ARTE RUPESTRE
LA HISTORIA DE UNDESCUBRIMIENTO:
MESITAS DE EL COLEGIO
ARTE RUPESTRE LA HISTORIA DE UN DESCUBRIMIENTO: MESITAS DE EL COLEGIO
1* QUÉ DICEN LAS ROCAS
Desde el comienzo de la investigación en 1970 el equipo fue lentamente construyendo un sistema de chas, como resultado de la discusión con los trabajos anteriores.
La interpretación del arte rupestre ha pasado por diversas etapas. Se inicia con una fase especulativa, que después de algunos años, da paso a las nuevas explicaciones derivadas de los adelantos técnicos y metodológicos en la construcción de nuevas perspectivas de las ciencias sociales. La arqueología por ejemplo, y las teorías antropológicas, colaboran al igual que las ciencias auxiliares en este proceso de denición. Todo ello para reexionar con más elementos sobre lo que probablemente dicen las rocas. La etapa inicial (comienzos del siglo XIX), se realizó como en otras areas, con simples tanteos y opiniones. Los primeros hallazgos se caracterizan por la casualidad y el azar de sus pioneros. Lo más interesante es cuando estos hallazgos se ponen al frente de los conocimientos de la época. Las ideas de esta (Darwinismo), incluso las religiosas entran en conicto con las evidencias de un arte que es muy semejante al que se hace en la época del descubrimiento. En las galerias de viejo, durante muchos años se exhibieron diversos objetos raros y curiosos, algunos de los cuales no podían ser ubicados en las culturas correspondientes. Pequeños huesos de Mamut, con dibujos de animales desconocidos, fueron presentados en estas colecciones. El conde Marcelino Saenz de Sautuola impresionado por haber visto piezas semejantes en sus propiedades en España, se dedicó en algunas temporadas a buscar en la cueva de sus propiedades piezas semejantes. Buscando estas curiosidades, ubicó en una cueva uno de los yacimientos rupestres mas importantes de la historia de la humanidad, la cueva
de Altamira (1979). No pocos fueron los debates sobre su autenticidad y a lo largo de muchos años se consideró el hallazgo como algo sin importancia. Se necesitó que otras evidencias (nuevas cuevas) fueran agregadas a la discusión, y que los prehistoriadores de la época, se retractaran, ante la evidencia. Así que al igual que en otros medios académicos, el objeto se abrió paso ante la tradición. Los años siguientes los investigadores dedicaron una buena parte de su trabajo a documentar y describir con cierto detalle las pinturas rupestres en cuevas (Breuil, Leroi Gourham) interpretando en cada caso, la presencia de las pinturas como un asunto de magia, o como un símbolo sexual y ritual. Ayudados por los temas de su tiempo la interpretación caminó por estos pasadisos. Pero realmente, la historia de la investigación del arte rupestre no puede entenderse sin comprender que ha estado en su proceso paralelamente ligada a la historia de las ideas, a sus disputas y al proceso de las mismas. Por esto es que la cueva de Altamira es un símbolo de estos debates. Aún ahora quien oye hablar de arte rupestre imagina cuevas y pinturas de animales, conservando de esta manera la imagen de las primeras cuevas descubiertas en Europa. Ahora son cientos de sitios y miles de trazos y formas, algunas de animales las que se encuentran nuevamente en estudio y las viejas teorias se reseñan solamente como parte de la historia de su estudio. Las versiones tradicionales que enfatizaban el hecho de que los hombres del paleolítico dejaron pintadas en ellas sus
apetitos por la comida de bisontes y mamuts, y se asocian a ritos que exorcizan a sus presas acribillándolas en la pinturas, antes de hacerlo en la realidad. Actualmente se tiene una idea menos simple, menos general del sentido y se duda drásticamente sobre las interpretaciones convencionales. Multitud de hallazgos, nuevas técnicas, métodos de búsqueda de evidencias, con preguntas de investigación más precisas, han permitido relativizar cada día los resultados de la tradición. Quienes trabajan en estos temas actualmente, no sólo realizan una labor de descripción minuciosa, sino que tienen mayor paciencia al apresurar (Clottes) sus ideas sobre las razones, por las cuales los grupos humanos de diversas etapas, tomaron la decisión de hacer pinturas o grabados sobre las rocas o las cuevas (Ucko). Los estudios derivados de los laboratorios sobre los sistemas de datación y los trabajos renados del DNA han permitido abrir nuevos campos explicativos. Los hallazgos en Chauvet (1994), Cosquer, en Francia y los recientes descubrimientos en Portugal (1996) del valle de Coa, constituyen entre otras zonas de Europa, además de los trabajos en otros continentes, un nuevo conjunto de temas, y problemas de trabajo, que muestran en cada caso, la diversidad temática, y la complejidad de los lenguajes presentes en pinturas y grabados. Todo lo anterior, hace cada día más imposible usar hipótesis generales para el estudio de todas y cada una de las cuevas, de los murales de una zona y región. Muy al contrario, es indispensable que cada una estas manifestaciones sea tratada con sus singularidades, con sus contextos inmediatos (suelo, ecosistema), con algún detalle, pues en cada caso e xisten condiciones particulares y temas diversos, que no pueden ser tratados con una generalidad, ni mucho menos con una teoría que acomode los documentos. Los hallazgos recientes permiten asegurar por lo pronto que los hombres del paleolítico superior habían permanecido en algunas temporadas en las cuevas cuya presencia se calcula en los 32.000 años antes de nuestra era. Los motivos tradicionales de los bisontes y mamuts son ahora contrastados con pinturas de animales diversos. La presencia de leones, de insectos, de focas, no sólo contradicen los temas de las interpretaciones tradicionales, sino que se convierten en vías nuevas para el estudio de los sistemas de representación, al camino del lenguaje humano. De igual modo, las investigaciones en todo el mundo (Australia, China, Africa, América) muestran, no solo diversas técnicas de ejecución, sino semejanzas y diferencias formales, lenguajes diversos que corresponden a variados sistemas de representación de la realidad. Las guras naturalistas, los procesos de esquematización, las formas mas complejas del simbolo, exponen niveles y grados de elaboración, un lenguaje simplicado, que remite a la variedad de sistemas de pensamiento que los hombres han venido estructurando, no sólo para el control de la necesidad, sino para el proceso de comunicación con sus deidades como para la regulación de la organización de comunidades y sociedades. La curiosidad sin duda de los investigadores de las diver-
Desde el comienzo de la investigación en 1970 el equipo fue lentamente
construyendo un sistema de chas, como resultado de la discusión con los trabajos anteriores. LISTA DE ALGUNOS SITIOS DE ARTE RUPESTRE EN EUROPA,
FRANCIA: VALLE DEL RODANO: Cap Blanc (Marcuay) Les Combarelles (LesEyzies) Salleles-Gabardes (Aude) Font-de-Gaume (LesEyzies) Gorge D’Enfer (Les Eyzies) REGION PIRENAICA Niaux (Ardeche) Laugerie-Haute(Les Eyzies) Bedeilhac (Ariege) Langerie-Basse(Les Eyzies) Le Portel (Ariege) Les Trois Freres (Ariege) Tuc d Audoubert (Ariege) La Sudrie (Villac) Mas D Azil ( Ariege) Marsoulas (Haute Garonne) Montespan (Haute Garonne) Teyjat (Teyjat) Gargas (Hautes Pyrenees) Roufgnac (Roufgnac) La Bastide (Hautes Pyrenees) GIRONDE Etcheberriko Karbia Pair-non-Pair (Marcamp) (Basses‑Pyrenees) CHARENTE LOT Roc-de Sers (Sers) Pech Merle (Cabrerets) Chaire a Calvin (Mouthiers) Marcenac (Cabrerets) 1920 VIENNE Sainte Eulalie (Cabrerets) Cantal (Cabrerets) Cougnac (Gourdon) DORDOÑA: Lascaux (Montignac) Grute des Mammouths Sergeac (ST. Leon) TARN Belcayre (Thonac) La magdelaine(Penne)
ESPAÑA: 1909 1901 1947 1901 1912 1908 1864 1907 1864 1908 1914 1912 1937 1902 1897 1923 1903 1906 1956 1932 1881 1950 1927 1922 1926 1920 1920 1953 1940 1946 1909 1934 1952
PROVINCIAS VASCONGADAS La Clotilde (Reocin) 1906 Berroberia (Pamplona) 1929 Hornos (San Felice de Buelna) 1903 Santimamiñe (Viscaya) 1916 Altamira (Santillana) 1879 SANTANDER Las Aguas (Novales) 1909 Sottariza (Gibaja) 1906 La Meaza (Comillas) 1907 LaHaza (Ramales) 1903 LasMonedas(PuenteViesgo) 1952 Covalanas (Ramales) 1903 Salitre (Miera) 1903 ASTURIAS (Camargo) 1907 La Loja (Panes) 1908 Santian (P. Arce) 1905 Pindal (Riba de Deva) 1908 Mazaculos (Riba Deva) 1908 CASTILLA LA VIEJA Quintanal (Balmori) 1908 (Cangans de Onis) 1916 Penches (Burgos) 1915 El Cueto (Lledias) 1936 Los Casares (Guadala) 1934 San Antonio (Riba de Sella) 1912 ANDALUCIA Bolado (Llanes) 1912 La Pileta (Malaga) 1911 (San Roman) 1914 Palomas (Cadiz) ITALIA: OTRANTO SICILIA RomanelIi (Castro-Marino) Levanzo(isla) Addaura (Palermo)
1904 1949 1953
sas zonas del mundo ha generado en los últimos años la idea compleja de dividir los temas, con el auxilio de las ciencias, con el apoyo de sus métodos y con el auxilio de sus horizontes. Todos estos esfuerzos en el futuro, permitirán aproximaciones al sentido y función del arte rupestre, en sus respectivas regiones. Son sistemas metodológicos, que reseñan y discriminan con alta resolución los murales y detalles de los mismos, acompañados por procesos técnicos de estudio de alteraciones . Es esencial cuidar los originales, pues en ellos, no sólo se encuentra el patrimonio de una historia cultural, sino su cuidado permite volver sobre este, para rehacer proyectos de trabajo aún más certeros en lo relativo a la pregunta Que dicen las obras rupestres? De igual modo, especialistas que deliberan sobre el sentido estético, losóco, epistemológico, muestran que los desarrollos han venido perdiendo la ingenuidad de las especulaciones del origen de la investigación para adentrarse en nuevas rutas teóricas que presenten al arte rupestre como una de las condiciones humanas universales: su lenguaje. La perspectiva contemporánea tendencialmente tendrá que demostrar como estas construcciones subjetivas de los hombres de diversas etapas son la historia de la objetividad, el camino del pensamiento para la construcción de estrategias en la búsqueda del control de la necesidad humana, la búsqueda de la libertad. EN COLOMBIA
Miles de rocas, algunas visibles y otras tapadas por el matorral o cubiertas de tierra, se encuentran en cientos de zonas en Colombia. Desde los tiempos de la colonia se elaboraron algunas explicaciones de lo que estas pinturas o grabados dicen. Los escribanos y cronistas comentaban que en Santafé de Bogotá todos los eruditos estaban convencidos de la visita en tiempos de los indígenas de un apóstol que había traído la enseñanza del evangelio. De igual modo, este santo con nombre indígena (Bochica) había enseñado además de las reglas para la vida en comunidad, y el manejo del agua, las técnicas para elaborar los hilos y las mantas para cubrirse el cuerpo, ya que los indígenas antes los hacían con el algodón sin hilar. Muchos años después, pero aún en la época colonial un párroco de la iglesia de Gachancipá, documentó con algun detalle su visita a un cacique moribundo en su lecho de enfermo, quien le entregó una roca pequeña en la cual, con grabados que tenía, se leían los números (ata, bosa....etc) e igualmente, se representaban las etapas de la siembra y la cosecha. Se trataba según sus interpretaciones de un calendario, del calendario Muisca. Esta interpretación del calendario de las etnias del altiplano, fue años mas tarde conocida por Humbolt y comentada en sus libros. Los símbolos puestos en la tumbas de los caciques, los dibujos de las mantas, los signos que acompañaban a los personajes principales y que se reiteraban en las viviendas, mostraban que estas culturas tenían un complejo
Sólo si la comunidad entiende que el tesoro es la piedra misma y los dibujos podrá salvar la riqueza y permitir que en unos años se tengan aún más evidencias para reconstruir el sentido y el lenguaje presente en las rocas. Allí esta el lenguaje y el ejemplo de un pensameiento diverso. Las rocas pintadas o grabadas dicen sobre un mundo intelectual renado, sobre un conjunto de prácticas de pensamiento que llegó a simplicar en trazos muy simples, sistemas de comunicación. El número aún no determinado de rocas que puede contener el departamento de Cundinamarca, pero que no puede ser inferior a 7000 o 8000, lo que evidencia un tipo de actividad común, en donde lo sagrado es realmente todo el territorio. Después de haber observado cientos de ellas en el altiplano, pinturas en más de 15 municipios, es posible asegurar que algunas de ellas parecen representar temas relativos al arte de tejer las mantas, tal y como lo reseña la crónica de Indias. Pero no existe sólo este tema. También pueden observarse algunos murales, cuyo tema aparentemente hace relación al sistema de parentesco, a las estas en honor a las deidades y algunas, acompañadas por metates, a actos rituales que muy posiblemente son semejantes a los convites campesinos, que aún ahora se efectuan. No son realmente muchas las explicaciones precisas que permitan leer lo que dicen las rocas. Sin embargo, ellas estan alli, al lado de otros elementos de la cultura lo cual permite imaginar hacia el futuro posibles caminos de investigación, que articulen diversas temáticas y cualidades. Los talleres de herramientas, los aladores, las cúpilas, los metates para pulverizar o moler productos comestibles o rituales son elementos de un complejo espacio de evidencias, que en el futuro permitirá tener nuevos procesos de interpretación, cuando los registros y datos documentales sean más exhaustivos, más rigurosos.
Desde el comienzo de la investigación en 1970 el equipo fue lentamente
construyendo un sistema de chas, como resultado de la discusión con los trabajos anteriores.
sistema de lenguajes de signos, de trazos simples, que en los colores y las formas daban explicación a los sistemas de comprensión del mundo. Ahora, es muy dicil reconstruir este sistema simbólico pues fueron muchos los sistemas y algunos acertados en la erradicación de las culturas que los europeos Cuando Moreno y Escandón y despues de visitar los pueblos de indios, pudieron constatar que estos conservaban por muchos años sus constumbres y continuaban adorando a sus dioses antiguos, fue necesario crear nuevas normas, que desterraran denitivamente los sistemas de rito, los lenguajes de tradiciones tan arraigadas. De esta manera, se prohibió hablar Muisca, vestir con mantas que tradicionalemente tenían pinturas, que aludían posiblemente a cada etnia y familia, hacer estas y la obligación de concentrarse en pueblos, en encomiendas o resguardos, para que los niños puedan ir a aprehender la doctrina y el idioma castellano. Esta determinación de la corona permite ver cómo se proyectó expresamente la destrucción de los sistemas de pensamiento, ligados a la lengua, los ritos y los sistemas de representación. Aún ahora es posible oir a los campesinos de todo el país hablar sobre los sitios sagrados, sobre la laguna y su encanto, sobre la piedra y sus sonidos, y sus marcas del demonio, sobre las peñas y sus secretos, sobre el día que se abre y muestra el tesoro,y sobre la música que se oye el viernes santo cuando se puede entrar en la piedra y muestra los secretos de los antiguos, allí donde el el sacerdote con música de iglesia, recibe a los invitados Pero también voces del pasado se incluyen en los recuerdos para refereir al mohan que cuida las lagunas, al mohan que anuncia las crecientes, que pide comida, que asalta a las jovencitas monas de ojos verdes o azules y que en las tormentas y crecientes trasnslada sus tesoros. Tambéin es recordado el modo como es posible ganar un tesoro, con música de cuerda y la manera de sacar una guaca. Desafortunadamente no quedan allí en el ricón de la memoria más que algunos temas de como enterrar al niño en un baile de curar los mezquinos con maiz, de impedir que la leche se seque y como mejorar al descuajado. Pero se han olvidado los ritos y los simbolos que permitían hacer ofrendas. a Bochica, a Chibchachum, a Bague, a Bachue y con ello, el sentido originario ..de pintar en las mantas y de hacerlo en las rocas en memoria del civilizador Bochica... Sin embargo, en muy posible que en el futuro al sistematizar estos recuerdos se puedan reconstruir algunos de sus temas, aunque sean algunos de sus elementos. Lleno el espacio del lenguaje de algunos recuerdos en desorden, los campesinos tienen con el arte rupestre cantidad de historias y temas, que al parecer hacen referencia a los diversos momentos de la historia, es decir confusamente entrecruzados entre los antiguos sistemas de origen precolombino, con las supersticiones de los españoles frente a un mundo que desconocido, solo podía ser pensado como lleno de fantasías y demonios. Las rocas tienen su encanto, son las rocas de los antiguos; allí aparece una luz, se ve en algunas épocas a un beato
y por eso no la rompimos, porque se desgracia la nca y luego no produce y vienen las enfermedades. Allí en la piedra al lado del arbol, pasado el camino antiguo, esta la piedra de la Custodia, la piedra sagrada y ahi esta, pues mi abuelo decía que ella sostenía la nca y que si la movían se caía la montaña encima de nosotros, se desbarrancaba¡ A pesar del respeto que los habitantes tienen en las piedras pintadas y grabadas no ha sido así en algunas regiones. Algunos datos muestran cómo los curas de los pueblos , ademas de prohibir las estas tradicionalaes, han hecho convites con toda la comunidad creyente para destruir las pinturas en el municipio de Nuevo Colón en Boyacá. También algunos han usado barretones y martillos, cuando no pólvora negra, para desarmar las rocas y buscar los tesoros en el centro de estas (Viotá‑ Hda. Florencia), con un resultado apenas esperado de la destrucción de las pinturas o de los grabados, algunos de los cuales son completamente irrecuperables. En los esfuerzos laicos existen interpretaciones menos antiguas, estas inuídas por la cultura occidental y derivada de la educación de quienes han opinado sobre lo que dicen las rocas. Una de las primeras interpretaciones se debe al escritor Jorge Isaacs como producto de su investigación en la Sierra Nevada de Santa Marta. Al igual que en el caso Sautuola, el atraso teórico del pais, impidió que sus ideas fueran promovidas. Se necesitó que pasara el tiempo y que nuevamente la curiosidad de ahora un ingeniero volviera a mirar con aprecio el pensamiento y el lenguaje indigena. Miguel Triana (1950) pensaba que las pinturas eran espacios sagrados de rememoración, sitios votivos, allí donde los indígenas recreaban su respeto por las deidades, que tutelaban sus trabajos y preocupaciones. Las pinturas estaban en los territorios apropiados, cuidando el espacio sagrado y es por ello que costituían límites de familias o de confederaciones. Del mismo modo, los petroglifos marcaban el territorio de los indios Panches, Pijaos, frente a los Muiscas. Todos estos intentos en valorar lo indígena efectuados por Isaacs y Triana fueron sistemáticamente abandonados, a pesar de que cuarenta años más tarde se incia la atropología y la arqueología, los temas rupestres quedan en el olvido. Estas manifestaciones se han dejado en manos de guaqueros y lo que es peor en el olvido total usadas indiscriminadamente como piedra de labor (Suacha, Mosquera,Tunja, entre otros sitios destruídos). Pasaron muchos años y la costumbre de guaquería convirtió los sitios rupestres en lugares donde según las tradiciones populares, posiblemente derivadas del asedio colonial allí se encuentran los tesoros indígenas, pues según esta opinión febril en los sitios rupestres aparecen los mapas de los tesoros o las indicaciones cifradas de los mismos. Los campesinos como en el período colonial, se dejan convencer por abivatos y así abren huecos por todos lados y destruyen las hojas petreas del libro sagrado de los pueblos pintores. Al igual que la locura de cualquier dinero fácil, desarticulan de este modo las evidencias, desordenan y destruyen sus potreros.
QUIÉNES LAS HAN ESTUDIADO
6 9 9 1 I R P I G o t o F
La roca del BEATO DE SUBIA, Municipio de EL COLEGIO. No es nada improbable que los sacerdotes indígenas, protectores de las tradiciones indígenas sean herederos de las tradiciones de Bochica. La denominacióin de Beato puede ser una conexion con este pasado precolombino.
ser ser estudiadas en detalle y con ellas, la historia de quienes han reexionado sobre las pinturas y grabados de este territorio. El primer equipo de trabajo (G. Muñoz, G. Lopez, N. Rozo, R. Muñoz) organizó la primera cha de documentación, registrando sistemáticamente cada uno de los potreros y describiendo sus particularidades. De esta forma, se pretendía corregir las transcripciones anteriores, pues eran realmente diferentes a los murales en los sitios, tanto por haber olvidado los autores anteriores ciertas guras, como por confundir y desordenar los motivos al incluir diversas rocas y murales en una plancha, generando así una falsa idea de la composición.
Los documentos tradicionales tampoco incluían una carta geográca que permitiera buscar y encontrar con facilidad los sitios, cuyos nombres igualmente habían cambiado con los tiempos. Estas y otras condiciones, provocaron desde esta fecha, un singular entusiasmo en documentar sistemáticamente todas las rocas y todos los murales, sin discriminación ninguna, con el propósito de corregir los trabajos tradicionales. Con esta primera etapa, se iniciaron las primeras evaluaciones sobre la bibliografía, las grácas publicadas, los investigadores, sus trabajos en las zonas y sus logros documentales. Aquí se originaron los primeros temas y problemas teóricos, que han venido desarrollándose hasta la actualidad. Durante años se revisaron diversas
EL CAMINO DE BOCHICA
“Dicen que vino por la parte del Este, que son los llanos que llaman continuados de Venezuela, y entró a este Reino por el p ueblo de Pasca, al sur de esta ciudad de Santafé,[...]. Desde allí vino al pueblo de Bosa, donde se le murió un camello que traía, cuyos huesos procuraron conservar los naturales, pues aún hallaron algunos los españoles en aquel pueblo cuando entraron, entre los cuales dicen que fue la costilla que adoraban en la lagunilla llamada Baracio los indios de Bosa y Soacha[...](Simón: 1892: III:284-286)[...] Desde Bosa fue al pueblo de Fontibón, al de Serrezuela y Cipacón , de donde dió la vuelta a la parte del norte por las faldas de la sierra; yéndose abriendo los caminos [...] fue a parar al pueblo de Cota, donde gastó algunos días predicando con gran concurso de gente de todos los pueblos comarcanos, desde un sitio un poco alto a quien hicieron un foso a la redonda de más de dos mil pasos porque el concurso de la gente no le atropellará, y predicara más libremente. A donde después en reverencia suya hicieron santuarios y entierros los más principales indios. Recogíase de noche a una cueva de las faldas de la sierra, todo el tiempo que estuvo en Cota, desde donde fué prosiguiendo su vi aje a la parte del nordeste hasta llegar a la provincia de Guane donde hay mucha noticia del, y aun dicen hubo allí indios tan curiosos que los retrataron, aunque muy a lo tosco, en unas piedras que hoy se ven y u nas guras de unos cálices, dentro de las cuevas donde se recogía a las márgenes del gran río Sogamoso. [...] (Simón: 1892: III:284-286) LAS ENSEÑANZAS DE BOCHICA Y EL ARTE RUPESTRE “Este les enseñó hilar algodón y tejer mantas, porque antes sólo se cubrían
los indios con unas planchas que hacían de algodón en rama, atadas con unas cordezuelas de que, unas con otras, todo mal aliñado y aún como a gente ruda: cuando salía de un pueblo les dejaba los telares pintados en alguna piedra lisa y bruñida, como hoy se ven en algunas partes, por si se les olvidaba lo que les enseñaba, como se olvidaron de muchas otras cosas buenas que dicen les predicaba en su misma lengua a cada pueblo, con que quedaban admirados. Enseñóles a hacer cruces y usar de el las en las pinturas de las mantas con que se cubrían, y por ventura declarándoles sus misterios y los de la encarnación y muerte de Cristo....(Fray Pedro Simón)
Cuando los españoles llegaron al continente fueron sorprendidos, no sólo por el amplio y complejo territorio, sino por diferentes grupos étnicos, comunidades con distintas costumbres, lenguas y sistemas de gobierno. En la sabana de Bogotá, en los primeros años los conquistadores tuvieron noticia contada por los Muiscas sobre la presencia de algunas rocas que pintadas con almagre rojo con dibujos, que no se podían borrar (Suacha). Según las tradiciones indígenas, referidas por los cronistas y por el mismo Gonzálo Jiménez de Quesada, eran pinturas conmemorativas de la visita del dios civilizador Bochica, quien dejó plasmadas en ellas las enseñanzas con las cuales era posible la construcción de mantas y con ellas los trazos que derivaban en consejos diversos para la vida comunitaria. La ruta iniciaba en el oriente, por los poblados de Pasca hacia el norte, hasta llegar a Sogamoso. Se consideró la vía, la ruta sagrada, por la cual este personaje mítico dejó pintadas sus ideas y con ellas, una tradición textil, que al igual que otras enseñanzas, transformó su territorio en lugar sagrado. Todos los indígenas tenían especial veneración en Bochica y sus símbolos y las celabraciones probablemente estaban acompañadas por diversas estas, que con signos pintados en las mantas, en el cuerpo, en las fachadas de bohios, en los estandartes de las procesiones y convites, repetían la ruta y recordaban con ritos y cantos sus enseñanzas.
Portada de la publicación del cronista Lucas Fernández de Piedrahi ta. Algunos de estos documentos contienen referencias a zonas donde los españoles
observaron arte rupestre.
Desde el comienzo de la investigación en 1970 el equipo fue lentamente
construyendo un sistema de chas, como resultado de la discusión con los trabajos anteriores.
Los cronistas y escribanos de la época de la conquista y la colonia, se limitaron contar y a reproducir tales leyendas, la mayoría de las veces comentadas como simples fantasías o ligadas a asuntos demoníacos. Pero la historia de Bochica impresionó a estos europeos, en tal forma, que según sus comentarios debió ser un apóstol, que vino a enseñar la doctrina. Pero Bochica también participó activamente en la organización del pueblo Muisca frente al manejo de las aguas, al control de los torrentes y con ello a la historia mítica del salto de Tequendama, tema que está incluído dentro de las capacidades de este personaje para mejorar las condiciones de los Muiscas, empobrecidos por la inundación de la sabana de Bogotá. Después de estas y otras actividades(caminar sobre el agua devolver las asaetas de los Bosas), dejó en el pueblo se Suacha un templo y cientos de pinturas en los alrededores, trazos sintéticos, que muestran un nivel de elaboración, un lenguaje, que después de 600 años, es ahora objeto de estudio, de reconstrucción como un ícono histórico un elemento en la recuperación de la cultura nacional. La historia de Bochica inicia el proceso. Esto explica por qué inició el equipo de GIPRI este trabajo en las cercanías de la capital de Bogotá en el municipio de Suacha y Bosa en el departamento de Cundinamarca. Durante años se registraron mas de 200 rocas en la zona, con grandes diferencias con los trabajos tradicionales (Triana, Perez de Barradas, Cabrera Ortiz). Estas tradiciones precolombinas deberían
el subtítulo El Jeroglico Chibcha: Petroglifos de la Mesa Central de Colombia, donde se presentan 59 planchas. Por primera vez, aparece en forma ordenada y en planchas numeradas las transcripciones de las pinturas y los levantamientos formales de las rocas en un álbum especializado, con divulgación nacional. Cada plancha trae alguna información, que permite hacerse una idea sobre los lugares (vereda, municipio, nca) y sobre la forma, como fueron realizados dichos trazos. Triana, en su afán por debatir las ideas convencionales de su tiempo y mostrar a los Muiscas como un "civilización" y no como un pueblo primitivo, intentó leer las pinturas y en ellas determinó su condición, como guras de caracter mitológico, narrativo, como sitios de adoración al sol, como sitio de mitos. Actualmente esta etapa pionera, es mirada con cierta reserva, por sus interpretaciones, pero considerada valiosa frente a la tradición que enfatizaba el sistema adaptativo de estos grupos, su capacidad en el estudio del clima y su inteligencia para organizar la comunidad y educar y organizar, con signos rupestres a sus habitantes. Las planchas de Triana, al parecer permanecieron en la Biblioteca Nacional y allí probablemente fueron copiadas años más tarde por los investigadores posteriores (Cabrera Ortiz, Ramírez Sanchez, Pérez de Barradas), multiplicando de esta forma algunos de los errores y proyectando sin discusión sus apreciaciones, convertidas en teorias e interpretaciones. Con el propósito de hacer un bosquejo sobre las investigaciones y sus teorías, se resumen aquí algunos de los trabajosprincipales, aquellos que corresponden a losinvestigadores que realizaron trabajo de campo y reseñaron sitios donde ubicaron pinturas y o grabados. -El número de zonas rupestres denunciada hasta 1970 por diversos autores es de: ·-Isaacs Jorge en la Sierra Nevada reseña la presencia de no menos de tres zonas y un número aproximado de 30 rocas con petroglifos. -. LazaroMaria Girón descubre algunas rocas en el municipio de Tibacuy y entrega un informe a la comision quinta del senado de la república. -.Triana Miguel reseña 14 zonas con 59 Rocas, incluyendo los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. -.·Ghisletti Louis denuncia 37 zonas en Cundinamarca con pictografías para un total aproximado de 120 rocas. En el departamento de Boyacá este mismo autor reseña la presencia de 30 zonas para un total aproximado de 90 pictografías. Hasta la fecha no se sabe el modo como este autor adquirió tales informaciones; lo cierto es que no existen transcripciones de las mismas. Este mismo autor, reseña la presencia de 18 zonas de petroglifos en Cundinamarca para un total aproximado de 60 rocas. En Boyacá denuncia la presencia de 7 zonas para un total de 7 rocas. El total general de zonas descritas por
La Comisión Corográca, según la usansa de la época, dedicaba mas atención al ambiente biológico y geográco que a las guras complejas presentes en los murales rupestres. La Piedra de Gameza, de Facatativá, de Pandi, se observan dibujadas con un mayor acento en la roca y su entorno. Desafortunadamente, el estado de alteración, la destrucción y el dterioro y abandono de los institutos de cultura, impiden actualmente hacer un trabajo que registre todos los detalles, algunos de los cuales se han perdido.
zonas, con el objeto de hacer un registro sistemático, palmo a palmo del conjunto de rocas que tuvieran pinturas o grabados, grandes murales o pequeños vestigios que demostraran que esta costumbre eras menos casual de lo que la tradición se había imaginado. Este sistema de trabajo ha permitido buscar en detalle, sistemáticamente diversas regiones del altiplano para poder ubicar cientos de sitios que inadvertidos, se encuentran escondidos en el matorral o tapados por el suelo. Petroglifos y pinturas que hadie ha visto y que son sin duda la historia de un archivo petreo que debe ser conservado. PIONEROS EN COLOMBIA Con la independencia era indispensable saber que existía en el país, que recursos contenía, cómo era el territorio. Así que los gobiernos impulsaron diversas expediciones para registrar, la ora, la fauna, el paisaje, las materias primas, los rios y con ello, tener una imagen de un territorio realmente desconocido. De esta manera, la Comisión Corográfca desplazó equipos de trabajo que visitaron diversas regiones y documentaron algunas particularidades. La peregrinación de Alfa (Manuel Ancizar) describe en su recorrido los ambientes y el paisaje, al igual que las poblaciones y sus costumbres. Allí aparecen algunos elementos que el autor encuentra de las tradiciones indígenas. Sin embargo, se van a necesitar algunos años para que el tema de los grabados y pinturas indígenas sea un objeto de preocupación central. El primer investigador en la construccíón del arte rupestre en la historia nacional fue el escritor, ya famoso en ese tiempo, Jorge Isaacs quien viajó a la Sierra Nevada de Santa Marta con el mismo interés de Ancizar para hacer algunas descripciones sobre las costumbres y relacionarlas con los procesos de evolución humanas. En esta larga temporada dedicó alguna parte de esta expedición, a la reseña de algunos petroglifos en los alrededores de Nabusimaque. Estos materiales fueron publicados como anexo de su investigacion sobre las Tribus indígenas del Magdalena . Recientemente, el equipo de Gipri con la colaboración de investigadores franceses ha visitado la zona y ha podido ubicar algunas rocas con petroglifos, dos de las cuales habia reseñado Triana y posteriormente Vinalesa en los primeros cincuenta años del siglo XX.
os investigadores Uribe, Borda y Müller revisaron un número desconocido de zonas en el altiplano. Publicaron el Cromos un artículo donde exponen sus teorías sobre tipologías rupestres. La gráca que aparece corresponde a un mural gratiado en el Municipio de Bojacá. La gráca nal expone sus ideas sobre las guras rupestres de los murales organizadas por semejanza. L
El segundo investigador, que reseña sitios rupestres con pinturas y algunos grabados, se debe al ingeniero Miguel Triana en el altiplano Cundiboyacense en los primeros años del siglo XX (1922 -Lima Congreso de Americanistas). Apuntes de campo y algunos borradores de las rocas y sus pinturas fueron producidos cuando el ingeniero Triana observaba los alrededores, al hacer las carreteras en la región central de país. Muchos años después (1970), su familia consiguió publicar tales materiales en la Biblioteca del Banco Popular con
Ghisletti es de 92 zonas y de 277 rocas . Además de los datos anteriores algunos investigadores como Cabrera, Silva Celis, agregaron algunos nuevos municipios y aumentaron la presencia de pinturas y grabados. Investigadores en los últimos años han descrito la presencia de pinturas y petroglifos en todo el territorio Nacional. El trabajo más completo se debe a Pérez de Barradas en el siglo pasado (XX), el cual reseña todos los trabajos publicados en el país, incluyendo un número amplio de zonas. Sin embargo, copia algunas de las versiones anteriores, principalmente las planchas de Triana. No pueden desconocerse en este resumen algunos de los denuncios hechos por Vinalesa y Bastian, quienes tambéin escribieron algunas notas sobre la presencia de arte rupesttre en las regiones que ellos visitaron. Son desde esta epóca importantes las investigaciones de algunos grupos y personas que dedicaron una buena parte del tiempo a revisar algunas regiones del país. Sin embargo, ninguno de ellos ha tenido el arresto de imaginar un trabajo continuado, es decir una revisión lo mas posible completa de amplios territorios, tal y como lo habían pensado los investigadores clásicos ya reseñados. La mayoría de las veces, ubican su trabajo en un municipio y con ello registran algunas de las
rocas que en el se encuentran, sin tener en ningún caso pretensiones exhaustivas. Las investigaciones de Arango en Tibacuy, Bautista en el Huila, Granda en Nariño, Pradilla y Ortiz en Boyacá, Reichell en Caqueta, Ardila en la Guajira, Urbina en el Caquetá, Castaño en Chiribiquete, Becerra en Boyacá, Montoya en Suacha, Velandia en el Tolima, Correal en Huila, Tovar et al, en el Huila, Lleras en Facaytativá y en el alto valle de Tenza y Botiva en algunas regiones, han venido denunciando la presencia de algunas rocas, con pintura o con grabados. El tipo de registros en cada uno de los autores citados es perfectamente diferente, es decir, cada uno de ellos hace un tratamiento diferente de la información. Algunos relacionan los hallazgos con las etnias mientras otros, asocian estas representaciones a estructuras míticas. Despreocupados por las dos anteriores posibilidades de liación, algunos de ellos, se interesan fundamentalmente en la datación o simplemente en constatar su presencia en un territorio determinado y en ubicar sus trazos en lo más antiguo del poblamiento. A pesar de que cada uno, expresa algunas ideas que intentan aproximar los yacimientos rupestres a algunas hipotesis o teorías, lo común y más interesante resulta cuando los sistemas de registro y documentación son completamente diferentes. Sería realmente dicil unicar estos documentos. Algunos de ellos hacen dibujos, no siempre
visibles. Otros, se contrastan por su excelente calidad fotográca (Urbina) frente a algunos que publican unos simples manchones que se suponen reseñan las pinturas o grabados. La mayoría de ellos usan tiza (Botiva, Lleras,Tovar) para resaltar y constrastar los trazos de los surcos de los grabados, generando en la mayoría de los casos versiones normalmente diferentes a aquellas que hicieron los autores precolombinos. Algunos autores citados, privilegian los aspectos geográcos, pero a pesar de esta intención terminan presentando en sus informes escalas perfectamente inadecuadas para poder imaginar con algún detalle documental la ubicación de tales yacimientos. Otros interesados en los murales, en sus formas y en sus características llegan a hacer traba jos de reconstrucción de los trazos y usan sistemas para calcar las guras. Nuevamente a pesar de la intención, el resultado deja mucho que desear, cuando tales trascripciones son versiones simplicadas y acomodadas de los dibujantes. Además de lo anterior, todo el trabajo de los calcos es desperdiciado al usar escalas que indiscriminan los trazos en los mismos. Un mural de diez a doce metros es incluído en su totalidad en una hoja incluso a veces menor que el tamaño carta. El resultado nal es que la trascripción de los detalles desaparece y quien observa el informe ve un manchón. Finalmente, es posible que se considere la necesidad de hacer excavaciones y con ellas observar el contexto de los yacimientos rupestres.
Pinturas y pictograas son las más conocidas representaciones sobre el territorio investigado en el aliplano. Sin embargo, es necesario estudiar el mundo estético campesino, los sistema de reperesentación que se fusionaron con las religiones coloniales y los modos como estas estructuras sincreticas
se prolongaron hasta nuestros días. El la graca aparece un fragmento de la Piedra del diablo en Sutatausa y un franmento de un petroglifo en Tibacuy Cundinamarca- Ambas zonas poseen una cantidad enorme de manifestaciones
Mientras el acento se hace en las evidencias de la excavación se deja como adjetivo el conjunto de actividades y procedimientos que serían necesarios para documentar sistemáticamente los murales, sus grupos, y su posición el la roca , el abrigo,, en su cota geograca etc. Finalmente y esto es ya resume la situación: recientemente se ha publicado un material que pretende recoger todos los diversos esfuerzos por tematizar el arte rupestre de la sabana de Bogota. Obviamente aparecen los autores clásicoas ya sitados y los trabajos que se desprenden de esta tradición. Cuando se mira con absoluto cuidado se puede observar que son en la mayoría de los casos las reproducción incluso, algunas veces tergiversadas de las transcripciones anytiguas. Asi que en resumen es casi nulo el trabajo de campo de tales trabajos, que incluyen publicaciones generales, tesis de grado e informes arqueológicos. Asi que, cuando se mira, con total detenimiento, se puede observar que los materiales publicados en un 99% deberán ser nuevamente reehechos, con un conjunto de criterios y perspectivas de trabajo que tengan un verdadero real valor arqueológico. La mayoría de los documentos deben ser entendidos como un primer denuncio, como un trabajo amateur. Lo anterior no intenta descalicar el esfuerzo y la dedicación de los colegas, pero pretende generar la necesidad inpostergable de evaluar la información tradicional para construir un conjunto documental roguroso. Todas las anteriores consideraciones permiten juzgar criticamente la necesidad de unicar criterios y producir acuerdos que permitan que las actividades de registro tengan valor, que sean de un alto grado de resolución y que describan grácamente, en lo posible, todas las características de los yacimientos, sin privilegiar ninguna forma, ni trazo, y sin intervenir en la descisión, que hacia el futuro imponga una búsqueda de un tema, desglosado de la composición y asi ajustar o manipular una interpretación cualquiera. Los temas que ahora se promueven, muestran esta curiosa y humana caraterística: son selecciones de trazos desglosados de los murales y convertidos en tema de informe y el prolongación de una teoría que debería tener la paciencia de esperar hasta que exista un conjunto de registros menos precarios. A pesar de la dicultad de aseguarar un objetividad absoluta, es por lo menos deseable que los diversos items de la documentación y el registro sean lo más eles posibles a los originales y con ellos, se pueda trabajar en el futuro. Lo cierto es, que es inimaginable el número de zonas, de sitios y de rocas que puede tener el territorio nacional y mientras se continue con la desprevención que asegura que existen rocas " realmenete signicativas, mientras otras no es completamenete imposible iniciar un trabajo que permita conocer el amplio espectro del lenguaje presente en ellas. Las cifras que se manejan actualmente podrían con-
gurar mas de cinco digitos, lo que signica que no se encuentra la investigación frente a un asunto ocasional, excéntrico, casual, sino que muy al contrario existen amplias y complejas zonas con altas concentraciones, desconocidas hasta la fecha que muestran un conjunto de nuevas posibilidades sobre poblamiento, y fundamentalmente sobre la presencia de grupos étnicos desconocidos, en períodos muy amplios. Las primeras evidencias de esta aseveración se inciciaron en 1970 en la zona sur occidental de la sabana de Bogotá. Con una idea ingenua que se interesaba en buscar los sitios sagrados donde la leynda delm dios cibvilizador bochica había dejado pintadas las rocas, el equipo de esta epoca (Muñoz, Lopez, Rozo) hicieron durante años la revisión de los sitios ubicando un núemro sorprende de sitios, incluso en buen estado que no guraban en las publicaciones. Aún hoy es perfectamente imposible entender cómo estas zonas permanecen en el olvido. Allí en las investigaciones regionales y sistemáticas de GIPRI en Suacha, Bosa,Tequendama, Sibaté, se pudo observar en primer lugar una variedad temática insospechada, de un espectro amplio que va desde las estilisaciones de las guras aladas hasta las formas o trazos sintéticos que no guardan analogía con objeto ninguno conocido. A pesar de que estos años permitían observar las zonas sin ningún problema allí también fueron destruídas mas de 8 grandes bloques erráticos que tenían pinturas. Con ellos, se construyó según las referencias de los campesinos la represa Terreros. Hoy no sólo está en peligro toda la zona, sino que ya algunas rocas han sido destruídas con el avance de las canteras y las urbanizaciones. Así que lo que ha sido un descuido, en los proximos años podrá ser imaginado como un descubrimiento extraordinario, cuando alguien ubique una roca está en la mitad de una urbanización! A pesar de la destrucción de algunos sitios, quedan muchas zonas, donde escondidos en el matorral se encuentran las pinturas y o los grabados. Con esta idea se han venido lentamente desarrolando diversas formas de trabajo, ajustando las precarias condiciones para optimizar los recursos y agilizar los procesos. Las diferentes chas de trabajo, se reajustan cada vez que se percibe el interés de acentuar con mayor grado de resolución aspectos que no se habían tenido en cuenta. La presencia de aspectos inimaginados ha dado origen al conjunto de nuevas formas de trabajo y a privilegiar situaciones que sin la experiencia del trabajo habían sido imposibles de preveer. Con el transcurrir de las semanas al revisar los sitios de un modo compulsivamente ordenado, se fueron encontrando otros eventos signicativos que requerían de nuevos procedimientos de registro. Al lado de las rocas o en ellas se encontraban con alguna frecuencia unas rayas o unos puntos, que sin duda hechos con herramientas, mostraban un curioso y inimaginado sentido y función. Las "rayas" y "muescas"
lentamente fueron conformando, luego de observar un número importante de estos, la idea de que se trataba de sitios usados por las comunidades precolombinas para hacer las formas y los los de las herramientas. Estos talleres, se impusieron como objeto de estudio a pesar de que se estaban buscando los petroglifos. De igual modo, la presencia profusa de cúpulas amplió signicativamente el marco estrecho de los trabajos anteriores y obligó al equipo de trabajo a mirar con mayor cuidado y ha registrar los minimos detalles que pudiera tener una roca. El objetivo es impedir que se pase por alto, lo que en el futuro puede ser poderosamente signicativo. Se renaron así las labores del dibujante, los trabajos de transcripción, la limpieza minuciosa de la roca, la recolección de materiales cerámicos y líticos superciales en los alrededores de las zonas (allí donde los campesinos hacian sus cultivos), la ampliación de las escalas de las cartas geográcas para detallar aún más las características del terreno, las bases de datos que discriminan aún más los trazos las formas y sus detalles, la organización de las chas de trabajo de zona y los cuadernos de salida, con el único propósito de tener el mayor y mas cualicado grado de apropiación de los aspectos de cada roca, cada petroglifo, cada trazo y así poder pensar el modo como fueron fabricados, la composición de las formas y derivar en aproximaciones sucesivas nuevos posibles caminos para entender su sentido y función.
Finalmente, es un ejemplo de esta dinámica los estudios de El Colegio (1996-2000) El estimativo de esta región en las cercanías del Municipio de El Colegio permiten hacer algunos cálculos aproximados de no menos de 3000 a 4000 rocas desde el salto de Tequendama hasta el municipio de Girardot. Finalmente, Gipri ha venido generando diversos debates sobre los sistemas tradicionales de investigación y de interpretación de estas manifestaciones. En los últimos 15 años, ha renado signicativamente los sistemas de registro y los procesos de documentación hasta llevarlos a un modelo metodológico, que se discute ahora a nivel internacional. Desde esta condición dinámica y habitual de 30 años de investigación ha aportado nuevos caminos para la arqueología colombiana al relativizar las nociones de poblamiento (Caribes vrs Chibchas), las convencionales interpretaciones de sitios sagrados, las relaciones interetnicas y creado en este proceso un trabajo educativo que permita realizar las estrategias divulgativas para realizar la colaboración de la sociedad civil en la conservación de este patrimonio.
En el inicio de los trabajos en el altiplano Cundiboyacense se realizaron las primeras descripciones grácas. Ricardo Muñoz el dibujante de esta etapa incluía las medidas de cada uno de los trazos. En la segunda gráca aparecen los investigadores del proyecto del Ministerio de la cultura y el equipo de Mesitas de El Colegio 1998-99. Finalmente, en la parte inferior se puede observar el Boletín Rupestre donde se encluyen diversos temas cada dos meses.