Origen y evolución del lenguaje El lenguaje es uno de los rasgos más distintivos de nuestra especie, ya que ningún otro animal se comunica de la manera que lo hacemos nosotros. Sólo la comunicación humana puede llamarse lenguaje, siendo los sistemas de comunicación animales no lingüísticos. La evolución del lenguaje ha sido lenta y progresiva desde hace dos millones de años atrás. Si embargo, la capacidad comunicativa tomó un rumbo distinto a partir de la aparición de un sistema de producción eficaz de sonidos (aparato bucofaringolaríngeo) y de un medio de identificación fonético/semántico que relaciona los sonidos con los significados. Dentro de la clase de los mamíferos, el hombre actual pertenece al orden de los primates, al suborden Anthropoidea, al infraorden catarrinos, a la superfamilia Hominoidea, a la familia Hominidae, al género Homo, a la especie sapiens y subespecie sapiens. A lo largo del tiempo las taorías evolutivas han sufrido variaciones, ya que los restos fósiles son escasos y están muy deteriorados. El homínido más antiguo conocido hasta el momento tiene unos 6-7 millones de años de antigüedad y se denomina Sahelanhropus thadensis. Durante casi 2 millones de años, se ha llevado un registro fósil en donde se ha visto un aumento progresivo del volumen cerebral pero sin cambio conductual importante. Hace 2,5 millones de años apareció en África un homínido con un cerebro mayor que sus predecesores y fue denominado Homo habilis. El Homo habilis dio lugar al Homo erectus. Éste contaba con características esqueléticas similares a los humanos modernos y una capacidad craneal bastante cercana a la nuestra. El Homo erectus fue el primer homínido en salir de África y llego hasta el este de Asia. El Homo sapiens y el Homo sapiens sapiens, nuestra especie, se origina en África pero tempranamente coloniza Europa y Asia. Los homínidos interaccionan con el medio a través de una serie de comportamientos relacionados con la alimentación, la locomoción, la sexualidad y la territorialidad, que afectan tanto a nivel biológico como social. Éstas estrategias adaptativas favorecieron la diversificación biológica provocando profundas transformaciones corporales y sociales. El hemisferio izquierdo es la parte que más peso tiene neuronalmente en la mayoría de los humanos actuales. Sin embargo, el lenguaje no puede ser delimitado a áreas concretas. Broca determinó que las lesiones situadas en la región prerrolándica de la tercera circunvolución cerebral del hemisferio dominante, daban lugar a la denominada afasia motora, en que el paciente no puede articular las palabras.
Más adelante, Wernicke describió la asafia expresiva, que se localiza en la primera circunvolución temporal del hemisferio dominante. Boyd explica que el humano puede reconocer 10 a 25 fonemas por segundo, recordar de 45.000 a 90.000 palabras y podríamos comunicar 100.000 pensamientos. Se han modelado endocráneos para observar la morfología cerebral a lo largo de los años. En cuanto al volumen cerebral se ha constatado un progresivo aumento del volumen a lo largo de la evolución de los homínidos. Asimismo está demostrado que no existe una correlación directa entre el tamaño cerebral y la capacidad lingüística. Sin embargo, la presencia del aparato bucofaringolaríngeo es esencial en el lenguaje articulado ya que éste modula el aire que da origen a los sonidos. La posición baja de la laringe es exclusiva del hombre moderno. El aire espirado pasa por la hendidura de las cuerdas vocales, y la lengua humana, cuya situación es muy posterior con relación a la faringe, modula su salida y es fundamental para la emisión de las palabras. La motilidad de la lengua así como su sensibilidad permiten modificar la morfología de la cavidad bucal; y los movimientos de los labios permiten completar las variaciones del trayecto que sigue el aire expelido y así se originan los distintos sonidos del lenguaje. Laitman concluyó que los australopitecinos disponían de una laringe en posición alta, similar a los chimpancés y que el descenso empezó en el Homo erectus. Existen distintas teorías que explican el origen del lenguaje como: • Teoría gestual: explica que el primer tipo de lenguaje que usaron nuestros ancestros era uno de signos, ya que anteriormente a tener órganos que les permitieran el lenguaje oral su forma de comunicación tuvo que ser gestual. • Teoría cognitiva o cerebral: explica la evolución del cerebro y la laringe. Dando presencia a determinadas áreas cerebrales (Broca y Wernicke), a la lateralización cerebral y a la modificación de la laringe para el desarrollo del lenguaje. • Teoría social: dan peso al trabajo como causa que determinó el progreso de la comunicación oral. De acuerdo a lo anterior, se puede decir que el lenguaje sólo pudo aparecer en una especie en la que el proceso de simbolización fuese activo (sueños, rituales, supersticiones, etc.). La simbolización va ligada a la complejidad social e implica una vida comunitaria intensa. Aparte de los indicios anatómicos, los culturales son de igual importancia en el origen del lenguaje. Por ejemplo, construir herramientas es una tarea que requiere una selección previa de materiales (planeación), tener una técnica
precisa para golpear los núcleos de piedra de la forma adecuada así como elegir las lascas para el tipo de instrumento que se quería realizar. Si a todo este proceso se le añade la transmisión de conocimientos a la descendencia, implica una habilidad cognitiva muy desarrollada. Los seres humanos modernos hablamos con un lenguaje de doble articulación. Esto es, por un lado, vocalizar con ayuda de la laringe. Y por el otro lado, enlazar los fonemas para formar palabras y frases según las reglas sintácticas.