Patologías inducidas por el uso del microondas. Las Dioxinas y los furanos.
Gerardo Andrés Romero Luna Marzo 2011
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR. UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE TÁCHIRA. CÁTEDRA: CIRCUITOS DE ALTA FRECUENCIA.
Las dioxinas y los furanos.
Materia: CAF Tutor: Malaguera José. Autor: Romero Gerardo. CI: 17.207.444
San Cristóbal, marzo de 2011.
E L M I C R O O N D A S L A S D I O X IN A S Y L O S FURANOS “ E L M I C R O O N D A S P U E D E G E N E R A R D I O X IN A S Y FURANOS AL CALENTAR COM IDA EN C O N T E N E D O R E S D E P L A S T I C O ! ! !! !! ! ”
Introducción. La contaminación de alimentos con dioxinas es un asunto que ha empezado a preocupar últimamente a la comunidad. La historia de los efectos de las dioxinas a gran escala sobre la salud, comienza en 1949 con la explosión ocurrida en la planta química de MontSanto en Virginia, donde se fabricaba el herbicida 2,4,5 triclorofenol. En la década de los sesenta,durante la guerra de Vietnam, los estadounidenses utilizaron enormes cantidades de defoliantes (poderosos matamalezas) para despejar la selva. Luego, se estableció una causalidad directa entre dioxinas y determinadas patologías. Así, las siete empresas fabricantes de los productos utilizados en Vietnam, llegaron a un acuerdo con los veteranos: 180 millones de dólares a cambio de que éstos renunciasen a todo tipo de acción judicial posterior. En 1976 en Italia, se produjo la liberación masiva de una nube tóxica que contenía dioxinas (Pereyra, 2004). El accidente tuvo lugar en la planta industrial de ICMESA de la empresa Hoffman-La Roche. Se produjeron numerosas víctimas. Mató a 73.000 animales domésticos y obligó a la evacuación de 700 personas. En febrero de 1999 en Bélgica, aparece un nuevo episodio relacionado otra vez, con la contaminación de alimentos destinados al consumo humano, "las dioxinas de los huevos". En esta ocasión el origen se encuentra en la contaminación de concentrados destinados a la engorda de gallinas. Recientemente ha salido a la luz pública la contaminación de carne de cerdo chilena con dioxinas, y los potenciales peligros que eso representa para la salud. Desgraciadamente, el consumidor poco sabe sobre qué son las dioxinas y qué efectos produce en los humanos. Internacionalmente se ha reconocido su influencia sobre la salud y el medio ambiente y la actitud de la mayoría de los países desarrollados ha consistido en efectuar estudios, para conocer las condiciones de formación de las dioxinas y promulgar las disposiciones legales necesarias, con el fin de reducir la formación y emisión al medio ambiente de estos compuestos. En este trabajo, se explica qué son las dioxinas, los efectos que producen y las medidas para mitigarlos.
CONTAMINACIÓN DE ALIMENTOS POR DIOXINAS. Las dioxinas pertenecen al grupo de compuestos orgánicos persistentes, las sustancias tóxicas más peligrosas producidas por el hombre. Son sustancias químicas no biodegradables, que se acumulan en los organismos vivos a través de la red alimentaria, y que pueden ocasionar daños a la salud humana.
La fórmula estructural y esquema de numeración de substituyentes de el compuesto principal de dibenzo- p-dioxina. Las dioxinas son compuestos químicos obtenidos a partir de procesos de combustión que implican al cloro.1 El término se aplica indistintamente a las policlorodibenzofuranos (PCDF) y las policlorodibenzodioxinas (PCDD). Son estables químicamente, poco biodegradables y muy solubles en las grasas, tendiendo a acumularse en suelos, sedimentos y tejidos orgánicos, pudiendo penetrar en la cadena alimentaria.
Existe una lista entre la comunidad científica, donde se les conoce con el nombre de los “doce malditos”. Ellos son los siguientes: • • • • • • • • • • • •
ALDRIN PCB CLORDANO DDT DIELDRINA ENDRINA FURANOS HEPTACLORO HEXACLOROBENCENO MIREX TOXAFENO DIOXINAS
Todos estos químicos son peligrosísimos por sus efectos cancerígenos. En el caso de las dioxinas, lo que más preocupa son sus potenciales propiedades teratogénicas (malformaciones en el feto) y carcinogénicas (aparición de tumores malignos).
Las dioxinas son compuestos organoclorados que derivan de la dibenzo-pdioxina y que poseen diferente número de átomos de cloro en diferentes posiciones. De todas ellas la más conocida es la 2,3,7,8 tetraclorodibenzo-pdioxina (Figura 2).
Existen otros grupos químicamente relacionados y que frecuentemente aparecen asociados a las dioxinas, son los policlorodibenzofuranos y policlorobifenilos (Figura 3).
Fig.2 Estructura química de grupos relacionados con las dioxinas (Fuente: Pereyra, 2004). En los alimentos están presentes en forma de trazas, es decir en cantidades del orden del nanogramo y del picogramo por kilogramo. Las dioxinas se han hecho muy conocidas en los últimos años porque preocupa su presencia en el ambiente ya que se encuentran en muchos lugares, aunque en bajas concentraciones, y algunas de ellas son extremadamente tóxicas. 2 Junto con las dioxinas se suelen encontrar furanos que son unos compuestos químicos similares. Las dioxinas y los furanos no se sintetizan deliberadamente, excepto en pequeñas cantidades para trabajos de investigación.
Generación de Dioxinas. Para que se produzcan dioxinas deben concurrir tres elementos: Un sustrato adecuado (una estructura orgánica compleja: ej. lignina, madera, papel o plásticos). Una fuente proveedora de átomos de cloro (Cl), como Cl2 , NaCl (cloruro de sodio = sal de cocina), cloruro de hidrógeno (HCl) o el plástico PVC (polivinilo clorado). •
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Y una temperatura suficientemente alta como la que se obtiene al quemar madera, papel o plásticos (Figura 4).
Fig. 3 Incineración a cielo abierto de residuos plásticos. Hay varios cientos de dioxinas y furanos pero en su mayoría sólo son ligeramente o nada tóxicos. Pero una docena de ellos están entre las sustancias más toxicas que se conocen. Una simple dosis de 6 millonésimas de gramo de la dioxina más letal, la 2,3,7,8-TCDD, puede matar a una rata. Todavía no se sabe bien como afectan a los humanos estas sustancias. Se ha podido observar la acción de estos compuestos cuando alguna persona ha quedado expuesta por accidente a ellas, pero en estos casos sólo se puede conocer la dosis que han recibido muy aproximadamente. Por esto es arriesgado pronunciarse sobre los efectos que producen las distintas dosis, especialmente cuando hablamos de contacto con estas sustancias durante periodos de tiempo largos. La dioxina 2,4,5-T es uno de los componentes del Agente Naranja, arma química utilizada por Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. Las fuentes de emisión de dioxinas se pueden dividir en naturales (fermentación bacteriana, incendios forestales, volcanes) o generadas por el hombre (también llamadas antropogénicas). Las dioxinas provenientes de las fuentes antropogénicas, se originan de modo habitual en la incineración de los residuos urbanos y hospitalarios, en la fabricación de papel, de celulosa, en la industria del cemento, en la fabricación de herbicidas y defoliantes, en la producción de metales a alta temperatura y en la fabricación del PVC. También se generan durante los procesos de combustión del caucho y de los productos petrolíferos, incluyendo los gases procedentes de motores de gasolina con o sin plomo, con o sin convertidores catalíticos, y diesel. También se producen dioxinas al cocinar los alimentos con aceite reutilizado. El humo del cigarrillo produce dioxinas. Se trata de una sustancia incolora e inodora, soluble en grasas y sólo ligeramente soluble en agua; es sólida a temperatura ambiente. Por vía inhalatoria el nivel "seguro" establecido por la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos es de 70 nanogramos por día. En Venezuela, no existen laboratorios con capacidad para detectar su
presencia y por lo tanto hay que recurrir a laboratorios europeos o norteamericanos especializados. Las dioxinas son emitidas hacia la atmósfera como sustancias contaminantes, depositándose posteriormente en el suelo y agua. Luego el ganado y peces se contaminan, y a través de la cadena alimentaria pasan al hombre. Leche, huevo y carne contienen dosis apreciables. Los científicos estiman que más del 90% de las dioxinas que se acumulan en el cuerpo humano provienen de los alimentos y menos del 10% del aire que se registra. Según un estudio realizado por Franco (2002), el marisco y el pescado son los grupos de alimentos con más dioxinas. Una vez ingeridas se acumulan en los tejidos grasos del cuerpo humano, donde permanecen durante años .
Efectos de las dioxinas sobre la salud. La primera dioxina clorada fue sintetizada en 1872 por Merz y Weith, pero su estructura no se conoció hasta 1957. En este mismo año se efectuó la síntesis de la 2,3,7,8 tetraclorodibenzodioxina. En ambos casos los técnicos de laboratorio fueron hospitalizados. Los efectos de las dioxinas en el organismo son a largo plazo. No hay consenso entre los científicos sobre en que grado las dioxinas son cancerígenas. La Organización Mundial de la Salud ha incluido una dioxina en su lista oficial de sustancias cancerígenas a raíz de un estudio de 25.000 trabajadores expuestos a dosis elevadas en los que se observó un aumento (pequeño pero significativo) de varios tipos de cáncer. Pero si el riesgo de la exposición crónica a dosis altas está demostrado, el de la exposición aguda -como la que afectaría a una persona que hubiera ingerido varios pollos contaminados- no parece ser tan grande. El precedente más famoso es la emisión accidental de cantidades masivas de dioxinas en Seveso (Italia) en 1976. Veintitrés años después, "aún no se ha demostrado un incremento significativo de los casos de cáncer en la población de aquella zona", señala Josep Lluís Domingo, director del Laboratorio de Toxicología i Salut Mediambiental de la Universitat Rovira i Virgili. Más alarmante son los resultados de experimentos en roedores: a dosis altas, las dioxinas le causan trastornos hormonales, inmunitarios y reproductivos, además de perjudicar el desarrollo de los embriones. En Japón 1300 residentes de Kyush, en el año 1968, enfermaron gravemente al consumir arroz contaminado y muchas de las mujeres afectadas dieron a luz niños con defectos de nacimiento. Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) en una publicación en septiembre del 1994 afirman que, las dioxinas producen cáncer al ser humano y en dosis inferiores asociadas al cáncer ocasionan alteraciones en el sistema inmunitario, reproductor y endocrino. También los fetos y embriones de peces, aves, mamíferos y seres humanos son muy sensibles a sus efectos tóxicos y no existe un nivel seguro de exposición a las dioxinas. No obstante, la Convención de Estocolmo, firmada el 23 de mayo de 2001 en Suecia, pretende actuar inicialmente, puesto que estos contaminantes se
encuentran entre innumerables muertes por cáncer, así como múltiples defectos de nacimiento que han provocado esos compuestos, que afectan, además, el sistema nervioso, reproductivo e inmune del hombre y de muchas otras especies. Además de ser persistentes (es decir, no se descomponen rápidamente), orgánicos (con carbono en su estructura molecular) y contaminantes (por ser muy tóxicos), las dioxinas tienen otras dos propiedades: son solubles en grasas y por consiguiente se acumulan en los tejidos vivos, y pueden viajar grandes distancias. Algunos de los efectos encontrados son: cáncer respiratorio, cáncer de próstata, mieloma múltiple, sarcoma de tejido blanco, lesiones de timo y hepáticas, defectos congénitos y depresión del sistema inmunológico, afecciones cardiovasculares, cambios degenerativos del esqueleto y del músculo cardiaco (Vásquez, 2005). En intoxicaciones agudas aparecen cuadros de cefalea intensa, alteraciones digestivas y cutáneas, dolores musculares y articulares, así como una variedad de alteraciones enzimáticas,neurológicas y psiquiátricas. Datos epidemiológicos indican que la exposición a elevadas dosis puede producir un incremento del 40% en el riesgo relativo de varios tipos de cáncer. No obstante no puede descartarse la participación de otros factores.
Cómo protegerse de las dioxinas. Puesto que las dioxinas se acumulan en las grasas animales, reducir el consumo de este tipo de grasas es el mejor modo de prevenir la exposición a las dioxinas. Además, se conseguirá reducir el consumo de otras sustancias nocivas que se acumulan en las grasas, como los PCB y los insecticidas organoclorados. Y de paso se reducirá el riesgo de infarto, que probablemente acabará siendo el mayor beneficio de moderar el consumo de grasas animales. A nivel doméstico, las siguientes son algunas medidas que impiden la generación de dioxinas: • • • • •
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No quemar neumáticos No quemar papel fotográfico No quemar revistas con colores No quemar envases plásticos. No cocinar con aceite reutilizado No fumar. Consumir productos lácteos desgrasados. En hornos microondas, no cocinar alimentos grasos con envases de plástico. Lo ideal es usar recipientes de vidrio o de cerámica Elegir cortes de carne res, cerdo y aves con menor contenido graso, y también quitar el exceso de grasa de la piel antes de cocinar la carne.
A nivel industrial, es necesario favorecer el desarrollo de nuevos procedimientos y avances tecnológicos encaminados a minimizar la formación y emisión de las dioxinas que llegan al medioambiente procedente de las actividades industriales del hombre. Por ello durante los últimos años se han estudiado y definido las condiciones que debe cumplir una combustión para evitar la emisión de dioxinas: Altas temperaturas (mayores de 850ºC, o de 1100ºC en presencia de cloro) Suficiente tiempo de residencia de los gases a esa temperatura (mayor de 2 segundos) Presencia de oxígeno suficiente para que la combustión se realice de manera completa Enfriamiento rápido de los gases tras la combustión para evitar la síntesis posterior de dioxinas. •
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En el caso de los alimentos, no hay todavía motivo para que cunda el pánico. Aunque los niveles de dioxinas detectados en algunos alimentos son altos, esto no significa que quienes los hayan consumido vayan a tener cáncer. Se estima que el riesgo cancerígeno de las dioxinas que pueda haber en estos alimentos no es, ni de lejos, tan alto como el riesgo del tabaco para un fumador. El nivel de dioxinas en los alimentos consumidos en España y en el medio ambiente se ha reducido a la mitad desde 1993 a la actualidad, según un informe presentado en el 2002 al Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (ONU). En la UE, el nivel de estas sustancias en los productos alimenticios ha disminuido en un 40%. Otros países europeos han reducido este nivel en un 10 o un 20%. Esta reducción se debe a los trabajos elaborados por la Comisión Europea en los que se insta a los Estados miembros a controlar el nivel de dioxinas de los alimentos. De hecho, en julio del 2002 la Unión Europea (UE) obligó a todos los países a controlar el nivel de dioxinas en los alimentos que producen y exportan. En el caso de España, deben analizarse 50 muestras de aceite virgen de oliva y, por ejemplo, en Noruega, debe analizarse el salmón, producto que se consume en el resto de Europa. Por regla general se reconoce que para reducir activamente la presencia de dioxinas en los alimentos para animales, deben implementarse medidas que estimulen un planteamiento activo, incluyendo el establecimiento de umbrales de intervención y de niveles objetivo para los alimentos para animales, combinadas con medidas destinadas a limitar las emisiones. Los umbrales de intervención son un instrumento que permitirá a las autoridades competentes y a los operadores identificar los casos en los que conviene determinar la fuente de contaminación y tomar medidas destinadas a su reducción o eliminación. Con ello se conseguirá reducir progresivamente los contenidos de dioxinas en los alimentos para animales.
Algunos datos alarmantes. Cando algunas personas, por accidente, han estado expuestas a altas concentraciones de 2,3,7,8-TCDD han tenido diversos problemas de salud, pero casi todos ellos desaparecen pronto, excepto un fuerte acné (llamado cloroacné) que a veces les ha durado décadas. Ningún estudio ha encontrado que las personas expuestas a estas sustancias, incluso aunque hayan recibido dosis muy altas, tengan índices de mortalidad más altos que lo normal Como se verá más adelante en el desastre de Seveso. Recientemente se ha encontrado una asociación de las dioxinas con la génesis de la endometriosis, una enfermedad ginecológica caracterizada por el crecimiento del tejido endometrial por fuera de la cavidad uterina y que puede ocasionar dolor pélvico, dismenorrea o dolor menstrual e infertilidad. A bastantes investigadores les preocupan más los efectos que a largo plazo pueden darse en personas expuestas a dosis muy bajas, que no provocan efectos apreciables a corto plazo. El problema con este tipo de sustancias es que no se eliminan con facilidad (tardan cinco años en reducirse a la mitad) ni se degradan y, por tanto, van acumulándose en los tejidos. En experimentos de laboratorio con animales se ha comprobado que dosis no letales pueden producir cáncer, defectos de nacimiento, reducción en la fertilidad y cambios en el sistema inmunológico.
Efectos cancerígenos La mayoría de los estudios que se han hecho con personas expuestas a estos productos no han encontrado que tengan más probabilidad de tener cáncer que los demás. Un estudio hecho por investigadores suecos encontró proporciones anormalmente altas de un extraño tipo de cáncer entre personas que trabajaban con herbicidas que contenían muy pequeñas cantidades de 2,3,7,8-TCDD. Pero estudios similares en otros países no han confirmado este resultado. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos considera el estudio de los investigadores suecos como una evidencia importante pero no adecuada de que estos productos producen cáncer en humanos. De todas formas recomienda que se tenga a esa sustancia como probablemente cancerígena ya que produce cáncer en animales en los experimentos de laboratorio.
Efectos en la reproducción sexual Las dioxinas y los furanos también reducen el éxito reproductivo en los animales de laboratorio al provocar nacimientos de bajo peso, camadas más pequeñas y abortos prematuros. Los problemas sólo suceden cuando es la madre la expuesta al 2,3,7,8-TCDD, nunca cuando es el macho, lo que demuestra que no se produce alteración del ADN, sino alteraciones en el proceso de formación del embrión. Se han hecho muchos estudios sobre defectos de nacimiento entre mujeres expuestas al 2,3,7,8-TCDD. Algunos han encontrado un número de
nacimientos defectuoso mayor que el normal, pero en la mayoría de las investigaciones no se han encontrado evidencias de defectos de nacimiento o problemas reproductivos por este motivo. Por lo que sabemos hasta ahora, con estudios minuciosos y detallados, las personas que han recibido dosis anormalmente altas de estas sustancias mantienen una salud normal. Todo indica que el hombre soporta estas sustancias mucho mejor que la mayoría de los animales de laboratorio. También es claro que trazas (concentraciones muy bajas, casi inapreciables) de estas sustancias se han encontrado en tejidos y en la leche materna de personas de muchos países; pero no se puede afirmar nada con seguridad sobre los efectos a largo plazo que esta contaminación puede suponer hasta la realización de nuevos y más detallados estudios.
Mecanismos de formación Las dioxinas proceden principalmente de las emisiones de incineradores y otras fuentes de combustión. Su formación se produce como consecuencia de procesos químicos que ocurren durante la combustión, principalmente a partir de compuestos químicos relacionados como clorobencenos, clorofenoles y policloruros de bifenilo. Debido a la elevada toxicidad de las dioxinas se han realizado numerosos estudios sobre sus mecanismos de formación, ya que este conocimiento es de vital importancia a la hora de estudiar posibles procesos para su degradación. Se ha propuesto un mecanismo en fase gas que transcurre mediante una serie de reacciones radicalarias: 1. P → P• + H 2. P + OH → P• + H2O 3. P• → Pr 4. P + P• → PD + Cl 5. PD → D + HCl 6. PD + OH → D + H2O 7. P• + R → P + R• 8. P• + OH → Pr 9. D → Pr 10. D + OH → Pr 11. P• + O2 → Pr 12. R + OH → R• + H2O
13. R → Pr Donde P son fenoles policlorados, P• son radicales fenoxi policlorados, PD son 2-fenoxifenoles policlorados (precursores de las dioxinas), D son PCDDs, R es algún componente del combustible orgánico, R• es una molécula del combustible sin un átomo de hidrógeno y Pr son productos sin especificar. La formación de dioxinas en fase gas sólo explicaría una parte del contenido total de estos compuestos encontrados en las emisiones de los procesos de combustión, por lo que también se ha propuesto un mecanismo basado en una catálisis heterogénea. Se sugiere que un mecanismo de Langmuir-Hinshelwood, que implica reacciones radical-radical superficiales, y un mecanismo de Eley-Rideal, que implica reacciones entre una molécula en fase gas y otra adsorbida, son los responsables de la formación de PCDFs y PCDDs, respectivamente, en superficies. Las principales diferencias de este mecanismo con el mecanismo en fase gas es la formación del radical fenoxi clorado por el impacto de quimisorción del fenol policlorado en la superficie catalítica (normalmente óxidos metálicos como CuO) y el impedimento estérico de radicales centrados en el oxígeno adsorbidos en la superficie, que inhiben reacciones radical-radical que llevan a la formación de dibenzo-p-dioxina. Este tipo de reacciones son muy complejas y difíciles de estudiar, ya que los radicales que intervienen en ellas son extremadamente reactivos. Además, la variabilidad del material orgánico incinerado y el amplio rango de tecnologías de combustión hacen su estudio todavía más complejo. Por ello, el mecanismo preciso de la formación de dioxinas aún no está del todo claro, aunque existen varias teorías en desarrollo. Es importante mencionar que también se pueden encontrar estudios sobre posibles mecanismos para la inhibición de estas reacciones, los cuales sugieren que la presencia de algunos compuestos básicos como amoniaco, óxido de calcio o hidróxido sódico inhiben la formación de PCDDs y PCDFs a partir de fenoles y bencenos clorados con eficacias de hasta el 99%.
Mecanismos de degradación Existen evidencias de que las dioxinas son susceptibles a la biodegradación en el medio ambiente como parte del ciclo natural del cloro. Las dioxinas poco cloradas pueden ser degradadas por bacterias aerobias del género de las Sphingomonas, Pseudomonas y Burkholderia. La degradación es normalmente iniciada por dioxigenasas angulares que atacan el anillo adyacente al oxígeno del éter , obteniéndose finalmente los fenoles clorados. Estas dioxinas también pueden ser atacadas metabólicamente bajo condiciones aeróbicas por hongos que utilizan peroxidadasas de la lignina extracelular. Las dioxinas altamente cloradas pueden ser decloradas reductivamente en sedimentos anaeróbicos por bacterias del género Dehalococcoides. Estos estudios indican que la biodegradación puede contribuir a la atenuación natural de los niveles de dioxinas en suelos, aguas superficiales o sedimentos, pero esta degradación es muy lenta, con tiempos de vida media en un rango desde 2 hasta 170 años según el tipo de dioxina, y
para algunas de ellas la degradación observada es nula. Por este motivo se han llevado a cabo numerosos estudios para aumentar la eficacia de esta degradación por vías no naturales. La degradación de PCDDs en concentraciones de 10 ng/L llega a ser completa con sistemas de Fe(II)/H2O2/UV en disolución acuosa a tiempos de entre 20 y 300 minutos en condiciones óptimas. La velocidad de esta fotodegradación decrece con el número de átomos de cloro en la dioxina. Este proceso parece ser iniciado por una reacción oxidativa producida por el ataque de radicales OH• a los cuatro átomos de carbono adyacentes a los átomos de oxígeno, produciendo finalmente fenoles clorados. La producción de estos radicales estaría inducida fotoquímicamente a partir del hidróxido de hierro. Otros estudios sugieren que la velocidad de este proceso puede ser incrementada añadiendo ultrasonidos al sistema que favorecen la formación de radicales OH•. Basándose en estos resultados, estos sistemas podrían ser una tecnología útil para el tratamiento de aguas residuales que contengan estos contaminantes. También se ha encontrado un proceso mediante el cual se pueden declorar dioxinas en disolventes orgánicos como etanol, n-nonano y tolueno. Se basa en una degradación radiolítica con rayos γ de un isótopo de Co. Las especies reactivas producidas por la irradiación de los disolventes son átomos de hidrógeno, radicales del disolvente y electrones libres o solvatados. La degradación es principalmente atribuida a la decloración por los electrones y, en parte, por los radicales del disolvente. El mecanismo propuesto para la degradación de octacloro dibenzo-p-dioxina (OCDD) en etanol:
1. OCDD + e- → hepta-CDD• + Cl2. hepta-CDD• + CH3CH2OH → hepta-CDD + CH3C•HOH 3. OCDD + CH3C•HOH → hepta-CDD• + HCl + CH3CHO 4. hepta-CDD• + CH3C•HOH → hepta-CDD-CH3CHOH(aducto) De igual manera, el hepta-CDD es reducido a hexa-CDD, y a través de una decloración secuencial se produce dibenzo-p-dioxina. Este estudio demuestra que la adición de etanol a residuos líquidos produce la degradación de más del 90% de las dioxinas.
Impacto ambiental. Son muy estables. Permanecen en el aire, el agua y el suelo cientos de años, resistiendo los procesos de degradación físicos o químicos. No existen en la naturaleza, salvo en un par de excepciones, por lo que los seres vivos no han desarrollado métodos para metabolizarlos y detoxificarlos. Resisten por tanto la degradación biológica.
Son más solubles en grasas que en agua, por lo que tienden a bioacumularse y migran desde el ambiente a los tejidos de los seres vivos.
La gran industria y las incineradoras pueden generar grandes cantidades de dioxinas. Las dioxinas comenzaron a producirse en la década de 1930. Sus usos más frecuentes estaban en el campo de los aislantes y refrigerantes en baterías y transformadores. No se trata de un producto industrial, sino de un subproducto químico al elaborarse otros. Las dioxinas son lipofílicas, se metabolizan y se eliminan lentamente. Además, se bioacumulan. La vida media de estos compuestos en los humanos oscila entre los 7 y los 8 años. Se acumulan en el tejido adiposo y se calcula que en 40 años se llega a un equilibrio dinámico entre ingesta y eliminación fecal. Se cree que la mayoría de los efectos de las dioxinas se producen mediante el receptor intracelular Ah, altamente preservado en diferentes especies de animales.
CONVENIOS INTERNACIONALES RATIFICADOS POR LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. Venezuela ha establecido diversos convenios con la finalidad de proteger la salud humana y el medio ambiente frente a los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP). Los COP son compuestos químicos MUY TÓXICOS, creados y producidos por el ser humano, Químicamente muy estables, Insolubles en el agua, Solubles en grasas, contienen carbono y cloro.
Ya que utilizan el agua como vehículo de transporte, así como también a los animales migratorios y al viento como vehículo de transporte, advertimos su importancia. Además de ello se movilizan a nivel planetario. al ser liposolubles se acumulan en los tejidos grasos y no se eliminan por el sistema excretor. Básicamente alteran la información química de las células, alteran el sistema endocrino, son cancerígenos, causan malformaciones genéticas, Enfermedades cardíacas. Los COP se clasifican en: •
Plaguicidas órganoclorados
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Bifelinos Policlorados y
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Dioxinas y los Furanos.
¿QUE PODEMOS HACER LOS VENEZOLANOS?. •
Leer el Convenio de Estocolmo
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Ayudar y exigir a las autoridades la implementación del Convenio.
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Informarse y compartir la información sobre los COP.
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No quemar o incinerar residuos ni desechos.
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Leer las etiquetas de los productos agrícolas para evitar la exposición a los organoclorados. En sitios de malaria, usar mosquiteros para evitar el DDT. Evitar calentar las comidas en el microondas en contenedores de plástico, usar VIDRIO.
Formar parte de los voluntarios a nivel nacional para lograr que se implemente el Convenio en el país.
Estocolmo convenio relativo a los Contaminantes Orgánicos Persistentes. •Ratificado: 03-01-2005. •Gaceta Oficial: 38.098
BIBLIOGRAFÍA. • •
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Ciencia,,,Ahora, nº 22, año 11, septiembre 2008 - marzo 2009. Ciencia,,,Ahora, nº 22, año 11, septiembre 2008 - marzo 2009. http://www.chemicalbodyburden.org Wilkipedia. www.pops.int