Que es la teoria humanista
El término humanismo se relaciona relaciona con las concepciones concepciones filosóficas filosóficas que colocan al ser huma humano no como como cent centro ro de su inte interés rés.. El human humanis ismo mo filos filosóf ófic ico o resal resalta ta la dignidad del ser humano, aunque interpretada de distinto modo en las diferentes formas formas de humani humanismo smo (cristi (cristiano, ano, social socialist ista, a, existe existenci nciali alista sta,, cientí científic fico, o, etc). etc). El humani humanismo smo puede puede ser entend entendido ido como como una determin determinada ada concepc concepción ión del ser humano, y también como un método . Por ejemplo, el humanismo entendido como
método esta presente en la psicología de William James, quien rechazó todo absolutismo y toda negación de la variedad y espontaneidad de la experiencia y, en consecuencia, reivindicó flexibilidad al describir la riqueza de lo real, aún a cost costa a de perd perder er exac exactititu tud. d. Para Para el enfo enfoqu que e huma humani nist sta a los los cono conoci cimi mien ento toss relevantes sobre el ser humano se obtendrán centrándose en los fenómenos puram puramen ente te huma humanos nos tale taless como como el amor amor,, la creat creativ ivid idad ad o la angus angustitia. a. Para Para referirse al enfoque humanista en psicología se utilizan los títulos: psicología humanista, psicología existencialista, psicología humanístico-existencial . El Humanismo
El Humanismo es el movimiento intelectual que se extendió por Europa a partir del siglo XV. Viene de la palabra latina homo (hombre). La nueva forma de pensar confíaba confíaba en el ser humano, en su razón y en su capacidad para cultivar todas las ramas
de
la
sabiduría.
Si en la Edad Media los ideales de perfección fueron el guerrero o el monje, ahora será el cortesano, el caballero renacentista; sabedor de las lenguas clásicas, griego y latín, de la poesía y de la historia; historia; capaz de escribir en prosa y en verso; conocedor y practicante de la música, el dibujo y la pintura; hábil en el manejo del caballo, en torneos, competiciones y juegos; además, gentil y galante. La dama debía ser honesta, tener conocimientos de las letras, de pintura y de música, y saber
danzar,
para
alegrar
las
fiestas
cortesanas.
Como ves, lo que se pretendía era un formación integral, esto es, saber de todo; tal vez lo contrario que ahora, que se tiende más a la especialización, a saber mucho de una materia, aunque se desconozca lo elemental de otras muchas. Claro está, eso era el ideal. La realidad luego sería otra. Lo cierto es que algunos personajes
de
la
época
sí
que
se
aproximaron.
Los humanistas se reunían para cambiar impresiones y experiencias. Lo hacían en la corte, en los palacios de los mecenas, sus protectores, o en academias. Escribían sus obras en la lengua de su país y no en latín, que era la lengua culta de la época anterior, un gesto más de romper con lo medieval; por ello, cobraron gran
importancia
las
literaturas
nacionales.
Solían viajar mucho a otros países, para entrevistarse con sus colegas y estar al corriente de sus actividades. Las ciudades donde más se desarrolló el Humanismo fueron: Florencia, Venecia, Bolonia y Padua (en Italia); París (Francia); Oxford (Inglaterra); Alcalá de Henares y Salamanca (España). El enfoque de la perspectiva humanista es en sí mismo, que se traduce en "Usted", y "su" percepción de "su" experiencias. Esta veiw sostiene que usted es libre de elegir su propio comportamiento, en lugar de reaccionar a los estímulos del medio ambiente y los refuerzos. Cuestiones relacionadas con la autoestima, la auto-realización, y las necesidades son de suma importancia. El principal objetivo es facilitar el desarrollo personal. Dos teóricos más importantes asociados con este
punto
de
vista
son
Carl
Rogers
y
Abraham
Maslow.
Carl Rogers considera que cada persona desempeña sus funciones desde un marco único de referencia en términos de buliding Auto Mirada o su autoconcepto. Autoc Autoconc oncep epto to es la creen creenci cia a de la propi propia a sobre sobre sí mism mismos. os. Esta Estass creen creenci cias as deri deriva van, n, en part parte, e, de la noci noción ón de algo algo por por Inco Incond ndic icio iona nall Mira Mirada da posi posititiva va condi condici ciona onall Mirad Mirada. a. consi conside derac ració ión n posit positiv iva a inco incond ndic icio iona nall ocur ocurre re cuand cuando o los los individuos, especialmente los padres, demostrar el amor incondicional. lo que se refiere acondicionado positivo es cuando ese amor se parece venir sólo cuando se
Como ves, lo que se pretendía era un formación integral, esto es, saber de todo; tal vez lo contrario que ahora, que se tiende más a la especialización, a saber mucho de una materia, aunque se desconozca lo elemental de otras muchas. Claro está, eso era el ideal. La realidad luego sería otra. Lo cierto es que algunos personajes
de
la
época
sí
que
se
aproximaron.
Los humanistas se reunían para cambiar impresiones y experiencias. Lo hacían en la corte, en los palacios de los mecenas, sus protectores, o en academias. Escribían sus obras en la lengua de su país y no en latín, que era la lengua culta de la época anterior, un gesto más de romper con lo medieval; por ello, cobraron gran
importancia
las
literaturas
nacionales.
Solían viajar mucho a otros países, para entrevistarse con sus colegas y estar al corriente de sus actividades. Las ciudades donde más se desarrolló el Humanismo fueron: Florencia, Venecia, Bolonia y Padua (en Italia); París (Francia); Oxford (Inglaterra); Alcalá de Henares y Salamanca (España). El enfoque de la perspectiva humanista es en sí mismo, que se traduce en "Usted", y "su" percepción de "su" experiencias. Esta veiw sostiene que usted es libre de elegir su propio comportamiento, en lugar de reaccionar a los estímulos del medio ambiente y los refuerzos. Cuestiones relacionadas con la autoestima, la auto-realización, y las necesidades son de suma importancia. El principal objetivo es facilitar el desarrollo personal. Dos teóricos más importantes asociados con este
punto
de
vista
son
Carl
Rogers
y
Abraham
Maslow.
Carl Rogers considera que cada persona desempeña sus funciones desde un marco único de referencia en términos de buliding Auto Mirada o su autoconcepto. Autoc Autoconc oncep epto to es la creen creenci cia a de la propi propia a sobre sobre sí mism mismos. os. Esta Estass creen creenci cias as deri deriva van, n, en part parte, e, de la noci noción ón de algo algo por por Inco Incond ndic icio iona nall Mira Mirada da posi posititiva va condi condici ciona onall Mirad Mirada. a. consi conside derac ració ión n posit positiv iva a inco incond ndic icio iona nall ocur ocurre re cuand cuando o los los individuos, especialmente los padres, demostrar el amor incondicional. lo que se refiere acondicionado positivo es cuando ese amor se parece venir sólo cuando se
cumplan ciertas CONDICIONES. Rogers afirma la teoría de que las personas sanas psicológicamente disfrutar de la vida al máximo, por lo tanto, se les ve como personas He
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Abraham Maslow considera que indivduals indivduals tienen ciertas necesidades que deben ser atendidas en una forma jerárquica, de menor a mayor. Estas incluyen las necesidades básicas, necesidades de seguridad, el amor y las necesidades de pertenencia, necesidades de logro, y en última instancia, de autorrealización. De acuerdo con la jerarquía de necesidades de Maslow, las necesidades debe lograrse lograrse en orden. Por ejemplo, uno sería incapaz de cumplir sus necesidades de seguridad, si sus necesidades fisiológicas no se han cumplido.
LOS POSTULADOS BÁSICOS DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA La psicología humanista es más un movimiento que una escuela, e incluso más aún el reflejo de una actitud sobre el ser humano y el conocimiento. Postulados básicos sobre el hombre: 1. Es más más que que la la suma suma de de sus sus partes partes.. 2. Lleva a cabo cabo su existencia existencia en un contexto contexto humano. humano. 3. Es cons consci cien ente te.. 4. Tiene Tiene capacid capacidad ad de elecci elección. ón. 5. Es inte intenc ncio iona nall en sus sus pro propósi pósittos, os, sus sus expe experi rien enci cias as valo valora rati tiva vas, s, su creatividad y la comprensión de significados.
Maslow (1908-1970), una de las figuras más conocidas de la psicología humanista, comparte con otros psicólogos humanistas la propuesta de un sistema holístico abierto a la variedad de la experiencia humana y, por tanto, el rechazo del uso de un método único para el estudio de esta diversidad. Propone integrar el
conductismo
y
el
psicoanálisis
en
sistemas
más
amplios.
Tuvo gran interés por las personas humanamente excepcionales, lo que le llevó a una visión del hombre que muestra lo que puede llegar a ser y lo que se puede frustrar. El concepto central en la psicología de Maslow es el de autorrealización, entendida como culminación de la tendencia al crecimiento que Maslow define como la obtención de la satisfacción de necesidades progresivamente superiores y, junto a esto, la satisfacción de la necesidad de estructurar el mundo a partir de sus
propios
análisis
y
valores.
Maslow establece su jerarquía de necesidades, la más conocida de sus aportaciones. Rechazó las teorías de la motivación que partían de determinantes únicos de la conducta, proponiendo una teoría de determinantes múltiples jerárquicamente organizados. Niveles : 1.
Necesidades fisiológicas (comida, agua, sueño,...), necesidades que aún perteneciendo a este nivel tan básico tienen un componente de individualidad.
2.
Si estas necesidades fisiológicas son razonablemente satisfechas aparece el segundo nivel: las necesidades de seguridad.
3.
Necesidades de pertenencia y amor. La frustración en este nivel es la principal causa de los problemas humanos de ajuste.
4.
Necesidades de estima, que incluiría la necesidad de sentirse competente, de ser reconocido por los propios logros y de sentirse adecuado.
5.
Finalmente, el hombre se abre a las necesidades de desarrollo, de autorrealización.
El proceso que lleva a la autorrealización culmina en lo que Maslow llama “experiencia cumbre”, que se siente cuando se alcanza una cota como ser humano, un estar aquí y ahora “perdido en el presente”, con la conciencia de que lo que debería ser, es. Estas experiencias son perfectamente naturales e investigables y nos enseñan sobre el funcionamiento humano maduro, evolucionado y sano. Maslow identifica la sanidad, la autorrealización y la creatividad. Cuando el proceso hacia la autorrealización se corta, aparenten reacciones desanimadoras, compensatorias o neuróticas y la conducta se focaliza hacia la evitación impidiendo el desarrollo autónomo. Maslow propone una concepción de la patología, relacionando la privación de los Valores del ser (o Valores-B, de “being”= ser), con la aparición de determinadas alteraciones, que él llama metapatologías y que entiende como disminuciones de lo humano. Por ejemplo, cuando e Valor-B, “verdad” es privado patógenamente y sustituido por deshonestidad, la metapatología especifica que aparece es la incredulidad, desconfianza, cinismo o recelo.
Carl Rogers Carl Rogers (1902-1987) es uno de los autores más conocidos del movimiento humanista. Su método terapéutico, la terapia centrada en el cliente, o terapia no directiva, parte de la hipótesis central de que el individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión y para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido. El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes psicológicas favorables para que el paciente pueda explotar dichos medios. Dos rasgos principales de la terapia centrada en el cliente: •
La confianza radical en la persona del cliente (paciente).
•
El rechazo al papel directivo del terapeuta.
Para Rogers el ser humano nace con una tendencia realizadora que, si la infancia no la estropea, puede dar como resultado una persona plena: abierta a nuevas experiencias, reflexiva, espontánea y que valora a otros y a sí mismo. La
persona inadaptada tendría rasgo opuestos: cerrada, rígida y despreciativa de sí mismo
y
de
los
demás.
Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del terapeuta para el buen resultado de la terapia: las tres principales son la empatía, la autenticidad y la congruencia. Rogers quiso comprender y describir el cambio que sufre el paciente cuando se siente comprendido y aceptado por el terapeuta: •
Se produce una relajación de los sentimientos: de considerarlos como algo remoto se reconocen como propios y, finamente como un flujo siempre cambiante.
•
Cambio en el modo de experimentar: de la lejanía con que primero experimenta su vivencia se pasa a aceptarla como algo que tiene un significado, y al terminar el proceso el paciente se siente libre y guiado por sus vivencias.
•
Se pasa de la incoherencia a la coherencia: desde la ignorancia de sus contradicciones hasta la comprensión de las mismas y su evitación.
•
Se produce también un cambio en su relación con los problemas: desde su negación hasta la conciencia de ser él mismo su responsable, pasando por su aceptación.
•
Cambia igualmente su modo de relacionarse con los demás: desde la evitación a la búsqueda de relaciones íntimas y de una disposición abierta.
•
De centrarse en el pasado a centrarse en el presente.
5. VALORACIÓN DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA La psicología humanista tiene en su haber: •
La defensa de conceptos como subjetividad, experiencia o construcción de significado.
•
Ha influido claramente en las creencias de la sociedad norteamericana.
•
De modo más concreto, destaca por ejemplo la influencia de las propuestas de Rogers sobre la importancia de la actitud del terapeuta y del educador, si no como condición suficiente al menos como condición necesaria.
Críticas •
Ausencia de validación empírica de sus propuestas. El propio Rogers insistió en la necesidad de unir la psicoterapia a técnicas objetivas como las grabaciones o el uso de test.
•
Excesos en la reivindicación de la subjetividad y el rechazo del experimentalismo.
•
Falta de definiciones operacionales de los conceptos y postulados básicos humanistas, lo que dificulta su investigación.
•
Excesivo énfasis en una visión positiva y optimista del ser humano, sobre todo en los autores norteamericanos.
Presencia de la psicología humanista : hay una minoría estable de psicólogos
que se declaran humanistas; además, es clara la influencia de algunos principios de la psicología humanista en campos como la educación o en los estudios sobre el efecto de la relación terapeuta-paciente en el resultado de la terapia.
La Psicología Humanista como Nuevo Paradigma Psicológico
Miguel Martínez Miguélez [1]
Desde hace cinco décadas, la Psicología Humanista ha ido penetrando en forma muy significativa en los medios académicos, tanto de pregrado como de postgrado, a nivel teórico como a nivel práctico. Primero lo hizo más bien como protesta y alternativa de las dos corrientes clásicas en psicología: el psicoanálisis y el conductismo; después, presentando una visión integral, coherente y lógica, de la rica y compleja dotación del ser humano. Esta visión integral se ha ido consolidando con una firme fundamentación epistemológica de su enfoque y con el desarrollo y estructuración de metodologías y técnicas apropiadas y sensibles a lo más específicamente humano, como es la libertad, la conciencia, la creatividad, los valores y los sentimientos.Este marcado enfoque epistemológico y metodológico llega hasta el punto de constituir un
nuevo paradigma psicológico. Esto es debido a la convicción de que las diferencias entre las diversas orientaciones de la psicología actual arrancan de fuertes divergencias de naturaleza epistemológica y que sólo partiendo de esa base se puede llegar a una mayor unificación de la disciplina psicológica. 1. El Movimiento Humanista
El movimiento humanista no es exclusivo de la psicología; se ha manifestado en todos los aspectos del pensamiento humano y en todos los aspectos de la interacción humana: en sociología, en antropología, en ciencia política, en filosofía y hasta en teología. Los más grandes problemas de nuestro tiempo son ahora los problemas humanos.
En la evolución histórica de la psicología como ciencia se ha puesto énfasis en tres enfoques o filosofías de la ciencia psicológica: el empirismo clásico, el empirismo lógico y la metaciencia. El empirismo clásico concibió la psicología como una ciencia puramente descriptiva de las observaciones de los fenómenos psicológicos y de la
conciencia y, quizá, como una formulación tímida de "leyes" empíricas sobre las relaciones entre estos fenómenos. Este enfoque prevaleció hasta la Primera Guerra Mundial y, en amplios sectores del conductismo americano y algunos psicólogos de la Gestalt, también después. El empirismo lógico predominó entre 1930 y 1960. Con él se da cabida al "pensamiento lógico", en el más amplio sentido de la palabra. El conocimiento científico, según este enfoque, no consistirá sólo en la descripción de los hechos y leyes, sino también en la formulación de hipótesis explicativas, para lo cual hará uso de construcciones lógicas o modelos. Es la "era de las teorías". A partir de la Segunda Guerra Mundial, fue apareciendo y, especialmente en las tres décadas siguientes, se desarrolló un tercer nivel de "abstracción" que va más allá de los dos anteriores, el descriptivo y el hipotético, es el nivel de la metaciencia. Aunque todavía no tiene un nombre universalmente aceptado,
ésta es una nueva filosofía o teoría de la ciencia. Su tesis básica sostiene que las teorías científicas son parte de todo el contexto cultural, el cual, por
consiguiente, las influencia en sus formulaciones. Por lo tanto, toda teoría científica tiene su parte filosófica o metateoría. Cae también dentro de un "amplio marco" de referencia, el del enfoque humanista de la psicología, es decir, aquel que considera al ser humano en sí
como un ser potencialmente libre y creativo, cuyo comportamiento puede depender más de su marco conceptual interno que de la coacción de impulsos internos (Psicoanálisis) o de la presión de fuerzas exteriores (Conductismo). El concepto del ser humano que tiene la Psicología Humanista es sumamente rico y complejo . Esta orientación no desea excluir de su estudio nada de todo lo
que, según su enfoque, identifica y distingue mejor al hombre, como es la libertad, la creatividad, los valores, el amor, actuar con un propósito y dirigirse
hacia una meta, la auto-realización, el sentido de la vida, del sufrimiento y de la misma muerte. De aquí que una metodología general , adecuada y eficaz para su estudio, esté en gran parte por hacerse. Sin embargo, éste es el gran desafío que se presenta a los psicólogos humanistas: respetar plenamente ese
objeto de estudio tan sutilmente estructurado y entretejido, y encontrar, al mismo tiempo, el procedimiento más adecuado para comprenderlo. Por esto, la epistemología constituirá el marco de referencia crítico en que se ubica la metodología. Ambas partes se dedicarán a estudiar las bases de un posible paradigma para la psicología , que sea a la vez "científico", es decir, fruto de un estudio rigurosamente crítico y sistemático, y "humanista", o sea, fiel a la naturaleza integral y personal de los seres humanos. El objetivo fundamental de esta segunda parte, la metodológica , es dar una base firme y sólida a las siguientes tesis centrales: el método depende del objeto de la ciencia, y si el objeto de estudio "humano", "animal" e "inorgánico" es irreductible uno a otro, necesita métodos diferentes; la vida humana tiene una riqueza de contenido que no captan las técnicas matemáticas u operacionalistas y necesita métodos más humanos y personalistas; la clave para la comprensión de la persona es el estudio del significado de las acciones y de la intención que las anima, más que el mero estudio de la conducta externa; los caminos que parecen más adecuados para una cabal comprensión del hombre son los métodos que se centran en el "diálogo": el hermenéuticodialéctico, el fenomenológico, el etnográfico, el de investigación-acción, el de historias de vida, etc., y, en general, las metodologías cualitativas , ya que reúnen un conjunto de bondades y cualidades que los hacen flexibles y sensibles a las características propias de cada persona. Por consiguiente, no nos interesan tanto la naturaleza y validez del conocimiento en sí, en sentido básico y universal, sino la naturaleza y validez de ciertos procedimientos metodológicos para enriquecer una parte del conocimiento, la de la comprensión del hombre como persona. Sin embargo, le corresponde a la misma psicología analizar y desentrañar la naturaleza de los procesos psíquicos en que se fundamenta la metodología de la ciencia.
2. La “Tercera Fuerza” en Psicología
Durante la primera mitad del siglo xx, la Psicología caminó en dos direcciones notablemente diferentes e incomunicadas. Por un lado, la orientación conductista, objetivista, mecanicista y positivista. Por el otro, el grupo de psicologías que se originaron con Freud y el Psicoanálisis. Sin embargo, estas dos corrientes tenían como denominador común un principio básico sobre la naturaleza del hombre que influirá el marco de referencia conceptual y los métodos de investigación e interpretación de los hallazgos consiguientes: el determinismo. Si para los unos la conducta era interpretada como un proceso
automático y casi-mecánico, estimulado por el medio ambiente exterior (enfoque reactivo), para los otros era un producto desencadenado por impulsos internos (enfoque reactivo en profundidad ). El modelo metodológico físico fue ya considerado como inadecuado en la década del 50 por insignes físicos como Heisenberg (1974) y Oppenheimer (1956), quienes aconsejaron a los psicólogos no modelar su ciencia sobre una Física ya superada e incapaz de ayudar a entender los fenómenos psíquicos, en los cuales la mente humana entra como objeto y como sujeto del proceso científico, y le señalaron la conveniencia de abogar por un pluralismo en metodología que incluyera métodos naturalistas y descriptivos. Estimulada e insatisfecha ante esta serie de incongruencias, ha nacido y se ha desarrollado una "Tercera Fuerza" en Psicología, la Psicología Humanista, que presenta diferentes facetas: de protesta, de desafío, de complemento, de extensión o de alternativa de las otras dos corrientes, la Psicología Conductista y el Psicoanálisis. La Psicología Humanista acepta los modelos y analogías de las otras dos corrientes como guías legítimas para ciertas áreas de investigación, pero no los considera como una descripción adecuada de los seres humanos y menos soporta que sean elevados a la categoría de dogmas, como frecuentemente lo han sido.
El movimiento humanista, más que una Escuela, es una nueva orientación hacia la Psicología, un modo de pensar sobre el hombre y toda la empresa científica que modifica la imagen que tenemos de los seres humanos y libera a la Psicología de varias restricciones artificiales que le impusieron teorías que ahora aparecen como superadas. No se puede decir que los proponentes principales de esta orientación –Abraham Maslow, Carl Rogers, Gordon Allport, Charlotte Bühler, Rollo May, Viktor Frankl, Wilhelm Dilthey, Edward Spranger, William Stern, Kurt Lewin, Kurt Goldstein, Gardner Murphy, Erich Fromm, Fritz Perls, Eric Berne, al igual que un gran número de otros psicólogos actuales– tengan una ideología básica común, pero tanto ellos como los demás psicólogos humanistas simpatizan o comparten muchas posiciones sostenidas por la Psicología de la Gestalt, la Psicología Adleriana, la Junguiana, la NeoFreudiana, la Psicología del Yo , la Fenomenológica, la Existencial, la "Selftheory", la Transaccional y la Proactiva. Siguiendo e integrando las ideas de la Asociación de Psicología Humanista , podemos señalar cuatro características como las más típicas en los autores más representativos de esta orientación psicológica: 1. Una atención centrada en la experiencia humana consciente como fenómeno primario ineludible al estudiar al ser humano. Las explicaciones teóricas y la conducta externa son consideradas como posteriores y secundarias ante la experiencia misma y ante la significación de ésta para la persona. 2. Un énfasis en cualidades tan profundamente humanas como la elección, la creatividad, la valoración y la auto-realización, en cuanto opuestas a un pensar sobre los seres humanos en términos mecanicistas y reduccionistas. 3. Fidelidad al "significado y valor" cuando se eligen los problemas de estudio e investigación, y oposición al énfasis que se pone en la objetividad metodológica a expensas de la significación. 4. Especial aprecio por la dignidad y valor del ser humano e interés en el desarrollo del potencial inherente a cada persona.
Charlotte Bühler comparte la prioridad de estas características, pero suele hacer énfasis especial en "el estudio y comprensión de la persona como un todo" –actitud holista– y en la relación que la Psicología Humanista tiene con el Existencialismo, como base filosófica subyacente, y particularmente en la
experiencia de la intencionalidad como "parte más íntima de la persona y de su motivación". La intencionalidad, que tanta relevancia ha tenido desde Franz Brentano para acá, es efectivamente una nota distintiva de la orientación humanista. Sin el conocimiento de los valores, metas y propósitos que animan la conducta humana, ésta permanecería siendo siempre un misterio. Frecuentemente nos revela menos el conocer lo que una persona hace que el porqué lo hace.
3. Metodología Científico-Humanista
En cuanto a la metodología científica , la Psicología Humanista insiste, además, en que el estudio debe estar más centrado en los problemas y menos concentrado en los medios y métodos. Poca utilidad tendría el uso de un método muy "objetivo" si el problema estudiado carece de importancia en la vida humana. Los medios no deben prevalecer sobre los fines, sino estar supeditados a éstos. En segundo lugar, los problemas humanos no pueden ser tratados adecuadamente manejando simples abstracciones, palabras y conceptos, como suelen hacer los intelectuales con mucha frecuencia. Es necesario llegar a la experiencia real originaria, que es el proceso humano básico del cual depende
toda operación de la ciencia. En tercer lugar, el ser humano es una unidad irreductible; cada una de sus "partes" está relacionada con todas las demás. La coordinación e interacción mutua de los procesos no permite aislarlos sin que pierdan su naturaleza, su relevancia y su significado. Haciéndolo, tenemos sencillamente otra cosa. Por esto, es necesario aprender la gran lección de la Psicología de la Gestalt, la
cual nos muestra que "el todo contiene propiedades que no se encuentran en la suma de las partes". De aquí, la necesidad de una metodología holista , que sea a la vez científica y profundamente respetuosa de la naturaleza humana. En esta línea de prioridades, los métodos de investigación deberán ser fieles a la naturaleza del objeto estudiado, por profunda y compleja que sea. La metodología deberá crearse, si es necesario, adaptarse y estar en función de su objeto y jamás podrá sacrificarse la naturaleza del objeto a una metodología prestada y más fácil de aplicar, hecho del cual la Historia de la Psicología nos ofrece abundantes ejemplos. Finalmente, señalamos que muchos psicólogos humanistas se consideran a sí mismos como opuestos al Conductismo y al Psicoanálisis, considerando esta característica casi como una autodefinición. Abraham Maslow, padre de la Psicología Humanista, tiene a este respecto un pensamiento muy diferente. Él consideraba la orientación humanista como "una estructura supraordenada más amplia" que puede dar cabida al Conductismo, al Psicoanálisis y a otras posiciones en Psicología. Maslow se oponía a las dicotomías (pro-freudiano o anti-freudiano, pro-conductista o anti-conductista, etc.). Él decía de sí mismo: "yo soy freudiano y soy conductista y soy humanista..." Lógicamente, esta posición es un señalamiento y un programa de acción para las futuras investigaciones psicológicas: su trabajo debe orientarse hacia el estudio de la complementariedad de los diversos enfoques. La Psicología Humanista desea abarcarlos e integrarlos todos en una visión del ser humano más amplia, para
lo cual adopta un paradigma epistemológico sistémico. Diferentes representantes de las ciencias que se relacionan con el comportamiento humano (psicología, pedagogía, antropología, sociología, historia, economía, ciencia política, etc.) claman por una nueva metodología para el estudio de sus fenómenos. En efecto, el concepto tradicional de ciencia y su método, parece constreñir y aprisionar nuestro pensamiento cuando trata de comprender la conducta humana. Se necesitaría, por lo tanto, un sistema lógico, una metodología ágil y flexible capaz de adaptarse y captar la estructura de las vivencias profundas
que se dan en el ser humano y que dan razón de ser de su comportamiento externo. En muchos aspectos, el elemento diacrítico que se da entre la Psicología Humanista y las otras orientaciones psicológicas es de orden metodológico. La
orientación humanista se ubica en el problema que se debe estudiar y en el pleno respeto a su naturaleza (el ser humano como persona); las otras orientaciones han estado más centradas en sus técnicas metodológicas, las cuales han sido consideradas como la única vía para lograr algo confiable. La idolatría del método proviene de los grandes resultados que su uso ha proporcionado en el campo de las ciencias naturales; pero estos beneficios no se pueden atribuir al método en sí, sino a su alto nivel de adecuación al objeto de estudio de las ciencias naturales, que es, más bien, pasivo y estático. Por otra parte, la adecuación anterior sería, en cambio, ínfima en relación con el objeto de estudio de la psicología (vida psíquica íntima y su correspondiente manifestación externa) y, en general, con el objeto que estudian todas las ciencias humanas. La historia muestra que lo que ayer nos asustaba por considerarlo revolucionario, hoy se considera sólo una buena intuición, mañana llega ser una doctrina anticuada y poco después será juzgada como represiva y hasta pura superstición. Según la primera edición de la Enciclopedia Británica, el flogisto era "un hecho demostrado", según la última edición, "el flogisto no existe"; al astrónomo Hubble le dieron el Premio Nobel por ciertos hallazgos sobre el comportamiento de las galaxias, pero años después se lo dieron a otro astrónomo por demostrar prácticamente lo contrario. Ésa la vida de nuestra ciencia, y es natural y lógico que así sea. Por esto, no deja de ser lamentable la conducta de muchos investigadores cuyo ciclo de vida intelectual, tanto en la ciencia como en metaciencia, se asemeja, más bien, –como ironiza Maslow– al comportamiento de los corales marinos: mientras son jóvenes nadan libremente en el océano, pero más adelante se vuelven sedentarios y se calcifican; así viven seguros en su nicho. La tradición
científica ofrece también un nicho tranquilo y pacífico a los investigadores que han aceptado sumisamente los cánones metodológícos consagrados por ella. 4. Un nuevo paradigma para la comprensión del hombre
El progreso de la ciencia, y en general, del conocimiento, implica bastante más que una gradual acumulación de datos, hechos y técnicas científicas. Quizá, la psicología, en su orientación positivista y experimentalista, haya pecado gravemente en este sentido. La riqueza de hechos no es necesariamente una riqueza de pensamiento. Necesitamos encontrar el método para organizar y estructurar ese material en poderosas síntesis teóricas y no quedarnos
perdidos en una inmensa masa de datos inconexos y dispersos. Aunque es cierto –como afirma Kuhn (1978)– que en cada época una comunidad científica adopta un paradigma determinado, es decir, un cuerpo de creencias, presupuestos, reglas y procedimientos que definen cómo hay que practicar la ciencia, no es menos cierto que un paradigma se impone a otro en la medida en que ofrece una respuesta a la crisis reinante y demuestra mayor capacidad de resolver los problemas importantes que vive esa comunidad. En el caso de la psicología, el paradigma con que ha laborado hasta ahora, ha alcanzado los límites de su utilidad en muchas áreas y se impone la necesidad de hallar otro. No obstante, estamos en un período de transición en el que las insuficiencias del paradigma usado son patentes, pero no es clara la articulación del nuevo paradigma que deberá sustituirlo. Sin embargo, por nuestra parte, hemos realizado un gran esfuerzo para colaborar en dicha empresa, por medio de nuestra obra El Paradigma Emergente: hacia una nueva teoría de la racionalidad científica, 1ª edic. Gedisa, Barcelona, 1993; 2ª
edic. Trillas, México, 1997. La lucha entre paradigmas es siempre muy aguerrida. En general, siempre se acusa al nuevo paradigma, que busca estatus y aceptación, de no ser "científico", lo cual equivale a acusarlo simplemente de no aceptar los criterios y reglas de "cientificidad" establecidos, es decir, de no ser como el anterior. Es
lógico que si es otro paradigma, tiene que ser y presentarse en forma diferente. Por otro lado, ningún paradigma puede defenderse a sí mismo con base en los criterios sobre los que se funda, ya que se apoyaría en una argumentación circular. Por ello, el debate debe centrarse en la ponderación de los criterios. Con la aparición del psicoanálisis surgieron ejemplos muy claros de esto; se le acusaba de no ser "científico", a lo cual respondían algunos psicoanalistas diciendo que "la ciencia no era psicodinámica". Se dieron con igual frecuencia muchos casos en el campo de las ciencias socioeconómicas en los países socialistas, donde se acusaba a los teóricos disidentes de ser "anticientíficos" en esa área, porque iban contra la visión social y económica aceptada y sostenida por los líderes de la comunidad. Ante todo, hay una realidad que consideramos concreta y evidente: que todo ser humano está ubicado en un tiempo y un espacio determinados y que es el resultado de una historia personal, familiar, social y cultural única e irrepetible. Este hecho hace que el individuo vea las cosas desde un punto de vista que no coincide totalmente con el de ningún otro ser humano. En la conciencia de esta realidad está claramente implícito cierto perspectivismo, es decir, que cada uno de nosotros tiene un punto de vista del
universo, que la realidad se compone de innumerables puntos le vista, y cada individuo y cada época escoge solamente aquel o aquellos que se acomodan más a su capacidad receptiva, y que es absurdo pretender la posesión gnoseológica absoluta de la realidad: nadie posee un "ojo de Minerva" o está dotado del "ojo de Dios". Así pues, es fácil detectar que hay cierto intento de obligar a la naturaleza a que encaje dentro de unos límites preestablecidos y relativamente inflexibles, y a los fenómenos que no encajan en ellos frecuentemente ni siquiera se les considera. Mario Bunge, en su obra La investigación científica (1975), dice que la psicología y la sociología, a pesar de su enorme acervo de datos empíricos y
generalizaciones de bajo nivel, siguen considerándose aún en un estadio subdesarrollado porque no abundan en teorías lo suficientemente amplias y
profundas como para dar razón del material empírico disponible. Pero en ése como en otros departamentos de la investigación, la teorización se considera frecuentemente como un lujo, y no se admite como ocupación decente más que la recolección de datos, o sea, la descripción. Y esto hasta el punto de que está de moda en esas ciencias oponer la teoría (como especulación) a la investigación (entendida como acarreo de datos). Esta actitud paleocientífica, sostenida por un tipo primitivo de filosofía empirista, es en gran parte la causa del atraso de las ciencias humanas. En realidad, ese punto de vista ignora que
los datos no tienen sentido ni pueden ser relevantes más que en un contexto teorético, y que la acumulación al azar de datos, e incluso las generalizaciones que no son más que condensaciones de datos, son en gran parte pura pérdida de tiempo si no van acompañadas por una elaboración teorética capaz de
manipular esos resultados brutos y de orientar la investigación (pp. 413–416; cursivas nuestras). Examinando diferentes tipos de investigaciones se puede constatar, lamentablemente con cierta frecuencia, que medir y contar son, algunas veces, sustitutos del pensamiento, y que quien se centra precipitadamente en la acumulación de datos no tiene tiempo o preparación para ser crítico. Por esta razón, solía decir Einstein que la ciencia consistía en crear teorías: "Ideamos una teoría tras otra –decía–, y lo hacemos porque gozamos comprendiendo..., reduciendo los fenómenos, por un proceso lógico, a algo ya conocido o (en apariencia) evidente" (1950). Es natural que cuanto más alto queramos que suba el edificio de la ciencia, más profundos y sólidos deberán ser los cimientos en que se apoya. 5. Características del paradigma científico-humanista
Los principales representantes de la Psicología Humanista están de acuerdo en que los puntos más significativos que debieran distinguir o sobre los cuales se debiera construir un paradigma científico y humanista para la Psicología pudieran ser los siguientes:
1. Reconocer, ante todo, la prioridad de la experiencia inmediata. Esta experiencia tiene prioridad por su original inmediatez, porque la vivimos y experimentamos antes de cualquier conceptualización y aparición de significados, porque es el modo fundamental en que se nos ofrece el mundo y porque es el fenómeno básico para toda clase de actividades, incluyendo la misma ciencia. 2. Comprensión de la naturaleza de la conciencia y de la conducta. El considerar la conciencia y experiencia interna como fenómenos irrelevantes o secundarios más que soluciones son evasiones. Husserl enfatiza la importancia de la conciencia por su principal característica: la intencionalidad; es decir, "toda conciencia es conciencia de algo", está
dirigida hacia algo, hacia un objeto, el objeto intencional, que es el que le da su sentido, su significado. 3. Adopción de un enfoque inicialmente descriptivo. De esta forma, permitiremos al fenómeno que hable por sí mismo y en su apariencia
podrá revelar algo que no está plenamente patente o incluso algo que se mantiene escondido a la observación normal. En este sentido se dice que los fenómenos tienen "significado", "sentido" o "dirección", porque provienen de algo y se refieren a algo que está más allá de lo que "es dado". Este enfoque es también la mejor vía para distinguir y diferenciar lo que ofrece el fenómeno de por sí y lo que le añade el ser humano, pues toda persona es a la vez un "receptor" y un "dador" de significados. El significado del fenómeno es el resultado de un proceso, la resultante de una interacción, un diálogo o una dialéctica entre el sujeto y el mundo.
4. Máxima relevancia a los presupuestos. La razón principal de poner gran atención en los presupuestos es el hecho de que la Psicología no se apoya en sí misma. La Filosofía fenomenológica se preocupa mucho de describir lo que "aparece" precisa y exactamente como aparece. Para esto utiliza la técnica de la reducción –epoché – y trata de poner entre paréntesis todo
conocimiento previo relacionado con el objeto y, sobre todo, los presupuestos y los prejuicios. Pero éste es un ideal imposible de alcanzar
en forma completa. Por esto, si no se puede trabajar sin presupuestos, lo mejor será clarificar bien los que se tienen; es decir, ser plenamente conscientes de la perspectiva u óptica con que se mira, del enfoque que se adopta y de la intención con que se trabaja. 5. El objeto de estudio necesita también una clarificación de acuerdo a las siguientes puntualizaciones: es necesario entender lo presente para descubrir el contexto. Se pone el énfasis en el descubrimiento y
comprensión de lo que está presente, de lo que es actual y real en el momento, para que después, por medio de la descripción, se llegue a descubrir la estructura de la situación como un todo, en sus relaciones, contexto y significado. 6. La inevitable presencia del científico en la ciencia. Esta presencia ha sido tenida en cuenta muy poco. Se ha creído que puede haber una presencia "neutra". Esto no es siquiera cierto en la Física (Oppenheimer, 1956). Los métodos "objetivos" no eliminan la presencia del investigador, sino que simplemente lo hacen presente de otra forma. Se parte del presupuesto que el enfoque objetivo es mejor que cualquier otro; pero, podemos preguntarnos: ¿para qué fin o con qué intención? La situación del laboratorio es una situación artificial. Efectivamente, el investigador es el que la crea: selecciona el equipo, define las variables, elige los estímulos, determina el número de sujetos y los procesos para analizar los datos, etc. De esta forma, la situación de laboratorio es un artefacto humano. Si los pre-juicios y la influencia del investigador sobre las cosas no se pueden eliminar del conjunto de variables, lo más lógico será que, como en el caso de los presupuestos, sean incluidos y tenidos en cuenta, como hace el físico que tiene en cuenta la temperatura previa del termómetro que usa y su influencia en la temperatura del líquido que mide. Y la razón
es simplemente el hecho de que son parte de los datos que forman la situación. 6. Conclusiones
El enfoque científico-humanista se puede caracterizar como: centrado en el significado, la descripción, las diferencias cualitativas, el proceso de clarificación y diferenciación progresiva, la investigación de las relaciones intencionales, el trato de los fenómenos humanos con un sentido humano y con un estilo humano, la articulación de los fenómenos de la experiencia y la conducta en el contexto de una concepción más amplia de la naturaleza, dando prioridad a la vida real y a la relación hombre-mundo y teniendo en cuenta la presencia e implicación del científico. Considerando las últimas características de este paradigma, es lógico concluir que la determinación de las variables que entran en juego en una situación concreta no podrá ser realizada completamente antes, sino, más bien, durante o después de la investigación. Esto señala, igualmente, que aunque la
Psicología científico-humanista no es empiricista o positivista, sí es empírica (basada en la experiencia) y positiva (afirma la realidad). Si tuviéramos que sintetizar en breves expresiones las contribuciones que la Psicología Humanista ha dado al pensamiento psicológico actual, podríamos
señalar, entre otras, algunas de las principales que Wertz (1998, pp. 46-47) enfatiza: la introducción de una tradición histórica relevante, como la griega y la renacentista, en la psicología moderna, y un fructífero diálogo con las humanidades; una sólida y bien fundamentada crítica de las corrientes imperantes en psicología (conductismo y psicoanálisis) que, debido a ello, han ido atemperando sus viejas posiciones radicales; la inclusión de los aportes del existencialismo y la fenomenología; nuevas orientaciones y procedimientos psicoterapéuticos; nuevos tópicos de investigación: como el cambio, el crecimiento, la salud, la auto-percepción, los valores, la creatividad, el amor, el sentido de la vida y de la misma muerte; principios teóricos, como el
significado, la libertad, la intencionalidad, la auto-realización y otros; y todo ello dentro de una marco teórico y epistémico más comprehensivo y enraizado en una nueva y sofisticada filosofía y teoría de la ciencia (paradigma sistémico), y respaldado por una rigurosa y original metodología de la investigación (métodos cualitativos) más fiel y sensible a las características peculiares que mejor distinguen a los seres humanos. Y, en una visión más amplia y comprehensiva, pudiéramos decir que el movimiento humanista ha ido logrando a nivel mundial una serie de "frutos" de amplísima repercusión, tanto a nivel de derechos humanos, del niño, de la mujer, como a nivel de acuerdos políticos, de desarme, de comercio y reducción del colonialismo, entre otros.
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Psicología humanista Se denomina psicología humanista a una corriente dentro de la psicología, que nace como parte de un movimiento cultural más general, surgido en Estados Unidos en la década de los sesenta, del siglo XX, y que involucra planteamientos en ámbitos como la cultura, las artes y el movimiento social denominado Contracultura. La psicología humanista es una escuela que pone de relieve la experiencia no verbal y los estados alterados de conciencia como medio de realizar nuestro pleno potencial humano. Surgió como reacción al conductismo y al psicoanálisis, dos teorías con planteamientos opuestos en muchos sentidos, pero que predominaban en ese momento. Pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad), criticando a una psicología que, hasta entonces, se había inscrito exclusivamente como una ciencia natural, intentando reducir al ser humano a variables cuantificables, o que, en el caso del psicoanálisis, se había centrado en los aspectos negativos y patológicos de las personas. Por esto, uno de los teóricos humanistas más importantes de la época, Abraham Maslow, denominó a este movimiento "La Tercera Fuerza" (1958) para mostrar lo que se proponía con esta corriente: integrar las formas (aparentemente opuestas) en que se expresaba el quehacer psicológico de la época (conductismo y psicoanálisis). Esta escuela basa su terapia en el potencial de bondad que hay en la naturaleza humana. La psicología humanista plantea que los seres humanos somos seres individuales e irrepetibles y además que somos seres únicos biosicosociales que poseemos potencialidades y capacidades, actitud que hace hincapié en la dignidad y el valor de la persona. Uno de sus principios básicos es que las personas son seres racionales que poseen en sí mismas capacidades para hallar la verdad y practicar el bien. El término humanismo se usa con gran frecuencia para describir el movimiento literario y cultural que se extendió por Europa durante los siglos XIV y XV.
Abraham Harold Maslow (1908-1970)
Psicólogo estadounidense y máximo exponente de la psicología humanística, nacido en Nueva York, y formado en la Universidad de Wisconsin. La mayor parte de su carrera docente transcurrió en la Universidad de Brandeis. Consideró el conductismo ortodoxo y el psicoanálisis demasiado rígidos teóricamente, y preocupado por la enfermedad mental, desarrolló una teoría de la motivación que describe el proceso por el que el individuo pasa de las necesidades básicas, como alimentarse y mantener relaciones sexuales, a las necesidades superiores. Este proceso lo denominó autorrealización y consiste en el desarrollo integral de las posibilidades personales. La autorrealización representa el nivel más alto de una jerarquía de necesidades humanas, que Maslow propuso por primera vez en 1954. Con frecuencia la jerarquía de Maslow se discute dentro del contexto de la motivación. Nos cuenta, que las personas están sujetas a dos conjuntos bastantes diferentes de estados o fuerzas motivacionales: A) Aquellas que aseguran la supervivencia mediante la satisfacción de necesidades básicas, físicas y psicológicas (fisiológicas, de seguridad, pertenencia, amor y estima). B) Aquellas que promueven la autorrealización de las personas, es decir, la realización del potencial completo de uno mismo, "volverse todo aquello que uno es capaz de volverse".
¿Quién logra la autorrealización?
A pesar de que todos los seres humanos son, en teoría, capaces de autorrealizarse, la mayoría no lo logra, o solo hasta un grado limitado. Maslow estaba interesado, en particular, en las características de individuos que él consideraba que habían logrado su potencial como personas: su lista incluía a Einstein, Abraham Lincoln, Spinoza y Thomas Jefferson. La autorrealización es cuestión de grados, "no hay seres humanos perfectos".
Una manera de medir la autorrealización es mediante el estudio de las experiencias cumbres de las personas, los momentos de éxtasis, de felicidad, cuando las personas se sienten más "reales" y vivas. Maslow entrevistó a diversos individuos, muchos de los cuales tenían éxito en los campos que habían elegido.
Características de los autorrealizadores
- Perciben la realidad de manera eficiente y pueden tolerar la incertidumbre.
- Se aceptan a sí mismos y a los demás por lo que son.
- Espontáneos en pensamiento y acción.
- Centrados en los problemas y no en sí mismos.
- Sentido del humor poco común.
- Capaces de ver objetivamente la vida.
- Altamente creativos.
- Preocupados por el bienestar de la humanidad.
- Necesidad de privacidad.