RESORTES DRAMÁTICOS Cambio de fortuna Aristóteles lo llamó “metábasis” y dijo que es un resorte que se produce con con o sin reconocimiento y peripecia. En general, es un cambio de condición (para peor o mejor) producido por una circunstancia imprevista. Pone al personaje bajo el dominio del destino y sus vaivenes. No se trata de una serie de episodios desafortunados sino de un hecho que, si el personaje no fuera quien es, no le ocurriría. No conviene usarlo como Deus ex machina, haciendo que solucione fortuitamente los problemas. Funciona muy bien como detonante del conflicto principal. En La elección, de Alexander Payne, el profesor tiene varios cambios de fortuna en su contra.
Deuda Generalmente es el punto de partida de la historia y funciona bien para la motivación del personaje. Puede ser una deuda de dinero, de un servicio recibido, moral o de vida. Todos Todos nos sentimos en deuda con algo o alguien, sobre todo con nuestros padres. Esto es algo que Batman Inicia (2005), de Christopher Nolan, emplea a fondo.
Dificultades Son hechos que sirven para retardar la solución del conflicto, por lo tanto son útiles sobre todo en la segunda mitad del desarrollo, cuando la historia ya está suficientemente disparada hacia adelante. Chion habla de tres tipos t ipos de dificultades: - Obstáculo. Es circunstancial y estático (ser ciego, ser un fantasma, por ejemplo). - Complicación. Es accidental y temporal, o cuando el personaje se crea a sí mismo sus dificultades (quedarse sin combustible el vehículo con el que se escapa, por ejemplo). - Contra intención. Es cuando otra voluntad se opone (la familia de la chica que pretende el protagonista, por ejemplo). Casi todas las películas de Steven Spielberg pueden citarse como ejemplo de dificultades sucesivas.
Dilema El personaje debe elegir entre dos opciones, cada una de las cuáles presenta algo favorable y algo desfavorable. Al elegir siempre se pierde algo. Es muy bueno el dilema entre el amor o el ascenso laboral frente al que se encuentra C. C. Baxter en Piso de soltero (1960), de Billy Wilder.
Equivocación y malentendido Generalmente se trata de alguien a quien se le presta, a pesar suyo, una identidad o un carácter que no le son propios. Son dos resortes preparatorios para el reconocimiento. El malentendido, sobre todo, es muy utilizado en comedias televisivas. Muchas veces alguien escucha o entra por una puerta detrás de la que descubre algo que complica las cosas y habrá que esperar a que todo se aclare. En El Fugitivo, el malentendido es la motivación para que el protagonista resuelva el caso.
Inferioridad de condiciones Nos involucramos con el menor, con el más débil, sobre todo si se nos presentó (se nos focalizó) como el protagonista de la historia. Se supone que vale más lo que se consigue
con esfuerzo. La diferencia de clase social, es una de las más usuales y El Graduado, de Mike Nichols, puede servir de ejemplo.
McGuffin Es un objeto propuesto por Hitchcock, de extraordinario valor para el personaje pero no para el espectador, que no se preocupa por indagar en su esencia o composición, la basta con que le preocupe mucho al protagonista porque sino no habría historia. Chion no lo incluye en la lista de resortes pero creo que muchas veces funciona como tal. Un plano del tesoro, un microfilm, o la pata de conejo en Misión: Imposible III (2005).
Meta Decisión voluntaria del protagonista para la que hay que tener en cuenta la distancia y la dirección del objetivo por alcanzar. Para que tenga fuerza como resorte, conviene que sea precisa y clara, no ambigua ni amplia. Por ejemplo, se prefiere que el protagonista tenga como meta dar un beso, agradar a papá o volver a casa, y no conocer el amor, reestablecer vínculos familiares o una concluir una búsqueda interior, por más que todo esto pueda interpretarse a partir de las metas señaladas a modo de ejemplo. El mago de Oz (1925) de Víctor Fleming.
Peripecia Según “La poética” de Aristóteles, es la inversión de las cosas en sentido contrario. Muchas veces acompaña al Cambio de Fortuna pero no debe confundírsela con éste porque la inversión no acontece por suerte sino por probabilidad o por necesidad. Muchas veces sirve para generar o descubrir una equivocación o un malentendido. Por ejemplo, Edipo, queriendo solucionar su problema, lo agrava al enterarse de que él es el culpable.
Perturbación Es separar dos partes que quieren estar unidas o unir dos partes que se repelen. Es cuando se utiliza el mecanismo de avance de acción que llamamos “Juntar y separar”. Si nuestro protagonista no quiere encontrarse con alguien, lo hacemos subir a un ascensor, por ejemplo, en donde no hay otra cosa que ese alguien. Para Eugene Vale, todas las historias pasan por estado no perturbado, perturbación, lucha y reajuste.
Reconocimiento Según Aristóteles, la “anagnórisis” (también llamada “agnición”) no hace referencia a la gratitud ni al acto de premiar a alguien, sino que consiste en revelar que alguien no era alguien sino otro. Dice que es el paso de la ignorancia al conocimiento, conducente a la felicidad o a la desgracia. Consiste en el reconocimiento dramático del significado de un objeto esencial en la historia. También se aplica a sentimientos que se desconocían. Es habitual usar objetos, señas particulares, accesorios, recuerdos y razonamientos para lograrlo. Es claro el uso de la alianza matrimonial en Sexto sentido, de M. Night Shyamalan.
Temor y piedad Según Aristóteles, el terror y la conmiseración son dos acciones que la tragedia debe ejercer sobre el espectador para purgarlo de tales pasiones. Del escalofrío al horror, pasando por la angustia y el espanto, el cine ha desarrollado diferentes formas de temor. La piedad que nos inspira un personaje es proporcional a nuestro grado de familiaridad con él, por eso es necesaria la identificación. Puede ejemplificarse con cualquier película donde el protagonista sienta temor y nos haga sentir piedad por él.
Valores morales
Son relativos, pero están siempre presentes de modo implícito o explícito. Se trata de imprimir en los personajes conductas que pueden ser r eprochables o compartidas por el público. Los valores morales permiten la identificación por comparación. El gran Lebowski (1998) de Joel Cohen o Retorno al pasado (1947) de Jacques Tourneur, pueden citarse como sólo dos de muchos ejemplos.