“La psicodinámica del trabajo” Dessors y Molinier 1. De la psicopatología del trabajo a la psicodinámica del trabajo. Psicopatología del trabajo (Década 1950): Estudia las enfermedades mentales del trabajo. Hipótesis: hay una relación mecánica entre trabajo y descomposición psíquica. Psicodinámica del trabajo: Realiza un “análisis dinámico de los procesos psíquicos movilizados por la confrontación del sujeto con la realidad del trabajo.” Ante todos los peligros que implica el trabajo (injusticia, miedo, aburrimiento, traicionar las propias convicciones, etc) observan no la locura sino lo común de la normalidad. “El enfoque psicodinámico tiene por objeto la movilización de la inteligencia y de la personalidad de los agentes; estas convergen para superar lo que la realidad les opone en términos de imprevistos y contradicciones.” “El sufrimiento preexiste a su encuentro con la situación de trabajo y sectoriza de alguna forma al sujeto hacia el mundo con la esperanza de encontrar algún alivio.” “El trabajo es lo que está dado por la organización teórica del trabajo, todo lo que los hombres y mujeres se esfuerzan por inventar para encontrar los mejores compromisos entre lo que deben hacer, lo que es posible hacer, y lo que desearían hacer teniendo en cuenta lo que creen que es justo o bueno.” 2. La identidad, una conquista jamás alcanzada. El amor tiene un lugar central en la construcción de la identidad. Y para estos autores el trabajo es el otro del amor, por lo que es igual de importante en el devenir del sujeto. La identidad nunca se estabiliza definitivamente. “(…) se capitaliza en el orden de lo singular pero se opera en el orden de la intersubjetividad. La realización de sí mismo pasa por la mirada del otro.” Sólo se accede a la identidad, a uno mismo, por la mediación de un hacer considerado. Así el trabajo contribuye a la realización de uno mismo. Trabajar es “beneficiarse con un lugar para hacer y hacerse con los otros.” Pero también puede ser un obstáculo para la formación de la identidad y ser fuente de sufrimiento. “El reconocimiento del hacer en las relaciones sociales del trabajo no es menos difícil de obtener que el reconocimiento en el amor.” 3. Trampas necesarias. “La organización prescripta del trabajo nunca es estrictamente aplicable, ya que todo trabajo (…) es en realidad de una gran complejidad.” Los operadores reciben recomendaciones, exigencias de calidad y restricciones temporales que los superan por lo que apelan al fraude con el objeto de realizar lo mejor posible la tarea. Esto es costoso psicológico y moralmente. La confianza es un elemento indispensable para la cooperación. Las reglas comunes determinan las maneras de hacer, la organizan las condiciones de cooperación (entendida como las maneras de decir, vivir juntos y los modos de convivencia), comportan una dimensión ética y permiten el juicio de reconocimiento. Estas reglas se discuten, son una construcción que le dan sentido al trabajar juntos. Su existencia es determinante para la contribución de los agentes en la organización del trabajo. “El sufrimiento en el trabajo es la percepción que surge cuando la relación del sujeto con la organización del trabajo se bloquea, la cooperación se rompe, la confianza se vuelve imposible, el reconocimiento fracasa.” 4. Una normalidad sufriente Los trabajadores logran no volverse locos a través de mecanismos de defensa tanto individuales como colectivos. Las estrategias defensivas apuntan a negar fuentes de sufrimiento. 5. el sufrimiento no es un objeto como otros. Todos hacemos todo lo posible para contener el sufrimiento presente en la normalidad del trabajo. Estos teóricos afirman que no se puede estudiar el trabajo como a cualquier otro objeto de investigación ya que “no podemos ignorar los efectos de retorno de esta palabra en su economía psíquica.” 6. De la mentira como trabajo al individualismo como defensa. La construcción de identidad es dependiente de la intersubjetividad generada en el trabajo pero en la actualidad, con el management por medio de la mentira, los mandos medios no pueden actuar según su ética por lo que “(…) sacrifican su facultad de juzgar. Repliegue sobre sí mismo, inflación del individualismo, desinvolucramiento del espacio público (…), son muestras del procedimiento defensivo. “Contribuyen a la construcción de una renegación de la realidad del trabajo” y también son factores de la “enfermedad cívica”: “Si es cierto que las personas se defienden del sufrimiento de tener que traicionar sus convicciones, entonces dar testimonio públicamente sobre su trabajo, comprometerse en el debate público, es correr el riesgo de reavivar el propio sufrimiento, despertar el de los otro.”
