EL CASERÓN DEL MIEDO Autor: Ignasi García Barba Personajes: Aníbal: Lucas Cáceres. Marcos: José Miguel Enrique: Ángelo Jorge : Sebastián Javier: Gian Franco Manuel: Benjamín Mondaca Samuel: Jared Pedro: Martín Daniel: Armando Juan: Benjamín Saavedra Escenografía Sergio Elías Joaquín Cristian
La acción tiene lugar en el vestíbulo de una casona abandonada en estado ruinoso. Está muy oscuro. Hay polvo y telarañas por todas partes. Las paredes, desnudas. Hay muebles esparcidos por aquí y por allá, en bastante mal estado: sillas, mesas, cómodas y objetos diversos que dan al lugar un aspecto tétrico e inquietante. En el centro del escenario, una alfombra vieja y mohosa. De repente se oye el ruido de una puerta al abrirse. A continuación, murmullos ininteligibles. Después, silencio. La escena se ilumina con luces de linterna procedentes de la izquierda del escenario. A continuación tiene lugar el siguiente diálogo, aún fuera del escenario.
ANIBAL (desde fuera del escenario) - ¿Por dónde vamos?
ENRIQUE (desde fuera del escenario, asustada)- Yo me voy MARCOS (desde fuera del escenario)- No lo sé. ¿Tú por dónde quieres ir? ENRIQUE (desde fuera del escenario)- Oye, les digo que me voy. ANIBAL (desde fuera del escenario)- Miremos por allí, a ver qué hay. ENRIQUE (desde fuera del escenario, gritando)- ¿¿Es que no me oyen?? ¡¡Me quiero ir!! TODOS (desde fuera del escenario)- ¡¡Chhist!! MANUEL (desde fuera del escenario) - No hace falta que grites. ENRIQUE (desde fuera del escenario)- Es que no me hacen caso. MARCOS (desde fuera del escenario)- Echemos un vistazo por allí.
Entran en escena por la izquierda ANIBAL, ENRIQUE, MARCOS, SAMUEL y MANUEL. Detrás de MANUEL, se esconde ENRIQUE, que mira asustada hacia todas partes. Todas llevan mochila y una linterna encendida.
MANUEL- Este sitio podrá servir. ANIBAL- ¿Estás seguro? MANUEL- ¡Es perfecto! Es… grande, hay espac io. Y hay una mesa. Cabemos todos y hasta podremos comer sentados, mira, ahí hay sillas. ENRIQUE- A mí no me gusta. MARCOS- A mí me gustaría estar más cerca de la puerta. ENRIQUE- Eso, eso, más cerca de la puerta. SAMUEL- ¿Tienen miedo?
MARCOS- ¿Miedo? ¡Pero qué dices! Lo que pasa es que aquí… no hay ventilación. Y hay mucho polvo. MANUEL- La verdad es que se nota que hace años que nadie pasa un trapo. MARCOS- ¿Y si hay un incendio? Fíjense en todos estos muebles. Cuanto más cerca estemos de la p uerta, mejor. ANIBAL- Estás muerto de miedo, reconócelo. MARCOS- ¡No es verdad! ANIBAL- Entonces nos quedaremos aquí. (Pausa. ANIBAL y MARCOS se miran, como retándose)
MARCOS- Vale. MARCOS se quita la mochila, la deja en el suelo, la abre y busca algo en su interior.
ENRIQUE- yo sí tengo miedo. SAMUEL- ¡Pues haberlo dicho antes! Decidimos que vendríamos a pasar aquí la noche, lo decidimos juntos, ¿ya no te acuerdas? ¡Pues ahora te fastidias! Y si no te gusta, lárgate de la pandilla. MANUEL- No hace falta que le hables así. SAMUEL- ¡Es que estoy harto! Desde que hemos llegado al bosque no ha dejado de molestar. MANUEL- Vale, a lo mejor tiene miedo. Pero ha venido, ¿no? Tiene miedo pero aún así está dando la cara, eso sí que es ser valiente. (Mirando a ENRIQUE) (Se acerca a ENRIQUE) Te quedarás, ¿verdad?
ENRIQUE (después de pensarlo unos instantes)- Sí. MANUEL le quita la mochila y la deja en el suelo. Después hace lo mismo con su propia mochila. MARCOS saca de su mochila un saco de dormir y lo extiende en el suelo. Los otros la imitan.
MARCOS- ¿Y los demás? ¿Dónde se habrán metido? ANIBAL- Es verdad, ya deberían estar aquí. MANUEL- ¡Cuánta porquería! MARCOS- A lo mejor están en el piso de arriba. ANIBAL- No vendrán. Ellos mucho bla, bla, bla pero ya ven cómo al final se irán, así que a lo mejor no hace falta ni que saquemos los sacos de dormir. MANUEL- No creo que están en el piso de arriba, oiríamos pasos. MARCOS- ¿Qué tal si vamos a comprobarlo? Que ellos están arriba, digo. ANIBAL- Si tú quieres… ENRIQUE ¡Un momento! MARCOS- ¿Qué pasa? ENRIQUE- Creo que he oído algo. ANIBAL- ¿Dónde? ENRIQUE (señalando el techo)- Ahí. ANIBAL- ¿Seguro? MANUEL- Pues vamos a verlo. MARCOS- Seguro que son ellos. Yo voy por ahí. (señala la izquierda) ANIBAL- Pues yo digo que los chicos se han ido y no vienen, pero si quieren vamos a echar un vistazo, yo voy por ahí ( señala la derecha) ¿te vienes, Manuel? MANUEL- Vale. SAMUEL- ¿Y tú, Enrique? ENRIQUE- ¿Estás loco? Yo no me muevo de aquí. ANIBAL- Pues tú verás.
Salen todos por el lado que han escogido, excepto ENRIQUE, que se queda solo. Se oye un crujido.
ENRIQUE- ¡Espera, no me dejen solo! ¡Marcos! ¡Marcoos! Sale corriendo por la izquierda. El escenario vuelve a permanecer casi a oscuras. Pausa. Se oye el ruido muy débil de una puerta al abrirse. Ruido de corriente de aire. A continuación se oyen pasos. De repente se enciende una linterna. Vemos de forma muy difusa las siluetas de JORGE y PEDRO y BENJAMÍN - y quizá también su cara- que entran por la izquierda y avanzan con precaución por el escenario. De repente se oye a alguien golpeando tímidamente una puerta. A continuación entra por la izquierda JAVIER. Los tres llevan mochilas. PEDRO es más pequeño que ellos.
JORGE (a JAVIER, mosqueado)- ¿Pero tú eres tonto o qué? JAVIER- ¿Qué pasa? BENJAMÍN- ¿Por qué llamas a la puerta? JAVIER- Yo que sé… Por si hay alguien. JORGE- ¿Quién quieres que haya? ¿Los espíritus de los muertos? PEDRO- ¡No digas tonteras! JORGE- Tú te callas. PEDRO- No me da la gana. BENJAMÍN- Se me ha ocurrido que a lo mejor estaban aquí dentro y que si llegábamos así, de repente, a lo mejor se asustaban. JORGE- ¿Quién? JAVIER- Pues… los chicos. JORGE- ¡Pero mira que eres tonto! ¡Te digo que ellos no van a venir! JAVIER- Ya, pero, ¿y si han venido? JORGE- Mira, paso, no quiero discutir contigo. Dame las linternas.
El escenario se ilumina ligeramente con la luz de sus linternas.
PEDRO- Pues yo estoy con Javier, a mí no me gustaría que de repente entrara alguien y me diera el susto de mi vida. JORGE- Yo no me asustaría. PEDRO- Ya. BENJAMÍN- ¡Te digo que no me asustaría! Además, seguro que los chicos se van y no aparecen. JAVIER- ¿Y tú cómo lo sabes? JORGE- Ya verás. PEDRO- Pues yo digo que sí van a venir. JORGE- Tú te callas. PEDRO- ¡Oye! JAVIER- no le hables así. JORGE- Es verdad. Pero tiene suerte de que yo soy su hermano, y le voy a enseñar a ser un hombre hecho y derecho como yo. PEDRO- Pues antes que parecerme a ti, prefiero seguir siendo un tonto. JORGE- ¡Pedro, te estás pasando y te voy a...! JAVIER (interrumpiendo a Jorge y enfocando con su linterna las mochilas de los chicos)- ¡Eh, miren! Los tres enfocan las mochilas de los chicas con sus linternas. Pausa.
JAVIER- Pues han llegado ellos antes. PEDRO (a JORGE)- ¡Toma! ¿Ves como tenía razón? PEDRO se echa a reír. JORGE- ¿Se puede saber qué te hace tanta gracia?
PEDRO (riendo)- ¿A mí? Nada. ¡Si yo estoy muy serio! JORGE- A lo mejor no son sus mochilas, Javier. JAVIER- ¿Y de quién van a ser, si no? JORGE- Pues… (intenta buscar otra explicación pero no la encuentra) JAVIER- Tenemos que reconocerlo, Jorge: han venido y además han llegado antes que nosotros. No lo vamos a tener tan fácil como pensábamos. BENJAMÍN - ¿Y ahora qué? JORGE- Pues nos va a tocar pasar la noche aquí con ellos. BENJAMÍN (algo asustado)- ¿En serio? JAVIER- ¡Pues claro! Hasta que una de las dos pandillas se vaya y salga corriendo. BENJAMÍN- Pues ojalá se vayan pronto, porque este sitio no me gusta nada. JORGE- ¿Tienes miedo? BENJAMÍN- ¿Yo? ¡Qué va! JORGE- Mejor, porque nosotros tampoco tenemos, ¿verdad, Javier? JAVIER- ¿Dónde se habrán metido? JORGE- Ni idea. JAVIER- A lo mejor están arriba. PEDRO- ¿Tú crees? JAVIER- A lo mejor están inspeccionando la casa. Y las casas antiguas siempre se empiezan a inspeccionar por arriba. PEDRO- ¿Y tú como lo sabes? JAVIER- Siempre se empieza por el sótano, es donde están las cosas más interesantes: baúles con recuerdos, fotos, muebles …
JORGE- Aquí también hay muebles. JAVIER- Seguro que en el desván hay más cosas. Y más interesantes. PEDRO- ¿Y para qué quieres ir allí? JAVIER- Para ver el sitio donde viven los fantasmas de la casa. JORGE- ¿Fantasmas? BENJAMÍN- ¿Qué pasa, Jorge? ¿Tienes miedo? JORGE- Cállate PEDRO (burlón, con cantinela)- ¡Jorge tiene miedo, Jorge tiene miedo! JORGE (amenazador)- Que te doy, ¿eh? JAVIER- ¿Quieren dejar de pelear? Tenemos que ser respetuosos y estar muy atentos. A los fantasmas no les gusta que la gente se pelee en su casa. Quieren descansar en paz. JORGE- Yo no creo en fantasmas. Se oye un crujido de madera en el techo. Silencio.
BENJAMÍN (asustado)- Ha sonado en el techo. JAVIER- ¿Lo ves? Ya se han molestado los fantasmas. JORGE- Ahí arriba hay alguien. PEDRO- ¿Qué hacemos? JAVIER- No lo sé. PEDRO- ¿Nos vamos? JORGE-¡Pero qué dices! Seguramente son las pavas ésas. JAVIER- ¿Y si son los fantasmas? JORGE- ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?
JAVIER- ¡No! Pero un fantasma mosqueado puede ser peligroso. JORGE- El que no sea un miedoso, que me siga. Inicia una salida por la derecha. Se detiene en el extremo derecho del escenario.
JORGE- ¿Venís o qué? PEDRO y JAVIER y BENJAMÍN se miran. Finalmente van hacia él y los cuatro salen por la derecha. Pausa. Se oye un débil aullido, que podría ser provocado por el viento. De repente se ven luces procedentes de la izquierda del escenario. El siguiente diálogo tiene lugar fuera de escena)
ENRIQUE (desde fuera del escenario, asustado)- ¿Qué ha sido eso? MARCOS (desde fuera del escenario, nervioso)- No lo sé. ENRIQUE (desde fuera del escenario, asustado)- ¿Tú también lo has oído? MARCOS (desde fuera del escenario, nervioso)- Aquí hay alguien. ENRIQUE (desde fuera del escenario, asustado)- ¡Ay, no digas eso! Se ven luces de linterna procedentes de la derecha del escenario. El siguiente diálogo también tiene lugar fuera de escena:
BENJAMÍN (desde fuera del escenario, asustado)- Era como… como… JAVIER (desde fuera del escenario, nervioso)- Sí, como una especie de aullido. BENJAMÍN (desde fuera del escenario, asustado)- ¿Tú también lo has oído? JORGE (desde fuera del escenario, nervioso)- ¿De dónde venía? JAVIER (desde fuera del escenario, nervioso)- No lo sé, creo que de ahí, pero no estoy seguro. JORGE (desde fuera del escenario)- Pues si hay alguien, le encontraremos.
ENRIQUE y MARCOS entran por la izquierda andando hacia atrás y enfocando sus linternas hacia el lateral izquierdo. JORGE, JAVIER y BENJAMIN Y PEDRO entran por la derecha andando hacia atrás y enfocando sus linternas hacia el lateral derecho. Finalmente sus espaldas chocan, se asustan y gritan. Se les caen las linternas al suelo y las recogen a toda prisa. Finalmente se reconocen.
CHICOS- ¡AHHHHHHH! ENRIQUE Y MARCOS (al mismo tiempo que los chicos)- ¡ustedes! PEDRO- ¡qué susto! ENRIQUE- ¡Ya te digo! JORGE - Eh, eh, nosotros no. Aquí los únicos que se han asustado han sido ustedes. Entra MANUEL por el extremo derecho del escenario.
MANUEL- Hola. JORGE grita, asustado, y se aparta de un salto. JAVIER, PEDRO, ENRIQUE, BENJAMÍNY MARCOS ríen. Detrás de MANUEL llega ANIBAL Y SAMUEL.
MANUEL- ¿Qué pasa? MARCOS- Nada, que Jorge estaba diciendo que aquí no había nadie... ENRIQUE- Y de repente apareces tú y.... Es que me espanté. JORGE- Bueno, ya basta con el leseo, ¿no? MANUEL- Perdona, no quería asustarte. JORGE- No me has asustado. ANIBAL (a los chicos)- ¿Cuándo habéis llegado? JAVIER- Hace un rato. ¿Es éste el sitio que habéis escogido para pasar la noche? ANIBAL (desafiante)- Sí, ¿qué pasa?
JORGE- ¿No hay un sitio mejor? ANIBAL- Si quieres sube arriba y míralo. JORGE- Eh, eh, conmigo no te pongas pesado, ¿vale? ANIBAL- Yo me pongo como me da la gana. SAMUEL- Anibal... ANIBAL (a JORGE)- No tienes narices para subir tú solo, ¿verdad? SAMUEL- Anibal, no empieces. JORGE (a ANIBAL)- ¡Pues claro que tengo! JORGE va a salir por la derecha pero SAMUEL lo detiene. MARCOS-¿qué es ese ruido? Suena el piso un crujido de la casa y luego un sonido parecido a un ¡buuuuuuuuuuuuuu!.
JORGE- ¿qué es eso? Suena de nuevo el ¡buuuuuuuuu!
TODOS - ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! JAVIER- ¡Corramos por sus vidas! Aparecen dos niños con una sábana y todos los niños salen corriendo de la casa aterrados. DANIEL- (riendo) eso les pasa por no invitarnos a su pandilla.
JUAN- (riendo) si se lo merecen por malos amigos. DANIEL -fuimos los únicos que no fuimos invitados. JUAN- si, ni loco me quedaba en casa un día viernes sabiendo que estaban aquí DANIEL- ¿Y ese ruido?
JUAN- ¿Fuiste tú? DANIEL- ¿Cómo si estoy contigo? Se escucha un aullido.
JUAN Y DANIEL- ¡Ahhhhhhhhhhh! ( salen corriendo)
¿Fin?