LA CULTURA NÁHUATL Matrimonio La boda conjuga, por una parte, costumbres ancestrales que al paso del tiempo han integrado todo un ritual, transmitido de generación en generación, y por otra, la música y la danza de la ocasión. En el ceremonial se conservan actos cargados de simbolismo, tales como sahumar a los novios “para que los vientos los reciban bien”, regar aguardiente en la tierra, a fin de que ésta deje a la pareja vivir por muchos años, o poner flores a los novios, invitados, músicos e incluso a los instrumentos musicales, en señal de conmemoración. Se hace presente también, la práctica de que el más viejo de la comunidad, el “huehuetlácatl”, sea el casamentero. Este personaje, como máximo depositario de la tradición, maneja una serie de símbolos; así, hace entrega de un calabazo, una mazorca de maíz y una botella de aguardiente al novio en muestra de propiciación de abundancia para el nuevo hogar e indicando que es el hombre quien ha de procurar el alimento a la mujer. De la misma manera, la manipulación mágica de los elementos naturales aflora; el agua se emplea tanto para lavamientos de manos y purificación, como concebida cual fuente de protección, ya que se le invoca en el pozo para que proteja a los desposados.
Padrinos de bautizo El sistema de compadrazgo cobra relevancia en la Huasteca, ya que a través de él se tejen redes de alianza y cooperación. En este sistema, además de que los padrinos se encargan de una parte organizativa y económica de la celebración a realizar, éstos entran en una relación especial con los padres del ahijado, que implica patrones específicos de conducta. Una descripción de las actividades a las que se compromete una pareja al aceptar ser padrinos de bautizo se encuentra en la siguiente etnografía de la comunidad de Achiquihuitla (Atlapexco, Hgo.): "Cuando una pareja ya ha tenido su hijo, se platican entre sí cómo van a hacerle para buscar padrinos. Se consultan mutuamente sobre quién o quiénes pueden quedar como padrinos del niño. Una vez que se han puesto de acuerdo en las condiciones, eligen a su compadre o compadres. Compran un topo de aguardiente, una cajetilla de cigarros y alguna otra cosita y se va a ver a la persona en quien pusieron los ojos. Si el escogido acepta, los papás regresan contentos para prevenirse con pan, dos mancuernas de pilón, una libra de café,
más aguardiente y más cigarritos. De nuevo se van a ver al posible compadre porque quieren estar seguros de que sí aceptó. Los padrinos, cuando el compromiso ya quedó ratificado, también se preparan para vestir al niño el día del bautismo. Llegado el día, el padrino compra un pan de jabón y manda a su mujer que vaya a dejarlo, a la casa de los que van a ser sus compadres, para que bañen al niño. Los papás del niño preparan una comidita (teotlacualli), en honor a los padrinos. Poco después hacen lo que en náhuatl se llama tetlatlamaca. Llaman a la partera para que diga qué es lo que necesita. Ella, la partera, pide un guajolote (palachi, cuaxolotl, totolli), refrescos, cigarros, aguardiente y pan. Si la comida ya está lista, van por los compadres para que vengan a comer. Para cuando los padrinos lleguen, los papás del niño han alistado agua, jabón y toalla para lavarles y secarles las manos. Esto debe realizarse para que los padrinos no tengan las manos calientes (maliquitas nuchipa tona pampa ya elqui tetiotat). Luego de lavarse las manos, pasan a comer. Con todo esto se pretende que los padrinos no estén tristes. Los papás esperan que sus hijos crezcan buenos y sanos. Si esto no se logra, se debe a que la elección de padrino, o padrinos, no fue la más atinada. Se tiene la creencia de que si una persona no acepta con gusto la responsabilidad de ser padrino, o madrina, el niño va a ser enfermizo".
Danza del maíz Cuando finalizan las lluvias y las milpas comienzan a dar elotes, los nahuas de la sierra de Veracruz celebran elotlamanaliztli, ceremonia donde se ofrenda al maíz tierno y se agradece a las divinidades por haberles otorgado el alimento vital. El huehuecatl (llamado en español curandero) y su compañera, dirigen esta ceremonia en la que chicomexochitl, dios maíz joven es tratado como una persona. Se le agradece el alimentar a la comunidad, a cambio se baila con él, le tocan música, le ofrecen sacrificios, se le da de comer y beber. Los hombres maduros intercambian con los niños, atados de maíces por elotes tiernos. Este intercambio representa la germinación de los granos viejos de la temporada pasada en plantas nuevas de maíz que darán de comer a la comunidad nahua.
Usos y costumbres Los nahuas que emigran y los que viven en las zonas urbanas, mantienen vínculos de identidad con su comunidad y con sus antecedentes culturales, a través de la familia y de su participación en las festividades religiosas de los
santos patronos de sus respectivos poblados, así como en la organización social que con ese propósito generan.
Vestimenta En la actualidad, la vestimenta tradicional ya sólo se usa en las fiestas de la comunidad y en ocasiones especiales; el vestido del hombre consistía en calzón y camisa de manta, huaraches y faja, preferentemente de color rojo, enredada en la cintura, que puede ser de diferente color. La mujer vestía blusa blanca bordada de flores y un chincuete de cambaya sostenido con una faja multicolor.
Artesanías de náhuatl Se destaca la cerámica de barro, de gran valor artístico en la comunidad de Chililico, municipio de Huejutla; la cestería de carrizo y bejuco, los bordados a mano de servilletas, manteles, blusas y las labores de papel picado, utilizado para el adorno de altares en muchas localidades de la zona. Las mujeres, los ancianos y los niños son quienes, en lo fundamental, desarrollan estas actividades.
Festividades El Carnaval en la Huasteca hidalguense está relacionado de manera importante con el Xantolo al formar parte de las celebraciones rituales más importantes del año. El Carnaval está vinculado con la preparación de la tierra para el periodo primavera-verano y se realiza en los tres días que anteceden la celebración del miércoles de ceniza, este ciclo festivo es una forma de dividir el tiempo sagrado, reproduciendo un ciclo solar.