S E MILL A S D E C O N T E M P L A CI Ó N
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E ste libro no tuvo nunca la pretensión de llegar a ser s er popular. popular. El hecho de que
lo sea satisface indudablemente al autor, pero lo turba. Porque un libro como éste, que es una colección de inconexas y harto comprimidas reflexiones sobre la vida espiritual, puede ser fácilmente mal comprendido. No es posible evitar toda mala inteligencia repasando el texto, aadiendo unas palabras de explicación acá y allá y corrigiendo expresiones que acaso sean poco exactas para quien lo toma todo al pie de la letra. Para hacer un libro como éste perfectamente claro habr!a que volverlo a escribir desde el principio hasta el fin. En lugar de esto, el autor ha hecho sólo unas correcciones menores y ahora se contenta con poner sobre aviso al lector. lector. "ector, "ector, ten cuidado. No te apresures apresures mucho al leer este libro. No formes en seguida conclusiones ni des un contexto teológico propio a los pasa#es en que el autor hace una afirmación que acaso no esté completamente explicada. $uspende tu %uicio, si quieres, hasta haber a%ustado tal afirmación con el resto del libro. No hay en él intento de ser sistemático, pero un cap!tulo tiende a corregir otro. "o que se dice de la soledad debe entenderse a la lu& de lo que se dice de la unión de todos los hombres en 'risto. "o que se dice de la renunciación renunciación en la (ltima parte del libro libro no debe hacerte olvidar lo dicho al principio acerca de la naturale&a. )nte todo, recuerda recuerda que en este libro el autor habla de las cosas espirituales desde el punto de vista de la experiencia más bien que en los concisos términos de la teolog!a dogmática o la metaf!sica. En religión, como en la vida natural, el lengua%e de la experiencia y el lengua%e del dogma o de la ciencia pueden ser a veces opuestos. )unque todo el mundo está enterado de que el sol no se levanta, decimos que se levanta* y aunque nos damos cuenta de que no ba%a, nos sorprendemos diciendo+ El sol desciende.- $i digo que el sol se levanta, debo ser condenado por los astrónomos/ )s!, también, en la vida m!stica 0como bien lo saben todos los que han le!do a los m!sticos cristianos1 propendemos a hablar de que el alma queda anonadada- en la experiencia de 2ios, de modo que cesa de existir- y 2ios solo queda-. No hay que tomar esto literalmente, como una afirmación cient!fica, del mismo modo que no se nos debe entender al pie de la letra cuando decimos que el sol se levanta-. No es literalmente cierto que el alma de%e de existir- en la oración m!stica, pero su actividad está absorbida tan completamente en la actividad de 2ios que, hasta donde llega la experiencia, experiencia, es igual que si de%ara completamen completamente te de existir, existir, pues pierde pierde toda noción de existencia separada. 2ei mismo modo, cuando pones una vela ba%o la lu& del sol, puedes decir que la vela no da ya ninguna lu&-, porque su lu& se pierde en la del sol. Pero un cient!fico con los adecuados adecuados instrumentos podr!a hallar la lu& de la vela... 3uchas de las cosas que se dicen en este libro podr!an ser dichas mucho me%or por alg(n otro y ya lo han sido por los santos. El autor ha intentado hablar de ellas en el lengua#e de los hombres de nuestro tiempo e insiste en que su más ferviente deseo es el de ser entendido, en todas sus afirmaciones, a la lu& de la doctrina católica. $i hay algo en estas páginas que no pueda conciliarse con la ensean&a de la 4glesia, debe considerarse como automáticamente suprimido.
** Se trata, por supuesto, de una edición inglesa ( N. del 5. 5.).
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N65) N65) 2E" )7568 ste libro pertenece a la clase de los que se escriben casi automáticamente en E un monasterio. monasterio. 9ui&á es ésta una de las ra&ones por las que se escriban escriban relativament relativamentee pocos de esta es ta clase. Existe demasiada pasión y demasiada violencia f!sica en el mundo para que los hombres quieran reflexionar mucho acerca de la vida interior y su significado. $in embargo, como la vida interior y la contemplación son las cosas que más necesitamos 0hablo sólo de la contemplación que surge del amor a 2ios1, la clase de consideraciones escritas en estas páginas deber!a ser algo de que todos, y no sólo los mon%es, tuviesen gran avide& en nuestro tiempo. Por esto creo que un volumen de pensamientos, ideas y aforismos, más o menos inconexos, acerca de la vida interior, interior, no necesita particular %ustificación o excusa, aunque esta clase de libros haya llegado a ser desusada. $i el lector necesita que le recuerden que existe una larga tradición de tales escritos, puede consultar Pensées de Pascal, las Cautelas y Cautelas y Avisos de $an :uan de la 'ru&, las Medi Meditation tationes” es” de ;uigo ;uigo el 'artu% 'artu%ano ano o, sin ir tan le%os, le%os, la !itación de Cristo. Pero, Cristo. Pero, como mencionar tales nombres parecer!a sugerir una comparación con la obra de grandes hombres que el autor %amás osar!a imitar, simplemente los menciona para %ustificar la publicación de lo que no es más que una colección de notas y reflexiones personales. 44, especialmente los de $an =ernardo de 'laraval, que es quien hi&o más por formar la espiritualidad de la orden contemplativa a que pertenece el autor. Pero los que conocen la obra de $an :uan de la 'ru& verán que prácticamente todo lo que aqu! se dice acerca de la oración contemplativ contemplativaa sigue l!neas marcadas marcadas por el carmelita carmelita espaol. )s!, pues, este libro libro no pretende ser revolucionario, ni siquiera especialmente original. Esperamos sinceramente que no contenga una l!nea que sea nueva para la tradición católica ni una sola palabra que pueda de%ar perple%o a un teólogo ortodoxo. ? he aqu! por qué este libro habr!a podido ser escrito por cualquier mon%e. Expresa las preocupaciones que están más o menos en el esp!ritu de todos los contemplativos, descontando diferencias de temperamento y personalidad. No tiene en vista otro fin o ideal que aquello que, seg(n muchos teólogos, deber!a ser el ordinario cumplimiento de una vida cristiana de gracia, y par lo tanto todo lo que se dice aqu! puede ser explicado a cualquiera, no sólo en el monasterio, monasterio, sino también en el inundo. 5ampoco pretende el libro ser una obra de arte. Prácticamente cualquier otro con los mismos intereses habr!a podido escribirlo mucho me%or. El hecho de haber sido este autor quien lo ha escrito no crea gran diferencia en uno u otro sentido, ni para bien ni, esperémoslo, para mal. Pues éste pertenece a la clase de libros que producen un efecto que no es ni puede ser controlado por ning(n autor humano. $i, de alg(n modo, puedes conseguir leerlo en comunión con el 2ios en cuya presencia fue escrito,
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te interesará y probablemente sacarás de él alg(n fruto, más por $u gracia que por los esfuer&os del autor. Pero si no puedes leerlo en estas condiciones, sin duda el libro será por lo menos una novedad. novedad.
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SEMILLAS DE CONTEMPLACIÓN Cada !o!ento $ cada aconteci!iento de la vida terrena de todo %o!&re sie!&ra algo
en su al!a. Pues co!o el viento lleva !illares de invisi&les $ visi&les se!illas aladas, as' la corriente del tie!po lleva consigo gér!enes de vitalidad espiritual ue se depositan i!percepti&le!ente en el esp'ritu $ la voluntad de los %o!&res. a !a$or parte de estas innu!era&les se!illas perecen $ se pierden, porue los %o!&res no estn preparados para reci&irlas+ pues pues se!illas tales co!o éstas no pueden pueden &rotar en otra parte sino en el &uen terreno de la li&ertad $ el deseo. l esp'ritu prisionero de su propio placer $ la voluntad cautiva de su propio deseo no pueden aceptar aceptar las se!illas de un placer !s alto $ de de un deseo so&renatural. so&renatural. Pues -có!o puedo reci&ir las se!illas de la li&ertad si esto$ ena!orado de la esclavitud $ có!o puedo acariciar el deseo de ios si esto$ lleno de otro deseo opuesto/ ios no puede plantar en !' Su li&ertad, porue so$ prisionero $ ni siuiera deseo ser li&re. A!o !i cautiverio $ !e encarcelo $o !is!o en el deseo de las cosas ue odio, $ %e endurecido !i cora0ón contra el verdadero a!or. a!or. Si $o &uscara a ios, cada aconteci!iento $ cada !o!ento se!&rar'an, en !i voluntad, granos de Su vida, ue un d'a trotar'an en cosec%a de !ilagro. Porue es el a!or de ios el ue !e calienta &ao el sol $ el a!or de ios el ue %ace caer la r'a lluvia. s el a!or de ios el ue !e ali!enta en el pan ue co!o, $ ios uien !e ali!enta ta!&ién por el %a!&re $ el a$uno. s el a!or de ios el ue !e !anda los d'as de invierno, en ue !e siento r'o $ ener!o, $ el ardiente verano, en ue tra&ao $ !i ropa se e!papa en !i sudor+ pero es ios uien alienta so&re !' en leves auras del r'o $ en las &risas ue vienen del &osue. Su a!or e3tiende la so!&ra del sicó!oro so&re !i ca&e0a $ !anda al ni4o aguador a recorrer el linde del trigal con su cu&o de agua resca de la uente, !ientras los la&radores descansan $ las !ulas per!anecen &ao &ao el r&ol. s el a!or de ios el ue !e %a&la en los paros $ arro$os+ pero asi!is!o tras el cla!or de la ciudad !e %a&la ios en Sus uicios, $ todas estas cosas son se!illas ue !e env'a Su voluntad. Si ec%aran ra'ces en !i li&ertad, $ si de !i li&ertad surgiera Su voluntad, $o !e convertir'a en el a!or ue 5l es, $ !i cosec%a ser'a Su gloria $ !i go0o. 6 $o crecer'a unto con !illares $ !illones de otras li&ertades para convertir!e en el oro de un enor!e ca!po en ala&an0a de ios, cargado de au!ento, cargado de trigo. Si en todas las cosas considero sólo el calor $ el r'o, la co!ida o el %a!&re, la ener!edad o el tra&ao, la &elle0a o el placer, el é3ito o el racaso $ el &ien o el !al !ateriales ue !is o&ras %an logrado para !i propia voluntad, sólo %allaré el vac'o, no la elicidad. 7o seré nutrido, no %allaré plenitud. Pues !i ali!ento es la voluntad de Auel ue !e %i0o $ ue %i0o todas las cosas para darse a S' !is!o a !' a través de ellas. Mi principal cuidado no de&er'a ser encontrar placer o é3ito, salud o vida, dinero o descanso, ni aun cosas co!o la virtud o la prudencia, ni !uc%o !enos las opuestas8 dolor, racaso, ener!edad, ener!edad, !uerte. Sino ue, en todo lo ue ocurre, !i 9nico deseo, !i 9nico go0o de&er'a ser el sa&er8 :;e au' lo ue ios uiso para !'. n esto se %alla Su
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a!or $, al aceptarlo, puedo devolverle Su a!or $ con éste entregar!e a 5l, $ crecer en Su voluntad %acia la conte!plación, conte!plación, ue es la vida eterna”. 6 reci&iendo Su voluntad con go0o, $ cu!pliéndola con alegr'a, tengo su a!or en !i cora0ón, pues !i voluntad es a%ora lo !is!o ue Su a!or $ esto$ en ca!ino de llegar a ser lo ue es Auel ue es A!or. 6 aceptando de 5l todas las cosas reci&o Su go0o en !i al!a, no porue las cosas son lo ue son, sino porue ios es =uien es, $ Su a!or %a uerido !i go0o en todas ellas.
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1. TODO LO QUE ES, ES SANTO 7o es cierto ue los l os santos $ grandes conte!plativos no se iaran en
las cosas creadas $ no co!prendieran ni apreciaran el !undo $ sus escenas $ sonidos $ la gente ue vive en él. -Crees ue su a!or a ios era co!pati&le con el odio a las cosas ue lo relea&an $ %a&la&an de 5l en todas partes/ irs ue de&'an de estar a&sortos en ios $ no ten'an oos para ver nada ue no uera 5l. -Crees ue i&an por el inundo con rostros de piedra $ no escuc%a&an las voces de los %o!&res ue les %a&la&an ni co!prend'an las alegr'as $ triste0as de los ue esta&an en torno su$o/ Por estar los santos a&sortos en ios eran verdadera!ente capaces de ver $ apreciar las cosas creadas+ porue a!a&an a ios solo, sólo ellos a!a&an a todos. -Crees ue un santo tiene ue e3cusar su interés en las cosas creadas dando traspiés en su lenguae para introducir un !ontón de o&servaciones convencionales e ins'pidas acerca de ios cada ve0 ue %a&la o piensa acerca del !undo $ de lo ue %a$ en él/ ?n santo es capa0 de %a&lar del !undo sin ninguna e3pl'cita reerencia a ios, de tal !odo ue sus air!aciones den !a$or gloria a ios $ despierten !a$or a!or a ios ue las o&servaciones de alguien !enos santo, ue tenga ue esor0arse por esta&lecer una ar&itraria relación entre las criaturas $ ios !ediante gastadas analog'as $ !etoras, tan dé&iles ue %acen pensar ue algo le pasa a la religión. os santos sa&en ue el !undo $ todo lo %ec%o por ios es &ueno, !ientras ue los ue no lo son, o creen ue las cosas creadas son i!p'as o no se preocupan por la cuestión en ning9n sentido, porue sólo se interesan in teresan por si !is!os. os oos del santo %acen santa toda &elle0a, $ las !anos del santo consagran todo lo ue tocan a la gloria de ios, $ el santo no se oende nunca por nada ni u0ga el pecado de nadie, porue no conoce el pecado. Conoce la !isericordia de ios $ est en la tierra para traer esa !isericordia !isericordia a todos los %o!&res. %o!&res. Cuando esta!os unidos al a!or de ios, lo posee!os todo en 5l $ se lo orece!os todo a 5l en Cristo Su ;io. Pues todas las cosas son nuestras, $ nosotros so!os de Cristo, $ Cristo es de ios. escansando en Su gloria so&re todo placer $ dolor, alegr'a o pena, $ so&re todo otro &ien o !al, a!a!os en todas las cosas Su voluntad !s &ien ue las cosas !is!as, $ éste es el !odo co!o %ace!os de la creación un sacriicio en ala&an0a de ios. 5ste es el in para el ue ios %i0o todas las cosas. l 9nico go0o verdadero en la tierra es escapar de la prisión de nuestro $o (no digo del cuerpo, porue el cuerpo es te!plo de ios $, por ello, es santo) $ entrar por el a!or en unión con la @ida ue reside $ canta dentro de la esencia de toda criatura $ en el centro de nuestras propias al!as. n Su a!or posee!os $ go0a!os todas las cosas %allndole a 5l en todas. 6 as', !ientras anda!os por el !undo, todo lo ue encontra!os, todo lo ue ve!os, o'!os $ toca!os, leos de !acularnos nos puriica $ planta en nosotros algo !s de conte!plación $ de cielo. 7o llegando a esta perección, las cosas creadas no nos traen go0o, sino dolor. dolor. Mientras no logra!os a!ar a ios perecta!ente, todo en el !undo es capa0 de %erirnos. 6 el inortunio !3i!o es ser insensi&le al dolor ue nos inlige $ no advertir lo ue es.
Pues Pues !ien !ientr tras as no a!e! a!e!os os a ios ios per perec ecta ta!e !ent ntee Su !und !undoo esta estar r llen llenoo de contradicción. as cosas ue %a creado nos atraen a 5l $, sin e!&argo, nos !antienen apartados de 5l. 7os lla!an $ nos detienen. o %alla!os en ellas %asta cierto punto $ luego $a no o encontra!os de ning9n !odo. Cuando pensa!os %a&er descu&ierto alg9n go0o en ellas, la alegr'a se convierte en pesar+ $ cuando e!pie0an a agradarnos, agradarnos, el placer placer se ca!&ia en dolor dolor.. n todo lo creado, los ue todav'a no a!a!os perecta!ente a ios pode!os %allar algo ue relea la plenitud del cielo $ algo ue se!ea la angustia del inierno. Busta!os algo del go0o de la &ienaventuran0a $ algo del dolor de la pérdida, ue es la condenación. o ue de plenitud encontra!os en las criaturas pertenece a la realidad del ser creado, una realidad ue procede de ios, pertenece a ios $ relea a ios. a angustia ue %alla!os en ellas pertenece al desorden de nuestro deseo, ue &usca en su o&eto una realidad !a$or ue la ue %a$ en él+ una plenitud !a$or de la ue una cosa creada es capa0 de dar. n lugar de adorar a ios a través de Su creación, esta!os sie!pre intentando adorarnos a nosotros !is!os !ediante las criaturas. Pero adorarnos a nosotros !is!os es no adorar nada. 6 la adoración de la nada es el inierno.
2. LAS COSAS EN SU IDENTIDAD
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r&ol da gloria a ios, ante todo, siendo un r&ol. Porue al ser lo ue ios uiere ue sea est i!itando una idea ue est en ios $ ue no es distinta de la esencia de ios, $ por lo tanto un r&ol i!ita a ios siendo un r&ol. Cuanto !s un r&ol se reali0a a s' !is!o, tanto !s se acerca a ios. Si intentara ser otra cosa, algo ue nunca estuvo destinado a ser, ser'a !enos se!eante a ios $ por ende e dar'a !enos gloria. 7o %a$ dos seres creados e3acta!ente iguales. 6 su individualidad no es i!perección. Al contrario8 la perección de una cosa creada no est !era!ente en su conor!idad con un tipo a&stracto, sino en su identidad individual consigo !is!a. ste deter!inad deter!inadoo r&ol dar gloria a ios e3tendiend e3tendiendoo sus ra'ces en la tierra $ al0ando al0ando sus ra!as %acia el aire $ %acia la lu0 de un !odo ue antes no siguió, ni seguir después, ning9n otro r&ol. -!aginas ue todas las cosas individuales creadas en el !undo son i!perectas tentativas de reproducir un tipo ideal ue el Creador nunca logró reali0ar en la tierra/ Si ello es as', no le dan gloria, sino ue procla!an ue 5l no es un Creador perecto. Por lo tanto, tanto, todo todo ser partic particula ularr, en su indivi individua dualid lidad, ad, su natura naturale0 le0aa $ entida entidadd concre con cretas tas,, con todas todas sus sus carac caracter ter'st 'stica icass cualid cualidade adess partic particula ulares res,, $ su inviol inviola&l a&lee identidad, da gloria a ios al ser precisa!ente lo ue 5l uiere ue sea au' $ a%ora, en las circunstancias ordenadas para él por Su A!or $ Su Arte ininitos. as or!as $ caracteres individuales de lo ue vive $ crece, de las cosas inani!adas $ de los ani!ales ani!ales $ lores, lores, $ de toda la naturale0a naturale0a,, con constitu$ stitu$en en su santidad santidad a los oos de ios. Su condición intr'nseca es su santidad. a especial &elle0a alta de gracia de deter!inado potro en este d'a de a&ril, en este ca!po, &ao estas nu&es, es una santidad consagrada a ios por Su propio Arte, $ procla!a la gloria de ios. as plidas lores del corneo ue ve!os al e3terior de esa ventana son santas. as lorecitas a!arillas ue nadie nota al &orde de ese ca!ino son santas ue !iran %acia la a0 de ios. sta %oa tiene su propio teido $ su propia tra!a de venas $ su propia or!a santa, $ la lu&ina $ la truc%a ue se ocultan en las proundas %o$as del r'o son canoni0adas por su &elle0a $ su uer0a. 6 la grande, desgarrada, !edio calva !onta4a es otro de los santos de ios. 7o %a$ otro co!o ella. st sola en su propio carcter+ ninguna otra cosa en el !undo %a i!itado ni i!itar a!s a ios e3acta!ente del !is!o !odo. 6 esto es su santidad. Mas -ué decir de ti/ -=ué decir de !'/ A dierencia de los ani!ales $ r&oles, no %a$ &astante para nosotros con ue se cu!pla la intención de nuestra naturale0a. 7o &asta en nuestro caso el ser %o!&res individuales. Para nosotros santidad es !s ue %u!anidad. Si no so!os nunca otra
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cosa ue %o!&res, si no so!os !s ue nuestro ser natural, no sere!os santos ni podre!os orecer a ios ios la adoración de nuestra i!itación, ue es la santidad. santidad. s cierto decir ue para !' la santidad consiste en ser $o !is!o $ para ti la santidad consiste en ser t9 !is!o $ ue, en 9lti!o tér!ino, tu santidad nunca ser la !'a, $ la !'a nunca ser la tu$a, salvo en la caridad $ la gracia co!unes a los dos. Para !' ser santo signiica ser $o !is!o. Por lo tanto el pro&le!a de la santidad $ la salvación es en realidad el pro&le!a de descu&rir uién so$ $o $ de encontrar !i verdadero $o. os r&oles $ los ani!ales no tienen pro&le!as. ios los %ace tales co!o son sin consultarles, $ ellos estn perecta!ente satisec%os. Con nosotros es distinto. ios nos dea en li&ertad de ser lo ue nos pare0ca. Pode!os ser nosotros !is!os o no, seg9n nos pla0ca. Pero el pro&le!a es éste8 puesto que 2ios solo posee el secreto de mi identidad, (nicamente
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!is!o $ al !undo, co!o si uera un cuerpo invisi&le ue sólo puede %acerse ver cuando algo visi&le cu&re su supericie. Pero no %a$ sustancia &ao las cosas con ue rae %e rodeado. So$ %ueco, $ !i construcción de placeres $ a!&iciones carece de &ase. sto$ o&etivado en ellos. Pero estn estn todos todos destin destinad ados, os, por su !is!a !is!a con contin tingen gencia cia,, a ser destr destruid uidos. os. 6 cuand cuandoo desapare0can no uedar nada de !' sino !i propia desnude0, vac'o $ ouedad, para decir!e ue so$ un error. l secreto de !i identidad est oculto en el a!or $ !isericordia de ios. Pero todo lo ue %a$ en ios es real!ente idéntico a 5l !is!o+ pues Su ininita si!plicidad no ad!ite división ni distinción. 7o puedo, pues, esperar encontrar!e a !' !is!o en ning9n sitio distinto de 5l. n 9lti!o tér!ino, el 9nico !odo co!o puedo ser $o !is!o es identiicndo!e con Auel en uien est oculta la ra0ón $ consu!ación de !i e3istencia. As', pues, sólo %a$ un pro&le!a del ue toda !i e3istencia, pa0 $ elicidad dependen8 descu&rir!e descu&riendo a ios. Si o encuentro, !e encontraré, $ si encuentro !i verdadero $o, o encontraré a 5l. Pero, aunue esto parece sencillo, es en realidad in!ensa!ente di'cil. e %ec%o, si esto$ a&andonado a !' !is!o, ser a&soluta!ente i!posi&le. Pues, aunue algo puedo conocer de la e3istencia $ naturale0a de ios por !edio de !i ra0ón, no %a$ !odo raci racion onal al $ %u!a %u!ano no de alca alcan0 n0ar ar ese ese cont contac acto to,, esa esa pose posesi sión ón de 5l ue ue ser ser el descu&ri!iento de uien es 5l real!ente $ de Auel en uien $o so$. s esto algo ue ning9n %o!&re puede lograr solo. 7i pueden todos los %o!&res $ todas todas las cosas creadas a$udarlo a$udarlo en esta o&ra. l 9nico ue puede ense4ar!e a %allar a ios es ios, 5l !is!o, 5l solo.
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3. RUEGA POR HALLARTE A TI MISMO 3ist 3istee
un punt puntoo dond dondee pued puedoo enco encont ntra rarr a ios ios en cont contac acto to real real $ e3peri!ental con Su ininita realidad8 es el punto en ue !i ser contingente depende de Su a!or. entro de !' %a$ un !etaórico pice de e3istencia en el ue so$ !antenido en el ser por !i Creador. ios !e pronuncia co!o una pala&ra ue contiene un pensa!iento parcial de S' !is!o. ?na pala&ra no ser nunca capa0 de co!prender la vo0 ue la pronuncia. Pero si $o so$ iel al concepto ue ios e!ite en !', si so$ iel al pensa!iento de 5l ue de&er'a encarnar, encarnar, estaré lleno de su realidad $ o %allaré dondeuiera en !' $ no !e encontraré a !' en ninguna parte. Me %a&ré perdido en 5l. -=uién de nosotros puede entrar en s' !is!o $ %allar al ios ue lo enuncia/ Si, co!o los !'sticos de Hriente, logras vaciar tu !ente de todo pensa!iento $ todo deseo, podrs real!ente retirarte al centro de ti !is!o $ concentrar todo lo ue %a$ dentro de ti en el i!aginario punto en ue tu vida surge de ios+ pero no %allars real!ente a ios. 7ing9n eercicio natural puede llevarte a un vital contacto con 5l. A no ser ue 5l se enuncie en ti, ue diga Su propio no!&re en el centro de tu al!a, no o conocers !s de lo ue una piedra conoce el suelo donde descansa en su inercia. 7uestro descu&ri!iento de ios es, en cierto !odo, el descu&ri!iento ue %ace ios de nosotros. 7o pode!os ir al cielo a &uscarlo, porue no tene!os !odo de sa&er dónde est el cielo ni lo ue es. 5l &aa del cielo $ nos encuentra. 7os !ira desde la proundidad de Su realidad ininita, ue est en todas partes, $ !irndonos nos da una realidad superior en ue nosotros a nuestra ve0 o descu&ri!os. Sólo o conoce!os tant tantoo cuan cuanto to so!o so!oss cono conoci cido doss por por 5l, 5l, $ nues nuestr traa cont conte! e!pl plac ació iónn de 5l es una una participación en la conte!plación conte!plación de S' !is!o. 7os converti!os en en conte!plativos cuando cuando ios se descu&re a S' !is!o !is!o en nosotros. n ese !o!ento, se a&re el punto de nuestro contacto con 5l, $ pasa!os por el centro de nuestra al!a $ entra!os en la eternidad. s cierto ue ios se conoce a S' !is!o en todas las cosas cosas ue e3isten. 5l las ve, $ por verlas 5l e3isten. Por a!arlas 5l son &uenas. Su a!or en ellas es su &ondad intr'nseca. l valor ue 5l ve en ellas es su valor. n cuanto 5l las ve las a!a, todas las cosas o relean. Pero aunue ios est presente en todas las cosas por Su conoci!iento, Su a!or, Su poder, $ Su cuidado de ellas, 5l no es necesaria!ente advertido $ conocido por ellas. Sólo es conocido $ a!ado por auellos a uienes dio graciosa!ente una participación en Su propio conoci!iento $ en el a!or de Si !is!o. Para conocer $ a!ar a ios tal co!o es, de&e!os tener a ios !orando en nosotros de un !odo nuevo $ especial. 6 as' ios col!a las ininitas distancias entre 5l $ los esp'ritus creados para a!arlo, con !isiones so&renaturales de Su propia @ida. @ida. l Padre, ue reside en la entra4a de todas las cosas $ en !i propio ser, !e co!unica Su @er&o $ Su sp'ritu, $ en estas !isiones so$ atra'do a su propia vida $ cono0co a ios en Su !is!o A!or. Mi descu&ri!iento de !i identidad e!pie0a $ se perecciona en estas !isiones, porue es en ellas donde ios !is!o, llevando en S' el secreto de uién so$ $o,
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e!pie0a a vivir en !i no solo co!o !i Creador, sino co!o !i otro $ verdadero $o. @ivo, iam non ego, vivit vero in me 'hristus. stas !isiones e!pie0an con el Iautis!o. Pero no to!an ning9n signiicado prctico en la vida de nuestras acultades %asta ue so!os. capaces de actos conscientes de a!or. a!or. e ese !o!ento en adelante la presencia especial de ios en nosotros depende de nuestras propias preerencias. 7uestra vida se convierte en una serie de elecciones entre la icción de nuestro also $o, al ue ali!enta!os con las ilusiones de la pasión $ el apetito ego'sta, $ nuestra verdadera identidad en la pa0 de ios. Mientras $o esté en la tierra, !i !ente $ !i voluntad sern !s o !enos insensi&les a las !isiones del @er&o @er&o de ios $ Su sp'ritu. 7o reci&o cil!ente Su lu0. Fodo !ovi!iento de !i apetito natural, aunue !i naturale0a sea &uena en s' !is!a, tiende de uno u otro !odo a !antener viva en !' la ilusión ue se opone a la realidad de ios viviente en !'. Aunue !is actos naturales sean &uenos, tienen una tendencia, cuando son sola!ente naturales, a concentrar !is acultades en el %o!&re ue no so$, so$, el %o!&re ue no puedo ser, el also $o, la persona ue ios no conoce. sto es as' porue nac' en el ego's!o. 7ac' centrado en !' !is!o. 6 esto es el pecado original. ;asta cuando procuro co!placer a ios, tiendo a co!placer !i propia a!&ición, ene!iga de ios. Puede %a&er i!perección %asta en el ardiente a!or a una gran perección, %asta en el deseo de virtud, de santidad. Aun el deseo de la conte!plación puede estar !anc%ado, cuando olvida!os ue la verdadera conte!plación signiica la co!pleta destrucción de todo ego's!o $ la !s pura po&re0a $ li!pie0a de cora0ón. Aunue ios vive en las al!as de los %o!&res ue no tienen conciencia de 5l, -có!o puedo decir ue o %e encontrado $ !e %e encontrado a !' !is!o en 5l, si nunca o cono0co ni pienso en 5l, nunca !e intereso por 5l, ni o &usco, ni deseo Su presencia en !i al!a/ -e ué sirve dirigirle la ór!ula de unas oraciones, si luego !e aparto $ dedico toda !i !ente $ toda !i voluntad a las cosas creadas, deseando alcan0ar sólo ines ue uedan !u$ leos de 5l/ Aunue !i al!a esté ustiicada, si !i !ente no e pertenece, ta!poco $o e pertene0co. Si !is deseos no se dirigen a 5l, sino ue se esparcen en Su creación, ser porue %e reducido Su vida en !' al nivel de una or!alidad cualuiera, pro%i&iéndole eercer en !' un inluo verdadera!ente vital. JKustiica !i al!a, o% ios, pero ta!&ién lléna!e la voluntad del uego de Fus uen uente tesL sL Iril Irilla la en !i !ent !ente, e, aun aunue ue ui0 ui0 esto esto sign signii iiu uee :sé :sé oscu oscurid ridad ad a !i e3periencia”+ pero ocupa !i cora0ón con Fu deslu!&radora @ida. @ida. =ue no vean nada !is oos en el !undo sino Fu gloria+ ue no touen nada !is !anos si no es para Fu servicio. =ue no prue&e !i lengua pan si no !e ortalece para loar Fu gloria. Hiré Fu vo0 $ todas las ar!on'as ue creaste, cantando Fus %i!nos. ana de ovea $ algodón del ca!po !e calentarn lo &astante para ue pueda vivir en Fu servicio+ daré el resto a Fus po&res. ?se $o todas las cosas por una sola ra0ón8 %allar !i alegr'a en darte a Fi gran gloria. Burda!e, pues, del pecado, so&re todas las cosas. Burda!e de la !uerte del pecado !ortal, ue instala el inierno en !i al!a. Burda!e del asesinato de la luuria, ue ciega $ envenena !i cora0ón. Burda!e de los pecados ue roen la carne del %o!&re con irresisti&le uego %asta devorarlo. Burda!e del a!or al dinero, en ue est el odio+ de la avaricia $ la a!&ición, ue soocan !i vida. Burda!e de la o&ra !uerta de la vanidad, de la ingrata la&or en ue los artistas se destru$en por orgullo, dinero $ a!a, $ los santos se asi3ian &ao el alud de su propio celo i!portuno. Eesta4a en !' la pestilente %aga de la codicia $ de las %a!&res ue agotan !i naturale0a desangrndola. Aplasta la serpiente de la envidia, ue e!pon0o4a el a!or $ !ata todo go0o.
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esata !is !anos $ li&ra !i cora0ón de la pere0a. '&ra!e del ocio ue se disra0a de actividad cuando la actividad no se !e e3ige, $ de la co&ard'a ue %ace lo ue no se le pide para escapar escapar al sacriicio. Pero da!e la uer0a ue Fe espera en el silencio $ la pa0. a!e la %u!ildad, sola residencia del descanso, $ l'&ra!e del orgullo, ue es la !s pesada de las cargas. 6 llena !i cora0ón entero $ !i al!a de la si!plicidad del a!or. Hcupa !i vida entera con el solo pensa!iento $ el solo deseo del a!or, para ue pueda a!ar, no por el !érito o la perección, no por la virtud o la santidad, santidad, sino por ios solo. Pues sólo una cosa puede satisacer el a!or $ reco!pensarlo8 9nica!ente ios. ;e au', pues, lo ue signiica &uscar a ios perecta!ente8 apartarse de la ilusión $ el placer, de las ansiedades $ deseos !undanos, de las o&ras ue ios no uiere, de una gloria ue es sólo e3%i&ición %u!ana+ !antener li&re !i !ente de conusiones, para ue !i li&ertad pueda estar sie!pre a disposición de Su voluntad+ conservar el silencio en !i cora0ón a la espera de la vo0 de ios+ cultivar una li&ertad intelectual para con los conceptos e i!genes de las cosas creadas para reci&ir el secreto contacto de ios en la e+ a!ar a todos los %o!&res co!o a !' !is!o+ descansar en la %u!ildad $ %allar la pa0 en el aparta!iento de los conlictos $ co!petencias con los de!s %o!&res+ desviarse de controversias, $ apartar las pesadas cargas de uicios, censuras $ cr'ticas $ todo el peso de opiniones ue no tengo o&ligación de !antener+ tener una voluntad ue esté sie!pre dispuesta a replegarse en s' !is!a $ a concentrar todas las potencias del al!a en su centro !s proundo para aguardar en callada e3pectación la venida de ios, posada sin esuer0o en tranuila concentración so&re el punto de !i conian0a en 5l+ reunir todo lo ue so$ $ tengo, $ todo lo ue pueda surir, %acer $ ser, $ a&andonarlo todo a ios en la resignación de un perecto a!or, ciega e $ pura conian0a en 5l, para %acer Su voluntad. 6 luego esperar en pa0 $ desasi!iento $ olvido de todas las cosas. =onum est praestolari cum silentio salutare 2ei.
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4. SOMOS UN HOMBRE Para llegar a ser $o !is!o, de&o dear de ser lo ue sie!pre pensé ue desea&a ser, $
para %allar!e a !' !is!o de&o salir de !', $ para vivir de&o !orir. !orir. a ra0ón para ello es el %a&er nacido en el ego's!o+ por esto !is esuer0os naturales por %acer!e !s real $ !s $o !is!o, !e %acen !enos real $ !enos $o !is!o, porue giran en torno torno a una !entira. Auellos ue no sa&en nada de ios $ cu$a vida est centrada en s' se i!aginan ue sólo pueden %allarse a s' !is!os air!ando sus propios deseos, a!&iciones $ apetitos en luc%a con el resto del !undo. ntentan llegar a ser reales i!poniéndose a otros, apropindose una parte de la li!itada provisión de &ienes creados $ su&ra$ando as' la dierencia entre ellos $ los de!s %o!&res ue tienen !enos ue ellos o no tienen nada. Sólo pueden conce&ir un !odo de llegar a ser reales8 separarse de los de!s $ levantar una &arrera de contraste $ distinción entre ellos $ los otros %o!&res. 6o tengo lo ue t9 no tienes. 6o so$ lo ue t9 no eres. 6o to!é lo ue t9 no pudiste to!ar+ $o !e apoderé de lo ue t9 nunca pudiste alcan0ar. Por lo tanto, t9 sures $ $o so$ eli0, t9 eres despreciado $ $o ala&ado, t9 !ueres $ $o vivo+ t9 no eres nada, $ $o so$ algo+ $ $o so$ tanto !s por el %ec%o de ue t9 no seas nada. 6 as' paso !i vida ad!irando la distancia entre t9 $ $o+ a veces esto aun !e a$uda a olvidar a los otros %o!&res ue tienen lo ue $o no tengo, $ %an tornado lo ue $o ui de!asiado tardo para to!ar, $ se %an apoderado de lo ue esta&a uera de !i alcance, ue son ala&ados co!o $o no puedo serlo $ ue viven de !i destrucción. l %o!&re ue vive as' vive en la !uerte. 7o puede %allarse porue est perdido+ %a deado de ser una realidad. a persona ue él cree ser es un !al sue4o. 6 cuando !uera descu&rir ue %ac'a tie!po %a&'a deado de e3istir, porue ios, ue es realidad ininita $ a cu$a vista est el ser de todo lo ue es, le dir8 :7o te cono0co”. 6 a%ora esto$ pensando en la ener!edad lla!ada orgullo espiritual. sto$ pensando en la peculiar irrealidad ue se introduce en el cora0ón de los santos $ roe su santidad antes de ue !adure. Algo %a$ de ese gusano en el cora0ón de todos los religiosos. n cuanto %an %ec%o algo ue sa&en &ueno a los oos de ios, tienden a to!ar su realidad para s' $ %acerla propia. Fienden Fienden a destruir sus virtudes al pretender ue son su$as $ revestir su propia particular ilusión con valores ue pertenecen a ios. -=uién puede escapar al secreto deseo de respirar una at!ósera dierente de la ue respiran los de!s %o!&res/ -=uién puede %acer &uenas o&ras sin intentar sa&orear en ellas una dulce distinción con respecto a la ordinaria corriente de los pecadores del !undo/ sta ener!edad orece su !3i!o peligro cuando consigue adoptar el aspecto de la %u!ildad. Cuando el orgulloso cree ser %u!ilde, es un caso perdido. ;e au' a un %o!&re ue %i0o !uc%as cosas duras para su carne. Pasó di'ciles prue&as $ reali0ó grandes tra&aos, $ por la gracia de ios %a llegado a poseer poseer un %&ito de ortale0a $ a&negación en el cual, por in, tra&ao $ suri!iento $a son ciles. s ra0ona&le ue su conciencia esté en pa0. Pero, sin ue lo advierta, la li!pia pa0 de una voluntad unida a ios se convierte en la co!placencia de una voluntad ue a!a su propia e3celencia. e3celencia. l placer ue %a&ita su cora0ón cuando %ace cosas di'ciles, $ consigue %acerlas &ien, le dice secreta!ente8 :So$ un santo.” uego advierte ue otros lo ad!iran. l placer arde con uego dulce, devorador. l calor de ese uego se parece !uc%o al del a!or de ios. s un uego ali!entado por las !is!as virtudes ue nutr'an la lla!a de la caridad. Arde en ad!iración de s' !is!o $ piensa8 :s el uego del a!or de ios”.
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Conunde su propio orgullo con el sp'ritu Santo. se dulce calor de placer se convierte en criterio para todas sus o&ras. l gusto ue encuentra en actos ue lo %acen ad!ira&le a sus propios oos, le i!pele a a$unar, a orar, orar, a ocultarse en la soledad, a escri&ir !uc%os li&ros, a construir iglesias $ %ospitales o iniciar un !illar de organi0aciones. 6 si tienen é3ito piensa ue su senti!iento de satisacción es la unción del sp'ritu Santo. 6 la secreta vo0 del placer canta en su cora0ón8 Non sum sicut caeteri homines-. !prendido este ca!ino, no %a$ l'!ite para el !al ue su satisacción de s' !is!o pueda e!puarlo a %acer en el no!&re de ios $ de Su a!or, $ por Su gloria. st tan contento de s' ue $a no le es posi&le tolerar el conseo aeno... ni las órdenes de un superior. superior. Cuando alguien se opone a sus deseos, unta las !anos %u!ilde!ente $ parece aceptarlo por un tie!po+ pero en su cora0ón est diciendo8 :So$ perseguido por gente !undana. Son incapaces de co!prender a uien gu'a el sp'ritu de ios. Con los santos sie!pre %a ocurrido as'”. espués de esto, es die0 veces !s o&stinado. Cosa terri&le es cuando de un %o!&re as' se apodera la idea de ue es proeta o !ensaero de ios, o de ue le incu!&e la !isión de reor!ar al !undo... e&o &uscar !i identidad, de alg9n !odo, no sólo en ios, sino ta!&ién en otros %o!&res. 7unca podré %allar!e a !' !is!o si !e a'slo del resto de la %u!anidad co!o si uera un ser de otra clase. Algunos %o!&res se %icieron er!ita4os ui0 pensando ue la santidad reuer'a el %uir de otros %o!&res. Pero la 9nica ustiicación de una vida de pre!editada soledad es la convicción de ue te a$udar a a!ar no sólo a ios, sino ta!&ién al prói!o. e otro !odo, si te vas al desierto !era!ente por apartarte de una !ultitud de gente ue te desagrada, no encontrars sosiego ni ta!poco soledad8 9nica!ente conseguirs aislarte con una tri&u de de!onios. @é al desierto, no para %uir de los otros, sino para %allarlos en ios. 7o %a$ otra verdadera soledad ue la soledad interior. interior. 6 la soledad interior no es posi&le para auel ue no acepte su verdadero lugar con relación a los de!s. 7o %a$ verdadera pa0 posi&le para el %o!&re ue todav'a i!agina ue algo accidental de talento, gracia o virtud lo separa de los de!s %o!&res $ lo coloca por enci!a de ellos. ios no nos da gracias, talentos ni virtudes para nosotros solos. So!os !ie!&ros uno de otro, $ todo lo ue se da a un !ie!&ro se da para el cuerpo entero. 7o lavo !is pies para %acerlos !s !s %er!osos ue !i cara. os santos a!an su santidad, no porue los separe del resto de nosotros $ los ponga so&re nosotros, sino al contrario, porue los acerca a nosotros $ en cierto !odo los pone de&ao de nosotros. Su santidad les es dada para ue puedan a$udarnos $ servirnos+ pues los santos son co!o !édicos $ ener!eras, ue son !eores ue los ener!os en el sentido de ue estn sanos $ poseen el arte de curarlos $ sin e!&argo %cense sirvientes de los ener!os $ les dedican su salud $ su arte. os santos no estn contentos de ser santos porue su santidad los %ace ad!ira&les para los de!s, sino porque el don de la santidad les permite admirar a todos los demás. os dota de una vista capa0 de %allar el &ien en los !s terri&les cri!inales. os li&ra de la carga de u0gar al prói!o, de condenar a otros %o!&res. n la %u!ildad se %alla la !3i!a li&ertad. Mientras tienes ue deender el $o i!aginario ue crees i!portante, pierdes la pa0 de tu cora0ón. n cuanto co!paras esa
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so!&ra con las so!&ras de otros, pierdes toda alegr'a, porue e!pe0aste a traicar con irrealidades, $ no %a$ go0o en lo ue no e3iste. n cuanto e!pie0as a to!arte en serio e i!aginas ue tus virtudes son i!portantes porue son tu$as, uedas prisionero de tu propia vanidad, $ aun tus !eores o&ras te cegarn $ enga4arn. uego, para deenderte, e!pe0ars a ver pecados $ altas por todas partes en las acciones de los otros. 6 cuanto !s irra0ona&le i!portancia te atri&u$as a ti $ a tus o&ras, tanto !s tenders a or!ar tu propia idea de ti !is!o condenando a los otros. A veces %a$ %o!&res virtuosos ue se sienten a!argados e inelices, porue inconsciente!ente inconsciente!ente %an llegado llegado a creer ue toda su su elicidad depende de ue sean !s virtuosos ue los de!s. Cuando la %u!ildad li&ra a un %o!&re del apego a sus propias o&ras $ a su propia reputación, descu&re ue el go0o perecto es sólo posi&le cuando nos %e!os olvidado co!pleta! co!pleta!ente ente de nosotros nosotros !is!os. 6 sólo cuando cuando no presta!os presta!os $a más atención a nuestr nue straa vida, vida, a nue nuestr straa reputa reputació ciónn ni a nue nuestr straa e3cele e3celenci ncia, a, nos nos %alla! %alla!os os por in co!pleta!ente li&res para servir perecta!ente a ios por 5l solo. l ue no se %alle despoado, po&re $ desnudo dentro de su propia al!a, tender inconsciente!ente inconsciente!ente a %acer las o&ras ue de&e %acer por a!or su$o !s ue por la gloria de ios. Ser virtuoso, no porue a!e a ios, sino porue desea ad!irar sus propias virtudes. Pero a cada !o!ento del d'a se sentir rustrado, $ ello lo volver a!argado e i!paciente, $ en su i!paciencia lo descu&rirn. ;a pro$ectado %acer cosas espectaculares. 7o puede conce&irse sin %alo. 6 cuando los los %ec% %ec%os os de su vida vida diar diaria ia le recu recuer erda dann cons consta tant nte! e!en ente te su insi insign gni iic ican anci ciaa $ !ediocridad, se siente avergon0ado, $ su orgullo re%usa reconocer una verdad de ue ning9n %o!&re cuerdo de&er'a sorprenderse. Aun los proesional!ente piadosos, $ a veces los piadosos !s ue todos, pueden desperdiciar su tie!po en una co!petencia !utua en la ue no se cosec%a !s ue angustia. Ms de una ve0 Kes9s tuvo ue reprender a Sus Apóstoles, ue discut'an $ luc%a&an por los pri!eros lugares en Su Eeino. os de ellos, Santiago $ Kuan, intriga&an por o&tener asiento a su derec%a e i0uierda en el Eeino. 7o es insólito, en la vida de los santos, ver ue unos santos no estuvieron sie!pre de acuerdo con otros santos. Pedro no se avino sie!pre con Pa&lo, ni elipe 7eri con Carlos Iorro!eo. 6 a veces %o!&res !u$ santos %an sido e3asperantes, $ !u$ atigoso el vivir con ellos. Si no !e crees, acaso sea porue t9 piensas ue los santos son sie!pre perectos $ nunca tienen altas con ue luc%ar. Pero ios per!ite a veces ue los %o!&res conserven deectos e i!perecciones, !iop'as $ e3centricidades, aun después de %a&er alcan0ado un alto grado de santidad, $ a causa de esas cosas su santidad per!anece oculta para ellos $ para los de!s. Si la santidad de todos los santos %u&iese sido sie!pre clara!ente visi&le para todos, no %a&r'an llegado nunca a ser pulidos $ pereccionados por las prue&as $ persecuciones, por las cr'ticas $ %u!illaciones $ la oposición de la gente con uien viv'an. Conténtate de no ser todav'a un santo, aunue caigas en la cuenta de ue la 9nica cosa por la cual vale la pena vivir es la santidad. As' estars satisec%o deando ue ios te gu'e %acia ella por ca!inos ue no puedes co!prender. Pasars por una oscuridad en ue $a no te preocupars por ti !is!o ni te co!parars con los de!s. os ue %an seguido este ca!ino, %allaron inal!ente ue la santidad est en todo $ ue ios los rodea por todas partes. espués de a&andonar todo deseo de co!petir con los de!s, se despiertan de pronto $ descu&ren ue el go0o de ios est en todas partes $ pueden regociarse por las virtudes $ &ondad de su prói!o !s de lo ue %a&r'an podido
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%acerlo por las su$as propias. stn tan deslu!&rados por el releo de ios en las al!as de los %o!&res con uienes viven, ue $a son incapaces de condenar lo ue ven en otro. Aun en los !a$ores pecadores pueden ellos ver &ondad $ virtudes ue nadie !s puede ver. n cuanto a s' !is!os, si todav'a se consideran, $a no se atreven a co!pararse con otros. sa idea se %i0o $a i!pensa&le. Pero $a no es uente de gran suri!iento $ la!entación8 %an alcan0ado inal!ente un punto en ue dan su propia insigniicancia por supuesta $ $a no se interesan en s' !is!os. ecir, ue esto$ %ec%o a i!agen de ios es decir ue el a!or es la ra0ón de !i e3istencia+ pues ios es a!or. l a!or es !i verdadera identidad. a a&negación es !i verdadero $o. l a!or es !i verdadero carcter. carcter. A!or es !i no!&re. Si, pues, %ago, pienso o digo algo, cono0co o deseo algo ue no sea pura!ente por el a!or de ios, no puede dar!e sosiego ni descanso, descanso, satisacción satisacción ni go0o. Para %allar el a!or de&o entrar en el santuario donde est escondido8 ue es la esencia de ios. 6 para entrar en Su santidad de&o volver!e santo co!o 5l es santo, perecto co!o 5l es perecto. 7ada de esto puede conseguirse por ning9n esuer0o !'o, por ninguna la&or !'a, por ning9n co!petir con otros %o!&res.. Signiica a&andonar todo ca!ino ue un ser %u!ano pueda seguir o co!prender. 6o, ue esto$ sin a!or, no puedo llegar a ser a!or, a no ser ue el A!or !e identiiue consigo. Pero si 5l env'a Su propio A!or, a S' !is!o, para ue o&re $ a!e en !' $ en todo lo ue $o %aga, entonces seré transor!ado, descu&riré uién so$ $ poseeré !i verdadera verdadera identidad perdiéndo!e perdiéndo!e en 5l. 6 esto es lo ue se lla!a santidad. ?na de las !a$ores paradoas de la vida !'stica es ésta8 nadie puede penetrar en el !s %ondo centro de si !is!o $ llegar por este centro %asta ios, si no es capa0 de salir entera!ente de s' !is!o $ vaciarse de s' $ entregarse a otros en la pure0a de un a&negado a!or. 6 as' una de las peores ilusiones de la vida !'stica ser'a intentar %allar a ios encerrndote dentro de tu propia al!a, deando auera toda realidad e3terna !ediante pura concentración $ uer0a de voluntad, separndote del !undo $ los de!s %o!&res, apretndote dentro de tu !ente $ cerrando la puerta co!o una tortuga. Aor Aortu tuna nada da!e !ent nte, e, la !a$ !a$or'a or'a de los los %o!& %o!&re ress ue ue lo inte intent ntar aron on no lo consiguieron. Pues el auto%ipnotis!o es e3acta!ente lo contrario de la conte!plación. ntra!os en posesión de ios cuando 5l invade todas nuestras acultades con Su lu0 $ Su uego ininito. Pero el procedi!iento procedi!iento de narcoti0a narcoti0arr tu esp'ritu esp'ritu $ aislarte aislarte ,de todo lo ue vive, !era!ente te insensi&ili0a para todas las oportunidades del a!or, ue es la uente de la conte!plación. Cuanto !s !e identiico con ios, tanto !s !e identiicaré con todos los de!s ue estn identiicados con 5l. Su A!or vivir en todos nosotros. Su sp'ritu ser nuestra 9nica @ida, la @ida de todos nosotros $ la @ida de ios. 6 nos a!are!os los unos a los otros $ a!are!os a ios con el !is!o A!or con ue nos a!a $ Se a!a. ste A!or es ios !is!o. Cristo roga&a ue todos los %o!&res se %icieran ?no co!o 5l era ?no con Su Padre, en la ?nidad del sp'ritu Santo. Por lo tanto, cuando t9 $ $o sea!os lo ue real!ente de&er'a!os ser, descu&rire!os no sólo ue nos a!a!os perecta!ente, sino ta!&ién ue a!&os vivi!os en Cristo $ Cristo en nosotros, $ ue todos so!os un solo Cristo.
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a perección inal de la vida conte!plativa no es un cielo de individuos separados, conte!plando cada uno su propia visión de ios8 es un !ar de A!or ue lu$e por el 9nico cuerpo $ al!a de todos los elegidos, todos los ngeles $ santos, $ su conte!plación ser'a inco!pleta si no uera co!partida, o si uera co!partida con !enos al!as, o con esp'ritus capaces de !enos visión $ !enos go0o. 6 $o tendré !s go0o en el cielo $ en la conte!plación de ios, si ests t9 ta!&ién all para co!partirla con!igo+ $ cuantos !s este!os all para co!partirla, tanto !a$or ser el go0o de todos. Pues la conte!plación no es inal!ente perecta si no es co!partida. 7o llega!os a sa&orear la plena e3ultación de la gloria de ios %asta ue no co!parti!os Su ininito don de ella, re&osando $ trans!itiendo gloria por todo el cielo, $ viendo a ios en todos los de!s, $ sa&iendo ue 5l es la @ida de todos nosotros $ ue todos so!os uno en 5l. Aun en la tierra ocurre lo !is!o, pero en la oscuridad. sta unidad es algo de ue no pode!os todav'a entender ni go0ar salvo en la oscuridad de la e. Pero aun a%', cuanto !s esta!os solos con ios, tanto !s esta!os unidos uno con otro+ $ el silencio de la conte!plación es sociedad rica $ prounda e inter!ina&le, no sólo con ios, sino con los %o!&res. Pero ui0, por un tie!po, es !eor olvidarse de ello, porue podr'a tur&ar nuestra i!aginación. Pues si recordra!os a los individuos $ pensra!os en ellos en nuestra conte!plación, esto tender'a a apartarnos de ios $ por ende de la unión espiritual con ellos. sta!os !s verdadera!ente con ellos cuando $a no los conoce!os clara!ente. Pues esta!os todav'a en transición, a la espera de %allar a ios en ellos visi&le $ clara!ente. ;asta entonces, los %alla!os a ellos $ a ios en una sola oscuridad, ue es la conte!plación. Cuanto !s esta!os a solas con 5l, tanto !s esta!os uno con otro, en la oscuridad, aun siendo !uc%os. 6 cuanto !s va!os el uno al otro en la&or, actividad $ co!unicación, seg9n la voluntad $ caridad de ios, tanto !s so!os !ultiplicados en l $, con todo, per!anece!os en soledad. Cuanto !s solos tanto !s untos esta!os+ $ cuanto !s nos %alla!os en sociedad, la verdadera sociedad de la caridad, no de las ciudades $ tur&as 'sicas, tanto !s esta!os con 5l a solas. Pues en !i al!a $ en la tu$a %allo al !is!o Cristo ue es nuestra @ida, $ 5l se %alla a S' !is!o en nuestro a!or, $ todos untos %alla!os el para'so, ue es co!partir Su A!or por Su Padre Padre en la Persona de de Su sp'ritu. Mi verdadera personalidad tendr cu!pli!iento en el Cristo !'stico, so&re todo, de este !odo8 a través de !', Cristo $ Su sp'ritu podrn a!arte a ti $ a todos los %o!&res $ a ios Padre, de un !odo ue no ser'a posi&le en ning9n otro. l A!or surge de ios $ nos atrae a ios para volverse a verter en ios a través de todos nosotros $ devolvernos a 5l en la corriente de Su !isericordia ininita. As' todos nos converti!os en avenidas $ ventanas a través de las cuales lan0a ios su &rillo al interior de Su propia casa. casa. Cuando el A!or de ios est en !', ios puede a!arte a ti a través de !', $ t9 puedes a!ar a ios a través de !'. Si !i al!a estuviera cerrada a tal a!or, el a!or de ios por ti $ tu a!or por ios $ el a!or de ios por S' !is!o en ti $ en !' tendr'an negada la e3presión particular ue encuentran encuentran a través de !' $ de ning9n otro. stando el a!or de ios en !', puede llegar a ti desde una dirección especial $ distinta ue estar'a cerrada si 5l no viviera en !'+ $ estando Su a!or en ti, puede venir a !' desde un sitio del ue, de otro !odo, no vendr'a. 6 por estar Su a!or en a!&os, ios tiene !a$or gloria. Su a!or tiene dos !odos !s de e3presión, en ue, en otro caso, no podr'a e3presarse8 esto es, dos go0os !s ue no podr'an e3istir sin 5l.
1D
@iva!os en este a!or $ esta elicidad, t9 $ $o $ todos nosotros, en el a!or de Cristo $ en la conte!plación+ pues a%' es donde nos %alla!os a nosotros !is!os, $ el uno al otro, co!o verdadera!ente so!os. Sólo en este a!or llega!os inal!ente a ser reales. Pues es a%' donde !s verdadera!ente co!parti!os la vida de un ios en tres Personas. ios en Su Frinidad de relaciones su&sistentes dista ininita!ente de toda so!&ra so!&ra de ego's!o. ego's!o. Pues el ios uno no su&siste su&siste aparte $ solo en su unidad+ su&siste su&siste co!o Padre, co!o ;io $ co!o sp'ritu Santo. stos tres son uno+ pero aparte de ellos ios no su&siste ta!&ién co!o uno. s tres Personas, !as un ios. as Personas no son independientes ni estn solas. Son ?no $, sin e!&argo, cada una e3iste para las otras. l ios uno ue e3iste en tres Personas es un c'rculo de relaciones en el ue Su ininita realidad, el A!or, es sie!pre idéntica $ sie!pre renovada, sie!pre perecta $ sie!pre total, e!pe0ando sie!pre $ no ter!inando nunca, a&soluta, perdura&le $ plena. n el Padre el ininito A!or de ios est sie!pre e!pe0ando, $ en el ;io es sie!pre pleno, $ en el sp'ritu Santo es perecto $ nunca cesa de descansar en su eterna uente. Pero si sigues al A!or en su procedencia o en su tér!ino de Persona a Persona, ser in9til ue por sus %uellas intentes encontrar dónde se detiene, ni lo podrs apresar, ni sers capa0 de iarlo en una de las Personas co!o si sta pudiera apropiarse el ruto del a!or de las otras. Pues el A!or ?no de las Fres Personas es un ininita!ente rico dar de S' !is!o ue nunca cesa ni es to!ado, sino ue sie!pre es perecta!ente dado. $ sólo reci&ido para ser perecta!ente co!partido. Co!o el A!or de ios nunca encuentra un yo un yo capa0 de detenerlo $ a&sor&erlo, la @ida $ la elicidad de ios son a&soluta!ente ininitas, Jperectas e inagota&les. Por lo tanto no puede %a&er ego's!o en ios, porue los tres 6oes de ios son tres relaciones su&sistentes de generosidad, re&osantes $ supera&undantes en go0o en el don de su @ida 9nica. a vida interior de ios es la conte!plación perecta. 7uestro go0o $ nuestra vida estn destinados a no ser sino una participación Nn la @ida de las tres Personas. n llas vivire!os un d'a entera!ente en ios, $ cada uno en los de!s, co!o las Personas de ios viven cada una en las otras.
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5. UN CUERPO DE HUESOS ROTOS 5 ( y yo y todos los hombres fuimos hechos para hallar nuestra identidad en el
'risto m!stico, en quien nos completamos completamos todos todos mutuamente mutuamente en un homb hombre re perfecto, en la medida de la edad de la plenitud de 'risto-. 'uando alcancemos la perfección del amor que es la contemplación de 2ios en $u gloria, nuestras personalidades inalienables, aunque permaneciendo eternamente distintas, se combinarán, sin embargo, en 7N), de modo que cada uno de nosotros se hallará en todos los demás* y 2ios será la vida y realidad de todos. 6mnia in omnibus 2eus. 2ios es un Auego devorador. devorador.
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El odio retrocede retrocede ante el sacrificio y el dolor que son el precio de este rea%uste de huesos. 8echa&a el dolor de la reunión. 4dentifica la angustia con los otros hombres, cuya presencia causa angustia en nosotros recordándonos recordándonos nuestra desunión. El odio intenta curar la desunión aniquilando a los que no están unidos con nosotros. =usca la pa& por la eliminación de todos los que no somos nosotros mismos. Pero el amor, amor, con su aceptación del dolor de la reunión, empie&a a sanar todas las heridas. Es principalmente en el sufrimiento y el sacrificio requeridos para que los hombres vivan %untos en pa& y armon!a donde el amor es perfeccionado en nosotros, donde nos preparamos para la contemplación. Pues el cristianismo no es meramente una doctrina o sistema de creencias+ es 'risto que vive en nosotros y une a los hombres unos con otros en $u propia @ida y unidad. ?o en ellos y 5(, Padre, en 3!, para que sean perfectos en 7no... ? la gloria que 5( me has dado les di ?o para que sean 7no como nosotros somos 7no. 4n hoc cognoscent omnes quia mei estis discipuli, si dilectionem habueritis ad invicem. El que ama no mora en la muerte-. $i consideras la contemplación principalmente como medio de escapar a las miserias de la vida humana, como un apartamiento de la angustia y sufrimiento de esta lucha por la reunión con otros hombres en la caridad de 'risto, no sabes lo que es la contemplación y nunca hallarás a 2ios en tu contemplación. Pues es precisamente en la recuperación de nuestra unión con nuestros hermanos en 'risto donde descubrimos a 2ios y "o conocemos, pues entonces $u vida empie&a a penetrar en nuestras almas, y $u amor posee nuestras facultades, y somos capaces de descubrir quién es por la experiencia de $u propia generosidad generosidad refle%ada en nuestra voluntad purificada. Bay sólo una verdadera huida del mundo+ no es una fuga le%os de tribulaciones, conflictos, dificultades y sufrimientos* sino una fuga de la desunión y separación hacia la unidad y la pa& en el amor de los otros. 9ué es el mundo- por el cual no quiso 'risto rogar y del cual di%o que sus disc!pulos estaban en él, pero no eran de él/ El mundo es la inquieta ciudad de los que viven para s mismos y están por tanto divididos unos contra otros en una lucha que no puede terminar, terminar, pues continuará eternamente en el infierno. Es la ciudad de los que luchan por cosas limitadas y por el monopolio de bienes y placeres que no pueden ser compartidos por todos. Pero si intentas escapar de este mundo saliendo solamente de la ciudad y escondiéndote en la soledad, no harás más que llevar contigo la ciudad a la soledad* y sin embargo puedes estar enteramente fuera del mundo permaneciendo en medio de él, si de%as que 2ios te libre de tu propio propio ego!smo y vives sólo para el amor. amor. Porque Porque huir del mundo no es otra cosa que que huir del ego!smo. ? el hombre hombre que se encierra con su propio ego!smo se coloca en una posición en que el mal que lleva dentro lo poseerá como un demonio o lo enloquecerá. Por esto es peligroso ir a la soledad (nicamente por el hecho de que te guste estar solo.
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6. SOLEDAD
a sole soleda dadd 'si 'sica ca,, sile silenc ncio io e3te e3terio riorr $ reco recogi gi!i !ien ento to real real son son todo todoss !oral!ente necesarios para el ue uiera %acer vida conte!plativa+ pero, co!o todo lo de!s de la creación, no son sino !edios para un in, $ si no co!prende!os el in %are!os !al uso de los !edios. e&e!os, pues, recordar ue &usca!os la soledad para au!entar en ella nuestro a!or a ios $ al prói!o. 7o va!os al desierto para %uir de los %o!&res, sino para aprender a encontrarlos+ no los dea!os para no tener $a nada ue ver con ellos, sino para descu&rir el !odo de %acerles el !3i!o &ien. Pero éste es sie!pre tan sólo un in secundario. l in ue los inclu$e a todos es el a!or de ios. a soledad !s verdadera no es algo e3terno a ti, no es ausencia de %o!&res $ sonidos en torno tu$o8 es un a&is!o ue se a&re en el centro de tu al!a. 6 este a&is!o de soledad interior se crea por un %a!&re ue no se satisar a!s con cualuiera cualuiera de las cosas cosas creadas. l 9nico !odo de %allar la soledad es !ediante %a!&re $ sed, pesar, po&re0a $ deseo, $ el %o!&re ue %alló la soledad est vac'o, co!o si lo %u&iera vaciado la !uerte. ;a avan0ado !s all de todos los %ori0ontes. 7o le uedan direcciones en ue !overse. Se trata de un pa's cu$o centro est en todas partes, $ cu$a circunerencia no se %alla en sitio ninguno. 7o lo encuentras viaando, sino estando uedo. Sin e!&argo, es en tal soledad donde e!pie0an las !s %ondas actividades. s au' donde descu&res acto sin !oción, la&or ue es proundo reposo, logro ue se e3tiende a lo ininito. Aunue es cierto ue esta soledad est en todas partes, %a$ un procedi!iento para %allarla ue %ace reerencia al espacio real, a la geogra'a, al aisla!iento 'sico leos de las villas $ ciudades de los %o!&res. e&e %a&er por lo !enos una pie0a, o alg9n rincón, donde nadie te encuentre, tur&e ni note. e&es poder desatarte del !undo $ uedar li&re, aloadas todas las inas cuerdas e %ilos de tensión ue te ligan, por la vista, el sonido, el pensa!iento, a la presencia de otros %o!&res. ?na ve0 ue %a$as %allado tal lugar, conténtate con él $ no te tur&es si, por una &uena ra0ón, tienes ue dearlo. O!alo $ vuelve a él tan pronto co!o puedas $ no te apresures a ca!&iarlo por otro. ii!os ue la soledad i!portante para un conte!plativo es, ante todo, algo interior $ espiritual. Ad!iti!os Ad!iti!os ue es posi&le vivir en %onda $ sedante soledad interior, aun en !edio del !undo $ su conusión. Pero a veces se a&usa de esta verdad en la religión. ;a$ %o!&res dedicados a ios cu$as vidas estn llenas de inuietud $ ue no tienen un deseo real de estar solos. Ad!iten ue la soledad e3terior es &uena en teor'a, pero insisten en ue ue es !uc%o !eor !eor conservar la soledad soledad interior viviendo en en el !undo. n la prctica, sus vidas son devoradas por actividades $ estranguladas por apegos. a soledad interior es i!posi&le para ellos. a te!en. ;acen todo lo posi&le para %uir de ella. Peor a9n, intentan atraer a todos a actividades incesantes, devoradoras co!o las su$as. Son grandes pro!otores de o&ras in9tiles. es gusta organi0ar reuniones $ &anuetes, cursos $ conerencias. Pu&lican circulares, escri&en cartas, %a&lan durante %oras por teléono para poder reunir un centenar de personas en una gran sala, donde 2"
llenan el aire de %u!o, %acen gran ruido, se gritan el uno al otro, aplauden $, $, inal!ente, parten ago&iados para la casa, dndose golpecitos en la espalda, convencidos de ue %icieron grandes cosas para ensanc%ar el Eeino de ios. 7o %allars nunca la soledad interior si no %aces un esuer0o consciente para li&rarte de los deseos, cuidados e intereses de una e3istencia en el tie!po $ en el !undo. ;a0 todo lo ue puedas por evitar las diversiones, ruidos $ negocios de los %o!&res. Mantente lo !s leos posi&le de los lugares donde se untan para enga4arse e insultarse !utua!ente, para e3plotarse rec'proca!ente, para re'rse $ &urlarse el uno del otro con sus alsos ade!anes de a!istad. 7o leas sus periódicos si no ests real!ente o&ligado a !antenerte al corriente de lo ue sucede. os diarios son una penitencia, no una diversión. Alégrate si puedes !antenerte uera del alcance de sus radios. 7o te preocupes por sus espantosas canciones ni su intolera&le preocupación por el aspecto $ las sensaciones de sus cuerpos. 7o u!es sus cigarrillos, ni &e&as lo ue ellos &e&en, ni co!partas su preocupación por dierentes clases de ali!ento. 7o co!pliues tu vida !irando las ilustraciones de sus revistas. Mantén li!pios tus oos, tranuilos tus o'dos $ sereno tu esp'ritu. Eespira el aire de ios. Fra&aa, si puedes, &ao Su cielo. Pero Pero,, si %as %as de vivi vivirr en una una ciud ciudad ad $ tra&a tra&aa arr entre entre !u !uin inas as,, via viaar ar en su&terrneo $ co!er en un sitio donde la radio te ensordece con noticias alsiicadas, la co!ida destru$e tu vida $ los senti!ientos de los ue te rodean e!pon0o4an tu cora0ón de tedio, no te tur&es, sino acéptalo co!o el a!or de ios $ co!o se!illa de soledad se!&rada en tu al!a, $ alégrate de ese suri!iento+ pues te !antendr atento a la pró3i!a ocasión de escapar a ellos $ estar solo en el sanativo silencio del recogi!iento $ en la sosegada presencia presencia de ios. Eecuerda, sin e!&argo, ue si &uscas la evasión por s' !is!a $ %u$es del !undo por ser éste (co!o %a de ser) intensa!ente desagrada&le, desagrada&le, no %allars la pa0 ni la soledad. Si &uscas la soledad !era!ente porue la preieres, nunca escapars al !undo $ su ego's!o+ nunca tendrs la li&ertad interior ue puede !antenerte real!ente solo. l de!onio tiene un co!pleto siste!a de teolog'a $ iloso'a, ue e3plicar, a todo el ue uiera escuc%ar, ue las cosas creadas son !alas, ue los %o!&res son !alos, ue ios creó el !al $ uiere ue los %o!&res suran el !al $ se alegra del suri!iento de los %o!&res+ en in, ue el universo entero est lleno de angustia porue as' ios lo %a uerido $ pro$ectado. os ue escuc%an tal e3plicación, la asi!ilan $ se go0an en ella, llegan a or!arse una idea de la vida espiritual co!o de una especie de %ipnosis del !al. os conceptos de pecado, suri!iento, condenación, castigo, usticia de ios, pena, in del !undo $ de!s, son cosas acerca de las cuales se rela!en con indeci&le placer. Acaso lo %agan porue o&tienen una satisacción prounda, su&consciente, al pensar cuntas personas caern en el inierno de ue ellos se salvarn. 6 -có!o sa&en ue van a salvarse/ 7o pueden dar ninguna ra0ón deinida, salvo el %ec%o de ue tienen una sensación de alivio al pensar ue todo auel suri!iento espera a casi todo el !undo, !enos a ellos. A este senti!iento de co!placencia lo lla!an :e”, $ constitu$e una especie de convicción de ue estn :salvados”. :salvados”. l de!onio %ace !uc%os disc'pulos predicando contra el pecado. os convence del gran !al del pecado, induce una crisis e!otiva ue los persuade de ue ios pasa por alto sus culpas $ después de esto los dea pasar el resto de su vida !editando cun intensa!ente pecadores $ evidente!ente répro&os son los de!s %o!&res.
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a teolog'a !oral del de!onio parte del principio8 :l placer es pecado.” uego desarrolla el principio invirtiendo los tér!inos8 tér !inos8 :Fodo :Fodo pecado es placer.” espués, se4ala ue el placer es prctica!ente inevita&le $ ue tene!os una tendencia natural a %acer lo ue nos place, de lo ue conclu$e ue nuestras tendencias naturales son !alas $ ue nuestra naturale0a es !ala de por s'. 6 nos conduce a la conclusión de ue nadie puede evitar el pecado, puesto ue el placer es inevita&le. uego, para asegurarse de ue nadie intente escapar al pecado, a4ade ue lo ue es inevita&le no puede ser pecado. espués todo el concepto del pecado es arroado por la ventana co!o i!pertinente, $ la gente decide ue no ueda sino vivir para el placer, $ de este !odo placeres ue son natural!ente &uenos vuélvense !alos por degradación $ se desperdician las vidas en la inelicidad $ el pecado. Hcurre a veces ue ciertos %o!&res ue predican ve%e!ente!ente so&re el !al $ su castigo, de !odo ue parecen no pensar en otra cosa ue en el pecado, son en realidad inconscientes odiadores del prói!o. Piensan ue el !undo no los aprecia en su valor, $ éste es su !odo de desuitarse. l de!onio no te!e predicar la voluntad de ios, !ientras pueda %acerlo a su !odo. l argu!ento se desarrolla a este tenor8 :ios uiere ue o&res recta!ente. Pero t9 sientes una atracción interior ue te dice, !ediante un delicioso calor de satisacción, lo ue es recto. Por lo tanto, si tus superiores intentan intervenir $ o&ligarte a %acer algo ue no produce este agrada&le senti!iento de satisacción interior, cita la Sagrada scritura, diles ue de&es o&edecer a ios antes ue a los %o!&res, $ luego ec%a adelante $ %a0 tu propia voluntad, %a0 lo ue te produce este delicioso calor.” calor.”
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8. INTEGRIDAD
Muc%os poetas no son poetas por la !is!a ra0ón por ue !uc%os religiosos no son santos8 a!s logran ser ellos !is!os. 7unca consiguen llegar a ser el deter!inado poeta o el deter!inado !one ue de&er'an ser en la intención de ios. 7unca se convierten en el %o!&re o el artista ue de&er'a surgir de todas las circunstancias de su vida individual. esperdician sus a4os en vanos esuer0os por ser otro poeta, otro santo. Por !uc%as a&surdas ra0ones, estn convencidos de ue estn o&ligados a convertirse en alguien ue !urió doscientos a4os antes $ vivió en circunstancias co!pleta!ente aenas a las su$as. Bastan su esp'ritu $ su cuerpo en un in9til esuer0o por tener las e3periencias de otro o escri&ir los poe!as o poseer la santidad de otro. Puede %a&er un intenso ego's!o en el %ec%o de seguir a todos los de!s. a gente tiene prisa por engrandecerse a s' !is!a i!itando lo ue es popular... $ es de!asiado pere0osa para pensar en algo !eor. a prisa estropea por igual a santos $ a artistas. esean un é3ito rpido $ tienen tal prisa por lograrlo, ue no les ueda tie!po para ser ieles a s' !is!os. 6 cuando la locura los invade argu$en ue su !is!a prisa es una especie de integridad. n los grandes santos se ve coincidir la perecta %u!ildad con la perecta integridad. A!&as A!&as resultan ser prctica!ente lo !is!o. l santo es distinto de todos los de!s %o!&res precisa!ente porue es %u!ilde. n lo ue respecta a lo accidental de esta vida, la %u!ildad puede contentarse con lo ue satisace a la generalidad de los %o!&res. Mas esto no signiica ue la esencia de la %u!ildad consista en ser co!o todos los de!s. Por el contrario, la %u!ildad consiste en ser precisa!ente la persona ue eres real!ente ante ios $, co!o no %a$ dos personas iguales, si tienes la %u!ildad de ser t9 !is!o no sers igual a ning9n otro en todo el universo. Pero no es necesario ue esta individualidad se air!e en la supericie de la vida cotidiana. 7o ser una cuestión de !eras apariencias, opiniones, gustos o !aneras de %acer las cosas. s algo !u$ %ondo en el al!a. Para Para el %o!&re %o!&re verdad verdadera era!e !ente nte %u!ild %u!ilde, e, los !odos !odos,, costu! costu!&re &ress $ %& %&ito itoss %u!anos no son !otivo de c%oue. os santos no se e3citan acerca de lo ue la gente l'cita!ente co!e $ &e&e, lleva so&re su cuerpo o cuelga de las paredes de sus casas. ;acer de la conor!idad o disenti!iento con otros una cuestión de vida o !uerte es llenar tu vida interior de conusión $ estrépito. Pasando por alto tales cosas co!o algo sin i!portancia, el %o!&re %u!ilde to!a todo lo ue %a$ en el !undo ue pueda a$udarlo a %allar a ios $ dea a un lado el resto. s capa0 de ver con claridad co!pleta ue lo ue es 9til para él puede ser in9til para otro $ lo ue a$uda a otros a ser santos puede causar su ruina. Por esto la %u!ildad lleva consigo un proundo reina!iento de esp'ritu, un sosiego, tacto $ sentido co!9n, sin los cuales no e3iste sana !oralidad. 7o es %u!ildad insistir en ser alguien ue no eres. s co!o si dieras ue sa&es !eor ue ios uién eres $ uién de&er'as ser. ser. -Có!o esperas llegar al in de tu propia ornada, si to!as el ca!ino ue lleva a la ciudad de otro/ -Có!o esperas alcan0ar tu propia perección llevando la vida de otro/ Su santidad no ser nunca la tu$a8 de&es
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tener la %u!ildad de procurar tu propia salvación en una oscuridad en ue te encuentres a&soluta!ente solo... 6 as' necesitas una %u!ildad %eroica para ser t9 !is!o $ nadie !s ue el %o!&re, o el artista, ue de&es ser en la intención de ios. Fe %arn sentir ue tu sinceridad es tan sólo orgullo. esta es una tentación grave, pues nunca puedes estar seguro de si eres iel a tu verdadero $o o sólo ests levantando una deensa para la alsa personalidad ue es criatura de tu propio apetito de reputación. Pero la !3i!a %u!ildad puede aprenderse en la angustia de !antener el euili&rio en esta posición8 continuar siendo t9 !is!o sin llegar a ser rudo por ello $ sin i!poner tu also $o a los alsos $oes de los otros. a perección no es algo ue puedas aduirir co!o un so!&rero8 entrando en una tienda, pro&ando varios $ saliendo die0 !inutos !s tarde con uno ue auste &ien en la ca&e0a. Sin e!&argo, %a$ personas ue entran en un !onasterio con esta idea. stn ansiosos por pro&arse el pri!er siste!a disponi&le $ pasar el resto de su vida con esa cosa en la ca&e0a. evoran li&ros de piedad indistinta!ente, sin pararse a considerar cunto de lo ue leen conviene, o puede aplicarse, a su propia vida. Su principal preocupación es aduirir tantas !uestras e3ternas co!o sea posi&le $ decorar su persona con los rasgos ue tan rpida!ente %an llegado a asociar a la perección. 6 se pasean pasean con ropa cortada a la !edida de otras personas $ situaciones. Si %acen esta tarea es!erada!ente, es cil ue sus disraces espirituales sean !u$ ad!irados. Co!o los artistas de é3ito, vuélvense co!erciales. Fras esto, no %a$ !uc%a esperan0a para ellos. Son &uena gente, s'+ pero estn uera de su sitio $ se desperdiciar gran parte de su &ienintencionada energ'a. ;an llegado a estar satisec%os con su propia !arca de santidad $ con la perección ue teieron para s' con los %ilos de su propia i!aginación. 6 ios !is!o, ue desea&a crear su especial perección $ su go0o, %a&r de aguardar a ue pasen por un la&orioso purgatorio antes de poder %acerlo inal!ente. ?no de los pri!eros signos del santo es a veces el %ec%o de ue otros %o!&res no sa&en ué pensar de él. n realidad, no estn seguros de si est loco o es sola!ente un orgulloso+ pero de&e de ser por lo !enos orgullo el %allarse asediado por un ideal ue nadie, sino ios, real!ente co!prende. 6 tiene inevita&les diicultades para aplicar todas las a&stractas nor!as de :perección” a su propia vida. 7o parece poder austar su vida a los li&ros. A veces veces su caso es tan !alo ue ning9n !onasterio uiere tenerlo. Fiene ue ser despedido, devuelto al !undo co!o Ienito Kosé a&re, ue uiso ser trapense $ cartuo $ no logró su deseo en ning9n caso. Fer!inó Fer!inó inal!ente co!o vaga&undo. Murió en una calle cualuiera de Eo!a. Sin e!&argo, el 9nico santo canoni0ado, venerado por toda la glesia, ue %a$a vivido co!o cisterciense o cartuo, desde la dad Media, es San Ienito Kosé a&re.
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9. LA RAIZ DE LA GUERRA ES EL MIEDO.
l concepto de :virtud” no atrae a los %o!&res, porue $a no se interesan en llegar a ser &uenos. Sin e!&argo, si les dices ue Santo Fo!s %a&la de las virtudes co!o :%&itos del intelecto prctico”, ui0 presten alguna atención a tus tus pala pala&r &ras as.. es es plac placee la idea idea de algo algo ue, ue, al pare parece cerr, pued puedaa aviv avivar ar su inteligencia. 7uestra !ente es co!o la cornea. Eecoge todo lo ue &rilla, por incó!odo ue uede nuestro nido con tanto !etal en él. os de!onios estn !u$ contentos con el al!a ue sale de su seco %ogar $ tie!&la &ao la lluvia sin otra ra0ón ue la de estar seca su casa. Fengo !u$ leve idea de lo ue ocurre en el !undo+ pero de ve0 en cuando veo algunas de las cosas ue estn di&uando $ escri&iendo all, $ esto !e convence de ue todos estn viviendo en ceniceros. Me alegra no poder o'r lo ue estn cantando. Si un escritor es tan cauto ue no escri&e nunca nada ue pueda ser criticado, nunca escri&ir nada ue pueda ser le'do. Si uieres a$udar a otros tienes ti enes ue decidirte a escri&ir cosas ue algunos condenarn. l poeta entra en s' !is!o para crear. l conte!plativo entra en ios para ser creado. ?n poeta católico de&er'a ser apóstol siendo ante todo poeta+ no intentar ser poeta siendo ante todo un apóstol. Pues si se presenta a su p9&lico co!o poeta, ser u0gado co!o tal, tal, $ si no es &uen poeta, uedar uedar en rid'culo su apostolado. apostolado. Si escri&es para ios llegars al cora0ón de !uc%os %o!&res $ les causars alegr'a. Si escri&es para los %o!&res.., acaso %agas alg9n dinero, causes a alguien alg9n peue4o go0o $ %agas cierto ruido ruido en el !undo por por &reve tie!po. Si escri&es para ti !is!o, podrs leer lo ue %as escrito, $ al ca&o de die0 !inutos estars tan asueado ue desears %a&er !uerto. n la ra'0 de toda guerra est el !iedo8 no tanto el !iedo ue los %o!&res se tienen !utua!ente, sino el !iedo ue le tienen a todo. 7o todo. 7o es !era!ente ue no con'en con'en el uno en el otro8 no se 'an ni de s' !is!os. Si no estn seguros de ue alguien no va a volverse contra ellos para !atarlos, lo estn todav'a !enos de ue ellos !is!os no se volvern contra s' para !atarse. 7o pueden coniar en nadie, porue %an deado de creer en ios. -=uieres ter!inar las guerras pidiendo a %o!&res ue con'en en %o!&res en uienes evidente!ente no puede coniarse/ 7o. nsé4ales a a!ar a ios $ a coniar en él+ entonces podrn a!ar a los %o!&res en uienes no pueden coniar, $ osarn %acer la pa0 con ellos, no coniando en ellos, ellos, sino en ios. 2
Pues sola!ente el a!or (ue signiica %u!ildad) puede e3pulsar el !iedo ue es la ra'0 de toda guerra. Si real!ente los %o!&res uisieran la pa0, la pedir'an a ios, $ 5l se la dar'a. Pero -por ué %a de dar 5l al !undo una pa0 ue éste no desea real!ente/ Pues la pa0 ue el !undo parece desear no es real!ente en ning9n !odo la pa0. Para algunos la pa0 signiica tan sólo tranuilidad para e3plotar a otros sin !iedo a represalias o inerencias. Para otros la pa0 signiica li&ertad para ro&arse !utua!ente sin interrupción. Para ciertos %o!&res signiica asueto para devorar los &ienes de la tierra sin verse o&ligados a interru!pir sus placeres para ali!entar a auellos ue su codicia est !atando de %a!&re. 6 para casi todo el !undo la pa0 signiica si!ple!ente ausencia de toda violencia 'sica ue pudiese arroar so!&ras so&re vidas dedicadas a la satisacción de su apetito ani!al de co!odidades $ placeres. Muc%os co!o éstos %an pedido a ios lo ue ellos entend'an por :pa0” $ se %an e3tra4ado de ue su ruego no uese atendido. 7o pod'an co!prender ue, en realidad, lo %a&'a sido. ios los dea&a con lo ue desea&an, pues su idea de pa0 era sólo otra or!a de la guerra. As', pues, en ve0 de a!ar lo ue crees ser la pa0, a!a al prói!o $ a!a a ios so&re todo. 6 en ve0 de odiar a los %o!&res ue tienes por pro!otores de guerras, odia los apetitos $ el desorden de tu propia al!a, ue son las causas de la guerra.
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1. EL IN!IERNO COMO ODIO
l inierno est donde nadie tiene nada en co!9n con otro alguno, e3cepto el odiarse todos uno a otro $ no poder separarse unos de otros ni de s' !is!os. stn todos revueltos en su uego, $ cada uno intenta apartar a los otros de s' con un odio enor!e, i!potente. 6 la ra0ón porue desean estar li&res unos de otros no es tanto el odiar lo ue ven en otros co!o el sa&er ue los otros odian lo ue ven en ellos+ $ todos, uno en otro, reconocen lo ue detestan en s' !is!os, ego's!o e i!potencia, angustia, terror $ desesperación. desesperación. l r&ol se conoce por sus rutos. Si uieres co!prender la %istoria social $ pol'tica de las naciones naciones !odernas, estudia estudia el inierno. 6 sin e!&argo el !undo, con todas sus guerras, no es a9n el inierno. 6 la %istoria, por terri&le ue sea, tiene otro sentido, !s proundo. Pues no es el !al de la %istoria lo ue le da i!portancia $ no es el !al de nuestro tie!po auello por lo cual nuestro tie!po puede ser co!prendido. n la %oguera de la guerra $ el odio, la Ciudad de auellos ue se a!an es undida $ unida en el %ero's!o de la caridad &ao el suri!iento, !ientras ue la ciudad de auellos ue lo odian todo es des%ec%a $ dispersada, $ sus ciudadanos lan0ados en todas direcciones, co!o c%ispas, %u!o $ lla!as. 7uestro ios es ta!&ién un uego devorador. devorador. 6 si nosotros, por el a!or, nos transor!a!os en 5l $ arde!os co!o 5l arde, su uego ser nuestro po0o eterno. Pero si rec%a0a!os su a!or $ per!anece!os en la rialdad rialdad del pecado $ la oposición a 5l $ a los de!s %o!&res, entonces su uego (elegido por nosotros !s &ien ue por 5l) se convertir en nuestro eterno ene!igo+ $ el A!or, en ve0 de ser nuestro go0o, ser nuestro tor!ento $ nuestra destrucción. Cuando a!a!os la voluntad de ios, lo %alla!os $ reconoce!os Su go0o en todas las cosas. Pero cuando esta!os contra ios, esto es, cuando nos a!a!os a nosotros !is!os !s ue a 5l, todas las cosas se nos vuelven ene!igas. 7o pueden dear de re%usa!os la il'cita satisacción ue nuestro ego's!o les e3ige, porue la ininita generosidad de ios es la le$ de toda esencia creada $ est i!presa en todo lo ue 5l %a %ec%o $ sólo puede ser a!iga de Su generosidad ue es ta!&ién la le$ unda!ental de la vida de los %o!&res. 7o %a$ nada ue interese en el pecado, ni en en el !al en su calidad calidad de !al. 6 ese !al no es un ente positivo, sino la alta de una perección ue de&er'a e3istir. l pecado, co!o tal, es esencial!ente a&urrido, porue es la alta de algo ue podr'a atraer nuestra voluntad voluntad $ nuestro esp'ritu. esp'ritu. o ue atrae a los %o!&res a los actos !alos no es el !al, sino el &ien ue %a$ en ellos, visto &ao also aspecto $ con torcida perspectiva. 6 el &ien ue se ve de este !odo es sólo el ce&o de la tra!pa. Cuando uieres alcan0arlo, salta la tra!pa $ sólo te ueda el asco, el %ast'o.., $ el odio. os pecadores son gente ue lo odian todo, porue su !undo est necesaria!ente lleno de traición, lleno de enga4o, lleno de decepción. 6
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los !3i!os pecadores son la gente !s tediosa del !undo, porue es ta!&ién la ue !s se a&urre $ la ue encuentra !s tedio en la vida. Cuando intentan cu&rir cl tedio de la vida con ruido, e3citación, agitación $ violencia (inevita&les rutos de una vida dedicada al a!or de valores ue no e3isten), se convierten en algo !s ue tediosos8 son a0otes del !undo $ la sociedad. 6 ser a0otado no es !era!ente algo insulso $ tedioso. Sin e!&argo, cuando ter!inó todo $ %an !uerto, el rastro de sus pecados en la %istoria se vuelve e3tre!ada!ente alto de interés $ se inlige a los escolares co!o penitencia, ue es tanto !s cruel cuanto ue %asta un ni4o de oc%o a4os puede notar cil!ente la inutilidad de aprender los %ec%os de gente co!o ;itler $ 7apoleón.
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11. !E
l principio de la conte!plación es la e. Si %a$ algo esencial!ente erróneo en tu concepción de la e no sers nunca un conte!plativo. ;e au' algunas de las ideas erróneas acerca de lo ue es la e. Ante todo, no es una e!oción, no es un senti!iento. 7o es un ciego i!pulso su&consciente %acia algo vaga!ente so&renatural. 7o es si!ple!ente una necesidad ele!ental del esp'ritu del %o!&re. 7o es el senti!iento de la e3istencia de ios. 7o es la convicción de estar salvado o :ustiicado” sin ra0ón especial alguna, e3cepto la de ue uno as' lo siente. 7o es algo entera!ente interior $ su&etivo, sin reerencia a ning9n !otivo e3terno. 7o es algo ue su&a &ur&ueando de los recodos de tu al!a $ te llene de un indeini&le :senti!iento” de ue todo est !u$ &ien. 7o es algo tan pura!ente tu$o ue su contenido sea inco!unica&le. 7o es un !ito personal tu$o ue no puedas co!partir con nadie $ cu$a valide0 o&etiva no i!porte para ti, ni para ios, ni para ning9n otro. Pero ta!poco es una opinión. 7o es una convicción undada en el anlisis racional. 7o es ruto de una prue&a cient'ica. Sólo puedes creer lo ue no sa&es. n cuanto lo sa&es, $a no lo crees, por lo !enos no del !is!o !odo co!o lo sa&es. a e es ante todo un asenti!iento intelectual. Perecciona la !ente, no la destru$e. Pone el entendi!iento en posesión de una verdad ue la ra0ón no puede asir de por s'. 7os da certidu!&re respecto a ios co!o 5l es en S' !is!o+ la e es el ca!ino para un contacto vital con un ios viviente $ no la visión de un a&stracto pri!er Principio deducido por silogis!os a partir de la prue&a de las cosas creadas. Pero el asenti!iento de la e no se unda en la prue&a intr'nseca de un o&eto visi&le. l acto de creer une dos !ie!&ros de una proposición ue no tienen cone3ión en nuestra e3periencia natural. Pero ta!poco %a$ nada al alcance de la ra0ón ue per!ita argir ue son incone3os. as air!aciones ue piden el asenti!iento de la e son si!ple!ente neutrales con respecto a la ra0ón. 7o %a$ prue&a ue indiue su alsedad o su verdad. Asenti!os a ellas por algo distinto de una prue&a intr'nseca. Acepta!os su verdad co!o revelada, $ el !otivo de nuestro asenti!iento es la autoridad de ios, ue las revela. 7o se pide a la e ue dé satisacción co!pleta al entendi!iento. o dea suspendido en la oscuridad, sin una lu0 adecuada a su !odo de conocer. Pero no lo rustra, ni lo niega ni lo destru$e. o sosiega con una convicción ue él sa&e ue puede aceptar de !odo co!pleta!ente racional &ao la conducción del a!or. Pues el acto de e es un acto acto en ue el entendi! entendi!ien iento to se con conten tenta ta con conoc conocer er a ios ios amá amándo ndolo lo $ acep acepta tand ndoo sus sus air! air!ac acio ione ness so&r so&ree S' !is! !is!oo en Sus Sus prop propio ioss tér! tér!in inos os.. 6 este este asenti!iento es co!pleta!ente racional, porue se unda en la co!pro&ación de ue nuestra ra0ón no nos puede decir nada acerca de ios co!o 5l real!ente es en S' !is!o $ en el %ec%o de ue ios !is!o es realidad ininita $, por tanto, @erdad, Sa&idur'a, Poder $ Providencia ininitas, $ puede revelarse con a&soluta certidu!&re del !odo ue le pla0ca $ certiicar Su propia revelación de S' !is!o por signos e3ternos. n 9lti!o tér!ino la e es la 9nica llave del universo. l signiicado inal de la e3istencia %u!ana, $ las respuestas a preguntas de ue depende toda nuestra elicidad no pueden %allarse de otro !odo. "2
l ios viviente, el ios ue es ios $ no una a&stracción ilosóica, se %alla ininita!ente uera del alcance de cualuiera de las cosas ue nuestros oos puedan ver o nuestras !entes co!prender. Cualuiera ue sea la perección ue le atri&u$as, de&es a4adir ue tu concepto es sola!ente una plida analog'a de la perección ue %a$ en ios $ ue 5l no es literal!ente lit eral!ente lo ue t9 conci&es con ese tér!ino. 5l, ue es lu0 ininita, es tan deslu!&rante en Su evidencia, ue nuestra !ente lo ve sólo co!o oscuridad. "ux oscuridad. "ux in tenebris lucet et tenebrae eam non comprehenderunt. comprehenderunt. Si nada de lo visi&le puede ser ios ni representrnoslo co!o es, para %allar a ios de&e!os pasar !s all de todo lo ue se puede ver $ entrar en la oscuridad. Puesto ue nada de lo ue se puede o'r es ios, para %allarlo de&e!os penetrar en el silencio. Co!o ios no puede ser i!aginado, todo lo ue nuestra i!aginación nos dice acerca de 5l es en 9lti!o tér!ino una !entira $, por lo tanto, no pode!os conocerlo co!o real!ente es, si no va!os !s all de todo lo ue pueda i!aginarse $ entra!os en una oscuridad sin i!genes ni se!ean0as de cosa creada. 6 co!o ios no puede ser visto ni i!aginado, las visiones de ios ue lee!os ue acercaa de 5l+ pues ver tuvieron los santos no son tanto visiones de 5l co!o visiones acerc algo no es verlo a 5l. ios no puede ser co!prendido sino por S' !is!o. Si %e!os de co!prenderlo, 9nica!ente pode!os %acerlo siendo de alg9n !odo transor!ados en 5l, de !odo ue o cono0ca!os co!o 5l se conoce. 6 5l no se conoce por !edio de ninguna representación de S' !is!o8 Su propio Ser ininito es el propio conoci!iento de S' !is!o, $ no o conocere!os co!o 5l se conoce %asta ue este!os unidos a lo ue 5l es. a e es el pri!er paso en esta transor!ación, porue es un conoci!iento conoci!iento ue conoce sin i!genes ni representación, !ediante una a!ante identiicación con el ios vivo en la oscuridad. a e no llega al entendi!iento !ediante los sentidos, sino por una lu0 inundida directa!ente por ios. Co!o esta lu0 no pasa por los oos, ni la i!aginación, ni la ra0ón, su certidu!&re se convierte en nuestra propia certidu!&re sin ning9n vestido de apariencia creada, sin ninguna se!ean0a ue pueda ser i!aginada o descrita. s cierto ue el lenguae del articulo de e al cual asenti!os representa cosas ue pueden i!aginarse, pero al i!aginarlas las conce&i!os !al $ tende!os a e3traviarnos. n 9lti! 9lti!oo tér! tér!in inoo no pode pode!o !oss i!ag i!agin inar ar la cone cone3i 3ión ón entr entree los los dos dos tér! tér!in inos os de la proposición8 :n ios %a$ tres Personas $ una 7aturale0a.” 6 ser'a un gran error el intentarlo. Si crees, si %aces un si!ple acto de su!isión a la autoridad de ios ue propone un art'culo de la e e3terna!ente !ediante su glesia, reci&es el don (la ina lu0 interior ue es tan tan si!p si!ple le ue ue desa desa' 'aa la desc descri ripc pció iónn $ tan tan pura pura ue ue ser' ser'aa gros groser eroo lla!a lla!arla rla e3periencia. Pero es una lu0 verdadera, ue perecciona el entendi!iento del %o!&re con una perección ue est !uc%o !s all de la ciencia. a !is!a oscuridad de la e es argu!ento en avor de su perección. s oscuridad para nuestras !entes por lo !uc%o ue trasciende su de&ilidad. Cuanto !s perecta es la e, tanto !s oscura se vuelve. Cuanto !s pró3i!os nos %alla!os a ios, tanto !enos se dilu$e nuestra e con la !edia lu0 de las i!genes $ conceptos creados. 7uestra certidu!&re au!enta con esta oscuridad, pero no sin angustia $ aun serias dudas, porue no %alla!os cil el su&sistir en un vac'o en el ue nuestras acultades naturales no tienen ning9n punto propio de apo$o. 6 es en la !s %onda oscuridad
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donde posee!os a ios !s plena!ente en la tierra, porue entonces nuestro esp'ritu se %alla !s verdadera!ente li&ertado de las dé&iles luces creadas ue son oscuridad en co!paración con 5l+ es entonces cuando nos llena Su ininita u0, ue es pura oscuridad para nosotros. n esta !3i!a perección de la e el ininito ios !is!o se convierte en la u0 del al!a oscurecida $ la posee entera!ente con Su @erdad. @erdad. 6 en este ine3plica&le !o!ento la noc%e !s prounda se torna d'a $ la e se torna co!prensión.
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12. TRADICIÓN " RE#OLUCIÓN
"a máxima parado%a acerca de la 4glesia es la de ser al mismo tiempo
esencialmente tradicional y esencialmente revolucionaria. Pero la parado%a no es tan grande como parece, porque la tradición cristiana, a diferencia de todas las demás, es una revolución viviente y perpetua. "as tradiciones tr adiciones humanas tienden todas hacia el estancamiento, la parali&ación y la decadencia. 4ntentan perpetuar cosas que no pueden ser perpetuadas. per petuadas. $e adhieren a ob%etos y valores que el tiempo destruye sin misericordia. Están ligadas a un orden de cosas contingente y material 0costumbres, vestidos, arquitectura, poemas, lugares y actitudes1 que inevitablemente cambia y cede el paso a algo distinto. "a presencia de un fuerte elemento de conservatismo humano en la 4glesia no debe oscurecer el hecho de que la tradición cristiana, sobrenatural en su fuente, es algo absolutamente opuesto al tradicionalismo humano. Porque Porque la 5radición viva del 'atolicismo es como la respiración para el cuerpo f!sico. 8enueva la vida repeliendo el estancamiento. Es una constante, tranquila, pac!fica revolución contra la muerte. 'omo el acto f!sico de respirar mantiene el alma espiritual unida a un cuerpo material cuya materia tiende siempre a decaer y corromperse, la tradición católica mantiene a la 4glesia viva ba%o los elementos materiales, sociales y humanos que estarán incrustados en ella mientras more en el mundo. "a ra&ón de que la tradición católica sea tradición es que sólo hay una doctrina viva en el cristianismo+ no hay nada nuevo por descubrir. "a vida de la 4glesia es la @erdad de 2ios mismo, vertida en la 4glesia por $u Esp!ritu, y no puede existir ninguna otra verdad que la supere y reemplace. "a (nica cosa que puede reempla&ar una vida tan intensa es una vida v ida inferior, inferior, una especie de muerte. "a constante tendencia humana a apartarse de 2ios y de esta tradición viviente sólo puede ser contrarrestada por una vuelta a la tradición y una renovación de la (nica vida que no cambia c ambia infundida al principio en la 4glesia. 4gles ia. ?, sin embargo, esta tradición debe ser siempre una revolución, porque por su misma naturale&a niega los valores y patrones a los que la pasión humana está tan poderosamente apegada. ) los que aman el dinero y el placer, la reputación y el poder, poder, esta tradición les dice+ $ed pobres, id al (ltimo extremo de la sociedad, ocupad el (ltimo lugar entre los hombres, vivid con los que son menospreciados, amad a los demás hombres y servidlos en ve& de hacer que os sirvan. No les resistáis cuando os atropellen, sino rogad por los que os lastiman. No busquéis el placer, sino apartaos de lo que satisface vuestros sentidos y vuestra mente y buscad a 2ios en hambre, sed y oscuridad, por los desiertos del esp!ritu por los que parece locura via%ar. 5omad sobre vosotros la carga de la 'ru& de 'risto, es decir la humildad, pobre&a, obediencia y renunciación de 'risto, y encontraréis pa& para vuestra alma.- Esta es la revolución más completa que %amás se haya predicado. En realidad, es la (nica revolución verdadera verdadera,, porque todas las demás piden el exterminio exterminio de otros, otros, pero ésta significa la muerte del hombre que, para todo fin práctico, has venido a considerar como t( mismo. $e supone que una revolución es un cambio que hace dar a todo una vuelta completa. Pero la ideolog!a de una revolución pol!tica no cambiará nunca nada salvo las apariencias. Babrá violencia, y el poder pasará de un partido a otro, pero cuando se disipe el humo y los cadáveres estén ba%o tierra, tierr a, la situación será esencialmente la ">
misma de antes+ habrá una minor!a de hombres fuertes en el poder explotando a todos los demás para sus propios fines. Babrá la misma codicia, crueldad, concupiscencia, ambición, avaricia e hipocres!a que antes. Pues las revoluciones humanas humanas no cambian nada. nada. "a (nica influencia que puede puede realmente derribar la in%usticia e iniquidad de los hombres es el poder que alienta en la tradición cristiana, renovando nuestra participación en la @ida que es la "u& de los hombres. ) los que no tienen de esto una experiencia personal, y sólo ven la costra externa de muerto conservatismo humano que tiende a formarse en torno de la 4glesia, como las lapas se pegan al casco de un barco, todo este hablar de revolución parece disparate. 'ada 'a da cris cristi tian anoo y cada cada nuev nuevaa époc épocaa de la 4gle 4glesi siaa tien tienen en que que hace hacerr este este redescubrimiento, este retorno a la fuente de la vida cristiana. Exige un acto fundamental de renunciación que acepta la necesidad de emprender el camino hacia 2ios ba%o la dirección de otros hombres. Esta aceptación sólo puede pagarse con el sacrificio y finalmente sólo un don de 2ios puede enseamos la diferencia diferencia entre la seca costra exterior de lo formal, que la 4glesia a veces adquiere adquiere de las naturale&as humanas que la componen, y la viva corriente interna de la @ida 2ivina, que es la (nica tradición católica real. real. "a idea del dogma aterra a los hombres que no comprenden a la 4glesia. No pueden concebir que una doctrina religiosa pueda recibir una declaración clara, definida y autori&ada sin volverse inmediatamente estática, r!gida e inerte y perder toda su vitalidad. ?, en su frenética ansiedad por escapar a una concepción parecida, se refugian en un sistema de creencias que es vago y fluido, un sistema en el que las verdades pasan como neblinas y oscilan y var!an como sombras. Bacen su selección personal de fantasmas en esa pálida, indefinida penumbra de la mente y tienen buen cuidado cuidado de no llevarlos nunca al pleno resplando resplandorr del sol por miedo a ver claramente claramente toda su insustancialidad. Aavorecen a los m!sticos católicos con cierta consideración y simpat!a, pues cree creenn que esos sos homb hombrres rar raros alcan lcan&a &arron de alg( lg(n modo la cumb cumbrre de la contemplación a despecho del dogma católico. $e supone que su profunda unión con 2ios fue una evasión de la autoridad rectora de su 4glesia y una impl!cita protesta contra ella. Pero la verdad es que los santos alcan&aron el más hondo y vital, vi tal, y asimismo el más individual y personal conocimiento de 2ios precisamente a causa de la autoridad rectora de la 4glesia, precisamente mediante la tradición guardada y fomentada por esa autoridad. El primer paso hacia la contemplación es la fe* y la fe empie&a con el asentimiento asentimiento a la ensean&a ensean&a de 'risto 'risto a través de su 4glesia* 4glesia* fides ex auditu* auditu* qui vos audit, me audit+ El que te oye a ti, 3e oye a 3!.- ? la fe viene escuchando-. No es de por s! la l a seca fórmula de una definición dogmática lo que vierte la lu& en el esp!ritu de un contemplativo católico* pero el asentimiento al contenido de esa definición se ahonda y ensancha hasta una penetración vital, personal e incomunicable de la verdad sobrenatural que ella expresa, una comprensión que es un don del Esp!ritu $anto y que se funde con la $abidur!a del )mor, para poseer la @erdad en su infinita $ustancia, 2ios mismo.
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"os dogmas de la fe católica no son meramente s!mbolos o vagas racionali&aciones que aceptamos como puntos arbitrarios de est!mulo, en torno a los cuales puedan formarse o desarrollarse buenas acciones morales* y aun es menos cierto el que cualquiera idea podr!a servir tan bien como las que han sido definidas, que cualquier vie%o pensamiento piadoso podr!a fomentar esa vaga vida moral en nuestras almas. "os dogmas definidos y enseados por la 4glesia tienen un significado muy preciso, positivo y concreto, que los que posean el don de hacerlo deben explorar y penetrar si quieren vivir una !ntegra vida espiritual. Pues la comprensión del dogma es el camino cercano y ordinario hacia la contemplación. 5odo el que pueda hacerlo deber!a adquirir algo de la exactitud y agude&a del teólogo en la apreciación del verdadero sentido del dogma. 5odo cristiano deber!a tener una comprensión tan profunda de su creencia como le permita su estado. ? esto quie quiere re deci decirr que que cada cada uno uno debe deber!a r!a respir espirar ar la limp limpia ia atmó atmósfe sfera ra de la tradi tradició ciónn ortodoxa ortodoxa y ser capa& de exponer su creencia creencia con terminolog!a terminolog!a correcta, correcta, que contenga contenga ideas genuinas. $in embargo, la verdadera contemplación no se alcan&a por un esfuer&o de la mente. )l contrario, contrario, podr!a fácilmente fácilmente perderse el camino en el bosque de los detalles técnicos que preocupan a un teólogo profesional. Pero 2ios da a los verdaderos teólogos teólogos un hamb hambre, re, nacida nacida de la humildad, humildad, que no puede satisfacerse satisfacerse con fórmulas fórmulas y argumentos y que busca algo más cercano a 2ios que aquello a que puede alcan&ar la analog!a. Esta serena hambre del esp!ritu penetra superficies de palabras y va más allá de formulación de misterios, y busca, en la humillación del silencio, la soledad intelectual y la pobre&a interior, el don de una comprensión sobrenatural que las palabras no pueden expresar expresar plenamente. 3ás allá del traba%o de argumentación argumentación halla descanso en la fe y deba%o del ruido del discurso comprende la @erdad, no en definiciones distintas y bien talladas, sino en la l!mpida oscuridad de una sola intuición que une todos los dogmas en una simple "u&, que se proyecta al interior del alma directamente desde la eternidad de 2ios, sin el medio del concepto creado, sin la intervención de s!mbolos, ni de lengua%e, ni de imágenes de cosas materiales. )h! la @erdad es e s 7no a quien no sólo conocemos y poseemos, sino por quien somos conocidos y pose!dos. )h! la teolog!a de%a de ser un cuerpo cuer po de abstracciones y se convierte en una 8ealidad viviente que es 2ios mismo. ?
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13. A TRAVÉS TRAVÉS DE UN CRISTAL CRIS TAL
Co!o una lente de au!ento concentra los ra$os del sol en un ardiente oco ue puede
encender una %oa seca o un tro0o de papel, as' los !isterios de Cristo en el vangelio concentran los ra$os de la lu0 $ el uego de ios en un punto ue enciende el esp'ritu del %o!&re. Por esto Cristo nació $ vivió en el !undo, !urió $ resucitó de entre los !uertos !uertos $ ascendió ascendió al cielo %acia Su Padre8 Padre8 ut dum visibiliter 2eum cognoscimus, per hunc in invisibilium amorem rapiamur. A través del cristal de Su ;u!anidad concentra los ra$os de Su sp'ritu Santo so&re nosotros de !odo ue senti!os el ardor, $ toda la e3periencia !'stica se inunde en el al!a !ediante Cristo ;o!&re. Pues ios est en todas partes. Su verdad $ Su a!or penetran todas las cosas co!o la lu0 $ el calor del sol se diunden por nuestra at!ósera. Pero as' co!o los ra$os del sol nada encienden por s' solos, ios no llega sin Cristo a nuestras al!as con el uego del conoci!iento $ la e3periencia so&renaturales. Mas el cristal de esa ;u!anidad &usca los esp'ritus ue estn &ien preparados, secados por la lu0 $ calor de ios, listos para encenderse en el peue4o oco de uego ue es la gracia del sp'ritu Santo. l ca!ino nor!al %acia la conte!plación es la creencia en Cristo ue nace de una rele rele3i 3iva va cons consid ider erac ació iónn de Su vida vida $ ense ense4a 4an0 n0as as.. Pero Pero el %ec% %ec%oo de ue ue toda toda la e3periencia de ios nos venga a través de Cristo no signiica necesaria!ente ue sie!pre, invaria&le!ente, todo conte!plativo llegue a su conte!plación a través de Cristo tal co!o pueda 5l e3istir en nuestra imaginación. Pues la i!aginación es tan sólo uno de los !edios de !antener el o&eto de nuestra creencia en nuestra !ente. 7o %e!os de esor0a!os por representarnos sie!pre a Cristo con el aspecto ue le atri&ui!os, pues nadie puede estar co!pleta!ente seguro de cul era ese aspecto. Ciertos escritores espirituales del pasado %icieron de esto todo un pro&le!a, aunue es di'cil ver por ué %a de %a&er en ello un pro&le!a. a e en Cristo $ en los !isterios de Su vida $ !uerte es el unda!ento de la vida cristiana $ la uente de toda conte!plación8 esto no ad!ite duda alguna. 7adie puede apartar a Cristo ;o!&re de su vida interior con el prete3to de ue $a entró, por una conte!plación !s alta, en co!unicación directa con el @er&o. Pues Cristo ;o!&re es el @er&o de ios, aunue Su naturale0a %u!ana no sea Su naturale0a divina. as dos estn unidas en una Persona, $ son una Persona de tal !odo ue Cristo ;o!&re es ios. Si %as descu&ierto alguna especie de conte!plación ue te dé al uno sin el otro, eres un %eree. Pero es la e, no la i!aginación, la ue nos da la vida so&renatural, es la e la ue nos ustiica, es la e lo ue nos conduce a la conte!plación. l usto vive por la e, no por la i!aginación. a i!aginación sólo entra en ella accidental!ente. Si necesitas usar la i!aginación para recordar al Cristo en uien crees, no te detengas $ 9sala. Pero si puedes eercitar tu e en 5l sin la !olestia de evocar sie!pre una representación Su$a, tanto !eor8 tu e ser !s si!ple si !ple $ !s pura. Para cierta gente es cil entrar en s' !is!a $ %allar una sencilla i!agen de Cristo en su i!aginación, $ esto es un cil co!ien0o de oración. Pero con otros no sucede lo !is!o. Al contrario, el esuer0o ue les cuesta puede llenar su ca&e0a de pro&le!as $ tur&aciones ue %acen el orar i!posi&le. Sin e!&argo, el !ero no!&re de Kes9s o la indistinta, no anali0ada idea de Cristo &astan para !antener su e plena!ente ocupada "D
en una si!ple $ a!a&le presencia de Auel Auel ue est real!ente presente en nuestra al!a por Su ivinidad. sa a!ante presencia es con !uc%o algo !s real $ !s valioso ue lo ue poda!os alcan0ar por !edio de nuestros solos sentidos interiores+ pues la i!agen de Kes9s ue tene!os en nuestra i!aginación no pasa de ser una i!agen, !ientras ue el a!or ue Su gracia produce en nuestro cora0ón puede ponernos en contacto directo con 5l co!o real!ente es. Pues Kes9s !is!o %ace ue sura en nosotros este a!or, por un eecto directo $ personal de Su voluntad. Cuando 5l toca nuestra al!a con Su a!or, nos aecta aun !s directa e 'nti!a!ente de lo ue un o&eto !aterial !ueve $ aecta nuestra vista o nuestros otros sentidos. Ade!s, la 9nica ra0ón real por la ue !edita!os so&re Cristo $ rele3iona!os so&re las i!genes de 5l ue conserva!os en nuestra !e!oria es la de poder prepararnos para este !s 'nti!o contacto con 5l por el a!or. Por lo tanto, cuando Su a!or e!pie0a a arder en nosotros, no %a$ cierta!ente estricta necesidad de continuar usando nuestra i!aginación. A algunos algunos puede agradarles, a otros no, $ otros acaso no puedan escoger entre a!&as cosas. S'rvete de lo ue te a$ude $ evita lo ue te estor&e. Cada uno de nosotros se or!a una idea de Cristo ue es li!itada e inco!pleta. st cortada a nuestra propia !edida. Fende!os a %acernos un Cristo a nuestra propia i!agen, una pro$ección de nuestras propias aspiraciones, deseos e ideales. ;alla!os en 5l lo ue desea!os %allar. ;ace!os de 5l no sólo la encarnación de ios, sino ta!&ién la encarnación de auello por lo ue vivi!os nosotros $ nuestra sociedad $ nuestra parte de la sociedad. As', pues, aunue es cierto ue la perección consiste en i!itar a Cristo $ reproducirlo en nuestra propia vida, no &asta 9nica!ente con i!itar al Cristo ue lleva!os en la i!aginación. 7o lee!os los vangelios !era!ente para o&tener una representación o idea de Cristo, sino para penetrar las pala&ras de la revelación $ pasar, a través de ellas, a esta&lecer, por la e, un contacto vital con el Cristo ue !ora en nuestra al!a co!o ios. l pro&le!a de or!ar a Cristo en nosotros no puede resolverse por nuestro solo esuer0o. 7o es sólo cuestión de estudiar los vangelios $ luego procurar poner nuestras ideas en prctica, aunue ta!&ién de&er'a!os intentar %acerlo+ pero sie!pre &ao la gu'a de la gracia de ios, en co!pleta sueción a ella. Pues si nos ia!os en nuestras propias ideas, criterio $ esuer0os para reproducir la vida de Cristo, representare!os sólo una especie de c%arada piadosa ue en 9lti!o tér!ino asustar a todos los ue encontre!os por lo r'gida, artiicial $ !uerta. s el sp'ritu de ios uien %a de ense4arnos uién es Cristo $ %a de or!ar a Cristo en nosotros $ transor!arnos en otros Cristos. Pues, al in $ al ca&o, la transor!ación en Cristo no es si!ple!ente una cuestión individual8 e3iste un solo Cristo, no !uc%os. 7o %a$ división en 5l. 6 convertir!e $o en Cristo es entrar en la @ida @ida del Cristo total, el Cuerpo !'stico co!puesto de la Ca&e0a $ los !ie!&ros, Cristo $ todos los ue son incorporados a 5l por Su sp'ritu. Cristo se or!a a S' !is!o por la gracia $ la e en las al!as de todos los ue lo a!an $ al !is!o tie!po los unta a todos en S' para %acerlos ?no en 5l. 7t sint consummati consummati in unum.
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6 el sp'ritu Santo, ue es la vida de este Cuerpo uno, !ora entero en todo el Cuerpo $ en cada uno de los !ie!&ros, de !odo ue todo el Cristo es Cristo $ cada individuo es Cristo. As', pues, si deseas tener en tu cora0ón los aectos $ disposiciones ue eran los de Cristo en la tierra, no consultes tu i!aginación, sino la e. ntra en la oscuridad del renuncia!ie renuncia!iento nto interior, interior, desnuda desnuda tu al!a de i!genes $ dea ue Cristo se or!e a S' !is!o en ti !ediante Su cru0. l sp'ritu Santo es enviado !o!ento tras !o!ento al interior de !i al!a por Cristo $ el Padre ue viven en el centro de la !is!a, tal co!o la sangre es i!pulsada por el cora0ón a todas las partes de !i cuerpo. 6 este sp'ritu !e atrae %acia Cristo $ !e sueta al Padre en 5l, de !odo ue !i vida est oculta con Cristo. en ios. 6 sin e!&argo salgo de 5l, en Su sp'ritu, para %acer Su o&ra $ cu!plir Su voluntad entre los %o!&res. 6 cuando cuando es %ora de ello, seg9n Su voluntad, vuelve a llevar!e a S'. Si tengo esta vida en !', -ué !e i!portan los accidentes de dolor $ placer, esperan0a $ te!or, alegr'a $ triste0a/ 7o son !i vida $ poco tienen ue ver con ella. -Por ué te!er lo ue no puede ro&ar!e a !i ios/ -Por ué desear lo ue no puede dar!e posesión de 5l/ 5l/ as cosas e3teriores vienen $ se van, pero -por ué !e van a aceptar/ -Por ué e3citar!e con el go0o o sentir!e a&atido por la pena, co!placer!e en el placer o tur&ar!e en el dolor, seducir!e la vida o repugnar!e la !uerte, si sólo vivo en la @ida ue %a$ dentro de !' por don de ios/ Por qué preocuparme por la pérdida de una vida corporal, cosa inevitable, mientras posea una vida e identidad espirituales que no pueden perderse contra mi deseo/ Por qué temer de%ar de ser lo que no soy, cuando me convert! ya en algo de lo que soy/ Por qué emprender grandes traba%os para poseer satisfacciones que no pueden durar una hora y que traen la angustia consigo, cuando yo poseo a 2ios en $u eternidad de go&o/ Es la cosa más fácil del mundo poseer esta vida y este es te go&o* todo lo que debes hacer es creer y amar* y sin embargo hay hombres que derrochan su vida entera en espantosos espantosos traba%os, traba%os, dificultades dificultades y sacrificios sacrificios para obtener obtener cosas que hacen imposible imposible la verdadera vida.
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)s!, pues, si empleas tu vida intentando escapar al calor del fuego destinado a ablandarte y prepararte para que te conviertas en tu verdadero yo y si procuras impedir que tu sustancia se funda en el fuego 0como si fuese tu verdadera identidad ser cera dura1, el sello caerá finalmente sobre ti y te aplastará. No podrás tomar tu verdadero nombre y aspecto y serás destruido por el acontecimiento que deb!a ser tu consumación. 7n sacerdote contemplativo tendrá un profundo y absorbente sentimiento de unión con la Bostia que tiene ante s! en el altar... tanto que su 3isa continuará en su interior, no sólo mientras esté ante el altar, sino también le%os de él, y en muchos diferentes momentos durante el d!a. Escribo esto sin ser todav!a sacerdote, porque lo he experimentado hasta cierto punto por el mero hecho de estar arrodillado %unto al altar como acólito. "a Bostia partida está en la patena. Pero el hecho de estar en posesión del secreto te identifica con la Bostia y con lo que está ocurriendo. ? sin palabras ni actos de pensamiento expl!citos le das tu asentimiento dentro de ti, simplemente estando donde estás y mirando. )ll! 'risto revela tu vida en $! mismo como una fotograf!a. "uego una 3isa continua, un hondo y apremiante sentimiento de identificación con un acto de alcance y magnitud incomprensibles, que de alg(n modo tiene su foco en el centro de tu alma, te persigue dondequiera que vayas* y en todas las situaciones de tu vida cotidiana te hace secretas e insistentes demandas de acuerdo y consentimiento. Esta verdad es tan grandiosa que, de alg(n modo, es neutra. No puede expresarse. Es enteramente personal. ? no sientes ning(n deseo especial de hablar de ella. Es cosa tuya y no de otros. Ni aun deberes y traba%os que exi%an tu atención podrán impedir que ello ocurra. 'ontin(as sintiendo al anónimo )sociado ardiendo en tu interior como un fuego profundo profundo y tranquilo. )caso no puedas identificar completamente esta presencia y esta acción continua que se desarrolla en ti, a no ser que ello ocurra solemnemente en el altar, ante ti* pero por lo menos entonces, oscuramente, reconocerás en el partir del pan al Extrao que fue tu compaero ayer y anteayer. anteayer. ? como los disc!pulos de Ema(s advertirás cuán natural era que tu cora&ón ardiese en ti cuando los incidentes de tu tarea del d!a te hablaban del 'risto que viv!a, traba%aba y ofrec!a su 3isa dentro de ti durante todo el tiempo.
#2
14. ELECTA UT SOL
5 odo odo lo que se ha escrito sobre la @irgen 3adre de 2ios me prueba que la suya
es la más recóndita de las santidades. "o que la gente llega a decir de ella nos dice más acerca de la gente que sobre Nuestra $eora. Pues como 2ios nos ha revelado muy poco respecto a ella, los que no saben nada sobre quién y qué era tienden a revelarse a s! mismos cuando intentan aadir algo algo a lo que 2ios nos ha dicho. dicho. ? lo que sabemos acerca de ella contribuye a(n a que pare&can más ocultos el carácter y calidad de su santidad. 'reemos que la suya fue la santidad más perfecta, fuera de la santidad de 2ios. Pero la santidad de 2ios es sólo oscuridad para nuestras mentes. $in embargo, la santidad de la $ant!sima @irgen es en cierto modo más oculta que la santidad de 2ios* porque
supiera lo que significa decir que tiene un trono por encima de todos los ángeles. Pero esto no debe hacer olvidar a nadie que su máximo privilegio es su pobre&a, y su máxima gloria es el ser recondit!sima, y la fuente de todo su poder es el ser como nada en la presencia de 'risto, de 2ios. Por ser ella, entre todos los santos, la más perfectamente pobre y la más perfectamente oculta, la que no tiene absolutamente nada que intente poseer como propio, puede puede con la máxima plenitud comunicar comunicar al resto de nosotros nosotros la gracia del 2ios infinitamente generoso. ? lo poseeremos más verdaderamente cuando nos hayamos vaciado de nosotros mismos y consigamos ser pobres y ocultos como ella, y as! nos pare&camos a
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la perversidad de los hombres, se convierte en la más terrible, también será para los elegidos, por la clemencia clemenc ia de la @irgen, @irgen, la más victoriosa y la más go&osa.
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15. QUI NON EST MECUM ?n
%o!&re asesinado por un ene!igo est tan !uerto co!o el ue %a sucu!&ido ante todo un eército. eército. Si ests a!iliari0ado con uno de los %&itos del pecado !ortal, ests viviendo en la !uerte, aunue pare0ca ue tengas todas las otras virtudes. Algunos creen ue &asta con tener una virtud, co!o ser &ondadoso, indulgente o caritativo, sin preocuparse del resto. Pero si eres altruista de un !odo $ ego'sta de otros veinticinco !odos, tu virtud no te %ar !uc%o &ien. e %ec%o, pro&a&le!ente resultar no ser otra cosa ue la variedad vigesi!ose3ta del !is!o ego's!o, disra0ada de virtud. 7o pienses, pues, ue, por parecer tener alguna &uena cualidad, todo el !al ue %a$ en ti pueda ser e3cusado u olvidado por eso solo. 7o creas ue puedes !ostrar tu a!or a Cristo odiando a los ue parecen ser Sus ene!igos en la tierra. Supón ue real!ente lo odian+ con todo, 5l los a!a, $ no podrs unirte a 5l si no los a!as t9 ta!&ién. Si odias a los ene!igos do la glesia en ve0 de a!arlos, ta!&ién t9 corrers el riesgo de convertirte en ene!igo de la glesia $ de Cristo. Pues 5l dio8 Q:A!a a tus ene!igos”, $ ta!&ién ta!&ién dio8 Q:5l ue no est con!igo est est contra !i”. Por lo tanto, si no te pones al lado de Cristo, a!ando a los ue 5l a!a, ests contra 5l. Pero Cristo a!a a todos los %o!&res. Murió por todos. 6 dio ue no %a&'a !a$or a!or ue el de un %o!&re ue orece la vida por su a!igo. 7o te apresures a suponer suponer ue tu ene!igo es un salvae, sólo por ser tu ene!igo. ene!igo. =ui0 es ene!igo tu$o porue piensa ue t9 eres un salvae. H tal ve0 te te!e por creer ue t9 le te!es. 6 acaso, acaso, si te cre$era capa0 de a!arlo, dear'a de ser tu ene!igo. 7o te apresures a suponer ue tu ene!igo es ene!igo ene!igo de ios, por el solo %ec%o de ser tu ene!igo. =ui0 es ene!igo tu$o precisa!ente por no poder %allar nada en ti ue dé gloria a ios. Fal ve0 te te!e porue no puede %allar en ti nada del a!or, paciencia $ &ondad de ios, de Su !isericordia $ co!prensión de las laue0as de los %o!&res. 7o te apresures a condenar al %o!&re ue $a no cree en ios+ porue acaso sea tu propia rialdad, avaricia, !ediocridad, !aterialis!o, sensualidad $ ego's!o lo ue %a !atado su e. ?n %o!&re no puede ser un cristiano perecto (es decir, un santo) si no es ta!&ién co!unista. sto signiica ue de&e a&andonar a&soluta!ente todo derec%o a poseer, poseer, o usar sólo lo ue necesite de los &ienes ue posea $ ad!inistrar el resto para otros %o!&res $ para los po&res+ $ en su deter!inación de lo ue necesita de&e go&ernarse en gran parte por la gravedad de las necesidades aenas. Pero dirs ue es prctica!ente i!posi&le ue un rico ponga en prctica esta clara ense4an0a de la Sagrada scritura $ la tradición católica. sts en lo cierto. 6 no %a$ nada nuevo en ello. Cristo dio a todos lo !is!o %ace tie!po al decir ue era !s cil ue un ca!ello pasara por el oo de una agua ue el ue un rico entrara en el reino del cielo. Si los cristianos %u&iesen vivido de acuerdo con las ense4an0as de la iglesia respecto a la propiedad $ la po&re0a, nunca %a&r'a %a&ido ocasión para el espurio co!unis!o de los !ar3istas, $ todos los de!s, ue e!pie0a negando a los otros el derec%o a la propiedad privada.
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Sólo %a$ una doctrina verdadera acerca de los derec%os de propiedad, $ es la ense4ada por la tradición católica. sos derec%os e3isten $ no pueden ser negados, pero llevan consigo una o&ligación ue, si se pusiera en prctica sin %ipocres'a, enga4o de s' !is!o, ni su&terugio, signiicar'a ue la !a$or parte de los %o!&res estar'an viviendo en algo parecido al co!unis!o de los pri!eros Apóstoles8 :Pues no %a&r'a ta!poco ning9n necesitado entre ellos. Pues !uc%os, ue eran due4os de tierras $ casas, las vend'an $ tra'an el precio de lo vendido $ lo dea&an ante los pies de los Apóstoles. 6 se repart'a a cada uno seg9n sus necesidades.” 7adie nega&a a esos %o!&res el derec%o a poseer tierras, o a conservar lo ue pose'an, o a venderlo $ dar su dinero. Pero este derec%o acarrea&a la o&ligación de satisacer las necesidades aenas as' co!o las propias, $ tra'a consigo el privilegio de %acerlo de un !odo ue i&a !s all de la letra escrita de toda le$ $ ue pod'a llegar a ser una caridad %eroica. Si posees dinero, considera ue acaso la 9nica ra0ón de ue ios per!itiera ue ca$ese en tus !anos ue el ue pudieras %allar go0o $ perección repartiéndolo. s %arto cil decirles a los po&res ue acepten su po&re0a co!o la voluntad de ios, cuando t9 tienes ropa caliente, a&undante co!ida, asistencia !édica, un tec%o so&re tu ca&e0a $ ninguna preocupación acerca del aluiler. Pero si uieres ue te crean, prue&a a surir algo de su po&re0a $ ve entonces si puedes aceptarla aceptarla co!o la voluntad voluntad de ios.
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16. HUMILDAD CONTRA DESESPERACIÓN DESESPERACIÓN
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desesperación es el e3tre!o a&soluto en la l'nea del a!or propio. Se alcan0a cuando uno vuelve deli&erada!ente la espalda a toda a$uda aena para gustar el corro!pido luo de sa&erse perdido. n cada %o!&re %a$ escondida alguna ra'0 de desesperación, porue en todo %o!&re %a$ un orgullo ue vegeta $ %ace surgir de s' $er&aos $ !alolientes lores de co!pasión tan pronto co!o nos allan nuestros recursos. Pero co!o nuestros recursos nos allan inevita&le!ente esta!os !s o !enos suetos al descora0ona!iento $ la desesperación. desesperación. a desesperación es el resultado inal de !i orgullo tan grande $ tan r'gido, ue elige la a&soluta angustia de la condenación antes ue aceptar la elicidad de las !anos de ios $ con ello reconocer ue 5l est por enci!a de nosotros $ no so!os capaces nosotros !is!os de cu!plir nuestro destino. Pero el hombre que es verdaderamente humilde no puede desesperar, desesperar, porque en el hombre humilde no hay ya cosa parecido a la compasión de s! s ! mismo. s casi i!posi&le so&reesti!ar el valor de la verdadera %u!ildad y %u!ildad y su poder en la vida espi espirit ritua ual. l. Pues Pues el prin princi cipi pioo de la %u!i %u!ild ldad ad es el prin princi cipi pioo de la &eat &eatit itud ud,, $ la consu!ación de la %u!ildad es la perección de todo go0o. a %u!ildad contiene en s' !is!a la respuesta a todos los grandes pro&le!as de la vida del al!a. s la 9nica llave de la e, e, con con la cual cual e!pi e!pie0 e0aa la vida vida espi espiri ritu tual al++ pues pues la e $ la %u!i %u!ild ldad ad son son insepara&les. n la perecta %u!ildad desaparece todo ego's!o, $ tu al!a $a no vive para si ni en s', sino sino para ios+ $ se pierde pierde $ su!erge en 5l $ se transor!a en 5l. n este punto de la vida espiritual, la %u!ildad encuentra la !s elevada e3altación de la grande0a. s a%' donde todo el ue se %u!illa es e3altado, porue, no viviendo $a para s' !is!o ni en el nivel %u!ano el esp'ritu ueda li&re de todas las li!itaciones $ vicisitudes de su condición de criatura contingente $ nada en los atri&utos de ios, cu$o poder $ !agniicencia, sa&idur'a, grande0a $ eternidad %an llegado a ser nuestras !ediante el a!or $ la %u!ildad. Si uése!os incapaces de %u!ildad, ser'a!os incapaces de go0o+ porue sólo la %u!ildad puede destruir la concentración en s' !is!o ue %ace i!posi&le el go0o. Si no %u&iese %u!ildad en el !undo, %ace tie!po ue todos nos %u&iéra!os suicidado. ;a$ una alsa %u!ildad ue considera orgullo el desear la !3i!a grande0a8 la perección de la conte!plación, la cu!&re de la unión !'stica con ios. 5ste es uno de los !a$ores enga4os de la vida espiritual, porue sola!ente en esta grande0a, sola!ente en esta e3altada unión, pode!os lograr la %u!ildad perecta. Con todo, es cil ver có!o se co!ete este error+ $ real!ente, desde cierto punto de vista, no es ning9n error. Pues si considera!os el go0o de la unión !'stica en a&stracto, !era!ente co!o algo ue perecciona nuestro ser $ nos da la !3i!a elicidad $ satisacción posi&les, podr'a!os desearla con un deseo ego'sta $ lleno de orgullo. 6 este orgullo ser tanto !a$or si nuestro deseo signiica ue esa consu!ación es en alg9n !odo !odo de&i de&ida da a noso nosotr tros os !is! !is!os os,, co!o co!o si tuvi tuviér éra! a!os os dere derec% c%oo a ella ella,, co!o co!o si pudiéra!os %acer algo para ganrnosla. e este !odo aparece la unión !'stica a las !entes de los ue no advierten ue la esencia de tal unión es un a!or puro $ a&negado, ue vac'a el al!a de todo orgullo $ la aniuila a los oos de ios, para ue nada uede #D
de ella sino la pura capacidad para 5l. l go0o del !'stico a!or de ios surge de una li&eración de todo apego al $o por el aniuila!iento de todo rastro de orgullo. 7o desees ser e3altado, sino %u!illado+ no desees ser grande, sino peue4o, a tus propios oos $ a los del !undo+ pues el 9nico !odo de entrar en ese go0o es dis!inuir %asta un punto ue se desvanece desvanece $ ser a&sor&ido en ios a través del centro centro de tu propia nada. l 9nico !odo de poseer Su grande0a es pasar por el oo de la agua de tu total insuiciencia. a perección de la %u!ildad se encuentra en la unión transor!ante. Sólo ios puede conducirte a esa pure0a a través de los uegos de la prue&a interna. Ser'a necio no desear tal perección. Pues -de ué servir'a ser %u!ilde de un !odo ue te i!pidiese &uscar la consu!ación de toda %u!ildad/ l %u!ilde no se tur&a por las ala&an0as. Co!o $a no se preocupa de s' !is!o, co!o $a sa&e de dónde procede lo &ueno ue %a$ en él, no re%usa la ala&an0a, porue pertenece al ios ue ue a!a $ al reci&irla no guarda guarda nada para si, sino ue lo da todo, con gran go0o, a su ios8 Aecit ios8 Aecit mihi magna qui potens est, et sanctum nomen e%usC l %o!&re ue no es %u!ilde no puede aceptar las ala&an0as graciosa!ente. 6a sa&e lo ue de&er'a %acer. %acer. Sa&e ue la ala&an0a pertenece a ios $ no a él+ pero la trans!ite a ios tan torpe!ente, ue tropie0a $ lla!a la atención %acia s' por su !is!a torpe0a. l ue ue no %a apre aprend ndid idoo toda todav' v'aa la %u!i %u!ild ldad ad es tras trasto torn rnad adoo $ tur& tur&ad adoo por por las las ala&an0as. ;asta puede perder la paciencia cuando la gente lo ala&a+ lo irrita el senti!iento de su propia indignidad. 6 si no ar!a un al&oroto por ello, por lo !enos las cosa cosass ue ue se %an %an dic% dic%oo de él lo ased asedia ian, n, o&se o&sesi sion onan an su !ent !entee $ lo ator! ator!en enta tann dondeuiera ue va$a. n el otro e3tre!o est el ue no tiene %u!ildad ninguna $ devora los elogios, si alguno alguno le %acen, %acen, co!o traga un perro un tro0o de carne. carne. Pero éste no presenta presenta ning9n pro&le!a+ es tan conocido, ue %a representado un papel en todas las arsas desde Aristóanes. l %u!ilde reci&e el elogio co!o un cristal li!pio reci&e la lu0 del sol. Cuanto !s clara e intensa es la lu0, tanto !enos se ve el cristal. Para Para los los %o!& %o!&re ress ue ue vive vivenn en !ona !onast ster erio ioss %a$ %a$ el peli peligr groo de ue ue %aga %agann tan tan co!plicados esuer0os por ser %u!ildes con la %u!ildad ue %an aprendido en un li&ro, ue llegue a volvérseles i!posi&le la verdadera %u!ildad. -Có!o puedes ser %u!ilde si sie!pre ests atento a ti !is!o/ a verdadera %u!ildad e3clu$e la conciencia de si+ pero la alsa %u!ildad intensiica el percatarse de s' !is!o %asta tal punto ue ueda!os lisiados, $ $a no pode!os %acer un !ovi!iento ni reali0ar un acto sin poner en unc uncio iona na!i !ien ento to un co!p co!ple leo o !eca !ecani nis! s!oo de e3cu e3cusa sass $ ór! ór!ul ulas as en ue ue nos nos acusa!os. Si ueras real!ente %u!ilde no te preocupar'as de ti. -Por ué lo %acelo/ Fe Fe ocupar'as sólo de ios $ Su voluntad, $ del orden o&etivo de las cosas $ valores tales co!o son $ no co!o tu ego's!o uiere ue sean. n consecuencia, no tendr'as $a alsas ilusiones ue deender. deender. Fus !ovi!ientos ser'an li&res. 7o necesitar'as cl estor&o de un !ontón de e3cusas ue en realidad sólo son ór!ulas para deenderte de la acusación de orgullo... co!o si tu %u!ildad dependiera de lo ue otros piensan de tiL l %o!&re %u!ilde puede %acer grandes cosas con insólita perección, porue $a no se preocupa de lo accidental, co!o sus intereses $ su reputación, $ $a no necesita desperdiciar esuer0os en deenderlo. Pues un %o!&re %u!ilde no te!e el racaso. e %ec%o, no te!e nada, ni a si !is!o, pues la perecta %u!ildad %u!ildad lleva consigo una perecta conian0a en en el poder de ios, ante ante uien ning9n otro poder tiene sentido $ para uien no %a$ ning9n o&stculo.
a %u!ildad es el signo !s seguro de la uer0a.
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1$. LIBERTAD EN LA OBEDIENCIA
3 uy uy pocos hombres se santifican en el aislamiento. 3uy pocos alcan&an la
perfección en una soledad absoluta. l vivir con otros $ aprender a ser co!prensivos de sus laue0as $ deiciencias puede a$udarnos a llegar a ser verdaderos conte!plativos. Pues no %a$ !eor !edio de dese!&ara0arse de la rigide0 $ aspere0a del ego's!o ue nos e!papa $ ue es el 9nico o&stculo insupera&le opuesto opuesto a la lu0 inusa $ a la acción del sp'ritu Santo. 7i la valerosa aceptación de prue&as interiores en soledad co!pleta puede Rlegar a igualar la o&ra de puriicación ue reali0an en nosotros la paciencia $ %u!ildad en el a!or al prói!o $ la si!pat'a en sus necesidades $ e3igencias !s irra0ona&les. Sie!pre e3iste el peligro de ue el ere!ita se seue $ solidiiue en su propia e3centricidad. @iviendo sin contacto con otros, tiende a perder el %ondo senti!iento de las realidades espirituales, ue sólo el puro a!or puede dar. -Crees ue la ruta %acia la santidad se sigue encerrndote con tus re0os, tus li&ros $ las !editaciones ue placen e interesan a tu !ente $ te protegen, con !uc%os !uros, de la gente gente ue consider consideras as necia/ necia/ -Crees -Crees ue el ca!ino ca!ino %acia %acia la con conte! te!pla plació ciónn se encuentra re%usando actividades $ o&ras ue son necesarias para el &ien del prói!o, pero ue te a&urren $ tur&an/ -!aginas ue descu&rirs a ios envolviéndote en un capullo tus !al ventilados placeres intelectuales, en lugar de renunciar a todos tus gustos, deseos, a!&iciones $ satisacciones satisacciones por el a!or de Cristo, ue ni uerr vivir en ti si no sa&es %allarlo en otros/ eos de ser esencial!ente opuestas una a otra, la conte!plación interior $ la actividad e3terna son dos aspectos del !is!o a!or a ios. Pero la actividad de un conte!plativo de&e nacer de su conte!plación $ parecérsele. Fodo lo ue %aga uera de la conte!plación de&er'a relear la lu!inosa tranuilidad de su vida interior. A este este in, in, tend tendr r ue ue &usc &uscar ar.. en su acti activi vida dadd lo !is! !is!oo ue ue encu encuen entr traa en su conte!plación8 contacto $ unión con ios. Por poco ue %a$as aprendido de ios en tu oración !ental, co!para tus actos con ese poco+ ordénalos seg9n esa !edida. Procura ue toda tu actividad dé ruto en el !is!o vac'o de ti !is!o, silencio $ desapego ue %allaste en la conte!plación. n 9lti!o tér!ino, el secreto de todo ello es el perecto a&andono en la voluntad de ios en cosas ue no puedes regular, $ la perecta o&ediencia a 5l en todo lo ue dependa de tu propia volición, de !odo ue en todas las cosas, en tu vida interior $ en tus o&ras e3ternas por ios, sólo desees una cosa8 el cu!pli!iento de Su voluntad. Si %aces esto, tu actividad participar de la desinteresada pa0 ue encuentras en la oración, $ en la si!plicidad de lo ue %agas los %o!&res reconocern tu sosiego $ darn gloria a ios. s so&re todo en este callado e inconsciente testi!onio del a!or a ios donde el conte!plativo eerce su apostolado. Pues el santo predica ser!ones en el !odo co!o ca!ina o se para $ en el !odo co!o se sienta $ to!a las cosas $ las retiene en su !ano. os perectos no %an de !editar los detalles de sus actos. Percatndose cada ve0 !enos de s' !is!os, dean inal!ente de preocuparse de có!o estn o&rando, $ gradual!ente ios e!pie0a a %acer todo lo ue ellos %acen, en ellos $ para ellos, por lo
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!enos en el sentido de ue el %&ito de Su a!or %a llegado a ser en ellos una segunda naturale0a e inor!a todo lo ue %acen con Su se!ean0a. as e3tre!as diicultades ue encuentran en su ca!ino los ue &uscan li&ertad interior $ pure0a de a!or, pronto les ense4an ue no pueden avan0ar por s' solos, $ el sp'ritu de ios les inunde el deseo del !edio !s si!ple para vencer su ego's!o $ ceguera de inicio. 6 esto es la o&ediencia al uicio $ dirección de otro. ?n esp'ritu ue sienta la atracción de ios en la conte!plación aprender pronto el valor de la o&ediencia+ las penalidades $ angustias ue tiene ue surir cada d'a &ao la carga de su ego's!o $ torpe0a, inco!petencia $ orgullo, le dan ansias de ser conducido, aconseado $ dirigido por otro. Su propia voluntad se torna uente de tanta angustia $ tanta oscuridad, ue no acude a otro sola!ente en &usca de lu0, sa&idur'a o conseo+ llega a sentir una pasión por la o&ediencia !is!a $ por la renuncia a su propia voluntad $ sus propias luces. Por lo tanto, no o&edece a su aliado, a su director, !era!ente porue las órdenes o los conseos ue reci&e le pare0can &uenos, provec%osos provec%osos e inteligentes a su propio entender. entender. 7o o&edece tan sólo porue le pare0ca ue el a&ad to!a ad!ira&les decisiones. Por el contrario, a veces las decisiones de su superior parecen !enos acertadas+ pero esto $a no le ata4e, porue acepta al superior co!o !ediador entre él $ ios $ descansa sólo en la voluntad de ios seg9n le llega a través de los %o!&res colocados por enci!a de él por las circunstancias circunstancias de su vocación. vocación. l %o!&re !s peligroso del !undo es el conte!plativo a uien nadie gu'a. Con'a en sus propias visiones. H&edece la atracción de una vo0 interior, pero no uiere escuc%ar a otros %o!&res. dentiicar la voluntad de ios con todo lo ue le %ace sentir, en su cora0ón, un vivo, dulce calor interno. Cuanto !s dulce $ clida es la sensación, tanto !s convencido ueda de su propia inali&ilidad. 6 si la pura uer0a de su conian0a en s' !is!o se co!unica a otros $ les da la i!presión de ue es real!ente un santo, tal %o!&re puede arruinar una ciudad entera o una orden religiosa o %asta una nación+ $ el !undo est cu&ierto de cicatrices ue dearon en su carne visionarios co!o éstos. Sin e!&argo, !u$ a !enudo esos %o!&res no son sino inoensivos latosos. Se %an perdido en un espiritual calleón sin salida $ all' se uedan en có!odo nidito de e!ociones particulares. 7adie puede real!ente decidirse a envidiarlos ni ad!irarlos, porue aun los ue no sa&en nada de la vida espiritual sienten ue esos %o!&res se enga4aron $ perdieron la realidad para contentarse con una alsiicación. Parecen elices pero no %a$ nada inspirador ni contagioso en su elicidad. Parecen estar en pa0, pero su pa0 es %ueca e inuieta. Fienen !uc%o ue decir, $ todo lo ue dicen es un !ensae con :M” !a$9scula, $ sin e!&argo no convence a nadie. Por %a&er preerido el placer $ la e!oción a los austeros sacriicios i!puestos por la e genuina, sus al!as se %an estancado. Se apagó la lla!a de la verdadera conte!plación. Cuando ios te conduce a la oscuridad donde se encuentra la conte!plación, no te es posi&le descansar en la alsa dul0ura de tu propia voluntad. voluntad. a alsa satisacción interior de la co!placencia en ti !is!o $ la a&soluta conian0a en tu propio criterio no podrn nunca enga4arte del todo+ te dar un leve !areo, $ una vaga sensación de nusea interior te o&ligar a a&rirlo en canal para ue salga el veneno. Al inal ning9n acto gratuita!ente independiente te dear la sensación de estar li!pio. l ansia de pa0 te e!puar adonde la pa0 puede encontrarse8 %acia alguien a uien las circunstancias de tu vocación te per!iten o&edecer co!o representante de ios. 6 entonces, aunue su
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criterio sea o&etiva!ente necio, el luo de verte li&rado de depender de tus propios senti!ientos, gustos, e!ociones $ deseos %ar ue sea un gran alivio el poder o&edecer.
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18. %QU& ES LIBERTAD'
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!era capacidad de escoger entre el &ien $ el !al es el l'!ite !s &ao de la li&ertad, $ lo 9nico ue %a$ de li&re en ello es el %ec%o de poder escoger el &ien. ;asta donde tienes li&ertad de escoger el !al no eres li&re. ?na !ala elección destru$e la li&ertad. 7unca pode!os escoger el !al por ser !alo+ sólo co!o un &ien aparente. Pero cuando decides %acer algo ue parece &ueno, pero no lo es real!ente, %aces algo ue no deseas real!ente %acer, %acer, $ por lo tanto no eres real!ente li&re. a perecta li&ertad espiritual es una incapacidad total para %acer una !ala elección. Cuando todo lo ue deseas es verdadera!ente &ueno $ cada elección no sólo aspira a ese &ien, sino ue lo alcan0a, entonces eres li&re porue %aces todo lo ue deseas, cada acto de tu voluntad ter!ina en un logro perecto. a li&ertad, pues, no consiste en un euili&rio entre &uenas $ !alas elecciones, sino en el perecto a!or $ aceptación de lo ue es real!ente &ueno $ el perecto odio $ rec%a0a!iento de lo ue es !alo, de tal !odo ue todo lo ue %aces es &ueno $ te %ace eli0, $ rec%a0as, niegas $ desconoces todo lo ue pudiera conducirte a la inelicidad, enga4o de ti !is!o ( alicción8 7t scias reprobare malum et eligere bonum+ bonum+ sólo el %o!&re ue rec%a0ó todo !al tan co!pleta!ente ue es incapa0 de desearlo es verdadera!ente li&re. ios, en uien no %a$ a&soluta!ente so!&ra ni posi&ilidad de !al ni de pecado, es ininita!ente li&re. e %ec%o, 5l es la i&ertad. Sólo la voluntad de ios es indeecti&le. Foda Foda otra li&ertad puede allar $ derrotarse a si !is!a con una elección alsa. 6 toda verdadera li&ertad llega a nosotros co!o un so&renatural don de ios, co!o una participación en Su propia esencial i&ertad por el A!or ue 5l inundió en nuestras al!as, uniéndolas a 5l pri!ero en el perecto consenti!iento, luego en una transor!adora unión de voluntades. a otra li&ertad, la lla!ada li&ertad de nuestra naturale0a, ue es indierencia %acia &uenas $ !alas elecciones, no es !s ue una capacidad, una potencialidad ue espera cu!plirse por la gracia, la voluntad $ el a!or so&renatural de ios. Fodo &ien, toda perección, toda elicidad se encuentran en la ininita!ente &uena, perecta $ &eat'ica voluntad voluntad de ios. 6a ue la verdadera verdadera li&ertad signiica la capacidad capacidad de desear $ escoger, sie!pre, sin error, sin deección, lo ue es real!ente &ueno, la li&ertad sólo puede %allarse en la perecta unión $ su!isión a la voluntad de ios. Si nuestra voluntad aco!pa4a a la Su$a, llegar al !is!o in, descansar en la !is!a pa0 $ se llenar de la !is!a ininita elicidad ue %a$ en 5l. Por lo tanto, la !s sencilla deinición de la li&ertad es esta8 signiica la capacidad de %acer la voluntad de ios. Poder resistirse a Su voluntad no es ser li&re. n el pecado no %a$ verdadera li&ertad. Alrededor del pecado %a$ ciertos &ienes+ en los pecados de la carne, por ee!plo, %a$ los placeres de la carne. Pero no son estos placeres lo ue es !alo. Son &uenos, $ ios uiere ue lo sean, $ aun cuando alguien go0a estos placeres de un !odo ue no es la voluntad de ios, 5l uiere ta!&ién ue estos placeres se sientan. Pero aunue estos placeres, de por si, son &uenos, la dirección de la voluntad voluntad %acia ellos, en circunstancias opuestas a la voluntad de ios, se torna !ala. 6 co!o esta dirección de la voluntad es <<
!ala, no puede alcan0ar la !eta ue persigue la voluntad. Por lo tanto se derrota a si !is!a. 6 en 9lti!o tér!ino, no %a$ elicidad en el pecado. J7ecioL J;iciste real!ente lo ue no uer'as %acerL ios te deó con el placer, porue el placer ta!&ién es su voluntad+ pero descuidaste la elicidad ue 5l uer'a darte unto con el placer, o ui0 la !a$or elicidad ue te destina&a sin el placer, $ !s all $ por enci!a de él. Co!iste la cscara $ tiraste la narana. ;as guardado el papel ue serv'a sólo para envolver $ %as tirado estuc%e, anillo $ dia!ante. 6 a%ora ue el placer (ue de&er'a ter!inar) %a ter!inado, no tienes nada de la elicidad ue te %a&r'a enriuecido para sie!pre. Si %u&ieses to!ado (o evitado) el placer seg9n ios lo uer'a por tu elicidad, poseer'as todav'a el placer en tu elicidad, $ estar'a contigo sie!pre, $ te seguir'a por todas partes seg9n la voluntad de ios. Pues es i!po i!posi si&l &lee para para un %o!& %o!&re re cuer cuerdo do la!e la!ent ntar ar un acto acto ue ue se %a eec eecut utad adoo consciente!ente en unión con la voluntad de ios.
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19. DESASIMIENTO
3 e pregunto si existen actualmente en el mundo veinte hombres que vean las
cosas como realmente realmente son. Esto significar!a significar!a la existencia de veinte hombres hombres libres, no dominados ni influidos por ning(n apego a ninguna cosa creada ni a si mismos ni a ning(n don de 2ios, aun al más alto, a la más sobrenaturalmente pura de $us gracias. No creo que existan veinte hombres as! en el mundo. Pero deben de haber uno o dos. $on los que lo mantienen todo e impiden que el universo se deshaga. 5odo lo que amas de por s!, salvo 2ios solo, ciega tu entendimiento y arruina tu criterio sobre sobre valores morales y vicia tus elecciones de modo que no puedes distinguir claramente el bien del mal y no conoces verdaderamente la voluntad de 2ios. ? cuando aprecias y deseas una cosa por ella misma, aunque qui&á comprendas los principios morales generales, no sabes cómo aplicarlos. )un en el caso de que tu aplicación de los principios sea formalmente correcta, acaso habrá una circunstancia oculta que no advertiste y que echará a perder tus actos más virtuosos con alguna imperfección. En cuanto a los que se han arro%ado enteramente en el desorden del pecado, a menudo se hacen completamente incapaces de comprender los principios más simples* ya no pueden ver la ley moral más simple y más natural. 9ui&á tengan te ngan los dones más brillantes y sepan discutir las cuestiones éticas más sutiles... pero no tienen la más leve estimación estimación de lo que discuten, discuten, porque porque no sienten amor por esas cosas en su calidad de valores, sólo un interés abstracto por ellas en su calidad de conceptos. Existen aspectos del desapego y detalles de la pure&a interior inter ior y delicade&a de conciencia que ni los hombres sinceramente santos, en su mayor parte, lograron nunca descubrir. )un en los monasterios más estrictos y en lugares donde la gente ha consagrado consagrado su vida a la b(squeda de la perfección, muchos muchos no lleguen acaso nunca nunca a sospechar hasta qué punto son gobernados gobernados por formas inconscientes del ego!smo, hasta qué punto sus actos virtuosos virtuosos son sugeridos sugeridos por un estrecho y humano interés ego!sta. 2e hecho, es a menudo la formularia rigide& de esos hombres piadosos lo que les impide lograr el verdader v erdaderoo desasimiento. 8enunciaron 8enunciaron a los placeres y ambiciones del mundo, pero han adquirido otros placeres y ambiciones de un carácter más elevado, sutil y espiritual. ) veces ni siquiera suean que sea posible buscar la perfección con una intensidad de celo consciente que lleva en s! la imperfección. 5ambién ellos están apegados a las cosas buenas de su pequeo y cerrado mundo. ) veces, por e%emplo, un mon%e puede adquirir gran apego a la oración o al ayuno, a una práctica piadosa o devoción, a un libro o un sistema de espiritualidad, a un método de meditación o aun de contemplación, a las más elevadas gracias de oración, a virtudes, a cosas que son de por s! seales de hero!smo y alta santidad. ? hombres que parec!an ser santos se han de%ado cegar por su excesivo amor a tales cosas y han quedado en casi tanta oscuridad y error como los hermanos del monasterio que parec!an mucho menos perfectos que ellos. ) veces los contemplativos piensan que todo el fin y esencia de su vida puede hallarse en el recogimiento y la pa& interior y el sentimiento de la presencia do 2ios. $e <
aficionan a estas cosas. Pero el recogimiento es criatura, tanto como un automóvil. El sentimiento de sosiego interior es cosa creada, no menos que. una botella de vino. El experimental advertimiento- de la presencia de 2ios os cosa creada tanto como un vaso de cerve&a. "a (nica diferencia está en que el recogimiento el recogimiento el sosiego interior y el sentimiento de la presencia de 2ios son placeres espirituales y los otros son materiales. El apego a las cosas espirituales es, pues, igualmente apego, como eD desmesurado amor por cualquier otra cosa. "a imperfección puede estar más escondida y ser más sutil* pero, desde cierto punto de vista, vis ta, esto la hace todav!a más daosa, porque no es tan fácil de reconocer. )s!, s!, pues, muchos con contemplativos vos nunca llega egan a ser grandes santos, nunca entran en !ntima amistad con 2ios, nunca logran una profunda participación en $us go&os inmensos* porque se aficionan a los pequeos, miserables consuelos que se dan a los principiantes en la ruta de la contemplación. 'uántos hay que se hallan todav!a en peor estadoC Ni siquiera consiguen adelantar tanto que lleguen a la contemplación, porque se apegan a actividades y empresas que les parecen importantes. 'egados por su deseo de movimiento incesante, de una constante sensación de logro, ávidos con una ruda avide& de resultados, de éxito visible y tangible, llegan a ponerse en tal estado que no pueden creer que agradan a 2ios si no se atarean en doce traba%os simultáneos. ) veces llenan el aire de lamentaciones y se que%an de que ya no les queda tiempo para el re&o* pero se han vuelto tan expertos en engaarse a s! mismos que no advierten cuán insinceros son sus lamentos. No sólo permiten que se les arrastre a más y más traba%o, sino que ellos mismo mismoss se lo busca buscan. n. ? cuan cuanto to má máss atar atarea eado doss están están,, má máss yerro yerross come cometen ten.. "os "os accidentes y errores se amontonan en torno suyo. No admiten conse%os. $e ale%an más y más de la costa. .. y entonces qui&á 2ios permite que sus errores los alcancen. Entonces despiertan y descubren que su descuido los ha envuelto en alg(n grosero y evidente pecado contra la %usticia, por e%emplo, o contra las obligaciones de su estado. ? as! se anegan. 'uántos habrá que han sofocado las primeras chispas de la contemplación apilando lea sobre el fuego antes de estar éste bien encendidoC El estimulo de la oración interior los excita tanto que se lan&an a ambiciosos proyectos de ensear y convertir al mundo entero, cuando todo lo que 2ios les pide es que se mantengan quietos y en pa&, atentos a la obra secreta que
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Bay en la vida religiosa una especie de grosero grosero materialismo que hace que ciertos hombres santos crean que la abnegación consiste simplemente en renunciar a lo que place a los cinco sentidos externos. 3as esto es apenas el comien&o de la abnegación. abnegación. 'ierto que debemos sentir desasimiento hacia las cosas groseras y sensuales antes de que la vida interior pueda iniciarse. Pero una ve& empe&ada haremos pocos progresos progresos aun para con los bienes de la ra&ón, el intelecto y el esp!ritu. El que espera llegar a ser contemplativo despegándose sólo de lo que le prohibe la ra&ón, ni siquiera empe&ará a conocer el significado de la contemplación. Pues el camino camino hacia 2ios 2ios pasa por una profund profundaa oscuridad oscuridad en la que el conocimiento conocimiento y la ciencia creada, todo placer y prudencia, todo go&o y esperan&a humanos son vencidos y anulados por la abrumadora pure&a de la lu& y la presencia de 2ios. Nada de lo que conocemos, conocemos, nada de lo que podamos podamos go&ar puede ser otra cosa que un obstáculo a la pura posesión de 2ios como es en $! mismo y, por tanto, si aun puede satisfacernos alguna de esas cosas, permaneceremos infinitamente le%os de
Pero si pienso que lo más más importante en la vida es el sentimiento de pa& interior, interior, tanto más me perturbará el notar que no lo poseo. ? como yo no puedo producir ese sentimiento en m! mismo siempre que lo deseo, la perturbación aumentará con el fracaso de mis esfuer&os. Ainalmente perderé la paciencia al negarme a aceptar esa situación que no puedo dominar y as! perderé la (nica realidad importante, la unión con la voluntad de 2ios, sin la cual la verdadera pa& es completamente imposible.
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2. ORACIÓN MENTAL
' omo omo la contemplación es la unión de nuestra mente y voluntad con 2ios, es un
acto de puro amor que coincide con el conocimiento de
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glesia $ %a0 del ciclo lit9rgico parte de tu vida+ &rase ca!ino su rit!o en tu cuerpo $ al!a. a ra0ón por la ue la !editación $ la oración !ental no cu!plen su verdadero in en la vida vida de tanto tantoss ue ue la prac practic tican an es ue ue su verd verdad ader eroo o&e o&eto to no es real real!e !ent ntee co!prendido. Algunos parecen pensar ue la 9nica ra0ón para !editar so&re ios es o&tener acerca de 5l algunas ideas interesantes. s cierto ue uno de los ines ele!entales de la !editación es ortalecer todas nuestras convicciones religiosas $ darles !s %ondos unda!entos de e $ co!prensión+ pero esto es sólo el co!ien0o. sto es sólo el u!&ral de la !editación. Htros suponen ue la unción de la !editación es !ostrarnos la necesidad de practicar virtudes $ producir en nosotros valor $ deter!inación para !arc%ar adelante en esa prctica. sto es cierto. 5ste es otro ruto ele!ental de la !editación. Pero es sólo otro paso en el ca!ino. ?n error !enos serio (pues nos va!os acercando a la verdad) es suponer ue la !editación est destinada a producir con nosotros un !a$or a!or a ios. l ue este concepto sea o no satisactorio depende de lo ue entiendas por a!or a ios. Si piensas ue la !editación %a %ec%o su o&ra cuando te %a %ec%o decir ue a!as a ios o sentir o sentir ue a!as a ios, todav'a te euivocas. a !editación es una do&le disciplina ue tiene una do&le unción. Pri!ero, de&er'a darte suiciente do!inio so&re tu !ente, !e!oria $ voluntad para ue pue puedas das recoge recogerte rte $ retirar retirarte te de las cosas cosas e3tern e3ternas as,, los neg negoci ocios, os, activi activida dades des,, pensa!ientos $ preocupaciones preocupaciones de la e3istencia te!poral+ $ segundo ($ éste es el in real de la !editación), te ense4a a darte cuenta de la presencia de ios+ $ so&re todo aspira a llevarte a un estado de casi constante a!ante atención a ios $ de conian0a en ST. l in real de Ra !editación es éste8 ense4arle a uno a desprenderse de las cosas creadas $ preocupaciones te!porales, en las ue encuentra sola!ente conusión $ pesar+ a entrar en consciente $ a!ante contacto con ios, en el ue se prepara para reci&ir de 5l la a$uda ue sa&e necesitar tanto, $ para dar a ios la ala&an0a, %onor, gratitud $ a!or, en lo ue $a se encuentra el propio el propio go0o. l é3ito de tu !editación no %a de !edirse por las &rillantes ideas ue se te ocurran, las grandes resoluciones ue to!es, ni los senti!ientos $ e!ociones uo se produ0can en tus sentidos interiores. Sólo %a&rs !editado &ien cuando llegues, %asta cierto punto, a advertir a ios. Pero ni aun esto es todo. Al in $ al ca&o, todo el ue lo %a intentado se da cuenta de ue, cuanto !s uno se apro3i!a a ios, !enos es el caso de percatarse percatarse de 5l o algo acerca de 5l. As', pues, supón ue tu !editación te lleva al punto en ue te ves desconcertado $ repelido por la nu&e ue rodea a ios, ue %ace de la oscuridad su escondite. eos de advertirlo advertirlo,, e!pie0as e!pie0as a advertir advertir sola!ente sola!ente tu propia incapacid incapacidad ad para cono conocerlo cerlo $ e!pie0as a pensar ue la !editación es algo sin esperan0a ni posi&ilidad. Sin e!&argo, cuanto !a$or es tu desa!paro, tanto !s pareces desear verlo $ conocerlo, $ la contradicción entre tu deseo $ tu racaso engendra en ti un doloroso an%elo de ios ue nada parece capa0 de satisacer. -Cre -Crees es ue ue tu !edi !edita taci ción ón %a rac racas asad ado/ o/ Por Por el cont contra rario rio88 esa esa perp perple leid idad ad,, esa oscuridad, esa angustia de desamparado deseo es el verdadero logro de la meditación. Pues si ella se propone so&re todo esta&lecer en tu al!a un vital contacto de a!or con el
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ios ios vivo, vivo, !ientr !ientras as produc producee sola!e sola!ente nte i!gen i!genes, es, ideas ideas $ aecto aectoss ue t9 pue puedas das co!prender, sentir $ apreciar, no %ace el pleno tra&ao ue le corresponde. Pero cuando alcan0a !s all del nivel de tu entendi!iento e i!aginación te acerca real!ente a ios, pues te introduce en la oscuridad donde donde $a no puedes pensar pensar en 5l $ as' te ves or0ado a intentar alcan0arlo !ediante la e ciega la esperan0a $ el a!or. s entonces cuando te de&es ortalecer contra el pensa!iento de a&andonar la oración !ental+ de&es volver a ella cada d'a a la %ora prescrita, a pesar de la diicultad ue encuentres $ de la seuedad $ dolor ue sientas. Con el tie!po, tu propio suri!iento $ la secreta o&ra de la gracia te ense4arn lo ue de&es %acer. =ui0 seas guiado %acia una or!a sencill'si!a de plegar'a aectiva, en la ue tu voluntad, con pocas pala&ras o ninguna, llegue a la oscuridad donde ios se oculta con una especie de !udo deseo, !edio desesperado, $ sin e!&argo so&renatural!ente coniado, de conocerlo $ a!arlo. H acaso, sa&iendo por la e ue 5l est presente $ advirtiendo la a&soluta inutilidad de intentar pensar inteligi&le!ente acerca de esta in!ensa realidad $ todo lo ue puede signiicar, aloes tu tensión para descansar en un si!ple !irar conte!plativo ue !antenga tu atención tranuila!ente pendiente de 5l, oculto en alguna parte de esa prounda nu&e oscura oscura a la ue tu ta!&ién te sientes atra'do atra'do e invitado a entrar. entrar. esde ese !o!ento en adelante de&es !antener tu oración tan sencilla co!o puedas. Cuando sea posi&le !editar de nuevo, !edita. Si se te ocurre una idea, desarróllala, pero sin e3citarte. 7utre tu !ente de lecturas $ liturgia $, si la oscuridad de tu oración sencilla se convierte en tensión e3cesiva (o degenera en sopor o sue4o), al'viala con algunos re0os vocales o si!ples aectos, pero no te tortures intentando o&tener ideas o sentir ervor, ni te trastornes con in9tiles esuer0os por lograr las grandiosas oertas de un li&ro convencional de !editaciones.
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21. DISTRACCIONES
"a oración y el amor se aprenden en la hora en que la plegaria se ha hecho
imposible y tu cora&ón se ha petrificado. $i nunca has tenido distracciones no sabrás cómo orar. Pues el secreto de la plegaria es el hambre de 2ios y de la visión de 2ios, una avide& de mucha más hondura que el nivel del lengua%e o el afecto. ? un hombre cuya memoria e imaginación lo persiguen con una multitud de in(tiles y aun malos pensamientos e imágenes puede a veces verse for&ado a orar mucho me%or, en lo hondo de su asesinado cora&ón, que otro en cuya mente flotan claros conceptos, brillantes propósitos y fáciles actos de amor. amor. Por esto es in(til que te inquietes cuando no puedes desembara&arte de las dist distrac raccio cione nes. s. En prim primer er luga lugarr, debe debess darte darte cuen cuenta ta de que que con con frecu frecuenc encia ia son son inevitables en una vida de oración. "a necesidad de arrodillarse y ser sumergido por una marca de locas y vanas imágenes es una de las pruebas t!picas de la vida contemplativa. $i crees que estás obligado a recha&ar esas cosas mediante un libro, agarrándote a sus frases como se aferra el náufrago a una tabla tienes el privilegio de hacerlo* pero si permites que tu oración degenere en un per!odo de simple lectura espiritual, pierdes gran parte del fruto. 5e aprovechar!a más el resistir pacientemente a las distracciones y aprender algo de tu propio desamparo e incapacidad. ? si tu libro llega a ser meramente un anestésico, le%os de ayudar a tu meditación, probablemente la echó a perder. 7noo de los 7n los mo moti tivo voss de tus tus dist distra racc ccio ione ness es éste éste++ la ment mente, e, memo memori riaa e imaginación sólo traba%an, en la meditación, para conducir tu voluntad a la presencia de su ob%eto, que es 2ios. 'uando has practicado la meditación por unos aos, es la cosa más espontánea del mundo el que la voluntad se acomode a su ocupación de amar a 2ios en la oscuridad y sin palabras tan pronto como te dispones a la oración. En consecuencia la mente, memoria e imaginación no tienen realmente que hacer nada. "a voluntad está atareada, y ellas están sin empleo. )l cabo de un rato, pues, se abren las puertas de tu subconsciente, y toda suerte de curiosas c uriosas figuras f iguras entran en escena como bailando un vals... $i eres avisado, no prestarás ninguna atención a esas cosas* permanece en tu simple atención a 2ios y mantén tu voluntad voluntad sosegadamente dirigida a <
$e nos presentan problemas que realmente atraen y ocupan nuestra voluntad, y existe considerable peligro de que nuestra meditación se desmenuce en un traba%o mental de escritura de cartas, sermones, discursos, libros o, peor aun, consideración de planes para obtener dinero o cuidar de nuestra salud. $erá erá dif! dif!ci cill para para cual cualqquier uieraa que deba eba reali eali&a &arr una tar tarea pesad esadaa el desembara&a desembara&arse rse de esas cosas. "e record recordarán arán siempre siempre lo que es, y deber!an advertirle que no se de%e envolver demasiado en una obra activa, porque es in(til que intentes desembara&a desembara&arr tu mente de todas las cosas materiales materiales en el momento momento de la meditación, meditación, si no haces nada por aliviar la presión presión del traba%o fuera de ese tiempo. Pero, en todo eso, la esencia de la oración es la voluntad de orar, orar, y lo que importa es el deseo do hallar a 2ios y verlo y amarlo. $i has deseado conocerlo y amarlo, has hecho ya lo que se esperaba de ti, y es mucho me%or desear a 2ios sin poder pensar claramente acerca de
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22.
EL DON DE DE EN ENTENDIMIE IMIEN NTO
"a contemplación, mediante la cual conocemos y amamos a 2ios como es en $!
mismo, llegando a
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!s %ace alta. 7uestro solo pesar, si el pesar es posi&le es advertir ue todav'a vivi!os uera de ios. Pues $a un instinto so&renatural nos ense4a ue la unción de ese a&is!o de li&ertad li&ertad ue se %a a&ierto a&ierto en el centro centro !is!o !is!o de nosotros es atraernos atraernos co!pleta!en co!pleta!ente te uera de nuestro $o %acia el interior de su propia in!ensidad de li&ertad $ go0o. Pareces ser el !is!o $ eres el !is!o ue sie!pre %as sido+ de %ec%o, eres !s t9 !is!o ue no lo uiste antes a!s. Sólo a%ora e!pie0as a e3istir. Fe Fe sientes co!o si por in %u&ieses nacido plena!ente. Fodo lo ue ocurrió antes ue un error, una c%apucera preparación para el naci!iento. A%ora %as entrado en tu propio ele!ento. Sin e!&argo, a%ora te %as convertido en nada. nada. Fe Fe %as %undido %asta el centro de tu propia po&re0a, $ all' %as sentido a&rirse las puertas a la ininita li&ertad, a una riue0a ue es perecta, porue nada nada de ella es tu$o tu$o $, $, sin e!&argo, te pertenece toda. toda. 6 a%ora, en tu li&ertad, puedes entrar en el ininito $ salir de él. s in9til pensar en sondear las %onduras de la oscuridad a&ierta de par en par en tu interior, llena de li&ertad $ e3ultación. 7o son un lugar, no son una e3tensión+ son una enor!e, serena actividad. sas %onduras son el A!or. 6 en !edio de ti or!an una ciudadela. 7o %a$ nada ue pueda penetrar en el cora0ón de esa pa0. 7ada del e3terior puede entrar en ella. ;asta %a$ toda una esera de tu propia actividad ue est e3cluida de esa %er!osa noc%e etérea. os cinco sentidos, la i!aginación, la !ente ue discurre, la avide0 del deseo no tienen sitio en este cielo sin estrellas. 6 t9, aunue puedes li&re!ente ir $ venir, tan pronto co!o intentas or!ar pala&ras o pensa!ientos acerca de ello, uedas e3cluido. . . vuelves a tu e3terior para %a&lar. Mas descu&res ue puedes descansar en esa oscuridad $ esa insonda&le pa0 sin tur&ación ni ansiedad, aun en el caso de ue tu i!aginación $ tu !ente per!ane0can en alg9n !odo activas uera de sus puertas. Pueden uedarse a c%arlar en el pórtico, !ientras estn ociosas aguardando a ue regrese su reina, la voluntad, de cu$as órdenes dependen. Pero es !eor ue estén calladas. Sin e!&argo, a%ora $a sa&es ue esto no depende de ti. s un don ue llega a ti procedente del seno de esa serena oscuridad $ depende entera!ente de la decisión del A!or. entro de la si!plicidad de esa ar!ada, a!urallada e indivisa pa0 interior, %a$ una ininita unción ue, en cuanto es asida, pierde su sa&or. 7o %as de intentar alcan0arla $ poseerla del todo. 7o de&es tocarla ni intentar asirla. 7o de&es intentar %acerla !s dulce ni procurar ue no se desvane0ca... a situación del al!a en la conte!plación es algo parecido a la situación de Adn Ad n $ va va en el Para Para's 'so. o. Fodo odo es tu$o, tu$o, pero pero con con una una cond condic ició iónn inin ininit ita! a!en ente te i!portante8 la de ue todo es dado. 7o %a$ nada ue puedas recla!ar, recla!ar, nada ue puedas e3igir, nada ue puedas tomar. 6 en cuanto intentas intentas to!ar algo co!o si uera uera tu$o... pierdes tu dén. a 9nica dierencia es ue no adviertes en seguida lo ue perdiste. Por ende, sólo la !3i!a %u!ildad puede darnos la delicade0a $ la cautela instintivas ue nos i!pedirn &uscar los placeres $ satisacciones ue pode!os co!prender $ sa&orear en esa oscuridad. n el !o!ento en ue pedi!os algo para nosotros !is!os, o aun conia!os en una acción de nuestra parte para procurar una !s %onda intensiicación de ese puro $ sereno descanso en ios, !anc%a!os $ disipa!os el perecto don ue 5l desea co!unicarnos en el silencio $ reposo r eposo de nuestras acultades.
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Si %a$ algo ue tenga!os ue %acer es lo siguiente8 de&e!os darnos cuenta, %asta lo !s proundo de nuestro ser, de ue es un puro don de ios ue ning9n deseo, ning9n esuer0o, ning9n %ero's!o nuestro puede %acer nada por !erecer u o&tener. 7o %a$ nada ue poda!os %acer directa!ente para procurarlo, preservarlo o au!entarlo. 7uestra propia actividad es general!ente un o&stculo para la inusión de esa sosegada $ sosegante sosegante lu0, salvo salvo ue ios ios e3ia ciertos ciertos actos $ o&ras nuestras nuestras por por caridad caridad $ o&ediencia $ nos !antenga en prounda unión e3peri!ental con 5l a través de todos ellos, porue 5l as' lo uiere, no por ninguna idelidad nuestra. n el !eor caso pode!os prepararnos para la recepción de ese gran don descansando en la entra4a de nuestra po&re0a, !anteniendo nuestra al!a vac'a, en todo lo posi&le de deseos %ac'a todas las cosas ue agradan a nuestra naturale0a $ la preocupan, por puras puras $ su&li!es ue ue puedan ser ser en s' !is!as. 6 cuando ios se nos revela en la conte!plación de&e!os aceptarlo tal co!o viene a nosotros, nosotros, en Su oscuridad, oscuridad, en Su silencio, silencio, sin interru!pirlo interru!pirlo con argu!entos argu!entos,, pala&ras, conceptos ni actividades actividades ue pertenecen pertenecen al nivel de nuestra nuestra tediosa $ tra&aosa e3istencia. Pues todos los dones de ios de&en ser en nosotros una respuesta de gratitud, elicidad $ go0o+ pero a%' e agradece!os !enos con pala&ras ue con la serena elicidad elicidad de una callada aceptació aceptación. n. @aca acate te et videte videte quo quonia niam m ego $um 2eusC 2eusC s el vac'o de nosotros !is!os en presencia del a&is!o de Su realidad, nuestro silencio en presencia de Su silencio ininita!ente rico, nuestro go0o en el seno de la serena oscuridad en ue. Su u0 nos tiene a&sortos, es todo esto lo ue o ala&a. s esto lo ue %ace ue el a!or a ios $ la !aravilla $ la adoración nos inunden co!o una !arca surgida de las %onduras de esa pa0 $ &a4en la pla$a de nuestra conciencia con un vasto, callado oleae de inarticulada ala&an0a, Jala&an0a $ gloriaL sta clara oscuridad de ios es la pure0a de cora0ón de ue %a&ló Cristo en la se3ta Iienaventuran0a. =eati Iienaventuran0a. =eati mundo corde, quoniam ipsi 2eum videbunt. 6 esta pure0a de cora0ón trae por lo !enos un !o!entneo li&erarse de las i!genes $ conceptos, de las or!as $ so!&ras de todo lo ue los %o!&res desean con su apetito %u!ano. ;asta nos li&ra de las analog'as ue usa!os ordinaria!ente para llegar a ios+ no es ue las niegue, pues son verdaderas %asta donde alcan0an, pero las %ace te!poral!ente in9tiles cu!p cu!pli lién éndo dola lass toda todass en la segu segura ra co!p co!pre rens nsió iónn de una una pro proun unda da $ pene penetr tran ante te e3periencia. n la v'vida oscuridad de ios, dentro de nosotros, ocurren a veces proundos !ovi!ientos de a!or ue nos li&ran entera!ente, por un !o!ento, de nuestra viea carga de ego's!o, $ nos %acen igurar en el n9!ero de esos peue4uelos de uienes es el reino de los cielos. 6 cuando ios nos per!ite caer de nuevo en nuestra conusión de deseos, uicios $ tentaciones, lleva!os una cicatri0 so&re el sitio en ue auel go0o e3ultó por un !o!ento en nuestro cora0ón. a cicatri0 nos ue!a. a llaga duele en nuestro interior $ recorda!os ue %e!os regresado a lo ue so!os $ no se nos per!ite todav'a per!anecer donde ios uerr'a ue estuviése!os. 6 an%ela!os el lugar a ue 5l nos %a destinado, $ llora!os de deseo del tie!po en ue esa pura po&re0a nos asir $ !antendr en su li&ertad para $a no soltarnos, en ue nunca regresare!os del para'so de los si!ples $ los peue4uelos al oro de la prudencia, donde los sa&ios de esto !undo se pasean en el pesar $ preparan sus tra!pas para. asir una elicidad ue no puede e3istir.
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23. LA NOCHE DE LOS SENTIDOS
"a vida de contemplación infusa no empie&a siempre con una concreta experiencia
de 2ios en una fuerte lu& que se derrama. "os "os momentos en que uno se ve libre libre y se evade de la ceguera y desamparo de los modos ordinarios, traba%osos del esp!ritu, serán siempre relativamente raros. ? no es demasiado dif!cil reconocer esos s(bitos, intensos destellos del don de entendimiento esos vividos rayos de oscuridad- que hieren profundamente el alma y cambian el curso de toda una vida. "levan consigo su propia convicción. )rrancan como escamas la ceguera de nuestros o%os. 4mplantan en nosotros una certidumbre demasiado profunda, profunda, serena y nueva para ser mal comprendidos o fácilmente olvidados. Pero si uno tuviera que aguardar aguardar que sucedan tales experiencias , antes de llegar a ser un contemplativo, acaso hubiera de aguardar largo largo tiempo... qui&á toda la vida. ? tal ve& su espera ser!a vana. Es más com(n que el esp!ritu aprenda de 2ios la contemplación, no en s(bito destello, sino imperceptiblemente, por pasos muy graduales. 2e hecho, sin la base de larga larga y paciente paciente prueba y lento progre progreso so en la oscuridad de la pura fe, la contemplació contemplaciónn no será nunca realmente aprendida. Pues unos pocos, aislados, aunque intensos, destellos del esp!ritu de entendimiento y sabidur!a no harán de uno un contemplativo en el pleno sentido de la palabra* Da oración contemplativa es sólo verdaderamente lo que su nombre indica cuando llega a ser mas o menos habitual. El camino ordinario hacia la contemplación pasa por un desierto sin árboles, sin belle&a y sin agua. El esp!ritu entra en un yermo y via%a a ciegas en direcciones que parecen conducir le%os de la visión, le%os de 2ios, le%os de toda plenitud y go&o. Puede llegase a creer que es casi imposible que esa ruta vaya a alguna parte, si no es a una desolaci desolación ón llena de huesos huesos secos.. secos.... la ruina de todas todas nue nuestra strass espera esperan&a n&ass y buenas buenas intenciones. El aspecto de ese yermo yer mo aterra tanto a la mayor parte de los hombres, que rehusan entra entrarr en sus sus ardi ardien entes tes aren arenas as y via%a via%arr entr entree sus sus rocas ocas.. No pued pueden en creer creer que que la contemplació contemplaciónn y la santidad puedan hallarse hallarse en una desolación desolación donde no hay man%ares, man%ares, abrigo, descanso ni refrigerio para su imaginación ni para su entendimiento ni para los deseos de su naturale&a.
'onvencidos de que la perfección ha de medirse por brillantes intuiciones de 2ios y fervientes resoluciones de una voluntad incendiada en amor, amor, persuadidos de que la santidad es cuestión de fervor sensible y tangibles resultados, no quieren nada con una contemplación que no deleita su ra&ón ni llena su mente y voluntad de consuelos y alegr!a sensible. 9uieren saber adónde van y ver lo que hacen, y tan pronto como entran en regiones donde su actividad se parali&a y no da fruto visible, se dan vuelta y regresan a los campos lo&anos donde pueden estar seguros de que hacen algo y a alguna parte llegan. ? si no pueden lograr los resultados que desean con tan intensa ansiedad, por lo menos se convencen do haber adelantado mucho si han dicho muchas oraciones, sufrido muchas mortificaciones, predicado muchos sermones, le!do, y qui&á también escrito, muchos libros y art!culos, ho%eado muchos libros de meditaciones, aprendido centenares de nuevos y diferentes modos de devoción y ceido la tierra con peregrinaciones, No es que todas estas cosas no sean buenas en si mismas* pero hay momentos en la vida del hombre en que pueden ser una evasión, un anodino, un refugio contra la responsabilidad de sufrir en las tinieblas y el desamparo y de%ar que 2ios nos despo%e de nuestro falso yo y nos convierta en el hombre nuevo que realmente debemos ser se r. 'uando 2ios empie&a a infundir $u lu& de conocimiento y comprensión en el esp!ritu esp!ritu de un hombre hombre que la contemplación contemplación atrae, atrae, la experiencia experiencia no es tan a menudo de logro como de derrota. "a mente se ve entrar inquietamente en las sombras de una extraa y silenciosa noche. Es una noche harto sosegada. Pero es muy extraa. El pensamiento experimenta contracciones y dificultades. Bay una sensación, peculiarmente pesada, de cansancio y repugnancia hacia la actividad mental y espiritual. Pero al mismo tiempo el alma es ased asedia iada da por por el temo temorr de que que esta esta nuev nuevaa impo impote tenc ncia ia sea sea peca pecado do o un sign signoo de imperfección. 4ntenta esfor&arse por reali&ar actos de entendimiento y voluntad. ) veces hace un esfuer&o loco por exprimir de s! alg(n sentimiento de fervor, lo que es, diremos de pasada, lo peor que puede hacer. hacer. 5odas las bellas imágenes y conceptos de 2ios que en otr otro tiem tiempo po acar acaric icia iara ra se han han desv desvan anec ecid idoo o tran transf sfor orma mado do en desa desagr grad adab able less y aterradoras deformaciones. En ning(n sitio puede hallarse a 2ios. "as palabras de la oración son recha&adas huecamente por las paredes de esta muerta caverna. El que, en esa noche, de%a arrastrar su esp!ritu por el temor, impaciencia o ansiedad, se verá detenido. $e moverá y torcerá y torturará intentando ver alguna lu&, sentir alg(n calor, calor, recuperar los vicios consuelos ya irrecuperables. ? finalmente huirá de la oscuridad y hará todo lo posible por narcoti&arse con la primera lu& que encuentre. Pero hay otros que, por mucha perple%idad e inquietud que sufran en el yermo el yermo adonde 2ios empie&a a conducirlos, contin(an sintiéndose atra!dos más y más hacia la
desolación. No pueden pensar, no pueden meditar* su imaginación los tortura con todo lo que no quieren ver, su vida de oración está sin lu&, sin placer, sin ning(n sentimiento de devoción. Por otra parte sienten, por una especie de instinto, que la pa& se halla en el cora&ón de esa oscuridad. )lgo los incita a estar quedos, a confiar en 2ios, a callar y atender a $u vo&* a ser pacientes y a no excitarse. Pronto descubren descubren que todos los in(tiles intento intentoss de medita meditación ción sólo consigu consiguen en trastorna trastornarlo rloss y pertur perturba barlos rlos** pero pero al mismo tiempo, estando quedos en la mude& de la fe desnuda, descansando en una simple y atenta espera, pendientes de la oscuridad que los tiene perple%os, una sutil e indefinible pa& empie&a a infiltrarse en su alma y la llena de una profunda e inexplicable satisfacción. Esta satisfacción es tenue y oscura. No puede asirse ni identificarse. $e desenfoca y se aparta. Pero ah! esta. 9ué es/ 2if!cil decirlo* mas uno siente que de alg(n modo se compendia en la voluntad de 2ios- o, simplemente, 2ios-. El que no permite que su esp!ritu sea abatido y trastornado por la sequedad y el desamparo sino que de%a que 2ios lo condu&ca sosegadamente a través del yermo y no desea otro apoyo ni gu!a que los de la pura fe y confian&a en 2ios solo, será llevado a una profunda y sosegada unión con
experiencias que estén al alcance de nuestro conocimiento o memoria, porque cualquier experiencia que podamos asir y comprender será inadecuada e indigna del estado a que 2ios quiere conducir nuestras almas. "a más importante pregunta práctica que se hará en esto punto es+ cuáles son los signos de que ya se puede abandonar sin peligro la meditación formal y descansar en esa expectación más o menos pasiva/ En primer lugar, lugar, si la meditación y la oración afectiva son fáciles, espontáneas y fruct!feras, no deber!an abandonarse. Pero cuando han llegado a ser prácticamente imposibles, o si simplemente se amortecen y agotan la mente y la voluntad, y las llenan de repugnancia, o si las envuelven en muchas distracciones, seria per%udicial que for&aras tu mente a tener pensamientos especiales y tu voluntad a seguir una rutina de actos determinados. 'uando la imaginación 0aunque puede permanecer bien activa1 no te da ya placer ni fruto, sino que sólo te cansa y trastorna hasta cuando se detiene en las cosas natu natura rale les, s, o aun aun espi espirit ritua uale les, s, má máss atra atract ctiva ivas, s, ello ello es sign signoo de que que qui&á qui&á debe deber!a r!ass abandona aban donarr la meditación meditación activa. activa. $i, al mismo tiempo, tiempo, hallas hallas positivo positivo sosiego y sacas sacas provecho del descansar en una simple y leal expectación del auxilio de 2ios, será me%or hacer esto que no perseguir tu mente y tu voluntad en un vano esfuer&o por sacar de ellas unas pocas ideas y afectos. Pues, si reflexionas sobre tu estado, fácilmente verás que tu mente está absorta en una vasta, oscura idea de 2ios y tu voluntad está ocupada, si no asediada, por un ciego, vacilante, semidefinido deseo do 2ios. "as dos se combinan para producir en ti la ansiedad, oscuridad y desamparo que hacen los actos l(cidos y particulares a la ve& tan dif!ciles y tan f(tiles. $i permaneces en silencio y vac!o de ti mismo, acaso descubras que esta sed, esta hambre que busca a 2ios en la ceguera y la oscuridad, aumentan en ti y al mismo tiempo, aunque todav!a no parece que halles nada tangible, la pa& se establece en tu alma. Por otra parte, si abandonar la meditación significa s ignifica simplemente s implemente que tu mente se apaga y tu voluntad se petrifica, y te recuestas en el muro y pasas tu media hora de meditación pensando en lo que tendrás para cenar, es me%or que te mantengas ocupado en algo. )l fin y al cabo, hay siempre la posibilidad de que la pere&a se disfrace de oración de quietud- u oración de simplicidad- y degenere en letargo y sueo. "a mera falta de actividad no te convierte ipso facto en un contemplativo. En eso puede a veces ayudarte un libro. $i hallas alg(n párrafo o frase que te interese, interese, detén la lectura, lectura, exam!nalos exam!nalos en tu monte, monte, absórbelos y contémplalo contémplaloss y descansa descansa en la consideraci consideración ón general, serena, serena, no for&ada, de la idea, no en sus detalles, sino en su con%unto, con%unto, como algo retenido retenido y saborea saboreado do en su totalidad* totalidad* y pasa de esto a descansar descansar en la quieta expectación de 2ios. $i ves que te distraes, vuelve al libro, a la misma u otra
frase. Puedes hacerlo con la $agrada Escritura, o con imágenes, o con fragmentos de oraciones vocales, con preferencia en presencia del $ant!simo $acramento, pero también en el bosque y ba%o los árboles. "a extensión y serenidad de un paisa%e, campos y colinas, bastan para mantener al contemplativo flotando flotando en la tranquila marea marea interior de su pa& y deseo durante horas seguidas. "a falta de actividad en la oración contemplativa es sólo aparente. =a%o la superficie, la mente y la voluntad son atra!das a una actividad que es profunda, intensa y sobrenatural y que, rebosando, rebosando, inunda nuestro nuestro ser y produce produce incalculables frutos. No existe ninguna clase de oración en que no hagas absolutamente nada. $i no haces nada es que no estás orando. Por otra parte, si 2ios domina tu actividad interior y llega a ser su principio inmediato por los 2ones del Esp!ritu $anto, la obra de tus facultades puede hallarse enteramente fuera del alcance del cálculo consciente y acaso sus resultados no sean vistos ni comprendidos. comprendidos. "a oración contemplativa es una actividad espiritual honda y simplificada, en la cual la mente y la voluntad descansan en una unificada y simple concentración de 2ios, dirigidas y atentas a
24. !UEGO !UEG O !ATUO
E n cualquier grado de la vida espiritual, y aun sin haber ninguna vida espiritual,
puede ocurrirle a uno eD sentirse envuelto en un emotivo fermento religioso en el que rebosa de mociones sensibles y aun sentimentales de amor a 2ios y al pró%imo. $i no se tiene experiencia, podr!a uno creer que es muy santo a causa de los santos sentimientos que abundan en su cora&ón. 5odas estas cosas significan muy poco o nada. $on una especie de embriague& sensible producida por alg(n placer, placer, y hay sólo una diferencia accidental entre ellas y las lágrimas que los nios vierten a veces cuando van al cine. 2e por s!, estas mociones de la pasión tienen poca importancia. Pueden ser usadas para bien o para mal, y para los principiantes en la vida espiritual son generalmente necesarias. necesarias. 3as, aun en un principiante, principiante, ser!a necio depender de ellas, pues más tarde o más temprano deberá abandonarlas. 2e hecho, su vida espiritual no empe&ará realmente mientras no haya aprendido hasta cierto punto a prescindir del est!mulo de la emoción. Basta cuando entramos en la vida contemplativa llevamos con nosotros nuestras pasiones y naturale&a sensible como una carga de gasolina destapada. ? a veces las chispas que saltan en la pura oscuridad de la contemplación llegan accidentalmente al combustible y provocan una llamarada en las emociones y los sentidos. 5odo el esp!ritu es sacudido y vacila en una explosión de embriagante go&o o una tormenta de compunción, que puede ser buena y saludable, pero que es todav!a más o menos animal, aun cuando la chispa que prendió el fuego acaso tenga un origen sobrenatural. Esta llamarada sube, arde y se apaga en pocos momentos, o en media hora. 3ientras dura, gustas un intenso placer que a veces es engaosamente elevado, pero en ocasiones se delata por cierta pesade& que pertenece al nivel humano e indica lo que es+ emoc emoció ión. n. ) vece vecess hast hastaa pued puedee prod produc ucir ir un buen buen efec efecto to natu natura ral. l. 7n esta estall llid idoo de exuberancia espiritual puede tonificarte en un d!a de fiesta, después de semanas de lucha y traba%o. Pero generalmente el efecto ef ecto de esta conmoción no es más que natural. 'uando termina no sacas de ella más provecho del que sacar!as de un par de copas de champaa o un buen rato de natación... y los mon%es no beben beben champaa ni nadan. )s!, pues, dentro dentro de sus limites, es cosa buena.
Pero el peligro está en que atribuyas una errónea clase de importancia a esas manifestaciones de emoción religiosa. En realidad, no tienen ninguna y, aunque a veces son inevitables, no parece prudente desearlas. 2e hecho, todo el que ha recibido alg(n adiestramiento en la vida interior sabe que no se considera cosa de buen sentido buscar estos consuelos con demasiada, aguda intensidad. $in embargo, muchos que parecen estar por encima del elemento sensible en religión muestran con sus devociones, su gusto por imágenes sentimentales, m(sica pega%osa y lecturas espirituales flo%uchas, que toda su vida interior es una campaa concentrada en busca de luces-, consuelos- y lágrimas de compunción-, si no de voces interiores con la levemente disimulada esperan&aqui&á, de una visión o dos y, eventualmente, los estigmas. Para todo el que el que es realmente llamado a la contemplación infusa, este gusto por experiencias- puede ser uno de los obstáculos más peligrosos en su vida interior. Es la roca que hi&o naufragar naufragar a muchos que qui&á hubiesen llegado llegado a ser contemplativos. contemplativos. ? es tanto más peligroso cuanto que, aun en conventos de órdenes contemplativas, la gente no compr comprend endee siempr siempree claram clarament entee la difer diferenc encia ia entre entre la con contem templa plació ciónn m!stica m!stica en su verdadero sentido y todos esos accidentes, esas experiencias, esas manifestaciones y curiosidades, que pueden ser o no ser sobrenaturales y que no tienen una conexión esencial con la santidad ni con el puro amor que está en el cora&ó el cora&ónn de la contemplación contemplación verdadera. )s!, pues, la reacción más saludable frente a esos estallidos es una oscura repugnancia hac!a los placeres y excitaciones que traen consigo. 8econoces que esas cosas no dan fruto real ni satisfacción duradera. No te dicen nada fiable acerca de 2ios ni de ti mismo. No te dan fortale&a real, sólo una momentánea ilusión de santidad. ? cuando adquieres más experiencia, reconoces cuánto te ciegan y cuán capaces son de engaarte y extraviarte. 4ntentarás retirarte de ellas y evitar las ocasiones que las producen, si sabes distin distingui guirr su proba probable ble cau causa. sa. Pero Pero no te trasto trastorna rnarás rás ofrecié ofreciénd ndoles oles una resist resistenc encia ia violenta* basta con permanecer sosegadamente indiferente hac!a ellas. ? cuando no puedas hacer nada para impedir que vengan esos sentimientos de embriague& y go&o espiritual, aceptemos con paciencia y reserva y aun con cierta humildad y gratitud. advirtiendo que no sufrir!as tales excitaciones si no quedara todav!a en ti tanto vigor natural. natural. 8etira tu consentimient consentimientoo de aquello aquello que pueda ser desmesurado desmesurado en ellos y de%a el resto a 2ios, aguardando aguardando la hora de tu liberación en los go&os reales, reales, los go&os puramente espirituales de una contemplación en tu naturale&a y emociones y tu propio yo no tienen ya parte alguna, en que quedas absorto y sumergido, no en esa
tambaleante embriague& de los sentidos, sino en la limpia, intensamente pura embriague& de un esp!ritu liberado en 2ios.
25. RENUNCIAMIENTO
E l camino hacia la contemplación es una oscuridad tan intensa que ya no es ni
siquiera dramática. No queda nada en ella que pueda pueda ser asido y acariciado como heroico ni aun insólito. )s!, para el contemplativo, hay un valor supremo en la rutina ordinaria de traba%o, pobre&a, penalidad y monoton!a que caracteri&a la vida de la gente pobre, ininteresante y olvidada del mundo. 'risto, que vino a la tierra para formar contemplativos y ensear a los hombres la ruta de la santidad y la oración, habr!a podido fácilmente rodearse de ascetas que lo de%aran de%aran morir de hamb hambre re y aterraran aterraran a la gente con extraos extraos éxtasis. Pero sus )póstoles )póstoles fueron traba%adores, traba%adores, pescadores, publicanos que se distingu!an tan solo por su indiferencia hacia la mayor parte de la complicada red de devociones, prácticas rituales y moral gimnástica de los santos profesionales. El ascetismo más seguro es la inseguridad amarga, el traba%o y pequee& de los realmente pobres. 2epender absolutamente de otros. $er desconocido, menospreciado y olvidado. No conocer la comodidad ni la limpie&a. @ivir en la suciedad y comer mal. 8ecibir órdenes y traba%ar mucho por poco dinero. Esto es una dura escuela, que la mayor!a de las personas pers onas piadosas hacen todo lo posible por evitar. evitar. 3uchas personas religiosas, que dicen amar a 2ios, detestan y temen la sola idea de una pobre&a bastante real para significar inseguridad, hambre y suciedad. ? sin embargo embargo hallarás a algunos que van a vivir entre los pobres, pobres, no porque amen a 2ios 0en quien no creen1, creen1, ni aun porque porque amen a los pobres, sino simplemente simplemente porque porque odian a los ricos y quieren agitar a los pobres para que éstos también los odien. $i hay quien puede sufrir tales cosas por el venenoso el venenoso placer del odio, por qué hay tan pocos que se hagan pobres por amor amor, para hallar a 2ios en la pobre&a pobre&a y a la ve& darlo a otros otros hombres/ hombres/ $in embargo, no no debe creerse que no pueda nadie llegar a contemplativo s! toda su vida no es siempre externamente miserable y repugnante. @ivir frugal y laboriosamente, confiando en 2ios, y no en las cosas materiales que ya no tenemos, y haciendo todo lo posible por llevarnos bien con otras personas que qui&á no nos traten siempre s iempre con bondad y consideración* todo esto puede dar por suma una atmósfera de pa& y tranquilidad, contento y go&o. Basta puede haber cierta natural donosura en ello* de hecho, la simplicidad de una vida de traba%o y pobre&a puede a veces ser más bella que la complicada complicada vida de los que creen que su dinero dinero puede comprarles belle&a y rodearlos rodearlos de
cosas agradables. 'ualquiera que haya estado en la casa de un campesino francés o italiano lo sabe. "a vida en un monasterio trapense es fundamentalmente una vida campesina. 'uanto más conforme sea en la pobre&a, frugalidad y sencille& de los que han de ganar su vida cavando la tierra, tanto más cumple su propósito esencial, que es el de disponer a los hombres a la contemplación. Es bueno que un monasterio sea pobre. Es bueno que los mon%es tengan que contentarse con ropa muy gastada y remendada, obtengan obtengan peor comida que la que permite la 8egla y tengan que depender de sus campos más que de estipendios para misas y donativos de bienhechores. $in embargo, hay un l!mite que no deber!a traspasar la pobre&a de un monasterio. "a indigencia no es buena para los mon%es ni para nadie. nadie. No se puede esperar de ti que hagas vida contemplativa si estás literalmente muriéndote de hambre hamb re y aplastado aplastado por la lucha f!sica que has de sostener sostener para mantener unidos unidos alma y cuerpo. cuerpo. ? aunque aunque acaso sea bueno que el monasterio monasterio sea pobre, pobre, el mon%e ordinario ordinario no prosperará espiritualmente en un convento donde la pobre&a sea realmente tan dese desesp sper eraada que que todo todo lo demás emás deba eba sacr sacrif ific icaarse rse al tra traba%o ba%o ma manu nual al y a las las preocupaciones materiales. ) menudo ocurre que un vie%o hermano que pasó su vida haciendo queso o cociendo pan, remendando &apatos o guiando caballos, sea me%or contemplativo y más santo que un sacerdote que asimiló toda la $agrada Escritura y la 5eolog!a, conoce los escritos de los grandes santos y m!sticos y ha tenido más tiempo para la meditación, contemplación y oración. 7na de las primeras cosas que debes aprender, s! quieres ser un contemplativo, es saber ocuparte de lo que te importa. No hay nada más sospechoso, en un hombre que parece santo, que un impaciente deseo de reformar al pró%imo. 7n serio obstáculo al recogimiento es la man!a de dirigir a quienes no has sido designado para dirigir, reformar a los que nadie te pidió que reformases, corregir a aquellos sobre quienes no tienes %urisdición. 'ómo puedes hacer estas cosas y mantener tranquila tu mente/ Presta la menor atención posible a las faltas del pró%imo y ninguna a sus defectos y excentricidades naturales. "a resolución de que depende toda santidad es renunciamiento, desapego, abnegación. Pero la abnegación no termina cuando hemos renunciado a todas nuestras deliberadas faltas e imperfecciones.
;uardarte de los pecados obvios* evitar lo que es evidentemente malo, porque avergHen&a y degrada tu naturale&a* hacer los actos universalmente respetados, porque los exige nuestra dignidad de seres humanos* todo esto no es a(n la santidad. Evitar el pecado y practicar la virtud vir tud no es ser santo* es e s sólo ser s er hombre, un ser humano. Esto es sólo el comien&o de lo que 2ios quiere de ti. Pero es un comien&o necesario* porque no puedes alcan&ar una perfección per fección sobrenatural a no ser que primero, por la gracia de 2ios, hayas perfeccionado tu naturale&a en su propio nivel. )ntes de que puedas ser santo, tienes que llegar a ser humano. 7n animal no puede ser un contemplativo. $in embargo, es relativamente sencillo desembara&arse de faltas que reconocemos como faltas, aunque también esto puede ser terriblemente terriblemente duro. duro. Pero el problema problema cr!tico de la perfección y la pure&a interior está en el renunciamiento y desarraigo de todos nuestros apegos inconscientes a cosas creadas c readas y a nuestra propia voluntad y deseo. Para luchar contra vicios premeditados y evidentes, el me%or método, si no el (nico, es una planeada estrategia de resoluciones y penitencias. Proyecta tu campaa y lucha, y reha& el plan seg(n los cambios en el aspecto de la batalla. 8uegas y sufres, resistes y renuncias, esperas y sudas, y los variantes contornos de la lucha dibu%an la forma a de tu libertad. 5erminada la lucha y adquirido un buen hábito como instrumento de traba%o, no olvides los momentos de la batalla en que estabas herido, desarmado e indefenso. No olvides que, con todos tus esfuer&os, sólo ganaste con la ayuda de 2ios, que libró la batalla por ti. Pero cuando se llega a combatir los hondos e inconscientes inconsciente s hábitos de apego que apenas podemos excavar y reconocer, todas nuestras meditaciones y autoexámenes, todas nuestras resoluciones y campaas planeadas pueden no sólo ser ineficaces, sino hasta ayudar en ocasiones a nuestros enemigos. Porque puede ocurrir fácilmente que nuestras resoluciones sean dictadas por el vicio de que debemos desembara&arnos. )s! el hombre el hombre orgulloso decide ayunar más y castigar más su carne, porque desea sentirse como un atleta+ sus ayunos y disciplinas le son impuestos por su propia vanidad y fortalecen lo que es más necesario matar en él. 'uando una persona es lo bastante virtuosa para poder figurarse que es casi perfecta, puede entrar en una peligrosa condición de ceguera en la que que todos sus violentos esfuer&os esfuer&os por alcan&ar alcan&ar finalmente finalmente la perfección vigoricen vigoricen sus ocultas imperfecciones imperfecciones y lo confirmen en su apego a su propio criterio y a su propia voluntad.
Para superar nuestros apegos secretos 0los que no podemos ver porque son principios de ceguera espiritual1, nuestra propia iniciativa es casi siempre in(til. 2ebemos de%ar la iniciativa en manos de 2ios, para que obre en nuestra alma, sea directamente en la noche de aride& y sufrimiento, sea mediante acontecimientos y por otros hombres. )h! es donde tantas personas santas desfallecen y caen. En cuanto alcan&an el punto en que ya no pueden ver el camino y guiarse por sus propias luces, rehusan seguir adelanto. No tienen confian&a en nadie sino en si mismas. $u fe es en gran parte una ilusión emotiva. Está arraigada en e n sus sentimientos, en su f!sico, en su temperamento. Es una especie de optimismo natural estimulado por la actividad moral y sostenido por la aprobación a%ena. $i encuentra opositores, esta clase de fe halla todav!a un refugio en la complacencia en s! mismo. Pero cuando llega el momento de entrar en la oscuridad en que estamos desnudos, desamparados y solos* en que vemos la insuficiencia de nuestra fuer&a máxima y la oquedad de nuestras virtudes más fuertes* en que no tenemos nada propio en que fiar, ni hay nada en nuestra naturale&a que nos sostenga, nada en el mundo que nos gu!e y nos alumbre... entonces descubrimos si la nuestra es o no vida de fe. ? es en esa oscuridad, cuando no queda nada en nosotros que pueda agradar ni consolar nuestra mente, cuando parecemos ser in(tiles y dignos de todo desdén, cuando parece que hemos fracasado y que estamos destruidos y devorados, es entonces cuando nuestra vida es despo%ada de ese profundo y secreto ego!smo demasiado próximo a nosotros nosotros para ser reconocido. reconocido. Es en esa oscuridad donde donde hallamos la libertad. Es en ese abandono donde se nos dan fuer&as. Esa es la noche que nos vac!a y nos hace puros. No busques el reposo en ning(n placer, placer, porque no fuiste creado para el placer* placer* fuiste creado para el ;6I6 espiritual. ? si no conoces la diferencia entre placer y go&o espiritual todav!a no has empe&ado a vivir. vivir. "a vida en este mundo está llena de dolor. dolor. Pero el e l dolor, dolor, que es lo contrario del placer, placer, no es necesariamente lo contrar!o de la felicidad o el go&o. Porque el go&o espiritual florece en la plena expansión de la libertad que tiende sin obstáculo hacia su ob%eto supremo, consumándose en la perfecta actividad del desinteresado amor para el que fue creada. El placer, placer, que es ego!sta, sufre por todo lo que nos priva de alg(n bien que queremos saborear por amor de nosotros mismos. Pero el go&o abnegado sólo sufre a causa del ego!smo. El placer es restringido y exterminado por el dolor y el sufrimiento. El go&o espiritual no hace caso del sufrimiento, o se r!e de él, o aun lo explota para purificarse de su máximo obstáculo, el ego!smo.
El verdadero verdadero go&o se encuentra en querer, querer, con perfecta voluntad, aquello para lo que fuimos creados* en el intenso ágil y libre movimiento de nuestra voluntad regoci%ada en lo que es bueno, no meramente para nosotros, sino en s! mismo. ) veces el placer puede ser la muerte del go&o* por ello, a quien ha probado probado el verda verdade derro go&o, go&o, se le hace hace sosp sospec echo hoso so el plac placer er.. Pero Pero cual cualqu quier ieraa que que cono cono&ca &ca el verdadero go&o no teme nunca el dolor, porque sabe que el dolor puede servirle como nueva ocasión de afirmar, y saborear, su libertad. 'on todo, no pienses que el go&o vuelva el placer al revés y busque placer en el dolor* el go&o, en lo que tiene de verdadero, verdadero, está por encima del dolor y no lo siente. Por eso se r!e del dolor y se alegra en la confusión del dolor. Es la victoria sobre el sufrimiento por medio del desinterés, abnegación y amor perfecto. El dolor no puede alcan&ar a ese alt!simo go&o, salvo para traer un accidental aumento aumento de pure&a pure&a afirmando afirmando la libertad libertad del alma para con los sentidos, sentidos, la emoción y el amor propio y aislando nuestra alma en una limpia libertad que está por encima del nivel del sufrimiento. Por esto es muy triste ver v er a un contemplativo buscar poco más que el placer en su contemplación. Ello quiere decir que desperdiciará el tiempo y se agotará en daosos esfuer&os por evitar la aride&, dificultad y dolor... como si estas cosas fueran malas. Pierde el sosiego. ?, buscando placer en su oración, se hace casi incapa& de alcan&ar el go&o. @eleidad e indecisión indeci sión son signos de amor propio. $i no puedes decidir decidir nunca lo que 2ios quiere quiere para ti y estás siempre siempre pasando de de una opinión a otra, de una práctica a otra, de un método a otro, acaso sea esto una indicación de que estás tratando de esquivar la voluntad de 2ios y hacer la tuya con la conciencia tranquila. En cuanto 2ios te lleva a un monasterio, monasterio, quieres estar en otro. otro. En cuanto has probado un modo de re&ar, re&ar, ya quieres probar otro. $iempre estás tomando resoluciones y rompiéndolas con resoluciones distintas. Baces preguntar a tu confesor y no recuerdas sus respuestas. )ntes de terminar un libro empie&as otro, y con cada libro que lees cambias todo el e l plan de tu vida interior. interior. Pronto no tendrás ya ninguna. 5oda tu existencia será una labor de reta&os, de deseos confusos, ensueos y veleidades donde no se logra nada, salvo neutrali&ar la obra de la gracia* pues todo eso no es más que una complicada manera subconsciente de tu naturale&a para derrotar a 2ios, cuya obra en tu alma pide el sacrificio de todo lo que es tu deseo y tu deleite y, en suma, de todo lo que eres. Estáte quieto, pues, y de%a que 2ios obre. obre.
26. POBREZA INTERIOR
7 no no de los mayores sufrimientos de un contemplativo es advertir lo terriblemente
burdo, burdo, grosero grosero e inadecuado inadecuado de los más elevados modos humanos humanos de amor e intelección intelección cuando se ven ba%o la lu& de 2ios, cuando intentan aproximarse a 2ios y fracasan. 3ide, si puedes, el pesar de verificar que tienes ti enes una naturale&a destinada por 2ios al don de una bienaventuran&a que trasciende absolutamente todo lo que crees y puedas ser* de sentirte abandonado sin nada más que t( mismo* de hallarte sin el don que es el (nico sentido de tu existencia. Entonces la mayor perfección de la vida natural, de la comprensión humana, la más pura y bella tensión de la voluntad humana intentando en su deseo deseo alcan alcan&a &arr todo todo lo perf perfect ecto, o, se te prese present ntaa como como algo algo esen esenci cial alme ment ntee vulg vulgar ar y despreciable. )un sin tus errores y pecados, todo lo que eres o puedas ser, todo lo que tienes o puedas poseer parece igual a nada* porque no tiene el poder de procurarte el inmenso don que está absolutamente fuera de tu alcance y es la (nica ra&ón verdadera por lo que fuiste creado. 3as cuando, encima de todo esto, ves que tu naturale&a está además torcida y desfigurada por el ego!smo y el desorden del pecado, que estás ligado y encorvado por un modo de vivir que te retrae constantemente a tu propio placer e interés, y que no puedes escapar a esta deformación ni mereces escapar a ella, por tus propias fuer&as, cuál no será tu pesar/ Be aqu! la ra!& de lo que los santos llaman compunción+ el pesar, pesar, la angustia de verse in(til para ser algo, de no poder ser sino si no lo que no debes ser se r. Entonces, en la oración, toda dul&ura se convierte en amargura. El consuelo te repugna, porque con sólo probarlo te empalaga. 5oda lu& trae dolor a la mente por su insuficiencia. 5u voluntad no parece ya capa& de atreverse a obrar. El menor movimiento le recuerda su inutilidad, y muere de vergHen&a. 'on todo, extraamente, es en este desa desamp mpar aroo dond dondee enco encont ntra ramo moss el comi comien en&o &o del del go&o go&o.. 2escu 2escubr brim imos os que, que, mien mientr tras as permane&camos quietos, el dolor no es insoportable, y hasta hay cierto sosiego, cierta rique&a, fuer&a y compa!a que se nos hace presente cuando estamos abatidos y yacemos con la boca en el polvo, polvo, si forte sit spes. "uego, cuando la pa& se s e establece en el alma y aceptamos lo que somos y lo que no somos, empe&amos a advertir que esta gran pobre&a es nuestra mayor fortuna. Pues cuando somos despo%ados de las rique&as que no eran nuestras y no pod!an de ning(n
modo dotarnos de algo que no fuera tribulación, cuando descansamos hasta de esa buena y l!cita actividad del conocer y desear que tampoco pod!a darnos ninguna posesión de nuestro verdadero fin y felicidad, entonces nos percatamos de que todo el sentido de nuestra vida es una pobre&a y un vac!o que, le%os de ser una derrota, son realmente la prenda de todos todos los grandes dones sobrenaturales sobrenaturales de que ellas son la posibilidad. "legamos a ser como %arros %arros vac!os de agua para poder poder ser llenados de vino. $omos como cristal limpio de polvo y mugre para que reciba el sol y desapare&ca en su lu&. En cuanto empe&amos a hallar esa vacuidad, no hay pobre&a bastante pobre, ni vacuidad bastante vac!a, ni humildad que nos humille bastante para nuestros deseos. Entonces nuestro mayor pesar es descubrir que a(n nos damos importancia a nosotros mismos, que a(n podemos ser grandes a nuestros propios o%os* pues hemos empe&ado a saber que toda sombra arro%ada sobre la transparencia de un alma pura y vac!a es un engao y un obstáculo a la inadulterada lu& de 2ios. ? vemos que nuestro saber es oscuridad en comparación con su lu&. El poder es debilidad suprema y nos hace incapaces de su fuer&a, y todo deseo humano nos engaa y turba y aparta de
conte!pla conte! plativ tivo, o, en ca!&io ca!&io,, todas todas las co!ple co!pleida idade dess %an %an e!pe0a e!pe0ado do a end endere ere0a 0arse rse $ disolverse en la unidad, vac'o de s' !is!o $ pa0 interior. l conte!plativo, nutrido por el vac'o de s' !is!o, dotado por la po&re0a $ li&ertado de todo pesar por la si!ple o&ediencia, o&tiene ortale0a $ go0o de la voluntad de ios en todas las cosas. Sin necesidad de ra0ona!ientos co!plicados, esuer0os !entales ni actos especiales, su vida es una prolongada in!ersión en los r'os de la tranuilidad ue lu$en de ios por todo el universo $ llevan todas las cosas de nuevo a ios. Pues el a!or de ios es co!o un r'o surgido de lo proundo de la sustancia ivina, ue eterna!ente lu$e por su creación llenando todas las cosas de vida, &ondad $ uer0a. Fodas las cosas, e3cepto nuestros pecados son acarreadas $ nos llegan en las aguas de esa pura e irresisti&le corriente. Si las acepta!os con tranuilidad, so!etiéndonos a la presión de las aguas !ediante una e li!pia $ coniada $ un a!or perecto $ desprendido de toda resistencia, la voluntad de ios penetra en las %onduras de nuestra li&ertad $ llévase nuestra vida $ todos nuestros actos $ deseos en la !arca de su propio go0o. 6 la verdadera pa0 es sólo %allada por auellos ue %an aprendido a lotar $ nadar en la uerte corriente de ese r'o. Para ellos la vida se %ace si!ple $ cil. Cada !o!ento es rico en elicidad. Fodos los aconteci!ientos son inteligi&les, si no en sus detalles por lo !enos en su relación con el gran conunto de la vida. Pero, Pero, si nos nos nega! nega!os os a acepta aceptarr su volunta voluntadd ($ esto esto es el pecado) pecado),, nos ve!os, ve!os, sin e!&argo, a&ru!ados por la riada ue nada puede resistir. Fodo pesar, penalidad, diicultad, luc%a, dolor, inelicidad $, inal!ente, la !uerte !is!a pueden atri&uirse a re&elión contra el a!or a!or de ios por nosotros. nosotros. Cuando el don de ntendi!iento %a a&ierto nuestros oos en la conte!plación, no de&er'a de& er'a!o !oss !oles !olestar tar a ios, ios, en nue nuestr straa al!a, al!a, con el ruido ruido de nue nuestr stras as activ activida idades des te!porales. e&er'a!os reci&ir su lu0 en silencio, sosiego $ prounda gratitud, advirtiendo ue, en ese !o!ento, la !a$or ala&an0a ue pode!os orecerle es sacriicar todo intento de ala&arlo en lenguae %u!ano $ resistir la tentación de reducirlo al nivel de nuestros propios conceptos $ co!prensiones. co!prensiones. 7o es ue nuestras pala&ras no puedan ala&arlo+ pero sólo pueden %acerlo en otro nivel. e&er'a!os retirarnos de 5l $ salir de esas %onduras antes de ue pala&ras e ideas pudiesen separarse $ to!ar or!a en nuestra !ente. s, pues, gran ala&an0a de ios el per!anecer en su silencio $ oscuridad $, después de reci&ir de 5l este don, ser'a cierta!ente poca gratitud el preerir nuestra escasa lu0 $ desear tener un senti!iento de 5l ue nos dar'a un sentido also $ %u!ano de su ser. ser.
2$. CONTEMPLATA CONTEMPLATA AL)IS TRADERE
conocemos !ediante el a!or+ pues 5l es puro A!or $, cuando sa&orea!os la e3periencia de a!ar a ios por s' !is!o 9nica!ente, sa&e!os por e3periencia =uién $ ué es. a verdadera e3periencia !'stica de ios coincide con la supre!a renuncia a todo lo ue est uera de 5l. Son dos aspectos de una !is!a cosa. Pues cuando nuestra !ente $ nuestra volunt voluntad ad se %allan %allan perec perecta! ta!ent entee li&res li&res de toda toda aició aiciónn cread creada, a, son in!edi in!ediata ata!en !ente te llenadas del don del a!or de ios+ no porue las cosas %a$an necesaria!ente de ocurrir as', sino porue ésta es su voluntad, el don de su a!or a nosotros. 5odo el que de%e la casa o al padre o a la esposa por mi nombre, recibirá cien veces más y poseerá la vida eterna. 3peri!enta!os a ios en proporción a cuanto esta!os despoados $ vaciados de apego a Sus criaturas. 6 cuando %a$a!os sido li&rados de todo otro deseo, gustare!os la perección de un go0o incorrupti&le. ios no nos da su go0o para nosotros solos $, si pudiéra!os poseerlo para nosotros solos, no lo poseer'a!os. Fodo Fodo go0o ue no re&ose r e&ose de nuestra al!a para a$udar al prói!o a regociarse en ios, no nos viene de ios. (Pero no creas ue %as de ver có!o re&osa de tu al!a para verterse en el al!a aena. n la econo!'a de su gracia, acaso co!partas sus dones con alguien ue nunca conocers %asta ue llegues al cielo). 7o ve!os a ios en la conte!plación8 o
Si e3peri!enta!os a ios en la conte!plación, no lo e3peri!enta!os para nosotros solos, sino ta!&ién para otros. Sin e!&argo, si tu e3periencia de ios viene de ios, uno de los signos ue lo indiuen puede ser un gran reparo en %a&lar de ella con otros. ;a&lar so&re el don ue 5l nos %a %ec%o parecer'a disiparlo $ dear una !anc%a en la pura vacuidad donde &rilló la lu0 de ios. 7adie es !s t'!ido ue un conte!plativo acerca de su conte!plación. A veces casi le produce un dolor 'sico %a&lar con alguien de lo ue %a visto de ios. H por lo !enos es intolera&le %a&lar de ello co!o e3periencia propia. Al !is!o tie!po, desea ardiente!ente ue todos co!partan su pa0 $ su go0o. Su conte!plación lo sit9a en un nuevo punto de vista con respecto al !undo de los %o!&res. Mira en torno su$o con secreta $ tranuila conetura ue ui0 no revele a nadie, esperando %allar en el rostro de otros %o!&res, u o'r en sus voces, alg9n signo de vocación $ aptitud para la !is!a prounda prounda elicidad $ sa&idur'a. sa&idur'a.
Se %alla %a&lando de ios a los %o!&res en uienes espera %a&er reconocido la lu0 de su propia pa0, el despertar de su propio secreto+ o, si no puede %a&larles, escri&e para ellos, $ su vida conte!plativa es todav'a i!perecta, sin reparto, sin co!pa4'a, sin co!unión. n ning9n !o!ento de la vida espiritual es !s necesario ser co!pleta!ente dócil $ estar sueto a los !s delicados !ovi!ientos de la voluntad de ios $ de su gracia ue cuando se intenta co!partir con otros el conoci!iento de su a!or. @ale !uc%o !s ue seas en !odo alguno tan recatado ue no te arriesgues a co!partirlo con ellos, ue perderlo del todo al intentar co!unicarlo a otros antes de %a&erlo reci&ido. l conte!plativo ue intente predicar la conte!plación, antes de ue él sepa real!ente lo ue es, se privar a s' !is!o $ privar a otros de %allar el verdadero ca!ino %ac'a la pa0 de ios. n pri!er lugar sustituir la realidad de la lu0 ue %a$ en él por su entusias!o e i!aginación naturales, $ lo a&sor&er la tarea de co!unicar algo ue es prctica!ente inco!unica&le+ $ aunue %a$a alg9n &eneicio en ello aun para su propia al!a, (pues es una especie de !editación so&re ios $ la vida interior), corre, con todo, el riesgo de ser llevado leos de la si!ple lu0 $ silencio en ue se conoce a ios sin pala&ras ni conceptos $ de perderse en ra0ona!ientos, lenguae $ !etoras. a !s alta vocación en el Eeino de ios es la de co!partir la conte!plación con otros $ conducir a otros al conoci!iento e3peri!ental de ios ue se da a los ue lo a!an perecta!ente. Pero la posi&ilidad de error es es tan grande co!o co!o la vocación !is!a. !is!a. n pri!er lugar, el !ero %ec%o de ue %a$as descu&ierto algo de la conte!plación no signiica ue se espere de ti ue lo trans!itas a otro. 'ontemplata aliis tradere denota dos vocaciones8 una, la de ser un conte!plativo+ $, ade!s, la de ense4ar la conte!plación. A!&as tienen ue ser co!pro&adas. Pero, en cuanto te consideras apto para ense4ar la conte!plación a otros, co!etes otro error. 7adie ense4a la conte!plación, salvo ios, ue la otorga. o !s ue t9 puedes %acer es escri&ir o decir algo ue indu0ca a otro a darse cuenta de lo ue ios uiere de él. ?na de las peores cosas ue ocurren en un inoportuno esuer0o por co!partir con otros el conoci!iento de la conte!plación es el presuponer ue todos uerrn ver las cosas desde tu punto de vista, cuando, en realidad, no lo uerrn. Presentarn o&eciones a todo lo ue digas, $ te encontrars en una controversia teológica o, peor, peor, seudocient'ica, $ nada es !s in9til para un conte!plativo ue la controversia. 7o tiene ning9n sentido intentar ue gente con dierente vocación se entusias!e con respecto a la clase de vida interior ue signiica tanto para ti. 6 si son lla!ados a la conte!plación, una larga $ co!plicada
discusión llena de tecnicis!os $ principios a&stractos no es cierta!ente lo ue los a$udar a llegar a ella. os ue se apresuran de!asiado a pensar ue %an de salir a co!partir su conte!plación con el prói!o tienden a ec%ar a perder su propia conte!plación $ a dar de ella alsas ideas a los de!s, coniando de!asiado en pala&ras $ ra0ona!ientos para la o&ra ue sola!ente puede cu!plirse en en las proundidades proundidades del al!a !ediante !ediante la inusa lu0 de ios. ios. A !enudo %are!os !uc%o !s para %acer de un %o!&re un conte!plativo, dendolo tranuilo $ ocupndonos de nuestro propio asunto (ue es la conte!plación !is!a) ue no a&ru!ndolo con lo ue cree!os sa&er acerca de la vida interior. Pues cuando nos %alla!os unidos a ios en el silencio $ la oscuridad, $ nuestras acultades son elevadas por enci!a del nivel de su actividad natural $ descansan en la pura, tranuila tr anuila e inco!prensi&le nu&e ue rodea la presencia de ios, nuestra plegaria $ la gracia ue se nos da tienden de por si a re&asar $ verterse invisi&le!ente por el Cuerpo !'stico de Cristo, $ los ue !ora!os untos invisi&le!ente en el sp'ritu de ios nos inlui!os !utua!ente, !s de lo ue poda!os nunca advertir por nuestra unión con ios, por nuestra vitalidad espiritual en 5l. l ue tenga !u$ poco de tal oración, un !ero principio de conte!plación, $ ue apenas se dé cuenta de nada de lo ue tiene, puede o&rar in!ensidades para las al!as de otros, si!ple!ente !anteniéndose ueda!ente atento a la oscura presencia de ios, acerca de la cual no puede esperar or!ular una rase inteligi&le. 6 si intentara e!pe0ar a %a&lar $ ra0onar acerca de ella, perder'a en seguida lo poco ue tiene $ no a$udar'a a nadie $ aun !enos a s' !is!o. a !eor !anera, pues, de prepara!os para una posi&le vocación de co!partir la cont conte! e!pl plac ació iónn con con otro otross no es estu estudi diar ar el !odo !odo de %a&l %a&lar ar $ ra0o ra0ona narr so&r so&ree la conte!plación, sino retrae!os lo !s posi&le de c%arlas $ discusiones $ retirarnos al sile silenc ncio io $ %u!i %u!ild ldad ad de cora cora0ó 0ónn en ue ue ios ios puri puriic icar ar nues nuestr troo a!or a!or de toda todass sus sus i!perecciones %u!anas. uego, uego, a su tie!po, 5l pondr nuestra !ano en la o&ra ue desea ue %aga!os, $ nos %allare!os reali0ndola sin darnos cuenta de có!o e!pe0a!os. 6 para entonces la o&ra no nos a&sor&er de !odo ue tur&e nuestra !ente. Podre!os conservar nuestra tranuilidad $ nuestra li&ertad, $ so&re todo aprendere!os a dear en !anos de ios el resultado $ no %alagare!os nuestra vanidad insistiendo en rpidas $ visi&les conversiones en todos auellos a uienes %a&le!os. =ui0 esto parece cil en el papel, $ ui0 lo seria real!ente si uéra!os co!pleta!ente sencillos $ no opusiéra!os o&stculos a dear ue ios o&re en nosotros $ !ediante nosotros. Pero en la prctica, una de las 9lti!as &arricadas del ego's!o, una ue !uc%os
santos se %an negado a a&andonar entera!ente, es esta insistencia en %acer el tra&ao $ o&tener los resultados $ go0arlos nosotros mismos. =uere!os llevarnos la gloria de toda la o&ra. 6 acaso por eso algunos santos no alcan0aron la !s alta conte!plación8 uer'an hacer de!asiado ellos !is!os. 6 ios les per!itió %acerlo. %acerlo. As', As', pues pues,, aun aunue ue la cont conte! e!pl plac ació ión, n, co!o co!o toda todass las las cosa cosass &uen &uenas as,, reu reuie iere re ser ser co!partida $ sólo ser perecta!ente go0ada $ pose'da por cada uno de nosotros cuando sea pose'da en co!9n por todos los lla!ados a ella, no de&e!os olvidar ue esta perecta co!unión pertenece sola!ente al cielo. Fen cuidado, pues, de no suponer ue ciertas personas, por el !ero %ec%o de ue te agraden $ te sientas natural!ente inclinado a escogerlas por a!igas $ a co!partir con ellas tus naturales intereses, son ta!&ién lla!adas a ser conte!plativas, $ ue de&es ense4arles a todas el !odo de llegar a serlo. Pueden tener esa aptitud o no tenerla. Acaso e3ista una uerte pro&a&ilidad de ue la tengan+ si ello es cierto, conténtate con dear ue ios se ocupe ocu pe de desar desarrol rollarl larlaa en ellas. ellas. Alégrat Alégratee de ue 5l te e!plee e!plee co!o co!o opo oportu rtunid nidad ad o instru!ento, pero cuida de no ser un estor&o en su ca!ino con tu innato instinto rotario de co!pa4eris!o. Pues en este !undo no es &ueno estar de!asiado ansioso de lograr aun el !eor de los ines+ $ auel ue sa&e por e3periencia ue ios est sie!pre presente en todas partes $ sie!pre dispuesto a darse a conocer a los ue lo a!an, no se apresurar a preerir el incierto valor de la actividad %u!ana a la tranuilidad $ certidu!&re de esta ininita $ supre!a posesión.
28. EL PURO AMOR
B asta asta ahora, aunque no separándolos expl!citamente, hemos hablado de tres
modos de contemplación. $on tres posibles comien&os. J. El me%or de esta clase de comien&os es un s(bito vac!o del alma en que desaparecen las imágenes y callan palabras y conceptos* la libertad y la claridad se hacen de pronto en tu interior, y todo tu ser abra&a la maravilla, profundidad y evidencia, y a la vo& la vacuidad e insondable incomprensibilidad, de 2ios. Este toque, este limpio aliento de comprensión, ocurre relativamente pocas voces. "os otros dos comien&os pueden ser estados habituales. 2. a entrada !s co!9n en la conte!plación es a través de un desierto de aride0 en ue, aunue no ves, sientes ni captas nada, $ to!ess conciencia sola!ente de cierto suri!iento $ cierta ansiedad interiores, eres, sin e!&argo, atra'do a esa oscuridad $ seuedad, $ !antenido en ellas, porue es el 9nico lugar donde puedes %allar algo parecido a la esta&ilidad $ la pa0. A !edida ue adelantas, aprendes a descansar en esa rida uietud, $ la seguridad de una consoladora $ poderosa presencia en el cora0ón de esta e3periencia va crec crecie iend ndoo en ti !s !s $ !s, !s, reve revela la %ast %astaa ue ue grad gradua ual! l!en ente te advi advier erte tess ue ue es ios ios revelndo revelndose se en ti en una lu0 ue es dolorosa dolorosa para tu naturale0a naturale0a $ todas tus acultades, acultades, porue est ininita!ente por enci!a de ellas $ porue su pure0a co!&ate con tu ego's!o, oscuridad e i!perección. ". uego %a$ una quietud sabrosa, una tranuilidad llena de sa&or, sa&or, descanso $ unción, en la cual, aunue no %a$ nada ue ali!ente ni satisaga los sentidos, la i!aginación ni el entendi!iento, la voluntad descansa en una prounda, lu!inosa $ a&sor&ente e3periencia de a!or. ste a!or es co!o la &rillante lu0 ue envolv'a a los Apóstoles en el !onte Fa&or $ les %i0o e3cla!ar8 :Se4or, :Se4or, &ueno es para nosotros estar au'”. 6 de lo %ondo de esa nu&e vienen toues de sosiego, la vo0 de ios ue %a&la sin pala&ras, enunciando su @er&o. Pues reconoces, por lo !enos de alg9n !odo oscuro, ue esa prounda, %er!osa tranuilidad llena de sentido, ue inunda todo tu ser con su verdad $ su sólida pa0, tiene algo ue ver con la Misión de la Segunda Persona en tu al!a8 es un aco!pa4a!iento $ signo de esa !isión.
As', para !uc%os, la nu&e de su conte!plación se identiica de secreto !odo con la ivinidad de Cristo $ ta!&ién con el a!or de su Cora0ón por nosotros, de !odo ue su conte!plación !is!a se convierte en la presencia de Cristo, $ uedan a&sortos en una suave $ pura co!unión con Cristo. 6 esta tranuilidad se aprende so&re todo en la Sagrada ucarist'a. 5l es para ellos una presencia sensi&le ue los sigue $ envuelve dondeuiera ue va$an $ en todo lo ue %acen, una colu!na de nu&e en el d'a $ una colu!na de uego en la noc%e, $ cuando tienen ue concentrarse en alg9n tra&ao ue los desv'a, pueden sin e!&argo volver cil!ente cil!ente a encontrar encontrar a ios con una rpida !irada al interior interior de su propia propia al!a. 6 a veces, cuando no piensan en volver a las %onduras para descansar en 5l, 5l los atrae inesperada!ente a su oscuridad $ pa0, o los inunda desde el interior de ellos !is!os con una !area de uieto, indeci&le go0o. A veces estas !arcas de go0o se concentran en uertes toues, contactos de ios ue despiertan el al!a con un salto de !aravilla $ deleite, un destello de lla!a l la!a ue se enciende en el al!a co!o una e3cla!ación de indeci&le elicidad $ a veces arde en una %erida ue es deleitosa aunue da dolor. ios no puede tocar !uc%as al!as con tal lla!a, ni aun, con éstas, insistir en el toue. Mas, sin e!&argo, parece ue estos proundos !ovi!ientos del sp'ritu de Su A!or tienden a i!pri!irse, por lo !enos leve!ente, en todas las al!as ue ios atrae a esa noc%e eli0 $ tranuila. n todos estos tres co!ien0os per!aneces consciente de estar situado en el u!&ral de algo !s o !enos indeinido. n el segundo apenas tienes conciencia de ello8 sólo tienes un vago, indeci&le senti!iento de ue la pa0 $ace de&ao de la oscuridad $ aride0 en ue te encuentras. Apenas osas conesrtelo a ti !is!o, pero a pesar de todos tus recelos te das cuenta de ue vas a alguna parte, de ue tu viae es guiado $ dirigido $ puedes sentirte seguro. n el tercero te %allas en presencia de un A!or !s concreto $ !as personal, ue invade tu !ente $ tu voluntad de un !odo ue no puedes co!prender, eludiendo todo intento de tu parte por contener $ retener a ios con un !ovi!iento de tu al!a. Sa&es ue esa :Presencia” es ios. Pero, por lo de!s, 5l se %alla oculto en una nu&e, aunue est tan cercano ue se %alla dentro de ti, uera de ti $ alrededor de ti. Cuando este contacto con ios se a%onda $ puriica, la nu&e se aten9a. A !edida ue la nu&e pierde opacidad, la e3periencia de ios se desarrolla dentro de ti co!o un or!ida&le vac'o. o ue e3peri!entas es la vacuidad $ pure0a de tus propias acultades, producida en ti por un eecto creado de a!or de ios. Sin e!&argo, siendo ios !is!o uien produce directa!ente ese eecto $ se %ace conocer por él, sin ning9n otro inter!ediario, la
e3periencia es !s ue pura!ente su&etiva $ te dice acerca de ios algo ue no puedes sa&er de ning9n otro !odo. stos eectos son intensiicados por la lu0 del ntendi!iento ue, inusa en tu al!a por el esp'ritu de ios, la eleva de de pronto a una at!ósera at!ósera de oscura, a&ru!adora a&ru!adora claridad, en la ue ios, aunue derrotado $ desconcertando todo tu entendi!iento natural, llega de alg9n !odo a ser percepti&le. Sin e!&argo, en todas estas cosas per!aneces !u$ leos de ios, !uc%o !s leos l eos de lo ue te parece. 6 en ello %a$ sie!pre dos seres. sts t9 $ est ios ue se te da a conocer !ediante esos eectos. Pero !ientras e3ista este senti!iento de separación, esta conciencia de distancia $ die dieren renci ciaa entr entree noso nosotr tros os $ ios ios,, no %e!o %e!oss entr entrad adoo toda todav' v'aa en la plen plenit itud ud de la conte!plación. Mientras este!os sola!ente en el u!&ral del a&is!o de pure0a $ vac'o ue es ios, nos %alla!os todav'a ininita!ente leos de ios, $ la !3i!as gracias aun nos ense4an !u$ poco de 5l. esde nuestro lado del u!&ral esa oscuridad, esa vacuidad parecen %ondas $ vastas $ e3citantes. 7o pode!os %acer nada para entrar en ellas. 7o pode!os esor0arnos $ traspasar el l'!ite aunue no %a$ &arreras. Pero ui0 la ra0ón est en ue ta!poco %a$ a&is!o. All' per!aneces, sintiendo ue el pró3i!o paso ser un salto en el vac'o $ te %allars volando en el espacio entre los astros. Cuando el pró3i!o paso ocurre, no das t9 el paso, no adviertes la transición, no caes en nada. 7o vas a ninguna parte, $ no sa&es por ué ca!ino llegaste ni el ca!ino por donde regresas después. 7o ests, cierta!ente, perdido. 7o vuelas. 7o %a$ espacio o es todo espacio8 es lo !is!o. l paso siguiente no es un paso. 7o eres transportado transportado de un grado a otro. o ue ocurre es ue la entidad separada ue eres t9 se desvanece, al parecer, $ no parece uedar nada !s ue una pura li&ertad indistingui&le de una ininita i&ertad, a!or identiicado con el A!or. A!or. 7o dos a!ores, el uno esperando al otro, an%elando, &uscando al otro+ sino el A!or a!ando en i&ertad. -la!ar'as a esto una e3periencia/ Creo ue podr'as decir ue sólo se convierte en e3periencia en tu !e!oria. e otro !odo parece erróneo %a&lar de ello co!o de algo ue sucede. Porue lo ue sucede tiene ue sucederle a alg9n sueto, $ las e3periencias tienen
ue ser e3peri!entadas por alguien. Pero a%' el sueto de cualuier e3periencia li!itada o dividida, de cualuier e3periencia de criatura, parece %a&erse desvanecido. F9 no eres t9, t9 eres ruición. Si se uiere, no pasas por una e3periencia, te conviertes en 3periencia+ pero eso es entera!ente distinto, pues $a no e3istes de !odo ue puedas rele3ionar so&re ti !is!o, ni verte sueto a una e3periencia, ni u0gar lo ue ocurre, si puede decirse ue ocurre algo ue no sea eterno, inca!&iante, una actividad tan uera de lo co!9n ue est ininita!ente uieta. 6 au' todos los adetivos se %acen tri0as. as pala&ras son necias. Fodo lo ue dices e3trav'a... a no ser ue pongas en ila todas las e3periencias posi&les $ digas8 No es esto... esto... No es esto de lo que hablo-. Foda !etora se %a %ec%o i!posi&le. ;a&la de :oscuridad”, si no puedes evitarlo+ pero la idea de oscuridad es $a de!asiado densa $ grosera. n todo caso, $a no es oscuridad. Puedes %a&lar de :vacuidad”+ pero esto %ace pensar en una lotación en el espacio, $ ello no es nada espacial. i&ertad es lo ue es. Perecto a!or. Puro renuncia!iento. a ruición de ios. 7o es li&ertad in%erente a alg9n sueto+ no es a!or co!o acción do!inada por un i!pulso a'n al propio ser de uno+ no es renunciación ue se pro$ecta $ eecuta seg9n el !odo de una virtud. s li&ertad viviente $ circulante en ios, ue es la i&ertad. s a!or a!ando en el A!or. A!or. s la pure0a de ios al&oro0ada en su propia li&ertad. 6 a%', donde la conte!plación llega a ser lo ue real!ente est destinada a ser, $a no es algo ue se vierte de ios en un sueto creado, sino !s &ien ios ue vive en ios e identiica una vida creada con su propia @ida, de !odo ue no ueda nada de i!portancia e3peri!ental, sino ios viviendo en ios. Si auel ue as' %a sido vindicado, li&ertado, consu!ado $ destruido pudiera pensar $ %a&lar, cierta!ente no ser'a para pensar en s' !is!o $ %a&lar de s' !is!o co!o de algo separado, ni co!o sueto de una e3periencia. Por eso no tiene real!ente sentido %a&lar de todo ello co!o del punto !s alto de una serie de grados, ni co!o de algo grande en co!paración con otras e3periencias !enos. st uera del l'!ite en ue las co!paraciones tienen sentido. st !s all del plano de los :ca!inos” ue corresponden a cualuiera idea nuestra de traslado, !s all de los grados ue corresponden a nuestras nociones de progresión. Mas esto ta!&ién es un co!ien0o. s el nivel inerior de un nuevo orden en ue todos los nivele niveless son in!edi in!edi&le &less $ superio superiores res a nue nuestr stroo enten entendi! di!ien iento. to. 7o es todav todav'a 'a la perección de la vida vida interior. interior.
o !s i!portante ue ueda por decir acerca de esta perecta conte!plación en ue el al!a desaparece de s' !is!a por el perecto renuncia!iento a todo deseo $ a toda cosa, es ue no puede tener relación alguna con nuestras ideas de grande0a $ e3altación, $ no es, por tanto, nada ue ue esté sueto al pecado pecado de orgullo. orgullo. e %ec%o, esta perecta conte!plación supone, por su esencia !is!a, la perección do toda %u!ildad, el orgullo no es de ning9n !odo co!pati&le con ella. Sólo ser'a algo de ue un %o!&re pudiera enorgullecerse, o desear des!edida!ente, o de alg9n otro !odo %acer !ateria de pecado, si uese co!pleta!ente !al entendida $ to!ada por algo ue no es ni puede ser. ser. Pues el orgullo, ue es la des!edida atri&ución de &ienes, valores $ glorias al propio $o contingente, no puede e3istir all' donde uno es incapa0 de rele3ionar so&re un :$o” separado, viviente aparte de ios. -Có!o puede uno estar orgulloso de algo, si $a no puede rele3ionar so&re s' !is!o, ni percatarse de s', ni conocerse/ conocerse/ Moral!ente Moral!ente %a&lando, se %alla %alla anonadado, porue porue la uente, agente $ tér!ino de todos sus actos es ios, 6 la esencia de esta conte!plación es el puro $ eterno go0o ue %a$ en ios porue ios es ios+ la serena e inter!ina&le e3ultación en la verdad de ue Auel ue es Perecto es ininita!ente Perecto, es la Perección. Pensar ue un %o!&re pueda estar orgulloso de ese go0o, una ve0 éste lo %a descu&ierto $ li&ertado, seria co!o decir8 :ste %o!&re est orgulloso porue el aire es li&re”+ :este %o!&re %o!&re est orgulloso orgulloso porue porue el !ar os %9!edo”+ %9!edo”+ $ :%e au' uno ue siente siente orgullo orgullo porue las !onta4as son altas, $ la nievo de sus cu!&res es li!pia, $ el viento sopla en la nieve $ %ace ue se desprenda un penac%o de nu&e desde los elevados picos”. ;e au' un %o!&re ue est !uerto $ enterrado, se ue $ su !e!oria se %a desvanecido del !undo de los %o!&res+ $a no e3iste ca&e los vivientes ue se arrastran en el tie!po+ $ -lo lla!aréis orgulloso porue la lu0 del sol llena el enor!e arco del cielo so&re sl pa's donde vivió, !urió $ lo enterraron en los vieos d'as de su e3istencia/ As' es con el ue %a desaparecido en ios por la pura conte!plación. Sólo ios ueda. 5l es la identidad ue o&ra au'. 5l es uien a!a, conoce $ se alegra. -Puede ios sentir orgullo/ -Puede ios pecar/ Supón ue un %o!&re as' pudiera, una ve0 en su vida, desaparecer en ios por el espacio de un !inuto. Pasó todo el resto de su vida en pecados $ virtudes, en el &ien $ el !al, en tra&aos $ luc%as, en ener!edad $ salud, en dones, pesares, en conseguir $ la!entar, en pro$ectos $ esperan0as, en a!or $ te!or. ;a visto cosas, las %a considerado, conocido, %a or!ulado uicios, %a&lado, o&rado prudente o i!prudente!ente. i!prudente!ente. Frope0ando Frope0ando entró en la
conte!plación de los principiantes $ salió de ella. ;alló la nu&e, la oscura dul0ura de ios. ;a conocido el descanso en la oración. n todas estas cosas, su vida %a sido un tu!ulto de incertidu!&res. n las !eores puede %a&er pecado. Acaso %a$a %allado el pecado en su i!perecta conte!plación. Pero en ese !o!ento del tie!po, ese !inuto, el &reve !inuto en ue ue li&ertado en ios (si verdadera!ente lo ue), es induda&le ue su vida era pura+ ue entonces da&a gloria a ios+ ue entonces no peca&a+ ue en auel !o!ento de puro a!or no pod'a pecar. pecar. -Puede tal unión con ios ser o&eto de deseo des!edido/ 7o, si lo entiendes. Por Porue ue no pued puedes es dese desear ar des! des!ed edid ida! a!en ente te ue ue ios ios sea sea ios ios.. 7o pued puedes es dese desear ar des!edida!ente ue la voluntad de ios se %aga, 9nica!ente por ser ésa la voluntad de ios. Porue en estos dos deseos perecta!ente conce&idos $ cu!plidos, so!os vaciados en 5l $ transor!ados en su go0o, $ en ellos no pode!os pecar. n ese ese é3ta é3tasi siss de puro puro a!or a!or alca alcan0 n0a! a!os os el verd verdad ader eroo cu!p cu!pli! li!ie ient ntoo del del pri! pri!er er !anda!iento, a!ar a ios de todo cora0ón $ con toda nuestra !ente $ toda nuestra uer0a. s, pues, algo ue todos los ue desean co!placer a ios de&er'an desear8 no por un !inuto, no por !edia %ora, sino para sie!pre. s en estas al!as donde la pa0 se esta&lece en el !undo. llas son la uer0a del !undo, porue son los ta&ernculos de ios en el !undo. Son lo ue i!pide ue el universo sea destruido. Son los peue4uelos. 7o se conocen. Foda la tierra depende de ellas. 7adie parece advertirlo. Para ellas ue creado todo en pri!er lugar. llas %eredarn la tierra. os ue poseen un al!a as' son los 9nicos ue podrn go0ar co!pleta!ente la vida %an renunciado al !undo $ se les %a entregado su posesión. llos solos aprecian el !undo $ las cosas ue %a$ en él. Son los 9nicos capaces de co!prender el go0o. os de!s son de!a de!asi siad adoo dé&i dé&ile less para para el go0o go0o.. 5ste 5ste !ata !atar'a r'a a todo todoss salv salvoo a esto estoss %o!& %o!&re ress de !ansedu!&re. llos son los li!pios de cora0ón. llos ven a ios. 5ste %ace su voluntad, porue su voluntad es la de ellos. ;ace todo lo ue ellos uieren porue es 5l uien desea todos sus deseos. llos son los 9nicos ue poseen todo lo ue puedan desear. desear. su li&ertad no tiene tiene l'!ite l'!ite.. @ienen ienen a nosot nosotros ros para para co!pre co!prende nderr nue nuestr straa ang angust ustia ia $ anega anegarla rla en la !agn'ica e3pansión de su inocencia, ue lava el !undo con su lu0. @en, en, entr entre! e!os os en el cuer cuerpo po de esa esa lu0. lu0. @iva! iva!os os en la niti nitide de00 de ese cant canto. o. espoé!onos, co!o de un vestido, de las cosas del !undo $ penetre!os desnudos en la sa&idur'a. Pues esto es lo ue i!ploran todos los cora0ones cuando cla!an8 :;gase Fu voluntad”.
AIATA BF;SMA7, 1U K?H 1D#, @BA 7FEA. SEA. A @SFACV7 .
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