UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL NORESTE CAMPUS ACUÑA Asignatura: Sociología de la Educación
ENSAYO: El Currículo C urrículo Oculto Oculto,
una pieza clave para el desarrollo de los valores en los estudiantes de Educación Superior.
AUTOR: Gabriela Falcón Vaquera Candidato a Maestro en Ciencias de la Educación Universidad Autónoma del Noroeste Campus Acuña
22 / Marzo / 2013
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El Currículo Oculto ,
una pieza clave para el desarrollo de los valores en los estudiantes de Educacion Superior. La sociedad existe desde que el hombre comenzó a poblar el planeta y por lo tanto sabemos que en el transcurso del tiempo ha evolucionado, es decir está en constante cambio, promoviéndose así su estudio: Berger (1973), sociólogo de gran renombre expresa que la fascinación de la sociología radica en el hecho de que su perspectiva nos hace contemplar desde un nuevo punto de vista el mismo mundo en el que hemos pasado toda nuestra vida. La teoría sociológica ha abordado desde sus inicios el tema de la educación como un elemento primordial para el crecimiento y desarrollo de la sociedad, Durkheim (1976) considera que la tarea de la educación es la socialización metódica de las generaciones jóvenes, es decir la formación del ser social. Por ser social entiende el sistema de ideas, de sentimientos y de hábitos que expresan en nosotros, no nuestra personalidad, sino el grupo o los grupos diferentes de que formamos parte; tales son las creencias religiosas, las creencias y practicas morales, las tradiciones nacionales o profesionales, las opiniones colectivas de toda clase. Con este análisis de Durkheim, podemos formular que la labor de la educación es la conservación y reproducción de la cultura, esto es, el conjunto de: normas, valores, costumbres y conocimientos existentes en una sociedad dada; esta perpetuación se transmite de una generación a otra, Catalán y Loreto(2004) señalan que los valores permean la conducta humana y constituyen uno de los principios organizadores más relevantes en la existencia y en el desarrollo de cada sociedad, por lo tanto nuestro primer planteamiento es estudiar a los valores, y como segundo planteamiento, el medio que los transmite. Empecemos señalando con lo que nos dice Sandoval (2007) que el tema de los valores es esencial para la sociedad en general, la existencia y funcionamiento de los valores mantienen la cohesión social y genera un ethos compartido que proporciona la certidumbre del funcionamiento de la vida cotidiana.
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Desde un punto de vista socioeducativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social. (Sandoval, 2007). Si bien la formación de los valores fundamentales del ser humano ocurre durante la infancia y en la vida social, consideramos que atañe también y de manera especialmente importante a la educación formal. Durante cada ciclo escolar se promueve ciertos valores de acuerdo con la edad de los estudiantes, con los fines educativos, con las aspiraciones de la sociedad y con la propia institución formativa de la que se trate. Así, por ejemplo en la educación básica se procura inculcar en los estudiantes el aprecio por los valores de la convivencia, el respeto a las leyes y normas de la sociedad, los valores patrios y de identidad nacional. En la educación media superior se propicia en los estudiantes el amor por la cultura, el conocimiento, la justicia, la libertad y otros valores humanos, sociales y políticos. En el nivel de educación superior se busca ir creando el sentido de la responsabilidad social propio del desempeño de la actividad profesional. Hoy en día la educación formal, su misión es precisamente transmitir civilización y valores a través de instituciones, pero este proceso ha mermado, comparándola con otros agentes socializadores, en especial los medios de comunicación de masas, pues estamos en una cultura de la imagen, los medios audiovisuales y a su cabeza la televisión y las aplicaciones de nuevas tecnologías como Internet o los sistemas multimedia, estos medios son espectacularmente poderosos y pueden utilizarse en una dirección u otra, al servicio de unos u otros valores (Sandoval, 2007). Según Díaz (2006) siguiendo algunas tesis postmodernas, podemos afirmar que el joven se enfrenta al problema de los valores en modelos profundamente divididos. Viven una ruptura entre lo que se dice en el texto escolar, en la
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recomendaciones de los padres y maestros y la vida social cotidiana. Realidad escolar, realidad social nacional e internacional y tecnologías de información y comunicación promueven una esquizofrenia valoral, que explica parcialmente la crisis de las nuevas generaciones, la cual debe ser saldada por la acción escolar. En la educación formal se transmiten los valores y existe varias formas de manifestarse esta difusión, podemos iniciar con mencionar que una de ellas es el currículo, porque a través del currículo se establece lo que el estudiante tiene que aprender. Shubert (1986) señala que el currículo es un programa que proporciona contenidos y valores para que los estudiantes mejoren la sociedad en orden a la reconstrucción social de la misma. Por otra parte, Carrillo (2009) nos dice que estos valores, esta cultura se transmite a través de lo que se ha venido llamando temas transversales, que son aquellos aprendizajes que comparte toda la comunidad educativa; ejemplos de esta son la educación ambiental, la educación para la paz, entre otros. Ahora bien existe otra manera que de manera extra oficial, y en ocasiones no intencionada, se utiliza en los centros educativos para transmitir valores. En este caso estaríamos hablando del currículo oculto. Su origen data de finales de los años sesenta, cuando Philip Jackson (1992) publico La vida en las aulas, este libro constituyo un significativo aporte al debate curricular, al mostrar que en la interacción escolar que acontece en el aula se promueven una serie de resultados no intencionados. Pero estos resultados no fueron previstos por la institución o el docente y tampoco había una conciencia de lo que se estaba formando en los alumnos. A tales aprendizajes, que guardan una estrecha relación con la esfera de lo valoral y actitudinal, se le llamo currículo oculto. Para Jackson este tipo de currículo es una forma de socialización y adaptación a la escuela y la sociedad. Torres Santomé (1994), quien indica que el currículo oculto hace referencia a todos aquellos conocimientos, destrezas, actitudes y valores que se adquieren mediante la participación en procesos de enseñanza y aprendizaje y, en general, en
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todas las interacciones que se suceden día a día en las aulas y centros de enseñanza. Estas adquisiciones, sin embargo, nunca llegan a explicitarse como metas educativas a lograr de una manera intencional. Hay una serie de características que aparecen inmersas en el currículo oculto. Entre ellas podemos destacar las siguientes: es subrepticio, porque influye de manera no manifiesta, del todo oculta, a través de la observación, de la repetición automática de comportamientos, normas y costumbres; es omnipresente porque actúa en todos los momentos y en todos los lugares; es omnímodo porque reviste múltiples formas de influencia; es reiterativo, como lo son las actividades que se repiten de manera casi mecánica en una práctica institucional que tiene carácter rutinario, se entra a la misma hora, se hacen las mismas cosas, se mantienen las mismas reglas, se perpetúan los mismos papeles; es invaluable, lo cual provoca que no se valoren en múltiples ocasiones las repercusiones que acarrea (Santos, 2006). Con estos conceptos y características del currículo oculto podemos formular que se da en todos los niveles educativos, pero es relevante mencionar que nuestra orientación es la educación superior y en ese sentido, el currículo oculto, concebido como el conjunto de normas y valores que son implícita pero eficazmente enseñados en una institución, resulta clave, ya que el estudiante no solo aprende en la universidad su carrera, sino que adquiere hábitos y valores. De ahí la obligación, desde este enfoque, de que la educación superior se gestione a sí misma como una comunidad socialmente ejemplar (Vallaeys y Carrizo, 2006). Como señalábamos en párrafos anteriores que en el nivel de educación superior se busca ir creando el sentido de la responsabilidad social propio del desempeño de la actividad profesional. Ahora nos hacemos las siguientes cuestiones, ¿Por qué en la educación superior es importante desarrollar el valor de responsabilidad social?, ¿El currículo oculto, influirá a desarrollar este valor?,
¿Por
qué el currículo oculto es una pieza clave para el desarrollo de los valores en los estudiantes de educación superior? respecto a la primera pregunta, es importante desarrollar dicho valor en el estudiante de educación superior, para que egresen con una visión amplia de la realidad que les ha tocado vivir; no solo con una visión
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reducida a su especialidad, que muchas veces impide ver la problemática social, además no solo se trata de obtener un trabajo bien remunerado, sino de contribuir a mejorar la sociedad, por ejemplo, si un ingeniero tiene que construir un puente y la empresa encargada le sugiere utilizar materiales económicos, pero de baja calidad, para obtener beneficios económicos, debe considerar que el puente se puede caer. Esto es lo que el ingeniero tiene que valorar: aceptar o cuestionar a la empresa en su proceder. No se trata de usar tan solo la ciencia y la tecnología, sino de actuar con la solidaridad y el humanismo que se les exige y que la universidad como institución debe inculcarles. En cuanto a la segunda pregunta, si es el currículo oculto un medio para influir en los estudiantes para el desarrollo de dicho valor, la respuesta es sí, porque en la práctica docente muchas veces transmitimos implícitamente la adquisición de los valores: tales como solidaridad y humanismo, valores que están inmersos en la responsabilidad social, y así con las experiencias vividas tanto del docente como el estudiante y aunque no estén escritas en algún papel, forman parte del crecimiento y enseñanza que se le da al estudiante dentro del aula. Y por último podemos decir por qué el currículo oculto es una pieza clave para desarrollar los valores en el estudiante de educación superior, porque existen más factores que ayudan a fomentarlos, ya sea de manera explícita o implícita, desde el currículo oficial con el contenido de los programas educativos y estos a su vez contienen materias que cumplen con este objetivo; o también los temas transversales que contribuyen a la formación integral de los estudiantes, donde estos les ayudan a construir racional y autónomamente su propio sistema de valores. Cabe mencionar que también podemos hacer alarde de otra pieza más, ocurre que actualmente en los institutos de educación superior, buscan el cumplimiento del encargo social, es decir cumplir con una cultura de calidad que la sociedad requiere y para ello, implementan y mantienen un sistema de gestión de calidad, lo que genera la práctica constante y sistemática de principios y valores, los cuales toda la
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comunidad educativa superior deben practicarlas, por lo tanto este sistema, es otro factor que influye en el desarrollo de los valores en los estudiantes. Por eso mencionamos en el título de nuestro ensayo que el currículo oculto influye como una pieza más, pero es sumamente relevante ya que la forma en que se da es implícita y el estudiante aprende sin la necesidad de decirle que lo tiene que aprender, solo con el tiempo se dará cuenta de todo lo que aprendió sin percatarse en el momento, entonces cabe mencionar que el docente juega un papel muy importante para que se de esta situación, aunque no se reduce ahí, también la estructura, la organización y los métodos didácticos se convierte en medios decisivos para la adhesión de determinados valores.
REFERENCIAS:
Berger, P. (1973): Introducción a la sociología: Una Perspectiva Humanista, México: Limusa. Carrillo, B. (2009): Importancia del currículo oculto en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Artículo. Recuperado el 12 de Febrero de 2013, de http://www.csicsif.es/andalucia/.../mod.../BEATRIZ_CARRILLO_2.pdf
Catalán, R. Loreto E. M. (2004): Valores, sociedad y educación . Santiago de Chile: Lom. Díaz B. A. (2006): La educación en valores: Avatares del curriculum formal, oculto y los temas transversales. Revista Electrónica de Investigación Educativa. Universidad Autónoma de Baja California. 8/001. Durkheim, E. (1976): Educación como socialización. Salamanca: Sígueme. Jackson, P.W. (1998): La vida en las aulas . Madrid, España: Morata. Sandoval, M. M. (2007, Diciembre): Sociología de los valores y juventud. Artículo. Recuperado el 15 de Marzo de 2013, de http://redalyc.org/articulo.oa?id=19502706 Santos, G. M. (2006): La escuela que aprende. Madrid, España: Morata.
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Schubert, W. (1986): Curriculum: Perspective, paradigm and possibility . Nueva York: Macmillan Torres Santome, J. (1994): El currículum oculto . Madrid, España: Morata. Vallaeys, F. Carrizo, L. (2006): Marco teórico de responsabilidad social universitaria . Red Ética y Desarrollo-Banco Interamericano de Desarrollo.