UNIVERSIDAD CATOLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN
PORTAFOLIO DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II – I UNIDAD AUTOR: ESDRES ORLANDO HERRERA SANTANDER
2017
SEMANA N°1 La Doctrina Social de la Iglesia: origen, evolución y etapas
RESUMEN: 1. El origen:
El origen de la doctrina social de la iglesia se encuentra en la sagrada escritura y de modo especial ene l evangelio, que es su coronación y cumplimiento: “La DSI tiene su fuente en la sagrada escritura, comenzando por el libro de Génesis y en particular en el Evangelio y los escritos apostólicos”
Se ha enriquecido enormemente con toda la problemática contemporánea: “Esto no significa que la DSI haya surgido solo a caballo de los últimos siglos, existía ya desde el inicio , como consecuencia del evangelio y de la visión que del evangelio lleva a las relaciones con otros hombres, particularmente a la vida económica y social”. 2. Evolución:
La DSI va evolucionando al compás de las notificaciones de las circunstancias sociales, mediante su iluminación por los principios y el espíritu del Evangelio y la experiencia histórica de la iglesia. Pablo VI, en la OA 42, señala como factores de esta evolución:
La reflexión madurada al contacto con situaciones cambiantes de este mundo bajo el impulso del evangelio como fuente de renovación.
La sensibilidad propia de la iglesia, marcada por la voluntad desinteresada de servicio y la atención a los más pobres. La experiencia multisecular que le permite asumir innovaciones atrevidas y creadoras.
3. Etapas: A. LA PATRISTICA:
Se realiza la interpretación del contenido social de la revelación acomodándose a la circunstancia de su tiempo. B. LA ESCOLASTICA:
Destruida la civilización romana por la invasión de los barbaros, se reúnen las ideas sociales de la Sagrada Escritura y de los Santos Padres y se intenta una formulación sistemática de las mismas dentro de la Etiología Moral y del Derecho natural. C. ACTUAL:
Es la constitución de la DSI como enseñanza independiente formalmente de la restante doctrina de la Iglesia.
SEMANA N°2 LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
RESUMEN: CAPÍTULO PRIMERO: LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios (artículo 1); se realiza en su vocación a la bienaventuranza divina. Corresponde al ser humano llegar libremente a esta realización (artículo 3). Por sus actos deliberados (artículo 4), la persona humana se conforma, o no se conforma, al bien prometido por Dios y atestiguado por la conciencia moral (artículo 5). Los seres humanos se edifican a sí mismos y crecen desde el interior: hacen de toda su vida sensible y espiritual un material de su crecimiento (artículo 6). Con la ayuda de la gracia crecen en la virtud (artículo 7), evitan el pecado y, si lo cometen, recurren como el hijo pródigo a la misericordia de nuestro Padre del cielo (artículo 8). Así acceden a la perfección de la caridad. ARTÍCULO 1 EL HOMBRE IMAGEN DE DIOS
La imagen divina está presente en todo hombre. Resplandece en la comunión de las personas a semejanza de la unidad, dotada de un alma "espiritual e inmortal" (GS 14), la persona humana es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma La persona humana participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido por el Creador En virtud de su alma y de sus potencias espirituales de entendimiento y de voluntad, el hombre está dotado de libertad ARTÍCULO 2 NUESTRA VOCACION A LA BIENAVENTURANZA LAS BIENAVENTURANZAS
Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos EL DESEO DE FELICIDAD
Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos humanos ARTÍCULO 3 LA BIENAVENTURANZA CRISTIANA
El Nuevo Testamento utiliza varias expresiones para caracterizar la bienaventuranza a la que Dios llama al hombre: la venida del Reino de Dios. La bienaventuranza prometida nos coloca ante elecciones morales decisivas. Nos invita a purificar nuestro corazón de sus instintos malvados y a buscar el amor de Dios por encima de todo El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos que conducen al Reino de los Cielos ARTÍCULO 4 LA LIBERTAD DEL HOMBRE
Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. " LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD
La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Mientras no está centrada definitivamente en su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, por tanto, de crecer en perfección o de fracasar y pecar. En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay libertad verdadera más que en el servicio del bien y de la justicia LA LIBERTAD HUMANA EN LA ECONOMIA DE LA SALVACION
Libertad y pecado. La libertad del hombre es finita y falible. De hecho el hombre erró. Libremente pecó. Al rechazar el proyecto del amor de Dios se engañó a sí mismo; se hizo esclavo del pecado Liberación y salvación. Por su Cruz gloriosa, Cristo alcanzó la salvación para todos los hombres. Los rescató del pecado que los tenía sometidos a esclavitud. "Para ser libres nos libertó Cristo" (Gal 5,1). En él participamos de "la verdad que nos hace libres". El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, "donde está el Espíritu, allí está la libertad" (2 Co 3,17). Desde ahora nos gloriamos de la "libertad de los hijos de Dios". 1742 Libertad y gracia. La gracia de Cristo no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta corresponde al sentido de la libertad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Al contrario, como lo atestigua la experiencia cristiana, especialmente en la oración, a medida que somos más dóciles a los impulsos de la gracia, se acrecientan nuestra íntima libertad y nuestra seguridad en las pruebas, como ante las presiones y coacciones del mundo exterior. ARTÍCULO 5 LA MORALIDAD DE LAS PASIONES
La persona humana se ordena a la bienaventuranza por sus actos deliberados: las pasiones o sentimientos que experimenta pueden disponerla y contribuir a ellos. LAS PASIONES
El término "pasiones" pertenece al patrimonio del pensamiento cristiano. Los sentimientos o pasiones designan las emociones o impulsos de la sensibilidad que inclinan a obrar o a no obrar en razón de lo que es sentido o imaginado como bueno o como malo. Las pasiones son componentes naturales del siquismo humano, constituyen el lugar de paso y aseguran el vínculo entre la vida sensible y la vida del espíritu. Nuestro Señor señala al corazón del hombre como la fuente de donde brota el movimiento de las pasiones (cf Mc 7,21). PASIONES Y VIDA MORAL
En sí mismas, las pasiones no son buenas ni malas. Solo reciben calificación moral en la medida en que dependen de la razón y de la voluntad. Las pasiones se llaman voluntarias "o porque están ordenadas por la voluntad, o porque la voluntad no se opone a ellas
ARTÍCULO 6 LA CONCIENCIA MORAL EL DICTAMEN DE LA CONCIENCIA
Presente en el corazón de la persona, la conciencia moral le ordena, en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las elecciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas. Atestigua la autoridad de la verdad con referencia al Bien supremo por el cual la persona humana se siente atraída y cuyos mandamientos acoge. El hombre prudente, cuando escucha la conciencia moral, oye a Dios que habla. LA FORMACION DE LA CONCIENCIA
Hay que formar la conciencia, y esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verdadero querido por la sabiduría del Creador. La educación de la conciencia es una tarea de toda la vida. Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente enseña la virtud; preserva o cura del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. DECIDIR EN CONCIENCIA
Ante la necesidad de decidir moralmente, la conciencia puede formular un juicio recto de acuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrario un juicio erróneo que se aleja de ellas. El hombre se ve a veces enfrentado con situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil. Pero debe buscar siempre lo que es justo y bueno y discernir la voluntad de Dios expresada en la ley divina. EL JUICIO ERRONEO
La persona humana debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia. Si obrase deliberadamente contra este último, se condenaría a sí mismo. Pero sucede que la conciencia moral puede estar en la ignorancia y formar juicios erróneos sobre actos proyectados o ya cometidos.
Esta ignorancia puede con frecuencia ser imputada a la responsabilidad personal. Así sucede "cuando el hombre no se preocupa de buscar la verdad y el bien y, poco a poco, por el hábito del pecado, la conciencia se queda casi ciega" (GS 16). En estos casos, la persona es culpable del mal que comete. ARTÍCULO 7 LAS VIRTUDES
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige en acciones concretas. LAS VIRTUDES HUMANAS
Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien. Las virtudes morales son adquiridas mediante las fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos. Disponen todas las potencias del ser humano para comulgar en el amor divino. LAS VIRTUDES Y LA GRACIA
Las virtudes humanas adquiridas mediante la educación, mediante actos deliberados, y una perseverancia, reanudada siempre en el esfuerzo, son purificadas y elevadas por la gracia divina. Con la ayuda de Dios forjan el carácter y dan soltura en la práctica del bien. El hombre virtuoso es feliz al practicarlas. LAS VIRTUDES TEOLOGALES
Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza divina. Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen a Dios uno y trino como origen, motivo y objeto. La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos s al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas.
DONES Y FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo. 1831 Los siete dones del Espíritu Santo son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles adociles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Nacemos inclinados al pecado
Podemos resistir a las tentaciones
El hombre nace con el pecado original.
Dios permite la tentación para probarnos.
Aunque este pecado se perdona por el bautismo, permanece la inclinación desordenada de la concupiscencia.
Con la gracia de Dios siempre podemos vencer la tentación.
La voluntad se halla debilitada, y oscurecida la inteligencia; además el mundo busca seducirnos con sus bienes engañosos, y el demonio nos tienta.
El consentimiento genera el pecado
Para cometer un pecado hace falta:
Cuando llega la tentación, debemos orar y resistir. Resistir valientemente huyendo de la ocasión y de quien nos induce a pecar.
El pecado mortal es una grave ofensa a Dios
Que la cosa en sí sea mala. Consentir en aquel mal haciendo u omitiendo lo que se debe hacer.
Saber que, si se consiente, es una ofensa a Dios.
Cuando se comete un pecado mortal se ofende gravemente a Dios, porque Él nos ha declarado su voluntad sobre nosotros y el hombre la desprecia con plena libertad. Por el pecado, el hombre pierde la vida de la gracia, deja de ser hijo de Dios, y se hace reo del infierno.
El pecado venial es ofensa leve a Dios
El pecado es venial, porque no hace perder la gracia y la amistad con Dios; debilita la vida sobrenatural y pone en peligro de llegar a cometer pecados graves. No hace reos del infierno, pero sí del purgatorio
Dios misericordioso perdona el pecado
Dios misericordioso no abandona al hombre, ni siquiera cuando le hemos ofendido.
Aguarda pacientemente para perdonarnos en el sacramento de la Penitencia, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan a penitencia.
SEMANA N°4
COMUNIDAD HUMANA ARTICULO 1 LA PERSONA Y LA SOCIEDAD
ARTICULO 2 LA PARTICIPACION EN LA VIDA SOCIAL
EL CARÁCTER COMUNITARIO DE LA LA AUTORIDAD VOCACIÓN HUMANA Una sociedad bien ordenada y fecunda Todos los hombres son llamados al requiere gobernantes, investidos de mismo fin: Dios. Existe cierta legítima autoridad, que defiendan las semejanza entre la unidad de las instituciones y consagren, en la medida personas divinas y la fraternidad que suficiente, su actividad y sus desvelos al los hombres deben instaurar entre provecho común del país ellos, en la verdad y el amor EL BIEN COMUN LA CONVERSIÓN Y LA SOCIEDAD El conjunto de aquellas condiciones de la La sociedad humana tiene que ser vida social que permiten a los grupos y a considerada, ante todo, como una cada uno de sus miembros conseguir más realidad de orden principalmente plena y fácilmente su propia perfección espiritual: que impulse a los hombres, iluminados por la verdad, RESPONSABILIDAD Y PARTICIPACION a comunicarse entre sí los más diversos conocimientos; a defender La participación es el compromiso sus derechos y cumplir sus deberes; voluntario y generoso de la persona en las a desear los bienes del espíritu; a tareas sociales. Es necesario que todos disfrutar en común del justo placer participen, cada uno según el lugar que
ARTICULO 3 LA JUSTICIA SOCIAL DEFINICION
La sociedad asegura la justicia social cuando realiza las condiciones que permiten a las asociaciones y a cada uno conseguir lo que les es debido según su naturaleza y su vocación EL RESPETO DE LA PERSONA HUMANA
Implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella. IGUALDAD Y DIFERENCIAS ENTRE LOS HOMBRES
Hay que superar y eliminar, como contraria al plan de Dios, toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social LA SOLIDARIDAD HUMANA
SEMANA N°4
COMUNIDAD HUMANA ARTICULO 1 LA PERSONA Y LA SOCIEDAD
ARTICULO 2 LA PARTICIPACION EN LA VIDA SOCIAL
EL CARÁCTER COMUNITARIO DE LA LA AUTORIDAD VOCACIÓN HUMANA Una sociedad bien ordenada y fecunda Todos los hombres son llamados al requiere gobernantes, investidos de mismo fin: Dios. Existe cierta legítima autoridad, que defiendan las semejanza entre la unidad de las instituciones y consagren, en la medida personas divinas y la fraternidad que suficiente, su actividad y sus desvelos al los hombres deben instaurar entre provecho común del país ellos, en la verdad y el amor EL BIEN COMUN LA CONVERSIÓN Y LA SOCIEDAD El conjunto de aquellas condiciones de la La sociedad humana tiene que ser vida social que permiten a los grupos y a considerada, ante todo, como una cada uno de sus miembros conseguir más realidad de orden principalmente plena y fácilmente su propia perfección espiritual: que impulse a los hombres, iluminados por la verdad, RESPONSABILIDAD Y PARTICIPACION a comunicarse entre sí los más diversos conocimientos; a defender La participación es el compromiso sus derechos y cumplir sus deberes; voluntario y generoso de la persona en las a desear los bienes del espíritu; a tareas sociales. Es necesario que todos disfrutar en común del justo placer participen, cada uno según el lugar que de la belleza en todas sus ocupa y el papel que desempeña, en promover el bien común manifestaciones
SEMANA N° 5
ARTICULO 3 LA JUSTICIA SOCIAL DEFINICION
La sociedad asegura la justicia social cuando realiza las condiciones que permiten a las asociaciones y a cada uno conseguir lo que les es debido según su naturaleza y su vocación EL RESPETO DE LA PERSONA HUMANA
Implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella. IGUALDAD Y DIFERENCIAS ENTRE LOS HOMBRES
Hay que superar y eliminar, como contraria al plan de Dios, toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social LA SOLIDARIDAD HUMANA
La solidaridad se manifiesta en primer lugar en la distribución de bienes y la remuneración del trabajo.
SEMANA N° 5
SEMANA N°6
PRIMERO: “AMAR S AL SE OR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS”
CARACTERISTICAS
“ADORARAS AL SEÑOR TU DIOS, Y LE DARAS CULTO”
PROHIBICIONES
“NO HABRA PARA TI OTROS DIOSES DELANTE DE MI”
SEMANA N°6
PRIMERO: “AMAR S AL SE OR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS”
CARACTERISTICAS
PROHIBICIONES
“ADORARAS AL SEÑOR TU DIOS, Y LE DARAS CULTO”
La fe: El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe. La esperanza: es la espera confiada de la bendición divina y de la visión bienaventurada de Dios
“NO HABRA PARA TI OTROS DIOSES DELANTE DE MI”
hacen vano al que les da culto”.
La caridad: La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligación de responder a la caridad divina mediante
“A EL SOLO DARAS CULTO”
La adoración: es el primer acto de la virtud de la religión. La oración: Los actos de fe, esperanza y caridad que ordena el primer mandamiento se realizan en la oración. El sacrificio: Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud. Promesas y votos: El voto, es decir, la promesa deliberada y libre hecha a Dios acerca de un bien posible y mejor, debe cumplirse por la virtud de la
La superstición: es la desviación del sentimiento religioso. La idolatría :“Estos ídolos vanos
Adivinación y magia: Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro o recurren a la intervención de los demonios. La irreligión: la acción de tentar a Dios en palabras o en obras, el sacrilegio y la simonía. El ateísmo: Es cuanto rechaza o niega la existencia de Dios, el ateísmo es un pecado contra la virtud de la religión. El agnosticismo: Se pronuncia sobre la existencia de Dios, declarando que es imposible robarla e incluso afirmarla o
“NO TE HARAS ESCULTURA NI IMAGEN ALGUNA...”