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Dr Salomon Sellam
El Síndrome del Yacente un sutil hijo de reemplazo
El Síndrome del Yacente
Nuestra primera muerte es biológica. Nuestro corazón se detiene. Nuestro cerebro entrega las armas. Nuestra alma emprende el viaje. Nuestros omóplatos se despliegan y retomamos el vuelo.
o z a l p m e e r e d o j i h l i t u s n u
Luego viene nuestra segunda muerte, más o menos rápidamente, en el momento en que ya nadie piensa en nosotros. La tumba ya no tiene flores, las malas hierbas invaden progresivamente nuestra “suite”. Sola y durante largos años, grabada en el mármol, se queda nuestra identidad de inquilino terrestre: nuestro nombre, nuestro apellido, nuestra fecha de nacimiento y la de nuestra partida.
e t n e c a Y l e d e m o r d n í S l E
A veces, antes de este olvido definitivo, las personas afectadas por nuestro fallecimiento demasiado prematuro o fuente de sufrimiento, Guardan nuestra memoria ayudados por una fecha, un nombre. Nuestra memoria, en espera, seguirá ligada a la tierra. Luego, un niño nace. Y quizás, sin saberlo, ¡posee una parte de esta memoria! En ese caso, a pesar de nosotros, viviremos todavía, por intermedio de su cuerpo, de su voz y de su pensamiento. Para el clan, tranquilizado, el relevo está asegurado...
La puesta en evidencia, pruebas en mano, de la puesta en marcha de una Dinámica Tran Dinámica Transgeneraci sgeneracional onal Automática de Reparaci Reparación ón luego de un drama familiar, tipo fallecimiento sentido como demasiado prematuro, “no admitido”, injustificado/injustificable, y sus repercusiones genealógicas en varias generaciones pudiendo tener consecuen consecuencias cias médicas, psicológicas o psiquiátrica psiquiátricas. s. Dr. Salomon Sellam
ISBN 978-2-915227-43-7
o g i m a l F : a t r e i b u c e d n ó i c a r t s u l I
m a l l e S n o m o l a S r D
un sutil hijo de reemplazo
