LAS EDADES ESOTÉRICAS EN EL H UMANO Por: Prof. Jorge
Angel Livraga.
En este caso como en tantos otros temas, es temerario generalizar. Cada ser humano, tiene su destino particular que es como una cuerda hecha con muchísimos hilos de diferentes colores, resistencias, longitudes y ciclos de vida. Influyen asimismo las decisiones que cada uno toma ante las oportunidades y también factores misteriosos que están por encima de todos los hor!scopos circunstancias y educaci!n. En todas las "eligiones #istéricas de la $ntig%edad, desde la &umeria hasta la Etrusca, ese 'factor ( )que así lo han llamado diferentes pensadores de* &iglo (() no es mensurable ni previsible... &abemos que e+iste por sus efectos evidentes, pero no sabemos lo que es. &egn -omero y irgilio, esta oluntad ultérrima estaba por encima, no s!lo de los hombres, sino también de los /ioses y de todo aquello que podamos concebir.. el mundo de lo inteligible, por parado0a, tiene raíz irracional... o para)racional, que en la práctica es lo mismo. 1ero para facilitar ciertas comprensiones, el esoterismo diferencia los a2os que un hombre puede vivir en ciclos de siete.
Hasa Los ! A"os E+iste un descenso paulatino de los 1rincipios espirituales, mentales y psicol!gicos en general. E+iste una especie de $ngel de la 3uarda que vigila la entrada del $lma en la encarnaci!n y suaviza sus choques con el mundo en el que le toca vivir. 1adres, familia y educadores tienen gran importancia. El ni2o es, salvo e+cepciones, un ser plástico que responde a los acicates del castigo y la recompensa4 necesita autoridad y control permanente que le permitan un aprendiza0e instrumental. &i nace en familia cristiana, será cristiano y si es 0udía, 0udío, etc. &u contacto con el medio social es una vacuna que le permitirá sobrevivir a futuros embates. 5ecesita cari2o, que no es debilidad ni gazmonería.
Hasa Los #$ A"os -abiendo sobrevivido a la ni2ez, entra en una etapa gozne6 y, a través de la fantasía y de la imaginaci!n, se introduce el ser humano en el mundo de los adultos que no lo acepta ni rechaza totalmente. Está probando. 5ecesita que le de0en, controladamente, aceptar y equivocarse. &u propio Espíritu empieza a manifestarse y crea la imagen de aparentes rebeldías.
Hasa Los %# A"os 1asada la etapa anterior, el Espíritu se manifiesta más fuertemente y se perfila la personalidad y las posibilidades definitivas. &e entra en la plenitud... inmadura.
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7os roles se+uales se afirman.
Hasa Los %& A"os El Espíritu se ha manifestado y el camino para toda la vida se hace evidente. 8odo toma formas concretas y se tiende a imponer la propia naturaleza en todos los !rdenes.
Hasa Los '( A"os &e llega a todas las formas definitivas y la espiritualidad vence o fracasa4 ya no habrá cambios de fondo al respecto. &e camina por sendas elegidas, lo que pueda variar ahora es la velocidad, aparte de peque2os desplazamientos de los focos de interés y centros de invento. $unque pueda no parecerlo, la posibilidad de cambios ha quedado atrás y tan s!lo se puede afirmar o debilitar los elementos de la personalidad segn la fuerza del Espíritu. &e está a la mitad de la esperanza de vida, en la cumbre de la monta2a de esta vida y se empieza a percibir más claramente paisa0es y fuerzas, lo que provoca acci!n y curiosidad. 7os elementos ya e+istentes se combinan y recombinan en una segunda 0uventud6.
Hasa Los $% A"os 7os efectos de los que llamamos 9segunda 0uventud se hacen perceptibles y se institucionalizan. &on necesarios logros, conquistas, adquisiciones. $l final del ciclo se empieza a ba0aría monta2a biol!gica y aparecen conflictos entre el Espíritu, el $lma y la 1ersonalidad. $quí se definen los valerosos y los cobardes. El desafío de la vida se plantea y se replantea.
Hasa Los $) A"os :n sentimiento que permaneci! casi en latencia se manifiesta; el apuro por plasmar cosas, estas serán segn la naturaleza de cada uno, de su grado de espiritualidad o materialismo. 7a e+periencia individual se ha decantado e influencia fuertemente en los actos, sentimientos e ideas. El cuerpo, por su parte, presenta las características propias de la perdida 0uventud. Esto no siempre es aceptado y ello hace que esta edad sea especialmente peligrosa para el equilibrio fisiol!gico y mental.
Hasa Los (* A"os &e inicia una doble fuga psicol!gica hacia atrás y hacia adelante. &e recuerda los 'buenos tiempos y se proyecta con fuerza para el futuro. El presente se evidencia efímero y débil. -ace falta afianzarlo para coger fuertemente a algo. 7as posiciones se radicalizan y maduran. &i se ha tomado el camino espiritual, se entra en un período muy fructífero y si no, es un simulacro de nuevas reacciones... que son las mismas de antes, pero mucho más definidas, s!lidas... y estáticas.
Hasa Los *3 A"os El ocaso de la vida se hace evidente y todos, de una manera u otra tratan de de0ar ','cosas hechas que otorguen seguridad colectiva e individual. /epende de la cultura, carácter y espiritualidad, el grado en la que la radicalizaci!n de las creencias se plasmen en obras realmente tiles. 7a convivencia se hace más difícil y se rechaza a la vez que se la necesita, a veces de manera traumática.
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Hasa Los !+ A"os &egn se haya e0ercido, algunos principios espirituales se retiran o se afirman. Es el final, el 'broche' que puede ser de oro o de hierro. El cuerpo entra en deterioro que pone a prueba la templanza. 7a idea de la muerte, en sus diversa acepciones, se hace constante. 1ara algunos, ésta es un ltimo incentivo y para los otros la puerta de la desesperaci!n, de la resignaci!n, de la rebeldía
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