INTRODUCCIÓN Este libro es una confrontación entre lo que le puede echar en cara una antropóloga a un economista y la respuesta contundente que este le daría. Esta tensión nos obliga a situar adecuadamente el doble contexto en que se originan los problemas que vamos a tratar en este libro. En la Inglaterra de finales del siglo XVIII se consolido una nueva forma de representar la sociedad y su modelo de hombre que supuso el surgimiento tanto de la cate catego gorí ría a econ económ ómic ica, a, como como del del cred credo o libe libera rall que que acab acabar aría ían n por por tran transf sfor orma marr los los fundamentos con que hasta entonces se había eercido el poder de unas sociedades sobre otras. ! finales del siglo XIX el estudio de los pueblos salvaes o primitivos que la expansión colonial y de los mercados iba encontrando en los lugares m"s recónditos del planeta, quedo como obeto de estudio de la antropología. ! su ve#, nuestra disciplina fue adudicando campos tem"ticos que reprodueron la división funcional de las sociedades occidentales y de sus aparatos de gobierno. $on esto no pretendemos separar dos "mbitos como si fuesen dos mundos aparte% el civili#ado que cuenta con el capital como motor económico y el primitivo que mantiene como motor simbólico y social la gracia del don don y de los los rega regalo los. s. &ay &ay que que reco recono noce cerr que que si quer querem emos os anal anali# i#ar ar y compa ompara rarr sociedades, no podemos partir de una ficción que nos las represente como si cada una de ellas hubiese sido alguna ve# una bola de billar compacta y cerrada en sí misma y no el resu result ltad ado o de una una plur plural alid idad ad de elem elemen ento toss dive divers rsos os,, de frag fragme ment ntos os cult cultur ural ales es hetero heterog'n g'neos eos,, llegad llegados os de divers diversas as proced procedenc encias ias,, cuya cuya combin combinaci ación ón hace hace que que las identidades sociales est'n continuamente transform"ndose. El libro va en la dirección opuesta a la tradición evolucionista que nos mostraba escalonadamente los estadios desde los primitivos y salvaes hasta llegar a la civili#ación occidental. (ambi'n es fala# preten pretender der explic explicar ar el pasado pasado de otras otras socied sociedade ades, s, inclui incluidas das las occide occidenta ntales les,, cuya cuya representación ideológica no coincidía con los presupuestos económicos de la nuestra, a partir de las categorías con las que nos representamos la nuestra. )uestra tarea inicial nos obliga a indagar en qu' consiste consiste lo excepcion excepcional al de un sistema que, convertido convertido en la autentica configuración ideológica de nuestra 'poca, ha sentado la base de muchas categorías y paradigmas que todavía hay quien aplica, como si fuesen universales, a todas las 'pocas y lugares de las distintas di stintas culturas humanas.
PARTE I: EL ARBOL GENEALOGICO DEL CAPITAL
TEMA 1: VARIACIONES EN TORNO AL CAPITALISMO LAS VIDAS PARALELAS DE LA ECONOMÍA Y DEL SISTEMA DE MERCADO. El termino economía, derivado del griego oi+os, significaba en la recia cl"sica el cuidado de la casa y llevar una buena administración del patrimonio domestico. -u utili#ación actual el estudio de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios dentro del sistema de mercado/, no aparece hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando en varios país países es de Euro Europa pa se habí había a inic inicia iado do%% */ la const onstit ituc ució ión n de un camp campo o de estu estudi dio o denominado economía, 0/ el surgimiento de una nueva representación ideológica que consideraba que ese campo económico era autónomo con respecto a la religión, a la polí polític tica a y a la mora moral,l, 1/ por por 2lti 2ltimo mo,, los los dist distin into toss proc proces esos os polí polític ticos os,, econ económ ómic icos os,, tecnológicos y sociales que configurarían una sociedad cuyas clases dirigentes basarían su ra#ó ra#ón n de ser ser en la b2sq b2sque ueda da del del bene benefifici cio o econ económ ómic ico. o. El asen asenta tami mien ento to de la económica política como ciencia descriptiva del nuevo campo de estudio fue muy r"pido en Inglaterra. 3a consolidación de la ciencia económica transcurre en paralelo a la aparición de una sociedad cuyos cambios tambi'n se aceleraron desde finales del siglo XVIII. !l indagar como se produo esta gran transformación, varios autores se4alan que debi'ramos distinguir dos fenómenos% 5or una parte los procesos históricos concretos, con variantes locales y regionales que darían lugar a la aparición de una sociedad que concibió la rique#a y el poder sobre los hombres. -urgiría un nuevo modo de producir ligado a la creación de nuevos mercados de bienes como la naturale#a la tierra/, el trabao o el dinero. 5or otra parte, el largo proceso ideológico mediante el cual la gente no solo los acepto, sino que considero que tales mercados eran naturales y universales.
EL CAPITALISMO: ESCALAS Y VARIACIONES CULTURALES CULTURALES Existe un notable baile de fechas y lugares a la hora de abordar los orígenes y las caract caracterí erísti sticas cas propia propiass del capit capitali alismo smo.. -eg2n -eg2n coinci coinciden den la mayorí mayoría a de los estudi estudios os antro antropo poló lógi gico cos, s, la inneg innegab able le e im impo port rtan antí tísi sima ma pres presen enci cia a del del comer comerci cio o en much muchas as soci socied edad ades es no se corre corresp spon onde de con con dato datoss que que avale avalen n que que exis existities ese e un sist sistem ema a de mercado que, como el presente, abarcase la producción, la distribución y el consumo de bienes% los comerciantes y sus pr"cticas carecían de la importancia y del rango que las gentes de esas mismas sociedades otorgaban a otras transacciones que formaban parte de procesos políticos, de parentesco o religiosos. El capitalismo no es solo una forma peculiar de intercambio bao contrato, o un sistema de producción y una división del trabao, no es f"cil encontrar una definición del capitalismo que resulte satisfactoria. -in embarg embargo, o, parece parece oportu oportuno no delimi delimitar tar provis provision ionalm alment ente e su campo campo de aplica aplicació ción. n. 6olf, 6olf, inspir"ndose en 7arx, ve tres modos de producción% uno basado en el parentesco, otro en la captación de tributos y el capitalista en cuyas relaciones sociales, los due4os de los medios de producción, compran la fuer#a de trabao de unos trabaadores a quienes se les ha apartado de sus propios medios de producción y dependen de los salarios para su subsistencia. ! su ve#, las relaciones capitalistas est"n entrela#adas con las nociones del individuo libre capa# y deseoso de establecer relaciones contractuales con otros. Estas nociones del individuo como un agente libre se conugan con sus variantes% el concepto de contrato social, el de la sociedad como producto de la interacción entre los ego y los alter, el del mercado de mercancías e ideas, o el del terreno político como si estuviese constituido por el continuo plebiscito de los votantes individuales. ! partir de sus orígenes europeos, su expansión planetaria lo doto no solo de una escala que muchos llaman
PARTE I: EL ARBOL GENEALOGICO DEL CAPITAL
TEMA 1: VARIACIONES EN TORNO AL CAPITALISMO LAS VIDAS PARALELAS DE LA ECONOMÍA Y DEL SISTEMA DE MERCADO. El termino economía, derivado del griego oi+os, significaba en la recia cl"sica el cuidado de la casa y llevar una buena administración del patrimonio domestico. -u utili#ación actual el estudio de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios dentro del sistema de mercado/, no aparece hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando en varios país países es de Euro Europa pa se habí había a inic inicia iado do%% */ la const onstit ituc ució ión n de un camp campo o de estu estudi dio o denominado economía, 0/ el surgimiento de una nueva representación ideológica que consideraba que ese campo económico era autónomo con respecto a la religión, a la polí polític tica a y a la mora moral,l, 1/ por por 2lti 2ltimo mo,, los los dist distin into toss proc proces esos os polí polític ticos os,, econ económ ómic icos os,, tecnológicos y sociales que configurarían una sociedad cuyas clases dirigentes basarían su ra#ó ra#ón n de ser ser en la b2sq b2sque ueda da del del bene benefifici cio o econ económ ómic ico. o. El asen asenta tami mien ento to de la económica política como ciencia descriptiva del nuevo campo de estudio fue muy r"pido en Inglaterra. 3a consolidación de la ciencia económica transcurre en paralelo a la aparición de una sociedad cuyos cambios tambi'n se aceleraron desde finales del siglo XVIII. !l indagar como se produo esta gran transformación, varios autores se4alan que debi'ramos distinguir dos fenómenos% 5or una parte los procesos históricos concretos, con variantes locales y regionales que darían lugar a la aparición de una sociedad que concibió la rique#a y el poder sobre los hombres. -urgiría un nuevo modo de producir ligado a la creación de nuevos mercados de bienes como la naturale#a la tierra/, el trabao o el dinero. 5or otra parte, el largo proceso ideológico mediante el cual la gente no solo los acepto, sino que considero que tales mercados eran naturales y universales.
EL CAPITALISMO: ESCALAS Y VARIACIONES CULTURALES CULTURALES Existe un notable baile de fechas y lugares a la hora de abordar los orígenes y las caract caracterí erísti sticas cas propia propiass del capit capitali alismo smo.. -eg2n -eg2n coinci coinciden den la mayorí mayoría a de los estudi estudios os antro antropo poló lógi gico cos, s, la inneg innegab able le e im impo port rtan antí tísi sima ma pres presen enci cia a del del comer comerci cio o en much muchas as soci socied edad ades es no se corre corresp spon onde de con con dato datoss que que avale avalen n que que exis existities ese e un sist sistem ema a de mercado que, como el presente, abarcase la producción, la distribución y el consumo de bienes% los comerciantes y sus pr"cticas carecían de la importancia y del rango que las gentes de esas mismas sociedades otorgaban a otras transacciones que formaban parte de procesos políticos, de parentesco o religiosos. El capitalismo no es solo una forma peculiar de intercambio bao contrato, o un sistema de producción y una división del trabao, no es f"cil encontrar una definición del capitalismo que resulte satisfactoria. -in embarg embargo, o, parece parece oportu oportuno no delimi delimitar tar provis provision ionalm alment ente e su campo campo de aplica aplicació ción. n. 6olf, 6olf, inspir"ndose en 7arx, ve tres modos de producción% uno basado en el parentesco, otro en la captación de tributos y el capitalista en cuyas relaciones sociales, los due4os de los medios de producción, compran la fuer#a de trabao de unos trabaadores a quienes se les ha apartado de sus propios medios de producción y dependen de los salarios para su subsistencia. ! su ve#, las relaciones capitalistas est"n entrela#adas con las nociones del individuo libre capa# y deseoso de establecer relaciones contractuales con otros. Estas nociones del individuo como un agente libre se conugan con sus variantes% el concepto de contrato social, el de la sociedad como producto de la interacción entre los ego y los alter, el del mercado de mercancías e ideas, o el del terreno político como si estuviese constituido por el continuo plebiscito de los votantes individuales. ! partir de sus orígenes europeos, su expansión planetaria lo doto no solo de una escala que muchos llaman
global, sino tambi'n de diversos modelos o variaciones culturales que nos inclinan a inte interp rpre reta tarr que que el capi capita talis lismo mo no es un fenó fenóme meno no gen' gen'ri rico co ni ahis ahistó tóric rico. o. 3eo 3eoss de considerar el capitalismo o el sistema de mercado un bloque homog'neo y estanco, tenemos que anali#arlo partiendo de sus variaciones.
EL PROC PROCES ESO O HIST HISTOR ORIC ICO O EN INGL INGLA ATERRA TERRA:: CERC CERCA ADO DOS, S, CO COLO LONI NIA AS Y RESISTENCIA DIFUSA. 3inebraugh y 8edi+er observaron que la aparición incipiente de las nuevas instituciones que acaba acabaría ríamos mos llaman llamando do del mercad mercado, o, coinc coincidie idieron ron con la moda moda entre entre las elites elites comerciales inglesas de utili#ar como ornamento reproducciones de &'rcules luchando contra la &idra de siete cabe#as. El vieo dios &'rcules se convirtió en el símbolo pionero de una racionalidad económica que legitimaba la expansión planetaria, la expropiación y las nuevas formas de dominio, mientras que la &idra encarnaría la oposición al h'roe. 3a oposición &'rcules9&idra acabaría acabaría por simboli#ar el buen gobierno que querían eercer las elites elites y la resistencia resistencia a 'l de una heterog'ne heterog'nea a multitud de grupos grupos sociales que vivían vivían en las distintas costas atl"nticas. -e trata de una buena manera de representar los notables cambios% */ En el campo ingles se abandonaron abandonaron los cultivos cultivos orientados a la subsistencia de la familia campesina, debido a las leyes que permitieron cercar los terrenos comunales y que los terratenientes se beneficiasen de una nueva forma de explotación ganadera. 3a política de cercados se había llevado por delante millares de peque4as explotaciones campesinas, para dear paso a gigantescos latifundios. :el mismo modo, el punto com2n entre los estragos coloniales y la situación de las clases desposeídas inglesas consistió en que el sistema de cercados las convirtió en los indígenas arrancados de su tribu y degradados de su 'poca; 0/ -in poder explotar los terrenos comunales, los peque4os campesinos se vieron obligados a buscar otra forma de sustento que coincidió con la elaboración de leyes terribles contra los vagabundos y los pobres, creando una gran masa de personas que contribuirían al crecimiento de las ciudades, al aumento de trabaadores pobres, desposeídos de cualquier medio de subsistencia que no fuese la venta por un salario de su propio trabao; 1/ 3a expansión mundial del capitalismo ser" inexplicable sin los grandes movimientos de gentes de unos lugares del planeta a otros en busca de trabao. 3as migraciones podían darse dentro de un mismo país o de unos países a otros. 3os dos aspectos m"s visibles de esta dolorosa destrucción del teido social serian un desarraigo cultural del que surgirían posteriormente otras combinaciones de las series culturales antiguas y nuevas, y nuevas formas de vida en m2ltiples lugares del planeta. <=u' <=u' ocurrí ocurría a con con la &idra> &idra>,, <=u' <=u' resist resistenc encia ia opusie opusieron ron todas todas estas estas gentes gentes> > &ubo &ubo revuel revueltas tas,, pero pero no alcan# alcan#aro aron n la radica radicalid lidad ad que una mirada mirada retros retrospec pectiv tiva a pensa pensaría ría encontrar. 3a gente percibía los cambios, pero ignoraba la dirección y, como dicen los econom economist istas as actual actuales, es, el car"ct car"cter er sist'm sist'mico ico que que tendrí tendrían. an. 3as revuel revueltas tas podemo podemoss agru agrupa parl rlas as en func funció ión n de la expr expres esió ión n p2bl p2blic ica a de la prot protes esta ta en tres tres grup grupos os%% */ La economa mo!a" % (hompson acu4o el termino economía moral para referirse a la serie de obligaciones y responsabilidades que tenían los gobernantes o los se4ores tradicionales con la multitud y que evitaban que se pusiese en peligro la subsistencia, o se traspasasen ciertos límites sin redistribuir o rebaar el precio de los alimentos. 3a economía moral representa una forma ideológica que Eric 6olf denomina el modo tributario, se basa en una idea de usticia que obliga a los gobernantes o se4ores a garanti#ar el sustento de los que est"n bao su mando. -in embargo, estos principios se vio que eran incompatibles con los principios del mercado, porque la nueva economía tendría que liberarse de los imperativos morales y de las obligaciones del don. 3a preocupación y la respuesta dada por las culturas locales a nuevos problemas sociales así como las diferentes escalas de respon responsab sabilid ilidad ad social social ante ante las divers diversas as y contes contestad tadas as concep concepcio ciones nes de la ustic usticia ia mantienen vigente la vitalidad y las discusiones antropológicas en torno al concepto de econom economía ía moral; moral; 0/ M#"ena!#$mo % $#&enc#a !e"#'#o$a % ran parte de la resistencia
frente al nuevo sistema formaba parte de movimientos religiosos disidentes, muchos de los cuales se oponían no solo a los poderes existentes, sino a cualquier tipo de dominio o ley; 1/ P!o(e$(a$ )o"(#ca$ % $#nca"e$ % 3a visión de la resistencia se suele representar como movimientos de protesta encaminados a dar una respuesta en t'rminos políticos a quienes les dominan. -in embargo los modos de resistencia recorren un amplio espectro. Es cierto que con la primera sociedad industrial aparecieron varios movimientos reformistas, claramente sindicales (rade ?nions/. 3o cierto es que incluso los movimientos sindicalistas, socialistas y anarquistas suelen haber me#clado tambi'n elementos muy diversos; @/ D#$#&enc#a *+$a % 8espuestas de la gente a la gran transformación. racias a $omaroff en su estudio de la frontera sur de (sAana cuando se habían establecido allí misioneros no conformistas a finales del XIX se comprobó que no existía una confrontación entre dos partes, sino que lo que se produo fue un autentico esfuer#o para adecuarse a la compresión de un mundo cambiante. Esto les lleva a formularse varias preguntas
En la realidad cotidiana de las gentes encontramos muchas manifestaciones que no asociamos con la resistencia y si con otras pr"cticas que son una forma tacita de resistencia, pero que nos producen una cierta perpleidad.
LA INMERSIN ETNOGRAFICA DE ENGELS Existe una ausencia de reconocimiento a los estudios concretos que, sobre todo Engels, llevo a cabo en las barriadas obreras de 7anchester. (endríamos que reconocerlo como un trabao pionero en la antropología urbana e industrial. 3a 2ltima biografía publicada nos muestra a Engels como un fiel seguidor de 7arx, aunque su aportación intelectual, a menudo, apare#ca rebaada a la labor de un mero publicista o divulgador de la obra del maestro. Bunto a esta militancia y dedicación intelectual, se cuela, su otra mitad, la de un hombre del mundo de la industria, inmerso en la cultura textil de 7anchester. -us ideas políticas no interferirían en su irreprochable labor como capitalista. $uando el oven Engels llega a 7anchester escribe su primera obra conocida% 3a situación de la clase obrera en Inglaterra. -u labor de reconstrucción de cómo malvivían los trabaadores en ese sistema est" basado en su b2squeda de la realidad. Engels se nos presenta como una especie de 7alinoAs+i entre los nativos del 7anchester de la 8evolución Industrial.
LA SOCIEDAD DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL. Eli#a Cendall, una oven de *D a4os, se había suicidado por la prisión que le esperaba al no poder pagar las deudas contraídas para ganarse la vida. )o encontramos en el texto de (erradas las claves psicológicas de una autodestrucción% lo que ha destruido a Eli#a es un orden social, un sistema que había considerado que el trabao era una mercancía y que desde *D1@ había abolido las diversas leyes de 5obres, que hasta entonces habían proporcionado subsidios a los de cada parroquia. ! partir de esa fecha se suprimieron los subsidios y se habilitaron los asilos como talleres de trabao for#oso. 3os asilos cumplían el vacio donde llevar a todos aquellos pobres que cumplían su pena en las colonias americanas despu's de que la $orona los vendiese a particulares como esclavos o siervos.
LA ANTIBIOGRAFIA DE ELI-A ENDALL Ignasi (erradas aplico el termino antibiografia para referirse a varios personaes literarios y a quien en vida se llamo Eli#a Cendall. 3a antibiografia, al se4alar la negación o la ausencia biogr"fica de un personae que se considera irrelevante, apunta la necesidad de reconstruir el sentido social y expresivo de su vida. &enderson y $haloner revisaron las
fuentes de Engels para mostrar sus exageraciones. !sí es como dieron con la noticia antibiografica sobre Eli#a que se había publicado el día 1* de agosto de *D@@. )os cuentan como Eli#a vivía en una de las barriadas m"s pobres de la localidad, dedicada como el resto de las mueres de su familia, a coser camisas. En 'pocas de crisis, como el a4o *D@@, los ingresos de la familia habían mermado considerablemente% el padre estaba en paro, y solo dos de las cuatro hermanas tenían trabao a tiempo completo. !l generali#arse la crisis, Eli#a y sus hermanas casi no podían subsistir, no les quedaba m"s remedio que empe4arse varias veces. 3lego el verano de *D@@, cuando, sin saber bien porque, Eli#a tuvo un altercado con una muer que la denuncio. El ue# condeno a Eli#a a pagar las costas del uicio so pena de ir a la c"rcel, el trabao de cinco días completos, que ahora, en plena crisis, no podría conseguir. Ese 0* de agosto Eli#a se lan#o al canal y acabo con sus dieciocho a4os de vida. <5ueden los indicios de una vida marginada decirnos m"s acerca de toda una 'poca que las m"s ra#onadas explicaciones históricas y las biografías mas completas> Boan rigol' vincula la presentación del caso de Eli#a a una importante tradición antropológica, consistente en abstraer una situación social de relevancia general, a partir de la exposición monogr"fica de un caso particular, que bien pudiera pasar inadvertido por su nimiedad o marginalidad, pero que nos muestra la lógica y el funcionamiento de todo el sistema. 5or 2ltimo, resulta indudable que la antibiografia no nos lleva a conocer la vida real de una persona. -in embargo, a partir de la anotación de su muerte, asistimos al contexto social e ideológico de su 'poca. $omo se4ala (erradas, la antibiografia de Eli#a nos conduce a la Economía 5olítica y al liberalismo, al romanticismo y al radicalismo, al marxismo y al conservadurismo.
TEMA 2: LA IDEOLOGÍA ECONÓMICA Y LA REPRESENTACION DE LA SOCIEDAD
EL LUGAR DE LA ECONOMÍA EN LA SOCIEDAD 5olanyi planteo la necesidad de averiguar y comparar el lugar que ocupa la economía en las distintas sociedades. 3ouis :umont contrasto el modelo indio con el nuestro estableciendo la comparación en los t'rminos erarquíaGigualdad y holismoGindividualismo. ! pesar de la aparente complicación de la formulación de :umont, si quisi'ramos llevar a cabo un estudio holista de los procesos económicos que tienen lugar en nuestra sociedad, tendríamos que integrarlos analíticamente como un componente tanto de nuestra sociedad como de nuestra cultura, por difusa y a veces sin sentido/ que sea la viea distinción funcionalista entre sociedad y cultura. ! partir del contraste entre los valores de erarquía e igualdad, :umont opone la ideología holista que est" presente en el sistema de castas de la India, tal y como la estudia en su obra &omo hierarchicus, a nuestra ideología individualista que anali#a en &omo aequalis. :enomina ideología holista a aquella que valora la totalidad social e ignora o subordina al individuo humano, concepto que solo cobra sentido pleno en la ideología individualista moderna, que se caracteri#a por valorar al individuo e ignorar o subordinar la totalidad social. $omo se4ala Verena -tolc+e, el enfoque comparativo y estructural que reali#a :umont opone el individualismo con sus valores igualitarios/ al holismo con sus valores er"rquicos/. )os referimos al holismo presente en la configuración ideológica de la Europa medieval, y del sentido aglutinador de la caridad cristiana.
LA CARIDAD CRISTIANA FRENTE A LA USURA 3os valores presentes en el sistema se basaban en unos principios de origen religioso, pero que afectaban a la sociedad como un todo. :ichos principios oponían la pr"ctica de la caritas al lucro y a la usura que deaban claro que la ganancia económica estaba subordinada a otros valores. $omo representación ideológica de la sociedad, la caridad se articulaba a partir de los tres principios teológicos siguientes% En primer lugar, la caritas establecía una ecuación con :ios, en segundo, la caritas como don que partía del Espíritu -anto era gratuita y universal. 5or 2ltimo, la caridad era una virtud relacional, que se basaba en el vínculo que une a :ios con los hombres. $omo consecuencia, la caridad se convirtió en la madre de todas las virtudes cristianas. Entre las pr"cticas derivadas de la caridad hemos de contar tanto la limosna como la inmensa cantidad de rique#a que en forma de fundaciones se transfería a iglesias y conventos, en gran parte como donaciones pro anima. :e esta forma, la caritas ponía en manos de cl'rigos, obispos o abadesas la producción, administración y redistribución de gran parte de las rique#as que circulaban por toda la sociedad. 3os usureros pecaban contra :ios al robar o apropiarse del tiempo, que era un don divino y gratuito, pero tambi'n contra su próimo por cobrar intereses en una comunidad de hermanos. Es imprescindible entender que el pecado del usurero equivale a la pretensión, salt"ndose la economía moral, de controlar y dominar a los otros. :el mismo modo que la caritas partía de una situación er"rquica y legitimaba la desigualdad, si esta sobrepasaba las proporciones adecuadas, tambi'n daba argumentos a la economía moral para legitimar las revueltas y motines de la multitud. -urgían grupos sociales que cuestionaban la santidad o la legitimidad de que la Iglesia institucional fuese cada ve# m"s poderosa frente a los príncipes, frente a los cl'rigos de a pie o frente a la
multitud de desposeídos. 3a asimilación y el respaldo a figuras carism"ticas próximas a los disidentes lograba que los fieles volviesen al redil.
LA AMISTAD, LA ANTIDORA Y LA /ERAR0UIA. &abía usura cuando existía lucro en los contratos llamados de mutuo, es decir, de pr'stamo. )o había usura si mediaba la amistad o la gracia, aunque hubiese lucro. 5or amistad hemos de entender los vínculos políticos entre aliados, es decir, aquellos que no se basaban en la violencia. undamenta y puede legitimar tanto las relaciones relevantes para el funcionamiento de un gobierno, como todas aquellas que se dan entre personas que ocupan lugares desiguales en la erarquía social. El código de la antidora establecía, por una parte, que todos los hombres estaban obligados a :ios y a la Iglesia, por otra, que los inferiores debían corresponde con gratitud a sus superiores. 3a amistad desigual se expresaría% la parte superior tendría una conducta basada en la liberalidad9caridad9 magnificencia con un amigo inferior, que se vería obligado a corresponder con la gratitud o el servicio. 3o que resulta interesantes es que todas estas prestaciones9 contraprestaciones entorno a las relaciones sociales, la erarquía y sus virtudes estuviesen suetas a distintos códigos de regulación. ! partir de la caridad se establecen, por medio de la gracia, unas relaciones asim'tricas.
LA RUPTURA MODERNA: IDEOLOGÍA ECONMICA E INDIVIDUALISMO 3o que vemos no se parece en nada a lo que encontramos entre nosotros. 3a representación ideológica de nuestra propia sociedad es el resultado de un largo proceso, detalladamente estudiado por :umont, en el que por primera ve# se habría segregado lo religioso, lo político, lo moral y lo económico de lo que había sido una sociedad holista, un todo social indiferenciado. 3a propuesta intelectual de :umont consiste en explorar, desde sus primeros indicios, como se ha configurado esa ruptura que al cabo se ha convertido en nuestra peculiaridad cultural, con el fin de que logremos entender porque nuestra sociedad considera que el individuo o el mercado son tan naturales, que llevan toda la vida entre los humanos. En el an"lisis que :umont reali#a de 3oc+e la primera innovación que podemos distinguir es la liga#ón que el establece entre el individuo y su capacidad de ser propietario. 5ero el fundamento de la propiedad, segunda novedad, es el trabao, no las necesidades. 3oc+e encierra un dilema% los hombres son libres para seguir sus propios intereses como individuos; pero :ios representa la 2nica garantía para que no suran conflictos entre ellos. $uando !dam -mith se enfrenta al mismo problema, vuelve a surgir la misma dificultad. Esta liga#ón teísta entre los individuos desaparecer" al adentrarnos en el siglo XIX.
EL FETICHISMO DE LAS MERCANCIAS. EL LIBERALISMO ECONOMICO COMO UTOPIA Y LA 1TICA PROTESTANTE. 3a mayoría de los investigadores est"n de acuerdo en que Inglaterra fue el primer país en el que surgió tanto el sistema como gran parte de su configuración ideológica. ?na ve# puesto en marcha, el proceso fue muy r"pido. (res interpretaciones del sistema% */ E" *e(#c2#$mo &e "a$ me!canca$ % 7arx se había impuesto la misión de explicar el funcionamiento del capitalismo; por otra parte, como activista político, recha#aba profundamente el sistema que estudiaba. En 7arx los humanos son seres sociales, dotados de una historia natural y de una naturale#a histórica% la historia es una creación de la productividad humana, porque una sociedad se caracteri#a por un modo de producción concreto en un momento histórico concreto, a partir del cual se explicarían otras instituciones de esa sociedad, como las urídicas o las ideológicas. En El Capital ,
7arx considera el fetichismo como una de las características principales del sistema, se sustituye el aspecto social de los seres humanos por las características de las cosas, mientras que las cosas aparecen dotadas de los atributos sociales o humanos. En El fetichismo de las mercancías , quiere explicar la lógica del capitalismo con referencia al fetichismo o misticismo que le atribuye a la realidad social. ?na mercancía se nos presenta de forma extra4a, como si fuese un fenómeno religiosos creado por los dioses o como si procediese de otro mundo y no del resultado del trabao humano. ! lo largo de la historia, los hombres han reali#ado todo tipo de obetos y artefactos que no son mercancías a no ser que circulen, que se intercambien en el mercado. -in embargo, a partir de esta exposición ya no vemos el trabao que costo hacerla, sino que la silla est" en la tienda como si hubiese aparecido por arte de magia para que la compremos, ha pasado de ser un obeto 2til salido de las manos de un artesano, a ser un obeto para intercambiar, una mercancía. $uando la producción se encamina al mercado, el valor de los obetos no proviene de su utilidad su valor de uso/, sino de su capacidad para intercambiarse por otros bienes su valor de cambio/. 5aralelamente, el trabao de quien los hi#o se valora por su capacidad para generar bienes intercambiables, de tal modo que el propio trabao se convierte tambi'n en una mercancía que se puede comprar y vender, de tal forma que nos olvidamos o sustituimos las relaciones entre los seres humanos por una relación entre mercancías. :urante la 'poca medieval europea, nadie negaba que el trabao humano, fuese la base de toda la producción de los obetos que utili#aba la gente. 3a etnografía de )ash, cuyas aportaciones recoge (aussig, presenta un completísimo estudio de las minas de estanque del valle del $auca colombiano. En el an"lisis de la representación cultural ideológica/ que se hace de la tierra, de sus espíritus y de los rituales propicitarios que la gente tiene con ellos, 7arx lo habría considerado una forma primitiva de fetichismo. 0/ La 3(#ca )!o(e$(an(e % ?no de los temas centrales en la obra de 7ax 6eber fue la relación existente entre los valores compartidos por los practicantes de las grandes religiones con cierto tipo de actitudes relacionadas con el espíritu con que se abordaba la vida. 6eber bao el t'rmino gen'rico capitalismo engloba todas las relaciones comerciales que se habían dado en todo el mundo. !sí, distinguir" varias clases de capitalismo en función de sus metas% los botines b'licos, el pr'stamo de dinero o la reali#ación de diversas empresas comerciales. 3o que si considera específicamente moderno es el capitalismo racional que exige que se lo diferencie de todas las formas anteriores; si bien lo consideraba como una visión del mundo. -u libro La ética protestante y el espíritu del capitalismo mantiene que la 'tica del trabao que desarrollaron ciertas sectas protestantes influyo en el surgimiento de este tipo de capitalismo moderno en los países del norte de Europa. 6eber mantiene que, a un n2mero considerable de protestantes, su devoción religiosa, en lugar de hacerles recha#ar el mundo, como ocurre en muchas otras religiones, les llevo a ugar un papel activo en el comercio, en la creación de empresas y en la acumulación de rique#as para invertir, porque buscaban se4ales que les indicasen si :ios les favorecía. -eg2n Jourdieu la base de tal actitud descansa en la creencia calvinista en que :ios ayuda a los que se ayudan a sí mismos y en la exaltación de la responsabilidad individual. 5or otra parte, no ignoraba que muchos no creyentes o indiferentes buscaban el beneficio económico igual que lo pudiera hacer un calvinista. 1/ E" "#4e!a"#$mo econ5m#co como +(o)a % Ktros autores apuntan el papel del Estado como elemento fundamental de la gran transformación, debido a que fue precisamente la legislación que sustituyo vieas leyes por otras nuevas el origen de los cambios en cadena. Carl 5olanyi consideraba que el an"lisis de sus orígenes y de cómo funcionan sus instituciones muestra que la regulación de todo el sistema procede de la intervención estatal continua y planificada.
CONTRAPUNTO I LAS MIGRACIONES DEL SIGLO 6I6
3as enormes migraciones tuvieron su origen como se4ala Eric 6olf, en el capitalismo que reubico a un gran n2mero de personas que buscaban una vida con m"s oportunidades que las que les deparaba el medio social en el que habían nacido. 3as relaciones que surgían de la intersección entre lo global y lo local estaban presentes en las pr"cticas que configuraban unas corrientes migratorias, cuyas dificultades se iniciaban en el momento mismo de tramitar la salida del lugar de origen y de conseguir dinero para el pasae. !sí pues, asentarse en el lugar de destino dependía de muchas variables% las políticas migratorias concretas en ese momento, el tipo de intermediarios utili#ados y las relaciones de parentesco o sociales que les permitirían a cada inmigrante una meor o peor entrada en las redes de trabao del nuevo mundo. 3as distintas fases regionales de la expansión capitalista y el tipo de políticas de los distintos países de abrir o cerrar fronteras nos permiten distinguir tres grandes corrientes migratorias en el siglo XIX. 3a primera, relacionada con la expansión industrial en los países europeos, que se había iniciado en Inglaterra, tenía como característica principal que los trabaadores cambiaban de lugar, pero sin recorrer grandes distancias. -e trataba de un gran 'xodo del campo a las f"bricas. Ktras regiones seguirían pautas similares. 5osteriormente, la necesidad de mano de obra favoreció el despla#amiento de trabaadores de unos países europeos a otros. 5or 2ltimo, millones de personas de diferentes países cambiaron de continente. En este sentido, podemos considerar que la posición que irían ocupando los reci'n llegados de los distintos países dependía en gran parte de su situación con respecto a otros grupos de emigrantes, de los momentos del ciclo de crecimiento del país receptor, de sus vínculos culturales y de la estrategia que emplearían frente a otros grupos competidores.
EL REGRESO DE LOS INDIANOS. Entre mediados del XIX y el primer tercio del siglo XX, el regreso a alicia desde las !m'ricas de los llamados indianos un grupo heterog'neo de hombres y mueres que habían acumulado grandes fortunas en el lugar al que habían emigrado/ ha dado lugar a una narrativa que nos presenta su periplo americano como si fuesen las tres etapas de un rito de paso% una primera fase de salida m"s o menos difícil, seguida por un periodo intermedio de lucha y superación en el nuevo país y, por fin, la reincorporación, mediante un regreso triunfal, a su aldea o pueblo natal, convertido en un indiano. El termino indiano surge de una clasificación que pretendía establecer un estigma que, quienes habían detentado tradicionalmente el poder, hubiesen lan#ado contra ellos. 3a ambigLedad que supone el ascenso económico y no social de los indianos en una sociedad estancada puede considerarse transitoria, en función de las variadas estrategias a su alcance en sus alian#as matrimoniales, ya ali"ndose con indianos o nuevos ricos similares a ellos mismos. 3a mayoría de estos indianos, al regresar a su localidad natal, se construyen una gran mansión que sigue una est'tica indiana. 7uchos de ellos reali#an donaciones, encaminadas a beneficiar a las clases populares con las que ellos mismos se identifican, que paliarían el desolador panorama espa4ol en las políticas de instrucción p2blica o en la atención asistencial. 3os indianos reci'n llegados a la rique#a, suplían la ambigLedad social beneficiando a los dem"s con su propia rique#a y consagrando su vida domestica y la de sus hios a traspasar las fronteras y a mostrar la superioridad de sus logros frente a la carencia de las elites provincianas en cuanto a experiencia, viaes, saber vivir y capacidad de moverse por el ancho mundo.
EL BETAN-OS DE LOS HERMANOS GARCIA NAVEIRA Entre los indianos gallegos que llevaron a cabo una política de donaciones pocos pueden competir con los hermanos don Buan y don Bes2s arcía )aveira, quienes son los artífices de una obra singular, El pasatiempo. Buan arcía )aveira era el mayor de cinco
hermanos de una familia de labradores. ! los veinte a4os, emigra a !rgentina instal"ndose en Juenos !ires, donde a los dos a4os se reunir" con 'l su hermano Bes2s. Ignoramos cuales fueron sus primeros pasos en Juenos !ires, pero ambos se esfor#aron en adquirir la instrucción de la que carecían, así como que en un tiempo record iniciaron m2ltiples negocios que pronto fructifican. !mbos hermanos se casarían en !rgentina con mueres de origen vasco. En *DM1, ya con una considerable fortuna, Buan retorna a alicia instal"ndose definitivamente en Jetan#os, mientras su hermano Bes2s fia su residencia en 7adrid. En Jetan#os, Buan construiría su casa y ambos llevarían a cabo una amplia labor filantrópica, tanto conuntamente como por separado. En su obra cumbre, el 5arque9ardín El 5asatiempo, Buan propone como eemplo su modelo practico de ascensión social, su visión del mundo, la necesidad de la instrucción que 'l ha tenido que adquirir por sus propios medios, el deseo de que gracias a 'l sus conciudadanos se sobrepongan al clasismo y al clientelismo político en que se basa el dominio de las vieas clases altas espa4olas. 3a mayoría de los antropólogos han opuesto las sociedades sin mercado, caracteri#adas por carecer de una esfera económica independiente, a la sociedad de mercado, como sinónimo del capitalismo; en otros t'rminos, han considerado antagónicas la moral del don, característica de las primeras, con la de los intercambios bao contrato, propios de las segundas. -in embargo, el mundo del don con sus obligaciones persiste todavía entre nosotros. 3a experiencia de los hermanos arcía )aveira aportaron el tipo de solución que buscaba 7auss para aplicar la moral del don a una sociedad dominada por el mercado.
PASANDO EL TIEMPO: PRETENSIONES DESCRIPTIVAS. :on Buan arcía )aveira centrara buena parte de sus esfuer#os en la construcción de un ardín9parque denominado El 5asatiempo. &asta la muerte de su autor, el parque se nos presenta como una construcción permanente, que va incorporando m"s terrenos en los que tendrían cabida a nuevas y variopintas interpretaciones culturales. 8aymond 6illiams se detiene en buscar que se oculta tras esa advocación a compartir, que virtud, si la caridad cristiana, la responsabilidad o la vecindad est" detr"s. En la interpretación de 6illiams, la versión de la caridad cristiana expresada como comunidad de consumo se mantuvo aun despu's de que los cambios introducidos en la sociedad por el capitalismo al hubiesen relegado a ser una visión social perif'rica o incluso da4ina para los m"s desfavorecidos. En cambio, aplicando la distinción de 8osa 3uxemburg a las donaciones generales de los hermanos, podemos establecer que estas se dirigen casi siempre a favorecer la reproducción social, mientras que la donación de don Buan en El 5asatiempo tiene tambi'n que ver con su manera de entender el trabao% hombres que trabaaban, edificaban y compartían su obra. :entro de El 5asatiempo existían dos "reas, el Bardín, terreno llano ganado a la unquera y marisma, que ocupaba la mayor parte de la extensión del conunto, y el 5arque Ilustrado, #ona organi#ada en cinco niveles o terra#as que se amoldaban a la falda de la monta4a, tambi'n llamado N5arque Enciclop'dicoO.
LOS PAR0UES Y /ARDINES COMO HECHO SOCIAL TOTAL )os hemos acostumbrado a vincular los estudios sobre parques y ardines a la arquitectura, al dise4o, a la est'tica o a la historia del arte. 7enos veces hemos interpretado los ardines bao el prisma que pudiera seguirse de un 7arcel 7auss que nos los mostrase como un hecho social total. En muchos lugares, los ardines plasman las ambiciones y la movilidad social; en otros, son una representación del poder central que hace gala de la multitud de bienes que puede exhibir; por 2ltimo los ardines de los antiguos palacios se abren para que los disfruten los ciudadanos a la ve# que su nueva titularidad p2blica sirve como propaganda a favor del nuevo r'gimen. 5ara concluir, y volviendo a El 5asatiempo, es importante se4alar que el parque siempre ha sido un refleo
de la ambigLedad social a la que nos hemos referido, cuando anali#amos la rigide# de clases y el difícil acomodo de los emigrados retornados, llamados peyorativamente indianos que, seg2n las clases elevadas, mostraban su falta de distinción en los caprichos que se permitían con su dinero.
EL /ARDIN ESCRITO 3as estaciones son una recreación divulgada por los frailes franciscanos para trasladar a cada iglesia la peregrinación que durante las cru#adas hacían los caballeros cristianos por los santos lugares. 3es bastaba con peregrinar alrededor del templo, imagin"ndose e identific"ndose con la abstracción que catorce cuadritos hacen de los sucesos m"s dram"ticos de la vida de $risto. En algunos lugares las estaciones tambi'n est"n al aire libre. Estas estructuras narrativas de las que hablamos, no son solo religiosas o pertenecientes al pasado, a -olnit le gusta se4alar que el 5aseo de las Estrellas en &ollyAood Joulevard, no dea de ser una contribución contempor"nea a este g'nero. (odas hemos participado de este mismo fenómeno en los parques y ardines, donde adem"s de pasear, podemos leerlos. En muchos de estos ardines leemos las representaciones históricas, mitológicas o de poder que nos transmiten sus estatuas, sus laberintos, sus colecciones variopintas y su ornamentación vegetal. &emos visto como en distintos ardines europeos su dise4o original expresaba narraciones mitológicas, dram"ticas, po'ticas o filosóficas, cuyos códigos eran conocidos tanto por sus autores cómo por sus paseantes, porque, como concluye 8ebecca -olnit, si una narrativa es una secuencia de sucesos relacionados, entonces estos ardines esculturales convierten ese mundo en un libro, situando los sucesos en un espacio real, aleado, para leerlos mientras se pasea; al mismo tiempo que convierten Versalles y -toAe en libros de propaganda política.
YA SABEMOS: OGNI PENSIERO VOLA 3a omnipresencia del af"n narrativo es tan manifiesta en El 5asatiempo que incluso se clasifica el g'nero literario que su autor quería recrear% la enciclopedia. :on Buan mantiene la tradición de asimilar su parque ilustrado a un libro escrito. $omo hombre pobre, emigrante casi analfabeto al llegar a la !rgentina, y vencedor sobre todas las dificultades quería que, al leer su obra, los dem"s aprendiesen de sus experiencias. El 5asatiempo podría considerarse una representación paisaística de la moral que don Buan considera necesaria para lograr la armonía individual, económica y social.
PARTE II: ANTROPOLOGÍA Y ECONOMÍA TEMA 3: RUPTURAS ANTROPOLÓGICAS. 3a antropología económica seria inexplicable sin 7arcel 7auss y Carl 5olanyi, a quienes debemos que rompieran con los discursos dominantes hasta entonces en la economía y en otras ciencias sociales.
MAUSS Y POLANYI $aracteri#aron las compleas relaciones sociales que se insertan como opuestas a las existentes en las sociedades capitalistas modernas en dos aspectos% */ se trata de relaciones sociales frente a las de contrato; 0/ son relaciones sociales entre las personas y los bienes frente a las mercancías. En la formulación de ambos autores podemos desentra4ar una doble vertiente% la utili#ación de la comparación entre otras sociedades y la suya propia, ese viae de ida y vuelta, como base de las formulaciones teóricas, y la relación entre el recha#o al sistema capitalista y el an"lisis histórico9etnogr"fico de cuales habían sido las bases y las consecuencias sociales de este sistema. Esto hace que en ambos autores los conceptos de don o de reciprocidad apare#can ligados tanto a sus propias concepciones morales y políticas. !parece con nitide# en el caso de 7auss, quien en la 2ltima parte del Ensayo sobre el don expone un modelo de socialismo corporativo, en el que debería reinstaurarse la moral del don, uniendo así su proyecto político a las distintas formas del don anali#adas en la primera parte. 7auss no solo era militante socialista, sino que, promovía cooperativas.
MAUSS Y EL ENSAYO SOBRE EL DON -e trata de un estudio comparativo de cómo y por qu' se intercambian regalos en diferentes sociedades primitivas, arcaicas y que incluso persisten en la nuestra de manera restringida. -us principales datos provienen de sociedades de rango. 5or eso, el don tambi'n forma parte de las relaciones redistributivas de los efes, como una de las bases de lo que actualmente conocemos como relaciones patrón9cliente y de clientelismo político. 7auss denomina al sistema un hecho social total porque las cadenas de prestaciones y contraprestaciones son al mismo tiempo político, urídico, económico, de parentesco, moral, religioso, de etiqueta y est'tico. En todas las sociedades hay numerosos intercambios que se producen bao la forma de regalos voluntarios, aparentemente fruto de la generosidad, pero que, contemplados como una totalidad social, se hacen, se reciben y se devuelven obligatoriamente. $onsideramos el Ensayo innovador porque la existencia de estos intercambios desmonta la ilusión de que haya existido nunca una economía natural, como los primeros economistas coneturaban, necesitaba un primer estadio evolutivo que diera cuenta de la disposición natural al trueque de toda la especie humana. 3os intercambios no eran meramente de bienes y rique#as, incluían invitaciones a banquetes, practicas rituales, reglas de etiqueta, etc. El don forma parte de las sociedades, enla#a grupos y forma parte de alian#as, pero tambi'n de rivalidades, conflictos y desigualdades.
Las tres o!"#a$"o%es &e! &o% $omo resume odelier, uno est" obligado a dar, porque el dar obliga a la otra parte y uno est" obligado a aceptar, porque recha#ar un don es qui#"s entrar en conflicto con el que lo ofrece. -in embargo, a la hora de explicar la obligación de devolver el regalo 7auss recurre a obligaciones místicas de devolver el obeto, seg2n la cual el espíritu del donante permanece en el obeto donado. En palabras de 6einer, se trata de la paradoa de dar mientras se guarda. 5arece sugerir que lo que quisiesen los actores fuese en realidad librarse de la moral de la reciprocidad o de las obligaciones del don, porque cuando 6einer insiste en que hay bienes inalienables, est" introduciendo elementos del contrato y del individualismo posesivo en las relaciones del don. 'ases et%o#r()"$as &e! E%sa*o 3as bases principales de 7auss son los trabaos del etnógrafo alem"n 8ichard (hurnAald sobre los Janaro, los de Joas sobre los CAa+iutl y los de 7alinoAs+i sobre los isle4os (robiand. ! ninguno de los tres se les ocurrió integrarse en alg2n circuito del don ni considerar sus experiencias económicas en el campo un tema central y de inter's permanente en la antropología. 3os datos sobre los que 7auss teió su ensayo fueron suministrados por 7alinoAs+i y Joas. 3a alian#a que se establece entre dos fratrias se basa en unas relaciones que teen un compleo sistema de intercambios al que aplicamos el nombre potlatch para expresar una prestación total, que 7auss denomina agonística, caracteri#ada por una rivalidad exasperada y una inmensa destrucción de rique#a. -u descripción del +ula, palabra que significa círculo, como el movimiento que forman los bienes que se intercambian entre las distintas islas, proviene de 7alinoAs+i. El intercambio es solemne. 3os obetos intercambiados vayguQa/ son de dos clases% mAali, bra#aletes, y soulava, collares hechos de conchas de spondylus roo. 3os vayguQa siguen un movimiento circular% el mAali circula de oeste a este, mientras que el soulava viaa de este a oeste. -u circulación es constante y no se deben guardar durante mucho tiempo. 3os que intercambian son socios hereditarios. La +ora! &e! &o% e% !a so$"e&a& &e +er$a&o 7auss establece un vínculo directo entre el an"lisis del don en las sociedades primitivas y el proyecto político9moral de revitali#ar este mismo tipo de relaciones. :efiende una nueva moral fundada en el respeto mutuo y en la generosidad reciproca, proponiendo diversas medidas a fin de asegurar la redistribución de la rique#a amasada% adopción de una legislación de seguridad social, medidas para limitar la especulación y la usura, etc. (odas esas medidas surgen de una concepción del don como valor moral. :ur+heim transmitió a sus discípulos unas ideas sobre la moral que oscilan entre dos polos% a veces, se presenta como un sinónimo de los social y otras como el aglutinante necesario para que en una sociedad actual sura una arena que tenga sentido para la participación de los ciudadanos en la vida p2blica. !unque 7auss introduo muchos matices, es indudable que la doble concepción de la moral est" presente en toda su obra. 3a moral se confunde con lo social cuando anali#a el papel que como fundamento de la sociedad tenía el triangulo de las normas urídicas, morales y religiosas/, cuya descripción coincidiría con los hechos sociales totales. 5or otra, cuando considera los mismos fundamentos en la sociedad moderna sin religión y las normas son urídicas y morales, el socialismo se convierte en uno de los aglutinantes morales de la sociedad. ARL POLANYI Y LA GRAN TRANS,ORMACIÓN 5olanyi establece su an"lisis comparativo partiendo de la discontinuidad radical entre el capitalismo y el resto de las sociedades conocidas. 3a originalidad de 5olanyi consiste en haber comparado la sociedad moderna con las no modernas tras establecer entre ambas
una discontinuidad radical% los fenómenos económicos, que para nosotros est"n separados del resto de la sociedad, en las otras est"n incrustados en las instituciones.
E! re$-ao: )/%&a+e%tos a%a!0t"$os La gran transformación , su obra clave. 5olanyi escribió este libro para explicar el porqu' de la -egunda uerra 7undial, que 'l denomina de &itler/ mostrando cual era la gran transformación que se estaba viviendo, esto es, el fin de una 'poca que se había distinguido por una ideología 2nica% la que establecio a la economía como un sistema separado y autónomo del resto de las instituciones sociales y que gravitaba sobre el mercado como mecanismo institucional definido. 3a economía, su modelo de hombre el individuo/ y la idea de ganancia como norma explicita de actuación, son el fruto innovador de esa concepción utópica que se define institucionalmente mediante la existencia del mercado autorregulado para el que todo se convierte en mercancía, incluso aquello que no lo había sido nunca en ninguna 'poca ni en ninguna sociedad conocida% el trabao, la tierra y el dinero. E! &o!e +o"+"e%to El primero de ellos es el principio del liberalismo económico cuyo fin institucional es el establecimiento del mercado autorregulador. El segundo principio organi#ativo seria un principio de protección de la sociedad autodefensa/ frente a los efectos destructivos del liberalismo económico. -u pretensión es conservar lo que el otro principio destruye, es decir, la conservación del hombre, de la naturale#a y de la organi#ación productiva. 5olanyi, al estudiar la pretensión del liberalismo sobre la naturalidad del proceso económico encontró en el discurrir de los sucesos la paradoa de la intervención estatal planificada, ustamente lo contrario a lo pregonado por los defensores del mercado autorregulador, del que podemos decir que, si bien su naturalidad y autorregulación fueron ideológicas, como muestra 3a gran transformación, sus efectos para la sociedad resultaron devastadores. La "%$r/sta$"% * !as )or+as &e "%te#ra$"% 3a idea misma de economía es reciente. En otras sociedades lo que llamamos fenómenos económicos se presentan incrustados en una amalgama de instituciones sin distinguirse como algo específico. 3a palabra incrustado es un modo grafico de explicar que est"n institucionalmente indiferenciados. La )a!sa o!4+"$a &e !os a5os a+er"$a%os 3a difusión americana de las tesis de 5olanyi genero varias pol'micas% por una parte, la de la aplicabilidad universal de la teoría económica y, por otra, la discusión del llamado principio de escase#. 3a postura de 5olanyi parte de que si la tesis central de 3a gran transformación era la excepcionalidad del sistema de mercado, consecuentemente, las elaboraciones teóricas reali#adas por la ciencia económica son tambi'n excepcionales, y, por tanto, no se pueden aplicar universalmente. !ctualmente muchos estudios sobre las sociedades postsovi'ticas del este de Europa se han planteado a partir de una discusión critica con las tesis de 5olanyi. 7erecen destacarse los an"lisis del blat% se trata de un sistema de relaciones informales, comparable al de los enchufes hispanos o el guanxi chino que, envuelto en un compleo lenguae de eufemismos, configura una institución sumergida, pero omnipresente en la sociedad rusa ya en la 'poca medieval. EL HOLISMO COMO ENFO0UE: LA INCRUSTACION DE LA ECONOMÍA EN LA SOCIEDAD 3a formulación de Carl 5olanyi es la consideración de que la economía ha convertido en Kccidente en un fenómeno independiente o aislado del resto de las instituciones sociales,
mientras que en el resto de las sociedades, los fenómenos económicos aparecen incrustados o imbricados embedded/ en el resto de instituciones sociales. ?no de los problemas que sufren los t'rminos que se ponen de moda es que, seg2n ascienden en el mundo de la erga, pierden aquellas connotaciones que nos permitían usarlos para andar por casa, como, por eemplo, reciprocidad, economía política o incrustación. Ktros sociólogos han pretendido hacer una historia del concepto con el obeto de contribuir a precisar su significado.
EL DOMINIO ECONOMICO EN LA ALCOBA El termino incrustación significa que tanto las instituciones como las estrategias en las que las gentes buscan no solo su sustento, sino tambi'n la reproducción de su modo de vida, est"n hasta tal punto incrustadas en distintas formas de normas, valores y obligaciones socioculturales que las instituciones económicas serian incapaces de darnos cuenta de los procesos y de cómo tienen lugar. ! finales de los a4os sesenta, se introdueron en el an"lisis de los campesinos las ideas del economista agrario ruso $hayanov como la ley de Chayanov: 3a intensidad del trabao es un sistema de producción domestica para el consumo varia inversamente a la capacidad de trabao de la unidad de producción. Es decir, como la casa campesina es a la ve# unidad de producción y de consumo, presuponiendo que la intención del grupo no es obtener beneficios sino satisfacer las necesidades de la casa, en las 'pocas en las que la familia tiene un numero de trabaadores proporcionalmente m"s alto, cada uno de ellos deber" trabaar menos para que se alcance el nivel deseable de autosuficiencia. 7uchos antropólogos se han centrado en el estudio de los grupos dom'sticos. El fenómeno de la herencia es en todos ellos fundamental. Vamos a presentar dos situaciones etnogr"ficas distintas que serian de difícil an"lisis sin la noción de incrustación y que, como nota com2n, tienen que ver con la manera en que se articula la reproducción social.
E! $e!"ato e% Ga!"$"a * e% e! %orte &e Port/#a! 7ientras que las tasas de natalidad y fecundidad en alicia, son, al menos desde el siglo XVIII, inferiores a las del resto de Espa4a, el n2mero de hios nacidos de madres solteras era uno de los m"s altos de toda Europa. El alto n2mero de ilegítimos est" ligado, paradóicamente, a los mecanismos culturales que regulaban la tasa de crecimiento en alicia. El sistema establecía una erarquía interna entre le hermano o la hermana millorados que tenían acceso a un simbólico mercado matrimonial y el resto de los hermanos, que ocupaban una posición secundaria y solo podían permanecer en la casa trabaando para ella/, manteni'ndose c'libes. -i el acceso a los explotaciones agrarias excluía del circuito matrimonial a casi todos los no millorados, no es de extra4ar que la nupcialidad fuese muy baa. Ktra de las t'cnicas corrientemente utili#adas, el hio o la hia millorados tenían la obligación de atender y cuidar a sus padres en la vee#, las propiedades solo pasaban a sus manos a la muerte de los padres. !dem"s la división del trabao seg2n el g'nero que incluía una alta participación femenina en las tareas agrícolas. (odos estos elementos dieron como consecuencia una tasa de fertilidad muy baa y un alto n2mero de ilegítimos. 3os porcentaes de ilegítimos varían de unas #onas de alicia a otras. (ambi'n concuerda el estudio que el antropólogo Jrian KR)eil reali#ara en una aldea de (as9os97ontes. 3a conclusión m"s llamativa de la investigación es una revisión crítica de la literatura antropológica sobre peque4as comunidades ib'ricas que coinciden en considerar las distintas comunidades por ellos estudiadas como socialmente igualitarias. -e desprende de la situación de ontelas, casi sin liga#ones con el mundo exterior que el evidente aislamiento no nos debe llevar a la conclusión errónea de que los campesinos de una aldea de monta4a tan peque4a est'n necesariamente viviendo vidas de paraíso comunal o de igualitarismo. El caso de ontelas nos da una respuesta negativa en tres aspectos fundamentales que se entienden meor a partir de la noción de
incrustación% */ 5osesión de la tierra% En primer lugar la tierra no est" uniformemente repartida y es precisamente este el criterio en torno al cual se clasifica a los distintos grupos de ontelas en propietarios, lavradores abastados, lavradores, ornaleiros y pequenos agricultores; 0/ (rabaos cooperativos% muestra una ve# m"s la estructura er"rquica como ee en torno al que se reali#an las distintas tareas; 1/ bastardos, solterones y amancebados. (odos estos grupos ocupan un papel muy relevante en la configuración de la siempre presente erarquía social de ontelas. -in embargo, tan solo un *,0S de las propietarias y un 1,*S de las lavradoras tenían hios de soltera, frente a un F1S de ornaleiras. 3a desigualdad entre los grupos se anali#a a trav's de las estrategias matrimoniales y de la transmisión de propiedades de una generación a otra. E! $e!"ato +as$/!"%o e% e! 'ear%e )ra%$4s 5ierre Jourdieu se dedico a recopilar datos sobre la soltería masculina y sus cambios en el mundo rural de su pueblo. 3o que se buscaba en los matrimonios era la reproducción del linae y evitar que se dividiese la explotación. 3a solución bearnesa pasaba por primar al varón sobre las mueres, y al primog'nito sobre los otros hermanos que recibía la explotación integra. 3a dote para las otras hermanas o hermanos ponía en peligro o era contradictoria con la b2squeda de mantener unido el patrimonio. 3os segundones estaban condenados a permanecer solteros o solteras en su casa matri#, reali#ando trabaos agrícolas y de ve# en cuando trabaando como ornaleros. -u otra salida era emigrar. Esta situación fue cambiando progresivamente, la meora de transportes y el crecimiento urbano fomento todavía m"s la emigración de los segundones, pero sobre todo de las mueres, a las ciudades m"s próximas, y acabarían por invertir el celibato tradicional de los segundones a los primog'nitos, que permanecían en el campo con sus padres. El nuevo celibato de los herederos se basa en la distinción entre ser de pueblo do de caserío, donde estos 2ltimos est"n desfavorecidos. El libro tiene dos lecturas, una sobre la evolución de las posiciones sociológicas de Jourdieu y otra sobre el tratamiento holista del problema del celibato de los primog'nitos bearneses. En el caso de Jearne, el celibato de los herederos varones y la emigración de las mueres suponía tambi'n la falta de reproducción de una forma de sustento que había caracteri#ado no solo al pueblo, sino una forma de vida que, a pesar de las variaciones regionales, casi todos los europeos, el adiós al modo de vida campesino.
TEMA 6: PRINCIPALES ORIENTACIONES TEÓRICAS LA ANTROPOLOGÍA EVOLUCIONISTAS
ECONMICA
EN
LOS
PRIMEROS
MODELOS
&ay que constatar la escasa relevancia de nuestro campo de estudio en las obras de los evolucionistas o difusionistas del siglo XIX pertenecientes a alguna de las cuatro tradiciones. (an solo la tradición francesa se sale un poco del molde. El $uadro * p"gina *@/ reflea las escasas cadenas de influencias entre los postulados de los primeros antropólogos y los de siguientes generaciones. !l establecer estadios económicos similares con los antropológicos de salvaismo, barbarie y civili#ación, los antropólogos permitieron que los economistas liberales establecieran los siguientes% una primera fase de economía natural, una forma espontanea de subsistir con lo que regala la naturale#a, que aparece m"s o menos ligada al salvaismo; una segunda de economía del trueque relacionada con la barbarie de las tribus y, por 2ltimo, el mercado que , al corresponderse con la civili#ación, ya estaría desarrollado en los imperios antiguos, sobre todo en el mundo grecorromano. !l basarse en los presupuestos de los economistas, los etnólogos del XIX crearon una gran confusión al equipara la subsistencia y las t'cnicas y herramientas materiales de que se servían con la economía natural de los salvaes. 8esulta sorprendente la abundancia de datos sobre la cultura material en torno a la subsistencia frente a la ausencia de noticias sobre como compartían los alimentos e intercambiaban sus bienes, hasta que 7auss, las dotara de relevancia teórica. :e hecho 7auss insiste a lo largo de su ensayo en que el don desmota por completo la presunción de que alguna ve# hubiese existido algo que se pudiera identificar con la economía natural. 3a gran admiración que la obra de 7organ produo en 7arx, Engels o Cropot+in proviene del tratamiento sistem"tico que el antropólogo dio al an"lisis de las formas de propiedad. 7organ baso su distinción entre societas sociedad primitiva/ y civitas sociedad civili#ada/. Esta problem"tica deo de ser tratada en antropología durante muchos a4os. 3a reintroducción posterior de estos problemas es fruto tanto del inter's de antropólogas feministas por la desigualdad entre los g'neros, como del de las diversas corrientes m"s o menos inspiradas en 7arx que surgieron a partir de los a4os setenta del siglo XX. Ktro padre de las ciencias sociales ignorado durante las d'cadas centrales del siglo XX fue 7ax 6eber, primer autor de una distinción entre el significado formal y substantivo de economía.
EL IMPACTO ETNOGR7FICO EN LAS CUATRO TRADICIONES El cambio de paradigma evolucionista y su sustitución por el funcionalista coincidió con la nueva forma de plantearse los trabaos de campo por parte de investigadores. 3a tradición francesa tardaría m"s en incorporarse a los trabaos de campo porque 7auss recha#aba participar en las políticas coloniales francesas. Es importante destacar la fluide# de influencias mutuas entre las @ tradiciones que, como hemos visto y hemos plasmado en el
$uadro 0 p"gina *F0/, formaron un autentico circuito de donaciones y contradonaciones muy apropiado para presentar el don como hecho social total.
LA ANTROPOLOGÍA ECONMICA EN LA ACADEMIA 3a antropología económica se asentó despu's de la -egunda uerra 7undial. 3a ruptura que supusieron las obras de 7auss y 5olanyi tuvo un impacto desigual y relativamente tardío. El hecho de que los principales problemas de la disciplina entrasen a formar parte del corpus acad'mico entrono a los a4os cincuenta supuso que durante varios a4os gran parte de las formulaciones teóricas estuviesen dominadas por las ideas de C. 5olanyi y por su distinción de dos significados en el t'rmino económico% uno formal y otro substantivo. ! partir de esta definición los antropólogos se agruparían en dos escuelas rivales% la formalista, que defendía que las herramientas utili#adas por los economistas se podrían aplicar a cualquier sociedad porque la economía puede anali#arse independientemente de la estructura y de las instituciones sociales. 5or el contrario, la escuela substantivista niega que en otras sociedades se puedan aplicar las categorías que se utili#an en el an"lisis de las economías capitalistas, porque la economía esta incrustada en otras instituciones sociales y no puede estudiarse separada de la estructura social. -in embargo, desde la perspectiva que adaptamos aquí, el debate suscitado por esta distinción supone una incongruencia teórica de propio 5olanyi% se aísla la economía, como obeto de estudio substantivo, cre"ndose así una esfera económica en un universo de relaciones sociales que el mismo había caracteri#ado por su indefinición, por estar incrustadas en un compleo entramado de instituciones sociales.
LA POL1MICA ENTRE FORMALISTAS Y SUBSTANTIVISTAS: ENCUENTROS Y DESENCUENTROS. !l final las confusiones metodológicas, ideológicas, etnoc'ntricas y las discrepancias con los estudios etnogr"ficos llevaron a la mayor parte de los antropólogos a un recha#o de los t'rminos de la pol'mica. 5or otra parte, la explicita distinción entre microeconomía y macroeconomía son buenas pruebas de que desde un punto de vista teórico no existe el acuerdo que suponían los antropólogos formalistas. 3as posturas teóricas y los problemas estudiados se han ampliado, y hay discusiones m"s compleas que las planteadas en esos a4os. -ahlins tenía ra#ón en que no había lugar intermedio entre formalistas y substantivistas, leos de ellos, abonado el terreno por el aburrimiento de una pol'mica sin final, había un gran campo sembrado de eclecticismo por explorar.
UN FINAL ETNOGR7FICO DE LA POL1MICA. EL ABANDONO DE LA AGRICULTURA EN FUENTERRABIA 8PAÍS VASCO9 ?n eemplo la historia agrícola y económica del municipio vasco de uenterrabía llevo a cabo el antropólogo norteamericano :. reenAood. El estudio abarca la evolución de los caseríos desde *M0P hasta *MHM. ! partir de los a4os veinte, el desarrollo industrial de la #ona y del turismo provocó que los campesinos de uenterrabía dieran un giro moderni#ador a su producción. -in embargo en *MHM había un 1@S menos de caseríos que mantuviesen una explotación agraria. Es decir, la demanda de productos agrícolas había convertido los caseríos en empresas altamente rentables, pero simult"neamente había disminuido el n2mero de habitantes rurales, el n2mero de caseríos habitados y la extensión de tierra cultivada. reenAood encontró tres causas fundamentales% */ 3a mayor parte de los óvenes preferían trabaar en industrias y comercios; 0/ 3a alta demanda de productos agrícolas provoco que apareciesen empresas agrícolas en competencia con los agricultores; 1/ El turismo y la especulación sobre los terrenos había puesto la tierra fuera del alcance de los caseríos. Es decir, los caseríos, a causa de su
propia fuente de rique#a, habían perdido parte de su fuer#a laboral. reenAood recurre al an"lisis de factores culturales tales como la organi#ación interna de los grupos dom'sticos, el sistema de herencias y la penetración de la ideología urbana sobre la dignidad del trabao, el desprestigio de la agricultura como actividad, y la concepción de que el campo no tiene futuro. El grupo domestico del caserío est" formado por los padres y sus hios de los que en cada generación se nombra a un solo heredero, que residir" allí con su esposa e hios. 3os otros hios pueden permanecer en la casa mientras est"n solteros, pero tienen que abandonarla si se casan. $omo la transmisión de bienes solo se produce a la muerte de los padres, el heredero tiene que vivir subordinado a las decisiones de los padres. 3a falta de independencia de los herederos es una de las causas fundamentales que explican el abandono de los caseríos por parte de las nuevas generaciones. 3as conclusiones del estudio de uenterrabía muestran como una perspectiva formal de elección racional no es suficiente para explicar las compleas causas que hacen preferir un trabao menos rentable. ?na postura similar a la de reenAood se desprende de la investigación reali#ada por ranc+ $ancian. El obeto de estudio era anali#ar como las decisiones económicas en una situación de incertidumbre. $ancian constato las graves limitaciones de la teoría microeconómica al no tener en cuenta variables ocioestrucutrales como es el caso de la estratificación, que en Tinacantan est" vinculada al sistema religioso9festivo de cargos, en el que los aspectos sociales y económicos son difíciles de separar. !mbos autores concluyen que las variables utili#adas por formalistas y substantivistas han de ser yuxtapuestas o articuladas con otras. (odo ello desemboco en un progresivo despla#amiento de la pol'mica como tal y en un reagrupamiento de corrientes teóricas en función de los problemas por estudiar y de la incorporación de investigación en procedentes de otras ciencias sociales.
M7S ALLA DE LA POL1MICA: EL PROBLEMA DE LAS ESCALAS Y DE LA GRAN NARRATIVA ?n problema subyacente al planteamiento de los problemas y a las discusiones teóricas es que la demarcación de los campos de estudio en torno a los que se configura la especialidad de la antropología económica es muy dispar. 5arte del problema proviene de la concepción holista de la disciplina, que hace que muchas de las investigaciones de los antropólogos difieran de lo que hacen otros científicos sociales. 5or otra parte, la ruptura del planteamiento cl"sico de los estudios de comunidad a la larga supuso la ampliación de los campos teóricos, de investigación y de an"lisis. (odos estos cambios han modificado no solo la percepción de lo diferente, sino tambi'n las t'cnicas de investigación. ! la tensión existente entre lo que podemos llamar la gran narrativa, frente a la narrativa fragmentaria de la realidad. &ay momentos en los que los paradigmas explicativos presentan una escala m"xima, omnicomprensiva, de la sociedad. 5oco despu's, el p'ndulo habría de girar y las corrientes del particularismo histórico y del funcionalismo nos acercarían peque4as oyas etnogr"ficas en miniatura. ?na nueva y rapidísima oscilación pendular nos ha arrastrado a varios modelos de gran narrativa que conviven con las excesivas fragmentaciones que hiciera la variopinta tribu de los posmodernos en sus pasados a4os de gloria. !hora, bao el mantra de la globali#ación parece haber desaparecido todo lo relacionado con lo local. ! pesar de las oscilaciones pendulares, el estudio sistem"tico de las sociedades humanas nos lleva a descartar que la gran narrativa y las miniaturas etnogr"ficas deban presentarse como alternativas excluyentes.
ORIENTACIONES TERICAS ACTUALES ! pesar de que podamos agrupar las distintas corrientes en distintos grupos, hemos de precisar que las delimitaciones o fronteras entre ellos son bastante fluidas%
Or"e%ta$"% $/!t/ra!"sta &an recogido muchas de las aportaciones generales de los ecólogos culturales y de los marxistas. -in embargo, no han abandonado su inter's por las instituciones m"s ligadas a la distribución. ?no de los mas celebres culturalistas, -tephen udeman considera que la tarea fundamental de la antropología económica es comprender la diversidad y variabilidad de lo económico en las sociedades humanas. Est/&"osos &e !a teor0a &e !a to+a &e &e$"s"% 7uestran, como los antiguos formalistas, una clara preferencia por anali#ar las teorías de la elección racional, tomando como punto de partida la conducta del productor individual; pero no descuidan los aspectos institucionales, ni el contexto global de las economías. &an incorporado tambi'n ciertos estudios de los ecólogos culturales. A%troo!o#0a +ar7"sta El marxismo ha inspirado tres diferentes enfoques teóricos en la antropología económica% el llamado marxismo estructural, la economía política y las teorías sobre el sistema mundo. E$o!o#0a $/!t/ra! En la ecología cultural se han estudiado las relaciones entre las t'cnicas de producción, la fertilidad del suelo, el crecimiento demogr"fico y los sistemas de asentamiento y emigración de las poblaciones humanas. T"o!o#0as &e aro"a$"% &e re$/rsos: 3os ca#adores9recolectores 3os horticultores agricultura de subsistencia/ $ampesinos y agroindustria -ociedades industriales CONTRAPUNTO II PASATIEMPOS MARGINALES. NOCIONES DE ECONOMÍA MARGINALISTA O NEOCLASICA: UNA APRO6IMACION A LOS MODELOS ECONOMICOS SUBYACENTES A LA DISCUSION ENTRE FORMALISTAS Y SUBSTANTIVISTAS ECONOMÍA NEOCLASICA (odos estos autores desviaron el inter's político9social de la economía política cl"sica a los c"lculos que haría un abstracto &omo economicus. -e conocen como marginalistas porque concebían el valor como el c"lculo del incremento marginal que se producía seg2n fuesen los bienes totales que tuviese el &omo economicus en cuestión, de modo que Nun dólar resulta m"s valioso para alguien que solo tiene die# que para un millonarioO. 3a economía neocl"sica parte de la definición formal de la economía que había populari#ado sir 3ionel 8obbins% es la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre unos medios y los fines que se pretende conseguir. -us modelos pueden considerarse conservadores en el pleno sentido de la palabra. -u "mbito de inter's se centra en el funcionamiento del libre comercio y de mercados particulares, sobre todo los relacionados con las empresas, y la demanda individual, basada en la racionalidad de las elecciones. TEORÍA NEOCLASICA ELEMENTAL DE LA ELECCIN DEL CONSUMIDOR 5resupones condiciones de competición perfecta, existe un gran n2mero de compradores y vendedores que reali#an transacciones entre sí, de tal modo que ning2n individuo sería
capa# de influir en los precios del dinero o en los precios del dinero o en las ratios de trueque o de intercambio, haciendo variar el nivel de oferta o de demanda de cualquier bien. -upongamos un individuo de un poblado de )ueva uinea que tiene una piara de cerdos y que no desea com'rselos, sino intercambiarlos por otros bienes.
OBSERVACIONES SOBRE EL E/EMPLO HIPOTETICO. Estamos siguiendo los presupuestos formalistas de la pol'mica. !sí que los cerdos de nuestro individuo de )ueva uinea son equivalentes al dinero que cualquiera de nosotros lleva a una tienda cuando va a comprar. Vamos a suponer que est" interesado en intercambiar los cerdos por dos tipos diferentes de productos, conchas de molusco o chapas met"licas para arreglarse el teado de su caba4a.
EL MODELO MICROECONOMICO -uponemos que el obetivo de nuestro individuo de )ueva uinea es maximi#ar su utilidad, el problema de nuestro individuo es maximi#ar con restricciones, en este caso, con restricciones presupuestarias.
MA6IMI-ACION DE LA UTILIDAD El supuesto fundamental de la teoría neocl"sica marginalista/ de la elección del consumidor es el de la utilidad marginal decreciente. -ostiene que cuanto mayor es la abundancia de un bien, menor es la satisfacción adicional que reporta cada unidad extra marginal/. En nuestro eemplo vamos a establecer que por un cerdo obtiene una concha o die# planchas de chapa. 3a respuesta del modelo es contundente% el consumidor incrementara su satisfacción general empleando los cerdos en obtener m"s conchas que en adquirir chapas. 3a elección óptima se produce en una posición de equilibrio conductual. :ado su obetivo b"sico y sus recursos en cerdos, siempre har" la misma elección en situaciones id'nticas. Explicación en graficas paginas siguientes a *H/.
DIFICULTADES PARA APLICAR EL MODELO EN LA REALIDAD. -olo podremos predecir el punto en la línea presupuestaria que escoger" el consumidor si conocemos su gama de preferencias. -in tal conocimiento, la predicción sería imposible. -in embargo, es f"cil observar que las preferencias de la gente cambian seg2n cambian las situaciones. 3as preferencias preordenadas no explican nada sobre el mundo ni sobre los individuos concretos, en caso de que existan en la realidad a lo m"s que llegan es a formular una descripción. ormalmente, un economista neocl"sico nos podría dar una respuesta legitima% el modelo de la elección del consumidor en una economía perfectamente competitiva no pretende explicar la conducta real de las personas en el sentido tan concreto en que se plantean las investigaciones antropológicas, pero entonces cuales son los propósitos del modelo% *G la función m"s clara del modelo es normativa; 0G 3a economía neocl"sica pretendía probar que si el sistema de precios funciona adecuadamente, si cada individuo busca sus intereses personales egoístas, el equilibrio general de la economía del laisse#9faire ser" socialmente optimo en el sentido del optimo de 5areto% la eficiencia optima del sistema se alcan#a cuando no es posible meorar la situación; 1G Ktra función del modelo es sustentar la teoría de la demanda en relación con el precio gr"ficos explicativos en pagina *D@ y siguientes/.
LAS CONSECUENCIAS SOCIALES DE LAS POLÍTICAS NEOCLASICAS
! los economistas neocl"sicos les gusta presumir que mantienen el Estado al margen de los procesos económicos, porque el mercado funciona perfectamente sin regulaciones externas. !dem"s a veces de la impresión de que lo 2nico importante en sus informes es que haya muchos n2meros y que cuadren. 8obert 6aldmann% Ntengo una visión de cómo la gente puede dedicar tanto esfuer#o a desarrollar las implicaciones de supuestos que casi nadie entre la gente corriente dearía de considerar absurdos si los entendieranO. En el plano acad'mico de las políticas económicas defendidas por los neocl"sicos existe un mayor acuerdo entre los distintos analistas que las sit2an en los orígenes de las peores crisis sufridas por la gente bao el sistema capitalista. Estas políticas provocaron cambios importantes en el sistema financiero internacional, la movilidad internacional del capital y un inmenso incremento en los mercados globales del comercio de divisas conocidos con oscuros nombres que no lograron ocultar que estallasen las distintas burbuas especulativas en que se basaban. El economista :ouglas :oAd mantiene que lo que subyace a las recetas políticas neocl"sicas es la doble creencia en que el mercado es la meor guía para las políticas económicas y que los mercados se austan al modelo, es decir, son perfectamente competitivos, aunque los datos no apoyen tal interpretación no trata de economía, sino que presenta un elaborado disfra# ideológico, que como tal resulta mucho peor que si fuese in2til./
PARTE III: LA CIRCULACION Y EL INTERCAMBIO DE BIENES CAPITULO 8: ECONOMÍA POLÍTICA Y CIRCULACION DE 'IENES USO Y A'USO DE LA ETI9UETA ECONOMÍA POLÍTICA; El uso del t'rmino economía política ha perdido las raíces iniciales. En un principio la caracteri#a haber vuelto a introducir en la antropología norteamericana el inter's por cómo se organi#aba la producción y la reproducción social. 3a etiqueta de economía política se aplicaba a una concepción de la antropología económica y de la política que reconociera la imposibilidad de separar ambos campos, pero que al mismo tiempo conectara con el marxismo estructural de los a4os setenta y ochenta. Esta nueva interpretación buscaba que la noción de modo de producción dease de ser una explicación tecnológica de la vida social para que se aplicara en resolver cuestiones como cual era la naturale#a de las relaciones de producción en sociedades donde el trabao se organi#aba a partir del parentesco. 5or otro lado otros antropólogos contribuirían a situar el campo de la economía política en la b2squeda de conexiones entre los procesos en los que se entrecru#an las gentes locales con sus coloni#adores. 3a gran ventaa de la economía política radicaba en que permitía que todos los estudios de la antropología económica que llevaban tiempo presentando una visión fragmentaria de las relaciones entre un sistema social y la circulación de bienes volvieran a contar con una gran narrativa.
LIMITACIONES DE LA CADENA DE PRODUCCIN DISTRIBUCIN Y CONSUMO 3os estudios m"s celebres en su gran mayoría han estado orientados al an"lisis de los diversos modos de distribución frente a la producción o al consumo. 3a imbricación de elementos de la producción, de la distribución y del consumo en las instituciones de parentesco, en las políticas, en los sacrificios o en las ideas de esa sociedad sobre la moralidad ha llevado a muchos antropólogos a reempla#ar esta cadena por el estudio de los procesos de aprovisionamiento , Nla división conceptual entre producciónGdistribuciónGconsumo oscurece el car"cter compleo de la mayoría de las relaciones económicasO.
MODOS DE PRODUCCIN, DE APROVISIONAMIENTO E INSTITUCIONES AFINES Eric 6olf ha mostrado como la mayoría de las sociedades y culturas, leos de ser entidades est"ticas y originales, eran en gran parte producto del contacto con la expansión occidental por todo el globo. El proceso que describe 6olf es innegable y a4ade una mayor dificultad a la construcción de tipologías generales que, desde una perspectiva holista, nos sirvan teórica y etnogr"ficamente para comparar y representar las formas especificas de la diversidad cultural. 3as tipologías m"s 2tiles son aquellas que nos proporcionan una orientación general, como, la cl"sica de Eric 6olf que mantiene el termino modo de producción para agrupar la base de la economía política de cualquier
sociedad. Ktros autores prefieren utili#ar la noción de aprovisionamiento porque es m"s inclusiva que la de modos de producción, ya que, como defiende )arot#+y, obliga a considerar conuntamente las relaciones de producción, distribución, apropiación y consumo, al tiempo que parece dar una visión m"s holista a la hora de enfrentarnos con las formas no mercantiles de obtener y transferir los recursos. -ea cual sea el alcance de las tipológicas, muchas clasificaciones vinculan la circulación de bienes con las instituciones con las que se correlacionan con m"s frecuencia.
LA CIRCULACION DE BIENES 3as distintas formas de transferir bienes y servicios mantienen y refuer#an varios vínculos sociales. La ro"e&a& erso%a! e%tre !os +o%#o!es $aroline &umphrey se ha interesado por como circula la llamada propiedad personal entre un pueblo como el mongol. (anto su religión como el r'gimen comunista les impuso legalmente un sistema colectivista que pr"cticamente prohibía la propiedad privada. $. &umphrey anali#a el papel de los rituales mortuorios para deshacerse de la propiedad personal de los difuntos. El sentido de los rituales f2nebres consiste en que la persona que sabe que se va a morir se separe de las cosas que m"s estimaba, que distribuía entre familiares y conocidos. &umphrey se4ala la creencia local en que le espíritu del difunto permanece vinculado a un obeto refugio, que ni siquiera la persona moribunda, sabe cu"l es. 5or eso, cuando muere alguien, la familia va a consultar al astrologo que tendr" que averiguar cu"l era el obeto refugio concreto, para deshacerse de 'l ale"ndolo del circulo de la familia para romper el vinculo de apego con la persona difunta.
TRANSACCIONES DE UNA SOLA DIRECCIN -e ha prestado muchísima menos atención a los numerosos casos de transferencias unidireccionales. $omo se4ala -usana )arot#+y, el debate en torno al trabao domestico de las mueres en su faceta de amas de casa, nos presenta una problema a la hora de clasificar o separar sus actividades como productoras y distribuidoras de bienes y cuidados para la familia del de su consumo personal de esos mismos bienes. El cuidado en el "mbito domestico es una transferencia de servicios unidireccional muy peculiar. Es el tipo de trabao m"s invisible. )os referimos a tareas tales como planificar, hacer la comida, etc. :esde el punto de vista de quien proporciona el cuidado en el "mbito domestico, este es un buen eemplo de unta transacción de una sola dirección. -i se anali#a desde la perspectiva del cuidado como circulan los bienes agrícolas de generaciones en generación, se incrementa su ambivalencia, ya que su apariencia unidireccional puede present"rsenos como si fuese una autentica renta del afecto. (ambi'n son unidireccionales las limosnas a una institución o las relaciones filantrópicas. 5or 2ltimo, hay dos casos controvertidos%
,/rta Sa$ra 8esulta indudable la vitalidad económica que suponía para un templo o una comunidad religiosa la existencia de reliquias milagrosas. 5or eso, el mundo medieval, lleno de luchas entre comunidades rivales por poseer obetos capaces de reali#ar milagros, como pudieran ser los restos mortales de los santos o al menos algunas reliquias, dio lugar a una intensa circulación de estos bienes excepcionales. $ualquiera de las formas de adquirirlas necesitaba mucha propaganda para demostrar su autenticidad. !o)o(#n e% e!
acuciados por la escase#, el hambre y la penuria. Estos estereotipos desaparecieron de forma progresiva seg2n se iban estudiando este tipo de sociedades. -e constató que el n2mero de horas que la mayoría de las sociedades de ca#adores dedicaba a la subsistencia era muy baa. El resto del tiempo lo pasaban ugando, haci'ndose visitas y en celebraciones. 3os ca#adores9recolectores han sido obeto de varias pol'micas. Existen tres grandes grupos% */ En primer lugar, hubo un debate entre los antropólogos que negaba el car"cter prístino de las sociedades de ca#adores9recolectores al considerarles dominadas por varias sociedades agro9pastoralistas; 0/ El segundo debate, el de la igualdad, tiene dos facetas, el igualitarismo en general de estos pueblos y el especifico de las relaciones entre los g'neros dentro de estas sociedades consideradas habitualmente igualitarias; 1/ pero el debate que queremos abordar en este capítulo es el que versa sobre si la pr"ctica entre los ca#adores9recolectores de compartir la ca#a igualitariamente es semeante o no la reciprocidad generali#ada de la tipología de 7. -ahlins, dado que no parecen seguir las obligaciones del don. Cropot+in se oponía a que los salvaes fuesen tan salvaes como aparecían en los relatos etnogr"ficos. En el tercer capítulo de su libro La ayuda mutua entre los salvajes , muestra que los pueblos que no compiten entre sí tienen m"s posibilidades de sobrevivir. -e trataba de sociedades cuyas relaciones sociales se basaban en compartir y en mostrar buena voluntad con los otros. !lan Jarnard tambi'n nos recuerda que no debemos ideali#ar ni el estilo de vida de los ca#adores9recolectores por la importancia que le dan a la ayuda mutua ni la transición a la producción y el almacenamiento de alimentos. En todos los casos que hemos mencionado tanto compartir como la reciprocidad son estrategias para conseguir en parte el bienestar social y en parte el bienestar material.
EL INTERCAMBIO DE DONES -e trata de una actividad multidimensional Uholista9 centrada en la transferencia de bienes entre dos grupos de personas o entre las personas y ciertos seres espirituales. 5ero esta transferencia tiene repercusiones morales porque obliga a saber cu"les son los valores que de acuerdo con la cultura en cuestión hay que cumplir.
La $"r$/!a$"% &e r">/ea e% !as "s!as Tro"a%& 3os distintos circuitos por los que circulan los bienes en las (robriand pertenecen a tres esferas distintas% una de subsistencia, otra de bienes de prestigio, dividida en dos subesferas, una de bienes de prestigio de las mueres y otra de bienes de prestigio de los hombres; mientras que la tercera esfera seria la del +ula. La $o%ers"% &e !as +er$a%$0as e% re#a!os $arrier mantiene que hay que anali#ar como la adquisición de obetos puede reflear la identidad personal del donante en el entorno de las unidades domesticas y de sus relaciones. <=u' ocurre con las mercancías en el "mbito domestico> 5ueden transformarse en dones o en regalos si las acompa4amos de ciertas ceremonias formales de intercambio regalos de navidad, cumplea4os/. En cambio, hay otro tipo de productos que $arrier clasifica como dones especiales que poseen un rango distinto al regalo de un obeto envuelto que había sido una mercancía. -e refiere a ciertos productos dom'sticos, casi siempre alimentos. REDISTRIBUCIN Y MODELO TRIBUTARIO 3a centrali#ación política que supone un acceso desigual a bienes servicios, rangos y honores es parte de las políticas de los Estados. 3as 2ltimas investigaciones históricas introducen muchos matices sobre cómo eran las practicas y conflictos presentes en las administraciones tributarias que llevaron a cabo la conquista y explotación colonial. En las
2ltimas d'cadas del siglo pasado, varios historiadores han cuestionado la imagen de centrali#ación política. 3o que nos interesa de esta revisión histórica es como reintegra la expansión colonial a su contexto político. 3o que las nuevas investigaciones nos desvelan es la existencia de diversos mecanismos institucionales, logísticos o de principios morales, que limitaban el poder real al constre4ir la voluntad de los monarcas.
CAPITULO ?: LAS INSTITUCIONES DEL INTERCAM'IO: COMERCIO@ MERCADO Y DINERO El punto de partida de 5olanyi para estudiar la triada comercio, dinero y mercado consistía en establecer dos puntuali#aciones% */ Pertenecía a un mismo sistema % no hay ning2n indicio que nos permita sospechar que los elementos de la triada formaban o irían a formar parte, alguna ve# de la misma institución, como indudablemente lo forman en la economía de mercado. 0/ ercado y sistema de mercado % 5olanyi nunca negó la existencia en otras sociedades de mercados como lugares de intercambio. 3o que si negó fue que en toda sociedad existiesen los principios de mercado, formadores de precios, como los conocemos nosotros.
EL COMERCIO C. 5olanyi establece una distinción radical entre el comercio local y el comercio de larga distancia. El comercio es una forma de adquirir bienes que no hay en un lugar. Esta definición implica la necesidad de establecer una red de relaciones bilaterales que son por definición de car"cter pacífico. 5or tanto, quedan excluidas del "mbito del comercio todas aquellas transacciones económicas unilaterales que eran muy frecuentes en la !ntigLedad, en concreto nos estamos refiriendo a los saqueos y a los botines de guerra. En cualquier caso, las actividades comerciales est"n inmersas en una complea red de relaciones sociales en la que destaca la presencia de elementos de car"cter ritual9 ceremonial y políticos.
T"o!o#0a &e )a$tores "%st"t/$"o%a!es &e! $o+er$"o ; '!+)o$ *e!en(e$: */ Los comerciantes % 5olanyi aísla dos tipos ideales de comerciantes en función de los motivos de los actores para entrar en el comercio% por una parte, el factor o agente y, por otra el mercader. El agente obtenía su beneficio en t'rminos de reconocimiento de estatus, no obtenía ganancias sino donaciones de su se4or. El factor es un servidor del rey o del emperador. El mercader tenia beneficio económico, no de estatus, y provenía directamente de la transacción llevada a cabo. 0/ !ienes% 3as t'cnicas comerciales variaban seg2n el tipo de bienes que deseaban adquirirse. En muchas ocasiones nos encontramos con que los bienes intercambiados no responden a necesidades sino a productos de luo. 1/ "ransporte% ?n sistema de mercado integra tambi'n transporte en los mecanismos de oferta9demanda y precios. )o es lo mismo transportar productos luosos llegados de países leanos por un territorio con una ruta terrestre controlada militarmente por el e'rcito de un emperador, que fletar un barco y exponerse a los abordaes piratas. En función de la naturale#a de los bienes, es necesario establecer una distinción radical entre bienes que se pueden mover por sí mismos, y bienes que no. ! su ve#, las rutas, medios y modos de transporte dependían de factores tecnológicos, geogr"ficos y de la estructura político9social.
@/ !ilateralidad % El tipo de contacto comercial entre dos pueblos se puede clasificar en% a/ comercio de donaciones % Jasado en relaciones de reciprocidad entre efes o reyes, por lo que su organi#ación cuenta con un fuerte componente ceremonial b/ comercio administrado o por tratado % (odos los canales del comercio o son gubernamentales directamente o controlados por el obierno y sus funcionarios. )o es una forma comercial que dee mucho lugar para la competición. c/ comercio de mercado % -e basa en un intercambio entre las partes. 3as tierras y el trabao se han convertido tambi'n en mercancías.
MERCADOS Y SISTEMA DE MERCADO 5olanyi atribuye al t'rmino mercado un doble significado% lugar de mercado , lugar físico donde se pueden adquirir productos necesarios y sistema de mercado , que sería una construcción culturalmente específica vinculada con una representación utópica de la humanidad. -e trata de dos fenómenos muy distintos.
T"os &e +er$a&os !o$a!es 5olanyi ofrece tres formas de asentamiento de mercados locales% */ "ipo #gora% 7antiene que en recia existía una separación radical entre el comercio externo e interno. El producto fundamental que se adquiría mediante el comercio externo era el grano. El comercio exterior de grano era en parte comercio de donaciones de otros Estados a cambio de alian#as político9militares, y en parte comercio administrado, como muestra que durante casi toda la historia se mantuvo el ideal de precio fio en el "gora, a pesar de que en el emporium los precios oscilaban. El mercado local tenía lugar en el "gora. 3os productos a la venta eran fundamentalmente alimentos, en muchos casos ya preparados para su consumo. 7uy a menudo estaba en mano de mueres, a diferencia, una ve# m"s, de los viaeros emporoi que eran varones. En todo caso tenían que ser ciudadanos porque seg2n las leyes de -olón ning2n extranero podía vender en el "gora. 0/ "ipo puertas% Estos mercados estaban en relación con la redistribución de alimentos. 5or ello se situaban en las puertas de los principales centros de almacenamiento. 1/ "ipo ba$ar % !parecen nuevamente una parte que oferta productos y otra que los demanda. 3os productos a la venta no eran alimentos, sino manufacturas vendidas por los peque4os artesanos, casi siempre extraneros, en sus tiendas. ! diferencia de lo que ocurre en el sistema de mercado, estaba ausente el mecanismo 2nico de precios. EL DINERO DE LA ISLA ROSSEL 3a presencia o ausencia de dinero no supone ning2n invento decisivo que transforme a una sociedad o mida su grado de progreso. 6onao, la deidad9serpiente de los nativos pobladores de 8ossel, repartió entre los isle4os dos series de obetos Undap y n+o9. 3a serie de obetos ndap, que circula entre los hombres, consiste en peque4as pie#as individuales de unas conchas pulidas. 3a serie n+o, que circula fundamentalmente entre las mueres, consiste en peque4os discos que se agrupan de die# en die#, hechos de conchas de almeas gigantes. 3os nativos de la isla 8ossel clasifican la serie ndap en veintidós categorías diferentes, cada una con un valor determinado. Existen en toda la isla unas mil conchas ndap de las que solo D* pertenecen a las D categorías superiores que tienen un car"cter sagrado, se transmiten patrilinealmente entre los efes, se mantienen celosamente guardadas, ocultas a la lu# del sol, aunque los efes tienen que prestarlas al resto de los isle4os porque son el medio de los pagos ceremoniales m"s importantes. 3a serie n+o, esta agrupada en *H categorías diferentes, relacionadas con el tama4o de las conchas, que se rigen por reglas similares a las de las categorías inferiores de las ndap. 3a separación social entre ambas hace que las series ndap y n+o no sean
intercambiables. !rmstrong concluye su estudio de la isla 8ossel afirmando que el sistema de conchas constituye una moneda en el sentido estricto de la palabra. !rmstrong considera que las conchas ndap son dinero porque cumplen dos funciones. 3as funciones que se les atribuye al dinero son% */ edio de cambio % Es un obeto que se acepta socialmente en pago de bienes y servicio porque, debido a su aceptación general, el receptor puede usarlo a su ve# para propósitos similares. 0/ Patrón de valor % -eg2n este uso, el dinero es el equivalente general o unidad de cuenta en t'rminos del que se miden y expresan los precios de bienes y servicios. 1/ %eposito de ri&ue$a % El hecho de que un obeto sirva para acumular rique#as, no define al dinero, a no ser que el obeto re2na cierto grado de homogeneidad austado a un patrón. @/ edio de pago y de pagos pospuestos % 3a mayoría de los antropólogos consideran que el uso de ciertos obetos para efectuar pagos es el m"s relevante de todos para dar cuenta de la necesidad de un patrón de valor y del propio dinero como mecanismo mediador. :esde el punto de vista de los obetos que se han considerado dinero, cualquier cosa puede ser dinero si las convenciones de una sociedad determinada contextuali#an esos obetos en un circuito de relaciones sociales que lo definan como tal. El panorama se complica, si lo que tenemos en mente es el dinero tal y como nosotros lo utili#amos, esto es, que el mismo obeto cumpla, en teoría, las cuatro funciones. 3a función prioritaria, en la que muchos autores basan la presencia o ausencia de dinero en una cultura dada, no es otra que la de medio de cambio.
DINEROS SIN MERCADO ?na de las características de los dineros no capitalistas es que el mismo obeto no existe para todos los usos. 5or eemplo, en muchas sociedades pastorales el buey era patrón de valor y medio de pago, pero no medio de cambio. Vamos a ordenar en una tipología algunas de las distinciones antropológicas cl"sicas para examinar como se relacionan los dineros con instituciones políticas, comerciales o morales.
D"%ero e7ter%o@ &"%ero "%ter%o 7uchos pueblos distinguían paralelamente al mercado entre dinero de uso externo e interno. !l pertenecer la circulación a esferas diferentes el dinero malo no despla#aba al bueno. $uando una ciudad tenía problemas financieros, el valor de las monedas de circulación interna se alteraba o se grababan encima. D"%ero $o+er$"a! * %o $o+er$"a!. :e los datos aportados por la etnografía y la historia no se desprende que el dinero se originase exclusivamente como medio de cambio. 5or dinero no comercial se entiende un obeto con un grado ra#onable de homogeneidad empleado en diversas transacciones sociales fundamentales que son aenas al comercio. D"%ero a$t"o * as"o En los intercambios de muchas sociedades, al tiempo que se reali#an cierto tipo de transacciones comerciales, circulan ciertos dineros llamados pasivos o pseudodinero que no est"n directamente implicados en los valores de la transacción, pero si la acompa4an. D"%ero ara to&o /so@ &"%ero ara /sos ese$"a!es Esta distinción se refiere tanto a la circulación restringida a ciertas esferas de intercambio de ciertos obetos como al hecho de que en muchas sociedades que no han pasado por el proceso homogenei#ador que supone el 5rincipio de 7ercado, varias series de obetos
diferentes sirven para distintos usos que siguen como criterio no tanto la funcionalidad de las transacciones, sino las ideas culturales sobre la moralidad del dinero y de los intercambios.
E! &"%ero * !as restr"$$"o%es +ora!es Veremos que hay ciertas esferas de intercambios en los que no est" bien visto utili#ar dinero como pago, como, por eemplo, en la mayoría de las relaciones sexuales, en el eercicio de cargos políticos, etc. (ambi'n establecemos límites morales en los intercambios que se dan en circuitos recíprocos entre familiares o amistades. (ambi'n entre nosotros existen dineros que solo se utili#an en ciertas pr"cticas y circuitos sociales restringidos. DINERO AMARGO !l pueblo 3uo de Cenia la Jiblia, los misioneros y la conversión al cristianismo le llego al mismo tiempo que los billetes de banco, pero eso no les impide pagar la rique#a de la novia en ganado o mantas. Jao el termino pesa ma'ech, dinero amargo, los 3uo clasifican un tipo de dinero que es peligroso y diabólico para sí mismos, porque se asocia con espíritus o con la divinidad. Es dinero amargo aquel que no ha costado ning2n esfuer#o obtener, como, por eemplo, el que se encuentra, el que se gana en la lotería, o el que se roba, que tiene peligros permanentes para quien lo gaste. El grueso del dinero amargo proviene de la venta de ciertos bienes relacionados con el culto a los ancestros. Vender oro tambi'n produce dinero amargo. 5or 2ltimo, el dinero obtenido por vender el gallo de la casa, animal que representa la sexualidad masculina y por extensión el patrilinae. 5or el contrario, cuando el dinero procede de la mercantili#ación de la tierra no ancestral/ o de las multinacionales, no se clasifica como amargo ni re4ido con la moral.
CONTRAPUNTO III: PASATIEMPOS RECIPROCOS DEMOSLE OTRA OPORTUNIDAD A LA RECIPROCIDAD 3a reciprocidad sigue siendo un concepto muy utili#ado. -in embargo, es un concepto poco claro, que no se ha intentado definir detenidamente.
LA RECIPROCIDAD NEGATIVA EN FILIGRANA )o hay que entender la reciprocidad negativa como la ausencia o transgresión de relaciones de reciprocidad en esencia ben'ficas para la sociedad.
E! s/te7to &e !a re$"ro$"&a& 3a reciprocidad aparece ligada a la idea de contrato social, parece ser la fuer#a que sustenta el contrato que transforma el infierno hobbesiano de individuos egoístas, en la sociedad. =uisi'ramos destacar dos cosas% la primera es el necesario contrapunto de reciprocidad negativa presente en el estado natural propuesto por la visión hobbesiana. 3a segunda es que el pacto, el contrato, ese conunto de dependencias mutuas entre individuos libres, se convierte en el fundamento estructural de la sociedad. Estas dos ideas se encuentran de forma m"s o menos explícita en los primeros usos analíticos del concepto de reciprocidad. 8eciprocidad es la fuer#a institucionali#ada que crea cohesión social y remite a un orden moral. 5ara que sea reciprocidad es necesario que la acción este engastada en el orden institucional de la sociedad. 3o que desvela la presencia de esta fuer#a es la transferencia recurrente de recursos varios entre personas. W aquí, la
tensión con la idea de intercambio va a ser constante. 3a reciprocidad se diferencia en que lo que impulsa la acción no es solo el inter's sino el orden moral. -e mantendr" muy presente la reciprocidad como una forma de distribución y circulación de bienes, como una forma particular no mercantil/ de intercambio.
Go/!&%er@ Sa-!"%s * 'o/r&"e/: e! $o%t"%/o &e !a re$"ro$"&a& ouldner define este concepto como un intercambio de beneficios mutuamente contingente entre dos o m"s unidades. 3a reciprocidad seria un principio general de mutua dependencia y reconocimiento de una norma moral compartida% beneficiaras a los que te benefician. Insiste en la necesaria existencia de una norma moral general de reciprocidad porque observa la importancia que tienen las diferencias de poder en el grado de equivalencia de los beneficios intercambiados entre las partes. =uisi'ramos destacar dos puntos% en primer lugar, que, en esta visión, los que no devuelven beneficios no son los d'biles, sino los poderosos. W en segundo lugar que la idea de cohesión social tradicionalmente ligada a la reciprocidad se ha desarrollado y aparece ahora como una idea de reproducción social. -ahlins relaciona el grado de equilibrio o de equivalencia de los beneficios intercambiados con la distancia social entre las partes, es decir, con la intensidad y frecuentación de las relaciones sociales previas a los intercambios. Entre individuos muy próximos socialmente, lo que prevaldría es la reciprocidad generali#ada, el don motivado por la necesidad del receptor o por la simple generosidad desinteresada. El valor social del intercambio es el predominante y el espacio social es el de la casa, la comunidad. 5or 2ltimo, la reciprocidad negativa se establece en la mayor distancia social, entre desconocidos, tribus enemigas, etc. Jourdieu en su modelo, se pasa gradualmente de la simetría del intercambio de dones a la disimetría de la redistribución ostentatoria que est" en la base de la autoridad política. !parece la redistribución como un aspecto de la reciprocidad, pero no tanto como una articulación sino como un desarrollo. 5ara Jourdieu tambi'n la reciprocidad en su vertiente redistributiva de generosidad es un baluarte que permite la reproducción social de relaciones de dominación y de explotación La r/t/ra $o% e! $o%$eto &e re$"ro$"&a& 3a obra de 6einer ha sido largamente comentada. 3o que nos parece fundamental es como rompe con la idea de mutualismo. -u visión es claramente la de la reproducción social de sistemas de desigualdades. EL MARCO COMPARATIVO: BREVES CALAS ETNOGRAFICAS Re$"ro$"&a& * re&"str"/$"% 7auss intenta mostrar que la norma que obliga a la generosidad a aquellos que tienen recursos debería recuperarse para humani#ar nuestras sociedades. En cualquier caso, para los contribuyentes al fondo de redistribución, los límites entre reciprocidad, tributo y expolio son a menudo ambiguos y van a depender sobre todo de la capacidad de los suetos históricos de compartir un orden moral hegemónico o de oponerse a 'l. Este tipo de generosidad política se articula necesariamente con modos m"s o menos institucionali#ados, m"s o menos violentos, de reclamar recursos aenos. W, en definitiva, es la capacidad de reclamar o de quitar la que funda la capacidad de dar. 3os que dan son los mismos que quitan. Ree!&0a@ /st"$"a * "o!e%$"a Estas reclamaciones, ustas seg2n el orden moral de los unos, son desproporcionadas seg2n el nuevo orden moral individualista, mercantilista y privati#ador de los otros. 3a quiebra del orden moral, sin embargo, forma parte integrante de la transformación de los procesos sociales de producción, acceso y distribución de la rique#a, que a su ve# deben ser entendidos en un marco de interacción social mucho m"s amplio.
PARTE IV: LAS MERCANCIAS FICTICIAS CAPITULO B: LAS MERCANCIAS Y EL CONSUMO LA GLOBALI-ACIN Y EL CONSUMO 3a categoría consumo, por una parte se trata de uno de los componentes de la triada que define la economía, por otra, ha llegado a definir el tipo de sociedad en la que vivimos. $omo proceso ideológico, el consumo forma parte de las características que el antropólogo Isidoro 7oreno atribuye a las nuevas formulaciones del fundamentalismo del mercado que solemos condensar en un concepto ambiguo como es el de globali#ación.
EL AN7LISIS DEL CONSUMO EN LAS CIENCIAS SOCIALES -e tardo muchos a4os en plantear como problema a que se refieren los deseos por poseer bienes o como se generan. En los estudios cl"sicos la tendencia holista y la falta de visibilidad de los excedentes en muchas sociedades han hecho que casi nunca se haya sentido la necesidad de separar analíticamente el consumo del intercambio. )os presentan una defensa del mundo de los bienes como una fuente de recursos que dotan de nuevos significados a las sociedades industriales.
CONSUMO EN OTRAS SOCIEDADES: RANGO, CLASE, G1NERO. -i quisi'semos convertir el t'rmino consumo en un concepto experto y como tal, neutral, tendríamos que vincularlo a las categorías de rango, clase y g'nero. En los Estados antiguos las características del consumo van ligadas a las desigualdades existentes, ya fuese en t'rminos de rango, estatus o clase. !lgunas instituciones canali#aban la b2squeda de bienes distintivos mediante el comercio de larga distancia. 3a gente corriente quedaba aleada de tales transacciones. $omo mucho reali#aba peque4os intercambios en los mercados locales. 3a segunda variable a la que podemos ligar el peque4o consumo en otras sociedades, la de g'nero, deriva del papel de proveedoras domesticas desempe4ado por las mueres en casi todas ellas.
LA REVOLUCION DEL SIGLO 6VIII 3a primera revolución del consumo europeo aparece consolidada a mediados del siglo XVIII.
E! +/%&o &e !os "e%es
En esta 'poca, aparecen nuevos productos, cuyo consumo pronto se extendería entre todos los sectores de la población.
E! aarato &e! $o%s/+o -e produce una explosión de tiendas y de nuevas t'cnicas de venta, que irían deando paulatinamente atr"s las ferias, mercados locales o los buhoneros tradicionales de venta ambulante, que, sin embargo, tambi'n se incorporarían a la venta de los nuevos productos. E! +/%&o &e !as $!ases * &e! #4%ero 3a relación entre genero y los bienes de consumo domestico se dio sobre todo en los países protestantes del norte y centro de Europa, donde un cambio religioso y otro sociocultural dearon a las mueres sin dos actividades de las que habían vivido desde la Edad 7edia. 7ientras que las mueres de las clases trabaadoras iniciarían una penosa andadura por los suburbios y asilos de las ciudades, las mueres de la clase media centraron su vida en torno al hogar donde en la 'poca victoriana actuarían no solo como la reina del hogar, sino como la demostración de las virtudes domesticas% de ahí el inter's por los bienes de la casa y los nuevos rituales dom'sticos, así como el despegue de la moda femenina. CONSOLIDACION DEL CONSUMO: EUROPA?@<=@ 3a segunda oleada de cambios en el consumo se iniciaría en la segunda mitad del siglo XIX y se extendería hasta el primer tercio del siglo XX.
E! aarato &e! $o%s/+o $ambios en el comercio y en la forma de vender% !parición de los almacenes. $onsumo y control del tiempo% Esta segunda oleada se ocupo del calendario, mediante la promoción de fechas se4aladas para los individuos cumplea4os/, madres, padres, novios o la familia. iestas que habían sido celebraciones domesticas tambi'n quedaron en manos de los comercios. La /!"$"&a& * %/eas )or+as &e e%ta &acia *DP ya había en los Estados ?nidos varias agencias de publicidad. 3a pintura y el dibuo publicitario tendrían un desarrollo extraordinario, porque el texto estaba supeditado a la imagen que ya mostraba el cuerpo femenino mercantili#ado en los cartelones publicitarios. 5or otra parte, se crearían otras formas de venta, en algunos casos, asociadas a la populari#ación del cr'dito, como los pagos a pla#os. '"e%es 3a característica principal de este periodo fue la expansión total de los mercados de bienes, tanto en la producción como en la circulación. El comercio y la industria acercaban a un amplísimo p2blico tanto productos importados, como los fabricados en todo Kccidente. $ontinuamente se a4adían nuevos obetos a una cesta del deseo llena de nuevos productos. $ada nuevo invento que triunfaba llevaba al usuario a sentir que solo el mercado podría satisfacer las nuevas necesidades. Evidentemente, el vehículo por excelencia seria el automóvil. Co+er$"o &e! o$"o 5or primera ve# se incorpora al consumo% */ !ctividades% $omo, por eemplo, la pr"ctica de deportes, la m2sica o el baile. 0/ Espect"culos% -urge la que llegaría a denominarse industria del entretenimiento, la opera, los conciertos o los teatros, el cine o los deportes. El giro que tomo la industria del
entretenimiento, quedaría enseguida refleada en los florecientes periódicos, cuyas secciones m"s o menos relacionadas con los anuncios son una clara adaptación al nuevo espíritu del consumo.
Las %/eas )or+as &e "&a * e! $o%s/+o $lase% 3a b2squeda de medidas de autoprotección de los trabaadores mediante sus asociaciones políticas y sindicales, las peticiones de reducción de ornadas y de aumento de salarios lograron ciertas meorías en la vida que tan terrible había sido en los primeros a4os de la industriali#ación. 'nero% especiali#ación en las compras. &ay que contar con un grupo de mueres óvenes, las llamadas chicas modernas que van al cine, bailan y adquieren los nuevos productos. Especiali#ación 'tnica% 3a llegada de numerosos inmigrantes de origen europeo y asi"tico a otros países favorecía la aparición de m"s productos, con una cierta especiali#ación 'tnica. ?no de ellos la fotografía. LA PERCEPCION DEL CONSUMO EN LAS COLONIAS 7uchos pueblos o grupos de coloni#ados llegaron a la conclusión de que ellos y sus sociedades eran víctimas de un mal invisible y que su futuro podía depender de acceder a la magia que hacia poderosos a los blancos para poder contrarrestarla.
Los $/!tos $ar#o: e! re#reso &e !os a%teasa&os Cargo, una palabra pidgin que significa manufacturas comerciales, es el nombre en el que se sinteti#an varios movimientos de índole religioso9milenarista y política que 5eter 6orsley considero una reacción a la desintegración social melanesia traída por las sucesivas oleadas de ocupación colonial. 3os melanesios tenían una creencia local seg2n la cual los antepasados podían regresar en cualquier momento desde el m"s all" cuando las cosas iban mal y restablecer la usticia terrenal. $on la llegada de los distintos pueblos coloni#adores, les dieron a los melanesios una educación religiosa que les llevo a reinterpretar su situación con un nuevo enfoque% detr"s de todos los bienes que recibían los europeos había un secreto del cargo, cuya clave la tenían los misioneros que, se apropiaban y no repartían entre los melanesios los bienes que les estaban enviando sus antepasados.
CAPITULO : EL TRA'AO@ LA NATURALEA Y EL DINERO
POLANYI Y LAS MERCANCIAS FICTICIAS En un famoso pasae de La (ran "ransformación , Carl 5olanyi, evocando a 6illiam Jla+e, se preguntaba cual había sido el molino sat#nico que había destruido el antiguo teido social y roto la integración que hasta entonces había habido entre las sociedades humanas y la naturale#a. -u respuesta nos remite a una de las tesis m"s contundentes de su obra maestra% el trabao, la naturale#a y el dinero se habían convertido de forma ficticia en mercancías. 3os elementos b"sicos de la producción, el intercambio y las finan#as habían pasado a ser una recreación imaginaria de la creencia de que existía un mercado mundial en el que se consensaban varios elementos que configuraban la utopía liberal. Es decir, la ficción se refiere a la construcción utópica de lo que hemos llamado el principio de mercado, el modelo económico que lleva en si la manera en que nuestra sociedad se representa a sí misma.
EL BAUTI-O DEL BILLETE En el valle del $auca existe una creencia que parece ilustrar las transformaciones sociales que generaron las mercancías ficticias. Existen algunos padrinos que durante la ceremonia del bauti#o alteran el ritual d tal manera que, el sacramento en lugar de la criatura lo recibe un billete de un peso% durante el ritual del bauti#o, cuando el sacerdote católico va a imponer el nombre al ni4o o a la ni4a, el padrino o la madrino oculta en su mano un billete doblado que ser" quien reciba el nombre. ! partir de ese momento, el ni4o, como consecuencia de no haber recibido el sacramento ha perdido su derecho a ir al cielo si muere. 5or el contrario, el dinero del padrino o de la madrina se convierte en f'rtil, en productivo.
LA ECONOMÍA SUMERGIDA O INFORMAL En este sector, los trabaadores combinan varias estrategias, como pudiera ser multiplicar los recursos manteniendo una explotación de peque4as parcelas agrícolas o, como ocurre en la industria de confección, las empresas externali#an el trabao a trav's de varias redes de intermediarios, de modo que este se reali#a no en las f"bricas, sino en las casas. El termino economía informal, fue acu4ado por el antropólogo Ceith &art para dar cuenta de que con la definición de trabao que utili#aban los organismos internacionales quedaban sin registrar como tal un numero altísimo de actividades que, de este modo, no eran tenidas en cuenta por los economistas o por los planificadores del desarrollo. 3as características b"sicas del sector informal son% autoempleo, acceso f"cil al trabao
mediante redes de conocidos, apoyo en recursos y redes sociales locales, adem"s de una explotación intensiva del trabao.
LA INTERDEPENDENCIA ENTRE LOS DOS SECTORES -u evidente dualismo oscurece tanto las interrelaciones entre ambos sectores como las relaciones de dependencia características del mundo capitalista. En este sentido, muchos autores que contin2an utili#ando la distinción formal9informal consideran que el factor fundamental de su persistencia seria la interdependencia de ambos sectores% el formal depende del informal para obtener bienes, servicios y manos de obra barata, mientras que el informal obtiene del formal una buena porción de su clientela, cierto tipo de ingresos y servicios, etc.
EL CONTROL DEL TRABA/O 7unford, consideraba que probablemente el relo había sido ms importante como regulador del tiempo de trabao que las maquinas de vapor. 5ero el paso m"s significativo en el eercicio del control fue la gerencia científica promovida por . (aylor. El taylorismo consistía en dividir las tareas en crono9porciones de trabao cada ve# m"s peque4as, de forma que no fuese necesario que ning2n trabaador se comportase en las f"bricas siguiendo el modelo de los artesanos en sus talleres, es decir, que estuviese pendiente de todo el proceso. :e esta forma abogaba por sustituir a los trabaadores especiali#ados que conocían los procesos por otros sin especiali#ación% así se lograría reducir los salarios de los obreros no especiali#ados y con ellos el coste laboral.
LAS NUEVAS ELI-A ENDALL EN LA CADENA DE MONTA/E EN INDONESIA 3a posesión por espíritus ha sido estudiada desde muchas perspectivas y en muchas culturas distintas. 3a posesión se asociaba a formas de expresar conflictos en sociedades tradicionales% en la vida moderna esas NsupersticionesO parecían no tener cabida. 3a monografía de !ihAa Kng nos presenta las ree (rade Tone o #onas de libre comercio, tambi'n conocidas como #onas de procesamiento de exportaciones. -e trata del "rea industrial de un país en el que no tienen vigencia ni las barreras comerciales, ni las tarifas o cuotas habituales y se han rebaado los impuestos y los tramites burocr"ticos para atraer negocios e inversiones de empresas transnacionales. -e sit2an en los lugares m"s atrasados de países clasificados en vías de desarrollo, entre los que se encuentra Indonesia. Este contexto fabril de las #onas de libre comercio indonesio desde mediados de los a4os setenta, hay óvenes obreras que comien#an a gesticular airadas y a gritar en el momento en que sufren la posesión de ciertos espíritus vengativos. 3os efes de planta, que viven continuamente posesiones similares, les dan Valium y las envían a casa. 3os periódicos recogen las dificultades que estos males pueden causar a las empresas multinacionales. Ktros periódicos consideran que las visitas continuas de los espíritus a las f"bricas se deben a la mala adaptación o transición de la vida de las aldeas a las cadenas de montae. Entre los malayos rurales existe la creencia de que ciertos espíritus en situaciones de ansiedad personal, de impure#a o de ambigLedad social toman posesión de mueres, a menudo casadas que acababan de tener un hio. El modo de vida en las aldeas y las relaciones sociales y domesticas hacían que las óvenes se sintiesen seguras hasta que abandonaran la aldea al casarse. 3as cosas comen#aron a cambiar cuando empresas multinacionales para horrar costes, querían empleadas óvenes, solteras y de las aldeas. :esde el momento en que abandonan la seguridad del entorno campesino, las óvenes perdieron su protección porque la impure#a cultural de las f"bricas y la ambigLedad de su situación atraía a los espíritus. Este es el inicio de los episodios que anali#a Kng. 3as óvenes enviadas por sus familias a trabaar a las f"bricas
para conseguir salarios que permitiesen prosperar a sus hermanos y a alguna hermana, tra#aba una desigualdad entre ellas, las convertía en solteronas sin posibilidades matrimoniales frente a las óvenes que habían permanecido en sus casas de la aldea. 3a posesión por los espíritus puede contemplarse como la 2nica expresión que pudiera tener una reivindicación de usticia.
CONTRAPUNTO IV: PASATIEMPOS SATANICOS EL LASTRE DE LOS ESCLAVOS: EL CIRCUITO DEL CAURI 5ara muchos autores que se han ocupado del cauri, este no dea de ser un dinero primitivo. El cauri comen#ó a usarse como dinero cuando las monedas met"licas ya estaban bien establecidas. 5or consiguiente, el uso del cauri no se debió al desconocimiento de sistemas de dinero m"s evolucionados. 5odemos decir que la demanda de cauri tiene m"s que ver con el establecimiento de reinos centrali#ados, con la concepción local de alimentos que con presunciones generales sobre el funcionamiento del mercado sin tener en cuenta la presencia o ausencia del sistema de mercado. En el momento en que los Estados europeos dominaron territorialmente las sociedades africanas, al tiempo que introducían su dinero, el cauri desapareció como dinero. &emos de recalcar que no es extra4a la coexistencia de distintos sistemas de intercambio interactuando en una misma red comercial.
LAS ISLAS MALDIVAS Y EL CAURI El cauri es un peque4o molusco. :os son las especies, el $ypraea moneta y el $ypraea annulus. 3a mayor concentración de $ypraea moneta se encuentra en las islas 7aldivas y son de menor tama4o, lo que supone una ventaa para su transporte. El $ypraea annulus es de mayor tama4o, se encuentra con gran abundancia en las costas orientales de frica. &ay testimonios del uso del moneta en diversas y distantes entre sí #onas del mundo. 5ero los principales lugares en los que se utili#aba como dinero son Jengala y frica occidental. -e demandaba el cauri procedente de las 7aldivas. :e la rique#a de datos aportados por tres observadores destacan los siguientes aspectos del sistema social y de la producción y distribución del moneta en las 7aldivas.
Ase$tos t4$%"$os &e !a ro&/$$"% &e! +o%eta 3a extracción de los moluscos se llevaba a cabo mediante dos t'cnicas% */ lan#ando al mar hoas de palmera a las que se adherían los moluscos y 0/ una forma de marisqueo en la orilla del agua. E! +o%oo!"o rea! El poder político central de las islas poseía el monopolio del cauri% todas las conchas eran entregadas al sult"n. 3as autoridades políticas adquirían mediante el cauri arro#, teidos y sal, que luego redistribuían entre la población. 5or ello siempre se mantuvo constante el comercio con Jengala y Krissa, que eran los principales enclaves suministradores de arro#. E! &"%ero &e !as Ma!&"as El propio cauri no fue utili#ado como dinero en las 7aldivas, se utili#aba el larin, que era una especie de an#uelo de plata que se cortaba en peda#os cuando se usaba como medio de cambio local. El valor del cauri provenía exclusivamente del proceso de comercio que les permitía obtener arro# y teidos de algodón.
EL CAURI Y SUS RUTAS 3a historia del trafico del cauri se puede dividir en dos grandes periodos% el previo a la llegada de los europeos, caracteri#ado por dos rutas, una casi local, la de Jengala, vital para las 7aldivas debido al arro#, y una segunda que se dirigía al oeste y finali#aba en diversos puntos de frica occidental. $on la llegada de los portugueses a la #ona se inicia un cambio absoluto en el comercio del Yndico. ?n cargamento de cauri tardaba aproximadamente un a4o en llegar a su destino final en frica occidental. Esta demora se debía a que el cauri se utili#aba como lastre e implicaba que no se podía ir alterando la colocación del cargamento durante las diversas etapas de la ruta.
LOS EUROPEOS Y EL CAURI &olandeses e ingleses fueron los verdaderos artífices del comercio transcontinental del cauri. 3o convirtieron en el dinero de la esclavitud porque lograron canali#ar la demanda africana de cauris con la europea de esclavos, asociando ambos comercios. El final del comercio transoce"nico del cauri se debió a tres factores fundamentales. El primero fue la abolición legal de la esclavitud en *DP. El segundo factor fue la gran inflación provocada por la introducción en frica occidental del $ypraea annulus de Tan#íbar por parte de comerciantes alemanes. !unque el annulus no despla#o al moneta y no fue aceptado en todas partes, la llegada masiva desbarato por completo la estabilidad del cauri. 3a tercera causa que termino con el comercio del cauri fue el dominio colonial directo, y que las autoridades coloniales no aceptasen el cauri para pagar impuestos.
7FRICA OCCIDENTAL frica occidental abarca una superficie muy extensa del continente africano, con marcadas diferencias ecológicas. 3as distintas sociedades que poblaban esta región poseen historias e influencias muy diferentes desde el punto de vista de los contactos culturales. 3as redes comerciales establecidas por mercaderes "rabes, regulares desde la menos el siglo X, son fundamentales para explicar la propia frica occidental, pero tambi'n la llegada de oro a Europa y a los países isl"micos del 7editerr"neo durante nuestra Edad 7edia. 5or otra parte, los contactos con los "rabes son decisivos para comprender la islami#ación de algunos reinos de la #ona y la creación de grupos poderosos de mercaderes islami#ados.
7FRICA OCCIDENTAL Y LAS RUTAS COMERCIALES Co+er$"o "%ter%o -e podría definir como un comercio de alimentos y de obetos cotidianos de cada #ona. 5osee ciertas características generales% a/ El tipo de productos intercambiados es b"sicamente local y de producción domestica. b/ 3ugar del mercado y periodicidad% En los grandes centros urbanos el comercio podía ser permanente y las ventas diarias. En puntos con una población m"s dispersa, la periodicidad era variable. c/ 3os bienes intercambiados provenían de los productos locales, y los vendedores eran casi siempre los propios productores y muy a menudo mueres. d/ :iversos obetos se utili#aban como medio de cambio. Co+er$"o &e !ar#a &"sta%$"a
Entran en uego los siguientes aspectos sociológicos y t'cnicos% a/ 5ersonal% los comerciantes pueden estar constituidos por un grupo especiali#ado. El comercio de la mayor parte de los Estados africanos era un comercio administrado en el que el Estado eercía un control político directo sobre la importación de ciertos productos. 3os comerciantes eran un tipo especial de funcionarios del Estado. 5or eemplo, los funcionarios batafo. b/ Jienes% 3os intercambios, si bien eran estables, estaban sometidos a un alto n2mero de fluctuaciones. 3os productos cl"sicos eran el oro, nueces de +ola, marfil, pieles, plumas de avestru# y los esclavos enviados al norte. $auri, sal, armas, textiles luosos, cuentas de cristal y diversos bienes de luo para las elites eran los productos que a cambio viaaban al sur. c/ (ransporte% El transporte se reali#a en parte seg2n los bienes y, en parte, seg2n las rutas, medios y modos de transporte. */ 8utas terrestres "rabes% -e ha dicho que las grandes rutas comerciales estaban dominadas por los "rabes. 0/ 8utas y asentamientos de los europeos% 3os primeros europeos que llegaron a frica occidental fueron los portugueses. ue en 7ina donde los portugueses establecieron una primera presencia fia. 3ograron que casi un *PS de la producción mundial de oro fuese canali#ado a trav's de 5ortugal. 5ronto holandeses e ingleses se establecieron en las costas africanas. d/ Jilateralidad% -i bien se puede decir que, inicialmente, la parte activa de las relaciones comerciales no era africana, el control político africano sobre el comercio si lo era. El hecho de que los europeos no se estableciesen en el interior, implicaba que la organi#ación de bienes que exportar era íntegramente local.
EL CAURI COMO DINERO Es evidente que uno de los principales productos que entran en los intercambios comerciales con frica occidental era el cauri. El valor proviene de una complea interrelación de factores sociales e institucionales, de donde proviene la confian#a generada por el propio sistema. 3os pros y contras del cauri como dinero desde el punto de vista material son los siguientes% en primer lugar, las conchas de cauri son unidades concretas reconocibles. 3os distintos tipos de engar#ado de las conchas hacen f"cil la combinación de cantidades superiores reconocibles dentro del sistema sem"ntico al que pertenecen. ! diferencia del oro, el cauri tiene un valor instant"neo. Ktra de las grandes ventaas del cauri es que no es posible falsificarlo o devastarlo, mientras que el oro, ya sea en polvo, monedas o lingotes, puede rasparse, alearse con toros metales, etc. $omo decía el rey e#o de :ahomey, 'l prefería el cauri al oro porque no se puede falsificar y porque con el cauri ning2n hombre puede ser secretamente rico. ! pesar de todas las ventaas presentaba un gravísimo inconveniente; la cantidad de conchas que circulaban ocupaban un tremendo volumen que implicaba grandes dificultades para su transporte terrestre.
E! $a/r" e% F)r"$a 3os datos sobre utili#ación del cauri como dinero son antiguos. Es decir, cuando los europeos llegaron a frica, el uso del cauri era corriente en varias #onas. :e todas formas, es evidente que la gran expansión del cauri en frica occidental tiene mucho que ver con las condiciones de transporte ofrecidas por los europeos. Ca/r" * so$"e&a& )o abundan los datos de las utili#aciones particulares del cauri en los distintos pueblos concretos de la #ona. El papel del cauri como medio de pagos al Estado no debe ser minusvalorado. W era el comercio administrado de los Estados el encargado de importar