La epopeya del oro negro
Desde el comienzo de la industria petrolera, cuando Edwin Drake perfora el primer pozo comercial de petróleo, el negocio estuvo dominado por “las grandes”, compañías principalmente anglo americanas. Sin lugar a dudas, la primera y más grande de estas compañías fue la Standar Oil, creada por Jhon D. Rockerfeller, quien impuso un verdadero monopolio en cuanto a la extracción, transporte, refinación y comercialización del petróleo de la época. Otra de estas grandes grandes empresas fue fue la Shell, la equivalente a la “Standar Oil”, pero en Europa. Estas dos compañías (Standard Oil y Shell) compitieron en una lucha desenfrenada por el control del petróleo a nivel mundial. Aunque el primer uso del petróleo fue para la iluminación y calefacción, rápidamente se descubrió su potencial uso como combustible combustible para la industria automovilística, automovilística, impulsada por Henry Ford. Aun hoy en día, el uso más importante del petróleo es el transporte, y se espera que continúe siéndolo por unas cuantas décadas más. A partir de ese momento, los países líderes lí deres se empezaron a dar cuenta del invaluable valor que poseía el petróleo como recurso estratégico para posicionarse posici onarse como el país dominante, sobre todo en tiempos de guerra. Esto se evidenció en la primera guerra mundial, cuando se adoptó el concepto de la “guerra industrial”, basado en el uso masivo de tanques,
camiones, tropas motorizadas, artillería autopropulsada, autopropulsada, submarinos, aviones, entre otros, que le dieron al ejército un poder de movilización y destrucción sin precedentes. Tanto así fue que en aquella época se llegó a considerar que “el petróleo era tan necesario como la sangre para lograr la victoria de la guerra”.
Desde el final de la primera guerra mundial, el petróleo había causado un cambio en las sociedades industrializadas, siendo la señal más obvia la creación de la compañía Irak Petroleum. Estados Unidos, mantuvo su supremacía hasta finales de los años 60. Por su parte, Europa no fue la excepción. La necesidad de petróleo se hacía cada vez más apremiante, por lo que se desató una competencia entre “las grandes” (también llamadas l lamadas las 7 hermanas; 7 compañías que lideraban el mercado mundial del petróleo: BP, Mobil, Chevron, Esso, Texaco, Gulf y Shell) y otras compañías independientes a cada lado del océano Atlántico, en busca de nuevos yacimientos de petróleo, incluso en los lugares más recónditos de la tierra. “Las grandes” también competían entre ellas, cada una consolidando su poder. Sin
embargo, debido a una producción excesiva de petróleo, estas 7 grandes compañías se reunieron para establecer acuerdos para poder mantener los precios altos del petróleo, sobre todo en mercados claves, como los del Medio Oriente. Cualquiera que fuera el país donde llegaban “las grandes” , estas explotaban el petróleo (y
a la gente) de una manera sin precedentes. Lo único que le dejaban al país era un pequeño
porcentaje de regalías y en algunos casos, el pago de impuestos. Esto por supuesto era muy pequeño, en comparación a las grandes cantidades de dinero con que se quedaban estas compañías. El primer país en intentar liberarse del poder de las 7 hermanas fue México. La creación de la confederación de trabajadores en 1918 y del sindicato de trabajadores petroleros en 1935, modificó de forma importante el balance de poder dentro de las compañías petroleras. Pero no fue sino hasta 1938 cuando Lázaro Cárdenas, presidente de México, decretó la nacionalización de las compañías extranjeras que controlaban la industria petrolera del país. La compañía nacional PEMEX, reemplazó a las compañías extranjeras. Pero México tuvo que pagar caro por su decisión. Las compañías extranjeras retiraron sus equipos técnicos e impusieron restricciones a las exportaciones mexicanas. Fueron 10 años los que tuvo que esperar México, para recuperar la prosperidad que había perdido. Una vez más, en la segunda guerra mundial, se evidenció la necesidad del petróleo, sobre todo para usarlo como combustible de aviación. Es más, es válido afirmar que la derrota de Alemania se debió en gran parte a su escasez de suministros de petróleo, comparado con las enormes cantidades de petróleo que poseían los aliados. Posterior a la guerra, la reconstrucción de las ciudades, la recuperación y el crecimiento económico, constituían un gran consumo de energía, fue así como el petróleo se convirtió en la fuente de energía más importante, desplazando rápidamente al carbón. Europa se convirtió rápidamente en una sociedad de consumo, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, que impuso sus modelos y moda en todo el planeta. Los europeos descubrieron las maravillas del petróleo cuando los objetos plásticos y los materiales sintéticos invadieron los hogares de todo el mundo. Pero la verdadera señal de la recuperación de la prosperidad en Europa y Japón, fue la democratización masiva del automóvil. El consumo de combustible aumentó 4 veces en 20 años. Este acontecimiento motivó a las compañías petroleras a buscar nuevos yacimientos, especialmente en el Medio Oriente. A ese mismo tiempo, los países ricos en petróleo comienzan a despertar y a buscar librarse del largo control occidental . Con esto surge el llamado “nacionalismo del petróleo”. En Estados Unidos, que no tuvo que recuperarse de la guerra, la sociedad de consumo prosperó libremente. Además, al darse cuenta de la existencia de yacimientos de petróleo fuera de Estados Unidos, que eran más grandes a los suyos y menos costosos de explotar, las compañías estadounidenses emprendieron la búsqueda de estos yacimientos a nivel mundial, pero especialmente en el Medio Oriente. Como resultado, se descubrieron los yacimientos de petróleo, hasta ahora más grandes del mundo. Fue así como Estados Unidos estableció un acuerdo con Arabia Saudí, que consistía en que este último le suministraría petróleo a Estados Unidos, mientras que en contra partida, Estados Unidos protegería militarmente a Arabia Saudí. Pasado un tiempo, los países del Medio Oriente se dieron
cuenta de que, en realidad, fueron engañados con los llamados “acuerdos de concesión ”. Esto dio lugar al nacionalismo árabe. En Venezuela se vivió una situación similar a la de Arabia Saudí. Desde los años 20, compañías Estadounidenses hicieron descubrimientos de grandes yacimientos de petróleo, especialmente en la cuenca del Lago de Maracaibo. Desde entonces, Venezuela era uno de los mayores proveedores de petróleo de Estados Unidos, y las 7 hermanas tuvieron sus años de gloria durante esta época. No obstante, todo empezó a cambiar a partir de 1947, con las ideas de Juan Pablo Pérez Alfonso, quien buscaba nacionalizar el petróleo Venezolano. En 1948, Pérez Alfonso logró incrementar la participación del estado del 10% inicial a un 50% (el famoso fifty-fifty). Siguiendo el ejemplo de Venezuela, en 1951, cuando aún era una monarquía constitucional, Irán se reveló contra la imponente compañía Anglo Iranian Oil (antes: AngloPersian Oil; hoy: British Petroleum). Esta iniciativa fue liderada por Mossadegh. Él ordenó la nacionalización inmediata de la compañía Iranian Oil, la cual se hizo efectiva con la c reación de la compañía National Iranian Oil. Como consecuencia de este hecho, Gran Bretaña impuso un embargo sobre Irán, lo cual condujo a Irán a una crisis económica. Luego de esto, Estados Unidos, valiéndose de su poder, se apropió de Irán. Egipto también tuvo su participación en la lucha contra los países occidentales, especialmente las grandes potencias mundiales. En 1956, se declaró la nacionalización del canal del Suez, la principal vía de transporte para el crudo del Medio Oriente hacia Europa. Con este hecho se abrió la puerta para la nacionalización del petróleo en Siria, Argelia, el Golfo Pérsico y África del Norte. En 1956, Shell y British Petroleum se encargaron de disminuir aún más los precios del petróleo, lo que provocó la ira de los países sub desarrollados cuyas economías estaban fundamentadas en la venta de petróleo. Fue entonces como en 1960 surge la Organización de Países Exportadores de Petróleo, para establecer un precio de venta común para el petróleo. Los países fundadores de esta asociación fueron Arabia Saudí, Irán, Irak, Kuwait y Venezuela. Luego se unieron otros 6 países. Aunque la OPEP representaba un gran poder a nivel mundial, este poder solamente se vio reflejado 10 años después de su creación. Aún hoy, esta organización continúa siendo uno de los principales protagonistas en el escenario petrolero internacional.