Pausa.) ¡;i)|.
i DI i \SM \ ni < i | i
f
l UBRE / 1996
ASHESTOASHES Harold Pinter
O R I Z A S A L A S C E N IZ IZ A S
{Pausa.) TEXTOS
EDICIÓN DE LA SALA BECKETT BECKETT N°0/OCTUBRE/1996
WALIP - Barcelona N.° del lector Data desortlda Dat a de retorn
•
Prórroga
•
i?. i?. áHM33: áH M33: Este número 0 de (Pausa.) TEXTOS se publica con la ayuda de:
V
(Pausa.) TEXTOS
Desde su primer número -octubre 1989-, la Revista (Pausa.) ha dejado constancia de su interés por la nueva textualidad, publicando tanto piezas breves de los jóvenes autores vinculados a los Seminarios
de Dramaturgia de la Sala Beckett (Pere Peyró, Pilar Alba, Paula Karelic, Lluisa Cunillé...), como textos inéditos o difícilmente asequi bles de autores reconocidos, nacionales y extranjeros (Sergi Belbel, Benet i Jornet, Joan Brossa, Sanchis Sinisterra, Heiner Müller, Michel Vinaver,
RaymondDevos...).
Las limitaciones de espacio determinaron, hasta la última edición de la Revista -n° 19, marzo 1995-, la opción predominante por materia les dramáticos de extensión reducida, sin renunciar por ello al sueño, hasta hoy irrealizable, de publicar también una colección paralela de textos sin restricciones cuantitativas. Con este N° 0 de la deseada serie (Pausa.) TEXTOS, queremos
hacer constar nuestra voluntad de iniciar una nueva etapa editorial que habrá de instaurar, si las circunstancias lo permiten, el ámbito de la
*T
ASHESTOASHES H a r o l d P i n te r
C E N IZ A S A U S C E N IZ A S Traducción de Mireia Aragay
« giO- Z
PlM
¿avJ tf.^23
PERSONAJES
DEBLIN REBECCA
Ambos en tomo a los cuarenta
Devlin de pie con una copa en la mano. Rebecca sentada. Silencio. REBECCA
Bueno... por ejemplo... se ponía de pie ante mí y cerraba el puño. Y entonces me ponía su otra mano en la nuca y la aprisionaba acercán dome la cabeza hacia él. Su puño...me rozaba la boca. Y decía: "Bésa me el puño". DEVLIN
¿Y lo hacías? REBECCA
Una casa en el campo.
Oh, sí. Le besaba el puño. Los nudillos. Y entonces abría la mano y me ofrecía la palma... para que se la besara... y se la besaba.
•>
Habitación en la planta baja. Una gran ventana. Al fondo, el jardín. Pausa.
Un sofá. Un sillón. Dos lámparas de pie.
Y luego yo hablaba.
Media tarde. DEVLIN
La habitación se oscurece durante el curso de la obra. La luz de las lámpa ras se intensifica. Hacia el final de la obra, tanto la habitación como el jardín que asoma al fondo están apenas ligeramente definidos. La luz de las lámparas se intensi fica considerablemente, pero no ilumina la habitación.
¿Qué decías? Decías...¿qué? ¿Qué decías? Pausa.
•,(••';.
REBECCA
Decía «Ponme la mano alrededor de la garganta». Se lo murmuraba a través de la mano, mientras se la besaba, pero él oía mi voz, la oía a través de la mano, sentía mi voz en su mano, la oía allí. Silencio. DEVLIN
¿Y lo hacía? ¿Te ponía la mano alrededor de la garganta? REBECCA
Oh, sí. Lo hacía. Lo hacía. Y la mantenía allí, muy suavemente, muy
DEVLIN
Silencio.
¿Te adoraba? DEVLIN
¿Sientes que estás siendo hipnotizada?
Pausa.
¿Qué quieres decir, te adoraba? ¿Qué quieres decir?
REBECCA ¿Cuándo?
¿Te refieres a que no te apretaba la garganta? ¿Te refieres a eso?
Ahora.
Pausa.
DEVLIN
REBECCA
REBECCA
No.
No.
DEVLIN
DEVLIN
Entonces, ¿qué? ¿A qué te refieres?
¿De verdad?
REBECCA
REBECCA
Sí, me apretaba....un poco...la garganta, sí.Y por eso la cabeza se me inclinaba hacia atrás, suavemente, pero de manera cierta.
No. DEVLIN
DEVLIN
¿Por qué no?
¿Y el cuerpo? ¿Hacia dónde se te iba el cuerpo? REBECCA REBECCA
¿Por quién?
El cuerpo se me iba hacia atrás, lentamente, pero de manera cierta. DEVLIN DEVLIN
¿Así que las piernas se te abrían? REBECCA
Por mí. REBECCA
¿Por tí?
Sí. DEVLIN
¿Qué te parece?
Pausa. DEVLIN
¿Las piernas se te abrían?
REBECCA
Me parece que eres un cabrón. DEVLIN
Rebecca sonríe.
REBECCA
¿De qué color?
REBECCA
¿Yo, de broma? Debes estar de broma. Pausa.
Pausa. DEVUN
Esa es precisamente la pregunta que te estoy haciendo...cariño.
DEVLIN
Entiendes por qué te hago estas preguntas, ¿verdad? Ponte en mi lu gar. Me siento en la obligación de hacerte preguntas. Hay tantas cosas que no sé. No sé nada...sobre nada de esto. Nada. Estoy a oscuras. Necesito luz. ¿O crees que mis preguntas no son legítimas?
REBECCA
Qué raro que me llamen cariño. Nadie me ha llamado nunca cariño. Aparte de mi amante. DEVLIN
Pausa.
No me lo creo. REBECCA
REBECCA
>
¿No te crees el qué?
¿Qué preguntas? Pausa.
DEVLIN
No me creo que él te haya llamado cariño jamás.
DEVLIN
Mira. Te agradecería mucho que me lo definieras más claramente. REBECCA
¿Definirlo? ¿Qué quieres decir, definirlo? DEVLIN
Físicamente. Quiero decir, ¿en realidad qué aspecto tenía? ¿Entiendes lo que quiero decir? Longitud, envergadura...ese tipo de cosas. Altu ra, anchura. Quiero decir, aparte de su...disposición, cualquiera que fuera...o de su carácter...o de su categoría...espiritual...Simplemente quiero, bueno, necesito...tener una idea más clara de él...bueno, no una idea más clara...simplemente una idea, en realidad...porque no tengo absolutamente ni idea...tal como están las cosas...de su aspecto. Quiero decir, ¿qué aspecto tenía? ¿No me puedes dar una forma, una forma concreta? Quiero una imagen concreta de ól, ¿entiendes?...una imagen que pueda llevar conmigo. Quiero decir, no haces más que hablar de sus manos , una mano sobre tu cara, la otra en tu nuca, luego la primera en tu garganta. Debe tener algo más que manos. ¿Qué me
Pausa.
¿Crees que mi uso de la palabra no es legítimo? REBECCA
¿Qué palabra? DEVLIN
Cariño. REBECCA
Ah, sí, me has llamado cariño. Qué curioso. DEVLIN
¿Curioso? ¿Por qué? REBECCA
DEVLIN
REBECCA
Sí lo eres.
¿Cómo?
REBECCA
DEVLDM
Pues no quiero ser tu cariño. Es lo último que quiero ser. No soy el cariño de nadie.
¿Qué tipo de trabajo era? ¿Qué trabajo?
• V
REBECCA
Creo que tenía algo que ver con una agencia de viajes. Creo que era algo así como guía. No. No era eso. Eso era sólo un trabajo a tiempo parcial. Quiero decir que ése sólo era parte del trabajo en la agencia. Tenía un puesto bastante alto, ¿sabes? Tenía muchas responsabilidades.
DEVLIN
Eso es una canción. REBECCA
¿El qué? Pausa. DEVLIN
«Ahora no soy la chica de nadie».
DEVLIN
¿Qué tipo de agencia? REBECCA
Es «Ahora no eres la chica de nadie». Pero de todos modos, yo no utilicé la palabra chica.
REBECCA
Una agencia de viajes.
Pausa.
DEVLIN
¿Qué tipo de agencia de viajes? No te sé decir qué aspecto tenía. REBECCA
Era guía, ¿sabes? Guía.
DEVLIN
¿Lo has olvidado? DEVLIN REBECCA
No. No lo he olvidado. Pero esa no es la cuestión. De todos modos, se marchó hace años.
¿Guía turístico? Pausa.
DEVLIN
¿Se marchó? ¿A dónde se fue?
REBECCA
REBECCA
¿Te he hablado alguna vez de ese sitio...de la vez que me llevó a ese sitio?
Se fue por el trabajo. Tenía un trabajo.
DEVLIN
¿Qué sitio? DEVLIN
DEVLIN
DEVLIN
No, nunca me lo has contado.
¿Por qué hicieron eso?
REBECCA
REBECCA
Qué curioso. Juraría que sí. Que te lo conté.
Él me dijo después que porque le tenían un gran respeto.
DEVLIN
DEVLIN
No me has contado nada. Nunca me habías hablado de él. No me has contado nada.
¿Porqué? REBECCA
Porque hacía un trabajo verdaderamente importante, dijo. Tenían una fe absoluta en él. Respetaban su...pureza, su...convicción. Le segui rían hasta el borde de un acantilado y se tirarían al mar si él se lo pidiera, dijo. Y cantarían en coro, siempre y cuando él les dirigiera. De hecho eran muy musicales, dijo.
Pausa.
¿Qué sitio? REBECCA
Mmmh, era una especie de fábrica, supongo. DEVUN DEVLIN
¿Qué impresión les causaste?
¿Qué quieres decir, una especie de fábrica? ¿Era una fábrica o no lo era? Y si era una fábrica, ¿qué clase de fábrica era?
REBECCA
¿Yo? Oh, fueron encantadores. Les sonreí. E inmediatamente todos y cada uno de ellos me sonrió.
REBECCA
Bueno, fabricaban cosas —exactamente igual que en cualquier otra fábrica. Pero no era el tipo de fábrica normal.
Pausa.
¿Por qué no?
Lo único era que rr*#l sitio era tan húmedo. Era extremadamente hú medo.
REBECCA
DEVLIN
Todos llevaban gorras...los obreros...gorras blandas...y cuando entró él guiándome a mí se las quitaron, mientras me llevaba por los pasi llos entre las filas de obreros.
¿Y no iban bien vestidos para el clima?
DEVLIN
REBECCA
No. DEVLIN
¿Se quitaron las gorras? ¿Quieres decir que se descubrieron?
Pausa.
REBECCA
DEVLIN
Sí.
¿No habías dicho que trabajaba para una agencia de viajes?
Pausa.
REBECCA
Y otra cosa. Yo quería ir al lavabo. Pero sencillamente no lo encontré. Miré por todas partes. Estoy segura de que había uno. Pero nunca averigüé dónde estaba.
Sólo que estoy increíblemente angustiada. Pausa.
Pausa.
Sí que trabajaba para una agencia de viajes. Era guía. Solía ir a la estación de tren local y recorrer el andén arrancando a todos los bebés de los brazos de sus madres que gritaban.
¿No quieres saber por qué? Pues te lo voy a decir de todos modos. Si no te lo puedo decir a ti, ¿a quién se lo puedo decir? Pues te lo diré de todos modos. Es que de repente me he dado cuenta. Quero decir que...mientras la sirena se iba apagando en mis oídos, sabía que se iba haciendo cada vez más fuerte para otra persona.
Pausa. DEVLIN DEVLIN ¿Ah, sí?
>
Silencio.
¿Quieres decir que siempre la está oyendo alguien en alguna parte? ¿Es eso lo que quieres decir? REBECCA
Sí. Siempre. Para siempre. REBECCA
Por cierto, estoy muy angustiada.
DEVLIN
¿Eso te hace sentir segura? DEVLIN
¿Ah, sí? ¿Por qué?
REBECCA
¡No! ¡Me hace sentir insegura! Terriblemente insegura. REBECCA
Bueno, es por la sirena de policía que hemos oído hace un par de minutos.
DEVLIN
DEVLIN
REBECCA
¿Qué sirena de policía?
Odio que se vaya apagando. Odio que vaya desapareciendo el eco. Odio que me vaya abandonando. Odio irla perdiendo. Odio que otra persona la vaya poseyendo. Quiero que sea mía, todo el tiempo. Es un sonido tan hermoso, ¿no crees?
REBECCA
¿No la has oído? Tienes que haberla oído. Sólo hace un par de minu tos.
¿Por qué?
DEVLIN DEVLIN
¿Y qué?
No te preocupes, siempre habrá otra. Ahora mismo hay una que viene hacia ti. Créeme. Pronto la oirás otra vez. En cualquier momento.
DEVLIN
DEVLIN
Seguro. Son gente muy ocupada, la policía. Tienen tantas cosas que hacer. Tienen tantas cosas de las que cuidarse, que vigilar. Reciben señales continuamente, generalmente en código. No hay ni un minuto del día en que no vayan a la carga por uno u otro rincón del mundo, en sus coches de policía, haciendo sonar las sirenas. Así que te puedes consolar con eso, por lo menos. ¿No? Nunca volverás a estar sola. Nunca estarás sin una sirena de policía. Te lo prometo.
No puedes saber que era inocente. REBECCA
¿Por qué no? DEVLm,- ';' Porque no sabes dónde había estado. No sabes cuántas otras manos lo han cogido, cuántas otras manos han escrito con él, qué ha hecho con él otra gente. No sabes nada de su historia. No sabes nada de la histo ria de sus padres.
Pausa.
Escucha. Ese tipo del q ue estabas hablando...quiero decir, ese tipo del que tú y yo estábamos hablando...por decirlo de algún modo...¿cuándo le conociste exactamente? O sea, ¿cuándo ocurrió todo esto, exacta mente? No lo tengo...có mo puedo decirlo...no lo acabo de tener claro. ¿Fue antes de conocerme o después de conocerme a mí? La pregunta tiene cierta importancia. Estoy seguro de que te das cuenta. REBECCA
REBECCA
Un bolígrafo no tiene padres. Pausa. DEVLIN
Por cierto, hay algo que me muero por decirte.
No puedes estar ahí sentada y decir cosas como ésa.
DEVLIN
Sí puedo estar aquí sentada.
REBECCA
¿Qué? DEVLIN REBECCA
Fue cuando estaba escribiendo una nota, unas notas para la lavande ría. En fi n...para decirlo sin rodeos...una lista para la lavandería. Pues puse el bolígrafo en esa mesita, rodó y se cayó.
No puedes estar ahí sentada y decir cosas como ésa. REBECCA
¿Crees que no tengo derecho a estar aquí sentada? ¿Consideras que no tengo derecho a sentarme en esta silla, en el lugar donde vivo?
DEVLIN
¿¡No!?
DEVLIN
REBECCA
Digo que no tienes derecho a sentarte en esa silla o en o sobre cual quier otra silla y decir cosas como ésa y no importa si vives aquí o no.
Cayó rodando en la alfombra. Ante mis propios ojos. REBECCA DEVLIN
¿No tengo derecho a decir cosas como qué?
¡Vaya por Dios! DEVLIN
REBECCA
REBECCA
¿Crees que era culpable?
No tengo tal autoridad. Nunca me ha ocurrido nada. Nunca le ha ocurrido nada a ninguno de mis amigos. Nunca he sufrido. Ni tampo co mis amigos.
Silencio. DEVLIN
DEVLIN
Te estoy dejando escurrir. ¿Lo has notado? Te estoy dejando deslizar. O quizá sea yo el que ha tenido un desliz. Es peligroso. ¿Lo notas? Estoy sobre arenas movedizas
Estupendo. Pausa.
¿Hablamos más íntimamente? Hablemos de cosas más íntimas, hable mos sobre algo más personal, sobre algo dentro de tu experiencia in mediata. Quiero decir, por ejemplo, cuando el peluquero te coge la cabeza con las manos y empieza a lavarte el pelo muy suavemente y a masajearte el cuero cabelludo, cuando hace eso, cuando tienes los ojos cerrados y hace eso, tiene toda tu confianza, ¿no? No es sólo tu cabeza lo que está en sus manos, ¿no? Es tu vida, es tu bienestar...espiritual.
REBECCA
Como Dios. DEVLIN
¿Dios? ¿Dios? ¿Tú crees que Dios se está hundiendo en arenas move dizas? Eso es lo que yo llamo una percepción verdaderamente asque rosa. Si es que puede dignificarse con la palabra percepción. Vigila cómo hablas de Dios. Es el único Dios que tenemos. Si le dejas ir, no volverá. Ni siquiera mirará hacia atrás por encima del hombro. Y entonces, ¿qué harás? ¿Sabes cómo será, un vacío así? Será como In glaterra jugando contra Brasil en Wembley y ni un alma en el estadio. ¿Te lo imaginas? Jugando las dos partes en un estadio totalmente va cío. El partido del siglo. Silencio absoluto. Ni un alma mirando. Si lencio absoluto. Aparte del silbato del arbitro y de los insultos y peleas de siempre. Apartarse de Dios significa que el grande y noble juego del fútbol caerá en el olvido permanente. Ningún gol en la prórroga de la prórroga de la prórroga, ningún gol en toda la eternidad, en un tiem po sin fin. Ausencia. Estancamiento. Parálisis. Un mundo sin ganador.
Pausa.
Pues lo que quería saber era esto...cuando tu amante te ponía la mano en la garganta, ¿te recordaba al peluquero? Pausa.
Estoy hablando de tu amante. El hombre que intentó asesinarte. REBECCA
¿Asesinarme? Pausa. DEVLIN
Espero que te hagas a la idea. Pausa.
Darte muerte. REBECCA
No, no. No intentó asesinarme. No quería asesinarme. Permíteme decir esto. Hace un rato hiciste...digamos que...hiciste una referencia un tanto indirecta al tipo ese...¿tu amante?...y bebés y ma dres, etcétera. Y andenes. Deduzco que hablabas de alguna atrocidad.
DEVLIN
Te ahogó y te estranguló. Casi no hay diferencia. Por lo que cuentas.
¿Sigues el hilo de mi argumento?
REBECCA
No, no. Sentía compasión por mí. Me adoraba.
REBECCA
Pausa.
Ah sí, hay algo que he olvidado decirte. Fue curioso. Miré por la ventana del jardín, por la ventana al jardín, a mediados de verano, en esa casa de Dorset, ¿te acuerdas? Ah, no, tú no estabas. No creo que hubiera nadie. No. Sólo estaba yo. Estaba sola. Estaba mirando por la ventana y vi un montón de gente caminando a través del bosque, ha cia el mar, en dirección al mar. Parecían tener mucho frío, llevaban abrigos, aunque hacía un día precioso. Un precioso y cálido día de Dorset. Llevaban bolsas. Había...guías...conduciéndolos, guiándolos. Cruzaron el bosque y les vi a lo lejos caminando por el acantilado y bajando hacia el mar. Entonces los perdí de vista. Tenía bastante cu riosidad, así que subí a la ventana más alta de la casa y miré por encima de las copas de los árboles y pude ver la playa. Los guías...conducían a toda esa gente por la playa. Hacía un día tan boni to. Estaba tan calmado y el sol brillaba. Y vi a toda esa gente adentrarse en el mar. La marea los cubría lentamente. Sus bolsas flotaban en las olas.
DEVLIN
¿Tenía nombre, el tipo este? ¿Era extranjero? ¿Y yo dónde estaba en esa época? ¿Qué quieres que entienda? ¿Me fuiste infiel? ¿Por qué no confiaste en mí? ¿Por qué no confesaste? Te hubieras sentido mucho mejor. De verdad. Me hubieras podido tratar como un cura. Me hubie ras puesto a prueba. Siempre he querido que me pusieran a prueba. Era una de mis ambiciones en la vida. Ahora he perdido mi gran oportunidad. A menos que todo esto ocurriera antes de conocerte. En cuyo caso no tienes ninguna obligación de decirme nada. Tu pasado no es asunto mío. A mí no se me ocurriría hablarte de mi pasado. No es que lo tenga. Cuando llevas una vida académica no te preocupas de las pequeneces, ¿sabes?, tetas, ese tipo de cosas. Tienes la cabeza en otros asuntos, si tienes una casera atenta, capaz de prepararte bacon y huevos pasadas Jas once de la noche, si la cama está caliente, si el sol se levanta en la dirección correcta, si la sopa está fría. Solamente de Pascuas a Ramos haces mover el culo de la sirvienta, siempre y cuan do la haya —sirvienta, no culo— pero, desde luego, nada de eso viene al caso cuando tienes esposa. Cuando tienes esposa dejas que el pen samiento, las ideas y la reflexión tomen su curso. Lo cual quiere decir que nunca dejas que gane el mejor. A la mierda con el mejor, ese siempre ha sido mi lema. Al final es el hombre que agacha la cabeza y avanza a través de no importa qué viento o qué clima el que triunfa. Un hombre con agallas y perseverancia.
DEVLIN
¿Cuándo fue eso? ¿Cuándo viviste en Dorset? Yo nunca he vivido en Dorset. Pausa. REBECCA
Ah, por cierto, alguien me dijo el otro día que hay un estado que se conoce como elefantiasis mental.
Pausa. DEVLIN
Un hombre a quien nada le importa una mierda. Un hombre con un sentido rígido del deber.
¿Qué quieres decir, «alguien te dijo»? ¿Qué quieres decir, «el otro día»? ¿De qué estás hablando?
No hay contradicción alguna entre estas dos afirmaciones. Créeme.
Elefantiasis mental significa que cuando derramas una onza de salsa, por ejemplo, inmediatamente se expande y se convierte en un vasto mar de salsa. Se convierte en un mar de salsa que te rodea por todas
Pausa.
REBECCA
Y mi mejor amigo, el hombre a quien yo había dado mi corazón, el hombre que supe, desde el momento en que nos conocimos, que era para mí, mi amor, mi compañero más preciado, lo vi recorriendo el andén arrancando a todos los bebés de los brazos de sus madres que gritaban.
eres la causa. Porque fuiste tú quien derramó la salsa en primer lugar, fuiste tú quien pasó el bulto. Pausa. DEVLIN
¿El qué?
Silencio. DEVLIN
REBECCA
El bulto. Pausa.
¿Has visto a Kim y a los niños? Ella le mira.
DEVLIN
Y bien, ¿cuál es la cuestión? ¿Estás dispuesta a ahogarte en tu propia salsa? ¿O estás dispuesta a morir por tu patria? Bien. ¿Qué dices, corazón? ¿Por qué no sales y te vas a la ciudad y te metes en un cine?
Hoy ibas a ver a Kim y a los niños. Ella le mira fijamente.
Tu hermana Kim y los niños.
REBECCA
Qué curioso, en algún momento de un sueño...hace mucho tiempo...oí a alguien llamarme corazón. Miré hacia arriba. Había estado soñan do. No sé si miré hacia arriba en el sueño o al abrir los ojos. Pero en el sueño, una voz llamaba. De eso estoy segura. Una voz me llamaba. Me llamaba corazón.
REBECCA
¡Ah, Kim! Y los niños, sí. Sí. Sí, claro que los he visto. He tomado el té con ellos. ¿No te lo he dicho? DEVLIN
No.
Pausa. REBECCA
Claro que los he visto.
Sí. Pausa.
Pausa.
Salí a la ciudad helada. Incluso el barro estaba helado. Y la nieve tenía un color curioso. No era blanca. Bueno, era blanca, pero tenía otros colores. Era como si hubiera venas recorriéndola. Y no era sua ve, como es la nieve, como la nieve debe ser. Había montículos. Y cuando llegué a la estación ferroviaria vi el tren. Había otras perso nas.
DEVLIN
¿Cómo están? REBECCA
Ben ya habla. DEVLIN
DEVLIN
REBEGCA
¿Echa de menos a su mujer?
Cosas como «Me llamo Ben». Cosas así. Y «Mamá se llama Mamá». Cosas así.
REBECCA
Dice que ha dejado a la otra. Dice que nunca fue nada serio, ¿sabes?, que sólo fue sexo.
DEVLIN
¿Y Betsy?
DEVLIN
REBECCA
Ah.
Gatea. DEVLIN
Pausa.
¿No, de verdad? REBECCA
Creo que empezará a andar antes de que nos demos cuenta. De ver dad. DEVLIN
Y probablemente a hablar también. Dirá cosas como «Me llamo Betsy». REBECCA
Sí, claro que los he visto. He tomado el té con ellos. Pero...mi pobre hermana...no sabe qué hacer. DEVLIN
¿Qué quieres decir? REBECCA
Bueno, él quiere volver, ¿sabes?...llama una y otra vez pidiendo que le deje volver. Dice que no lo puede soportar, dice que ha dejado a la otra, dice que está viviendo solo, ha dejado a la otra. DEVLIN
¿Y es verdad? REBECCA
Dice que sí. Dice que echa de menos a los niños.
¿Y Kim? Pausa.
¿YKim? REBECCA
Nunca le dejará volver. Nunca. Dice que nunca compartirá la cama con él otra vez. Nunca. Jamás. DEVLIN
¿Por qué no? REBECCA
Nunca jamás. DEVLIN
¿Pero por qué no? REBECCA
Claro que he visto a Kim y los niños. He tomado el té con ellos. ¿Por qué me lo has pregunta do? ¿Creías que no les había visto ? > DEVLIN
No. No lo sabía. Sólo que dijiste que ibas a tomar el té con ellos.
Es mi hermana.
Pausa.
Pausa.
DEVLIN
Suena muy divertido. Adivina dónde fui después del té. Al cine. Vi una película. REBECCA
Pero había un hombre sentado delante de mí, a mi derecha. Estuvo totalmente quieto durante toda la película. No se movió para nada, estaba rígido, como un cadáver con rigor mortis, no se rió ni una sola vez, estaba ahí sentado como un cadáver. Me alejé de él. Me alejé tanto como me fue posible.
DEVLIN
¿Sí? ¿Cuál? REBECCA
Una comedia. DEVLIN
Silencio.
Aja. ¿Era divertida? ¿Te reiste? DEVLIN
A ver, empecemos otra vez. Vivimos aquí. No vives...en Dorset...ni en ninguna otra parte. Vives aquí conmigo. Esta es nuestra casa. Tienes una hermana muy agradable. Vive cerca de ti. Tiene dos niños encan tadores. Tú eres su tía. Eso te gusta.
REBECCA
La otra gente se reía. Los otros miembros del público. Era divertida. DEVLIN
¿Pero tú no te reiste? Pausa. REBECCA
La otra gente sí. Era una comedia. Había una chica...¿sabes?...y un hombre. Estaban comiendo en un restaurante elegante de Nueva York. Él la hacía sonreír. DEVLIN ¿Cómo? REBECCA
Tienes un jardín maravilloso. Te encanta tu jardín. Lo creaste tú sóli ta. Tienes auténticas manos de jardinera. También tienes unas manos preciosas. Pausa.
¿Has oído lo que te he dicho? Te acabo de hacer un cumplido. En realidad, te he hecho varios cumplidos. Empecemos otra vez.
Pues...contándole chistes. REBECCA DEVLIN
Ah, ya.
Creo que no podemos empezar otra vez. Empezamos...hace mucho tiempo. Ya empezamos. No podemos empezar otra vez. Podemos ter minar otra vez.
REBECCA
Y luego, en la escena siguiente se la llevaba a una expedición por el desierto, en una caravana. Ella nunca había vivido en el desierto, ¿sa bes? Tenía que aprender a hacerlo.
DEVLIN
Pero nunca hemos terminado.
REBECCA
Sí que lo hemos hecho. Una y otra vez. Y podemos terminar otra vez. Una y otra vez. Y otra vez.
Pausa.
¿Por qué nunca me habías dicho lo de este amante tuyo? Tengo dere cho a estar realmente muy enfadado. ¿Te das cuenta? Tengo derecho a estar realmente muy enfadado, ¿lo entiendes?
DEVLBM
¿No estás utilizando mal la palabra terminar? Terminar significa ter minar. No se puede terminar otra vez. Sólo se puede terminar una vez.
Silencio.
REBECCA
REBECCA
No. Puedes terminar una vez y luego puedes terminar otra vez.
Ah, por cierto, hay algo que quería haberte dicho. Estaba en una habitación en el ático de un edificio muy alto en el centro de la ciudad. El cielo estaba lleno de estrellas. Iba a cerrar las cortinas, pero me quedé en la ventana un rato mirando las estrellas. Entonces miré hacia abajo. Vi a un viejo y un niño caminando por la calle. Ambos arrastraban maletas. La maleta del niño era más grande que él. Era una noche muy clara. Por las estrellas. El viejo y el niño caminaban por la calle. Se cogían de la mano que les quedaba libre. Me pregunté hacia dónde iban. En fin, estaba a punto de cerrar las cortinas, pero entonces, de repente, vi a una mujer que les seguía con un bebé en brazos.
Silencio. REBECCA (canta suavemente) «Cenizas a las cenizas» DEVLIN
«Y polvo al polvo» REBECCA
«Si las mujeres no te atrapan» Pausa. DEVLIN
¿Te he dicho que la calle estaba helada? Estaba helada. Así que la mujer tenía que andar con mucho cuidado. Por encima de los montí culos. Las estrellas habían salido. Siguió al hombre y al niño hasta que doblaron la esquina y desaparecieron.
«Lo hará el licor.» Pausa. DEVLIN
Siempre supe que me amabas.
Pausa.
Se quedó quieta. Besó al bebé. El bebé era una niña.
REBECCA
¿Por qué? Pausa. DEVLIN
La besó.
Porque nos gustan las mismas canciones. Silencio.
Pausa.
Escuchó el latido del corazón del bebé. El corazón del bebé latía.
m~^
La luz de la habitación se ha oscurecido. Las lámparas brillan intensamen te. Rebecca está sentada, muy quieta.
REBECCA
Nos llevaron a los trenes
El bebé respiraba. los trenes Pausa. Pausa.
La estreché en mis brazos. Respiraba. Su corazón latía. REBECCA
Devlin.se acerca a ella. Se queda de pie delante suyo y la mira.
Se llevaban a los bebés
Cierra el puño y lo sostiene delante de su cara. Le pone la mano izquierda . detrás de la nuca y la agarra. Le acerca la cabeza hacia su puño. El puño le toca la boca.
Eco
DEVLIN
llevaban a los bebés Pausa.
Bésame el puño.
REBECCA
Él abre la mano y coloca la palma sobre la boca de ella.
Yo cogí a mi bebé y lo envolví con el chai Eco el chai
Ella no se mueve.
REBECCA
Ella no se mueve.
Como si fuera un bulto
DEVLIN
Eco un bulto
Habla. Dilo. Di «Ponme la mano alrededor de la garganta». Ella no habla.
REBECCA
Y lo sostuve bajo el brazo izquierdo DEVLIN
Eco el brazo izquierdo
Pídeme que te ponga la mano alrededor de la garganta Ella no habla ni se mueve. • • Él le pone la mano en la garganta. Presiona suavemente. La cabeza de ella se inclina hacia atrás.
Pausa. REBECCA
Ambos están quietos.
Y pasé con el bebé
^
—
La luz de la habitación se ha oscurecido. Las lámparas brillan intensamen te. Rebecca está sentada, muy quieta.
REBECCA
Nos llevaron a los trenes Eco
El bebé respiraba.
los trenes
Pausa.
La estreché en mis brazos. Respiraba. Su corazón latía.
Pausa. REBECCA
Devlin.se acerca a ella. Se queda de pie delante suyo y la mira.
Se llevaban a los bebés Eco
Cierra el puño y lo sostiene delante de su cara. Le pone la mano izquierda . detrás de la nuca y la agarra. Le acerca la cabeza hacia su puño. El puño le toca la boca. DEVLIN
llevaban a los bebés Pausa.
Bésame el puño.
REBECCA
Yo cogí a mi bebé y lo envolví con el chai Eco el chai
Ella no se mueve. Él abre la mano y coloca la palma sobre la boca de ella. Ella no se mueve.
REBECCA
Como si fuera un bulto
,-. DEVLIN
Eco un bulto
Habla. Dilo. Di «Ponme la mano alrededor de la garganta». Ella no habla.
REBECCA
Y lo sostuve bajo el brazo izquierdo
DEVLIN
Pídeme que te ponga la mano alrededor de la garganta
Eco
Ella no habla ni se mueve. El le pone la mano en la garganta. Presiona suavemente. La cabeza de ella se inclina hacia atrás. Ambos están quietos.
el brazo izquierdo Pausa. REBECCA
Y pasé con el bebé
Silencio.
Eco el bebé
REBECCA
Y subimos al tren
Pausa.
Pero el bebé lloró
Eco al tren
Eco
REBECCA
REBECCA
lloró
Y llegamos a este lugar
REBECCA
Eco este lugar
Y el hombre me llamó Eco me llamó
REBECCA
REBECCA
Eco que conocía
Y encontré a una mujer que conocía
Y me dijo qué llevas ahí Eco llevas ahí
REBECCA
REBECCA
Eco tu bebé
Y me dijo, qué le ha pasado a tu bebé
Alargó la mano hacia el bulto Eco hacia el bulto
REBECCA
REBECCA
Y le di el bulto
Eco tu bebé
Eco el bulto.
Y yo dije qué bebe
Dónde está tu bebé
REBECCA (••m.s
Y ésa es la última vez que sostuve el bulto
Eco qué bebe
Eco
REBECCA
REBECCA
Eco ningún bebé REBECCA
No sé de ningún bebé Eco de ningún bebé Pausa. REBECCA
No sé de ningún bebé Silencio largo.
OSCURO