La teoría especulativa del arte
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El 19 de noviembre de 1937, Paul Valéry brinda una conferencia titulada “Necesidad de la poesía! En ella evoca sus comien"os como poeta a finales del si#lo $%$& 'e vivido en medio de personas ()venes para las cuales el arte y la poesía eran una especie de nutrici)n esencial de la *ue era imposible privarse+ e incluso al#o ms& un elemento sobrenatural! En esa época, teníamos -./ la sensaci)n inmediata de *ue faltaba muy poco para *ue una suerte de culto, de reli#i)n de nueva especie, naciera y diera forma a tal estado de espíritu, casi místico, *ue reinaba entonces y *ue nos era inspirado o comunicado por nuestro sentimiento muy intenso del valor universal de las emociones del arte! 0uando uno se refiere a la (uventud de la época, a ese tiempo ms car#ado de espíritu *ue el presente y a la manera en la *ue abordbamos la vida y el conocimiento de la vida, se observa *ue todas las condiciones de una formaci)n, de una creaci)n casi reli#iosa, estaban entonces absolutamente reunidas! En efecto, en a*uel momento reinaba una suerte de desencantamiento por las teorías filos)ficas, un desdén por las promesas de la ciencia, *ue abían sido muy malinterpretadas por nuestros predecesores y antepasados, *ue eran escritores realistas y naturalistas! 2as reli#iones abían sufrido los asaltos de la crítica filol)#ica y filos)fica! 2a metafísica parecía eterminada por los anlisis de 4ant! 1 Valéry describe la situaci)n del si#lo $%$ *ue se cierra, pero su referencia a 4ant apunta acia el final de otro si#lo, el $V%%%! No es un a"ar, ya *ue el simbolismo de finales del si#lo $%$ no ace ms *ue volver a representar un drama *ue tiene un si#lo de anti#5edad& el de la revoluci)n romntica! Encontramos a los mismos prota#onistas& la reli#i)n, la filosofía, las ciencias, el 6rte o su paradi#ma ideal& la poesía+ también encontramos la misma acci)n& crisis de los fundamentos filos)ficos y espirituales en un sentido amplio de la sociedad europea+ y asistimos a la misma conclusi)n& la sacrali"aci)n del 6rte o de la poesía – concebida8s como compensaci)n de una realidad desfalleciente! 2a ealtaci)n artística descripta a*uí retrospectivamente por Valery no estaba limitada por cierto a :rancia! 6sí, en 1;;<, =atte> 6rnold escribe en The Study of Poetry & 2a umanidad descubrir cada día ms *ue nos debemos volver acia la poesía a fin de *ue ella interprete la vida para nosotros y *ue nosotros encontremos en ella consuelo y sostén! ?in la poesía nuestra ciencia ser incompleta+ y la mayor parte de las cosas *ue en nuestros días pasan por ser reli#i)n o filosofía sern reempla"adas por la poesía -./& nuestra reli#i)n, -./ nuestra filosofía -./ @*ué son si no la sombra, el sueAo y la ilusi)n del conocimiento realB C 2a época simbolista no fue el Dltimo resur#imiento de esta crisis! 2as van#uardias pict)ricas de la primera mitad del si#lo $$ son una manifestaci)n no menos virulenta de ella! 4andinsy, por e(emplo, espera nada menos *ue una “nueva revelaci)n celestial3 del arte del porvenir! Paulhan, por su parte, encuentra en el cubismo “todos los indicios de un despertar reli#ioso& 1
Paul Valéry, “Propos sur la poésie”, en Œuvres , 1, París, Gallimard, 1957, p. 1381 edi!i"n !as#ellana$ Paul Valéry, “Pala%ras so%re la poesía”, en Teoría poética y estética, #radu!!i"n de &armen 'an#os, (adrid, Visor, 199)*. + (a##he -rnold, “he '#udy o/ Poe#ry”, reprodu!ido en 0.. 2nrih# y 2rns# de &hi!4eria ed.6, English Critical Texts, /ord ni:ersi#y Press, 19;+, p. +;)<+;1 edi!i"n !as#ellana$ (a##he -rnold, Poesía y poetas ingleses, #radu!!i"n de -n#onio 0or#a, =uenos -ires, 2spasa &alpe, &ole!!i"n -us#ral >? 989, 195)*.
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-./ el cuadro fue tomado en todas las épocas por un espacio ms o menos divino, donde venían naturalmente a posarse las 6sunciones y los Profetas, los Fudas y los 0ristos en #loria! G el pintor los trataba i#ualmente en compaAía de los éroes y de los dioses! ?in embar#o, oy se diría *ue la operaci)n misma de ese pintor se a vuelto divina! 2o ?a#rado ya no le es proporcionado desde afuera, ya no le lle#a completamente eco+ él -!!!/ debe reformarlo de pies a cabe"as o, vaya a saber, lo de(a pasar!H En lo concerniente a la mDsica, ?c @nber# declarar, en 191C, en un teto consa#rado a =aler& “6l fin de cuentas, no eiste ms *ue un solo contenido, el *ue todos los #randes maestros se an dedicado a epresar& la ardiente aspiraci)n de la umanidad acia su Dltima encarnaci)n, acia la vida inmortal de su alma, su absorci)n en el universo, el ascenso en su alma acia Iios ”!J G, en 19HK, dir *ue, en su opini)n, “la mDsica dispensa un mensa(e profético! K En fin, no es se#uro *ue en este fin del si#lo $$ la situaci)n aya cambiado fundamentalmente& aun*ue se trata de una tradici)n de pensamiento usada asta el cansancio, mucos de nosotros continDan aferrndose a la idea de *ue el arte es “ettico en relaci)n con otras actividades simb)licas del ombre! 6sí el escultor Lobert ?mitson considera *ue el arte de oy debe volverse una “filosofía especulativa!7 Mosep 4osut, por su parte, reactuali"a la tesis romntica se#Dn la cual el arte debe tomar el lu#ar de la filosofía! Por Dltimo, Mosep Feuys, retomando las teorías antropos)ficas *ue unden sus raíces en la tradici)n romntica, declara *ue el arte tiene una funci)n filos)fica y mística, ; reactuali"ando a la ve" la teoría de :riedric ?cle#el se#Dn la cual la poesía estaba llamada a fundar una nueva mitolo#ía 2a tesis fundamental *ue se desprende de estos pocos e(emplos puede reducirse a una f)rmula muy simple& el arte es un saber ettico, es decir, *ue revela verdades trascendentes, inaccesibles a las actividades co#nitivas profanas! Esta tesis, *ue es el nudo de lo *ue e propuesto denominar la teoría especulativa del Arte, implica una sacrali"aci)n del arte *ue, debido a esto, se opone a otras actividades umanas consideradas como intrínsecamente alienadas o inauténticas! 9 Pero ella presupone 3
Vassily Aandins4y, Du espirituel dans l´art et dans la peinture en particulier , París, Bolio<2ssais, p. 8; edi!i"n !as#ellana$ D E LO EP!"!T#$L E% EL $"TE & CO%T"!'#C!(% $L $%)L!! DE LO ELE*E%TO P!CT("!CO , TRADUCCIÓN DEL ORIGINAL ALEMÁN DE GENOVEVA DIETERICH , BARCELONA, LABOR , 1988; PAIDÓS, 1997 SS.*. C ean Paulhan, La peinture cu+iste, París, Bolio<2ssays, p. 139. 5 -rnold '!h@n%er, Le tyle et lidée, Paris, =u!he##e<&has#elle, 1977, p. 3;3 edi!i"n !as#ellana$ El estilo y la idea, in#rodu!!i"n de Dam"n =ar!eE #radu!!i"n de uan 2s#e:e, (adrid, aurus, 19;3*. ; !+id-, p. 113. 7 &i#ado por Farold Dosen%er, La Dé.dé/inition de lart , >mes, Hdi#ions a!Iueline &ham%on, 1991, p. ;5 edi!i"n 8 Véase, por eJemplo, oseph =euys y Vol4er Farlan, 0u´est.ce 1ue lart2, París, KL-r!he, 199+, espe!ialmen#e pp. +;)<+;1. 9 Ka sa!raliMa!i"n del ar#e, o al menos de la poesía, no es por !ier#o una “in:en!i"n” de los romNn#i!os. 'e en!uen#ran huellas de ella desde la an#iOedad riea. -sí, Píndaro nos di!e$ “Pro/e#iMa, musa, y yo seré #u in#érpre#e” /r. 137, reprodu!ido en 0onald. -. Dussell y (i!hael in#er%o##om eds.6, $ncient Literary Criticis3, /ord ni:ersi#y Press, 197+, p. C. edi!i"n !as#ellana$ Píndaro , Odas y /rag3entos, edi!i"n de -l/onso r#ea, (adrid, Gredos, 198C*. 'e puede e:o!ar #am%ién a 0em"!ri#o$ “odo lo Iue el poe#a es!ri%e en #an#o poseído y %aJo inspira!i"n di:ina es %ello” /r. =. 18 en Fermann 0iels y al#er Aran#M, 4rag3ente der vorso5rati5er , =erlin, eidmanns!he Verlasdu!hhandlun, 19;), #omo +, p. 1C; edi!i"n !as#ellana$ (aría Qsa%el 'an#a &ruM y >és#or &ordero eds.6, Los /il6so/os presocr7ticos& Leucipo y De36crito, :ol. QQQ, (adrid, Gredos, 198)*. Kos pasaJes de Pla#"n en el !6n y el 4edro6 son mNs !ono!idos$ así, en el !6n, !ompara eplí!i#amen#e la inspira!i"n poé#i!a !on los delirios de los &ori%an#es y las =a!an#es y a/irma Iue la 0i:inidad, ha%iéndoles arre%a#ado el espíri#u, los ha!e :a#i!inar y los #rans/orma en di:inos !6n, 53C6. Pero en Pla#"n es#a :aloriMa!i"n de los poe#as es muy am%iua, pues#o Iue ella lo au#oriMa al mismo #iempo a nearles #oda téchne, #odo ar#e. Fe in#en#ado mos#rar en L$rt de l8ge 3oderne- Lesthéti1ue et la philosphie de lart du 9:!!! e si;cle < nos =ours París, Gallimard, 199+E edi!i"n !as#ellana$ El arte de la edad 3oderna- La estética y la /iloso/ía del arte desde el siglo 9:!!! hasta nuestros días , #radu!!i"n de 'andra &aula, &ara!as, (on#e R:ila, 19936 Iue /un!ionalmen#e es#e topos del poe#a inspirado es muy di/eren#e de la sa!raliMa!i"n del ar#e en
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también una teoría del ser& si el arte es un saber ettico, es por*ue eisten dos clases de realidad, a*uella, aparente, a la cual el ombre tiene acceso con la ayuda de sus sentidos y de su intelecto ra"onante, y a*uella, oculta, *ue no se abre ms *ue al arte 8y eventualmente, a la filosofía! Esto si#nifica *ue la sacrali"aci)n del arte es solidaria de una filosofía dualista, *ue se inscribe ms o menos directamente dentro de la filiaci)n plat)nica! 6#re#aría *ue ella est acompaAada de una concepci)n específica del discurso sobre las artes! Este discurso debe proporcionar una le#itimaci)n filos)fica de la funci)n ettica del arte, mostrando *ue su esencia reside en su funci)n de revelaci)n ontol)#ica! Esto si#nifica desde lue#o *ue, preso en la tradici)n especulativa, el arte est condenado a le#itimarse filos)ficamente& la tradici)n en cuesti)n es también a*uella de la dominaci)n de la filosofía sobre las artes! En efecto, aun*ue e citado artistas, no ay *ue creer *ue se tata de una teoría artística #enuina! En realidad, en sus orí#enes y en sus formulaciones ms vi#orosas, la teoría especulativa del 6rte no es una auto representaci)n 8iperb)lica del mundo del arte, sino *ue constituye ms bien la pie"a central de una estrate#ia filos)fica! Para comprenderla ay *ue remontarse a su lu#ar de nacimiento! 6ora bien, pareciera *ue cuando nace, a finales del si#lo $V%%%, la teoría especulativa del 6rte es primero y ante todo la respuesta a una doble crisis espiritual& la de los fundamentos reli#iosos de la realidad umana y la de los fundamentos trascendentes de la filosofía! 6mbas crisis, li#adas a las 2uces, alcan"an su apo#eo OintelectualO en 6lemania con el criticismo antiano! 2o *ue se llama la “revoluci)n romntica1< no es otra cosa *ue una respuesta a esta doble crisis& ella est en el ori#en de la teoría especulativa del 6rte y va, por tanto, a determinar en #ran medida la autorepresentaci)n de la modernidad artística! ?i bien la crisis filos)fica y teol)#ica constituye la motivaci)n ms eplícita de la revoluci)n romntica, no podemos desconocer *ue ella resulta sin duda de la con(unci)n de mDltiples factores sociales, políticos e intelectuales, entre ellos especialmente la emancipaci)n social de los artistas en el marco de una economía de mercado! Pero estos eventuales factores causales Dltimos se cristali"an alrededor de dos puntos& por un lado, la eperiencia de una desorientaci)n eistencial, social, política, cultural y reli#iosa+ por otro lado, la nostal#ia irreprimible de una 8reinte#raci)n armoniosa y or#nica de todos los aspectos de una realidad vivida a partir de ese momento como discordante, dispersa y desencantada! Pues las palabras maestras de la ideolo#ía romntica son sin discusi)n las nociones de “nidad y de “Qotalidad! 2a nidad no es concebida como un principio abstracto, sino como una fuer"a viviente y vivificante, alma de un universo or#nico en el *ue todo es vida! En efecto, ella es de naturale"a teol)#ica& las vicisitudes de las errancias intelectuales de :riedric ?cle#el a través del panteísmo anti#uo, el spino"ismo y lue#o el catolicismo son reveladoras, no tanto en lo *ue las distin#ue como en lo *ue las unifica, a saber& la ei#encia de una visi)n teol)#ica del universo! 6 menudo se a dico *ue el romanticismo era una reli#i)n del arte, pero i#ualmente la teoría de un arte teol)#ico& la sacrali"aci)n del arte es indisociable de su funci)n reli#iosa! Iado *ue el mundo presente es un mundo desencantado, la nidad tiene *ue 8reconstruirse& los escritos de :riedric ?cle#el y de Novalis no de(an de volverse acia el tema de la pérdida de la nidad y de la esperan"a de su restauraci)n pr)ima! ?obre este terreno vemos nacer el istoricismo& transformando el ideal en ob(eto interno de la istoria, éste va a (u#ar un rol central en la autole#itimaci)n el roman#i!ismo. 1) 2n#re los #ra%aJos enerales !onsarados a un es#udio ehaus#i:o de la re:olu!i"n romNn#i!a alemana6, es ne!esario !i#ar Fermann -uus# Aor// , >eist der >oethe?eit- :ersuch einer idellen Ent@ic5liung der 5lassisch.ro3antischen Literaturgeschichte, 8S edi!i"n, =erlín, V2= Aoehler T-melan, 19;;6 y, so%re #odo, Doer -yraul#, La >en;se du ro3antis3e alle3and , París, -u%ier, 19;1<197;.
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del arte moderno! En la Historia de la literatura de :riedric ?cle#el y lue#o en la Estética de 'e#el, puede se#uirse el triunfo de esta concepci)n determinista de la istoria, de la cual depende evidentemente la valide" de la pretensi)n de la filosofía de obtener la esencia del arte a partir de las obras del pasado y de predecir su porvenir a la lu" de ese pasado mismo! Pareciera en todo caso *ue la crisis de la ontolo#ía filos)fica y de la teolo#ía racional Oontolo#ía y teolo#ía *ue abían sido “deconstruidas por 4antO constituye el nDcleo en torno del cual se or#ani"a la revoluci)n romntica! En otras palabras, el nacimiento de la teoría especulativa del 6rte es efectivamente la respuesta a un problema filos)ficoteol)#ico& c)mo salvar el acceso al ?er absoluto y a un fundamento Dltimo de la realidad, cuando el criticismo antiano acaba de blo*uear la ontolo#ía y de limitar el campo del conocimiento umano a formas y cate#orías sub(etivas tano como a ob(etos fenoménicos, no teniendo ya la cuesti)n del ser y de Iios ms *ue el estatuto de una idea de la ra")n, inaccesible a toda especulaci)n te)rica! 2a teoría especulativa del 6rte ve la lu" por*ue parad)(icamente el romanticismo acepta este veredicto antiano concerniente a la imposibilidad de una ontolo#ía y de una teolo#ía do#mticas& en efecto, la tesis filos)fica central de los romnticos de Mena 8pero también del (oven ?cellin# reside en la afirmaci)n de *ue la filosofía es un discurso imposible y no debería, por tanto, ser el lu#ar de desarrollo de la ontoteolo#ía! ?in embar#o, los romnticos tienen al mismo tiempo, y contrariamente a 4ant, la pretensi)n de acceder a un conocimiento de las causas primeras! 6*uí es donde sur#e la teoría especulativa del 6rte, con su tesis se#Dn la cual la poesía, y el 6rte 8con mayDscula en #eneral, va a reempla"ar al discurso filos)fico desfalleciente! 2a teoría especulativa del 6rte es, pues, la soluci)n de recambio *ue permite mantener la ei#encia de un acceso a lo 6bsoluto, aun cuando los romnticos acepten la crítica antiana de la metafísica y de la teolo#ía racional! 6sí Novalis dir& “2a forma cumplida de las ciencias debe ser poética 11 y& “Qoda ciencia deviene poesía Odespués de aber devenido filosofía! 1C El pasa(e *ue conduce de las ciencias a la filosofía y finalmente a la poesía es el pasa(e del discurso como representaci)n 8y, por ende, como separado de lo *ue representa a la creaci)n pura, absolutamente libre& 2a libertad se acrecienta con la formaci)n y la capacidad -./ del pensador! -./ 6l final el pensador es capa" de transformar todo en todo O el fil)sofo deviene poeta! ?er poeta no es otra cosa *ue el #rado supremo del pensamiento, de la sensaci)n, etc! -!!!/ 13 2a poeti"aci)n de la filosofía se reduce a la idea de un pensamiento absolutamente libre, es decir, independiente de toda impresi)n sensible *ue se nos fuera impuesta desde el eterior y *ue escapara a nuestra (urisdicci)n+ en otras palabras, la poesía reali"a la intuici)n intelectual de lo absoluto en adelante proibida a la discursividad filos)fica! 0omo se ve, la aparente ba(a dada al discurso filos)fico es parad)(icamente obra de una variante de ese mismo discurso filos)fico! Lesulta *ue el impulso filos)fico romntico es bicéfalo, dividido entre una erencia metodol)#ica, *ue continDa siendo criticista, y el mantenimiento de la ei#encia de una ontoteolo#ía! Este doble impulso se sitDa en niveles diferentes& la ontoteolo#ía idealista funciona como una evidencia prete)rica, cuya evidencia discursiva es al mismo tiempo 11
>o:alis, chri/ten, edi!i"n de Paul Alu!4hohn y Di!hard 'amuel, #omo 3, '#u##ar#, 19;), p. 5+7 edi!i"n !as#ellana$ La Enciclopedia, #radu!!i"n de Bernando (on#es, (adrid, 2spiral< Bundamen#os, 197;*. 1+ !+id-, p. 39;. 13 !+id-, p. C);. 2n el mismo /ramen#o, >o:alis !ali/i!a de “pensador oe#heano” a es#a uni"n del poe#a y del /il"so/o.
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desconocida+ la metodolo#ía criticista, por su parte, define supuestamente la discursividad filos)fica! Para decirlo de otro modo& la ontolo#ía idealista funciona como polo referencial “naturali"ado” *ue es vivido como noenunciable en el ori"onte de la discursividad filos)fica! Por tanto, la instauraci)n del 6rte como revelaci)n ontol)#ica no nace simplemente de un desfallecimiento de la filosofía como tal, sino de manera ms específica de la incompatibilidad entre su forma discursiva y su contenido 8o su referencia ontol)#ico8a! En otras palabras, la sacrali"aci)n del arte se inscribe efectivamente en una estrate#ia filos)fica, estrate#ia *ue le asi#na como tarea presentar el contenido de la filosofía *ue esta misma es incapa" de enunciar! En la teoría especulativa del 6rte, las artes se allan, pues, atena"adas por el discurso filos)fico, tanto en el nivel de su funci)n como de su contenido! En este sentido, la sacrali"aci)n del 6rte y la #énesis de una doctrina esencialista son indisociables& las modalidades de la sacrali"aci)n son prescriptas por la definici)n esencialista del arte en términos de presentaci)n del contenido de la filosofía, pero al mismo tiempo es la sacrali"aci)n Oes decir, la necesidad de una eplicaci)n trascendente y absoluta de la realidad umanaO la *ue en primer lu#ar motiva la puesta a punto de una definici)n del contenido del arte *ue se supone filos)ficamente le#itimado! 6rte ontol)#ico y metafísica del 6rte se condicionan recíprocamente& la teoría especulativa del 6rte ser siempre una determinaci)n específica, a la ve" del contenido del 6rte y del lu#ar ocupado por él en una ontolo#ía #eneral! Iiciéndonos *ue el 6rte revela el ser, la teoría especulativa del 6rte debe siempre también, y con el mismo #esto, situar el 6rte en el ser *ue así revela& él es a la ve" revelaci)n ontol)#ica y ob(eto de la ontolo#ía! En los romnticos, la poesía nos revela el niverso, al mismo tiempo *ue ella constituye su fi#ura escatol)#ica! En 'e#el, el 6rte es revelaci)n sensible de lo 6bsoluto, al mismo tiempo *ue una de las fi#uras del Espíritu, una de las etapas en una (erar*uía sistemtica *ue culmina en la autoreali"aci)n filos)fica! En el otro etremo de la filiaci)n ist)rica, en 'eide##er, la obra de arte es a la ve" la poiesis del destino ist)rico del ser 8como ser de un pueblo ist)rico y una cate#oría fundamental *ue se opone a la cosa y al producto! Vemos asta *ué punto la teoría especulativa del 6rte procede de lo *ue 6rtur Ianto llama “su(eci)n filos)fica del arte! Pero mientras *ue la tradici)n *ue Ianto estudia, a saber la tradici)n plat)nica, implica una su(eci)n por reba(amiento, la tradici)n *ue domina nuestra modernidad pasa, al contrario, por una su(eci)n por sacrali"aci)n! No obstante, es preciso indicar la especificidad de este momento inau#ural, el del romanticismo, en relaci)n con los desarrollos filos)ficos ulteriores de la teoría especulativa del 6rte& esta especificidad reside en el doble ordenamiento del *ue e ablado& no s)lo el 6rte es dotado de una funci)n ontol)#ica, sino *ue constituye, adems, la Dnica presentaci)n posible de la ontolo#ía, de la metafísica especulativa! 0omo testimonian los pasa(es de Valéry y de 6rnold *ue e citado, los artistas *ue se reclaman de la tradici)n especulativa tienden a menudo a retomar la posici)n romntica, es decir, a volcar la filosofía del lado de la doxa! En cambio, los fil)sofos *ue se inscriben en esta tradici)n no admitirn situar el arte por encima de su propio discurso& así ?cellin# y 'e#el, después de aber compartido en su (uventud la concepci)n romntica de una superaci)n de la filosofía por el 6rte, reinstalarn ense#uida la filosofía en sus derecos especulativos! En la Estética de 'e#el, por e(emplo, el 6rte es llamado a ser superado por la filosofía, fi#ura Dltima del Espíritu& de aí la tesis del fin del arte! No obstante, 'e#el no de(a de inscribirse en el ori"onte abierto por el romanticismo, ya *ue continDa invistiendo al arte de una funci)n de revelaci)n ontol)#ica y, en consecuencia, de un estatuto ettico! Esta soluci)n idealista, por otro lado, ser a su turno cuestionada& ?copenauer, Niet"sce o 'eide##er retomarn con nuevos bríos el problema de la relaci)n
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(err*uica entre el 6rte y la filosofía! El (oven Niet"sce, por e(emplo, recuperar en líneas #enerales las posiciones romnticas, es decir, reservar la revelaci)n ontol)#ica Dltima al 6rte 8en su forma dionisíaca, 1H mientras *ue 'eide##er postular un dilo#o entre las dos actividades! 0omo lo muestran los nombres de ?copenauer, de Niet"sce y de 'eide##er *ue acabo de citar, uno de los aspectos ms fascinantes de la teoría especulativa del 6rte reside en su capacidad de sobrevivir al abandono de la ontoteolo#ía romntica, esto es, de continuar desarrollndose aun en ausencia de las raíces teol)#icas *ue por sí solas parecen poder dotarla de cierta plausibilidad& @no es asombroso ver a Niet"sce, espíritu sin embar#o escéptico respecto de todos los “trasmundos, o a 'eide##er, pensador de la finitud del ombre, retomar los teoremas centrales de una concepci)n del 6rte *ue s)lo podría tener sentido en el interior de una visi)n positivamente teol)#ica del serB En efecto, su supervivencia en el interior de una tradici)n filos)fica *ue reca"a en mucos puntos el espiritualismo romntico es menos parad)(ica de lo *ue parece, y esto por una ra")n muy simple& el 6rte si#ue teniendo una funci)n compensatoria, aun cuando sus relaciones con la filosofía son menos conflictivas *ue entre los romnticos! Pues, si es verdad *ue con el idealismo ob(etivo la filosofía vuelve a acer suya la antorca de lo 6bsoluto, de modo *ue el 6rte no debe ya reempla"arla, el discurso end)ico 8especialmente la ciencia y la realidad comDn continuarn siendo fi#uras del desencantamiento y de la alineaci)n+ en otras palabras, abiendo dado nacimiento a la teoría especulativa, la motivaci)n profunda continuar actuando! 6sí se supone *ue el 6rte abr de contrabalancear la invasi)n de la cultura moderna por los saberes científicos y el “prosaísmo& el idealismo ob(etivo, el pesimismo #noseol)#ico de ?copenauer, el vitalismo del (oven Niet"sce o el eistencialismo eide##eriano se oponen muy eplícitamente al discurso científico y a la realidad cotidiana *ue desvalori"an! ?i el 6rte ya no debe reempla"ar a la filosofía, esto es por*ue las dos tienen la misma tarea& eri#irse contra una 8la realidad cotidiana, social, ist)rica alienada e inauténtica! 6sí, si para Novalis la poesía debía “romanti"ar la vida, 'e#el sostendr *ue el 6rte reali"a el relevo del ser empírico deficiente en lo %deal+ para el (oven Niet"sce, lector de ?copenauer, el arte dionisiaco descorre el velo de la maya y nos libera de la tiranía de la voluntad+ en 'eidde##er, la poesía nos empu(a fuera de nuestro seraí inauténtico acia una escuca del “decir del ser! Vemos *ue lo *ue unifica todas estas fi#uras, ms all de sus diferencias inne#ables, es siempre del orden de la nostal#ia de una vida supuestamente “auténtica! ?i la teoría especulativa del 6rte s)lo fuera una tradici)n filos)fica local, en este caso alemana, su interés actual estaría limitado sin duda a a*uellos de nosotros *ue se interesan primordialmente en las artes! Pero Ocomo lo demuestran los pocos pasa(es citados al comien"oO ella a investido a amplios sectores del mundo del 1C
Ka !on!ep!i"n Iue >ie#Ms!he de/iende en los es!ri#os de su “madureM” es mNs %ien !ompleJa, pues#o Iue en ellos re!haMa el /undamen#o on#ol"i!o so%re el !ual se ha le:an#ado la #eoría espe!ula#i:a del -r#e. 0e manera eneral, la posi!i"n de >ie#Ms!he es am%iua. Ka oposi!i"n en#re el -r#e –Iue es la :erdad– y la realidad :i:ida –Iue es#N /uera de la :erdad–, en#re un !ono!imien#o ar#ís#i!o #ras!enden#e y los sa%eres !ien#í/i!os puramen#e /enoméni!os, mNs ampliamen#e la a/irma!i"n de la eis#en!ia de un dominio de :erdad mNs /undamen#al Iue el de nues#ras :erdades in#ramundanas y Iue es#aría reser:ado al ar#e$ #odas es#as #esis s"lo son plausi%les, si se admi#e Iue mNs allN de nues#ro mundo eis#e o#ro mundo mNs :erídi!o y Iue somos !apa!es de a!!eder a ese mundo #ras!endiendo nues#ra na#uraleMa in#ramundana. 2s Jus#o eso lo Iue a/irma la on#oloía #eol"i!a del roman#i!ismo. Pues s"lo se podría a!!eder al -r#e !olo!Nndose en el in#erior de es#a :isi"n #eol"i!a del mundo. >ie#Ms!he a!ep#a es#a #esis !uando es!ri%e El naci3iento de la tragedia. Pero muy pron#o re!haMarN la on#oloía dualis#a para #erminar, en sus es!ri#os #ardíos, re!haMando la no!i"n misma de :erdad$ #odo es /i!!i"n, o mNs %ien a!#i:idad /i!!ionan#e. 2s#a !on!ep!i"n pare!e in!ompa#i%le !on la #eoría espe!ula#i:a del -r#e. 2n realidad, por un re:o!amien#o parad"Ji!o, >ie#Ms!he !onsiue man#enerla$ el -r#e, asumiendo a%ier#amen#e su es#a#u#o de /i!!i"n, re:ela al mismo #iempo la “:erdad” inorada por #odas las pre#ensiones de :erdad, Iue s"lo son, a sa%er, a!#i:idades de /i!!ionaliMa!i"n. -sí el -r#e re:ela el /ondo del ser, /ondo Iue simplemen#e ahora es del orden de la /i!!i"n !"smi!a.
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arte occidental del si#lo $%$ y $$ y, al acerlo, a influido en #ran medida sobre la manera en la cual vemos las artes! Permítanme volver un poco sobre esto y enumerar al#unas filiaciones *ue muestran muy bien la importancia ad*uirida a lo lar#o de las #eneraciones por la tradici)n especulativa del 6rte en el interior mismo del mundo artístico! El romanticismo ocupa por supuesto un lu#ar aparte, ya *ue a sido desde su nacimiento a la ve" una teoría filos)fica y una autorepresentaci)n del mundo artístico+ si los ermanos ?cle#el no son ms *ue poetas ocasionales y mediocres, Novalis y 'Rlderlin son #randes poetas! En efecto, la mayor parte de los #randes actores del romanticismo alemn son bicéfalos& así los pintores Lun#e y 0arus son pensadores romnticos tanto como artistas! Por lo dems, la mayor parte de los movimientos romnticos europeos, si no todos, toma prestado su ba#a(e te)rico de los alemanes, esencialmente de los ermanos ?cle#el y de ?cellin#& =adame de ?taSl para Europa entera, 0olerid#e para %n#laterra, Victor 0ousin para :rancia, =an"oni para %talia son los mediadores esenciales! Iebido a esto, la teoría especulativa del 6rte se a epandido al mismo tiempo *ue el romanticismo europeo y se la encuentra, ba(o una forma ms o menos bastardeada, en la mayor parte de los artistas romnticos! 1J El destino ist)rico de la estética e#eliana fue diferente& su influencia directa sobre la vida artística de su época fue ciertamente ms débil *ue la del movimiento romntico+ pero a través de su irradiaci)n universitaria 8*ue continDa asta nuestros días y a través del marismo, el efecto retardado de sus concepciones fue incluso mayor! Tue la estética e#eliana aya seducido con frecuencia a los profesores no es sorprendente& después de todo, es una eposici)n universitaria y su andamia(e sistemtico Osu carcter cerrado y “completoO acen de ella un curso ideal y c)modo! En cuanto al marismo, por etraAo *ue pare"ca, visto el determinismo sociol)#ico muy crudo *ue profesa, consi#ui) desarrollar su propia variante de la teoría especulativa& el 6rte 8o al menos el “#ran 6rte, es decir, el arte del pasado tanto como el arte realistasocialista supuestamente devela la realidad social Dltima del mundo umano! 0onocemos la suerte ist)rica 8aun*ue tal ve" aora se deba ablar en pasado U de la afirmaci)n de En#els se#Dn la cual las obras de Fal"ac develan de manera despiadada la estructura de la sociedad de la época& en defensa propia, Fal"ac muestra el carcter ineluctable del triunfo 8provisorio de la bur#uesía y el fracaso ist)rico de la aristocracia, clase en la cual depositaba sin embar#o sus simpatías! Uenerali"ando esta tesis, una parte de la estética marista a lle#ado a postular *ue el #ran arte, o al menos la #ran literatura 8aun*ue la teoría especulativa del 6rte etrapola fcilmente a partir de un arte específico, posee una fuer"a co#nitiva ettica& ella es 8con la filosofía marista, no ace falta decirlo la Dnica actividad co#nitiva capa" de escapar a la visi)n alienada de la realidad, indisociable de toda sociedad de clases! 6#re#uemos *ue la misma sacrali"aci)n del 6rte se encuentra también Oe incluso con mayor poderO en los 8raros maristas críticos, por e(emplo en Fen(amin o 6dorno! 2a influencia de ?copenauer sobre la estética moderna es con frecuencia subestimada! ?e olvida muy fcilmente *ue durante la se#unda mitad del si#lo $%$, cuando incluso 'e#el caía en un olvido temporal, la filosofía scopenaueriana emprendi) una triunfal carrera europea! 6ora bien, el pesimismo scopenaueriano es inconcebible sin la compensaci)n *ue procura el étasis estético, verdadera redenci)n *ue permite al ombre escapar a las desdicas de la 15
Kas /ilia!iones son a menudo !ompleJas$ la #eoría romNn#i!a de la imaina!i"n, por eJemplo, pasa de &oleride 'iographia Literaria edi!i"n !as#ellana de 2nriIue Feei!M, =ar!elona, Ka%or, 1975*6 a Poe :éase espe!ialmen#e “he Poe#i! Prin!iple” edi!i"n !as#ellana$ “2l prin!ipio poé#i!o”, en 2dar -llan Poe, Ensayos y críticas, #radu!!i"n y no#as de ulio &or#NMar, (adrid, -lianMa, 1973*6, y después de és#e a =audelaire :éase las “>o#es nou:elles” Iue pre!eden su #radu!!i"n de las %ouvelles Aistoires extraordinaires edi!i"n !as#ellana$ 2. -. Poe, %uevas narraciones extraordinarias, es#udio !rí#i!o de &harles =audelaire, #radu!!i"n de (ariano r#a (anMano, =ar!elona, u:en#ud, 19;8*6.
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voluntad de vivir& tampoco es un a"ar si la idea de la salvaci)n por el arte concit) sobre todo la atenci)n de los lectores y del pDblico en #eneral! Iado *ue ?copenauer era en esta época el fil)sofo de los salones, a menudo resulta difícil saber en *ué medida su influencia pas) por la lectura directa de sus obras! Pero poco importa la manera en *ue sus ideas se esparcieron& las tesis centrales de su estética se encuentran en al#unos de los artistas ms importantes de la se#unda mitad del si#lo $%$ y principios del si#lo $$, por e(emplo en 'uysmans, 1K Uau#uin y los Nabis, Proust 17 o incluso =alévitc! 1; En el campo de la mDsica, la filiaci)n scopenaueriana es sin duda la ms presente, lo cual no deme sorprendernos, ya *ue para ?copenauer la mDsica era el arte supremo, la epresi)n directa de la voluntad, principio fundamental del universo! a#ner es evidentemente el representante ms importante de esta filiaci)n! 0abe seAalar *ue en él la temtica pesimista scopenaueriana si#ue a un primer período revolucionario colocado ba(o el si#no de :euerbac, pero *ue de i#ual manera se inscribe fuertemente en la tradici)n de la teoría especulativa del 6rte, como lo mostraría con facilidad un anlisis de “El arte y la revoluci)n, pero también “2a obra de arte del futuro, dos tetos en los cuales volvemos a encontrar todos los lu#ares comunes romnticos concernientes al reempla"o de la filosofía por el arte y la indisolubilidad de la revoluci)n artística y de la instauraci)n del Paraíso sobre la tierra! Wtro eminente mDsico revolucionario, 6rnold ?cRnber#, también se a declarado de acuerdo con ?copenauer, de *uien dice, en “2as relaciones entre la mDsica y el teto ” 8191C, *ue éste “escribi) en su obra, ma#níficamente pensada, todo lo *ue se podía escribir sobre la esencia de la mDsica! 19 ?i ?cRnber# critica no obstante al autor de El mundo como voluntad y representación, es por*ue éste no supo evitar una concepci)n representacionalista de la mDsica& sabemos, en efecto, *ue para ?copenauer los diferentes parmetros formales de la mDsica epresan tales o cuales aspectos de la voluntad, por e(emplo, el deseo, la luca, la reconciliaci)n, etcétera! ?c @nber# escribe& Iebi) ciertamente darse cuenta a destiempo de *ue, empleando para su traducci)n las palabras for(adas por el len#ua(e umano 8nacido de un esfuer"o acia la abstracci)n y acia la reducci)n a lo *ue el espíritu puede reconocer, abía sacrificado lo esencial, a saber, el len#ua(e del mundo 8*ue debe *ui"s permanecer para siempre incomprensible, pero s)lo perceptible! 6 pesar de todo, tuvo ra")n en aberlo intentado, por*ue es (ustamente lo propio del fil)sofo tratar de representar la esencia del mundo y su inconcebible ri*ue"a por medio de conceptos cuya indi#encia no es muy fcil traspasar!C<
1;
=as#a e:o!ar $ "e+ours edi!i"n !as#ellana$ oris.
ar!adé pp. C9 y 596. 19 -. '!h@n%er, op-cit-, p. 118. +) !+id-, +1.
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2a relaci)n *ue ?c@nber# establece entre el artista *ue vuelve “perceptible el len#ua(e del mundo y el fil)sofo *ue intenta, vanamente, tornarlo “comprensible, cuando en realidad dico len#ua(e se encuentra ms all de toda comprensi)n abstracta, se aproima a la distinci)n *ue los romnticos de Mena abían establecido entre la Darstellung, la presentaci)n artística, y la imposible Erl!rung, eplicaci)n racional del ?er! G cuando ?c @n%er a#re#a *ue en cierto modo ?copenauer pese a todo tenía ra")n, por*ue lo propio del fil)sofo es intentar esta tarea imposible, se acerca muco a la concepci)n de la filosofía defendida por :riederic ?cle#el en la época del Ateneo, cuando seAalaba *ue “el concepto, el nombre mismo de la filosofía, así como toda su istoria, nos indican *ue ella es tan s)lo una bDs*ueda infinita *ue (ams concluye! C1 G la ra")n *ue ?cle#el es#rime para eplicar este fracaso es precisamente la *ue propone ms tarde ?c @nber#& a saber *ue el ?er absoluto, lo *ue ?c @nber# denomina “el len#ua(e del mundo, no se de(a apreender a través de un proceso racional y Dnicamente puede epresarse en una presentaci)n artística! En una primera época, la influencia de Niet"sce prolon#a la de ?copenauer, pero su reinterpretaci)n afirmativa de la noci)n de voluntad cavar rpido una fosa entre su teoría del 6rte y la de su maestro! ?u estética de la voluntad de poder desempeAar un papel central en la mayor parte de los movimientos de van#uardia de principios de si#lo& el activismo artísticopolítico del epresionismo, del futurismo, del neoplasticismo o incluso del constructivismo deben muco a la concepci)n niet"sceana del 6rte como epresi)n de una fuer"a vital elemental! CC En #rados diversos, la erencia niet"sceana se encuentra así, eplícita o implícitamente, en 2e 0orbusier, van Ioesbur#, =ondrian, los representantes de Fauaus, =ies van der Loe, etc!! 2a idea misma, tan central en los proyectos de van#uardia de los aAos veinte, de una esteti"aci)n de la realidad deriva, al menos en parte, de la teoría niet"sceana de la voluntad de poder, reinterpretada como “voluntad de forma! ?in embar#o, el la"o de los movimientos de van#uardia con la tradici)n de la teoría especulativa del 6rte no se limita a la influencia niet"sceana! ?u impulso ut)pico fundamental, a la ve" de orden espiritual y estético, reactuali"a de i#ual manera el momento ori#inario de la sacrali"aci)n del 6rte, a saber, lo sueAos del romanticismo de Mena& el proyecto mismo de una van#uardia artística, proyecto eminentemente istoricista, incluso escatol)#ico, unde sus raíces en lo ms profundo de la tradici)n romntica! El mesianismo ut)pico es, en efecto, indisociable de las variantes ms radicales de la teoría especulativa del 6rte! En cuanto a la influencia de 'eide##er, ms reciente, a sido y continDa siendo muy #rande, al menos en :rancia, pero también en Estados nidos 8por e(emplo, en el campo de la teoría literaria, ya directamente a través de sus escritos, ya de i#ual manera, si no ms, a través de la adopci)n de sus ideas por fil)sofos 8el deconstructivismo de Ierrida eacerba la idea eide##eriana de un dilo#o entre el
C1
Briedri!h '!hleel, ritische $usga+e, edi!i"n de 2rns# =ehler !on la !ola%ora!i"n de ean<a!Iues -ns#e## y Fans 2i!hner , #omo QQQ, (uni!h, Verla Berdinand '!h@ninh, 1975, p. 99 . ++ Véase al respe!#o Oren Arause, *rtyrer und Prophet- tudien ?u3 %iet?sche.ult in der +ildenden unst der Fahrhundert@ende, =erlín, al#er de Gruy#er, 198C. Ka impor#an!ia de >ie#Ms!he no ha sido menor en el !ampo li#erario alemNn$ %as#a pensar en el Jo:en homas (ann o en los poe#as epresionis#as. Véase, por eJemplo, la o%ra !ole!#i:a %iet?sche und die deutsche Literatur , + #omos, u%inia, >iemeyer Verla, 1978.
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pensamiento y el 6rte, pero también por críticos, como =aurice Flancot,C3 o escritores, como Lené 0arB CH 0omo lo muestra esta muy breve presentaci)n de sus diferentes filiaciones ist)ricas, la sacrali"aci)n de la poesía y del 6rte a teAido en mayor o menor medida #ran parte de la vida artística y literaria moderna, instaurndose pro#resivamente como ori"onte de epectativa del mundo del arte occidental! Tuisiera, para concluir, a#re#ar al#unas palabras críticas con respecto a los efectos de la teoría especulativa del 6rte sobre nuestras relaciones con las obras de arte! En efecto, pienso *ue el esencialismo de la teoría especulativa del 6rte implica nada menos *ue un desconocimiento de la l)#ica propia de la esfera estética y artística y, por consi#uiente, también de la l)#ica específica de la evaluaci)n y el (uicio estéticos! Para ello debemos retornar brevemente a 4ant! 4ant puso con claridad en evidencia la imposibilidad de fundar el (uicio estético sobre una base puramente descriptiva, al mostrar *ue éste estaba le#itimado por un sentimiento de acuerdo, de satisfacci)n! En efecto, en la “6nalítica de lo bello demostr), en mi opini)n de manera concluyente, *ue el (uicio estético no se asienta sobre los ras#os ob(etivos del ob(eto, sino *ue (u"#a acerca de la cualidad de la relaci)n *ue se establece entre esos ras#os y la sensibilidad del espectador, del auditor o del lector! Esto lo llev) a declarar imposible toda doctrina de lo bello, es decir, toda doctrina *ue pretenda establecer criterios universales sobre el lo#ro artístico, criterios susceptibles de conducir a un (uicio del ob(eto *ue permita decidir en forma apodíctica si una obra es lo#rada o malo#rada, de la misma manera *ue se puede aseverar en un (uicio apodíctico *ue un ob(eto se alla, por e(emplo, en movimiento o en reposo, es decir por una inducci)n empírica verificable y *ue tiene un valor de constricci)n co#nitiva para todos los individuos umanos! 6plicada a las artes, la tesis antiana venía a erir de nulidad co#nitiva a toda doctrina filos)fica del 6rte *ue permitiera fundar el valor 8en este caso, el valor sa#rado del 6rte en una determinaci)n apodíctica de su esencia& el valor no es una cualidad intrínseca del ob(eto, sino una resultante *ue procede de cierto tipo de relaci )n, siempre sin#ular, con el ob(eto! 6ora bien, el romanticismo simplemente cortocircuit) la "rítica de la facultad de #u$gar & redu(o lo Fello a lo Verdadero e identific) el (uicio estético con un (uicio determinante, *ue se funda sobre la conformidad o no de la obra con un criterio trascendente postulado de manera apriorística 8la fuer"a de revelaci)n ontol)#ica de la obra! 6l mismo tiempo, el dominio de las artes de() de ser el de nuestro encuentro con las obras en su sin#ularidad& las obras s)lo son manifestaciones del 6rte tal como éste es determinado por la teoría especulativa! Iico de otra manera, si el 6rte revela el ser, las obras artísticas mismas revelan el 6rte y deben descifrarse como tales, es decir, como reali"aciones empíricas de una misma esencia ideal& el eco de *ue la cuesti)n central de mucas de las actividades artísticas se aya vuelto la de su esencia artística est directamente li#ado a esta +3
“Ka li#era#ura y la eperien!ia oriinal”, #e#o del !ual se !ono!e la in/luen!ia mul#i/orme so%re las !on!ep!iones de la li#era#ura en Bran!ia, es un !al!o de las #eorías heideerianas in!luso en !uan#o al :o!a%ulario y al es#ilo6. =lan!ho# par#e de la misma preun#a$ “Z[ué se ha he!ho del ar#e, Iué se ha he!ho de la li#era#ura\”. &omo el /il"so/o alemNn, pone la preun#a en rela!i"n !on la #esis heeliana del /in del ar#e$ “Z2l ar#e es alo pasado\”. &omo Feideer una :eM mNs, opone el ar#e a la !omuni!a!i"n y lo de/ine !omo rela!i"n e#N#i!a !on el ser. 0e la misma manera, !onsidera Iue la #area a!#ual del ar#e reside en la %sIueda de su propia esen!ia. -reuemos Iue por la mul#ipli!idad de sus /uen#es ademNs de Feideer y >ie#Ms!he, hay Iue a]adir a >o:alis, F@lderlin y Dil4e6 y por su !oheren!ia in#erna, la o%ra !rí#i!a de =lan!ho# es indis!u#i%lemen#e una de las re/ormula!iones !on#emporNneas mNs am%i!iosas de la #eoría espe!ula#i:a del -r#e. Ver (auri!e =lan!ho#, L´espace littéraire 19556, París, Gallimard, &olle!#ion Qdées, p. +79<338 edi!i"n !as#ellana$ El espacio literario, #radu!!i"n de Vi!4y Palan# y ore in4is, =uenos -ires, 19;9E !on una in#rodu!!i"n de -nna Po!a, =ar!elona, 199+ ss.*. +C &har no es el ni!o poe#a /ran!és pr"imo de la pro%lemN#i!a heideeriana$ se podría !i#ar #am%ién a ^:es =onne/oy, para Iuien la poesía es “una eperien!ia del ser y una re/lei"n so%re el ser”, sen las pala%ras de ean '#aro%ins4i, en su pre/a!io al :olumen Po;3es, París, Po_sie
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concepci)n! Pues también por*ue las obras 8y las artes son reductibles al 6rte, éste puede ser revelaci)n del ser& la definici)n del 6rte como presentaci)n de la onto teolo#ía implica la reducci)n de las obras 8y de las artes a la teoría del 6rte! Vemos con claridad *ue la pretendida definici)n de la esencia del 6rte *ue nos permitiría reducir la cuesti)n del valor de las obras a la de su conformidad con la esencia del 6rte, esto es, a la cuesti)n de su estatuto )ntico, le(os de ser descriptiva, lo *ue ace en realidad es proponer un ideal artístico! Ella es por tanto evaluativa, pero se trata de una evaluaci)n *ue se presenta como discurso descriptivo& el carcter evaluativo se manifiesta en los procedimientos de eclusi)n, ya *ue la definici)n del 6rte por su pretendido contenido ontoteol)#ico implica la eclusi)n de todas las obras y de todas las prcticas artísticas en #eneral *ue no cumplan este ideal! 6sí la Estética de 'e#el ecluye, o al menos mar#ina a la fuer"a, todos los #éneros artísticos y literarios reputados impuros o no esenciales& la mDsica instrumental, la novela, la escultura pre#rie#a, las artes orientales, etc!! Ie manera ms #eneral, se puede decir *ue en la teoría especulativa del 6rte el discurso de celebraci)n usurpa el lu#ar de una descripci)n analítica de los ecos artísticos, al mismo tiempo *ue la eperiencia estética se ve reificada como (uicio apodíctico! Ie a*uí se derivan dos consecuencias particularmente ne#ativas para nuestra comprensi)n de los fen)menos artísticos y, aun ms fundamentalmente, para nuestra aproimaci)n a las artes! 2a primera consecuencia ne#ativa concierne al con(unto de nuestros discursos eruditos sobre las artes& con frecuencia tendemos a confundir el (uicio evaluativo 8y por tanto el arte como con(unto de obras valoradas y la descripci)n analítica de los ecos artísticos 8por tanto el arte como con(unto de prcticas artísticas *ue se (ustifican con independencia de nuestra apreciaci)n de las obras! Este error de cate#ori"aci)n pasa a manudo inadvertido, (ustamente #racias a la prestidi#itaci)n esencialista e(ecutada por la tradici)n especulativa, *ue nos da una pseudo (ustificaci)n para asentar el campo descriptivo de las artes sobre el campo evaluativo, cuando cada uno de ellos se inscribe en l)#icas perfectamente deseme(antes! Pienso *ue un indicio particular de esta confusi)n reside en la ne#ativa de aceptar *ue lo malo#rado – o ms bien lo *ue tal o cual de nosotros considera como malo#rado – forme parte del arte&CJ este reca"o vuelve efectivamente a considerar el mal arte como no arte en virtud de un criterio de evaluaci)n, es decir *ue vuelve a asentar la demarcaci)n descriptiva sobre una demarcaci)n evaluativa, cuando esta Dltima 8en toda su escala s)lo tiene sentido en el interior de la demarcaci)n descriptiva! En otras palabras, en virtud de un criterio de evaluaci)n se pretenden redibu(ar los contornos referenciales del término “arte”! Ietrs de esta idea est sin duda la convicci)n, (usta, de *ue nuestra relaci)n con el arte es siempre una relaci)n de evaluaci)n! Pero el estudio de esta relaci)n de evaluaci)n muestra precisamente *ue no podría fundamentar un estudio descriptivo de las artes, por*ue ella reposa siempre sobre preferencias, es decir, sobre la manera en la *ue reaccionamos frente a las obras y no sobre criterios de identidad ob(etal! 2o *ue importa no es tanto *ue esta reacci)n sea “sub(etiva”& aun cuando fuera universalmente compartible – c omo sostiene 4ant, con un optimismo ms bien an#élico –, no permitiría fundamentar una teoría descriptiva de las artes, por*ue toda apreciaci)n 8positiva o ne#ativa presupone l)#icamente la identificaci)n del ob(eto como siendo de un tipo *ue apela a tal apreciaci)n& ella no podría, por tanto, fundamentar
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Feideer, por eJemplo, limi#a su !on!ep!i"n de la poesía a lo Iue llama “el poema :Nlido” Bdas gGltige >edicht, es de!ir, e/e!#i:amen#e el poema Iue se pres#a a una #radu!!i"n /ilos"/i!a$ de ahí el pri:ileio Iue le a!uerda a F@lderlin, poe#a
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esta identificaci)n! El acto de apreciaci)n artística s)lo tiene sentido a condici)n de *ue ayamos ya decidido *ue nos encontramos frente a una obra de arte! @Por *ué este error de cate#ori"aci)n pasa tan fcilmente inadvertidoB 0reo *ue debemos buscar la ra")n en una particularidad de las actividades culturales umanas y, por consi#uiente, también de la actividad artística& toda eplicaci)n de un comportamiento umano intencional implica potencialmente un componente autoreferencial! Para decirlo de otra manara& una eplicitaci)n verbal de un comportamiento intencional puede transformar ese comportamiento, pues los comportamientos futuros de los ombres con frecuencia se modelan en cierta medida sobre las descripciones socialmente aceptadas de esos mismos comportamientos! En otras palabras, toda teoría – independientemente de su valide" descriptiva – puede devenir un ori"onte de epectativa pra#mtico y modelar los comportamientos futuros de los ombres en tanto tiendan a adaptarse a esta teoría& ella lle#a así – en circunstancias favorables – a convertirse en una self . fulfilling prophecy% Iico de otro modo, debido al potencial autorreferencial de los ecos intencionales, un discurso prescriptivo, *ue se presenta ba(o una forma #ramatical descriptiva, puede efectivamente llenarse poco a poco de una car#a descriptiva en la medida en *ue los ombres acepten modelar su comportamiento sobre la descripci)n supuesta! 0uando ese potencial autoreferencial es desconocido, una teoría prescriptiva puede verse dotada a posteriori de un alcance descriptivo& al mismo tiempo, ésta se ve dotada retrospectiva e ilusoriamente de una fuer"a predictiva, lo cual desemboca a la ve" en un desconocimiento de su estatuto prescriptivo! Pienso *ue es esto lo *ue a pasado con la teoría especulativa del 6rte! En efecto, su aceptaci)n por el mundo del arte como modelo de le#itimaci)n a conducido a una deriva autoreferencial, a una self .fullfilling prophecy% El modelo evolucionista e istoricista de las artes, co#nitivamente inadecuado en cuanto a los ecos pasados *ue pretendía describir, a sido dotado de una pertinencia descriptiva relativa para el arte modernista en la medida en *ue este arte se a modelado sobre dica teoría! Para decirlo rpidamente, la teoría especulativa del 6rte defiende, desde el romanticismo, una concepci)n istoricista de la evoluci)n artística, concepci)n en virtud de la cual el destino ist)rico de las artes consiste en una pro#resiva puesta al día de su propia esencia interna! En otras palabras, la evoluci)n de las artes debe obedecer a una autoteleolo#ía ist)rica *ue las lleva poco a poco, en una marca refleiva, a considerar *ue su funci)n ist)rica es descubrir su propia naturale"a interna! 6ora bien, este istoricismo autoteleol)#ico a devenido uno de los factores motivacionales ms poderosos del arte moderno y, sobre todo, de las prcticas van#uardistas en las artes plsticas! Fasta pensar, por e(emplo, en la le#itimaci)n del arte abstracto eca por 4andinsy o por =ondrian& el arte abstracto, remontndose a los elementos Dltimos de la actividad pict)rica, alcan"a al mismo tiempo la esencia espiritual del arte pict)rico y deviene, no una simple opci)n pict)rica entre otras, sino el destino Dltimo del arte pict)rico tal como lo prescribe su naturale"a ms íntima! Iesde el momento en *ue un arte est apresado en tal escatolo#ía interna, las posibilidades *ue se abren al artista individual tienden por supuesto a estar circunscriptas por el estado de la “avan"ada” ist)rica del arte *ue él practica& el “ya no se puede acer como ayer ” deviene un imperativo absoluto, pues est li#ado a una misi)n *ue se cree constreAida por la esencia “ob(etiva” del arte en cuesti)n& así la abstracci)n pudo ser interpretada 8aun por 4andinsy como una consecuencia ineluctable del cubismo, consecuencia *ue a la ve" torna caducas todas las prcticas pict)ricas alternativas! En tal perspectiva, la istoricidad comple(a, mDltiple, contradictoria y diferencial de las prcticas artísticas se alla reducida a la istoria lineal de un proyecto colectivo
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*ue la comunidad de artistas se impone y a cuya resoluci)n todo el mundo es llamado a participar! Qodo arte *ue se desarrolla se#Dn un proyecto ist)rico colectivo tal posee evidentemente una curva evolutiva muy específica, caracteri"ada por la eistencia de una #ran tensi)n interna! En la medida en *ue el arte moderno a aceptado tomar como modelo este proyecto istoricista, de manera retrospectiva lo a dotado de un componente descriptivo& considerado ba(o cierto n#ulo, el destino del arte moderno es, en efecto, la istoria de un #i#antesco esfuer"o por penetrar cada ve" ms en lo *ue se piensa *ue es la esencia irreductible de la pintura primero 8el proyecto de la abstracci)n y del arte como tal a continuaci)n 8el minimalismo y el arte conceptual! Por supuesto, todo el proceso reposa sobre una ilusi)n colectiva& el arte no tiene esencia interna+ es un ob(eto intencional, *ue es y lle#a a ser lo *ue los ombres lo acen ser y lle#ar a ser! ?e podría ob(etar *ue las artes plsticas al menos abían ya obedecido a un modelo seme(ante antes del nacimiento de la tradici)n *ue e anali"ado& a saber, en el arte italiano del Lenacimiento descrito por Vasari! ?e podría también evocar la concepci)n aristotélica de la evoluci)n de la tra#edia #rie#a, *ue responde al mismo paradi#ma de una istoria teleol)#ica *ue encuentra su acabamiento en la reali"aci)n de la “naturale"a” del #énero 8cumplido por ?)focles! Pero en los dos casos la situaci)n difiere de la del esencialismo istoricista del “modernismo”! Por un lado, el punto de vista de 6rist)teles, como el de Vasari, es retrospectivo& sacan las enseAan"as de una evoluci)n *ue piensan a lle#ado a su término! En cambio, en el istoricismo “modernista”, la dimensi)n proyectiva es esencial& el pasado no es un modelo cumplido, s)lo esbo"a una evoluci)n por venir! na se#unda diferencia es, sin duda, aun ms importante& Vasari y 6rist)teles abían definido la naturale"a de la pintura o de la tra#edia por una funci)n relacional& la mimesis 8representaci)n visual de la realidad, o mimesis de acciones umanas! Es decir *ue, en realidad, la supuesta “naturale"a” de la pintura o de la tra#edia residía en un ideal co#nitivo *ue les era dictado por un ori"onte de epectativa eterior 8el mundo visual, las acciones umanas *ue funcionaba como un dato independiente 8o al menos postulado como tal al *ue el arte debía ser “fiel”! El esencialismo de las van#uardias pict)ricas desemboca, en cambio, en un purismo autoteleol)#ico, *ue intent) reducir el arte a lo *ue se piensa *ue son sus componentes fundamentales internos! Qal bDs*ueda no puede allar otro fin *ue el desvanecimiento del ob(eto artístico mismo& los “componentes” de un ob(eto intencional como un cuadro, por e(emplo, no pueden ser fundamentales 8o secundarios ms *ue con relaci)n a la funci)n 8ya sea representacional, decorativa u otra *ue deben desempeAar! Iesde el momento en *ue se ace abstracci)n de toda funci)n 8lo *ue fue el caso en las variantes ms radicales del proyecto de los abstraccionistas, uno se embarca en un movimiento sin fin, ya *ue un ob(eto intencional no tiene propiedades esenciales 8o secundarias puramente internas, sino *ue su “naturale"a” es funcional! Por ello cada “minimalismo” puede ser empu(ado aun ms le(os& para =ondrian, la esencia de la pintura se reduce a ori"ontales y a verticales, así como a colores puros+ =alévitc la reduce a superficie monocroma+ en cuanto al arte conceptual, la ace evaporarse en un puro ob(eto de pensamiento! Tue se me comprenda bien& no pon#o en absoluto en cuesti)n la cualidad pict)rica de las obras de 4andinsy, de =ondrian o de =alévitc, ni el interés de ciertas obras conceptuales+ lo *ue est en discusi)n es Dnicamente la viabilidad l)#ica de la le#itimaci)n ist)rica a la cual ellas obedecen! Pienso *ue el aspecto ms ne#ativo de este istoricismo reside en el eco de *ue a falseado ampliamente nuestra relaci)n con las obras de arte y, sobre todo, con las obras de la época modernista, para las cuales emos aceptado con demasiada facilidad reempla"ar el (uicio fundado sobre nuestra apreciaci)n individual de la obra por un (uicio fundado sobre el supuesto lu#ar de esta obra en la evoluci)n
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postulada del arte moderno& el culto de lo nuevo no es para nada preferible al culto de lo anti#uo, en la medida en *ue ambos, en ve" de (u"#ar las obras a través de nuestro encuentro concreto con ellas, lo acen aplicando una #rilla de evaluaci)n trascendente *ue las clasifica no con relaci)n a lo *ue pueden aportarnos en su sin#ularidad, sino con relaci)n a la posici)n *ue ocupan en una teleolo#ía istoricista! Por supuesto, esto no si#nifica en absoluto *ue aya *ue acer abstracci)n de la situaci)n ist)rica de las obras, ni de su eventual lu#ar estraté#ico en una problemtica ist)rica dada, ni de las problemticas o proyectos artísticos colectivos& nin#una obra es transparente y no ay mirada, lectura o escuca inocentes+ por lo dems, nin#una obra eiste en el vacío, sino Dnicamente en sus vínculos comple(os con otras obras y ms ampliamente con la istoria del arte, incluso la istoria a secas! Qodas estas relaciones intervienen ciertamente de la identidad de la obra y tienen importancia no s)lo para su si#nificaci)n, sino en primer lu#ar para su identificaci)n! ?implemente, en la medida en *ue nuestra relaci)n con las obras es una relaci)n estética, es decir, en la medida en *ue apreendemos las obras no para estudiar las prcticas artísticas, sino con la perspectiva de una satisfacci)n *ue deriva de nuestra interacci)n con ellas, estos ecos s)lo son pertinentes en tanto pueden enri*uecer esa relaci)n estética y, a través de ella, nuestra eperiencia de la obra! Nunca podrían constituirse en criterios de (uicio, capaces de le#itimar estéticamente la obra y de constreAir nuestra eperiencia! Ellos constituyen condiciones *ue nos permiten construir la identidad operacional, pero no pueden reempla"ar nuestra eperiencia directa e íntima de la obra en su sin#ularidad de ob(eto artístico *ue se propone a nuestra atenci)n& una obra no puede (ams le#itimarse estéticamente sino en su sin#ularidad, para un receptor sin#ular, en una eperiencia sin#ular! Pienso, ms #eneralmente, *ue una relaci)n viva con el arte s)lo es posible en tanto, en ocasi)n de cada eperiencia estética sin#ular, la obra, comprendiendo en su valor, se vuelve a poner en (ue#o& el valor de una obra nunca es independiente de la sensibilidad de a*uel *ue la apreende+ dico valor no es una propiedad interna, sino una propiedad relacional, *ue nace del encuentro entre la obra y una sensibilidad, la del receptor, del mismo modo *ue la obra a nacido del encuentro entre un material y un proyecto de creaci)n! El resto no es sino conformismo o esnobismo!
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