PERSPECTIVAS HACIA EL CONCEPTO DE CULTURA.
Dentro de todas las percepciones y miradas que se pueden establecer para el término cultura, da mucha curiosidad el hecho que siempre se tenga la misma idea vaga definida como el conjunto de costumbres o tradiciones de un lugar o un conjunto de personas, o como lo define la RAE (Real Academia Española), conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. En general, cuando preguntamos en medio del diario vivir, en la cotidianidad, qué es cultura, lo más usual es que encontremos respuestas como las anteriores; mas allá de que el termino
tenga
miles de
connotaciones validas
desde
puntos
de
vista
antropológicos, sociológicos, artísticos, literarios, entre otros. Es por ello que es necesario dejar de relacionar el vocablo con respuestas cortas y vagas, y analizar las perspectivas que podemos tener de cultura. Es pertinente tener en cuenta que la cultura, como construcción específicamente humana resultante de la acción social, es el producto de acciones sociales concretas generada por actores sociales igualmente concretos y en procesos históricos específicos; por lo que contestaciones a las que estamos acostumbrados no son validas, pues no hacen referencia a hechos, acciones o actores determinados. La cultura es la construcción que hizo que el ser humano llegue a diferenciarse de los demás seres de la naturaleza, pues es fruto unívoco de la vida en sociedad. Ahora bien, decir que la cultura es una construcción social no implica que cualquier “sociedad” pueda crear la cultura. Existen animales que viven en comunidad, como las hormigas, que no crean cultura a pesar de su apreciable organización social. Además de las hormigas, el mundo animal nos brinda muchos ejemplos que aquí no es pertinente nombrar. Lo que si es necesario aclarar es que a diferencia del autor del libro que tomamos como referencia para este ensayo (“La cultura, estrategias conceptuales para comprender la identidad, la diversidad,
la alteridad y la diferencia”, Patricio Guerrero Arias), considero que la sociedad es resultado único del hecho que el hombre viva en comunidad, y es éste el único ser sobre la faz de la tierra capaz de llegar a dicho estado, pues es la sociedad el punto más alto de la hominización, el estado humano por excelencia, como autores como Engels indicarían. No niego el hecho de que otros seres vivos puedan vivir en comunidad (un término diferente a sociedad, que utilizo para determinar el estado en el cual habitan dos o más individuos comunes), y que como la biología, la ecología, la zoología y otras ciencias naturales indican, el nombre con que se determinara dicha forma de vivir animal irá de acuerdo a las circunstancias, presentándose las colonias (de las hormigas), manadas, poblaciones, colmenas, etc. De lo anterior podemos definir que la sociedad siempre estará integrada por personas, las cuales producirán mediante su propia interacción la cultura, siendo ésta la manera como la gente se conduzca. Por lo tanto una sociedad posee cultura, mas no es una cultura. Ésta constituye una serie de patrones integrados que hacen posible dar a esa agrupación un distinto sentido para su existencia en sociedad y para asegurar la continuidad de la misma. Todos los patrones se transmiten por medio de la interacción social, y son heredaros por futuras generaciones por medio del aprendizaje. Un proceso llamado endoculturación permite a los infantes aprender la cultura, y las normas culturales establecidas por la sociedad. Los procesos de aprendizaje culturales son diferentes a los demás métodos, a los cuales los antropólogos denominan aprendizaje individual situacional y aprendizaje social situacional. El primero es el caso donde un individuo aprende de su propia experiencia y el segundo en el que se aprende de otros miembros del grupo social sin necesaria intermediación del lenguaje. Por otro lado, un tercero, el aprendizaje cultural, depende de la capacidad de utilización de símbolos a los que la sociedad da significados y, por lo tanto, es exclusivo de la especie humana. Es conveniente aclarar que el aprendizaje cultural es fruto de la interacción de un ser humano con otros, y que sólo esto permite que el hombre mantenga dichas conductas. En la película “El enigma de Kaspar Hauser” se puede apreciar con claridad lo anterior, al presentarse el caso
de un joven que nunca ha tenido contacto con la sociedad y siempre ha vivido en cautiverio: no sabe caminar, mucho menos hablar, leer o escribir. Al momento de ser encontrado por un ser humano de la sociedad, éste lo educa culturalmente, dándole a conocer todo lo que para nosotros es común, todo lo que hace parte de la cultura humana (que en cierto sentido es redundante). Al no tener interacción con la sociedad, al estar excluido de ésta, Kaspar Hauser no conoce todas las conductas que construye nuestra sociedad como parte de la cultura. Para el aprendizaje cultural propio de los hombres, el lenguaje juega un papel muy importante. Los seres humanos usamos símbolos como fuente de información para comprender y ordenar un entorno físico y social, pues no podemos operar sobre la base exclusiva de sus condicionamientos biológicos, de aquello que nos brinda la naturaleza y que no nos basta, y que por medio de la cultura, se modifica, se mejora con el objetivo de que sea optimo para el hombre. La construcción de universos simbólicos para la legitimación de las relaciones entre los individuos y el mundo caracteriza a la cultura, al igual que el uso de eufemismos simbólicos como recurso para ordenar el caos del mundo y la realidad. Estos mismos símbolos son usados por las diferentes sociedades para encontrar grupos sociales que ejercen dominación unos sobre otros, confundiéndose el caso con lo que se dice culturas dominantes y culturas dominadas. La dominación no es un factor que depende de lo cultural, sino de los niveles de estratificación y las desigualdades sociales estructurales que caracterizan y diferencian a las sociedades. Esto lleva, en los casos más extremos, a que la cultura se convierta en una herramienta de los gobiernos y de los llamados “dominantes” para seguir dominando. Es así como para poder dominar a un pueblo, primero se imponen los símbolos culturales, primero se domina su universo simbólico.
PERSPECTIVAS HACIA EL CONCEPTO DE CULTURA
DYLAN ALTAMIRANDA ARÉVALO
UNIVERSIDAD DEL ATÁNTICO ARTES PLÁSTICAS BARRANQUILLA 2010