Los domicilios de la literatura
© 1990 Coqucna Grupo Editor Libros del Quirquincho Sarmiento 1562, 3 C, Buenos Aires Primera Edicion Hecho el deposito que establece la ley ley 11.723. Libra de edicion argentina argentina Printed in Argentina Q
infancia se han reunido En El corral de la infancia reunido divers diversos os trabatraba jos jos teoricos de Graciela Montes dados a conocer anteriormente, algunos de ellos, ellos, en conferencias conferencias e intervenciones intervenciones especiales durante durante Jornadas, Jornadas, Congresos Congresos y Seminario Seminarioss inscri inscriptos ptos en el el campo de la Literat Literatura ura Infanti Infantil, l, ocurridos ocurridos en nuestro nuestro pafs yen yen el exterior. exterior. c A qu e se de be que Apuntes se interesara interesara por esta faena de reflexi reflexion on teoric teoricaa de Graciela Graciela Montes? Montes? ~Acaso porque porque la seduccion duccion por develar develar el tempera temperamento mento lector lector de la escrit escritoraorasu peculiar 'modo de leer' a los otros ya su contexto contexto culturalcultural fue fue imperati imperativa? va? Implacabl Implacables, es, las preguntas preguntas surgfan surgfan y asaltaban ante ante la decisio decisionn tomada para su ingreso ingreso dentro de la coleccion. Porque, por otro lado, nos planteamos si 10perturbador no pasaba pasaba por mostrar, mostrar, exhibir exhibir,, iluminar iluminar una especi especiee de careo entre la-que-escribe la-que-escribe// la materia con la que se enfrent enfrentaa (el lenguaje y la realidad)j realidad)j la-que-lee la-que-lee-a-a-los los-ot -otros ros (incl (incluyen~o uyen~o 1o propi propio). o). 2,Lo verdadera verdaderamente mente inquietan inquietante, te, a la la postre, postre, no seserfa peregrinar peregrinar desde su perspect perspectiva iva por los probables probables domIcJdomIcJlios lios de 10 liter literari arioo llamados llamados posible posiblemente mente fantasf fantasfa, a, absurdo, absurdo, y locura, industria, industria, vedettismo vedettismo corral? Segun Segun Apunte Apuntes, s, los los cinco cinco traba trabajo joss se convirt convirtier ieron, on, sin atajos. Por una parte porque co n un mas vueltas, en textos sin atajos. espacio teorico todavfa debil, 0 vacilantemente vacilantemente discriminado, discriminado, la Literat Literatura ura Infanti Infantill necesit necesitaa de quienes quienes formulen formulen y reescriban una vision vision mas organica organica del universo universo libres libresco co destinado destinado
Los domicilios de la literatura
© 1990 Coqucna Grupo Editor Libros del Quirquincho Sarmiento 1562, 3 C, Buenos Aires Primera Edicion Hecho el deposito que establece la ley ley 11.723. Libra de edicion argentina argentina Printed in Argentina Q
infancia se han reunido En El corral de la infancia reunido divers diversos os trabatraba jos jos teoricos de Graciela Montes dados a conocer anteriormente, algunos de ellos, ellos, en conferencias conferencias e intervenciones intervenciones especiales durante durante Jornadas, Jornadas, Congresos Congresos y Seminario Seminarioss inscri inscriptos ptos en el el campo de la Literat Literatura ura Infanti Infantil, l, ocurridos ocurridos en nuestro nuestro pafs yen yen el exterior. exterior. c A qu e se de be que Apuntes se interesara interesara por esta faena de reflexi reflexion on teoric teoricaa de Graciela Graciela Montes? Montes? ~Acaso porque porque la seduccion duccion por develar develar el tempera temperamento mento lector lector de la escrit escritoraorasu peculiar 'modo de leer' a los otros ya su contexto contexto culturalcultural fue fue imperati imperativa? va? Implacabl Implacables, es, las preguntas preguntas surgfan surgfan y asaltaban ante ante la decisio decisionn tomada para su ingreso ingreso dentro de la coleccion. Porque, por otro lado, nos planteamos si 10perturbador no pasaba pasaba por mostrar, mostrar, exhibir exhibir,, iluminar iluminar una especi especiee de careo entre la-que-escribe la-que-escribe// la materia con la que se enfrent enfrentaa (el lenguaje y la realidad)j realidad)j la-que-lee la-que-lee-a-a-los los-ot -otros ros (incl (incluyen~o uyen~o 1o propi propio). o). 2,Lo verdadera verdaderamente mente inquietan inquietante, te, a la la postre, postre, no seserfa peregrinar peregrinar desde su perspect perspectiva iva por los probables probables domIcJdomIcJlios lios de 10 liter literari arioo llamados llamados posible posiblemente mente fantasf fantasfa, a, absurdo, absurdo, y locura, industria, industria, vedettismo vedettismo corral? Segun Segun Apunte Apuntes, s, los los cinco cinco traba trabajo joss se convirt convirtier ieron, on, sin atajos. Por una parte porque co n un mas vueltas, en textos sin atajos. espacio teorico todavfa debil, 0 vacilantemente vacilantemente discriminado, discriminado, la Literat Literatura ura Infanti Infantill necesit necesitaa de quienes quienes formulen formulen y reescriban una vision vision mas organica organica del universo universo libres libresco co destinado destinado
a los chicos, menos complaci complacient entee con las modas 0 la s escueesclarecida con respecto a 1 0 qu e las literarias de turno mas esclarecida se entien entiende de por nino nino y por infancia infancia tanto tanto como dellenguaj dellenguajee y la sociedad sociedad que los soporta. soporta. Asf, conjetu conjeturamo ramoss que EI corral de la infancia incorpora incorpora una problematica problematica marcando definido definidoss pasos al trfo trfo autor/ autor/ texto/ receptor. Y sumamos que nunca es sencillo y sin riesgo riesgo confesar confesar las presiones presiones con las que que una editorial ditorial tiraniza tiraniza asu man era a un escritor para chicos, ni develar hasta hasta que impunidad impunidad llegan llegan los ultrajes ultrajes de una lengua de la que ningun ningun chico/lect chico/lector/o or/oyente yente se hace cargo. Por otra parte, parte, temimos que estos trabajos se desperdigaran -en el sentido sentido de perdida perdida de su textualidad y desmadredado dado el m~o origin original al de present presentaci acion on de los mismos. Aquf en Apuntes Apuntes estaran estaran enteros y disponibles en una ,m?s franc.a auusufructoo para para el receptor. receptor. Por ultlmo, ultlmo, ablertaablertatonomfa de usufruct mente se realiza esta maniobra maniobra editoria editoriall para dar una fiera fiera estocada tocada de muerte a la fotocopiadora. Tres de los textos textos inclui incluidos dos ofrecen ofrecen un cabal cabal retrat retratoo de las obsesiones obsesiones que habitan habitan en Graciela Montes: Montes: la perdida perdida progreslva greslva del vfnculo entre las palabras palabras y las cosas qu~ re~ulta de la imposicion imposicion del lenguaje lenguaje oficial oficial sobre sobre ellengua}e ellengua}e sl/~~stre sl/~~stre,, las razones razones y las destre destrezas zas con que se fue constr construyen uyendo do el corral de la infancia" infancia",, para mantenera mantenera raya al "monstruo "monstruo"" de la realidad realidad yal "monstruo" "monstruo" no menos temible temible de la fantasfa, fantasfa, y la necesidad necesidad de regresar regresar ala ala materialid materialidad ad del texto, texto, unica zona real de encuentro encuentro entre ellector ellector y la escritura. En cuantoa los restantes restantes "Carroll "Carroll 0el corral de la locura" locura" explora explora minuciosa minuciosa y deleitosamen deleitosamente te a una de las figuras figuras mas agudas agudas y mas contra contradi dicto ctori rias as -y por eso eso mas revelad reveladora orassde la urdimbre urdimbre secreta secreta de la literat literatura ura infanti infanti!. !. Y el artfcul artfculoo "Elige "Elige tu propia propia aventura aventura 0~quien es el res ponsable?" se ocupa de poner poner en evidencia evidencia algunos efectos efectos 0- cultos cultos de los mecanismos de la accion accion incesante, incesante, opcion opcion permanente y "protagoni "protagonismo" smo" lector lector que susten tan los relatos de final finales es multiples, multiples, autenticosbe autenticosbestsel stsellers lers de nuestro nuestro tiemp~. En "Juguetes "Juguetes y juego" (1928) Walter Benjamfn Benjamfn cons/decons/dejuguetee no es imitacion imitacion de los Miles del adulto, es ra que "el juguet
enfrentamien enfrentamiento, to, no tanto tanto del nino nino con el adulto adulto sino mas bien al reves. ~Quien da al nino los juguetes si no los adultos?"* EI virtual virtual ascenso de la fetichiz fetichizacion acion culturalcultural-yen yen la que nosonosotros podemos trocar trocar jugu juguete ete por librolibro- por la que que el adult adultoo perdura perdura en la generacion generacion siguiente siguiente educandola educandola a su medida, textos sin atajos pretenden pretenden cuestionar cuestionar y punes el que estos textos zar para para que ningun ningun lector lector -gra -grande nde y chicochico- "pise "pise el palit palito" o" segun la advertencia advertencia de Montes. Montes. Marfa Marfa Adelia Dfaz Ronner Buenos Aires, abril de 1990
• Walter Benjamin, Escritos (La Literatura Literatura infantil, los nifios y los j6venes) Buenos Aires, Nueva Vision, 1989. (Col. Diagonal Diagonal). ).
Realidad
fantasia o como se construye de la infancia *
Graciela Montes es escritora y editora de libros para ninos. A pesar de su titulo de Profesora en Lenguas y Uteraturas Modernas no ha ejercido sino esporadicamente la docencia. Se interes? en l~ling?,isticay durante algunos anos colabor6 activamente en proyectos baJo la dlrecClon de Ana Maria Barrenechea y Beatriz Lavandera. Coincidentemente con su incorporaci6n al Centro Editor de America Latina (1975) comenz6 a dedicarse de lleno a la escritura y luego a la edici6n de libros infantiles. Ha publicado mas de setenta titulos entre libros de ficci6n y de d.ivulgaci~n. Entre otros, Nicolodo viaja al Pais de la Cocina; Amadeo (Premlo Lazanllo 1980); Histaria de un amar exagerada; Dona Clementina Queridita, la Achicadora; Y el Arbol sigui6 crecienda (Usta de Honor Premi~ Andersen 1990); Tengo un monstruo en el bolsillo; Betina la maquin9 del.tlempo; E! Club de los Perfectos; La familia Delasoga, La verdadera hlstona del Raton Feroz, M as chiquita que una arveja, mas grande que una ballena. Simultaneamente ha desarrollado tareas de direcci6n editorial en el Centro Editor de America Latina, en editorial La Encina, en Kapelusz y, mas recientemente en Libros del Quirquincho, editorial de la que es cofuncladora. T ambien forrn6'parte del grupo fundador de AUJA,la Asociaci6n de Uteratura Infantil y Juvenil de la Argentina. Tiene un agudo interes por reflexionar acerca de 105 vinculos sociales y culturales que se establecen entre 105 ninos y 105 adultos. Ha publicado breves ensayos acerca de los principales clasicos de la literatura infantil y present ado trabajos sobre su.:especialidad en diversos seminarios y congresos. Algunos de esos textos han qtledado reunidos en este libro.
•I -
y
el corral
La querella entre los defensores de la "realidad" y los defensores de la "fantasia" es una vieja presencia en las reflexiones de los pedagogos acerca del nino y de 1 0 que Ie conviene al nino. SegLln el parecer de muchos, una de las cosas que menos les convendrla a los ninos serja precisamente la fantasia. Ogros, hadas, brujas, varitas magicas, seres poderosos, amuletos milagrosos, animales que hablan, objetos que razonan, excesos de todo tipo deberian segun ellos ser desterrados sin mas contemplaciones de los cuentos. EI ataque se hace en nombre de la verdad, de la fidelidad a 1 0 real, de 1 0 razonable. Ya Rousseau hal]ia determinado que poco y nada habria de intervenir la literatura en la esmeradlsima educaci6n de su Emilio, y muchisimo menos los cuentos de hadas, lisa y llanamente mentirosos. Y despues de el innumerables voces se levantaron contra la fantasia. 1 A esta condena tradicional se agregara luego otra, forfQulada a la luz de la psicologia positivista. "Con 105 cuentos truculen. Este capitulo ha sido elaborado en parte sobre la base del articulo "Realidad y fantasia en la literatura infantil", que publique en Nudos en la cultura argentina (Ai'io7, N Q 13, 1984), y en parte sobre la conferencia que pronuncie en el n Festival Latinoamericano de Arte y Cultura, en la Universidad de Brasilia, en agosto de 1989. 1 Los pedagogos del siglo X V III, como la famosa Madame de Genlis, como Madame Leprince de Beaumont-autora del Almacen de los ninos a di6/ogos de una prudente institutriz can sus distinguidos a/umnos--, como Berquin, como Weisse, como Trimmer, la condenaran por falsa, por supersticiosa y tambien par ajena alas conveniencias 50ciales.
•I I•
•• 0•.
•• •• •
•
'~. . ., -.
4 4
•• ••
-.
•• • •• I-
'•.
•• .1
tos, sanguinarios y feroces que leyeron lo~ninos hasta ayer, es 16gico que aumentara la criminalidad en hemp?: de guerra y en tiempos de paz" , asi decia el M~~saje del C~mlte Cultural p:rgen~ tinoque sirvi6 como pr610go at hbro de Dano Gu:vara: PSlcope dagogfa del cuento infantil, un c1asico de los ?I10S cmcuenta. Y, para no quedarnos en los cin~u~~ta, ~n 19~~,durante la dictadura militar, un decreto que prohlblO la clrculaclOn .de La T 0- rr e de cubos de Laura Devetach, hablaba en sus conslderandos de exceso de lmaginaci6n -"ilimitada fantasia" dice- como una causa principal para desaconsejarlo.2 ~ C180 que vale 1 2 1 pena reproducir el Bolotin N° 142 de julio de 1979 por eI cual Mlnislcrio de la Provincia de Santa Fe prohibit> eilisode La ton'e c1ecubos en las \~Snwli.ls.
\ e 1
N , v / ; 1 . PrilMAlilo I'ro/ilb /c :lun d e una obra 1••1 PI'OVllHlade Santa Fe ha dado a c~noI" 1{,'s(}lucion N Q 48 0 con fecha 23-5-
Cl~r
'1'). I3l1cnos Aires, 23 de mayo de 1979. VJSTO:
Olle se halla en circulacion la obra "La T'orre de Cubos" de la autora Laura Devetoch destinada a los ninos, cuya Iectura resulta objetable; y CONSIDI'I{IINDO:
Que toda obra Iileraria paw ninos dcbc reunir las condiciones basicas del estilo; Que en ello esta comprometida no solo la si~1ti)xis sino funcli)mentalmentc la rcspues!a ilbs verdadcros requerimientos de Ii) infancia; Que cslos requerimicntos reclarmm respdo por un mundo de imagenes, sensaciones, fantasia, recreacibn, vivencias; Que inserto en el texto debe estar comp~,mdido el mensajc que satisfaga dicho mundo; . Que del analisis de la obrCl "La Torre de Cubos", se desprenden graves falencias tales como simbologia confusa, cuesttonamientos ideol~3icos-socii)les, objeiivos
no adecuados al hecho estetico, ilimitada carencia de estimulos espirituales y trascendentes; , Que algunos de los cuentos-narraClOnes incluidos en el mencionado libro, atentan directamente al hecho formativo que debe presidir todo intento de comunicacibn, centrando su tematica en los aspectos sociales como critica a la organizaci6n del trabajo, la propiedad privada y al prin,cipio de autoridad enfrentando grupos soclales, raciales 0econbmicos con base completamente materialista, como tambien cuestionando la vida familiar, distorsas y giros de mal gusto, la cual en vez de ayudar a construir, lleva a la destruccibn de los valores tradicionales de nuestra cultura; Que es deber del Ministerio de Educacibn y Cultura, en sus actos y de~isiones, velar por 1 0 proteccibn y f?rmaC10n de una clara conciencia del mno; Que ello implica prevenir sobre el uso, .como medio de formacibn, de cualq\l1er mstrumento que atente contra el fin y obje.tivos de la Educacibn Argentina, como aS1Smi;rno velar por los bienes de transmision de la Cultura Nacional; Por todo ello
fantasia,
EI. MINlsmo
DE EDUCACION y CULTURII
RESUI'I.VE:
1°) Prohibir el uso de la obra "La Torre de Cubos" de Laura Devetach en todos los establccimientos educacionales dependientes de este Ministerio. 2°) De formo.
En fin, la fantasia es peligrosa, la fantasia esta bajo sospecha: en eso parecen coincidir todos. Y podriamos agregar: la fantasia es peligrosa porque esta fuera de control, nunca se sabe bien ad6nde Ileva. Pero lde que se acusa en realidad ala literatura infant]1cuando se la acusa de fantasia? lPor que tanta pasi6n en la condena? lEn nombre de que valores se lanza el ataque? lQue es 10que se quiere proteger con ese gesto? Estoy convencida de que, en esta aparente oposici6n entre realidad y fantasia, se esconden ciertos mecanismos ideol6gicos de revelaci6n/ocultamiento que les sirven a los adultos para domesticar y so meter (para colonizar) a los chicos. Para echar un poco de luz sobre la cuesti6n, es indispensable que antes tratemos de entender que es esa especie de bicho raro, la Iiteratura infantil, un campo aparentemente inocente y marginal donde, sin embargo, se libran algunos de los combates mas duros y mas reveladores de nuestra cultura. Para empezar, si la literatura infantil merece el nombre que tiene, si es Iiteratura, entonces es un universo de palabras con reglas de juego propias, un universo de palabras que no nombra al universo de los referentes del mismo modo como cada una de las palabras que 10forman 10nombraria en otro tipo de discurso, un universo de palabras que sobre todo se nombra a si mismo y alude, simb6licamente, a todo 10 demas. Por dar un ejemplo burdo: nadie corre a buscar un balde de agua cuando lee el relato de un incendio. Sabe que el fuego esta al servicio del cuento. Sin embargo, y aunque muchos pU€dan pensar que esto es evidente, el Mensaje de los pedagogos que cite antes, pOl'ejemplo, '0 el Decreto de 1978 imaginan una relaci6n tan directa y tan ingenua entre las palabras y las cosas que recuerdan al que busca el balde para apagar el incendio del cuento. Si, se defenderian los que corrieron a buscar agua, sera literatura, pero es literatura infanti!, y esa palabrita basta para que todo se trastorne, para que entren a terciar otras fuerzas, para que cambien las reglas deljuego. Porque 10 infantil pesa, pesa mucho y, para algunos, mucho mas que la literatura. 3
Y claro, piensa uno, no puede menos que pesar: una literatura fundada en una situaei6n comunicativa tan despareja -121 discurso que un adulto Ie dirige a un nino, 10que alguien que "ya crecio" y "sabe mas" Ie diee a alguien que "esta creciendo" y "sabe menos" - no puede dejar de ser sensible a ese desnivel. Es una disparidad que tiene que dejar huellas. Pero Geualesson las huelias que deja? ;"Y quien es 121que deja marcas, 1 21nino al que 121texto busca como lector, 0 mas bien 121a dulto en el que se origin6 121 mensaje? En realidad, basta seguir mirando para darse cuenta de que todo 10 que los grandes haeem os en torno de la literatura infantil (no solo cuando la escribimos, sino tambien euando la editamos, la recomendamos, la compramos ... 0 la soslayamos) tiene que ver no tanto con los chieos como con la idea que nosotros --Ios grandes- tenemos de los chicos, con nuestra imagen ideal de la infancia. Y ahi Ilegamos al ojo de la tormenta. La relaci6n entre los grandes y los chicos no es una eampifla serena sino mas bien una regi6n dificiIy escarpada, de a ratos oscura, do nde sop Ian vientos y tensiones, un nudo complejo y central a nuestra cultura toda, que de ning0n modo podria pretender yo despejar en uhas poeas palabras. Me limito a senalar que nuestra sociedad no ha confrontado todavia, serenamente, como 121tema merece, su imagen oficiald e la infancia con las relaciones objetivas que se les proponen a los ehieos, porque una cosa es declamar la infancia y otra m uy distinta tratar con chicos. S610cuando franqueemos nuestra relaci6n con los chicos podremos franquearnos con su Iiteratura. Hoy apenas estamos aprendiendo a cuestionar algunas de las muchas hipocresias con que ocultamos nuestra relacion con la infancia. Al menos, 10infantil es flOYproblematico. Pero Gquees 10 infantil? Con respecto a este tema, de central importancia y que mereceria ser explorado en serio, es interesante la polemica que se desencaden6 en Francia entre Ruy-Vidal, un editor de vanguardia de libros para nh'\os, y la psicoanalista Franyoise Dolto. Algunos textos rouy ricas en significaci6n de sus acusaciones mutuas pueden leerse en Marc Soriano, Guide de litterature pour la jeunesse, Paris, Rammarion, 1975.
3
Hoy todo 121m undo habla de la infancia. Sabemos sin embargo, que durante muchisimos anos Ja cultura occidental se desente~d16 de los C~icos(talvez, sugieren los historiadores, porque los ChlCOSs e monan como moscas y no valia la pena 121e sfuerzo de detener.la mirada en ellos), y que tardiamente, en 121siglo X V lI I muy especmlmente, se empez6 a hablar de infancia. . Hasta entonces habria sido ins6lito que a un escritor se Ie hubJese ocurrido escribir para Ios chieos. Los chicos recibian en forma indiscriminada, los mensajes que se cruzaban entre' los ~randes (entre esos m ensajes estaban esos cuentos "sanguinar~?s, trucuIentos y feroces", de Ios que hablaba n uestra cita, poslOlement: mucho mas sanguinarios, truculentos y feroces de 10 que Ileganan a ser Iuego, cuando se convirtieran en tradicionalmente infantiIes). Es de imaginar que esos mensajes que se cruz~ban entre adu It~s eran en parte incomprensibles y en parte apaslonantes, como sJempre es para los chicos todo 10que pertenece aI mundo de los grandes. .fJay que ~dm itir que, si bien los grandes tardaron en "desc u b nr a l os C h I C O Sen , cuanto 10hicieron no cesaron de interes~;se en ellos, y de la indiscriminaci6n se pas6 a una especializacl~n cad~ vez rr:ayor: una habitaci6n para los chicos (la nursery), Ia mdustna ?el Jugu~te, 121 jardin de infantes, muebIes diminutos, ropa apropla.da, Ia 1Jteraturadeliberada, en fin, "10infantil". Con 121tJempo se fue sabiendo mas y mas ace rea de los chieos: su, evoluci6n, sus etapas, sus neeesidades, $U psieologia ... Fue la epoca de oro de los pedagogos. . .Casi todos ellos compartian la opini6n generalizada de que, slla !Jte~aturaera infantiI, tenia que adaptarse -como la ro~a, como !os juguetes, como 121m obiIiario- a los parametros ya establecldos. A esa epoca perteneci6 la condena, primero por mentirosos y por supersticiosos, despues por erueles y por inmorales de los cuent?s tradicionales, de los euentos de hadas, ogros y bruJas. La fantasIa de esos cuentos no era controlable y debia ser desterrada del mundo infanti!. . ~os ogros, las brujas y las hadas europeos pasaron a la clandestmldad, pero sobrevivieron a pesar de todo: se refugiaron en
, i1_ - '
i _
'" .. ••
'.
,4 ," t
i. ""
.',e--. •• •• •• \ . •• •I . •• •• •• •• le
las c1ases populares, de donde habian salido, yen las ediciones de mala calidad y sin pie de imprenta que se vendian por pocos centavos en los mercados. En America, otro coto de colonizacion tan interesante como la infancia, simult2meamente, la vigorosa imagineria indigena -en la que no habia el menor asomo de especializacion infantilera arrinconada doblemente, por insensata, por desatada, y por americana, y solo sobrevivia en algunos bolsones, muchas veces rnezc1ada con la imagineria popular europea que traian los colonizadores. Entretanto, la sensatez y el control avanzaban. Era la epo( ; < : 1 de los juguctes didacticos y tambien de una literatura que a mi m e .> . ~{usLalbmar "de corral": dentro de la infancia(la "dorada inl"i1m :ia" solia llarnarse al corral), todo; fuera de la infancia, nada. I\lniflo, sorneticlo y protegido a la vez, se 10 llamaba "cristal pum" y "ros;) itnnaccllada" y se consideraba que el deber del adulI n eril (l 1 < 1 vez proLegerlo para que no se quebrase y regarlo pari! title florec\esu. (:011 c d liempo se elaboraron reglas muy c1aras ace rea de coI JlO lenia que ser un cuento para ninos. En pocas palabras, tenia que ser sencillo y absolutamente comprensible (habia incJuso una paula que fijaba el porcentaje de vocabulario desconocido que se podia lolerar), tenia que estar dirigido claramente a cierta edad y responder a los intereses rigurosamente establecidos para ella. No podia incluir la crueldad ni la muerte ni la sensualidad ni la historia, porque pertenec1an al mundo de los adultos y no a la "dorada infancia"; eran bestias del otro lado del corral y habia que Lenerlas a raya. Era comun que esa iiteratura llamara a su pretendido interlocutor, el nino ideal, "amiguito": una manera de ganarse su confianza y, ala vez, mantenerlo en su lugar. Fue en esa epoca de creciente control sobre la infancia cuando empezo a cobrar fuerza la idea de que la fantasia podia ser peligrosa. Se proponia, como alternativa, una especie de "realismo" muy particular que echo raices y que, con altibajos, sobrevive hasta nuestros dias. Crecieron como hongos cuentos de "ninos como tu", colocados en situaciones cotidianas, semejantes en todo 10visible a ias del lector -cuentos disfrazados por 1 0
14
tanto de real~stas-, en los que, sin embargo, por arte de birlibirloqc:e, la reahdad era despojada de un plumazo de todo 10denso matJzado, tenso, dramatico, contradictorio, absurdo, doloroso; de tod.0 10q~e podia haeer brotar dudas y cuestionamlentos. Asi, d~spo]ada, h]ada, .recortada y cubierta con una mano de pintura brIll~nte era ofreClda como fa realidad, y el cuento, como cuento reahsta. Los pedagogos, contentos, porque el cllcnto informaba acerca ?el en.torno, "educaba" (fin ultimo de todo 10que rodea~a a 10mfantll) y no se desmadraba por esos oscuros e imprevislbles corredores de la fantasia. Lo~ discursos que tienen como tema la "informacior sexual" s?,n partlcularmente reveladores de ese mecanismo de informaClon/escamoteo de informacion, de mostracion/ocultamiento qu~ sU,byace en ~I realism? para consumo infantil. Los Dedagogos r:,lasp.rogreslstas conslderaban necesario y recomendable en 10s.a~os cmcuenta que Ios relatos para ninos dieran cuenta de Ia ~ctlV1dadsexual en la nat.uraleza. Para eso, ya se sabe, se suger:a hablar de las flores pnmero, de los poIlitos despues y por ultlmo de los terne:os. Mas de alii no lIegaban ni siquiera los mas audaces. Pe~o 10mteresante es que mucho mas enfaticas que Ias recomendaClones para que se abriese la informacion eran las in!,altabl~s .recor;;endaciones para que no se fuesen a escapar las aberraclOnes , para ~ue no s~ soltasen las bestias. Sexo si, pero un ~exo r?zonable, sm emoClones, sin sexualidad, sin fantasia. 4 . Es CUrIOSO,pero los rnismos que proponian una literatura re~hst~ solian suponer que los niflos vivian en un mundo de ensonaCIones, con poco contacto con el mundo real. Parec1an pensar que al pobre sonador habia que fabricarle una realidacfad hoc, un~ esp~cie de escenografi~, un simulacra para que jugase ala realJdad sm asustarse dernaslado. A veces, como cO~1cesion
1 "(" :)~I artista 0 literato,q~e quiere servir al nii10en los campos del sexo, consciente de su m~sJOn,ha de s~r metodlCo como un,maestro; amable y sereno como un buen padre; ][~agll1atJvoyreabsta con el meJor pa_tnmonio de su olicio; cantor como las aves, y suave comola bllsa, y tJelno como el nmo en gestaci6n de hombre nuevo, 0 como la nif\a que se creador de media hurl1anJ'dad"' H e aqUJ .' il1 ~Jlmosd e 1 os '_' absta a reClblrel mensaje " requbltos que del;e reumr el escntor que se atreva a hablar del sexo seglJn Daio GuevClw.P.slcopedagogra del CLlento in/anti!, Buenos Aires, Omeba, 1969, pag, 114,
15
a esa supuesta ensonacion perpetua en la que vivian 10s ninos, aparecfan en 10scuentos "suenos", viajes imagi~arios cuidad?sament(~ enmarcados dentro de 1a realidad, que SIempre termmaban cuando el nino se despertaba y 1atranquiIizadora realidad vol~a~~~o. . l:sa fantasia hueca del suenismo divagante estaba muy 1e]os de 1a solida y vigorosa fantasia de 10s cuentos tradiciona1es, que no divagaba sino que estaba perfectamente enraizada en 1asansiedades, los deseos y los miedos muy reales y contundentes de los chicos. E1realismo mentiroso y el suenismo eran dos actitudes perfectamente complementarias: alternativamente se "protegia" aJ nino de las fantasias, cercenando1e una de las dimensio~~s mas creativas que poseia, y se 10 exiIiaba adentro de ella, ale]andolo del mundo de los adu1tos. La prueba de la delicada ambigUedad con que los adu1tos pretenden dosificar realidad y fantasia en el br:,baj~ que 1:s preparan a los ninos radica en el hecho de que tan peh~rosa :es~lta 1afantasia desatada como la realidad sin recortes m maqUllla]e. De que 1arealidad resulta escandalosa pued.o dar testim?!1 io personal. Cuando en 1986 edite un~ serie de !lbros para nmos donde daba cuenta con palabras senClllas pero sm pelos en la lengua de 10que habia sucedido en nuestro pais dur~nte la dictadura y hablaba, pOl'primera vez en un texto ~ara Chl~OS,d.e 10sdesaparecidos, 1as crfticas de los sectores mas reaCClonanos de 1a educacion se centraron en que esos no eran temas para tratar con los chicos. S Para muchos no estaba mal hab1ar de derechos humanos, pOl'ejemplo, siempre y cuando uno se man~uviese en :1 terreno del deber ser; uno podia enumerar10s y deClr que habJa que respetar10s pero de ninguna manera r~1atar sus vio1aciones. Esa cuidadosa desrealizacion de la reahdad es la que campea en nuestros libros de historia, que se convierten en ga1erias de
Me refiero a la serie Entender y Participar de Libros del Quirquincho que desat6 las iras del periodista Carlos Manuel Acuna. Curiosay coherente.mente a la vez, en la misma nota en que se escandalizaba por la referencla a los aseslnatos y torturas condenaba per inmoralla educaci6n sexual en las escuelas.
5
heroes, villanos y fechas patrias, es decir en una autentica deshistorizacion de la historia. En sintesis, el manejo de la pareja realidad/fantasia Ie permite al adulto ejercer un tranquilo y seguro poder sobre los ninos. Con esas dos riendas, los adultos -no porque si sino seguramente POl' motivos muy profundos, POl'viejas tristezas y viejas frustraciones, tal vez tratando de proteger Ja pro pia infancia de toda mirada indiscreta- podemos mantener a los chicos en el corraJ dorado de Ja infancia. El corral protege del lobo, ya se sabe; pero tambien encierra. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos controladores, tanto Ja fantasia descontrolada -la que se atreve a todo, la que se vuelve facilmente sensual 0 sangrienta y cruel- como la realidad se cuelan dentro del corral. Estan en los juegos de Jos chicos -----dondeuno vive, muere 0 se salva fantasticamente pero con intensidad muy real-, estan en los disparates, en las retahilas (siempre me acuerdo de una que jugabamos cuando era chica para elegir quien era mancha: "Bichito colorado mato a su mujer con un cuchillito de punta alfiler. Le sacolas tripas las puso a vender: 'jA veinte a veinte las tripas de mi mU-jerl' "), en los viejos cuentos (en los que creo que se refugiaron Jos chicos POl'falta de fantasias nuevas) y tam bien en algunos libros que burlaron la vigilancia de Jos pedagogos y circuJaron con sus locas fantasias y sus intensas realidades POl'todas partes. Tal vez el ejemplo mas interesante de como la literatura puede a veces burIal' la vigilancia sea, en Europa, el de Lewis Carroll, que era un parroco Ingles tan serio, tan culto, tan puntilloso y respetable que nadie pudo reprocharle esos cuentos absolutamente inclasificables que escribio, entroncados en el mejor disparate infantil, en el sin sentido mas cruel y despiadado, y que arrastran con ellos una fantasia tan vigorosa que no podian sino hacer que las convenciones victorianas se tamba1earan como un castillo de naipes. Lo de Carroll era literatura, mucho mas que infantil, POl' eso burlo la vigilancia. EI siglo xx, postfreudiano y postpiagetiano, parece dar vuelta e1 prolijo tablero de los pedagogos del siglo XIX. POl' 10pronto se Ie devue1ve a la fantasia 1aestima oficial.
Para eso hizo falta que el psicoanalisis demostrara que no todo esta bajo control, que se ocupara de los suenos y reivindicara su estrechisima vincu1aci6n con la vigilia. Fantasia y realidad estaban de pronto mas cerca que nunca. Hizo falta tam bien que los educadores rescataran al juego como constructor de 10real. Hizo falta un Fiaget que centrara el desarrollo de la inteligencia en esa actividad que, en una de sus formas mas conspicuas, giraba precisamente en tomo de la fantasia. EIjuego simbolico, en que el nino "jugaba a ser" y "jugaba a hacer" evocando ausencias, era central para el desarrollo del simbolo, del pensamiento y, pOI'10tanto, para la adaptaci6n intcligente y creadora a la realidad. La fantasia no era, entonces, tan evasora de 10real como parecia. Es mas, se nutria de 10real y reverl1a sobre 1 0 real. Era la dimension libre y poderosa de la relaci<'mentre el hombre y su entomo. En el juego el nino eompensaba carencias, liquiclaba eonflictos, anticipaba situaciones y, en
conocido en nuestro me-
cia, nos preguntamos si nuestra cultura no estara cambiando la indiferencia de hace cuatro sig10s porIa asfixia, si no nos estaremos olvidando de esa firme voluntad de ere eel', que es la caracteristica mas senalada de todos los que estan creciendo --y por 10tanto de los chicos-, en fin, si entre tantos juguetes didacticos tantos ambitos controlados y tantos mensajes deliberados nues~ tros chicos pod ran encontrar el camino para salir del co/ral. Da la sensaci6n de que la literatura infantil est a hoy mas dispuesta que antes a colaborar en abrir tranqueras. Algunos controles se han aflojado y a los que escribimos para 10schicos nos esta permitido comprometemos con la palabra es decir hacer literatura, es decir, permitir el flujo no dirigido p~r reg1as ~xteriores de un discurso que se organiza segun 1eyes propias. Ultimamente todos estamos mas dispuestos a aceptar que ell.el fondo los chicos Y los grandes no estamos tan apartados como quisieron hacemos creer, y hasta sospechamos incluso que los chicos tambien estan adentro de nosotros mismos. En fin, es una busqueda nueva; ni el suenismo de Ia fantasia divagante ni el realismo mentiroso. Mas bien exploraci6n de la palabra, que es exp1oraci6n del mundo y que incluye en un solo abrazo 10que suele llamarse realidad y 10que suc1e llam8.rse fantasia. Es decir, literatura. ,. Durante muchos af10Spes6 mas el platillo de 10infantil· ahora esta empezando a pesar el platillo de la literatura. La Iiter~tura, sospecho, nos va a sacar del corral. GY que se hizo de 10infantil, que tantos desvelos Ie produjo ~ nuestra cultura? Creo que, mientras la literatura crece, 10inf~ntIl (que fue durante muchos anos una tarea exterior, un eonjunto de deberes) se nos va metiendo adentro de nosotros mismos. Los que escribimos literatura infantil nos damos euenta de que cambia e1interlocutor. Ya no es el "nino ideal", la imagen que nuestra cu1tura ha ido dibujando y que resume no 10que los ninos son sino 10que deberian ser, segun el pensamiento oficial; es mas bien el propio nino interior, mucho mas cercano pOI'supuesto a 10sninos reales -posibles lectores- que esa imagen impostada y arquetipica. Y ya se sabe que, cuando cambia la situacibn co-
municativa, cambia el discurso todo. A partir de entonces es co n ellector y no hacia ellector que fluye el discurso. Ya no es cuesti6n de "bajar linea" porque no podemos ba jarnos linea a nosotros mismos. Tampoco podemos escamotearnos la realidad ni negarnos nuestras propias fantasias. Mucho menos podemos palmearnos condescendientemente nuestra propia cabeza y Ilamarnos "amiguito". Ahora, cuando nos encontramos el adulto que somos con el chico que fuimos, la famosa polemiea realidad/fantasia parece quedar atras. Durante anos, pacientes y razonables adultos se ocuparon de levantar cercos para detener la fuerza arrolladora de la fantasia y de la realidad. Tenian un exito relativo porque, de todos modos, los monstruos y las verdades se colaban, entraban y salian. Ahora hay senales claras de que el corral se tambalea, de que los grandes y los chicos se mezclan indefectiblemente. Ya nadie cree que 105 chieos vivan en un mundo de ensonaciones, es mas: todos comprenden que son testigos y actores sensibles de la realidad. Tampoco quedan muchos ya que no admitan que los adultos -incluidos los sensatos y prudentes pedagogos- son sensibles, extraordinariamente sensibles a la fantasia.
Lenguaje silvestre y lenguaje oficial, o de cuando las palabras se separan de las cosas'"
Ellenguaje -lquien puede dtidarlo?- es un notable. un asombroso punta de encuentro entre !Osgrandes y los chieos';es, ademas, una herramienta insustituiblede la socializaci6n. A 1 0 largo de esa paciente y prolongada colonizaci6n cultural, mas 0menos amorosa, mas 0 menos represiva, pero siempre eficaz, a la que los adultos sometemos a los ninos para convertirlos en miembros de nuestra sociedad, ellenguaje desempena un papel privilegiado. Orientaci6n de los balbuceos, grandes festejos por la primera palabra, interpretaci6n de la media lengua, preguntas, respuestas, 6rdenes, recomendaciones, senalamientos, y, poco a poco, el mundo infantil, en un comienzo amodo y abigarrado, un continuum de sensaciones, de intensidades sin limites definidos -la raz6n estaria tentada de Hamarlocaos-, se va estructurando alrededor de las palabras. Las palabras nombran y, al nombrar, dan forma. Nombran y, al nombrar, inevitablemente, arrastran con eHasuna gigantesca carga cultural, un modo de ~er, de sentir y de manejar el mundo. En fin , el adulto otorga ellenguaje y, cuando 1 0 otorga, se impone, coloniza. . Este capitulo tiene como base la conferencia de junio de 1988 en el Instituto de CultUfa Hispanica de la Universidad del Litoral. Compartiamos con Laura Devetach una reflexi6n acerca del tema que convocaba al Seminario: "Los vinculos entre literatura y regi6n".
,4
c• o.
I'< m J los chlcos no sc sometcn pasivamente a esa colonizaci(m. Los chicos se Jduenan dellenguaje. Ellenguaje es para ellos ~ 4 mucho mas de 1 0 que los adultos pretenden que sea (1 0 otorgado 4 genera SlISpropias reglas, y SllSpropias Iibertades, se Ie va de las c4 manos al otorgante). En los primeros anos de esa nueva, deslumbrante y gozosa experiencia comunicativa, los flamantes emisores y receptores exploran a fondo las palabras, las violentan, las cargan arbitrariamente con sus propias experiencias vitales. El lenguaje de los pri·4 meros anos -como cualquiera puede atestiguar- es un lenguaje caprichoso, personal, intenso; cualquier cosa menos un lenguaje oficia!. Todos recordamos de nuestra infancia palabras amadas a veces por su sonido; p alabras salvajes; incomprensibles, otras; palabras que no 5C deja ban atrapar; pJabras antipaticas 0 palabras rldlculas. Las pnlabras cran como bichos sonoros que aparecian de pronlo en d isUntas situaciones vividas y se tenian de 1 0 que esas slluaclones siunificab':l!1.N o habia significados oficiales, solo habla palabras mias, las que se aparecian en mom entos de mi vida. (Sicmpre me acuerdo del ninito de tres anos al que no se Ie podia decir "querido". No conozco otro caso que revele con tanta intensidad el valor de la palabra infanti!. "Qu erido" era para el una palabra nefasta. Luego nos enteramos de que la mama soHa comenzar asi sus retos: "Mira, querido ... " Estaba claro: "querido" no anunciaba sino tormenta. Ese era el verdadero valor de "querido", no importaba cual fuese su significado oficial.) Las palabras nos nacen pegadas alas cosas. Para mi "malvan" no pod ia separarse del contacto y el OIOFaspero de las ho jas, del rojo brillante de los petalos que me pegaba con saliva en las lIilas para parecer una senora; "vereda" tenia el frio del agua que yo empujaba con el dedo por los canalcitos de las baldosas rumbo al cordon, tenia ruido a cadena y a pedal de bicicleta. Las palabras y las cosas em piezan siendo solidarias.7
o• c.
0".
7 No es a otra cosa a 1 0 que apunta Piaget cuando habla del "realismo nominal", aunque cl se dedique mas bien a explicar ladimension intelectual y no tanto la social del fen6mena.
Ellenguaje de los primeros anos es, pues, intensamente historico es decir tiene incorporado el tiempo, el acontecer personal, la'p ro pia ~ida. Toda palabra tie.ne para el ni~o u~ aqu i y un ahora -que son los que Ie dan sentldo-:- y ~amb1entJen~ un pasado de experiencias buenas 0 malas, dlVertJdas0 angustlOsas, y desde ese pasado ha ido emergiendo. La historicidad dellenguaje infantil va de la mana con otra caracteristica muy llamativa: los significados m(lltiples, la polisemia. Para el nino las palabras no tienen un significado (mico, un significado "oficial", siempre el mismo, sino.qu~ ,Pueden gener~r un significado en una situacion vital y otro slglllflcado en otra .SItuaci6n. Y evocan mas de un significado simultaneamente. En fm, tienen m uchas lecturas. 8 , Frente a ese u so discriminado, arbitrario y personal que hacen los chicos dellenguaje, el adulto ejerce el lenguaje "oficial", que tiende a la deshistorizacion, al desprendimiento de las situaciones vividas. 9 Ellenguaje especlfico de la colonizacion, el que elige el adulto para hablarle al nino cuando siente que 1 0 esta educando, es particularm ente d~shistorizad~ y "oficial". E~e es, sin d~d~oel lenguaje que se consldera aproplado. para.la ClrcunstanCla. Todo esto se pone muy en eVldenClacuando al flamante hablante se Ie caen los dientes de leche y el adulto nota q ue ha lleSe puede consul tar, porque ayuda mucho a entender a los chico,:, "EIorig:n de los non:bres", en J, Piaget y otras, Ellenguaje y el pensamiento del n1~0 ~~qu;no, Buenos Alres, P al'd6s , 1965. Un nino de cinco anas da una maravillosa dehmclOn, Los nombresdice- son 1 0 que se puede ver cuando se miran las cosas. 8 Me costaba entender por que Santiago, mi hijo mayor, en su etap~ de la holof~se, de la palabra que Iodice todo, lIamaba "pam" a la pelota ytambicn a la ba,~ader~ I,[:n~de agua~ Pero no es tan extrano si uno se pone en la expenencla y no en la ?ehmclOn del refe rente' . (,'acaso no "se arroJ'a" uno al agua como se arrojan las pelotas? ~acaso las pelotas no "salpican" en el suelo? . . 9 Digo que tiende porque nunca es totalrnente univoco ni totalmente deshlStonzado, salvo, tal vez, ellenguaje cientifico estricto, La mayor parte de las.pal~bras que usamos cotidianamente son palabras cargadas de historia colectlva, y de hlston~ ?ersonal. Toda sociedad tiene palabras propiciatorias, palabras tabu, palabras despreshgJadas; los hombres y las mujeres son capaces de luchar a ~luerte por una 'p~!abra." ' _ educadar va acompanado de 10 En situaciones extremas, esa adopcion de un lenguaJe un sensible cambio en la entonaci6n y en el timbre de la voz, como Sl se la ll11postase en otro sitio. I I
gada elmomento del embate colonizador definitivo -inevitable, por otro lado-, donde podra apretar el pedal a fondo: la escuela primaria; para muchos, el reino prometido dellenguaje oficial, es decir, el no comprometido can la historia personal, el vaciado de sensaciones concretas, el desrealizada al punto de carecer a veces de referente, el cuidadosamente orden ado en moldes con significado utilitaria unico: "en esta ocasi6n se dice esto; en esta otra ocasi6n, esto otro"11 Este proceso de deshistorizaci6n del lenguaje corre parejo con otras conductas deshistor~zantes: la tendencia a machacar generaUdades y a huir de 10concreto, la tendencia a fomentar el mito y huir de la historia, la recurrencia a los arquetipos (el Nino Bueno, el Nino M a[o, el Respeto, la Inteligencia, [a Buena Conducta, etc.), y las sutiles tecnicas mediante las cuales se alienta la perdida progresiva de la propiacarga culturaJl2 y el reemplazo de "maneras" desvalorizadas por atras consideradas prestigiosas. Es asi como, poco a poco, el chico pasa de "asi veo yo las cosas" a "asi de6en ser las cosas" (aunque se las vea muy diferentes). Este progresivo y sistematico alejamiento entre la palabras y las cosas que fomenta el adulto alcanza luego verdaderas mitologias, que abarcan la moral, la historia, la sociologia, etcetera. Y asi se culmina poco a poco en un lenguaje oficial y en una historia oficial. Un tro20 de escritura acerca de la lluvia a los seis anos puede retener aun lluvias vividas; a los once es, probablemente, una lluvia oficial. En el camino se han ido perdiendo la gota que se Ie es~rell6 en el ojo derecho un dia y el charco en el que se cay6 sentado; ahara las lluvias ya no son sus lluvias, son las lluvias del deber ser. Esa tension entre ellenguaje personal, silvestre, que quiere apropiarse del mundo con las palabras y ellenguaje homogeneo, nivelado, e1lenguaje oficialde una sociedad no deberia desaparecer jamas. Es una tension fertil, que hace crecer. Un poco como esa relacion diaiectica entre la asimilacion y la acomodacion de que hablaba Piaget, que desemboca en If adaptacion yen el saito de crecimiento. Ni un puro lenguaje asimilador, que lIevaria en su extremo a la incomunicacion, ni la pura acomodacion, que lIevaria a la repeticion sle formulas. Mas bien ellenguaje adaptado, el que esta siempre en lucha par nombrar a su manera el mundo y hacerse a la vez comprender por todos. 1? En la escuela sigue costando mucho admitir que los chicos no lIegan "vados" al primer grado. 11
Es as!, mediante la progresiva deshistorizaci6n dellenguaje, desprendiendolo del aqui y del ahora -y del pasado, que es 10que Ie da sentido al aqui y al ahora-, como se va ingresando definitivamente en la dimensi6n oficial. No es casual que las primeras formas de lenguaje escrito con que se topa un chico -las de los libros de lectura- sean tan especial, tan exacerbadamente oficiales. Yo me entere en la pagina numero 40 de un libro de lectura que esa efusi6n de baldosas en que la casa se derramaba sobre el barrio no era "vereda" sino "acera". Eso si: por mucho que repitiera "acera" no conseguia evocar los baldazos del verano, ni las bicicletas. Las aceras estaban, para mi, vacias de historia. (Para colma, note muy pronto que los malvones no entraban en los libros de lectura; s610 habia lugar para las rosas.) El mensaje habia sido muy claro: ellenguaje amasado con pedazos propios, el de olores y sabores, el de temperaturas, no tenia otra salida que volverse clandestino. Sustraerse a la mirada ya los oidos cuando se estaba en la zona oficial de la escuela, refugiarse en el recreo. Este vaciamiento dellenguaje infantil como efecto de la colonizaci6n por parte del adulto se asemeja bastante al vaciamiento cultural que producen las metr6polis dominantes sobre los pueblos dominados. Porque hay muchas formas de "oficialidad" pero todas, una por una, tienen que ver con el poder. En un pueblo invadido y dominado, ellenguaje primitivo es el clandestino, el domestico, el sin futuro. Cuando coexisten culturas, ellenguaje oficial es el que oficialmente impone la cultura dominante; los o~ros lenguajes son marginados; tal vez resulten pintorescos -y hasta es probable que se los reciba amablemente, con una sonrisa- pero no acceden al poder. Pero --otra vez, como al principio- no es tan facil domenar la materia primitiva. Porque asi como 10oficial pesa y aprieta, 10 silvestre tiene una extraordinaria resistencia al apriete. Por debajo del molde de la oficialidad, corre, desparejo, caudaloso, el rio dellenguaje espontaneo, dellenguaje silvestre, del
, .. I• •.
que naci6 paisano, pegado alas cosas. No es tan dWcil abrir qrietas . Algunos maestros 1 0 saben bien porque a veces -y corrien14 ~ do por eso riesgos muy concretos- se animan a regresar del pais de los arquetipos al pais de las cosas nombradas, convenddos de 4 que la educaci6n puede ser algo mejor que apretar la masa con4 tra el molde. (Sospechan que tal vez palpando despacito la arcilIa, recibiendo los mensajes que ella envia, pueda uno modelar en lugar de moldear, dej2mdose al mismo tiempo modelar por ella.) Pero los que 1 0 saben sobre todo son los chicos -esa arcilla vigorosa y resistente. Todos ellos, los que a veces con una sonrisa desafiante hacen brotar la flor de un insulto ritual, de una palabra gorda, en medio de los pupitres; los que navegan en los bellos clisparat.es del "dale que" de sus juegos imaginarios, 0los que, Ill/IS mill1Sa, rn{1Smodestamente, se atreven sin sonrojarse a dibllj,l[ Ul1t1"obeja" con una b muy pero muy larga pero, eso si, todd'Ill~ll,lde rulos.
•• •
• -• -•
•• • • •• ••• •• •• • ••
• • •• ••
;,Que quiso decir con este cuento*?
Y usted Gque quiso dedr con este cuento? Esta pregunta me fue hecha muchas veces; me la hicieron muchos adultos, y tam bien algunos chicos. Siempre senti que era una pregunta central a mi ofieio. No es, en realidad, una pregunta ingenua: encierra toda una manera de ver la Iiteratura y sintetiza 1 0 que yo, en mi propia. y domestica poetica, denomino -y perd6n por recibirlos de entrecasa- "pisar el palito". GCual es la distancia entre 1 0 que "quiso decir" el escritor y 1 0 que dijo? GNos ocupamos de 1 0 que dijo 0 de 1 0 que "qui:;o decir"? A fin de cuentas Gde que estamos hablando? Hablamos de las palabras, porque, en el principio, fue el texto. Precisamente de eso se trata. Y, asi como en un plano m;~sgeneral he defendido con ardor el regreso alas palabras silvestres, allenguaje vivo, por estar tan cargado de "materia", y he cuestionado, por sospechoso, por ocultador, por abstracto, el lenguaje arquetipizante y oficial, propongo un vigoroso regreso a ~ materialidad del texto, al discurso, alas palabras, esas palabras y no otras, en ese orden y no en otro orden con esos vinculos y no con otros, una tras otra, en esa Iinealidad (mica que represe1ta el texto, en la seguridad de que es ahf, y no en otro lado, donde tiene su domicilio la literatura y donde encuentra sentido el oficio de escritor. . Este capitulo ha sido elaborado a partir de la conferencia pronunciada en las Jcmadas de Literatura Infantil y Juvenil, organizadas por AU