eCream• g n a r O Act.1
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«M
e llamo Miyuki Ikeda y he cursado el primer año de los curos superiores en Kamakura, donde vivía con mi familia. Ahora, por exigencias laborales de mis padres, nos hemos mudado aquí, a Tokio. Por favor, haceros cargo mí» dije en voz alta, haciendo una inclinación. Estaba tan emocionada que me parecía estar volando. «Bien, estamos felices de tenerte en nuestro instituto» me devolvió una sonrisa complacida el profesor de inglés «Durante el descanso te acompañarán a ver el edificio» dijo dirigiéndose a la clase «Asakawa, ¿te puedes encargar tú?» De la segunda fila se puso en pie una chica de cabellos largos y oscuros como la noche, el rostro de porcelana: era tan hermosa que cortaba la respiración. «Por supuesto, no se preocupe» respondió cortésmente antes de volverse sentar. «Ikeda-san, la delegada de la clase se ocupará de ti» me dijo el profesor, y después me indició cuál iba a ser mi sitio. Mientras pasaba por las filas de pupitres, busqué los ojos de la chica que se había puesto en pie poco antes. Ingenuamente pensé que podríamos convertirnos en amigas, pero ella ya estaba inmersa en el estudio, con la mirada fija en el libro. «¡Hola, Miyuki-chan!» llamó mi atención la chica que se sentaba en la mesa de delante de mí «Me llamo Yukino Kaneda, es un placer conocerte» me guiñó un ojo ladeando la cabeza. «El placer es mío, Yukino-chan» le sonreí devolviéndole su modo formal de presentarse. «Hacía un tiempo que se rumoreaba que una nueva estudiante iba a ser transferida, ¿sabes?» dijo apoyando el brazo en el respaldo de la silla. «¿De verdad?» «Sí, y todos los chicos de nuestra clase ya estaban expectantes» rió. «Oh, ¡venga!» intenté disimilar mi incomodidad. Un momento después, el profesor le llamó la atención a Kaneda por nuestra charla y inmediatamente mi compañera se recompuso. Observé sus dos largas coletas castañas que se le habían derramado por la espalda y pensé que había sido muy amable al romper el hielo tan rápidamente conmigo. Los otros 13
no podían comprender cómo me sentía al tener que comenzar de nuevo en una nueva ciudad y en un nuevo instituto: probablemente muchos de ellos ya se conocían de años anteriores. Dejé vagar la mirada por toda la clase mientras el profesor comenzaba su lección y finalmente comprendí las palabras de Yukino: los ojos de los chicos, pero también de las chicas, estaban todos fijos en mí. “No lo puedo creer, ¿me he convertido en una atracción?” bajé la cabeza hacia la mesa abriendo rápidamente el libro de texto intentado esconder la agitación: mis mejillas parecían que de un momento al otro estallarían en llamas. Solo una persona no se giró hacia mí, ni me dirigió una pizca de consideración en toda la mañana hasta que no llegó la hora del descanso: «Ikeda-san, ven» me dijo Asakawa con un gesto que indicaba que quería que la siguiera. Me levanté de la silla metiendo rápidamente mis cosas en la mochila y llegué a su lado, mientras nuestros compañeros me dedicaban de nuevo sus miradas, ofreciéndome tímidas sonrisas. «Eres popular» comentó inexpresiva Asakawa «Te equivocas, la popular eres tú. Yo solo soy la novedad» bromeé, pero ella permaneció en silencio. «No creía que estaba este instituto fuera tan grande» cambié de tema, dándome la vuelta hacia la hermosa delegada de la clase. Ella ni siquiera pareció darse cuenta de cómo yo estaba sopesando las expresiones de su rostro. «Te acostumbrarás» dijo solamente. *** «¡He vuelto!» abrí la puerta de casa, cansada «Miyuki, ¿cómo ha ido hoy?» «Muy bien, mamá, han sido todos muy amables conmigo. ¿Y vosotros, en el trabajo?» «¡Fantástico! Parece que el boca a boca ha funcionado» viene hacia mí entusiasmada. 14
«Estoy muy feliz por eso» la abracé «¿Puedo echaros una mano mañana?» pregunté quitándome el pañuelo del uniforme escolar. «¿No tienes que estudiar?» «Estudiaré después…» la miré con ojos suplicantes «¡Rotundamente no! Primero el estudio, hemos hecho un pacto, ¿te acuerdas?» dijo mi madre con un tono severo mientras se alejaba. «Está bien…» murmuré subiendo despacio la escalera hasta la primera planta. Me quité el uniforme y me di un baño caliente. Lo necesitaba, el día había sido más pesado de lo que había previsto. Estaba contenta del nuevo destino y de las posibilidades para mis padres de expandir el negocio, pero no me había esperado terminar como el centro de atención de todo el instituto. «Pasará pronto» suspiré apoyando la espalda desnuda en la bañera, sumergiéndome completamente en el agua caliente. Cerré los ojos y recorrí mentalmente ese primer día en el nuevo instituto: la llegada al aula, los compañeros curiosos, la simpatía de Yukino-chan, la fría dele-
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gada de clase «Debería seguir el consejo de mi abuela, ¡dice siempre que en el instituto hay que divertirse porque es el periodo más bonito de nuestra vida!» comenté en voz alta mientras me sacudía mis claros y mojados cabellos «Solo es que… preferiría hacer dulces que ir al instituto» bufé pensando en lo hermoso que tenía que ser el nuevo obrador. Ese siempre había sido mi mundo desde pequeña: no podía dejar de deslizarme a escondidas en aquella estancia de los dulces, donde eran preparados croissants, bollos, tartas y toda clase de dulces. Mi padre había estudiado en Italia para alcanzar su sueño de ser pastelero y ahora su sueño se ha convertido en el mío. “No veo la hora de graduarme para poder dedicarme completamente al negocio” pensé imaginándome con el delantal, buceando entre los ingredientes. *** «¿Hablas en serio? ¿Tus padres tiene una pastelería?» dijo animadamente Yukino. «Sí, es una de estilo occidental» expliqué. «¡Pero es fantástico! ¿Puedo ir a probar algo?» «Claro, estaría encantada» «¡Entonces iré este domingo!» exclamó toda contenta poniéndose el chándal. Esa mañana teníamos educación física en el gimnasio. En los vestuarios algunas muchachas estaban chismorreando sobre alguien, pero no le di demasiada importancia hasta que no oí mencionar el nombre de Asakawa. «¿Qué ocurre?» pregunté acercándome al oído de Yukino. «Ah, ellas…» dirigió una mirada de reprobación hacia nuestras compañeras. «No les hagas caso» cortó tajante guiándome hacia la salida de la estancia «Son fans de Yamato, el capitán del equipo de baloncesto» «¿Yamato?» «Sí, es aquel que está haciendo tiros libres allí abajo, ¿ves?» me señaló indicando a un chico en la otra mitad del campo ocupada por otra clase del instituto. 16
«¿Y qué pasa?» fruncí el ceño sin comprender. «Asakawa y Yamato tienen una historia» me explicó Yukino, sentándose en el borde del campo. «¿Quieres decir que están juntos?» le imité poniéndome a su lado. «Exacto» confirmó mirando hacia el chico «Él es realmente muy guapo, pero también Asakawa es una chica esplendida. En el instituto tiene un montón de admiradores» «Comprendo» me tomé un respiro «Realmente una hermosa pareja» comenté, apoyando desconsoladamente el mentón sobre la mano “Yo nunca podré tener un chico como ese” pensé. «Hey, Miyuki-chan, cuidado!» exclamó Yukino y en ese momento vi llegar hacia mí algo que agarré al vuelo. «¡Buenos reflejos!» exclamó Yamato corriendo hacia mí «Perdóname, Ikeda, estábamos haciendo algunos pases antes de comenzar la clase y la pelota se nos escapó» «No pasa nada, tómala» me levanté para dársela. «Muchas gracias» me guiñó un ojo y volvió con sus compañeros. «¡Hey, espera!» le llamé. Yamato se detuvo y se giró de nuevo hacia mí «¿Cómo es que sabes mi nombre?» pregunté asombrada. «¿Estás bromeando? ¿Hay alguien que no te conozca en el instituto? Miyuki Ikeda, la hermosa muchacha de cabellos claros que viene de Kamakura» me volvió a guiñar un ojo. Se hizo el silencio. Mientras Yamato se alejaba, su grupito de admiradoras de mi clase, que se habían colocado rápidamente a mis espaldas, empezaron a soltar otros estúpidos comentarios. «¡Solo nos faltaba esto!» bufó Yukino, cogiéndome del brazo «Menos mal que la delegada está en un reunión del consejo estudiantil. ¡No puedo imaginar qué habría podido pasar si también ella se hubiese gozado esta tierna escenita!» «¿Pero qué estás diciendo? ¡Yo solo le he devuelto la pelota!» repliqué nerviosa. «¡Claro, cómo no!» me golpeó el hombro con la mano « ¡Mira con qué cara de bobo te está mirando el guapo Yamato!» 17
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Me giré hacia el capitán del equipo masculino de baloncesto que me estaba sonriendo y saludando con la mano desde el otro lado del campo. «Es…solo un chico amable» intenté quitarle hierro al asunto finiendo indiferencia. No tenía ganas de hacerme enemigos apenas recién llegada. «Espero que seas buena jugando» me miró perpleja Yukino «Porque no te darán tregua» No se había equivocado. Los primeros dos equipos formados por los profesores eran mixtos, pero en mi frente tenía a tres admiradoras de Yamato. Bajo la mirada divertida de todos, algunas intentaban ponerme la zancadilla, otras de tirarme de la camiseta. ¡Era increíble lo infantil que eran! «¡Mía!» me escabullí de las tres cotillas y metí una canasta. «¡Bien, Ikeda!» me dio una palmada en el hombro Asashi, otro compañero de equipo «quería echarte una mano… pero parece que sabes apañártelas muy bien sola» rió. «Gracias de todas maneras» le devolví la sonrisa. Al final del partido, las admiradoras de Yamato tuvieron que volver a sentarse en el borde del campo con el rabo entre las piernas: habíamos ganado por 15 a 7, y la mitad de los puntos los había marcado yo. «¿Se puede saber por qué no me has dicho que eres jugadora de baloncesto?» abrió de par en par los ojos Yukino mientras me sentaba de nuevo a su lado. «Realmente siempre he jugado con mis primos, pero solo por diversión. Es otro deporte el que práctico» respondí secando la cara con la toalla. «Pero, ¿de verdad?» se acercó a mi oído «¿Sabes que Yamato no te ha quitado ojo durante todo el partido?» «¿Qué?» me sobresalté sintiendo mis mejillas ponerse rojas. «Sí…te está mirando también ahora» alzó una ceja. «¡No quiero saberlo!» fingí indiferencia girándome hacia el segundo grupito que se estaban enfrentando en nuestra mitad del campo. «Tranquila, no creo que venga a probar suerte ahora delante de todos» rió Yukino. 19
«¡No lo digas ni de broma! ¿No has dicho que está de novio con Asakawa?» «Eso dicen» se encogió de hombros «Imagina lo que puede pasar si la deja por ti» «¡Calla!» le hice señas de que bajara la voz. Mi vivaz compañera quizás no se daba cuenta de la situación: soplarle el novio a la delegada de clase, encima la chica más admirada del instituto, no estaba en absoluto en la lista de las cosas divertidas para hacer en los dos años de instituto que me quedaban. “Si finjo que no pasa nada, todo irá bien” decidí y durante el resto de la clase evité cruzar la mirada con Yamato, segura de que él habría comprendido qué pensaba yo. Mientras salía del gimnasio, apuré el paso, seguida de una cansadísima Yukino que no parecía ser una entusiasta del deporte. «Miyuki-chan, espérame, te lo ruego. ¡No consiguo seguirte el paso!» resopló a mi espalda. «¡Por favor, no quiero problemas, démonos prisa!» la incité ansiosa apurando más el paso. «¿Qué quieres decir? ¡Hey!» Yukino chocó contra mi espalda: me había detenido de repente «¿Se puede saber qué te pasa?» dijo enfadada. «Acabo de ver a un chico entrar a escondidas allí dentro» señalé lo que parecía un viejo almacén. «Ah, claro, tú no puedes saberlo. Ese… es la sala de los menesteres» reveló Yukino. «¿Qué? ¿Me estás tomando el pelo?» la miré de reojo «No, lo han llamado así. Es un homenaje a Harry Potter» se encogió de hombros. «¿Qué quieres decir?» «En pocas palabras, es una estancia al servicio de los estudiantes, allí dentro encuentras de todo y …no solo» hizo una pausa «Algunos chicos se esconden ahí cuando quieren fugarse de algunas clases, echarse una siesta, o…» dejó la frase en suspense. «¿O?» 20
«En cualquier caso, cuando está cerrada por dentro, harías mejor en dar marcha atrás, ¿entiendes?» levantó el dedo como para amonestarme. «¡Ikeda-san!» escuché que me llamaban «¡Te has cambiado rápido!» riò Yamato uniéndose a nosotras. «¿Has visto? Tu curiosidad te ha metido en un lío» me dijo en voz baja Yukino. «Preveo problemas para ti» «Ya…» dirigí una débil sonrisa al recién llegado «Hola, Yamato-kun, ¿quieres decirme algo?» «¿Quieres que vayamos un rato juntos? Te acompaño al aula» se puso a mi lado pasando una mano por sus cabellos oscuros y mojados. «¡Ohh! ¡Wow! Bien, entonces, yo me voy» comentó Yukino. «No, ¡tú no te vas a ninguna parte!» la bloqueé rápidamente tirándole de la manga del uniforme «Ehm…Perdona, pero… sabes que estoy en la misma clase que Asakawa-san, ¿verdad?» le pregunté al muchacho. «Claro, precisamente voy a buscarla» alargó de nuevos los labios en una sonrisa. «Guapo, pero estúpido…» dijo en voz baja Yukino ganándose un codazo de mi parte. «No pongáis esa cara» hizo gesto de moverse «Rei no es tan celosa» nos aseguró «Además, te he visto jugar Ikeda-san, ¡eres fantástica!» «Te…te lo agradezco» intenté disimular la incomodidad. «¡De verdad, nunca había visto a una chica jugar así!» «¿Me lo debo tomar como un cumplido?» pregunté confusa. «No me malinterpretes» rió «Sabes que soy el capitán del equipo masculino del instituto, ¿verdad?» «Sí, me han informado» «También me ocupo del equipo femenino y ya que pronto comenzarán los torneos quería preguntarte si quieres entrar en el equipo» “He aquí el motivo” pensé suspirando de alivio, girada hacia Yukino que continuaba con una expresión en el rostro que era de todo menos tranquila. «Entonces, ¿serás de los nuestros?» insistió el chico. «Te lo agradezco Yamato-kun, pero… no estoy interesada. El baloncesto no es en definitiva mi deporte» 21
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«¿Estás de broma? ¡Venga, eres buenísima! ¡Contigo en el equipo podremos ganar el campeonato!» me suplicó cogiéndome de golpe las manos, apretándolas entre las suyas. «Ya-Yamato-kun» balbuceé. «Chicos, no estáis solos en el pasillo» nos recordó Yukino mirándonos con reprobación, pero Yamato no le dio ninguna importancia. «Ikeda-san, prométeme que lo pensarás» me miró intensamente. «Es que… en realidad… ya me he inscrito en el curso de economía doméstica» dije de un tirón intentando soltarme del agarre. «¡Estás desperdiciada en ese tipo de cosas! ¡Te convertirías en la punta del diamante del equipo, nuestro as bajo la manga!» insistió despreocupado de los curiosos que nos estaban mirando. «¿Se puede saber qué está sucediendo aquí?» se oyó una voz y el grupo de personas se abrió en dos, dejando ver a la muchacha que había hablado. «Rei, perdónanos» dijo Yamato soltando enseguida mis manos «Estaba intentando convencer a tu nueva compañera de clase para que se inscribiera en el club de baloncesto, pero no quiere saber nada de eso. ¿Me echarías una mano?» fue hacia ella con una sonrisa que derritió al instante a cinco chicas que aparecieron de detrás de la puerta de la clase. «La clase va a comenzar, Yamato-kun, creo que deberás intentar convencerla en el próximo descanso» lo amonestó con una mirada severa. «Mira qué cara ha puesto… menos mal que no se ponía celosa, ¿eh?» se me acercó Yukino alarmada «Creo que has metido la pata hasta el fondo» «¡Muchas gracias! Pero yo no he hecho nada» me tensé. «Siempre respetando las reglas, ¿eh?» bromeó el chico estirando los brazos como para abrazar a la delegada, pero Asakawa permaneció inmóvil «Está bien, está bien, lo he comprendido» se pasó una mano por el pelo visiblemente molesto. «El espectáculo ha acabado. Todos adentro» nos dirigió una mirada inhibidora la hermosa chica de cabellos oscuros, después se giró sobre sí misma y entró en el aula sin despedirse de su novio. Yamato se giró de nuevo hacia mí. «No le hagas caso, probablemente ha tenido una mala mañana en el 23
consejo estudiantil» se encogió de hombros «Perdóname que insista, pero es que lo quiero tanto, este año entrenaré al equipo junto al míster y querría dar buena imagen. ¿Lo pensarás?» me miró con dulzura «Ok, lo pensaré, pero ahora por favor, vete a clase. No querrás hacer enfadar aún más a tu novia, ¿verdad?» solté. «Se le pasará» me guiñó un ojo dándome un golpecito en el hombro «¡Nos vemos más tarde!» se alejó despidiéndose con la mano. «Estás perdida. Ahora además de tener en contra a las gallinas cluecas, te has puesto en contra a la delegada» suspiró desconsolada Yukino. «Ya… así parece» entré en clase notando las miradas feroces de las muchachas con quienes me había enfrentado en el gimnasio. Después me crucé con los ojos de Asakawa y la sangre se me heló en las venas: su rostro parecía un mar en tempestad, sin embargo no dejaba de encontrarla bellísima. «¿Eres estúpida?¡Camina en vez de mirarla así!» susurró la única amiga que me había quedado mientras me empujaba hacia la mesa de la última fila. «Era exactamente lo que no quería» me pasé una mano por el perlo, nerviosa. «No es culpa tuya. Ahora relájate» la mano de Yukino me apretó por un momento mi brazo procurándome consuelo. «Sí, haré eso» sonreí débilmente hundiéndome en mi silla. Realmente no lo quería. Ni siquiera habían pasado dos días y ya estaba en boca de todos y no debido a mi traslado. *** Cuando salí esa tarde me encontré a Yamato esperándome a la entrada del instituto. «¡Hola, Miyuki!» caminó hacia mí sonriente. Yukino, a mi lado, resopló ruidosamente. «¿Ya hemos pasado al Miyuki?» dijo interponiéndose entre el guapo capitán del equipo de baloncesto y yo «¿No crees que estas exagerando?» «¿Por qué?» la miró asombrado. 24
«¿Cómo que por qué? ¿No te das cuenta de la posición incómoda en que la estás poniendo?» se enfadó mi amiga. «Yo… no creo que haya hecho nada malo» se rascó la cabeza «Miyuki, ¿te estoy molestando?» me preguntó con una mirada desolada. «Bueno… Yamayo-kun, apenas he llegado, todavía no conozco el funcionamiento del instituto y quisiera pasar el año tranquila, intenta comprender. Tus admiradoras, tu novia… no se han tomado bien tu insistencia» admití. «¡Qué fastidio!» suspiró poniendo las manos en la cintura «Ponte en mi lugar. Ok, quizás he estado muy atosigante, y por eso te pido perdón, pero lo demás son solo estupideces» «¿Estupideces? ¡Ah claro, solo porque no te incumben a ti!» se entrometió de nuevo Yukino. «¡No veo justo que tenga que comportarme de una manera distinta a lo que soy solo porque algunas chicas que ni siquiera conozco monten una escena o porque Rei se moleste cuando sabe que también a mí se me ha confiado una importante tarea!» se llevó la mano al pecho, resentido «Estoy en segundo año, y en vez de elegir a un estudiante de tercero para ponerlo al frente del equipo de chicas, el entrenador me ha preferido a mí, entregándome de esa manera su confianza. ¿Por qué debería estar celosa?» «¿Quizás esté celosa porque querría solo para ella tus atenciones?» rebatió Yukino. «¿Y yo?» extendió el brazo nervioso «Como ves estoy volviendo a casa solo porque ella está todavía en el instituto peleándose con los últimos encargos. Tiene responsabilidades que le quitan mucho tiempo y yo lo he aceptado, pero no me hagáis creer que en el consejo estudiantil no hay nadie que esté detrás de ella» dio un paso hacia delante «¡Rei tiene más admiradores y admiradoras que yo! Debería ser yo el celoso, ¿no?» «Bueno, en cierto sentido…» cruzó los brazos sobre su pecho mi amiga «Quizás ella no tiene confianza en ti» dijo entre dientes. «¡No vayas por ahí!» exclamó Yamato dirigiéndole una mirada torva «Nunca le he hecho nada malo. Podéis inventar cualquier chisme sobre mí, pero la verdad es que Rei sabe muy bien de qué pasta estoy hecho. Si 25
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un día me sintiera atraído por otra chica, hablaría con ella honestamente y la dejaría» «¡Qué bellas palabras! Pero, ¿no piensas en Miyuki-chan? ¡Acaba de llegar y se ya encuentra en medio de todas las atenciones!» «Eso es inevitable» dijo con una sonrisita Yamato metiéndose las manos en los bolsillos «Ikeda es una chica encantadora y amable… pero al mismo tiempo juega al baloncesto como un chico. ¿Cómo podéis pensar que una persona con sus dotes no va a enloquecer a todos? ¡Ya veréis cuántos admiradores se le acercaran!» «¡Chicos, ya basta!» puse fin a aquella discusión «Os agradezco que os preocupéis por mí, pero ahora solo querría estar un poco tranquila» concluí disculpándome de ambos y marchándome. Más tarde llamaría a Yukino y hablaría con Yamato al día siguiente. En aquel momento, lo único que quería era volver corriendo a casa, darme una ducha, meterme el delantal y preparar un sabroso dulce de crema. Sí, un sabroso dulce de crema de naranja, mi preferido. ***
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Orange Cream
escrito por Scarlett Bell con los dibujos de Aeryn Sun *** Traducción: Natalia Trujillo Rodríguez www.fanfiction.net/u/5685127/franchiulla *** Gil Ionar de Souza *** Quality check: Imawano www.facebook.com/groups/CitrusLatinos
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