El colectivo Eugenia enia Ameida Ameida
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Eugenia Ameida nació en Cdoba en 1972. En
2005 gan Prmio Itenacona de Nova "Dos Oras organzao por l Saln d Lbo boricano de Gjn (España) por "E coect vo, ibo que fe pubcado en España Grca Francia taa ortuga y Austia Su nova "La iea d ndo pubcada en esta msma coc cin n Fancia po dtons Méaiié e seec cionada como fnaista de emio Rmuo Gaegos 2011 En ab d 2015 pubic pubic ibro de poesía La boca de a toenta. Es cnciada en Comunicacin soci egesada d a Univerda Unive rdad d Naconal e e Cdoba Como perio dista ha h a trabaado n edios gráfcos adias y tevisivos Ha pubcao txtos podstcos y de fccin en rvistas y dirios argntinos y euopeos. Actuament coordina tars d lcta cncas ndividuaes d scritura
EUGENIA ALMIDA
EL COLECTIVO
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Almeid, Eugnia l cocivo. - d 4 ta ip - Beos Ar : dh 209 16 p; 22Sx . - (ds ai) IBN 97898762855 . Naat Ag. Tílo CD A863
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i diió bil d 29 m pójlio 29 g impió o d 2 c sió abil d 24 Cuta pió zo d 26 © ug Amid 29 © d l t dió dh 26 Ad. Códob 7 2 p C5A Captl () 5 27 69 Agta -mil: @edcoa °
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Qud goae poúbd si toiió ci d o titula d Copyright bo a os stablcds l ly, l podcó pc o totl d st oa o calqui dio o podito opddo poga y l ttto ático dsibció d jpla d l da al o étao pblco
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Ua novela o s u o1sión d uto; so una stgació sobr o qu s a id hm dto trapa u s a ortdo ndo. Milan Kundera
I
Hace tres nohes que el oletivo pasa sin abrir la pueta. El puelo está bajo un ielo de lata Gris y apenas ondlado La tierra ensuia los dinteles y la fta de lu via one nervi�sos a los perros Desde la ventana de hotel, Ruén se asoma desganado y mira a a gente que está ruzando a ía Son los Pone, que viven del otro lado Vienen otra vez on la uñada a ver si ella puee volver a a iudadAntes de que leguen al nl del esampado, Rubén sle a la puera Desde lejos se ve s mano moviéndose omo un péndulo en el aire, un ado invertido olgando de nada, que se saude para deir no El dotor Pone hae otro gesto, on la abeza, para avisar que lo ha visto -No para ha que volver Marta se ríeVitoria mra el hotel y ierra los ojos uado e tierral se levanta por el viento No sabe si saudirse el vestido, si quitarse el sombrero, si girar y voler a la asa Pone aoja el nudo de uello, se apo ya sbre el pie izquierdo y mira a su muer 9
-No te rías. Marta baja la cabeza para esconder la boca que está esléndida, abierta, extendida. Hace cuatro días que los Ponce se acercan a la ara da del hotel a la isa hora. Él se one saco, corbata y los zaatos de slir. Simlando no hacer eserzo ca ga la valija e su herana. Las ujeres van unos asos atrás, hablando y oviendo las anos.
El rier día llegaron al hotel a tieo ara que Victoria toara el colectivo de las ocho. Diez iu tos antes e culirse la hora, Ponce vio los fros doblando or el caino que sale de la ruta. La luz antició la curva y el abogado bajó a la calle de tie rra. El colctivo aceeró levantando olvo y que brando la úsica eterna, incansable, agresiva, de las chicharras. Ponce se dio vuelta ara ver las luces tra seras del clectivo yendo hacia la ciudad. Las uje res quisiern hablar ero el hobre arcó el silen cio con un gesto seren acá Eó la uerta del hotel y buscó a Rubén, que estaba or las esas del ndo. ¿Quién aneja hoy? JO
-Castro, el de Aguas Ciegas. Cieo es él que no me vio. Desde que Pérez se e andan todos mal ¿No lo vio? -No pasó de largo. Ponce giró y salió del hotel. Las mujeres se cala ron cuando la sombra de él se alargó hasta tocarles los pies. -eita vas a esperar hasta mañaa ¿sabés? Victoria sintió con la cabeza y miró de reojo a Marta que seguía sonriendo. El abogado cruzó las vías y mietras oía el cuchi cheo de su mujer y su hermana pensaa e las luces trasras del colectivo. "ste Castro es un idiota Si no me ubiera vsto o habría acelerado No quiso parar. Por la calle de la izquierda aprece Gómez e su bicileta y verlos volver les grita: ¿Qué se arrepintieron? y pedalea con fuerza mietras levanta la mano para saludar. Ponce quiere gritrle pero la voz le sle baja leve inaudible. o no quiso prar. Se da cuenta de que Gómez no lo oyó y ya ve su espada y su nuca ua cudra más aá Des no e e l bicicleta negra y parece que el hombre pedlea en l aire. Poce saca un cigarrillo del bolsillo y lo ecien de Al llegar a su casa espera a las mujeres para que etrn primeras.
II
"Igul que en el ajedrez, las cosas pueden acomodar se sobre u tablero que las explique. Si uno está ate to, puede aticiparse y colocarse de manera t que no haya mod de evitar el jaque mate Ponce sostiene el l entre sus dedos y deja que el cigrro se cosuma Oye que del otro lado de la pue ta Mrta y Victoria están poniedo la mesa Are el cajón derecho de escritorio y saca un recorte de iario Usn do su pluma empieza a enar con letras ls cuadrados que rman el crucigrama Se yen los pasos de Mr ta Ponce are la puerta y pasa entre las mujeres -Me vy hotel Marta hace un gesto a su cuñada y leta los cubie tos que eran para él, se acerca a la ventana y lo ve, de a intervos, pecer bajo los cos de luz de la cle Se desata el delantl, abre uo de los cajones de la mesada y mete la ao hasta el ndoVictoria snríe De ab jo del plástico en el que están guardados los cubiertos, Marta saca su mano gorda cerrada sobre un papel pl teado Lo desenvuelve y apareen tres cigarrlos Bus ca la caja de fósros y se sienta ente a su cuñada -Mañana vamos a ir a la feria, vamos a comprar durazos y damascos Es mejor que te quedes un día mas.
Poce busa su mesa con la vista y se acerca a la barra para sacar la caja de madera con el ajedrez Rubén seca ls vasos y atiende un jarr que está en el ego I2
El abogado enciende un cigarro entras ra a la pareja del ndo Son de auera, se nota por la ropa. La er todía es joven. Tiene un saco sobre los hom bros Él, de tre y corbata, le habla bajo, casi al oído Segramente son amanes, piensa Busca sortijas en los edos per apenas h luz. la ene aspeco de estar en flta, nerviosa, lgo desarreglada en contraste con él Pone lo imagina lustrando con erza los zapatos que brllan bajo la mesa. Rubén ra hacia la izquierda y se cruza con sus ojos. l bigote del abogado se mue ve hacia abajo y el hoelero entiende Mientras prepa ra ds sos de whs Ponce le ra la espalda, la pun ta d la casa que se ha slido del pantalón y cuelga haci abo. El hotelero camina entre las mesas hasta llegar a Ponce Toma el trapo que tiene apoyado en el ante brazo izquierdo La mano se mueve rápida, en círcu los, impiando la mesa. l abogado mira las migas, minúsculas cenizas que vuelan al compás del movi meto. Rubén pone un vaso ente a su clente y otro un oco más alláVuelve a la barra y busca, debajo del mostrador, una botella de whisk que tiene dos cru ces obre la etiqueta. Dos cruces idéicas hechas con la pnta de un cuchio. Se acerca a la mesa y la apo ya diciendo: -Su botella, docor once tiene n cigarrllo en la boca y l ad ya es cnza. Rubén se mueve rápido hasta la r e un cenicero dorado, en rma de triánglo o IJ
gado baja el cigarrillo y lo golpea suave con el dedo índice. La ceniza cae entera Rubén se va hasta la mesa del fndo. Ponce, que había entrecerrado los ojos para protegerse del humo, lo espía si abrirlos, lo sigue entre los obstáculos. Se distrae con la mujer. Obviamente no lleva enaga. En sombra se ven las piernas sas, ertes. Él cree sen tir cómo temblan esas piernas cuando el hombre de la mesa de fndo habla con Rubén. -No paró. Pasó antes, iez nutos antes.Yo iba a sir a hacer señas cuando el doctor... Rubén se da vuelta y señla a Ponce. El hombre lo mira distrdo, la mujer apenas se mueve. ...entró y me dijo que no había parado Segura mente no o vio... Ponce uerde la punta del cigarrillo y suelta un ruido bajo, sordo, como un gruñido. ... pueden quedarse hasta mañana. A las siete y media slg a la puerta para asegurarme de que pre... Los hobres siguen hablando y Ponce mira a la mujer. Ella se sabe mirada.Y tiembla Los distrae el ruido de un camión. Una cuerda y la lona golpean contra el parante de metl. Lejos, los perros de la viu da Juárez le ladran al comisario, que camina por la clle. asó Crespi con el ción. En media hora cierro, doctor. Ponce deja el vaso de whisk en el que estaba to mando y garra el otro. Lo mira a trasluz Con una ser 14
villeta de papel lo ota y luego se sirve. Sospecha que Rubén guarda en su botea el whisky que sobra Por eso nciende otro cigarrillo , mientras lo fuma, va tirado la ceniza en el vaso que ya usóVeintiocho inutos después, se levanta Rubén entiende que ya es hra de cerrar Ponce mira hacia la mesa del ndo y la ve vacía. No sabe en qué momento se e la pare ja Han dado vasos, colias y trozos de papel que ela iba ompiendo mientras hablaba La mesa parece un cuarto de hotel recién deshabitado. El abogado ya está de espaldas y levanta su mano izquierda para que Rubén la vea -sta mañana, doctor o mientras baa los esca lons de piedra La cmnila de la puerta sige sonan do casi hasta legar a las vías.
El segundo ía, Rubén salió a la puerta del hotel a as sete meia de la tarde. Detrás e él la parea de la esa del ndo conversaba bao, las voces apura das, nerviosas se oían como un coro de ranas Rubén vio los Ponce cruzar las vías. El doctor traía la vlia de su hermana, que venía unos pasos atrás caminan do on Marta os hombres se vieron de lejos y con un ovimiento mínimo de las cabezas se saludaron 15
Al ega l hotel, Mata y Victoria se quedaon lejos de la parej. Mara no dejaba de rar a la mujer Con una risa taada, flosa, le dijo a su cuñada: -No ne enagua, ésaY no es del pueblo Victoria parecía no oír. Mraba el cielo, encapoa do y tenso Desde la mañana anterior la lluva se hn chaba dentro de las nubes pero el vento no roaba y la ormena cmbiaba de lugar sin poder soltarse. Ésa n es de la ciudad, seguro No tiene medas. De la cudad no es. Seguro que es de otro pueblo.. Victora mró los ojos de la mujer, que le cones tó con un geso de asco.Vcoria se sorprendió. Trató de entender lo que decía su cuñada, que hablaba casi sn resprar ...no on mujeres decenes, ¿qué hacen? ¿Por qué venen acá? A ese pueblo sólo se viene a hacer una diligencia o a pecar. Y él. seguro que es viajante... Vctoria ró a Ponce, que hababa con Rubén. El traje de s hermano no tenía n una arruga. La ca sa del hotelero acusaba una quemadura de cigarrilo en la manga derecha -...son odos iguales. Se la pasan viajando por los pueblos y durmiendo en hoteles. Tienen dos o tres os y un onta que los cuda Nunca estn en su casa, ésos Llegn a un pueblo y corretean eres. Siem pre hay una que no es decente y se deja Después se van junto a otro pueblo, para que no la reconozcan. ¿Te acords de los Fuenes, los de molino Bueno, eos tenían un hija que siempre hacía eso Pedía licencia .
en la escuela la pícara Y se iba para Trias, acá a cua renta kilómetros.Y se revolcabaYa se supo en el pue blo, porque la vieron en un hotel de ma muerte, sen tada en la flda de un vinte Qué sirgüenza, andar destrozando milias Se tuvo que ir, se �uvo que ir del puelo Dicen que se e a la ciudad Que la han visto trabajando bueno en los teatros, en los caés En la mala vida Victoria se apoya la mano en la garganta, la ente con gotas de sudor los Fuentes hacen de cuenta que no exste Dicen que sólo tienen un hijo Claro que oí que don Fuen tes es el menos indicado Victoria busca el brazo de su cuñada ¿Estás bien vos? Estás pálida ¡Ponce! Nenita está ml l abogado se da vuelta y parece otro hombre Se acerca a su hermana y la sostieneVictoria respira hon do y cierra los ojosA ndo del cano se oye el ru do el colectivo El hotelero ba a la cle y mueve los brazos La para se acerca l cordón Rubén oye el camio de marchas del colectivo y lo ve acelerar Se ara en medo de la clle y levanta los brazos El coche acelera , en una maniobra, esqui va al hotelero que se queda inmóvil, con los brazos levantados, en una nube de polvo, en el medio de la calle La pareja protesta, él levanta la voz Ponce abra za a su hermana entras Marta agita un abanico que sacó de su cartera IJ
-¿Te hace bien el ire, Nenita? ¿Te hace bien? -Ya esá -dice Victori, ya está. Gracias,Antonio. a está. -Le deen haber hecho mal los mariscoso sabía A quién se le ocurre comer cosas de mar en este pue blo Ponce ra a su hermana y la uda a sentarse en el banco. -ndáAntonio, andá. estoy bien. El abogado mira a Rubén, que vuele de la calle Quiere hablarle pero los de afuera se acercan ri mero. Usted dijo que hoy nos íbamos sea como sea. Esto no será una estrategia para que su hotel tenga gente, ¿no es cierto? Porque nosotros teníamos que irnos r y recién mañana pasa el próxmo colecti. Rubén se alea un paso para sacar la cara del hom bre de enima de la suya y con voz ensada dice: Mire, yo entiendo que usted esté nervioso pero no me paece bien que dude de m honestidad Soy hotelero desde que nací orque este hotel pertene ció a m padre Si tiene dudas sobre m honorabilidad puede preguntar a cuaquiera del pueblo. No, no dice el viaante previendo un discurso agotado, yo no dudo, lo que pasa .. Incluo el doctor Pone, uno de los hombres más respetados de... Ponce, al oír su nombre, se acerca pero entiende que todva no es momento de intervenir. 18
-Está bien, está bien, yo quiero saber... ...el doctor puede decie qué lse de persoa s. Pero para que no queden dudas, el hotel los nv o el gsto de permanenci un día ás y yo, poal mente, me voy a enargr de que mañna pued vol ver la udad. Se he un silencio. La preja decide entrar. Pare ce que él v xlicándole lo que han acorddo l bo gad se aerca a Rubén, que está saudiendo su pan tló, tratndo de quitale el polvo -¿Qué psó? Mi hermana se descompuso y no vi. No los vio? -No sé dice Rubén, me tiene que haber visto. Debe pasar lgo. ese un vuelta más tarde. Pone se acerca a las mujeres y lza la vlia Ci o mtos después están del otr lado de las vías, o a l casa. Mrta, insólitamente, va clada.
Pone entra en el bar y una ris áida lo irrita. Se da v uelta y ve a la mer que, sobre l flda del hom bre, juega on una copa. Se ha puesto ropa interior eg el ete! e pño h odo so el brazo izquierdo.Tes botones del vestido, despren dids, permiten ver cómo nacen los pechos. Ponce se molesta. Sobre la mesa los vasos v acíos, llenos de huellas y manchas de rouge, son cadáveres secos. Ruén murmura y mueve las manos detrás de la brr. l bogado se tensa cuando oye l hombre usar 19
con esa mujer la isa plabra que él usa para hablar le a su hr hrana. ana. Vas Va s,, nenita-d nenita-dice ice la voz borracha borrach a desde la oscu ridad. Ella, que ahora sí tiene edias, se levanta la flda para acomoda acomodarr la costura neg negra ra que aco acop paña aña las las pier nas. Sube por la escalera y desaparece. Ponce espera. Rubén se ocupa de pequeñas cosas, demorano la pregunta. El abogado se ira las l as manos mano s y esper espera. a. Diez inutos despué despuéss se lipia la garganta con una os brusca. Rubén lo ira y revisa, inútil mente, que el bar ba r esté vacío. Yo no sé, doctor... doctor... La lece sobre el ego, el trapo en la ano dere cha. ...qué qué pasará... pasará... no sé sé... ... ... ¿Quién manejaba? pregunta Ponce, seco. Castro. ¿Otra vez? ¿No 1anejaba ayer? Sí, eso es lo raro.Tendría raro.Tendría que haber sido otro. Castro otra vez. Si será estúpido. o sé... sé... o será tan ibéc de ponerse en contra ía. Si esto es ua revancha por lo que pasó con la chacra... chacra ... No, octor... octor... Porqe él tiene que entender que yo so y aboga do, que es i trabo. Si cada uno de los que pierden se enena conigo... conigo... o lo l o puedo pertir, h a que atenerse a la le. Para eso está, ¿no es cierto? 20
Rubén busca la botella de whisk. -No, doctor, lgo pasa ¿Por qué lo abrán hecho manejar dos noches seguidas? Es raro raro ¿Se habrá enfermado enfermad o alguno a lguno?? No vi qu Viey tes saliera con l coche coche Y en Aguas Ciegas n ay méico Mire, doctor, yo voy a preguntar añana i que venir imoldi el comisionista nuevo El egro que sabe lgo i hermana tiene que volver Sí, y tengo a estos os que se han queado ra dos Si no los despacho mañana voy a slir perdien do staban impacientes así que abrí un par de bote l lll as as Cuano se les acabe el stejo se van a poner nerosos l ruido del camión provoca un silencio ¿Y Crespi? ¿or qué no le pregunta a él? Cierto Tendría que cruzarme en la ruta y hacer que ene añana Bueno, no creo que haga lta aana va a parar el colecto -Sí.
ita tra un blao de aga sobr la verea y se deo ra psano la escoba ira haia as vías y apur apuraa la lm 2[
pieza cuando ve que Gómez levata su bicicleta para cruzar la barrera La fgura se va agradado y Rita apeas tiee que levatar la voz para decir: -¿La barera está baja? Gómez mira a su espada, mira a la peluquera y suelta: -Sip. Parece que sí -Otra vez borracho ese hombre -Primitivo? Hace años que o toma Quee o t oma agua Qu -No, doña Rita, o tom t omaa más Usted dice eso porque seguramete ha brida do jutos Gómez se resiga y mira el cielo, que se vuelve a cargar paa ua tormeta que o ega ¿Vio ¿ Vio que hace dos oches que no para el colec tivo? Eso Es o me decía Vidal recié Me ecotré co él apeas crucé l otro lado -Dirá mejor a este lado stamos acá, o? -Sí, sí, ya sé dice Góme Góme pero para nosotr nosotros os éste és te siempre a a ser el otro lado No soríe cruel Rit Rit l otro lado es aquél -Y levata s brazo derecho y señla co el ídice todo ese polvaed! que ha l otro lado de las vías Sí, claro pero de uestro lado llegaro primero ¿o? Acá o había ada cuado viieron los Alberti -Itlianos -Itli anos masticó Rita
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Bueno, con usted no se puede hablar Sí, italianos El pueblo no existiría si no fuera por esos "gringos brutos, ¿cierto? - Yo no dije eso El slencio incomoda Rita se promete, otra vez, no hablr demasiado con Gómez Siempre tiene algo para conestar, siempre está cestionando todo Estúpido, con su bicicetita negra cruzando de n lado para el otro. endo y iniendo Se creerá que de tanto cruzar a este lado se va a parecer a nosotros Se creerá que un día, aciéndose el distraído, se va a poder quedar acá qe nadie le v a decir nada Que no nos vamos a dar cuenta Estúpido Pero siga, Gómez, no lo quiero deorar, no v a a se que lo agarre la tormenta No, la tormenta no llega El cielo se va a poner coo piedra Hasta que nos exploten los huesos Pero ¿llover o Si será mal llevado este estúpido que hasta del cli ma e discute No v a saber yo, qe nací acá A me van a hacer pronósticos Gómez agarra la bicicleta y pega na carrerita antes de sbirse n mie diós, doña Rita diós, Gómez, un gusto hablar con usted, como sepre
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Gómez toma la curva de la rmacia muy rápido. S uel ta el pedl derecho y estira la pierna pa evit r el des eq ibrio. Frena de golpe y slta del asiento. Con la pun ta del pie empuja el pedl en dcción con ia y encaja la iciclea en uno de los pocos cordones del puelo -¿Va a querer que lleve go? Orelano, detrás del mostrador, le hace un gesto con la mano ciendo que no. Cuando Gómez se da vuel ta oye que el rmacéutico le grita: -Espee, espere. Vuelve a entrar en la rmacia. -¿Sí? -¿s erdad que hace dos noches que el colectivo no para? -Sí, recién me decía Vidal. ¿Y pr qué? -No sé. ¿A usted le deron go? o. Recén, cuando estaa pasando la icicleta por arria de la arrera, doña ita me vio ... -¿Por encima de la arrera? ¿stá aja? -Sí, le decía que doña ita .. ¿Y por qué está aja? ¿Primitivo está orracho? o, Primtivo hace mucho que no tom a . -Sí, claro.Y la hija de los Fuentes se fue de inter na a un c ento. Gómez za los homros en un gesto que Orea no disimla. ¿Y por q ué está aja la arrera? 24
-No sé, lo busqué a Primitivo y no lo vi. Debe haber salido a buscar go Vino -¡Qué insistencia con eso! Auera se oye un trueno que se rompe como pie dra Un mazazo en la nuca ¿Lloverá? -regunta Orellano No creo -Yo tmpoco ¿ del colectivo qué sabe? Nadaid me ijo que hace dos días que no pra. ¿ quién mana? -Castro -¿Pero Castro no tenía que pasar anteayer? Eso es lo raro. Hace dos días que manea Castro. -¿Qué pasará? -No sé usto ahora que la her1ana del doctor Pone tiene que volver a la ciudad ¿No le paró l doctor? No Mi Dios, Castro se va a hacer echar ¿ alguien más quería viaar? na parea, los que están en el hotel Parece que él es viaante ella será de otro pueblo No sé, no creo que la conozca -Claro que no la conocemos, por eso viene acá. -Bueno, más tare voy a buscar a Pritivo, a ver si me explica lo de la barera ¿Se habrá trabado como la otra vez? 25
-No sé. Para que pae el tren fltan do día, ¿no e cierto? Sí, paó uno r. Quizá e queó trabada al bajar la.Ya vao·a ver. -Bueno, Gómez, i abe go y má tare paa por acá, acerqueé y charlamo un ratito. -Sí, on Orellano, hata luego Al doblar por la otra equina, Gómez pega un alto y baja de la bicicleta. uca el paquete e cigarrillo, arrugado, en el bolillo e u camia. Con una ola mano y en un geto de iluionita aca el encendeor, coloca un cigarrillo entre lo labi , bajando un poc la cabeza lo enciende. Éta e la cuadra para mar, piena Gómez. Con un golpe del doro de la mano e ube la grra y e limia la ente. Lo j cai cerrao pa ue el huo no 19 molete. Hace año que da ee mimo alto y ma u cigarrlo ientra caina por la cuara de lo plátano. Lo perro de la viua Juárez oian rioa mente la bicicleta y armaban un incendio e ladri o y aulldo que lo autaba.Ahora paa epacio, con la biciclea cotao el cuerpo, el lao e la cle. Se ha acotumbrao a ee inuto de mar rando la hoja, marrone o blanca, de lo árble. Cai l lle gar a la cadra del club paa por la comiaría. La ven tana etá abierta, como iempre, y e oy e la repiración, prona el comiario.
De día nunca hace lta nada. Todos se conocen, todos saben quién roba, quié odia, quién engaña. De noche el cosrio sle a dar una vuelta bordeado las casas importantes: la de la viuda Juárez, la de los Ore llan, la de Guzmán, la de los Fuentes, la del doctor Vieytes.A veces se oye un escopetazo, un suspiro seco y corto, un cuerpo que cae. Pero siempre es al otro lado de las vías. Siempre es un dispar l ire, una puña lada que no alcaza el cuerpo, un borracho que no puee volver a su casa. El comisario sabe porque él también vive del otro lado.Y sabe que allá hay otras reg ls de este lado de las vías el hotel, el club, la rmaca, la peluquería, las lias otables, la cosaría Del otro lado, las casas chatas, ningna ce asftada, negcios pobres que obligan a pagar la cuenta cor tando el vino, suspiros, poeras con ores, chicos con más de un padre, puñ, azada, escopeta. Sin comisaría Sin édco Sin las masas secas de la cotería Clois Del otr lado, problemas que se solucionan o se olvidan o se interrupen con un par de gestos, un grito, un cambio de calle. Todos son igua les dos saben cómo castigar o perdonar. El único dirente, el único aparado exrñt codo e eoaa e el dctor Ponce Él y su esposa, apretada en vestidos traíos de la ciudad, ruidosa hasta en su silencio, tan hecha a la medda del lado del hotel. Coo si se hubieran equivocado al instalarse del otro lado de las vías. Pero no ue un error, ue deliberado Y desaante. El doctor Vieytes hasta tuvo la deicadeza, treita y dos 27
años atrá, de excale a Ponce por qué no debía com prar esa casa. -Mire, doctor, usted ha estudiado en Córdoba.. Sí. m á después Y h hecho una carrera portante en Buens Aires... -Sí. -Usted tendría que comprar la casa de Hernández... -No me gusta. ero doctor, la puede arreglar como quiera. -o me gusta la casa. ¿Sabe qué pasa? Del otro lado no va a encontrar una casa como para usted. ¿ l de los Alberti? ¿o está en venta? Mire, no sé, lo que pasa es que... Si está vacía hace tiempo. o no quiero quilar más Estmos cómodos, pero quisiera una casa pro pia. La de los Alberti tien e ventanaes enormes. pera les fndo. Me gusta. - Sí, doctor, sí. Pero lo que usted no entiende es que el problea no es la casa sino la ubicación. -¿Por la arena? ¿o lo habían soucionado con la cortina de álamos? -No es eso. -¿Se inunda? -Mire, doctor. Le a pedir que me escuche unos minutos in interrumpirme. sted no es de acá; vino de la ciudad. hay cosas que lleva un tiempo largo entender
-Pero ya hace dos años que estoy en el pueb lo. Sí, pero usted es de auera. Acá as cosas son muy cars. El pueblo re, e pueblo verdadero, esá de este lado de las vías.Y usted o sabe. De oro lado ha unas chacras, e campo, un par de baqueanos, os anchos ... -Gente. .puas Putas, deincuentes, choros, vagos, borra chos. No son como nosoros. - mí me gusa a casa de berti. No sea terco, docor. Usted llegó a pueblo hace dos años. Desde que llegó uvo trabajo. Las mejores milas son sus clientesY todas vven de este lado ¿Me entiende? Bueno es cierto que en dos años no he enido ningún cliente a l oro lado, pero en agn momeno van a necesitar un abogado. o. Ésos no necesitan abogado. No les impora a e. Ahí se agarran a las puñaadas, se emborra chan y se amigan, pagan as deudas enregando a sus hias Vieytes, no me va a decir que usted nunca aten dió a un enfermo de otro lado .. unca unca? Alá odo lo arregla a veja esa. Doña Elisa? í. Ela os hace nacer y después os uda a morir. e no debe poder con todo. Habrá cosas que no puee soucionar ...
-Si no puede, les echa tres rezos y espera a que se mueran. -Vietes, no puede ser... -Mire, Ponce, usted da mucha vuelta. Es abogado, ¿cierto?Tiee abajo, cierto? No connda a sus cien tes. Elos no sabrían cómo interpretar su gesto de ins tlarse l otro lado. -¿e quiere decir que si me instlo allá no voy a tener clientes de este lado? -Sí. -ietes, a mí no me pueden obligar a vvir en un lugar que no me gusta. -Por eso, busque na casita linda de este lado y co prelá Si no es la de Hernández no importa, hay otras. Y si no, puede construir una nueva. -No quiero construir Yo ya sé cul es la casa que me gsta. La de Alberti. Una hor después de esa chala, Ponce cainaba bor deando ls vías. Desde que llegó l pueblo había vvi do de ese lado, del lado de ieytes, de Orellano, de Fuentes. Es cierto qe no le fltó trabajo.enía con una carta del senador Giménez Pardó, que había sido compañero de colegio del hermano de Guzmán. El día en que Ponce y su mujer llegaron, dejaon los bolsos en el hotel, desunaron, él se bañó y e a ver a Guzmán. arta miraba el pueblo por la ven tana. JO
El hombre lo trató coo si fueran aigos. sa noche lo invitaron a la partida de póquer de los martes. Aunque no le gustaba e l juego, e para conocer a su futuros vecinos. Lo del póquer era una excusa. as smas cartas estaban quietas en las sas manos durante horas Se tomaba whisky y se fumaban habanos. Parecía que los napes eran la parodia del abanico de una daa Se hubiera pensado que esos ho bres eran delincuentes atrapados in aganti, tratando de isimular un crimen Como si se acabaran de repatir las cartas, a guien hubiera puesto unos billetes sobre la mesa y alguien más hubiera desparra ado chas al azar. Quizá ni siquiera sabían las reglas del óquer Pero sí sabían que en el pueblo únicamente las mujeres se reúnen a charlar Los hombres debn estar haciendo algo , sólo secundariamente, tener una conversación Por eso, quizá, simulaban la partida se martes, Ponce conoció a su meores clientes Y ellos se encargaron de recomendarlo a otras i lias. Testamentos, sucesiones de campos, diisiones de hacienda, juicios laborales de lgún peón que los desab aondo o s de Prón Nada era de lo común; pequeños trabajos, constantes, no detrás del otro, que le pertiern instlarse en e pueblo e ir tapando la ria que lo obligó a buscar n lugar lejado de todo Durante dos años había trabjado así, pero ahora quería comprar la casa de berti JI
Quizá Vieytes tenía razón. Ni un solo cliente del otro lao Estaban ahí, pero para él eran algo desconocido En dos años no había logrado identicar a nadie Había oído hablar de doña Elisa, saba que el chico de la bicicleta negra vvía cerca del so; los veía, dese lejos, slir del boliche que daba a las vías Pero no conocía a uno solo No les saba el nombre ni los reconocería si los cruzaba en otro pueblo Pero aunque tuviera razón, Vieytes haba cruzado un líte No podían decirle de qué lado vvir, no lo podían obligar Ponce miraba la punta del cigarrillo Todo osuridad salvo la brasa No podían decirle qué casa comprarYa lo hab obligado antes, ya había elegido otr trma, ya estaba pagando el vir en ese pue blo al haber buscado una ncha, inóv, en un ma Y elegir porque sí, ese lugar Esa estación, ese poblado, ese otel Tendría que estar en la ciudad Tendría que tener su estudio en una calle de Rosario O de Córdob Ser tantemente soltero Después de dos años de mirar a Marta le parecía que ella disimulaba el reproche, que ya no le importaba, que su rabia le era indiferente A veces se preguntaba i se daba cuenta de que la había hundido en ese pueblo para castigarla Su muer estuvo muda el pr imer tiempo, muda y encerradaY de golpe, porque s, se covirtió en una muñeca tonta, un animal sin cerebro que se alegra por nada Un perro idiota que celebra por i gal un golpe, una caricia o la indirencia Ahora pareca que todo estaba bien Siempre too 32
bien. Y su risa, desprendida de las cosas, golpeaba el empo como una cana boba Quién sabe qué vería haci adentro qué causa desataba ese refejo hueco, esa isa aguda y entrecortada que ponía nervioso a Pone
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II
La primera vez que vio a Marta fe en el Club Náutico. Él había estado en Córdoba varios meses, rin diendo materias de Derecho. Había decidido viajar a la ciudad en la que vvían sus tíos. Siempre pasaba el verano ahí; tenía un grupo de amigos que lo espera ban y se legraban de su progreso en la universidad. Todas las tardes se quedaban en el Club, nadando y navegando, fmando sobre el borde del río, mirando l otro lado del agua. Ponce era el centro de las ra das, las ccas de la cudad lo consideraban exótico por que no vía llí, porque estudiaba para ser abogado, quiá diutao, quiá presidente. Quién sabe Adems, udaba el cuerpo macio, oscuro, cuerpo del sur de España, liares. Un cuerpo que se quedaba al sol, dis traídamete, dejándose rar por las chicas que lo ima ginaban residente. O por lo menos senador. odas querían sr presentadas, llevrlo a tomar el té a su casa, que conociera a sus padres, que las demás las vieran canar por la costanera apenas apoyadas sobre el bra o de él. odas esperaban que Ponce las mirara, aun que fera un segundo, al pasar. 34
Él sa?ía que primer o tenía que terinar la carrera. Y dspués bscaría esposa. Alguna de las chicas de esa ciudad, la hija o la sobrina de uno de sus profesores alguna niña callada que no molestara y que supiera tene la casa en orden La casa de un doctor. Para las otras urgencias, las del cuerpo, Ponce se había acostumbrado a las chicas que merodeaban la universidad Las que se apoyaban sobre un muro de las ces ecinas esperando que los estudiantes se acerca ran. O las otras, más accesibles, las que ín en la zona de la pensión. Per és eran iejas. Ponce se había acos tumrado a desahogar esa presión que lo agobiaba y no lo dejaba estudiar. Una medida higiénica, para des pejar la mente. Apenas las tocaba. Hacía lo que nece stba pagaba y se iba.Volía suciamente descansado y so lo obligaba a ducharse antes de dorir.l otro día se lentaba como si era otro, como si eso no hubie ra psado como si él no lo necesitara. Después reco nocía q era algo mo lesto y a eces complicado; una rutia a repetir para poder seguir iiendo. Como comer Ponce se horrorizaba de la gente que disuta ba de la coida. Se asqueaba de sus compañeros fes tado una encona q ena l i E risas y esos aplausos l sacar de la caja un chacinado, una horma de queso. ran insultantes. esos bullan gueros iban a ser doctores, como él. Ponce comía sólo cuando el cuerpo lo obligaba. Unas galletas marineras y una taza de mate cocido. Aunque le gustaban las utas, eitaba comerlas por35
que las más sabrosas solían tener jugo.Y chorreaban Manchaban lgna vez se pertía una nzana, peo sólo en a pieza de la pensión Las sandías que los otros partían carcajadas le daban repulsión Parecía que esa aga azcarada iba a iregnar todo, las seas cndo l piso, lgien que jugaba a ver quién las escupía más lejos Ponc trataba de antenerse l margen de sus com pañeros Y no era dcil, porque ya no insistían Alg na vez oyó hablar, l pasar, de n estudiante l que a, maban "el fúnebre' y del cu todos se baban Un , tiempo después se dio cuenta de qe el nebre era él A medida que e riniendo aterias, Ponce logró que, ás allá de esas broas, se lo respetara por ss notas, por su rapidez para emorizar datos y relacionalos, por su cidad para encontrar soluciones irentes a cada caso estudiado. Agunos compañeros se le acercaban para hacerle consltas, para peir que les explicar algo, para que los ayudara en un ejercicio Nadie, entre los uos, anejaba tan bien la juris prudenca Uno proponía un tea y Ponce enseg ida recitaba ada uno de los casos relacionados Su no bre epzaba a sonar entre los prosores y se decía qe lgen había propuesto oecele una cátedra aunque todvía era estudiante El prestigio se consegía con horas y horas de esa r sentado en la biblioteca Por eso esperaba ansioso el verano para ir a visitar a sus tíos y quedarse tardes enteras al solYa había pasado un mes de disutar del Clb
Náutico. De noche estudiaba un poco para no per er el ritmo. Ponce empezó a sentir la urgencia que en Córdoba solucionaba tan fácilmente. Aquí no er así. Había muchas mujeres, pero eran las niñas e la ciudad toas abrazadas a la iea del matrimonio.Ae más él no podría hacerlo con elas. on e las se habla ba se tomaba el té se jugaban juegos bobos en los que había que ngir inocencia Sus agos se burlaban e él.Toas las tardes l bore e l noche bajaban al cañaverl entre gritos y risas. Una sola ve Ponce baó con elos. Fue sin sabe_r qué pasaa. Los muhachos se sacaron las mas y empe aro a etllarse unos a otros las virtes e las chi cas con las que acababan de hablar. -¿Viste las tetas e la Lucero? icen que el otro lunes se agachaba a buscar las cosas en el bote e Federico y que todos estaban irando. í pero el culo e la Faías no tiene comparación. ¡Qu culo Dios úo! Pn nado e a dra daprob la o versación. ablaban e la señor ita Lucero y de la menr de los arías? Esas chicas eran del lub. Segu ramente ellos iban a casarse con lguna e elas. Qué iban a pensar ya casados el co mentario de sus ami gs ue habían icho que su esposa tenía dos tre menos melones? 37
Al principio los movimientos le pasaron desaperci bidos. Quizá porque casi todos estaban sentados ·Pero de golpe aunó los sigos y se dio cuenta de lo que pasa ba El ipacto fue tan erte que demoró en irse, demoró ms de lo que hubiera querido Y lcanzó a ver algo que lo lejó, para siempre, de los cañaveres ¿Cómo podían tocarse así? Desnudos como ani males, en grupo Y ese líquido en las manos El olor que se uedaría para siempre entre los dedos Hubo quien se buó de él al reencontrarse en el bar del lub -¿Qé le pasa, señorita Ponce ¿Le dan miedo los hombre? Eso lo do Biela La voz de Biela atravesando las mesas cmo un lo La voz que nunca dejó de sonar Ponce ubiera querido golpeao pero no hizo lta Dos de los muchachos agarraron a Biela de los bra zos y lo acaon del bar Todos se enoron con él, todos le dern que se había pasado Fidalgo se sentó con Ponce y le coidó un cigarrio Este Biela es una bestia, no le des importancia Busca lí porque te eiia.Vos vas a ser doctor, vas a tener tu estudio Él va a estar siempre atendiendo el negocio del padre ¿Sabés qué pasa? Los muchachos se pusieron mal porque esos arranques tuyos los ponen nervioss A veces te levantás de golpe y te vas, y no decís nada Eos sienten que vos te creés mejor que nosotros se sienten despreciadosY nunca exics nada, ¿entendés? 38
Ponce tensa los músculos del brazo derecho y na pregunta le empiea a molestar. Una pregunta qe está en su oído, se va corriendo por la mandíbula y por fn ega hasta la boca -¿Y vos? Fdalgo lo ira y baja los ojos Cando los velve a letar, está sonriendo o sé que vos sos mejor que nosotros Pnce queda desconcertado Por n s_egndo está a pno de decie a Fidalgo la verdad Esa ase q para él reme todo, exlica todo , l ismo tiempo lo deja l margen de todos. "Las mujeres son estúpidas y los hombres son bru tles Está a punto de decirla pero se mira las manos y centa el silencio qe va armando Vos nunca dejás que te diga qué tenés qe hacer Eso e gsta Sos muy ro vos Pero no le rendís cuen tas a nadie Sabés por qué te dio so Bela? Porque él no se animaría a decir no a algo que hacemos todos Y vs sí Por eso te tiene bronca Pero no te preocu pés, no a a olver a pasar Después de esa noche, Ponce se dio cuenta de que los mucachos podían ivar sus urgencias a través de la escena del cañaveral y las peleas en el bar Por eso en el r estaban elásticos, relajados, tranquilos Él no, él estaba cada día más nervioso Hasta legó a pensar en 39
hacer un viaje a Córdoba, por nas horas, para ir a la pieza de la clle Charcas. Ir y volver. Unas horas Pero eso era my cil de exicrY el pasaje era co. Pon ce decidió hndirse en el estdio Cada ez más ten so, cada vez más horas Ss gos creyero qe segía ofendio por lo qe había pasado en el bar y manda ron a Fdgo para qe hablara con él. -or qé no enís Nático esta noche, ¿qerés? Vamos a ir todos. Vienen las chicas también. Baila mos n rato, la pasamos bien, nos divertimos, ¿venís? Tego qe estdiar. er te v a hacer ml tntas horas ¿Cántas mate rias te tan? re. ¿Ve? Por eso te digo Estás acá estdiando odo el día y te tan nada más qe res materias. eés tiem po. Adeás es verano. Sení, sentí las ccharras e ra, ení n rato anqe sea Tngo qe estdiar. -Los mchachos creen qe estás ofendido, qe te enojaste con todos.Y no es jsto. Elíades ya le dio na sacdida a Biela. No te va a moestar más. -No es por eso. Ora vz Ponce está a pnto de decir lo qe le pasa, pero desona. Sae qe Fidlgo lo respeta y lo admi ra, y se l ha dicho. Peo es inevitable desconar de hombre qe habla como epresetante de n grpo en el qe no se inclye. iempre la cara de Fidalgo diciendo "los mchachos creen, "los mchachos pien
san", los muchachos sienten"; siempre su cara entre sera y sonrente. Concando lo rreconcable. Ape and a vlores que Ponce desprecia. sa camaradería hueca hecha de eujones de dobes sendos de cña veraes. -No es por eso. Entonces vení. -Bueno.
n e áuco estan las ccas de un ado y los mucha chos del otro. Cada grupo se empujaba entre sí os cachos con codzos y las chcas con pequeños gol pecios en los brazos. Murmurando bo riéndose de secretos tonts Y entre las chcas Marta. Que lo ra ba como un pájaro. Que no tocaba el brazo de nade que o empujaba a nadie que no se reía. Ponce la miró un inuto y bajó los ojos.Apenas o zo no soportó la dea de esa boba diciéndoles a todos que él no le había agudo la aa. Ltó la ceza y empezó a c nar. uando estaba a un paso de Marta gró en seco y sacó a baar a a chica que estaba a su derecha. aba rndo a Mrta que o seía con los oos entre a gente. Con sus ojos de ave con el pelo atado haca atrás trante con su vestido marfl.Toda a noche Ponce baló con otras chicas. Siempre irando a Mar ta hasta que en un go dejó de verla. Se hzo tarde. os muchachos ya estaban en ca sa se arremangaban maban y as voces subían. Las 41
chcas se iban yendo, cada una con su madre, su tía, su vieja mujer vigilante. Ponce apagó el último ciga rrllo y decdió irse. Veía a sus amgos en la esquina del Clu y no quería oír nada ni pensar en el caña ver. Sló sn saludr y bordeó el río camino a la casa de sus tíos. A mitad de cuadra vio una sombra apoyada contra a pared de la fábrca. Marta tenía el vestido levantado. Lo sostenía con sus manos a la altura de la cintura lo miraba sn sonrsas. -ega. Ponce cerró los ojos y se desabrochó el pantalón. Pensó e la pieza de la calle Charcas Y no dejaba de pensar en eso aunque el vestdo de Marta le lastmara la cara En un momento sintió un líqudo tbio que corría pr su pierna y se detuvo en seco No podía ser tan proto, sin siquera sentio, sin darse cuenta. Ma ta le apyó la mano a nl de la espalda. s sangre, nada más. nga Ponce siguió un inuto más y tuvo que sostener se con l mano contra la pared. lla le dio una pma dita en el hombro, como si fuera su madre, y se bó el vestido. Lo alsó con las manos, sacudió el polvillo que la pred había dejado pegado a su espalda y se e. Pnce se sentó en el suelo a mar un cigarrillo.
Al otro día, en el Náutico, vio a Marta desde lejos y todo el cuerpo le ordenó irse. Pero no pudo. l estú 42
pido de Fidlgo lo agarraba del brazo mientras decía "los muchachos creen. Pensó que no era lógico l re Ésa debía ser la puta del pueblo debía hacer co tods lo que había hecho con él Marta venía co un grupo de cicas que busca ba una bajada segura l río Cuado pasó l lado de él le dio, casi pegado l oído con voz muy grave: -e llamo ara y siguió caminao como si ada Fidalgo io la mirada de Ponce que aun huye do sguía a arta ¿Te gusta la hia del juez? ¿Qué? arta la hia del juez Flores Qué? Esás raro ho eh? sa que estabas rando es la hia el juez Pero no e hagás ilusioes la uieren cas con un médico de Bueos Aires Nadie ha podido ni charar co ella Poce quedó e silecio porque sólo podía pen sar en la sangre que había corrido por su pierna sa noche armó su bolso; al otro día se fue a Córdoba Dos meses después contra su voluntad Ponce visitó la casa de sus íos Acababa de redir la úlima materia su ío lo había sabido por u amigo que enía e la univrsidad y enseguida lo iió a pasr uos días con ellos A principio se resisió pero la insisencia del tío 43
terminó por venceo. No eran realmente sus tíos sino unos vejos agos de la flia. Copañeros de toda la vida, cuando Ponce perdió a sus padres s hicieron cargo de él y d su hermana.A Victoria la habían man dado a n intrnado y a él lo habían udado con los gastos d la pensión y los lbos para que estra Dere cho en Córdoba. Ponce tena edo de ondeos si no aceptaba la invitación. En realidad no era edo, sino el smpl convnciminto d que era incorrecto no aceptar lo qu le oecían. Sin mbargo, sin saber clarmente por qué, sentía un recho sordo por la ciu dad d ss tíos. Quizá se había cansado, quiz los años pasaban y l río ya no lo atraía.
Llegó en el tren de las siet. Mintras atardecía ue cnando, despacio, hasta la casa. Cundo fltaban dos cuadras vo que la empleada doméstica estaba parada en l ubrl de la purta y luego desapareció. La ia ginó coriendo por los cuartos gritdo "ya llga, ya e ga. Imaginó a la tía ordnando las ores del come dor, al to sentado en l escritorio de su estudo, a las cocineras apuradas, revoliendo nrviosas olas l ego. S tía le dio dos besos cortos, ugaces, uno n cada meilla. Su tío, que siemr le daba la mano, esta vez lo abraz de golpe, coo n un espasmo, itaren te, mietras le aba golpes en la esplda. -Dotor... Una sola palabra. 44
Doctor . espués pasaron los atos de acomoda sus cosas. Cuado colgaba un te en el opeo, su tía apareció en e maco de la puerta. -ntonio, hemos iitdo unos gos a cenar. Para hoenajearte. nce sonió po cortesía -Van a ver el doctor Gllo, su señora y los Cme na. Quieen felicitate po tu esezo. Bueno, tía. ¿A qué hoa comemos? eca de las nueve. ¿uerés que te taiga lgo ara tomr? -No, voy a bañarme y a vestirme. Usted necesita lgo? -No, no, bañate tanquilo.Te dejé un juego de toa las en el estante de aiba. -racias.
La cena era igual a otras tantas en las que once se habí mostado cortés como una rma de agradecer a sus tíos el apoyo que le habían dado. Cotés peo molsto or dentro. Sabía ue estaba oulosos de él per se sentía un animal de cico Expuesto ante los oos de los vecinos notables, mostrando lo que habían logrdo hace del hueranito. Ponce oía tamos de la convesación, se concen trab sólo si lguien, con un gesto, decía una plabra que lo incluía. Sonreía y hacía un comentaio. uan 45
do sirvieron l postr, l doctor Galo l prguntó cuá ls ran sus plans. S sintió fliz Dtaó, palabra por palabra, la carta qu l habían nviado dsd un mo so studio d abog ados n Bunos Airs Lo iitaban a rmar pt dl uio y lo spraban en uinc ías Ponce s rlajó y habló con los iitados como si ran amigos dsd simpr Explicó qu su suño, ds� d l primr día n la cultad, había sido ése: trabajar n un studio d Bunos Airs Pro nunca pnsó qu podría haco con abogados tan prstigiosos El hcho d qu ran llos quins lo buscaran lo hacía sntir orgulloso La carta dcía qu habían sguido su ds mpñ n la cultad y qu staban imprsionados os prfsores habían nviado notas d rcomnda ción a es studio sin qu él ls hubiera pdido nada Ponc estaba transrmado, sonría y movía las manos hablar Parcía un chico Nadi hubira icho qu su sobrenombr ra "l nbr Rcibió lici tacions d todos y sintió, con placr, los hios d i dia qu s cruzaban dbajo d la mesa Él iría a Bu nos Airs, a la capital Tndría su studio, su nombr s ia coirtindo n una palabra ortat Quizá ll gara a snador Ya staban trminando l ca cuando la sñora d Camn do: -otor Go, su rmra l comntó a mi coci nra algo qu m sor rndió -¿Sí?
o qu ustd había ido a la casa d uz Flos
-Ah sí a m también e sorprendó cuando me amron. Pnce trató de recordar de dónde le onaba ese ape ido, por po r qué e resutaa miliar miliar -Martita estaba mal Pnce epezó a sentirse socado Qué injusta es a vida a esa criatura que es un ángell ¿ Y qué le pasaba? ánge -La verdad es que no sé Si no era arta Fores yo diría d iría que est embarazada e mbarazada -Doctor! -gr -gritó itó la señora Camen ¿ Cómo se e ocurre una cosa así? ¡ar ¡artit titaa Flor Flores! es! a sé ya sé por eso estoy confundido e doy cuenta de que es imposible Siempre ha sido e eem plo e todos Tan callada tan cor correcta recta tan bien edu cadaYa lo sé sé pe pero ro bueno bueno tuvo ios episoios de náu seas ha estado muy pálida con sudores y eniamientos repentinos No sé quizás esté preocupada por algo y eso a ha afectado -Preocupada? ¿De qué podría preocup preocuparse arse ar tita?iene tita? iene tod todo o cab cabaa de volv volver er del interna inter nado do ya ter n la escuela Es a de d e uez Es bonita muy cta ¿Sabe ¿S abe ue haba tres idiomas?Y idiomas?Y toc el piano Dicen que e padre quiere casarla con un médico de Bue nos ires Un hombre elegantí elegantísimo simo muy reconoci reconocido do en la capital Poncee ya no escu Ponc escuchaba chaba ira iraba ba o n pnto p nto en su mano derecha ¿Estás bienntonio? 47
Reaccionó como si hubiera resblado de n lgar demasiado lto y no tviera tiempo de acomodarse antes del golpe contra el suelo. -Sí, tía. Pero estoy my cansado. Si ustedes me dis cupan, quisiera etirarme. ¿Cmo, no tomás una copita en el escritorio? N, tío, gracias, el viaje e muy largo.
Ponce mir miraa el teco, en en la oscuriad, oscuri ad, y piensa en nada. En el techo te cho Poner la mente en blanco. blanco. Ordenr las ide as. V ienen a los ojos imágenes que lo obligan a girar en la cama. El eifcio donde está el estudio de los abogados. Las calles de Benos res. Oye esa voz apagada que dice: "Es sangre, naa más.Venga. más.Venga. El tribunal ente l que rinió su última materia. Siente en la cara el roce de un vestido que lo lastima. Lo más imortante para un abogado es su buen nore, Ponce.Y uste a cons truido el suyo dese el primer día de cases. La voz correspnde a la cara del titular de Filosoa de Dere cho, pero Ponce no sabe de ónde se porque su boca está cer cerrada. rada. Venga. Ahora poem poemos os decirle doct doctor. or. Es sange, nada más S buen nombre. Doctor Ponce. Hemos seguido su desempeño y estamos impresiona dos. Me amo Marta.
Al otro otr o día se levnó empr emprano ano,, se uso su mejo tra tra e y e hasa la forería a comprar comprar un ro.í ro. í le pre gunó a la vendedora por la casa del juez Flores -¿Ell jez? Sobr -¿E S obree la aveida del de l centr centro, o, a mano dere cha La casa que iene la escalera de ármol Pero no atiedee ahí Tendría que ir Juzgado Lo va a encon atied trar a la tare -Gracias once rozó el mármol con la pna de los dedos Toc el imbre -¿Sí? ¿a señorita Mara? Sí, señor, ¿quién la busca? -El doctor Ponce ¿Se conoc conocen? en? Sí ¿Podría hablar con ella? -ase por aq, a q, voy a vr si lo pede recibir recibir La seño seño ria no se siene muy bien
Hay un señor señor qe la busc busca, a, niña Será el docor, Felicia No Sí es doctor ero o e tor lo Se Se la ma once -¿Y -¿ Y preguntó por mí? Sí No conozco ningún docor Ponce No lo voy a recibir, que lo atienda mi padre
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-Pero preguntó por usted.Y él dice que se cono cen. Mara se vistió muy despacio, evitando los movi miento rápidos. Todo giro la mareaba, la sacaba de su punto de equlibrio. Cuando llegó al salón tuvo que aparse en la pared porque al ver a Ponce le flaron las piernas. Fue un gonazo, un segundo, y acomodó los gestos. Usted me dirá en qué puedo servirle. É l eseraba otro recibimiento. Había venido por su propia oluntad, no lo habían obligado. ata ... Señorita Flores ... Creo que tenemos que hablar. ¿De qué? É l se aseguró de que la empleada se hubiese ido y do en o ba: sted sabe de qué. iscúlpeme, doctor... ¿cómo es su nombre? Ponce. octor Ponce, ¿nos conocemos? era del Náutico... Hubiera qerido irse. Sólo estaba ah porque era lo correcto. Esta niña bien e haba puesto una traa y había caído. Era de caballero atenerse a las conse cuencas. En enero... Lo qe no entenda era por qué se le había oe cido así. omo si hbiera sabido de sus rgencias, como si hubiera sabido que él no iba a decir no. ¿Y por qué 50
iba a decirle no a una puta que se levanta el vestido hasta la cintura en plena clle? -ire, doctor Ponce, seguramente usted se ha equi vocado, no creo que nos conozcamos. Supe que no se ha sentido bien. Otra vez Marta apoyó una mano contra la pared. -Le agradezco su preocupación pero no me pare ce correcto que, sin conocernos usted venga a mi casa a interesarse por mi salud. -Se equivoca. Es lo correcto.Y yo actúo de acuer do con lo que corresponde. Pnce cada vez odiaba más a Marta. e habría gustado golpera. tenera otra vez con tra la pared de la fábrica para lastimarla. ¿Por qué lo obligaba a humillarse? ¿Tenía que ser él quien dijera todo? -Su idea de lo correcto es muy extraña doctor. Yo no lo he llamado ni le he pedido nada.Ahora sí, le pido que se retire. -ero yo no voy a esconderme. Haga lo que quiera. ero se va a hablar. -Quién va a hablar? De quién?Por u?a no puedo atenderlo.Adiós. a empleada vino a buscarlo y lo acompañó has ta la puerta. Ponce mó un cigarr illo en la vereda. endría que haberla golpeado.A esa puta. Pero la san gre. Podía ser por tantas cosas. Pero siempre queda ba una duda. No podía ser virgen. Una virgen no se JI
sube el vestido en una calle oscura No había hecho un sonido. Ni un gemido, ni una queja o era ir gen
Esa tarde Ponce visitó a Fidalgo -Tenés que presentarme a Marta lores Vise qe tenía razón, sí la mirabas en el vera no. resentamelá Cuanto antes. ¿Tato te gusta? ¿Po qé me abría de gustar? Buno, porque me peís que te la presente Quién te interesa? Ea o el padre? ¿El padre? ora sos doctor, estaría bien casarte con la ia de un ez o digás pavadas. Tengo na oferta de rabajo en enos Aires ¿n un estudio? uy prestigioso Te elicito ¿Y para qué querés conocer a la chica lores? o te importa irá, Ponce, vos sabés que yo te espeto y te u daría, pro si qerés festejarla no te va a dar el tiempo Casi no sale, es muy solitaria A todos nos sorprendió la noche en que vino al bile ¿Te acordás? o ¿Me la vas a presentar?
-Sería raro si fuéramos a la casa.A veces toma el té cn i hermana Puedo averiguar cuándo y te i so, aí venís. Cuándo. -No sé, mi hermana está con las primas, en alta. Vendrá en quince días No tiene que ser ahora. Cómo t gusta, ¿eh?
Pone slió de lo de Fidalgo y se fue, otra vz a la casa del jez Flores. Marta lo recibió de mala gana. u boca se torcía hacia la izquierda, csada -Otra vez usted. ¿Me va a seguir molestando? o me siento bien. arta, ¿estás embarazada? Ella no suo or qué cedió. e abandonó. -Sí Pnce arieta los dedos dentro de su zaato. -¿De í? arta no tiene erzas ara acomodar la ofensa. Sí o hubo otro? -No. ¿Fue la rimera ..? Sí. -¿or qué? -stabas triste. -¿Qué? 53
-Estabas triste ese día. No hablabas con nadie, bai labas como si eras un militar, como cumpliendo un deber, sin gracia ¿Hiciste eso porque me viste triste? ¿Qué podía hacer? ¿Charar? ¿Qerías quedar embarazada? ¿stás loco? Tengo diecisiete años No te conoz co Pero soy doctor.Y tengo trabajo en Buenos Aires. No lo sabía. ¿No? -¿Qé creés? ¿ue estoy buscando marido? ¿Que me hace fta? ¿Y ntonces por qué? a te die. Me diste pena. La útima ase Ponce no la va a per_donar nunca. Otra ve tiene ganas de golpearla. Mirá cómo son las cosas Me tuviste pena.Y ho ra, si no era por í, todos tendrían pena de vos. -¿De ? La niña bien, preñada y sin marido o no te llamé No te pedí nada. Pero yo sé lo que tengo que hacer. Irte. Mir, Marta. Me vas a presentar a tu padre esta tarde. o.Te vas ¿Qué vas a hacer? o es problema tuyo. 54
-¿Te lo vas a sacar? Marta tiembla otra vez. -No, lo voy a tener sola. ¿En un lugar como éste? ¿Sola? ¿Vos oís lo que estás dicieno? -s ío Y mío tamb ién Y no quiero que nadie ande diciendo que dejé a una mujer en mala stuación ¿De cuáto estás? Han pasado dos meses. e te va a empezar a notar pronto. e pr esentás esta arde nos casamos en un mes Pnce dice esto la odia, la desprecia. Piensa en su carrea,en lo que podría haber hecho estando solo Y ahoa tener que cargar con estos dos La idea e un hio lo asquea. Esa mala copia llena de reproches y reclaos o no te pido nada o hace flta que te sacri qués. o sé lo que ha que hacer.
A s aron oo tn orrno por l rapidez del noviazgo Se corró el rumor de que había sido una decisión del uez Flores. Que oyó hablar sobre el prestigio de ese muchacho lo eligió para arti ta. Ella,siempre tan sumsa como una muñequita, había acepao. Para Ponce era conveniente, una hermosa chica, un mdelo par a todos, ha de un uez, joven 55
cita. Para Flores e otra de las tantas alegrías que le daba su hija, haber elegido un muchacho tan bien, tan correcto. Sólo Ponce y Marta se miraban entendien do la ocuridad que estaba l ndo de las cosas. Secos, como dos lamos ertos, se aceptaron paa alegría de todos. Se qedaron a ir en la casa del uez Ponce había escrito na carta al estudio de Buenos Aires contando su nueva situación y preguntando si podían esperaro por un tiempo Le contestaron que sí. Trataba de estar lo mens posible en la casa y nunca durió con Mar ta. Mistriosamente sus urgencias habían desaareci do. Se aergonzaba de haber caído en esa trampa por una neesidad tan estúpida
Quince días después del casamiento Ponce se des pertó prque alguien le tocaba el hombro. Al ver la mano d Marta se incorporó Ella o miraa ausente, estida on un caisón empaado en sangre. El médico dio que no debían preocuparse, que ya vendrían otros hios Que estaban sanos y eran óe nes. Mata pregutó por qué. -No anidó, señora. A veces pasa. Tiene que tratar de olidar , en unos meses, buscar otro El dolor se a a pasar. Marta quedó más cada que nunca. Un espeo qe transparntaba Ponce no udo aguantar el golpe. Aho ra, defntamente, la desreciaba. Estaba atrapado or
una ceremonia vacía que no había servido de nada Haba perdio la criatura antes de que se le notara. Nade en esa ciudad sabía que ella había estao embarazaa Ni siquiera el juez Marta le había pedido l médico, un doctor nuevo legado de la capitl, que no dera nada porque su pér dida era muy íntima. Que especialmente no se lo die ra a u padre, no quería causarle dolor Ése debió ser el único médico en toda la historia de la ciudad, que supo guardar un secreto Ponce lo odiaría por eso Su sacrifcio había quedado aplastado por el slencio Se habí casado, obligado, con una hembra preñaa que ahor tenía el vientre vacíoY no le había dado nada oro ía Ponce viajó a Buenos Aires para arreglar cuesiones de su trabajo Al volver, le explicó a arta que ban a mudarse Esperó que ella preguntara inge nuamente a qué barrio de la capitl Pero no lo hizo Cad vez más rabioso, él le dijo que no levara nada ostetoso porque iban a un lugar muy humlde ar ta n dijo nada Ponce imaginaba vagamente los sueos e s epos tdo d pno dom l predsponían a una casa en Buenos Aires, a un abono en el Colón, a tertlias bobas de señoritas de lta lcur nia l creyó que eso era lo que arta eseaba Por eso se había pasado una noche entera buscando el pue blo ás olvidado y más aeno a todoY había decidi do llevala allí 57
-En una semana nos vamos, Marta.
lla preparó sus cosas con cuidado A Ponce le sti diaba que obedeciera Parecía que lo estaba haciendo adrede Realmente dejó de lado todo objeto osten toso y puso en las vlias una cantidad de ropa que a él le parecó poca Hubiera preferido que se rebelara, que se resistera Así habría podido disutar del poer de obligara Pero ella estaba totalmente ausente de su cuerpo ¿Sería por el bebé? ¿Podía haberse encariña do con eso que todvía no tenía rma? ¿O ella tam bién se descubría bruscamente atrapada en un matri moio iútil? sta idea le contraía el estómago ra un gran hobre aun en esas circunstancias, Marta debía estar lz de haberse casado con él ¿Pero si ella tam bién se sentía estada? n su rabia había pensado no volver a tocarla, como un modo de castigala Ahora sospechba que, si ea estaba rrependa del casento, sería un castigo peor someterla a todas las rutinas, los engranaes, los mecanismos de un matrimonioY lle varla lejs de todo, de todo lo que le pudiera intere sar n una semna irían a instlase en ese pueblo seco, torturado por la intermitencia de las inundaciones y las tormentas de tierra y arena
l jue Flores nunca entendió bien por qué la pareja se iba tan lejos, pero era partidario de que cada uno
hiciera su vida.Y Martita le había dao todas las satisfcciones posibles Si a ella la entusiasmaba instalarse en ese pueblo,él iba a apoyaa. arta se mostraba e gre delante de su padre. Ésa era otra de las cosas que pertrbaban a Ponce. Ante los dems ella nga estar bien, disimulaba la pérdida, haa el papel de recié casaa. Cuando se quedaban solos los gestos desapa recan y desd atrás brtaba una mscara horrible,músculos m cosidos que no parc de una er Como si ell,justamente ea, le reprochara lgo ostrarle esa cara, la verdadera,implicaba una intidad que para él era invasiva. No se queran, no se conoc an, ella i siquera le simpatizaba ¿Cómo se permita la debidad la insolencia de mostrarle esa desudez?
Llegron al pueblo ua mañana de tierra. Pareca que las csas estaba incrustadas en un pozo Sin emargo, si uno mirb r oos dos sóo lo mote ni loma Pura chatura. A Ponce lo reconrtó un lgar tan rido. Ls dejar te l hotel,l co hotel Una costrución de dos pisos, gris, co balcón a la calle y un bar en la planta baa Lo administraba un viudo cuyo úco o de diez años,tababa en el co de uos 59
parientes, unos treinta kiómetros más l norte. Pon ce y Marta desyunaron en siencio Cuando ella esta ba por deshacer la vija él dijo, seco: -No desarmés nada, hoy busco casa. El aogado se bañó, se istió y fue a r a un hom bre llaado Guzmán le ándole una carta de reco mendación de Giménez Pardó Fue muy bien recibi do y pdo hablar de sus planes Yo ahora oy a ir me para Buenos Aires. Tengo asuntos que arreglar allá, un estudio de bogados me quiere como socio. Mi idea es oecerles a los clien tes un eace con la capitl, ¿me entiende?" Siempre hace ta lguien allá, para aeriguar datos, para ace lerar las cosas usted sabe, tanta sangre entre uitarios y federles pero, al nl, si uno no tiene un contacto en Buenos Aires, no tiene nada Tengo la intención de instlare aquí con mi señora. En realidad es ella la que a a estar más tiempoo endré de la capitl una e a es para ordenar las cosas e interiorizarme de lo que haga lta Si puedo serle útil en algo, usted me dirá. Cuento con que recomiende nombre entre sus agos. -o no -interruió Guán-. Usted se me e ne esta noche a la ptda de póquer Aí los a a cono cer a todos. Apenas slió de la ocina, Ponce entró en una r macia y preguntó dónde podra hospedarse una pare Ja Joen -n el hotel, seor 60
-í, estaos a Lo que pasa es que tenemos inten ción de instalarnos en el pueblo y yo voy a tener que viajar bastante. No quisiera que mi señora esté en el hotl me gustaría algo más fiar Mire, puede erigar de algna casa que se lqui le, h a una sobre la avenida -o, no quiero que i esposa esté sola Entonce la única opción es la casa de doña Gimé nez Per es un lugar muy huilde Si ustedes vienen de la ciudad porque vienen de la ciudad, ¿cierto? l racéutico hizo una pausa esperando que Ponce asintiera es va a parecer poco -Un techo nunca es poco -abe qué pasa, doña Giménez es una mujer rara A mchos no les parece bien que lqule los cuartos Y tiene un carcter cómo decilo un poco agrio Vamos a estar bien ¿Dónde queda su casa? obre las víasA ntes de egar al hotel a la entrada del pueblo Bien sobre las vías, como si usted era para el oto lado pero justo cuando está por cruzar, se para -l otro lado? ¿A otro lado de qué? l rmacéutico hizo un gesto extraño como una sos pos n et qe Pe i p e der ucho tiempo después otro lado de las vías, señor
peas Ponce vio a doña Giméne supo que ése era el lugar que arta se merecía s que una vieja era 6r
una cría de jote. Encorvada rengueando mordiendo palabras, arrastrando los pies con un ruido que des trozaba los nervios. -Mañana venimos seora GiménezYo tengo que irme a trabar a la capitl pero mi esposa se va a que dar acá Es una mujer muy agradable.Y muy hacen dosa así que usted despreocupesé totamente de la lim pieza de cuarto y de la ropa blanca. Ea lo va a hacer todo disfuta ucho con eso. Ponce volvía hotel construyendo la imagen de las mans de arta hechas para tocar el piano que mándos de a poco con la lejía y el agua helada -Mañana nos vamos. Buno. Ni una queja ni un gesto. Como una oveja venci da le robaba la ilusión de verla suir por lo que le hacía. Vas a vivir en la pensión de una mujer que se lla ma Giménez.Yo te dejo ahí y me voy para uenos Aires.Tngo que trabajar.Y no sé cuándo vuelvo. Esperó que ella preguntara cuántos das No pre gntó y Ponce sinó otra vez la iotencia que le pro vocaba sa ueca descompuesta
Llevaba dos semanas en uenos Aires Un lindo cuar to de htel dinero en el bolsilo muy buen trato con los abogados que lo haban convocado tardes libres para caminar por la calle Florida el río de la Plata
inmenso, anchísimo, liberador D a ratos pnsaba que s hbía olv idado d Marta. Qu la había entrrado en s ublo y que ahoa todo staba n ordn Si no hubira pdido una prórroga por l casainto podría dcils a sus colgas que ra soltro Nadi s daría cunta d qu era casado, d qu tía s pso ocu pano spacio n una piza d pnsión, a unos ochocienos kilómtros d su stuio Cuan do pasó un mes, viajó al publo par cum plir on sus compromisos Pagar la pnsión, la coida, preguntarl a Guzmán y a sus am igos si ncsita ban lgo S imaginó qu Marta lo iba a recibir dsperada, ansiosa de star con guin, con él Pro e lla lo trató como si lo hubira visto una hora antes Algo n los ojos d Marta, a lgo relacionado con los pájaros, había vulto a su lugar L pareció qu ra la misma chica qu lo miaba n l NáuticoY no podía sr, o ra la isma Además no lo iraba a él sino a algo qu staba unos pasos más atrás, a su izquirda Más d una vz Pon c se dio vlta d golp para vr so en lo qu Marta clavaba los ojosY no había nada Esa noch, durindo solo, en un sofá, soñó con la voz u l dcía "ven Se dsertó asustado ¿Y si Mara hacía n l publo, en una cal cualquira, lo q u abía hcho con él apoyad n la pard d la brica? S lvantó y fu hasta la cama De un mpujón puso a Marta boca ariba, lvantó l caisón hizo, lo ms bruscamente posibl, lo que corrsponía hacer uado trminó, volvió sofá 63
-Mre, de aora en ás voy a hacer al revés Me queo acá y una vez l mes viajaré a Buenos res. Es cierto lo que le ie prmera z que blms, pe no es mnos cierto que uizs a ustees les haga lta un aogao pe manente Quero ecir que, cuano me necesiten, me encuentren enseguia ¿Me entiene? He estado pen sando muco en eso Un aogado tene que uscar la ra d ser relmente úil a sus clientes No crea que a me s :cil ejar estuio en Buenos Ares, pero si me insto aquí éste es i lugar, ¿no es cierto?Y yo deseo que s clentes conen plenamente en í
l volvr a la pensón Ponce le ordenó a Marta que deshiciera su valja No saís hoy? No ¿Te vas mañana? -No me voy más Me queo Ni un gesto en la cara de Marta
Ponce prendó a oservarla La espiaa en las cosas cotiianas, en lo que ella a hacindo El único momento en que evtaa raa era cuano ejaa l sofá para meterse unos minutos en su cama El ca són, levantado por un golpe e la mano e él, tapaa la cara Ella se queaa nmóvil, socada por la tela que le ejaa pelusas entro e la oca
Un día, sin ninguna razón sin nada que lo expli cara Marta cambióA Ponce le causó la impresión e eos muñequitos de lata a los que l gien da cuera de más Se oye un tra en lgún lado ahí adentro se esfsan las velocidades. El muñeco se eloque ce y se mueve nervioso por todos lados Así se puso MaraEmpezó a hablar sobre culquier temaDe cosas mís supuas Cada dos o tres ases se reía como una tonta Parecía una gllina eoquecia una galli na cya locura era estar ciegamente legre Él nunca pudo entender ese cambioTeinta y cua tro años después sigue sin encontrar una razón Pero la cica que le había dicho "es sangre nada más en la oscuridad e la calle y esa otra que estaba sepultada por n csón ensangrentado esas dos habían es aparecido para siempre Ahora estaba esta mujer rui dosa que se haba io volviendo gorda Ponce lo hubiera jurado había encogido
III
Gómez aprovecha la hora de la siesta y se va para la casilla e las vías. El viejo está tomando mate, senta o sobre una piedra. -¿Ora vez haciendo ego? -Tego que calentar el agua, Leíto. -¿Y el clentador que le traje? Estamos en m ne cientos etenta siete, Primi .. Y usted sige hacien o el ate como si viviéramos en el siglo pasado. -No me gusta el olor que laga esa cosa que me tra jiste. aga olor a quemao. Sí, claro. Si a su fgatita la agarra un viento, con la sequía ue h, todos vamos a tener olor a quemado. o no molesto a naie. -a . o se lo igo por eso.Yo le traje el calen tador porque lo aprecio ucho. -o también, Leíto.Vos sabs. -riitivo, ¿sabe que hace dos días que el colecti vo no para? ¿Y ada, la gente se está pregntando por qué. -¿Pr qué se preguntan? ¿Se quieren ir? 66
-La hermana del doctor Ponce.Y una pareja del hotel. os que no son de acá. Ésos siempre se queren ir. Claro, tenen que volver. -Sí.Y los de acá ¿adónde rían? Para allá no hay nad. a mano de Primtivo se estra haciendo un cír culo alrededor de su cuerpo. Gómez sonríe y acepta un mate. Bueno, hoy está medo exagerado Hay muchas cosa afuera del pueblo. Vos sos muy jovencto, Leo. No te das cuenta. Y la barrera? ¿Se le quedó trancada? El cosario me mandó un papelito. Me lo leyó el chico ese, l que le lta un ojto. Ah, sí, el nene de Mirta. Sabe leer ya? arece que guen se puso a enseñarle l com sario lo tiene con él para los mandados y le sabe dar verdra a la madre, como una rma de pago. Dcen que está grande la huertta del comisaro. -¿Y? ¿Y qué? Qué decía el papelito? Ah, que una ez que bajara la barrera para el tren de aer, no la volviera a subr. h? - que la trancara con go. e puse lambre. Del más grueso. ¿Y le dio por qué?
No. -¿No le mandó preguntar? Paa qué? Él me pide, yo le cumplo Es el co sario, no? Él no me molesta a míY cada vez que pasa me sluda tocandosé la gorra ¿Y usted no le da criosidad? iá, Leíto, si yo me tuiera que poner a pregunta por cad cosa que pasa en el pueblo, no estaría nunca en la casilla Además, mi trabajo no es preguntar Yo solamete tengo que subir y bajar la barrera Y si el comisario me dice que la baje, yo l bajo El comisa rio es más autoridad que los de Ferrocarriles, no? Sí, Primitivo Hizo bien Y no le dio hast cuán do? -No Cuando la tenga que levntar, seguro que me manda el chico El que le flta n ojito Bueno, tengo que volver a trabar Gracias por los mates -ndá, Leíto, adá Si querés, pasá a la noche Capa que tengo uta para coidarte Góme está inquieto Las barreras bajas El colectivo que no ar Maneja la bicicleta de memoria, va peda leando ausente Del balcón del hotel se asoma Rubén Mueve l mano agitado Parece que lo llama Gómez apoya la bicicleta ente a la ventana del bar y entra js to para ver que el hotelero baja corriendo las escleas Góez, qué sabe de Rimoldi? 68
-¿El comisiosta nuevo? No sé. ¿Hoy no es el día en que le toca venir? Sí. Pero no vino.Y no aisó. ¿Tiene trátes? No, o es po eso. No importa. bén se pone a limia la barr y se hace n slen cio. Los hombes no saben si hablar o no. Spo go del colectivo o.engo a los dos esos hí arrib puteando más no poder. Dicen qe si no se van hoy me queman el hotel. o se preocupe, no lo dicen en serio. Si él es via jante... o, no est nervioso or eso. Gómez se anim y d un pso o tamién estoy preocupado. Sí, yo sabía que sted se d centa. Es muy raro esto. No sé . Ago pasa y no nos hemos enteado. Hbló con el comisrio o. ¿Por qué ¿Él sbe algo o sé ... Mire, Rbén, yo le voy a decir algo pero quieo que se lo guare, no se lo pede contar a nadie. Q ps? s algo qe me contó Pimitivo.Yo sy su úico amig y no o quiero eudicar. Usted vio que todo el mundo lo trat como a n borrachoY él hace años que no tom Sí, ya sé. En este luga no se toleran los cambios. Ni siquier los positivos. ¿ué le contó?
-Parece que er el omisario le mndó decir que cuand bajara la barrera para que pasara el tren, o la volviera a subir. -¿Cómo que no la volviera a subir? Sí, incluso le do que la trancara con algo. ¿Será para que alguien no pueda pasar en auto de la cle a las vías? Es pensé yo, pero no entiendo ¿Quién usaría las vas oo cano? -Y encima Rimoldi que no viene Él podría traer noticia de la ciudad Lo único que me queda es cru zarlo a Crespi, en la ruta. preguntarle qué pasa.o creo qe el olectivo tampoco va a parar h. -Beno, veremos esta noche. e enargo espe cimete lo de ritivo. No diga nada de lo que le conté. -Qedesé tranquilo Si quiere pase ás tarde y le iito na copita. Góme sigue con el reorrido de la tarde. levando mensajes, paquetes, papeles. n cada lugar en el ue para, alguien le pregunta si sabe lgo sobre el colecti vo a gente está lborotada y ha tomado esto como una diersión. s un hilo que une todas las harlas y qu mtiva que las mujeres cruen la cle al troteci to para preguntarse: -¿Vste que hace dos nohes que no para el ole tivo?
Los hombres se demoran en el bar en una esqui na mando un cigarrillo, a la perta de la fábrica, en la cooperativa Todos dicen lo mismo -¿Viste qe hace dos noches que no para el colec tivo? La cosa ya lega hasta la escela. Los de cuarto char lan tirados en la canchita: Dice papá que el colectvo no va a parar nn ca más T iene que parar porque se le va a acabar la na ta No, tonto, que no va a parar nunca s en e pue blo. ¿Y qé? Si total nosotros no amos a ningún lado. Cuando arranca a tardecita, en muchas casas las mi lias se bañan y se disponen a salir. Sin que nadie se ha pesto de acuerdo, mchos han pensado lo msmo ir a ver el colectivo Preparan as mejores ropas, lstran los zapatos, se hacen rodetes con spra o se peinan a la gomina. Se otan con uerza el cuello con agua de Colonia. A eso de las siete Rubén se asoma a la calle a ver qué pasa Se ha ido juntando gente lrededor del hotel. �l hotelero salda y se pasea entre las milias. ¿Cómo les va? ¿Andan tomando esco? o dice la señora Gonzáez. Venimos a tomar e colectivo. 71
Rubén mira a la gente que lo rodea. Treinta, cua renta prsonas vestidas para salir -¿dos? Se sonrí No van a entrr. Cada uno de los que están aí sabe que no vienen a tomar el colectivoVan a vero pasar a toda vlocidad Pero nadie quiere reconocer que est ahí para eso -Qué bárbaro dice el hotelero Es la primera vez en mi vida que veo tanta gente esperando Los de la empres van a estar chochos A la siete y media bajan de su cuarto el viajante y su pareja Rubén los iita con una copa y les pide que esperen adentro -Mien hay tanta gente aera esperando el colec t que va a par sea como sea Ustedes quedensé acá y yo los vengo a buscar -er esa gente ino Y nosotos espermos des de anteayer No vmos a ir parados. o se preocupe señorYo conozco al choferoy a hablar con él y le voy a exlicar la situación Les va a dar buenos asientos Castro es un hombre muy correct Cuado Rubén se oye a sí smo nombrar cho r siene la certeza de que el colectvo no va a parar ¿Por qu dijo Castro? Hoy debería pasar FernándezA Castro recién le toca mañana otra vez. Sale del otel y se abre paso entre la gente Desde la parada ve cruzar a los Ponce. El doctor está enoja do eso e nota de lejos Apenas se acerca, nge tran quilidad 72
-B ueno, Rubén. Esta noche me va a ver. Para mí que antes no me reconoció. Después hablamos, doctor No creo que hoy pase por el br. o se ofena,pero apeas mi hermana se vaya me velvo a desc nsar. Después ablamos. Me voy a poner bien en la ruta. Hoy traje mi somero. Esta mañana me di cuenta de que a o mejr no me reconocieron porque estaba sin som brer . ueno, pero ahora o solucionamos, cuando vean que soy yo... Se oye un grto. Hay cicos jugando en a ruta. La que rita es una madre. En medio de a oscuridad, el coletvo acelera. as venta nas cerradas y as luces apa gadas. Ponce emp ieza a mover las manos con insis tenca, se saca el sombrero y lo agita por arriba de la cabeza. oy el doctor, soy e doctor grta en voz baja. Es un segundo en que el colectivo pasa como un dispr y todos quedan tapados de tierra.Victora aga rra s boso preparándose para volver. e dentro del bar sle correndo el vajante ero e úpo ut grt b - A b de ver cómo pasaba el colectivo y usted no izo nada. ¿Y qué quera que hiciera? Que lo parra. Éste es un pueblo de locos.Acá pasa cuquier cosa y nadie ha ce nada. esde atrás se oye la voz de Ponce que dice por lo bao: 73
-..no puede ser que me hayan conio, no pue de ser que no hayn visto que era yo... ¿No ve que están todos locos? sigue el viajnte. Toda esa gente acá ¿qué hace? ¿Qué están mirndo? Lo ran a él, que, rioso, entra en l hotel a bus car a su amiga y sale con los bolsos en la mano. Lo miran, flices de pres enciar ese espectáculo Nootros nos vamos a ir. Hace tres días que que remos slir de este pueblo de erda. Nos vos a pie, aunque nos lleve toa la nocheVamos a ir cnano hasta el prómo pueblo a ver si a encontrmos gen te civilizada. Rubn cree que exagera, que hay que dejalo es ahogars. Por eso se ngustia cundo e que la pareja le da la espalda y cmina haci las vías Se oye la vo de ea, lo lejos. Se v la mano de él, levantada en el aire, ordenán dole co un gesto que se calle Se ve una 1ancha cla ra, el vetido de ell, agachándose para pasar por deba jo de la barrera. La gente sonre Como si estuvieran viendo na pelícla en el pao de la cooperat.Toos disuta, slvo el doctor Ponce, su hermana y Rubén. De Mata no puede decirse porue es capa de son reír así n medio de un nauagio. Rubén, no me diga que me han conundio, no puede sr. ega ás tare, doctor.Vamos a hblar. Rubén entra en el bar y ierra la puerta con lla ve Sub a la habitación el primer piso y se asoma 74
a la ventana. Por as vías, casi un kilómetro más ade ante, se ve a mancha banca de vestido de a mujer Rubén se imagina a hombre que camina a ado Está angustiado. No e gusta que esa gente se haya ido ainando.Y en pena noche Hay gnos autos en e puebo, pero sería difci conseguir quién os evara. Los que tienen auto no apr ueban a os v ia jantes y sus aigas hoteero se siente responsae Antes de bajar, a su izquierda ve a os Ponce que ya hn cruado as víasVa hasta a panta baja , des ando su costumbre de siempre se sienta a una mesa Sirve un vaso de vino y se queda inmóvi pensan do en cómo hará a mujer para caminar por as vías con esos tacos
Una horas después aparece Ponce -Cómo e va doctor. -Qué quiere que e diga, estoy algo sorprendido. a vamos a halar. ubén trae os dos vasos y a otea de ws Des pués de servir se queda parado ado de a mesa apo yando su mano en e respaldo n de octor... -¿uién manejaba? o sé, no vio que venía con todo apagado? sto para ya es persona. Sea quien sea, se va a arrepentir de meterse conmigo. octor, no es con usted Ago está pasando. 75
-Sí, de eso me doy cuenta. Hay alguien que me quiere scar de quicio. No pararme a , con toda esa gente presente. ¿Qué hacían acá? Vean a ver pasar el colectivo -¿Qué? -enan a ver cómo el colectivo pasaba sin parar. ¿Es le dijeron? No, no me lo dieron, pero yo nací acá. Dieron que quean viaar. Ponce se queda desconcertado. ¿Y odos saban que no iba a parar? Lo uponían. Acá las cosas tienden a repetirse. O sea que todos vieron cómo el colectivo me deó Mire, doctor, se lo voy a decir una sola vez, muy claramete sto no es algo que le están haciendo a usted. Eto es algo que está pasando. -Sí, so lo dice usted porque no necesita viaar. Rubén piensa en sus dos huéspedes cinando por las v ías, en medio de la oscuridad. Piensa en Gómez, en Primitivo. Piensa en el cansancio que le produce el sorero de Ponce, la botella de Ponce, sus dos vasos de whisk, las marcas en la etiqueta, sus comentarios. Piensa y se sorprende l decir: Ponce, usted no es el centro del ndo. El aogado mira o el fondo del vaso y espera Despué de toda la gente que lo vio sacudir el som brero ane un colectivo que no paró, después de la incomoidad de tener que acompañar a icoria otra
vez a la csa, después de eso serí demasiado acoo dr el golpe que h tirado Rubén. Mir el ndo del vso y decide que no h escuchdo que si disimul lo diho Rubén se lo a agrdecer. Por eso es que lo impacta tnto la voz del hotelero diciendo: -e va a discpr pero tengo que cerrr. ¿ Y Crespi? regnta Ponce corrdo por l ges to dl otro. a es tarde Crespi no psó.Y no v a psr hsta que esto se clare Hst mñna.
Rubén se lent teprno y se som a l puerta para vr Gómez cundo cruce las vías. Después de dos ciglos la biciclet negra ps por rrib de la brre ra Rubén scude la ano. Un rto después le oece un caf que sirve en la es del ndo. ire Gómez yo no sé con quién hbl r y usted es la únic person qu o qu m e L barrera si ge bj el colectivo no pró R imol no h venido y Crespi toco pasó.Tendrmos que veri guar go. Sí. Per cómo hcemos? brí que pregunte l coisrio por el sun to de l brrer 7
-No nos va a decir nada No sé, a lo mejor si inventamos lgo. Yo podría oecerme para destrabar la barrera Como i no supiera nada Pude ser No creo que desconñe ¿Supo que mis huéspees se eron caminando? Sí, todo el mundo habla de eso Y de que el doc tor estaba moviendo los brazos como un molinete Sí, ese Ponce me cansó Lo único que le importa es lo qe le pase a él Los demás, que revienten ¿Y hasta dónde habrán llegado sus huéspedes? No sé, clculo que a Pozo del Sauce Es bastan te cerc, pero i gl no me imagino a esa mujer cami nando veintisiete kilómetros en la oscuridad Ade más, esaban tan enojados que no fueron por la ruta, se fueron por las vías Se acorta un poco, pero es más dicil Gómez aparta la taza con una mano y se incor pora Bueno Gracias por el café Voy a probar con el comisario, pero va a tener que ser esta tarde Si lo lle go a depertar no me va a decir nada Hata luego, sludos a Pr iitivo Grcias Paso a la tardecita Antes de subirse a la bicicleta Gómez se da vuelta bruscaente ¿l diario no dice nada? No De todos modos sólo tengo el de anteayer, el que dejó el tren
-¿Y en la radio? Lo de siempre. Todo pasa n la ciua Nos vemos más tard
Gó z eja que el ía pase entre las cosas, que cada rato sea atrav esado por el vieto e la biciclta Recién cuao el sol aoja s acrca a la comisaría Se asoa por a ventana y v la espala el policía tapano el anae -¿Mate, señor comisario? Ah, Gómez, sí, sí, venga, pas, tomesé unos amar guits El hombre está pusto a presión en un unirme que hace quince ños hizo suspirar a las chicas ho ra la tela se estira en la zona del vientre y los atebra zos ironea la costura de las mangas Pase, pas ermiso No lo quiro molestar, pasé a verlo un nto o, Gómz, uste no molesta Imaginsé que est todo el día acá, una chaita no me va a hacer m El ra es a nga l d v s qe el cuerpo, abanoado, lguna vez e atléti co Se siente esa fuera, coo si los músculos no se hubera rsignado, todavía, a ser parte de un hom bre u duerme siesta cada os o tres horas ómez cabeca para l lao e las vías mientras toma l mat 79
-Estuve viendo que la barrera está baja. Me paece que ota vez se quedó trabada ¿ Quiee que vaya a dar una mao a ver si la arreglo? No, no, usted haga lo suyo -Por eso le digo, hoy ando ojo de trabajo y pen sé que poa udar so está todo herrumrado y debe se my pesada para itivo Dejlá así, Gómez, no se preocupe ero es que si algien precisa pasar No va a pasar y listoTendrá que ir por otro lado ero si ega a ser gente de aera Apeas empieza a armar la ase Gómez entiende que ha golpeado justo en el centro La barrera baja es para la gente de aera, gente que, en el laberinto de cles de tierra, no sabría encontrar otro camino Se hace un silencio que el coisario corta pegándole el último sorbo l mate. Si viene gente de auera, y no saben por dónde pasa, vienen y me pregntan a íY yo les indico so tambié es parte de trabajo ¿no es cierto? Gómez sabe que si no insiste no abrá más datos istraídmente, con una sonrisa, dice: ero nos evitamos todo eso si voy y la arreglo Será el calor O una mosca que está todo el tiem po busando el cuello del policía l uniforme se endeeza de golpe y la mano golpea el escritorio de metal Góez, ¡qué insistencia! Si yo le digo que no, es noY listo Se terminó el tema. 80
-Pero, señor comisario... -Y no se pregunta, arajo ¿No soy la autoridad yo? Gómez se ra los zapatos -No soy la autoridad? Sí, señor -Entones no se jode. Se hace lo que o digo basta La mosca se ha ido entra un poco de aire. Des pués de tantos días socantes, alguna nube provoa una ombra l coisario puede sentir que ha exage rado justo con ómez. uta, che.Justo con éste, que siemre está busando ómo udar -ómez ota una mancha sobre el vidrio del escritorio, o sé que usted tiene buena intención. Disculpemé. Mi trabajo no es fáil.o tambin ten go que obedeer sin preguntar. ¿Se da cuenta? A mí me andan una orden o la hago umplir. si no entiendo, no importa. Ades ms superiores no están acá, o saben ómo son las osas aá conozco a todos los del pueblo. Conozo a los padres, a los her manos n Córdoba agarran a un tio lo meten pre so ni siquiera saben el apellido. Hae poco me lle gó una circular para ue era a la capital a un curso una cosa así, para caaitación dien ellos. ¿ sabe uál era el tema? Ténicas de interrogatorio ¿h? ¡Ténicas de interrogatorio! ¿A mí? ¿ qué les voy a pregntar a los presos? Si yo ya sé las resuestas. ¿Dón de vven? ¿Qué haen? Ténias de interrogatorio! ¿Se da uenta? llos no entienden que acá las osas 81
son distntas Dos meses atrás me llamó un superior, de la cetral, y me dijo que vigilara a ... a... a alguien de acá, el pueblo.Y me quería pasar datos le dije que no, que yo sabía hasta con cuál vaso de vino se emborrcha, que no podía ser que.. porque ellos sos pechaban que. y yo les dije que no, que ése no, que ése está de día en las chacras y de noche borracho, que ése no podía ser... Que yo les iba a isar. Pero la verdad, Gómez, y que esto quede entre nosotros, no sé muy bien qué les tengo que avisar. Que h a que estar atentos, ue no hay que dejar que el enemigo crezca ... ¿qué enemigo? Si yo acá los conozco a todos ... no sé ... y además, a quién ha que isar. Eso tambié es un lo. De golpe ahora tengo tantos supe riores que no sé bien cómo es el orden de mando Y con sto del gobierno mlitar... no sé .. no sé si res ponder a mi mando superior o a un mlitar con ran go menor. El cmsario sacude la mano para sacarse la mosca de la caa. Se sonre. -st complicado.. yo trato de hacer mi trabajo... Estira el brazo para entregarle a Gómez un mate recién cebado. -La arrera no está rota.Yo le ordené a Pritivo que la tabara. Góez trata de no mover un músculo, de no hacer nada que corte lo que dice el comisario. -Usted es un buen hombre. Yo sé que le puedo contar alo y que usted va a ser dscreto Se dará cuen
ta de que en m trabajo no se puede hablar mucho.. Hay un montón de cosas que tienen que seguir sien do un secreto. Gómez asiente sin mirar. -Me mandaron una orden No desde Córdoba, directmente desde Buenos Aires. e eron que dea ra la barrera baa, que impidiera el paso de vehículos a las vs ¿Ve?Yo no entiendoAyer me dio urúa, el baqeano de onte Seco, que como a diez o doce kilóetros han deado un vagón, solo, en las vías O sea, ara cortar el paso también ¿Y el tren de maña na? Para que no va a asar Si no, se chocaría con el vagón Y lo del colectivo, también Que hace tres noces que no ara .. Yo creo que hasta que no me haga evantar la barrera el colectivo no va a parar.. El comisario busca un cenicero sobre el archivero vacío Y me han dicho . esto entre nosotros, Gómez, ¿eh? e han dicho que si veo gente sospechosa ten go qe detenera y lamar a Buenos Aires ¡Gente sos echosa! Yo les pregunté gún dato, un identikit go. ¿Y sbe qué me dicen? Que tienen que cercar la zona porue están buscando a una eron my o sa, uo de estos.. un subversivo.Y cuando les ido la descripción me dicen "fmenno, eciocho años, uno setenta, delgada, tez morena O sea .. ¡dieciocho años ¡ Coo las chicas de as carrozas en Carnaval! Die cioco años . y que es muy peligrosa y que es un cuadro de no sé qué organización y que hay que tra 83
tar de agarrala viva pero que si no se puede ... die ciocho años. El cosario vuelve a fotar el vidrio. -Y todo este despelote por eso. me dicen que no dia na. Que viile pero que no dia nada.o les dje que acá no va a venir. Una chica de esa edad, que no es del peblo, lama demasiado la atención. Pero bue no, sin discutir A baar la barrera y a callarse.Vy a caentar el agua porque esto ya está muy fío. ¿Se que da para otra ronda? Gómez se endereza rápidamente y se le vanta. -No no, señor comisario, me vo. Se va a hacer de noche y teno que hacer cosas todía. -De o que le die... o se preocupe, no voy a decir nada. Los ombres se sudan inclinando la cabeza.
Gómez ya está en camino a las vías. esde leos ve la silueta de Ponce que, con su hermana y su señora, es por cruar. l doctor levanta la mano. Sin una razón que lo explique iran en redondo y vuelven por don de han venido. Gómez busca con la vis y ve a Rubén, usto cundo está baando el brazo derecho. Con un movimiento suave de la mano ira la bicicleta y ped lea más ápido en dirección al hotel. -Ruén, ¿no viene el colectivo? Sí, iene. Pero estoy seuro de que no va a parar. ellos t ién.
El hotelero señala hacia la izquierda un grupo de gente que, recién bañada y vestida con su mejor ropa, se acrca a la parada -Vienen otra vez a irar. Gómez se queda inmóvil observando l rcesión de curiosos que se reparte a uo y otro lado de la calle y a ver a Primitvo un rato y vuel cuando este circo terine Tengo que contale algo ¿uvo noticias de sus huéspedes? No, deben haber llegado bien os vemos des pués
Primitivo está sentado e una iedra, frcejeando con una perilla que tiene en la mano Hola dice Gómez cuando salta de la bicicleta Leíto qué suerte que venís Hoy aduvo Olmos preguntandomé por la barrera Ahora parece que a todo les interesa el tre Olmos? Sí, parce que el nene, el que le ft un ojito, le con tó a tro cco qué decí l ppel M píco Y Olmos cómo se eteró? el amgito del nene le hrá contado a lguien másiste cómo so las cosas, todo se va sabiedo ¿Y Olmos qué le pregutó so, si era verdad que el comisario me había orde nado dejar la barrera baja
-¿Y qué le dijo usted? Que sí, qué le vy a decir. ¿El osario no le pidió que fera discreto? -No.Además, si me preguntan contesto. Igual, todo se sabe. Sí, claro. -Leít, ¿qué es toda esa gente que va para el hotel? Van a rar el colectivo que pasa. Son raros, ¿eh? Ahora se les dio por el tren y por el colectivo. Dentro de poco se la van a agarrar con tu bicicleta. Gómez siente un sacudón en el vientre y gira. o que ve es la sonrisa de Primitivo irándolo desde el fndo d su ausencia. Cuando está cruzando las vías todía escucha la risa baja del guardabarrera. Pasan minutos largos como el agua, ladridos ue los cortan y los obligan a repetirse Gómez fma sentado sobre el pasto. Oscurece. Se oye el ruido del colecti vo que acelera. Se oyen gritos, es, epas, oles. a gen te steja, se asombra, se dierte Parece una turba trns pente elbrando una corrida de toros. Sólo que nae se pregunta quién es el toreo y quién va a morir para el placer de los otros Cuado el grupo se deshace y cada uno vuelve a lo suy, ada qien por su cno, a su casa, a sus peta tes, a sus pequeños dsturbios, Gómez se levanta y enf la para el hotel. -Rubén. Góez ¿o vio? Otra vez pasó arrasando. 86
-Sí, lo vi de lejos . Se juntó más gente... Y cada vez van a venir másYo no sé qué gusto le ecuentran. Será que acá nunca pasa nada. Pasa, pasa.. Sí pero cuando pasa no para. Es la segunda vez en un rato que Gómez no pue de reírse de las bromas que los demás le tiran, como si eran sogas en un nauagio. Otra vez se siente incó moo. Y olorido. -stoy metido en un lío. ¿Po qué? Halé con el comisario. -¿Le do lgo? Sí, pero usted no tiene que decir naa. Bah.. ao ra da igu, el cosario va a creer que i yo. -¿Que fue usted? Sí, va a pensar que conté todo. spereV a cerr ar y a traer un vino. Espere un mnto. Rubén pone una traba a la puerta, cierra las per sians que dan a la ce y se queda, un instante ran o hacia el lugar donde vo por últim a vez a sus ués pedes . Le parece u ea pu e reconstruir la imagen del estido blanco volviéndose una manca borrosa. A ver, cómo es la cosa. -ubén apoya las m anos en e respaldo de la sla. -Sientesé conmgo a costumbre.. dice el hoelero sonr iéndose. 87
-Le cuento. Fu a ver al comisario, como habíamos quedado Me ofecí a arreglar la barrera hacendo de cuenta que no sabía nada ¿Y? -Primero me djo que no Cuando nsstí se enojó ero depués me e contando algo Dce que le han isado desde Buenos Aires que hay una chca que está escapandoY que hay que atrapaa ¿Escapando? ¿De qué? e eos, supongo or eso la persguen ¿Una chca? -Sí, de decocho años ¿Cmo se lama? l cosario no me dio, creo que no sabe Pero los de Buenos Ares deben saber Supongo que sí ¿Y por qué la busca la policía? No, la policía no os ltares Se hace un senco leno de huecos, vacíos, peque ños orcios por donde escapn voces, otras voces, otros slencios con más voces dentro. icen que es subversiva suelta Gómez apretán dose una mano Sí, claro Si la buscan debe ser Se hace tan larga la espera, esa nútl construccón de una ausenca, se hace tan tensa que uno de los dos ce el ombre clado, el que saben que no deben pro nuca
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Y a Pérez se lo evaron nomás. Será que están casi a oscuras, que los perros se oyen deasiado lejos, que saben que ni siquiera Crespi va a pasa con el camión. Será por eso que la conversación coninúa. os dos saben que ya es tarde, que de cllar se tendrían que haberlo hecho antes. Sí. Dicen que estaba agitando a los choferes. No sé . -Y que andaba con gente de la ciudad, con gente rara. La mujer se fue S. Dijo que él se haba ido para el sur. Que esta ba ordenando todo para cuando legara ela. El sur... Dónde estará esa mujer Se habrá escondido.Todos dicen que Pérez se e para un trabajo mejor. ¿guien lo vio? icen que le encontraron cosas en la casa. Pape les cosas raras. ¿Pero l gien vio cuando se lo evaron? icen que lo vinieron a buscar, del trabajo este os efes serían. Para llevalo obre érez. uando Gómez dice esto siente en la espalda un ruido que lo euelve, de a poco, un ruido de toses, de gargantas, de agua estancada. Rubén llora. Apenas puede hablar para decir:
-Pero si el trabajo era mejor.. Gómez se levanta de la mesa y va hasta la puerta. Antes de tomar el picaorte dice: La qe me parte el ama es la chica Fuentes.
Para Rbén amanece brtalmente, como si l gien le hbier plantado na lz ente a los ojos Como si el sol se hbiera demorado y ahora recperara el tie po lastimando con amarilos y rojos violentos. El hotelero se asoma jsto en el momento en e Gómez crza la barrera. -Venga,vengadice,ane el otro no lo escche. Sacde la mano, de arr iba hacia abajo, y ahí sí Gómez lo ve y cmbia de dirección. -Pae a tomar n ca. -ndo my escaso,Rubén, otro día. eo no sea asíY lo iito.Anoche l fnal no me dio por é estaba metido en n lío. noche dice Gómez. Los hombres se acomodan, cada no a n lado de la barra. Gómez tiene n pie estirado, haciendo ei librio ara sostenerse en la baneta. No,lo e pasa es ue e nene e le ló el me saje a Pr anduvo contando lo e decía el pae
to.Y se enteró Oos.Ayer estuvo preguntando cosas y seuro que el comsario va a creer que o conté lo que hablé con él a a hablar, epliquelé Sí, voy a ir aora, aunque lo agarre durmiendo. Está de ms pedirle que lo que ablamos anoche. -Quedesé tranquilo. No digo nada. Gómez atriesa cinando la cle de los pltanos. Cundo lega a la cosaría ve l policía de pie, revi sando papeles. ómez, ¿otra vez? -Quiero habla con usted No es un buen momento, estoy con gunos pro bleas. s que quiero explicare Mire, me acaban de avisar de un hombre que ha desaprecido en la zona e estn voliendo loco por que parece que la esposa tiene no sé qué relación con el jef de policía de La Pampa. Qué, se perdió? -No sé. Se debe haber escapado de esa loca e habló ea, la mujerY después me hablaron de La Pam pa.Y después superior en Córdob. ue lo encuen tre, ue es urgente, que es imortante, que no sé cun tas cosas ms me dijo. Y por qué lo llama a usted? ¿l hombre venía para ac? -o, han puesto en lerta a toda la zona. Pece que es vajante y sabe andar por estos lados. 91
-¿Viante? ¿No será el que hospedó Rbén hace unos días? ¿Tvo gene? Sí, í, tendría que hablar con él ¿Vino en auo? -No.
Enonces debe estar todía. Con este lío del colec tivo - Se eron anteer ¿Se eron? ¿staba con alguien? Cn una mujer -Ay a me imaginaba o ¿ Y en qué se fueron? ie ¿ pie? Se enojaron con Rubén, por lo del colectivY se eron ¿Por qué no lo va a ver a él? í le eca bien Dios o, qué día ¿ Y usted para qué venía? N porque el nene e usted usó como men sajero l de Mirta Parece ue anduvo contando lo que decía el papel Pr ios, no se puede conar en adie La próx ma vez elio uo mudo -Y no quería que usted creera que i o el ue habló ¿Y a quién le contó el nene? No sé Olmos esá enterado e a sondearlo a Priitivo La puta madreora sí que se va a armar quilo bo Bueno, que se todo a la mieda, me l otel 92
El cosario _empu ja la puerta y se deja esta, un nu to, en el esco del bar Se le acostumbra la vista a la poc luz que hay y al r ato distingue a Rubén secan do vasos detrás de la barra. -¿Qué es eso que me dice Gómez que usted tuvo gente? Sí, justo estaba oyendo en la radio Pensaba ir a verlo Por la descripción, es el hombre que estuvo acá ¿Por la radio? ¿Ya lo están diciendo por la radio? ¿Qé escuchó? Que lo está buscando la mlia Que creen que pudo haber tenido un accidente o lgo que le im pi dió volver -¿El lgo tenía poera? Sí l comisario resopla Rubén le lcana un vaso e no de soda ¿Y es verdad que se eron a pie? SíYo no pensé que era en ser io Pero se feron ejndo cada vez másYa tenían tres días de retraso Sí, pero irse a pie. ¿Por la ruta? Por las vías Por las vías? Están loos, si eso se v metiendo tie rra dentro Sí, pero es un poco más corto Para se eron por ahí para que nadie los viera ué boludosY bueno, voy a avisar a Poo del Saue 93
Calculo que habrán llegado ayer a la madrugada. -Buno, me voy. Rimoldi no vino, ¿ierto? No Y respi no está pasando. o Oá esto se aabe rápido.
El osario ierra la venta de su ofina y mara el número del ofil que está a argo en Pozo del Saue. ¿nítez? Soy yo. Le hablo por la uestión esta del viajante. Sí, omisario. ¿Supieron algo? ¿o está allá? . ¿Aá? ¿Por qué? Sleron para allá anteer. ¿Etaba on lguien? Ua mujer. . ¿En auto? pie. Por las vías. ra otra vez el ielo se arga, las nubes se enros an entre s, se superponen, golpean, luhan y se des haen. á no legaron, señor. ta madre Después lo llao. El oisario alienta agua para unos mates. Esqui va el tiempo para no tener que amar a Córdoba tan pronto o ha paado una hora uando el teléno sue na. Con una mno sostiene el mate. Con la otra levn 94
ta el tubo unos centímetros y lo vuelve a bar con un golpe. Lo levanta otra vez y deja el auricular sobre la mesa. Después de un rato vuelve a colgar el teléno. Apenas lo ha apado cuando empieza a sonar. -S, señor, soy yoNo, señor í, seño, estvo acá. ó pa Pozo del auce.Anteoche. No, no legó. í, señor. Con una er. No, no lo sé. í, señor Hasta luego.
-Gmez, Gómez, venga. Orellano está parado en la puerta de la frmacia y muev la mano como si quisiera agarrar lgo que nun ca acanza -Pase. ¿Quiere que le eve go? o, no uería preguntarle por lo de la barrera. ¿La udo arreglar? ómez ota la suela del zapato izquierdo contra el piso y esquiva la irada del otr clavándola en los as cos ue hay más atrás, en la vitrina. -No. He andado medio a las corridas Pero no importa, totl .. Pero el tren pasa h.. í, pero.. total está baja. i estuviera levantada me apuraría . ¿Y usted por qué cree que está ba? Eh? Por qué cree que está baja la arrera . Oí decir que el cosario ordenó dejara así. 95
-¿Y entonces para qué me pregunta? - . porque usted está todo el día dano vueltas por el pueblo Cruza l otro lado vuelve debe haber oído algo -¿Y a usted quién le dijo lo del comisario? -Naie lo escuché por ahí Bueno, entonces pregunte por ahí y sáquese la uda Me tengo que ir
Góme pedalea con ferza, reconcentrado Casi se cae e la bcicleta cuando un bldazo de agua golpea los rayos -¡Ay Gómez! No lo vi Rita tiene la boca abierta y los oos grandes Detrás e la boca, muy por detrás de los oos, se ve que con un geso hueco, sonríe -Justo estaba pensando en ustedY cuando me pasa por deante ¡no lo veo -¿ecesita lgo? ¿Cierto que el comisario ordenó dear la barrera baa? -¿Quién le dio eso? Tdos andan diciendo usted lo repite Pregunto Pregunto si es cierto No sé, yo estoy muy ocupado en trabao ¿Supo que al viaante ese que estuvo en lo de Rubén lo andan buscando?
-¿Y usted cómo sabe? Lo están diciendo por la radio. Y cómo sabe que es él? Porque yo conozco cho a la gente. Sobre todo a ese o de gente. Los vi anteanoche, cdo se eron. Usted estaba ahí? Sí. Tenía que ir a la ciudad a comprar cosas para e negco Por supuesto.Y me imagino que anoche tmbién e -Sí. a peluquera se siente juzgada Retrocede un paso hasta alcanzar el mbra de la perta Se siente aco rrlda y desafa: hoy voy a ir de nevo or qu? or nada dice Gómez- Me impresiona la canti dad de gente que necesita el colectivo esta semana. Bueno, vaya yendo nomás Se le va a hacer tarde. Cuando Gómez está por cruzar la barrera ve a Rubén, asomado a la ventana del primer piso, iran do hacia las vías.
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IV
Victoria es la única debilidad que Ponce se perite Posiblemente la única persona a la que no debe desar ni someter La nica mujer que no le olesta, que sabe dr un paso atrás a empo y hacer sencio La nica voz ue lo serena escuchar.Victoria, para él es un error prfecto go que no debería estar en el mun do, un esto marvilloso que pasa desapercibido Dese que sus padres murieron Ponce hizo lo posi ble para que ella estuviera a slo Parecía un ojeto ágil, inúlente hermoso Los tíos la cuidaon pagndo el internado Su hermana nunca quiso compartir vacacioes con ellos Cuando sus compañeras viajaban a ver a l iaVictoria prería quedarse en el colegio enorme, vacío, aprovechando una biblioteca casi abandoada Para la época en que Ponce compró la casa de los Alberti, su hermana ternaba el colegio Marta insis tía en l idea de traerla a vivir l puelo, pra hacerse compaía Él no estaba tan seuo Quería tenerla cerca pero no tanto Le dolía llevarla ahí, condenarla al ismo castigo Tampoco le gustaba la idea de dejala 98
en Buenos res. La ciudad estaba revolucionada, Perón pro metía lo indecible y, de repente, parecía que todo poda caiar. En esos eses, sus tíos tuvieron un accidente la asa cercana a Náuco queda vacía Poía ser el lugar ide No er a uenos Aires pero era una ciudad Pequeña conservadora Cada uno sabía el lugar que debía ocupar. Victoria se instaló ahí poco tiepo. Ponce qui so aopañarla pero le olestaba a idea de ver a su suegro otra vez. Marta viajó en su lug ar l juez Flo res penas pudo reconocer a su hija en esa ujer inquiet, habladora, ruidosa, que lo abrazaba todo el tiepo Más de una vez trató de hablar con ela coo lo hacían antes, tranquilaente, estirando el café de la sobreesa Mar ta no pudo encajar en ninguno de esos intentos. Siempre estaba unos inutos por delan te, pensando en lo que había que hacer después Des pués de hora un nstante que de tan leno oa vacío. El juez se resignó Pensó que el atrimonio las nueas responsabilidades habían despertado en su ha ceas que él no conocía Se la veía alegre, urgente ete egre Nunca supo por q a arde vea en el patio, le vino a la ente la iagen de una galli na loca Flores orira unos años después, contento coo Marta, cóplice de los pianos que se vendieron, de los silecios que se taparon con recetas vestidos, de la pregunta siepre ausente sobre los nietos. Contento 99
de ver a esa mujer repicar todo el tiempo coo un canario encerrado que canta cuando oscurece Victoria no conocía a su cuñaa Cuando Ponce y M ta se casaron ella no pudo viajar O no quisoAhora se veían, pr primera vez, en la estación de trenes.Victo ria se snrió al ver tantos colores en un solo vestido Marta la abrazó obligándola a agacharse para alcanzar su cuero corto. -¡Nnita! ¡Qué gusto verte -Hoa, Mta Espero que no te moleste haber veni do a darme Le die a Antonio que no era necesa ro. ero no, si a í me encata De paso visito i ciu dad. Admás, Ponce no podía venir -¿Le decís Ponce? -Sí, cómo le voy a decir? No sé Antonio -h no Para mí es Ponce, siepre va a ser Pon ce ¡Qué linda sos! Como Ponce, tda derecta y alta. Las mujeres llegan a la casa acompañadas por un changarín que leva los dos baúles. -¿Eso traés nomás?Yo no sé cómo acés, nenita, con tan poquitas cosas . So libros ¿Y la ropa? ¿La mandás traer después? a opa la traigo acá dice Victoria lvantando un bolso d mano !0
Marta cree que su cuñad le hace una broma. Si en ese bolso no entra ni un conjuntito. ¿Y los sombreros? Igul que el hermano, esas bromas rars que icen sin mover un músculo. arta se sala con el gesto repeti do: onríe
En a casa, los muebles están cubiertos con sábanas. Un ecia ha liiado un poco para recibir a los isi tantes. Porque Victoria, en l ciudad, sien1pre a a ser una isita, una pariente lejana que iee a cuidar l casa mientrs los dueños no estén na gura des apecibida que sólo se distingue la distancia. En sus trajes sastre, en una cartera pequeña que parece estar ací, en los zapatos negros de tacos disimuldos ictori prende a sentarse en la galería que d a la cae, con un libro abierto sobre la flda, rando hcia las ías. Del ro iene, por la tarde, or de aga que la desarma. Caalote, peces, caaerl. Buenos res, cuado salían de paseo con el colgio se apoyaba e la branda de la costanera, sntiendo las gotas en la cara, imaginando Monteideo. ictoria arende t y b con nadie. A deler los saludos de los ecinos, siem pre en su justa medida. La sonrisa para unos, la mano en l to para otros, un m oimiento lee de la cabe a paa casi todos. Aprende a escribie a tonio primero, a rta des pué. Cada sábado cuando anochece, ente la enTOJ
tana por l que se ve el Club Náutico.Ah se enamoraron L palbr suena rara aplcada su hermano Y más pensando en su cuñdAVictori le prece recordar que Mart balaba en el centro del Club, tan alegre, tan joveY que Atonio se le acercó, elegnte, correctísimo De sólo verse, es noche, decdieron casarse. Ahor es extrño el recuerdo porque Antono vive enredao en su estudio, hacendo crucgrams, plneado u ajedrez solitario e nca terminaY arta se mueve por la csa de los perales como s todo tera ue hacerse ensegida Como s el do ece sitar d sus urgencias par ponerse e moviento Viven en épocs difrentes De un lado, u espaco sempre igual s msmo, donde es necesario pensar y concentrarse ntes de actuar Un lugar de uetud y slenco, donde las voces sólo aportan torpez Del otro lado, el torbelino, el remolno inútl que suvierte todo sn camiar nada Un lugar obligado learse de palabrs , mientrs más, mejor Como si de repetirlas surgera l presencia de las cosas O desprecier Vctoria prende a reconocer art.A sospechar que huo algo tes del torbellinoY que tod debe estr h Después aprende a coivr con esa certeza renuncindo a encotraro, sea lo que se Aprede a ver las arreritas de ata por la casa, siem pre orde nndo lgo, lmpiando algo, rmando en voz alta ples que o van más alá de ua hora. Victri costrue su espaco como una atalaya Una tore desde donde ve egar los cambios que, e 102
esos treinta y dos años, voltean, demuelen, resucitan la ciuad. Cada tanto viaja pueblo donde vive Anto nio.lí se queda descza, sentada en la reposera, deba jo d los naraos Se acerca l tapil a recibir el olor a tiera moada que va sembrando el ción regador. Se adormece acariciando l perro que busca la sombra
-¿Pdés con los camos, Nenita? Sí,Antonio, no te preocupés. ¿No querés que vaya? Hablo con el capataz, bus camos lgún vasco que lo administre... No, con el capataz me entiendo yo ero no está bien, Nenita Una mujer sola, visi tano los camos, ¿en qué vas? caballo. Qué terquedad con eso. ¿Y el auto? ¿Para qué lo compramos? ntonio, no voy a ir l campo en auto. Para que los peones se mueran de la risa viéndome hundir los zapatos en el brro. ¿Ellos andan a cabo?Yo también. Es na cuestión de lógica. stá bien lo que pasa es ue no me usta pensar que estás allá, sola .. No te preocupés. Vos tendrs mucho libro leído, no te lo nego. Pero una muer sola siempre es una mujer sola. ¡Qué gran verad,Antonio! ¡Me sorprendés! ic toria sonríe. No es tan mla la soledad.Abriga. 103
Ponce sabe que en esa fase está el huevo de la ser piente. Que si sig e hurgando entre las palabras una verdad uya, íntima y pr ivada, puede quemarle las manos, los ojos. uizá lo ciegue. Sabe que hay algo ahí, ago que contiene todos los secretos que no qui so oír, la otra posibldad que nunca se ve. Muchos años después se descubre un espacio vacío, un hueco. Ahí estaba, ocupaba un lugar. Pero ahora no está. El brazo mutiado que todía duele.
Victoria aprende a ver todo y a guardar silencio. La biblioteca está cerrada. Dicen que están de inenta rio peo ella sabe que no es cierto. O no del todo. Est ientarando los libros.Y l gnos, mágicamente, des aparece. Se traspapelan, se roban, se mojan, se rom pen, se queman. Se pierden. Como algunas personas. El capataz le aisa que enterró dos cuerpos. Que los encontr anoche. Agujeros de ba, señorita. eben levar ds o tres días muertos. Dos muchachos. No, no son de acá No, a la policía no. Ellos ya deben saber. os enterré ahí ismo. No, señorita, sin cruces. Es de buen cristiano... enterrarlos. No, no le iba a decir a nadie pero... me pareció que... usted manda, ¿no? Victoria se duerme pensando en cuántos más habrá bajo tierra, de este lado del lambre, en su campo. Ha pensado tamién en el río. Muchos ahogados, perdi dos, paradero desconocido. Sabe que la biblioteca está cerrada. 104
Llegan peones nuevos. Gente de ciuad, se nota, nuna han estado en el campo. Igul los toma. Man da llmar a capataz y da la orden de tomar a todos los que vengan así, e ningún lao, llenos de urgencia, de rspones, e secretos. -Pero señorita, usted sabe... Victoria levanta la palma abierta buscando slencio. Entecierra los ojos -Yo no sé nada. Soy una muer sola llevando ade lante un camo. Se va a correr la voz, señorita. an a empezar a veni e todos lados -Mor, que trabajen. No hay tanto trabajo -Cudo se terine con todo lo que hay que hacer, me evanta el alamrado del sudeste y planta todos los posts de nuevo. stán ojos -¿Toos los postes? -odos. va buscando si no hace lta hacer ago más Piense si no conviene hacer otro puesto en la part norte. Buscar un puestero que cuide esa entra a. -Señorita ésos son muchos ornales. n el banco está el dnero de las limas tres cose chas. Uste me isa cuánto hace flta y yo hablo con el gerente. Sí, señora. ¿Sabe qué? Quiero que la gente que vaa legan o ultive. Chiquito, en huerta Pero asignelé a cada IOJ
uno un poco de tierra para ue armen ahí algo que les complete el jornal. -Sí, señora.
El capataz le recuerda a un chacho que vvía sobre el río Un día se e y nadie supo adónde, ni la mi lia. A vees lo veía desde la glería, mientras leía. Lo vio pasa una vez con los pescados l hombro, silban o. Pensó que ese hombre era libre, t libre ue ofe ía los ojos e los condenados. Ahora se lo llvaron Quizás esté oando en su río, boca abajo. Como un libro en la gata.
Victoria necesita descansar a la sombra el naranjo, escuchar otos ruios l dori, no ver luces en la scu ridad. Necesita hablar de lo que no ebe nombrarse. Sentir el silencio ensanchando corredores. Decie via jar a casa de Antonio Quizás llá los rumores, los chi rridos, los zarpazos, los golpes, las corridas, los more tones, las botas, los disparos no h aan llegado. o todía Arma un bolso e mano y va hasta la esación. nas horas en la ciudad y luego tomar el único colec tivo que ega por ía al pueblo onde vve su herma no. n ueblo que se resbla hacia un lado y queda en tal situación de esequilibrio que necesita un solo colect para legar y para irse. unca se sabe en qué dirección va la gente que sube. Hacia el norte o hacia 106
el sur. En realidad se sabe, porqe todos conocen a todos y nadie se atrevería a viajar sin na razón El coletivo hace n giro hacia el norte y dos horas des pés velve a estar a menos de diez kómes del pe blo, en dirección al sr
Pone está en s escritorio fente tablero de ajedrez Hace dos noches qe el colectivo pasa sin pararVic tori mira por la ventana qe da a la calle y oye los pasos de Marta qe van y vienen por la cocina S cñda aparece en el mbra de la perta -¿La viste a ésa anoche? ¿A qién? ésa la qe estaba con el viante -Sí parecía enojada Como para no enojarse si le salió al el plan Se qiso escapar n ratito y todavía está ahí en el hotel En peblo van a empezar a habla -n s peblo tamoco debe parar el colectivo, se darán centa de qe no pede volver ¡Me gsta! Qe qede en evidencia Ésas siem pre e andan escapando y teniendo ss cositas por a hora todo va a qedar negro sobre blanco Dejla pobre ndá a saber cómo vive 107
-Bien vive. Muy be. Seguro Ésa debe teer u marido que se desloma por elaY mrá cómo le paga. Pero, l al, la justicia llega E los pueblos sempre se sabe qué es qué. Como pasó co la chca Fue tes. La del molio ¿Te acordás? -No. ¿Qué es? -Ua puuuuuuuta. Eso te cotaba aoche, cua do te descompusiste Igul que la del hotel. Dos putas. Ésta, la uetes, adaba siempre de correrías por los pueblos de acá cerca ba y veía, iba y veía Se metía e la Cooperatva de Los las, adaba siempre ro dado la fábrica de los Suárez, e Mote Solo. Mrá vos s sería atorrata que ba siempre a la hora e que salía los obreros.Y se quedaba charado, sola, etre los homres.Y después ue me diga que las muje res se hace putas por lta de educacó. ¡Metira S ésta hasta había estudado e Córdoba, e la ui versidad. Teía u oviecto llá. Dice que le hizo u hijo pero que o lo tuvo.. ¡Qué delicados so alguos para decir las cosas! ¡No lo tuvo.. Y claro. ¿Qué iba a hacer ella co u hijo? ¿Llevarlo a las diez de la oche a la puerta de la ooperatva? ¿Setarlo etre los hombres cuado empeza a tomar vio?Y bueo. Ésa termió como se merecía Dice que la viero e la cudad, arruada, trabdo e los bares Cómo sería de escadalosa que la vero a buscar de Córoba. Hasta allá había oído de ella.Veo uatro ocialesVeras ué bie, qué elegates No usaba irme, veía de traje, e u auto grade. 108
Y mrá cómo sabría ea que andaba en la mala vida, que se quiso esconder. Se metió atrás de los silos. Elos iba con el auto despaciiito, por las cles, dando vuel tas.Y preguntaban:" ¿La señorita Fuentes?Y todos sabíamos dónde estaba pero decíamos "Debe ndar por aí ,"recién pasó por acá , porque ninguno qe ría ser el primero Hasta que le preguntaron a Vidal y él les dice" ¿De parte de quién?, y los ofcia es con testan"La policía ."Está aí, escondida atrás del sio. Hiz bien Vidal Si viene la policía, las cosas claras Vieras cómo gr itaba Se había ido juntando gente en la ce, y todos miráamos. Entre tres la tuvieron que agarrar. Tuvieron que sacar las armas y todo. ¿Y saés qué gritaba? "Vidal,Vidal, ayudemé,Vidal. Parecía que entre toda la gente lo veía sólo a él. ¡Vida! Si era él el que haía dicho dónde estaba.Tarde pedía ayu da... Estuvo bien Vida Y estuvo bien que los ocia les la atraparan delante de todos. Que las chicas sepan qué les pasa a las putas. Que todos sepan cómo ter minan estas cosas Victoria mira el suelo. Distraídente, al pasar, dice -¿Y no te parece que se la pueden haer levado por otra cosa ¿Por qué cosa? -No sé, vos decías que andaba siempr e entre los peoes, halando con eos.. _ si por eso se la levaron. Por puta n la ciudad a veces se evan gente que no hizo nad...
-Eso erá en la ciudad, que no se conocen. Acá todos sabemos qué hace cada uno. Por ahí en la ciudad se conden, per acá no hy rma De la Fuentes todos sabíamos. Igual, en la ciudad, si se levan a guien que no hizo ada, después lo sueltan -o siempre - N enita. Si no hizo nada, lo sueltan. -En a ciudad a veces aparece gente muerta. Ase sinada. -Y sí, en los enentamientos. Son los que secues traron a Aramburu. bueno, que se joroben. l que a hierro mata a hierro muere Victoria mira por la ventana. La voz de Marta lle ga rabioamente alegre: -Mirá, enita, vos estás todo el día sola, dle que te dle a la cabeza. Te imaginás cosas que no son. A lo mejor sí en la ciudad a veces se comete un error. Pero después lo ar reglan Acá, cuando han venido, hicie ron bie. Limpian el pueblo, nos protegen. Hacen que podamos vvir tranquilos ¡ vieras qué pinta! os tr a jes que enían los ofciles, el pelo bien cortito, el bigo te peetoVieras qué bien.
IIO
V Anochece. Rubén se asma pr la ventana del primer pis. Algnas parejas, Rita, ds tres fias canan por l r lad de la cale Disiladamene bservan si y hay gente reunida ente al he Evaúan si es cneente quedarse n. De lejs se v a Ponce cru zan las vas.iene sl. Sn las siete y einte. Se acer ca a la puerta, da una mirada y enra. n su mesa está actad el gat. Desparramad sbre la madera, ra peresamente hacia era. Pnce duda, busca cn ls js y cn as mans y se sienta a la mesa que está cn ra l ventana. Rubén aparece detrás de la barra. -Pnce, cóm le va -dice sec Me parece que vino al ici. l abgad deteca un gest deseciv alg que sucde en los labis de Rubén y qe n puede iden ticr del td Cm si su v, en ve de hablale a él, era un mantel que e hteler sacude cn indie rencia para sacarle las igas. A Pnce n le gusta que l nmbren así, de glpe É es dcr.Y en un pueb chic nunca está de más repetirl II 1
Yo le diría que no se moleste En venir, digoVeo que e prudente y no tro a su hermana Ponce enciende un cigrillo esperando su whisk Pasa la mano abierta sobre la mesa. Mira a Rubén l hotelero tiene la rejilla en la mano pero no parece dis puesto a usala -¿Qué se va a servir? Lo e siempre ¿Whis? Sí e m Rubén lo corta para mostrare una botella de eti queta roa -Tengo éste, Ponce s un poco más caro, pero el único qe h El abgado sae que su botella va a envejecer bajo la arra Sabe, fíamente, que sus dos cruces no vlen Espera un minuto pra corroborar que Rubén se acer ca con n solo vaso a mesa sigue llena de mgas A Ponce le duele tener que pedir: -¿Me trae el cenicero? T irelás l piso nomás Después arro l bar se ha vuelto tan incómodo que once no sae cómo moverse Cómo hacer para levantarse y prse en la ce, a la puerta del hot Son ocho menos veinte Hay gente auera Pero menos que la noche anterior Pasean, miran los relojes de reojo y se detie nen, como si charlaran Ponce decide quedarse en su mesa De costado, ve pasar a toda velocidad el colecto Las luces apagadas, I I2
la gent los lados d l call. Rubén n la purta, las manos n la cintura, la jilla sobr l hombro izquir do, l nub d polvo, l gnt qu s va yndo El hot lro qu ntra y dic: -¿V io? Hoy tamoco paaba Rubén ncnd la radio y las vocs d l ciudd hblan d un prdo d ftbol qu trnó cro co par tristza d todos El hotlro muv l dial y acá la vz dic qu l viento not va sguir castigando a l ovncia Silncio l trn no ha pasado Por la vntana s v a Góz crndo la biciclta ¡Eh, Gómz! Vnga, tomsé una copit l abogado lvanta la vista y l hotlro s acrc sin cir una plabraToma una d ls sills y l apoya boc abo sobr su msa Ponc corr las anos rpi dant y abr la boca para dci: Voy a crar S va a tner qu r s la voz d Rubén l qu ha sonado El abogado no ud raccionar y apns s l oy cundo dic ro s tmprano y Gómz Cirro ahora Rubén s da vulta y mpiza a rrar las prsia nas a un bald llno d asrrín mojado n qu osé y ti un puñdo cas sob los ps d Pon c l abogdo ia sus zpatos ngros, brillants, odeados d sas viutas húmdas rda dmasiado n senti sus popias pirns n dircción la pu ta lIJ
-Buenas noches. Se oye l repique de la campana y sólo eso Lejos, uno de los perros de la viuda Juárez lora, aúlla, gru ñe y se dur ¿N se le estará yendo la mano con Ponce? Me tiene cansado Góe dibuja un crculo con su vaso. -Vi que hoy tampoco paró. Aá . Había menos gente, ¿no? Sí, se ve que ya se aburriron -¿Hbo alguna novedad? -Esty preocupado por el asunto de la radio. No hablaron más del viajante Lo habrán encontrado. -No sé, hubieran dicho algo ¿N pasó el comisario? No vino esta mañana, pero después no volvió. ¿Usted cree que los encontraron? -o sé obre tipo. -Sí.
hra lo van a volver loco en su casa . Góe soníe de meoria y se incorpora. Se sacu de l pantalón con las dos anos. e voy yendo, Rubén. Tengo un cansancio terri ble. Sí, aya, yo tamién me voy a acostar. Cierro todo y a la cama.
-Hasta mñana.
Vicoria se senta l lado de la ventana. Por unos minu tos el cielo se incenia pra necer y enseguida todo brila como si era mediodía. La boca se sec por el vieto y la tierra que vuelv a volr en círculos. Can do escucha ruidos en la cocina, se levnta, se acomo da el peo y va a ver a su cuñada. -Buen día . Hola, Nenit. ¿Querés una taza de té? o gracias. ¿Antonio y se levantó? Está en el escritorio, ¿necesitás algo? No, no, aú voy a velo. Ponce ye que golpean la puerta y reconoce el pul so de Victoria, el ritmo de Victoria Marta tocaría más erte, más rápido, más corto,más veces. l llmado de Vicori son dos golpes espciados. Podría pensarse en un anil ato co s g fld U ol que no deja de ser suave. -asá, Nenita. Hola,Antonio, ¿pedo hablar con vos? , S 1, s1, sentate. once se incorpora y se qeda de pie, un mnto, hst que su hermana se sienta. llf
-¿Estás muy ansiosa por irte? -¿Ansiosa? No. Fuiste anoche, ¿o es cierto? -Sí.
-No paró. -No. Quría pedirte go. Decime. -Hoy no vayas. ¿Po qué? -orue no. Para qué. Cuando se aclare un poco la cosa el colectivo va a volver a parar. ¿Cándo se acare qué? No sé, la situación. s ue no sabemos por qué no para. -Buno, lo que sea.Ya se va a solucionar... -Por eso mismo voy a ir. Mirá si esta noche para. NoAntonio. Cuando pare os vmos a eterar.Y otro día vamos listo. ¿ Y ómo nos vamos a enterar si no voy? Se sabe, se sabe. Victoria sonríe-. Todo el mun o te va a aisar. No me gusta verte salir, obcecado, eojado. Cuando pare nos vamos a enterar. No te prometo nada.o sé que vos querés volver pronto. te quiero ayudar rometemeló. Dle.
Poce soríe cuando ve a su hermaa sir del escri torio. La sonrisa se va desgastado en pocos minutos. n6
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El tampoco quiere ir esta noche. La mesa del bar, el gato durmiendo, el trato que le dio Rubén Todo eso lo incomoda Como si cada noche era peor que la anterior La mitad del pueblo lo vio agitando los bra zos como un loco a otra mitad supo, por la maña na, ue el colectivo no paró Que el chor vio que en la prada estaa él y, sin embargo, no paró Ya no sabe si echarle la culpa a Castro Sería raro que manejara cuaro noches seguidasAhora qué va a decir la gente. Toos lo vieron hacer el ridículo. Dar una orden ni siqiera obtener desoediencia o que habían hecho era ignoralo Hacer de cuenta que él era uno más Y después, Rubén. Que se lo izo paga ¿Y si ahora todos empezaan a tratao como el hoteler? ¿Lo habra vis to la gente anoche? entado a una mesa del bar, imó v, esignado a ver e l costado gaz del colectivo que pasba a toda velocidad ¿Habrían pensado eso? ¿Que él se había resignado a la indirencia? No quiere ir esta noche No quiere entrar en el bar a tomar un wik que no es el suo.A tolerar a Rubén que, súbi tamente, tira de una patada treinta años de vvir en ese pueblo. s mor no irVictoria tiene razónYa sabrán la noii ud el coleio odo á do. Si hasta al viante ese lo habían buscado encon trado en un solo día Alguien le dirá, a él o a Marta: "Anoche paró colecY esperan un día, o inclu so os, para ir al hotel Para que todos sepan que él va cuando quiere. No cuando el colectivo para -Ponce, ¿vas a toma café? I17
-Sí.
-Parece que lo enontraron al viajante nomás. Des de anohe que la radio· no ie nada Sí, ya me lo diiste Marta presiente que Poe no va a ablar más que lo dio y va asta la oina a busar a su uñada vajante lo enontraron ¿Sí? Anohe ¿Dijeron algo en la radio? No,o dieron ás nada, por eso sé que lo enon traron
El osario aoja otro punto más el inturón. Dis a el número de Pozo del Saue y espera que el telé no repque una, dos,uatro vees ¿Benítez? Sí,omisario Oigmé, lo llamo por lo del ajante ¿Supo lgo? No,nada. -ueo, yo ayer me fé por los lrededores del pue blo ndo a pie porque el oe está roto ¿Usted tie ne moviida? Sí,jee. I8
¿ Cómoda? Mire que hay que meterse por las vías. -Sí,je,tengo la chata. ueno.Vengasé por la ruta.Viene y me busca. Hoy vams a revsar todo el traecto de las vías de acá para llá. -No quiere que vaya directente por las vías,así a vy rando? No,Benítez. El cosario so yo. Usted vene y me usca. Después vmos juntos Está claro? -Sí,señor Hasta luego Pone la pava al ego y por la ventana ve a Gómez que,unas cuadras más aá,va en dirección a la frma cia. E teléno suena al mismo tiempo que el agua empeza a hervir l pocía duda un momento qué cosa hacer primero Estira la mano y atiende el teléno. .. saría.. -Cosario? Sí,quién es? e Córdoba le van a hablar -spero. -Comisaro? Sí señor _Por el asunto del viajante.. sabe algo? -No,señor. Revsé cerca del pueblo ahora vie ne enítez que está a cargo de Pozo del Sauce. Él trae una coneta y vamos a revsar todo e tramo de las vías. No,no.. suspenda la búsqueda.
-¿Apareció? -Sí. . supongo .. no sé. Me han dado orden e sus pender la búsqueda. -¿Oren? ¿Por encima suyo? -No.. eh... sí.. del Ejército. Me acaban de amar. El com isario levanta la voz para tapar el chlido que da la paa a hervir. -¿De Ejército?Yo pensé que la señora era parien te de un jefe de policía. -Sí, sí, el de La Paa Peo esta orden viene de más arriba. Qué raro Bueno, habrán teio noticias antes que nosotros. -arece que sí. ¿Comisario? -Señr -e piden que no quede registro ahí. De la bús queda. ¿e entiende? ¿Ti o el papeleo? Sí. -¿No hago inorme? No. -¿Qué hacen? ¿Le cuian la vida coug al via jante? -l coisario se ríe ¿Es para que la esposa no se entere de que había otra er? -Uste ya debería saber que en este trabajo no se pregunta. No haga papeleo, queme lo que haa hecho, no pregunte y olvidesé ¿Está claro? -S,1, senor -Hasta luego N
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El policía cuelga el teléfno y cae en la cuenta de que ese silbido que lo molesta es la pavaApaga el fe go , distraído, agarra el asa con la mano desnuda Se quea. Pero apenas siente el dolor Mira la palma que se vuelve primero roja después bordó La quemadu ra tiene límites amarillos Gómez se asoma por la ven tana -¿Apareió el viaante? -¿Cómo sabe usted? -e dio Rubén que desde anoche no dicen nada en l radio ¿Apareció? -ire, Gómez, yo lo aprecio, pero no pregunte tan to El silenio es salud ¿Para qué vamos a preocupar nos por un tipo de la ciudad que pasó unas horas en el pueblo? ¿Eh? ¿Para qué? No sé Usted me dio que su superior había insis tido mucho en que había que encontrarlo pronto, que era pariente de lgien no sé usted me lo dio ayer r era disnto, Gmez OlvideséYa pasó, ya está, ya se arregló Bueno, yo pasaba a ver si neesitaba lgo ada, que no me odan por un rato Mire cómo me uemé la mano -ongasé psta de dientes ¿Se la tó ontra el pelo? o ¿Clma? Sí, paseselá suavecito por la abeza y le va a liviar -Si no me toco, no me duele -Sí, pero uidesé, es muy difcil no usar la mano derecha I2
Total. N puedo escribir, no puedo hacer inrmes no pued hablar no puedo hacer búsqedas no pue do pregntar. ¿Pra qué ierda me sirve la mno? Para hacer la venia nomás. El comisario habla bajo sólo para él entras tra ta de cebr con la mano izqierda. Gómez ya debe estar del otro lado. Leanta el tubo del teléno y lo apya en el hombro. Marca el número de Pozo del Sauce. Lo atiende a voz de na mujer. ¿Y Benítez? -¿Quién habla? -l csario de .. Sí s señor interrumpe la muje. Mi marido slió para llá hace un rato. Me dejó acá por si lguien lamaba. -¿oaía lo puede alcanzar? -No ya debe estar por la ruta. ¿or qué? No por nada. Hasta uego. -¡Cosario! omisario! Disculpemé. ¿e puedo pedir un fr? -Sí sñora. -No le pregunto porque a m marido no le gusta que yo moleste a sus superiores. Digmé. Si no es molestia. -No señora digmé. idlé l Juncho que me trga úcar.En el cén se acabó y como el tren no pasa no hay rma de consgia. 12
-Le digo. Y leche. ¿Se va a acordar ? Sí, señora, hasta luego. El comisario anota, sin pensar, dos palabras al bor de e un inrme."Azúcar y "leche''. ¿ hasta cuándo voy a tener la barrera baja? ese vagón tapando la vía. ¿ hasta cuándo el colecti va a paar sin parr? Claro, que no haga papeleo, que me olvide. Pero acá no se van a olvidar así nomás. Cin co oches que el colectivo pasa derrapando. Hasta que no sepan vida y obra del viajante y de la amiga no van a parar Estos de la ciudad no entienden nada. l Ejército ... ¿qué tendrá que ver el Ejército con el viajante? os del Ejército tendría que ocuparse del asuto de la barrera. Despejarme eso cuanto antes. Parece que lo hacen queriendo por joder nomás. Como si la chica esa fuera a venir acá. Si está esca pano no se va a meter en un pueblo chico. o me iría a la ciudad, entre la gente, donde nadie conozca a nadie. Dieciocho años. ¿Sabrá que la están buscan do? lo mejor no sabe. etonces viene. yo la ten dr ía que atrapar. llamarlos. ¿Adónde? Ni siquiera me han ich Otra vez suena el teléno. e Córdoba, le paso. Bueno. ¿Comisario? - Sí, señor ¿Suspendió la búsqueda? I2J
-Sí, señor, como me dijo ustd. -¿Y s adnt? -¿Bítez? té d visrl pro y hbí sido -Buno, no l dig nd Dglé qe y s sol cionó y lsto Q s vulv cnto ntes Pozo del Sce Por l rut -¿Y por dónd s ib volvr s no? -Me lmron otr vz Dicn que stán hcin do n ortivo, un práctc, no sé ero que el tr mo d í hst Pozo dl Sc tn q str ds pedo -¿Cómo desedo? -Sn cviles No hy ndi or hí, ¿no? ¿Algun chc, gún cserío? -No, s csts vn sigindo el crso dl río, bs tnt más dntro -or Cuide que por hoy no vy gnte por l zon -¿Y cómo hgo? ¿Tngo q instlrm llá? -No, no, no, no Usted se qd dond está dieron qu no hy movnto d_ gnt, qu pu d sr plgroso Está bn, sgo sin ntndr, pero -Sig sin prguntr Sí, señor Hs lugo l comisro se fot l mno n l pelo sp co s peor or ignorr el dolor, hcr d cunt q no exist Ni l dolor ni l mno 124
Benítez estaciona la chata a la puerta de la comisa ía. Saluda a su superior co la mano oja cerca de la ene. -¿Vamos? No,no vamos. ¿Qué pasó? -ada.Ya se arregó. ¿Lo encontrarn? -Escuchemé, se tiene que ir raidito a su pueblo. Por la ruta. ¿Por qué? -orque y lo ecesito lá. ¿Hizo apeleo con todo esto o tuve tiempo,pero ahora mismo.. -o,o haga ada. -¿o hago informe? ¿Por qué? Porque yo necesito otra cosa,muy urgente Del papleo olvidesé que me ocupo yo. Usted haga de cueta que no pasó nada. e va a Pozo del auce y me contrla la hacienda quiero que revise todo lo que esté dero de los ltes del pueblo. o se va más lejos. e a animal por aimal qué marca tiee. De quié son y s ga u l d ls u está marcados y pida los papeles,o vayan a ser roba dos s en serio? Muy e ser io, ha andado robano animales de noce y quiero contolar un poco. Para que se los leva allá. 125
ero. . ,no es mas importante ? - Pero . ; importante -Lo portante lo decdo yo Usted va y me vg la el gan gando do -Pero aá cas nade tene hacendaA lo sumo te nen dos tres cabezas ca bezas por la leche O un cabal caballo lo para trabajar trabajar -No mportaAunque tengan un solo anmalVa y lo contr controla ola ero no me me slga de los márgenes márgenes del del pue blo ¿en ¿entn tndó dó?? Eso lo voy a ac acer er yo S me llego a enterar de que usted saló del pueblo va a tener pro blemas cngo cngo -Sí señor -ora se va derechto a ozo del Sauce -S señor -Compre leche y azúcar que su señora anda nece stando -¿M señora? -Lo llamé para pedrle que no vnera y me aten dó ella pdó leche y azúcar? -¿Le pdó -¿Le Benítz se a puesto ncómodo ncómodo y quere qu ere rse cuan to anes Sal Saluda uda al cosaro y su sube be a la cata cata De cm cm no comra dos paquetes de azúcar y algo de lece llegar gar a su casa va a dscutr con su mujer Le va a Al lle Al reprocar haberse drgdo con tanta conanza a un supero sup eror r ¡Haberle ¡Haberle dado dad o la lsa ls a de las la s compras compras l l com com saro! Gracas a ese gesto estúpdo su jefe lo a retra o de ua nvestgacón mportante para ponerlo a contar vacasVacas y caballos Eso va pensando Bení 126
ión a Pozo del tez cuando se aleja del hotel en dire direión Sauce.
El día pasa hato y dolorido, el alor y el polvo reposan n los huesos. Los poos que han sido si do a la le ndo el sol aoa, ao a, la viu van busando la sombra. Cua Cuando da Juárez saa un silón a la vereda para esperar el paso del cmión regador. n ada uadra dos o tres perso nas e sientan en el umbrl a tomar mate y a disutar del olor de la tierra tierra mojada. Un e xtranjero reeía que va a llover. as nubes se amontona amontonan n del lado del sur. Osuras, Osu ras, blanas, azules. Pareen prepararse. os que son del lugar saben que el viento va a soplar de golenta, la esperanza de pe para barrer las nubes, la tor t orm m enta, un aivio para el uerpo. uerpo. Gómezz Rubén Rub én se asoma a la ventna. No ha visto a Góme dese temprano tem prano.. No ha v isto a nadie. Todos busan refugio en las asas.Ya asi no se habla del v iaja iajante nte y su aga. El tema podría haber durado semanas semanas,, pero pero la ra radi dio o inr inrm m ó de ua uatro tro go gole less que han am ambia biado do iz mosa. todo. tod o. El futbolista va a asa asarr se on una atr iz
Atardee. Rubén mira el reloj sobre la barra Siete y Ponee eniende un diez odavía no ha legado nadie. Pon igarilo. Revisa papeles en su estudio. Gira el brazo para ver la hora. S iete iete y uarto. Gómez terminó tem pro y se ha senta sentado do en en el paio paio a omer uta. Rubé Rubén n r27
sle a la clle. c lle. Da edo el e l pueblo de tan vacío. Son las siete y mdia mdia.. Pone, iaciente, iaciente, vue vuee e a mir mirar ar el rloj. rloj. V ict ictor oria ia lee sen sentada tada en la galer galería. ía. A las och ocho o men menos os veinte vein te Gó Góme mezz pela la segun s egunda da mand m andari arina na.. Se entretienee tir tien tirdo do selas a la tierra. tierr a. El gato gato de Rubén gol pea su plato plato de lata buscando leche. leche. A las las ocho menos diez, el olectivo acelera bruscamente y pasa por la puert pue rtaa d dll hote hotel,l, sin parar. p arar. A las diez y medi mediaa Ponc Poncee decide aostarse, cansado de esperar que l gien ven ga a aisrle que el colectivo paró
Rita abr la puerta de la peluquería mucho más te prano pran o qe q e de costumbre. Fl Flta ta bastante bastante par paraa que ma nezca. Sca el blde con aga y lo apoya en la vereda Va buscando lgo con la mirada. Pero no ve a nadie. Se demo demora. ra. Mra el blde bl de y no se decide.Vuelve decide.Vuelve a entr en el negocio Se acomoda el pelo fente l espejo. Se fota con un dedo una pequeña mancha que le ha sali do en el cue cuello llo.. Vuelve a asomarse a la puerta. pue rta. Todvía nadie. Epieza a clarear por el lado del este. Luces sucias que apenas apen as destiñen el cielo. A lo lejos se ve a Gómez pequeñito, en su bicicleta. Rita sle apuraa a la clle y tira la mitad del balde de agua a la vere vereda. da. Comiena a barrer. De a ratos se da vuelta y mira de 128
reojo para controlar el trayecto de Gómez Él esá cru zano la bicicleta por arriba e la barrera. Apenas pasa de n lado al otro se prepara paa ir a lo de Oreano Rita se agita. · -¡Gómez, Gómez! l levanta un brazo para saludar ¡Venga Rita mueve las manos por arriba de la cabeza, el vestido sube y ajusta el pecho ¡Venga Gómez da vuelta la bicicleta y se acerca a la pelu queía. Buenas, doña Rita, ¿necesita go? enga a charar un poco, no sea arisco Me iba a la frmacia No pensé que usted iba a abrir tan temprano ¿Est todo bien? Sí, Gómez, sí A veces me gusta empezar ates del sol ¿Usted qué me cuenta? Nada, nada Todo normal ¿Oyó las noticias? o ¿Pasa algo? Dern por la radio que hubo un enntaiento ¿En Córdoba? No, ac cerca os muertos. Guerrilleros, claro. Con los nuestros no pasó nada Por surte Gómez piensa en la chica de la ue le habló el comisario Ms que en ela piensa en ls ojos ue ha imaginado Ojos que huyen ¿eron la edad? r29
-¿De quién? De los muertos. Ah,no. ¿Por qué iere saber? or nada. ¿Había una ujer? ¿Cómo sabe?-Rita sonríe. Sí. Un hombre y una mujer, ¿serían amantes? Gómez se refgia en una imagen de ela, de esos ojos,juno a otro cuerpo. De brazos,manos, boca que a habrán protegido O acompañado. O que habrán estado cerca en e momento en que entró a primera bla. -Dicen que os venían persiguiendo hace mucho Que eran muy peligrosos. arece qe se habían meti do por eta zona. Por eso deben haber dejado ba ja a barrera, ¿no es cierto? -Quizá.
Y por eso el coectivo no paraba. ara ue no pudieran escapar. Pero no se escapan, no, no, ésos no se escapan. Un día otro,os agarran No ha dónde escaparse. -¿Eran de a zona? Est loco? ¿Cómo van a ser de acá? No. Acá no tenemos Gracias a Dios. Ésos aparecen en a ciudad. Andan por aú,metiendosé en cosas raras. Usted sabe.. ¡ cómo v a ha ber subversivos acá! N ¿Y undo os atraparon? -e. A mediodía. Esta mañana empezó a decir a radio Usted no sabía nada? No. 0000.
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-Qué raro, ¿eh? Porque siempre anda de acá para llá, con la bicicleta. ¿usted no vio nada? No qué voy a ver Pero no fue acá en el pueblo ¿o sí? -No, e cno a Pozo del Sauce Más o enos a la mitad Parece que se haban medo en un vagón que hay ah ¡Y cómo se resistan! Porque los quisieron a retr y ellos eezron a los sY bueno Los nues tros eran más Por suerte Mire lo que hubiera pasado si no los agarran Capaz que hasta venan l pueblo y todo Me v -Está medio demacrado, Gómez. ¿ Se siente bien? -S stoy un poco cansado. Ando con tos y e uesta dormr. Hasta luego
edalea apurado Aprieta tan fuerte el manubrio que los nudillos se velven blancos vita toda calle don de puedan llamarloVa bordeando las vas hasta llegar a los silos. Se sienta en el suelo. nciende un cigar ri llo lo lejos se ve la casilla de rimitivo Da la bici clet tira en e paso y s a a a a asa vo Se para a unos pasos del ego Pritivo gira y lo ve -Leto.. ¿y la bicicleta? ¿Se te ropió? Gómez le cuesta hablar Porque sólo piensa en o jos en lágrimas de piedra. -¿Por eso estás llorando? Góez se toca la cara y es cierto stá húmeda IJ l
-No llorés, la vamos a arreglar. vas a ver.. Primiivo sonríe. ¿Y la barrera? ¿Cuándo la tendré que levantar? -Esta tarde. ¿Te dijo el comisario? -o. -¿Y cómo sabés? orque ya se arregl -Ah qué bueno. ¿La sbo? Espere a que le ise el cosario. -Sí sí Seguro que me manda el nene. Me voy ¿Y andás a pie? -Sí -Cha Leíto. Después traé la bici yo te la arreglo.
Gmez se agacha para pasar por debao de la barrera. Se ve la ileta de Rubén abriendo las ventanas del hotel.ora el cano es más largo y la lt de la bici cleta lo obliga a recordar cuánto pesa un cuerpo que cana. -¿e sirve lgo? -¡Gez! ¿Y la bicicleta? La deé por allá. -l dedo se levanta inútil para señalar a ningn lado. -¿Quiere un café? -No deme lgo erte ¿Le asa lgo? 132
-¿No oyó la radio? o, ¿qué pasa? Doña Rita me ijo que hubo un tiroteo más arri ba, endo para Pozo... -¿Por acá? ¿Quiénes eran? Dicen qe e un enfentamiento. ¿Subversivos? -Dicen. La chica ... Sí. P arece que andaba con lguien. -¿Un hombre? Sí. -Los dos muertos ... Gómez asiente con la cabeza. -¿Quiere que encienda la radio? o. ¿Para qué?Ya está. bueno... hoy quizá pare el colectivo. -Seguro. levantarán la barrera Sí. -Cuáno e esto? -Ayer a ediodía a se l ebn hbe llevo -Sí
El comisario dibua una espirl negra en el borde del cuaerno. a radio acaba de decir que hubo dos er tos enos de doce kilómetros de su escritorio. El IJJ
policía piensa en la chica. Dieciocho años. ¡Cómo se le va a ocurrir venir a un lugar así! ¿Y en qué habrá venido? Sin colectiv o, sin tren. Por el pueblo no había pasado. La radio dijo que la muer tenía cerca de trein ta años. Debe ser un error. Seguramente el estar esca pando haía gastado los rasgos de la cica. Por eso cre ían que era más grande.Y no estaba sola. ¿ Quién era ese hombre? El cosario quiere llamr a Córdoba per no sabe qué deci. Cómo peguntar. Suena el teléno. Es de la Cooperativa, para arreglar una eunión en el Club. Y qué habría hecho esa chica. or la ventana se ve a Gómez que viene caminando. -¿ Y la bicicleta? -Hoy ando a pie. Oyó las noticias? Sí. a chica... beno... ellos uegan con fego. -ero tan ovencita. Por eso los reclutan, porque a esa edad les que ma la sangre... ya está. Lástima que se haya resistido... podría haber salvado la vida. -Sí? El comisario no descubre la ironía. Y sí, pero si se ponen a disparar .. y parece que ern dos. qué pena. Si no hubiera sacado el rma podía cambiar. La hubieran detenido, un tiempo.Y despés hubiera sdo, pra empezr de nuevo, ota vida. Hubie ra podid darse cuenta de que estaba equivocada... 134
Gómez sacude las manos en el pantalón. -Me voy comisario. Quizá nos veamos a la tarde.
Acaba de cerrarse la puerta cuando suena el teléfno. Comsaro... de Córdoba. Bueno. -¿Hola? -Señor. Ha mucho revuelo ahí? Por lo de la cica? -Qué chica? -La chquita esta, la que muró ¿En el rteo? No era una cica. Tea treintntos -Debe ser un error.A me dijeron que tenía die c iocho. ¿Quién le do? Los ilitares. ¿Estuvo con el los? Lo llamo usto para avisarle... No, no estuve me lamaron ¿Qué me quiere vi sar? Nada, que ban para allá, a hablar con usted. ¿n? Del Eército. e avisaron hace un rato. ¿Queren hablar conigo? Sí prestelés toda la colaboracón, por supuesto. ¿Q ué me dice que le dijeron? o nada, o hablaba de una llamada que r ecibí hace nos días. 1
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-Sí, me ijeron. Me pusieron sobre aiso que le h bín pedido que er b l brrer.Y lo del colec tivo.. Con o el colectiv no tengo n que ve.Yo no i ningun orden -No, no, lo el colec lo rreon con l empre s, con lo choferes Too esto er pr cilitr e ope rtivo de yer. Pr trpr esos dos. Prece que os buscbn hce mucho · A mí me dieron de l chic solente. -¿Qué chic?Y le ie que er un muer. -Debe ser un error.. -Bueno. e un momento otro vn psr por hí. Está e más ecile cómo debe trtos. -Sí, señor. El comsrio cuelg el teno. Se que un minu to miránose l plm e l mno derech L que mur eeor o puede cerrr l puo y c cos que hce le llev el oble e tiempo Ruido e moto res. Tres coches. el primero bn os hombres que se poyn en el cpot e seguno sle un vieo e tre y un lero que lo sigue unos psos trás ¿Coisrio? -Sí? Hbl con usted hce unos ís. Por el sunto e es muJer L chic -Sí .. bueno, no. Hubo un error e inrmción. Er un uer. 136
-¿Pero no tenían datos ustedes? Sí La voz se vuelve dur Era una mujer.Acom pañada por un hombre Supongo que sted no dejó asetada esa llamada. No. o sabía qué acer. Estaba esperando ins trucciones. Olvides entonces. a inormación la centrliza mos nosors.Ya está todo solucionado. Muerto el perro se acabó la rabia. ¿Por ese operativo fe que despejaon la zona? Sí. Ahora va a parar el colectivo? í. ¿evnto la barrera? Sí. Un gusto, comisario. El hombre estira la mano derecha. El policía coenza el gesto y se detiene en seco . El brazo vuel ve rpidamente a su lugar. No puedo dae la mano. El hombre se tensa y no pregunta, ordena: -¿Cómo? Tengo la plma queada dce el cosario gran l o pa qu a la v Dos sonrisas de cortesía que apenas diuyen la tor menta que estuvo a punto de explotar. Adiós Hasta luego. ¿Van a volver? Probablemente. 137
Las puertas del segndo coche se cierran. os hom bres sobre el capot del otro auto tiran sus cigarrillos a la calle y suben Arrancan.Van uy lento, atravesan do e puebo. Diez inutos después vuelven a pasar ente a la coisaría, en dirección contrariaY son tres puntos en la ruta En la peluquería, en la racia, en el alacénTdos hablan de los dos subversivos uertos Marta espera ansiosa que Victoria legue a la cocina.Apenas su cuña da apa a ano en a puerta, coenza a habar. -¡Nenita! ¿Oíste las noticias? No, no, estaba leyendo Victoria se ueve despacio, se acerca a una sila, se sienta la esa a raio. Matarn a dos subversvsAcá cerca Un hobre y una ujer Dice que se resistieron l arres to y los tuvieron que atar. ¿Una pareja? Sí, dicen que uy peligrosos, que fe un tiroteo bárbaro -¿Cuándo? er a ediodía -arta. ¿y el viajante ese que buscaban? -Qué No abrán sido ellos, ¿no? -oooooooo. El ajnte ya apareció ¿No viste que en la rado no abaron ás de él? Ése ahora está en 138
su casa, para que aprenda a no hacerse el pícaro.A ella sí la habrán encerrado. ¿Por qué? ¿Vos creés que eran subversios? -No. Lo que digo es que ... no sé .. que los hayan conndido. ¡Cómo los an a conndir! Otra ez con esas ide as rá si los itares no n a saer. Estos que mata ron eran muy peligrosos hace rato que los buscaban. ¿Dónde e? Para alá cno a Pozo del Sauce. Por donde se eron el iajante y la amiga .. · Y dale con eso.Además ¿y si eran ellos qué? Andarían n1etidos en algo raro. -Qué decís Marta Eran dos pobres gatos. ¿En qué an a andar metidos? n la mentira, en el engaño El que miente en una cosa puede mentir en todo. ¿Por qué se andan escon diedo acá? Para estar juntos. Eso no es un delio. Pero es pecadoAndá a expicae a la mujer de él que no es deitoNo estarás de lado de esa puta os, ¿no? Lo único que digo es que hace cuatro días des apareció una parea que iba a pi a Pz l ue Ahra dicen que hubo un enfentaento y murieron dos personas más o menos en la mism zona ¿No te parece mucha casualidad? No no me parece. Los que matarn eran suber sios. Y los mataron porque son una amenaza para tods.Y elos dispararon primero. IJ9
-¿Y si eran el viajante y su aga? Entoces eran subversivos.Y listo.
l comisario tiene una ase dormda que no lo deja pensar en nada. Una ase que no llega a rmarse, que se endereza pero no logra incorporarse. Algo que empieza con "y si... pero no termina. Cierra la ventana y sle a caminar. Bordea las vías en dirección a Pozo del Sauce. Mira. Mira lejos Pero la rada no cubre nadaY otra vez vueve esa idea "Y si ... Pero no concluye Debe ser la quemadura, que lo pone nervioso. Mira hacia Pozo del Sauce Allá se ve un punto, pequeño, oscuro l comisario enciende n cigrrillo. No ha querido lmorzar porque tiene un dolor en l vientre, a la ltura del cinturón l punto va cobrando fr. s MurúaViene a cablo. l tiem po lcanza para un igrrllo más.Ya puede ver la bar ba y el bigote. l hombre levnta la mano pero no apu ra el paso. l caballo viene lento, como dormido l policía lcanza a ver los ojos del baqueano Comisario. Iba a vero. ¿Anda buscando lgo o, rando nomás ¡Qué lío el de la otra noche! Quería chaar con usted pero no podía dejar los animles solos.
-¿Qué lío? -El troteo ese.Tremendo No sabía qué pensar por que cai todos andaban de cvl. Después me quedé tranulo porque v a uno con unr me. Ah, el operatvo, sí Pero eso e a medodía -o, no, era lena noche S yo estaba durido y me despertaron los rudos ¿stá seguro? -Claro Fue ace cuatro noches ¿stá seuro de lo que me dce? Segurímo Fu justo después de hablar con usted Los agarrarn en el vaón.Yo me desperté porque sen tí que había corrdas Pensé que los anmales se me estaan yendo Cuado me ncorporo veo que abía cuaro o cnco tpo, con armas largas, rodeando el vagn. Había otros tres un poco más lejosY el de un fore, que estaa escoddo atrá de uas pedras. breron la puerta del vagón y empezaron a los tros ¿Seguro que e hace cuatro noches? Sí, sí ¿Por qué duda? Por nada ¿Y de los mltares hubo agún her do? No, qué va a haber S los otros n tuveron tem po e dsparar Para í que estaban dormdosYo me queé queto, sn hacer rudo Tuve medo de que me conunderan y me traran a mí tamén Los anma les s asustaron y saeron correno Pero yo me que dé uetto, s moverme Desde donde etaba no entedía qué decían, pero se oía que grtaban. Me pre ce ue dscutían entre elos
-¿No yó nada? No. A lo mejor era porque estaba impresionado Me parec que uno de los que estabn en el vagón era una mujer Tenía puesta un ropa blanca, no sé, me preció u estido Pero yo no eía bien desde donde estba Los tipos cerrron la puerta del agón y se fe ron Prec que tenían los coches sobe la ruta Se bí an acercao a pie -¿Y después no io más nada? os qe inieron anteanoche nteanoche? Sí Llgaron en caionetas Pero eran oros tipos Cundo yo oí el ruido de los motores me acerqué pe tratando de que no me ieran Uno nunca sbe Me había ido más lejos para no tener problemas a er dad es qu tenía curiosidad de ver a los que h abían quedado n el agón Pero tue miedoYo pensé que iba a veni ustedY no inieron ellos -Qué hacían? -Nada parecía que ndaban buscando algoVení an despactoY cuando vieron el vagón se acercaron Se bajó uo solo Parece que se asustó porque cundo corrió la puerta del vagón pegó un grito -Qué dio? No sé la puta madre o algo así Enseguida se bajaron los otros corriendo No entraron en el a gón Se quedaron ahí mirando no se agarrba la cabeza -Segro que no eran los mismos tipos?
-No, no eran los smos. Ésos recién vovieron al otro día ¿er? -Sí, a a mañana, cerca e mediodía.También ve an e cionetas. Sacaron tos y se llearon os cuer pos Creo que eran los cuerpos. Los habían envueto con unas mantas Los pusieron en a parte e atrás de una de as camionetas y taparon todo con una lona. -¿Estabn de uniorme? Cuatro de unirme. Los otros no Los que esta ban uniormdos vigilaban Cada uno puntano para un ado. -Y no lo vieron -o, yo estaba bien escondio. Esperaba vero a uste para salir. Como no lo vi, preferí no meterme Y e vagón sigue aí? -o, esta mañana temprano vino la maquinita, del do de Pozo. Lo enganchó y se o llevó -Hagamé un vor, Murúa. No comente esto con nadie ¿Pasa algo malo -o, usted vio cómo son estas cosas. En traba jo ha ue ser discretos Caro, no se preocupe.Aemás, a quién se lo voy a contar? Si yo ano too e ía soo, con los anmles. La tare se pasa enta, inmóvi. El comisario piere hors mirando por a ventana. or la esquina cruza
corriendo un chico. Le recuerda go que no es muy claro. La mano duele un poco más. Sin dars cuenta, en algún momento del día, ha tratado de cerrar el puño. Ahora le ha quedado un atido silencioso. De golpe se d cuenta de a quién le recuerda el chico qu corre. -¡Nne! El cuerpo se inmoviliza. -Vení.Andá, decl a don Pr it que lvante la barrera. ¿Por qué anduviste contando lo que decía l papeito que te di l otro día? -No sé ... f sin querr. -as cosas no se cuntan sin querer. ¿No me habí as dicho que querías ser policía? -Sí. -Bueno, tenés que aprender entonces Poner aten ción a lo que yo te digo. ¿Me oíste? -Sí -Nunca contés nada. Solamente a tu suprior O sea, a mí. Si yo te digo algo, vos lo guardás en secreto, no se lo podés decir a nadi. ¿Entendiste? -Sí, comsario. -Bueno. Ahora andá. La próxima vez qu con tés algo te meto preso dos días El chic s ríe y se corrindo.
Atardece. Gómez vuelve cerca del so a buscar la bici cleta Pero todía no puede subirse. La lleva a un cos 144
tado del cuer po a su paso. No sabe bien adónde ir así que enfla para su casa. Se sienta en el patio. Ahora sí, qizá llueva. Las siete y cuarto y los ojos que huyen. Rbén se asoma a la ventana para ver las nubes. El vento gira vene del sr trae olor a lluia. Las ocho menos cuarto. El hotelero entra en la cocina a prepa rarse n sánwich. No ha qerido oír la radio en todo el da. Ahora sí. Busca con el dial hasta encontrar una voz qe lastima: "Cerrame el ventanal . . Se oye un rido en la puerta. -¿Rubén? -A vo... s López. ¡Por fn! ¿No viaja nadie hoy? o no vno nade Quizá pensaron qe no parabas. Sí.. qué lío ¿no? Lo tuvieron a Castro todas las noces. A mí recién me llamaron ho. ¿Y para qué pasaba si no paraban? orque el reco entre ciudades hay qe cubrir lo sea como sea.Ahí estaban los litares controlando a los pasajeros. Pero en los pueblos nos dieron orden de no arar. Claro acá no eden ontrolar. Hay an tos pueblitos que no les acanza a gente. ra todo por los subversivos que atraparon acá cerca. ¿A ustedes les habían explicado? No no Cayeron n día los mlitares y revisaron a toos los psajeros Los cieron baja es veron los bolsos, pidieron documentos. ahí nomás e dieron a 145
Castro oden de no parar. Él le preguntó je, po supuesto. El je dio que sí, que clao, que hiciéamos todo lo que dijeran ellos. Y ahí lo clavaon a Castro. "Queemos que mneje siempe el miso chor. Has ta nuevo iso Él se quejó, porque tiene la changa esa del camo. No le conveía.V iera qué nervioso se puso el je. Clao, estaban los militaes ahí. "Vea, Casto, dijo el jefe, "o maneja usted todos los ías o lo echo. Decida ahora .Y nada, a putea bajito y aguantarselá. El hombe se pasa una mano por la nuca. -¿Seguo que no viaa nadie hoy? -Sé que la hemana de Ponce necesita i a la ciu dad Pero no creo que vengan. Bueno, vendrán mañana ¿Quiee que le deje el diaio de oy? -Sí, po o. Ahí tene las fotos de los que muieon en el enentaento. López sae a la cale y vuelve con el diaio. Rubén lo agarra y enseguida lo enoa, lo pone bajo el bra zo y le da un golpecito en la espada al chor. Chau, che. Seguro que mañana tenés gente. Se oye ejos el uido del motor Por la ventana se ve la silueta de Gómez. ¿ pie? ola, ubén. ¿Tiene un rato paa una copita? -Siempre.enga, sientesé. Sigue medio caído, ¿no? Gómez apenas mueve la cabeza hacia abajo. Por la chica ..
-Sí.
-¿Vio que paró el colectivo? ¿Sí? Recién se va. Era López. Me dijo que los lita res controlan a los paseros. En las ciudades. Por eso les dieron orden de no parar en los pueblos. Me trajo el diario. ¿Ya lo vio? No. Dice que trae tos... no quise ver... ¿Fotos de la chica? arece. A ver... l razo se estira conundido Urgente pero leno. Ruén le lcanza el rollo de papel Mientras las hojas crujen, el hotelero deja caer un vino viejo en el vaso de Gómez. Los ojos corren por la tinta. buscan. Que uno de los ue gobiernan está de gira. Que uno de esos paí ses, lejos, está en guerra. Que la sequía pone en peli gro la cosecha. a sequía o la langosta. a to ocupa tres columnas. Gris inhumana. Son manchas. Una cha gris cuerpo, otra cha gris sngre una cha ris arma otra mancha ris tiera una inmóvil y seca mancha gris cielo. No se ven caras. Se ve san gre, se ven cabezas que apuntan al lado opuesto al de la cámara. Se ven dos ultos, tapados con diarios. Bulos que fueron cuerpos. Rén deja que Gómez re hasta que ya no duela. Pero Gómez no ve. Rubén apoa la vista, cansada, en un ángulo de esa foo.Y 147
de ahí abajo, escapando apenas a la manta de papel de diario, brota un pedazo de ela blanca Una ela que agita a Rbén, que lo obliga a pararse y girar rápi damente y ponerse a la espda de Gómez y apr su dedo índice justo arriba de la mancha y querer hablar y golpear ora vez con el dedo mientras Gómez vacía el vaso de golpe y se ota la gargana con la mano derecha. -¡El vetido, el vestido blanco! A Góez la ase lo trae de golpe aquí, aquí aba jo, al bar, a la mesa, a las manchas de sangre que hay en la to ¡El etido, Gmez, el vesido de la mujer! El hotelero sige golpendo el papel sobre la mesa Gómez entiende y le agarra la mano y la presiona con erza hasta que la palma se apoya, encida, con tra la madera Auera se oye el caón de Crespi ue pasa por la ruta Rubén vuelve a su sia Se queda mirando el sue lo Se levanta y va hasa la barra De debajo del mos trador saca una botella de ginebra La apa sobre la mesa ¿Qué dice? -Que las erzas policies no pueden proporcio nar el verdadero nombre de los subersios abaidos en el enetiento porque se los conoce por su no bre de guerra Que se están haciendo aerigaciones para dar con su verdadera liacin Que existen prue bas fehacientes de que mbos pertenecían a una orga
nización terrorista que, como todos sabemos tienen como objetivo vulnerar . La mano de Rubén se sacude sobre el diario. -Pare pare. Sirve ginebra para ambos. En el vaso de Gómez ha qedado un resto de vino que hace dibjos cuando el líquido choca contra el vdrio. -O sea qe no dice quiénes son . Si qisieran saber mostrarían las caras ero no quieren .. yo sabía qe no los tenía qe da ir. En meio de la noche por las asY ire dón de los mataron. se habrán metido en el vagón a espe rar que amanecera Los hombres se quedan qietos moviéndose ape nas ara lenar los vasos que se vacían
En medio de la noche se oye! las voces en las esqui nas en los jardines en las veredas en los patios en las cocinas en os zagnes en los dormitoriosTodos dicen lo mismo. Dicen que hoy paró e colectivo. Que no haba nadie esperándolo. Que manejaba ópez. Que entró un rato en el hotel y chaó con ubén. Que se guro que paró porqe ayer agarraron a esos dos. Que los ndaban buscando hace mucho que eran my el groos Que el coectivo paró y qe ya levantaron la barrera Qe ahora todo está tranquo otra vez . Después las voces se van apagando porque afuera se oen truenos y se ven exlosiones hacia e sur Fogo 149
nazos que uminan un se gndo el ano y proocan la esperanza e la uvia.
Sube el olor a tierra mojada Gómez escucha el ruido de las gotas contra el alero de chapa. Se ha sentado en la galería del patio, con los pies descalzos para que les dé el aua. Rubén ma parado fente a la venta na del prier piso. Mira el cano hacia Pozo del Sau ce. Ponce, en su escritorio, se demora inúlmente sobre un crcigraa. Marta le ha cho que agien vio parar el colectivo. Quizás en unos días pueda lver al hotel, a sus os vasos de whisk, a su botea de etiqueta mar ca. Quié sabe.Victoria lee apenas, de a ratos.Abre el ventana de su habitación y huele la uvia Si estu viera en su casa sdría l patio, se quedaría bajo el aga hasta empapar el casón, hundiría los pies en el barro
Atardece. Lo que trao la uvia de la noche anterior ya ha desaparecido. La tierra tragó toda el aga que pudo y ahora vuelve a quebrarse como un cartón seco. El viento gira y pone nerviosos a los anmaes. Quizás ha sido peor que oviera. o que anoche lvó ho vuel ve a estar tenso. 150
Sobre la vreda dl hotl juegan los nitos del doc tor Vieytes. A lo lejos se oyn los gritos de Aurora, la empleada, qu los lama sin consgui su atención. Los Ponce están cruzando las vías. El docto vien de ta j y sombro. Carga n su mano deecha la ija de su hmana. Mata y Victoria vienen charlando, unos pasos más atrás. Por la izquirda lga arcos, el menor de los Funes, que viaja a la ciudad para ace unos tá mits o la coscha. l gar al hotel, Ponce se que da n la puta. No se decide. T iene miedo d que Rubén lo maltrat ente chico Funes, ente a M ta, ente a Victoia Su hemana está arreglándose el pelo cuando se ven los fros dl colctivo alumbran do la casa de la squina, dos cuadas más allá. iene tanuilo, incluso despacio. Se oyen los nos, sen cioss, y la urta dl coch que se abre. s Fernández l que maneja. Hace un gsto con la cabza mirando a Ponc mientras s lta del asiento y baja a la cal. -Doctor... dice como cantando Abr la bodga del colectivo y se aceca al trot cito hasta la vaa de Victoria. Permiso... e asada, agarra al vuelo l bolso que l chico Funes tien a sus pes. ¿T lo guardo, nne? Sí, mejor guardalo. ernández velve a subir a colctivo ientras Mar ta s agita alrededo d Victoria. IJ
-Cuid a te -Cuida te,, Nenita, cuida cuidate te mucho. muc ho. Ve Vení ní cuando quieras Ya abés que q ue a Ponce y a mí nos encanta enc anta tenerte en csa Mara apenas respira entre ase y ase. nite a asar unos días y a descansar, no e vas a que queda darr todo el veran verano o en la ciuda ciudad, d, e venís para para acá. Poncee la ace calar con u pequeño Ponc pequeño oque en el hombro Bata con rozarla y Marta sabe que debe correrse para darle espacio El abogado besa en la mejilla meji lla a su erma er mana na y esira es ira el el br braz azo o como com o si fuera a agarrarle la mano, pero se arrepiente a mitad de camino y arovecha el gesto ara quitarse el som brero Cuquier problema me avisás Si te decidís, bus amos un vsco que se ocupe del campo. Así vos te desentendés -No, Anto Antonio, nio, esoy bien bien Despué Des puéss te escribo Fernández baja del colecivo con el diario en la mano. Se lo acerca a Rubén. -¿Serán tdos? Sí, no creo que viaje nadie más -ejor, -ejo r, orqu orquee vengo medio leno. -Chau, nos vemos El cor sube al colectivo y mienras acomoda el asiento ve por el espejo retrovisor cómo Victoria buscaa con la mirada dónde busc dó nde sent sentarse arse.. All Allá, á, casi a n do,, del lado puesto conductor, do do donde nde esá esa chi ca morenita. E menor de los Funes se para detrás del choer para r carlando en el camino. La puerta se 152
cierra con un zu zumbi mbido do y ya y a se ven ve n las u uce cess rojas saliendo d pu pue eo. o. Mrta Mrta cain cain a lado d Ponce y vuelven, en sencio a la cas Los perros de l iuda Juárez e adran a somra del comisario
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Indice
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ESTA CIÓN D 0 JMPL COLETIV, EG M, S MÓ MRM ÁF O S.A, R 393 BU u:s 29 216
Edasa Literaria Oos íos pubicados Mempo Giardinei Luna calient Mempo Giadinei a úlima liidad de Bruno Fólne Laua coba a sa de los onejo Laualcoba o paajeos del Anna C LauaAcoba E azul de s aba MilenaAgus mejo mundo osib Mienags La muje en la luna Lus Gusmán peleteo Luis Gusmán Vla
Luis Gusmán Hasta que te conoí be Sánchez Piñol a pie/fía Enique de Hei Meni Eugenia Ameida
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