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“EL PAPEL DE LA INFERENCIA EN LA COMPRENSIÓN/INTERPRETACIÓN DEL TEXTO LITERARIO” PROF. LEANDRO C. ARCE Facultad de Humanidades Universidad Nacional de Catamarca Didáctica de la lengua y la literatura
[email protected] 1. INTRODUCCIÓN En el marco del proyecto de investigación “La Lectura Estético-Cultural de los Textos Literarios y sus Prácticas en el Ámbito Educativo” (U.N.Ca.-SeDeCyT, 2004), me interesa ahondar en el papel que juegan las inferencias en el proceso de lectura, comprensión e interpretación de textos literarios. Es evidente que, como objeto cultural ficcional, el texto literario exige la posesión y la activación de procesos cognitivos de orden superior, que exceden aquellos implicados en la tarea de lectura e interpretación de textos expositivo-explicativos, argumentativos, etc., o, al menos, exige competencias de un orden distinto. Interesa entonces delimitar los componentes de lo que se ha dado en llamar competencia literaria (Culler, 1978; Ohman, 1986; Fish, 1989; Stubbs, 1989; Reyes, 1989, entre otros), y demarcar las habilidades específicas que se ponen en juego para crear no sólo la representación mental del contenido de un texto literario, sino además la organización de un marco conceptual para la definir cognitivamente la idea de interpretación. En el presente trabajo indagaré estas cuestiones, que se desprenden del objetivo más general de establecer un marco de referencia para trabajar la lectura de estos textos y brindar herramientas para aplicarla en el ámbito educativo. 2. COMPRENSIÓN DEL TEXTO INSTRUMENTAL VS. COMPRENSIÓN DEL TEXTO LITERARIO Parto de la idea, tal vez polémica, de que realizar la lectura de un texto literario supone la intervención de habilidades cognitivas distintas de las necesarias para llevar a cabo la lectura de otros textos que reuniré bajo el nombre de ‘instrumentales’, a saber, textos informativos, expositivos, explicativos, epistolares, entre otros. La mayoría de los estudios de comprensión de textos escritos se hace sobre estos textos instrumentales, pero los desarrollos logrados no contemplan el proceso que ocurre específicamente en la comprensión del texto literario que, a priori, parecería requerir de la intervención de otras habilidades.
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2.1 LA COMPRENSIÓN DEL TEXTO ESCRITO Dentro del dominio de la Psicolingüística, Psic olingüística, son muchos los modelos que explican el proceso de comprensión. Siguiendo a García Madruga (1993), diremos que “ el resultado de la comprensión supone la construcción de un modelo mental, situacional, que da cuenta del estado de cosas descritas en el texto, y en el que se integran lo expresado en él y lo ya conocido por el sujeto” (Kintsch y van Dijk, 1983). De esta definición se sigue que lo reflejado por este mode-
lo es, grosso modo, el proceso mediante el cual la información contenida en el texto pasa a la mente del hablante. Se trata de un proceso instrumental, en el que lo importante es cómo se produce la transmisión de la información o la apropiación de conocimientos, elemento sin dudas importante en el ámbito pedagógico. Sin embargo, la lectura literaria excede lo meramente instrumental, dado que quien lee no espera adquirir un conocimiento específico, sino una recreación de otra índole que, en el mejor de los casos, supone el interés por el goce del texto. Esta dimensión hedonista de la lectura literaria, entre otros aspectos específicos, no está totalmente contemplada por los modelos que explican el proceso de comprensión. 2.2 LA ESPECIFICIDAD DEL TEXTO LITERARIO Ahora bien, parece pertinente considerar entonces qué significa hablar de la especificidad del texto literario. Texto es toda “formación semiótica singular, cerrada en sí, dotada de un significado y de una función íntegra y no descomponible” (Lotman, 1968). Todo texto surge en un contexto témporo-espacial, pragmático y cultural específico, que justifica su existencia. El destinatario de ese texto deberá poseer en sí las competencias (lingüística, paralingüística, ideológica, pragmática, estratégica, etc.) necesarias para procesar y decodificar esa densa red de relaciones, que van más allá del contenido particular. Pero el texto literario se inscribe en una esfera específica que lo funda como tal: la esfera de lo estético-cultural. El texto estético supone un dominio semiótico específico e interactivo que exige el establecimiento de un contrato tácito entre lector y texto, contrato basado en el mutuo consentimiento acerca de una serie de códigos no sólo lingüísticos, sino además, axiológicos, hermenéuticos, ideológicos y culturales, para la elaboración de un nuevo texto. Ante esta complejidad, hablar de comprensión del texto literario sería acotar excesivamente lo que el proceso realmente implica. Parece adecuado considerar un escalón más: la interpretación. La lectura de un texto literario supone la integración de diversos aspectos que implican el dominio de habilidades lingüísticas, cognitivas, pragmáticas, enciclopédicas, literarias, metaliterarias e intertextuales, las que se imbrican con la propia experiencia del sujeto lector. Por lo tanto, la lectura excede las destrezas básicas de comprensión, para adquirir un encastre semiótico especial. Lo que denomino “interpretación” se vincula con estas otras dimensiones específicas del texto literario, que podr-
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ían considerarse dentro de lo que tradicionalmente se ha dado en llamar “competencia literaria”. En la actividad del sujeto lector deberá, entonces, contemplarse la habilidad específica para interpretar este otro universo sígnico cifrado en la obra literaria, a partir del empleo artístico del código lingüístico. 2.3 LA COMPETENCIA LITERARIA El conjunto de destrezas cognitivas que intervienen en el reconocimiento en un texto de los rasgos formales que determinan la literariedad conforman lo que se designa competencia literaria.
Entre estos rasgos, podemos citar los elementos, condiciones, convencionalismos que
asignan a una producción lingüística el rasgo [+ poético] (Mendoza, 1995). En palabras de Mignolo (1977): Lo literario es sólo un caso particular de texto: lo literario se define por un conjunto de motivaciones que hacen posible la producción y recuperación de textos en cuanto estructuras verbo-simbólicas en función cultural. (Mignolo, 1977: 57)
Es esta marca propia de los textos literarios la que permite diferenciar su comprensión/interpretación de la comprensión del texto escrito (instrumental) y es una esfera concreta de lo que conocemos como competencia comunicativa. La noción de competencia comunicativa (Hymes, 1971) reúne el conjunto de “actitudes, valores y motivaciones referentes al lenguaje, a sus características y usos” que se interrelacionan con el “código de la conducta comunicativa.” Gómez de Erice (2003) señala (siguiendo a Badura, 1972), dentro de la competencia comunicativa, las competencias lingüística, hermenéutico-analítica y táctico-retórica. En estas dos últimas, estaría desplegada la competencia literaria. La competencia hermenéutico-analítica se integra de tres componentes, a saber: semiótico, enciclopédico e interpretativo (Gómez de Erice, 2003: 24). El componente semiótico se vincula con el conocimiento de los sistemas semióticos que configuran las diferentes esferas de lo natural y cultural en representaciones sígnicas que permiten la interacción con el mundo. El componente enciclopédico comprende el conjunto de saberes acerca del mundo, almacenados en la memoria como marcos ( frames) o guiones (scripts ), esquemas que guían la comprensión de los textos. El componente interpretativo, el que más nos interesa, opera activamente en el proceso de comprensión, dado que se encarga del llenado de los vacíos informativos que contiene todo texto y que el lector debe completar mediante la construcción de inferencias. El proceso inferencial, ya sabemos, es un mecanismo cognitivo complejo, fuertemente determinado no sólo por los saberes enciclopédicos que posee el sujeto, sino además por las experiencias de vida y
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la cultura de las que éste emerge. Configura, por lo tanto, un marco necesario para la elaboración de la interpretación de un texto y, en los textos artísticos, del reconocimiento del pacto ficcional que éste plantea tácitamente. El componente interpretativo operaría como una grilla de lectura que puede favorecer un mayor ajuste de las inferencias al contenido y la temática del texto, o bien oscurecer y ocultar las posibilidades significativas, o bien reproducir, en cada circunstancia, una lectura relacional estereotipada. (Gómez de Erice, 2003: 26)
Tentativamente, adelanto la idea nuclear de este estudio: el componente interpretativo es un elemento central del proceso de lectura, comprensión e interpretación de un texto como literario, puesto que permite realizar las inferencias necesarias para reconocer las estrategias pragmático-discursivas, hermenéutico-analíticas y estéticas que configuran lo poético de un texto. Pero antes de desarrollar en profundidad este punto, creo necesario rescatar algunas precisiones acerca del proceso inferencial en sí, a fin de situarnos cognitivamente en el papel que éste juega en la interpretación. 2.4 EL LUGAR DE LAS INFERENCIAS EN EL PROCESO DE LECTOCOMPRENSIÓN La comprensión supone, como se dijo, la construcción de una representación mental integrada del contenido de un texto, para lo cual el lector debe ejecutar procesos inferenciales a partir de su conocimiento previo (en sentido amplio) para que esa representación sea coherente. Una inferencia es, entonces, toda información no presente en el texto, activada durante la lectura e integrada a otros procesos de nivel superior, necesarios para efectuar el proceso interpretativo. Se trata, por lo tanto, de procesos cognitivos heurísticos, transversales, de gran potencialidad, ya que permiten relacionar datos e informaciones en todos los niveles (Gómez de Erice, 2003: 33). Tienen carácter hipotético-deductivo: en una primera fase, se elaboran las hipótesis o predicciones (a partir de la intuición y la imaginación); y en la segunda, éstas se confirman o se desechan, en un proceso específicamente inferencial (Isuani et al., 2003). Sigo a Pipkin (1998) en la conceptualización de las inferencias como “todas aquellas proposiciones agregadas y/o modificadas que generalizan, elaboran, reordenan o conectan el texto original” (Pipkin, 1998: 50). Dentro del modelo situacional de van Dijk y Kintsch (1983), los procesos inferenciales son concebidos como estrategias transversales, ya que intervienen en los distintos niveles de representación del discurso: sea a nivel más rudimentario, como el reconocimiento de palabras, o de complejidad mayor, como el esquema situacional (quién lee, para qué, qué texto, cómo se siente al leer, etc.) (Isuani et al., 2003). La direccionalidad de las inferencias también es variable, puesto que pueden darse en el sentido bottom-up (de abajo arriba), es decir, desde la información presente en el texto hacia los sistemas cognitivos del sujeto; o top-down (de arri-
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ba abajo), esto es, a partir de la experiencia o enciclopedia del sujeto hacia el texto. Esto queda esquematizado en el cuadro 1: CUADRO 1: NIVELES DE REPRESENTACIÓN DEL DISCURSO (VAN DIJK Y KINTSCH, 1983) •
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Representación de la forma superficial del texto: Identificación de palabras Reconocimiento de las relaciones sintácticas y semánticas Construcción del texto-base: Nivel proposicional Nivel microestructural Nivel macroestructural Nivel superestructural Modelos de situación: tres sub-modelos contextuales: Esquema situacional o de interacción comunicativa Modelo enciclopédico Modelo discursivo
I N E F S E T R R E A N T C E I G A I L A E S S
Recordemos que el modelo de van Dijk y Kintsch (1983) es un modelo interactivo, según el cual el funcionamiento de los diferentes subprocesos se establece a partir de “una compleja interacción de estrategias cognitivas y mentales, que actúan de manera simultánea, procesando información de distintos niveles de estructuración del texto ” (Cubo de Severino, 1999).
2.5 LAS INFERENCIAS EN LA COMPRENSIÓN / INTERPRETACIÓN INTERPRETACIÓN DEL TEXTO LITERARIO Dentro del marco del proyecto del que este trabajo forma parte, interesa particularmente trabajar el procesamiento, comprensión e interpretación del texto literario. De allí la necesidad de establecer una taxonomía de las inferencias que el sujeto lector debe llevar a cabo para construir una interpretación. Pipkin (1998) lleva a cabo un interesante recuento de las tipologías de inferencias desarrolladas por distintos autores, según el aspecto que tienen en cuenta, a saber: el objeto (qué se infiere); los procedimientos (cómo se infiere); los criterios de aceptabilidad (cuán verdadero es lo que se infiere); la direccionalidad del proceso (dirección de la inferencia). Como dijimos antes, ninguno de estos trabajos contempla la especificidad del texto literario, sino que lo considera un tipo de texto más, dentro del universo discursivo. Tomo esta idea para diseñar lo que, a mi juicio, sería relevante para el estudio de las inferencias en la esfera de los textos estético-culturales, en los que el proceso inferencial es, cuando menos, particular. Ahora bien, atendiendo a la especificidad señalada en 2.2, propongo la siguiente taxonomía, tentativa y aproximada, de los tipos de inferencia que interesa tener en cuenta durante el proceso de lectura, comprensión e interpretación del texto literario. Dado el carácter interactivo
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del proceso inferencial, resaltado en 2.4, el orden de exposición no refleja necesariamente el orden en que los procesos son llevados a cabo: A)
INFERENCIAS FORMALES: Atienden al qué se infiere. I.
Inferencias microestructurales: operan a nivel frástico y transfrástico (inferencias léxicas, referenciales, etc.), lingüístico, paralingüístico (puntuación, tipografía, gráficos, etc.) y no lingüístico (espacios estructurales, imágenes, etc.). Permiten el reconocimiento de las desviaciones en los distintos niveles de estructuración (fonológico, morfológico, sintáctico, etc.). En interfaz con las inferencias macroestructurales, permiten la interpretación de los tropos.
II.
Inferencias macroestructurales: permiten reconocer el tema o tópico del texto y las desviaciones del lenguaje literario. En relación con las inferencias evaluativas e ideacionales favorecen la construcción de la interpretación.
III.
Inferencias superestructurales: operan a nivel de formato. Permiten reconocer el tipo textual específico. Se vinculan estrechamente con las ideacionales, dado que sólo el conocimiento previo de las estructuras textuales permitirá elaborar inferencias acerca del encadenamiento de las partes del texto.
IV.
Inferencias situacionales: Actúan como marcos o guiones para la representación de una situación (tiempo, lugar, acción, causa/efecto, agente/objeto, etc.). A partir de éstas el lector debe reconocer el carácter ficcional de la comunicación (pacto) que entabla con el texto.
V.
Inferencias de actitud: Permiten reconocer la intención del enunciador y la construcción, en el texto, del enunciatario; incluyen también las inferencias de sentimiento, es decir, cómo posicionarse emotivamente ante el contenido del texto.
B)
INFERENCIAS PROCEDIMENTALES: ATIENDEN AL CÓMO SE INFIERE. I.
Inferencias elaborativas: De alto grado de complejidad. Permiten determinar secuencias de acciones, establecimiento de relaciones causales complejas, etc.
II.
Inferencias intratextuales: Permiten la vinculación de distintas partes de un mismo texto, relación necesaria para la comprensión de la trama.
III.
Inferencias intertextuales: Actúan a nivel extratextual. Permiten la relación entre el texto leído y otros textos a los que se alude implícita o explícitamente.
C)
INFERENCIAS VERITATIVAS: ATIENDEN AL GRADO DE ACEPTABILIDAD. I.
Inferencias evaluativas o axiológicas: Son necesarias para evaluar la validez de las hipótesis realizadas. Permiten, además, establecer juicios de valor respecto de los
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hechos, personajes, etc., el reconocimiento de las modalizaciones y la valoración en los ejes estético, ético, pragmático y lógico. Intervienen aquí las creencias y los sistemas de valores del lector. II.
Inferencias ideacionales: Comprenden la dimensión experiencial (psicológica, vivencial), social y cultural del sujeto, que que aporta información para la construcción de la representación del contenido.
D)
INFERENCIAS DIRECCIONALES: ATIENDEN A LA DIRECCIONALIDAD. I.
Inferencias predictivas o prospectivas: Son las proyecciones que realiza el lector respecto del desarrollo del contenido textual. Se trata de hipótesis que serán sometidas a evaluación a medida que transcurre la lectura.
II.
Inferencias retrospectivas: Permiten generar explicaciones acerca de hechos ya leídos en un texto, que deben satisfacer la lógica de las acciones.
2.6 EVALUACIÓN DEL PROCESO INFERENCIAL Para poder llevar a cabo una evaluación del modelo presentado, tomo de Sperber y Wilson (1986/1995) la propuesta de generación y evaluación del proceso inferencial. En este modelo, las inferencias son procesos de tipo deductivo que hacen aceptar como verdadero un supuesto sobre la base de la verdad de otro supuesto 1. Una inferencia es evaluada como verdadera a partir de las restricciones específicas sobre la formación y confirmación de supuestos. Se trata, por lo mismo, de razonamientos heurísticos no enteramente falseables (Escandell-Vidal, 1996). Sperber y Wilson presentan un sistema formal de deducciones para explicar el mecanismo de generación de inferencias. En la memoria se activan algunos supuestos iniciales, a partir de los cuales se inicia el proceso deductivo y se escriben las deducciones obtenidas. Las reglas deductivas empleadas para las deducciones son de dos tipos: analíticas , toman como base un supuesto único y las implicaciones que producen son intrínsecas, suficientes y necesarias para entender el supuesto en cuestión; las sintéticas toman como base dos supuestos y las deducciones no son intrínsecas a ninguno de los dos supuestos. La función principal de este mecanismo deductivo es la derivación automática de inferencias de cualquier información nueva, en relación con los supuestos que ya se poseen. Éstas se denominan implicaciones contextuales 2. El proceso interpretativo de enunciados activa, entonces, este mecanismo de elaboración de implicaciones contextuales, que no se detiene en la identificación de su contenido, sino que 1
Supuesto: cada uno
de los pensamientos que un individuo posee como representaciones r epresentaciones del mundo, organizados según grados de veracidad. 2 Contexto: conjunto de premisas empleadas en la interpretación de un enunciado.
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evalúa la producción de efectos contextuales, de qué clase son y qué consecuencias se derivan. De este modo, un texto será relevante, cuando el proceso inferencial derive la mayor cantidad de efectos contextuales, es decir, que el esfuerzo prodigado a la interpretación tenga suficientes beneficios. En este caso, el proceso se considera relevante . Refiero esto simplemente para señalar que, en el caso de la lectura literaria, el proceso inferencial se invierte (Escandell, 1996). En la vida cotidiana, los enunciados se interpretan a partir de la información codificada y de la información situacional, que activan los procesos inferenciales. En la lectura literaria, el entorno situacional y el emisor están ausentes, y sólo se dispone del texto, a partir del cual hay que inferir la situación a la que debe integrarse. Al mismo tiempo, el lector debe ser conciente del proceso de fictivización implicado en el pacto de lectura: se trata de una comunicación ficticia, en la que los roles de emisor/ receptor son fingidos, al igual que los hechos y personajes. Las reglas que guían el proceso comunicativo ordinario se suspenden, dado que dependen exclusivamente de la información proporcionada por el texto, fuente única de supuestos iniciales para poner en marcha el mecanismo inferencial e interpretativo. 3. A MODO DE CONCLUSIÓN Sumariamente, quiero resaltar el hecho de que la comprensión del texto estético-literario es, al menos, un caso especial. Interesa la idea de interpretación, dado que este concepto refleja me jor el papel activo del lector frente a las decisiones que debe tomar para configurar la representación mental del texto, la que estará condicionada por su entorno sociocultural. He presentado una tipología construida sobre la base de una necesidad metodológica, a los fines de investigar cómo se lleva a cabo el proceso inferencial e interpretativo en la lectura de textos no-instrumentales. Ésta no pretende, por lo mismo, exhaustividad ni validez universal, sino simplemente la edificación de un marco conceptual para el análisis de los procesos implicados en la interpretación del texto estético. Rescato, por último, la idea de que el proceso inferencial reviste, en la lectura literaria, un carácter especial, no sólo por la ausencia de entorno comunicativo ordinario, sino además por la importancia del reconocimiento del pacto ficcional, de las convenciones estéticas y del empleo artístico del código lingüístico, a partir del cual se edifica la obra literaria.
Prof. Leandro C. Arce
Salta, 05 de julio de 2005
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