LOS ESPÍRITUS DE SEDUCCIÓN Pastor Ki Dong Kim Introducción a la edición revisada... Una Una de las las arma armass más más impo import rtan ante tess con con que que los los sant santos os debe deberí rían an esta estar r famili familiari arizad zados os y equipa equipados dos es el conoci conocimie miento nto acerc acerca a de los espíri espíritus tus de seducc seducción ión.. Muchos creyentes llevan su vida cristiana abstractamente, lo que hace que tiendan a desatender el poder espiritual dado por Jesús. Además, al pretender ignorar la verdad, niegan la autoridad que han han recibido. Peor aún, llegan llegan incluso a descuidar los espíritus espíritus de seducción, significando esto que pasan por alto la disciplina propuesta para ellos por Dios. Consecuentemente, esto los llevará a su destrucción espiritual. Es indispensable conocer acerca de estos espíritus de seducción. ¿Saben los lectores quién nos cuida? Dios nos dio a Jesucristo. Él nos envió al Espíritu Santo y el Espíritu Santo nos trae a los ángeles para servirnos. ¡Qué gran bendición! ¿Cuál es entonces el resultado de nuestra actitud de exclusión hacia otros, sin ninguna razón particular, sobre todo con respecto a sus posiciones en relación a los principios bíblicos? Nosotros no podremos experimentar el inmenso amor y gracia de Dios, ya sea porque somos engañados con argumentos ignorantes y falsas teorías, o porque los agregamos a nuestras propias doctrinas denominacionales que sólo provienen de nuestro orgullo. Aunque estoy publicando esta edición ampliada con respecto a los espíritus de seducción, todavía no me siento cómodo, por cuanto no puedo explicar satisfactoriamente todo sobre ellos debido a mi recargado horario. Permítanme también pedir su profunda comprensión: el presente libro está basado en lo que he predicado desde el púlpito de nuestra iglesia, por lo que algunos temas pueden repetirse, particularmente cuando pongo un especial énfasis en un punto o tema en particular. Además, también tengo que pedir a ustedes, los lectores, que entiendan algunas similitudes entre los espíritus de seducción, el diablo, y los demonios, y que les quise revelar para una mejor comprensión. En todo caso, quiero que sepan que mi intención es explicar fundamentalmente acerca de los espíritus de seducción. Espero que el presente libro sea una referencia grande y útil para su vida vida cristiana espiritual. Gracias. Semone(SheeMuAwn) Ki Dong Kim
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PROLOGO Hay Hay un sin sin número número de acciden accidentes tes,, críme crímenes nes,, y sufri sufrimie miento ntoss que no pueden pueden describirs describirse e totalmen totalmente te con palabras. Eso explica explica por qué los hospitales, hospitales, las farmacias farmacias,, y las estaciones estaciones de policía policía e incluso incluso las consejerías consejerías,, aumentan aumentan en número número día a día. Para sanar la aflicción, se aumentan los diferentes tipos de instituciones sociales. Ellas realizan curaciones, venden medicamentos, dan consejos e intensifican las instrucciones. Pero sucede una desgracia tras otra, en el sentido que todos estos esfuerzos no pueden eliminar las causas fundamentales de los problemas antes mencionados. La conducta del hombre surge desde la mente, y su mente es gobernada por su espíritu. Si cualquier espíritu dado no es guiado por Dios, estará flotando a merced del viento, como huérfanos abandonados. Las causas de todos los tipos de sufrimientos y enfermedades son los demonios. Y los espíritus en quienes los demonios confían son los llamados espíritus de seducción. ¿Quiénes son esos espíritus de seducción? Son los seres angélicos caídos (es decir, decir, los ángele ángeless caídos caídos). ). Es decir, decir, son ángele ángeless que fueron fueron al princi principio pio espíri espíritus tus ministradores, enviados para ministrar a aquellos creyentes que heredarán la salvación. Hasta donde los pastores, e incluso los laicos, tengan el conocimiento suficiente y sentido sentido común común en relac relación ión a estos estos espír espíritu ituss de seducc seducción, ión, podrán podrán ocupar ocuparse se de sus propios problemas y de los problemas de sus hijos, de eso estoy seguro. He llegado a comprender que los mismos cristianos están siendo contratiempos demasiado difíciles de manejar, debido a su ignorancia respecto a estos espíritus de sedu seducc cción ión.. Las Las enfe enferm rmeda edades des crón crónic icas as,, los los malos malos hábi hábito toss etc. etc. pued pueden en sana sanars rse e y eliminarse, si uno puede discernir que dependen de los espíritus de seducción. Una cosa que puedo decir con seguridad es que los lectores llegarán a conocer con mayor claridad, por medio de este singular libro, todo el evangelio del Señor, porque se trata de prácticamente. Creo que el presente libro tiene que ser leído por cada uno de nosotros. Yo recome recomenda ndaría ría a aquell aquellos os que están están involu involucra crados dos en los minist ministeri erios os pastor pastorale ales, s, los pastores, que lo lean. Semone (SheeMuAwn) Ki Dong Kim
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PROLOGO Hay Hay un sin sin número número de acciden accidentes tes,, críme crímenes nes,, y sufri sufrimie miento ntoss que no pueden pueden describirs describirse e totalmen totalmente te con palabras. Eso explica explica por qué los hospitales, hospitales, las farmacias farmacias,, y las estaciones estaciones de policía policía e incluso incluso las consejerías consejerías,, aumentan aumentan en número número día a día. Para sanar la aflicción, se aumentan los diferentes tipos de instituciones sociales. Ellas realizan curaciones, venden medicamentos, dan consejos e intensifican las instrucciones. Pero sucede una desgracia tras otra, en el sentido que todos estos esfuerzos no pueden eliminar las causas fundamentales de los problemas antes mencionados. La conducta del hombre surge desde la mente, y su mente es gobernada por su espíritu. Si cualquier espíritu dado no es guiado por Dios, estará flotando a merced del viento, como huérfanos abandonados. Las causas de todos los tipos de sufrimientos y enfermedades son los demonios. Y los espíritus en quienes los demonios confían son los llamados espíritus de seducción. ¿Quiénes son esos espíritus de seducción? Son los seres angélicos caídos (es decir, decir, los ángele ángeless caídos caídos). ). Es decir, decir, son ángele ángeless que fueron fueron al princi principio pio espíri espíritus tus ministradores, enviados para ministrar a aquellos creyentes que heredarán la salvación. Hasta donde los pastores, e incluso los laicos, tengan el conocimiento suficiente y sentido sentido común común en relac relación ión a estos estos espír espíritu ituss de seducc seducción, ión, podrán podrán ocupar ocuparse se de sus propios problemas y de los problemas de sus hijos, de eso estoy seguro. He llegado a comprender que los mismos cristianos están siendo contratiempos demasiado difíciles de manejar, debido a su ignorancia respecto a estos espíritus de sedu seducc cción ión.. Las Las enfe enferm rmeda edades des crón crónic icas as,, los los malos malos hábi hábito toss etc. etc. pued pueden en sana sanars rse e y eliminarse, si uno puede discernir que dependen de los espíritus de seducción. Una cosa que puedo decir con seguridad es que los lectores llegarán a conocer con mayor claridad, por medio de este singular libro, todo el evangelio del Señor, porque se trata de prácticamente. Creo que el presente libro tiene que ser leído por cada uno de nosotros. Yo recome recomenda ndaría ría a aquell aquellos os que están están involu involucra crados dos en los minist ministeri erios os pastor pastorale ales, s, los pastores, que lo lean. Semone (SheeMuAwn) Ki Dong Kim
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INDICE
1. El Diablo, Diablo, Príncipe del Poder Poder del Aire 2. El Diablo y la Verdad 3. La Condenación del Gobernador de este Mundo 4. La Identidad de los Espíritus de Seducción 5. La Identidad de los Demonios y los Espíritus de Seducción 6. Los Espíritus malignos de Dios 7. El Método de Invasión de los Demonios 8. La Autoridad Pública de los Creyentes 9. Satanás y la Fe Condicional 10. Cómo Controlar los Espíritus Impuros 11. La Expulsión de Demonios por el Espíritu Santo 12. La Vida de Victoria 13. Esté a las Órdenes de Dios 14. La Nueva Enseñanza con Autoridad 15. El Jesús Victorioso
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1 El Diablo, Príncipe del Poder del Aire (Génesis 3:1-5) Aunque los cristianos actuales dicen que la Palabra de Dios es "la Palabra de Gracia", se refieren de un modo abstracto a ella; no la toman realmente como el alimento para sus almas, y no llenan sus almas con la Palabra de Dios. Sin embargo, como no experimen experimentaron taron lo que se está discutiendo discutiendo,, aunque aunque ellos dicen “Amén”, “Amén”, se quedan en lo abstract abstracto. o. Esto se puede asemejar a una persona que, en una actuación actuación teatral, llama a su compañero “¡Padre!”, aunque realmente no es su padre natural. Si uno recibe en su alma el alimento para el alma dado por Dios, y luego siente la existencia de su propia alma de una manera tan real como la de su cuerpo físico visible, entonces llevará su vida cristiana de una manera muy concreta. En general, puesto que la mayoría de las personas consideran sus almas como algo muy abstracto, tienden a malograr todas las oportunidades espirituales. Lo que estoy diciendo también se puede aplicar al diablo. Lo que yo quiero decir es que puesto que ellos no están conscientes de cómo el diablo realmente los desafía, a ellos les suceden muchas cosas miserables. Lo que nosotros comemos entra en nuestro cuerpo a través de nuestra boca. Debemos saber que la palabra de Dios, que oímos por medio de la audición, entra en nuestras almas. Sin embargo, el problema que las personas tienen es que, puesto que no reconocen que tienen almas, y consideran sus almas como algo trivial, abstracto, no pueden recibir realmente la palabra de Dios. Tenemos que saber que, además de nuestro cuerpo visible, tenemos un alma que es lo que realmente somos; todo nuestro cuerpo visible no es la historia entera de nosotros. Por consiguiente, a menos que estemos concientes del hecho que las almas existen, podemos perdernos. Note que mientras el conocimiento se retiene en nuestra razón, la palabra de Dios se retiene en nuestra alma. Eso podría explicar lo que significa "nuestra alma reside en esa palabra". Las Las pers person onas as en este este mund mundo o secu secula larr no cree creen n en Jesú Jesúss porq porque ue no está están n interesadas en sus almas. Desgraciadamente, nosotros nos encontramos a menudo con algunos creyentes que no tienen ninguna idea sobre cómo se nutren sus almas. Si sólo pudieran asegurarse de la existencia de sus almas, no ahorrarían ningún esfuerzo para retener la palabra de Dios, Dios, porque los afectará para siempre, siempre, incluso más allá de la vida vida dada en este mundo visible y físico. Suponga que yo ya no podré leer más las Escrituras. Esto no me causará ningún problema, porque mi alma ya esta suficientemente llena con la palabra de Dios para llevar mi vida espiritual. En otros términos, la palabra de Dios no esta retenida en mi razón sino en mi vaso llamado el alma. Cada uno sabe bien lo que tiene en sus bolsillos. Igualmente, yo sé bien que la palabra de Dios, como también Su santa huella, está en mi alma. Siguiendo con el mismo ejemplo, así como cada uno sabe bien lo que tiene en el cajón de su escritorio, yo sé bien lo que tengo en mi alma. Si somos ignorantes sobre el mundo de los espíritus, podemos entonces repetir la misma clase de vida cristiana monótona que teníamos como incrédulos, perdiendo de
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esta manera la capacidad de mantener nuestra fe. Debemos, por lo tanto, mantener el poder y el alimento para nuestras almas; ambos son proporcionados por Dios. Nosotros somos capaces de ver nuestros cuerpos físicos mirando a través de los lentes. Pero nuestras almas son los seres que no pueden verse mirando a través de tales lentes. El "yo" visto a través de unos lentes se refiere al yo que existe bajo el sol, mientras que el invisible "yo" se refiere al “mismo yo”, un alma, que puede vivir en el cielo. Si fuéramos capaces de sentir substancialmente la existencia como los seres de nuestras almas, podríamos entonces simultáneamente no sólo llevar una vida espiritual exitosa, sino también recibir y hacer uso de los alimentos espirituales. Cuando lo que está discutiéndose pasa, podemos realmente sentir cuán grande es el poder con que Dios nos permite equiparnos. Además, podría declararse que un mundo en el que no podamos leer las Escrituras está ya por venir. Suponga, sin embargo, que eso pasa en el mundo real. Aunque pueda pasar, si la palabra de Dios reside dentro de nuestras almas; no necesitamos preocuparnos por eso, porque la palabra que vive en nuestras almas nos hará movernos continuamente. Suponga esta vez, sin embargo, que nuestras almas son ignorantes; entonces sería imposible para nosotros llevar una vida espiritual genuina. En tanto que uno no está consciente de su espíritu, no puede esperar experimentar algún evento maravilloso o fenómenos en los cuales Dios está obrando. Cuando comprendemos virtualmente que nosotros mismos somos seres espirituales, nuestro encuentro con Dios se vuelve claro. Podemos recibir también cualquier cosa que Él nos proporcione para nuestras almas. Al contrario, si uno considera su alma sólo como algo abstracto, muy probablemente también considerará la palabra de Dios que oye, como algo abstracto. Lo que estoy diciendo es también aplicable a la gracia y al poder que se dan al alma de uno. Quiero decir que uno puede considerarlos también como algo abstracto. Sin embargo, cuando estamos seguros de que no sólo somos seres espirituales, sino de que nosotros también somos vasos por medio de los cuales podemos poseer a ese Dios, somos capaces de percibir cualquier cosa que Él nos permita tener. El cuerpo que podemos ver por con los lentes, no es el "yo real", sino las ropas con que se viste nuestra alma. El cuerpo, que podemos reconocer a través de los lentes, es una clase de pertenencia material que será devuelto en el futuro al polvo, transformándose en nada en el largo plazo. Es decir, el cuerpo es nada más que una prenda de ropa con que uno se viste. Hay tres tipos de seres espirituales dentro de este universo: Dios (es decir, el Espíritu), los ángeles y el hombre (es decir, los seres espirituales). Dios intenta comunicarse y asociarse con nuestras almas. Nosotros los humanos, sin embargo, negamos que seamos almas. Eso explica por qué no podemos ser recibidos por Él. Cuando reconocemos que cada uno de nosotros es un ser espiritual, podemos dar la bienvenida al Hijo de Dios y al Espíritu Santo. Alguien dice, "Puesto que he comido mucho de la palabra de Dios, no tengo hambre". Podría querer decir que no se dio cuenta de su hambre porque estaba tan contento con la palabra de Dios. Si deja de comer completamente, se morirá en el futuro. Es muy bueno para él saber que es un ser espiritual, pero no debe considerarse como algo sobrenatural. Nosotros leemos en la Escritura, "Pero la serpiente era astuta, más que todos las bestias del campo". ¿Por qué la Escritura considera al diablo como una serpiente? (Génesis 2:1; Apocalipsis 20:2). La razón es porque el diablo es un ser creado. En otros términos, el diablo es tratado y se expresa como un objeto real visible y que se puede tocar. Dios creó al diablo como un ser hermoso. Sin embargo, él fue condenado y entonces se cambio y se volvió un ser caído. Es por eso que el diablo se simboliza como una serpiente. 5
Para abreviar, el diablo es un ser creado. De lo que nosotros tenemos que asegurarnos aquí es que el diablo es un ser creado por Dios, pero no un ser dual comparable a Dios. La razón por la que el SEÑOR Dios presentó al diablo como una serpiente, una de las bestias del campo, es que Él trató de permitir que los humanos supiéramos que existen seductores que pueden comunicarse con los humanos. Note una vez más que existe un ángel caído entre muchos espíritus angelicales que fueron creados por Dios, y el ángel caído es el diablo. Otra razón es que Él quiere asegurar que el diablo no es un ser abstracto, sino un ser sustancial. Por consiguiente, el diablo es un ser espiritual caído, una de las criaturas que hizo Dios. La frase "que todas las bestias del campo que el SEÑOR Dios había hecho" no sólo se refiere al hecho que Él dio énfasis a que Él es el Único Dios que es Él Único sino también que los seres que son diferentes a Él son Sus criaturas. Dios es el único Uno Espiritual que está fuera de estos tres: Dios, los hombres y los ángeles: Él es el Único Dios que existe por si mismo. El término singularidad (esto es, unidad) se refiere a lo que nosotros establecimos como una norma. Es decir, el hecho que Él es único se refiere al hecho que Dios no es un ser que fue creado. Dios es único es porque Él existe por sí solo. Él hizo a los ángeles para Él con Su derecho y poder, para permitirles ayudarlo. Los ángeles son los espíritus que ayudan a Dios. Ellos son los mismos espíritus de siervos. Es verdad que los ángeles fueron creados mucho antes que los humanos, pero lo que tenemos que saber es que son seres inferiores creados para servir a los herederos de Dios que han sido salvos. Nosotros, sin embargo, debemos tolerar el hecho que como humanos nosotros fuimos hechos un poco inferiores que los ángeles, de modo que tenemos que mantener ese estado en tanto permanezcamos en este mundo (Hebreos 2:5-7). Por consiguiente, nosotros debemos saber que rendirles culto a los ángeles no es una práctica cristiana. Si alguien alguna vez pretende ser humilde y se conduce tan alocadamente como para rendirle culto a los ángeles, perderá el premio que ha acumulado durante toda su vida (Colosenses 2:8). Cada uno de nosotros los humanos tiene la religiosidad. Ésa es propio de su misma naturaleza por la cual cada uno de nosotros anhela a Dios e intenta también buscar Su voluntad. La razón puede atribuirse al hecho que Dios hizo la religiosidad . Aunque los humanos podemos llegar a caer, el instinto por el que intentamos todavía alcanzar a Dios permanece en nosotros. Es por eso que los humanos buscan a los dioses mundanos, tratando a los dioses de este mundo como a Dios, creando así ídolos y sirviéndoles como a su Dios. Pero esto va realmente por el camino equivocado. Algunas personas desean oír la voz de Dios, ellos intentan contactarse con hechiceros, y son engañados porque consideran lo que esos hechiceros dicen como lo que Dios dice. Aunque los ángeles, que son diferentes a los humanos, son seres sobrenaturales, en ninguna parte en la Biblia se encuentra ni una sola escritura que diga que los humanos deben admirar o alabar a los ángeles. Más bien, debemos saber que este hecho es simplemente al contrario. La razón porque los ángeles no pueden tratar a los humanos de una manera descuidada es que nosotros los juzgaremos después (1Corintios 6:3). Los ángeles tienden, por lo general, a agruparse de a tres. La tarea del primer grupo es servir y complacer a Dios con su belleza y alabanza. El segundo grupo simboliza Su “poderoso poder”, a través del cual los ángeles Lo, ayudan de la manera que lo hace un ejército, ayudándolo a Él. Y el tercer grupo es el de los ángeles que trabajan para llevar Su mensaje, es decir, el ideal de Dios y Sus sueños, y Su plan y Su revelación. Algunos ángeles como nosotros sabemos son 'Miguel', 'Gabriel' y 'Luciel' y son los ejemplos en este caso; Miguel es el representante que simboliza el poder; Gabriel es el que está a cargo de la revelación de Dios, es el espíritu angelical que representa a un grupo de ángeles que revelan Su voluntad; Luciel se refiere al ángel de luz que agrada y 6
glorifica a Dios con su belleza y sus canciones, y está representando a un grupo de ángeles que le ayudan. Esos tres ángeles, jugando tres papeles diferentes, tenían bajo su mando a muchos ángeles capaces, y habían sido agradables a Dios. Uno de ellos llamado Luciel, sin embargo, se convirtió en el diablo. El arcángel llamado Luciel, un ángel muy bonito de luz muy luminosa, era perfecto en todas sus maneras desde el día en que fue creado. Ezequiel.28:14 realmente se refiere al rey Tiro, pero esos versículos, al decir: "Tú también pecaste como cierto ángel caído," tienen algún tipo de base que los relaciona . Es decir, esas palabras bajo la pregunta describen algo acerca de la caída el diablo; un cambio súbito ocurrió en el corazón de Luciel. Uno puede preguntarse que ¿cómo un ángel creado por Dios puede sufrir un cambio? Pero tenemos que saber que eso es exactamente lo que son las criaturas. Dios existe por si mismo para Él y es perfecto, pero ese hecho severo no es aplicable a las criaturas; las criaturas tienen debilidades. Cuando decimos que las criaturas son perfectas, esto significa que cualquiera de esas criaturas tiene su propia voluntad mediante la cual obedecerán la voluntad del Hacedor. Cuando llegamos a la voluntad de los ángeles, podría decirse que hay dos tipos de atributos en ella. Ellos son la voluntad de obediencia y la voluntad de desobediencia. La voluntad de la obediencia es la que rechaza la propia voluntad exclusiva de uno. Lo que eso implica puede asemejarse al hecho que no necesitamos dar la orden "¡Hágalo!" a quienes ya están en medio para la implementación de lo que se requiere. Sin embargo, necesitamos usar esa expresión coercitiva, es decir, "¡Hágalo!" con quienes son renuentes a hacer lo que se requiere. Como hemos visto recién, puesto que la voluntad exclusiva es la naturaleza básica de los ángeles, es necesario dar una orden. La orden de Dios es la vida (Juan 12:50). Por consiguiente, cada vez que tomamos la orden de Dios, la vida está disponible, pero no viceversa; cuando nos negamos a tomar Su orden, la vida no está disponible. Los ángeles, que son sólo criaturas, pueden mantener su vida en tanto obedezcan Su mandamiento. Puesto que los ángeles tienen dos tipos de funciones – el derecho a desobedecer a Dios y el derecho a obedecerle; es decir, dado que se les permite tomar o no tomar Su orden libremente, uno podría decir que su voluntad es perfecta. Eso nos dice por qué ellos son capaces de servir a Dios como siervos. Esto explica lo que se quiere decir cuando nos al referimos a las criaturas como algo perfecto. Uno de los ángeles, Luciel, se resistió a Dios abusando largamente de su propia voluntad exclusiva, aunque de hecho no debía abusar de ella. El Hacedor, que hizo el cielo, puso un lugar para el trono dentro de él, para Su Hijo; el lugar del trono es el de Su gloria, a través de la cual se supone que Su Hijo, que está en Su regazo, terminará por poseer. Ante el Rey de reyes, es decir, el Hijo de Dios, quien se sentará pronto en el trono, Él permitió a los ángeles del SEÑOR cuidar el trono de gloria y Su nombre. Eso nos explica porque los ángeles del SEÑOR son aquellos que tienen la gloria y la soberanía para permitir que Él se siente en el trono. A propósito, uno de los ángeles celestiales se resistió a los ángeles de esa gloria debido a los celos. Este tomó el trono de Dios y el nombre de Dios en vano. Ese hecho específico incurrió en su autodestrucción; provocó su propia destrucción. Cometer una rebelión se refiere a la separación de Dios. Quien piensa separarse de Dios e intenta vivir exclusivamente para sí mismo es quien planea vivir su propia vida para él, como lo hace Dios, pero lo que debemos saber en esta fase es que quien puede realmente vivir para sí mismo es sólo Dios. Por consiguiente, pudiera ser que una acción irreflexiva y apurada cometida por cualquier criatura le hiciera incurrir en la condenación. Cuando uno intenta llevar su propia vida, puede significar que piensa ser Dios por sí mismo. Lo qué eso implica es que niega al Dios, que es único. Quienquiera que intenta vivir por sí mismo 7
posee algunos de los atributos de Satanás. La palabra "Satanás" es diferente de la palabra "Diablo". El ángel que traicionó a Dios se llama “Lucifer”, que significa Príncipe de la Oscuridad. En otras palabras, el arcángel Luciel se hizo Príncipe de la Oscuridad debido a su traición contra Dios. En el mismo momento en que Luciel se degeneró, los ángeles que estaban bajo las órdenes del arcángel cambiaron junto con él. Ésa es una clase de fenómeno espiritual relacionado con el hecho que los ángeles que están bajo las órdenes de alguno cambian junto con el pecador, su arcángel, Génesis 1-1 dice que Dios creó los cielos visibles y la tierra. Tenemos que saber, sin embargo, que el cielo de gloria, es decir, el cielo de los espíritus, fue hecho para Su Hijo - el cielo eterno en el que está Su trono - ya estaba hecho antes del principio de la creación del mundo encontrada en el primer capítulo de Génesis. Él decidió heredar Su trono a Su Hijo (Hebreos 1:2). El que no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse. Él se humilló, tomando la semejanza humana, tomando la misma naturaleza de un siervo. Él fue obediente hasta la muerte, llegando a ser un Hijo eterno que sirve a Dios (Filipenses 2: 6-11). El tema en discusión es el lugar en el que Él se presentará, tomando la naturaleza de un siervo. El Seol que Él construyó para probar la muerte es el lugar en el que el Hijo vendrá. Además, es un lugar oscuro dónde hay sufrimiento humano y dolor. El lugar es la puerta por la que el Hijo entra al trono de gloria del cielo (Ezequiel 44:1-3) El Seol es el camino que lleva al trono, que fue hecho para el Hijo de Dios que salió de Su seno. Es el lugar donde el Hijo de Dios permanece por un corto tiempo; es el lugar donde existe el sufrimiento; es el lugar en el cual el Hijo de Dios experimenta por un corto tiempo la muerte. Sin embargo, es un lugar oscuro donde Él se humilla y donde Él también muestra su obediencia eterna en la presencia de Dios. Es por eso que Él confinó al ángel que blasfemó y se rebeló contra el Uno que era heredero del cielo. Y Él los guardó en el seol en prisiones eternas, hasta que el Hijo entre en el (Judas 6). Y entonces el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas (Génesis 1:2). Dado que el seol, que estaba guardado por las prisiones eternas, fue creado para destruir a Satanás, los ángeles virtuosos son elegidos para venir e ir entre el cielo y la oscuridad. Sin embargo, Satanás y sus acólitos no fueron elegidos para eso, sino sólo para estar confinados dentro del seol. La razón es que Dios pretende juzgar a esos ángeles cuando el Hijo entre en el seol. La razón por la que el seol estaba guardado en prisiones eternas es que Él también piensa en la destrucción del diablo. El seol, antes de la caída del ángel en cuestión, era la puerta principal a través de la cual el Rey de reyes muestra Su humildad y obediencia cuando Él hace su entrada triunfal en el cielo. Sin embargo, el lugar, después de la caída del ángel y sus acólitos, no sólo se volvió aquel en que iban a ser juzgados y castigados eternamente, sino también el lugar en que Él estaba padeciendo las aflicciones al punto de derramar Su sangre y morir, para salvar a los pecadores. La razón por la qué Él vertió Su sangre preciosa por la raza humana es que ésta es el camino a través del cual Jesús vendría en la carne. "Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre y la arrendó a unos labradores, y se fue a un país lejano. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Más los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. Finalmente les envió su hijo, diciendo, 'Tendrán respeto a mi hijo. ‘mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: ‘Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. ‘Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia,
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y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo" (Mateo.21:33 41). Si entendemos las escrituras bíblicas anteriores, podremos comprender bien lo que pasó en el cielo. Satanás es el que avivó los problemas, como los granjeros malos. Esa es la razón por la qué Él confinó a Satanás dentro del seol. Si supiéramos que el universo es el lugar en el qué está confinado Satanás, ¿cree usted que cualquiera de nuestras almas querría quedarse en este seol? ¿Dónde querríamos quedarnos? El Señor nos dijo, "De esta manera, por consiguiente, oren: Padre nuestro que estás en los cielos…" El cielo, como ‘en los cielos', que es equivalente a "ourano", en griego, se refiere al cielo de Dios. Es más alto que el universo; es donde sólo existe el Dios único. Cuando nosotros oramos, al decir ‘Padre nuestro que estás en los cielos,’ el 'cielo' en cuestión no se refiere al cielo en que flotan las estrellas y la luna, sino al cielo de los cielos, que se ubica sobre el cielo es decir, el cielo de Dios. Lo que eso implica es que cuando oramos, lo hacemos al Uno que reside en el cielo. Por consiguiente, debemos saber que la casa en que se supone que vivimos no es este mundo, es decir, el seol, sino "el lugar en el que reside mi Padre”, que está siendo ahora preparado por nuestro Señor. Esto explica por qué existen diferencias entre los sueños de los creyentes y los de los no creyentes. Si Dios no hubiera hecho el universo, Satanás podría haber creado una gran confusión en el Reino de Dios. Sin embargo, puesto que Satanás perturbó al resto, Dios lo confinó dentro del cerco del universo y le permitió, exclusivamente allí, algunas actividades limitadas. Satanás desafió a Dios, pero Dios no cedió a la tentación; Él no la probó, tampoco. Más bien, Él planificó condenarlo y destruirlo legalmente. Él no puede ser desafiado por nadie; Él no desafía a nadie. Por consiguiente, después que Él hizo la tierra, Él creó a los humanos a Su imagen, porque quería que el que se rebeló contra Él cambiara su enemistad hacia el hombre. Desde entonces, Satanás se ha llamado el diablo. El diablo y Satanás, son dos términos diferentes en que el primero es ilegal y el último es legal. Es decir, al último le fue permitido hacer lo que se supone que hace como un ilegal. El diablo cambió su atención desde Él hacia los humanos y entonces empezó a seducirlos y tentarlos como el blanco de su ataque. Dios permitió a Satanás volverse el diablo; antes de la creación del universo, el estatus del ángel que se rebeló contra Él se llamó Satanás; después de la creación del universo y del hombre, se ha usado el término diablo. Es por esto que nadie puede encontrar una expresión como 'Resista a Satanás' en la Biblia. El negocio principal del diablo es apartar a los humanos de Dios, causando así su destrucción. Dios creó al hombre a Su propia imagen. Él permitió a Satanás volverse el diablo. Y entonces Él le permitió resistirse al hombre. Esto significa que Él admitió que el diablo ilegal puede jugar su papel como lo que es. Fue llamado "tentador" en Mateo 4. El Señor no ignoró su existencia; Él FUE TENTADO; Él se resistió. Por eso es que el diablo se apartó de Jesús hasta un momento oportuno (Lucas 4:13). La razón por qué Dios llamó al diablo “tentador”, es porque su derecho dentro del Seol todavía era eficaz. Además, debemos saber que Él reconoció su existencia porque el día de juicio no ha llegado aún. Es evidente que el diablo es ilegal. Sin embargo, Él reconoció su estatus en base a la ley que se aplicará antes del juicio. Si no sabemos esto, podemos reprochar a Dios porque podríamos ser llevados todos los días a la tentación. Cuando el diablo se comporta como diablo o cuando tienta a los humanos, lo hace fuera de su derecho legal, atormentando a los humanos y llevándolos a la tentación con toda su sabiduría y poder. Por consiguiente, que las personas de este mundo son subordinados del diablo es un hecho. Por eso se llama el gobernante de este mundo. Observe que un rey es un dominador público. Puede hacer lo que quiera con su autoridad 9
(Juan 12:31). En cierto sentido, su derecho legal es llevar a las personas a las tentaciones, matarlas, enfermarlas. Sin embargo, el Señor nos salvó de esa autoridad del diablo (Efesios 2:5). Él salvó a aquellos que quisieron escapar de la mano del diablo y pertenecer a Él puesto que el derecho del diablo es atormentar, condenar, y oprimir cruelmente. En Génesis 3:14, leemos: "... dijo a la serpiente..., y comerás del polvo todos los días de tu vida". También, en el versículo 19, leemos: "porque polvo son los humanos, y al polvo volverán". Los humanos vuelven al polvo, y el diablo obtuvo el derecho a comer el polvo. Así como la serpiente puede comer el polvo, el derecho legal del diablo no sólo es gobernar y atormentar a los humanos, sino también permitirles cometer cosas ilegales a su voluntad, como sus subordinados. Cuando somos gobernados por el diablo, nuestra manera de pensar se vuelve lerda, aceptando así de hecho nuestras enfermedades y dolencias, causadas por nuestra constitución física débil, o considerando las culpas de nuestros antepasados como si fueran hereditarias. Sin embargo, si uno pudiera comprender que esas enfermedades y debilidades son ilegales, uno nunca perdería la esperanza ni se abandonaría. En la Biblia se encuentran muchas historias sobre la expulsión de demonios, pero hay pocas historias sobre expulsión de demonios de aquellos que padecen enfermedades mentales, porque los síntomas se presentan por lo general en alrededor de dos o tres años. Los demonios de quienes sufren una enfermedad mental permanecen inactivos por lo menos durante ese periodo. Cuando se manifiestan abiertamente, el estado del enfermo se llama enfermedad mental. Las enfermedades mentales pueden empezar con una enfermedad simple como una gastroenteritis o una artritis. Uno ha estado padeciendo una neuralgia pero de repente es una enfermedad mental porque el demonio que estaba inactivo oprimió al hombre en el momento que él se abandonó a la desesperanza. Puede no haberse desesperado, pero puede haberse sentido descorazonado en base a su propia experiencia. Por eso el Señor nos aconsejó a no " engañarnos," y a "salir del control del diablo." El que desea librarse del diablo debe resistirlo (Santiago 4:7). Cualquiera que considera al diablo como su adversario es victorioso. Si no tuviéramos el poder de Jesús en nosotros, estaríamos en la desesperación absoluta. Si el diablo se atreve a tentar a Jesús, ¿qué lo detendría de tentar a los humanos? En otras palabras, el diablo tocó cada área de la propiedad de Job en base a su derecho legal. Cuando dijo, 'confiscaré todo lo que Job tiene’ Dios le permitió hacer lo que él quisiera. 'Haz tu voluntad’. ‘El diablo no sólo confiscó todo lo que Job tenía y trajo desastres a su familia, sino que también tocó su salud física. Esta conducta legal fue permitida hasta el día del juicio. Todos los problemas como la guerra, la aflicción, la pobreza, la tentación, la enfermedad, la muerte, y la condenación en este mundo pertenecen a las obras de este espíritu maldito, es decir, del ángel maldito. De lo que él hace, uno puede notar claramente que su manera de hacer las cosas es completa, concreta, poderosa, y temeraria, ¿verdad? Hasta el día de juicio final, todos los derechos dentro de este universo pertenecen al diablo (Mateo 4:8-9). De hecho, su influencia es tremenda puesto que él tiene todo el poder y conocimiento disponibles. Su derecho es de hecho, para seducir a los humanos por cualquier medio posible y ponerlos bajo el poder de su garra. Puesto que el diablo se permite usar los cuerpos humanos a su voluntad, no hay ninguna manera para que los humanos puedan evitar las aflicciones y los sufrimientos. No pueden sino morir, en lo que se refiere a su carne. Ningún poder particular dentro de este universo puede bloquearlo. Por consiguiente, uno debe pedir el poder del cielo para ser salvo en este mundo.
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significa que Él salvará del pecado y el mal que gobernó al mundo (Mateo 1:21). La salvación se refiere a que Él nos rescata desde este mundo y nos trae a Su reino (Colosenses 1:13). Debemos saber defraudar al diablo que puede usar a todos los humanos como sus medios y maneras dentro de este universo (es decir, el seol). En otros términos, nada en este mundo nos puede salvar. La serpiente que sedujo a Eva no es el diablo. Sin embargo, Dios le dejó claro que el diablo a través de la serpiente era simplemente una criatura. Que el diablo usa la serpiente como un medio para seducir a los humanos, significa que todas las criaturas dentro del universo pueden ser usadas con el mismo propósito. El diablo también puede usar la riqueza material, la sociedad, como instrumentos sabios de seducción. ¿Acaso no utilizó la opulencia material, la sociedad y las religiones para tentar al Señor (Mateo 4:111)? Por consiguiente, si alguna vez confiamos en cualquier criatura para la salvación de nuestras almas, pereceremos con ella. Dios no creó a los humanos como criaturas que fueran atormentadas por el diablo. Al contrario, Él los consideró como los objetos de Su amor. Por consiguiente, cualquiera que acepta Su amor es autorizado para vencer fácilmente a cualquier autoridad de este mundo, porque ninguna criatura tiene la posibilidad de separarlo del amor de Dios (Romanos 8:39). Que un alma no acepte el amor de Dios quiere decir que se abandona a sí misma, lo que la lleva a perecer con el diablo. Nosotros debemos estar conscientes que nuestras almas pueden recibir sin límite el amor infinito de Dios. Jesús
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2 El Diablo y la Verdad (1 Pedro 5: 8-9) El diablo es el enemigo que seduce, tienta, y destruye como parte de su derecho legal, hasta el juicio final. Por consiguiente, si cualquier humano que desea librarse de él usa la sabiduría, los medios, y los métodos humanos, no puede vencerlo. Los humanos no tienen ni siquiera la posibilidad de evitar sufrir los daños y perjuicios del diablo. Por consiguiente, a menos que usen cualquier medio justo y legal, no pueden salir de su opresión. Dios pagó el precio del pecado con la sangre de Jesús, y legalmente nos salvó del diablo. Nosotros nos sanamos como resultado de nuestra lucha contra el diablo. La razón de que los creyentes hoy fallan en sus vidas espirituales es ellos piensan que están luchando contra el diablo. Nosotros NO luchamos contra el diablo. Nadie puede vencerlo. El diablo es el gobernador de este mundo; él es el asesino que tiene básicamente el derecho para asesinar. En Juan 8:44 leemos: "Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay ninguna verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y el padre de mentira". Esto significa que él es la fuente de la falsedad, el que creó las mentiras desde el comienzo. La expresión, "desde el comienzo," significa" desde la partida" o "fundamentalmente". Así, su derecho es ilegalmente aprobado desde la partida. Puesto que el diablo no sólo es el que permitió a los humanos que se olvidaran de la verdad de Dios, sino también el que cambió su religiosidad en otra dirección, él se llama 'engañador fundamental” o 'seductor' o ‘tentador'. ‘Engañar' significa ‘seducir a los humanos para alejarlos de Dios’. Es por eso que en 1 Juan 3:8 también se revela que 'él peca desde el principio’, en otros términos, él es mentiroso desde el principio, es decir, el primer pecador, el primer ser que se rebeló contra Dios. El diablo puede asesinar legalmente, tentar, y oprimir a los humanos porque Dios le reconoció su ilegalidad como su debido derecho. Ningún conocimiento secular o esfuerzo personal puede librarnos de las seducciones del diablo. A pesar de esta realidad, los humanos caen en los rituales supersticiosos de exorcismo cada vez que los demonios los molestan. Así es como el diablo alentó a pecar a Eva haciéndole saber que: "Tú serás como Dios, hazlo” y asegurándole, "no morirás". Lo que el diablo dijo suena como la verdad, pero provoca una responsabilidad terrible para los humanos. Sin importar las buenas palabras que el diablo profiera, él no puede salir de su naturaleza inherente, porque él es fundamentalmente un engañador. Es definitivamente un engañador. Como el ángel de luz, él parece estar disfrazado y provoca la destrucción (2 Corintios 11:14-15). Puesto que el diablo, el príncipe del poder del aire, gobierna todo el universo (Efesios 2:2), nadie dentro de este espacio puede restringir su poder. Nada es imposible para el diablo puesto que controla totalmente cada ley y ordenanza en este mundo. Él que traiciona a su rey será muerto. Jesús vino a librar a todos los que por temor a la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (Hebreos. 2:15). ¿Sabe usted por qué los humanos tienen
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temor a las guerras? ¿Por qué les asustan las enfermedades? ¿El hambre? Debido a la muerte. La solución del diablo a todos los problemas es matar. Los humanos piensan en matar a quienes odian porque el diablo les lavó el cerebro. Para ellos, el sufrimiento significa la muerte, y matando pueden resolver el sufrimiento. Así es como, el tener aptitud para el asesinato se encuentra ya en todos los humanos. Las personas intentan resolver y superar todos sus problemas por la vía de los medios humanos que a veces hacen que las cosas empeoren. Es sólo un esfuerzo temporal para evitar la obra ilegal del diablo, pero no la solución fundamental del problema. La única manera de salir correctamente de las actividades legales y obras de nuestro adversario es la verdad. La verdad es completamente la nueva ley que no existía antes. Jesús es la verdad por la cual uno puede librarse del diablo. No se reveló la identidad del diablo antes que Jesús viniera en carne porque como gobernante de este mundo, nadie podía estorbar sus obras. Es por eso que la Biblia nos aconseja como sigue: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cómo león rugiente, anda alrededor ‘buscando a quién devorar’; al cual resistid, firmes en la fe" (1 Pedro 5:8-9). Esto advierte a los redimidos a no ser capturados de nuevo por el diablo. Una persona no sufre más que otra; todos los humanos dentro de este universo padecen la misma cantidad de aflicción. Las personas se vuelven enfermos mentales cuando se abandonan en la desesperación, una clase de renuncia. Los extrovertidos sacan fuera lo que ellos tienen en su mente mientras que los introvertidos guardan su queja interiormente, entonces, se resignan en la desesperación, y en los casos serios, pierden su sanidad mental. Sin embargo, yo no considero enfermos mentales a las personas que han perdido su mente porque no resolvieron sus problemas. Uno puede haber perdido su mente cuando está demasiado oprimido en un momento específico, pero uno no siempre se encuentra en ese estado. No importa la gravedad del desorden mental que el paciente pueda vivir, él también tiene una voluntad y una conciencia. Él puede oír a otros, recordar, y juzgarlo. Esto no tiene nada que hacer con su confundido estado mental. Por consiguiente, nunca trato a ninguno de estos pacientes como uno que ha perdido su mente sino como incrédulos que no creen en Jesús a propósito, como aquellos que niegan a Cristo y no le dan la bienvenida. La gente me trae a los mentalmente trastornados y me pide que los sane incondicionalmente. Pero yo les digo que ellos (es decir, los enfermos mentales) deben mostrarme primero su fe. No importa cuán seria sea la gravedad del desorden, ellos deben tomar su propia decisión; de otra forma, no podrán sanarse. Los miembros de las familias de los enfermos mentales pueden tratarlos como a enajenados, diciendo, "Bien, dado que una persona está enajenada, ¿cómo puede creer en Jesús?" Sin embargo, debemos saber que aquellos que tratan a esos casos mentales como a quienes están enajenados son, realmente, los casos mentales. Éste es uno de los problemas serios que debemos enfrentar cuidadosamente. Los mentalmente trastornados pueden comportarse más bien como demasiado idos, pero lo que antes ignoramos es el hecho que nunca es un enajenado. El problema que tiene el caso mental es que otra conciencia lo gobierna abrumadoramente. Es por eso que salen de su boca cosas indebidas, sin tener en cuenta su propia conciencia, y que detesta conscientemente recibir a Jesús. Por eso, siempre que trato a las personas mentalmente trastornadas, las trato como a no creyentes. No pueden ser salvados a menos que les permitamos comenzar de nuevo, con "una firme fe en Jesús".
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¿Cualquiera a quién un poderoso pastor le impone las manos se salva y se sana incondicionalmente? ¿Por qué Dios nos dijo que evangelicemos? Si eso fuera posible, podríamos convertir a todas las personas ricas, oficiales gubernamentales, diputados, y senadores a Cristo, ¿verdad? La salvación, sin embargo, nunca puede darse por la fuerza. Uno no puede obtener el derecho para volverse un hijo de Dios a menos que lo decida solo y dé la bienvenida a Jesús. Dios nos permite creer y dar la bienvenida a Cristo en base a nuestra propia voluntad. No importa cuán grave pueda estar un paciente mental, él tiene su propia conciencia normal. Cuando uno no conoce sobre los espíritus, uno no puede sino ser continuamente engañado por las supercherías de los demonios. Si uno únicamente supiera que existe el más allá y también que existe Dios, uno no podría asesinar a otros. Uno mata a otras personas porque piensa que no hay ninguna cosa tal como Dios en este universo. La forma de salir de las garras del diablo debe ser legal para los métodos humanos, el perfeccionamiento propio, y los celos no pueden ayudar. Por ejemplo, el diablo es tan celoso como somos nosotros, los humanos. Mientras más oramos, más fuertes son las molestias del diablo, y mientras más intentamos evitarlo, más nos atacará para devorarnos (1 Pedro 5:8). Como resultado, debemos resistir al diablo de una manera legal, dado que sus actividades fueron aceptadas dentro de este universo. Dios reconoció las actividades del diablo dentro del universo como la provisión de cualquier vía para el juicio del testamento del ángel caído cuando el Hijo de Dios entra en el universo. Esto también demostraría que su conducta, cometida a propósito, perturbó incluso la autoridad de Dios. La verdad no es una ley terrenal; viene del regazo de Dios. Él no salva a los humanos unilateralmente con esa ley; Él los compró legalmente por Sus llagas y pagó el precio con el derramamiento de Su preciosa sangre (Hechos 20:28). Luego, Él permitió sólo a aquellos que reconocen esta verdad obtener la libertad (Juan 8:32). Así como Jesús dijo, refiriéndose a Él, "Yo soy el camino, la verdad, y la vida", la verdad es la ley, y la ley es el camino y la vida mismos, para los que vivimos. No son tres cosas separadas; la verdad es el camino; el camino es la vida; la vida es la verdad; las tres son lo mismo. La verdad estaba allí desde antes de la creación del mundo, desde antes de la creación de todas las cosas, e incluso de la eternidad. Por eso, esta es la verdad. Si la verdad hubiera provenido de este universo, la ley del diablo ya la habría podido impedir, y podría haber sido una dura batalla. Dios limitó el universo para guardar al diablo hasta el día del juicio, y cuando el diablo sea lanzado al infierno, el universo también será lanzado al lago de fuego (Apocalipsis 21:1). Primero, Dios creó al hombre, para usarlo como un instrumento de la gloria manifestada por el Hijo de Hombre; segundo, para usarlo como un testigo cuando Él juzgue a Satanás. Diciéndolo de otra manera, Él escogió al hombre como una herramienta para ser inducida por Satanás, que se rebeló contra Dios, para que hiciera las obras del diablo. Es por eso que Él guardó silencio cuando el diablo sedujo al hombre en el jardín de Edén, pero lo detuvo para que no comiera de la fruta del árbol de la vida. "Entonces el SEÑOR Dios dijo, "He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre." Por consiguiente el SEÑOR Dios le mandó al jardín de Edén para cultivar la tierra de que él fue tomado. Echó pues fuera al hombre, y Él puso al querubines al oriente del jardín de Edén, y una 14
espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida" (Génesis 3:22-24). Dios, sin embargo, nunca se olvidará de recompensar a la humanidad por su cooperación. Él no sólo no nos abandonará, sino que también nos ama, y Él nos permite conocer a Su Hijo y permite a aquellos que conocen al Hijo entrar en la vida eterna con Él. Incluso antes de que el hombre naciera, Dios dijo, "Él nos escogió en Él" (Efesios1:4) significando que Él pretendía recompensarlo. Puesto que los cuerpos humanos vienen del polvo de la tierra y son devueltos a él, ellos son pisoteados por el pie del diablo. Dios, sin embargo, ha creado los espíritus más bien para recompensarlos. Somos presa del diablo cuando estamos fuera de Jesucristo, pero cuando permanecemos en Jesucristo, somos creados con la garantía prometida de la recompensa. Dios hizo víctima al hombre, pero ésa no es la historia completa. Dándonos a Su Hijo, Él nos permitió saber cuán grande es Su plan de recompensa. De eso se trata la fe que se nos ha dado. Es por eso que uno puede decir que el Mesías enviado a los humanos era la más grande recompensa de Dios para los humanos. Las obras del diablo dentro del universo son hechas en base a su derecho, pero las aflicciones que provienen de él están tanto en la vida pública de los humanos como en la de Jesús. Así es cómo los humanos pueden conseguir el derecho legal a la recompensa que es la vida eterna. "Yo sé de qué se trata la verdad" y "yo sé quién es Jesús" se refieren a la propiedad del derecho legal planeado antes de la creación. Las frases "en Jesús", como en "habiéndonos predestinado en Jesús" o "Él nos escogió en Jesús", se refieren al plan de la recompensa de Dios predestinado desde antes de la creación de hombre, es decir, desde antes de que Satanás fuera legalmente llamado diablo. Dios no creó al hombre incondicionalmente, ni le permitió morir incondicionalmente, sino que lo creó en base a la recompensa prometida que es Cristo, es decir, el Mesías. Tenemos la recompensa prometida que si morimos en Cristo, viviremos. Quienes ignoran y se olvidan de esta recompensa, no pueden vivir. La humanidad fue creada en base a la recompensa del Mesías. Por eso, el mundo "se creó en Cristo" y "Él creó al hombre en Él", en la Biblia. Por consiguiente, estamos sujetos a esperar con impaciencia por el Mesías. El pueblo de Israel soportó toda clase de desprecios y trato con enfermedades, y esperó por el Mesías debido a su sueño de recibir la recompensa cuando venga el Mesías. La libertad que proviene de la ley justa "existe en Cristo", dada por Jesucristo. Hemos recibido este derecho del Señor resucitado. En Cristo se refiere a la ley de la verdad. "Ahora pues ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley de pecado y de la muerte" (Romanos 8:1-2). Él que tiene a Jesús tiene la vida y la vida eterna porque sólo aquellos que están en Cristo y aquellos que tienen la promesa de la recompensa del Mesías pueden vivir, porque ellos ya tienen la vida. Los humanos sólo supieron sobre la ley de la muerte, porque ellos no entendieron la ley de la vida, es decir, la verdad, aún cuando ella vino al mundo. Así que todos padecen la misma aflicción, llamada la muerte. Él que conoce la verdad, sin embargo, será liberado del diablo, porque la verdad lo hará libre. Si uno vive
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según sus deseos carnales, se vuelve un enemigo de Dios, no agrada a Dios, y sólo la verdad lo librará del diablo. La gente de este mundo no reconoce el hecho legal de que un muerto se pueda levantar de nuevo. Es por eso que no considera a Jesús como la verdad. Nosotros, sin embargo, reconocemos que esto es legal. Puesto que el Mesías es la recompensa de Dios para el hombre, la diferencia entre aquellos que tienen a Cristo en ellos y aquellos que no lo tienen es como la del cielo a la tierra. Aquellos que dieron la bienvenida a Cristo son aquellos que tienen la verdad. La Verdad se refiere a la salvación. Por consiguiente, verdad es un término legal; significa el Mesías como la recompensa, y la salvación como su consecuencia. Ésta es la única manera de vencer al diablo, y la forma de nosotros poder vivir.
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3 La condenación del Gobernador de este mundo (Juan 12:31-32) El gobernador de este mundo se refiere al diablo. Puesto que él es un ser con autoridad legal, llamado gobernador; a menos que el hombre pague el precio debido, no puede salir de sus garras. Puesto que el diablo es el gobernador de este universo, él puede confinarnos, controlarnos, oprimirnos y atormentarnos cuando y donde quiera. Él ES el gobernador de este mundo. ¿Qué es lo que él no puede hacer? Incluso, mató al Hijo de Dios, ¿verdad? Él no es un ser trivial para ser pasado por alto e ignorado. El diablo es el adversario legalmente aprobado por Dios; de otra forma, el Señor no habría empleado el título "gobernador" título que sólo es válido dentro de este Seol, es decir, el universo. El gobernador del mundo fue juzgado, sin embargo, en la resurrección de Jesucristo (Juan 16:11). Entonces, solamente un procedimiento legal puede librarnos de este malhechor. La sanidad es la evidencia bien definida que demuestra que nuestros pecados son perdonados, y que resucitaremos, y que tenemos la vida eterna. Es la confirmación realista de nuestra futura resurrección. Por eso la Biblia nos dice que gustemos los poderes de los tiempos venideros (Hebreos 6:5), que experimentemos ahora lo que ocurrirá después. Todos deseamos recibir el poder, ser sanados, ser fervientes, pero estos deseos no se hacen realidad porque llevamos nuestra vida espiritual superficialmente. La confusión en el significado de la vida espiritual nos hace creer que el poder se obtiene ayunando, o gritando fuertemente, o retorciéndose de dolor. Dios envió a los profetas primero y luego envió la Ley de Moisés y fue por medio de este proceso que Él logró la salvación de los humanos. Debemos saber en primer lugar que la ascensión del crucificado y la venida prometida del Espíritu Santo no son posibles con lo que hay disponible en la tierra. Si deseamos ser librados de los sufrimientos del universo en que el diablo legalizó sus obras, nuestros métodos también deben ser legales. Que nuestros pecados sean perdonados es legal. Que nuestras enfermedades sean sanadas, también es legal. Algunos creen equivocadamente que esa curación es una clase de buena suerte. Sólo aquellos que tienen un recibo del pago del precio exigido para comprar algo son elegidos para recibir lo que compraron. Por consiguiente, sólo cuando pasamos por los procedimientos debidos puede manifestarse el tremendo poder en nosotros que nos liberará del diablo, y no cuando nos retorcemos ciegamente o gritamos ruidosamente por la gracia y el poder. No debemos imitar a los creyentes que buscan la riqueza material y que son seducidos por la idea alocada de que la sinceridad mueve el cielo. El diablo no sólo puede hacer legalmente que las personas se enfermen sino que también puede atormentarlas legalmente. La Biblia reconoce la obra básica del diablo como sigue: 'Él es un asesino desde el principio; él es un tentador desde el principio; él es un pecador desde el principio'. ’Nadie puede ganar la lucha contra el diablo porque su derecho es legal’. Ninguna criatura puede escapar de sus garras a menos que pague el precio y sea liberado legalmente. El
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diablo oprime a los seres humanos no por la fuerza sino por su derecho de gobernador en este mundo. Por consiguiente, sólo cuando los humanos vencen al gobernador de este mundo legalmente pueden disfrutar de la libertad. Podemos ser sanados porque sabemos que es nuestro derecho legal y no como resultado de nuestra lucha contra el diablo. Podemos maldecir fácilmente y sanar las enfermedades porque conocemos de esta ley. No hay medios particulares involucrados para quitar el dolor, sólo es posible por medio del debido procedimiento y la ley. La Biblia dice, "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" significando que la comprensión de la ley lleva a la libertad y a la salvación legales. La verdad como 'ley' ha existido desde antes que este universo, es decir, inclusive desde antes de la creación del universo. Para decirlo más fácilmente, es la ley la que puso a todos los humanos en libertad, incluso antes de que el universo fuera creado. Por lo tanto, nuestro poder es legal. Dios permitió que Su Hijo derramara Su sangre en la cruz para que Él pagara el precio del pecado y salvara a los humanos. Nuestra salvación es una redención legal, no es el resultado de la dura lucha de Jesús contra el diablo. Nosotros somos salvos por esta ley de la verdad. La Ley de Moisés no era perfecta, pero el Señor que vino en carne la perfeccionó y la hizo la verdad. El diablo intentó hacer uso de cada medio y método disponible para condenar a los humanos y enviarlos al infierno, pero terminó por condenarse con esa misma Ley. El diablo había estado acusándolos delante de Dios día y noche, por medio de la ley que prevalecía en el universo. Todavía continúa con el mismo trabajo engañoso. Los humanos se condenan por su propia falta de equidad, son oprimidos por el diablo y están sujetos a la esclavitud por miedo a la muerte, de por vida. Jesús es, sin embargo, el Salvador. "Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, Él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte – es decir -, al diablo -, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida. Pues, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles sino de los descendientes de Abraham" (Hebreos 2:14-16). Un día, algunos judíos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio delante de Jesús y le preguntaron, 'Dado que la ley Moisés nos mandó apedrear a tales mujeres, ¿debemos apedrearla, o no? 'Tú, pues, ¿qué dices?’ Si Él hubiera dicho, 'No lo hagan,' Él habría violado la Ley de Moisés. Si Él hubiera dicho,'Háganlo,' Él se habría inhabilitado como el Salvador de la vida. El Señor, un abogado capaz, dijo, 'Él que de vosotros esté libre de pecado, que le lance la primera piedra'. El Señor acentuó la Ley muchas veces, diciendo 'cualquiera que mira a una mujer lujuriosamente ya ha cometido adulterio con ella en su corazón, cualquiera que odia a su hermano es un mentiroso, cualquiera que es codicioso es un ladrón’. La ley de Moisés se preocupaba por la conducta humana exterior, pero el Señor, concluyó inflexiblemente que cualquiera que concebía cosas malas en su corazón también era un pecador. Los judíos habían puesto una trampa a Jesús para demostrar que Jesús estaba infringiendo la ley. El Señor más bien reforzó la ley, diciendo 'Él que de vosotros esté libre de pecado, que le lance la primera piedra'. Él condena no solamente la conducta exterior sino también el pensamiento, por esta misma Ley. ¿Quién en el mundo entero nunca ha pecado? Entonces, aquellos que estaban alrededor de la mujer no pudieron evitar abandonarla. Aquellos que la condenaban eran el mismo modelo de la ley, mientras que quienes trajeron un cargo contra ella eran el modelo del acusador, el diablo. El Señor salvó a la mujer, mientras decía, '¿dónde están los que te acusaban? Yo tampoco te condeno’. Ningún humano podría salir de las manos 18
del diablo que lo acusa con la ley si no fuera por la defensa del abogado capaz. Esto se llama la verdad. La verdad es como el argumento de la defensa del abogado. El Espíritu Santo es el Espíritu de Verdad. Él es el abogado capaz. Este abogado capaz nos liberó por la ley de vida cuando estábamos oprimidos por la ley de muerte. No podemos sobrevivir con cualquier ley disponible en el universo, pero llegamos a ser salvos por la ley celestial de vida en Cristo. De ahí, que en Romanos 8:2 dice: "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte". Este versículo confirma que la ley de vida es una teoría, pero también un derecho práctico. Incluso un cojo podría tirar sus muletas y estar de pie sobre sus pies si entiende el principio de esta ley y recupera su derecho perdido. Puesto que el diablo tiene autoridad por un tiempo limitado en el universo, él mató incluso al Hijo de Dios cuando estaba en la carne. El Señor temporalmente cedió todos sus derechos y murió, pero eso no significa que él tomó Su vida de Él; Él la puso realmente por Su propia decisión (Juan 10:18). En el mismo momento que Jesús dejó Su vida, el diablo lo mató. Jesús había entrado en la carne para experimentar la muerte (Hebreos 2:9). El diablo tiene el derecho absoluto de gobernar todo en el universo. Sin embargo, Dios levantó de nuevo a Su Hijo, por la Verdad. ¡El diablo trajo las enfermedades; Jesús, la ley de sanar! ¡El diablo causó la muerte; Jesús, la ley de vida! Somos liberados de la muerte perteneciendo a Cristo. El malhechor ilegal, el diablo puede hacer lo que quiera en el universo. Puede acusar a todas las criaturas delante de Dios o puede matarlas. Seduce y abusa de los humanos y les hace pensar que es normal enfermarse, en vez de considerarlo injusto. Jesús, por otro lado, practica la sanidad no por magia sino por su justa ley. Y la hora del juicio le llegó a este diablo, esto es, la hora de su condenación por Cristo. Se pensó en la oscuridad como la única luz existente, pero a la venida de Cristo, la luz evidenció esa oscuridad. El diablo que era el gobernador del mundo oscuro, pretendía ser el ángel de luz y la venida de Cristo evidenció su naturaleza de mentiroso y su abominación. Es difícil creer en Jesús y conservar la salvación debido a la falta de conocimiento sobre la verdad. Cuando uno no conoce esta ley, caerá tarde o temprano en la engañosa trampa del diablo, y volverá al mundo secular. Sin embargo, cuando el gobernante del mundo fue condenado (Juan 16:11), fue expulsado y no pudo superarnos y finalmente obtuvimos el poder para ser liberados de él. Si tan sólo los creyentes pudieran conocer esta ley, podrían hacerlo impotente e incapaz de engañarlos. Es porque no conocen la verdad, que a pesar de su prolongada vida cristiana, se preguntan si Dios los ha abandonado cuando se enferman, y empiezan a dudar. Ahora, es una cuestión de hecho para nosotros sanar al enfermo, de modo que no tenemos que ayunar o luchar contra el diablo. Podemos fácilmente superar las enfermedades por el derecho llamado fe. Alguien pincha la axila de un caso mental para sanarlo, pero los demonios no sienten nada puesto que son espíritus. No importa cuán fuertemente sea pinchado, los demonios no sentirán ningún dolor; sólo el paciente lo sentirá. Una vez que sabemos de qué se trata exactamente la verdad, las enfermedades pueden sanarse tan fácilmente como conseguimos el producto por el que pagamos el precio. No es necesario decir que, el que ayuna y ora puede obtener respuesta más rápidamente, gracias a sus fervientes oraciones. Sin embargo, la Biblia no dice que el ayuno sea un medio para llevar nuestras oraciones a Dios. Ayunar sin fe es sólo un maltrato del cuerpo. No negamos el ayuno, sólo decimos que no es la panacea para todas las enfermedades. 19
El Señor dijo, ‘orad sólo en Mi nombre'. ¡El nombre Jesús! Cuando oramos confiadamente en el honor de Dios con esta ley de verdad, las respuestas vienen como los debidos derechos en el nombre Jesús; que seamos liberados de las enfermedades, de los pecados, o de la muerte, es un derecho legal. El conocimiento nos permite escapar por nosotros mismos. Por ejemplo, un policía jubilado engaña y amenaza a las personas mostrando su vieja placa, y aquellos que no lo conocen no pueden sino sentirse amenazados y engañados. Sin embargo, si uno sabe que su placa de identificación es una imitación, puede, en cambio, acusarlo. De la misma manera, somos engañados cuando no conocemos la ley. El conocimiento apropiado puede permitirnos salir de ese tipo de trampa. Muchos aceptan como destino los tormentos dados por los demonios y se resignan a desesperar. A menos que conozcamos sobre la legalidad de la fe, por qué se perdonan nuestros pecados y por qué somos salvados, cómo hemos obtenido la vida, cómo tenemos esta autoridad, este derecho legítimo no tiene ningún efecto, en absoluto. Ya no tenemos que ser más gobernados por el gobernador de este mundo. El diablo ha sido totalmente derrotado delante de Cristo, sin emprender alguna guerra o batalla, sino legalmente, por la resurrección de Cristo. Puesto que el derrotado es un esclavo de cualquiera que lo ha dominado, la autoridad del diablo está ahora bajo la autoridad de Cristo. Cristo que tiene toda la autoridad y poder disponible dentro del universo, puede transformar este universo en infierno o en cárcel, por lo que Él vino a destruir al diablo legalmente. Gracias a Cristo, todos en el universo pueden ahora escapar de las garras del diablo. Cualquiera. Éste es el derecho de los santos. Debemos predicar estas nuevas a quienes no están conscientes de este hecho y a quienes sufren inútilmente, para que puedan liberarse. Sanar por el poder del Señor no debe ser un tema de reproche. Por el contrario, cualquiera que haya recibido Su gracia debe levantarse y agradecerle. Por ello Jesús dijo, 'Yo soy el Camino.' Igualmente, es derecho absoluto protegido por las leyes celestiales que nuestros pecados sean perdonados, y que sean sanadas nuestras enfermedades y dolencias. Los demonios pueden invadirnos de nuevo y pueden engañarnos y seducirnos, pero no tienen ningún derecho ahora para gobernarnos. Uno no debe confiar su destino al diablo para sólo enfrentar el castigo. Aquellos que visitan a los adivinadores, aquellos que le rinden culto a los ídolos y los consideran como la imagen de Dios, aquellos que añoran a los dioses de este mundo porque suponen que Dios es uno de ellos, perecerán juntos. Admita la existencia del diablo, pero niegue su derecho. Admita por todos los medios la existencia de los demonios, pero niegue su poder. Entonces, los demonios empezarán a temblar y estarán listos para abandonarlo. Los demonios salen inmediatamente si usted rechaza cualquier miedo a ellos y tiene paz por la gracia de Cristo. La negación de la existencia de los demonios no trae poder, en absoluto. La gran seducción es negar su existencia y estar en paz, porque eso les hace dormir profundamente en su corazón. Uno debe reconocer su existencia y debe negar su poder, por el poder de Cristo. Los demonios salen de un individuo particular, no por miedo, sino porque su presencia se descubre cuando uno reconoce la legalidad de su salvación. Es una lástima que las iglesias actuales sean absolutamente impotentes. Si el poder de Cristo y la verdad están en uno mismo, uno recibe la autoridad inmediatamente. Debemos admitir que el poder de sanar demuestra la presencia de Dios.
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Si uno no puede creer en la sanidad visible, ¿cómo puede creer en la redención invisible? Si la sanidad y la redención son idénticas, si experimentamos y creemos en la presencia de Dios, deberíamos también creer en la redención (Mateo 9:1-8). Es por eso que los hebreos consideraron la redención y la sanidad como eventos idénticos ¿verdad? ‘Atrévase. Sus pecados son perdonados. Levántese, tome su lecho y camine’. Puesto que sus pecados son perdonados, no necesita quedarse acostado; de modo que ‘¡camine!’. En el pasado, nosotros éramos responsables por ser controlados, atormentados y muertos por el diablo, pero ahora, gracias a Cristo que quitó nuestra carga del diablo, nuestro único derecho es actuar libremente. Éste es el derecho oficial. ¡El derecho perfecto! ¡La libertad perfecta! Es decir, la verdad. Aunque estábamos bajo la autoridad y ley del diablo, ahora debemos liberarnos por la ley de la verdad. Estábamos enfermos por la ley del diablo, ahora debemos ser liberados por la ley de verdad. Ésta no es una verdad nominal, debemos mantener la libertad legítima por ello. ¿Quién puede engañarnos? ¿Quién puede condenarnos? Hemos sido engañados hasta ahora simplemente porque no sabíamos. La gente no cree porque esta libertad es demasiado fácil de conseguir. Por esto el Señor dijo, '¡Cuando venga el Espíritu Santo, usted se liberará de la condenación del gobernante de este mundo, que lo había y lo ha oprimido desde el principio del mundo! ¡Y la verdad lo salvará; lo hará libre!' Ahora, debemos terminar con nuestra vida pasada de obediencia ciega al diablo, debemos obedecer la verdad y debemos disfrutar la libertad oficial. Cuando Dios creó al hombre, Él le permitió ser gobernado y tentado a propósito por el diablo. Si el diablo lo hubiera atormentado a su voluntad, el hombre habría perecido para siempre. Dios, sin embargo, antes de enviar al hombre a la tierra, le prometió y lo predestinó para premiarlo en Cristo (Hechos 3:19-21). De ahí la espera de los hebreos por el Mesías en la opresión. Así como ellos nunca dejaron de esperar al Mesías en medio de sus sufrimientos de la carne, tentaciones, y aún la muerte, debemos ser completamente liberados por el derecho que proviene del Señor que es nuestra esperanza y quien también se volvió Emmanuel en nosotros.
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4 La Identidad de los Espíritus de Seducción (1 Timoteo 4:1-2) Satanás es llamado Tentador principal o Lucifer. El que fue una vez arcángel fue expulsado del cielo después de su caída y confinado con sus cohortes en el universo. "Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él" (Apocalipsis 12:7-9). Él no fue expulsado solo; sus cohortes también fueron expulsadas. Esos ángeles eran las cohortes de un arcángel, pero cuando su líder se volvió el diablo, ellos también se volvieron malos y ahora ellos trabajan para él. Hay sólo un diablo, por eso la palabra "diablos" es incorrecta. El diablo no es omnipresente, aunque gobierna el universo entero como Tentador principal. El término "diablo" se refiere a alguna 'autoridad autorizada’, mientras que el término "Satanás" no es legal, no lleva ningún elemento que signifique 'Tentador' principal en él, contrariamente al 'diablo’. En griego, "diablo" es singular y se precede por un artículo definido; ¡la expresión “los diablos" es equivocada! Así, Job 1:7 dice, "Respondiendo Satanás al Señor, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella" indicándonos que el diablo se moviliza, no es omnipresente. Por eso, no trabaja solo; trabaja con la ayuda de sus ángeles y moviliza sus cohortes para lograr sus metas. Ningún versículo bíblico dice que el diablo entra en los cuerpos humanos; los únicos seres espirituales que invaden la carne humana son los demonios. El diablo es el príncipe del aire; él reina como tal. Sus cohortes que fueron expulsadas con él son espíritus de anticristo que hacen que los hombres, este hombre, se vuelvan anticristos. Estos espíritus se llaman "dioses de este mundo". Se oponen a Dios y no son espíritus de seducción. Los espíritus de seducción, es decir, los espíritus malignos de Dios, son usados por Dios cuando Él escoge los engaños (1 Samuel 16:14-15), considerando que los ángeles que fueron expulsados junto con el diablo, encontrados en Apocalipsis 12:9, son espíritus de anticristos (1 Juan 4:3). Dios envía un ángel ministrador para atender al hijo de un santo cuando nace. Los hijos de los santos son santos. Puesto que los padres son santos, también lo son sus hijos (1Corintios7:14). Dios envió a los ángeles ministradores para servir a los santos (Hebreos1:14); estos ángeles ministran las almas de los santos. Ellos ven a Dios (Mateo 18:10) y Le sirven todo el tiempo. Así como el número de empleados de una compañía aumenta de acuerdo a su tamaño, el número de ángeles también aumenta a medida que nuestras actividades espirituales aumentan; empieza con uno y termina con miles e incluso con decenas de miles.
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El Señor dijo, '¿...acaso piensas que no puedo orar ahora a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?‘ Dado que una legión se refiere a más de un cuerpo, doce legiones se refieren a una multitud enorme de ángeles o de tropas en la tierra. De ninguna forma los ángeles son seres a quienes debemos rendir culto, o admirar; por el contrario, ellos son nuestros sirvientes que deben obedecernos, ayudarnos. Ellos son todos espíritus ministradores enviados para asistir a los santos (Hebreos 1:14). Mientras más trabajamos para el Señor, más ángeles vienen y nos ayudan. Pedro salió de la prisión y fue a donde se reunían los santos. Les dijo que él era Pedro y los santos se preguntaron si era su ángel (Hechos 12:15). Los santos de la Iglesia Primitiva no dudaron del hecho que cada santo tuviera su propio ángel personal. El que golpeó a Pedro en el costado cuando estaba durmiendo en la prisión, y lo llevó afuera, era un ángel. De la misma manera, aquellos que hacen las obras de Dios tienen sus propios ángeles que les ayudan. Los ángeles llevan las oraciones de los creyentes a Dios, y también ellos traen sus respuestas de vuelta (Apocalipsis 8:3). La Escritura relata que cuando Daniel oró a Dios, sus ángeles le trajeron la respuesta (Daniel 10:13). Es decir, el príncipe del reino de Persia los había resistido veintiún días y sólo la ayuda del arcángel Miguel lo logró. Daniel consiguió que su oración fuera contestada en 21 días, pero fue oída el primer día. Dios contestó en el primer día, pero el traslado hasta la criatura fue hecho por sus ángeles. Todavía hoy, nuestras oraciones se transmiten a Dios a través de nuestros ángeles ayudantes, que pueden ser estorbados por las cohortes del diablo en su camino de vuelta a nosotros. Por consiguiente, debemos saber que los ángeles están trayendo las respuestas cuando nuestras oraciones no son inmediatamente oídas. Elías pensó que estaba completamente solo. Estaba pensando en desesperación que nadie lo había seguido. Dios abrió sus ojos y le permitió ver innumerables ángeles que estaban esperando para ayudarle (1 Reyes 19:4-5). No podemos ver a los ángeles con nuestros ojos, pero debemos saber que muchos ángeles están constantemente ayudándonos. Por eso el Señor dijo que no debemos despreciar a ninguno de los pequeños cuyos ángeles ven siempre el rostro de Dios y Le informan de sus maltratos (Mateo 18:10). 1 Samuel 16:14 dice, "el Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y un espíritu maligno del Señor lo atormentó", se refiere a dos ángeles personales, uno antes de la caída de Saúl y el otro que se convirtió en un espíritu maligno después de la caída de Saúl. Expresiones tales como "Espíritu del Señor" y " espíritu maligno del Señor" se originan en el hecho que Dios les envió para que atendieran las almas que Él creó. ”Espíritu del Señor" se refiere al ángel antes que su estado cambiara, mientras que "espíritu maligno del Señor" se refiere al ángel después de su cambio de estado. Aquí, el Espíritu del Señor o el espíritu maligno del Señor (1 Samuel 16:14) son diferentes al diablo o a los ángeles que cayeron con él, a saber, los espíritus de anticristo. Naturalmente todos los ángeles como criaturas de Dios lo servían, incluso los dioses de este mundo, que al momento que se hicieron corruptos fueron expulsados de Él y son ahora espíritus de anticristo. El Espíritu de Dios y los espíritus malignos de Dios, sin embargo, sirven a Dios. Puesto que fueron creados como ángeles recaderos que están atendiendo a nuestras almas incluso hoy, ellos se llaman espíritus del Señor y son cambiables. Aunque ellos cambian, no se resisten ni se oponen a Dios; simplemente se han degradado, por decirlo así, porque obedecen al amo malo. Para decirlo claramente, estos
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espíritus no son Satanás ni sus cohortes; por el contrario, ellos continúan venerando y sirviendo a Dios. Sin embargo, puesto que fueron culpables de la violación del deber hacia sus amos, aunque no son corrompidos, su castigo significa degradación. Leemos en 1 Samuel 16:14, "Pero el Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y un espíritu maligno del Señor lo atormentó". Aquí, el espíritu maligno del Señor es un espíritu que sufrió cambio; él es ahora un espíritu de seducción que cubre con sus alas los alrededores de Saúl. Diciéndolo de otra manera, los espíritus de seducción no cambian cada vez que ocurre alguna cosa incorrecta; ellos esperan a sus huéspedes y los seducen bajo la dirección de Dios. Cada vez que Dios está indignado con el huésped involucrado, ellos hacen el papel de malhechor. Como está escrito en 1 Samuel 16:14, en la primera parte del versículo, "el Espíritu del Señor se apartó," se refiere a un espíritu que no ha cambiado todavía, y que obedecía al Señor fielmente cuando Saúl estaba bien. La segunda parte del versículo, "un espíritu maligno del Señor lo atormentó," sin embargo, se refiere al que se ha degradado como resultado de la ira del Señor. Desde entonces, hace el papel de malhechor siempre que el Señor lo ordena. Para abreviar, siempre que el Señor está indignado, el ángel degradado cambia y se vuelve un espíritu de seducción. Así, el espíritu degradado como uno de seducción cubre con sus alas los alrededores de Saúl y espera las instrucciones de Dios. De vez en cuando se encuentran casos similares que verifican esto, y leemos en (1 Samuel 18:10) "Al día siguiente, el espíritu maligno de Dios se apoderó de Saúl". Y también, en (1 Samuel 19:23-24), leemos, "Entonces el Espíritu de Dios también estaba en él, y... él se quitó la ropa y desnudo en el suelo, estuvo en trance todo el día y toda la noche, y profetizó falsamente", haciendo a Saúl objeto de burla. Eventualmente, Saúl fue juzgado a causa del espíritu de seducción, es decir, fue seducido por el espíritu que salió de la tierra, disfrazado como el profeta Samuel y pereció según su profecía (1 Samuel 28:11-19). "Saúl murió por haberse rebelado contra el Señor, pues en vez de consultarlo, desobedeció su palabra y buscó el consejo de una adivina. Por eso el Señor le quitó la vida y entregó el reino a David hijo de Isaí" (1 Crónicas10:13-14). Una vez que un ángel es cambiado, se queda alrededor de su santo huésped por toda su vida, esperando una oportunidad para atormentarlo; consecuentemente, deberíamos temer el castigo que da Dios cuando uno desprecia la santidad de los santos. En 1 Samuel 19:23 leemos, "Saúl se dirigió entonces a Nayot de Ramá, pero el Espíritu de Dios vino con poder también sobre él, y Saúl estuvo en trance profético por todo el camino, hasta llegar a Nayot de Ramá". Aquí, "Espíritu de Dios", según lo que aparece en la Biblia, significa "espíritu maligno de Dios". La conducta de Saúl es causada por su ángel cambiado. En 1 Reyes 22:19 se cuenta la misma historia. Un gran número de ángeles ministradores ayudaban al Rey Acab, pero fueron cambiados repentinamente. "Micaías prosiguió, "por lo tanto, oiga usted la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en Su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. Y el Señor dijo: “¿Quién seducirá a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?”? Uno sugería una cosa, y otro sugería otra. Por último un espíritu se adelantó, se puso delante del Señor y dijo: “Yo lo seduciré.” “¿Por qué medios?”, preguntó el Señor. Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré
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un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas.” Entonces el Señor ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en seducirlo.” (1 Reyes 22:19-22) La escena muestra cómo un ángel sufre un cambio; Dios le permitió volverse un espíritu mentiroso en las bocas de alrededor de cuatrocientos profetas. El ángel fue cambiado cuando Dios cambió su naturaleza espiritual. Satanás está relacionado con la corruptibilidad mientras que los espíritus malignos se relacionan con la mutabilidad. Por ejemplo, cuando un creyente no sigue la voluntad de Dios y abandona su fe, sus ángeles ministradores son cambiados en proporción a la cantidad de fe que él perdió. Nosotros leemos en Isaías 66:3b-4, "Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones. Pues yo también escogeré aflicciones para ellos y enviaré sobre ellos lo que tanto temen. Porque nadie respondió cuando llamé; cuando hablé, nadie escuchó. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada.” Significa que cuando escogemos alguna cosa abominable a la vista del Dios de equidad, equidad, Él obra con engaños en nosotros. nosotros. Esto es algo acerca acerca de lo cual deberíamos deberíamos ser muy cuidadosos. La seducción (es decir, el engaño) se refiere al ángel cambiado; en otras palabras, a un espíritu maligno del Señor. En Ezequiel 14:9 leemos, "Si un profeta es seducido y pronuncia un mensaje, será porque yo, el Señor, lo he seducido. Así que levantaré mi mano contra él, y lo haré peda pedazo zoss en pres presen enci cia a de mi pueb pueblo lo Isra Israel el". ". Cuan Cuando do los los prof profet etas as sufr sufren en camb cambio ioss sustanciales en lo que se refiere a la actitud, el corazón y el interés por el Señor, Él les envía engaños y cambia sus ángeles. También, en 2 Tesalonicenses 2:11-12 leemos, "Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal.” mal.” Para decirlo de otra manera, Dios cambia cambia a los ángeles en dioses de seducción. Por consig consiguien uiente te es muy muy import important ante e saber saber manej manejar ar bien bien a nuestr nuestros os ángele ángeles, s, porque de otra manera ellos pueden cambiarse para estorbarnos, y uno no puede librarse de ellos por el resto de su vida porque los ángeles pueden cambiar ya que la mutabilidad es parte de su naturaleza, y después es imposible que vuelvan a su estado inicial. La Biblia proporciona numerosos casos de engaños causados voluntariamente por Dios; Dios; y en ningun ninguno o de ellos ellos se mencio menciona na la recupe recuperac ración ión de los espíritu espírituss malig malignos nos involu involucra crados dos a su estado estado anteri anterior. or. El número número de los espíritu espírituss de seduc seducció ción n puede puede aumentar, pero nunca disminuir. Nunca nos dejan, y constituyen nuestras debilidades, mientras nos cubren con sus alas, esperando echarnos seducciones malignas. Suponga que nos enfadamos como si estuviéramos listos para matar a alguien. Si esto es una abominación a la vista de Dios, Él cambia nuestros ángeles ayudantes, "¿Por qué perdió usted su temple?” Desde ese momento, nos enfadamos por una nadería porque las obras del espíritu cambiado rondan alrededor nuestro y se han vuelto nuestra misma imperfección. Cuando Cuando una persona persona tremendam tremendamente ente secular secular se convierte convierte al cristiani cristianismo, smo, podría servir en cuerpo y alma a la iglesia y apegarse con todo a ella, pero cuando cae en la tentación, puede corromperse más aun que antes de su conversión. Lo que se había ido pue puede surg urgir de nuev nuevo. o. Por Por ejempl emplo, o, pued puede e habe haberr deja dejado do de fumar y beber eber completamente, y haber llevado una vida espiritual fielmente durante unos cinco años, pero un día puede volver a casa totalmente bebido, si él se tienta. Igua Igualm lmen ente te,, los los espí espíri ritu tuss camb cambia iados dos siem siempr pre e cubr cubren en con con sus sus alas alas nues nuestr tro o alrededor y crean factores de seducción.
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Alguien me dice, "Pastor, yo intento intento creer lo mejor que puedo, pero no puedo evitar evitar mis dudas." Dios encontró abominable su actitud de dudar y cambió su ángel, el cual llegó a ser eventualmente su debilidad. El Rey Saúl, de repente, un día se volvió un hombre arrogante y con falso orgullo. Su ángel, quien acostumbraba ayudarle legalmente abandonó su posición y fue cambiado en un espíritu maligno del Señor y le atormentaba. Una vez que el cambio está hecho, el espíritu se adhiere en todo momento a su santo huésped. En Romanos 1:28 también se lee, "Y así como no les gustó retener a Dios en su conocimiento, Dios los entregó a una mente rebajada, para hacer esas cosas que no son dignas". A aquellos que no les gusta retener a Dios en su mente no es posible obligarlos por la fuerza; nadie puede amonestarlos, "¡Creed en Jesús! ¡Servid a vuestro Dios!" Dios les permite seguir su camino; en otros términos, Él cambia a los ángeles ayudantes en espíritus de seducción. Dios obra a través ya sea de bendiciones o de fuertes engaños. ¡Cuán aterrador! Si Dios Dios consi consider dera a una abomin abominaci ación ón nuest nuestra ra complac complacenc encia ia para para vivir vivir de acuerd acuerdo o a nuestras vergonzosas codicias, Él cambia nuestros ángeles. Esos creyentes locuaces que les gusta murmurar de sus hermanos y hermanas en Cristo, lo cual es una abominación a la vista de Dios, continuarán murmurando, debido a sus ángeles cambiados en espíritus de murmuración que permanecen siempre alrededor. Pueden, sin embargo, decidir no hablar mal de los otros cuando un sermón los remece profundamente, pero ellos no pueden evitar regresar a su mal hábito a la más ligera tent tentac ació ión, n, y ésta ésta se vuel vuelve ve part parte e de su pers person onal alid idad ad.. Uno Uno nace nace con con una una cier cierta ta personalidad, pero el papel que juegan los ángeles en la realización de ésta es absoluto Cuando Cuando la personalidad personalidad de uno cambia debido a una seducción seducción es el ángel quien fue cambiado. Los ángeles una vez que cambian juegan el papel de espíritus del mal. ¡Cuán irremediable! Por consiguiente, siempre debemos tener una actitud muy positiva de fe, con nuestra voluntad enfocada en Dios. Cuando uno es pasivo, negativo o indiferente hacia Dios, sus ángeles son repentinam repentinamente ente cambiados. cambiados. Lo que anima, anima, sin embargo, embargo, es que el número de ángeles ministrando para nosotros puede aumentar en proporción al trabajo que hacemos para Dios. Es espiritualmente muy útil y beneficioso servir en la iglesia en proporción a la vida pasada de corrupción de uno, porque el número de espíritus del mal es proporcional al grado de esa corrupción. Así, mientras más uno se dedica a Dios, más fácilmente uno puede superar sus debilidades y tener éxito en la vida cristiana. En otros términos, si uno no sirv sirve e sufi sufici cien ente teme ment nte, e, uno uno pued puede e volv volver er a su vida vida pasa pasada da.. Ésta Ésta es la terr terrib ible le consecuencia de la mutabilidad de los ángeles. Debemos conocer bien nuestros propios puntos débiles y nuestra aflicción. Para algunos, son sus puños de ira; para otros, su pereza o sus mentiras. Algunas personas se obsesionan por los pensamientos negativos e intentan en vano librarse de ellos. Por ejemplo, si pensamos que nosotros tendremos una indigestión, realmente acabaremos teniendo esa indigestión. Los espíritus de seducción son espíritus que Dios usa en aquellos que son una abominación a Su vista; son llamados espíritus malignos del Señor (1 Samuel 16:14). No son Satanás; ellos fueron cambiados debido a la corrupción de sus santos huéspedes. El mismo principio se aplica a todos los ángeles que se volvieron corruptos cuando su amo, el arcángel Lucifer cayó y se volvió enemigo de Dios; ellos se volvieron espíritus de anticr anticrist isto o en el mundo mundo y estorb estorban an las obras de Dios. Dios. Resumiend Resumiendo, o, los espírit espíritus us de anticristo cayeron y fueron expulsados del cielo con el diablo; en cambio los espíritus de seducción cayeron y fueron cambiados junto con sus santos huéspedes. Me gustaría continuar continuar explicando explicando sobre el papel de los espíritus espíritus de seducción en relación a los demonios. 26
Los demonios son los espíritus de después de la muerte de los incrédulos. Ésta es una de mis teologías bíblicas, evidenciadas por alrededor de 30 años de experiencia pastoral y abundantes fundamentos bíblicos. Esto es exactamente lo que el Diccionario Estándar Coreano dice. Es más, incluso en el Diccionario Griego del Nuevo Testamento, publicado por el Seminario Teológico Gobe en Japón, aparece la palabra ‘demonios’ que significa, de varias maneras, ‘Espíritus de los muertos', para no mencionar la firme convicción de un gran número de personas. Hasta ahora, yo he expulsado demonios en decenas de miles de creyentes y ninguno de los demonios ha dicho que creía en Jesús cuando estaba en su propio cuerpo. Todos Todos estos estos demoni demonios os confes confesaron aron que se murier murieron on como como incréd incrédulo uloss y dijeron dijeron sus nombres, los cuales fueron confirmados como aquellos de incrédulos. La razón es que cuando un cristiano fallece va al paraíso, mientras que un incrédulo se queda en el hades. Y el diablo mora en el hades o la ‘oscuridad'. Que los incrédulos van al hades quiere decir que tienen que permanecer con el diablo. Los espíritus de los incrédulos después de la muerte son los demonios mientras que los ángele ángeless minis ministra tradore doress cambia cambiados dos son espíri espíritus tus de seducc seducción. ión. Leemos Leemos en 1 Timote Timoteo o 4:1 que "El Espíri Espíritu tu dice dice claram clarament ente e que, que, en los últimos últimos tiemp tiempos, os, alguno algunoss abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas". La diferencia es clara, los espíritus de seducción no han tenido carne desde el principio mientras que los demonios una vez tuvieron un cuerpo. Cuándo Cuándo expuls expulsamo amoss un espíri espíritu tu inmund inmundo o y pregun preguntam tamos, os, "¿Dem "¿Demonio onio,, cuándo cuándo invadió a esta persona?” La respuesta, "Cuando él cayó...Cuando estaba choqueado". ¿Quién entonces causó que esa persona fuese choqueada? El espíritu de seducción. Al moment momento o que el espír espíritu itu de seduc seducció ción n hizo hizo al hombre hombre sobres sobresalt altars arse, e, el demonio demonio lo invadió. Los demonios no pueden entrar en un hombre sin una razón; deben cumplirse ciertas condiciones. Cuando Cuando un demonio demonio contesta, contesta, "yo entré en este hombre cuándo él estaba estaba ocioso ocioso en casa en lugar de estar en la iglesia”. iglesia”. Entonces, Entonces, ¿cuál ¿cuál es la causa de que el hombre dejara su iglesia? Su espíritu de seducción quien persistentemente lo disuadió de no ir a la iglesia hasta que él finalmente toma la decisión deseada. En ese mismo momento, el demonio que lo detenía para ir a la iglesia entró en él. "¿Cuándo entró usted en este hombre?” El espíritu contestó, "Cuándo él estaba diciendo una mentira.” ¿Quién hizo que este hombre mintiera? El espíritu de seducción del hombre en cuestión. La personalidad del hombre es de su propiedad, pero es gobernada por el espíritu de sedu seducc cció ión. n. Algu Alguno noss pued pueden en pens pensar ar inte interi rior orme ment nte, e, "yo "yo no debo debo enfa enfada darm rme e nuevamente," pero pierden su temple temple una y otra vez; "quisiera matar a este tipo, mmm...", aun aun cuan cuando do se preg pregun unta tan, n, "¿qu "¿qué é pasa pasa conm conmig igo? o? Yo podrí podría a qued quedar arme me tran tranqu quililo o simplemente”. No pueden controlarse porque su personalidad fue cambiada. Éste es el trabajo propio de los espíritus de seducción. Los demonios necesitan la cooperación de los espíritus de seducción. Sólo pueden obrar cuando son ayudados por esos ángeles corruptos. Los espíritus de seducción obran cuando la voluntad de uno toma una decisión. Los demonios entran a una persona cuando ella acepta la idea dada por los espíritus de seducción. Por ejemplo, el conflicto en nuestra mente es "¿Voy a la iglesia o no?” El espíritu de seducción nos dice "¡No vaya! ¡No lo haga!” y en el momento que nosotros decidimos no ir, los demonios nos invaden. Es por eso que Isaías 66:3b dice: "Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones. Pues yo también escogeré aflicciones para ellos y enviaré sobre ellos aquello que tanto temen”. Dios envía espíritus de seducción de acuerdo con la decisión de los humanos. Y los demonios invaden nuestros cuerpos a través de este canal. Los demonios traen los resultados de la dirección que escogemos. Por ejemplo, cuando cuando uno no se siente con deseos de ir a la iglesia iglesia y de hecho toma toma esa decisión, decisión, los 27
espíritus de seducción trabajan en esa etapa, los demonios trabajan en la siguiente etapa, trayendo maldiciones y tentaciones. Cuando nosotros sentimos un poco de odio, envidia y celos que surgen también en nosotros, estos son causados por los espíritus de seducción. Entonces los demonios nos invaden y proporcionan todo tipo de tentaciones, maldiciones y enfermedades impuras. ¿Cuál fue la causa de la caída de Eva? Fue nada más que su pensamiento. ¿Por qué Caín cometió un crimen? Porque sentía odio por su hermano menor. Dios dijo, "El deseo de pecado está en ti, pero debes gobernarlo". En otras palabras, usted debe tomar el control de sí mismo. Caín, sin embargo, no pudo gobernar el pecado, porque cuando el odio lo agobió, su espíritu de seducción le hizo caer. La maldición vino a él a partir de entonces. La maldición en el Antiguo Testamento y los demonios en el Nuevo Testamento tienen el mismo significado ya que las maldiciones fueron el resultado de las caídas. El problema depende en cómo puede uno mantener fuerte su voluntad. Por eso, Dios juzgó a los humanos en tiempos de Noé, cuando tenían sólo pensamientos malos. Génesis Génesis 6:5b dice que los pensamientos pensamientos malos provocaron provocaron el juicio juicio de Dios. Además, la Escritura continúa diciendo, "He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley.” (Jeremías 6:19). 6:19). Los pensam pensamien ientos tos provoc provocan an desast desastre re y autode autodestr strucc ucción ión.. Simple Simplemen mente, te, los pensamientos humanos estaban llenos de reproches, de rebelión, de quejas, de oposición hacia Dios; por eso Su juicio. También, en Juan 13:2 se lee, "Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón que le entregase," las ideas de pecado y destrucci destrucción ón entran entran antes antes que realmente realmente ocurra ocurra el pecado y la destrucci destrucción. ón. El espíritu de seducción trabajó en Judas con la idea de vender a Jesús y los demonios lo condujeron al suicidio. En Hechos 5:3, Pedro dijo a Ananías, "¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?" Aquí, "Satanás llenó su corazón" significa, en griego ‘su corazón estaba lleno con las ideas de Satanás’. En otros términos, él fue gobernado por las ideas de Satanás. Los éxitos o fracasos de los humanos siempre dependen de sus pensamientos. Ellos escogen escogen algunos algunos pensamien pensamientos tos del mal y en ese momento momento sus espíritus espíritus les hacen hacen caer. Después de la caída, los demonios los invaden y les provocan las maldiciones. Por consig consiguien uiente te para para imped impedir ir a los demoni demonios os contr controla olarno rnoss debemo debemoss primer primero o impedir a los espíritus de seducción que nos controlen. La única manera es poner nuestra voluntad firmemente en Dios. Cuando sucede así, los espíritus de seducción no pueden influirnos, ni los demonios pueden encontrar alguna oportunidad para invadirnos. Si uno se aparta de la fe y la voluntad de uno se comienza a agitar, los espíritus de seducc seducción ión atacan atacan nuest nuestro ro pensam pensamient iento, o, y cuando cuando la puerta puerta de nuest nuestra ra volunt voluntad ad y pensamientos no pueden resistir, los demonios nos invaden súbitamente. Por consig consiguien uiente, te, debemo debemoss estar estar consc conscient ientes es de la presen presencia cia const constant ante e de nues nuestr tros os ánge ángeles les mini minist stra rador dores es camb cambiad iados os en espí espíri ritu tuss de sedu seducc cción ión,, debe debemo moss mantenernos firmes en nuestra fe y enfocados en Dios para evitar mayores cambios. Además, debemos saber que el bebé de un incrédulo no nace con un ángel acompañante como el de un creyente, porque cuando los padres no son santos, sus hijos no lo son, tampoco (1 Corintios 7:14). Sin embargo, los bebés de padres no creyentes nacen con los dioses de este mundo cubriendo con sus alas alrededor de ellos, los espíritus de anticristo y las cohortes de Satanás. Las mentes jóvenes que crecen bajo sus influencias influencias ya están están con la debida maldición, debido a la incredulidad de sus padres. 28
Hay un cierto espíritu que lleva a esos niños a la desviación moral o ética, sigue a su santo huésped toda su vida, roba poco a poco su recompensa, y cuando fallece y su alma debería irse al paraíso, se queda en el mundo durante algún tiempo trabajando en los niños que son buenos por naturaleza. Cuando crecen, son tentados por ese espíritu del mal, caen en el mal camino, para terminar con una seria desviación ética o moral. En otros términos, los incrédulos son gobernados por espíritus de anticristo, es decir, dioses de este mundo (Efesios 2:2). Además, son seriamente oprimidos por los espíritus de seducción que residen por un tiempo en este mundo, cuando se separan de sus santos huéspedes. Uno puede comprender cuán maldito es el estado del incrédulo. Los incrédulos, sin embargo, no consideran la corrupción como tal y aceptan liberalmente todas las costumbres de este mundo. Consecuentemente, a medida que pasa el tiempo se vuelven más y más malos. “mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados" (2 Timoteo 3:13). Los dioses de este mundo, los espíritus malignos del Señor que solían ayudar a los santos, y los espíritus después de la muerte de los incrédulos, es decir, las obras implacables de los demonios llevarán cada vez a una corrupción más profunda del mundo y lo atormentará más y más y lo hará cada vez más infeliz. Los santos deben entender las obras de tales espíritus y deben pensar sobre el método de ganar y sobre la manera de desarrollar la fuerza.
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5 La Identidad de los Demonios y los Espíritus de Seducción (Mateo 25:41) Debido a la falta de conocimiento acerca de la identidad de los espíritus de seducción, muchos hombres sufren grandes pérdidas. En el capítulo anterior, diferenciamos al diablo de los espíritus de seducción. En este capítulo, siento la necesidad de diferenciar a los demonios de los espíritus de seducción. Se discutirá qué son los demonios y se clarificará también, posteriormente en otro libro. Sin embargo, es inevitable explicar en este capítulo quienes son los demonios. Los demonios son las almas de los humanos muertos. No son los dioses de este mundo que fueron expulsados del cielo como las cohortes del diablo. Hoy, incluso algunos cristianos piensan que la palabra "demonio" sólo la usan los incrédulos y niegan su sentido común. ¿Qué clase de ignorancia es esta? La Biblia coreana es ortodoxa, traducida al idioma coreano estándar. Idioma estándar se refiere al usado en los manuales autorizados. La Biblia coreana en cuestión se tradujo a ese idioma coreano oficial. En coreano estándar, "demonio" significa “espíritu de después de la muerte de una persona". El Diccionario Estándar del Idioma Coreano define "demonio" como “espíritu de después de la muerte de una persona.” Más aún, la conclusión de mi investigación en el campo de la expulsión de demonios nos muestra definitivamente que los demonios son espíritus de después de la muerte de los incrédulos. Bajo el pretexto de lo que se llama doctrina, algunos intentan negar incluso el sentido común de los eruditos cuya actitud despliega sólo ignorancia. El sentido común básico, en el campo de cualquier disciplina, es tratar cualquier corolario que resulta de un estudio o investigación particular como verdadero, en tanto reúne comparativamente un porcentaje mayor de evidencias. Mi investigación e inspección con respecto a la aseveración que los demonios son los espíritus de los incrédulos después de la muerte, resulta en una alta probabilidad de 99%. Desatender este asombroso porcentaje es desatender la conciencia erudita de uno, para no mencionar la moralidad. Los demonios son los espíritus de los incrédulos después de la muerte. Quién ignora este hecho no puede sino ser atormentado por los demonios. Es exacto considerar a los demonios como humanos sin cuerpo. Los demonios llevan las características de los humanos corrompidos. Ellos tienen mal genio, están llenos de celos y verdes de envidia y revelan su viciosa disposición cuando entran en el cuerpo de una persona. Es más, estimulan a la persona oprimida, es decir, su huésped, y con el paso del tiempo invaden totalmente su personalidad. Luego, quién es oprimido por un demonio se pone violento, inclinado al mal, rudo, cruel, asesino, desobediente, ingrato, e infernal. Estos aspectos hacen a los espíritus de seducción más herméticos. Mientras más excesiva se vuelve la disposición natural de uno, más activamente obran los espíritus de seducción. Los espíritus seducción contienen atributos demoníacos y apoyan totalmente las obras de los demonios. Los ángeles que solían ayudar a los santos son cambiados, se estimula su incredulidad inherente, y se encienden pensamientos que son una 30
abominación a la vista de Dios. Dios les permitió seducir a sus huéspedes para aumentar su incredulidad. Es su misión. Ellos estaban originalmente ayudando a los ángeles que fueron degradados como espíritus de seducción, y así causan los engaños que Dios odia. Cuando un demonio entra y causa incredulidad en la mente de una persona que lo acepta, Dios lo encuentra abominable y escoge los engaños para ella. ¿Entonces cuándo invaden los demonios? Primero, cuando uno no cree. Ningún poder puede detener los demonios en caso de incredulidad, porque la conciencia ya está seriamente corrompida y la mente perdida odia retener el conocimiento de Dios. No importa la dignidad social, moral, y la pureza ética, el corazón del no creyente significa una conciencia paralizada hacia Dios, una ética de fe borrosa. Por consiguiente, los demonios pueden entrar y obrar cuando ellos quieran. Los demonios no sólo causan enfermedades y debilidades, sino también transfieren la personalidad que tenían los incrédulos antes de su muerte corporal. Los incrédulos pueden haber vivido sin enfermedades o debilidades. En ciertos casos, los demonios traen su disposición mansa y humilde y la manifiestan en sus huéspedes, pero ofrecen una terca resistencia a la fe, un orgullo en su severa personalidad como si se compararan con Dios. Los demonios pueden causar enfermedades, accidentes, una personalidad rara, e incluso, invadir súbitamente. La naturaleza incrédula de una persona constituye las condiciones mismas a través de las cuales los demonios invaden y obran. Los síntomas debido a los demonios son obvios: fenómenos notables como una enfermedad súbita, maldición en el último momento, cambio de personalidad abrupto y comportamiento perverso. Entonces, ¿quién es responsable de la incredulidad? Como dije en el capítulo anterior, es la obra principal del diablo. Sus cohortes, que fueron expulsadas del cielo con él, están trabajando ahora en este mundo como dioses de este siglo. Ellos no causan enfermedades o debilidades, sino intentan separar a los humanos de Dios por todos los medios, ofrecen una fuerte resistencia cuando se presenta el evangelio, permiten a las personas negar el hecho que Jesús se hizo carne, mienten para que los humanos no entiendan en absoluto la verdad. Toda la gente de este mundo está siendo oprimida de algún modo, aunque no tenga ninguna enfermedad, o su personalidad no se haya vuelto más malvada. Los dioses de este mundo inducen a buscar la cultura de este mundo. Ellos inducen a los humanos a oponerse seriamente a Dios y al evangelio a costa de que les proporcionen todos los reinos del mundo y su gloria. En el entretanto, los demonios invaden, corrompen la personalidad de los oprimimos, y los maldicen. Por esto, los humanos son condenados a la infelicidad de soportar la invasión demoníaca durante su permanencia en este mundo. Los espíritus de seducción dejan de obrar en cuanto los demonios salen, aunque los primeros no estén muy lejos. Por consiguiente, quién quiere ser liberado de cualquier seducción del mal debe primero expulsar los demonios que obran en él. Para dirigir eso con éxito, debe tener fe sólida en Dios, mostrar total obediencia a la verdad. Este tipo de fe es el poder mismo que vence a los dioses de este mundo y se resiste al diablo. Sin embargo, la incredulidad misma es una experiencia infeliz. Puede no haber ninguna manifestación fenomenal pero es un estado muy infeliz. Para resumir, cuando uno es instigado por los dioses de este mundo para escoger la incredulidad y la desobediencia quienes están directamente bajo las órdenes del diablo, los demonios, invaden inmediatamente, se establecen y empiezan a manifestarse. Alguien oprimido por los demonios exhibe un temple raro, su conducta corrompida se profundiza y genera el terror alrededor de él. La persona en cuestión sabe que algo está 31
mal en él, pero se siente totalmente desvalido cuando trata de corregirlo. En el caso de los creyentes, o son primero seducidos por los espíritus aflictivos del Señor, o son más seriamente seducidos por sus ángeles cambiados por la ira de Dios y se vuelven más oprimidos por los demonios. El engaño en los creyentes puede ser considerado como el castigo por la ira de Dios. Así es cómo la falta de fe provoca terribles consecuencias debido a las obras de los espíritus aflictivos. Lo que debemos saber adicionalmente es que los incrédulos irán al infierno en el juicio final. Ellos están actualmente en el hades (la oscuridad), no en el infierno. La expresión "en esta llama" mencionada en la historia del hombre rico y Lázaro se refiere a la oscuridad misma, no al infierno. El infierno está contenido en el hades que será lanzado al lago de azufre. Esto es el infierno. Algunos afirman que los incrédulos van al infierno después de la muerte, pero antes de eso está la Venida del Señor, luego el juicio final, y por último, el castigo eterno en el infierno. Al final, el diablo y sus cohortes serán lanzados al lago de azufre del infierno, pero mientras, permanecen en el hades. En la oscuridad hay tres lugares: el mundo que pertenece al aire, el hoyo sin fondo en que serán confinados a su debido tiempo los espíritus de después de la muerte, y el infierno, el lago de azufre cuyo fuego eterno castigará al diablo después del juicio final. Estos tres lugares son parte del hades. Cuando la gente concluye apresuradamente que el hades es el infierno, no sabe sobre el secreto de después de la muerte de los incrédulos. Se darán explicaciones específicas sobre los demonios en el libro, titulado "Demonios." Los demonios frecuentemente invaden a los miembros de la familia o a los parientes cercanos. La Biblia dice que la iniquidad de los padres afecta a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación, ¿verdad? Los demonios que dejaron sus cuerpos cuando jóvenes siguen obrando durante aproximadamente setenta u ochenta años, que son equivalentes casi a tres o cuatro generaciones. Sin embargo, una vez que agotan la vida, van al hoyo sin fondo. La Biblia no dice, en la historia del hombre rico y Lázaro, que el primero había muerto de alguna enfermedad. Se murió después de haber cumplido toda su esperanza de vida; en otros términos, nunca obró como un demonio. Si hubiera muerto antes, no habría dicho, "Padre Abraham, te ruego que envíes a Lázaro a mis hermanos para que él les testifique a ellos". Él habría invadido los cuerpos de los miembros de su familia, en cambio, para causarles enfermedades y atormentarlos. Suponga que un incrédulo cuya esperanza de vida natural total es setenta años (70) muere a la edad de cincuenta años (50); entonces uno puede calcular fácilmente que el demonio del incrédulo estará obrando en esta tierra durante veinte años (20). Durante este periodo, el demonio vagará en este mundo en que viven sus parientes y en el que obran el diablo y sus cohortes; después será echado en el hoyo sin fondo en el que nunca más verá a los miembros de su familia. ¡Cuán infeliz y trágica es la muerte de los incrédulos! Van a un lugar para nunca más volver, un lugar dónde nunca habrá ninguna esperanza. Por consiguiente, uno debe darse cuenta que si su fe es religiosa, es decir, basada en su celo personal, o supersticiosa, requiere de sumisión ciega, o bíblica, que lo lleve a la salvación. Por consiguiente, debemos fortalecer nuestra fe a través de la experiencia de la santa sangre de Jesucristo que el Dios omnipotente envió por cada uno de nosotros.
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6 Los Espíritus malignos de Dios (1 Samuel 16:14-15) Uno puede preguntarse, ¿cómo podría el buen Dios escoger engaños por medio de espíritus malignos? Debemos conocer, sin embargo, acerca de los atributos de Dios. Aunque Dios llama al viviente como al muerto y viceversa, Él es el Uno que castiga la corrupción voluntaria de las criaturas dotadas con una personalidad. Una fe exagerada en la abundancia de la gracia de Dios puede llegar a resultar en una seria caída. Todos sabemos bien que este Dios bendice a aquellos que Él ama, pero algunas veces Él también los castiga. “Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.” Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella. Por tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y de sus rodillas debilitadas. “Hagan sendas derechas para sus pies,” para que la pierna coja no se disloque sino que se sane.” (Hebreos 12:5-13). Aunque Dios creó todas las cosas, Él no las creó para ellas mismas; Él las creó por Su hijo y para Su Hijo. Así, es la naturaleza y el derecho de Dios considerar inútiles a aquellos que se oponen al Hijo y a los injustos que se oponen a la rectitud de Su creación. Puesto que todas las cosas fueron creadas de acuerdo a Su voluntad, todas ellas son Suyas y deberían ser consideradas como tales (Salmos 100:3). No puede haber ninguna cosa que no pueda ser usada según Su voluntad y Él quiere castigar, sin embargo, a aquellas criaturas dotadas con una voluntad que se opone a Él voluntariamente. Dios es el Uno que da más a quienquiera que tiene, y le quita a quien no tiene (Mateo 13:12). Las criaturas con voluntad son los ángeles en el cielo y los humanos en la tierra. La voluntad dada a las criaturas apunta a recibir los mandamientos de Dios, pero puesto que es una voluntad libre, podría guiarla hacia su propia satisfacción y corrupción. Hay dos clases de corrupción. Una es rebelarse contra Dios y volverse Su enemigo; la otra es oponerse a Dios por la desobediencia. Una es la caída satánica; la otra es la caída a través de la tentación, es decir, la seducción.
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La causa de la desobediencia y la oposición hacia los mandamientos de Dios de los cristianos de hoy día es la seducción. La negación de la existencia de Dios, de las obras de Cristo, y del nombre de Jesús son del Anticristo, que es la corrupción satánica. Jesús no toleró la incredulidad momentánea y reprendió, "¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres” (Mateo 16:23). Esto no merece el castigo corrector, sino el juicio mismo de Dios debido a la desesperación de la corrupción. Dios, sin embargo, da a los santos una oportunidad para arrepentirse castigándolos en tanto que sus corrupciones sean de hechos y personalidad. Satanás es el enemigo de Dios quien ya le abandonó y está condenado al juicio final y al castigo, mientras que los disciplinados pueden arrepentirse, pueden regresar a Dios y tener vida. Dios abandona a aquellos que no son Suyos, y disciplina a Sus amados. La fuerza de Satanás, que consiste en el mismo ángel Satanás quien abandonó a Dios y de sus cohortes que son los dioses de este mundo, siembra incredulidad día tras día para poner a sus espíritus destructivos en cada individuo inocente. Y aquellos humanos incrédulos como los subordinados de Satanás dirigen audazmente las acciones del anticristo. No importa cuán perfecto puede uno ser en términos de disposición personal e integridad, si elige ser enemigo de Dios no puede sino perecer para siempre. Por consiguiente, Dios no disciplina a aquellos que están condenados a la destrucción, sino a aquellos en quienes Él tiene interés, es decir, quienes Le aman y Le temen como Su gente o Sus hijos, los santos renacidos. Él no puede soportar a los injustos. Él maneja lo injusto a través de la disciplina, y lo ilegal por medio de espíritus malignos que Él envía. El trabajo de Satanás es diferente al de los espíritus malignos de Dios. Los espíritus de los incrédulos y de los dioses de este mundo son dominados por Satanás cuando ellos trabajan para él y al final perecerán. "Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” (Mateo 25:41). Por el contrario, la gente de Dios y los hijos de Dios son gobernados por Él y hacen lo que Él manda. Dios bendice aún más al obediente. En cuanto a aquellos que se rebelan contra Él o quienes son una abominación a Su vista, Dios los disciplina durante algún tiempo, pero si no se arrepienten, Él les quita su oportunidad de vida corporal en este mundo para que sus espíritus se salven por los hechos meritorios de Jesús en el día del Señor (1 Corintios 5:5). Si ellos regresan a Dios, Él los bendice al máximo. Dios usa en esta etapa a los espíritus malignos como instrumento de disciplina. Los espíritus malignos no se refieren a Satanás, ellos simplemente se refieren a espíritus usados como Su látigo, que juegan el papel de ser los malos para atormentar a los hijos. Los espíritus que juegan el papel de malvados en lugar de movilizarlos a hacer las buenas obras de Dios son aquellos de seducción. Dios los cambia. El cielo está lleno de ángeles santos incorruptos. Ellos son los espíritus angélicos de Dios quienes sirven a Jesús, se postran en el nombre de Jesús desde cuando Él ascendió al cielo y se sentó en el trono. "Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes. Se postraron rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: "¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!" (Apocalipsis 7.11-12).
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Y algunos fueron enviados afuera para ministrar a los santos. Ellos van una y otra vez entre el cielo y la tierra para ejecutar sus tareas. "Se acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar. Tenía un incensario de oro, y se le entregó mucho incienso para ofrecerlo, junto con las oraciones de todo el pueblo de Dios sobre el altar de oro que estaba delante del trono." (Apocalipsis 8:3). "A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María." (Lucas 1:2627). Sin embargo, entre estos ángeles ministradores, algunos estaban ya cambiados; ellos juegan el papel de malvados y son usados para castigar a los santos como instrumentos de disciplina. "El Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y en su lugar el Señor le envió un espíritu maligno para que lo atormentara." (1 Samuel 16:14). Resumiendo, tanto los ángeles ministradores como los espíritus malignos de Dios obran de acuerdo con la voluntad de Dios. Algunos llevan una vida de fe caótica porque toman a Satanás y se vuelven espíritu maligno de Dios. Pero, Satanás, como se ha mencionado antes, es el que cayó, el enemigo de Dios, expulsado desde el cielo a la tierra, quien atormenta a aquellos que habitan en la tierra. El cerebro de la caída fue el arcángel Lucifer que se comportó como Satanás y fue rechazado por Dios. Todos sus ángeles subordinados fueron expulsados desde el cielo con él y cambiados. Para decirlo de otra manera, ellos no son santos, son irrevocables, incapaces de arrepentirse y están condenados a perecer. "Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio." (2 Pedro 2:4). Estos ángeles no pueden salir del universo limitado por prisiones eternas, a ellos se les permite moverse sólo allí y ejercer el poder del aire solamente hasta el juicio y castigo. "Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión, y saldrá para engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra – a Gog y a Magog -, a fin de reunirlas para la batalla. Su número será como el de las arenas del mar. Marcharán a lo largo y a lo ancho de la tierra, y rodearán el campamento del pueblo de Dios, la ciudad que Él ama. Pero caerá fuego del cielo y los consumirá por completo. El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:7-10). El caso es diferente para los ángeles santos. Ellos son mensajeros de Dios y ayudan a los santos viajando entre el cielo y el universo, es decir, el hades. Son los mismos ayer y hoy, y hasta el presente mucha gente los ha encontrado. 35
Yo también tuve la oportunidad de hospedar a un ángel en la mañana del día del Señor en marzo de 1963. El día después, el Señor me llamó y empezó a usarme como un restaurador, como un evangelista, y como pastor a cargo de una iglesia. Un ángel también salvó mi vida en un momento crítico. No puedo registrar una por una todas mis experiencias con ángeles, pero una cosa que puedo decir es que la Palabra escrita de la Biblia es palabra de vida, la promesa de Dios es eficaz y válida en todo momento, y no historias del pasado. Además del ministerio de los santos ángeles, hay otras clases de ángeles llamados espíritus de seducción que son los espíritus malignos de Dios. Éstos son ángeles de Dios, también. Sin embargo, son bastante diferentes de Satanás y se encargan sólo de cosas negativas. Satanás eligió ser el adversario de Dios mientras que estos ángeles son los instrumentos de Dios privados de su ministerio santo. Por consiguiente, estos ángeles no pueden hacer cosas de anticristo, si bien Dios los usa para producir engaños con el propósito de disciplinar. Las cohortes de Satanás mencionadas anteriormente controlan a los incrédulos por el momento mientras que los espíritus malignos de Dios inducen a los creyentes en materias abominables a Dios. Realmente, ellos fueron santos anteriormente, pero fueron cambiados debido a la abominación de los santos, así como las cohortes de Lucifer fueron también cambiadas debido a la caída de Lucifer. "Micaías prosiguió: - Por lo tanto, oiga usted la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. Y el Señor dijo: “¿Quién seducirá a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?” Uno sugería una cosa, y otro sugería otra. Por último, un espíritu se adelantó, se puso delante del Señor y dijo: “Yo lo seduciré" (1 Reyes 22:19-21). Como demuestra la Biblia, uno de los ángeles dijo, "Seré un espíritu mentiroso," hoy día los ángeles están todavía siendo cambiados. Dios lo hace posible para que los santos puedan experimentar tanto espíritus ministradores como Sus espíritus malignos desde el momento en que están frente a Él. "Pues yo también escogeré aflicciones para ellos y enviaré sobre ellos lo que tanto temen. Porque nadie respondió cuando llamé; cuando hablé, nadie escuchó. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada.” (Isaías 66:4). Satanás cayó del cielo y fue encarcelado en la tierra mientras que los ángeles de seducción, es decir, los espíritus malignos de Dios fueron cambiados de acuerdo a la conciencia y conducta de los santos que ellos ministraban, con el propósito de disciplinarlos. Ellos fueron responsables por no servir adecuadamente a sus amos que desobedecieron a Dios, y así fueron disciplinados también. Son usados como centros de disciplina. Los ángeles, sin embargo, una vez que son cambiados, son removidos de lo bueno. Nunca tendrán la oportunidad de arrepentirse. "Pues, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles sino de los descendientes de Abraham" (Hebreos 2:16). Por consiguiente, los santos los juzgarán después.
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"¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de esta vida!?” (1 Corintios 6:3). La vida en la carne para los humanos es la oportunidad de arrepentirse. "No obstante, tengo unas cuantas cosas en tu contra: que toleras ahí a los que se aferraron a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas, incitándolos a comer alimentos sacrificados a los ídolos y a cometer inmoralidades sexuales. Toleras así mismo a los que sostienen la doctrina de los nicolaítas.” (Apocalipsis 2:14-15). Todas las seducciones traídas a los santos y encontradas en la Biblia son la obra de los ángeles cambiados. Dios es el Uno que considera las cosas abominables como abominables; Dios considera las cosas santas como santas. Por consiguiente, aun si un profeta es abominable a la vista de Dios, Él enviará una abominable decepción a él, lo rechazará y lo castigará. En la era del Antiguo Testamento, no había tal cosa como la libertad de arrepentimiento porque el arrepentimiento no era dado como gracia. Es por eso que, a menos que Dios lo trate específicamente, la corrupción de un santo era inmediatamente disciplinada con el castigo. En la era del Nuevo Testamento, uno tiene la autoridad para disfrutar de la libertad a través del arrepentimiento, el que se da como gracia. Por eso, no hay ningún castigo inmediato en los tiempos del Nuevo Testamento. ¡Cuán preciosa es la gracia del arrepentimiento! Los santos en la era del Antiguo Testamento quisieron arrepentirse, pero a ellos no se les dio ninguna oportunidad. "... Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos; y de que nadie sea inmoral ni profano como Esaú, quien por un solo plato de comida vendió su derechos de hijo mayor..Después, como ya saben, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición." (Hebreos 12:15-17). No tenemos derecho de tener rencor contra los espíritus malignos de Dios; al contrario, podrían maldecirnos si nos corrompemos porque los santos, a pesar de su corrupción, serán salvos. Sin embargo, será la salvación sin ninguna recompensa. Puesto que la salvación sólo es por los hechos meritorios de Jesús, pero no de los humanos, nadie puede alejar de Él las almas compradas por Su preciosa sangre y llevarlas a la destrucción. Uno debe recordar, sin embargo, que las obras acumuladas de todos los santos pueden derrumbarse en un segundo. "Si alguien construye sobre ese fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.” (1 Corintios 3:12-15). Un santo está constantemente rodeado y atormentado por sus ángeles cambiados, pero si se arrepiente nuevamente, lo abandonarán brevemente, y los ángeles santos 37
trabajarán para él. Sin embargo, si él vuelve a las cosas abominables, los ángeles santos de Dios lo abandonarán y los ángeles cambiados volverán y traerán engaños. Así como los creyentes abominables y desobedientes no se sentarán en el santo trono, y serán arrojados puertas afuera, llorando y haciendo crujir sus dientes, a los espíritus de seducción no se les permitirá en los lugares santos, serán expulsados y tratados como seres inútiles. Ellos no son mensajeros del infierno, pero serán expulsados desde las puertas de cielo. Algunos dicen, "no quiero ninguna corona," pero ésta es una manera muy peligrosa de pensar porque si uno puede rechazar las recompensas, uno no puede negarse al juicio de Dios. Rechazar las recompensas significa estar dispuesto a rechazar los santos oficios. Esta gente no quiere entregar su vida a Jesús, aunque han recibido Su sangre. El obstinado consentimiento para rechazar las recompensas santas significa que desprecia su alma y es parte de los sin fe. La fe significa pretender las recompensas. "En realidad, sin la fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan" (Hebreos 11:6). Los espíritus de seducción permanecen temporalmente en este mundo después de la muerte de los santos, endurecen la mente de los incrédulos contaminando su conciencia y conducta, para que nunca tengan la libertad de sus almas, y regresen a Dios. "Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican.” (Romanos1:28-32). Dios, incluso en este mismo momento, recuerda como sucios a aquellos que no buscan la verdad y escogen los engaños para ellos, haciéndoles creer mentiras para que ellos finalmente, renieguen. "Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal." (2 Tesalonicenses 2:11-12). Dios permite que el santo sea más santo, el impuro sea más impuro; Él da al que tiene y le quita al que no tiene. "Deja que el malo siga haciendo el mal y que el vil siga envileciéndose; deja que el justo siga practicando la justicia y que el santo siga santificándose.” “¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho.” (Apocalipsis 22:11-12). Por consiguiente, los santos deben resistir a los espíritus de seducción en su vida de conciencia. Es innecesario decir, que ellos deben resistir al diablo. Nuestra fe supera 38
fácilmente al mundo, pero la desobediencia momentánea de los santos y la tentación del mundo pueden causar confusión espiritual. Por un lado, el diablo trata de confundir a los incrédulos e impedirles por medio de los dioses de este mundo, recibir la santa gracia de Jesucristo; por otro lado, Dios fortalece a los santos a través de los santos ángeles. "Luego se acostó debajo del árbol y se quedó dormido. De repente, un ángel lo tocó y le dijo: “Levántate y come.” Elías miró a su alrededor, y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes, y un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse. El ángel del Señor regresó y, tocándolo le dijo: “Levántate y come, porque te espera un largo viaje.” Elías se levantó y comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Orbe, el monte de Dios." (1 Reyes19:5-8). Dios, sin embargo, seduce a aquellos que son seducidos por Sus espíritus malignos. "Al día siguiente, el espíritu maligno de parte de Dios se apoderó de Saúl, quien cayó en trance en su propio palacio. Andaba con una lanza en la mano y, mientras David tocaba el arpa, como era su costumbre.” (1 Samuel. 18:10). Para que ellos enfrenten el juicio final y se avergüencen. "Entonces Saúl mandó a sus hombres para que lo apresarán. Pero se encontraron con un grupo de profetas, dirigidos por Samuel, que estaban profetizando. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre los hombres de Saúl, y también ellos cayeron en trance profético. Al les envió a oír la noticia, Saúl envió otro grupo, pero ellos también cayeron en trance. Luego mandó un tercer grupo y les pasó lo mismo. Por fin, Saúl en persona fue a Ramá y llegó al gran pozo que está en Secú, - ¿Dónde están Samuel y David? – preguntó. – En Nayot de Ramá – alguien le respondió. Saúl se dirigió entonces hacia allá, pero el Espíritu de Dios vino con poder también sobre él, y Saúl estuvo en trance profético por todo el camino, hasta llegar a Nayot de Ramá. Luego se quitó la ropa y, desnudo y en el suelo, estuvo en trance en presencia de Samuel todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho: “¿Acaso también Saúl es uno de los profetas?” (1 Samuel 19:20-24) Por consiguiente, el seducido Saúl fue puesto en vergüenza al acostarse desnudo. Aquellos que son seducidos terminan siendo puestos en vergüenza. "Luego dijo a sus siervos: "El banquete de bodas está preparado, pero los que invité no merecían venir. Vayan al cruce de caminos e inviten a todos los que encuentren.” Así que los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de invitados el salón de bodas. "Cuando el rey entró para ver a los invitados, notó que allí había un hombre que no estaba vestido con traje de boda. “Amigo ¿cómo entraste aquí sin el traje de boda?”, le dijo. El hombre se quedó callado. “Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.” Porque muchos son los invitados, pero pocos los escogidos.” (Mateo 22:8-14).
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Por consiguiente, cuando comprendemos que Dios cambió nuestros ángeles y nos castigó, debemos arrepentirnos inmediatamente y orar para que Él quite nuestra seducción. Aunque la corrupción de los creyentes no los lleva a la perdición y al infierno, si algunos creyentes alguna vez abandonaron su fe y negaron a Jesucristo cuando fueron seducidos por los dioses de este mundo, ellos serán juzgados por siempre. "Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. Sólo queda una terrible expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los enemigos de Dios. Cualquiera que rechazaba la ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, y que ha insultado al Espíritu de la gracia? Pues conocemos al que dijo: “mía es la venganza; yo pagaré”; y también: “El Señor juzgará a su pueblo.” ¡Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo!" (Hebreos10:26-31). En tanto uno no niega la verdad, lo que es diferente de la moral o corrupción ética, uno puede ser salvo, siendo la consecuencia desdichada que todas las obras de su vida en Cristo se han ido a las cenizas (Colosenses 2:18). El deseo del diablo es enviar las almas de los humanos al infierno; en caso de que él falle en esta tarea, su segundo deseo es evitar que los santos reciban las recompensas que él envidia. Él no puede atacar la salvación de los hijos de Dios, pero si ellos caen en cualquier seducción, son separados de Dios por Sus espíritus malignos, es decir, los ángeles cambiados o instrumentos disciplinarios. En esa situación, su carne puede ser dada a Satanás para su maldición y destrucción, debido a su misma infidelidad, la cual es una abominación a Dios. Por consiguiente, uno no debería confiar en las palabras del malo y puede acercarse a Dios, y debería relajarse. "El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas. Tales enseñanzas provienen de embusteros hipócritas, que tienen la conciencia encallecida.” (1 Timoteo 4:1-2). El diablo estará obrando y atormentando a los santos hasta el final de este mundo. “Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer la guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús" (Apocalipsis 12:17). El diablo no ahorra ningún esfuerzo para engañar aun a los elegidos (Mateo 24:24) Lo que debemos conocer absolutamente es que Dios escoge los engaños para los que son una abominación a Su vista aunque sean Suyos. Dios es el Uno que da más a aquellos que tienen, y también el que quita a aquellos que no tienen (Mateo 25:29). Por consiguiente, uno no debe ser infiel en su vida espiritual y permitir que sus ángeles sean cambiados. El rey Saúl fue atormentado en su vida por los espíritus malignos. Los creyentes deben ser siempre santos para evitar que sus ángeles sean cambiados, porque la santidad sólo puede mantenerlos santos. Las abominables seducciones traen cambios angélicos. 40
7 El Método de Invasión de los Demonios (Mateo 25:41) El hades o seol o mundo inferior es el lugar final y temporal de las actividades del diablo hasta su castigo como resultado de la venida de Jesús. Es también el mismo lugar de su reinado en ausencia del Rey de reyes. Él continúa, sin embargo, reinando como el Príncipe del aire entre sus cohortes y de todas las almas de los incrédulos a pesar de su condenación y derrota delante de Jesús. Los ángeles que fueron expulsados del cielo con el diablo y confinados en el hades con él, obran como espíritus de falsos profetas, espíritus de anticristo, y espíritus de herejía. Los espíritus que toman parte con ellos son espíritus de angustia, espíritus cambiados, y demonios, es decir, espíritus de los incrédulos después de la muerte. Aquí, quiero examinar el método de invasión de los demonios. En tanto que uno dirija su voluntad hacia Dios y la consolide, los demonios no lo pueden invadir. Por otro lado, si uno es caprichoso e indeciso, termina siendo esclavizado por los demonios. El demonio entra en el cuerpo de un hombre, en su sistema nervioso, para ser más específico. Ellos trabajan dondequiera que exista un nervio. Por ejemplo, si hay un nervio en la punta del dedo del pie, los demonios causarán dolor allí y lo considerarán como su lugar de trabajo. Este sistema nervioso es llamado sentido o corazón. Los demonios no pueden invadir el espíritu puesto que es el lugar de residencia de Dios. No trabajan en el espíritu, prefieren destruir el cuerpo, hacerlo sufrir y a través de la seducción, hacer del propio dueño del cuerpo una persona destinada al infierno. Cuando damos una mirada al libro de Job podemos comprender que todos sus problemas y aflicciones vienen del diablo, ¿verdad? Dios, sin embargo, no le permitió al diablo destruir la vida de Job. Aquí, vida no se refiere a su vida biológica, sino a su espíritu. Dios le prohibió al diablo matar a Job, porque podría haberlo hecho. El diablo causó un gran viento súbito, golpeó las cuatro esquinas de la casa de Job y mató a los hijos de Job. Confiscó su riqueza y lo atormentó. Es por eso que los Hebreos no consideran ningún gran viento o viento fuerte como algo causado por Dios. El diablo es 'diabolos' en griego. La primera parte, 'dia', significa “separar”. Si separamos el alma del cuerpo, ¿no significa eso la muerte? El cuerpo carnal es como una casa para el espíritu, un lugar para morar. Cuando dormimos por la noche, podemos pensar que dormimos en una pieza; de hecho, dormimos en nuestros cuerpos. Nos despertamos en nuestros cuerpos. Comemos en nuestros cuerpos. Estudiamos en nuestros cuerpos. Llevamos nuestras vidas, y soñamos en nuestros cuerpos. Y durante el proceso, si este cuerpo coge una enfermedad, intentamos con fuerza repararlo y mantenerlo. Cuando nuestros espíritus, es decir, nosotros mismos, nos abandonan de repente, nuestros cuerpos quedan atrás en la tierra, para volver al polvo. La posesión del demonio significa la invasión del cuerpo por otro espíritu, el cual debería ser habitado solamente por nuestro espíritu. Cuando uno es poseído por un demonio, se encuentra completamente confundido con toda clase de ideas contradictorias, volviéndose una persona indecisa. Sin embargo, una vez es liberado de los demonios en el nombre de Jesús, se vuelve de inmediato estable emocionalmente, y está preparado para la comunión en la fe. Uno también 41
debería considerar como opresión demoníaca el estado de confusión encontrado en algunas personas que parecen tener fe. Judas Iscariote estaba tratando de vivir verdaderamente para Jesús, pero la súbita idea de venderlo lo llevó a la confusión y a su autodestrucción. Así es como los demonios entran al cuerpo e implantan otra personalidad, otra conciencia y como trabajan. Cuando un demonio entra en una persona, impide todo aquello que es útil para la vida espiritual de su huésped. Por consiguiente, el que tiene muchos conflictos no puede llevar bien su vida cristiana. Cuando uno se olvida de lo que conoce acerca de Dios uno se va descarriando, a pesar de la conciencia de fe instintiva que busca a Dios. El sentir de nuestros espíritus es uno, así que debe ser simple, pero cuando enfrenta un conflicto, esto indica la presencia de demonios. Aquellos que se suicidan han sido atormentados por mucho tiempo por conflictos. Los dioses de este mundo ya los habían cambiado en incrédulos, mientras los demonios en ellos los habían corrompido moralmente. Los espíritus de seducción ofrecen a los demonios la firme oportunidad de obrar en el interior de los creyentes. Los demonios no invaden el alma ni la controlan; invaden el sistema nervioso que está localizado en alguna parte entre el cuerpo y el alma, y los separa. Por ejemplo, si un incrédulo muere de una enfermedad, la circunstancia de muerte se vuelve parte de la personalidad del demonio. Si su padre incrédulo muriera de una tuberculosis, llegaría a ser un demonio que invade a los humanos y manifiesta síntomas de tuberculosis. La Biblia menciona a los demonios, como demonios ciegos, demonios encorvados y demonios sordos. Los espíritus sordos siempre causan sordera; los espíritus ciegos siempre causan ceguera. Una vez que tales espíritus entran en un hombre, él manifiesta sus enfermedades; empieza a tener los síntomas de sordera y contrae sordera. Un demonio que murió ahogado puede no tener ninguna enfermedad, pero cuando entra a una persona, ésta tiene deseos de morir ahogada; entonces el huésped hace el mismo sonido gruñendo como si estuviera ahogándose, "¡ARRRGH!" Y cada vez que ve algo de agua, se dice, "¡Maldición! Quisiera estar muerto." Una vez hice una visita a una diaconisa. Su marido estaba padeciendo hemorroides y las heridas eran tan serias que estaba a punto de morir. Tuve una visión de un soldado en faenas, posiblemente de 28 años, cuyo ano estaba perforado y sangraba terriblemente. Entonces, antes de que yo expulsara el demonio de él, yo le pregunté si alguien de cerca de 28 años de edad, con perdigones en el ano, aparecía en sus sueños. El hombre contestó que el demonio que se presentaba en sus sueños era uno de sus vecinos que era muy amigo suyo y acostumbraba acompañarlo a todas las partes que iba. Durante la guerra civil coreana, el vecino, fue reclutado por los soldados del ejército de Corea del Norte y le dispararon hasta morir en su presencia. Después de eso, cada vez que él aparecía en sus sueños, las cosas se le complicaban. Es un error pensar que si uno no tiene ninguna enfermedad, no tiene ningún demonio, tampoco. Si algún día mostramos una doble personalidad, esto es evidencia de que ya estamos poseídos por demonios. En relación a la sanación del Señor, Mateo la describió como "los demonios salieron de muchos", a diferencia de Lucas, que escribió "los demonios salieron de muchos, gritando..." El libro de Lucas dice que cuando todos aquellos que tenían a alguien enfermo con varias enfermedades los trajeron, Jesús puso Sus manos en cada individuo y los sanó, y los demonios salían, gritando, "Tú eres el Hijo de Dios." Esto explica lógicamente por qué los demonios aúllan y se someten a Jesús. Mateo trata directamente a "todos los que estaban enfermos" como "muchos que estaban poseídos por demonios", mientras que Lucas considera a esas mismas personas como 42
"todos los que estaban enfermos con varias enfermedades," datos reunidos lógica y científicamente porque él era médico. Mateo dijo que Jesús echaba fuera los espíritus, pero Lucas explicó en detalle acerca de la manera que los demonios gritaban y hablaban. El punto común entre Mateo 8:16 y Lucas 4:40 es que los demonios causan cada una de las enfermedades y dolencias. Algunos dicen, "Pastor, ¿pueden también, los demonios entrar en los cuerpos de los creyentes?" Ellos piensan, incorrectamente, que los demonios invaden los espíritus. Los demonios no pueden entrar en los espíritus de los humanos. Ni un solo versículo en la Biblia dice que los demonios entran en los espíritus de los humanos. La carne es simplemente mi cuerpo mientras que el espíritu es de hecho mi yo. Los demonios, por lo tanto, entran en alguna parte entre el espíritu y el cuerpo, es decir, el sistema nervioso. Así, la posesión de demonios significa que hay dos personalidades en un cuerpo, el espíritu del dueño y un demonio. Hay cinco pasos en la posesión de demonios, como sigue: Primero, uno empieza a tener un pensamiento negativo, malo. En segundo lugar, uno llega a estar obsesionado por ese pensamiento. Tercero, uno llega a estar deprimido. Cuarto, uno se abandona a sí mismo a la desesperación. Quinto, uno llega a estar completamente oprimido. La obra de los demonios comienza con un pensamiento negativo como se muestra anteriormente. Por lo tanto, mientras nuestra manera de pensar es negativa, nuestra vida espiritual es un fracaso total. Los espíritus de seducción introducen los pensamientos negativos en nuestra mente cuando nuestra voluntad está débil, y cuando aceptamos esos pensamientos, los demonios entran. Por consiguiente, debemos saber que los malos pensamientos constituyen oportunidades de invasión demoníaca. Ananías y Safira decidieron vender sus posesiones y dedicarlas a Dios, pero cambiaron de idea. ¿Por qué? La Biblia dice, "¿Por qué llenó Satanás tu corazón?" Esto significa que una vez que el pensamiento de Satanás lo ha dominado, uno está completamente esclavizado por él. La invasión demoníaca comienza siempre con pensamientos. Es por eso que los introvertidos son especialmente vulnerables a la invasión demoníaca, porque se obsesionan fácilmente por una idea y entonces, inmediatamente, se deprimen. Una vez tres personas me trajeron a una muchacha joven. Ella estaba vociferando a toda voz, diciendo cosas sin sentido, bailando, desnudándose totalmente. Ella era muy introvertida. Sus padres dijeron que ella perdió el juicio cuando ella comprendió que ellos no creerían en Jesús y continuarían con su negocio, que era una abominación a la vista de Dios. Desde entonces, su vida había sido un enredo durante siete años. Yo mandé afuera a sus padres y hablé con ella: "Yo conozco tu problema. Tú no estás demente. Tú te comportas así porque tus padres no creen. ¿Correcto?” Ella continuó diciendo cosas sin sentido, pero continué hablándole como si ella fuera una persona normal, "¿Tú estás preocupada por tus padres, tú estás muy angustiada y eso te puso en este estado? ¿Sólo necesitas salvarlos? ¿Es esto correcto? ¿Hoy, ellos prometieron realmente creer en Jesús, terminar con su negocio, y diezmar? Ahora que ellos se volvieron cristianos, debes dejarlos dar gracias a Dios. ¿Correcto? Si tú continúas así, tus padres se descorazonarán y tu sueño no se hará realidad". "Ahora que salvaste a tus padres, realmente necesitas expulsar los demonios que te oprimen". De repente la muchacha me dijo con lágrimas, "Entonces, por favor expulse esos demonios". Ella se puso normal inmediatamente después de siete años de demencia. Debemos maldecir los espíritus de seducción; también debemos maldecir los demonios con nuestra convicción legalmente obtenida de la salvación cuando • • • •
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fortalecemos nuestra voluntad. Suponga que un hombre viejo incrédulo murió de alta presión sanguínea. Él, como un demonio, entrará en sus descendientes para causar los mismos síntomas una y otra vez, de generación en generación. Luego, si un padre muere de tuberculosis, sus hijos morirán probablemente de tuberculosis, también. Cuando los demonios entran en los niños, burlando la voluntad humana, deberían expulsarse de la madre de los niños enfermos si tienen menos de siete años, porque su voluntad pertenece a sus madres hasta esa edad. Después de los siete años, la voluntad de los niños pertenece a la de sus padres. Es por esta misma razón que ellos no son ya amedrentados por sus madres, sino en cambio, temen a sus padres. Hablando crudamente, la voluntad de los niños de la edad de ocho a quince años pertenece a sus padres, pero no totalmente sino sólo una mitad, la otra mitad es de ellos. Así, uno expulsa los demonios de los niños menores de siete años a través de sus madres, sin siquiera, incluso poner las manos en ellos, mientras que uno debe expulsar los demonios tanto de los niños como de sus padres si tienen entre ocho y quince años. 1Corintios 7:14 nos dice que cuando los padres son santos, sus hijos también son santos. Por eso los niños que tienen más de 15 años, llamados niños púberes, son muy vulnerables, ¿verdad? Esto significa que ellos están saliendo de la voluntad de su padre. Ellos son también físicamente adultos. En el libro de Juan, el siervo del centurión es llamado hijo, y siervo, hijo, y niño tienen el mismo significado (Juan 4:46). El centurión dijo a Jesús, "Porque yo tengo soldados bajo mis ordenes, y yo digo a éste, ' Anda, ' y él va; y a otro, ' Ven, ' y él viene."¿Quién controla la voluntad del siervo? Es el centurión, por supuesto. Es por eso que su hijo fue sanado en el mismo momento que él dijo, ‘Pero, sólo di una palabra.’ Ningún pájaro puede posarse en un árbol cuyas ramas se han cortado. Del mismo modo, cuando un cierto pensamiento malo reside en nosotros, los demonios entran y se establecen, pero cuando uno no se preocupa por esto, ellos no pueden ocupar ningún lugar en nosotros. Los demonios entran en los humanos y los matan en el mismo día, de la misma manera que la muerte. Cuando un demonio se muere en un accidente de automóvil, entra en los miembros de su familia y causa el mismo tipo de muerte. Un demonio que murió ahogado siempre tratará de traer a cualquier persona a su lugar de muerte. Por consiguiente, cuando uno hace una visita de condolencia, no debe sentir piedad por la persona muerta. Si uno es profundamente afectado por la muerte de un incrédulo, es muy probable que sea invadido por ese demonio. Una vez, una mujer lloró tan penosamente a la muerte de su madre que se desmayó. Yo expulsé al demonio y su madre, que se había vuelto entonces un demonio, salió quejándose y llamando a su hija, "Yo quería verte antes de abandonarte. ¿Por qué me desprecias?" Y entonces ella salió. El demonio había invadido a la hija incluso antes del entierro de su cadáver. Por eso, sólo deberíamos estar tristes por la muerte de un pariente, y nada más. Los demonios normalmente invaden a aquellos que les tienen lástima o los aman, a aquellos que eran amigos antes de la muerte. Si estamos recordándonos extraordinariamente de un pariente muerto y nos sentimos tristes por él, significa que deberíamos inmediatamente echar fuera ese demonio que ya está en nosotros. Uno comprende los daños y perjuicios serios que sufrimos favoreciendo a los incrédulos cuando expulsamos demonios. Los demonios entran principalmente en los parientes más cercanos, o los amigos íntimos. Por el contrario, no entran en aquellos que acostumbraban despreciarlos porque ellos tienen una personalidad y sentimientos. De la misma manera que entre los humanos vivientes, cuando uno es insultado y dice que nunca vendrá a alguna casa, no vendrá debido a la ofensa. Los demonios reaccionan de la misma manera, porque son personas. 44
Es por eso que el Señor insultó a los demonios, "El Señor reprendió al demonio y le dijo, ¡Tú eres un espíritu inmundo!". “ Reprender" en griego significa 'poner (a una persona) en vergüenza', 'poner (a una persona) a la sombra', 'despreciar una relación’. El Señor siempre reprendió a los demonios, los avergonzó y mostró desprecio, diciendo "Tú, espíritu inmundo." "Ser inmundo" se refiere a "desperdicio". En el Antiguo Testamento, encontramos que los demonios son llamados "Baal-Zebub" (2 Reyes 1:2). Esto quiere decir "mosca verde botella". La misma palabra, encontrada en el Nuevo Testamento, se refiere a Beelzebub que quiere decir 'dueño de la casa de las moscas del estiércol (Mateo 12:24). Todas las cosas bajo discusión tienen que ver con desperdicio. Recuerde que cuando Dios ayudó a los Israelitas en el desierto, Él les ordenó que cubrieran sus basuras, como está registrado en Deuteronomio 23:13-14: "Como parte de tu equipo tendrás una estaca, con la que cavarás un hueco y, luego de hacer tu necesidad, cubrirás tu excremento. Porque el SEÑOR tu Dios anda por tu campamento para protegerte y para entregar a tus enemigos en tus manos. Por eso tu campamento debe ser un lugar santo; si el Señor ve algo indecente, se apartará de ti.” El arma de los demonios es la abnegación. Ellos pueden esconderse dondequiera cuando uno niega su existencia. La mejor arma contra los demonios es descubrir su presencia. Antes del tiempo de Jesús, nadie podía expulsar los demonios porque su existencia no estaba expuesta. La palabra "demonio" fue usada por primera vez por Jesús. Jesús los expuso una vez pensando en ellos como unos seres teológicos reales, que atormentan y oprimen a los humanos. Jesús reveló su identidad. En el pasado, los problemas fueron considerados como relacionados con el destino personal de uno o con el destino, porque los demonios eran invisibles a los ojos humanos, lo que era de hecho la misma obra de los demonios. Los cristianos no son fatalistas ni indigentes. La predestinación es innata mientras que el destino es postnatal; si alguien se abandona a la desesperación, está siendo oprimido por los espíritus malditos. Hablando crudamente, encontramos que generalmente somos oprimidos por los demonios cuando nos apegamos demasiado a distracciones o a malos pensamientos. Por lo tanto, debemos tratar de bloquear los canales a través de los cuales los demonios invaden, aclarando estos dos tipos de hechos. Que los incrédulos son limitados por los demonios y que los demonios poseen a los creyentes son cosas idénticas, pero el canal de invasión es diferente. Esto es lo que requiere nuestra atención. En cuanto a los incrédulos, nada bloquea el canal de invasión del demonio porque la incredulidad dada por los dioses de este mundo, es decir, los ángeles corrompidos, ya reside en ellos. En otros términos, no se requiere nada adicional. Dicho de otra forma, los incrédulos son grandemente ayudados en su incredulidad por los mismos ángeles a cargo de ellos (ángeles corrompidos, dioses de este mundo). Las almas de los incrédulos, inmediatamente después de su nacimiento, son ya malditas aun si ellas no son oprimidas por los dioses de este mundo o por los demonios, y su carne, aunque saludable, se ha vuelto instrumento de los demonios y en la mayoría de los casos los demonios quedan inactivos en ellos. Es por eso que los demonios entran y salen cuando quieren en los incrédulos que son además seriamente oprimidos por sus sacrificios rindiendo culto a los demonios. En cierto sentido, mantienen la salud por esos sacrificios en lugar de padecer enfermedades o dolencias. Pero tan pronto como dejan de rendir culto a los demonios, caen seriamente enfermos o tienen un accidente. Así, desde el punto de vista espiritual, es una mayor maldición ser saludable y hacer sacrificios a los demonios que estar físicamente enfermo.
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A diferencia de los creyentes, los incrédulos no tienen ángeles celestiales alrededor de ellos. Ellos constantemente serán invadidos por los demonios con la ayuda de espíritus malos que fueron una vez ángeles expulsados desde el cielo con el diablo, y que son ahora dioses de este mundo. Para abreviar, los incrédulos son malditos controlados por los dioses de este mundo y por Satanás, pero no por los espíritus de seducción, esto es, los espíritus malignos de Dios. Los demonios son gobernados por los dioses de este mundo que invaden los cuerpos humanos para hacer sus obras. La opresión de un incrédulo y sus fenómenos son por eso muy generalizados. No debemos olvidar el hecho que los demonios necesitan ser ayudados por otros espíritus para invadir un cuerpo humano. Ellos entran en los incrédulos con la ayuda de los dioses de este mundo mientras invaden a los creyentes por medio de espíritus malignos de Dios, quienes los seducen. Por consiguiente, los espíritus que seducen a los creyentes son los espíritus malignos de Dios (1 Samuel 16:14), quienes traen la desilusión a aquellos que son abominación a Su vista. La oportunidad de invasión demoníaca se da cuando estos espíritus están obrando. Además, los demonios pueden invadirlos por primera vez o ya los han invadido y han quedado inactivos en el huésped, en este último caso, que generalmente es aplicado a los incrédulos, los dioses de este mundo empiezan a obrar y los demonios entran inmediatamente, como cuando uno vierte gasolina en un neumático ardiendo. En el primer caso, los espíritus de seducción empezarán a obrar y los demonios invadirán. Los creyentes son seducidos por sus ángeles corrompidos y cambiados, en lugar de ser influidos por los dioses de este mundo, de quienes ellos están libres. La corrupción de los creyentes es la manifestación de los dioses de tentación obrando como resultado de la ira de Dios, cuya meta es permitir que los creyentes corrompidos se aparten de Él. Los ángeles que obran en los incrédulos no vienen de Dios; son ángeles corrompidos expulsados desde el cielo junto con el diablo. Crea uno en Jesús o no, él tiene sus propios ángeles ministrando. Sin embargo, los creyentes siempre atraen el interés de Dios, quien elige bendiciones o engaños para ellos. Como resultado, las obras del demonio varían consecuentemente. Hasta ahora, yo expliqué la identidad de los dioses que obran ya sea en los incrédulos o en los creyentes. Los demonios entran en quienquiera que sea posible y empiezan a obrar siempre que es posible. Los demonios, antes de entrar en los cuerpos humanos, confían en la personalidad de los ángeles, pero una vez que están en el huésped, despliegan su propia voluntad. Quienquiera que este bien consciente de la causa y el método de la invasión demoníaca, y bloquee los canales, puede permanecer completamente libre de sus obras. Se encuentran métodos específicos de resistencia a los demonios en “Demonios”, tercer volumen de la serie "Demonología". Aquí sólo se ha tratado la parte relacionada con los espíritus de seducción. Puesto que el presente volumen no está escrito para los incrédulos, no hay ninguna necesidad de escribir más acerca de las obras de los dioses de este mundo: el foco está sólo en el papel de los espíritus malignos de Dios, es decir, los espíritus de seducción de Dios, lo que tiene que ver directamente con los creyentes. Los demonios que maldicen por igual el cuerpo de los creyentes y de los incrédulos, ya sea en relación a los dioses de este mundo o a los espíritus malignos de Dios, están relacionados con las obras del diablo. Los demonios son espíritus malditos, seres de los incrédulos después de la muerte, que pasan sus vidas como enemigos de Dios y llegan a ser finalmente mensajeros del diablo, y a quienes nunca se les permitirá redimirse.
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8 La Autoridad Pública de los Creyentes (Santiago 4: 7) Una de las razones de porque los creyentes no pueden rechazar todo lo de las obras del diablo es que niegan la existencia del diablo o sobrestiman su poder. Sin embargo, si conocemos la verdad y usamos sólo los derechos ordenados por el Señor, la victoria puede ser nuestra. El arma más grande a favor del diablo es la abnegación; es decir, "No hay un tal ser como el diablo. ¡Los demonios no existen!" Por ejemplo, si se esparcen rumores de que un ladrón está en el pueblo, el ladrón huirá lejos inmediatamente. Cuando el demonio se da cuenta que su presencia ha sido descubierta, huye. De la misma manera, cuando sabemos sobre la existencia de los demonios, los demonios tiemblan con miedo y se retiran naturalmente. El diablo solía obrar usando su derecho, pero ahora sus actividades consisten sólo en engañar a los humanos. Resumiendo, la venida de Jesús produjo este cambio. Antes de Jesús, él estaba atormentando a los humanos legal y arbitrariamente, como la autoridad del poder del aire, así que no había ninguna manera de evitar sus ataques; pero después de la crucifixión de Jesús y Su resurrección, de la única manera que él y sus demonios pueden atormentar a los humanos es a través del engaño y del fraude. Puesto que las obras de los demonios consisten en el puro engaño, podemos derrotarlos fácilmente en tanto no seamos engañados. Si sabemos que por la fe podemos ser legalmente libres de las enfermedades, podemos realmente poseer esta libertad. Si los creyentes supieran acerca de los demonios tanto como acerca del Espíritu Santo, nunca podrían ser engañados por ellos. Una gran confusión reina en las iglesias de hoy por esta misma falta de discernimiento entre las obras de los demonios y las obras del Espíritu Santo. La Biblia ordena resistir al diablo, en otras palabras, rechazar todos los esquemas hechos por el diablo y sus cohortes enviadas. Antes de la crucifixión de Jesús y Su resurrección, el diablo obraba legalmente porque todavía no había sido condenado por su ilegalidad. Fue cuando Cristo vino a esta tierra que el príncipe de este mundo fue juzgado. Todos los derechos dentro de este universo eran parte de la autoridad del diablo antes de la venida de Jesús. El diablo era el príncipe de este mundo. Entonces, la venida de Jesús es como la del reino de los cielos. La oposición de un individuo a un rey no puede ser considerada como una lucha legal; el ataque debe ser entre el observador legal del poder del universo y el rey de otro reino. Un rey debe confrontar a otro rey y cuando este se rinde puede reinar totalmente. En tiempos de guerra, la rendición del rey implica la rendición de todas las personas de ese reino. La venida de Jesucristo significó la proclamación del ataque desde el reino de Dios, no la venida de un individuo. Por consiguiente, el reino de los cielos en la Biblia se refiere a la primera venida de Jesús. ¿Por qué es así esto?
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Porque la autoridad del hades existe legalmente. Por esto, las maldiciones soportadas por los humanos nacidos antes de Jesús fueron legalmente inflingidas por la autoridad del príncipe de este mundo. El diablo es la autoridad de la muerte y por eso, los humanos que murieron antes de Jesús, incluyeron la muerte de sus espíritus. Pero después de la venida de Jesús, esos humanos viven de nuevo legalmente. El templo de Jerusalén era una parábola de Jesús por eso es que Jesús dijo, "Destruyan este templo y yo lo levantaré en tres días". En otras palabras, "¡Mátenme y yo me levantaré de la muerte en tres días!" Por causa de esta proclamación, la tumba fue sellada cuidadosamente y guardada, pero estos esfuerzos resultan como un testimonio aún más oficial de la resurrección de Jesús. El Señor vino y atacó al asesino de los espíritus por medio de Su fuerte majestad y la ley que se llama resurrección. Él vino a un lugar donde los animales y los humanos mueren de la misma muerte y atacó con la ley de Su reino que da la vida eterna y la cual solamente Dios posee. La venida de Jesús no significa el nacimiento de un judío, sino el juicio del Rey Eterno dirigido al rey del hades. Éste no es un evento personal sino el ataque de Dios, que no podía sino asustar al diablo, que trató por todos los medios de abortarlo. La Pasión de Jesucristo en el Calvario significa que el reino de los cielos encontró resistencia del príncipe de este mundo. El diablo mató fuera de su autoridad pero la resurrección de Jesús probó que él era ineficaz frente a Cristo. El reino de Dios se refiere al momento de la crucifixión de Jesús y Su resurrección; aquellos que eran del diablo son liberados por el Espíritu Santo. En otros términos, después de la derrota del príncipe de este mundo comienza el reinado legal del reino de Dios. Para decirlo de otra manera, el reino de Dios comienza con la venida del Espíritu Santo. El reino de los cielos, el reino de Dios y la casa del Padre están en la misma línea de pensamiento con una diferencia apropiada. La Biblia dice que algunos verán al Hijo del Hombre entrar en la gloria con los ángeles por el poder de Su reino (Mateo 16:28), porque Judas Iscariote no estará entre los discípulos. Que Él envió al Espíritu Santo testifica el hecho de que Él obtuvo la autoridad del reino de Dios como rey de reyes en el trono glorioso. Por consiguiente, la venida del Espíritu Santo significa la venida del poder del reino de Dios. Hoy, el poder de la Iglesia se manifiesta gracias al Rey en el trono y Sus ángeles; Su reino se ve a través de la gloria y el poder. Ahora podemos maldecir a los demonios y abortar todos las obras del diablo, porque vino el poder del reino de Dios. Éstos son los mismos tiempos del reino de Dios, en otros términos, cuando uno no reconoce la autoridad del diablo. "El reino de los cielos se ha acercado" se refiere a la era en que la autoridad del diablo es legalmente reconocida, mientras que el reino de Dios es la era en que esta autoridad no es reconocida. Esto es, cuando el diablo es totalmente condenado. Por consiguiente, las personas del reino de los cielos después de Cristo poseen la soberanía. Ahora, como enviados especiales del rey, nosotros, los obreros del reino de los cielos, podemos clara y verdaderamente encarcelar, maldecir, y ocuparnos del diablo como nos plazca, dado que él está condenado como proscrito. La Biblia dice que si uno entra a la casa de un hombre fuerte, no puede llevarse sus posesiones a menos que primero lo ate. De la misma manera, Jesús liberó a todos aquellos que eran del príncipe de este mundo después de encarcelarlo. La resurrección de Jesús significó la derrota del diablo, la autoridad de la muerte fue muerta por su propia autoridad. Es como el que hace una ley y luego es cogido por esa misma ley. El diablo fue atrapado por su propia autoridad. "¡El juicio ha venido al mundo y el príncipe de este mundo será expulsado!" El diablo debe ser condenado primero, en lo que se refiere a la autoridad, luego debe ser encarcelado y finalmente, expulsado. La autoridad legal del mundo fue oficialmente 48
condenada. Por consiguiente, el diablo no tiene ya ningún derecho para condenar o acusar a ningún humano; incluso puede engañar ilegalmente Puede engañar a los humanos ilegalmente. "Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo" (Apocalipsis 12:10-12). Por otro lado, tenemos derecho a manejar como nos plazca la autoridad condenada del mundo. Podemos rechazar, detener y limitar todas sus obras. Un creyente no lucha contra un demonio cuando lo expulsa. Lo maldice y lo desprecia. Por consiguiente, debemos reconocer la existencia del diablo y negar su poder. Aunque no podemos ver a los demonios, si podemos constatar su existencia. Jesucristo se sentó en el trono celestial. Entonces, la autoridad de su reino se manifestó poderosamente en esta tierra. Por consiguiente, la Iglesia no desafía a la sociedad, sino destruye y barre con las obras del diablo. Nosotros somos los que tenemos ese derecho. El Espíritu Santo entra en este mundo en el nombre Jesús, gobierna y reina por la soberanía del reino de Dios. Y nosotros poseemos esta misma soberanía porque el derecho a gobernar del rey se nos confió en el nombre del rey. No ascendimos al cielo ni descendimos de él; sólo hemos sido comisionados en este lugar. Poseemos un estatus público. Tenemos la autoridad del reino de Dios. "El reino de los cielos se ha acercado" se refiere a la primera venida de Cristo, pero la autoridad del reino de Dios se nos dio cuando Jesucristo envió el Espíritu Santo. De ahí en adelante, ángeles ministradores nos acompañan. El hecho es que ese Dios envía muchos ángeles a aquellos que han recibido el Espíritu Santo por causa de Su obra. No es necesario dudar sobre las promesas de la Biblia. Lo que Dios dijo es verdad y verdad oficial. El ministerio de los cristianos que consiste en maldecir al diablo y sus cohortes por la gran autoridad de Dios es público y autorizado por Dios. Esto se expresa como "Dios estaba con él" (Hechos 10-38, Marcos 16:20). La Iglesia debe recuperar este derecho de los creyentes. Si sólo se complace en las conferencias morales, será continuamente derrotada por el diablo. Sería como si hubiera renegado de todos los debidos derechos. Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los gobernadores, contra las autoridades, contra los poderes de este mundo oscuro y contra las fuerzas espirituales del mal en el reino celestial (Efesios 6:12). Cuando sabemos la verdad, podemos tener el poder y destruir fácilmente los esquemas del diablo. En el pasado, Jesucristo llevó solo la cruz en el Calvario, pero ahora Él armó a los creyentes por su poder victorioso, les ordenó resistir al diablo en Su nombre eterno, expulsar demonios, y maldecir a los dioses de este mundo. La Iglesia no debe ser simplemente una asamblea impotente, nada más que una comunidad religiosa. Los líderes de las iglesias de hoy no sólo rechazaron la palabra de verdad de Jesucristo bajo el pretexto de sostener las doctrinas, sino también distorsionaron y degradaron a la Iglesia de Cristo por debajo del nivel de una mera religión. Las iglesias impotentes se deben mejorar lo más pronto posible y deben equiparse con el poder de 49
Jesús. La consecuencia de la falta de fe es la incapacidad para maldecir a estos enemigos que ya fueron derrotados. Cualquiera que se llama líder de la iglesia debe usar este poder. Es más, cualquiera que se llama discípulo de Cristo es un santo y debe usar el poder de Jesús. El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder (1 Corintios 4:20). Ahora Dios potenciará aun más al poderoso y hará al impotente aun más impotente. No debemos ubicarnos en la fila de los impotentes y recibir el reconocimiento del mundo, sino estar más bien en la fila de los poderosos y recibir el reconocimiento del Señor. Uno no puede comprar el poder o el maltrato físico con dinero; sólo es posible a través de la fe perfecta que significa obedecer el Señor, Sus obras y promesas. Todos los creyentes son potencialmente poderosos. El poder de la Iglesia no se limita a la tendencia de una era. Es un fenómeno natural manifestado dentro de la Iglesia como parte de la autoridad de Jesucristo. Por consiguiente, la Iglesia de Cristo debe dejar de ser una religión denominacional y volverse la Iglesia de Jesús que obedece al Señor Jesús. El poder de Dios no es el privilegio de los pastores. Es el derecho de todos los creyentes. "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrá sus manos, y sanarán" (Marcos 16:17-18).
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9 Satanás y la Fe Condicional (Job 1:6-12) Es muy importante en nuestra vida de fe no permitir que los ángeles de uno se corrompan. Mientras más se corrompan los ángeles de uno, mayor es nuestra carga y nuestras penas. La corrupción de los ángeles de uno y la falta de fe provocan una tremenda maldición en un humano. Los hijos de Dios mencionados en Job capítulo 1, versículo 6, no se refiere a los ángeles sino a los hijos piadosos, es decir, a las personas escogidas por Dios. Los Israelitas son el pueblo escogido y llamado por Dios. El capítulo 1 de Job se refiere a Satanás y a los hijos de Dios, y lo que pasó entre ellos. Cuando Dios le preguntó a Satanás, "¿De dónde has venido?” Satanás no es omnipresente, de modo que contestó, "De vagar por la tierra". Dios es omnipresente y reside dentro y fuera del universo, mientras que Satanás, o el diablo, no puede trascender el universo, y debe permanecer en el universo junto con los humanos. Esto significa que Satanás no descansa y que se mueve continuamente. Está aquí para probar a los hijos de Dios que le sirven y le rinden culto, y para atormentar y seducir a las personas de Dios. Así como el diablo dijo que él había estado vagando por la tierra dónde están los hijos de Dios, él puede incluso actuar en el lugar del culto por medio de sus cohortes. Muy frecuentemente podemos ver a los demonios seduciendo a los hijos de Dios y haciéndoles errar en todos los lugares espirituales y gloriosos donde se sirve y adora a Dios. No debemos pensar que las cohortes del diablo no pueden entrar en un lugar espiritual como el edificio del culto. Ellos están presentes dondequiera que estén los hijos de Dios, por no mencionar donde se encuentran los incrédulos. Dios le preguntó a Satanás, “¿De dónde vienes?” (Job 1:8). Dios reconoció la fe de Job, y dijo que nadie era tan perfecto y recto, apartado del mal y temeroso de Dios. Satanás contestó, "¿Acaso teme Job a Dios de balde?”, su fe es condicional. ¿Lo servirá sin ninguna condición? “Usted ha bendecido las obras de sus manos para que su rebaño y sus manadas se extiendan a lo largo de la tierra". Acusó Satanás a Job, "Él te agradece, te alaba y te sirve sólo porque tú lo proteges. Si alguna vez le fallas en cualquier cosa, él te culpará, se quejará y se opondrá, inmediatamente". Dios dijo que la fe de Job era incondicional, que él era recto, servía a Dios y Le temía. Cuando Satanás pidió tentar la fe de Job, Dios le permitió hacerlo a condición de que no atentara contra su vida, no porque Dios estuviese engañado sino porque Él quiso asegurar la prueba legal en relación con su acusación llena de mentiras. No era una confrontación entre Dios y Satanás, sino entre los hijos de Dios y Satanás, dirigida a exponer lo censurable de la acusación de este último. En otros términos, Dios quiso atrapar a Satanás por haber acusado a un inocente, entonces se demostraría que su condena y acusación eran mentiras. Dios quiere que Satanás sea condenado por medio de sus propias palabras.
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A Satanás se le permitió, entonces, llevarse todas las posesiones de Job. Un día, sus hijos e hijas estaban bebiendo en casa del hermano mayor, cuando vino un mensajero e informó, "Los sabeos atacaron y se los llevaron. ¡Mataron a los sirvientes, y yo soy el único que escapó para darte la noticia!" Mientras él todavía estaba hablando, vino otro mensajero y dijo, "El fuego de Dios cayó del cielo y quemó a las ovejas y los sirvientes, y yo soy el único que ha escapado para darte la noticia". Mientras él todavía estaba hablando, vino otro mensajero y dijo, "Los caldeos formaron tres grupos de ataque y barrieron con sus camellos y se los llevaron. ¡Mataron a los sirvientes a espada, y yo soy el único que ha escapado para darte la noticia!” Ante esto, Job dijo, "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó; sea el nombre del Señor bendito", confesando una fe incondicional, es decir, él siempre temería incondicionalmente a Dios, aún cuando lo perdiera todo. Así es cómo confundió a Satanás. La fe de Job era incondicional. El diablo quería que Job maldijera a Dios y demostrara que su fe era condicional, pero cuando él no se quejó (Job 1:21), Dios lo reprendió, "¿Has considerado a mi sirviente Job? No hay nadie en la tierra como él; él es perfecto y recto, un hombre temeroso de Dios y apartado del mal. Y todavía mantiene su integridad, aunque me incitaste contra él para arruinarlo sin ninguna razón". Satanás contestó, "¡Piel por piel! Un hombre dará todo lo que tiene por su propia vida. Pero extiende ahora tu mano y toca su carne y su hueso, y te maldecirá ciertamente en tu misma presencia". Entonces, Dios abandonó a Job de nuevo en las manos de Satanás para demostrar que la acusación de este último era censurable y que la fe Job, esto es, la de los hijos de Dios, era perfecta. Satanás afligió a Job con heridas dolorosas desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza, pero este último no pecó en lo que dijo y alabó a Dios (Job 2:7-10). Dios dijo a Satanás, "¿No me ama Job con una fe inocente, sea él rico o no, sea él saludable o no? Tú lo arruinaste sin ninguna razón, pero él no pecó, y en cambio, me temió, ¿o no?”. Satanás acusó, "Es porque todavía hay una condición. Él cree que sus amigos lo ayudarán. Si ellos lo traicionan, él te maldecirá". Finalmente, Satanás separó a Job de su esposa y amigos, pero él no pecó con sus labios y, en cambio, alabó a Dios, "yo soy bendito y no te maldeciré". Dios dijo a Satanás, "¿Has visto a mi siervo Job? Su fe todavía es perfecta, aun cuando perdió su riqueza, sus hijos, su esposa y sus amigos, y su cuerpo entero está cubierto con dolorosas heridas." Entonces Satanás acusó, "Job te maldecirá si atentas contra su vida". Esto, naturalmente, es la muerte. Job, sin embargo, mantuvo su fe, "He aquí, aunque él me matare, en el esperaré" (Job 13:15). Igualmente, Satanás busca a aquellos que no tienen fe perfecta, en otros términos, a aquellos que tienen una fe condicional. La fe condicional defrauda a Dios. La gracia de la sangre de Jesucristo, derramada en el Calvario nos induce a tener fe perfecta. La fe que Dios espera que tengamos se describe en Job 1:8, "¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” Como Job, debemos anhelar a Dios, defraudar al enemigo y sabotear todos los planes del diablo. Dios escoge bendiciones o engaños, dependiendo del lado a que se inclina el centro de la fe de un creyente. Por consiguiente, uno debe abandonar cualquier fe abominable a la vista de Dios, conservar su fe y prevenir la corrupción de sus ángeles.
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10 Cómo Controlar los Espíritus Impuros (Hechos 10:38) Podemos expulsar los demonios por fe. La Biblia dice que sin fe uno no puede hacer nada. Esta fe significa poseer la palabra que Dios ha revelado a nosotros. Algunos pueden pensar que las revelaciones se refieren a algunas visiones personales que uno pueda tener, pero se refieren a las manifestaciones de Dios. Las visiones informan sobre un cierto evento, son revelaciones privadas. Las revelaciones bíblicas se refieren a la palabra de Dios que expresa los pensamientos de Dios y que testifica a Él. Fe es poseer y mantener los pensamientos de Dios. Hay tres tipos de celos de fe: uno es religioso, otro es supersticioso y el tercero es el cristiano. Nuestra fe es la del celo cristiano, es decir de poseer aquello que Dios nos dio tal como es, y de obedecerlo. Cuando a María se le dijo, "Tendrás un hijo," ella contestó, "Hágase según la palabra del Señor", lo que significa, "Hágase como le place al Señor". Cristo no vino de acuerdo con los pensamientos humanos sino con la voluntad de Dios. Por consiguiente, la fe no incluye ni permite la voluntad o los pensamientos humanos. Muchas personas no entienden correctamente qué es la verdad; sólo quieren tener sus propias ideas confirmadas. Están acostumbrados a decir amén cada vez que sus ideas personales se ven reflejadas en lo que el predicador dice. Y cuando estas ideas son reconocidas, ellos dicen que el sermón fue una bendición para ellos. La verdad, sin embargo no es el reconocimiento de las ideas que vienen de nuestro interior. Hay una diferencia entre dejar de beber como resultado de una decisión propia, que dejar de hacerlo porque Dios lo ordena. Uno no debe decir amén porque el predicador exprese la opinión de uno, sino porque la palabra de Dios es correcta. La conciencia general de los humanos mundanos, no importa cuán moral y ética pueda ser, no tiene nada que ver con las revelaciones de Dios. Hacer la voluntad de Dios no quiere decir no beber alcohol ya que uno nunca tomó ni una gota en su vida, sino abstenerse porque Dios lo quiere así. Esto es lo que quiere decir hacer la voluntad de Dios. Hay una diferencia entre ir a la iglesia en el día del Señor y adorar a Dios en obediencia a la palabra del Señor, e ir a la iglesia porque uno no tiene nada que hacer en casa y no sabe cómo pasar el tiempo. La diferencia también es tremenda entre la persona religiosa que siente la necesidad de creer en algo, cualquier cosa, la persona con una creencia supersticiosa que quiere creer en Jesús por estar preocupada por el negocio inestable de su marido y su caótica situación familiar, y la persona que tiene la fe redentora de la salvación debido a Jesucristo, el Hijo de Dios. Las personas supersticiosas ni siquiera están satisfechas cuando asisten a la iglesia. Pueden ser celosas y piadosas, pero Dios no les contestará. Nuestra fe está basada en la comunión y el bautismo porque nuestras almas fueron rociadas por la sangre de Cristo. El bautismo en sí mismo no provoca la salvación,
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pero la Biblia dice que el que cree en la unión con Jesucristo en la muerte y la resurrección, y se bautiza, puede conseguir la salvación. La comunión considera la Pasión de Cristo como la fundación de la fe por medio de beber la sangre del Señor y de comer Su carne. Fe es considerar las revelaciones de Dios como la fe, y para experimentarlas. El celo en un individuo no significa necesariamente celo de la fe y el poder espiritual. Las personas no pueden nacer de nuevo porque no empiezan con Jesucristo, sin importar cuál sea su primera motivación para ir a la iglesia. El apóstol Pablo dijo, "sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación," (1 Pedro 1:18-19). El origen de la regeneración está muy claro, ¿no? Igualmente, el origen de nuestra fe está muy claro. Si la autoridad de un país designa a alguien como ministro y si éste último acepta esta posición, puede hacerse inmediatamente ministro. Igualmente, si aceptamos asumir el poder cuando Dios nos lo pide, esto se manifestará en nuestros cuerpos en el mismo momento. La palabra de Dios no se da exclusivamente sólo a una persona, sino a cualquiera que quiera escucharla. Podemos poseer el poder del Señor cuando obedecemos y aceptamos la voluntad perfecta de Dios. Alguien le dijo a Jesús, "Señor, yo les pedí a tus discípulos que expulsaran al demonio, pero no pudieron," y el Señor contestó, "Oh, generación incrédula y perversa, ¿cuánto tiempo me quedaré con ustedes y lo aguantaré?". En otros términos, él quiso decir, "Cuándo yo me haya ido, ¿cómo sobrevivirán?" Por consiguiente, el Señor dijo, "Es bueno para ustedes que yo me vaya. Cuando el Paracleto venga y el poder del reino de Dios entre en ustedes, aquellos que creen en Mi harán más grandes cosas”. Usted no expulsa demonios gracias a su gran personalidad. Uno debe saber que el nombre de Cristo y la autoridad del reino de Dios son más grandes. Jesús dijo, "Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujeten, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos." (Lucas 10:20). Él no negó el hecho y la experiencia de la impotencia de los demonios, Él quiso más bien regocijarse porque el cielo los reconoce como los del cielo. Los humanos quieren creer en Dios y definir la fe según sus prejuicios e ideas. Ellos dan énfasis a sus ideas y quieren creer como ellos quieren. La confianza en sí mismo que proviene de dentro de sí mismo no es la fe dada por Cristo. El Señor nos dio las revelaciones de Dios o la convicción de Dios, a saber, que sólo la gracia de Cristo puede salvar a la humanidad, que los humanos pueden volver a nacer sólo por medio de Jesucristo, que todos los humanos sólo pueden volverse hijos de Dios a través de Jesucristo. La convicción en Dios es saber que el diablo puede destruirse y el reino de los cielos puede ganarse sólo a través de Jesucristo, que todos los humanos pueden alcanzar la resurrección. Así es cómo Jesucristo, a quien Dios reveló, se vuelve el fundamento, el testimonio y la convicción de nuestra fe. Por consiguiente, asegurar que Jesús está en uno significa que uno tiene la convicción de Dios. Nuestra fe consiste en honrar el nombre de Dios. Orando en el nombre de Jesús en honor a Dios que es la promesa garantizada por Dios, y por tanto, la respuesta absoluta a esto. La ausencia de respuesta no sólo difama el nombre de Dios, sino también significa negar la promesa dada en Su nombre. El Señor nos pide que honremos a Dios a través de nuestras oraciones. Ésta es la razón por la que Elías oró en el Monte Carmelo para la consideración a la autoridad de Dios, "Que sepan que tú eres Dios, y que tú me enviaste" y que Moisés también oró en honor a Dios cuando su pueblo era mordido y muerto por las serpientes. "Permíteles saber que el poder de Dios que sacó 54
a Su pueblo de Egipto y le permitió cruzar el Mar Rojo continúa y que Su fama no acaba". El Señor dijo ante la tumba de Lázaro, "Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado." Podemos manifestar poder cuando tenemos como base esta fe revelada por Dios. Por consiguiente, nuestra fe depende de cuánto exaltamos al Señor y confiamos en Su poder. La fe que puede mover montañas exalta a Dios y no puede existir a menos que uno reconozca que sólo Dios es grande. Significa cuánto uno confía en el poder, honor y promesas de Dios. El ministerio de la expulsión de demonios y de la sanidad viene de esta misma autoridad pública. Cuando un delincuente resulta inocente y es liberado, la gente podría cuestionar su libertad, pero él ha vuelto a ser un hombre libre debido a una decisión legal. Aun cuando debiera ir a la cárcel, si las leyes proclaman su inocencia, él es oficialmente libre. Nuestro ministerio es público, en el que Dios trabaja con nosotros. Así como el rey es ungido por el Espíritu Santo, debemos trabajar por el estatus y autoridad oficiales que vienen de Dios. Por consiguiente, uno debe tratar a los demonios como un rey trata a los delincuentes. Uno debe neutralizar a los demonios con la autoridad y dignidad reales. Uno debe inducir la gran organización invisible de espíritus malignos que temen la ley conocida por los creyentes, su autoridad y derecho oficial. La autoridad de los creyentes viene de la unción del Espíritu Santo y es la condición para destruir los espíritus malignos. De modo que cada creyente debe reconocer que posee el poder entronizado del Espíritu Santo, experimentarlo y destruir los espíritus impuros.
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11 La Expulsión de Demonios por el Espíritu Santo (Mateo12: 22-37) Cuando Jesús expulsaba los demonios de las personas lo acusaron de hacerlo por el poder de Belcebú. El Señor contestó, "Si Satanás echa fuera a Satanás, su reino se divide contra sí mismo". Él dejó claro que Satanás no podía echar fuera a Satanás. Algunos dicen que hasta los chamanes pueden expulsar demonios. En realidad, pueden aplacarlos, pero no expulsarlos. Nuestro conocimiento de la verdad debería limitarse a que la expulsión de demonios es posible solamente por el nombre y autoridad de Jesucristo, el Hijo de Dios. La Biblia dice, "vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad” (2 Pedro1:5-6). Esto quiere decir que a la fe uno debe agregar virtud en acción, y a la virtud debería ser el conocimiento; en otras palabras, los hechos deben estar basados en la palabra revelada de Cristo. Esto es crucial para nuestra vida espiritual. Muchos niegan la obra de Dios debido a su conocimiento, que llega a ser más alto que el conocimiento de Dios. En 2 Corintios 10:4-5 dice, "porque las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo." Las armas espirituales usadas por los creyentes no son la fuerza física o los sentimientos sino que ellos destruyen todas las teorías, esto es, aquellas de este mundo. Que un hombre no pueda vivir de nuevo es una teoría del mundo, pero la ley de Dios dice que puede levantarse otra vez. La sanidad de Cristo niega la teoría médica llamada enfermedades incurables. Dios derriba todas las teorías, argumentos o pretensiones que se opongan a Su conocimiento. Las armas de los creyentes no transcienden el conocimiento de Dios. El que expulsa demonios por cualquier otro método no es un cristiano. Los cristianos son aquellos que se someten por ellos mismos a Dios, en todos sus pensamientos e ideas. Jesucristo vino a la tierra para destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8) y sólo el poder de Dios es absoluto. Jesús vino para destruir las obras del diablo con las armas celestiales porque los métodos físicos y profanos, las teorías y el conocimiento nunca podrían hacerlo. El diablo es el que gobierna sobre los demonios y los manda. Él es el príncipe de este mundo, el príncipe del poder del aire, lo que significa que no hay poder más grande en este mundo que el del diablo (Efesios 2:2; Juan 16:11) Siempre hay una morgue en un hospital, no importa cuán famoso sea, porque no hay forma de negar la muerte. Si el conocimiento mundano hubiera levantado al muerto, Cristo nunca habría mencionado la resurrección. Cristo nunca habría venido a destruir las
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obras del diablo si los métodos y poderes mundanos hubieran podido neutralizar a los demonios y al diablo. El omnipotente Hijo de Dios descendió a la tierra, se hizo carne como un humano, sufrió mucho y llevó Su ministerio público para destruir las obras del diablo. La Biblia dice claramente que sólo cuando el reino de Dios viene el príncipe del mundo es expulsado, condenado y juzgado, porque nada en este mundo puede destruirlo. Dice que la venida de Jesús trajo consigo la condenación del diablo, la destrucción de sus obras y sus últimos días. Si los creyentes dicen que los chamanes pueden también expulsar los demonios, el problema es serio. Si ellos pueden, ¿por qué no pueden los creyentes también? El Señor dijo, "Si yo expulso los demonios por Belcebú entonces ustedes y sus hijos ¿por quién expulsarán los demonios?” Él quiso decir, "Si como usted dice, yo expulso los demonios por el poder de demonios, ¿por quién va usted a expulsar los demonios de sus niños poseídos por demonios?” Algunos dicen que expulsar los demonios es hipnotismo, pero ni un solo versículo de la Biblia está de acuerdo con esta crítica. Antes de que yo creyera en Jesús, había oído acerca de los demonios pero no sabía nada acerca de ellos. Fue sólo cuando empecé a leer la Biblia que llegue a conocer específicamente acerca del diablo y los demonios. Aprendí de la Biblia que los demonios existían, que eran enemigos de los humanos, y que causaban todas sus enfermedades y destruían sus vidas. Fue también de la Biblia que aprendí a liberar a las personas poseídas por demonios en el nombre de Jesús. Aprendí también que el Señor mandó vehementemente expulsar los demonios en Su nombre. Los chamanes ganan dinero cuando hacen sus trucos toda la noche; entonces, si expulso demonios por hipnotismo significaría que lo hago con mi propia habilidad, mi poder personal, mi sabiduría y método. Entonces, ¿por qué voy y predico a Jesús, en lugar de ganar dinero con mis habilidades y esfuerzos? Cuando Jesús fue criticado por expulsar demonios por el poder de Belcebú, él contestó, "bien, si usted admite que expulso los demonios por Belcebú ¿no significa eso que su fe es inferior a la fuerza de los demonios? ¿Cómo salvará a sus niños si ellos son poseídos por los demonios?" La Biblia dice explícitamente acerca del método de expulsar los demonios, y sólo la Biblia lo permite. No hay necesidad de distorsionar la Biblia y justificar nuestra ineficacia artificialmente; más bien debemos arrepentirnos delante de Dios por no haber buscado la plenitud del poder. Los que dicen que Satanás puede expulsar a Satanás y que los chamanes pueden expulsar los demonios, han traicionado la Biblia. El apóstol Pablo nunca fue parte de los doce apóstoles. Por el contrario, él era uno de los perseguidores más celosos de Jesús, pero él dijo que de ninguna manera era inferior a los grandes apóstoles. "Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda la paciencia, por señales, prodigios y milagros." (2 Corintios 12:12). No debemos aferrarnos al pasado sino creer que Cristo es real y que esta actualmente trabajando en nosotros. Puesto que hemos recibido a través de Él la salvación y las promesas; no es extraño que Su poder se manifieste en nuestros cuerpos, y no tenemos ninguna razón para limitar ese mismo poder. No debemos frenar a Dios, sino permitirle trabajar en nosotros como Él quiera. Los hombres genuinos de Cristo son aquellos que reconocen la presencia real de Jesucristo y que poseen Su poder. La Biblia dice, "El reino de Dios ha venido si usted expulsa los demonios por el Espíritu Santo". ¿Cómo vino ese reino? La Biblia también dice, "De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino." (Mateo 16:28). Salvo Judas Iscariote, que murió, el resto de los discípulos vio a 57
Jesús venir con el poder celestial y los ángeles, después de su ascensión. El Señor dijo, "El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:17) aquí mencionó la venida del Espíritu Santo. La venida del Espíritu Santo se refiere a la venida soberana del Hijo del Hombre en gloria y con los ángeles. De ahí que el Señor dice que expulsar los demonios por el Espíritu Santo significa la presencia del reino de Dios en nosotros. Es más, el Señor prometió venir y llevarnos a donde Él prepara un lugar para nosotros (Juan 14:2-4); ésta es Su segunda venida en los últimos días. Jesús fue muerto bajo la condenación y la burla humana. Muchos tuvieron lástima de su muerte, pero ella provocó nuestra redención. Si los humanos no se hubieran opuesto, nunca se habrían redimido. Jesús vino a la tierra para ser despreciado, maltratado, clavado y herido por los humanos; es decir, para ser blasfemado y rechazado y finalmente muerto por ellos. De ahí su venida en un cuerpo de carne limitado en un espacio confinado. Si él hubiera venido como un dios, ningún humano lo habría cogido o lo habría encarcelado. Los humanos no supieron lo que estaban haciendo, pero su muerte se convirtió en la redención, comida, vida y la salvación. Jesús dijo, "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." ¿No bebimos nosotros Su sangre? ¿No imitamos Su muerte a través del bautismo? En una guerra de este mundo, la muerte de un rey significa la derrota de su reino, pero nosotros hagamos lo contrario, extendamos la noticia de la muerte de Cristo, testifiquemos fuertemente que su muerte significó la nuestra, y creámoslo, ¿verdad? El Espíritu Santo no vino para ser blasfemado. Por eso, nadie lo vio ni lo encarceló. Si Él hubiera sido visible, los humanos también lo habrían perseguido. El Espíritu Santo vino para que le dieran la bienvenida. Por eso se dice que el que blasfema contra el Espíritu Santo no será perdonado en esta era ni en la era por venir. El Espíritu Santo, como el que trajo el poder celestial, cambió a los humanos en hombres de Cristo y los levantará de la muerte puesto que Él reside en ellos, así como Él "levantó a Cristo de la muerte" (Romanos 8:11). Dios quiere que se nos dé el poder por el Espíritu Santo. Así, el Señor dijo a los discípulos que quisieron hacer Sus obras, que esperaran por el Espíritu Santo, "Cuando el Espíritu Santo venga, ustedes recibirán poder y serán mis testigos". El Señor no calificó a nadie, Él lo dijo claramente: uno debe recibir el Espíritu Santo para poder obrar. Él dijo, "no se muevan hasta que reciban el Espíritu Santo. Serán mis testigos una vez que el Espíritu Santo haya venido a ustedes". Ésta es la vehemente demanda del Señor. No nos hicimos hombres y obreros de Cristo sólo porque nos graduamos de un seminario teológico. La Biblia no dice que la calificación de siervo del Señor esté en los estudios teológicos. El Señor no dijo que Él expulsó demonios por alguna teoría, conocimiento o enseñanza. Él sólo dijo que lo hizo por el poder del Espíritu Santo (Hechos 10:38). Así, si el Señor Jesús mismo expulsó demonios por el Espíritu Santo, ¿cómo podríamos nosotros hoy hacer lo mismo sin el mismo Espíritu Santo? La Biblia dice que sin el Espíritu Santo no es posible, porque Su residencia es la presencia de la autoridad real de Dios. La plenitud del Espíritu Santo significa Su autoridad total sobre la persona de uno, Su uso de nosotros con derecho soberano. ¿Cómo comenzó la Iglesia Primitiva llena del Espíritu Santo? Empezó hablando en lenguas de la plenitud del Espíritu Santo. En otros términos, uno habla en lenguas cuando está lleno por el Espíritu Santo. Alguien que habla en las lenguas no se siente en 58
condiciones de hacerlo cuando no está lleno por el Espíritu Santo. Por consiguiente, si uno no puede hablar en lenguas es porque no está lleno por el Espíritu Santo. Hablar en lenguas por la plenitud del Espíritu Santo no significa que uno sea lleno por el Espíritu, sino al contrario. Uno puede saber sobre su estado de plenitud por la buena voluntad y frecuencia con que habla en lenguas. El apóstol Pablo dijo, "yo agradezco a Dios porque hablo en lenguas más de cualquiera de ustedes" (1 Corintios 14). Es práctica común hoy dar reconocimiento a los estudiosos y no a la Biblia. Pero el Espíritu Santo no es restringido por el conocimiento de los humanos. La plenitud del Espíritu Santo es completamente necesaria y esencial en nuestra vida de fe. El Espíritu Santo nos autoriza para destruir los demonios y maldecirlos. ¿Entonces, hasta qué punto debemos ser llenos por el Espíritu Santo? Al punto de hablar en lenguas, pero ello no es un asunto de ganas. Como Marcos 16:17 dice, "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;". Hablar en lenguas se menciona al mismo nivel de plenitud que expulsar demonios. Por consiguiente, nuestro criterio de plenitud es expulsar demonios y hablar en lenguas. Éstas son las señales que se manifiestan en los santos llenos por el Espíritu Santo. No es normal no manifestar estas señales. El Señor no habría permitido que habláramos en lenguas si esto hubiera sido inútil y despreciable. El Espíritu Santo trabajó incluso antes de la muerte de Jesús, pero Él no residió entonces en ningún humano. Antes de la glorificación de Jesús, no había residencia personal del Espíritu Santo (Juan 7:39). Después que Jesucristo murió en la cruz, se levantó de nuevo y se sentó a la diestra, vino el Espíritu Santo o Paracleto. Por eso, el Señor dice en Juan 14:16, "Y yo rogaré el Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. Cuando el Paracleto venga: Primero, Él nunca se irá (Juan 14:16), Segundo, Él enseñará la palabra de Jesús a Sus discípulos y se las recordará (Juan 14:16), Tercero, Él dará testimonio de Jesús (Juan 15:26), Cuarto, "Él convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16:8), Y "el Espíritu Santo de verdad lo guiará a toda la verdad" (Juan 16:13). ¿Dijo la Biblia que el Espíritu Santo se detendría o restringiría en cualquier era? Dice en Hebreos, capítulo 13:8, "Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por siempre." Por consiguiente, podemos hacer el trabajo y ministerio de Cristo cuando estamos llenos por el Espíritu Santo. Algunos dicen que hablar en lenguas se usó como un medio para la evangelización debido a la falta de lenguaje en ese tiempo, pero no debemos distorsionar la Biblia con nuestro limitado conocimiento. El griego era el idioma común en ese tiempo porque toda la cultura era griega, de modo que era suficiente para predicar el evangelio. Si el hablar en lenguas se hubiera usado para la evangelización, un apóstol como Pedro que no hablaba fluidamente el griego, ¿habría hablado en lenguas para predicar a Jesús? ¿Dónde dice en la Biblia que el hablar en lenguas se usó con tal propósito? ¿Por qué Pedro necesitó a un intérprete? Marcos, el autor del evangelio del mismo nombre era un colaborador de Pedro. Pedro no hablaba fluidamente el griego, por lo que permitió a Marcos que lo interpretara. ¿Habría necesitado un intérprete si hubiera hablado en lenguas? La Biblia dice que el hablar en lenguas no es una revelación de Dios, no es Su palabra sino la oración del espíritu de uno (1 Corintios 14:14). Si el hablar en lenguas fuera la palabra revelada de Dios, la Biblia estaría llena de ello, lo que no es en absoluto el caso. ¿Por qué es eso así? Porque no es la palabra revelada de Dios. No dice que Dios
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dijo esto y eso a través del hablar en lenguas. Sólo dice que cuando hablamos en lenguas es nuestro espíritu que habla a Dios. Algunos hacen una distinción entre el capítulo 2 y el capítulo 14 de Hechos: en el primero, el hablar en lenguas puede entenderse, mientras que en el último no. La Biblia, sin embargo, dice que no puede hacerse esta distinción. Se dice que todos entendieron en Hechos 2:8; dice que todos los judíos piadosos que vinieron de todas partes entendieron. Aquellos que no eran judíos piadosos dijeron que las personas no hablaban en lenguas, sino que estaban borrachas con un nuevo vino, porque ellos no entendieron. Aquellos que entendieron, sin embargo, se asombraron. El versículo 11 dice, "Les oímos hablar, en nuestras propias lenguas, de las maravillosas obras de Dios." 1 Corintios 14:2 dice, "Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios," de modo que cuando no hay un intérprete uno debe quedarse callado. En otros términos, puesto que no todos podemos entender el hablar en lenguas, uno debe hablar a Dios la mayoría de las veces y hablar fuerte en lenguas frente a otros cuando hay un intérprete disponible. La Biblia nunca ha prohibido hablar en lenguas, solamente quedarse callado en la iglesia. Aquí "en la iglesia" se refiere a la congregación, no al edificio. Es por eso que se dice que sólo se habla a Dios, no a los humanos (1 Corintios 14:2). Uno no debe hablar a los humanos porque ellos no entienden. En 1 Corintios 14:14 dice, "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto." Por ejemplo, cuando yo digo en lenguas, "Hola", esto se oirá en los idiomas humanos como "Hola". En otros términos, ni un solo pensamiento en su mente se transferirá automáticamente a lenguas. Quizá usted ha orado toda la noche en lenguas mientras simultáneamente se preguntaba en su mente si Dios bendice a su familia; ninguno de sus pensamientos se tradujo en lenguas. Por consiguiente, usted debe pedir a Dios en el idioma humano y también debe permitir a su espíritu pedir en su idioma, a saber, en lenguas. Usted no sabe qué dice su espíritu cuando usted ora en lenguas, porque el idioma es diferente. Puesto que su espíritu ora, no puede edificar moralmente su mente. Algunos dicen que mientras hablan en lenguas, pueden interpretar. Esto no es verdad. Cuando usted habla en lenguas usted puede pensar en muchas cosas y esos pensamientos provienen de su experiencia, y ellos pueden expresarse posteriormente en palabras. Por ejemplo, usted dijo hola a alguien en la calle sin recordar quién era. Después, usted se da cuenta que era uno de sus parientes políticos. Esto es porque toma tiempo para que el conocimiento experimentado se convierta en conocimiento tangible e inteligible. Por consiguiente, cuando oramos en nuestra mente y no encontramos las palabras, podemos cambiar al hablar en lenguas y poder expresar esos pensamientos, que no podemos expresar en un idioma humano. Esto es lo que algunos entienden mal como la interpretación de lenguas. Lo que más odian los demonios es el hablar en lenguas. Debemos comprender bien el papel claro e importante que el hablar en lenguas juega para nuestras almas. Hablando mucho en lenguas uno puede expulsar instantáneamente los demonios que invadieron el sistema nervioso de su cuerpo. Debemos ser llenos por el Espíritu, y estar totalmente dominados por el Espíritu Santo para expulsar los demonios por el Espíritu Santo y permitir que el poder del Señor se manifieste en nuestros cuerpos. A menos que poseamos el poder correcto de la fe, podemos ser engañados por el espíritu de los falsos profetas, y en caso de que se vuelva una abominación a los ojos de Dios, puede convertirse en una tentación. 60
12 La Vida de Victoria (Apocalipsis 2:8-11) Una persona enferma debería sentirse furiosa contra el espíritu que causó su enfermedad y tener el poder para resistir. Aun si una enfermedad fue causada por un trauma material o un factor médico, la causa real fue la invasión de un espíritu. Podemos derrotar fácilmente esos espíritus por el poder de Cristo, porque ellos conocen a Dios y tiemblan (Santiago 2:19). Una vez que hemos expulsado los demonios en el nombre del Señor Jesús, deberíamos armarnos completamente y fortalecer nuestra defensa. Algunos, sin embargo, preguntan, "Pastor, mañana, ¿usted expulsará nuevamente mis demonios?” No existe ninguna solución para ellos porque su misma fe ha sido esclavizada por los demonios. Ellos consideran la expulsión de demonios como un método que debe ser practicado regularmente. Los demonios son los espíritus malditos (Mateo 25:41). Durante mis sesiones de exorcismo yo veo a menudo dos o más personas paradas delante de mí, mientras que solamente una viene a mí. Las maldiciones en el Antiguo Testamento y los demonios en el Nuevo Testamento, ambos significan la existencia de espíritus malditos. Un demonio que murió con una pierna quebrada entrará en un humano y hará que su pierna se quiebre. Un hombre ciego es ciego porque el demonio que entró en él es ciego, un hombre encorvado es encorvado porque el demonio que entró en él es encorvado. ¿Cuándo llegamos a saber esto, no deberíamos estar muy enfadados? ¿No deberíamos detener la invasión de los demonios por cualquier medio? Los demonios moran en la perversa idea de que "Yo estoy enfermo." Puesto que la idea en sí es maldita, uno debería rechazarla y echarla fuera. Cuando una idea es equivocada, el ángel de uno se cambia y los demonios, que invadieron a través de las seducciones de los ángeles de seducción, se quedan inactivos en el cuerpo. Cuando a los demonios se les pregunta acerca de cómo ellos entraron, ellos dicen, "Yo entré cuando él estaba asustado", "yo entré cuando él estaba desanimado", "yo entré cuando él se puso furioso". La expulsión de los demonios es lo mismo que arrancar de raíz el césped. Al principio, el césped puede parecer verde pero cuando el tiempo pasa se seca; de la misma forma, uno recupera la salud lentamente después que el demonio se ha ido. "Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice, 'Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y ordenada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entran y moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta generación perversa." (Mateo 12:43-45).
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Consecuentemente, nuestras mismas dudas son parte de una mente maldita. Aquellos que pierden su mente pueden ser sanados pero las dudas nunca los llevarán a la salvación. Uno no puede creer que otro espíritu esta morando en uno y controlándolo. El profeta Óseas decía, "Ustedes perecen por falta de conocimiento acerca de Dios". Los humanos creen como los niños cuando están perdidos mientras desprecian la poderosa palabra de advertencia de Dios. No hay manera de controlar los demonios en ellos, porque ellos endurecen sus corazones, excepto por el nombre y la autoridad de Jesucristo. Nosotros hemos sido redimidos por la sangre de Jesucristo. Por lo tanto, los salvados deberían confesar, "Jesús me salvó. Estoy agradecido porque maldije los demonios y ellos se han ido," y seguir testificando con sus labios sobre su experiencia de salvación aunque sus condiciones empeoren hasta que el enemigo los abandone para bien (Apocalipsis 12:10-11). Los humanos concluyen emocionalmente. El hecho es que nosotros, los cristianos, no debemos creer de acuerdo con nuestros sentidos. Debemos esperar confiadamente recibir algo. La Biblia no dice, "Usted recibirá aquello por lo cual oró", dice más bien, "Crea en lo que ha recibido, lo que ya posee. Se hará según usted crea." El hombre con una mano seca fue inmediatamente sanado cuando se le dijo, "Extiende tu mano". El hombre ciego fue sanado cuando fue y se lavó en Siloé, como se le dijo. El hombre paralítico caminó y se sanó cuando se le dijo levántate de tu lecho y camina. Jesús proclamó que se movieran cuando estaban todavía enfermos. Así como el hombre paralítico fue liberado cuando se puso de pie, nosotros estamos llamados a tratar las enfermedades con crueldad y aspereza. La razón por la que uno trata más particularmente con las enfermedades es que ellas afectan nuestras vidas cotidianas; además, ellas pueden hacernos experimentar concretamente la autoridad y el poder de Cristo y testificar de Su verdadera obra. De otro modo, uno pensaría que el perdón de pecados es algo conceptual, una historia del pasado. La curación de Cristo nos puede hacer notar que el poder de la redención es real y se manifiesta claramente en la vida real y esta experiencia testifica poderosamente al hecho que Dios es el mismo ayer, hoy y por siempre. Uno puede llegar a ser victorioso confesando continuamente con sus labios, de una vez por todas, la salvación y manteniéndola aún a riesgo de su vida. Pedir nuevamente por la salvación es decir que se crucifique nuevamente a Cristo e insultarlo. La fe apropiada no significa intentar ser sanado sólo por el celo. La fe, como se menciona en la Biblia, provoca la victoria cuando es muy sólida. ¿Qué tipo de bendiciones puede recibir la Iglesia de Dios cuándo no está limpia? Dios ordenó que el templo sea santo. Los demonios son espíritus inmundos y desordenados. No hay santidad en ellos. Aquellos que son salvos son aquellos que han superado el poder del diablo confesando continuamente que la sangre graciosa de Cristo los ha salvado. Por tanto, el Señor mandó dar las ofrendas ordenadas por Moisés. Un testimonio sin una ofrenda puede ser una mentira porque mentir no cuesta nada. Cuando uno, sin embargo, pone sus ofrendas delante y Le agradece y testifica de la veracidad de su testimonio, es sincero. En Mateo 8:3 y 4 dice, “Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo, 'Quiero, sé limpio.' Y al instante su lepra desapareció. Entonces Jesús le dijo, "Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos". Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo, 'Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti." (Marcos 5:19). 62
Una vez, un grupo llamado Asociación de Testigos de Inglaterra vino a nuestra iglesia. Cada miembro dio su testimonio después del sermón. Estaban recorriendo el mundo entero durante décadas, así que yo pensé que sus testimonios podrían ser extraordinarios. Una persona dijo, "Dos años atrás, yo tenía un poco de dolor de estómago, pero mi pastor puso las manos en mí y yo me mejoré. ¡Aleluya!” Eso fue todo. Él había venido desde Inglaterra a Corea sólo para decir esas pocas frases. Para los no coreanos, un pequeño dolor quiere decir un montón; por el contrario, los coreanos dicen, "Todos estamos algo enfermos, alguna vez, ¿no es así?". La audiencia coreana en mi iglesia primero dijo amén, amén, pero al final, no había tomado con seriedad los testimonios dados por ellos. Esperando a alguien que, por ejemplo, hubiera perdido un ojo y lo hubiera recuperado milagrosamente, u otro que se hubiera quebrado su pierna y hubiera sido restaurada en el acto. Pienso que estaban defraudados porque las enfermedades de esos extranjeros, que testificaban que habían estado sufriendo, no eran mortales o serias. Había una cosa en común en esas once personas. Ellos estaban confesando continuamente su fe de salvación por la gracia de Cristo sin importar si sucedió hace tres años o diez años atrás. Estaban confesando y testificando del hecho que por sus dolores triviales el Hijo del omnipotente Dios, el Sólo Único del Padre celestial, vino a derramar Su sangre en la cruz del Calvario, y que era a través de esa sangre que ellos estaban saludables. La predicación debe tener como objetivo preservar nuestra salvación por la repetición continua acerca de Jesús. ¿No hemos visto a muchos así llamados buenos cristianos que un día abandonan la iglesia y se devuelven al mundo? Cuando yo expulsaba un demonio, él dijo que invadió a su huésped para matarla para que ella ya no creyera en Jesús. ¡Imagine los obstáculos, las penalidades en la vida espiritual de uno si uno está poseído por esa clase de demonio! Los testimonios de estos extranjeros pueden parecer insignificantes, pero ellos pagaron ampliamente el precio de la Pasión de Cristo. Uno puede olvidarse fácilmente de la gran salvación de Cristo porque el dolor que tenemos es una nadería, pero uno puede derrotar al enemigo cuando continúa confesando que "La sangre de Cristo me salvó." En Apocalipsis 12:17 dice, "Y el dragón se enfureció con la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de su descendencia, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo". Esto significa que el diablo atormentará a los humanos hasta los últimos días. Él quiere hacer la guerra contra aquellos que sostienen el testimonio de Jesús que está parado en la orilla del mar (Mateo 12:43 - Apocalipsis 12:17). Por consiguiente, uno debería continuar reconociendo su salvación a través del Señor por los continuos testimonios. Si nuestras almas ya son salvas, ¿por qué deberíamos seguir manteniéndonos en la carne en esta tierra? Dios quiere usarnos eficazmente para la causa de Cristo. En nuestra salvación y sanidad, nuestra carne es la oportunidad de que Cristo nos use como evangelistas, voluntarios. Nuestros labios, nuestro tiempo, nuestros cuerpos deberían pertenecer al Señor y ser usados como tales hasta que muramos. Si no hemos dado gracias y evangelizado, no nos hemos dedicado a Cristo. Deberíamos más bien pensar en nuestro celo por Cristo, en lugar de nuestra propia fama y honor. Deberíamos más bien permitir al Señor usarnos totalmente como Esteban en lugar de tratar de subir nuestro nivel de ingresos en Cristo. Deberíamos estar a disposición del Señor, cuando quiera, en cualquier parte, desde el momento de nuestra salvación. No podemos y no debemos limitar al Señor.
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13 Esté a las Órdenes de Dios (1Corintios 10:14-22) En el pasado, nadie sabía cómo volar, nadie tampoco sabía que uno podría volar. Una nueva teoría, no importa el campo al que se aplique, siempre es criticada o rechazada por los llamados conservadores. Las ciencias no son una excepción. No puede haber sino confusión cuando una nueva teoría se demuestra como verdadera. Aun ahora, la controversia entre la medicina oriental y la medicina occidental no está resuelta. Al contrario, la primera, con su larga tradición realmente critica imprudentemente a la última, que sólo tiene 2000 años. Desde el punto de vista espiritual, el conflicto entre el dogmatismo y aquellos que sólo están fundamentados en la Biblia también es precipitado. Está claro que el primero no cree en la Biblia en su totalidad. Éste afirma formalmente que la Biblia es la infalible e inerrable palabra de Dios, a la que no puede agregársele ni quitársele, pero la pisotea para apoyar sus doctrinas tradicionales, que intenta obstinadamente ajustar a la Biblia. La Biblia da una amplia explicación sobre Dios y el mundo de los espíritus, de lo cual los dogmas no están conscientes, y que es usada por Dios, y su relación con Dios. Es absolutamente tonto afirmar que lo que no se encuentra en las doctrinas no se encuentra tampoco en la Biblia, o uno no debería intentar encontrarlo allí, puesto que la adulación de las doctrinas que es la teología moderna no trata sobre lo que debería tratar. Si uno está deseoso de ser ciego aún cuando no lo es, es como pretender no oír al Señor que golpea a su puerta, mientras se tapa los oídos e intenta no escuchar nada. Un acto de rebelión. Debemos intentar conocer el mundo espiritual y poseer un conocimiento suficiente de él a pesar de la oposición de la teología moderna, que se esclaviza a las doctrinas contradictorias y obsoletas. La Biblia se refiere a cosas que las doctrinas no mencionan. Uno debe tener presente que las doctrinas fueron construidas para dar ventaja a las autoridades eclesiásticos, y que la piedra rechazada por los edificadores se volvió la piedra angular. Las doctrinas no pueden sino estar calladas, pero no la Biblia. Esto se ha mencionado previamente y parcialmente, pero uno debe conocer los detalles. Dios es el que concede las bendiciones. Por otro lado, Él también es el Uno que provoca las seducciones. Él posee el poder para usar a todas las criaturas a Su voluntad en el cielo y en la tierra, de acuerdo con Sus atributos, para hacerles vivir o para terminarlos. De ahí la necesidad absoluta de conocer los atributos de Dios. Este conocimiento nos permitirá complacer a Dios y llevar nuestra vida de fe como Él quiera. Los humanos poseen el sentido de religión que les hace sentirse atraídos instintivamente a Dios, porque Dios los creó de esa manera. Pero los humanos fueron apartados de Dios por demasiado tiempo, de modo que ya no saben quién es Él, a pesar de esa religiosidad. Por eso, rinden culto a los dioses de este mundo, tomándolos como
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Dios, y su anhelo de Dios los lleva a hacer una representación de Dios. La instintiva religiosidad humana los lleva a tomar las palabras de los adivinos como palabras de profecía de Dios. Los ídolos no tienen ninguna autoridad espiritual, en absoluto. ¿Cuál es la ética de fe de la cristiandad? Los Diez Mandamientos la descubren radiantemente. Primero, no hay ningún otro dios más que Dios. Segundo, uno no debe hacer una imagen de Dios, inclinarse ante ella o rendirle culto. Tercero, uno no debe usar en vano el nombre de Dios porque Él no considerará a nadie inocente si emplea Su nombre en vano. Aquellos que han tomado el nombre de Dios vano, aun cuando se hayan vuelto a Dios, serán puestos a prueba en esta materia. Todos los pecados pueden perdonarse a través del arrepentimiento, pero en lo que se refiere al pecado contra el nombre de Dios, no hay ninguna excepción. Él no será considerado como puro y ésta es la ética misma de la fe cristiana. Somos fatalistas que creemos en el destino. No vivimos en la ignorancia respecto al futuro. Sabemos que todas las cosas se hacen de acuerdo con la voluntad de Dios, por lo que debemos huir del culto a los ídolos, absolutamente. La cruz usada como el símbolo de la Iglesia de Cristo no tiene ninguna autoridad espiritual o divina; muestra simplemente que Jesús murió en el Calvario, condenó al diablo y salvó a la humanidad. Un símbolo. Algunos cometen el error de intentar encontrar algo en la cruz, ya sea en sueños o en visiones, como si la cruz tuviera alguna autoridad espiritual. La terrible consecuencia es la confusión en la vida espiritual; la cruz puede volverse un ídolo si se considera como un objeto de fe. Jesús nació en un pesebre, evangelizó en varios lugares, murió en la cruz, fue a la tumba y en el Monte de los Olivos ascendió a los cielos en una nube. Esta nube puede volverse objeto de nuestra fe, ¿no? El pesebre, la tumba, la cruz y la nube son sólo huellas de Cristo. Si dedicamos nuestra fe a esas cosas, esto es culto de ídolos, algo muy peligroso. Nuestra vida espiritual consiste sólo en creer en Dios. Es muy peligroso desear oír algo o ver algo por un sentimentalismo exagerado, o ser involucrado profundamente y desear estar apartado. Algunos pierden literalmente su mente durante el ayuno. Uno no debe pensar en alcanzar ningún clímax espiritual mediante el ayuno. Esto es auto abuso. Ayunar por ayunar podría ser significativo, pero uno no debe olvidarse de la esencia de esto. Es equivocado pensar que maltratar el cuerpo de uno producirá resultados espirituales. El Señor Jesús no mencionó ningún resultado espiritual del ayuno. Él mostró claramente que Él no era un dios sino un humano. Si el Hijo del Hombre, que vino como un humano, no se hubiera molestado con el ayuno, se habría dicho que Él era un dios, no un humano. La Biblia dice que los que no consideran que Jesús haya venido en carne como un humano son los espíritus de anticristo. Si uno entra profundamente en el mundo espiritual, ¿significa perder la mente de uno y alcanzar el éxtasis? La cristiandad no apunta a alcanzar un estado impersonal y perfecto de beatitud. Esto puede verse en las religiones paganas. La cristiandad no enseña el auto maltrato, el ascetismo, ni la abnegación. Oramos porque conocemos nuestros límites y no porque queramos soltar nuestros egos y alcanzar el éxtasis, ¿no? Jesús supo que Él estaba torturándose al orar en el jardín de Getsemaní y dijo, "Padre, si es posible, pase de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Y después, él les pidió a los discípulos que oraran con Él. Él no se puso extático con sus discípulos. ¿Él no supo sobre la grandeza del temible sufrimiento por venir? Él les pidió a sus discípulos que oraran con Él y a la tercera vez, Él no transcendió su razón cuando su demanda no fue contestada.
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Ninguna de las palabras de revelación de Dios transciende la razón humana. Es por eso que la Biblia menciona "yo vi", "yo oí", lo que testifica que aquellos que recibieron la palabra eran sensatos en mente y cuerpo. De ahí que Pablo dijo, "antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios" (1 Corintios 10:20). Los gentiles toman a los dioses de este mundo como Dios, les hacen sacrificios y adoran a los demonios con celo, intentando llenar su religiosidad. Por eso, se dice que sus sacrificios son dados a los demonios. Es más, ellos dicen que Dios mora en un lugar especial e intentan poner a los dioses en una ubicación particular. Estas personas creen que Dios no está en sus casas por lo que tienen que ir a la Iglesia para encontrarlo. Alguien dice, "yo pienso que Dios me dejó". Dios no mora aquí o allí. Él es omnipresente, Él está en todas partes. Ésta es nuestra fe. Cuando la fe de los cristianos se vuelve religiosa o supersticiosa, los demonios los invaden. Por consiguiente, debemos tener cuidado e intentar no anhelar experiencias físicas como el éxtasis, o estar deseosos de estar apartados como los adoradores de ídolos supersticiosos. Debemos tener fe pero esa fe debe primero presuponer el conocimiento de Dios.
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14 La Nueva Enseñanza con Autoridad (Marcos 1:21-31) Hay toda clase de conocimiento, teorías, sabiduría y métodos. Ellos están sin embargo desprovistos de poder. No son el tipo de poder o sabiduría que provocan la salvación a la humanidad. Es por eso que las palabras y los hechos de Jesús causaron sensación. La gente dijo, "¿Qué es esto? ¿Una nueva enseñanza con autoridad?" Muchos cristianos escuchan los sermones del domingo, estudian la Biblia y la leen mucho, pero no pueden recibir el poder del Señor adecuadamente, debido a su falta de entendimiento de la palabra de Dios. Si solamente pudiéramos aceptar bien la sabiduría del Señor revelada a través de los predicadores y su palabra, poseeríamos un tremendo poder. Desde que Dios dijo a Noé que construyera el arca, hasta que él terminó el trabajo pasaron setenta años. Él supo que un gran castigo vendría al mundo en el día determinado por Dios y él creyó que el arca que construiría definitivamente le ayudaría. El Señor lo inspiró y le indicó los materiales a usar y los métodos, y Noé continuó su tarea durante décadas. Ésta es la actitud de aquellos que escuchan la palabra de Dios. Es una lástima que el grado de dependencia de los cristianos de hoy no pueda llegar ni a la décima parte de la que tuvo de Noé. Muchos no pueden resistir ni siquiera unas horas y caen en la tentación. Que la palabra de Dios esté viva no significa que esté viva por un momento o por cierto período de tiempo. La palabra de Dios no cambia sino que dura para siempre, aunque esta generación pase y venga otra y luego otra, aunque esta nación exista y luego desaparezca, o no. Noé permitió que la palabra de Dios lo dominara constantemente, hasta que él completó el arca, y continuó moviéndose de acuerdo con esta enseñanza. Él debe haber sido objeto de burla de muchos cuando estaba construyendo el arca. Después que terminó el trabajo, permitió a los miembros de su familia entrar en ella, escogió cada animal de cada especie, varón y hembra como Dios le ordenó, y cerró la puerta. No llovió inmediatamente. Las personas dentro del arca no fueron defraudadas por Dios ni dudaron de Él; ni siquiera se preocuparon. Días después, las gotas de lluvia empezaron a caer y el diluvio sumergió todas las montañas. Uno debería de ser capaz de darse cuenta de las consecuencias de haber obedecido la palabra de Dios durante décadas. Pedro llamó a esto bautismo. Él dijo que los ocho miembros de la familia de Noé se bautizaron. El bautismo significa la unión con Dios. No se trata simplemente de sumergirse en el agua y luego salir de ella; quiere decir unirse con Dios. Dios no consideró necio a Noé porque había seguido escuchándolo durante décadas. Al contrario, Él permitió que todos los hombres consideren a Noé como un sabio, que valoren sus esfuerzos y que testifiquen de su fe. Dios exaltó a Noé por su obediencia a la palabra. Él lo premió con la vida y permitió que toda su familia sobreviviera.
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Él no lo puso para avergonzar los esfuerzos de aquellos que Le obedecieron durante décadas. De esto se trata la palabra de Dios. El problema es que hoy muchos creyentes no pueden sostenerse a sí mismos por la palabra de Dios. Josué escuchó la palabra de Dios y empezó a moverse. Sus soldados no estaban entrenados; eran simplemente escogidos al azar de cada tribu, por lo que era muy difícil hacer la guerra con esos hombres. Dios, sin embargo, les vio moverse de acuerdo a Su palabra. El número del enemigo no les importaba. Ellos se movieron cuando Dios les dijo que se movieran, cruzaron el río cuando Dios les dijo que cruzaran el río, ellos dieron vuelta a las murallas de Jericó cuando Dios les dijo que dieran vuelta. Nada pasó pero ellos obedecieron a Su palabra. Y en el último día, después que dieron siete vueltas, las murallas de Jericó cayeron. Éste es el método de Dios. Dios quiere que los humanos se muevan de acuerdo con Sus ideas. Él quiere que ellos lleguen a ser ellos mismos, de acuerdo con Sus ideas y Él quiere reconocer esta voluntad humana y quiere usarla. A veces nuestro conocimiento nos hace dudar de Dios, pero debemos rendir nuestra personalidad a Dios y debemos someternos a Sus ideas y seguirlo. Seguir y cooperar en conocimiento, voluntad y emoción lleva finalmente a la victoria. Nuestra fe puede parecer insignificante, digna de crítica, nuestro celo y servicio voluntario pueden parecer exagerados pero pronto nadie se reirá de nosotros. Josué hizo la guerra contra un ejército que era cinco veces más numeroso. El ejército enemigo estaba bien entrenado, mientras que el suyo no. Pero una cosa era cierta; su ejército obedeció las órdenes de Josué y se movió de acuerdo con los pensamientos de Dios. No disparaban muchas flechas pero muchos soldados caían cuando ellos atacaban. Ésta es la guerra misma de Dios. Dios no quiere que los humanos critiquen Su sabiduría e ideas, o que las consideren tontas. Dios dijo que Él sembró y que Él cosechó. Así como un sembrador recolecta de lo que sembró, Dios siempre termina con éxito lo que Él planea. De esta manera, Dios es el que juzga las consecuencias de nuestros actos. Nuestra expectativa de vida es a lo sumo de 120 años. Nuestra generación morirá y otra vendrá y aprenderá sobre la cultura e historia del pasado, mientras que Dios sabe desde el comienzo todo lo que nuestros antepasados hicieron cientos o miles de años atrás. Por consiguiente, debemos comprender que nuestra fe consiste en actuar de acuerdo con la palabra de Dios. Hay un valle en nosotros para que fluya la palabra de Dios. Así como un río no fluye hacia los lugares altos sino hacia los valles bajos, nuestro corazón humilde invitará a la palabra de Dios a fluir continuamente en nosotros. Debemos creer en todas las promesas de Dios en relación con Sus planes y debemos seguirlo con obediencia y confianza. Será entonces que ese Dios entrará en acción. El Señor Jesús entró en Judea, en la familia de José, a través del cuerpo de María. De acuerdo con el mandato de Dios, él se movió de Belén a Egipto, luego a Nazaret y después a Galilea, centrándose en Jerusalén. Puesto que el Padre lo había enviado, él dijo, "Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar" (Juan 12:49). Ninguno de los pensamientos o actos de Jesús fueron hechos por su propia voluntad. Él agregó en Juan 12:50, "Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.” Esto significa que debemos obedecer sólo Su palabra en nuestra vida,
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Hemos visto en la Biblia las consecuencias del pensamiento de Dios en nosotros, La gente de Israel nunca había ido al desierto, pero actuó como Dios les ordenó. El Mar Rojo era un obstáculo pero fue dividido en dos para que pudieran cruzar y luego volvió a su estado anterior. El ejército egipcio que los había estado siguiendo, se ahogó en este mar. De esto es de lo que se trata la palabra de Dios. Nuestra fe significa la presencia de un gobernante. No debemos ser nuestro propio gobernante sobre nuestros pensamientos y corazón. El celo de Dios, que supera nuestro celo personal, debe gobernarnos. El apóstol Pablo dijo a las iglesias que poseyeran el celo de Dios. El celo de Dios debe gobernar a la Iglesia, los pensamientos, la voluntad y los planes de Dios deben gobernar todas las cosas. Era imposible para Abraham, hablando humanamente, tener un hijo a la edad de 100 años como Dios le dijo, pero él aceptó Su voluntad. Al principio, él contestó, "¿Cómo puedo tener un hijo?", pero cuándo Dios replicó, "¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de vida, Sara tendrá un hijo" (Génesis 18:14), él obedeció. Abraham quería mucho al hijo que había tenido a sus 100 años, pero no dudó un segundo cuando Dios le dijo que lo sacrificara en la montaña. Ésta era la decisión de Dios. Abraham se movió de acuerdo con los pensamientos de Dios. Dios le ordenó que guardara su cuchillo cuando estaba a punto de matar al niño. Dios dijo que los descendientes del niño serían tan numerosos como las estrellas en el cielo y la arena en la tierra. Así es cómo la palabra de Dios resulta en una tremenda victoria que trasciende la imaginación humana. Nosotros también aprendemos cómo es procesado Su plan. La Biblia está llena con la palabra y los pensamientos de Dios. Muchos profetas vivieron de acuerdo a los pensamientos de Dios. El Señor y sus discípulos se movieron de acuerdo con los pensamientos de Dios y Dios los bendijo maravillosamente. La Iglesia debe llenarse de los pensamientos y la voluntad de Dios. De ahí que se llama el cuerpo del Señor y el Señor es la cabeza de la Iglesia. La Iglesia está bajo el gobierno del Señor, no bajo un edificio o bajo eclesiásticos autoritarios. El Señor solamente es la autoridad y el Señor de la Iglesia. La Iglesia debe ser totalmente gobernada por los pensamientos del Señor. Los pensamientos de la Iglesia son los del Señor, las actividades de la Iglesia son las del Señor, el crecimiento de la Iglesia es el ministerio y plan perfecto del Señor. Por consiguiente, la Iglesia debe moverse y debe trabajar de acuerdo con las id eas del Señor. Esta es la enseñanza misma de Dios. La Biblia muestra que siempre que uno actúa según las ideas de Dios, uno recibe la vida. Dios dio la vida pero cuando se entrometen los pensamientos humanos, esto es corrupción. El pecado original es el deseo de vivir solo, sin Dios. Eva pecó porque ella quiso vivir como Dios. La seducción de la serpiente consiste en inducirlo a uno a querer ser por sí mismo, como Dios. Hoy, incluso en la Iglesia, muchos quieren vivir por sí solos, como Dios, y estas personas oran. ¿Cuál fue la consecuencia del pecado original? Adán y Eva descubrieron que estaban desnudos después que comieron de la fruta del conocimiento del bien y el mal. Al momento que cometieron el pecado de intentar vivir como Dios, descubrieron su desnudez. ¿Qué le pasó entonces a Eva? Se le agregó el dolor de la maternidad, para que ella tuviera que procrear. Por esto, la madre es responsable por la vida de sus niños, emocional y físicamente. El hombre tendría que sudar para obtener las plantas; en otros términos; él debería vivir del sudor de su frente. Es más, los humanos volverían al polvo de la tierra y la serpiente podría tragar ese polvo. Es por eso que los humanos deben soportar continuos tormentos y sufrimientos bajo las reglas de Satanás. Ésta fue la retribución a los humanos que actuaron por sí solos.
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Hoy también, Dios odia a aquellos que quieren vivir por sí mismos. Ésta es la idea y el método del enemigo que Dios más odia. La fe es intentar vivir por la gracia de Dios. Dios quiere que vivamos por Su ayuda. Él no quiere que vivamos como nosotros queramos, Él quiere que vivamos con lo que Él da. Entonces, ¿por qué los humanos rechazan a Dios y guardan rencor contra Sus obras? ¿Por qué protestan en contra de Dios? Es absolutamente equivocado señalar contradicciones de Dios en Sus obras. ¿Cómo pueden los humanos, con el escaso conocimiento y experiencia reunidos en 70 u 80 años, criticar los planes del eterno Dios? Es muy tonto señalar contradicciones en sólo una pequeña parte del plan de Dios. Si conociéramos el plan eterno de Dios desde el principio hasta el fin, no nos rebelaríamos contra Dios. ¿Pueden los humanos cuestionar el plan eterno de Dios, si no saben qué les pasará a ellos ni siquiera mañana? No debemos juzgar las obras de Dios. Una virgen tuvo un niño. Los humanos intentaron explicarlo simbólicamente. Intentaron encontrar la definición correcta de virgen, su significado. Dios, sin embargo, rechazó las diversas ideas y lógicas de los humanos. Él hizo que sus planes, políticas y conocimiento ético carecieran de sentido, porque el Señor nació realmente de una virgen, como dicen las escrituras. Las personas no podían creer que una virgen tuviera un niño. Dios no quiso que los humanos interpretaran y analizaran Su palabra. Los pensamientos de los humanos habían transcendido los pensamientos de Dios, el conocimiento humano y el plan de Dios, por lo que nunca pudieron imaginar que el Señor nacería de una virgen. De ahí que Él le permitió saber a los niños, que entenderían que una virgen es una virgen. Los humanos intentan continuamente analizar a Dios por su propio conocimiento. Por eso, aunque saben que Dios es un ser espiritual, consideran los atributos de Dios como Dios Mismo. La Biblia dice que Dios es el Señor de los cielos y de la tierra, el que creó todas las cosas. Él no recibe ningún juicio humano. Él no puede estar sujeto al análisis humano. Alguien dice, "Este pastor está haciendo pedazos la palabra". Si usted desmonta cada parte de un automóvil, quita las ruedas y el volante, ¿podrá usar este automóvil? Posiblemente pueda separar en partes la palabra de Dios. Este tipo de análisis de la palabra de Dios no funciona. Los descendientes de la mujer en Génesis son las semillas de la promesa, la sangre rociada en las puertas, en Éxodo se refiere a la sangre del Señor, Levítico quiere decir el sacrificio expiatorio de Jesús y Números se refiere a Jesús, la Roca. La Biblia dice que el Espíritu Santo haría que Jesús fuera conocido (Juan 14:26). Es por el Espíritu Santo que podemos saber los pensamientos de Dios, Su plan. No conocemos a Dios a través de una investigación o análisis lingüísticos, sino sólo por el Espíritu Santo. Así como los hebreos guardaron los pensamientos de Dios por miles de años por medio del idioma hebreo, hoy podemos saber el significado de la palabra de Dios con la ayuda del Espíritu Santo. Por consiguiente, no hay ninguna necesidad de aplicar todo tipo de métodos para interpretar la Biblia y para conocer la voluntad de Dios. Basta con el Espíritu Santo. La Biblia dice que aquellos que reciban el Espíritu Santo se volverán testigos de Jesús (Juan 15:26) y que tanto el Padre así como Jesús mismo testifican de Jesús (Juan 8:18). Toda la Biblia habla de Jesús (Juan 5:39). Por consiguiente, la Biblia sólo puede entenderse por el Espíritu Santo. No cometemos ningún error cuando intentamos conocer a Dios, tener a Dios, aprender sobre Dios, recibir la ayuda total por el poder del Espíritu Santo.
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"Logos" significa la auto-manifestación de Dios. Por consiguiente, es sólo por la palabra de Dios que podemos descubrir a Dios, no hay ningún otro método. Así como el sol se ve por el sol, la fe normal es conocer a Dios por Dios. No debemos malentender a Dios. Es porque las personas se sitúan en el punto de vista humano para juzgar a Dios que ellas consideran Sus señales como sorprendentes. Para Dios, estas señales son una cuestión de hecho, no un misterio. Los humanos se asustan por la resurrección de un muerto porque ellos no tienen ese poder. Es porque su visión es humana. Desde el punto de vista de Dios, que un hombre de entre centenares de millones se levante no es gran cosa. Un día, todos aquellos que murieron hace miles de años se levantarán en todas las partes de este mundo y subirán al cielo en un cuerpo cambiado. Entonces, pasarán cosas que ningún conocimiento o cerebro humanos alguna vez habían imaginado. Por consiguiente, es muy tonto intentar ver a Dios. Dios nos pregunta, "¿Puede usted contar el número de los pelos de sus cejas? ¿Puede usted hacer que su pelo se ponga blanco o negro?” Por consiguiente, no debemos intentar conocer el plan de Dios por nosotros mismos; más bien, debemos intentar conocer a Dios por Dios. Jesús es la auto-manifestación de Dios. Por consiguiente, es sólo por Jesús que podemos ver a Dios y que podemos conocer la sabiduría y los pensamientos de Dios. Cuando el Señor apareció, los demonios lo conocieron antes que los humanos. Ellos dijeron, "Tú eres el Hijo de Dios" (Marcos 3:11). Si los demonios conocen al Señor, ¡qué lástima que los creyentes no siempre lo conozcan! Es cuando conocemos a Jesús que podemos conocer a Dios. Jesús es el espejo, los lentes, la representación que permite ver a Dios. El Señor es la sabiduría y el conocimiento que permiten ver a Dios. Uno no puede conocer a Dios sin el Señor. Muchos humanos no conocieron a Dios y vagaron en la confusión, a pesar de su celo y fe, porque no conocieron bien al Señor. Debemos poder oír a Dios, obtener la fe y la sabiduría de Él a través del Señor. De ahí que la palabra del Señor es la nueva enseñanza con autoridad. Una nueva enseñanza con autoridad que es totalmente diferente de cualquier otro conocimiento que haya prevalecido hasta la venida del Señor. Leí muchos libros, pero nunca en ellos leí que un muerto pudiera levantarse o que los demonios pudieran neutralizarse. Esos libros ni siquiera dijeron que pudieran expiarse los pecados. Ningún libro en este mundo, no importa cuán grueso pueda ser, puede afirmar la liberación de los humanos por la muerte. Esos libros no ayudan en absoluto a aliviar al enfermo, o a hacer a los humanos hijos de Dios. Hay muchos libros de la sabiduría de este mundo, pero esas palabras sabias nunca hicieron a los humanos hijos de Dios o mostraron el camino para una vida espiritual. Somos los hombres de Cristo, es decir, los que viven por la palabra y la sabiduría del Espíritu Santo. No vivimos en la sabiduría mundana. Los siervos de Dios dicen, "Que el amor de Dios y la guía, la influencia y la palabra del Espíritu Santo estén con usted", al dar las bendiciones. En otros términos, de hoy en adelante y hasta la segunda venida del Señor, estas bendiciones estarán en usted. Los cristianos son aquellos que son influenciados por el mundo de Dios, aquellos que están totalmente sumergidos en el amor de Dios. Los demonios controlan a los humanos, les hacen sufrir y los molestan de muchas maneras, pero ellos salen ante Jesús porque su presencia y sus actividades son descubiertas. ¿Por qué los humanos nos alejamos de la palabra de sabiduría que puede liberarnos y desechamos el plan y el alto conocimiento de Dios? La gente en los tiempos de Jesús realmente se asustaba cuando se descubría la presencia de un demonio, cuando un ciego veía o una pierna torcida se enderezaba al escuchar una voz humana. A esto lo llamaron "una nueva enseñanza con autoridad."
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Eso es correcto. La palabra del Señor es una nueva enseñanza con autoridad, una que nunca había existido antes. Es un nuevo conocimiento, y un nuevo método. No es una filosofía sino la verdad. La ley del cielo y su camino. Por consiguiente, sólo en Jesús pueden encontrarse las cosas nuevas. La Biblia quiere que nosotros nazcamos de nuevo. De ahí los esfuerzos de algunos por seguir la Ley para alcanzar esta meta, pero la Ley no puede provocar la regeneración. Fariseo quiere decir pharashee, santo, es decir, alguien que está separado del mundo. Originalmente, la connotación de fariseo era buena; se refería a aquellos que quisieron vivir verdaderamente de acuerdo con la voluntad de Dios. Pero aquellos que no eran fariseos y pretendieron serlo fueron reprendidos por el Señor como hipócritas. No contrataron personal el sábado, porque esto habría significado trabajar la tierra y por lo tanto, pecar. Intentaron lo mejor que pudieron vivir legalmente. La Ley no provocó la regeneración. El ladrón en la cruz no era un ladrón sino un asesino. El que tenía que ser la maldición para la vida quiso ir al paraíso. ¿No es esto algo sin sentido? Pero el Señor le dijo, "Estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). Las personas mundanas se deben haber reído del Señor, " ni siquiera puede bajar de la cruz, ¿cómo puede pedirle a alguien que vaya al paraíso?" La Biblia, sin embargo, dice que sólo en el Señor nosotros somos nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). Sólo en Jesús uno puede ser renovado. Ningún agua, ningún perfume, ningún jabón lavarán los pecados humanos. Ningún esfuerzo de ascetismo, ninguna lágrima, ningún esfuerzo humano limpiará los pecados. Sólo es en Jesús que esos pecados se lavan y que uno puede volverse una nueva criatura. ¿Pero por qué los humanos intentan resolver sus problemas sin Jesús? Cuando ocurre un problema, uno intenta resolverlo solo. Ellos intentan detener su quiebra comercial por sus propios medios y esto lleva a la quiebra de sus vidas. Pero sólo en Jesús, cualquier problema se puede resolver. El Señor es nuestra respuesta. ¿Por qué el Señor pidió orar en su nombre? Porque el nombre Jesús en sí mismo es la respuesta. Ore con la respuesta a mano. Jesús es un conocimiento y poder perfecto totalmente nuevos, que no puede encontrarse en el mundo. Si escuchamos bien las palabras del Señor e intentamos vivir en la gracia de Jesús y respiramos a través de Jesús, los demonios no nos dominaran. Los demonios quieren que pasemos el tiempo sin Jesús, que vivamos una vida sin Jesús. Por lo tanto, una vida de victoria significa intentar vivir sólo por Jesús. ¿Cómo puede usted vivir por Jesús? Una vez, los discípulos le preguntaron a Jesús, "Señor, ¿por qué nosotros no pudimos expulsar los demonios?” Y el Señor contestó, "Este tipo puede salir sólo con oración" (Marcos 9:29); muchos problemas y contradicciones están siempre delante de nosotros. Factores imposibles. La Biblia dice que debemos pedir en el nombre de Jesús. Las cosas imposibles pueden hacerse posibles en Su nombre. El que constantemente ora en el nombre Jesús, e intenta constantemente vivir en Su nombre, es poderoso. Mateo 8:6 dice, "expulsad demonios por la palabra". Por consiguiente, debemos estar determinados a vivir por la palabra de Dios y a hacerla nuestra sabiduría, porque la palabra de Dios es la que los demonios más temen. Cuando se expulsan los demonios, ellos dicen que uno no debería leer la Biblia. La palabra es la que los demonios más temen. Cuando Jesús fue tentado por el diablo, dijo, "Está escrito" (Mateo 4:4, 7,10). Fue entonces que el diablo huyó.
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La palabra registrada de Dios sostiene fuertemente nuestra débil voluntad, porque nuestra voluntad puede debilitarse pero Su palabra permanece inalterada. La palabra escrita de Dios puede detener inmediatamente el trabajo del diablo. Cuando los demonios provocaron dolores, el Señor no usó ningún otro método sino la palabra. Él los espantó por el conocimiento de Dios, es decir, por Sus leyes absolutas. Cuando decidimos vivir por la palabra de Dios, los demonios no pueden seducirnos. La gente está perdida y desconcertada en la fe, por la falta de la palabra de Dios. Estamos angustiados sobre nuestro futuro, sobre lo que nos traerá, por la falta misma de la palabra de Dios. La palabra de Dios nos dice en detalle los acontecimientos que ocurrirán en los últimos días. ¿El Señor expulsó demonios desde el comienzo? Primero, oró; luego, dio la palabra; y después dijo, "Expulsad demonios en mi nombre" (Marcos 16:17). Estos tres constituyen el poder para neutralizar los demonios. El nombre Jesús levantó al muerto, salvó a la humanidad. El nombre dado al Señor era el nombre Jesús (Juan 17:11-12). También es gracias al nombre Jesús que nos liberamos de los pecados y que obtenemos la vida de eterna. Somos aquellos que han heredado el nombre Jesús, por lo que podemos maldecir a los demonios en el nombre de Jesús y podemos neutralizar todas las actividades del diablo. Las oraciones son lo apropiado para que neutralicemos a los demonios y espíritus de seducción. En el momento en que Adán fue separado de la palabra y fue controlado por el diablo, vino la caída. El Señor dijo que él expulsó demonios por "la palabra," y el centurión también dijo "sólo di la palabra". El Salmo 107:20 dice, "Él envió Su palabra y los sanó, y los liberó de las destrucciones”. Por consiguiente, la palabra de Dios, las oraciones, el nombre de Jesús no deben dejar de trabajar en nosotros porque ésta es una enseñanza totalmente nueva. Todos aquellos que hicieron la obra de Dios en la Biblia siempre fueron victoriosos por la palabra de Dios, las oraciones y el nombre de Jesús. Fue por medio de ellos que se manifestó el poder. Debemos vivir en la palabra de Dios, las oraciones y el nombre de Jesús, al que todos los enemigos temen y ante el cual tiemblan.
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15 El Jesús Victorioso (Génesis 3:14-15) En Génesis 3:1, la bestia del campo seducida en nombre del diablo quiere decir que el enemigo derrotado en el Calvario por Cristo es una criatura. Es al centrarse en el hecho que el seductor es un ser creado, como un ser humano, que podemos ver y sentir a una criatura que conocía a Dios. La Biblia pregunta: "¿Es verdad que Dios dijo?", para demostrar que la criatura conocía a Dios y estaba llena con sentimientos de queja hacia Dios. El diablo, un ser creado, escogió un seductor no entre los humanos sino entre las bestias del campo, y le bajó el estatus, porque los humanos fueron hechos a imagen de Dios. Sin importar que los ángeles fueran creados antes que los humanos, estos son inferiores a ellos y esto demuestra el privilegio otorgado a los humanos. En otras palabras, aun cuando el seductor sedujo a los humanos, él es inferior a ellos. Satanás, quien fue el que se rebeló contra Dios, primero negó la singularidad de Dios, segundo, deificó a las criaturas, tercero, tomó el nombre de Dios en vano, cuarto, trajo confusión en el reposo de Dios. Él usó este mismo método para seducir a Eva. Así como cuando los demonios entraron en las piaras de cerdos se ahogaron todos en el mar, la serpiente misma no es el diablo, la serpiente fue maldecida porque fue usada por él. De la misma forma, los humanos fueron también maldecidos porque fueron engañados por el diablo. Cuando vemos a la serpiente, podemos ver el resultado de lo que sucedió miles de años atrás a la que fue usada por el diablo. La serpiente maldita encontró sus últimos días bajo maldición. Entonces Dios dijo, "Comerás polvo". Dios dijo a los humanos que ganarían el pan con el sudor de su frente y puesto que eran polvo, volverían al polvo (Génesis 3:19). De esta manera, la serpiente tiene derecho a dañar el cuerpo de los humanos, el cual deberá volver al polvo porque ella tiene el derecho de comer el polvo. Los seres humanos no pueden hacer otra cosa que sentir temor frente a la autoridad de la muerte, y estar esclavizados por ella. Así como se dice que el perdedor esta esclavizado al ganador, el diablo tiene derecho a hacer daño a los seres humanos. Cuando la serpiente pecadora fue maldecida, sus últimos días fueron proclamados, y así recibió el derecho de atormentar a los seres humanos. Los humanos siempre están sujetos a las seducciones del diablo; por eso dice: "Polvo eres y en polvo te convertirás". Es por eso que está escrito en Romanos 8:13, que si uno vive según el deseo de la carne está condenado a morir. La carne humana es atormentada por las enfermedades porque Dios declaró que la carne es polvo y que la serpiente podía comer ese polvo. Pero si uno no vive según el deseo de la carne por la carne, y vive para el alma por el espíritu, el espíritu vive aun cuando la carne vuelva a la serpiente. En 1 Corintios 5:5 dice que la carne pecadora es entregada a Satanás para su destrucción, pero que el 74
espíritu será salvo en el nombre del Señor Jesús. Por lo tanto, si vivimos según la carne, el diablo destruirá y seducirá nuestra carne como quiera. ¿Cómo termina el diablo? Dios dijo: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3:15). Jesús nació de una virgen, sin un padre carnal. La razón por la cual se enfatiza el hecho de que Jesús es el Hijo de Dios, que nació de una virgen, apunta al hecho que no es descendiente de humanos. Las mujeres pueden dar a luz muchos hijos pero no pueden transmitir su sangre ni su apellido a los hijos. Es más, un hijo puede parecerse a su madre, pero no heredará su herencia sanguínea. Las batatas dulces se parecen a las papas cuando han crecido en tierras pedregosas, pero no pueden ser llamadas papas. Las mujeres son como los campos y producen las semillas sembradas en ellas. Si se siembra A, producirán A; si se siembra B, producirán B. La herencia biológica, a saber, el parecido en la apariencia física y la personalidad, es posible para las mujeres mientras que la herencia sanguínea no lo es. Pero las genealogías siempre se hacen en base a los descendientes machos. En el Antiguo Testamento, Tamar no quiso cargar con la vergüenza de no continuar la descendencia del hijo mayor, llegando al extremo de tener un hijo de su suegro. El hecho de que Jesús naciera de una virgen significa que él no tiene nada que ver con los humanos herederos de pecado. Él nació como un ser humano en la carne, pero Él no está de ninguna manera relacionado con la genealogía humana. Aunque nació en la familia de David, Él es más alto que David y no tiene nada que ver con la herencia de sangre de David. Por eso, la Biblia dice que, "David Le llamó Señor" (Mateo 22:43). En otras palabras, lo central en el planteamiento que Jesús nació de una virgen apunta a santificar su divinidad. Hay evidencias claras de su nacimiento de una virgen. De acuerdo a la ley judía, el desposarse no solamente se refiere a un período de tiempo que empieza con el compromiso, sino que también se refiere a un período de un año antes de la ceremonia del matrimonio. Durante el período del compromiso la mujer no puede ser llevada a casa, durante el período antes del matrimonio la mujer puede llevarse a casa pero no puede tocarse. Puesto que Jesús fue concebido en el periodo antes del matrimonio, José ha llegado a ser un testigo del hecho que Jesús nació de una virgen. En aquellos tiempos, la mujer que yacía con un hombre durante el período anterior al matrimonio podía ser quemada. José vivía con María, pero como no había dormido con ella, guardó silencio. Las escrituras no-canónicas revelan que María fue investigada corporalmente, y se encontró que era virgen. Jesús no tenía nada que ver con la genealogía humana; esto explica que pudiera levantarse de nuevo aun después de su muerte, lo que no sucede con los humanos. Por consiguiente, si vivimos en Jesús podemos seguir viviendo; pero si vivimos carnalmente, no podemos vivir. Debemos ser injertados al olivo original que es Cristo, porque somos el olivo salvaje. El descendiente de la mujer, se refiere a Jesús, que no tiene relación con la genealogía humana. Dios le dijo a la serpiente, "Cuando nazca el descendiente de la mujer, tú serás su enemigo". Cuando Luciel se convirtió en Satanás y se rebeló contra Dios, Dios le dio un nombre público, "diablo" o “tentador"; así, se opuso al hombre, volviéndose enemigo de Jesús, nacido de una mujer. El primer desafío del diablo contra Dios fue en el Calvario, con el Hijo de Dios. Éste es el final de Satanás. Aunque él se rebeló contra Dios, Dios no fue tentado ni se tentó. Cuando Satanás obtuvo el título público de “diablo”, se convirtió en Diablo y se opuso a los humanos. Y entonces, hizo este desafío satánico en el Calvario contra Dios, cuando Él nació entre los humanos. Éste es el primer y último intento del diablo contra Dios como Satanás. Satanás dejó que Jesús fuese juzgado como un ilegal, fuese crucificado y lo encerraran en una tumba. Satanás 75
mandó a Jesús al hades fuera de su autoridad, pero Jesús se levantó de la tumba por su propia autoridad y Satanás tuvo que ir para siempre al hades, porque se condenó a sí mismo. Por consiguiente, por la derrota total del diablo en la cruz, el ministerio total de imputación y condenación de los humanos se terminó. No importa la fuerza con que el diablo nos condene delante de Dios, esto es inútil, puesto que Jesús pagó con su sangre el precio de nuestros pecados, y se posicionó como nuestro defensor a la diestra de Dios. En 1 Juan 2:1 dice que alguien nos defiende, y ese es Jesucristo. El diablo sigue acusando, "Dios, mire, él es esta clase de pecador. ¿No está pecando?” El Señor defiende, "Lo compré con mi sangre. Fui castigado por él y pagué el precio de sus pecados." Romanos 8:1-2 dice, "Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte." Siendo así, nadie puede condenar a un creyente de Cristo, ni aún él puede condenarse, y ésta es Su autoridad. Nosotros no luchamos contra el diablo; estamos simplemente afirmando nuestros derechos. El Señor, como nuestro poderoso abogado a la diestra de Dios, nos defiende y nos dice por el Espíritu Santo que hemos sido liberados. Él puede morar en nosotros por el Espíritu para que no seamos engañados por el diablo. El Espíritu Santo vino como el Paracleto. Ha habido muchas obras del Espíritu Santo, incluso antes de Su venida como Paracleto. La familia de Juan el Bautista estaba llena del Espíritu (Lucas 1:15, 41, 67). David fue también lleno de Él; él dijo, "no quites de mí tu santo Espíritu" (Salmo 51:11). Pero éstos eran sentimientos carismáticos, no la residencia del Espíritu Santo. El ministerio del Espíritu Santo, quién fue enviado después de la Pasión y la resurrección de Jesucristo, es similar al del Señor antes de su glorificación. Jesús dijo que Él le rogaría al Padre para que enviara al Espíritu Santo, Paracleto después de Su ascensión. Antes, el Espíritu Santo vino como una clase de poder, el poderío celestial, mientras que después de la Pasión de Cristo, su poderosa manifestación es la misma, sólo que Él viene como el Paracleto. Él está con cada uno de nosotros para que el diablo no pueda engañarnos o condenarnos, ni la Ley puede condenarnos. El Señor nos defiende de modo que no podamos debilitarnos o desanimarnos por causa de la Ley. De ahí, el testimonio, "No soy yo quién vive sino Cristo que vive en mí quién está viviendo para que yo sea liberado por Cristo." Si no confiamos completamente en el Paracleto, no podemos sino no creer en nuestra redención y dudar. Si el diablo no estuviera en la tierra, la presencia del Espíritu Santo en la tierra no sería necesaria, pero el diablo sigue acusando a los redimidos; es por eso que el Espíritu Santo mora en los santos redimidos para que ellos no sean engañados. En Apocalipsis 12:10 dice que ha sido expulsado el que los acusaba delante de Dios día y noche. Y el versículo 17 del mismo capítulo dice que ellos lucharían hasta los últimos días contra aquellos que tienen el testimonio de Jesús. Resumiendo, sólo habrá planes y peleas dirigidos a atormentar a los testigos de Jesús. No escatimarán medíos ni métodos para atormentar a los creyentes. Se dice que la Iglesia es el cuerpo del Señor que se llena completamente con los sufrimientos remanentes de Cristo. Dado que aquellos que creen en Jesús y tienen testimonios tienen un abogado con ellos, lo único que el diablo puede hacer para dañarlos es hacerlos creer sus mentiras. De ahí que en 2 Corintios 11:3 dice, "Pero temo, que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo". Porque el objetivo del diablo son los cristianos. 76
¿Cómo vencieron aquellos que fueron permanentemente acusados en Apocalipsis12:10? Por el continuo testimonio de su salvación por la sangre del Cordero (Apocalipsis 12:11). En otras palabras, ellos vencieron por la sangre de Jesús, aquellos que recibieron la gracia de la sangre vencieron guardando el testimonio a costa de sus vidas. Por consiguiente, el diablo no escatima ningún medio o método para seducir a aquellos que tienen el testimonio de Jesucristo. El Espíritu Santo llega a ser el abogado de los santos en esta tierra y certifica que ellos han sido salvos para siempre para que el diablo no los condene o los acuse o los engañe. Es por eso que el diablo trata de dar otros espíritus a aquellos que creen en Jesús o anhelan el Espíritu Santo. Sin el discernimiento de espíritus, uno puede ser seducido cuando se le presenta otro evangelio. Cuando otro espíritu viene y nos muestra a otro Jesús uno debería evitar acogerlo y no aceptar a ese Jesús diferente diciendo amén. Es por esta misma razón que Pablo dijo de aquellos que fueron seducidos y se desviaron hacia otra fe, "al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación, deséchalo". Porque uno que ha recibido otro espíritu no puede volver atrás. Es mejor tratar de salvar a otra persona que a este hombre, sabia energía (1 Juan 4:1-6). A pesar de la muerte de Jesús, puesto que no había forma de liberar a la humanidad de la Ley y del diablo, a menos que la sangre pagara el precio de los pecados, Dios cumplió con los requisitos de la Ley, y la acusación del diablo resultó anulada. Entonces, Él envió al Paracleto a esta tierra para que los humanos no sean engañados y los defienda, "Crea que sus pecados son perdonados. Crea que el diablo fue vencido. Crea en su liberación." Que Jesús es el Hijo de Dios, que murió en la cruz y que fue resucitado, está todo registrado en la Biblia. ¿Qué es nuestra fe? Es creer que Jesús es el Hijo de Dios. No significa exaltar al hombre de Nazaret como el Hijo de Dios, sino creer que Él es realmente el Hijo de Dios. Que es sin pecado. Si Él hubiera venido como descendiente humano, habría heredado el pecado humano, ¿verdad? Él es el Hijo de Dios sin pecado; aunque vivió entre los humanos, nació como Dios, sin ninguna relación con la descendencia humana. La gente piensa que Él es pecador porque murió en la cruz por sus pecados y que de otra manera no habría muerto. El precio del pecado es la muerte. La gente piensa que Él murió por sus pecados. Su muerte fue confirmada y proclamada oficialmente por los soldados romanos que sellaron su tumba. Pero el hecho fue que Él fue levantado nuevamente. Así, la gente se maravillaba; si la autoridad de la muerte no pudo gobernarlo entonces Él es el Hijo de Dios sin pecado, pero ¿cómo pudo Él morir? Sí, ¿cómo pudo una persona sin pecado experimentar la muerte? La Biblia apoya esto por la Ley, el diablo y el Dios justo. Puesto que la función de la Ley es condenar, una vez que el pecado es condenado por la Ley, el diablo nos acusa delante de Dios y el Dios justo castiga la maldad descubierta. Por consiguiente, los humanos no pueden evitar la Ley o al diablo o a Dios. La resurrección de Jesús demostró que Él no murió por sus propios pecados sino por los de los humanos. Puesto que Él murió por los pecados de los humanos, no es Jesús quien murió, sino los pecados. Y puesto que el pecado está muerto, la Ley ya no puede condenar, en otras palabras, ya no estamos más sujetos a la Ley. De nuevo, puesto que la Ley no puede condenar, el diablo, que acusaba día y noche, no tiene nada sobre que acusar, y será expulsado. Por consiguiente, la muerte de Cristo liberó a los
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humanos de esa trampa mortal. Es la completa liberación. Por esto, nuestra fe es que Jesús es el Hijo de Dios. Si existe el más pequeño problema en la fe acerca de que Jesús es el Hijo de Dios, nuestra salvación está en peligro. El diablo trata por todos los medios de negar esta verdad. El diablo trata de traer confusión y rechazo a nuestra fe diciendo, "Jesús no es el Hijo de Dios. Él no murió, Él sólo se desmayó. Jesús no fue levantado de nuevo, la gente robó su cadáver." El Espíritu Santo, sin embargo, vino para testificar del hecho que Jesús es el Hijo de Dios, que murió en la cruz, que fue levantado nuevamente, y está ahora sentado a la diestra de Dios en los cielos. Recientemente, algunos cristianos se apresuran a ir a un cierto lugar para recibir el Espíritu Santo con el fin de prosperar en algún negocio y ganar dinero y se tranquilizan. Esto no es parte de la cristiandad o el papel del Espíritu Santo. No es tampoco el propósito de Cristo. Jesús no fue crucificado para causar una reforma social. Hay métodos misioneros que son útiles a nuestra vida de fe, como pegar carteles de la iglesia a la que uno asiste en la puerta de su casa, repartir panfletos, evangelizar por medio de asociaciones misioneras, construir lugares de culto y evangelizar a través de los testimonios de fe de estrellas o cantantes de la televisión renacidos. Debemos tener presente, sin embargo, que Jesús no vino a limpiar el mundo. Los cristianos sociales de hoy piensan en Jesús como un medio para purificar el mundo. Los tiempos de Jesús eran particularmente malos. Después de la colonización griega el poder del Imperio Romano sobre el judaísmo era tremendamente confuso. La cultura era griega, la política era romana e Israel se sofocaba en el medio, porque antes aún había sido la opresión persa, y la deportación babilónica. Los israelitas no sabían qué escoger en este estado de caos cultural y político. El Señor no hizo ningún comentario sobre la corrupción y desorden social y cultural. ¿Fue por temor que Jesús no hizo oposición? Pablo no les enseñó a los creyentes a rebelarse contra la esclavitud aunque el sistema funcionaba correctamente. Al contrario, él aconsejó permitir al esclavo volver a su amo y servirlo en la fe liberadora en Jesús, lo que él pensó que se aplicaba a la carne más que a la mente. Pablo vio el eslabón entre la Ley y el Evangelio y puso este último en orden. En otros términos, Pablo, que dedicó su vida para el evangelio, ¿no habría tenido el valor para oponerse si lo hubiera querido? Jesús no dijo, "Después que yo venga y destruya al diablo y muera en la cruz y sea levantado de nuevo, entraré de nuevo en el mundo y construiré mi reino." Los Israelitas creyeron que cuando Jesucristo, esto es, el Mesías, viniera, la gloria de Sión brillaría y esta tierra se purificaría y habría cambios políticos, sociales y culturales. Entonces, ellos pensaron que Jesús atacaría a César y a Poncio Pilatos y así se cumplirían sus expectativas. Pero cuando las cosas no resultaron de la manera que ellos querían, expresaron su enojo y su frustración hacia César en Jesucristo. Permitieron que todos sus sentimientos reprimidos contra César explotaran contra Jesús. Ellos gritaron, "Él dijo que era el rey de los judíos, mátenlo. Él dijo que se levantaría en tres días, mátenlo", pero de hecho, no supieron exactamente la razón que tenían para matar a Jesús. Cristo no vino a hacer una reforma social; Él vino a terminar con las obras del diablo en la tierra. La segunda venida de Jesús es el final del diablo. El final del mundo no será causado por la falta de recursos naturales. La Biblia dice que los israelitas pudieron sobrevivir en el desierto a pesar de la falta de recursos naturales. La ausencia de riqueza 78
material no significa el final del mundo. La Biblia dijo que no había que preocuparse cuando vinieran guerras y hambrunas, porque no era el fin. El fin vendría cuando todo esté en paz. El final de este mundo es el advenimiento de Jesús. Desde el principio, el universo fue hecho como un lugar de destrucción del diablo donde él fue encarcelado y se le dio la denominación ilegal de Satanás, que se volvió oficial, a saber, Satanás. Ésa es la razón por la que cuando Dios creó el aire, en Génesis 1:6 y siguientes, Él no estaba contento. El aire era la morada para el diablo, por lo que él fue nominado como la autoridad del poder del aire (Efesios 2:2). ¿Puede uno regocijarse cuando se construye una penitenciaría sólo porque las instalaciones encajan en el criterio internacional de excelencia? En Corea, estas no se llaman cárceles, sino “centros de entrenamiento”, ¿verdad? En Judas 6 dice que la tierra es el lugar de encarcelamiento para el diablo hasta que él sea condenado. Existirá hasta ese tiempo. Después, cuando el diablo sea enviado al infierno para bien, el hades también será enviado al infierno y los redimidos serán alzados al cielo, al lugar preparado por el Señor, como dice la Biblia. Pero los israelitas pensaron que cuando su reino se estableciera con la venida del Mesías, esta tierra sería purgada. Los israelitas son las personas del primer pacto. Ellos todavía están bajo el primer Adán y la condenación de la Ley. Nosotros, sin embargo, como las personas del segundo pacto, anhelamos el advenimiento de Jesús. El primer pacto promete la venida de Jesús; el segundo pacto promete su segunda venida. Por consiguiente, la iglesia de Cristo es la gente del pacto de su segunda venida. Dios envió al Paracleto a estas personas. No fue enviado para subir la moral de aquellos con un complejo de inferioridad. Dios permitió a Jesús derramar Su sangre en la cruz y luego envió al Espíritu Santo para que sea testigo de ello, pero los humanos oran para que el Espíritu Santo les ayude a hacer que su pequeña tienda prospere, para aprobar el examen para obtener la licencia de conducir, o para ganar la lotería. Cristo no vino a nosotros para purificar este mundo. El Espíritu Santo no vino a nosotros con ese propósito. Él vino a defendernos, no a hacer que nuestros negocios prosperen. El Espíritu Santo vino a testificar claramente y a defender nuestra fe, que confesamos como sigue, "El que yo creo que es el Hijo de Dios no se desmayó en la cruz, Él realmente murió. Su cuerpo no fue robado, se levantó de la muerte y está sentado a la diestra de Dios". De allí, Juan 15:26 dice, "Pero cuando venga el Consolador, a quién yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí". En otros términos, el Espíritu Santo es el que defendería a Jesús. El Paracleto es el que defiende a Jesús. El Paracleto es el abogado, como dice en 1 Juan 2:1, "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”, Jesucristo, el Virtuoso. Jesús es el que defiende a cada uno de nosotros, mientras que el Espíritu Santo defiende a Jesús. La defensa del Paracleto y la de Cristo son idénticas. El otro Paracleto en Juan 14:16 se refiere a un Paracleto que será diferente en la forma y el método, no en la calidad. Cristo, a la diestra de Dios, testifica que nuestros pecados murieron para que nosotros no seamos condenemos, mientras que el Espíritu Santo testifica de esa fe que es nuestra en la tierra. Puesto que el Señor murió por nuestros pecados, ellos están muertos y el diablo no tiene nada de qué acusarnos y el castigo del Dios virtuoso desaparece para siempre. La muerte de Cristo, esto es, el testimonio de Su sangre, en otros términos, nuestra 79
liberación de la condenación de la Ley, la imputación del diablo y el castigo de Dios, dan testimonio por el Espíritu Santo que reside en nosotros. En Juan 15:26-27 dice: “cuando Él venga, testificará sobre mí, y usted también testificará sobre mí”. Por consiguiente, debemos también volvernos abogados de Jesús. Un testigo es alguien que defiende, que salva. El Espíritu Santo testifica en nosotros que Jesús, como el Hijo de Dios, murió en la cruz y se levantó de nuevo y garantiza que nuestra fe no es en vano. El diablo nos seduce cuando tenemos esa fe sólida. Por eso, Pablo dijo, "Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis;” (2 Corintios 11:3-4). Incluso entre cristianos celosos algunos tienen una actitud de fe religiosa y supersticiosa a la que son muy aficionados los demonios. Cuándo se pregunta a los demonios, "¿Cuándo entraron?”, algunos contestan, "Cuando él estaba orando". ¿Cómo es eso posible? La Biblia dice que las oraciones los expulsan. A menos que, claro, el estado de fe sea religioso y supersticioso. Estas personas no construyeron su fe en la sangre de Jesucristo que liberó a los humanos, sino en algunos otros pensamientos religiosos, en algunos ídolos como el edificio de la iglesia, o en cualquier miedo. Ellos confunden la Ley de Dios y la ética y moral confucianas y son así muy oprimidos; o intentan manifestar su celo a través del maltrato corporal. Por eso es que, aunque se dice que ellos son creyentes, cambian muy fácilmente. ¿Por qué entran los demonios? Por la ausencia de la verdad. Hoy hay tantos cristianos que están espiritualmente confundidos. La cristiandad no es una religión o una creencia acerca de la cruz. Ni un solo versículo de la Biblia nos dice que creamos en la cruz. La cruz es el lugar de muerte para Jesús, en otros términos, puede tener algún significado simbólico, pero no puede por sí misma constituir la fe. Somos quienes creen en el nombre del Señor Jesús. Es por eso que se dice que aquellos que creen en Su nombre y lo reciben, recibirán la autoridad de volverse hijos de Dios (Juan 1:12), nuestros pecados son redimidos por el nombre de Jesús (Lucas 24:47), hay vida en el nombre de Jesús (Juan 1:4), uno ya está condenado si no cree en el nombre de Jesús (Juan 3:18), y lo que sea que se pida en el nombre de Jesús será concedido (Juan 14:14). El Espíritu Santo fue enviado en el nombre de Jesús (Juan 14:26), el Señor está dondequiera que se reúnen las personas en su nombre (Mateo 18:20) y el bautismo será recibido en el nombre de Jesús (Hechos 2:38). Ningún otro nombre fue dado a los humanos para la salvación (Hechos 4:12), debemos hablar o actuar en el nombre de Jesús (Colosenses 3:17) y uno debería ser perseguido por el nombre de Jesús (Hechos 4:17). Los demonios deben ser expulsados en el nombre de Jesús (Marcos 16:17), y se dice que cualquiera que invoca el nombre de Jesús es salvo (Hechos 2:21). Nuestra fe es también el nombre de Jesús. Esto es lo que Él quiere dar al mundo. Esto es por lo que Él quiere: que el amor de Dios se haga conocido (Juan 17:2). Esto es lo que Jesús quiso conservar en el mundo (Juan 17:12). Nuestra fe es sólo el nombre de Jesús. Jesús quiere decir salvación, no reforma social sino salvación del pecado. Después de la salvación, nos separa del mundo, así como Dios y el mundo están separados, y nos santifica y nos hace estar con Dios. De ahí que la palabra griega para Emmanuel es 'pro’ de ser uno en Él, "la misma dirección," "al mismo nivel". Así como Cristo tiene la vida eterna, la tendremos nosotros, y al mismo nivel. Debemos, por consiguiente, darnos cuenta de nuestro nivel. 80
El cielo mencionado en "El Padre nuestro" no es algo material lleno con el sol, la luna o las estrellas, ni siquiera es el cielo visible. ‘Ouranois’ se refiere al cielo de los dioses. El Dios que podemos adorar y con quien podemos comunicarnos es el Único y Sólo gran Dios, que está por sobre el universo. Estamos con Él y confiamos y Lo anhelamos. Simplemente para darle una indicación del alto nivel de nuestra fe. La mayoría de las personas, sin embargo, no tiene al Jesús del que se testificó por miles de años; en cambio, ellos tienen al Jesús de sus propias convicciones. La fe y la convicción son diferentes. La convicción es la creencia personal de uno, la auto-convicción de uno mientras que la fe es una fe objetiva, la convicción de Dios, para abreviar, la fe de la revelación. La Biblia dice: "Creed en Dios", lo que significa "Poseed la fe de Dios”, "Poseed la fe revelada". Nuestra fe de salvación no viene de nuestras propias convicciones dentro de nosotros; es la fe revelada de Dios. Jesús no debe ser el tipo de Jesús concebido por usted; debe ser el Jesús en quien Dios cree. "Si yo oro de esta manera, se hará"; esto no es fe sino auto-convicción. "Las hermanas y hermanos, tened fe; si tenéis fe tendréis éxito". "Amén, yo también tendré el éxito". Esto no es fe. Las personas sólo dicen, "Yo creo. Yo creo" para justificar su creencia personal basada en sus ideas y convicciones personales. Salvo el versículo en el libro de Juan, "Yo creo que usted vino del cielo para darme fe", nadie, ni Abraham, ni Moisés, ni los discípulos nunca lo dijeron y ningún versículo de la Biblia lo registra. No necesitaron decirlo porque ellos ya estaban creyendo. La autoridad del Antiguo y del Nuevo Testamentos radica en el punto común en relación a Jesús. De ahí que Juan 5:39 dice, "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;". Si usted piensa que ha leído la historia de Abraham o la de Noé en Génesis, usted no leyó correctamente. La autoridad del Génesis radica en el registro del Pacto, la de Levítico es el del sacrificio expiatorio de Jesús, la de Números en Jesús la Roca, la de Deuteronomio es Jesús dentro del tabernáculo, la de Josué es Jesús poderoso en la guerra, y la de otros hablando del Rey de reyes. De esta misma manera toda la Biblia habla sobre Jesús. El enfoque de todos estaba en Jesús y de repente apareció Jesús en Judea. Por eso es que se dice que se cumplieron las escrituras. La autoridad del Antiguo Testamento radica también en el enfoque de numerosos testigos en Jesús. Nosotros creemos en este Jesús. No esperamos que algo bueno pase, sólo creemos en Jesús. Hay muchos cristianos materialistas estos días. Ellos dicen, "Señoras y señores, sólo crean. Crean y tendrán éxito. Crean y hagan negocios. Crean y hagan lo que quieran. Tendrán éxito". De modo que las personas concluyen que si sólo dicen, "yo creo", ganarán dinero, prosperarán materialmente. Muchos hombres de negocios no conocen a Jesús pero tienen éxito. Su estatus social aumenta y llevan un estilo de vida muy alto. Su riqueza es parte de las bendiciones que Dios da a la humanidad, a saber, la gracia general. Por otro lado, recibimos la gracia sobre gracia (Juan 1:16), la gracia especial, la riqueza espiritual disponible sólo en Jesucristo. La Biblia la llama bendición. El libro de Job es la historia de Israel reducida a un individuo porque Israel era una nación basada en la fe. Su gloria de un tiempo fue destruida y aquellos que los ayudaron los traicionaron y desaparecieron, pero su diálogo con Dios no fue interrumpido y la gloria de Sión que es la última victoria fue suya. No es ninguna maldición si morimos por una puñalada o si somos apedreados hasta la muerte. El Señor lo confirmó levantándose de repente de su trono celestial y 81
mostrando cómo se sentía ante la muerte de Esteban. La gente podría haber pensado que él merecía esa muerte y que él debería haberse quedado callado y haberse quedado en casa, en vez de predicar el evangelio en las calles. El Señor sin embargo, testificó de él. ¡Qué maravilloso si el Señor nos tratara similarmente cuando nos muramos! Por consiguiente, debemos saber que "otro Jesús" significa el segundo desafío del Diablo. Él seduce a aquellos que tienen el testimonio de Jesús. La atracción nacida en los humanos por la religión les hace buscar a Dios celosamente, e idolatrar a cualquier dios y rendirle culto como a Dios. ¡Qué miseria! Cristo vino a salvarnos de los pecados. El Nuevo Testamento es el pacto de su retorno. Nosotros, como los santos de la era del Nuevo Testamento, no queremos vender a Jesús y vivir en el lujo. Somos aquellos que esperan su retorno porque somos las personas del pacto de su retorno. No sabemos cuándo, pero sabemos que tendremos que abandonar todo lo que tenemos en este mundo. Un día, uno de dos que están en el campo será alzado, uno de dos que están durmiendo será alzado y por todo el mundo, desaparecerán personas. Anhelamos su reino. Podríamos intentar conseguir un trabajo usando a Jesús. Jesús no es un medio para resolver los pequeños problemas de la vida diaria. Ambos ladrones que fueron crucificados con Jesús lo llamaron Cristo. Uno falló pidiéndole que resolviera su problema inmediato, "Si eres el Cristo, baja de tu cruz y libérame". El que estaba a su diestra fue salvo, "Acuérdate de mí cuando vayas a tu reino." Nuestra fe consiste en reconocer a Jesús exactamente como Él es. Jesucristo vino a edificar este mundo. Él prometió preparar un lugar para nosotros en el cielo (Juan 14:3) y volver y llevarnos. Nosotros debemos saber lo que es el evangelio. El evangelio empieza con la revelación de Dios. Es una bendita nueva. Se decía que la Ley era santa, virtuosa y buena, y centrada en el amor. Un maestro de la Ley le preguntó al Señor por cual era el más grande mandamiento. El Señor dijo que era amar a Dios y amar al prójimo. Algunos dicen que la Ley es la justicia y el evangelio es el amor. Éstos no conocen correctamente la Biblia. El más grande mandamiento de la Ley es amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo. Jesús dijo que Él no vino a abolir la Ley sino a perfeccionarla (Mateo 5:17). Esto no significa que esa Ley tenga alguna falla y que deba ser rechazada. El Señor vino a perfeccionar la Ley. La definición de " perfeccionar" es completar, explicar. En otros términos, los contenidos deben completarse y fortalecerse. ¿En qué sentido se fortalece? Alguien que no ha cometido adulterio lo ha cometido realmente si ha pensado cometerlo. Si la sola idea del adulterio lo hace a uno un adúltero, entonces todos ya hemos pecado. "No matarás". Uno puede no haber cometido asesinato, pero el Señor dijo que si ha odiado a alguien en su corazón, ya es un asesino. Entonces, ¿quién no es un asesino? Igualmente, la Ley no hace a los humanos justos; al contrario, los condena. De ahí que, "no hay ningún justo, ni siquiera uno". A pesar de esto, los humanos quieren hacerse justos por la Ley e intentar librarse de ella. En este caso, no pueden salvarse por Cristo. Cristo no vino a salvar a aquellos que no tienen nada que ver con la Ley; en cambio, vino a liberar a aquellos que fueron condenados por ella, condenados a muerte. Hay amor en la Ley que es santa y justa. La Ley también es perfecta pero no hay perdón en ella. Ésta es su debilidad. Ésa es la razón porque Cristo murió en la cruz y cubrió esa debilidad. Por consiguiente, aquellos que han recibido la gracia han sido perdonados. Cristianos son los perdonados, los amados. Los israelitas no podían sino esperar el día 82
que irían al infierno debido a sus errores, porque ellos estaban bajo la Ley sin perdón. Nosotros somos libres, hemos sido perdonados. El perdón se volvió nuestro evangelio. El Señor vino como Jesús (Juan 3:16) para dar vida eterna a los gentiles, como el Cordero que lleva los pecados de los oprimidos por la Ley. Él vino para tomar en sí mismo nuestros pecados y enfermedades y a liberarnos del pecado y del mal. Por eso, "no hay ninguna condenación para aquellos que están en Cristo" (Romanos 8:1) y nosotros poseemos la fe centrada en el perdón. Durante la bendición, el orden debe ser el amor de Dios, la gracia de Jesucristo y la influencia del Espíritu Santo, pero ¿cómo es que la gracia de Jesucristo viene primero? Es porque sin el perdón uno no puede tener el derecho a ser considerado como hijo de Dios. Sólo aquellos que son perdonados pueden tener derecho a ser hijos de Dios. Se lee, "Él les dio el derecho a ser hechos hijos de Dios, a todos los que creen en Su nombre" (Juan 1:12). Para decirlo de otra manera, aquellos que creen en la palabra de Jesús y son perdonados tienen derecho a ser hechos hijos de Dios. A éstos se les dice, "Que la guía y la obra del Espíritu Santo esté en ellos." El sacrificio de Cristo en el Calvario, la gracia de la sangre derramada allí, hace que cada uno de nosotros vuelva a nacer. Igualmente, el evangelio se basa en la sangre de Cristo, por lo que debemos evitar ir tras otro evangelio. ¿Cuál fue el primer testimonio de la separación de Israel de Egipto? "Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo”. Los israelitas rociaron la sangre del cordero en los pilares de las puertas de sus casas y comieron hierbas amargas. Esas hierbas amargas les ayudaron a recordar su vida en Egipto. Ellos recuerdan su pasado doloroso comiendo esas hierbas amargas. Esto significa arrepentimiento. Mientras masticaban esas hierbas, Dios dijo, "Cuando vea la sangre, pasaré de largo". Por consiguiente, podemos vivir en Jesús arrepintiéndonos como si fuéramos los que masticaban hierbas amargas. De ahí que el Señor nos dice, "Bebed mi sangre. Hay vida en mi sangre." Hay dos cosas en la Biblia, cultivos y fe. Dios dio a los humanos los cultivos (Génesis 1:28). Y Él ordenó conquistarlos y gobernarlos. Pero Génesis 2:7 dice, "Si comes de él, morirás"; aun si uno escoge los cultivos, esto debe prohibirse por la fe. ¿Cuál es la prioridad, cultivo o fe? Mateo 6:31 da prioridad a la fe, "Por consiguiente, no se preocupe diciendo, '¿Qué comeremos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos vestiremos?' Sino, busque primero el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas serán añadidas." Por consiguiente, uno no debe dejarse seducir por materialistas que afirman, "Si usted cree en Jesús, ganará mucho dinero", "Usted tendrá éxito si va a tal lugar", "Usted tendrá éxito si hace esto." ¿Cuán numerosos son los herejes? 1 Juan 4:5-6 dice, "Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no conoce a Dios, no nos oye. En esto conoceréis el espíritu de verdad y el espíritu de error." Una vez, muchos cristianos en Corea fueron a refugiarse a la Montaña Kyeryong o a la Isla Jeju. El Señor vendría a encontrarlos justo donde estaban. Él dijo que ese día Él nos levantaría de nuestra cama. Si esto pasa aquí de día, será allá de noche. El advenimiento de Cristo ocurrirá en todo el mundo simultáneamente, ya sea que uno se encuentre trabajando en el campo, o durmiendo. La Biblia nos dice que no creamos si alguien nos dice, "Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.” (Mateo 24:24-26).
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Uno no debe dejarse seducir por algunos que prometen el éxito. Es mejor experimentar el fracaso o la dificultad y esperar por el Señor con la alegría del perdón. Debemos considerar el evento de Cristo como nuestra fe. ¿Qué es el bautismo? ¿No estamos bautizados y unidos con Jesucristo al momento que aceptamos el evangelio? Es unirse con Cristo en la vida y en la muerte, morir con Cristo y ser levantado con Cristo a través de la unión con Él. ¿Por qué nos unimos a Cristo y luego lo dejamos y buscamos otro evangelio? El evangelio que predicamos a todos es, "Creed que tus pecados son perdonados". Crea en su perdón y en su salvación. En otros términos, usted debe recuperar su estado de humano perdonado. Cristiano significa persona culta de alto nivel. Hemos encontrado nuestros egos perdidos. Muchos creen que revelaciones significa visiones. Error. Tener una revelación no significa ver una visión. La palabra 'logos’ significa auto-manifestación de Dios. Éste es el significado mismo de revelación. Entonces, ¿cuál es la revelación que puede manifestar a Dios en un 100%? La primera revelación es Jesús, cuando dijo, "Aquellos que me han visto han visto al Padre". Uno no puede ver a Dios a menos que vea a Jesús. Aquellos que quieren ver la representación de Dios pueden verla cuando ven a Jesús y aquellos que quieren oír la voz de Dios pueden oírla cuando oyen la voz de Jesús. ¿Qué reveló Jesús con más precisión? La Biblia. Por eso es que la Biblia es la segunda revelación que manifiesta a Dios. Juan 5; 39 dice que es por medio de la Biblia que uno puede saber de Jesús: "Escudriñad las escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” La tercera revelación es la predicación, que puede manifestar tan bien a Jesús como en la Biblia. Los predicadores evangélicos manifiestan bien la Biblia. Cuándo usted escucha un sermón, ¿no siente como que vuelve a la Biblia? ¿No se siente interesado en Él y atraído por Él? La fe viene por el oír y se refiere a oír la palabra de Dios. Digamos que alguien está dormitando durante un sermón. Él da los diezmos y ora en la reunión de oración nocturna. A menos que él escuche la palabra, no puede tener una fe normal. ¿Por qué debería yo evangelizar si usted puede tener fe sin escuchar la palabra? La ética básica de la fe cristiana es oír. Por eso se le dice que evangelice. Si usted tiene fe y nadie se la transmitió, entonces algo no está bien. Los ángeles son superiores a nosotros; son seres sobrenaturales y transcendentes. Dios, sin embargo nunca les pidió que predicaran el evangelio. Ni una vez. Si ellos aparecieran en los sueños y amenazaran con matar a menos que uno creyera en Jesús, entonces todos creeríamos. El punto es que los ángeles no tienen derecho a evangelizar. El Señor dijo que fuésemos sus testigos hasta lo último de la tierra, porque el evangelio sólo es transmitido por los labios humanos. Ni siquiera los cristianos quieren evangelizar porque es difícil resistir las amenazas y las persecuciones. Por consiguiente, Jesús nos dijo que no nos moviéramos y que esperáramos hasta recibir el Espíritu Santo (Hechos 1:4-5). Significa moverse por el testimonio por el Espíritu Santo como un soldado armado que espera la orden de atacar. Es entonces que el evangelio puede predicarse en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. Ésa es también la razón por la que Dios pidió a quienes Lo recibieron que fueran Sus testigos. Esa es también la razón por la que no hay un solo versículo acerca del Espíritu Santo dado a los ángeles, porque la promesa no se dio a ellos, sino como dice en Hechos 2:17, " derramaré mi Espíritu sobre toda carne". Dios les ordenó a los humanos carnales que se movieran por el Espíritu Santo. 84
La fe viene del testimonio de los testigos. Por eso, la Iglesia primitiva se edificó por medio de la transmisión oral. ¿De qué tratan las epístolas de Pablo? Son cartas enviadas a cada iglesia. Pablo permitió a los santos conservar su fe incluso cuando él estaba en la cárcel, a través de las epístolas. ¿No indujo en el Nuevo Testamento a cada líder de la iglesia a guardar su fe a través de las epístolas? Debemos saber lo que es el evangelio de la Biblia. Este Jesucristo que nació de la virgen María, y quién fue crucificado, es nuestro Señor y él está siendo testificado por el Espíritu Santo, el Paracleto que fue enviado por Él y que reside en nosotros cuando lo aceptamos. Este evangelio perfecto es el rastro de la sangre sacrificada por Cristo en el Calvario. Éste es el poder de Cristo para aquellos que reciben la gracia de su sangre. No hay perdón sin el derramamiento de sangre; tampoco hay ninguna vida de Jesús a menos que uno beba de la sangre. Somos aquellos que han bebido su sangre, y que se han regenerado a través de la redención de su sangre. No hay ningún evangelio mayor, por consiguiente, que la sangre de Cristo derramada en la cruz mortal. Uno puede haber orado toda la noche, ayunado y juntado mucho dinero mientras desatendía la sangre de Jesús, pero todo esto no le llevará al cielo. En otros términos, esto no nos califica para entrar en la vida eterna. Mateo 8:17 dice, "para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias." Nuestras enfermedades sucias fueron transferidas a Jesús porque Él las cargó. 1 Pedro 2:24 dice, "quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos en los pecados, vivamos a la justicia;", y también "y por cuya herida fuisteis sanados". Franjas, en griego, son los ‘morofi' y se refieren a las heridas. Se dijo que él estaba profundamente herido. Él tiene evidencia clara de haber cargado en Él nuestras enfermedades. La Pasión de Jesús, a saber, Su mérito, hizo que nuestras enfermedades se trasladaran a Él. Por consiguiente, nosotros nos libramos de nuestros pecados y enfermedades. El Señor no nos permitió afirmar este hecho sin obligación. La cristiandad no es una religión de auto-maltrato del cuerpo. El Señor no nos dio una religión sino fe, fe enviada por Dios, es decir, la fe. Nosotros no estamos intentando constituir nuestra fe por auto-maltrato o cultivo del carácter. No necesitamos nada para tener fe. El Señor cargó en Él nuestros pecados y el mal cuando estábamos desprovistos. Por eso es que predicamos, "Jesús se encargó de sus pecados. Él murió en la cruz, ¿no? Él fue azotado por sus enfermedades y fue crucificado por sus pecados." Si Él se encargó de nuestras enfermedades, entonces, no deberíamos sentir dolor, pero sentimos dolor. Puesto que Él se llevó mis enfermedades, yo no debería tener ningún dolor, pero siento dolor. ¿No es esto una contradicción? Marcos 9:25 dice sobre el hombre mudo que vino delante del Señor. El último dijo, "¡Tú, demonio sordo y mudo!”. ¿Quién era mudo? El demonio. ¿Quién era sordo? El demonio. El Señor dijo "¡Tú, demonio sucio!" ¿Quién está sucio? El demonio. Por consiguiente, el Señor se encargó de "mis enfermedades" y la enfermedad que yo tengo ahora fue traída por los demonios y es de ellos. Cuando una persona cuya ropa se ha manchado con estiércol entra en un cuarto, todo el lugar hiede, pero cuando sale, el olor desaparece. Es el mismo principio: cuando un demonio enfermo invade, uno se enferma. Los demonios, como los espíritus, son seres espirituales, inmateriales y sin cuerpos. No tienen forma ni substancia, pero existen. Ésa es la razón por la que cuando
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