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TEMA I INTRODUCCI\u00d3N 1.1. El significado del concepto de representaci\u00f3n (M. COTTA)
En la mayor parte de los sistemas pol\u00edticos contempor\u00e1neos se observa u parlamentaria. En Europa han sido m\u00e1s habituales. Los Parlamentos contempor\u0 \u201cinvenci\u00f3n\u201d de las democracias liberales occidentales y han sido adapta de \u00e9stos en los dem\u00e1s reg\u00edmenes. Las caracter\u00edsticas de los parlamentos democr\u00e1ticos son: \u2022Naturaleza asamblearia \u2192 forma colegiada, organismo fundamentalmente no jer\u00e1rq con un n\u00famero extenso de miembros. \u2022Car\u00e1cter permanente \u2192 capacidad de originar un flujo decisional continuo. E permanente le otorga autonom\u00eda. \u2022Pluralismo interno \u2192 coexistencia en la pluralidad, se permite de manera continuada la expresi\u00f3n de la oposici\u00f3n. \u2022Uni\u00f3n org\u00e1nica con los procesos de representaci\u00f3n \u2192 asamblea rep por un v\u00ednculo org\u00e1nico con la ciudadan\u00eda.
Una definici\u00f3n estructural m\u00ednima de Parlamento podr\u00eda ser representativa, permanente y pluralista \u201d. La ausencia de cualquiera de estos elemen determina un cambio sustancial en la naturaleza de la instituci\u00f3n. E l atributo pol\u0 significativo de la definici\u00f3n de los parlamentos es su car\u00e1cter representativo. \u201crepresentativo\u201d no califica \u00fanicamente a una estructura pol\u00edtica un r\u00e9gimen en su conjunto (democracia representativa).
PITKIN expone 5 variantes principales del concepto de representaci\u00f3n: 1. Representaci\u00f3n como cesi\u00f3n de autoridad : Aspecto de la relaci\u00f3 representado y el representante que permite que las acciones del segundo \u201cva para el primero y lo comprometan. Aspecto este utilizado ampliamente en la teor\u0 pol\u00edtica e iuspublicista a partir del medioevo, para interpretar aquellas situa que al no poder una colectividad actuar en primera persona, debe recurrir a sujetos act\u00faen leg\u00edtimamente para ella. 2. Representaci\u00f3n como responsabilidad: Comporta una responsabilidad del representante en las relaciones con el representado y prev\u00e9 mecanismos para valer. Esta variante conduce impl\u00edcitamente a la otra acepci\u00f3n procedi concesi\u00f3n de autoridad. La llamada para que responda el representante por pa representado se legitima sobre la base de una \u201cautorizaci\u00f3n\u201d prev concedida por el segundo al primero. 3. Representaci\u00f3n como espejo, reproducci\u00f3n de una determinada rea Reproducci\u00f3n de los sujetos representados, o, mejor dicho, de las caracter\u0 \u00e9stos. La referencia a las instituciones parlamentarias es en este caso obligad naturaleza asamblearia permite concebirla como un microcosmos que refleja las caracter\u00edsticas del cuerpo pol\u00edtico. Esto implica una selecci\u00f3n de cuerpo pol\u00edtico a reproducir, ya que el paso de una poblaci\u00f3n de millone con una enorme variedad de atributos a unas pocas centenas de unidades de los \u201crepresentantes\u201d no permite, materialmente, la fiel reproducci\u00f3n las caracter\u00edsticas. Las dos dimensiones de la representaci\u00f3n a las que s referencia con m\u00e1s frecuencia son: a/ la representatividad \u201csociol\u00f3 reproducci\u00f3n de las caracter\u00edsticas de la poblaci\u00f3n como clase, es profesional, etnia, o la pertenencia confesional; b/ la representaci\u00f3n de las opi decir, las orientaciones pol\u00edticas presentes en la poblaci\u00f3n. Las t\u00e9
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proporcional dan lugar a instituciones parlamentarias \u201crepresentativas\u parecidas a la sociedad. 4. Representaci\u00f3n como evocaci\u00f3n simb\u00f3lica : Sirve para expresar d totalmente simb\u00f3lico, no realista, una caracter\u00edstica de la realidad pol\u representaci\u00f3n como s\u00edmbolo no es una caracter\u00edstica de las insti parlamentarias, sino que se usa con m\u00e1s frecuencia al referirse a \u00f3rgano monocr\u00e1ticos (mon\u00e1rquicos o republicanos) como el jefe del Estado. E los representantes no se diferencian mucho de los objetos materiales o inmateriales desempe\u00f1an funciones similares de representaci\u00f3n simb\u00f3lica: las b ... 5. Representaci\u00f3n como acci\u00f3n en inter\u00e9s de otro que no puede o no desea actuar personalmente: Es el contenido de la acci\u00f3n del representante en lugar del t\u00edtulo legitima. Significa una acci\u00f3n de protecci\u00f3n de los intereses de alguien q no quiere actuar en primera persona, por lo que implica el respeta por parte del representante de los intereses del representado. Ante la indeterminaci\u00f3n del c se dan profundas diferencias entre el hecho de que se conciba al representante com \u00fanico autorizado para establecer cu\u00e1l es el verdadero inter\u00e9s del re que se valen los reg\u00edmenes autocr\u00e1ticos), o bien que se reconozca al rep derecho a determinarlo (los reg\u00edmenes liberal \u2013 democr\u00e1ticos).
Todas ellas aparecen en alguna medida en la experiencia pol\u00edtica. E l concepto representaci\u00f3n hace referencia a una situaci\u00f3n dual y relacional, presupone un un representado, y que en \u00e9stos exista una cierta relaci\u00f3n. E n la esfera pol\u00 identifican con los gobernantes y gobernados; bajo esta \u00f3ptica las teor\u00edas y las representativas responden a la existencia de interpretar y modelar la relaci\u00f3n entre polos y es el eje central de la propia pol\u00edtica. La representaci\u00f3n como reproducci\u00f3n de una determinada realidad es la a relevante. Los parlamentos son microcosmos de una determinada realidad del espectro pol\u00edtico. La representatividad tiene dos dimensiones; una, \u201csociol\u00f3gica\ religi\u00f3n) y otra, de opiniones (proporcionalidad, sistemas electorales). La representatividad sociol\u00f3gica no tiene instrumentos institucionales an\u00e posible realizaci\u00f3n en un contexto electoral parece ligada a la presencia simult\u00e condiciones pol\u00edticas de hecho, tales como la voluntad de los representados de esco representantes similares a s\u00ed mismos y la disponibilidad de un n\u00famero suficien \u201ccandidatos-representantes\u201d dotados de caracter\u00edsticas similares. E primera posibilidad es posible, la segunda es muy dif\u00edcil. La principal limitaci\u00f3n de este modelo es la de olvidar la posibilidad de que la sim caracter\u00edsticas entre representados y representantes no se corresponda necesaria una similitud de acciones. Puede definirse representaci\u00f3n pol\u00edtica como \u201crelaci\u00f3n de car
ciudadanos y gobernantes por efecto de la cual los segundos est\u00e1n autorizados a gobernar en nombre y siguiendo los intereses de los primeros estando sujetos a la responsabilidad pol\u00edtica de sus propios comportamientos frente a los mismos ciudadanos por medio de mecanismos institucionales electorales\u201d. Por tanto, en un contexto institucionalizado, destacan tr
acepciones: la cesi\u00f3n de poder, el actuar \u201cen inter\u00e9s de\u201d y la res La representaci\u00f3n es, al mismo tiempo, principio de legitimaci\u00f3n pol\u00e institucional y modalidad de comportamiento. Es el car\u00e1cter institucional el que per representaci\u00f3n ser un elemento duradero y no aleatorio de un sistema pol\u00edtico institucional t\u00edpica de las democracias modernas es el binomio elecciones competit Parlamento. Las elecciones legitiman a los pol\u00edticos que componen el Parlamento, s vez un mecanismo de representaci\u00f3n y de responsabilidad.
1.2. Los antecedentes hist\u00f3ricos de la representaci\u00f3n pol (M. COTTA)
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La consolidaci\u00f3n de la representaci\u00f3n pol\u00edtica en los sistemas demo contempor\u00e1neos es un fen\u00f3meno esencialmente reciente en los pa\u00edses e cultura (EEUU) a partir de la segunda mitad del S XVIII y se ha debido a la convergencia d una serie de factores (culturales, sociales y pol\u00edticos) desarrollados en los siglos X nace de una larga y secular incubaci\u00f3n en las asambleas parlamentarias europeas de siglos XII-XIII en adelante (Edad Media). Caracter\u00edsticas y problemas del parlamentarismo premoderno o medieval 1. Car\u00e1cter fuertemente descentralizado del sistema pol\u00edtico medieval. S e da redes y de niveles de autoridad con un esquema jer\u00e1rquico (monarca como v\u00e9 parlamentos son la \u201crepresentaci\u00f3n\u201d de esta compleja realidad. 2. Los parlamentos medievales son estructuras institucionales complejas, porque re compleja estructura de la sociedad pol\u00edtica medieval es una estructura plural pe 3. Refleja la naturaleza compuesta de las unidades pol\u00edticas medievales. Muchas \u medievales exist\u00edan en el seno de una misma monarqu\u00eda y no siempre se da u parlamentaria central. 4. Los Parlamentos no son excepcionales, lo excepcional es su \u00e9xito y que c controlar a la monarqu\u00eda. 5. Tienen car\u00e1cter representativo en distintos sentidos, ya que son una imagen que peso diversificado de los diferentes estratos sociales y, por otro lado, es una representaci unos individuos autorizados para actuar en el puesto de otros. Pero los mecanismos de designaci\u00f3n de esta representaci\u00f3n no son necesariamente electorales (coopt designaci\u00f3n). 6. El grado de la institucionalizaci\u00f3n era muy variado, con unas frecuencias en muy diversas. 7. Existen 2 tesis para definir la formaci\u00f3n de los parlamentos y su convocatoria. Una \u201ciniciativa real\u201d (Rey como constructor del consenso en una sociedad fragmen la autotutela de los poderes perif\u00e9ricos en defensa ante los excesos de la monarqu\u representaci\u00f3n parlamentaria medieval es ambivalente, es la voz de la pluralidad de pol\u00edtico y, a la vez, un v\u00ednculo equilibrador de la tendencia centr\u00edfuga. L parlamentaria medieval est\u00e1, por ello, te\u00f1ida de una cierta ambivalencia: instr expresi\u00f3n de los intereses particulares y adem\u00e1s de construcci\u00f3n del c 8.Sobre la diversa fortuna del parlamentarismo medieval, unos la explican por la importa del \u00edmpetu mon\u00e1rquico y, otros, por la acci\u00f3n de los componentes del P necesidades y satisfacciones, sus capacidades, rivalidades internas, su capacidad de colaboraci\u00f3n, etc.). Nexos entre las instituciones y la representaci\u00f3n medievales y correspondientes modernos: Las instituciones parlamentarias de la representaci\u00f3n modern se desarrollan de un modo efectivo dentro de un \u00e1rea del mundo que ha conocido un tradici\u00f3n de formas parlamentarias de tipo medieval. Depende del pa\u00eds hay un los pa\u00edses donde no se pudo consolidar plenamente el absolutismo mon\u00e1rquic radical como en le caso de Espa\u00f1a y Francia. Semejanzas y diferencias entre la representaci\u00f3n parlamentaria mediev moderna: Los Parlamentos medievales y los modernos tienen una \u201crepresentaci\u00f3n\u2 ante los organismos supremos del gobierno. Adem\u00e1s tienen en cuenta los in estructura del pa\u00eds. Cierto es que en ellos existe una pluralidad diferente, en el Medioevo la desigualdad y diversidad (estratificaci\u00f3n jer\u00e1rquica) era mayor mientras que en la era moder homogeneidad (derechos de todos los ciudadanos). La pluralidad moderna no es una pluralidad de posiciones en la sociedad sino pluralidad de opiniones, de intereses y de gru situados en un plano de igualdad legal. Estas distintas bases sociopol\u00edticas se reflejan directamente en la estructura d asambleas: Ahora los representantes representan a sectores del cuerpo pol\u00edtico de territorialmente y no definidos en t\u00e9rminos de diferencia de status jur\u00eddico y p partidos pol\u00edticos y no l\u00edneas de status. La transici\u00f3n de un modelo al otr pasos intermedios (segundas c\u00e1maras de designaci\u00f3n, sufragio censitario, e 3
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Resumiendo: Parlamento premoderno → representación corporativa, formado por los representant estratos, papel de control al monarca (antagonista). Parlamento moderno → representación individualista, formado como resultado de ele competitivas, papel de protagonista de la soberanía popular.
Si la delimitación de las características distintivas de los dos modelos ideales es ampliamente acepada, las realidades empíricas son menos nítidas, ya que, a pesar de q la transición no ha tenido lugar necesariamente sin paso intermedios y durante un perio de tiempo más o menos largo los nuevos parlamentos se basaban en un electorado no universal sino determinado por el grupo social. Incluso en la vida política moderna jueg papel nada desdeñable las identidades colectivas profundamente enraizadas y organiz (clase, confesión, etnia,) para las cuales prevalece un modelo de representación más próximo al premoderno de la representación de grupos sociales y no al moderno de la representación de opiniones.
1.3. Origen histórico del concepto moderno de representación (P. VEGA)
La prohibición del mandato imperativo (como principio que forma parte integrante d concepción de la democracia representativa derivada de los procesos revolucionarios burgueses) suele estar consagrada, expresa o tácitamente, en la mayoría de los textos constitucionales. Como excepción a esta regla cabría recordar, entre otras, la revocación mandato del constitucionalismo socialista. La generalización del mandato representativo en el constitucionalismo burgués dete que un adecuado planteamiento de su problemática no pueda realizarse al margen de los supuestos ideológicos, políticos y jurídicos que condicionan la génesis histórica y la propi concepción de la representación burguesa. A) Génesis histórica y significado del mandato representativo
La técnica de la representación de los Parlamentos medievales estaba montada, sobr las bases del Derecho Privado, en un acto jurídico en el que quedaban perfectamente defin los sujetos de la representación y la extensión y contenido de la misma. Respecto a los suje era claro que el representante operaba sólo en nombre de las personas, municipios o corporaciones que lo designaban, y no como mandatario del pueblo. Para la teoría política medieval, esa universitas se entenderá únicamente representada por el Monarca. Con relación al contenido y extensión de la representación, se trataba de una representación de restringidos contornos, pues el representante únicamente podía opera dentro de los límites que el mandato le confería, y que venían puntualmente establecidos e cuadernos de instrucciones. Esta técnica de la representación, concebida en la forma de mandato imperativo, ser sustituida, en los procesos revolucionarios burgueses, por el llamado mandato representa que conferirá un sentido jurídico y político radicalmente diferente al fenómeno de la representación. A partir de él, ni la representación se construye sobre los esquemas jurídi del Derecho privado, propios de los contratos, ni el representante opera solo en nombre d grupos o personas que lo eligen, ni el mandato se circunscribe a lo establecido en los cuadernos de instrucciones, ni existe la figura de la revocación. El tránsito de una forma de mandato a otra no se produce ni al mismo tiempo, ni por idénticas razones, en Inglaterra y en continente. Al mandato representativo llegan los ing por tanteos empíricos y sin construcciones teóricas, mientras los constitucionales lo hace la vía revolucionaria de la teorización doctrinal de Sieyès y sus seguidores. Su distinto planteamiento histórico permite distinguir los supuestos técnicos y las razones prácticas determinaron su acogida en el ordenamiento inglés, de los motivos y objetivos políticos qu fueron quienes condicionaron básicamente su defensa en el proceso revolucionario franc En la historia política y parlamentaria inglesa, el hecho de que los parlamentar pudieran expresarse en los asuntos para los que previamente estaban autorizados no f 4
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los intereses del Parlamento, que veía cercenadas sus posibilidades expansivas. No es rar que fuera la propia Cámara de los Comunes quien alentara la idea de que sus diputados no tenían por qué rendir cuentas a sus electores. En definitiva, en la tensión histórica entre la Cámara de los Lores y la de los Comunes, difícilmente hubiera podido esta última extende competencias y atribuciones sin eliminar el mandato imperativo. Razones de efectividad parlamentaria, para evitar el obstruccionismo del mandato imperativo, obligaron a que, en el momento en que las dos Cámaras adquirieron plename en Inglaterra el poder legislativo, el mandato representativo se convirtiera en una realida indiscutible. Sería con Burke cuando en el plano teórico se estableciera en la tradición in la consagración definitiva del mandato representativo ( “El gobierno y la legislación son cuestiones de juicio y de razón, no de inclinación...unas instrucciones autoritarias, los mandatos imperativos que el diputado ha de obedecer, aún juzgándolos contrarios a su más clara convicción, ésas son cosas totalmente desconocidas para las leyes de nuestra tierra”).
Las razones y motivaciones prácticas que determinaron en Inglaterra la sustitución d mandato imperativo por el mandato representativo se hicieron también notar en el proce revolucionario francés. Sin embargo, mientras el mandato representativo aparece en Ing como una consecuencia lógica del desarrollo de la democracia representativa y como resu de las disfuncionalidades que para la misma tenía el mandato imperativo, el mandato representativo se involucra en Francia en las luchas y tensiones por el establecimiento de democracia representativa frente a los esquemas políticos del Antiguo Régimen. Las apelaciones al mandato representativo que realizan en la Asamblea Nacional los grandes revolucionarios aparecen condicionadas por la necesidad política de defender un princip se conecta directamente con la doctrina de la soberanía nacional. Ésta, en contra de las te de la soberanía popular de Rousseau, la formulará Sieyès. Conforme a ella, al no recaer la soberanía en los sujetos que componen la colectividad aisladamente considerados, sino e nación en su conjunto, nadie tiene el derecho a ejercitar individualmente ninguna función soberana. Consecuencia inmediata de la manera en que la burguesía presenta y resuelve los conceptos de soberanía y representación nacional, los diputados dejan de representar al g especial que los elige para convertirse automáticamente en representantes de la nación e y su mandato, al vincularse a la nación y no a sus electores, no podrá ser revocado por ésto La representación burguesa supone el definitivo argumento que permitirá a la burgu encontrar el definitivo argumento que le permitirá situar frente al E stado personificado e Príncipe, el Estado personificado en la nación. La mediación de la representación crea un dimensión real y concreta de la nación en las Asambleas. La representación, más que para expresar la voluntad nacional, sirve para crearla. ¿Cómo justificar la figura del mandato representativo, que libera al representante de todo compromiso con los electores, con las exigencias de la democracia? B) Representación y democracia
Cuando en el proceso revolucionario francés se planteó la cuestión de la naturaleza d representación y del carácter del mandato se tuvieron siempre presentes las consideracio que ya había señalado Montesquieu: “El pueblo es admirable para elegir a aquellos a quienes debe confiar una parte de su autoridad...La gran ventaja de los representantes es que son capaces de discutir los asuntos mientras que el pueblo no. Por eso, el pueblo no debe entrar en el gobierno más que para elegir a sus representantes”.
Sièyes establecería la distinción entre democracia y gobierno representativo
ciudadanos para la utilidad común designan representantes mucho más capaces que ellos mismos de conocer el interés general y de interpretar su voluntad. Este concurso inmediato es lo que caracteriza a la verdadera democracia. El concurso mediato designa al gobierno representativo”. Sièyes aduce a la falta de instrucción de la mayoría de ciudadanos para
fundamentar el gobierno representativo. Para él, el régimen representativo tiene un v significado cualitativa y sustancialmente diferente al del gobierno y la democracia dire Stuart Mill dirá que una constitución representativa es un medio de sacar a la luz la inteligencia y honestidad existentes en la comunidad en los individuos mejor dotados. Ma en una línea similar, escribe que la representación amplía y afina la opinión pública pasán 5
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por el tamiz de un grupo de ciudadanos prudentes que discernirán mejor el verdade del país. Se forja de esta manera un concepto de representación que nada tiene que ver con lo habituales esquemas del Derecho privado de los contratos de comisión y de mandato a los que, como mal menor, Rousseau pretendía circunscribir la representación política. Precisamente porque a los representantes corresponde expresar los intereses y valores colectivos de la razón y la justicia, la prohibición del mandato imperativo surge como las m urgente e imperiosa necesidad del sistema. Mientras la burguesía pudo mantener la creencia en unos valores sociales colectivos unos intereses comunes de la nación, pudo seguir también sosteniendo esta teoría de la representación que jurídicamente no ofrecía consistencia y políticamente no dejaba de te grandeza, como expresión y ritualización de los valores e intereses en que se plasma la un política ideal de la nación o del pueblo. La representación burguesa no sería otra cosa que la traducción en el ámbito político parlamentario de la opinión pública burguesa concebida como producto de la discusión en particulares en el seno de la sociedad. El entendimiento de la sociedad como lugar de encuentro y racionalización de los intereses individuales no pudo sostenerse durante muc tiempo. Sería a partir de las revoluciones de 1830 y 1848 cuando queda bien patente que l desigualdades y egoísmos privados, lejos de traducirse en beneficios públicos, generaban injusticias y desigualdades cada vez mayores. Es entonces cuando la concepción política liberal sufrirá su primera conmoción notable. La visión de la sociedad como conjunto se sustituye por una versión hobbesiana de confrontación y lucha entre intereses irreconciliables. Los desarreglos y desajustes socia intentarán resolver desde el Estado, Se operará un giro copernicano en los planteamiento sufragio y de la representación burguesa. En relación al derecho de sufragio, las limitacio que en razón de la propiedad y de la instrucción habían llevado a formular la doctrina del sufragio como función y no como derecho dejan de tener sentido (reformas electorales, aparición de los partidos políticos). En su lucha contra el Antiguo Régimen y contra el sistema de corporaciones, la burgu introdujo un concepto de representación puramente individualista. Al fragmentarse ese hipotético interés nacional común en un complejo de intereses sociales antagónicos, que canalizan políticamente a través de los partidos, el dilema se plantea en asumir la existenc partidos o insistir en el concepto de representación, ignorando a aquellos. E s el tránsito d concepción individualista a otra comunitaria de la representación. Las pretensiones democratizadoras de la sociedad, que se traducían, entre otros hec en la generalización del derecho de sufragio y en la definición, a través de los partidos, de verdaderos intereses sociales, encontraban su correctivo más idóneo en el distanciamien separación que el mandato representativo impone entre el representante y los grupos soc a quienes realmente debería representar. Es en este contexto en el que la representación, como ha señalado un importante sector de la doctrina, aparece como una decisiva rectific de la democracia. Los partidos ya no son realidades ignoradas en las Constituciones más modernas. S embargo, no es menos cierto que, junto a la incorporación y al reconocimiento legal de los partidos, esos mismos ordenamientos constitucionales continúan manteniendo la figura d mandato representativo. Con lo cual, el problema de la confrontación entre realidad políti realidad jurídica, lejos de resolverse, adquiere nuevas dimensiones y perspectivas. C) Realidad política y realidad jurídica
Conforme a la CE es evidente que, desde el punto de vista jurídico, el mandato imperativo está rigurosamente prohibido en nuestro ordenamiento. Ocurre que, frente a incontestable realidad jurídica, la realidad política ofrece un cuadro de fenómenos concre que sistemáticamente niegan la vigencia efectiva del mandato representativo férrea disciplina de partidos, condicionamiento en la acción parlamentaria de los diputados, subordinación a la maquinaria partidista en la elaboración de listas electorales, sistema d sanciones al diputado indisciplinado, etc. En estas circunstancias, hablar de mandato representativo equivale a una pieza de museo. 6
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Si el problema se plantea es por sus consecuencias prácticas en el funcionamiento de actual democracia representativa, hay tres interrogantes: ¿A quién corresponde realmen titularidad de los escaños? ¿Qué valor tienen las dimisiones de los diputados firmadas en blanco y sin fecha? ¿Qué repercusiones respecto al status parlamentario puede tener el abandono del partido por el diputado? D) La titularidad de los escaños parlamentarios
En la realidad sociológico-política del presente, la elección-representación se ha vist sustituida por la elección-participación en la que ya no se trata tanto de nombrar a un representante para que libremente decida la política a realizar, sino de aprobar un progra avalar al equipo agrupado en torno a un determinado partido. No se vota a personas sino a programas, líderes y logotipos de partidos. Lo que significa que, con sus ventajas e inconvenientes, los partidos se convierten en los únicos y auténticos protagonistas de la mecánica electoral. En primer lugar, aparece la designación de las candidaturas y el establecimiento de li electorales que corresponde en exclusiva a los partidos. De esta forma, la circunstancia d los partidos seleccionen previamente a los candidatos, y el hecho de que la única posibilid que se ofrezca al electorado, sobre todo en el caso de listas cerradas y bloqueadas, sea opt por una u otra, determinan que la relación electoral real no se produzca en los términos en debería producirse, entre representante y representado, sino entre electores y partido En segundo lugar, hay que constatar que el importante papel de los partidos en las campañas electorales les obliga a asumir la doble función de representantes y representa desvirtuando definitivamente la concepción clásica de representación. Los partidos son, a todo, organizaciones sociales que, a través de militantes, simpatizantes y votantes, expre intereses sociales concretos y contradictorios. Los partidos son representantes cuando confeccionan listas, seleccionan candidatos y hacen que las campañas electorales giren e torno a programas, logotipos y líderes. Por otro lado, son representados ya que sus bases sociales, militantes y simpatizantes, actúan como sujetos activos en la relación elector Los partidos y los grupos parlamentarios condicionan y determinan de una manera absoluta la conducta de los diputados. Ocurre que la prohibición constitucional del manda imperativo contradice radicalmente esta situación de hecho. El reconocimiento jurídico d absoluta libertad del diputado lleva implícita la titularidad personal del escaño. E l problem jurídico consiste en precisar el valor de los procedimientos por los cuales intentan los part hacer frente a la razón jurídica de los diputados. E) Las dimisiones en blanco de los diputados y las repercusiones parlamentarias del abandono del partido por el diputado
Forma parte de la lógica de la democracia de partidos la eliminación en el ámbito rea la figura del diputado aislado e independiente. Parece incluso razonable que esa independencia no exista. Lo contrario sería admitir que el diputado que ocupa un escaño p pertenecer a un partido y suscribir un programa podría desvincularse de él y adscribirse a grupos parlamentarios, con lo cual se desvirtúa el sentido y el significado de la representa Para evitar que la composición política del Parlamento se altere en relación a la composici política del cuerpo electoral, es común, en las legislaciones electorales con sistema proporcional que los escaños de los diputados que vayan quedando vacantes se atribuyan candidato sucesivo en la misma lista. No puede cuestionarse que la titularidad del mandato corresponde al diputado y sólo puede ejercer y disponer de esa titularidad. Pero no es menos claro que, de acuerdo con la democracia de partidos y el principio de proporcionalidad electoral, la representación ind del diputado y las actuaciones parlamentarias deben quedar en todo caso encuadradas en acción global del partido. Es entonces cuando el mandato representativo protegido constitucionalmente se convierte de hecho en un mandato imperativo y condicionado por órdenes de partido. El hecho que los diputados acepten voluntaria y libremente a la disciplina de partid significa que no puede imputarse a los partidos la violación del mandato representativo. cosa es cuando el diputado llega a la confrontación con su propio partido, en ese caso, la
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democracia partidista cede ante el principio clásico de representación, por ser e constitucionalmente regulado. Los partidos recurren a medidas como las dimisiones en blanco, multas y sanciones c el objetivo de mantener la disciplina y evitar conflictos. La exigencia al diputado de firmar blanco su propia renuncia en el momento de ser proclamado candidato no es actual. E s un acuerdo entre diputado y partido que va en contra de la prohibición del mandato imperati lo que se considera un contrato con causa ilícita y carente de efectos jurídicos. Una dimisi blanco no afecta al diputado y al partido, sino al diputado y al Parlamento. Una dimisión en blanco puede ser revocada con posterioridad por parte del interesado. Otro tanto cabe indicar respecto al supuesto de abandono o expulsión del partido por parlamentario. La nítida configuración del ordenamiento constitucional de la titularidad d mandato en el diputado, y no en el partido, hace que jurídicamente no se pueda exigir al parlamentario que abandona o es expulsado de un partido, que abandone también su condición de parlamentario. Al no existir ninguna obligación jurídica, nos encontraríamos una obligación moral, o ante un problema de corrección constitucional.
1.4. Democracia representativa y democracia directa (B. MANIN)
Introducción
Los gobiernos democráticos contemporáneos han evolucionado a partir de un sistem político que fue concebido por sus fundadores en oposición a la democracia. Sin embargo que hoy denominamos democracia representativa tiene sus orígenes en un sistema de instituciones (establecidas tras las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa) que sus inicios, no se consideraba forma de democracia o de gobierno del pueblo. Rousseau condenó la representación en los términos absolutos que siguen siendo famosos. Rousseau veía un inmenso abismo entre un pueblo libre haciendo sus propias ley un pueblo eligiendo representantes para que les hagan las leyes. Madison y S ieyès, dos hombres que tuvieron un papel esencial en la creación de la representación política mode diferencian entre gobierno representativo y democrático en términos similares. Madison contrasta la “democracia” de las ciudades-estado de la Antigüedad, en las que “un reducido número de ciudadanos se reúnen y administran el gobierno en persona”, con república moderna basada en la representación. La representación, señala Madison, no e desconocida en la Antigüedad, ya que la asamblea no ejercía todas las funciones del gobie Ciertos cometidos ejecutivos eran delegados en magistrados. La verdadera diferencia en antiguas democracias y las repúblicas modernas estriba, según Madison, en “ la absoluta exclusión del pueblo en su calidad de colectivo de cualquier participación en las segundas”. Ve el sistema representativo como un sistema político diferente y superior. E l efecto de la representación es el de refinar y ampliar las visiones públicas pasándolas por un medio, u órgano elegido de ciudadanos, cuya sabiduría puede discernir mejor los verdaderos inter de su país. Para Sie yès, la superioridad del sistema representativo constituye la forma de gobie más apropiada para las condiciones de las “sociedades comerciales” modernas, en las que individuos se ocupan ante todo de la producción y el intercambio económico. E n este tipo sociedades los ciudadanos ya no gozan de tanto tiempo libre como requiere el prestar constante atención a los asuntos públicos y deben, por tanto, emplear la elección para con el gobierno a quienes puedan dedicar todo su tiempo a esa tarea. Consideraba sobre todo representación como la aplicación en el ámbito político de la división del trabajo. Tanto Sieyès como Madison, el gobierno representativo no es un tipo de democracia, una forma de gobierno esencialmente diferente y preferible. En los últimos 200 años, el gobierno representativo ha visto cambios, siendo los más obvios la gradual ampliación de derecho de voto y el establecimiento del sufragio universal. Por otro lado, diversos arreglo concretos han permanecido igual (selección de representantes, tomas de decisiones públ allá donde se han establecido gobiernos representativos. Mientras a finales del s. XVIII un gobierno organizado siguiendo líneas represe era considerado radicalmente diferente a la democracia, en la actualidad es acepta 8
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una forma de ella. La palabra “democracia” ha evolucionado, ha sido empleada tradicionalmente para describir el régimen ateniense y aún se utiliza para designar ese ob histórico. El problema parece radicar en discernir cómo los principios del gobierno representativo se relacionan con esos elementos de la idea democrática. Al establecer un distinción entre democracia representativa y directa, definimos implícitamente a la prime como forma indirecta de gobierno del pueblo, y hacemos de la presencia de personas que actúan en nombre del pueblo el criterio que separa ambas variedades de democracia. Desde que se inventó esta forma de gobierno, se han observado invariablemente principios en los regímenes representativos: 1. Quienes gobiernan son nombrados por elección con intervalos regulares. 2. La toma de decisiones por los que gobiernan conserva un grado de indepen respecto de los deseos del electorado. 3. Los que son gobernados pueden expresar sus opiniones y deseos políticos sin sujetos al control de los que gobiernan. 4. Las decisiones públicas se someten a un proceso de debate. La institución central del gobierno representativo es la elección, también son import el contenido de las decisiones públicas y las diferentes formas asumidas por las distintas formas de gobierno representativo desde su invención hasta el presente.
(D. HELD)
Cap. 1 “La democracia clásica: Atenas”
En el siglo V a. C. Atenas emergía entre muchos centros de poder rivales griegos, com la “ciudad-estado” o polis dominante. Entre los años 800 y 500 a. C. se fueron formando lentamente en el mundo griego los patrones de una civilización urbana. E l cultivo de la tie el comercio marítimo estimularon el desarrollo de aquellas ciudades costeras especialme bien situadas, algunas de las cuales disfrutaron períodos de progresivo crecimiento. El aumento de la población hizo crecer la presión sobre los privilegiados, dando luga un período de intensas luchas sociales. Con el fin de preservar el equilibrio de poder, hubo hacer a menudo algunas concesiones en la compleja e intensa vida política de las ciudade Estas concesiones reforzaron la autonomía económica de los medianos y pequeños agricultores, así como la de otras categorías del campesinado. E l estatus de estos grupos mejoró aún más, debido a importantes cambios en la organización militar, que hicieron de agricultores y campesinos moderadamente prósperos, piezas centrales de la defensa de l comunidad. La economía basada en la esclavitud permitió el florecimiento de la civilización urban Grecia. Frente a los trabajadores esclavos el ciudadano libre aparecía ahora en todo su esplendor. Se establecieron líneas claras de demarcación entre “los de dentro” (ciudadan “los de fuera” (esclavos y extranjeros). Parece ser que fue a mediados del s. VI cuando surgió en Quíos el primer gobierno democrático, aunque otros, con sus propias particularidades, pronto le siguieron. La nuev cultura política se extendió por toda la civilización griega, concediéndose nuevos derecho ciudadanos libres. Entre todos los factores que pueden señalarse, lo que alimentó un modo de vida democrático fue quizá el surgimiento de una ciudadanía a la vez económica y militarment independiente, en el contexto de comunidades relativamente pequeñas y compactas. Los cambios políticos tuvieron lugar en comunidades social y geográficamente acotadas, con población de unos pocos miles de habitantes, que convivían en estrecha relación, en un ce urbano o en sus alrededores. Las cuestiones de culpabilidad y responsabilidad política er este contexto prácticamente ineludibles, y el tipo de obstáculos a la participación política plantean las sociedades grandes y complejas, no eran todavía significativos. Una vez dich esto, es preciso recordar que, incluso en Atenas, el demos estaba enteramente compuesto hombres adultos con un estricto origen ateniense. Ideales y objetivos políticos
El desarrollo de la democracia en Atenas ha constituido una fuente fundamen inspiración para el pensamiento político moderno. Sus ideales políticos (igualdad 9
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ciudadanos, libertad, respeto a la ley y a la justicia) han modelado el pensamiento político Occidente durante siglos, a pesar de que algunas ideas centrales como la moderna noción liberal del ser humano como individuo con “derechos” no pueden remontarse a Atenas. S embargo, el legado de Atenas no fue en absoluto aceptado sin críticas por los grandes pensadores griegos, incluyendo a Tucídides (460-399 a.C.), Platón (427-347 a.C.) y Aristó (384-322 a.C.) que examinaron sus ideas y cultura. Sus obras contienen algunos de los juic más desafiantes y duraderos escritos sobre las limitaciones de la teoría y práctica democr Los ideales y objetivos de la democracia ateniense están extraordinariamente expue en la famosa oración fúnebre, atribuida a Pericles, un prominente ciudadano ateniense, g y político. El discurso, probablemente compuesto por Tucídides unos treinta años despué que fuera pronunciado, exalta la importancia y fuerza política de Atenas. Pericles describ comunidad en la que todos los ciudadanos pueden, e incluso deben, participar en la creac sustentación de una vida común. Formalmente, los ciudadanos no tenían que hacer frente ningún obstáculo basado en el rango o en la riqueza para participar en los asuntos público demos es el poder soberano, es decir, la autoridad suprema que se ocupa de las funcione legislativa y judicial. El concepto ateniense de “ciudadano” implicaba tomar parte funciones, participando directamente en los asuntos del Estado. La democracia ateniense se caracterizaba por un compromiso generalizado con el principio de la virtud cívica: la dedicación a la ciudad-estado republicana y la subordinació la vida privada a los asuntos públicos y al bien general. Los hombres sólo podían realizarse mismos adecuadamente y vivir honorablemente como ciudadanos, en y a través de la polis dado que la ética y la política estaban unidas en la vida de la comunidad política. E n esta comunidad, el ciudadano tenía derechos y obligaciones; pero ni esos derechos eran atribu del individuo privado, ni esas obligaciones las imponía un estado dedicado al mantenimien una estructura destinada a proteger los bienes privados de los individuos, se derivaban de existencia como ciudadanos: eran derechos y obligaciones públicas. La peculiar distinción moderna que surgió por primera vez con Maquiavelo y Hobbe entre estado y sociedad, funcionarios especializados y ciudadanos, pueblo y gobierno, no forma parte de la filosofía política de la ciudad-estado ateniense. P uesto que la ciudad-es celebraba la noción de una ciudadanía, activa e involucrada en un proceso de autogobier los gobernantes debían ser los gobernados. Todos los ciudadanos se reunían para debatir decidir y hacer efectiva la ley. El principio de gobierno era el principio de una forma de vi participación directa. Las decisiones y las leyes descansaban, así se creía, en la convicción del mejor argumento y no en la mera costumbre, el hábito o la fuerza bruta. La ley se contrapone a la tiranía y la libertad, por tanto, implica el respeto a la ley. Los atenienses se enorgullecían e mayoría de una vida política “libre y abierta”, en la que los ciudadanos podían desarrollar realizar sus capacidades y habilidades. A través de su independencia, de su estatus, de la educación, del arte, de la religión, y sobre todo de la participación en la vida común de la ciudad, el individuo podía desarrollar sus facultades materiales en beneficio del bien com justicia consistía precisamente en afianzar y desarrollar el papel y el lugar del ciudadano ciudad-estado. Para el demócrata, la libertad y la igualdad están, de acuerdo con A ristóteles, unidad forma inextricable. Hay 2 criterios de libertad: a) el ser gobernado y gobernar por turnos, vivir como se quiere. De acuerdo con los demócratas clásicos “la igualdad numérica”, el re equitativo de la práctica de gobierno, es posible debido a que: a. La participación se remunera de forma que los individuos no se ven perjud como resultado de su participación política; b. Todos los votos tienen el mismo peso; y c. En principio, todos tienen las mismas posibilidades de acceder a un cargo públ Respecto al “vivir como se quiere”, los demócratas sostienen que deben existir cierto límites a la elección, si no se quiere que la libertad de un ciudadano interfiera injustament la libertad de otro. Siempre y cuando cada ciudadano tenga la oportunidad de “ser gobern gobernar por turno”, los riesgos asociados con la igualdad podrán minimizarse, y, por lo ta podrán cumplirse ambos criterios de libertad. 10
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Características institucionales
Las instituciones clarifican la naturaleza radical de la democracia antigua. No es de extrañar que Marx y Engels lo tomaran como fuente de inspiración. La ciudadanía en su conjunto constituía el órgano soberano fundamental de Atenas: la asamblea. La asamblea reunía unas 40 veces al año y su quorum era de unos 6.000 ciudadanos. Todos los grandes asuntos, como la estructura legal para el mantenimiento del orden público, las finanzas y imposición directa, el ostracismo o las cuestiones internacionales (alianzas, guerra, paz) e llevados ante la asamblea de ciudadanos para su debate y discusión. La asamblea decidía sobre los compromisos políticos del estado ateniense. A pesar de que siempre se buscaba unanimidad, se reconocía la posibilidad de la existencia de grandes diferencias de opinión enfrentamientos de intereses individuales. La asamblea permitía que los asuntos espinos aprobasen por la regla de la mayoría, tras una votación formal. Pero el ideal siguió siendo consenso, y una mayoría de los asuntos ni siquiera eran votados. La asamblea era un órgano demasiado grande como para redactar su propia agenda, hacer los borradores de la legislación y ser el centro de recepción de nuevas iniciativas o propuestas. El Consejo de los 500 (comité ejecutivo) asumía la responsabilidad de organiz proponer las decisiones públicas ayudado por un Comité de 50 más eficaz a la hora de guia hacer propuestas al consejo. El comité de 50 tenía un Presidente a la cabeza que sólo podí ocupar el puesto por un día. Los Tribunales eran jurados compuestos por más de 201 ciudadanos elegidos por sor Las funciones ejecutivas de la ciudad eran desempeñadas por los magistrados, que tenían poder difuso ya que eran cargos ejercidos por un consejo de 10 personas. Casi todos los funcionarios eran elegidos por un período no renovable de un año. Más aún, con el fin de e los peligros de la política autocrática o de clientela, asociada a las elecciones directas, se desplegaron una variedad de métodos de selección, incluyendo la rotación, el sorteo, el so por grupos y la elección directa. El exclusivismo de la democracia antigua
La polis clásica se caracterizaba por su unidad, solidaridad y participación, y por un ciudadanía sumamente restrictiva. El estado llegaba muy profundamente a la vida de los ciudadanos, pero abarcaba tan sólo a una pequeña parte de la población. En primer luga cultura política ateniense era una cultura masculina adulta (varones de más de 20 años). logros de la democracia clásica estaban relacionados directamente con el trabajo y el ser doméstico no reconocido políticamente de mujeres y niños. Un gran número de los reside en Atenas tampoco tenía derecho a participar en los procedimientos formales (inmigrant esclavos). Los esclavos eran empleados en casi todas las formas de agricultura, industria y mine así como en las tareas domésticas. La democracia y la esclavitud ateniense parecen haber sido inseparables. Sin duda alguna, la política de la antigua Atenas descansaba sobre una base nada democrática. Pero es preciso señalar, como Finley, que la elección entre el “gobierno de unos pocos” y el “gobierno de muchos” fue una “elección significativa”, a pe que los “muchos” fueran una minoría de la población. Es necesario apreciar tanto los nota logros como los estrictos límites de la democracia ateniense. Si nos centramos en algunas de las características internas del nuevo orden democrá es posible entonces vislumbrar las importantes dificultades creadas por la innovadora po ateniense: dificultades que con razón explican en parte su incapacidad para perpetuarse m allá del siglo V y IV a.C. Jenofonte, en su obra “Helénicas” pone de manifiesto la responsabilidad de los funcionarios y de los ciudadanos ante la asamblea, el control popular de los gobernantes existencia de un debate extenso y popular, la toma de decisiones en reuniones masivas, a como otras características de la ciudad-estado ateniense. La plena participación depend las habilidades oratorias de cada uno; enfrentamientos entre grupos de líderes rivales; existencia de redes informales de comunicación e intriga; surgimiento de facciones abiertamente opuestas, dispuestas a presionar por obtener medidas rápidas y concluyen 11
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vulnerabilidad de la asamblea ante la excitación del momento; inestabilidad de los fundam de ciertas decisiones populares; y el potencial de inestabilidad política general debido a la ausencia de sistemas de control de la conducta impulsiva eran otras características del si democrático ateniense. La vida política ateniense parece haber sido extraordinariamente intensa y competit Además la asamblea y el consejo tendieron a estar dominados por ciudadanos de alta cuna rango, una élite de familias ricas y bien establecidas, que disponían de tiempo suficiente p cultivar sus contactos y perseguir sus intereses. Las batallas políticas tomaban muy a men un tinte personal, terminando frecuentemente con la eliminación física de los oponentes a través del ostracismo o la muerte. Sin embargo, la estabilidad política de Atenas se explic gracias a su historia como Estado conquistador. El desarrollo de Atenas estuvo acompaña exitosas campañas militares, únicamente hubo unos pocos años sin guerra o conflictos militares. Las críticas
La igualdad de derechos de todos los ciudadanos a participar en la asamblea, a ser escuchados por ella y a acceder a un cargo público era suficiente por sí misma para ser vis con consternación por los más famosos críticos de Atenas, entre ellos Platón. En La Repúbl Platón, cuya juventud estuvo ensombrecida por la derrota ateniense en la Guerra del Peloponeso y por el deterioro moral de la ciudad que llevó a la muerte de S ócrates en el 39 a.C., llega a la conclusión de que el control político debe residir en manos de una minoría. él, existían 4 tipos de constituciones: timocracia (gobierno militar como E sparta), oligarq (gobierno de los ricos), democracia (gobierno del pueblo) y tiranía (gobierno de un único dictador). Platón criticó todos los sistemas, pero fue especialmente mordaz con la democr a la que encontró como principales defectos la cuestión del liderazgo y la libertad del pueb Para Platón, el gobierno debe estar en manos de una minoría que, con la habilidad y experiencia necesarias, tiene más derecho a gobernar que el pueblo, ya que éste es víctim los impulsos, los prejuicios, la inexperiencia y la falta de conocimientos para elaborar un j político correcto. En la democracia los líderes dependen del fervor popular y actuarán consecuentemente para conservar su propia posición y popularidad. Los juicios cauteloso decisiones difíciles, las opciones incómodas y las verdades desagradables se evitan. La democracia margina al sabio. Las demandas de libertad e igualdad política son, además, incompatibles con el mantenimiento de la autoridad, el orden y la estabilidad. Como consecuencia, la cohesión social se ve amenazada, la vida política se fragmenta y la política se llena de disputas entre facciones. Esta situación conduce a un conflicto intenso entre los intereses sectoriales, ya cada facción lucha más por sus propios intereses que por el bien de la comunidad. Conforme la democracia se zambulle en la disensión y el conflicto, los paladines populares pueden ofrecer una visión clara, una dirección firme y la promesa de acabar con oposición. Se convierte en una opción tentadora elegir al tirano elegido. Pero, por supues una vez en posesión del poder del estado, los tiranos suelen ocuparse únicamente de sí mismos. La tiranía de Platón no era una solución estable a los problemas de la democracia En resumen, para Platón los problemas del mundo no pueden ser resueltos mientras gobiernen los filósofos, ya que sólo ellos tienen la capacidad de armonizar todos los eleme de la vida humana bajo el “gobierno de la sabiduría”. Siguiendo a Sócrates, Platón creía q virtud es conocimiento, es decir, que la vida buena puede alcanzarse a través de un estudi sistemático. Es por esto, que Platón acaba defendiendo una especie de despotismo ilustra Partiendo de una concepción natural de la división del trabajo, en la que cada clase de individuos puede encontrar su propio papel (gobernante, soldado o trabajador), la tarea encomendada a los filósofos es la de examinar esta división para estimular las virtudes pro de cada trabajo (sabiduría, valentía, templanza) y garantizar que los individuos realizan la funciones adecuadas. Los ciudadanos y los estados se conciben como todos orgánicos en l cuales, cuando el “todo” está sano, los ciudadanos pueden realizar sus funciones, satisfac sus necesidades y morar en un estado eficiente, seguro y poderoso. Su obra defiende una armonía entre lo público y lo privado, el Estado asegura las para que el ciudadano desarrolle su vocación. Platón modificó parcialmente en El político 12
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leyes los argumentos de La república. En estas obras, Platón reconoce que el gobierno rea
debe sostenerse con el consentimiento y cierto tipo de participación popular. S e afirma ta la importancia del gobierno de la ley como un modo de circunscribir el ámbito legítimo de que ejercen el poder, los filósofos-reyes. Se introducen elementos de un régimen mixto monárquico y democrático. Conclusión
Tanto el modelo clásico de democracia como sus críticas han tenido un impacto durad en el pensamiento político occidental: el primero, como fuente de inspiración para mucho pensadores demócratas, y las segundas, como advertencias de los peligros de la política democrática. El eclipse de la democracia antigua, en el contexto del surgimiento de imper estados poderosos y regímenes militares, pudo deberse tanto a factores internos como a s cambiante suerte en ultramar. El estado ateniense descansaba en un sistema productivo q dependía en gran medida de los esclavos. Esta estructura económica era vulnerable al desorden y a conflictos internos y externos. La naturaleza radicalmente democrática del estado parece haber incrementado esa vulnerabilidad, ya que la ausencia de un centro burocrático exacerbaba las dificultades e administración de la economía y de un extenso sistema comercial y territorial. Teniendo hacer frente, por un lado, a problemas de coordinación, control y financiación, y por otro agresión de estados rivales, la democracia ateniense se vio atacada e ininterrumpidamen desgastada. La ciudad-estado ateniense tenía rasgos comunes con la Roma republicana. A mbas intentaron fomentar un profundo sentido del deber público, una tradición de virtud cívica responsabilidad hacia la “república”. En ambas formas de gobierno se concedía a las demandas del Estado una prioridad única y privilegiada sobre las del ciudadano individua embargo, si Atenas fue una república democrática, los estudiosos señalan que Roma fue, e comparación, un sistema esencialmente oligárquico.
1.5. Perspectiva histórica y teoría del sorteo y de la elección (MANIN)
Cap. 1 “ Democracia directa y representación: la selección de cargos públicos en Atenas
El gobierno representativo no da un papel institucional al pueblo reunido en asamble lo que más obviamente lo distingue de la democracia de las ciudades-estado de la A ntigüe Sin embargo, un análisis del régimen ateniense muestra que otra característica separa igualmente la democracia representativa de la llamada democracia directa. La mayor par los cometidos que no realizaba la asamblea eran asignados a ciudadanos seleccionados po sorteo. En cambio, en ninguno de los gobiernos representativos de los últimos dos siglos s utilizó el sorteo para asignar ni el mínimo poder, fuese soberano o ejecutivo, central o loca representación sólo se ha asociado con el sistema de elección, a veces combinado con la herencia pero nunca con el sorteo. En entidades políticas del tamaño de los estados modernos, más grandes y populosos que las ciudades-estado antiguas, no es posible reunir a todos los ciudadanos en un lugar deliberar y decidir como un solo órgano. Inevitablemente, las funciones del gobierno son ejecutadas por un número de individuos inferior a la totalidad de los ciudadanos. Por otro no pudo ser el tamaño de los estados modernos lo que impulsara el rechazo del sorteo. Inc en estados grandes y densamente poblados es técnicamente factible emplear el sorteo pa seleccionar a un pequeño número de sujetos para que se integren en un órgano mayor. Co método de selección no es impracticable; de hecho, el sistema judicial aún lo emplea para constituir jurados. En la actualidad, prácticamente no se considera el uso político del sorteo. De hecho, que los atenienses lo adoptasen es el mayor enigma. El sorteo, puede aducirse, selecciona cualquiera, incluyendo a quienes no tienen aptitudes especiales para gobernar. Los ateni a quienes no se les consideraba ingenuos políticamente, debían ser conscientes que el sor designaba a gente indiscriminadamente, y aún así, continuaron con el sistema durante 20
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años. No es un descubrimiento reciente el hecho de que el sorteo comparta el riesgo d a ciudadanos incompetentes a cargos públicos. El riesgo era el mismo entonces que ah La cuestión importante a dilucidar es que los demócratas atenienses debieron ver en sorteo ventajas que creyesen superiores a tan grandes desventajas. También es posible qu hubiesen encontrado modos de preservarse del riesgo de la incompetencia a través de arr institucionales suplementarios. El hecho crucial es que la democracia ateniense usaba el para cubrir ciertos cargos, mientras que los regímenes representativos no lo consideraro absoluto. En los gobiernos representativos lo típico es contrastar la elección con la herencia. E punto de vista está justificado en parte porque los gobiernos electos reemplazaron a los hereditarios, y que al elegir la elección, los fundadores de las repúblicas modernas rechaz el principio de la herencia. Pero lo que también se distingue es la completa ausencia del so en la asignación de las funciones políticas ejercidas por un número restringido de ciudada Los atenienses lo empleaban junto con la elección, lo que hace que sus instituciones encaj bien en una comparación entre ambos métodos. La democracia ateniense confiaba a ciudadanos seleccionados por sorteo la mayor pa de las funciones no desarrolladas por la asamblea popular. Ese principio se aplicaba sobre a las magistraturas, que eran colegiadas y con un mandato de un año. No se permitía que l ciudadanos ocupasen una magistratura más de una vez, aunque podían ser nombrados pa magistraturas diferentes a lo largo de su vida. Todos los ciudadanos con 30 años cumplido con sus derechos civiles plenos podían acceder a una magistratura. Los nombres extraído sorteo debían someterse a una investigación (cualificación legal, comportamiento familia de impuestos, servicio militar, no tendencias oligárquicas) antes de ocupar el cargo. Aún a sistema ateniense ofrecía ciertas salvaguardias contra los magistrados a los que el pueblo juzgaba como malos o incompetentes: Sometimiento al constante control de la asamblea y los tribunales. No sólo al dejar el cargo, sino que en cualquier momento un ciudadano pod presentar acusaciones en su contra. Como esto era del conocimiento común, todos los ciudadanos sabían que, de llegar a magistrados, tendrían que rendir cuentas, contemplar la posibilidad constante de ser rec y de cumplir el castigo correspondiente. Sin embargo, y esto es muy importante, sólo eran introducidos en el sorteo los nombres de los que deseaban ser tenidos en cuenta. E l sorteo se efectuaba entre todos los ciudadanos mayores de 30 años, sino solamente entre los que habían ofrecido como candidatos. La combinación entre la naturaleza voluntaria de tal servicio y el conocimiento previo los riesgos que comporta tenía que conducir en realidad a una autoselección entre los magistrados potenciales.
(B. MANIN)
Cap. 2 “El triunfo de la elección”
INTRODUCCIÓN El uso político del sorteo no fue exclusivo de la democracia ateniense. Tuvo su parte (aunque limitada) en las asambleas del pueblo romano. Las repúblicas italianas de la Ed Media y del Renacimiento elegían a menudo sus magistrados por sorteo. Los nuevos gobie representativos podían presentarse como repúblicas (como EEUU desde el inicio de la Revolución o Francia a partir de 1792); pero estaban, no obstante rompiendo con la tradic republicana al no encontrar un lugar para el sorteo. La tradición republicana todavía permanecía viva en la cultura política de los siglos X XVIII. Cuando fue inventado el gobierno representativo, no se ignoraba que el sorteo habí empleado en más lugares que Atenas y que seguía, en realidad, en uso. Harrington buscó tradición republicana modelos que pudiesen servir de guía a los futuros gobiernos libres. Montesquieu concluyó que el gobierno republicano era cosa del pasado y que el futuro era las monarquías o de los sistemas similares al inglés. A Rousseau le gustaba recordar que había nacido en una república y, pese a sus disputas con las autoridades ginebrinas, tuvo apego y mantuvo un interés bien informado en las instituciones de su ciudad natal. Los tre estaban familiarizados con la tradición republicana y ninguno consideraba que el sorteo f 14
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una extravagancia. Era, para ellos, una institución susceptible de ser analizada de modo general y relacionada con otras culturas. Pertenecía a la misma categoría que la elección compararon las características y efectos de ambas instituciones. En general, los modelos republicanos habían combinado los dos procedimientos u oscilado entre ellos (Roma, Venecia). Al comparar ambas prácticas, Harrington, Montesq Rousseau estaban, por tanto, manteniéndose en la tradición republicana. La presencia de consideraciones en las obras de autores cuya influencia está más allá de toda duda muestr que el contraste entre los dos métodos de asignación conservaba cierta importancia en la cultura política de los siglos XVII y XVIII. Las élites que crearon el gobierno representativ conscientes de esas teorías, lo que sin duda arroja luz sobre las creencias y aspiraciones q motivaron a esas élites cuando se tomó la decisión de que la representación política mode debe basarse sólo en la elección.
Sorteo y elección en la tradición republicana: las lecciones de la historia Roma Roma no fue una democracia ni nadie pensó jamás que lo fuese. P olibio (s. II a.C.) no presenta el sistema político romano como una democracia sino como una constitución mix combinación de características monárquicas, aristocráticas y democráticas. Los cónsules magistrados en general constituían el elemento monárquico; el senado, el aristocrático; y asambleas populares, el democrático. Según Polibio, fue el equilibrio entre esas tres instituciones lo que dio a Roma su excepcional estabilidad. La influencia de Polibio puede observarse también en el modo en que la constitución Roma se presentaba en la tradición republicana. Maquiavelo también creía que el éxito de república más ilustre se debió en gran parte al hecho de que fuese una constitución m Los historiadores actuales caracterizan el sistema político romano como un sistema construido en función de la propiedad (Timocrácia). Los ciudadanos romanos eran clasific de acuerdo con jerarquías de órdenes y clases que eran revisadas regularmente en el momento del census. En éste también se tenían en cuenta las cualidades físicas (por motiv militares), las morales y las sociales. Pero la riqueza tenía un papel clave al determinar el alcance de la influencia política. de los modos en que la propiedad determina el poder aparece en la organización del voto popular. Los votos de los ciudadanos más pobres no tenían el mismo peso que los de los ric debido al sistema de votación por grupos. La unidad de voto que se contaba en el recuento final no era de individuos sino de grupos. El modo en que los individuos votaban en cada gr determinaba el voto del grupo, pero el voto de cada grupo tenía el mismo peso, independientemente de su tamaño. Los grupos de voto se componían de centurias (divisio militares y fiscales), en el caso de las asambleas centuriales (comitia centuria) y de tribus (divisiones territoriales) en el caso de las asambleas tribales (comitia tributa). La ventaja tenían las clases propietarias queda particularmente clara en las primeras, ya que las cen de las clases más bajas comprendían mayor número de ciudadanos que las de las clases superiores. Las comitia tributa, en cambio, tenían un carácter más popular. El papel preponderante de la riqueza quedaba también reflejado en la reserva por le las magistraturas para las clases situadas en los lugares más altos de la pirámide censal. mayoría de las magistraturas eran electivas, ninguna era asignada por sorteo. E n Roma e pueblo elegía a los magistrados pero no podía incorporarse a las magistraturas. Como el census era revisado regularmente, era posible la movilidad social y política entre generaciones El único poder del que gozaban las clases más bajas era el de elegir candidatos entre las clases superiores. La constitución romana, por tanto, incluía un elemento de democracia directa, pero la iniciativa no era, como en Atenas, de “cualquiera”. Aunque los magistrados sólo eran nombrados por elección, el sorteo tenía, sin embar su parte en las asambleas populares. Se empleaba para determinar quién debía votar prim en las asambleas centuriales y para establecer qué votos se debían contar primero en las asambleas tribales. Si en las centurias de las clases altas todos votaban lo mismo, se llega la mayoría y se clausuraba la votación antes incluso de que fueran convocadas las clases m bajas del censo. Estas últimas no participaban en la toma de decisiones salvo cuando habí 15
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desacuerdo entre las categorías superiores. Puede afirmarse, por tanto, que los ó inferiores tenían el poder de arbitrar en caso de conflicto y división entre la élite terra Se consideraba que el resultado de la lotería en la selección de la centuria con prerrogativa era una señal de los dioses y la decisión de la centuria con prerrogativa tenía efecto de determinar los votos subsiguientes. Los historiadores coinciden en considerar q centuria con prerrogativa y su selección por sorteo era una institución que fomentaba la u y el acuerdo en las asambleas. En primer lugar, para las centurias de primera clase, el voto la centuria con prerrogativa constituía un punto focal que les permitía coordinar cómo org la votación. El sorteo contribuía a la cohesión de las asambleas de centuria en un segundo sentido con un efecto diferente sobre las clases más bajas. Si las centurias de las clases más altas habían seguido el liderazgo ofrecido por los dioses con el voto de la centuria con prerroga como sucedía habitualmente, las unidades situadas más abajo en la jerarquía del censo no votaban; sin embargo, el hecho de que el resultado final pareciese fluir de un fenómeno ex y como una señal sobrenatural debió haber hecho más fácil aceptar el resultado para los q no hubiesen votado. En las votaciones legislativas o judiciales en las asambleas tribales, e empleo del sorteo habría producido el mismo efecto que en las asambleas de centurias: la calidad religiosa y la neutralidad del sorteo alentaba que el voto se cristalizase alrededor primer voto, a la vez que facilitaba a las tribus que no habían emitido su voto el aceptar el resultado. Cuando elegían magistrados, todas las tribus votaban simultáneamente, así qu había necesidad de determinar cuál debía votar primero. S in embargo, se empleaba el sor para determinar el voto de qué tribu debía ser contado en primer lugar. S e daba por elegid los candidatos en cuanto llegasen a 18 votos. En la república romana, basada en el censo, el sorteo tenía ante todo el efecto de auna los votos y promover la cohesión política, primero entre las clases hacendadas y luego ent pueblo como un todo por su neutralidad y por la interpretación religiosa que se le daba
Las ciudades-república italianas En los primeros municipios italianos fundados en los siglos XI y XII, se empleaba el sorteo para seleccionar a sus magistrados. En el período inicial, los métodos para seleccio los miembros del consejo y a otros cargos eran tres: elección indirecta, designación por lo concejales o funcionarios salientes, y sorteo. Los ciudadanos estaban obsesionados por alcanzar los “honores y beneficios” de los cargos, y los conflictos entre las facciones girab sobre todo en torno a la consecución de cargos. Para superar los efectos distorsionadores de las facciones, a principios del siglo X III l municipios crearon una podestà, un único magistrado ejecutivo, más específicamente dota de poderes judiciales y políticos. Debía proceder de fuera de la ciudad, preferiblemente n un municipio vecino, con el fin de que fuese “neutral en sus desacuerdos y conspiraciones Hay una analogía entre la institución de la podesteria y la práctica del sorteo, incluso aunque la podestà era elegida, no seleccionada por sorteo. El elemento común a ambos cas es que se recurre a algo extremo y neutral para superar las disensiones faccionales. La práctica del sorteo y de la institución de la podestà pueden ser vistas como variaciones de u mismo tema: el potencial pacificador de lo externo. Bruni (s. XV) criticó el uso del sorteo, y que los ciudadanos cuando tienen que competir en las elecciones tienen un incentivo para portarse bien. Ese incentivo no existe cuando se elige por sorteo a quienes ocupen los carg y Bruni lamenta la ausencia de dicho estímulo. Con el fin de promover el bien común, Guicciardini aduce que los ciudadanos no debe tener intereses personales ni directos en los resultados de las contiendas electorales; sólo deben juzgar, desde el exterior, los méritos comparativos de los hombres que se presenten como candidatos. Como Bruni, Guicciardini no estaba a favor del sorteo; también prefería elecciones. Su propuesta se dirige precisamente a combinar los efectos benéficos de las elecciones con la imparcialidad de un órgano externo y, por ello, neutral. La búsqueda de instituciones neutrales que pudiesen mitigar los efectos de la divisió la competición por el cargo es una problemática central de la política cultural de las ciuda república italianas, apareciendo el sorteo como un aparato externo y plural. 16
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Florencia Los florentinos emplearon el sorteo para seleccionar a diversos magistrados y a los miembros de la signoria durante los períodos republicanos. Pueden distinguirse dos períod republicanos: a) de 1328 a 1434 y b)1494-1512 y 1527-30. Tanto en el primero como en el segundo sistema republicano, los ciudadanos debían ser autorizados mediante un escruti Los nombres de los que hubiesen recibido más de un número determinado de votos favora eran introducidos en bolsas de las que se extraía al azar los nombres de los que accederían una magistratura (9 de la signoria, 12 buoni huomini y 16 gonfalonieri de distrito). El escrutin de los votos era secreto. Otra característica de ambos períodos republicanos fue la existencia de disposicione para garantizar la rotación en el cargo. Prohibiciones que evitaban que el mismo cargo fue asignado a la misma persona o a miembros de la misma familia varias y sucesivas veces durante un determinado período. La república florentina se hizo eco del tipo de combinac entre sorteo y rotación que caracterizó a la democracia ateniense. En el siglo XIV, el acceso a las magistraturas estaba controlado parcialmente por la aristocracia y por los líderes de las corporaciones. Quienes no pertenecían a la aristocrac podían acceder al poder sólo si habían sido aprobados por las élites de riqueza y cuna, que dominaban el comité de escrutinio. En cambio, el órgano que aprobaba o rechazaba los nombres presentados era más abierto. Estaba formado por varios cientos de miembros elegidos por ciudadanos seleccionados a su vez por sorteo. Este complejo sistema se consideraba una garantía de imparcialidad en la selección d magistrados y de salvaguardia frente a las facciones. El escrutinio servía para eliminar a ciudadanos incompetentes o indignos, aunque también se prestase a fines partidistas. E que se consideraban dignos y capaces de ocupar un cargo, se creía que el sorteo lograba u distribución más equitativa. El sorteo era visto como un mecanismo neutral y externo que evitaba las luchas entre facciones. Después de 1328 y para el resto del siglo X IV, las corporaciones mostraron una particular adhesión al sorteo. Cuando se restableció la república tras el primer período Médici (1434-1494), hubo u nuevo período de dudas e indecisiones sobre los efectos del sorteo. La mayor innovación d revolución de 1494 fue la creación del gran consejo siguiendo el modelo de Venecia. S e de entonces que todos los miembros del consejo debían participar en la selección de magistr y ser elegibles para cargos. Se mantuvo la preselección de los nombres a presentar a la elección, pero la aristocracia perdió su control. La gran cuestión era decidir qué procedimiento de selección debía usar el gran conse combinación de escrutinio y sorteo o elección. Tras un corto período de transición, se dec volver a la selección por sorteo. En un segundo período, se avanzó hacia un gobierno más popular. Savonarola tuvo un papel clave en la reforma que creó el gran consejo, era firme partidario, además, de las elecciones, que consideraba parte integrante del gobierno pop La incertidumbre permitió que la reforma se impusiese. Cada bando creía que el cam iría en beneficio propio. Una considerable proporción de los altos cargos retornó a las fam que solían ocuparlos bajo los Médici y en épocas anteriores. En ese momento se produjo u cambio de opinión entre los elementos populares, que llegaron a creer que el sorteo les favorecía más. A partir de entonces las elecciones quedaron asociadas sistemáticamente gobierno estrecho o aristocrático y el sorteo con gobierno abierto o popular. Uno de los m influyentes defensores del republicanismo aristocrático, Guicciardini, fue autor de dos di sobre los méritos respectivos de la elección y el sorteo. E n el primer discurso se argument favor de la elección mientras que en el segundo se aboga por la combinación de escrutinio sorteo. La igualdad ante la ley y el libre acceso a los cargos públicos eran los valores esencial del republicanismo florentino. Guicciardini jerarquiza los dos objetivos, la igualdad ante l debe procurarse sin limitaciones mientras que el igual acceso a cargos públicos debe perseguirse dentro de determinados límites, ya que el destino de la ciudad no debe dejars manos de los meramente elegibles. Aquí es donde se considera superior la elección al sort
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En un sistema electivo, la eminencia es conferida por los otros, no por uno mismo. Los votantes son capaces de distinguir a los verdaderamente grandes, la única objeción, como reconoce Guicciardini, es que reduce el número de los que obtienen cargos. Así, después de haber introducido el sorteo para evitar el enfrentamiento entre facci los florentinos terminaron redescubriendo, a través de la experiencia, la enigmática idea demócratas griegos de que el sorteo es más democrático que la elección. Guicciardini no explica por qué, pero estaba convencido, como Aristóteles, que las elecciones tienden a convertir los cargos públicos en cotos de las élites. El republicanismo florentino ejercería considerable influencia sobre la evolución posterior del pensamiento republicano, en par en Inglaterra y EEUU.
Venecia En Venecia también se empleaba el sorteo, pero de un modo bastante diferente. Los venecianos perfeccionaron un sutil y complicado sistema para la designación de magistra El sorteo intervenía en el sistema veneciano únicamente en la selección de los miembros d los comités que nominaban a los candidatos a ser considerados por el Gran Consejo. Los comités eran nombrados mediante un procedimiento de varias fases que requería una combinación de sorteo y elecciones. El sistema estaba basado ante todo en la elección, no porque los candidatos fueran finalmente elegidos por el Gran Consejo, sino también porqu nombres de los candidatos propuestos eran los que más votos habían obtenido en el comit preselección. La utilización del sorteo en la selección de los nominadores impedía que las camarilla pudieran influir sobre el proceso de nominación. Como precaución añadida, la votación se emprendía en cuanto los candidatos eran anunciados, por lo que no había tiempo para rea campañas en el Consejo. Otra característica del sistema, que intrigaba a los observadores en el mismo sentido: la votación secreta en el Gran Consejo. E l objeto era nuevamente imp la formación de grupos organizados. Incluso si el propósito esencial del sorteo era el de liberar a las elecciones de las intrig y campañas divisorias que habitualmente las acompañaban, algunos autores también le reconocían un aspecto “popular”, ya que daba mayor protagonismo al pueblo (todos los miembros del Gran Consejo tenían una igual oportunidad de ser “importantes”: la misma posibilidad de ser nominador, pero no de alcanzar cargos). A observadores más perspicaces, Harrington y Rousseau, no se les escapa que, en realidad, las máximas magistraturas permanecían habitualmente en manos de unas cuan familias eminentes que formaban un grupo mucho más reducido que el gran consejo. Es que el Gran Consejo veneciano incluía sólo a una pequeña fracción de la población, su pertenencia era hereditaria por lo que el Gran Consejo constituía la nobleza veneciana Harrington señala que incluso cuando las elecciones son libres y limpias, los electore tienden a votar repetidamente a los mismos individuos eminentes o a familias distinguida limitar las intrigas entre los miembros del Gran Consejo, el sorteo contribuía a mantener u notable cohesión en el seno de la nobleza veneciana. La cohesión fue una de las causas de asombrosa estabilidad de la república. La poderosa unidad interna de la nobleza venecian capacitaba para excluir eficazmente del poder a las otras clases del poder evitando los alborotos que pudiesen socavar el statu quo. Venecia tenía una reputación como paradigma del gobierno elegible. Esto fue lo que debió de suscitar que en cierto modo había una relación entre el éxito republicano y el em de la elección, impresión que quedaría reforzada además por el caso de la Roma antigua, o república electiva y de duración. Las experiencias de estas repúblicas antiguas y contemporáneas eran lo que tenían en mente los pensadores políticos de los siglos X VII y cuando reflexionaron sobre la elección y el sorteo. La teoría política de la elección y el sorteo en los siglos X VII y XVIII Harrington Harrington (s. XVII) intuyó que Atenas fue llevada a la ruina porque, con su Consejo nombrado por sorteo, la ciudad “carecía de aristocracia natural”. La mente de Harringt albergaba ninguna duda de que la elección, contrariamente al sorteo, seleccionaba élite 18
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preexistentes. Harrington aboga por el empleo de la elección porque permite el libre reconocimiento de la aristocracia natural, rechazando el uso del sorteo en la selección de que ocupan los cargos. Ahora bien, su nombre permanece asociado a la alabanza de la rotación en el cargo. Tradicionalmente el principio de rotación estaba asociado a la práctica del sorteo. Harrington aclara esta cuestión en Prerrogativa del gobierno popular, donde establece una clara distinción entre dos tipos de rotación, la de los electores y la de las personas elegida rotación de Harrington es de dos tipos: rotación absoluta entre los electores (todo ciudada elector cada cinco años) para la elección de representantes de la parroquia, que era el gru básico de ancianos y que eran meros electores de las asambleas superiores: el S enado y la Tribu de Prerrogativa en las que se practivaba la rotación limitada entre los elegidos (la aristocracia natural reconocida así por los electores). No hay en Harrington conflicto entre el principio de rotación y el electivo, ya rotación se aplica en términos absolutos únicamente a los electores, no a los elegidos.
Montesquieu Montesquieu (1689-1755) establece un estrecho vínculo entre, de un lado, sorteo y democracia y elección y aristocracia, de otro. No describe ambos métodos como parte de determinadas culturas o como resultado del “espíritu general”; proceden de la propia nat de la democracia y de la aristocracia. Montesquieu considera que el sorteo “aislado es incompleto”, afirmando que su defe más obvio (la posibilidad de elección de individuos incompetentes) puede ser corregido y eso es lo que se disponen a hacer los más grandes legisladores. En El espíritu de las leyes, Montesquieu dice que en Atenas, para corregir el sorteo, Solón estableció que sólo se pud elegir entre los que se presentasen, que el electo fuese examinado por los jueces y que cualquiera pudiera acusarle de indignidad para el cargo. De este modo los incapacitados p tales funciones sentirían una gran repugnancia a dar sus nombres para entrar en el sorteo Montesquieu comprendió que la combinación de la naturaleza voluntaria de la candidatur la elección por sorteo con la perspectiva de sanciones tenía que conducir a la propia selec de los candidatos. El sorteo tiene dos características que lo hacen necesario para la democracia. No ofe a nadie, ya que se sabe que la suerte podía haber elegido a otros, y evita envidias y celos a seleccionados. En una aristocracia, “la selección no debe ser por sorteo”. Algunas de sus observaciones referentes a la designación por elección sugieren claramente que las elecc realmente elevan a las magistraturas a un determinado tipo de gente. La alabanza de Montesquieu de la “habilidad natural de la gente para distinguir los méritos” muestra, cóm decía Harrington, que el pueblo elige espontáneamente al verdaderamente superior. “El pueblo es admirable cuando realiza la elección de aquellos a quienes debe confiar parte de su autoridad, porque no tiene que tomar decisiones más que a propósito de cosas no puede ignorar y de hechos evidentes”. Montesquieu sostiene que el pueblo elige lo mej pero que lo mejor bien puede estar localizado en las clases superiores.
Rousseau En Del contrato social Rousseau (1712-1778) relaciona también sorteo con democracia elección con aristocracia. El sorteo y la elección son los dos procedimientos que pueden s utilizados para elegir el poder ejecutivo, ya que la legislación siempre permanece en man pueblo soberano. En consecuencia, en ese nivel no hay selección. S in embargo, para la selección de magistrados ejecutivos, hay que optar por un método de selección u otro. Rousseau manifiesta su acuerdo con la idea de que la “selección por sorteo es natural de l democracia”. Añade que los motivos por los que es así no son los presentados por Montesquieu (prevención de la envidia, distribución igualitaria de los cargos): “E so no so razones. Si se atiende a que la elección de los jefes es una función del gobierno y no de la soberanía, se verá por qué la vía del sorteo está más en la naturaleza de la democracia, do la administración es tanto mejor cuanto menos se multiplican los actos. E n toda verdader democracia la magistratura no es una ventaja, sino una carga onerosa que no puede 19
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imponerse en justicia más a un particular que a otro. Sólo la ley puede imponer esta carga aquél sobre quien caiga el sorteo. Para Rousseau, la asignación de magistraturas (“la elec de jefes”), sea por elección o sorteo, es una medida particular. La distribución de cargos a a individuos identificados por su nombre más que a la totalidad de los ciudadanos. No pue por eso, ser algo que haga el pueblo en tanto que soberano. Uno de los principios claves del Contrato social es que el Soberano sólo puede actuar mediante leyes, o sea, mediante reglas generales que afecten a todos los ciudadanos por i Aquí se plantean dos problemas: 1. De acuerdo con Rousseau, la democracia queda definida precisamente por el hech de que el pueblo es tanto el Soberano como el Gobierno: en democracia el pueblo elabora leyes y las ejecuta. El ejercicio popular de las funciones legislativas y ejecutivas acarrea u riesgo: las decisiones del pueblo en tanto soberano (leyes) pueden quedar contaminadas p las visiones particulares que debe adoptar cuando actúa como Gobierno. Por lo tanto, un gobierno democrático funciona mejor cuando el pueblo soberano tiene las menores ocasio posibles de tomar decisiones particulares en tanto que Gobierno. El sorteo resuelve el pri problema. Cuando los magistrados son elegidos por sorteo, el pueblo sólo tiene que tomar decisión, limitarse a establecer que los magistrados sean elegidos por sorteo. 2. Subsiste el hecho de que en la elección de magistrados influyan determinadas consideraciones de personalidad. Cuando todos los ciudadanos se reparten entre ellos los cargos del gobierno (atribuyen cada cargo a un individuo concreto en vez de a otro) invariablemente intervendrán cuestiones de personalidad entre la ley y la asignación de u función a una persona, haciendo surgir el riesgo de la parcialidad. A este respecto, el sorte representa una segunda ventaja: es una regla de distribución que no requiere ninguna otr decisión para ser aplicada en casos particulares. Las condiciones son entonces rigurosam iguales para todos los miembros del Gobierno. Así, ya se trate de limitar el número de ocasiones en las que el pueblo tenga que adop visiones particulares, o del riesgo de parcialidad en la distribución de cargos, el sorteo es método de elección correcto en la democracia, puesto que reparte las magistraturas sin la intervención de voluntad particular alguna. Por el contrario, a la aristocracia le convienen la elecciones, ya que, por definición, el órgano que efectúa la selección no es el mismo que el hace las leyes. Cuando un gobierno elige magistrados entre sus números, puede recurrir a elecciones, que necesariamente implican visiones e intenciones particulares. La aristocracia electiva es la mejor forma de gobierno porque en ella es posible hacer uso político de las diferencias de talentos y méritos. Al menos en 1762, cualquier pensado se dispusiese a presentar unos principios de derecho político buscaría algún espacio para referirse al sorteo en su teoría política. Tanto Montesquieu como Rousseau eran plename conscientes de que el sorteo puede seleccionar a incompetentes (lo que nos choca hoy). Ambos autores percibieron, sin embargo, que el sorteo goza de otros méritos que hacen q sea una alternativa merecedora de serias consideraciones y que pueden ser mejorados su obvios defectos con otras instituciones. Autores políticos del calibre de Harrington, Montesquieu y Rousseau presentaron ca uno a su manera la misma proposición: la elección es aristocrática por naturaleza y el sort el procedimiento de elección democrática. Cuando se diseñó el sistema representativo, el sorteo no sólo no desapareció del horizonte teórico, sino que existía una doctrina aceptad respecto a sus propiedades. Apenas una generación después, la idea de atribuir funciones públicas por sorteo había desaparecido casi sin dejar huella. Durante las revoluciones americana y francesa, nunca fue objeto de seria consideración.
El triunfo de la elección: consentir el poder en lugar de ocupar cargos Es asombrosa la ausencia absoluta de debate durante los primeros años de gobierno representativo en torno al uso del sorteo para atribuir el poder. Los fundadores del sistem representativo no intentaron averiguar qué otras instituciones se podían emplear en combinación con el sorteo para tratar de corregir sus claros efectos indeseables. P uede aducirse que el sorteo no da control a los ciudadanos sobre lo que hacen los magistrados u vez en el cargo. 20
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No es sorprendente que los fundadores del gobierno representativo no considerasen elegir gobernantes dotados de libertad de acción sorteando entre toda la población. Lo qu sorprende es que el uso del sorteo, aún en combinación con otras instituciones, no recibie atención seria. El sorteo no estaba, sin embargo, olvidado del todo. Podemos hallar menciones ocasionales del sorteo en los escritos y discurso de ciertos personajes políticos durante lo debates para dar forma a la Constitución de EEUU, mientras en Francia unos pocos revolucionarios pensaron en una combinación de sorteo y elección. Sin embargo, parece s que ni en Inglaterra, América o Francia nadie llegó a considerar seriamente la posibilidad asignar alguna función pública por sorteo. Cuando se crearon los sistemas representativos, este método de elegir gobernantes entraba en el abanico de posibilidades concebibles. Simplemente, no se le ocurrió a nadie acontecido durante los dos últimos siglos sugiere que ha desaparecido para siempre. P explicar este notable y poco advertido fenómeno, la primera idea que viene a la cabeza es la elección de gobernantes por sorteo se ha vuelto “impracticable” en los grandes E stado modernos (Schmitt). Se puede aducir también que el sorteo “presupone” condiciones de posibilidad que ya no se obtienen en los estados en los que se inventó el gobierno representativo. La elección por sorteo requiere, según Guéniffey, que las funciones políticas sean sim y no necesiten especial competencia. También sostiene que para elegir al azar debe preex igualdad de circunstancias y cultura entre los miembros del cuerpo político para que el seleccionado pueda ser cualquiera de ellos indistintamente. En primer lugar, el sorteo no era del todo impracticable. En algunos casos (Inglaterra tamaño del electorado no era tan grande como algunos pueden pensar. No había obstácul para establecer un procedimiento de pasos sucesivos: los sorteos se podían efectuar prim en pequeños distritos y luego en los seleccionados en la primera fase. E s notable que nadi pensase en el sorteo con fines locales. Es bien cierto que los políticos de los s. XVII y XVIII no consideraron la posibilidad de elegir gobernantes por sorteo. El único medio parecía ser su elección, como lo muestra la ausencia de dudas sobre cuál de los dos métodos debía emplearse. El sorteo se consideró inapropiado, dados los objetivos que los agentes trataban de lograr y las creencias domina sobre la legitimidad política. El único planteamiento posible es comparar ambos métodos con ideas de cuya fortale da testimonio la cultura política de los siglos XVII y XVIII. Había, en efecto, una idea a cuya los respectivos méritos de sorteo y elección tuvieron que parecer bastante diferentes y desiguales. El principio de que toda autoridad legítima procede del consentimiento gener aquellos sobre los que va a ejercerse; en otras palabras, que los individuos sólo están obligados por lo que han consentido. Las tres revoluciones modernas se realizaron en el nombre de este principio. Esta creencia de que el consentimiento constituye la única fuente de autoridad legíti la base de la obligación política fue compartida por todos los teóricos del derecho natural desde Grocio a Rousseau, incluyendo a Hobbes, Pufendorf y Locke. Éste último fue la autoridad intelectual que gozó del mayor ascendiente en Inglaterra, A mérica y Francia y escribe: “Al ser los hombres todos libres por naturaleza, iguales e independientes, ninguno puede ser sacado de esa condición y puesto bajo el poder político de otro sin su propio consentimiento... Así, lo que origina y de hecho constituye una sociedad política cualquiera es el consentimiento de una pluralidad de hombres libres que aceptan la regla de la mayoría y que acuerdan unirse e incorporarse a dicha sociedad”.
Una vez que la fuente del poder y la fundación de la obligación política se ha ubicado en el consentimiento o voluntad de los gobernados, sorteo y elección aparecen bajo una lu completamente diferente. El sorteo no puede percibirse como una expresión del consenti ya que los elegidos por este método no son elevados al poder por nadie, mientras que en lo sistemas electivos el consentimiento del pueblo es reiterado constantemente. No sólo acu el pueblo el método de selección (elecciones) sino que también otorga su consentimiento cada resultado particular. Si el objetivo es constituir el poder y la obligación política sobre 21
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consentimiento, entonces obviamente las elecciones son un método mucho más seguro q sorteo. Seleccionan a las personas y además legitiman su poder y crean en los votantes un sensación de obligación y compromiso hacia quienes han designado. Hay motivos para cr que esta visión del fundamento de la legitimidad y la obligación política fue lo que condujo eclipse del sorteo y al triunfo de la elección. La expresión del consentimiento mediante la elección ya se había manifestado en las “asambleas de los estados” medievales y en los “Estados generales” del Antiguo régimen. estas asambleas (“asambleas de los estados” y las prácticas de la Iglesia) se encuentran lo precedentes de las técnicas electorales empleadas por los gobiernos representativos. E Edad Media, el uso de la elección iba acompañado de la invocación de un principio que afe crucialmente a la historia de las instituciones occidentales. S e trataba del principio de der privado romano: Quod omnes tangit, ab omnibus tractari et approbari debet (“lo que a todos afecta, debe ser tratado y aprobado por todos). Así, se pedía que los representantes debía plenipotenciarios al objeto de que los electores se considerase obligados con las decisione los elegidos, independientemente de qué decisiones fuesen. El repetido uso de esa fórmula contribuyó indudablemente a propagar y establecer la creencia de que el consentimiento de los gobernados era fuente de legitimidad y aprobaci política. En ocasiones se ha sostenido que la Iglesia tomó la iniciativa de poner fin a la prác del sorteo al prohibirlo en el nombramiento de obispos y abades en las ciudades-república italianas (Ecclesia Vestra-1223). El sorteo se había empleado con anterioridad para cubrir cargos episcopales. Sin embargo, se entendía como manifestación de la voluntad divina. Y el uso del sorteo como apelación a la Divina Providencia lo que prohibió la Ecclesia Vestra cabe duda de que la Iglesia no se oponía al sorteo para asignar cargos, siempre y cuando n se diese ningún significado religioso al procedimiento. Los autores de los siglos XVII y XVIII familiarizados con la historia de las repúblicas e conscientes de que el nombramiento de representantes por elección se debía más a la tradición feudal que a la republicana. Cuando se estableció el gobierno representativo, la tradición medieval y las teorías modernas del derecho natural convergieron para hacer de consentimiento y la voluntad de los gobernados la única fuente de legitimidad y obligación política. En una situación así, la elección se presenta como el método obvio para conferir e poder. Dejó de importar si los cargos públicos eran distribuidos en pie de igualdad entre lo ciudadanos. Era mucho más importante que los que tuvieran cargos lo hicieran con el consentimiento del resto. Evidentemente la preocupación por la justicia distributiva nunca ha desaparecido, p elección como método para conferir el poder era considerada notablemente más justa e igualitaria que el principio que había estado en vigencia, la herencia. Hay que reconocer q las circunstancias externas también contribuyeron a relegar a un segundo plano el proble la justicia distributiva en la asignación de cargos. En los grandes estados de los siglos XV XVIII, la verdadera proporción entre el número de cargos y el tamaño del cuerpo ciudadan implicaba que cualquiera que fuera el método de selección, los ciudadanos tenían mínima posibilidades de alcanzar esas posiciones. Cuando se creó el gobierno representativo la preocupación por la igualdad en la distribución de cargos fue relegada al fondo. Aquí se encuentra la solución a la paradoja d un método, que se sabía que distribuía los cargos de manera menos igualitaria que el sorte elección), prevaleciese sin debates o reservas, en el momento preciso en el que se declaró igualdad política de todos los ciudadanos. Con el surgimiento del gobierno representativo igualdad de derechos que apareció era la de consentir el poder no la de obtener cargos. Lo ciudadanos pasan a ser fuente de legitimidad política, más que personas deseosas de carg Doscientos años después de que se crease la representación política moderna, considerar a los ciudadanos fuente del poder y susceptibles de ocupar cargos nos parece u forma natural de contemplar la ciudadanía. Incluso en unas circunstancias en las que no e posible para todos la participación en el gobierno, los ciudadanos pueden verse también c deseosos de alcanzar un cargo.
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