ESTEREOTIPOS CULTURALES
Dentro de nuestra historia han surgido distintos personajes, que han sido la matriz de nuestra nuestra identidad. identidad. Estos son reconocido reconocidoss fácilmente fácilmente,, y tienen la particular particularidad idad de ser reconocidos como estereotipos de nuestra cultura. El Nativo Americano Las culturas aborígenes del territorio argentino no llamaron la atención de los españoles de la misma forma en que lo hicieron las de los pueblos de México o el Perú. Los primeros cont contac acto toss de los los espa españo ñole less fuer fueron on con con los los agri agricu cult ltor ores es incipientes del litoral o con los cazadores de las pampas. Su sencillo modo de vida, la falta de ciudades y de rituales comple complejos jos hicier hicieron on qu que e fueran fueran consid considera erados dos "salva "salvajes jes". ". La ignorancia mutua del idioma y el hecho de que pronto el contacto entre conquistadores y nativos se volviera hostil, permitieron que sólo algunos viajeros o los misioneros que vivían con los indígenas pudieran apreciar el conocimiento que qu e tení tenían an de la natu natural ralez eza a (pla (plant ntas as,, anim animal ales es)) qu que e los los rode rodeab aba, a, las las form formas as inge ingeni nios osas as en qu que e ap apro rove vech chab aban an el medio, sus leyendas y creencias. El territorio argentino estaba muy escasamente poblado, de un extr extrem emo o al otro otro,, en ambi ambien ente tess tan tan dist distin intos tos como como la llanura (a veces regada por los ríos, otras áridas), las altas montañas cortadas por valles, las serranías, las mesetas, en las que se dispersaron distintos grupos étnicos. Cada uno de estos grupos conocía a la perfección el medio en que qu e viví vivía: a: los los cano canoer eros os mall mallag agón ónic icos os se ad adap apta taro ron n a su vida vida de pesc pescad ador ores es y recolectores de maíz y frutos; los habitantes del chaco conocían el ambiente de ríos, selvas y travesías; en el noroeste, pueblos de hábiles alfareros y agricultores esforzados aprovechaban el agua escasa de las montañas mediante sistemas de riego. Pero salvo los contactos entre pueblos vecinos, los que habitaban una zona no conocían a los demás. Esto conformó la diversidad de costumbres de los antiguos habitantes de nuestro país.
La
s mayores confrontaciones entre los europeos y nativos americanos en Argentina se dieron con aquellos pueblos que estaban asentados en la zona que los españoles se dieron por habitar: la Pampa y en menor cantidad la Patagonia. En esta zona vivían pueblos que se parecían entre sí. Todos ellos, por ejemplo, aprovechaban la rica fauna propia de cada región: los onas de Tierra del Fuego y los Patagones de la meseta patagónica se alimentaban fundamentalmente con la carne de los guanacos. Los pampas de las lla llanur nuras as bonaer bonaerens enses es perseg perseguía uían n venado venados, s, en esos esos tiempos tiempos muy abu abunda ndantes ntes.. También aprovechaban la carne de los ñandúes y distintas raíces, semillas y frutas silvestres. Todos estos grupos perseguían a sus animales de a pie, usaban para cazarlos arcos y flechas con puntas de piedras y también boleadoras. Asimismo usaban estrategias para mata matarr a los los anim animal ales es.. Todos odos eran eran nóma nómade des: s: se desp despla laza zaba ban n dent dentro ro de ampl amplio ioss terr territ itor orio ioss en bu busc sca a de alim alimen ento to.. Su Suss vivi vivien enda dass eran eran tran transp spor orta tabl bles es y las las confeccionaban de pieles de animales o mantas tejidas por las mujeres aborígenes al igual que su vestimenta. La llegada de los españoles al territorio argentino produjo un gran cambio en la forma de vida de los caza cazado dore ress de la Pata Patago goni nia a y la pa pamp mpa. a. Los Los espa españo ñole less intr introd oduj ujer eron on caba caball llos os,, los los qu que e se multip multiplic licaro aron n rápida rápidamen mente te en las lla llanur nuras. as. Los indí indíge gena nass empe empeza zaro ron n cazá cazánd ndol olos os,, como como ante antess hací ha cían an con con los los guan guanac acos os o los los vena venado dos, s, pero pero pronto, a fines de 1800 aprendieron a montarlos. Los aborígenes de las pampas adaptaron su forma de hacer acer la guerr uerra a con esto estoss anima nimale less, los los dome domest stic icar aron on y prep prepar arar aron on pa para ra la ba bata tall lla. a. Cambiaron sus tácticas de combate juntando miles y miles de jinetes aguerridos en masivos ataques contra poblaciones y estancias de terratenientes porte porteños ños,, quiene quieness denomi denominar naron on a estos estos feroce ferocess ejércitos aborígenes: “malones”. Con las campañas por parte de los gobernantes de Buenos Aires en el siglo XIX y finalmente con las campañas de “La Conquista del Desierto” al mando de el general
Roca, se terminaron de erradicar los aborígenes de las pampas siendo “empujados” hacia el sur y dejando a unos pocos grupos de nativos en estas tierras.
El gaucho Este Este pers person onaj aje, e, por lo gener eneral al era de orige rigen n mes mestizo tizo y se caracterizaba por su vestimenta, lazo y boleadoras, un gran cuchillo atravesado al tirador o en la bote de potro, y así queda listo para montar su caballo. Vivian de trabajos estacionales, de la captura del ganado y de la venta en las pulperías de las lenguas vacunas y los los cuer cueros os a camb cambio io de algu alguno noss peso pesos, s, taba tabaco co,, yerb yerba a u otro otross productos. Por otra otra parte, parte, hubo hubo quiene quieness formar formaron on famili familia, a, y se apegab apegaban an much mucho o a sus sus hijo hijoss y no los los ab aban ando dona naba ban; n; se enca encarg rgab aban an de su educación, que consistía en saber montar a caballo, enlazar, enlazar, arrojar las boleadoras y matar animales. De esta forma el gaucho alternaba su forma de trabajo posible entre la subsistencia y el salario. No hay una única visión del gaucho; aunque la mas difundida es la de “varón errante, vago y solitario que vivía del robo del ganado, que le gustaba jugar a los naipes y gastar el tiempo en la pulpería”. A principios de la época colonial los europeos, extranjeros y hasta los mismos porteños lo veían como ladrón y escoria de la sociedad. Los distintos estratos sociales veían al gaucho de distintas maneras, como la elite y aun la bu burg rgue uesí sía a urba urbana na cons consid ider erab aban an gauc gaucho ho al maleante o al vago; pero entendían también que el peón del campo no era gaucho sino paisano. No se ad adve vert rtía ía qu que e el pa pais isan ano o sí se sent sentía ía gauc gaucho ho aunq au nque ue qu quiz izás ás no se atre atrevi vier era a a oste ostent ntar ar su condición de gaucho ante los patrones “puebleros”, que consideraban gaucho al malhechor y al cantor holgazán. A principios del siglos XX cambió esta perspectiva del personaje ayudado por obras literarias, tales como como “M “Mar artí tín n Fier Fierro ro” ” de José José Hern Hernán ánde dezz qu que e representaban al gaucho como un personaje típico arge rgenti ntino, no, un hom hombre bre trab trabaj ajad ado or y de gran ran sabiduría.
Inmigrantes En la pequeña sociedad argentina de la segunda mitad del siglo XIX, los inmigrantes se hicieron notar. Su vestimenta en general era humilde, su forma de hablar y sus gestos eran, seguramente, más que elocuentes para la mirada de los habitantes nativos, un tanto sorprendida ante el número de recién llegados. Para los migrantes, migrantes, el viaje viaje comenzaba comenzaba en el momento momento en el que partían partían de su pueblo natal para dirigirse a los puertos en los que embarcarían – Génova Trieste, Nápoles, El Havre, Burdeos, Hamburgo, Sevilla – y desde donde saldrían hacia América.
La partid partida a solía solía ser un aconte acontecim cimien iento to colect colectivo ivo,, del cual cual partic participa ipaban ban grupos grupos de p par arie ient ntes es y pa pais isan anos os qu que e se diri dirigí gían an al exte exteri rior or de acue acuerd rdo o con con un itin itiner erar ario io prefijado. Las condiciones del viaje eran lamentables. l amentables. En su afán por embarcar el mayor número de pa pasa saje jeros ros y ab abar arat atar ar los los cost costos os,, las las compañías marítimas reducían la tripulación necesaria, ofrecían comida de baja calidad y espacios reducidos. Para los más pobres, que viajaban en tercera clase, la travesía se tra transformaba en una pesadilla de gentío, de malos olores, de exceso de frío o de calor según las estaci estacione oness y, en genera general, l, de intole intolerab rable le promiscuidad. Al llegar, comenzaba la tarea de encontrar un luga lugarr dond donde e vivi vivirr, algú algún n pa pari rien ente te o pai paisa sano no qu que e estu estuvi vier era a ya inst instal alad ado, o, y enseguida, un trabajo. Los italia italianos nos repres represent entaro aron n el grupo grupo más numeroso de los que arribaron en el período. En una primera etapa, vinieron desde las regiones del centro norte: Piamonte, Liguria, Lombardia, Emilia y Toscaza. Mas tarde, llegaron los trabajadores menos calificados y los campesinos del sur de la península y de Sicilia. Los españoles representaron al segundo grupo y los franceses ocuparon el tercer lugar. En menor cantidad, llegaron ingleses, suizos, alemanes, belgas y demás. El origen parece no haber sido un aspecto poco importante en el momento de buscar un trabajo, ya que puede reconocerse una cierta tendencia a la identificación entre grupo étnico étnico y catego categoría ría sociosocio-ocu ocupac pacion ional. al. Es decir decir,, los inmigr inmigrant antes es buscab buscaban an aqu aquell ellos os trabajos que resultaban similares a los que hacían en su tierra natal. Por eso, suele vincularse a los franceses a la gastronomía y la hoteleria; a los italianos de la región Massa Carrara, a la marmolería, y a los vascos y catalanes, a la cría de ovejas. Además existía una suerte de jerarquía entre los distintos grupos étnicos. Los ingleses eran eran los “ejecu “ejecutiv tivos” os” (estan (estancie cieros ros,, comerc comercian iantes tes,, emplea empleados dos del ferroc ferrocarr arril) il);; los franceses, los artesanos y expertos en el buen servir. En el último lugar de la escala, estaba estaban n los italia italianos nos,, que realiz realizaba aban n los trabaj trabajos os peor peor remune remunerad rados os y de menor menor prestigio social. Por Por razo razone ness dive divers rsas as,, much muchos os volv volvie iero ron n a su luga lugarr de orig origen en.. Los Los qu que e elig eligie iero ron n quedarse, también por motivos variados, fueron ganándose un lugar en la sociedad argentina.