La Sonrisa de Kai

LA SONRISA DE KAI En nuestra vida vamos a encontrarnos con personitas excepcionales como nos hace mención el libro tal es el caso de Kai, personas con las cuales debemos de saber convivir y aprender grandes cosas de ellos. Me parece que para la mayoría nos resulta muy difícil o complicado tratar con personas que muestren alguna discapacidad y esto se puede notar simplemente cuando se enteran que alguien de la familia tuvo un bebe y nació con Síndrome de Down por mencionar alguna, por un principio los padres se quedan desconcertados con la noticia la cual la reciben como si les hubiera caído encima una bandejada de agua totalmente helada la cual los deja paralizados y lo primero que hacen es no aceptarlo o culparse uno al otro por lo que paso sin darse cuenta que lo principal que deben de hacer es dar gracias por tener un ángel en sus manos el cual deben de amar, guiar, cuidar y proteger con una enorme valentía. Los párrafos de este libro al inicio nos hacen mención de varias discapacidades en distintos niños tales como las que nos presenta el Teletón cada año por televisión pero esto al final de todo solo lo veo como un fin lucrativo y no como un fin noble el cual conste de ayudar a estos pequeños desde el fondo de los corazones. Retomando esto me gustaría hacer hincapié en el protagonista “Kai” que muestra Síndrome de Down junto con Autismo; he escuchado a varias personas hablar sobre niños que presentan la primera discapacidad diciendo que son muy groseros, desobedientes, rebeldes y hasta cierto momento te llegan a golpear si no haces lo que ellos quieren ya que tienen mucha fuerza y al leer las líneas impresas en este libro me llevo la idea de que si muestran un poco de estos comportamientos pero se debe a que no reciben un trato adecuado. En mi experiencia jamás había estado en contacto con alguien que presentara Síndrome de Down hasta hace apenas unas semanas al realizar una práctica en una escuela primaria tuve la oportunidad de encontrarme en el salón de clases a un pequeño de apenas 8 años con esta discapacidad, al principio tenía cierta incertidumbre de acercarme a el ya que por casualidad o incidencia solo había leído hasta la parte en donde Kai se muestra agresivo con todos y pensaba que si me acercaba a él me iba a responder con cierta agresividad ya sea pateándome o rasguñándome pero tal fue mi curiosidad que me acerque con cierta cautela y lo primero que hice fue preguntarle su nombre para lo cual me respondió después de unos cuantos segundos con tranquilidad con lo que me dio confianza para acercarme más hasta tocarle su hombro para apoyarlo en la actividad que todos los niños tenían que realizar aunque solo pudo resolver un solo ejercicio ya que se le dificulta un poco por la cuestión de que apenas está aprendiendo a leer y escribir pero a pesar de ello tuvo la iniciativa de resolverlo.

Al terminar de leer el libro me doy cuenta de que estos niños son más inteligentes que nosotros mismos pero no nos damos cuenta de eso y los queremos tratar como personas que son incapaces de realizar cosas por sí mismos y los subestimamos. Tal vez sea muy difícil poder educar o encaminar en un principio a este tipo de personitas pero conforme va pasando el tiempo te vas dando cuenta que aunque suene soñador tu aprendes más de ellos que ellos de ti, porque estos seres maravillosos te enseñan desde el corazón y esas son las mejores enseñanzas que pueda haber en la vida. Considero de suma importancia que estos niños especiales descubran a través del tiempo la felicidad que existe a su alrededor y que esta no resulta de un exceso de dinero, cosas materiales o incluso de conocimiento sino más bien esta debe ser autentica es decir nacida de una experiencia simple: la de existir; con esto es más que suficiente, el sencillo hecho de tener vida es un gran acto del cual debemos de estar agradecidos pese a las circunstancias que enfrentemos. Como bien lo dice el titulo una sonrisa debe de estar presente todos los días en los rostros de estos niños para que reflejen en ella la luz que llevan dentro de su corazón. Este pequeño gesto de reír es un signo de amor a nosotros mismos al igual que amor a la vida porque solo el ser que sabe sonreír a los demás tiene una enorme capacidad de amar, y como bien lo diría una frase “Un día sin reír es un día perdido” y como no va a serlo sin una sonrisa guarda un gran poder de magia el cual expide alegría, ternura, amor, simpatía y felicidad. Pienso que si en el mundo existieran más personas que amaran con inteligencia y pensaran con amor habría menos discapacitados y al hablar de este término no me estoy refiriendo a la falta de una extremidad o la presencia de algún trastorno o mal deformación sino más bien habló en el sentido de no estar cerrado a este tipo de personas especiales que en realidad valen mucho pero a veces las personas no tienen en cuenta esto teniendo como referencia que son seres inútiles e inclusive como un estorbo para la sociedad sin tener el mínimo conocimiento de que nosotros nos consideramos normales porque caminamos pero olvidamos cuantos pasos en vano hemos dado, podemos utilizar nuestras manos pero olvidamos los movimientos en falso que hemos hecho y gozamos de buena salud sin saber si el día de mañana padecemos de alguna enfermedad crónica; lo único que podemos hacer para ser mejores humanos es ayudar a nuestro prójimo en cualquier condición que se encuentre pero desde nuestro lado más bondadoso sin esperar nada a cambio más que instantes de felicidad en los que pudimos ofrecernos el uno al otro una sonrisa.