˜ EL MUNECO HUMANO Andreas FABER-KAISER Nos fabricaron para utilizarnos Algunos cient´ cient´ıficos de avance av ance y los legados m´ as as antiguos a ntiguos de nuestra nue stra historia convergen en una explicaci´on on l´ ogica para el origen de la humanidad: una civilizaci´on ogica c´ osmica para nosotros desconocida nos fabric´o en un pasado remoto. M´ osmica as as adelante alguien —ya sea el mismo programador original u otro distinto— efectu´o una mutaci´on on en el ser programado, para encarrilar encarrilar nuestro desarrollo gen´etico etico hacia nuestra condici´on on humana actual.
Pero, ¿qu´e hicieron nuestros programadores despu´es es de habernos fabricado y posiblemente mutado en un estadio m´as as tard´ tard´ıo? ¿Nos abandonaron a bandonaron a nuestra suerte? ¿O, m´as as bien, han venido controlando el desarrollo de nuestra existencia? Existen suficientes ejemplos que evidencian que en el pasado y tambi´ tamb i´en en hoy en d´ıa alguie alg uien n m´ as —y por lo menos tecnol´ogicamente, as ogicamente, m´ as as avanzado— se mantuvo y se mantiene cerca de nosotros, acompa˜ n´andonos andonos a lo largo de toda nuestra historia. Pero no solamente se han dedicado a controlarnos, sino que en determinados momentos hist´oricos oricos decisivos para la marcha de la humanidad, han intervenido directamente para encauzarla en uno u otro sentido. En la etapa antigua de nuestra historia, los seres para nosotros desconocidos descend desc end´´ıan habitualmente habitu almente de las alturas para convivir con el ser humano sobre el planeta plan eta que habitamos. hab itamos. Dado que sus actuaciones y su tecnolog´ıa ıa se escapaban a la comprensi´ on del hombre primitivo, que era incapaz de imitar on lo que estos seres desconocidos pod po d´ıan hacer, tales visitantes visitantes fueron tomados necesariamente nece sariamente por p or nuestros antepasados por p or aut´ au t´enticos enticos dioses, cosa que en cierta forma no deja de ser cierta para nosotros, en el supuesto de que ellos sean nuestros fabricadores. Sus actuaciones fueron interpretadas naturalmente por p or el hombre primitivo y medieval como expresiones inequ´ inequ´ıvocas de la divinidad. Pero con el paso del tiempo, la situaci´on on ha cambiado: cambiado: los que fueron fueron dios dioses es hasta hasta hace hace poco, poco, comie comienz nzan an a escon esconder der su careta careta divi divina na para para irse irse diluyendo en el e l anonimato. ¿Por qu´e? e? Porque nuestra propia pr opia evoluci´ on on nos 1
ha conducido a un punto en el que nuestros actuales conocimientos no les permiten ya ser identificados identificados con la imagen de seres divinos. divinos. Hoy ya sabemos que lo que ellos hicieron en el pasado, lo pueden hacer otros, lo podemos en parte parte hacer hacer nosotro nosotros, s, simple simpless hu human manos. os. Y lo qu´ qu´e a´ un u n no podemos hacer hoy lo podemos —extrapolando nuestros conocimientos actuales— alcanzar hipot´eticamente eticamente en el futuro. fut uro. As´ As´ı, el e l contacto con ellos, en vez de darse en un contexto religioso como se di´ o en la antig¨ uedad y en el medioevo, se intuye uedad en un futuro a un nivel cient´ cient´ıfico posiblemente.
NO ESTAMOS SOLOS Semejante hip´ otesis debe de fundamentarse naturalmente en una premisa otesis ineludible: que haya efectivamente vida inteligente en el universo, m´as as all´a de los l´ l´ımites de nuestro planeta Tierra. Y que estos supuestos supu estos seres inteligentes sean capaces cap aces de llegar hasta aqu´ aqu´ı. ¿Es esto posible? El 11 de setiembre de 1952, Marshall Chadwell, a la saz´ on on director adjunto del departamento de partamento de Inteligencia Cient´ Cient´ıfica, le escribe e scribe en comunicado interior al director de la Agencia Central de Inteligencia(CIA): El problema pr oblema OVNI excede el nivel de las responsabil re sponsabil´´ıdades individuales del departamento de Inteligencia Cient´ Cient´ıfica de la CIA, y es de tal importancia que merece la competencia y la acci´ on on del Consejo de Seguridad Nacional.
El 2 de diciembre de aquel mismo a˜ no, le vuelve a comunicar a su director no, que: Algo est´a ocurriendo y debe tener nuestra atenci´ on on inmediata. Los avistamientos de objetos inexplicados a grandes alturas via jando a altas velocidades velocidad es en las cercan cerc an´´ıas de importantes instalaciones defensivas americanas son de tal naturaleza que no pueden ser atribuibles a fen´ omenos omeno s naturales natur ales o a veh´ veh´ıculos a´ereos ereo s de tipo tip o conocido.
La presencia de objetos volantes no identificados y la presencia de seres inteligentes no pertenecientes a nuestra comunidad humana terrestre, se manifiesta como una constante en el curso de nuestra evoluci´ on, o n, desde la antig¨ uedad uedad hasta nuestros d´ıas. Si bien la ciencia acad´emica emica se niega a aceptarla como un hecho. Argumenta Argumenta para ello que el viaje interplanetario interplanetario preciso para que seres de otra civilizaci´on o n c´osmica osmica visitaran efectivamente nuestro planeta es de todo punto imposible. 2
Pero tal y como afirma el premio Nobel de qu´ qu´ımica Ilya Prigogine, las teor´ teor´ıas acaban siempre por ser rebatidas: rebatidas: su verdad verdad es parcial, provisional. provisional. No debemos adaptar los hechos a nuestra inteligencia, sino que debemos aspirar a elevar esta inteligencia a un grado en el que pueda entender y asimilar los hechos, aunque en estos momentos a´ un se le antojen absurdos. un Tambi´ en en era e ra un absurdo para los lo s hombres del siglo XVIII el hecho o la simple idea de que el hombre viajara alg´ un d´ıa hasta la Luna un Lun a y pegara torpes saltos sobre su superficie, y, y, sin embargo, embargo, ´esta esta es una experiencia superada hoy en d´ıa y aceptada aceptada por todos: todos: por los hechos hechos consumad consumados, os, en definiti definitiv va. A lo que debemos aspirar es a lograr comprender alg´ un d´ıa la realidad reali dad subyacente y el sentido de los fen´omenos omenos inexplicados que se han venido produciendo a lo largo de la historia humana y que actualmente se siguen produciendo y prodigando.
ANSIAS DE CONTACTO Pero as´ as´ı como la mayor´ mayor´ıa de la comunidad comunid ad cient´ cient´ıfica no contempla contemp la la posipo sibilidad de la presencia de seres extra˜ nos nos en nuestro planeta, s´ı acepta como probable la existencia de otras civilizaciones en la inmensidad del cosmos. Tanto, que las busca ansiosamente y elabora planes para establecer contacto con las mismas. Los intentos de b´ usqueda de inteligencias extraterrestres en usqueda las profundidades del cosmos, objetivo del programa SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence = B´ usqueda de inteligencia extraterrestre), y los usqueda intentos intentos de comunicaci´ comunicaci´ on con supuestas inteligencias extraterrestres en el on espacio, espacio, que conforman el programa CETI (Communication (Communication with ExtratrresExtratrrestrial Intelligence = Comunicaci´ on on con inteligencias inteligencias extraterrestres) extraterrestres) siguen un constante curso de perfeccionamiento, lo que pone de manifiesto la voluntad de ciertos cierto s sectores sectore s de la comunidad cient´ cient´ıfica en entrar en contacto con otros seres inteligen inteligentes tes del universo. universo. El programa SETI se ver´ a notablemente incentivado a partir de 1992 — para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento oficial ofic ial de Am´erica—, erica—, con una nueva inyecci´ on presupuestaria de 100 millones de d´ on olares, olares, aprobada en 1988. Este dinero dinero cubrir´ cubrir´ a una etapa de diez a˜ nos n os de b´ usqueda usqueda de inteligencias extratrrestres, concretada en la instalaci´ on on de seis analizadores multicanal multicanal del espectro radioel´ radioel´ectrico, ectrico, tres en Arecibo, en Puerto Rico, y otros tres volantes, que se trasladar´ an an peri´odicamente odicamente del hemisferio norte al sur, en una b´usqueda usqueda totalmen totalmente te automati automatizada zada.. Con este sistem sistemaa se escudri˜ nar´ nar´ an secuencialmente las 773 estrellas similares al Sol que se encuenan tran a una distancia inferior a los 80 a˜ nos-luz, chequeando en cada una de nos-luz, ellas 2.000 millones de canales, mientras que por otra parte se barrer´ a todo 3
el firmamento visible, en busca de alguna se˜ nal nal extra˜ na na que pudiera proceder de una civilizaci´on on desconocida desconocida.. El equipo que se emplear emplear´ a´ para ello es un analizador multicanal de espectros, el MCSA 2.0, que puede sintonizar simult´ aneamente hasta 10 millones de frecuencias. aneamente En lo que al proyecto CETI respecta, cabe decir que en marzo de 1974, la Junta del Consej C onsejoo Cient Cie nt´´ıfico del Area A rea del Proble P roblema ma de Radioastro Radio astronom nom´´ıa de la Academia de Ciencias de la Uni´on on Sovi´etica eti ca discut dis cuti´ i´o y aprob´o un programa de investigaci´on on del problema de la comunicaci´ on con civilizaciones extrateon rrestres rrestres.. El programa programa fue elaborado elaborado por p or la secci´ secci´ on de b´ usqueda usqueda de se˜ nales nales c´osmicas osmicas de origen artificial del Consejo de Radioastronom Radioastronom´´ıa, a partir de las recomendaciones recomendaciones de la Conferencia Conferencia Nacional Nacional Sovi´ Sovi´etica etica sobre el Problema de la Comunicaci´on on con Civilizaciones Extraterrestres que tuvo lugar en el observatorio observatorio astrof´ astrof´ısico de Byurakan, Byurakan, en Armenia, Armenia, en mayo mayo de 1964, y la conferencia con ferencia sovi´ etico-norteamericana etico-norteamericana sobre CETI mantenida en el e l mismo Byurakan Byurakan en setiembre setiembre de 1971. El programa proyectado proyectado fue expuesto previamente en la VII Conferencia Nacional Sovi´ etica etica sobre Radioastronom´ Radioastronom´ıa, convocada en Gorki en 1972, para ser aprobado definitivamente por la Academia de Ciencias de la URSS en 1974. En el texto del d el programa progra ma aprobado aprobad o por p or los sovi´ sovi´eticos eticos destaca dest aca la afirmaci´ on de que: Merece particular atenci´ on la posibilidad de que sondas lanzadas on por civilizaciones extraterrestres se encuentren actual mente en el Sistema Solar e incluso en orbita o´rbita alrededor de la Tierra.
NOS VISITAN DESDE SIEMPRE Pero hay otro camino para averiguar si existen y si son capaces de venir a visitarnos. visitarnos. Frente a la totalidad totalidad del establishmen establishmentt cient cient´ıfico, que apoya la lenta y costosa b´ usqueda usqueda de se˜ nales nales de radio procedentes de seres inteligentes inteligentes en el universo, cabr´ cabr´ıa proponer una soluci´ on on mucho m´ as as sencilla: intentemos examinar si nuestra Tierra ha sido visitada alguna vez en el pasado, o si est´ a siendo visitada en el presente por seres no terrestres. No debemos perder de vista para ello que, sin necesidad de recurrir a testigos dudosos, a textos equ´ equ´ıvocos, ıvocos, a grabados de diversa diversa interpretaci´ interpretaci´ on, los textos que a lo largo de los tiempos han ido reflejando los pasos de la historia de la humanidad, est´ an salpicados de testimonios que ilustran la an presencia de objetos volantes que evolucionan de forma inteligente a baja altura, sobre la superficie terrestre. Tampoco es preciso recurrir al c´ umulo de leyendas y textos religiosos que umulo claramente hacen referencia a seres que procedentes del cielo entran en con4
tacto con los habitantes de la Tierra. No. S´ o1o hace falta releer los textos de o1o historia. historia. As´ As´ı, Plinio habla de objetos volantes volantes no identificados identificados en el Libro no no 49 II de su Historia Natural . Cayo Suetonio refiere que el 1 de enero del a˜ a.JC. Julio C´esar esar se top´o con c on una u na figura fi gura sobrehumana junto ju nto al r´ıo Rubic´ on. on. En el a˜ no no 312 el pagano Constantino y todo su ej´ ercito contemplaron una ercito cruz luminosa en el cielo. Beda, en su Historia Ecclesiastica , afirma que en el a˜ no no 664 se present´ o sobre las cabezas de las monjas de un monasterio de Barking, junto al T´amesis, amesis, una s´abana abana volante volante luminosa. luminosa. Mientras Mientras Carlomagno irrump´ irrump´ıa en Italia, Italia, los sajones sitiaron sitiaron Sigisburg, Sigisburg, hasta que hicieron acto de presencia en el aire dos escudos volantes rojizos, que les hicieron huir precipitadamen precipitadamente te y someterse someterse luego a Carlomagno Carlomagno y al cristianismo. cristianismo. El 21 de febrero de 1345 una luz misteriosa procedente de las monta˜ nas nas de Montserrat Montserrat en Catalunya se desplaz´ o en el aire hasta detenerse encima de la poblaci´ on on de Manresa, cuyos habitantes siguen celebrando desde entonces anualmente la vinguda de la misteriosa llum . En un texto que figura en los anales de la Inquisici´on, o n, el Dr. Eug Eugeni enioo Torralba afirma que efectuaba viajes desplaz´ a ndose por el aire guiado por andose una nu nube be de fuego. fuego. Bernal Bernal D´ıaz del Castil Castillo, lo, cronist cronistaa de Hern´ Hern´ an Co Cort´ rt´es, es , narra narra en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espa˜ na que en el a˜no no 1527 los expedicionarios expedicionarios espa˜ noles noles observaron observaron en el aire sobre sus cabezas una enorme espada larga (comparable a la cruz que vio Constantino) que no se mudaba del cielo durante m´ as as de veinte d´ d´ıas. Mientras que el historiador catal´an an Geroni Pujades escribe en su Diari el d´ıa ıa 30 3 0 de setiembre setiembr e de 1604 que en la madrugada de aquel d´ıa los habitantes del obispado de Urgell asistieron a un combate a´ereo ereo a baja altura. En la publicaci´on on L’Ann´ L’A nn´ee ee Scienti Sci entifiqu fiquee aparece publicada en el a˜ no no 1874 la noticia del avistamiento de gran n´ umero de cuerpos negros que cruumero zaban la Luna. En 1885, el astr´ onomo onomo Jos´e A. Bonilla Bonill a publica public a un art´ıculo ıculo en la revista L’Astronomie , en el que explica que los d´ d´ıas 12 y 13 de agosto de 1883 contempl´ o desde el observatorio mexicano de Zacatecas, del que era director, el paso de un total de 116 objetos volantes no identificados que en oleadas sucesivas cruzaban por delante del disco solar. Etc´ etera. etera. La lista se hace interminabl interminable. e. La historia bien habla de estos fen´omenos. omenos. Si no n o los omiti´eramos, eramos, si explic´ exp lic´ aramos la historia en su totalidad, aramos sin omisiones ni retoques, ret oques, asimilar´ asimilar´ıamos con naturalidad que los fen´ omenos omenos que evidencian la actuaci´ on de una inteligencia distinta a la nuestra, forman on parte integrante integrante y continuada continuada de la historia historia de la humanidad. humanidad. Sabr´ Sabr´ıamos todos un poco mejor en donde nos encontramos.
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ESTAMOS PROGRAMADOS El premio Nobel Francis H.C. Crick, bioqulmico bio qulmico ingl´es, es, que en 1953 descubri´ o la estructura del acido a´cido desoxirribonucleico (ADN), adopt´ o a finales de 1981 una postura sorprenden sorprendente: te: afirm´ afirmo´ que en sus or´ or´ıgenes nuestra nuestra especie fue creada por una supercivilizaci´ on on gal´actica. actica. Cuando el sistema solar estaba empezando a configurarse configurarse —dice— en alguna algun a parte part e de la galaxia g alaxia exist´ıa ıa una civiliza c ivilizaci´ ci´ on on que q ue deb d eb´´ıa hallar h allarse se en e n el grado de progreso en que nosotros nos encontramos ahora, aproximadamente. Esos seres, bastante parecidos a nosotros, indudablemente, comenzaban a trabajar con la vida. Un James Watson y un Crick extraterrestres hab hab´´ıan descubierto descub ierto la estructura del ADN. ADN. Otros, Otros, explota explotando ndo sus trabajos, trabajos, hab hab´´ıan empezado empezado a crear crear microorganismos, del mismo modo que nosotros, hoy, “sintetizamos” las primeras bacterias en probetas. Esos seres descubrieron nuestro mundo en formaci´ on. on. En Entonc tonces es se embarembarcaron en una experiencia que hoy nos parece imposible, pero que, dentro de unas decenas de a˜ nos, estaremos nosotros mismos en condiciones de emprennos, der: crear la vida inteligente. No exactamente igual que el Dios de la Biblia, que baj´o a la Tierra a fin de modelar un poco de barro para formar a Ad´ an, an, pero casi. Ellos Ellos hicieron hicieron que, en ese barro barro original original,, se pudiera sembrar sembrar una bacteria (u otro microorganismo), programado de tal forma que, al cabo de varias decenas de miles de a˜ nos, desembocara en nosotros. nos, Esos seres sembraron la Tierra igual que nosotros sembraremos quiz´ a ma˜ nana nana un mundo lejano, todas t odas cuyas probabilidades de llevar a la vida a su t´ermino ermino m´as as elevado, la inteligencia, estar´an an determinadas de antemano por nosotros. En su libro Life itself (La vida misma ) Francis H.C. Crick expone todos los argumentos de su tesis.
¿UN SIMPLE EXPERIMENTO? Pero tambi´ en en pod podrr´ıamos ser un simple experimento. Imaginemos que una supercivilizaci´on on que todav´ todav´ıa existe en alg´ un punto de la galaxia , o incluso un fuera de ella, decidiera, por ejemplo, hace algunos millones de a˜ nos, nos, crearnos a plazo plazo.. Para ella, ella, el tiem tiempo po no cuenta. cuenta. Cua Cuando ndo criam criamos os un ganad ganadoo que que vive s´olo olo unos cuantos a˜ nos, o simples bacterias en un tubo de ensayo, ¿pennos, samos ni por un momento que, para esos microorganismos, nosotros somos pr´acticamente acticamente inmortales? Crick confiesa que esta ultima u´ltima idea es de los sovi´eticos. eticos. En efecto, efecto , la tesis 6
de una siembra de la Tierra desde una galaxia cobr´ o forma en el Congreso Internacional Internacional de Byurakan, Byurakan, en 1971. Especialistas Especialistas como Vsevolod Troitsky Troitsky,, de la Academia de Ciencias de la Uni´on on Sovi´ Sov i´etic et ica, a, emit em itie iero ron n all al l´ı la teor´ te or´ıa ıa de que la Tierra podr p odr´´ıa ser un campo camp o de experimentaci´ on para seres superiores, on con los cuales no hay ni que pensar en ponerse en contacto, porque van muy por delante de nosotros. Entonces, ¡son como dioses!
VIDA POR DOQUIER Casi simult´aneamente aneamente con la publicaci´ on de la obra de Crick, el profesor de on matem´aticas aticas aplicadas y astronom´ astronom´ıa en el University College de Cardiff, Car diff, en el Pa Pa´´ıs de Gales, y director del Instituto Instituto de Estudios Fundamen Fundamentales tales de Sri Lanka, Nalin Chandra Wickramasinghe, public´ o sendos libros escritos en colaboraci´ on on con el astr´onomo onomo Sir Fred Hoyle, y titulados Space Space TraveIlers: TraveIlers: the Bringers of Life (Viajeros Viajeros del espacio: espacio: los que trajer trajeron on la vida ) y Evolution from Space (La evoluci´ on desde el espacio ), respectivamente. De la lectura de ambos libros, as´ as´ı como de las manifestaciones manifestaciones de otros cient cient´ıficos que investigan investigan la existencia existencia de formas de vida en el universo, universo, se deduce claramente —no s´ olo olo como reflexi´ on on filos´ofica ofica o l´ogica, ogica, sino decididadecididamente como resultado de comprobaciones puntuales— que la vida no es una prerrogativa del planeta Tierra que habitamos, sino que sus bases se hallan repartidas por doquier en la vasta inmensidad del universo. De forma que la afirmaci´on on del premio Nobel Francis H.C. Crick, descubridor como dije de la estructura del ADN, en el sentido de que una supercivilizaci´on on gal´ actica actica nos cre´ o en un pasado remoto, no caracen de base l´ogica. ogica. Nuestra Nuestra creaci creaci´ on o´n fue, en su opini´on on —recuerdo—, una fabricaci´ on on programada.
˜ EL MUNECO HUMANO Exactamente de esta fabricaci´ on on program pr ogramada ada a la que aluden al uden alguno a lgunoss cient´ cient´ıficos de avance, avance, nos hablan tambi´ en en las tradiciones m´ as antiguas del planeta, que as quedan perfectamente p erfectamente reflejadas re flejadas en el legado sagrado de los indios quich´es, es, de la gran familia maya. Cuando el planeta Tierra a´ un no se hab un hab´´ıa solidificado, solidifi cado, y antes de poblarlo p oblarlo por p or tanto ta nto el ser humano, ya estaban esta ban ah´ı los constructores, los fabricadores, fabricadores, los poderosos del cielo. Con esta afirmaci´ on, el Popol-Vuh , el libro del Consejo Conse jo de d e los lo s quich´ qui ch´es, es, est´a en l´ınea con las afirmaciones de Francis H.C. Crick: 7
Solamente el agua limitada, solamente la mar tranquila, sola, limitada. Nada exist´ exist´ıa. Solamente la inmovilidad, el silencio, en las tinieblas, en la noche. S´olo olo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, los Procreadores, los Engendradores, estaban sobre el agua, la luz esparc e sparc´´ıda. ;
As´ı rez r ezaa el e l Popol-Vuh , que adem´as as nos cuenta c´ omo los Dominadores consomo truyeron al ser humano, al hombre, para que ´este este les adorara y les invocara, ya que sin este detalle de vanidad su creaci´ on, on, su fabricaci´on, on, no resultaba completa y, m´as as a´ un, un, carec´ carec´ıa de sentido. Esta necesaria nec esaria adoraci´ a doraci´ on on se repite en las tradiciones religiosas m´as as antiguas de numerosas comunidades humanas. ¿Cabe pensar acaso que la energ´ energ´ıa que emitimos emitimos durante durante semejantes semejantes actos de adoraci´ on on sirve de nutrici´on on a quienes presumiblemente nos dise˜ naron? naron? Es tiempo de concentrarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre formado, como nuestro sost´en, en, nuestro nutridor, nuestro invocador, nuestro conmemorador , afirma el Popol-Vuh . Narra este mismo ‘libro del Consejo’ que el primer mu˜ neco formado con tal finalidad no hablaba, por lo cual no neco los invocaba, motivo por el que fue destruido: No ten´ıan ıan ni ingenio ingen io ni sabidu durr´ıa, ıa , ning ni ng´ u un ´n recuerdo de sus Constructores, de sus Formadores; andaban, caminaban caminaban sin objeto. No se acordaban de los Esp´ Esp´ıritus del Cielo; por eso decayeron. Solamente un ensayo, solamente una tentativa de Humanidad. La imperfecci´ on de este primer intento de biorrobot provoc´ on o su destrucci´on on por medio del agua, del diluvio: Entonces fue hinchada la inundaci´ on on por los Esp´ Esp´ıritus del Cielo, una gran ´ınundaci´ ınundac i´ on on fue hecha, lleg´o por encima de las cabeza cab ezass de aquello aqu elloss man´ m an´ıqu´ ıqu´ıes. ıes .
CON LA MENTE FRENADA Al segundo intento, les sali´o un hombre tan inteligente y de tan perfecta comprensi´on, o n, que temieron que supiera y viera demasiado, lo que no les conven´ conven´ıa a Los de la Constr C onstrucci´ ucci´on, on, a los Poderosos del Cielo: “No est´a bien bien lo que dicen dicen nu nuestr estros os construi construidos, dos, nu nuestr estros os formados formados.. Lo conocen todo, lo grande, lo peque˜ no, no, dijeron. dijeron. Po Porr lo tanto, tanto, celebraro celebraron n consejo. ¿C´omo omo obraremos ahora para con ellos? ¡Que sus miradas no lleguen sino a poca distancia! ¡Que no vean m´ as que un poco la faz de la Tierra! as Tierra! ¡No est´a bien lo que dicen! ¿No se llaman solamente solamente Constru´ Constru´ıdos, Formados? Formados? Ser´an a n como dioses, sino engendran, si no se propagan, cuando se haga la germ´ınac´ıon, o´n, cuando cuando exista el alba; solos, solos, no se multipli multiplican. can. Que eso sea. Solamen Solamente te deshagam deshagamos os un poco lo que quisim quisimos os que fuesen; fuesen; no est´ a bien lo que decimos. decimos. ¿Se igualar igualar´ıan a aquello aquelloss que los han hecho, hecho, a aquello aquelloss
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cuya ciencia se extiende a lo lejos, a aquellos que todo lo ven?”, fue dicho por los Esp´ Esp´ıritus del Cielo, Dominadores, Poderosos del Cielo. As´ As´ı hablaron cuando rehicieron rehicieron al ser de su construcci´ on, de su formaci´ on. on. Entonces fueron petrificados los ojos o jos por p or los Esp´ Esp´ıritus del Cielo, lo que los vel´ o como el aliento sobre la faz de un espejo; los ojos se turbaron; no vieron m´as as que lo pr´oximo, oximo, esto s´olo olo fue fu e claro. cla ro. As´ As´ı fue perdida per dida la Sabidur´ Sab idur´ıa ıa y toda to da la Ciencia Cienc ia de los cuatro cu atro hombres, hombres, su principio, principio, su comienzo. comienzo. As´ As´ı primeramente primeramente fueron construidos, construidos, fueron formados, nuestros abuelos, nuestros padres. De esta forma, para evitar que supiera y que viera demasiado, se corrigi´ o a este segundo prototipo de hombre, para conformar definitiv definitivamen amente te a la raza humana actual, previo ajuste de clavijas y recorte de su capacidad de comprensi´on. on. As´ As´ı, no se nos concedi´o m´as as que una m´ınima ınima parte del saber. sab er. ¿No nos est´ an an confirmando las m´as as avanzadas investigaciones de las potencialidades de nuestra mente que solamente estamos usando aproximadamente un 10% del total de nuestras posibilidades? p osibilidades? O sea, solamente una m´ınima parte del saber que nos corresponde de acuerdo con nuestro plan de fabricaci´ on on original. Sorprendentemente, exactamente lo mismo le confirma Gabriel al contactado tact ado Mahoma, Mahom a, am´en en de darle un s´ımil min´ minusculo ´ que acaso pueda hacer alusi´on on al microorganismo que menciona Francis H.C. Crick, al hacer referencia al origen del ser humano: ¡Predica en el nombre de tu Se˜ nor, nor, el que te ha creado! Ha creado al hombre de un co´ agulo. ¡Predica! Tu Se˜ nor n or es el Dadivoso que ha ense˜ nado nado a escribir con el c´alamo: alamo: ha ense˜ nado nado al hombre lo que no sab´ıa. ıa. Pero, Pero, apart apartee de ense˜ ense˜ narnos narnos lo que no sab´ sab´ıamos, el Dadivoso tambi´ en en recalca en el mismo Cor´ an algo bastante m´ a s grave y que enlaza con el as Popol-Vuh mesoamericano: No se os ha concedido m´ as as que una m´ınima parte del saber.
LA MAQUINA HUMANA De acuerdo con todo lo expuesto, puede concluirse —al menos como hip´ otesis— otesis— que una supercivilizaci´on on c´ osmica osmica recurri´ o a la ingenier ingen ier´´ıa gen´etica etica para dar origen origen al ser humano: humano: a nosotro nosotros. s. Pero, Pero, ¿es posible posible concebir concebir el organismo organismo humano —aqu´ —aqu´ı no entraremos en la discusi´ on on d dee la parte part e espirit es piritual, ual, an´ an´ımica o energ´ etica etica de nuestras nuestras personalidades, personalidades, que ocupa este organismo organismo durante durante el lapso de tiempo de cada una de nuestras vidas individualizadas— como una fabricaci´ fabricaci´ on, entendiendo esta fabricaci´ on, on on en el sentido m´as as amplio de la palabra, y no como una aut´entica entica creaci´on on , sino como manipulaci´on o n de los elementos elementos disponibles? disponibles?
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Si echamos una vez m´as as una ojeada a la ciencia de avance, veremos que efectivament efectivamente, e, es posible. Solamente Solamente hay que tener presentes presentes los progresos que se est´an a n realizando en los campos por ejemplo de la bi´ onica onica —pronto no habr´ a pr´ acticamente acticamente ning´ un organo un o´rgano o parte del cuerpo humano que no pueda reemplazarse por un sofisticado dispositivo de recambio (actualmente se producen en Utah, en los Estados Unidos, m´as as de dos millones de unidades de m´as as de mil recambios para el cuerpo del ser humano)— y de los biochips, que permiten construir ordenadores con la misma materia de la que est´ a hecho el cerebro humano. No debe perderse de vista que nuestro cerebro es una compleja computadora biol´ ogica ogica que recibe re cibe informaciones a trav´ tr av´ es es de d e los organos o´rganos sensoriales sensoriales de nuestro cuerpo f´ısico, como tambi´ en en los recibe por v´ıa paranormal, sin intervenci´ on on de estos organos o´rganos sensoriales. A base de estas informaciones recibidas y debidamente codificadas, el cerebro elabora planes de actuaci´ on on y env´ıa ıa las la s ordenes o´rdenes de reacci´ on precisas para cada situaci´ on on on a los respectivos departamentos de nuestro cuerpo. cu erpo. Nuestro cerebro cer ebro es, as´ as´ı, la computadora c omputadora que act´ ua ua a modo de centro de control de nuestro nuestro cuerpo. Y ´este este se atiene a unas leyes y normas constantes en cuanto a composici´ on, on, estructuraci´ on, on, reacciones, posibilidades de acci´ on on y vulnerabilidad.
MANIPULACIONES GENETICAS No es por otra parte ning´ un un secreto sec reto el hecho de que qu e —sirvi´ —sirv i´endose endos e de los l os acidos a´cidos nucleicos y de su funci´on on como portadores de informaci´ on— on— los genetistas est´an a n desde hace a˜ nos investigando la forma de manipular las cadenas de nos ADN con el objeto de influir en los caracteres hereditarios y as´ as´ı moldear a los seres vivos vivos a su volunt voluntad. ad. Todo ello ello —que —que no es posible posible detallar detallar en este breve espacio, pero que s´ı lo hago en mi libro El mu˜ neco humano (Ediciones Kaydeda, Madrid)— conduce indefectiblemente a que en un futuro m´ as o menos lejano se pueda dise˜ nar y fabricar un ordenador capaz de copiarse, de nar reproducirse a s´ı mismo a su imagen y semejanza. Puesto que no har´ a otra cosa que atenerse a la constante vital basada en la doble espiral del ADN. Las posibilidades que se abren en el campo de la bi´ onica onica y del ordenador biol´ogico, ogico, nos llevan a la ineludible reflexi´on on de que, si todo esto lo estamos intuyendo y ensayando nosotros ahora, y lo llevaremos a la pr´actica actica en un futuro m´ as as o menos lejano, pero no inexistente, es f´acil acil suponer sup oner que una civilizaci´on on c´osmica osm ica much´ much´ısimo ısim o m´as as desarrollada desarrollada tecnol´ ogicamente que nosotros, ogicamente haya logrado en el pasado el modelo m´ as as avanza avanzado: do: el biorobot biorobot superausuperautom´atico atico e independizado, construido o criado a imagen y semejanza de los propios fabricadores. Este modelo somos nosotros mismos. Las afirmaciones 10
de Francis H.C. Crick y el conocimiento del Popol-Vuh , o sea la ciencia de avance y las m´as as antiguas tradiciones del planeta estar´ estar´ıan as´ as´ı en lo cierto: alguien program´ o nuestra fabricaci´ on on en alg´ un lejano momento del pasado. un Lo m´ as as grave de esta situaci´on on es que este alguien, precisamente por ser nuestro nuestro fabricador, puede seguirnos controlando controlando a voluntad. voluntad. A la suya, suya, que no es necesariamente la nuestra. Andreas FABER-KAISER, 1989
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