LA DISCIPLINA EN EL AULA
L a disciplina en el aula es un aspecto que preocupa a la mayoría de los docentes, ya sean novatos o veteranos, siempre tendrán que enfrentarse a situaciones de indisciplina en el grupo. La frase "disciplina en el aula" tiene un inmediato y claro significado para la mayoría de los docentes, pero en verdad, este es un concepto complejo y difícil de definir. Por lo general se asocia a vocablos como: control, respeto, normas, responsabilidad, autoridad, cooperación, obediencia, acuerdo, recompensa, contrato, consistencia, castigo, comportamiento, amabilidad, fluidez y muchos otros. Cuando escuchamos la palabra control aplicada a la clase, nos da la idea de rigidez y dominio por parte del maestro, pero la verdad es que no es fácil encontrar un sustantivo válido. David Fontana al utilizar la palabra control se refiere al proceso de dirigir una clase de forma organizada y eficaz, que ofrezca oportunidades adecuadas para el desarrollo de las aptitudes de cada alumno, en la que los profesores puedan cumplir su misión específica de facilitar la labor de aprendizaje, y los alumnos asimilar de buen grado las técnicas de control y orientación de sus propias conductas. En este trabajo se pretende analizar las causas de los problemas de control de la clase, los problemas de disciplina tienen que ver tanto con el maestro como con el alumno, a continuación haremos mención de los diferentes factores que influyen en el comportamiento de los alumnos según la edad, sexo, aptitudes, factores socioeconómicos y según el entorno social. Después analizaremos los posibles problemas de control de clase ocasionados por la estructura y organización diaria de la clase. Diferencias de conducta relacionadas con la edad Para determinar que conducta constituye un problema en clase, es necesario tomar en cuenta la edad de nuestros alumnos, por ejemplo en los niños más
pequeños, muchas conductas problemáticas surgen porque no han aprendido todavía una forma aceptable de hacer las cosas. Un buen profesor se da cuenta, a medida que crecen los alumnos, de la necesidad de modificar los mecanismos de atribución de sus conductas a un motivo u otro, por eso es importante tener en cuenta que determinadas conductas en los niños se rigen por factores diferentes según la edad. Diferencias de conducta relacionadas con las aptitudes El nivel de aptitudes en los niños constituye un factor importante en su comportamiento. Los niños de aptitudes sobresalientes mostraran mayor interés en las actividades de la clase por más aburridas que estas sean, en cambio los de aptitudes bajas se mostraran desinteresados y solo dirigirán su atención por aquellas que tengan relación evidente con sus vidas extraescolares. Diferencias según el sexo Los maestros han podido observar que hay patrones de conducta que rigen a los alumnos según el sexo, por ejemplo a los niños le llama más la atención las actividades que se realizan al aire libre y todo lo que conlleve actividad física, en cambio las niñas muestran mayor espíritu de cooperación y más interés en las tareas de la clase que los niños. Diferencias de conducta y factores socioeconómicos Es más probable que los niños que pertenecen a un nivel socioeconómico bajo tengan un menor autoestima, debido quizá a un entorno menos privilegiado. Es posible que surja un conflicto entre escuela y hogar debido a que los valores que priman en la escuela pueden ser objeto de burla en casa, mientras que los valores inculcados en el hogar resulten inadmisibles en la escuela. Por lo que se refiere al control de la clase, esto se traduce en un mayor rechazo de la colaboración, del autodominio y del trabajo académico exigido por los profesores por parte de los niños de un estrato socioeconómico bajo que los pertenecientes a capas más altas. Otro factor que podría suscitar problemas en el
aula seria las burlas y rechazo de las que son sujetos los niños de un nivel socioeconómico inferior. Hasta aquí hemos mencionado los factores que influyen en los distintos comportamientos que adoptan los niños en el aula y que podrían causar falta de control en el aula. Ahora analizaremos como influye en el control del grupo la forma en la que el maestro organiza sus clases. Muchos problemas de control son originados por la falta de organización de la clase por parte del maestro, a continuación se mencionan algunos aspectos a considerar para un buen control: La puntualidad es un aspecto importante a considerar, debido a que si el maestro llega tarde o está manipulando algún aparato se podrían suscitar problemas de control, pero si se empieza la lección con puntualidad el maestro soslayara esos problemas. También es importante tener preparadas las cosas que vamos a utilizar para evitar variopintos que producirán hilaridad, risas y bromas por parte de los alumnos. Antes de iniciar la clase el maestro debe asegurarse de tener la atención de todos, pero habrá casos en los que la clase se halle obstaculizada por algún murmullo y entonces él deberá sacarse de la manga un recurso que no falle para calmar a la clase y conseguir su atención. Los buenos profesores siempre están observando a la clase y se dan cuenta exacta de dónde van a empezar probablemente los problemas, concentrando ahí su atención. Hay maestros que ocupan demasiado tiempo en ciertos alumnos o grupos de alumnos. Los alumnos relativamente ignorados, podrían constituirse, en cuestión de minutos, en un foco de perturbación, para evitar esto el profesor deberá lograr una distribución equitativa de su tiempo y atención, para conceder a cada alumno concreto la ayuda y atención apropiadas, transmitiéndole la impresión de que se preocupa por su trabajo y sus progresos.
Una recomendación mas es no hacer comparaciones entre alumnos sobre el rendimiento de los mismos, ya que eso puede generar no sólo hostilidad y resentimiento hacia el maestro por parte de los desfavorecidos en esas comparaciones, sino divisiones en el seno de la clase, que quizá piense que el profesor actúa con favoritismo. Una buena organización de la clase ayudara al maestro a mantener un buen control de grupo debido a que no dará tiempo a que los niños se comporten mal. Por
último
la
forma
de
planificar
y
organizar
las
lecciones
repercute
considerablemente en el orden de la clase. Es obvio que una tarea mal preparada, que sumerge al maestro en un estado de desconcierto antes de que la lección haya llegado a la mitad, será ocasión para que surjan problemas de control.
Conclusión
En conclusión, se puede decir que en el aula siempre se suscitaran problemas de indisciplina, pero el maestro deberá saber cómo responder ante determinadas conductas de los alumnos para poder sacar adelante la clase y hacer que esto no afecte el buen desarrollo de la misma. A lo largo de este trabajo se ha mencionado los diferentes factores que influyen a que los alumnos adopten diferentes conductas y es de suma importancia que el maestro comprenda estas razones para que sepa cómo actuar ante estas situaciones. Como docentes, cuando las cosas no funcionan como queremos, es importante examinar las conductas de uno mismo y las del alumno, y no sólo las de este último, ya que en ocasiones las cosas no funcionan por la falta de organización del profesor, y en otros casos la indisciplina es ocasionada por culpa de los alumnos, pero aun cuando sea ocasionada por el alumno es importante que el profesor analice detenidamente su propia respuesta ante determinada situación. En lo que respecta a la organización de la clase el profesor podrá disponer de diversos medios que le permitan observar qué es lo que está saliendo mal y analizar sus causas para así de esta manera pueda adoptar las acciones necesarias para atender esos problemas que están siendo causa de indisciplina.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fontana, David (1998), ³Naturaleza de los problemas de control de la clase´ y ³Temas para pensar: algunos tópicos para la reflexión y el debate colectivo´, en La disciplina en el aula. Gestión y control, México, Santillana (Aula XXI), pp. 13-34
Fontana, David (1998), ³Normas sencillas para el gobierno de la clase´, en La disciplina en el aula. Gestión y control, México, Santillana (Aula XXI), pp. 134-148.