La psicología positiva es una disciplina de la psicología que viene a decirnos que la salud emocional es algo más que la ausencia de enfermedad. En un principio, la psicología se centró especialmente en la psicopatología y en el dolor emocional, y en cómo encontrar los modos de evitarlo y superarlo, pero se olvidó de estudiar a aquellas personas que se sienten plenas, felices y realizadas, así como todas esas cualidades o características que hacen que una persona se sienta bien o los factores que hacen que valga la pena vivir la vida. Estudios Psicologia La psicología positiva se centra en el estudio de esas cualidades positivas y en cómo desarrollarlas, porque no solo ayudan a vivir una vida más satisfactoria, sino también a prevenir patologías que se producen cuando la vida está vacía o parece no tener sentido.
Así pues, la psicología positiva se dedica al estudio científico de aquello que hace que las personas o comunidades prosperen saludablemente y lleven lo que podemos llamar una buena vida.
Martin Seligman: el surgimiento de la psicología positiva
La psicología positiva surgió a finales de la década de los noventa gracias a los trabajos del psicólogo Martin Seligman, fundador de esta disciplina. Desde entonces, son muchos los estudios que se han llevado a cabo en diversas áreas de conocimiento relacionadas con la psicología positiva, como la esperanza, la felicidad, las fortalezas del carácter, los valores, las relaciones positivas, la resiliencia, etc.
Por supuesto, la psicología positiva no ignora los problemas o los trastornos psicológicos, sino que viene a complementar la psicología tradicional como una rama más de conocimiento y estudio del ser humano desde una nueva perspectiva. Una persona puede no estar deprimida ni tener ningún problema emocional o trastorno psicológico, pero aún así puede que tampoco sea feliz. Es decir, la ausencia de dolor no implica felicidad. Y la pregunta que se hace la psicología positiva es precisamente esta:
¿Qué hace que alguien sea feliz y lleve una vida plena y digna de ser vivida?
No debemos confundir la psicología positiva con el “pensamiento positivo” como corriente de autoayuda que ha dado lugar a numerosos libros. La psicología positiva es una rama de la psicología y, por tanto, es una ciencia cuyas conclusiones están basadas en estudios e investigaciones realizadas por psicólogos y no defiende que haya que pensar en positivo en todo momento, ni negar la realidad. Hay momentos en los que conviene tener un pensamiento algo más negativo o realista o no ser demasiado optimista. Por ejemplo, si entras en un casino tal vez no te convenga ser demasiado optimista respecto a tu suerte, porque puedes acabar sin dinero. Y si eres controlador de vuelo, más vale que tampoco seas optimista en exceso o podrías perder algún avión durante una tormenta.
¿Qué ha descubierto la psicología positiva?
Algunos de los descubrimientos más interesantes de la psicología positiva son los siguientes:
El modo como una persona responde cuando su pareja comparte con ella una buena noticia, está relacionado con el compromiso en la relación, el amor y la satisfacción con la relación y es más importante que el modo en que responden ante las malas noticias. Ser feliz hace que se produzcan más cosas buenas en la vida de una persona, porque la felicidad hace que las personas obtengan resultados más positivos en todas las áreas de su vida y tengan también relaciones más satisfactorias. La felicidad trae más felicidad. El trabajo que una persona realiza es una fuente de sentido y propósito en la vida, siempre y cuando estés haciendo un trabajo que te guste y te haga sentir bien. El dinero no hará que seas mucho más feliz, a no ser que te lo gastes en los demás. El mejor día de tu vida es aquél en que te sientes competente, autónomo y conectado a otros. Las actividades que te hacen feliz en pequeñas dosis (comer, ir de compras, sexo) no hacen que te sientas más feliz a largo plazo o a nivel general, sino tan solo durante el momento en que dura esa experiencia. La verdadera felicidad se obtiene de las llamadas experiencias óptimas. Mostrar gratitud (dándonos cuenta y apreciando las cosas buenas que tenemos en la vida) mejora el bienestar, la satisfacción personal y la
felicidad, aumenta la autoestima, incrementa la conducta ética y ayuda a afrontar el estrés, los traumas y la adversidad. Observar a otras personas hacer buenas acciones produce un estado llamado elevación, que te lleva a querer hacer cosas buenas a ti también. Cuantas más emociones positivas experimentes, más tiempo vivirás y mejor.
Ejercicios para ser feliz
Cómo ser feliz cada día
La Psicología Positiva esta en auge, y se respira un ambiente renovado en las aplicaciones de esta disciplina, sin embargo para el profano en la materia puede no quedar claro qué se persigue exactamente con esto de “ser positivo” y, lo que es más difícil aún, “cómo se consigue serlo”.
Con el ánimo de que el mensaje no quede en una vaga instrucción, con la que uno no sabe por dónde empezar, a continuación quiero proponerte unas prácticas concretas para desarrollar una actitud positiva y, en consecuencia, más sensación de bienestar y satisfacción vital.
Estos son algunos de los ejercicios que Seligman y Peterson (Universidad de Pennsylvania), expertos en este campo, incluyen dentro de lo que ellos llaman Ejercicios de la felicidad (Happy Exercises):
#1. La visita de gratitud.
Todos estamos agradecidos a alguien a lo largo de nuestra vida: una persona que nos acompañó en un momento traumático, alguien querido que disfrutó de nuestros logros o nos empujó cuando no nos atrevíamos, etc. No
obstante, aunque todos hemos experimentado este agradecimiento alguna vez, no siempre encontramos la forma de expresarlo ni el momento.
Piensa en alguna persona (familiar, amigo, profesor, entrenador, compañero de trabajo, médico que te haya atendido, etc.) que en alguna etapa de tu vida te haya ayudado, y nunca hayas tenido oportunidad de agradecérselo. Escríbele una “carta de gratitud”, describiendo con detalle y sinceridad porqué le estás agradecido, y las emociones positivas que despertó en ti. Si es posible, entrega esta carta en mano e invita a la persona a que la lea en tu presencia.
También puedes enviarla por email, y llamarla después para obtener información de lo que ha sentido al leerla. El intercambio de emociones y pensamientos es una de las experiencias más gratificantes, y la gratitud es una característica de la personalidad que se relaciona intensamente con la satisfacción vital.
#2. Tres cosas buenas.
La vida puede desfilar delante de nosotros y agasajarnos con sus mejores regalos, y nosotros sin verlo por la ejecución autómata con la que nos desenvolvemos en nuestra rutina cotidiana, sin detenernos a saborear lo bueno que estamos viviendo.
Este ejercicio consiste en escribir cada noche, antes de dormir, durante al menos una semana, tres cosas positivas que te hayan ocurrido o hayas generado a lo largo de la jornada, explicando a continuación por qué crees que han sucedido.
Posteriormente, puedes incorporar esta tarea como un hábito más al final del día, pues se ha demostrado que este repaso nocturno de las cosas positivas modifica la atención, la memoria y la manera en la que pasamos el día, siendo así más conscientes de las cosas buenas que nos acontecen y de nuestros estados emocionales positivos.
#3. Lo mejor de ti mismo.
Estamos poco habituados a verbalizar nuestros logros, porque, erróneamente, lo asociamos a falta de humildad, con lo cual acabamos inhibiendo esta parcela de autoreconocimiento y debilitando nuestra autoestima.
Con este ejercicio vas a reforzar positivamente tu autoconcepto. Describe un suceso que hayas vivido en el que hayas podido dar lo mejor de ti mismo. Deja a un lado la modestia, y permite que el orgullo por haber estado a la altura de las circunstancias fluya libremente.
Seligman y Peterson (2004) corroboraron estadísticamente que algunos de estos ejercicios propuestos producían resultados duraderos y sustanciales, de manera que las personas que los llevaban a cabo eran significativamente más felices y se deprimían menos que las que no los hacían.