Enfoques del desarrollo de la personalidad. En términos generales, se considera a la personalidad como una mezcla relativamente constante de emociones, temperamento, pensamiento y conducta que reflejan el estilo general de interacción de un individuo con su entorno. Algunos autores se se han planteado planteado una una serie de preguntas preguntas que están en función de de las diferentes cuestiones sobre el desarrollo de la personalidad adulta, éstas permiten la creación de 4 modelos explicativos del desarrollo psicosocial de la adultez. El modelo de etapas normativas son modelos teóricos que sostienen que el desarrollo psicosocial se da en periódos sucesivos o etapas, que algunas veces estás marcadas por crisis emocionales que le permiten al sujeto preparar el camino para nuevos avances, está se encuentra definida por cambios normativos según la edad, es decir, cambios que parecen comunes de la mayoría de los integrantes de una población y que varían dependiendo la cultura. Los seres humanos cambian y se desarrollan durante toda la vida. Dentro de los principales exponentes de éstos modelos teóricos se encuentra Erik Erikson con su teoría del Desarrollo Psicosocial, en lo que atañe a la adultez temprana, corresponde a la sexta etapa “Intimidad frente aislamiento” que postula que los adultos tempranos establecen vínculos sólidos y duraderos con amigos, parejas o encaran un posible sentido de aislamiento y ensimismamiento, una vez que se soluciona esta etapa surge la virtud del amor, por lo tanto, Erikson consideraba que los adultos que tienen un fuerte sentido del yo, están listos para afrontar las exigencias de una relación íntima. Vaillant y Levinson son otros autores que proponen, en términos de modelo de etapas normativas, una teoría del desarrollo de la personalidad basada en la evolución de una estructura vital, es decir, aquel patrón básico de la existencia de alguien en determinado momento, cimentado en la importancia que le atribuye cada persona a los aspectos de su vida. Se han identificado desafíos típicos que son importantes dominar para adaptarse a cada etapa de la vida, mejor conocidos como “tareas del desarrollo” Otro modelo que prevalece para el estudio del desarrollo de la personalidad adulta es el modelo del momento de los eventos de Bernice Neugarten, que plantea que el curso del desarrollo depende del momento en que ocurren ciertos eventos de la vida de un individuo y es diferente en cada cultura. Para este modelo, un evento normativo de la vida es aquella experiencia común que ocurre en una época acostumbrada, para ello, se tiene la idea de que las personas son conscientes de
su momento y del reloj social, es decir, del conjunto de normas y expectativas culturales para la época de la vida en la que deben ocurrir eventos importantes como el matrimonio, paternidad e ingreso al ámbito laboral, por lo tanto, si los eventos se presentan a tiempo, el desarrollo avanza de manera uniforme, sino se cumplen, viene el surgimiento de estrés como resultado de un evento inesperado. El modelo de rasgos trata de encontrar la estabilidad o cambios en los rasgos de personalidad. Para ello, Costa y Mccra desarrollaron y probaron un Modelo de 5 Factores que son la base de cinco grupos de rasgos “grandes”, siendo éstos, el neuroticismo, que es un conjunto de seis rasgos que indican inestabilidad emocional como ansiedad, hostilidad, depresión, autoconciencia, impulsividad y vulnerabilidad. La extroversión que también tiene seis rasgos, tales como cordialidad, ánimo gregario, asertividad, actividad, búsqueda de excitación y emociones positivas. La apertura a la experiencia, que son aquellas personas que está dispuestas a probar nuevas cosas y adoptar nuevas ideas; mientras que la escrupulosidad consiste en ser competentes, ordenadas, cumplidas, decididas y disciplinadas; finalmente la agradabilidad que representa a la gente fiable, franca, altruista, obedientes, modestas e influenciables. Según Costa y Mccra (2010) a medida que aumenta la edad, la agradabilidad y escrupulosidad aumentan y disminuye el neuroticismo, la extroversión y la apertura a la experiencia, sin embargo, todas las personas presentan cambios en casi todos los rasgos de personalidad en la adultez y van en diferente dirección, ya sea positivo o negativo. Los “Cinco grandes” parecen vincularse a varios aspectos de la salud y el bienestar, por ejemplo, la escrupulosidad se asocia con conductas higiénicas que contribuyen a una vida larga. Otros rasgos a la satisfacción matrimonial, relaciones entre padres e hijos, conflictos en el trabajo y familia y trastornos de la personalidad, un ejemplo de este último es que las personas con altos niveles de neuroticismo son presas de ansiedad y depresión y los individuos que son poco extrovertidos son proclives a la agorafobia y fobia social.
Finalmente, se encuentran los modelos tipológicos, aquellos que a partir del enfoque tipológico que identifica tipos o estilos generales de la personalidad, pretenden completar y ampliar la investigación de los rasgos a través del examen de la personalidad como un todo funcional y que se da en ambos sexos, entre culturas y grupos étnicos, un pionero en éstos modelos es Jack Block. Se han encontrado 3 tipos de personalidad:
A) Yo resiliente: que está dirigida a las personas que están bien adaptadas, son confiadas, independientes, articuladas, atentas, serviciales, cooperadoras y se concentran en sus labores. B) Sobrecontrolada: va dirigida a las personas que son tímidos, callados, ansiosos y dependientes; se guardan lo que piensan, evitan conflictos, y tienden más a la depresión. C) Subcontrolados: son personas activas, enérgicas, impulsivas, tercas y se distraen con facilidad. Se sostiene que la resiliencia del yo que es que es la capacidad de adaptarse bajo estrés y el control del yo que significa autocontrol y autorregulación de los impulsos, interactúan para determinar si a conducta es adaptada o inadaptada. Un control excesivo contribuye a la concentración y planificación de la persona o puede dar lugar a un estilo de conducta inflexible e inhibida, mientras que la falta de control puede dar lugar a la creatividad y al ingenio, o bien, a conductas antisociales y de externalización. Esto a grandes rasgos significa que las formas de exceso o falta de control, se asocian con niveles bajos de resiliencia del yo.