Este libro cuenta la historia de disitintas mujeres afroamericanas durante los años 30 en el sur de Estados Unidos. La American Library Association (ALA, por sus siglas en inglés) comenzó a registrar las obras censuradas, según denuncias de la ciudadanía, y a publicar una lista anual de ellas. Este libro entró en la lista por sus escenas de racismo y sexismo a pesar de ganar el Pulitzer en 1983.
Desde mi cielo, 2002, Alice Sebold
Este libro adaptado a la pantalla grande fue censurado en Massachusetts y Connecticut por los padres de las secundarias. Una niña es violada y asesinada y ella puede verlos desde el cielo. Observa cómo su familia y amigos han lidiado con la tragedia y los momentos difíciles que pasan. Desde 1929 hasta 1959 estuvo prohibido en la aduana de Estados Unidos y en Inglaterra sólo estuvo di sponible hasta 1960. Relata la historia de una relación carnal y pasional entre una mujer de clase alta y un hombre de clase obrera.
Sus ojos miraban a Dios, 1937, Zora Neale Hurston
El personaje principal y narrador de esta obra es Janie Crawford, una mujer de unos 40 años, afroamericana que cuenta la historia de su vida y sus viajes mediante flashbacks. El libro se ha censurado por su sexualidad explícita por la ALA, aunque la enfermedad mental, problemas de la mujer, el sexo, el dinero, el racismo, la igualdad de derechos, sea, hasta la fecha, algo cotidiano.
El despertar, 1899, Kate Chopin
El libro cuenta la historia de una mujer que busca salirse de los roles establecidos y dejar de ser la esposa y madre perfecta para explorar su feminidad y su sexualidad. Desencadenó una cascada de críticas negativas que mostraban los
condicionantes y prejuicios morales de los críticos norteamericanos de fin de siglo. La llamaron “veneno” e “inmoral”.
Trópico de Capricornio, Henry Miller, 1934
Cuenta las hazañas sexuales de un joven escritor; se trata de una novela semiautobiográfica. Se escribió en Francia en 1934 y fue hasta 1961 cuando comenzó a distribuirse en Estados Unidos. Más de 60 vendedores en 21 estados tuvieron que enfrentar demandas por obscenidad. Cuando la Corte Suprema dictó en 1966 que el libro no era obsceno, el juez en la Corte Suprema del estado de Pennsylvania, Michael Musmanno, no estuvo de acuerdo y escribió: “Es una fosa séptica, un alcantarillado abierto, un pozo de putrefacción, una concurrencia asquerosa de todo lo que está podrido en las ruinas de la depravación humana”.
Habla, 1999, Laurie Halse Anderson
La protagonista, con 14 años de edad ha sufrido un terrible incidente ese verano, una violación, no deja de pensar en esto y poco a poco se aísla del mundo con la decisión de no hablar más. Esta novela está en la lista de libros más vendidos del New York Times. Sin embargo, en las escuelas de Missouri fue prohibida y criticada por “glorificar la ingesta de alcohol, las groserías y el sexo premarital”.
El pozo de la soledad, 1928, Radclyffe Hall
La protagonista de la historia, Stephen Gordon, nació con el estigma de la masculinidad. Sus padres querían un varón y tuvieron una niña, por lo que la llamaron Stephen, nunca le gustó usar ropa de mujer y es lesbiana. El juez Charles Biron la juzgó obscena y prohibió su venta e n Inglaterra por contener “prácticas no naturales entre mujeres”. La intelligentsia literaria británica la defendió de la censura judicial, pero cuestionó su valor artístico. Algunas feministas lesbianas – no todas – la rechazan por reaccionaria. Se sienten más a gusto, por ejemplo, con Orlando, de Virginia Woolf, también publicada en 1928.