Exposición de Mara Selvini–Palazzoli 10 de febrero de 1979, a la CEF 1
Principios teóricos y prácticos para la conducción de una sesión de terapia familiar ...... 2 1.
Hipotetización o actividad hipotetizante ............................................................................... ............................................................................... 3
2.
Circularidad ........................................................................ ............................................................................................................... ................................................. .......... 10
3.
Neutralidad ......................................................................... ............................................................................................................... ................................................. ........... 17
1 Centre
d'Etude de la Famille. Lausanne, Suiza.
Principios teóricos y prácticos para la conducción de una sesión de terapia familiar Queremos presentaros, para seguidamente discutirlos, los datos más recientes de nuestra búsqueda respecto a nuestra forma de dirigir la sesión de terapia familiar. Sabéis que hemos adaptado la epistemología, no digo ya los modelos, pero sí la epistemología, es decir, el modo de hablar de Bateson, y que intentamos evitar los modelos lineales. Y desde hace unos 2 o 3 años, nuestra mayor preocupación es cómo dirigir una sesión de terapia familiar. Esto no quiere decir que, anteriormente, no hayamos sido conscientes de la enorme importancia de este tópico, pero los lectores de nuestro libro « Paradoja y contraparadoja », nos han criticado diciéndonos que no llegaban a contraparadoja», saber cómo llegábamos a hacer nuestra intervención, es decir, que se han quedado con la impresión de que nuestra intervención paradójica nos sale de improviso. Por esta razón, hemos decidido, a partir de 1976, buscar principios básicos para la conducción de una sesión, y describir y organizar estos principios en un tipo de «guía» para los terapeutas que se aventuran en la jungla se una sesión familiar. Asimismo, intentamos dejar menos espacio a la improvisación, a lo que se llama la «disponibilidad», el olfato o, pero todavía, el carisma del terapeuta, que no tiene nada que ver con la ciencia y que evidentemente, no puede ser enseñado. He aquí las bases teóricas y los métodos que hemos encontrado en nuestra búsqueda, para conducir una sesión de TF que de el máximo de informaciones. Veremos más tarde lo que es la información. Hemos sintetizado, resumido, los principios que hemos considerado más importantes para la conducción de la sesión en 3 términos —no totalmente satisfactorios— pero por el momento no hemos encontrado nada mejor. El primer término es el neologismo —pues creo que esta palabra no existe ni en italiano, ni en francés—. Se puede tener, no obstante, la intuición de lo que significa; este primer término es la «hipotetización « hipotetización»: »: hacer hipótesis. El segundo término es la «circularidad» circularidad» y el tercero la «neutralidad « neutralidad». ».
1. Hipotetización o actividad hipotetizante La hipotetización es la capacidad de los terapeutas de formular, durante la sesión, una hipótesis basada en los datos que ya tiene, y de poseer y utilizar los métodos elegidos para testificar y verificar la hipótesis. Pero si esta hipótesis se descubre falsa, inmediatamente el terapeuta debe de buscar otra hipótesis, formulada sobre las bases de las observaciones y de los feed-backs que ha recogido durante su investigación para controlar la hipótesis precedente. ¿Qué quiere decir hipótesis? He buscado en el diccionario: la hipótesis es una suposición que no es necesariamente verdadera. Es aún indiferente que sea verdadera o falsa, pues cada sesión familiar es experimental. Estamos siempre, en efecto, en una fase experimental: no hay nada de técnico, que sea seguro; es necesario siempre la búsqueda. La hipótesis es, pues, una suposición basada sobre un razonamiento y que sirve —y es muy importante— como base de partida para una investigación, es decir, para la experimentación. Es preciso decir muy rápidamente por qué es tan importante hacer hipótesis. Cuando observamos terapeutas que comienzan en la terapia familiar, vemos inmediatamente si no tienen hipótesis, y esto es a causa de sus titubeos, etc. Sentimos inmediatamente también si el terapeuta tiene una hipótesis, porque tiene el orden: dirige. Hay algo en su cabeza. Entonces nos preguntamos lo que es el valor funcional de una hipótesis. Se puede decir que es el mismo valor que el que tiene la hipótesis en el método experimental que está hecho en 3 fases: la observación, la hipotetización y la experimentación. Observar, hipotetizar y experimentar, es decir, verificar la hipótesis. También el valor funcional de la hipótesis en general, es de servir de punto de partida para una investigación, es una premisa absolutamente fundamental que asegura al terapeuta la actividad —lo que no quiere decir agitar o ser una clase de reglamentador, de director de escena. etc.— es decir, tener una hipótesis contra la hipótesis lineal de la familia. Viene siempre con su hipótesis lineal, tiene un paciente designado porque en su cabeza tiene una hipótesis lineal. Si el terapeuta se queda tal que no dice nada y observa, entonces, es la familia la que impone su hipótesis. Los terapeutas un poco experimentados saben muy bien cuál es la hipótesis de la familia, la hipótesis lineal, es
decir, designar quién es el culpable y quién es el loco. Se comienza con acusaciones al loco y acusaciones al culpable: es mi marido, es mi mujer, etc. Entonces, tener su hipótesis, que será evidentemente hipótesis circular contra la hipótesis lineal de la familia, esto le asegura una dirección clara cuando realiza sus preguntas. No hay duda al colocar las preguntas. Es como cuando hay raíles, raíles precisos: va sobre esos raíles. Si su hipótesis no es justa, entonces, cambia sus raíles, pero los tiene siempre. Por lo tanto, los resultados de este valor funcional de la hipótesis es –cosa muy importante- el orden. Hay una hipótesis muy precisa para buscar informaciones relacionadas, hay orden, el orden contra la confusión, contra el descarrilamiento, contra los desórdenes, contra el caos. Vosotros sabéis entonces que si no hay una hipótesis, no tenemos posibilidad de dar a la sesión una dirección bien precisa, muy pronto nuestras sesiones empiezan a ser desordenadas, caóticas; no se comprende ya nada y la cabeza comienza a pesar; entonces la familia empieza a hacer lo que quiere; entonces se acabó. Aquí interviene la teoría sobre la entropía y la negrentropía. Se puede hablar de ella porque es una base teórica fundamental, a saber que la entropía es el desorden y la negentropía es la información, es decir, el orden. Hay sobre este principio de la hipotetización, en el orden, en la dirección, una base cibernética muy precisa. La negentropía conduce a la información, es decir, a un aumento del conocimiento, así como a un aumento de la organización y de la capacidad de organización. He aquí un ejemplo de hipotetización muy simple. Hace algunos meses éramos invitados al extranjero por un instituto especializado en TF para dar una demostración directa, viva, de nuestro modo de trabajar con las familias. En esta institución, no se tenía la costumbre de nosotros en Milán, a saber, que es siempre un terapeuta el que toma la información por teléfono. En el centro donde estábamos invitados, es la secretaria quien toma las noticias, los datos estándar, y en esta ocasión lo estándar era muy poco. Habíamos pedido ver una familia en la 1ª sesión. Era una familia mínima de 2 personas: la madre divorciada y un chico de 14 años. La ficha, como ya he dicho, era extremadamente corta. Sabíamos que la madre había telefoneado 2 meses antes, en la víspera de las vacaciones anuales, con el fin de pedir ayuda para su hijo que era un poco violento, maleducado, desobediente; se encaminaba probablemente a la delincuencia, pues robaba dinero en el monedero de su madre. Teníamos pues, solamente informaciones mínimas: comportamiento del hijo no dominado por la madre, comportamiento que había
cambiado bastante bruscamente. Evidentemente, era la adolescencia, pero la madre estaba preocupada porque las cosas le parecían demasiado graves. Sobre la base de esta pequeña información, en la pre-sesión nuestro equipo, en presencia de los demás colegas, formuló hipótesis. Es preciso destacar que esta hipótesis es triádica: es necesario no hacer jamás, jamás, una hipótesis diádica, aún en una pareja en desacuerdo, o cuando no hay niño. Hay siempre el tercero, el tercero o los terceros; entonces siempre una hipótesis triádica pues sino no hay sistema. Entonces, nosotros habíamos hecho la siguiente hipótesis triádica: el comportamiento del niño podría tener como fin la vuelta del padre, de servir de cebo del padre divorciado, con quizás una orden silenciosa de la madre. Porque es triádica, esto no quiere decir que el niño es quien desea tener a su padre, pero sí que quizás va a interpretar un deseo secreto de la madre. Sobre la base, pues, de estas premisas, entramos en la sesión, tenemos ya un método, una estrategia; estamos muy decididos a dejar solamente 3 minutos p ara que se nos haga el relato de las cosas que ha hecho el chaval, de sus fechorías. Esto no nos interesa absolutamente nada: ha robado, ha… como en las anoréxicas: ha comido esto, como un biscuit pequeño, un guisante, etc. esto no nos interesa absolutamente nada. Dos minutos. Se acabó. Tan pronto decido que las fechorías del chico no tienen ningún interés, era necesario pasar muy rápidamente acerca de la relación relación de la madre de su hijo con el padre ausente, en el pasado y en el presente. Comenzar en el presente e ir al pasado, conocer una cierta historia del casamiento, del divorcio, etc. entonces hemos tenido noticias muy interesantes: los dos esposos, cuando eran jóvenes, cuando se han casado eran alcohólicos; llegaron a ser miembros de AA.AA.; la mujer curó, el hombre no. Había salido de los AA.AA. y le había perdido totalmente su rastro. Encontramos, pues, que la hipótesis era falsa; el hijo no deseaba volver a ver a su padre; tenía de él recuerdos muy vagos. Pero al mismo tiempo en que íbamos a verificar esta hipótesis, teníamos otras informaciones. Una de ellas era muy importante y no se encontraba en la ficha evidentemente pues la madre, cuando había reservado la sesión, lo había hecho por teléfono. Esta madre, pues de 37 años, era muy alegre, hermosa y muy simpática. Vimos entonces que había vivido con su hijo como una monja, una religiosa: católica, había quedado sola, se había dedicado a su hijo y se había preocupado de él con una devoción extrema. Entonces, durante la sesión, los supervisores han hecho con esto una nueva hipótesis, sobre la base de estas informaciones: la mujer, quizás, había acabado de ser una sor; tenía quizás un tercer hombre, amante de esta joven mujer. La hipótesis era que el chico, quizás estaba celoso y expresaba los celos por su comportamiento
desagradable. Esta 2ª hipótesis tuvo un resultado correcto. Inmediatamente, cuando los terapeutas han empezado a cuestionar y a preguntar si la madre tenía a alguien para cuestionar su soledad, el chico empezó a llorar y a decir que su madre estaba totalmente cambiada, era muy desgraciado porque la tarde, el años pasado, todavía podría contar lo que había hecho en la escuela, pero ahora la madre no escuchaba ya más, no estaba presente, ni disponible o muy raramente y el chico se mostró muy perturbado y expresó su frustración. Pero a su lado, la madre estaba muy emocionada, pues estaba allí, con el aire de embarazo de una adolescente cogida en falta, acusada por el hijo, su hijo. Ved pues que la 2ª hipótesis, los feed-backs han llegado: esta pequeña familia nos ha dado informaciones muy importantes para elegir algo que sea terapéutico. La conclusión de la sesión era que no había patología, pero que crecer es muy penoso: había dos adolescentes, es decir, la madre, una adolescente de 37 años, la bella que se había despertado tras 10 años de dormir, y el chico. Estaban confrontados en una labor muy difícil y era necesario tiempo. era necesario tiempo para aceptar la adolescencia, es necesario siempre tiempo, porque la adolescencia es siempre la perspectiva de una separación, es la cosa más difícil, la perspectiva de una separación sin sentirse uno abandonado como el niño, ni culpable como la madre. Así podéis ver que hemos podido hacer todo esto con hipótesis. La 1ª era falsa, pero nos da informaciones muy importantes para una 2ª, para elegir una dirección que pensamos terapéutica y hemos podido hacer todo eso en el espacio de una sesión, sin perder tiempo en un largo relato de hechos, etc. Pregunta: ¿De qué forma, de qué manera, habéis verificado que la 1ª hipótesis era falsa? Decís que el chico no ha reaccionado, cuando era preguntado por el padre. ¿El chico no habría podido camuflar su juego, así como la madre? ¿Cuánto tiempo ha tomado eso? Respuesta: Eso ha tomado mucho, mucho tiempo, es decir, casi media hora. Cuando hemos hecho la 2ª hipótesis, hemos observado especialmente los comportamientos analógicos, es decir, si en el chico había algo que mostraba emoción, emotividad y hemos trabajado especialmente con ese chico; era muy evidente que no había emoción. Hemos insistido en la duda de que ocultase algo.
Pregunta: ¿No se puede decir, a la inversa, que tenía el miedo al incesto? Ese chico que llega a adolescente, puede acercarse a su madre y su madre está obligada a rechazarlo? Respuesta: Por una parte, no hacemos jamás hipótesis diádicas, que parece ser el caso de lo que dices. Por otra parte, hay la posibilidad de hacer las hipótesis que se quieran: se pueden hacer 10, 20, estando claro que no son necesariamente verdaderas. La función de la hipótesis es darnos otras informaciones pero que son siempre relacionales; por otro lado, son lo que yo llamo noticias, informaciones individuales, cuentos, etc. se pueden hacer las hipótesis que se quieran. En aquel caso, habíamos hecho la 1ª hipótesis, si hubieras estado allí, podríamos haber hecho otras. Es necesario siempre que una hipótesis no salga completamente de los datos recibidos de la toma de contacto. En aquel caso, no teníamos más que pocos datos. En nuestro equipo, tenemos una ficha estándar que es mucho más rica; el terapeuta debe anotar siempre sus impresiones personales, el tono de voz, otras noticias que son muy importantes, por ejemplo, las direcciones de los padres, si viven juntos, si viven muy cerca, etc. entonces, pues, hay en el punto de partida muchas informaciones y así, cuando hacemos hipótesis, cuando entramos en la sesión, inmediatamente la hipótesis puede ser reforzada, o quizás puesta en duda, por otras informaciones, no únicamente verbales por otra parte, por ejemplo, la disposición de los lugares. Es necesario ser muy rápido, pues la función del terapeuta es necesariamente una función de elección. Así, es un contexto muy complicado, por ejemplo, en el contexto de un niño que tiene un adelgazamiento acentuado cuando comienza el curso, debo elegir dónde voy a trabajar: ¿sobre el niño? ¿sobre la pareja? ¿sobre la clase? ¿sobre la escuela? ¿sobre el contexto, un contexto parcial? Etc. Es igual para la hipótesis, estamos obligados a elegir y evidentemente la elección siempre es un riesgo. Es necesario por ello estar atento y no encarnizarse en una hipótesis, ser elástico, abandonar la 1ª hipótesis y buscar inmediatamente otra, etc. En resumen, si el terapeuta ha organizado bien una sesión con una hipótesis y cuando se prepara a cambiarla según los feed-backs, puede proceder con orden, guardar el control de las transacciones, interrumpir, guiar, regular, sobre los raíles establecidos por la hipótesis, evitando también hundirse en las arenas movedizas de los parlanchines que no dan ninguna información.
Un 2º punto en relación a la hipótesis es el siguiente: ya que trabajamos con la epistemología sistémica, evidentemente la hipótesis debe ser siempre sistémica, es decir, que nos debe dar una suposición que concierna a toda la familia, que concierna a todo el funcionamiento familiar. Debe de comprender a todos los miembros de la familia. Naturalmente, esta hipótesis sistémica brotará de 2 fuentes fundamentales: Las informaciones que tenemos ya sobre la familia. Datos derivados de la búsqueda, y de la experiencia que tenemos hecha trabajando con familias. En otros términos, los datos concretos que tenemos ya sobre esta familia, y de los datos destilados de nuestra experiencia o nuestra búsqueda en general. Por ejemplo, en una familia con un miembro designado como esquizofrénico, gracias a búsquedas precedentes con familias que tienen un miembro esquizofrénico, sabemos que muy a menudo y casi regularmente la crisis psicótica del paciente designado, coincide con el riesgo o el proyecto de otro miembro de salir de la familia. Sabemos también que le mismo peligro, que alguien salga de la familia, coincide por ejemplo con un cambio repentino de la política de la familia: la familia tiene cierta política y he aquí que ella cambia su política. Ejemplo: Hemos hecho una hipótesis sistémica basada en los datos que tenemos de búsqueda concerniente a la familiar del esquizofrénico. Yo había tenido una conversación telefónica con un madre que se declaraba ser la mujer de un obrero bastante pobre, bastante modesto. Tenía una hija de 13 años que era ciega desde su nacimiento y psicótica desde la edad de 3 - 4 años. Por esta razón, no había podido meterla en la escuela especializada para ciegos, tanto más que desde la edad de los 6 años había manifestado un comportamiento incontrolable. Los padres habitaban en las afueras de Milán y la niña, Regina había sido mandada en aquel momento a Asís, muy lejos, pues, de su familia. Esta niña tenía actualmente 13 años y la madre había pues telefoneado para decir que ahora había pensado que no era bueno tener a Regina en la institución. He acá el cambio político. Estaban a punto de decidir volver a meter a Regina dentro de la familia, a pesar de que, evidentemente, ella era ciega siempre, siempre psicótica y tenía siempre comportamientos insoportables. La madre iba a visitar a Regina una vez por mes o cada dos meses. Regina se había adaptado en parte a la institución. Había llegado a leer y a escribir. Pero después de algunos años, se había
parado completamente y había adoptado un comportamiento negativista con las religiosas y con las otras chicas de la institución. Vería a su familia durante las vacaciones de invierno, en la Navidad, y durante las vacaciones de verano. El año pasado, ella había cambiado mucho con su madre a la cual estaba muy atada; no quería volver más a Asís. Por otro lado - y esto era un juego sistémico muy extendido- la madre tenía nuestra dirección a través de la psicóloga de Asís, de la cual no sabía el nombre pero que le había dicho que nos consultasen y que aconsejaba que la familia sacase a Regina de la institución y la retomase en casa. Había así dos líneas que se encontraban por razones diferentes, es decir, una razón política de la institución - cierre progresivo de las instituciones con una ideología anti-institucional que ha engendrado un mito de que colocar a un psicótico, recolocarlo en su familia es siempre lo mejor. Cuando se dice "siempre" es el mito. Porque no es «siempre», es «casi siempre». Cuando algo es rígido es algo que no tiene excepción, entonces es el mito. Y por otra parte, la familia, tenía su política. Era necesario pues hacer la hipótesis siguiente: ¿cuál es la política? Hemos retomado la ficha de la familia; familia; hemos visto que la familia compuesta por 6 miembros: padre y madre en la cincuentena, el hermano Paulino, que tenía 20 años, luego una hermana de nombre Francisca, que entraba en la adolescencia plena, tenía 16 años y había terminado sus estudios de secretaría y estaba a punto de encontrar un puesto de trabajo, es decir, de salir de la familia. Estaba luego Regina, de 13 años, y por fin un chaval Stéfano, de 10 años. Entonces, evidentemente, hecho la hipótesis de que el cambio de la política de la familia -a saber que ahora es mejor tener a Regina en casaestaba dirigido a encerrar a Francisca en casa, a Paulino quizás, pero más probablemente a Francisca, no dejarla coger un puesto de trabajo porque no era posible con una familia de 6 miembros que la madre pueda cuidar Regina y ocuparse de la casa. Es decir, que evidentemente, Francisca estaba destinada a ser la enfermera de Regina. Era necesario retener a Francisca en casa, sin puesto de trabajo, porque la familia tenía miedo de perder y por otro lado, Francisca tenía también un miedo terrible a salir. No hay evidentemente víctima en el sistema, hay solamente cómplices, cómplices que son letales hacia el juego y hacia la homeostasis. Así veremos ahora que la hipótesis sistémica introduce en la familia la información que es dada por el terapeuta esta vez, es decir, desconocida. Sabéis bien, en el modelo cibernético y en la comunicación lineal, que todo lo que es desatendido, que no es probable que haya orden. La probabilidad es el desorden.
Gregory Bateson dice en sus «metálogos « metálogos» » por qué las cosas están desordenadas. Estos «metálogos» metálogos» son diálogos socráticos, geniales y en el diálogo con su hija, dice: sé que el desorden es lo más probable y que el orden es poco probable. Si, por ejemplo, tomáis letras del alfabeto, es absolutamente poco probable que si las echáis en la mesa salga la palabra «trasatlántico». El orden es muy poco probable. Pero volvamos al ejemplo. Veis que con esta familia los terapeutas introducen lo desatendido, es decir, que entran en la sesión con la hipótesis. La familia comienza su historia de Regina. Sabemos ya por teléfono que su hija es ciega, se agita, etc. He aquí que los terapeutas comienzan a trabajar con Francisca. Esta es interrogada siempre de modo triádico: qué es lo que piensas de las relaciones entre tu madre y Regina, entre tu madre y Paulino, entre tu padre y Stefano, etc. Trabajamos con Francisca, con sus proyectos, con lo que ella espera de la vuelta de Regina a casa, etc. Entonces, la familia está delante de lo desatendido, porque ella evidentemente tiene su hipótesis, y he aquí que los terapeutas trabajan en una dirección completamente diferente. Al final de la sesión, los feed-backs han confirmado completamente nuestra hipótesis, que la política de la familia estaba centrada sobre la salida de Francisca. Era el miedo de la salida de Francisca que era necesario señalar positivamente. Habíamos así podido, en una sola sesión, tener una hipótesis que tomaba en consideración un campo muy extenso, es decir la ideología dela política de la institución, centrífuga, que quería hacer salir a Regina y la familia que había cambiado su política.
2. Circularidad Por circularidad entendemos la capacidad del terapeuta de conducir su investigación sobre la base de los feed-backs de la familia y de las informaciones que solicitan en términos de relación, así pues en términos de diferencias y de cambio. Entonces, esto, es muy muy complicado. Bateson dice en su libro «Hacia una ecología de la mente» que en realidad pensamos siempre en términos de diferencias y de informaciones; el pensamiento está basado siempre en las informaciones (relaciones), por ejemplo: yo sé que soy pequeño porque he visto al otro que es grande. Si quiero saber cómo está hecho tal objeto, debo cambiar la posición de mi mano de ese objeto. Si no veo, debo de cambiar la perspectiva para ver. Son pues siempre las diferencias las que nos dan las informaciones. Pero estamos condicionados por el lenguaje a creer que pensamos en términos de cosas, de cosas en
sí, o en términos de gestalt, pero esto es una deformación. De hecho pensamos en términos de diferencias. Entonces, el terapeuta debe de liberarse de si condicionamiento lingüístico. Debe esforzarse en pensar en términos de diferencias y debe conducir a la familia a pensar en términos de diferencias. Serán dados más adelante ejemplos de ello. Introducir pues a la familia a pensar en términos de diferencias y a pensar en términos de relaciones, es decir, no en términos de individuos, de diadas, porque el sistema no es absolutamente una suma de individuos, no es absolutamente una suma de diadas sino a pensar siempre de una forma compleja, es decir, en términos de triadas. En conclusión, es preciso decir, lo que en California se llama de un modo muy divertido «gossiping in presence», sea habladuría en presencia o más bien comadrería en presencia. ¿Cuál es esa técnica? He aquí una familia de 4 miembros, es decir, el padre, la madre, una hija de 26 años, Emma, que es anoréxica con comportamientos bastantes psicóticos, no muy graves y otra hija Marina de 20 años. Estas dos hijas eran muy guapas. La familia llega a la sesión. Utilizamos la técnica siguiente: los primeros momentos, dejamos a la familia hablar libremente, a fin de tener informaciones. Podemos así ver quién comienza, quién habla el primero, si es la misma persona que había conectado por teléfono, es decir, si es la misma persona que había decidido una coalición con los terapeutas (el miembro sano que lleva a los otros). Dejamos pues comenzar a contar los hechos, los desastres del paciente designado… luego paramos. Tenemos la hipótesis, y comenzamos entonces a interrogar a cada miembro sobre el modo en que él ve la relación entre los otros dos miembros de la familia. En este caso, por ejemplo, el paciente designado ha sido interrogado de la siguiente forma: Emma, ¿nos dices tu opinión sobre el tipo de relación entre tu padre y tu hermana Marina? Entonces, Emma ha comenzado a hablar de esta relación entre el padre y la hermana. Se tenía la impresión de que la relación entre las dos hermanas era muy amistosa: mostraban una relación muy tierna, lloraban juntas, parecían gemelas. Entonces, hemos hechos esta pregunta —esto era muy interesante— Emma ha comenzado a atacar bastante duramente la relación entre su padre y su hermana Marina, contando un episodio que había pasado durante el verano y diciendo que el padre se entromete siempre muy pesadamente en las cosas de Marina.: ella ha acabado su «revelación» con una expresión bastante dura al lugar del padre: «yo pienso que te gusta angustiarla y pienso que la aciertas muy, muy a menudo, casi siempre». En este momento, hay una
serie de feed-backs, enorme, que conduce a informaciones sobre las relaciones: hay un efecto entre si el padre y Marina se quedan sin reaccionar, después de lo que ha expuesto Emma, avergonzados, tímidos o si ellos protestas los dos: «no es cierto, no es cierto» o si hacen otras cosas. Diré más tarde lo que había en este caso, lo que ha hecho la madre, porque Emma ha dicho algo importante sobre una relación, qué retroacciones presentan los otros miembros. Aí, hacer preguntas de esta forma, triádica, a saber que un miembro debe hablar sobre cómo ve la relación entre otros dos miembros, es en primer lugar: eliminar resistencias, en efecto, si hubiésemos hecho la pregunta diádica al padre: « Díganos cuál es su relación con Marina? », », hubiera sido: nada, o bien, ella es muy buena. Inmediatamente había habido resistencia, porque son interrogados en primera persona. Mientras que en la manera adoptada, los otros son el objeto de la percepción que el otro tiene de su relación. Veis que es completamente diferentes, es decir, que no preguntamos a los padres: «¿cuál es la relación entre vosotros?». No es necesario hacer esta pregunta, puesto que la información a este respecto sale de los feedbacks. Así pues, el primer punto es que tenemos menos resistencia, porque la interesada no es interrogada directamente sobre la relación. El segundo resultado, el más importante, es que desencadenamos una cadena, una espiral de feedbacks que es enorme. Tomemos otra vez el ejemplo de Emma y de Marisa. ¿Cuáles eran los feedbacks? Hemos podido destacar que el padre mostraba una indignación «bíblica». Estaba escandalizado. Podíamos esperar esto y pensar que habrá esta reacción por parte del padre, pero lo más interesante, es que Marina permaneció críptica. No ha descalificado, ni confirmado a su hermana. Ha quedado como estaba, dejando entender por esto mismo, que estaba con su padre. Ha dado informaciones sobre las relaciones bastante complicadas que tenía con su hermana y con padre. La madre estaba presente y se unía al marido, continuaba haciendo gestos de horror cuando Emma decía: te gusta angustiarla y la aciertas. Después de esta información, pasamos a meter a la madre en la información. Nos hemos dirigido a Marina: «Deseamos saber de ti, Marina, ¿cómo ves tú las relaciones entre tu hermana Emma y tu madre??». Entonces, otra espiral, y de esta manera, volvemos y tenemos informaciones no verbales también y verbales que son cantidad hasta el punto que no es posible retenerlas todas. Tomamos lo que podemos de las informaciones relacionales, informaciones relacionales porque son informaciones que llegan a través del modelo triádico y de feedbacks.
Ahí está el primer punto de la circularidad, es decir, abandonar su modelo lineal: el terapeuta debe desacondicionarse de los modelos lineales, esforzarse a pensar en términos de relación e invitar a la familia a pensar, a dar informaciones en términos de relación. Esto es muy importante porque es información que llega a la familia, no es un insight. Ese «comadreo» en presencia tiene otra función que es muy importante, es cortar una regla que es universal en la familia que es disfuncional, en este sentido, que en estas familias existe siempre el «gossiping», la «habladuría», pero jamás «en presencia». Hay una habladuría analógica, un comadreo (hablar del otro cuando no está presente y para mal, evidentemente) por ejemplo, cuando el padre entra, la madre está ligeramente triste, con otra cara, todo diferente. No dice nada, pero su cara cambia: es el comadreo. Tratando de ello como una propuesta de más categoría, cortamos la regla de la familia disfuncional, es decir, hacemos de modo que hay un cambio de regla, a saber, el «comadreo en presencia»: se trata de hacer una metacomunicación (lo que está estrictamente prohibido en la familia disfuncional), es decir, invitamos a hacer la metacomunicación sobre las relaciones de los otros miembros. Evidentemente, tendremos también los feedbacks de la persona que es interrogada, que tiene también expresiones verbales y no verbales, que dice las relaciones que ella tiene con los otros dos. Con este principio de «comadreo en presencia» pasamos a los diferentes métodos que hemos juzgado muy útiles para recoger el máximo de informaciones, de acuerdo con el principio que he descrito en la definición de la circularidad, es decir, en términos de diferencias y de cambios. He aquí ejemplos: Cuando yo era psicoanalista, yo interrogaba a los pacientes sobre los sentimientos que ellos experimentaban hacia mi persona o hacia los otros, hacia los padres, etc. yo les interrogaba también sobre opiniones, yo daba interpretaciones, etc. Ahora es distinto. Pensamos que para tener informaciones que sean aprovechables en la familia es necesario conducir su investigación: a) En términos de comportamientos específicos en una situación específica y no en términos de sentimientos, opiniones o interpretaciones. Por ejemplo: he aquí una pregunta hecha por un terapeuta durante una sesión:
Es una familia compuesta por 4 miembros: padre y madre de 45 años, el hermano primogénito que tiene 18 años, el pequeño que tiene 13 años y que golpea violentamente a su madre; es verdaderamente muy violento en casa; todas las veces que se encoleriza con su madre, la golpea violentamente. Como el padre queda siempre en silencio y colocado detrás, he aquí la pregunta hecha por el terapeuta dirigiéndose al hijo de más edad: «Dime Roberto, cuando tu hermano comienza a encolerizarse y comienza a golpear a tu madre, ¿qué hace tu padre?». En otro caso: «cuándo tu hermana critica a tu padre, ¿qué hace tu madre?». Preguntamos siempre qué es lo que ella hace, ¿y tú mismo, qué haces? Etc. si hacemos preguntas de este modo, tenemos un tablero, una imagen como un cine, de esta transacción típica de la familia. La madre reprende a Lorenzo; Lorenzo comienza a agitarse a su alrededor y va hacia la madre; hay una gran diferencia entre si el padre lee el periódico o si se levanta e interviene: «¿Qué haces?». Y el hermano primogénito, ¿qué hace? Entonces tenemos la escena viva, tenemos el psicodrama a través de la descripción. Porque después, hacemos la pregunta al padre y a la madre; hacemos la pregunta a todos y tenemos la escena viva, con las eventuales discordancias. b) El terapeuta debe conducir su investigación en términos de diferencias y no de predicados concebidos como cualidades fijas, inherentes al sujeto, es decir: bueno, malo, díscolo, etc. Porque esto son predicados concebidos como cualidades fijas, inherentes al sujeto. Hay cambio cuando las relaciones cambian: entonces es necesario hacer preguntas en términos de diferencias. Recordamos ahora a Bateson: «se perciben diferencias y la diferencia es una relación» y a Russel: «si decimos que esto es más grande que aquello, no atribuimos una simple cualidad a esto, pero hacemos una relación de esto con aquello». Veamos un ejemplo de transacción muy simple, pero muy rico, que hemos registrado durante una sesión. Se trata de una familia comprendiendo a una chica catatónica. De 19 años, tiene 3 hermanas y 3 hermanos; en la familia también hay abuelos paternos, que lo llamados a la 2ª sesión. Uno de los hermanos había ducho en la 1ª sesión, hablando de los abuelos paternos que eran irritantes. No podíamos acepta aquello. «¿Qué hacen para ser irritantes? ¿con quién? ¿con quién más?». Clasificación. Es difícil hacer una investigación de esta forma porque no tenemos la costumbre cultural de hacer preguntas sobre los hechos y de hacerlas de esta manera a fin de ver aquellos con todo su desarrollo, porque somos debutantes, peligramos de dejar mucho sitio a la
intuición, pero en la terapia de familia, esto conduce a perder informaciones que son fundamentales: es necesario pues educarse en esta nueva manera de hacer, hasta volverse «obsesivo»; muy amables, pero jamás, jamás soltar el timón. De esta manera, podemos ver la transacción que tiene lugar: después que unos de los hermanos haya dicho «son irritantes», el terapeuta, dirigiéndose a uno de los chicos, que tenía 14 años: Terapeuta - «Dices que vivís con vuestros abuelos paternos y que son irritantes, concretamente ¿qué hacen para ser irritantes?». El chico responde: «Interfieren siempre con mis padres; se mezclan en nuestra educación. Si no pido salir, ellos piden que no se me deje salir, etc. Si mi hermana quiere una pareja de zapatos, entonces ella es demasiado derrochona, etc». El terapeuta: «¿Cuál de vuestros abuelos interfiere primero: el abuelo o la abuela?». El niño dice: «El abuelo». El terapeuta: «Pero cuando el abuelo interfiere en vuestra educación, interfiere primero con tu padre o con tu madre?» El niño: «Con mi padre». El terapeuta: «Tú dices que ellos son irritantes, es decir, que cualquiera se encoleriza; ¿no solamente vosotros? ¿vuestros padres también, por ejemplo? ¿Quién se encoleriza más bien entre tu padre y tu madre cuando tu abuelo interfiere? El niño: «Mamá, sin duda, ella se pone furiosa cuando mi padre no reacciona». Veis aquí qué hermosa alianza, muy clara, entre el hijo y el padre, contra la madre. Insistiendo de esta manera, tenemos informaciones. Si hubiéramos aceptado solamente «son irritantes» con algunos detalles, concepto demasiado vago, no sabríamos el desarrollo de las relaciones en una transacción. De tal manera hemos analizado a través del niño, toda la transacción entre el abuelo, los padres, los hijos. Vemos toda la escena. El otro ejemplo que voy a dar es en términos de clasificación, es decir, uno o dos miembros de la familia son interrogados al respecto de un comportamiento específico o de una interacción específica; el sujeto interrogado es invitado a clasificar a los
miembros de la familia respecto a este comportamiento. Se trata de hacer una clasificación. He aquí el ejemplo: «te ruego que clasifiques a los diferentes miembros de la familia respecto a su tendencia a quedarse en casa el domingo. Comienza por el que tena tendencia a quedarse lo máximo en casa hasta el que tenga tendencia a quedarse lo mínimo en casa». De tal manera hacemos una clasificación. La otra información que es más importante todavía y más rica en informaciones es una clasificación que concierne a una interacción específica y central en la familia. Ejemplo: es la familia de una mujer deprimida, una depresión muy grave, que ha necesitado un periodo de hospitalización. hosp italización. La primera sesión con la familia, trabajamos a partir de la clasificación. Sabemos que en esta familia está el padre, la madre, una hija de 15 años, otro de 13 años, un chico de 12 años y una abuela, madre del marido. Nos hacen saber que la mujer, a pesar de que haya salido de la clínica, está muy deprimida; la ven muy a menudo llorar, encerrada en su habitación. He aquí la pregunta: «Decís que vuestra madre en casa llora, llora muy a menudo, que está muy triste». El terapeuta dirigiéndose a la hija primogénita: «Te ruego que me digas, Emilia, cuál entre vosotros es el más capaz de remontar la moral de vuestra madre cuando ella está muy triste. ¿Es papá, la abuela, tu hermano, tu hermana o tú? Te ruego me lo digas, haz una clasificación». Subrayo la gran eficacia en lo que concierne a las posiciones de los diferentes miembros de la vida familiar, como para poner en evidencia las diferencias eventuales de las distintas clasificaciones. El otro punto muy importante es en términos de cambio (Bateson) entre antes y después, es decir, en término diacrónico, en término de tiempo. Entonces, se hacen preguntas que conciernen a un cambio de relación antes y después de un acontecimiento preciso considerado como muy importante para el terapeuta. Lo más banal, lo sabéis, es muy banal, se pregunta a unos de los niños: «Cuando tu hermana se ha puesto mala, ¿es que tus padres estaban más unidos que antes o después de que tu hermana presentase síntomas?». La llegada de los síntomas es un acontecimiento. Se va a ver si la relación entre los padres era mejor antes o después de los síntomas en la paciente designada. Esto es muy banal. Hay también otras investigaciones diacrónicas, damos otro ejemplo: Una familia de 4 miembros, la madre ha pedido una sesión a casusa del comportamiento insoportable y agresivo del hijo Marco, de 12 años. Hay también una
niña de 10 años, muy amable, Sissí. Entonces, cada día hay escenas violentas entre la madre y el hijo. En la familia hay un acontecimiento preciso: he aquí que el padre hace 2 años ha tenido un infarto y a consecuencia de ello ha abandonado el trabajo. Vive en casa, cobra la pensión de invalidez. Ved que la familia ha cambiado mucho. Pero, no obstante, la madre sostenía que Marco había tenido siempre un comportamiento muy difícil. Entonces se va a hacer una investigación sobre el cambio. El eventual cambio de relación antes y después del infarto del padre. El terapeuta se dirige a Sissí y le hace la siguiente pregunta: «Mamá ha dicho que Marco ha sido siempre un niño difícil, pero según tú, piénsalo bien, las querellas entre mamá y Marco, ¿eran más frecuentes antes o después del infarto de papá?. Sissí responde inmediatamente: «¡Oh!, después, después. Mamá se ha puesto muy nerviosa. Hace riñas con Marco, pero son muy breves porque en un cierto momento papá se pone la mano en el corazón y ella debe pararse». Ved qué formidable es la información. Ahora en términos de diferencias, en vista de las circunstancias hipotéticas. Por ejemplo: el terapeuta dirigiéndose a unos de los hijos: «Vosotros sois una familia numerosa, sois cuatro hijos, si uno de vosotros debiera casarse y quedarse en casa, ¿cuál piensas tú que sería el mejor para papá? ¿Cuál piensas que mamá elegiría?» ¡Es terrible! Se puede ver la espiral; es decir, por ejemplo, se puede preguntar a una pequeña hermana de un adolescente anoréxico: «Cuando tu madre se esfuerza en alimentar a tu hermano, ¿qué hace papá?». Ella responde: «Oh, él se calla y luego empieza a enloquecer y a insultar a Marcelo». Entonces se prosigue: «Pero cuando tu padre empieza a insultar a Marcelo, ¿qué hace tu madre?», y se sabe: «llora, dice: tú me chafas todo, prefiero morir, tú no comprendes nada, etc.», y en seguida se pregunta al padre: «durante todo ese desastre, ¿qué hace Ornelle (la hija)?». Y el padre dice sonriendo y mirándola con admiración: «oh, ella continúa comiendo tranquilamente y muy bien».
3. Neutralidad Esta definición es simple, pero nos ha costado muchos esfuerzos. Hay, en efecto, peligro de confusión entre este concepto y de neutralidad y la neutralidad psicoanalítica, que es —no obstante— completamente diferente.
Definición: por neutralidad, entendemos el efecto pragmático específico que el conjunto del comportamiento del terapeuta ejerce sobre la familia (y no una disposición intrapsíquica del terapeuta que evidentemente es imposible). No es, en efecto, posible que un terapeuta sea neutro, completamente neutro. Si hay esta disposición intrapsíquica, es mucho mejor, pero es muy difícil. He aquí cómo yo explico esta neutralidad: el terapeuta conduce su sesión con sus hipótesis. Las verifica, trabaja sobre las diferencias, sobre las relaciones; al fin de la sesión, con el fin de discutir con los supervisores con el fin de ver si es preciso o no una intervención, y si es que sí, cuál, etc. La familia se queda sola. Si en ese momento, un entrevistador entrase en la sala donde está la familia y preguntase a sus miembros: ¿cuál es el juicio que ha dado el terapeuta de vuestros comportamientos? ¿Cuáles son sus valores morales? ¿De qué lado estaba? ¿Se había aliado con alguno? ¿Cuál es el juicio que ha dado sobre la familia en su totalidad?, etc. etc. Si la sesión ha sido correctamente conducida, no podrían dar una respuesta, pero podrían decir por el contrario sobre la personalidad del terapeuta, si está disponible o no, si es cálido o frío, si es inteligente o es estúpido, pero no podrán decir su juicio moral ni de qué lado estaba. Si pensáis en este «comadreo en presencia», cada vez que un terapeuta interroga a un miembro de la familia, sobre la opinión que tiene de la relación entre sus miembros, hace una alianza; este miembro se vuelve una clase de co-terapeuta que debe de juzgar sobre las relaciones entre otros dos miembros de la familia. Pero luego él hace enseguida la misma pregunta a cada uno de los miembros de la familia, al fin de que la suba algebraica sea 0. El terapeuta no expresa jamás ni juicio ni aprobación (¡ah!, está muy bien que salgáis la tarde, que salgáis el sábado; ¡oh!, en los esposos eso está muy bien, es una buena costumbre). No dice nada de todo aquello. Tomamos las informaciones sin comentarios. Por el contrario, cuando entramos para la intervención, entonces todo cambia. Hacemos una connotación positiva, etc. Pero esto si se hace una intervención. Durante la sesión, es la neutralidad completa. Puedo añadir que en lo concerniente a la disposición intrapsíquica, esto es muy difícil para nosotros, porque tenemos la costumbre cultural de tener juicios siempre preparados en el bolsillo. Pero si se está penetrado de la epistemología sistémica, entonces sabemos que el sistema es la única explicación. Entonces llegamos a estar cada vez más interesados en provocar informaciones, tener informaciones más bien que hacer juicios morales. Además,
estamos atentos no solamente a no expresar aprobación ni desaprobación, sino a frustrar toda tentativa de coalición o de relación privilegiada que el miembro de la familia quiere hacer con nosotros. Porque estamos convencidos de que el terapeuta debe de quedar tal, debe de quedar siempre sobre un nivel diferente del de la familia, es decir, estar siempre sobre un metanivel. Entrar en la familia, pero estar siempre sobre el metanivel. El peligro, para aquellos que comienzan a hacer terapia de familia, es querer hacer la experiencia de llegar a ser miembro de la familia; es muy frecuente, sobre todo en la familia esquizofrénica de la que se llega a ser miembro de la familia, donde la terapeuta pasa a ser la hija de la familia, etc.