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LA REFORMA EN ALEMANIA Y SUIZA Pamela johnston y Boh Scrihner Traducción: Elena Castro üury
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Agradecimientos del autor Pamela Johnston desea dar las gracias a sus colegas y a sus alumnos de la Swithun's School de Winchester, y en particular a Rosemary Duke, por sus comentarios y valiosas sugerencias. Pamela Johnston comenzó a trabajar en este libro cuando aún era profesora miembro del New Hall, Cambridge; la colaboración entre los dos autores surgió en aquel momento, a raíz de un debate. Los autores deben a Rosemary y a John Morrillla idea de escribir este libro en colaboración. Agradecen también la crítica constructiva, los consejos y el apoyo de Stephanie Boyd y de John Morril!.
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Introducción
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El caso Lutero
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El auge de los movimientos reformistas
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Zwinglio y la Rf!forma en Zurich
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4
Rf!forma y rebelión: la Guerra de los Campesinos alemanes
69
5
Dos controversias de la Rf!forma
89
Mapas: ]etf Edwards Ilustración de la portada: El Anticristo, de Matthias Gerung, Ashmolean Museum, Oxford
6
Los radicales religiosos
107
7
Consolidación de la Reforma
131
Maqueta y diseño de cubierta: Sergio Ramírez Título original: The R
8
Calvino y Ginebra: la segunda generación de reformistas
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Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorización.
Bibliografía
171
Glosario
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Índice de nombres
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El objetivo de este libro es reunir diferentes documentos que aporten nuevas ideas sobre la Reforma en Alemania'y Suiza. Hasta ahora, la historia de la Reforma ha tendido sobre todo a ensalzar la figura de Lutero'y se ha centrado casi exclusivamente en su teología. Con ello se ha dejado de lado la gran complejidad de la Reforma. A modo de ejemplo, no se han tenido en cuenta hechos como que la gente siguió las ideas ,-eligiosas de Lutero pero, en oca.siones, no por la vía en que a él le habria gustado; que las ideas de la reforma religiosa se vieron entremezcladas con demandas de reforma social'y política; o que la reforma de la religión cristiana se entendió de muy diversas maneras Además, el hecho de que la Reforma empezase en Suiza bajo la influencia de Zwinglio, más o menos independientemente de Lutero, es un hecho con frecuencia infravalorado. En cuanto a los aspectos sociales de la Reforma, especialmente cuando implicaron disidencia política o rebeliones, han sido presentados como si apenas tuviesen nada que ver con las ideas reformadoras. El radicalismo religioso, por lo general asociado a los anabaptistas, ha sido considerado como poco importante'y marginal, .Y tampoco se ha prestado atención a las dificultades de establecimiento de una nueva iglesia'y su institucionalización, ni se ha tenido en cuenta que la Reforma tardó mucho tiempo en cuajar en general entre los alemanes, .Y que en realidad se trató de una "reforma larga .Y lenta n. Igualmente, el signtficado del calvinismo no está del todo claro en la medida en que intentó establecer una reforma más profunda, surgida de la conciencia de que la primera generación de reformadores había tenido poco éxito y de que estaba demasiado comprometida con el viejo sistema religioso.
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ducumentos de este libro, muchos de ellos traducidos al /)()r IJeZ primera, y que pretenden paliar estos olvidos, se (C'/I!rall etl lus lugares neurálgicos de la Reforma, Alemania y Suiza, y eu/mm los primeros cincuenta años de los movimientos rfiformistas, de 1515 a 1564. Los documentos han sido seleccionados para mostrar la interrelación entre la Reforma religiosa y los aspectos políticos, so ciales y económicos del momento, a todos los niveles sociales, en el campo y en la ciudad, entre gobernantes y gobernados. Los autores han concedido especial importancia a los aspectos populares de la Re forma, ofreciendo un panorama sobre la respuesta que la gente co rriente dio a las ideas de Lutero y de los demás rfiformadores. Los do cumentos pretenden dar también cabida a los aspectos sociales que surgieron a raíz de los problemas religiosos. ZWinglio, Calvino y otras figuras más radicales revelan la dificultad que supuso traniformar ideas teológicas en prácticas religiosas, debido, entre otrosfactores, al desacuerdo básico existente entre los reformadores. Los cambios reli giosos también constituyeron materia política, y así, los documentos seleccionados muestran diferentes aspectos de los progresos de la re forma política por debajo de lo que suele llamarse la alta política del Imperio. La política de la Rfiforma implicó, con frecuencia, una prác tica política a nivel de las comunidades locales, debido, en especial, a los problemas que originó la propagación de las nuevas ideas en una población fundamentalmente campesina. !JiS
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Claro está que los documentos presentados no buscan ofre cer una narración completa y exhaustiva de los principales aconte cimientos de la Reforma en Alemania y Suiza. En este sentido, los lec tores pueden consultar los excelentes tratados que existen al resPecto (ver Bibliografía). Por otro lado, esta introducción actúa como es quema general del libro, dado que los párrafos de introducción par ticular a cada capítulo brindan la información general necesaria en cada caso. Dichos párrafos, leídos en conjunto, constituyen una na rración de los principales hechos de la Rfiforma en los que se enmar can los presentes documentos. La historia empieza con el llamado "caso Lutero': quepasó de ser un debate entre eclesiásticos e intelectuales a un escándalo público y político de dimensión internacional. El apoyo a Lutero y los ataques contra él originaron un avispero de controversias, alimentado por los humanistas y difundido a través de la acción propagandística de pan fletos, libelos y baladas populares. En el mismo sentido, Lutero, presio nado por la controversia, profundizó en sus ideas iniciales convirtién dolas en planteamientos mucho más radicales y conflictivos, donde ya los asuntos religiosos se entremezclaron con temas políticos y sociales.
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El capítulo 1 se centra en cómo Lutero se convirtió en un personajepúblico, así como en los mitos que le rodearon e hicieron de él objeto de la devoción popular. El capítulo 2 trata de los disturbios originados por los primeros cambios prácticos surgidos de las ideas de Lutero, especialmente la reestructuración de la vida religiosa en Wit tenberg. Dicho capítulo examina las consecuencias negativas del an ticlericalismo popular, y cómo la gente de la ciudad y del campo em pezó a crearse sus propias ideas sobre la reforma religiosa. Trata tam bién sobre la contribución de la "Palabra de Dios" a la hora de mejorar la vida social y comunitaria. Los documentos que incluye, re flejan, por otro lado, las implicaciones políticas de esos cambios radi cales sobre la forma de organización religiosa. El capítulo 3 está cen trado en Zwinglio y en la Reforma que, independiente de Lutero, ini ció aquel en Zurich. Al difundirse su idea de una reforma religiosa más orientada a los temas sociales y a la acción popular, sus doctri nas tuvieron una gran influencia en el sur de Alemania. Dichas ten dencias encabezarían la Guerra de los Campesinos alemanes, objeto principal de estudio en el capítulo 4. En dicho conflicto, los rebeldes tanto rurales como urbanos esgrimieron las ideas centrales de la Re forma sobre la Biblia y la Palabra de Dios, en tanto que parámetros aptos para juzgar la vida de los cristianos, para pedir mejoras socio económicas y para encarar la reestructuración de la sociedad y del gobierno. La Guerra de los Campesinos marcó una nueva etapa en las actitudes de Lutero hacia los aspectos populares de la Rfiforma. En efecto, Lutero optó por dar la espalda a la "reforma desarrollada des de abajo" y apoyó una "reforma desde arriba ': controlada y en ma nos de los dirigentes tradicionales, especialmente los príncipes. El capítulo 5 aborda dos temas en los que creencias popula res fuertemente arraigadas supusieron una barrera importante para la consolidación la rf!forma religiosa. Los debates sobre el papel de las imágenes en la creencias religiosas y sobre el modo en el que Cristo es taba presente en el pan y el vino de la Eucaristía provocarían gran des controversias y un amargo desacuerdo entre los rfiformadores, es cindiendo la Rf!forma en dos tendencias divergentes. El tema de la di versidad reformista de nuevo se retoma en el capítulo 6, donde se habla de radicalismos religiosos como el de los anabaptistas, margi nados e ignorados durante muchos años por la historia de la Refor ma. Los textos revelan el abanico del pensamiento religioso radical, así como algunas de las vías por las que éste logró ponerse en prácti ca. El capítulo 7 se centra en los intentos, a lo largo de las décadas si guientes, de consolidar los cambios religiosos introducidos a partir de 1520. Este capítulo revela las dificultades que entrañó la institucio
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nalización de la Reforma a través de acciones gubernamentales, es pecialmente al intentar propagar el fervor de los líderes religiosos en tre la población en general, y sobre todo entre los campesinos. Así sur ge la pregunta, ¿hasta qué punto puede decirse que la R%rma tuvo éxito en las parroquias rurales? El último capítulo trata de la "segun da generación" de la Reforma, iniciada por Calvino en Ginebra y marcada por la insatisfacción respecto a los esfuerzos de la primera generación. En efecto, las ideas de Calvino exigían una definición más clara de las creencias, mayor rigor moral y una disciplina más estricta en la propagación de la reforma religiosa. Calvino se con vierte por entonces en la fuente de mayor inspiración para la segun da ola reformista de la segunda mitad del siglo XVI y del mismo si glo XVII, pero este tema cae fuera del objetivo del libro. Sólo resta comentar cómo se han de utilizar los documentos. En efecto, los historiadores utilizan normalmente la documentación de formas muy diversas y complejas, pues no sólo analizan los conte nidos de un documento, viendo lo que éste dice y no dice, sino que también comparan un documento con otro, siguiendo el hilo de los temas que surgen a lo largo de los diversos documentos. Tamhién tie nen en cuenta el entorno del autor y los intereses que le llevaron a es cribir el documento en cuestión, buscando las ideas, opiniones y ac titudes encubiertas que los mismos autores no tenían conciencia de transmitiry que, con frecuencia, constituyen un tema secundario res pecto al objetivo central del documento. A modo de ejemplo, cabe des tacar las frecuentes alusiones de Lutero a la acción del demonio en los acontecimientos de la Reforma. En todo caso, lo interesante del material que se presenta es que el lector establezca por sí mismo su propia investigación, descubriendo opiniones e interpretaciones que no han sido resaltadas por los mismos autores.
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EL CASO LUTERO
La Reforma alemana empezó con Lutero y la controversia so bre las indulgencias que éste protagonizó a partir de 1517. El consí guiente debate se redujo, en principio, al mundo de la enseñanza: te ólogos, eruditos y humanistas. Sin embargo, la controversia se trans formó rápidamente en una cuestión de gran envergadura pública, afectando al dominio de Roma sobre la Iglesia alemana, a la "tiranía" ejercida por la ley eclesiástica y a la naturaleza de la autoridad del Pa pa, teniendo ramtficaciones no sólo religiosas, sino también políticas, con lo que Lutero se convirtió en el centro de la opinión, en tanto que protagonista de la controversia. A medida que Lutero iba siendo más conocido por el público en general, su "causa" atrajo a mayor núme ro de personas que inicialmente no habían entendido muy bien los principios y razones que motivaron su protesta. Los humanistas vieron en Lutero a un compañero espiritual en su lucha contra la estrechez de miras de la escolástica y en sus ataques contra las órdenes monás ticas. Agitadores como Ulrich von Hutten vieron en Lutero a un alia do, tanto en sus campañas contra los prelados que abusaban de su po der como en su propaganda por el renacer de los valores culturales ale manes, análogo al resurgir de la cultura italiana durante el Renacimiento. Las autoridades políticas, a pesar de simpatizar con los ataques de Lutero a la autoridad de Roma, pronto comprendieron que sus ideas implicaban una rebelión social en potencia, considerando ti. Lutero en consecuencia una amenaza para el orden. En camhio la gente corriente del campo y la ciudad reaccionó de manera dtliJrenle, viendo en Lutero a un hombre puro que decía la verdad sohre elen gaño y les revelaba la luz de la Palabra. Algunos vieron en él a 1m ¡!rO' feta enviado por Dios, casi un santo en vida. De hecho éstafue la im(/ gen quefoljaron y difundieron los propagandistas de "la cau,~'(/ de /.1/'
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Icm ", haciendo de él, ya en su tiempo, una figura legendaria y mito!rígica, siendo casi imposible discernir al hombre real respecto al mito. y fue esta misma respuesta popular la que traniformó el "caso Lutero" en una revolución en el seno de la sociedad y de la Iglesia.
1.1. Tetzel predicando indulgencias: el testimonio de Friedrich Myconius
Friedrich Myconius, reformador de Gotha, escribió, alrededor de 1530, la primera historia breve sobre los inicios de la Reforma en Sajonia. Su versión sobre la naturaleza de la predicación de Tetzel, redactada a pa¡1ir de sus recuerdos, se convÍ11ió en el testimonio más clásico de los orígenes del "caso Lutero". En aquellos días, el gran orador, comisionado y predicador de indulgencias en Alemania era un monje dominico llamado Johann Tetzel, que con su predicación recaudaba grandes sumas de dinero que se enviaban a Roma. Éste fue el caso particular de la ciudad minera de Annaberg, donde, yo, Friedrich Myconius, le escuché durante dos afJ.os. Las afirmaciones de este vergonzoso predicador eran increíbles. Decía que aunque alguien hubiera dormido con la amada madre de Cristo, el Papa tenía poder... para perdonarle, siempre que [el pecador] invirtiese su dinero en el cofre de las indulgencias ... Más aún, decía que si el cofre se llenaba pronto de dinero, todas las montañas cercanas a Annaberg se convertirían en plata pura. Proclamaba que en el mismo momento en que la moneda tocaba el cofre, el alma se elevaba al cielo. En resumen y en esencia: Dios había dejado de ser Dios y había transferido todos sus poderes al Papa.
H. J. Hillerbrand, Reformation in its Own Words, Londres, 1964, pág. 44.
1.2. Las protestas de Lutero ante las actividades de Tetzel
Lutero escuchó diversos testimonios sobre las predicaciones de Tetzel, narradospor diversos súbditos del elector de Sajonia que habían ido a comprar indulgencias para el príncipe. Su cólera ante las reacciones populares que las indulgencias provocaban le llevó a escribir una carta de protesta al arzobispo Alberto de Maguncia el 31 de octubre de 1517, fecha considerada como el inicio de la Reforma por los historiadores luteranos. En esta región, bajo la protección de vuestro ilustre nombre, se venden indulgencias papales para la construcción de la basílica de San Pe-
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dro en Roma y aunque no puedo quejarme por el clamor provocado por las declaraciones de los vendedores, a quienes no he escuchado personalmente, me encuentro extremadamente preocupado por las falsas ideas que circulan entre la gente corriente, por el motivo de mofa pública que dan. Estas almas desafortunadas parecen creer que aseguran su salvación en el momento en que compran bulas de indulgencia. También creen que las almas salen del purgatorio en el instante en que ponen su dinero en el cofre... Las instrucciones de los comisionados de indulgencias, publicadas bajo vuestra autoridad -seguramente sin vuestro conocimiento ni consentimiento-, establecen que una de las gracias ofrecidas, la más preciada de todas, es el don de la reconciliación del hombre con Dios y la remisión de todos los castigos del purgatorio. También se dice que aquel que compre estas bulas de indulgencia no necesita hacer acto de contrición.
Hillerbrand, Reformation in Its Own Words, pág. 50.
1.3. Las Noventa y cinco tesis
Con destino a un debate académico en la Universidad de Wittenberg, Lutero elaboró una serie de tesis que trataban aquellos puntos que consideraba esenciales. De acuerdo con la leyenda, las tesis fueron expuestas en el tablón de la universidad, a las puertas de la iglesia de Wittenberg, pero esto es algo que no ha llegado a probarse. En todo caso, las tesis obtuvieron una mayor difusión al ser puhlicadas, sin el conocimiento ni consentimiento de Lutero, y al circular, fuera de Wittenherg, entre los eruditos y el público que leía latín. En efecto, se imprimieron tres ediciones de las tesis, publicadas en 1517, alcanzando una audiencia de más de mil lectores. Su tono combativo, fruto de haber sido concebidas para un debate académico, hicieron que su autor fuera rápidamente conocido y embarcaron a Lutero en una discusión de envergadura pública que él no hahía en absoluto imaginado. A continuación exponemos algunas de las tesis, para mostrar el tono y objetivos de los argumentos de Lutero. 1. Cuando nuestro Señor Jesucristo dijo "Arrepentíos" ... quiso decir que la vida de los creyentes debla ser de arrepentimiento en su totalidad.
6. El Papa no puede borrar la culpa, sólo puede declarar y confirmar que la culpa ha sido borrada por Dios... 13-16. Los moribundos pagarán todas sus deudas a su muerte; de cara a la ley canónica ya están muertos y ya han sido liberados de su juris-
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dicciún. En un hombre moribundo, un alma de salud precaria trae gran temor consigo. Y este temor y este horror resultan suficientes por sí mismos para constituir el castigo del purgatorio... Parece que entre infierno, purgatorio y cielo hay la misma diferencia que entre la desesperación, la fuerte desesperanza y la seguridad completa. 20. El Papa, con su plena remisión de "todos" los castigos, tan sólo se refiere a aquellos que él mismo ha impuesto. 21. De ahí que los predicadores de indulgencias estén equivocados cuando dicen que una persona queda absuelta de todo castigo por la indulgencia del Papa. 27. No existe autoridad para predicar que las almas salen del purgatorio en el momento en que las monedas golpean en el cofre de la colecta [de indulgencias). 35. No es una enseñanza cristiana predicar que aquellos que compran almas o adquieren hulas confesionales no tienen necesidad de arrepentirse de sus pecados.
Hans Holbein el Joven. El perdón falso y el perdón verdadero. La ilustración, en la escena de la derecha, muestra al Papa entronizado en el presbiterio de una iglesia (allí donde se supone que debe ir el altar), presidiendo la venta de indulgencias y la confesión (previo pago de una tasa). La imagen de la izquierda representa escenas de arrepentíntiento y perdón
verdaderos: el rey David y Manasés, "pecadores públicos", confiesan sus pecados directamente ante Dios y reciben el perdón sin intermediarios ni
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43. Se debe enseñar a los cristianos Yll~' .1< 1'" 11. ", '11" ,1 i 1I I 1" pobres o asisten al necesitado hacen mejores acciones que I(J~ «11(' , • ""1" ,111 perdones. 50. Se debe enseñar a los cristianos que si el Papa supiese de las extorsiones de los predicadores de indulgencias, preferiría ver la basílica de san Pedro reducida a cenizas antes que construirla con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas. 79. Es blasfemo decir que el escudo de la cruz con las armas papales tiene el mismo valor que la cruz en que murió Cristo. 81-2. Esta vergonzosa predicación de los perdones hace difícil a los hombres eruditos guardar el debido respeto al Papa frente a las falsas acusaciones, o al menos frente a las críticas de los laicos. Por ejemplo: "¿por qué no vacía el Papa el purgatorio en nombre del santo amor de Dios?" Ésta sería la más justa de las razones. Sin embargo, que redima a incontables almas por un sórdido dinero para la construcción de la basílica de san Pedro resulta una razón más que trivial.
pago de dinero. El rey David representaba la figura tradicional del pecador arrepentido, igual que Manasés, que gobernó con injusticia a Israel durante cincuenta y cinco años hasta que Dios le castigó con la pérdida de su reino; f'malmente, Manasés se arrepintió en Babilonia, durante la cautividad de los judíos, yel Señor le perdonó (Libro n de los Reyes 33,10-13). En el arte medieval, Manasés representa el equivalente masculino de la arrepentida Maria Magdalena.
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()O. Éstas son cuestiones de conciencia muy serias para los laicos. SllJlrilllirlas (an sólo por la fuerza y no refutarlas por medio de argumentos es ('xJ1ol1cr al Papa y a la Iglesia al ridículo de sus enemigos y afligir en verdad a los cristianos.
Luther, Werke. Kritische Gesamtausgabe, Weimar, 1883-1989 (de ahora en adelante, abreviado WA), tomo 1, págs. 233-5. (Edición española, Lutero, Obras, oo. Teófanes Egido, Salamanca, 1977.)
indulgencias se reprobaron y Eck estuvo casi completamente de acuerdo conmigo. Lo cierto es que las indulgencias fueron motivo de risa, cuando yo había esperado que fueran el principal punto de discusión. En sus discursos, Eck admitió todo esto de manera que hasta el pueblo llano pudo observar su disgusto hacia las indulgencias. Incluso se llegó a decir que habría estado de acuerdo conmigo en todos los puntos si yo no hubiese llevado a debate la autoridad del Papa. WA Briefwechsel (correspondencia), tomo 1, pág. 422.
1.4. El debate de Leipzig, 1519 1.5. Las reticencias de Lutero a una controversia pública
El debate de Leipzig constituyó un hito importante en la controversia, constítuyendo un intento de resolver la amarga dísputa doctrinal que había surgido entre el dominico Johann Eck, profesor en la Universidad de Ingolstadt y uno de los mayores oponentes de Lutero, y Carlstadt, colega de Lutero en la Universidad de Wittenberg y uno de los líderes de los inicios de la Reforma. Lutero participó en la última etapa del debate y su contribución se centró en la cuestíón de la supremacía del Papa. El debate se desarrolló como la típica díscusión académica,. cada parte intentando ganar puntos sobre la otra. Eck logró cercar a Lutero al hacerle proclamar su apoyo a Juan Rus, condenado por hereje, para indignación del príncipe presidente, el duque Jorge el Barbudo de Sajonia, cuyas tierras habían sido objeto de devastación por parte de los husitas en las invasiones del siglo xv. El duqueJorge se convirtió, por ello, en uno de los más acérrimos oponentes de Lutero entre los príncipes alemanes. Informe de Lutero sobre el debate, 20 de julio de 1519 La semana siguiente, Eck y yo debatimos, bastante fríamente, la cuestión de la supremacía del Papa... Entonces él llegó al límite e invocó las conclusiones del concilio de Constanza, donde se habían condenado los artículos de Hus que aseveraban que la autoridad del Papa derivaba del emperador. Eck se mantuvo en este punto con audacia, como en el campo de batalla; me reprochó ser como los bohemios, y me llamó públicamente hereje y seguidor de los herejes husitas. Es un sofista insolente e imprudente... Llegados a este punto afirmé públicamente que algunos de los artículos habían sido impíamente condenados en el concilio de Constanza, ya que también Agustín, Pablo e incluso el mismo Jesucristo los habían predicado abierta y claramente. La tercera semana debatimos sobre el arrepentimiento, el purgatorio, las indulgencias y la autoridad de los sacerdotes para absolver. .. Las
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Lutero siempre había declarado que no tenía intención de originar un revuelo en la Iglesia, pero se vio forzado a defender su postura debido a la gravedad de los ataques levantados contra él, y a medida que se defendía, fue desarrollando ideas cada vez más radicales que le alejaron gradualmente de la Iglesia oficial. En 1520 escribió una carta abierta alpapa León X, defendiendo sus posturas. No hay razón para pensar que no fuera sincero al expresar su desconcierto sobre cómo se había desarrollado el conflicto. Es un misterio para mí cómo mis tesis ... se han visto diseminadas por tantos lugares. Estaban pensadas exclusivamente para nuestro círculo académico de aquí, cosa que se demuestra por el hecho de que las escribí en una lengua que el pueblo llano entiende muy difícilmente. Eran propuestas para un debate, y no definiciones dogmáticas, y [de hecho) empleaban categorías académicas. Si hubiese previsto su difusión en medios populares, con certeza habría hecho lo posible por hacerlas comprender. ¿Qué debo hacer ahora? No puedo retirar mis tesis, y su popularidad me hace ser odiado. Involuntariamente estoy en el punto de mira y sujeto al falible juicio de los hombres. No soy un erudito. Tengo una mente estúpida yeducación escasa -y ello en nuestro siglo floreciente, cuya suprema literatura ha arrinconado incluso a Cicerón ... Soy un ganso que grazna entre cisnes cantores.
Hillerbrand, Reformation in Its Own Words, págs. 50, 54.
1.6. La radicalización de la postura de Lutero
Sean cuales fueren sus intenciones iniciales, lo cierto es que la respuesta de Lutero a sus oponentes ahondó en las implicaciones de su postura teológica, cosa que le condujo a una crítica radical de la
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'sI m c!1I m y de la tarea eclesiásticas así como del sistema sacramenlo/exlslenle. El primer signo público de su radicatizaciónfue su pan-
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de 1520, Del cautiverio babilónico de la Iglesia, aún escrito en /atin, que le valió la etiqueta de hereje peligroso, asociado en especial (J la herejía husita.
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Confieso que las obras [de mis oponentes] me benefician mucho. A pesar de que niego la jurisdicción divina del papado, admito sin embargo su jurisdicción humana. Pero cuando oigo y leo los ingeniosos argumentos avanzados por estos caballeros para asentar a su ídolo ... veo que e! papado es como e! reino de Babilonia. Para mí la primera cuestión es negar que existan siete sacramentos y, por ahora, proponer [sólo] tres: bautismo, penitencia, y la cena de! Señor . Alguna vez he escrito que los bohemios no tienen el apoyo asegurado . cuando intentan demostrar el uso del sacramento con las dos especies [es decir, pan y vino] ... No obstante, si en la cena de! Señor una de las dos especies fuese negada a los laicos, también podría series denegada una parte del bautismo y de la penitencia... En efecto, los sacerdotes nunca deben recibir sólo una de las dos especies a modo de Eucaristía, y la razón que se da para ello es que las dos especies constituyen conjunta y plenamente el sacramento, y no deben separarse... Si la Iglesia posee autoridad para denegar el vino a los laicos, también les puede retirar el pan; y, siguiendo las mismas reglas, podría retirar la totalidad del sacramento a los laicos, y privarles, por ende, de lo instituido por Cristo. Yo niego que la Iglesia tenga una tal autoridad... y concluyo que denegar las dos especies a los laicos es opresivo e impío, y que no está en las manos de ningún ángel, ni Papa ni concilio el denegarlos... Toda persona debería ser libre de elegir su búsqueda y uso del sacramento, como acontece en el caso de la penitencia y e! bautismo. Pero hay otro error de concepto a aclarar... a saber, la creencia general de que la Eucaristía es un sacrificio que se ofrece a Dios... mientras lo que llamamos Eucaristía es una promesa hecha por Dios para la remisión de nuestros pecados... Junto a la Palabra de un Dios que cumple su promesa, es precisa la fe de una persona que quiere aceptarla. Nuestra salvación empieza por nuestra fe ... De ello se deduce que no se necesita nada más que la fe para ir a misa de forma provechosa... De aquí se deriva que la Eucaristía no es una tarea que pueda ser compartida con los demás, sino objeto de fe ... estando destinada a alimentar y fortalecer la fe personal de cada individuo... Por ello, cuanto más parecida sea la Eucaristía a la primera Eucaristía, celebrada por Cristo en la Ultima Cena, será más cristiana. No hay garantía alguna en la Escritura en lo que respecta al matrimonio como sacramento... en ella no se menciona ni una institución di-
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vina [del mismo] ni tampoco una promesa que establecieran conjuntamente un sacramento... Respecto a los impedimentos para el matrimonio, no mencionados en la Escritura, pero ante los cuales e! Papa declara tener el poder de otorgar dispensas ... [pienso que] todos esos matrimonios son por sí mismos válidos. La unión del hombre está en concordancia con la ley divina, y esto es lo único válido, sin importar la forma en que ello pueda contradecir las,leyes humanas... En lo concerniente al divorcio, todavía es materia de debate si debe permitirse. Por mi parte, odio tanto e! divorcio que prefiero la bigamia ... Cristo permitía el divorcio, pero tan sólo en caso de adulterio. La ordenación de sacerdotes era algo desconocido para la Iglesia en los tiempos de Cristo... la obligación de los sacerdotes es predicar y bautizar. Cuando somos bautizados nos convertimos uniformemente en sacerdotes por este solo hecho. La única tarea adicional que los sacerdotes reciben es la de predicar, y aún así con nuestro consentimiento... Aquellos que llamamos sacerdotes son en realidad ministros de la Palabra y nosotros los hemos elegido, realizando su tarea en nuestro nombre. El sacerdocio es simplemente el ministerio de la Palabra... La función de un sacerdote es predicar; si no predica, deja de ser un sacerdote, como la pintura de un hombre no es un hombre real. The Reformation Writings ofMartin Lutber, ed. de B. L. Woolf, Londres, 1953, págs. 208-309.
1.7. Lutero y la libertad cristiana
Las ideas más revolucionarias de Lutero aparecen contenidas en un panfleto escrito en alemán y titulado Sobre la libertad de los cristianos. El panfleto contiene su doctrina principal, la de la justificación por la fe, pero también esboza consecuencias de gran envergadura para el comportamiento cristiano. Fue ésta la doctrina que produjo la mayor atracción, y que provocó un gran debate sobre si la gente corriente la había o no entendido, y esto hasta qué punto. En lo que concierne a la libertad y a la esclavitud del alma establezco las dos siguientes proposiciones: un cristiano es dueño de todo y no está sujeto a nada. Una cosa y sólo una es necesaria para la vida cristiana, libre y virtuosa. Y esta única cosa es la más sagrada Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo... mas no se puede recibir y amar la Palabra de Dios por medio de ningún tipo de acción, sino solamente por la fe. En consecuencia, igual que e! alma sólo necesita de la Palabra de Dios para su vida y virtud,
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esto sello puede justificarse por la fe y no con ninguna [buena] obra ... Así el alma creyente, gracias al compromiso de su fe, es libre en Cristo, libre de todos sus pecados; está asegurada contra la muerte y el infierno y está dotada de virtud eterna... Ya que sólo la fe es bastante para la salvación, no necesito nada excepto mi fe, ejerciendo el poder y dominación de su propia libertad. Éste es el poder y la libertad inestimables de los cristianos. No sólo somos el más libre de los reyes, sino también'sacerdotes para siempre... y en tanto sacerdotes estamos capacitados para comparecer ante Dios y rezar por los demás y también para enseñarnos los unos a los otros las cosas divinas ... Preguntaréis entonces, "si todos los que conformamos la Iglesia somos sacerdotes, ¿cómo se diferenciarán de los demás los que ahora llamamos sacerdotes...?" [Serán tan sólo aquellos] que, de acuerdo con el ministerio de la Palabra, sirvan a los demás y enseñen la fe de Cristo y la libertad de los creyentes. Aunque todos somos sacerdotes por igual, no todos podemos ser públicamente ministros y predicadores. Lutber's Works. Edición 31Ilericana, Fortress Press, Philadelphia, 1957, tomo 31, págs. 344-6, 355-6. (Ed. española, Lutero, Obras, ed. Teófanes Egido, Salamanca 1977.)
1.S. La llamada de Lutero a las elites gobernantes del Imperio
Aunque las ideas de Lutero sobre la libertad cristiana golpearon la fibra sensible popular, él no quería provocar una revuelta ni una grave perturbación social. En un tercerpanfleto de 1520, apeló a la nobleza cristiana del Imperio para que interviniera en la reforma de la religión, de la Iglesia y de los abundantes abusos sociales, adelantando "veintisiete propuestas para mejorar el estado de la cristiandad". Sus ideas de reforma social no eran nuevas y se hacían eco simplemente de viejas peticiones alemanas de reforma. Más aún, sus ataques contra el pontificado y la Iglesia romanas encontrarían rápida respuesta entre las elites gobernantes, hostiles desde hacía tiempo a la influencia extranjera en Alemania. Su radicalismo residía en el completo desmantelamiento del marco legal, político e institucional existente, que estaba implícito en sus ideas n~formadoras. Cada príncipe, cada noble y cada ciudad debería prohibir a sus súbditos de manera estricta el pago a Roma de anatas... No se debe llevar a Roma ningún asunto seglar... y deben abolirse los terribles juramentos de largo alcance que los obispos están obligados erróneamente a hacer al Papa... Ya que este ejemplo de opresión impide al obispo ejercer su propia autoridad... recae sobre el Emperador y sobre las clases gobernantes que le apoyan la obli-
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gación de rechazar y castigar [este hecho] en tanto que claro ejemplo de tiranía. El Papa no debería ejercer ninguna autoridad sobre el Emperador... debería retirarse de los asuntos temporales... Las peregrinaciones a Roma deberían ser abolidas... no deberían establecerse más órdenes mendicantes Dios quiera que sean disueltas o que todas se reúnan en dos o tres órdenes también deberán abandonar la predicación, a menos que los obispos, los pastores, las iglesias o las autoridades civiles las llamen a predicar. Sabemos que el sacerdocio ha decaído. Más de un sacerdote es responsable de mujer e hijos ... Cada ciudad debería tener un pastor o un obispo... y no se debería obligar a ese pastor a vivir sin mujer... Tal y como el apóstol Pablo enseñó claramente, el método a seguir entre cristianos es que cada ciudad elija de su Iglesia a un ciudadano culto y devoto, y en él delegue las obligaciones de pastor; la Iglesia debe asumir su mantenimiento. Debería ser libre de casarse. Las misas de celebración o de aniversario así como las de funeral deben abolirse por completo, o si no al menos reducir su número... Las excomuniones nunca deben ser empleadas como castigo, salvo en los casos en los que prescribe su uso la Escritura, esto es, contra los que creen erróneamente o viven en pecado abiertamente... Deberían abolirse todos los días de fiesta ... Se deberían modificar los grados en que está prohibido el matrimonio... El tema del ayuno debería ser cuestión de una libre elección... Deberían echarse abajo las capillas e iglesias extraparroquiales. Me refiero a aquellas que se han convertido recientemente en objeto de peregrinación... Los santos deberían ser autorizados a canonizarse a sí mismos ... y una de nuestras mayores necesidades es probablemente la abolición de la mendicidad en toda la cristiandad... Las cofradías, las indulgencias... deberían ser... eliminadas, porque no contienen nada bueno... Ya es hora de que nos enfrentemos al tema de los husitas y de que lo tratemos seriamente... Las universidades necesitan una reforma profunda y concienzuda. Ahora dedicaremos una sección a la consideración de los fracasos temporales ... Hay urgente necesidad de orden general... contra la abundancia desbordante y los grandes gastos en ropa de tantos nobles y de gente rica ... No necesitamos malgastar tan ingentes cantidades de dinero en... importaciones del extranjero... Del mismo modo, el comercio de especias debe reducirse pero la mayor desgracia que sufre el pueblo alemán es el tráfico de rentas Debemos frenar a los Fugger y al resto de compañías similares... la siguiente cuestión es el exceso en la comida y bebida... Finalmente ¿no hay cosa más lamentable, teniendo en cuenta que todos hemos hecho juramento de castidad en nuestro bautismo, que tolerar abiertamente entre nosotros [la existencia de] las casas públicas? Reformatíon Writings ofMartín Lutber, tomo 1, págs. 109-200.
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1.9. Los humanistas reaccionan ante Lutero 1.9.(a) Axiomas de Erasmo de Rorterdam sobre el comportamiento de Martín Lutero, teólogo
Erasmo era muy circunspecto en sus declaraciones públicas sobre "el caso Lutero". Sin embargo, en noviembre de 1520 escribió una serie de once declaraciones, a modo de guía para Federico el Sabio, de las que aquí se ofrece una selección. Estos escritos, teniendo en cuenta que no fueron concebidos para ser publicados y que Erasmo estaba preocupado por si caían en malas manos, representan con toda probabilidad los verdaderos sentimientos de Erasmo sobre "el caso Lutero". El origen de este caso es demoníaco: el odio de las cartas y el deseo de protagonismo. La manera en que se ha llevado [este caso] corresponde con su origen, [producto] de gritos salvajes, e intrigas, amargo odio y escritos envenenados. Aquellos que dirigien el caso son objeto de sospecha, ya que se dice que los menos ofendidos por Lutero son los mejores y los que están más cercan¿s a las enseñanzas del Evangelio. Es bien sabido que algunas personas sacan partido de la bondadosa naturaleza del Papa. Se debe evitar el consejo imprudente de tales personas. El caso tiende a una crisis mayor de la que algunos suponen. La severidad de la bula [condenando a Lutero] ofende a todo hombre honesto en tanto que es indigna del más gentil de los vicarios de Cristo. Debería estudiarse lo más pronto posible por personas por encima de toda sospecha que tengan experiencia en estas cuestiones. Sólo dos universidades... han condenado a Lutero y... no le han acusado de herejía, ni están de acuerdo [entre ellas]... Lutero nada pide y por ello es el menos sospechoso de todos. Son los intereses de otros los que se ven presionados. Para el Papa, la gloria de Cristo precede a la suya, y todo aquello que es ventajoso para las almas tiene preferencia sobre lo demás... Estamos presionados por graves problemas, y no debe desviarse la dirección de [el emperador] Carlos con odiosas medidas. Sería muy ventajoso para el Papa el zanjar este asunto con una madura deliberación de hombres serios e imparciales; así se demostrará mejor el respeto a la dignidad del Papa. Incluso teólogos que antes se oponían a Lutero han desacreditado a aquellos que hasta ahora han escrito en su contra. El mundo gira gracias a la verdad del Evangelio, y parece que lo guía en esta dirección un orden determinado, como si fuera el destino. Por ello, la oposición a Lutero debería estar libre por completo de odio. Desiderius Erasmus, Selected Writings, editado y traducido por John C. 000, Nueva York, 1965, págs. 147-9. CEdo española, Desiderio Erasmo, Obras escogidas, ed. de Lorenzo Riber, Madrid 1965.)
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1.9.(b) La respuesta política de Ulrich von Hurten
Ulrich van Hutten, enérgico caballero imperial y humanista, encontró en las ideas de Lutero la confirmación de su odio contra el clero y la influencia extranjera. Inspirándose en ellas, animaría a sus compañeros alemanes a repudiar los engaños de Roma y a hacer una guerra antieclesiástica, publicando panfletos y polémicos diálogos al respecto. El tono estridente de Hutton y su llamada a la "nación alemana" a levantarse en apoyo de Lutero, le llevó a ser retratado, con éste como campeón de las "libertades alemanas" (ver página 25). Queja y amonestación contra el desmesurado poder anticristiano del Papa de Roma y de la Iglesia impía La suerte está echada. A esto me atrevo. Quiero quejarme, si puedo, y decir la verdad al mundo entero, para aclarar los errores generales, así oiréis muchos horrores, con los se agrede a la nación y se engaña en muchas tierras alemanas. Ahora todas las morales están al revés, toda doctrina devota se rechaza, ciegos a la verdad cristiana, gobiernan ahora las falsas creencias... Aquel para quien prevalece la verdad con prohibiciones es expulsado de su tierra; esto no es devoto ni correcto y el que no luche contra ello caerá en tremenda desgracia de Dios, yo le prevengo de esta diabólica situación... Espero que pronto se despierten todos los valerosos alemanes, entonces arriesgarán sus vidas por ello, como yo he hecho en protesta, aunque [ahora] estoy solo. Convoco a las ciudades, nobles, orgullosas y piadosas, todas juntas, a unirse en una causa común por la que lucharemos sin descanso. Apiadaos de vuestra madre patria, oh, valerosos alemanes, levantad las armas, ha llegado el momento, ha empezado el combate por la libertad, en el que Dios es vencedor. ..
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¡Piadosos alemanes, levantaos, venid! el caballo bien armado por una notable suma, la alabarda, la pica y la espada afilada deben estar preparadas, y donde no sirva la advertencia, deberemos luchar. No preguntéis si está bien, no pidáis marcharos, la ayuda y la venganza de Dios no pueden fallar. Castigaremos sólo a los ateos, despertaos y vayamos, porque en nuestra causa actuamos correctamente y luchamos por una buena razón. Se ha dado la vuelta a la Palabra de Dios, los cristianos han sido confundidos con mentiras, borrémoslas todas y la luz ele la verdad se expandirá sobre ellos. ¡Despertad, tenemos la gracia de Dios! No os quedéis en casa, venid. Así me he atrevido yo, he aquí mi canción.
Lutero representado como un santo. Aquí se representa a Lutero como un fraile, identificado por la tonsura y su hábito con capucha, mientras sujeta una Biblia abierta. La aureola hace de él un santo en vida.
E. 8ócking, Ulrich von Huttens SChriftetl, Leipzig, 1859-70, tomo 3, págs. 475-6, 525-6.
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1.10. Lutero en la dieta de Worms
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1.10.(a) Informe del embajador veneciano 25 de abril: No puedo describiros el enorme favor del que aquí goza Lutero. Es de tal naturaleza que me temo producirá algún efecto malo, especialmente contra los prelados alemanes, cuando el emperador se marche y la dieta termine. En verdad, si este hombre hubiese sido prudente limitándose a sus propuestas originales y no se hubiese enredado en errores de fe, Alemania entera no sólo lo habría favorecido sino que lo habría adorado.
1.10.(b) Informe de Aleander, nuncio pontificio, sobre la dieta de Worms "
Al cardenal Médici, febrero de 1521 Hace poco, en Augsburgo, se vendían retratos de Lutero dotado de aureola [ver página siguiente]; aquí se vendían sin la aureola y todas las
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Lutero y Hutten como campeones de la libertad cristiana. El hecho de que la leyenda esté escrita en latin testimonia los origenes humanistas de esta doble representación.
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copias se vendieron en un santiamén, antes de que yo pudiera hacerme con ninguna. Ayer vi en una sola y misma página a Lutero representado con un libro y a Hutten con una espada. Sobre ellos estaba escrito en letras claras: "A los esclarecidos campeones de la libertad cristiana, M. Lutero y U. van Hutten" [ver página 25). El mundo ha ido tan lejos que los alemanes se agolpan en ciega adulación en torno a estos dos crápulas, y adoran, aún en vida, a dos hombres suficientemente audaces como para originar un cisma... ¡desisto ante esta gente'
1.12. Lutero entra en la mitología: la pasión del doctor Martín Lutero
Este panfleto popular demuestra el tipo de adulación y propaganda que empezó a rodear a Lutero en el muy caldeado ambiente que siguió a la celebración de la dieta de Worms. Apreciarás plenamente la paródica carga delpanjleto si lees el capítulo 28 del Evangelio de san Juan, a partir del versículo 28.
P. Kalkoff, Die Depeschen des Nuntius Aleander vom Wormser Reichstag,
Berlín, 1898, págs. 34, 52.
1.11. Reconstrucción de un discurso de Lutero ante la dieta Serenísimo Emperador, ilustres príncipes, estimados señores... Os ruego observéis que mis libros no son todos iguales. En algunos he tratado sobre la piedad de la fe y la moral con tal sencillez y concordancia con la Escritura que mis mismos adversarios están obligados a admitir que son útiles, inofensivos y de valiosa lectura para un cristiano. Incluso la bula, dura y cruel, conviene en que algunos de mis libros son inofensivos, aunque también los condena ... El segundo grupo de mis escritos [lo conf01111an) aquellos que están hechos en contra del papado tanto como en contra de quienes, con sus doctrinas perniciosas y con su [mall ejemplo, han devastado la cristiandad haciendo daño a las almas y cuerpos de los hombres. Nadie puede negar ni disimular este hecho, porque la experiencia y las ofensas universales son testigos de que a través de las leyes del Papa y de las enseñanzas procedentes de los hombres, los fieles han sido lamentablemente engañados, confundidos y arrastrados al tormento; también una increíble tiranía ha devorado sus posesiones y sus bienes, especialmente en esta famosa nación de Alemania ... Si yo me retractase, sólo añadiría más poder a dicha tiranía... La tercera clase de libros entre los que he escrito son los que van en contra de personas concretas... confieso que con ellos he sido más duro de lo que conviene a mi profesión y a mis votos. Pero no pretendo hacer de mí ningún santo ni estoy debatiendo sobre mi conducta, sino solamente sobre la doctrina cristiana. Por ello no está en mi mano retractarme de ellos [de los libros). Su majestad imperial pide una respuesta sencilla. Hela pues aquí, clara y desnuda. Si no soy condenado por herejía conforme al testimonio de las Escrituras, quedaré convicto de ellas por razonamiento manifiesto y mi conciencia será cautiva de la Palabra de Dios. No puedo retractarme ni me retractaré de nada, porque actuar en contra de nuestra conciencia ni es seguro ni nos es posible... No puede ser otro modo. Que Dios me ayude. Amén. Hillerbrand, Reformation in lts Own Words, págs. 89, 90.
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Lutero y sus discípulos cruzaron al otro lado del Rin y entraron en Worms, donde César mantenía una dieta. Sabiendo que él venía, los sumos sacerdotes y fariseos se reunieron en el palacio del Sumo Sacerdote de Maguncia, llamado Caifás, y consultaron con los escribas el modo de traicionar el salvoconducto de Lutero, para prenderle con ingenio y así poder quemarlo. Pero dijeron: no durante la dieta, pues existe el peligro de provocar agitación entre la gent.e. Entonces, mientras Lutero estaba en la casa de los Caballeros de San Juan, Carraciolo, más conocido como Pedico, y Aleander, el judío, intentaron traicionarle con el beso de la paz. Pero Lutero, conociendo las cosas que se le venían encima, se adelantó y preguntó: "¿A quién buscáis?" Ellos respondieron: "Al doctor Lutero". Y él dijo: "Yo soy". Cuando llegó la mañana, los papistas y los Sumos Sacerdotes decidieron en contra de Lutero, proponiendo quemarlo con el fuego. Entonces le cogieron y le llevaron ante el arzobispo de Tréveris, quien le preguntó: "¿Eres doctor del Evangelio y la verdad?" Y Lutero le dijo: "¿Preguntas por ti mismo o te lo han dicho de mí los romanistas?" Y dijo el arzobispo: "¿Acaso soy romanista? Los romanistas, que no pueden soportar la verdad del Evangelio y las palabras de Pablo, te han entregado a mí. Dime, ¿qué has hecho?" Lutero respondió como un cristiano: "Mis escritos no son de este mundo, sino de Dios ... " Y [el arzobispo del Tréveris preguntó: "¿Eres doctor de la verdad evangélica y de san Pablo?" Y respondió Lutero: "Tú lo has dicho. Nací para esto, y para esto vine al mundo, a restaurar a su prístina pureza las palabras del Evangelio y de san Pablo, porque los papistas las han distorsionado en su beneficio y de la Curia Romana, para gran detrimento de la nación alemana." Entonces el gobernador vio que eso no era bueno y que se había originado un gran tumulto entre el gentío contra los romanistas, porque habían mostrado mucho dinero y grandes dignidades. Entonces tomó agua, y lavándose las manos en presencia del pueblo, dijo: "Soy inocente de la sangre de este hombre cristiano". Y todo el clero y los romanistas respondieron: "Su sangre pesará sobre nuestras cabezas". Entonces el gobernador les entregó los libros de Lutero para que los quemaran. Los sacerdotes los cogieron, y cuando los príncipes y la gen-
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l1:ihían abandonado la dieta, hicieron una gran pira enfrente del palacio del Sumo Sacerdote, donde quemaron los libros; y colocaron en la cima una imagen de Lutero con la siguiente inscripción: "Éste es Martín Lutero, doctor del Evangelio".
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Doctor Mar. Luthers Passio, durch MarceUum beschrieben, Augsburg, 1521.
1.13.(b) Los lobos espirituales
Esta xilografía, probablemente publicada en 1520 ó 1521, describe la oposición de Lutero a los lobos espirituales que depredan el rebal1.0 de Cristo. Observa la división del grabado en dos distintas zonas, una de oscuridad y otra de claridad.
1.13. Propaganda para la causa de Lutero 1.13.(a) Lamentación de un campesino, Hans Schwalb, ante los múltiples atropellos de la vida cristiana Algunos sacerdotes dicen que cuando un hombre está bajo interdicto, debe ser separado de la Iglesia cristiana, y no puede hacer buenas obras. Como todo el mundo sabe, recientemente se ha expulsado a una persona de la iglesia de san Severo y ha quedado bajo interdicto por haber acompañado al piadoso Martín Lutero, quien predica la verdad sin miedo a los hombres. ¿Cómo se puede ser tan infame que se destierra o se expulsa a alguien de la comunidad cristiana, y se presta más atención al interdicto que a las palabras de Cristo? ¿No está acaso escrito en los Evangelios (san Mateo 7,1) "no juzguéis y no seréis juzgados"? ¿Acaso no es condenable el hecho de expulsar a un hombre de la Iglesia o desterrarle?
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El gran doctor Martín dice la verdad tal y como Cristo y los apóstoles la dijeron, pero nuestros sacerdotes contradicen esta verdad y afirman: "Aquel que cree en las palabras del doctor Manín no cree correctamente y está en contra de Dios". Y cuando oyen que algunos campesinos han decidido creer las palabras del doctor Manín, osan decir que no bendecirán las campanas del pueblo. De este modo acallan las bocas de los campesinos disconformes prohibiéndoles los sacramentos; también se dice que se ha denegado recientemente la confirmación. ¿Es esto correcto o piadoso? ¿O acaso habéis leído en alguna parte que podéis hacer esto con la gente piadosa? Yo os garantizo que lo habéis aprendido de vuestro diabólico señor, el Papa, quien también quiso degenerar el sacramento cristiano. Cuando los griegos se quisieron convenir a la fe cristiana y unirse a nosotros, el Papa pensó que podía enriquecerse, y fijó que pagaran una fuerte suma de dinero anual a perpetuidad. La gente pobre jamás haría tal cosa; habría pensado [en el hecho del que Cristo permitió que su fe fuese libremente proclamada... Pero nuestros sacerdotes incrementan la fe de Cristo de igual manera que el lobo que se hace pasar por una oveja. Por eso hay tantas ovejas hoy tan gordas.
o. Ciernen, Flugschriften aus den ersten Jahren der Reformation, Leipzig, 1907-11, págs. 348, 355.
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El texto dice: Mira esta extraña bestia, un lobo con vestidos eclesiásticos, rampando entre las ovejas; un sombrero rojo corre tras él, es el primo del lobo. Cuidado, oveja, no te alejes de quien está en la cruz. Deja que el lobo continúe su carrera, porque vende un reino en los infiernos. Se ha comido a muchas ovejas, y por eso se le juzgará como igual a Satán. No satisfechos con esquilar a las ovejas, los pastores se han convertido en lobos. El rebaño que deberían haber pastoreado se ha dispersado, estrangulado por las falsas doctrinas. Esto entristece enormemente mi corazón, cuando veo el gran daño que infligen a la cristiandad el Papa, los cardenales y los obispos. Ya Ezequiello profetizó. Por eso yo predico, enseño y escribo, aún al precio de mi propia vida.
1.14. Una opinión personal sobre Lutero, agosto de 1523
Ha sido difícil para los historiadores separar a Lutero tanto de la hostilidad de sus oponentes como de la adulación y ensalza-
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miento de sus seguidores. El diplomático y humanista polacoJohannes 1Jantiscus tenía curiosidad por ver qué clase de persona era el famo so riformador, y al regresar a casa procedente de una embajada en España en 1523, se desvió a Wittenberg. Su opinión sobre Lutero, re mitida por escrito inmediatamente después al obispo de Posen, Jo hann Latalski, es el testimonio de alguien que no se hallaba envuelto en los polémicos debates de los primeros tiempos de la Reforma. Su tes timonio nos acerca, quizá más que el de ningún otro de sus coetá neos, a la personalidad que tenía Lutero. Quizá por excesiva curiosidad, no quise dejar pasar la oportunidad de ver a Lutero, quien por entonces no estaba lejos de Wittenberg. Sin em bargo, llegué hasta allí con no poca dificultad. Los ríos, especialmente el EI ba, que atraviesa Wittenberg, estaban tan crecidos que todos los cultivos de las riberas se habían inundado. Durante el camino escuché muchos insultos e imprecaciones contra Lutero y sus compañeros por estas inundaciones.
Durante el tiempo que estuvimos con él, no entablamos ninguna discusión sino que simplemente bebimos vino y cerveza, siguiendo la cos tumbre del lugar. Me pareció, como dicen los alemanes, "un alegre compa dre", y en lo que respecta a la santidad de su vida, de la que se habla mu cho, no parece diferente a ninguno de nosotros. Uno puede distinguir en se guida su altivez y su deseo de fama; en lo que se refiere a insultar, burlarse y despreciar parece casi infantil. De sus libros se puede deducir cómo es en otras situaciones. Se dice que ha leído mucho y que ha escrito bastante. En ese momento traducía del hebreo al latín los libros de Moisés, para lo que requería con frecuencia la ayuda de Melanchthon, un joven que me gusta más que ningún otro erudito de Alemania, y que tampoco está de acuerdo en todo con Lutero. Inge Müller-Blessing, '1ohannes Dantiscus von Hofen. Ein Diplomat und Bischof zwischen Humanismus und Reformation", Zeitschriftfür die Geschichte und Altertumskunde ErmÚlnds 31/32 (1967/8), págs.
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Allí conocí a algunos hombres jóvenes, muy instruidos en hebreo, griego y latín, especialmente Felipe Melanchthon, quien reclamaba una po sición de liderazgo entre ellos por su saber y sus enseñanzas. Es un hombre joven, tiene 26 años, y fue muy cortés y amable durante los tres días que es tuve allí. Por medio de él expliqué a Lutero el propósito de mi viaje en los siguientes términos: La opinión pública dirá de aquel que haya estado en Roma y no haya visto al Papa, o de aquel que haya estado en Wittenberg y no haya visto a Lutero, que no ha visto nada... Fui con Melanchthon a ver le después de una cena a la que había invitado a varios frailes de su orden. Se les reconocía como frailes porque llevaban un hábito blanco, aunque te nían maneras de soldados, pero en su corte de pelo nada había que los dis tinguiera de un granjero [no iban tonsurados], Lutero se levantó y me ofreció su mano -parecía estar bastante impresionado- y me pidió que me sentara. Se sentó a su vez y discutió te- . mas y cuestiones diversas durante cuatro horas, hasta bien avanzada la no che. Encontré [en él] a un hombre espiritual, erudito y elocuente, pero que no tenía otra cosa que decir del Papa, del emperador y de los demás prín cipes sino insultos, imputaciones arrogantes y gruñidos. Si tuviera que es cribirlo todo me llevaría más de un día, y el mensajero que espera para lle varse esta carta está listo para partir, por lo que tengo que contentarme con un resumen. Los rasgos de Lutero son como los libros que publica: sus ojos son acerados y despiden una luz extraña, como los ojos de los obsesos... su discurso es vehemente, lleno de burla y sarcasmo. Llevaba ropas que no se distinguían de las de un cortesano. Pero, según me han dicho, cuando regrese al sitio donde vive (el antiguo monasterio agustino) de nuevo se pondrá sus ropas de fraile.
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EL AUGE DE LOS MOVIMIENTOS REFORMISTAS
No transcumó mucho tiempo hasta que los seguidores de la "causa de Lutero" se volcaran hacia una acción de apoyo más directa. Las continuas discusiones, enseñanzas y predicaciones de los seguido res de Lutero en Wittenberg, que se habían propagado a lo largo de los años 1517-20, dieron lugar, a partir de 1521, a cambios litúrgicos, en especial en la Eucaristía. Sus seguidores más radicales, como Gabriel Zwilling y Andreas Bodenstein van Carlstadt, querían una drástica re forma. Muchos estudiantes siguieron su ejemplo, impacientes por lograr cambios en temas como el culto, el uso de las imágenes y el matrimonio de los sacerdotes. El consejo de la ciudad reguló esta primera ola de re formas, hasta que el gobernador, el elector de Sajonia, intervino prohi biéndolas, forzando con ello que se adoptaran unos cambios más len tos y conservadores. Pero la autoridad secular intervino, incluso en los momentos iniciales, sin preocuparse demasiado por el malestar social.
2.1. Del canciller Gregor Bcück al elector Federico el Sabio, 11 de octubre de 1521
Esta carta fue escrita en respuesta a una pregunta del elec tor realizada ellO de octubre de 1521.
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Se dice que Gabriel Zwilling, predicador de los agustinos, ha di cho lo siguiente: primero, que no hay que adorar el valioso sacramento del altar, porque, de acuerdo con las intenciones de Cristo, no fue instituciona lizado para eso, sino sólo pensado para recordarle. El hecho de que el sa cramento sea tan utilizado y adorado constituye superstición e idolatría. Se gundo, la Eucaristía no puede celebrarse, como ya ha pasado, sin pecar, por
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que todos los que asisten a la misa deberían participar de las dos especies (pan y vino). Tercero, de aquí se deduce que no se debe forzar a los mon jes ni tampoco a otros a celebrar la Eucaristía [en privado], como les fuerza ahora a hacerlo su prior, porque de esta manera el sacramento, cuyo objeti vo es la comunión, no está siendo usado correctamente. N. Milller, Die Wittenberg Bewegung 1521 und 1522, Leipzig, 1911, págs. 188-90 (nº 10).
2.2. Un comité de la universidad informa a Federico el Sabio, 20 de octubre de 1521
A petición del elector, se estableció un comité universitario para investigar los hechos sin precedentes ocurridos en Wittenberg, pero el informe sirvió para explicarlos y justificarlos. Consecuentemente, casi todos los miembros del comité, a saber, Felipe Melanchthon, Andreas Bodenstein van Carlstadt, Justus Jonas y Nicolás van Amsdorf, jugaron un papel muy importante en el desarrollo posterior de la Reforma. Honrado señor, tal como requeristeis hemos investigado a los agustinos, y hemos sabido que han dejado de celebrar la misa por tres razo nes... Primera, por el gran y poco cristiano abuso de la Eucaristía que se ha impuesto en todo el mundo, tanto el espiritual como el secular... Segunda, la celebración de la misa tal como se ha venido haciendo hasta ahora es con traria al modo y práctica instituidas por Cristo y los apóstoles... Tercera, Cris to ordenó e instituyó que [los laicos] recibiesen juntas las dos especies. Con seguridad el abuso de la misa constituye uno de los grandes pecados de la Tierra... y no hay duda de que seremos severamente castiga dos por ello con guerras y con plagas... Porque la misa, en su parte más esencial, no es sino un banquete espiritual, el cual, cuando un laico recibe el sacramento, no es sino un símbolo seguro que nos recuerda la remisión de nuestros pecados. De lo que se deduce que la misa no es una buena obra a través de la cual se pueda ofrecer o darle algo a Dios. Milller, Wittenberg Bewegung, págs. 195-200 (nº 16).
2.3. Noticias de Wittenberg (poco después del 6 de enero de 1522) Hacia el otoño y el invierno, los acontecimientos se desarro llaron con rapidez en Wittenberg, hasta adoptar directamente formas
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fliolentas de acción, de acuerdo con la lógica de las nuevas ideas teo /cígicas. El autor de este informe anónimo fue probablemente Am hrosio Wilcken, párroco de Dodien, un pueblo cercano a Wittenberg. [Resumen de lo] ocurrido desde el día de santa Bárbara (4 de di ciembre). Desde entonces sólo se ha celebrado una misa al día ... las demás misas han sido suspendidas. En el claustro franciscano, los estudiantes se acercaron a los frailes y casi echaron abajo un altar de madera y colgaron una carta amenazadora en la puerta de la iglesia, de forma que los frailes se asustaron y tuvieron que poner guardias... Algunos de los franciscanos pre dicaron en contra de la misa con más firmeza que nadie... y amonestaron a la gente a no oír tantas misas, si les preocupaba la salvación de sus almas. Hace algún tiempo que el doctor Carlstadt no celebra misa, pero desde que predicó tan abominablemente en una de las misas que celebró, los canónigos decidieron que nadie le supla en el futuro cuando tenga que celebrar una misa de festividad; a lo que ha contestado que si tiene que ce lebrar misa en el próximo día festivo, el día de Año Nuevo, celebrará una misa evangélica, como Cristo la instituyó. Se han abolido todos los réquiems, misas conmemorativas, con memoraciones de fin de mes y aniversarios. El 26 de diciembre el doCtor Carlstadt, acompañado por dos carretas repletas de gente tan audaz como erudita, como el preboste Justus Jonas y Felipe Melanchthon, se compro metió en matrimonio con una joven doncella, que es hija de un noble em pobrecido... Al mismo tiempo el párroco se comprometió con su propia co cinera, y muy poco después se casó con ella. Este último Adviento, el doctor Martín estuvo en secreto durante tres días en Wittenberg, vestido como un noble con levita; se había dejado crecer una espesa barba sobre labios y mejillas, de manera que ni hasta sus mejores amigos podían reconocerle a primera vista. [Los habitantes de] la comunidad de Wittenberg han presentado an te el consejo de la ciudad unos artículos que están dispuestos a defender y por los que comprometen sus vidas y sus bienes... El consejo municipal ha escri to sobre estos artículos al elector, pero éste ha requerido que sean suspendi dos hasta que emita un mandato. La comunidad no ha quedado satisfecha con este ínterim, por lo que el día de Año Nuevo se administró la comunión con las dos especies, el pan y el cáliz, a varios miles de fieles, tantos como los que comulgaron el domingo siguiente (5 de enero) y en la festividad de la Epifa nía (6 de enero), tanto con el cuerpo como con la sangre de Cristo. Carlstadt predicaba dos veces los viernes, y creo que estaba pre sente toda la ciudad, [incluyendo] todos aquellos que raramente, si es que lo
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han hecho alguna vez, solían escuchar el sermón, pero que actualmente no se pierden ni uno. Algunos empezaron a recitar un salmo en alemán y a ex plicarlo cada día ... y Carlstadt leyó un pasaje de la Biblia que a los sacer dotes no les gusta oír... Los príncipes no serán capaces de refrenarlo o so meterlo, aunque lo intenten; pero si Dios quiere, veremos milagros. En to das las pequeñas ciudades de alrededor se cuentan historias extrañas. Que Dios nos conceda su gracia. Amén. Müller, Wittenherg Bewegung, págs. 406-9 (nº 68).
2.4. De Hermann Mühlpfort, estudiante de Wittenberg, a Hermann Mühlpfort, alcalde de Zwickau, 1521 No se sabe qué grado de parentesco, si es que lo había, unía al estudiante con el alcalde de la ciudad de Zwickau. Pero Lutero dedicó su panfleto sobre la libertad cristiana al alcalde de Zwickau con un claro moti vo, ya que esta ciudad había sido de las primeras en Sajonia, aunque des pués de Wittenberg, en introducir las reformas religiosas. Existe aquí gran debate y desacuerdo, no sólo entre los ciudada nos, sino también entre algunos eruditos, tanto seglares como religiosos... Sucedió en el claustro agustino que un fraile [ZwillingJ predicó severamente contra la misa, diciendo que no debería seguirse celebrando, y dijo pública mente que todos aquellos que escuchan o que van a misa cometen peca do... Esto ha causado tal confusión entre la comunidad que ahora no saben ni dónde se encuentran. El lunes siguiente [2 de diciembre] dos sacerdotes vinieron a la igle sia de la ciudad y quisieron celebrar la misa. Cuando llegaron al altar algunos ciudadanos y estudiantes se abalanzaron y cogieron por la fuerza el misal del altar, tiraron las velas y los candelabros tan violentamente que rebotaron, y se llevaron de la iglesia a los sacerdotes para que no pudieran decir misa. Lo mis mo ocurrió el martes y el miércoles [3 y 4 de diciembre]... Se clavó en la puer ta de los franciscanos un aviso público, amenazándoles con que si no cesa ban las misas, se les obligaría a ello por la fuerza y se prohibiría la celebra ción. Entonces el viernes [día 6 de diciembre] cerca de cuarenta nobles y estudiantes marcharon hasta medianoche por los alrededores con flautas y tambores, todos iban armados. Tenían intención de atacar, esa noche, el mo nasterio y matar a todo fraile que cayera en sus manos. El consejo municipal intervino para evitarlo. Toda la semana siguiente se comió carne... pues los es tudiantes quisieron mostrar de esta manera su libertad cristiana. Ernst Fabian, "Zwei gleichzeitige Berichte von Zwickauern über die Wittenberg Unrohen 1521 und 1522", Mitteilungen des Altertumve reinsfür Zwickau und Umgegend, n (1914), págs. 26-8.
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2.5. Las últimas noticias de Wittenberg, narradas por Johann pfaban a Hermann Mülhport, alcalde de Zwickau, 1522 A diario se predica contra el estado que hasta ahora hemos lla mado "espiritual" y que hemos considerado [hasta ahora] como sagrado, y [en las predicaciones se afirma] que las misas que los sacerdotes han veni do celebrando son casi todas diabólicas, y en todas partes se celebran misas evangélicas; pero no hay acuerdo generalizado sobre el tema. Algunos no SI." confiesan con un sacerdote, sino sólo ante Dios, y después celebran la Eu caristía unidos en la fe. Otros consideran que es importante confesarse ante un laico, acusándose a sí mismo, y recibir de él la absolución. Algunos di cen que la confesión no es necesaria. De todos modos, todos los sacerdotes omiten por lo general el canon de la misa, y la gente recibe la comunión bajo las dos especies; además los sacerdotes y los monjes se dejan crecer la tonsura y toman esposas. y lo que es más horrible de escuchar, el señor Gabriel (Zwilling), quien se quitó los hábitos en Wittenberg, se ha salido de la orden de los agustinos y ahora viste de seglar. El viernes [10 de enero] hizo una hoguera en el patio del monasterio de los agustinos, fue a la iglesia con ellos y des trozó el retablo del altar por completo. Junto con otras tablas, imágenes pin tadas, esculturas, crucifijos, estandartes, velas, luces de la iglesia, etc., se lo llevó al fuego, lo tiró todo en él y lo quemó. También ayudó a cortar las ca bezas de las estatuas de piedra de Cristo, de María y de otras figuras, ya qui tar todas las pinturas de la iglesia. El domingo siguiente [12 de enero] pre dicó, explicando la razón de su acción y de la quema, y se presentó al pue blo con el pan del sacramento, diciendo que aquel que lo quisiese debía tomarlo en sus manos antes de recibirlo. Después viajó de Wittenberg a Ei lenberg, donde administró el sacramento de la misma manera, y predicó tan duramente contra el clero que algunas personas asaltaron la parroquia... y hasta algunos fueron arrestados por ello.
Fabian, "Zwei gleicbzeitige Bericbte': págs. 28-30.
2.6. Gothard Schmalz, el "sacerdote tormenta" en Erfurt, 1521
Mientras tanto, fuera de Wittenberg, el apoyo a la reforma religiosa se vio rápidamente envuelto en temas de gran alcance. A ve ces tomó la forma de violentos brotes anticlericales, como ocurrió en Erfurt el 11-12 de junio de 1521. Ésta fue una revuelta estudiantil, provocada por las acusaciones de herejía levantadas contra todo el que siguiera a Lutero a su paso por Erfurt, camino de Worms. El con sejo de la ciudad de Erfurt aprovechó en su beneficio este incidente,
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forzando al clero de la ciudad a firmar un acuerdo el 29 de julio de 1521 por el cual cedían algunos privilegios; un típico acontecimiento de la rápida expansión de los movimientos reformistas en las ciudades, creando problemas de orden legal y social a las autoridades urbanas. El autor del siguiente documento era probablemente un estudiante, un posible testigo de la revuelta: Ahora mis buenos amigos, escuchad. Según tengo entencido, hace algunos días en la ciudad de Erfurt el clero y los estudiantes tuvieron pro blemas entre ellos. Creo que el doctor Martín estuvo en Erfurt, y que su te ma fue "la paz sea con vosotros" ... Cuando llegó a la ciudad, muchos cléri gos le tomaron por loco, pero entre aquellos que le acogieron también ha bía algunos tonsurados. Todo empezó con Kessel, cuya casa en el mercado de caballos re sultó saqueada. [Kessel] gritó: "¡Asesinato!", "¡A las armas! ¡Horror, han echa do abajo mi puerta!", y de no huir, habría habido lucha. El virtuoso párroco de san Vito no vive lejos de allí, y también destruyeron su puerta, de ma nera que, tan grande era su miedo, casi se cagó en la cama. Los otros grita ban "¡golpead con fuerza!", y pusieron en su sitio a Wiedemann. Arrojaron al río a su sirviente y le golpearon en la cabeza. ¡Oh, cómo lloriqueaba el desgraciado! ... Yo estaba allí desde los primeros alborotos... Revolvieron to das las habitaciones, dieron patadas y arrojaron sus cacerolas y sartenes por la casa, de manera que nada pudo escapar al daño. Derramaron cerveza so bre todos sus libros ... y además se tragaron todo su vino del Rin; pero Wie demann ya había huido. A pesar de todo, sólo se llevaron el dinero suelto que había quedado en la habitación. Tras marcharse todos, ascendieron la colina, hacia "La puerta ver de" ... [y] "La rueda blanca" [en ambas casas se asentaba el tribunal eclesiás tico], a las que también llegó ahora el turno. ¿Quién no recibió una buena bofetada? "Golpead a discreción, encontraréis canallas suficientes como pa ra contrariar a más de un hombre ... aquí se han tomado en falso muchos ju ramentos ... Aquí más de una doncella ha tenido que tomar a un hombre en contra de su voluntad." Después fueron a la casa de Kirchner, quien se deshizo de ellos con muy buenas palabras, pero después llegó otra banda y le dijeron: "¿No habrás hecho más [de lo que pretendes]? ¡A por él! Ha escrito a Maguncia con frecuencia revelando secretos del consejo de la ciudad y provocando da ño a Erfurt." Fueron a casa del reverendo Peter Huss, que está en la esquina, y le quisieron dar un escarmiento... porque es un mentiroso, y cuando está en el púlpito no permite que las palabras verdaderas fluyan de su boca... Un
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tercer grupo fue, según he oído, a casa de Rottendorfer. Uno dijo a otro: "tra jo una prostituta de Würzburg, ha estado aquí catorce años y no ha cele brado una sola misa ... ¡a por él!. .. " A continuación echaron su puerta abajo... pero Hermann, su mejor sirviente, les dijo: "Escuchad, compadres, mi señor es un buen martinista, y aquí hay cerveza, pan y vino para todos." Penetra ron entonces en la habitación... y uno de ellos barrió con violencia la comi da, los boles y los vasos, grandes y pequeños, de la mesa... Golpearon los cristales hasta que estallaron, revolvieron los libros y las cartas, golpearon las mesas, los hornos y los taburetes, y la sinfonía continuó hasta que en la co cina no quedó nada en pie. ¡Así es cómo se trata a los sacerdotes puteros! CIernen, Flugschriften, tomo 1, págs. 361-73.
2.7. Tratado entre el consejo de la ciudad de Erfurt y el clero, 29 de julio de 1521
El presente tratado nos ofrece un ejemplo de los muchos acuerdos que tuvieron que aceptar los clérigos en el seno de la ola de violencia provocada por los movimientos niformistas. 1 Aceptamos [el clero] declarar al inestimable consejo cualquier bien que tengamos, tanto fuera como dentro de la ciudad de Erfurt, y en otros lugares. Someteremos dichos bienes a impuestos, y pagaremos un 1 % del impuesto sobre la riqueza, igual que hacen los demás ciudadanos. 2 Permitiremos que los bienes seculares, que hemos adquirido de los ciudadanos, sean devueltos a sus antiguos propietarios, cuando éstos lo requieran y al precio que pagamos por ellos... 3 No tomaremos más de un 4 % de interés sobre todas las ren tas de la ciudad y de los terrenos del consejo, y todos los compromisos de berán estar atestiguados en adelante por el sello de la ciudad... 4 No adquiriremos propiedades seculares de ciudadanos o súb ditos del consejo municipal, ya sea por compra, corretaje u otros medios, sin permiso del consejo. 5 Nos abstendremos por completo de maltear y fermentar [la cer veza]. 7 No venderemos, serviremos o cambiaremos en secreto nuestro vino, evitando con ello que el consejo pierda su monopolio. 8 Debemos abstenernos y nos abstendremos de todo comercio ciudadano, como el de la lana, la paja, el maíz, el lúpulo, las telas, las ta
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ht'rnas, las compras o las ventas, o de hacer préstamos o formar empresas ('on este fin con ciudadanos o extranjeros. 9 Pagaremos el impuesto completo sobre las matanzas, como todos los ciudadanos, y no importaremos nada de carne en secreto. 10 Pagaremos igualmente los derechos de molino. 11 No evadiremos el impuesto de capitación de nuestros sirvientes. 12 No cargaremos a los ciudadanos o súbditos del consejo mu nicipal con demandas espirituales [las citaciones de! tribunal eclesiástico], sino que estas personas [con las que tenemos desacuerdos] serán citadas ante el gobernador de la ciudad o ante los oficiales rurales, donde recibirán rápidamente su castigo.
desmayo, dejándose caer y diciendo: "Oh, María, Madre de Dios, ¡qué me sucede!", y pidió a las monjas que acudieran en su ayuda porque se senlía muy débil. Algunas mujeres se quejaron del panadero, pero otras tomaron su partido. Entonces una monja comenzó a gritar, y dijo al panadero que los ciudadanos habían permitido que el doctor Urbanus [Rhegius, predicador evangélico] y él mismo cenaran en sus casas y que habían hecho el amor a sus mujeres. Una mujer anciana dijo entonces a la monja que era una men tirosa: "estarías encantada si alguien te hiciese el amor, ¡pero nadie te quie re!". El panadero fue al consejo de la ciudad a informar de los aconted mientas, y aunque algunos estimaron que debían castigarlo, el asunto se so breseyó.
Chroniken der deutschen Stiitdte, tomo 25, Leipzig, 1896, pág. 199.
Stadtarchiv Erfurt 0-1/1 55. 2.9. Petición de cuatro ciudadanos de Giengen an der Brenz al consejo de la ciudad para conseguir un predicador 2.8. Un dominico discute con un panadero
evangélico
en Augsburgo, 1523
El fervor evangélico pronto originó problemas de orden pú blico en las ciudades alemanas, ya que los más acérrimos seguidores de la nuevas ideas buscaban df!fender sus puntos de vista contra el clero ortodoxo, produciéndose numerosas confrontaciones del estilo de la que a continuación se describe. El ejemplo da muestras de la nueva confianza recientemente adquirida por los laicos, y las conse cuencias que produjo la predicación evangélica sobre la piedad fe menina. El día de santa Margarita, el13 de julio de 1523, un dominico pre dicó en e! convento de santa Margarita sobre cómo las mujeres embaraza das debían rezar a santa Margarita, ya que la santa había pedido a Dios que cuando las mujeres embarazadas la invocasen, sintiesen fuerte alivio, y que Dios se lo había concedido. Cuando estaba a punto de dirigir la confesión pública de los pecados, un panadero llamado Joerg Fischer se dirigió a él en voz alta e interrumpió al fraile en el púlpito, diciendo: "Buen señor, habéis predicado sobre santa Margarita" y le preguntó que en qué parte de la Es critura se podía leer aquello. El monje replicó: "Donde el diablo no llega, en vía a sus mensajeros." El panadero le replicó que no debería predicar tales cosas, porque confundían al pueblo. A lo que el fraile respondió que le de nunciaría a las autoridades. Entonces e! panadero le dijo que si pudiese pro bar en las Escrituras que lo que había predicado era verdad, él estaría dis puesto a sufrir cualquier castigo que mereciese. El fraile fingió entonces un
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Un paso importante en el desarrollo de los movimientos evangélicos de la comunidad urbana fue la petición de un predica dor evangélico al consejo de la ciudad. Esto entrañaba considerables df(icultades si el consejo era conservador y si no existía una presión popular en favor de la Rf!forma, como fue el caso de la ciudad impe rial de Giengen. No obstante, los argumentos aportados constituyen un buen ejemplo de la "reforma urbana". [El consejo de la ciudad provee de comida y de combustible a aquellos que lo necesitan, entonces ¿por qué no satisface las necesidades de aquellos que tienen gran hambre en su alma, hambre que sólo puede que dar satisfecha con la Palabra de Dios?] La fe proviene de la audición; la au dición, de un sermón; y el sermón, de un predicador. Si el predicador se pre senta ante su audiencia con un trigo puro sin paja, sus compañeros de me sa comerán el más fino de los panes blancos; si este pan se digiere, formará una sangre clara, refinada y natural; una sangre buena otorga una buena constitución; una buena constitución trae salud permanente; la buena salud da buen trabajo y el buen trabajo trae honor y alabanzas. La Palabra de Dios es ese buen pan blanco que nos presentan los predicadores; el pueblo son los compañeros de mesa que escuchan la Palabra de Dios; si la aceptan di ligentemente, la digerirán; si la digieren con reflexión sobre el por qué y las razones, les aportará sangre pura, y entonces ellos aprenderán quién es Dios, e! gran honor que es Dios, qué es una fe recta, cuáles son las buenas obras, qué es un hombre y cómo un hombre no puede hacer nada bueno a
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menos que una conciencia continuamente sana le haga constante ante todas las tentaciones, de tal manera que pueda descansar en Dios y en su Palabra divina como en una roca. Con ello [aprenderá] cómo una conciencia constante y saludable aporta forma y moderación en todas las acciones y actuaciones. De ahí se deriva que las buenas obras complazcan a Dios. Éste es nuestro humilde deseo y petición [que presentamos] en nombre de Dios al inestimable consejo, [tened un predicador cristiano, recto, virtuoso y temeroso de Dios... Si el inestimable consejo lo cree útil y bueno, nos gustaría que [nuestro predicador] fuera el reverendo Hans, el vicario, por la razón siguiente: hasta ahora ha presentado la Palabra de Dios con fe a toda la comunidad. Y si el inestimable consejo ve en ello dificultades financieras, pediremos al consejo le retenga durante algún tiempo a nuestras expensas... Pero si el inestimable consejo no lo aprueba, desistiremos de nuestra petición como súbditos siempre voluntariosos y obedientes... El inestimable consejo no debería prestar atención al hecho de que, al decir de algunos, [Hans] sea una persona desconocida y desdeñable, que no es ni doctor ni maestro en Teología... porque las sagradas Escrituras están selladas para todo sabio, poderoso o erudito de este mundo que nunca las haya entendido y no las entenderá hasta el fin del mundo ... Por ello nada no importa si es doctor en Teología o no, o si es obispo, o Papa, o porquerizo o cualquier otra persona. desdeñable.
S. Andler, "Die Reformation in Giengen a. d. Brenz", Bliitterfür würltembergische Kirchengeschichte, 1 (1897), págs. 98-100.
2.10. Lazarus Spengler, secretario municipal de Nuremberg, memorándum sobre la religión, marzo de 1525
Las autoridades civiles estaban cada vez más preocupadas por el impacto del debate religioso sobre el orden social. Los evangélicos utilizaron como argumento que el desorden se había originado por renegar de la Palabra de Dios y que la armonía social sólo podría quedar restaurada con una verdadera predicación de la Palabra, prohibiendo las actividades de los sacerdotes ortodoxos. Este memorándum, escrito para el consejo de la ciudad de Nuremberg, fue el preludio de la abierta adopción de las reformas evangélicas al prohibirse la predicación católica. Sin embargo, también revela que las nuevas ideas no habían barrido con todo; todavía quedaba un nutrido grupo de residentes de Nuremberg que se adherían a la vieja religión, especialmente los que se habían vuelto atrás después de una fuerte atracción inicial por las nuevas ideas.
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En el tema cristiano concerniente a la Palabra de Dios existen dos puntos de la mayor importancia para Nuremberg, los cuales me afligen enormemente en tanto que cristiano. El primero es la predicación secesionista de los que se oponen a la Palabra de Dios... He visto públicamente cómo gran número de cristianos de esta ciudad no se han retractado de sus antiguos errores... y que predicadores... que no presentan la palabra de Dios con una compresión cristiana clara y recta [evangélica] los siguen confirmando en sus viejas maneras. Algunas personas, inclinadas a la palabra de Dios por medio de la predicación cristiana, se han visto de nuevo descarriadas con sermones públicos o secretos y con la audición de confesiones tal y como se practicaban hasta ahora, y sus conciencias han sido perturbadas... En segundo lugar, de esta predicación secesionista se derivará con seguridad la desunión de los magistrados, la disipación moral y física, la ruptura de la unidad cívica y, finalmente, disturbios y rechazo hacia el clero... o hacia las autoridades que lo estiman y le permiten [predicad.
G. pfeiffer, Quel1en zur Nürnberger Reformationsgeschkhte, Nuremberg, 1968, págs. 211-12.
2.11. La "reforma comunal" en el campo: petición de predicadores piadosos
Las ideas evangélicas se extendieron rápidamente más allá de las ciudades, en dirección al campo. La forma más poderosa que tomó el movimiento fueron las peticiones de predicadores piadosos, elegidos y pagados por las comunidades locales. Blaufelden era un pueblo al norte de Suabia, en el territorio de la demarcación de Brandemburgo-Ansbach, yen la dieta territorial de octubre de 1524 sus habitantes decidieron que "la palabra de Dios debe ser predicada pura y claramente, de acuerdo con el Antiguo y el Nuevo Testamento". El patronazgo de los beneficios estaba en manos del preboste de Neumünster, a quien el margrave debía dirigirse en caso de cambios de importancia. Sin embargo, la comunidad puso por escrito su petición de contar con un predicador de su elección, como si el margrave tuviese derecho a hacer él mismo el cambio. Aflicción del condado de Blaujelden, 1525 En nuestro pueblo tenemos un párroco y otros dos sacerdotes, pero no se hallan integrados en la comunidad, sino que son dañinos, escandalosos y ruinosos para la salvación de las almas, y muestran una conducta o
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vida cristiana muy poco honorable. El párroco está inválido, y no puede hablar lo suficientemente bien para que se le entienda, y está además infectado de mal aliento u otro olor repulsivo para las mujeres embarazadas o los enfermos que quieren recibir el sacramento... Incluso no es capaz de predicamos la Palabra sacra y divina, y aunque pudiera, no podríamos oírle ni entenderle. Todo lo que hemos podido oír de él se encuentra en relación con las tasas de confesión, escuchar misa, hacer ofrendas, misas de aniversario, réquiems, el pago por los pecados mediante buenas obras, y el ayudar a las pobres almas de los muertos a salir del purgatorio. En suma, apesta a codicia. El segundo sacerdote, Endress Bartelmess, no hace otra cosa que... dedicarse a los negocios y asuntos financieros, con lo cual ha adquirido una notable cantidad de riquezas, cosa que no ha podido hacer sin [ocasionar] daño considerable a la comunidad. El tercero, Caspar Thull, es del mismo estilo... Ambos sacerdotes [Bartelmess y Thulll viven además en abierto pecado con sus respectivas amantes y sus hijos, para gran escándalo de la comunidad y de los parroquianos. Vuestra señoría puede juzgar por sí misma lo que observamos y aprendemos de tal conducta cristiana, así como de los frutos que ésta puede dar. Tenemos aquí a un sacerdote, el reverendo Hans Schilling, cuyos padres y ancestros crecieron entre nosotros, y que nos predica cuando se lo pedimos. De éste sí podemos oír los sermones, hallándose instruido diligentemente a partir de las Sagradas Escrituras y enseñándonos la sagrada fe cristiana, así como el amor a nuestro prójimo, y que debemos ser obedientes y respetuosos con nuestras autoridades. A pesar de que los enemigos de la divina Palabra que hay entre nosotros han informado a su señoría de que [Schilling] predica de forma sediciosa, os pedimos retiréis de la parroquia a los sacerdotes anteriormente mencionados y que se la confiéis al reverendo Hans Schilling, de manera que podamos nutrirnos espiritualmente con la Palabra divina. Pero hasta ahora su señoría nos ha hecho cargar con estos tres sacerdotes, a los que nosotros debemos mantener, mientras el oficial del distrito ha prohibido a Hans Schilling que predique... Pedimos humildemente a su señoría que tome esto en su corazón y piense en la salvación de nuestras almas. G. Bossert, "Die Reformation in Blaufelden", Bliitter für württembergische Kirchengeschichte, 6 (1902), págs. 33-34.
2.12. La política de la Reforma
No era siempre fácil introducir reformas, incluso allí donde la ciudad o el príncipe poseían cierta soberanía sobre la comunidad
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local. Las complicaciones legales que originaban los patronazgos y otros derechos ataban a veces las manos de las autoridades más voluntariosas, incluidas las de las ciudades imperiales, como pudo comprobar el pueblo de Herzogenaurach en 1524. La ciudad de Nuremberg a Herzogenaurach, 15 de diciembre de 1524 [En respuesta a vuestra cartal concerniente a vuestro párroco, que es negligente... al comunicaros la recta y verdadera Palabra de Dios... cae bajo la competencia del obispo actuar en contra de los pastores negligentes o en los [casos del puestos vacantes. No está en nuestras manos destituir a vuestro párroco de su puesto, y no hay tampoco beneficio vacante alguno sobre el cual tengamos patronazgo y al que podamos transferir a vuestro párroco. Si él tuviese a bien renunciar voluntariamente o si la parroquia se quedase vacante por otros motivos ... nosotros nos comportaríamos a nuestra vez de manera cristiana... Pero si vuestro pastor quiere quedarse, a su lado se puede nombrar a un predicador cristiano virtuoso, o si no podéis acordarlo así con vuestro párroco, no sería mala idea, considerando cuánto estimáis la Palabra de Dios, la única que puede salvarnos, mantener durante un tiempo a un pastor evangélico a vuestras expensas. pfeiffer, pág. 313.
2.13. La política de la Reforma: memorandum sobre el nombramiento del predicador de Spira, 1538
Tal como nos lo muestra el caso de Spira, no todas lasciudades imperiales estaban tan deseosas como Nuremberg por avanzar en la causa evangélica, adoptando abiertamente la riforma religiosa. Las nuevas ideas se habían empezado a predicar en Spira a raíz de la comparecencia de Lutero en la dieta imperial de 1521, pero el consejo municipal era reticente a abrazar abiertamente la Reforma por razones diversas. El consejo se dio cuenta muy rápido del valor de las nuevas doctrinas en su ya larga lucha contra los privilegios eclesiásticos, y utilizó la Guerra de los Campesinos para obligar al clero a asumir los deberes civiles. Sin embargo, el obispo de Spira, respaldado por la influencia del elector palatino, forzó la restauración de todos los privilegios clericales en 1526. El consejo de la ciudad estaba muy nervioso ante los probables disturbios que se originarían con la predicación evangélica, porque sospechaba que los nuevos predicadores eran tan temibles como los antiguos. Además el consejo también estaba asustado por las ambiciones e influencias políticas del obispo de Spira, y tampoco deseaba enemistarse con el emperador. Por lo de-
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/tI / I"dod l'.\/I('raba igualmente obtener alguna ventaja econóI JI JI' / '/ hecho de acoger al Tribunal Imperial de la Cancillería, esItlll//', Ir/u etl Spira a partir de 1527. 111,1\,
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La Palabra divina nos ha revelado que e! hombre precisa de dicha Palabra para la alimentación de su alma y su salvación eterna, de la misma manera que su cuerpo mortal requiere el pan natural. En Spira se nota que se ha enseñado poco la Palabra de Dios... y que la gente común desea recibir en su pureza la Palabra divina. Sin embargo, resulta inapropiado que e! consejo de una ciudad asuma el nombramiento o acepte a un predicador especial por la siguientes razones: primera, de acuerdo con la ley, tales predicadores no deben ser establecidos si no es por la autoridad adecuada, en este caso la de! obispo. Y si se intentase, se derivaría con seguridad la rápida retirada del poder del consejo para nombrarle o destituirle, predique lo que predique... y así, tras muchos problemas y gastos, nos encontraríamos en la misma situación. En segundo lugar, si el consejo de la ciudad nombra a un predicador sin permiso del obispo, con toda seguridad, como consecuencia de ello, caeremos nosotros bajo la grave sospecha de olvidar lo que ordena su Majestad Imperial y de ser seguidores de los luteranos. Y esto supondría un desafío a su Majestad Imperial... que puede conducir a la ruina final de nuestra ciudad. Además, los nuevos predicadores son tan poco de fiar como los antiguos, porque se ha comprobado públicamente que la mayoría de ellos buscan su propio interés, como hacían los antiguos, y no tanto el de las pobres y queridas ovejas redimidas de Cristo... Y sus seguidores han aprendido de ellos más obstinación e innovaciones que las que usaban o conocían anteriormente. Es más, han interferido en la ley secular incluso más de lo que hiciera el viejo clero papal... Yeso a pesar de que al principio se revelaron humildes ... [pero] tan pronto como se llevaron a la mayoría del rebaño hacia su lado y se hicieron fuertes frente a las autoridades, [consideraron no] estar suficientemente bien pagados, y... defienden y aprueban con la Palabra de Dios... todas las impudicias y frivolidades ... Por ello en muchas tierras y ciudades se han originado disturbios.
diezmo en toda Alemania, invocándose las ideas del Evangelio pUnA apoyarlas. En 1524, cuando este tipo de conflictos perturbaron los territorios de Nuremberg, las autoridades se movieron con rapidez para evitar que, mientras se zanjaba el tema del diezmo, el conflicto se convirtiera en algo más grave. El tema desPertó nuevos interrogantes sobre la noción evangélica de libertad cristiana, noción que sería luego de vital importancia durante la Guerra de los CamPesinos, Ha llamado la atención del consejo de la ciudad de Nuremberg que sus súbditos... del campo hayan decidido... no pagar diezmos, rentas ni intereses a sus señores... Para justificar su miserable actuación se defienden alegando el sagrado Evangelio... El consejo de la ciudad se ha visto incomprensiblemente contrariado y agraviado, considerando que aquellos que adoptan esta actitud inusual no son verdaderos cristianos y toman el Evangelio en su propia ganancia y beneficio, en contra de los mandamientos de! Señor. Por eso se instruye a los verdaderos cristianos en la Palabra de Dios, para que aprendan a dar a Dios lo que es de Dios y a las autoridades seculares y a su señor lo que a su vez les pertenece, y para que rindan a sus señores la sumisión y obediencia que les son debidas. Más aún, pues el amor fraterno fuerza a todo cristiano a hacer aquello a lo que está obligado, y aquello que él recibiría gustosamente de otro. Y aunque los cristianos han sido espiritualmente liberados por la sangre y la muerte de su Salvador, dicha libertad no les conduce a liberarse de cargas terrenales. De acuerdo con esto, e! inestimable consejo de la ciudad pide a todos y cada uno de sus súbditos del campo que respeten las obligaciones que les comprometen, primero con la Palabra de Dios y después con el consejo de la ciudad en tanto que su legítima autoridad secular, y que desistan de su actuación inconveniente e infundada, y que no se alíen ni de palabra ni de obra contra sus autoridades, ni emprendan nada que infrinja su calidad de súbditos. Debiendo rendir sin resistencia a sus señores los diezmos, intereses y obligaciones a los que están sujetos por la costumbre antigua.
Pfeiffer, pág. 259.
Stadtarchiv Speyer 1 A 450/4.
2.15. Propaganda de la Reforma 2.14. El problema del diezmo: mandato de Nuremberg, 20 de mayo de 1524
La predicación del Evangelio generó muchas nuevas ideas sobre la justicia, destacando entre ellas el debate sobre el derecho del clero a recolectar el diezmo. En 1523 hubo manifestaciones contra el
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Una ola de propaganda impresa, por lo general pequeños panfletos u hojas ilustradas, apoyó e intensificó el movimiento riformista. Dichos panfletos estaban Pensados para hacerlos accesibles a los analfabetos o a aquellos que tenían un limitado conocimiento de la lectura, siendo leídos en voz alta y su mensaje transmitiéndose por medio de contundentes imágenes visuales. A continuación se repro-
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duce un ejemplo de estas hojas. Es una parodia de la "Misa de san Gregario", descripción de la visión milagrosa que experimentó el papa Gregario el Grande mientras decía misa, lo que se solía utilizar para ejemplarizar la doctrina de la presencia real; era una imagen que había fomentado la particular devoción popular por el sacramento de la Eucaristía. Mira esta bestia de siete cabezas, de forma y siluetas parecidas a la que vio san Juan, una bestia ele las profundidades, con siete cabezas diferentes. Estaba exactamente coronada como esta bestia papal, simbolizando la tonsura de la gente del clero. La bestia también tenía diez cuernos, que simbolizaban los disturbios y la jurisdicción espiritual, y además su nombre era blasfemo, simbolizando su lengua seductora. Esta bestia era como un leopardo, símbolo del mortífero reinado del Papa, que ejecuta con tiranía a todo el que se le opone, y tenía garras de oso, símbolo de que el papado pisotea los dulces Evangelios y los entierra, los esconde y golpea. La bestia tiene hocico de león, simbolizando la diabólica fauce del papado, que nunca se sacia de indulgencias, palios, anatas, excomuniones, ofrendas, confesiones, misas fundacionales. Así se lo ha tragado toelo, rentas y pagos de intereses, y con ellos las gentes, las tierras y los reinos. Pero ha recibido una herida mortal, significando que el doctor Martín ha herido de muerte al poder del papado. Dios quiera que el papado sea pronto derribado. Amén. La bestia papal de siete cabezas, Apocalipsis, 13, y Segunda Epístola a
los Tesalonicenses, 2.
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La bestia papal de siete cabezas.
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11 ZWINGLlO V LA REFORMA EN ZURICH
En Zurich la reforma religiosa se inició bajo la influencia de Ulrico Zwinglio, quien se convírlió en predicador del pueblo (Leutpriester) hacia finales de 1518. A pesar de que allí probablemente se conocía bien el caso de Lutero, no parece que Zwinglio haya tenido contacto directo con su obra de Lutero hasta 1519. Zwinglio, en realidad, se lanzó de manera independiente a su propia lucha reformista. Alprincípio, estaba muy in/luido por el humanismo y los temas religiosos y sociopolíticos locales (incluyendo, por ejemplo, el sistema de pensiones, por el que los gobernantes extranjeros, como el rey de Francia o el Papa, pagaban pensiones a los políticos suizos con objeto de asegurarse un acceso rápido a las reservas como suizos mercenarios). Bajo la influencia de la predicación y la actividad de Zwinglio, entre 1519 y 1522, Zurich tomó un camino completamente diferente al de Wittenherg, lo que condujo a una visión distinta de la reforma religiosa con diferencias muy características, aunque con frecuencia se abordaran los mismos temas que en Wittenberg y que en otras zonas de Alemania.
3.1. La predicación evangélica de Zwinglio en Zurich, 1519
Zwinglio fue nombrado pastor el sábado 11 de diciembre de 1518. Dando las gracias por su nombramiento... dijo que había decidido, con la ayuda de Dios, predicar el sagrado Evangelio según san Mateo, pero leerlo entero y no troceado, como estaba prescrito en las lecturas del
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domingo. Además quería exponerlo de acuerdo con las Escrituras y sin ajustarse a las opiniones humanas ... Este objetivo complació mucho a algunas personas de! capítulo catedralicio, quienes abiertamente se alegraron, pero otros creían que tales cambios e innovaciones no les traerían nada bueno. Algo más tarde dijo que no predicaría sino a la manera tradicional... Además, [dijo que] se preocuparía por comportarse tan cristianamente que ningún amigo de la divina y evangélica verdad tendría justa causa para plantear ninguna queja. Dio su primer sermón en Zurich e! día de Año Nuevo de 1519, el día de su 34 cumpleaños.
Sin embargo, dada su calidad de representante de! Papa, con quien Zurich todavía estaba aliada, fue tratado con honor y se le ofreció algo de. vino. El consejo de la ciudad de Zurich discutió entonces si debían dejarle entrar, y un consejero espiritual sugirió que había que dejarle entrar y hacerle prisionero y ahogarlo... Por fin se le autorizó a comparecer [ante la dieta suiza], pero cuando la gente supo quién era y que no tenía ninguna comisión directa del Papa, se le pidió que saliese y se marchase con rapidez de Suiza... Zwinglio también se ocupó del caso de este Sansón, y trató sobre él en sus escritos. Y -igual que hizo con el obispo Hugo- urgió a los enviados, mandados por el obispo de Constanza a Zurich para sus propios negocios, a oponerse con mayor audacia a la canallería y el engaño de Roma. Pues el obispo haría [según él] honor a su noble linaje de Landenberg si se situaba entre los primeros obispos en defender y proclamar la Palabra de Dios... De todas formas, e! monje no se quedó más tiempo en Zurich, dio e! tema por zanjado y volvió a Italia. Después de su partida se habló mucho en Suiza de estas indulgencias y sobre quién había sido finalmente burlado; los de Berna, en particular, se mofaban de él, y no mucho más tarde representaron una obra de carnaval sobre su caso. Zurich fue muy alabada por haber despachado al timador, lo que supuso muchas ventajas para Zwinglio y la predicación del Evangelio.
La predicación de Zwinglio pronto obtuvo buen número de seguidores entre todo tipo de gente, pero especialmente entre la gente corriente. Alababa a Dios padre y enseñaba a las personas a que confiasen sólo en Jesucristo, Hijo de Dios, en tanto que único Salvador. Comenzó a hablar con vehemencia contra las falsas creencias, y contra e! orgullo y la hipocresía, y habló con firmeza de la necesidad de penitencia y de mejora, de la caridad cristiana y de la lealtad. También reprobó vicios como la ociosidad, la falta de moderación en la comida, la bebida y e! vestido, la aceptación de pensiones y e! servicio de los mercenarios [con gobernantes extranjeros], y la represión de los pobres. E insistió gravemente en que los magistrados debían defender la ley y la justicia y proteger a las viudas y a los huérfanos, y que había que esforzarse en preservar la libertad suiza y rechazar las trampas de los príncipes y señores. Ante esta predicación, la gente se dividió. Algunos miembros de la comunidad, incluyendo al clero, y a los poderosos, escuchaban encantados y alababan a Dios por sus sermones, pero otros estaban menos satisfechos y se quejaban de Zwinglio, porque podía hacer daño a Zurich.
Bullinger, Reformationgeschichte, tomo 1, págs. 14-18.
3.3. El asunto de las salchichas, Miércoles de Ceniza, 5 de marzo de 1522
La predicación de Zwinglio, contra "las normas y ordenanzas humanas" que herían la conciencia sin aportar mejoras, se centró en el tema del ayuno y abstinencia durante la cuaresma, como ejemplo de obras buenas que afectaban la vida diaria de todos los individuos y que, según los predicadores evangélicos, en nada contribuían a la salvación. El "asunto de las salchichas "fue el primer acto público de desobedíencía a las normas de la vieja Iglesia de Zurich.
Heinrich Bullinger, ReformationsgesclJiiibte, Frauenfeld, 1838, tomo 1, pág. 12.
3.2. Zwinglio combate las indulgencias, 1519 Zwinglio había predicado con vehemencia desde e! comienzo del nuevo año contra este predicador [Sansón] y sus bulas de indulgencia y de dispensa ... y había ganado un número considerable de seguidores, por lo que la gente empezó a comprender las triquiñuelas de Roma. Durante esos días [3 de marzo de 1519] se mantuvo una dieta general suiza en la ciudad de Zurich. El obispo de Constanza tenía representantes en la dieta a que también estaban en contra de Sansón, de manera que cuando e! monje salió de Bremgarten hacia Zurich... sólo llegó hasta "El Buey" [una posada a la entrada de la ciudad], donde miembros de! consejo municipal le advirtieron que no debía adentrarse en la villa, porque no sería bien recibido en ella.
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3.3.(a) Encuesta del consejo de la ciudad sobre quien había comido carne y huevos en cuaresma
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Elsi Flammer, criada del impresor [Christoph Froschauerl de Niederdorf, dijo que por orden de su señor había cocinado algunas salchichas el Miércoles de Ceniza, y que el sacerdote del pueblo de Eínsieldeln (Leo ]ud), Bartolomé PUf y Miguel Hirt las habían comi-
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do. I >esPUt'S, algunos de los escanciadores de su señor también ha11I:11l ('olJlido de esta carne. Bartolomé Pur, el pastelero, dijo que el Miércoles de CeniI.a había comido pasteles de carnaval en casa del impresor con el maestro Ulrico Zwinglio, con el sacerdote del pueblo de la catedral, con el maestro Leo Jud, con el sacerdote del pueblo de Einsiedeln, y con el maestro Laurence Keller, pastor de Egg; con Heinrich Alberi, con Michael Hirt, el pastelero; con Conrad Luchsinger y Conrad Escher. El impresor sacó dos salchichas secas, las trocearon y cada uno comió un trozo. Todos comieron salvó el maestro Ulrico Zwinglio, predicador del pueblo de la catedraL Egli, Actensammlung zur Geschichte der Zürcher Reformation, Zurich, 1879, pág. 72 (nI! 233).
3.3.(b) Defensa del impresor, Christopher Froschauer, ante al consejo de la ciudad, abril de 1522 Al haber llegado a vuestros oídos que he comido carne en casa, primero testifico como sigue: tengo tanto trabajo que hacer que mis recursos corporales y materiales se agotan. He trabajado día y noche, días laborables y festivos, para tener las cosas preparadas para la feria de Francfurt... y no siempre puedo comprar pescado. Tabajo en una edición de las epístolas de san Pablo... Reflexionando he concluido que el todopoderoso y santo Dios nos ha bendecido e iluminado con la verdad, que si hemos de salvarnos será por medio de la Palabra de Dios en la que debemos creer con fe, porque Dios no nos ha dejado en la tierra nada en lo que creer salvo la sagrada Escritura, que es su divina palabra, debiendo creer en ella y permanecer en ella; más aún, debemos gobernar todas nuestras vidas y acciones por el Evangelio; si no, no somos cristianos.
"los ociosos comerán carne sin necesitarla". La respuesta es que son esas personas las que llenan de comida de lujo, que les hace aún más daño que las carnes saladas y especiadas. Si tienes un temperamento cristiano, actúa de esta manera. Si el espíritu de tus creencias te lo enseña, entonces ayuna, pero permite a tu vecino hacer uso de su libertad cristiana. Teme a Dios si transgredes sus leyes y no sobrevalores las interpretaciones humanas sobre lo que Él ha ordenado. Zwinglio, Siimtliche Werke, tomo 1, págs. 106-7.
3.4. Las sesenta y siete tesis de Zwinglio, 1523
Los cambios religiosos introducidos en Zurich por influencia de Zwinglio provocaron las criticas del obispo de Constanza y de otras autoridades ajenas a la ciudad. El consejo de la ciudad decidió entonces establecer un debate público para defenderse, que tuvo lugar en la alcaldía el 29 de enero de 1523. Pero no fue un verdadero debate, porque la única autoridad autorizada fue la del texto bíblico, no teniéndose en cuenta las leyes ni las tradiciones de la Iglesia. El consejo de la ciudad aprovechó para hacer pública una afirmación de su autoridad y para introducir cambios en la vida y la práctica religiosas. El obispo estaba completamente al tanto de su carácter propagandístico y no se preocupó de enviar a un representante directo, aunque su oficialjohannes Fabri estuvo presente para apoyar las opiniones ottodoxas por sifuese posible o necesario. Zwinglio preparó 67 tesis a modo de propuestas que estaba dispuesto a difender en público. Eran un resumen de sus enseñanzas, salvo en lo tocante a la Eucaristía. Posteriormente las amplió en su Comentario sobre las sesenta y siete tesis.
Egli,Actensammlung, pág. 74 (nI! 234).
1 Todo aquel que dice que el Evangelio no es válido sin la autoridad de la Iglesia, yerra y ofende a Dios.
3.3.(c) Zwinglio se pronuncia sobre el ayuno
2 El resumen de los Evangelios es que nuestro Señor Jesucristo, verdadero Hijo de Dios, nos ha comunicado la voluntad de su Altísimo Padre, nos ha redimido de la muerte y nos ha reconciliado con Dios.
Para resumirlo con brevedad: si quieres ayunar, hazlo; si no quieres comer carne, no la comas, pero permite que los cristianos elijan con libertad. Si eres persona ociosa, deberías ayunar con frecuencia y refrenar tu apetito de comida; el trabajador modera sus deseos removiendo, arando y trabajando en los campos. Tú me dirás:
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3 Cristo es el único camino de salvación para todos los que han sido, son y serán. 14 Todos los cristianos deben poner la mayor de las diligencias para que sólo los Evangelios sean universalmente predicados.
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1(, 1':11 t'I Evangelio se aprende que todas las doctrinas y leyes huson inservibles para la salvación.
17 [Sobre e! Papal: Cristo es e! único sumo sacerdote, de lo que se sigue que aquellos que se han denominado sumos sacerdotes se han enfrentado tanto al honor como al poder de Cristo -en realidad, le han rechazado por completo. 18 Habiéndose sacrificado por todos, Cristo es ofrenda aceptable y perpetua por los pecados de los creyentes para toda la eternidad, de lo que se deduce que la misa no es un sacrificio, sino la conmemoración de un sacrificio y la seguridad de la salvación que nos brinda Cristo.
38 Pero sólo mientras no ordenen algo contrario a Dios, 39 Por ello todas sus leyes deben estar en armonía con la divina voluntad, de modo que protejan al oprimido, incluso aunque no se queje.
41 Si [la autoridad secular] da consejo y protege a aquellos por los que deberá rendir cuentas ante Dios, se le debe apoyo. 42 Pero si no tienen fe y sobrepasan los límites establecidos por Cristo, entonces pueden ser destituidos por voluntad de Dios. 43 Para resumir: este reino sólo es mejor y más estable cuando está gobernado de acuerdo con la voluntad de Dios y e! peor y e! más débil es el gobernado autoritariamente.
Zwinglio, Samtliche Werke, tomo 1, págs. 458-63.
19 Cristo es e! único mediador entre los hombres y Dios. 24 Ningún cristiano está obligado a hacer cosas que Dios no ha ordenado; de ahí que se pueda tomar alimentos en todo momento y así se sabe que las dispensas sobre e! queso y la mantequilla son un fraude de Roma. 25 El tiempo y e! espacio no controlan a los cristianos, sino que los hombres los controlan. De donde se desprende que aquellos que establecen reglas sobre e! espacio y e! tiempo privan de su libertad a los cristianos. 28 Todo lo que Dios permite o no prohíbe está bien, por lo que el matrimonio es apto para todo el mundo. 29 Peca el clero si cree que Dios le ha negado el don de la castidad y no lo ha protegido con e! matrimonio.
31 Ningún individuo tiene poder para excomulgar, salvo la Iglesia, que es la congregación de los pecadores y de quienes velan por ellos, es decir, con su ministro.
3.5. Decreto para el establecimiento de la predicación evangélica, 29 de enero de 1523 Este decreto comprometió difinitivamente a Zwinglio con la Reforma evangélica. El alcalde, el Pequeño Consejo y el Gran Consejo de la ciudad de Zurich, con objeto de poner fin a tantos disturbios y distensiones, se han reunido y decidido... que el maestro Ulrico Zwinglio continúe proclamando el sagrado Evangelio y la sagrada Escritura como antes, de acuerdo con sus capacidades, durante tanto tiempo y con tanta frecuencia como desee. Más aún, todos los sacerdotes, pastores y predicadores de! pueblo de la ciudad, así como de las jurisdicciones y territorios, deben comprometerse a predicar exclusivamente aquello que pueda ser probado por los sagrados Evangelios, y en el futuro no podrán ofender, insultar o acusar a otros de herejes.
EgIi,Actensammlung, págs. 114-15 (n2 327).
32 Sólo los que cometen escándalo público deben ser excomulgados. 34 Las pretensiones de la denominada autoridad espiritual no tienen base alguna en las enseñanzas de Cristo.
3.6. Estatutos de la ciudad de Zurich en relación al clero ya los beneficios, 29 de octubre de 1523
35 Pero la autoridad y el control de! poder secular sí está basado en las enseñanzas y acciones de Cristo.
Este decreto representa la primera reestructuración de la Iglesia de Zurich coriforme a la riforma zwingliana.
36 Todos los derechos que reclama la llamada autoridad espiritual pertenecen a los gobiernos seculares instaurados por los cristianos.
Hace unos días que los representantes del estimado presbiterio y de la sala capitular de san Félix y santa Régula se presentaron ante nuestro señor e! alcalde y ante el consejo de la ciudad e indicaron que, con buena
37 Todos los cristianos deben a éstos obediencia sin excepción.
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voluntad y por la Palabra de Dios... , reconocían los abusos que habían heredado pero no originado y que, con la ayuda de Dios, tales abusos podrían solucionarse mejorando la vida cristiana. Primero, porque pueden estallar toda clase de disturbios... ya que los hombres comunes dicen estar asfixiados con los diezmos, pagos y cargas que les imponen los sacerdotes; el presbiterio y el capítulo han acordado abolir... todas las rentas que la gente común tenía que pagar... para bautizos, rezos, administración de los sacramentos y réquiems o para los enterradores, excepto las de las lápidas de las tumbas. Aquel que quiera tener una lápida sobre su tumba deberá pagar [como antes). No se puede obligar a nadie a tener velas en los entierros, pero si alguien desea alumbrarse con velas el gasto debe ser por cuenta propia. Aquel que desee que las campanas repiquen por la muerte de uno de sus familiares, no deberá pagar por ello en la catedral, pero si las campanas suenan en la catedral y en las demás iglesias, se pagará como de costumbre. Hay aquí algunos miembros ociosos del clero que disfrutan del usufructo de la propiedad común, por lo que se ha pensado que el número de clérigos y sacerdotes debe disminuir hasta que no haya más que los necesarios para la Palabra de Dios y otros servicios cristianos. Para honor de Dios y alabanza de la ciudad y de la tierra, se debe establecer y mantener para la salvación de las almas un sacerdocio honorable, modesto y erudito en la iglesia de san Félix y santa Régula, de tal manera ante cualquier necesidad que tengan nuestros súbditos piadosos, del campo y la ciudad, haya hombres preparados en la Palabra de Dios y en la vida cristiana a quienes se puede llamar pastores, párrocos o sacerdotes del pueblo. En cuanto al maestro de escuela, debería estar mejor pagado que antes, de manera que pueda guiar y dirigir diligente y convenientemente a los jóvenes, hasta que puedan asistir a las clases arriba mencionadas [sobre las Sagradas Escrituras), todo sin coste alguno para ellos durante el tiempo en que los chicos se sustenten a expensas de sus padres. No deben ser enviados fuera de la ciudad de Zurich o de su territorio para aprender o ir al colegio en el extranjero, debiendo aprender aquí, sin ser una carga para sus padres, y no en otro lugar, ni en otras escuelas. Para este propósito, debemos construir alojamientos y edificios convenientes. Cuando tales beneficios, oficios y ordenanzas estén correcta y honorablemente provistos, lo que quede de las rentas y obligaciones debe repartirse a los necesitados del hospital, o entre la gente pobre que resida en el lugar, de acuerdo con sus circunstancias. Para distribuir [el dinerol a los necesitados, deben nombrarse cuatro personas, dos por el presbiterio y el
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capítulo y otras dos por el Consejo de la ciudad de Zurich, de manera qUl' la distribución de limosnas pueda hacerse con mayor facilidad y de manera ordenada. Cuando de nuevo llegue el tiempo de redistribuir los beneficios, todos los artículos aquí incluidos se deberán leer en voz alta, y si alguien quiere aceptar un beneficio, debe jurar observar y mantener estos artículos.
Egli,Actensammlung, págs. 169-70 (nº 426).
3.7. Informe de Gerold Edlibach sobre la Reforma en Zurich, 1524-6
Edlibach era un católico conseroador que murió en 1530 a los 76 años de edad. Su crónica) que recoge los avances de la Reforma en Zurich) fue escrita probablemente en el periodo 1520-26, por lo que es estrictamente contemporánea a los hechos que narra. Muestra cómo la vida religiosa se purgó concienzudamente de todos las formas de culto tradicional. Los epígrafes son añadidos del editor para facilitar la adquisición de una visión de conjunto de cada una de sus etapas. Ayuno Durante la cuaresma de este año [1524) se empezó a comer carne, pollo, huevos y todo lo que se quisiese. Aquel que no lo comiese era motivo de mofa, siendo ya poca la gente que ayunaba, ni en cuaresma ni en ninguna de las fiestas solemnes de la Virgen u otras festividades, ya que no tenían miedo a la excomunión [por haber roto el ayuno). Muchos predicadores y sacerdotes dijeron que el ayuno era sólo un anzuelo para el confesionario, creado sólo por ganar dinero, y que cada persona debía confesar sus pecados al Señor en privado mediante el arrenpentimiento; que esto sería suficiente y que no necesitaban otra confesión.
La Eucaristía
De la misma manera, el8 de junio de 1524, mis señores del Gran Consejo y del Pequeño Consejo de Zurich decretaron que debían retirarse las imágenes de todas las iglesias de la ciudad, sus territorios y jurisdicción, y también los crucifijos situados en las puertas de la ciudad, en las puertas de los monasterios y en cualquier otro lugar. También ese año se abolió la Eucaristía, y si los sacerdotes viejos la celebraban, se convertían en motivo de burla y se les despreciaba como "esclavos de la misa" y "glotones-del-se-
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La "tormenta de los bancos"
ñor" ... Las misas matutinas apenas se celebraban. Y mis señores [del Consejo de la ciudad] permitieron al que lo desease llevarse a casa las imágenes [que él o su familia hubiesen encontrado].
La tormenta de los bancos en la catedral. Cuando todas las imágenes e ídolos de la catedral se retiraron de la iglesia y de las zonas inferiores y se almacenaron bajo las bóvedas de las naves laterales, quedó abierta de nuevo la catedral y cada cual corrió al interior de la iglesia y arrancó de la nave su reclinatorio y se lo llevó a casa. Uno rompía este banco, aquel el de más allá, hasta que en medio día los quitaron todos y ninguno quedó en toda la iglesia. Esto sucedió el 17 de junio de 1524. [Esta fecha es errónea; la correcta es, con seguridad, posterior al 2 de junioJ.
Ceremonias En aquellos días se celebraban tres clases distintas de misas: algunos sacerdotes distribuían la comunión sin romper la forma [mientras que el canon de la misa prescribía que el sacrificio de la muerte de Cristo se simbolizaba rompiendo su cuerpo]; otros omitían cantos y colectas; y otros celebraban la misa según la vieja usanza. Ese año, salvo en secreto, no se volvió a distribuir la comunión a los enfermos ni se dio la extremaunción. Se bautizaba a los niños recién nacidos sólo con agua, sin los sagrados óleos ni ninguna ceremonia. Los domingos ya no se bendecía ni la sal ni el agua, y los nuevos predicadores decían que eran ceremonias inútiles. Los ministros bautizaban a los niños sin revestirse con los ornamentos litúrgicos y casaban parejas y proclamaban la Palabra de Dios desde el púlpito vestidos como laicos, y más de uno se dejó crecer una larga barba como los ascetas.
Las pilas bautismales y los relicarios El 8 de diciembre de 1524 destruyeron la pila bautismal de la catedral, que llevaba allí tantos siglos que no se podía concebir que fuera de otro modo... El 12 de diciembre el Gran Consejo y el Pequeño Consejo decidieron quitar la tumba de los dos mártires, san Félix y santa Régula, patrones de la ciudad y venerados por todos [-se decía que Zurich había sido constmida sobre el lugar de su martirio-J. En los últimos años mucha gente piadosa había adornado la tumba con retablos caros y dorados y cortinas de seda cubrían los féretros. Durante las vigilias de las festividades y domingos ardían ante la tumba doce lámparas. Ahora han destrozado por completo esta tumba. Que Dios les dé cordura.
El Día de Dtfuntos y las actitudes hacia los muertos En este año de 1524 se prohibió la festividad de los difuntos, igual que su vigilia y otros rezos, así como los rezos de la mañana siguiente, tanto cantados como leídos, y celebrar la misa, y también las visitas a las tumbas. Y se ha dado muy poco para las almas de los muertos en nombre de Dios. Los predicadores las han presentado al pueblo como ceremonias inútiles que sólo pretencían aprovecharse de los muertos.
La abolición de la misa y la nueva Cena del Señor El Lunes de Pasión, el 17 de abril de 1525, el Gran Consejo y el Pequeño Consejo decretaron que a partir del siguiente Jueves Santo ninguna misa, ni hablada ni cantada, podía celebrarse en la ciudad de mis señores de Zurich, o en sus territorios o jurisdicción. Y esto se aprobó por una estrecha mayoría. El miércoles se celebró la última misa y pasión, y después se abolió la Eucaristía. La mañana del Jueves Santo se extendió una nueva mesa del Señor, y se distribuyó pan y vino entre la gente. Esto complacía a algunos, a otros no... Al mismo tiempo, algunas personas representaron una obra de Semana Santa y vino a Zurich una comisión episcopal. Mientras, muchos hombres y mujeres de Zurich recibieron la comunión de acuerdo con el antiguo rito, ya que el Pequeño y el Gran Consejo habían autorizado a los sacerdotes que se lo administraran así sólo por este año.
Imágenes Ahora muchas personas están provocando disturbios por causa de las imágenes, porque los ídolos no han sido retirados de iglesias y santuarios, contrariamente a lo acordado entre el Consejo de la ciudad y los ciudadanos como quedó mencionado más arriba. Y por ello el Gran Consejo y el Pequeño Consejo han decidido retirar todas las imágenes e ídolos de las iglesias, portadas y santuarios. Esto se acordó el 15 de junio de 1524 y se nombraron personas de todos los gremios para cumplir esta decisión y mandato de los Consejos. [Esto se llevó a cabo entre el 20 de junio y el 2 de julio de 1524]. No puede negarse, como se dijo en su momento, que muchos de los nombrados para hacer este trabajo, exceptuando a los miembros de los Consejos, manipularon las imágenes de manera indecente, [cometiendo] actos anticristianos que hace poco tiempo, nuestros mayores, habrían castigado con severidad.
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Las lápidas de las tumbas Este año [siguiendo un mandato del 18 de noviembre de 1';2';1 se anunció desde el púlpito que todos tenían que retirar las lápidas de su I"urn-
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ba [familiar) y llevárselas a casa. Si no lo hacían así, el maestro de obras de la ciudad las utilizaría para obras civiles. Las tumbas de muchos hombres piadosos y honorables fueron destrozadas, arrancadas y destruidas, y se teme que esto provoque más envidias y odios secretos que caridad y amor.
El matrimonio de los sacerdotes De la misma manera, el 25 de marzo de 1526 se anunció desde los púlpitos de tres iglesias de Zurich que, según lo ordenado por el Consejo de la ciudad todos los sacerdotes y párrocos tendrían que tomar en matrimonio a las amas de llaves y sirvientas con las que habían convivido escandalosamente hasta la fecha, y llevarlas al altar en el plazo de catorce días so pena de perder sus beneficios. Y hubo muchos sacerdotes jóvenes que lo hicieron encantados; por otra parte había muchos sacerdotes viejos e inválidos que no querían cumplir este mandato, y muchos abandonaron Zurich, renunciando a su casa y beneficios por permanecer en la vieja fe.
, (I/l el visto bueno de las autoridades seculares, y los ministros ya exist('ntes debían aprobarlo. Aunque Zwinglio parecía entender que todos /¡ ¡S cristianos eran ministros potenciales, esto cambió al establecer la /; ¡rmación ministerial; así, el ''profetismo'' de Zwinglio en la catedral W' convirtió en un curso teológico para la formación de futuros pastr ¡res. Por otro lado, dado que Zwinglio Pensaba que entre las obliga(iones de los pastores estaba la de exhortar y advertir a las autoridades civiles que debían gobernar según los principios cristianos, las relaciones entre los poderes secular y religioso quedaron en buena medida restauradas defacto. Las ''profetizaciones'' de Zwinglio constituyeron un modelo que influyó en el consistorio de Calvino en Ginebra y que se imitó en Estrasburgo. La idea de realizar reuniones in./órmales de un grupo de creyentes con formación teológica conformó el prototipo del ''profetismo'' puritano, que llegó a ser considerado, en Inglaterra, como una especie de iglesia subversiva dentro de la Iglesia. la Biblia de Zurich de 1529, primera traducción completa de la Biblia al alemán, fue la plasmación práctica de esta idea.
La oposición Ese mismo año hubo bastante gente piadosa y honorable, tanto hombres como mujeres, miembros del Pequeño Consejo y del Gran Consejo y de la comunidad de Zurich, que se fueron de la ciudad, algunos a Einsiedeln, otros a Zug, y otros por fin a Baden, Wettingen, Schlieren y Fahr [todas ellas ciudades en las que aún se mantenía la vieja fe], para poder celebrar y recibir el sagrado sacramento el Jueves Santo, según con la vieja usanza. Zurich prohibió entonces, bajo pena de multa, entrar en cualquier iglesia en la que se celebrase la Eucaristía y donde las viejas ceremonias aún estuviesen vigentes.
3.8.(a) El valor del lenguaje en las obligaciones del predicador, 30 de junio de 1523
Bilderstteit. Kultunvandel in Zwinglis Reformation, editado por HansDietrich Altendorf y Peter Jezler, Zurich, 1984, págs. 49-70.
Zwingli, Siimltiche Werke, tomo 4, pág. 417.
3.8. La formación de una nueva elite clerical en Zurich, 1523-5
Igual que Lutero, Zwinglio abandonó rápidamente la idea de que cada persona podía leer e interpretar la Palabra de Dios a su manera. La Biblia, a pesar de ser la única norma de doctrina y conducta, sólo podía entenderse bien con la ayuda de un ''profeta "; es decir, un predicador, un maestro o un ministro con conocimientos lingüísticos especiales y formación teológica. Más aún, la comunidad no tenía derecho alguno a elegir a su ministro, ya que éste debía contar
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En este pasaje [Corintios l, 14], Pablo exhorta a los cristianos a que sean instruidos en las lenguas para que puedan predicar. Él bien sabe que no todo el mundo está dotado para las lenguas, pero enseña a los cristianos lo útil que les sería conocer aquellas en las que se escribió la palabra de Dios... y esto lo quería para que los profetas pudieran aprovecharlo con ventaja en la exposición de la Biblia o en su predicación.
3.8.(b) Los consejos de Zwingllo sobre las lecturas de la Biblia, noviembre de 1525 A partir de entonces, en verano, entre 7 y 8 de la mañana, y en invierno a partir de las 8, un sabio debía leer, en la catedral, pasajes de la Biblia y de las sagradas Escrituras en tres idiomas, principalmente en hebreo, en griego y en latín. Al terminar cada lectura, un predicador debía exponer y explicar en alemán el pasaje. La intención de Zwinglio era que aquellos que no hubiesen podido asistir al sermón matutino pudiesen acudir a la lectura. Un predicador, puesto de pie en los escalones del coro, explicaría a la gente en alemán, y en palabras que pudiesen entender, lo que habían escu-
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chaclo de Jo,'; ::,d'III:. 1'11 1'·11¡·,11:1¡1',~ eul!os. Con objeto de que los que acudie;11:1''''':.1''1'1111.1',110 ,';e ~dHIITi(;scn con la escucha de lenguas que no podí:111 l ( 11111 '1l'11IllT (lo que desue luego les aburriría), se debería hacer una seII.tI ,'U;III<1o 1:1 k<'lura en lengua extranjera terminase; así cada recién llegado po
Zwinglio, Samtliche Werke, págs. 666-7.
3.8.(c) Las "profetizaciones" Bajo el papado se solía rezar el breviario en el coro a prima, tertia, sexta, y nona, pero ahora se ha decidido que, en vez de ello, los pasa-
jes de la sagrada Biblia se lean en sus lenguajes originales para un buen y correcto entendimiento cristiano. Y así se hizo en el coro, a las 8 de la mañana, porque al principio no se había construido todavía la sala de conferencias. Zwinglio lo había organizado todo. El clero, los predicadores, los capellanes y los sabios se reunieron en el coro de la catedral ocupando los escaños. La primera reunión tuvo lugar en el coro el 19 de junio de 1525, y el maestro Ulrico Zwinglio lo inauguró con una oración. Entonces uno de los estudiantes leyó un texto de la Biblia que se explicaría después. Lo leyó en latín, ya que la Biblia que se usaba entonces era la traducción latina. Comenzó leyendo la Biblia desde el principio y continuó haciéndolo así todos los días a lo largo del año, con excepción 'de los viernes y los domingos. Cuando se terminaron todos los libros del Antiguo Testamento, empezó de nuevo desde el principio -no se leía nada más que el Antiguo Testamento-. Cuando el estudiante terminó de leer en latín, ]acobus Coeporinus se levantó y leyó el mismo pasaje en hebreo, porque el Antiguo Testamento había sido escrito originalmente en aquella lengua, y lo explicó en latín. Entonces Zwinglio leyó el mismo pasaje en griego y también lo explicó en latín mostrando el significado del pasaje en cuestión. Finalmente, un predicador explicó en alemán lo que se había dicho en otros idiomas, añadiendo una oración. Bullinger, Reformatíonsgeschichte, tomo 1, pág. 290.
3.9. Decretos del consejo de la ciudad sobre la asistencia a la iglesia, 1530-1531
Hacia 1530, las reformas en Zurich habían llegado al punto en el que el Consejo insistía en la uniformidad, instaurando normas para evitar las herejías La asistencia a la iglesia, quizá debido al anapabtismo, quizá por la persistencia de la vieja/?, era menosfrecuente, por lo que el consejo estimó necesario reforzar la sumisión y la piedad externas. Jakob Stampfer, Medalla corunemorativa de Ulrlco Zwinglio, 1531. En la inscripción del reverso puede leerse: "Zwinglio, famoso sabio y pastor de Suiza, te sacrificaste el 11 de octubre, y ahora tu alma se eleva al cielo". Estas medallas corunemorativas por un lado seguían una moda renacentista que pretendía glorificar a los grandes y famosos, pero también eran recuerdos de lugares de peregrinación que mostraban los rasgos del santo y se les atribuía poderes curativos. Se decía que los oponentes católicos de Zwinglio habían quemado sus restos y dispersado sus cenizas, para impedir el culto de sus reliquias que cada vez tenía mayor fuerza. La emisión de una medalla corunemorativa sirvió a la glorificación del reformador suízo como santo.
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26 de marzo de 1530: el reino de Dios debe buscarse por encima de todas las cosas. La palabra de Dios es el camino adecuado para alcanzar este reino y constituye la seguridad de nuestra salvación. Sin embang0<,' se nos ha informado de que algunos sólo acuden a oírla ocasionalmente, otros casi nunca, y que muchos llegan tarde a escuchar la Palabra de Dios, ofendiendo gravemente a la Iglesia. Esto ocurre especialmente allí donde los anabaptistas tienen sus apoyos y seguidores. Hay gente que se queda fuera, delante de las puertas y en el patio de la iglesia, o pasa su tiempo desvergonzadamente en las tabernas. Algunos de ellos, incluso, insultan y ridiculizan
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la Palabra de Dios y a sus predicadores. A pesar de estos hechos, prevalece una falta de atención y temor a Dios entre las autoridades, los oficiales y los guardias. Por consiguiente, ordenamos a todo aquel que resida en nuestra ciudad, jurisdicción o territorios, ya sea de alto o bajo estado, hombre o mujer, niño o sirviente, que acuda al servicio religioso y al sermón al menos cada domingo en el horario estipulado. Nadie deberá eludir esta orden. 10 de agosto de 1531: la orden sobre asistencia a la iglesia proclamada el pasado año [1530) ha sido escasamente respetada y, a la hora del sermón, viejos y jóvenes, hombres y mujeres deambulaban ociosamente de aquí para allá, en los puentes y en las avenidas, ante las puertas y a lo largo de los fosos. Por eso nuestros señores ordenan a todas las personas que tienen responsabilidad y que olvidan su obligación de ir a la iglesia [que observen el mandato) ... y por la presente se ordena vehementemente que todas las personas observen la obligación de acudir a la iglesia los domingos y fiestas de guardar. Y nadie podrá decir fraudulentamente que [ya acudió a otra iglesia] porque los predicadores de las tres iglesias empezarán a predicar a la vez, a una hora conveniente para todos. Egli,Actensammlung, pág. 703 (nº 1656); págs. 760-1 (n!! 1780).
Retrato de Ulrico Zwinglio tomado de los Iconos (1580) de Teodoro Beza, colección de retratos de reformadores que buscaba promover la devoción evangélica. En la página opuesta al retrato, Beza ofrecía la siguiente descripción (originalmente en verso): "Zwinglio abrazado por un doble amor, por encima de todo, a Dios, y a su patria. Se dice de él que se entregó por entero a estas dos cosas, primero a Dios y después a su patria. ¡Cuántas persecuciones sufrió por su devoción a estas dos causas! Murió por su patria y fue reducido a cenizas a causa de su piedad."
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11 REFORMA V REBELIÓN: LA GUERRA DE LOS CAMPESINOS ALEMANES
El propósito de este capítulo no es ofrecer un resumen de las causas, desarrollo político y progresos militares de la Guerra Campesina, sino ilustrar el papel que jugaron en ella las ideas evangélicas, especialmente la apelación a los Evangelios como modelo de justicia y justificación de la rebelión. Por otro lado, las reacciones de teólogos y autoridades seculares ante la revuelta constituyen un excelente testimonio de los progresos de la Reforma religiosa en Alemania en los años posteriores a 1525. 4.1. La rebelión en la Alta Suabia: la banda de Baltringen, febrero de 1525
Este documento describe un incidente crucial en la rebelión de la Alta Suabia, que provocó la redacción de los Doce Artículos, el man~fiesto rebelde más importante de toda Alemania. johannes Kessler, de la iglesia de San Galiano, escribió este informe algunos años después de los acontecimientos, pero, casi con seguridad, a partir de la información brindada por dos de sus protagonistas que se refugiaron allí, Christoph Schappeler y Sehastian Lotzer, coautores probablemente de los Doce Artículos. Cuando los campesinos de Baltringen empezaron a agruparse en bandas, los representantes de la Liga Suabia en Ulm enviaron ante los campesinos una embajada, formada por el alcalde y otros hombres importantes de la ciudad, para preguntarles cuál era la causa y objetivo de la reunión. [Esto fue el 9 de febrero de 1524]. El alcalde se dirigió a ellos con dureza diciendo: "Los campesinos, sois como las ranas en primavera. Salís juntos y
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croáis '¡Croac!, ¡CroaC!', entonces llega la cigüeña y os come. También gritáis '¡Miseria!, ¡Miseria!', pero vendrán los señores y os matarán." En ese momento el líder de la asamblea, Ulrico Schmid, se levantó y dijo: "La asamblea que dirijo no tiene intención de causar disturbios o de usar la fuerza, pues poseemos muy poca. Portamos armas y armaduras no para usarlas, sino tan sólo para preservar nuestras vidas... Esta asamblea no tiene otra queja ... que la de haber sido agredida, en cuerpo y en espíritu, por vosotros los señores, y es imposible soportarlo más. En espíritu, porque nos habéis robado la Palabra de Dios, y tenemos que soportar un gran peligro para la salvación de nuestras almas; y en cuerpo, [porque] las obligaciones y las cargas son tan fuertes y duras que nadie logra vivir de lo que da su suelo. Todos los que aquí estamos pedimos humildemente que en el furuto seáis menos severos en el futuro." Los enviados cabalgaron de nuevo hacia Ulm, dejando como mensaje de despedida que sus señores enviarían la respuesta en una semana, con lo que [la asamblea] se disolvió, velando por sí mismo cada cual. Cuando pasó el tiempo de la respuesta [16 de febrero], los campesinos se reunieron de nuevo pensando que sólo aparecerían los que se habían reunido la última vez. Pero cuando intentaron ordenar a la multitud allí reunida en grupos de ochenta, vieron con sorpresa que había 30.000 hombres. Por aquel entonces, los disturbios ya se habían propagado por toda Suabia. Cuando los emisarios de la Liga cabalgaron hasta allí con su respuesta y vieron a aquella multitud tan gigantesca como inesperada, frenaron sus caballos y no se atrevieron a cruzar la masa impetuosamente, porque ahora parecía como si las ranas se pudieran comer a la cigüeña... Entonces la embajada pidió a los campesinos que eligiesen a una delegación y cuando la embajada y la delegación se encontraron en el sitio acordado, el alcalde dio la respuesta [de la Liga] del modo siguiente: "Ulrico Schmid, cabecilla, desde que te quejaste hace una semana en nombre de todos los reunidos ... me han ordenado que no te dé otra respuesta sino que los súbditos que se quejen de las cargas de sus señores y superiores, deben llevar [a sus señores] ante la ley." Ulrico Schmid respondió: "Queridos señores, Dios se apiade de vosotros por proponer a la pobre gente que ahora pide gracia, que recurra a la ley. Si estuviese en nuestro poder llegar a acuerdos con vuestros señores por medios legales, no necesitaríamos todo esto... La gran necesidad, pobreza y miseria nos han conducido a ello, por lo que de nuevo os pido que no propongáis ir ante la ley, sino que mostréis misericordia." Entonces los señores se fueron a un lado [de la habitación] para deliberar un poco, pero pronto volvieron y dijeron que mantenían la respuesta que antes habían dado.
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Ante esto, Ulrico Schmid les preguntó qué ley les proponían. Replicaron: "el tribunal de Cancillería", y entonces a su vez le preguntaron qué ley proponía él. Ulrico contestó: "La ley divina, que dice a cada estado lo que debe hacer y lo que no." Los señores replicaron con desprecio: "Querido Ulrico, pides la ley divina. Pero ¿quién decidirá conforme a esa ley? ¡Difícilmente bajará Dios del cielo y establecerá un tribunal para nosotros!" Ulrico contestó: "Queridos señores, difícil es para mí en mi simplicidad designar jueces a toda prisa; sin embargo, lo haré. Necesitaré tres semanas durante las cuales pediré a los párrocos de todas las parroquias que hagan públicas oraciones para que Dios nos revele [los nombres de] hombres piadosos y sabios que juzguen esta disputa de acuerdo con las palabras de la Sagrada Escritura." Los señores aceptaron, ofreciéndose también para, por medio de la oración pública, buscar diligentemente a hombres sabios. Tom Scott y Bob Scribner (ed.), Tbe German Peasants' War. A History in Documents, Atlantic Highlands, 1991, págs. 123, 126.
4.2. La Unión Cristiana de los campesinos de la Alta Suabia, marzo de 1525
La "Unión Cristiana" de la Alta Suabia, proclamada el 7 de marzo de 1525 como consecuencia del encuentro de Memmingen, fue laforma de organización rebelde más importante del sudoeste de Alemania. Su constitución, la "Ordenanza federal", se proclamó ese día, y constituye, con los Doce artículos, uno de los dos únicos documentos rebeldes que se imprimieron durante la guerra. La confianza de los campesinos rebeldes en esta organización se rejleja en la seguridad con la que escribieron a algunos altos personajes como el archiduque Fernando. Del comité y de los enviados de la comunidad en Allgaü, reunidos en Kempten, al archiduque Fernando, antes del 10 de marzo de 1525 Rogamos informar a su Alteza, gobernador y regente de su Majestad Imperial Romana, que nosotros, gente pobre de la región de Allgaü, nos hemos reunido en una Unión Cristiana, para alabanza de Dios todopoderoso, de los sagrados Evangelios, de la Palabra de Dios y socorro de la ley divina, y para aumentar la Paz Pública que el Todopoderoso ha dejado sobre la tierra así como en interés del amor fraterno. Nuestra Unión Cristiana no pretende vejar ni desfavorecer ni a vuestra Alteza el archiduque de Austria ni a otros príncipes, señores, condes, barones, caballeros, nobles ni a ningún otro, tal como lo enseña la ley divi-
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na. Nosotros, la gente pobre, estamos obligados por ley divina a obedecer a vuestra Alteza en tanto que nuestro príncipe y gobernador, de la misma manera que a [otras] autoridades espirituales y temporales, [por lo que] no nos opondremos ni resistiremos, sino que nos comportaremos obedientemente. Ya que nosotros, gente pobre, no deseamos otra cosa que la ley divina y no está en nuestra idea o intenciones ser violentos con nadie, nos sometemos humildemente y rogamos a vuestra Alteza en tanto que gobernador y regente del Sacro Imperio Romano, y amante de la justicia y la razón, origen y protector de la ley divina, que vuestra Alteza nos proteja, apoye y defienda, a nosotros gente pobre, con la ley divina.
Scott y Scrlbner, págs. 129-30.
4.3. La Palabra de Dios como principio político
La rebelión estalló porque muchos campesinos estaban convencidos de que no podían asegurarse de que sus quejas se acogieran justamente recurriendo para ello a procedimientos legales. Por otro lado, la difusión, por parte de predicadores y de laicos, de las ideas evangélicas condujo, en la práctica, a un principio político revolucionario: la Palabra de Dios, presentada en el Nuevo y el Antiguo Testamento, en tanto que norma para determinar lo que era o no justo en la sociedad cristiana. El condado de Klettgau pertenecía al conde Rudolfvan Sulz, aunque estaba bajo la protección de la ciudad de Zurich. Alrededor del día de Año Nuevo de 1525 los habitantes del condado redactaron unos artículos de queja en los que establecían la exigencia de la justicia "divina" como único principio para determinar sus obligaciones hacia el conde Rudoif. Cabe destacar que las quejas no hacían referencia en sí mísmo al señorío feudal, No deben negociar de otra manera que no sea la acorde con el punto de referencia de la justicia, esto es, de acuerdo con la Palabra de Dios, y no deben tener otro juez ni comprometerse a sí mismos a otras negociaciones, a menos que el Antiguo y Nuevo Testamento sean adaptados como jueces. Porque en la tierra y en el cielo no hay juez más verdadero que la Palabra de Dios, y todos nuestros asuntos y preocupaciones, el ser y la vida, se basan tan sólo en la Palabra de Dios y no en la inconstancia y vanidad humanas. La Palabra será nuestro juez. Ésta es la opinión del condado de Klettgau al completo y el poder que hemos cedido a nuestros emisarios para negociar.
Scott y SCrlbner, págs. 251-2.
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4.4. El papel de los predicadores radicale~ en la rebelión
Dejando de lado figuras más conocidas como la de Tomás Múntzer (ver 6.4-6,5), muchos predicadores idealístas y radicales apoyaron la causa de los campesinos. 4.4.(a) Cargos levantados contra Hans Fis.:::her, predicador en Vipiteno (Sterzing), 27 de abril Je 1526 El Domingo de Ramos [25 de marzol erl Sterzing había muchos campesinos en [casa] de Peter Kurssner; llenaban dos mesas completas, y mandaron a buscar al predicador. Éste les dijo que su juramento de [fidelidad] y cualquier otra cosa que hubiesen jurado ante su príncipe territorial no era válido ante Dios, y que no debían preocuparse por ello ni debían mantenerlo. Y que la misa no tenía valor -pues los sacerdotes simplemente practicaban brujería en ella-o También dijo que el sacramento que se reservaba en la Iglesia para consolar a los enfermos no era válido, Y chasqueó los dedos con una enorme falta de respeto. Luego insultó, ante los ciudadanos y los campesinos, a los reyes, a los electores y a los príncipes, y los llamó locos, (?alurdos, ciegos y fanfarrones... y contó cómo los griegos y suizos habían expulsado a sus príncipes y nobles y cómo mantenían y gobernaban sus tierras por sí mismos, dando a los ciudadanos y campesinos razones para desobedecer a la nobleza. Y los campesinos dijeron entre ellos "¿Qué debemo? hacer? ¿Cómo vamos a atacar?" El dominico renegado les dejó en esa ocasión con estas palabras: "Os garantizo que hay apenas diez creyentes cristi;lnos buenos y correctos en toda la ciudad", y predicó que si el príncipe terr~torial no justificaba por qué iba a la guerra, los comunes no debían prestarLe ayuda, y entonces los incitó a la desobediencia. Por último, en el momentP de la consagración de la misa, hizo una mueca con la boca al sagrado sacíamento.
4.4.(b) Un párroco propone una comuni~ de bienes Durante la rebelión hubo muchas llamad;i3-s a la redistribución de la propiedad, a veces justificadas con referencia a lat> normas del Evangelio. Pero muy rara vez hubo intentos de llevarla a la pl"áctica, como hizo ]org Mentz, pastor de Neuler, en el territorio eclesiástico de Ellwangen, para incomodidad de los campesinos que le escuchaban.
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Tbomas Op./ferkirch dijo que en las primeras invocaciones [para que los rebeldes se unieran y rebelaran] oyó que el párroco, el reverendo Jorg Mentz, [decía] en su casa que las reuniones eran un tema de amor fraterno y que todo lo debían compartir los unos con los otros; entonces [el párroco] arrojó sus llaves sobre la mesa y dijo a Veit Eberhart que debía abrir [todos los cajones] y compartir los bienes del párroco, y que después irían de casa en casa, y aquel que tuviera más que los otros debería compartir con los demás; había diez personas presentes cuando dijo estas palabras. . Hans Mayer, molinero de Schlierbach, dijo que durante la tarde de la primera convocatoria... había ido a Ellwagen a casa del párroco a rendir las cuentas anuales de la parroquia, pero que se había convocado una reunión y que la sala estaba llena a rebosar. Entre otras cosas el párroco dijo a varios de ellos que todos deberían ser iguales y compartir con los demás lo que tenían; entonces sacó sus llaves del bolsillo y las tiró encima de la mesa, declarando que él y los demás debían empezar ya a compartir [sus bienes] en su casa, pero nadie quiso [tocar] las llaves. El molinero se marchó del pueblo, volvió a su molino y durmió esa noche en casa. Pensó que las cosas no habrían ido tan mal en Neuler si el párroco y Mulhanlin no hubiesen estado allí. Scott y Scribner, págs. 106-8.
4.5. Artículos de la ciudad de Münnerstadt, alrededor del 21 de abril de 1525 La rebelión estuvo protagonizada tanto por el campesinado como por artesanos descontentos en ciudades pequeñas de muchas regiones de Alemania. En efecto, en Alemania central estas ciudades jugaron un papel importante¡ el siguiente documento explica las ideas y tipifica las quejasformuladaspor estas ciudades. Münnerstadt era una ciudad sujeta al ca-gobierno de Wilhelm van Henneberg y del arzobispo de Würzburg. Su llamada a la igualdad de los sexos en la educación fue prácticamente única en su tiempo. En aras a la brevedad, sólo reproducimos algunos de los diecinueve artículos planteados. 1 A partir de ahora el puesto de predicador de la Palabra de Dios va a ser determinado por elección de la comunidad cristiana y de la asamblea de Münnerstadt, quienes tienen poderes para elegir y despachar predicadores y pastores con tanta frecuencia como sea necesario. 2 En adelante no se permitirá ni se tolerará la actividad de los curas y de los monjes, tal como ha sido hasta ahora practicada, sino que se ele-
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girán dos hombres eminentes, rectos y sabios para que prediquen de acuerdo con las enseñanzas de san Pablo, y para que proclamen la palabra de Dios. Estos dos hombres cumplirán con su trabajo de manera honrada y diligente. Serán llamados Levitas (diáconos), mantendrán y cuidarán de la escuela pública, en la que se instruirá a los hijos de todos los ciudadanos de manera gratuita... y les instruirán diligentemente en los Evangelios, de manera que cada niño esté convenientemente preparado para el comercio o cualquier otro oficio, de acuerdo con sus habilidades, y así podamos tener en ellos predicadores y defensores de la Palabra de Dios, que sean entendidos en los Evangelios. 3 Si tales predicadores y profesores decidieran casarse, sus mujeres, que deberán mantener una conducta recta, honorable y cristiana, pueden dedicarse a enseñar a las niñas que se les envíen e instruirlas a su vez en la Escritura, de forma que tanto el sexo masculino como el femenino, creados iguales por Dios, puedan conocer mejor la ley y la fe. Scott y Scribner, pág. 177.
4.6. Opinión de Felipe Melanchthón sobre los Doce Artículos
Como resultado de las negociaciones con los campesinos rebeldes en mayo de 1525, el elector del Palatinado pidió la opinión del jefe de los predicadores de Wurttemberg, johannes Brenz, y de Felipe Melanchthón en Wittenberg. Melanchthón redactó su respuesta durante la segunda mitad de mayo y primera semana de junio, y se imprimió en agosto o septiembre de 1525. Aunque en términos generales Melanchthón coincidía con Lutero en la condena de la rebelión, su tono era más moderado que el del reformador. De nuevo, en aras a la brevedad, hemos reproducido aquí sólo algunos de los artículos clave de Melanchthón. Ya que los campesinos han invocado el sagrado Evangelio y lo han usado como excusa en su actitud, es preciso saber qué es lo que el sagrado Evangelio exige de nosotros y qué es lo que no ... Ahora proclaman que desean instruirse, siendo justo que se les presente el Evangelio y una correcta enseñanza cristiana, porque no hay duda de que en las bandas de campesinos hay muchos que pecan sin saberlo, siendo de esperar que si se les instruye correctamente sean capaces de refrenar estos actos criminales y de tener en cuenta el juicio de Dios, así como a sus almas y a sus pobres mujeres y niños.
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Sobre el diezmo. El diezmo no está justificado en virtud del Antiguo Testamento, por lo que estamos ligados a él sólo en virtud de las leyes seculares y gubernamentales referentes a la distribución de la propiedad. Pero como dice Pablo en Romanos 13,7 "dad a cada cual lo que se debe: a quien impuestos, impuestos..." Pero vosotros decís: los señores no lo utilizan correctamente, los monjes y los sacerdotes lo disfrutan y no hacen nada por ganárselo. La respuesta es: ¿qué tiene eso que ver con vosotros? No debéis ser rebeldes con las autoridades; cualquier cosa que se os imponga deberéis rendirla a quien se haya designado para recibirla hasta que las autoridades decidan otra cosa. Así actuaréis correctamente, pues tomar algo de alguien por la fuerza constituye un acto criminal.
4.7. Zurich, el Evangelio y el diezmo
Los campesinos de Zurich también se vieron envueltos en disturbios en 1524-25, en especial a causa de los diezmos. El siguiente informe ha sido extraído de La crónica de la Reforma, de johannes Stumpf, escrita en 1530. Stumpf era un predicador zwingliano, muy activo desde 1522, especialmente en las tierras altas de Zurich, por lo que fue testigo de la mayoría de los hechos que descn·be. También tuvo acceso a los archivos de la ciudad, de donde copió muchos de los documentos incorporados a su crónica.
Conclusión. El campesinado está muy equivocado y actúa contra Dios al rebelarse y utilizar la violencia contra las autoridades, porque aunque los artículos fuesen correctos, Dios siempre pide obediencia a los gobernantes; como dice Pablo en Romanos 13, 2, aquel que se resista a la autoridad será castigado.
El consejo de la ciudad emitió un mandato el 14 de agosto de 1525, estableciendo que: "desde que hemos oído, visto y sentido que hay algunos que, por egoísmo, persisten en su desobediencia, de la que se puede derivar gran perjuicio para nosotros y para todos vosotros a los ojos de Dios, hemos nombrado, con nuestros compañeros confederados, y otros vecinos de nuestras fronteras que perciben diezmos en nuestros territorios, a algunos consejeros y expertos en la Biblia para que lean y estudien con especial cuidado y diligencia la sagrada Escritura. Y no hemos podido hallar en ninguna parte de la Palabra divina ... que nadie esté obligado dar ni rehusar el diezmo. Pero no es conveniente para nosotros, ni para ningún otro juez, rehusar a ningún detentor, eclesiástico o laico, los diezmos que le han sido rendidos y que ha recibido pacíficamente durante cientos de años de acuerdo con la tradición, y arrebatarles por tanto sus propiedades".
En segundo lugar... los campesinos actúan de manera no cristiana al esconderse tras el nombre del Evangelio, y el demonio les ha incitado a ello con el único propósito de insultar y difamar el sagrado Evangelio, generando una ilusión sobre la fe.
El consejo ordenó entonces que los diezmos mayores y menores se pagasen como antes, aunque prometió hacer algunas concesiones sobre los diezmos menores. También se prometió restaurar el correcto uso del diezmo de acuerdo con lo establecido por la Palabra de Dios.
Tercero, aunque todos los artículos fuesen justos, es injusto incitar a la rebelión, porque siempre hay que ceder ante la autoridad. Ahora bien, la mayoría de los artículos son injustos, por lo que es una lástima que la gente cegada ponga en peligro a sus mujeres y sus niños, a sus propios cuerpos y sus almas, por razones tan insignificantes.
Los campesinos no quedaron contentos del todo con esta explicación ni estaban verdaderamente de acuerdo con ella. [Antes] habían prometido entregar sus vidas y sus bienes por la Palabra de Dios, [creyenclo que] la libertad evangélica les traería ventajas. Muchos llevaron el diezmo [de vuelta] a sus granjas y después se les castigó por ello. Entonces echaron la culpa a los predicadores, ya que se decía que algunos de ellos habían proclamado que el diezmo no estaba establecido en el Nuevo Testamento. [Los predicadores dicen ahora en cambio] que desde que se nos transmitieron las antiguas tradiciones, usos y costumbres, ningún cristiano había rehusado pagar el diezmo, sino que daba hasta la capa y el abrigo. Pero esta propuesta ofendió a los campesinos, que se retiraron con odio hacia los predicadores, cuando antes habrían dado su brazo derecho para defender el Evangelio.
Sobre el vasallaje. También es un acto criminal y violento que no quieran ser siervos. Pero ellos esgrimen la Escritura, diciendo que Cristo nos hizo libres, aunque hablara de libertad espiritual, principalmente del hecho de que nuestros pecados nos son perdonados a través de Cristo... la libertad cristiana reside en el corazón y no puede observarse con los ojos. Exteriormente el cristiano soporta con alegría las leyes civiles y seculares y las utiliza como bebida y alimento, sea siervo o súbdito, noble o gobernante.
Cuarto, pido ante todo a los príncipes que entablen debates amistosos y que sean generosos en aquello que pueda ser justamente concedido... Cuando Dios [les] haya otorgado la victoria y las hordas asesinas que no quieren la paz sean castigadas, los príncipes deben mostrar moderación, de manera que no cometan injusticia con el inocente. A. Laube y H. W. Seifert (editores), Flugschriften der Bauernkriegs-
zeit, Berlín, 1975, págs. 223-41.
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Scott y Scribner, págs. 111-13.
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4.8. La justificación de la rebelión
El panfleto anónimo dirigido A la asamblea del campesinado, escrito probablemente hacia finales de abril o princípios de mayo de 1525 en la Alta Suabia, circuló impreso al poco tiempo. Basándose en textos clásicos y bíblicos, proporcionaba argumentos consistentes para justificar la rebelión de los súbditos contra los señores injustos. Su autor hace hincapié en el gobierno comunitario y en la necesidad de que los gobernantes actúen según los intereses del amorfraterno, pero no apoya la rebelión de modo caprichoso. Esto lo sitúa próximo a las ideas de Zwinglio en lo que se refiere a la ética gubernamental y social. Queridos hermanos en Cristo, sabéis que el Señor dice "dad al César lo que es del César" [san Mateo 22, 21); Y por ello Él pagó su tributo al César [san Mateo 17, 24-27.. .1. Nosotros estamos igualmente obligados... a obedecer a nuestros gobernantes... Pero con toda seguridad [los tiranos) dan distinto significado [a los textos sobre la obediencia), puesto que amplían demasiado el alcance de la obediencia, haciendo de ella un ídolo... Mucho se han ocupado de proclamar a bombo y platillo su autoridad basándose en los mencionados pasajes de las Escrituras, pero Dios no los ha iluminado con Su gracia de manera que puedan reconocer cuál es la verdadera autoridad. Aún así, esto sería tolerable si no hubiesen convertido la autoridad en una especie de frenesí desenfrenado... De hecho, [ésta fue) causa y origen de la Confederación Suiza, que expulsó del poder a los nobles tiránicos y otros gobernantes, que sin piedad y contrarios a la justicia forzaron y coaccionaron al pueblo día a día con su rapiña tirana y anticristiana, enraizada en su propio orgullo, en su actividad y en su poder de criminales. Por ello tuvieron que ser extirpados y abolidos por medio de muchas guerras, derramamiento de sangre y uso de la espada, como lo cuentan las crónicas suizas y otras muchas historias igualmente verídicas. Si una comunidad puede destituir a sus autoridades, ¡ahora es el momento! ¡Confiad en Dios! La verdad debe salir a la luz. ¡Las campanas van a repicar! Todos aquellos señores que, por el deseo de sus corazones y de sus mentes diabólicas y testarudas, egoístamente se atribuyen -no diré saquean- impuestos, aranceles y gravámenes y todo aquello que podría servir al tesoro público para la protección y el mantenimiento del común territorio; todos ellos son los verdaderos ladrones y enemigos declarados de su país. Lo que dice la ley de Dios es lo siguiente: Josué 1, 7, ordena que ningún señor tenga el poder para actuar de acuerdo con su voluntad, sino
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para seguir la ley de Dios, que es lo que le complace, y de otra manera será depuesto. La segunda [referencia) a la Ley nos ha llegado a través de san Pablo, en Corintios JI, la, 8, donde está escrito que el poder se concede para la edificación, no para la destrucción. Lo que san Pablo dice con ello no es otra cosa sino que los gobernantes perniciosos no se deben tolerar. El tercer jurista divino, san Lucas, escribe sobre la higuera estéril [Lucas 13, 6-9), que debe ser cortada para que no agote la tierra a su alrededor... De ello se deduce, y no cabe interpretarlo de otro modo, que cuando un país entero ha sufrido durante mucho tiempo la arbitrariedad y ruina de su señor, se espera que muestre alguna señal de mejoría. Si no lo hace, la gente debe armarse con la espada (san Lucas 17, 1) Y decir "ya no tenemos obligaciones hacia este siervo desleal, ese señor malvado". Esto está escrito en san Lucas 12, 41-48... ¿Acaso estos pasajes divinos no muestran claramente el camino a seguir frente a la autoridad que no respeta la Ley, autoridad que no debe tolerarse, sino que se debe deponer sin miedo? Puede haber cristianos de boquilla que digan: "los Evangelios no tienen nada que ver con la espada secular". Pero sus corazones son falsos y condenables, cuando se jactan de sólo ser siervos de Dios en virtud de Romanos 13. Los súbditos nunca se han rebelado contra un gobernante cristiano que haya gobernado siguiendo el bien. La rebelión siempre se ha producido contra los tiranos manirrotos e impíos. Las Escrituras abundan en testimonios de ello, especialmente Moisés. A pesar de que podía haber sido rey de Egipto, se apiadó de la pobre gente sometida a la tiranía del Faraón, alzó a un Pobre Conrado contra él [alusión a la revuelta campesina de Württemberg en 1514) y repudió su dignidad real. Y en qué indescriptible miedo, miseria y necesidad se colocó a sí mismo poniéndose al lado de la pobre gente, hasta que la redimió de los tiranos [Éxodo 3, 7-121. Ellos gritan, maldicen e injurian con maldad la rebelión, queriendo acabar con ella, y nunca piensan en el origen del disturbio, que se halla en ellos mismos yen su actuar impío. Enorgullécete de tu Bundscbub. Aunque los señores hablen de ello horas y horas, alegando sus antiguas tradiciones, y presentando su caso con suavidad, no te dejes convencer... Cuando uno ha actuado injustamente durante cientos de años, no se puede arreglar en una sola hora. Scott y Scribner, págs. 269-76.
4.9. Intervención y reacción de Lutero ante la rebelión
En abril de 1525, Lutero, por su propia iniciativa, emprendió un recorrido por el valle de Manifeld y Turingia, predicando al
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campesinado rebelde, con la clara esperanza de apaciguar la revuelta. No fue bien acogido y su predicación no tuvo efecto alguno. Parecía, sin embargo, haberfijado en su mente la idea de que los campesinos eran todos unos tunantes violentos, unos criminales sin piedad. Al terminar su viaje escribió esta carta, que iba dirigida a uno de sus parientes, en la que manifiesta sus sentimientos ante la hostil acogida que se le dispensó. 4.9.(a) De Lutero a}ohann Rühel, consejero del condado de Mansfeld, 4 de mayo de 1525 Honrado y querido doctor y pariente. Durante este viaje he reflexionado constantemente sobre las noticias [de la rebelión] que me contasteis antes de partir; por ello os escribo ahora sobre el tema. Para empezar, os exhorto para que no influyáis sobre mi gracioso señor, e! conde Albrecht, para que actúe con moderación en este asunto... La Palabra de Dios no miente; yen Romanos 13, 4, está escrito "no en vano él lleva espada", etc. .. Mientras haya vida en él, su Alteza deberá usar su espada para castigar a los villanos ... Por ello su Alteza puede tener la conciencia bien tranquila y seguir cumpliendo hasta su muerte con las obligaciones propias de su posición, actuando en nombre de la Palabra de Dios. Si hubiese miles de campesinos más, también serían ladrones y asesinos, que cogen la espada sin otro motivo que su propia maldad e insolencia, y que sólo pretenden acabar con los soberanos y señores, para con ello destruirlo todo y establecer en este mundo un nuevo orden. Pero en verdad que no poseen ni el mandato de Dios, ni tampoco la autoridad, ni e! derecho mientras que sí que los poseen los señores. Es más, los campesinos son impíos, y cometen perjurio contra sus señores. Pero por encima de todo están utilizando la autoridad de la Palabra divina y del Evangelio para justificar sus pecados, y con lo que deshonran y calumnian e! nombre de Dios. Cuando los campesinos dicen que ellos no hacen ningún daño ni dañan a nadie, en verdad que es burla de! demonio. ¿Acaso no están haciendo daño cuando expulsan y matan a sus señores? Y si no quieren hacerle daño a nadie, ¿por qué se reúnen en hordas e insisten en que accedamos a sus peticiones? Se reúnen para hacer daño y para tomarlo todo -éste mismo camino emplearía e! demonio para hacer e! bien y no dañar a nadie, si le dejáramos hacer-o La única razón para levantarse contra sus señores es la pura insolencia. ¿Por qué no mejoran lo que está mal [en e! sistema]? Mirad a los S. [los suizos]. También ellos empezaron de este modo, y ahora
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todo es peor que jamás fue. Entre ellos no hay disciplina ni obediencia, y no son más que unos mercenarios. En cuanto a mí (contra quien también se dirige todo esto, pues el demonio desea verme muerto) estoy bien enterado de que el diablo está colérico, pues hasta ahora no ha sido capaz de llevar nada a cabo ni con engaños ni tampoco con la fuerza. Por eso está dispuesto a deshacerse de mí, aún cuando tenga que intentar lo peor y confundir al mundo entero. Casi estoy convencido de que e! diablo está introduciendo tanto desorden en el mundo sólo por mi causa... Si llego a casa, me prepararé para la muerte con la ayuda de Dios, y esperaré tranquilo a mis nuevos señores, esos asesinos y los ladrones, que me dirán que no quieren hacer daño a nadie. WA Briefwechsel, tomo 4, págs. 479-82.
4.9.(b) De Lutero a Nicolaus von Amsdorf, 30 de mayo de 1525
Nicolaus van Amsdorffue uno de los discípulos más admirables de Lutero. Escribió a su maestro desde Magdeburgo, expresando su pesar por las consecuencias negativas que había tenido su pan.fleto contra los campesinos, especialmente por las hostiles reacciones de algunos predicadores urbanos. Pero Lutero vuelve a interpretar los hechos como un nuevo ataque del demonio contra él. ¡Gracia y paz! Me informas, [querido) Amsdorf, de que me acusan de adular servilmente a los príncipes. En estos últimos años Satán me ha concedido tal título de honor. Pero no me lamentaré frente a tales sabihondos, que juzgándome sólo muestran su espíritu sedicioso y sediento de sangre. Alégrate tú también, porque Satán es indigno y en seguida blasfema cuando lo toco. ¿Para qué, si no, se levantan esas voces, que no son otras que las de Satán, a través de las cuáJes intenta difamar al Evangelio y difamarme a mí? Realmente, creo preferible que se de muerte a todos los campesinos a que se acabe con los príncipes y magistrados, porque los campesinos se sevantan en armas sin ningún mandato divino. ¿Qué iniquidad podrá resultar de ello sino la total destrucción del reino de Dios y del mundo? Incluso aunque los príncipes a veces se exceden, ellos al menos utilizan la espada por mandato de Dios. Bajo su gobierno los dos reinos pueden coexistir. Y sin embargo los campesinos no son merecedores de piedad ni paciencia, sino sólo de la ira y la indignación de Dios y de los hombres. Porque no se arrepintieron cuando fueron advertidos, ni tampoco se rindieron cuando se les ofreció el perdón en los términos más justos, sino que conti-
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nuaron confundiéndolo todo con su rabia satánica, como hicieron en Turingia y en Franconia. Excusarlos, apiadarse de ellos, o favorecerlos sería blasfemar y renegar de Dios, y querer finalmente expulsarlo del cielo. Cuenta esto a aquellos predicadores que hayan intentado u osado [defender a los campesinos], pues por mi parte nunca lo consentiré. Es más, maldeciré de sus esfuerzos en el nombre de Dios. Después e! Señor juzgará qué espíritu, si el de ellos o e! mío, procede del diablo. En verdad que siento haber concedido e! oficio [de la predicación] de la Palabra y su reputación a tales gentes blasfemas. Que Dios los instruya y los convierta o que los aniquile. Amén. Adiós. WA
Briefwechsel, tomo 4, págs. 517-18.
4.10. Consecuencias de la postura de Lutero
Las sorprendentes reacciones que provocó la denuncia de Lutero contra la actitud de los campesinos, incluso entre sus más cercanos seguidores, queda reflejada en esta carta de un destacado luterano, Hermann Múhlpfort, alcalde de Zwickau, una de las primeras ciudades en adoptar la reforma religiosa. Lutero había dedicado a Mühlpfort su panfleto Sobre la libertad cristiana de 1520. Las opiniones de Múhlpjort aparecen teñidas por la típica hostilidad de los habitantes de la ciudad hacia la nobleza, al mismo tiempo que ignora elpapel que algunas ciudades, como la de Zwickau, jugaron en elorigen de los conflictos campesinos. Hermann Müblpjort a Stepban Rotb de Wittenberg, 4 de junio de 1525 El doctor Martín ha caído en desgracia ante el pueblo, tanto entre la gente analfabeta como entre los letrados. Se piensa que sus escritos son muy inconsecuentes. Personalmente, me siento motivado a la hora de escribiros, porque el pastor [Nikolaus Hausmann] y los predicadores están desconcertados y asombrados por los panfletos que se han publicado recientemente, pues unos contradicen a los otros. Primero, [en su Amonestación para la Paz: una respuesta a los Doce Artículos de los campesinos de Suabia], e! doctor Martín tiene razón cuando, dirigiéndose a ambas partes, alerta sobre el peligro de que tanto los príncipes como los campesinos están comprometiendo la salvación de sus almas; inspirado por Dios ha hecho una acertadísima propuesta sobre cómo podría mediarse en e! asunto, y no creo que se pueda encontrar fórmula mejor. Pero después, en un segundo escrito, [Una sorprendente bistoria
y eljuicio de Dios sobre Tbomas Müntzen, redactado tras recibir una carta de
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Thomas Müntzer, que tan lamentablemente ha engañado a la gente humilde, [Lutero], en vez de ser la voz de los pobres y sin tener en cuenta sus necesidades, incitó en su rápida aniquilación. En un tercer escrito [Contra las bordas de campesinos ladrones y asesinos], que yo no considero teológico, apela a las matanzas de campesinos públicas y privadas: En este punto yo no estoy de acuerdo. No creo que hubiera una necesidad tan apremiante para publicar un escrito tan temerario. Ya habían muerto bastantes campesinos, así como burgueses, mujeres y niños; y no sólo se mataba a los pobres, sino que se arrancaban sus humildes posesiones de las manos inocentes de sus mujeres e hijos y se quemaban. ¡Y Dios sabe que tales caballeros se consideraban a su vez buenos hijos de Dios! Deberíamos tener mayor piedad con los pobres y con el pueblo sencillo, engañado por Tomás y los demás. [Lutero] Debería haber reaccionado con más calma al recibir la Carta de Tomás Müntzer. Martín tiene razón cuando escribe que hay que sofocar la revuelta y que las autoridades seculares deben aplicar un castigo, cosa que ya han hecho sin consulta previa; pero en este caso [Lutero] en contra de lo que había hecho en su escrito anterior toma un partido demasiado claro a favor de uno de los bandos -hasta decir que habría que estrangular a los pobres-. No puedo comprenderlo. Sé lo que está ocurriendo en las ciudades y los pueblos, aquello por lo que uno debe clamar al Dios del cie!o... Pero ahora se dice que la solución de Martín es la mejor: que los campesinos deben sufrir aún más, mientras que la nobleza [recibe] la parte del león y es aún más estricta... Mirad con qué violencia los nobles, espada en mano, ahogan al pueblo con cargas y [derraman] la sangre de los pobres, que, debido a su pobreza, son incapaces de evitar e! hambre. Pero [los nobles] se escudan en las palabras de Martín, que les garantiza la salvación eterna. Si mi gracioso señor [e! elector de Sajonia] y otros príncipes hubiesen publicado un edicto para prevenir la necesidad de los campesinos, y éstos no se hubiesen desbandado, no sentiría por ellos tantísima piedad; pero esto es algo que no ha sucedido. Querido hermano en Cristo, ¿quién será capaz ahora de hablar sobre la necesidad de los campesinos en pueblos y ciudades? ¿Quién tendrá fuerza de espíritu suficiente para no echarse atrás? El que hable será acusado de rebelde, y todos callaremos por miedo a los tiranos; por miedo se dirá que se habla en contra de la autoridad. Sé que en algunos lugares se han aumentado las cargas que pesaban sobre la pobre gente, y [los nobles] les dicen sin más: "Me debes esto; si no me lo das, te estás oponiendo abiertamente a mí, que soy tu señor y tengo autoridad soberana sobre ti". Se dice que las quejas se tienen que exponer ante los príncipes, pero no conozco a nadie que haya sido un juez justo... Sé de casos cuyas quejas fueron presentadas cuarenta años atrás; ¿y qué se ha conseguido sino problemas, trabajos, preocupaciones y nuevos impuestos? Las ovejas de Cristo deben su-
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":,.I.~ l'II'Jl~ln()S de Dios. Pero a los pobres les falta edutienen predicadores que también son pobres.
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Scott y Scribner, págs. 322-324.
4.11. Edicto de los margraves Casimiro y Jorge de Brandemburgo sobre la predicación del Evangelio, 30 de agosto de 1525 El edicto refleja lo que se convirtió rápidamente en la interpretación luterana de la rebelión: que los falsos predicadores, cuyo jefe era Tomás Müntzer, habían confundido a los campesinos. La respuesta de los prínCipes fue subrayar la obligación que tenían sus súbditos de obedecerles incondicionalmente y asegurarse un mayor control sobre la predicación para evitar que predicadores inadecuados pudieran provocar nuevos problemas. Su respuesta refleja la preocupación por la forma en que el pueblo pudiera interpretar las nuevas doctrinas sobre la "libertad cristiana n.
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Además ha habido muchos malentendidos sobre lo que se predicó inicialmente durante algún tiempo, (principalmente] que la sola fe en Dios yen Jesucristo era suficiente para alcanzar la salvación eterna, lo cual es cierto cuando se da una fe correcta y viva en las profundidades del corazón. Pero muchos hombres rudos y simples han pensado y han dicho que si la sola fe es suficiente, entonces no hay necesidad de realizar buenas obras, como si una fe recta, verdadera y amorosa de Dios nuestro Señor pudiese existir sin buenas obras. Por ello, por la presente, se ordena a todos los predicadores de las tierras de mis graciosos señores que cuando prediquen que sólo la fe es bastante para obtener la salvación, expliquen siempre que no se refieren a una fe falsa, mala y muerta (como creen los rudos y los simples), sino a una fe verdadera, viva, caritativa y amorosa, que debe, necesariamente, acompañarse de obras rectas y buenas (tal como Dios ha ordenado) tanto ante Dios como para el prójimo... pero algunos predicadores inexpertos no lo explican con sufiCiente claridad, de donde deducen su error los hombres sencillos, como si los cristianos no estuviésemos obligados a asumir nuestras obligaciones temporales hacia nuestras autoridades, sino que la ley divina nos librara ele ellas. Por la presente se ordena con urgencia a todos los predicadores de las tierras de mis graciosos señores que cuando en el futuro prediquen sobre la libeltad cristiana expliquen e indiquen al pueblo en buen alemán lo que significa la verdadera libertad cristiana ... y cómo la libenad cristiana radica en el espíritu pero no en la carne.
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Portada de los Doce Artículos (1525). El grabado muestra una típica reuJÚón de campesinos, quizá en el interior de una posada o de una casa particular, para discutir sus problemas y cómo actuar frente a ello.
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Las recientes revueltas y disturbios tienen como causa principal ;1 predicadores poco instruidos y recomendables... Los señores Casimiro y Jor.. ge, margraves de Brandemburgo, ordenan... que todos estos predicadores sean expulsados de sus tierras ... Cuando se descubra a uno o varios de ellos que hayan predicado públicamente... la rebelión contra el Evangelio... serú arrestado y castigado de inmediato o expulsado de las tierras sin tardanza ni piedad.
Partiendo de lo escrito con claridad y autoridad en las divinas y sagradas Escrituras, se muestra suficientemente que la libertad cristiana no consiste en la
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bertad no cristiana de la carne, siendo así llevados a perder sus almas, sus cuerpos y sus vidas, su honor y sus bienes, como desgraciadamente en es ta rebelión ha ocurrido muchas veces,
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y aunque algunos predicadores basándose en las Escrituras digan que, en justicia, algunas personas ociosas no deberían recibir tributos de la comunidad (como se ha dicho y escrito con frecuencia hasta ahora), no hay que entender por ello que la gente pueda resistirse directamente y por la fuerza a dar o realizar estos mismos impuestos temporales, con pretexto de lo cual puede surgir la revuelta, porque en cada caso se debe añadir: aunque tradicionalmente, una autoridad secular, u otra correspondiente haya impuesto alguna carga de manera injusta, los súbditos no se pueden oponer a ello por ningún acto de rebelión o de violencia, sino sólo encomendarse al juicio de Dios, ya que todo verdadero cristiano debe soportar las injusticias, pero no cometerlas por su parte,
Scott y Scribner, págs. 330-31.
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;mít~a\:ffrll'be ... fr(~bJít Ot(ífar + Panfleto condenando la postura de Lutero en la Guerra de los Campesinos. La condena de Lutero a los campesinos jugó en favor de sus oponentes
católicos, como en este caso, en el que el franciscano Johannes Findling recopiló cincuenta y cinco "expresiones de estupefacción" ante el comportamiento de Lutero en esa época.
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DOS CONTROVERSIAS DE LA REFORMA
1: El problema de las imágenes
Las imágenes religiosas se convirtieron rápidamente en el tema central de los movimientos riformistas, en parte porque estaban estrechamente asociadas al culto de los santos, así como a las pere grinaciones y lugares milagrosos, pero también debido a su papel cen tral en la liturgia católica. Las imágenes estaban vinculadas a mu chas creencias populares, que Zwinglio y otros reformadores tacha ban de supersticiosas e idólatras, considerando que las imágenes provocaban en la gente devota y sencilla sentimientos más mundanos que espirituales. Sin embargo, los reformadores también hicieron otras críti cas, como la de que los ricos, gracias a sus obras, tenían más oportu nidades que los pobres de alcanzar la salvación, o la de que se de rrochara el dinero de la comunidad en objetos materiales en vez de utilizarlo en las "imágenes vivas de Cristo", es decir, en los pobres.
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El problema de qué hacer con las imágenes religiosas se con virtió rápidamente en uno de los principales motivos de discordia en tre los reformadores. La escisión principal surgió entre los luteranos conseroadores y los pensadores evangélicos más radicales, como ZWinglio, Carlstadt o los anabaptistas. El tema de las imágenes no constituyó tan sólo un mero desacuerdo teológico, sino también un debate sobre cómo se podía alcanzar el conocimiento de lo divino. Al gunos, como Lutero, subrayaban el valor educativo de las imágenes y la imposibilidad de concebir la salvación sin ellas. En cambio, otros, como Zwinglio o Carlstadt, desconfiaban de las emociones humanas y subrayaban la necesidad religiosa de cultivar el espíritu. El tema de
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las imágenes planteará además problemas prácticos. Con frecuencia, los creyentes evangélicos, por exceso de celo e impaciencia respecto a las autoridades temporales, se tomaron la ley por su mano y acome tieron la destrucción de las imágenes. Para algunos, bastaba con re tirarlas de las iglesias, pero para otros destruirlas se convirlió en una acción simbólica, en una forma de liberación de la vieja fe. Incluso para algunos reformados la destrucción de imágenes llegaría a ser una forma de probar eficazmente si poseían aquelpoder sagrado que la creencia popular les atribuía.
5.1. La opinión pre-reforntista sobre las imágenes
No es posible comprender la reacción de los reformadores ante las imágenes sin hacer referencia a las ideas tardo-medievales sobre el papel de dichas imágenes en las creencias propias de la pie dad popular, según podemos ver en estos textos:
('lata y oro? ¿Y por qué los hemos adornado con coronas de oro y con pie dras preciosas? [El papa] Gregorio dice: los laicos deben utilizar las imágenes en los libros. Decidme, estimado Gregario, o sino que alguien me diga: ¿qué pueden aprender los laicos de las imágenes? Pues debéis admitir que de ellas sólo se aprenden la vida y el sufrimiento carnales, que no llevan a nada más allá de la carne y que no pueden aportarnos nada más. Por ejemplo: de la imagen de Cristo crucificado no se aprende nada más que el sufrimiento car nal experimentado por Cristo, cómo Cristo inclinó la cabeza, y cosas seme jantes... Las imágenes son mudas y sordas, no pueden ni ver ni oír, ni ense ñar ni aprender, y no significan más que mera carne, cosa que no es útil; de lo que se deduce que las imágenes no son útiles ... No es cierto que las imá genes sean como los libros para la gente corriente, porque la gente nunca puede aprender la salvación en ellas. Carlstadt, Von Abtuung der Bilder, 1521.
5.3. Lutero habla de las imágenes, 1525 Las imágenes tienen tres razones de ser. La primera se debe a los analfabetos, para que puedan leer en las paredes lo que no pueden leer en las Escrituras. La segunda razón es la apatía propia de las emociones huma nas, incapaces de superar por otros medios su pereza hacia la devoción, mientras que viendo imágenes pueden despertarla. La tercera razón es el ol vido, de tal manera que cuando olvidamos lo que hemos oído, nuevamen te podemos recordarlo al verlo.
Preceptorium deutsch (1452).
Si he criticado la destrucción de imágenes es porque antes [de destruirlas] hay que arrancarlas del corazón de los hombres a través de la Pa labra de Dios, despreciándolas y rechazándolas, como ya ocurrió antes de que el doctor Carlstadt hablase de iconoclastia. Porque una vez que las imá genes se retiran del corazón, no dañan a los ojos. Pero el doctor Carlstadt, que no se preocupa del corazón, lo ha entendido al revés, las ha arrancado de los ojos y las ha dejado estar en los corazones.
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5.2. Carlstadt, Sobre la abolición de los ídolos, 1522 No está bien guardar imágenes en la casa de Dios, siendo muy contrario al primer mandamiento, cuando dice: "no tendrás dioses extraños". Las casas de Dios son casas en las que sólo Él es honrado e invocado. Como nos dice Cristo, "mi casa es una casa de oración, pero tú la has con vertido en refugio de asesinos". Las engañosas imágenes matan a todo aquel que las alaba y les reza ... No se puede negar que hayamos colocado con amor en las iglesias, a los llamados santos, porque si lo hubiésemos hecho sin amor, no los habríamos colocado allí donde sólo Dios debe residir y go bernar... ¿Acaso no hemos mostrado a tales santos el mismo honor que mos tramos y rendimos hacia los grandes señores? ¿Por qué los hemos vestido de damasco y terciopelo, por qué los hemos pintado y coloreado, y vestido de
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Estos iconoclastas cometen otro error, y es que actúan desorde nadamente, sin tener el respaldo de las autoridades seculares. Su profeta se pone de pie, chilla e incita a las masas: "¡destrozad, arrancad, machacad, pulverizad, romped, cercenad, pisotead, echad abajo, golpead a los ídolos en la boca! ¡Cuando veáis un crucifijo escupidle a la cara!" Ésta es la forma que tiene carlstadt de suprimir a los ídolos: hacer de la multitud algo salva je y loco, acostumbrándola secretamente a la rebelión; así se lanzan a la ta rea, pensando que son los más santos, y se vuelven tan orgullosos e impe tuosos que son intolerables... Por esta misma razón podemos leer en el An tiguo Testamento que cuando se abolieron ídolos o imágenes, no lo hizo el pueblo, sino la autoridad. Ahora, hablando de las imágenes evangélicas, digo y mantengo que nadie está forzado a enfurecerse contra la imagen de Dios amenazán dola con los puños, sino que todo esto es gratuito... Hay que destruir las imágenes con la Palabra de Dios, pero no a la manera de Carlstadt por me
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dio de la ley, sino con el Evangelio, que instruye e ilumina la conciencia [y hace ver] que es idolatría rezar a las imágenes o confiar en ellas, porque sólo debemos confiarnos en Cristo. Por ello es bueno y loable que se destruyan y derriben imágenes en Eyche, Grimmental, Birnbaum o en otros lugares a los que se peregrina a causa de ellas (las cuales son ciertamente idólatras, como casa del demo nio); pero decir que los que no las destruyen cometen un pecado es ir de masiado lejos y enseñar demasiado a los cristianos. También he visto y oído que los iconoclastas leen la traducción de mi Biblia alemana, y por ello sé que tienen este libro y también que lo leen, según puedo decir por sus propias palabras. Pues bien, en ese libro hay bastantes imágenes -imágenes de Dios y de los ángeles, de los hombres y de los animales-, en especial en el Libro de la Revelación de San]uan, así como en los libros de Moisés y]osué. Por ello les pedimos ahora amistosa mente que nos dejen hacer lo que ellos mismos hacen, que también poda mos pintar imágenes en los muros en nombre del recuerdo y mejor com prensión, porque en ellos las imágenes hacen tan poco daño como en los libros. Mejor será pintar en las paredes cómo creó Dios el mundo, cómo Noé construyó el arca e historias semejantes, que pintar una escena vergonzante y secular. Dios quiera que consiga convencer a los ricos y a los príncipes para que pinten la Biblia entera en sus paredes, en el interior y en el exte rior a los ojos de todos; eso sería una obra cristiana. WA, tomo 18, págs. 67,71-5,80.
5.4. Zwinglio y las imágenes, 1525
Zwinglio escribió su más extensa declaración sobre las imá genes el27 de abril de 1525, en respuesta al antiguo jefe territorial de Uri, Valentín Compar, quien había redactado cierto número de ar tículos y objeciones respecto a las nuevas creencias, habiéndolos leído ante la asamblea cantonal. Conocemos estos artículos sólo por la res puesta presentada por Zwinglio. Ahora bien, el primer mandamiento dice: "No harás, ni esculpirás, ni grabarás imágenes". En este punto, como bien habéis dicho, querido Va lentín, salen al paso algunos eruditos, y dicen que esta prohibición es una cuestión externa o una trivialidad ceremonial, y que nosotros, los cristianos, podemos tener imágenes, porque el mandamiento sólo prohíbe reproducir imágenes de Dios... Pero se puede entender que [este mandamiento] no
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sólo prohíbe la reproducción del padre celestial, que alguna persona atrevi da ha imaginado, sino de todos los dioses, que son todas esas cosas que eri gimos para consolarnos. Si todas las imágenes que representan dioses estu viesen prohibidas, entonces, sin ninguna duda, todas las imágenes de los que hemos elevado como si fueran dioses lo estarían también. Pero ¿qué es lo que erigimos como un dios? Aquello a lo que una persona da gran im portancia se convierte para él en un dios. Si se posee una imagen de este tipo, entonces se tiene una imagen de ese dios, cosa que es actuar contra el primer mandamiento de dos distintas maneras, primero porque es un falso dios, y segundo, porque de él se posee una imagen. Ahora, dejadme que os muestre cómo honramos de la manera más idólatra a los ídolos. Primero los elevamos hasta el altar, ante los ojos del mundo... Segundo, nos inclinamos y descubrimos la cabeza ante ellos. Tercero, los vestimos de lujo, con plata y con oro. Y lo hacemos con la es peranza de obtener algo a cambio, o bien porque buscamos en ello el ho nor, porque si no no tiraríamos el dinero. Si lo hacemos por la esperanza de obtener algo a cambio, es o bien porque esperamos sacar dinero de ello o bien porque esperamos que el ídolo que vestimos nos dé algo a su vez, ya sea en esta vida o en la otra. Y si se hace por dinero, es una simple super chería papal... Lo que deberíamos estar dando a la imagen indigente de Dios, que son los pobres, lo estamos dando así a la imagen del hombre; por que los ídolos son imágenes del hombre, pero los hombres son imagen de Dios. Si esperamos obtener de los ídolos recompensas eternas o temporales, es clara idolatría. Quinto, quemamos costoso incienso ante ellas [las imágenes], igual que hicieron los paganos... Sexto, igual que los paganos, les damos los nombres de aquellos a los que representan ... Decimos "Nuestra Señora de Pilasterbasch". Decidme, buen amigo, ¿quién es esa "Nuestra Señora"? ¿Aca so no es de madera, igual que "Nuestra Señora de Aquisgrán" o "Nuestra Se ñora de Altotting"? Si habláis con la Madre de Dios, no está en Pilasterbach, sino en los cielos. Pero me responderéis: "Con toda certeza, mientras no se veneren, las imágenes pueden tolerarse". Y yo os digo en verdad: No, las imágenes a las que se otorga demasiada veneración, igual que el becerro de oro, no pueden conservarse, porque han sido erigidas como burla hacia Dios y para disminuir el honor que se le debe. Hay quienes dicen: "Ésta es una imagen de gracia" [una imagen milagrosa], y llaman "sagrados" a los ídolos, besándolos y comportándose ante ellos de manera parecida. Y aquellos que dicen "Mi Señora del Wannen [cerca de Ülkion, en el lago Zurich] ayudadme", sólo dirigen sus palabras al ídolo que allí se levanta. En esto no hay diferencia entre los ídolos paganos y los nuestros ... Porque los paganos también erigían dioses que supuesta
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mente estaban en los cielos y podían hacer cosas. El diablo los poseyó, en gañó al ignorante y les habló a través de los ídolos, de la misma manera que nosotros decimos que nuestros ídolos nos hablan. "La imagen de Cristo enseña a la persona simple e ignorante y despierta en él o en ella una devoción que no podría alcanzar sin la imagen de Cristo". Escuchad mi respuesta, querido Valentín... ¿Puede uno llegar a co nocer al verdadero Señor y Dios Jesucristo a través de una imagen muda sin la enseñanza de la Palabra? ¿Por qué, entonces, no enviamos las imágenes a los infieles para que puedan aprender la fe de ellas?
que hay en ellas? ¿Y sobre las imágenes y retablos que tanto han ('llSI:It!ll! ... En todo ello, no veo rastro de devoción, y no puedo imaginar qm: nil1~lIl1 bien proceda de tales decoraciones. De verdad, cuando era joven... muchas veces tuve malos pensamientos mirando las imágenes de mujeres que había en el altar. Ninguna mujer pública se viste o adorna con tanta voluptuosidad o desvergüenza como se adorna hoy día a la Madre de Dios, a santa Bárba ra, a santa Catalina o a otras santas. Martín
Bucero, A dialogue: New Karsthans (1520).
Zwinglio, Siimtliche Werke, tomo 4, págs. 91-93, 107-09, 120.
5.6. Las imágenes y el debate sobre la liturgia 5.5. Imágenes y pensamientos impuros Ajuicio de los detractores, lafalta de decoro de los estilos ar tísticos de la época provocaba pensamientos impuros en quienes mi raban las imágenes.
5.5.(a) Aunque no existiese un mandamiento divino contra ellos, los ído los han provocado un abuso tan degenerado que no puede tolerarse. Aquí se alza una Magdalena tan impúdicamente pintada que incluso los sacerdo tes siempre han exclamado: ¿quién puede conservar la devoción y observar la moderación [ante ella]? Si, incluso la doncella pura e inmaculada que es la madre de Jesús tiene el pecho desnudo. Allí están un san Sebastián, un san Mauricio y el piadoso Juan Bautista, todos tan nobles, tan masculina y sensualmente [pintados] que las mujeres deben confesarse por ello. Y es una desgracia que se les adorne con plata u oro o con piedras preciosas, que de berían ser entregadas a los pobres. Por eso todos los constructores de ído los tendrán que explicar a Dios por qué han permitido que sus verdaderas imágenes [los pobres] pasen hambre y frío. Zwinglio, Siimtliche Werke, tomo 4, págs. 145-6
5.5.(b) ¿Qué decir ante las lujosas decoraciones de las iglesias, hechas a base de oro, plata, perlas y piedras preciosas? ¿Y sobre las valiosas pinturas
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El importante papel desempeñado por las imágenes en la li turgia originó debates entre los creyentes ortodoxos y aquellos que eran hostiles a ellas. Estos conflictos se mezclaban fácilmente con te mas relacionados con la autoridad y el poder de las comunidades pa rroquiales, como lo demuestra el siguiente incidente: El primero de febrero de 1533, Marx Ehem, pertiguero de San Mauricio [AusburgoJ, y dos de sus compañeros cerraron con llave la sacris tía, cogieron las llaves del sacristán, y [así] abolieron la misa matinal. Enton ces los Fugger nombraron, a su cargo, a un sacerdote para que oficiara to dos los días la misa matinal en el altar mayor, tal y como se venía haciendo tradicionalmente. Entonces Ehem prohibió al sacristán proveer o tener pre paradas las vestimentas y las velas para la misa matutina. Los Fugger lo acep taron y ellos mismos suministraron los ornamentos, un cáliz, velas, luces y un mantel para el altar y todo lo necesario para celebrar la misa matinal. Pe ro el Viernes Santo no se expuso la imagen de Nuestro Señor en el santo se pulcro, porque Marx Ehem lo había sellado... También cerró bajo llave to dos los pendones para las procesiones, los incensarios, las custodias, y la imagen de Nuestro Señor sentado sobre un Arcoiris [utilizada] para el día de la Ascensión, así como las imágenes de los ángeles y del Espíritu Santo. Entonces, para consuelo y paz de los cristianos viejos y verdade ros, cuando Antonius Fugger supo lo que la serpiente zwingliana, venenosa y atea de Marx Ehem había hecho, ordenó, en secreto y a su cargo, hacer una imagen de Cristo sobre el Arcoiris, acompañado de ángeles y del Espí ritu Santo. Pagó veinte coronas por ello, de manera que la solemne fiesta tra dicional pudo celebrarse según la costumbre... Cuando Marx Ehem tuvo no ticia de ello, fue a la iglesia, y selló con planchas, con fuertes travesaños y con placas de metal el agujero por el que se elevaba la imagen de Nuestro Señor del Arcoiris. A las tres de la tarde del día de la Ascensión, los herma
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5.7. Los iconoclastas
nos Raimundo y Antonius Fugger fueron a la iglesia con sus amigos, clientes y siervos, lo que produjo mucha alegría a los cristianos tradicionales, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, así como a los niños. Siguiendo las órdenes de Antonius Fugger, sus contramaestres habían ido a la iglesia, y usando alguna estratagema habían logrado que el sacristán les abriera las puertas. Entonces se encargaron de abrir el agujero a través del cual se elevaba la imagen de Nuestro Señor, con lo que el día de la Ascensión se celebró en ese momento, de acuerdo con la vieja tradición, con gran alegría y reverencia. Cuando Marx Ehem se dio cuenta de que habían reabierto el agujero para la Ascensión, acudió el alcalde, Ulrich Rehlinger, y se lo contó. Éste dijo a Ehem que fuera rápidamente a San Mauricio y le ordenó que, si aún no había tenido lugar la Ascensión, [la imagen de] el Arcoiris debía quedarse en el sótano de la iglesia. Pero si ya había tenido lugar la Ascensión, debía quedarse quieto, irse a casa y no hacer nada, y dejar que el Arcoiris, los ángeles y todo lo que tenía que ver con ello permanecieran en lo alto de la iglesia. Ehem llegó a San Mauricio con una multitud sangrienta y tumultuosa que había reunido. Allí la Ascensión ya había tenido lugar con toda reverencia, de acuerdo con la antigua costumbre, y ya se estaban cantando las nonas. Durante la Ascensión, los buenos cristianos viejos habían llorado reverentemente, pero los cristianos pervertidos y herejes habían maldecido y gritado que el fuego del infierno caería [sobre los cristianos tradicionales],
Muchos de los que se oponían a las imágenes, como Zwinglio o Bucero, abogaron por retirarlas, pero bajo la vigilancia de las autoridades. No obstante, muchas veces el celo evangélico llevó de hecho a la destrucción de imágenes, consistiendo ésta a veces en actos rituales de castigo a las imágenes caídas, actos de purificación e incluso en desencantamientos mágicos.
5.7.(a)
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Entonces, Ehem, actuando en contra las órdenes del alcalde, permaneció en medio de la iglesia, en el lugar exacto donde la Ascensión había tenido lugar, y reuniendo una multitud sangrienta y tumultuosa a su alrededor, como si quisiese pelea; y se enfrentó al sacristán con grandes insultos, y le quiso pegar por haber abierto las puertas de la iglesia. Le arrebató las llaves y se quedó allí de pie con su muchedumbre desbocada, con navajas a medio abrir, y poco faltó para que ambas partes se atacaran: si alguno hubiese abierto su navaja por completo, seguro que lo habrían hecho... Entonces Marx Ehem y sus acólitos se fueron con gran cólera hacia el coro, donde los canónigos y vicarios estaban cantando nonas, y se acercaron a ellos de manera tan grosera e insultante, y provocaron tal agitación, que tuvieron que dejar de cantar, quitarse los sobrepellices y huir de la iglesia. Raimundo Fugger abandonó la iglesia, y poco después hizo lo mismo Antonius Fugger. Entonces Marx Ehem y su hermano jeremías, puestos al frente de la multitud, hicieron descender el Arcoiris. Y cuando estaba a una altura del suelo de tres hombres, jeremías Ehem y sus compinches dejaron caer al suelo el Arcoiris, rompiéndolo en pedazos. Después dijo que la cuerda se le había ido accidentalmente de las manos.
Stadtarchiv Ulm, A5327.
5.7.(b) 1525: el 5 de mayo, después de expulsarnos de la abad[a [de Irrsee, cerca de Kaufbeurenl, los campesinos, rompieron los altares de la iglesia, pisotearon las sagradas reliquias y.tiraron las imágenes de los altares, y lo que aún es más horrible, arrancaron la imagen del niño jesús de brazos de su madre, partieron por la mitad la imagen de san Pedro, la rociaron con agua bendita, le dieron la vuelta y le arrancaron las entrañas. P. Marcus Furter, Historia beUi rusticorum, 1525.
5.7.(c) 1524: El Lunes de Pascua [28 de marzal, a las seis de la mañana, irrumpieron en la iglesia de los franciscanos, atravesaron las barreras y las
"Die Chronik des Clemens Sender", Chroniken der deutschen Stiidte.
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1530: [25 de enero] Anna Mentzen confiesa. En las últimas fiestas, ella y Anna Braitinger salieron jugando de casa de jurgen Keller, cogieron la imagen de Cristo del jardín de los Olivos, y la llevaron a casa de Klaus Keller; la pusieron sobre una mesa y la arrastraron hasta la puerta. Entonces llegaron Ulrich Keller, Marx Niblibing y Hans Mair y se dirigieron a la estatua, y como la imagen no quiso hablar, Ulrich Keller (como él mismo ha confesado) sacó su espada y la golpeó, cortándole la mano. Después Hans Mair se la llevó, la puso sobre una mesa y le dijo: "Si eres Pablo, ayúdate a ti mismo", y acto seguido tiró la imagen de la mesa y cantó algo, no sé qué. Entonces cogió la imagen y la tiró por la ventana. Poco después, Anna Braitinger y otra mujer recogieron la imagen y la llevaron de nuevo al jardín de los Olivos.
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real o simbólica. Este debate tenía implicaciones considerables, tanto para la práctica litúrgica como para las creencias populares; además existía el peligro, a ojos de los teólogos, de que provocara un malentendido popular y los consiguientes desórdenes religiosos o seculares.
puertas del coro, cogieron la imagen de San Francisco, la colocaron sobre un tajo y, según dice la gente, le cortaron la cabeza. "Regesten der Stadt Konigsberg" AUpreussische Monatsschrift, 18 (1881), pág. 38.
5.9. Lutero responde a los cristianos de Reutlingen, 4 de enero de 1526
5.8. Las imágenes y la piedad evangélica
A pesar de la hostilidad de Zwinglio y de los radicales hacia las imágenes, éstas continuaron desempeñando un papel imporlante en la piedad evangélica. En Brandemburgo, donde el electorpensaba que el uso de las imágenes tenía una función pedagógica, se mantuvieron muchos elementos católicos de la liturgia, como lo muestran los estatutos de 1540. En la fiesta de la Ascensión, el espectáculo con la ascensión del Señor debe permanecer como solía, porque estos espectáculos sirven como recuerdo para los jóvenes y los ignorantes. Lo mismo [debe hacerse] en la fiesta de Pentecostés con la bajada del Espíritu Santo, pero deben omitirse el derramamiento de agua y excesos por el estilo. Los predicadores deben· instruir a los jóvenes sobre lo que significan estas ceremonias, porque si no serían inútiles, e indicarles especialmente que uno no se vuelve piadoso o justo ante Dios por medio de ellas, o de otras representaciones externas, sino que esto sólo puede darse por medio de la fe en Cristo. Sehling, Die evangelischen Kirchenordnungen des xvi. Jhts, tomo 3, pág. 88.
11: El conflicto sobre la Eucaristía
La Eucaristía formaba el núcleo de las creencias religiosas pre-reformistas, especialmente por la creencia de que Cristo se encontraba realmente presente en el pan y en el vino consagrados. No resulta sorprendente que la Eucaristía haya sido uno de los principales focos de atención para los reformadores. Por otro lado, la complejidad de la doctrina y su proyección dentro de las creencias populares garantizaban el desacuerdo entre los mismos creyentes evangélicos. En seguida quedaron detenidas las líneas principales del debate que giraron en torno a las mismas cuestiones que habían dividido a la Iglesia alfinal de la Edad Media: de qué manera se debía entender la presencia de Cristo en las especies consagradas, y si su presencia era
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Desde un principio, Zwinglio dejó clara su postura sobre la Eucaristía, aunqueprocuró relegar a un segundo plano este tema. Sin embargo, con objeto de ganar apoyos para su interpretación reformista, escribió a Matheus Alber, predicador de la ciudad imperial de Reutlingen, esperando poner de su parle a esta comunidad. Alber consultó con Lutero para saber su opinión sobre el asunto, dando origen así a la siguiente "carla pastoral", con la que Lutero pretendía decididamente alejar a la ciudad de Reutlingen de la postura "sacramental". Sin duda sabéis que nuestro enemigo el demonio nos ha tentado y rabia y ruge como un león colérico, y busca cómo devorarnos ... Por el10 nos ataca con sectas, hordas, herejías y falsos espíritus, especialmente en lo que concierne al sacramento del bautismo y al sacramento del altar... Me refiero a todos aquel10s que predican que en el sacramento del altar no hay más que pan y vino y no el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo ... Estas sectas tienen tres cabezas, porque aunque todas están de acuerdo en que no hay más que pan y vino en el sacramento, no se ponen de acuerdo sobre el porqué ni sobre las razones en que se basan. La primera cabeza y espíritu [Carlstadt] da la razón siguiente: que las palabras "Haced esto" [en conmemoración mía]" se refieren a que Cristo se sentó [a la mesa en la Última Cena] pero no [se refieren] al pan, y sabéis que el doctor Carlstadt da esta razón, y que yo he escrito en contra de el1a. [El argumento de Carlstadtl también es rechazado por otro de los espíritus o cabezas, que da otra razón, esencialmente que la palabra "es" [mi cuerpo y mi sangre] quiere decir "significa" o "simboliza", tal como ironizan Zwinglio o Ecolampadio, torturando y ridiculizando las Escrituras y sus palabras exactas... Sin embargo, el tercer espíritu [Kaspar Schwenckfeld] lo niega, y no habla ni de "haced esto" [en conmemoración mía] ni de "significa", sino que dando la vuelta al sentido de las palabras las convierte en "Os doy mi cuerpo como comida espiritual" ... Observad cómo el henchido trasfondo carnal gira y se vuelve y busca la manera de no atenerse a la Palabra de Dios. ¡Qué clase de espíritu es éste, tan inseguro de sí mismo en una cuestión sencilla,
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y tan en desacuerdo, que cada una de sus tres cabezas jura que tiene razón y condena a las demás! Yo no llamaría perspicaces a tales sujetos, sino más bien demonio bien burdo y palpable, al que Dios ha permitido, por nuestro bien, que se muerda, se desgarre y se devore a sí mismo, de manera que este reino dividido se destruya por sí rápidamente y no nos conduzca a la perdición.
Yo os pido, queridos hermanos, que os atengáis a las sencillas y directas palabras de Cristo con las que Él instauró el sacramento de su cuerpo y su sangre, diciendo: "Tomad y comed, éste es mi cuerpo, que ha sido entregado por vosotros ... " Pueden escribir y glosar todo lo que quieran, pero el texto está ahí, las palabras son llanas y claras, y no serán capaces de sacar de ellas algo que tenga una base fundada ... Si la tesis más sabida, la del primer espíritu, el doctor CarlStadt, no es válida, las otras tesis lo son menos aún. WA, tomo 19, págs. 119-25.
S.U.(a) Una parodia de la misa, 1525 Durante la revuelta de los campesinos, Blesi Krieg y otros compañeros suyos entraron en el convento de Oberried, y aplastaron con un martillo de herrero el copón que contenía la hostia consagrada. [Krieg] la llevó hasta el altar en una custodia, que también golpeó; luego tomó la hostia de la custodia y la dejó sobre el altar; además había otros cinco trozos [de hostia] en una patena dentro una bolsa; la cogió del altar y sacó de ella la patena. Y estaban estos cuatro: Hans, el vaquero de Schilt, la doncella de Seger y el vaquero de Michel Riegk; [Krieg] tomó los cinco trozos y los metió en la boca de los demás, comiéndose su trozo después. Acto seguido se vistió con las ropas del sacerdote y cantó misa, y elevando la hostia que había cogido de la custodia con burla y con desprecio, la mostró a los demás, que tocaron las campanillas del Sanctus, y de nuevo la dejó. Después comió la hostia como si fuera sacerdote. Scott y Scribner, pág. lOS (nº 20).
5.10. Aviso de Zwinglio sobre la gravedad del debate
5.U.(b) Irreverencia hacia el sacramento en Augsburgo, 1528
Hace tiempo que sostengo estas opllllOnes sobre la Eucaristía, pero mi plan no consistía en divulgarlas inconscientemente entre la gente común -habría sido dar margaritas a los cerdos-, sino en discutirlas antes con gente culta y piadosa. De esta manera, cuando presentase públicamente esta cuestión, la más importante de todas, como todos reconocen, habría tenido muchos defensores. Así evitaría esa envidia escandalosa que, con gritos de rabia sin sentido, quiere impedir que las mentes piadosas lean, escuchen o juzguen sobre ello. Mi plan se ha desarrollado tal y como yo lo deseaba.
1528, el Viernes Santo (lO de abriD, cuando, según la antigüa tradición, el más venerable de los sacramentos estaba dispuesto en un tabernáculo en el Santo Sepulcro de [la iglesia de] San Ulrico, un hombre se levantó y dijo: "Avergüénzate, Cristo, ¿qué estás haciendo en esa estúpida jaula?" y entonces burlonamente descubrió su trasero ante él. Después de Semana Santa robaron el venerable sacramento del altar que se custodiaba en la iglesia de Santa Ana. El consejo de la ciudad ofreció una recompensa de 100 florines por cualquier información sobre el ladrón, pero se consideró como una broma y no se hizo nada más. Se murmuró que habían sido los mismos monjes renegados quienes lo habían robado.
Citado en WA, tomo 19, pág. 114.
"Die Chronik des Clemens Sender", pág. 197.
5.U. 'El problema de la irreverencia
Con toda probabilidad, la falta de acuerdo sobre la naturaleza de la Eucaristía incrementó el escepticismo y la irreverencia popular hacia este sacramento. Hubo muchos actos de profanación abierta, que confirmaron los temores de los teólogos conservadores, que decían que el continuo desacuerdo sobre el tema sólo podía conducir a la revuelta. Las frecuentes profanaciones de la Sagrada Forma durante la Guerra de los Campesinos confirmaron los temores.
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5.12. El encuentro de Marburgo - Interpretaciones divergentes
El encuentro de Marburgo, promovido por el margrave Felipe de Hesse y mantenido del 2 al 4 de octubre de 1529, fue un intento de resolver las diferencias entre Lutero y Zwinglio sobre la Eucaristía. Al final se acordó una fórmula ambigua, que permitió a cada una de las partes mantener sus tesis y creer que había ganado.
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5.12.(a) De Lutero a su mujer Catalina, 4 de octubre de 1529 Sabed que nuestra amigable conferencia de Marburgo está a punto de terminar, y que estamos prácticamente de acuerdo en todos los puntos, excepto que nuestros oponentes sostienen que sólo hay pan y vino en la cena de nuestro Señor, y que Cristo sólo está presente en sentido espiritual. Hoy e! landgrave ha intervenido para intentar que lleguemos a un acuerdo, esperando que aunque no estuviésemos mutuamente conformes nos considerásemos hermanos y miembros de Cristo. Lo intentó con ahínco, pero no pudimos llamarnos hermanos ni miembros de Cristo aunque lo deseábamos y queríamos quedar en paz... Dice Bugenhagen que e! mejor argumento de Zwinglio es que un cuerpo no puede existir sin ocupar espacio y que por ello el cuerpo de Cristo no está en el pan, y que el mejor argumento de Ecolampadio es que e! sacramento es sólo e! símbolo de! cuerpo de Cristo. Yo creo que Dios los ciega de manera que no pueden llegar más allá de esos puntos.
Estos son ejemplos de las inconsistencias, éosas absurdas y estupideces que desgranaba cual arroyo charlatán. Pero le rebatimos con tanto éxito que ahora el landgrave está de acuerdo con nosotros aunque lo disimule ante otros príncipes. El partido de Hesse ha abandonado prácticamente la postura de Lutero. El mismo landgrave ha dado su permiso para que nuestros libros sean leídos sin trabas y en e! futuro no permitirá que se destituya de sus puestos a los obispos que comparten nuestras opiniones. Abandonamos Marburgo con acuerdos concretos que pronto veremos por escrito. La verdad prevaleció tan manifiestamente que si hubo un derrotado ése fue Lutero -por su imprudencia y obstinación- y todo e! mundo fue testigo de ello, aunque el juez fue discreto e imparcial. Es más, Lutero continuó protestando que no había sido derrotado. Sin embargo, lo hemos hecho muy bien, [tanto] que nuestro acuerdo sobre el resto de las doctrinas cristianas impedirá al partido papal esperar que Lutero vuelva a ellos. Zwinglio, Samtliche Werke, tomo 10, págs. 316-18.
WA Briefwechsel, tomo 4, pág. 154.
5.13. El impacto sobre la práctica litúrgica 5.12.(b) Zwinglio a Vadiano, 20 de octubre de 1529 Os mando un pequeño resumen de lo que estáis tan ansioso por conocer... Lutero, Melanchthón, Ecolampadio y Zwinglio saltaron a la arena en presencia de! landgrave y de otros pocos, treinta y cuatro como mucho. Luchamos... ante testigos por la victoria a lo largo de cuatro sesiones en total. Tres veces echamos en cara a Lutero que en otros tiempos él había mantenido posiciones diferentes a las que ahora sostiene, esas ideas ridículas de que Cristo sufrió en su naturaleza divina, que el cuerpo de Cristo está en todas partes y que la carne en nada se beneficia. Pero [Lutero] no tenía nada que decir como respuesta, excepto en el tema de que la carne no se beneficia en nada, donde dijo: "Sabéis, Zwinglio, que todos los escritores antiguos modificaron una y otra vez sus interpretaciones de los pasajes de las Escrituras a medida que transcurría el tiempo y su juicio maduraba". También dijo: "Nuestro cuerpo come y recibe el cuerpo de Cristo en un sentido carnal, pero al mismo tiempo me reservo la opinión de si el espíritu humano recibe también su cuerpo". Pero poco antes había dicho: "Nuestra boca recibe el cuerpo de Cristo en un sentido carnal, pero el espíritu humano no lo recibe en un sentido carnaL" Dijo además: "El cuerpo de Cristo se constituye diciendo las palabras 'éste es mi cuerpo', a pesar de que la persona que las pronuncie pueda ser un pecador". También admite que e! cuerpo de Cristo es finito. Y admite que la Eucaristía puede ser interpretada como símbolo del cuerpo de Cristo.
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En Zurich, la comunión zwingliana se reestructuró, expresando la doctrina según la cual los elementos eran mero pan y vino y toda traniformación era simbólica. En los territorios luteranos, el deseo de evitar cualquier implicación de la interpretación zwingliana de la Eucaristía, así como la preocupación de los luteranos hacia las conciencias débiles, llevó a un considerable conservadurismo en la práctica litúrgica, manteniéndose muchas cosas de la misa católica: se mantuvo en buena medida la misa en latín, celebrada por el cura revestido con el sobrepelliz tradicional; se conservó el uso de la forma en la celebración de la comunión y la elevación, acompañada del sonido de campanillas para indicar la consagración. Así algunos observadores externos consideraban d!fícil distinguir estos servicios religiosos de la misa tradicional.
5.13.(a) El servicio de la comunión en Zurich, 1525 Después de esto, los ministros designados distribuyeron pan ázimo, y cada creyente cogía con sus manos un trozo o un bocado del mismo, o se lo daba el ministro que llevaba el pan. Y cuando aquellos que llevaban el pan terminaron y cada cual hubo comido un pequeño trozo, e! resto de los ministros procedieron con el vino de igual forma, y lo ofrecieron a cada
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l'I'l'YI'IlII'S, Y todo esto se hizo con la reverencia y el decoro conVI'llil'lll('s a tina comunidad creyente y a la Cena del Señor.
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Zwinglio, Samtlicbe Werke, tomo 4, pág. 23.
5.13.(b) La celebración de una misa luterana en Eisenach, 1536
Wolfgang Musculus, pastor de la iglesia de la Santa Cruz de Augsburgo, escribió el siguiente documento después de asistir a un seroicio luterano celebrado en Eisenach el 14 de mayo de 1536. Las tendencias zwinglianas de Augsburgo influyen claramente en el tono de desaprobación de su informe. A las 7 de la mañana entramos en la iglesia donde se celebraba del siguiente modo el servicio de misa, Primero, los escolares y su maestro, de pie y apartados en el coro, cantaron en latín el introito Cantate Domino, a la manera papista. A continuación vino el Kyrie Eleison [Señor, ten piedad), durante el cual se tocó el órgano. Tercero, un celebrante, de pie y vestido [con sobrepelliz), siguiendo la costumbre papal, ante el altar igualmente decorado al estilo papista con velas y ornamentos, cantó Gloria in excelsis Deo. El coro prosiguió hasta el final con este himno, alternando con el órgano, Cuando terminó el Gloria, el celebrante cantó en alemán una Colecta, de cara al altar y de espaldas a la gente. Entonces, volviéndose hacia los fieles, hizo una lectura en alemán de la epístola de Santiago. El órgano volvió a sonar y el coro cantó Victimae Paschali.,. Entre tanto cantaron en alemán: Cristo ha resucitado, A continuación, el celebrante, de cara a los fieles, cantó el Evangelio en alemán, Después de esta lectura, sonó el órgano y todos los fieles cantaron en alemán Creemos en un solo Dios, Cuando esto terminó, Justus Menius, ya sin vestiduras religiosas, predicó vestido de calle. Al terminar el sermón, el celebrante, vestido de sacerdote, instó a la congregación para que rezara por determinadas necesidades, que enumeró en detalle, terminando con la recomendación de Cristo "todo aquello que pidáis al Padre en mi nombre.,," Después de hacer una pequeña reflexión sobre la institución de la Cena del Señor, cantó las palabras [de la consagración) para la Cena, primero las palabras para el pan, elevándolo después a la manera papista, mientras la gente caía de rodillas, Después siguieron las palabras para el cáliz, que también elevó después de pronunciar las palabras de Cristo. Acto seguido sonó el órgano, alternándose con el coro que cantaba Agnus Dei, momento en el que se distribuyó la comunión, con clérigos con ropas laicas ofreciendo el cáliz. Sin embargo, ni un solo hombre se adelantó para tomar la comunión, y sólo comulgaron un par de mujeres. El ce-
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lebrante comulgó después de ellas, después de haber hecho una genuflexión ante el pan; no se arrodilló ante el cáliz, simplemente bebió de él con cuidado, vertiendo después en él más vino para aclararlo, de manera que no quedase nada de la Sangre [de Cristal. Después de la comunión, cantó una oración de cara al altar, después de lo cual despidió a la gente con una bendición cantada, Finalmente, mientras la gente abandonaba la iglesia, el coro cantó en alemán Concédenos la paz, y la celebración terminó. T. Kolde, Analecta Lutberana, Gotha, 1883, págs. 216-17.
5.14. La elevación anima la supervivencia de la creencia tradicional
La práctica de la elevación de la hostia, mantenida en el electorado de Sajonia hasta 1543, animó a muchos a persistir en sus antiguas creencias, lo que fue fuente de gran preocupación para Felipe Melanchthón. No resultó fácil erradicar la práctica de la elevación, porque era muy popular entre los clérigos y los fieles. La Sajonia ducal, reformada en 1539, experimentó las mismas dificultades que la Sajonia electoral.
5.14.(a) Las quejas de Daniel Gretser, 1543 [Debido a la elevación) muchos no acudían al sermón, ni a los Salmos ni a otras oraciones pronunciadas en la iglesia durante el servido. Sl' quedaban fuera charlando, pero cuando oían las campanillas [qUl' :Icompañaban la elevación), se asomaban a la iglesia, juntaban las manos l'O oradún. se las besaban y se iban, convencidos de haber recibido gran pane dd S:Icramento por el hecho de haberlo vislumbrado. L. Fendt, Der lutberlscbe Gottesdienst des 16. jabrbunderts, Munich, 1923, pág. 189.
5.14.(b) De Melanchthón a Andreas Lauterbach, 1 de abril de 1543 Os envío la carta de Friedrich Myconius, por la que conoceréis que el sínodo ha abolido la elevación en muchos lugares [de TuringiaJ. Lt elevación confirma dos errores perniciosos, la transubstanciación y el error de que la misa es un sacrificio. La falsa adoración que ha surgido de l'ste
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error se revelará en los días del Juicio, cuando Cristo desvele los pecados del mundo.
Corpus Reformatorum, tomo 5, pág. 82.
5.15. La persistencia de la elevación
La insistencia popular en mantener la elevación, a pesar de los intentos oficiales por abolirla, condujo a unafalta de uniformidad en las prácticas luteranas.
D LOS RADICALES RELIGIOSOS
5.15.(a) Estatutos de la Iglesia de CeDe, en el ducado de Sajonia, 1545 Informe sobre la elevación: allí donde la elevación ha sido abolida, seguirá estando prohibida, pero en los lugares en los que todavía siga practicándose, seguirá siendo tolerada por un tiempo. En este tema hay que tener en cuenta qué es lo más útil y se adecua mejor a la institución de Cristo: que el sacerdote se vuelva y consagre de frente a los fieles ... que no murmure las palabras de consagración, sino que las diga en voz alta, claramente, y que consagre el sacramento de cara a la iglesia, como está establecido. Pero esto no debe hacerse sin consultar primero con nuestro gracioso príncipe el duque Mauricio de Sajonia y sin escuchar antes su real opinión y decisión. Si se quiere iniciar esta práctica, se debe instruir a la gente de antemano, de manera que se pueda empezar sin problemas. Sheling, Die evangelischen Kirchenordnungen des xViJths, tomo l/i, pág. 301.
5.15.(b) Estatutos de la Iglesia para el principado de Anha1t, 1568 Ya que algunas iglesias han aceptado la elevación del más valioso de los sacramentos, el del verdadero cuerpo y sangre de Cristo, y otras no, se ordena al clero elevar [la forma] en las fiestas solemnes. Pero, salvo en esas ocasiones, el muy estimable príncipe Bernardo desea que se suprima [la elevación]. De la misma manera, el sobrepelliz debe usarse en los tres sermones del domingo, pero no debe utilizarse durante la semana. Sehling, Die evangelischen Kirchenordnungen des xviJhts, tomo l/ü, pág. 570.
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Los documentos de los capítulos precedentes revelan hasta qué punto la Reforma religiosa y su desarrollo posterior se apartaron de las ideas originales de Lutero que habían motivado la ola reformista. Poco tiempo después surgirían tendencias aún más radicales. Algunas de ellas eran anteriores a Lutero, como la de los profetas de Zwickau, pero se les prestó una renovada atención debido al intenso fervor religioso que había generado la ola inicial de la Reforma. Otras tendencias derivaron de los :falsos hermanos", de aquellos que, como Carlstadt o los anabaptistas suizos, habían extraído de las ideas de Lutero y Zwinglio conclusiones más radicales que las que los dos reformadores de los años veinte del siglo XVI estaban dispuestos a aceptar. Una tercera comente estaba muy influida por la nueva teología evangélica, pero abonada con la mística prerreformista y las ideas apocalípticas. Esta comente incluía figuras como Tomás Múntzer o Melchor Hojlman, quienes forjaron su propia inte1pretación de los Evangelios y de lo que éstos ordenaban. Los reformadores, como Zwinglio o Lutero, consideraron que .estas tendencias eran peligrosas y amenazaban su propio trabajo reformador, especialmente cuando las ideas radicales tomaron la forma de acción directa o de abierto desafío contra las ideas cristianas tradicionales sobre la autoridad secular, la naturaleza de la comunidad creyente o temas tan fundamentales como el bautismo. El pensamiento religioso radical era un abanico de muchos colores. No obstante, después de los disturbios originados por la Guerra de los Campesinos y el protagonismo de algunos radicales en los movimientos de insurrección mileranistas, las autoridades seculares tendieron a meter a todos los radicales en un mismo saco. Fueron po-
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cas las autoridades que adoptaron posturas tolerantes, destacando entre ellas la ciudad de Estrasburgo, que, inicialmente, permitió que los radicales vivieran allí en paz mientras que no intentasen propagar sus ideas. Muchos grupos radicales, sin embargo, siguieron el camino de los huteritas, y optaron por crear sus propias comunidades en lugares alejados de los principales centros de actividad reformista. 6.1. Los profetas de Zwickau en Wittenberg, 1522
La rápida llegada de los profetas visionarios a Wittenberg fue el primer síntoma de ruptura en la unidad evangélica. Ambrosio Wilcken, noticias de Wittenberg Hace algunos días pasó por aquí un nuevo profeta [Marcus Stübner, uno de los llamados profetas de ZwickauJ. Yo no le he visto, pero dicen que ha tenido varias revelaciones de Dios y que le ha hablado con frecuencia. Antes estuvo en Praga, en Bohemia, donde predicó, pero no le quisieron escuchar y le apedrearon. Felipe Melanchthón ha hablado a menudo con él en su casa, [tantas veces] que no sabe ya qué hacer con él... [También] le escucharon otros doctores y le preguntaron muchas cosas, como que qué predicaba y quién le había ordenado que lo hiciera. A la última pregunta respondió: "Dios nuestro Señor". A la pregunta de si había escrito libros, respondió, "no, nuestro Señor me lo ha prohibido". Ahora Felipe está bastante desconcertado con él y ha prohibido a los estudiantes que le molesten. Algunos han escrito al elector pidiéndole que envíe aquí a Martín, [porque Stübner] habló de él, diciendo que debía venir a verle. Dijo también que Martín está en lo cierto la mayoría de las veces, pero no en todos los temas, y que vendría alguien más elevado que él con un espíritu superior. También [dijo] que los turcos invadirían Alemania; y que matarían a los sacerdotes si no tomaban esposa; que muy pronto, en cinco, seis o siete años, habría tales disturbios en el mundo que ningún impío o malvado pecador quedaría vivo; que entonces habría una sola entrada, un solo bautismo, una sola fe; y que los niños bautizados antes de llegar a la edad de la razón no habían sido bautizados. Entonces muchos eruditos dijeron que estaba poseído por un espíritu, ya fuese bueno o diabólico.
Müller, Wittenberg Bewegung, págs. 415-16. 6.2. Lutero y los "falsos hermanos"
La preocupación de Lutero por estos predicadores evangélicos, con los que discrepaba radicalmente en varios puntos doctrina-
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les y en los procedimientos de la Reforma, le condujo a estigmatizarlos como "fanáticos" y "espíritus de masas". Las actividades de Carlstadt, de Müntzer y de otros motivaron también la preocupación de los príncipes, temerosos ante la posibilidad de nuevos disturbios. Tras un encuentro personal con Carlstadt en el que Lutero terminó desafiándale, el reformador se dirigió a Orlamunde, donde Carlstadt había sido elegido predicador, con objeto de poner en su contra a la población. Sin embargo, los intentos de Lutero por abogar a favor de sus propias ideas reformistas no siempre tuvieron respuesta positiva. Esto le llevó a replantearse su postura en algunos de los temas básicos de la Reforma: si las comunidades tenían derecho a elegir a sus pastores, si un laico podía interpretar la Palabra con tanta eficiencia como un erudito, y hasta quépunto era posible la Reforma sin la protección directa de los príncipes. Sus respuestas a estas cuestiones apartarían de manera decisiva la reforma luterana del carácterpopular que tuvo en sus inicios. Lutero se enfrenta a Carlstadt y a la comunidad de Orlamunde, 24 de agosto de 1524 El alcalde dio las gracias a Lutero en nombre del consejo y de toda la comunidad por mostrar tal resolución y por haber acudido en respuesta a su carta, y le pidieron en nombre de Dios que les predicase. Pero el doctor Martín replicó que no había venido a predicar; había recibido la carta y quería discutirla con la comunidad y el consejo... Cogió la carta de la ciudad de Orlamunde y preguntó si el consejo reconocía el sello de su ciudad. El consejo y la comunidad replicaron que sí. El doctor Martín dijo: "Os considero gente sencilla, y no me parece creíble que escribáis esta carta... Me temo que ha sido Carlstadt quien la ha escrito y la ha enviado con el sello de la ciudad". Ante ello, el consejo y la comunidad respondieron que Carlstadt no había escrito ni una sola sílaba de la carta ni había utilizado el sello de la ciudad. Entonces el doctor Martín leyó la carta desde el principio hasta el final. .. Después el doctor Martín habló sobre algunos párrafos, y en especial sobre uno en el que se leía: "Nuestro sacerdote y pastor parroquial Andreas Carlstadt dice ... " Lutero continuó: "podéis llamarle pastor, pero mi señor el elector Federico y la Universidad de Wittenberg no saben nada de esto, y no se le aceptará [como vuestro pastor]". El tesorero de la ciudad replicó: "Si Carlstadt no es nuestro pastor, entonces Pablo predicó falsedades y nuestros libros también son falsos, porque nosotros le hemos elegido, como lo muestra y dice nuestra carta dirigida a la Universidad". El secretario de la ciudad dijo a Martín Lutero: "Se puede probar en vuestros escritos, que nos habéis incluido, a nosotros, los de Orlamunde, entre los fanáticos y espíritus descerebrados, y que pensáis que actuamos y
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nos comportamos como los de Allstedt, porque hemos abolido las imágenes y lo confesamos abiertamente...". Entonces Lutero dijo: "¿Cómo podéis probar por las Escrituras que hay que abolir las imágenes?" Un miembro del consejo habló en voz alta: "Mi señor doctor, amable hermano, ¿admitís que Moisés explicó los diez mandamientos?" Martín respondió: "Sí". El consejero continuó: "Está escrito en los diez mandamientos 'no habrá para ti otros dioses delante de mí', e inmediatamente después de ello Moisés continúa explicando: 'retirarás todas las imágenes y no tendrás ninguna"'. Martín dijo: "Sí, eso se dice de la imágenes idólatras. Las imágenes idólatras son aquellas a las que uno reza. ¿Cómo me va a hacer daño un crucifijo en la pared si yo no le rezo?". Un zapatero dijo: "Con frecuencia me he quitado el sombrero ante una imagen que estaba en una pared o en la calle. Esto es idolatría, deshonra a Dios y es dañino para la gente humilde, y por ello no se deben tener imágenes". Martín dijo: "Si [retiráis las imágenes] debido al mal uso que se hace de ellas [también] deberíais matar a todas las mujeres y arrojar lejos de vos todo el vino". Otro miembro de la comunidad replicó: "No, son criaturas de Dios, creadas para nuestra ayuda, apoyo y necesidad, y Él no nos ha ordenado que nos deshagamos de ellas. Pero sí se nos ha ordenado abolir las imágenes hechas por mano del hombre", El doctor Martín insistió, no obstante, en las palabras "imágenes idólatras". El zapatero continuó: "yo lo aceptaría si las imágenes no hubiesen sido prohibidas por Moisés", Martín Lutero dijo: "Eso no está en la Sagrada Escritura". El zapatero dijo: "Decid lo que queráis, está allí". Y chasqueó los dedos retándole a una apuesta ... Alguien trajo los libros de Moisés y se leyó el texto al doctor Martín [Deuteronomio 5, 8-11]. "De aquí se deduce claramente que todas las imágenes, no sólo las idólatras, están prohibidas, y que los cristianos no pueden hacer ni tener imágenes," A lo que el doctor Martín dijo: "Aquí está escrito 'no rezarás a las imágenes', y Dios se refería a las imágenes idólatras". Entonces, alguien de la comunidad dijo: "La palabra 'idólatra' no figura en el texto, sólo dice 'no harás ni tendrás ninguna'''. Entonces Martín dijo: "Está hablando de nuevo sobre las 'imágenes idólatras'''. Habló el alcalde: "Escuchad, buen señor, escuchad". Hubo un gran silencio y prosiguió: "Estimado señor, nosotros mantenemos estrictamente la Palabra de Dios porque está escrito que no añadirás o quitarás nada de ella." Entonces el predicador del príncipe habló: "Calmaos, estimado anciano". Martín continuó: "Me habéis condenado", El zapatero respondió: "Si queréis que se os condene, os considero condenado junto con aquellos que hablan o leen contra Dios o la verdad de Dios", Martín dijo: "¡Los niños me han dicho esto por la calle!", se levantó y se precipitó a su carruaje. Al verle, el tesorero de la ciudad, le interpeló: "Querido doctor, háblenos sobre el sacramento y el bautismo". Ante lo cual, Martín se dio la vuelta y replicó: "He escrito suficientemente sobre ello, leed pues mis libros", Su retador res-
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pondió: "He leído parte de ellos, pero no pienso que con ello mi condl'1l cia se halle satisfecha". Martín contestó: "Si habéis errado por mi culpa, l'ntonces escribid contra mí", WA, tomo 15, págs. 322-47
6.3. El debate con los anabaptistas en Zurich, 17 de enero de 1525
La secta más radical de creyentes evangélicos, la de los "anabaptistas", surgió como consecuencia de dos puntos de las enseñanzas de Zwinglio en Zurich. El primero fue su insistencia en que la Biblia era la única guía para la vida cristiana; el segundo, sus reservas iniciales sobre la validez del bautismo infantil. Los anabaptistas adoptaron una interpretación de la Biblia estrictamente literal y apoyaron la tesis de que la mayor parte de los sacramentos tradicionales entre ellos el bautismo infantil no figuraban en ella, Esto se unía a la idea de que ser cristiano debía constituir una elección voluntaria, hecha en la fe, sólo por aquellos que eran lo suficientemente mayores como para hacer elecciones correctas, Aunque estas ideas ya estaban extendidas por Zurich desde 1523, los anabaptistas tomaron fuerza a partir de 1525, cuando las implicaciones que tenían sus creencias empezaron a serfuente de problemas tanto para Zwinglio como para las autoridades seculares. El 17 de enero, las autoridades seculares organizaron un debate en la alcaldía ante el consejo de la ciudad, los ciudadanos de Zurich y los sabios, Las personas antes mencionadas, especialmente Mantz, Grebel y Roubli, se pusieron en pie y presentaron sus argumentos a favor de que los niños no podían ni creer ni entender qué era el bautismo. Éste debía administrarse a aquellos creyentes a quienes ya se les hubiese predicado el Evangelio, lo hubiesen entendido y lo pidiesen por sí mismos y a quienes quisiesen acabar con el viejo Adán y vivir una vida nueva. Los niños no conocían nada de eso, por lo que el bautismo no era apropiado para ellos. Señalaron pasajes del Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles en los que se demostraba que los Apóstoles nunca habían bautizado niños, sino sólo a adultos capaces de entender sus implicaciones, y alegaron que se debía actuar exactamente igual a como lo hicieron los Apóstoles, Además, como el bautismo no se había administrado así hasta entonces, el bautismo de los niños era inválido y todo el mundo debía ser rebautizado. Zwinglio replicó metódicamente, como hace en el libro escrito a los de San Gal sobre el bautismo de niños y el rebautismo. Los anabaptistas
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no pudieron refutar sus argumentos ni defender sus opiniones con credibilidad. Cuando el debate terminó, las autoridades advirtieron rápidamente a los anabaptistas que desistieran de su empeño y se callasen, ya que no podían sostener sus opiniones por medio de la Palabra de Dios. Pero no tuvo efecto sobre ellos, diciendo que debían obedecer a Dios y no a los hombres. Con ello aumentó la agitación y división. El 20 de marzo... el consejo de la ciudad les habló muy seriamente y les amonestó para que desistieran, porque su escisión era escandalosa y no podía tolerarse por más tiempo. Se encarceló a algunos de ellos y a otros se les echó del lugar, pero lo único que se logró fue hacerlos reafirmarse en sus creencias. Como quedó comentado más arriba, el anabaptismo aumentó considerablemente en la ciudad y el territorio de Zurich... Grebel, Mantz y otros conocidos anabaptistas habían congregado a tanta gente a su alrededor que muchos de los habitantes de esta tierra se volvieron desobedientes y rebeldes.
Bullinger, Reformationsgeschichte, tomo 1, págs. 238-9, 294-5.
6.4. Tomás Müntzer y la religión milenarista Tomás Müntzer, el mayor oponente de Lutero, junto con Carlstadt, dentro de las filas evangélicas, unía una visión mística'y espiritual de la fe junto con un activismo radical. Esto lo convirtió en un pensador genuinamente revolucionario. Convencido -como muchos de sus coetáneos, Lutero entre ellos- de que el]uicio Final estaba cerca, abogó por una decisiva intervención para terminar con el sufrimiento de los cristianos, sufrimiento que él pensaba era social además de espiritual. En 1524 todavía albergaba e~peranzas de que los príncipes piadosos asumieran la tarea, expuesta en su sermón del 13 dejulio de 1524 ante los príncipes sajones y losfuturos electores, el duque}uan de Sajonia y su hijoJuan Federico. El sermón giraba en torno al segundo capítulo del Libro de Daniel, uno de los textos clásicos milenaristas, aunque Müntzer sacó de él unas conclusiones notablemente personales que le alejaban tanto de los luteranos como de otros milenaristas.
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definitiva para un futuro cercano. La profecía de Daniel, pese a todos los intentos de echarla abajo, mantiene toda su fuerza, tanto si se cree como si no se cree, como dice Pablo en Romanos 3. El texto de Daniel es claro como el sol, y ahora se impone la tarea de acabar con el quinto imperio del mundo. El primer imperio, representado por la cabeza de oro, era el babilonio; el segundo, por el pecho y los brazos de plata, era el imperio de los medas y los persas; el tercero era el imperio de los griegos, pleno de inteligencia humana, simbolizado por el bronce; el cuarto era el imperio romano, un imperio conquistado con la espada, y gobernado por la fuerza. Pero el quinto es el que tenemos ante nosotros, un imperio que también es de hierro y que recurre al empleo de la fuerza, pero que está salpicado de excrementos. Por ello, mis muy estimados y reverenciados gobernantes, sabed cuál es el juicio verdadero por la boca de Dios... Sé positivamente que, si llegasen hasta vosotros los sufrimientos del pueblo cristiano y si os ocupaseis de ello como es debido, desarrollaríais el mismo celo que demostró tener el rey Jehú (Reyes 11 10, 9) Y que encontramos a lo largo de todo el Libro de la Revelación. Y sé de hecho, que os encontraríais ante grandes dificultades para no recurrir a la fuerza de la espada. Las condiciones del sagrado pueblo de Cristo se han vuelto tan lamentables que, hasta ahora, ni la lengua más elocuente ha podido justificarlas. Por ello debe surgir un nuevo Daniel que os explique vuestros sueños... Porque cuando de verdad atendáis en mano las quejas de los cristianos, provocadas por e! engaño de! falso clero y de los criminales disolutos, vuestra ira será ilimitada, más allá de lo imaginable... Porque os han ridiculizado tanto que todo el mundo jura ... que los príncipes sólo son paganos, que todo lo que deben hacer es mantener el orden.
El sermón de los prínCipes, 13 de julio de 1524
Ahora bien, si sois verdaderos gobernantes, debéis llegar a la auténtica raíz del gobierno, siguiendo para ello los mandamientos de Cristo. Conducid lejos del Elegido a sus enemigos; vosotros sois su instrumento. Amigos míos, no nos dejéis mantener esas viejas ideas que hablan del poder de Dios para llevarlo todo a cabo sin la ayuda de vuestra espada; de otra forma [las espadas] se enmohecerán en sus vainas ... Nuestros sabios, en su impío y fraudulento entender, sostienen que Danie! dice que el Anticristo será destruido sin [la ayuda] de manos humanas ... mas para asegurarse, sin embargo, de que todo sucederá de forma justa y ordenada, lo deben llevar a cabo nuestros reverenciados padres los príncipes, que profesan a Cristo con nosotros. Si ellos no 10 hacen, la espada les será retirada, Danie17, 27.
Es verdad -lo sé de facto- que el espíritu de Dios está revelando a algunos hombres elegidos y piadosos la necesidad de una reforma total y
P. Matheson Ced.), Tbe Collected Works ofTbomas Müntzer, Edimburgo, 1988, págs. 244-5, 246, 250.
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6.5. Müntzer el revolucionario, 1525 La llamada de Müntzer a los príncipes cayó en oídos sordos, por lo que se volvió hacia el pueblo para llevar a cabo la tarea de castigar a los impíos. En 1525, en su intento de levantar un ejército revolucionario para llevar a cabo su misión, recurrió a su vieja congregación de Allstedt. La siguiente cana, escrita en la cumbre del éxito de la revolución campesina, exhala el mismo espíritu militante que hizo que Müntzer fuera tan temido por las autoridades.
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Calta abierta al pueblo de Allstedt, 26/7 de abril de 1525 Que el más puro temor a Dios habite con vosotros, queridos hermanos. ¿Durante cuánto tiempo más vais a dormir, durante cuánto tiempo más vais a resistiros a la voluntad de Dios.. .? Si no queréis sufrir en nombre de Él, entonces seréis mártires del demonio ... Toda Alemania, toda Francia, y toda Italia están en pie; el señor quiere poner el juego en marcha, los siervos del demonio están en ello. En Fulda cuatro abadías han sido devastadas durante la Semana Santa, y los campesinos de Klettau, Hegau y la Selva Negra se han alzado; son tres mil. Aunque entre vosotros sólo haya tres cuya fe en Dios sea inquebrantable, [tres) que busquen su nombre y su honor solamente, no debéis tener miedo de cien mil [hombres). Por ello, ¡acudid, acudid, acudid l ¡Ha llegado el momento, los siervos del demonio corren como perros asustados! ... No prestéis atención a los llantos de los impíos... gemirán y buscarán engatusaros como a niños. No tengáis piedad, tal y como Dios os lo ha ordenado en las palabras de Moisés, Deuteronomio 7, 1-15 ... Alertad a los pueblos y a las ciudades, especialmente a los mineros y otros buenos compañeros que os pueden resultar útiles. No podemos seguir durmiendo por más tiempo. Marchad, mientras el hierro está caliente todavía. Martillead con tenacidad los yunques de Nimrod [ los príncipes y los sei'ioresJ, ¡echad abajo su torre' Mientras vivan os resultará imposible deshaceros del miedo de los hombres ... Marchad mientras aún estáis a tiempo. Dios avanza delante de vosotros; seguidle, seguidle... Esto dice Dios, "No tengáis miedo. No os acobardéis ante el fantasma; no es vuestra lucha, sino la del Señor".
Mülhlhausen, en el año de 1525. Tomás Müntzer, siervo de Dios contra los impíos.
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Tomás Müntzer, el falso profeta, en Propbeceien und Weissagungen de lohann Lichtenberger. La propaganda luterana contra Müntzer le llevó a ser estigmatizado como falso profeta. No hay retratos contemporáneos de Müntzer, pero su fama hacía que su nombre pudiera escribirse al pie de la ilustración de cualquier falso profeta, como OCWTe en este caso. La inscripción colocada sobre la imagen de un erudito predicando en la calle dice: "Este profeta se parece a Tomás Müotzer".
Matbeson, págs. 140-2.
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6.6. De Conrado Grebel a Tomás Müntzer, 5 de septiembre de 1524
Los anabaptistas suizos vieron en Múntzer a alguien que compartía sus opiniones sobre la fe y el bautismo de los niños, y que se atrevía a criticar los defectos de otros predicadores evangélicos, por lo que Grebel le escribió para establecer contacto. Sin embargo, los anabaptistas suizos no estaban de acuerdo con él en la importante cuestión del uso de la espada. Querido hermano Tomás. _. Nuestros antepasados se alejaron del Dios verdadero y del conocimiento de Jesucristo, de la Palabra única, verdadera y divina, de las prácticas divinas y del amor y la vida cristianas, y vivieron sin la ley de Dios ni el Evangelio, con costumbres y ceremonias humanas inútiles y no cristianas, creyendo que así alcanzarían la salvación, pero no la alcanzaron, tal como han demostrado los predicadores evangélicos... De la misma manera, hoy todo el mundo quiere salvarse con una fe superficial, sin gozar de los frutos de la fe, sin el bautismo del juicio, sin amor ni esperanza, sin las correctas prácticas cristianas, y quieren persistir... en la costumbre ritualista y anticristiana del bautismo y de la Cena del Señor, despreciando la verdad de la Palabra divina y atendiendo en cambio a las palabras del Papa. Nosotros hemos caído en el mismo error al escuchar y leer sólo a los predicadores evangélicos, responsables de esto, como castigo a nuestros pecados. Pero después tomamos la Escritura y la consultamos sobre muchos temas, y ahora estamos mejor informados y hemos descubierto el grande y dañino error de los pastores. Mientras observamos y deploramos estos hechos ha llegado a nosotros vuestro libro contra la falsa fe y el bautismo que nos ha instruido y confirmado en nuestras creencias, alegrándonos de haber encontrado a alguien de mente cristiana, que se atreve a mostrar a los predicadores evangélicos sus errores. Sin embargo, creemos que el Evangelio y sus seguidores no deben protegerse con la espada... que según nos ha enseñado nuestro hermano es lo que opináis y predicáis. Los verdaderos creyentes cristianos son corderos entre lobos, corderos para el sacrificio; deben ser bautizados en la angustia y aflicción, en la tribulación y la persecución, en el sufrimiento y en la muerte; deben pasar la prueba de fuego y alcanzar la patria del descanso eterno, pero no matando a sus enemigos carnales, sino mortificándolos espiritualmente. No deben utilizar la espada mundana ni la guerra, porque la matanza ha terminado para ellos; de lo contrario estaríamos aún bajo la Vieja Ley. Tomás Müntzer, Scbriften und Briefe, editado por G. Franz, Gütersloh, 1968, págs. 438-9, 442.
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6.7. La confesión de Schleitheim, 1527
Hacia 1527, el ala radical de los movimientos evangélicos había crecido con rapidez y abarcaba gran diversidad de creencias, aunque el rechazo al bautismo infantil parecía ser la doctrina principal que reunía a grupos muy pequeños. Los principales grupos del Sur de Alemania y los anabaptistas suizos organizaron una reunión en Schleitheim, una pequeña ciudad en la frontera germano-suiza. Allí, Miguel Sattler estableció una base común de sus creencias, a pesar de lo cual los anabaptistas continuaron siendo un movimiento heterogéneo y no todos estaban de acuerdo con muchas de las propuestas de la Confesión de Schleítheim. Aún así, esta confesión es el mejor resumen de los principios doctrinales del anabaptismo y explica por qué las autoridades seculares eran hostiles, tan a menudo, frente a esta corriente. Los artículos sobre los que hemos discutido y sobre los que éramos una sola voz son: (1) El bautismo; (2) la prohibición; (3) el pan; (4) apartarse de la abominación; (5) los pastores de la Iglesia; (6) la espada; y (7) el juramento.
(4) Nos encontramos de acuerdo como sigue en lo que respecta a apartarse de la abominación. Debemos apartamos del demonio y de la maldad que el diablo ha implantado en el seno del mundo; así no tendremos relaciones con los malvados y no participaremos en sus muchas abominaciones ... Todo lo cual nos enseña que cuanto no está unido con nuestro Dios y con Cristo no puede ser sino una abominación que debemos esquivar y de la que debemos huir. Con ello nos referimos a todas las obras de papistas y antipapistas, así como a los los servicios eclesiásticos, reuniones y misas eclesiásticas, casas de bebidas, asuntos civiles, órdenes dictadas por los descuidos y todas esas cosas que son tan bien consideradas en el mundo y que entran en contradicción con los mandamientos de Dios... Por ello, renunciaremos de forma definitiva a todas las armas, anticristianas y demoníacas, como las espadas, armaduras y otras, y a su uso, ya sea a favor de un amigo o en contra del enemigo -por virtud de la Palabra de Cristo... lo contrario es diabólico. (6) Estamos de acuerdo en lo que se refiere al empleo de la espada. La espada ha sido decretada por Dios independientemente de la perfección de Cristo. Castiga y da muerte al malvado y guarda y protege al bondadoso. La ley prevé el uso de la espada para castigo de los malvados y su muerte, y dispone que el brazo secular utilice esta misma espada. En la perfección de Cristo, sin embargo, sólo se utiliza el interdicto para avisar y ex-
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"'llllligoll 011 titilo 11;1 pl'cado, sin tener que darle muerte -es tan sólo un avi'.' I Y 1111;1 oldl'1l para no pecar más-o En segundo lugar, en lo que respecta a 1;1 espada cabe preguntarse si un cristiano debe dictar sentencias en las querellas mundanas, como hacen los infieles. A esto respondemos al unísono: Cristo no quiso juzgar en el caso de la herencia, entre hermanos, y nosotros debemos hacer lo mismo. En tercer lugar, con respecto a la espada cabe preguntarse si debe ser empuñada por el magistrado en caso de haber sido elegido para ello. La respuesta es como sigue: quisieron hacer de Cristo un rey, pero Él huyó y no consideró que ésa fuera la voluntad de su Padre. Así pues, nosotros debemos hacer como hizo Él y seguirle. (7) Estamos de acuerdo en lo concerniente al juramento. El juramento es una confirmación entre aquellos que se pelean y se hacen promesas. En la ley se ordena que el juramento se realice en el nombre de Dios, pero sólo en la verdad, no en la falsedad. Cristo, que enseña la perfección de la ley, prohíbe a sus seguidores que juren, ya sea con verdad, o sea, en falso -ni por el cielo, ni por la tierra, ni por Jerusalén, ni por nuestra propia cabeza- y lo hace por esta razón: no podemos cambiar el color de uno solo de nuestros cabellos. Como veis, todo juramento está prohibido: no podemos cumplir aquello que prometemos cuando juramos, porque no podemos cambiar ni siquiera la más pequeña de las cosas que existen en nosotros. John C. Wenger, "The ScWeitheinl Confession of Faith", Mennonite Quaterly Review, 19 (1945), págs. 247-51.
1534. La rebelión de Erfurt sería así un preludio del reino apocalíptico de Münster promovido en dicho año.
6.8.(a) Informe del gobernador de Langensalza al duque Jorge de Sajonia, 18 de diciembre de 1527 El sábado anterior [7 de diciembre], un ciudadano de Erfurt vino al distrito de Salza e informó que dos de los fanáticos ya mencionados habían ido a casa de uno de sus vecinos en Erfurt, y le instruyeron de tal manera en los siguientes artículos que quiso unirse a ellos. [Dijeron que el bautismo de los niños era falso, porque Cristo había dicho en el Evangelio, aquel que cree y es bautizado, se salvará... También dijeron que debían traducirse al alemán los viejos libros proféticos y debían predicarse al hombre de la calle; Ecolampadio y Zwinglio se encuentran traduciendo ahora estos libros; en ellos se puede ver cómo se debe tratar con la autoridad secular. Cristo también dijo que había que dejar el hogar y la casa, la esposa y los niños y seguir su Palabra [San Mateo, 19]. Aquel que no se dejase rebautizar sería devorado por la langosta. [También dijeron que] Müntzer y Pfeiffer eran los verdaderos maestros y que eran injustamente perseguidos. Y que todos aquellos que habían recibido de nuevo el símbolo del bautismo debían esperar en las colinas, porque lloverían langostas, y el mundo no duraría más de once meses.
6.8. La rebelión quiliástica de Erfurt de 1527
El ambiente apocalíptico del año 1527 estuvo marcado por el primer incidente de violenta rebelión anabaptista. A finales de 1527, el consejo de la ciudad de Erfurt supo que se había planeado una rebelión armada que debía tener lugar el día de Año Nuevo de 1528. Al principio pensaron que se trataba de laicos, sobre todo pequeños artesanos como zapateros o peleteros, que predicaban y bautizaban en los pueblos de los alrededores; pero cuando investigaron más a fondo, no sólo descubrieron elplan de rebelión, fomentada y dirigida por Hans R6mer, un peletero de Eisenbach discípulo de Tomás Müntzer, sino también una red secreta de anabaptistas cuyos contactos se extendían por toda Alemania central. El descubrimiento de la rebelión produjo el pánico de las autoridades y provocó que los príncipes de Sajonia y de la nobleza de Turingia iniciaran una campaña para cortar de raíz la amenaza anabaptista, con una fuerza sólo superada por las campañas de 1525 contra las revueltas campesinas. Sin embargo, el cabecilla de la revuelta no fue apresado hasta
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6.8.(b). Confesión de Hans Romer, Gottingen, 23 de septiembre de 1534 Confiesa... primero, que quería exponer públicamente en diferentes lugares de la ciudad de Erfurt diez carteles que anunciaban su intención de predicar en Nuestra Señora de la Montaña [la catedra]], para que se reuniera una multitud, maravillada de que un peletero quisiese predicar; después de haber colocado los carteles, pretendía predicar una semana. Entonces, después de que él hubiera predicado, cuatro de sus compañeros, llamados Volkmar, Christoph el peletero, Nickel el sastre y el pastor de Alperstedt, debían prender fuego a las casas de cuatro sacerdotes en Petersberg. Y dos de ellos debían correr a la puerta Brühl y otro a la de San Juan, para ordenar en nombre del consejo que no se cerraran las puertas, sino que se mantuviesen abiertas. Mientras, él estaría predicando y, como el fuego debía estallar durante su predicación, diría a la gente que los párrocos lo habían provocado para impedir que la Palabra de Dios llegase a la ciudad. De esta manera planeaba crear disturbios. En cuanto él y sus seguidores pudie-
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sen conseguir algún dinero, tenían intención de comprar espadas e iniciar una revuelta campesina.
6.8.(e) Confesión de Georg Fuehs, Erfurt, 9 de febrero de 1528 ...dice que, cuando los disturbios hubiesen estallado en Errurt tenían intención de golpear hasta la muerte a todo aquel que no estuviese [reJbautizado o no aceptase el símbolo del bautismo. Todo aquel que tuviese más que otro tendría que compartirlo y quien rehusase a hacerlo, también sería golpeado hasta morir (pero esperaban que los luteranos se uniesen a ellos). Confesó que Andrea Schneider había dicho que cuando los disturbios estallasen en Erfurt tenían que ir a la puerta Krampfer, que debía abrir el sastre Nickel. Debían reunirse todos en el mercado del pescado y dirigirse a la alcaldía y allí golpear a muerte a los consejeros de la ciudad y a otros ciudadanos que no estuviesen [reJbautizados o que no quisiesen aceptar el bautismo, y tomar la ciudad.
Seott y Seribner, págs. 328-9 (nº 161).
6.9. Los anabaptistas de Münster
El acontecimiento más atroz de la historia de la Rf:!forma sería el reino anabaptista de Münster. En 1534 los anabaptistas lograron el control de esta ciudad episcopal de Westjalia, expulsaron a los "infieles", instituyeron una comunidad de bienes y proclamaron la Nueva jerusalén, el reino terrenal del Apocalipsis. Los consiguientes excesos del sangriento "rey" juan de Leiden, su poligamia y su suntuosa corte lograrían que el reino anabaptista se convirtiera en materia de escándalo y horror para todos sus coetáneos. Por eso es dificil encontrarfuentes que no hayan sido redactadas con objeto de denigrar todo lo que hacían los anabaptistas de Münster. La llamada de estos anabaptistas a sus compañeros de creencias para que se les unieran refleja bien el tono de excitación escatológica que había invadido a muchos anabaptistas en aquellos tiempos. Llamada a los anabaptistas para que acudan a Münster, primeros de marzo de 1534 Queridos hermanos y hermanas, la paz y la alegría han sido concedidas a los hijos de Dios, porque vuestra salvación está cercana. Queridos
amigos, deberíais conocer y reconocer como Palabra lo que Dios ha hecho por nosotros, pues cada uno de nosotros debe prepararse para marchar hacia la nueva Jerusalén, la ciudad de los santos, porque Dios quiere castigar al mundo. Debéis estar atentos porque si no seréis juzgados por vuestra inadvertencia. Juan Bockelson [de Leiden, Holanda], el Profeta de Münster, y todos sus ayudantes en Cristo, nos han escrito diciendo que nadie será libre bajo el dragón de este mundo [el Anticristo], sino que será destruido por una muerte carnal o espiritual. Por ello nadie debe retrasar el momento de unirse a nosotros, así no se tentará a Dios, porque los disturbios ya han estallado fuera, en todo el mundo, y el profeta Jeremías dice, en su capítulo 51, huid de Babilonia para que cada cual pueda salvar su alma y su corazón no desespere por los gritos que azotan toda la tierra entera. No os diré nada más, pero os pido en nombre del Señor que obedezcáis sin demora. No prestéis atención a nada de cuanto existe sobre la tierra, sea hombre, mujer o niño, y no seréis engañados. No hay que velar por los hijos infieles, que son desobedientes y no están bajo el cetro, porque no son útiles en la comunidad del Señor. [En Münster] hay propiedades disponibles suficientes para los santos, por ello no llevéis con vosotros nada más que el dinero, ropa y comida necesarios para el viaje. Todo el que tenga un cuchillo, una pica o un mosquetón, debe traerlo consigo, y quien no lo tenga, debe comprarlo, porque el Señor nos redimirá con su mano todopoderosa... Nadie debe demorar su venida. Si alguien se queda atrás, no seré responsable de su sangre. Emanuel.
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R. van Dülmen, Das Tiiuferreieh zu Münster 1534-1535, Munich,
1974, págs. 78-9.
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6.10. Melehor Hoffman y el milenarismo paciflsta
Melchor Hoffman, quizá el más influyente de los anabaptistas iniciales, empezó su carrera en Livonia enteramente bajo la influencia de Lutero, pero más tarde desarrolló sus propias ideas milenaristas. El suyo era un mileranismo pacifista; esperaba pacientemente la Segunda Venida, y hacia los años treinta del siglo XVI empezó a verse a sí mismo como un profeta del Apocalipsis, considerando a Estrasburgo como la ciudad de Dios que sería testigo de este acontecimiento. Las malas cosechas y otras crisis de los años 1527-34 acrecentaron la ola de expectación apocalíptica, especialmente en Estrasburgo, donde había una gran comunidad anabaptista, por lo menos de 500 personas y puede que hasta 2.000, sobre una población de 20.000 individuos. El entusiasmo de Hoffman por establecer la fecha exacta del Día del juicio le atrajo muchos seguidores. Llegado a Es-
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trasburgo en 1533, siguiendo una antigua profecía frisona según la cual sufriría prisión durante seis meses, después de los cuales sus enseñanzas serían difundidas por el mundo, fue encarcelado en junio de 1533, pero más tarde cambió la fecha de la profecía por la de 1534, y después, sucesivamente, por 1535, 1537 Y 1539. El ambiente de expectación indujo, casi con seguridad, a Estrasburgo a endurecer su política inicial de tolerancia hacia el pensamiento evangélico heterodoxo. Hoffman fue encarcelado y puesto en libertad varias veces, pero terminó muriendo en la cárcel en 1543, proclamando hasta el final la necesidad de obediencia a la autoridad mientras se esperaba el fin del mundo. 23 de noviembre de 1534: Melchor Hoffman, a petición propia, declaró lo siguiente a los comisionados: primero, sabía que ésta era la ciudad que Dios había elegido entre todas las ciudades del mundo; segundo, que los gobernantes de esta ciudad debían establecer su verdad [la de Dios] ... Respecto al primer punto, decía que todas las profecías, nuevas y an-
tiguas, relacionadas con esta ciudad habían sido reveladas a sus hermanos de Holanda, pero que habían sido ocultadas a esta ciudad. Él las revelaría gustosamente a la ciudad, para que pudiese compartir su conocimiento. Por ejemplo, cuando se expulsó de ella a muchos de sus seguidores, él lo había sabido de antemano gracias a las profecías, y [sabía] que se iba a expulsar a un centenar. .. Como indicó Leonard Jobst, el oficio de profeta estaba aquí al alcance de la mano. Por esta razón no quisieron tocarle. A modo de plUeba citó el ejemplo de Jonás, a quien le fue encomendada la tarea de proclamar el juicio divino sobre Nínive. Quellen zur Geschichte der Wiedertiiufer, tomo 8, pág. 393 (nº 617).
6.11. Cómo tratar a los anabaptistas, 1536 A raíz de los acontecimientos de Münstel~ las autoridades seculares, a todos los niveles, empezaron a ponerse muy nerviosas por las actividades de los anahaptistas. Sin embargo, las autoridades evangélicas estaban preocupadas por las acusaciones que afirmaban que se estaba persiguiendo a hermanos cristianos por sus creencias. Así, el landgrave Felipe de Hesse dictó una O1'den en 1536 ordenando el arresto de todos los sospechosos de anabaptismo que hubiera en sus tie1Tas, pero al mismo tiempo recabó opiniones evangélicas sobre cómo tratarlos, escrihiendo el divenas autoridades como el duque Ernesto de Lüneburg, a Lutero y a otros profesores de la Universidad de Wütenberg Ji a la facultad de Teología de las universidades de Marburgo y Tühingen, así como a los consejos de las ciudades de Estrashurgo, Augshurgo y Ulm. El extracto de la respuesta de la ciudad de Augshurgo, reprodUCido a continuación, es muy revelador de la actitud adoptada por las más importantes ciudades imperiales. De los consejeros de la ciudad de Augsburgo al landgrave, 4 de junio de 1536
Juan de Leiden predicando a sus seguidores anabaptistas, de un manuscrito anabaptista de la baja Alemania, alrededor de 1600. Las principales descripciones de Juan de Leiden proceden de sus enemigos, no existiendo retratos contemporáneos de él. Este grabado, procedente de un manuscrito anabaptista, le muestra predicando a una vasta y atenta congregación de personas, incluyendo algunos niños.
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Hemos encarcelado a los pelturbadores y agitadores violentos, los hemos interrogado bien y con severidad, a algunos de ellos por discurso incitador y sedicioso, y a otros por instigadores de la alteración del buen orden y de desobediencia a la autoridad. Pero no hemos castigado por sus creencias ni a uno solo, sino a cada cual de acuerdo con su culpa, más con cálida piedad que con severidad, azotándolos con el látigo mejor que quemándoles las mejillas o ejecutándolos con la espada. Hemos sido compasivos con esta pobre gente, que había sido confundida por sus líderes. Los hemos dejado ir después de que nuestros predicadores les dirigiesen un discurso cristiano, gracias al cual muchos se arrepintieron, y éstos todavía viven
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entre nosotros como ciudadanos honorables. Pero a todos aquellos que no se dejaron instruir en la Escritura y persistieron en su error los mantuvimos en prisión hasta que se retractaron. Entonces expulsamos de la ciudad a los obstinados contamuces, avisándoles de que no se les privaba de la ciudadanía por sus creencias, sino por su insolencia, desobediencia e insubordinación, para que no pudiesen envenenar a nadie más además a parte de a ellos mismos ... Si volvían y no se marchaban de inmediato, los volveríamos a encarcelar y los torturaríamos hasta la muerte.
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RudoifSchenk, caballero: no se castiga a los anabaptistas por sus creencias, sino por sus disturbios y añagazas diabólicas. Hartman Schleier, caballero: todos están de acuerdo en que deben instruirlos los predicadores... pero aquellos que hayan sido expulsados y regresen, deben ser castigados.
Urkundliche QueUen zur hessischen Reformationsgeschichte, tomo 4, Marbucgo, 1951, págs. 104-5.
Doctor Tilman Schnabel, predicador de Alsfedt: por lo que respecta a sus errores, no aceptarán instrucción; ninguna enseñanza es útil y, es más, no es un castigo. El desprecio y el desorden han surgido por no habérseles castigado previamente. Sobre el castigo: cuando uno se apiada de los impíos, se les da razón para persistir en su impiedad. Hay que castigar. También se puede mostrar piedad, pero entonces no se observarán ni la ley ni el orden. Él ha visto en Prusia cómo hacen trabajar a los malvados durante toda su vida en las minas de metal. Eso es lo que se debe hacer ahora.
6.12. Los Estados de Hesse debaten el castigo de los anabaptistas, 1536
El 7 de agosto de 1536, en Kassel, ante un comité de los Estados, se leyeron las distintas respuestas de las autoridades consultadas por el landgrave Felipe y se pidió opinión a cada uno de los miembros del comité. Las respuestas revelan las dfferentes actitudes que adoptaron los miembros de los distintos estamentos sociales convocados.
.Justus Winther, predicador: todo soberano debe obligar a sus súbditos a escuchar la Palabra de Dios. Al principio los predicadores deberían tratar con los anabaptistas de forma amistosa, para que vean que no se buscan ni sus bienes ni su sangre. Utilizar el destierro en algunos casos o, como ya se ha hecho, mandarlos a trabajar a las minas. En el tema de castigo, ya que el emperador lo es por derecho divino, se debería seguir el dictado imperial.
Georg von Kolmatsch, sttathalter de Marburgo: [Dijo que] no podía mejorar las opiniones que se habían leído, y consideró que se debería expulsar a los anabaptistas con todos sus bienes, y que era necesario hacerlo pronto. Mantenerlos a todos [en la cárcel) costaría demasiado. Era preciso dar muestras de piedad con los que aceptasen el destierro de buen grado, pero había que castigar a algunos de los impíos agitadores para así intimidar a los demás. .Johann Feige, canciller de Hesse ... piensa que, si no obedecen a las autoridades y quieren tener su propia autoridad aceptando doctrinas sediciosas y erróneas y no colaboran en la defensa de la patria, deben ser tratados con la espada o algún otro castigo... y que habría que construir una prisión para todos ellos, donde deberían permanecer hasta que el Altísimo los iluminase. Pero no cree que haya que mantenerlos a todos juntos en un mismo lugar, sino separados unos de otros... y que habría que expulsar a los extranjeros. Pero cuando regresasen, si lo hacían por tercera vez, deberían recibir castigos corporales. Sigmund von Boineburg, intendente de condado: quiere que primero se les instruya en la Palabra; si resulta inútil, primero quiere oír el informe de los sabios sobre cómo y dónde deben castigarlos. Ott Hundt, caballero: estima que, ya que este asunto no sólo concierne al anabaptismo, sino también a otro tipo de sediciones, hay que in-
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vestigarlo e informarse. También se deberían dedicar en todo el territorio oraciones al Altísimo para prevenir estas situaciones. Y si esto resultara inútil, habría que detener a los cabecillas y tratarlos como es de justicia; quizás al mismo tiempo se pueda mostrar piedad.
Fabritius, predicador de Altendorf: si el obispo, el alcalde y la ciudad de Münster los hubiesen castigado, se habrían evitado los disturbios. Habría que vivir de forma más honrada y no tan poco cristiana y rezar a Dios. Se debería reconvenir a los anabaptistas y si no surtiera efecto, se les debería castigar, porque intentan engañar a todos y hacer así una nueva Turquía. Por eso el anabaptismo no se debe tolerar. Deberían considerarse distintos castigos. El destierro le parecía bien; aquel que regresase por tercera vez y fuese castigado, no lo sería por sus creencias, sino por desobediencia.
Urkundliche QueUen zur hessischen Reformationgeschichte, tomo 4, págs. 133-36.
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6.13. La conversión de Menno Símons
Después de los acontecimientos de Münster y a pesar de las prohibiciones y castigos y de la mala fama de los anabaptistas, muchos, de forma sincera, se convirtieron a su fe. Menno 5imons, fun-
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dador de una de las sectas más numerosas y pacificas, explica bien la mentalidad de los anabaptistas al relatar cómo se convirtió.
cargue con los pecados ajenos... Esta consideración aparte, mi alma me corroía tanto que no podía resistirlo más. Y pensé para mí mismo: ¿qué haré, miserable, pobre criatura? Si permanezco en la vieja Iglesia y no estimulo la Palabra de Dios con lo que he ido aprendiendo, si no repruebo con la Palabra de Dios la hipocresía del sabio y esta vida carnal e impenitente con su bautismo, su comunión y su veneración pervertidas, con mi poca sabiduría. ¡Cuánta sangre se derramará!
Querido lector. Os escribo la verdad en Cristo, en nada os miento. En el año de 1524, el año 28 de mi vida, ejercí como sacerdote en el pueblo de mi padre, llamado Pinnigum, en Frieslandia, donde había otros dos sacerdotes de mi misma edad. Los dos habían leído algo de la Escritura, pero yo no la había tocado en mi vida, porque temía desviarme si la leía. Mirad qué predicador tan estúpido fui durante dos años. El primer año, mientras celebraba la misa con el pan y el vino, pensé con frecuencia que ésos no eran el cuerpo ni la sangre del Señor. Pensé que el demonio me estaba engañando para alejarme de la fe, me confesé con frecuencia, gemí y rogué, pero no pude librarme de ese pensamiento ... Finalmente pensé que dehía estudiar con atención el Nuevo Testamento, y no necesité mucho para ver que nos hahían engañado, y mi conciencia atormentada por aquel pan se vio libre de sus dudas sin ninguna enseñanza humana -aunque Lutero me ayudó bastante en ello- cuando comprendí que las leyes de los hombres no podían condenar a una muerte eterna. Después sucedió, mucho antes de que oyese hahlar de mis hermanos, que un hombre piadoso y temeroso de Dios llamado Sicke Snyder fue encarcelado en Leewarden porque hahía renovado su hautismo. Sonó maravillosamente en mis oídos el que alguien hahlara de un segundo hautismo. Estudié las Escrituras con diligencia y reflexioné seriamente sohre ello, pero no pude encontrar ninguna referencia al hautismo infantil. Cuando me di cuenta de ello, discutí con mi pastor sohre el tema y fuimos tan lejos que me tuvo que confesar que el hautismo de niños no tenía hase en la Escritura. En ese momento, no sólo confié en mi entendimiento, sino que busqué el consejo de varios autores que enseñahan que los niños dehían ser lavados del pecado original. Lo comparé con las Escrituras y encontré que aquello era contrario a la sangre de Cristo. Después nos llegó noticia de la secta de Münster, que ha engañado a muchos corazones piadosos. Mi alma estaha afligida porque, aunque reconocía que [creían] con celo, estaban equivocados en su doctrina. Me opuse a ellos todo lo que pude en la medida de mis escasas posibilidades con sermones y admoniciones. Mantuve dos discusiones con uno de sus ancianos, una en secreto y la segunda en público, pero mis advertencias no tuvieron éxito... Corrió por los alrededores el rumor de que podía acallar con habilidad las bocas de aquella gente. Y todos, quienes quiera que fueran, me llamaron, para que viera con mis propios ojos que podía ser defensor y baluarte de los impenitentes que en mí confiaban, lo que supuso una gran carga para mi corazón, por lo que suspiré y recé: Señor, ayúdame para que no
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Empecé hablando en público desde el púlpito, en nombre de la Palabra de Dios, sobre el verdadero arrepentimiento; para mostrar a la gente el estrecho camino, refutar por la fuerza de la Palabra todos los pecados e impiedades, así como toda idolatría y falsa veneración, llevar públicamente nuevos testigos hacia la veneración divina, el bautismo y la comunión verdaderos, de acuerdo con el sentido de la doctrina de Cristo, y con el grado de gracia que yo hahía recibido de Dios en aquella época.
Hillerbrand, Reformatíon on its Own Words, págs. 266-70.
6.14. Los huteritas de Moravia
Desde 1526, los anabaptistas, huyendo de la persecución y poniendo en práctica su creencia en el aislamiento del mundo impío, comenzaron a emigrar hacia regiones gobernadas por autoridades más tolerantes, especialmente Moravia. Baltasar Hubmeier abriría el camino. En 1526 convirtió al anabaptismo a un noble local, Leonhard von Liechtenstein, cuya sede en Nikolsburg se convirtió en un centro de anabaptismo en Moravia. En 1527, Hans Hut llegó a Moravia y su ferviente defensa del principio de la no resistencia concedió a este grupo su característica distintiva. La creencia en la comunidad de bienes que sostenía otro de losfundadores de la colonia, jacob Wiedemann, proveyó a los anabaptistas de Moravia de una segunda característica. La primera redistribución de la propiedad tuvo lugar en 1528, cuando Leonhard von Liechtenstein temió la persecución imperial y los anabaptistas se vieron obligados a abandonar Nikolsburg y buscar refugio en tierras de otro noble. Los huteritas deben su nombre a su primer líder, el anabaptista tirolés jacob Hutter, quien llegó a Moravia en 1533. La primera comunidad de bienes, 1528
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Por esta razón quisieron vender sus bienes. Algunos los vendieron, otros simplemente los abandonaron y se marcharon de allí con los demás. El señor de Liechtenstein les enviaría después todo lo que quedara tras
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ellos. Cerca de doscientas personas, sin contar a los niños, de Nikolsburg, Bergen y los alrededores, se reunieron frente a la ciudad. Algunos ciudadanos fueron hacia ellos llorando llenos de compasión, pero otros discutieron con ellos. En cualquier caso, se pusieron en marcha hacia el distrito que hay entre Tannewitz y Muschau, y acamparon en un pueblo abandonado, donde se quedaron un día y una noche mientras pedían consejo a Dios sobre qué hacer... Alguien extendió un abrigo en el suelo, y todos, voluntariamente y con el corazón deseoso, depositaron sus riquezas en él para ayudar a los necesitados, de acuerdo con las enseñanzas de los profetas y los Apóstoles (Isaías 23, 18; Hechos de los Apóstoles 2, 4 Y 5).
Hillebrand, Reformation in its Own Words, págs. 270-1.
6.15. La vida en la comunidad huterita, 1578
El siguiente relato, escrito por un visitante de Württemberg quefue a ver a sus parientes a Moravia, ofrece una idea de la vida en una comunidad huterita. así como de su mentalidad, con frecuencia irritante para los extraños, que la consideraban demasiado piadosa e incluso arrogante. El día 22... al dirigirnos a Stignitz, mi hermana Margarita y mi cuñado Miguel me hablaron del amor natural y la reverencia con que a menudo habían pensado en mí, y de cómo habían deseado tantas veces que estuviese con ellos. Y les dije que, desde la última vez [que les vi], nunca habían estado ausentes de mis pensamientos y que siempre los había recordado en mis oraciones. Entonces habló Christman, el marido de mi hermana Margarita, y dijo que no debía rezar por él porque Dios no escuchaba las oraciones de los impíos, sino que las consideraba un pecado. Así que no podía desearle ni ofrecerle nada bueno.
Los niños se asignan a determinadas mujeres que no hacen más que cuidarlos, lavarlos y vigilarlos, y mantienen sus camas y sus ropas siempre limpias y frescas. Los niños duermen de dos en dos, y rezan cada mañana y cada tarde para que Dios les permita ser educados en el temor a Él y les dé buenos maestros que les instruyan en Su conocimiento, y para que proteja en los campos de todo accidente a sus hermanos y hermanas. Después de esta oración, que pronuncian de rodillas, recitan la Oración del Señor. Mi hermana Sara no tomó a su esposo libremente, pero no pudo decir nada contra ello, porque arreglan los matrimonios como sigue: un domingo determinado, los ancianos convocan a los jóvenes y a las doncellas casaderas en una habitación especial, y los presentan los unos a los otros, y muestran dos o tres jóvenes a cada doncella para que ella elija. Ella tiene que tomar a uno de ellos, y aunque no está forzada a hacerlo, no debe actuar en contra de sus mayores. Me encontré en la destilería con mi hermanastro Sebastián, pero al principio no quiso darme la mano, igual que antes lo había hecho antes Christman... Sus primeras palabras fueron que yo era un falso profeta, por lo que no podía ni darme la mano ... El día 23 un anciano vino a mí... y me empezó a hablar de la Iglesia cristiana, diciendo que muchos de los que fanfarronean de ser cristianos no lo son, porque no habían hecho buenas obras: uno conoce a los árboles por sus frutos. Dijo que en el mundo había personas muy piadosas, pero también mucha disensión y muchas sectas entre nosotros; pero que ellos habían dejado todo eso atrás y habían seguido sólo a Cristo. Finalmente empezó a hablar de la comunidad de bienes y quiso demostrarla basándose en Corintios 1 10, 24.
Hillebrand, Reformation in its Own Words, págs. 271-3.
Me encontré en Stignitz con mi otra hermana, casada con un mercader de vinos, que había mandado a sus hijos a la escuela anabaptista. Porque toda comunidad anabaptista tiene una escuela en la que se coloca a los niños desde la edad de dos años (quedándose hasta entonces con sus madres), para que puedan aprender a rezar ya leer, aunque no prosigan sus estudios. Las niñas normalmente sólo aprenden a rezar ya escribir un poco, pero los niños aprenden a escribir ya leer hasta que son mayores, momento en que se les enseña un oficio o algún otro trabajo. Además los niños salen varias veces cada día a los campos o a los bosques cercanos, por lo que no están continuamente apelotonados, sino que pueden tornar algo de aire fresco.
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11 CONSOLIDACiÓN DE LA REFORMA
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Con frecuencia se ha descrito la Reforma como una mera predicación de nuevas ideas religiosas y el intento de abolición de la Iglesia católica. Sin embargo, buena parte de la Reforma consistió en la creación de nuevas instituciones y en el desarrollo de nuevas formas de vida eclesiástica. Al principio, este aspecto no constituyó como problema. Lutero, y muchos otros que pensaban como él, no aceptaban que todo aquellofuera un cisma en el seno de la Iglesia, y se preocuparon muy poco por la cuestión de la reorganización. Lutero consideraba que éste era un asunto gratuito, ya que esperaba que el Apocalipsis y el fin del mundo sucederían muy pronto, incluso en vida suya. Por ello, en las regiones luteranas, la Reforma se institucionalizó de manera fragmentaria y fortuita. A falta de alguien que la llevara a cabo, esta tarea cayó en manos de los distintos gobernantes civiles. Así, en el electorado de Sajonia, lo que empezó siendo una medida de emergencia se convirtió en base de instituciones permanentes, y al no estarplanificado previamente, fue un proceso muy lento y falto de éxito. El intento de difundir la Reforma a todos los niveles de la sociedad también encontró resistencias en una población predominantemente campesina, atada a sus formas tradicionales de pensamiento y comportamiento. Es más, la realidad de la naturaleza humana se encargó en seguida de apagar el optimismo inicial de los reformadores, que creían que su obra llevaría a la aparición de una cristiandad piadosa y nueva. Mas no pasó mucho tiempo antes de que los viejos conflictos resurgieran de una nueva guisa, mientras que nuevos problemas aparecerían.
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7.1. Instrucciones para las visitas en el electorado de Sajonia
El ritmo rápido de la reforma religiosa, emprendida muchas veces por alguna iniciativa local, amenazaba con hundir en el caos a la Iglesia. En mayo de 1525, en los albores de la rebelión campesina, se sugirió por vezprimera la idea de que los poderes civiles debían tomar bajo su mando la reforma religiosa de la Iglesia con objeto de impedir su desintegración. Poco después, Lutero apoyará esta idea, pensando sólo en princípio en la retirada del clero inadecuado y en una remodelación de las reservas financieras de las parroquias. En junio de 1527 el electorJuan el Constante ordenó las visitas, aunque no mencionó cuestiones doctrinales. Después en Wittenberg se elaboró una cuidadosa revisión de la doctrina y la práctica religiosa por medio de debates entre teólogos (Lutero, Melanchthón, Bugenhagen y Espalatino) que redactaron un libro de instrucciones para visitadores, instruyéndoles sobre los puntos que debían investigar. Los siguientes pasajes de la introducción buscan justificar una clara intervención civil en los asuntos de la Iglesia, especialmente cuando se describe la degeneración de su gobierno por la codicia y tiranía papales. Tanto el Antiguo como el nuevo Testamento señalan que visitar a los pastores y a las comunidades cristianas es tarea pía y sagrada cuando la realizan personas con instrucción adecuada; así leemos que san Pablo viajaba por las tierras de Judea, Hechos de los Apóstoles 9, 32-38... como ya antes hicieron Elías y Eliseo, tal y como podemos leer en el Libro de los Reyes (Reyes 11 2, 1-6).. , Los antiguos padres de la Iglesia, santos obispos de los primeros tiempos, sobre los que se puede aprender mucho en los decretos papales, siguieron igualmente dicho ejemplo. En un principio los obispos y arzobispos desempeñaban la tarea, cuando iban a visitar e inspeccionar a cada pastor ya su rebaño, debiendo supervisar su vida y su doctrina; de hecho "obispo" quiere decir "supervisor" o "visitador", y un arzobispo es el supervisor de estos visitadores... Con el paso del tiempo, el oficio de obispo se convirtió en un altivo señorío secular; los obispos, transformados en señores y gobernantes, estimaron que hacer tales cosas no era propio de su dignidad y se las confiaron a los prebostes, deanes y canónigos catedralicios. Después, los prebostes, deanes y canónigos se convirtieron en gente perezosa y confiaron la tarea a los oficiales, quienes, por dinero, plagaron las tierras de citaciones ante los tribunales eclesiásticos y no visitaron a nadie. Finalmente la situación degeneró aún más y se volvió peor, porque los oficiales se quedaron en casa, en sus salones caldeados, y enviaron a algunos rufianes y canallas al campo y las ciudades; éstos rondaban por las tabernas escuchando habladurías sobre determinados hombres o mujeres e informando de ello al oficial, que los acosaba con su oficio de carnicero y les sacaba el
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dinero, aunque fueran inocentes, privándoles de su reputación y de su honor... En resumen, tan sagrada tarea se había venido abajo y no quedaba nada de ella. Ahora que el Evangelio nos ha sido misericordiosamente restituido por la inefable gracia de Dios... por la que hemos visto cómo la Cristiandad está miserablemente dispersa, desgarrada y destrozada, creemos que sería algo realmente necesario que se volviera a implantar los oficios de obispo y visitador. Pero ninguno de nosotros ha sido llamado ni ha recibido una orden explícita sobre ello, y como san Pedro no permitiría que se hiciese nada en la Cristiandad a menos que fuese con seguridad obra de Dios, ninguno de nosotros se ha atrevido a colocarse por encima de los demás. Por este motivo queríamos estar seguros en conciencia y revivir este oficio de amor encomendado a todas las comunidades cristianas [a saber, las autoridades cristianas]. Así hemos pedido humildemente a su excelencia, el más noble príncipe y señor Juan, duque de Sajonia, alto mariscal y elector del sacro imperio Romano ... en tanto que nuestro príncipe territorial y autoridad civil designada por Dios, que su principesca gracia tenga a bien designar, en nombre de Dios, por el bien del Evangelio y de los cristianos sufrientes, a algunas personas cualificadas para este oficio del amor cristiano (porque él mismo no está obligado a ejercerlo en áreas de su propia autoridad civil); su principesca gracia lo ha hecho con la aprobación de Dios, y ha nombrado a cuatro personas [Hans van Planitz, caballero; Hieronymus Schurff, doctor en ley canónica y civil; el maestro Felipe Melanchthón y el oficial Asmus van HaubitzJ... Dios quiera que esto constituya un bendito ejemplo y que otros príncipes alemanes lo puedan imitar provechosamente.
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7.2. El problema de encontrar al clero adecuado: la Reforma en UIm, 1531
Cuando el consejo de la ciudad de Ulm decidió formalmente introducir la reforma religiosa en 1531, convocó a todo el clero de la ciudad y de sus territorios a una reunión en la alcaldía. Tras presentarles los 18 artículos que configuraban la Reforma de Ulm se les preguntó si estaban de acuerdo con ellos o si preferían respetar el dictamen imperial de Augsburgo que condenaba la herejía. Las respuestas que dieron un centenar de asistentes (35 de la ciudad y 65 del campo) constituyen la fuente más detallada que poseemos sobre las opiniones del clero de una gran ciudad imperial y sus territorios. Sorprende observar que muypocos, especialmente entre el clero rural, entendían realmente de qué se trataba, a pesar de que las ideas evan-
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gélicas habían sido predicadas tanto dentro como en las afueras de Ulm durante casi una década. Sin embargo, a falta de alguien más adecuado para sustituirlos, todos, excepto los más recalcitrantes y menos deseosos de cambiar, fueron mantenidos en sus puestos. La lista de respuestas es demasiado larga para reproducirla entera aquí, por lo que recogemos únicamente las respuestas representativas de una quinta parte de los interrogados. El documento revela muy bien la dificultad que supuso implantar la Reforma careciendo del clero adecuado para ello. Examen del clero de la ciudad, lunes 5 de junio de 1531 [5] Cori Crekh: carece de conocimientos en la materia; permanecerá en su puesto hasta que todos los creyentes conozcan lo que se debe creer. Esto es lo que hará. Es demasiado ignorante como para discutir estos temas sin la asamblea [el consejo general] de la Iglesia.
[8] Cristan Hezeler. permanecerá fiel a lo que le ha sido transmitido durante once o doce siglos; es demasiado ignorante como para objetar o confirmar los artículos. [15] Berhart Neithart: sostendrá aquello que plazca al consejo de la ciudad. No puede decir nada sobre los artículos, porque no entiende nada de la materia.
[17] Dr. Wilhem Rot: se comportará como es debido con el consejo de la ciudad, de la misma manera que cualquier otro ciudadano seglar, y apoyará los artículos. No sabe cómo mejorar las valiosas opiniones del consejo de la ciudad. Se hizo cura por salir de la pobreza; le gustaría que nunca hubiera sucedido. Pide que se le conceda la protección del consejo de la ciudad. [18] Martin ldelhauser. hace mucho que ha sido instruido sobre lo que dicen los artículos y ya se los había explicado a [Martín] Bucero; su único punto de desacuerdo con los demás era la misa, pero ahora está satisfecho. [21] Conrad Kollin: tampoco es válido. Encomienda el asunto a Dios y a las autoridades reunidas. (También dijo al condestable de la ciudad, Hans Stork, que rezaría a Dios por él para que no le cortaran las pelotas.) [34] Hans Villicus: permanecerá en la vieja usanza, como lo han
hecho los de Westerstetten; su padre así se lo enseñó y le pidió que fuese sacerdote; y el seguirá siéndolo, vaya al infierno o no.
Se mandó llamar de nuevo a muchos de ellos.
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Examen de los sacerdotes de los territorios adyacentes, miércoles 7 de junio de 1531 [38] johannes Mann, capellán de Reutti: ha tenido públicamente esposa y ha sido sacerdote durante doce años; anteriormente aprendió mucho en las escuelas [y] en las cortes papal y episcopal en la época en la que era sacerdote y siguió las creencias [de los papistas], pero hace un par de años fue parcialmente iluminado y ha renunciado en parte a sus creencias. Los artículos le agradan. [39] Hans Zimmerman, capellán de Geislingen (dotado por el tribunal de Geislingen): no ha entendido los artículos, mas le complace lo que el estimado consejo tenga a bien. Creía lo que creía la Iglesia cristiana, es decir, lo que los Consejos generales aprobaban. También sostenía que estaba bien la misa. [41] Martín Salzlin, párroco de Byningen (dotado por los cartujos
de Buchsheim): Pablo dice al final de [su epístola a] los Hebreos, no te dejes engañar por las falsas enseñanzas; por eso debe ver si los artículos constituyen falsa enseñanza o no, y para ello necesita tiempo. También dice Pablo en Romanos 13 que se debe obedecer a las autoridades; él debe, por ello, en justicia ser obediente a su obispo, a quien juró obediencia, y consultarle para su entendimiento. [44] Hans Widemann, párroco de Sontberger (dotado por el consejo de la ciudad): considera que los artículos son cristianos, pero piensa que no tiene capacidad para defenderlos; antes sostuvo que la misa estaba bien, pero desea informarse mejor de ello.
[49] jeorius Bretzel, párroco de Radelstetten: le resulta demasiado difícil juzgar los artículos cuando los mismos sabios no se ponen de acuerdo. Pide que le sea permitido, hasta el consejo general, permanecer fiel a lo que le fue enseñado en la Iglesia romana. Está francamente confundido en lo que respecta a la misa y al sacramento. [55] Weiler de Helfenstein (dotado por el preboste de Herwartingen) permanecerá fiel a lo que le fue enseñado previamente; remite todo a los sabios, no sabe nada de ello.
[64] El párroco de Lonsee (dotado por el abad de Blaubeuren) es un hombre simple y no puede decir nada sobre el tema, ya que los mismos doctores se pelean por ello. Su abad le ha ordenado enseñar la antigua fe; la mayoría de los artículos le gustan, sólo le preocupa el sacramento. [75] El párroco de Naw sostiene que la mayor parte de los artículos son cristianos, y también los ha predicado; pensará sobre los demás.
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Lebbyn 06 arrendatarios, 2 colonos). El pastor está poco cualificado; él mismo no sabe qué hacer, sigue tan pronto el antiguo camino como el nuevo, y por ello ha sido despedido.
[81] ]akob (Jorg) Stehlen, capellán de Leipheim: opina que los artículos no son ni cristianos ni anticristianos. [84] Hans Siler, capellán de Aufhausen: remitirá los artículos a nuestros señores [del consejo de la ciudad] para que ellos juzguen, y hará lo que el estimado consejo le requiera.
Stolzenhayn (16 arrendatarios, 6 colonos). El pastor nos había remitido una carta concerniente a varios delitos y blasfemias abominables con los que la gente de Stolzenhayn había atentado contra la obra divina y la Palabra de Dios... Se ha amonestado a la gente con premura para que se arrepienta ... La gente de Stolzenhayn ha retenido el diezmo del pastor, quien recibe una tercera parte, mientras los otros dos tercios son para nuestro gracioso señor [el elector].
[85] Michael Graeb, párroco de Holzchwag: ni critica ni alaba los artículos y seguirá como sacerdote. No oculta el hecho de que una vez dijo que eran creencia propia de la chusma, pero tampoco cree en las creencias [católicas] actuales. Se le ha ordenado que lea sólo los textos de las Epístolas y del Evangelio directamente de la Biblia, absteniéndose de cualquier tipo de sermón.
Loben 06 colonos, 12 granjeros). El pastor tiene una educación deficiente y no resulta adecuado. Por ello hemos nombrado a otro para que viva en su casa durante cuatro semanas, con cama y mesa, para que les instruya a él y al pueblo. Al cabo de estas cuatro semanas, si el párroco está algo instruido y se compromete a ser más diligente y cuidadoso, deberá predicar el Evangelio los domingos y [enseñar] el catecismo entre semana mientras resida o permanezca allí.
[91l]ohannes Kalhan, párroco de Amstetten: los artículos están en contra de sus creencias; permanece por el consejo de la ciudad. [99] ]org Gryss, administrador de la parroquia de Siessen (presentado por el abad de Adelsberg): los artículos le gustan de verdad, ya ha predicado la mayoría de ellos.
Holzdor:f El pastor se queja de que la gente menosprecia el esfuerzo que hace al predicar. Había decidido predicar dos veces a la semana pero, debido a la indiferencia de la gente, tuvo que renunciar. Además, aunque los campesinos eran reos de brujería, adulterio y otros vicios, se querían marchar sin recibir castigo. Había, en particular, una hechicera llamada Hermanin, que aseguraba a la gente que podrían encontrar todo aquello que hubiesen perdido. La esposa de su pertiguero era adúltera pública, y a su pesar [el del párroco] los campesinos tomaron su partido [el de la mujer]. Sin embargo hemos despedido al pastor, debe marcharse en Semana Santa.
G. Keidel, "Ulmische Reformationsakten von 1531 und 1532", Württembergische Vierteljahrsheft für Landesgeschichte, NF4 (l895), págs. 260-3, 265-9.
7.3. Las visitas como un medio de reforma
En los siguientes pasajes de la visita sajona de 1529 al distrito de Schweitnitz se pueden apreciar las dificultades que supuso implantar una reforma religiosa contando con un clero inadecuado y un campesinado recalcitrante. Plossick (20 arrendatarios, 15 campesinos). Se rumorea que el pastor es sospechoso de usos y doctrinas papistas, pero hace casi un año revisó el Evangelio. Tiene pocos libros, promete mejorar y ha sido colocado bajo la supervisión del pastor de Prettin, que debe vigilar su diligencia y sus doctrinas, y si le cree perezoso o inconstante informará de ello a los visitadores o al oficial de distrito, de manera que la gente pueda tener un pastor nuevo. Aryn (18 colonos). El pastor, reverendo Martinus Mauck [interrogado sobre si era evangélico y si había administrado la comunión bajo las dos especies]: tenemos informes de lo contrario, predica falsedades y utiliza en secreto agua bendita. En resumen, por medio de rumores e informes de la gente, se ha descubierto que todavía es bastante papista, por lo que lo hemos despedido.
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Dubro. La gente de las dos parroquias de Holzendorf es bastante malvada y desvergonzada. En general no escuchaban los consejos, a menos que procediesen del carcelero o del verdugo y a menos que fuesen [amenazados con ser] conducidos lejos y con que otra gente más piadosa se asentaría en su lugar. Sin embargo, se les ha otorgado un pastor para que cuide de sus almas. ,1 ,1
Wenho 04 arrendatarios, 1 colono). Aquí los campesinos ni rezan, ni creen, ni conocen los Diez Mandamientos, ni habían tomado antes el sagrado sacramento. Por eso el pastor no permitirá que nadie tome la comunión a menos que haya reflexionado previamente sobre sus pecados, los haya confesado y sea capaz de contestar a las cinco preguntas [sobre la fe]. Wildenau (23 colonos, incluyendo 17 arrendatarios). Los campesinos pueden rezar bastante bien y alaban a su pastor como hombre bastante cultivado. La dama noble local querría tener un pastor diferente, y ha
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Felipe de Hesse] convocamos [a los representantes] de nuestras ciudades y a la nobleza y acordamos tratar a los monasterios y órdenes religiosas como sigue:
oído una acusación de alguien de Tensdedt diciendo que el actual había rehusado administrar la comunión bajo las dos especies. Pero los campesinos han informado sobre él de manera bastante diferente en presencia de los sirvientes de la aristócrata.
1 ... Aquel que quiera abandonar [el claustro] deberá recibir un justo pago por ello [los nobles debían recibir bien la totalidad de la suma que aportaron al entrar, bien un mínimo de 100 florines; los demás recibirían una suma acorde a sus circunstancias]. Aquel que quiera permanecer recibirá el apoyo necesario, las mujeres serán enviadas a un lugar conveniente y los hombres a la Kugelhaus de Marburgo, para que puedan estudiar en una escuela.
Treben. Aquí las cosas se hacen con bastante desprecio y maldad. En cinco años muy pocos han recibido la comunión, y no se celebra la solemne fiesta de la Ascensión. Sin embargo, el pastor se regocija, y ama, en la pura doctrina del sagrado Evangelio, y la nobleza habla bien de él en lo referente al Evangelio. Hemos hablado con los señores y con los campesinos y les hemos exhortado a mejorar. El pastor sólo predica los domingos y no celebra la misa por falta de asistencia; se le ha ordenado que prosiga con su sagrada tarea.
2 [El landgrave] desea que se establezcan dos monasterios en las tierras altas y bajas del principado, donde puedan ingresar los hijos de la nobleza [cincuenta en cada uno. Si la nobleza considera preferible depositar todos los recursos financieros en un fondo común, del cual se puedan pagar unos 200-300 florines anuales a ocho nobles, el landgrave también lo permitirá].
Staatsarehiv Dresden, loe. 10598, "Registration der Visitation etlieher Saehsisten, Meissnisehen Kreise, Amter, 1529".
7.4. La disolución de los monasterios
El problema principal del establecimiento de la nueva organización eclesiástica era proveerla de un soportefinanciero adecuado. Muchos de los antiguos clérigos obtenían sus ingresos de lasfundaciones piadosas, basadas en la creencia de que era posible alcanzar la salvación por medio de buenas obras. Las nuevas Iglesias no podían contar con esta fuente de ingresos, y al mismo tiempo los fondos de la vieja Iglesia se habían ido erosionando a causa de la injlación o la licencia. Una posibilidad consistía en disolver las órdenes monásticas y aplicar sus recursos al mantenimiento de la nueva Iglesia, pagando así los sueldos de los nuevos clérigos y dedicando el resto a la asistencia de los pobres. Sin embargo, los monasterios habían venido desempeñando tradicionalmente un importante papel en situar a los hijos solteros de la nobleza, y muchos nobles no estaban en absoluto dispuestos a renunciar a ello. En Hesse se llegó a una solución interesante. Aunque la nobleza sospechaba del landgrave -temiendo que deseara el control de los ingresos resultantes-- nunca se pudieron demostrar estas sospechas porque el comité investigador nunca llegó a reunirse. Dieta territorial de Hesse: disolución de los monasterios, 1527 [Según lo decretado en la Dieta imperial de Spira en 1526] cada gobernante puede actuar y gobernar libremente en sus tierras y territorios, respondiendo ante Dios y su majestad imperial, así nosotros [el landgrave
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[También desea que treinta nobles, quince en cada una de las dos zonas del principado] perciban en sus residencias ingresos en maíz, trigo y avena, para que puedan permanecer en armas. 3 Las necesidades de la Universidad de Marburgo se financiarán con los ingresos de los monasterios. 4 [Todos los demás ingresos de los monasterios] deberán ser puestos en un cofre común, que supervisarán dos de nuestros consejeros, dos delegados de la nobleza y dos de las ciudades. [Los oficiales nombrados para el control del cofre deberán llevar una contabilidad anual, de manera que cuando haya necesidad] el dinero sea utilizado para ayudar a los pobres y no se vean tan agobiados por los impuestos.
Urkundliche QueUen zur hessischen Reformationsgeschichte, tomo 2, pág. 45.
7.5. El restablecimiento de la disciplina eclesiástica
Con elfin de mantener la nueva política de la Iglesia, los gobernantes de la recién establecida Iglesia territorial estaban decididos a no permitir la indisciplina social y religiosa típica de los primeros movimientos de la Riforma. Para ello se riforzaron las normas que regulaban el comportamiento del nuevo clero y de las doctrinas, tal como lo muestran en 1533 los estatutos eclesiásticos del electorado de Sajonia. El deseo de disciplina condujo, incluso, a reinstaurar prácti-
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cas cuya abolición había constituido la piedra angular de la "libertad cristiana" en los primeros tiempos de la Riforma, como ocurrió en Brandemburgo, donde por razones de disciplina se mantuvo el ayuno y la abstinencia de comer carne.
7.5.(a) Los estatutos de la Iglesia sajona de 1533 Las autoridades, oficiales, castellanos, caballeros y miembros de la nobleza, igual que los consejeros en las ciudades, deben amonestar con diferencia a sus súbditos, y exhortarles para que acudan a los sermones y otros servicios divinos, para que recen con objeto de que Dios les conceda su gracia, para que escuchen su divina palabra con atención y para que la mantengan. Nadie debe hablar con el párroco o predicador cuando éste está en el púlpito; pero si alguien no lo entiende, deberá acudir solo al párroco o al predicador y conversar con él amistosa y plácidamente. El párroco o el predicador deberán instruir amistosamente a esa persona, y si no fuesen capaces de solucionar su problema, deberán acudir al superintendente para que éste les instruya.
Sehling, Die evangelischen Kirchenordnungen des xvi. Jths, tomo 1Ii, pág. 187.
ción de unos estatutos temporales que todo padre de familia debería hacer observar a sus sirvientes. Como no es adecuado imponer nuevas fechas especiales [para el ayuno], resulta más conveniente mantener las tradicionales, a saber el viernes y el sábado de cada semana y los cuarenta días de la Cuaresma. Y ya que la carne está fuera de temporada durante la Cuaresma y que nuestro principado de Brandemburgo está bien abastecido de pescado, no es absurdo ordenar que durante ese período las comunidades se abstengan de comer carne. Más aún, los malvados y perversos, de los que hay muchos en todos los lugares, que quieren atacar de cualquier manera el Evangelio, excediéndose con la comida y la bebida simplemente para contrariar a las autoridades, para saltarse las normas y escandalizar a los débiles, serán castigados con objeto de no obstaculizar descuidada e innecesariamente [la vivencia] del Evangelio en otros lugares. Pero es indispensable enseñar a la gente que no deben comprometer de ninguna manera sus conciencias con estos períodos [de ayuno] o con las comidas, ni se convierten en pecadores ante Dios si no es por perversa malicia y escándalo, ya que prohibir los alimentos es, como Pablo dice a Timoteo [Timoteo 1 4, 31, algo claramente diabólico y lleva a la perdición. En cuanto a las mujeres embarazadas y los enfermos, harán uso de su libertad cristiana sin obstáculos.
Scheling, Die evangelische Kirchenordnungen des xvi. Jhts, tomo 3, pág. 87.
7.5.(b) Los estatutos de la Iglesia de Brandemburgo Sobre el ayuno En tanto que príncipe territorial y padre de la patria, tenemos el poder, después de habernos hecho aconsejar, de publicar estos estatutos políticos para que sirvan al bien común, considerando que la conciencia no queda comprometida ante Dios; y también para que la gente joven e ignorante se vaya acostumbrando a la moderación. Como Cristo no ordenó ningún momento concreto [para el ayuno] ni hizo distinciones en la comida, sería injusto hacer leyes que obligaran en conciencia ... en contra de la Palabra de Dios y de la libertad cristiana. Sin embargo, el mismo Señor nos enseñó que debemos vivir con sobriedad y moderación, y que debemos dominar el cuerpo para que obedezca al espíritu, igual que hicieron los Apóstoles, en lo que llama "ayuno" la Escritura. Pero como los jóvenes y la gente corriente son demasiado ignorantes y están inclinados al exceso, si no se les obliga a ello, nunca aprenderán moderación y caerán en la gula y en la borrachera. Por tanto, es lógico que la autoridad secular considere la redac-
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7.6. El trabajo de la nueva Iglesia
La formación de pastores adecuados, las relaciones entre el clero y los fieles y el mantenimiento, en el seno de una Iglesia-Estado, de la frontera entre los campos espiritual y secular, llevaron a que las nuevas Iglesias luteranas tuvieran una difícil existencia, como lo muestran los siguientes documentos. El documento 7.6 también revela la importancia de la ceremonia de ordenación en la nueva Iglesia luterana a pesar de que, en teoría, se habían abolido las distinciones entre el clero y los laicos. Informe de los examinadores designados en Weimar para ordenarpastores, 1551 [Les aflige tener que examinar y ordenar a hombres tan jóvenes], ya que los campesinos y otros muchos se aprovechan de su juventud y debido a ella desprecian sus enseñanzas y sermones. Los jóvenes también [lo
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admiten] y no se puede hacer nada con ellos; empiezan a apostar, a irse de juerga o a bailar, y prosiguen con desórdenes semejantes. Por ello, por la condición del elevado oficio de pastor, es conveniente que se les deje estudiar más tiempo y que se establezcan bases mejores para el oficio de predicador; o darles la oportunidad de ser diáconos a la vera de un pastor experimentado. Más aún, ningún superintendente debería enviarlos aquí sin que posean al menos una Biblia alemana y los Comentarios del doctor Martín Lutero, de tan santa memoria, ya que raramente los compran después. Después de todo, un soldado debe tener sus armas y armadura antes de alistarse. Luego está su vestimenta, que en el ministerio se lleva con pobreza: deberían tener un abrigo respetable y no uno cortado a la moda, ya que muchos de ellos llegan con aspecto de vagabundos, con lo que hemos tenido que prestarles ropas decentes, porque aquel que ingresa en el ministerio debe tener ropas convenientes y adecuadas, y no harapos. Muchos de ellos se ordenan como diáconos o como simples párrocos de pueblo (según se dice, ningún doctor estaría dispuesto a que le
enviasen a tales puestos), pero una vez ordenados, inmedialalllc'llll' "lllpi,' zan a pensar en puestos más elevados, lo que nos parece inadecuado l" il):1 ceptable. En caso de no observar la suficiente diligencia con sus lil)J"()s, como es habitual, [y de querer buscar un nuevo puesto] deberían ser ck nul'va examinados y presenrar una causa [justificada] para tal cambio y demostrar que han mejorado y que son adecuados para la Iglesia a la que han sido llamados. Staatsarchiv Weimar Reg. Ji 2261.
7.7. Debates sobre el derecho de las comunidades a elegir a sus pastores
Uno de los principias fundamentales de los primeros tiempos de la creencia evangélica .lúe el derecho que tenían las colnunidades a elegir a sus past01'es. Con frecuencia este derecho quedó anulado en la pl'áctica en la medida en que el príncipe se hizo cargo de la vida eclesichtica de sus territorios. Los pastores eran designados por el príncipe o sus ofIciales, .Y las comunidades sólo tenían el derecho de aceptar () rechazar su nomhramiento. Pero la prueha defúe80 de este derecho se presentó en la práctica, cuando las comunidades quisieron de,\pedir a pastores que considerahan inadecuados. El caso más paradi8mático tuvo lugar en elpuehlo sajón de Rinl.Jehlen en 1564, donde los hahitantes protestaron contra su irascihlE> pastor Phillip Schmidt, lop,rcmdojlnalmente su expulsión. Entonces intentaron elegir a su propio pastor de aClwrdo con las doctrinas evan8élicas. h'l intercamhio de opiniones pone de man[/iesto las diferentes posturas que se adoptahan en estos dehates, y revela que la preocupaCión por la Palahra de Dios no siempre tuvo un papel preponderante en ellas.
7.7.(a) La comunidad de Rinkleben al duque de Sajonia, 20 de abril de 1564
Lutero y el elector Juan Federico de Sajonia ante un crucitijo. El grabado representa a Lutero como impulsor de la Reforma, pretendiendo enfatizar tanto la doctrína central luterana de confiar sólo en Cristo, como la dependencia luterana de la protección de los príncipes. Estos grabados eran semejantes a los retablos tradicionales y a las habituales imágenes devotas, sirviendo para reforzar la solidaridad entre los creyentes evangélicos.
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Hace ocho años se nombró para la cura de nuestras alm,¡s aquí en Rinkleben a nuestro actual pastor, sin nuestro requerimiento ni consentimiento. Se comporta de manera tan rara, irascible y problemática y nos trata de manera que ejerce su oficio con negligencia ... Sus enseñanzas y conducta no nos edifican en nada. Ya no podemos seguir siendo pacientes ni guardar silencio, como hemos venido haciendo hasta ahora ... [adjuntaban una lista de diecisiete quejasJ ... , por ello, humildemente, solicitamos a su gracia que nos proporcione otro pastor piadoso, culto, leal y diligente.
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7.7(b). Respuesta de Phillip Schmidt, pastor de Rinldeben, al duque de Sajonia Es verdad que fui nombrado [y no elegido por ellos, pero) este nombramiento fue realizado por vuestra gracia y los visitadores que vos mismo designasteis Ahora quieren convertirlo en una especie de nombramiento irregular porque no se les consultó ni participaron en él. ¿No es una diabólica calumnia impugnar el nombramiento de un pastor, confirmado y probado en su oficio durante casi nueve años por Dios y por las más altas autoridades? ¿No es esto alzarse malvada y conscientemente contra las órdenes y autoridad de vuestra gracia? .. Vuestra gracia puede concluir no sólo lo que pretenden mis parroquianos, sino también lo que realmente quieren los campesinos y los demás en todo el principado: tener derecho a elegir, nombrar, confirmar y deponer a su pastor espiritual, igual que hacen con su vaquero y su pastor [terrenales). .. Si el nombramiento se hubiese hecho de acuerdo con el deseo de los de Rinkleben, habrían elegido a un amigote comilón y bebedor. .. o al contrario, a algún pío predicador meloso.
7.7.(c) De la comunidad de Rinldeben al superintendente de Weimar, 8 de junio de 1568 [Recordaréis los problemas que tuvimos con nuestro pastor anterior, que nos fue impuesto en contra de nuestra voluntad). Hemos sido informados de que nuestro gracioso príncipe, el duque de Sajonia, ha concedido a las comunidades el derecho a elegir a sus pastores, y queremos recordarlo a vuestra gracia ... Os escribimos para anunciaros que, por consiguiente, deseamos elegir a nuestro maestro de escuela como nuevo pastor.
7.7.(d) Informes del oficial de Rinldeben, Georg Wolrab A Bartholomeus Rosinus, superintendente de Weimar, 16 de junio de 1568: [Wolrab rectifica la opinión de que él aprueba la elección). Algunos miembros de la comunidad han decidido tomar [el control) de la parroquia e intrigar y han obrado tan en secreto que uno de los jefes y un tercero de la comunidad, así como yo mismo ... no hemos tenido la menor noticia de ello... quieren elegir al maestro para no tener que pagarle las tasas escolares. Todo ha sido organizado por los más importantes campesinos, los oficiales del pueblo y los granjeros ricos, que presionan con fuerza ... y son tan obstinados como los suizos libres.
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A su cuñado, el secretario del duque en Weimar, 18 de junio de 1568: [le pide que intervenga para que el maestro no sea nombrado) y los campesinos no obtengan lo que buscan... Propongo al capellán de Buttelstedt, Martin Christian... pero si los campesinos se enteran de que quiero que sea él, no lo aceptarán. Informe sin fecha de Wolrab: Los consejeros ducales han enviado a Rinkleben al nuevo pastor para que pronuncie un sermón de prueba, pero los campesinos no lo quieren. No pueden aportar ninguna razón para ello salvo que [supuestamente) ha armado menos alboroto sobre la vida disoluta con los ricachones que con los campesinos y que no será capaz de hacer que éstos ni siquiera se quiten el sombrero. Pero cuando hice ademán de informar de ello a nuestro gracioso señor [el duque), le aceptaron para el puesto. ¡Ya veis qué clase de canallas son!
Staatsarchiv Weimar , Reg L1 670, 671.
7.8. Felipe Melachthón y las razones para seguir el Evangelio
Cuando la primera etapa de la Reforma tocaba ya a su fin, quedó claro que el seguimiento del Evangelio era bastante confuso, y que se debía a motivos muy diversos, entre los que se encontraban los intereses personales y el deseo de obtener beneficios políticos conCJ'etos. Felipe Melanchthón mostró su preocupaCión por ello en una carta privada a Chilian Goldstein, del 2 de abril de 1545. "Muchos son los llamados y pocos los elegidos". Los teólogos discuten las múltiples y variadas interpretaciones que se pueden dar a esta frase pero pienso que, siguiendo las cuatro categorías enunciadas por Aristóteles, se le puede dar una sencilla explicación. 1 Algunos aman el Evangelio por naturaleza y odian las cadenas de la ley y de las ceremonias, pero por otra parte aborrecen la relajación de la disciplina; por esta razón creen en el Evangelio como el camino más directo y corto para liberarse de sus cargas, ciego deseo éste que les lleva a amar el Evangelio. En esta primera categoría se puede incluir la mayor parte de la gente común, que ignora las bases de la doctrina y el origen de las controversias y perciben el camino del Evangelio igual que mira el ganado a una nueva puerta abierta. 2 Hay otros, sin embargo, entre ellos muchas personas que son grandes y nobles, que moldean sus opiniones religiosas a la manera de Jezabel, de acuerdo con el temperamento de los gobernantes del momento. Hoy en día, en las cortes de los príncipes, abundan las personas de este
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tipo, que aprueban esta aquella religión no porque realmente piensen que es la vía, sino porque no quieren ofender en cosa alguna a sus príncipes. 3 Hay otros que muestran una gran diligencia en la piedad y un celo singular, pero buscan bajo este pr~texto satisfacer sus pasiones. Muchas personas blandas de carácter pertenecen a esta categoría.
distinguir varios grados posibles de aceptación del Evangelio y juzgarlos no por su apariencia, ya que no hay nada más incierto ni engañoso, sino por motivos más profundos, que están en la mente y en la voluntad. Corpus Reformatorum, tomo 5, págs. 725-6.
4 La última categoría es la de la verdadera elección, la de aquellos que juzgan las principales controversias con una mente clara y son conscientes de sus implicaciones, aquellos cuya voluntad está tan alentada por el Espíritu Santo que no dudarían en abandonar los asuntos humanos por profesar la doctrina. Cristo se refería sin duda a su perseverancia, que sólo tienen pocos. Él no quería establecer opciones especiales, sino, simplemente,
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El duque Juan Federico de Sajonia, presentado en un grabado de Pangratz Kempf, 1554. El grabado representa la reputación de santo de que gozó el duque Juan Federico después de su muerte, aclamado como santo y mártir luterano por su encarcelamiento tras la derrota de la primera liga de Esma1calda. Aquí se le muestra recibiendo la visión de Cristo crucificado como Salvador, en imitación consciente de la estigmatización de San Francisco.
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El CALVINO Y GINEBRA: LA SEGUNDA GENERACiÓN DE REFORMISTAS
La última gran corriente de reforma evangélica que surgió en la primera mitad del siglo XVI está ligada a .luan Calvino y a Ginebra. Aunque normalmente se le incluye entre los "reformadores SI_tizos", Calvino, por nacimiento, educación y temperamento, en realidad erafrancés. Durante todos los años que vivió en Ginebra se consideró siempre un exiliado y deseó ardientemente extender su influencia a su tien'a natal. Sin embargo, murió en 1564 sin llegar a ver las consecuencias de la "religión reformada" (en el XVI se la conocía más por este nombre que por el de "calvinismo"). Calvino pertenecía a la "segunda generación" de reformadores. Nacido en 1509, en Noyon, en la Picardíafrancesa, un cUal10 de sl~qlo después que Lutero y sus coetáneos, desarrolló una espiritualidad diferente y su visión de la R€!/orma también jite d!ferente, lo que le hizo impacientarse ante los compromisos y las medias reformas tan típicas del luteranismo. Calvino pretendía pUrificar la religión evangélica de todos los "vestigios del papado" y crear una "religión verdaderamente reformada"-de ahí el nombre que adoptaron sus seguidores de entonces-. Como ya sucediera con Lutero, la reforma específica de la religiosidad que adoptaron o d€!fendieron sus seguidores no siempre fue la que Calvino habría deseado.
8.1. La conversión de Caivino
La piedra angular de las ideas religiosas de Calvino era la poderosa soberanía de Dios, reflejada a continuación en un fragmento autobiográfico en el que describe su experiencia de la conversión.
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Ocurrió que... me cambié al estudio de leyes por obediencia a los deseos de mi padre. Pero Dios, en su secreta providencia, me llevó en diferente dirección. Al principio yo era tan devoto a las supersticiones del papado que no salí del fango con facilidad ... Luego, por una conversión repentina, mi corazón cambió... Me inflamé en el deseo de alcanzar la piedad verdadera, y, si bien no abandoné mis estudios, los proseguí con menos intensidad... Dios me cambió y me transformó así, a través de tantas curvas y vericuetos que no tuve paz hasta que, en contra de mis naturales inclinaciones, Él me hizo ver la luz.
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Corpus Reformatorum, tomo 59, col. 22.
8.2. La llamada de Calvino a Ginebra En 1533, las convicciones evangélicas de Calvino le obiga1'on a hui¡' de Parts y exiliarse en Basilea. Su indignación por la persecución de los creyentes evangélicos en Francia le movió a escribir su primera redacción de Institución de la religión cristiana estableciendo la naturaleza de su fe y en parte justificando su decisión de huir. La publicación de esta obra le hizo ganarse una fama inmediata dentro de los círculos evangélicos. Después de una corta visita a Francia, intentó regresar a Basilea y posiblemente a Btrasburgo, pero casi por accidente aterrizó en Ginebra, donde se encontró con un reto.
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Territorios protestantes en 1559
- - - Fronteras de la Confederación suiza (1515)
Territorios con varias religiones en 1559
Territorios del duque de Sajonia (anexionados a Francia, 1536-59)
- - - Fronteras de la Confederación suiza (1536-67)
Ginebra y sus territorios circundantes en tiempos de Calvino. (Basado en un mapa de G. R. Potter y M. Greengrass, John Calvin [Edward Arnols, 1983}.)
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8.2.(a) Vida de Ca/vino, de Teodoro Beza Beza fue el sucesor de Calvino como jefe de la Iglesia de Ginebm. Su biografía del reformador qfrece un relato calvinista de los orígenes y desarrollo de la "religión reformada ". Tras arreglar SLlS asuntos [en Francia)... quería volver a Basilea o a Estrasburgo, pero la guerra había cerrado todos los caminos y se vio obligado a viajar a través de Suiza. Entonces llegó a Ginebra, ciudad que no conocía, guiado por la providencia, como se vio después. Poco tiempo antes en esa ciudad, se había difundido de forma casi prodigiosa el evangelio de Cristo gracias a los esfuerzos de dos hombres ilustres, principalmente Guillaume Farel, del Delfinado... y Pierre Viret, de Orbe... Al pasar por Ginebra, Calvino los visitó ... Farel, una persona obviamente inspirada por una ciel1a clase de espíritu heroico, le instó a que se quedara y trabajara allí con él. Todo fue en vano, hasta que Farel le dijo: "Declaro en nombre de Dios, que el Señor te castigará por buscar tu interés antes que el Suyo". Calvino, ate-
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rrorizado ante esta acusación, se sometió a los deseos del presbiterio y de los magistrados, que con sus votos y con la aprobación del pueblo, no sólo le eligieron predicador (puesto que antes había rechazado), sino también profesor de Literatura Sagrada -el único oficio que deseaba aceptar-o Esto ocurrió en agosto de 1536.
Corpus Reformatorum, tomo 49, coL 125.
8.2.(b) El relato de Calvino En mis viajes me preocupé de ocultar que yo era el autor de [la Institución de la religión cristiana] y había decidido seguir haciéndolo has ta que al final Guillaume Farel me retuvo en Ginebra, no tanto por sus con sejos y exhortaciones, sino con una terrible acusación, como si Dios desde el cielo hubiese puesto una mano violenta sobre mí... Poco antes, la obra de estos hombres ilustres, Farel y Pierre Viret, había alejado la fuerza del pa pismo; pero no se había zanjado aún el tema y la ciudad se hallaba dividi da en varias viles y peligrosas facciones.
Corpus Reformatorum, tomo 59, cols. 23-4.
8.3. La primera época de Calvino en Ginebra
La Reforma se introdujo en Ginebra entre marzo y mayo de 1536, de forma parecida a como se había hecho en otras ciudades suizas o alemanas: primero se permitía la predicación de la Palabra de Dios, después se prohibía la predicación católica y la celebración de la misa, y finalmente se aceptaba la nueva creencia tras una vo tación del consejo municipal. Cuando Calvino llegó a Ginebra ya se habían rechazado formalmente las creencias papistas y se había aceptado la reforma evangélica. La contribución de Calvino consistió en esbozar una declaración sobre las creencias reformadas en la que todos los ciudadanos y habitantes de Ginebra juraban mantener una "confesión de fe". Aunque el consejo aprobó con rapidez esta "confe sión ", surgió una amplia oposición en la ciudad.
dico Claude Savoye propuso que aquellos que se oponían a los cambios de bían hablar y explicar por qué no deseaban vivir de acuerdo con las Escri turas y la Palabra de Dios, tal como se había predicado a diario en la ciudad desde la abolición de las misas y otros abusos papales. Como nadie habló en contra, se acordó unánimemente, a mano alzada y jurando ante Dios, que en el futuro viviríamos de acuerdo con la santa ley evangélica y la Palabra de Dios, y que abandonaríamos todas las misas, y las demás ceremonias y abusos papales y todo lo relacionado con ellos. Se acordó también por una nimidad que debía contratarse a alguien con conocimientos adecuados para enseñar en la escuela sin cargar ninguna tasa y que se requeriría a todos los padres que enviasen a sus hijos a la escuela para que allí les instruyeran.
Corpus Reformatorum, tomo 49, cols. 201-2.
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8.3.(b) Las medidas reformistas de Calvino Calvino publicó entonces una pequeña fórmula de doctrina cris tiana, adaptada a la Iglesia de Ginebra ... y le añadió un catecismo... expo niendo brevemente los principales puntos de creencia. Después, el primer objetivo de Calvino, con Farel y Agustín Courault [un monje anciano y cie go, que, antes de unirse a Farel en Ginebra, había predicado en París], fue lograr, en una reunión a la que acudió toda la ciudad, un juramento que comprometía a toda la población a abjurar del papismo y adherirse a la re ligión cristiana y a su disciplina, reuniéndola en unos pocos artículos. Mu chos de los compañeros de Calvino se mantuvieron apartados de esta lucha por timidez, e incluso algunos de ellos, para su gran inquietud, obstaculiza ron en secreto el trabajo del Señor. Como era de esperar en una ciudad que acababa de ser liberada del yugo del duque de Saboya y del del Anticristo, pero cuyos bandos aún seguían vigentes, algunos ciudadanos rehusaron prestar el juramento. A pesar de todo, con la ayuda de Dios, el ;20 de junio de 1537 (el clero de la ciudad, participando muy activamente), el consejo y la gente de Ginebra declaran solemnemente su adhesión a las doctrinas y disciplina de la religión cristiana verdadera.
Corpus reformatorum, tomo 49, col. 126.
8.3.(a) Aceptación formal de la Reforma: actas del Consejo
de los Doscientos, 21 de mayo de 1536
8.3.(c) Oposición al juramento confesional
Siguiendo la resolución del consejo, de acuerdo con la costumbre, se convocó una asamblea general al sonido de campanas y trompetas. El sín
12 de noviembre de 1537. Se ha informado que ayer, calle por ca lle, se pidió a la gente que todavía no había prestado juramento sobre la re
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Registro del Consejo de los 24
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, forma, que lo hiciera: aunque muchos acudieron, otros no lo hicieron. Así, no vino nadie del barrio alemán. Se decidió ordenarles que abandonasen la ciudad si no querían jurar por la reforma.
de la Iglesia y cortados y separados como miembros podridos hasta que recapaciten y reconozcan su falta ... Si existe en nosotros algún temor de Dios, tal norma debería reforzarse en nuestra Iglesia.
26 de noviembre de 1537. Algunas personas han sido denunciadas por decir que era perjurio jurar una confesión que les había sido dictada por escrito... [Farel o Calvinol replicaron que si se estudiaban con detenimiento los contenidos del escrito de confesión se vería que no era así, sino que era una confesión hecha de acuerdo con Dios. Ejemplos de la Sagrada escritura (de Nehemías y Jeremías) probaron que se debía reunir a la gente para que juraran mantener la fe en Dios y observar sus mandamientos.
Para cumplirlo hemos determinado pediros que establezcáis y elijáis, de acuerdo a vuestro buen saber y entender, a algunas personas de vida y reputación virtuosas entre los hombres piadosos, constantes y difícilmente corruptibles, que serán nombrados y repartidos por todos los barrios de la ciudad para vigilar la vida y la conducta de cada individuo. Si uno de ellos observase un vicio claro que debiera reprenderse, debe llamar la atención de uno de los ministros, que le amonestará y reprenderá fraternalmente para que se enmiende. Si se comprobase que tales observaciones no se siguen, se advertirá a la persona en cuestión de que la Iglesia va a ser informada de su obstinación.
Registro del Consejo de los 200 2 de enero de 1538. Se ha informado que se habían difundido por la ciudad algunas calumnias contra los predicadores. Se decidió que el asunto debía pasarse al lugarteniente para su investigación y prosecución.
Si pareciese que el pecador se propone perseverar en su dureza de corazón, habrá llegado la hora de excomulgarle. Entonces se le considerará ajeno a los cristianos y dejado en manos del demonio, hasta que se enmiende y se arrepienta. Como signo de rechazo, se excluirá al pecador de la comunión y se prohibirá a los piadosos hablar con él o con ella.
16 de enero de 1538. Se dice que mucha gente de la ciudad y de los suburbios repite consignas que dividen la ciudad, y que todo empezó con algunos borrachos que fueron por la ciudad de noche, de una taberna a otra, diciendo "Sois hermanos en Cristo" y otras frases similares burlándose de los predicadores. Se ha decidido abrir una investigación.
Corpus Reformatontm, tomo 38, coIs. 9-10.
Corpus Reformatontm, tomo 49, coIs. 216-17, 219-20.
8.4. La disciplina en las ideas de la Reforma de Caivino
Gran parte del conflicto provocado por Calvino en Ginebra giró en torno a su creencia de que era necesaria la disciplina para reforzar y consolidar la Reforma. Desde el punto de vista de Calvino, la disciplina era un medio necesario para promover la verdadera fe cristiana, pero los ginebrinos, que acababan de rechazar la "tiranía papista", podían percibirlo como una nueva forma de opresión. En enero de 1537, Calvino y Parel sometieron una propuesta al consejo de la ciudad: el establecimiento de una forma de disciplina en Ginebra, que fue la base de lo que después sería el consistorio. Nuestro Señor establece la excomunión como medio de corrección y disciplina, por la cual aquellos que llevan una vida desordenada e incorrecta para un cristiano, y que rehúsan enmendarse y volver al buen camino después de que hayan sido amonestados, son expulsados del cuerpo
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8.5. Caivino y Farel abandonan Ginebra
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El conflicto cada vez más acusado que se estaba produciendo en Ginebra giraba en torno a la autoridad que debían tener los ministros y magistrados civiles. Sin embargo, había también un problema étnico: la comunidad de mercaderes alemanes, que se mostraban más partidarios de la comunidad protestante de lengua alemana de Berna, eran considerados sospechosos a ojos de los emigradosfranceses, cada vez más influyentes y dirigidos por Calvino. En febrero de 1538 las elecciones anuales al consejo de la ciudad resultaron contrarias a la facción de Calvino, debido a la elección de cuatro síndicos hostiles a los predicadoresfranceses que determinaron que sólo los magistrados debían decidir la política religiosa. La escisión se produjo cuando el cantón de Berna introdujo un seroicio de comunión con la intención de uniformizar las diversas Iglesias evangélicas de su territorio. El consejo de Ginebra insistió en adoptar la forma de la comunión de Berna, a lo que Parel y Calvino se opusieron. Entonces se les despidió. Sin embargo, la historiografía calvinista posterior presentó el tema bajo una luz bastante diferente.
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8.5.(a) De las actas del Consejo de la ciudad, 19 de abril de 1538
en las elecciones de 1540. Tras una resistencia inicial, volvió a ocupar su puesto de predicador a petición del Gran Consejo y del Pequeño Consejo, lo que aumentó su autoridad enormemente. Y de inmediato introdujo las normas eclesiásticas que daban cuerpo a su visión de una comunidad verdaderamente riformada. Pero esto no acabó con las diversas facciones de Ginebra, sino que las intensificó.
Se recibió una carta de Berna en re!ación a la observancia de la comunión... preguntando si deseábamos observar la ceremonia tal como se indicaba. El Gran Consejo decidió hacerlo así. Si no hay objeciones, se propone que la mencionada carta se enseñe a los ministros Pare! y Calvino, y que se les interrogue sobre si quieren o no observar la mencionada ceremonia... Se resolvió que aquella comunión [de! día de Pascua, 21 de abril de 1538] debía observarse, si era posible, de acuerdo. con la forma que indicaba dicha carta de Berna. Habría pues que preguntar a los ministros Pare! y Calvino si predicarían de acuerdo con ello... M. de Soultier volvió entonces de ver a Calvino y Pare! e informó que no querían predicar o ce!ebrar la comunión de acuerdo con esa carta.
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Corpus Reformatorum, tomo 49, cols. 223-4.
8.6.(a) Actas del consejo, 13 de septiembre de 1541 El maestro Juan Calvino, ministro del Evangelio, ha llegado de Estrasburgo y se ha presentado ante el consejo... Pidió grandes disculpas por lo tardío de su llegada, y hecho esto, dijo que era necesario emprender la tarea de la reglamentación eclesiástica, resolviendo que se pusiesen de inmediato a ello.
Corpus Reformatorum, tomo 49, col. 282.
8.5.(b) La versión de los hechos según Teodoro Beza
8.6.(b) Beza describe las consecuencias
Tal como hemos dicho, en la ciudad se había admitido e! Evangelio y se había abjurado de! papismo. Pero, al mismo tiempo, muchos no habían renunciado a las flagrantes inmoralidades que habían prevalecido en la ciudad, sometida durante tantos años a los monjes y clérigos corruptos; y aún subsistían entre algunas de las familias más importantes muchas viejas querellas originadas durante la guerra de [independencia con] Sabaya. Se intentó acabar con tales disensiones, primero con una cordial amonestación, y más tarde con una severa reprimenda, pero todo fue inútil. Aumentó tanto el mal que, por la falta de unos pocos individuos, la ciudad quedó dividida en diversos partidos, muchos de los cuales rechazaron conformarse al orden que habían jurado observar. Las cosas llegaron a tal punto que Parel y Calvino, hombres dotados de un espíritu tan noble como heroico... declararon que no dispensarían la Cena del Señor a gente tan enfrentada entre sí y tan alejada de toda disciplina eclesiástica.
Tan pronto como regresó a la ciudad... lo primero que hizo fue obtener e! consentimiento del consejo de la ciudad para establecer un cuerpo de normas eclesiásticas, acordes a la Palabra de Dios, de las que después no pudieran apartarse ni los ministros ni el pueblo. Lo que se aprobó en un principio, fue rechazado por una parte del pueblo y algunos de los ciudadanos más representativos, que a pesar de haber renunciado al Papa, habían asumido el nombre de Cristo sólo formalmente. Algunos de los ministros que habían permanecido en la ciudad -cuyo jefe fue acusado después de mala conducta notoria y, prácticamente, abandonó su puesto- mientras estos hombres buenos [Calvino y Parel] habían sido expulsados, no se atrevieron a resistir el testimonio de sus conciencias, pero se opusieron en secreto y no se dejaron reconducir al orden con facilidad. Tampoco les faltaban excusas para su maldad, señalando las Iglesias en las que no había excomunión. De hecho, eran aquellos los que más gritaban que se estaba reinstaurando una tiranía papista. Pero Calvino se impuso gracias a su firmeza ya su singular moderación, y demostró que en la Escritura no sólo había que buscar la doctrina, sino también las normas de gobierno de la Iglesia. Así estableció estas normas de política eclesiástica, que la Iglesia observa todavía, e hizo que se aceptaran por consentimiento universal, que se leyesen y, finalmente, se aprobasen por votación popular e! 20 de noviembre de 1541.
Corpus Reformatorum, tomo 49, col. 127.
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8.6. El regreso de Calvino a Ginebra, septiembre de 1541
Después de su expulsión de Ginebra, Calvino pasó una temporada en Estrasburgo. Un nuevo cambio en el equilibrio de poderes le permitió regresar a la ciudad cuando sus partidarios se repusieron
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Corpus Reformatorum, tomo 49, col. 133.
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Maestros
8.7. Las normas eclesiásticas
La tarea propia de un maestro es enseñar la fe de acuerdo con la doctrina, para que la pureza del Evangelio no se corrompa por la ignorancia o las opiniones diabólicas ... El modelo más cercano que se puede encontrar para un ministro y más estrechamente asociado con el gobierno de la Iglesia es el de un maestro en teología que enseña el Antiguo y Nuevo Testamento. Pero ya que tales enseñanzas no se pueden aprovechar sin una previa instrucción en lenguas y humanidades... será necesario establecer una escuela para enseñar a los jóvenes a prepararse no sólo para el ministerio, sino también para el gobierno civil. .. Estos maestros estarán bajo la misma disciplina eclesiástica que los ministros. No habrá otra escuela en la ciudad para niños pequeños; y las niñas tendrán una escuela separada como hasta ahora... No se nombrará a nadie a menos que los ministros lo hayan presentado al consejo para su aprobación.
Calvino divergía de Lutero y Zwinglio al sostener que la forma de gobierno de la Iglesia estaba firmemente especificada en las Escrituras, y que la Iglesia no sepodría reformar realmente a menos que su estructura se adecuara a ella. Las normas eclesiásticas de 1541 daban cuerpo a esta forma de gobierno y mostraban cuáles debían ser sus pautas de funcionamiento. Primero, hay cuatro tipos de oficios instituidos por nuestro Señor para el gobierno de su Iglesia: a saber, pastores, doctores, ancianos, y diáconos.
Pastores En la Biblia se cita algunas veces a los pastores como vigilantes, ancianos y ministros. Su tarea, junto a los ancianos y diputados, es la de proclamar la Palabra de Dios, enseñar, amonestar, exhortar y reprobar pública y privadamente, administrar sacramentos y aplicar fraternas correcciones.
Los ancianos Su oficio es vigilar las vidas de los individuos, para amonestar amablemente a aquellos a los que encuentren equivocados o llevando una vida desordenada. Si fuera necesario, harán un informe sobre estas personas a los ministros, que estarán capacitados para hacerles una fraternal reprensión... Tal como funciona nuestra Iglesia ahora, lo más conveniente es que los miembros del Pequeño Consejo elijan a dos [ancianos], el Consejo de los Sesenta a cuatro y el Consejo de los Doscientos a seis... Deben elegirse de cada barrio de la ciudad para que puedan supervisar a todo el mundo. Se elegirán como sigue. Se pedirá al Pequeño Consejo que designe a los hombres más adecuados que pueda encontrar. Para ello, deberá discutir el tema con los ministros y entonces presentar sus sugerencias al Consejo de los Doscientos para su aprobación. Si se considera que [los designados] son válidos, se les tomará juramento igual que a los ministros.
La selección de los pastores Primero, los ministros deberán elegir a alguien adecuado para el oficio. Luego esta persona se presentará ante el consejo. Si se considera adecuado, el consejo lo aceptará y recibirá. Entonces se le dará un certificado que deberá enseñar cuando predique, para que pueda ser recibido con el consentimiento general de la asambleas de creyentes. Si se piensa que [la persona en cuestión] no es recomendable y así se demuestra, se debe hacer una nueva selección y encontrar a otro... Después de la selección debe prestar juramento de fidelidad al gobierno siguiendo una fórmula previamente escrita y determinada. A fin de mantener la pureza y armonía de sus enseñanzas, todos los ministros deberían reunirse una vez por semana y debatir sobre las Escrituras. Nadie estará dispensado [de estas reuniones], salvo que tenga una buena razón para ello. En caso de discrepancia de opiniones sobre la doctrina, los ministros deberán reunirse y discutir la cuestión. Si fuese necesario, podrían llamar a los ancianos comisionados por el gobierno para asistir a la solución definitiva de cualquier desacuerdo. Finalmente, si, por la obstinación de una de las dos partes, no llegasen a alcanzar un acuerdo, se llevará el asunto ante los magistrados para que adopten la última decisión.
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Diáconos
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En la antigua Iglesia había dos clases de diáconos, uno nombrado para recibir, distribuir y proteger los bienes de los pobres... y otro para cuidar de los enfermos y administrar a los pobres la caridad... La elección de los diáconos se hará igual que la de los ancianos ... Será tarea de los diáconos velar con diligencia que el hospital sea bien administrado y que esté abierto no sólo a los enfermos sino también a los ancianos que no pueden trabajar, a las viudas, a los huérfanos y a otras personas empobrecidas. Se mantendrá en una sala separada a los que estén enfermos.
Corpus Reformatorum, tomo 38, cols 14-24.
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cil distinguir cuál de ellas es de más utilidad, porque todas contienen términos muy similares. Es fácil pasar de la monarquía a la tiranía; y no es más difícil pasar de! gobierno de los mejores al gobierno de unos cuantos; pero lo más fácil de todo es pasar del gobierno popular a la sedición. Si se examinan por separado las tres formas de gobierno sobre las que discuten los filósofos, no negaré que, con mucho, la mejor es la aristocracia, o un sistema mixto compuesto de aristocracia y democracia; y no tanto por la aristocracia misma, sino porque es muy difícil que los reyes se controlen tanto a sí mismos que nunca entren en conflicto con lo justo y correcto; o que hayan sido dotados de tal prudencia y agudeza como para saber cuál es ellímite. Por eso, la debilidad de! hombre lleva a que resulte más seguro que e! gobierno lo ejerzan varios hombres, de forma que se ayuden los unos a los otros para bien enseñar y amonestar. Si uno de ellos se defiende a sí mismo injustamente, hay gran número de censores y maestros para limitar su obstinación.
8.8. Calvino y el gobierno civil
A diferencia de Lutero, Calvino atribuía al gobierno civil un papel más positivo en la tarea de la Reforma, aunque pensaba que su obra principal era una verdadera promoción de la piedad. Calvino no era un demócrata en el sentido moderno, creía priferíble la tiranía a la anarquía (así habría llamado a nuestra moderna democracia), aunque pensaba que la aristocracia era el mejor de los gobiernos. Además no estaba de acuerdo con la rebelión ni con la resistencia a la autoridad: es más, la resistencia a un gobernante impío sólo sepodría permitir en casos muy determinados y bajo circunstancias muy concretas.
8.8.(a) Calvino y la autoridad del gobierno civil (1536) El gobierno civil tiene como fin último amar y proteger el culto externo a Dios, defender la verdadera doctrina de la Iglesia, ajustar nuestra vida a la sociedad civil, ajustar nuestro comportamiento social a la convivencia, reconciliarnos con los demás y promover la paz y la tranquilidad generales. Admito que todo esto podría ser superfluo si el reino de Dios, tal como existe ahora entre nosotros, pusiese fin a la vida temporal.
Institutes, pág. 1493.
8.8.(e) Obediencia a los magistrados No permitas que nadie se engañe en este punto. No se puede resistir al magistrado sin resistirse a Dios al mismo tiempo. Es más, bajo esta obediencia incluyo e! que los ciudadanos deberían prohibirse a sí mismos ocuparse de lo público, de forma que no se inmiscuyan en los asuntos públicos, no interfieran innecesariamente en la tarea del magistrado, y no asuman cualquier tipo de cargo político. Si alguna ley, o algún aspecto de ella, debiera ser corregido, los ciudadanos no deberán promover tumultos o intentar solucionarlo por sí mismos, sino que deben encomendar esa cuestión al juicio de los magistrados ... No sólo estamos sujetos a la autoridad de príncipes que cumplen sus obligaciones con nosotros honesta y piadosamente como deben, sino también a la autoridad de aquellos a quienes e! príncipe ha encomedado las tareas de! gobierno, por pequeñas que sean.
Todos están de acuerdo en que no se puede constituir ningún estado feliz a menos que su primera obligación sea promover la piedad; y que son absurdas aquellas leyes, que, ignorantes de la ley de Dios, conciernen sólo a los hombres. Como la religión otorga un puesto de honor a todos los filósofos y como e! consentimiento universal de las naciones siempre ha apoyado esto, los príncipes y magistrados cristianos deberían avergonzarse de su insolencia si despreciasen la tarea ... Todo esto demuestra la insensatez de quienes desean que los magistrados sólo se preocupen por hacer justicia entre los hombres excluyendo los asuntos religiosos, como si Dios hubiese instituido en su nombre un oficio para dirimir las cuestiones temporales, y hubiese omitido un asunto de importancia muchísimo mayor, e! del respeto a su Ley. Institutes ofthe Christian Religion, editado por J. T. McNeill, Londres, 1960, págs. 1487, 1495 (Ed. española, Institución de la Religión Cristiana, trad. Cipriano de Valera, 1968).
8.8.(b) Calvino y la mejor forma de gobierno
Institutes, págs. 1511-12.
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Si se comparan las distintas formas de gobierno [monarquía, aristocracia, democracia] entre sí, dejando de lado sus circunstancias, no es fá-
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8.8.(d) Cómo y euándo es posible la resistencia a la autoridad Mientras tanto, debemos tener mucho cuidado en no despreciar o violar la autoridad de los magistrados, plenos de venerable majestad, que Dios ha establecido, incluso aunque [la autoridad] pueda residir en ciertos hombres malvados que la profanan tanto como pueden. En realidad, reprimir la tiranía es asunto que compete a la venganza de Dios, no pudiendo
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y que sean aprobados como tales por el consistorio... Es importante que recordéis una cosa, a saber, que el demonio se ha esforzado, siempre a través de calumnias y difamaciones, en tratar de convertir a los ministros del Evangelio en seres indignos para que así fuesen objeto de aversión. Por esta razón el hombre piadoso debe estar siempre alerta contra tales artimañas... Si hay alguien que, incluso indirectamente, intenta desanimaros en continuar lo que tan bien empezasteis, lo debéis evitar como si fuera la peste. Que el diablo les anima por medios indirectos a alejar a la gente de Dios, cuya voluntad es ser reconocido en la persona de sus siervos.
pensar un solo instante que Él nos ha confiado esta tarea a nosotros, a quienes no se nos ha dado otra orden que la de sufrir y obedecer. Estoy hablando de individuos particulares, mas si hay algún magistrado elegido por el pueblo para moderar el poder de los reyes (igual que en tiempos antiguos se estableció a los éforos respecto de los reyes espartanos, o a los tribunos del pueblo respecto de los cónsules romanos o a los demarcas en el senado ateniense; y quizás tal como están las cosas ahora, el poder que ejercen los tres estamentos en los reinos donde mantienen sus asambleas generales) estoy lejos de prohibirle que se resista, ya que ésta es su obligación, a las veleidades de los reyes, ya que si [este tipo de magistrados] cierra los ojos ante reyes que atacan con violencia a la gente corriente, actúan con perfidia porque traicionan deshonestamente la libertad del pueblo, al que, por orden de Dios, deben proteger.
Corpus Reformatorum, tomo 48, cols. 231-3.
8.10. Los trabajos del consistorio
Instttutes, págs. 1518-19.
8.9. Calvino y el papel del gobernante piadoso A la duquesa de Ferrara, 8 de enero de 1564 Os pido que tengáis mano firme, por lo más supremo de vuestro poder, para establecer una severa disciplina que reprima los vicios y los escándalos. No sólo me refiero a una legislación sobre materias políticas, sino también sobre el consistorio de la Iglesia, procurando que aquellos que han sido nombrados para vigilar la conducta de los otros, sean temerosos de Dios y de santa vida y tal sinceridad y rectitud que nada les pueda impedir llevar a cabo su tarea, con el celo que les corresponde para mantener debidamente el honor de Dios. Mas no dejéis que ninguno, sea cual fuere su rango o condición... , se avergüence de someterse al orden que el mismo Hijo de Dios ha establecido y de inclinar su cuello para recibir el yugo. Porque os aseguro que sin estas medidas se producirá un libertinaje que sólo puede engendrar la confusión: y los que hicieron profesión de cristiandad, se volverán disolutos. En breve, habrá un Evangelio tan dúctil como si fuese de muchos colores, porque veremos cómo cada cual se alaba a sí mismo y se dispone a seguir sus apetitos. Así pues, señora, para que exista verdaderamente una Iglesia reformada no basta que haya gente encargada de vigilar la moral de cada uno; y que nadie se sienta agraviado por tener que dar cuenta de su vida a los ancianos; dejad que los propios ancianos sean elegidos por la Iglesia, ya que nada puede ser más razonable que preservar para ella esta libertad, que este privilegio llevará con él un mayor jucio para elegir los hombres idóneos
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El consistorio de Ginebra era una organización única que se convirtió en el principal instrumento para reforzar y asegurar el mantenimiento de la piedad dentro de la visión que tenía Calvino de una "iglesia verdaderamente reformada". Su poder dependía de su habilidad para excomulgar y de sus estrechas relaciones con los magistrados seculares. Aunqueformalmente el consistorio se encontraba constituido por laicos, los pastores también formaron parte de él, y como el número de pastores cada vez fue mayor, su voz llegó a ser muy importante. Para sus coetáneos, el consistorio de Ginebra era el mejor exponente de la religión reformada, y Calvino sostenía que no existía una Iglesia verdaderamente reformada donde no hubiera establecido un consistorio. Sin embargo, el celo del Consistorio le valió rápidamente el título de "nueva tiranía papista" encontrando una fuerte oposición exterior, lo mismo que le pasó a Calvino, en tanto que figura dominante de dicho Consistorio.
8.10.(a) Las disposiciones estatutarias Si alguien contradijese obstinadamente la doctrina recibida, será convocado para comparecer. Si se retracta, será despedido sin mayor perjuicio. Si persiste, será amonestado una y otra vez hasta que sea evidente que requiere mayor severidad. Entonces será excomulgado y se informará de ello al magistrado. Si alguien es negligente en atender la devoción, hasta tal punto que se hace evidente un desprecio visible en la comunión de los creyentes,
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o si alguien muestra desdén hacia la disciplina eclesiástica, será amonestado ... [como ya se dijo arriba, etc.]
bao Interrogado sobre si iba a los sermones, replicó que "Sí", y que no recibía el sacramento porque no hacía mucho que se hallaba allí.
Para la corrección de faltas personales... los vicios secretos se deben tratar en secreto y nadie debe ser acusado ante la Iglesia si la falta no es ni notoria ni escandalosa, a menos que se considere que [el pecador] es recalcitrante.
17 de junio de 1546: Gaspard Favre, a quien se ha amonestado... porque había sido visto celebrando un servicio cerca de los jardines de San Gervasio; cuando se le interrogó sobre si había tenido lugar allí una reunión de cristianos, dijo "Sí". Se le han hecho las amonestaciones, avisándole que no se le permitiría abandonar la congregación de fieles, pero que por haberlo intentado se le negaría el sacramento. Dijo que no pensaba haber ofendido con ello a Dios. Interrogado sobre si conocía su rebeldía, se comprometió diciendo que no respondería ante Calvino, porque éste hablaba por sí mismo: respondió que había dicho que daría su respuesta por escrito; una vez que se le hicieron las amonestaciones en términos muy duros, Calvino le dijo: "Nosotros estamos por encima de ti". Favre respondió que sabía muy bien que Calvino estaba por encima de todo. Tras esta rebeldía, Calvino abandonó el Consistorio. Resolución: que se avise a los señores del consistorio para que el consistorio entero dimita hasta que Fravre reciba el castigo que merece.
Si las faltas sólo merecen amonestación, en tanto que un mal pLJblico que la Iglesia no puede pasar por alto, la obligación del consistorio será la de convocar a aquellos que estén involucrados, reprenderlos amistosamente para que puedan reformarse, y si enmiendan su camino, se zanjará la cuestión. Si [Jos pecadores] perseveran en el mal, serán de nuevo amonestados [como arriba ya quedó mencionado, etc.] Sin embargo, todas estas medidas se deben aplicar con moderación. No deben aplicarse con tal rigor que alguien pueda sentirse oprimido, ya que las correcciones sólo pretenden traer de vuelta al Señor a los pecadores.
Corpus Reformatorum, tomo 38, cols. 29-30.
8.10.(b) Casos ante el consistorio 30 de marzo de 1542: Juana Petreman fue interrogada sobre su fe porque no había recibido el sacramento ni había asistido a la misa. Confesó su fe y que cree en un solo Dios, quiere ir a Dios y a su Santa Iglesia, y no tiene otra fe. Dijo la oración del Señor en latín, y dijo que creía lo mismo que creía la Iglesia. Interrogada sobre por qué no se contenta con el sacramento tal como se celebra en la ciudad, y se iba a otro sitio a recibirlo contestó que iba donde [el Sacramento] le parecía bueno... Así que ha sido excomulgada de nuevo y tiene que presentarse todos los días, pero no ha querido renunciar a la misa. 25 de mayo de 1542: Aymon Peronet fue convocado por administrar ciertas medicinas y curas a los enfermos, y por utilizar ciertos hechizos prohibidos por Dios, cuyas palabras utiliza en el curso de sus prácticas; se le preguntó si le gustaría vivir de acuerdo con la Reforma. Por lo que respecta al rechazo del impuesto contestó que su padre no necesitaba licencias ni usaba ningún embrujo; que hacía vendas de cera, de pez para zapateros y vapor hirviente y lo mezclaba todo junto. Algunas veces residían en Lyon... y a veces en la ciudad, y que sólo usaba palabras corrientes como "En el nombre del Padre y del Hijo". Dijo que quería vivir de acuerdo con el Señor y con los señores de su país, y de acuerdo con el lugar donde se encontra-
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Corpus Reformatorum, tomo 49. cols. 293, 296, 382-3.
8.11. La oposición a Calvino y las críticas en Ginebra
Tanto las austeras opiniones de Calvino sobre la piedad reformada como el rigor del consistorio provocaron una gran oposición. A veces parecía que la única razón para la existencia del consistorio era frenar las críticas a Calvino, ya sus compañeros ministros. El derecho de excomunión de que gozaba el consistorio era algo que tanto sus partidarios como sus detractores juzgaban crucial. Cuando este derecho estuvofirmemente afianzado, el consistorio fue capaz de aniquilar a sus opositores. Algunos de los opositores más decididos atacaban personalmente a Calvino y Calvino se defendió de ellos acusándoles de llevar unas vidas libertinas, usar ropas a la moda, bailar o hacer fiestas. Éste era el estilo de vida del círculo de Ami Perrin, miembro de una de las familias más ricas y distinguidas de Ginebra, y, desde 1547, capitán general de la milicia de la ciudad. Encabezados por Perrin, los miembros de su familia levantaron algunas de las críticas más severas respecto de Calvino. Además, lafacción de Perrin encontró simpatías en la joven milicia, cuya vitalidad se veía en la ciudad como una fuente constante de problemas. Calvino acusaba a Perrin y a sus amigos de depravación moral, los tachó de libertinos y con mucha frecuencia lanzó esta acusación para atacar a sus oponentes.
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8.ll.(a) Intentos para limitar el consistorio
8.ll.(c) Calvino y los "libertinos"
19 de marzo de 1543: Consejo de los Sesenta. Se ha suscitado [la cuestión de] si el consistorio tiene poder para negar el sacramento del Señor, y se ha resuelto que el consistorio no tiene jurisdicción ni poder de prohibir, sino sólo de amonestar y señalar a los culpables ante el consejo, para que sus señorías puedan enjuiciarlos de acuerdo con su falta.
Calvino a Viret y Farel, 20 de abril de 1546: Después de vuestra partida, el baile nos dio más trabajo del que habíamos pensado. Se convocó a todos los que estaban allí a comparecer ante el Consistorio, con dos excepciones, Come [síndico y ¡presidente del consistorio!] y Perrin [capitán general], y nos mintieron impúdicamente, tanto a nosotros como a Dios. Me enfurecí por tamaña indignidad y les insulté duramente por su desprecio hacia Dios, porque habían abjurado y persistían en su contumacia... Francisca Perrin [hermana de Gaspard Favre] se ha mostrado más insultante... Pregunté [a Francisca] que si no consideraba el hogar como sagrado, y que qué entendían por ley de la libertad, porque teníamos detenido a su padre como reo de adulterio; el juicio de otro [miembro de su familia] estaba al caer y circulaban grandes rumores sobre un tercero: que su hermano nos había ridiculizado y condenado, tanto a nosotros como al consejo. Añadí que se levantaría una ciudad nueva para ellos, en la que pudiesen vivir aparte... pero mientras permanecieran en Ginebra, todo mi trabajo sería vano a menos que obedeciesen a las leyes. Mientras tanto el marido se había retirado a Lyon, esperando allí a que el asunto quedara olvidado. Pero tomándoles juramento se les obligaría a confesar la verdad. Come advirtió que no se les permitiría bajo ningún concepto cometer perjurio. Entonces no sólo confesaron lo que queríamos, sino también que ese mismo día habían bailado con la viuda de Baltasar Sept. Todos fueron a la cárcel: el síndico dio un magnífico ejemplo de moderación... Sin embargo, en el consistorio se le amonestó más severamente y se le depuso de su puesto hasta que diera testimonio de arrepentimiento.
Calvino a Viret, 24 de marzo de 1543: Hace poco hemos sostenido una discusión con el Consejo, pero se zanjó de inmediato. El síndico nos anunció en el consistorio que el Consejo se reservaba para sí el derecho de excomunión. Inmediatamente alegué que tal cosa sólo se aprobaría después de mi muerte o de mi exilio. En los días siguientes reuní a los pastores; por indicación suya pedí a los síndicos que se convocara una reunión extraordinaria del Consejo. Aceptaron con reparos. Pronuncié un discurso largo y grave sobre la cuestión y logré lo que buscaba sin discusión alguna.
Corpus Reformatorum, tomo 49, col. 309; tomo 39, col. 521.
8.ll.(b) Pierre Ameaux y su mujer
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Registros del consejo, 27 de enero de 1546: se divulgó que Pierre Ameaux había dicho que el Sr. Calvino era un hombre malvado, que no era más que un picardo y que predicaba una falsa doctrina ... se ordenó que se le detuviera y que se alzaran cargos contra él. Calvino a Farel, 13 de febrero de 1546: han transcurrido más de quince días desde que [Ameaux] el fabricante de naipes está encarcelado por haberme insultado con tal vehemencia en una cena en su casa que ha quedado claro que está trastornado. Soporté [sus insultos] impasible, aunque testifiqué ante los jueces que no me importaría si hacían caer sobre él todo el peso de la ley. Quería visitarle, pero se me ha prohibido la entrada por orden del consejo. Sin embargo, algunos hombres buenos me acusan de crueldad por vengarme de las ofensas que me hizo. Registros del consejo, 8 de abril de 1546: Habiendo visto los informes, de los que se desprende que [Ameaux] ha hablado impíamente contra Dios, contra los magistrados y contra Calvino... se ordena que sea condenado a recorrer en camisa la ciudad, con la cabeza descubierta y una vela encendida; luego tiene que presentarse de rodillas ante el tribunal, implorando misericordia a Dios y a la justicia, y confesando que ha hablado vilmente; también se le ha condenado a pagar todos los costes, y la sentencia se hará pública ante todos.
Corpus Reformatorum, tomo 49, cols. 368, 377; tomo 40, col. 284.
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Registro del consejo, 24 de junio de 1547. La mujer de Ami Perrin ha agraviado grandemente a los ministros y al consistorio, que la amonestaban por haber bailado e insultado al ministro Abel, llamándole "basura" y otras muchas palabras parecidas; es necesario que se la llame al orden. Se ordena que ella misma se presente en la cárcel, y que lean Blanquet esté a cargo de la prisión mientras se encuentre detenida allí, porque el carcelero guardián de la prisión es un siervo de la casa Perrin.
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Corpus Reformatorum, tomo 40, cols. 334-5; tomo 49, col. 407.
t 8.ll.(d) Ataque de ]acques Gruet contra el gobierno de Ginebra, julio de 1547 No os gobernéis por la palabra o voluntad de un solo hombre. ¡Pues veréis que las opiniones de los hombres son muy diferentes! Cada uno
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quiere ser gobernado a su modo... y normalmente la opinión de un solo hombre será causa de ruina ... Si una persona tiene temperamento melancólico y odia todo lo contrario a su complexión, deseará, si tiene poder para ello, que todo el mundo sea melancólico. Y si posee esta preeminencia y autoridad, querrá que todo sea según su naturaleza ... ¿Por qué me creo que el Consejo, para evitar toda contrariedad, debe crear un estado en el que nadie pueda objetar que el pueblo esté sujeto a algo contra natura ...? Soy un hombre al que le gusta comer, y lo haré según me place... Si quiero bailar, saltar, llevar una vida alegre, ¿qué tiene que ver en ello la justicia? Nada. Cada vez que se aplique esta cruel forma de justicia engendrará abundantes maquinaciones, pues un hombre puede ser la causa de muchos males y de la perdición de muchos hombres. Sentencia sobre Gruet: Nosotros los síndicos y jueces de causas criminales de esta ciudad de Ginebra, habiendo visto el caso... contra vos, Jacques Gruet, y vuestra confesión voluntaria, por la que sabemos que habéis blasfemado y ofendido grandemente a Dios, contraviniendo su Palabra, amenazado y hablado vilmente de los siervos de Dios, y cometido crimen de lesa majestad, merecéis castigo corporaL Os condenamos... a que se os corte la cabeza de los hombros, a que vuestro cuerpo sea colgado de la horca y vuestra cabeza sea enterrada, por lo que terminaréis vuestros días como ejemplo para aquellos que deseen cometer este delito.
Corpus Reformatorum, tomo 40, cols. 564-5, 567.
8.12. La desviación doctrinal en Ginebra
También Ginebra era escenario de graves controversias, aunque no propasó ninguna de cuantas se oponían a la corriente ortodoxa. Algunos de los más destacados disidentes fueron condenados, lo que hizo que se tachara a los ginebrinos de obtusos e intolerantes. Dos casos despertaron unfuerte interés: el de]éróme Bolsec, doctoren teología, médico y ex monje carmelita que abrazó con entusiasmo la visión de la Reforma de Calvino, yel del erudito y teólogo español Miguel Servet, cuya fértiles, confusas y, con frecuencia, oscuras ideas le llevaron a abogar por una tolerancia universal y un rechazo de la Trinidad. Bolsee fue acusado de mantener doctrinas heterodoxas sobre el libre albedrío y la predestinación, mientras SenJet fue acusado de antitrinitario. A Bolsec se le desterró de Ginebra, pero a Servet se le quemó vivo. La muerte de Servet en la hoguera, más que cualquier otro episodio, suscitó la acusación de que la obtusa intolerancia de los ginebrinos era peor que la del papado.
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8.12.Ca) Jérome Bolsee Registro de la compañía de pastores, 16 de octubre de 1551: el señor Jérome Bolsec continuó presentando sus falsas propuestas sobre elección y reprobación, denegando que fueran "para la eternidad" y diciendo, con grandes protestas y exhortaciones, que no hay que reconocer otra elección o reprobación que la de creer o no creer; y que aquellos que consideran que la providencia divina dispone que unos vivan y otros mueran convierten a Dios en tirano, como algunos campesinos hacen un ídolo de Júpiter... y decía que esto [la ortodoxia] era herejía, y que esta doctrina [la ortodoxa] era fuente de escándalo, pues habría que creer que San Agustín era de esta opinión, lo que es falso como puede demostrarse. Más aún, [según él] se habría cambiado el sentido de varios pasajes de la Escritura por apoyar esta falsa y perversa doctrina ... A esto sumó más calumnias y blasfemias mostrando claramente que estaba deseando encontrar una ocasión propicia para verter todo el veneno que escondía en su corazón. Calvino replicó reafirmando la doctrina, que había sido la oficial de la Iglesia desde los primeros tiempos del Evangelio; y, punto por punto, replicó a todas sus calumnias, de manera que la asamblea quedó satisfecha y muy edificada por los pasajes [de la Escritura] que utilizó, en los que se hablaba de elección y reprobación. Cuando la congregación de pastores terminó, uno de los ayudantes del lugarteniente, que estaba presente... viendo el escándalo que el mencionado Jéróme había originado en la Iglesia y las blasfemias que había proferido contra Dios y su doctrina ... le detuvo ... y empezó su juicio como solía hacerse con tales personas.
Corpus Reformatorum, tomo 36, col. 146.
8.12.(b) Miguel Servet (i) La doctrina del Espíritu Santo, como una tercera persona independiente, nos lleva a un triteísmo práctico que no es mejor que el ateísmo, incluso aunque se insista sobre la unidad de Dios. Una interpretación cuidadosa de los textos demuestra que no enseñan una unión de tres seres en uno, sino en realidad una armonía entre ellos. En la Escritura no se habla del Espíritu Santo como tercera persona de la divinidad. No es un ser separado, sino una actividad del mismo Dios. La doctrina de la Trinidad no se puede establecer por la lógica ni probar por la Escritura, y de hecho es inconcebible.
Two Treatises ofServetus on tbe Trinity, Cambridge, Mass. 1932, pág. 3. (ii) Calvino a Farel, 26 de octubre de 1553: Hubo un acuerdo unánime en que no se debía tolerar el error impío de Servet, con el que ya an-
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tes Satán habría turbado a la Iglesia y que ahora se vuelve a producir monstruosamente. Los de Basilea estuvieron de acuerdo; los de Zurich fueron los que se mostraron más vehementes en aprobarlo. Estuvieron de acuerdo con lo grave de su maldad e instaron al consejo a tratarlo con rigor. Los de Schaffhausen estuvieron de acuerdo... El pretendido César, que durante tres días simuló estar enfermo, se acabó enfrentando al tribunal para recibir la pena debida a su delito. Ha tenido la osadía de pedir que el asunto sea llevado al Consejo de los Doscientos. Sin embargo, fue unánimemente condenado. Mañana se le ejecutará. Hemos intentado en vano cambiar la forma de su muerte. Quizá más tarde sea capaz de explicaros por qué fracasamos [en nuestro intento].
BIBLIOGRAFíA
Corpus reformatorum, tomo 42, col. 657.
8.13. La victoria final de Calvino en Ginebra, 1552 Registros del Consejo, 9 de noviembre de 1552: Reunión extraordinaria del Consejo... sobre la Institución de la Religión Cristiana de Calvino. Una vez considerado todo, el Consejo decidió y concluyó lo siguiente: una vez que todo quedó claro se anuncia y decreta que el mencionado libro está escrito correctamente y de acuerdo con las Santas Escrituras y su doctrina es la sagrada doctrina de Dios... de ahora en adelante nadie podrá hablar en contra del mencionado libro o contra la doctrina que contiene; se ordena que todos los partidos y todas las personas [de Ginebra] observen el decreto.
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Algunos de los libros que a continuación se sugieren ofrecen una visión general del período, otros se centran principalmente en materias religiosas, y otros en temas políticos. Lutero ha ejercido sobre los historiadores un atractivo mayor que otros reformadores, pero aún es posible comprender mejor a muchos de ellos. La forma más fructifera de estudiarlos sería poner en relación a cada uno de ellos con sus coetáneos y observar las reacciones, tantos positivas como negativas, de diferentes grupos en las ciudades y en el campo.
Manuales generales
Corpus Reformatorum, tomo 49, col. 525.
john Bossy, Christianity in the West 1400-1700, Oxford University Press, 1985. Euan Cameron, The European Reformation, Oxford University Press, 1991. A. G. Dickens, The Age of Humanism and Reformation, Prentice Hall, 1972. G. R. Elton, Reformation in Europe, Fontana, 1967 (Ed. castellana: La Europa de la Reforma, México 1974). M. Hughes, Early Modern Germany 1477-1806, Macmillan, 1992. Alister McGrath, Reformation Thought. An Introduction, Oxford University Press, 1988. R. Mackenney. La Europa del siglo XVI. Expansión y conflicto, Akal, Madrid, 1997 New Cambridge Modern History, tomo 1, Cambridge University Press, 1961. New Cambridge Modern History, tomo 2 (segunda ed.), Cambridge
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La Reforma en Alemania y Suiza
Colecciones de documentos Peter Bickle, The Revolution of 1525, johns Hopkins University Press, 1981. Peter Bickle, The Cornmunal Reformation, Humanities Press, 1992. William Bouwsma, john Calvin. A Sixteenth-century Portrait, Oxford Universi~y Press, 1985. A. G. Dickens, The German Nation and Martín Luther, CollinslFontana, 1976. Hans-jürgen Goertz, The Anabaptists, Routledge, 1994. Harro H6pfl, The Christian Polity of John Calvin, Cambridge Universi~y Press, 1982. R. Po-Chia Hsia (ed.) The German People and the Reformation, Cornell Universi~y Press, 1988. R. Po-Chia Hsia, Social Discipline and the Reformation, Routledge, 1989. K. Leach, The German Reformation, Macmillan, 1990. Bernhard Lohse, Martin Luther. An Introduction to his Life and Work, T & T Clark, 1987. Alister McGrath, Alife of John Calvin, Blackwell, 1990. Michael Mullett, Luther (Lancaster Pamphlets), Methuen, 1986. H. A. Oberman, Luther. AMan between God and the Devil, Yale University Press, 1989. s.E. Ozment, The Reformation in the Cities, Yale University Press, 1975. T H. L. Parker, John Calvin. A Biography, Dent, 1975. G. R. Potter, Zwingli, Cambridge University Press, 1976. Keith Randell, Luther and the German Reformation, Arnold, 1988. Keith Randell, Calvin and the Later Reformation, Arnold, 1988. Tom Scott, 1homas Müntzer, Macmillan, 1989. R. W Scribner, The German Reformation, Macmillan, 1986. R. W Scribner, Popular Culture and Popular Movements in Reformation Germany, Hambledon Press, 1986.
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GLOSARIO
abjuración renuncia formal a un juramento previo. antinomianismo creencia de que los cristianos que se salvan no están obligados a observar un código moral estricto. ascetismo autodisciplina severa practicada como observación religiosa. catecismo forma de enseñanza sencilla de la religión establecida en un librito utilizando el método de pregunta-respuesta. cisma división en el seno de la Iglesia. consagración bendición, especialmente del pan y del vino durante la Eucaristía. consistorio tribunal eclesiástico de la pre-Reforma, adoptado por los protestantes para la disciplina de la moral y las formas; se convirtió en el órgano de disciplina más importante del calvinismo en Ginebra y en otros lugares. Dieta asamblea política formalmente similar al parlamento actual. dispensa exención de reglas u observancia religiosa. elevación alzamiento del pan y del vino para la adoración por la congregación después de su consagración en la misa. iconoclasta aquel que destrnye o rompe imágenes religiosas o estatuas en la creencia de que son ídolos religiosamente condenables. iconografia descripción sistemática de los contenidos visuales de una imagen; modelos de imágenes que conforman el tema de una representación.
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liturgia/litúrgico forma y manera de los servicios religiosos. milenarismo creencia en la llegada del gobierno de los santos antes del inminente fin del mundo. ordenanza ley, decreto, edicto. predestinación creencia en que Dios tiene, desde el principio de los tiempos, destinados a algunos a la vida eterna, y a otros a la condena; tesis particularmente asociada con Calvino, quien formuló la doctrina de manera más elaborada que otros rE!formadores.
íNDICE DE NOMBRES
presbiterio cuerpo de gobierno de los pastores. purgatorio estado entre el cielo y el infierno, donde aquellos pecadores con pecados menores purificaban sus culpas antes de ir al cielo. quiliasmo creencia de que elfin del mundo se acerca rápidamente. Ver milenarismo.
Agustinos, 33-34, 37 Alberto de Brandemburgo, arzobispo de Maguncia, 12, 27 Aleander, ]éróme, nuncio vaticano, 24, 26-27 Allstedt, 110, 114 Ameaux, Pierre, 166 Amsdorf, Nicolaus von, 81 Anabaptistas, anabaptismo, 7, 9, 65, 89, 107, 111-112,116-118,120-128 En Moravia, 127-128 Suizos, 51,73,80, 107, 116-117, 144, 149 anticlericalismo, 37 arrepentimiento, 1.3-14, 127, 167 Artículos de queja, 72 Klettgau, 72 Los doce artículos, 69, 71, 75, 82, 84, 134 Münnerstadt, 74 asunto de las salchichas, 53 Augsburgo, 24, 40, 101, 104, 123, 133 Confesión de Augsburgo, 40 Autoridad de la Iglesia, 11, 55 Autoridad de los gobernantes seculares, 91 ayuno, 21. 53-54, 59, 140-141
Reforma evangélica reforma religiosa basada en los principios del Evangelio y de la Palabra de Dios, inicialmente inspirada en las ideas religiosas de Lutero. sacramentales objetos benditos para el uso piadoso de los cristianos (sal, palmas, velas, hierbas); se creía popularmente que tenían poderes protectores contra el mal y el demonio. sacramentario el que niega la verdadera presencia de Cristo en la Eucaristía y afirma que se trata de una simple presencia simbólica. Septuaginta versión griega del Antiguo Testamento. teocracia forma de gobierno en la que las leyes de Dios gobiernan el Estado; por extensión, forma de gobierno en la que el clero juega un papel dominante. visita inspección eclesiástica, bien de parroquia en parroquia, bien a una parroquia concreta; en la pre-Reforma la dirigía el obispo, pero a partir de la Reforma (en sus territorios de implantación) la llevó a cabo el EStado por medio de funcionarios eclesiásticos y seculares.
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bautismo, 18, 21, 99, 107-108, 110-111, 116-117,119-120,126-127 Berna, 53, 155-156 Beza, Teodoro, 66, 151, 156 Biblia, ver evangelio, 25, 36, 62-63, 65, 77,92, 111, 136, 142, 158 Bhlufelden,43-44 Bolsee, ]éróme, 168-169
Brandenburgo, 98, 140 Estatutos de la Iglesia, 106, 140 margraves, 84-85 Brenz, ]ohannes, 75 Bugenhagen, ]ohannes. 132 Bundschuh, 156 Calvinismo. 149 Calvino, 63. 149-158, 160, 162-163, 165170 abandona Ginebra, 63, 149, 170 Catecismo, 137, 153 Conversión de, 125, 149, 151 Institución de la Religión Cristiana, 151-152,160, 170 llamada a Ginebra, 151 regreso a Ginebra, 156 Carlos V, sacro emperador romano, 26, 27, 46, 72 Carlstadt, Andreas Bodenstein von, 33-34 ciudades imperiales, ver Augsburgo, Estrasburgo, 45, 123 Giengen, Memmingen, Nuremberg, 41-43, 45-47,71 Reutlingen, Ulm, Worms, 24, 26-27, 37, 69-70, 97, 99, 123, 133-134 clero, 23, 27, 37-40, 43, 45-46, 49, 52, 56-58,65, 106, 113, 132-134, 136, 139, 141, 153 Coloquio de Marburgo, 101-103, 123-124, 139 comunidad de bienes, 73, 127-128 Confederación suiza, 78 confesión, 14,37,40,44,59,117,119120, 152, 154, 168
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Confesión de Schleitheim, 117 consejo de la ciudad, 33, 35, 37-39, 4142, 45-47, 52-55, 57, 59-60, 62, 64-65, 77,101,109,111-112,118,133-136, 152-157, 159 de Erfurt, 37-39, 118-120 de Ginebra, 63, 149-157, 163, 165, 167-168, 170 de Nuremberg, 42-43, 45-47 de Spira, 45-46, 138 de Ulm, 69-70, 97, 123, 133-134 de Wittenberg, 13, 16, 30, 33-37, 51, 75, 82, 108-109, 123, 132 de Zurich, 51-55, 57-59,61-63,72,77, 93,103,111-112,170 consistorio, 63, 154, 162-167 Constanza, obispo de, 52-53, 55 Dantiscus, Johannes, diplomático polaco, 30 debate de Leipzig, 16 días santos, 60 Dieta de Spira, 121, 138 Dieta de Worms, 24, 27 diezmo, 46-47, 76-77, 137 disciplina, en Ginebra, 154 Dominicos, 12, 16, 40, 73 Eck, Johann, 16 Ecolampadio, Juan, 99, 102, 119 Edlibach, Gerold, 59 educación, 17,74,84, 137, 149 elección de los pastores, 169 Enseñanza bíblica, 40, 75-76, 77,109-110, 116, 145-146 Erasmo, Desiderio, 22 Erfurt, 37-40, 118-120 Espalatino, 132 Estrasburgo, 63, 108, 121-123, 151, 156157 Eucaristía, 18, 33-34, 37, 49, 55, 59, 61-62, 98-103 administración bajo las dos especies, 35, 36, 136 como Cena del Señor, 156 elevación en la liturgia, 103-105 las opiniones de Zwinglio sobre, 55 en Wittenberg, 13, 16, 30, 33-37, 51, 75, 108, 132 en Zurich, 51-53, 55,57, 59, 61-62, 65,77,93, 103, 111-112, 170 Evangelio Biblia, Palabra de Dios, 11, 1819, 22, 24-28,36,41-43,45-47, 51, 53-58,60,62-63,65-67,70-77,80-82,
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84-85,91-92,94,99, 104, 110-112, 116,119,125, 127, 133, 136-138, 140143, 145, 147, 151-153, 156-159, 162163, 168-169 excomunión, 59, 154, 157, 165-166 Fare!, Guillaume, 151-152 Felipe, landgrave de Hesse, 123, 138 Fernando, archiduque de Austria, 71 Ferrara, duquesa de, 162 Franciscanos, 35-36, 97 Froschauer, Christoph, impresor de Zurich, 53-54 Fugger, 21, 95-96
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Giengen an der Brenz, ciudad imperial, 42 Ginebra, 63, 149-157, 163, 165, 167-168, 170 grabados, 142 Grebel, Comado, 116 Gruet, Jacques, 167-168 Guerra de los campesinos alemanes, 69 actitud de los príncipes hacia, 84-85 actitud de Lutero hacia, 79-84, 86 en Suabia, 43, 69, 78 en Turingia, 82, 105 radicales religiosos en la, 107, 114 Herzogenaurach, 45 Hesse, 101, 103, 123-124, 138-139 estados de, 124 Hoffman, Melchior, 107, 121-122 humanistas, 11, 22, 25 Hus, Juan, 16 Huteritas, 108, 127 Hutten, Ulrich von, 11, 23 iconoclastas, 91-92, 97 Iglesia católica, 131 imágenes, 33, 37, 59-61, 89-95, 97-98, 110, 142 imprenta, 47 Impuestos, 39, 76, 78, 85, 87, 139 indulgencias, 11-15, 17, 21,49, 52-53 Jonas, Justus, 34-35 Juan de Leiden, 120-122 juramentos, 20, 38 Kessler, Johannes, 69 León X, papa, 17 libertinos en Ginebra, 165, 167 Limosna, 58
Lotzer, Sebastian, autor de los doce Artículos, 69 Luteranismo, 149 Lutero, Martín, 22, 27-28, 109-110, 142 como figura mítica, 11, 27, 28 como profeta o santo, 11 desarrollo de sus ideas, 24, 25, 27 discurso en la Dieta de Worms, 26 en e! debate de Marburgo, 102-103 las Noventa y cinco Tesis, 13 opiniones sobre el matrimonio, 20 opiniones sobre el sacerdocio y el ministerio, 20 opiniones sobre los funerales, 20 panfletos, 23 personalidad de, 30 vuelve a Wittenberg, 35 y Calvino, 149, 160 Y la Eucaristía, 99-100 en e! debate de Leipzig, 15-16 y la Guerra de los Campesinos, 45, 107 Y la organización de la Iglesia, 131-132 y los radicales, 107-111 matrimonio, 19, 21, 33, 35, 56, 62 Melanchthón, Felipe, 75, 105, 108, 133, 145 Memmingen, 71 milenarismo, 121 Misa, 18, 34-37, 39, 44, 49, 56,60-61, 73, 95, 101, 103-105, 126, 134-135, 138, 152, 164 monasterios, disolución de los, 138 Mühlpfort, Hermann, alcalde de Zwickau, 36, 82 Münster, 119-121, 123, 125-126 Müntzer, Tomás, 73, 83-84, 107, 112, 114116, 118 Musculus, Wolfgang, 104 Myconius, Friedrich, 12, 105 Nación alemana, 23, 27 normas eclesiásticas, 158 Nuremberg, 42-43, 45-47
peregrinaciones, 21, 89 piedad popular, 90 predicación evangélica, 40, 45, 51, 57 predicadores, 14-15, 20, 41, 43, 45-46, 53, 57, 59-60,65,67,72-75,77,81-82,8485,87,98, 108, 116, 123, 125, 154-155 profetismo, en Zurich, 63 purgatorio, 13-15,44 rentas, 39 Reutlingen, 99 Rhegius, Urbanus, 41 Roma, 11-13, 20-21, 23, 30, 52-53, 56 Rühel, Johann, 80 sacerdocio de todos los creyentes, 17-20 sacramento, ver Eucaristía, 18-19, 28, 3334,37,44,49,62,73,99-102, 105106, 110, 135, 137, 164-166 sacramentos, 18,28,58,101,106,111,158 Sajonia, 12, 16,33, 36, 83, 105-106, 112, 118-119, 131-133, 142-144, 146 Sajonia, duque Jorge de, 16, 119 Sajonia, Elector de, 12, 33, 83, 133, 142 Federico e! Sabio, 22, 33-34 Juan el Constante, 132 Juan Federico, 112, 142, 146 Schappeler, Christoph, autor de los Doce Artículos, 69 Schmidt, Ulrich, líder campesino, 143-144 Servet, Migue!, 168-169 servidumbre, 76 Simons, Menno, 125 Spengler, Lazarus, secretario de la ciudad de Nuremberg, 42 Stumpf, Johann, 77 Suabia, Liga de, 69-70 Teztel, Johann, 11-12 Turingia, 79, 82, 105, 118 Ulm, 69-70, 97, 123, 133-134 visitas, 60, 132, 136
obispos, 20-21, 29, 53, 103, 132 Orlamunde, 34-35 Palabra de Dios, ver Evangelio, 11, 18-19, 24, 26, 41-43, 45-47, 53-54, 58, 60, 6263,65-67,70-72,74-75,77,80,82,91, 94, 99, 110, 112, 116, 119, 125, 127, 137,140,143,152-153,157-158,168 Papa, papado, 11-23, 26, 28-30, 42, 49, 51, 53, 56, 64, 91, 116, 149, 151, 157, 168
Wittenberg, 13, 16, 30, 33-37, 51, 75, 82, 108-109, 123, 132 Worms, 24, 27, 37 Zurich, 51-55, 57-59,61-63, 65, 72, 77, 93, 103, 111-112, 170 Zwickau, profetas de, 107-108 Zwilling, Gabriel, 33, 37 Zwinglio, Ulrico, 51, 54, 57, 64-66
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Este libro combina nuevas interpretaciones que cargan el acento sobre las creencias, las prácticas y la respuesta popular, junto a la visión tradicional sobre el origen y desarrollo de la Reforma en Alemania y Suiza. ¿Hasta qué punto fue significativa la participación de figuras que han quedado oscurecidas por Lutero y su doctrina? ¿Hasta qué punto se extendió la Reforma, gracias a iniciativas populares? ¿Cuál fue el alcance político y social de la Reforma y en qué medida conectó con las reivindicaciones de la Guerra de los Campesinos alemana? Y, a largo plazo, ¿qué éxito tuvo? La obra incluye gran cantidad de fuentes, primarias y secundarias, entre ellas numerosos documentos que se publican por primera vez, directamente rescatados de los archivos.
Temas de Historia constituye una colección que trata momentos claves de la Historia a través de una estimulante selección de fuentes y documentos originales. • Una amplia variedad de fuentes primarias y secundarias. • Una completa introducción a cada tema. • Referencias y análisis para situar las fuentes en su contexto.
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