantes obras de canalización y drenaje y sobre todo se crearon terrazas agrícolas que ampliaron notablemente la superficie cultivable. Estos andenes, construidos en las laderas de los cerros, suelen ubicarse cerca de los complejos urbanos, principales y secundarios, ya que satisfacían las necesidades de consumo de éstos. 16
SECTORES DE LA CIUDAD Los investigadores han dividido la zona central del asentamiento (que abarca 18 kilómetros cuadrados) en 12 diferentes sectores, a saber. Monqachayoc: En este sector se encuentran galerías subterráneas con techos formados por grandes bloques de piedra de una sola pieza y paredes recubiertas con lajas alargadas a manera de enchape, además de unos tubos labrados en piedras que se sospecha fueron usados para el transporte de agua a la ciudad. Capillapata: Sector formado por grandes muros dobles de entre 8 y 12 metros de altura. En la base tiene un ancho de 3 metros y en la cima entre 0,80 y 1,20 m, alcanzando 400 m de largo. Estos muros forman grandes cercados o canchones. Turquesayoc: Llamado así por la presencia de restos de turquesa, sea en cuentas de collar o pequeñas esculturas. Debido a la alta concentración de este material se cree que en este sector estuvieron los talleres dedicados al trabajo de este material. La casa de Blas: Por toda el área se encuentran desperdigados abundantes restos de artefactos líticos, como puntas de proyectil, punzones y pedernales. La principal materia prima era la obsidiana, el pedernal y la pelvis de cuy. Canterón: Llamado así porque se presume que este sector fue usado como cantera. Ushpa Qoto: Edificios diversos cercanos a una plaza. Tres murallas grandes corren de forma paralela, estructuras semicirculares y ambientes subterráneos. Robles Moqo: Esta área presenta tiestos de cerámica y artefactos líticos fragmentados. Un estilo de cerámica característico de huari toma el nombre de Robles Moqo, ya que fue aislado tomando en cuenta los fragmentos hallados en este sector por un guía local de apellido Robles. Campanayoq: Recintos circulares y trapezoidales. Están en mal estado de conservación, totalmente derruidos, solo se pueden identificar los cimientos. Trankaqasa: Petroglifos grabados en piedra. Se labraron surcos sobre superficies planas que luego fueron ligeramente pulimentadas. Se representan líneas concéntricas, volutas, serpientes, círculos y figuras geométricas. Ushpa: Allí se han encontrado figuras humanas moldeadas que delatarían áreas específicas de servicios, talleres y almacenes Gálvezchayoq: Cavidad circular de 11 metros de diámetro y 10 de profundidad, excavada intencionalmente. En el interior dos túneles cuidadosamente excavados tienen orientación norte y sur respectivamente. Churucana: Muros similares a los de Capillapata forman recintos trapezoidales y rectangulares. 17
EL URBANISMO WARI Para este pueblo la necesidad de construir ciudades fue que estas representaban poder, lo concentraban para una mejor administración, también otro factor decisivo es que se pudieron poner ciudades alejadas del centro que era Ayacucho, lo que les permitió una mejor gobernabilidad al dividir el poder por regiones. La clave para lograrlo estaba en tres elementos esenciales para el imperio: a) La comunicación entre los pueblos conquistados y el poder central. b) El establecimiento de ciudades dependientes de la administración central. c) El control de la mano de obra, para ser aprovechada al servicio del imperio. Así de esta forma se tenía un control total, tanto del punto de vista administrativo, religioso, cultural y militar. A pesar de que otro elemento clave en el triunfo de este imperio fue que cuando establecían una nueva ciudad, no aglutinaban a toda la población en la ciudad, sino que les permitían vivir en núcleos aislados cerca de los campos de agricultura, en donde sólo se dirigían a la ciudad por motivos religiosos. Muchos arqueólogos concurren en que la población Huari podría haber sobrepasado los cincuenta mil habitantes, aunque se cree que estos eran campesinos que concurrían en determinadas épocas para comerciar materias primas y productos elaborados, o también por motivos políticos o religiosos, por ser Huari capital del gran imperio. Por lo cual en específicas fechas del año se producía un fenómeno que hoy en día denominamos “población flotante”.
A pesar de todos estos avances tecnológicos, administrativos, arquitectónicos, etc., un problema fue el control de territorios alejados de Ayacucho, para eso se crearon “Centros Provinciales”, algunos de estos fueron: Pikillaqta: Centro administrativo y político más importante de la cultura Huari fortificado y que representa el urbanismo planificado. La forma de sus edificios es en algunos casos rectangulares y en otros, cuadrada. Pachacámac: En tiempos de Huari se convirtió en un centro religioso importante, llegando su influencia hasta Huancayo. Se trató de una pirámide escalonada compuesta de seis cuerpos. Huiracochapampa: El material utilizado de construcción es arenisca blanca. Su plana es cuadrangular y atraviesa la ciudad una gran avenida amurallada. Los centros son grandes, hay galerías y calles. También hay canales subterráneos de agua. Otros centros provinciales del estado Huari fueron: Ichabamba, Honqo pampa, Huilcahuaín, Huarihuilca, Chimú Capac, Socos, Maymi, Pacheco, Atarco, Azángaro, Qonchopata, Jargampata, Vista alegre, Palestina, Jincamoqo, Cerro Baúl, Espíritu Pampa. 18
LAS RUTAS HUARI Los caminos no fueron una invención de los Huari: se sabe que antes de ellos, otros pueblos como los Moche, por ejemplo, construyeron calzadas. Por lo cual la construcción de caminos, una red planificada de caminos para unir y controlar los diferentes territorios de su imperio y poder además intercambiar objetos a larga distancia: el trueque. Los Huari construyeron también los caminos para unir los centros provinciales con los pueblos sometidos para realizar el trueque. Los caminos que se construyeron en la época Huari, demuestran el desarrollo tanto arquitectónico, tecnológico, de esta cultura al construirlos, ya que permitieron el mantenimiento y perdurabilidad de las conquistas, ay que hubiera sido imposible mantener conquistas sin caminos que conectaran los distintos territorios.
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MANIFESTACION CULTURAL WARI ORGANIZACIÓN SOCIAL La estructura Social y Política del estado Wari, fue jerarquizada e incluía a la élite gobernante (el Rey y sus familiares), la nobleza guerrera, funcionarios administrativos de las diferentes regiones del imperio, la clase sacerdotal, y el pueblo (artesanos, agriculturas, comerciantes, pescadores, etc.). Las ciudades un sus partes centrales, tuvieron importantes complejos religiosos con plazas. El Estado Huari fue militarista y establecieron centros administrativos en las regiones de su imperio "Ciudades cabezas de región" para controlar su amplio territorio. Según algunos historiadores la cultura Huari es una síntesis de las culturas Nasca, Huarpa y Tiahuanaco. No se sabe si la cultura Huari puede calificarse como un imperio, algunos arqueólogos como Ruth Shady han sugerido que los Wari no eran un imperio, sino que había una red económica flexible en los centros Huari. Sin embargo, muchos otros estudiosos, han defendido con firmeza el carácter centralizado e imperial de la política Huari. La sociedad de los Waris, paralelamente a la agricultura, desarrolló la producción artesanal a un alto nivel, manufacturando objetos de metal, piedras, turquesa, cerámica, tejidos, entre otros. Su extensión fue de 400 hectáreas y una población aproximada de 50 mil residentes. La superpoblación de la ciudad, el abandono del campo y quizás una sequía origino la carencia de productos alimenticios que por un corto tiempo debió solucionarse mediante el intercambio de artesanías por productos agrícolas hasta que fue insuficiente y optaron por la conquista por medio de la guerra, ósea por la explotación de las colonias conquistadas, esto debió ocurrir entre los años 800 d.C al 1200 d.C; llegando a constituir su imperio que abarco desde Cajamarca y Lambayeque hasta Sicuani y el norte de Arequipa. Los tributos se hicieron posible al mantenimiento de las grandes ciudades fundadas como colonias y crearon al mismo tiempo un intercambio de productos e ideas similares a lo largo y ancho de los andes centrales. Debido a su orientación urbana y militar, Wari mantenía una fuerte jerarquía social, encabezada por las clases dirigentes. Los sacerdotes y en especial los guerreros, debieron haber ocupado un lugar importante dentro de la sociedad, la cual ejercía su poder desde los centros urbanos. Esta pirámide social tenía en su base a un gran masa de agricultores y pastores. Algunos piensan que Wari y Tiwanaku formaban un estado dual, donde Wari mantenía el centro del control político y militar, mientras Tiwanaku se encargaba de las actividades más ceremoniales. Si bien ésta es sólo una hipótesis sin mayor fundamento, es indudable que ambos imperios mantuvieron conexiones, así como rivalidades económicas y políticas. En lo social el aporte Wari fue especialmente trascendente y significativo, pues, como ya se ha indicado, los warinos hicieron la revolución urbana, dieron lugar al nacimiento del estado, secularizaron la sociedad y el poder, organizaron las comunidades en ayllus, inventaron la planificación y el urbanismo e impusieron sus patrones de asentamiento urbano en todo el mundo andino. En la Comarca, salvo Cajamarquilla, no quedan otros restos materiales de la actividad Wari en el campo del urbanismo, pero en la estructura de la sociedad Yunga de la época, el impacto fue notorio y los cambios importantes. 20
ORGANIZACIÓN POLÍTICA-MILITAR Para asegurar sus conquistas y administrarlas debidamente los Wari establecieron, en puntos estratégicos del territorio imperial, enclaves que oficiaban de centros administrativos y lugares de captación de recursos provinciales y remisión de los mismos a la metrópoli. Crearon así de forma debidamente planificada, los centros de Viracocha Pampa en Huamachuco, Vilca Huain en Huaraz, Wari Vilca en Huancayo, Cajamarquilla en Lima y Piqui Llaqta en Cuzco. También construyeron una red que vinculaba dichos sitios entre sí y los comunicaba directamente con la metrópoli, para permitir el envío de los tributos provinciales, el ir y venir de los comerciantes y en especial la rápida marcha de los ejércitos conquistadores. Parece que los Wari practicaban una política colonialista a ultranza, en que solo interesaba el beneficio de la metrópoli en función de la máxima explotación de los territorios conquistados. Por ello, sus asentamientos tenían la condición de verdaderos enclaves coloniales creados para controlar, política y económicamente el territorio en el que se asentaban. Los Centros Administrativos eran verdaderas "factorías" que focalizaban la actividad comercial de la región, captaban su producción, la almacenaban y la remitían a la metrópoli ayacuchana, todo ello dentro de las seguridades del caso. Por eso los Centros se rodeaban de altas murallas concéntricas y las zonas de habitación dentro de ellos eran cerrados recintos a los que sólo se podía ingresar escalando los muros desde estrechas callejas, que eran sustituidas, en muchos casos, por caminos que discurrían por lo alto de los gruesos murallones. Asimismo, los integrantes de la burocracia administrativa y las guarniciones militares imperiales no se afincaban en las provincias y regresaban a Wari tan pronto como cumplían su misión de servicio; y, en caso de fallecimiento eran llevados al solar nativo para que los auquis tutelares velaran por ellos, y el Dios de los Báculos pudiera incorporarlos a su séquito de seres alados. Probablemente esta es una de las razones por las que en las provincias casi no existen pueblos, palacios y cementerios Wari y tampoco templos o sitios ceremoniales, no obstante de tratarse de gentes que practicaba una religión ecuménica con fuerte sentido proselitista.
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PATRÓN DE ASENTAMIENTO
Ciudad Wari
Los Wari fueron los primeros urbanistas del mundo andino y produjeron una revolución que condujo a la existencia de una sociedad urbana caracterizada por la aparición de nuevos tipos de relaciones económicas y formas de producción, completamente distintos a los de la economía simplemente agrícola que los había antecedido. La planificación física y el planeamiento urbano jugaron un señero rol en el desarrollo de la cultura Wari, permitiendo la rápida expansión de la misma y la administración de los territorios conquistados. La capital del estado era la ciudad de Wari, la antigua Viñaque, ubicada cerca de la actual ciudad de Ayacucho en los alrededores de Quinua, centro de un jerarquizado conjunto de poblaciones que cubría la región aledaña a la capital y metrópoli de un planificado sistema de enclaves provinciales que abarcaba toda la extensión de las conquistas Wari. El patrón de asentamiento urbano Wari fue de tipo ortogonal, constituido por conjuntos de vastos recintos rectangulares que encerraban rígidos complejos habitacionales de construcciones organizadas alrededor de un patio central. Los recintos amurallados tenían usualmente una sola entrada y las edificaciones interiores ninguna, pues al parecer por razones de seguridad se ingresaba a ellas trepando por encima de sus muros. El trazado urbano se organizaba mediante la existencia de calles angostas que se interceptaban ortogonalmente y que vinculaban entre sí a los grandes conjuntos urbanos que constituían los barrios de la ciudad. Naturalmente, existían también plazas, espacios abiertos, plataformas ceremoniales y edificaciones destinadas al culto y a la administración pública. La construcción era, generalmente, a base de piedra de campo sin labrar, asentada con barro de manera que las caras planas de los mampuestos formaran los pavimentos de los muros. Éstos eran recios, larguísimos y alcanzaban alturas de 6 hasta 12 m, estando revestidos por gruesas capas de enlucido de barro. Los edificios eran usualmente de un piso, pero hay evidencias constructivas que prueban la existencia de edificaciones de dos pisos de altura No hay vestigios de los techos empleados pero deben haber sido inclinados, con una fuerte pendiente, dado el clima de la región y sus materiales constructivos tienen que haber sido, necesariamente, madera, caña y paja. 22
AGRICULTURA Durante el imperio Wari, se perfeccionaron y expandieron los sistemas de riego al mismo tiempo que el carácter político de su gestión se hizo más relevante. El sistema de regadío de valles múltiples, unidos por canales, dominó la agricultura. Se aprovecharon al máximo los sistemas de riego por gravedad, utilizando las pendientes y controlando las pérdidas por filtración mediante canales y surcos y así pudieron incorporar a la agricultura los suelos áridos y pantanosos de la costa. La gestión del agua pasó a ser centralizada por los reinos de la costa y su control fue definitivamente un elemento básico de poder.
En esta época, se expandieron los sistemas de chacras hundidas de la costa y la agricultura de lomas costeras. El primero se basaba en el aprovechamiento de capas freáticas de escasa profundidad en zonas arenosas y salinas, donde se hacían grandes excavaciones en el interior de las cuales se sembraba. El segundo consistía en aprovechar los ojos de agua y las nieblas en zonas de gran humedad estacional. Se acumulaban grandes cantidades de piedras en las quebradas y laderas, aumentando la condensación y captando el agua de escorrentía por canales superficiales y, mediante muros de contención, se retenía el agua condensada en la parte alta de la loma.
El imperio Wari fortaleció y perfeccionó el sistema hidráulico y agrícola, sentando las bases para el posterior auge del imperio Inca. Este heredó un complejo sistema de riego cuyos notables ejemplos se encuentran en los reinos de Chimú, Ichma, Cajamarca, Chachapoyas y los reinos del Altiplano.
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ARQUITECTURA Se edificaron grandes ciudades, las cuales estaban construidas con una planificación de antemano. Se construyeron caminos para comunicar a las distintas provincias (notables por su extensión y solidez). La forma de sus edificios es en algunos casos rectangulares y en otros, cuadrada. Canchas y plazas rodean a los edificios, así como las residencias de la élite política y religiosa de la región. Los muros fueron cubiertos de yeso, y muchas edificaciones fueron de dos pisos. Algunos ejemplos son: Pikillaqta es un centro fortificado construido en el siglo VI que funcionó durante 150 años, y que representa el urbanismo planificado por Huari.
CENTRO ADMINISTRATIVO DE PIKILLAQTA, CONSTRUIDO POR LA CIVILIZACIÓN HUARI EN EL CUSCO
La función ceremonial está representada por una construcción que presenta nichos en las paredes, además de cráneos humanos y objetos metálicos como ofrendas. El patrón arquitectónico Huari se caracteriza por la independencia de centros urbanos amurallados, bien planificados y ubicados en lugares estratégicos donde la expansión colonial lo requería. Las murallas de algunas ciudades eran hechas con piedras alargadas unidas con barro, donde los muros alcanzan alturas desde los ocho hasta los doce metros. (Ver foto 1) El edificio principal del conjunto de Huilcahuaín (cerca de Huaraz, en el Callejón de Huaylas; Ancash), el cual fue reconstruido, formaba parte del núcleo urbano de Huilcahuaín de considerable tamaño. Está construido con piedras labras; mide quince metros por veinte metros y tiene tres pisos que alcanzan una altura de nueve metros, e internamente tiene un sistema de ventilación. (Ver foto 2). 24
Un rasgo común en las estructuras Huari, como ya he mencionado en varias ocasiones, es la construcción de dos o tres pisos. (Ver foto 3). En la foto 4, podemos ver una sección de una pared de piedra finamente labrada del templo de Moraduchayoq en Huilcahuaín. Este conjunto se encuentra amurallado por este tipo de pared. El estudioso Brewster- Wray estima que esta muralla pudo haber sido un camino. En un sector de Cheqo Wasi en el sitio de Huari se hallaron unas construcciones megalíticas consideradas hoy mausoleos. Están encerradas en un recinto circular y asociadas a un complejo de pequeños cuartos. (Ver foto 5).
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CERÁMICA La cerámica Huari tiene una clara influencia Tiahuanaco, y es a partir de Ayacucho que se expandió a través de los territorios conquistados. Son cuatro los estilos que predominan en el Horizonte Medio: Conchopata, Robles Moqo, Chakipampa y Viñaque. Ello implica que en un mismo lugar se puedan encontrar varios estilos cerámicos. En una primera fase, la alfarería Huari era de gran tamaño, que eran enterrados como ofrendas, con influencia Tiahuanaco, que se manifiestan el estilo Robles Moqo. Durante la segunda fase, se difunde la cultura Huari a lo largo de Ayacucho, y de allí se extiende por la costa. Su cerámica se va transformando de grandes vasijas a tipos de cerámica más pequeños. Los motivos característicos de la cerámica Huari son biomorfos, e incluyen elementos simbólicos trazados con pincel. Representaciones de seres míticos con cabeza felina. Las vasijas son pintadas en colores naranja, crema, violeta, blanco, negro y rojo sobre una superficie de englobe blanco, rojo o negro. Los temas de los diseños incluyen imágenes de personajes, animales y elementos geométricos estilizados. Es común la imagen de un personaje o dios con las manos extendidas, llevando un cetro en cada mano. El estilo Conchopata se basa en grandes urnas de unos 80 cm. de largo destinadas a servir como repositorio de ofrendas. En su parte externa se ven personajes similares a los de la Portada del Sol de Tiahuanaco.
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El estilo Robles Moqo procede del mismo Huari, se basa de urnas, cántaros, vasos y figuras de llama, con decoraciones geométricas y naturalistas, donde también están presentes los motivos Tiahuanaco.
El estilo Chakipampa, de influencia Nazca, es ordinario y no tiene carácter ceremonial de los anteriores. Se basa en botellas pequeñas, vasijas modeladas como tubérculos o figuras humanas, decorada con colores blanco, crema, púrpura y gris.
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El estilo Viñaque procede de la ciudad de Huari, y es considerado un producto de la expansión, pues reúne varios sub-estilos de zonas de Nazca y Lima, además de elementos Robles Moqo y Chakipampa. Sus principales formas son los cuencos semiesféricos, cántaros con cuello efigie y botellas de dos cuerpos, y sus motivos son cabezas de felinos vistas de perfil, plantas estilizadas, cráneos, etc.
En una primera fase, la alfarería Huari era de gran tamaño, que eran enterrados como ofrendas, con influencia Tiahuanaco, que se manifiestan el estilo Robles Moqo. Durante la segunda fase, se difunde la cultura Huari a lo largo de Ayacucho, y de allí se extiende por la costa. Su cerámica se va transformando de grandes vasijas a tipos de cerámica más pequeños. Los motivos característicos de la cerámica Huari son biomorfos, e incluyen elementos simbólicos trazados con pincel. Los más característicos son las representaciones de seres míticos con cabeza felina. Las vasijas son pintadas en colores naranja, crema, violeta, blanco, negro y rojo sobre una superficie de englobe blanco, rojo o negro. Los temas de los diseños incluyen imágenes de personajes, animales y elementos geométricos estilizados. Es común la imagen de un personaje o dios con las manos extendidas, llevando un cetro en cada mano. 28
ECONOMÍA Y POLÍTICA La ganadería y la agricultura fueron las actividades básicas del imperio Huari, ampliamente practicadas por los campesinos, permitió una expansión del tipo demográfica, capaz la producción de mantener a miles y miles de personas, en donde las armas eran reemplazadas por la negociación, a base del “trueque”, la ciudad comercializaba sus productos por alimento, pero sólo duro hasta que la situación fue insostenible y la producción no dio abasto para la demanda. La sociedad Wari no poseyó moneda ni mercado, el estado monopolizó el abastecimiento, producción y distribución de los principales recursos. Además los Wari utilizaron varias modalidades de producción, tributación e intercambio, el control de la economía se logró a través del establecimiento de centros administrativos provinciales. Wari era un estado con un fuerte desarrollo urbano, aun cuando en zonas más periféricas conservaba un carácter aldeano y campesino. Mantuvieron intercambio económico y cultural con otros estados, especialmente con Tiwanaku, con el cual aparentemente las relaciones eran tensas. Su economía estaba basada en la agricultura de productos como el maíz, la papa y la quinua, así como en la ganadería de llamas y alpacas. Wari fue una sociedad urbana que canalizaba su economía partir de una fuerte planificación. Como resultado, la ciudad se convirtió en el motor de la producción y la distribución de la riqueza agropecuaria y manufacturera. Los Wari impulsaron grandemente la agricultura intensiva, la producción masiva de bienes y productos y un activo intercambio comercial. Para aumentar la producción agrícola de las provincias y obtener excedentes para reforzar el abastecimiento de la región ayacuchana cuya agricultura no alcanzaba a satisfacer las necesidades de una numerosa y creciente población urbana, los Wari impulsaron la construcción de importantes obras hidráulicas en todo el Imperio; de ellas quedan restos en los valles de Moche y Virú. En la Comarca de Lima es probable que hayan ampliado la canalización del río Surco para irrigar la parte media del valle del Rímac y la Rinconada de Nieveria, donde se asienta Cajamarquilla. Para aumentar la producción y productividad de los artesanos provincianos, los Wari promovieron el uso de sistemas que facilitaban la fabricación de ciertos bienes, logrando la estandarización y producción en serie de los mismos. Tal fue el caso de la cerámica en la que se popularizó el uso de moldes logrando una producción masiva de objetos de gran demanda popular. En toda la costa se practicó dicho sistema, especialmente durante la época tardía en la que se desarrollaron los estilos epigonales, siendo las cerámicas de Lambayeque y Chancay los casos más notables de moldeado. Asimismo, en la construcción arquitectónica se introdujo el empleo de moldes para la fabricación de muros mediante el vaciado y apisonado de barro dentro de ellos. El paño de muro resultante, conocido con el nombre de "adobón", constituye un elemento modular de medidas constantes y rápida ejecución, que facilita grandemente la edificación y produce una arquitectura de características propias y definidas. Toda la costa está llena de restos arquitectónicos de este tipo, siendo el ejemplo más notable de esta forma constructiva, la ciudad de Cajamarquilla. 29
El activo comercio practicado por los Wari determinó la construcción de grandes centros de almacenaje y de extensas redes de caminos. Ejemplos de lo primero, lo constituyen los numerosos Centros Administrativos Wari que existieron en la Costa y en la Comarca la ciudad de Cajamarquilla, con sus extensas y numerosas zonas de colcas y depósitos. La actividad comercial Wari, que recogía la producción de las regiones costeñas para intercambiarla con la de las serranas, debió ser de gran importancia y ocupar a numerosas personas, pues deja una honda huella en los hábitos de los pobladores Yungas. Tenemos así que, en el periodo posterior, gran parte de los costeños se dedicaba únicamente al comercio, llegando a constituir hasta un tercio de la población en el valle de Chincha. Los caminos debieron jugar un rol vital en el Imperio Wari; no cabe imaginarse su existencia y funcionamiento sin una extensa y eficiente red caminera que sustentara sus relaciones político-económicas. Como todo estado despótico su seguridad y bienestar dependían de la rapidez de las comunicaciones, de la celeridad con que pudieran trasladarse sus fuerzas, conquistadoras o represivas, y del permanente abastecimientos de la metrópoli. Dichos caminos existieron vinculando Wari con todos los Centros Administrativos Provinciales del Imperio, aunque no conozcamos en la actualidad huellas de los mismos. Unos deben de haber desaparecido por acción del tiempo, otros deben de haber sido involucrados en la red caminera que los Incas implementaron, usando y ampliando las viejas vías existentes, es posible que algunos todavía subsistan escondidos por causas naturales y el polvo de los siglos. Es evidente que en alguna forma rápida y segura debieron comunicarse los Wari con la Costa Central y que Cajamarquilla debió conectarse eficazmente con Ayacucho y con los otros Centros Administrativos de la costa. Parece que la vía de comunicación con la sierra partía de Cajamarquilla y a través de la quebrada de Huaycoloro llegaba hasta Jicamarca, comunicaba el Rímac con el Chillón, ascendía por la cuenca de éste pasando por Canta y Chulguay y seguía cuesta arriba hasta encontrarse con el camino interandino que vinculaba las serranías de Cerro de Pasco y Junín con el valle del Mantaro y las pampas ayacuchanas. La vinculación de Cajamarquilla con el norte debió realizarse pasando al valle del Chillón, probablemente a través de Canto Grande, y luego remontando la quebrada de Quilca a partir de Trapiche, para seguir por Huacho hasta Huaral. El camino entre Trapiche y Huaral es usado hasta la fecha y su construcción es adjudicada a los Incas, pero es poco probable que sea así porque la sinuosidad de su desarrollo no coincide con el rectilíneo trazado de las vías incaicas. El camino al sur relacionaba Cajamarquilla con Pachacámac, pasando posiblemente por Catalina Huanca y las pampas de Manchay para descender por el cauce del río Lurín hasta el Santuario y seguir hacia Nazca, pasando por Palpa. El punto en que el camino se encontraba con el río debe haber sido el llamado Tambo Viejo, en Cieneguilla, sitio en el que todavía existen los restos de una población prehispánica construida con adobón o tapial. Por ese sitio remontaba al curso del río el camino de las peregrinaciones religiosas que, partiendo de Pachacámac y pasando por Huaycán, Sisicaya, Langa y Huarochirí, llegaba a los nevados de Pariacaca, luego el camino proseguía hasta arribar a Jauja, situada sobre la vía interandina que unía a Ayacucho con las provincias serranas del Imperio. 30
ESCULTURA Se esculpieron estatuas de piedras, monolitos, con representaciones antropomorfas y zoomorfas. Cabe destacar las figuras humanas, generalmente con un aspecto robusto y algo que llama la atención, son grandes lagrimones, vestidos con hartos ropajes, sin armas o algún símbolo y lo que es más intrigante aún no representan divinidades.
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METALURGIA Existen vestigios de trabajos metalúrgicos Wari en oro, cobre y bronce, utilizando las técnicas del vaciado, forjado, laminado, martillado y repujado. Algunos autores sostienen que el trabajo metalúrgico en Wari tuvo antecedentes tiahuanacotas, en cuanto a las técnicas utilizadas; otros sostienen que la metalurgia en Huari tiene sus orígenes en Waywaka, un sitio arqueológico ubicado en Andahuaylas e investigado por Grossman, en donde se encontraron piezas de metal de mucha antigüedad. Algunos de los trabajos metalúrgicos más complejos de la cultura Huari fueron hallados en el sitio de «Qonchopata» por Pazi-Escot y analizados por Ríos. Se trataría de un taller metalúrgico dedicado al trabajo del oro y el cobre, cuyo principal producto fueron los «tupus» o «topos», la cantidad de estos «tupus» es abundante en el sitio de Qonchopata, pero estos tupus de similares características también fueron encontrados en Huamachuco, Jargampata y Azángaro, por lo cual se piensa que Qonchopata fue un centro de producción a gran escala de estos artefactos
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RELIGIÓN En lo espiritual su religión se difundió ampliamente y el culto a Wiracocha tuvo general aceptación, tal como se acusa en la representación de su imagen y atributos en la cerámica y textiles regionales. Es de presumir que el auge de Ichma o Pachacámac, el Hacedor del Mundo costeño, que se inicia en este periodo, en parte se haya debido a su similitud con las cualidades y poderes de Wiracocha, el Creador del Universo serrano, el culto a los muertos también resulto afectado por lo Wari, pues en la costa se abandonó el tipo de entierros con el cadáver extendido sobre una angarilla y se adoptó el enfardelamiento de los muertos, sentados con el pecho apoyado en las rodillas y profundamente adornados y se les enterró en cámaras subterráneas rectangulares, de paredes de adobes y techos de barbacoa. Dichos entierros se efectuaban, generalmente, en forma intrusiva en los monumentos o cementerios de la cultura Lima, como en el caso de Maranga, Nieveria y Huanchi Huallas, y menos frecuente en cementerios propiamente Wari, como Pachacámac. Se piensa que el estado Wari era una sociedad secular, con un importante desarrollo de castas guerreras, antes que un estado teocrático donde los sacerdotes manejan el poder político. Sin embargo, mantenían una estructura religiosa que era impuesta, junto con la económica y la política, a los pueblos conquistados. Probablemente adoraban divinidades semejantes a los Tiwanaku, como se desprende del uso de un mismo conjunto general de iconos en el arte con el estado altiplánico.
Las esculturas religiosas reproducen figuras masculinas y femeninas. Las máscaras de oro, y una estatua de felinas con rasgos humanos, de cobre, revelan la destreza de los artistas que trabajan en el metal. El templo de Pachacámac "Ichma" fue un centro religioso importante en el periodo Huari, luego se convertiría en un reino independiente y florecería su cultura alrededor de este templo. 33
TEXTILERIA Los tapices Huari que fueron manufacturados entre los años 500 y 900 d.C. están considerados entre los más finos del mundo, tanto por su belleza estética como por sus imágenes. Fueron elaborados con algodón y lana de camélidos como la vicuña. Los Huari usaron la religión como un transmisor ideológico de dominación, y en ello los textiles tienen un papel predominante, pues es allí en que la iconografía se trasladaba físicamente a cientos de kilómetros por los territorios dominados. También los ponchos, formaron parte de la vestimenta usada en las ceremonias rituales, donde los colores brillantes, con diferentes técnicas de bordado y compleja iconografía, siguen impresionando a los investigadores. Aunque los textiles más antiguos de Huari tienen un estilo más pobre, esta situación fue cambiando a medida que se expandía el Imperio Huari. Entre los diseños Huari, figura un personaje representado con un bastón en cada mano, una imagen de una de las deidades de la región Huari. Otros diseños utilizados en los textiles son las figuras de ave, las serpientes y los felinos. Las técnicas utilizadas provienen de Moche, y predomina el rojo brillante como fondo de la mayoría de los tapices. Otros colores utilizados son el azul brillante, el amarillo dorado, el blanco y el azulino. El contorno de las figuras es negro, aunque a veces también se ha usado el blanco. Los tejedores Huari fueron “grandes maestros de la armonía y del color”, por su
increíble destreza y la gama de colores que aplicaron a sus tejidos.
Los paños Huari son hechos utilizando la técnica de tapicería y están adornados con motivos da diseño abstractos y complejos. Las túnicas Huari son grandes y están adornadas con motivos de diseño abstractos y geométricos estilizados que se repiten. Por lo general, son hechas con urdimbre de algodón y trama de fibra de camélido. El gorro Huari es una especie de bonete de cuatro puntas de tamaño más bien pequeño y una textura muy suave y aterciopelada. Los motivos del diseño son abstractos y geométricos estilizados que se repiten. Las vinchas Huari son hechas utilizando la técnica de tapicería. Los motivos del diseño, que se repiten, son abstractos y geométricos. Las bolsas de tela Huari se caracterizan por tener motivos de diseño que incluyen felinos, camélidos, rostros humanos y de animales. Los Huari confeccionaron también hermosos tejidos compuestos por algodón y plumas. 34
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CAÍDA DEL IMPERIO HUARI A partir del año 1 000 d.C. Huari comienza a decaer como centro político y pierde el control de las ciudades y territorios del Imperio después de haber extendido sus dominios a los largo de 7 siglos continuos por una parte del territorio peruano. Durante esta etapa de crisis se asentó., tanto la capital, como los grandes núcleos urbanos de Cajamarquilla y Maranga en la costa central fueron abandonados. Con la decadencia del imperio, se produce la emancipación de los pueblos sometidos y la despoblación de las ciudades. Muchos pueblos de la costa abandonan los lugares donde están sometidos, produciéndose que muchas culturas volvieron a sus antiguas religiones, aunque en la mayoría se produce un proceso de “Depresión Cultural”.
Cabe resaltar que se desconocen las causas del decaimiento del poder Huari. Algunos opinan que Huari sucumbió por problemas económicos que le impidieron satisfacer las necesidades de este gran imperio. Otros opinan que decayó ante otra gran sequía como la que originó su expansión. Es muy posible que hubiera una mezcla de estos dos fenómenos, pues se ha comprobado que hubo una crisis climática por esos años. Además, debemos considerar que en un tiempo de desarrollo tan corto no se pudo crear la infraestructura estatal suficiente para mantener un imperio tan grande. Y también se ha sugerido la razón de conflictos internos.
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CONCLUSIÓN La cultura Huari, fue producto de la sequía que produjo la caída de culturas tan importantes como Nazca y Lima, teniendo una fuerte influencia por parte de la cultura Tiahuanaco que se desarrollo paralelamente a la expansión Huari. Estos tipos de influencia produjeron un proceso de organización increíble, ya que en poco tiempo se formó un gran imperio que fue capaz de ejercer una fuerte influencia desde el punto de vista militar e ideológico, sobre casi toda la sierra y costa del Perú actual; así como también, sobre parte de la selva alta. Afectando de esta misma forma el pensar de las gentes, sus costumbres y creencias, las expectativas de sus vidas y aún más, esto permitió que se proyectaran y lograran cierta independencia para sus territorios o comarcas. La cultura Huari, está llena de contrastes en donde podemos encontrar de todo un poco, pero con un gran desarrollo tecnológico y arquitectónico. Se podría decir que sentaron las bases para la formación del Imperio Inca, ya que sus avances logrados, ayudaron en gran medida a su organización como Imperio.
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