Fabian Casas
EL SALMÓN Para el nenito pelado
La desesperación es la tristeza que nace de una cosa futura o pasada con respecto a la cual no hay más razón de dudar. Spinoza, Etica, libro 3, !, definiciones
"e pre#unto $efiniti%amente este es mi rostro de hoy. &'eras marcadas, pelo despare'o( los labios hinchados. )ada más. "e pre#unto, porque puedo hacerlo, cómo será tu rostro de hoy( mientras tu corazón late al re%*s, hace ya cuatro a+os ba'o la tierra.
Sin lla%es y a oscuras Era uno de esos das en que todo sale bien. -aba limpiado la casa y escrito dos o tres poemas que me #ustaban. )o peda más. Entonces sal al pasillo para tirar la basura y detrás de m, por una correntada, la puerta se cerró. ued* sin lla%es y a oscuras sintiendo las %oces de mis %ecinos a tra%*s de sus puertas. Es transitorio, me di'e( pero as tambi*n podra ser la muerte/ un pasillo oscuro, una puerta cerrada con la lla%e adentro la basura en la mano.
0na oportunidad Caminás con las manos en los bolsillos, por la rambla, rodeando el mar. 1e acordás de otro tiempo, aqu mismo, m ismo, estabas enfermo de la cabeza y no podas sostenerte de pie, con ele#ancia. Sin embar#o, pudiste salir. -ubo una oportunidad en aquella *poca. 2hora mirás el mar, pero no decs nada. nada. a se han dicho muchas cosas sobre ese montón de a#ua.
"e deten#o frente a la barrera "e deten#o frente a la barrera. Es una noche clara y la luna se refle'a en los rieles. 2pa#o las luces del auto. Está bien, pienso, es bueno que nos demos un tiempo. 4ero no comprendo nuestra relación( no sir%o para eso. 52caso ser%ira de al#o6 1u padre está enfermo y mi madre está muerta( pero i#ual podra ir y tirarme encima tuyo como todas estas noches. Eso es lo que s*. 2hora la tierra %ibra y un tren oscuro oscuro lle%a #ente desconocida como nosotros.
2larma $urante la noche suena la alarma de una fábrica cercana a mi casa. "ientras fumo, me pre#unto si será un error, un robo o al#o e7clusi%o.
4oema social 2pro%echando el el sol en este in%ierno crudo, los obreros de la fábrica, en su hora de descanso, formaron una hilera de cascos amarillos en la %ereda de enfrente. Si no fuera por el rubio, que se rasca la cabeza, pareceran una fila de lápices del mismo color.
2 mitad de la noche "e le%anto a mitad de la noche con mucha sed. "i %ie'o duerme, mis hermanos duermen. Estoy desnudo en el medio del patio y ten#o la sensación de que las cosas no me reconocen. 4arece que detrás de m nada hubiese concluido. 4ero estoy otra %ez en el lu#ar donde nac. El %ia'e del Salmón en una *poca dura. 4ienso esto y abro la heladera/ un poco de luz desde las cosas que se mantienen fras.
El moscardón 0n peque+o 8ami8aze #olpea la %entana tratando de entrar. 4osiblemente el fro matinal lo despertó de la 'uer#a calurosa de la noche 9nosotros mismos tu%imos que cerrar las %entanas y correr a taparnos por el temporal9 y ahora :un poco más pun8 que el albatros de ;audelaire< renuncia, aturdido, a su inasible ele#ancia.
=mpro%isados Estamos abrazados en una cama impro%isada en el piso. 1us o'os están cerrados( pero no s* si dorms. Este es tu cuarto de soltera, un lu#ar a#radable, neutral. 4or la %entana suben los ruidos de un da que empieza a mo%erse. La ropa permanece arru#ada, a un costado i#norando la farsa de dar y recibir.
0na oscuridad esencial -ay una oscuridad esencial en esta calle. 0n >nico farol ilumina el contorno y árboles domesticados, altsimos, producen una m>sica de acuerdo al %iento. "iro a mi perro, una conciencia a ras del piso que hur#a y mea en la tierra y pienso en m, hundido en el len#ua'e, sin oportunidad, sosteniendo una correa que denota lo que fue necesario para estar unidos.
$espu*s de lar#o %ia'e "e siento en el balcón a mirar la noche. "i madre me deca que no %ala la pena estar abatido. "o%ete, hac* al#o, me #ritaba. 4ero yo nunca fui muy dotado para ser feliz. "i madre y yo *ramos diferentes y 'amás lle#amos a comprendernos. Sin embar#o, hay al#o que quisiera contar/ a %eces, cuando la e7tra+o mucho, abro el ropero donde están sus %estidos y como si lle#ara a un lu#ar despu*s de lar#o %ia'e me meto adentro. 4arece absurdo/ pero a oscuras y con ese olor ten#o la certeza de que nada nos separa.
;runo
Las plantas re%erdecen soportando la %iolencia del %erano. 1omás la re#adera, el torso al desnudo en el sol( tus o'os que se fi'an en un cielo lmpido y el %ia'e que termina. 1odo está como lo de'aste/ el barco en una ma+ana brumosa, un hotel fro instalado en otro idioma y esta casa, donde posaste el radio de tu ima#inación, y crec en *l.
0n plástico transparente 2br la puerta y te estabas ba+ando. ba+ando. Los %idrios empa+ados, el ruido del a#ua detrás de las cortinas, las cosas esenciales instaladas fuera de la razón. "e llamaste, acercaste la cara y nos besamos a tra%*s del plástico transparente/ fue un instante. Las pare'as y las re%istas literarias duran casi siempre dos n>meros. Sin embar#o, de a poco, le fuimos #anado terreno al ro/ das interminables en los que el caos tomaba tu forma para en%ol%erme me'or.
4aisa'e En las noches de calor al#uien in%isible parece cortarse las u+as ba'o el cono de luz. El tac9tac insistente de los bichitos %erdes que al merodear la lámpara #olpean el armazón del %elador.
Comics
$urante mi luna de miel con la dro#a Caronte me lle%aba de paseo en un ta7i fino y ro'o. o nunca ba'aba las %entanas ni permita que me pidieran dinero en los semáforos. $espu*s, todo pasó. $e ese tiempo me queda un beso fro en el h#ado y cierta arqueolo#a en la paranoia.
-acia afuera 4ienso en toda la #ente que a esta hora mira tele%isión. 0na llu%ia finsima cae en la calle y emer#e desde el suelo un silencio precario. $e la %entana hacia afuera los lmites de mi len#ua'e crearon un mundo que ya no me interesa. El pa%imento mo'ado refle'a las luces de los autos/ ro'os, %erdes y amarillos mo%i*ndose.
)o estoy en bata comiendo naran'as al sol
4or la ma+ana miro mi cara en el espe'o del ba+o. -asta hace un rato, resucitada, mi madre atra%esaba un campo con su bata ro'a. 4ero ahora estoy despierto/ finalmente, todo es natural. 2bro la canilla y me inclino para la%arme. Siento el ruido del a#ua contra el %ientre de la pileta 9pelos muertos en el mármol blanco9.
La partitura 4uestos con ropas, #olosinas, cámaras foto#ráficas, zapatos baratos, anteo'os de sol, etc. más/ personas esperando colecti%os que parten hacia lu#ares determinados( trenes repletos que fuera de horario ya no pueden representar el pro#reso. El cielo, cubierto de humo, %ale menos que la tierra. Es definiti%o, acá la naturaleza ba'ó los brazos o está firmemente domesticada en los canteros.
El calor
2 tra%*s de la %entana una luz blanca, intensa, se posa sobre la mesa de madera. Leo a ?obert Lo@ell en in#l*s y comparo las %ersiones de Airri. $e a ratos, le%anto la %ista hacia los edificios #rises con ropas col#adas en sus balcones y %entanas a medio abrir 9como una ci#arra en el calor el torno de una obra y la letana de los martillazos que se e7panden en la inmo%ilidad del %erano9. $e Lo@ell, nada quiero decir( pero de Airri... Bah Caronte, tardarás en comprender al pasa'ero que te lle%as
">sica "i ta concilia el sue+o a los ochenta a+os escuchando %ie'as canciones en su radio portátil. En su pieza, en lo oscuro, el *ter se ha transformado en al#o %ital. Supon#o que estas cosas pasan y me pasarán tambi*n a m. Sobre el final de la %ida la >nica m>sica que e7iste está fuera de nosotros.
0na canción que no recordás
2celerás despacio, despacio, el aire en la cara te reconforta. 2 tu derecha, una heladera heladera de coca cola ilumina la estación de ser%icio. 0n colecti%o, amarillo, cruza lentamente la calle. En la radio, los ;eatles cantan una canción que no recordás( una cucaracha flotaba en el caf* cuando %aciaste la cafetera. $oblás y tomás por una calle oscura, el empedrado te sacude un poco y el ruido liso que te acompa+aba es ahora un le%e repiqueteo. 5u* es lo que hace que una %ida funcione y a%ance6 2l#uien, unos metros delante delante tuyo, hace se+as para que te deten#as.
"ientras me la%o la cara $aro, parado, #rita y #esticula. ;a'o una frazada marrón $aniel se re y habla de sus no%ias. Están borrachos y los que #ritan en la cocina, como diputados, tambi*n. "i %ie'a, resucitada, #olpea las %entanas, pidiendo entrar. 2l amanecer, ba'o una claridad claridad despiadada( ci#arrillos, libros desperdi#ados, desperdi#ados, platos con comida. Camino, despacio, hasta el ba+o( s* que la des#racia está sobre nosotros, no ahora, tampoco el a+o pró7imo, toda%a somos 'ó%enes, pero eso se pierde ense#uida. )o tenemos nada, pienso, mientras me la%o la cara, ni un oficio, ni una herencia, ni una casa de sólida piedra.
$esierto
"ane'* durante la noche hasta a#otar la nafta. 2pa#u* las luces del del auto, cerr* las puertas y camin* sin rumbo fuera de la ciudad. 4as* cuarenta das en el desierto tentado por el diablo. !ol%, no me siento ni bien ni mal y esto debe tomarse al pie de la letra. 4o#o
To Julia, in memoriam
Se+or, le escribo para decirle
Se+or, le escribo para decirle que he %uelto, esta ma+ana, a leer sus %ersos. "i sed está saciada y me siento iluminado. )o s* cómo pude ne#arlo tres %eces, practicar la escritura automática y unirme a la crueldad de la multitud. La es#rima tonta de los das se haba apoderado de m. 4erdóneme, recbame.
1ras cabal#ar das enteros
1ras cabal#ar das enteros nos pusimos a un tiro de piedra de la ciudad. Estaba donde pensábamos. )o se haban equi%ocado los oráculos ni los mapas. Luminosa, en la noche, se %ea desde el alto campamento. D!en aqu 9me di'o 2tila9, ma+ana conducirás la columna que iniciará la in%asiónD :la traducción es ma<. $espu*s se marchó. ;ebimos y bailamos como era costumbre, y nos retiramos a dormir en carpas impro%isadas.
1odos los poetas son mortales Como un homena'e a la tautolo#a, ilcoc8 muere de un infarto mientras lee un libro sobre el corazón, "ontale se queda dormido y Eliot, muy d*bil, se colorea la cara y ne#ocia con $ios. 4ero, 5cómo6 5El %ie'o ally escriba poesa6
Esperando que la aspirina Esperando que la aspirina empiece a traba'ar, que acomode los cuartos, que re%uel%a el caf* y que trai#a a mi madre, fresca a esta tarde de a#osto ho'eo re%istas est>pidas, escucho discos %ie'os me pre#unto en qu* momento los dinosaurios sintieron que al#o andaba mal.
2unt
La ciudad alu%ional a la que lle#an %ie'os de todas partes, olor a pelo quemado, aparatos para respirar. BLa m>sica del ocaso en discos compactos y cassettes DCuando eras chico yo te sacaba desnudo a pasearD. 2hora presenciamos el el triunfo del tiempo, subimos escaleras de mármol y ya no estamos se#uros de ser el centro del mundo sino inquilinos de un barrio perif*rico/ Dten#o miedo, no quiero dormir acáD. El doctor aparece, impasible su pelo ne#ro brilloso peinado hacia atrás, masticando chicle y tomándote el pulso. La %ida, a %eces, tiene un humor de mierda. dice/ Dpodras salir un momento que %oy a re%isarlaD. Cuatro paredes, un botiqun y tu cuerpo presocrático sobre la camilla se cierran tras la ho'a de la puerta.
1ratando de sepultar
1ratando de sepultar la narración de nuestros padres se %a la adolescencia. $espu*s pa#amos para que la recopilen y nos di#an que podemos ser me'ores. 54or qu* sue+o con perros6 54or qu* me aburren las tardes y no puedo hablar con mis ami#os6 "ientras tanto, la mu'er cocina y el marido se masturba en el ba+o. La dicha se en#endra en el corazón de lo tri%ial y a %eces al#uien muere, a oscuras, en un cine.
4ounds station
Cuerpos ele%ados por el lento mecanismo de la escalera del subte. 2bri#os, #uantes y bufandas( bufandas( rostros duros que no parecen %enir de la confortable luz de los l os %a#ones sino del crculo donde 0#olino come.
$espertarte $espertarte a mitad de la noche y %er en el otro lado de tu cama a tu mu'er llorando es una e7periencia importante. uiere decir, entre otras cosas, que mientras paseabas por los cuartos iluminados de tu cerebro al#o se estaba #estando cerca tuyo. 0n error con el cual manten*s una particular relación de intimidad. 4orque aunque no firmemos nada, ni corramos apurados ba'o la llu%ia de arroz pensamos que es para toda la %ida y as se#uimos. ;otes, que durante la noche, quedan amarrados al muelle, #olpeándose entre s, se#>n el %iento.
Cancha ?ayada
Caminamos, con mi %ie'o, por la playa de estacionamiento. Es un da de calor sofocante y en el asfalto recalentado %emos la sombra de un pá'aro ne#ro que %uela en crculos, como sat*lite de nuestra des#racia. 0na multitud %ictoriosa, a nuestras espaldas, ru#e toda%a en la cancha. 2cabamos de perder perder el campeonato. La cabina del auto es un horno a le+a( los asientos queman y el sol que pe#a en el %idrio, ence#uece. 4ero no importa, como dos bonzos dispuestos a inmolarse, nos sentamos y enciendo el motor/ Fabián Casas y su padre %an en coche al muere.
-enry ! aren#a a sus soldados
Canta, oh $iosa, aquella lar#a marcha que nos de'ó un tendal de muertos m uertos en la periferia de la compasión y el cora'e. Soldados amar#os y duros caan en el barro y eran heraldos ne#ros los das y las noches. Canta entonces cuando nuestro se+or, montado en su corcel 9con ropas de das que no quiso cambiar, por un e7tra+o au#urio9 pronunció estas aladas palabras/ DSe+ores, ha lle#ado la hora de demostrar cuánto %alemos. 2 quien no ten#a ánimos para esta lucha, se lo de'e marchar/ no queremos caer en compa+a de cobardes. ue se queden los %alientes, 9#al#os que tiran de la correa ansiosos por el combate9 los que serán e'emplo para hombres de san#re más %ul#ar. 1odos, en nuestra patria, en%idiarán no haber estado aqu. 54or qu*, entonces, habra de temer al enemi#o6 )i el azar, ni el cansancio podrán con nosotros B-i'os de los %ientos una %ez concluidas tan hermosas palabras, un estallido de '>bilo sacudió al bosque y nos 'uramos acabar con GH a+os de est*ril escolástica. uedó escrito/ D4resos de un furor demencial los hombres de -enry ! entraron a la 4eque+a Chica#o y arrasaron con todoD.
4o#o
Sentados los cuatro, frente a platos calientes, necesitamos a%anzar. 5 Es esto lo que quera decir6 El balcón, a tus espaldas da sobre un corazón de manzana donde la luna ilumina techos y cables. Sacudida por el %iento, la ropa col#ada produce aplausos secos para nadie. BLos pensamientos brotan de mi cabeza como el sudor ;a'o el cálido cono de luz, el brillo de los cubiertos y el tintinear de %asos y botellas cometimos la estupidez de recurrir al mito para ordenar el mundo. DLo >nico que podemos hacer 9dice *l9 es superar a nuestros padresD. yo di#o DS, sD y mastico un pedazo de carne seca. )os ponemos tensos. 5 ella6 $e%orada por el perro de la maternidad ya no puede articular palabra. $eberamos irnos, pero no podemos. 4ienso en la rutina de los l os parques, los besos, los paseos al aire libre, la oscuridad del cuarto en el que mis %ie'os se con%irtieron en hermanos. Los das se apilaron entre al#odones como pastillas en un frasco. 5)os %an a %enir a %isitar más se#uido6 5La pasaron bien6 5)o te molestó que te di'era esas cosas6 D)oD, di#o. El %ioln finsimo de un mosquito orbita mi cabeza. 5Cómo pudo escapar del in%ierno6 5Cómo podremos al#una %ez escapar de este cuadro6 $istribuimos nuestro tiempo entre el miedo a la muerte y el miedo a los demás( la #ramática incomprensible de una reunión de ami#os.
4on#ámonos los sacos, salud*monos, dese*monos suerte y sal#amos a la calle ;a'o el abri#o confortable de la psicolo#a.