DEMOCRACIA
El concepto democracia hace referencia tanto a un conjunto de ideales como a un sistema político, rasgo que comparte con los términos socialismo y comunismo. Su significado, sin embargo, es más difícil de precisar que el de socialismo o comunismo; en tanto que estos últimos tienen en el marismo su matri! ideol"gica o, al menos, un punto de referencia, la democracia nunca se ha identificado con una fuente doctrinal específica, siendo más bien una secuela del total desarrollo de la ci#ili!aci"n occidental. $o es, pues, de etra%ar que en la medida en que la democracia ha llegado a ser un término uni#ersalmente apreciado, su contenido se haya dilatado abusi#a mente hasta con#ertirse en el más ambiguo de todos estos estos términos términos.. $o todos todos los sistema sistemas s político políticos s se proclama proclaman n sociali socialistas stas,, pero hasta los sistemas comunistas se declaran democráticos. & partir de la segunda guerra mundial, la democracia se encuentra a la orden del día; según se%alaba un informe de la '$ES() cabo una disecci"n del término de modo tan analítico como sea posible.
SENTIDO Y ALCANCE La legitimidad democrática. *a democracia es, para empe!ar, un principio de legitimidad.
(oncebida de esta forma, constituye el mínimo y el único común de nominador de toda doctrina democrática. democrática. +esde +esde el punto punto de #ista #ista democrático democrático nadie nadie niega, niega, en efecto, que que el poder solo es legítimo cuando procede de la autoridad del pueblo y está basado en su consentimiento. $adie pone en duda que la democracia es la negaci"n de la autocracia. ero el acuerdo no #a más allá y se apoya sobre bases muy frágiles. En efecto, la democracia, como principio de legitimaci"n, se presta a dos interpretaciones di#ergentes- que el consentimiento del pueblo puede consistir en una mera presunci"n, en un supuesto no #erificado; o que no eiste un consent consentimie imiento nto democrá democrático tico si no es #erifica #erificado do mediante mediante procedim procedimien ientos tos que ecluye ecluyen, n, sobre todo, el consentimiento por simple aclamaci"n/. or lo demás, estas concepciones contrapuestas tienen que #er con un desacuerdo más fundamental acerca del #erdadero significado del concepto pueblo cuesti"n, desde luego, realmente espinosa.
La perspectiva normativa. +esde un punto de #ista normati#o, la definici"n de la
democracia deri#a estrictamente del sentido literal del término, es decir, poder del pueblo. odemos decir que el debe ser de la democracia está contenido en la propia etimología del término. $o obstante, eisten tres enfoques normati#os diferentes- polémico, realista y perfeccionista o ut"pico. (omo concepto contradictorio, la democracia se%ala lo que no debe ser; el realismo normati#ista apunta hacia lo que podría ser, mientras que las perspecti#a normati#a ut"pica presenta la imagen de la sociedad perfecta que debe ser. &demás, en la me dida en que esta actitud normati#a está esencialmente orientada hacia el futuro, se con#ierte fácilmente en futurismo, en el sentido de que la democracia se identifica con una proyecci"n a largo pla!o sin relaci"n con los hechos cotidianos. El empleo de medios no democráticos para alcan!ar fines democráticos encuentra, precisamente, su justificaci"n en esta actitud.
La perspectiva descriptiva . 'n punto de #ista descripti#o conduce a definiciones que tienen
muy poco que #er, si es que tienen algo, con las de carácter normati#o. 'na concepci"n basada en lo que la democracia es en la realidad raramente, o nunca, hace referencia a la noci"n de pueblo. *as democracias actuales son, en realidad, como +ahl ha se%alado, poliarquías, las definiciones propuestas por la mayor parte de los autores describen a la democracia como un sistema basado en partidos en concurrencia, en el que la mayoría gobernante respeta los derechos de las minorías. El análisis se centra, en consecuencia. en los conceptos de representaci"n, gobierno de la mayoría, oposici"n, concurrencia, turno de gobierno, control y otros semejantes, pero muy raramente en la noci"n de un pueblo que se gobierna a si mismo. ero, incluso desde el punto de #ista descripti#o, los enfoques pueden ser completamente diferentes- estructural, procedimental o beha#iorista. $o se trata, empero, de diferenciaciones muy precisas, ya que tanto las estructuras como los procedimientos de la democracia están destinados a inspirar y eigir una determinada conducta. Sin embargo, los procedimientos no están necesariamente determinados por las estructuras institucionales, y, además, la definici"n beha#iorista puede ser incompatible con las otras dos, según #eremos posteriormente.
La perspectiva tipolgica. *a democracia es también un tipo posible de sistema político
entre otros #arios y, desde este punto de #ista, el problema consiste en definir las propiedades que la distinguen de las comunidades no democráticas. 0ncluso desde este su puesto se suele caracteri!ar la democracia más en funci"n de un debe ser que en funci"n del ser, ol#idando que la identidad de un sistema político nunca puede establecerse en un terreno, normati#o, sino sobre bases fácticas, es decir, con referencia a la posibilidad de #erificaci"n que ofrece una consideraci"n descripti#a. )tra fuente de confusi"n se encuentra en la interacci"n de tres modelos diferentes. En ocasiones, la democracia es tomada en un sentido tan amplio que puede incluir todos los sistemas políticos que no constituyan abiertamente una dictadura. Esta identificaci"n es puramente negati#a- el patr"n o modelo utili!ado es demasiado lao, proporcionando un tipo no específico. Sin embargo, dado que ningún sistema político ofrece una configuraci"n bien definida en sus etapas iniciales, este patr"n mínimo de democracia puede ser apto para referirse a su
tipo inicial. En otros casos, los patrones son más rigurosos, y la democracia
se identifica positi#amente por la eistencia de instituciones representati#as desarrolladas y por el es establecimiento de un gobierno constitucional. uesto que este es el caso de más frecuente, y también el sentido en que el término democracia es utili!ado con mayor frecuencia, podemos hablar de él como del tipo medio o normal. 1inalmente, cuando empleamos un patr"n riguroso y nos referimos a sus reali!aciones más altas, estamos en presencia del sentido más estricto de democracia, según el cual el término alude a un tipo desarrollado. Según el patr"n mínimo, casi medio democracia;
mundo
puede ser incluido en el reino de la
según el patr"n medio, el ámbito se reduce considerablemente; y, si
empleamos el patr"n más eigente, solo una docena de países han alcan!ado un grado satisfactorio de democracia. $o es preciso gran esfuer!o para imaginar con qué facilidad el calificati#o democrático puede con#ertirse en antidemocrático por el simple hecho de pasar de un patr"n a otro.
La perspectiva dimensional . 2ambién puede hacerse una distinci"n entre acti#idades en
peque%a escala y acti#idades en gran escala, entre micro dimensiones y macro dimensiones.
*a micro democracia se aplica las relaciones directas, es decir, a los grupos peque%os. *a macro democracia se aplica cuando una colecti#idad es demasiado grande y3o especialmente demasiado diseminada para permitir un intercambio directo entre sus miembros o cualquier género de relaci"n inmediata. Esta distinci"n supone que la macro democracia no es simplemente la etensi"n de un micro prototipo. Sus propiedades respecti#as tienen muy poco, o nada, en común, al menos en el sentido de que las asociaciones #oluntarias o las peque%as entidades políticas no proporcionan ninguna orientaci"n para la comprensi"n de las democracias políticas modernas. Es posible que constituyan el ingrediente principal de un sistema político democrático, pero no pueden sustituirlo ni dar ra!"n del mismo; en particular, no proporcionan ningún modelo a la macro democracia. uede arg4irse, sin duda, que no es posible tra!ar una línea definida entre lo peque%o y lo grande, conceptos e#identemente relati#os, pero tampoco puede ignorarse el hecho de que micro democracia y macro democracia son realidades entre las que se da una relaci"n in#ersa- cuanto mayor es la etensi"n geográfica de la democracia menor es su intensidad como eperiencia real de participaci"n en la adopci"n de decisiones. Democracia Social. *a democracia social se concibe generalmente como la condici"n y el
estilo propios de una sociedad determinada, por lo que hay que distinguirla de la democracia socialista, que es un pro grama impuesto por el Estado a la sociedad. *a epresi"n alude normalmente a la democrati!aci"n de la sociedad, de la que son epresi"n sus hábitos y costumbres, y, sobre todo, a la creencia en lo que 5ryce llam" igualdad de estimaci"n, es decir, igual trato e igual respeto para todos los hombres. *a democracia social puede caracteri!arse, pues, por un ethos y un estilo de #ida definidos por una ni#elaci"n general de las diferencias de status. uede también referirse, por deri#aci"n, a una sociedad multigrupal, en la cual una red #igorosa de
micro democracias sostiene y da realidad a la macro
democracia política. Democracia econmica . 6ientras que la democracia política se preocupa fundamentalmente
con la igual dad jurídica y política, y la democracia social con la igualdad de status, la epresi"n democracia econ"mica se aplica a la ni#elaci"n de la rique!a. En este sentido ob#io y genérico el término se refiere a una democracia cuyo fin político primordial consiste en la redistribuci"n de la rique!a y la ni#elaci"n de las oportunidades econ"micas.
(oncebida así, la democracia econ"mica presupone la democracia política, siendo en #erdad la ra!"n de ser de una forma de gobierno democrática. Sin embargo, en el sentido marista, que es con mucho el predominante al respecto, la democracia econ"mica no presupone la democracia política, sino que la sustituye; consecuencia l"gica de una concepci"n materialista de la historia que niega la autonomía de la política. +esde la perspecti#a marista, la democracia política carece en sí misma de #alor, ya que es solo una superestructura de la eplotaci"n capitalista y burguesa que reduce la democracia política a democracia capitalista. &hora bien- si eliminamos de nuestra perspecti#a la esfera política no queda mucho que decir sobre la democracia en términos constructi#os. Es posible estar en contra de las falsas democracias eistentes, pero 7qué puede proponerse para re construir una #erdadera democracia8 or consiguiente, es claro que, en el sentido marista, la democracia econ"mica es solo un concepto polémico, por lo demás distorsionado, ya que no representa real mente la otra cara de la democracia capitalista, sino de la economía capitalista. En otros términos, democracia solo quiere decir, en este conteto, un sistema econ"mico, fundado, por otra parte, en el supuesto de que la política puede ser desalojada de su propia realidad.
Democracia ind!strial. +emocracia industrial es un concepto más estricto, pero más
constructi#o, para captar los problemas planteados por la idea de democracia econ"mica. En su esencia, la democracia
industrial significa la democracia en la fábrica. En muchos
aspectos, es una adaptaci"n de la f"rmula griega a una sociedad industrial- es una micro democracia en que el miembro de la comunidad política, el polítes, es sustituido por el miembro de una comunidad econ"mica- el obrero. En su forma última, la democracia industrial eige el autogobierno de los trabajadores de cada fábrica, un autogobierno directo que podría o debería ser coronado a ni#el nacional por una democracia funcional, es decir, por un sistema político basado en la representaci"n funcional. En la práctica el ideal de la democracia industrial se ha materiali!ado únicamente en cierto número de esquemas relati#os a la participaci"n de los trabajadores en la gesti"n- cogesti"n en &lemania y &ustria, consejos de trabajadores y autogesti"n en 9ugosla#ia, y una serie de prácticas institucionali!a das de consulta mita entre la direcci"n y los sindicatos en otros países.
ara resumir, nadie negará la importancia de la democracia social como base #ital de la democracia política, y se admite también generalmente que la ni #elaci"n econ"mica y la democracia industrial constituye fines #aliosos por sí mismos. Sin embargo, to das estas conceptuali!aciones son accesorios en la medida en que presuponen, eplícita
o
implícitamente, la democracia política. En otras palabras, estas democracias no son soberanas. Si el sistema político global no es democrático, la igualdad econ"mica tiene poca significaci"n y la democracia industrial puede ser eliminada en cualquier momento. Esta es la ra!"n de que la democracia sea, primero y sobre todo, democracia política, teniendo en cuenta que la importancia del método político democrático reside principalmente en sus resultados no políticos.
Democracia pop!lar . *as denominaciones democracia popular, democracia progresista,
democracia so#iética, u otras semejantes, plantean un problema específico. *a dificultad no consiste simplemente en que se refieran a un conjunto de di#ersos elementos, sino en que cada uno de estos es tan huidi!o que desafía a cualquier intento de análisis. 'na democracia comunista es una democracia político econ"mica, una democracia macro micro y, también, una democracia supra infra. Es casi imposible, por tanto, clasificar una democracia popular en funci"n de la distinci"n entre el significado político y el significado etra político de la democracia. $o obstante, la noci"n es e#idente mente deri#ada y, en este sentido, puede considerarse como un significado secundario más de la democracia. *a epresi"n democracia popular fue acu%ada y propagada, después de la segunda guerra mundial, como respuesta sincera a la bondad del término democracia; su carácter deri#ado es puesto también de manifiesto por su fragilidad. (ualquier discusi"n sobre la democracia de tipo comunista está básicamente confinada en un conteto normati#o y se apoya, sobre todo, en la democracia normati#o futurista. En todo caso, es refractaria a toda #erificaci"n empírica, ya que la teoría comunista elude tanto los argumentos estructurales como los de procedimiento, ateniéndose eclusi#amente a una definici"n conductista que no puede ser refutada. & partir de estos supuestos, no es de etra%ar que la teoría comunista de la democracia fracase en el empe%o de mostrar la realidad de este tipo de democracia. En
definiti#a. $o es posible diferenciar mediante criterio alguno los sistemas etiqueta dos como democracia popular, democracia so#iética etc., de los sistemas políticos no democráticos.
LA DEMOCRACIA COMO "ORMA DE #O$IERNO
Democracia griega % democracia moderna . *a democracia griega tal como fue practicada
en &tenas durante el siglo 0: a. de ., ha constituido la máima encarnaci"n del significado literal del término. uede sostenerse, en efecto, que el demos ateniense tenia más
que unos miles de ciudadanos manifestaban su conformidad o
disconformidad. Es cierto que, cuando el demos estaba reunido, la democracia se epresaba fundamentalmente a tra#és de decisiones aprobadas por aclamaci"n, pero es igualmente cierto que esta dimensi"n municipal constituía solo el elemento espectacular del sistema; su elemento más efecti#o consistía en el mecanismo en #irtud del cual todos mandaban en cada uno, y cada uno en todos, según la epresi"n de &rist"teles; el ejercicio del poder era efecti#o y ampliamente compartido gracias a una rápida rotaci"n en los cargos públicos, la mayoría de los cuales, por otra parte, se pro#eían mediante sorteo. En ambos aspectos a autonomía colecti#a y el gobierno por rotaci"n indi#idual, la democracia griega fue una democracia directa basada en la participaci"n real de los ciudadanos en su gobierno.
*a democracia moderna es enteramente diferente- no se basa en la participaci"n, sino en la representaci"n; no supone el ejercicio directo del poder, sino la delegaci"n del poder; no es, en resumen, un sistema de autogobierno, sino un sistema de limitaci"n y con trol del gobierno. En tanto que la democracia griega puede ser definida literalmente como un gobierno del pueblo sobre el pueblo, en la democracia moderna no se produce esta identidad entre los que gobiernan y los que son gobernados. +ebe, por tanto, e#itarse el error de creer que la participaci"n electoral de nuestros días puede asimilarse a la
participaci"n real de ciudadano griego; con mayor moti#o, no debe creerse que los di#ersos mecanismos que integran lo que llamamos democracia directa iniciati#a popular, referen dum, etc./ puedan colmar el abismo que separa la democracia griega de la actual. El ideal. *os occidentales han #i#ido bajo sistemas democráticos tiempo suficiente como
para haber alcan!ado la fase de la desilusi"n democrática. $o es, pues, etra%o que tiendan a subestimar el impacto de los ideales y, especialmente, la fuer!a de la ilusi"n democrática/, por en#uelta que se presente en ropajes apocalípticos en el resto del mundo. Esto equi#ale a ignorar el tono peculiar de la política moderna y, lo que no deja de ser una ironía. el cambio radical que el racionalismo occidental ha operado en la actitud del hombre ante la historia. =asta la 0lustraci"n, las formas políticas no fueron concebidas como paradigmas orientados hacia el fu turo, ya que el paradigma esta en el pasado, en un paraíso perdido o en el estado de naturale!a. +urante milenios los pensadores políticos se preocuparon por el problema de lo que podía ser. ero, desde la >e#oluci"n francesa, nuestro interés se centra en lo que debe ser. El liberalismo clásico pertenecía toda#ía a aquella época en la que los hombres se sentían satisfechos con regular el flujo de los acontecimientos; la democracia, el socialismo y el comunismo han surgido, en cambio, de una actitud prometeica, de la ambici"n de nadar contra la corriente. *a diferencia entre las palabras liberalismo y democracia es algo más que descripti#a- es normati#a. *a última ha absorbido a la primera porque, en gran medida, democracia tiene un potencial ut"pico del que carece liberalismo.
En rigor, si consideramos cualquier otro criterio, la palabra liberalismo habría supuesto una elecci"n más #entajosa, ya que no está asociada con ningún fracaso memorable- un eperimento que había degenerado rápidamente en el gobierno faccioso el gobierno del pobre contra el rico, según eplic" de modo realista &rist"teles y en el gobierno sin ley de la multitud. &demás, el término liberalismo apunta al fin del ideal, tan largo tiempo perseguido, de una forma mita y equilibrada de gobierno. En consecuencia, el éito de la palabra democracia parece residir en la misma ra!"n que antes había justificado su abandono, es decir, que democracia apunta hacia un ideal radical no menos radicar que ideal que comunismo, hasta tal punto que, en un conteto puramente normati#o, ambos ideales pueden asociarse/.
*o anterior no quiere decir por supuesto que el #ocablo haya sido deliberadamente restaurado porque el hombre moderno haya caído en un temple ut"pico.
La realidad. El debe y el es de la democracia están inetricablemente unidos. 'na
democracia eiste solamente cuando es el resultado de sus #alores e ideales; tratar separadamente de los hechos y las normas no es más que una estratagema analítica. ero no deja por ello de ser necesaria, ya que mientras la palabra democracia resulta adecuada para fines normati#os, puede ser, sin embargo, sumamente inadecuada en el plano de la descripci"n. Solo en el mundo griego coincidieron el nombre y la realidad. En nuestro mundo, el sentido descripti#o de la democracia no puede ser eplicado e inferido a partir de su significado literal. (uando llegamos al como de la democracia, la comunidad democrática se identifica usualmente por la forma de selecci"n de sus líderes y por el hecho, que es también un corolario, de que su poder esté sometido a frenos y restricciones. (omo se%al" Schumpeter, en una democracia el papel del pueblo consiste en crear un gobierno, y, en consecuencia, el método democrático es un dispositi#o institucional para producir decisiones políticas, en #irtud del cual los indi#iduos adquieren el poder de decidir a tra#és de una lucha competiti#a por los #otos del pueblo.
Los patrones. ara definir la democracia como un
tipo de sistema político, es preciso
esclarecer lo que la democracia no es. 9 esto presupone, a su #e!, el esclarecimiento de los patrones democráticos. 'n sistema político puede ser considerado o no como una democracia en #irtud de su dependencia de determinados patrones, si bien estos no son siempre los mismos, ya que la democracia no es una entidad estática- la democracia decimon"nica no puede ser ju!gada con los mismos criterios que la actual, y lo mismo puede decirse de la diferencia entre una democracia desarrollada y una democracia en desarrollo. El problema reside, pues, en hacer un uso coherente del patr"n adecuado. *os patrones son eigentes cuando se aplican a las democracias desarrolladas y bien establecidas del tipo escandina#o o anglo norteamericano.
Las condiciones. *as condiciones se di#iden de ordinario en necesarias y3o suficientes.
&hora bien, real mente sabemos tan poco de las condiciones de la democracia que, en la mayor parte de los casos, lo mejor que podemos hacer es hablar de condiciones propicias.
+esarrollo econ"mico. En nuestros días, se ha impuesto la tendencia a poner en relaci"n las condiciones de la democracia con un determinado estadio de desarrollo socioecon"mico. or ejemplo, *ipset sostiene que cuanto más bienestar econ"mico eista en una naci"n, mayores son las posibilidades de que en ella se afiance la democracia. Si #erificamos la hip"tesis mediante los índices usuales de desarrollo econ"mico, se llega a la conclusi"n de que la rique!a media, el grado de industriali!aci"n y urbani!aci"n, y el ni#el de educaci"n son muy superiores en los países más. Se ha hecho notar, sin embargo, que si atendemos a los casos particulares más que a los promedios estadísticos, la correlaci"n entre democracia y desarrollo econ"mico es escasa, y que, entre los polos de la opulencia y de la miseria etrema, se encuentra
una etensa
tierra de nadie donde puede darse cualquier sistema político. &demás, una correlaci"n no es una relaci"n causal; incluso si se acepta que eiste cierta relaci"n causal entre democracia y bienestar econ"mico, toda#ía debemos preguntarnos si un país se con#ierte en democrático a causa de su prosperidad, o es pr"spero a causa de la democracia.