Etapa de la Intervencion del Coaching Ontologico Es importante reconocer que esta división del proceso de coaching en etapas tiene un propósito heurístico, útil para su enseñanza, pero no se da con igual claridad en la práctica. Es interesante notar que el tránsito de la etapa de la interpretación a la l a etapa de la intervención se maniiesta normalmente como un cam!io de ritmo " emocionalidad en la conversación entre el coach " el coachado. #ara intervenir, el coach de!e pararse uera de la estructura de coherencia del coachado, desde $uicios " emocionalidades dierentes a los que %ste maniiesta. La centralidad de la acción &no de los rasgos más so!resalientes del coaching ontológico es el carácter que le
El coaching ontológico como arte y como política 'as cuestiones que se someten al coaching ontológico no tienen (una) solución, siempre permiten múltiples resoluciones. *o e+iste un sólo camino ha" todo un espectro de caminos posi!les. El coach requiere desplazarse con un alto grado de li!ertad. -u desenvolvimiento estará condicionado no sólo por el conocimiento de estos principios, sino por muchos otros actores. Entre ellos destacan su propia e+periencia de vida, su intuición, su conianza en sí mismo, su apertura al otro, su competencia para indagar " escuchar al coachado, su capacidad para corregir sus presupuestos iniciales o simplemente desprenderse de ellos, su aptitud para d esenvolverse teniendo en la mano simultáneamente varias interpretaciones posi!les, su paciencia para esperar sin desesperarse, su talento para o!servar " generar emociones, su sensi!ilidad personal, etc. Esta dimensión creadora del coaching, tan dependiente de la sensi!ilidad personal del coach al punto que lo que %ste hace en su interacción con el coachado muchas veces pareciera llevar su irma sin duda lo acerca a creación artística #or otro lado, tam!i%n ca!e mirar al coaching como una de política del alma humana en la que la dimensión artística antes su!ra"ada se pone al servicio de generar posi!ilidades " de trazar caminos via!les, senderos conducentes, para lograr la realización de ideales de vida, de sueños, antasías " aspiraciones, " de nuevas modalidades de convivencia. 'a política, no lo olvidemos, ha sido magistralmente deinida como (el arte de lo posi!le).
El coach de!e escuchar los $uicios " las emociones que ! uscan ganar nuevos espacios " procurar conerirles una legitimidad " carta de ciudadanía a la que muchas veces no han tenido acceso. -u tra!a$o consiste en acilitar que el coachado pueda iniciar un proceso de desarticulación de antiguas coherencias " d e rearticulación de nuevas coniguraciones que le permitan encarar en me$or orma sus desaíos " ganar para sí una ma"or satisacción. Este proceso lo conce!imos como una política del alma humana. /uchas veces acontece que el tra!a$o del coach se oriente a !uscar un punto de inle+ión donde concentrará su esuerzo de intervención. *ormalmente se trata de localizar un determinado $uicio maestro en cu"o alrededor se aglutinan otros $uicios " una gama de emociones, haciendo de o!stáculo principal para la resolución del quie!re seleccionado. El coach intu"e que de lograr desmontar ese $uicio, ello puede generar un eecto importante de rearticulación de la estructura de coherencia del coachado Estrategias de intervención *o e+iste (una) estrategia correcta de intervención. -in em!argo, es conveniente enatizar que el coach puede escoger siempre tres caminos de intervención. 'os tres caminos o dominios a los que nos reerimos son el lengua$e, la emocionalidad " la corporalidad. En la estructura de coherencia del coachado los tres están comprometidos. 'a e+periencia nos muestra que a menudo resulta más diícil tra!a$ar desde el mismo dominio al que pertenece el o!stáculo que deseamos disolver. En ese dominio el coachado suele ha!er desarrollado sus ma"ores deensas " podemos encontrar una ma"or resistencia al cam!io. 0l dirigir la intervención a trav%s de los otros dos dominios, sus resistencias suelen ser menores " posi!lemente compro!aremos que, desde posturas corporales dierentes, su apertura a revisar $uicios " cam!iar su emocionalidad aumenta. &n segundo criterio en la estrategia de intervención guarda relación con la dinámica emocional de la interacción de coaching. 0sí como la sintonía emocional entre el coach " el coachado es mu" importante para la etapa de la interpretación, pues a"uda a la apertura del coachado e incide en la generación de conianza, ello no es siempre válido para la etapa de la intervención. En %sta última, suele ser importante que el coach pueda sustraerse de la emocionalidad del coachado " se coloque en un espacio emocional dierente, asegurando no comprometer ni el respeto ni la conianza. 1amos a un e$emplo. 0 menudo el coachado se relaciona con su quie!re desde la gravedad. En la medida que el coachado pueda entrar en ese espacio emocional de ma"or liviandad, su apertura a la transormación aumentará. 2a"
circunstancias en las que el coachado se relaciona con su quie!re desde el cinismo. 3eclarando algo como un quie!re, lo mane$a como si realmente no le importara. &na estrategia eectiva para el coach es evitar caer en el cinismo del coachado " operar airmando una emocionalidad de seriedad ante ese mismo quie!re. 0l hacerlo, podrá incrementar el sentido de responsa!ilidad del coachado. En am!os casos, vemos la importancia de que en la etapa de intervención el coach pueda hacer de contrapunto emocional del coachado. La “incorporación” de lo aprendido en el coaching 2emos sostenido que el coaching es una e+periencia de aprendiza$e. Como todo aprendiza$e, requiere por lo tanto que aquello de nuevo que se ha producido se mantenga " no se disuelva inmediatamente despu%s. Es necesario que el aprendiza$e (se haga cuerpo) de tal manera que se transorme en una manera ha!itual de ser " en repertorios de acción que se realicen con creciente transparencia. Esto lo llamamos el proceso de (incorporación) que se caracteriza por (hacer cuerpo) el aprendiza$e 4(em!odiment)5. -e recomienda instituir algunas modalidades de seguimiento en las que el coach pueda evaluar progresos " regresiones con respecto a lo alcanzado en las sesiones de coaching iniciales. #ero además del seguimiento, los requerimientos de (incorporación) suelen plantear algunas e+igencias en el momento del cierre de una interacción de coaching. El cierre de la interacción 6oda interacción de coaching de!e llegar a t%rmino. 'lega un momento en la que %sta de!e cerrarse. Corresponde plantearse entonces, 7cuando es ese momento8 *uevamente, esta es una respuesta que descansa uertemente en el discernimiento del coach. *o ha" un punto claro en el proceso en que pareciera que emerge una señal diciendo (#are), como la que encontramos cuando mane$amos. El cierre es un proceso en el que el coach requiere (hacerse cargo) del coachado para poder llegar al t%rmino de la interacción. *o lo olvidemos, el coaching es un proceso undado en el amor. Cuando ello sucede, suelen registrarse algunos hechos de importancia que pueden ser utilizados como indicadores de t%rmino. 3entro de e stos indicadores nos interesa destacar tres. En primer lugar, se suele o!servar una transormación en el tipo de o!servador que es el coachado. 0l inalizar el proceso de coaching, %ste o!serva su quie!re con otros o$os " gana el $uicio de que tiene un camino para hacerse cargo de %l. 'a interacción ha producido un importante desplazamiento en %l.
En segundo lugar, " mu" relacionado con lo anterior, se constata una importante modiicación en la emocionalidad del coachado. O!viamente esto es una maniestación del cam!io del o!servador. -in em!argo, queremos destacarlo por separado pues representa una de las señales más visi!les que el coachado le emite al coach. #areciera que le hu!ieran levantado un peso de su espalda. -u postura, su cara, sus o$os e+presan este cam!io de emocionalidad. El coach perci!e qu e el coachado ha ganado una mirada dierente con respecto al uturo. #or último, el coachado muestra el compromiso de volcarse a la acción " tomar las medidas que le permitirán encarar su quie!re. -uele ser importante que el coach se asegure que la transormación de o!servador q ue se ha registrado sea capaz de llevarse a la acción " que, por lo tanto, logren identiicarse acciones concretas a realizar. Es importante que coach est% consciente que e+iste una dierencia importante entre el espacio en el que se desarrolló el coaching " el espacio en el que el coachado tendrá que actuar. 0cciones que aparecen posi!les en uno, puedo mostrarse !astante más diíciles en el otro, donde el coachado se encuentra solo, sin el apo"o del coach. En este último espacio, el de la vida eectiva, pueden por lo demás suceder cosas que no siempre logran ser anticipadas en la interacción de coaching. Acciones posteriores al cierre 'o anterior nos muestra que la interacción de coaching no siempre inaliza en el momento del cierre. 'uego que la interacción se dió por terminada, suele ser conveniente que el coach vuelva su mirada " constate lo que sucedió luego del cierre. .En resumen, el coach de!e tener presente que los eectos de su interacción se pro"ectan más allá del cierre " muchas veces de maneras que le pueden resultar impredeci!les. Es importante, por lo tanto, que veriique cuales ueron estos eectos de manera que pueda hacerse cargo de ellos. Ellos siguen siendo eectos so!re los cuales tiene responsa!ilidad.
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