Mis comentarios van en letra gris, a pie de página, marcados con asteriscos. Los demás comentarios son de la autora. He utilizado las siguientes abreviaturas: C16: L-EMV: MDAF: SUM: VOR:
Semanario Cambio 16. Levante-El Mercantil Valenciano. Magdalena del Amo Freixedo. Sumario 1/93, el del caso Alcásser. Vista oral, juicio del caso Alcásser. Nozick
El caso Alcácer ________________________________________________________
Desaparecen tres adolescentes Aquel 13 de noviembre de 1992 prometía ser un viernes más en el que los adolescentes de toda España aparcan la mochila con los libros y se disponen a pasar un divertido fin de semana. Las niñas de Alcácer, Miriam, Toñi y Desirée, de 14, 15 y 14 años de edad, salieron a las siete de la tarde de sus casas, felices y contentas, para asistir a una fiesta del colegio organizada en la discoteca Coolor, en el pueblo vecino de Picassent. Nunca se imaginaron sus familias que las niñas estaban a punto de iniciar un largo viaje sin retorno; que no volverían a verlas con vida. Sobre Miriam sabemos muchas cosas y anécdotas porque su padre, Fernando García, nos las contó personalmente. Un día en su despacho nos decía mirando su foto: "Era tan bonita por dentro y por fuera. Era muy sensible y sufría por el dolor ajeno. De chiquitina era preciosa. Era el juguete de toda la familia. Mis hermanos tenían sus novias, aún no estaban casados. Todos querían tenerla el fin de semana... Y nosotros éramos casi los que menos la disfrutábamos." Mientras mirábamos la fotografía en la que Miriam tenía tres añitos le dijimos: "Es que era preciosa. Tiene una carita de esas que te apetece darle mordiscos." Y contesta Fernando: "Y se los daban... y ella decía: 'caíto no... caíto no', que quería decir: bocadito no. Un día estábamos viéndola correr tan llena de vida que mi mujer me dijo: 'No nos merecemos esta hija. Un día le va a pasar algo.'" Estos pensamientos fatalistas tomaron cuerpo y llegó la desgracia. Aquel viernes por la tarde las tres amigas, Miriam, Toñi y Desirée, habían quedado citadas para ir a la discoteca. En un principio Fernando García pensaba acercarlas en el coche pero había llegado de trabajar algo cansado y decidieron ir solas, como tantas veces habían hecho. Alcácer es un pueblo de 7.000 habitantes donde todo el mundo se relaciona y muchos conocidos suelen ir a los pueblos cercanos por lo que no es nada difícil llegar "haciendo dedo". En nuestra adolescencia solíamos utilizar este medio de locomoción con mucha frecuencia.
Son ya las diez de la noche. Las familias empiezan a mostrarse algo intranquilas porque aunque no es tarde, las chicas son aún muy jóvenes y no tienen costumbre de retrasarse tanto. El reloj de la torre de la iglesia da las diez y media. La madre de Miriam telefonea a casa de Toñi y Desirée para ver si su hija está allí. Las tres familias empiezan a alarmarse pues ninguna de las chicas ha regresado. Hablan con el resto de los amigos pero ninguno las ha visto aquella tarde. La búsqueda Son las once menos veinte de la noche. Sin perder más tiempo Fernando García acude al cuartel de la Guardia Civil a dar parte de la desaparición de las niñas y da comienzo la búsqueda. Se rastrearon carreteras y montes de la zona. No había ni rastro de ellas. No habían estado en la discoteca. Las últimas pistas eran José Hervás y su novia que las habían recogido en un semáforo a la salida de Alcácer y las habían llevado en su coche hasta la gasolinera de la entrada de Picassent; probablemente la última persona en ver a las niñas fue una señora, de nombre María Dolores Badal, que desde un tercer piso las vio entrar en un coche grande blanco de cuatro puertas en el que iban tres o cuatro personas más. * Al día siguiente se iniciaba una búsqueda que había de durar 74 días. Miles de carteles en color con las fotografías de las niñas fueron distribuidos por todos los rincones de España. El popular programa de televisión de Paco Lobatón Quién sabe dónde también se ocupó del caso. De diferentes partes de España empezaron a llamar personas diciendo que habían visto a las niñas. Unos decían que en Toledo y otros en Algeciras a la misma hora. Daban datos que coincidían con el físico de las niñas y con la ropa que llevaban en el momento de la desaparición. Fernando García decidió abandonarlo todo de momento y dedicarse exclusivamente a la búsqueda de su hija. Empezó a moverse de un lado para otro. Se entrevistó con altos mandos de la Policía de la Guardia Civil, con los ministros Corcuera y Mayor Oreja, incluso con el Presidente del Gobierno. Todo esto no le sirvió para mucho, todo hay que decirlo. La palmadita en la espalda fue lo que consiguió la mayor parte de las veces. Eso sí, todos lo comprendían, lo consolaban en su dolor, se ponían en su lugar, pero en definitiva, nada. ____________ * SUM F. 658-660; VOR 11ª sesión, 29.05.1997. Era un coche mediano de cuatro puertas y color blanco, en el que iban cuatro personas antes de que subieran las niñas.
El tiempo pasaba y seguía sin encontrarse el menor indicio de Miriam y sus amigas. Fernando empezó a hacerse popular en los medios de comunicación. Todos lo veíamos como un padre con tesón que busca a su hija a la que suponíamos habían secuestrado y estaría retenida contra su voluntad, pero aún no sabíamos nada de su talante luchador contra todo y contra todos. Las niñas no aparecían por ningún lado y había que agotar todas las posibilidades. Una de ellas era que hubieran sido víctimas de las redes internacionales de pederastas y trata de blancas y estuvieran en un harén en algún país de los emiratos árabes. Se suponía y con razón que unas adolescentes bellas y virgenes serían el plato preferido de cualquier desalmado y machista polígamo, amparado además por la religión de Mahoma. Fernando García en la BBC de Londres Se imprimieron carteles en árabe que se distribuían a través de empresas españolas. Incluso, a través de Carmen Mestre, presidenta de Cruz Roja Española, Fernando García consiguió una entrevista con la presidenta de la Luna Roja de Marruecos que es a su vez hermana de Hassan II. Fernando iba a entrevistarse con el rey alahuita y encomentarle el rescate de las niñas que podían estar en poder de algún árabe potentado. Esta entrevista se iba a pasar por la MBC que se transmite en árabe por satélite. Mientras llegaba el momento de la cita con el Rey, Fernando se fue a Londres en compañía de la periodista irlandesa Patricia Murray a mover el tema. Con el fin de agilizar las gestiones llevaban editados unos vídeos en inglés con toda la historia de la desaparición de las niñas. Fueron a la BBC y entregaron el vídeo. Al cabo de un tiempo apareció un señor con la grabación en la mano diciendo que no les interesaba el tema y que no iban a entrevistar a Fernando García. Éste revivía el momento con nosotros con estas palabras: "Cuando salió con el vídeo en la mano diciendo que no les interesaba, yo que de inglés no sé más que yes, pero sabía perfectamente lo que decía, me puse encendido. Fíjate la cara que me vería el hombre, que dijo: "One moment" y se metió para adentro. Al cabo de otro rato salió y dijo que les interesaba, que iban a pasar el vídeo y a entrevistarme al día siguiente."
Esta comparecencia ante las cámaras inglesas hacía que Fernando tuviera que quedarse algún día más en Londres. Era el día 26 de enero. El día 27 de enero de 1993 hacia las siete de la tarde Fernando hace una llamada telefónica a España para posponer una entrevista que tiene concertada con Diego Carcedo. Llama una primera vez y cuando pregunta por el periodista le contestan aceleradamente que no está y, sin darle opción a dejar un mensaje, le cuelgan. Telefonea una segunda vez y le explica a la telefonista que es Fernando García, que llama para aplazar una entrevista. En este momento, la propia empleada le comunica la noticia que cae como un jarro de agua helada llevándose por delante todas sus esperanzas: "Han aparecido los cadáveres de tres niñas." "Supe que eran las nuestras. Fue el día más triste de mi vida", nos decía Fernando conteniendo las lágrimas. "Encima, no pude venirme ese día porque no había avión y no llegué a Alcácer hasta las dos de la tarde del día siguiente." Lo que ocurrió en las dieciséis horas antes de la llegada de Fernando García La mañana del 27 de enero de 1993 había amanecido con la temperatura típica de la estación invernal. En la zona de La Romana reinaba un silencio casi religioso tan sólo interrumpido por el zumbido de las abejas que se movían afanosamente aprovechando los primeros rayos de sol. Eran un poco más de las diez. Dos colmeneros, de nombres Gabriel Aquino González y José Sala Sala, hacían tiempo mientras el ambiente se caldeaba. Iban a cortar la miel y era necesario que la temperatura subiera algunos grados. Gabriel decidió fumarse un cigarrillo mientras llegaba el momento de la faena y se alejó algunos metros de las colmenas dando un paseo. De pronto, entre un manojo de ramas secas ve algo que le llama la atención. Se acerca y comprueba que una mano con un reloj en la muñeca asoma entre la tierra. Se trata sin duda de un cadáver. Alguien está enterrado allí. Llama a su compañero para que vea el descubrimiento y ambos llegan a la conclusión de que puede tratarse de alguno de los adolescentes desaparecidos hace algún tiempo en la comunidad valenciana.
Como cualquier ciudadano ante un hecho de esta categoría deciden poner el asunto en conocimiento de las autoridades. Sin pérdida de tiempo acuden al cuartel de Yombai a denuncia el hecho. Empiezan las irregularidades En el cuartel, Gabriel y José denuncian su hallazgo. Dos hombres vestidos de negro -luego supimos que eran policías- en un coche "muy lujoso" suben a La Romana acompañados de uno de los colmeneros mientras el otro se queda en el cuartel prestando declaración. Unas horas después llegan el juez y la secretaria del juzgado y, más tarde, el Grupo de Operaciones Especiales de la Guardia Civil. 1 Por orden del juez se procede a desenterrar los cuerpos. Por extraño y poco serio que pueda parecer, a uno de los colmeneros se le dio una pala y también ayudó a quitar la tierra. Asimismo le dieron unos guantes y le dijeron que buscara por los alrededores a ver si encontraba algo que les pudiera servir de pista. Gabriel Aquino echó una ojeada aquí y allá y empezó a encontrar cosas. Aquello parecia un bazar. Daba la impresión de que allí había habido un mercado y se habían dejado restos de mercancía. Me comentaba Fernando García: "Fíjate, le dan unos guantes y le dicen 'busque por ahí a ver si encuentra algo, por ahí, por ahí'. Ellos mismos le señalaban hacia donde tenía que buscar." Copiamos literalmente del sumario el acta de levantamiento de cadáver: Diligencia de inspección ocular y levantamiento de cadáver * En Tous a veintisiete de Enero de mil novecientos noventa y tres, siendo las quince horas aproximadamente, la Comisión del juzgado compuesta por el Sr. Juez, asistido de mi, la Secretaria y acompañados del Médico Forense y Agente Judicial de servicio, se constituyó en el lugar de autos a fin de proceder a la práctica de diligencias de inspección ocular y levantamiento de cadáver que vienen acordadas, y como resultado de la misma se hace constar: ____________ 1 Todo lo que vamos a contar sobre Alcácer nos fue referido por el propio Fernando García. No estábamos en España cuando desaparecieron las niñas. No seguíamos los programas de Pepe Navarro y tampoco estuvimos en España durante parte del juicio. Empezamos a interesarnos en el caso al oír al profesor Frontela describir ciertas lesiones y conocer ciertas irregularidades sumariales. * SUM, F. 3-5.
Se trata del paraje conocido como "La Romana" en la llamada "casa de los Tomases", sito en el término municipal de Tous de este Partido Judicial, en el que existe arbolado de pinos y al que se accede por un camino forestal de configuración abrupta. Al final de este camino, se observa un espacio abierto, con buena visibilidad y llano, ubicado entre montañas. Al frente se observa una agrupación de cajas de colmenas, a la izquierda aparece una zona de matorral alto de muy difícil acceso. A la derecha queda una zona plana quedando entre los arbustos, una especie de camino de tierra por el que se puede caminar sin dificultad. Este espacio tiene una forma cuadrada; en el extremo superior derecho, se abre un camino a través del cual se accede a una zona rectangular donde se observa matorrales altos que han sido arrancados y han sido colocados sobre una superficie de tierra blanda, que se aprecia que se ha sido removida y colocada. (sic). Esta superficie tiene a su derecha un árbol alto con matorrales y un barranco a la izquierda. Detrás queda un camino liso con matorrales bajos. En la superficie aparece una mano saliente, deshuesada prácticamente en su totalidad, con dos huesos salientes y un reloj blanco. En dicho reloj se observa que está parado y marca las catorce treinta horas. Algunos dedos tienen resto de carne y en otros están solo algunos fragmentos óseos. Por los alrededores, diseminados y en la superficie aparecen los siguientes efectos: un calcetín blanco de tamaño mediano, una cazadora de tela vaquera, marca "Liberto", una camiseta de algodón, de color gris con rótulo blanco, de tamaño mediano, unos prismáticos de tamaño pequeño con funda; un guante, tres cinturones: uno de ellos con apliques metálicos y los otros dos, marrones; un bote de laca para el cabello, un bote de espuma moldeadora para el cabello, una cinta de cassette de "Antonio Machín", una caja de medicamentos marca "Zantac", dos sobres de medicamento "Urbal", un par de calcetines de lana de color rojo oscuro, una botella de "Aután", un tubo de tinte para el pelo marca "Imedia" y una lata vacía de aceitunas, así como un videojuego. Aparece, así mismo, fragmentado en pequeños trozos, un papel que contiene al parecer un nombre. (Las negritas son mías. Estos fragmentos de papel que el lector puede ver en las fotos centrales con el nombre de uno de los Angles, será una de las piezas de convicción y una de las mayores absurdidades del caso, según los expertos.)
Continúa el acta del juez: Por orden de S.S. se procede por las fuerzas de Seguridad presentes en el acto, a ir apartando la tierra del lugar. Una vez iniciada la operación aparece una camiseta blanca, con un letrero rojo ilegible, lo cual envuelve en su interior, dos piedras de un tamaño mediano; las cuales piedras tienen forma circular, sin que se aprecien irregularidades significativas. Aparece, así mismo, una chaqueta de color verde oscuro, rota en sus bordes. Aparecen los tres cuerpos Aparecen dos troncos de madera, uno en forma triangular y el otro de forma rectangular, con una cuerda enrollada en uno de sus extremos. Retirando la tierra, aparece en primer lugar, un cuerpo, se aprecia que tiene las manos atadas, tiene la cabeza desprendida del cuerpo. Aparece un trozo, al parecer de moqueta o tapiz que no puede ser sacado en este momento. Aparece, seguidamente, las piernas de otro cuerpo, las cuales están dobladas. En este momento se extrae el primer cuerpo, el cual queda depositado en la superficie en una bolsa de plástico. Posteriormente se saca el segundo cuerpo, con pelo largo diseminado, que se recoge, y que también se encuentra sin cabeza. Se encuentra el cráneo que correspondería al segundo cadáver. Se extrae así mismo (sic) la cabeza del primero. Después, se procede a la extracción del tercer cadáver, el cual presenta una gran deformación en la cabeza. En este punto, se extrae la totalidad de la moqueta, que envolvía los tres cuerpos. (Como veremos después, existe una total contradicción con el acta de la Guardia Civil.) * Se hace constar que los cadáveres se encuentran totalmente vestidos. Por S.S. se ordena al médico forense proceda a un reconocimiento, lo que efectúa inmediatamente, informando:
____________ * SUM F. 305-311.
Que el primer cadáver encontrado corresponde a una mujer joven, el cuerpo se encuentra fragmentado en la mitad superior del tronco. Que tiene las manos atadas. Que su cadera es ancha. Es el cuerpo más pequeño, medirá aproximadamente 1,60 cm. El cadáver extraído en segundo lugar, es también de una mujer joven. El cuerpo se encuentra osificado. La talla aproximada es de 1,67 cm. Tiene las manos apelmazadas y pegadas alrededor del cuerpo. El tercer cadáver extraído, tiene la cabeza muy deteriorada, el tamaño del cuerpo es intermedio entre los otros dos. Los brazos se encuentran completamente pegados al cuerpo. En ninguno de los cuerpos se observa ningún tipo de introducción en los mismos de objetos, no apreciándose restos sanguíneos de hemorragia. Que en estos momentos no puede precisar la causa de la muerte, que lo hará realizada que sea la autopsia... (sic). (Suponemos que quiere decir: una vez realizada la autopsia.) Poco más podía decir este forense que en realidad era sólo un médico que ocupaba la plaza de forense que estaba vacante. Según consta en el acta, las autopsias deberán ser realizadas por los dos médicos forenses del Instituto Anatómico Forense y dos médicos de la Cátedra de Medicina Legal de Valencia. También se hace constar que los objetos encontrados quedan bajo las custodia de la Policia Judicial y se ordena el traslado de la Cátedra de Medicina Legal de Valencia. Firman el acta el juez, el médico forense y la secretaria del juzgado. Extraña contradicción Curiosa y extrañamente, el acta del juez que acabamos de transcribir no coincide con la de la Benemérita. La Guardia Civil dice que el primer cadáver estaba sobre una alfombra. Es la famosa alfombra persa azul de la que tanto se habló y que desapareció misteriosamente. Siguiendo el acta de la Guardia Civil, una vez sacado el primer cuerpo creyeron que no había más, pues se veía ya la tierra. Entonces uno de ellos ve la rodilla del segundo cuerpo asomando y dice: "Mira, parece que aquí hay algo más." "Es una piedra", dice otro de los compañeros. "Una piedra redondeada aquí en La Romana, imposible", responde, al tiempo que le da un golpe con la herramienta que tenía en la mano. De esta
manera descubren los otros dos cuerpo que están sobre la otra alfombra oscura. (El traumatismo de la rodilla de la segunda víctima se comprobaría después al realizar la autopsia.) * Una de las irregularidades que más importancia iba a tener para el esclarecimiento de los hechos es que, según las partes interesadas, no se filmó ni se tomaron fotografías del levantamiento de los cuerpos o, por lo menos, eso se dijo. Esto es un fallo de tal calibre que es imposible achacarlo sólo a la falta de profesionalidad o a la carencia de medios. Máxime si se tiene en cuenta, dada la publicidad que se había hecho en los medios de comunicación, que toda España estaba esperando el desenlace del caso. Otra irregularidad, propia de película surrealista, es que los féretros con los cuerpos de las niñas estuvieron varias horas en el cuartel de la Guardia Civil de Yombai ** antes de ser conducidos al Instituto Anatómico Forense de Valencia, donde se realizarían las autopsias. Cuando le preguntamos a Fernando García acerca de este desatino nos dijo con cierta sorna: "Es que los guardias civiles tenían que cenar." El equipo de forenses de Valencia se pone en marcha Al día siguiente, día 28, un equipo de forenses compuesto por Francisco Ros Plaza (el mismo que realizó el levantamiento de cadáveres), Manuel Fenollosa González (Adjunto), Rafael Vicent García (+), Alejandro Fontdemora Turón, a la sazón director del Instituto Anatómico Forense, quien se abstuvo de declarar en el juicio por ser diputado en ese momento y José Delfín Villalaín Blanco (Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia). De este forense me comentaba Fernando García: "Fíjate cómo será, que a un anarquista que murió apaleado en la cárcel, le diagnostico muerte por accidente porque no había signos de violencia." Este equipo de forenses realizó lo que algunos expertos han denominado la chapuza del siglo. Se dice que hubo falta de profesionalidad, de preparación y de todo. Pero de todas estas mayúsculas irregularidades hablaremos ampliamente más adelante. ____________ * No tengo ni idea de a qué acta de la Guardia Civil se refiere MDAF; en el acta de inspección ocular (SUM F. 305-311.) no pone nada de eso. ** Como saben todos los seguidores del caso, la grafía correcta para escribir el nombre de este pueblo es "Llombai".
A las dos de la tarde del día 28, con profundas ojeras, el cansancio y el dolor marcados en su cara, llegó Fernando a Alcácer. Su calvario no había hecho más que comenzar, pues aparte de haber perdido a su hija, un cúmulo de mentiras, irregularidades e injusticias se estaba urdiendo en torno al caso. Ni él mismo se imaginó en un principio lo que tendría que luchar por el esclarecimiento de la verdad, una verdad que aún hoy después de un largo proceso permanece oculta. Aún no habían comenzado a realizarse las autopsias cuando un miembro de la UCO (Unidad Central Operativa), un grupo de elite de Madrid de la Guardia Civil, destinado en Alcácer para buscar a las niñas, le dijo: "Fernando, deberías solicitar a nivel particular otro forense. Hay gato encerrado y te lo digo como padre." Fernando se quedó estupefacto. Nunca se había visto envuelto en nada parecido y no conocía a ningún forense. "¿Confías en nosotros?", le dijo un miembro de la UCO. "Si es así, déjalo de nuestra cuenta." El día anterior, mientras los féretros estaban en el cuartel de la Guardia Civil, la UCO había llamado al profesor Frontela, Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla, para que hablase con el juez, que se encontraba en ese momento en el cuartel de Yombai con el forense que había hecho el levantamiento, y les dijese que estaba interesado en participar en las autopsias. ¿Por qué llevaron los féretros al cuartel de Yombai y no directamente al Instituto Anatómico Forense?, preguntamos. Nos contesta Fernando: "Allí es donde decidieron quiénes eran los seis forenses que tenían que intervenir. Allí reciben órdenes de alguien de arriba." No entendemos muy bien esta afirmación de Fernando, ya que la designación de los forenses figura ya en el acta de levantamiento del juez, según hemos podido leer. Fernando nos aclara la duda: "El acta no es la que escriben a pie de fosa. Ésta la han reescrito abajo y se nota. Me lo han dicho varios expertos que son los que me han puesto en la pista." Intervención del profesor Frontela Para que el profesor Frontela interviniera en las autopsias era necesario que un abogado lo solicitase. Era todo tan reciente que Fernando aun no tenía letrado. Fue el decano del Colegio de Abogados de Valencia, Luis Miguel Romero Villafranca, quien se ofreció desinteresadamente a Fernando para ayudarlo Cuando éste se encontraba en el juzgado tramitando la defunción de su hija.
Fernando aceptó gustoso y creyó que, dentro de lo malo, la suerte estaba de su lado. ¿Quién mejor iba a defender sus intereses que el propio Decano? Sin embargo, la ayuda no fue tal, como más adelante veremos. "Entre el Fiscal General de Valencia, mi abogado, decano por aquel entonces del Colegio de Abogados de Valencia y el Director del Instituto Anatómico Forense... entre ellos lo cogieron todo para que no les fuera nada de las manos", nos comentaba Fernando García. Cuando el profesor Frontela llegó al Instituto Anatómico Forense de Valencia, aún los forenses no habían comenzado su labor. Sin embargo, no le permitieron estar presente mientras ellos realizaban las autopsias. El trabajo de los forenses duró nueve horas. Pasado este tiempo empezó Frontela a examinar los cadáveres. Para que el lector tenga una idea aproximada de quién es el profesor, he aquí una semblanza de su carrera, según consta en el sumario: "Luis Frontela Carreras, Catedrático de Medicina Legal, especialista en Medicina Legal y Forense, especialista en Cirugía General, especialista en Traumatología y Ortopedia, director del Instituto Universitario de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla." Las autopsias de Frontela, que sí fueron presenciadas por el resto de los forenses, duraron desde las 17,15 hasta las 23,50. En uno de los momentos se le dijo que estaba siendo demasiado minucioso y que eso no era lo acordado. Todas estas incongruencias no trascendieron a los medios de comunicación. Fernando García se enteró cuando, después de mucho luchar, tuvo acceso al sumario. El resto de la poblacón lo supo durante el juicio. Dejaremos todos estos interesantes detalles de los análisis e informes de Frontela para más adelante. Desde el primer momento, Fernando García ya había empezado a ver cosas que no cuadraban. Poco sabía en esos momentos el calvario que le esperaba. El caótico cuartel general de los Anglés Ahora era necesario encontrar cuanto antes a los culpables que no fueron sino cabezas de turco para dar coherencia al caso, y para ello disponían de una excelente pista: el famoso papel, un volante con el nombre de uno de los Anglés.
Los trozos de papel encontrados en La Romana muy cerca de la fosa sirvieron para su localización. En el volante se leía: "Enrique Anglés ingresa en La Fe". La puesta en escena era perfecta. La cosa estaba clara. Había que buscar en casa de los Anglés. De momento vamos a ocuparnos únicamente de la versión oficial que fue la divulgada por los medios de comunicación. Según esta versión, hacia las nueve de la noche del mismo día 27, un ejército de policías y guardias civiles acude a la calle Camí Real, número 101 de Catarroja, domicilio de los Anglés. Se habían revisado los ficheros y uno de los Anglés, concretamente Antonio, había salido de la cárcel con un permiso temporal hacía meses y no había regresado. Según la versión oficial, corroborada por toda la familia, cuando la Guardia Civil entra a hacer el registro, en la casa se encuentran Neusa Martíns, madre de los Anglés, Antonio, Enrique y Kelly Anglés, y el novio de ésta Antonio García Muñoz. Según ellos, Anglés que es muy listo y muy ágil, se escapa por una ventana y, a través de los tejados, logra traspasar el cerco policial que se había montado para la ocasión. Aquí da comienzo el mito Antonio Anglés que, por lo que mas tarde veremos, se ha convertido en un personaje de novela. Continuando con la versión oficial, cuando la Guardia Civil se encuentra en el domicilio de los Anglés, suena el teléfono y en el contestador, instalado en la habitación de Kelly, se oye el ya famoso mensaje que más o menos dice así: "Soy yo Rubén, dile al Rubio que coja el plato y la manigueta (sic) de la moto, los sacos de dormir y los Kellogs que están encima de la nevera y los lleve a donde él sabe." En ese momento llega Miguel Ricart con una bolsa de mandarinas. La Guardia Civil detiene a Enrique como sospechoso (por el papel), y todos los presentes son conducidos al cuartel a prestar declaración, Miguel Ricart incluido. A las 0,40 del día 28 les toman manifestación a todos. A Ricart le preguntan dónde estuvo el mes de noviembre y el responde que en la cárcel. Le preguntan también si cree capaz a Enrique de cometer un delito de esta índole. Ricart responde que no, pero que a su hermano Antonio Anglés si lo cree capaz, y les hace un relato de sus muchas fechorías, de su sangre fría y de su violencia. A las 5,15 de la mañana Ricart es detenido como sospechoso. En este ínterin la policía había comprobado que en el mes de noviembre no habia estado en la cárcel y que además era dueño de un coche blanco, al que, según la testigo, María Dolores Badal, habían entrado las niñas.
Miguel Ricart no sabe qué hizo aquel 13 de noviembre de 1992, como muy posiblemente les ocurrirá a muchos lectores. Más tarde, en su afán por encontrar una coartada se confesaría autor de un atraco que había cometido una semana antes. El detenido dice que no desea declarar y se ofrece para ayudar a la Guardia Civil a buscar a Antonio Anglés. Al día siguiente Miguel Ricart conduce a los guardias civiles a la caseta de Alborache. Allí encuentran el guante de colmenero, compañero del que se encontró en la fosa. Aparece también el pico que supuestamente utilizaron para cavarla. Comprueban que Antonio Anglés no está allí y entonces Ricart se ofrece a llevarlos a La Romana, otro de los lugares frecuentados por Anglés. Empiezan a caminar y los guardias le preguntan si es a la zona de las colmenas a donde se dirigen. Ricart les contesta que asi es. Le dicen entonces que es precisamente allí donde se han encontrado los cuerpos de las niñas. Los guardias deciden no continuar; vuelven al cuartel y meten a Ricart al calabozo. Miguel Ricart se declara culpable A las 11 y algunos minutos de la noche del día 28, Ricart dice que desea declarar. Llaman a una abogada de oficio y le toman la primera declaración en la que se declara culpable con Antonio Anglés del triple crimen. Cuenta cómo torturan a las niñas en la caseta de La Romana, las atan a un poste, las violan y luego, por fin, las conducen a empujones hasta la fosa donde habían tenido escondida una moto robada, y allí mismo les pegan el tiro de gracia y las entierran. 2
____________ 2 Este es uno de los puntos más confusos de toda la historia de Alcácer. Los que creen en la culpabilidad de M. Ricart encuentran lógica su declaración, y una prueba de su culpabilidad es precisamente la descripción de las lesiones en los cuerpos de las niñas. Los que creen en su inocencia y lo ven sólo un cabeza de turco que forma parte de una oscura trama, creen que Ricart se limitó a firmar la declaración que le habían puesto delante. Alguien que, por supuesto, sabía qué lesiones tenían las niñas.
Unas horas después, los medios comunican la noticia. Ricart se ha declarado culpable y cómplice de Anglés en el triple crimen de Alcácer. ¿Qué había ocurrido con Antonio Anglés? Pues, según la versión oficial, después de andar por los tejados, se tiñó el pelo, se disfrazó de mujer, apareción en Minglanilla y se subió en la furgoneta de un señor que lo reconoció, apareció en otros lugares más y después se embarcó desde Lisboa en un barco rumbo a ninguna parte. 3 Todo estaba solucionado aparentemente. Se comete un crimen, se prende a uno de los culpables. La policía le sigue el rastro al otro, y ya está. Sólo queda esperar a que los jueces den su veredicto. Y lo que ellos digan es así porque son cuasi infalibles. Así debería ser, pero por desgracia no lo es. Comprendemos que muchas veces están maniatados por la propia ley, pero otras nos hacen incluso dudar de su sentido común. Se aseguró que a Antonio Anglés lo habian visto en Londres, en Brasil y en Uruguay. Se dijo incluso que había caído por la borda de un barco y que ahí se le había perdido la pista. Ésta es la versión oficial de los hechos. Sin embargo, investigaciones posteriores y declaraciones de testigos desmontan esta versión aireada por los medios de comunicación. Uno de estos testigos, la señora María Luisa García Lara con domicilio en el tercer piso del mismo edificio de los Anglés, contradice la versión oficial como más adelante veremos. Al día siguiente, día 29, se celebraba entre multitudes el entierro de las tres niñas de Alcácer. Toda España estaba sensibilizada ante el terrible crimen y la inhumación fue seguida por miles de personas de todo el mundo a través de las ondas. Oficialmente todo estaba claro. Las autopsias debidamente realizadas. Fernando García tenía como abogado nada menos que a Luis Romero Villafranca, decano de la Escuela de Abogados de Valencia. Uno de los culpables estaba ya en la cárcel y había confesado. El otro inculpable estaba al caer. ¿Qué más se podía pedir?
____________ 3 Según los expertos en el caso, Antonio Anglés estaba muerto desde antes de aparecer los cadáveres porque los auténticos culpables se habían encargado de eliminarlo.
A la espera del juicio Fernando García no se quedó tranquilo con el encarcelamiento de Miguel Ricart y la historia que empezó a circular sobre Antonio Anglés. Intuía y por tanto sabía que las cosas no eran lo que parecían ser. Empezó a ver injusticias e irregularidades. Hace unos días me decía: "Verás, yo oía las noticias... y como si algo divino me dijera: "fíjate en esto"... sin saber por qué... es como... como si vas andando por la calle y algo que no sabes qué es, te dice: "ten cuidado que puedes tropezar"... y sin saber cómo evitas el tropezar. Bueno, pues hubo algo que sin saber cómo, me dijo: "fíjate en todo esto que tienes delante". Y sin saber qué estaba viendo, me puse a leer periódicos que había sobre la mesa y vi cosas tan sumamente raras que dije: "no, esto no cuadra". Lo que pasa es que había una cosa que me habia confundido al principio y es que había salido la noticia de que Miguel Ricart trabajaba en el colegio al que mi hija habia empezado a ir ese curso. Estaba claro. Ricart habría parado el coche y le habría dicho: "Hola Miriam, vamos a la discoteca... os acercamos"... y ya está." A mediados de febrero, Fernando García fue al colegio, indagó y comprobó que alguien había urdido una noticia falsa. Miguel Ricart no había trabajado allí, ni tenía ningún vínculo con el colegio. "No sabemos de quién salió esa mentira ni por qué. Aquí no conocemos a Miguel Ricart; nunca trabajó aquí y jamás tuvimos relación con él", aseguró la dirección del colegio. Fue en ese momento cuando Fernando tuvo la certeza de que Ricart podía estar implicado en el caso, pero ni mucho menos era el asesino. Entonces decidió investigar por su cuenta. Empezó a preguntar a los vecinos de los Anglés para ver qué tipo de personas eran y supo que su hija jamás se habría subido a un coche con semejantes individuos. "Hay gato encerrado" Había pues que buscar a los culpables por otro lado. Las palabras del miembro de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil estaban presentes en su cabeza: "Solicita otro forense. Hay gato encerrado. Te lo digo como padre." Fernando habla con su abogado Miguel Romero Villafranca. Le dice que hay cosas que no le cuadran. Las lesiones de las que habla la prensa no cree que sean obra de dos pobres diablos. Le pregunta sobre el informe de las autopsias del profesor Frontela. El abogado le recomienda no hacer demasiado caso a lo que diga Frontela. "Me di cuenta enseguida que Frontela no era de su agrado", me decía Fernando. En vista de ello, apenas dos semanas después del sepelio, Fernando decide viajar a
Sevilla a entrevistarse con el profesor. Quiere saber qué le han hecho a su hija y a sus amigas. Quiere saber la verdad. Ya frente a él le dice: - Señor Frontela: ¿Cómo está esto? - Pues, su abogado... no hay forma de contactar con él. Lo llamo, le pido cosas que hay que analizar y no hace caso. Le digo que le voy a enviar un fax y desconecta el fax. El material que Frontela le pedía para analizar eran las bragas de las niñas, las manos, las cabezas y las vísceras. Fernando volvía al abogado a darle la queja de Frontela: - Mire, me ha dicho Frontela que no hay manera de ponerse en contacto con usted, que le está pidiendo coss y que usrted no hace caso. Y me ha dicho también que hay más personas involucradas. El abogado le dijo entonces que del informe de Frontela se desprendía que pudiera haber una tercera persona. - Y una cuarta... y una quinta... y una sexta -arguyó Fernando. - Hombre, eso es mucho aventurar -responde el Decano. - Frontela me ha dicho que existen pelos de al menos nueve personas -vuelve a replicar Fernando. "Después de esta conversación se ve que el decano se fue a hablar con el grupo y se empezaron a poner nerviositos, nerviositos..." El abogado se da cuenta de que la fuerza de Fernando aumenta por días. Es un tanque. Ha abandonado su trabajo para descubrir a los verdaderos culpables y no parará hasta conseguirlo. Enfrentamiento con el juez Un tiempo después pide que se analicen los pelos encontrados en los cuerpos y en las ropas de las niñas, pero el abogado le dice que el juez no quiere abrir más diligencias. Fernando abandona el despacho y va a ver al juez de Alzira pero éste se niega a recibirlo. "Pues aquí me quedo hasta que me reciba", le dijo a la secretaria con su paciencia acostumbrada.
"Me recibió muy nervioso. Le dije que a mi abogado le estaba pidiendo que se enviaran todas las pruebas al profesor Frontela pero que no había forma. Entonces empezó a ponerme excusas... y yo le dije que no quería excusas, que quería resultados. La situación se puso tensa y en un momento me dijo: "Pues, ¿sabe qué le digo?... que aquí mando yo y hago lo que me sale de los cojones". Entonces, sin inmutarme le contesté: "Bien, pues voy a convocar una rueda de prensa y voy a decir que en este juzgado se hace lo que le sale a usted de los cojones". Me dijo que no hiciera eso... y me prometió tomar medidas." Unos días después el juez pidió el traslado alegando depresión y fue enviado a Palma de Mallorca. - ¿Y tuviste más suerte con el nuevo juez? -le pregunté. - ¡Qué va!, ésa es otra. Fíjate, estas plazas se ocupan por sorteo. Pero, curiosamente, en este caso la ocupó la juez que había hecho las diligencias del registro en la casa de los Anglés en Catarroja. - ¿Qué registro? -preguntamos. - Un registro de pacotilla que se hizo en la antigua casa de los Anglés. De allí se llevaron un cuchillo de cocina que figura en el sumario como pieza de convicción pero que misteriosamente también desapareció... como las piedras, como la alfombra azul y como más cosas. A medida que nos adentremos en la lectura del caso iremos viendo que Fernando no sólo no encontró ayuda sino que todo fueron trabas. Es más, tuvo que cambiar de abogado en varias ocasiones. Luis Miguel Romero Villafranca, que con tanta "buena fe" se le había brindado, cerró el sumario en tres ocasiones porque, según él, todo estaba muy claro. La primera vez Fernando se encontraba en Barcelona y se enteró por la prensa de que el sumario sobre el caso Alcácer se había cerrado. "Cuando oí esto, cogí el coche, me presenté en el despacho de Miguel Romero Villafranca, le armé un gran expolio y le pedí una explicación. Me empezó con evasivas... Me dijo que si Miguel Ricart... que si la policía seguía buscando al otro... Yo le dije: - Pero bueno, ¿usted cree que realmente esto es así? - Sí, sí, esto es asi.
- Entonces, ¿los informes de Frontela en los que dice que hay más personas? - Bueno, sí... se desprende según el informe que puede haber más personas, pero eso no cambia nada." Fernando García frente al sumario Sin embargo, Fernando consiguió reabrir el sumario. Seguía insistiendo en verlo, pero todos sus intentos resultaban infructuosos. No tuvo acceso a él hasta septiembre de 1996. Empezó a leer el sumario y a ver más contradicciones, lo mal que se había hecho todo, en definitiva, lo mal que se había instruído. Dice Fernando: "En el sumario argumentan que colocan la alfombra y encima los tres cuerpos. Pero si eso fuera así, todo lo perteneciente a los cuerpos tendría que estar en la alfombra. Sin embargo, al día siguiente van dos equipos de la Guardia Civil y a cinco centímetros de profundidad de la superficie de la tierra se encuentran dos vértebras cervicales y dos falanges. "Cuando aparecen las niñas a las once de la mañana, el Grupo Especial de la Guardia Civil que estaba aquí en Alcácer encargado del caso no se entera hasta las siete de la tarde por las noticias. Les piden a unos municipales que los acompañen a La Romana pero cuando llegan ya no hay nada. Se montó allí un pitote que llegaron incluso a desenfundar las pistolas entre ellos." Al ir avanzando en la lectura del sumario iba cobrando más fuerza la idea de la trama, de la conspiración para que el crimen no llegara a esclarecerse. Cada día encontraba un nuevo dato que corroboraba lo mal que se había hecho todo. Las autopsias del profesor Frontela Ésts es una de las claves del sumario. Hay que ser muy bueno o muy tonto para ver "ausencia de mala fe", por emplear un término jurídico, en la instrucción de este sumario. Hagamos un repaso al episodio de las autopsias.
Como ya apuntamos en párrafos anteriores, a pesar de estar presente en el Instituto Anatómico Forense de Valencia antes de que el equipo de forenses iniciara las autopsias, al profesor Frontela no se le permitió estar presente. Después de nueve horas de espera pudo por fin iniciar su labor en presencia del equipo oficial. A lo largo de nuestra exposición del caso, el lector encontrará datos reiterativos; encontrará repeticiones de un mismo hecho; verá que hacemos excesivo énfasis en algunos puntos. No es casual, y con ello pretendemos excesivo énfasis en algunos puntos. No es casual, y con ello pretendemos que grabe bien en su mente cómo sucedieron los hechos realmente y reflexione sobre el cúmulo de contradicciones existentes en el sumario. Fernando García no necesita de mis palabras para que toda España y el mundo entero esté de su parte. El pueblo sabe que tiene razón. Sin embargo, puede haber aún alguien a quien, por falta de información, por ser demasiado conservador, o quizá demasiado ingenuo, o creer que las tramas oscuras, las confabulaciones y las conspiraciones sólo existen en las películas, estas páginas le pueden aclarar algunas dudas. Cuando el profesor Frontela entró en la sala de autopsias, a los cadáveres les habían quitado las cabezas, las manos, las vísceras y los genitales. Habían lavado los cadáveres con mangueras a presión y también habían lavado la ropa. A pesar de eso, el Profesor hizo un excelente trabajo y encontró lesiones y objetos que les habían pasado inadvertidos al grupo de forenses que le había precedido. Veamos una lista de lo que encontró el Profesor: -
Una bala del calibre 35 en la mano de una de las niñas. Veintisiete grupos de pelos diferentes. Lesiones de tipo sádico. (Unas 170 entre las tres niñas). Una cruz de Caravaca incrustada entre las vértebras 4ª y lumbar.
4
Al día siguiente el profesor Frontela pidió la ropa para llevársela a Sevilla y seguir haciendo las investigaciones. Se la entregaron en bolsas de plástico chorreando agua. Tan pronto llegó a Sevilla puso la ropa y los pelos a secar para poder rescatar el mayor número de vestigios posible. ____________ 4 La cruz de Caravaca (que no pertenecía a ninguna de las víctimas) apunta a que al menos esta niña fue inmolada en algún ritual de tipo religioso o esotérico.
Cuando los forenses se enteraron de que Frontela se había llevado "el material" le pidieron urgentemente, por triplicado, que lo enviara sin pérdida de tiempo al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid. Frontela así lo hizo pero ya habia llegado a algunas conclusiones y corroborado ciertas irregularidades. Posteriormente el Profesor le envió una carta a Luis Romero Villafranca, abogado de Fernando García, para quejarse del comportamiento extraño del equipo de forenses de Valencia. En un momento le habían dicho que estaba siendo demasiado minucioso y que eso no era lo acordado. Él les había contestado que siempre hacía así sus trabajos ya que consideraba que asi se debían hacer, y debido a esto se habían producido ciertas fricciones. ¿Qué más descubrió Frontela? Después de un tiempo el profesor Frontela consiguió que le enviasen las bragas de las niñas, los cráneos y los aparatos genitales. A las prendas íntimas les habían cortado la parte que está en contacto con los genitales. El forense quería comprobar si había restos de semen. No se encontró, y tampoco en las vaginas, lo cual no significa que no hubiera habido. Copio del sumario el informe del profesor Frontela: Esperma La investigación de fosfatasa ácida y la fosfatasa ácida prostática fue negativa; esta negatividad no implica la carencia de esperma en el aparato genital de la víctima cuando fue inhumada, por varias razones: por efectos de la putrefacción y por haber sido lavados los aparatos genitales. Frontela descubre que las niñas estuvieron maniatadas: una con las manos hacia atrás; otra con las manos hacia delante; y la otra, debido al deterioro de las muñecas, es imposible dictaminar si hacia atrás o hacia delante. Además no se trataba de ligaduras normales, hechas por cualquiera. (Ver ilustraciones en páginas centrales.) Copiamos del sumario las palabras del informe de profesor Frontela: "... una venda elástica de unos 10 cm. de anchura, aparentemente de color amarillento, con dos estrechas franjas de color rojo de unos 0,2 cm. de anchura, paralelas cada una a uno de los bordes de la venda, que está muy impregnada en barro. Uno de los extremos está cerrado en forma de aro, por medio de dos nudos simples, el otro extremo aunque esta libre, tiene aspecto de que originalmente también formaba una
circunferencia, con aspecto de que ambos extremos, servían para tener maniatada a la víctima. La porción central forma dos bucles de una longitud aproximada de 16 y 19 cm., cerrados en la base por una vuelta de ligadura; esta disposicion significa que la ligadura tenía un doble fin: mantener maniatada a la víctima y poder pasar por su centro un elemento que sirva para mantener a su vez atada o sujeta a la víctima a un poste o a cualquier otro elemento." Este otro elemento, por usar la misma terminología, después de todo lo que hemos sabido del caso y de otros paralelos, nos atrevemos a aventurar que era un gancho de carnicero. Al menos dos de ellas estuvieron colgadas de uno de estos ganchos con posibilidad de subirlas para torturarlas y bajarlas para reanimarlas. El profesor Frontela así lo manifiesta en su informe. Esto se practicaba en los tiempos de nuestra Inquisición. Sospechamos que las niñas fueron torturadas por expertos en tortura. Muchas de las lesiones corresponden a patrones seguidos por los inquisidores europeos. Existe un grabado en la biblioteca de la universidad de Cornell, que presenta los mas variados tormentos practicados por el Santo Oficio. (Ver ilustración.) En él podemos ver la extracción de los ojos, el colgamiento, la amputación de miembros y otras finezas del sadismo, todo ello aplicado a las niñas. Los asesinos: ¿expertos en cirugía? Algo que también sospechamos hace tiempo es que entre los amantes de este tipo de prácticas, existen profesionales de la medicina o forenses. En general, los torturadores o diseccionadores parecen tener un conocimiento de la anatomía fuera de lo común, así como un preciso dominio del bisturí. Algo que llama poderosamente la atención en este caso es el estado de las cabezas. Éstas son, como dice Fernando, "puro hueso". Quizá en la cabeza existen más partes blandas, pero dado el estado de conservación de las vísceras, la cabeza debería estar en mejor estado. Debería haber restos de cejas, de masa ocular y del cartílago de las orejas. Es cierto que los efectos de la putrefacción son muy diferentes dependiendo de donde haya estado el cadáver, pero curiosamente, en las tres niñas se produce el mismo efecto. El cuerpo está completamente entero, y, sin embargo, las cabezas no tienen ni nariz ni orejas, ni restos de cejas ni de piel. Esto es algo que llama la atención incluso de aquellos que somos profanos en la materia. Es como si las cabezas no correspondieran a los cuerpos. ¿Cuál es la explicación? Teorías de putrefacción aparte, creemos que las cabezas de las niñas constituyeron una (sic) las partes principales del macabro ritual, tal como ha ocurrido en muchos otros
casos conocidos. Unas lesiones muy profesionales 1. A las tres les arrancaron el cuero cabelludo. Esto lo sabemos porque en 74 días una cabeza no presenta el estado que muestran las fotografías. Además, el cráneo tiene barro adherido, lo cual quiere decir que no tenían el cuero cabelludo cuando las enterraron. Por otro lado, en el acta de levantamiento de cadáveres llemos que el pelo estaba diseminado. Apunta el funerario que "el pelo estaba fuera de su sitio, como una peluca". Esta operación no la realizan simples delincuentes. Para esta operación es necesario saber manejar el bisturí. 2. Les arrancaron la piel de la cara. Los maxilares y demás huesos de la cara aparecen desnudos. También tienen barro adherido y no hay restos de cejas ni pestañas. Tampoco hay cartílagos. 3. Les vaciaron los ojos. Las cuencas de los ojos estaban vacías. No existian restos de tejido. Pudiera ser por efecto de la putrefacción pero hemos consultdo a nivel personal y debería haber algunos restos. 4. A las tres les fueron extraídas piezas dentales. 5. Al menos dos de ellas fueron decapitadas. 6. Una de las niñas presentaba un triple traumatismo en el cráneo. 7. Esta misma niña tenía un objeto (como un alambre) incrustado en un hueso del cráneo. 8. Los tres cráneos presentaban orificio de entrada y salida de bala. 9. A una de las niñas le habían quitado el vello público. 5 10. En el cráneo de una de las niñas se encontraron dos piedras, una roja y otra de naturaleza basáltica que según el Instituto Nacional de Toxicología de Madrid, no hay explicación de cómo llegaron allí ya que no caben por los orificios de las fosas nasales ni por los orificios de entrada y salida de la bala.
____________ 5 Extirpar, cortar y depilar el vello púbico forma parte de algunos rituales. A lo largo del libro veremos algún caso más en el que la víctima presentaba esta caracteristica.
Otras lesiones encontradas en los cuerpos Las niñas estaban completamente desangradas. A dos de ellas les faltaba una mano. Las tres presentaban dilataciones anales y vaginales de entre 5 y 7 cm. (La versión oficial argumenta que debido a los efectos de la putrefacción los esfínteres se dilatan. Esto es cierto, pero sólo hasta cierto punto. Según el profesor Frontela, estas lesiones son debidas a que las niñas les han introducido anal y vaginalmente objetos duros con cantos romos.) (Ver fotos centrales.) Desirée Hernández Folch sufrió acceso carnal vía rectal y/o introducción de un objeto en el recto y también acceso carnal vía vaginal y/o introducción de un objeto en vagina. Miriam García Iborra, sufrió acceso carnal vía vaginal y /o introducción de un palo en vagina y posiblemente también acceso carnal vía vaginal. (Sic). Antonia Gómez Rodríguez sufrió probablemente, y al menos, acceso carnal vía vaginal. (Sumario.) Lesiones para ser vistas, para ser filmadas Después de analizar cuidadosamente ciertas lesiones y estado de algunas de las prendas, el profesor Frontela ha llegado a la conclusión de que existía una especie de interés por parte de los agresores, en mostrar a la víctima de una determinada manera; es decir, podía haber alguien que contemplaba la escena. Referente a la camiseta de Desirée leemos en el sumario: La camiseta tiene una específica disposición cromática de color marrón intenso en el extremo mas inferior del corte, seguida de una zona más clara y a continuación otra de color más oscuro; a su vez, al vértice inferior concurren numerosos pliegues que se abren en abanico hacia la sisa de ambos lados de la manga, lo cual significa que los extremos inferiores de la camiseta fueron anudados cuando estaba ya algo manchada de sangre y después de ser anudados se manchó más de sangre (las pruebas de investigación de sangre en estas áreas fueron positivas).
En la camiseta y en el sostén existen cortes efectuados con intencón libidinosa. La camiseta tenia su parte anterior cortada con un arma blanca (cuchillo o navaja) de buen filo, realizado de abajo arriba. Esta prenda tiene pliegues indicativos de que había sido anudada en los vértices inferiores; también estaba cortado el sostén en la pieza intermedia entre las dos copas; aspecto que señala una intencionalidad de dejar expuestos los pechos de la víctima. Lesiones de naturaleza sádica: Popularmente hablando, a cualquiera que maltrate a un ser inocente E indefenso se le puede dar la categoría de sádico. Sin embargo, en la ciencia forense el carácter sádico se reconoce por ciertas lesiones específicas. Se establece la diferencia entre un golpe cuyo fin es inmovilizar o reducir a la víctima y otro tipo de lesiones crueles que no tienen otra finalidad que causar placer al que las hace o contempla. En sl sumario, según el informe del profesor Frontela leemos: En el cadáver de Desirée Hernández Folch se halló una amplia infiltración hemorrágica y hematomas en la región pectoral derecha (lesión 12), que infiltran gran parte del músculo pectoral y se extiende hasta la zona en la cual indican los médicos forenses, que había "una solución de continuidad de morfología circular de 3 cm de diámetro en la zona correspondiente de areola y pezón derecho con desaparición de éstos, con bordes regulares y bien definidos, sin puentes de unión". Esta infiltración hemorrágica corresponde, o es consecuencia, de la extirpación del pezón y areola mamaria derecha; lo cual deducimos del estudio de la fotografía número 23 del atestado de la Guardia Civil, 21/93, obrante en el folio 23 Tomo 2 del Sumario, de las fotografías números 44, 45, 46, 47 y 48 del informe del Instituto Nacional de Toxicología, páginas XXXVIII, XXXIX, Y XLI, tomo 5 del Sumario, completado con la descripción que de dicha lesión realizan los médicos forenses y el Instituto Nacional de Toxicología. Los médicos forenses que realizaron la primera autopsia del cadáver, indican "que los bordes cutáneos de la zona desaparecida son regulares y bien definidos a la observación macroscópica, no apreciándose con claridad signos de reacción vital en los mismos. No aparecen elementos tisulares uniendo los bordes de la herida".
El Instituto Nacional de Toxicología describe la lesión como "herida circular ubicada en la zona correspondiente a la areola mamaria, que ha desaparecido". "La herida circular tiene los bordes aplastados, lacerados, festoneados, irregulares, con muescas y con abundantes bridas que se disponen paralelos al borde principal de la herida. Estas bridas están presentes en una de las mitades de la misma, mientras que en la mitad opuesta el borde está desgarrado y festoneado". La disección de tejidos y el complemento de la autopsia, efectuada por nosotros, mostró claramente la existencia de infiltraciones hemorrágicas en el tejido muscular subyacente a la porción extirpada de areola mamaria. La no observación "con claridad" de signos de reacción vital en los bordes cutáneos de la herida", indicada por los médicos forenses, es lógica por los efectos de la putrefacción, que hemoliza (destruye la sangre) y decolora a veces y otras colorea los tejidos; por el mismo fenómeno putrefactivo los hematíes muchas veces no se ven porque se han destruido, de ahí que debamos fijamos en otros signos tales como tinciones específicas de hierro de la hemoglobina y anómala disposición de las fibras elásticas y colágeno, consecuencia de traumatismos y en todos estos signos eran concordantes y positivos de infiltración hemorrágica, de herida producida en vida la existente en el músculo pectoral derecho. El colmo del horror La morfología de la herida que hemos estudiado de las fotografías números 44, 45, 46, 47 y 48 (Tomo 5 del Sumario) y la descripción que de ellas realiza el Instituto Nacional de Toxicología, indican que la extirpación de la areola mamaria fue efectuada por un instrumento dotado de bordes agudos, no excesivamente afilados, con características de ser un corta-alambres o un alicate. La infiltración hemorrágica existente en la glándula mamaria y músculo pectoral derecho es muy amplia e indica o que ha pasado un largo periodo de tiempo (horas) entre la producción de la lesión y la muerte, en el transcurso del cual fue extendiéndose la hemorragia o que fue seccionado un vaso de medio calibre.
Esta lesión, supuso un sufrimiento físico considerable de la víctima, con independencia de otras clases de sufrimientos físicos y psicológicos; el lugar donde asienta tiene claro significado sexual, por lo que nos hallamos ante un sádico sexual como autor de esta lesión. Se trata de un sadismo mayor, esta persona es muy probable que haya realizado anteriormente o realice posteriormente otros actos sádicos, 6 los cuales comienzan a darse con más frecuencia en el principio de la edad adulta, de los sujetos que presentan este trastorno psicosexual. El dolor por el dolor Existen otra serie de lesiones en los tres cuerpos que nos indican -siempre según los expertos- que hubo ensañamiento y deseo de causar un horrible sufrimiento en las víctimas. Algunas de estas lesiones son: Infiltraciones hemorrágicas y hematomas en diferentes partes del cuerpo, contusiones y golpes. Una de las víctimas recibió tres heridas en la espalda con un arma incisopunzante (cuchillo o navaja). Otra tenía las muñecas fracturadas y el brazo dislocado al nivel del hombro. Muy posiblemente estas lesiones se produjeron por estar la víctima con las manos atadas a la espalda y colgada de un gancho.
____________ 6 Antes de las niñas habían desaparecido otros adolescentes de ambos sexos de los que, o no se ha sabaido nada o han aparecido muertos y mutilados. Después de las niñas han seguido desapareciendo jovencitos y jovencitas de los que tampoco se ha vuelto a saber nada. Los lectores recordarán el caso de Gloria Martínez, desaparecida de la clínica de Alfaz del Pi, cuyos padres aún están esperando una explicación. En el año 1989 desaparecieron dos chicas y un chico. Una de las chicas apareció muerta en una caseta en Macastre, cerca de La Romana. Tres meses después apareció el chico a un lado del camino, a 300 metros de la caseta. Lo encontró un señor que buscaba espárragos. A los dos les habían amputado una mano. Curiosamente, la zona había sido peinada y rastreada con perros. ¿Quién colocó allí el cadáver para que se encontrara? Los casos de Sonia Rubio, Irene Gil Roldán, Cristina Bergua Vera, Mª Carmen Merino Perillo y Llum Valls i Torruela, algunas encontradas extrañamente mutiladas y otras en paradero desconocido, son sólo una muestra de lo que está pasando. La desaparición de niños y adolescentes se ha convertido en un problema grave en nuestro país. ¿Habrán ido a parar a estas mafias de sádicos cuyo perfil coincide con el apuntado por el profesor Frontela? Mucho nos tememos que sí.
En uno de los cuerpos existe una amplia pérdida de tejidos blandos de la pared del tórax y abdomen que abarca gran parte del lateral izquierdo del cuerpo y, en la región posterior, el lado izquierdo del tórax y abdomen del cadáver siguiendo una línea oblicua, de bordes irregulares, que comienza en la parte más craneal (superior) del tórax, aproximadamente un centímetro a la izquierda de las costillas... Faltan in situ, entre otros tejidos, las tres primeras costillas del hemitórax izquierdo, la clavícula, omóplato izquierdos... hay zonas que presentan pequeñas irregularidades, algunas simétricas, similares a haber sido producidas por mordeduras de animales. La piel y otros tejidos blandos de la región anterior del tórax está en parte destruida por fauna (animales), en parte extirpada y en parte destruida por la putrefacción... En otra parte dice que hay extensas pérdidas de piel en la espalda y demasiado anómalas para justificar que se hubiesen producido por la acción de aniMales; los bordes en algunas áreas son quebrados, en otros en bisel, mezcla de acción putrefactiva y de extirpación de la piel... (Las negritas son mias.) Hemos querido resaltar estas palabras porque esta puntualización del profesor Frontela suscitó una gran polémica en el juicio. Es evidente que faltan tejidos a causa de la putrefacción; pero tambien parece estar claro que en parte fueron extirpados. Según la versión oficial se debe solamente a la acción de los depredadores pero, inexplicablemente, la chamarra y la camiseta en esa zona están intactas. ¿Cómo consiguieron las alimañas roer y desgarrar el tejido de la espalda a través de la camiseta y la cazadora sin que las prendas se rompieran? Una de las niñas tiene lesiones que indican que pudo haber sido empalada. No se tiene la certeza absoluta, pero existe una lesión en la espalda que, unido a las dilataciones anales que presentaban los cuerpos, apunta a este tipo de tortura. En este mismo cuerpo se encontró la cruz de Caravaca. Las niñas estaban completamente desangradas. Segun el profesor Frontela, existen indicios de que se hayan desangrado en un lugar donde había agua en movimiento. Podría tratarse de un yakuzi lo cual es un dato más que apoya la teoría del crimen de "alto standing". Esto nos hacer visionar un chalet, cuyos dueños tienen "gustos refinados" y poder adquisitivo alto. La mayor parte de los chalets que conozco no tienen yakuzi aunque estén construidos con muy buenas calidades y situados en destacadas urbanizaciones.
Cuando Fernando supo que muchas de las lesiones infligidas en las niñas seguían el patrón de ciertos rituales y orgías sádicas a las que ciertas gentes de alto poder adquisitivo son aficionadas, no le quedó ninguna duda de que su hija y sus amigas habían sido sacrificadas en uno de esos "festines" macabros. Una visita al enterrador de Alberique En el sumario, como se demostraría después en la vista oral, había un sinfín de irregularidades y contradicciones. Algo que llama poderosamente la atención de cualquiera es que el acta de levantamiento de cadáveres del juez no coincide con la de la Guardia Civil. Como hemos visto, en el acta del juez existe una sola alfombra; en cambio, en la de la Guardia Civil hay dos. Con el fin de arrojar un poco de luz al asunto, Fernando decidió visitar a los funerarios de Alberique. Ellos habían participado en la exhumación y seguro que podían ayudarle a desentrañar la verdad. "Me presenté en el sitio sin avisar, como yo creo que hay que hacer las cosas. Así no les di tiempo a prepararse. Cuando me vio aparecer se puso algo nervioso, imagínate... Entonces le invité a que fueramos a tomar un café para suavizar la cosa. Le dije que quería charlar un poco con él y con su hermano. Me dijo que él solamente había visto una alfombra. Me cuenta que empiezan a desenterrar y sale una alfombra. La abren y sacan un cuerpo. Entonces un guardia civil dice: "Venga vámonos... aquí ya no hay nada más"... y aparecía la redondez de una rodilla enterrada y dice: "Aquí hay otro cuerpo", "No hombre", contesta, "es una piedra". Entonces el guardia civil le dio un golpe con la herramienta que tenía en la mano. Siguen desenterrando y aparecen los otros cuerpos." "Yo esa segunda alfombra que dicen, no la vi, sólo vi una... y era de color azul", le dice el funerario. Fernando García quiso saber qué tono de azul y trató de encontrar algo que se le pareciera. Éstas son sus palabras: "Había una máquina de tabaco y estaba anunciado el Ducados. Entonces le dije "¿este azul?" Y él contestó: "Exactamente... más o menos este azul"." El relato del funerario sí coincide con lo registrado en el acta de la Guardia Civil. Está claro entonces que hay dos alfombras. Sin embargo, la que aparece en el sumario es de color oscuro (ver foto en las páginas centrales) y la que vio el funerario era azul. "Tanto él como su hermano me explicaron cómo estaban los cuerpos y cómo dos de las niñas aparecieron con las cabezas fuera de su sitio. Esto me lo contaron con mucho detalle. Dijo que las cabezas aparecieron en un lugar que no correspondía. Y esto, según me he informado, pudo haberse producido
por decapitación o al trasladar los cuerpos de un enterramiento anterior. "Si nos fijamos en las fotos de las autopsias, así como la cabeza se presenta en un puro cráneo y no tiene ningún cartílago, el cuello sin embargo, hasta lo que es la base del cráneo es todo masa muscular. Las tres tenían el cuello cabelludo separado. Es más, el enterrador me dijo que el pelo estaba como dejado caer allí, como una peluca, que no estaba junto a la cabeza. Lo que le llamó la atención a él fue que el pelo no estaba en el lugar que debería estar. Todo eso me hace pensar que las cosas no son como nos las han contado." Desaparecen las fotografías Lo que realmente ocurrió en el momento del desenterramiento de los cuerpos es un misterio. Según palabras de Fernando García: "Hay un guardia civil que está tomando imágenes con una cámara de vídeo... luego el vídeo no aparece... Hay un guardia civil del grupo que sube, que es el encargado de hacer las fotografías del levantamiento de cadáveres... no existen las fotografías... se ve que no interesa que nadie sepa lo que realmente salió de la fosa. "Entonces, cuando en el juicio se le preguntó al guardia civil encargado de hacer las fotografías que por que no las había tomado, argumenta que cuando les dijo a los doce que había allí que empezaran a quitar la tierra de la fosa dijeron que estaban muy cansados. "Tuve que dejar la cámara y desenterrarlas yo porque estaban muy cansados", comentó el guardia". (!) Uno de los colmeneros también ayudó a desenterrar a las niñas. Preguntamos a Fernando García sobre el particular y nos dijo: "Sí, justo los que no tenían que participar, son los que participaron: el colmenero, los enterradores... hasta un guardia forestal que llegó por allí... Si allí lo que interesaba era eso... embrollarlo todo." Conviene aquí hacer una pequeña reflexión y resaltar el exquisito cuidado con el que los arqueólogos y paleontólogos desentierran objetos y cadáveres de civilizaciones pasadas. Poco a poco, con instrumentos adecuados van extrayendo los fragmentos que luego limpian cuidadosamente con escobillas. Gracias a este esmerado trabajo de profesionales conocemos muchos fragmentos de la historia de la Humanidad. Por eso, no podemos comprender que algo tan importante com el caso Alcácer, algo que mantuvo en vilo a los españoles durante más de dos meses, se hiciera tan mal. A Fernando García no le faltan razones para apoyar su tesis. Nosotros no entramos ni salimos; no
conocemos los pormenores como él; pero, ¿y si tuviera razón? En este caso nos hacemos las mismas preguntas que expusimos en la nota anterior: ¿había ocurrido esto anteriormente con otros casos de desaparición y muerte de adolescentes? ¿Se había obrado de la misma manera con anterioridad, pero no hubo un padre luchador empeñado en descubrir la verdad a costa de lo que fuese? ¿Siguen teniendo el mismo fin los jóvenes desaparecidos de la zona? ¿Quién es Antonio Anglés? La historia montada en torno a la heroica huida de Antonio Anglés traspasando cercos policiales, y las muchas y variadas opiniones que hemos oído a lo largo del juicio sobre su personalidad, por parte de miembros de su familia y allegados han hecho de él un personaje de leyenda. Su facilidad para cambiar de imagen 7, su sentido de la estética, su gusto por la comida sana, su contacto con grandes personalidades en limusinas de lujo, daban a entender que estábamos ante alguien casi exquisito. La verdad es muy distinta. Se podria decir que su parecido con la realidad es pura coincidencia excepto en una cosa: las palizas que le propinaba a su difunto padre, a su madre y a sus hermanos. Era, según la opinión de toda la familia, un ser maligno. Todos lo creen muertos y están muy contentos. Antonio Anglés tenía un trato de favor en la cárcel de Picassent, Fernando habló con muchos presos que lo conocían y confirmaron que el sujeto en cuestión entraba y salía de la prisión como Pedro por su casa. Sin embargo, era un pobre diablo. Le habían dado un permiso en marzo del 92 y no volvió. Se sospecha que Antonio Anglés era uno de los contactos para meter droga en la cárcel y "para hacer alguans cosas raras". "De todos es sabido que hay presos a los que sacan de la cárcel para hacer algún trabajo sucio por ahí y luego regresan. Entonces tienen la coartada de que están en la cárcel. Pero alguien les ha mandado hacer algo raro y extraño para ellos. Quizá Antonio Anglés fuera uno de estos individuos junto con alguna otra persona. Yo ahora estoy detrás de conseguir un grupo de la cárcel que hacía cosas extrañas. Porque en la cárcel, de rejas para adentro, hay cosas muy raras", nos decía Fernando.
____________ 7 Se dijo en repetidas ocasiones -incluso en el juicio- que Anglés cambiaba de pelo y utilizaba varias pelucas para disfrazarse de mujer. En La Romana, aparte de las pistas que ya conocemos, apareció un tubo de tinte que supuestamente utilizó para teñirse de rubio. Pero en La Romana no hay agua, así que mal se podía teñir el pelo. Según Fernando García, fue una pista falsa mas.
El padre de Miriam cree que la involucración de Antonio Anglés en el caso Alcácer es más que nada "de correo, de enterrador, de traerle a esta gente material, como son niñas, alguna chica drogadicta de las que se inician... Creo que Anglés ha hecho trabajos para esta gente". - ¿Crees que esta gente no era la primera vez que hacía este tipo de cosas con niñas? -preguntamos a Fernando. Aún no habíamos terminado de formular la pregunta cuando ya teníamos la respuesta en sus labios: - No, no, esta gente lo ha hecho muchas veces. Luego lo han repetido. - ¿Quieres decir que después de Miriam y sus amigas ha habido otras? ¿No fueron las últimas? - Desgraciadamente, no. Por eso estoy tratando de que nos unamos todos para que esto se pare. ¿Quién es Miguel Ricart? Otro pobre diablo, Ricart es un pobre ser humano que nació ya con su destino escrito en un sobre cerrado. A los cuatro años se quedó huérfano de madre. Su padre contrajo nuevas nupcias y el niño fue maltratado por su madrastra desde una edad muy temprana. No es que nuestra bandera sea defender a los delincuentes, pero son los propios profesionales de la salud mental quienes continuamente inciden sobre la importancia de una infancia feliz y armónica en el desarrollo de la personalidad. Nos imaginamos a Miguel Ricart con cuatro años, un niño como tantos que vemos a la salida de las guarderías. Nadie nace delincuente; nadie nace drogadicto o atracador de Bancos. Pensemos si no tenemos todos un poco de culpa, cada uno en su medida. Mientras que en nuestra sociedad existen barrios condenados de por vida a ser criaderos de delincuentes como El Pozo del Tío Raimundo, La Celsa o tantos otros barrios marginales, donde la pobreza, la mugre, el sida y la droga forman un auténtico cuarteto de la muerte, no nos queda más remedio que sentirnos por lo menos un poco culpables si queremos ser honestos con nosotros mismos. Miguel Ricart es un delincuente común, capaz incluso de matar y de violar, pero su personalidad no se corresponde con el perfil del sádico.
Un día Fernando se armó de valor y decidió visitar el lugar donde, según la versión oficial, se había perpetrado el triple crimen. La caseta de los Tomases, un lugar mugriento situado en la zona de La Romana era, según los interesados en dar esta versión al mundo, el lugar donde se había torturado, violado y dado muerte a las víctimas. Cuando llegó se convenció aún más de que allí no habían ocurrido los hechos. Inspeccionó la caseta y no había ni una gota de sangre. Eso sí, todo estaba muy bien preparado. Incluso el poste donde según la versión oficial habían sido atadas las víctimas conservaba un cordel de plástico. La conclusión fue que ¡Allí no habían llevado a las niñas! La falta total de sangre era una prueba concluyente. El polígrafo en la cárcel Para llegar a la verdad Fernando agotó todos los recursos, algunos tenemos que decir que muy poco convencionales o, al menos, nada usuales. He aqui algunos de sus planes: 1. Contratar a un profesional del polígrafo 8, y que Miguel Ricart se sometiera a la prueba. 2. Contratar a un perito calígrafo para analizar su escritura. 3. Mientras se realizaran estas pruebas Fernando García estaría presente mirando fijamente a los ojos del acusado. Aparte de su eficacia, que sin duda la hubiera tenido según algunos precedentes que conocemos, hay que alabar la originalidad y ánimo de lucha del papá de Miriam. Era la primera vez que se pedía un estudio de este tipo y hubo que hacer una solicitud a la Dirección General de Penitenciarías. La respuesta, como casi todo lo burocrático, tardó lo suyo pero merecia la pena. Una nueva ventana se abría y un rayo de esperanza inundó de nuevo el corazón de Fernando y de los que buscaban justicia. La única condición era que el "inculpado" accediera a someterse a las pruebas. ____________ 8 A propósito del polígrafo o máquina de la verdad, inventado por Cleve Baxter y frivolizado en algunos programas de televisión, hay que decir que se emplea en muchos tribunales de Estados Unidos. A decir verdad no es fiable al cien por cien porque aunque es una máquina muy sensible también se la puede engañar. Pero para ello se necesita cierto entrenamiento. Sin embargo, una persona normal que desconoce la técnica del polígrafo no engañará nunca a un buen profesional del mismo.
Se habló con Miguel Ricart a través de su abogado Vicente Quiles (sic) y no puso ninguna objección. Todo lo contrario, pues él quería gritar a los cuatro vientos su inocencia y era una buena oportunidad para hacerlo. Para esa fecha ya Ricart se había retractado de su declaración inicial mediante una carta al juez en la que se declaraba inocente y acusaba a los guardias civiles que lo habían interrogado en la 311 de la Comandancia de Valencia, con el brigada Pablo Pizarro Plaza, alias PPP, a la cabeza, de haberlo torturado para que se declarara culpable. Su declaración, por tanto, había sido bajo tortura, como en los procesos inquisitoriales de la Edad Media. El abogado de Miguel Ricart, Vicente Quiles, creía en su inocencia y lo dijo públicamente. La prueba era, en definitiva, positiva para todos. Sólo quedaba fijar una fecha para visitar a Miguel Ricart en la cárcel. ¿Una maniobra maquiavélica desde las altas esferas? Cuando Fernando García, ya preparado para su entrevista con Miguel Ricart en la cárcel, entró en el despacho de Vicente Quiles, le esperaba una desagradable sorpresa. Las palabras del abogado aún resuenan en sus oídos: "Acabo de recibir este fax de Miguel Ricart en el que me comunica que ha decidido cambiar de abogado." "El fax estaba escrito con léxico que ya lo quisieran para si muchos letrados", nos decía Fernando García. ¿Era Miguel Ricart, una vez más, una marioneta movida por alguien? Estaba claro que se trataba de una maniobra. Alguien estaba entorpeciendo la acción de la justicia y nunca mejor dicho. Alguien con mucho poder estaba interesado en que no se supiera la verdad. Se podría pensar que Ricart no estaba satisfecho con el abogado y que había decidido cambiar. Nada más lejos de la verdad. Entre ellos había una relación acusado-defensor óptima. Lo cierto es que la entrevista con Ricart nunca llegó a realizarse y las pruebas poligráfica y grafológica tampoco. El nuevo abogado de Ricart, Juan Alberto Pitarch, resultó ser un licenciado joven y sin experiencia que tanto Fernando García como sus colaboradores no se explicaban muy bien qué pintaba él en el caso. Estuvo tan sólo doce días. Según algunas opiniones, "el tiempo justo para fotocopiar el sumario".
La pregunta que se desprende de todo esto es: ¿Quién estaba interesado en conocer el sumario y que, además, tenía el poder para que Ricart cambiara de abogado? ¿Alguien quería saber si su nombre aparecía en él? No hay que ser demasiado conspiracionista para hacerse estas preguntas. Una mínima dosis de lógica y de sentido común son suficientes. Todas estas "cosas raras" no hacían sino reafirmar la hipótesis de Fernando García. Se habían hecho las cosas mal desde el principio, pero se seguían haciendo mal. Todo apuntaba a que Miguel Ricart no era culpable. No existía en el sumario ninguna prueba que lo inculpase, aparte de su declaración bajo tortura. Se había intentado engañar a la sociedad diciendo que él conocía a una de las niñas, a Miriam, porque trabajaba en el colegio en el que ella había empezado ese curso. Esto resultó ser falso. Se dijo para manipular a la prensa y la opinión pública. Ninguno de los pelos encontrados en los cuerpos corresponde a Miguel Ricart. Por otro lado, ¿por qué Miguel Ricart, el día de su detención se abrió paso entre los guardias civiles para acceder al domicilio de los Anglés? Si él hubiese tenido algo que ver con el crimen, lo lógico es que no hubiese ido por allí justo el día de la aparición de los cuerpos de las niñas; y lo que es tremendamente ilógico es que hubiera subido al piso de los Anglés estando como estaba la calle y el portal atestados de policías. Todo esto debería hacernos reflexionar, y también a los jueces. Más adelante explicaremos lo que ocurrió realmente y cómo fue detenido Miguel Ricart. El vergonzoso montaje del diario Ya Faltaba muy poco para que diera comienzo el juicio cuando una fraudulenta noticia, con unas difuminadas fotografías de un supuesto Antonio Anglés, ilustraban la portada del agonizante diario Ya. Se pretendía hacer creer que el otro presunto asesino de las niñas de Alcácer estaba vivo en Argentina y se publicaba una entrevista realizada por el propio presidente-editor del periódico. Aquello olía a montaje. No sabíamos muy bien si se trataba de insuflarle algo de oxígeno al moribundo periódico o si, además, había alguien detrás que, aprovechando la coyuntura, había inventado la noticia con otra oscura intención.
Neusa Martíns, madre de Antonio Anglés, declaró ante los medios que el chico que aparecía en el periódico se parecía a su hijo pero que no estaba segura si era él o no. A pesar de la duda, aceptó una fotografía enmarcada del falso Anglés que el editor del Ya le regaló. ¿Estaba vivo Anglés? Parecía que alguien estaba interesado en demostrar que así era. Una vez más, Fernando García había sido adivino. Había dicho en un programa de televisión que no tardaríamos en tener noticias de Anglés... que era un testigo incómodo... un simple recadero de los verdaderos asesinos. Y así fue. Unos días después, el Director General de la Guardia Civil, Santiago López Valdivieso confirmaba que las huellas dactilares, publicadas en el diario Ya y que se decía que el mismo Antonio Anglés había plasmado en el momento de realizarle la entrevista, habían sido copiadas de la orden de busca y captura enviada a Interpol. Comienza el juicio El dia del comienzo del juicio contra Miguel Ricart y Antonio Anglés se acerca. Fernando García sigue viendo irregularidades; intenta pararlo y que la vista no se celebre. Hay un montón de pruebas periciales que se han solicitado de las que se hizo caso omiso y considera que el juicio es una farsa con la que se pretende condenar a Ricart y dar carpetazo al asunto. "¿Por qué hacer un juicio contra Miguel Ricart cuando la instrucción del sumario no está acabada?", se pregunta Fernando García. En vista de que no puede hacer nada, decide no participar. La víspera despide a su último abogado, Vicente Atard. Le dicen que si no participa, pierde todos los derechos y ya nunca podrá reclamar nada. Nombra entonces abogado provisional a Garzón, letrado de Fernando Gómez, padre de Toñi, otra de las niñas asesinadas. Fernando aparece en los medios de comunicación los días previos al juicio, nervioso y encolerizado. Ciertos medios conservadores "aunque lo comprenden", de manera velada lo tachan de paranoico y lo acusan de ver mala intención en todo. Parece la viva imagen del conspiranoico. No tiene pelos en la lengua y en cada intervención ante los medios grita a los cuatro vientos que el juicio es una farsa, que los verdaderos culpables no están en el banquillo y que lo que se pretende es acabar cuanto antes con el tema. Pero, ¿tiene Fernando García alguna base real para creer en tramas ocultas? A la luz de los hechos, que sea el propio lector quien juzgue.
Eran las 10 de la mañana del día 12 de mayo de 1997 cuando las puertas del juzgado de Valencia se abrieron dando paso a la multitud que esperaba para presenciar en directo lo que sin duda pasará a la historia como uno de los juicios más controvertidos y, sin lugar a dudas, el que más interés y expectación social suscitó en los últimos años. Tesis de Fernando García Toda España quería estar allí. Y a propósito de esto permítame el lector una aclaración o más bien una réplica a ciertos comentarios de algunos profesionales de la tertulia en algunos medios. Frases como: "la gente quiere morbo; la gente de clase baja es la que está pendiente de esas cosas; o, los periódicos de sucesos siempre tienen éxito entre la población menos culta", se dijeron en medios de comunicacion considerados serios. Sin quitar veracidad a estos asertos, quiero decir que, en este caso, lo que se perseguía era otra cosa. Fernando García se había hecho muy popular y la gente estaba con él. Sabía de su dolor y de su lucha por llegar al fondo de la verdad. Se habia convertido en el arquetipo de la integridad, de la paciencia. El alma popular quería suplir la falta de apoyo de la verdadera justicia. Eso fue lo que motivó que día a día todos quisieran saber quién había declarado, qué había dicho, si eso estaba de acuerdo con el sumario y si lo de la trama tenía visos de verosimilitud. Hay cosas que el pueblo inculto no comprende; pero el pueblo tiene sentimientos; los padres tienen hijos, y la mayoría de ellos están tan indefensos como lo estaba Fernando García. De manera resumida, porque más adelante haremos hincapié en ello, Fernando, en virtud de muchos detalles del sumario y después de hablar con grupos expertos de policía de ámbito internacional y forenses de conocido prestigio, aparte del profesor Frontela, sostiene que:
Miguel Ricart no asesinó a las niñas y que ni siquiera las conocía. Ciertas lesiones indican que fueron inmoladas en algún tipo de ritual sádico o satánico. En su muerte están involucradas personas de alto nivel económico. Fueron torturadas por placer. Alguien contemplaba la escena mientras eran torturadas y sometidas a todo tipo de vejaciones. Posiblemente la muerte de las niñas haya sido grabada en vídeo y distribuida en las redes internacionales. Existe un interés en que la verdad de los hechos no salga a la luz.
Estos son algunos de los puntos de la tesis de Fernando García compartida por gran parte de la población y por muchos especialistas en rituales y comportamientos anómalos. Anglés vuelve a ser noticia Para añadir aún más confusión al tema, unos días después de haber dado la noticia de que Anglés estaba vivo en Argentina, el comatoso diario Ya, con fecha 26 de mayo de 1997, volvía a la carga con este escandaloso título: Alcácer, Anglés y Ya. Hoy prosigue el juicio de las niñas de Alcácer. Un juicio que parece inútil, ya que ni el juzgado de Alcira primero, ni la Audiencia de Valencia después, se han interesado de verdad en saber el paradero del princicpal sospechoso, Antonio Anglés. "Ya" anunció que Anglés vive en Sudamérica, pero este periódico sólo fue requerido tímidamente por el Juzgado de Alcira en una ocasión para guardar las apariencias, pero ni siquiera insistió en ello para esclarecer el paradero. Da la sensación de que no interesa hacer justicia. Si no fuera Anglés el que aparecía en las fotografías publicadas por Ya, ¿por qué su madre aceptó una de las fotos enmarcada para guardársela como recuerdo a tener siempre presente? Afortunadamente, una semana después la revista Interviú se daba gusto desmantelando el montaje. Se trataba, en efecto, de una trama montada por el editor del diario Ya, Emilio Rodríguez Menéndez. El supuesto Anglés resultó ser un joven llamado Walter Fabián Medina que posó sin saber que se trataba de suplantar a un delincuente. Se había presentado a un trabajo de camarero y le propusieron hacer un "casting" donde se iban a seleccionar modelos publicitarios. En un parque de Buenos Aires se citó con el supuesto descubrimiento de talentos, Emilio Rodríguez Menéndez y le hicieron unas fotografías "especiales". El chico no tenía ni idea del uso que se le iba a dar a las fotos. Su sospecha fue mayúscula cuando los periodistas de Interviú, después de buscarlo por varias zonas del extrarradio de la capital bonaerense, lo encontraron y le mostraron el periódico con sus fotografías donde se le tildaba de violador, torturador y asesino. El descubrimiento del montaje de Rodríguez Menéndez le costó el puesto al director del diario y al redactor de la noticia. Y a Rodríguez Menéndez, ¿qué? ¿Cómo es posible que no esté en la cárcel por engañar y poner en juego algo tan serio como esto? Habrá que ver quién está detrás de todo el montaje. Posiblemente aquí encontremos una pista que nos conduzca a los verdaderos culpables.
Entretando, el juicio continuaba. Los telediarios de las diferentes cadenas iban dando día a día las noticias referentes al juicio más esperado de los últimos tiempos; algunas secuencias de los interrogatorios, algunas vistas generales de la sala y del tribunal y algunos fragmentos de las declaraciones de Fernando García a la prensa, así como de los asiduos a la sala. El juicio había suscitado tal interés entre el público que varias cadenas nacionales y autonómicas pugnaban por tener entre sus invitados a Fernando García, a Juan Ignacio Blanco, al profesor Frontela y a los testigos que iban declarando diariamente. En esta última parte del caso vamos a tratar de analizar algunas de las irregularidades y contradicciones del sumario, según los expertos. Lo haremos de una manera clara para todos aquellos que saben cómo se ha desarrollado el juicio pero también para los que se encuentran por primera vez con una versión diferente a la oficial, incluso para que aquellos que nunca han oído hablar del tema tengan una visión clara de lo ocurrido. Referente al tema de las dos alfombras, cuando el enterrador declaró en el juicio y le mostraron la alfombra oscura, manifestó que la que él había visto era azul. Le pidieron que la tocase a ver si al tocarla la reconocía. Por el tacto le pareció que podía ser, pero insistía en que la que el había visto era azul. "A no ser que haya cambiado de color con el tiempo", dijo. (!) Se hablaba de una alfombra persa, de una alfombra cara. Referente a esto Fernando García nos dijo: "Yo supe por la duquesa de Medina Sidonia, que esa alfombra había desaparecido... Esa alfombra me dijo el teniente coronel Carrascosa que estaba en Patrais (sic) y que un sargento la quemó porque estorbaba... Yo dije públicamente que la Guardia Civil había quemado esta alfombra, una de las piezas de convicción, y Carrascosa me puso una querella." Una vecina de los Anglés, testigo de la detención de Miguel Ricart La detención de Miguel Ricart es otro tema oscuro en esta historia. "No lo sé con seguridad pero sospecho que es muy posible que los Anglés le tendieran una trampa a Miguel Ricart", dice Fernando. Le preguntamos por qué. Nos contesta que es todo muy extraño y nos hace un relato totalmente diferente a la versión oficial. Esta historia parte del testimonio de la señora María Luisa García Lara, vecina de los Angles. "Esta señora relata a una cadena de televisión que llega la Guardia Civil, le dicen que van a hacer un registro en casa de los Anglés y que quieren
que sea testigo. María Luisa cuenta que entran en la casa y se dirigen a la habitación de Kelly que es donde está instalado el contestador. Dice que un guardia civil saca una microcassette de su bolsillo, lo pone en el contestador y le dice: "Escuche esto, señora" La señora escucha la famosa grabación que todos conocemos: "Soy yo Rubén... Dile al Rubio que coja el plato y la manigueta (sic) de la moto, la leche y los Kellogs que están encima dela nevera..." y le dicen que ya se puede marchar. Cuando ya se iba, un guardia civil dice: "Que viene Miguel Ricart por la calle". Entonces dice que se quedaron todos en silencio y apareció Miguel Ricart muy bien peinado con una bolsa de deportes. Los guardias civiles le quitaron la bolsa y lo pusieron contra la pared. Uno de ellos sacó de ella una caja de Kellogs y un paquete de leche, y lo puso sobre la nevera. Acto seguido todos fueron conducidos al cuartel a declarar." El padre de Miriam nos relataba así el testimonio de la vecina del tercer piso y existe la grabación que corrobora sus palabras. Por eso le parece que Miguel Ricart pudo haber sido víctima de una trampa. Se había dicho que Ricart llegó a la casa con una bolsa de mandarinas. Sin embargo, la testigo asegura que llevaba una bolsa de deporte. (!) El testimonio de María Luisa García Lara va en contra de la versión de la Guardia Civil y de las declaraciones de todos los Anglés, excepto en el tamaño de la cinta. Fernando García cree que sus palabras son sinceras. Además no tiene por qué mentir. No tiene nada que ganar y sí algo que perder. Por otro lado, algunos de los detalles, como el despliegue policial en calles y tejados así como la llamativa iluminación, fueron corroborados por el dueño del salón de bodas. Nosotros, exponemos los hechos y que sea el propio lector quien saque conclusiones. El imposible salto de Antonio Anglés Y, ¿el salto de Anglés por la ventana? "Por allí no saltó nadie", dice María Luisa ante la cámara. "Ellos viven en el cuarto y yo en el tercero y las dos ventanas dan al mismo lugar. Además lo hubieran visto. Fíjense lo que tenían formado. Tenían unos focos de esos que emplean para el cine y parecía que era de día... y había unos treinta guardias civiles en los tejados y alrededor." Dice María Luisa que cuando llegó a su casa serían las nueve de la noche y ya estaba montado todo el despliegue policial. El salto en diagonal es imposible. Además, según la testigo, Antonio Anglés no estaba en casa cuando llegó la Guardia Civil.
Críticas al profesor Frontela desde diferentes frentes Cuando el profesor Frontela declaró en el juicio sobre sus análisis de los cuerpos y la ropa de las niñas, lo hizo muy discretamente y sin ánimo de suscitar polémica entre sus colegas del Instituto Anatómico Forense de Valencia. Su profesionalidad y discreción quedaron patentes en sus primeras declaraciones. A medida que fue relatando lo que él había encontrado en los cuerpos de las niñas -que el equipo de forenses oficial había pasado por altosucedió lo inevitable. Lo tacharon poco menos que de visionario lo cual motivó que él declarara públicamente que las cosas se habían hecho muy mal, sin la profesionalidad requerida. También tuvo que defenderse ante los medios de comunicación y criticarles su manera sesgada de informar. Las informaciones vertidas diariamente en los telediarios no sólo restaban importancia a la mala actuación de los forenses oficiales sino que daban la imagen de un Frontela que intuía más de lo que podía demostrar. Un día, después de una de las sesiones, el propio Frontela se enfrentó a los periodistas y les dijo que no estaban informando la verdad de lo que ocurría en la sala. Él había sido muy discreto en sus opiniones sobre sus colegas y en cambio éstos lo acusaban de fantaseador. Esto hizo que él dijera lo que realmente pensaba: Que habían hecho las autopsias muy mal y que habían incurrido en una serie de irregularidades imperdonables. Fue algo lamentable y triste. Se creó una opinión generalizada de que algo raro había; que se estaban pasando por alto cosas muy importantes; que había fundados intereses en que la verdad no se supiese. A la luz de estos hechos, muchas personas cayeron en la cuenta, por primera vez, de que Fernando García tenia razón al sospechar de la existencia de una trama oculta. Comentamos al hablar de las lesiones, que a dos de las niñas les faltaba una mano. Pues bien, una de estas manos había sido serrada por la epífisis distal, 9 según declaró en el juicio la forense del Instituto Nacional de Toxicología de Madrid.
____________ 9 Terminación abultada, en forma de bola, del hueso cúbito del brazo (en la del meñique) antes de la articulación de la mano. En realidad, los dos extremos de los huesos largos se denominan epífisis, mientras que la zona media es la diáfisis. El extremo más cercano es el proximal, y el más lejano es el distal.
¿Hubo un doble enterramiento? Entre otras anomalías, faltan dos vértebras cervicales y, en cambio, aparece otra que no pertenece a los cuerpos. Faltan asimismo bastantes piezas dentales. Aparecen, por otro lado, unas falanges que tampoco pertenecen a ninguna de las niñas. La teoría del doble enterramiento suscitó una de las mayores polémicas en el juicio. El profesor Frontela sostiene que las niñas fueron enterradas en un lugar muy húmedo tal como se desprende del barro adherido a la ropa y a las partes del cuerpo que no están protegidas con la misma. A pesar de que -como yo apuntamos en dos ocasiones- cuando le fueron entregadas las ropas y los cuerpos para su análisis ambos estaban lavados y, por tanto, muchas de las pistas se habían ido por la alcantarilla, el profesor Frontela encontró los suficientes datos coo para concluir que hubo un doble enterramiento. El barro adherido a los cráneos no se corresponde con la tierra de la fosa de La Romana, más bien de tipo arenoso. 10 Le comentábamos a Fernando García que, sin ser expertos en el tema, cualquier persona que vea la fotografía de la fosa, se da cuenta de que nada tiene que ver con la tierra que las niñas tienen pegada al cuerpo. "Eso mismo es lo que yo les dije... Y Carrascosa me dijo que es que había llovido mucho y que por eso estaban así los cuerpos", nos repuso el padre de Miriam. Ya en el juicio, el profesor Frontela descubrió al visionar el vídeo de una de las autopsias -practicadas por los forenses oficiales antes de haber lavado los cadáveres- unas larvas que le confirmaron el doble enterramiento, corroborado además por la ausencia de sangre en la fosa. Asimismo Frontela sostiene que las niñas pudieron haber sido decapitadas. Esto, unido a las lesiones de naturaleza sádico-sexual que hemos enunciado, la falta de una mano en dos de los cuerpos y la ausencia de sangre, lo llevan a pensar que las niñas pudieron haber sido víctimas de algún ritual. ____________ 10 Existen muchos detalles que apuntan a que hubo doble enterramiento. Aparte de los puramente técnicos existen otros, de puro sentido común. Una semana después de desaparecer las niñas hubo una excursión a La Romana de un grupo de niños. Sabiendo cómo éstos revuelven todo, si las niñas estaban allí enterradas con una de las manos asomando, las hubieran descubierto. Por si esto fuera poco, unos días antes de aparecer las niñas, estuvieron unos cazadores por allí cazando perdices con sus perros. No las descubrieron porque posiblemente aún no las habían trasladado allí.
Nosotros, en vista de las lesiones sádicas, el ensañamiento, la falta de las dos manos, la ausencia de sangre, el cuero cabelludo arrancado, la piel de la cara arrancada, las cuencas de los ojos sin restos de tejido, las dos piedras encontradas en el cráneo de una de las niñas, la separación de las cabezas de los cuerpos, las lesiones de un "posible" empalamiento, las puntadas y restos de hilo blanco encontradas en una de las manos y la cruz de Caravaca incrustada entre dos vértebras, nos lleva a pensar, más bien a saber, que existió un ritual de tipo mixto: una orgía de sexo, sangre y muerte, posiblemente con algunos elementos religiosos (para darle más morbo), al que -aunque no tenemos datos- habría que añadir el componente droga. ¿Por qué también droga? La respuesta es muy simple. El conocimiento empírico de este tipo de hechos nos lleva a esa conclusión. Conocemos otros casos en los que los participantes y ejecutores no sólo la consumían sino que eran grandes capos. Además, el ser humano parece que para disfrutar al máximo de esta clase de "placeres prohibidos" y traspasar la barrera del bien y del mal necesita un máximo de desinhibición; y esto lo consigue con la droga. No deja de ser curioso y digno de estudio que cuando aparece algún sospechoso de haber participado en algún ritual macabro también su nombre suele estar asociado a la droga o, de alguna manera, ha sido investigado como sospechoso. Y esto también se da en el caso Alcácer. Más incongruencias A lo largo del juicio hemos tenido que oír explicaciones carentes del más mínimo rigor. En relación a la cruz de Caravaca alojada en la cara interior de la columna, entre las vértebras 4ª y 5ª lumbares que el profesor frontela encontró en uno de los cuerpos, se pidieron explicaciones durante el juicio. La respuesta fue que posiblemente la niña la llevara al cuello y que con los movimientos había ido a parar allí. Ya hemos dicho que la cruz no pertenecía a ninguna de las niñas, pero de ser así, ¿cómo fue a parar a la parte interna de la columna vertebral? Fernando García no hace mas que repetir: "Allí no encontraron nada porque no buscaron nada. Allí fueron a lavar, a limpiar y a quitar todo tipo de pista o de huella que pudiera conducir a los verdaderos culpables." Mientras duró la vista oral varios medios de comunicación hablaron de Alcácer, incluso sirvió de título a alguna tertulia. En este caso creo que la prensa pecó de conservadora y dio por bueno todo lo que se decía a nivel oficial. Si ciertos periodistas, se hubieran preocupado de indagar en un caso que, en definitiva, nos compete a todos, creo que algo distinto hubiera ocurrido. Quizá el juicio se hubiera parado debido a las presiones
de la prensa ante las evidencias; se hubieran investigado ciertas pruebas; se hubieran pedido opiniones de otros forenses ajenos al caso; se investigaría la procedencia de tantos pelos diversos, se pedirían responsabilidades a los que hicieron desaparecer la alfombra azul, las dos piedras envueltas en la camiseta y el cuchillo. Quizá a estas horas ese sumario seguiría abierto y Fernando García no tendría a sus espaldas quince querellas: la del juez por decir que el juicio era una farsa y que lo único que se pretendía era dar carpetazo al tema; la del fiscal general de Valencia porque lo acusó públicamente de manipular la información; las de los forenses del Instituto Anatómico Forense de Valencia por acusarlos de ineptos, incompetentes, de haber hecho una chapuza y de "recibir órdenes de alguien"; las de Calvé ex gobernador de Alicante, Luis Solana ex director de Telefónica y Bermúdez de Castro, porque los acusó públicamente de estar involucrados en la muerte de su hija y sus amigas; y, por último, las de los Guardias Civiles que participaron en el levantamiento. Hablaremos de estas querellas más adelante. El juicio continuaba. Policías, guardias civiles, forenses y todos cuantos podían ayudar al esclarecimiento de los hechos y a dictaminar un veredicto justo fueron declarando uno tras otros. A continuación expondremos algunas de las declaraciones más polémicas, bien por su posible grado de implicación o por estar en contradicción con el sumario. No ofreceremos las de los forenses y las de los policías porque ya hemos hablado abundantemente de estos dos puntos Sólo aportaremos los testimonios de algunos de los personajes llamados a declarar que no han sido citados al hablar del caso. Uno de ellos es Miguel Nicolas Cortona. Éste entró a formar parte del sumario porque de vez en cuando tenian lugar algunas historias turbias en su chalet, ubicado en la zona de Valencia. Trapicheaba con droga y llevaba allí a chicas a las que luego prostituía a cambio de una dosis. El padre de una de las chicas se enteró y contrató a un matoncito apodado El Marley para que le diera una paliza. Así lo hizo y cuando le estaba pegando, la víctima le preguntaba por qué le pegaba y él le contestó: "Por lo que les has hecho a las chicas." Se refería el maton a las chicas drogadictas que llevaba por allí. Entonces Cortona le contestó: "Yo no tengo nada que ver con lo de las niñas de Alcácer." Esta frase estuvo resonando unos días en los oídos de El Marley y, por fin, decidió contárselo a Fernando García por si tuviera algo que ver con el caso. Fernando lo puso en conocimiento de su abogado y Cortona fue sometido a investigación. Entre los pelos encontrados por el profesor Frontela había una cana que, sin lugar a dudas, no pertenecía ni a Ricart ni a Anglés. Como Cortona
tiene el pelo completamente blanco se creyó, una vez más, que ya estaba todo solucionado. Sin embargo, las pesquisas concluyeron que no tenía nada que ver con el caso. Gabriel Aquino González y José Sala Sala, los colmeneros que descubrieron la fosa, suscitaron cierto grado de polémica al declarar que las fotografías del sumario no se correspondían con lo que ellos habían visto en La Romana. Ellos insisten en que vieron una mano con un reloj blanco y no unos huesos como muestra la foto. (!) Aunque ninguna de las declaraciones de los Anglés es de fiar, la de Kelly también despertó desconcierto y es, en cierta manera, interesante. Sostuvo ante el tribunal la versión oficial, aunque con algunas variaciones. En un programa de televisión armó un gran escándalo porque acusó a la policía de haber modificado la grabación. Aseguró que la cinta no era la que ella había escuchado en su contestador y que no estaba segura de si era su hermano quien hablaba. También dijo que su contestador funcionaba con microcassettes y no con la cinta presentada como prueba en el juicio. Lo mismo declaró su hermano Mauricio, alias El Mauri, y María Luisa García Lara, testigo del registro en casa de los Anglés, cuya versión ya hemos expuesto. La implicación en el sumario de Ramón Polo, dueño de la discoteca Coolor a donde acudían las niñas de Alcácer es, cuando menos, enigmática, sobre todo, la historia de las furgonetas. Éste poseía dos vehículos con los que unos empleados recogían a las jovencitas para conducirlas al local. Curiosamente, las dos furgonetas habían sido compradas de segunda mano hacía unos meses pero tenían los papeles de la transferencia sin firmar. Una noche, según declaró el antiguo dueño de los vehículos, a eso de la 1 o las 2 de la mañana, llegó a su casa Ramón Polo muy alterado. Quería los papeles para ponerlos al día cuanto antes. Así se hizo y a continuación las dos furgonetas fueron enviadas al desguace pero curiosamente, antes se pintaron de azul (!) La declaración de María Dolores Badal es muy importante. Afirma esta testigo que desde su piso, (un 2º), vio a las tres niñas cuando se subían a un coche blanco grande de cuatro puertas en el que viajaban tres o cuatro personas mas. Esta declaración es muy importante porque el coche de Ricart es de dos puertas. Se investigó la perspectiva de su ventana y sí puede verse lo que la señora afirma. Sin embargo, fue desestimada por el tribunal por tener la testigo 63 años, a pesar de haber constituido uno de los argumentos -el coche blanco- para la detención de Miguel Ricart.
Sentencia de Miguel Ricart Por fin llegó el día de la sentencia. Miguel Ricart fue condenado a 170 años de cárcel por su participación en el triple crimen de Alcácer. ¿Fue un juicio justo? Fernando García cree no sólo que fue injusto sino que fue una farsa. El pueblo, que había seguido el juicio paso a paso, también lo cree así. Nosotros, cuando conocimos el sumario y decidimos hacer este trabajo, quisimos saber la opinión del público e hicimos una encuesta en varios lugares de España: dos de las provincias gallegas, Madrid, Sevilla, Bilbao, Burgos y Zaragoza. Este sondeo se hizo primeramente en la calle, con personas de toda condición y edad. Después se pidió la opinión de profesionales. Otros colectivos consultados -incluidos forenses y abogados que nos pidieron no publicar sus nombres- están de acuerdo en que hubo muchas irregularidades. Éstas son algunas de las respuestas que hemos obtenido. - Ahí hay gato encerrado y la verdad no se sabrá nunca. - El juicio fue una vergüenza. Yo asistí todos los días menos dos y aquello parecía un teatro. - Ahí hay gente muy gorda metida. - Lo que han hecho con esas pobres chicas indica un elaborado guion; gente de mucha cabeza está ahí metida... y muy depravada claro. Eso es todo. - Eso es un lío... Pero como dice al padre de las niñas, los culpables están sueltos. - Ricart es un cabeza de turco y nada más. - En el juicio, daba la impresión de que había algo raro. Esto es sólo una muestra de los cientos de opiniones que hemos recogido en torno al caso. Pero esto no es nada. Fernando García con su tesón y paciencia ha conseguido reunir tres millones de firmas. Cada día es mayor el número de personas que se solidarizan con él. El día 22 de enero de 1998 fue invitado a dar una charla en la Facultad de Derecho de Madrid y tuvimos ocasion de comprobarlo. En este caso, no se trataba de "marujas", amantes del morbo, como muchos denominan a quienes lo apoyan y lo animan a seguir adelante, sino alumnos de Derecho; futuros abogados que, a pesar de estar empezando, no están de acuerdo con la justicia actual y quieren cambiarla. Los jóvenes de Derecho no se cansaban de hacer preguntas. Algunos habían seguido el juicio y conocían las irregularidades del sumario. Otros, desconocían los pormenores; pero todos ellos hubieran estado compartiendo con Fernando García horas y horas si no fuera porque había que dejar la sala
libre para otro acto. A la salida, los estudiantes se le acercaban, lo felicitaban y le daban ánimos para seguir adelante. La Fundación Niñas de Alcácer En la actualidad, Fernando preside la Fundación Niñas de Alcácer. Esta entidad surgió casi porque el pueblo lo quiso. La buena gente le ofrecía dinero para ayudarlo a sufragar los gastos de tantas idas y venidas pidiendo justicia. Por eso, un buen día se constituyó la fundación ante notario. Ésta tiene por objeto la solidaridad hacia la infancia y la juventud en todas sus manifestaciones y su protección, especialmente en lo que se refiere a prevención, persecución y erradicación de cualquier tipo de corrupción de menores, en cualquiera de sus manifestaciones (pornografia infantil y juvenil, exhibicionismo, abusos sexuales, violaciones), así como malos tratos, vejaciones, tortura y asesinato. También tiene como fin el apoyo a las familias de los menores o jóvenes desaparecidos en su ámbito territorial. En Internet aparece en una página web titulada La Puerta, el siguiente texto de solidaridad: Los valencianos creemos que el juicio por las niñas de Alcácer es una pantomina; lo único que persigue es dar carpetazo al tema. Exigimos que se aclaren las circunstancias, y si existe una red organizada que toma como festín la vida de nuestros hijos, que sea desenmascarada, sea quien sea. No se puede esconder a las grandes personalidades si realmente han participado en ello. Ya está bien de que la justicia, cuando pretende castigar, sea sólo para unos pocos. Si es necesario exigimos que se realice una investigación a nivel nacional y que intervengan las autoridades centrales, pero que se aclara cuanto antes todo este asunto que tan mal huele. Fernando García desaparece de la TV Gran parte de la población española, aparte de seguir el desarrollo del juicio en las noticias, estaba pendiente de los comentarios del mismo que tenían lugar en los programas de radio y televisión. Unos días antes de que se dictara sentencia, el pueblo español se vio grandemente sorprendido por la repentina desaparición de Fernando García del programa Esta noche cruzamos el Mississippi, conducido por Pepe Navarro, del que era invitado asiduo. Nosotros nos encontrábamos en Puerto Rico y no supimos qué había ocurrido. Fue recientemente en el transcurso de una charla con Fernando García en su despacho de la localidad de Silla, cuando nos enteramos. La cosa venía de atrás y estaba relacionada con unas declaraciones vertidas en el programa de Navarro
sobre ciertos personajes públicos a los que se los acusaba de estar involucrados en el crimen de Alcácer. Estos comentarios dieron lugar a una serie de querellas por parte de los inculpados contra el director del programa, Fernando García y Juan Ignacio Blanco. Para hacer un poco de historia citamos a la revista Tiempo quien en su día se hizo eco de la noticia en un artículo firmado por la periodista María Alba y que reproducimos en el capítulo siguiente.
Querellas al por mayor ________________________________________________________
Querella de Bermúdez de Castro contra quienes lo inculparon en el crimen de Alcácer El pasado 29 de enero, el citado programa televisivo comenzó su habitual andadura con el anuncio de nuevas y exclusivas revelaciones sobre el caso Alcácer al cumplirse tres años de la aparición de los cadáveres de las niñas Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández. En el transcurso del citado programa, Fernando García, padre de una de las víctimas, y el periodista y criminólogo Juan Ignacio Blanco afirmaron, sin aportar ningún tipo de prueba, que José Bermúdez de Castro, junto con el ex presidente de Telefonica Luis Solana, el ex director de la Seguridad del Estado Francisco Laína y el psiquiatra y ex gobernador civil de Alicante Alfonso Calvé estaban siendo investigados por las Fuerzas de Seguridad del Estado y por el Cesid en relación con una supuesta trama integrada por personas con gran poder político y económico que habrían participado en la orgía que acabó con el espeluznante asesinato de Miriam, Toñi y Desirée. Dicha red, en la que participarían otras personas, formaría parte de otras tramas vinculadas al narcotráfico y al blanqueo de dinero. Continúa la revista Tiempo diciendo: A los veinte minutos de difundirse estas informaciones, José Luis Bermúdez de Castro presentó en el juzgado de guardia una querella por calumnias e injurias contra el director del programa, Pepe Navarro, y contra Juan Ignacio Blanco y Fernando García. Al día siguiente, su abogado, José Antonio Suárez Lozano, se puso en contacto con la Secretaría del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. "Exigí, en nombre de mi cliente, que si era cierto que se le estaba investigando, me dijeran cuáles eran las razones", relata a "Tiempo" el letrado. Unas horas después, el ministro del Interior le negó las afirmaciones difundidas en el citado programa televisivo, que también fueron desmentidas en una nota hecha pública.
A pesar de las disculpas pedidas posteriormente por el director de Esta noche cruzamos el Mississippi, José Luis Bermúdez de Castro sostiene que "el daño que me han hecho es irreparable. Desde ese día hay un continuo desfile de vehículos que merodean por los alrededores de mi domicilio, paran y miran; y observo que hasta el cartero me mira de una forma extraña para ver si tengo cara de asesino". La gravedad y noticiosidad de las citadas acusaciones han desencadenado una oleada de informaciones que, según el abogado del productor cinematográfico, han incrementado notablemente el impacto negativo que esas declaraciones tenían por sí mismas. SUPUESTA FOTOGRAFÍA El pasado 31 de enero, dos días después de que estallase el escándalo en televisión, Fernando Garcia y Juan Ignacio Blanco subieron el tono de sus denuncias. En el programa radiofónico que dirige el periodista Antonio Herrero en la Cadena de Ondas Populares (COPE) aseguraron que existía una fotografía en la que Antonio Angles (el presunto autor material del triple crimen, que se encuentra en paradero desconocido desde entonces) aparecía junto a los cuatro implicados en la supuesta red de pedofilia, pero que tal prueba gráfica había desaparecido del sumario. Además, García y Blanco implicaron a los denunciados "en la desaparición de otras 150 niñas en los últimos nueve años, que habrían caído en manos de esa misma red de sádicos sexuales que se sirven de delincuentes para raptar a niñas a quienes llevan a un lugar concreto y horas o días después pasar a recoger lo que ellos llaman la basura, que son los restos de las chicas..." Además de las querellas presentadas en el juzgado contra los medios que han difundido estas calumnias, los abogados de los afectados han tratado de averiguar si existe algún vínculo o algún enemigo común entre sus clientes que explique la razón por la que se pretende implicar en tan espeluznante acción a cuatro personas a las que se ha definido como el clan de La Moraleja. Las indagaciones han resultado infructuosas. Los afectados no se conocen entre sí, se dedican a actividades diferentes y no tienen negocios en común. "Cuando oí lo del clan de La Moraleja pensé que todos vivíamos en la misma urbanización madrileña. Luego me enterá que sólo residíamos en ella Alfonso Calvé y yo", señala José Luis Bermúdez.
También han descartado el nexo de la política. "Luis Solana y Alfonso Calvé pertenecen al PSOE, pero ambos aseguran que no se han visto nunca ni se han intercambiado siquiera un saludo, pese a pertenecer al mismo partido. Y a mí no me han presentado a un político en mi vida. No salgo en el papel cuché, no asisto a cócteles ni a estrenos, ni siquiera en temas relacionados con la cinematografía. Soy tristemente aburrido", afirma José Luis Bermúdez. Bermúdez de Castro dice que conoce la tragedia de Alcácer "como conozco el crimen del rol, el de Puerto Hurraco, o el de los Galindos, por los telediarios", y que jamás ha estado, ni siquiera por motivos profesionales, por los lugares por donde transcurrieron los hechos: "No conozco Alcácer ni Picassent y hace treinta años que no piso Valencia, salvo cuando meto el coche en el barco para ir a Mallorca." Bermúdez asegura, además, que jamás se le ha pasado por la cabeza investigar la tragedia de Alcácer para producir una película sobre este luctuoso suceso. Su línea cinematográfica ha estado siempre muy alejada del cine negro. Su historial cinematográfico lo integran unas 150 cintas formadas en su mayor parte por películas infantiles, como las que protagonizó el grupo musical Parchís, o por comedias en las que han participado conocidos humoristas como Ozores, Pajares, Esteso o Martes y Trece. "No he hecho una película policíaca en mi vida y nunca se me ocurriría hacer este tipo de cine porque no va conmigo", afirma. José Antonio Suárez, el abogado de José Luis Bermúdez, discrepa con quienes intentan justificar lo ocurrido con el argumento que se trata de los riesgos del directo: "Los que han lanzado sin pruebas estas graves acusaciones contra mi cliente lo hicieron según un guión previamente estudiado y buscaban un gran impacto socia que atrayera (sic) una mayor audiencia en un programa que había perdido más de un millón de espectadores en las últimas semanas. Por eso hemos remitido al juez los índices de audiencia, para que compruebe los resultados obtenidos con estos métodos." No sé si para el juez será una prueba el índice de audiencia. Eso presupondría mala fe, manipulación, engaño y unas cuantas cosas más, de las que no creemos capaz a Pepe Navarro. No estamos de acuerdo con algunos de los contenidos de sus programas, pero de eso a creerlo capaz de jugar con un tema tan serio va un abismo. Alabamos ademas sus investigaciones periodísticas sobre otros temas y su manera de presentarlos. Comprendemos que en su nueva andadura con La sonrisa del pelícano se pasó con los esperpentos que sacaba a relucir todas las noches.
Censura televisiva disfrazada No estamos de acuerdo, no obstante, con la suspensión del programa. Estamos totalmente a favor de las libertades y en contra de la ley de la mordaza que rige en algunos países. El programa tenía sus seguidores y no era peor que la mayoría de lo que nos ofrecen los genios televisivos. Lo peor de todo es que, una vez más, al pueblo se le engañó en cuanto a la causa de la supresión del espacio. Y también, una vez más, el pueblo, tan fácil de manipular, se creyó lo del código deontológico sacado a relucir por unos señores "con mucha conciencia" que, de repente, se dieron cuenta de que ciertos contenidos no eran muy edificantes. Si no hubiera habido otros intereses, el código deontológico hubiera seguido guardado en el baúl. ¿No tuvo nada que ver Mario Conde? Claro que sí. El día que se suspendió el programa se había celebrado el primer día de juicio contra el banquero. Esa noche Conde iba a estar en el programa y seguro que se iba a despachar a gusto. Según los expertos, el banquero tiene "una manta" y puede tirar de ella, si se le da la oportunidad y lo considera oportuno. En definitiva, "el sistema" no podía correr el riesgo de que Navarro realizara otro juicio paralelo. Por otro lado, el oscuro secuestro ee Olot, con toda una serie de pintorescos personajes -colaboradores de la policía y ex detectives- mezclados en la falsificación de dólares, tarjetas de crédito, casi todos ellos con problemas judiciales, se estaba aireando demasiado. Y ya que estamos hablando de la televisión, desde estas páginas queremos criticar duramente a los directores de las cadenas. Ellos son los responsables directos del entontecimiento del pueblo y los inspiradores de la telebasura. Tras este inciso continuamos con el texto de la revista Tiempo donde Jose Luis Bermúdez de Castro se defiende con las palabras que sirvieron de titular al mismo: ESTO ES UNA VENGANZA, PERO NO SÉ DE QUIEN PROCEDE ESTE DISPARATE El productor José Luis Bermúdez de Castro pide una indemnización de 1.500 millones a quienes la han implicado en el triple crimen de Alcácer.
"No sé de dónde ha salido este disparate. Desde luego, esto es una venganza, pero ignoro de quien o de quienes procede y qué pretenden con ella. Pueden ir contra mí, y como yo no soy conocido, han puesto una cinta al pastel, o que vaya dirigida contra unos señores del PSOE y han añadido ni nombre para dar visos cinematográficos a su relato." Hasta aquí el artículo de la revista Tiempo. Hemos querido transcribir el artículo en su totalidad para evitar falsas interpretaciones, lo cual ocurre a menudo cuando se extrapolan textos sueltos. Querella de Alfonso Calvé, ex gobernador de Alicante, contra Pepe Navarro, Juan Ignacio Blanco y Fernando García En el diario EL MERCANTIL VALENCIANO se publicó la siguiente noticia referente a la querella interpuesta por el ex gobernador de Alicante Alfonso Calvé a Pepe Navarro, Juan Ignacio Blanco Y Fernando García. Copiamos íntegramente el texto de la misma: Reclama a Ortiz Úrculo que defienda "el honor de jueces, fiscales y guardias civiles". Calvé pide al fiscal general que inicie acciones legales por las calumnias en el caso Alcácer El ex gobernador civil de Alicante Alfonso Calvé ha instado al fiscal general del Estado, Juan Ortiz Úrculo, a que inicie acciones legales ante "las calumniosas informaciones que desde el programa de televisión Esta noche cruzamos el Mississippi, de la cadena Tele 5, vienen desde hace meses y de manera reiteraca, propagándose contra determinados jueces, fiscales, miembros de la Guardia Civil", por su actuación en el caso Alcácer. Calvé solicita la intervención de los fiscales jefes de Valencia y Madrid. Alfonso Calvé, en el escrito remitido al Fiscal General del Estado, asevera que hasta la fecha no ha tenido conocimiento de que el ministerio público, "de conformidad con las atribuciones y obligaciones que establece su estatuto orgánico", haya iniciado acciones legales para proteger el honor de los jueces, fiscales y guardias civiles a los que los querellados acusaron de manipular y ocultar pruebas en el caso Alcácer, y de los cuerpos a los que pertenecen. Ante esta falta de respeto, el ex gobernador civil de Alicante insta a Juan Ortiz Úrculo que tome las medidas oportunas por si procede la
personación del fiscal en las diligencias previas incoadas por el juzgado de instrucción número 27 de Madrid, a raíz de la querella presentada por el ex alto cargo contra el periodista Juan Ignacio Blanco; el padre de una de las niñas de Alcácer, Fernando García; Tele 5 y Cedipe, S.L., la productora de Pepe Navarro. Querella que amplió el pasado 16 de abril a Navarro y al ginecólogo madrileño Ángel Sopeña, como presuntos inductores de las calumnias vertidas en Esta noche cruzamos en Mississippi. Alfonso Calvé fue uno de los cuatro personajes públicos a los que Juan Ignacio Blanco y Fernando García implicaron en el triple asesinato durante la emisión del magacín del pasado 29 de enero. El periodista aseguró que tanto las fuerzas de seguridad del Estado como el Cesid estaban investigando a Calvé, al productor cinematográfico José Luis Bermúdez de Castro y al ex secretario de Estado para la Seguridad del Estado, Francisco Laína, por su presunta participación en éste y otros crímenes. Además, Blanco dijo que Calvé y el ex presidente de Telefónica Luis Solana también estaban siendo investigados por la desaparición de dos toneladas de cocaína de un juzgado. El psiquiatra presentó el 30 de enero una querella por calumnias contra Blanco y García e inició una investigación que culminó con la interposición de una nueva querella, esta vez contra Pepe Navarro y el ginecólogo madrileño, Ángel Sopeña. Como ya informó Levante-EMV, el ex gobernador civil mantiene en esta denuncia que el periodista y el médico son los "autores intelectuales de una trama de la que se obtienen beneficios de formas diversas", con "la colaboración de Juan Ignacio Blanco e instrumentalizada a través de Fernando García". Calvé aporta información que revela la relación mercantil que vinculaba a Ángel Sopeña y Bermúdez de Castro como socios de una clínica, que fue en parte arrendada al propio ex gobernador y a un primo de Luis Solana. Asimismo deja patente la existencia de continuos enfrentamientos entre Sopeña y el productor cinematográfico, tanto por asuntos de negocios como personales, que acabaron en los juzgados. Por último, Alfonso Calvé advierte al juez instructor de que existe una vinculación entre Ángel Sopeña y Pepe Navarro, que un hijo del primero trabaja en la productora del segundo.
Hasta aquí el artículo de EL MERCANTIL VALENCIANO en el que se observan claras contradicciones en relación con lo publicado en Tiempo. Según las declaraciones de Bermúdez de Castro, no había relación entre los implicados, no se conocían. S¡n embargo el señor Calvé pone de manifiesto las relaciones entre unos y otros. Puede ser que sólo sean eso, contradicciones; nosotros no entramos ni salimos pero es nuestro deber resaltarlas. Con fecha 21 de abril de 1997 la revista Cambio 16 publicaba una entrevista de Emiliano González a Fernando García que titulaba con una de sus frases: INTERIOR teme desenmascarar la trama Las respuestas de Fernando son duras, más aún que las acostumbradas. Hay algunos datos reiterativos pero, dado su interés, reproducimos la entrevista casi íntegra. De hecho, una de las frases más empleadas por Fernando García es: "No me cansaré de repetir..." P. Usted mantiene que Anglés es, junto con Ricart, el cabeza de turco elegido por una red u organización. R. En el lugar en dónde se hallaron los cuerpos de las niñas se encontró un trozo de un volante de ingreso en la Seguridad Social de Anglés. Y en un chalet de Villamarchante (Valencia) donde se dice que se refugió Anglés [durante su huida] también se encuentran unas fotografías de Anglés. Es decir, que por donde va pasando va dejando un rastro de fotos, documentos… Anglés y Ricart son los transportistas, los que las entierran. No creo que Anglés llegara a contribuir directamente a la muerte de las chicas. P. No se han encontrado pelos ni fibras de Anglés, ni en los cuerpos ni en la casa abandonada donde se dice que ocurrieron los hechos. R. No se han encontrado rastros de Anglés, pero de Ricart tampoco. No hay nada en los 5.000 folios del sumario. Ricart pienso que no participó casi nada o nada en los hechos. Ha firmado unas declaraciones dirigidas por alguien. Y en la casa abandonada donde dicen que ocurrió todo sólo se ha encontrado un pendiente de mi hija. Nada de pelos, sangre o fibras. Las niñas nunca han estado allí. Anglés tampoco. La misma gente que dejó el caminito de volantes y fotos de Anglés puso el pendiente.
P. ¿Y Ricart está dispuesto a cargar con los tres crímenes? R. Le han amenazado con hacerle la vida imposible en la cárcel, le han leído las cartilla de todos sus delitos pendientes. Las niñas estaban muertas y enterradas, y el cuerpo de élite de la Guardia Civil lo sabía. P. Desde antes de que fueran encontradas. R. Sí. Esperaban a que pasara el tiempo. P. ¿Qué le hace pensar eso? R. Yo vivía con ellos el día a día de la búsqueda. Si hay un ansia por buscar, por saber, se nota. Y cuando hay apatía, también se nota. Ahora sé que el plan era poner a las niñas en un lugar en donde se le pudiera cargar el muerto a alguien. Por eso las cambiaron de fosa. P. Eso explicaría que la tierra adherida a los cadáveres no sea de la fosa. R. Efectivamente. Además, según la Guardia Civil, a las niñas las ejecutan a pie de fosa. Pero no hay ni una gota de sangre en el lugar. ¿Sabes lo que dice el teniente coronel Carrascosa? Me lo dijo delante del ministro Jaime Mayor Oreja: «Es que llovió mucho.» P. ¿Qué cree que ocurrió realmente? R. A las chicas las convencen para ir a una casa grande donde había una fiesta. P. ¿Cuántas personas cree que habría en esa fiesta? R. Eso sería mucho conjeturar. He oído comentarios de que son personas que hacen ese tipo de orgías de sexo y sangre, y que son mucha gente. P. Usted ha sugerido que para infligir esas heridas hace falta tiempo y más de dos personas. R. A mi hija le falta una mano, una mano que no se encuentra en ningún sitio; no está. Algunas personas entendidas me han dicho que al final de la orgía, los más fetichistas desembolsan una suma de dinero y se llevan una parte del cuerpo. La mano de mi hija está en el cajón de alguien, que la tiene de trofeo. Pero es que en la mano que le queda, las uñas se las han arrancado, y para arrancarle las uñas a una mano hace falta un instrumento; no se puede hacer con cualquier objeto. Pienso que eso no es obra de Anglés y Ricart, no es obra de unos, como nos han contado, que llegan, cogen a las niñas, las llevan a un huerto, las violan repetidas veces y las matan. No. Las lesiones se han producido con un ensañamiento, un regocijo… y unos materiales, instrumentos determinados que no se llevan en el coche. Las niñas fueron empaladas vivas, así lo demuestran las dilataciones de hasta siete centímetros en sus anos y vaginas. Y les arrancaron los pezones con tenazas.
P. ¿Cuánto tiempo cree que duró el martirio? R. Quizás seis, siete, ocho o nueve días. Así lo cree el profesor [Luis] Frontela [catedrático de Medicina de la Universidad de Sevilla, que realizó un análisis pericial de los cadáveres a petición de Fernando García]. Tienen cicatrices en las muñecas… y sabemos que una herida no puede cicatrizar en un cuerpo muerto. Cicatrizaron porque estaban vivas. P. Los informes forenses también han sido causa de polémica. R. Lo primero que se hace cuando llegan los cuerpos al Anatómico Forense de Valencia es lavar los cadáveres con una manguera, con lo que cualquier prueba se va con el agua. Dejan los cuerpos impolutos, antes de hacer cualquier prueba. El forense que presenta la exhumación observa una gran deformación en la cabeza de mi hija. Luego, en el Anatómico Forense, eso no se detecta. Analizando las fotografías con lupas vimos que el cráneo de mi hija está unido con un alambre a un objeto desconocido. Lo que pone en el informe forense es que, analizados los cuerpos, no se observa ninguna cosa extraña, que la muerte se ha producido por destrucción de centros vitales: un tiro en el cráneo. Pero no hablan de la infinidad de lesiones… Y las ataduras son muy profesionales. Las colgaron del techo con las manos hacia atrás. P. Hay 17 pelos que sobreviven al lavado. R. Luis Frontela me comentó que había 27 en las ropas, que también fueron lavadas. La mayoría de ellos eran púbicos. Pero es que a la autopsia realizada por Frontela asistieron los seis forenses que habían hecho los informes anteriores, para vigilarle. Un documento escrito por Frontela, que tengo yo, muestra que uno de ellos le dijo: “Profesor Frontela, está haciendo una autopsia muy minuciosa, y eso no es lo acordado.” Mi primer abogado, Luis Miguel Romero Villafranca, escondió el documento. Por eso lo eché. P. Esta supuesta conspiración incluye jueces, guardias civiles, forenses, abogados… Hasta ha acusado a Rafael Vera. R. La mayoría son manipulados y siguen órdenes. Frontela me comentó que Rafael Vera le llamó y le pidió como favor personal que hiciera un examen minucioso de los cuerpos. Entonces Frontela se personó en el Anatómico Forense de Valencia. Pidió entrar, pero le dijeron que había una contraorden y le impidieron el acceso. A lo mejor fue una treta de Vera: queda muy bien y se sale con la suya. P. ¿Cree que hay personas poderosas detrás de todo esto? R. Está claro. Por eso Interior teme desenmascarar la trama. Por eso lo tengo que hacer yo. Es mi cruzada particular.
El dossier de Fernando García en el Ministerio del Interior En nuestras charlas con Fernando García le preguntamos acerca de sus querellas: P. Fernando, ¿cuántas querellas tienes? R. Pues mira, tengo la del juez, la del fiscal, la de Carrascosa, la de los forenses de Valencia, la de Calvé, la de Solana, la de Bermúdez de Castro… y no sé si habrá alguna más por ahí. P. Y todos esos nombres de gente conocida, ¿de dónde los habéis sacado? R. En un dossier que yo entregué en el Ministerio del Interior al ministro Mayor Oreja, iban los nombres de Calvé, el ex gobernador de Alicante, Bermúdez de Castro, el productor de películas y otros. P. Y, ¿qué tienen que ver con el caso? No entiendo muy bien la relación. R. Pues, me llegó la información de que […] hacía películas snuff. P. Pero esto, ¿te venía de una fuente fiable? R. Sí, de la policía. P. ¿De la policía de dónde? R. De la policía de Madrid. Habían estado investigando y cuando habían llegado a ellos, una mano poderosa los quitó. P. ¿Hacían películas snuff? R. Sí. P. Pero, ¿con animales o con personas? R. Con personas. P. ¿Cuándo supiste esto? R. Hace tiempo, unos dos años. He estado indagando sobre esto y esta fuente me dijo que […] se había llevado 2.000 kg. de cocaína que eran para quemar. Se la había llevado para él y sus amiguetes. A […] llegué por fuentes diferentes. La policía me dijo que por aquí se organizaban orgías de este tipo y me pasaron unos documentos contándome lo que ellos habían averiguado. Me empezaron a llegar informaciones sobre ciertos personajes de Madrid que tenían historias raras… Entonces ibas casando unas cosas con otras. Por otro lado, algunos periodistas habían investigado a estas personas y se encontraban con esto. Y […] se dedicaba a hacer películas snuff.
Otra fuente me comentó que a una de las niñas del grupo […], del cual producía las películas, la dejó embarazada y tuvo que hacerle un aborto que por poco le cuesta la vida. Hacía “castings” de niñas y abusaba de ellas. Con toda esta información hicimos un dossier y lo pusimos en manos del ministro Mayor Oreja. Era lo que veía más lógico. Yo creí que me iba a echar una mano. P. ¿Y qué pasó? R. Parece que estuvo investigando un tiempo hasta que alguien le dio la orden de abandonar. P. ¿No supiste nada más? R. No. Lo que sí supe fue que él había enviado aquí a Valencia para que investigaran qué había de cierto sobre lo que se decía en el dossier… y tengo que decir que uno de sus directores de gabinete me llamó y me dijo: “Tengo que decirle de parte del Ministro que se están investigando en Valencia algunas cosas y hay mucho más de lo que usted nos ha dicho.” Supe que el Ministro había enviado a un grupo de élite denominado “los Patas Negras” y se pudieron a investigar el dossier, pero les cortaron las orejas a todos. Algo muy gordo hay detrás de todo esto. Hubo alguien que me dijo que el problema que tienen ellos es que es un problema de Estado. P. ¿Cómo? ¿Por qué un problema de Estado? R. Hay gente que mata por placer, por dinero y por poder… Para comprar voluntades de gobierno. La técnica que utilizan es invitar a una sesión de esas y grabar a los asistentes… Luego chantajean. Alguien me dijo que en la embajada de […] tenían cogido a uno que había participado en una de estas orgías de sangre y muerte. Después me puse en contacto con el General de Información de Servicios Especiales de la Guardia Civil, el general Muñoz. Le di una copia del dossier y le conté además otras cosas que yo sabía. Le dije que en los papeles de CESID estaba el nombre de mi hija. P. ¿En los papeles del CESID? R. Sí, porque el CESID estuvo investigando a políticos y descubrió lo que estaban haciendo algunos… En los papeles del CESID está el nombre de las niñas de Alcácer. Cuando le conté esto al General, le pareció que lo que yo le estaba contando era algo del otro mundo… y me prometió que si algo había de cierto en todo esto, iba a salir a la luz. Daba igual que se
tratara de D. Fulano que de D. Mengano. Lo que sí tenía claro él es que viendo las diligencias que había hecho la Guardia Civil en el sumario… constituían un delito y que iban a rodar cabezas, pero no de los simples guardias sino de los jefes. Pero todo se quedó en agua de borrajas. Alguien le dijo que se desvinculara del caso. Hasta aquí la entrevista con Fernando García. ________________________________________________________
ANEXO Nº 1: ENTREVISTA COMPLETA A FERNANDO GARCÍA EN CAMBIO 16
Cambio 16 Interior teme desenmascarar la trama Lunes, 21 de abril de 1997 Emiliano González / Fotos: Alex Puyol Enviados especiales, Alcácer El 12 de mayo empezará el juicio del CASO ALCÁCER. Con Anglés prófugo, en el banquillo de los acusados sólo se sentará Miguel Ricart. Pero FERNANDO GARCÍA dice que se está procesando a la persona equivocada para proteger a los verdaderos culpables: hombres de gran importancia. La vida de Fernando García se convirtió en pesadilla el 13 de noviembre de 1992, cuando su hija Miriam, de 14 años, desapareció junto a sus amigas Desirée Hernández y Antonia Gómez. Aparecieron muertas y enterradas en enero de 1993. Desde entonces Fernando ha consagrado su vida a buscar a los que considera los verdaderos asesinos y torturadores de su hija. Para él, la versión oficial, que culpa de los crímenes al prófugo Antonio Anglés y a Miguel Ricart, que será juzgado el 12 de mayo, es un montaje que pretende proteger a personajes demasiado poderosos. P. ¿Qué le parecen las últimas informaciones aparecidas en el diario "Ya"? R. Yo anuncié hace un mes que pronto se empezaría a hablar de que alguien ha visto a Anglés. Cada vez que se da un paso firme en las investigaciones que intentan demostrar que Anglés fue un testigo incómodo al que han quitado de en medio, siempre hay alguien que le ve. Esto ha ocurrido todas las veces. Como aquel programa de Antena 3 en el que habian visto a Anglés en Uruguay; luego que si hubo otro avistamiento en Irlanda, en Londres, en Portugal... Yo digo que ojalá que sea; me aportaria un testigo que me podria contar cosas. P. Usted mantiene que Anglés es, junto con Ricart, el cabeza de turco elegido por una red u organización. R. En el lugar en dónde se hallaron los cuerpos de las niñas se encontró un trozo de un volante de ingreso en la Seguridad Social de Anglés. Y en
un chalet de Villamarchante (Valencia) donde se dice que se refugió Anglés [durante su huida] también se encuentran unas fotografías de Anglés. Es decir, que por donde va pasando va dejando un rastro de fotos, documentos… Anglés y Ricart son los transportistas, los que las entierran. No creo que Anglés llegara a contribuir directamente a la muerte de las chicas. P. No se han encontrado pelos ni fibras de Anglés, ni en los cuerpos ni en la casa abandonada donde se dice que ocurrieron los hechos. R. No se han encontrado rastros de Anglés, pero de Ricart tampoco. No hay nada en los 5.000 folios del sumario. Ricart pienso que no participó casi nada o nada en los hechos. Ha firmado unas declaraciones dirigidas por alguien. Y en la casa abandonada donde dicen que ocurrió todo sólo se ha encontrado un pendiente de mi hija. Nada de pelos, sangre o fibras. Las niñas nunca han estado allí. Anglés tampoco. La misma gente que dejó el caminito de volantes y fotos de Anglés puso el pendiente. P. ¿Y Ricart está dispuesto a cargar con los tres crímenes? R. Le han amenazado con hacerle la vida imposible en la cárcel, le han leído las cartilla de todos sus delitos pendientes. Las niñas estaban muertas y enterradas, y el cuerpo de élite de la Guardia Civil lo sabía. P. Desde antes de que fueran encontradas. R. Sí. Esperaban a que pasara el tiempo. P. ¿Qué le hace pensar eso? R. Yo vivía con ellos el día a día de la búsqueda. Si hay un ansia por buscar, por saber, se nota. Y cuando hay apatía, también se nota. Ahora sé que el plan era poner a las niñas en un lugar en donde se le pudiera cargar el muerto a alguien. Por eso las cambiaron de fosa. P. Eso explicaría que la tierra adherida a los cadáveres no sea de la fosa. R. Efectivamente. Además, según la Guardia Civil, a las niñas las ejecutan a pie de fosa. Pero no hay ni una gota de sangre en el lugar. ¿Sabes lo que dice el teniente coronel Carrascosa? Me lo dijo delante del ministro Jaime Mayor Oreja: «Es que llovió mucho.» P. ¿Qué cree que ocurrió realmente? R. A las chicas las convencen para ir a una casa grande donde había una fiesta. P. ¿Cuántas personas cree que habría en esa fiesta? R. Eso sería mucho conjeturar. He oído comentarios de que son personas que hacen ese tipo de orgías de sexo y sangre, y que son mucha gente.
P. Usted ha sugerido que para infligir esas heridas hace falta tiempo y más de dos personas. R. A mi hija le falta una mano, una mano que no se encuentra en ningún sitio; no está. Algunas personas entendidas me han dicho que al final de la orgía, los más fetichistas desembolsan una suma de dinero y se llevan una parte del cuerpo. La mano de mi hija está en el cajón de alguien, que la tiene de trofeo. Pero es que en la mano que le queda, las uñas se las han arrancado, y para arrancarle las uñas a una mano hace falta un instrumento; no se puede hacer con cualquier objeto. Pienso que eso no es obra de Anglés y Ricart, no es obra de unos, como nos han contado, que llegan, cogen a las niñas, las llevan a un huerto, las violan repetidas veces y las matan. No. Las lesiones se han producido con un ensañamiento, un regocijo… y unos materiales, instrumentos determinados que no se llevan en el coche. Las niñas fueron empaladas vivas, así lo demuestran las dilataciones de hasta siete centímetros en sus anos y vaginas. Y les arrancaron los pezones con tenazas. P. ¿Cuánto tiempo cree que duró el martirio? R. Quizás seis, siete, ocho o nueve días. Así lo cree el profesor [Luis] Frontela [catedrático de Medicina de la Universidad de Sevilla, que realizó un análisis pericial de los cadáveres a petición de Fernando García]. Tienen cicatrices en las muñecas… y sabemos que una herida no puede cicatrizar en un cuerpo muerto. Cicatrizaron porque estaban vivas. P. Pero la Guardia civil... R. Ellos dicen que las mataron al día siguiente por la mañana. P. Los informes forenses también han sido causa de polémica. R. Lo primero que se hace cuando llegan los cuerpos al Anatómico Forense de Valencia es lavar los cadáveres con una manguera, con lo que cualquier prueba se va con el agua. Dejan los cuerpos impolutos, antes de hacer cualquier prueba. El forense que presenta la exhumación observa una gran deformación en la cabeza de mi hija. Luego, en el Anatómico Forense, eso no se detecta. Analizando las fotografías con lupas vimos que el cráneo de mi hija está unido con un alambre a un objeto desconocido. Lo que pone en el informe forense es que, analizados los cuerpos, no se observa ninguna cosa extraña, que la muerte se ha producido por destrucción de centros vitales: un tiro en el cráneo. Pero no hablan de la infinidad de lesiones… Y las ataduras son muy profesionales. Las colgaron del techo con las manos hacia atrás.
P. ¿Que explicación puede tener el alambre en la cabeza? R. Sinceramente, no lo sé. Nosotros estamos pidiendo los vídeos del levantamiento de los cadáveres y todos los negativos de las fotos. Pero no me los conceden, no quieren que veamos nada más. P. Hay 17 pelos que sobreviven al lavado. R. Luis Frontela me comentó que había 27 en las ropas, que también fueron lavadas. La mayoría de ellos eran púbicos. Pero es que a la autopsia realizada por Frontela asistieron los seis forenses que habían hecho los informes anteriores, para vigilarle. Un documento escrito por Frontela, que tengo yo, muestra que uno de ellos le dijo: “Profesor Frontela, está haciendo una autopsia muy minuciosa, y eso no es lo acordado.” Mi primer abogado, Luis Miguel Romero Villafranca, escondió el documento. Por eso lo eché. P. Esta supuesta conspiración incluye jueces, guardias civiles, forenses, abogados… Hasta ha acusado a Rafael Vera. R. La mayoría son manipulados y siguen órdenes. Frontela me comentó que Rafael Vera le llamó y le pidió como favor personal que hiciera un examen minucioso de los cuerpos. Entonces Frontela se personó en el Anatómico Forense de Valencia. Pidió entrar, pero le dijeron que había una contraorden y le impidieron el acceso. A lo mejor fue una treta de Vera: queda muy bien y se sale con la suya. P. ¿Cree que hay personas poderosas detrás de todo esto? R. Está claro. Por eso Interior teme desenmascarar la trama. Por eso lo tengo que hacer yo. Es mi cruzada particular.
